Verónica Céspedes Fuentes
DE OPACOS Y DE BRILLANTES Poemas para estar siendo
H E1 B E L
2
Verónica Céspedes Fuentes DE OPACOS Y DE BRILLANTES POEMAS PARA ESTAR SIENDO HEBEL
3
4
Verónica Céspedes Fuentes
DE OPACOS Y DE BRILLANTES Poemas de estar siendo
HEBEL ediciones 5
DE OPACOS Y DE BRILLANTES. POEMAS PARA ESTAR SIENDO © Verónica Céspedes Fuentes, 2020 © HEBEL Ediciones Colección Flama | Poesía Santiago de Chile, 2020 www.issuu.com/hebel.ediciones Diseño, edición y pórtico: Luis Cruz-Villalobos Qué es HEBEL. Es un sello editorial sin fines de lucro. Término hebreo que denota lo efímero, lo vano, lo pasajero, soplo leve que parte veloz. Así, este sello quiere ser un gesto de frágil permanencia de las palabras, en ediciones siempre preliminares, que se lanzan por el espacio y tiempo para hacer bien o simplemente para inquietar la vida, que siempre está en permanente devenir, en especial la de este "humus que mira el cielo".
6
Dedicado a mi familia de cuna, de sangre y de corazรณn. A mis gentes del sur, del centro y del norte. La gratitud que siento por sus vidas es mรกs grande que mis palabras y acciones.
7
8
PÓRTICO
9
10
Verónica sabe cantar a una voz Y a dos voces Con una sola También canta a tres Sin tropezarse en el salto Canta como una puerta antigua Entre lamento y presagio Entre suspiro y retorno Como que dice que alguien viene Alguien que partió y vuelve Verónica sabe esculpir el aire Y no le toma trabajo Dibuja con su voz sigilosa Que sabe leer dentro Y se da permiso para llorar a mares Y a sombras Para sonreír también A sombra y a mares Entre los opacos y brillantes segundos Que son la vida.
Luis Cruz-Villalobos Precordillera de Curicó, Chile, 2020
11
12
DE OPACOS Y DE BRILLANTES Poemas de estar siendo
13
14
PRELUDIO
Estar siendo Parece más difícil que ser o haber sido. Porque etiquetar dolores, esperanzas, confusiones, claridades, soledades y abrazos es más simple que sentirlos pero entre opacos y brillantes siempre resulta más real el cuadro. Y lo real es estar vivo.
15
16
De dolores
Y el viento tomo un Ămpetu doloroso su fuerza admirable nos destruye, o, por lo menos, asĂ se siente‌
17
18
Suplica Arbusto de desierto florece Te ruego que florezcas ¡Florece sin agua! Que tú necesidad me da igual, Muéstrame el milagro posible, que parece ser tan cotidiano para otros y lo siento tan ajeno ¡Florece te digo! Que me voy marchitando Florece y regálame esperanza Florece y hazme creer que lo hago contigo ¡Escúchame arbustito! ¡Escúchame arbusto! ¡Escúchame mugroso atado de ramas! Te lo ordeno Te lo exijo ¡Escúchame arbusto! ¡Escúchame arbustito! Dame migajas de tu vida ¡Te lo ruego! Lo suplico…
19
Tristeza Afuera es primavera y, a veces, puedo darme cuenta de que esta allí. Aquí dentro soy invierno aún O, tal vez, otoño ¿Por qué no parece florecer nada por aquí? Más bien deshojo siento como se me caen las hojas y los capullos sin abrir se aprietan más como queriendo no caerse de las ramas y el invierno de adentro no parece ser tan bonito ni romántico, ni novelesco como el de afuera Es un invierno desértico frío por las noches seco por el día. Hay primavera allá afuera yo aquí dentro soy invierno.
20
Desolada Nada no hay nada, ni tristeza, ni alegría, ni celebración, ni dolor, solo un vacío cansado con pequeños intervalos de angustia. Ya no hay mascaras no tengo ganas ni el cinismo es voluntario todo es mecánico autómata. Y la hipocresía de mi vida es más honesta que nunca Y hay una forma de esperanza que es opaca, mustia y desabrida que me da la certeza de que hay una luz al final no la veo pero sé que la hay solo que ahora en este momento estoy en este lugar en el cansado vacío.
21
No le rezo No le hablo porque no soy yo. no soy yo la que está aquí. Entonces no le rezo porque no soy yo la que está aquí porque no siento latir mi corazón porque mis cinco sentidos no parecen tener sentido para mí. Entonces no oro hacia él Porque esta no soy yo hasta mi mente y lo que escribo parecen un sueño un espejismo un video en cámara lenta. Entonces no le hablo Porque no soy yo la que está aquí.
22
Se nos muere La espera a la felicidad es difícil, pero es aún más difícil la espera al dolor. Ella agoniza, y con ella agonizamos nosotros. Estamos dentro del ojo del huracán, con presente paz y tranquilidad, pero conscientes de la pronta devastación.
23
Tu muerte es Invivible Y la vida y la vida nos parece invivible en ciertas ocasiones nos parece demasiado despierta para amarla nos parece demasiado nuestra y poco tuya y los vacíos y los vacíos que nos niegan las ganas las razones que no importan lo importante que no da razón y el dolor y el dolor que se siente seco y punzante y el consuelo que se necesita pero que ni se piensa y la muerte y la muerte que se lleva el brillito común de tus ojos que nos roba tu sonrisa sincera que nos quitó el pedazo que sangra Y la vida y la vida nos parece invivible en ciertas ocasiones nos parece demasiado despierta para amarla nos parece demasiado nuestra y poco tuya.
24
Abuela El brillito de sus ojos comunes la piel imperfecta de vivir la mano fría pero tierna en el hombro la calidez de los labios que besan las mejillas a la rápida el tono de voz ronco y amable que se mezclaba siempre con la sonrisa fácil y oportuna son cosas insignificantes, cotidianas, miseras y tan, tan amadas cuando no estás.
25
Agonía trimestral Que doloroso es verte morir de a pocos, de a pocos. agonía trimestral, cada día una nueva miseria, una pierna seca. una herida que no tiene vigor para sanar, una piel que se rompe sola. Que agonía tan despreciable, un instante de oscuridad dolorosa. y tu alma es tan luz, mientras tu cuerpo se nos descompone cuando aún respiras. Sí, así podemos decirle a esto que te ocurre, a esto que presenciamos impotentes, a esto que testificamos con horror, a esto que acompañamos porque eres tú y tú eres más que tu misero final. Eres la vida que nos diste el amor que repartiste la luz que brillo en medio del lodazal. Pero ahora, este último capítulo nos duele, nos duele.
26
Historia enloquecida Enloquecieron de amor tus ojos y le diste toda la dulzura de tus miradas Toda la pasión de tus pupilas Toda la juventud de tus sueños Enloquecieron de amor y amaste Enloqueció de egoísmo él Y te enloqueció de dolor a ti pero con niños en los brazos postergaste tu locura Enloqueciste de dolor y seguiste amando. Enloquecieron de vivir los niños buscaban en tus ojos dulzor Y tú se los dabas mientras buscabas de donde sacar el pan Enloquecieron de vida ellos y seguiste amando Enloquecieron siempre de amor tus ojos y le diste todas tus lagrimas amargas enloqueció de alcoholes él y te amorató las miradas Enloquecida entre violencia y seguiste amando Enloquecida de esfuerzos constantes no dejaste de trabajar entre la escuela de los hijos y el amor a medio amar Enloquecida de luchas amaste más 27
Enloquecida de agobios inmerecidos dejaste de darle tus miradas a ĂŠl ya no te dejaste amoratar ya no te dejaste olvidar Enloquecida de amor te aprendiste a amar Enloquecida de paz y dulzores entre arrullos de nietos y abrazos de hijos e Ămpetu propio Enloqueciste de honor y amaste Enloquecida de historias de amores amados de olvidos sĂłlidos de glorias gozadas enloqueciste amando y descansaste en paz.
28
Resignación No, no me ha cambiado la piel, me ha trastornado el alma, Se ha llenado de esa palabra determinante, tortuosa, rotunda y dolorida. Siempre constante, siempre continua, casi siempre eterna. Un vuelco de alma, Un cambio de estado, Lo que era roble hoy es ceniza Y lo que era tallo tierno, hoy es dura fibra. Dolor constante y costumbre de dolor. Peleada o no la batalla La derrota es toda nuestra. Resignación, resignación, resignación No hay palabra más horrenda más detestable y más mía Que resignación.
29
La hembra América tiembla La tierra pierde su calma y el viento se enfurece. Y así nos estalla en la cara en las entrañas, en la raíz, y en la vida misma, el dolor poderoso, la devastación de amores. Se nos caen los muros y esta vez no son los que deberían, se nos duerme la gente pero no era su hora de dormir, se escuchan los gritos y no son de carnaval, hay silencios y no son los esperados. Se nos estremece el centro y el norte y lloramos junto con ellos los del sur. Y sentimos más hermanos que nunca porque todos perdimos al hijo y a la madre y a los amigos. Porque todos queremos justicia y todos queremos consuelo. Porque todos compartimos la duda y los temores. Porque todos ponemos los ruegos y las manos para que se levante la casa, esa del alma dolorida, 30
del alma resiliente, del alma que llora y trabaja al mismo tiempo. Porque la hembra AmĂŠrica sabe que el dolor se mezcla con la esperanza a veces y que la gratitud con el luto y que con las manos de todos, asĂ en abrazo y en esfuerzo, se lucha mejor.
31
Nación rota Hoy me he oxidado Resecos los sueños, inmóviles las manos La imagen rota de la utopía, El verso declarante de dolor, La necesidad de una salida, Lo insuficiente de la acción. Los día a día del mundo, Van dejando secuelas Van dejando rastro de caracol. Las pesadas historias de las vidas, Se van acumulando, Se van volviendo moho. Hoy me he congelado en el frío de un dolor. Un dolor que no es mío, pero que es de todos. Resecos los sentidos, viva la aflicción. Va pesando la historia, Va pesando el presente, Va pesando ser nación.
32
Justicia y paz En tierra que parecĂa ajena La semilla llego a morar. En medio de roca, en medio de arena, la vida comenzĂł a leudar. Y desde la aridez brota la vida y desde la muerte la flor. Y el divino cultivar va siendo cotidiano, Y su comĂşn amar va abriĂŠndonos las manos, para abrazar los frutos casi, casi maduros de justicia y paz, para cosecharlos, para rodearnos de su olor, para compartirlos, para disfrutar su color. para juntos nacernos con su flor
33
34
De esperanzas
Aire fresco cuando la respiración había sido negada Olor a tierra mojada después del desierto Brotes de hoja en pleno invierno caricia.
35
36
Te importa* Te importan mis cotidianidades, mis insignificancias. Quieres visitar mi casa, quitar mis fiebres, oĂr mis penas, sanar mis males. Vienes a la casa me das la mano, comes de mi sopa, me instas a compartirla. Vienes a mi casa tĂş la habitas.
________________ *Marcos 1:31
37
Pequeña fe Mi pequeña fe, mi fe muy pequeña, granito de arena, y con todo tú la mencionas y con todo miras con ternura y con todo la alimentas la creces la alientas. Porque no sólo calmas mares también calmas mi vaso de agua.
38
En el desierto En tierra fértil, tú eres Señor de la fertilidad. En tierra de muerte, tú eres Señor de la resurrección. En tierra ajena donde soy extranjera, tú eres Señor del universo. En tierra sin manantiales, tú eres la fuente real. En tierra llena de resignación, tú eres el Señor de la esperanza En tierra abandonada, tú eres Señor padre del amparo.
39
Rendida Aquí después de dejarte en la tumba esperando algo sin recordar bien qué pero esperando. Junto a los míos, los tuyos, los que te amamos pero sin creer en algo nuevo sin creer en la resurrección. No creo porque a nuestro al rededor he visto tanto que la niega pero sigo aquí ¿Qué me mantiene entre los discípulos? Y vienes tú a nuestra casa y tú me traes tus heridas para ver y tú me traes el costado abierto para tocar y tú me traes la mirada tierna la compasión viva. Después de tu cruz sufrida miras mis ojos limitados mi mente ennubecida mi corazón opacado de tanta duda y contextos de muerte y vienes con el abrazo claro la voz segura la calidez viva. Y mis manos y mis ojos se ennuevesen y dejo de ver las circunstancias porque más allá de tus heridas me muestras tu vida fértil 40
tu victoria nuestra victoria ยกHay resurrecciรณn!
41
Las niñas nacen con brújula Las niñas nacen con brújula Y por eso ni se preguntan en dónde están ni a dónde van, les basta con existir. Nacen con piernas que serán fuertes y largas y, que desde que son cortas, corren y bailan. Nacen con corazón de caracol, que están hechos para sentir y aprender a su ritmo, a su paso y según su día, que innatamente se esconden o salen al sol según su minuto y bondadosa necesidad. Muchas niñas crecen Y se les pierde la brújula como que se las roban o la olvidan o han aprendido a ignorarla. Muchas niñas no saben que tienen piernas y por eso no corren Y por eso no bailan. ¡Ay las muchas niñas! Tantas han desconocido su corazón no saben nada de ritmos propios ni de salir al sol o esconderse a legitima necesidad y voluntad. Pero las niñas sí crecen, no solo sus cuerpos, no solo sus huesos y son mujeres que aprenden y sienten Y a abrazo y a esfuerzo y a tiempo acaracolan su propio corazón y lo recuperan 42
sus piernas reconocen todos sus posibles movimientos y se vuelven conscientes de su fuerza. Y completamente despiertas pueden ver florecientes sus brújulas Y adormecidas pueden sentirla palpitar en ellas, Así que, aunque ya se hizo parte de la vida la duda, la pregunta y, a veces, el temor saben que pueden encontrar la dirección y la calma y la acción y la posibilidad entera y viva.
43
Yo cambio Con mi cuerpo maltratado de vivir Con historia gastada y ya muy repetida Pero con esperanza nueva y silbante. Las neuronas viejas se me van muriendo a diario (con más dolor que risa, con más cansancio que descanso) Pero nuevas se van formando. No son las conexiones del ayer lejano (que me parecía mejor), Ni del ayer próximo (afortunadamente) pero son las de hoy. Y se transforma el pensar Y se libera el sentir, Porque lo que oprimía a la niña (indefensa y desorientada) Ya no oprime a la mujer (Consciente de sus fuerzas) Con el camino desatado (sabiendo bien su detalle y efecto) Con el nudo desamarrado de esplendor (sabiendo sin ingenuidad la posibilidad presente y futura) Voy esperanzandome (como actividad voluntaria y como regalo recibido) En, el hecho inminente, de que todo cambia Y, entonces, que yo también.
44
Hilando mi historia Estoy hilando mi dolor, con la paciencia de la anciana tejedora y la expectativa de la niña que va descubriendo su motricidad fina, lo voy hilando con suavidad casi con solemne dulzura. Porque la madeja de vida, a veces, mal vivida, mal abrazada o tal vez negada no se desenmaraña sola. Esta madejita enredada de escombros, este tumultito de caos es tan mío como mi ombligo. Al comenzar el trabajo forzoso de arañita me dolían las manos que ha ratos me sangraban y alternaba entre el cansancio de los ojos por llorar y la garganta resentida de aguantar el llanto, me parecía nauseabundo e insoportable el hedor amargo de mis vivencias. Pero transcurridos los espirales infinitos de negación, tedio, reclamo y resignación; comenzó a germinar la aceptación de esto, mi camino y sus aflicciones; comencé a contarme mi propio relato y a abrazarlo mientras lo trenzo. Y al parecer, mis manos van adquiriendo agilidad en entrelazar y aunque queda uno que otro hilo suelto y notorias diferencias en el espesor de mi hilo 45
de centĂmetro en centĂmetro es mi madejita, mi caos legible, mi tumultito de existencia. AsĂ que hilo mi dolor Y reconozco mi ovillo y, mientras hilo, voy a prendiendo a hilar.
46
De confusiones
‌ y voy tejiendo palabras que apenas yo escucho y me las repito intentando cazarlas y asà las dejo dentro de esta boca que es jaula
47
48
Me deshojo Me deshojo, me deshojo sin entender, siquiera que he tenido hojas. Y hoy que se me van cayendo las voy notando de una a una solo por el desgarro que deja en mí cuerpo su abandono o el dejarlas ir o el que me las arranquen, aún no he determinado bien ese asunto del cómo es que las hojas se van de mí. Solo sé qué pica, arde e incomoda. ¿Cómo es que viví tanto sin saber de hojas o estaciones? Supongo que las hojas, si es que una las tiene, deben caerse para que otras vengan o dejar de saturar el pobre tronco de tanto follaje ignorado, pero que pesa. Supongo que si se me están cayendo estás hojas es porque ya están secas o ya no las necesito. Supongo que necesito el tronco desnudo para sentir frio y abrazarme con mis propios brazos y desear hojas nuevas. Supongo que el dolor del descuajo de cada hojita se irá pasando o necesitaré sentirlo. Supongo que si se caen y molesta es porque el tronco está vivo. Supongo… 49
Sรณlo supongo, porque apenas me voy enterando que me deshojo.
50
No depende de nosotros Somos lo que aprendemos Y no escogemos qué aprender Y lo que ignoramos no existe para nosotros Y no escogimos que eso se nos negara. Entonces la vida es un no saber que hay más allá Y un hacer lo que se puede con lo que se tiene y encomendarnos a lo infinito e incontrolable. Y la posibilidad de aceptarlo o no Está en la medida de lo que hemos aprendido No depende de nosotros.
51
Aguas Tuve por obvia el agua por asunto constante como seguridad no reflexionada como inherente a nuestras existencias Y tuve que venir al norte desértico a las tierras de arena y sol y arena y sol y vi las eternas costas que tenían más sal que agua Y hasta el agua existente era imbebible era espejismo de frescura no apagaba ninguna sed no saciaba ningún agobio Y la obviedad se me presentó distinta se me mostró como privilegio se me presentó de escasez se me reveló como necesidad urgente
52
Descansar Cuando volar se parezca a caminar, ¡Deja de volar! Cuando los arcoíris te parezcan monocromáticos ¡Deja de mirar! Cuando la lluvia te parezca sólo gotas ¡Cúbrete! ¡Abstente de todo eso! Abstente con urgencia, con severidad Abstente de forma abrupta y sin pensarlo tanto ¡Abstente! Que si la vida ya no tiene las texturas que iluminan, ya no tiene gracia vivirla más Abstente, pero sólo por un tiempo Ya verás… que luego de ese tiempo Volar será volar, Los arcoíris te conmocionaran, La lluvia te vivificará, ¡Date un tiempo! Ya estarás lista para continuar.
53
54
De claridades
Gracias por mi humanidad, mi desnuda fragilidad, mi vulnerabilidad no siempre tan voluntaria y todo lo que en ti se fortalece
55
56
Soy Porque cuando veo aquí dentro no siempre veo realmente. Porque la cara fea de la cultura me da parámetros que no me aguantan. Porque mis fragilidades a secas son descarnadas y crueles para mostrarse. Porque mis egoísmos no me dejan ver mi verdadera humanidad corrompida. Porque las muchas voces externas y la adolescente voz interna no son muy objetivas o misericordiosas. Porque esas voces juegan con la indiferencia, la mirada punitiva y la complacencia. Porque los espejos no logran cumplir jamás su trabajo por eso… necesito necesito necesito tu palabra, viva y clara. lo sagrado de tu voz, la verdad verdadera allí puedo ver mi inconsistencia y tu gracia y la fragilidad se vuelve fortaleza y los trozos rotos invernaderos de paz y la humanidad más humana 57
y la esperanza venidera y presente allĂ, allĂ realmente soy.
58
Emanciparse Emanciparme de mi misma del ego que me domina del orgullo que me censura del egoĂsmo cotidiano Emanciparme de mi misma de la actitud quejosa y la mirada culposa de ver el vaso medio vacĂo Empoderarme de mi misma y mirarme con honestidad para reconocer bondades y falencias y usar mis ojos para ver a los demĂĄs Empoderarme de mi misma y dejar nacer la gratitud y abrazar la gracia en mi mundo pequeĂąo y tomarme agradecida el vaso medio lleno.
59
Y corte mi cabello Largo y desordenado Mi cabello me abrigaba cuando sentía frío del cuerpo y del alma Mi cabello me abrazaba cuando necesitaba brazos y los míos no me alcanzaban a cubrir entera. Mi cabello me vestía en la desnudez que no quería ver al espejo y me coronaba la misma cuando me sentía cómoda en mi piel. Mi cabello me parecía más yo que todo el resto de mí y, también, me servía de mascara y telón para ocultarme. Entonces lo corte… Y me sentí tan decidida como de fiesta y, a la vez, de luto porque el pelito suplía tanto y también ahogaba. Y voy descubriendo nuevas formas de todo. Y como ya no me cubre el rostro me lo miro a diario y lo voy amando. Y cuando me crezca mi cabello Me va a volver a abrazar y vestir Pero ya no me va a esconder.
60
Mi Ternura No confundas mi ternura con ingenuidad ni con fragilidad ni con pasividad o con servilismo Ve mi ternura sin prejuicios sin cuentos mentirosos sin confusión Que si soy ternura es desde la plena consciencia de dónde viene. Que si hay ternura en mí es porque mi fuerza me la forjó impetuosa. Que si te doy mi ternura es una acción voluntaria y concreta y constante. Que si la obsequio es porque antes se me obsequio y me pertenece. Soy ternura desde la llaga, desde el sudor, desde el moho y desde la buena nueva desde mi historia, desde sus causas y los efectos 61
desde todo lo de afuera y todo lo de adentro desde la germinaciรณn lenta y el obsequiado florecimiento y el fruto esforzado Soy ternura Y, estรก vez, te la obsequio.
62
Soy Frágil Soy frágil no me avergüenzo de ello. Y soy fuerte no me disfrazó de ello. Soy frágil y mi corazón se hiere, mi cuerpo se enferma, mi mente se confunde. Soy fuerte y ante el dolor, la enfermedad, y la confusión no me rindo por completo, sigo luchando no para ser piedra, sino para ser yo. Con corazón, cuerpo y mente vivos lo más sanos que se pueda, lo más despiertos posibles, lo más real que se pueda. Soy frágil y ya no lo niego. Soy fuerte y ya no lo alardeo. Soy yo Y me acepto.
63
Labios y corazón* Mujer de labios inmundos entre gentes de labios inmundos. carbón encendido a mis labios carbón encendido a mi corazón. Mis impurezas ya no son excusas Mis debilidades ya no son pretextos ya nada avala mi temor. Has oído el clamor ese que yo ni siquiera lloré ese de los que ignoré Me has cuidado pero me he llenado de uvas silvestres y sólo he podido dar agrio sabor les he negado tu dulzura Carbón encendido Mujer de labios nuevos entre gentes anhelantes de carbón Te he preguntado cómo, dónde, hasta cuándo Tú preguntaste y vuelto a preguntar Hoy te respondo: Eme aquí.
________________ *Isaías 6
64
Atiende a esto Mujer de cabeza dura, empeñada en sus ideas, o en no tener, quizá, ninguna. Niña con oídos que usa sus manos para taparlos, cual berrinche infantil. Niña con ojos que mira a cualquier parte como evadiendo a la maestra que acaba de preguntar, que tuerce los ojos hacia arriba y frunce el ceño como con hastío de lo que ni ha visto. Niña de cabeza dura caprichosa de más, ¡Oye! que las palabras que te doy son tibias y son para cultivar. ¡Mira! que las cosas que te muestro son bellas y son para compartir. Niña berrinchuda, Mujer ¡hazme caso! que lo que yo te entrego puedes verlo y oírlo con tu corazón de hija redimida, de ciega y sorda sanada, de mujer rehecha y ennuevecida. 65
Atiende a esto que los oídos son para oír y los ojos para ver cosas antiguas que por mí se van a cumplir.
66
De soledades Ante la ausencia se me descubre la necesidad entera y la ternura entumecida en nostalgia.
67
68
Este pecho mío Este pecho mío que siento frágil que le duelen las distancias y las gentes amadas que sufren lejos, que le duelen las caricias carentes y los abrazos extrañados. Quisiera yo que fuera más fuerte más rocoso mucho más impermeable menos necesitado más autosuficiente. Pero este pecho mío, es mío y extraña y se duele porque aprendió a amar a su gente porque aprendió a recibir el abrazo y va aprendiendo a estar lejos.
69
Me siento pájaro Hoy me siento pájaro Pájaro herido, De esos que apenas han dejado el nido y ya caen a tierra, No diría polluelo, pues esos son pequeños sino pájaro Pájaro herido De esos que se asustan con el ruido, De esos que buscan calor, pero que le temen a la luz y a la oscuridad De esos que se caen solos, pero que solos no se pueden levantar. Siento el corazón de pájaro, como pequeño, sin apenas caparazón Las más leves emociones aceleran su andar, se va cortando el aire, se va sucumbiendo al sin razón. Me siento pájaro Pájaro herido.
70
Estar lejos El desamparo no era ni una idea en mi mente no existía más que como concepto como injusticia de otros y lucha auto asumida pero no vivida. El desamparo estaba tan cerca a un bus de distancia, a un avión de lejanía, a un teléfono ausente, allí estaba el desamparo. Cuando tomar el bus te separa, cuando el avión se aleja del lugar amado, cuando el teléfono no cursa la llamada y el abrazo y el hogar y la voz ya no son tan presentes, ya son escasos, ya no te pertenecen, y el desamparo se siente como un nudito en el pecho, como la certeza de que por estos lados sólo tienes tus dos manos (que muchas cosas no saben hacer pero que lo intentan) cuando sabes que por allá te aman pero estás acá, 71
que allá los abrazos son en abundancia y acá sólo tienes tus propios brazos, cuando el oído te falta sabes que antes fuiste escuchado. Y se anhela la casa paterna y se anhela la infancia y se anhela el amor a chorros y se sabe que ahora eso debe bastar. Que caminar a solas no es estar solo, que estar lejos no es ser lejano. Que el amor que te dieron debe bastarte, que ahora toca ser fuerte, que hay que jugar a ser valiente y tal vez un día lo seas de verdad.
72
Extrañar Me siento tan sola, tan sola en lo práctico de la vida en el alma cotidiana en el despertarse con el sol en la cara y ver la libertad solitaria el desvelarse y no saber a quién acudir el querer crecer y ser adulto real y saberse aquí dentro más niñez que adultez saberse jugando a ser grande a que los dolores no duelen a que puedes tú sola a que no extrañas a que no te pesa a que no necesitas a que tú sí puedes y el juego no es tan divertido porque la realidad interna se te manifiesta siempre pero quieres poder pero no estas pudiendo pero no… Sola no se puede.
73
Pertenecer Nuca pensé que se sentía tanto miedo cuando una vuela a solas sabiendo que el nido no está cerca y no sabes si podrás volver. Y no importa la fuerza de tus alas ni lo oportuno del viaje ni lo bien preparado que se estaba cuando hay incertidumbre en cada jornada. No pensé que se sintiera pesar al extrañar una vida lejana cuando la vida presente te abraza y promete tanto para dar. Nunca pensé que se sintiera culposa vergüenza por no sentir como propios los hogares que se te brindan de puerta abierta. Porque los nuevos lugares son bellos, son amigables, son la aventura, son la misión, son la vocación, son honesta entrega y estás dispuesta a vivirlos, pero no son tu nido no se sienten como tu lugar.
74
De abrazos A quienes han abrazado, aĂşn sin peticiĂłn. A quienes precisan de abrazo, aĂşn sin saberlo. A quien es abrazo eterno.
75
76
Acompáñame ¡Ayúdame! Pero no a tu modo, no como crees que se hace o cómo quieres que se haga. Sino que ayúdame como lo necesito, como puedo dar el paso, como voy pudiendo darlo. Ayúdame, de verdad, ayúdame porque lo necesito. Te necesito, pero respétame en mi forma de sanar. Ayúdame, que es un "acompáñame en el camino de sanar" y no un "haz el camino a tu modo de recuperarme". Ayúdame de la mano y, aun cuando sea de arrastre, sígueme animando porque, aunque ahora no se vea, necesito desesperadamente tu ayuda de a de veras desde adentro desde los límites de ti hasta los límites de mí y tal vez un poco más allá.
77
Camina conmigo Desde aquí hasta allí Hay un largo camino Y aunque sé el final de la historia Hoy cuesta dar algunos pasos ¡Camina conmigo hermano! Sostenme el desaliento Y prestarme un ratito tu esperanza Que la mía parece dormida algunas veces ¡Camina conmigo hermana! Sostenme la sonrisa Y permíteme la lagrima Cuando yo misma no quiera permitírmela ¡Camina conmigo madre, padre, amigo, hermana, persona amada! Que no puedo sostenerme tanto en estos días Y ni yo puedo soportar mis propios pesos, Que en estos días me parezco desagradable Y me vuelvo cínica e indolente hasta a mi propio dolor. Pero tengo la certeza De que si caminas conmigo El de aquí hasta allí Será un camino menos solo Tendrá algo más de sentido Regálame tu bondad, Porque no hallo la mía, Regálame tus sentidos, Porque los míos están medios dormidos,
78
Porque por ahora Sólo tengo la promesa De un camino desde aquí hasta allí.
79
Aprender desde el abrazo Mis patrones de vincularme sin vinculo de dar abrazos sin abrazar de verdad es negarle a mi propio corazón su palpitar. Pero son patrones no escogidos fueron aprendidos por necesidad, así que no asumo la culpa que tanto quise cargar. Me despojo de la culpa, pero también de la inmutabilidad. Porque todo patrón se puede reprogramar, así que tomo el desafío de exponerme al reinicio diario y acompasar mis latidos y mis pulmones de acompasar mis pensamientos y sus extensiones de permitirle a mi fisiología y su alma que se transformen, que se reciclen y se reinventen. Y me abrazo para abrazar el mundo Y a sus personas particulares.
80
Crear lazos Y tener alas no parece ser suficiente y extender las alas no parece ser lo único anhelado y hacer un vuelo individual y autónomo no parece ser libertad disfrutada. y me doy cuenta de que no tener raíces no es lo mismo que no haberlas asentado. Y las raíces me crecen aunque trato de cortarlas y ya no puedo evitar su tendencia natural a enterrarse y expandirse a entramarse como historia hilada en la tierra húmeda que se ofrece como obsequio. Y creía que había que elegir entre alas y raíces, pero voy notando que las plumas de las alas, cual pétalos, se florecen con más vigor a medida que las raíces van tocando la tierra. Y me sorprendo y me descanso porque ya no parece ser una elección voluntaria, sino más bien natural. Y ya la lucha del alma y las reflexiones repensadas no parece tener sentido. Y te me presentas como tierra tierna tierra firme, tierra viva, tierra fértil me rindo, me enraizó en ti, Vuelo contigo.
81
Acompañar ¿Por qué ese pajarito se arrancará sus propias plumas? ¿Acaso no sabe que las necesita para volar? ¿Sabrá acaso que puede volar? ¿Sabrá acaso que es pajarito? ¿Le diré yo quién es? ¿Se lo diré en su propio trinar? Tal vez pueda yo, acompañarlo a volar.
82
Integrar Si algunos tienen voz para cantar que canten, que quiero escuchar sus voces; Si algunos tienen manos para crear que creen, que quiero yo de eso disfrutar; Si algunos tienen brazos que abracen Que hay veces que me falta un abrazo Para saber que yo tambiĂŠn puedo entregar.
83
Vulnerabilidad Si te abriera yo mi pecho y allí encuentro flores ¿Querrías enseñarme a cultivar? Y si te abriera yo mi pecho y allí encuentro escombros ¿Querrías ayudarme a limpiar? Y si te abriera yo mi pecho y allí no encuentro nada ¿Me acompañarías a llorar? Y si quisiera yo abrirte mi pecho, pero no tuviera las fuerzas ¿Lo abrirías tú por mí?
84
Déjate abrazar Sé que se te cae el mundo de a pocos, de a mucho sé que pareces derrumbada y que sabes que no destruida aunque sí se sienta así Abre el pecho deja drenar todo abre las alas Pero detén el vuelo descansa, déjate abrazar Los colibrí también lloran y sus lágrimas son hermosas los colibríes se cansan y de vez en cuando pueden posarse en una mano amiga Niña colibrí Mujer de colores no te has desteñido tu fragilidad es fuerza tu humildad es fortaleza Niña colibrí derrumbada y jamás destruida Mujer de colores con hambre y sed de justicia las que lloran serán consoladas 85
Canto de hermana Compartimos los mismos consuelos Aunque veníamos de diferentes tormentas. Nos sujetamos mutuamente el cabello para vomitar los dolores que nos había dado la vida. Y escuchamos nuestro cinismo ante la belleza, nuestra decepción de la expectativa, nuestro cansancio de nosotras mismas, nuestros llantos a medio llorar y nuestros quebrantos descarnados. Incomodó un poco desnudar la oscuridad propia, pero nos convertimos en un confesionario cálido con rostro descubierto y taza de café. Sostuvimos mutuamente nuestras mochilas y gradualmente las fuimos vaciando, no fue fácil suturarnos sin anestesia, pero en el proceso nos alivió el canto de hermana. Ese canto nos recuperó la esperanza.
86
Manos de abuela Tus manitos suaves de vejez arrugadas de historia vivida ahora cuidadas por nosotros antes trabajadas por ti Tus manitos que se daĂąaron de tanta labor que se sanaron entre caricias de hijos que se endulzaron entre arrurruz de nietos que no temblaron para el amor Tus manitos que hoy se aprietan contra si mismas pero que antes siempre estuvieron abiertas que hoy reciben las lagrimas que antes siempre secaron Tus manitos que encontraron nobleza porque fueron tanta entrega que lucharon con entereza y no se cansaron de dar tus manitos nos enseĂąaron que el amor se lleva en el corazĂłn y se entrega con las manos tus manitos nos amaron. 87
El último regalo En tu estado último de constantes ojos cerrados por el cuerpo gastado de tanto vivir la mente emblanquecida de historia pasada y el alma entera de tanto amar Era el tiempo suficiente no parecías querer más (nosotros sí lo queríamos) Me miraste cuando ya no pedía una mirada tuya cuando ya me resigné a no buscarla cuando no la esperaba Me miraste Y tu mirada era blanca y muda Pero era tuya Me miraste sostenido y profundo Como siempre fuiste Pero de una manera desconocida Y ese fue el último de los mil regalos que siempre me diste
88
Ella plantó el árbol Hoy comemos fruta, una fruta común, con olor a fruta, con sabor a fruta, una fruta común. Pero… comemos esta fruta porque ella plantó el árbol, comemos esta fruta porque ella lo cuidó, comemos esta fruta porque… cada mañana se levantó a regarlo, cada temporada se preocupó de podarlo, cada vez que fue necesario ella lo abonó, y que jamás se enfermara ella procuró. Comemos esta fruta porque ella cuido la vida del árbol y el árbol trascendió a la vida de ella. Ella ya no está, pero su árbol nos da fruta. Hoy comemos una fruta común, con olor a fruta, con sabor a fruta. Hoy comemos su esfuerzo hoy olemos su legado hoy saboreamos de su amor.
89
NoemĂ Tan luz tus ojitos, tan brillo tus manitas, tus bracitos tanto abrazan, tus besitos tanto besan, tan alma purita, tan espĂritu nuevito, pececito nuevo tan lleno de luces, brotecito muy verde, semillita apenas abierta tu sola existencia es mi esperanza plena.
90
Lugar seguro Cántame susurros de luciérnagas, Cántame como el grillo siempre canto, Haz en silencio notas del canelo Dale tintas, aroma y color… Se abrigo de infancia segura, Se futuro de ansias e ilusión Haz que el pasado Sea sólo tiempo que paso… Se mi pensamiento constante, Mi sentimiento de perdón, Se mi emoción naciente, Se la lágrima de amor.
91
POSLUDIO Mi oraciรณn en la viva fragilidad de estar siendo es estar viviendo en la seguridad de que tu Evangelio evangeliza toda mi verdad.
92
Índice
11 15
Pórtico Preludio
De dolores 19 20 21 22 23 24 25 26 27 29 30 32 33
Suplica Tristeza Desolada No le rezo Se nos muere Tu muerte es Invivible Abuela Agonía trimestral Historia enloquecida Resignación La hembra América tiembla Nación rota Justicia y paz
De esperanzas 37 38 39 40 42 44 45
Te importa Pequeña fe En el desierto Rendida Las niñas nacen con brújula Yo cambio Hilando mi historia 93
De confusiones 49 51 52 53
Me deshojo No depende de nosotros Aguas Descansar
De claridades 57 59 60 61 63 64 65
Soy Emanciparse Y corte mi cabello Mi Ternura Soy Frágil Labios y corazón Atiende a esto
De soledades 69 70 71 73 74
Este pecho mío Me siento pájaro Estar lejos Extrañar Pertenecer
De abrazos 77 78 80 81
Acompáñame Camina conmigo Aprender desde el abrazo Crear lazos 94
82 83 84 85 86 87 88 89 90 91
Acompañar Integrar Vulnerabilidad Déjate abrazar Canto de hermana Manos de abuela El último regalo Ella plantó el árbol Noemí Lugar seguro
92
Posludio
95
96
97
98
99
100
101
102