Expresiones del Paisaje. Fotopoesía (2017). Yuan Li & Luis Cruz-Villalobos

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EXPRESIONES DEL PAISAJE FOTOPOESÍA Yuan Li & Luis Cruz-Villalobos

HEBEL


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Yuan Li & Luis Cruz-Villalobos EXPRESIONES DEL PAISAJE FOTOPOESÍA HEBEL

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EXPRESIONES DEL PAISAJE FOTOPOESÍA Yuan Li (fotografías) & Luis Cruz-Villalobos (poemas)

HEBEL Ediciones Humus| Poesía 5


EXPRESIONES DEL PAISAJE | FOTOPOESÍA © Yuan Li (fotografías) © Luis Cruz-Villalobos (poemas) © HEBEL Ediciones Colección Humus| Poesía Santiago de Chile, 2017. www.issuu.com/hebel.ediciones Los poemas de esta obra son parte del libro “Poemas 1516. Obra Compilatoria.” Registro de Propiedades Intelectual Nº 274.405. Qué es HEBEL. Es un sello editorial sin fines de lucro. Término hebreo que denota lo efímero, lo vano, lo pasajero, soplo leve que parte veloz. Así, este sello quiere ser un gesto de frágil permanencia de las palabras, en ediciones siempre preliminares, que se lanzan por el espacio y tiempo para hacer bien o simplemente para inquietar la vida, que siempre está en permanente devenir, en especial la de este "humus que mira el cielo".

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a quienes se detienen y se dejan deslumbrar por las expresiones del paisaje

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PROEMIO

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La poesía es creación, es arte, es una forma de percibir la realidad, lo que vemos, lo que sentimos; pero es también, y sobre todo, una manera de mirar; mirar hacia fuera y hacia dentro. Poesía es, a veces, un grito, un desgarro, pero es también un remanso de paz. En ocasiones canción, otras llanto. Y es, con frecuencia, la mejor forma de mostrar la belleza, de transmitir y compartir sentimientos. Expresiones del paisaje, el libro que tienes en tus manos, es una explosión de belleza en doble sentido. Por una parte el ritmo, la armonía de sus versos; por otra la tierna y penetrante mirada a la naturaleza con la que convivimos; y, además, la belleza impactante de su fotografía. La cadencia de las palabras contiene un mensaje limpio, atractivo, sugerente, de un entorno plácido que produce paz. Luis Cruz-Villalobos pone una mirada limpia, relajante, en un paisaje que le es familiar; y con sus poemas pone de manifiesto que tiene ojos para ver, que la naturaleza es, a fin de cuentas, un inconmensurable libro, en el que es necesario aprender a leer. Y Luis ha aprendido los arcanos de ese lenguaje que, para tantos, resulta totalmente inescrutable. Sin embargo, con todo el valor que encierra esta colección de poemas breves, penetrantes, incisivos, el libro es algo más. La belleza se muestra expansiva a través de la fotografía de Yuan Li. El lector no termina de descifrar si el poema da origen a la fotografía o es precisamente la fotografía la que provoca e inspira el poema. El fotógrafo mira a través de su lente y pone al descubierto lo que al común de los mortales puede pasar desapercibido; la explosión de vida, el inconmensurable cromatismo de la naturaleza inunda nuestro ser.

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Se trata de un libro para leerlo de una sentada. Bien pertrechados de lo que a cada cual le resulte más atractivo o necesario. Lugar tranquilo, sin ruidos, en paz. Un regalo para el espíritu, un tiempo de solaz.

Dr. Máximo García Ruiz Madrid, abril de 2017

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EXPRESIONES DEL PAISAJE FOTOPOESÍA

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En la cultura tradicional china, el mundo natural que nos rodea es una entidad orgánica y dinámica, que puede revelar un orden metamórfico ante los esfuerzos humanos. A través de imágenes capturadas, me gustaría explorar ese orden. En palabras de Szena Qian, que vivió del 145 al 87 aC y que muchos consideran el mayor historiador de China, existe la necesidad de explorar la frontera entre el cielo y el ser humano para comprender los cambios que ocurrieron también en el pasado. Para poder ofrecer una interpretación única (sobre ellos). Aspiro a hacer lo mismo fotográficamente. Yuan Li, The Expressionist Landscape

Sólo quien habita en la obra poética es capaz de la mirada que, libremente admirada y admirante, permite alumbrar lo que gusta de mostrarse como un juego siendo sólo obediencia, y que se une a la potestad como resolución de una larga espera en la vacilación de la seña. M. Heidegger, Pensamientos Poéticos

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DĂŠjame entrar A tu casa Mujer del bosque DĂŠjame entrar A tu templo Dios de la estepa No se escondan De este mendigo Con hambre De tibio abrazo Y de abrazo eterno.

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Me preguntas por el color de la vida Y yo no sé qué responderte Pues la vida es tan extraña Es una mezcla misteriosa De formas y texturas De danzas diminutas Y cromatidades diversas No vengas a preguntarme a mí Que tan poco sé de esos cantos Si quieres te puedo llevar al otoño Y enseñarte los declives del color Y sus ansias de nueva y fresca primavera.

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Éramos por aquel entonces Un conjunto de hojas Verdes y vivas Que se contaban sus historias Y se besaban en paz Éramos hermanas Antes que llegara el viento y la lluvia fría El dolor de los cielos y la tristeza del aire Antes que voláramos a otro mundo A constituir las raíces de otro mañana.

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Florecen los ciruelos Y la vida en pleno invierno Es tristeza húmeda y extensa Con luz y dulzor en el aire Que también sabe sonreír.

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Qué es aquello Que el lago atrapa Qué es aquello Que el lago logra reflejar Es acaso algo Es o no es Tal vez el mundo vive allí Dentro del lago Y todo lo demás es simple Y nítido reflejo en el éter.

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El hogar No estรก en la casa En el espacio de las cosas No es un sitio siquiera Es una transparencia tibia Un amable espejismo Que se dibuja En el instante del amor o la paz O de sus gratas memorias.

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Pino solo Tú me entiendes Tú sabes de estas arduas soledades En medio de la foresta Tú sabes Esto del silencio De la imposible acogida del polen Tú sabes de la mancha en el paisaje Que eres y serás Con tu verde y solitario aroma perenne.

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El llano y los leves montes Me besan el corazĂłn En medio del tiempo Yo no venĂ­a a pedir cobijo Pero las colinas y el valle Me han recibido Como padre y madre Que aman Y me dibujan una sonrisa sobria Y callan.

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El agua y la roca Se encontraron Y el idilio nació Como arrebato Como placer lúcido Como estrago leve Y allí quedaron En el éxtasis lento Que de roces Terminó alzando El misterio de la vida.

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En las alturas Habita la soledad El preclaro éxtasis La luz encandilante El suspiro del sol sobre los ojos Y el respirar que no es sino La más honda de las compañías.

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Mรกs allรก Las aguas quietas Mรกs acรก La hierba grรกcil El tiempo Detenido Acariciando Las manos El rostro Y las memorias.

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La paz Tiene la apariencia De una pradera verdeparda Donde pastan los mansos hijos e hijas Del silencio Y el amor.

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Los límites No coartan su palpitar Pues no cree en las fronteras Sólo las padece Y es en sí Límite sutil De luces que danzan Y sombras que abisman.

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Caminar por el borde Entre la luz y la oscuridad Y no caer Por las arenas movedizas Que se derrumban a ambos flancos.

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No hay camino Sรณlo vuelo No hay camino Sรณlo espacio No hay camino Entre los ventisqueros Sรณlo senderos De aire y nubes Que nos llaman y esperan.

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VenĂ­a como nieve Como frĂ­o profundo Y se dejaba caer Sobre las sĂĄbanas Y sobre el amor Se iba de pronto Y dejaba su halo Su aroma a nada A nieve dolorosa A ausencia seria Como sutil castigar.

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El ángulo El vértice Entre el sol y el lago Entre el otoño y el verano Entre la hoja muerta Y el cielo que la sostiene Como su propio reflejo En su móvil abrazo.

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Al final del arcoíris No había un cofre con oro No Sólo el tesoro mayor El inefable Inmensurable en su costo El tesoro sin cofre Que vale más que su peso En puro oro El espacio perfecto Que cobija Al solitario corazón Que se muere.

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Nos alzamos del humus Como brazos de niĂąos Que piden al cielo Un poco de agua Un poco de pan Y un poco de luz Nos alzamos del humus Y aunque en otoĂąo Caemos y caemos Nos alzamos del humus Como un vuelo estival.

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Abrazados miraban la tarde Y la tarde a ellos los miraba Nadie decĂ­a palabra Pues las palabras estaban de mĂĄs Ya que la tarde plena los miraba Y ellos plenos miraban la tarde.

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La montaña un día Se tornó cielo Lluvioso Tormenta de galas Espléndido desboque Y todos los árboles Pensaron que aquel día Cada una de sus hojas Se tornaba Ágil y débil mariposa.

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He guardado memorias Todas diluidas Sobre miserias de nuevos colores Tristes Inesperados Que hicieron caer mi semblante Y hasta hoy me recuerdan Que no se puede confiar en el barro Aunque lance flores a tus pies Y te llene de sus dones Pues de un momento a otro PodrĂĄ volverse frĂ­a y amarga embestida.

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Arriba Los colores tambiĂŠn se abrazan Se besan en la boca Y susurran sus otros nombres Los colores Se miran a los ojos Y compartiendo su pan Se mantienen en su propio ritmo No se pierden en los otros Y mantienen su mensaje.

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De un abismo a otro abismo QuĂŠ nos queda De un abismo a otro abismo Podemos acaso llamar felicidad A dicho lapsus De un abismo a otro abismo Nubes de espera y mĂĄs espera Y de reacio amor y cansancio.

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Cuando se besan el agua y las hojas La vida inerte y la muerte mรณvil Torrente de posibilidad De encuentro de los elementos Constituyentes del salto Del inesperado e improbable surgir Que quiebra la nada Y devenir de su sombra.

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Vinimos aquí Pobres Frágiles Y en las frías estepas Hemos aprendido A cobijarnos Como hermanas y hermanos Para vencer al invierno Que ha querido poseer Cada uno de nuestros pasos.

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Te alzas Veterano y fuerte brazo Te alzas Para que la muerte no llegue Para que no pase sobre ti Pero lentamente en silencio Te vas inclinando Al destino que ella te impone Y te doblegas por la densa eternidad.

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Lejos Me esperas Y yo lejos No avanzo TĂş no te acercas Yo no camino Lejos Te espero Y tĂş lejos No avanzas.

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La grieta La dura roca El desfiladero Y tú Allí Casi dormido Como pidiendo perdón Y sustento al viento.

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Nos hemos alzado de a poco Y nos hemos hundido a la par Pues mientras más se alcen los brazos Para tocar el cielo celeste Más tendrán que sumergirse En el cálido humus y cimiento Nuestras plurales y sedientas raíces.

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Quién es mi doble Sino el reflejo de mi detención De mi muerte desplegándose Nadie es mi doble Pues nadie puede ser mi imagen En el espejo cuando ya me he ido Cuando ya no soy más allí.

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Construiste tu casa En lo alto de las soledades Y bajo el silente cielo que palpita Construiste tu casa Y te dormiste en medio De la tibieza de sus muros Pero un dĂ­a te vino a buscar Un niĂąo Y no lograste permanecer aislado Ausente del amor.

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El azul Me llama desde lejos Pero cuando lo alcanzo Ya es pardo Ya es gris Verdor dĂŠbil Que ha perdido su cielo Y se ha instalado Como lejana presencia que llama.

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ApaciĂŠntame Junto a mis hermanas y mis hermanos Sobre su vientre y tu pecho Fresco verdor de la vida ApaciĂŠntanos Envueltos en tu manto Que hemos llamado cielo sin fin.

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Cae el otoño sobre la vida Y la pintan de nostalgia De cálidas melancolías Y luego la desviste Para que el invierno Avasalle con sus dagas Que cortan la respiración Para que esta luego explote En nueva primavera.

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La nube bajó Vino a saludarnos como invitada No se anunció antes Sólo llegó de improviso Y se impuso con sus dones y demandas Nosotros quedamos callados Viendo su blancura Que lloraba de luz Y traía desde lejos sus sombras.

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Qué quieres saber de mí Tú que me miras correr Derramarme por las rocas Qué quieres saber Dime Al oído azul de la tarde Cobijada aquí en mi cuello Tú Que guardas silencio Por breves eternidades Y me haces llorar de angustias Dime Qué quieres saber de mí Tú que me ves perderme En medio de las sombras.

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No me lleves sobre ti No quiero ser tu peso Tu presiรณn Tu cansancio Quiero ir rodando Por esta tierra รกrida y dura Junto a ti Como dos ruedas Que llevan su carga.

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Los colores invaden el desierto De vez en cuando Y prรณfugos De una primavera que nunca llega Se escapan A pintar con tu luz Los senderos de la arena Y del sol sofocante.

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Me abrazaste las raĂ­ces Y yo no pude impedirlo Desde ellas me forjaste Un canto nuevo y colorido Me nutriste los pasos Me calibraste la garganta Y yo no supe bien QuiĂŠn eras en el fondo Pues te disfrazabas de polen De luz y de distancia Y no te dejabas nombrar Por ninguna palabra Pues ninguna lograba circundar Tu nombre mĂĄs bello y profundo.

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Yo tambiĂŠn soy estos brazos Que intentan abrazar el cielo Y que ilusos se alzan Queriendo contener el azul Pero no son mĂĄs que manitas Podres y sedientas Que no logran aprehenden MĂĄs que los vientos y el polvo Que deambula a ras de tierra.

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Un día nuestra casa Se llenó del arcoíris No cabía más en ella La tristeza Ni la desventura Estaba toda Habitada por el sol Que se desplegó Cámpate Con su paleta de colores Que todo lo abarcaba Y que todo lo llenó.

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El frío sabe llegar muy hondo Cuando así lo quiere No lo podemos negar El frío galopa veloz y salvaje Y entra por las grietas Por las fisuras de las almas Entra y se queda Rompe las fronteras Que querían dejarlo afuera Y grita su nombre Para que nadie olvide jamás Que somos hijos e hijas del deshielo.

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Ven Guarécete conmigo Viento del sur Escóndete aquí En mi espacio y mi tiempo Aquí donde he dejado Hojas de té Con pétalos de flores blancas Que te aliviarán de la pena Con su sencillo perfume.

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A lo lejos Me miras Y te miro A lo lejos Clamamos El uno Por el otro Y a lo lejos Nos dejamos Caer En silencio Lejanos En la dura Nostalgia Crispada.

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Como entre sueños Entre sopores Entre éxtasis nocturnos Alguien me dice Que todo es una danza Que apunta al misterio Que allí mismo Se desvela.

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Los surcos de tu vida Me vinieron a besar Y yo los acogí Como si míos hubiesen sido Así nos unimos en el dolor De nuestras historias azules y rojas Que se entrecruzaron Entonces aprendimos Que el amor no era un placer Sin márgenes ni puntos Sino un apropiarse de los surcos del otro Desde donde juntos habría que renacer.

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Quiero que mis restos Queden junto a los tuyos Quiero que no se separen Nuestros cuerpos Y que las raíces de los árboles Que pronto florecerán Se nutran por siempre De nuestro abrazo sediento.

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Crecer juntos Crecer solos Dos caras Del mismo desierto Dos dunas Del mismo paraje Crecer Aspirar soledades Y exhalar espera de mucho mรกs.

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Me prometiste dulzor Me prometiste vida Me prometiste mĂĄs dulzor Y mĂĄs multiplicada vida Y yo quedĂŠ esperando Bajo tu sombra Bajo tus colores dulces y vitales Y no llegaron sino secas semillas A mis manos pacientes y tristes Para que yo las sembrara Y cosechara a su tiempo El dulzor y la vida prometidos.

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La vida En su caos Lleva ciertos senderos Y ritmos rigurosos Que brotan de su corazรณn Que luchan tenaces Contra la disoluciรณn de la materia Contra la imperturbable tendencia A la difusiรณn de los trozos Para lanzarse Arduamente Hacia la uniรณn y la danza Y el nuevo devenir naciente Como negaciรณn del silencio Y la nada.

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Tus hojas me besaron Cuando pasé Dijiste mi nombre Como un murmullo De ramajes al viento Y yo supe Que eras tú La que me buscaba Y no podría hallarme Más que en sueños.

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El sol a veces Sale a pasear Por las alamedas Y no resiste mĂĄs Y se lanza a cobijarse En los follajes otoĂąales Se esconde con denuedo Con amor apasionado Que todo lo gasta Que todo lo seca Y deja a su huella Los restos no perennes De la vida que habitĂł.

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Deja tu huella sobre mi piel Yo seré el agua de este río Que nada logra retener Que no se apega a cosa alguna Sin embargo Tú Deja tu huella sobre mi piel Que estará dispuesta Lisa y llana Para el amor.

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Tú Llena de vida y fuerza Yo Deshojándome cada mañana Cada tarde Tú Robusto nido Alto paisaje Yo Brazos que desnudos Se extienden a un cielo Que no deja de callar.

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El otoño es más fuerte que la guerra Es más tenaz que el desierto Es más dulce que los pétalos del jazmín Es más hondo que la palabra de los antiguos Porque el otoño Sabe de guerras y de desiertos Sabe de jazmines y de antiguos Pues sobre todos a pasado Con su galope tibio y frío Y su manto de clara muerte Amable Lenta Pasajera.

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Verde Me miraste Y verde Me apartĂŠ Verde Me encontraste Y verde Me ocultĂŠ Verde Me besaste Y verde Te abracĂŠ Verde Fuimos bellos Y verde El sol se fue.

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Dicen que el infierno Es muy frío Gélido como la boca del soberbio Y como las manos del que teme Frío e infinito Sobre los ojos y los pies De los que no han entendido Que la vida y la muerte Siempre ha sido y será Un arder.

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Azul es la soledad cuando repunta Y nos deja con las manos extendidas En espera TambiĂŠn es azul En medio de la noche Cuando salpica con su savia El silencio y la muerte Que todo lo llenan Y hacen clamar Por un amor Esbelto y sublime Que demora el paso Que tambiĂŠn es azul.

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De lejos Siempre veo dibujos De rostros o caminos Siluetas o demonios Siempre veo a lo lejos Imรกgenes que saltan De lo mรกs hondo de mi pecho Que palpita Al ritmo de las estrellas.

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Nos sembraste para la compañía Para el recíproco cuidado Para unir las raíces y crecer juntos Nos sembraste para entrelazar la vida Para polinizarnos y dar compartidos frutos Nos sembraste para que unidos Alimentáramos de fresco aire Los paisajes de los que también somos parte.

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Gotas de belleza NĂ­tida y preclara Has dejado En medio de las soledades AyĂşdame calladamente A encontrarlas En el centro de cada jornada.

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Debo decirlo La muerte camina a nuestro lado Y tambiĂŠn nos deja monumentos Para que no olvidemos Que su guadaĂąa estĂĄ presta Para llevarnos al otro lado del espacio Al otro lado del misterioso tiempo.

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Las expresiones del paisaje Han venido a mi ventana Me besaron los ojos Me abrazaron las palabras Y me invitaron a cantarles A voz en alma su preludio Y yo que soy lacayo De este oficio de juglares He lanzado sobre tus manos Todas estas flores abundantes.

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