SANTIAGO GASCóN, Una familia normal. http://latormentaenunvaso.blogspot.com.es/2012/10/una-familia-normal-sa ntiago-gascon.html
Reseña de la obra La crítica destaca de Gascón el hecho de definir la literatura por el uso del humor, desde el esperpento a la tragicomedia. Escritores que demuestren su facilidad y sutileza para caricaturizar el lenguaje, y el dominio de crear historias disparatadas que reflejan los aspectos surrealistas de la realidad. El humor, como género, no goza de predicamento, pese a la tradición que también olvidó en el desván a Jardiel Poncela, a Mihura y a otros nombres que enriquecieron el teatro y la narrativa. Afortunadamente, surge un nuevo autor y un registro que favorece una mirada desdramatizada sobre la realidad. La novela se entiende como una divertida crónica autobiográfica que retrata la evolución de un matrimonio, Pepa y Darío, que intenta no perder los intereses comunes de su afecto mientras bregan con la educación de dos hijos, Fran y Guillermo, y con las crisis de sus propias vidas. Una familia de armadillos que se defiende de los conflictos derivados de la realidad adoptando el humor y la libertad como salvoconducto. Coartada que les resulta suficiente para afrontar crisis afectivas, la incapacidad para los estudios de uno de los hijos, los conflictos cotidianos, el compromiso con el equipo local de fútbol, el Zaragoza, los problemas del trasvase del Ebro, las peripecias de sus viajes culturales, sus vacíos, interrogantes e insatisfacciones. Los temas comunes de cualquier familia normal que, al igual que la protagonista de esta novela, se sienta perdida en la realidad menos glamurosa, en el laberinto de la educación, en los conflictos para conciliar familia, trabajo, ambiciones literarias, espacios de individualidad, amor e hijos. Una cartografía moderna que juega a ser un espejo de la vida del autor, en la que se entrecruzan referencias a amigos suyos como Labordeta o el gran Félix Romeo, y que Gascón utiliza como la pizarra donde trazar unas vidas desenfocadas y que a la vez rinden homenaje a la pelea que sus personajes llevan a cabo en torno a sus aspiraciones secretas y a unos sueños que nunca llegan a materializarse. Este puzzle de situaciones accidentales, imprevistas, alocadas y cotidianas, al igual que la madeja de los vínculos afectivos, que monta y desmonta Santiago Gascón entronca con la comedia surrealista de las series americanas de televisión como Los Simpson o American Dad, pero sobre todo alcanza la calidad irónica y la capacidad de auto caricaturizarse de John Fante, fielmente reflejada en su saga de Arturo Bandini. Santiago Gascón se acerca al norteamericano y destila un estilo audaz, desenfadado, cuya visión ácida, disparatada y enloquecida, provoca en los lectores una constante sonrisa ante la retranca destilada bajo la historia. Destaca igualmente el trazo de carboncilllo con el que esboza la psicología de sus personajes, la guasa con la que reviste de seriedad cualquier comedia del absurdo sin que se resienta la calidad de la prosa y la brillantez descreída del humor. Después de publicar la novela Agnus Dei y el libro de relatos
Manila, Santiago Gascón consigue colocar con esta novela un espejo en las manos de unos lectores que se reconocerán a sí mismos, que pensarán en sus familiares y en sus vecinos, y comprobarán que en estos tiempos graves y egocéntricos, el humor es el mejor antídoto para ser feliz. La normalidad y la especificidad de esta familia http://resenyasliterarias.blogspot.com.es/2012/06/una-familia-normal-de -santiago-gascon.html La primera pregunta que nos hacemos los lectores al iniciar la lectura de esta novela que mezcla lo autobiográfico con la ficción es qué entendemos hoy en día como familia normal. Lo que queda claro a lo largo de la novela, en la que intervienen los cuatro miembros de la familia - Pepa, Darío y los hijos Guille y Fran - es que la familia se ha transformado progresivamente desde las últimas décadas del siglo XX. Santiago, que ejerce su labor docente como profesor de psicopatología en el campus universitario de Teruel, nos regala unas páginas llenas de reflexiones sobre la vida en pareja, sobre la educación de los hijos, sobre el paso de los ańos -esas crisis de los cuarenta o cincuenta -, sobre la rutina de la vida cotidiana, sobre los viajes de vacaciones y sobre el rumbo cada vez más incierto de la sociedad que nos rodea. La estructura del libro está muy bien lograda, con un final abierto que deja al lector con la miel en los labios. Quiero valorar, sobre todo, el punto de vista de cada uno de los cuatro personajes, esa visión caleidoscópica de la realidad, tan distinta y, en ocasiones, tan distante. Como padre y educador, me han tocado más de cerca los problemas que plantea el autor, especialmente ese paso de los hijos desde la infancia a la adolescencia. Todo es en la novela como la vida misma. Eso sí, como dice Santiago en una entrevista, la vida supera casi siempre a la ficción. Una familia normal es una novela para releer, para embeberse de los azares de la vida cotidiana, para reírse hasta de uno mismo, para reflexionar sobre el presente y sobre el futuro. Es una novela diseñada como un traje hecho a mano para padres, educadores y, sobre todo, para adolescentes. Os dejo con un pequeńo párrafo de la obra, un botón de muestra de esta prosa sencilla y sugerente: "Papá se abrió una cerveza y dijo que éramos una familia de chiste. Yo le corregí. Somos una familia de teleserie americana barata. Papá se dejó caer en el sofá y se echó a reír. Pero aquella risa tenía algo de llanto". http://benedictoxiii.blogspot.com.es/2013/12/leer-juntos-una-familia-no rmal-de.html La novela cuenta los hechos que le suceden a una familia aparentemente normal, pero muy peculiar, como en el fondo lo son todas las familias. Los hechos son una autobiografía de una familia actual, la del autor, y suceden principalmente en los ańos siguientes al 2000 con bastantes referencias a finales de los 80s y 90s. El argumento no es como en una novela común, no hay un comienzo, un desarrollo y un final de la historia. El autor nos cuenta los acontecimientos desde el punto de vista de los cuatro protagonistas (padre, madre y dos hermanos) pero no de forma lineal. Esta forma de contar la historia hace que a veces te pierdas y haya que releer para saber qué personaje está hablando. Los personajes son bastante peculiares formando una familia cualquiera
normal, de procedencia acomodada, progresista en cuanto a valores, que hace muchos viajes culturales pero que le cuesta llegar a pagar la hipoteca. Da la sensación que el padre y la madre van cada uno por su lado. El padre quiere superarse a sí mismo, conseguir sus metas. Manifiesta continuamente su idealismo. Sin embargo Pepa, la madre, se conforma y asume el cuidado de los hijos. Aporta el equilibrio. Aunque hemos detectado que es el personaje que peor está definido en el libro. Guillermo es el hijo mayor y personaje central del libro, el primer hijo y nieto, y bastante consentido. Pasa una compleja niñez por sus problemas de adaptación al colegio por su falta de atención y motivación en las tareas escolares. Guillermo llega a desquiciar a algunos lectores por sus trastadas y forma de ser, pero por otra parte de ocurrencias geniales. El hijo pequeño es como si se dejara de lado ya que el mayor asume todo el tiempo con sus problemas. Más inseguro, busca la seguridad que le da el padre. De pequeńo se deja influir por su hermano, pero poco a poco es él el que influirá en el hermano mayor. La novela hace vernos reflejados a cualquiera de nosotros en muchas ocasiones, como una tertuliana ha apuntado Es como la vida misma. Aunque aparentemente simple, nos hace reflexionar sobre muchos temas habituales en la vida diaria de una familia normal: problemas con los hijos, la comunicación en la familia, el colegio, la enseñanza, la adolescencia, la relación familia-colegio, la inmigración, el uso de las nuevas tecnologías, la Iglesia, el racismo, las sentencias de los niños. No hay un final de la historia, la familia continua pero no deja claro si la pareja se separa. El libro es recomendable para padres y maestros reflejados en muchas problemáticas que se plantean.
que
pueden
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Puntos débiles 1. La inexistencia de una trama narrativa que permita que avance la acción y el conocimiento de la psicología de los personajes, su naturalezq y su evolución. 2. El fragmentarismo narrativo de las cuatro voces narrativas provoca desorden y confusión en el lector. 3. La trivialización de algunas situaciones cotidianas que afectan a los personajes les convierte, más que en personas como las de cualquier familia, en personajes.