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URBANISMO / NORMAS HIDROSANITARIAS PARA LA EDIFICACIÓN SUSTENTABLE / EVANGELINA HIRATA
de la Riviera Maya en Quintana Roo hacia Chetumal; en el litoral del Pacífico de Baja California, al norte de Cabo San Lucas; en la costa de Veracruz, al norte y al sur del puerto, y caminos de mejores especificaciones para todos los pueblos mágicos del país. Existe un gran número de oportunidades semejantes; el turismo es el segundo generador de divisas del país y produce una gran cantidad de empleos. Los ingresos tributarios procedentes de los desarrollos turísticos relacionados con esas carreteras permitirían recuperar las inversiones en forma indirecta en plazos relativamente cortos.
Un tercer caso sería la infraestructura del transporte de minerales en varias regiones del país, como por ejemplo para el proyecto del litio en Baja California, Sonora, San Luis Potosí y Zacatecas, y en forma similar para otros desarrollos mineros.
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El papel de la inversión privada
No parece que nuestro régimen fiscal pueda modificarse para cambiar las tendencias históricas relacionadas con la disponibilidad presupuestal para cubrir todas las necesidades y oportunidades del país. Ante esa perspectiva, resulta razonable acudir a la inversión privada en materia de infraestructura, como se ha venido haciendo en algunas carreteras concesionadas. En este tipo de proyectos, la recuperación de la inversión privada se fundamenta en las cuotas que paga el autotransporte y en los volúmenes de tránsito futuros, lo cual es un riesgo que corre por cuenta del inversionista privado. Estas concesiones se otorgan bajo la premisa social de que sólo se concesiona una carretera si los usuarios tienen la alternativa de utilizar una carretera libre de cuota que cubra esa ruta, es decir que no existe un monopolio del concesionario.
Sin embargo, en otros tipos de infraestructura para prestar servicios públicos, como es el caso del agua potable y sus servicios conexos, no existe la posibilidad de que los usuarios tengan fuente de suministro alterna, es decir que son sistemas monopólicos, con el agravante de que las tarifas son establecidas en general por los congresos de los estados y está ampliamente demostrado que los ingresos difícilmente alcanzan para cubrir los costos de operación y mantenimiento, sin que exista la posibilidad de que haya remanentes para que la inversión privada tenga una seguridad razonable de recuperar su inversión en la ampliación de las obras. Adicionalmente, las tarifas están sujetas a objetivos sociales y tal vez políticos, y con frecuencia las autoridades se manifiestan en el sentido de que las tarifas no se incrementarán, lo cual pone en una difícil situación a los responsables de la prestación de los servicios para ampliar su cobertura y calidad futuras.
Como consecuencia, los servicios de este tipo han entrado en una espiral descendente de calidad, tanto en cobertura como en continuidad, presión y calidad del propio líquido, lo que se ha prestado a los tandeos y la compra de agua a carros tanque que, además del riesgo de su calidad para el consumo humano, resultan de mayor costo para los consumidores que el que podría derivarse de una mejor tarifa. Algo similar sucede en el transporte urbano de varias ciudades, como el metro de la Ciudad de México.
Por un sistema nacional de planeación
Volviendo al tema de las posibles restricciones presupuestales futuras para la construcción de la infraestructura, los ingenieros civiles no podemos quedarnos en una actitud contemplativa. Por ello proponemos desarrollar un sistema de planeación y programación que contemple escenarios alternativos de mayor inversión, por ejemplo del doble, del triple o del cuádruple de la actual para acercarnos al 8% deseable del PIB.
Para ello será necesario analizar alternativas de financiamiento suponiendo que pudieran destinarse mayores recursos presupuestales a través de un régimen fiscal diferente del actual, obtener créditos de la banca de desarrollo internacional considerando que algunos pudieran ser total o parcialmente amortizados a través de las cuotas y tarifas de los servicios, o con inversión privada procurando que los servicios monopólicos tengan tarifas que permitan generar los recursos para asegurar la recuperación de las inversiones privadas o los créditos mencionados.
Conclusiones
Es indispensable contar con un sistema de planeación para el desarrollo de la infraestructura que nos permita programar en forma ordenada, y en función de los recursos económicos de todo tipo disponibles, las obras que nos permitan incrementar el desarrollo económico y aumentar los niveles de vida de todos los mexicanos.
Los ingenieros civiles tenemos la obligación ética de transmitirles a los poderes legislativos estatales, al Poder Legislativo federal y al Poder Ejecutivo federal nuestras opiniones, como lo establece la Ley General de Profesiones, sobre temas que, como este, son de gran importancia para el desarrollo y el bienestar de los mexicanos
u Es necesario tener un plan con un horizonte de al menos 20 años, dinámico y flexible para ajustarlo en función de la situación del país y de sus regiones, la cual puede ir cambiando. De ese plan se derivarían programas de obras sexenales elaborados con suficiente anticipación para evitar improvisaciones en la selección de las obras de infraestructura y su construcción, o el inicio de obras no prioritarias o que carezcan de estudios y proyectos bien elaborados, además de una previa y amplia consulta y aceptación social.
¿Desea opinar o cuenta con mayor información sobre este tema? Escríbanos a ic@heliosmx.org
La mitigación de las emisiones globales de gases de efecto invernadero y otros objetivos del desarrollo sustentable se han convertido en temas importantes para muchos países del mundo. Entre los diversos problemas ambientales, la conservación del agua es uno de los problemas globales más críticos y cuya importancia está aumentando con el continuo crecimiento de la población y los efectos del calentamiento global.
EVANGELINA HIRATA Directora general de Organismo Nacional de Normalización y Certificación de la Construcción y Edificación, S.C. La creciente necesidad de alcanzar un equilibrio hidrológico que asegure el abasto suficiente de agua a la población se logrará armonizando la disponibilidad natural con las extracciones del recurso mediante el uso eficiente del agua. Los futuros suministros, especialmente en regiones que sufren escasez, provendrán de la conservación, el reciclaje, la reutilización y la mejora de la eficiencia en el uso del agua, más que del desarrollo de ambiciosos proyectos.
Las nuevas tecnologías que usan menos agua son cada vez más importantes; recurrir a ellas asegurará la protección de las fuentes existentes de agua dulce, que es lo esencial para evitar la crisis del agua en el futuro.
El uso eficiente del agua en una edificación o conjunto urbano se establece desde su diseño y construcción, e incluye tanto la selección de mobiliario y accesorios como la solución de las instalaciones con el equipo y los materiales adecuados. Por ejemplo, la selección de grifos de fregadero y bañera de bajo flujo, cabezales de ducha e inodoros puede reducir en 30-40% el uso de agua dentro de una edificación (véase figura 1). En los últimos años, la calidad de los accesorios de bajo flujo ha aumentado y los nuevos productos están superando los diseños originales. Otra forma de asegurarse de obtener la máxima eficiencia de agua es adquirir electrodomésticos que garanticen un cierto grado de eficiencia de agua y ahorren energía.
Por otro lado, con el fin de implementar integralmente la conservación del agua y su tratamiento, se ha promovido la reutilización del agua de lluvia y el reciclaje de agua recuperada; estas prácticas han tenido una influencia significativa en el uso de los recursos hídricos que pueden cuantificarse a través de los diferentes sistemas de certificación de la edificación sustentable. Asimismo, se podrán hacer análisis de los beneficios no solamente del ahorro del agua, sino también de la energía y la reducción de carbono al medio ambiente (véase figura 2).
Huella hídrica
Con el fin de conocer los impactos relacionados con el agua como una base para mejorar su gestión en diferentes niveles, se han diseñado técnicas de evaluación de la huella de agua que identifica los impactos ambientales potenciales relacionados con el agua. La huella de agua es la métrica con la que se cuantifican los impactos ambientales potenciales relacionados con el agua (ISO 14044:2006).
Las normas internacionales son aquellas aprobadas por un organismo internacional de normalización que cumple con los principios y procedimientos reconocidos en los tratados internacionales de los que el Estado mexicano es parte (Ley de Infraestructura de la Calidad).
La evaluación de la huella hídrica se basa en el análisis de ciclo de vida, de acuerdo con la norma internacional ISO 14044:2006 Gestión ambiental. Análisis de ciclo de vida. Requisitos y directrices. Esta norma establece los requisitos y directrices para realizar e informar de una evaluación de huella de agua única o individual o como parte de una evaluación ambiental más integral. Sólo las emisiones de aire y los vertidos a suelo con impactos en la calidad del agua se incluyen en la evaluación.
Otra norma relevante internacionalmente es la ISO 46001:2019 Water efficiency management systems. Requirements with guidance for use. Este documento especifica los requisitos del sistema de gestión de la eficiencia del agua y contiene una guía para su uso. Con este documento, una organización puede desarrollar e implementar una política de eficiencia del agua a través del establecimiento de objetivos, metas, planes de acción, monitoreo, evaluación comparativa y programas de revisión. Éstos deben tener en cuenta cualquier requisito relacionado con el uso significativo de agua.
Un sistema de gestión de la eficiencia del agua permite que una organización logre sus compromisos