Espacio del lector
El artículo “Seguridad de la infraestructura carretera”, del Ing. Juan Manuel Mares Reyes ( IC 646) es un buen escrito que podría mejorarse.
Efectivamente, el conductor es el mayor responsable de los accidentes, pero no solamente por el exceso de velocidad, sino por problemas inherentes al propio conductor, como el cansancio o la ingesta de drogas o alcohol; por lo que corresponde al vehículo, falta de verificación físico-mecánica en las carreteras. Cuenta también el estado que guarda la vía terrestre y las condiciones del tiempo. También es importante contar con la información sobre tránsito y meteorología empleando los equipos electrónicos que ya están instalados en las carreteras.
Algunos aspectos que no se tratan son los relativos a la coordinación SICT/SSC/ Guardia Nacional para cumplir con la Ley de Caminos y para evitar los robos y asaltos.
Conviene observar que la legislación se refiere a carreteras federales, y que se sigue haciendo caso omiso de las carreteras estatales; asimismo, dedicar un párrafo a la necesidad de considerar nuevas normas a los vehículos eléctricos que, con nuevos pesos y dimensiones, circularán en poco tiempo en todo tipo de vialidades.
Sería un honor colaborar con el Ing. Mares Reyes en la formulación de un nuevo artículo que pudiera difundirse entre los interesados del CICM y externos.
Ing. José Humberto Aguilar Alcérreca
sumario
Número 649, febrero de 2024
10
14
20
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28
34
40
Órgano oficial del Colegio de Ingenieros Civiles de México, A.C.
Dirección General
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Consejo Editorial del CICM Presidente
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IC Ingeniería Civil, año LXXIV, número 649, febrero de 2024, es una publicación mensual editada por el Colegio de Ingenieros Civiles de México, A.C. Camino a Santa Teresa número 187, colonia Parques del Pedregal, alcaldía Tlalpan, C.P. 14010, Ciudad de México. Tel. 5606-2323, www.cicm.org.mx, helios@heliosmx.org
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Mensaje del presidente
Beneficios del mantenimiento de infraestructura
El mantenimiento de la infraestructura es de suma importancia por varias razones. En primer lugar, un mantenimiento adecuado garantiza que las instalaciones y estructuras sigan siendo seguras y funcionales para su propósito previsto. Además, el mantenimiento regular puede ayudar a prevenir fallas inesperadas que podrían resultar costosas en términos de reparaciones y tiempo de inactividad. También puede contribuir a prolongar la vida útil de la infraestructura, lo que a su vez puede ahorrar dinero a largo plazo. En resumen, el mantenimiento de la infraestructura es esencial para garantizar la seguridad, la eficiencia y la durabilidad de las instalaciones y estructuras.
La infraestructura se mantiene a través de la ejecución de planes de mantenimiento que describen los trabajos que se realizarán a nivel preventivo y correctivo. El mantenimiento preventivo se realiza de forma periódica con el fin de evitar fallas en la infraestructura; el mantenimiento correctivo, al identificarse una falla.
El plan de mantenimiento debe identificar toda la infraestructura y definir un programa de tareas respondiendo a cada elemento. El plan inicia con un diagnóstico de las condiciones y necesidades de la infraestructura con el objetivo de determinar las prioridades y frecuencia de las tareas.
Es importante que las tareas de conservación y mantenimiento de infraestructura, tales como reemplazos, adaptaciones, restauraciones, inspecciones y evaluaciones, sean efectuadas por técnicos especializados.
La inspección siempre debe cuantificarse y debe determinarse el costo para contemplar un presupuesto de acción y las acciones necesarias para realizar este mantenimiento. Por lo tanto, la conservación y mantenimiento de infraestructura deberá identificarse plenamente por cualquier medio registrable en el que quede constancia de que se ha verificado su cumplimiento.
XXXIX CONSEJO DIRECTIVO
Presidente
Jorge Serra Moreno
Vicepresidentes
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Felipe Ignacio Arreguín Cortés
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Walter Iván Paniagua Zavala
Luis Francisco Robledo Cabello
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Primer secretario propietario
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Primera secretaria suplente
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Segundo secretario propietario
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Segunda secretaria suplente
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Tesorero
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Subtesorero
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Juan Carlos García Salas
Celina González Jiménez
Mauricio Jessurun Solomou
Reyes Juárez del Ángel
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Juan José Orozco y Orozco
Juan Carlos Santos Fernández
Óscar Solís Yépez
Jorge Serra Moreno Presidente del XXXIX Consejo DirectivoGuadalupe Monserrat Vázquez Gámez
Jesús Felipe Verdugo López
José Santiago Villanueva Martínez
www.cicm.org.mx
MIGUEL A.
JAIMES TÉLLEZ
Ingeniero civil con doctorado.
Investigador del Instituto de Ingeniería de la UNAM (II UNAM).
ADRIÁN
POZOS ESTRADA
Ingeniero civil con doctorado. Investigador del II UNAM.
CHRISTIAN APPENDINI
Licenciado en Oceanología con doctorado en Ingeniería Civil. Investigador del II UNAM en la sede Sisal, Yucatán.
ÓSCAR ARTURO
FUENTES MARILES
Ingeniero civil con doctorado. Investigador del II UNAM. Investigador titular del Centro Nacional de Prevención de Desastres.
Lecciones de un fenómeno natural devastador
El propósito de este artículo es presentar las lecciones clave aprendidas a raíz del huracán Otis, con enfoque en las características del evento ciclónico a lo largo de su paso por las costas de Guerrero y su impacto en la ciudad de Acapulco. Además, se enumeran recomendaciones para la actualización de la norma de viento, especialmente en respuesta a las elevadas velocidades del viento registradas durante el paso de Otis. Se discuten también los lineamientos propuestos por el gobierno del estado en diciembre de 2023 para la construcción y reconstrucción integral de la franja costera del estado de Guerrero.
Palabras clave: huracán Otis, costa de Guerrero, intensificación rápida, normativa de viento.
México es un país frecuentemente impactado por diversos fenómenos hidrometeorológicos, como los ciclones tropicales, los cuales han causado afectaciones importantes en las zonas costeras desde hace décadas. En los últimos años, estos daños han tenido un impacto más pronunciado, principalmente debido al creciente grado de exposición de las poblaciones a diversos fenómenos naturales como sismos, huracanes e inundaciones. Esto se debe a la imperante necesidad de acceder a vivienda y recursos básicos por parte de la población y a la ausencia u omisión de los reglamentos y normas de construcción. En este contexto, el huracán Otis, ocu-
rrido en 2023, ha dejado una huella significativa en las costas de Guerrero, al haber impactado especialmente la ciudad de Acapulco. El propósito de este artículo es analizar las enseñanzas clave a raíz de este fenómeno natural devastador.
Registros del paso de Otis en estaciones meteorológicas
El huracán Otis se formó como una depresión tropical en el océano Pacífico, al sur de las costas de Oaxaca, el 22 de octubre de 2023. Tres días después, el miércoles 25 de octubre, a las 00:25 h (UTC-6), Otis tocó tierra como
2.
a b c
(b), y
(c)
en las estaciones API de Acapulco del Servicio Mareográfico Nacional de la UNAM, Acapulco La Roqueta de la Secretaría de Marina y El Veladero del Servicio Meteorológico Nacional durante los días del 24, 25 y 26 de octubre de 2023.
huracán de categoría 5, la clasificación más alta en la escala Saffir-Simpson, con vientos máximos sostenidos de 270 km/h, ráfagas de 330 km/h y desplazamiento hacia el nor-noroeste a 15 km/h. En la figura 1 se muestra la trayectoria del huracán Otis (NHC, 2023).
En la figura 2 se presenta la ubicación de tres estaciones meteorológicas: 1) Acapulco API, 2) La Roqueta y 3) El Veladero. Según el informe del Servicio Mareográfico Nacional de la UNAM (IG, 2023), en la estación Acapulco API se registraron ráfagas cercanas a los 330 km/h el día 25 de octubre de 2023, día en que Otis impactó en Acapulco, y una presión barométrica de alrededor de 963.5 mbar (figura 2a). El mismo 25 de octubre, en la estación La Roqueta (figura 2b) se registraron ráfagas máximas de 214.9 km/h, velocidades sostenidas de 175.27 km/h y una presión barométrica cercana a los 946 mbar. Los registros de temperatura indican fluctuaciones entre 24 y 34 °C, con una humedad relativa superior al 50%, alcanzando la saturación del equipo después del 25 de octubre. En la estación El Veladero (figura 2c), ubicada unos 3.5 km tierra adentro de la costa de Acapulco, se registró el 25 de octubre una velocidad de ráfaga máxima de 176 km/h, una velocidad sostenida de 137.48 km/h y una presión barométrica cercana a los 940 mbar. La temperatura registrada osciló entre 22 y 30 °C, y una humedad relativa superior al 70%; la saturación del equipo se observó los días 24 y 25 de octubre.
Según el Servicio Mareográfico Nacional del Instituto de Geofísica de la UNAM, en la estación Acapulco-API se observó un aumento del nivel del mar de 30 cm con respecto al pronóstico de marea astronómica (IG, 2023). La marea de tormenta se presentó durante marea baja (astronómica), lo cual mitigó los daños por inundación en la costa.
Intensificación rápida de Otis
Otis evolucionó de tormenta tropical a huracán categoría 5 en menos de 12 horas. Resulta notable destacar que los modelos de predicción de la trayectoria de Otis fueron muy precisos; no obstante, los pronósticos de la intensidad del viento variaron, indicando que Otis podía tocar tierra como tormenta tropical según algunos y como huracán categoría 1 según otros. Este desajuste señala una limitación en los modelos de predicción de la intensidad, ya que la intensificación rápida (IR) de Otis no fue anticipada por los modelos. La IR se define como un aumento de al menos 30 nudos (55 km/h) de los vientos máximos sostenidos de un ciclón tropical en un lapso de 24 h (NHC, 2024), y esto es precisamente lo que ocurrió con Otis. La problemática de los modelos para prever la intensidad, especialmente la IR, no es nueva, y un caso similar se presentó con el huracán Patricia en 2015, cuando los pronósticos indicaban una intensidad inferior (huracán categoría 2) a la real, pues se convirtió en un huracán categoría 5.
Una comparación entre tres huracanes que experimentaron IR y afectaron la costa del Pacífico mexicano (Paulina en 1997, Patricia en 2015 y Otis en 2023) revela que el huracán Paulina experimentó una IR mucho antes de tocar tierra (figura 3). En el caso de Patricia, este huracán registró una IR sorprendente que estableció un récord en el Pacífico oriental (Appendini, 2023); no obstante, la IR ocurrió varias horas antes de llegar a tierra, y a pesar de llegar como categoría 4 ya había sufrido “desintensificación” y entró en una zona despoblada. Por su parte, el huracán Otis experimentó una IR acelerada justo antes de tocar tierra como un huracán categoría 5. La IR de Otis no permitió que la población se preparara para un evento de esta categoría, ya que solo 24 horas antes se esperaba que entrara
e intensificación rápida (abajo) de los huracanes Paulina (1997), Patricia (2015) y Otis (2023), a partir de su formación (paso de tiempo 0), indicando con la flecha vertical el momento de entrada a tierra.
a tierra como huracán de baja categoría. Con el cambio climático se espera que los eventos con IR sean más frecuentes, por lo que se está discutiendo la elaboración de protocolos de respuesta rápida ante eventos con estas características (Appendini, 2024).
Normativa de viento
Las ráfagas de viento generadas por el huracán Otis superaron los 300 km/h, una velocidad de viento notablemente superior a la establecida en el Reglamento de Construcciones para el Municipio de Acapulco de Juárez, Guerrero (Ayuntamiento Constitucional Acapulco de Juárez, 1999), el cual indica que las construcciones del grupo B (incluyendo viviendas, oficinas, locales comerciales, hoteles y construcciones comerciales e industriales) en la zona entre la costa y el parteaguas de la Sierra Madre del Sur serán diseñadas con una velocidad de viento de 150 km/h. El Manual de Diseño de Obras Civiles para Diseño por Viento (MOC-VD-2020)
de la Comisión Federal de Electricidad indica que las velocidades regionales de ráfaga de 3 segundos a 10 metros de altura para una categoría de terreno tipo 2 para la ciudad de Acapulco, con periodos de retorno de 10, 50 y 200 años, son 112, 140.7 y 163.4 km/h, respectivamente. De manera similar a la velocidad indicada en el reglamento local de construcciones de Acapulco, las velocidades establecidas en el MOC-DV-2020 fueron significativamente superadas por las generadas durante el paso del huracán Otis.
Como resultado del impacto del huracán Otis en Acapulco el 13 de diciembre de 2023, el gobierno del estado de Guerrero presentó el “Decreto por el que se expiden los lineamientos para la construcción y reconstrucción integral de la franja costera del estado de Guerrero”. Este documento consta de 15 artículos y cuatro disposiciones transitorias. A continuación se lleva a cabo una breve discusión sobre algunos de los artículos contenidos en el decreto, con el propósito de identificar áreas de oportunidad para su mejora.
El artículo 1 del documento hace mención de la franja costera del estado de Guerrero, aunque no especifica las áreas comprendidas en esta zona. En el mismo artículo, en el numeral VII, se establece la necesidad de regular los elementos, materiales y procesos constructivos para asegurar una construcción o reconstrucción que aborde de una manera más segura los desafíos presentados por fenómenos naturales perturbadores. En relación con este punto, es relevante señalar que esta regulación ya es abordada por los reglamentos de construcciones (como el Reglamento de Acapulco de 1999), por lo que sería pertinente reflexionar sobre la efectividad y el cumplimiento de los reglamentos de construcciones existentes.
El artículo 3, numeral I, establece que, para efectos de los lineamientos, se considerarán elementos especiales, accesorios y complementarios aquellos que no están estructuralmente unidos o que no forman parte del diseño estructural resistente de la edificación. Sin embargo, la redacción de este numeral podría llevar a la interpretación de que los sistemas de fijación para estos elementos no necesitan ser diseñados. Es fundamental señalar que los reglamentos de diseño y construcción especifican claramente que los sistemas de fijación para estos elementos, ya sean contenidos o elementos no estructurales, deben ser diseñados para resistir fuerzas por viento, sismo u otras.
El artículo 5 emerge como uno de los más destacados, al establecer que los materiales y procesos utilizados en la construcción o reconstrucción de infraestructura como ventanas, vidrios, canceles y fachadas integrales deben ser resistentes a fenómenos perturbadores, de acuerdo con las normas ya existentes. Además, proporciona valores de velocidad de diseño por viento en un intervalo de 200 a 300 km/h, dependiendo de la importancia y normativa aplicable. Es notable la inclusión específica de elementos como ventanas, vidrios, canceles y fachadas integrales, ya que se ha observado
Lecciones de un fenómeno natural devastador
una falta de diseño formal para estos componentes. Esto adquiere especial relevancia, ya que el diseño adecuado de estos elementos es esencial para resistir efectos de fenómenos perturbadores.
El artículo 6 establece que la resistencia estructural de la cancelería de aluminio debe ser reforzada con elementos de seguridad y sistemas de protección diseñados y certificados específicamente para resistir la fuerza de huracanes y vientos fuertes. La instalación de estos elementos debe ser realizada por personal calificado. Es importante señalar que, en México, la certificación de productos, elementos y sistemas estructurales debe llevarse a cabo en instituciones nacionales.
En el artículo 7 se detalla que el uso de paneles ligeros, tablas de yeso y tabla de cemento en las fachadas de construcciones y reconstrucciones debe cumplir con un procedimiento de conectores reforzados y ser complementado con elementos estructurales que garanticen la seguridad y estabilidad estructural, según lo estipulado en la normativa de construcción aplicable. Es relevante destacar que la mayoría de los requisitos mencionados en los artículos, incluido el artículo 7, se puede cumplir siguiendo adecuadamente la reglamentación existente.
El artículo 8 resalta la importancia de construir baños con muros y techumbres reforzados estructuralmente, capaces de resistir condiciones adversas como sismos y huracanes que pongan en riesgo la integridad física de los ocupantes. Estos espacios se consideran refugios temporales de primer acceso en caso de emergencia. Esta recomendación ha sido enfatizada en diversos cursos, charlas y conferencias presentados por el personal del Centro Nacional de Prevención de Desastres y otros expertos en el tema.
De manera similar al artículo 8, el artículo 9 enfatiza que hoteles, edificios de departamentos, hospitales públicos, centros comerciales y lugares de concentración masiva de personas deben disponer de zonas de refugio temporal. Ambos artículos subrayan la importancia de contar con estructuras reforzadas en áreas críticas para la seguridad en situaciones de emergencia.
El artículo 12 se destaca como uno de los más relevantes debido a los daños frecuentes observados en Acapulco. Este artículo establece que las cubiertas en azoteas o terrazas de inmuebles ubicados en la franja costera del estado de Guerrero deben ser diseñadas y calculadas estructuralmente para formar una unidad segura y estable con la edificación principal. Los elementos especiales, accesorios y complementarios, como láminas de metal o zinc, destinados a la construcción o revestimiento de estas estructuras, deben cumplir con las disposiciones establecidas en este artículo, independientemente de la ubicación geográfica del inmueble.
Conclusiones y comentarios finales
El impacto del huracán Otis en las costas de Guerrero ha sido el más intenso registrado al tocar tierra en el Pacífico mexicano. Nunca antes había ingresado un
huracán de categoría 5 con las velocidades de viento registradas durante este evento. Las consecuencias fueron significativas para la sociedad, pues afectó un centro poblacional de alta densidad, como lo es la ciudad de Acapulco, Guerrero. El impacto económico directo del evento se ha estimado en 16,000 millones de dólares, según el Consejo Coordinador Empresarial.
Se destaca la (recurrente) rápida intensificación de este tipo de fenómenos en el océano Pacífico, evidenciada por casos previos como el huracán Patricia en 2015. Esta observación subraya la necesidad de elaborar protocolos de respuesta rápida ante estos eventos y de mejorar la capacidad de los modelos de predicción para anticipar fenómenos de rápida intensificación, factor crítico en la preparación y respuesta ante eventos extremos.
El Reglamento de Construcciones de Acapulco, al igual que el MOC-VD-2020, establecen velocidades de viento que fueron ampliamente superadas durante el huracán Otis. Esta discrepancia destaca la necesidad imperante de revisar y actualizar la normativa para reflejar de manera más precisa las condiciones extremas experimentadas durante eventos climáticos como Otis.
Ni el Reglamento de Construcción de Guerrero ni el de Acapulco incorporan normas técnicas complementarias (NTC), a pesar de hacer referencia a ellas. Destaca la necesidad de revisar y actualizar la normativa basándose en las lecciones aprendidas luego del huracán Otis, así como de fortalecer los mecanismos para la aplicación efectiva de estas normas, incluyendo no solo su creación sino también su implementación y cumplimiento en la construcción y reconstrucción de zonas costeras del país
Participaron en la elaboración de este artículo Luis Enrique Baltazar-Mora, Alexandra Ossa López, Fernando Peña Mondragón, Marcos Chávez Cano, Héctor Guerrero Bobadilla, Eduardo Botero Jaramillo, Leonardo Alcántara Nolasco, Eduardo Reinoso, Baruo Daniel Aldama Sánchez, María Neftalí Rojas Valencia y Angélica Lozano Cuevas. Se agradece al equipo de trabajo del Servicio Mareográfico Nacional (mareografico.unam.mx) por proporcionar algunos datos empleados en este artículo.
Referencias
Appendini, C. (2024). Developing rapid response protocols for rapidly intensifying tropical cyclones. Bulletin of the American Meteorological Society
Appendini, C. (2023). Huracán Otis: Análisis de sus efectos. www.youtube.com/live/OKWdcn39IQc?si=FzNTc7g9Abq24i_3.
Ayuntamiento Constitucional de Acapulco de Juárez (1999). Reglamento de Construcciones para el Municipio de Acapulco de Juárez, Guerrero.
Gobierno del Estado de Guerrero (2023). Decreto por el que se expiden los lineamientos para la construcción y reconstrucción integral de la franja costera del estado de Guerrero.
Instituto de Geofísica, IG (2023). Reporte preliminar: registro en las estaciones del Servicio Mareográfico Nacional de la marea de tormenta producida por el huracán Otis del 23 al 25 de octubre de 2023. Servicio Mareográfico Nacional. Universidad Nacional Autónoma de México.
National Hurricane Center, NHC (2024). www.nhc.noaa.gov/archive. Último acceso: 3-enero-2024.
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Gestión de los residuos sólidos generados en Acapulco por el paso del huracán Otis
Uno de los servicios que se ve severamente impactado cuando se presenta un desastre es el manejo de los residuos, ya que se convierte en un elemento fundamental para que la población afectada no quede expuesta a una serie de impactos ambientales que pueden deteriorar su salud de manera drástica, e incluso provocar pérdida de vidas humanas cuando no se obra correctamente buscando privilegiar el genuino interés público.
Palabras clave: residuos, desastre, huracán, servicios, salud, disposición final.
GÓMEZ
JORGE SÁNCHEZIngeniero civil con maestría en Ingeniería Sanitaria. Socio fundador y ex presidente de la Asociación Mexicana para el Control de los Residuos Sólidos y Peligrosos.
El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) clasificó inicialmente al huracán Otis como de categoría 2 y pronosticaba rachas de viento de 120 a 150 km/h, oleajes de 5 a 7 metros de altura en las costas de Guerrero y Oaxaca, así como marea de tormenta en las zonas costeras desde Acapulco de Juárez hasta Cuajinicuilapa.
Otis tocó tierra el 25 de octubre del 2023, 50 km al sur-sureste de San Miguel Totolapan y 100 km al nornoroeste de Acapulco, con un desplazamiento en esta misma dirección hacia los estados de Michoacán y México. Apareció antes de lo esperado ya como categoría 5 entre las 4:00 y las 6:00 a. m. (hora local). Debido al poder de sus vientos, de hasta 270 km/h, provocó gravísimos daños materiales, además de afectar la estructura socio-motivacional de la población del puerto de Acapulco, que es la capacidad emocional de conectarse y organizarse entre sí para volver a la normalidad sin grandes consecuencias.
Para la Organización Panamericana de la Salud se trató de un desastre de grandes dimensiones, por ser un fenómeno natural que ocurrió en un espacio y tiempo limitado, y por haber causado trastornos en los patrones de la vida diaria y ocasionado pérdidas humanas y materiales, así como daños ambientales que demandan pronta atención para minimizar los riesgos a la salud de la población, de por sí bastante afectada.
Repercusiones en los servicios de aseo urbano
El impacto de este tipo de fenómenos sobre los servicios de saneamiento es, por lo general, bastante grave, por
Camellones donde se depositaron residuos que habían quedado en las avenidas para hacerlas transitables.
los daños que sufre su infraestructura y equipamiento. Uno de los servicios que se ve severamente impactado cuando se presenta un desastre es sin duda el manejo de los residuos, ya que se convierte en un elemento
Eventualidades
Efectos
Escombros provenientes de edificaciones dañadas. Estos desechos atraen más residuos, puesto que la percepción de la población es que en los sitios donde se encuentran acumulados se puede depositar cualquier tipo de material.
Proliferación de tiraderos sobre las vialidades y baldíos.
Heterogeneidad de los residuos.
Vertido de residuos hospitalarios peligrosos (biológico-infecciosos) y medicamentos caducos.
Acopio de residuos valorizables en lugares abiertos.
Riesgos potenciales para la salud de la población, por la fauna nociva que se genera en estos sitios y por la exposición a residuos de carácter peligroso y los accidentes que pueden provocar entre los transeúntes. Afectación de la movilidad urbana y daños a los servicios públicos. Escurrimientos de miasmas y líquidos corrosivos. Riesgos de que se presenten incendios y colapso de lo acopiado.
Deberá utilizarse equipo especializado para su manejo, como sierras portátiles, trituradores de amplio espectro, equipos de fumigación, hidrolavadoras, etc.
Proliferación de agentes patógenos en el ambiente, con el consecuente riesgo para los transeúntes y la población asentada en la vecindad inmediata.
Se promoverá la pepena urbana, lo cual implica un riesgo para quienes la practiquen, amén de que esta práctica provocará que los residuos sean diseminados sobre las aceras y vialidades.
fundamental para que la población afectada no quede expuesta a una serie de impactos ambientales que pueden deteriorar su salud de manera drástica, e incluso provocar pérdida de vidas humanas cuando no se obra correctamente buscando privilegiar el genuino interés público.
Entre las principales afectaciones a los servicios de aseo urbano se puede citar la alteración del sistema de recolección, por el bloqueo de las vialidades debido a los escombros y residuos producto del desastre, e incluso por los propios albergues que se habilitan de manera provisional para atender y resguardar a la población afectada. A lo anterior hay que agregar que el parque vehicular de recolección estará en situación crítica al utilizarse las unidades motrices en otras actividades prioritarias por la emergencia, como el reparto de provisiones y medicamentos.
Asimismo, los sitios normalmente utilizados para el confinamiento de los residuos pueden verse obstruidos por los daños sufridos durante el siniestro o por el bloqueo de las vialidades de acceso a ellos, además de que pueden verse colmados por la gran cantidad de residuos que requieren ser confinados.
La alteración en la dinámica y cotidianidad de los servicios de aseo urbano, sobre todo de la recolección de basura con la regularidad requerida, daña la salud y el bienestar de la población, al verse expuesta a agentes biológicos patógenos, fauna nociva, sustancias peligrosas y desechos que al degradarse producen miasmas y olores sumamente desagradables. Asimismo, cuando los integrantes de un grupo social perciben que los residuos generados invaden su vecindad inmediata, sufren quizá la principal afectación a su estabilidad emocional, incluso mayor que la padecida por carencia de víveres y medicamentos, ya que el suministro de estos insumos tiende a regularizarse en poco tiempo gracias a la solidaridad y al apoyo de las organizaciones civiles que complementan el servicio que obligadamente debe brindar el Estado, mientras que la regularización de los
Residuos acumulados en avenidas.
servicios de aseo urbano –que están conformados por una serie de segmentos con distintas características y funciones– demandará tiempo, reposición del equipamiento dañado, rehabilitación de las instalaciones, restablecimiento de la cotidianidad laboral y creación de infraestructura que sustituya a la inhabilitada por la emergencia.
Efectos de mayor consideración por el mal manejo de los residuos El control y manejo adecuado (durante y después de la emergencia) de los residuos producto del desastre
Gestión de los residuos sólidos generados en Acapulco por el paso del huracán Otis
acumulados sobre las vialidades puede presentar una serie de inconvenientes (tabla 1).
Numeralia de los residuos y sus impactos
Se estima que la cantidad de residuos que se generaron por el impacto del huracán Otis en el puerto de Acapulco rebasa los 2 millones de toneladas, equivalentes a 2.2 millones de metros cúbicos. Aunque predominan los residuos sólidos urbanos, se calcula una cantidad importante de residuos de manejo especial y también, aunque en menor medida, residuos peligrosos.
Esta cantidad de residuos equivale a llenar casi 2.5 veces el Estadio Azteca, considerando que la capacidad de este es del orden de los 900,000 m3, tomando como dimensiones de referencia 150 m de largo por 120 m de ancho (incluyendo la cancha de futbol y las áreas de servicios), y que su altura desde la cancha hasta las últimas gradas es de 50 metros.
El tipo de desechos que debieron retirarse de vialidades, instalaciones y edificaciones son, entre otros: pedacería de vidrio, residuos de concreto y asfalto, varillas, madera, material térreo; mobiliario inservible; desechos de poda, ramas, arbustos y árboles; unidades motrices inservibles (automóviles, autobuses y motos) y embarcaciones dañadas; envases, empaques y embalajes de diferentes tipos; alimentos no aptos para el consumo humano; medicinas y fármacos caducos; materiales utilizados en tareas de rescate; solventes, pinturas, así como desechos provenientes de la atención médica (algodones, gasas, desinfectantes, guantes, sábanas, batas, almohadas).
Dos millones de toneladas de residuos representan más de 180,000 viajes de vehículos de volteo de 14 m3 de capacidad. Lo ideal habría sido que en tres meses se hubiera retirado dicha cantidad de residuos para recuperar la movilidad y el tránsito en los espacios públicos y las vialidades. Para ello se tendría que haber habilitado un parque vehicular compuesto por 200 unidades que pudiesen realizar, cada uno de ellas, 10 viajes por jornada de trabajo: un escenario sin duda muy ambicioso. Buenas prácticas para el control de los residuos generados durante y después de un desastre La gestión de los residuos generados por el impacto de fenómenos como el huracán Otis sobre el puerto de Acapulco demanda una serie de tareas que deben ser planificadas y convenientemente instrumentadas, anteponiendo la salud y bienestar de la población como elemento central. A continuación se describen las sugerencias y prácticas fundamentales para una gestión integral de los residuos eficiente y responsable. En primer lugar, es necesario establecer la organización y logística idóneas, que incluyan los aspectos que se enumeran en seguida:
• Identificación de recursos disponibles. Como primer paso se deben identificar las organizaciones de carácter civil, así como las instituciones y agrupaciones públicas y privadas que pueden brindar apoyo para el restablecimiento de la vida normal de una localidad afectada por un siniestro, así como los recursos humanos disponibles, vías de comunicación, equipos y maquinaria pesada en condiciones de uso.
• Inventario de residuos. Se cuantifican los distintos tipos de materiales que deben ser retirados y eliminados o confinados de manera segura, clasificándolos en residuos urbanos, de manejo especial, peligrosos, biológico-infecciosos y medicamentos caducos. Se define su ubicación, cantidad, tipo, características y requerimientos para su manejo. Se formula un padrón de contactos que puedan realizar la recolección de los residuos para coordinar las tareas requeridas.
• Formulación de un mapa de riesgos. Es fundamental crear un sistema de información geográfica, como herramienta cartográfica de riesgos, que incluya las zonas afectadas, los riesgos implícitos, las fichas técnicas y cantidades de los residuos a manejar indicando las condiciones en que se encuentran y el equipo necesario para su manejo.
• Disponibilidad de instalaciones. Se realiza la evaluación física de las condiciones de la infraestructura disponible para el manejo de los residuos, así como la ubicación de la infraestructura hospitalaria y de ayuda social. Se determina la vulnerabilidad de las zonas afectadas; la red vial en condiciones de uso; los requerimientos de movilidad, seguridad, alimentación, manutención y resguardo del personal de apoyo y, finalmente, la duración de las diferentes tareas por ejecutar y la entidad o agrupación responsable.
• Coordinación de los trabajos. Es necesario definir al mando general de control, que es responsable de coordinar la participación interinstitucional y asignar las tareas de las que serán responsables, los recursos que se utilizarán y los equipos requeridos.
• Comunicación social. Es imprescindible crear un sistema de comunicación con la población afectada, que incluya los enlaces a que haya lugar con las diferentes instituciones participantes y los mecanismos de retroalimentación con la comunidad.
Infraestructura estratégica para la valorización y confinamiento sustentable de los residuos
Es imprescindible señalar que la atención correcta de un desastre brinda la oportunidad de mejorar el sistema de gestión de los residuos respecto a la situación previa al evento, en cuanto a la mejora, modernización y sustentabilidad del servicio.
Es por ello que, aprovechando la emergencia, deben identificarse sitios alternos para su utilización inmediata, una vez que se haya regularizado la emergencia, como rellenos sanitarios que sustituyan a los vertederos existentes, sobre todo cuando se trata de tiraderos a cielo abierto.
Para el caso que nos ocupa, es necesario considerar que se requerirá un sitio que cuente con una superficie
de al menos 30 ha, para que tenga una vida útil mínima de 20 años recibiendo la cantidad de residuos que diariamente se generan en el puerto de Acapulco (más de 800 t), así como los 2 millones de toneladas que dejó a su paso el huracán Otis.
Considerando que por cada hectárea se pueden confinar alrededor de 150,000 t de residuos, siempre que se pueda alcanzar una altura de 20 m en la celda, se requerirán al menos 10 ha para confinar 1,500,000 t de residuos, tomando en cuenta que 500,000 se pueden valorizar mediante el reciclaje y la cogeneración en hornos cementeros, es decir, solo el 75% de la cantidad de residuos generados por el siniestro se confinarían en un relleno sanitario. Las otras 20 ha se destinarían para disponer los residuos que diariamente generará el puerto de Acapulco durante los siguientes 15 años, asumiendo que en ese lapso se requerirá una superficie tal que permita dar cabida a 3 millones de toneladas de residuos.
Por lo anterior, se debieron haber creado al menos cinco sitios de transbordo, para que cada uno de ellos pudiera recibir 400 viajes diarios durante los tres meses mencionados (equivalentes a 5,600 m 3), cantidad razonable para poder ser manejada con cuatro tractores de orugas tipo D8 en cada sitio, los cuales se utilizarán
Gestión de los residuos sólidos generados en Acapulco por el paso del huracán Otispara realizar el acamellonamiento de los desechos, con el fin de evitar que estos ocupen una superficie excesiva.
Se estima que se requiere en cada sitio de transbordo una superficie aproximada de 10 ha, considerando que el acamellonamiento se realizará de tal forma que se logrará una altura promedio de 5 metros.
Durante los tres meses en que se deberían haber retirado los residuos, se podría, a marchas forzadas, crear el nuevo relleno sanitario, al menos para desarrollar su primera fase (5 ha). Desde el depósito del primer viaje de residuos en cada uno de los sitios de transbordo, se requería poner en marcha un programa enfocado en la recuperación de subproductos reciclables y con valor calórico para su utilización en hornos cementeros, con el fin de evitar el confinamiento de materiales que pueden tener un uso sustentable.
Al respecto, se sabe que se está construyendo en el actual sitio de disposición final de residuos del puerto de Acapulco denominado Paso de Texca una celda de 4.61 ha con una capacidad de diseño de 550,000 m3, que se estima tendrá una duración de 17 meses recibiendo diariamente 800 t de residuos. Además de esta obra, se requiere crear un plan rector a largo plazo que considere la infraestructura, el equipamiento y las inversiones necesarias para modernizar la gestión de los residuos en tan importante destino turístico, y que además incluya las previsiones para atender las contingencias de siniestros como el reciente huracán Otis.
Recomendaciones complementarias
Durante la etapa de reconstrucción de la infraestructura en general, se recomienda utilizar el escombro como insumo en las diferentes obras por realizarse, con el fin de que no sea enviado a disposición final un subproducto que puede ser utilizado como agregado de mezclas asfálticas y en la reposición de guarniciones, banquetas, pisos y muros de concreto.
Tanto los lugares donde se hayan almacenado los residuos antes o después del desastre como los sitios que se hayan destinado para su acopio deben ser regados con lechada de cal en proporción de un bulto de 25 kg por cada metro cúbico, para lograr una cobertura de 10 a 15 g por metro cuadrado.
Durante la etapa de emergencia es necesario habilitar un cuerpo emergente de vehículos con carrocería tipo volteo, ya que por su versatilidad pueden ser utilizados en múltiples actividades.
El trasiego de los residuos, particularmente durante la fase de recuperación del desastre, debe evitar el tránsito por áreas de alto riesgo, inseguras, proclives a que se presenten asentamientos, deslizamientos o colapso de edificaciones, líneas de transmisión eléctrica, ductos subterráneos o cavernas subterráneas.
Conclusiones
Por los efectos del cambio climático, es de esperarse que se presenten con más frecuencia eventos meteorológicos extremos como el reciente huracán Otis, que tantos daños causó en el puerto de Acapulco. Por ello será necesario que los asentamientos humanos en general, y particularmente los que se encuentran a lo largo de nuestros litorales y en zonas de alta vulnerabilidad geológica, hidrológica y sísmica, cuenten con programas de protección civil para el control y gestión eficiente de las contingencias que puedan suscitarse, además de personal capacitado y con el debido adiestramiento, así como infraestructura y equipamiento para un manejo racional, oportuno y seguro de los diferentes tipos de residuos que se generan en los desastres, ya que representan la principal afectación a la salud pública y al bienestar de cualquier población
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GARCÍA
Abogado especializado en Derecho de la Construcción Internacional. Entrenador y Dispute Board certificado por la FIDIC. Árbitro internacional en contratos de construcción. Fellow de la American College of Construction Lawyers y de la International Academy of Construction Lawyers.
Los contratos FIDIC
Una oportunidad para empresas de ingeniería y construcción
Los contratos FIDIC están diseñados para proporcionar una base equilibrada a todas las partes interesadas y cubren todos los aspectos clave que deben definirse y acordarse antes de comenzar un proyecto de construcción. Incluyen una descripción detallada de aspectos como las funciones, las condiciones laborales, los retrasos causados por las autoridades y el procedimiento de acuerdo y resolución de conflicto, entre otros.
Los contratos desarrollados por la Federación Internacional de Ingenieros Consultores (FIDIC) son un conjunto estandarizado de documentos legales que han sido utilizados en proyectos de construcción a nivel internacional por más de medio siglo.
Estos contratos proporcionan un marco robusto para la gestión de proyectos, al establecer obligaciones y responsabilidades balanceadas de las partes involucradas sin privilegiar su estatus y procurar el éxito del proyecto mediante herramientas de gestión y administración, así como prevención y solución de disputas contemporáneas, entre muchas otras.
Los contratos FIDIC derivaron en gran medida de la necesidad de crear un estándar común que facilitara la ejecución eficiente de proyectos de construcción en diversos entornos legales y culturales.
Hoy en día han demostrado ser una herramienta no solo sumamente útil, sino aceptada por gobiernos y empresas de todo el mundo, con la excepción de nuestro país, donde el tema ha sido ignorado sin una clara razón tanto por el sector público como por el privado.
En este artículo se analizan algunos de los elementos que caracterizan a los contratos FIDIC y se expone por qué el no usarlos representa una pérdida de oportunidad para la ingeniería y la construcción mexicana.
Estructura y contenido de los contratos FIDIC
En términos generales, un contrato FIDIC se forma de dos partes (se trata de un formato poco usado en el derecho de la construcción mexicano, pero no difícil de entender), que son las siguientes:
a. Las condiciones generales, que son cláusulas previamente redactadas por la FIDIC, que establecen, en forma equilibrada, los principios generales, derechos y obligaciones de las partes contratantes.
Estos contratos contienen disposiciones detalladas sobre aspectos fundamentales como el alcance del trabajo, el plazo de ejecución, los precios y pagos, así como las garantías y seguros. Estas disposiciones están redactadas de manera clara y precisa para evitar ambigüedades y conflictos potenciales. Además, los contratos FIDIC incorporan mecanismos de prevención y resolución de disputas, como los dispute boards y el arbitraje, para atender los desacuerdos de manera contemporánea, eficiente y justa. Es importante hacer notar que estas cláusulas no se modifican en sí mismas, sino que pueden ser sustituidas por las denominadas “condiciones particulares”.
b. Las condiciones particulares, que son textos que sustituyen o complementan a las condiciones generales y que las partes contratantes deciden adecuar por necesidades específicas del proyecto en el que se implementará el contrato FIDIC. Es importante señalar que bajo las denominadas “reglas de oro” de la FIDIC solamente se deben sustituir y complementar las condiciones generales en la medida en que sea realmente necesario, pues, de lo contrario, los principios fundamentales que buscan los contratos FIDIC se pueden ver anulados con una inadecuada y excesiva regulación de las partes; de ahí que muchos contratos modificados sin justificación, y que no cumplen su objetivo, generan mala reputación para estos mecanismos.
Los modelos de contratos FIDIC tienen además una importante cantidad de documentos complementarios que permiten contar con todo un esquema contractual, además de que la FIDIC por sí misma cuenta con múltiples guías y documentos orientativos que abordan
desde cómo sacar a licitación un proyecto FIDIC hasta cómo prevenir las controversias en un contrato de esta naturaleza.
Principales características y beneficios de los contratos FIDIC Una de las características distintivas de los contratos FIDIC es su enfoque equitativo y equilibrado. Estos contratos buscan establecer un marco de colaboración entre las partes contratantes promoviendo la buena fe y la cooperación, en lugar de una relación adversarial. Esto se logra mediante la asignación clara de riesgos y responsabilidades, así como la incorporación de mecanismos de ajuste de precios y plazos para abordar situaciones imprevistas. Sin embargo, como ya ha sido señalado, cuando las partes contratantes modifican las condiciones particulares en forma desmedida pueden alterar en forma grave e irreversible los fines que persiguen los contratos FIDIC en su origen, e impedir sus ventajas.
Los contratos FIDIC son reconocidos por su adaptabilidad a diferentes tipos de proyectos y condiciones del mercado. Su estructura permite a las partes ajustar ciertas disposiciones para que se adecuen a las características de un proyecto en particular. Esto ha contribuido a su amplia aceptación en proyectos de construcción a nivel mundial, desde obras civiles hasta proyectos de ingeniería más complejos, incluyendo carreteras, puentes, aeropuertos, líneas de transmisión, subestaciones, etc., en Centroamérica y América del Sur.
Cabe señalar que, como resultado de la celebración de acuerdos entre bancos multilaterales y la FIDIC, organismos tales como el Banco Interamericano de Desarrollo han implementado el uso de contratos FIDIC en su cartera de 150,000 millones de dólares en proyectos para América Latina, lo que claramente implica una gran oportunidad para ingenieros de toda la región.
Tipos de contratos FIDIC y sus ediciones
Si bien existen varios tipos de modelos de contratos FIDIC, los que son más ampliamente utilizados son los que se conocen como Libro Rojo y Libro Amarillo. Sus características principales son:
• Libro Rojo. Se utiliza en aquellos casos en los que el cliente (empleador) se encarga del diseño, y el contratista tiene como encomienda la construcción con todos los temas inherentes. Es un contrato a precios unitarios. A nivel internacional, este tipo de contratación se denomina “tradicional”.
• Libro Amarillo. Se utiliza en aquellos casos en los que el cliente (empleador) se encarga del diseño y construcción del proyecto en cuestión. Es un contrato a precio alzado. A nivel internacional, este tipo de contrato se denomina “diseño-construcción” o “design build”.
En ambos casos existen dos versiones: la publicada en 1999 y la que vio la luz en 2017. En las revisiones de
Un contrato FIDIC requiere un gran nivel de administración, de compromiso e integridad.
2017 se incorporaron algunos elementos que actualmente se encuentran modificando la forma de entender y gestionar los contratos de construcción, como veremos a continuación:
FIDIC 2017: ¿hacia un nuevo paradigma en los contratos de construcción?
Históricamente, los contratos de construcción se han caracterizado por ser adversariales y confrontativos: buscan las culpas de las partes en lugar de procurar la colaboración y el éxito de los proyectos.
En ese contexto, en la versión 2017 de los contratos FIDIC se ha buscado un enfoque más colaborativo y menos confrontativo, tendiente a buscar soluciones más que obstáculos.
En escala internacional, este tipo de contratos se denominan “colaborativos”. Son documentos legales que establecen términos y condiciones bajo los cuales dos o más partes acuerdan trabajar juntas hacia un objetivo común. Estos contratos son comunes en situaciones en que las partes desean combinar sus recursos, habilidades y esfuerzos para lograr un resultado mutuamente beneficioso.
Algunas de las herramientas que se pueden ver en la edición 2017 y que representan sin duda un cambio de paradigma en la forma de trabajar los contratos de construcción son, en forma simplemente ejemplificativa, las siguientes:
• Una gestión de proyecto basada en la comunicación entre las partes a través de un profesional independiente (el ingeniero).
• La existencia de herramientas de gestión y administración preventiva, como las alertas tempranas.
• La existencia de una herramienta de prevención de controversias, a través de los Paneles de Prevención y Solución de Disputas (Dispute Avoidance and Adjudication Boards).
• La promoción e implementación de herramientas tecnológicas que permitan una mejor gestión y cumplimiento de los contratos.
Todo esto implica que, si bien las partes tienen derechos y obligaciones que cumplir, también tienen un compromiso legal de cooperar para lograr un objetivo en común: el proyecto.
Esto resulta sumamente importante en una industria que, ante defensas y acciones legales múltiples, deja el cumplimiento del proyecto, y los beneficios que este debe proveer, como última prioridad.
¿Qué ha pasado en México?
Desde hace muchos años se ha conversado en México sobre la conveniencia de utilizar contratos FIDIC en proyectos públicos y privados, y la respuesta ha sido negativa.
En México existe la tendencia a negociar contratos abusivos hacia las contrapartes que además tengan un halo de confusión, de manera que cualquiera de las partes abuse de la otra en caso de que lo necesite.
El simple hecho de que una gran cantidad de empresas no tengan siquiera contratos, o los celebren simplemente para efectos fiscales, habla de la gran falta de conciencia para permitir la madurez legal en el sector.
Como ya se señaló, durante muchos años han existido múltiples voces que han sugerido la inclusión de contratos FIDIC en la industria de la construcción mexicana y la idea se rechaza sin razón, con comentarios en el sentido de que son contratos que requieren mucha administración, promueven un alto nivel de compromiso e integridad y no son aplicables en México.
Los dos primeros argumentos son ciertos: un contrato FIDIC necesita un gran nivel de administración, de compromiso e integridad, y por lo tanto requiere un
u Una característica distintiva de los contratos FIDIC es su enfoque equitativo y equilibrado; buscan establecer un marco de colaboración entre las partes contratantes promoviendo la buena fe y la cooperación. Esto se logra mediante la asignación clara de riesgos y responsabilidades, así como la incorporación de mecanismos de ajuste de precios y plazos para abordar situaciones imprevistas. Sin embargo, cuando las partes contratantes modifican las condiciones particulares en forma desmedida pueden alterar en forma grave e irreversible los fines que persiguen los contratos FIDIC en su origen, e impedir sus ventajas.
sector de la construcción más formal y profesional que el que ahora tenemos, y que en muchos casos no se esmera en implementar las buenas prácticas.
Sin embargo, el tercer comentario es completamente falso, pues los contratos FIDIC tienen como propósito principal el poder ser aplicados en todo el mundo, sin perjuicio del sistema jurídico en donde se pretenda implementar.
En todo caso, pretextos y deseos de no mejorar hay muchos, pero es importante cuestionarnos si debemos continuar como estamos o, por el contrario, buscar una industria más madura y consciente. Es posible afirmar que con el nivel de proyectos, actores y perspectivas que tiene México perfectamente sería posible utilizar estos contratos, con las mejores prácticas que implica.
La gran oportunidad para las empresas mexicanas
En México existen proyectos privados –aunque pocos, muy importantes– que se llevan a cabo con contratos FIDIC, con el gran costo de que las partes no saben cómo administrarlo, y por tal desconocimiento pierden una gran cantidad de dinero.
Los contratos FIDIC constituyen una gran oportunidad profesional, pues exigen la figura del “ingeniero”, que literalmente es un administrador contractual. No obstante la gran oportunidad profesional y económica que este tipo de contratos podrían generar, se pierde la oportunidad de participar y trabajar en proyectos no solamente en México, sino en toda América Latina, al desconocerse este tipo de contratos.
También la figura de los dispute boards representa una gran oportunidad para los ingenieros mexicanos, dada la necesidad de contar con técnicos especializados.
Comentarios finales
Si bien los contratos FIDIC han demostrado ser un instrumento valioso para la gestión eficiente de proyectos de construcción en escala global tomando en cuenta su estructura sólida, su enfoque equitativo y su adaptabilidad a diversas circunstancias, lo que los ha convertido en opción preferida para las partes involucradas en proyectos de gran envergadura, en México continuamos cuestionándonos cómo implementarlos y dudando de su efectividad, con lo cual se pierden grandes oportunidades de negocio.
Es innegable que el sector de la construcción mexicana requiere mayor esfuerzo para lograr tener proyectos mejor administrados y mejor cumplidos con esquemas legales.
Las empresas de ingeniería y construcción que piensen ampliar sus horizontes deben entender y dominar este tipo de contratos para incrementar su presencia y procurar su éxito en la industria de escala internacional
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VILLARREAL
Ingeniero civil, maestro en Ciencias y doctor en Ingeniería. Profesor investigador en el II UNAM, y desde 2010 coordinador técnico de la Red del Agua UNAM. Ha sido consultor y asesor para el Banco Mundial y la FAO, y fue director general de Conagua.
FELIPE I. ARREGUÍN CORTÉS
Ingeniero civil con doctorado en Hidráulica. Vicepresidente del CICM, miembro del Centro Regional de Seguridad Hídrica de la UNESCO, profesor de la División de Estudios de Posgrado de la FI UNAM e investigador en el II UNAM.
TEMA DE PORTADA
Sequía en la CDMX conurbados del Estado Un desafío
La Ciudad de México y los municipios conurbados enfrentan una serie de problemas puntuales relacionados con el agua que se incrementan con las sequías. Es imperativo que las autoridades hagan oficialmente la Declaración de Emergencia por Sequía, lo que permitirá desbloquear recursos económicos para implementar medidas orientadas a llevar a cabo proyectos de infraestructura, programas de conservación y campañas de concienciación. Una vez superada la emergencia, es necesario un plan de mediano y largo plazo que asegure la resiliencia del suministro de agua en la metrópoli.
La Ciudad de México y 17 municipios conurbados del Estado de México, como Atizapán de Zaragoza, Huixquilucan, Naucalpan, Tlalnepantla y Ecatepec, al igual que muchas otras ciudades del país y extensas regiones del mundo, han enfrentado durante los últimos meses los efectos de una sequía excepcional.
En el caso de México no deberían ser extrañas estas noticias; su ubicación geográfica expone a su territorio a este tipo de fenómenos en forma recurrente. Baste revisar la historia: en la época prehispánica la sequía motivó migraciones de poblaciones enteras; durante la colonia, sus efectos causaron miles de muertes e impactos en la agricultura y otras actividades humanas, y en la era independiente se han registrado grandes pérdidas en muchas regiones del territorio nacional. El evento previo al presente sucedió en el año 2012, cuando casi el 90% del territorio nacional sufrió algún grado de sequía (figura 1).
A esta situación se suma el acelerado crecimiento poblacional e industrial y el impacto del cambio climático, que ha alterado los patrones de precipitación; el resultado es que las lluvias son más impredecibles, los periodos secos más prolongados y las temperaturas más extremosas. Así se puede entender el agravamiento de la sequía en la región, que afecta la disponibilidad de agua para uso doméstico, agrícola e industrial y la conservación del medio ambiente.
La sequía
Existen varias clases de sequía: meteorológica, hidrológica, agrícola, económica, …urbana. La primera de ellas –y origen de todas las demás– se define como
aquel periodo en el que la precipitación disminuye (normalmente una desviación estándar) por debajo de la media. La sequía hidrológica se refiere a la disminución de escurrimiento en los ríos y el volumen en los almacenamientos de lagos y presas; y la urbana está relacionada con afectaciones en las ciudades.
Sequía urbana
La sequía urbana, un fenómeno cada vez más recurrente, no es simplemente una escasez de lluvias. En el contexto de una metrópoli como la Ciudad de México y los municipios conurbados, la sequía se convierte en un rompecabezas complejo, influenciado por diversos factores interrelacionados que van más allá de la merma en las precipitaciones. Cuatro elementos destacan como pilares fundamentales que contribuyen a los desafíos de este fenómeno urbano: la sequía hidrológica, el estado físico de la infraestructura, la gestión del agua y el consumo de los usuarios.
La sequía hidrológica es la raíz del problema. La falta de lluvias y la disminución de los recursos hídricos son los detonantes iniciales. En una urbe, esto no solo implica la disminución en los niveles de embalses y ríos: también reduce la recarga de acuíferos subterráneos. Así, la disminución de las lluvias en los últimos tres años ha sido manifiesta no solo en la región, sino que se extiende hacia la cuenca del Cutzamala, una de las fuentes de abastecimiento ubicada en los estados de Michoacán y México.
La infraestructura desempeña un papel crucial, no siempre reconocido en la gestión del agua urbana. En
persistente
CDMX y municipios Estado de México persistente
La gráfica muestra la evolución y el porcentaje de área del país afectada con una o varias categorías de sequía en escala nacional.
Fuente: Conagua.
muchos casos, los embalses de las presas y los sistemas de distribución crean un efecto de amortiguamiento que enmascara temporalmente la gravedad de la sequía. En la Ciudad de México, además, la edad y el deterioro de la infraestructura hidráulica provoca grandes pérdidas de agua.
La gestión eficiente del agua es un componente esencial para manejar una sequía urbana. La planificación, regulación y distribución efectiva de los recursos hídricos son responsabilidades fundamentales de las autoridades. La Ciudad de México, durante los últimos 30 años, ha enfrentado desafíos de coordinación entre los diferentes niveles de gobierno que han dificultado la implementación de políticas efectivas que aborden la gestión de este fenómeno a largo plazo.
El comportamiento de los usuarios, desde los hogares hasta las industrias, tiene un impacto directo en la sequía urbana. El derroche en los patrones de consumo, la falta de conciencia sobre la conservación del agua y la resistencia al cambio son obstáculos comunes. En la Ciudad de México, y en los años recientes en los municipios conurbados, la demanda de agua es creciente y una de las más grandes del mundo.
En conclusión, la sequía urbana es un fenómeno complejo que va más allá de la mera falta de precipitaciones. Abordar estos factores de manera integral es esencial para construir resiliencia ante la sequía urbana y garantizar la sostenibilidad del suministro de agua en el futuro. La Ciudad de México, como tantas otras metrópolis, enfrenta la urgente tarea de adoptar medidas inteligentes y coordinadas para superar estos desafíos de manera efectiva.
Situación actual de la Ciudad de México y municipios conurbados ante la escasez del agua La Ciudad de México y los municipios conurbados enfrentan una serie de problemas puntuales relacionados con el agua –que se incrementan con las sequías–, algunos de lo cuales se enumeran en seguida.
Existe una brecha muy grande en el acceso al agua entre los usuarios de la región, pues la falta de infraestructura hidráulica produce inequidades en la distribución y disposición del agua.
El crecimiento poblacional ha provocado la expansión de la mancha urbana de la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) y la redensificación de algunas
Tuxpan
Cuenca del Cutzamala
Hacia el océano Pacífico
Cuenca de Tula
Hidalgo
Cuenca del Lerma
Zitácuaro
Proyecto Temascaltepec
Fuente: Perló y González, 2005.
Pachuca
Cuenca del Valle de México
Ciudad de México
Toluca
Estado de México
Sistema Lerma Sistema Cutzamala
Gran Canal de Desagüe Emisor Poniente Emisor Central
zonas, y presiona a los servicios de agua potable y alcantarillado.
En algunas colonias de la ciudad, los habitantes se ven obligados a consumir agua en condiciones de calidad poco adecuadas, o tienen que comprar agua embotellada que afecta sus ingresos. Otro problema es el tandeo, que consiste en recibir el servicio de agua en forma intermitente.
La sobreexplotación de los acuíferos de la cuenca de México provoca el hundimiento del suelo, y no existe una política efectiva para atender este problema ni se ha tomado una decisión sobre la necesidad de importar agua hacia la cuenca para reducir gradualmente la presión sobre los acuíferos locales.
El tratamiento insuficiente de las aguas residuales genera contaminación dentro de las zonas urbanas y en los estados hacia donde se dirigen las aguas con tratamiento deficiente o sin él.
El impacto del cambio climático en el medio ambiente y en todas las actividades humanas del Valle de México es evidente. Mitigar estos impactos es una tarea que trasciende las fronteras del país; es un problema universal, y como tal debe atenderse. México ha signado varios acuerdos internacionales que –al igual que todos los países firmantes– debe cumplir, entre ellos el Acuerdo de París.
La federación, los estados y municipios en esta cuenca requieren los recursos financieros necesarios y un marco jurídico adecuado que propicie estructuras institucionales robustas para posibilitar una planificación y coordinación efectiva que permita abordar los problemas relacionados con el aprovechamiento y
defensa ante los fenómenos extremos relacionados con el agua.
Ante la necesidad de reducir la sobreexplotación de los acuíferos y alcanzar la sustentabilidad del sistema, se evidencia la insuficiencia de las fuentes internas en esta región, y se ha tenido que recurrir a importar agua superficial de los estados de Michoacán y México mediante el Sistema Cutzamala, construido para conducir 19.6 m3/s, que transportaba en promedio 16.6 m3/s y que actualmente (febrero de 2024) solo entrega 7.85 m3/s (figura 2).
La extracción de agua subterránea en el Estado de México para enviarla a la ZMVM también causa conflictos, pues los agricultores reclaman ese recurso y ya se han registrado hundimientos debidos a la sobreexplotación del acuífero del Valle de Lerma, de donde se extraen actualmente 4.7 m3/s para enviarlos a la Ciudad de México y municipios conurbados.
El resto del abastecimiento para la Ciudad de México, de 25.0 m3/s, se extrae de los acuíferos subyacentes a esta (no fue posible obtener la información relativa a los municipios conurbados del Estado de México).
La descarga hacia otros estados de aguas residuales crudas o tratadas deficientemente (figura 2) contamina a los cuerpos receptores y provoca niveles de eutrofización muy difíciles de reducir; además, se propagan enfermedades, pues se transportan bacterias, virus, metales pesados y otros contaminantes.
En los últimos 30 años se han implementado diversas políticas y proyectos destinados a mejorar la infraestructura hidráulica y gestionar de manera más eficiente los recursos. Se hicieron varios estudios para diversificar las fuentes de abastecimiento de agua, se han promovido prácticas de conservación y concienciación sobre la importancia de un uso responsable del recurso, pero ha faltado una estrategia integral y sostenible. Los problemas persisten incluso después de enfrentar las emergencias pasadas. En última instancia, la sequía en la ZMVM no solo es un desafío local, sino también un recordatorio de la necesidad de abordar globalmente el cambio climático y sus consecuencias.
¿Qué hacer ahora?
A pesar de las consecuencias negativas, se hace necesario continuar con las acciones que llevan a cabo los gobiernos de la Ciudad de México y municipios conurbados, esto es, la rehabilitación de pozos de manera responsable, pues es una estrategia inmediata para aumentar la disponibilidad de agua. Sin embargo, es esencial abordar este proceso de manera sostenible. La sobreexplotación de los acuíferos tiene consecuencias de largo plazo, pues afecta la infraestructura y la calidad del agua y genera problemas ambientales.
Es necesario obtener los recursos económicos necesarios para implementar medidas orientadas a llevar a cabo proyectos de infraestructura, programas de conservación y campañas de concienciación sobre la
importancia del uso eficiente del agua utilizando medios de información, redes sociales y eventos comunitarios. Se recomienda ver el documento “Sesenta y siete recomendaciones para ahorrar agua” (IMTA, 2007).
Se debe restringir el riego de parques y jardines, el llenado de fuentes ornamentales y el lavado de autos con agua potable, con las excepciones necesarias y justificadas. Estas restricciones temporales son esenciales para conservar el agua disponible y cambiar patrones de consumo insostenibles.
¿Qué hacer en el mediano y largo plazo?
Después de sortear los desafíos de la sequía actual en la Ciudad de México y municipios conurbados del Estado de México, es imperativo mirar hacia adelante y diseñar un plan de mediano y largo plazo que asegure la resiliencia del suministro de agua en la metrópoli.
En el año 2012, cuando México enfrentaba una sequía en gran parte de su territorio, se empezó a desarrollar una política pública de atención a este fenómeno y se estableció el Programa Nacional contra la Sequía (Pronacose) como eje fundamental de dicha estrategia (Conagua, 2012).
El principio del Pronacose era cambiar la actitud reactiva que existía por una preventiva. Las líneas de acción en materia de prevención son: el monitoreo y alerta temprana, los Programas de Medidas de Prevención y Mitigación a la Sequía (PMPMS), la adaptación del marco legal y la coordinación institucional, la capacitación, la comunicación y la investigación.
Las acciones para enfrentar estos fenómenos están plasmadas en el Programa de Medidas de Prevención y Mitigación a la Sequía de la Región Hidrológica No. XIII, Valle de México.
Lo primero que se requiere es fomentar una coordinación entre los diferentes niveles de gobierno, entidades gubernamentales y sectores industriales y de la sociedad civil que desarrolle el Plan de Gestión Integrada del Agua de la Cuenca del Valle de México y que establezca y supervise la distribución equitativa del agua, su conservación y la planificación a largo plazo.
Un pilar fundamental de cualquier plan a mediano y largo plazo es la inversión en infraestructura hídrica resiliente y sostenible. Esto implica la modernización de la red de distribución, la construcción de plantas de tratamiento eficientes, el mantenimiento de la infraestructura hidráulica y la implementación de tecnologías innovadoras para la captación y gestión del agua.
El cambio climático es una amenaza significativa. El plan necesita incluir medidas específicas de adaptación a posibles variaciones climáticas, políticas de mitigación y adaptación, el fomento de prácticas agrícolas sostenibles y la promoción de la eficiencia energética en el sector del agua.
También debe incluir de forma prioritaria una política para frenar la sobreexplotación de los acuíferos, estrategias de recarga artificial, la infiltración controlada
de aguas pluviales, la reutilización de aguas residuales tratadas y la protección de áreas de recarga.
Es necesario revisar los proyectos existentes para explorar nuevas fuentes de agua considerando el impacto ambiental, social y político que causa la sobreexplotación de los acuíferos.
Incentivar el uso de tecnologías sostenibles en hogares, industrias y empresas es fundamental, por ejemplo la adopción de sistemas de reutilización de agua, la instalación de dispositivos de bajo consumo y la promoción de prácticas ecoeficientes.
La investigación y el desarrollo son clave para enfrentar los desafíos hídricos futuros. Se deben impulsar iniciativas que promuevan la eficiencia en el uso del agua, la optimización de sistemas de tratamiento y el agua virtual, entre otras.
La colaboración internacional puede enriquecer el plan con perspectivas globales y recursos adicionales. Intercambios de conocimientos, tecnologías probadas y apoyo financiero pueden provenir de acuerdos y asociaciones con otras ciudades y países que han enfrentado desafíos similares.
En resumen, el diseño de un plan de mediano y largo plazo para la gestión del agua en la Ciudad de México y municipios conurbados requiere una visión integral y colaborativa. La conjunción de grandes inversiones, decisiones políticas y una capacidad técnica sólida será esencial para garantizar la sostenibilidad del suministro de agua y construir un futuro en el que la sequía sea un desafío superado, no una amenaza persistente. Este plan no solo asegurará la supervivencia de la metrópoli, sino que sentará un precedente valioso para otras ciudades que enfrentan problemas similares en todo el mundo.
Conclusiones
Las sequías son problemas recurrentes que se repetirán en la República mexicana y en particular en la Zona Metropolitana del Valle de México.
En el corto plazo es adecuado continuar con un programa de reposición y rehabilitación de fuentes existentes, establecer una acción emergente con recursos extraordinarios por sequía y limitar el riego de parques, jardines públicos y privados y el lavado de autos.
En el mediano y largo plazo se hace necesario seguir los lineamientos establecidos en el Pronacose y crear un grupo ad hoc para la conducción del Plan de Atención a la Sequía
Referencias
Comisión Nacional del Agua, Conagua (2012). Programa Nacional Contra la Sequía, Pronacose. www.gob.mx/conagua/accionesy-programas/programa-nacional-contra-la-sequia-pronacose-299759
Instituto Mexicano de Tecnología del Agua, IMTA (2007). Sesenta y siete recomendaciones para ahorrar agua. www.imta.gob.mx/gobmx/informacion-institucional/cultura-agua.html
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ESTEBAN J.
FIGUEROA PALACIOS
Ingeniero civil con maestría en ingeniería. Consultor en el campo de planeación y financiamiento de infraestructura.
Profesor de Planeación en la Facultad de Ingeniería de la UNAM. Autor del libro Planeación de proyectos de infraestructura: un enfoque social.
Proyectos complejos: características y condiciones para su gestión
La complejidad de un proyecto de infraestructura se puede atribuir a la necesidad de una nueva tecnología, a dificultades del sitio de construcción, a la interferencia con las actividades de la comunidad conviviente con el proyecto o a obstáculos normativos y legales. En el caso de proyectos de infraestructura en ambientes urbanizados y de alta densidad poblacional, es posible que converjan todos estos obstáculos. Es conveniente que desde la fase de planeación se identifiquen los factores que califiquen a un proyecto de complejo y se establezcan las medidas de gestión necesarias.
El término complejo, de acuerdo con el diccionario de la Real Academia Española, significa: 1. “Que se compone de elementos diversos”, 2. “Complicado, enmarañado, difícil”. Ninguna de las definiciones describe el concepto de complejidad en el caso de una obra de infraestructura, ya que una característica de cualquier proyecto es que se compone de elementos diversos y no por ello se consideran todos complejos. La segunda definición es un juicio de valor que puede aplicarse a cualquier proyecto si este es desarrollado por un profesional sin experiencia.
La calificación de proyecto complejo, entonces, va más allá del sentido semántico y se debe definir con un enfoque de contraste entre la tecnología disponible y la experiencia de los profesionales a cargo con aquellos factores que constituyen obstáculos que se deben superar y para los cuales la experiencia y recursos técnicos disponibles no son suficientes.
Así pues, esta condición de complejidad demanda no solo la aplicación de los conocimientos del ingeniero civil, sino la participación de otros profesionales y su adecuada coordinación para aplicar medidas de índole diversa, con frecuencia ajenas a las actividades necesarias para el desarrollo del proyecto.
Factores que hacen complejo a un proyecto
Es una tendencia en nuestra profesión atribuir a la complejidad los imprevistos técnicos del proyecto, aquellos eventos que obligan a desviar las activida -
des planeadas, programadas y presupuestadas para atenderlos. Sin embargo, en general, el ingeniero civil sabe qué hacer en esos casos, los resuelve aplicando su experiencia, la tecnología adecuada y los recursos disponibles aun a costa de extensiones de programa y sobrecostos. Cuando el responsable de un proyecto sabe lo que tiene que hacer, no se puede hablar de complejidad sino de eventualidad.
Cuando ocurre una inestabilidad en un terraplén, un caído en un túnel o la falla de un puente en una avenida de un río, las soluciones son laboriosas, pero no complejas, pues el ingeniero civil está preparado para esas circunstancias. En la construcción de un túnel se presentó una chimenea con derrame de material limoarcilloso que bloqueó el avance de la excavación y creó una zona de alto riesgo para el personal; el problema parece complejo para alguien ajeno a la ingeniería, o incluso para ingenieros no especialistas en mecánica de suelos y construcciones subterráneas. Sin embargo, los responsables de esa obra conocían la solución; la dificultad –que no complejidad– estribaba en las maniobras de perforación e inyección en una zona inestable. Los factores que hacen complejo al proyecto se refieren entonces a aquellos que no solo son imprevistos, sino que son ajenos a la capacidad técnica y experiencia de los profesionales responsables. Es posible, sin embargo, considerar como un factor de complejidad a la carencia de una tecnología para la construcción del proyecto, por lo que el reto es desarrollarla, probarla y
aplicarla con la presión del programa y el presupuesto. Esto ocurre en casos especiales; por ejemplo, en el desarrollo del método de excavación en arcillas saturadas para la construcción del metro de la Ciudad de México. En este caso la complejidad fue técnica, ya que no existía un procedimiento para la excavación en ese tipo de material.
Convivencia del proyecto con la comunidad
Pero los factores más característicos de complejidad se refieren generalmente a problemas de convivencia del proyecto con la comunidad, a afectaciones a personas o sus bienes, a limitaciones financieras, legales o políticas y a dificultades logísticas.
Las obras de infraestructura se deben ejecutar, en cada vez más casos, inmersas en una actividad humana frenética, dinámica y concentrada en espacios más compactos, que no es posible suspender para los trabajos de construcción. La consecuencia es que la construcción interfiere con la actividad de los grupos sociales que conviven con la obra y ello da lugar a protestas y, en ciertos casos, a acciones legales o paralegales que detienen la ejecución de los trabajos. En estos casos es normal, por alguna suerte de sesgo profesional, que el ingeniero se enfoque en resolver los problemas técnicos y obvie los impactos sociales. Esta interferencia mutua crea además riesgos de accidentes y, aunque estos están generalmente previstos en la planeación, no siempre se ponen en práctica medidas de prevención. Se considera que este es un factor de complejidad no solo porque el ingeniero no está suficientemente capacitado para manejarlo, sino porque también siente que le distrae de su función técnica, lo que le ocasiona una situación de estrés pues no tiene control de la situación que se genera.
El roce con la sociedad se acrecienta cuando se afecta directamente a individuos o grupos de la sociedad y daña permanentemente sus bienes. En este caso la reacción es más intensa, dado que se refiere a efectos permanentes. En muchos casos de construcción de carreteras se dividen predios productivos, y ello dificulta el paso de una fracción a otra del terreno o deja porciones de terreno tan pequeñas en un lado que se vuelve incosteable su explotación. La ampliación de vialidades que afectan a viviendas tiene un impacto mayor en virtud de que se trata del hábitat de familias o de comercios que representan su modus vivendi. Se conocen muchos casos de cancelación de obras de infraestructura por la incapacidad para resolver estos obstáculos. Si se acepta que el medio natural o histórico es un bien público, la afectación a este por las obras ocasionará naturalmente la reacción de grupos, representantes de la sociedad, que buscan protegerlo. Con frecuencia el ingeniero expresa su desaliento por las interferencias que estos grupos causan a sus proyectos. La búsqueda de acuerdos en estos casos se halla fuera de las capacidades del ingeniero, lo que hace ver a esto como un factor de complejidad, ya que depende de la intervención de otros profesionales, generalmente fuera de su ámbito jerárquico.
Implicaciones legales
Las regulaciones legales o las exigencias de carácter político representan factores que agregan complejidad a los proyectos. En el primer caso, la aplicación de la ley puede responder a algunas de las causas sociales referidas antes, cuando las personas o grupos sociales recurren la autoridad judicial en búsqueda de protección y esta suspende los trabajos temporal o definitivamente. En otros casos es el propio gobierno el que interviene
Núcleo (control del ingeniero)
Planificador
Proyectista Constructor Propietario
Primer círculo: Miembros de la sociedad
Proveedores Autoridades normativas
Segundo círculo Interesados en el proyecto Intereses políticos
u Si se acepta que el medio natural o histórico es un bien público, la afectación a este por las obras ocasionará naturalmente la reacción de grupos, representantes de la sociedad, que buscan protegerlo. Con frecuencia el ingeniero expresa su desaliento por las interferencias que estos grupos causan a sus proyectos. La búsqueda de acuerdos en estos casos se halla fuera de las capacidades del ingeniero, lo que hace ver a esto como un factor de complejidad, ya que depende de la intervención de otros profesionales, generalmente fuera de su ámbito jerárquico.
para detener los trabajos para proteger bienes de carácter histórico, por ejemplo.
Presupuesto y financiamiento
Las limitaciones financieras en un proyecto son generalmente ocasionadas, por una parte, por la elaboración de presupuestos a partir de estudios y proyectos incompletos y, por otra, por la actitud optimista del ingeniero, que se ve presionado además, en el caso de obras públicas, por la necesidad política de ajustarse a límites presupuestales.
Presiones políticas
Los factores políticos agregan complejidad a los proyectos en la medida en que, por interés de los tomadores de decisiones, se aceleran los tiempos de ejecución en grado tal que es frecuente iniciar los trabajos con estudios básicos o diseños incompletos. La complejidad no estri-
ba, en este caso, en la incapacidad técnica del ingeniero, que sabe qué estudios y diseños debe llevar a cabo y con qué nivel de profundidad y detalle, sino en que se ve obligado a resolver, a lo largo del proceso constructivo, los vacíos del proyecto y la incertidumbre geotécnica o hidrológica bajo la presión de un programa, estresado por las exigencias políticas.
Cadena de suministros
La logística de la obra puede ser otro factor que cree obstáculos imprevistos y fuera del alcance inicial del responsable del proyecto. Por logística se debe entender, en este caso, a la planeación de los accesos y al establecimiento de las cadenas de suministro. La logística puede hacer un proyecto complejo, porque no siempre forma parte del plan de construcción. Proyectos cuyo proceso constructivo puede ser relativamente sencillo presentan serias dificultades de acceso; por ejemplo, los trabajos de desalojo del material caído en el río Grijalva, cercano a la cortina de la presa Peñitas, en el estado de Chiapas, fueron sencillos, en la medida en que significaron solo el desalojo del material –por otra parte, en estado poco compacto– con vehículos de carga. La complejidad estribó en la presión por el riesgo latente de una ruptura que ocasionara una avenida sobre la cortina, lo cual habría tenido consecuencias desastrosas, y la construcción urgente de accesos y el establecimiento de campamentos en una zona alejada de la infraestructura existente.
Flujo de equipos y materiales
Las cadenas de suministro con frecuencia dependen de terceros con los que se deben negociar los términos del flujo de equipos y materiales; el caso de una cadena de suministro que le imprime la característica de complejo a un proyecto es el de los acarreos proporcionados por sindicatos de transportistas que imponen condiciones en situaciones ventajosas cuando perciben la presión del programa de construcción, como ocurre en la construcción de cortinas de presas, en las que el calendario hidrológico somete al programa a plazos inamovibles.
Algunas ideas para la gestión de la complejidad
La gestión de la complejidad en un proyecto empieza por identificar los factores que crearán obstáculos para los que el ingeniero no tiene una respuesta clara. Por ello, el análisis se debe hacer desde la planeación del proyecto, fase en la que es posible anticipar algunos aspectos que se deben atender en la etapa de construcción. Tal es el caso de las reacciones sociales a las interferencias que
ocasione la obra o a las afectaciones de la actividad productiva o a los bienes de afectados.
El planificador, proyectista y constructor deben, con creatividad y visión anticipatoria, resolver los problemas que imponen los imprevistos –más allá de las cuestiones técnicas–. El ingeniero debe desarrollar una visión macroscópica del proyecto que abarque, por supuesto, el núcleo en el que participan el proyectista, el constructor, el cliente y las autoridades normativas de las obras, pero también al menos dos círculos exteriores: el primer círculo es el de los involucrados indirectamente en el proyecto, como los proveedores de materiales, equipos y servicios, y los miembros de la sociedad directamente afectados por el proyecto; el segundo círculo exterior está constituido por los grupos sociales no afectados directamente pero interesados en el proyecto y los tomadores de decisiones políticas (figura 1).
Esta diversidad de actores tiene distintos intereses y prioridades en el proyecto. Conocer estos intereses, muchas veces antagónicos, ofrecerá argumentos de negociación para salvar los posibles obstáculos que compliquen los trabajos.
Es necesario que el ingeniero reconozca la imposibilidad de cumplir con un plazo y un presupuesto establecidos por presiones políticas; este reconocimiento no cambiará las metas exigidas, pero sí le permitirá planear el proyecto de manera realista y tratar de manejar este factor ofreciendo una solución en la que en ese plazo y con ese presupuesto se construyan etapas operativas del proyecto total; dicha solución contribuirá también a empezar a generar los beneficios previstos y a evitar obras inconclusas inoperables. Es decir, cambiar el enfoque: de proporcionar un proyecto a ofrecer una solución.
El ejercicio de constructibilidad –en el que participe el equipo del proyecto, los proveedores clave, el cliente y otros profesionales (abogados, antropólogos o sociólogos)– ayudaría a anticipar las dificultades fuera del alcance técnico del núcleo del proyecto y ampliar la visión a los círculos exteriores a él.
Para encarar las diversas causas de complejidad de un proyecto, el planificador, proyectista y constructor deben, en el ámbito de cada uno, dotarlo de cierto grado de flexibilidad en aquellos componentes que se prevea se hallan fuera del control de los ejecutores. Por ejemplo, generar opciones de trazos en un proyecto carretero en zonas en las que se anticipen dificultades con los propietarios de predios afectados; plantear la construcción por etapas cuando se considere que habrá insuficiencia presupuestal, o prever obras complementarias para mitigar afectaciones a terceros.
La administración de los factores de complejidad de un proyecto requiere aplicar el enfoque de sistemas que, al atender al todo y no solo a sus partes, se orienta al servicio y no al medio para alcanzarlo. El criterio SAID (system approach to infrastructure delivery) ofrece un método pragmático para aplicar este enfoque en el desarrollo de la infraestructura. El SAID se orienta a las
u Proyectos cuyo proceso constructivo puede ser relativamente sencillo presentan serias dificultades de acceso; por ejemplo, los trabajos de desalojo del material caído en el río Grijalva, cercano a la cortina de la presa Peñitas, en Chiapas, fueron sencillos, en la medida en que significaron solo el desalojo del material –por otra parte, en estado poco compacto– con vehículos de carga. La complejidad estribó en la presión por el riesgo latente de una ruptura que ocasionara una avenida sobre la cortina, lo cual tendría consecuencias desastrosas, y la construcción urgente de accesos y el establecimiento de campamentos en una zona alejada de la infraestructura existente.
necesidades del usuario y al interés del propietario del proyecto para trasladar estas necesidades a componentes del proyecto con los que se diseñan, construyen y operan los sistemas resultantes.
Es necesario un cambio en la forma de pensar del ingeniero: necesita entender el enfoque de interdisciplinariedad, desarrollar un pensamiento creativo y un enfoque sistémico. Se requieren habilidades complementarias como la capacidad de trabajo en equipo y el desarrollo de técnicas de negociación.
Conclusiones
Se debe distinguir entre dificultad y complejidad de un proyecto. La dificultad significa que el ingeniero sabe lo que tiene que hacer, dispone de la tecnología y los recursos para hacerlo, pero los trabajos requieren actividades laboriosas, con riesgos y que pueden demandar la intervención de expertos en ciertas fases de la ejecución. La complejidad se presenta cuando existen factores fuera del control del ingeniero, en los que intervienen terceros y de los que depende el progreso del trabajo; o cuando no se dispone de la tecnología, que se tendrá que desarrollar en el transcurso de la construcción. Las dimensiones de un proyecto, por otra parte, no agregan necesariamente complejidad a su ejecución, si no se presentan las condiciones antes señaladas.
Para administrar proyectos complejos hace falta un cambio sustancial de mentalidad, actitud y enfoque en los ingenieros, pues la interacción con sistemas externos es cada vez más intensa y complicada, por lo que se debe partir del análisis teórico de sistemas complejos, atender los retos que impone el sitio de construcción, las demandas sociales y la necesidad de mitigar los impactos ambientales, hasta el refuerzo en la formación de los ingenieros con enfoques que van más allá de considerar como producto final las obras de infraestructura, y no el servicio que de ellas se espera
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REYES
JUÁREZ DEL ÁNGEL
Doctor en Ingeniería con 45 años de experiencia en la planeación de infraestructura, estructuración de asociaciones público-privadas, megaproyectos y sus esquemas de gobernanza y financiamiento.
Perito en Gerencia de proyectos de infraestructura del CICM.
Sostenibilidad integral en proyectos de infraestructura en América Latina
Un enfoque transformador
La sostenibilidad integral en proyectos de infraestructura se posiciona como un imperativo estratégico para las principales partes interesadas (stakeholders) en América Latina. Este enfoque no solo busca mitigar los impactos ambientales, sino también maximizar los beneficios sociales y económicos de las iniciativas de infraestructura. En un contexto en el que el desarrollo sostenible es crucial, resulta esencial que gobiernos, empresas, inversionistas y comunidades colaboren para implementar prácticas que aseguren la viabilidad a largo plazo de los proyectos.
Palabras clave: sostenibilidad integral, infraestructura sostenible, taxonomía, ESG, transparencia, integridad.
Es muy común que cuando se habla de sostenibilidad se piense en el original concepto de sostenibilidad ambiental y el cambio climático (se ha popularizado en la bibliografía que el término “sostenibilidad” se asocie a la idea de gestionar los recursos para satisfacer las necesidades actuales, sin poner en riesgo las necesidades del futuro). Y sobran razones para estar no solo preocupados sino ocupados en la sostenibilidad ambiental y la necesidad impostergable de descarbonizar la economía y usarla como pivote para hacer del planeta un espacio seguro.
En un foro celebrado en México en noviembre de 2022, durante el 31 Congreso Nacional de Ingeniería Civil, los expertos señalaban enfáticamente: “El cambio climático no es el mayor reto mundial del futuro, sino el mayor reto mundial del presente. Debemos romper el paradigma de que usamos al medio ambiente porque tiene valor, pero lo destruimos porque no nos cuesta”.
Un nuevo concepto referido como sostenibilidad integral empieza a permear en el ambiente de la infraestructura. Abraza una perspectiva amplia que incorpora cuatro dimensiones: la económico-financiera, la social, la de gobernanza y, desde luego, la ambiental y de resiliencia climática. En el ámbito de la infraestructura, el término infraestructura sostenible pretende introducir la idea de desarrollar y ejecutar proyectos que no solo
sean eficientes desde el punto de vista medioambiental y económico-financiero, sino también inclusivos y benéficos para la sociedad. Este enfoque holístico reconoce que la sostenibilidad es un delicado equilibrio entre el desarrollo económico, la equidad social y la preservación ambiental.
Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la World Wildlife Fund (WWF), una de las organizaciones independientes de conservación más grandes y respetadas del mundo, una infraestructura sostenible es aquella que cumple satisfactoriamente criterios en las cuatro dimensiones arriba indicadas: sostenibilidad económica y financiera, sostenibilidad ambiental y resiliencia climática, sostenibilidad social y sostenibilidad institucional (figura 1).
Desafíos y oportunidades en América Latina
Nuestra región enfrenta desafíos únicos y oportunidades inigualables en el ámbito de la sostenibilidad en proyectos de infraestructura. La rica diversidad de ecosistemas, la creciente urbanización y las demandas de una población en constante expansión exigen soluciones innovadoras. Sin embargo, la falta de estándares consistentes, la presión sobre los recursos naturales y las inequidades sociales plantean desafíos significativos. La sostenibilidad integral se presenta como la clave para transformar estos desafíos en oportunidades y construir
un futuro más resiliente, equitativo e incluyente, particularmente mediante infraestructura sostenible.
Principales tendencias que impactan el desarrollo de la infraestructura
Son varias las tendencias emergentes que debemos tener en cuenta en el entorno de un nuevo camino hacia la sostenibilidad integral. Los más destacados en las publicaciones y congresos de ingeniería se enumeran a continuación.
Innovación tecnológica para la descarbonización y eficiencia energética
La necesidad de transitar a una economía con cero emisiones se ha vuelto un imperativo para los países. Esto se da en el marco de varios acuerdos principales de carácter mundial, entre los cuales destacan tres: la Agenda 2030 para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible, ODS (2015), el Acuerdo de París sobre Cambio Climático (2016) y la reciente Conferencia de las Partes (COP28) de Dubái (diciembre de 2023). Este último indica que “se requieren reducciones sostenidas, profundas y aceleradas de emisiones de gases de efecto invernadero. Comparadas con 2019, reducciones de 43% para 2030, de 60% para 2035 y netas nulas para 2050”. Esto será posible adoptando ritmos sin precedentes de nuevas inversiones para la descarbonización y adopción de energías limpias, por ejemplo con la implantación de tecnologías avanzadas como la inteligencia artificial y sensores inteligentes, para optimizar el consumo de energía en proyectos de infraestructura.
Economía circular en la gestión de residuos La transición hacia una economía circular se impone como una práctica esencial para minimizar residuos y
fomentar el reciclaje en todas las fases de la construcción y operación de infraestructuras. La reutilización de materiales y la gestión eficiente de residuos son eslabones clave en la cadena de sostenibilidad.
Inclusión social y laboral
El garantizar que los proyectos de infraestructura no solo generen empleo local, sino que también empoderen a las comunidades locales se ha convertido en una tendencia vital, que cada vez toma más fuerza. La inclusión social y laboral no solo promueve la igualdad de oportunidades, sino que fortalece la cohesión social, en un entorno aún dominado por el género masculino, particularmente en temas relacionados con la infraestructura. Se aprecia en este campo un camino aún largo por recorrer, pero hay visos claros de cambio en favor de la diversidad y la inclusión.
Ya en países como México es mayoritaria la participación de mujeres en los sistemas universitarios; casi una tercera parte de mujeres estudian alguna carrera de ingeniería, y es creciente el número de estudiantes mujeres en carreras de ingeniería civil (una de cada cinco estudiantes). Es de destacar también el notable avance en la legislación que promueve la defensa y protección de las mujeres y la existencia de políticas de diversidad e inclusión para grupos vulnerables con capacidades diferentes.
Adaptación al cambio climático
El desarrollo de infraestructura sostenible y resiliente es una necesidad impostergable. No solo es importante eliminar las brechas de infraestructura, sino poner énfasis en reducir los impactos al medio ambiente, tanto en la rehabilitación y modernización de la infraestructura existente como en la construcción de nueva infraestructura, esta con estándares actualizados de adecuación
La infraestructura sostenible debe cumplir satisfactoriamiente criterios en cuatro dimensiones
Sostenibilidad económica y financiera
Rentabilidad económica y social
Sostenibilidad financiera
Atributos relacionados con las políticas públicas
Sostenibilidad ambiental y resiliencia climática
Clima y desastres naturales
Preservación del medio ambiente natural
Contaminación
Uso eficiente de los recursos
Sostenibilidad social
Pobreza, impacto social y relacionamiento con las comunidades
Derechos humanos y laborales
Preservación cultural
Sostenibilidad institucional
Alineación con estrategias globales y nacionales
Gobernanza y cambio sistémico
Sistemas eficaces de gestión y rendición de cuentas
Generación y fortalecimiento de capacidades
ESG
ODS
Estándares multilaterales
Certificaciones
Taxonomía UE
Ambientales (planet)
Descarbonización
Cálculo y reducción de huella de carbono
Eficiencia energética
Uso de energías renovables y materiales bajos en CO2
Riesgos climáticos, adaptación y resiliencia
Economía circular
Uso y consumo sostenible de recursos
Gestión de residuos y reciclaje
Operación y mantenimiento
Biodiversidad y ecosistemas
Eficiencia de recursos
Biodiversidad
Mitigación y adaptación al cambio climático
Prevención de contaminación
Gestión de riesgos ambientales
LEED (edificación EUA), BREEAM (edificación RU), Envision (Infra EUA), Ceequal (Infra RU), WELL (edificación EUA), Passivehouse (edificación RU)
Levels (edificación UE), Blue Dot Network (OCDE)
Adaptación al cambio climático: resiliencia y soluciones basadas en la naturaleza
Economía circular: reciclaje, reutilización, desmontaje
Mantenimiento de infraestructura
Edificación verde
Fuente: Juárez y Villarroya, 2022.
Sociales (people)
Igualdad
Diversidad
Inclusión
Seguridad y salud Accesibilidad
Derechos humanos
Normas laborales
Formación
Comunidad y acción social
Seguridad y salud
Condiciones laborales
Reasentamientos
Comunidades vulnerables
Género
Participación pública
Patrimonio cultural
Envision (infra EUA), WELL (edificación EUA), Blue Dot Network (OCDE)
Trabajo decente
Condiciones de vida adecuadas y bienestar
Comunidades inclusivas y sostenibles
al cambio climático. Aunque la infraestructura resiliente cuesta un 5% más que la tradicional, genera ahorros superiores al 35% en el ciclo de vida, lo que justifica ampliamente su adopción (Juárez, 2021).
Foco en los servicios
Debe ponerse el foco en la infraestructura como servicio a la sociedad. La cantidad y calidad de los servicios es mucho más importante para los usuarios que la construcción de activos. Al concluir las obras de infraestructura y ponerlas en marcha, se ofrece un servicio a la comunidad. A decir de Serebrisky (2020), transitamos del fin de la era de las estructuras a la de los servicios. La sociedad juzga al gremio de los ingenieros durante todo el ciclo de vida del proyecto, por lo que debemos cuidar no solo la etapa de la construcción de las obras, sino apoyar y poner mayor atención al ecosistema en su conjunto, con una perspectiva de largo plazo.
Transparencia y participación ciudadana
La apertura y transparencia en la planificación y ejecución de proyectos, junto con la participación de la
Gobierno (governance)
Anticorrupción
Código ético
Gestión de riesgos
Cadena de valor responsable
Económicos (prosperity)
Creación de empleo
Cifra de negocio
Accionistas y dividendos
Digitalización
Innovación
Pago de impuestos
Envision (infra EUA), Blue Dot Network (OCDE)
Envision (infra EUA), Blue Dot Network (OCDE)
comunidad, se consolidan como prácticas cruciales. La inclusión de la ciudadanía en el proceso de toma de decisiones garantiza que las soluciones sean contextualmente relevantes y socialmente aceptables.
Transparencia y rendición de cuentas
Una vertiente que está avanzando muy rápido en este tema se encuentra en las políticas de la banca multilateral, en organismos como el BID y el Banco Mundial. Se sancionan prácticas corruptas, fraudulentas, coercitivas, colusorias y obstructivas, con consecuencias severas para los involucrados. En efecto, suelen aplicarse medidas con implicaciones como las siguientes:
• No financiar ninguna propuesta de adjudicación de un contrato.
• Suspender los desembolsos de la operación.
• Declarar a una firma, entidad o individuo inelegible, en forma permanente o por determinado periodo.
• Remitir el tema a las autoridades nacionales pertinentes.
• Imponer sanciones adicionales, complementarias o sustitutas que se consideren apropiadas (multas, reembolsos, programas de cumplimiento, etc.).
u El garantizar que los proyectos de infraestructura no solo generen empleo local, sino que también empoderen a las comunidades locales se ha convertido en una tendencia vital, que cada vez toma más fuerza. La inclusión social y laboral no solo promueve la igualdad de oportunidades, sino que fortalece la cohesión social, en un entorno aún dominado por el género masculino, particularmente en temas relacionados con la infraestructura. Se aprecia en este campo un camino aún largo por recorrer, pero hay visos claros de cambio en favor de la diversidad y la inclusión.
Es decir, no solo se restringe el acceso a los créditos, sino que entra en juego la reputación, que se puede llegar a perder y es el activo más preciado de las empresas.
Destacan en este tema los enfoques que tienen organizaciones como la Federación Internacional de Ingenieros Consultores (FIDIC), o el FIDIC Integrity Management Systems (FIMS), cuya implementación por parte de las empresas incluye la adopción de un código de conducta, de un sistema de gestión de la integridad y de un sistema de cumplimiento (compliance).
Acciones más importantes desde la óptica de la ingeniería
Desarrollo de políticas sostenibles
La ingeniería tiene un papel destacado en abogar por políticas y marcos regulatorios claros que respalden la sostenibilidad integral. La creación de un entorno normativo propicio es esencial para la aplicación efectiva de prácticas sostenibles. Existe una normativa creciente en materia de estándares a cumplir por parte de proyectos, empresas, organismos y demás stakeholders del sector de la infraestructura. En el cuadro 1 se presenta un resumen de diversos estándares y criterios como los asociados a los principios ESG (environment, social, gobernance , que en español suelen referirse como ASG, ambiental, social y gobernanza) para el financiamiento de los proyectos, su relación con los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) y taxonomías diversas, principalmente de Europa, que empiezan a adoptarse en otras regiones del mundo. Una parte de estas normativas y certificaciones se ha multiplicado en materia de estándares para edificación (infraestructura verde, figura 2), que ha permeado en diferentes países, incluyendo México (Yorio, 2023).
Como se señaló anteriormente, los denominados criterios o principios ESG merecen una mención especial; se observa una tendencia creciente a alinear esfuerzos en torno al impulso y desarrollo de infraestructura sostenible, lo cual está siendo promovido por los agentes de financiamiento, que condicionan los recursos a aquellos proyectos que reflejen y cumplan criterios ambientales, sociales y de gobernanza (figura 3).
Certificaciones de edificios verdes en América Latina y el Caribe
Todos los países de América Latina y el Caribe cuentan al menos con un sistema de certificación disponible.
Certificaciones internacionales reconocidas
BREEAM (RU)
EDGE (IFC)
LEED (EUA)
Otras: Green Star, VERDE, DGNB, FITWELL, WELL
Certificaciones nacionales reconocidas
Argentina: Sello de Vivienda Sustentable
Brasil: Aqua-HQE, Procel Edifica, Sello Casa Azul, Sello EDIF
Chile: Sello CES
Colombia: Casa Colombia
Costa Rica: RESET
Guatemala: Casa Guatemala
México: Ecocasa
Certificaciones identificadas
Fuente: BID, 2022.
Inversión en capacitación y educación
La ingeniería debe liderar la formación de profesionales y la concienciación de los trabajadores sobre prácticas sostenibles. La educación continua y la capacitación especializada son instrumentos fundamentales para la transformación de la mentalidad en la industria. Se reconoce como un reto, ya que, según la WWF:
• El valor de la infraestructura sostenible no es reconocido.
• La infraestructura sostenible no es un requisito en la contratación pública. Cabría esperar un mayor impacto en materia de asociaciones público-privadas en infraestructura y servicios.
Criterios ESG
La inversión ESG incorpora cuestiones ambientales, sociales y de gobernanza en el análisis, la selección y la gestión de inversiones. Las cuestiones clave a tener en cuenta:
E: cambio climático, emisiones de carbono, contaminación, eficiencia de recursos, biodiversidad
S: derechos humanos, normas laborales, salud y seguridad, políticas de diversidad, relaciones comunitarias, desarrollo de capital humano (salud y educación)
G: gobierno corporativo, corrupción, Estado de derecho, fortaleza institucional, transparencia
u Debe ponerse el foco en la infraestructura como servicio a la sociedad. La cantidad y calidad de los servicios es mucho más importante para los usuarios que la construcción de activos. Al concluir las obras de infraestructura y ponerlas en marcha, se ofrece un servicio a la comunidad. Transitamos del fin de la era de las estructuras a la de los servicios.
La sociedad juzga al gremio de los ingenieros durante todo el ciclo de vida del proyecto, por lo que debemos cuidar no solo la etapa de la construcción de las obras, sino apoyar y poner mayor atención al ecosistema en su conjunto, con una perspectiva de largo plazo.
• Los profesionales de la infraestructura no tienen la experiencia ni los conocimientos necesarios para hacer que los proyectos sean sostenibles.
• Existe un portafolio aún limitado de modelos financiables para proyectos sostenibles.
Evaluación de impacto integral
La ingeniería debe liderar la implementación de evaluaciones de impacto que trasciendan los aspectos ambientales y aborden integralmente los impactos sociales y económicos. Este enfoque asegura una toma de decisiones más informada y alineada con los principios de sostenibilidad.
Promoción de financiamiento sostenible
Abogar por el acceso a financiamiento que premie la sostenibilidad es una acción estratégica. La ingeniería puede influir en las decisiones financieras atrayendo inversiones éticas y comprometidas con el desarrollo sostenible.
Monitoreo continuo y reporte transparente
La ingeniería es esencial en el diseño e implementación de sistemas de monitoreo continuo. Evaluar el desem-
peño sostenible a lo largo del ciclo de vida del proyecto garantiza la transparencia y la rendición de cuentas, elementos críticos en la construcción de la confianza pública.
Principales conclusiones
Debemos avanzar hacia un enfoque holístico en torno a la sostenibilidad integral en infraestructura.
La sostenibilidad integral en proyectos de infraestructura en América Latina no solo responde a una necesidad ética, sino que constituye una estrategia inteligente para garantizar el éxito a largo plazo.
La región tiene la oportunidad de liderar la transformación hacia un enfoque más sostenible, aprovechando su rica diversidad cultural y natural.
Las acciones desde la ingeniería son cruciales para abogar por políticas sostenibles, fomentar la educación y liderar la implementación de prácticas sostenibles.
América Latina puede convertirse en un referente global, donde la infraestructura no solo se construye sino que se desarrolla integralmente, considerando los impactos económicos, sociales, medioambientales e institucionales/de gobernanza en su ciclo integral como servicio a la sociedad
Referencias
Banco Interamericano de Desarrollo, BID (2022). Edificios verdes. Lineamientos para la incorporación y contabilización de medidas de mitigación y adaptación al cambio climático.
Juárez, R. (2021). Infraestructura para un futuro sostenible. IC Ingeniería Civil 625.
Juárez, R., y L. Villarroya (2022). Ingeniería sostenible: retos, oportunidades y nuevos enfoques. Seminario Panamericano de Consultoría en Arquitectura e Ingeniería.
Serebrisky, T., E. Cavallo y A. Powell (2020). De estructuras a servicios: el camino a una mejor infraestructura en América Latina y el Caribe. Banco Interamericano de Desarrollo.
Yorio, G. (2023). Taxonomía sostenible de México. Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
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Geotecnia
Ingeniería Marítima y Portuaria
Tú puedes ser un Ingeniero Civil certificado como perito profesional en las siguientes especialidades:
Auditoría Técnica de Obra y de Servicios Relacionados con Obra
Gerencia de Proyectos de Infraestructura
Medio Ambiente
Ingeniería Hidráulica
Ingeniería de Costos
Túneles y Obras Subterráneas
Valuación de Inmuebles
Seguridad Estructural
Valuación de Negocios en Marcha
Vías Terrestres
Coordinadora de la carrera de Ingeniería Civil, Universidad del Valle de México, campus Coyoacán.
Formar profesionales que agreguen valor a la sociedad
La tarea de un ingeniero civil está estrechamente ligada a cubrir las áreas del bienestar del individuo de cualquier nación, como son la vivienda, el transporte y la dotación de agua, entre otros servicios básicos. La visión que considero importante destacar es aplicar los conocimientos de la ingeniería tradicional a proyectos completamente sustentables a mediano plazo.
Ingeniería Civil (IC): ¿Cuáles son los principios que rigen la actividad académica en la Universidad del Valle de México (UVM) y qué aspectos puede destacar en el caso específico de la carrera de Ingeniería Civil?
Laura Silvia Colón Padilla (LSCP): Se plantea en general –incluyendo, obviamente, la carrera de Ingeniería Civil– ampliar el acceso a la educación de calidad global para formar profesionales productivos que agreguen valor a la sociedad. Esa es nuestra misión. Los valores que nos rigen son cinco: integridad en el actuar, actitud de servicio, calidad de ejecución, responsabilidad social, cumplimiento de promesas. Como principios institucionales consideramos siete: poder transformador de la educación, calidad académica, el estudiante al centro, inclusión, innovación, mejora de procesos y efectividad.
IC: ¿Cuáles son las principales actividades que usted desarrolla como coordinadora del programa académico?
LSCP: Trabajo en la coordinación de la licenciatura tradicional. En el campus contamos con más coordinaciones en varias modalidades y programas. Como coordinadora de la Licenciatura en Ingeniería Civil, además de otras a mi cargo, mi función principal es dar atención al estudiante apegándome a uno de los principios que mencioné: el estudiante en el centro. Buscamos proporcionarle todos los elementos para que tenga un desarrollo en el campo desde que inicia su primer ciclo o semestre en la institución hasta que termina. Le ayudamos a gestionar la parte académica, procesos administrativos que debe cumplir, asesorías (en especial con asignaturas de tronco común), apoyo con acceso a plataformas educativas y con la gestión de procesos ante otras áreas, como finanzas, actividades culturales y deportivas, documentación, para darle flui-
dez a todo lo que requiere para tener un egreso exitoso de la institución.
IC: ¿Con qué periodicidad se actualiza el plan de estudios de Ingeniería Civil y cuáles son los factores determinantes para las eventuales modificaciones?
LSCP: Los programas se actualizan cada vez que lo requiere el campo laboral, no establecemos un periodo regular. Actualmente estamos terminando un programa e iniciando con otro modelo apegado a las necesidades del campo laboral, enfocado fundamentalmente en el manejo de las tecnologías; a este nuevo modelo le llamamos “híbrido”, y con él el estudiante trabaja mucho la parte de la tecnología. Lo preparamos mediante el trabajo presencial con el docente y también para trabajar con diferentes recursos en el campo laboral, como el Enterprise Resource Planning o Sistema de Planificación de Recursos Empresariales, un software de gestión empresarial que permite a una organización utilizar un sistema de aplicaciones para gestionar cuentas e integrar las actividades financieras, de cadena de suministro, de operaciones, de creación de informes, de fabricación y de recursos humanos de una empresa.
IC: ¿Con qué criterios se abordan los desafíos del desarrollo tecnológico, en particular actualmente el de la inteligencia artificial?
LSCP: El modelo híbrido está diseñado para preparar a los estudiantes a utilizar diversas tecnologías digitales, como las plataformas educativas (Teams y Blackboard, principalmente), y dentro de ellas las actividades están encaminadas hacia los medios digitales; a su vez, en los medios digitales estamos enfocándonos en utilizar la inteligencia artificial como herramienta abierta en la
elaboración de las actividades, pues está tomando un papel muy relevante y continúa en desarrollo. En el caso de ensayos, documentos, artículos…, cuidando que no se dé el plagio al que se presta el uso de inteligencia artificial. Para eso se desarrollan rúbricas.
IC: ¿A qué se refiere con “rúbrica”?
LSCP: La rúbrica es una lista de cotejo que contiene los puntos que cada estudiante debe cumplir en la entrega de un trabajo. Por ejemplo, un trabajo puede implicar que deba entregar una carátula, un desarrollo, conclusiones, referencias. Si se hacen citas textuales, tienen que ir referenciadas, citar de qué fuente se están tomando. Y el desarrollo va apegado a cada materia, en lo que va necesitando. En el ámbito de las tecnologías digitales, si no son utilizadas en la forma pedagógica correcta se tiende mucho a realizar un “copia y pega” de material consultado. Una rúbrica es un instrumento de calificación que se utiliza en el área académica para asentar los lineamientos mínimos que debe cubrir una actividad (trabajo, proyecto, foro, principalmente). Con ello se asegura que el estudiante analice y sintetice el contenido que busca en los medios digitales. Se establece que en la entrega de un trabajo se deben referenciar los materiales consultados y se estipula una ponderación en el sentido de que, si se detecta un plagio de la información, el trabajo queda anulado automáticamente.
IC: Dentro del plan de estudios de Ingeniería Civil, ¿cómo están incorporados los conceptos ambiental y social?
LSCP: En ingeniería civil se maneja con amplitud el tema ambiental, los ecosistemas en los que se va a desarrollar la infraestructura. En la currícula existen asignaturas dirigidas al área profesional, el área básica y el área disciplinar. En el área profesional se tocan los aspectos sociales mediante asignaturas como Empatía, Solucionar para cambiar, Transformar para impactar, Resolver para
escalar y Cultura internacional del trabajo, entre otras. En el área básica encontramos las asignaturas propias de una licenciatura en ingeniería, como Física, Química, Álgebra, Cálculo, Estadística, Ecuaciones diferenciales y Métodos numéricos. En el área disciplinar están las materias que se enfocan en los aspectos propios de la licenciatura y las asignaturas que incorporan los conceptos ambientales: Hidrología, Planeación y control de obras, Diseño de carreteras y puentes, Abastecimiento de agua y Diseño sismorresistente.
IC:¿Se incluye en el programa de estudios el servicio social, las prácticas profesionales?
LSCP: Sí. Existe una Coordinación de Vinculación a Empresas, y si el estudiante tiene propuestas se revisa que cumplan con los requisitos que marca el reglamento. El servicio social puede realizarlo el estudiante cuando haya cubierto como mínimo un 70% de sus créditos en la licenciatura o, si lo prefiere, al final de la licenciatura. En el noveno semestre los alumnos abordan solamente dos materias finales: el Taller de fortalecimiento y Prácticas profesionales; en esta última debe vincularse a una empresa en donde desarrolle un proyecto con una cierta cantidad de horas que estipula el reglamento (400 horas) durante el ciclo escolar, con una asistencia de lunes a viernes; en la asignatura reporta semanalmente su avance y completa un portafolio de evidencias.
IC: ¿Cuál es la visión de la ingeniería civil hacia el futuro, a 10, 20, 30 años?
LSCP: La tarea de un ingeniero civil está estrechamente ligada a cubrir las áreas del bienestar del individuo de cualquier nación, como son la vivienda, el transporte y la dotación de agua, entre otros servicios básicos. La visión que considero importante destacar es aplicar los conocimientos de la ingeniería tradicional a proyectos completamente sustentables a mediano plazo, es de-
Formar profesionales que agreguen valor a la sociedad
cir, apoyados en las nuevas tecnologías, diseñar obras amigables con el medio ambiente, con reutilización de materiales, disminuyendo la huella hídrica y de carbono, eliminando por completo la utilización de materiales de origen fósil para construir ciudades más limpias, resistentes y ahorradoras de energía.
IC: Mencionó la interacción que tiene la UVM con el sector empresarial para la práctica profesional y la salida laboral de los estudiantes de Ingeniería Civil. ¿Existe un enfoque similar con relación al sector gubernamental, por ejemplo con la CFE, la Conagua, la SICT, o con los gremios de profesionales, en particular con el Colegio de Ingenieros Civiles de México (CICM) y con los de otras profesiones afines al desarrollo de infraestructura?
LSCP: Sí; se tiene convenio con dependencias gubernamentales para el servicio social y las prácticas profesionales, así los alumnos acceden a la profesionalización, como lo hacen en el sector privado. Para el servicio social de las licenciaturas de ingeniería tenemos convenio con la Fiscalía General de la República y con el Servicio de Administración Tributaria.
Para el caso de prácticas profesionales se tiene una cartera más amplia con empresas privadas, y existe la posibilidad de que el estudiante postule una empresa que seleccione; como ya comenté, se corrobora que cumpla con el perfil de la licenciatura y con los requisitos que el reglamento establece para hacer la vinculación.
IC: ¿Participan los estudiantes en actividades del CICM, como los congresos, los cursos, las conferencias?
LSCP: Los alumnos que pertenecen al Comité de Estudiantes mantienen comunicación con el colegio para atender concursos, conferencias, cursos. Tengo conocimiento de una estudiante que participó activamente en el Comité de Estudiantes y actualmente cursa su docto-
Se cuenta con un laboratorio para las pruebas de corte, de soporte de peso, con tolvas para hacer mezclas y herramientas para maquetas.
rado en Francia con una beca otorgada por el CICM. El pasado semestre también participaron los estudiantes de 5˚ semestre en la Olimpiada del Conocimiento y en el Congreso Nacional de Ingeniería Civil.
IC: ¿Cuál fue el impacto de las políticas que se impusieron durante la pandemia de COVID en el ámbito académico?
LSCP: La reacción de la universidad fue ejecutiva, reactiva y considero que eficiente. No se perdió ningún día de clases; inmediatamente se activaron todos los apoyos tecnológicos para que por medio de las plataformas digitales el estudiante siguiera teniendo clases con el mismo docente que las venía tomando de manera presencial. Fue en un periodo intermedio de ciclo escolar. Claro que al principio hubo problemas de conexión, de familiarización con las herramientas, pero el estudiante no perdió clases.
IC: ¿Hubo modificación en el plan de estudios o en la metodología durante la pandemia?
LSCP: En la metodología y los planes de estudio, no. Obviamente, mediante las plataformas digitales se hacían las entregas de trabajos: había grabaciones de las sesiones para que si el estudiante tenía problemas de conexión pudiera revisarlas posteriormente. Creo que se dieron las facilidades oportunas para que los alumnos siguieran teniendo sus clases, en la medida de lo posible, de la manera más próxima a como las estaban teniendo cuando eran presenciales.
IC: ¿Hubo evaluación respecto del impacto que tuvo en el aprendizaje la modalidad virtual sola e híbrida comparada con la presencial? No faltan comentarios de profesores, por ejemplo, diciendo que algunos alumnos se conectaban, pero no se sabía si estaban o no allí, o haciendo referencia al tema de la evaluación, que resultaba muy difícil de manera virtual. ¿Qué se recogió de este proceso como experiencia?
LSCP: En cuanto a la interacción virtual con los estudiantes, se les indicaban actividades, participación en clase o entregas mínimas que debían cumplir de manera inmediata una vez que la explicación finalizaba; esta fue una forma de garantizar una participación efectiva de los estudiantes, y así resultaba muy difícil que se desconectaran y no participaran.
IC: Buen punto. Por otro lado, en general los jóvenes están más familiarizados con la tecnología, pero no todos los profesores, especialmente los más veteranos, poseían ese conocimiento. ¿Ese fue un problema a resolver?
LSCP: Se atendió. Comenzamos a hacer capacitaciones al cuerpo docente por medio de reuniones virtuales a la par que se empezaron a generar los cursos virtuales. Actualmente seguimos apoyando a docentes de nuevo ingreso con los soportes que requieren.
IC: ¿Cómo calificar efectivamente el aprendizaje cuando se encuentra con la dificultad de evaluar por medio virtual?
LSCP: La plataforma que tenemos en la UVM para trabajar la calificación del estudiante contiene los instrumentos para que el docente pueda calificar en tiempo y forma, indicando por medio de una rúbrica los puntos a cubrir con la ponderación de cada uno de ellos y mostrando a los estudiantes los puntos mínimos entregables. En el caso de exámenes también tenemos de manera virtual la posibilidad de manejarlo por opción: que coloquen el resultado de un problema o que puedan subir por imagen el procedimiento. Las bondades que tienen las herramientas digitales se han fortalecido y siguen en desarrollo; esta ha sido una constante por parte del docente.
IC: ¿Les dan seguimiento a los egresados de Ingeniería Civil? ¿Tienen asociaciones de egresados por generación o integradas?
LSCP: El seguimiento a los egresados se da ofreciendo actualización profesional y pidiéndoles que compartan sus experiencias con los estudiantes, desde los de nuevo ingreso hasta los que están próximos a egresar. No se tienen asociaciones de egresados por generación, pero sí se mantiene un directorio para seguir ofreciendo maestrías o cursos que integren en su perfil profesional.
IC: ¿Qué impacto tiene y qué seguimiento se le da en la UVM a la participación de las mujeres?
LSCP: La participación de la mujer es cada vez más activa en ingeniería civil de la UVM. Lo vemos en grupos que actualmente tienen ya una matrícula de 50/50. Ha crecido mucho la participación de la mujer. La ex alumna de Ingeniería Civil de la UVM que está haciendo su doctorado en Francia es un ejemplo del destacado papel que están desempeñando las aspirantes a ingenieras civiles.
Cabe mencionar que nuestra rectora actual es una mujer, contamos con direcciones encabezadas por mujeres y con ello confirmo nuevamente que la equidad es un valor compartido por todos quienes formamos parte de la universidad.
IC: ¿Qué hace la UVM para preparar a los estudiantes en lo que hoy se conoce como “habilidades blandas” –liderar, trabajo en equipo, negociación, inteligencia emocional, etcétera?
LSCP: Las habilidades blandas son un complemento de la formación profesional de los estudiantes, y se consideran dentro de las competencias a cubrir por asignatura; en ellas se enfatiza el trabajo en equipo, la resolución de conflictos y la empatía, entre otras. ¿Qué hace la UVM? El diseño de las actividades que son requeridas en la plataforma Blackboard, por ejemplo, incluye el desarrollo de estas habilidades. Puedo mencionar que para asignaturas que lleva el estudiante totalmente en línea tiene que formar equipos de trabajo con otros estudiantes de otros campus y entidades, lo que resulta en un aprendizaje orientado a establecer comunicación, resolver conflictos y otras
u En el ámbito de las tecnologías digitales, si no son utilizadas en la forma pedagógica correcta se tiende mucho a realizar un “copia y pega” de material consultado. Una rúbrica es un instrumento de calificación que se utiliza en el área académica para asentar los lineamientos mínimos que debe cubrir una actividad. Con ello se asegura que el estudiante analice y sintetice el contenido que busca en los medios digitales. En la entrega de un trabajo se deben referenciar los materiales consultados y se estipula una ponderación en el sentido de que, si se detecta un plagio de la información, el trabajo queda anulado.
habilidades para entregar en tiempo y forma los trabajos solicitados. En las clases presenciales se les pide a los docentes que fomenten estas habilidades y las desarrollen ellos mismos para que los estudiantes adquieran la habilidad mediante la observación y la experiencia.
IC: ¿Cuáles son las especialidades o subespecialidades de la ingeniería civil que se ofrecen en la UVM?
LSCP: Actualmente no contamos con especializaciones en ingeniería civil. La malla curricular es igual para todos los estudiantes que cursan la licenciatura; la especialización es una opción abierta que va fortaleciendo el estudiante con base en su experiencia laboral y que busca en forma independiente.
IC: ¿Cuenta la Licenciatura de Ingeniería Civil de la UVM con programas de educación continua y posgrados?
LSCP: No específicamente para ingeniería civil, sí para temas transversales y que se ofrecen también para el resto de licenciaturas de ingeniería; por ejemplo, la especialidad en administración se imparte en línea o de manera presencial.
IC: ¿Qué aportan las reuniones del Consejo Académico del Colegio de Ingenieros Civiles de México (a las que usted asiste) al desarrollo de la carrera de Ingeniería Civil en la UVM?
LSCP: Las aportaciones que recibo en las reuniones mensuales son muy enriquecedoras, porque los integrantes del Consejo Académico del CICM son expertos muy destacados en materia de formación académica en ingeniería civil. Rescato de las últimas reuniones la parte académica: se aborda con amplitud el tema de la inteligencia artificial, además de que el colegio aporta mucho también por medio de sus congresos, conferencias, visitas de campo. Creo que es algo muy útil y valioso para los estudiantes de las diferentes universidades que formamos parte de este consejo
Entrevista de Daniel N. Moser
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El murmullo de las abejas
Sofía Segovia Lumen, 2015
Una mañana cualquiera un hombre de avanzada edad toma un taxi en la ciudad de Monterrey rumbo a Linares, su ciudad natal. El viaje solo llevará unas horas, pero el viejo habla y no para, como si delante de él se desplegara todo su pasado. Así, el taxista y los lectores vamos a conocer la historia de una familia mexicana de terratenientes, los Morales Cortés, desde el principio del siglo XX hasta hoy. De repente, en el fluir de las palabras, asoma el rostro amigo de un niño sabio que no puede hablar, pero oye lo que otros no saben o no quieren oír, y anda rodeado de abejas.
Ese singular niño marcará de manera significativa la vida de la familia Morales Cortés. El pequeño Simonopio tenía un defecto en su rostro: el beso del diablo según los más supersticiosos y crueles del pueblo. Lo hallaron rodeado de abejas y éstas se convirtieron en sus fieles compañeras.
2024
Abril 17 al 19
VII Seminario Internacional de Puentes
Asociación Mexicana de Ingeniería de Vías Terrestres Nayarit, México www.amivtac.org
Mayo 18 al 24
10 Foro Mundial del Agua World Water Council Bali, Indonesia worldwaterforum.org
Junio 4 al 6
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Sofía Segovia se vale de aromas, imágenes imborrables y sensaciones en la memoria de sus personajes para acercarnos toda una vida de recuerdos. Es una de esas obras que quedan en la memoria por mucho tiempo
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