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The Cult: Prozac Nation
The Cult
Sobrevivir el limbo: Mirada sentimental a Prozac Nation por Yoanna Sánchez
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“Sometimes it feels like we’re all living in a Prozac nation. The United States of Depression.” - Elizabeth Wurtzel
Introducción:
Porque si sobrevivo a este escrito emprenderemos un camino juntos, es menester presentarme brevemente. Mi nombre es Yoanna, los que me quieren (y los que lo aparentan) me dicen Yoa. Mi padre me introdujo al mundo de las películas desde muy pequeña y hoy las miro, a bien o mal, con el corazón. Si tiene buena dirección, si el guión es bueno, si la música, si la cinematografía….no me importan ninguna de esas cosas si la historia no movió algo en mi. Desde ahí es mi crítica, desde la mirada sentimental, desde un pedacito de mi. Aquí vamos.
Provocación
Ese vacío que nadie puede llenar. Un sentimiento profundo de tristeza, una frialdad que nos posee, correr y no llegar a ningún lugar. Esta premisa es lo que hace esta historia sea más espeluznante. Es el cuento de un demonio real. Una mirada hacia estar en el limbo, la depre, a través de alguien que bien podría ser tú, cualquiera, hasta yo.
¿De qué trata?
Adaptada de la novela con el mismo nombre, Elizabeth Wurtzel es una estudiante de Harvard que lucha contra la depresión en su camino a convertirse en una gran escritora. La película está protagonizada por Christina Ricci, Jessica Lange, Jason Biggs, Ann Heche, Michelle Williams, Jonathan Rhys Meyers, entre otros.
Desde la primera toma, la trama te agarra de la mano, y sin aviso para coger una bocanada de aire, te sumerge al abismo oscuro, frío y aterrador de la depresión y sus demonios. El canvas se pinta de personajes que recurren y se alejan por decisión o necesidad con el propósito de pintarnos el canvas completo del mundo a través de los ojos de la persona consumida por su demonio. Sin escenas innecesarias, ni giros inesperados, llegamos al clímax con la fluidez orgánica de cómo un personaje depresivo, guiado por acción y consecuencia, (no hay spoilers) debe climatizar. Al final, su resolución es justa, no feliz, pero necesaria. Pero igual, la felicidad es relativa.
Un gran acierto en dirección, si me preguntan, que bien retrata la historia como yo con mi crítica: desde el corazón. Sin sus tomas crudas, casi en primera persona, no hubiéramos simpatizado igual con la protagonista. Esa se la doy. Destaco igualmente la interpretación de Ricci de una joven depresiva. Es tan real que por momentos olvidé que veía una película de ficción. Los actores que transcurren alrededor de ella igual son muy genuinos y honestos sin caer en el estereotipo del rol que juegan dentro de la cabeza de Elizabeth (la amiga, el doctor, el novio, la madre).
Si anda en busca de una historia con verdad, vea Prozac Nation. Mi verdad es que cumple con dejarnos pensando en nuestra propia realidad y nuestras luchas. ¿Y saben qué? Creo que hay un poquito de locura depresiva en todos. Sin tristeza no hay balance, sin frialdad no sentimos, sin un poquito de derrotismo, no triunfamos. ¿O me equivoco?