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Lubio Cardozo. CHORONÍ Primera edición. No esta permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni su tratamiento informático, ni la transmisión de ninguna forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito de los titulares del Copyright. Copyright de este número:
Portada: Hugo E. Méndez U, Collage Choroní. 2016. Lubio Cardozo 2016. Editorial Erato, Abril 2016. Isla Dorada, 05 de Abril. Maracaibo.
Fotografías: Google, Lenin Cardozo Parra. Concepto, edición, composición y montaje: Hugo E. Méndez U. hugoemendez21@gmail.com Impreso y publicado en la República Bolivariana de Venezuela.
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“Miro hacia atrás / la tempestad sobre las selvas de verano / la pandereta lluvia batir obscuras hojas del mijao / en la circunferencia límite del tigre y de la liebre // Choroní en el ocaso / parda tierra, parda corteza, / corazón de quebradas y peñascos, / sangre de manantiales y lirios. // Como la palabra de ello / tú / tal vez como el resumen / como sus voces. / Porque somos la tierra, los peñascos, el río, / no basta interpretar la residencia y la fuga”. Lubio Cardozo, Valle de grandes mijaos.
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Dedicado A Tiuna Cardozo
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Agradecimientos A Mgs. Hugo E. M茅ndez U. por sus aportes a la realizaci贸n de este libro.
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Contenido Dedicado
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Agradecimientos
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Contenido
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Introducción
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1. Poemas de Lubio Cardozo 1. AQUELLA LINDA MUCHACHA DE CHORONÍ
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2. PLAYA DE LA CALERA
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3. LA SIEMPREVIVA
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4. EL CEMENTERIO DE CHORONÍ
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5. PUERTO ESCONDIDO
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6. CARO
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7. VALLE DE GRANDES MIJAOS
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8. RITO DE VERANO
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9. LA RISA, LAS DONCELLAS, LOS LIRIOS, EL POZO DEL RIO
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10. FOGATA
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11. LLUVIA
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12. MAR
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13. LAS MALVAS
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14. BUCARE ROJO
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2. Lubio Cardozo 1. Lubio Cardozo: poeta y ambientalista venezolano
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Introducción La poesía salva Espigó Lubio Cardozo entre sus poemarios aquellas composiciones líricas donde canta la memoria de los sueños de su infancia en Choroní. Eligió solamente entre sus libros de versos las odas donde cree identificar el ser de ese “valle de grandes mijaos” junto al viejo pueblo de pocas calles pero de hermosas casas. Nació el poeta en Caracas por vicisitudes familiares, más siempre percibió el arraigamiento de su larga ascendencia en el tiempo, de su raigal linaje en esa verde comarca. Van en esas trovas presencias humanas dignamente recordadas: su madre, doña Crucita Soto, la notable cantante de fulías por las aldeas aledañas a la Villa, Jeremías Pedraz; de una de las fundadoras del caserío Uraca, señora María García; las lavanderas de ropa a las orillas del río; de igual modo, su padre quien se llamó Alejandro. Acompañan gratas descripciones de entrañables espacios del pequeño territorio, las playas cargadas de largo historial, los menudos puertos olvidados, el cementerio donde la fea muerte descansa al pie de unas lindas laderas tupidas de xerófitas bañadas por el oro solar, arrulladas por el lejano rumor marino; acompañan el recorrido lírico la lluvia, algunos árboles emblemáticos, el verano, la gran falena azul propia de los días estivales, en fin. Situado en el centro norte del estado Aragua, a dos kilómetros del Mar Caribe venezolano, el gentil pueblo de Choroní se inserta claramente en el transcurrir de la historia nacional desde sus orígenes registrables. Entre la costa, pues, y las montañas de la Cordillera, en el sector del Parque Nacional Henri Pittier, se aposenta el poblado sobre una lonja de tierra de algo menos de un kilómetro cuadrado, flanqueado -si miramos hacia el norte- a la izquierda por la quebrada Santa Clara, a la derecha por el río Choroní. Paralelas a estas corrientes de agua se extienden dos planicies, hasta hace poco muy boscosas, frenadas por el litoral. Las cubrían haciendas de cacao y otros sembradíos menores en simbiosis con una nutrida floresta apropiada a esos cultivos. Lamentablemente ese nicho ecológico de Choroní se desmorona con insólita rapidez, por una semioculta antropodepredación.
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Choroní nunca fue una encrucijada de caminos, un pueblo de paso, sino por el contrario una estable villa de largo arraigo en la historia venezolana que se desarrolló en el centro del País. Allí, por ejemplo, se residenció en la plenitud de su existencia, con casa en el poblado y hacienda en los aledaños, el poeta José Antonio Maitín (Puerto Cabello, 1804 – Choroní, 1874), fundador del romanticismo en la poesía lírica venezolana. Después de muchas andanzas y desventuras José Antonio Maitín al fin encontró en ese valle regado por el río Choroní la necesaria paz para poder escribir sus versos, percibió de igual modo la espontánea poesía singular, intrínseca a ese ambiente, esparcida entre la fronda, en la atmósfera, en la luminosidad celeste, en las bermejas rocas de sus litorales, en las fragantes hierbas a las orillas de la quebrada, en las flavas arenas de Playa Grande. Leyó, pues, con su talento de escritor las serenas cantigas de esas verdes estancias. Presente ello en lo mejor de sus odas. Allí también, en este “valle de grandes mijaos”, en esta alquería rodeada de selvas, nació, transcurrió la infancia y primera juventud de Laura Alvarado Cardozo, hoy Beata María de San José. Finalmente, busca esta breve presentación, además de acompañar el poemario de Lubio Cardozo, refrescar la mirada y la memoria de los lectores entorno al tesoro histórico, artístico, ecológico, botánico, ecológico, hídrico, humano, en riesgo de una paulatina desaparición la fronda del valle de Choroní, la belleza arquitectónica del casco antiguo de la villa, de la iglesia, de la residencia cural, de sus casas, de su plaza, de su cementerio, de sus archivos locales (jefatura e iglesia); detener en lo posible la contaminación de su río, de su quebrada, y algo insoslayable: proteger la sanidad moral de sus pobladores. Tal vez lo poemas de Lubio Cardozo, veladamente, apuntan a ese anhelo. Porque lo afirma categóricamente el rótulo de este escrito, LA POESIA SALVA…
Lenín Cardozo Parra
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1 Poemas de LUBIO CARDOZO
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1 AQUELLA LINDA MUCHACHA DE CHORONÍ Recordando a Crucita Soto.
Nacen aún flores a las orillas de la empalizada de los escombros de Kajima. Tu rostro en sus corolas mece. Convirtió el aura tu nombre en eco del atardecer. Sobre las altas faldas fértiles de la lejanía corretea la obscura sílaba su soplo cima del júbilo a la ribera de la misericordia. Entre las arboledas, a la hora sellada, asomó el hombre “cara de jaguar”. La aromancia de Venus a lo fabulario invitaría. Adquirió Kajima la eternidad de la quimera. (Oídos atónitos la oyeron). Tal la ilusión de la floresta
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así la fugitiva esencia del anhelo Yaces existiendo. Revives la extendida latitud del presente. -----------“Cara de Jaguar”: nombró así el nieto en su poema HERENCIA a su abuelo. Nota: Doña Cruz Soto de Cardozo, nació en Choroní: 1902, murió en Caracas 1944.
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2 PLAYA DE LA CALERA
Sobre esta eternidad de movimientos atajada en el sepia de las rocas en la torre del viento frente al peso del mar en la morada del vahaje. Trovador de tus risas y tus gritos sin sombra de tu cuerpo, mimbre de Sol. Planetaria. Transformadas en marina nuestras voces del visionario no quedaron sino los libros vesperales y en los valles al Sol de las laderas como quien rĂe de la fatalidad.
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3 LA SIEMPREVIVA
Gompharena globosa L. Amaranthaceae
Muchas flores ese nombre ostentan. Su críptico color la esperanza penumbra. Ofrecen algunas sus cándidas corolas a la mirada. Las brácteas purpúreas de otras el aire escandalizan, Obrizas del guanaco o diminutos suspiros entre las hierbas esa voz reclaman. Tampoco la violeta medio oculta ni la triunfalista del granado. Pero ¿Cuál es en verdad la siempreviva? Tal vez todas. Posee necesariamente sed de presencia. Diosa Maia, advocación de Madre Gea con encantados días luminosos celebra
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la pujanza del monte en su rostro florido. Evocación de la vida, de la alegría, de lo hermoso. Revela la siempreviva la flor. --------A Jeremías Pedraz, excelsa cantadora de fulías durante los velorios de Cruz de Mayo por las alquerías de los campos de Choroní. Su mejor fulía llevaba el nombre de flor, lúdica metáfora de la Cruz. Ella, Jeremías, vivió para el loco amor, las parrandas, el aguardiente, su música, la poesía agreste. Florit. En el entorno de aldeas, cerros de aquel Choroní, 1950 – 1980. “¡Qué alegría, qué alegría al pie de la Cruz de Mayo florecio la siempreviva! Así comenzo mi canto con versos de la fulía”… por Jesus sacramentado. Jeremías Pedraz.
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4 EL CEMENTERIO DE CHORONÍ
Desciende entre murallas el rojo collado seco pleno de recuerdo para nadie. Debajo de algunas lápidas no había sino aire tibio. ¿Cuántos hay aquí’? ¿Quién conoció a…? ¿Cuánto de o resinaciones y creencias, cuánto polvo, arrastró la brisa en su zarabanda al mar cual un cetáceo irónico juega paciente contra los carros de cactus? Son las señales de los náufragos. A esa brisa cálida, al cetáceo irónico, ama. Palpa con fruición de las laderas las rocas las pequeñas piedras que son huesos. 15
Vive a espaldas de la confianza. De los refugios saca tu corazón. Insola la muerte a la vida. Al círculo de la eternidad escapa de los arúspicos mediante el pacto de sangre con los huracanes, la greda, los astros. Sé íncola de la tierra. La seca ladera brilla en un mediodía de guijarros y matorrales. A lo lejos el golpe del mar no nos parece extraño. Es como el canto de absolutamente todos.
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5 PUERTO ESCONDIDO
Al mar serpentario ya habíamos arribado para entonces de las horas muertas en los espacios donde asombra la claridad de la noche mostrando los árboles distantes, exhaustos laureles negros malaguetas cardones de lofaria, expandidos por los cielos ramilletes de cirros… El mar, la voluntad disuelta y el mar sobre los sueños rendido al espacio abierto en su inmensidad a las fuerzas sobre los sueños en este ignorado nuevo reino eterno sólo emitido donde no cabe la remembranza 17
nostálgica de otra existencia. Sabía, señalante, la brisa sobre esta cálida bahía entre arnasca de rocas marina y palmas verdeazules Frente a la vanidad del ruido y de los sueños materiales salvajes, metáfora de perpetuidad y silencio.
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6 CARO
Enterobium ayolocarpum, Leguminoceae: Nimosaceae
A la vera de aquel sendero vecino al río un caro por los días de junio con las cabezuelas de sus blancas corolas en mi recuerdo florece. Mientras retozábamos en el agua alguien de súbito el árbol lo asombra -¿Cómo se llamará? Velada en medio de las guanasanas de la ribera azarosa voz de mujer se oyó ¡Caro! Contémplanos en silencio su hermosa altura su ancha copa, caídas con la lluvia al pie del grueso tronco
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sus helicoidales legumbres. Rompió la pauta de los observantes otra vez el grito -¡Caro lo nombran! Míranos las húmedas guanasanas en las piedras de la orilla para encontrarnos. Sólo la cautivante risa oculta entre los tiernos tallos Con el lluvioso atardecer encima.
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7 VALLE DE GRANDES MIJAOS
Miro hacia atrás la tempestad sobre las selvas de verano la pandereta lluvia batir obscuras hojas del mijao en la circunferencia límite del tigre y de la liebre. Choroní en el acaso parda tierra, parda corteza, corazón de quebradas y peñascos, sangre de manantiales y lirios. Como la palabra de ello tal tú ves como el resumen como sus veces. Porque somos la tierra, los peñascos, el río no basta interpretar la residencia y la fuga.
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8 RITO DE VERANO
Cuando el heraldo del silencio ha levantado seco estandarte blanco la
mariposa baila la
gran azul en selva la canci贸n del est铆o
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9 LA RISA, LAS DONCELLAS, LOS LIRIOS, EL POZO DEL RIO
Y pensar que ese verbo es falso hasta siempre: volver. Y pensar que no podemos. No retornaremos al pozo del río bajo los grandes mijáos. Estarán otra vez las doncellas Sobre islas de piedras entre lírios de agua. Atravesará los espinares del altozano el canto de las lavanderas. Pero ya no se puede volver porque el mundo que hicimos mal desde el comienzo es roca en medio de ancho foso ya que no podremos saltar. Isla de soledad rodeada de fantasmas. Apenas si disponemos del corazón entre los florecidos huracanes. 23
10 FOGATA A mi padre.
Así, con la sonrisa de un victorioso tahúr furtiva la muerte se posa delante de ti, sorprendido. Ya no habrá chance. El viejo, sentado en su mecedora vio flagar una vez más el abey sus corolas enrojecidas. Lo nombró con dulces manos su padre aún el era un niño. En verdad un gigantesco reloj del gran tiempo encarnaba, Fanal sólo para marcar zancadas de vida cuando encendía sus fogatas en medio del aire.
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El final del jĂşbilo, pese a todo. El final de la risa de los niĂąos de los pĂĄjaros y la lluvia sobre la hierba luminosa, bajo ancianos pinos. El final de la vida, furtivo.
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11 LLUVIA
La llamada cruza con la voz del viento tras los uverales playeros. Llueve sobre la tierra del recuerdo renueve. Premio a tu claridad existir mirada en lontananza sinfónico poema de las nubes oído por la sangres humedad raigal venida de la arcilla. Llovizna sobre el alma renovadora de la tierra más honda. Afanes y lábiles ilusiones ya sin fuerza de la aventura. Oh Sol de la adolescencia ¿dónde dejaste su furor magníficos?
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12 MAR En Playa Grande de Choroní.
Tierra mestiza cuyo signo rodeó el caos. Te sueñan, te inventan, te contemplan los hombres de tu arena vástagos de tu Sol salobre cuyos clamores se forjaron a tu vaivén iluminados de la Luna o el trueno. Ay mar, ay memoria. Te atisbas, te asomas, te piensas extendida playa entre rocales anegada con Dánao en la fecunda lluvia de oro o de la noche
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para acuñar las mustias aguas las lágrimas al través de los ojos de miel, híbridos de dolor de historia hechos. Ay mar, ay memoria.
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13 LAS MALVAS En recuerdo de la señora María García de Uraca, Choroní.
Malva sylvestris L. Malachra alcelfolia.
Malvaceae (europea). Malvaceae (nativa).
Hay dos hierbas así llamadas. Una de Europa proviene delgados tallos ásperos hojas raniformes corola violáceas. Faz algo sombría. Tiñó injustamente el adjetivo. Hallase la malva nativa junto a derruidos muros
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al frescor de la brisa en veranosos valles y piedemontes. PequeĂąa planta de orbiculares hojas. Pareciera el dulce amarillo de sus flores la corporeidad del lujo de lo sorprendente. Mitigante dĂĄdiva. Festejo entre el herbaje.
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14 BUCARE ROJO
Erythrina velutina. Leguminosae.
Cuando el verano despliega sus fuerzas recónditas sales de tu silencio con la voz grana te levantas entonces como un sirio entre viejos cafetales y oxidados cerros, Por sobre los días secos y gualdas del cálido mutismo tu grito de carmin es la palabra de la vida misteriosa respuesta cuando todo pareciera yacer en el estío.
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2 LUBIO CARDOZO
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1 LUBIO CARDOZO: poeta y ambientalista venezolano
Lubio Cardozo, Caracas, 1938. Poeta, ensayista, investigador
y
cr铆tico
literario
venezolano.
Licenciado en Letras en la Universidad Central de Venezuela (curso Investigaci贸n
1960-1964).
Documental
en
Postgrado
en
la Escuela
de
Documentalistas de Madrid (curso 1972-1974). Profesor Titular Jubilado de la Universidad de Los Andes. Director de la Escuela de Letras de la Facultad de Humanidades de la ULA (1975-1976). Director Fundador del Instituto de Investigaciones Literarias Gonzalo Pic贸n Febres de la misma Universidad (1977-1979). Decano de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Los Andes (1979- 1981). Miembro de la Academia de M茅rida y Bibliotecario de su Directiva (1993). Lubio Cardozo 33
comienza su vida literaria, como poeta, en la revista En Haa junto con José Balza, Jorge Nunes, Carlos Noguera, Argenis Daza Guevara, Armando Navarro, Teodoro Pérez Peralta. En Haa significaba una tercera posición estética, creativa, en la Caracas del primer lustro de los años sesenta, en cuya escena jugaban un papel de primer orden Tabla Redonda y Sardio. Pasada la difícil década del sesenta, las búsquedas literarias de En Haa se continuarán
con
el
mismo
grupo
de
intelectuales
en
las
publicaciones Jakemate (Caracas, 1972) y Falso Cuaderno (Caracas, 1976). Ha obtenido los siguientes premios literarios: de ensayo, en el VIII Concurso Literario de la Universidad del Zulia (Maracaibo, 1970); de investigación, en el "Carlos E. Muñoz Oraa" de la ULA (Mérida, 1976); de poesía, Mención en el VI Concurso Anual de Poesía de la Universidad del Zulia (Maracaibo, 1967), Municipal de Literatura (Mérida, 1982); Premio de Poesía APULA (1984). Ha sido colaborador de diversas revistas literarias nacionales y extranjeras, entre estas últimas: Xilote (México), Igitur (Córdoba, Argentina), Ideas, Artes y Letras (Lima), Espiral (Bogotá), Esparavel (Cali, Colombia); y entre las nacionales: Suplemento Cultural de Últimas Noticias (Caracas), Revista Nacional de Cultura (Caracas) Revista de la Universidad del Zulia (Maracaibo), etc. Redactor de la Revista Caribana (1982 - 1984), En Haa (1963 – 1971), Jakemate (1972) y Falso Cuaderno (1976 - 1981). Coordinador de la revista ACTUAL de la Dirección
General
de
Cultura
y
Extensión
de
la Universidad
de
Los
Andes, Mérida, Estado Mérida. Cardozo ha publicado más de treinta (30) títulos
de
estudios
literarios
sobre
Historia, Teoría y Crítica. Fue promotor, coordinador,
editor
y
co-autor
del Diccionario general de la literatura venezolana (2 vol. 1974). Como el mismo autor sostiene en su libro de crítica literaria Paseo por el bosque de la palabra encantada,
su
obra
bibliográfica
y,
ciertamente, historiográfica es "fruto de muchas lecturas, apuntan más bien hacia un intento de nombrar para la historia ciertos momentos del desenvolvimiento de la 34
creación poética venezolana, cuando y donde han levantado los bardos un significado hacer de un trascendente valor artístico innegable, a partir de 1940". Se diría que se trata de un como levantamiento, un tanto heterodoxo aunque fundamental, del mapa poético venezolano contemporáneo. Su obra poética comprende los siguientes títulos: Extensión Habitual (1966), Apocatástasis (1968), Contra el campo del rey (1968), Salto sobre el área no hollada (1971), Fabla (1974), Paisajes (1975), Poemas de caballería (1983), Solecismos (1986), Poemas (1992), Lugar de la Palabra (1993), El país de las nubes (1995) Un verso cada día (1995). Arbóreos (1997), Ver (1999). Toda su poesía ha sido reunida en el volumen La cuarta escogencia (Ediciones Mucuglifo, 2006). En 2011 ha salido su último poemario Alrededor así como el libro sobre poetas merideños Mérida una ciudad hecha de poesía (La Espada Rota). http://www.poemaspoetas.com/lubio-cardozo http://www.letralia.com/firmas/cardozolubio.htm Brindis (Ver, 1999) Brindemos por el día en medio del bullicio de la oportunidad de errar. Vale nuestra euforia una crátera colmada de sílex. Sustituye toda la jactancia irracional del orbe la pal abra silencio, el brebaje secreto del reposo. ¡Brindemos por el escándalo! Es la oniria la fiesta de las tinieblas, ojo lunar de la conciencia, por ella la hierática quietud atisbamos. Pero sobre la hierba todavía los frutos maduros reposan fragantes, podemos aún prodigiosamente equivocarnos. Aunque estés triste brindemos por el día.
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“La poesía en el poema, lo poético, nutre todas las estructuras de la composición, el léxico, los tropos, las figuras, el verso y la estrofa (si los hay), la musicalidad. La poesía comprende la belleza, la engloba, pero va más allá de ella. Incorpora el pensar, ideas, visiones, a su entidad; no obstante a todos ellos los
subyuga
para
salir
a
la
percepción de la mirada y del oído, a
accionar
la
inteligencia
(interpretando una frase de Plotino se podría decir en este caso, la inteligencia se hace entonces ser de la poesía y el ser de la poesía se hace a su vez inteligencia. Enéada sexta. VI, 2) a ser percibida, sentida, intuida; a ser placer, conocimiento, misterio y sobrecogimiento.” (Lubio Cardozo). http://www.wikilearning.com/monografia/para_que_la_poesiapara_salir_a_la_percepcion_de_la_mirada/17908-29
Del poeta Lubio Cardozo ha escrito el historiador y poeta Rafael Rattia: "El poeta Lubio Cardozo está destinado, por una especie de fatum benéfico inscrito
en
el
devenir
de
las
letras
hispanoamericanas del siglo XX, a formar parte de los escritores antiguos de habla hispana. Es Cardozo, ciertamente, un extraño caso de la literatura venezolana en particular y de las letras latinoamericanas en general. Nadie discute la excelsa formación clasicista que distingue a este excelente poeta que ya ha alcanzado un cimero lugar entre los mejores estros que conforman la atalaya literaria de nuestro continente hispanohablante. Casi una veintena de poemarios pueden atestiguar mi aserto (...)"http://www.letralia.com/88/ar02-088.htm
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Asimismo el tachirense Pablo Mora asevera que "(...) Lubio Cardozo en permanente pasión por la palabra, frente a la vida, frente a la luz, la sombra o la ternura, reteje, (re)ordena, deslinda, resucita la palabra, la sigue y la persigue minuciosamente en sus valles, aposentos, intersticios, vericuetos, calzadas, alcores, aleros, umbrales y veredas. Conspiración
de
sueños.
Lírica,
fulgurante
provocación frente al horizonte azul del vuelo, desde el senderuelo que lleva a la alquería, “sobre el
azafranado
espíritu
de
la
errancia”.
Errabundaje, trashumancia del hombre que mira hacia la estrella. Entonces, sabemos qué cosa sea la risa o la “holganza profunda”. Sabemos del don del azar, de la alegría; de ese otro nombre del tiempo: el olvido; nos convencemos de que la vida es el jardín del mundo: de que sólo la poesía corporiza el tiempo; que la llama pareciera el delirio de un gran pensamiento o el mundo ese delirio; que la poesía, “Mater Amabilis”, deífica presencia, casi todo lo define". http://www.ucm.es/info/especulo/numero32/lubiocar.html Entre su obra bibliográfica y de crítica literaria, destacan: Desde la torre de Segismundo (2007) Formas estructurales del poema lírico (musicalidad, tropos, figuras) (2003) Paseo por el bosque de la palabra encantada (1997) Antología de la poesía venezolana
escrita
en
la
Guerra
de
Independencia (1994) La poesía lírica venezolana en el siglo XIX (1992) Debajo de un considerando me puse a considerar(1987) El sabor de la tierra (1987) Los
repertorios
bibliográficos
venezolanos del siglo diecinueve (1982) Por la tendida loma (1979) Historia de los estudios bibliográficos
humanísticos
latinoamericanos 37
(1978) Philobiblión (1976) Bibliografía de bibliografías sobre la literatura venezolana en las bibliotecas
de
Madrid,
París
y
Londres (1975) La
poesía
en
Mérida
de
Venezuela (1971) Antología de la poesía merideña (1969) Cuentos indígenas venezolanos (baniba-bare-piapoco-puinabe) (1968) Bibliografía de la literatura merideña (1968) Contribución a la bibliografía sobre la lietratura indígena venezolana (1966). http://openlibrary.org/authors/OL85373A/Lubio_Cardozo. CD's, Trovas, Odas, Cánticos
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Libros digitales
Enlaces externos
http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1431079 http://ecotropicos.saber.ula.ve/db/ssaber/Edocs/pubelectronicas/investi gacion/inum14/articulo6.pdf http://www.arteliteral.com/arteliteral_12/libros/Revistarattia3.htm http://www.poemasde.net/poemas-de-lubio-cardozo/ http://www.analitica.com/bitblio/rrattia/cardozo.asp http://www.letralia.com/135/articulo05.htm http://www.letralia.com/140/ensayo04.htm http://www.letralia.com/184/ensayo02.htm http://www.letralia.com/224/ensayo01.htm http://www.letralia.com/226/ensayo01.htm http://www.letralia.com/228/ensayo01.htm http://www.letralia.com/ciudad/hernandez/100929.htm http://www.colihue.com.ar/autores/fichaAutor?authorId=10907 http://www.escritoresmerida.com.ve/versionant/Lubio%20Cardozo.ht m
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Lubio Cardozo. CHORONÍ Primera edición. No esta permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni su tratamiento informático, ni la transmisión de ninguna forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito de los titulares del Copyright. Copyright de este número:
Portada: Hugo E. Méndez U, Collage Choroní. 2016. Lubio Cardozo 2016. Editorial Erato, Abril 2016. Isla Dorada, 05 de Abril. Maracaibo.
Fotografías: Google, Lenin Cardozo Parra. Concepto, edición, composición y montaje: Hugo E. Méndez U. hugoemendez21@gmail.com Impreso y publicado en la República Bolivariana de Venezuela.
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