La substantiva salvaguarda ecológica del paisaje andino venezolano mediante la poesía

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Lubiuo Cardozo - Lenín Cardozo Parra. LA SUBSTANTIVA SALVAGUARDA ECOLÓGICA DEL PAISAJE ANDINO VENEZOLANO MEDIANTE LA POESÍA Primera edición. No esta permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni su tratamiento informático, ni la transmisión de ninguna forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito de los titulares del Copyright. Copyright de este número:

 Portada: Francisco Rivero Mendoza, Cinco águilas blancas, 2011.  Lubiuo Cardozo - Lenín Cardozo Parra.  Editorial Erato, Marzo 2016. Isla Dorada, 8 de Marzo. Maracaibo. ISSUU: https://issuu.com/hemu7/docs/la_substantiva_salvaguarda_ecol__gi Concepto, edición, composición y montaje: Hugo E. Méndez U. hugoemendez21@gmail.com Impreso y publicado en la República Bolivariana de Venezuela.

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LA SUBSTANTIVA SALVAGUARDA ECOLÓGICA DEL PAISAJE ANDINO VENEZOLANO MEDIANTE LA POESÍA

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Merida Mérida ciudad hermosa donde en ti abundan los ríos y cascadas las piedras de colores de tus ríos. Están de tu naturaleza enamoradas dejando tu naturaleza en ellos realizada tus valles y montañas a quien pisa tus tierras amadas Te ame, te amo y te amare siempre porque fuiste inspiración de mi alegre mente Mérida quise vivir en ti para siempre pero mi destino era otro Y me alejo de tu corriente pero me daba la alegría de visitarte casi todos los años y así amarte y en tu naturaleza acompañarte Y siempre estuve admirándote por tus encantos que no terminan sea en los ríos o valles tu gente hermosa andina Tu conocido teleférico Al cual me subí en el tanto Y ahí fue que conocí la nieve la hermosa nieve que esta en mis cantos Tus frailejones vírgenes que nadie los ha tocado ahí la naturaleza se siente tan pura que mis ojos no se cansaban de ver tanta hermosura Y me iba y volvía a venir a tus tierras que me flecharon la razón por eso te quiero Mérida con todo mi corazón Linda Abdul Baki

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Dedicado A la impertérrita y majestuosa Sierra Nevada, estado Mérida. “Aquí en la cúspide, esquivo los puñales del frío y veo pasar las nubes hacia el ocaso hambriento. Ya nada permanece sino este frío que alumbra este gélido aliento de un titán dormitando. Aquí en la cúspide, miro hacia esos confines por donde se han perdido los días azarosos y las noches de fiesta con estrellas por techo, con estrellas errantes… A mis pies ya el armiño, pues volar no es posible, y la blanca locura de la nieve en el rostro. Poema Sierra Nevada de José Lupiáñez

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Los Autores Prof. LUBIO CARDOZO, Caracas, 1938. Poeta, ensayista, investigador y crítico literario venezolano. Licenciado en Letras en la Universidad Central de Venezuela (curso 19601964). Postgrado en Investigación Documental en la Escuela de Documentalistas de Madrid (curso 1972-1974). Profesor Titular Jubilado de la Universidad de Los Andes. Director de la Escuela de Letras de la Facultad de Humanidades de la ULA (1975-1976). Director Fundador del Instituto de Investigaciones Literarias Gonzalo Picón Febres de la misma Universidad (1977-1979). Decano de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Los Andes (1979- 1981). Miembro de la Academia de Mérida y Bibliotecario de su Directiva (1993). Lubio Cardozo comienza su vida literaria, como poeta, en la revista En Haa junto con José Balza, Jorge Nunes, Carlos Noguera, Argenis Daza Guevara, Armando Navarro, Teodoro Pérez Peralta. En Haa significaba una tercera posición estética, creativa, en la Caracas del primer lustro de los años sesenta, en cuya escena jugaban un papel de primer orden Tabla Redonda y Sardio. Pasada la difícil década del sesenta, las búsquedas literarias de En Haa se continuarán con el mismo grupo de intelectuales en las publicaciones Jakemate (Caracas, 1972) y Falso Cuaderno (Caracas, 1976). Ha obtenido los siguientes premios literarios: de ensayo, en el VIII Concurso Literario de la Universidad del Zulia (Maracaibo, 1970); de investigación, en el "Carlos E. Muñoz Oraa" de la ULA (Mérida, 1976); de poesía, Mención en el VI Concurso Anual de Poesía de la Universidad del Zulia (Maracaibo, 1967), Municipal de Literatura (Mérida, 1982); Premio de Poesía APULA (1984). Ha sido colaborador de diversas revistas literarias nacionales y extranjeras, entre estas últimas: Xilote (México), Igitur (Córdoba, Argentina), Ideas, Artes y Letras (Lima), Espiral (Bogotá), Esparavel (Cali, Colombia); y entre las nacionales: Suplemento Cultural de Últimas Noticias (Caracas), Revista Nacional de Cultura (Caracas) Revista de la Universidad del Zulia (Maracaibo), etc. Redactor de la Revista Caribana (1982 - 1984), En Haa (1963 - 1971), Jakemate (1972) y Falso Cuaderno (1976 - 1981). Coordinador de la revista ACTUAL de la Dirección General de Cultura y Extensión de la Universidad de Los Andes, Mérida, Estado Mérida. Cardozo ha publicado más de treinta (30) títulos de estudios literarios sobre Historia, Teoría y Crítica. Fue promotor, coordinador, editor y co-

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autor del Diccionario general de la literatura venezolana (2 vol. 1974). Como el mismo autor sostiene en su libro de crítica literaria Paseo por el bosque de la palabra encantada, su obra bibliográfica y, ciertamente, historiográfica es "fruto de muchas lecturas, apuntan más bien hacia un intento de nombrar para la historia ciertos momentos del desenvolvimiento de la creación poética venezolana, cuando y donde han levantado los bardos un significado hacer de un trascendente valor artístico innegable, a partir de 1940". Se diría que se trata de un como levantamiento, un tanto heterodoxo aunque fundamental, del mapa poético venezolano contemporáneo. Es reconocida su valiosa labor investigativa en historia, teoría y crítica, con más de treinta títulos publicados. Jenifer Aniston o críptico verano con oniria. Poemas/ Jenifer Aniston or cryptic summer with oniria. Poems, Isla Dorada, editorial Erato, 2015. La Metaecología y su horizonte poético, Isla Dorada, Editorial Erato, 2014. Además es autor de los poemarios Extensión habitual (1966), Apocatástasis (1968), Contra el campo del rey (1968), Salto sobre el área no hollada (1971), Fabla (1974), Paisajes (1975), Poemas de caballería (1983), Solecismos (1986), Poemas (1992), Lugar de la palabra (1993), El país de las nubes (1995), Un verso cada día (1995) y Ver (1999). Toda su poesía ha sido reunida en el volumen La cuarta escogencia (Ediciones Mucuglifo, 2006). Máximo exponente de la poesía ambientalista latinoamericana y de la Metaecología. En 2011 ha salido su último poemario Alrededor así como el libro sobre poetas merideños Mérida una ciudad hecha de poesía (La Espada Rota). http://www.poemaspoetas.com/lubiocardozo http://www.letralia.com/firmas/cardozolubio.htm Entre su obra bibliográfica y de crítica literaria, destacan: Desde la torre de Segismundo (2007) Formas estructurales del poema lírico (musicalidad, tropos, figuras) (2003) Paseo por el bosque de la palabra encantada (1997) Antología de la poesía venezolana escrita en la Guerra de Independencia (1994) La poesía lírica venezolana en el siglo XIX (1992) Debajo de un considerando me puse a considerar(1987) El sabor de la tierra (1987) Los repertorios bibliográficos venezolanos del siglo diecinueve (1982) Por la tendida loma (1979) Historia de los estudios bibliográficos humanísticos latinoamericanos (1978) Philobiblión (1976) Bibliografía de bibliografías sobre la literatura venezolana en las bibliotecas de Madrid, París y Londres (1975) La poesía en Mérida de Venezuela (1971) Antología de la poesía merideña (1969) Cuentos indígenas venezolanos (baniba-barepiapoco-puinabe)(1968) Bibliografía de la literatura merideña (1968) Contribución a la bibliografía sobre la literatura indígena venezolana (1966). http://openlibrary.org/authors/OL85373A/Lubio_Cardozo

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Ing.

LENIN

venezolano

CARDOZO

y

ambientalista.

PARRA,

Ecologista.

Estudios

realizados

Escritor en

la

Universidad del Zulia, Universidad Complutense de España, Universidad de Burgos de España. Cursos post-universitarios en MBA, Management Público, Filosofía e Historia. Doctorado en Ciencias. Libros escritos: El Esequibo venezolano: un territorio al norte de Suramerica en la mira de corsarios y piratas, Isla Dorada, Editorial Erato, 2016. Ecoparques Geológicos del Zulia. Isla Dorada, Editorial Erato, 2016. Fenómenos naturales en el Zulia. Climáticos, Meteorológicos, Geológicos, Oceanográficos y Cósmicos. Isla dorada, Editorial Erato, 2016. Bosques Boreales. La corona verde del Planeta Tierra: sus pobladores, clima, fauna y flora. Isla Dorada, Editorial Erato, 2016. Ecoparques del Zulia. Un Paso a Paso para crear Parques Ecoturísticos. Isla Dorada, Editorial Erato, 2015. Die lange und kurvenreiche Straße von Umweltschützern. Übersetzung: Doris Barboza.

Isla Dorada, Editorial

Erato, 2015.

Árboles

emblemáticos del Zulia, Isla Dorada, Editorial Erato, 2014. 2º edición. Como co-editor, El largo y zigzagueante camino de los ambientalistas. Isla Dorada, Editorial Erato, 2013. Di come essere ambientalista e non morire nell’intento. Isla Dorada, Ediciones Erato, 2013. Desarrollo Sustentable. Mito o Realidad. Maracaibo, Ediciones Erato, 2007. Crítica a la Razón Productiva de la Modernidad y Discurso Filosófico Ambientalista Postmoderno. Maracaibo, Editorial Universidad Cecilio Acosta, 2006. PDVSA Dos Pasos Atrás. Maracaibo, Ediciones Erato 2004. 25 Historias Cotidianas. Maracaibo, Ediciones Chepa, 2000. Libros escritos sobre el autor: Hugo E. Méndez U., El pensamiento ambientalista irrumpe en Latinoamérica. Una inferencia a través de los escritos de Lenín Cardozo Parra, Isla Dorada, Editorial Erato, 2015. Hugo E. Méndez U., Il pensiero ambientalista irrompe in America Latina. Un'inferenza attraverso gli scritti di Lenín Cardozo Parra, Isla Dorada, Editorial Erato, 2015. Fundador y Director Ejecutivo de la ONG Fundación Azul Ambientalistas www.azulambientalistas.org, email: lenincardozoparra@gmail.com y el Blog http://lenincardozo.blogspot.com/.

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Agradecimientos En modo muy especial al arquitecto de este libro: Hugo Enrique Méndez Urdaneta. Gracias infinitas.

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Contenido Dedicado Los Autores Agradecimientos Contenido Introducción

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El paisaje andino venezolano visto desde la poesía ecologista de sus poetas 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9.

JOSÉ VICENTE NUCETE GONZALO PICÓN FEBRES TULIO GONZALO SALAS AMÉRICO MENDA RAUL CHUECOS PICON ANTONIO SPINETTI DINI JUAN ANTONIO GONZALO PATRIZI ERNESTO JEREZ VALERO EMIRO DUQUE SÁNCHEZ

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Introducción Los poetas clásicos de Mérida –cuyos nombres irán apareciendo en su momentocompartieron su creatividad, junto con los singulares rasgos de su peculiar contingencia, con sus cantos al paisaje andino conformante de su afectivo entorno, mas con una particularidad aportativa en este último aspecto de su escritura lírica mostrar al mundo de sus lectores no únicamente la hermosura de esos espacios geográficos sino instarlos con vehemencia a abogar por la necesaria perennidad de sus bosques, de su fauna, de sus páramos cual magníficas reservas nutrientes del espíritu, de esa artisticidad natural al alcance de la gente de disímiles procedencias, por cuanto la vida de esas comarcas siempre se ha sustentado en el dinámico vínculo de recíproco fluir de positivismo arraigamiento entre los hombres, las mujeres, los animales, la vegetación con la sagrada tierra, garantizante de una digna permanencia desde su mero origen, desde las poblaciones indígenas, la dramática colonización hispánica, la vida republicana hasta la contemporaneidad de estos trovadores. Por eso de sus odas nuevas constituirán simples estampas frías de las lindezas circundantes, sino orgullosos cánticos a sus altivos parajes, son estos vates valientes soldados de voces rítmicas dando lo mejor de sí por el amparo, por el resguardo de sus verdes estancias. La ecología esencia la esperanza de esta contemporaneidad, así lo intuyeron ellos.

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El paisaje andino venezolano visto desde la poesía ecologista de sus poetas

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1 JOSÉ VICENTE NUCETE

El primer poeta de Mérida con páginas plenas de exigente lírica se llamó José Vicente Nucete (Mérida, 1827 - 1888). Nació el 12 de abril de 1827, de familia destacada, su abuelo materno fue el héroe independentista Vicente Campos Elías. Enamorado de la literatura y el periodismo fundó varios periódicos en los que fue director y redactor como La Concordia, El Civil, La abeja, La barra, Ecos del Chama, Heliotropo, El escolar, El semanario de anuncios, y La niñez. Murió el 17 de diciembre de 1888. Destaca sin lugar a dudas entre sus muchas composiciones su silva LA SIERRA NEVADA. Complejos versos donde el bardo reflexiona, en gratas estrofas, sobre el ser de la serranía, el verter esa entidad hacia los serranos, sus moradores para quienes la Cordillera representa un paradigma asistencial, ético, ontológico, artístico.

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Además, para J.V. Nucete la altura de esas montañas uncidas al verdor de sus selvas o los matices de la piedra cruda de sus picos emblemáticos traducen una señal de libertad entendida ésa desde la visión del habitante del Nuevo Mundo. Suma a este primer peldaño de sus pensamientos José Vicente Nucete otra dilucidación. Si la roca es el ente de la Cordillera, quienes se alimentan de los frutos de esa tierra también ingieren su naturaleza, la cargan en sus huesos, su sangre, su psiquis. Serranía, pues, genesíaca, por cuanto en su yacer espacial sus lugareños se procrean, fluye por sus entrañas la fusión de las dos existencias, montaña y humanidad, mientras dure el peregrinaje de sus aldeanos por la aventura de los días sobre estas comarcas del Ande empinado. He aquí la última estrofa de la silva LA SIERRA NEVADA, (…) Vosotros, los Cantores de la Nevada Sierra portentosa, si al incendió vuestro noble corazón la ardiente, la impetuosa, la sacra inspiración; si en dulce plectro cantasteis sus primores su alteza y majestad, el sentido fue, por la voz del alma Libertad, la que hizo, relámpago veloz con vuestros cantos su cima fulgurar. A vos, oh vates melódicos ¡salud! Vosotros que cantasteis delicados, en versos acordados, de Mérida feliz la prez y gloria, guirnaldas merecéis y gratitud. Con la Sierra de nieves coronada que desprecia altanera al huracán, vuestros nombres irán, irá vuestra memoria a la posteridad más apartada. De Mérida las hijas pudorosas enlazarán primorosas ¡Para orlar vuestras sienes Trovadores!

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2 GONZALO PICÓN FEBRES

En la literatura venezolana Gonzalo Picón Febres (Mérida: 1860. Wilemstad, Curazao; 1918). Nació en la ciudad de Mérida el 10 septiembre de 1860 en plena convulsión de la guerra federal y murió el 6 de junio de 1918. Se destacó por su realismo literario, necesario en la Venezuela de su época, como todos aquellos que en determinados y cruciales momentos de la historia de un país saben proclamar la necesidad de directrices y esperanzas colectivas. Entres sus obras sobresalen El sargento Felipe y Literatura venezolana del siglo XIX. Desde las primeras páginas de la literatura venezolana, la define como

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su opción intelectual y ética. En Amo a Venezuela admira la inteligencia nacional y la glorifica en el sentimiento a la patria. Defiende la tesis de que cada tiempo genera sus propias formas artísticas. Por sus sabias palabras de aliento es admirado y apreciado por la comunidad, como símbolo de esperanza en el futuro. Gonzalo Picón Febres ocupó el rango de un verdadero creador en el sentido primigenio del vocablo. Produjo una escritura de alta tesitura artística, desarrolló temáticas aportativas a los géneros de la disciplina, conocimientos novedosos en los argumentos de sus narraciones –novelas, cuentos- en la crítica de obras de dicha especialidad, se ocupó de la historiografía humanística, de la ensayística, de las investigaciones filológicas. Inicia él en la lírica del País un movimiento poético revelador de una nueva estética del verso al convertirlo en transmisor de aspectos esenciales de lo autóctono, de la exaltación de la naturaleza en su trasegar de lo silvestre a lo agrario y viceversa. El primer poemario de Picón Febres lleva por rótulo el nombre de una flor de las huertas y jardines merideños, Caléndulas (1893). Descansa lo más valioso de este poemario en sus estrofas reflejantes de los territorios junto a los moradores de las montañas o de las haciendas de las altas faldas de los Andes. Igual sucede con su segundo opúsculo, Claveles encarnados y amarillos (1895), donde se aprecia sin ambages ese acercamiento objetivo a la par de amoroso al entorno ambiental cotidiano, crea con su verso una poética (de proyección ecológica) de las verdes estancias rodeantes de los habitantes de la Cordillera. Muéstranse al lector de Gonzalo Picón Febres dos textos líricos, EL CAFÉ En la vega, en la cumbre, en la explanada, luce el café sus límpidos verdores y cubriéndose va de blancas flores 16


al sonante bullir de la quebrada. Rojo como la espléndida granada y de fragancia henchida y de dulzores a poco ostenta en ramos vividores la fruta ya melíflua y sazonada. Rico néctar después fragante humea en la taza azul de porcelana china donde el matíz de oro centellea. Y al ascender a la región divina de donde surge el ritmo de la idea conviértese en estrofa peregrina.

De su composición RENACIMIENTO la última estrofa, (…) Venid, que aquí se siente el corazón radiante de alegría y de hermosas imágenes la mente; en entre besos de luz y poesía se brinda alivio al doloroso anhelo, se piensa y el pensar es más profundo, se mira a Dios en cuanto alumbra el cielo, y se olvidan los crímenes del mundo. De su poemario “Caléndulas” Picón Febres dedica entre otros una serie de versos al paisaje, donde se hace evidente la expresión de referencias ligadas al paisaje natural: Atardece, y el sol con lumbres rojas tiñendo está la inmensidad del cielo; de los ceibos en flor brillan las hojas, y los pájaros saltan por el suelo. En el ruinoso templo de la aldea resuena lentamente la comparsa; el agua en los remansos chápotea, y hay en los campos olor a mejorana. (Ibíd.:21) 17


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3 TULIO GONZALO SALAS

Descubrió Tulio Gonzalo Salas (Mérida 1894-1916) en el Sol, en la luminosa transparencia de Mérida el ser de su poesía. Hacía ese aspecto de su entorno ambiental afectivo canalizaría la energía de su creatividad lírica. Nadie en los menesteres del trovar andino, a la luz de su villa nativa, a la refulgencia de sus aledaños, cantó con ese entusiasmo cual lo hizo Tulio Gonzalo Salas en la casi totalidad de las

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cincuenta y seis odas ensamblantes de su poemario De mi solar (1917). Es aquí de inmediato mi poema paradigma

SOL Fulguración de luz. Ambiente puro. Sol amarillo en la tranquila esfera, oro de Sol en el vetusto muro y un tesoro de Sol por don quiera. El sol de los cortijos reverbera y embriagadas de Sol las mariposas vuelan por el solar en primavera como enjambre de piedras luminosas. Doña Sol mira el Sol que la convida a gozar del amor y de la vida que está llena de dulce poesía. Y en la noche polar de mi tristeza doña Sol sueña se con su belleza un rayito de Sol del mediodía. De mi solar contiene un poema titulado Rapsodia de la epopeya nacional (canto a Mérida) llena de alusiones a la grandeza de la ciudad lograda por sus esmeros intelectuales y por la belleza natural: Venid, vírgenes blancas del parnaso y haced, deidades, que mi alma estrene una canción de perlas y de raso más limpias que el vaso del líquido astral de la Hipocrene! (…) Dadme la ardiente inspiración de Homero, de ése cantor de magna poesía, porque en éstos momentos sólo quiero dejar que inunde el corazón sincero belleza y luz en la palabra mía! (…)

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Carta a la ciudad! Y que mi canto, sin que tenga tamaño de vestigios, viva perenne vida, más que en tanto quede yo sepultado bajo el manto, bajo el manto tremendo de los siglos porque Mérida es alma! Y en su cuna, que se mece del Ande entre fulgores, ella tiene el pénsil de la fortuna donde cada mujer es como una princesa de Dios echando flores. (Gonzalo Salas, 1958:83)

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4 AMÉRICO MENDA

Vivió cincuenta y nueve años Américo Menda (Mérida: 1887- Caracas: 1940). Ocuparon espacio intelectual la profesión de médico y la poesía. La orografía en torno a la ciudad de Mérida: la hermosura de su corporidad, la densidad de sus neblinosas selvas, el ritmo lúdico de sus riscos, los matices del verdor de los plurales estratos del follaje la paulatina entrada de los grises con los pardos hacia la alta roca jugando con las tonalidades atmosféricas del azul, del blanco, del

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dorado del ocaso llamado por los campos sino “el Sol de los venados”, ratifica cada día la afirmación de quienes aquí moran, de quienes por acá pasan –nativos, foráneos- de conformar éste el paisaje más sugestivo del mundo. Dice Américo Menda en su poema DEL CAMPO. ¡Cuanta belleza y hermosura cuanta naturaleza espléndida respira! ¡Sus canciones de amor el ave canta y en canciones de amor rompe la lira! Y admirada y feliz entre las galas hacia otros mundos se transporta el alma ¡de la ilusión en las brillantes alas! Vese una fuente en la sin par aurora que desde lo alto audaz se precipita y el suelo cruza que embellece Flora ¡Con sus colores que el pincel no imita! Con fragancia de flores confundida sube del ave la canción del suelo. E inagotable manantial de vida la bienhechora luz baja del cielo. (…)

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Hay un aspecto singular del paisaje de Mérida del cual poco se han ocupado los amorosos del ambiente entorno de la villa, tampoco los pintores, ni los geógrafos, ni los ecólogos, ni los botánicos. A su luz me refiero, al regocijo de su luminosidad. Se suele identificar en el lenguaje periodístico, con fines al comercio turístico, el territorio de los Andes merideños con la nubosidad, la neblina, la lluvia, la fría griseidad. Aunque ese aspecto ambiental posee presencia nunca se extiende por los meses de manera tan absoluta. Reina magníficamente el Sol durante largos meses por toda la provincia de Mérida. Trae por consiguiente en la plenitud de su dominio solar el azul purísimo, la transparencia del aire, esa cálida claridad desata la locura de los pájaros, el escándalo del verdor, se disparan los aromas de la vegetación arrastrados por los tibios vientos. Se cambian los nombres del día, se habla de doña mañana, doña tarde, se revela la noche cual gran dama adornada con los pasos o fases de la luna.

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5 RAUL CHUECOS PICON

De Raúl Chuecos Picón (Mérida: 1891-1937) se copia esta elocuente composición:

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LOS RÍOS Entre gramas y musgos y flor de piedras el ojo solitario de la montaña. bajo la noche oscura de las tormentas. llora sus lágrimas. Y van los inocentes llantos perdidos resbalando, serenos, hasta los valles, y formando los claros y mansos ríos y los cantares. Son las aguas lústrales que purifican de del miasma la selva ilustre, las aguas niñas, novias del árbol joven, soberbio y fuerte que defiende la honra de las colinas como un valiente Uno de sus más connotados poemas se titula “A la ciudad Colonial de Mérida de los Caballeros” donde expondremos algunos extractos para así observar las interpretaciones de la ciudad realizadas por el autor: ERES FLOR DE CIUDADES, la paloma entre el recio nidal de fuertes águilas, y la neblina pone, mi señora, velos de castidad en tus miradas cuatro ríos de linfas vocingleras, nacidos en un vientre de montaña, con empujes hidráulicos despeñan su viril regadío a la comarca (…) Porque sólo en tu cielo adormecido la blanca estrella del amor esplende, y en la brava soberbia de tus riscos cuajó su luz en el cristal de nieve porque oh Mérida, oh mía, mi señora, en cada beso que la luz te envía, hay miel de los panales de la aurora y amores de suntuosa epifanía

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(…) Sé blanca, Sé pura, Sé casta, Sé música; deja que asome tu alma a través de la estameña ya que de mi pecho arrancas el poema, Doña Mérida¡ (En Díaz Contreras, 1984: 19,20 y 21)

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6 ANTONIO SPINETTI DINI

De Antonio Spinetti Dini (San Piero in Campo, isla de Elba, Italia: 1900- Mérida 1941) su breve pincelada en versos de la montaña,

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BUCÓLICA Desde la ciudad que duerme miro, bañada en Luna, la montaña. Oh, saeta bucólica de Virgilio y Fray Luis, vieja saeta olvidada cómo te siento ahora en mi hondamente clavada. Lejos de todo ruido ciudadano, hundirme en la maraña de tus selvas, en donde la vida es, todavía, tan humana. Dormir bajo los árboles gigantescos, sobre la tierra húmeda, bajo la Luna clara. Envuelto en un aroma de removida tierra. Con un vaho de verdura en la garganta. Cómo se hiciera, entonces, de fecunda esta alma mía, árida. (De su libro LA PALABRA AL VIENTO, 1934).

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7 JUAN ANTONIO GONZALO PATRIZI

Juan Antonio Gonzalo Patrizi (Mérida: 1911- Caracas 1950), nació en Mérida el 9 de marzo de 1911 en el seno de una familia de literatos. Hijo de Juan Antonio Gonzalo Salas y sobrino de Tulio Gonzalo Salas y Pedro María Patrizi, reconocidos poetas merideños. Cursó la secundaria en su ciudad natal e inició la carrera de Derecho en la Universidad de los Andes. En 1929, junto a su familia, se radicó en Caracas donde prosiguió sus estudios, doctorándose en Ciencias Políticas en la Universidad Central de Venezuela

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(1938). Se especializó en Política Agraria en cursos que realizó en Estados Unidos y Centro América. Ejerció privadamente su carrera destacándose como excepcional penalista, logrando muy buenos comentarios incluso de sus contendientes en las querellas judiciales. Desde 1940 se desempeñó como consultor jurídico del Ministerio de Agricultura y Cría. Fue uno de los mejores poetas de la generación de 1930 identificado con el movimiento vanguardista. Colaboró en varias publicaciones periódicas

venezolanas

como La

Opinión, El

Vigilante, Patria.

Sus

Obras

son: Queniquea (Cuento 1934); Riscos (poemas 1935); Regiones desconocidas del yo (ensayo 1933); Rutas venezolanas (ensayos 1938); Raíces económicas de los fenómenos sociales (ensayo 1938); Ante el campesinado andino (ensayo 1944); El trastorno mental transitorio en la legislación penal venezolana. Dejó inéditos Chiquendona (novela); Romancero Serrano (poemas); Bolívar Civil (estudio); Inmigración y colonización (ensayo). Abogado, poeta, periodista, cuentista, ensayista Su muerte ocurrió en Caracas el 9 de marzo de 1950 cuando contaba con apenas 39 años de una ya fructífera vida. Debería figurar el poeta Juan Antonio Gonzalo Patrizi entre los fundadores científicos del movimiento ecologista venezolano. Divulgó con el requerido énfasis en los medios gubernamentales de ese entonces la tesis de entender el desarrollo agropecuario enmarcado con el activar conservacionista, sin negar la fuerza liberadora de la agricultura para el País pero siempre en armonía con el equilibrio ecológico, entre los campos de sembradío y la protección de los bosques para mantener las fuentes de agua, la salud del ambiente, la salvación de la fauna silvestre. Significaba ello para J. A. Gonzalo Patrizi, la agricultura uncida al conservacionismo, un complejo continuo estrechamiento vinculado con la estratificación social de los

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trabajadores del campo. Recogió sus teorías sobre la relación dinámica agricultura y conservacionismo en su libro: Ante el campesinado andino. Panorama agrario de os Andes Agricultura sin tierra. Mediana y pequeña propiedad rural. Publicado en Caracas por impresores Unidos en 1944. La lucha por la ecología es también una lucha por la paz, así lo entendió él. Se transcribe para los lectores la sugestiva oda de Juan Antonio Gonzalo Patrizi rotulada. MOLINO Hilandero de vida en la rueca del viento. Galán de las espigas del maduro trigal. Gira el molino, -al visitarlecon brisa y aire teje un juego de blondas. La aurora –al despedirsele deja entre los brazos la mañana. La mañanita –novia niñase entretiene colgando entre sus aspas telarañas de Sol. Gira el molino, gira como si fuera el corazón del carro. Molino – Cristo campesinocrucificando en rachas aulladas por los zorros, a tu amparo tres ranchos se arrodillan y te bendicen con las palabras largas y grises del fogón. 32


Hilandero de vida en la rueca del viento. Galán de las espigas del maduro trigal.

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8 ERNESTO JEREZ VALERO

Arribó al mundo Ernesto Jerez Valero, en la parameña aldea del estado llamada Las Piedra en 1923. Murió en la ciudad de Mérida en el 2006. Nada fácil extraer de las cumbres de la Cordillera de Mérida la absoluta poesía de su ser. Basta sin embargo el empeño cuando éste se traduce en palabras acercadas a la identidad, de versos captadores de su polifonía silvestre del dúo del viento con los árboles, de las hierbas con el río, de las voces de su gente; de estrofas engendradas del saber oír la música de la 34


tierra, de los riscos, de las ventiscas. Sólo así los cerros, las altas selvas húmedas, los arroyos, la Sierra misma, la bienvenida les dan a los trovadores, los aceptan cuales legítimos entes más, los integran a ese mundo maravilloso – en la justa acepción del término- donde el enérgico soplo de las Diosas Artemis, Diana, esparciese por entre la fronda de esos policromos territorios. Dejó Ernesto Jerez Valero un hermoso testimonio del amoroso cuidado del ambiente en los altos campos de la serranía, de las labores agrícolas en los páramos junto a las viñetas de ese singular paisaje, de su botánica, de su zoología, de las costumbres de los aldeanos en un manojo de poemas atados en su delicioso opúsculo Del diario de un parameño (Caracas, Editorial Arte, 1964) del cual se copia uno de ellos, PLENITUD Es hora esquilar una a una las ovejas que pueblan nuestros páramos; el trigo ya está libre de malezas y la hoz tiene significado de abundancia, la era quiere sentir el peso de la espiga, hay viento y Sol para empezar la parva, el granero palpita, el agua es abundante, la piedra del molino está dispuesta para que de su amor salgan el pan y la ostia, el alba quiere oírse en los manojos, la lluvia concluyó su manuscrito en el cual hay un río que se ha estancado y represa sus aguas en un valle donde pastan retaman los corderos perdiéndose el quicuyo en mis labranzas.

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9 EMIRO DUQUE SÁNCHEZ

Produjo a lo extenso de su fecundo tiempo otorgado Emiro Duque Sánchez (Zea, estado Mérida 1915–San Cristóbal 1995) con abundante obra lírica de no menos de diez libros entre los cuales –por ir pleno de su pasión venezolanista- recordarán Coplas desde el tranquero (1916), Cauce (1941), El Caballito del diablo (1977), Versos de amor para un amor sin versos (1979), Piélago (2009), Tierra (1970), Llanura (2009), Voces al viento (2009). Ahora bien, sus cantos a la alta región de Los Andes merideños, su defensa mediante señalamientos dramáticos de la ecología de la Cordillera, a dos robustos volúmenes

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se ciñen: Cauce, Tierra. Debe quedar claro, sin embargo, esta inmediata afirmación categóricas: Emiro Duque Sánchez ocupa el envidiable escaño de gran poeta del paisaje venezolano en la plena extensión del vocablo venezolano. Tocó él con los versos de sus cantigas, con su tonelada métricas, el territorio yacente desde Los Andes hasta las llanuras Orinoquenses, desde las costas e islas del Mar Caribe hasta los llanos de Apure. Exaltó con sus estrofas lo campestre, lo montañoso, los llanos, los valles nemoroso, las selvas, los ríos, los médanos, los páramos, los parques nacionales, los morichales, las costas, las serranías, las aldeas, los caminos, los cerros, los piedemonte, la botánica, la zoología, la gente. Incansable viajero por los disímiles espacios de su Nación, incansable escritor, puso pues su actividad literaria, la musicalidad de sus rimas -¡buen sonetista!- para develar a los lectores del País, del mundo, la belleza de la naturaleza física venezolana. Logró en ello siempre diáfana artisticidad por cuanto supo acordar el sentido de las palabras de sus composiciones líricas con la

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cadencia de su íntimo sentir. Mostraremos hoy, apenas, dos de sus odas, con las cuales además de concluye este escrito.

LA CIGARRA La cigarra es una hojita seca que vuela y canta. Grillito de los aires que no sabe saltar. Alfiler del verano y de la soledad. Con su canto que perfora la tarde le recuerda al granjero que debe almacenar. Que se acerca el verano con su anafe de Sol. Concertista del campo, ala, susurro y voz. (De El caballito del diablo).

SURSUM La montaña está en mi. Te soy el eco doliente de su quenas Hay niebla de sus tardes en mis días y savia de sus bosques en mis venas. Mis brazos son dos ramas sensitivas que riman primavera, mis manos son dos hojas bondadosas que saben darse enteras.

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Rumora en la cadencia de mis versos el agua de sus cauces. Llora en mis tristezas la plegaria azul y fervorosa de los sauces. La montaña está en mí. Late en el alma de mi arcilla sensible. Soy árbol que apunta al infinito su grito de piedad y de imposible. (De Cauce). Bibliografía consultada: Lubio Cardozo, Mérida, una ciudad hecha de poesía. Mérida (Venezuela), Ediciones ERATO, 2014. 100 p. [La información aportada sobre los poetas mencionados está debidamente documentada en este libro].

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Oso Frontino, defensor de la Sierra Nevada

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Lubiuo Cardozo - Lenín Cardozo Parra. LA SUBSTANTIVA SALVAGUARDA ECOLÓGICA DEL PAISAJE ANDINO VENEZOLANO MEDIANTE LA POESÍA Primera edición. No esta permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni su tratamiento informático, ni la transmisión de ninguna forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito de los titulares del Copyright. Copyright de este número:

 Portada: Francisco Rivero Mendoza, Cinco águilas blancas, 2011.  Lubiuo Cardozo - Lenín Cardozo Parra.  Editorial Erato, Marzo 2016. Isla Dorada, 8 de Marzo. Maracaibo. Concepto, edición, composición y montaje: Hugo E. Méndez U. hugoemendez21@gmail.com Impreso y publicado en la República Bolivariana de Venezuela.

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