ESTAMOS LLAMADOS A
ser luz
EN MEDIO DE LA OSCURIDAD.
Fotografía: Danny Gamboa
La Reseña - Edición Histórica Mercedaria
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Contenido 6 8 10 11 12 13 14 16 18
Editorial Consagrados a Jesús Nazareno, Discípulos y Misioneros Arzobispo Metropolitano Monseñor Gonzalo de Villa y Vasquez, Sj
La Orden de Nuestra Señora de La Merced La Orden de La Merced en América y especialmente en Guatemala Que el Señor nos descubra sus Caminos
Rvdo. P. Fr. Luis Alberto Cáceres Parada OdeM
Fe y Devoción
Luis Fernando Vásquez, Encargado General de la Hermandad
Arquitectura del Templo de Nuestra Señora de La Merced Timeline Hermandad de Jesús Nazareno de La Merced Mensaje del Presidente de la República de Guatemala Dr. Alejandro Giammattei Falla
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Fotografía: Danny Gamboa
C o n s g r a d o s a J e s ú s Na z a r e n o d e L a M e r c e d - 5 0 A ñ o s d e C o n s a g r a c i ó n
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Hermandad de Jesús Nazareno de La Merced Jesús Nazareno de La Merced El Viernes Santo en La Merced Photoset
El Sagrado Amor de los Antigüeños
Monseñor Marco Aurelio González Iriarte, Rector Beaterio de Belén
El Áureo Domingo de Ramos de 1971 Historiador Walter Enrique Gutiérrez Molina
Memorias de Antigua Méndez Vides
El Presidente de la Consagración de Jesús Manuel Estrada
El Primer Cardenal de Guatemala y Centroamérica Consagración de Jesús Nazareno de La Merced Alocusión del Cardenal Mario Casariego y Acevedo
Domingo de Ramos 4 de Abril de 1971
41 41 46 47 48 50 52 54
Viernes Santo hace 57 Años Datos Históricos de la Hermandad de Jesús de La Merced Momentos de Devoción Photoset Jorge Cuyún
Semana Santa Mercedaria Photoset Mauricio Díaz
Notas de Identidad Morada y Blanca Leonel González de León
Saludo del Alcalde Municipal de La Antigua Guatemala Víctor Hugo del Pozo Coronado
La Dolorosa de La Merced Ofrenda Devota a Jesús Nazareno de La Merced
56 57 58 62 63 64 66
Saludo del Director del INGUAT Mynor Arturo Cordón Lemus
Tempus Mercedario
Photoset [Nelo] Mijangos
El Nazareno que me adoptó Fernando Barillas Santa Cruz
A Jesús Nazareno del Templo del Barrio de La Merced Héctor Felipe Cruz Corzo
Me vio a los Ojos Marco Tulio Monzón
Un año para Recordar
Photoset Ricky López Bruni Libro Guatemala Inédita
Hermandad de Jesús Nazareno de La Merced Período Actual
Carlos Enrique Berdúo Samayoa, Cronista de la Ciudad.
Consejo editorial Revista Anual “La Reseña” Edición Histórica Mercedaria – Año No. 21 Párroco de San Sebastián, Templo de La Merced, La Antigua Guatemala y Presidente de La Hermandad
Rvdo. P. Fr. Luis Alberto Cáceres Parada OdeM Editor General, Productor y Comercializador
Francisco José González-Figueroa Co-Editor
Manuel Antonio Estrada Ortiz
Diseño y Diagramación
Cesar Augusto Hernández Diseño de portada y asesoría en arte
T. José Tobar G. Impreso en:
Litografía La Copia Fiel ® Permitida la reproducción parcial o total del contenido citando la fuente original. Derechos Reservados 2021 ® Hermandad de las Consagradas Imágenes de Jesus Nazareno y Santísima Virgen de Dolores del Templo de Nuestra Señora de La Merced de La Antigua Guatemala. Año del 50 Aniversarió de Consagración de Jesús de La Merced 1971 – 2021 Cuaresma y Semana Santa - Año del Señor 2021
Agradecemos a todas las personas quienes con su pluma o arte fotográfico colaboraron y apoyaron nuestra publicación anual. Así mismo reconocemos y guardamos gratitud a las marcas que confiaron en el proyecto y patrocinaron Revista “La Reseña”. Fotografía: NELO Mijangos
La Reseña - Edición Histórica Mercedaria
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Editorial
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La Reseña - Edición Histórica Mercedaria
Esta ciudad bullicio del silencio, donde apenas se oye latir el corazón despierto, late al compás de las estrellas llenas, late al compás de leyendas que, entre sombríos balcones, se diluyen como gotas de rocío al amanecer… rocío de una rosa que es ciudad, ciudad que entre sus templos, es jardín de religiosidad. Todavía se siente el hálito fatal que echó por tierra a la ciudad colonial… cuatro siglos han pasado y el cielo es el mismo desde entonces, que una tras otra ha visto pasar sus primaveras, con festín de veladas y con eco lejano resuenan sus mismos bronces, perduran los vestigios de sus glorias primeras y cada piedra inmóvil repite una oración.
Consagrados a
Jesús
de La
Merced 50 Años de Consagración de Jesús Nazareno
Sí… es aquí, en la caja pequeña de Luis Cardoza y Aragón, quien abre una puerta… el rechinar de un grillo… nuestra amada Antigua!!! Es la Ciudad de Santiago, aquella que acoge tiernamente la Cuaresma y Semana Santa y la transforma en testimonio vivo de aquellas palabras bíblicas que dicen: Pues tanto amó Dios al mundo, que envió a su Hijo Único, para que todo aquel que crea no muera… mas tenga vida eterna… Aquí plegaria y música quedaron impresas en las bóvedas celestes de sus templos y el bronce glacial de sus campanas entonan su canción para la eternidad. La aurora susurra con su varita mágica una alborada de sentimientos que se asemejan al insomne pensativo, eterno viajero, va dejando huella de su paso libre en las piedras limpias que besa al pasar. Y da vida al recuerdo de un 4 de abril de 1971, una tarde de sol radiante, que ha de permanecer en los anales de la historia… Es en La Merced… La Merced de ayer, de hoy y de siempre… Merced que ha permanecido firme ante el turbulento suelo de este emérita y benemérita Ciudad… Es la Merced que después
Fotografía: José Carlos Flores L.Viernes Santo 1999 Calle del Chajón-Dirige el Anda Prof. Mario Alvarez, Presidente QEPD
de tres siglos sigue presente en el corazón de su pueblo y en el alma de una Guatemala que sigue anhelando la paz… de un país, que con sus costumbres y tradiciones ha trascendido fronteras y son una muestra de verdadera identidad ante el mundo. Si vamos por las calles silenciosas de esta mística Ciudad, parece que escuchamos los pasos piadosos de aquel dulce Hermano que duerme en la paz de la tierra, donde el agua es más clara y más santa. Aquel dulce Hermano que buscaba el alma enferma de pecado o el cuerpo llagado de miseria, para ungirlos con bálsamo de amor… y escuchar el eco de una campanilla que llama a los hombres que olvidan con frecuencia que, si el alma se pierde, en su impotencia humana, no se puede recobrar… La Semana Santa se ha transformado en un testimonio vivo de fe, donde la Imagen de Cristo, majestuosa, sublime e imponente hace irradiar la paz en lo más recóndito de nuestro ser… Es como salir al encuentro del murmullo silencioso de la gente que se desvanece ante el mensaje de la salvación. Se envuelve en fúnebres notas que son capaces de conmover un corazón contrito… Las doce en punto y sereno: es momento de cerrar nuestros ojos e imaginar en este momento difícil, cómo las calles empedradas de esta mística ciudad, se convierten en cada año en una alfombra multicolor como la cultura guatemalteca, cuyo aserrín de colores aviva con flores y frutas, pino y corozo, la creatividad del antigüeño, que no importando el tiempo se desvela para hacer de la misma una ofrenda de fe a los ojos de Dios y una obra de arte para los ojos del mundo. Aquí en La Merced de La Antigua, todo nos admira, todo habla de ensueño y poesía… todo tiene sabor a misticismo y a dulce santidad… Y por eso ------------------------------ por todos nosotros, que con amor y devoción acudimos al encuentro de Jesús, como sedientos del verdadero amor de Dios, hoy queremos reafirmar nuestra fe y nuestra esperanza de saber que, si un cuatro de abril de 1971, el óleo y el crisma le dieron carácter indeleble… marcado con el sello de Dios -a la Consagración de Jesús Nazareno de La Merced- así como en nuestro bautismo, hoy todos -con su gracia-, en nombre de Él y con Él nos consagramos… Jesús Nazareno de La Merced, que Dios coloque la fe de tu pueblo en su regazo y nos bendiga por siempre, por siempre… y para toda la eternidad!!!
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Excelentísimo y Reverendísimo
Monseñor Gonzalo de Villa y Vásquez, Sj
ARZOBISPO METROPOLITANO DE SANTIAGO DE GUATEMALA
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Nace el 28 de abril de 1954 en Madrid, España Ordenación Diaconal: Caracas, Venezuela el 22 de Mayo de 1983 Ordenación Sacerdotal: Panamá, Panamá el 13 de Agosto de 1983 Ordenación Episcopal: 25 de Septiembre de 2004 2007 Diócesis de Sololá-Chimaltenango 2010-2011 Administrador Apostólico Arquidiócesis de Los Altos, Quetzaltenango - 2017 Presidente de la Conferencia Episcopal de Guatemala - 2020 Nombrado por SS Papa Francisco como Arzobispo Metropolitano
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Fotografía: Jonathan Coronado
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Orden de
Nuestra Señora de
La Merced
1218 - 2021 “Dios, Padre de misericordia, ha visitado y redimido a los hombres, ofreciéndoles por Jesucristo el don de su amistad y enriqueciéndolos con la libertad de hijos. De modo semejante ha querido suscitar en la Iglesia hombres y mujeres que, guiados por el espíritu redentor de Jesucristo, visiten y liberen a los cristianos que, por circunstancias adversas a la dignidad de la persona humana, se encuentran en peligro de perder su fe. Para llevar a cabo esta misión, impulsado por el amor de Cristo, inspirado por la Virgen María y respondiendo a las necesidades de la Iglesia, el 10 de agosto de 1218, san Pedro Nolasco fundó en Barcelona la Orden de la Virgen María de la Merced de la redención de los cautivos, con la participación del rey Jaime de Aragón y ante el obispo de la ciudad, Berenguer de Palou. SS Gregorio IX, desde Perusa, confirmó solemnemente la Orden de la Merced el 17 de enero de 1235. Tuvo Constituciones propias de una Orden Laical, y siguió la Regla de San Agustín. Ocho Siglos Libres para Liberar La Merced sigue siendo profecía en la historia, a través de un camino de 800 años de santificación y evangelización centrado en la promoción de la dignidad de la persona humana que necesita constantemente renovarse, morir y resucitar para la vida nueva.
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Pintura: Virgen de La Merced/ Francisco de Zurbarán
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La Orden Merced
en América y especialmente en Guatemala
La presencia de la Orden de la Merced en Guatemala, comienza con la presencia de Fray Bartolomé Olmedo, de quien se dice que posiblemente fue el primer sacerdote que pisó Guatemala por los años 1515. Los mercedarios fundaron el primer convento en Santo Domingo alrededor de 1514; en Panamá, en 1522; en León de Nicaragua, en 1528; en Santa Marta, Colombia en 1530. En América del Sur y Guatemala, en 1536. Finalmente en México en 1592. En mayo de 1563 se creó la Provincia de Nuestra Señora de la Presentación y si bien en esa fecha no era todavía casas formadas, si estaba a punto de serlo las encomiendas de Huehuetenango, San Pedro Sacatepéquez y San Juan Ostuncalco en la sierra de Guatemala. El templo actual de La Merced fue el centro residencial y formativo que estuvo vigente hasta el año de 1773, fecha en la cual la Antigua fue trasladada a donde se encuentra hoy la Nueva Guatemala de la Asunción, conocido el lugar como "Valle de la Ermita". Fotografía: Danny Gamboa, Año 2020
Llega entonces la independencia de Guatemala del Reino de España, hace ya dos siglos y ya para 1829 Francisco Morazán, es proclamado Presidente de la Federación e invade Guatemala, saqueando la Capital de la Federación, la medida más radical que toma el 9 de julio es el destierro a perpetuidad y en forma inmediata del Arzobispo Metropolitano, el dominico Ramón Cassaus y Torres, juntamente con todas las órdenes religiosas, despojando a la Iglesia de todos sus bienes, derechos y privilegios, medida que es remedada por las Reformas Liberales del Gobierno de Guatemala, hacia el año 1871 por el General Miguel García Granados. La segunda venida de los mercedarios en Guatemala. En febrero de 1962 llegan los padres mercedarios José María Fabián Rubio, Ignacio Zúñiga Corres, y Fray Celso Leal Requejo, con el objeto de fundar una casa en Guatemala.
El 10 de Febrero de 1964 el Señor Arzobispo Mariano Rosell y Arellano les entregó la iglesia de Belén, a la que incorporó el Padre Antonio López Martín, como capellán el 5 de Julio de 1964. El 16 de junio de 1,966, los Padres Franciscanos Gargallo y Ángel Tello Lecina pasan a formar la segunda comunidad mercedaria a Quetzaltenango. A raíz del terremoto de 1,976 el 30 de Abril Mario Cardenal Casariego entrega a la orden mercedaria la iglesia de Capuchinas primero para descombrarla y después de haber realizado ese trabajo, para reconstruirla y es así como el 19 de marzo de 1,981 se inauguró la iglesia de Capuchinas en el aspecto arquitectónico. El 30 de Abril de 1976, nos entregó la parroquia de San Sebastián, de la Merced de la Antigua Guatemala, por medio del Obispo Auxiliar Monseñor Ricardo Ham. Posteriormente se construyó el seminario mercedario en Ciudad San Cristóbal Mixco. La Reseña - Edición Histórica Mercedaria
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Que el
SEÑOR NOS DESCUBRA
SUS CAMINOS Rvdo. P. Fr. Luis Alberto Cáceres Parada OdeM Párroco de San Sebastián y Presidente de La Hdad. Templo de La Merced, La Antigua Guatemala
Queridos hermanos y hermanas que forman parte de este gran elenco de hombres y mujeres que llevan en sus hombros, no solo imágenes, sino tradición, oración y la piedad de nuestras comunidades. Hoy con gozo y alegría, queremos iniciar esta cuaresma 2021, y aunque no podremos expresarlo a grandes voces, como en años anteriores, nuestra cuaresma no mengua porque mi experiencia de Cristo es la que debe mover mi vida a vivir esta cuaresma, de lo contrario, hermanos, caemos en la segunda tentación y es creer que si no llevo la imagen de Jesús en mi, no viví mi cuaresma, eso es un error y fatal. Porque la cuaresma sigue y la invitación de Jesús sigue abierta, por eso el salmo 24 “Señor descúbrenos tus caminos”, -podríamos cambiar esa expresión y decir-: Jesús Nazareno, ¿Que camino debo seguir en esta cuaresma 2021?, Jesús, imagen de Jesús Nazareno, sagrada y consagrada, como se recuerda hoy, en este año que es el jubileo de esta hermandad, ¿qué debo hacer?, y descubrir el cariño a Jesús, para vivir este 2021, esta cuaresma. ¿Qué camino debemos seguir?, pues la palabra de Dios nos lo ha dado. 1º. El más importante, no olvidar la alianza, Dios permanece fiel. Él es fiel. Por eso como San Agustín siempre nos recuerda, Dios no se equivoca en nada, nosotros somos los que podemos equivocarnos al responder. Dios conmigo y nosotros como hermandad con esa tarea tan especial que tenemos, para avivar la fe de nuestro pueblo, es lo primero que yo debo de llevar aquí grabado en mi corazón, Dios es fiel y permanece siempre fiel. 2º. El tiempo de Dios se ha cumplido, y ¿qué significa para nosotros? El tiempo de Dios es el tiempo donde Él hace su obra, su mejor obra. En el tiempo de Dios -que es perfectotodo tiene sentido y significado. Les pregunto: ¿Soy menos cristiano porque no puedo hacer procesión?, ¡No!, ¿Soy menos de la Hermandad porque no puedo sacar a Jesús a recorrer todo el pueblo antigüeño?, ¡No!, el tiempo de Dios es perfecto. Entonces, ¿Qué quiere Dios con este tiempo?, pues quiere que abramos los ojos. La Cuaresma 2021 tiene que ser una cuaresma de autorreflexión, de invitación, de llenarme de los sentimientos propios de Jesús. Jesús mío: ¿Por qué cargas con la Cruz? ¿Por qué tomas tu Cruz y sigues hacia a delante? ¿Qué me quieres decir? El tiempo de Dios es perfecto, porque en este tiempo tú, querido hermano, querido cofrade, querido hermano de esta hermandad, debes revestirte de los sentimientos de Cristo. De
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Fotografía: Aldo Comparini
lo contrario, aunque el otro año, esperemos en Dios que así sea, tuviéramos la oportunidad de salir, si no me lleno de Cristo, no puedo llevar a Cristo a otro, y aunque me vean sudado, me vean caminando, me vean llevar el anda, si no estoy unido a Cristo, con todo el respeto que se merece esta Imagen Sagrada, llevaríamos una imagen solamente. 3º. El reino de Dios está cerca, conviértanse. Su reino ya esta desarrollándose, gestándose en nosotros, pero para que ese reino sea visible, dice Jesús, cambien de vida, mejoremos, mejoremos nuestras relaciones entre nosotros, mejoremos nuestras relaciones en la familia, mejoremos nuestras relaciones en el lugar del trabajo, que quién los vea, vea a Jesús; no solamente porque llevamos el emblema de socio, si no nos comportamos como nos debemos comportar. ¿Cuál es la forma de este camino? Decía San Juan Pablo II: “no tengas miedo de abrirle las puertas a Cristo, revístete de esperanza para que te llenes de esa gracia”, de acercar la palabra de Dios como una buena noticia para tu vida, para tu familia, para tus cercanos y conocidos. Vivamos esta cuaresma, conducidos y guiados por Jesús, como va Jesús, con la Cruz. Vivamos gozosos, siempre adelante, nosotros también queremos llevar nuestra Cruz, pero sobre todo para que el Señor la renueve, la transforme. AMÉN.
La Antigua Guatemala se caracteriza por conmemorar una de las manifestaciones más grandes de fe y devoción, la Cuaresma y Semana Santa. Cada año las familias se preparan con la ilusión de realizar coloridas alfombras de aserrín sobre las cuales pasan imponentes cortejos procesionales, que son acompañados por miles de cucuruchos, otras con la ilusión de llevar en hombros a la imagen de su devoción pero lo más importante es que todos unidos en la misma fe y en el mismo sentir, la emoción y una serie de sentimientos brota al contar los días para que llegue el miércoles de ceniza, pues al llegar este día, estamos a las puertas de conmemorar la cuaresma y semana santa más bella del mundo en La Antigua Guatemala. Durante los últimos meses hemos vivido una difícil situación a nivel mundial, la pandemia causada por el COVID 19, que representa uno de los retos más importantes a los que nos hemos enfrentado durante nuestra vida. Son tiempos difíciles para todos, pero a pesar de eso Jesús nos invita a vivir de una manera diferente con Él, el misterio de su Pasión, Muerte y Resurrección. Pueda que este año no preparemos los materiales para realizar la tradicional alfombra multicolor, pueda que no preparemos nuestra túnica,
pero hay algo que sí podemos preparar, preparemos nuestro corazón y dispongámonos a recibir a Dios en nuestra vida y así también reconozcamos que necesitamos de su misericordia y que queremos acercar nuestra vida, con aquella invitación que nos dice en su palabra. “Mira que estoy a la puerta y llamo, si alguien escucha mi voz, entraré y cenaré con él y él conmigo”.
Fe y Devoción Luis Fernando Vásquez Encargado General
Hermandad de Jesús de La Merced
La Cuaresma y Semana Santa es un tiempo litúrgico que nos brinda esperanza, que nos da la oportunidad de reflexionar y tener presente que Él dio su vida para salvarnos y la sigue entregando hoy, en este momento tan difícil a nivel mundial. Nos recuerda que no estamos solos y que con su resurrección Dios, que es misericordioso, quiere hacer un nuevo cielo y una nueva tierra. Una vez más el Domingo de Ramos no veremos las interminables filas de cucuruchos revestidos de túnica morada y tapasol blanco, El Viernes Santo. No veremos a las familias o a los amigos congregados en el atrio del templo mercedario esperando que el Nazareno de los Antigüeños haga su a aparición en el pórtico principal del templo para recibir su bendición. No escucharemos en la cruz de piedra las emblemáticas notas del pentagrama musical sacro. Quizás nos sentiremos con un nudo en la garganta y elevaremos un suspiro o una plegaria mirando hacia el cielo y tal vez no comprendamos el por qué de esta situación, pero es necesario tener paciencia porque Dios es puntal, no acelera ni se tarda, solamente necesitamos tener fe, y confiar que pronto pasará esta pandemia que nos ha afectado tanto. Pero también será un buen momento para sentirnos afortunados de gozar del don de la vida. Que este tiempo sea de pasar de las palabras a las acciones y de demostrar que sin importar que nos encontremos distanciados, nos mantengamos unidos; que podamos brindarle la mano al más necesitado, que erradiquemos la envidia, que seamos solidarios y que llenemos de amor nuestro corazón, del mismo amor que Dios nos demostró muriendo en la cruz por nuestra salvación. Fotografía: @geovin.gt
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Guiándonos en el texto de Verle L. Annis, la arquitectura de la Antigua Guatemala, se dice que en 1536 se había pedido un lugar que fuera destinado para el monasterio de Nuestra Señora de las Mercedes en Almolonga, pero pocos años después la ciudad fue destruida por los terremotos por lo que al no tener un lugar donde habitarán los frailes y monjes mercedarios, les cedieron un lugar en el límite de la ciudad de Santiago, actualmente Antigua Guatemala. Y desde 1548 hasta 1717 los mercedarios crecieron en espacio arquitectónico y espiritual en la ciudad. Y cuenta Annis que” en la época de su construcción probablemente no fue un templo abovedado, y tendría que haber sido mucho más angosto para haber tenido techo de madera”, por lo que es probable que en sus inicios el templo fuera mucho más pequeño de lo que es ahora. Se sabe también que la construcción del convento a principios del siglo XVII era a cargo de Juan de Chávez, que era uno de los constructores más famosos de la época.
Templo de
Nuestra Señora de La Merced
Arquitectura del convento y templo de La Merced, Antigua Guatemala
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Los terremotos de 1717 causaron daños que eran sumamente difíciles de repararlos, y un informe especial del rey fechado el 12 de abril de 1718, declaró que los religiosos vivían en condiciones peligrosas, y la iglesia era insegura”, se cree que el convento fue reparado antes del templo debido a que por lo menos existían cien frailes habitando el convento, el templo se empezó a reconstruir hasta 1749, por el Arquitecto Juan de Dios Estrada. La fachada del templo, rompía con el modelo utilizado en la Catedral de la ciudad, utilizado en varios templos de la
Fotografía: Danny Gamboa, Año 2020
ciudad. La fachada tipo retablo, está formada por tres calles separadas por columnas de bastante tamaño, dos cuerpos con entablamento de por medio, y un remate; se pueden destacar dentro de la fachada características propias del barroco como la ventana hornacina y la puerta con tímpano; sus temas decorativos se centran en los vegetales, como se puede ver claramente en las columnas con el detalle de racimos de uvas colocados en forma de espiral a través de todo el cuerpo de la columna. Describe Annis que “la primera impresión de pesadez en la fachada está bien balanceada por la parte central, que tiene dos cuerpos de columnas sobrepuestas que le dan una modesta verticalidad”, la decoración del segundo cuerpo es el ejemplo de mejor ataurique trabajado en la ciudad en donde la ornamentación era bastante popular. Los detalles ornamentales de los campanarios son de menor calidad que los de toda la fachada pero crean una combinación interesante con los contrafuertes que tiene alrededor el templo. Hablando ahora de la pequeña fachada con la que cuenta el convento, se puede decir que es más barroca que la del templo, y cuenta con columnas salomónicas, frontón roto y molduras interesantes. El conjunto mercedario y principalmente el templo está ubicado lejos de la calle. El claustro de convento es bastante pesado al igual que el templo, en el que predominan los macizos, los corredores se cubren con bóvedas de cañón en forma semihexagonal. La fuente del convento, que por cierto es la fuente más grande que se conserva actualmente en la ciudad, está distribuida dentro de patio central ocupando la mayoría del espacio, y su forma es una estrella mixtilínea, tiene un diámetro de aproximadamente veintisiete metros y una altura de más de seis metros, la parte central de la fuente tiene ocho salidas de agua, una parte interesante de la fuente es que cuenta con cuatro puentes en las esquinas en los nos dirige hacía el centro de la fuente.
1895
HERMANDAD DE
JESÚS NAZARENO
Primera fotografía
Y VIRGEN DE DOLORES
que se conoce de Jesús Nazareno
La Merced, Antigua Guatemala
346 Años Hermanda de Jesús de la Merced
1675 - 2021 “La imagen de Jesús Nazareno de San Jerónimo, hoy el Nazareno de La Merced antigüeña esta vigente y es objeto de especial devoción por incontables personas, siendo importante destacar que son imágenes como este Nazareno las que hacen posible el surgimiento y persistencia de organizaciones que velan por su culto, esas cofradías, hermandades o asociaciones, logran amalgamar a muchos creyentes, no es el entusiasmo personal de aisladas personas lo que hace una actividad devocional persistente a través del tiempo sino un esfuerzo colectivo que tiene como sustrato el pueblo”. Licenciado Mario Alfredo Ubico Calderón
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La Reseña - Edición Histórica Mercedaria
Juan José de Jesús Yas Fototeca CIRMA
1900
1675
Fotografía Sociedad de Jesús de La Merced
FUNDACION
COFRADÍA
SOCIEDAD
2007
Fotografía: José Carlos Flores León
2021
Fotografía: José Carlos Flores León
2017
Fotografía: José Carlos Flores León
1905
Juan José de Jesús Yas Fototeca CIRMA
1920
1915
Colección Yas -Noriega Fototeca CIRMA
1925
Colección Yas -Noriega Fototeca CIRMA
Juan José de Jesús Yas Fototeca CIRMA
1948
Turno Procesional
HERMANDAD
1977
Se estrena el anda de 80 hombros
1997
1960
Fotografia: Hugo Juárez
Fotografía: José Carlos Flores León
1958
Lit. B Zadik y Co/ Fotografía Rafael Ortiz
1989
Impreso en Tipografía Azmitia
La Reseña - Edición Histórica Mercedaria
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Fotografía: Jorge Cuyún
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Fotografía: Gonzalo Koronado
Fotografía: Aldo Comparini
La Reseña - Edición Histórica Mercedaria
Fotografía: Danny Gamboa
Fotografía: Max Santacruz
¡con fe y actitud le servimos!
vivamos una cuaresma en el corazón y en las obras ¡ s i e m p re c uidamos a nue st ra ge nt e !
Fotografía: Fernando Castellanos
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Año 1923
Año 1924
Ca. 1965
Ca. 1970
Hermandad de
Jesús Nazareno de La Merced
Antigua Cofradía de Jesús Nazareno de San Jerónimo
En 1675 en la Ciudad de Santiago de Guatemala, a los diez y nueve días del mes de mayo, en virtud de la licencia de antecedentes que nos es concedida, estando juntos y consagrados en la iglesia parroquial del Barrio de San Jerónimo de esta ciudad, con acuerdo, asistencia e intervención del padre Ramón de las Varillas del Orden de Nuestra Señora de La Merced, Redención de los Cautivos, cura doctrinero por el Real Patronato del partido de San Antón, contiguo a esta
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La Reseña - Edición Histórica Mercedaria
ciudad, en la que esta incluso dicho barrio, los hermanos y cofrades de la cofradía que pretendemos fundar de la advocación de Jesús Nazareno de dicha Iglesia Parroquial. Extracto Ordenanza de La Cofradía de Jesús Nazareno de San Jerónimo, Archivo Histórico Arquidiocesano “Francisco de Paula García Peláez”
Fotografía: Fotografia Archivo Hermandad
Fotografía: Mauricio Díaz
De la antigua cofradía, a la actual hermandad. Ya antes de 1,675 se tiene noticia que era venerada la imagen de Je s ú s Nazareno, desconociéndose la fecha en que se inició esta práctica piadosa y el nombre del escultor; pues la atribución a Alonzo de la Paz encuentra sus orígenes en 1,934 en la pluma de Víctor Miguel Díaz, que luego de invaluables estudios realizados por el Licenciado Mario Ubico se descartaron pues con documentos fehacientes se demostró que la cofradía quien resguardaba y tenía el trabajo de dar culto a la imagen nazarena que hoy se venera en el Templo de La Merced pertenecía siempre a la Orden Mercedaria en Iglesia y Convento de San Jerónimo. Lo importante, es que en 1,675 el Padre Mercedario Fray Ramón de las Varillas impulsó la aprobación de las Ordenanzas de la Cofradía de Jesús Nazareno de San Jerónimo, lo que significa que se trata de una de las cofradías más antiguas del Reino de Guatemala y que afortunadamente estas ordenanzas se conservan en el Archivo Histórico Arquidiocesano, en la Nueva Guatemala de la Asunción.
Fotografía: Domingo de Ramos 1977
La vida de las cofradías sufrió de altibajos, esto debido en gran medida a la estratificación de la sociedad Santiagueña, pues había cofradías exclusivas para españoles, para ladinos o indígenas; la Cofradía de Jesús de San Jerónimo tenía la particularidad de congregar a todos estos grupos, ya que era integrada sin distingos racionales, estableciendo que el puesto de mayor jerarquía, alcalde de la cofradía, fuese ejercido siempre por un español, indistintamente de ser hombre o mujer; teniéndose la noticia que para 1,681 la Cofradía de Jesús de la Merced, integraban solo españoles, había iniciado un litigio contra los demás cofradías que procesionaban “el paso de Jesús con la cruz a cuestas”. Ya para ese entonces la devoción al Señor de San Jerónimo era grande, como lo demuestran los legados testamentarios y la decisión de los cofrades que en 1,684 deciden construir una capilla techada de bóvedas, solicitando autorización a las bóvedas, solicitando autorización a las autoridades religiosa para pedir limosna para tal fin, y así dar culto y veneración a la imagen del Nazareno y a la Virgen de Dolores, que posiblemente sea la misma que actualmente es procesionada con Él cada Domingo de Ramos y Viernes Santo. En el documento de las ordenanzas de la Cofradía quedó consignado “…que el Martes Santo tengamos misa cantada por ser la Reseña de Nuestro Jesús Nazareno…”; la procesión no quedó consignada por escrito, aunque se sabe que era nocturna y para 1,681 era muy importante para la ciudad.
Fotografía: Domingo de Ramos 1989
Fotografía: 2007 Jose Carlos Flores Leon
Fotografía: 2018 Aldo Comparini
Fotografía: 2018 Mario Cruz
La Reseña - Edición Histórica Mercedaria
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Fotografía: [Nelo] Mijangos
Jesús Nazareno de
La Merced
La devoción a la imagen de Jesús Nazareno data de la segunda mitad del siglo XVII, en el que prosperó en el Barrio de San Jerónimo, al poniente de la traza original de la cuidad de Santiago de Guatemala. Un grupo de vecinos españoles, ladinos e indígenas solicitaron la elaboración de una imagen de Cristo con la cruz a cuestas para su veneración en dicha parroquia. Dicha imagen corresponde al periodo donde el barroco floreció. Al igual que todos los Nazarenos de la época, es una imagen procesional de vestir, de cuerpo tallado, y no de bastidor, posee características excepcionales que alcanzan la síntesis de la fe humano divina, anatómicamente la cabeza ancha, la mandíbula enérgica, los ojos grandes que lucen en el acabado fino y brillante de la pie, chispean; y su mirada penetra hasta lo más hondo del alma del fiel devoto, impactándola con esa mezcla de dulzura y severidad, que es uno de los rasgos de su personalidad. Razón por la que mueve los corazones al arrepentimiento implorando perdón al redentor. En 1804 el arzobispo Luis Peñalver y Cárdenas ordenó
cerrar las ermitas de San Antón, San Jerónimo y el Chajón en La Antigua Guatemala. Sus bienes fueron trasladados a la parroquia de San Sebastián. La imagen es conocida entonces como Jesús de San Jerónimo fue trasladada al templo de San Sebastián entre 1804 y 1808. Habiendo permanecido allí hasta el año 1883 en el cual se cambia para siempre la historia de la imagen de Jesús Nazareno, debido a los daños provocados en el Templo de San Sebastián, por diversos terremotos, se toma la decisión de trasladar a la Venerada Imagen de Jesús Nazareno, al Templo de Nuestra Señora de La Merced, colocándolo en el crucero sur del Templo, en una imponente capilla. Es a partir de esa época y a partir de ese año que se le comienza a mencionar como Jesús Nazareno de La Merced. En el año 1923 en el mes de diciembre se inicia el proceso de restauración de Jesús Nazareno a cargo del Señor Rosalío Alfaro, reconocido restaurador de varias imágenes, quien lo entrega en febrero de 1924. Dichos trabajo consisten en retoque de manos y rostro e integración de pestañas en la parte inferior de los ojos. El Domingo de Ramos 4 de abril de 1971, en solemne Ceremonia, Su Eminencia Reverendísima Monseñor Mario Cardenal Casariego y Acevedo, consagra la Imagen de Jesús Nazareno, en el Atrio del Templo Mercedario. Siendo el 12 de mayo de 2003, y siendo Presidente de la Hermandad el profesor Walter Orlando Monge se da inicio al Proceso de restauración y consolidación de Jesús Nazareno a cargo del Consejo Nacional para la Protección de La Antigua Guatemala (el cual históricamente se realizaría en el Salón del Hermano Pedro, interior del Convento de La Merced). Y es el 12 de octubre, de este mismo año, que se realiza el Acto de entrega al pueblo Católico en ceremonia por demas concurrida y donde se puede patentizar el amor y devoción de una Ciudad entera a Jesus Nazareno de La Merced. Fotografía: José Carlos Flores León
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Viernes
El
Santo EN LA MERCED
Muchas personas ven al Nazareno desde la puerta o los balcones de su casa: Jesús los está visitando. Otros eligen el lugar en el que verán de cerca al Nazareno por la facilidad para situarse o por lo espectacular del lugar, sea por la Calle Ancha, el paso de la Merced o cuando pasa frente a la Catedral. Muchos recuerdan cada año el lugar en el que les toca cargar, la marcha particular que les arropa con sus compases o la alfombra mullida que apenas se intuye al dar cada paso. Sea cual sea el lugar y la imagen de Jesús o de su Madre que contemplemos con devoción, estamos dando espacio y tiempo a nuestro encuentro con Dios, estamos exteriorizando el camino interior de nuestra alma. fr. Fernando Ruiz Valero, Mercedario.
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Fotografía: Jorge Cuyún
Fotografía: Alvaro Marroquín
Fotografía: Roberto Masaya
Fotografía: José Carlos Flores León
Fotografía: Marcela Molina
Fotografía: Ricky López Bruni
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Amor
El Sagrado DE LOS ANTIGÚEÑOS Monseñor Marco Aurelio González Iriarte
Presidente del Cabildo Eclesiástico de la Arquidiócesis de Santiago de Guatemala Rector Beaterio de Belén, Ciudad de Guatemala
Muy queridos cucuruchos y hermanos antigüeños La autoridad de nuestra Iglesia Católica, me nombró Párroco de San Sebastián, con sede en La Merced, de antigua Guatemala. ¡Qué tiempos aquellos! ¿Cómo no recordar, esos años ya idos? Quiero contarles, en esta oportunidad, serví la Parroquia Fotografía: Jorge Cuyún
de San Sebastián, con la ilusión de un joven Sacerdote, que se estrena en el servicio sacerdotal de Jesús; no solo fui párroco, sino que fui “el guardián” de las bellas imágenes y esculturas de la Iglesia La Merced, especialmente la simpar, bellísima, Imagen de Jesús Nazareno; soy testigo del cariño y del amor de todo hijo bien nacido de Antigua Guatemala, su amor a Jesús de la Merced.
Les cuento, cuando me llamaban para visitar algún enfermo, en Jocotenango Pastores o San Luis, siempre quedé muy impresionado; gratamente impresionado ver junto a la cama del enfermo cucurucho, quede muy edificado… siempre, siempre en la cabecera de su cama, estaba su lanza y su farol de las procesiones del Domingo de Ramos y de Viernes Santo. La Reseña - Edición Histórica Mercedaria
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¡Qué amor tan grande! Aquilaté el amor que tienen los antigüeños por Jesús Nazareno de la Merced. Fue tan grande y tan grata la impresión que me causó, que decidí y tomé la resolución: “Iré a las Procesiones, revestido con capa pluvial, delante de las andas del Señor; presidiendo, como es debido”. Este detalle, fue la admiración de todos los vecinos, que por primera vez, vieron a su Párroco acompañando a Jesús de la Merced, El Jesús de los Antigüeños en su procesión. Fue mayor su sorpresa, cuando vieron a su Párroco llevar en
hombros el peso amable de las andas de Jesús de La Merced. Fueron testigos mudos de esto la antañona calle ancha de los Herreros, donde cargué siendo párroco al Nazareno que estremece los corazones de su pueblo, el que impacta a los extranjeros, que ha trascendido fronteras, el nazareno de cada Viernes Santo. Esto que les he contado, es un hecho histórico… Con el paso de los años, encontré un folleto, muy bello, muy antiguo, con la Imagen de nuestro Jesús de la Merced; al pie del grabado, está escrito el pensamiento de San Agustín: “yo, no soy Dios, pero soy imagen suya”. Los invito, mis queridos hermanos, para que ustedes y yo, hagamos en esta ocasión, un acto de Fe católica; “Creo en nuestro Jesús Nazareno, verdadero Dios y verdadero hombre”; cuya Imagen ungida y consagrada de Jesús de la Merced, veneramos con mucho cariño y más amor. La imagen de Jesús de la Merced, es una escultura hecha con maderas de Guatemala que nos recuerda esplendorosamente a nuestro Jesús-Dios, y Salvador personal de cada uno de nosotros, en el Misterio Sublime de su Pascua, del paso de su muerte, a su gloriosa Resurrección del sepulcro. ¡Acto sublime, del amor de Dios ¡ Creo que Jesús es Amor, Dios nos ama, con infinito amor, como solo Él puede amar; Creo que Jesús - Dios, asumió nuestra naturaleza humana, esta naturaleza humana nuestra, en todo igual a nosotros, menos en el pecado. ¿Para qué asumió nuestra naturaleza humana? Para salvarnos a todos; este acto de amor, es propio de seres racionales, este acto de amor, es un sentimiento de admiración a la belleza de su criatura; nosotros somos participantes de su naturaleza vida divina, de su santidad y de su divinidad. Jesús - Dios nos ama con infinito amor, somos sus criaturas, somos sus hijos. Una persona humana ama; Jesús hombre, siente palpitar su corazón, porque nos ama, quiere para cada uno de nosotros, lo mejor. Jesús pide a los Guatemaltecos y antigüeños, vivamos una vida feliz, en esta
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Fotografía: Alvaro Marroquín
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tierra nuestra, bella y ubérrima; sobretodo, vivamos nuestra salvación eterna, en la otra vida, después de nuestra muerte; precisamente porque nos ama, comprende nuestra realidad humana y pecadora, Jesús sabe que el pecado original nos dejó inclinados a lo malo, al pecado; que somos pecadores, grandes pecadores, Él quiere librarnos de esa muerte eterna y del pecado. Como hombre que es, nos ama con todo su ser material; como Dios, nos ama con todo su ser espiritual y divino; precisamente porque nos ama, nos comprende, nos conoce tal y como somos. El Amor, quiere para nosotros, lo mejor; la hoy Consagrada Imagen de Jesús de la Merced, es una imagen bella, preciosa, atrae los corazones de todo buen antigüeño; y de todo cucurucho guatemalteco; es la Imagen del amor de Dios. Cucuruchos penitentes antigüeños, consagren su amor, su trabajo, su familia a Jesús… Consagren su vida a Jesús Nazareno de la Merced. Frecuéntenlo en su capilla donde amorosamente recibe sus plegarias ¿y cómo no hacerlo? si Él es “La imagen del amor de Dios”. Les aconsejo también, fruto de la experiencia Sacerdotal de este anciano Sacerdote de Jesús;” cada cucurucho, cada hermano antigüeño, en su casa, en su hogar, con mucha humildad y sencillez, con mucho amor, entronizar, la Sagrada Imagen de nuestro Jesús de La Merced, hacerle un trono real, en nuestra sala, en nuestro dormitorio, en un lugar adecuado para que El reine en su casa, en su hogar, en nuestra queridísima Antigua Guatemala,” ¿verdad que se lo merece? Él es El Señor de Antigua Guatemala, la Sagrada Imagen del Amor, que es Dios. Al visitarlo, mirémoslo con cariño, con más amor que cariño; cada día pongamos mucha atención a esa corona con espina que ciñe su sagrada cabeza; pidamos a Dios, experimentar en nosotros mismos esa cruel flagelación que destrozó el cuerpo de nuestro Jesús; al contemplar tan bella y esplendorosa Imagen del amor, vamos a ser atraídos a nuestro Jesús - Dios que es amor, vamos a ser atraídos al misterio del amor revelando a nosotros los dolores y los sufrimientos que nos da a conocer esta maravillosa imagen de Jesús de la Merced. Al visitarlo, mirémoslo con cariño, con más amor que cariño; cada día pongamos mucha atención a esa corona con espina que ciñe su sagrada cabeza; pidamos a Dios, experimentar en nosotros mismos esa cruel flagelación que destrozó el cuerpo de nuestro Jesús; al contemplar tan bella y esplendorosa Imagen del amor, vamos a ser atraídos a nuestro Jesús - Dios que es amor, vamos a ser atraídos al misterio del amor revelando a nosotros los dolores y los sufrimientos que nos da a conocer esta maravillosa imagen de Jesús de la Merced. A los pies de Jesús de la Merced, encontraremos comprensión, encontraremos amor, encontraremos cariño, dulzura, tranquilidad, paz y bienestar. En esta Santa Cuaresma, les dejo mi saludo sacerdotal para todos y cada uno de ustedes; con mi afectuoso y sincero cariño, de muchos años, (para ser exacto, de 55 y 56 años) los que recuerdo con mucha nostalgia. En el Corazón Eucarístico de Jesús. AMEN.
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El áureo Domingo de Ramos de 1971 Walter Enrique Gutiérrez Molina - Historiador, Secretario Académico, Escuela de Historia, USAC
¡Qué profunda convicción la de los guatemaltecos para conservar los rituales de lo sagrado! ¡Qué manera tan audaz de revestir lo sacro con un atuendo aun más divino! ¡Qué forma de resguardar las joyas más preciadas tenemos en esta tierra! La consagración guatemalteca, la unción a nuestras imágenes más reverenciadas es justamente la explicación más original a todas estas expresiones: con ellas hemos elevado a nuestras esculturas benditas a un nivel más divino; hemos conservado un rito tricentenario y con él hemos incrementado el cuidado de quienes en forma material nos recuerdan la inmaterialidad de la fe. Al celebrar las bodas de oro de consagración de Jesús Nazareno de La Merced de esta ciudad patrimonio de la humanidad, no puede uno menos que expresar emocionado la admiración por la forma en que los guatemaltecos y, especialmente los antigüeños, han guardado en lo más íntimo de su ser espiritual el valor de un acto esencialmente guatemalteco y prolijo en interpretaciones pero que se reduce a un valor que lleva poco más de tres siglos pasando de generación en generación: la DEVOCIÓN. El corazón de cucurucho no puede menos que emocionarse al recordar el instante preciso en que el XVI arzobispo de Santiago de Guatemala, el Eminentísimo Señor Mario Cardenal Casariego y Acevedo, ungió a Jesús Nazareno en el atrio de su templo, en la tarde del dorado Domingo de Ramos, 4 de abril de 1971. No importa que ese recuerdo sea una narración de nuestros abuelos y padres, o sea una vivencia personal. Media centuria ha transcurrido desde aquel hecho, y los lazos de la imagen con su pueblo se han fortalecido gracias a la presencia constante y firme que su hermandad ha impulsado durante estos cincuenta años; y por supuesto, se ha alimentado con las lágrimas de quien lo ve pasar con la emoción o la pena de su diario 30
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Fotografía: Alejandro Espinoza
vivir; por la sonrisa del niño que lo espera para verle pasar de la mano de sus padres o simplemente por quien lo ha convertido en el referente de su cultura y su ciudad. La historia de la Semana Santa guatemalteca, cuya escritura es una deuda pendiente de saldar en pleno siglo XXI, tiene en los actos de consagración uno de sus capítulos más interesantes, surgidos justamente en el mismo lugar donde se realizó la consagración de Jesús de La Merced, el antiguo Jesús de San Jerónimo y de San Sebastián, solo que 254 años antes cuando Fray Juan Bautista Álvarez de Toledo escribió la primera página de estos actos característicos de la historia religiosa guatemalteca. A pesar que la consagración de Jesús Nazareno de La Merced, ahora en la capital, está escrita en tres fuentes diferentes, resulta interesante comprender que la conceptualización, mística, justificación teológica y realización del acto salió de la mente del primer mayordomo de la cofradía, Juan Colomo, seguramente en concordancia con el regente de los estudios del gran convento mercedario de Guatemala en aquel año de 1717, Fray Antonio de Loyola. Esto se plantea a partir de no haberse localizado hasta la fecha el protocolo, gestión o liturgia que se utilizó en la ceremonia del 5 de agosto, y que debería estar resguardado en el actual archivo del arzobispado de Guatemala, sino que la información proviene del archivo de la cofradía, la Recordación Florida de Antonio de Fuentes y Guzmán y el Compendio de la Historia de la Ciudad de Guatemala de Domingo Juárros, todos basados en el relato del primer mayordomo. Es primordial tener presente que la forma de plantear una consagración a una escultura, basada en un profundo análisis apologético y exegético, en pleno periodo barroco, tiene una especial repercusión en todo el ámbito del desarrollo cofrade, no solo para la época colonial -aunque nunca se volvió a repetir dicho acto-, sino para la Guatemala moderna de principios del siglo XX, cuando el 3 de febrero de 1917 Fray Julián Raymundo Riveiro y Jacinto consagró a Jesús Nazareno de Candelaria en una manifestación eclesiástica para manifestar su recuperación después de los duros embates liberales de los gobiernos liberales del último cuarto del siglo XIX. El hecho se volvió a repetir en la capital en la Guatemala posrevolucionaria, convulsa políticamente, el 3 de marzo de 1956 en el templo de la Recolección, cuando Fray Celestino Fernández OFM, consagró a Jesús del Consuelo.
La permanencia pues, de un hecho histórico para la Semana Santa y las cofradías coloniales alcanzó en el siglo XX su cúspide, llegando hasta la segunda década del siglo XXI con inusitada fuerza. Ese momento llegó con la figura del primer cardenal de Guatemala. El hecho de reactivar las consagraciones en el periodo más cruento de la guerra interna no debe verse como un hecho aislado, hay que tener claro el sentido de traer al mundo capitalista un acontecimiento surgido en un sistema feudal. Y es que los valores que entrañan la consagración no cambiaron entre un momento y otro: el reconocimiento de la calidad artística de la escultura, la historia de veneración y arraigo en una comunidad y la fe que mueve, eran valores necesarios de alimentar en una sociedad en crisis que buscó en la belleza, en la devoción y en la fe un bálsamo para su dolor. Son tan intemporales dichos principios que siguen siendo la justificación para la autorización de las consagraciones hasta nuestros días. Tampoco fue casual que el reinicio de estás consagraciones se dio fuera de la capital. Y si se iba a salir de la ciudad, el destino no podía ser otro que la antigua Santiago, en el mismo lugar donde surgieron las consagraciones. Esto nos llevó a vivir el hecho que el primer consagrado en esta nueva fase de la historia religiosa y tradicional guatemalteca fuera el Señor de La Antigua Guatemala, cuya dinámica social, demográfica y migratoria era muy diferente en el inicio de la década de los años 70 a lo que es hoy. Aun el turismo interno y externo no era tumultuoso y las familias originarias permanecían profundamente arraigadas al suelo antigüeño; pero también había una fuerte circulación de personas provenientes de comunidades aledañas y cruce de caminos entre la meseta central y la costa, maya hablantes. Por eso se entiende la necesidad de ir y buscar a los creyentes que en Sacatepéquez se daban cita en aquella Semana Santa, el mensaje de paz, de valentía, de esperanza y de solidaridad con hombres, mujeres y niños que el Cardenal lanzó en aquella alocución de consagración, deja ver con claridad el interés y el deseo de realizar la unción de una imagen que podía reunir a sus pies a todo este universo de guatemaltecos. Después de 254 años de haber salido de La Antigua Guatemala, la historia de las consagraciones dejó un legado maravilloso: el mismo lugar que atravesó Fray Juan Bautista Álvarez de Toledo para entrar a consagrar a Jesús de La Merced en 1717, fue el mismo lugar que sirvió de marco imponente para que SE Mario Cardenal Casariego ungiera a Jesús de La Merced. Los tres grandes señores del arte colonial guatemalteco que fueron vinculados con sus comunidades (criollos,
mayas y africanos) quedaron indisolublemente unidos por el sagrado óleo: Jesús de La Merced, el primer consagrado de la historia en Santiago de Guatemala; Jesús de Candelaria, el primer consagrado en la Nueva Guatemala de la Asunción, y Jesús de La Merced, el antiguo Nazareno de San Jerónimo, el primer consagrado en La Antigua Guatemala. Lejos estaba Fray Antonio de Loyola, quien predicó el 6 de agosto de 1717 diciendo: “¿Pero a quién se le debe esta exaltación de esta imagen sagrada? a quien se ha de deber sino a Nuestro Príncipe Ilustrísimo, que con su acostumbrada magnanimidad lo consagró”; cuando el 4 de abril de 1971 fue justamente un príncipe de la iglesia quien ungiría al Nazareno mercedario como primicia de los consagrados en La Antigua. Nada sabemos del clima que hubo en Santiago de Guatemala el 5 de agosto de 1717, pero si sabemos que el 4 de abril de 1971 la monumental Merced brillo y convirtió en un áureo recuerdo el momento de la unción con los santos óleos a quien desde que se quedó solo en el valle de Panchoy, en su pequeña ermita de San Jerónimo y luego en la derruida iglesia de San Sebastián se convirtió en el recuerdo permanente de la fe del pueblo, en el corazón de sus devociones, nostalgia y orgullo. La primera vez que escribí para la Revista La Reseña anoté una frase: “La Antigua es mercedaria y Jesús de La Merced es La Antigua”, con esa misma idea y convencido que cada Domingo de Ramos, Lunes Santo y Viernes Santo se refrenda esta relación, la ocasión de celebrar este cincuentenario es la oportunidad ideal para que el recuerdo de aquel 4 de abril siga brillando, a pesar de las circunstancias en que nos ha tocado vivir la presente cuaresma y Semana Santa y que La Antigua entera pueda pronto reunirse de nuevo a los pies de su Nazareno en el lugar en que brilló tan intensamente en la historia de las consagraciones de Guatemala. Fotografía: José Carlos Flores León
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MEMORIAS de ANTIGUA Un repaso a la sociedad y la vida de La Antigua Guatemala de 1971 Méndez Vides
Una fotografía aparecida recientemente por la magia de la comunicación virtual me revolvió la memoria. Hurgué en los rostros infantiles del montón de patojos entacuchados y encorbatados, con el profe atrás, posando en los años sesenta frente a la fachada del templo de La Merced, para identificar a los compañeros de entonces y encontrarme a mí mismo, con dificultad. Con algunos rostros fue más fácil que afloraran los apellidos, como el fosforito Zulecio, Nájera, Baesita, Bocaletti, Caxaj, Betancourt, entre otros cuya imagen se desdibuja y confunde. La vida es cuatro días y el desencuentro la norma. Era el tiempo de la educación elemental, apenas el arranque del camino y la diáspora, porque el destino nos marcó sendas diferentes y disgregó. Uno de aquellos muchachos se marchó del país, y regresó un Domingo de Ramos, cuando me lo encontré en la esquina donde recibiría en hombros la procesión del Nazareno de la Merced, y por azares del destino e igual estatura nos correspondió cargar al lado. Nos reconocimos, charlamos un rato y cuando el incienso nos envolvió prometimos volver a encontrarnos en el mismo sitio al año siguiente, pero él ya no pudo cumplir. El nombre se me borró, pero la cara está allí en la fotografía.
su vivienda por una desconocida en la Capital, frente a un gran tierrero, al lado de un moderno desarrollo urbano, lejos de todo, en una galaxia diferente donde permanecimos muy pocos meses, temporada de la que solo recuerdo el júbilo del retorno al hogar de los corredores inmensos, colas de quetzal entre pilares, el naranjal de Valencia en el patio y el arbusto de camelias entre puños de rosales. Desde entonces, regresar me sabe más agradable que partir, y fue triste y alegre cuando nos tocó el cambio al barrio de la Escuela de Cristo, a seis cuadras de distancia, cargando cada quien sus chunches personales. Me movía diariamente hacia La Merced, al colegio y el templo que fueron mi segunda casa, porque es el barrio de mi adolescencia desde cuando nos mudamos a la Avenida El Desengaño.
Recuerdo que en aquellos días hubo una campaña política de un candidato por la alcaldía que prometió en su discurso de cierre en el parque central, frente a un reducido grupo de vecinos, En esos años, La Antigua era una ciudad para estudiantes que acudían a los que si votaban por él construiría más internados, pensiones y casas de familia durante el ciclo escolar. La ruinas para atraer turismo. Perdió, estacionalidad del año se daba como en la agricultura, según la posición de la afortunadamente, y continuó dedicado luna, obedeciendo el calendario litúrgico y las tradiciones. Acampábamos en los a su tarea de anticuario, a cuyas manos cerros, invadíamos las ruinas, corríamos por los caminos de tierra, por las fincas y fue a parar el piano vertical apolillado, los cerros cortando varillas de coyote para hacer nuestros propios papalotes o para que contaminara el resto del barriletes iluminados en octubre, después de la larga temporada de lluvia cuando mobiliario, machihembre y vigas del cruzábamos con botas de hule las avenidas inundadas, y preocupados por los techo, que después de todo ya no sería temblores, las erupciones del Volcán de Fuego que nublaban el cielo. La vida en útil, porque días antes, cuando acudí a La Antigua iba del asombro a la rutina entre semana, al atol y tostadas de frijol o la casa del maestro a mi primera aguacate en las tardes, a los sábados de mercado y domingos sedentarios de misa lección para tocar el dichoso y cine. instrumento, encontré un crespón negro en la puerta de ingreso y el lugar El templo de La Merced fue mi segunda casa, porque San Francisco el Grande es cundido de personas vestidas de luto. de nacimiento, pero una vida de viajero me ha llevado de un punto a otro. El Me dieron un sorbo de agua de rosas, y cambio más fuerte lo experimenté a los dos o tres años, cuando mi madre permutó adiós piano. 32
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Termina el empedrado del límite urbano y brota el olor a tierra. El montón de niños pasábamos frente a San Jerónimo a toda carrera, en palomilla, huyendo del maestro de caligrafía que dormitaba hipnotizado observando el paso de las parrillas de las camionetas cargadas de canastos y bultos de mercadería frente a La Merced. El reto era cruzar el arco de La Recolección, esa frágil estructura que se había salvado de varios terremotos por doscientos años. Saltamos sobre las inmensas piedras de ladrillo, que vegetaban en el mismo punto donde cayeron los escombros en 1773. Lagartijas y culebras se escurrían entre los agujeros hacia sus guaridas, rincones oscuros que quizá guardan tesoros de oro o madera. Un vagabundo nos espantó porque estábamos invadiendo su vivienda, pero no nos detuvimos y fuimos a escalar la base del monumento. Desde abajo se percibía inmenso, lo que nos frenó de golpe al intuir de cerca el peligro. A principios del siglo XX era ese exactamente el punto elegido por el club de los niños suicidas para realizar el salto. Las autoridades recubrieron los puntos de apoyo con alambre de púas, para evitar un nuevo atrevimiento. El más aguerrido de nosotros se animó y fue moviéndose de rodillas por el angosto paso, sin perder el aplomo, pálido cuando estuvo en la parte más elevada y frágil, la que se derrumbó en el terremoto de 1976. Recuerdo que fui personalmente a comprobar la noticia de su destrucción a la mañana siguiente, y sentí un profundo malestar. Pero el valor se aplaude y el riesgo no es nada. A nuestro victorioso amigo le costó un triunfo cambiar de postura, del gateo para deslizarse. Bajó sudando frío, y todos le estrechamos la mano con admiración. Yo quise ser el siguiente. Repetí sus pasos y modo. Rompí el ruedo del pantalón en el alambre espigado. Avancé hasta quedar a un par de metros de la cumbre estrecha, donde sentí lisa la superficie por el musgo de los pasados inviernos. Quise agarrarme a la piedra, pero no la encontré firme. Estuve a un punto de alcanzar la gloria, como cuando el caballo le advirtió a Aquiles que vencería en la batalla contra Héctor pero que después
perecería. Me acobardé y reculé humillado. Quienes no se habían atrevido festejaron mi intento y el vencedor me agradeció la deferencia, porque estuve a punto de eclipsar su hazaña. Aún me arrepiento de aquella debilidad, pero tras la destrucción del arco también sentí cierto alivio, como cuando se llevaron el piano, o los libros en cuatro idiomas que fueron regalados a la Iglesia cuando la muerte signó otro traslado de inmueble. Al suroriente se divisa la única salida natural del valle, la puerta que forma la media luna del Volcán de Agua y el de Fuego, denominado así porque está activo quizá desde el período cuaternario, sin vegetación alrededor del cráter, de color azul y ferroso por los minerales. El coloso sorprende de vez en cuando con fumarolas que duran apenas un instante, o luego, en la oscuridad, se vuelve antorcha. Lo común es que se disipe instantáneamente, para que nadie más aprecie el milagro. Al poniente, unido al ardor de Vulcano, se alza la cumbre inactiva del volcán de Acatenango, y luego los picos del cerro Pablo, con sus claros de maizales que me albergaron en la infancia, en mis días de campamento lunar, cuando los amigos explorábamos las rutas sinuosas de caminos angostos formados por el paso de los venados huyendo de las escopetas de los cazadores. En la vertiente opuesta e invisible queda Yepocapa, el poblado que ha sido destruido varias veces por las erupciones y los terremotos que se quedan grabados en la memoria con sus tumbos y escombros de adobe, paja y leche. Recorro la muralla de cumbres, y mi mirada topa con la cruz de Santiago, con los techos entre quiebracajetes del Hato, la vegetación húmeda del denso monte del Cucurucho, hasta retornar a la inmensidad del más hermoso de todos los accidentes de la tierra, el Volcán de Agua, que según me enseñaron en la escuela está en el tercer patio de nuestras casas. A sus alturas ascendí cuatro veces en la adolescencia, impulsado por la emoción de caminar de noche, iluminado con una linterna, luego de apuntarme en Santa María de Jesús en el libro de los valientes. Recuerdo que llegábamos moribundos al cráter, muertos de frío y sofocados, arrastrándonos por los pajonales para alcanzar a tiempo la cima y presenciar el amanecer: al sur la línea marítima perfecta del Océano Pacífico, y al norte las cúpulas blancas de los templos en ruinas de La Antigua, con la cordillera azul poblada de nubes de telón de fondo. Se respiraba el infinito, tan cercano a la idea de lo sublime. Nuestra principal costumbre heredada es la celebración de la Pasión de Cristo cada cuaresma, con la solemnidad espiritual, porque el paso de los Nazarenos al ritmo de la banda solemne y desafinada interpretando marchas fúnebres se nos mete a los antigüeños en las venas y en el cerebro, asociado con el aroma del corozo, la comida de época y las
alfombras de aserrín elaboradas por una multitud de desvelados devotos. La alfombra queda terminada minutos antes de la llegada del cortejo, cuando totalmente fascinados, de rodillas ante el paso del anda humilde del Nazareno de La Merced, veíamos cómo se destruía el arte barroco y fugaz en lo que dura la interpretación de la marcha procesional por músicos fatigados que van cargando sus instrumentos como cruz la mañana del Viernes Santo. Recuerdo que en 1969 llovió una semana sin parar, y de madrugada se anunció un deslave de piedras y tierra retumbando desde el cráter del Volcán de Agua, igual que cuando destruyó Ciudad Vieja. Corrimos a buscar refugio en los conventos, cubiertos con colchas y guarecidos de la lluvia en las partes techadas, temiendo más al torrente que a los temblores y el frío. Éramos guardianes de ruinas, amparados en los restos que seguían de pie, temblando de emoción. El aviso tranquilizador llegó con el amanecer. El lodo había detenido su rumbo en el Calvario. Regresamos a casa respirando más tranquilos, no había llegado todavía el fin del mundo. La fotografía descubierta me devolvió la memoria de aquella época, de los días alrededor de la Consagración de la Imagen del Nazareno de la Merced, en 1971, cuando el tañido de las campanas nos llenó de gozo y entusiasmo, porque la vida en La Antigua giraba alrededor del templo, de la vida sencilla y la espiritualidad. Nuestra realidad era de vida pacífica y amigable, pero todo cambió después del terremoto de 1976. La Antigua de la infancia es el paraíso perdido.
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Un acontecimiento especial y trascendental , es el que se vivió el día que Don Horacio Álvarez -Presidente de la Hermandad 1968-1972- llegara nuevamente al Salón de la Hermandad para ser partícipe de una amena conversación y compartir anécdotas, ilusiones, vivencias y sueños durante el período en que Jesús Nazareno fuera consagrado, hace precisamente 50 años… Tengo que decir que este encuentro fue en marzo de 2011 año en que se conmemoraba el 40 Aniversario…
Horacio Álvarez (Q.E.P.D) Presidente de la Hermandad 1968-1972
EL PRESIDENTE de la CONSAGRACIÓN
DE JESÚS
Síntesis de la entrevista realizada en marzo de 2011 Por Manuel Estrada
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Le pregunté a Don Horacio Álvarez qué recuerdos especiales tenía de la Hermandad y luego de agradecer esta oportunidad de hacer vida esos momentos, respondió que quizás el mayor momento vivido fue la misma Consagración de Jesús Nazareno el Domingo de Ramos, 4 de abril de 1971 de manos de Monseñor Mario Cardenal Casariego. Que el nerviosismo se apoderó de los miembros de la Hermandad porque Monseñor llegó tarde. Fue el acto más importante… Fue un momento trascendental porque sirvió de ejemplo -como inicio- para que todas las Hermandades iniciaran su proceso y que sin temor a equivocarse ya casi todas están consagradas… Recuerda don Horacio que uno de los momentos mas especiales fue que cuando hablaron con Don Guillermo Carrillo -Artista que elaborara el adorno de la Consagración- porque se le pidió colocar la imagen del
Venerable Hermano Pedro, por el hecho de ser un gran devoto de la imagen y qué mejor que fuera en el andas para este momento de la Consagración… Le dije que pasados cuarenta años, en la mente y en el corazón, cada vivencia está presente como si hubiera sido ayer… Anécdotas hay muchas, momentos fáciles, momentos difíciles hay muchos y siempre se viven en una Hermandad. Y dentro del seno de la misma se respira la presencia de hombres y mujeres que han dejado parte de su vida… ¿Cuál es el mensaje que Usted le daría a los integrantes de la Hermandad? Se quedó callado y luego dijo: Primero, enviarles un saludo muy especial a todos los que han pertenecido a la Hermandad y algunos ya no están en este mundo, sino ya están en la eternidad. Una admiración para ellos y un agradecimiento en nombre propio y de todos los que hemos pertenecido. También quiero invitar a todos los jóvenes que integren las Hermandades, porque no sería correcto, ni lo será nunca, que nuestras tradiciones se pierdan. Son las que nos hacen buscar algo; una contribución para lograr la paz para Guatemala que tanto lo necesita. En ese momento le dije que en nombre de todas las generaciones que hemos integrado la Hermandad, con todo el corazón le decíamos: Muchísimas gracias. Nos invitó a seguir trabajando arduamente por acrecentar la fe y la devoción por Jesús Nazareno, el Nazareno de Los Antigüeños… Fue una tarde radiante, hermosa… bañada por el sol de marzo y caminado por los salones, viendo el reflejo en los ventanales, recordando en cada rincón del convento… su corazón rebosaba de alegría y de nostalgia… y hoy a diez años de haber tenido este encuentro, elevo una oración al Creador en su memoria… Sé que don Horacio desde el cielo celebrará junto con nosotros este magno acontecimiento: 50 años de la Consagración de nuestro amado Jesús Nazareno de La Merced.
El primer
Cardenal
de Guatemala y Centroamérica
S.E.R. Mario Cardenal Casariego y Acevedo C.R.S.
Fue noticia el 29 de marzo de 1969 la designación del arzobispo de Guatemala, Monseñor Mario Cardenal Casariego y Acevedo como Cardenal de la Iglesia Católica por el Papa Paulo VI. El Cardenal Casariego nacio en Figueras, Oviedo, Asturias, España, el 13 de febrero de 1909, hijo de Mario Casariego y Agueda Acevedo. Al morir sus padres, fue llevado a Puebla y Guatemala por un tío suyo quien falleció después, con lo que el pequeño Mario, sufrió toda clase de padecimientos hasta haber sido adoptado por el doctor Baltazar Estupinián y su esposa Amelia de León, quienes a su vez lo confiaron al presbítero Mariano Rossell Arellano, capellán de Santa Clara, en ese tiempo (1920). Durante su período sacerdotal permaneció en El Salvador Honduras y Guatemala distingiendose por sus diversas actividades en pro de la iglesia, que le representarón el más alto aprecio de las autoridades de la orden somasca a la que perteneció y de la iglesia en general. El 27 de diciembre de 1953 fue consagrado como obispo por el Papa Juan XXIII, después de lo cual se trasladó a Guatemala donde se le nombró director general de acción católica y vicario general. Asistió a las tres sesiones del Concilio Vaticano Segundo y además participó en el cónclave de la elección del Papa Juan Pablo II en 1978. El cargo de arzobispo de Guatemala lo desempeño desde la muerte de monseñor Mariano Rosell Arellano el 10 de diciembre de 1964. Falleció en Guatemala en el ejercicio de su arzobispado el 15 de junio de 1983 y se encuentra sepultado en el interior de la Catedral Metropolitana.
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Consagración DE JESÚS NAZARENO DE LA
MERCED
Impresionante ceremonia de Consagración de Jesús Nazareno del templo de la Merced de La Antigua Guatemala. El atrio del templo monumental de nuestra Señora de las Mercedes de esta ciudad colonial “Monumento de América”, sirvió de marco excelente a la impresionante ceremonia de Consagración de la Imagen de Jesús Nazareno de la Merced el Domingo de Ramos 4 de Abril de 1971 a las quince treinta horas; ceremonia a la que asistieron dignidades religiosas, autoridades citadinas y millares de devotos de la Sagrada y Milagrosa Imagen Nazarena, procedentes no solo nacionales sino también de Norteamérica, Mexico, El Salvador y Nicaragua atraídos así mismo por la fama que ha cobrado desde hace muchas décadas la Semana Santa de La Antigua Guatemala única en América.
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Fotografía: José Carlos Flores León
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El cometido del religioso pueblo antigüeño del Presbiterio Don Manuel de Jesús Da Broi párroco director de la Hermandad de Jesús Nazareno de la Merced y Sección de Damas de la Santísima Virgen de Dolores, y también de nuestras Hermandades se vio cristalizado en esa memorable fecha para los anales de la historia. El interior del arquitectónico templo de la Merced, lucía bellamente encortinado
con los colores lila, blanco y amarillo y el anda de la Sagrada Imagen de Jesús Nazareno artísticamente decorada, representaba el momento en que el más insigne de los devotos de la sagrada imagen nazarena, el Venerable Siervo de Dios, el Hermano Pedro de San José Betancourt, imploraba ante la divina imagen y a nombre de su pueblo porque la felicidad y el amor imperara en nuestra amada patria Guatemala urgida como todo el mundo de paz.. La histórica y maravillosa imagen del nazareno Mercedario que lucía túnica color Corinto, bordado delicadamente en oro y de igual metal su corona de espinas y de Diadema, portaba sobre sus hombros pesada cruz tallada con ramazones de uvas de oro y sobre campo verde esmeralda estaba rodeado de querubines que portaban sendos símbolos que en vida caracterizaron al Hermano Pedro, palma de triunfo sobre esta vida llena de miserias, una campana que recordaba el continuo llamar del ciervo de dios a un cambio definitivo a sus hermanos en Cristo, un látigo testigo fiel con que siempre mortificó su cuerpo para vivir en gracia siempre delante de dDios y un rosario símbolo de su constante oración delante del creador. Detrás de la sagrada imagen nazarena se observaba el escudo betlemita, orden religiosa fundada por el Hermano Pedro y la primera de esta naturaleza en América, el siervo de Dios estaba descalzo en actitud de reverencia del santo de los santos, sus sandalias aparecían a su diestra lo mismo que su callado de pastor de almas. Así se mostraba la artística anda de 70 brazos a sus devotos en el atrio del histórico y monumental templo momentos antes de tan grande acontecimiento religioso. A la hora indicada hizo su arribo al templo mercedario el eminentísimo y reverendísimo monseñor Mario Cardenal Casariego c.r.s. Arzobispo Metropolitano de Guatemala y
Prelado de Esquipulas acompañado del Secretario de la Nunciatura Apostólica en Guatemala, así como de la delegación nombrada por la Junta Directiva de Nuestra Hermandad, integrada por los Señores Ex presidentes de la misma. Oficiaron durante la impresionante ceremonia el Señor Cardenal Arzobispo de Guatemala, consagrante asistido por el Señor Secretario de la Nunciatura Apostólica, Nuestro Párroco Director y el Secretario de Nuestra Hermandad, profesor Carlos Humberto Quintanilla Meza. Sin duda alguna después de escuchar las elocuentes palabras pronunciadas ante el divino Nazareno Mercedario y los millares de devotos presentes y radio escuchas que seguían la secuencia de tal ceremonia a través del Control Remoto Oficial por la Radio Nacional de Guatemala, TGW lo constituyó el momento sublime y maravilloso en que el Eminentísimo y Reverendísimo Monseñor Mario Cardenal Cazariego y Acevedo C.r.s. ilustre prelado consagrante pronunciaba el instrumento de la consagración luego de implorar las luces divinas del Espíritu Santo y rezar las letanías de todos los santos: Monseñor Mario Cardenal Cazariego y Acevedo , c.r.s. por la gracia de Dios y de la Santa sede apostólica, Cardenal Arzobispo Metropolitano de Guatemala y prelado de Esquipulas en este día Domingo de Ramos 4 de Abril de 1971, en que la iglesia conmemora la entrada triunfal a Jerusalén, Bendecimos y consagramos esta santa imagen de Jesús Nazareno del templo de nuestra señora de las Mercedes de esta Muy noble y Leal Ciudad de Santiago de los Caballeros de Guatemala en toda la solemnidad posible la Consagramos para esta histórica ciudad y concedemos todas las gracias particulares en la forma acostumbrada por
nuestra Santa Madre Iglesia, por cada vez a cualquier persona que con acto de devoción reverenciare a dicha santa imagen de Jesucristo o hiciere oración delante de ella al mismo tiempo que el ilustre prelado consagrante ungía con los santos oleos, la frente las manos y sagrados pies de la sagrada imagen de idéntica forma en que acostumbra nuestra Santa Madre iglesia, en actos singulares como el presente. En este preciso instante dejándose escuchar los bronces de todos los templos de la ciudad colonial y los estruendos de las bombas voladoras en el ámbito límpido de nuestro cielo, mientras los millares de devotos llenos de santo júbilo y emoción escogía cómo especial patrono de esta Histórica Ciudad de la Antigua Guatemala a la Consagrada Imagen de Jesús Nazareno para invocarle protección y socorro en todas sus necesidades públicas y privadas inmediatamente después de terminar la impresionante ceremonia, la Consagrada Imagen de Jesús Nazareno de la Merced de La Antigua Guatemala inicio su tradicional recorrido procesional de La Reseña por las principales calles citadinas que lucían profusamente adornadas de flores, cortinas color rojo y morado, iluminación eléctrica, alfombras de pino, flores, y artísticas de aserrín, maravillosamente elaboradas por sus devotos y características de esta época de semana santa: retornando nuevamente a su templo a eso de las veintitrés quince horas. Escribió Ad perpetuam memoriam Carlos Humberto Quintanilla Meza, Secretario La Antigua Guatemala Semana Santa del año del Señor 1971. Bendiciones y nos consagramos al Divino Nazareno, pidiéndole Paz y Justicia para todos. Monseñor Mario Cardenal Cazariego y Acevedo c.r.s. Fotografía: Archivo Mario Cruz
Fotografía: Archivo Mario Cruz
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Alocución del Excelentísimo Arzobispo de Guatemala
Monseñor Mario Cardenal Casariego en la Consagración de Jesús Nazareno de La Merced La Antigua Guatemala, el 4 de abril de 1971
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Amadísimos Hijos: Grande es el honor para Vuestro Cardenal Arzobispo, coronar una obra de siglos, con la Consagración de la Venerada Imagen de Jesús Nazareno de La Merced, en este día solemne que permanecerá grabado en los anales de La Antigua. Tres siglos hace que el Cristo, forma admirable parte de esta familia de Dios, desde que cada Domingo de Ramos, era llevado en la Procesión de Los Penitentes, a la cabeza de los cuales con su cruz a cuestas, marchaba el venerable varón, nuestro Hermano Pedro… todo fervor y piedad sincera. Desde entonces y hasta 1854, halló en esta portentosa iglesia de La Merced su sitio definitivo y el amor no solo de La
Antigua, sino de todos los guatemaltecos y más allá de las fronteras. Al recomendarnos el Concilio Vaticano Segundo “Que los fieles observen escrupulosamente cuanto en los tiempos pasados fue decretado acerca del culto a las imágenes de Cristo, de la Santísima Virgen María y de Los Santos (LG 67), nos remonta a los antiguos Decretos del II de Nicea (año 787) y a su clara reedición en el Tridentino que dice: “Las Imágenes de Cristo, de la Virgen Madre de Dios y de los demás Santos, han de ser tenidas y conservadas en los templos especialmente y es lícito rendirles el debido honor y veneración. Fotografía: @geovin.gt
Y añade sabiamente el Concilio: “no porque creamos que en ellas existe alguna divinidad o virtud, ni que a ellas se les pueda pedir algo, o que podamos poner nuestra confianza en las imágenes -como los paganos la colocaban en sus ídolos-, sino porque el honor que se les rinde se refiere a prototipos que ellas representan. De tal manera que por medio de las imágenes que devotamente besamos o ante las cuales nos descubrimos y nos postramos, estamos adorando a Cristo y venerando a los Santos, cuya semejanza nos representan”. Así, al pasar el Nazareno con su andas procesional y solemne, con aquel divino rostro que nos descubre su fatiga, sus dolores y sus sufrimientos íntimos, se necesitaría tener un corazón de piedra para no sentir la compasión y el amor por aquel Jesús que un día atravesó la calle de la amargura, llevando sobre sus hombros el peso de nuestros pecados: “Livore ejus Santísimus”: por sus llagas fuimos sanados.
Para nosotros Cristianos, aquella imagen… aquella música fúnebre… aquel marchar acompasado… es tan solo una ocasión para que rindamos a nuestro Dios - que por nosotros sufrió - nuestra adoración, nuestro arrepentimiento, nuestro cambio de vida… todo nuestro ser… ¿Qué añadirá la Consagración de hoy? A la belleza de la imagen, a las santas emociones que suscita, agregará: un anhelo de perennidad. La Iglesia lo pregona al consagrar sus óleos. La perennidad de Dios inunda a sus escogidos: Cristiano, bautizado, para siempre… Confirmado. Para siempre… Sacerdote, para siempre… El óleo y el Crisma imprimieron carácter indeleble marcado con sello de Dios. Así quisiéramos que en todos nuestros hijos quedara impreso el recuerdo de esta ceremonia. Como quisiéramos que el Nazareno esculpido inspiradamente por Alonzo de La Paz en 1650, siguiera por los siglos, simbolizando a esta Ciudad por mil títulos consagrada, a esta Merced que resiste a los sismos, por Él tan duramente redimidos. Y por eso hoy os digo: A sus pies… vosotros Próceres antigüeños, que lo lleváis esculpido en vuestros corazones, fieles a Él, como lo sois a vuestro rancio abolengo…
A sus pies… Juventud de hoy, llamada a comprender su ideal de amor y a ponerlo por encima de los efímeros amores y deleznables ideales con que tantos líderes quisieran ganar nuestras almas… A sus pies… Mujeres guatemaltecas, valientes Verónicas, que no tembláis ante las cohortes del mal cuando se trata del servicio de Dios y de enjugar el rostro macilento de Cristo y de su Iglesia… A sus pies… Niños guatemaltecos, para que su dolor que redime su valor en medio de los tormentos y el mensaje divino que Él nos trajo, vaya burilándose en vuestros corazones y multiplicando a millares las efigies de Cristo en la Patria… Si hemos bendecido y simbólicamente consagrado esta Sagrada Imagen, tenemos nosotros también -Hijos Queridos-, el deber de renovar nuestra consagración de cristianos. Hagámoslo en silencio… pidiendo al Divino Señor ¡La paz!... la paz que tanto tiempo venimos anhelando… Que ya se terminen para siempre los tiempos que estamos viviendo de sangre e intranquilidad… Que haya paz en la justicia… Paz en el amor… Paz en el perdón… y paz en la concordia, para la Patria tan necesitada… En nombre de Él y con Él… la paz… la ansiada paz…
Fotografía: José Carlos Flores León
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descalzo, son sus sandalias a su diestra, lo mismo que su cayado de pastor de almas… Sencillo… alzando las manos, en actitud reverente, implorando la paz para Guatemala. Una adorno sobrio y elegante… elaborado magistralmente por el Antigüeño Ilustre, Don Guillermo Carrillo Laguardia. Con bases de hermosas flores y plataforma con barroco mínimo. Cuatro ángeles custodiando al Nazareno con simbolismos que en vida caracterizaron al Hermano Pedro: Una Palma del triunfo sobre esta vida llena de miserias. Una Campana que rodeaba el continuo llamado del siervo de Dios a cuidar el alma. Un Látigo con el que mortificó su cuerpo para vivir en gracia delante de Dios y Un Rosario símbolo de su continua oración delante del Creador.
DOMINGO DE RAMOS DE 1971
DESCRIPCIÓN
ANDA PROCESIONAL del
Por Manuel Estrada
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Dice Miguel Angel Asturias que: “esta Ciudad, late al compás de los pasos imperceptibles del Hermano Pedro que viene a orar después de media noche…” Sí, al Convento de Nuestra Señora de La Merced… Ahí dormía algunas noches y con gran devoción, participaba de los grandes actos alabando a Dios con su fe y su amor a Dios… y siguiendo los pasos del Nazareno… Es por ello que cobra esencial importancia porque hoy considerado el Primer Santo de Centroamérica tuvo presencia en el adorno del andas de 70 brazos, del Domingo de Ramos 4 de abril de 1971, orando ante el Nazareno…
Y qué decir de la Imagen de Jesús Nazareno, majestuoso e imponente, con una túnica color corinto, bordada delicadamente en oro de igual manera corona de espinas y resplandor. Llevando sobre sus hombros la pesada cruz con ramazones de uvas de oro, sobre un campo verde esmeralda. Y en la parte posterior del andas, el escudo de la Orden Bethlemita, Orden que se funda bajo la advocación del Santo Hermano Pedro, recordándonos el llamado a los hombres que olvidan con frecuencia que si el alma se pierde en su impotencia humana, jamás se puede recobrar… “Acordaos Hermanos que un alma tenemos y si la perdemos, no la recobramos”…
Fotografía: Archivo Mario Cruz
Viernes Santo hace 57 Años Fotografía del paso Procesional de Jesús de La Merced por la Calle Ancha de los Herreros de 1964 del fotógrafo Estadounidense Howard Sochurek y publicada por Time Inc. en el libro Central América de la colección Universal Library of Time-Life en 1965, pagina 23. La Reseña - Edición Histórica Mercedaria
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Es el 19 de mayo de 1675 cuando se funda como Cofradía de Jesús de San Jerónimo, en la entonces Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Santiago de Guatemala –hoy La Antigua Guatemala-, impulsada por el cura doctrinario Mercedario Fray Ramón de Las Varillas, como consta en las primeras ordenanzas aprobadas el 5 de junio por los Señores del Cabildo Sede Vacante de La Santa Iglesia Catedral. Siendo parte de ellas los Señores Domingo de Los Reyes, Juan de Contreras y Andrés de Chávez, Alcalde y Regidores del Barrio de San Antón. Así también formando parte don Simón de Santiago, Sebastián López, domingo de Paz, Miguel Lázaro, Diego de Chávez, Alexo de La Cruz, Gerónimo Ramón , Pedro Pablo, Juan Pasqual y Sebastián Nolasco. Permaneciendo la imagen en la Ermita de San Jerónimo al poniente de la traza original de la Ciudad de Santiago, durante el siglo XVII, al cuidado de Los Padres Mercedarios. Y como se relata en las crónicas, se establece que los Cortejos Procesionales se realizaran el Martes Santo. La Cofradía de Jesús de San Jerónimo tenía la particularidad de integrar a personajes de la época colonial tanto españoles como ladinos, indígenas y mestizos. En el año 1768 se otorga licencia a la Cofradía para montar Autos Sacramentales y recolectar limosnas. 1804 marca un hecho histórico pues dado a la poca cantidad de vecinos en el Barrio de San Jerónimo, se decide realizar el traslado de todos los bienes de la Ermita de San Jerónimo y especialmente la venerada 42
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imagen de Jesús Nazareno, al Templo de San Sebastián. En el año 1861 se tiene noticias que la imagen de Jesús Nazareno era procesionada el Martes Santo en horario nocturno. El 23 de diciembre de 1882 se nombró presidente de la Hermandad de Jesús Nazareno a Sra. Doña Dolores Fernández. En febrero de 1883 se le pagaron ocho pesos y dos reales a Manuel Asturias para mandar a imprimir estampas de Jesús, que servirían para pedir limosnas para la procesión de Semana Santa.
Ca. 1950
1883 cambia para siempre la historia de la imagen de Jesús Nazareno, debido a los daños provocados en el Templo de San Sebastián, por diversos terremotos, se toma la decisión de trasladar a la Venerada Imagen de Jesús Nazareno, al Templo de Nuestra Señora de La Merced, colocándolo en el crucero sur del Templo, en una imponente capilla. Es a partir de esa época y a partir de ese año que se le comienza a mencionar como Jesús Nazareno de La Merced. En 1920 por razones políticas no se realiza el Cortejo Procesional en las fechas establecidas del Tiempo Litúrgico de Cuaresma y Semana Santa, posponiéndose para el 2 de mayo como una Cortejo de Acción de gracias, cien años despues se repetiria la suspención de las conmemoraciones de la Cuaresma y Semana Santa.
Ca. 1960
Datos
HISTÓRICOS de la Hermandad de
Jesús de La Merced
Ca. 1940
Un dato interesante del cortejo procesional de Viernes Santo es que en la Semana Santa de 1922 se amplía el recorrido de viernes santo llegando por primera vez hasta el barrio de la Escuela de Cristo, y para el Viernes Santo de 1923 a petición de todos los hermanos cargadores de esa época se inicia con la tradición de portar lanzas el Viernes Santo y es que anteriormente eran los integrantes de la hermandad quienes las portaban, con esto se da inicio a una de las características más emblemáticas de la procesión de penitencia Mercedaria. Ese mismo año se amplía el anda procesional a 16 brazos. Fue recibida el día 2 de marzo de 1924, una petición de varios hermanos cargadores, en la que se pide el viernes santo en vez de llevar candelas en la procesión se lleve lanza haciéndolas la sociedad por su cuenta y que al inscribirse todos los varones se les cobre a cada uno el valor de la lanza esta petición fue aceptada, disponiendose con anuencia de todos y en atención a la solicitud de los hermanos cargadores que se manden hacer 400 lanzas quedando establecido que cada una costara 16 pesos y que cada varón pague la lanza el día de la inscripción En 1924 específicamente el 14 de marzo, son aprobados los Estatutos de la ahora nombrada Sociedad de Jesús Nazareno. El 7 de abril, el Reverendo Guitart, da posesión Canónica a la Hermandad, bendiciendo también el primer pabellón que identificaría para ese entonces a la Sociedad de Jesús Nazareno. En la Semana Santa de 1927, el cortejo procesional llega por primera vez a la Calle Ancha de los Herreros, la cual a lo largo de los años gracias a la invaluable devoción hacia nuestra imagen por parte de vecinos ha representado la fotografía icónica de la Semana
Ca. 1960
Santa Guatemalteca para el mundo. En 1931, la Sociedad de Jesús de La Merced empieza a realizar el tradicional convite de cabezones en las celebraciones de navidad. Para 1932 los tiempos cambian, las necesidades son otras, es por ello que se realiza la reforma a los Estatutos y se inaugura y bendice el primer Salón de Sesiones de la Hermandad, en el interior del Convento de La Merced, otorgado por el Gobierno de Guatemala. En el año 1933, se acuerda el uso de la Linterna para todos los hermanos cargadores el Domingo de Ramos El Domingo de Ramos de 1940 se estrena el andas procesional tallada en madera de matilisguate de veinte brazos, donada por el Señor José María Vides, la cual fue elaborada en el taller “La Última Joya” por el Señor Francisco Rodríguez, según consta en el punto 9 del Acta 411 de la Sesión Ordinaria celebrada el 29 de febrero de 1940. Para el año 1942, el número de devotos Hermanos Cargadores, para los Cortejos Procesionales era de 485. El Viernes Santo de 1944 fueron estrenadas 11 andas talladas en cedro a un costo de Q12.00 cada una, las cuales desde esa fecha han sido utilizadas para las imágenes de los pasos, del Cortejo Procesional de Viernes Santo. En sesíon de la Sociedad de Jesús Nazareno de La Merced se acordó aumentar a veinticuatro el número de brazos del anda, que saca el Viernes Santo, en vista del aumento de hermanos cargadores, con los cual se estrena un anda de 24 brazos en el año 1947.
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El 10 de Junio de 1949, la presidencia se dirigió a la honorable Junta para hacer ver la conveniencia de mandar a fabricar un anda nueva para Jesús con un total de 30 brazos para lo cual presenta el proyecto y presupuesto del Señor Fidel Guerrero quien se compromete a hacerla por el precio de 300.00 quetzales, el estreno de la misma sucede en la Semana Santa de 1950. El 27 de febrero de 1949 se realiza la bendición de los dos ángeles que ornamentan el Camarín de Jesús Nazareno. El 25 de Noviembre de 1950 se realiza la bendición de los trabajos de ampliación y restauración del Camarin de Jesus Nazareno. El 17 de septiembre de 1950 Su Santidad el Papa Pío XII concede a la Sociedad de Jesús Nazareno su bendición apostólica. Dicho acontecimiento es celebrado con una Misa Solemne en el interior del Templo, quedando Jesús Nazareno, en Velación durante todo el día. El 14 de diciembre de 1951 el secretario de la Sociedad informa que habiendo tenido la oportunidad de platicar con el Señor Encargado de Ruinas, don Alfonso Garcia C, en compañía del actual presidente Don Rigoberto Porras el Señor Tesorero Don Salvador Lopez y el Señor Pro Secretario Don Guillermo Antillón, le hablaron respecto al salón contiguo al que tiene la sociedad, para ver si era posible obtenerlo para repararlo y anexarlo al Salon Social , en vista de que este ya no es suficiente para guardar los enseres de la Sociedad. Solicitud aceptada por los 44
Fotografía: Domingo de Ramos 1998
encargados del mismo y desde ese momento se inician. Los trabajos de remoozamiento del actual Salón Mayor de nuestra actual Hermandad. En el año de 1954 se funda la Sub Directiva Sección Guatemala, presidida por el Señor René González Barrios; quienes a lo largo del tiempo tuvieron el desarrollo de proyectos trascendentales para la Hermandad, los cuales hasta hoy son reconocidos y utilizados. En Acta de la Hermandad del 11 de noviembre de 1955, los socios de la misma hacen ver ver la necesidad de hacer una reforma a los pasos y de una Anda Nueva para la próxima Semana Santa la cual debe ser de 50 brazos, a continuación se expone el proyecto de la Directiva Central, consistiendo en la hechura de un anda de 50 brazos, un sitial para Jesús, Divisas Nuevas para la Hermandad, un Pabellon de la Hermandad y un estandarte. El Domingo de Ramos de 1955, por primera vez se utiliza el tapasol por los socios de la Hermandad, a propuesta del consocio Jose Francisco García Bauer; siendo el costo de cada uno de Q1.50; a la fecha 65 años después el tapasol es un símbolo de esta institución y ha dado identidad ante el mundo de las manifestaciones de piedad popular en La Antigua Guatemala. El Domingo de Ramos 7 de abril de 1957 se estrena el andas procesional de 60 brazos, para el Cortejo Procesional de Jesús Nazareno, la que fue utilizada hasta el año de 1976.
Fotografía: Domingo de Ramos 1993
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Fotografía: Domingo de Ramos 2003
La Cuaresma y Semana Santa de 1957 significó el cambio de capirote morado a tapasol blanco que actualmente se utiliza en nuestro Cortejo Procesional. En esa oportunidad fue distribuido a todos los devotos cargadores al momento de inscribirse. En el año 1959, Don Julio César Cuéllar Ardón presenta el proyecto para la realización del Estandarte dela Hermandad y según archivo aun se utilizaba el término Sociedad en lugar de la actual denominación de Hermandad. El Domingo de Ramos 4 de abril de 1971, en majestuosa ceremonia celebrada en el Atrio del Templo de Nuestra Señora de La Merced, el Excelentísimo Arzobispo Mario Cardenal Cazariego, realiza la Consagración de Jesús Nazareno, convirtiéndose en la primera Imagen consagrada de la ciudad de La Antigua Guatemala. El Domingo de Ramos 3 de abril de 1977 fue estrenada el anda procesional tallada en madera de cedro de 80 brazos, proyecto promovido por la Sub Directiva Sección Guatemala, presidida por el recordado socio Emilio Ismael Miranda Paz y elaborada por el maestro ebanista don Virgilio Castillo Pacheco. Durante el año 1982 su Santidad El Papa San Juan Pablo II le otorga su Bendición a la Hermandad. En el 11 de enero de 2000 la Hermandad de Jesús Nazareno recibe la Orden del Quetzal en el grado de Gran Cruz de manos del Canciller Don Eduardo Stein Barillas, en un acto celebrado en el Templo de La Merced. En eñ año 2001 su Santidad el Papa San Juan Pablo II, envía un saludo a nuestra Hermandad y nuevamente le concede la Bendición Apostólica. Y para noviembre de ese mismo año, en la conmemoración del Fotografía: Domingo de Ramos 2018
Fotografía: Domingo de Ramos 2017
XLVIII Aniversario de Velación Anual, se instituye una procesión de Jesús Nazareno en el interior del Templo, la que hoy se realiza intramuros del Convento Mercedario. El 12 de Octubre el año 2004, se bendijo la realización de el proceso de remozamiento del Camarin de Jesús Nazareno , consistiendo en laminado total en oro e implementación de sistema eléctrico totalmente nuevo. En el año 2004, específicamente el 3 de abril, El Honorable Concejo Municipal de La Antigua Guatemala, en sesión solemne, otorga a Jesús Nazareno de La Merced, el Título de Abogado e Intercesor de Los Antigüeños. El 23 de agosto de 2009, en Acto Solemne, Su Eminencia Monseñor José Ramiro Pellecer Samayoa, Obispo Auxiliar de Santiago de Guatemala y Vicario Episcopal de Sacatepéquez, consagró la Imagen de la Santísima Virgen de Dolores, del Templo Mercedario, siendo la primera de tal advocación, en recibirla en La Antigua Guatemala. El 9 de marzo de 2016, El Honorable Concejo Municipal de La Antigua Guatemala, en sesión solemne, otorga La Orden “Rafael Landívar”, máximo galardón que otorga el Ayuntamiento de La Antigua Guatemala. El 23 de septiembre de 2018, en la conmemoración histórica de los 800 años de Fundación de La Orden de La Merced, se realiza un solemne Cortejo Procesional de la Virgen de La Merced, acompañada majestuosamente por la imagen de Jesús Nazareno. Año 2020. Como ordenanza de las Autoridades Ecleciásticas de la República de Guatemala, No se realizan las diferentes conmemoraciones de piedad popular (Velaciones y Procesiones) de manera pública, debido a la pandemia de Sars Covid-19 que ha afectado a todo el planeta. Fotografía: Domingo de Ramos 2019
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Momentos de
Devoción Photoset Jorge Cuyún
“Cada año crecemos como personas cuando participamos de esta temporada. Una cuaresma sin pasión y entrega no es real. Sin honor y sin devoción, no es posible. Cada una de estas piezas, son nuestras herramientas para llegar a vivir una experiencia única e inigualable, una experiencia de vida inolvidable”. Luis Assardo 46
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“Desde el primer día que vine a esta preciosa Ciudad de Santiago de los Caballeros hoy La Antigua Guatemala lo hice con la fascinación del turista que descubre un tesoro escondido por las edades de la otrora arquitectura colonial y se queda boquiabierto ante el majestuoso Volcán de Agua que domina todo el panorama de esta “muy noble y muy leal” bella ciudad. Lugar por demás delicioso y lleno de historias unas contadas, otras inventadas y otras por contar”. Fray Richard Godoy Vaca, O. de M.
Mercedaria Photoset Mauricio Díaz
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Notas de
Identidad morada y blanca
Leonel González de León #CucuruchoMercedario
Cada domingo de Cuaresma en La Antigua Guatemala tiene un sabor distinto. Del primero al último, todos son de morado completo: túnica, cinturón y capirote componen el traje para recorrer el circuito que durante cinco semanas cubre iguales rincones alrededor de la ciudad. Cada uno propicia la puesta de tono hacia el sexto, el Domingo de Ramos. Ese día, el uniforme de los devotos gana luz con el tapasol y el cinturón blanco. Las mujeres salen de casa con el cabello húmedo y perfumado, los niños estrenan camisa 48
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y zapatos, incluso algunos que van a vestirse de cucuruchos (detalle que delata a un cargador inexperto), y los abuelos, sean cucuruchos retirados o los que nunca lo fueron, se quedan en casa para recibir un encargo de empanadas de leche, de piña o de hierbas, un plato de bacalao o un galón de chinchivir casero. El sol brilla más que en cualquier otra mañana del año y el Volcán de Agua, vigilante perenne del valle, se quita de enfrente todas las nubes para no perderse un solo detalle. Todo el mundo camina hacia el norte en busca del templo amarillo y blanco. En la plazuela se escuchan los redobles y los compases desde el interior de la iglesia. Voy saludando a los amigos de siempre, con quienes existe una cita anual para encontrarnos aquí. Después de un abrazo prolongado y de ponernos al tanto sobre quiénes, de los que nos vimos aquí la Semana Santa pasada, se han casado, divorciado o fallecido, escuchamos el redoble y las notas de La
Granadera, anunciando que al fin, después de un año de espera, el Capitán del equipo Antigua, el Nazareno de los antigüeños, vuelve a sus calles. Primer cambio de turno y suena La Reseña de Mónico de León mientras el tumulto de devotos avanza hacia la esquina. Antes, el cortejo solía cruzar hacia la esquina de Elisa Martínez. Ahora continúa dos cuadras más hasta la Alameda Santa Lucía, que recorre de punta a punta. El recorrido va de norte a sur y viceversa sobre las avenidas, mientras que en el eje oriente-occidente los tramos son muy cortos. Después de atravesar la Alameda, gira hacia la séptima avenida hasta llegar a su extremo norte, y más tarde, después de rodear el barrio del Chajón retoma la sexta, otra vez de extremo a extremo, y luego la quinta, la cuarta y así hasta la primera. El zigzag se debe al crecimiento del número de cargadores, lo que obliga a extender los horarios y los recorridos. Fotografía: Mauricio Díaz
La tranquilidad caracteriza el avance del Nazareno, señoreándose por las calles Hacia las ocho, el Cristo avanza otra vez hacia que lo han echado de menos durante todo el año. El sol va cayendo de a poco y el Parque San Sebastián. Vamos llegando al punto medular de la temporada. Los parece no querer perderse ningún detalle. cucuruchos caminan en silencio. No es A medida que se alejan del centro, las avenidas de la ciudad van haciéndose más estrechas. momento para marchas importadas ni para Basta pensar en la séptima avenida norte, llegando al parque San Sebastián, o en la estrenos. Suenan El cuervo de Pedro Donis, segunda al extremo sur, hacia el callejón La Quinta o el de Quirio Cataño (¿cuántos Dios mío de José Dolores Fuentes o Los tres antigüeños transitamos el barrio del Chajón o la Escuela de Cristo en otra época del año?). clavos de Brígido Porras (queda fuera, por Igual, la quinta avenida, entre la Plaza Mayor y el Arco de Santa Catalina, resulta ahora, Alberto Velásquez Collado: él tendrá su insuficiente en los últimos minutos del Domingo de Ramos. La Calle del Arco, mestiza y momento, por partida doble, en la tarde). Nos cosmopolita al mismo tiempo, sirve de escenario a un momento triste, solo superado por el acercamos al nido de la tradición popular más mismo que se repetirá cinco días después, con el mismo personaje central. Con un paso extendida, no solo a nivel local sino nacional: cada vez más lento, los antigüeños se resisten a que el domingo más esperado del año basta ingresar en Google la búsqueda termine. En cada esquina, los cargadores ansían el cambio de turno para sentir el anda «Semana Santa en Guatemala» y la mayoría sobre sus hombros. Las manos sudorosas dentro de los guantes blancos protegen la de fotos serán de Jesús de La Merced frente a cartulina contra el pecho, mientras los que vienen cargando exigen la prueba de que las tiendas “San Antonio” de Chepe Armas o entregarán la almohadilla al verdadero dueño del turno y no sufrirán un timo. La tensión “El rosario” de don Florencio Silva, o en la aumenta mientras más se acercan a la iglesia. Después del paso debajo del arco de Santa Calle Ancha pisando el mar de alfombras Catalina, el anda gira en dirección poniente y suena Tu última mirada de Alberto multicolor frente al Estadio Pensativo, único Velásquez Collado, frente a la que fue su casa por muchos años y donde compuso las punto donde el cortejo abandona el marchas oficiales de los cortejos de Santo Entierro que saldrán el viernes. En la plazuela empedrado y pisa asfalto. vuelve a sonar La reseña. Son los primeros minutos de Lunes Santo. Nos despedimos por Hay cámaras de televisión nacional y unos días, pero volveremos a vernos. extranjera, fotógrafos de todo el mundo, El Domingo de Ramos de 2019 hubo un reencuentro histórico, postergado visitantes primerizos con la boca abierta y durante décadas. A las cuatro de la tarde, el Nazareno mercedario transitó por muchos cucuruchos desde luego. Para ellos, primera vez (y por última en mucho tiempo, por desgracia) sobre la tercera el giro alrededor de El Pimental es una avenida entre cuarta y quinta calle, frente a la casa de Luis Cardoza y Aragón, el especie de llegada a la tierra prometida, antigüeño más universal del siglo pasado. Cardoza, eterno herido de nostalgia por momento cumbre cuya espera empezó el la ciudad que más amó mientras más insistía en huir, escribe en Dibujos de ciego, Miércoles de Ceniza. pequeño vademécum de penas de un antigüeño errante por el mundo: «la devoción por ciertas imágenes (…) te creó fantástico e intenso fetichismo. La De vuelta al empedrado todo es dirección fabulación de tu infancia los impregnó de extraños poderes. ¿Cómo no ser sensible sur, extendiendo el mediodía en forma al mundo delirante y fanático que las rodeaba?». Cardoza confirma que mientras agónica hasta la segunda avenida y esquina más se insiste en poner distancia física o afectiva con el lugar de origen, hay un de la tienda Carlota, donde un muro tuvo lazo de fuego que fortalece la conexión de vuelta. que ser modificado con un chaflán para Fue un momento hermoso que tuvo como fondo la marcha El dulce sueño de permitir el giro del anda que marca el Jesús de Héctor Gómez Barillas, heredero más reciente de la tradición de principio del fin. Después de aquí, todo será norte, de vuelta al templo. compositores antigüeños. Tres de la mañana de Viernes Santo. La calle huele a aserrín mojado, pino machucado, corozo mezclado con hojas de trébol y estiércol de las docenas de caballos de la cohorte romana que abre el cortejo. Vuelvo a saludar a los vecinos que me extienden la mano y el brazo teñido de colores por trabajar con aserrín para las alfombras. A pesar de la hora difícil en que inicia la procesión, hay miles de devotos. Según va saliendo el sol la afluencia aumenta, pero este recorrido es distinto al del domingo. Hay ansiedad. Los turnos se cuentan a contrarreloj. Las sonrisas son menos que el domingo y la lanza que porta cada cucurucho, distintivo que hace única a esta procesión, le sirve de apoyo contra la fatiga acumulada después de seis semanas de actividad. La emoción crece conforme el sol va saliendo, no por descubrir el adorno del anda (que es el mismo de todos los años) sino por ver a la imagen del Nazareno vestido de rojo, color de sangre y muerte. Fotografía: [Nelo] Mijangos
Mi abuelo, mercedario desde siempre (hasta el punto que su madre murió un Viernes Santo a las tres de la tarde), me pidió antes de morir que aunque vaya al Santo Entierro por la tarde no abandone a su Nazareno antes de mediodía. Es algo no negociable con mi cucurucho interno. Hay muchas Antiguas Guatemalas: la de antaño, donde las familias amigas se reconocen por apodos animales de toda la vida; la turística donde se baila, se bebe y no
hace falta hablar español para moverse; la de viajeros con mochila y la de restaurantes gourmet. La mía es musical. Más allá de haber aprendido a manejar un tocadiscos con los acetatos de Víctor Manuel Lara o de Ramírez Crocker, la música, como elemento cardinal de la Semana Santa guatemalteca, es mi manera de sentirme cucurucho, categoría permanente que no exige vestir de morado ni tiene fecha caducidad —se lleva debajo de la piel y permanece más allá del fin de la temporada cada Pascua de Resurrección—. Es un rasgo de identidad, herencia de la tradición familiar que teje más hondo el telar del país por su calidad de celebración extramuros, y ser cucurucho en La Antigua Guatemala es la esperanza de volver a caminar pronto en las filas de Jesús Nazareno de La Merced.
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Fotografía: Oscar Leonel Cay
Fotografía: Alvaro Marroquin
Fotografía: Roberto Masaya
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La Dolorosa de La
Merced
Datos históricos de la Santísima Virgen de Dolores LA MERCED ANTIGUA GUATEMALA
La Imagen de la Santísima Virgen de Dolores que acompaña a Jesús Nazareno de la Merced de la Antigua Guatemala, una imagen procesional de vestir, de bastidor con un encarnado bellamente logrado, sus rasgos evocan a una joven nazarena que con lágrimas de tristeza en sus mejillas llorando por el martirio de su Hijo. Su origen es desconocido, aunque la tradición oral atribuye su talla al antigüeño Pedro de Mendoza, mas sin embargo no hay pruebas documentales que confirmen tal atribución, sin embargo podemos decir que la Imagen de la Santísima Virgen de Dolores se remonta a la época colonial, en la Ermita de San Jerónimo existe un inventario datado en 1777 donde se describe que el conjunto de Pasión, lo constituía una imagen de “Jesús Nazareno y una Virgen de Dolores” por lo que se deduce que desde esa época ya formaba parte del patrimonio de la Cofradía de San Jerónimo; que con su posterior cierre para convertirse en la Real Aduana y terremotos que destruyen su capilla se trasladan al templo parroquial de San Sebastián entre los años de 1804-1804 permaneciendo ahí hasta 1883 cuando son trasladados definitivamente al Templo de La Merced hasta la actualidad. Se sabe por los libros de actas que resguarda la Hermandad de Jesús Nazareno y Santísima Virgen de Dolores, que es en 1954 cuando sale en procesión acompañando a Jesús Nazareno en su cortejo procesional de La Reseña y La Penitencia.
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Fotografía: Marcela Molina
Es hasta 1964 cuando la Hermandad de Jesús Nazareno, invita a un grupo de aproximadamente 15 damas antigüeñas para que formen la Hermandad de la Santísima Virgen de Dolores que con el pasar de los años esta se convirtió en una rama auxiliar de la Hermandad de Jesús Nazareno integrada por varones, convirtiéndose en la Sección de Damas de la Hermandad, y es en el año 2013 cuando las damas pasaran a ser integrantes de la Hermandad del Nazareno, dandose de esta manera la oportunidad para que ellas puedan integrar la Junta Directiva. En la década de los 90’s amplía su anda procesional a 40 brazos, convirtiéndose así en una de las imágenes de la Santísima Virgen de Dolores con el mueble procesional más grande en la Antigua Guatemala; y de esta manera inicia una época en la que la devoción y participación de jovencitas y señoras aumenta en sus cortejos procesionales de Domingo de Ramos y Viernes Santo y se ha convertido en uno de los más concurridos por las devotas cargadoras. La imagen de la Santísima Virgen de Dolores cuenta entre sus joyas algunos resplandores y dagas de plata traída de Taxco en México, con incrustaciones de piedras preciosas traídas de España; también posee ropajes bordados en hilos dorados y plateados de los que podemos mencionar con un valor histórico significativo un manto y tunicela azul bordado en hilos color plata bordado en Santa Lucia Cotzumalguapa por en los talleres del señor Ramiro Gálvez y estrenado el 23 de agosto de 2009, cuando de manos del entonces Vicario Episcopal de Sacatepéquez Monseñor Jose Ramiro Pellecer Samayoa fue Consagrada la Imagen de la Santísima Virgen de Dolores en acto lleno de solemnidad y especial trascendencia para la feligresía Católica de la Antigua Guatemala, pues se convirtió en la primera imagen de la Advocación de los Dolores en recibir esta dignidad. Debido a su belleza escultórica, su ternura maternal y arraigo en los devotos que le acompañan cada Domingo de Ramos y Viernes Santo ha sido inspiración para la composición de musical y de marchas fúnebres, mismas que le han sido dedicadas especialmente; de estas obras podemos mencionar “He Aquí la Esclava del Señor” del compositor Héctor Alfredo Gómez Barillas y “Consagrada de La Merced” del compositor Romeo Hernandez y “Maria la más Pura” del compositor Edwin Ruiz; obras musicales fúnebres que la Hermandad guarda en su archivo histórico musical. Fotografía: José Carlos Flores León
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OFRENDA
Devota
A JESÚS NAZARENO DE LA MERCED Carlos Enrique Berdúo Samayoa Cronista de la Ciudad de La Antigua Guatemala
Los casi cinco siglos de vida de esta Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Santiago de los Caballeros de Guatemala – La Antigua Guatemala, están plenos de hechos significativos que han marcado la vida de las incontables generaciones antigüeñas, muchos han sido los momentos de júbilo y orgullo, otros han estado marcados por el dolor y la incertidumbre; pero siempre el espíritu de esta Ciudad ha salido fortalecido, con la fe inquebrantable en el Redentor del Universo. En las postrimerías de la década de los años 1960s y los inicios de la siguiente, la antañona Ciudad del Señor Santiago, había vivido desastres naturales y experimentado la violencia de las conmociones sociales que aquejaban a todo el territorio nacional. En medio de aquel estado de cosas, las prácticas devocionales des religiosidad popular eran los medios para fortalecer su fe y la expresión de un pueblo fiel a la herencia recibida de sus mayores; mantener vigente el cumplimiento del voto de gratitud por el favor recibido de la Divina Misericordia, animaba la ilusión hacia un porvenir más promisorio. Para los antigüeños devotos, el Año del Señor 1971 trajo un regalo inesperado; Su Eminencia Reverendísima Monseñor Mario Cardenal Casariego y Acevedo, Arzobispo Primado de Santiago de Guatemala, había rubricado el Decreto Arzobispal mediante el cual, accedía a Consagrar Solemnemente la venerada imagen de Jesús Nazareno del Templo Mercedario Antigüeño, disponiendo que la ceremonia consagratoria tuviese lugar el Domingo de Ramos de 1971. La noticia inundó de felicidad y gratitud el corazón de los antigüeños; nadie se lo esperaba, era un sueño casi tricentenario por el que muchas generaciones de devotos habían rogado al Señor. El ambiente de aquella 54
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Fotografía: José Carlos Flores León
cuaresma estaba lleno de esperanza y fervor aguardando las noticias que poco a poco eran divulgadas por la Hermandad Mercedaria Antigüeña. Aquel Domingo de Ramos parecía hacerse esperar y su llegada más lenta de lo normal. En el taller de don Guillermo Carrillo Laguardia, en la Colonia La Candelaria, celosamente era guardado un gran secreto, pues según la tradición antigüeña el diseño y forma que tendría el decorado del anda procesional sólo era conocido por la Junta Directiva de la Hermandad y el artista; mientras tanto el pueblo antigüeño pacientemente aguardaba el momento en que las puertas del templo se abrieran en las primeras horas del Domingo de Ramos para apreciar el trono procesional dispuesto para esa memorable ocasión, el cual presentaba la figura inspirada en el verdadero retrato del entonces Venerable Siervo de Dios, representado de rodillas en actitud suplicante delante de Jesús Nazareno, implorando la paz, su bendición y protección al pueblo antigüeño y a todos los guatemaltecos, al centro del andaría, estaba entronizada la imagen nazarena sobre un pedestal de estilo barroco, rematado en sus esquinas por cuatro querubines que portaban elementos propios de la iconografía devocional betancuriana. Según la programación establecida y autorizada por la Jerarquía Eclesiástica, la ceremonia solemne consagratoria presidida por el señor Arzobispo tendría lugar en el atrio del templo, con el propósito de permitir la presencia de la mayor cantidad de fieles devotos, siendo la hora señalada las dos de la tarde, que era la establecida para el inicio de los cortejos procesionales de La Reseña en aquellos años. Al concluir la ceremonia, nuevamente el turno número uno de hermanos cargadores levantó en hombros a la recién consagrada imagen nazarena. Quienes asistieron a la plazuela mercedaria antigüeña aquella soleada tarde, o siguieron el ceremonial desde sus hogares gracias a la transmisión radial, fueron testigos de la primera ceremonia de consagración realizada en la Ciudad, desde el siglo XVIII. Lo acontecido aquella tarde dominical de abril, sería el inicio de una nueva etapa de fortalecimiento y renovación de las practicas devocionales a Jesús Nazareno, venerado desde mediados del siglo XIX en su capilla del templo mercedario, a donde llegó procedente del antiguo templo parroquial de San Sebastián, a donde llegó en los primeros años de ese siglo, luego que la Ermita de San Jerónimo fuese abandonada; Ermita que desde 1675 fuese el primer sitio donde recibiera pública veneración, tal como lo atestiguan los restos de su amplia y esplendorosa capilla. Fotografía: [Nelo] Mijangos
La devoción al Nazareno Mercedario está hondamente arraigada en el corazón de los antigüeños y de todos los que residiendo en otros sitios, son descendientes de familias antigüeñas, o bien han vivido ese encuentro místico con el Nazareno de la vista profunda y penetrante que en medio del dolor en su transito por la Vía Dolorosa camino del Gólgota, pareciera mirar con detenimiento a cada uno de aquellos que presencian su paso por las calles empedradas de esta Mística Ciudad del Señor Santiago, invitándoles al arrepentimiento y al propósito de enmienda, prodigando el perdón a los pecados por su sacrificio en la cruz. El año 1971 fue el punto de inicio para profundos cambios que a lo largo de cincuenta años, han determinado el peregrinar de la Hermandad de Jesús Nazareno, como digna heredera del legado devocional iniciado por la Cofradía de Jesús Nazareno de San Jerónimo en la medianía del siglo XVII; ser testigos del Señor e instrumentos de evangelización mediante el sostenimiento y promoción de las prácticas devocionales de religiosidad popular, que son referentes de la riqueza espiritual de los antigüeños, puestas de manifiesto cada Cuaresma y Semana Santa, y sobre todo ahora en este tiempo donde las normas sanitarias para enfrentar la pandemia del COVID–19 imponen restricciones que plantean formas innovadoras y creativas para mantener y fortalecer la fe de la comunidad eclesial que espera el fin de este tiempo de prueba, confiada en el Señor, haciendo buen uso de los adelantos de la ciencia y la tecnología para llevar el mensaje redentor de la Buena Nueva. Durante estos últimos cinco decenios, las expresiones devocionales mediante la elaboración de artísticas alfombras, elaboradas primorosamente para los cortejos procesionales de La Reseña y de Penitencia, han alcanzado inusitado incremento y belleza estética, pero sin renunciar a su esencia devocional, al ser fiel expresión de las oraciones de gratitud y súplica de las familias que encuentran en la imagen de Jesús Nazareno, el vínculo espiritual con el Misterio de la Redención y la Misericordia Divina. Pertenecer a la Hermandad, es una forma de vida, entregando lo mejor de cada integrante al servicio de la comunidad eclesial, y del pueblo de Dios, renunciando al esparcimiento personal y al compartir familiar; pero también es una forma de entrega
familiar, pues sabedores de la responsabilidad que esto implica, generosamente permitir que sus familiares puedan cumplir con sus tareas. El traslado y entronización de la Consagrada Imagen Nazarena, tradicionalmente se realizaba en forma privada, pero la Hermandad decidió que este momento de profundo significado espiritual fuese compartido con sus familias reservando para ello las primeras horas de la tarde del Sábado de la Víspera de Ramos; ceremonia de especial recogimiento y unión familiar La Reseña - Edición Histórica Mercedaria
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espiritual, que al trascender los testimonios de los partícipes, surgió el interés y la iniciativa de trascender los muros del templo sacro, permitiendo que la Televisión Guatemalteca transmitiese esta ceremonia, que casi de inmediato se transformó en la antesala a todas las transmisiones internacionales que proyectaban al mundo lo que acontecía durante la Semana Santa Antigüeña, haciendo de esta manera que muchos connacionales residentes en otras latitudes del planeta, pudiesen unirse y vivir a la distancia las celebraciones litúrgicas y el paso de los cortejos procesionales por las calles de los barrios y la Plaza Mayor de la Ciudad. El orden, uniformidad y devoción durante los cortejos procesionales mercedarios es ejemplar, teniendo cada año la adhesión de nuevos aspirantes llevados en brazos desde tierna edad hasta convertirse en hermanos cargadores, lo que ha incidido positivamente en el aumento del trayecto por las calles antigüeñas, llegando así a muchos barrios donde se le profesa especial devoción a Jesús Nazareno. Sin embargo, El Viernes Santo reviste características especiales, pues la Procesión de Penitencia, se transforma en una oración continua por la práctica del Santo Vía Crucis, meditando cada una de las catorce estaciones que Jesús recorriera con la cruz a cuestas, aquel primer Viernes Santo de la historia, 56
momento trascendental donde La Antigua Guatemala se transmuta en la Jerusalén de América. Medio siglo ha transcurrido desde aquel Domingo de Ramos del Año del Señor de 1971, cuando fuese Solemnemente Consagrada la imagen de Jesús Nazareno de La Merced, el Nazareno de los Antigüeños, inaugurando una nueva etapa de la historia de esta metrópoli casi cinco veces centenaria. Tiempo en el que la generación actual ha sido testigo de importantes descubrimientos documentales en los archivos eclesiásticos, esclareciendo la verdad y realidad histórica que tiene como centro la devoción a Jesús Nazareno, iniciada un lejano año de 1675 en la Ermita del Barrio de San Jerónimo, haciendo posible comprender esa profunda cercanía que los antigüeños sentimos con el Nazareno Mercedario, que en medio de las calamidades naturales y conmociones sociales ha estado en medio de su pueblo, tal y como aconteciese en el año 1976 al compartir la condición de refugiado bajo un techo temporal en el campamento que se improvisara en la Plazuela de La Merced, a donde fue trasladado para resguardarlo de los efectos del terremoto y sismos del mes de febrero, transmitiendo consuelo a la Ciudad en aquellos momentos de incertidumbre y dolor. Sim embargo, no todo ha sido tragedia, pues en momentos de júbilo, esta imagen nazarena ha sido objeto de especial devoción cuando el representativo de futbol, el Club Antigua GFC se coronase Campeón de la Liga Nacional de Futbol, y los integrantes del equipo junto a numerosos aficionados, pusieron a los pies del Señor el trofeo que acredita ese galardón; gesto de acción de gracias, reconociendo que sin su intercesión no se pudiese alcanzar ese tan anhelado título deportivo para la Ciudad. La vida de la Ciudad en estos últimos cincuenta años está íntimamente ligada a la presencia de Jesús Nazareno en el corazón de los antigüeños que diariamente se postran a sus pies para implorar su auxilio, su protección y les libre del mal, desde que despunta el alba, hasta después del ocaso y en el firmamento alumbran la luna y las estrellas, como ha sido desde antiguo y que confiamos sea así por siempre, para honra y gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
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Tempus
Mercedario Photoset NELO Mijangos
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El
Nazareno que me
adoptó Fernando Barillas Santa Cruz*
La vida es una secuencia de cambios constantes. Cuando no los realizamos de forma consciente, la vida nos empuja a hacerlos y es entonces cuando se dan transformaciones en las maneras de pensar, de sentir… de creer. Hace nueve años, mi vida atravesaba una etapa llena de cambios, la mayoría conscientes dentro de la tremenda inconsciencia que provoca la falta de madurez emocional, que todos vivimos pero que no todos reconocemos. Cucurucho de toda la vida, arraigado a mi barrio y mis procesiones capitalinas, resultaba imposible para mí imaginar una vida sin ellas. Llevaba 25 años de cargar al Nazareno de Mateo de Zúñiga, y estaba por cumplir mis bodas de plata de llevar en hombros al Sepultado dominico; vivía en el corazón del Centro Histórico y tenía, en consecuencia, el privilegio de disfrutar la tradición de manera muy cercana. Pero a principios del 2012 estaba cansado de la vida de ciudad, del caos que representa la urbe; del 58
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tráfico, de la contaminación, de la delincuencia, del ruido. Estaba harto de todo. Había soñado con una casa de campo, donde pudiera respirar aire fresco y estar rodeado de árboles. Surgió una oportunidad a cinco minutos de La Antigua Guatemala y sin pensarlo la tomé. Dejé todo atrás: familia, amigos, rutinas. Era un comenzar de nuevo. Pero la costumbre, la tradición que se me heredó desde niño, esa no sabía cómo manejarla; si sería capaz de desarraigarme. Aquél Domingo de Ramos acudí a mi cita de siempre con el Nazareno de los Milagros, allá en el Santuario del Señor San José, a temprana hora. Pero, con una sensación de nostalgia, abandoné el cortejo antes de que empezara a buscar la Avenida de los Árboles, porque a partir de ese año adquiría un nuevo compromiso con Jesús de La Merced, el Señor de La Antigua. Por invitación de un amigo, ya había participado en dicha procesión años atrás y, aunque me gustó, pensé que sería
debut y despedida, pues mi tradición estaba en la capital. Mas cuando volví de la ciudad a casa para quitarme la paletina y cinturón negros, y sustituir el capirote josefino por el tapasol mercedario, una sensación de expectativa y emoción abrazó el momento. Llegué a tiempo para presenciar la salida en medio de ese atrio a reventar. Las calles empedradas, las alfombras de aserrín y flores en perfecta sincronía, más el entorno colonial, me hacían sentir en un contexto de mayor misticismo y espiritualidad. La Marcha Fúnebre de Chopin en el interior del templo, estremecía sus columnas; luego sonó la Granadera y, cuando La Reseña hizo enmudecer a la feligresía llena de algarabía, el corazón me explotó. A partir de ese momento, Jesús de La Merced me adoptó. Me abrazó en su lecho con su imponente presencia y me cautivó con su profunda mirada. Me ayudó a recordar que Cristo no solo estaba en las imágenes de pasión que dejaba atrás y que, Fotografía: Danny Gamboa
de hecho, no está en ninguna imagen. Que su presencia trasciende nuestra lógica de humanos, y que cuando queremos buscarlo, solo tenemos que voltear a ver el rostro del prójimo. He tenido el privilegio de caminar a su lado, de verlo a los ojos y acompañarlo -en aquellos instantes donde los cucuruchos merman un poquito sus filas-, como cuando un amigo atraviesa un mal momento. He procurado no dejarlo solo en su martirio, así como Él nunca ha dejado de animarme y apoyarme en mis tiempos difíciles. Estos dos años sin su procesión, el tapasol ha servido para enjugar las lágrimas de la nostalgia. La lanza de Viernes Santo ocupa un lugar privilegiado en mi sala, que me recuerda esos brazos abiertos con los que me recibió aquél primer día. Pero también ha servido -espero- para aprender a cargar la procesión por dentro, que no es otra cosa que la posibilidad de evaluar con toda sinceridad si nuestras prácticas de devoción popular están sirviendo realmente para construir una mejor sociedad, o si solo nos ha hecho acomodarnos en nuestras propias burbujas. Estos dos años han sido un buen tiempo para tener una plática con nosotros mismos, y cuestionarnos si nuestra fe la estamos acompañando de actos constantes de amor, o si guardamos la compasión solo para las fechas litúrgicas; si comparándonos con lo que éramos un año atrás, hoy somos mejores ciudadanos, o si honestamente el ser cucuruchos está haciendo que contribuyamos poco a la construcción de mejores espacios de armonía en nuestros entornos. Estas Semanas Santas sin procesiones deberían ser un antes y un después para quienes creemos entender el mensaje de Cristo, que descansa básicamente en el amor. Por mi parte, el recuerdo de la fuerza de la mirada de Jesús de La Merced, tan inmensa como el tamaño de su amor, me han ayudado estos años a comprender, a reconstruirme y seguir: a transformarme. Sin embargo, aunque seamos capaces de entender la situación que atravesamos como sociedad, es doloroso no poder verlo majestuoso sobre su anda de Domingo de Ramos y Viernes Santo, pues siempre hay mucho por agradecerle. El Volcán de Agua y las jacarandas extrañarán su paso sereno por las calles empedradas, tanto como yo lo echaré de menos. De eso, no me quedan dudas. *Periodista y Comunicador Social por la Universidad de San Carlos de Guatemala. Impulsor de la declaratoria de la Semana Santa como Patrimonio Cultural de la Nación. Cucurucho. La Reseña - Edición Histórica Mercedaria
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Esta ciudad bullicio del silencio, donde apenas se oye latir el corazón despierto, late al compás de las estrellas llenas, late al compás de los pasos del Hermano Pedro de Bethancourt que viene a orar después de media noche. Su paso es imperceptible. Late al compás de una leyenda que entre balcones se diluye como gota de rocío al amanecer. Rocío de una rosa que es ciudad. Ciudad que entre sus templos es jardín de religiosidad. Esta ciudad de religiosa arquitectura, donde fuentes de Dios hablan de Diosas indígenas y es sueño de armadura la sombra del volcán sobre las cosas, se regocija entre sollozantes bougambilias, eternos balcones, insomnes cúpulas y sigilosos guardianes, para ser partícipes de uno de los más grandes acontecimientos de esta histórica ciudad. De puerta en puerta van cambiando los siglos, en la luz de las ventanas parpadean las sombras, los fantasmas son las palabras de la eternidad... Nos encontramos en la caja pequeña de Luis Cardoza y Aragón, que nos transporta a aquel barrio que cobija las costumbres y tradiciones de esta ciudad cuatro veces centenaria, donde se yergue majestuoso e imponente el templo de la Merced, que con el tiempo vendría a constituirse en uno de los monumentos que resguarda gran parte de la historia y con ella la obra de mas tres siglos de la Hermandad de JESUS NAZARENO DE LA MERCED.
Fotografía: Danny Gamboa
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Fotografía: Alvaro Marroquín
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Tu sereno rostro es fuente de paz, tus profundos ojos regalan ternura, tus morenas manos: esparcen semillas, sueltan esperanzas, regalan consuelo; y tu dolido corazón, es nido de amor.
A JESÚS NAZARENO Del Templo Del Barrio de La Merced, de La Antigua Guatemala
HÉCTOR FELIPE CRUZ CORZO Octubre del año 2000
Era una tarde de octubre cual veredita de rosas en la rueca del tiempo. mis pasos de caminante sin sosiego me llevan a la iglesia del barrio: La Merced. Entro. Camino sigiloso, llevo seda en los pies. Solo soy una sombra de mi sombra que me asombra, Sigo la nave lateral que está a mi diestra, y al final, en una capilla de turrón barroco, entre perenne huerto florecido donde el aroma me traslada a sosegada dimensión de misticismo, veo tu imagen de perfecta armonía. Estás de pie apenas insinuando un paso.
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Intuyo que anhelabas salir a recorrer tu ciudad y yo, inoportuno, te he detenido. Nazareno de La Merced Jesús vivo: ¡Me duelen las espinas que coronan tu cabeza! ¡Me duelen las llagas de tus manos, tu costado y tus pies! ¡Me duelen los azotes de tu cuerpo! ¿Cómo es posible que después de tanto sufrimiento, aún estés de pie, aún sonrías, aún seas feliz? Y es que tu amor por la humanidad ha sido tanto que ofrendaste tu vida por su salvación. Cuando estoy frente a ti, no temo nada. Basta mirarte para sentir tranquilidad.
Jesús de La Merced, hoy te he visto majestuoso cual lirio sin par. Vestías tu inmaculada túnica blanca bordada con hilos de oro. Parecías un lucero arropado por nubes de algodón. Un suspiro divino del Espíritu Santo vuelto verbo, hecho hombre. Y el sol huraño se asomaba en tus ojos, para alimentar con fe mi abatido espíritu… Yo amo esta ciudad, Jesús. Como bien sabes, soy viandante infatigable. Conozco todas las calles y ellas me conocen. A veces presiento que mis pies no rozan las baldosas que camino. Tienen alas mis pies, vuelo pausadamente. Estoy en otra dimensión. Una alegría cual revuelo de pájaros agita mi corazón. Empiezo a hablar… Creí que hablaba solo. De repente hubo respuestas sabias a mis interrogantes. Entonces pude adivinar que caminábamos juntos.
Por eso ahora que imprudente de mí te he detenido al insinuar un paso, no te detengas, Señor. Caminaremos juntos por tu Antigua bendita, con el afán de averiguar: ¿Por qué las hornacinas de las fachadas de tus templos están vacías? ¿Qué se hizo el silencio? ¿Dónde las avecillas? ¿Qué fue de los abuelos que paseaban con sus nietos por los parques? Caminaremos juntos por tu soñada Antigua, para beber a grandes sorbos: sus cascadas de luz, su delicioso clima, su mágica presencia de azucena. Y cuando el tiempo pase, al declinar el día, justo a la hora en que los búhos se despiertan te dejaré en la puerta de tu casa. Sacudirás tu manto de luceros para que la noche no sea tan oscura, y me dirás sencillamente: hasta mañana. Jesús de La Merced Jesús de Antigua Jesús de mi corazón: ¿Qué tal amaneciste? Ya estoy aquí. Me llamo… Eso que importa. Tú me conoces, Me has mirado, Caminamos juntos… Soy un gorrión que intenta sacarte las espinas de la frente.
Fotografía: José Carlos Flores León
Me vio a
los
Ojos
A Jesús de la Merced, Antigua Guatemala Aquí estoy Señor, una vez más en las filas, esperando verte recorrer las calles de la penitencia. Ya te acercas con paso lento y cansado, en hombros de innumerables cargadores que te traen hacia mí, para cumplir la penitencia que te he ofrecido. Llegas y veo otra vez tu rostro ensangrentado, golpeado, lacerado y sudoroso. Pero algo más sucede, algo milagroso que no había pasado antes, y que hoy experimento por primera y única vez. Tus ojos me ven. Si Señor, tu mirada triste y doliente se encuentra con la mía. Es una mirada dulce, sublime, angustiada, pero que llega profundamente desde tus ojos, hasta mi corazón. No sé si es una mirada de perdón o de súplica; en mi insignificante entendimiento de los designios de Dios no comprendo qué me quieres decir
Fotografía: Sofía Letona
ahora que se han encontrado nuestros ojos, pero si sé que es como un rayo, como una centella, como un sol que atraviesa mis retinas y mi alma. Aunque trato, no puedo controlarme y bajo la vista. Tú estás quieto ante mí, tus pasos se detuvieron por un momento y sin embargo no pude sostener la fuerza de esa mirada profunda y apacible. Reacciono y te vuelvo a ver, pero tus ojos ya no están en mí, se han perdido de mi vista, se dirigen a otro punto, a pesar de que ni Tú ni yo nos hemos movido. He buscado nuevamente infinidad de veces, tu mirada. Me acerco a Ti desde diferentes ángulos, pero jamás he
podido encontrar de nuevo tu vista. No he podido repetir aquella milagrosa experiencia. No sé si fue una advertencia, un perdón o un llamado, pero aquel fue el momento más sublime de mi vida. Así como viste a las mujeres en tu camino al gólgota, así creo que me viste ese día, oh, Jesús, y así te pido que alguna vez, me permitas volver a encontrar la luz de tus ojos, que me ven con la profunda piedad de Dios. Y ese día, Jesús, permíteme estar preparado para verte con mi alma limpia y transparente para que no aparte mis ojos de los tuyos.
Marco Tulio Monzón
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UN AÑO PARA
Recordar
El año 2020 inicio con los buenos propósitos de cada persona que integra esta hermandad, a lo largo del año Jesús nos muestra su misericordia, nos da el ejemplo en la familia, pudimos compartir en familia muchas cosas quizás olvidadas por nuestras carreras al ser parte de estas muestras de religiosidad popular, dar gracias por la salud, dar gracias por seguir contando con hermanos que fueron contagiados y que vivieron en forma directa esta dura enfermedad pero que Jesús en su infinita bondad nos permite seguir gozando de su presencia. Dar gracias porque aun a la distancia seguimos siendo una institución unida, llena de ilusiones y deseo de servir a nuestra iglesia. Como un testimonio para la historia de todo un año de experiencias que podremos con la Bendición de Dios contar a futuras generaciones y seguir con toda confianza afirmando la GRANDEZA DEL AMOR DE NUESTRO DIOS.
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Photoset Ricky López Bruni Semana Santa 2019 Semana Santa 2020
Fotografías que forman parte del Libro “Guatemala Inédita” Imágenes inéditas de 21 fotógrafos guatemaltecos. Editorial López Bruni
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HERMANDAD DE
JESÚS NAZARENO Y VIRGEN DE DOLORES La Merced, Antigua Guatemala
SOCIOS ORDINARIOS
Gumercindo Bautista Chanta Luis Alfredo de Leon Mendez Silvestre Lopez Hernandez Francisco Antonio Arzu Castellanos Luis Pedro Ordoñez Victor Augusto Rodríguez Cuevas Nicolás Machan Valle Denis Leonel Santizo Socop Juan Carlos Girón Gómez Jorge Alvaro Gaytán Carrillo Sindy Jimenez Valle Angela Maria Sebeyuque Dávila Rudy Orlando Reyes Jose Roberto de León Chitay Marcelino Aquino Aquino Claudia Mariela Lopez Olayo Byron Josué Martinez Garcia Wagner Baudilio Barrera Daniel Alejandro Marquez Regina Maria Gonzalez Figueroa Carolina Elizabeth Mun Toc Marco Antonio Martinez Rivera Marcel Dario Chávez Iván Alexander Franco Gaytán Byron Daniel Morales Cuyún Bryan Estuardo Cataví Jorge Mario Gil Fernández Rony Felipe de León
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Presidente Encargado General Sub Encargado General Relaciones Públicas Sub Secretaria Sec. Actas y Acuerdos Tesorero Pro Tesorero Ecónomo Ecónomo Auxiliar II Vocal I Vocal II
Pbro. Luis Alberto Caceres Parada O. de M. Luis Fernando Vasquez García Sergio Abelino Reyes Rogel Manuel Antonio Estrada Ortiz Edna Maricela García Carrera Ligia Beatriz Solorzano Vides Oscar Gabriel Vides Rosales Gustavo Adolfo Pellecer Pablo José Antonio Gonzalez Reyes Héctor Ovidio Rodas Maradiaga Aaron Boche Naz José Estuardo Guajan García
Jorge Armando Jiménez Paz David Gil Talba Rony Alexander Sabán Ajcuc Allan Moises Chiquitó Aquino Héctor Gustavo Cabrera Solís Carlos Orlando Santos Gómez Edgar Rafael Quiñonez Wong Jorge Armando Monzón Armida Beatriz Galindo Tohón Pablo David Hernández Marroquín María Bertilia Diaz Chacon Brayan Aldair Fernández Manuel Antonio Segura Cabrera Marco Antonio Marinelli Ordoñez Angel Enamorado Jerónimo Carlos Gerardo Rodríguez Moya Helen Yojanna López Blanco Luis Pablo Duarte Víctor Josué Valle Chiquitó Odilia Maricel Pamal Pamal SOCIOS HONORARIOS
Ivan Roderico Pelén Hernandez Alberto Gabriel Axel Guillermo Nuñez Julio Enrique Maldonado Cesar Augusto Chavarria José Vicente Chopén Burgos Mario Roberto Asturias
La Reseña - Edición Histórica Mercedaria
SOCIOS JUVENILES
Angel Eduardo García Chacón Aura Eugenia Vilatoro Paredes Bladimir Shade Brandon Israel Rodríguez Gil Breldy Manuela Lalesk Jimenéz Charly Rivera Daniel Alejandro Tabín Efraín Toledo Freddy Geovany García Méndez Javier Girón Gómez José Pablo Sicán Valle José Rodriguez Juan Sebastián Marquéz Santís Karen Rocío Suárez Gaytán Kevin José Antonio Solares Ordoñez Keyla Alejandra García Carrera Luis Adolfo García Salazar Luis Carlos Gonzalez Marco Vinicio Gómez Mirna Angelica Melgar Shoc Moises Alfonso Girón Santos Roberto Carlo Porras Rodrigo Estuardo González Estacuy Rony Israel Marroquín Chiyoc Sharon Marroquín Vivian Mishell Reguán Zamora William Castellanos
Fotografía: Mario Cruz
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