TEMARIO: 1. CONVOCAN A MARCHA EN APOYO DE PRESOS POLÍTICOS MAPUCHE RECLUIDOS EN ANGOL 2. AMBIENTALISTAS E INDÍGENAS ORGANIZAN ENCUENTRO SOBRE ECONOMÍA SOLIDARIA 3. MODELO CHILENO DEVASTADOR CON EL MEDIO AMBIENTE: EMISIONES DE CARBONO AUMENTAN 150% DESDE EL RETORNO A LA DEMOCRACIA 4. SIN LIBERTAD DE EXPRESIÓN NO HAY DEMOCRACIA. OPINIÓN: Luis Conejeros 5. LA NIÑA DE 11 AÑOS QUE PONE EN JAQUE LA PROMESA DE IGUALDAD DE GÉNERO DE BACHELET 6. LEY DE IDENTIDAD DE GÉNERO: DERRIBANDO MITOS PARA FORTALECER DERECHOS. OPINIÓN: Gabriela Sanzana Abogada y asesora jurídica de OTD Chile 7. CORTE CONSIDERÓ ILEGAL EXPULSIÓN DE DOMINICANA QUE CAMINÓ 8 HORAS PARA INGRESAR A CHILE 8. TERAPIAS PARA HOMBRES VIOLENTOS 9. EL PROCESO DE PAZ EN COLOMBIA. OPINIÓN: Fernando Morales Capitán de Fragata.
CONVOCAN A MARCHA EN APOYO DE PRESOS POLÍTICOS MAPUCHE RECLUIDOS EN ANGOL EL CIUDADANO http://www.elciudadano.cl/2016/09/20/326702/convocan-a-marcha-en-apoyo-de-presospoliticos-mapuche-recluidos-en-angol-395674/
Comunidad José Quilaqueo acompaña el cuerpo del comunero José Quintriqueo
La comunidad Wente Winkul Mapu hizo un llamado para solidarizar y acompañar a los presos políticos mapuche Daniel Melinao, Elisa Rojas y Juan Pablo Lican este jueves 22 de septiembre en Temuco, en cuya jornada comenzará el juicio en que se les imputan los delitos de incendio, porte ilegal de armas y robo. En un comunicado público la comunidad expresa que en este proceso la Fiscalía no posee pruebas concretas, por lo que lo califican de un “montaje mediático y político”. Es por ello que llaman “a marchar a las 7:00 hrs. desde la plaza Huequen, en la entrada de Angol, hacia tribunales y demostrar que no somos solo 3 sino que todo un pueblo que se levanta y se niega al exterminio que nos condena este sistema neoliberal amparado por el Estado Chileno”, indican.
La audiencia comienza a las 8:30 en el Tribunal Oral en lo Penal de la capital de La Araucanía, luego de que los comuneros mapuche estén en prisión preventiva por más de un año, sin cambio de medidas cautelares.
AMBIENTALISTAS E INDÍGENAS ORGANIZAN ENCUENTRO SOBRE ECONOMÍA SOLIDARIA EL CIUDADANO http://www.elciudadano.cl/2016/09/20/326523/ambientalistas-e-indigenas-organizan-encuentrosobre-economia-solidaria-8653/
Un conversatorio sobre economías locales basado en el buen vivir y el interés colectivo se realizará entre el 24 y 25 de septiembre en Panguipulli, Región de Los Ríos. El Parlamento Mapuche de Koz Koz y el Movimiento por la Defensa y Recuperación de los Territorios macro zona centro sur, convocan al encuentro sobre “Economías y Soberanías Territoriales”, cuyo propósito es dar cuenta de experiencias relacionadas a procesos organizacionales que han sostenido economías locales, intercambios, circuitos y redes, bajo principios y valores del buen vivir y el interés colectivo. La actividad se realizará en el centro Trafkintuwe, ubicado frente al terminal de buses en la ciudad de Panguipulli, a partir de las 09,30 horas. El eje principal de la iniciativa son temáticas sobre el agua y la tierra, la protección de los recursos naturales y la promoción de la soberanía alimentaria, además se harán intercambios de experiencias
territoriales y sus economías con el propósito conocer estos procesos organizacionales que han sostenido economías locales, intercambios, circuitos y redes, bajo principios y valores del buen vivir y el interés colectivo. La convocatoria la realizan diferentes organizaciones sociales y territoriales, desde la zona centro sur, actores que han visibilizado las necesidades de instalar temáticas como estas, entre ellos se encuentran el Movimiento plurinacional por la defensa y recuperación del agua y la vida; Parlamento Koz Koz (Panguipulli) – Red de Ferias Walung (Curarrehue) – Cooperativa Fën (Villarrica) – – Red de Semillas Libres Chile / Wallmapu – Cooperativa Kume Monguen Rapa Makewe entre otras iniciativas organizacionales.
MODELO CHILENO DEVASTADOR CON EL MEDIO AMBIENTE: EMISIONES DE CARBONO AUMENTAN 150% DESDE EL RETORNO A LA DEMOCRACIA EL MOSTRADOR http://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2016/09/20/modelo-chileno-devastador-con-el-medioambiente-emisiones-de-carbono-aumentan-150-desde-el-retorno-a-la-democracia/
La Presidenta Michelle Bachelet firmará hoy en la sede de la ONU, en Nueva York, el denominado Acuerdo de París, mediante el cual Chile se compromete a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 30% de aquí al 2030, utilizando como base los niveles registrados a partir de 2007.
Sin embargo, el panorama nacional no es muy alentador en esta materia. Según informa hoy La Tercera, las emisiones de carbono de Chile se han incrementado un 150% desde 1990, lo que significa haber aumentado desde 9.095 toneladas métricas ese año a 22.681 en 2013. La cifra se enmarca en los datos que entrega el laboratorio de Oak Ridge, dependiente del Departamento de Energía de Estados Unidos. Respecto de los sectores económicos que encabezan las emisiones, es la energía donde se concentra el primer lugar. Aunque en los primeros años de los 90 se trataba del sector que menos contribuía a la emisión de los gases responsables del calentamiento global, debido a la operación de centrales hidroeléctricas. Pero eso cambió. Según el economista de Clappes UC, Luis Edwin González, “después del cierre de la llave de gas natural por Argentina, se ve cómo un sustituto contaminante, costoso e inmediato, como el diésel para la generación eléctrica, explicó 5 puntos porcentuales del crecimiento de las emisiones de 2006 en adelante, periodo en el que creció a una tasa cercana al 10% las emisiones del sector generación de energía eléctrica", aseguró. Para Nicolás Bambach, director ejecutivo del Centro Cambio Global UC, el aumento en la emisión de Gases de Efecto Invernadero, tiene relación con el crecimiento económico del país. “Desde 1990 al 2006, las emisiones de GEI aumentaron 70%, mientras que el PIB lo hizo a más del doble y la población creció cerca de 25%. Por lo que las emisiones de GEI han tendido a crecer más lentamente que la economía”, afirmó.
SIN LIBERTAD DE EXPRESIÓN NO HAY DEMOCRACIA RADIO COOPERATIVA http://opinion.cooperativa.cl/opinion/internacional/sin-libertad-de-expresion-no-haydemocracia/2016-09-20/113547.html
Por: Luis Conejeros El Colegio de Periodistas de Chile actuó tarde y mal. Pasaron más de 10 días de la detención de Braulio Jatar en Venezuela para que la organización se diera por enterada y emitiera una tibia declaración que se cuida de no decir palabra alguna sobre la libertad de expresión bajo el régimen chavista. Pareciera que los dirigentes del gremio han resistido al máximo la demanda pública y de
los periodistas en general por la solidaridad respecto de lo que la ONG Reporteros sin Fronteras ha llamado “ataques en serie a la libertad de prensa” en Venezuela. En ese contexto, la organización de los periodistas chilenos, se ha limitado a expresar su preocupación “por la situación del empresario de las comunicaciones chileno-venezolano, el abogado Braulio Jatar Alonso”, manifestando “su interés en que el profesional (…) cuente con todas las garantías procedimentales que contempla la República Bolivariana de Venezuela y todas las que se establecen en los convenios internacionales de derechos humanos” para lo cual se dará seguimiento al proceso judicial. Mal por el Colegio de Periodistas y sus dirigentes. Mientras el continente y el mundo están pendiente del deterioro grave de las libertades públicas y la situación de derechos humanos en la tierra de Bolívar, lo que preocupa al gremio de comunicadores chilenos son las “garantías procedimentales”. El director de Human RigthsWatch, José Miguel Vivanco manifestó con toda crudeza que “Venezuela es un régimen cívico militar, donde los militares ocupan más de la mitad de los puestos de gobierno (…). La concentración de poder es brutal, no hay institución jurídica, judicial o democrática capaz de frenar o sancionar abusos”. “Calificar hoy a Venezuela como un régimen democrático, es propio de la ignorancia o refleja una abierta deshonestidad –agregó el experto–. Venezuela ni siquiera mantiene una fachada democrática. El descaro con el que se conduce el gobierno de Maduro, con una Corte Suprema que es un apéndice del Ejecutivo, es total. El servicio de inteligencia decide quien va detenido y quien no, hay abusos en las prisiones incluyendo torturas, la existencia de presos políticos (…). Todo sumado a la falta de libertad de expresión y la censura permanente a los pocos medios independientes, que regularmente son digitales por la falta de papel, difícilmente califica como democracia”. “Sin libertad de expresión no hay democracia” era el lema del Colegio de Periodistas. Qué lástima que los actuales dirigentes no lo estén aplicando para el caso venezolano, permitiendo que sus legítimos afectos políticos impidan que la organización de los periodistas chilenos cumpla con su misión de compromiso irrestricto con las libertades esenciales y los derechos humanos en todo el orbe.
LA NIÑA DE 11 AÑOS QUE PONE EN JAQUE LA PROMESA DE IGUALDAD DE GÉNERO DE BACHELET EL MOSTRADOR http://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2016/09/20/la-nina-de-11-anos-que-pone-en-jaquela-promesa-de-igualdad-de-genero-de-bachelet/
Un fuerte debate ha abierto una carta enviada a finales de julio, por una niña de 11 años que, intentando seguir los pasos de su papá, busca poder ingresar a estudiar al Instituto Nacional. Hace dos días se hizo pública una misiva en la que la menor le pide a la alcaldesa de Santiago, Carolina Tohá, y a la Presidenta Michelle Bachelet, "acceder a la educación del Instituto Nacional y encuentro que es injusto que solamente los hombres puedan dar la prueba y entrar a él", expresa.
Marina Ascencio agregó un tinte más que crítico a la desigualdad de género que evidencia la existencia de colegios solo de hombres o solamente de mujeres. "Tanto hombres como mujeres somos iguales en una manera intelectual, no inferiores ni superiores, sino que iguales", relató la niña, lo que fue respaldado por su padre, Carlos Ascencio. "Si a su edad es capaz de notar lo que implica la educación sexista y toma la decisión de manifestar su opinión sobre el problema, nosotros debemos acompañarla. Le hemos enseñado que hay que actuar frente a la discriminación, que es lo que ocurre en este caso", agregó el padre. Su mamá Alejandra Muñoz, junto a su padre –ambos psicólogos– la ayudaron a armar en aspectos formales la carta. Para ello, le recomendaron que hiciera un trabajo de investigación formal, una revisión bibliográfica de la historia del Instituto Nacional para escribir el manuscrito. Su mamá explica que siempre se preguntaba "¿por qué tengo que conformarme?", cuando al contar su idea de postular al Instituto Nacional le decía que mejor lo hiciera al Liceo Carmela Carvajal o el Liceo 1. La discusión respecto a la educación no sexista, las distinciones de género al interior de los establecimientos educacionales, han llevado a que desde el Sernam se desarrollen distintas políticas públicas que buscan terminar con estas dinámicas discriminatorias, lo que durante toda la campaña de Michelle Bachelet ha sido un estandarte, tanto a nivel político como programático. Es en este contexto que el rector del Instituto Nacional, Fernando Soto, señaló que valora sentidamente la misiva y que esta sirve como "estímulo en este debate incipiente en nuestra comunidad. No hemos recibido otra en el mismo tenor", al tiempo que agregó que era necesario un estudio de ingeniería y un cambio a nivel de infraestructura para poder realizar dicho cambio. Ante esto, desde el Mineduc el jefe de la División de Educación General del Ministerio de Educación, Juan Eduardo García-Huidobro, explicó que cada colegio debe reflexionar sobre el acceso de distintos géneros a su matrícula e hizo un llamado a que no se arme una mayor polémica. “Acá son pocos establecimientos que están de alguna forma revisándose, yo respetaría su proceso y no trataría de, en una cosa tan sensible como esta, colocar algo impositivo”, sostuvo. Finalmente, puntualizó que "el principal problema no es de infraestructura, sino más bien de superestructura, de cabeza, de cómo cambiamos la mentalidad”.
LEY DE IDENTIDAD DE GÉNERO: DERRIBANDO MITOS PARA FORTALECER DERECHOS EL CIUDADANO http://www.elciudadano.cl/2016/09/12/324749/ley-de-identidad-de-genero-derribando-mitospara-fortalecer-derechos2016/ OPINIÓN: Gabriela Sanzana Abogada y asesora jurídica de OTD Chile Nos gustaría partir por aclarar en qué consiste este proyecto. De acuerdo a las indicaciones que se han aprobado hasta ahora en la Comisión de Derechos Humanos del Senado, este permite que las personas transgénero puedan cambiar su nombre y sexo legales —de modo de hacerlos coherentes con su identidad de género— por vía administrativa para el caso de mayores de 18 años, y por vía judicial para el caso de niños, niñas y adolescentes. Para mayores de edad,
actualmente esto es una realidad. Sin embargo, se trata de un procedimiento judicial largo, complejo y de diversa tramitación y resultados según el tribunal que atienda la solicitud. Lo que se pretende con el proyecto de ley es mejorar la calidad de vida de las personas trans, garantizando el reconocimiento a su identidad de manera rápida y sin mayores inconvenientes, en el entendido de que la identidad es un derecho humano. A diferencia de lo que pretenden hacernos creer los opositores al proyecto, este se sustenta en la realidad y no en determinadas “ideologías artificiales”. Las personas trans existen en todo el mundo, y lo único que pretendemos quienes impulsamos el reconocimiento de sus identidades es que se les reconozca el derecho —que ya tiene el resto de la población— a contar con un documento de identidad que refleje quiénes son en verdad. Este reconocimiento es relevante porque las personas trans —en muchos casos desde la infancia— son terriblemente discriminadas y vulneradas en todos los ámbitos por el solo hecho de su identidad de género, y una discordancia entre su género y el sexo legal que aparece en su documento de identidad empeora su situación. Entre las consecuencias reales de la transfobia social e institucional contamos la denegación de derechos como la educación, la vivienda, el trabajo y la atención en salud, además de agresiones verbales y físicas e incluso asesinatos.
Contradictoriamente, muchas de las personas que se han mostrado contrarias a este proyecto sostienen que sí hay que “proteger” y ayudar a las personas trans, pero que no se les puede permitir la rectificación de su género en el carnet de identidad. Pues bien, no vemos cómo sería posible proteger o ayudar a las personas trans si las obligamos a vivir con una identidad legal que no es la suya. La vivencia interna del género es parte esencial de la naturaleza humana, por lo que su reconocimiento es imprescindible para la protección de la dignidad. ¿Acaso es legítimo que alguien
nos obligue a ser algo que no queremos ser, algo que, en definitiva, no somos? ¿En qué se basan las personas para sostener que el género (no el sexo) asignado al nacer es “un atributo irrenunciable de la personalidad”? Desde el punto de vista moral, ¿quién puede decidir sino una/o mismo/a cuáles aspectos son “parte irrenunciable de nuestra personalidad” y cuáles no? Lamentablemente, no nos extraña que haya personas que se opongan a este proyecto con tanto afán. Ya lo hemos visto cuando en su momento se opusieron al voto femenino, al divorcio, a la píldora del día después y actualmente, al aborto en tres causales, y la lista sigue. Los sectores más conservadores de este país siempre se han encargado de ir en contra de todo lo que implique el avance en el reconocimiento de los derechos humanos, pretendiendo sustentar sus posturas con argumentos que muchas veces rayan en el absurdo, casi siempre escondidos sobre la base de un paradigma religioso que es despótico. Porque sí: es despótico que quienes profesan una determinada fe deseen imponerla al punto de intentar interferir en la vida privada de las personas a través del entorpecimiento de proyectos de ley en un Estado laico, que debe regir para todos/as y no para una creencia particular.
Los opositores al proyecto han llegado al absurdo de decir que esto se trataría de un “experimento social a gran escala de impredecibles consecuencias”. Pues bien, al parecer ellos no se han informado bien: la verdad es que el cambio de sexo legal con motivo de la identidad de género es una realidad que ya existe en Chile, sin que ello haya conducido a nuestro país a consecuencias de algún tipo, salvo, por cierto, una reducción en la discriminación que injustamente padecen las
personas trans. Por lo demás, aunque parezca obvio, es pertinente recordar que las personas que no son trans y las familias heterosexuales no se verán en absoluto afectadas en su diario vivir, ni se les vulnerará ningún derecho con la aprobación de esta ley. Reiteramos que la identidad de género es un derecho humano consagrado, reconocido en los instrumentos internacionales vinculantes para el Estado de Chile. Haciendo caso omiso de este hecho, varios opositores al proyecto se han referido peyorativamente a los Principios de Yogyakarta, a pesar de que estos han sido redactados por reconocidas y reconocidos especialistas procedentes de 25 países, de diversas disciplinas y con experiencia relevante en el ámbito del derecho internacional de los derechos humanos, llegando a obtener el respaldo de la ONU. A los Principios de Yogyakarta y los instrumentos internacionales de derechos humanos se suma la experiencia internacional de más de veinte países (entre ellos Noruega, Suecia, Dinamarca, Irlanda, Portugal, España, Italia, Austria, Alemania, Polonia, Nueva Zelanda, Reino Unido, Malta, Uruguay, Argentina, Colombia y México) que ya contemplan en su sistema interno leyes o fórmulas de cambio de género registral; y en ninguno de ellos se ha visto que, con posterioridad a la entrada en vigencia de dichas normas, se haya producido el caos, el desmoronamiento de las familias o la desarticulación de la sociedad. Por último, no hay que olvidar que las personas trans no dejarán de existir por la falta de una ley. Lo único que se consigue obligándolas a vivir con una identidad legal que no refleja su verdadero sentir es mantener a Chile en el retraso en materia de derechos humanos y perpetuar con ello la ignorancia, la discriminación y las vejaciones que padecen a diario las personas trans debido al abandono del Estado y de la sociedad.
CORTE CONSIDERÓ ILEGAL EXPULSIÓN DE DOMINICANA QUE CAMINÓ 8 HORAS PARA INGRESAR A CHILE EL CIUDADANO http://www.elciudadano.cl/2016/09/21/326719/corte-considero-ilegal-expulsion-de-dominicanaque-camino-8-horas-para-ingresar-a-chile2016/ Breidy Yomairy es una ciudadana de República Dominicana que en abril de 2015 comenzó un accidentado viaje para emigrar de su país. Primero se trasladó hasta Ecuador, desde ahí a Perú, y luego en Tacna abordó un taxi que la dejó en pleno desierto. Su destino era Chile. Ocho horas llevaba caminando cuando fue interceptada por Carabineros, según expuso su defensa. Eso significó que la Intendencia Regional de Arica y Parinacota decretara su expulsión del país por haber ingresado al territorio nacional por un paso no habilitado. Sin embargo, esta semana la Corte de Apelaciones de Arica acogió un recurso de amparo presentado por Breidy Yomairy en contra de su expulsión, considerando el tribunal “ilegal” la resolución administrativa. El fallo establece que el actuar de la Intendencia Regional “se torna ilegal porque su única motivación fáctica no fue eficazmente investigada por las autoridades llamadas por ley a hacerlo
con el objeto de establecer su efectiva ocurrencia, pese a lo cual se la invoca en un acto administrativo de grave trascendencia, lo que ilustra sobre la desproporcionalidad de la medida”.
La resolución agrega que el decreto de expulsión se basa únicamente en el informe policial, antecedente considerado por la Corte “del todo insuficiente” para fundar la decisión de expulsión, lo que -agrega- “pone en peligro la libertad personal de la amparada”, ante lo cual el tribunal releva su facultad para dictar las medidas que garanticen el ejercicio del derecho a la libertad individual que ha afectado a la ciudadana dominicana con la medida tomada por la Intendencia.
TERAPIAS PARA HOMBRES VIOLENTOS
http://www.theclinic.cl/2016/09/21/terapias-para-hombres-violentos/
“Te extraño bombón”, leyó Juan (56) en la bandeja de entrada de Facebook de su esposa. Sin hacer preguntas la acusó inmediatamente de infidelidad, la insultó, la tomó del pelo y la lanzó al suelo. El ruido despertó a la hija menor de ambos que entró a la pieza a preguntar qué estaba pasando. Así recordó los hechos, casi un año después, frente al sicólogo del centro de reeducación de Hombres que Ejercen Violencia de Pareja (Hevpa): “No podía escucharla, nada de lo que me decía iba a calmar mi rabia. Se me subió el animal encima, porque ella me había engañado. Cuando vi a mi hija comprendí que la había cagado, pero fue solo un mechoneo”, intentó justificarse.
Ese domingo de 2013, Juan y Sara -nombre ficticio de su esposa- decidieron continuar con la rutina normal del fin de semana: fueron a la feria, compraron la mercadería del mes y se sentaron a almorzar. Lo único que escuchó Sara fueron los gritos de su marido recriminándola por haberlo engañado. “Solo le mandé un mensaje de amigos, ¿no puedo tener amigos? ni siquiera me ha respondido”, le respondía la mujer. Pero Juan no la escuchaba. Luego de haber golpeado a quien por más de veinte años fue su esposa, Juan asegura que en su cabeza había una extraña mezcla de rabia y vergüenza. Para evitar que la escena pudiera repetirse, Sara se fue a acostar al sillón. “No podía dormir, me imaginaba todo el tiempo que Juan vendría descontrolado por la noche a hacerme daño”, cuenta. Recostada sobre el sofá, mirando el techo toda la noche, recordaba cuando a los siete años de matrimonio entabló una denuncia contra su marido por un golpe en el rostro, luego de comprobar que le había sido infiel con una compañera de trabajo. Diecinueve años después de la primera agresión física, Sara se dio fuerza para poner una segunda denuncia en Carabineros por violencia intrafamiliar. En la comisaría le dieron el teléfono del Centro para la Mujer del Sernam, donde comenzó a asistir a terapia durante un año. Allí le dieron un número de teléfono de otro centro que atendía a hombres agresores. “Ella me pidió que llamara para sanarme. Yo lo hice porque quería recuperarla. En ese tiempo no sabía que yo era el que tenía el problema”, cuenta Juan. Fue así como Juan ingresó, el verano del año 2015, al Centro de Hombres que Ejercen Violencia de Pareja en la comuna de Estación Central. Ese mismo año ingresaron a nivel nacional 1.133 hombres, según el Informe de Gestión Anual Centros Hevpa, 36% de ellos lo hizo de manera voluntaria, 45% fue derivado por el Tribunal de Familia, 12% por Tribunales de Garantía, mientras que por fiscalía solo ingresó el 0,5%. “El objetivo es la superación del uso de la violencia en las relaciones afectivas y en la familia. Centrando el inicio del proceso en la responsabilización de los actos, desde una perspectiva sociocultural que permita a los hombres poder visualizar el privilegio masculino, donde todas nuestras conductas están dominadas por las costumbres del machismo y el patriarcado”, explica Rubén Arenas, encargado nacional de los centros. -Yo antes andaba dándomelas del que se las sabe todas, pero nunca en mi vida había escuchado el significado de las palabras coerción o empatía. En el centro me las enseñaron- reflexiona Juan. La violencia no es una enfermedad Diez hombres sentados en círculo conversan sobre la manera de deconstruir los micromachismos. “Esas pequeñas formas de abuso cotidiano que están a la base de la violencia”, les explica el sicólogo con voz pausada, mirándolos fijamente. Mientras algunos toman nota en un cuaderno, otros asienten con la cabeza. Los debates que se forman en torno al tema son diferentes para cada grupo, algunos discuten sobre la importancia de valorar la opinión de la pareja y otros aún son reticentes a abandonar las costumbres que los llevaron al centro. Dibujan sobre cómo se sienten, actúan situaciones hipotéticas y analizan películas. “A veces uno ve cosas muy impactantes en las sesiones grupales.
Una vez un compañero, que siempre hablaba de la muerte, dibujó puros cuchillos y pistolas. Todos quedamos preocupados, nadie le dijo nada. Después lo llamaron a una sesión individual”, recuerda Juan. En las terapias siempre está presente una mujer del equipo psicosocial. Durante la sesión la trabajadora social o psicóloga participa de todas las intervenciones, evaluando aspectos sociales de la violencia y también sus riesgos. Además, se encarga de los seguimientos y el control a través del proceso. “Procuramos que siempre haya una mujer en la dupla, porque son más sensibles a la violencia, por el hecho de estar insertos en un sistema de roles, los hombres pasamos por alto algunas señales”, agrega Arenas, encargado nacional del programa. La fórmula con que el Sernam busca eliminar la violencia hacia la mujer no es nueva, está inspirada en el modelo de Duluth o también llamado “Rueda del poder y del control”, implementado hace veinte años en la intervención con hombres violentos en Estados Unidos y Europa. En lo medular la terapia busca comprender la violencia masculina como un comportamiento que retribuye utilidad, con la finalidad de imponerse a la mujer, generando dominio sobre su manera de vivir y pensar. Contrario a la idea de una reacción explosiva, incontrolable y sin sentido. -El abuso se muestra como consecuencia de un sistema de creencias fuertemente arraigadas, donde se percibe a la mujer como un ser inferior, como alguien que presta un servicio. No son hombres enfermos, ellos pueden escoger ser violentos o no- aclara Rodolfo Escobar, sicólogo del centro. La demanda por la intervención se ha duplicado desde que se comenzó a implementar el programa, por lo que muchas veces quienes llaman al centro deben esperar casi un año para ser atendidos por los profesionales. “Llamé a finales de 2013 y en enero de 2015 me llamaron. Dije que sí inmediatamente”, añade Juan. Entrar al programa de reeducación no es tan fácil y no basta con ser derivado por alguna institución. Primero, los hombres deben asistir a ocho sesiones individuales con una dupla psicosocial. Durante las cuatro primeras visitas, se busca analizar la dinámica familiar y los riesgos del caso. En las cuatro restantes, se evalúa si la persona tiene o tendrá la capacidad de reconocer el abuso ejercido sin justificarlo. Si logra pasar esas etapas, el usuario debe firmar un contrato terapéutico con el centro donde se compromete a seguir las reglas de asistencia que le permitirán egresar del programa. En caso contrario, será expulsado. Las dos primeras sesiones individuales, cuenta Juan, fueron las más fuertes. La primera vez, solo recibió una instrucción: escribir lo que había ocurrido y explicarlo. Durante más de una hora, solo habló de cómo Sara era la culpable de su estado emocional, de provocarlo con sus opiniones contrarias a las de él y de no contestarle cuando le hablaba. Se sentía atacado por el equipo del centro, aunque no lo criticaran. -¿Cuánto tiempo de matrimonio llevas con Sara?, le preguntó la sicóloga. -Más de veinte años-, le respondió Juan.
-¿Desde cuándo que hay episodios donde la atacas verbalmente?”, siguió preguntando la profesional. -Desde siempre – murmuró mirando la alfombra de la oficina. Sólo en ese momento, luego de un año de haber violentado físicamente a su esposa y de dos décadas de abuso psicológico, comprendió que la terapia no era para recuperar su matrimonio y demostrarle a Sara que no estaba loco. “Era para sanarme yo. Para ser mejor persona”, reconoce hoy. En la primera etapa de las sesiones grupales el equipo busca crear consciencia y detener las formas de violencia física y las amenazas. En la segunda fase se profundiza en la violencia psicológica y en la comprensión de los micromachismos. Después de un año de asistencia completa, los hombres concluyen el proceso de intervención. Desde entonces comienza el seguimiento del caso durante nueve meses. De acuerdo a los datos manejados por el Servicio Nacional de la Mujer, desde el origen del Programa Hevpa en el año 2011, se ha atendido a 5.317 hombres y han egresado 495 hasta el 2015. Es decir, solo el 9% de quienes entran al programa logran egresar. -Es un proceso difícil: no todos están preparados para cambiar. Deconstruir una postura patriarcal, hegemónica y violenta es un desafío para los hombres, olvidarse de lo que crees y enfrentarte a ti mismo requiere de voluntad y fortaleza- señala Rubén Arenas, sicólogo y coordinador de los centros Hevpa. Juan comenzó las sesiones grupales junto a doce compañeros. Sólo siete terminaron. El resto, aquellos que desertaron, habían sido derivados por algún tribunal. Cada juez está facultado para determinar si habrá sanción para quien abandone la terapia. A algunos les cobran multas o les dictan medidas cautelares y sólo en casos aislados hay arresto nocturno. “El problema es que esos programas son mal comprendidos porque se ven como salidas alternativas o juicios abreviados. Pero la causa en el Tribunal de Familia no se investiga y no se busca que el hombre efectivamente adhiera al tratamiento”, indica Carola Rivas, trabajadora social del centro. Casos distintos, mismos factores Juan creció junto a su abuela en Curicó hasta los doce años, edad en que sus padres se lo llevaron a vivir con ellos y sus cinco hermanos, para que pudiera estudiar en un colegio de Santiago. Desde ese momento, asegura, su vida se llenó de precariedad emocional y económica. Muchas veces vio cómo su madre almorzaba sola en la cocina y cómo su padre le gritaba porque no hacía bien las cosas. Pese a los insultos, nunca se quejó. “Desde la pieza o del patio a veces escuchábamos que la agredía, nosotros nunca vimos nada, pero nos dábamos cuenta igual. Nunca quise a mis padres, cuando se murió mi mamá no lloré y a mi papá casi no lo veo”, recuerda. Juan egresó del liceo como mecánico en máquinas de coser. No ha parado de trabajar desde que tuvo a su primer hijo de una relación esporádica a los 20 años. “A mí me criaron para ser el proveedor de la casa y por dármelas de campeoncito deje embarazadas a dos chiquillas antes de casarme”, afirma.
Hasta junio de este año los centros han atendido 655 hombres y aunque el tratamiento de reeducación es distinto para cada caso, los especialistas a cargo del programa coinciden en que hay factores comunes que gatillan la violencia física y verbal en algunos hombres. Atilio Macchiavello, sicólogo clínico y psicodramatista, participó en la creación de los Hevpa junto al Sernam hace cinco años, destaca ciertos factores que detonan episodios de violencia de género en algunos hombres. -Es muy importante la historia de cada hombre. Si vio o fue víctima de abuso o violencia, se naturaliza su uso para resolver los conflictos. También hay que tener en cuenta el contexto, la inequidad social, que las instituciones de justicia sean indiferentes ante este delito. El consumo de sustancias influye, pero no es determinante, influye más el factor situacional, por ejemplo, que bajo presión reaccione agresivamente- detalla Macchiavello. Sara recuerda que un día en un asado con amigos Juan la interrumpió con una frase: “Qué vas a saber tú de política, si lo único que haces es el aseo”. Sara y los asistentes se quedaron mudos. Antes de entrar al centro Juan admite haber visto a Sara de manera utilitaria, sólo para servir en las tareas del hogar. Incluso dudaba de que pudiera elaborar opiniones. En las conversaciones con amigos o en lugares públicos, Juan desacreditaba su inteligencia, la hacía callar y se burlaba de su escolaridad incompleta. -Me gustaba que cuando dijera algo se hiciera. Yo era la voz de mando, sin importar que estuvieran de acuerdo los demás. Acá logré ver ese error. Comprendí que dañas a otras personas y a ti mismo. Lo más valioso es que aprendí a escuchar- enfatiza. Al centro llegan hombres de todas las edades. Incluso a veces les hacen terapia a padres e hijos. “Esto confirma que el patrón transgeneracional es muy relevante, es donde está arraigada la naturalización de la violencia, las creencias más rígidas en la desigualdad de poder dentro de una relación”, afirma Mauricio Campos, sicólogo del centro del que egresó Juan. Es precisamente este factor el elemento más complejo de trabajar con los hombres durante el desarrollo de la intervención. La decisión es no recaer Aunque vivían en el mismo hogar, Juan y Sara estuvieron separados un año completo. Apenas se saludaban en las mañanas. La mujer dejó de dormir en el sillón y construyó un cuarto aparte. El último que llegaba debía encerrarse en la habitación sin decir nada. Mientras menos contacto hubiera, era mejor para ambos: nadie subía el tono de voz y se mantenía la paz en casa. A medida que Juan avanzaba en su terapia, compartir en los espacios comunes se hacía más llevadero. Incluso en ocasiones comentaban las noticias o alguna anécdota ocurrida en el día. La curva de evolución de quienes asisten a los 15 centros ubicados, uno en cada región del país, es muy similar a la de los programas de rehabilitación de sustancias: hay un hecho que detona la acción, luego se mantiene el uso de ella hasta llegar a una crisis. En ese momento se acercan a pedir ayuda, hay un estancamiento de la conducta y luego viene una recaída. “El hombre no puede dejar de ejercer violencia inmediatamente, así como el adicto no puede dejar de consumir”, indica Escobar, sicólogo del centro.
A los dos meses de intervención, Juan llegó a su casa y le pidió a Sara que conversaran. Se sentaron uno en cada extremo de la cama y se dijeron lo que no habían hablado en veinte años. Juan pudo comprobar que no conocía a quien era la madre de sus tres hijos. Tanto la había invisibilizado que no sabía ni siquiera si le gustaba el color con que se había pintado la casa. A medida que avanzaban las sesiones, Juan decidió poner en práctica una idea que hacía poco le parecía lejana: tener una nueva pareja. Comenzó a salir con una amiga conocida de la familia. “Me sentía mejor conmigo mismo, había aprendido a escuchar las percepciones de los otros, a no criticar, ni imponer mi opinión”, indica. Rubén Arenas, coordinador nacional del programa, asegura que cuando los hombres entienden que el sistema social les otorga un privilegio sobre el uso de la violencia en contra de las mujeres, es un síntoma de que “han evolucionado”. Los especialistas recolectan información en los centros dedicados a las mujeres agredidas con el objeto de encontrar material de apoyo para perfilar a sus pacientes. Esta retroalimentación es fundamental ya que los breves informes provenientes de tribunales y fiscalía dificultan un diagnóstico adecuado, impidiendo detectar el verdadero nivel de riesgo que representan para sus parejas. Al ver que Juan se transformaba en una persona con quien se podía conversar y que estaba cerca de convertirse en su ex, Sara decidió plantearle la idea de volver a estar juntos. “En ese momento pensaba en que me merecía estar con el padre de mis hijos. Yo lo quiero, pese a todo, no sé si estoy enamorada. Tampoco iba a dejar que otra disfrutara de lo que me había costado años”, recalca Sara. La pareja volvió a vivir junta a fines del año pasado. Como una manera de simbolizar el cambio y su nueva dinámica familiar, decidieron redecorar el dormitorio que tantas veces fue escenario de sus discusiones. Cambiaron la cama, los veladores y la cómoda. Compraron una pintura del gusto de ambos y pretenden deshacerse de la habitación que usaba Sara cuando se separaron. Algunas noches revisan los apuntes que Juan tomó durante las terapias y vuelven a ver las películas de las sesiones grupales. Faltan tres meses para que Juan finalice su etapa de seguimiento. Dice que no tiene miedo a “recaer”. “Estoy muy convencido de lo que aprendí. Antes quería ser el mejor en todo, ahora quiero que todos estén mejor”.
EL PROCESO DE PAZ EN COLOMBIA
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OPINIÓN: Fernando Morales Capitán de Fragata (RN), maquinista naval superior (veterano de guerra de Malvinas), licenciado en Administración Naviera, perito naval, diplomado como oficial del Estado Mayor Especial y vicepresidente de la Liga Naval Argentina El proceso de paz resulta más complicado de lo que parecía, la población civil posee más sospechas que esperanzas. Cartagena de Indias alberga por estos días a marinos de diversas partes de América y Europa reunidos en la cumbre anual más importante del mundo marítimo. La ocasión resulta propicia no solamente para abordar la problemática de la defensa naval y el comercio marítimo, sino además para inmiscuirse de lleno en el gran tema nacional colombiano por estas horas: el proceso de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). En los claustros académicos y militares, pero también en cada rincón de las calles, al abordar un taxi, concurrir a un comercio o a un restaurante, el tema resulta excluyente. Una formidable campaña publicitaria oficial que incluye radio, televisión, volanteadas callejeras y hasta reparto de panfletos a los transeúntes (método también utilizado por la oposición) torna esta crónica totalmente insoslayable. Infobae conversó durante toda una semana con oficiales superiores y subalternos de la Armada Colombiana, pero también con profesores universitarios, sindicalistas, empresarios de diversos sectores de la economía nacional y con hombres comunes de la calle, desde taxistas hasta conserjes de hoteles. Una suerte de pequeña muestra social que arroja un resultado mucho más que preocupante. El presidente Juan Manuel Santos se juega el todo por el todo a favor de la aprobación de la consulta popular convocada para los próximos días y durante la cual la ciudadanía (en voto optativo) deberá
expedirse sobre si ratifica o no los acuerdos recientemente firmados en La Habana entre el Gobierno colombiano y la principal fuerza guerrillera de este país. Más de cincuenta años de sórdidos enfrentamientos armados, secuestros, extorsiones y atentados varios han teñido de sangre en forma trasversal a la sociedad de Colombia. A primera vista, es dable suponer que esa sociedad está ansiosa por cerrar esta tragedia nacional. Pero, al parecer, la cosa no es tan así. En primer lugar, el grueso de la población civil tiene serios reparos en los términos del acuerdo, ya que buena parte de estos son secretos. Pedro (oficial de la Armada Colombiana) y Carlos (empleado del hotel que nos alberga) dan un testimonio patéticamente coincidente: "El acuerdo peca de una tremenda dosis de ingenuidad política, se está en la práctica equiparando a guerrilleros criminales con soldados regulares que combatieron y murieron protegiendo a la población. Es inadmisible que representantes de la guerrilla integren ahora en forma oficial un organismo gubernamental garante de los acuerdos". Por otra parte, para algunos profesores universitarios consultados por este medio es más que claro: "Los terroristas entregarán tal vez sus armas largas, pero conservarán su armamento de puño y eso será un peligro latente, ya que el Gobierno no puede garantizarles su integración a la vida laboral del país y se volcarán a la delincuencia por sus propios medios". "Además, los acuerdos sólo alcanzan a las FARC y existen otros grupos guerrilleros sobre los que nada se dice". En una proporción infinitamente menor, algunos consultados prefieren confiar ciegamente en la estrategia pergeñada por el presidente Santos (la que no comparte, claro está, su predecesor en el cargo, Álvaro Uribe). Sostienen quienes apoyan la iniciativa que tanto ciudadanos comunes como guerrilleros ya están hastiados de este enfrentamiento y que todos ven a los acuerdos de paz como una bendición. En el corazón de bases y cuarteles militares, reina la desconfianza, sustentada mayoritariamente en un eventual achicamiento de las estructuras militares (el Gobierno lo niega enfáticamente) y una drástica reducción del presupuesto destinado a ellas para derivarlo a políticas de inserción laboral y ayuda social a sus hasta hoy enemigos. "Toda la estructura y doctrina militar de nuestros institutos está orientada a la lucha contra la guerrilla, no es lógico pensar que terminada esta amenaza no se quiera redimensionar a las Fuerzas Armadas y policiales, pero nadie nos lo dice y no podemos formar a nuestros hombres si no saben cuál será su futuro", nos indica un instructor de la Escuela Naval Colombiana. En el sector empresario, el temor radica en que un relajamiento de la contención a la actividad extremista dé paso al gran riesgo de un recrudecimiento repentino de la guerrilla, la que, al no contar con un oponente en alerta, termine afectando seriamente los indicadores sociales y económicos de un país que se considera asimismo como el más importante del Caribe. No lo dicen pero una recorrida por las principales terminales portuarias permite apreciar la fuerte presencia que autoridades de los Estados Unidos de Norteamérica en el control de la mercancía que transita por allí. Aduana, Agencia Antidrogas (DEA, por sus siglas en inglés) y fuerzas especiales de Estados Unidos tienen vía libre para monitorear cada contenedor que entra o sale del territorio colombiano. La droga es la excusa, la guerrilla y el tráfico de armas son, en parte, el fondo de este seguimiento cuerpo a cuerpo.
Puede decirse sin temor a error que siete de cada diez entrevistados están seguro o casi seguros de que votarán por el "no" en el próximo referéndum, lo que nadie sabe (o no quiere responder) es qué pasará si finalmente la población le da la espalda al presidente Santos. Todavía hay decenas de rehenes cautivos en recónditos lugares de la selva, todavía la estructura militar de las FARC está intacta y todavía está fresca la imagen de Santos tendiendo su mano a los "enemigos de ayer". Si bien hay un cese de fuego unilateralmente decretado por la guerrilla, el triunfo del "no" puede traer a estas aguas un tsunami de proporciones mucho mayores a lo que causa en otras regiones del Caribe la madre naturaleza.