TEMARIO: 1. MACHI FRANCISCA LINCONAO EXPERIMENTA FUERTES DOLORES CORPORALES TRAS 12 DÍAS EN HUELGA DE HAMBRE 2. NARVÁEZ: "EL GOBIERNO ESTÁ PREOCUPADO DE LA SITUACIÓN DE SALUD DE LA MACHI LINCONAO” 3. AGRUPACIONES DE DD.HH. EXIGEN LIBERTAD DE FRANCISCA LINCONAO 4. MAMÁ DE MATÍAS CATRILEO Y ASESINATOS DE COMUNEROS: “LA ACTITUD DE BACHELET HA SIDO BIEN POCO HUMANA” 5. BORIC: "PARA SOLUCIONAR CONFLICTO MAPUCHE HAY QUE AFECTAR INTERESES DE MATTE Y ANGELINI" 6. DIFERENCIA DE TRATO ANTE LA JUSTICIA. COLUMNA DE MYRNA VILLEGAS. Directora Centro de Derechos Humanos de la Facultad de Derecho U. de Chile 7. SUPREMA CONDENA A DOS CARABINEROS Y CUATRO MILITARES (R) POR SECUESTROS Y HOMICIDIOS DE 1973 8. PUNTA PEUCO: CORTE DE APELACIONES ORDENA "LIBERTAD INMEDIATA" DE EX OFICIAL DE LA ARMADA 9. COLUMNA DE JUAN JOSÉ PARADA: ¿PERDONAR O NO PERDONAR? *Hijo de José Manuel Parada Maluenda, degollado el 30 de marzo de 1985. 10. NI PERDÓN NI OLVIDO. COLUMNA DE JUAN PABLO MAÑALICH R. Profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad De Chile. 11. GEORGINA ORELLANO, PROSTITUTA Y FEMINISTA ARGENTINA: “EL FEMINISMO PROHIBICIONISTA NOS VICTIMIZA Y CRIMINALIZA”
MACHI FRANCISCA LINCONAO EXPERIMENTA FUERTES DOLORES CORPORALES TRAS 12 DÍAS EN HUELGA DE HAMBRE EL CIUDADANO http://www.elciudadano.cl/2017/01/03/348898/machi-francisca-linconao-experimentafuertes-dolores-corporales-tras-doce-dias-en-huelga-de-hambre/
Las últimas informaciones desde Nueva Imperial hablan de las nuevas complicaciones de salud que sufre la machi Francisca Linconao, autoridad ancestral del pueblo mapuche, debido a la huelga de hambre que sostiene desde hace doce días. Linconao tomó esta medida de presión para potenciar su exigencia de esperar el juicio en libertad, donde se encuentra imputada por el asesinato del matrimonio Luchsinger Mackay. En más de 9 meses de proceso judicial y sin pruebas contundentes sobre su culpabilidad, las medidas cautelares de la machi han sido modificadas en cuatro ocasiones, forzándola a abandonar su hogar y profundizando su complejo estado físico y anímico. Una situación que se agrava y que fue denunciada sin eufemismos por el Colegio Médico de Chile, que la visitó recientemente y aseguró que la mujer cuenta con “días, no semanas, para sostener su huelga de hambre”. Desde el entorno de la machi, señalaron que se encuentra “con fuertes dolores corporales debido a su condición de salud en extremo delicada. La machi Francisca no ha visto alternativa: libertad o muerte han sido sus palabras, su decisión es hasta las últimas consecuencias, la machi lleva nueve
meses en un encarcelamiento que a todas luces es una persecución política. Nueve meses de deterioro constante en su salud”. Además, la machi ya no puede sostenerse en pie. Además, enfatizaron que su encarcelamiento pasará a la historia como “un grito desesperado del pueblo mapuche buscando libertad, libertad para hacer su rogativa, libertad para sanar a los enfermos con su lawen (plantas medicinales), libertad para guiar a todos los seres que la necesiten, libertad para seguir siendo mapuche en su propio territorio”.
De la misma manera, recordaron que este 3 de enero se conmemora nueve años de la muerte aún impune del weichafe Matías Catrileo en manos de Carabineros, “una muerte que aún nos pesa y duele. Ante el silencio cómplice de millones hoy decimos: basta de abuso, basta de jugar con las vidas de la familias que han tenido que sobrevivir tantos atropellos”. El pronunciamiento del Colegio Médico sobre su salud hizo hincapié que esta huelga de hambre no contempla el mismo riesgo que cualquier otra: “Hemos tenido antes ayunos prolongados, pero acá la situación es distinta. La Machi pesa 43 kilos, es una persona que no tiene reservas funcionales, ha perdido energía”. PRESENTARÁN RECURSO DE AMPARO Y SE MULTIPLICAN ACCIONES SOLIDARIAS Durante esta mañana, la vocera de la machi Francisca Linconao llamó a unirse y participar activamente de las movilizaciones que se están realizando en todo el territorio. Además, anunció que en los próximos días se presentará un recurso de amparo en Temuco para conseguir la espera de su juicio en libertad. “Todo lo que hagamos será sumamente significativo e importante para que las autoridades winkas, que la tienen prisionera, puedan favorecer su liberación y revertirla gracias a los alegatos que van a presentar los abogados”, señaló Ingrid Conejeros, agregando que también se apelará a la Corte Suprema de Santiago en caso de que sea necesario. Conejeros agregó que “vienen días convulsionados, estamos pidiendo que seamos firmes en la exigencia de justicia para la machi y que eso pueda desembocar en su libertad. Acá en Imperial, desde el hospital mapuche donde está hospitalizada y prisionera, solicitamos mucha fuerza y newen para que la machi salga bien de esto, no sólo que salga libre, sino que fortalecida”.
Respondiendo al llamado a organización y protesta por la machi, un grupo feminista irrumpió esta mañana en la Catedral de Santiago en un acto pacífico y levantó consignas demandando su liberación. Se espera que dichas acciones se multipliquen por estos días, de la mano de los medios de comunicación comunitarios que se encuentran en alianza feminista y solidaria difundiendo todo tipo de información vinculada a la autoridad ancestral. Otro de los eventos solidarios a considerar será el de la Jornada Feminista por la Libertad de la Machi Francisca Linconao, el próximo 5 de enero en la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación. En Santiago, la convocatoria se realizará este martes 3 de enero a las 20 horas, en Plaza Italia. Por su parte, siguiendo el camino iniciado por el Colegio Médico, el Instituto Nacional de Derechos Humanos también se pronunció esta mañana y manifestó preocupación por la situación que afecta a la Machi Francisca Linconao y recordaron “que el uso de la prisión preventiva debe ser compatible con el principio de presunción de inocencia y el derecho a la libertad personal, reconocidos tanto en nuestra Constitución como en los Tratados Internacionales ratificados por Chile”. Pese a que desde el círculo cercano a la machi Francisca Linconao han pedido en reiteradas ocasiones un pronunciamiento de parte del Ministerio de la Mujer y Equidad sobre su situación, hasta ahora no ha ocurrido. El Ciudadano intentó contactar al ministerio en reiteradas ocasiones sin obtener respuesta de parte de las autoridades. “No podemos seguir presenciando esta violencia tan descarada y aberrante hacia una mujer, hacia una autoridad del pueblo mapuche. El llamado es firme y claro: llamamos a todas las personas mapuche y no mapuche a movilizarse, a ser activos en la exigencia de justicia”, recalcó su vocera.
NARVÁEZ: "EL GOBIERNO ESTÁ PREOCUPADO DE LA SITUACIÓN DE SALUD DE LA MACHI LINCONAO” LA NACIÓN http://www.lanacion.cl/noticias/pais/ddhh/narvaez-el-gobierno-esta-preocupado-de-la-situacionde-salud-de-la/2017-01-03/192546.html
La ministra secretaria general de Gobierno, Paula Narváez, manifestó este martes la preocupación del Ejecutivo por el estado de salud de la machi Francisca Linconao, quien lleva casi dos semanas en huelga de hambre. La autoridad ancestral mapuche inició esta medida de protesta luego de que la Corte de Apelaciones de Temuco decretara su regreso a la cárcel como parte de la investigación por su posible participación en el homicidio del matrimonio Luchsinger-Mackay. "El Gobierno está preocupado de la situación de salud de la machi Linconao. Está, por lo tanto, monitoreando de manera indirecta -a través de los profesionales de la salud-, y también acogiendo las demandas de parte de ella de ser atendida por médicos de su cultura, de su cosmovisión. Se está facilitando que eso ocurra", dijo Narváez en el Palacio de La Moneda. La vocera de Gobierno evitó pronunciarse "respecto de los demás aspectos del proceso" judicial, apelando al "respeto a las autonomías de cada uno de los poderes del Estado". Tampoco hizo alusión a la defensa que hicieron de la machi el diputado Gabriel Boric y el Instituto Nacional de Derechos Humanos.
AGRUPACIONES DE DD.HH. EXIGEN LIBERTAD DE FRANCISCA LINCONAO EL MOSTRADOR http://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2017/01/04/agrupaciones-de-dd-hh-exigen-libertadde-francisca-linconao/
Agrupaciones de derechos humanos y comuneros mapuches protestaron y exigieron en varias ciudades del país por la liberación de Francisca Linconao, la machi mapuche Francisca Linconao, procesada que cumple 13 días en huelga de hambre por la decisión judicial de mantenerla en prisión preventiva.
Linconao, de 60 años, está procesada desde hace nueve meses junto a otros diez comuneros en el juicio por el homicidio de un matrimonio de ancianos agricultores que murieron calcinados en su vivienda, incendiada por encapuchados a comienzos del año 2013, en la región de La Araucanía. Las manifestaciones se sucedieron la noche de este martes en Santiago, Osorno, Concepción, Valparaíso y en varias otras localidades, las que fueron reprimidas duramente por las fuerzas especiales de Carabineros. La machi, que padece varios problemas de salud, comenzó la huelga de hambre el pasado 23 de diciembre, después que la Corte de Apelaciones de la ciudad de Temuco revocara por cuarta vez una resolución del tribunal de garantía de cambiarle la prisión preventiva por arresto domiciliario. Según la Fiscalía, los autores del incendio en que murieron los agricultores se reunieron en la casa de Linconao para planificar el atentado. Según el diputado Gabriel Boric, el requisito de la unanimidad de los jueces para otorgar una excarcelación se utiliza solo con los presos mapuches, lo que es el resultado "de una política sistemática y racista de represión y criminalización del movimiento mapuche", según sostuvo en una declaración. El Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) llamó a las autoridades a avanzar "en el reconocimiento jurídico y en políticas públicas tendentes a hacer efectivos los derechos del pueblo mapuche y de todos los habitantes de las regiones involucradas".
MAMÁ DE MATÍAS CATRILEO Y ASESINATOS DE COMUNEROS: “LA ACTITUD DE BACHELET HA SIDO BIEN POCO HUMANA” EL CIUDADANO http://www.elciudadano.cl/2017/01/03/348912/mama-de-matias-catrileo-la-actitud-debachelet-ha-sido-bien-poco-humana2016/
Este 3 de enero se cumplen 9 años desde que el comunero mapuche y estudiante de Agronomía de la Universidad de La Frontera, Matías Catrileo Quezada, fuera asesinado cuando tenía solo 23 años, en la comuna de Vilcún en La Araucanía. El cabo segundo de carabineros Walter Ramírez, quien le
disparó por la espalda para defender de una toma al fundo Santa Margarita, propiedad del agricultor Jorge Luchsinger, fue condenado a 3 años y un día de libertad vigilada. Mónica Quezada, la madre de Matías, se refiere en entrevista con El Ciudadano a lo ocurrido a su hijo, a la situación de la machi Francisca Linconao y al silencio asumido por la presidenta Michelle Bachelet en ambos casos, entre otros temas. ¿Cuál es el sentir que tienen respecto a la justicia luego de estos 9 años del asesinato de su hijo? En realidad, más que estar sintiendo que no se haya hecho justicia, lamentamos que el sistema judicial sea tan diferente cuando se trata de un imputado paco y uno civil. O sea, en el caso actual de todos los perseguidos políticos mapuche están todos presos, incluida la machi (Francisca) Linconao con un estado de salud deplorable, contra todos los principios de humanidad y, sin embargo, cuando el sargento segundo (Cristian Rivera) llena de perdigones a este muchacho mapuche (Brandon Hernández Huentecol) queda imputado, pero espera juicio en libertad. Entonces así ocurre con todos los casos. O sea, el paco que mató a Matías nunca hizo un día de cárcel independiente de que jurídicamente se le haya condenado; se le condenó, pero a 40 firmas. ¿Ustedes conocen la situación actual del cabo Walter Ramírez, donde está, qué hace en la institución? Lo que sabemos es que sigue haciendo su vida junto a su mujer y a sus hijos y que es trasladado frecuentemente de un lugar a otro. Ahora, él ya cumplió su -entre comillas- “condena”, que para nosotros es una burla, porque como te digo son 40 firmas, eso fue lo que él tuvo que hacer. O sea, eso no es justicia. “El Estado está supeditado a los grandes grupos económicos” ¿Qué piensa de la actitud de la presidenta Bachelet frente a su caso y al de otros asesinados por el Estado? Bien poco humana. Me pregunto yo qué pasaría si a un hijo de ella lo asesinaran, en cualquier circunstancia, como ser humano. Ellos trataron muy mal en su minuto a Matías, lo trataron de terrorista, lo mismo la prensa. Después nunca volvieron a decir nada porque nosotros pudimos demostrar bajo sus mismas leyes que el Estado sí tenía responsabilidad en los hechos ocurridos el 3 de enero de 2008 y se condenó al Estado chileno por su responsabilidad.
Mónica Quezada
Usted mencionó el caso de la machi Linconao. Cuando se hizo la gran marcha #NiUnaMenos el gobierno puso en el frontis de La Moneda esa consigna, sin embargo, frente al caso de la machi han guardado silencio. ¿Qué le pasa a usted cuando ve esto? La verdad es que es tremendo decirlo, pero yo no me sorprendo. No me sorprendo que ella no diga nada porque siempre tienen esa actitud, en su gobierno anterior y en el actual, de reducirlo todo frases como la que dijo cuando estuvo acá (en La Araucanía), que eso es un tema judicial, y muchos pensamos que no es solo un tema judicial, que es un tema político. Como dijo Matías en una entrevista alguna vez: un preso político está ahí porque el Estado quiere que esté ahí, porque le conviene, porque el Estado está supeditado a los grandes grupos económicos y acá en la región ellos mandan, como en todas partes, pero acá es muy fuerte el tema de las multigremiales y esas cosas, que son los que en este minuto están dando la pauta. “Matías amaba la vida, pero la vida libre” El conflicto chileno-mapuche no consigue llegar a una solución y uno puede encontrar distintos factores, como por ejemplo el poder de esas grandes agrupaciones gremiales. Pero, ¿usted ve también racismo de parte de los gobiernos? Yo creo que sí, incluso un racismo diferenciado. Con respecto al trato judicial, por una parte, en el caso mapuche; con respecto a las formas de tratar en lo cotidiano al mapuche que hoy en día está en una actitud de que se le respete como tal, en su identidad, y no está en la actitud que se encontraba el pueblo hace cien años atrás de sumisión o de pasar desapercibido, que es como les venía bien a cualquier gobierno chileno.
¿Con qué imagen, con qué recuerdo se queda usted de Matías como una persona involucrada en la causa mapuche? ¿Qué le interesa relevar, que permanezca y que se proyecte? Su ser que se conmueve, que se conmueve tanto cuando ve el sufrimiento en las comunidades mapuche cuando él estaba todavía estudiando Agronomía en la Universidad de La Frontera, ya visitándolos por supuesto y ya preparado. Es tanto el dolor que él ve, que escribe sus poemas y me escribe en un minuto a mí también, y es ahí cuando yo siento que decide que no se puede esperar más y abandona sus estudios y se dedica ya a la lucha más directa, porque él amaba a su pueblo y amaba la vida, pero la vida libre.
BORIC: "PARA SOLUCIONAR CONFLICTO MAPUCHE HAY QUE AFECTAR INTERESES DE MATTE Y ANGELINI" EL MOSTRADOR http://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2017/01/03/boric-para-solucionar-conflictomapuche-hay-que-afectar-intereses-de-matte-y-angelini/
El diputado independiente Gabriel Boric se refirió al estado de salud de la machi Francisca Linconao, quien se encuentra hace 11 días en huelga de hambre, asegurando que su eventual fallecimiento solo agudizará el conflicto en la Región de La Araucanía. "Su muerte solo va a contribuir a agudizar el conflicto en La Araucanía y de eso van a ser responsable el Estado chileno y en particular los fiscales. La Fiscalía ha tenido una actitud completamente irresponsable para enfrentar esta situación", comentó el parlamentario en ADN Radio.
A juicio Boric, en la Región de La Araucanía "opera un tipo de derecho totalmente diferente, que tiene mucho que ver con la Ley Antiterrorista. Acá la Fiscalía no tiene que probar que una persona haya sido parte de un delito para meterla presa. A la machi Francisca Linconao le han revocado en cuatro ocasiones la prisión preventiva y en todas ellas la han vuelto a meter a la cárcel. Hasta el día de hoy no existen pruebas sustantivas en su contra y eso es lo que ella alega con justificación para iniciar esta huelga de hambre que está apunto de matarla". El legislador enfatizó que aquí existen intereses económicos y políticos: "La pelea por los territorios afecta a los territorios de Matte y Angelini (…) en la práctica, para darle una solución, hay que afectar los intereses de las familias más poderosas de Chile. Los intereses de estas familias, al tocarlos, afecta las relaciones que tienen con el vínculo político". En ese sentido, llamó a debatir una modificación de la Ley Antiterrorista y a solucionar el conflicto con “diálogo y no con violencia”. “Este no es un problema de seguridad pública”, concluyó.
MYRNA VILLEGAS: DIFERENCIA DE TRATO ANTE LA JUSTICIA THE CLINIC ONLINE http://www.theclinic.cl/2017/01/03/columna-myrna-villegas-diferencia-de-trato-ante-lajusticia/ COLUMNA DE MYRNA VILLEGAS. Directora Centro de Derechos Humanos de la Facultad de Derecho U. de Chile
El fin de año nos ha sorprendido con una serie de acontecimientos que analizados en su conjunto dan cuenta de una desigualdad en la aplicación de la ley basada en la pertenencia a pueblo originario y por sobre todo la clase social a la cual se pertenece. Mientras la iglesia ha instado al perdón de los torturadores y ejecutores de las más graves violaciones a los derechos humanos que se han visto en nuestro país, mientras un tribunal concede permiso a la Sra. Compagnon para que pueda viajar al extranjero en pleno proceso judicial, porque entiende el tribunal que le asiste la presunción de inocencia mientras no se declare su culpabilidad, una mujer mapuche (Francisca Linconao), machi, es decir, el equivalente a un sacerdote en la cosmovisión, continúa privada de libertad, actualmente hospitalizada debido a su grave estado de salud, aun cuando también a ella le asiste la presunción de inocencia pues no ha sido condenada en juicio. Esta privación de libertad continúa por la aplicación de una norma constitucional especialísima para casos de terrorismo que establece que la resolución que otorga la libertad deberá ser revisada por la Corte de Apelaciones respectiva, en una sala integrada solo por ministros titulares (excluye abogados integrantes) y que la resolución que apruebe la libertad, debe ser tomada por unanimidad de sus miembros (y no por mayoría como es lo usual). Es decir, la Constitución de 1980 permite que el voto de una sola persona decida sobre si se otorga o no la libertad, pues habiendo un solo voto en contra, el imputado permanece en prisión preventiva. Sin embargo, y para mayor sorpresa, esta norma constitucional, que hace referencia solo al otorgamiento de la libertad, está siendo aplicada en La Araucanía, en casos como el de la machi Linconao, en donde la defensa ni siquiera solicita la libertad, sino el cambio de medida cautelar de privación de libertad total a arresto domiciliario total, que no supone en caso alguno una puesta en libertad. Así lo ha entendido correctamente la Corte de Apelaciones de San Miguel (Resolución de 8- 02-13, N° 170-2013-REF). No solo una errónea aplicación de la normativa nacional, sino que se vulnera la Convención Americana de Derechos Humanos, y el derecho de todo preso a ser tratado como inocente mientras no haya sentencia condenatoria, pues claramente se está transformando la prisión preventiva en una pena anticipada para estas personas. Lo que resulta más grave si consideramos que el Convenio 169, sobre derechos de pueblos originarios, establece que tratándose de personas pertenecientes a pueblos indígenas, deberá darse preferencia a sanciones distintas del encarcelamiento (art. 10). Si esto es así respecto de un indígena condenado, con mayor razón debe serlo para un indígena preso preventivo. Para Pinochet en su día se argumentaron razones humanitarias, para los genocidas y torturadores, condenados por delitos comunes, ninguno por terrorismo, se pide indulgencia, para la machi, acusada simplemente (y no condenada) de cometer delito de terrorismo, cárcel. La diferencia de trato es irritante, como lo fuera en su día el trato que se dio a los lonkos Pichún y Norín. Parece que se olvida que la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó al Estado de Chile, por vulnerar, entre otros el principio de igualdad y no discriminación al aplicar la ley de conductas terroristas a mapuche. En su sentencia señaló que “una diferencia de trato es discriminatoria cuando la misma no tiene una justificación objetiva y razonable, es decir, cuando no persigue un fin legítimo y no existe una relación razonable de proporcionalidad entre los medios utilizados y el fin perseguido […] siendo el origen étnico uno de los criterios prohibidos de
discriminación, que se encuentra comprendido dentro de la expresión “cualquier otra condición social” del artículo 1.1. de la Convención”. Una machi enferma gravemente cuando no está al lado de su Rewe, se dice en la cultura mapuche que su Ngen se alimenta de ella. El cambio de medida cautelar a una que le permita atender estas necesidades espirituales y físicas apunta nada más que a su supervivencia, y los órganos del Estado no deben olvidar que sus actuaciones pueden hacer incurrir nuevamente al Estado en responsabilidad internacional.
SUPREMA CONDENA A DOS CARABINEROS Y CUATRO MILITARES (R) POR SECUESTROS Y HOMICIDIOS DE 1973 EL CIUDADANO http://www.elciudadano.cl/2017/01/03/348938/suprema-condena-a-dos-carabineros-y-cuatromilitares-r-por-secuestros-y-homicidios-de-1973/
La Corte Suprema confirmó las sentencias que condenaron a dos carabineros y cuatro miembros del Ejército en retiro por los delitos de secuestro calificado y homicidio calificado, perpetrados las comunas de Ñuñoa y Santiago, respectivamente, en 1973. En el primer fallo, la Sala Penal del máximo tribunal rechazó el recurso de casación y confirmó la sentencia que condenó a los miembros de carabineros en retiro Fernando Contreras Torres y Pedro Herrera Mossuto a penas de 7 años de presidio, en calidad de autores del delito de secuestro calificado de Héctor Vásquez Sepúlveda, ilícito perpetrado a partir del 18 de octubre de 1973, en la población La Faena, ubicada entonces en la comuna de Ñuñoa, y actualmente en Peñalolén. En la etapa de investigación, el ministro Mario Carroza logró establecer que con ocasión de una riña en una cancha de fútbol en La Faena, el 7 de octubre de 1973 los integrantes de la Comisión Civil de la 13ª Comisaría de esa comuna, que estaba a cargo del entonces subteniente Pedro Herrera Mossuto, acompañado de los subalternos Francisco Contreras Torres y Juan Manuel Veloso Ortiz,
inician sin orden judicial y por iniciativa propia diligencias para encontrar a los involucrados en la disputa. En esa acción detienen a varios jóvenes del sector entre los días 15 y 18 de octubre de 1973, luego los trasladan a la unidad policial y dos de ellos aparecen ejecutados y lanzados sus cuerpos al Canal San Carlos; otros, luego de su ingreso a la 13ª Comisaría, quedaron en calidad de desaparecidos. Uno de esos jóvenes es Héctor Vásquez Sepúlveda, a cuyo domicilio en la población La Faena llegó la Comisión vestida de civil el 18 de octubre de 1973, preguntando por la víctima cuando se estaba bañando, y una vez que accede a salir, ya que les conocía por ser compañeros de su equipo “Deportivo Cordillera”, conversan y los funcionarios policiales deciden llevarlo a la unidad, sin expresar motivo alguno a sus familiares, bajo el solo pretexto que debía efectuar una declaración. Una vez que los acusados se retiran del inmueble con el detenido, caminan con él a una de las esquinas del sector y detienen a un vehículo de la locomoción colectiva, al cual se suben con el detenido y lo trasladan a la 13ª Comisaría. Sin embargo, la madre y la hermana de la víctima casualmente viajaban en el mismo microbús y les preguntan a los aprehensores qué es lo que harían con él, respondiéndoles éstos que le llevaban solamente para tomar una declaración en la Comisaría. La madre con esa respuesta queda confiada y continúa su viaje a su trabajo. Ese mismo día, al regresar a la casa, la madre se percata que su hijo no había retornado e inicia de inmediato su búsqueda, pero al recurrir a la 13ª Comisaría funcionarios policiales le manifestaron que a esa unidad no había ingresado y que tampoco lo habían detenido.
Finalmente, pese a todos sus esfuerzos, nunca le encuentran y desde ese momento no se tienen más noticias de su persona, como tampoco registra salidas o entradas al país, y menos consta su defunción en el registro civil.
En el aspecto civil, la Segunda Sala de la Corte Suprema confirmó la sentencia que condenó al fisco a pagar cincuenta millones de pesos a familiares de la víctima. Dirigentes sindicales En el segundo fallo, la Sala Penal confirmó la sentencia que condenó a cuatro miembros del Ejército en retiro por los homicidios de los dirigentes sindicales de la empresa Chilean Autos, Luis Herrera González y Mario Parra Guzmán, ilícitos perpetrados el 27 de septiembre de 1973, en la Academia de Guerra del Ejército, ubicada en la época en la comuna de Santiago. La sentencia confirmó las penas que deberán purgar Jorge Muñoz Pontony (15 años y un día de presidio), Jaime García Zamorano (7 años de presidio), y Pedro Silva Jiménez y Pedro Rivera Piña (5 años y un día). En la etapa de investigación, el ministro Mario Carroza logró establecer que el 27 de septiembre de 1973, alrededor de las 17:00 horas, una patrulla militar concurrió hasta la empresa “Chilean Autos S.A.” y pidió conversar con el encargado de la misma, a quien se le solicitó la presencia de dos de sus trabajadores, ambos dirigentes sindicales, Luis Herrera González y Mario Parra Guzmán. Al llegar fueron detenidos por funcionarios del Ejército y trasladados a dependencias de la Academia de Guerra, donde fueron interrogados. Se les mantuvo en la unidad hasta la madrugada y posteriormente se decidió su ejecución y el abandono de sus cuerpos en la vía pública. Luis Herrera perdió la vida por múltiples heridas a bala tóraco abdominales y Mario Parra por múltiples heridas a bala en extremidades inferiores y una herida abdominal y pelviana con perforaciones múltiples del intestino y hemoperitoneo.
PUNTA PEUCO: CORTE DE APELACIONES ORDENA "LIBERTAD INMEDIATA" DE EX OFICIAL DE LA ARMADA EL MOSTRADOR http://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2017/01/03/punta-peuco-corte-de-apelacionesordena-libertad-inmediata-de-ex-oficial-de-la-armada/ Este martes la Corte de Apelaciones de Santiago ordenó la libertad inmediata del ex oficial de la Armada, Víctor Donoso, quien se encuentra recluido en Punta Peuco tras ser condenado por la Corte Suprema en 2012 por la desaparición del mirista Rudy Cárcamo, quien fue miembro del Grupo de Amigos Personales (GAP) del fallecido Presidente Salvador Allende. Donoso ya había sido beneficiado con la reducción de su condena, por lo que presentó un recurso de amparo indicando que su pena ya estaba cumplida. En un fallo unánime, la Quinta Sala del tribunal de alzada capitalino estableció que “es un hecho no rebatido que el condenado empezó a cumplir la pena con fecha 20 de julio de 2012, culminando con fecha 17 de julio de 2017. En estas circunstancias, la Comisión de Rebaja de Condena le ha reducido al amparado un total de 10 meses de dicha pena (…). Por consiguiente, al 18 de septiembre de 2016, el amparado tiene la pena corporal cumplida”, según consigna La Tercera.
Asimismo, en el escrito informaron que el actuar del Ministerio de Justicia “queda de manifiesto que se ha excedido de sus facultades legales”. Desde el Poder Judicial aseguraron que el ex oficial de la Armada no tiene otras causas pendientes, es por esto que se ordenó de manera inmediata su libertad.
COLUMNA DE JUAN JOSÉ PARADA: ¿PERDONAR O NO PERDONAR? THE CLINIC http://www.theclinic.cl/2017/01/03/columna-de-juan-jose-parada-perdonar-o-no-perdonar/ *Hijo de José Manuel Parada Maluenda, degollado el 30 de marzo de 1985. Cuando escuché por primera vez que algunos presos de Punta Peuco iban a realizar una “misa del perdón” mi reacción no fue la indignación ni tampoco pensé en ese momento que la actividad era parte de una burda operación para debilitar a la justicia. Me contuve expresamente de reaccionar sin conocer antes todos los detalles y decidí esperar los acontecimientos para hacerme un juicio. La solicitud de perdón que realizaron estos 10 personajes, entre ellos dos de los degolladores de mi padre, me obligan a reflexionar sobre el sentido de esta provocadora, violenta y natural solicitud. Escribo esta columna después de leer algunas de las cartas entregadas por los asesinos a la prensa. Sobre el perdón de Dios no tengo mucho que decir. Fui educado en un ambiente de ateísmo tolerante y la relación con tal místico y misterioso ser me es absolutamente ajena e incomprensible.
José Manuel Parada Maluenda
El único perdón significativo definitivamente sería el de las víctimas directas, por ejemplo el hipotético perdón de mi padre. Pero el Jose, así sin tilde, como le gustaba decirle a mi madre, no los puede ya perdonar, su muerte es irremediable. A sus 35 años le quitaron su vida, le quitaron la posibilidad de seguir amando apasionadamente a su Estela, de ver crecer a su actriz favorita, la Javiera, de seguir jugando con su travieso Camilo, le quitaron la oportunidad de regalonear con su hijo más guapo, el Toño. Junto con quitarle la vida le quitaron parte importante de la esperanza a mi familia, a nuestra familia, nos demolieron. Su asesinato en muchos sentidos nos destruyó, y a pesar de todas las reafirmaciones, los esfuerzos y las nuevas experiencias, no puedo verlo de otra forma. Nos destruyeron. Es tan profundo y devastador el dolor que estoy seguro que mi viejito, el Jose de corazón gigante, jamás los perdonaría. El ex carabinero que le enterró un corvo en el vientre a mi padre, desgarrando sus vísceras antes que lo degollaran, se atrevió a dedicarnos unas palabras y juzgarnos, se atrevió a escribir en su carta que tenemos corazón duro por no aceptar sus solicitudes de perdón, vaya sin sentido. ¿Podrán estos peculiares seres humanos tener algún día el perdón de mi familia? ¿De mis hermanos? No puedo responder por ellos. Solamente puedo responder por mí. Para los que no han leído los testimonios de las víctimas, puedo decirles que los psicópatas de sus programas de TV favoritos, personajes como los que aparecen en The Killing, The Falls o True
Detective, son niños de pecho comparados con cualquiera de los agentes de la represión. Los que hoy piden perdón, represores, agentes de la DINA y la CNI, fueron sádicos, crueles, fríos y sanguinarios hasta lo inimaginable. El nivel de los tormentos a los cuales sometieron a nuestros familiares y compañeros son sinceramente imperdonables. Yo sé que en el fondo no me cierro a la posibilidad de algún día perdonar, perdonarlos, lo creo de verdad, pero ese día aún no ha llegado, y hasta hoy no encuentro los motivos para hacerlo. Las declaraciones que hicieron los asesinos durante la llamada “misa del perdón” provocan indignación. Las solicitudes de perdón que vi en la prensa explican mal lo inexplicable. Leí con atención. Algunos arguyen que cumplieron órdenes, otros solicitan misericordia y reducción de sus penas carcelarias, en ninguna se infiere que estos personajes le hayan tomado el verdadero peso a sus acciones. Pareciera que la frialdad, la falta de emociones, la absoluta ausencia de empatía sigue siendo lo que recorre sus venas. Al leer sus declaraciones uno se da cuenta de inmediato que intentan justificarse, generar dudas, buscar atenuantes. A mí me enseñaron desde chiquitito que cuando se reconoce una culpa, se debe ser valiente, y estar dispuesto a asumir las consecuencias. Cuando estos personajes asuman con hidalguía sus condenas, cuando cooperen sin esperar nada a cambio, cuando dejen su indigna cobardía de lado, quizás, solo quizás, pueda comenzar a pensar seriamente en perdonarlos. ¿El perdón del Estado Chileno y la Justicia? Jamás. Los chilenos tenemos que asegurarnos con todos los medios a nuestra disposición que nunca más las Fuerzas Armadas y Carabineros atentarán contra los ciudadanos, contra nuestro pueblo. Ahí están nuestros hermanos mapuches conviviendo aún con uniformados que no entienden que su rol es defender a sus compatriotas, jamás agredirlos. Tenemos como sociedad la obligación de asegurarnos que nunca más un grupo de militares traicionará a la patria de la forma en que lo hicieron durante los oscuros 17 años de dictadura. La justicia sin duda no puede ser vengativa, pero ante violadores de Derechos Humanos, tampoco debe actuar con compasión. El futuro de Chile depende de la vehemencia con que defendamos nuestro espíritu democrático.
NI PERDÓN NI OLVIDO THE CLINIC http://www.theclinic.cl/2017/01/03/columna-de-juan-pablo-manalich-ni-perdon-ni-olvido/ COLUMNA DE JUAN PABLO MAÑALICH R. PROFESOR DE LA FACULTAD DE DERECHO DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE. En el libro que recoge una larga entrevista que le realizara la periodista Margarita Serrano, Edgardo Boeninger aportaba algunos puntos de vista que sería prudente no perder de vista cuando se discute acerca de la pertinencia de un indulto que pudiese favorecer a algunos de los condenados cuyas penas de cárcel son cumplidas en Punta Peuco. A propósito de lo que a su juicio estaba en juego en el plebiscito de 1988, Boeninger observaba lo siguiente: “Estábamos convencidos de que el público no quería más guerra, quería paz. Tomamos una decisión en ese sentido, satisfacer a la gente. Y qué quería la gente: que le resolvieran los temas para que siguiera creciendo el país, así como los
problemas sociales. Nosotros teníamos que hacer un máximo esfuerzo en lo social, seguir adelante con los beneficios económicos que Hernán Büchi ya había logrado durante cinco años; o sea, ya nos habían puesto la vara a cierta altura. Eso era lo decisivo. Y creo que en eso acertamos”.
Según Boeninger, entonces, lo que estaba en juego para la Concertación de Partidos por la Democracia era asegurar la continuidad de aquello que, con reconocible entusiasmo, Carlos Peña ha dado en llamar el proceso de “modernización capitalista” impulsado por la dictadura, por la vía de conferirle legitimidad democrática. Unas pocas páginas más atrás, el entrevistado destacaba que “lo de la Comisión Rettig fue una obra absolutamente de Aylwin”, Boeninger recordaba que el primer presidente de la transición había sostenido que “los derechos humanos hay que sacarlos de la arena política”, a lo cual habría añadido: “Tenemos que buscar una solución, porque entre el punto final de la derecha y las graves injusticias a las víctimas y, en consecuencia, la postura del Partido Socialista, no hay acomodo posible”. El “acomodo”, sin embargo, fue encontrado. En efecto, lo que hizo posible sacar el asunto de los derechos humanos de la arena política consistió en lo que puede caracterizarse como la estrategia de solución jurídica. A través de ella, el procesamiento político-institucional del terrorismo de Estado quedó, en lo fundamental, estrictamente relegado al foro judicial, de un modo que ha sido funcional a su reducción a un conjunto de crímenes singulares perpetrados por agentes individuales. Esto ha hecho posible que la deliberación oficialmente registrada acerca del terror como herramienta de violencia política —y más precisamente, como método gubernamental— haya podido ser reducida al debate judicial acerca del castigo merecido por quienes hayan de ser sindicados como autores y partícipes de los crímenes en cuestión.
Los ecos de semejante estrategia reduccionista llegaron a impactar, incluso, las iniciativas de carácter extrajudicial impulsadas por los gobiernos concertacionistas: mientras el Informe Rettig validó la solución de compromiso consistente en reconocer violaciones de derechos humanos perpetradas por civiles en contra de funcionarios de las Fuerzas Armadas y de Orden, el texto que fijó el resultado alcanzado por la así llamada “Mesa de Diálogo”, dado a conocer en junio del año 2000, prescindió del reconocimiento de una “política institucional y sistemática de violación de los derechos humanos”, para validar, en cambio, una jerga que sólo menciona “las graves violaciones a los derechos humanos en que incurrieron agentes de organizaciones del Estado durante el Gobierno Militar”. Esta vocación por el eufemismo ha dado lugar a un escenario que difícilmente podría ser más favorable para quienes apoyaron sostenida y entusiastamente al régimen que desplegó esa misma violencia criminal, pero sin llegar a “mancharse las manos de sangre”, y que hoy esgrimen esta precisa circunstancia para separarse, cobardemente, de aquél. El sino de la experiencia transicional chilena ha consistido en una privatización del significado del terrorismo de Estado, como si se tratara de una disputa en la que se enfrentan los victimarios y sus apologistas, por un lado, y las víctimas y sus deudos, por el otro. Esto puede contribuir a explicar por qué, cuando vuelve a aparecer la errática referencia a un acto de perdón, esta vez promovida por un sector de la curia que parece estar alcanzando el mismo grado de senilidad que muestran algunos de los condenados a favor de cuya redención se intercede, la posición de quien tendría que otorgar el pretendido perdón quede subliminalmente llenada por quienes, contra viento y marea, han reclamado por décadas que se haga justicia. Este desplazamiento es jurídicamente llamativo. Las penas que actualmente se ejecutan en Punta Peuco han sido impuestas por el Estado de Chile, representado por sus tribunales. Y es el mismo Estado, en consecuencia, el único legitimado para conceder un eventual indulto. Cuando las cámaras y los micrófonos se redirigen hacia quienes han luchado por impedir que las víctimas empíricas del terror vuelvan a desaparecer, esta vez en el olvido, para que ellos manifiesten una disposición favorable a perdonar, somos testigos de un lapsus que deja entrever que la pretendida indignación y censura pública que esas condenas tendrían que simbolizar es, más bien, una impostura, que sólo esconde el hecho de que la transición los dejó solos, administrando un padecimiento que, en retrospectiva, se nos presenta como el costo de la modernización capitalista que la transición aseguró. Nótese, de paso, que no es casualidad que la ley sólo reconozca eficacia al “perdón del ofendido” para extinguir la responsabilidad por algún delito si éste es uno de acción penal privada (el paradigma de lo cual son la injuria y la calumnia), esto es, un delito cuya persecución el Estado justamente no asume como una tarea pública. Si desactivamos ese desplazamiento, es altamente improbable que podamos dar con una razón atendible para que el propio Estado, sin transferir su propia responsabilidad, libere graciosamente a los reclusos de Punta Peuco. Hannah Arendt pensaba que la facultad de perdonar representa el correlato invertido de la facultad de prometer. Si por la vía de hacer promesas somos capaces de contrarrestar el carácter impredecible con el que se nos aparece el futuro, por la vía de perdonar nos mostramos capaces de socavar el carácter irreversible de lo que se ha constituido como pasado. La facultad de perdonar hace posible que quien perdona corte la ligazón que lo ata al evento que, como una interpelación desde el pasado, hace apropiado el castigo. En tal medida, la apuesta transicional por dar continuidad al orden impuesto a través del terror vuelve enteramente impertinente la actual apelación al perdón a favor de los victimarios. Pues para satisfacción de
Boeninger, la transición fue exitosa en lograr anclar el presente de Chile a ese pasado, que es, justamente, lo que nos recuerda Punta Peuco.
GEORGINA ORELLANO, PROSTITUTA Y FEMINISTA ARGENTINA: “EL FEMINISMO PROHIBICIONISTA NOS VICTIMIZA Y CRIMINALIZA” THE CLINIC http://www.theclinic.cl/2017/01/03/georgina-orellano-prostituta-y-feminista-argentina-elfeminismo-prohibicionista-nos-victimiza-y-criminaliza/ Se define como “puta, feminista, peronista y anticapitalista”. Hace once años ejerce el trabajo sexual en Buenos Aires y desde 2014 lidera AMMAR, Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina, que cuenta con 6500 afiliadas y una creciente visibilidad en su país. Reclaman al Estado que reconozca lo suyo como un trabajo para poder salir de la clandestinidad, evitar los abusos policiales, acceder a derechos laborales y enfrentar el estigma cultural. Y aunque enmarcan su discurso en un feminismo militante, el enemigo que les ha salido al paso no usa sotana ni corbata. Se trata del “feminismo abolicionista”, con el cual sostienen una lucha de poder de alto voltaje que a diario saca chispas en seminarios de género, redes sociales y hasta en el Congreso. Georgina (30) y sus compañeras las acusan de patriarcales y moralistas, de querer pensar por ellas y “salvarlas” mientras impulsan leyes que las reprimen y cosifican. Aquí desmenuza las contradicciones de esas “feministas de escritorio” a las que esperan arrebatar el dominio de las políticas públicas que incumben a su sector.
AMMAR ha acuñado el eslogan “Puta y Feminista”. ¿Cómo se llevan hoy la prostitución y el feminismo? –Mirá, hubo todo un proceso por el cual las trabajadoras sexuales hemos pasado a ver con buenos ojos el feminismo. Al principio, cuando comenzamos a pedir la palabra en espacios donde está muy tensa la discusión sobre prostitución, nosotras contábamos los problemas que nos genera trabajar en la clandestinidad y presentábamos nuestra reivindicación principal: que el Estado reconozca el trabajo sexual y nos dé un marco legal, con acceso a derechos laborales básicos. Pero al plantear esto nos veíamos enfrentadas al feminismo abolicionista, que hoy ocupa muchísimos lugares de poder en las instituciones del Estado que ven políticas de género. Ese abolicionismo ya tiene poder en la toma de decisiones, incluida la decisión de que la prostitución no pueda ser considerada un trabajo, y de arrojarnos encima el derecho penal, apelando al sistema punitivista para combatir la trata de personas sin importar que esa política nos termine criminalizando a nosotras. Entonces, cuando veíamos ese feminismo, la verdad es que sentíamos que eran nuestras enemigas. Esa fue la primera impresión que tuvimos, decíamos “si eso es el feminismo, nosotras no somos feministas”. Porque además, en las discusiones usaban argumentos súper violentos. ¿Por qué violentos? –Porque no sólo traían el discurso teórico abolicionista, sino que descreían de nuestros testimonios. Cuando contábamos por qué habíamos elegido el trabajo sexual frente a otros trabajos por los cuales hemos pasado, se producía una fuerte discusión en la que nuestros testimonios todo el tiempo eran deslegitimados. Eso nos llevaba a comparar a ese feminismo con el aparato represivo de las fuerzas de seguridad, que también deslegitiman nuestros testimonios y así nos cobran una coima para dejarnos trabajar. Ellas hacían un poco eso: querer “policiar” el cuerpo de las demás y decirnos qué deberíamos hacer o no hacer. Y todo el tiempo hablándonos de un mundo ideal, nunca hablaban de la realidad. Yo comparto que una tiene que luchar por esa utopía de vivir en una sociedad justa, libre e igualitaria, pero creo que esa transformación pasa por darle derechos a las minorías para que no sean aplastadas por las mayorías dominantes. Y no veíamos que esa fuera la propuesta de ese feminismo. Es que el sentido común de cierto feminismo ve en la prostitución la esencia misma del patriarcado y de la explotación de la mujer. ¿Qué respondes tú a eso? –Yo creo que el propio feminismo abolicionista es un poco patriarcal, aunque con cara de mujer. Porque todo el tiempo nos quiere aleccionar desde un lugar superior, cómodo y muchas veces privilegiado. Sin siquiera antes sentarse a escuchar lo que la otra compañera tiene para decir, o lo que el otro sujeto político que está organizado tiene para contar de su propia experiencia. En el país hay un montón de mercados laborales en los que se explota, cosifica y mercantiliza a la mujer – también al hombre–, y muchos no eligieron libremente esos trabajos, sino coaccionados por la necesidad económica. Entonces, ¿por qué poner el foco en abolir la prostitución? En una sociedad donde las mujeres ganamos menos que los hombres, accedemos menos a lugares de poder y las de sectores populares sólo podemos realizar trabajos domésticos o manuales mal pagados, el trabajo sexual a nosotras nos remunera más y es más liberador, porque trabajamos menos horas y con mucha más autonomía. Por eso lo elegimos. Pero el feminismo abolicionista todo el tiempo está pensando por nosotras, con argumentos hasta un poco morales.
¿Crees que se enfocan en la prostitución por moralismo? –Sí, es una cuestión moral. El empleo doméstico, por ejemplo, también es ejercido por mujeres que vienen de los sectores populares. Sin embargo, la política del Estado argentino no fue abolir ese trabajo, sino reglamentarlo y mejorar sus condiciones, reconocer derechos como las vacaciones, los días por enfermedad, la jubilación. Ahí las abolicionistas no pusieron ningún tipo de objeción, todas estuvieron a favor. Pero esas mujeres, que también están a favor de despenalizar el aborto porque cada mujer tiene derecho a decidir sobre su cuerpo, son las mismas que se oponen rotundamente a que las trabajadoras sexuales tengamos acceso a derechos. Quieres decir que, para ellas, todas las mujeres son dueñas de su cuerpo mientras no sean putas. –Exactamente, sí, mientras no cobren por sexo. Y creo que ese quiebre en su discurso se explica por cuestiones morales, por tabúes socioculturales todavía muy arraigados respecto del rol de la mujer en la sexualidad. ¿Cómo así? –Históricamente la sexualidad fue un campo de batalla donde la mujer tenía que ceder. El que podía disfrutar y desear era el hombre. Y que algunas mujeres decidan ofrecer servicio sexual a cambio de una remuneración económica, desafía esos patrones al proponer que cada mujer decide qué hace con su sexualidad y qué provecho le saca. En cambio, pretender que haya una única sexualidad femenina, pura y legítima, me parece es partir de un discurso moralista que hace una división entre las mujeres buenas y las malas, entre un sexo puro y un sexo indigno. Tienes una frase muy citada: “Mientras creamos que la concha es sagrada difícilmente combatiremos al patriarcado”. –Sí. Lo que sostengo es que la fuerte oposición a que seamos reconocidas como trabajadoras proviene de la parte del cuerpo con la cual trabajamos. Nadie está cuestionando por qué un albañil decide poner en riesgo su integridad física y su salud, ni que el sistema capitalista se quede con la ganancia que su fuerza de trabajo produce. No hay tensión ahí. Toda la tensión aparece cuando nosotras decimos que ponerle un precio a tu sexualidad puede ser una salida laboral que te genere muchísima más independencia que otros trabajos destinados a la mujer. Ahí nos dicen “no, no se puede comercializar el sexo”. ¿Y por qué sí las manos, las piernas, la espalda? Porque se piensa que esa parte del cuerpo de la mujer es sagrada. Por eso no se le puede poner un precio. Y creo que pensar que la sacralidad de la mujer y su dignidad solamente están en su sexualidad, es seguir obedeciendo un poco al patriarcado. Quizás ellas te contestarían que es al revés: si bien otros empleos también explotan el cuerpo, la cosificación sexual de la mujer es, en la guerra contra el patriarcado, la madre de las batallas. –Pero hay un montón de otros trabajos en los cuales la mujer termina explotando su capital erótico. Acá en Argentina, la mayoría de los puestos laborales que una puede agarrar en los avisos clasificados te piden buena presencia y no pasar de los 35 años. La moza explota su capital erótico, las promotoras, las secretarias, las modelos, las vedettes… Y si ellas deciden hacer eso conscientemente, porque saben que así pueden ganar muchísimo más, hay que respetar la decisión de esa mujer. Cuando nosotras empezamos a formarnos un poco más en el feminismo, vimos que
el abolicionismo teórico te dice que la prostitución es producto de la desigualdad de género. Pero las políticas que ellas impulsan no parten de romper con esa brecha. Acá en nuestro país se pensaron trabajos para sacarnos de la prostitución, pero eran talleres para ser peluqueras, para que hagamos carteras, toallones, bisutería… ¿Esos son los trabajos que tenemos que hacer para dejar de ser funcionales al patriarcado? Lo que objetan algunas teóricas del feminismo es que la mujer que explota sus atributos físicos perjudica a todas las que no los tienen, porque perpetúa la figura de la mujer objeto que vale por eso. –Sí, pero yo creo que la mujer tiene que valer por el valor que ella se pone. Algunas explotan su valor erótico, otras su valor intelectual, y lo que eso viene a reflejar es que todas somos diferentes. Si pretendemos un mundo con un solo tipo de mujer socialmente aceptado, vamos por un camino claramente incorrecto. Hay un montón de mujeres y cada una potencia su cuerpo y su placer a su manera, vende su capital erótico y sus otras capacidades a su manera. Creo que todas tienen que ser respetadas y legitimadas.
Entre feministas jóvenes, un tema de mucho debate ha sido el reggaetón. Unas acusan a otras de obedecer al deseo masculino que las denigra o las reduce. –Mirá, la mujer sigue obedeciendo a un montón de presiones socioculturales: mantenerse joven, ser madre, asumir ella la educación y la crianza de sus hijos, mantener todo el sistema de la limpieza y la responsabilidad de la casa. Esos puntos habría que tratar, antes que caerles a las mujeres que bailan reggaetón o les gusta perrear. Me parece que a veces el movimiento feminista se desvía en querer castigar a otras mujeres, haciendo esta división entre las buenas y las malas que recae sobre nosotras porque, supuestamente, cobramos por algo que no tiene precio. En cambio, nosotras decimos que hay un montón de situaciones en que la mujer le pone un precio a sus relaciones. El
matrimonio es una de ellas, y no vemos que estén pidiendo abolir la institución matrimonial, dentro de la cual son violentadas y abusadas muchísimas más mujeres que en el trabajo sexual. En Argentina cada 36 horas muere una mujer asesinada dentro de sus entornos familiares. Y sin embargo la política de ellas no es abolir la institución matrimonial. A propósito de eso, leí que tú antes les cobrabas más a las mujeres, por ser un servicio menos habitual, pero después decidiste hacer lo contrario. –Sí, porque entendí que al cobrar más a las mujeres seguía fomentando esa desigualdad: que a la mujer siempre le va a costar más disfrutar su sexualidad. Y eso fue darme cuenta de un montón de cosas. Por ejemplo, de por qué la mayoría de clientes que tenemos son varones. No es porque nosotras estemos haciendo funcionar el patriarcado, sino porque el varón está mucho más legitimado para disfrutar su sexualidad. Muchas mujeres me dicen, o me escriben, que a ellas les encantaría pagar un servicio sexual, pero la culpa se los impide, se sienten haciendo algo malo al pensar sólo en su propio disfrute. Y hay más clientes varones por otra razón: en muchas familias, la mujer no gana su propio dinero. En los últimos años comenzó toda una avanzada para que la mujer salga de la casa y se inserte en el trabajo, pero va a llevar un tiempo bastante largo invertir esa cuestión y que las mujeres también se animen a pagar. POLICÍAS Y PSICÓLOGAS Para buena parte de la sociedad, ayudar a las prostitutas significa ofrecerles “un trabajo digno”. ¿Qué tan difícil ha sido instalar una voz que dice “nosotras queremos hacer esto”? –Muy difícil, sobre todo por una razón: durante siglos se ha hablado y se ha escrito sobre la prostitución, pero las que tomaron la voz nunca fueron las prostitutas. Nosotras estamos organizadas hace 21 años y fue toda una lucha no sólo ser reconocidas como un sujeto político válido, sino ser escuchadas en las mismas mesas donde se discutían políticas públicas para nuestro sector. Se habían sentado ONGs, movimientos de mujeres, gente de la academia, pero a nosotras nunca nos convocaron. Tuvimos que partir por algo tan básico como conquistar una voz en nuestros espacios. Cuando los docentes o los metalúrgicos piden mejorar sus condiciones, el Estado se sienta a negociar con ellos, no con otra gente que viene a pensar por ellos. Y eso refleja lo que venimos hablando: esa actitud maternalista por parte de algunas, cercana al patriarcado, de decidir por nosotras como una especie de salvadoras, creyendo que somos mujeres no pensantes… Sino explotadas… –Claro, tomarnos por víctimas: lo que decimos no es legítimo porque no somos conscientes de lo que estamos haciendo. Es súper violento tener que escuchar esos argumentos. Es tratarnos como mujeres incapaces, infantilizar nuestras voces. Y me parece que eso, aunque provenga de un sector que se reconoce como feminista, es una actitud claramente machista. Y que, según reclaman ustedes, favorece al principal enemigo que tienen, la policía. –Sí. Porque el abolicionismo te dice “no perseguimos a las mujeres”, pero una vez que institucionalizan sus posiciones, despliegan un montón de legislaciones que les entregan muchísimo más poder a las fuerzas policiales para que hostiguen a nuestras compañeras, las coimeen, las
violenten, realicen detenciones arbitrarias, les allanen los departamentos, les roben el dinero y sus pertenencias, en fin. En 2012 se modificó en Argentina la ley que penaliza la trata de personas, y ahora ustedes no pueden decir que sus servicios sexuales son consentidos. Lo que digan al respecto vale cero, ¿no? –Exactamente. La ley anterior, del año 2008, diferenciaba trata de personas de explotación laboral y de trabajo sexual autónomo. Y la modificación que sufrimos en 2012 fue producto de un juicio muy emblemático que hubo en el país, por el caso de Marita Verón, una joven tucumana que todavía no ha sido encontrada. Los tres imputados quedaron sobreseídos y eso generó un clamor social que se tomó las calles. Entonces, un poco para apaciguar ese reclamo, un 18 de diciembre la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner llamó a sesiones extraordinarias para modificar la ley sobre trata de personas. Esa ley ya se venía trabajando en el Congreso, donde nosotras ya habíamos planteado que eliminar el consentimiento de la mujer nos sería muy perjudicial. Y como no había acuerdo sobre ese punto, siempre quedaba encajonado. Pero bueno, ahí en sesiones extraordinarias se aprobó. Y la consecuencia es que hoy, para el Estado, todo es trata de personas. Muchos diputados y diputadas, a los cuales les hicimos ver que se estaba legislando sin la maduración en el debate político que merecía ese proyecto, hoy reconocen que no sabían las consecuencias de lo que estaban votando. ¿Cuáles han sido esas consecuencias? –Bueno, a partir de esa ley se cerraron la mayoría de los lugares donde nuestras compañeras ejercían el trabajo puertas adentro, en sus domicilios particulares o en departamentos que compartían con otras compañeras. ¿Por qué? –Porque muchos fueron allanados sin orden judicial, que es otro de los poderes que se otorgó a la policía. Y nadie es veedor de lo que la policía hace. Allanan sin orden judicial, les roban a nuestras compañeras el dinero recaudado y sus objetos de valor. Y en muchos casos, no sólo se clausuró el lugar y ellas quedaron en la calle, sino que también alguna quedó procesada como la supuesta regentora del lugar, la que explotaba a las otras. ¿Con qué pruebas? –Simplemente por haber sido la que abrió la puerta en el allanamiento, la consideraban dueña del lugar. O en otros casos, por ser la más veterana, la justicia entendía “bueno, vos sos la mayor, vos explotás a las otras”. Nos encontramos con situaciones de muchísimo abuso y muchísima arbitrariedad. En la mayoría de los casos fuimos litigando, aunque muchas compañeras desistían de seguir con el proceso judicial, que acá es muy largo. Pero bueno, una de ellas llegó hasta el final y marcó el precedente de demostrar a la justicia que ella era trabajadora sexual autónoma y que era perseguida por los agentes del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y los operadores judiciales. Y una jueza obligó al gobierno de la Ciudad a que deje de perseguirla, que deje de allanarle su vivienda que es también su lugar de trabajo. Y que si el gobierno quiere ser el ente regulador de la prostitución, debe primero regularla como lo que es. Ese primer fallo demostró, justamente, que las políticas antitrata no diferenciaban entre trata y trabajo sexual, que se llevaban puesto todo.
Criminalizaron el trabajo sexual y empujaron a una cantidad de compañeras a terminar trabajando en la clandestinidad. Las precarizaron al máximo. –Así es. La que antes tenía un departamentito y lo compartía con una compañera, ahora se quedó en la calle y tiene un perfil de Facebook. Ahí se contacta con los clientes y directamente pasa al encuentro en la casa del cliente o en un hotel, pero no tiene un lugar físico. Y eso también dificultó a la organización con el alcance hacia nuestras compañeras. Antes podíamos visitarlas en el departamento, hablar con ellas, ver cómo ejercían su trabajo. Hoy por hoy, muchas de ellas no sabemos dónde están. Aparte de estas prerrogativas que tiene ahora la policía, entiendo que la ley también creó unas brigadas de psicólogas que se llaman “rescatistas”. –Sí, la Oficina Nacional de Víctimas de Trata. Son un grupo de psicólogas y trabajadoras sociales que ingresan en el allanamiento para, en teoría, asistir a las víctimas. Por lo que nos han contado la mayoría de nuestras compañeras que pasaron por la entrevista con la psicóloga, son preguntas inquisidoras todo el tiempo. Y son ellas las que elaboran el informe que llega al juez o al fiscal, y ese informe desestima totalmente que la decisión de las mujeres de ejercer la prostitución sea voluntaria. Siempre ven que está coaccionada, que no elige por sí misma sino víctima de una situación de vulnerabilidad. Y mientras la psicóloga las entrevista, ellas ven cómo los policías y los operadores judiciales se están llevando su dinero, sus celulares, y nadie les responde. Y también, muchas veces, cuando su lugar quedó clausurado, ellas le decían a la psicóloga que no tenían dónde más ir, que por favor las dejaran quedarse ahí, y ellas les dijeron “no, te venís conmigo al refugio o te quedás en la calle”. Nosotras decimos que ellas son las policías de la moral. Las compañeras pueden negarse a hacer la entrevista, pero ellas nunca les dicen que existe esa posibilidad, directamente las sientan y les comienzan a hacer esas preguntas que les imponen la figura de la víctima. Y después hablamos de cosificación, ¿no? Algunos pensarán, cuando lean esta entrevista, que al negar la condición de víctima generalizas una situación tuya que para otras sí puede ser más dramática. ¿Qué les contestarías? –Primero, que si ha habido un “discurso único” alrededor de las trabajadoras sexuales, ha sido el discurso victimizante que reduce nuestra capacidad de decisión. Y si decidimos salir a hablar es, en parte, justamente para mostrar que no todo en el mercado sexual es igual, que hay otras historias posibles, de mujeres que decidimos hacer trabajo sexual como un proyecto laboral emancipatorio. Todas las voces deben escucharse, pero hasta acá, las voces desacreditadas han sido las nuestras. Y siempre remarco que nunca presentaría mi historia como representativa de todo un colectivo. Cada una tiene su historia, su recorrido. Lo que nos une a todas son las consecuencias de trabajar en la clandestinidad y la lucha por mejorar nuestras condiciones laborales y acceder a derechos.
LA BATALLA CULTURAL
En algún discurso decías que la gran batalla cultural, para ustedes, es ser aceptadas por sus propias familias. Y que algunas le tienen más miedo a que sus familias sepan en qué trabajan que a irse presas. –Sí. El principal problema nuestro no es lo que la gente piensa: la violencia de nuestros clientes, o haber tenido que hacer esto como la única opción y vivirlo con mucho drama. Nosotras decimos “no, mirá, yo no tengo problemas con mis clientes ni me siento víctima por hacer esto”. El gran problema nuestro es el estigma. Todos esos prejuicios de personas que juzgan, que señalan, que discriminan, se convierten en el estigma de ser puta, de hacer un trabajo que unos denigran y otros victimizan. Se convierten en vivir muchos años de manera clandestina, mintiéndoles a las propias familias, creando un montón de barreras de ocultamiento: tener dos teléfonos, salir vestida de tu casa con una ropa y después ponerte una minifalda o un pantalón ajustado y unos zapatos en la casa de alguna amiga para poder pararte en la esquina, esconder el dinero, vivir con el temor de que algún conocido te vea en la calle y le vaya a contar a tu familia. Y el miedo a que tu propia familia, tu propio entorno te excluya, no te acepte. Porque nuestra familia también es parte de esa sociedad, ¿no? ¿Y han logrado torcerle la mano a eso, abrir el tema y que la familia apoye? –Mirá, en el último tiempo sí. También eso se debe a que hubo muchas compañeras que hicieron camino al andar, y nos demostraron que no hay nada más liberador que poder contarle a tu alrededor verdaderamente quién sos, a qué te dedicás, y dejar de vivir todo eso con la culpa. Sacarte esa mochila súper pesada que llevás sobre la espalda porque te creés lo que la sociedad deposita sobre nosotras. Contar tu historia y que tu familia, tus hijos, tus amigos, te acepten… eso no se
compara con nada. Yo lo viví en carne propia. Y también lo veo cuando mis compañeras vienen y me cuentan que se lo contaron a su novio, a sus amigas, que se lo pudieron contar a su madre, a sus hijos, y lo cuentan tan emocionadas… Porque es eso, ¿no? Es sacarnos lo que durante mucho tiempo llevábamos a escondidas, como salir del clóset. Además, me imagino que el comentario “qué va a pensar tu hijo cuando sepa” debe ser la zona más sensible de ese estigma. –Bueno, y si hay un actor que trabaja arduamente para potenciar ese estigma, es el abolicionismo. Porque justamente su argumento es: “si tanto defendés el trabajo sexual, ¿se lo recomendarías a tu hijo?”. Como diciéndome que si yo soy puta, quiero que mi hija sea puta, y después vengo por las sobrinas y las nietas. O decir sobre nosotras “son sólo diez, y además andan con caretas”. Y no entendés que esa mujer tiene que usar una careta porque hay discursos como el tuyo que predominan en un montón de espacios, y que recaen de tal manera sobre la vida de esa mujer que, en vez de poder contar quién es y mostrar la cara, tiene que taparse. Porque ahí está el abolicionismo diciendo todo el tiempo que nosotras no elegimos esto, que estamos mintiendo… Y ya eso de meter a nuestros hijos en el medio de un debate demuestra una actitud muy controladora, ¿no? Se supone que si vos sos feminista y querés destruir el patriarcado, no vas a defender la carga moral que se le puso durante siglos a la maternidad. Pero nos dicen “ustedes son madres que no piensan en sus hijos”. Para sus hijos, al mismo tiempo, también debe ser todo un tema cargar con ese discurso social: “tu mamá es tal cosa”. –Claro, ese es uno de los temores que tenemos, por lo menos las que somos mamás y jefas de hogar. Una cosa es que tus hijos sepan que sos trabajadora sexual y te acepten, y otra cosa es cómo nuestros hijos van a poder defenderse en sus ámbitos –la escuela, el club de amigos– y generar herramientas para deconstruir prejuicios. Para mí, la raíz de todo lo que recae sobre la trabajadora sexual tiene que ver con lo moral, con los prejuicios sexuales y también sociales que hay. Y después, con el enorme desconocimiento de personas que dan cosas por hecho sin siquiera ponerse a pensar. Tu movimiento ha tenido llegada en algunos sectores del feminismo, pero la pelea con las abolicionistas ha subido mucho de tono. Ustedes denuncian que ellas les boicotean las cuentas de Facebook, convocan a quemar sus volantes publicitarios y cosas por el estilo. ¿Qué explica tanta tensión? –El problema del sector abolicionista es que ha conquistado un montón de políticas públicas –no sólo la ley nacional sino muchas ordenanzas municipales y decretos presidenciales, como la prohibición de los avisos clasificados en los diarios– pero ya no sabe cómo mantener lo conquistado. Porque desde el otro lado se alzan cada vez más voces de mujeres que, además de reconocerse como trabajadoras sexuales, cuentan las consecuencias de las políticas que ellas han impulsado desde un feminismo de línea prohibicionista que nos victimiza y criminaliza. Y creo que al no saber cómo enfrentar la avanzada de las trabajadoras, apelan, desde la bronca, desde la impotencia, a esas acciones, como denunciar las cuentas de Facebook para que no podamos visibilizar más lo que venimos haciendo. O decir que las dirigentes de la organización no somos trabajadoras sexuales, sino que tenemos todo un discurso armado que está financiado por el proxenetismo internacional…
¿Les dicen eso? –Nos dicen eso. A mí me dicen que no soy trabajadora sexual y que fui formada por el proxenetismo internacional. Pero todos esos argumentos reflejan, justamente, la situación incómoda en que están ellas con su discurso de la mujer víctima que no eligió y que ellas están salvando. Ahora esas mujeres están diciendo “yo no soy víctima y no quiero que nadie me salve, sino que el Estado me reconozca mi trabajo y mis derechos”. Entonces hay, por un lado, trabajadoras hablando en primera persona, y por el otro, algunas feministas institucionalizadas hablando detrás del escritorio, donde no hay nadie que pueda respaldar ese discurso. Tú dices que están más preocupadas de construirse a sí mismas como activistas. –Sí, y por eso están siempre preocupadas de lo que genera la organización. Porque en todos los espacios donde ellas van a hablar, hablan de nosotras. Hablan de nuestras actividades, hablan del “Puta y Feminista”, que según ellas es una movida que generamos para atraer a chicas desde una mirada más cool. Muchas veces vienen periodistas y nos preguntan “mirá, fui a una charla y dijeron que ustedes eran proxenetas, que son un invento…”. Ante su situación incómoda, lo único que surge es desacreditar a una organización social que, como todas, pasa por procesos de maduración, de debates internos, de pensar estrategias para incidir políticamente y comunicacionalmente… Y ahora que, para peor, tenemos un gobierno de derecha, ha quedado a la vista que ellas dejaron ahí un montón de dispositivos judiciales para quienes quieran perseguir a la mujer que ejerce el trabajo sexual. Vi un cartel que decía “Te lo decimos las putas: Macri no es hijo nuestro”. –Sí, Macri y tantos otros. Un doble reclamo: no le digan “hijo de puta” que nos ofende. –Claro. Durante mucho tiempo nosotras nos corríamos de la palabra puta. No queríamos ni que nos fuera mencionada. Decíamos “no, nosotras somos trabajadoras y queremos que la sociedad nos comience a respetar como clase obrera”. Pero también vimos que al dejar que la palabra puta se siga usando para estigmatizar a las mujeres y sus cuerpos, le regalamos cosas al patriarcado. Esta fue toda una discusión interna que tuvimos. Y decidimos que no queremos regalar más nada, que durante muchos años le habíamos regalado casi todo a muchísima gente que se ha aprovechado del estigma nuestro, y de nuestra clandestinidad, para hablar por nosotras, para escribir libros por nosotras y hablar desde la academia por nosotras. Y que la puja de la organización sindical también recuperar esos espacios que ganó la mirada prohibicionista. Así que resolvimos reapropiarnos colectivamente de la palabra puta para quitarle el estigma y que algún día deje de ser un insulto a la mujer. Porque incluso para insultar al hombre se sigue insultando a la mujer que hay detrás del hombre. Y la raíz de eso es que hay un colectivo de trabajadoras sexuales, de putas, que está estigmatizado. Entonces, el día que nos reconozcan como trabajadoras, y el día en que demos entre todos y todas una gran batalla cultural, seguramente la palabra puta no tendrá el tinte peyorativo y discriminatorio que hoy tiene.