Herreriana Vol. 14, núms. 1-2

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DIRECTORIO EDITORA Consuelo Cuevas Cardona EDITORA ASOCIADA DE ESTE NÚMERO Katia Adriana González Rodríguez COMITÉ EDITORIAL Jesús M. Castillo Cerón Julián Bueno Villegas DIAGRAMACIÓN Y DISEÑO Erika Adriana Alonzo González

Año 14, No. 1 (abril-octubre) 2018

Las opiniones vertidas en esta revista son responsabilidad del autor y no reflejan el punto de vista del comité editorial, ni representan la perspectiva oficial de la UAEH. Los trabajos se publican en el marco de la tolerancia a los distintos puntos de vista y la pluralidad de ideas. Los trabajos publicados en este número no atentan contra la equidad de género, ni coartan la libertad de culto o pretenden cambiar la orientación política o sexual de los lectores. Publicación académica sin fines de lucro, gratuita y de libre distribución. Prohibida la reproducción total o parcial sin permiso por escrito del editor.

HERRERIANA, REVISTA MEXICANA DE DIVULGACIÓN DE LA CIENCIA, Año 14, No. 1 (abril-octubre) 2018, es una publicación semestral editada por el Área Académica de Biología de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. Km 4.5 carretera Pachuca-Tulancingo s/n, Col. Carboneras, Mineral de la Reforma, Hidalgo, C. P. 42184. Tel. (01771) 7172000 ext. 6640; https://issuu.com/herreriana; herreriana@ uaeh.edu.mx. Editora responsable Dra. Consuelo Cuevas Cardona. Reservas de Derechos al Uso Exclusivo, ISSN, Licitud de título y Licitud de Contenido en trámite, todos gestionados ante la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Responsable de la última actualización de este número, Dr. Raúl Ortiz Pulido. Km 4.5 carretera Pachuca-Tulancingo s/n, Col. Carboneras, Mineral de la Reforma, Hidalgo, C. P. 42184, fecha de última modificación, 31 de octubre de 2018. Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación. Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación sin previa autorización del Instituto Nacional del Derecho de Autor.


ÍNDICE

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1. EDITORIAL 2. UN ACERCAMIENTO AL CÓNDOR DE CALIFORNIA: hermano, maestro y ejemplo María González Rodríguez

3. LOS PECES DE HIDALGO

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Katia Adriana González-Rodríguez

4. LOS SAPOS Y RANAS DE LAS MUSAS: su diversidad, ecología y conservación Adrián Leyte Manrique

5. LAS MASCARITAS ENDÉMICAS y en peligro de extinción en México Jesús Favela Mesta

6. LA MARIPOSA MONARCA EN MÉXICO, entre el oro verde y el cambio de uso de suelo Paulina Corona Tejeda, Alexandra Morales y Hernández-Cumplido Johnattan

7. PROFESIONALIZANDO EL ARTE DE “PAPAR MOSCOS” Josefina Ramos-Frías, Jesús A. Castillo-Valverde y María Dolores Osorio-Piña

8. UNA FÁBULA DE BICHOS: disertaciones sobre el pensamiento crítico Pablo Octavio Aguilar

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Fotografía: Freepik

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EDITORIAL

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Fotografía: Freepik

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l estudio de la biodiversidad y la necesidad urgente de su conservación es un llamado que une a muchos biólogos del mundo, como lo muestra el presente número de Herreriana. La mayor parte de los artículos que se presentan tratan de la riqueza de especies y de las amenazas que se ciernen sobre ellas, así como de los intentos por protegerlas. Así, para conservar al gran cóndor de California, se ha tenido que desarrollar una estrategia para capturar a todos los ejemplares que quedaban libres y reintroducirlos en áreas en las que se les cuida para lograr su reproducción, como es el Parque Nacional Sierra de San Pedro Mártir. Sin embargo, por desgracia, aun aquí los cóndores deben enfrentar cotidianamente el envenenamiento de su organismo por metales pesados. Por otra parte, la contaminación de los cuerpos de agua está llevando a una pérdida grave de peces y de anfibios, tema que se trata en dos artículos. El de peces aborda la diversidad que había en el pasado, muestra de lo cual se puede ver en la cantera Muhi, en el municipio de Zimapán, Hidalgo. La diversidad actual se ha visto disminuida en los últimos años tanto por la introducción de especies exóticas que depredan a las nativas, como por la contaminación. Por su parte, los anfibios que habitan en Las Musas, un área natural protegida, también se ven afectados por la polución, por la pérdida de vegetación y por el saqueo de personas inconscientes que se los llevan para hacerlos sus mascotas. Aves, como las mascaritas, y las mariposas monarca que llegan a visitarnos durante sus largas migraciones, también son afectadas por las actividades humanas, en estos casos por la destrucción de los bosques y por el mal manejo de las actividades agropecuarias. Nuestras propias acciones han promovido la dispersión de enfermedades como el paludismo, la fiebre amarilla, el dengue, el zika, el chikungunya y el mayaro, lo que se explica en otro de los artículos y se señala cómo la participación comunitaria puede ayudar a remediarlo. Finalmente la conciencia y la cooperación de todos será la única manera de lograr la conservación de la biodiversidad y para esto se requiere de la unión de diferentes saberes y diversas perspectivas, pues, como se plantea en el cuento de las hormigas, no hay verdades absolutas.


NORMAS EDITORIALES HERRERIANA GUÍA PARA COLABORAR EN HERRERIANA Revista Mexicana de Divulgación de la Ciencia 1. Las colaboraciones a entregar pueden ser de varios tipos: a) Artículos informativos sobre cualquier área de la ciencia o de la metaciencia (filosofía de la ciencia, historia de la ciencia, sociología de la ciencia y política científica, entre otras). b) Narraciones sobre experiencias propias; por ejemplo, anécdotas sobre lo ocurrido durante algún trabajo de campo, sobre cómo surgió el interés por la ciencia o como se eligieron los temas de estudio. c) Reflexiones en torno al quehacer científico. d) Entrevistas o pláticas sostenidas con científicos. e) Reportes de sucesos o eventos ocurridos en los centros de trabajo. f) Cuentos que ayuden al lector a saber más acerca de algún fenómeno científico o recreaciones biográficas. 2. El tamaño del escrito deberá ser menor a 10 cuartillas en doble espacio, en texto corrido (sin justificar), letra Times New Roman, 12 puntos. 3. Los textos deberán estar redactados en un lenguaje que pueda ser entendido por la población en general, sin palabras técnicas. Se sugiere echar mano de toda la imaginación y creatividad literaria posibles. 4. Presentar un resumen del texto de un máximo de 120 palabras. 5. Los autores deberán enviar, al menos, cinco fotografías originales que ilustren el tópico o taxón al que refieran en el manuscrito. Poner el nombre del autor para darle los créditos correspondientes. Los dibujos, gráficas y fotografías deberán remitirse en archivos por separado en formato RAW, TIF, PNG o JPG (300 dpi), con un tamaño superior a 2 MB.

Fotografía: Freepik

6. El texto de los pies de figura (máximo 15 palabras) y los encabezados de cuadros (máximo 30 palabras), deberán de explicarse por sí solos, NO se deberá llamarse a ellos desde el texto. 7. Poner un máximo de cinco referencias bibliográficas en formato APA sexta edición. 8. Los textos enviados sin las características arriba mencionadas no serán dictaminados. 9. Las colaboraciones deberán enviarse al correo: herreriana@uaeh.edu.mx 3


Figura 1. El cóndor juvenil '851' con poco menos de un año hace uno de sus primeros vuelos lejos del nido. A partir de este momento debe aprender a buscar comida y poco a poco dejará de depender de sus padres. Una vez que han salido del nido se les etiqueta.

RESUMEN El cóndor es un ave carroñera que cumple una importante función en los ecosistemas y que ha sido afectada gravemente por la presencia de poblaciones humanas en los lugares en los que vive. El presente artículo trata de un proyecto dedicado a reintegrar 34 cóndores al Parque Nacional Sierra de San Pedro Mártir. Se da seguimiento especialmente a una hembra que ya logró reproducirse.

Reproducción y reintegración

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n menos de un año he comenzado a descubrir un nuevo sentido de pertenencia, de comunidad; he ido formando parte de algo y he adquirido un nuevo sentimiento de cariño. Hace 10 meses se me dio la oportunidad de participar en el proyecto de reintroducción del cóndor de California en la Sierra de San Pedro Mártir. Uno imagina cóndores en Sudamérica, así que habrá que decir algo de los que viven en México. Quien mira por primera vez un cóndor podrá observar que es un gran buitre. La sorpresa por su extraña apariencia y su inesperada belleza le hará notar que es un animal poco común. Es una especie carroñera que, se estima, puede vivir hasta los 60 años (U.S. Fish and Wildlife Service Pacific Southwest Region, 2013). Se alimenta de cadáveres, algunos de los cuales murieron por algún padecimiento, por lo que evitan que el mal se disemine. A los cóndores no les hacen daño esas enfermedades y no las pueden transmitir, de modo que su función dentro del ecosistema es casi como la de un médico. Con todo, son muy delicados para tolerar ciertas toxinas y metales pesados. Este hermoso animal apareció en tiempos remotos, durante el Pleistoceno (un periodo que abarca desde hace 2 millones de años hasta hace 10 mil años), y desde entonces se ha extendido por la costa Oeste de Norteamérica, llegando hasta Baja California. Al desplegarse la población humana por toda esa región, el número de cóndores disminuyó drásticamente,

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por eso, en la década de los 70 se formó un equipo para su conservación (Snyder y Hamber, 1985). Se decidió capturar a todos los ejemplares libres, para protegerlos. Para la siguiente década todos los cóndores estaban ya en cautiverio, pero la especie peligraba al contar con tan solo 27 aves. Afortunadamente, todas forman parte de un programa de reproducción que permitió incrementar su número. En 1992, los primeros cóndores cautivos se liberaron en San Diego, California (Snyder y Snyder, 2002). En 2002 fueron reintroducidos a México, en el Parque Nacional Sierra de San Pedro Mártir, donde se reintegraron al paisaje. Sin embargo, la especie sigue en peligro, por lo que es necesario estudiar a fondo su biología y su función en el ecosistema. Ahora, he tenido la fortuna de participar en su conservación.

La hembra 284

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esde que llegué, he observado los 34 cóndores que hay en libertad en la Sierra de San Pedro Mártir. Puedo distinguir a cada uno de ellos, pues cuentan con un número de identificación (Figuras 1-5). Por ejemplo, la hembra “284” es un ejemplar bastante grande, pesa más de 8 kilos (Figura 3).


No extraña su dominancia, así, cuando está comiendo, ningún otro cóndor se le acerca. Engulle hasta kilo y medio de comida, que almacena en el buche. Esa es una estrategia que le permite, tanto a ella como a los otros, permanecer sin tomar alimento hasta dos semanas. He narrado mi labor de observadora, pero hay otras actividades indispensables. Dos veces al año se les captura para revisar su estado de salud. Recientemente, al hacerle el examen médico de protocolo, encontramos que la hembra “284” tenía buena condición. Sin embargo, una espina le hería la pata. Eso no es raro. Los cóndores viajan hasta 180 km para buscar comida (Snyder y Snyder, 2002), por lo que pueden frecuentar el desierto cuando bajan desde las montañas y, ocasionalmente, se paran en cactus que suelen dejarles espinas clavadas, las cuales les pueden provocar problemas para caminar y detener la comida. El mayor riesgo es la infección, aunque afortunadamente es rara. Con todo, hay cóndores que se acostumbran a vivir en el desierto debido a que las altas o bajas temperaturas no les afectan. Además, sus requerimientos de agua son mínimos. Pero como se ve, su gran resistencia no los hace invulnerables. Un poco antes mencioné su debilidad ante ciertos metales y toxinas. Pues bien, el principal objetivo del examen médico es medir los niveles de plomo en sangre. Además de la espina, notamos que “284” tuvo niveles un poco elevados de plomo. Eso podría provocarle letargia, falta de coordinación, atrofia muscular, problemas en riñones, huesos, sistema nervioso central y si no se atiende, la muerte. El plomo lo adquieren al comer presas contaminadas por este metal, típico de animales cazados con perdigones. La intoxicación por plomo es uno de los mayores riesgos a los que se enfrenta la especie y es una de las causas por las cuales prácticamente desapareció del medio Figura 2. Los cóndores tienen sacos aéreos en la cara, cuando los inflan es en señal de agresión. El macho ‘269’ nos vigila a la defensiva mientras caminamos en su territorio.

Figura 3. La hembra ‘284’ como adulta reproductora juega un papel crucial en el proceso de recuperación de la especie.

silvestre. Hoy día, junto con la ingesta de basura, es la principal causa de muerte en la población de México. Esto es algo que me preocupó mucho, pues nuestra cóndor entró en una etapa de su vida hermosa y a la vez frágil.

Un nacimiento esperanzador A principios de año pude ver a “284” con su pareja sobre la rama de un pino. El macho agachó la cabeza, abrió sus alas y se balanceó de un lado a otro. Era un baile de cortejo. Los cóndores forman parejas de por vida y cuando se van a reproducir el macho corteja a la hembra así: bailando. Desde marzo veíamos poco a “284”. Comía, llenaba su buche y se perdía de vista. Apenas se iba, llegaba su compañero a comer, también llenaba su buche y emprendía el vuelo. ¿Estarían empollando? ¡Excelente noticia para la población! Los cóndores de California ponen un huevo cada dos años. Se dedican con ahínco a su labor de cuidado, por eso atienden solamente a una cría.

Figura 4. Uno de los 40 cóndores de California de la población en México. Todos los cóndores están etiquetados para reconocerlos con un número y un código de colores. Aquí vemos a ‘403’ a punto de percharse. 5


Al considerar los niveles de plomo en “284” y al deducir que ella y su pareja debían tener una cría, nos preocupó si la mamá habría ingerido comida contaminada, porque esta sería regurgitada al polluelo. Apresuradamente salimos a buscar el nido de la pareja. Teníamos que revisar el estado de salud del pequeño. Nuestra labor fue una aventura. Los cóndores adultos, aunque vuelan kilómetros para buscar alimento, tienen un territorio bastante limitado, donde pasan la mayor parte de su tiempo. Allí rastrean una oquedad entre las rocas de los cañones y hacen sus nidos. Suelen ser pequeñas cuevas de unos 3 metros de largo. Ponen su huevo en el piso y allí lo empollan. Caminamos por los cañones entre rocas y pinos, entre arena y arbustos, caminamos todo el día hasta ubicar y acceder al nido. Allí solo dos personas, las más experimentadas, manejaron al pollo. Luego del análisis, la fortuna nos sonrió: el pequeño presentaba bajos niveles de plomo. Estaba sano. Dentro de un año, a lo mucho, podremos verle volando. Uno más en la población, libre y protegida, del cóndor en Baja California.

Palabras finales

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esperanzas. El mayor galardón es esta cría. Un polluelo que nos brinda esperanza. Buen pronóstico para el cóndor de California. Poco a poco, cría a cría, el cóndor incrementará su población y la especie se abrirá camino a la recuperación. Y nosotros, los biólogos que estamos aquí, no podemos sino agradecer a estos animales. Ellos nos recuerdan lo hermanados que estamos, lo próximos y unidos. Todos vivimos dentro de una misma comunidad: el planeta Tierra.

Referencias bibliográficas Snyder, N. F. R., Hamber, J. A. 1985. Replacementclutching and annual nesting of California Condors. Condor, 87: 374-378. Snyder, N. F. R., Snyder, H. J. 2002. The California Condor a saga of natural history and conservation. Academic Press. San Diego, Ca. 141 y 342. U.S. Fish and Wildlife Service Pacific Southwest Region USFWS. 2013. California condor (Gymnogyps californianus) 5-year review: summary and evaluation.

l camino a la recuperación de la especie es lento, tiene peligros e incertidumbres. Aun así, y de no ser por el inmenso esfuerzo de muchas personas e instituciones, abrigamos

Figura 5. Uno de los siete cóndores nacidos libres en México. Aquí ‘002’ toma el sol con lo que la radiación solar mata bacterias y parásitos de su plumaje.

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RESUMEN La diversidad de peces en el estado de Hidalgo es grande y comprende diferentes especies. Los más antiguos y diversos que se conocen provienen de ambientes marinos de hace 100 millones de años. Los peces recientes, cuyos parientes cercanos están representados en sedimentos cenozoicos, se distribuyen en distintos cuerpos de agua dulce. Los que se encuentran en los ríos de la huasteca son los más numerosos y diversos. Algunos de ellos son endémicos de México y se encuentran en riesgo de desaparición local, debido a la contaminación de los ríos y lagos, y a la introducción de especies exóticas, por lo que es necesario conservarlos.

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Figura 1. Enchodus zimapanensis (UAHMP-679) es el pez más abundante de la cantera Muhi, con una edad aproximada de 100 millones de años.

Peces cretácicos marinos

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l estado de Hidalgo cuenta con una gran diversidad de plantas y animales, incluyendo peces. La historia de este grupo de vertebrados en Hidalgo se remonta a hace aproximadamente 100 millones de años, cuando el territorio estaba cubierto en su totalidad por aguas cálidas y poco profundas de un océano conocido como Mar de Tetis. Debido a que la configuración de la Tierra ha cambiado a través de millones de años, es posible encontrar organismos fósiles en una zona que representa un ambiente diferente al sitio en el que se depositaron. En el caso de Hidalgo, los peces más antiguos que se han encontrado, son de origen marino y la mayoría de los taxones están extintos. Estos fósiles se han recuperado de una cantera de rocas calizas localizada en el municipio de Zimapán, que son utilizadas para la construcción de fachadas y cimientos de casas. La edad estimada de estas rocas es 100 millones de años y pertenecen al periodo Cretácico (Albiano-Cenomaniano). Desde hace más de 18 años se comenzó el estudio de estos peces (tiburones, rayas y peces óseos) y de los organismos marinos asociados a ellos (amonites y crustáceos principalmente). La información que se ha logrado obtener hasta ahora, además del estudio taxonómico, sugiere que esta fauna es endémica de México y que los organismos vivieron en una zona de la plataforma continental, con aguas someras y bien oxigenadas, que en ocasiones recibían el aporte de aguas de regiones más profundas y/o cercanas a

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la costa (Bravo-Cuevas et al., 2009). La diversidad de peces es enorme, por el momento se tiene el registro de 22 familias, dos de ellas nuevas para la ciencia (González-Rodríguez et al. 2013). La mayoría de los taxones están extintos, solo los parientes de cinco grupos recientes están representados, entre ellos: Clupeidae relacionados con las sardinas y arenques; Elopidae, afines con los tarpones; así como, euteleósteos y acantomorfos que comprenden a los peces más avanzados. El pez Enchodus zimapanensis (Fielitz y González-Rodríguez, 2010) es el más abundante en la cantera, representado por más de 100 ejemplares (Figura 1). Es probable que la diversidad de los peces de la cantera Muhi sea mayor a la que se conoce ahora, por lo que aún falta mucho por estudiar en los próximos años.

Peces cenozoicos

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vanzando en el tiempo, a finales del Cretácico y principios del Cenozoico (aproximadamente 70-60 millones de años), comenzaron a retirarse las aguas marinas que cubrían México y poco a poco emergió nuestro país como lo conocemos. Al mismo tiempo, hubo una gran deformación geológica debido al choque de placas tectónicas, lo cual provocó el plegamiento de la corteza terrestre, la formación de volcanes y de cadenas montañosas como la Sierra Madre Oriental, en el fenómeno que se conoce como Orogenia Laramide.


Figura 2. Goodea sp. (UAHMP-3022) recolectado en el Sanctórum, municipio de Atotonilco el Grande (aproximadamente 1.5 millones de años).

Después de la formación de las cadenas montañosas y del enfriamiento de la corteza terrestre, se constituyeron grandes cuencas que albergaron paleolagos, los cuales permitieron la diversificación de organismos de agua dulce en el continente. En Hidalgo se formaron algunos de estos paleolagos, en municipios como Zacualtipán, Atotonilco el Grande y Tula de Allende. En Zacualtipán (Mioceno tardío; 6.6 millones de años) se han encontrado huesos del oído (otolitos), vértebras aisladas y escamas de peces óseos no identificados aún (CastilloCerón et al., 1996). En Sanctórum, municipio de Atotonilco el Grande (Plioceno) se han recuperado peces goodeidos, endémicos de México, del género Goodea sp. (Figura 2), y en Tula de Allende se cuenta con la presencia de restos de peces teleósteos de la especie Ictiobus aguilerai (Alvarado-Ortega et al. 2006) y restos de bagres del género Ictalurus sp. con una edad también del Plioceno (aproximadamente 1.5 millones de años).

con un clima más cálido y húmedo. En estos ríos viven al menos 47 especies de peces pertenecientes a 14 familias distintas (Clupeidae, Cyprinidae, Catostomidae, Characidae, Ictaluridae (Figura 3), Mugilidae, Atherinopsidae, Goodeidae, Poeciilidae, Cichlidae, Eleotridae, Centrarchidae, Goobidae, Salmonidae), 14 especies son endémicas de México, 18 son nativas de Hidalgo y 12 fueron introducidas en años recientes (GonzálezRodríguez et al. 2017). La especie más abundante es Poeciliopsis gracilis (Figura 4). Las carpas y mojarras africanas son las especies introducidas más peligrosas para las especies nativas (Figura 5a, b).

Peces recientes

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iguiendo el curso de la historia de los peces de Hidalgo llegamos a la época actual, en la que las extensas plataformas carbonatadas del Cretácico, ahora forman cerros, y las inmensas cuencas en las que vivían los peces están secas o casi secas y fragmentadas, y albergan poblaciones humanas que las han modificado, por lo que ya casi no podemos distinguir la extensión de las cuencas originales. En la actualidad la mayoría del estado de Hidalgo tiene un clima seco y semiseco, con escasos cuerpos de agua dulce, principalmente ríos, que en general se distribuyen hacia el norte del territorio en lo que se conoce como huasteca hidalguense,

Figura 3. Ictalurus mexicanus es una especie endémica de México, cuyas poblaciones no son abundantes en Hidalgo.

Figura 4. Poeciliopsis gracilis es la especie nativa más abundante por ahora en algunos ríos de Hidalgo. 9


Figura 5. a) Amatitlania nigrofasciata es una especie introducida para acuariofilia y se encontró abundantemente en los ríos de la huasteca hidalguense. b) Ciprinus carpio comunis es otra especie exótica conocida como carpa espejo, la cual se está diseminando rápidamente por los ríos del estado.

Literatura citada En el inventario reciente de los peces de agua dulce de Hidalgo, realizado entre los años 2008 a 2011, se notó que la diversidad de especies ha disminuido, si se compara con el estudio realizado por SoriaBarreto y colaboradores en 1996. Algunas especies registradas por estos autores ya no se encontraron en los ríos del territorio hidalguense, a pesar de que se buscaron en los sitios en los que fueron reportados previamente. Esto puede ser debido a la contaminación de los cuerpos de agua por actividades antropogénicas y al efecto negativo que han provocado las especies introducidas sobre las nativas. Sin embargo, aún estamos en tiempo de revertir este daño a los ecosistemas acuáticos. La diversidad de peces de Hidalgo ha variado a través de millones de años, así como los ambientes en los que han vivido. Es importante conocer y preservar la diversidad en el pasado, pero también es fundamental conocer las especies de peces que viven actualmente, para conservarlas antes de que se extingan localmente por razones antropogénicas.

Alvarado-Ortega, J., González-Rodríguez, K., BlancoPiñón, A., Espinosa-Arrubarrena, L. y Ovalles, D. 2006. Mesozoic Osteichthyans of México. En: Vega, F. J., Nyborg, T.G., Perrilliat, M. C., Montellano-Ballesteros, M., Cevallos-Ferriz, S.R.S., Quiroz-Barroso, S.A. (Eds.), p. 169-207. Studies on Mexican Paleontology. SeriesTopics on Geobiology, vol. 24, Kluwer Academic Publishers B. V. Bravo-Cuevas, V. M., González-Rodríguez, K., EsquivelMacías, C. y Fielitz, C. 2009. Advances on Stratigraphy and Paleontology of the Muhi Quarry from the MidCretaceous (Albian-Cenomanian) of Hidalgo, Central México. Boletín de la Sociedad Geológica Mexicana, 61(2): 155-165. Castillo-Cerón, J., M.A. Cabral-Perdomo, O. CarranzaCastañeda. 1996. Vertebrados fósiles del estado de Hidalgo/Fossil vertebrates from the State of Hidalgo. Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. Fielitz, C. y González-Rodríguez, K. 2010. A new species of Enchodus (Aulopiformes: Enchodontidae) from the Cretaceous (Albian to Cenomanian) of Zimapán, Hidalgo, México. Journal of Vertebrate Paleontology, 30(5):1343–1351. González-Rodríguez, K., Espinosa-Arrubarrena, L. y González-Barba, G. 2013. An overview of the Mexican fossil fish record. En: Arratia, G., Schultze, H. P. y Wilson, M. (Eds.). Mesozoic Fishes 5 – Global Diversity and Evolution. Verlag Dr. Friedrich Pfeil, München, Alemania, p. 9-34. González-Rodríguez, K. A., Ramírez-Pérez, A. y Fernández-Badillo L. 2017. Diversidad de peces en el estado de Hidalgo. En: Ramírez-Bautista, A., SánchezGonzález, A., Sánchez-Rojas, G. y Cuevas-Cardona, C. Biodiversidad del estado de Hidalgo. Tomo 2, p. 471-486.

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Fotografías: Adrian Leyte Manrique

RESUMEN Considerado entre los 12 países megadiversos del mundo, México enfrenta hoy en día una crisis biológica y ecológica, a la que debe añadirse su crisis social y económica. De la diversidad de plantas y animales que ocurren en el territorio nacional, los anfibios son un grupo de interés ecológico, biológico, económico y cultural, pero también uno de los más sensibles a los cambios de su entorno. En este trabajo se presenta información concerniente a la diversidad de anuros del Área Natural Protegida Las Musas, municipio de Manuel Doblado, Guanajuato. Se da, además, un panorama general sobre aspectos de su ecología, estado de sus poblaciones y perspectivas para su conservación. 11


Figura 1. Bosque de galería. Fotografía: Adrian Leyte Manrique

Las Musas y su historia

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n nuestro país existen muchas leyendas e historias acerca de lugares mágicos que podrían considerarse santuarios naturales, dada su bella, riqueza biológica y paisajística. En la parte suroeste del estado de Guanajuato, en un ambiente tropical se encuentra uno de estos sitios, el Área Natural Protegida Las Musas. Cuenta la leyenda que el lugar recibe su nombre en honor a las hijas de un hacendado porfiriano y en alusión a las musas de la mitología griega, hijas de Zeus. Entre árboles de ahuehuete que conforman su bello bosque de galería y la cálida corriente del río Colorado, las doncellas iban a bañarse entre las aguas del río; jugaban, cantaban y reían por las tardes e incluso en las noches calurosas a la luz de la luna. Con el tiempo, el hacendado y sus hijas murieron, pero quedó, como

huella de su presencia en el sitio, el nombre de “Las Musas” (Figura 1). El Área Natural Protegida Las Musas, fue decretada como Zona de Uso Sustentable el 30 de julio de 2002 por el Gobierno del Estado de Guanajuato. Presenta una extensión de 3,174.76 hectáreas. Con un clima de tipo subhúmedo tropical y una temperatura promedio anual de 24°C, resulta ser un sitio agradable. A ello se añaden sus distintos tipos de vegetación, como son el bosque de galería, la selva baja caducifolia, el matorral xerófilo y los pastizales, así como zonas de cultivo (principalmente sorgo y maíz). El principal cuerpo de agua es el río Colorado y la presa Grande, la cual colinda con la porción oeste del estado de Jalisco por el municipio de Arandas, zona tequilera y de grandes extensiones de agave (DOEG, 2013).

De sapos y ranas

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os sapos y ranas son organismos que viven ligados al medio acuático o húmedo, ya que su desarrollo y/o parte de su ciclo de vida los obliga a estar confinados al elemento agua o sitios con alta humedad. Las diferencias entre ranas y sapos son varias y distintivas; los sapos por lo general presentan piel rugosa, miembros cortos y cuerpo globoso. En la mayoría de las especies se presenta una glándula por detrás de los ojos, conocida como parotoide, que secreta una sustancia semi-tóxica llamada bufonina; tienen unas estructuras en la cabeza-entre los ojos y parte frontal en forma de línea, llamada cresta craneal; algunas especies como el sapito de espuelas, Spea multiplicata, carecen de crestas craneales (Vitt y Caldwell, 2014). Son de hábitos terrestres y rocosos, se les suele ver durante la noche y el amanecer, ya

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que durante el día permanecen ocultos bajo rocas o bajo la tierra. Por el contrario, la mayoría de las ranas presenta una piel suave y solo en algunas especies se presentan protuberancias similares a verrugas como, por ejemplo, la ranita arenera Dryophytes arenicolor. La mayor actividad de los sapos y las ranas ocurre en la temporada de reproducción, la cual coincide con la estación de lluvias. Los machos emiten cantos para atraer a las hembras, cortejarlas y aparearse con ellas, dándose un abrazo nupcial que se conoce como amplexo (Leyte-Manrique et al., 2015; Vitt y Caldwell, 2014). Las hembras depositan los huevos o mórula en la superficie de los cuerpos de agua, entre la vegetación suspendida, ramas, rocas y en cámaras o cavidades en la tierra (muy ocultas, por cierto). En tanto que otras especies de hábitos arborícolas, los


ponen sobre las hojas de las plantas o dentro de plantas como las bromelias. El tamaño de puesta varía entre especies, las hay que ponen una docena, cientos y hasta aquellas que ponen miles. Son cosmopolitas, ya que se les encuentra en diversos ecosistemas y ambientes: selvas tropicales, bosques de coníferas e incluso en los desiertos y oasis, a excepción de las zonas polares de hielos perpetuos. Desde el punto de vista ecológico, los anuros son parte de intrincadas cadenas tróficas e indicadores del estado de salud de los ecosistemas (Parra-Olea et al., 2014). Culturalmente forman parte del folklore de muchos pueblos de México y tienen variados usos: mascotas, fines educativos, medicinales, artesanales y gastronómicos. Sin duda son un grupo clave en la medición de la diversidad y en la planeación de estrategias de manejo, uso y conservación para su preservación (Leyte-Manrique et al., 2015).

Diversidad

Fotografías: Adrian Leyte Manrique

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os anuros conforman un grupo de aproximadamente unas 4,000 especies a nivel global, en tanto que para México se consideran

234 especies y para el estado de Guanajuato tan solo 11 especies (Parra-Olea et al., 2014). Lo que en términos de diversidad resulta ser baja, si se le compara con otros estados del país. Aun a la fecha, sigue habiendo discrepancia en cuanto al número de especies de anuros y caudatos para la entidad, por lo que se puede decir que los inventarios no están completos ni representan la verdadera riqueza de su anfibiofauna. Además, debe añadirse que en sus 23 Áreas Naturales Protegidas (ANP´s) no se han completado los inventarios biológicos, siendo un ejemplo de ello el ANP Las Musas (Leyte-Manrique et al., 2015). El Instituto de Ecología del Estado de Guanajuato, en el 2013, registró seis especies de anuros. Los sapos Incilius occidentalis, Anaxyrus punctatus y Rhinella horribilis; las ranitas Dryophytes arenicolor, D. eximius y la rana Lithobates neovolcanicus (DGOE; 2013). Sin embargo, de estas, los sapos R. horribilis y A. punctatus, probablemente se encuentren extintas localmente. Esto que se afirma aquí, es con base en que en los últimos seis años en los que se ha trabajado en la zona, nunca han sido vistas. A la fecha se tienen registradas nueve especies; se han agregado cinco al inventario del Instituto de Ecología

Figura 2. Diversidad de anuros en el ANP Las Musas, Manuel Doblado, Guanajuato. Sapos: A = Incilius occidentalis, B = Anaxyrus compactilis, C = Spea multiplicata. Ranas: D = Dryophytes arenicolor, E = D. eximius, F = Hypopachus variolosus, G = Lithobates neovolcanicus, H = Craugastor occidentalis, I = Eleutherodactylus guttilatus. 13


del Estado: los sapos Anaxyrus compactilis, Spea multiplicata y las ranitas Craugastor occidentalis, Eleutherodactylus guttilatus e Hypopachus variolosus, lo que en términos porcentuales representaría el 81.8 % de la diversidad de anuros para Guanajuato (Figura 2).

Cuadro 1. Aspectos ecológicos de los sapos y ranas del ANP Las Musas. Tipos de vegetación: BTC = bosque tropical caducifolio, BG = bosque de galería, MX = matorral xerófilo, y P = pastizal. Hábitos: T/S = terrestres y rocosos, A = acuáticos, y AR = arbustivos. Actividad: D = diurna (en el día), N = nocturna (durante la noche), C = crepuscular (al amanecer).

Ecología

L

a comunidad de anuros del ANP Las Musas, puede agruparse de acuerdo a sus hábitos o sitios en los que se encuentran. En especies acuáticas, terrestres y saxícolas (rocas) y arborícolas. En cuanto a su actividad y horario en los que se les puede ver, se contemplan las de actividad diurna (activas en el día), nocturna (vistas en la noche) y crepuscular (que son activas al amanecer). Se distribuyen en cuatro distintos tipos de vegetación nativa: selva baja caducifolia, bosque de galería, matorral xerófilo y pastizal, así como uno modificado que está representado por cultivos de maíz y sorgo (Cuadro 1).

Problemática, estado de conservación y perspectivas para los anuros del ANP Las Musas

L

os anuros del sitio enfrentan problemas como la contaminación del agua por descargas de aguas negras y lixiviados de las zonas agrícolas aledañas al río Colorado y asentamientos humanos; contaminación de sólidos en el río, arroyos y pozas de agua, producto de los desechos que dejan los visitantes y la pérdida de vegetación por cambio de uso de suelo, debido a actividades como la ganadería, agricultura y aprovechamiento forestal. Otro de los problemas es el alto número de personas que visitan el lugar y que se llevan a las ranitas y las usan como mascotas (Figura 3). Dentro de las acciones positivas que se llevan a cabo, destacan la colecta de basura por parte del municipio de Manuel Doblado, la participación ciudadana y cuerpos de voluntarios locales que llevan a cabo acciones de vigilancia permanente en el cuidado de su flora y fauna.

E

l estado de conservación de los anuros del ANP Las Musas, se evaluó y comparó a partir de tres medidas de valoración: la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010 (DOF, 2010), que es de injerencia nacional; la Lista Roja, que es un instrumento normativo de orden

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Cuadro 2. Estatus de conservación de la comunidad de anuros en Las Musas. NOM059-SEMARNAT-2010. P = Peligro de extinción, Pr = Protección Especial, A = Amenazada, E = Probablemente Extinta en el Medio Silvestre, y Nc = No considerada. IUCN (2016): LC = Preocupación menor, NT = Casi amenazado, VU = Vulnerable, EN = En Peligro, CR = Peligro crítico, EW = Extinta en vida silvestre, NE = No evaluada, DD = Datos insuficientes; EVS (Mata-Silva et al., 2015): L = Bajo, M = Mediano, y H = alto riesgo.

internacional llevado a cabo por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, cuyas siglas en ingles son IUCN; y el Índice de Vulnerabilidad Ambiental, cuyas siglas en inglés son EVS. Este último se basa en tres indicadores: 1-Distribución geográfica, 2-Distribución ecológica y 3-Modos reproductivos (en el caso de los anfibios). Este índice resulta ser una herramienta útil, ya que considera la presencia de las especies en el sitio (Mata-Silva et al., 2015).


L

a valorización de los tres instrumentos para la conservación difiere en relación al estado que guardan las especies. De esta manera, se observó que la NOM-059 considera solo a una como amenazada (A; la rana Lithobates neovolcanicus); la IUCN a la ranita Craugastor occidentalis en Peligro (EN); en tanto que el EVS incluye a seis de las nueve especies, cuatro en mediano riesgo (M) y dos en alto riesgo (H). Por lo que este índice sería más adecuado y debería considerarse como una herramienta útil en la evaluación de las poblaciones de anuros en el sitio, e integrarlo al programa de manejo del ANP Las Musas (Cuadro 2).

E

n este contexto, especies como el sapito Anaxyrus comapctilis (H), y la ranita Craugastor hobarthsmithi (H) serían las más afectadas, ya que en caso de la primera, suele encontrarse en zonas de potrero con alta movilidad de ganado vacuno y equino, lo que hace que mueran aplastadas y que las puestas de huevos se pierdan; y para la segunda, la tala de árboles y arbustos en las serranías del ANP ha llevado a la pérdida de sus refugios, por lo que es una especie raramente vista, al igual que la ranita Eleutherodactylus guttilatus (M). En el caso del sapo Incilius occidentalis (M), se ha dado un decremento en su población debido principalmente a la pérdida de refugios, pues suele ser una especie que se encuentra en rocas o enterrada en las orillas del río Colorado, y sobre todo en la zona de visitantes. Para la ranita Dryophytes eximius, a pesar de que el EVS la categorizó como de mediano riesgo, es común en el sitio, más no así las ranitas D. arenicolor e Hypopachus variolosus, y el sapito Spea multiplicata, que además no se consideran para ninguna de las tres medidas de valoración.

F

Fotografías: Adrian Leyte Manrique

inalmente, se recomienda que las estrategias de conservación para las ranas y sapos en el ANP deben basarse en: 1-El apoyo de proyectos de investigación que permitan la continuidad en el monitoreo de sus poblaciones, integrando para ello estudios ecológicos y demográficos que aporten información que soporte las estrategias de manejo, uso y conservación plasmadas dentro del Plan de Manejo del ANP. 2- La difusión de la ciencia mediante el desarrollo de talleres, visitas guiadas y manuales electrónicos, lo que apoyará a la concientización de la población, tanto residente como visitante, como parte inicial de una estrategia de conservación en el área. 3- La existencia de trabajo conjunto entre centros de investigación, universidades, dependencias ambientales de gobierno y los habitantes del lugar.

Figura 3. Actividades antropogénicas negativas a los sapos y ranas de Las Musas.

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Agradecimientos

A

los habitantes de la comunidad de Las Torrecillas en el Área Natural Protegida Las Musas y al Instituto de Ecología del Estado de Guanajuato por las facilidades otorgadas durante la realización de este trabajo. A Ruth Liliana González García, Humberto González Parra y Brian Luevano Leyte por su valioso apoyo en campo.

Referencias DOEG. 2013. Programa de Manejo del Área Natural Protegida “Las Musas” categoría de uso sustentable. Número 103. 28 de junio 2013. DOF. 2010. Norma Oficial Mexicana NOM-059SEMARNAT-2010. Protección Ambiental-Especies Nativas de México de Flora y Fauna SilvestresCategorías de Riesgo y Especificaciones para su inclusión, exclusión o cambio. Lista de especies en riesgo (30 de diciembre de 2010). Leyte-Manrique, A., Hernández-Navarro, M. E. y Escobedo-Morales, L. A. 2015. Herpetofauna de Guanajuato: Un análisis histórico y contemporáneo de su conocimiento. Revista Mexicana de Herpetología, 1:1–14. Mata-Silva, V., Johnson, J. D., Wilson, L.D. y GarcíaPadilla, E. 2015. The herpetofauna of Oaxaca, Mexico: composition, physiographic distribution, and conservation status. Mesoamerican Herpetology, 2: 7–62. Parra-Olea, G., Flores-Villela, O. y MendozaAlmeralla, C. 2014. Biodiversidad de anfibios en México. Revista Mexicana de Biodiversidad, 85: S460–S466. Vitt, J. L. y Caldwell, J. P. 2014. Herpetology: An introductory biology of amphibians and reptiles (4th edition). San Diego. Academic Press Elsevier.

Eleutherodactylus guttilatus.

Fotografía: Adrian Leyte Manrique

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RESUMEN Se presenta el caso de tres especies de mascaritas que son endémicas de México y se encuentran en peligro de extinción. Estas aves cumplen con una función esencial en los ecosistemas como biocontroladores, por lo que su desaparición podría provocar un fuerte impacto. La causa principal que las amenaza es la pérdida de hábitat. En el presente artículo se plantean varias propuestas de conservación.

Introducción

A

ctualmente estamos presenciando el inicio de la sexta extinción masiva, en la cual podrían desaparecer cerca del 75% de las formas de vida conocidas. Los países reconocen a las especies endémicas como patrimonio, responsabilidad y prioridad nacional para la conservación global. Además, la extinción de especies puede alterar procesos y servicios ecosistémicos. México ocupa el onceavo lugar a nivel mundial en cuanto a diversidad de aves y el cuarto lugar en cuanto a las especies endémicas de este grupo (Navarro-Sigüenza et al., 2014). Sin embargo, la falta de atención en la gestión de las principales amenazas de conservación, como la destrucción del hábitat, sobreexplotación directa, introducción de fauna exótica y contaminación, ha provocado la extinción de 15 especies o subespecies de aves endémicas en México. Las mascaritas son aves de la familia Parulidae, pertenecientes al género Geothlypis; estas aves habitan

principalmente en los humedales, como lagos, lagunas, ciénegas, esteros, oasis y marismas, donde existe vegetación de tulares, popales y carrizales. Su característica principal es la presencia de una máscara negra en los machos, que cubre la frente y va desde el pico hasta las mejillas. Las coloraciones en general son de amarillas a verde olivo y las hembras no presentan máscara. El tamaño va de 12 a 14 cm de largo en promedio, con un pico largo y puntiagudo de color negro. Las patas suelen ser color rosa pálido, marrón o negro y se alimentan de pequeños insectos como mosquitos, larvas y arácnidos (Escalante-Pliego, 2010). Entre las especies de este género existe variación en el tamaño y forma de la máscara, así como en las coloraciones de los bordes de esta. Presentan un comportamiento muy activo, con pequeños saltos y movimientos muy frecuentes. Su reproducción se da generalmente entre marzo y julio y ponen de dos a tres huevos. En América se reportan

12 especies de mascaritas, seis de las cuales se encuentran en México. De estas, cuatro son endémicas y tres están en peligro de extinción: mascarita Bajacaliforniana (Geothlypis beldingi), mascarita de Altamira (Geothlypis flavovelata) y mascarita del Lerma (Geothlypis speciosa) (SEMARNAT, 2010) (Figuras 1-4). Las mascaritas cumplen una función ecológica importante en el ecosistema, ya que actúan como biocontroladores, regulando las poblaciones de las especies con las que tienen estrechas interacciones, por lo que su pérdida podría provocar un impacto ecológico a diversas escalas. La causa principal que amenaza su conservación es la pérdida de hábitat. Los humedales en los que habitan estas especies han sido afectados por el crecimiento de los asentamientos humanos, las áreas agrícolas y ganaderas principalmente. A pesar de esto, el grupo de las mascaritas ha sido poco estudiado y se ha hecho poco trabajo sobre su conservación en México.

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Figura 1. Zonas de distribución de G. beldingi (azul), G. flavovelata (verde) y G. speciosa (rojo).

Mascarita Bajacaliforniana: Geothlypis beldingi (Ridgway, 1883)

E

sta especie, endémica del estado de Baja California Sur, presenta una distribución histórica discontinua, desde las localidades de San Ignacio y La Purísima en el norte del estado, hasta San José del Cabo y Todos Santos en el sur (Figuras 1 y 2), el área de distribución es de 3,800 km². Las poblaciones son pequeñas y aisladas (Rodríguez-Estrella et al., 1999). Se estima de 1,000 a 2,499 individuos. Debido a dicho aislamiento y a lo irregular de las poblaciones, se cree que existe la sub especie G. beldingi goldmani, en la zona norte de Baja California Sur. La especie se reporta como extinta en algunas localidades; sin embargo, se han registrado nuevas

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poblaciones reproductoras en algunos sitios como Las Cuevas y San Dionisio en el sureste de Baja California Sur. Actualmente la especie se encuentra como vulnerable a nivel internacional según la IUCN y en México se considera en peligro de extinción según la SEMARNAT (2010). La mascarita peninsular parece no tener la capacidad de colonizar o desplazarse a nuevos sitios de reproducción, por lo que tiene un aparente apego a sus sitios de crianza (Rodríguez-Estrella et al., 1999). La principal amenaza para su conservación es la pérdida de hábitat, debido al crecimiento de las ciudades,

las zonas hoteleras y turísticas, así como la agricultura y la ganadería. Dicha problemática se presenta principalmente en la región sur del estado, por lo que las poblaciones de G. beldingi en estata enfrentan presiones más fuertes. Además, en dicha zona suelen suscitarse fenómenos estocásticos, como los huracanes, por lo que las poblaciones de la especie son propensas a desaparecer por fluctuaciones demográficas (Rodríguez-Estrella, 1999). El área de Los Cabos y La Paz concentra el 76.9% de la población humana del estado, y su crecimiento poblacional continúa, por lo que aumenta el riesgo de extinción de G. beldingi en esta región.

Figura 2. (a) Geothlypis beldingi, (b) Su hábitat en el estero San José, Baja California Sur. Fotografías: Jesús Favela, 2016.


Mascarita de Altamira: Geothlypis flavovelata (Ridgway, 1896)

G

. flavovelata presenta una distribución histórica irregular en el centro de Tamaulipas, el extremo este de San Luis Potosí y el norte de Veracruz (Figura 1). El tamaño de su área de distribución se calcula en 62,400 km² y sus poblaciones son pequeñas, se estima entre 1,500 y 7,000 individuos. Algunos sitios que albergan poblaciones de la especie son la Presa Vicente Guerrero, Laguna

de Champayán, el área de Altamira, Tampico en Tamaulipas y Tecolutla, en Veracruz (Escalante-Pliego, 2010). Actualmente la especie se encuentra como vulnerable según la lista roja de la IUCN, pero en peligro de extinción según la NOM-0592010. G. flavovelata se ve afectada por la expansión de la agricultura (Figura 3). La pérdida de hábitat ha

provocado la extinción local de varias poblaciones, como en Tamiahua, Veracruz. Por su parte, Tuxpan y Tecolutla actualmente enfrentan fuertes problemáticas de conservación, debido a los asentamientos humanos principalmente. La mascarita de Altamira requiere de tulares permanentes, ya que de lo contrario se extingue localmente (Escalante-Pliego, 2010).

Figura 3. (a) Geothlypis flavovelata, (b) Su hábitat en Gómez Farías, Tamaulipas. Fotografías: Jesús Favela, 2017.

Mascarita del Lerma: Geothlypis speciosa (Scarlet, 1859)

E

sta especie presenta una distribución histórica en los lagos de Pátzcuaro y Cuitzeo, en Michoacán, lago de Yuriria y presa Solís en Guanajuato, lago de Zumpango, Lerma y Texcoco en el Estado de México (Figura 1). El área de distribución es de 500 km2 y se estima una población total de 1,500 a 7,000 individuos. Quizás, debido a la separación espacial de las poblaciones, se reporta la existencia de la subespecie G. speciosa limnatis en el área de Pátzcuaro y Cuitzeo en Michoacán y Yuriria en Guanajuato. La especie está extinta en el lago de

Texcoco, México, y no se tienen registros del lago de Zumpango, en México, o en la Presa Solís en Guanajuato, desde 1966. Se encuentra en peligro de extinción a nivel mundial y en México; según la lista roja de la IUCN, así como la NOM-059-2010, enfrenta fuertes presiones de conservación, debido al crecimiento urbano y al cambio de uso de suelo, lo cual ha provocado la contaminación, deterioro y desecación de los lagos y ciénegas en donde habita (Figura 4). Además, las poblaciones de G. speciosa son propensas a grandes fluctuaciones debido a que son aisladas,

reducidas y restringidas (EscalantePliego, 2010). En la actualidad, los lagos de Pátzcuaro y Cuitzeo en Michoacán, enfrentan procesos de desecación por problemáticas como las descargas de aguas residuales, presión demográfica y explotación agrícola y ganadera (Escalante-Pliego, 2010). En cuanto a las ciénegas de Lerma, éstas se han reducido al 10% (3,200 ha) de su área total, debido a la fuerte presión demográfica ejercida en la zona por grandes núcleos urbanos como la Ciudad de México y Toluca.

Figura 4. (a) Geothlypis speciosa, (b) Su hábitat en las Ciénegas de Lerma. Fotografías: Jesús Favela, 2017.

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Propuestas

crear conciencia.

E

La conservación de los humedales es prioritaria, ya que con ello se protegen numerosas especies, como aves acuáticas y otros grupos biológicos, además, estos ambientes proporcionan diversos servicios ecosistémicos a la sociedad. A este respecto, se requiere generar mayor conciencia en la población del cuidado del ambiente, pues la conservación de la naturaleza es el bienestar social.

n general las poblaciones de estas especies son restringidas, reducidas y aisladas, y presentan una fuerte asociación y dependencia a los cuerpos de agua y vegetación de tulares, lo cual las hace vulnerables y las pone en riesgo. El conocimiento sobre las tres especies es escaso y, en este sentido, es necesario realizar estudios que determinen aspectos de distribución, ecología y el estado actual de las poblaciones de cada especie, de manera que se puedan definir futuros planes de manejo para cada una de estas. De igual forma, es indispensable establecer, proteger y restaurar zonas prioritarias de conservación dentro del rango de distribución de cada especie, mediante políticas públicas que colaboren en los procesos de gestión y manejo de la biodiversidad. Otra medida es el control de la extracción y aprovechamiento de tulares y el recurso hídrico, así como la regulación de las construcciones en los humedales. Por otro lado, es necesario trabajar con la sociedad, por lo que se deben integrar proyectos de educación ambiental, ecoturismo, o turismo ornitológico en los que se involucren los pobladores locales, los cuales lleven a cabo acciones de gestión y manejo, para lograr así una dinámica y desarrollo en el componente social, ambiental y económico. Además, se requiere instruir mejores prácticas agrícolas y ganaderas, así como promover y establecer nuevas alternativas de producción y aprovechamiento de los recursos, que sean sustentables y compatibles con el cuidado del ambiente. De igual manera, es importante realizar escritos de divulgación, como el que aquí se presenta, para dar una mayor difusión de estas especies, de manera que se conozcan mejor, y se pueda

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Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT). 2010. Norma Oficial Mexicana N O M - 0 5 9 - S E M A R N AT-2 010 , Protección Ambiental-Especies nativas de México de flora y fauna silvestres-Categorías de riesgo y especificaciones para su inclusión, exclusión o cambio- lista de especies en riesgo. Diario Oficial de la Federación, 30 de diciembre de 2010, Segunda Sección México, DF.

Referencias Escalante-Pliego, P. 2010. Ficha técnica de Geothlypis flavovelata. Fichas sobre las especies de aves incluidas en Proyecto de Norma Oficial Mexicana PROY-NOM-059ECOL-2000. Parte 1. Instituto de Biología, UNAM. Bases de datos SNIB-CONABIO. Proyecto No. W007. México, D.F. Escalante-Pliego, P. 2010. Ficha técnica de Geothlypis speciosa. Fichas sobre las especies de aves incluidas en Proyecto de Norma Oficial Mexicana PROY-NOM-059-ECOL-2000. Parte 1. Instituto de Biología, UNAM. Bases de datos SNIB-CONABIO. Proyecto No. W007. México, D.F. Navarro-Sigüenza, A. G., RebónGallardo, M. F., Gordillo-Martínez, A., Peterson, A. T., Berlanga-García, H. y Sánchez-González, L. A. 2014. Biodiversidad de aves en México. Revista Mexicana de Biodiversidad, 85: 476-495. Rodríguez‐Estrella, R., Delgado, L. R., Bonilla, E. P. D. y Blanco, G. 1999. Belding’s yellowthroat: current status, habitat preferences and threats in oases of Baja California, Mexico. Animal Conservation 2(2): 77-84.

Geothlypis beldingi.

Fotografía: Jesús Favela, 2016.


RESUMEN

Fotografía: Freepik

Las poblaciones de mariposas monarca han disminuido. En el presente artículo se analizan las razones de esto, entre las que se encuentra la deforestación de los bosques por el aumento de cultivos como el aguacate y el uso desmedido de agroquímicos. Es necesario conocer y mitigar el impacto que provocan las actividades productivas, mismas que podrían sustituirse por sistemas alternos.

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Figura 1. Rutas de migración de la mariposa monarca hasta Michoacán, México. Fuente: elaboración propia con base en las imágenes encontradas en: https://xerces.org/monarchs/ y https://science.utep.edu.

Poblaciones reducidas de mariposas

E

n la actualidad se conocen una gran cantidad de especies de mariposas (aproximadamente 157 mil descritas); sin embargo, la mariposa monarca (Danaus plexipus) sobresale de entre todas por la titánica migración que hace desde Canadá hasta México a sus sitios de hibernación, los cuales se ubican principalmente en el estado de Michoacán, para lo cual tienen que recorrer una distancia de aproximadamente 5,000 km (Figura 1). Este fenómeno es bien conocido y, de manera general, se han identificado tres puntos básicos necesarios para que la migración de la mariposa monarca ocurra de manera óptima: a) Las poblaciones reproductivas que se desarrollan en Canadá y Estados Unidos. b) La ruta migratoria y c) los sitios de hibernación. Desafortunadamente, durante la última década se ha registrado una reducción de las poblaciones de mariposa monarca, pero ¿esta reducción puede traer como consecuencia la extinción de la especie? Esta pregunta ha motivado distintos estudios, los cuales han encontrado que, efectivamente, esta especie tiene altas probabilidades de extinguirse debido a que durante la última década la población migratoria ha disminuido cerca del 80%, y tiene entre el 11 y el 57% de probabilidades de extinguirse en los próximos 20 años (Semmens et al., 2016). Esto ha ocasionado que actualmente sea una especie sujeta a protección especial de acuerdo con la Norma Oficial Mexicana-059 y a que se investiguen las potenciales causas que han llevado a dicho descenso poblacional. Hoy en día se cuenta con tres posibles razones, que no son mutuamente excluyentes para explicar esta situación: i) la pérdida de hábitat y de disponibilidad de recursos en el territorio mexicano, ii) la pérdida de hábitat en los lugares de crianza en Estados Unidos y Canadá y iii) las rápidas alteraciones climáticas y de cambio de uso de suelo que tenemos en México. Ante este panorama, podríamos preguntarnos ¿qué es lo que ha hecho el ser humano para desencadenar o exacerbar esto?

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Agroquímicos y deforestación

U

no de los factores que ha propiciado la reducción de las poblaciones de monarca son los agroquímicos que se aplican en los campos de algodoncillo (Asclepias sp.) y, de manera particular el de A. curassavica en México (Figura 2). Esta hierba representa su principal fuente de alimento, pues se alimentan de su néctar. Además, también interviene su peculiar mecanismo de defensa contra algunos de sus enemigos naturales: el algodoncillo produce sustancias tóxicas, tal como los glucósidos cardíacos, pero las orugas de la mariposa monarca son capaces de incorporarlos o “secuestrarlos” a su cutícula cuando lo consumen. Esto hace que ellas mismas se conviertan en un alimento tóxico para sus depredadores. Pero ¿cómo es que el algodoncillo se relaciona con la reducción de las poblaciones de la mariposa monarca? Esta planta es considerada como una maleza que reduce la producción agrícola y es tóxica para el ganado, por lo que es controlada con la aplicación de herbicidas, lo cual tiene un impacto negativo sobre las larvas. Así mismo, la urbanización ha provocado que disminuya la cobertura de esta planta en los campos. En conjunto, lo anterior ha tenido un impacto negativo directo, ya que tienen menos lugares para ovipositar, e indirecto, puesto que se aumenta la competencia por alimento, lo cual trae como consecuencia que un menor número de orugas sobrevivan. Por otro lado, aunque se considera que la mariposa monarca es una especie cosmopolita, el continente americano es el único lugar en donde se registran los fenómenos de migración e hibernación. En Canadá y Estados Unidos frecuenta zonas abiertas, pastizales y algunos bosques, mientras que en México su hábitat más importante lo representa el bosque de pinooyamel. Durante su migración en México la mariposa monarca llega a abarcar 22 áreas protegidas, repartidas

en Parques Nacionales, Áreas de Protección de Flora y Fauna, Monumentos Naturales, Áreas de Uso Sustentable, Reservas Estatales, Reservas de Conservación y Reservas de la Biosfera. Entre estas últimas destaca la Reserva de la Mariposa Monarca, la cual se encuentra ubicada en una interfaz entre el Estado de México y Michoacán (Figura 3). Pero ¿cómo es que la mariposa monarca está catalogada como una especie en riesgo, si gran parte del territorio que utiliza se encuentra dentro de áreas naturales protegidas? Para responder lo anterior, se debe poner énfasis en la acelerada tasa de deforestación que actualmente experimentan estas áreas. La degradación de los bosques de pino-oyamel en México representa una amenaza para los fenómenos de hibernación y migración de la mariposa monarca. Por ejemplo: las primeras evidencias de deforestación en la zona con menor grado de disturbio de la Reserva de la Mariposa Monarca ocurrieron en 2003 y, para el 2007, la superficie deforestada ya se había duplicado (CONABIO, 2018). Aunque la intensidad de esta actividad disminuyó en los años posteriores, la “tala hormiga” sigue siendo un factor determinante y crítico que aún sigue modificando la composición y cobertura forestal. Estas situaciones han sido, en parte, las responsables de la reducción de los bosques utilizados por la mariposa monarca, teniendo como los principales motores al cultivo de aguacate (Persea americana) en esa región y la explotación maderera clandestina. El cultivo de aguacate es muy importante para la región, ya que este árbol tiene su principal centro de domesticación en Mesoamérica. Además, actualmente el territorio mexicano es líder mundial en el mercado del aguacate Hass, y tiene a Michoacán como el principal productor. Dicho estado cuenta con aproximadamente el 74% de la superficie cultivada y representa cerca del 84% del total de la producción nacional (Chávez-León et al., 2012).

Figura 2. a) Asclepias curassavica (Apocynaceae), y b) Mariposa monarca alimentándose del néctar de las flores de A. curassavica. Imágenes tomadas de: http://southwestdesertflora.com y http://www.fotonatura.org.

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Figura 3. Ubicación de la “Reserva de la Biosfera de la Mariposa Monarca” en México. Imagen tomada de: http://www.wwf.org.mx.

Los cultivos de aguacate: las dos caras de la moneda

I

nicialmente el cultivo de aguacate se hacía principalmente en zonas de agricultura temporal, dominado por matorral o pastizal. Sin embargo, dicha tendencia ha cambiado en los últimos años: cada vez existen menos áreas de cultivo y la demanda del producto se hace más grande ya que su precio no se ha estabilizado y sigue al alza. Por ejemplo, entre el año 2000 y el 2010 las exportaciones aumentaron drásticamente de 73.7 a 812.2 millones de dólares, y hubo un crecimiento de los recursos económicos generados por el aguacate de 4,216 a 12,459 millones de pesos. Por lo anterior, las zonas de cubierta forestal se han convertido en el blanco principal para establecer estos cultivos. El gran éxito y expansión que ha tenido el aguacate en tierras michoacanas ha sido favorecido principalmente porque prospera en condiciones similares a las de los pinos de los bosques de montañas del estado. Por ello, actualmente estos cultivos comparten distribución con al menos seis especies del género Pinus, entre otras coníferas, así como con ecosistemas de selva baja caducifolia y bosques de latifoliadas. Sin embargo, este auge representa un dilema entre la sustentabilidad regional

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y la misma industria aguacatera. Por un lado, este cultivo representa una aportación importante a la economía regional y del país, además de constituir una de las principales fuentes de divisas para el estado de Michoacán, pues la exportación de más de 250 mil toneladas al año, genera una derrama de más de 800 millones de dólares y alrededor de 50 mil empleos. Así mismo, ha facilitado el establecimiento de empresas distribuidoras de agroquímicos, servicios de asesoría agronómica y de irrigación y, sin duda alguna, ha sido una fuente de empleo para los habitantes locales. No obstante, también existe el lado opuesto de toda esta situación: actualmente las plantaciones de aguacate están desplazando a los bosques de la región, llevando a la disminución de las superficies boscosas. La coincidencia de condiciones agroclimáticas ha resultado en un rápido cambio de uso del suelo, deforestando 690 ha anuales aproximadamente y provocando la degradación de los ecosistemas forestales de Michoacán. Aunque en la actualidad existen normas ambientales y dependencias que se encargan de controlar el uso de suelo, esto no ha impedido que las personas continúen


removiendo cobertura vegetal nativa para iniciar cultivos de aguacate. En algunas zonas de Michoacán es relativamente común observar incendios premeditados para remover la cobertura original y plantar aguacates. Evidencia de esto fue el incendio ocurrido en 2016, donde se perdieron 250 ha de bosques de pino encino en el cerro de La Cruz, cercano a la ciudad de Uruapan. Con casos como estos se pasó a tener en el 2009 una pérdida de 12,468 ha de bosques, resultado de 1,083 incendios. Pero las implicaciones del cambio de uso del suelo en Michoacán no se concentran únicamente en la mariposa monarca; el bosque tiene un papel primordial en el balance hídrico de las cuencas, por lo que su reducción traería como consecuencia una disminución en el suministro de servicios ambientales para la sociedad, tales como el abastecimiento de agua y la conservación del suelo. Por otro lado, teniendo en cuenta que en la región productora aguacatera coinciden dos Áreas Naturales Protegidas: el Parque Nacional Barranca del Cupatitzio y el Área de Protección de Flora y Fauna Pico de Tancítaro, las prácticas mencionadas anteriormente también arrasan con el hábitat de otras especies que pueden no coexistir con la mariposa monarca, pero que igualmente desempeñan roles primordiales en el funcionamiento de los ecosistemas. Ahora, si se desea tener una idea del efecto que puede tener la modificación de los bosques sobre la atmósfera y el clima, es importante considerar la siguiente comparación: una hectárea de árboles de aguacate captura de 37 a 55 toneladas de CO2 por año, mientras que los bosques actuales retienen de 555 a 900 toneladas de CO2 por año, dependiendo de su composición. Con esto resulta evidente que, a largo plazo, la baja cantidad de carbono capturado por los cultivos de aguacate tendrá implicaciones en el clima a causa del efecto invernadero.

medidas que intentan regular la producción para mantener un manejo sustentable de los recursos naturales, estas partes no siempre están coordinadas. En conjunto, todo esto desencadena una falta de conocimiento y bases para generar planes y medidas de manejo eficientes. Por ello resultan imprescindibles los esfuerzos para conocer y mitigar el impacto de esta actividad económica, y buscar sistemas alternos como la agroforestería que no comprometen el capital natural por un beneficio a corto y mediano plazo.

Referencias Chávez-León, G., Tapia-Vargas, L.M., Bravo-Espinoza, M., Sáenz-Reyes, J. T., Muñoz-Flores, H. J., Vidales-Fernández, I., Larios-Guzmán, A., Rentería-Anima, J. B., VillaseñorRamírez, F. J., Sánchez-Pérez, J. L. Mendoza-Cantú, M., Alcántar-Rocillo, J. J. 2012. Impacto del cambio de uso de suelo forestal a huertos de aguacate. Libro Técnico No. 9. Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA/INIFAP), 102 p. Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO). 2018. Mariposa Monarca. Consultado el 01/04/2018, en: http://www.soymonarca.mx/ monarca.html. Semmens, B. X., Semmens, D. J., Thogmartin, W.E., Wiederholt, R., López-Hoffman, L., Diffendorfer, J.E., Pleasants, J.M., Oerhauser, K.S. y Taylor, O. R. 2016. Quasiextinction risk and population targets for the Eastern, migratory population of monarch butterflies (Danaus plexippus). Scientific Reports, 6:23265. doi: 10.1038/ srep23265.

Conclusiones

L

a importancia de los cultivos de aguacate puede ser clara y determinada para la sociedad; sin embargo, no todas las partes involucradas reciben el mismo impacto. Los efectos negativos en el sistema hidrológico, el elevado uso de agroquímicos, la pérdida de la biodiversidad y la creciente presión sobre el bosque por la demanda, hacen que el modelo de producción resulte ser de alto impacto para la naturaleza, siendo un claro ejemplo, la mariposa monarca. Es evidente que uno de los puntos clave para conservar a esta especie es que se debe mantener su hábitat adecuado; sin embargo, esto se ha vuelto un gran reto en nuestro país. Aunque los impactos negativos sobre los bosques mexicanos son evidentes, hacen falta más estudios científicos enfocados a analizar este punto, en particular sobre la mariposa monarca. Si bien, existen ciertas 25


Figura 1. Ciclo de vida de Aedes aegypti. Tomado y modificado de National Center of Emerging and Zoonotic Diseases. CDC USA Government (2018). 26


La dispersión de los mosquitos

L

a vida moderna y el surgimiento de nuevas necesidades, como resultado, pueden cambiar la percepción que tiene la gente acerca de las cosas “sin importancia”. A diferencia de temas como “la inmortalidad del cangrejo” y “las musarañas” que siguen siendo ocasión de profundas discusiones filosóficas de cualquier “nini” adolescente, el arte de “papar moscos” ha sufrido una tecnificación constante que está muy lejos de ser inútil. Hoy en día, la salud de millones de personas en el mundo y de otras tantas en México, depende de la gente que se dedica a “papar moscos”…. el personal de control de vectores (Figuras 2-5). Las enfermedades transmitidas por vector (ETV´s) consisten en un grupo de padecimientos provocados por protozoarios, bacterias, virus, hongos o gusanos que se transmiten a las personas a través de la mordedura o picadura de un insecto que recibe el nombre de “vector”. Los mosquitos hembras transmiten las enfermedades cuando se alimentan de la sangre (rica en proteínas) de los mamíferos para proporcionar los nutrimentos necesarios para el desarrollo de sus huevecillos. Las hembras grávidas (portadoras de huevecillos) buscan recipientes con agua estancada para depositar entre 50 y 500 huevecillos cada vez (Figura 1). Así, las madres mosquitos en este “caso de la vida real” se lanzan sin temores a conseguir el sustento para sus hijos con abnegación digna de “Lo que callamos las mosquitas”. Y considerando que pocas veces es posible interponerse entre una madre y sus crías, el control de las poblaciones exige múltiples estrategias. De los mosquitos, ya conocemos los grandes éxitos en ETV´s como: el paludismo (también conocido como malaria), la fiebre amarilla y el dengue. Sin embargo, siguen sorprendiéndonos con nuevos hits como el zika, el chikungunya y el mayaro, que ya se han convertido en trending topic en todo el

continente americano. A excepción de la malaria, que es causada por protozoarios (organismos unicelulares, del mismo grupo que las amibas) y es transmitida por moscos del género Anopheles; el resto de las enfermedades es de origen viral, de una numerosa familia llamada Arboviridae que cuenta con más de 130 miembros conocidos y cuyos vectores son artrópodos, de los cuales los más famosos son los moscos del género Aedes. Los mosquitos del género Aedes son pobladores recientes del continente americano. Son originarios del África Subsahariana donde no necesariamente son transmisores y donde suelen presentar coloraciones más obscuras en comparación con el resto de las poblaciones. Así, estos “negritos” (moscos, no personas) se dispersaron primero a Europa y de allí al llamado Nuevo Mundo con los conquistadores. Para 1648 se registra el primer caso de ETV´s en América: la fiebre amarilla en Yucatán. De allí, los moscos empezaron a ganar terreno (y más enfermedades) en Australia y Asia, con la expansión de las rutas comerciales e imperialistas hacia finales del siglo XIX. Para el siglo XX la situación se descontroló

y ya todo “mosqueado”.

el

mundo

estaba

Sin embargo, este exitazo en la dispersión no hubiera sido posible sin la domesticación. Durante todo este proceso, la convivencia entre moscos y seres humanos jugó un papel fundamental. Los seres humanos comenzaron a modificar el hábitat original del mosco, que encontró lugares bastante agradables para comer y “echar la hueva” (literalmente, poner huevecillos) en los contenedores que la gente comenzó a tener para almacenar agua. La convivencia entre ambas especies fue cada vez más estrecha y, finalmente, como toda relación demasiado estrecha, terminó por crear problemas. Esta adaptación en la oviposición, jugó un papel muy importante en el desarrollo evolutivo de las ETV´s y le dio a la ciencia una nueva perspectiva de las cosas: los seres humanos favorecieron los hábitats que condujeron al desarrollo del mosquito transmisor y luego lo distribuyeron a todo el mundo. También es una clara evidencia de que los moscos son oportunistas altamente flexibles para adaptarse a los cambios ambientales, otra característica de su éxito.

Figura 2. Los entomólogos recorren las localidades de riesgo para contar el número de huevecillos en las ovitrampas (Bote negro a la derecha).

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Figura 3. El personal de control larvario revisa los contenedores de agua para saber si existen larvas. Frecuentemente, se encuentran en contenedores desechables de alimentos con capacidad inferior a 5L (pequeños). También informan a la gente sobre las condiciones de riesgo en los hogares, las medidas de protección personal y les invita a buscar atencion médica en caso de presentar síntomas de alguna ETV.

Te conozco, mosco, tu zumbidito zonzo, zonzo...

L

os mosquitos del género Aedes son pequeños (3-6 mm) y poseen dos alas, lo que los incluye en el grupo de los dípteros, y la familia Culicidae. Se identifican fácilmente por ser de coloración obscura, con marcas blancas y/o franjas blancas en las patas, lo que les valió el nombre común de “mosquito tigre”. Poseen una larga proboscis obscura con la punta blanca que les sirve para alimentarse y un patrón en forma de lira en el dorso del tórax (A. aegypti), en el que dos líneas blancas contrastan con el fondo. El ciclo de vida completo, desde el huevecillo hasta que el adulto emerge, generalmente tarda de 1012 días, por lo que las poblaciones crecen rápidamente (Figura 1).

Sacudo, dijo un zancudo, cuando estornudar no pudo, una pata se le rompió… y la otra se le hizo nudo

E

l control de las poblaciones de zancudos exige un enfoque integral, que en general se basa en “hacerles la vida de cuadritos”, por medio de la modificación de los ambientes en las casas para hacerlas más incómodas e inadecuadas para la crianza. En México, los

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programas de control de vectores tradicionalmente cubren cinco tipos de actividades:

Entomología Vigilancia entomológica con ovitrampas: Que consiste en colocar trampas en las casas y sitios de reunión como escuelas, mercados, iglesias, etc. Estas trampas consisten en sitios ideales para “tirar la hueva”: botes plásticos de un litro de color negro, a los que se les coloca una tira de papel pellón alrededor y se llenan de tres cuartas partes con agua limpia. En estos lugares las mosquitas grávidas depositan sus huevecillos en una sustancia que parece moco (mucílago), lo que les permite adherirse a las paredes del contenedor (para eso se pone la superficie rugosa del pellón), donde permanecen alrededor de 2-3 días (o menos, si hace calor y tienen humedad) antes de eclosionar. Cada semana una persona visita la ovitrampa, retira el pellón, lo lava y cambia el agua, para evitar que se convierta en otro criadero. En el laboratorio los pellones se secan (el huevecillo seco puede permanecer viable hasta por un año) y se cuentan los huevecillos bajo una lupa. Su número funciona como una medida indirecta de la población y permite identificar áreas donde hay más zancudos.

Estudios entomológicos: Incluyen visitas a las casas para conocer las condiciones en las que vive la gente y estimar el riesgo en que vive. Posteriormente, se regresa a verificar que ese riesgo haya bajado como resultado de las demás actividades. Vigilancia entomovirológica: Es la captura de mosquitos vivos en áreas de riesgo, en las que se usan aspiradoras especiales, al más puro estilo de los cazafantasmas. Los mosquitos se envían al laboratorio y se identifica la presencia de virus por métodos genéticos, antes de que aparezcan casos de infección viral en la población humana.

Control larvario El personal de control larvario se dedica a hacer visitas a los domicilios, donde observan todos los contenedores de agua que están presentes en los hogares, para detectar la presencia de larvas. En este caso, dependiendo del tipo de recipientes, se orienta a los habitantes para llevar a cabo el control y los desechen, los tapen o los laven. En el último de los casos y cuando no son posibles las demás, se aplica un químico que mata las larvas (larvicida) y que debe ser cuidadosamente dosificado, para evitar que cause efectos secundarios en los seres humanos. En cada


visita, se documentan las acciones y se toman datos de identificación.

Rociado intradomiciliario El personal de rociado aplica insecticida con fumigadoras portátiles en las paredes de las casas en las que los zancudos (adultos) reposan después de alimentarse (Figura 4). Generalmente, los insecticidas se mantienen activos hasta tres meses posteriores a la aplicación, por lo que se protege a los habitantes durante ese tiempo. Por ser de mayor impacto, estas actividades solo se realizan en situaciones específicas: Cuando hay algún caso en el domicilio, para evitar que otros miembros de la familia se contagien, cuando hay algún caso en domicilios cercanos, para proteger a los vecinos, en sitios de alta concentración poblacional, o cuando hay alguna persona de alto riesgo en el domicilio (como, por ejemplo, una mujer embarazada).

Nebulización Consiste en la fumigación con máquinas especiales que pulverizan gotas de insecticida, tan finas que parecen neblina (Figura 5). Estas máquinas se montan en camionetas tipo pick-up y van recorriendo las áreas de riesgo en las noches, para matar al mosquito adulto durante el vuelo.

Me canso, ganso, dijo un zancudo, cuando volar no pudo

E

videntemente, ninguna de las actividades antes mencionadas es suficientemente efectiva sin la participación de la población. Los controles químicos son solamente la última alternativa en la lucha contra los moscos (y los demás vectores también), pues pueden acarrear problemas secundarios, por lo que puede salir más caro el caldo que las albóndigas: • Los insecticidas son generales y matan toda clase de insectos, no solo mosquitos. Por lo tanto, estas acciones tienen daños colaterales con abejas, avispas, escarabajos, mariposas, otros insectos voladores y anfibios (salamandras y ranas) que cubren funciones ecológicas

Figura 4. Un rociador aplica insecticida en las paredes de las casas usando una bomba manual.

importantes como la polinización, o ser parte de las cadenas alimenticias, entre otras. • El prolongado uso de insecticidas provoca que, por selección natural, sobrevivan los insectos resistentes de las poblaciones. Lo que obliga el desarrollo de nuevos tipos de insecticidas… a los que también terminan siendo resistentes los insectos… y se vuelve el cuento de nunca acabar. • El uso de los insecticidas está fuertemente reglamentado por órganos como el CENAPRECE (Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades); sin embargo, su uso prolongado a largo plazo, o bien la dosificación incorrecta de los mismos en el corto plazo, pueden provocar daños a la salud, dependiendo de la susceptibilidad particular de cada persona, y pueden generar distintos malestares como irritación en los ojos, comezón o salpullidos.

Si enjambres de mosquitos vuelan al anochecer, bueno será siempre el amanecer

P

or estas razones, la investigación actual busca minimizar el uso de insecticidas. Las tendencias van

desde el control físico como barreras de malla y trampas que atrapan a las hembras, el control químico con insecticidas naturales a base de plantas, y hasta las tendencias más fashion basadas en métodos genéticos: mosquitos machos estériles para que no dejen descendencia, sustitución de las poblaciones silvestres con mosquitos transgénicos resistentes a la enfermedad, bacterias transgénicas que cuando ingresan al mosco silencian genes que están relacionados con la transmisión, etc.

Si crees que eres demasiado pequeño para hacer la diferencia, intenta dormir con un mosquito en la habitación…

P

or todas estas razones, los programas de control de vectores buscan llevar a cabo acciones integrales. Sin embargo, estas acciones se vuelven inefectivas sin la participación activa de la población (que originalmente tuvo un papel muy importante en el origen y la dispersión de las ETV´s). Y es que, si los seres humanos somos bastante buenos para acabar con poblaciones y especies enteras todos los días, ¿por qué no podemos con los moscos? En

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Figura 5. Los rociadores recorren las localidades de riesgo para derribar mosquitos adultos.

cualquier caso, la clave está en actuar en la vida diaria con responsabilidad y en pensar colectivamente. Las acciones diarias de las personas, así como la participación comunitaria dirigida por las autoridades locales deben encaminarse hacia mantener calles, patios y azoteas libres de basura y cosas que puedan retener agua, podar el pasto y limpiar de hierba los jardines (para evitar sitos de descanso para los moscos), usar ropa de manga larga, repelente de insectos, proteger con mallas puertas y ventanas de las casas, pabellones en las camas, y el clásico “lava, tapa, voltea y elimina” que suena diariamente en medios de comunicación, las cuales pueden disminuir drásticamente el riesgo de contraer ETV´s. —Oiga comadre, ¿y de qué murió mi pobrecito compadre?— —Pues murió de fiebre amarilla, compadrito— —Bonito color, ¡eh!... bonito color— Salvador “Chava” Flores Desarrollo histórico del “Arte de papar moscos” en México.

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Una fábula de bichos: disertaciones sobre el pensamiento crítico Pablo Octavio Aguilar

Hace mucho tiempo, un par de hormigas, una roja y una negra, se encontraron a la mitad del camino. En principio se sintieron impelidas a la confrontación dadas sus diferencias, pero como eran muy racionales; decidieron usar argumentos como armas de guerra. -El color rojo está asociado con la sangre, por ello debes ser un ente agresivo y visceral- dijo la hormiga negra. -Pues el color negro está asociado con la muerte, por lo tanto debes ser un ser malvado y oscuro- contestó la hormiga roja. Durante un tiempo se dedicaron a discriminarse basadas únicamente en su aspecto intentando parecer más grandes, inteligentes e importantes. Mientras caminaban y discutían, llegaron al pie de un pequeño montículo.

-Yo pensé que era NUESTRA montaña- contestó la hormiga negra, y se alejó triste con la intención de demostrarle a la hormiga roja su error. Conoció muchas montañas, ciudades, lagos, pequeños montículos y grandes cordilleras, se maravilló una y otra vez de las grandezas del mundo; muchas de esas grandezas no fue capaz de entenderlas; preguntó y dialogó con otras hormigas sobre sus experiencias, algunas la confrontaron, la mayoría no le creyó. Al final ella pensó que tenía la verdad absoluta. - Es mi deber sacar a la hormiga roja de su error, pues yo estoy más informada, soy más inteligente y he adquirido más conocimientopensó la hormiga negra, y regresó sobre sus pasos para iluminar a la hormiga roja. Cuando llegó al pie de la montaña encontró un hormiguero enorme, lleno de hormigas rojas lideradas por su antigua compañera; todas adoraban a la montaña.

Desde su pequeña perspectiva el montículo les pareció enorme, gigantesco e inexplicable. Ambas se detuvieron admiradas a contemplar tal maravilla y comenzaron otra nueva disertación:

- He conocido montañas más grandes, lagos, ciudades, ríos y muchas otras maravillasdijo la hormiga negra.

-Nosotras discutiendo sobre nuestra grandeza y mira esta maravilla, no somos más que pequeñas entidades insignificantesdijo la hormiga roja.

La primera reacción del hormiguero fue ofenderse: -¡¿Montañas más grandes?!, eres un ateo, sacrílego y blasfemo al cuestionar a nuestra montaña- dijeron al unísono, y sin escuchar nada más de lo que dijo la hormiga negra, procedieron a golpearla y mutilarla.

-Ciertamente tienes razón, pero me pregunto si no habrá montículos más grandes- dijo la hormiga negra. Por primera vez estaban de acuerdo, no obstante la hormiga roja creyó que la hormiga negra la estaba retando a comprobar si ese montículo en realidad era tan maravilloso; ya saben, la visceralidad del color rojo había surtido efecto (o al menos eso llegó a creer la hormiga negra).

Antes de que la mataran, su antigua compañera intervino: z Ilus tració zá l e n: Erika A. Alonzo Gon

Picada en su orgullo, la hormiga roja se alejó en busca de montículos más grandes y llegó al pie de una montaña. Ante tal inmensidad, siendo incapaz de comprender el tamaño real de la montaña, pues carecía de una medida, pensó que había encontrado la verdad absoluta. -Existe una montaña, y es más grande que el montículo de la hormiga negra, he ganado- y regresó a jactarse de su hallazgo. Cuando la hormiga roja le platicó de la montaña a la hormiga negra, esta no podía creer lo que escuchaba, con una curiosidad que rayaba en la incredulidad acompañó a su contraparte hasta el pie de la montaña, donde cayó postrada ante tanta grandeza. Juntas, durante un tiempo, admiraron embelesadas a la montaña. Pasado un tiempo, la hormiga negra se preguntó si no existirían montañas más grandes: -¿Estás loca? ¿cómo te atreves a cuestionar la grandeza de MI montaña? - dijo la hormiga roja.

-¿Qué es una ciudad, un lago o un río?preguntó. -¿Cómo te atreves a querer conocer cosas diferentes a nuestra montaña?, estás llena de soberbia por cuestionar lo incuestionable, eres igual de blasfema que esta hormiga negra- dijo la colonia, y procedieron a golpearla y mutilarla también. Cuando ambas estaban a punto de morir, la hormiga roja dijo: -Yo tenía razón, las hormigas negras son malvadas y traen muertele dijo al oído a la hormiga negra. -Eres una ignorante- contestó la hormiga negra. Tiempo después, una inundación acabó con la colonia adoradora de montañas.

El saber es un cúmulo de conocimiento enorme del cual todos tomamos una pequeña parte, cada quien decide de qué montaña tomar información, pero no existen verdades absolutas. La única razón para discutir no radica en las montañas, sino en las diferencias entre hormigas. Al final, todos terminaremos igual.

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