LA COHESIÓN Y EL COMENTARIO DE TEXTO
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Tradicionalmente se afirma que los jóvenes son unos seres inconformistas que desean cambiar la sociedad. Puede que eso fuera cierto ayer pero hoy no es más que un tópico. Un verdadero tópico e impresentable. Lo que parece cierto es justamente lo contrario: los jóvenes de hoy (hablamos, claro está, de la mayoría de los jóvenes de hoy, haciendo todas las salvedades que hagan falta) son más bien conformistas nada amantes del cambio. No elucubremos y vayamos a la realidad, es decir, a los datos. Si nos tomamos en serio un par de encuestas que han visto la luz recientemente (la primera encargada por el Ayuntamiento de Barcelona y la segunda por el Ministerio de Cultura español), resulta que nuestros jóvenes son mayoritariamente conformistas es decir, se muestran de acuerdo y/o conformes con la vida que llevan e, indirectamente, con la sociedad en la que se mueven. Tomemos nota de lo que los sociólogos llaman índice de satisfacción: el 92% de los jóvenes se hallan satisfechos con su familia, el 80% con su vivienda, el 60% con sus relaciones sexuales, el 55% con sus estudios, el 54% con su situación económica y, a la postre, el 43% con su trabajo. Los datos de este par de encuestas invitan a la comparación y a la reflexión. Quien se detenga a comparar la actual generación joven con la de hace veinte años (lo siento, pero no hay más remedio que hablar de los jóvenes de los años sesenta y primeros setenta) no podrá dejar de constatar la existencia de una cierta diferencia. Pese a la inexistencia de encuestas fiables (de aquel tiempo sólo disponemos del macroinforme de nada menos que Armando de Miguel), no resulta apenas exagerado decir, por ejemplo , que aquellos jóvenes de ayer no estaban mayoritariamente nada de acuerdo con la familia (muchos deseaban huir de ella, otros querían cambiar su funcionamiento y algunos la querían destruir), no estaban de acuerdo con las relaciones sexuales que practicaban (y, ¡cuidado!, aquella fue una época sexualmente más permisiva que esta), eran muy críticos con los estudios (baste recordar aquello de la falta de correspondencia entre enseñanza y necesidad social o las quejas por la falta de calidad de la enseñanza, o las durísimas críticas dirigidas a una enseñanza que, según se creía, reproducía y consolidaba el sistema capitalista), y mostraban su evidente disconformidad no sólo con la situación económica sino, tout court, con el sistema económico (¿o es que no merece la pena recordar toda aquella historia del anticapitalismo y de la revolución anticapitalista?). Conclusión de la comparación: desde el punto de vista del conformismo/inconformismo, los jóvenes de hoy no son siquiera un pálido reflejo de los jóvenes de ayer. Dicho sea sin tapujos, los jóvenes de hoy han hecho del conformismo una verdadera categoría del pensamiento. Y una verdadera forma de vida. Un modus vivendi, por decirlo en latín y con una cierta ironía. Pero que nadie piense que aquí criticamos de un modo más o menos despiadado a nuestros jóvenes de hoy. No, tampoco se trata del joven desencantado de mayo de 1968 que se dedica al lamentable y patético deporte de mitificar la llamada década prodigiosa para marcar así la diferencia de "clase". No, lo único que pretendemos es apuntar la realidad, Y, puestos a decir, quien esto escribe no tiene inconveniente alguno en hacerse la siguiente "reflexión": el carácter de los jóvenes de hoy (su modus vivendi, para volver con el latinismo), conformista y poco proclive al cambio, no deja de tener su lógica. Una lógica de las que, para decirlo coloquialmente, aplasta: ¿por qué habrían de criticar los jóvenes a una familia que, en una época de crisis como la actual los mantiene? ¿Por qué habría de ir sexualmente más allá con los peligros que acechan hoy en algunas camas del país? ¿Por qué habrían de criticar unos estudios y una situación económica que, al fin y al cabo, les han hecho beneficiarlos -y hablamos en términos generales- de un cierto e innegable bienestar? El joven de hoy, sí, es mayoritariamente conformista. Y que ninguno de los ex-jóvenes comprometidos (y mucho menos aquellos que tras predicar la revolución se han instalado cómodamente en el sistema) les critique. Probablemente, y si tenemos en cuenta las limitaciones del presente la suya es una opción cuanto menos humana, sensata e inteligente. ¿Una virtud?
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1.- RESUMEN DEL TEXTO La mayoría de los jóvenes es actualmente conformista, tal y como se desprende de las encuestas. Frente a la generación precedente, la actual acepta la vida que lleva y la sociedad en la que vive. Esta actitud conformista es lógica, inteligente y quizás virtuosa teniendo en cuenta las circunstancias actuales, en las que se ofrece a la juventud un cierto bienestar a pesar de las dificultades existentes. 2.-COMENTARIO CRÍTICO PERSONAL: El fragmento consta de cuatro párrafos, aunque está estructurado en tres apartados, que se corresponden con tres aspectos del tema tratado: el conformismo de los jóvenes actuales, la comparación con la generación del 68 y la justificación de la actitud de la juventud actual. En el comienzo del primer párrafo se formula la tesis, que es la idea principal de todo el texto los jóvenes son hoy conformistas. Esta tesis se acompaña de los argumentos que la fundamentan y abarcan hasta el final del segundo párrafo: • Datos de encuestas: los jóvenes satisfechos con la familia, vivienda, relaciones sexuales, estudio, situación económica y trabajo, • Comparación: la juventud actual es conformista, la anterior fue inconformista. • Conclusión: el conformismo es el modo de vida de la juventud actual. Los párrafos tercero y cuarto constituyen una unidad y serían la conclusión general de todo el texto: el conformismo es lógico, inteligente y hasta virtuoso dadas las circunstancias. Una vez realizado el estudio de la estructura del texto y de las ideas que subyacen, considero oportuno formular unas consideraciones personales sobre el mismo. Ciertamente es un rasgo típico de la juventud la hostilidad frente a todo lo establecido, ya sea el orden político-social, los valores morales, los criterios estéticos imperantes, etc. El continuo enfrentamiento entre las generaciones parece atestiguarlo. No obstante, igualmente está claro que no es precisamente la rebeldía frente a lo heredado lo que caracteriza a los jóvenes de hoy. Posiblemente se puedan hacer dos observaciones al autor del texto, aunque en lo esencial se comparta su tesis: una estaría relacionada con la fundamentación de sus ideas y otra con la omisión (¿intencionada quizás?) de ciertos comportamientos juveniles diferentes a los expuestos aquí. A continuación pasamos a explicarlo. Los resultados de unas encuestas en las que se pregunta por el grado de satisfacción no parecen argumento sólido para demostrar el conformismo. El ciudadano puede estar contento con su vida personal (familiar, sexual, académica, laboral, etc..), pero no con la colectiva, y, en consecuencia, tal vez se enfrente a lo establecido y colabore con otros en propiciar un cambio social más o menos profundo. Más importante parece que el autor no aluda a los comportamientos disidentes de algunos jóvenes de lo que es consciente cuando advierte: “Hablamos, claro está de la mayoría de los jóvenes de hoy, haciendo todas las salvedades que haga falta”. A pesar de que no sea la mayor parte de la juventud la que mantenga compromisos con organizaciones sociales que luchan para producir cambios en la organización del mundo, no se puede olvidar que existen indicios que apuntan a un movimiento de desacuerdo con el mundo heredado. Así, por ejemplo, la conducta de los que participan como voluntarios y cooperantes en causas solidarias (atención a la tercera edad, a los discapacitados, a los económicamente menos favorecidos, etc.), los que colaboran con la Organizaciones no Gubernamentales (ONG), los que se movilizan contra las pruebas nucleares, algunos de los que piden utópicamente la disolución de los ejércitos, los que defienden las nobles causas de la Ecología, etc. En todas estas actividades es alta la participación de los jóvenes. Por otra parte, parece oportuno llamar la atención sobre esa comparación entre la generación actual y la del 68, pues quizá una sea especialmente conservadora y la otra, de las más rebeldes de la historia reciente, El contraste agranda desmesuradamente los rasgos conservadores de los jóvenes actuales. Conviene recordar que no fue la mayoría de los menores de 30 años la que participó en aquel movimiento rebelde del mayo francés. Por aquel entonces proliferaban por todas partes los llamados chicos y chicas "reyé", más entregados a la música pop y a las diversiones que a empresas de cambiar el mundo movidos por ideales utópicos. Es cierto que en los 60 y 70 hubo entre los jóvenes grandes sectores de inconformistas; pero no fueron tantos como se afirma y, además, esta corriente de renovación no era exclusivamente juvenil sino que en ella participaron otros sectores sociales y generacionales, Hoy, en cambio, no se estimula la disidencia, porque toda la sociedad, no sólo los jóvenes, se ha vuelto mucho más conservadora y conformista. En conclusión, los jóvenes actuales son conformistas, pero también lo es la sociedad en la que viven; sin embargo, y paralelamente, muchos están comprometidos con organizaciones y movimientos que luchan por conseguir un mundo más solidario. Por último hacer referencia a la pregunta que cierra el texto. ¿Es una pregunta cargada de ironía, de comprensión, de justificación? Supongo que la elección depende del lector.
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3.- TÍTULO Y JUSTIFICACIÓN: Personalmente pienso que el título más apropiado es el siguiente: El conformismo juvenil actual. ¿una virtud? La primera parte del título que propongo pretende reflejar la idea principal que se desprende de la lectura del texto. La pregunta, que ya aparece al final del texto, intenta recoger la sensación que su lectura puede despertar en el lector. Dicha sensación puede ser de comprensión, de aceptación o de rebeldía frente a lo expuesto. Quizás debería aclarar el concepto de rebeldía. Pienso que algunos, ante este escrito, pueden reaccionar negando su verosimilitud, rechazando las ideas expuestas y considerando que la pregunta final encierra una cierta ironía, por parte del autor, que realmente no piensa que dicha actitud de conformismo pueda ser considerada una virtud.
ESTUDIO DE LOS ELEMENTOS DE COHESIÓN DELTEXTO En primer lugar analizaremos los elementos que contribuyen a dar cohesión a cada uno de los párrafos, y, posteriormente buscaremos los que ayudan a la cohesión del texto. PRIMER PÁRRAFO: • • •
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Repetición de dos palabras que, precisamente, hacen alusión a la principal idea presente en este párrafo y a lo largo del texto en general: jóvenes, conformistas. Utilización de elementos correlativos para referirse a una realidad citada anteriormente: la primera, la segunda, Repetición de la misma palabra al final y al comienzo para señalar que el tema tratado en ambas oraciones es el mismo: tópico. Utilización de un pronombre, eso, con valor anafórico que sirve para relacionar entre sí dos periodos oracionales. Encontramos dos expresiones o enlaces que muestran la subjetividad del autor y que consideramos afectan a todo el párrafo o a buena parte de él. Una de las expresiones se dirige al receptor en quien el autor busca el asentimiento a sus afirmaciones: claro está. El otro marcador es el adverbio indirectamente.
SEGUNDO PÁRRAFO: •
Utilización de expresiones diversas para hacer alusión a la misma realidad: jóvenes de hoy, la actual generación joven; jóvenes de ayer, la de hace veinte años, jóvenes de los años sesenta y primeros setenta; ayer, hace veinte años, años sesenta y primeros setenta, época sexualmente más permisiva, aquel tiempo. Tengamos en cuenta que en este segundo párrafo lo fundamental es la comparación entre los jóvenes de ayer y los jóvenes de hoy. • Utilización de términos correlativos: muchos, otros, algunos. • Encontramos dos enlaces fraseológicos: conclusión de la comparación, dicho sea de paso. El primero sirve para relacionar todos los datos suministrados desde el comienzo del párrafo con los que a partir de este enlace se van a suministrar. El segundo se usa para señalarnos que lo que viene a continuación es una aclaración de lo precedente. • Descubrimos un enlace, por ejemplo, que sirve de introducción a una serie de consideraciones que se desarrollan en varias oraciones. Aparecen también conjunciones coordinantes, y, o, y, se utilizan para relacionar copulativa o disyuntivamente las oraciones anteriores con las que les siguen. De nuevo el contacto con el lector, aunque ahora tome la forma de una advertencia: ¡cuidado! TERCER PÁRRAFO: • • •
Utilización de expresiones diversas para hacer alusión a la misma realidad: hoy, época de crisis; mayo de 1968, década prodigiosa. Repetición de la misma palabra al comienzo y al final de una oración: lógica. Repetición del mismo tipo de estructura (oraciones interrogativas) ya que están íntimamente relacionadas las oraciones que la presentan.
CUARTO PÁRRAFO: •
Utilización de un pronombre con función anafórica: les 4
ELEMENTOS QUE CONTRIBUYEN A LA COHESIÓN DEL TEXTO. • •
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Repetición en los diferentes párrafos de las palabras claves que determinan el tema del texto: joven, jóvenes; conformista, conformismo. Para enlazar el primer párrafo con el segundo se comienza éste repitiendo una expresión precedida de un adjetivo determinativo con función anafórica. este par de encuestas. En este segundo párrafo se avanza un paso más y se trata ahora de establecer, utilizando los datos suministrados por las encuestadas citadas en el primer párrafo, una comparación para, posteriormente, llegar a una conclusión. El tercer párrafo comienza con una conjunción adversativa, pero, que nos quiere señalar que las afirmaciones vertidas en el párrafo anterior van a ser matizadas ahora. Para evitar que se malinterpreten las afirmaciones anteriores aparecen una serie de adverbios, No, tampoco, no, mediante los cuales el autor intenta que sus afirmaciones sean leídas e interpretadas correctamente, teniendo en cuenta las matizaciones que desarrolla en este tercer párrafo. Es de destacar la presencia en este párrafo de un pronombre, esto, con valor anafórico y que alude a todo lo escrito hasta este momento; de este modo se relaciona todo lo expuesto con las ideas que se van a desarrollar a continuación. El cuarto párrafo comienza con un adverbio de afirmación, sí, que ratifica una idea vertida al final del párrafo anterior y, podríamos añadir, a lo largo de todo el texto. Aparecen también una serie de conjunciones coordinantes copulativas, y, que pretenden sumar nuevas matizaciones a las ya expuestas en el párrafo anterior. Igualmente está presente en este párrafo un adverbio, probablemente, que sirve para anunciar la conclusión final.
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