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HACIENDO DISCÍPULOS

SÁBADO, 01 DE ENERO

“Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”. (Mateo 28:19)

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INTRODUCCIÓN

Empezamos un nuevo año lleno de sueños y expectativas en todo sentido. Hoy es el primer sábado y no hay mejor forma de empezar que recordando nuestro propósito por el cual fuimos llamados. Quiero preguntarte en esta mañana ¿cuál sería el propósito de una panadería? Desde luego, hacer y vender pan. Lo extraño sería que sea una panadería y no haga ni venda pan. ¿Cuál es el propósito de la iglesia? ¿Para qué estamos en este mundo? ¿Con qué fin nos llamó Dios? ¿Solo para asistir a los cultos de la iglesia una vez por semana? O ¿solo para encontrarnos con los amigos cada sábado? Esta mañana veremos qué dice la Biblia con relación a nuestra misión como cristianos.

PROPÓSITO DEL MENSAJE: Mostrar que Dios nos llama a ser y hacer discípulos.

I. LA GRAN COMISIÓN ES “HAGAN DISCÍPULOS…”

Jesús, antes de su partida, llamó a sus discípulos y les dio una orden:

“vayan y hagan discípulos” (Mat. 28:19). Todos los que han estudiado esta expresión, reconocen que el verbo matheteusate “hacer discípulos”, se encuentra en forma aoristo e imperativa, y que los demás verbos como

“id, bautizándolos y enseñándoles”, están subordinados al verbo principal

“Hacer discípulos”. Eso quiere decir que los verbos subordinados (id, bautizándolos y enseñándoles) indican la forma como se hacen discípulos, a saber: yendo, bautizando y enseñando.1

1 Javier Tula, Discipulado radical y expansivo (Lima: Fondo Editorial de la Universidad Peruana Unión, 2019), 18, 19.

Entonces la misión de la iglesia es hacer discípulos a través de tres acciones: (1) Yendo por todas las naciones, es decir, salgan de sus zonas de confort para que el evangelio llegue a todas partes, todos deben saber que Jesús murió, resucitó y que viene por segunda vez. Este mandato también está en armonía con el mensaje del primer ángel que dice: “Vi volar en medio del cielo y otro ángel que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra…” (Apo. 14:6). Claramente, la predicación implica moverse, mezclarse entre la gente, requiere salir por todos los lugares para hacer discípulos. No puede haber discipulado sin la acción de salir o de ir en busca del perdido. Jesús dejó el cielo para venir a buscarnos y salvarnos (Luc. 19:10). Nosotros debemos dejar nuestra comodidad para ir en busca del perdido. (2) Bautizando a todo aquel que decide ser discípulo de Cristo; el bautismo es parte del proceso del discipulado; es decir, no podemos pretender hacer discípulos sin el bautismo. El bautismo es la declaración pública de que el pecador está arrepentido y ahora decide ser un seguidor de Jesús. (3) Enseñando todo lo que nos ha mandado el Señor, esto es muy importante en la tarea de hacer discípulos. No basta con bautizar, hay que discipular. Si llevamos a la gente solo hasta el bautismo habremos fracasado en nuestra tarea de hacer discípulos. Las personas necesitan ser enseñadas, entrenadas y capacitadas; necesitan conocer las grandes verdades de la Palabra de Dios. Eso quiere decir que el discipulado tiene un comienzo, pero no un final, porque siempre habrá algo que aprender. Nótese que en todo el proceso de hacer discípulos es fundamental abrir la Palabra de Dios. Cuando salimos, llevamos la Biblia para enseñar el evangelio, pero continuamos toda una vida enseñando las verdades que están en la Palabra de Dios. No obstante, la tarea de hacer discípulos tiene que ver con algo más, y no tan solo con una simple exposición de la Biblia. Para hacer discípulos se requiere convivencia diaria entre maestro y discípulo, es decir, debemos andar juntos, trabajar, comer, caminar, etc. Esto también quiere decir que no se hace un discípulo de la noche a la mañana, en una campaña, en un mes, solo con enseñar las 20 lecciones de La fe de Jesús, se requiere tiempo y convivencia. El discípulo es un ser permanentemente en crecimiento, y el crecimiento no es un evento sino un proceso.2

2 Alejandro Bullón, Todo miembro involucrado (Buenos Aires, Asociación Casa Editora Sudamericana, 2017), 35.

APLICACIÓN

Las estadísticas dicen que solo el 7%, o a lo mucho el 10%, está interesado en cumplir la Gran Comisión, de ir y predicar el evangelio a muchas personas. Te pregunto, ¿cuándo fue la última vez que llevaste a una persona a los pies de Cristo? ¿Estás preparando mediante estudios bíblicos a una persona? ¿Estás orando para que Dios te use al momento de llevar su mensaje? Te invito en esta mañana para que este año sea un año de mayor compromiso con la misión de Dios. Deseo que este año tengas la alegría de hacer un discípulo para Cristo. ¿Te imaginas qué hubiera pasado si todos, el 100% de los que estamos aquí, nos hubiéramos propuesto hacer un nuevo discípulo cada año? Yo creo que Jesús ya habría venido. No podemos mirar el pasado, porque ya no podemos hacer nada, todo lo que tenemos es el presente. Ahora toma la decisión de que este año puedas tener la alegría de llevar una persona a los pies de Jesús.

II. TODOS SOMOS LLAMADOS A SER Y HACER DISCÍPULOS

Dos preguntas son muy importantes: ¿Quién es un discípulo? y ¿cómo se hace un discípulo? ¿Quién es un discípulo? Es una pregunta muy importante. Dios nos llama a ser verdaderos discípulos, aquí algunas características de un discípulo: a. Discípulo es aquel que lo deja todo cuando Jesús lo llama. Según la Biblia un discípulo es aquel que ha renunciado al mundo para seguir a Jesús. Este es el caso de Mateo, que cuando Jesús lo llamó, dejó todo, se levantó y lo siguió (Luc. 5:28). Pedro y todos los apóstoles, de igual manera, cuando Jesús los llamó, lo dejaron todo para seguirlo (Mar. 10:28). No hay discipulado sin una renuncia a los planes personales para seguir los planes divinos. b. Discípulo es aquel que camina con Jesús. Jesús dijo: “Vengan a mí… y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón” (Mat. 11:29). A medida que caminemos con Jesús vamos a aprender características muy importantes: humildad y mansedumbre. Es decir, un discípulo que camina con Jesús se va a parecer cada vez más a él. Elena G. de White dice lo siguiente: “No podemos santificar su nombre ni representarlo ante el mundo, a menos que en nuestra vida y carácter representemos la vida y el carácter de Dios”.3 Justamente el discipulado

3 Elena G. de White, Discurso maestro de Jesucristo (Buenos Aires: ACES, 1993), 92.

tiene el propósito de recuperar la imagen de Dios que el ser humano perdió cuando cayó en pecado. c. Un discípulo es aquel que permanece en Jesús. Jesús dijo: “Permaneced en mí, y yo en vosotros…” (Jn. 15:4), “Si alguno no permanece en mí, es echado fuera…” (Jn. 15:7). ¿Cómo permanecemos en Cristo en nuestros días? En la práctica, orando todos los días, estudiando su Palabra y asistiendo a un Grupo Pequeño/Unidad de Acción. d. Finalmente, un discípulo es aquel que forma a otro discípulo. Elena de White menciona que: “Cada verdadero discípulo nace en el reino de Dios como un misionero”.4 Un verdadero discípulo no puede permanecer en silencio, necesita formar a otro discípulo. Todos los que hemos decidido seguir a Jesús estamos llamados a ser discípulos; a su vez, todos los que somos discípulos también estamos llamados a hacer discípulos.

Pero ¿cómo se hace un discípulo?

Jesús es nuestro máximo ejemplo de cómo se forma un discípulo. Así como él nos mandó a hacer discípulos, también nos enseñó cómo hacerlos. El pastor Bullón en su libro Todo miembro involucrado presenta algunas claves para hacer discípulos: a. Hay que salir a buscar al perdido. No hay manera de hacer discípulos si permanecemos encerrados en la iglesia, por eso Jesús dijo: “Vayan y hagan discípulos…” (Mat. 28:19). b. Ama a las personas. La Biblia dice que la gente va a conocer que somos sus discípulos si nos amamos unos a otros (Jn. 13:35). El amor por las almas debe ser nuestra mayor motivación para ir a buscarlas y salvarlas. c. Busca a cinco personas a quienes intencionalmente puedas discipular. No se puede discipular si no se tiene en mente a quiénes vamos a discipular. De tus familiares, amigos y vecinos, escoge cinco nombres. ¿Por qué tiene que ser cinco? Porque a medida que uno va dando los estudios bíblicos las personas también se desaniman, y finalmente uno o dos de ellos decidirán ser discípulos de Jesús.

4 Elena G. de White, El Deseado de todas las gentes (Buenos Aires: ACES, 1993), 162.

d. Ora por las personas a quienes quieres conducir a Cristo. La transformación del corazón humano es una obra divina, es decir del Espíritu

Santo (Zac. 4:6). e. Busca una Pareja Discipuladora. Jesús llamó a doce y luego los envió a predicar de dos en dos (Mar. 6:7). f. Sigue el método de Jesús. “Solo el método de Cristo será el que dará éxito para llegar a la gente. El Salvador trataba a los hombres como quien deseaba hacerles bien. Les mostraba simpatía, atendía sus necesidades y se ganaba su confianza. Entonces les decía: Seguidme” (MC, 102). g. Enséñale a ganar a otro discípulo. Solo cuando la persona se convierta en un ganador de almas podemos decir que ya está comprendiendo qué es ser un verdadero discípulo.

APLICACIÓN

Todos estamos llamados a ser y hacer discípulos. Primero debemos ser antes de hacer, porque bien se dice: no podemos dar lo que no tenemos. El discipulado empieza con nosotros mismos. La pregunta es: ¿Estoy siendo un discípulo de Jesús? ¿Estoy caminando día a día con él? ¿Estoy orando y leyendo la Biblia todos los días? Es bueno responder estas preguntas de manera personal antes de hacer discípulos. Hoy es el momento de comenzar a vivir un discipulado genuino. La evidencia de mi discipulado será el conducir a otros a los pies de Jesús. Elena G. de White tiene una cita muy escalofriante, y esta dice lo siguiente: “Todos los que no son fervientes discípulos de Cristo, son siervos de Satanás” (CS, 562). ¿O somos o no somos discípulos? No podemos quedar neutrales en este asunto, tenemos que decidir ahora mismo.

CONCLUSIÓN

Esta mañana, a la luz de la Biblia, hemos visto que la misión de la iglesia es hacer discípulos y se hace yendo, bautizando y enseñando. También hemos visto que todos estamos llamados a ser discípulos y hacer discípulos. Somos discípulos cuando vivimos en Comunión, Relación y Misión. En comunión, orando y estudiando la Biblia todos los días. En relación, participando activamente

en un Grupo Pequeño o Unidad de Acción. En misión, cada verdadero discípulo, sin duda, será un misionero.

LLAMADO

Dios conoce cómo está tu relación y tu compromiso con él. El Señor dice: “Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! Así, puesto que eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca (Apo. 3:15, 16). Él sabe cómo estamos viviendo nuestro cristianismo. Él sabe si eres caliente, frío o quizá tibio. La peor condición en el cristiano es la tibieza espiritual, es decir, andar a medias en las cosas de Dios. En esta mañana, es un momento oportuno para renovar nuestra comunión con Dios. Él te dice: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo” (Apo. 3:20). ¿Cuál será tu decisión?

Pr. Fernando Rojas Miranda

Ministerio Personal - MPCS

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