HIARES
Historia universal del arte y la cultura Ernesto Ballesteros Arranz
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Arte africano y oceรกnico
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HIARES 4ª Edición ISBN: 978-84-16015-35-1 Paseo de Guadalajara, 74 28700 San Sebastián de los Reyes (Madrid)
Arte africano y oceánico
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n siglos pasados nadie habría pensado que el arte africano pudiera sentarse en igualdad de condiciones en la mesa de la cultura europea. El descubrimiento del arte africano y oceánico, artes eminentemente primitivas, que han tenido un desarrollo muy distinto al europeo, data de muy poco tiempo relativamente. Hoy creemos necesario hablar
del arte africano; los artistas europeos admiran el arte africano y no pocos estilos de vanguardia se inspiran en estilos africanos primitivos. En fin, entramos en una fase de curiosidad hacia las otras culturas que pueblan el planeta. Lo único que por ahora atrae nuestra atención es el arte, pero es posible que más adelante nos interesemos también por la cultura en sus más amplias manifestaciones. En África, como
en Oceanía, hay una cultura diferente. No tiene por qué ser peor. Bien es cierto que nos parece menos evolucionada en muchos aspectos, pero no está demostrado que la evolución conduzca siempre a un nivel más perfecto. Cabe la posibilidad de un desarrollo negativo, funesto para una civilización. No queremos resucitar las Ideas de Spengler, pero, ¿estamos seguros de que nuestra cultura es la mejor cultura que
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1. Estatuilla con los brazos levantados (arte de los Tellen).
se ha podido producir en el tiempo que ha durado su evolución? A estas horas ningún europeo de sentido común puede estarlo. Por lo tanto, un desarrollo menor no significaría una calidad menor. Bien pudiera ser al contrario. Hasta ahora el europeo sólo se ha interesado por el arte africano. Dentro de una o dos generaciones comenzará a interesarse por toda su cultura. Una civilización es una transformación de la naturaleza que el hombre hace para vivir mejor en ella. El hombre no se adapta a la naturaleza, como suele decirse, sino que obliga a la naturaleza a someterse a sus necesidades y a veces, a sus caprichos. Los impresionistas, los fauves, los expresionistas y los cubistas han encontrado gran belleza en el arte negro y oceánico. Recordemos a Gauguin o a Matisse, verdaderamente entusiasmados con las producciones artísticas africanas
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y asiáticas. Tiempo vendrá en que el europeo, educado en una nueva perspectiva vital, estudie y valore con la misma atención y el mismo respeto toda la cultura primitiva. No me refiero a un estudio etnológico, como el que hacía Frobenius, por ejemplo, que es el estudio del naturalista sobre el curioso escarabajo de otras tierras. Aquello era un estudio positivista, desenfocado y con complejo de superioridad. El europeo debe cambiar su estructura vital y comprender que es uno más entre los muchos pueblos que habitan la Tierra. Esto no debe entenderse como una frase de ecos sociales, sino de un modo mucho más serio y sincero. Es preciso urgente, diríamos mejor encontrar nuevas categorías para valorar la cultura y el arte. Las viejas categorías no sirven, están desenfocadas, dan una visión difusa de la realidad. Es posible que cuando el europeo quiera comprender
2. Máscara-Hiena (arte de los Dogon).
con espíritu humilde y ganas de asimilar todo lo bueno que pueda encontrar el desarrollo cultural africano u oceánico, o de cualquier otro pueblo primitivo, este estudio no pueda hacerse. Quizá llegue tarde a todas estas citas. los propios africanos abandonan sus costumbres, sus creencias, su cultura y su arte. Desestiman sus propias normas sociales y provocan rupturas en su ambiente. Hemos tenido ocasión de visitar personalmente algunos territorios africanos. Los pocos restos artísticos autóctonos se conservan en Museos o colecciones, casi siempre religiosas, porque nadie se ha preocupado de continuar las tradiciones. Los africanos eluden el compromiso que tienen con su pasado y esto es un camino seguro para despeñarse en el futuro. Se
sienten seducidos, hipnotizados, por la cultura europea, por sus máquinas y su economía omnipotente, por sus armas y su orgullo. Olvidan de esta forma su propio mundo, sin darse cuenta de que, cuando lo hayan roto y olvidado totalmente, tendrán que fabricarse otro nuevo, porque el europeo no les servirá de nada. En los poblados centroafricanos se olvidan las tradiciones y es casi imposible encontrar un nativo que sepa hacer un objeto artístico de calidad. Se venden cosas inusitadas, en serie, tipificadas por industriales europeos, que quieren imitar y “standarizar” las producciones auténticas. De este modo se hace cada vez más difícil encontrar obras de valor. Los europeos han conseguido importantes colecciones en algunos Museos,
3. Máscara zooantropomorfa (arte de los Bambara).
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pero, ¡cosa curiosa!, este arte no importa a los africanos, sino a los propios europeos. Estamos ante un fenómeno de disolución cultural de primer orden, que debería estudiarse como primera lección histórica en todos los liceos del mundo. Una cultura, ni mejor ni peor que las demás, la africana, está pereciendo ante nuestra vista. Se está produciendo un cambio histórico sin precedentes, y lo único que sabemos
hacer es seguir explicando guerras, batallas y dinastías. Una oportunidad como ésta tardará mucho tiempo, quizá siglos, en repetirse. Sin más preámbulos, vamos a exponer de forma sucinta, tal como ha sido norma en toda esta colección, las manifestaciones más importantes del arte africano. En una segunda parte nos ocuparemos del arte oceánico.
ARTE AFRICANO 4. Tocado de antílopes «Chi Wara» (arte de los Bambara).
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El interés por el arte africano data de comienzos del siglo XX, en líneas generales. Siempre hubo individuos excepcionales que valoraron de uno u otro modo estas experiencias artísticas, pero la apreciación sistemática practicada por numerosos círculos de estudiosos sólo se ha producido a principios del XX. ¿Por qué? Sin duda, por los fenómenos que hemos apuntado en series anteriores. A comienzos del siglo XX, los artistas europeos estaban cansados del arte tradicional y se pusieron a buscar nuevas
soluciones al problema vital. Querían expresar de otro modo sus vivencias, porque sentían que eran distintas a las que pudo tener un hombre del siglo XVIII o XIX. El artista europeo del siglo XX quería replantearse radicalmente todos los problemas estéticos anteriores. No admitía soluciones arbitrarias. En esta coyuntura, descubre una variada gama de artes primitivas que, por su planteamiento más elemental, resulta mucho más asequible a sus necesidades. Admira estos estilos, los estudia, se
5. Máscara pintada (arte de los Moss).
preocupa por ellos. Incluso los imita. Sin ir más allá, recordemos el primitivismo de Gauguin o, el más afectado, de Rousseau el aduanero y los Naifs. Este es el momento en que el público europeo comienza a interesarse por el arte africano. Los artistas han marcado la pauta y, como ocurre siempre, el público acepta un criterio docto y sigue su ejemplo. Se hacen exposiciones, comentarios, estudios y panegíricos del arte negro. Hoy, a un siglo de distancia de este fenómeno, este movimiento de admiración hacia el arte negro ha seguido creciendo y creciendo. La zona africana mejor estudiada es el África occidental.
En ella se han hecho muchos descubrimientos, algunos de notable calidad. En principio, debemos dividir el África negra en tres grandes zonas: 1) La zona septentrional, formada por los Estados actuales de Malí, Alto Volta, Costa del Marfil y el norte de Ghana. 2) La zona central, formada por los actuales Estados de Guinea, Nigeria, Sierra Leona, Togo, Dahomey y Camerún. 3) La zona meridional, formada por los actuales Estados del Congo, norte de Angola y Zimbabwe, sur del Gabón, etc…
ZONA SEPTENTRIONAL Casi todos los objetos que hemos conservado de los primitivos africanos son tallas en madera y en algunos casos, cerámica o esculturas en piedra. Las tallas en madera no pueden ser muy antiguas,
6. Máscara «Molo» (arte de los Bobbo).
porque habrían sucumbido a la acción de la intemperie. Se calcula un máximo de dos siglos de supervivencia en condiciones húmedas, como las que predominan en esta zona africana. Pero
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7. Estatua en madera llamada «Deblé» (arte de los Senufo).
en muchas ocasiones estos dos siglos pueden alargarse mucho más. Se hace de esta forma muy difícil tener una cronología absoluta del arte africano. Otros materiales, como el hueso, marfil, piedra, metal, etc…, han sido menos dañados por el tiempo. La cultura más antigua de esta zona es la del pueblo TELLEM, que habitaba en el arco superior del Níger, en el actual Estado de Malí, hacia los siglos XIV o XV de nuestra Era. El terreno es poco propicio para la agricultura, por lo que se supone que eran ganaderos seminómadas. Todo el arte que hemos encontrado de estos pueblos se resume a unas figuras alargadas de madera, muy deterioradas por regla general, y que se cree pueden representar a los antepasados o algún fenómeno relacionado con el culto animista (1). Presentan casi siempre las manos elevadas hacía (Pág. 4) el cielo o extendidas en flexión, en actitud de ofrenda. Sus estilizadas proporciones son muy características. Los Tellem no fueron un pueblo aislado, sino que mantuvie-
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8. Máscara de danza (arte de los Senufo).