LA EDUCACIÓN EMOCIONAL Y LOS ALUMNOS CON NECESIDADES EDUCATIVAS ESPECIALES (I): Diana Gómez. Departamento de psicología y educación, Universidad Camilo José Cela. (MADRID). Aproximación teórico – práctica a la educación emocional 1. INTRODUCCIÓN. En la actualidad existe un consenso generalizado en torno a dos de los pilares fundamentales que deben regir el hecho educativo: por un lado, la educación debe responder a las necesidades de todos los niños y niñas, sean cuales fueran sus dificultades, limitaciones y capacidades. Por otro lado, además de fomentar un conjunto de conocimientos y aprendizajes estructurados en el currículum académico, debe procurar el máximo desarrollo integral de cada uno de sus alumnos, incluyendo, por tanto, la dimensión socioafectiva como un aspecto vital en dicho desarrollo. Según esto, podemos afirmar que la escuela de nuestros días tiene dos importantes retos ante sí: la integración educativa de todos los niños y una educación integral para todos. Por un lado, la integración escolar, con una trayectoria de décadas en nuestro país, sigue siendo una realidad controvertida, con luces y sombras. En la teoría, nadie duda de sus efectos positivos. En la práctica, la integración educativa no está exenta de importantes escollos y dificultades que tanto profesores como padres manifiestan abiertamente. La escuela inclusiva, como una evolución del concepto de integración, se configura como la escuela para todos los niños y descansa sobre una actitud o creencia muy clara: la presencia del niño con necesidades educativas especiales en el aula ordinaria no es un privilegio sino un derecho fundamental del mismo. Esta actitud nos lleva directamente a la consideración de la diversidad como un valor fundamental en nuestras escuelas. Esta diversidad de origen cultural, lingüístico, de capacidad, etc., no sólo es positiva para el niño incluido sino para toda la comunidad educativa, ya que proporciona la experiencia de convivir en la diferencia, de aprender de ella y de preparar al niño para funcionar en una sociedad diversa y compleja. Recordemos que nuestros alumnos de hoy serán los ciudadanos adultos de la sociedad de mañana. Por ello, vivir en una sociedad plural que respete la diversidad sólo será posible si nuestras aulas se convierten en escenarios enriquecidos por esta diversidad. Estamos hablando, por tanto, de la adquisición de actitudes y la asimilación de valores. La educación integral, por otro lado, implica el desarrollo de un currículo socioemocional que de manera explícita y sistemática ayude a cada alumno a lograr