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RESEÑA UN RECUENTO PARCIAL DE LOS INCENDIOS*

Por: Francisco José Casado Por: Francisco José Casado

Generalmente la ceniza es considerada inútil residuo del hipnótico desenlace de toda materia inflamable; sin embargo, como la poesía, reconfigura y resignifica, toma una dimensión utilitaria para las voces del escritor, editor, crítico y traductor sinaloense Mijail Lamas (Culiacán, 1979) compiladas en Un recuento parcial de los incendios: Antología (2007-2012) (2022), de la Serie Ex Libris, publicado por el Instituto Sinaloense de Cultura.

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Más que una recolección, el libro parece más el forjado de un tabaco, compuesto por el núcleo o tripa, germen del sabor y aroma, donde el Volado hoja de la combustión es Cuaderno de Tyler Durden De personalidad volátil, incendiaria y provocador, como su homónimo, teledirigido a las generaciones en lucha por pertenecer y/o destacar en el entorno socio-económico-poético a finales de los 90’s:

La segunda hoja, Seco encargada del aroma , revolotea en Fundación de la casa Un desdecir de la vida cotidiana de la unión libre que emana amor sin necesidad de categorización alguna Mientras que para la tercera capa, Ligero, para el sabor , me remito a Contraverano.

El ardor incómodo de la pérdida balancea el aroma dulce previo, refuta la visión de la ceniza como deshecho, al contrario, puede hacer crecer algo nuevamente, con algo de paciencia, designio que susurra al oído: “[ ] levantar la pluma de esta hoja que la luz ha despertado, a oscurecer con un golpe de mano esta flama que se consume a sí misma. / Voy a quedarme quieto. / Voy a esperar la estación de nubarrones y mañanas frías / Voy a guardar silencio ”

En las últimas capas, el Capote o la cubierta de la tripa , que da forma al cigarro, tendría paralelismo con Trevas Canción del navegante de sí mismo Hace más presencia la formación y cercanía de Mijail con la poesía portuguesa, en especial la de Cesário Verde (Lisboa, 1855-1886), donde lo cotidiano y a la vez precoz incendiario habría de formalizar y homenajear esta construcción.

Por último, la capa o terminado, se resume en El canto y la piedra Marco de otra vuelta al origen, pero de la poesía: una reescritura sobre referentes clásicos y mitológicos que consolidan la poética sagaz y concreta: Sólo te pido una palabra / que hiera desde lejos / y sea mortal ” Personal y cotidiana: “No hay calamidad, / sólo un andar en ruinas, / un no reconocerse en los demás, / estar perdido ”

Mijail, como descendiente de una generación agitada por el grunge y la incertidumbre, “y un buen día nos volvemos adultos / y vamos al trabajo enfundados en un traje Pero llevamos un riff de Nirvana sonando en la cabeza y es ese nuestro único amuleto. ” A lo largo de una década de trabajo, deja constancia que al porvenir no hay que pintarlo ni de esperanza, como tampoco de desolación; al contrario, toma la ceniza de los ceniceros y embadurna las paredes con la ceniza de este amargo deleite que hace toser y llorar, como también adormecer por instantes la realidad.

El sabor a tabaco y ceniza de Un recuento parcial de los incendios invita a no limpiarse el sabor después de terminarlo.

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