HIPÉRBOLE FRONTERA | AÑO 4 | NO. 30 | OTOÑO 2023

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H I P É R B O L E F R O N T E R A A Ñ O 4 | N Ú M E R O 3 0 | O C T U B R E 2 0 2 3 L I T E R A T U R A Y O T R A S E X P R E S I O N E S

Franco García

Claudia Colosio

Helena De la Peña

Rehab Wahdan

Dayana Campillo

Adair Zepeda

María Inés Pozo

César Lontananza

Editora

Imagen en portada

Columna

Mónica Morales Rocha

Hipérbole Frontera | MMR

Javier Vargas de Luna

C o l a b o r a c i o n e s

Adrián Muñoz

Oliverio Pérez

Mariana Gutiérrez

Edgard J. Rivera

Jair Ramírez

Génesis García

Ono Bernal

Samantha Rojas

María José Escobar

Carlos José Blandón

Valeria Vázquez

Karla Hernández

Paty Blake

Galo Gutiérrez-Jiménez

Sofía Soria

Víctor Alzina

Revista de divulgación literaria y otras expresiones artísticas, sin fines de lucro Publicación trimestral.

Archivo disponible para descarga gratuita en: wwwmoonytjcom/hiperbole-frontera

Tijuana de 2023
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EN PORTADA

Otoño

Hipérbole Frontera | MMR

Técnica: collage digital

3 PALABRAS DE LA EDITORA

5

OTOÑO

[5] Franco García

[6] Claudia Colosio

[7] Helena De la Peña

[8] Rehab Wahdan

[9] Dayana Campillo

[10]Adair Zepeda

[11] María Inés Pozo

[12] César Lontananza

[13] Adrián Muñoz

[14] Oliverio Pérez

[17] Mariana Gutiérrez

[18] Edgard J. Rivera

[19] Jair Ramírez

[20] Génesis García

[21] Ono Bernal

[22] Samantha Rojas

[23] María José Escobar

[24] Carlos José Blandón

[25] Valeria Vázquez

[26] Karla Hernández

[28] Paty Blake

COLUMNA

30 Javier Vargas de Luna

Lecturas Migratorias

32

RESEÑA

María Emilia, de Antonio Campoverde, por Galo GuerreroJiménez

Violencia de Génesis (2023), de Xavier G , por Mónica Morales

Los restos del día, Kazuo Ishiguro, por Sofía Soria

35 ENSAYO

Víctor Alzina

38

CONVOCATORIA

No. 31 invierno, trimestre enero-marzo 2024.

2 | O T O Ñ O 2 0 2 3 | H I P É R B O L E F R O N T E R A Í N D I C E

PALABRAS DE LA EDITORA

Llegó octubre y, con él, nuestro Número 30 Otoño de Hipérbole Frontera, revista digital de divulgación literaria y otras expresiones artísticas

Quiero expresar mi entusiasta y sincero agradecimiento a quienes respondieron con sus obras a nuestra convocatoria Sus contribuciones han dado vida a este número, ofreciendo una variedad de voces y perspectivas que nos inspiran y deleitan.

También, es motivo de viva alegría contar nuevamente con la colaboración de Javier Vargas de Luna, desde Quebec, con su ya entrañable columna "Lecturas Migratorias". En esta edición, nos regala su luminosa aproximación a la novela "Los Bajos del Temor" de la autora argentina Vlady Kociancich

Les renuevo mi sincero agradecimiento por su acompañamiento lector Su genti-

leza al leer, compartir y recomendar es gran impulso para seguir adelante

Les invito, pues, a explorar y disfrutar de esta edición otoñal, fiesta sepia de palabras Que la lectura resulte cálida y llena de gratos hallazgos

¡Gracias por ser parte de la comunidad de Hipérbole Frontera!

¡Gracias por leer!

MÓNICA MORALES ROCHA MÓNICA MORALES ROCHA H I P É R B O L E F R O N T E R A | O T O Ñ O 2 0 2 3 | 3
Volvemos al sepia
4 | O T O Ñ O 2 0 2 3 | H I P É R B O L E F R O N T E R A
OTOÑO

FRANCO

FOGATA

GARCÍA

Mi corazón no es más que un árbol caído, leña para tus días oscuros

Franco García (Guerrero, 1987) Economista por la UNAM Ha publicado en Punto de partida, Punto en línea, Ágora, Opción, Mono, La otra voz, Trinchera, Acapulco Cultura, Minificción, Monolito, Rankia, Palabrerías, Zompantle, Capote, Enpoli, Sputnik, Periódico Poético, Revista Noche Laberinto, Letras y Voces, Irradiación, Campos de Plumas, Alcantarilla, entre otras Parte de su obra ha aparecido en antologías de minificciones y cuentos

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CLAUDIA COLOSIO

El traslado físico del cuerpo es un adormecedor de la nostalgia ante la única importancia del ahora Me doy cuenta de los veintes y los treintas siempre frente a la puerta de abordaje, frente al cadáver de mi última versión Recaudo las lágrimas con cualquier fibra en la despedida de coros de llamadas que cierran con aliento el ataúd desde altavoces familiares Durante el trance del transporte sólo existe el momento superviviente de restos biológicos en movimiento, seres expectantes de vida en el puerto de llegada en goteros de novedad donde las formas hidratadas sobreviven

Claudia Colosio

(Caborca, 1991) es Doctora en Literatura Hispánica por El Colegio de San Luis Beneficiaria del PECDA Sonora en la categoría de Creadores con Trayectoria. Cursó el Diplomado Virtual de Creación Literaria del INBAL y ha publicado cuento, poesía y ensayo en Círculo de Poesía e Irradiación

ARRASTRO UNA MALETA CON MI NOMBRE 6 | O T O Ñ O 2 0 2 3 | H I P É R B O L E F R O N T E R A

HELENA DE LA PEÑA

HUIZACHE

Camina sobre tierra caliente. A veces se arrastra, siempre implora. Su grito se seca cuando el sol lo toca y con las manos agrietadas escarba infinitamente o hasta encontrar algo.

Vuelve a nacer en planta perenne. Aferra sus raíces al norte, en el inicio, crece hacia el sur, soñando con el fin. Hay días que sigue al sol hasta ocultarse. Define al horizonte con su trote, no importa la posición del sol, no para de buscar.

Vuelve a nacer en ave de presa guía a las nubes con su vuelo Ruega por un poco de agua, para sentir la tierra llovida entre sus alas manchadas de tiempo, y poder remover huizaches

Renace en el calor del desierto como planta, animal y humana Vuelve a nacer hasta encontrarle

Conoce cada arbusto, grieta, piedra, huizache

Memoriza el cielo, espera que un día sea finito

En cualquier forma ella arranca la tierra caliente, busca abajo, siempre abajo

Desesperada anhela llegar al fondo Desea (y no) encontrar osamenta, reza porque sea (o no) su huizache.

Renace en cualquier forma y en cualquier forma sigue buscando. Escarba, remueve cada centímetro de tierra caliente, Muere bajo el calor del sol y vuelve en otra vida.

Sigue buscando en el desierto hasta encontrarse de nuevo con su huizache.

Toma el suelo, las piedras, las grietas

Del suelo hace el cielo, porque no hay espacio para todos

De las piedras hace nubes, porque implora por lluvia

De las grietas hace rayos de sol, porque el día no basta

Con las manos agrietadas, las raíces infinitas y las alas cansadas, remueve la tierra caliente con el deseo de encontrar, bajo un huizache (su huizache), un puñado de huesos para volver a enterrar

Helena Marlene de la Peña Llamas Licenciada en Escritura Creativa por la Universidad de Guadalajara Ha participado en la publicación de textos en “Tiempo de mujeres. Calendario Literario” por parte de la editorial La Zonámbula, además de participar en varios de talleres de creación literaria (Durango – Guadalajara)

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FAWZI

Traducción:

JEDR

REHAB WAHDAN

EL RETO

¡Oh, mar !

Tus olas no asustan mi corazón.

Pues mi sol te ha abrasado…

Te has evaporado.

Te has convertido en nubes

A la tierra, en forma de río, has precipitado

¡Hacia mí te has dirigido!

Ahora, tu esencia es un vaso de agua en mi puño

Si quiero, lo bebo

Y si quiero, lo vierto

Así, no sueltes las olas bramar…

Alardear de su fuerza y refunfuñar.

Tus olas…

No asustan mi corazón

Es profesor, periodista y escritor egipcio Especialista en manuscritos en la Biblioteca de Alejandría y consejero en la Autoridad General de Palacios Culturales en Egipto. Obtuvo el Premio del Príncipe Abdullah Al-Faisal para la poesía teatral, después de una carrera de 75 libros publicados en Egipto, Arabia Saudita, Kuwait y Jordania

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8 | O T O Ñ O 2 0 2 3 | H I P É R B O L E F R O N T E R A

DAYANA CAMPILLO

YA NO ES SOLO LA NOCHE

Ya no es solo la noche, respiración bulliciosa, la que hace de mi mano hermana de la navaja.

Ya no es solo la noche, contenedor de espectros vivos, fosa de mil miradas, mil posibilidades de ya no ser, de ya no estar, de encarnar por última vez, una sola ausencia.

Ya no es solo la noche brote de poesía, canto romántico, sino clamor feral, grito regresado a las entrañas de una voz que aunque si calla, seguirá siendo mía.

Y si la noche la vuelvo verso, no es para metaforizar el astro, ni distinguir el hado estelar. Es para que el miedo no sea solamente mi cara; también palabra, palabra mil veces más eterna

Dayana Campillo (2000, Tijuana). Licenciada en Lengua y Literatura de Hispanoamérica por la Universidad Autónoma de Baja California Ha publicado en revistas como Retruécano, Gramanimia, Transmodernity y en la antología de cuentos Cuénticas (2023, Amazonas Editorial). Se inclina por la investigación de los géneros no miméticos, enfocándose en la literatura fantástica

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CIRCUNFERENCIAS ADAIR ZEPEDA

Conozco la superficie del círculo a fuerza de encontrar cada arista en la esfera, cortar un tajo y rendir la exactitud matemática de su herida, la sangre que fluye es un cálculo elemental que se desguaza por los ojos hasta encontrar cabida en otras formas elementales de la materia

He perfeccionado el juego de la repetición para que la nada me sorprenda y cada filamento de la cuerda que construyo me calce al cuello limpiamente sin temor a la ruptura

No hablo de una salida confiable, hablo de la libertad de elegir ese camino aunque no se desee

La carne del círculo es una masa concéntrica que se repite en giros interminables a su interior, pero nada garantiza que también sean exteriores, y que el círculo y su visión recaigan en mis manos Incluso el vocablo que usa de máscara tiene sus propiedades físicas, y comienza donde termina, diferente apenas por la culminación del gesto en los labios apretados Sólo me resta imaginar las reglas bajo las que vamos siendo aplastados en esa exactitud geométrica que contiene toda la vida como la piel de las cebollas.

(Texcoco, México, 1986) M C, Economista

de Ediciones Ave Azul (aveazulcommx) Premio Nacional de cuento ‘Gabriel Borunda’ 2021; XVI Premio Nacional de poesía Tintanueva 2014; 1er lugar III certamen Buscando la Muerte, del Centro Cultural Mexiquense Bicentenario, 2014

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MARÍA INÉS POZO DE VILLA

COMPLICIDAD

En el momento en que me ves, en el momento en que me dejas verte; ese aire de suspenso que tienen tus ojos ante mis palabras desnudas

Suspiros, caricias de agua, manos de tinta Sabes cada paso de mi mente, conozco cada letra de tu hastío Privilegiados los vínculos que nos unen; ésos, de olor a secreto y caricias húmedas que van pregonando por la madrugada una canción no admitida, no recordada Momentos nuestros, tan nuestros, que la tierra mojada se encela de nuestra propia lluvia, de nuestro propio encuentro Y si en algún momento, en tus sueños de caracolas, se embarcara la pregunta de qué soy para vos, deja la angustia, querida niña, sólo soy una cómplice de tus sueños, de tu voz de sirena, de tus manos de arena Y si acaso quisieras saber más, embarca tu caballo de mar y navega con mi presencia sobre las olas de sal; mezcla tu aroma y mi silencio, tu paz y mi andar, tus pies y mi hoguera Cuela mi complicidad con la tuya, entrégate a mi verbo, sé parte de mi aliento

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María Inés Pozo de Villa Originaria de Ciudad de México, creció en Chihuahua Amante de los gatos y de las causas justas, del olor a café y a tierra húmeda; cree fielmente en el amor como sanación, unión, revolución. Acompañante de Dios, cercana a sus brujas ancestrales

CÉSAR LONTANANZA

HIELO

Quizá sea aventurado prolongar un segundo de silencio profundo para escuchar las palabras escondidas tras el grito.

No el silencio sino la voz que, de pronto, he perdido me descubre en el recuerdo de todo lo que no he dicho

Porque esta noche de cristal me corta el aliento Yo no sé cómo no sangro en cada respiro

Porque esta noche guardo los fragmentos de mi voz sin hacer ruido: no quiero que ninguna pesadilla encuentre mi escondrijo

Porque esta noche helada es el único cobijo y en su abrazo frío me adormilo.

Porque esta noche azul me sumerge en una soledad donde apenas puedo moverme.

Las puertas permanecen abiertas y los motivos ya no están. No es demasiado tarde para cerrarlas: ¡Estoy seguro de que ya no volverán!

Tengo miedo de que irrumpa el viento que esparza el polvo que palpita en mis huesos, aunque sólo al disiparme volará el dolor que impregna el aire de un lento y opaco olor ¡No sé dónde enraíza aquella pálida flor!

Quiero que sea otra el agua del delirio que me empapa y me seca la garganta, y saciar el estupor de mi sueño desierto con el calor del hielo que se entrega.

César Lontananza

Pasa los días escribiendo, aunque la mayoría del tiempo no haya mucho que decir Gusta de la literatura, la música y el silencio; su vida consiste en intentar asir, con una mano, con un acto o con una palabra, la silenciosa música de la poesía

Quiero que sea otra el agua del delirio que me empapa y me seca la garganta, y saciar el estupor de mi sueño desierto con el calor del hielo que se entrega 1 2 | O T O Ñ O 2 0 2 3 | H I P É R B O L E F R O N T E R A

ADRIÁN MUÑOZ

TODO LO QUE SUBE*

No estaba preparado para flotar Mis pies se desprendieron del suelo: dócil tallo en medio de la siega El equilibrio desapareció como una imagen onírica que al despertar gradual pero inexorablemente se borra y deja un regusto a evocación difusa

Uno se acostumbra a la pesadez a los tropiezos a saberse fardo grávido hierba mala o bulto anónimo a andar a tientas en el lodo para no rodar como una roca indefensa en la ladera de este mundo

No estaba preparado para caer. Uno ve las aves maravillado de vez en cuando imaginando qué sería vestirse de viento y dar la vuelta sin vereda fija Pero uno va anclado al suelo.

No lo preparan a uno para flotar para gozar de la dulce liviandad del vuelo del amable y libre beso de las nubes

No te preparan para volar y la desalmada gravedad habrá de actuar con todo el peso de la ley

*Extraídos del poemario Kintsugi

Adrián Muñoz

(1975) escribe poesía, investiga religiones y aprecia el vino Ha publicado los poemarios Kintsugi (2019) y Palabras que se agolpan en algún rincón del eco (2021), más la Historia mínima del yoga (2019) y otros libros. También coordinó Primer amor Antología poética (2022), con Francisco Segovia y Juan Carlos Calvillo

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OLIVERIO PÉREZ

PAISAJE SITIADO

Detengan todo, la caravana, desgastada. Repartan vino y pan, pescado.

Necesario es saciar hambre y sed, descanso que apiada la existencia.

Nos corresponde atender el cansancio de los viejos potros.

Sobre todo, encender la brújula omnipresente del ojo cíclope, nube distante

Cuando el anochecer sorprenda detenida la caravana Nadie mostrara un ojo rendido, antes del fuego extinto

Finalmente, la aurora despuntara la peregrinación

Oliverio Pérez (Oaxaca de Juárez, 1992). Oaxaqueño de corazón, lector empedernido de los clásicos y modernos movimientos poéticos, promotor de educación comunitaria en las localidades de Oaxaca, artesano y artista plástico autodidacta

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MARIANA GUTIÉRREZ MORENO

DE LO QUE CALLÉ, INFERIRÁS LO QUE CALLO

La condesa corría a través de los pasillos del convento. Nada propio de alguien de su nivel, pero a excepción del peso de su vestido, no había existencia en este mundo que la pudiera detener Sonríe desde la puerta cuando al fin encuentra a la religiosa; aprieta los escritos contra su pecho y la mirada extraña en el rostro de su divina Lysi le confirma a la poeta que los ha leído

Respira profundo y entonces se lo dice “También eres mi mejor amiga, Juana.” Ambas sabían lo que significaba la complicidad en el susurro y escucharon ruidosamente lo que no se pronunció en el silencio de la habitación.

Estudiante

de Hispanoamérica en Tijuana, aunque originaria de un pueblito llamado Guerrero Negro. Le gusta escribir para crear y leer para crecer. Hoy, este es un pasito enorme de lo que logrará algún día

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EDGARD J. RIVERA

EL INTRUSO

Supe enseguida que tenía compañía en casa cuando encontré por tercera vez consecutiva los libros del último cajón del estante revueltos Parecía un juego divertido para el ente, pero yo temblaba de miedo al descubrir nuevos indicios de su presencia

Yo ordenaba los libros por tamaño y al siguiente día los encontraba desordenados en el piso, aunque con las páginas intactas. Temeroso decidí protegerlos con un crucifijo, pero los libros siguieron siendo removidos con religiosidad

Resuelto, me levanté una madrugada, jalé una silla y me senté al lado del estante, tomé un ejemplar de “Las aventuras de Huckleberry Finn” y leí Escuché pequeños pasos, el movimiento de una silla y un ruido sordo, pero no hice caso y continué Una risa infantil acompañó la mía en un capítulo jocoso Desde aquel día, mi compañero y yo exploramos historias y él es el que selecciona siempre la siguiente.

(Piura, Perú, 1994) Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Nacional de Piura Ha publicado un libro de relatos llamado “Habitación suspendida” Ganador del I concurso de microrrelatos Tabula Escrita y recibió el primer accésit en el III concurso español “Berceo lee a Gonzalo”

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JAIR RAMÍREZ SOLÍS

UNA SONRISA

Así no se puede Mira el espejo y dime que estás feliz No uses palabras, que son falsas Refleja un gesto que realmente me convenza de que tu sentir es auténtico, que no eres infeliz No lo eres Vamos, gesticula hasta que estemos convencidos de que te he convencido de que posees un gesto feliz. No, vuelve a intentarlo, que esa farsa no me la trago. Ni siquiera tú, y eso que parece que sabes mentirte muy bien. ¡Eso!, estás mejorando, pero tus ojos todavía te delatan al no brillar. Enciéndelos con una memoria feliz, con un pensamiento optimista, con una mentira o un engaño No importa el método, hazlos encandilar tu reflejo No pienses en el futuro, mejor busca en el pasado, no necesariamente en el tuyo, hasta encontrar lo que necesitas Sí, una escena de alguna película es perfecta Sustituye al actante con tu imagen Empápate con alguna falsa emoción impuesta, que ahora sea tuya Ahora eres tú quien es feliz, la persona cuyos ojos brillan Perfecto, avancemos Déjame contemplar tu sonrisa Uy, no, algo falla: está torcida La mitad de ella me hace creer que eres feliz, mas la otra refleja la mentira. Busca en tu memoria sonrisas perfectas, no genuinas, reflejantes del interior ideal. ¡Eso!, ambas comisuras de tus labios están en el sitio correcto. El gesto es perfecto. Alto, consérvalo y tráelo para acá Listo Mira ¿Te gusta lo que ves? No, no agradezcas, es mi trabajo Mejor dime: ¿quieres otra foto?

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Alumno de la UAM Iztapalapa, en la Licenciatura de Letras Hispánicas

GÉNESIS GARCÍA

MÉTODOS ALTERNATIVOS

La sangre salpicó en la pared cuando la hoja del cuchillo se clavó en la desprotegida espalda del hombre Aarón cayó hacia delante con un gemido, aferrándose a su escritorio mientras su asesino se cebaba con su carne tierna, hundiendo el cuchillo una y otra vez Un coágulo de sangre subió por su garganta y el sabor metálico llenó su boca, provocándole náuseas Aarón jadeó por aire, dejando caer la cabeza sobre la madera de su confiable escritorio, su compañero de tantas aventuras El asesino quitó el reloj de oro (regalo de su editor) de su muñeca con un gesto brusco y lo dejó solo, desangrándose lentamente

Aarón jadeó de nuevo, intentando respirar y dejando que el dolor calara hondo con cada inhalación Era una sensación extraña: dolorosa, pero increíblemente estimulante Alargó una mano débilmente y cogió la pluma, mojándola en su propia sangre para escribir en las hojas desperdigadas sobre el escritorio El robo, el dolor y su inminente muerte resultaban situaciones desagradables, pero, siempre agradecería a su editor por su creatividad cuando se trataba de devolverle la inspiración.

Génesis García

(Chile, 1990). Escritora, historiadora, ensayista y columnista chilena. Ha publicado en una veintena de revistas, una docena de antologías y es acreedora de premios en España, Chile, Colombia, Uruguay y Brasil

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ABSURDO UNO ONO BERNAL

En la esquina superior derecha hay una telaraña La luz del cuarto es amarilla, no puedo distinguir de qué tamaño es la araña Él habla, teje un discurso de palabras en torno a mi mirada suspendida en la esquina en donde intento mirar Trato de concentrarme, pienso que se puede acabar el mundo en ese momento, también he pensado en ahorcarme en el guardarropa de la recámara y dejar tres cartas dirigidas a tres personas, pienso que no es buena idea (no me atrevería), pienso que he dejado la cafetera conectada, pienso en las cosas que quiero hacer, pienso en ella y en mí, pienso en el hombre que me escribe y pienso que me gusta Pero en algún punto del discurso una palabra me empuja al presente “me oyes” alza la voz, me sujeta de los hombros y me sacude Me dice que quizá yo estoy cansada, pero él no Dice que él complementará nuestra historia, me amará por mí y por él Cree que yo me siento cansada de esos años y estas conversaciones, pero, me siento totalmente fatigada de esta historia absurda, alejada de cualquier sanidad Mi atención regresa a la esquina, algo se ha movido en la telaraña, mis ojos se ponen en una posición de captura, es una araña clara con una mancha oscura Todos sus ojos apuntan fijamente hacia mí Al igual que una cámara, intento enfocarme en los detalles, pero desde los tres metros de distancia entre ella y yo, no puedo distinguir Él sigue hablando y yo siento hileras de agua desbordando por los ojos, se escapan, él piensa que lloro por sus palabras Pero no, lloro por no lograr ver más allá de la esquina; lloro por no ser la araña; lloro por lo que escribiría en esas cartas de despedida; lloro por no haber llegado a tiempo para verlo con vida; lloro por el frío que debió sentir mientras moría; lloro porque miré su casa vacía; lloro por las fotografías en donde existo, pero no aparezco; lloro porque nadie me explicó cómo era; lloro por todo lo que no comprendo, pero puedo sentir Se pone de pie, se interpone entre la telaraña y yo Me mira, después se levanta y coge una toalla para bañarse Yo me lamento, después de todo tendré que matar la araña para poder descansar

Ono Bernal

Nacida en otro lugar como buena tijuanense Contadora por practicidad, comunicóloga por elección Cuenta números y escribe palabras, de ahí la conciliación de su vida. Tiene una semillita andante, y un corazón por algún lugar Vive y dejo vivir, y si puede, ayuda no estorbando

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CORAZÓN SAMANTHA ROJAS

Añade el azúcar y revuelve el café Al mirar el reloj, confirma que son las ocho con treinta y cinco minutos Bebe un sorbo y voltea a la ventana El día está nublado, el olor a tierra mojada aumenta. Enciende la radio. Encuentra noticias sobre el tráfico y las condiciones climáticas. Agarra una galleta y la muerde. Afuera, las primeras gotas caen, se incrementan hasta que llega el granizo. Cierra los ojos mientras escucha una canción. Lo recuerda. Vuelve a mirar el reloj. Son las ocho cincuenta y cinco. Espera. Tocan la puerta. Le sube a la radio Se asoma y lo ve entre las plantas Ahora tiene más moretes que la última vez La ropa rasgada, pero su cara y cabellos siguen igual La mancha en su pecho está más oscurecida Él escarba la tierra y grita al no encontrar lo anhelado Luego se lleva las manos a los ojos y chilla Ella sonríe y recorre la cortina Abre el refrigerador Saca un topper Suenan golpes en la puerta cada vez más fuertes, hasta que el silencio regresa A pesar del tiempo, el corazón aún late dentro del recipiente. «Nunca lo encontrará», piensa. Lo vuelve a guardar. Ve que derrotado, él se marcha. «Debió pensarlo antes de engañarme».

Samantha Rojas (Guadalajara, Jal 1996) Licenciada en Enfermería Finalista del V Concurso Literario Luvina Joven Ha publicado cuento y minificciones en Anapoyesis: Literatura Arte y Cultura; Palabra Herida, Alas de Cuervo, en el Blog Librópolis y en Revista Inéditos

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MARÍA JOSÉ ESCOBAR

RUINAS DE ACOGIDA

Me han estado echando los perros Los percibo bravos y grandes, tan musculosos que infunden temor inmediato y dan la impresión de tener incrustada la idea propia de sacarme de mi casa Aquello se repite incansablemente Trato de pensar en lo que pude haber hecho mal; si dejé la puerta abierta cuando fui a la misa dominical, si acaso las llaves se resbalaron de mis bolsillos cuando subí al autobús ¡Canallas, canallas! Repito, resignado otra vez, ya todo correteado y con los pantalones manchados de barro a la altura de las rodillas. Pienso, de a ratos, que lo jodido comienza a justificárseme en la apariencia.

Mi madre, la única persona que me queda, no quiere recibirme en su casa, en mi casa de infancia, se me hace que apenas ve que soy yo el que toca la puerta y se regresa a ver la tele Por eso duermo aquí en el parque, aunque con frío por las ventiscas madrugadoras, para descansar de las corretizas que me pego cada vez que pongo un pie dentro

Ese día, mientras pensaba en mis cosas sentado en el escalón de la entrada, los sentí acercarse con la forma de tres perros enormes. Ninguno dejaba de parecerse al otro, parados tras de mí como sombras alargadas por el pronto atardecer. No supe lo que estaba pasando, apenas oí el inicio de un gruñido cuando salí destrampado. Pienso que, desde entonces, alguien se adueñó de mi propiedad. No quieren abrirme, mi llave no sirve, por eso tengo que brincarme, ¿ves? Quiero que, por lo menos, me den mis cosas

Me acuerdo de la tele vieja, atascada en un canal de noticias para escuchar de fondo; los muebles caoba (todos donados), carcomidos por los años; la cama individual con las mismas colchas impregnadas en fluidos corporales viejos; la planta semiacuática, ahora ahogándose en tonos marrones, regalo de mamá

A ver si a esta la cuidas bien, nomás la mantienes en la sombra y le cambias el agua cada tanto; ahí, aprovechas para cortarle las raicitas podridas me instruyó, casi con dedicación, pero sin sostener una última mirada compartida, aquella fija en la esquina del cuarto, donde moraban los restos de moscas cazadas por las arañas Días después, no quiso reconocerme

En cuanto vi la planta muerta, sin remedio, llamé al cerrajero, ¡la chapa, la chapa! Le exigí con prisa Me senté afuera, desconocido Entonces, vinieron ellos, los que no me volvieron a dejar pasar

María José Escobar (Querétaro, 1998) Egresada de Letras Hispánicas por la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Iztapalapa Su interés en la creación literaria se centra en la narrativa y, en ocasiones, se inclina por la prosa poética. Ha participado en números de las revistas Ibídem y Oropel

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CARLOS JOSÉ BLANDÓN

RETRUÉCANO

«Duérmete, niña, duérmete ya; / que viene el coco y te comerá» Era la raída cancioncilla de cuna que, desde muy pequeña, martilló los oídos de Noemí Su nombre, que ostentaba un significado hermoso en el original hebreo, era en sí mismo una virtud: dulzura. Noemí tenía cinco años; jugaba a las muñecas y era feliz durmiendo con sus peluches; usaba los tacones altos de mamá para modelarlos por toda la casa; se pintaba los labios en un asimétrico rojo encendido, a la vez que disfrutaba peinar los bucles de su cabeza frente al espejo como toda una mujer Empero, Noemí era solamente una niña (Mamá ya no quiso cantar jamás aquella canción Así, ningún otro coco vendría a comerse la dulzura de su bebé mientras durmiera) [ ] Mami, ¿por qué mi papito lleva las manos detrás de la espalda? Esta pregunta cauterizó su alma para siempre, tanto que, desde las entrañas que habrían dado la vida a Noemí (acunándola sobre su pecho), fijando su vista llena de un odio infernal en dirección a la puerta, desprendió un grito desgarrador: ¡¡Malditooooooooooo!! ¡¡Mil veces maldito!!

Carlos José Blandón Ruiz

(La Trinidad, Nicaragua, 1998) Licenciado en Ciencias de la Educación, con mención en Lengua y Literatura Hispánicas, (UNAN-Managua); Máster en Docencia Universitaria (UPAN-Matagalpa). Profesor de Estudios Teológicos y Artes Pastorales (CESTEN-Estelí) Poeta, ensayista, articulista y colaborador de revistas nacionales e internacionales

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EL GENIO DE MI CUERPO VALERIA

VÁZQUEZ RUIZ

Todo es grande en mi cuerpo, mis piernas, mis muslos, mis rodillas, mi torso, mis brazos. Mi cabeza .

A lo largo de los instantes, el cuerpo acentúa la firmeza de mis puños, mis codos Mi vientre se vuelve instante

Entre las piernas una sandia ya gigante, la sonrisa de un cuerpo que se vuelve grande. Poco a poco los párpados cerrados, me acerco, Dios, le pregunto, humildemente le pido ayuda, una exitación extrema

Sonrío

Mi cuerpo ya grande como una ruta, le digo al Dios de venir cerca de mi .

Tan pronto un brazo, tan pronto el brazo de mi cuerpo mi sonrisa, mi cuerpo

Mi cuerpo vuelto grande y evolucionado, saludo a mi cuerpo y lo quiero.

En el aire un aroma a higo fresco que permanece natural

Le pido a Dios de dormir junto de mi, cerca, caricia de un gesto.

Entre las piernas duraznos y nectarinas

El vientre cómo las olas del mar permiten cada instante

Le recuerdo a mi corazón el latido el soplo, el aliento

Sonrío

Mi cuerpo se encuentra bien Tan pronto una caricia tibia en el torso desnudo, los senos tibios. Caricia en la frente, el gesto ya frío , los ojos que comienzan un diálogo.

El sueño que se impacienta, ¡Dios mío, mi cuerpo que grande! Mis sentidos buscan a un dios cerca de mí

La bondad de la vida , naturaleza del hombre, que sonríe.

Sonrío

Mi corazón canta y la luz esta apagada

Esplendor de noche.

Estudió Artes Plásticas y Visuales en la Escuela Nacional de Pintura Escultura y Grabado La Esmeralda Hizo estudios preparatorios en Bruselas, Bélgica. Actualmente vive en México en la CDMX. Las disciplinas que realiza son la pintura y la escritura

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KARLA HERNÁNDEZ

THX ALPHA CENTAURY

Sus ojos biónicos se abrieron para comprobar que el resto de sus compañeros murieron por un error en la máquina de hipersueño

Luc no tenía tiempo de llorar por nadie, se colocó de manera monocorde el traje espacial y salió a la superficie.

Caminó unas cuantas millas hasta que se encontró cara a cara con los habitantes del planeta Telfel A base de señas les hizo saber que únicamente había llegado para explorar el suelo y algunos minerales, que no los molestaría, incluso intentó sonreír para verse menos amenos amenazante Le creyeron a medias

Hizo todas las pruebas necesarias, algunos de los nativos le ofrecieron nutrientes para que pudiera continuar con sus tareas e incluso algunos le ofrecieron un líquido equivalente al agua. Ya se había ganado la confianza de los teal con su comportamiento diligente

Luc se despidió de ellos varios días después Activó los controles, pero antes de meterse al hipersueño, envió un mensaje a la base en la luna de donde había salido: Procedan con la conquista

(Veracruz, Ver, México) Licenciada en Lingüística y Literatura Hispánica Lectora por pasión y narradora por convicción, ha publicado un par de relatos en páginas nacionales e internacionales y fanzines Actualmente es directora de Cósmica Fanzine

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PATY BLAKE

UNA FAMILIA DE ESCRITORES

Nunca me imaginé ser parte de una familia de escritores Hace unos días una persona conocida se refirió a mí como tal y, con asombro, me di cuenta que el presente ha ido poco a poco transformando mi pasado.

De niña fui la chica a la que le gustaba escribir y que envidiaba en silencio a las amigas que tenían enciclopedias en sus casas Sí, tuve la fortuna de que mi papá me compraba comics y que también a veces me leyera antes de dormir el que por muchos años fue su único libro favorito: Pedro Páramo. A los seis años semidormida escuché muchas noches fragmentos, poco comprensibles para la Paty niña, de la historia de este hombre que buscaba a su padre en medio de este pueblo fantasma Pero fuera de eso, no crecí en una casa llena de libros, ni nada parecido Al crecer y por mi cuenta me fui encontrando con la literatura a través de libros que me pedían leer en la escuela, de los que había en la biblioteca y de las referencias que iba siguiendo en talleres en los que yo misma buscaba anotarme Mi gusto se complementó con la voluntad de mi mamá por impulsarme a participar en actividades creativas En general, era una chica a la que le gustaban cosas “raras”, que en mi contexto eran solo parte del combo de mis gustos extraños. Así vinieron muchos poemas y lecturas.

Salto en el tiempo

Después de que publiqué mi primer libro en 2002, mi papá me confesó que él tam-

bién escribía Para mí fue una sorpresa que durante años siguió solo en anécdota curiosa hasta que me fue compartiendo más sobre lo nuevo que iba escribiendo. Paulatinamente vi cómo esta actividad se fue convirtiendo abiertamente en una de sus ocupaciones principales Escribir ensayo y cuentos Releerlos, corregirlos, dejarlos descansar, sacar copias y volver a leer se fueron revelando como algunas de sus obsesiones En este proceso, lo vi imprimir muchas veces cada cuento. Sin prisa por publicar, sus primeros libros se materializaron en 2020 y en 2023. Hace apenas un mes, ahí estaba yo en la Sala de Lectura del Centro Cultural Tijuana, al lado de mi papá, presentando su libro Cuentos cortos del desierto, después de una especie de elipsis tras la que caí en cuenta que mi vocación había estado latente en mi árbol familiar

“Eres parte de una familia de escritores”, me dijeron ese día de la presentación de mi papá. Y fue entonces cuando conecté con mi hija y su cumpleaños número 9, a principios de este año, en el que me pidió como regalo una máquina de escribir Me emocionó mucho su petición y también la cara de asombro de sus amigos que rodearon el artefacto cuando lo desenvolvió en la fiesta ¿Para qué sirve?, ¿cómo se imprime?, fueron las preguntas de sus amigos, que me hicieron notar que 1993 y mis clases de mecanografía estaban muy lejos Esa misma noche, Ámbar no se quiso ir a dormir temprano “Hoy voy a escribir la primera página de mi novela”, dijo Y así

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lo hizo Tecleó con atención y paciencia la historia de Elaine, una chica creativa que estaba al cuidado de una niñera poco responsable que le daba libertades que le permitían descubrir nuevos mundos en su propia casa. Los días siguientes la vi corregir y pasar en limpio páginas enteras, a la antigua, para que fueran quedando versiones más limpias de su historia

Semanas después de la fiesta de cumpleaños, el maestro de Ámbar en la escuela me comentó que mi hija estaba muy interesada en el desarrollo de su novela y que en algunas actividades de clase aprovechaba para avanzar en la escritura “Le viene de familia”, dijo el profe Ernesto ante mi cara perpleja por escuchar la frase

Escribir es un acto frondoso y solitario Me parece que es como sembrar, labor a la que mi abuelo materno ha dedicado sus 97 años de vida. Es en cada palabra colocar semillas y con paciencia imaginarlos campos verdes que con muchos cuidados florecerán Eso hizo mi abuelo para sostener a su familia y era hasta hace tiempo mi única referencia cercana que me hacía comprender que yo pertenecía a una familia de sembradores Con esa referencia he escrito y publicado durante mis cuatro décadas de vida. Y luego llegó 2023, y aquí estoy en el año en el que pasé de escribir en solitario a ser una escritora que forma parte de una familia de escritores

Escritora y terapeuta gestalt Ha publicado los poemarios Ciudad A, Amanecer de viaje y El árbol Ha recibido las becas del Fonca 2012-2013 y del Foeca en 2006. Actualmente acompaña procesos de escritura terapéutica y creativa grupales e individuales

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LECTURAS MIGRATORIAS COLUMNA

Por: Javier Vargas de Luna

Vlady Kociancich: explorar la tradición

Vlady Kociancich: explorar la tradición

También están las librerías de idiomas exclusivos, negocios dedicados a la literatura sin intromisiones gramaticales En la isla de Montreal dichos comercios son islas de nostalgia, ¿cómo decirlo?, remansos donde la torre de Babel de la ciudad cosmopolita se desnuda un poco de su multilingüismo. Frente a sus estantes se añoran las bibliotecas de otro tiempo, cuando éramos ciudadanos de tiempo completo de nuestros acentos tanto como de nuestras ficciones Por lo demás, en cada una de tales librerías acaso se estará redactando el más olvidado de todos los cánones literarios, a saber, el de las lecturas migratorias…

Para el transterrado en el Polo Norte, aquí hay una Librería Italiana el gentilicio basta como identidad comercial . Sus aparadores exhiben las novedades de Baricco, Seda y Tierras de cristal, y abundan las antologías de Leopardi o Manzoni, por ejemplo, y no faltan las ediciones disímiles de Dante, los empastados de lujo tanto como los ejemplares de segunda mano de La divina comedia Sobre la calle Victoria descubrí hace tiempo la Librería Judaica otra vez, así se llama , con sus menorás de plata en las vitrinas y el ornamento del alfabeto hebreo coronando las repisas donde hay Maimónides en inglés, a veces traducciones francesas del Zohar a precios imposibles, y, porque es necesario entrar en materia, la tienda de nuestros libros más íntimos en la ciudad boreal se llama Las Américas

No hablaré mucho del propietario, un andaluz cascarrabias de acentos muy ásperos: ¿sevillano?, ¿cordobés?, y qué

más da. En sus repisas abundan manuales de gramática y textos fundamentales para nuestra lengua, del Cid a Cien años de soledad y de Neruda a lo último de Almudena Grandes. Sin embargo, lo digno de recordar es su cajón de libros en remate, como si en la isla de Montreal también fuesen posibles las novelas residuales o las ficciones sobrantes del castellano…, y hoy he desenterrado a la argentina Vlady Kociancich (1940-2022), Los Bajos del Temor es un topónimo, de allí las mayúsculas , no la conocía, al parecer amiga de Borges, y en la única librería local donde mis silencios quizás aún posean los rasgos de su aletargada elocuencia, me he sentido intrigado por las sorpresas del otoño

Además, la Librería del Medio Oriente es famosa por sus ediciones franco-árabes de Rumi, también las de Averroes y Avicena Tendría que volver, y, primero que nada, con Vlady Kociancich estamos ante una novela libresca, esto es, ante un texto entretejido de títulos canónicos para la literatura universal En Los Bajos del Temor (1992) deambulamos, pues, por una ficción bibliófila cuyas figuras centrales letristas, traductores, compositores de canciones, también toxicómanos viven al amparo de los relatos que los determinan Como puede vislumbrarse, Kociancich cimenta su historia con personajes que, en una última vuelta al rizo literario, son leedores asiduos, y, por lo tanto, conocen a la perfección los trucos de la novelista que les

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da existencia En el vértice de dicho prisma escritural, las fronteras entre vida e imaginación se desvanecen por cuanto sus páginas están siendo escuchadas por alguien más en el interior de la fábula..., y es entonces que lo intuimos, muy a pesar de tan enmarañadas polifonías: esta historia nos pertenece por cuanto no sólo nos exige aplicarles a sus capítulos la melancolía de nuestros amores perdidos; nos exige, asimismo, desplegar en cada uno de sus párrafos las destrezas adquiridas en nuestras novelas anteriores. Dicho de otro modo, en los ámbitos de la literatura amorosa Kociancich ha sabido revivir para nosotros los rompecabezas de la lectura narrada, la magia de la escritura leída, ¡la experimentación misma de la novela novelada!, con un sinfín de viceversas inimaginables

Colecciones Tian Hua se llama la librería asiática. Ubicada en el barrio chino, dominan los clásicos de aquel país, muchas traducciones de Las aventuras del Rey Mono, y sobre los libreros hay letreritos que informan en inglés, but of course de autores coreanos, japoneses, vietnamitas, tailandeses; por cierto, el local no es muy funcional, lo cual impregna el sitio de un ambiente de inextricable jungla verbal De regreso a Kociancich, su novela evoca al Quijote de 1615, cuando el desconcertado caballero quiso corregirse en los talleres de una imprenta catalana; también, alude a Unamuno prestándole voz a ese personaje de Niebla (1914) que, al confrontarlo, le suplicaba “vivir, vivir, vivir ” , e incluso hace pensar en las mani-

puladas escrituras de El móvil (1987), la primera novela de Javier Cercas Sin embargo, su relato triunfa en nuestros ojos gracias a esa extrañeza que bien podría resumirse así: como el amor, la novela siempre será un acto urgido de porvenir

En efecto, lo que trasciende en la obra no sólo es el barroquismo de un escritor imaginario contándole a sus personajes la historia que vamos leyendo; por impecable añadidura, lo sustancial es la elección, muchos años después, del momento ideal para narrar lo vivido durante una noche napolitana desdoblada en la memoria del río Paraná Allí, en el presente más ambivalente de nuestra lectura, en Los Bajos del Temor destaca la llegada de esa ocasión liberadora en la que todos todos: lector, autor real, narrador, caracteres nos lanzamos a las aventuras del lenguaje para soñar con un destino distinto, o con un pudo ser de otra manera, dentro y fuera de un libro, y dentro y fuera de nuestra propia realidad histórica.

Y porque los desterrados hijos de la lengua española vivimos celebrando los títulos que nos comprueban, a mí me gustó Vlady Kociancich. Su exploración, moderna dentro de un sentido de tradición, hace presentir la literatura como ese insólito “viaje hacia los otros” relatado en sus páginas. Por último, en la línea final de este otoño Los Bajos del Temor nos confirma que en cada lector transhispánico continúa floreciendo un idioma capaz de triunfar sobre la soledad de las gramáticas ajenas…, y también sobre librerías y vocabularios de ciudades que quizás nunca serán de veras nuestras

Javier Vargas de Luna Nacido en Tampico, México, es autor de más de una veintena de libros Poeta, narrador, ensayista, cronista, docente e investigador literario, ejerció el periodismo antes de partir hacia Quebec, Canadá, donde radica desde 1996 Después de cursar la Maestría en Literatura en la Universidad de Ottawa, recibió el grado de Doctor en Letras en la Universidad McGill (Montreal) Desde el año 2004 es catedrático titular en la Facultad de Letras de la Universidad Laval (Ciudad de Quebec) y en diversos periodos de su vida ha sido profesor en la Universidad de Massachusetts (UMASS-Lowell), la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), la Universidad Libre de Bruselas (ULB), la Universidad Eötvös Loránd (ELTE) de Budapest, la Universidad de Quebec (UQÀM) y el Instituto de Estudios Avanzados de Francia (IEA-París) En la actualidad continúa construyendo una enciclopedia de la lectura en el mundo hispano conocida como Bibliotecas ajenas

COLUMNA
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GALO GUERRERO-JIMÉNEZ RESEÑA

LA POTESTAD DE LA PALABRA DE ANTONIO CAMPOVERDE EN SU «MARÍA EMILIA»

Fecunda en su realidad ficcional y hábilmente narrada en su crudeza humana es, ante todo, la novela MARÍA EMILIA entre la verdad y la tristeza, del joven escritor lojano Antonio Campoverde La fealdad humana llevada a su máximo potencial narrativo produce una marcada realidad de lenguaje cognitiva, dolorosa y asombrosamente estética, porque la ficción, en este caso, es la historia novelada de una cruel realidad de una vida humana que florece en la trama narrativa de su bien trazado arquetipo policiaco que Antonio tiene para adentrarse en los vericuetos que la mente humana traza en seres alevosos, repugnantes por su crueldad humana ante el sosiego y encanto de la vida de una tierna criatura que sucumbe ante la brutalidad de un sistema inhumano que hace gala de su más execrable idiotez y brutalidad sin sombre para ahogar la vida de un ser inocente, congraciado con la belleza divina y que, por ende, el lector se queda anonadado ante un hecho “inferviente” que aparece evidenciado y fervientemente narrado como si solo fuese un ente ficcional, pero que, es brutalmente real y bien estructurado lingüística y fenomenológicamente permeable en cada lector que siente cómo cala ese lenguaje en lo más doloroso de su asombro humano

Y es que, Antonio es un maestro del suspenso para destacar narrativa y descriptivamente el cinismo más recalcitrante que cargan ciertos seres humanos y que, en su crueldad más alevosa, el escritor lojano sabe, con aplomo, desnudarlo hasta presentarlo en su fealdad más repugnante, utilizando un lenguaje sencillo, claro, elocuente y fluido para que aparezca descarnadamente estético-patético, puesto que la angustia que el lector llega a sentir en su realidad interior, se agita en su más honda sensibilidad porque, impávido, contempla en su fragilidad humana cómo se van configurando con maestría las escenas, los hechos y todas las circunstancias narrativas que Antonio, hábilmente, las va fraguando en el territorio de su mente y en el lector que, atento, ensimismado en la trama de la novela, “a través de la lectura y la escritura de la realidad y el mundo y, con ellas, de la consideración básica y absolutamente radical de que el inicio del conocimiento tiene sus raíces en el preguntar, en una espiral inacabada, como nosotros mis-

mos, de preguntas que expresan tanto nuestra inquietud y curiosidad como nuestra disposición a aprender que implica las indagaciones vívidas como las expresadas” (Aparicio Guadas, 2021, p. 17) en esta novela locuaz, revolucionaria por la estética de la fealdad que representa la exquisitez de su lenguaje lúcido, natural, atrevido, descarnado, pero, ante todo, fehaciente

Desde esta perspectiva, y en consonancia con lo que señala el escritor lojano Carlos Carrión, “María Emilia es una novela impresionante Su crudeza bien podría lastimar la sensibilidad y la credibilidad de los lectores inmaduros. (…) Pues, las páginas de esta novela dan vida, con vitalidad y audacia, a una mafia de traficantes de niños, de violadores y pornógrafos infantiles, con clarísimas alusiones a la corrupción reinante en el país Empieza con sencillez; una sencillez aparente que muy pronto se complica cuando inculpan a un fiscal inocente como el cerebro de dicha mafia, sin duda alguna, para encubrir sus propias actuaciones execrables” (2022).

Pues, la escritura de esta novela, construida desde el conocimiento de una realidad trágica, en efecto, al lector menos infrecuente en su concepción para percibir la calidad literaria que una novela conlleva en sí, en sus entrañas, lo conmoverá en lo más profundo de su condición humana, por la calidad del lenguaje configurado y elocuentemente significativo que Antonio Campoverde crea desde su condición humana más fecunda para potenciar su voz desde el fragor que la literatura le da para expresar, con la más viva pasión y con su más fina entelequia, la potestad que la palabra tiene para “asumir aquella soberanía individual que nace del ejercicio pleno de la libertad” (Vargas Llosa, 2007, p 137) que en esta novela fluye con la más viva elocuencia

Galo Guerrero-Jiménez

Doctor en letras, escritor, docente de la UTPL, Coordinador del área de literatura de la Casa de la Cultura de Loja; crítico literario y periodista literario

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VIOLENCIA DE GÉNESIS

Por: Mónica Morales Rocha

Por: Mónica Morales Rocha

Conocí la obra de Xavier González hace más de 10 años, cuando Víctor Hugo Barrera, editor de Ediciones Altanoche, me regaló un ejemplar de «Ficciones de carne y hueso» (2007) Si algo puedo decir de Víctor Hugo, es que tiene un radar finísimo para encontrar música y literatura geniales para sus revistas y publicaciones. Aquella edición no fue la excepción Con todo y que no soy lectora asidua de ciencia ficción, desde aquella primera aproximación disfruté el oficio narrativo y la destreza literaria de Xavier. Por ello, uno de sus cuentos, «Primera edición», formó parte de la campaña de autores de Baja California, que coproduje con Fusión 102 5 f m , entre 2020 y 2023

Después de «Ficciones de carne y hueso», leí «Muerto después de muerto», la edición del 2013. Y, ya de manera más reciente «Génesis tres dieciséis» y su genial poemario «El porvenir incesante de la peripecia en el imprevisible mundo de los hechos»

Llego, pues, a «Violencia de génesis», con todos estos antecedentes y encuentro un libro donde Xavier reúne 7 cuentos, para darnos un recorrido por su trayectoria como narrador Me sorprende gratamente encontrar 4 de las historias de «Ficciones de carne y hueso» que el autor, con acierto, rescata para sus nuevos lectores. Acá mis hallazgos/impresiones, de cada cuento:

Infinitas persecuciones: un déjà vu espléndidamente logrado; narración de armonías entre los tres personajes del auto, en tres tiempos: futuro, presente y pasado.

La Columna: distopía donde la superheroína es «una mujer anónima[ ] llamada Nagiko Koizumi, hija prodigio de la División del Placer».+

Primera edición: cuento breve que atrapa al lector de inicio a fin: botón de muestra de la minificción

El Rinoceronte: la historia del tipo que fue paloma por querer ser gavilán

Anselmo: viaje impecable por el trip mental de un mensajero jorobado.

La urna del arrendador: la experiencia con un arrendador edípico, que pudo ser el hermano separado al nacer de Marlon Brando, en El Padrino

Violencia de génesis (cuento que da título al libro): es la fantasía vengadora, distópica y gore, contra la violencia de género Xavier juega, voltea la tortilla a los estereotipos de género y, entonces, la víctima se convierte en victimaria

Los hombres expían sus pecados y, del caos, se gesta una nueva sagrada familia interestelar (interespacial, o algo así). En esta historia, a manera de narración paralela, quizá, con «Génesis tres dieciséis», Xavier le apuesta al protagonismo femenino para evidenciar (desde un espejo violento) los terrores de la violencia de género.

¿A grandes males, grandes remedios?

Finalmente, la poderosa imaginación y el oficio literario de Xavier, quedan expuestos en «Violencia de Génesis», para ofrecer una lectura preñada de historias que nos dejarán, de menos, despeinados.

RESEÑA
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L O S R E S T O S D E L D Í A

Por: Sofía Soria

Por: Sofía Soria

El autor del libro es un escritor británico de origen japonés Ganó el Premio Nobel de Literatura en 2017: “quien en novelas de gran fuerza emocional ha descubierto el abismo bajo nuestro ilusorio sentido de conexión con el mundo”

La novela está narrada en primera persona por Stevens, un mayordomo quien sirvió por 30 años a Lord Darlington en la mansión de Darlington Hall. Y aunque es una persona sumamente protocolaria y, que en primera instancia, pareciese frío y, que sus sentimientos están relegados en un segundo plano, curiosamente, después de aventurarse en unas vacaciones después de muchos años, alentado por su nuevo Señor (el nuevo dueño de la mansión), comienza a profundizar en sus memorias y, consecuentemente, redactarlas.

El libro a reseñar “Los restos del día” me dejó con una sensación difícil de describir. Siento que me invade una nostalgia por una vida que no viví, pero que puedo entender. Además, de una manera muy sutil, te envuelve en una serie de eventos que te hacen llegar a la conclusión sobre conceptos elevados de la vida, tales como: dignidad (que se repite a lo largo de la historia en distintas reflexiones), el deber de la profesión, el amor, la entrega a la la-

bor que crees correcta, dejar la nostalgia y ser más optimista, entre otros que podrás deducir tú mismo al leerlo

Acabo de terminar de leerlo y me dispuse a redactar la reseña de manera inmediata, para tratar de no olvidar lo que consideré más importante a destacar La sensación que aún me invade es de una profunda belleza por tan elegantes monólogos, pero a la vez, una melancolía que no se va, y es que, a pesar de que no se puede hacer nada por el camino que se elige en la vida, y sabernos conscientes de que los años no regresan, todavía conociendo lo anterior, sigue siendo triste detenernos a pensar en el “qué hubiera pasado si…”.

Te recomiendo mucho esta lectura, porque además de toda la belleza que aborda su narrativa, también toca temas históricos de la Primera y Segunda Guerra Mundial, así como los cambios políticos que se suscitaron en Inglaterra y el mundo, tanto en su gobierno como en la sociedad de la época.

Sofía Soria escritora mexicana que comparte sus escritos, ensayos, poemas y reseñas de libros en: @notasdesofisoria en Instagram/ Notas de Sofí Soria en Facebook Tiene un libro infantil ilustrado publicado titulado: Cherry Merry

R E S E Ñ A
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VENCER PALABRA POR PALABRA

Por: Víctor Alzina Por: Víctor Alzina

Eventos azarosos me han llevado a escribir sobre Mallarmé, el gran poeta y precursor de las vanguardias literarias del siglo pasado y antepasado. He seguido con interés su obra desde hace años, interés que se concentró después que recibí, tras haber ganado un pequeño concurso de la prestigiosa editorial norteamericana New Directions, un paquete que incluía, entre otros, dos libros con la obra de Mallarmé Me negué a conocer su obra superficialmente, sabiendo de antemano los grandes retos que esto implicaba. Después de todo, es considerado, generalmente, un autor prácticamente ilegible, terriblemente denso, y, como si fuese poco, también intraducible Debo decir, que todos esos motivos fueron en gran parte los causantes de mi enorme atracción por su obra

Esta primera parte, de un texto más amplio que estoy construyendo, sólo abarca una pequeña parte de mis observaciones particulares sobre la obra de Mallarmé, las cuales, si pueden en algún momento considerarse como críticas, pongo en estado de aceptación lo que sugiere Maurice Blanchot sobre la crítica: su trabajo de mediación finalmente anulado, por su inminente desaparición Si bien mi conocimiento parcial del idioma francés ha sido ventajoso para mis lecturas comparadas, al indagar en esta obra tan compleja, me he basado en sus traducciones al castellano y al inglés, para la creación de este texto, teniendo en cuenta que toda traducción tiene sus limitaciones, tal vez más aún, en un caso como este

Me concentré, para estas observaciones, en el trabajo en prosa del poeta, que es donde, tras una cuidadosa lectura, se revelan los indicios que han permitido inferir la voluntad de llevar sus ideas poéti-

cas a extremos donde rozan con la inabarcable concepción del absoluto Intento mostrar ahora, de forma muy sintética, qué hay implícito en la concepción de una idea tan radical como la que está presente en la frase: «El azar vencido palabra por palabra»

El lenguaje ordinario, cuya función es darse a entender con el prójimo, permite exteriorizar, improvisadamente, ideas mediante el uso libre del léxico y la sintaxis; dicho de otra forma: el azar cumple su tarea en función de la comunicación. Ahora bien, Mallarmé nos ha dejado claro que él busca deliberadamente la oscuridad y el misterio, pero, después de adentrarnos en las claves presentes en su prosa, es observable cómo esa orientación, que define su estilo, no es una acción gratuita, sino, todo lo contrario El lenguaje escrito, más evidentemente en la poesía, es donde se pueden escoger las palabras de forma muy exacta. Eso es precisamente lo que ha decidido hacer Mallarmé en su prosa, mediante, por ejemplo, su uso complejo de la sintaxis y la puntuación

Es necesario recordar que las palabras en sí no tienen una naturaleza semántica completamente precisa, están alejadas de la exactitud que se puede esperar de los números, por ejemplo. La exactitud implicada en la obra de Mallarmé es la de discernir las palabras que funcionen en su método poético

Me pregunté qué criterio tuvo en el cuidado de selección de las palabras, y si acaso su obra no es sólo un juego donde ejecutó el reemplazo de un azar por otro más refinado Observé, siguiendo las pistas que dejó Mallarmé, cómo se resuelve esa tensión de precisión y oscuridad simultánea

E N S A Y O
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Al enfrentar dos palabras que no tienen una relación común entre sí, cuando no hay una vinculación en el uso ordinario de ellas, sucede algo interesante: se desata un juego lingüístico, intelectual y poético en el cual hay un impacto de asombro La sorpresa, la emoción que causa esa suerte de corto circuito con aspiración poética, es detonada Ese juego, al principio confuso, ofrece a cambio la revelación de un misterio que, tras un ejercicio de observación, permite ver cómo entre esas palabras existen relaciones que anteriormente no habían sido notadas Hay un juego de espejos donde las palabras se reflejan entre sí, y permiten que se descubra algo completamente nuevo. Se encuentran allí relaciones inteligentes y poéticas Así es como la obra apremia el esfuerzo de encontrarse con ella

Para Mallarmé lo importante es expresarse, no comunicarse; su obra es precisa e intenta que se vislumbren ideas de lo absoluto, aunque ello le cueste la ininteligibilidad dentro de los márgenes

del lenguaje ordinario Su obra es densa, compleja, y, para los más curiosos y entusiastas, también gratificante. Vale la pena detenerse a ensayar sobre particularidades formales, muy específicas, presentes en parte de su obra, como, por ejemplo, el uso de espacios en blanco en la hoja para darle presencia al vacío; pero, por lo pronto, concluiré, esta parte, recordando que la obra de Mallarmé fue un salto en la poesía enormemente novedoso Es importante notar que, a pesar del mérito que implica la novedad en la concepción del mundo moderno, donde lo nuevo y fresco reemplaza lo viejo, como si por su novedad fuese este un bien, no es donde radica el mayor mérito de su obra; sino en la vitalidad renovadora de su poesía mediante en el uso arriesgado, meticuloso, y sensible del lenguaje La lectura de Mallarmé amplía el espectro de la sensibilidad poética humana.

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Revista trimestral de divulgación literaria y otras expresiones artísticas sin fines de lucro, convoca en poesía, narrativa breve, reseña literaria, ensayo y artes visuales, para nuestro No. 31 INVIERNO, correspondiente al trimestre enero-marzo2024

Favor de enviar tu propuesta al correo electrónico: hiperbolefrontera@gmail.com antes del 17 de diciembre de 2023; con las siguientescaracterísticas:

Poesía: extensión máxima 45 versos (en total) Arial, 12 puntos, en archivo formato Word, "guardada"conelnombredesuautoroautora

Narrativa breve: extensión máxima media cuartilla Arial, 12 puntos, interlineado sencillo, enarchivoformatoWord,"guardada"conelnombredesuautoroautora. Reseña literaria y ensayo: extensión máxima 2 cuartillas Arial, 12 puntos, interlineado 1.5, enarchivoformatoWord,"guardada"conelnombredesuautoroautora Fotografía,obraplásticay/otécnicasmixtas,digitalizaday"guardada"conelnombrede suautoroautora,enformato.pngo.jpgenalgunadelassiguientesdimensiones:

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