HIPÉRBOLE FRONTERA | AÑO 4 | NO. 29 | VERANO 2023

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V E R A N O H I P É R B O L E F R O N T E R A A Ñ O 4 | N Ú M E R O 2 9 | J U L I O 2 0 2 3 L I T E R A T U R A Y O T R A S E X P R E S I O N E S

Editora

Imagen en portada

Columna

Mónica Morales Rocha

Hipérbole Frontera | MMR

Javier Vargas de Luna

Carmen Campuzano

Claudia Sánchez

Uriel Velázquez B.

María Elena Cárdenas

Gabriela Ladrón de G.

Roswel Borges

Ángela Escobar

Alejandro González

Steven B. G.

Xavier González

Oralia Rodríguez

Santiago Macías

Laura V. Medel

Daniel Zetina

Fernando Mondragón

Tania Maldonado

Néstor Álvarez

Saúl Pérez Sandoval

Elizabeth Cazessús

Josué Díaz Julián

Yusniel Lorenzo

Carlos Saldívar

Andrés Sandoval

Liliana Lanz Vallejo

Gabriela Guinea

Víctor Villarreal

Lady Junek Vargas

Francisco Casado

Revista de divulgación literaria y otras expresiones artísticas, sin fines de lucro Publicación trimestral.

Archivo disponible para descarga gratuita en: www.moonytj.com/hiperbole-frontera

Tijua 2023
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C o l a b o r a c i o n e s

EN PORTADA

Verano

Hipérbole Frontera | MMR

Técnica: collage digital

3 PALABRAS DE LA EDITORA 5

VERANO

[5] Carmen Campuzano

[6] Claudia Sánchez

[7] Uriel Velázquez B

[8] María Elena Cárdenas

[9] Gabriela Ladrón de G.

[10]Roswel Borges C.

[11] Ángela Escobar

[12] Alejandro González E

[13] Steven B G

[14] Xavier González C

[15] Oralia Rodríguez

[16] Santiago Macías

[19] Laura V Medel

[20] Daniel Zetina

[21] Fernando Mondragón

[22] Tanial Maldonado

[23] Néstor Álvarez

[24] Saúl Pérez Sandoval

[25] Josué Díaz Julián

[26] Yusniel Lorenzo

[27] Carlos Enrique Saldívar

[28] Andrés Sandoval

[30] Liliana Lanz Vallejo

32 Javier Vargas de Luna

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COLUMNA

Lecturas Migratorias

Gabriela Guinea-Johnston Víctor Villarreal

RESEÑA

Ceniza en la boca (2022), de Brenda Navarro, por Lady Junek Vargas.

Un recuento parcial de los incendios (2022), de Mijail Lamas, por Francisco Casado

El incendio que habitan Antología de escritoras de Baja California (2022), VV. AA., por Elizabeth Cazessús

CONVOCATORIA

No. 30 otoño, trimestre octubre-diciembre 2023.

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N D I C E
34 ENSAYO 36

PALABRAS DE LA EDITORA

¡Reciban la bienvenida al Número 29 Verano, de Hipérbole Frontera, revista digital de divulgación literaria y otras expresiones artísticas!

Con este número cumplimos 3 años de acompañarnos y compartir el trabajo literario y visual de quienes han confiado su obra a este proyecto editorial, que nació en julio del 2020

El recorrido ha sido afortunado, pues nos ha permitido coincidir entre las páginas, colaborar con otros proyectos editoriales y construir, desde quienes escriben y quienes leen, una comunidad cada vez más amplia Gracias infinitas

Y justo para este número, me emociona presentar una edición llena de talento y creatividad, en la que hemos recibido una respuesta generosa a nuestra convocatoria en poesía, narrativa, ensayo y reseñas

Asimismo, es causa de gran alegría tener nuevamente la colaboración del escritor Javier Vargas de Luna, en una nueva y gratísima entrada de su columna Lecturas Migratorias. En esta ocasión, recuperando su experiencia con la novela En ausencia de guerra, del argentino Edgardo Cozarinsky

Les invito, además, a leer las reseñas de Ceniza en la boca de Brenda Navarro, por Lady Vargas; Un recuento parcial de los incendios de Mijail Lamas, por Francisco Casado; y, El incendio que habitan Antología de escritoras de Baja California, por Elizabeth Cazessús.

Recibamos, pues, al verano con el ánimo gozoso del antiguo mejibó y que cada palabra sea fruto y deleite

¡Gracias por leer!

MÓNICA MORALES ROCHA MÓNICA MORALES ROCHA H I P É R B O L E F R O N T E R A | V E R A N O 2 0 2 3 | 3
¡Cumplimos 3 años!
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E
O
V
R A N

Te detienes en el umbral y mi cuerpo ligero como luciérnaga hacia la luz levita

Mi piel expuesta avasallada la razón ante tu mirada soy latido.

Del poemario: Un ojo ve, el otro siente (2018)

Artista visual y poeta Autora de: Atisbos y divagaciones (2023), Hilvanar el alba in memoriam (2020), Un ojo ve, el otro siente (2018)), Mascotas Fantásticas (2000), Manual de Artes Plásticas para niños Invidentes y débiles visuales (1996); y coautora de: Haikú / Sexto sentido (2021)

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UMBRAL CARMEN CAMPUZANO
Carmen Campuzano

CLAUDIA SÁNCHEZ

INTENTABAS UNA ELEGÍA

INTENTABAS UNA ELEGÍA a las sirenas; tonos rojizos y cerúleos dibujaban poemas a media tarde, un ruido de palomas que recogen migajas, mientras las huellas de los dedos hurgan desesperadamente entre los pliegues de mi piel

El atardecer inunda de rosa encendido la pared del patio, la enredadera de la pasionaria avanza con sus patas de araña, el deseo, como trago de cerveza, se detiene bajo una corona blanca con púas lilas, todo se cubre con la humedad de ojos y cuerpos

Crece el púrpura saturado, grito que alimenta tallos, telas de arañas y hojarascas bajo nuestros muslos; surco tus brazos, párpados, cabello

La tarde avanza

Claudia Magdalena Sánchez Cadena (Morelos) Estudió Letras Hispánicas en la UAEM Ha impartido diversos talleres de poesía y collage Ha colaborado con poesía en varias revistas y el suplemento cultural La Jornada Semanal. Participó en el Encuentro Internacional de Poesía en Milpa Alta 2021 Autora de los poemarios Árbol de jilgueros (2018), Agapantos (2019) y Esquirlas (2021)

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URIEL VELÁZQUEZ BAÑUELOS

EN EL FIN DE LOS TIEMPOS

Y mi memoria te recordará esta mente infinita y sucia atada a las máquinas que nos dieron placer alguna vez cuando aún había tiempo

Un amor un suspiro

De mi sangre ya solo electricidad de mis lágrimas números binarios un cerebro que respira en una cubeta de agua o un pensamiento que no puede apagarse

Un llanto un alivio

Se piensa y luego existo soy infinito mas no placentero el cuerpo era la prisión del alma mi anhelo al pecado me bloquea

Una muerte una esperanza

Si pecar es amar quiero volver a sentir si la gloria es la nada no creo en lo que soy

Un roce una necesidad

La máquina del futuro que no deja de mirar el pasado el sueño más humano atrapado en una ficción

Un ave una jaula

Uriel Velázquez Bañuelos (1998) Nerd, amante de gatos y escritor especulativo y de géneros más “terrenales” Influenciado en su mayoría por autores británicos, y otros medios. Fue visto en Materiales Ficticios: Antología de ciencia ficción y fantasía (Ediciones Claymore), con su cuento Cyberpunk Canción de un ave metálica

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MARÍA ELENA CÁRDENAS

EL BENDITO PLACER DE ESCRIBIR

Engarzar cual hermosas cuentas una letra a la otra, con finísimos hilos de colores dependiendo el estado de ánimo, para unirlas en palabras y luego formar con ellas un collar de historias, vivencias, sueños.

Rojo para las amorosas palabras que salen directo del corazón, verde para describir el entorno que nos cobija, azul para esos poemas de cielo y mar: “El mar y el cielo se ven igual de azules y a la distancia parece que se unen ” canta por ahí una conocida canción

Amarillo para esas alegres tardes de verano, café para no olvidar el encanto del terruño, naranja para describir lo que nos provoca el ocaso, rosa para celebrar la vida, -La Vie en rosenegro para esos días grises y blanco para invocar a la luna

No importa con qué hilo las enlaces, las palabras se forman de recuerdos, vivencias… El hecho es que escribir es interpretar y leer la vida, acudir al encuentro de nuestras memorias, estar en el momento presente e imaginar el futuro.

(Tijuana) Ingeniero Civil, bailadora de danzón y amante de las letras Lectora a micrófono abierto en espacios culturales y radio Actualmente forma parte de un taller literario Escribe del momento, de la luna, de atardeceres, de amor y de reflexión; lo que el corazón le dicte y su mano dibuje

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GABRIELA LADRÓN DE GUEVARA

NOCHE DE VERANO

Visita nocturna

tinta luminosa

suaves aleteos refrescan ambiente misteriosos seres opacan luna

Insomne

velo sueño de mi bienamado fantasía desbordada llena mis escritos ríos de palabras hilados por hadas mi madre regala alas y raíces reinas anidan risueñas historias ogros cariñosos domados con versos hechiceras reconocen palabras en textos mi tío comparte leyendas del barrio sabio arcano narra libros bellos me abrazan recuerdos cariños sinceros crisol de colores notas y sabores

Sonrío satisfecha noche provechosa trabajo bien hecho.

Gabriela Ladrón de Guevara de León Mexicana Doctora en Educación Profesora-Investigadora en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México Narradora oral y escritora. Autora del poemario Ciudad: Mujer en movimiento. Próximamente lanzará su libro de cuentos La extraña Vida Diaria

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ROSWEL BORGES

DESHOJO PÉTALOS EN CADA LÁGRIMA

Deshojo pétalos en cada lágrima de tu espacio para impedir que rompan las puertas el vuelo de los gorriones

Vives en la humildad del agua rozando cada centímetro de un corazón con los relojes manchados

No esperas lo imposible las hormigas salvan tu naufragio

Sueñas en tu burbuja

con los niños volando en la roja desnudez del romerillo

Los puñales

intentan arrebatar las medallas de tu abuela

No escondas los clavos no te crucifiques

ni te quedes en ropa interior para que las hormigas coman tu dulce Llévame a la soledad de tu cuarto

al fuego de tus atardeceres para acariciar tus alas

y deshojar los libros de tus labios

Roswel Borges Castellanos

(Santa Clara, Villa Clara, Cuba, 1978) Poeta y psicólogo Poemas suyos han sido publicados en varias revistas, antologías y sitios nacionales e internacionales especializados en literatura y poesía Miembro de La Cámara Internacional de Escritores y Artistas CIESART

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ÁNGELA ESCOBAR CLARIMONDA

ODA AL VERANO DE FUEGO

Tienes la mentira enclaustrada en el pecho de fuego olor de tu deseo entre las líneas de mis manos, vuela tu rostro a mi engaño, a ese engaño que tiene mi nombre

Rosas astillan tu atardecer que, siempre caminan junto a tu vestidura de viernes, al paredón tu masculinidad frente a mí, nocturno que se va También la mía, bebo del recuerdo del idilio de tu alma, mi ser, agonía, en el calor de tu cuerpo de lluvia, graniza lumbre en tu interior orgasmos, lunas y absentas

Recuérdame el ayer no te desvanezcas, olvídame, pero guarda un recuerdo en tu memoria para las primaveras; uvas saladas y noches trenzadas que abrazan mi cabello junto al tuyo, hilos de seda negra.

La eternidad es un instante de quebradas sinfonías en aquel verano en el que perdí… tu deseo en mi deseo.

Cursó el Diplomado de Creación Literaria en la Sociedad General de Escritores Mexicanos (SOGEM) Es actriz, escritora y cineasta Ha publicado en diversas revistas electrónicas tanto como en papel cuento y poesía Publicó Debajo de mis venas silenciosas Ganó la convocatoria “Historias del té” por la Compañía Nacional de Teatro de México Ha sido publicada en países como Argentina, Francia, Grecia, España y Alemania Ganó el VI Festival Urgen Musas

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Para tu alma, que nunca muere…

ALEJANDRO GONZÁLEZ E.

PRELUDIO A LAS MOSCAS [fragmento]

EL INICIO

“Una vez muerto el perro se acabó la rabia”

Puede ser pero la vida la vida jamás acaba y donde hay vida hay dolor ladrido furia mal contenida salpicando babas negras

Una vez muerto el perro jamás se acaba la rabia

La vida engendra vida como la muerte engendra oscuridad el polvo al polvo y el odio al odio

El perro muerto sin embargo…

El perro muerto engendra larvas en su vientre blanquecinas larvas de inocencia transparente que retuercen sus anillos en distancias pulcramente medidas

para perforar la carne o el mal recuerdo de la carne y alimentarse de ella y vivir

No engendra moscas el perro no señor apenas les da sustento apenas sirve de alimento lo que antes fue aullido

Se arrastra el gusano de la mosca por senderos de perro muerto se arrastra en dirección a su muerte se arrastra sin detenerse a escarbar en ello

La pureza del ser su principio refleja el brillo del sol poniente como si novedad fuera como si las vísceras reventadas semejaran el universo en expansión

Al inicio todo es inquietud temblor supurante deseo blanco de vida vuelo llanto incertidumbre todo eso puede esperar

Una vez muerto el perro parido es el asco

parida la rabia

Alejandro González Espinoza (Yungay, Chile) Profesor Magister en Familia Autor de los poemarios Hijos y De amor y de muerte (Ed Bukowski); Copulo ergo sum (Ed. La Equilibrista. España); Poesía trastornada (Ed. MedinaLiber). Participante en antologías de cuento y poesía latinoamericanas Ha sido traducido al francés, inglés y eslovaco

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STEVEN B. G.

ODA A LA PRÓSTATA

Inservibles son los mapas y las brújulas, así como los candados puestos sobre el deseo: bajo el ombligo y sobre las vértebras, revientan entre néctares los pistilos, despuntan sus colmillos cientos de fieras y claman «¡En guardia!» febriles las tribus ¡Oh, maravillosa arca que al solo roce por ejemplo de la yema de un dedo otorgas un poder que aviva las venas de un volcán! Con mejillas coloradas y sonrisas tímidas los sabios describen lo siguiente: Umbrales en el mundo hay millones cada cual superior en fineza al anterior mas no hay otro que conduzca a tanta dicha como aquel que se oculta entre las nalgas

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Steven (Costa Rica, 2000) Ha sido publicado en diversas revistas literarias (Mal de Ojo, Noches Extrañas, Cardenal, entre otras) Su trabajo ha sido traducido al italiano
A M Q

XAVIER GONZÁLEZ

TÚ, MULTIAMOROSA

Tú, que vives esta noche en el océano insomne de mis sábanas, nadas, llena de orgasmos antiguos

Tus viejos amantes se reúnen a aplaudir tu espectáculo marino: tu raudo navegar, tus nalgas procelosas, la insistencia muscular de tus piernas invictas Del deseo conoces bien sus lenguas prodigiosas, la sed inagotable en sus vaivenes. De mi cuerpo surgen manos pretéritas que palpan tu soltura y mi hambre más actual te glorifica. Aunque a veces me desoyes, tus gemidos se unen a los míos en la libídine sonora de mi boca Recibe mis ojos futuros, mis mieles renovadas, mi nombre encallado en otros nombres, la caricia innumerable de mi arena

Xavier

González Cárdenas (Baja California, 1973) Obtuvo el Premio Nacional de Cuento Fantástico y de Ciencia Ficción en 2005 Ha publicado los libros Esto es lo que pienso de ti (1996), Ficciones de carne y hueso (2008), Muerto después de muerto (2022), Génesis Tres Dieciséis (2022) y Violencia de génesis (2023)
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Del poemario: El porvenir incesante de la peripecia en el imprevisible mundo de los hechos (2023).

ORALIA RODRÍGUEZ

TOPOGRAFÍA DEL 2020

Érase una vida de necesidades y silencios perderse en espacios comunes la sinrazón ahoga el canto de los pájaros el armario es vigilia ropa de dormir a toda hora extender la mirada al recuerdo de las miradas furtivas o la ansiedad de perder el tiempo al estrés de llegar tarde o al roce del viento ahora las paredes caparazón que contienen mis pasos exiliada de lo cotidiano gel antibacterial cubrebocas la certeza emprendió el viaje a Ítaca ya no sonríe está prohibido abrazar el dolor se enraizó en mis ojos los quereres nos dejan huérfanos de sus afectos es un presente hueco sin un adiós la vida transcurre lenta el desatino sujeta mis tobillos habitar una utopía su matiz es espeso no salir a caminar no hablar con conocidos ni desconocidos no estar con la familia prohibido tocarse o abrazarse la fragilidad es vasta pasan los días el mundo se volvió mapas cifras en ascenso sentarse frente al televisor horas de noticieros buscar en el internet una cura la pandemia no sabe de topografías llega sabiéndose dueña del espacio

las celebraciones quedaron en el limbo vagar por las redes buenos deseos bendiciones de pronto eso fue un camino sinuoso caer dolerse en los otros conmiseración las comorbilidades la punta del iceberg si te hubieras cuidado sí comieras sano no haces ejercicio el credo de hoy en día estigmatizaron los padecimientos 6 meses en una habitación no miré florecer los geranios hablar por teléfono a veces sentada en la orilla de la cama y el miedo ruñía escupiendo desasosiego una nausea constante me invadía me negué hacer videollamadas me sentía avergonzada y triste pasaba las horas en un letargo recordando lo absurdo de muchas decisiones y momentos gastados por el enojo me vi necesitada de un abrazo de la brisa del mar de la hija ausente en un eco de voces que dicen valora lo que tienes es difícil cuando los días son un laberinto y el miedo es tu fiel compañero mientras la nostalgia se ve al espejo

(Jerez, México) Poeta y artista multidisciplinar Radica en Tijuana, BC Estudió la Maestría en Cultura Escrita en el CPESJ, un Diplomado en Artes Visuales en la Caja Galería y un Diplomado en Creación Literaria en el CECUT ambos certificados por el INBA Ha publicados dos cuentos infantiles y el poemario Trozos de tarde para no ser olvido

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Oralia Rodríguez

SANTIAGO MACÍAS

NADIE, NI YO AQUÍ

Mañana se me apagarán los ojos, y esta noche dormiré como hombre bueno a la sombra virginal de un olmo seco. Mañana no quedará ni huella ni humo ni ceniza turbia de mi esencia pálida y enferma, de mi rosa repentina y de este pobre esperpento acongojado que no observa y que tampoco siente el avance sobre sí de las horas espantosas.

Nadie, ni yo aquí ni ahora ni ayer ni hace dos días, existo y me voy con el aire tempestuoso como espiga arrancada o como hoja en otoño o como árbol plantado a la orilla del camino Hoy me desconozco Piedras grises y palabras vacías es todo lo que queda de mí

Mañana seré apenas un recuerdo remotísimo que vuelve y un tordo que andará en lo profundo de mi cerebro

José Santiago Macías Cabrera

(Puebla, 2006) Estudiante y poeta de medio tiempo Amante de las letras y lector empedernido Ganador de diversos certámenes escolares en las disciplinas de poesía juvenil y declamación. En literatura, su área predilecta es la poesía

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V E R A N O

LAURA V. MEDEL

Un chispazo microscópico consume, voraz, la clorofila de aquella hoja. Poco a poco la densidad del gigante cuerpo centenario al que esa hoja pertenece se ve abrazada por una luminosidad incandescente Después de algunos minutos, decenas de encinos se han contagiado de aquel ardor; de manera inevitable permanecerán enraizados al suelo oculto bajo el pajonal hasta carbonizarse La concatenación de llamas ha logrado formar un muro intraspasable Ningún animal montés, incluidas las liebres veloces, ha logrado rebasar la catástrofe.

El verde follaje del bosque pasó a ser densa nube gris que anuncia la llegada anticipada de un feroz verano para este año

Escritora de microficción, poesía y ensayo Estudió Filosofía en la FFyL (UNAM) Actualmente es profesora de literatura en la Casa del Constituyente (Texcoco). Algunos de sus microrrelatos han sido publicados en antologías y revistas de las editoriales Minificción, Minúscula, Amarantine, Rigor Mortis, Especulativas e Hipérbole Frontera

CHISPAZO
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DANIEL ZETINA

JUSTICIA DE VERDAD

No fue suicidio, sino asesinato en tercer grado: premeditación, alevosía y ventaja Todo comenzó cuando terminé con mi última novia Caí en un estado depresivo: ¿no era capaz de elegir bien a una compañera? ¿Dónde estaba mi alma gemela? ¿Cuándo me volví codependiente? ¿Tenía fórmula mi fracaso? ¿Qué me pasaba en cada relación? Siempre comenzaba bien: romanticismo, pasión, pláticas de madrugada, promesas de compromisos. Pero una tarde reconocía que yo no era tomado en cuenta. Me dedicaba a satisfacer las necesidades de la ella en turno y a discutir por tonterías Me extraviaba sujetando con fuerza la bandera del amor Me enajenaba entre palabras y aromas de mujer Vulnerable y cursi, era manipulado por sus ideas, moldeado por sus manías, acosado por sus neurosis Duraba poco Apenas me daba cuenta, comenzaba la huida estratégica ¿Sería yo el problema? Tomé una asesoría terapéutica y decidí enamorarme de mí mismo Me invité a salir, cenas con velas, ópera, vacaciones en la playa Una tarde no pude soportarme más, comencé a discutir conmigo mismo, a gritarme. Me amenacé, me golpeé y me dejé de hablar. No eran ellas, era yo. Qué tipo tan insufrible, maldito pusilánime, engendro malnacido. Planeé el ataque durante un mes, aplicándome la ley del hielo Lo ejecuté el 14 de febrero Nunca más nadie sería víctima de mis malas decisiones Se les acabó su ex novio raro Tras brindar con vino tinto, tomé el cuchillo y subí a la azotea del edificio El filo del acero inoxidable conoció mis entrañas, mientras caía desde el vigésimo piso No fue suicidio

Ha publicado 26 libros en diversos géneros Ha tenido becas y ganado algún premio Ahora vive en Cuernavaca Su columna Un escritor en problemas sale los viernes en La Unión de Morelos desde 2019 Estudia el Doctorado en Literatura en El Colegio de Morelos #unescritorenproblemas #danielzetinaescritor

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JUAN FERNANDO MONDRAGÓN

AFORÍSTICA ANIMAL

El pavorreal piensa: el río hunde al pez, y no lo ahoga; el sol ilumina a la serpiente, y no le enseña; el aire conduce al ave, y no la guía; la noche subraya el rumor de la cigarra, y nunca le responde ***

El lobo piensa: la luz baña todas las mañanas al mismo cisne, todas las mañanas lo ilumina, por él brilla, siempre, y nunca se enamoran ***

La araña mira al cielo y piensa: las jirafas son árboles de abejas ***

Bajo el ardiente sol, el perro piensa: las vacas llevan sobre los ojos ese hueco que queda en el lomo de los devorados. ***

El zorro mira al búho meditar en la noche y piensa: dos grandes ojos y dos pupilas puntuales: dos faros con dos hombres muy solos ***

El caracol no piensa: avaro del tiempo, cuenta cuántos minutos del África le restan aún sobre la espalda. ***

El tejón sabe que va a morir y piensa: las panteras deambulan por la tierra, ni despiertas ni dormidas, con la calma de no saberse en el mundo los fantasmas de los pumas asesinados

Maestro en Humanidades Autor del libro de ensayo Máscara contra cabellera (UAEM, 2020) Ganador del concurso

52 Punto de Partida (2021) y de la Presea Ignacio Manuel Altamirano (2021). Merecedor del Pecda Focaem 2014-2015 y 2017-2018 Realizó estudios en la Universidad Nacional de La Plata, Argentina

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TANIA MALDONADO

EN ESTE ALBERGUE FRONTERIZO NO NOS BASTA UNA CASA, QUEREMOS UN PAÍS...

Ir por un café, ir al cine, caminar por la playa, dejar de contar los segundos, las horas, los días, contar ahora otras cosas, por ejemplo, contarte de la alegría que me da verte al despertar, contarte que cuando cierro los ojos vuelvo a verte a ti, contarte los lunares, contártelo todo, y decirte que ya perdí todos mis mapas, y que sepas que voy a guiarme por uno solo: el mapa sonoro de todo lo que tú dices, el mapa de nuestra lista de deseos, vivo en esa lista, aquí tengo una casa o más bien un país: verde como manzana o verde como selva, no sabía que había abrazos como fines de semana, me dices que son los que duran mucho, entonces a todes quienes vengan a nuestra casa les vamos a compartir agua, café, manzanas, pan y abrazos; como fines de semana. Por último, está mañana me he enterado de otra cosa: ya no cabe en ningún sitio de mis libretas, de mis notas, de mis escritos al margen, al pie de página, aquella pregunta que insistía en aparecer: ¿Dónde estará mi casa?

Tania Maldonado

Maestra en Estudios Culturales por el COLEF Sus temas de acción político y cultural son las migraciones LGBT por México. En 2022 y parte de 2023 colaboró en la Coordinación de Cultura del albergue Casa Arcoíris ubicado en Tijuana, BC Actualmente colabora en Ayuda en Acción Mx

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NÉSTOR RAMÓN ÁLVAREZ

DISFRUTA EL SILENCIO

Antes de caer, la gota giró su rostro y miró su hogar. Mientras su cuerpo se estiraba, disoció su mente, y sus pensamientos se transformaron en desesperación y anhelo Quería regresar a casa

Su fragilidad se transformó en un intenso ardor. Sintió olvido. Mientras caía, casi hierve del intenso calor que le provocaba pensar en lo que se quedaba atrás

De repente llegó a la copa de un pino y respiró el olor del bosque, no pudo evitar prestar atención al presente, hubo tranquilidad en su mente y escuchó a un encino decir: gracias por venir , y la gota sonrió mientras caía sobre una semilla. Al final se dio cuenta que su vida continuaría como una planta silvestre, que alimentaría gorriones y los escucharía cantar para siempre, a veces como girasol, a veces como ave

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Néstor Ramón Álvarez (Tijuana) Licenciado en Historia por la Universidad Autónoma de Baja California Disfruta la música, la lectura, las caminatas y el café

SAÚL PÉREZ SANDOVAL

LA SOCIEDAD DE LOS AMANTES QUE NO SE AMAN

Los amantes despertaban de sus sueños noctámbulos con ganas de amar, de consumirse en los brazos del ser amado Pero su cuerpo cansado se los impedía Un vacío se anudaba al aire del lugar y hacía que se perdieran en su caminata; solamente podían amar al soñar. En sus alrededores se formaban brumas con filas de autómatas. Esperando su turno para seguir caminando en una ciudad que los iba extinguiendo. Los amantes sólo fingían el amor, jugaban con él, lo utilizaban a su conveniencia, y se reducían a buscar amor sin antes amar Utilizaban el lenguaje para pronunciar sus "te amo" heridos desde el borde de sus bocas, sin sentir el amor extinto de sus labios, que estaba agotado de repetirse una y otra vez en sus territorios desérticos Su ritual consistía en desnudarse y no mirarse nunca, en sentir cómo los abrazos se desvanecían en la fricción áspera de piel con piel, de respiración con respiración

Sabían que después tenían que volver a fingir su escena teatral de amantes con otras miradas. Al verse únicamente como mercancías, no podían dejar de ver etiquetas en sus cuerpos Los amantes compartían la condición de cargar con su cadáver en la soledad Y nacían en una sociedad llena de confusiones, en la que se hablaba demasiado sobre el amor, pero resultaba ser una sociedad repleta de amantes que no se amaban; de falsedades pronunciadas al aire; de sentimientos olvidados y perdones extraviados, como sus abrazos Vivían sin sentir el movimiento del amor, sin ver su transformación hecha de confrontación Permanecían lastimados, hundiéndose en sus mareas de clamor, que pasaban de habitar sus labios a otros destinos. Los amantes buscaban salvarse con un recuerdo efímero de lo que no fueron.

Saúl Pérez Sandoval

Escritor, poeta e investigador mexicano Ha publicado algunos artículos en diferentes revistas y medios digitales Es coautor del libro: Pensar el futuro. Colaboró en la antología poética sobre la muerte en Litéfilos, con el poema: La muerte del Ser, el recuerdo y el olvido

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JOSUÉ DÍAZ JULIÁN

DÍA DE CITA

Y así iban los dos, discutiendo qué hacer ahora Ya habían comido, ya habían caminado un rato y ya se sentían con la suficiente confianza como para ir a la casa de alguno de los dos y pasar un buen rato ahí.

En mi casa sólo me espera mi madre dijo él. En la mía mi hija y mi perrito dijo ella.

La convenció de que era mejor idea ir a la casa de él, ya que su mamá seguramente ni se daría cuenta que había llevado a alguien, no los interrumpiría, que su madre acostumbra no salir de su cuarto, es más, quería sentirse como un adolescente haciendo cosas malas y a escondidas

Al llegar a la casa ella notó un olor muy extraño, que pronto se convirtió en putrefacto. Pensó que tal vez era un animal muerto tirado cerca o un poco de carne descompuesta fuera del refrigerador.

Él se limitó a comentar: “Ah, perdón, es que mi madre ya huele un poco mal”

Josué

(Oaxaca, 2000) Estudia la Licenciatura en Letras Hispánicas en la UAM-Iztapalapa Seleccionado en el Dossier de microficción II de la revista Cardenal Actualmente trabaja en su taller de encuadernación Melipona

Encuadernaciones y prepara una investigación sobre la obra de Felisberto Hernández

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LÁZARO YUSNIEL LORENZO

LA

CAÍDA

¡El celular o la vida! exclamó un encapuchado, mientras apuntaba su revolver en dirección al pecho de un hombre alto, de pelo rubio y unos 25 años

¡Este móvil me costó 200 dólares! ¡Si lo quieres…tendrás que matarme! ripostó el joven al encapuchado.

Bam bam sonaron dos disparos y el hombre de pelo rubio cayó exánime al suelo El asaltante avanzó hacia este, abrió su puño, y contempló con alegría cómo el celular anhelado, por el que le iban a dar algún dinero, no había sufrido ningún daño con la caída

Lázaro Yusnuel Lorenzo Ravelo (San Antonio de los Baños, Cuba 1982). Licenciado en Sociología. Entre 2015 y 2023 ha ganado tres premios y cinco menciones en concursos de literatura fantástica

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CARLOS ENRIQUE SALDÍVAR

AIRES DE CAMBIO

La muchacha subió en silencio a la azotea de su hogar. Miró hacia el cielo precioso y vasto Sentía un leve mareo, el cual pronto se disipó, como el airecillo que le acariciaba el rostro Puso una manta en el suelo y se recostó boca arriba para observar las nubes de aquella mañana tan bonita e incierta, con un sol que, de manera insólita, hoy era débil. Una bandada de aves, a las que no pudo identificar, pasaron volando y graznando Ella, curiosa, se preguntó si podía imitar a los pájaros. Se puso de pie con rapidez, se paró al borde del muro que la separaba diez pisos de la acera El edificio donde vivía con su familia era alto De súbito, sin ningún motivo, le lagrimearon los ojos No tuvo ninguna duda. Se dejó caer con los brazos abiertos, pero no se estrelló contra el pavimento, se elevó y pretendió unirse a un grupo de seres, hasta que encontró a más o menos cincuenta personas que volaban con dirección hacia el este Se unió a ellas en la migración. Ya no más padres, hermanos ni departamento (lugar de dolor). Nunca más. Ahora entonaría canciones celestes con libertad

Carlos Enrique Saldivar (Lima, Perú, 1982) Codirige la revista El Muqui Administra la revista Babelicus Publicó los libros de cuentos Historias de ciencia ficción (2008, 2018), Horizontes de fantasía (2010), El otro engendro y algunos cuentos oscuros (2019) y El viaje positrónico (2022, en colaboración) Compiló selecciones de literatura peruana, de géneros variados

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ANDRÉS EDUARDO SANDOVAL

Las piernas suplicantes La voluntad, difusa Temblaba por el viento que penetraba carne y hueso mientras cubría su arrugado rostro del sol que, una vez, fue testigo de amores perdidos en el tiempo.

“Andar por los viejos caminos no es la voluntad del señor”, aseveró en el eco que aún quedaba de sus pensamientos No obstante, siguió caminando aquel sendero ataviado de recuerdos pasados que descansaban en la eternidad, al igual que haría él dentro de poco Nadie del pueblo se sorprendió realmente cuando la silueta pintada en el horizonte desapareció por completo El hombre que algún día platicó ferviente sobre árboles de durazno y pinceladas blancas en el manto celeste había de regresar al único hogar que conoció.

Por fin, frente a la morada y seguro de escuchar la voz inconfundible de su madre, entró. El aroma a durazno llenaba el comedor Supo entonces que la única preocupación del día era contarles a los otros niños que soñó ser un anciano

Nacido en Tijuana en los fríos inviernos de 2002 Fiel creyente de la magia alrededor del mundo; ideas, creencias, mitos y leyendas Todos convergen en un mundo de maravillas que valen la pena explorar Los rincones de la mente donde la nostalgia aguarda son la pasión de este aspirante soñador

A ROMA
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LILIANA LANZ VALLEJO

Ana escribía en su libreta cuadriculada de matemáticas Su mano derecha, que sostenía el lápiz, dejaba ver unas marcas de arañazos que cubrían todo su dorso Conforme escribía, algunas de las marcas empezaban a adquirir un color rojo más intenso y a otras comenzaba a brotarles sangre. Su mejor amiga, Isabel, fue la primera en darse cuenta:

¿Qué te pasó en la mano?

Ana rápidamente se cubrió con la manga de la chamarra del uniforme En el ademán rápido, la manga del brazo izquierdo se retractó un poco, dejando ver, a su vez, las mismas marcas de la mano derecha, ahora en la mano izquierda

¡En las dos manos!

Había bullicio en el salón de quinto de primaria, así que nadie más que Ana escuchó las preguntas de Isabel

Nada Me arañó un gato

¿De cuándo acá tienes tú un gato?

No tengo. Fue el gato de la vecina; se saltó al patio ayer.

Yo tengo gatos. Tengo cuatro gatos…

En realidad, Isabel tenía cuatro gatos y cinco perros. Si alguien sabía de animales era ella. y nunca he visto un gato que haga eso

El profesor de matemáticas se acercó a la mesa, y las niñas guardaron silencio

Ese día, Ana se regresaría de la escuela hacia su casa caminando sola por primera vez Así lo había acordado con su madre en la mañana La escuela quedaba a tan solo una calle de su casa

Ana tomó su mochila, pesada de tantos cuadernos y libros, y se la colgó en la espalda; sus manos ardían al tomar prácticamente cualquier cosa. Se preguntaba cuánto tiempo tardarían sus heridas en cicatrizar. No todas eran profundas, debería ser rápido. Caminó por tres minutos. Lo que tomaba recorrer la calle a pie.

A unos metros de llegar a su casa, empezó a escuchar un barullo que se escapaba de las ventanas Ana se encontró en la entrada de su casa con una maleta, un maletín y un par de trajes de su padre Su madre, con bebé en brazos, lloraba suplicando que no la dejara

El padre, con rostro fijo en seriedad, tomó unas últimas pertenencias y se acercó a la entrada, donde Ana veía la escena con la mochila todavía en la espalda Él la pasó de largo, subió las maletas a su Grand Marquis negro con interiores de terciopelo y emprendió la marcha sin mirar atrás, dejando a Ana sola, con el ardor de manos, sus dos hermanos, y una madre completamente fuera de sí, cayendo en espiral en lo más profundo de su depresión.

Al cerrar la puerta, la madre se acercó a Ana, ojos encendidos de odio:

¡Todo esto es tu culpa! ¡Por tu culpa, tu papá se fue!

Ana sabía exactamente de qué culpa la acusaba ella La culpa del día anterior Ese ayer no había sido el mejor día Las clases de la primaria habían terminado y debía esperar a que su madre pasara por ella No tenía permitido irse caminando a casa Era peligroso En el trayecto de una calle podría pasar cualquier cosa

CAÍDA EN ESPIRAL
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A los varios minutos, Ana vio que el Grand Marquis negro, de vidrios polarizados, se acercó y estacionó en el carril de entradas y salidas de la escuela Ana abrió la puerta del copiloto

Unos gritos desesperados y graves emergieron de la cabina del auto. Ana notó entonces que el carro rebotaba y se mecía levemente de lado a lado. Se asomó a los asientos traseros del carro y vio a su hermano, Bastián, en el trance de uno de sus berrinches más violentos Gritaba con la intensidad tope de todos sus pulmones, pateaba las puertas y ventanas, con sus zapatos pesados todavía puestos, y se golpeaba rostro y cabeza con toda la fuerza de sus puños El asiento de copiloto estaba ocupado por un portabebé y, en él, su hermano menor lloraba, seguramente por el ruido Ana tomó el mango del portabebé, quizá lo podría mover para acurrucarse al lado, pero su madre le quitó la mano y, aventándola, le gritó que se subiera en el asiento trasero

Pero yo no me quiero ir atrás

La madre la vio con coraje intenso, directo a los ojos.

Te vas atrás ahora. Tienes que aprender a controlarlo.

Con honda resignación, Ana cerró la puerta del asiento del copiloto y abrió la puerta trasera. Se metió, lista para defenderse. Pero ninguna defensa fue suficiente. Bastián pateó y arañó tan fuerte como sus impulsos le dictaron Ana se protegió la cara con sus manos y brazos A todo grito de ayuda le hacían eco los gritos de su madre:

Que esto te sirva para que lo aprendas a controlar porque tú lo cuidarás cuando yo no esté

Ana agradeció el hecho de que, en esta ocasión, su hermano prefirió arañar antes que morder Sus mordidas eran verdaderamente dolorosas; los arañazos, en ese instante, no lo eran tanto. Bastián, de 8 años, se afanó en las manos de Ana, abriéndole múltiples heridas con sus uñas. En el fondo, Ana tenía la sensación de que a Bastián le dolía tanto como a ella. Se le notaba en sus ojos tristes que, aunque intensos por el berrinche, no refugiaban ninguna maldad. Por el contrario, reflejaban desesperación.

Esto es para que aprendas , retumbaban los gritos de la madre

Fue un minuto y medio de traslado de la escuela a casa Lo que toma manejar una calle

Porque caminar sola en la calle es peligroso Podría pasar cualquier cosa

Doctora en Ciencias Sociales, maestra en Lingüística Aplicada y licenciada en Lengua y Literatura de Hispanoamérica Actualmente se dedica a la docencia e investigación como académica en la UABC Es autora del libro Mixed feelings en Tijuana: bilingüismo, sentimiento y consumo transfronterizo Contacto en: lanzliliana@uabcedumx y facebookcom/LilianaLanzV

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LECTURAS MIGRATORIAS COLUMNA

Por: Javier Vargas de Luna

Edgardo Cozarinsky: imaginar un espejismo Edgardo Cozarinsky: imaginar un espejismo

También están los envíos, libros como emisarios esperándonos frente al domicilio de nuestros desarraigos. Y al entrar a casa, en la isla de Montreal de todos los migrantes del mundo, el aviso de la oficina de correos señalará las cuarenta y ocho horas de gracia para recoger el paquete. Mañana por la tarde, al regresar de las rutinas del día, me detendré unos minutos sobre el verano tan diferente de la avenida Saint-Laurent (cielos encapotados y permanentes advertencias sobre le calidad del aire : culpa de los incendios forestales, dicen las noticias)

Mascarillas sanitarias, mamparas de acrílico, ojos asiáticos, y los empleados sonreirán al escucharme decir muchas gracias en chino, “chié-chié”, o algo así Es todo lo que sé decir en dicha lengua, y firmaré de recibido, y la cajita me parecerá un libro, tiene que serlo, ojalá una novela, acaso una biografía, o tal vez algún poemario de versos trascendentales, y de regreso a las aceras de las cuatro de la tarde la abriré para volver a pensar que las y los lectores trantserrados siempre seremos esto en el Polo Norte: el ansia de que nuestros buzones conserven su vigencia en tanto que orillas posibles de la lengua española. Dicho de otro modo, al expatriarnos de la calle natal, cualquier libro vivido en castellano es un acto de resistencia y también un refugio, o siquiera un combate por conservar la lucidez del pasado verbal que nos define.

Es algo de Edgardo Cozarinsky, no lo conocía En ausencia de guerra (2014), un título que Mimí me hace llegar desde su librería en Ushuaïa, en la Argentina más austral, frente al estrecho de Magallanes. “Te va a gustar, porque este libro se te parece, che” , me dice en la dedicatoria

donde ahora reconozco los trazos de una caligrafía perfecta en sus propios términos Ushuaïa, fin del mundo y principio de todo, así decían los letreros de aquella ciudad, y entonces seguiré recordando a mi vieja amiga, gestora cultural, contadora de cuentos en centros culturales, también en bares bohemios, nadie como ella para darle voz precisa y colores exactos a Silvina Ocampo, por ejemplo. Y apresuraré el paso para sentarme en la cafetería del viernes donde comenzaré a leer a Cozarinsky (Buenos Aires, 1939) con precauciones dobles por culpa de Mimí: los migrantes, al mirarnos en el espejo de páginas que se nos parecen, queremos asistir a la sorpresa de nuestras propias palabras, ser y estar en el asombro de un español muy nuestro y también muy inesperado, o quizás todo se deba a mi natural fobia por los determinismos, dentro y fuera de la literatura No, yo nada sé de cierto, sólo lo supongo (así lo diría Sabines), y en silencio he agradecido que alguien, en la Tierra del Fuego, entienda mi necesidad de que la lengua castellana siga floreciendo en mí, muy a pesar del tiempo y de la distancia

Sí, Cozarinsky entretejió un libro de desarraigos, enlazó los viajes con los exilios, superpuso ciudades en los destierros y trasplantó lenguas mediante palabras de doble fondo No, no es una novela porteña, ¿cómo decirlo?, y porque tampoco pudo dejar de serlo, de sus páginas se deriva una forma muy argentina de ser cosmopolita Ahora bien, en mi lectura migratoria co-

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menzaré agradeciendo los cultismos y los regionalismos; sí, allí está la primera reverberación lingüística del relato, quise decir, el estallido verbal que me rescata como aprendiz del diccionario español, porque los “rulemanes” son baleros de rodamientos en los acentos rioplatenses, porque la “jaquetía” es una variedad del judeoespañol hablada por los sefardíes de Marruecos, porque las “ligustrinas” son una especie de arbustos y el “pedregullo” (esta podía deducirla) un poco de ripio, piedras diminutas Por lo demás, entre los vaivenes del personaje central reconoceré al propio Cozarisnky, un autor cuyas trashumancias entre París y Buenos Aires hacen recordar aquella cita de Henry Laborit: “en tiempos como estos, la fuga es el único medio para mantenerse vivos y continuar soñando”...

Y porque descreo de la crítica informativa de cualquier libro, no diré nada sobre la trama de En ausencia de guerra, sino sobre sus exploraciones narrativas. Sobremanera, esta novela le aplica una doble vuelta de tuerca literaria a sus peripecias, pues sus capítulos inician y concluyen sospechando que “todo es literatura”. Acaso porque desde Marcel Proust cualquier relato ha aprendido a decir que la vida transformada en memoria contiene gérmenes de ficción, aquí echar la vista atrás, o conjeturar sobre nuestro “porvenir de antaño” (ahora cito a Unamuno), es un accidente lingüístico cuyos vocablos exigen orden y sintaxis, un azar de lo verbal que apela a la gramática para reinventar los sueños y refundar significados.

En este mismo sentido, y tan migrantes como son todas y cada una de las figuras de Edgardo Cozarinsky, diríase que es su condición de seres expuestos a muchos sistemas ortográficos y a tantas fronteras geopolíticas lo que les permite definirse como almas escriturales; de hecho, al sobrevivir fuera de sus respectivas lenguas maternas, los habitantes del texto han aprendido a traducirse y a descifrarse, y también a borronearse, en el marco de un siglo XX cuyas utopías sociales tropezaron con la ideología y cedieron a la tentación del pensamiento único.

Al final, lo que más llama la atención de En ausencia de guerra es la paulatina conciencia que el libro despliega sobre su propia creación. Sí, estamos ante una novela que acopia elementos y analiza los instantes que más tarde le permitirán existir en nuestra mirada: magia mayor de la creación literaria, ¿no es cierto?, hacernos creer en el espejismo de los tiempos y de las edades, pues en Cozarinsky somos el libro que seremos, ¡somos imaginación postergada!, mientras hoy sé por qué Mimí me ha hecho llegar este título desde el otro lado del continente, cuando en la página 39 descubra el nombre de la isla de Montreal, la ciudad en que recién concluyo la lectura migratoria de una novela que aún no ha sido escrita…

Javier

Vargas de Luna

Nacido en Tampico, México, es autor de más de una veintena de libros Poeta, narrador, ensayista, cronista, docente e investigador literario, ejerció el periodismo antes de partir hacia Quebec, Canadá, donde radica desde 1996 Después de cursar la Maestría en Literatura en la Universidad de Ottawa, recibió el grado de Doctor en Letras en la Universidad McGill (Montreal) Desde el año 2004 es catedrático titular en la Facultad de Letras de la Universidad Laval (Ciudad de Quebec) y en diversos periodos de su vida ha sido profesor en la Universidad de Massachusetts (UMASS-Lowell), la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), la Universidad Libre de Bruselas (ULB), la Universidad Eötvös Loránd (ELTE) de Budapest, la Universidad de Quebec (UQÀM) y el Instituto de Estudios Avanzados de Francia (IEA-París) En la actualidad continúa construyendo una enciclopedia de la lectura en el mundo hispano conocida como Bibliotecas ajenas

COLUMNA
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GABRIELA GUINEA-JOHNSTON ENSAYO

Mi ciudad se expande como globo

Mi ciudad se expande como globo incontrolable Impulsada por la ilusión de que será centro de una metrópoli dinámica y moderna Pero una ciudad no crece de manera armónica si tiene que hacerlo arriba de sus escombros. No es el ave Fénix, no puede levantar el vuelo Como árbol, mi ciudad está irremediablemente pegada a la tierra.

Tijuana y sus hermosos contrastes, requiere de la creatividad de ingenieros y arquitectos honestos, para crecer de acuerdo a sus posibilidades Terreno delicado, barrancos de arenisca y piedra, fallas geológicas, deben ser respetados. Pero algunos ineptos y/o corruptos servidores públicos, cambian usos de suelo para permitir a los especuladores servirse con la cuchara grande Donde antes había un terreno de conservación, ahora igual se puede construir una gasolinera o un rascacielos

Para que a Tijuana el desarrollo no la ahogue, debe crecer poco a poco. Los encargados de su planeación deberían pensar ¿por qué y cómo han sucedido los derrumbes, los deslizamientos? ¿por qué se han deslavado carreteras? Hay individuos que ocupan puestos, cuya capacidad de prevención y categoría humana dejan mucho que desear, aunque tengan credenciales universitarias El Instituto Municipal de Planeación en vez de vigilar la integridad de la ciudad, está allanando el camino a los especuladores

Permitir la construcción de más edificios, debe ir acompañada de una inversión en parques infantiles, autobuses escolares, transportación colectiva de calidad, modernización y ampliación de infraestructura: drenajes, calles y banquetas, alumbrado público, arreglar la planta de tratamiento, reutilizar el agua Una ciudad no es moderna porque sus avenidas se hayan convertido en estacionamientos Porque no se pueda caminar por sus calles, llenas de hoyos y banquetas rotas, aspirando la contaminación de los vehículos

En Tijuana llueve poco, pero cuando llueve, como no hay cunetas para que el agua corra, ni lugar a donde se deposite; ni hay pavimentos permeables o empedrados en las calles que lo necesitan, el terreno se ablanda y caen postes y casas Los gobiernos en vez de detener el crecimiento acelerado, quieren aumentarlo. Engañan al pueblo, para aprovecharse de su ciudad, y luego abandonarla

Cuántas personas se moverían en autobús o tren eléctrico, en vez de verse obligadas a comprar y mantener un auto, con todos los gastos que representa y la contaminación que causa; si el gobierno invirtiera en transportación pública municipal en vez de someterse a los sindicatos de taxistas.

La hermosa playa de Tijuana, es violentada por turistas que no la aprecian, dejan basura tirada y ni idea tienen de los seres que la habitan El gobierno no le da importancia a la playa como espacio de recreo y esparcimiento para toda la familia y no evita siquiera que los drenajes escurran al mar (de cualquier origen que sean). No hay ni suficientes botes de basura No hay casi inspectores ni vigilancia

Abusan de nuestra ciudad enfermos de todo tipo de avaricia Urbanistas y arquitectos pusilánimes se sienten importantes porque pueden imponer su falta de visión sobre nosotros, y creen que densificación significa hacinamiento, encharcamiento, embotellamiento, no entienden que Tijuana es una pequeña joya que no podrá soportar tanta carga sin romperse, sus áreas de riesgo deben mantenerse para conservación, pero los ineptos quieren que en todas partes se construyan edificios. Aunque no haya agua. Aunque no haya drenaje Aunque no haya cómo moverse Estos son nuestros tiempos.

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Gabriela Guinea-Johnston Productora de radio, maestra, crítica, editorialista, traductora Poemario Río de Nubes y Libro infantil Dora Resquicios en proceso

VÍCTOR VILLARREAL VERANIEGO

El vera-niego es la incredulidad del destierro. Comprar camisas y bermudas de lino para no usarlas nunca, más que en los hipotéticos e ilusorios días de arena y sol: reflejo del trabajo mental "lo voy a usar el día que vaya a la playa" Al final, en la praxis, se al mar con una camisa negra de manga corta, consagración del invernadero Afuera hace sol, pero por dentro llueve Textos de Kalidara con el Ritushamhara o (Ronda de las Estaciones) junto a Balzac con sus temporales en Los Campesinos. La premisa es simple, el cambio climático emocional es un hecho. La vida entre la ciudad y el campo obliga a llevar una chamarra para las madrugadas y desveladas, una botella de agua para el calor del medio día, manga larga para la quemazón de las 3 de la tarde y un paraguas para la lluvia de las 5. Un desastre. El veraniego es lo propio del verano o que pertenece a dicha estación del año Pero en calidad de mientras, los invernaderos emocionales son oblicuidades del destierro que giran en torno al tiempo Adentro hace sol, pero afuera llueve.

La edad del tiempo no es más que significación y pecado, ruptura y comunión, arriba y abajo Quietud y movimiento, elasticidad o carrizo El veraniego también es negación de lo existente. La negación del verano quizá es el otoño o el invierno, tal vez la primavera. Perpetuidad y divagación Lo que pertenece al verano es el calor, lo húmedo, algo que recuerde a buenos tiempos, vida y movimiento Frescura La sociedad occidental en ciernes de una libertad espiritual traduce el verano como una vacación El tiempo idóneo en el espacio adecuado Algo similar a la sanidad del

tiempo: la higiene de las estaciones, ruptura y reflejo siempre de nuestras emociones, se vuelca como el momento y espacio que no percibimos del todo. Porque es más sencillo dar cuenta de un padecimiento que de la plena salud Cuando se vive sin enfermedad y sin dolores no existe sentir alguno, cuando la enfermedad toma el cuerpo la queja es constante. El calor y el frío como dos contradicciones no es más que la negación el uno del otro Frío, ausencia de calor o movimiento Calor excitación de las moléculas Frío y calor en temporada de verano no es más que el juego erótico de la negación y de nuestros placeres. Hielos a la luz de la canícula. Café caliente con la tormenta. Vera-niego, es placer en la tormenta, salud en la enfermedad Saquen sus caguamas queridas lectoras, que la negación del calor ya está aquí Lo rico del calor es lo erótico de bañarse con agua helada. Lo que pertenece al verano es su negación misma. Ropa con poca tela en búsqueda del frío. Bebidas con hielo para contrarrestar el calor interno La contradicción es el gran motor de occidente

ENSAYO
Víctor Villarreal Cabello Milpaltense, internacionalista por la UNAM y maestrante por la misma institución Profesor de la Universidad Rosario Castellanos y autor de la columna político-cultural Desde mi trinchera
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RESEÑA C E N I Z A E N L A B O C A *

Por: Lady Junek Vargas León

Por: Lady Junek Vargas León

Este texto es de Brenda Navarro, escritora mexicana, que además es socióloga y economista feminista por la Universidad Nacional Autónoma de México Ceniza en la boca se publicó en el 2022 y en esta novela la autora nos presenta, una vez más desde la provocación y lo inusual, una reflexión acerca de maternar y de las múltiples maternidades Su estreno como escritora fue con el premiado libro titulado Casas vacías que se publicó en 2019. En esta primera obra nos da una perspectiva de la maternidad sin romantizar ni sacramentar la imagen de la madre Habla de las madres y de una forma metafórica que se relaciona en todas las páginas con las casas vacías que deben entregar sus vidas al servicio de otro

Ceniza en la boca se trata de un libro para releer, marcar, subrayar por las reflexiones que la autora hace sobre la desigualdad, el racismo, el suicidio, la familia, los feminicidios y la violencia Asimismo, el texto nos permite ver, por medio de cada línea, los factores sociales que definen a diversas personas cuestiones como el género, la raza, la clase social, la ubicación geográfica o incluso la edad y cómo dichos rasgos afectan a las personas de manera sistemática, además de influir directamente en la manera en la que vivimos y nos concebimos en la realidad Atraviesa al lector con tanta sutileza, y al mismo tiempo como un huracán de emociones, que logra que podamos percibir la tragedia y el desconcierto de la vida migrante sin ser una historia que revictimice o use la voz, sino que visibiliza cientos de injusticias a las que están sometidos aquellos que no son tan privile-

giados Nos permite tener claro que es imposible, a veces incluso en una novela, hablar de experiencias alrededor de la movilidad migratoria

Sin embargo, este libro no solo consiste en páginas que relatan temas y fenómenos de la actualidad a nivel internacional por los que la mayoría estamos interpelados El libro logra muy bien que imaginemos de manera explícita los sonidos, olores y situaciones espaciales a cada paso que dan nuestros protagonistas. No cae en el drama trágico en el que el sentimentalismo nos lleve a cocrear una historia de filantropía blanca con relación a los migrantes latinos en el viejo continente; por el contrario, nos deja claro el racismo, la explotación y la aporofobia que viven día con día estas personas Nos grita el hartazgo por las jornadas laborales y la ridícula concepción capitalista de resiliencia migrante.

También nos relata las peripecias de maternar siendo migrante, del significado de comer alguna cosa que te transporte por medio del sabor a tu terruño Por un instante te hace transportarte al sentirpensar de regresar.

El libro no sigue una línea de tiempo, va-

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mos y venimos hacia adelante y hacia atrás en periodos de tiempo, comenzando con el suicidio del hermano de quien nos relata la historia, formando un ir y venir que entrelaza las partes de libros de manera perfecta Considero que los verdaderos protagonistas del texto son todas esas categorías sociales que producen las violencias, que atraviesan a todos y a cada uno de los personajes en mayor o menor medida

Ceniza en la boca nos invita a sentirnos incómodos con las realidades del allá y del

RESEÑA

aquí; nos hace reflexionar alrededor de la salud mental y física, nos pone de frente a la desigualdad y a la injusticia, pero no provoca que romanticemos la precarización, sino que consiste en una denuncia poderosa escrita en prosa, narrada de manera organizada y que tiene mucho o poco de ficción. De la lectura de esta novela “entendí que no hay verdades, sino puntos de vista” (Navarro, 2022, p 181) Me parece que es una novela muy de América Latina, muy nuestra, muy migrante, muy realista.

Lady Junek Vargas León (Venezolana viviendo en Ciudad de México)

Migrante, activista independiente, estudiante de Doctorado en Ciencias Políticas y Sociales, con orientación en Relaciones Internacionales, por la UNAM Es miembro de la Red Venezolanas que Investigan, coordinadora del Club de Lectura de Venezolanas Globales Es miembro de la Cátedra de Estudio sobre las Américas, celebrada entre IISUNAM, Cérium (Univ. Montreal) y CISAN/UNAM. También es colaboradora en el proyecto PAPIIT Migrantes/solicitantes de asilo transcontinentales y la conformación de un espacio fronterizo de espera en México

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* Navarro, B (2022) Ceniza en la boca Sexto Piso

RESEÑA

UN RECUENTO PARCIAL DE LOS INCENDIOS*

Por: Francisco José Casado Por: Francisco José Casado

Generalmente la ceniza es considerada inútil residuo del hipnótico desenlace de toda materia inflamable; sin embargo, como la poesía, reconfigura y resignifica, toma una dimensión utilitaria para las voces del escritor, editor, crítico y traductor sinaloense Mijail Lamas (Culiacán, 1979) compiladas en Un recuento parcial de los incendios: Antología (2007-2012) (2022), de la Serie Ex Libris, publicado por el Instituto Sinaloense de Cultura.

Más que una recolección, el libro parece más el forjado de un tabaco, compuesto por el núcleo o tripa, germen del sabor y aroma, donde el Volado hoja de la combustión es Cuaderno de Tyler Durden De personalidad volátil, incendiaria y provocador, como su homónimo, teledirigido a las generaciones en lucha por pertenecer y/o destacar en el entorno socio-económico-poético a finales de los 90’s:

La segunda hoja, Seco encargada del aroma , revolotea en Fundación de la casa Un desdecir de la vida cotidiana de la unión libre que emana amor sin necesidad de categorización alguna Mientras que para la tercera capa, Ligero, para el sabor , me remito a Contraverano.

El ardor incómodo de la pérdida balancea el aroma dulce previo, refuta la visión de la ceniza como deshecho, al contrario, puede hacer crecer algo nuevamente, con algo de paciencia, designio que susurra al oído: “[ ] levantar la pluma de esta hoja que la luz ha despertado, a oscurecer con un golpe de mano esta flama que se consume a sí misma. / Voy a quedarme quieto. / Voy

a esperar la estación de nubarrones y mañanas frías / Voy a guardar silencio ”

En las últimas capas, el Capote o la cubierta de la tripa , que da forma al cigarro, tendría paralelismo con Trevas Canción del navegante de sí mismo Hace más presencia la formación y cercanía de Mijail con la poesía portuguesa, en especial la de Cesário Verde (Lisboa, 1855-1886), donde lo cotidiano y a la vez precoz incendiario habría de formalizar y homenajear esta construcción.

Por último, la capa o terminado, se resume en El canto y la piedra Marco de otra vuelta al origen, pero de la poesía: una reescritura sobre referentes clásicos y mitológicos que consolidan la poética sagaz y concreta: Sólo te pido una palabra / que hiera desde lejos / y sea mortal ” Personal y cotidiana: “No hay calamidad, / sólo un andar en ruinas, / un no reconocerse en los demás, / estar perdido ”

Mijail, como descendiente de una generación agitada por el grunge y la incertidumbre, “y un buen día nos volvemos adultos / y vamos al trabajo enfundados en un traje Pero llevamos un riff de Nirvana sonando en la cabeza y

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es ese nuestro único amuleto. ” A lo largo de una década de trabajo, deja constancia que al porvenir no hay que pintarlo ni de esperanza, como tampoco de desolación; al contrario, toma la ceniza de los ceniceros y embadurna las paredes con la ceniza de este amargo deleite que hace toser y llorar, como también adormecer por instantes la realidad.

El sabor a tabaco y ceniza de Un recuento parcial de los incendios invita a no limpiarse el sabor después de terminarlo.

RESEÑA

Por el contrario, hay que dejarlo macerar, digerirlo, inhalarlo; que oscurezca el espíritu en espera de corroborar qué tan cierto es que solo en la oscuridad resalta más la luz. Como deja exprofeso, la poesía no necesariamente debe tener solo finales felices, sino todo lo contrario, dejar finales que inviten, como el humo, que no rehúye la invitación de arder: la posibilidad de otro maridaje con los ojos cerrados viendo directamente al sol

* Lamas, M (2022) Un recuento parcial de los incendios Instituto Sinaloense de Cultura

Francisco José Casado Pérez (1990, CDMX) Arquitecto y escritor Ha publicado en revistas digitales, Mención Honorífica del Premio Bruno Corona Petit (20202022) Autor de Para mirar los pasos (2021), premio Don’t Read (2021) y la plaquette Flush (2023) del taller de imprenta Canciones Tristes Books & Printing

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EL INCENDIO QUE HABITAN. ANTOLOGÍA DE AUTORAS DE BAJA CALIFORNIA*

Habría que saber si el incendio se puede habitar y cómo es que expresan esta metáfora las escritoras de Baja California, a sabiendas de que el fuego es el origen del hogar y el primer invento de la humanidad En la poesía este símbolo está representado como la matriz creadora del deseo, el pensamiento crítico y el arte. En este sentido se podrían hacer del “incendio” varias lecturas debido a sus voces y temas Será imposible en este texto abordar esta polifonía de voces con distintas miradas del mundo en su dualidad. La flama interna hace vínculos con el sujeto del deseo. Los lectores podrán ver cómo las escritoras con/versan con las páginas, y en ese acto de con/versar, se revela una forma de estar con otras autoras, una manera de mirar el mundo actual, formas de pensarse distintas, encontrar respuesta a sus preguntas y las varias maneras de reinventarse

Pero en todos los casos, hay un planteamiento imprescindible ¿Para qué sirve la escritura si no es para volver a una misma, volver al cuerpo, replantearnos un

orden y estructura de los aspectos más profundos de nuestra existencia? ¿Para qué sirve la poesía sino para ejercitar el oficio del pensamiento, reconocer a otras voces desde el principio de la humanidad, en una carrera contra el tiempo y las etapas de la propia vida? Y si a esto no se le ve una utilidad para la evolución humana: ¿qué sentido tendría la poesía desde aquella tabla cuneiforme, registro del primer poema de la humanidad escrito por Enheduanna, sacerdotisa sumeria del siglo IV a C ? Considerando a la poesía, habitante del ser humano que ha realizado sueños antes del psicoanálisis, ha luchado y construido ideales ante las clases sociales, ha transgredido los dogmas de la ciencia y religión para conquistar el espíritu de libertad y replantearse la discriminación de género, racial , económica.

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EL INCENDIO QUE HABITAN LAS ESCRITORAS DE B.C.

En este libro compilado por Hipérbole Frontera y Pinos Alados, encontrarán un mapa que va más allá de lo bajacaliforniano La poesía irrumpe fronteras, no hay muros, ni distancia, ni tiempo que detengan las voces aquí expresadas, cuando fluyen autores de la literatura universal que han sido semillero de otras voces Mencionadas y revisitadas autoras como Sor Juan Inés de la Cruz, Anne Carson, Alejandra Pizarnick y William

Las poetas como lectoras, observan el mundo, lo desconocen, se levantan con él y aparece un Poema Roto en la página; y, aunque Rosina Conde exprese que es un poema “despojado del ardor de las palabras” , esa herida tiene la fuerza de un manifiesto sufragista del siglo XIX, que arde desde entonces por las calles del mundo pidiendo “el Cese al Fuego” y un alto a los varios niveles del odio que juega el genocidio

“Y cómo vamos a responderle al cielo” le contestaría Mavi Robles, “si tenemos la carne partida/reseco el espíritu y agrietada el alma” A sabiendas de que estamos viviendo todos los incendios, Johana Jaramillo se pregunta: “¿qué pretenden con la quema del Amazonas, las Californias, Australia y erradicar camellos?” Y se cuestiona el fracking, el cambio climático, la cuarentena del Covid 19 y el mundo gore Como observadoras las poetas pactan con la realidad con un No a la guerra y al genocidio; un No al racismo, según Sonia Gutiérrez, porque finalmente estamos “En el mismo espacio, pero en mundos diferentes” de aquellos que “su piel es del color dulce de la leche materna”

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El patriarcado y la violencia es una indefinición por la vida en el joven que describe Paty Blake en el Retén: “Es más fácil ver su inocencia fuera de lugar que la mía/Sus ojos reflejan luz/ no ocasiones para apretar el arma hacia su cuerpo” ¿La inocencia y la luz no cabe en un cuerpo que empuña un arma? ¿O es que el patriarcado se vale de la inocencia para ver quién le hace el trabajo sucio bajo la luna? “Hay que ir perdiendo las conquistas resistiendo/ con el corazón inocente/ con el corazón niño/ sin la menor idea de lo que sobreviene”, expresa Maria Edma Gómez en su conseja. Hay interrogantes que tocan la conciencia social en estos poemas

La memoria viaja con cierta incertidumbre: “del abismo insondable de mi pecho/ríos de lava en vértigo/corren por mis venas/en un tormento de salvación”, nos expresa Eugenia Elizondo El amor tiene los rostros con un contrato desde el interior por donde se matizan sentimientos como vínculos amorosos, autocríticos, de conciencia de género.

Las poetas se convierten en animal o sujeto haciendo transparente la ironía y el absurdo del amor, utilizando figuras literarias como la prosopopeya de Elizabeth Algrávez con su poema La perra muerta y cito “…nadie quiere a una perra /que no reconoce más amo/ que aquel/ a quien anda buscando / y ya ve no se ha perdido nada/mi corazón / apenas /de perra añosa y malherida” El amor se salva del rincón del sacrificio que nos costó trabajo entender debido al hoyo negro en el pecho a consecuencia de ver el corazón como un aborto en la bañera, descrito de la ficción gore en el cuento Los restos de Marcia Ramos

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La infancia devela la cuerda floja cuando Rina Ruiz dice: “El destino tiene una cita con la incertidumbre/no hay GPS para el alma ” Una infancia definida por las rarezas que revela Rosa Espinoza, difícil no coincidir con la poeta mexicalense: “Esa niña es rara, dicen, / se mece y enreda su pelo, / arrulla la tarde frente a la ventana/ y espera/ con la pasión de los amantes/con la sabiduría del solsticio y la luna llena/con la paciencia de una madre ”

Rara y forastera del miedo, dice Oralia Rodríguez, cuando niña “ …cabía en la caja de cartón /de los juguetes / al ritmo de su sangre/ desató tempestades/ lloró duelos, amó los espejismos, quemó miedos/ soltó cadenas ” En contraste con la primavera de Carmen Campuzano como “La flor de durazno cubierta de mariposas…”

El sujeto del deseo preside en el desierto con Mónica Ávila como “Carbón encendido” En Ana Karina Balderrábano aparece el cuerpo desnudo como epifanía: “Una mujer cautiva/ yace sobre tu espalda/lanza conjuros silenciosos / y procura detener el tiempo.” El tiempo enamorado que sabe a eternidad en palabras de Julieta González Irigoyen: “Ay, sí, te amaré antes y después de que se acaben los días/hasta que desaparezcan los lunes/y no dejaré que el viento de las horas amargas/rompa la escondida eternidad/ de esta promesa.”

No falta el “amado dueño mío” clásico que nos regresa la voz de Sor Juana Inés de la Cruz; Aglae Margalli decanta los abismos del amor al tono del “muero porque no muero”, cuando dice: “se me deshace el alma entre las venas/ y no deseo descansar de mi agonía ”

Así el imaginario de Mónica Morales Rocha, "¿Acaso cierta / Juana Inés? / Si pudieras asomarte a nuestro tiempo / marchar por las calles ” El remate del Credo de Olga García, “creo porque no creo” Credo que rebasa el tiempo y la crítica al concepto de universalidad del amor al considerar algunas metáforas para los nuevos tiempos: “Creo en la rinoplastia de la vía láctea [ ] Creo en el priapismo de los pterodáctilos cuando me besas [ ] Creo en la liposucción del Nuevo Testamento [ ] Creo en el sexo sin sexo y sin látex.”

Karla Ochoa dice: “Pienso en el amor como si fuera un músculo" y Ruth Vargas describe esa totalidad como una radiografía en Los días contados: “Todo se transforma en el infinito orden del cuerpo ” Nada de esto es posible si no se vuelve al cuerpo, como lo ha dicho Marcela Lagarde: “el cuerpo es territorio de experiencia creativa y emancipación ” La urgencia de reconquistar nuestro cuerpo intervenido, como espacio de dominación, se avizora con fuerza en el ritual y el performance que le da a la palabra la fluidez por un territorio concreto, reconocido en el propio palpitar y sudor, al tono de la voz y la energía danzante: “inflorescencia que filtra la sangre” (dixit R V L), que rebautiza el propio cuerpo y lo libera, como lo hacen poetas al invocar a las diosas terrestres…

En Luna llena de Cynthia Franco, “…siendo verdad, serpiente enlunada/ Coyoxauhqui, sol suculento entra en mandalas ” Ella hace de su cuerpo un sol nocturno para el conjuro y pícara versa “descalza carcajada en medio del desierto” , invoca a las antiguas sacerdotisas, combinando técnicas de danza, poesía y música Otra poeta multidisciplinaria en completa resi-

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liencia es Karen Márquez, cuando dice: “Ser conífera que fecunda nube de polen / en los desiertos del tiempo ” El resplandor de Karen, se suma a este círculo ritual: “Con el fulgor de todas las que no danzan/ y por las que vienen/ y que ya no están ” Mientras Adriana Sing vuelve al telar como Penélope: “Mi oficio es hilar el canto y cantar ”

Es posible reconocer el género con el resplandor salido de la sombra La violencia de género que antes era tabú, silencio pernicioso, grito soterrado, negación de la sombra, se emancipa al darle nombre y lugar en la memoria En Anatomía de la manzana, Sofía Garduño expresa: “No supe si aquel hombre / me creció el miedo de entre piernas / que conservo desde los 4 años / o si sólo me dejó un cosquilleo / muy parecido al morbo.”

Existe la Mujer Encendida en la ciudad de Iliana Hernández con una crítica contracultural, al imaginar “ una pira sembrada en la habitación [ ] soporta el calor de la inquisición que son los otros / arde para su propio placer / quema a destajo las palabras inútiles ”

Ella revive, se apropia e incorpora la quema de brujas como un ritual de purificación. La inesperada poesía nombra, no sólo los incendios, sino los meses y las estaciones. La ciudad se reconstruye dentro de una galería de imágenes que Ana Chig versa como “ un bodegón de luz y ruido [ ] y sus tibias medusas de asfalto / cardúmenes de empleados desplazándose entre calles.” La escriba sumergida en la densidad del caos, apunta su andariega percepción de “ diosa de oscuridad a mi-

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tad de la nada” , y, paso a paso, registra las ausencias de la ciudad frontera. Hay cierto manejo dialéctico que me refiere a la lucha entre lo naciente y lo caduco, un claro discernimiento del pensamiento selectivo En cada negación las poetas se afirman como seres pensantes y autocríticos dentro de una cultura que las oprime De Negaciones de Karla Ruiz, cito: “Me niego, entonces, / a mi autocancelación, / a la incertidumbre, / al desasosiego / y a la ceguera; / a escribir sin manos, / sin tiempo, / sin meditación o / con edición.” La poesía les permite recrear un laboratorio de transformación. Así como Andrea Latham: “Yo no soy la mujer de las anunciaciones, [ ] Soy la amora desnudándose de las profecías, frente a ti / reconstruyéndote mientras nos besamos, / regresando a sí misma / en una serie de ensoñaciones translúcidas. ” Las poetas descartan lo que la cultura y los convencionalismos, imponen; la lucha de clases donde la mujer se ve excluida, para hacerse de una identidad propia Flora Calderón, lejos de concebirse ATURDIDA, es muy clara: “te lo dije: yo no soy de este mundo, no entiendo las convenciones / no sé de la confusión del ser, me aturden los prejuicios ”

Con un tono confrontativo, Lucia Villa aborda la Tristeza, también llamada bilis negra o mal de Saturno, y se deslinda de manera elocuente: “Soy incapaz de rendirte pleitesía u homenajearte / de someterme a tu régimen de piernas cruzadas / y café Pero te juro mi queja no ha de prolongarse / a la segunda cuartilla. / Tan sólo, tan solo, tristeza, / quería dejarlo claro. ” Con el mantra de la soledad, Cristina Márquez, se despoja de roles sociales y se afirma con “No es

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una tragedia estar sola. [...] Dejaré que entre la luz / aunque afuera siga nublado. ” Esto me recuerda los “Fuegos” de Margueritte Yourcenar, al afirmar: “No se trata de un suicidio, se trata de batir un récord” Es así como “Avanzas entre suspiros / hacia la casa del tiempo. / Caminas por la ausencia que es / otra frontera del éxodo ” (E C dixit)

Considerando ese gran viaje que le da significado a la vida a través del oficio de la

escritura. El amor a las letras nos hace ver las contradicciones y la afirmación como seres humanas, pero solamente a través de la escritura se acorta la distancia entre la vida interior y la vida exterior Se asume un contrato social como lectoras y un ejercicio de la libertad del pensamiento para hacer de nuestro presente un sol interno, una arquitectura que ilumine el desierto, una constelación, contra la crueldad y la indiferencia

* VV AA (2022) El incendio que habitan Antología de escritoras de Baja California Hipérbole Frontera - Pinos Alados.

Elizabeth Cazessús (Tijuana) Profesora, poeta, lectora multidiciplinaria Editora páginas culturales en periódicos de Tijuana, de 1985 al 2015 Autora de 11 libros de poesía, entre ellos Razones de la Dama Infiel (2008), No es mentira este paraíso (2009), Desierto en Fuga (2015), Hijas de la Ira (2013), Mujer que vuela (2016) y Tintas Urbanas (2021)

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Revista trimestral de divulgación literaria y otras expresiones artísticas sin fines de lucro, convoca en poesía, narrativa breve, reseña literaria, ensayo y artes visuales, para nuestro No. 30 OTOÑO, correspondiente al trimestre octubre-diciembre2023

Favor de enviar tu propuesta al correo electrónico: hiperbolefrontera@gmail.com antes del 17 de septiembre de 2023; con las siguientescaracterísticas:

Poesía: extensión máxima 45versos (en total). Arial, 12 puntos, en archivo formato Word, "guardada"conelnombredesuautoroautora

Narrativabreve: extensión máxima mediacuartilla Arial, 12 puntos, interlineado sencillo, enarchivoformatoWord,"guardada"conelnombredesuautoroautora. Reseña literaria y ensayo: extensión máxima 2cuartillas Arial, 12 puntos, interlineado 1.5, enarchivoformatoWord,"guardada"conelnombredesuautoroautora Fotografía,obraplásticay/otécnicasmixtas,digitalizaday"guardada"con el nombre de suautoroautora,enformato.pngo.jpgenalgunadelassiguientesdimensiones:

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