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Conversatorio virtual: dibujar arquitectura, hacer arquitectura
Flyer de difusión del ciclo de charlas “dibujar arquitectura, hacer arquitectura”, realizado entre el 26 de agosto y el 16 de septiembre. Con el objetivo de cartografiar prácticas de la arquitectura contemporánea, organizamos la última unidad en formato de conversaciones en torno a dos ejes: dibujar arquitectura y hacer arquitectura. Dibujar arquitectura como medio de investigación proyectual, en tensión entre herramientas analógicas y digitales. Hacer arquitectura como práctica transformativa, que disputa posibles perspectivas de acción en la negociación de la arquitectura con la realidad.
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Exploraciones desprejuiciadas: Fala Atelier
En la charla con Fala Atelier (Portugal), apuntamos a conversar sobre las exploraciones gráficas y el dibujo arquitectónico como parte fundamental del proceso de diseño, y cómo la mezcla entre herramientas analógicas y digitales puede abrir nuevas maneras de pensar la arquitectura. Comenzamos este ciclo de charlas sobre arquitectura contemporánea con Fala Atelier, para reflexionar sobre el dibujo en arquitectura como herramienta proyectual y pedagógica. Contamos con la presencia de Filipe de Fala Atelier y sus alumnos del Instituto Universitario de Lisboa, mejor conocidos en Instagram como @aturmamaisfish.
Fala es un estudio de arquitectura localizado en Porto, en Portugal, que está formado por 3 socios: Filipe Magaliais [Magalhaes], Ana Luisa Suash [Soares] y Ahmed Belcodjya [Belkodhja]. Los 3 trabajaron con Harry Guggel en Basilea en Suiza, y vivieron en Tokyo: Filipe trabajó en SANAA, Luisa con Toyo Ito y Ahmed en Atelier Bau-Uau [Bow-Wow].
En Fala (que en portugués significa charla informal), se autodefinen como posmodernos y como una combinación de curiosidad, juventud ambiciosa, ingenuidad cínica y falta de seriedad. Esto dice mucho de cómo logran, en medio de la simultaneidad y la fugacidad actuales, con tanta información disponible y tantas verdades como uno quiera encontrar, cómo logran inventarse sus propias verdades y sus propias reglas del juego, siempre más divertidas.
Eso es una de las cosas más interesantes que tienen: parece que siempre están jugando, y si bien hay algo indiscutiblemente lúdico en sus trabajos, también es verdad que atrás de cada planta y cada color elegido, en cada collage, de cada decisión, por más despreocupada y simple que parezca, hay mucho. Hay mucho tiempo de dibujo y pensamiento, hay mucha reflexión histórica y crítica y hay una obsesión por la forma y la geometría. Esto, entre muchas otras cosas, es lo que convierte sin duda a Fala en un excelente reflejo de una generación –de una arquitectura pensada por una generación.
Fala se reconoce en esta cultura en la que coleccionamos imágenes a la velocidad del scroll: y cada vez con menos etiquetas y menos prejuicios. Desde el primer dibujo, cada uno de sus proyectos actúa sobre estas referencias -de Siza, de Venturi, de David Hockney, de Jeff Wall, por nombrar algunos de sus héroes. Trabajan en el limbo (dicen ellos) entre arte y arquitectura, en este in-between entre el dibujo y la obra construida, entre lo abstracto y lo figurativo. Fala piensa a partir de estas citas que colecciona, las intercala a modo de collage– y así crea y nos regala estas arquitecturas desprejuiciadas y, por ende, mucho más libres.
Flyer de difusión de la charla “dibujar arquitectura, exploraciones desprejuiciadas”, realizada el 26 de agosto.
Pragmatismo de lo cotidiano: Rigotti + Arzubialde
En la charla discutimos hacer arquitectura en cuanto al pragmatismo de lo cotidiano, que fue abordado con el objetivo de interrogarnos sobre cómo les arquitectes disputan un lugar en el campo profesional y definen y redefinen modalidades de la práctica vinculadas directamente al hacer arquitectónico y a la transformación concreta del entorno construido. Con este horizonte amplio decidimos invitar y reunir dos trayectorias, en apariencia, distantes. A la arquitecta Ana María Rigotti y a Arzubialde arquitectos: Martín Cabezudo, Santiago Bulíes y Franco Piccini.
Arzubialde, más precisamente Ernesto, es el nombre de un omnisciente ingeniero que oficia de alter ego de este estudio. Sagaces, los Arzubialde saben que invocar la certera voz de un ingeniero civil es una estrategia que tranquiliza a cualquier cliente inquieto, y en el campo disciplinar ofrece una tregua a la disputa histórica que les profesionales de la arquitectura libran con ingenieros, constructores y desarrolladores en su afán por construir y por conseguir encargos.
En el modo de su trabajo se manifiesta un compromiso material con los clientes, los presupuestos, la urgencia de los tiempos, el programa de necesidades, los desafíos constructivos, la mano de obra disponible, las eventualidades que atraviesan tanto en el proceso de proyecto como el proceso de producción de una obra. En su práctica se vislumbra una estética coherente que en cada nuevo encargo ensaya variaciones y produce un ritmo experimental que oscila, con destreza, entre la solución y el descubrimiento de problemas propios del hacer arquitectónico y de su práctica profesional.
Para los Arzubialde aprender de la realidad próxima es un imperativo de su trabajo; capitalizar las contingencias es un rasgo que los caracteriza; traducirlo en obras concretas es su manera singular de hacer y pensar arquitectura.
Ami Rigotti es Dra. en Arquitectura, entre muchas de sus actividades académicas, profesora titular de este Taller de Historia de la Arquitectura. Invitarla hoy, y hacer un ciclo como este en un taller de historia de la ar-
Flyer de difusión de la charla “hacer arquitectura, pragmatismo de lo cotidiano”, realizada el 2 de septiembre. quitectura, es reconocer y valorar el modo en el cual nos formamos para enseñar historia y que en gran medida Ami delineó. Siguiendo -en parte- a Collin Rowe ella reivindica para la enseñanza la noción de una historia de tablero. Esto es, una historia que haga foco en el propio oficio, en las especificidades de su hacer, en el reconocimiento de sus herramientas y de su lenguaje con el objetivo de ejercitar y potenciar una aproximación a la tradición disciplinar que estimule, fundamentalmente, el proyectar arquitectura. Sobre este horizonte, guiado por un compromiso con las especificidades propias del hacer arquitectónico, están orientadas muchas de sus investigaciones.
Prácticas políticas: Al Borde + Colectiva Habitaria
En la charla con Al Borde (Ecuador) y Colectiva Habitaria (Argentina), conversamos sobre hacer arquitectura desde las prácticas políticas con el objetivo de interrogarnos al respecto de cómo les profesionales construyen perspectivas de acción e identifican topos estéticos, teóricos y políticos abiertos a una matriz social, cultural y técnica más amplia en la cual se asumen diferentes formas de compromiso y de negociación de la arquitectura con la realidad.
Si cualquier acción del ser humano es, en algún punto, una acción política, ya que el humano es un animal político como sostenía Aristóteles; hacer arquitectura, en tanto acción propia del hombre y la mujer en un marco social y cultural supone de por sí una práctica política. Sobre este supuesto, emergen algunas preguntas insoslayables que trataremos de abordar en esta conversación:
¿Hay un rol que la arquitectura pueda cumplir en la sociedad? ¿Y cuáles son las potencialidades transformadoras que tiene nuestra disciplina? ¿Qué relación existe entre la cuestión política y lo estético? ¿Cómo afrontan en sus prácticas las decisiones formales?
¿De qué manera el feminismo impacta en el saber y en la praxis del urbanismo y de la arquitectura? ¿Cuáles son los cambios concretos en el diseño y en el uso de los espacios si no queremos reproducir las desigualdades de género?
Estos son algunos de lo ejes por los que pretendemos atravesar esta conversación y para ello hemos invitado a dos colectivos que son representativos de las distintas formas del hacer arquitectura como práctica política, y que están al frente de los debates y las acciones que más interpelan a nuestro campo.
Al Borde, más que una oficina de arquitectura, es, como dicen ellos, una forma de vida. La oficina está radicada en Quito, Ecuador y conformada por Pascual Gangotena, David Barragán, Marialuisa Borja y Esteban Benavides. Al Borde ha sido reconocido por la capacidad de encontrar soluciones novedosas en contextos de máxima escases a partir de la experimentación
Flyer de difusión de la charla “hacer arquitectura, prácticas políticas”, realizada el 9 de septiembre. técnica y material, y por el involucramiento de los destinatarios de las obras – las comunidades, movimientos y organizaciones – tanto en el proceso de diseño como en el de ejecución. Este reconocimiento se refleja en una innumerable cantidad de premios, en invitaciones a Bienales como la de Venecia, a congresos, workshops y a dar clases y talleres en distintas universidades de América y de Europa.
Junto con Al Borde nos acompañan de La Marcha de las Putas. La Marcha de las Putas es una forma de movilización que nació en Canadá en 2011 y se fue extendiendo a muchos otros países. El fenómeno de la Marcha de las Putas es una expresión contemporánea del feminismo que busca disputar las estéticas femeninas reapropiándose del insulto “puta” y denunciando todos los modos de violencia de género.
Por otro lado, también contamos con la presencia de las compañeras y compañeros de Colectiva Habitaria de Buenos Aires: Victor Franco López, Natalia Kahanoff, Martín Pego y Luciana Pellegrino. Colectiva Habitaria es una plataforma de trabajo que arrancó formalmente en 2018 y que indaga sobre la deconstrucción del espacio en el que habitamos desde una perspectiva feminista, ecologista y de lo común. Trabajan como arquitectes, urbanistas, investigadores y docentes universitarios. Su anclaje más fuerte por el momento es dentro de la academia: llevan adelante investigaciones y son docentes de distintas materias en la UBA (Taller Forma y Proyecto) y en la FAPyD (Bagnasco).
Potencialidades informáticas: Diego Arraigada
En la charla con Diego Arraigada abordamos dibujar arquitectura con el objetivo de interrogarnos sobre el impacto de las nuevas tecnologías en el proceso de diseño y aproximarnos al dibujo digital, lo paramétrico, la topología, los blobs, para tensarlo con modalidades analógicas.
Para finalizar el ciclo con la segunda conversación que gira en torno a dibujar arquitectura, el interés radicó en cartografiar el dibujo de arquitectura que explora la potencia del medio digital. Ya hace casi 15 años, Stan Allen decía, sobre las herramientas digitales en la arquitectura, que “es difícil fetichizar algo con lo que uno vive todos los días (…) Hoy, la computadora no es una nueva tecnología para ser celebrada o deconstruida; es simplemente un hecho”. El título de esta charla, potencialidades informáticas, tiene que ver con la posibilidad de dibujar arquitectura desde la pura potencia de herramientas que, gusten o no, están, y conviven de manera más o menos conflictiva con todas las que históricamente ya disputaron su lugar en la disciplina.
Diego Arraigada, arquitecto de la casa, a quien invitamos porque rastreamos intersecciones del tema con cuestiones que él explora en su línea de trabajo, pasó casi directamente de cursar en nuestra facultad como alumno en el taller de Leo Galli a trabajar en el estudio de Peter Eisenman. Vía beca Fullbright, completó su Máster en la Universidad de California en Los
Flyer de difusión de la charla “dibujar arquitectura, potencialidades informáticas”, realizada el 16 de septiembre. Ángeles en el 2003. De su paso por Los Ángeles podemos rescatar no sólo su asociación con el arquitecto Mark Lee sino también el clima intelectual efervescente en el que se vio sumergido alrededor de personajes como Greg Lynn, Robert Somol, Jeffrey Kipnis y Silvia Lavin. Entre los blobs, lo paramétrico, las topologías y los diagramas, Diego pudo mantener una posición de prudencia y sano escepticismo que le permitió incorporar a su práctica profesional la mayor cantidad de posibilidades del medio digital con la menor cantidad de dilemas. Esta actitud, que asigna a las condicionantes externas y a las variables específicas un valor liberador más que constrictivo mediante el dibujo de arquitectura, atraviesa su producción, y no pasa por alto a quienes tuvimos la suerte de tenerlo como docente, tanto en su paso por la UNR como actualmente en la Di Tella.