¿Puede Dios hablar a nuestros pensamientos?

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¿Puede Dios hablar a nuestros pensamientos? por Horacio M. Valera, Núrember 18/01/2023

Recientemente tuvo lugar un episodio entre unos hermanos que desencadenó una incómoda situación que lamentablemente se repite entre hermanos que anhelan moverse en lo profético.

Alguien estaba a punto de tomar una importante decisión de vida en base a una palabra profética que había recibido. No obstante este hermano deseaba a modo de confirmación de parte de Dios poder tener algún tipo de visión semejante a la que tuvo el apóstol Pedro al ser liberado de la prisión.

Y cuando Herodes le iba a sacar, aquella misma noche estaba Pedro durmiendo entre dos soldados, sujeto con dos cadenas, y los guardas delante de la puerta custodiaban la cárcel. Y he aquí que se presentó un ángel del Señor, y una luz resplandeció en la cárcel; y tocando a Pedro en el costado, le despertó, diciendo: Levántate pronto. Y las cadenas se le cayeron de las manos. Le dijo el ángel: Cíñete, y átate las sandalias. Y lo hizo así. Y le dijo: Envuélvete en tu manto, y sígueme. Y saliendo, le seguía; pero no sabía que era verdad lo que hacía el ángel, sino que pensaba que veía una visión. Habiendo pasado la primera y la segunda guardia, llegaron a la puerta de hierro que daba a la ciudad, la cual se les abrió por sí misma; y salidos, pasaron una calle, y luego el ángel se apartó de él. Entonces Pedro, volviendo en sí, dijo: Ahora entiendo verdaderamente que el Señor ha enviado su ángel, y me ha librado de la mano de Herodes, y de todo lo que el pueblo de los judíos esperaba.”

Hechos 12:6-11

¡Tremenda experiencia espiritual! Yo suelo tener experiencias de este tipo. Conozco a varios hermanos que también han pasado por episodios similares. Más que una visión es una intervensión celestial. Los que la protagonizan piensan que es una visión al principio, pero luego caen en la cuenta como Pedro, que volviendo en sí, comprendió que algo sobrenatural había acontecido.

Hasta aquí todo bien. Ese tipo de confirmación es la que este hermano esperaba para saber si debía o no trasladarse con su familia a otra nación.

En medio de ese tiempo de espera, Dios habló a una hermana en la fe directamente en sus pensamientos. Ella recibió una clara advertencia al respecto y como no era de esperar, contactó a la esposa del hermano para compartir lo que había recibido. Hasta ahi, tampoco nada extraño.

Lo curioso ocurrió cuando la hermana que recibió esa advertencia reaccionó de una manera un tanto falta de gracia y juzgando elproceder de la hermana que había estado pensando en ellos y orando al respecto de esa decisión a tomar.

Concretamente la acusó de no tener una formación bíblica lo suficientemente fuerte y que no sabe de ninguna situación o pasaje bíblico en donde Dios hable a los pensamientos de los hombres. Bien podría al menos haber agradecido el gesto de esta hermana, de haberse tomado tiempo para llevar esta carga en su corazón y haber compartido lo que ella entendió que Dios le había hablado.

Esa fue la situación concreta. Ahora bien, es cierto que nuestros pensamientos pueden resultar engañosos. Todos lo sabemos bien. Pero esperar también una corfirmación divina a través de una visión o intervención sobrenatural como la de Pedro puede ser también sumamente engañoso, de hecho, con una intervención angelical similar que vivenció un hombre llamado John Smith fue que surgió la conocida secta de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

Si eres alguien que tiene conflicto con el hecho de que Dios habla hoy en día con sus hijos, entonces sencillamente todo este artículo no es para tí, sino que debes leerlo una vez que tus ojos espirituales hayan sido abiertos, cuando comprendas la verdad de las Escrituras y cuando te hayas despojado de todo vestigio de falsa enseñanza al respecto. ¡Dios habla hoy en día y cómo habla!

Pero si eres alguien sensible a la voz de Dios y esta pregunta ha llamado tu atención: ¿Puede Dios hablar a nuestros pensamientos?, entonces aqui te comparto algunas verdades sobre este tema.

En primer lugar debemos tener en claro qué es un pensamiento:

Un pensamiento es la capacidad que tienen las personas de formar ideas y representaciones de la realidad en su mente, relacionando unas con otras. Es además el área del ser humano en donde se almacenas las ideas formadas por la mente. Puede tratarse de ideas propias como así también de toda una colectividad. Surgen como una potencia o facultad dada por Dios que nos diferencia de las

especies animales. Los pensamientos se conciben, son inspirados, se guardan, se analizan, se comparten. Surgen como fruto de procesos emntales,voluntarios o involuntarios, propios o inducidos. Cada persona se percibe entonces a sí misma como así también se percibe en su entorno. El ser humano nutre sus pensamientos a partir de las experiencias y los conocimientos que adquiere, como así también a partir de los sentimientos y la razón.

Cuando nacemos de nuevo la salvación surge en nuestra vida a través de una amravillosa obra del Espíritu de Dios:

“nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo”

Tito 3:5

Una de las primeras evidencias que nos sorprende al nacer de nuevo es que adquirimos casi de manera inmediata una nueva visión de la vida, de nosotros mismos, de l pecado, de la fe y de tantas oras cosas que hacena nuestra nueva vida en Cristo. La comprensión de todo eso tan amravilloso se lleva a cabo por un hecho fundamental: Tenemos como regalo extra la mente de Cristo.

“Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá?

Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.” 1ª. Corintios 2:16

De ahi en más, toda vez que encontramos un conflicto de cualquier índole en nuestro caminar, ante el menor intento de pensar conforme a nuestro calamitoso pasado sin Dios, tenemos una extraordinaria opción de vida:

“En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.”

Efesios 4:22-24

Que se pronuncia: ananeoústhai dé tó pnévmati toú noós ymón

Literalmente significa: Estar renovando el Espíritu de vuestra mente.

ἀνανεοῦσθαι δὲ τῷ πνεφματι τοῦ νοὸς ὑμῶν

Es una acción contínua, realizada en manera constante; como el caso verbal de gerundio en español: jugando, cantando o en el inglés playing, singing.

¿Cómo renovamos nuestra mente para poder vestirnos de nuevo hombre? Pues muy sencillo, permitiendo que la verdad hable a nuestra mente, permeé nuestros pensamientos. Ello ocurre cuando la verdad de Dios habla a nuestra mente y comienza a depurar los antiguos conceptos errados, las maquinaciones del alma perdida, los argumentos carnales que nos justificaban en nuestro descarrío. Entonces si la Verdad de Dios puede hablar, influenciar y renovar nuestros pensamientos es indudable que Dios puede hablarles y es precisamente el campo de batalla más activo en todo el universo, a tal punto que el enemigo también habla en ellos. Es una disputa constante en donde el ser humano debe elegir a quién va a escuchar y por quién ha de decidir.

Nada tiene que ver con la caricatura hollywoodense del angelito regordete hablando a un oído y un demonio risueño instigandonos por el otro. ¡No! Es algo muchísimo más profundo y trascendente. Pero esa lucha se desata en nuestros pensamientos sin lugar a duda.

Los pensamientos del hombre no son una zona vedada para Dios. Si nuestros pensamientos fueran inaccesibles para Dios, entonces Dios perdería su atributo de Omnipresente. Dios tiene acceso absoluto a nuestros pensamientos y esta realidad es declarada reiteradamente en las Escrituras:

“Y conociendo Jesús los pensamientos de ellos, dijo: ¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones?”

Mateo 9:4

Jesús entonces, conociendo los pensamientos de ellos, respondiendo les dijo: ¿Qué caviláis en vuestros corazones?

Lucas 5:22

Hay un personaje que nos desribe perfectamente cómo actúa la voz de Dios en los pensamientos:

“Yo conozco que todo lo puedes, y que no hay pensamiento que se esconda de ti. ¿Quién es el que oscurece el consejo sin entendimiento? Por tanto, yo hablaba lo que no entendía; cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía. Oye, te ruego, y hablaré; te preguntaré, y tú me enseñarás.”

Job 42:2-4

Dios alumbra nuestro entendimiento.

Pablo oraba por los discípulos en una clara dirección: “no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones, para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos,”

Efesios 1:16-19

Esta frase tan explícita “alumbrando los ojos de vuestro entendimiento” es una brillane manera d describier cómo una revelación se abre paso hacia nuestro ser interior.

Πεφωτισμζνους τοὺς ὀφθαλμοὺς τῆς καρδίας ὑμῶν εἰς

Que se pronuncia más o menos así: Pefotisménes zous oftalmos tés kardías simon éi

Literalmente:

Habiendo sido iluminados los ojos de vuestro corazón hacia adentro...

“Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo”

Hebreos 1:1-2

Dios habló siempre a los hombres en su amoroso afán de acercarse a ellos, de declararles su amor y revelar su corazón paternal.

En todo el relato histórico tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento la intervención de Dios en la historia de la humanidad y específicamente de su Pueblo escogido y de su Iglesia es notoria e indiscutible.

Entre otras muchas verdades bíblicas, los participantes de mis talleres de entrenamiento profético aprenden hace años lo siguiente:

Existen numerosas maneras en que Dios siempre ha hablado y habla aún hoy día, por ejemplo, las siguientes:

A través de su Hijo Jesucristo: Hebreos 1:1-2 / Apocalipsis 19:10

A través de las Sagradas Escrituras: Juan 5:37-40 / 2ª. Pedro 1:19-21

A través del Espíritu Santo: Hechos 8:29 / Hechos 13:1-5

A través de sus profetas: Lucas 1:70 / Hechos 11:27-29

A través de la vida de sus profetas: Oseas 1:2 / Isaías 8:3-4

A través de nuestros hermanos: Lucas 2:34

A través de otros hombres: Juan 11:49-52

A través de palabras e indicaciones específicas: Ezequiel 37:15 / Hechos 10:19-20

A través de operaciones del Espíritu Santo: Hechos 16:6-7 / Hechos 26:12-14

A través de nuestra imaginación: Job 4:13

A través de Visiones: Hechos 10:3

A través de Sueños: Números 12:6 / Joel 2:28 / Mateo 1:20; 2:12; 19, 22

A través de interpretación de sueños: Génesis 41:16 / Daniel 2

A través de manifestaciones en la naturaleza: Salmos 19:1-6 / 1ª. Reyes 19:11-13

A través de ángeles: Lucas 1:11-12 / Hechos 8:26 y 10:13

A través de visiones nocturnas: Job 4:13 / Job 33:14-15 / Hechos 16:9-10

A través de sueño profundo: Job 4:13

A través de Revelaciones: Mateo 16:16-17 / Hechos 5:1-11

A través de una manifestación espiritual: Job 4:15

A través de una manifestación en el mundo físico: Daniel 5:5 / 1ª. Reyes 19:5-8

A través de un rapto o ausencia en el Espíritu: Ezequiel 37:1 / Hechos 8:39-40

A través de la dirección del Espíritu Santo: Lucas 2:27 y 4:1

A través de preguntas con explicaciones retóricas: Ezequiel 37:3-4 / Juan 4:7

A través de circunstancias y situaciones: Jeremías 18:2-6 / Hechos 16:6 / Hechos 28:1-6

A través de manifestaciones en nuestro cuerpo: Isaías 7:14 / Hechos 10:10

A través de nuestros sentimientos: Daniel 7:15-17 / Hechos 17:16 / Jeremias 20:9

A través de gestos y acciones proféticas: 2ª. Reyes 13:14-20 / Ezequiel 4:1-17 / Hechos 21:10-11

A través de éxtasis en el Espíritu: Hechos 10:10 / 2ª. Corintios 12:1-4

A través de manifestaciones artísticas: Éxodo 36:1 / 1ª. Samuel 16:14-23 / Josué 6:16 / Juan 3:14 / Éxodo 28:11 / Éxodo 35:21-40 / Ezequiel 4:1

Él habla a todos: Hechos 9:7 y 17:30 / Marcos 4:12 / Juan 1:9-10

En mis 40 años caminando con Dios Él me ha hablado en casi todas estas maneras. ¿Cómo interpretamos finalmente lo que Dios ha querido decirnos de tantas maneras tan diversas?

Cada forma en la que Dios se expresa llama nuestra atención sin lugar a dudas y llega a la pista de aterrizaje de nuestros pensamientos. Es allí, en nuestros pensamientos en donde precisamente Dios continúa hablando, salvo que obviamente lo haga de manera expresa en forma audible, pero aún así, cada vez que me habló y pude escucharlo con mis propios oídos, mis pensamientos jugaron un papel fundamental en donde Dios pudo revelar el alcance, la trascendencia y la manera en que deseaba que hiciera lo que me había mostrado.

Existe una batalla encarnizada y definida que nace en los pensamientos del hombre.

Charles Spurgeon dijo en alguna ocasión: "Considera cuán preciosa debe ser un alma, cuando tanto Dios como el diablo están detrás de ella."

Si cambiamos nuestra manera de pensar cambiará definitivamente nuestra manera de vivir y ello determina el grado de salud y libertad de nuestra alma. No es de extrañar entonces que las más cruentas batallas se libren en el área de los pensamientos.

“Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo...”

2ª. Corintios 10:3-5

En esta declaración del Apóstol Pablo se esconde una estrategia espiritual poderosísima: para la destrucción de FORTALEZAS, derribando ARGUMENTOS y toda ALTIVEZ que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo PENSAMIENTO a la obediencia a Cristo.

A menudo deseamos fervientemente ver derribadas fortalezas que impiden el propósito de Dios en nuestras vidas o en aquello que Dios nos llamó a hacer. Experimentamos la terrible resistencia que una fortaleza puede ofrecer.

El pastor argentino Edgardo Silvoso, una autoridad internacional en materia de guerra espiritual, da la siguiente definición de lo que es una fortaleza espiritual:

“Una fortaleza es una mentalidad impregnada de desesperanza que causa que el creyente acepte como inmutable alguna cosa que sabe que es contraria a la voluntad de Dios”.

Pero con mucha frecuencia nos dedicamos casi con desesperación a atacr con total desenfreno las jurallas inquebrantables de las fortalezas sombrías sin obtener mayores resultados sino, por el contrario, salir magullados y golepados tras cada intento.

La manera es leyendo y llevando a la práctica el pasaje pero al revés: Llevando cautivo todo PENSAMIENTO a la obediencia a Cristo, podemos derribar la ALTIVEZ que sustenta cada ARGUMENTO para así destruir las FORTALEZAS

No solamente Dios puede hablar a nuestros pensamientos, sino que es fundamental e indispensable que lo haga, para que esos pensamientos contengan la potencia, la dynamis del Espíritu como una carga explosiva capaz de ir avanzando en ese proceso hasta que las fortalezas en nuestras vidas y en nuestras naciones sean abatidas.

La suma de los pensamientos no permeados e infleunciados por al verdad de Dios nos conducen a la altivez del corazón que termina argumentando y queriendo dar razón y justificativos a nuestras conductas. Eso construye una fortaleza en nuestra vida.

Pero al suma de las fortalezas de mi vida, más las fortalezas de tu vida, más las fortalezas de nuestros prójimos, familiares, vecinos, colegas, conciudadanos hace una enorme fortaleza de pensamientos que forman una CULTURA.

Tener en cuenta esto marca la diferencia a la hora de anunciar el evangelio y esperar resultados en nuestras ciudades y naciones. Transforma nuestra oración intercesora.

Todo se inicia con un pensamiento. Con un pensamiento en el cual Dios ha podido hacerse oír.

“Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos...” Salmos 139:23

“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.” Romanos 12:2

“Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Oh Señor, roca mía, y redentor mío.” Salmo 19:14

Deseamos que los dichos de nuestra boca reflejen las declaraciones de nuestro Padre, entonces debemos permitir que nuestro Padre nos hable ne la meditación de nuestros corazones, de nuestros pensamientos.

Hay un termostato activado en mi vida. Suelo chequear mi estado espiritual de esta manera, prácticamente desde que el Señor me encontró. Dios es siempre mi primer pensamiento al despertar y lo último en lo que pienso antes de dormirme. No es meramente una frase hecha o un pensamiento, es una realidad que marca el pulso de mis días, que confiere sentido a mi caminar.

Esa actitud prepara a diario mi vida, para que Dios no encuentre obstáculo para hablarme como desee.

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