Aqui comienza la noche interminable

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Aquí Comienza la Noche Interminable



A Vero, la única A la memoria de los Monjes Morados



Quién A quién le corresponderá morir mientras escribo a quién —mientras la vida me abraza amable le tocará un disparo por accidente o con proposito Quien mientras digo— es la noche ester calle que cruzas dirá lo mismo como algo ultimo Quién mientras me pregunto quién Mientras escribo esto estará pidiendo que algo se detenga En este lugar las fotografías caen despacio

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En este lugar las fotografías caen despacio


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Otra voz Tal vez si en otra voz me encontrara quizá mi nombre, mis palabras y si en esa otra boca no solo existiera el hilo que me separa del sueño o la tortuosa herrumbre de mis pasos o de los barcos en mi mano el humo anclado sino el otro extremo de mi sombra — el del llanto aprisionado por el polvo donde el olvido construye habitaciones para guardar el filo del dolor inmenso-me encontraría doblemente solo

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El cerco En algún momento después de haber salido de casa pensaste que algo se te habia olvidado un objeto algo desconocido y que era necesario regresar alguna vez en medio del juego infantil y la risa una palabra te tomó por sorpresa y volviste tus ojos a otro sitio buscándola

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Entonces entre el miedo innegable una voz te sorprendió mientras hablabas otra simplemente otra y cuando la noche se te ofreció vasta recorrible te diste cuenta de cómo entre el polvo y las ciudades la poesfa nos fue levantando un cerco


No me preguntes cómo pasa etc. Estos años que pasan como palabras en el polvo tantos meses ajados en nuestras manos manchas inciertas en las paginas de la memoria y los dias que se quedan en los bolsillos guardados para siempre estas horas que transcurren inevitables mar de gestos ajenos a nuestro rostro el largo minuto que cae como la lluvia como el abrazo infame del frío del abandono cada segundo —breve voz del tiempo— pero este instante sobre todo este instante como pesa carajo como pesa

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Definición de espera Escribo sobre los días escribo sobre su lomo de leopardo accidentes que no pasan nombres de objetos omo ojos de mujeres mirando tardes ciegas noches que trazan un aro de vacfo en nuestras almas

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días blandos ceniza entre los dedos frágiles como el vidrio de la voz huecos inmensos huecos en las páginas en lo que se dice: días dibujados por la ausencia en que dormimos escribiendo esperando


Inventario del espejo Me he quedado solo Nadie está al otro lado de la línea y qué inútil resulta el teléfono para este asunto del suicidio Aún no termino mi último dibujo ni he decidido darme otra oportunidad Narciso llora su espejo roto El suicida de las nueve tiene un retraso de quince minutos espero el inevitable regreso a donde siempre presiento la llegada de un año buitre más y las canas me las sigo inventando porque estoy solo

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El acróbata He intentado huir dejar a la ciudad y a la lluvia intactas para cuando quiera recordar una mujer o simplemente mojarrne los zapatos o entregar el invierno a mis amigos con todo ese frío que necesitan para sentirse solos Huir: palabra que recorre el acróbata en su salto que navega en el vuelo errante como una llave puerta que se hunde en la humedad del intento

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he tocado este signo al dejar que la noche salga de mí. y anuncie el abandono


Objetos encontrados durante el insomnio Tengo amigos —breves voces que a veces me detienen— uno que otro abrazo en el momento justo una mujer que amo, leve caricia de la que hablo de vez en cuando un atado de cigarrilos y una botella de vino unos cuantos musicos en mi oído —amigos que no conozco que me acompañan discretamente— bares que recorro y donde sombras conocidas me saludan Tengo libros amables libros en cada hueco de mi casa tarjetas postales, copias de cuadros un reloj que encontraron en el mar unos amigos flotando como un molusco —qué más podría ser el tiempo— cada vez que intento escribir un poema pienso en lo que tengo, en lo que me queda en lo que me falta y no duermo

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Los demás es silencio Junto a las palabras del día las que pronunciamos frente al espejo a un lado de los objetos intocados los que vemos como algo mágico entre la niebla cerca muy cerca de nosotros junto al calor del cuerpo amable del que se dice el nombre hasta perder el sentido

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sobre las caravanas de cansancio que avanzan con la tarde entre la multitud de párpados que agonizan con la noche a un lado de los perros y de toda bestia que anuncia el fin del día queda el silencio como un ave posándose en un árbol entonces se ve — como un ave incluso — al poema no escrito alejarse para siempre


Enumeración de instantes y objetos donde el silencio puede provocar un poema Afuera la Iluvia dibuja la sombra de la tarde a veces detrás del vidrio esa humedad no significa nada a veces es tu vida derramándose allá afuera ajena a todo el frío de tus dedos apenas se escucha tu voz ha caído en el vacío ninguna palabra humedece tu garganta nadie escucha nadie en tu lengua ha dejado de llover o algo parecido dices: el silencio como un pájaro que ha muerto en un árbol sombras de insectos que piden asilo en tu ventana la caricia del polvo buscando otra forma de nombrarse lo escuchas: una rama se rompe y el polvo que cae es solo otra palabra que conoces es tarde y ni siquiera la lluvia en el rostro de una muchacha te dice algo la tristeza es un pez en el acuario de sus párpados

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no insistes estás sordo o ciego te das cuenta: tu voz se ha secado como aquel arbol que abraza el cadaver de un pájaro

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En este lugar las fotografías caen despacio Llegar a casa es resignarse a un cuarto en ruinas donde conviven las peores alimañas de la tierra las fotos de las mujeres que merecen todas las caricias del mundo siguen sonriendo un alacrán me provoca pesadillas y reclama parte de mi casa un calendario con fechas importantes ya marcadas me lanza días como piedras que guardo en el bolsillo Nadie habita estas puertas estos objetos nadie nos mira desde afuera estamos solos lo sé pero no dejo de sentir miedo a algo que aún no conozco y eso me preocupa

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Habitaciones



Entrada Tomo la llave como una extension de mis manos Tengo frente a mí la puerta qué más: abrirla dejar pasar mi sombra por estas ruinas

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Cocina El mundo desde aquí ¿lo recuerdan? Compartir la sal la mesa ver brillar nuestros ojos en el filo de la sangre Alguna cicatriz nos queda de todo esto una historia donde el dolor se mostró distinto breve por única vez

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Sala Hace tiempo pronuncié la palabra solitud frente a una mujer pero hoy esta palabra ha caído como un fardo Alguna vez tambien dije: el mundo es otro desde aquí vestigios: uno que otro amigo solo fantasmas del tedio Solitud

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Escalera Aqui arriba solo el silencio y el mundo Mi sombra se dobla a cada paso como una lágrima en el rostro Esta sombra que llamamos cuerpo avanza —noche entre los patios— mi sombra se confunde en su propio abismo aquí abajo solo el silencio y el mundo

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Recámara Es aquí donde la pasión a veces solo me abraza al polvo de la ausencia Es aquí donde mi sombra sueña que descansa

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Sótano A este refugio de mi sombra que me ofrece su quietud de barco hundido su soledad como un ancla o como un mastil qué más puedo pedirle en vez de agua silencio polvo en lugar de amigos Qué más puedo pedirle si tambien de su abandono me ha convidado el mundo

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Aquí comienza la noche interminable



Es la noche y no hay reptiles Existen cosas que fascinan como toda la inocencia con que un niño le dispara a su mejor amigo la misma calle con sus patrullas y sus perros la música de fondo entonces cuando su amigo cae despacio en la polvosa agonía mamá interrumpe el desenlace “la cena está lista” y el niño se da cuenta de su hambre deja vacío el escenario de batalla la cena no puede esperar —la muerte tal vez— hay algo en el filo dejado por el grito e n las noches que se alargan tal vez la simple ausencia de reptiles quiza el seguir siendo el extraño hueco que somos casi siempre

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La noche está cansada y aburrida de nosotros La noche es un amante sin ganas de contestar las preguntas de siempre es alguien que deja el ultimo cigarro para después del almuerzo a la ciudad le basta una mujer que baile afuera de un bar cerrado para seguir siendo la misma y un anciano sabe que al recibir la madrugada seguirá aburriéndose porque como él ya está vieja desde hace años


Nocturno 1: poema de Navidad Es estas fechas siempre es lo mismo a la ciudad le ponen un disfraz barato las mujeres que conozco agradecen cualquier cosa Santa Clos pasea un reno radiactivo al que se le prende la nariz una casa está incendiándose mientras yo espero por segunda vez el mismo regalo: una Claudia Ramirez de cuatro velocidades En estas fechas la ciudad es un cuento gris de Christian Andersen que terminó mal hace mucho tiempo

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Nocturno 2: la luna se desprende de su traje En este viejo bar la luna tropieza pide disculpas por haber roto algunas copas el gato Felix la acompaña toma su mano acaricia sus orillas sacude cada historia que guarda en sus huecos

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la luna dice que a veces ha llorado por nada que ha visto nacer la sangre desde las luces de la calle que los amantes la hacen reír ahora con su palidez perdida espera a que amanezca y totalmente ebria hace bromas a sus compañeros de mesa saluda los viejos retratos de los amigos es feliz por no mirar la ciudad desde arriba hoy la noche no tiene su risa y los gatos son mas pardos


Nocturno 3: puentes cuelgan del suicidio Llegará la noche y no habrá quien nos salude o nos recuerde solo gente que irá por estas calles hacia ningún lado un silencio de libros un juego cruel de sombras Ahora los puentes cuelgan del suicidio y no hay diferencia entre quienes se lanzan y aquellos que naufragan en las primeras olas nocturnas extrañádote

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Nocturno 4: es tu cuerpo el signo que persigo Ella pasea su cuerpo vestido de negro entre los disfraces y la fiesta busca a su amante por los huecos del polvo en lo alto de la torre donde la piel del marmol es lo único que existe un payaso le cuenta chistes a su sombra brujas y princesas se quejan del mal servicio mientras Calígula e Incitatus derraman el vino junto a las aceitunas

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acá abajo la fiesta nunca termina de empezar y nosotros no dejamos de ser los malditos


Nocturno 5: solitud Sucede que las calles se han vuelto grandes patios lugares que la lluvia y el amor humedecen pero el amor es otro sitio que se mira desde una ventana o desde un puente lugares que ella habita como si no hubiera prisa motivos para bajar o salir alguna forma de alejarse ahora la noche oscurece su recorrido y su sombra se vuelve un péndulo a un lado de la carretera

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Siempre será demasiado para preguntar los nombres



La lluvia: mar caído de nuestra memoria La lluvia esconde acariciables cuerpos en la acera arranca la sonrisa más gris anuncia los días que han de golpearnos con su afilada letra días en que los suicidas se dejen caer como relojes de bolsillo y los telefonos sigan siendo salas de espera numeradas y los deseos lleguen con su traje oscuro tristes como nunca dejaré pasar habitados por innegables distancias estos días de toser nuestros nombres en lo más polvoso de la memoria y de —sin embargo— seguir sintiendo lejos la voz el rostro la caricia

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El tren es un taxi gris que pasea un cuadro

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Aquí tenemos que decir el humo el viaje a donde nunca: hay mujeres que platican del tabaco oscuro caballos rojos arrancándole el vestido a la tarde un hombre discutiendo con la lechuga rosa amantes con el deseo anclado en el regreso un laberinto imposible para la crónica del naufragio alguien esperando el tren con una galleta en la mano un reloj donde caben todas las despedidas


Abordaje Recuerdas —te pregunto como si lo hiciera por un animal milenario-cuándo mi caricia se anclo en la dársena de tu cuerpo recuerdas cuando la palabra perdió su vestido de nombres pronunciar cada objeto era tocarte y decir: “agni vuélvete un corcel terrible de los mares” era solo el principio del recorrido de mis dedos fuiste barco desde entonces humedecida flor eterna víctima del abordaje de mis manos

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Naufragio Bajo tu almohada la memoria se amotina en el abismo de su sombra mi caricia —antiguo esquife en el océano de tu rostro— soporta la furia humedecida de su tormenta prefiere el relámpago que a la firmeza de la tierra ese límite de lo decible prefiere pues a la terrible ola que ha de hundirla

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y al naufragio


Preguntas sobre la supuesta humedad que nace bajo los párpados Qué navío naufraga entre tus mejillas qué lluvia se anuncia desde la nube de tus párpados has llenado hasta el borde este recipiente de adioses una pesada piedra golpea el cristal de mis ojos y ha dejado caer fragmentos que marcan mi cara déjalo seguir todo lo hago para colocar el silencio en este sitio para humedecer este instante deja que las palabras traspasen mi piel donde hay un barco que tambien se hunde y bebo con tristeza cada ancla de agua en el mar de tu rostro

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El faquir Vemos al faquir masticar el vidrio su lengua se vuelve un sol de incendios devora el vidrio como a veces tus oídos mi voz esta afilada voz que traspasa la lluvia y el invierno como una espada en la garganta del faquir tendrá oídos para nosotros esta sombra del hueso nos escuchara mientras devora las ruinas de un cristal mientras duerme sobre los clavos de su dolor errante

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te digo hay que reconocernos en la soledad que nos ofrecen los ojos del espejo resignarnos faquires tambien nosotros que soportamos el fuego más desgracia el vidrio más lagrima el adios


Digo tu rostro Digo tu rostro vaso que me habla del mundo si digo lágrima es porque el vaso se inclina un poco se acerca al límite de la mesa mesa tu cuerpo mesa de donde tomo el vaso que llora vaso que dije que es tu rostro rostro que me une al mundo

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Siempre será demasiado tarde para preguntar los nombres La lluvia acaricia los vidrios como queriendo tocarnos en tu ventana empieza a borrarse la gente con sus perros dias frente a nosotros los viejos azules proclaman el adiós como refugio único de las memorias gastadas en recordar los nombres de las mujeres que amaron en algún paseo

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se alejarán así con las arrugas muy en alto para darse cuenta que han sido unos desgraciados que olvidaron los nombres de sus mejores recuerdos la lluvia aún no termina sé que el tiempo es muy cabron que estás cansada que apenas somos unos niños y te comprendo


Señales del abandono La noche cae de nosotros como la canción más vieja que recuerdes como cada gesto que se queda en las vidrieras en la humedad de algunos sitios donde el amor es posible y es aqui en la ciudad donde el amor sale a jugar en los patios y uno tropieza con las mujeres que desea con los amigos y los bares donde la quietud es un fantasma vives aqui Mariana con las historias de siempre en las calles de siempre donde los recuerdos to niegan un sitio y el despedirnos sin tocarnos sin decir nada es un suicidio de la memoria es la vida que comienza a dejarnos solos

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De viajes, de incendios Only strangers travel owning everything I have no where to go Leonard Cohen

Tomo una taza de café tomas una taza de fuego tras nuestros párpados dos lágrimas golpean como lluvia pasan viejas fotografías entre el polvo un cementerio de cenizas un patio habitado por antiguos cadáveres nuestros

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¿realmente hemos construido este páramo para nosotros? ¿nos pertenece acaso el tatuaje de arena en la piel? solamente los extraños viajan poseyéndolo todo y nosotros no tenemos a donde ir el fuego se extiende a cada pregunta es la duda lo que nos acerca – dices mientras nos detenemos a contemplar el incendio bebemos tranquilamente y sin respuestas


El último poema del adiós Dices adiós y compartes ese abismo que has nombrado que se abre como los párpados de la ausencia compartes de ese antiguo rumor el ancla que se elevó para marcharnos la espera que se dibuja en los muros como un rostro c omo una carta que se guarda para siempre dices adios mientras to voz se vuelve llave o puerta que se incendia ventana que intenta reflejar el abandono en nuestra espalda una ciudad inundada de adioses como aves el dolor partir de nuestras manos

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Icaro He tenido en mi mano el rostro de la llama el fuego inmerso en los vertices de tu piel no el rescoldo no la ceniza sino tu cuerpo y su laberinto de incendios tu caricia y el escozor que dibujas De que fuego te puedo hablar yo icaro vencido en el intento de tocarte

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Yo que sediento busco el mar de qué incendio te puedo contar historias a ti que del fuego haces barcos que incendiaste buitres para salvar a Prometeo de qué otra llama puedo sostenerme mientras las cenizas y el humo comienzan a cubrir mi rostro


Origen de las hormigas Dónde el filo que horada nuestros labios de dónde el polvo que nuestros párpados lastima en qué parte la herrumbre se abandona a la dulzura de sus sílabas por cuál sitio avanza única la voz incierta de su nombre en qué resquicio de nuestra alma esta palabra se oculta enferma bajo qué piedra nos acecha su garra de leopardo de dónde el calor la tibieza de nuestras manos la humedad de nuestras lenguas sumergidas en el acuario del beso porqué de dónde me pregunto nuestras lágrimas

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Muchachas envejeciendo Las he visto hermosas con lágrimas dibujar el adiós en sus rostros amables amables labios pronunciando palabras oscuras he visto sus cuerpos inmóviles sombras del beso eclipsadas por un cuerpo más rosa y más dispuesto más animal mordiendo el día y a la noche

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mientras el sol de sus cuerpos está alejándose la luz de sus cinturas adolescentes envejece


¿Es esto un perro? Algo dijiste algo como un péndulo inmóvil la línea breve de un objeto al caerse la sombra del tropiezo el silencio de un animal quieto algo te digo algo como una rueda que hace sonar los días un trazo de humo surgiendo de la voz la sombra de la tarde en nuestras espaldas el silencio de un animal agonizando algo como el amor pensamos algo más parecido a un perro

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La despedida

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Abandono la mirada en el vidrio frente a las cicatrices de la lluvia junto al vaho dejo también mis párpados el adiós convertido en digital mientras el tren como una serpiente muestra su piel humedecida antiguo tren a merced del polvo que cae de los sombreros tren de Verónica que se llevó el adiós inmerso en una ventana y ahora que la despedida es solo eso nuestros fantasmas en un vidrio nosotros quiénes somos




Algo dijiste sobre las cenizas



Breton Gracias a esa flor que llamamos casualidad —esa flor libre al parecer de nuestras manos— la calle puede ser un bastón o un sombrero el sombrero una calle o un abismo y del abismo puede salir un mago que cuenta conejos para dormir es cierto Breton porque al pronunciar la palabra calle aparecerá de manera imprevista como una flor intacta el accidente

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Boy in London Él conoce todas las calles sabe cuáles llevan a las casas de dos o tres muchachas que están muy buenas las de algunos compañeros resignados a despertar ebrios en cualquier sitio él se ha vuelto gris un ridículo vampiro que pasea por los bares y la lluvia y grita: vivimos en una ciudad que se nos olvida que nos dude

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en su cuarto acojinado recuerda a Londres con los labios rojos sus fascinantes senos la camisa de fuerza resulta un obstáculo —para lograr contacto con esta mujer— en otro sitio tú despiertas en una ciudad a la que no le duele olvidarte


Su nombre es Nadie Nadie escribe poemas con la palabra agua “la ventana es un ojo habitado por los cuervos” nos dice al mirar los edificios de la calle Nadie habita los puentes Nadie les da nombre a los suicidas (la última fue Rebeca, una mujer de pelo largo) Nadie colecciona objetos de quienes lo hemos conocido Nadie confunde el polvo con la luz Nadie sonríe a las sombras y a cualquier espejo Nadie es un hombre que alimenta cuervos en la ventana de su memoria

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Pilar es una mujer que se desvanece Pilar dice que al final de las carreteras hay mujeres pálidas que se desvanecen que las brujas viven cerca de su casa que los perros pueden ver a los muertos

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ella sabe dos oraciones amorosas bien efectivas las leyendas de los monjes morados y varias historias de terror incluyendo la de su hermano sus amigos la de ella misma: rubia que espera a su hombre hace ya tiempo mientras la superstición se le acomoda en los cajones del armario ella comparte con sus amigos el cigarro y uno que otro fragmento oscuro de su historia


En ella habitan otras voces 1 Es a ella a quien se le da la otra caricia la que se guarda en los cajones en la tibia orilla de los dedos Es en ella donde caen mis ojos complacidos donde olvido las ultimas horas la dulce desesperación en cada uno de sus vértices y es en su cuerpo mar de nadie donde paso las noches los recuerdos 2 Ella nos descubre su nombre Bélgica mujer de ojos pardos que se arranca la memoria mujer que baila sin darse cuenta de su cuerpo que disfruta los placeres del humo que nos dice: aqui cae el polvo de los años se pasea con la lujuria enlatada en los cristales mañana incendiare un piano para dormir tranquila para pasar la noche y el recuerdo sin ustedes

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Asterisco Sumergido en cada ojo nuestro como un ancla en el lugar exacto el suicida es un barco naufragando en el asterisco de su sangre

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Una mujer dibuja los signos de la espera Una mujer revuelve el deseo con la ceniza hace hervir al olvido en una vieja cafetera Como un ritual antes que la madrugada humedezca la ventana abandona el sueño y espera a la línea amarillenta el gigantesco párpado abriéndose como una puerta que permite el nacimiento de las sombras esta mujer que ama con toda la ceniza del recuerdo con cada fotografía masticada que ama a los hombres como si fueran a morir pronto espera el suicidio de las hojas ese abandon de murciélagos sobre el césped mientras la ciudad es toda esa luz apagándose y la madrugada subiendo por una escalera es ella misma en los vidrios de los autos mujer que dibuja la lluvia en los sombreros en cada paraguas en cada lá’mpara ésta es la mujer que espera no sé si la llegada del otoño o el fin del mundo

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Cancion de Francis Drake usada durante el abordaje Que vuelva el fuego a coronar el umbral de nuestras armas a extender su manto provocando el miedo mientras el timón enemigo como un sol es tornado por sus manos que ilumine el fuego nuestro ataque y sean nuestras espadas espejo de su rostro

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que nos muestre el camino mientras acaricia la piel del mástil que vuelva el fuego a ser la cabellera de los barcos que arda entonces nuestra pasión


Sobre cuello de gatito negro Cómo iba a saber yo que esas pequeñas bestial apenas desatadas desearían que mi nombre no existiera que cada uno de sus brazos se clavaría en mi espalda Cómo suponer que ellas en la breve caricia recogida en el metro hablarían quedamente vertiendo desde sus labios una voz calida por mi cuerpo y que toda caricia que al principio fue un trazo de humo entre nosotros sería el filo que en este momento pronuncias lanzándolo hacia mí cómo iba a saber yo que despues de la lluvia blanda de tus manos estaría yo aqui afuera frente a todos cbando golpes a to puerta y diciendo to nombre interminablemente

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Poema cariñoso para Maricruz Flor perfumada como ella cuando recién se baña Ricardo Morales

Quisiera aventarte el mar para que tus pezones revienten felices y saber que eres húmeda transparente regalarte un ramo de roces que te ericen el cabello para que los conozcan tus piernas tus disimuladas ansias

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decir que te cuides esas nalgas que aquí tengo el árido pez que siempre quiso recorrerlas y tomar el sol de tu vientre para que mis lagartos recorran el desierto de tu cuello muy lejos del pantano prometido que buscan darte a mi tortuga sedienta que dulcemente andará por tu cadera como un juego tibio y favorito a mi irritante iguana que vivirá en la terca sombra de tus senos en tu boca en tu lengua rosa de jugos en una de las flores que dice Ricardo que es la tuya en una de las grietas donde se comprende al deseo solo para que no sutras al bañarte y sentir que estarnos juntos limpios


Tango de vuelta A Astor Piazzola

Quisiera decirle que cuando escucho su nombre es como si llegara una carta escrita hace mucho tiempo una postal desde un viejo amigo entonces imagino sus manos como las alas de un ángel acariciando un bandoneón Pienso que la noche sucede porque a usted frente al piano se le ha ocurrido dibujarla y cuando navego en ella acompañado por su tristeza y solamente su tristeza llueve como si cayeran grandes gotas desde su propio llanto por usted los incendios tienen otros nombres nombres de muieres por eiemplo y el amor ese cruel anzuelo que acostumbramos —se vuelve un tibio pan que sabe a lágrimas— que es menos dolor y esto últiimo — diría usted — es lo que importa

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Instante Cae un reloj cae como el alma de un cíclope cae como si cayeran los dias sobre el tedio parte del vacio como los viejos barcos y parte del vacio desciende con él es solo un transcurrir cae un instante como un párpado y se rompe

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La historia de una mujer comienza a desbordarse La ves pasar como quien ve detenerse a un tren viejo un barco hundirse su rostro es la máscara de la desolación nadie la mira más que tú único faro en este muelle donde arriba el polvo párpado tibio que fragmenta sus pasos ella sube por un puente en cada escalón acaricia el pasamanos y esa última idea hasta que llega al punto elegido sonríe con ese gesto que en ella parece más un recuerdo una fotograffa gastada en el álbum de sus labios de pronto el salto ella se convierte en fugaz habitante de la altura impreciso acróbata de la cuerda sin extremos y la genre —otro mar extraño— disfraza su última apariencia con su incongruente anillo de curiosidad y asombro tú sales a la calle con los sueños.en otro tono las manos frías como si hubieras visto a un fantasma suicidarse

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David David persigue finales el momento donde terminan las cosas el margen de lo percibido

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David en su confusión ha descubierto signos en la sombra de una escalera en la condena del cangrejo ha hecho pactos de silencio con cada una de sus manos en un instante dos mujeres sonrien frente a un cuadro entre los bares y en la calle las respuestas saludan como pafiuelos es el instante esperado testigo de la coincidencia grano de arena en el bolsillo David se recarga en un viejo edificio la orilla de la noche lo sorprende despierto su sombra que aun bosteza le dice la verdad el instante final para el no existe David es un poema que no termina


Poema que en sí es un lugar común Esto es la vida un monton de polvo dos amigos cuatro libros tatuados bajo el brazo un beso adolescente dos tragos y un cigarro en el dolor preciso Esto es is vida dos frases una cintura hermosa dibujándose en un bar dos poemas el tuyo imposible y el otro pronunciando tu sombra Esto es la vida un pedazo de cielo enfermo estar diciendo siempre adios negar el tiempo volver al polvo

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El poema de Cesare Pavese Lo que cansa es no escribir el estarse quieto con las manos sumergidas en el abandono de los bolsillos dispuestos a la soledad a la voz de la calle de las ciudades incendiándose

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ver cómo apenas sostenida por el silencio una palabra empuja otra hacia el vacío como aquella mujer que en una calle te miró y encontró voces breves frases que llovían desde tus labios lo que cansa es no poder recordarla esta noche saberla ajena y no tener su rostro en la memoria lo que cansa es no abrazar una palabra una sola que pronunciada por tu boca la llame y la nombre


Instrucciones para aniquilar la infancia Para destruir la infancia está la lluvia habitando nuestros días están los perros y las calles recorridas alguna vez por el paseo de nuestras lágrimas un beso como una risa en la esquina de la broma dos y solo dos ríos que me abrazaron mortalmente un incendio de insectos en aquel viejo patio Están las noches en que sueño mi cadáver caminando entre la ceniza de los juegos la ceniza de las noches que vuelven sucias y cansadas a tocar esa puerta cerrada en la calle de la infancia

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Narciso Hoy toca mi mano este mar de voces preso desde afuera soy un barco del sueño solo me detiene la piel de vidrio que me ha surgido el filo que soy en la llave del ojo en la ceniza de mi sombra Hoy muero en la ventana del relámpago una lágrima emerge del espejo

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Poema absurdo de Berenice Caminas en esta calle de puertas y ebrios que salen a sonreír o a caerse una sombra viene pisando la tuya desde avenida 16 es un equilibrista un filo como el de los extremos de un cristal un agudo sueño que traspasa tu vientre y la noche se vuelve un vértigo cuando caes como el polvo en las ventanas Alguien huye de sus propios pasos y mientras los pecados vuelven o llueven —como lo prefieras— tus ojos se hacen vidrios miran bajar las humedades la tranquilidad con que se aleja un asesino lo que hay detrás de ti y a las cenizas algo dijiste sobre las cenizas

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Moby Dick Los faros iluminan esta ciudad del odio que soy veo de nuevo el viejo relámpago que me persigue en sueños lo veo venir en su pez de barro y musgo ya escucho la lluvia incesante que es su voz En sus ojos es otro el encuentro que se anuncia la tormenta que nos incendia es otra y yo tambien soy distinta una lágrima de piel suspendida en su memoria —antigua isla de nadie—

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se acerca junto a esta lluvia que me acaricia como si fueran manos sus gotas los primeros disparos son voces que me llaman Mi sangre que ha llegado hasta el rostro de los ahogados hasta los puertos junto a las ruinas de otros barcos humedece de nuevo su rostro y entre la noche traza un sol para los peces Hoy estamos dispuestos a naufragar cada uno en los ojos del otro a devorar como las nubes los frutos de la tormenta dispuestos al dolor como una caricia profunda a rompernos infinitamente como la sombra del relámpago


II Ahora qué sucede El mundo se ha detenido a contemplarnos ¿Estamos muertos? Quizá solo sea yo la que se sumerge en el cielo

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Louis La Iluvia deja signos en los rostros áridos derrama y enmarca las blandas sombras en la cornisa se ha detenido un ave roja que suspendida por el hilo de la tarde observa descender la lluvia entre los muros

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ven salgamos a ver este signo que nos obsequia la calle a ver en su ojo tibio al invierno asomarse distinto mírala abrir sus alas sacudir el polvo de su abismo anunciar la sangre y las tinieblas ésta es la noche


Poema de año nuevo Para César Silva Márquez Aquel fue el ultimo dia del viejo Bob efimero guardián de nuestras sombras triste pianista de manos empolvadas el mismo que nos oyó decir la noche nombrar una y otra vez la misma historia El nos vio recorrer estas calles como crucigramas besar a nuestras mujeres con una quietud de hormigas despedir los trenes desde un tercer piso nos vio en sueños fotografiar rinocerontes en la calle trece con esa oscuridad que sale de nuestros nombres acariciándole las piernas a la tarde y nos vio tristes cuando todos nos fuimos arrastrando la misma canción y cada uno de nosotros había muerto El viejo Bob único testigo de este nuestro desastre de cada paso que dimos nos quit6 los fantasmas el mal recuerdo nos dejó cuidando ángeles con faldas rojas a las imposibles mujeres de los bares

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nos oyó hablarle de amor al sueño disparar con los ojos cerrados las instrucciones de los suicidas maldecir los teléfonos los perros y los gatos y nos vio con la misma tristeza —con que se acaba un cigarro-entre la risa y la cerveza despedirlo

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INDICE Quién..........................................................................................................9 EN ESTE LUGAR LAS FOTOGRAFIAS CAEN DESPACIO Otra voz ...................................................................................................13 El cerco .....................................................................................................14 No me preguntes cómo pasa etc............................................................15 Definición de espera...............................................................................16 Inventario del espejo ..............................................................................17 El acróbata................................................................................................18 Objetos encontrados durante el insomnio ..........................................19 Lo demás es silencio ...............................................................................20 Enumeración de instantes y objetos donde el silencio puede provocar un poema ..................................................21 En este lugar las fotografías caen despacio..........................................23 HABITACIONES Entrada......................................................................................................27 Cocina ......................................................................................................28 Sala ...........................................................................................................29 Escalera ...................................................................................................30 Recamara .................................................................................................31 Sótano ......................................................................................................32 AQUI COMIENZA LA NOCHE INTERMINABLE Es la noche y no hay reptiles .................................................................35 La noche está cansada y aburrida de nosotros ...................................36 Nocturno 1: poema de Navidad ...........................................................37 Nocturno 2: la luna se desprende de su traje ......................................38 Nocturno 3: puentes cuelgan del suicidio ...........................................39 Nocturno 4: es tu cuerpo el signo que persigo .................................. 40 Nocturno 5: solitud ................................................................................41

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SIEMPRE SERÁ DEMASIADO TARDE PARA PREGUNTAR LOS NOMBRES

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La lluvia: mar caído de nuestra memoria ............................................45 El tren es un taxi gris que pasea un cuadro ........................................46 Abordaje ..................................................................................................47 Naufragio .................................................................................................48 Preguntas sobre la supuesta humedad que nace bajo los párpados 49 El faquir ...................................................................................................50 Digo tu rostro .........................................................................................51 Siempre será demasiado tarde para preguntar los nombres ............52 Señales del abandono .............................................................................53 De viajes, de incendios ..........................................................................54 El último poema del adios .....................................................................56 Ícaro 57 igen de las hormigas ..............................................................58 Muchachas envejeciendo ......................................................................59 Es esto un perro? ...................................................................................60 La despedida ...........................................................................................61 ALGO DIJISTE SOBRE LAS CENIZAS Breton .......................................................................................................65 Boy in London ........................................................................................66 Su nombre es Nadie ...............................................................................67 Pilar es una mujer que se desvanece ....................................................68 En ella habitan otras voces ....................................................................69 Asterisco .................................................................................................70 Una mujer dibuja los signos de la espera ...........................................71 Canción de Francis Drake usada durante el abordaje ......................72 Sobre cuello de gatito negro .................................................................73 Poema cariñoso para Maricruz ............................................................74 Tango de vuelta ......................................................................................75 Instante ...................................................................................................76 La historia de una mujer comienza a desbordarse .............................77 David ........................................................................................................78 Poema que en si es un lugar común .....................................................79


El poema de Cesare Pavese ...................................................................80 Instrucciones para aniquilar la infancia ..............................................81 Narciso ....................................................................................................82 Poema absurdo de Berenice ..................................................................83 Moby Dick ...............................................................................................84 Louis ........................................................................................................85 Poema de año nuevo ..............................................................................86

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Aquí Comienza la Noche Interminable Edición digital. Diciembre de 2021

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¿Cuándo nace un poeta? Cuando escribe o publica su primer poema: nace el poeta y muere el Otro-Cotidiano. Así, la creación poética es un proceso de agonía y muerte (y el poema es certificado de resurrección). En la poesía queda la voz grave del suicida (de ese que en cada verso se está yendo), y aparece la voz del nuevo Lázaro que ofrece sus recuerdos. Édgar Rincón Luna puede decir que nació en Ciudad Juárez, en el año de gracia de 1974, y que anunció su muerte por varios años y ha renacido ahora, Aquí (donde) comienza la noche interminable; en éste, su primer libro, deja testimonio de un cantar de suicidas, de un suicida enamorado, un poeta de muerte. Édgar suicida a plazos, poeta que escribe de los años (“que pasan/como palabras en el polvo”). Y enumera “objetos encontrados en el insomnio”. Y escribe postales navideñas (“la ciudad/es un cuento gris de Christian Andersen /que terminó mal/ hace mucho tiempo”). Y le canta a una luna que bajó para embriagase (“con su palidez perdida/ espera a que amanezca... hoy la noche no tiene su sonrisa/y los gatos son más pardos”). Y escribe de una mujer triste que llora “anclas de agua en el mar de su rostro”. Los temas son diversos; pero el tono de fatalismo placentero impera. Édgar insepulto, ajeno a la jugarreta de la Poesía del Ruido “Hombre-nadie” “que alimenta cuervos en la/ventana de su memoria”, y envía cartas a cronopios, epitafio acerca de la vida (“es un montón de polvo/dos amigos/cuatro libros tatuados bajo el brazo...”) Este libro debería llamarse “Luna en el rincón de los Edgarios”, después de todo, es una biografía de esencias saturadas.

José M. García


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