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En el sector productivo y empresarial

Esta información permite identificar que la corporalidad de las mujeres está sujeta en mayor medida a agresiones violentas por parte de los hombres, reafirmando que en las relaciones interpersonales se fortalece el ejercicio de poder de lo masculino hacia lo femenino, y en este sentido se legitima la práctica de dominación hacia las mujeres.

En la contingencia por COVID_19 también se han evidenciado casos de violencias contra las mujeres, a nivel nacional, según lo reportado por Medicina Legal, entre marzo y junio 2020 se presentaron 19.062 casos de violencias de los cuales 11.968 (62.7%) fueron víctimas mujeres, a su vez, en Nariño (OBGN, 2020), durante el periodo de enero a junio del presente año se reportaron 974 casos de violencias contra las mujeres y 152 casos de violencia contra las niñas y adolescentes; si bien el reporte durante el mismo periodo en el 2019 fue mayor (1782 casos de VCM y 200 contra NA) esto no indica necesariamente la disminución de hechos victimizantes, al contrario esto puede estar relacionado con las limitaciones para realizar las denuncias, debido a factores como las brechas digitales y la convivencia con el perpetrador de la violencia en tiempo de contingencia por la permanecía obligatoria en casa.

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Teniendo en cuenta el porcentaje significativo de hombres que son reconocidos como jefes de hogar en Nariño (60,25%), y considerando que el 59,4% de los casos la violencia contra las mujeres se genera en el hogar, cabe entonces la pregunta sobre ¿qué tipo de masculinidad se ejerce en el hogar y como esta se relaciona con las violencias contra las mujeres? indudablemente, se ejerce una masculinidad hegemónica y violenta ligada con la práctica de una proveeduría vertical que refuerza el poder y autoridad de los hombres al interior de los hogares. En este sentido, en todas las sociedades patriarcales se puede identificar cuatro encargos básicos asignados a los hombres, que según el antropólogo David Gilmore (1995) son: “ser proveedor”, “ser protector”, “ser procreador”, y la “autosuficiencia”, los cuales a su vez se asocian culturalmente con la jefatura de hogar y motiva a los hombres a demostrar permanentemente sus capacidades a través del ejercicio del poder, traducido en sometimientos y dominación hacia las mujeres, niños-as, adultos mayores y/o personas enfermas.

Mantener una masculinidad hegemónica y violenta también perjudica la calidad de vida de los hombres, las principales causas de muerte entre los años 2008 y 2018 en hombres se relacionan con lesiones personales (13,6%), los accidentes de tránsito (4,8%) y el suicidio (2,3%) (OBGN 2020).

La masculinidad hegemónica ejerce fuerte presión en los hombres a tal punto de desdibujar la noción y práctica de cuidado y autocuidado que se han relacionado como sinónimo de debilidad, en este sentido, se explica por qué la agresión es la principal causa de muerte en hombres, seguido de accidentes de tránsito y trastornos emocionales que pueden llevar al suicidio.

Ahora bien, teniendo en cuenta el contexto de pandemia, según el reporte del Observatorio del Delito de la Policía Nacional (2020) entre enero y junio del año 2019 se presentaron en Nariño 267 casos de homicidios, de los cuales 239 fueron hombres, y en el mismo periodo durante 2020, se reportaron 240 homicidios de los cuales 220 son hombres. Estos homicidios se llevaron a cabo con arma blanca cortopunzante en 43 casos (35 hombres y 8 mujeres), arma de fuego 178 personas (171 hombres y 7 mujeres), artefacto explosivo 8 casos (7 hombres y 1 mujer) y elementos contundentes 11 casos (7 hombres y 4 mujeres).

Es evidente que la raíz del homicidio es la violencia (emociones no tramitadas adecuadamente) y que, aunque se desconoce con fidelidad el dato del sexo de los agresores, es importante reconocer que la masculinidad hegemónica propone la violencia como camino para la resolución de los conflictos. La idea de dominación masculina esta mediada por relaciones de poder y dominación sobre las mujeres y también fortalece el sentido de competencia entre hombres que puede generar acciones impulsivas, agresivas y violentas. La violencia como centro de la masculinidad hegemónica limita el posicionamiento de masculinidades que contrarresten las violencias contra las mujeres, niños niñas, otros hombres, la naturaleza, pero también consigo mismos.

03 /// Masculinidades, salud y cuidados.

Las problemáticas de salud generadas por la pandemia hacen relevante identificar y analizar las implicaciones tanto físicas, mentales y emocionales producto del aislamiento y el riesgo de contagio, pero también las implicaciones culturales que distancian a los hombres de asumir prácticas conscientes de cuidado, autocuidado y cuidado colectivo.

Para algunos hombres llevar a cabo prácticas de autocuidado y cuidado, es sinónimo de debilidad, lo opuesto a lo masculino, situación que los mantiene alejados de asumir hábitos y estilos de vida saludables.

Los contagios por Covid-19 desagregados por sexo en Colombia, según los reportes del Instituto Nacional de Salud (julio 2020) representan 133.973 casos, de los cuales el 53.81% son hombres y 46.19% son mujeres; a su vez, de las 4.714 personas fallecidas por Covid-19, el 62.16% son hombres y el 37.84% mujeres. De acuerdo al IDSN en Nariño, hasta el mes de julio se presentaron 7.620 casos de contagio, de los cuales 4.143 fueron hombres (54,4%) y 3.477 mujeres (45,6%). Como puede evidenciarse son los hombres quienes padecen en mayor proporción el riesgo de contagio por Covid-19, lo cual puede estar relacionado con

Contagios por COVID-19 en Nariño desagregados por sexo con corte a julio 2020.

54%

46%

Hombres

Mujeres

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