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En los sistemas de cuidados y paternidades activas

A ello se suma que el 49% de las mujeres nariñenses se vinculan al mercado laboral de manera parcial (empleos de 1 a 30 horas semanales) pues de esta manera pueden invertir más tiempo en labores de cuidado. Como lo menciona el OBGN (2020) el trabajo parcial implica una inestabilidad para las mujeres debido a que los ingresos son limitados y se reduce la cotización a seguridad social que podría garantizar mejores condiciones de vida. La manera en cómo se fortalece la desigualdad a la hora de asumir las tareas de cuidado se observa desde la niñez y adolescencia, momentos en los que se refuerza en los diferentes escenarios de socialización de los estereotipos tradicionales de género. Según el OBGN (2020) con información de la Gran Encuesta Integrada de Hogares, en el 2018 los niños y niñas de entre 0 y 13 años asumieron las tareas de cuidado de manera desigual, los oficios del hogar fueron asumidos en un 8,05% por niñas y en un 5,18% por los niños, mientras que el cuidado de menores fue asumido en un 7,70% por las niñas y en un 5,77% por los niños.

El trabajo de cuidado no remunerado tiene unas implicaciones en el cuerpo de las mujeres, según el OBGN (2020) a partir de los 40 años hay mayor proporción de mujeres con limitaciones en su funcionamiento cotidiano (52%), indicando que son más propensas a adquirir alguna enfermedad y/o discapacidad por el desgaste corporal que implica el trabajo de cuidado.

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Según la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo realizada por el DANE en el año 2017, en promedio, las mujeres colombianas dedican 31 horas semanales al trabajo doméstico y de cuidado no remunerado del hogar y la comunidad. Es decir, más del doble de tiempo que los hombres (14 horas). En Nariño “las mujeres destinan en promedio 54,66 horas de su semana a actividades domésticas y de cuidado no remunerado (oficios del hogar y cuidado de niños, niñas y personas discapacitadas), mientras que los hombres sólo designan 24,87 horas” (OBGN, 2020). El tiempo que las mujeres invierten al trabajo no remunerado supera el tiempo que invierten en trabajos remunerados, es por ello que el empleo parcial se convierte en una opción, aunque estanque el fortalecimiento de su autonomía económica (fenómenos conocidos como pisos pegajosos y techos de cristal). hombres asuman masculinidades cuidadoras y corresponsables al interior de los hogares, contribuyendo a la reducción de dobles y triples jornadas para las mujeres, y a su vez, se comprometan en la generación de ambientes laborales libres de violencias, sin discriminación y procesos de contratación sin estereotipos de género.

Por otra parte, en contexto de aislamiento por Covid-19, la televisión ha reafirmado su potencial recreativo para las familias, sin embargo, fortalece a través de sus contenidos estereotipos tradicionales de género. Si en promedio en un hogar consumen 4 horas diarias de televisión, habrán consumido aproximadamente 1 hora (64 minutos) de contenido publicitario, lo cual significa que el 25% del consumo de televisión está relacionado con mensajes que reafirman el rol de sumisión de la mujer, relegada al espacio del hogar, encargada de la educación de los hijos e hijas, así mismo, promoviendo una masculinidad hegemónica, violenta, imponente y autoritaria; son muy pocos los mensajes que se difunden desde un enfoque de igualdad de género y la transformación de dichos estereotipos que causan discriminación.

Paternar desde “adentro” no sólo refiere a la permanencia en casa de los padres sino a la vinculación de su intimidad emocional en la interacción con hijos e hijas, es decir paternar desde el sentir. En época de aislamiento por Covid-19, volver a la casa se presenta como una invitación a los hombres para el reencuentro consigo mismos y con las demás personas desde la emotividad.

Una paternidad activa es una paternidad participativa, a través de cuyo ejercicio el hombre asume el rol de padre en todas las etapas de la infancia y adolescencia de sus hijos/as, es decir, acompaña, cuida y vela por el bienestar de su hijo o hija, más allá de un rol de proveedor, netamente económico. (Aguayo, 2016)

Porcentaje de desempleo en Nariño en 2018, desagregado por sexo.

50%

Mujeres

27%

Hombres

Horas semanales dedicadas al cuidado en Nariño, desagregado por sexo (2017)

54,6

Horas semanales

24,8

Horas semanales Mujeres

Hombres Los datos presentados reconocen situaciones de desigualdad significativa sobre las mujeres, haciendo evidente la necesidad que los

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