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¡A disfrutar!

Llegó la Semana Santa, y con ello la posibilidad de tomar unos días de descanso, relajación y diversión, la playa es uno de los lugares favoritos para tumbarse al sol, dejándose arrullar en la hamaca bajo la sombra de una palmera, y es natural elegir esta fecha para aprovechar los días de asueto, ya que suele ser uno de los periodos de descanso más largos del año, motivo por el que muchas personas deciden viajar en plan familiar o grupo de amigos, pero no todos gustan de playas con multitudes, hay quienes prefieren sitios menos concurridos, para ellos existen destinos que suelen parecer un lugar soñado.

Para muchas otras personas la Semana Santa no es temporada festiva, por lo que deciden hacer otro tipo de turismo, el llamado “religioso”, ya sea visitando Cholula, para admirar y finalmente destruir los vistosos tapetes hechos con aserrín y pétalos de flores; hacer la procesión silenciosa en Oaxaca enfundado en una capucha puntiaguda con la que se expresa el arrepentimiento de los pecados, ver figuras públicas rodeadas de petardos multicolores en San Miguel de Allende, o simplemente visitar las famosas procesiones de la Ciudad de México, en Iztapalapa, San Gregorio en Xochimilco, el Cristo Obrero en la Candelaria (Coyoacán), o el tapete hecho en San Juan Tláhuac, conocido popularmente como “las fosas o amarguras”.

Cada pueblo tiene una particularidad que lo hace especial y forma parte de la esencia cultural de su gente. Al tomar los días santos ya sea para reflexionar o para descansar, seguramente serán revitalizantes, lo que harán sentir a más de uno la resurrección en cuerpo, alma y espíritu, así que aproveche estos días para abrir los sentidos y simplemente disfrutar lo que tiene a su lado.

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