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Gráfica de las Jornadas

Es imposible negar que cada persona es responsable de su vida, y sabe de antemano que el descuido de su salud por medio de malos hábitos adquiridos, tarde o temprano pasará la factura, ya que ese abandono es el responsable de las posibles enfermedades crónicas que están arruinando no solo al corazón, sino a otros órganos vitales.

La salud de su corazón puede verse resentida por las malas costumbres del día a día, incluso si no se tienen antecedentes, como ha sucedido a algunos pacientes de COVID-19. Por cierto, se tiene la falsa creencia de que esa enfermedad fue la responsable o, causa de mayor mortalidad en 2022, tal vez sí, pero en otras partes del planeta, lo cierto es que las enfermedades relacionadas con el corazón, -haciendo de lado al amor y el enamoramiento-, fue la principal causa de muerte en la primera mitad del 2022, desplazando a la cuarta posición al COVID-19

Y no cuidar al pequeño condominio, puede llevar a padecer otras patologías crónicas permanentes que le impedirán llevar una vida con normalidad. Para sorpresa, los indicadores de buena salud, dependen más de su rutina que de la edad, e inclusive de la profesión que ejerza. La salud de nuestro organismo en general y, en particular la de nuestro corazón, se ve condicionada por una serie de prácticas que podemos considerar indispensables para el cuidado de nuestro bienestar, el ejercicio físico, el descanso, el estrés y a la alimentación. Por supuesto, todos son importantes y están íntimamente relacionados. Además, es frecuente que para poder integrar adecuadamente, cada uno de ellos sea conveniente y positivo para equilibrar los demás. Por ejemplo, para un descanso adecuado se tiene en cuenta la alimentación y ejercicio, horarios o tipo de cena para que el descanso se vea favorecido y, ayude a evitar o disminuir el estrés.

Espíritus malignos Causan enfermedad y muerte

No importa el paso de los años ni el avance tecnológico alcanzado en el campo de la medicina, el concepto médico de demonología es una de los intentos más antiguos para explicar las causas y los síntomas de las enfermedades. Este modelo de diagnóstico, no solo se desarrolló y practicó en Mesopotamia, si no que siempre se ha utilizado, incluso hoy en día, en la medicina popular de todo el mundo.

La demonología atribuye todos los cambios del cuerpo, o enfermedades, producidos sin explicación razonable alguna, más que la intervención de seres sobrenaturales, demonios y espíritus. Tal explicación se debe a que el enfermo se salió del corral, es decir de lo socialmente permitido.

Una vez que el hombre es poseído por un demonio se le considera un ser impuro y, únicamente podrá ser curado por medio del exorcismo al espíritu maligno que le posee. Existían una serie de demonios a los que se responsabilizaba de determinadas enfermedades. Así por ejemplo, “Asakku” era el demonio causante de las fiebres y la pérdida de peso. Los espíritus malignos se representaban a menudo como una mezcla entre hombre y animal o como seres fabulosos.

Durante la enfermedad a menudo el proceso era contagioso, una amenaza para quienes rodeaban al enfermo. Esta creencia motivó que los ritos espirituales de purificación y purga, en su esmero por impedir el contagio se tomaban medidas similares a las planteadas hoy por la higiene moderna. “Asakku”

Un bocado, nutritivo y medicinal

Hacía 1600 a.C. Los habitantes de Creta rinden culto a la diosa Serpiente, que posee, al igual que la diosa de la Adormidera, propiedades curativas. Esta facultad le es otorgada por la gran diosa madre.

A comienzos del siglo XX, se encontró en excavaciones del palacio de “Cnosos” (Creta) una escultura de la diosa Serpiente. El conjunto de edificios, puso de manifiesto la existencia de una cultura muy avanzada, que había florecido a la vez que la de Egipto y Mesopotamia. Los baños y canales demuestran un alto nivel de higiene.

A una diosa se le representa como una serpiente, mientras la otra puede transformarse en culebra. En algunas zonas rurales de la antigua Yugoslavia se conservan. Hasta el siglo XX, vestigios de esta tradición de adorar a las serpientes. Las culebras que frecuentan las casas en busca de calor son consideradas seres benignos, se les da de comer e incluso se denominan “domachitsa” (madre de familia).

La serpiente es temida en cualquier parte del orbe por su veneno, aunque también es considerada símbolo de vida, ya que todos los años muda de piel.

Una culebra enroscada a la vara del dios griego Asclepio es el símbolo de la vida. La vara de Asclepio (Esculapio) es todavía el emblema de los médicos. A la carne de la serpiente también se le atribuyen propiedades curativas, y el componente más importante de la panacea de la teriaca, medicina de virtudes mágicas, hecha con 46 componentes.

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