6 minute read

El pueblo y las plantas de Ica

Next Article
Agrecimientos

Agrecimientos

El pueblo de Ica y las plantas – una antigua relación…

Ica llaqtamanta qurakuna - huk ñawpaq nisqan

Advertisement

El hombre comenzó a poblar la región de Ica hace aproximadamente 10000 años . Primero exploró la planicie costera y sobrevivió del mar con sus abundantes cuevas rocosas llenas de lobos marinos y sus bahías con flamencos o parihuanas . Pronto subió por las lomas, encontrando a su paso raíces nutritivas, caracoles y manadas de guanacos . En las laderas de las quebradas caían frutos dulces y rojos de las cactáceas y los ríos rebosaban de bagres y camarones . A diferencia de hoy, los primeros pobladores encontraron fuentes de agua por doquier, cientos de pequeñas lagunas en Pisco y a lo largo del margen occidental del valle del Río Ica, con sapos que croaban entre la ToTora y el marTín pEscador preparándose para caer en picada . Y en los pantanos encontraron grandes bandadas de aves migratorias . Pero cuando llegaron a los sombreados bosques ribereños, alfombrados con las dulces y nutritivas vainas del Huarango, se quedaron y levantaron sus casas .

Tal vez no podían creer su suerte: habían encontrado una tierra con sol durante todo el año y abundante agua dulce, limpia y libre de las plagas y enfermedades de la selva . No es de sorprender que estos primeros pobladores veneraran ‘la sangre de su vida’: los puquios y fuentes de agua de las que dependía la vida tanto del mundo natural como la de los pobladores . Gradualmente fueron adaptando las plantas para sus necesidades . Domesticaron dife-rentes cultivos mediante la selección de las mejores semillas y trajeron frutas y plantas exóticas de la sierra y selva . Construyeron pueblos y templos con Huarango, carrizo y yapana, perfeccionaron la manufactura de la cerámica y criaron razas de llamas y cuyes adaptadas al desierto .

A partir de hace aproximadamente 3000 años, los pobladores de la región ya tenían relaciones comerciales con otras regiones distantes y estaban construyendo sistemas avanzados de riego, usando técnicas de ingeniería que son aplicables hasta nuestros días . En Nasca y Palpa construyeron canales bajo tierra (puquios) para aprovechar el agua subterránea y regar sus cultivos durante todo el año . Construyeron acequias a través de toda la región de Ica con el fin de capturar las crecidas de aguas estacionales . Algunos de los canales que construyeron eran muy grandes y extensos, como la Achirana, de 53 km de longitud, y que hasta hoy riega 15000 ha .

Las culturas precolombinas que en su tiempo florecieron aquí (Paracas y Nasca) desarrollaron artesanías tan exquisitas que sus textiles son hoy considerados universalmente entre los más finos, y su cerámica sigue cautivando a los visitantes de los museos alrededor del mundo . Dejaron la historia y visión de su mundo pintada en sus huacos y tejida en sus ropas: zorros en bosquecillos de cactus floridos, venados, pumas, lechuzas, serpientes, picaflores, escarabajos, mariposas nocturnas y hasta hormigas y ratones . Sus historias nos muestran que cazaban guanacos, recolectaban alimentos silvestres, pescaban, tocaban música, amaban, veneraban, temían y ocasionalmente peleaban .

Hoy en día la mayor parte del mundo precolombino ha desaparecido, aunque los restos de flora y fauna son todavía una evidencia de cómo debe haber sido ese paisaje alguna vez: ¡las plantas y la vegetación de Ica también cuentan su historia! ¿Pero dónde buscamos información con el fin de hacernos una idea de cómo vivía la gente en aquel entonces? Para los especialistas, los basurales arqueológicos revelan maneras de vida completas y ofrecen una comprensión del paisaje mucho más relevante

El valle fértil de Pisco – donde la agricultura intensiva no tiene sosteniblidad como producción orgánica.

El primer registro detallado de la arqueología de la costa sur (por Rossel Castro) 1977. Cerámica Chavín excavada en Ullujaya, Río Ica 2007.

que tumbas y ruinas . Y gracias a que Ica es una región tan seca, mucho de lo que los precolombinos dejaron atrás hace miles de años está todavía muy bien conservado . Los restos precolombinos de plantas revelan un cuadro de vida en Ica que dependía del Huarango y de una cantidad de cultivos, incluyendo zapallo, maní, aHipa, acHira, maíz y yuca, y de árboles frutales, como pacay, Lúcuma, guava y cHirimoya . A esto le podemos añadir el TomaTillo silvestre, la Quinua y la Kañiwa, así como el los algodones de colores y, naturalmente, una amplia variedad de ajíes y frijoles . El pallar (Phaseolus lunatus) es la herencia por excelencia de este regalo precolombino que seguimos apreciando hasta hoy, particularmente en Ica .

Se pueden encontrar todavía muchas de estas plantas creciendo en huertas escondidas en Ica (en las localidades de Tate, Santiago, Los Molinos, Ocucaje, San Juan Bautista, Ingenio, La Banda, Collungo, Jumana, Pajonal, Paracas, entre otros) . Lamentablemente, en el mundo moderno estas variedades se están perdiendo poco a poco, debido a la co-mercialización de cultivos importados y al abandono de la agricultura tradicional . ¡Pero estas plantas – si tan solo fuesen más valoradas – son una fuente importante de alimento, forraje, medicina y combustible que los cultivos modernos son incapaces de proveer! Estas especies ofrecen a los iqueños una mejor calidad de vida, así como la capacidad de adaptarse a los problemas económicos y del medio ambiente . En los últimos años el gobierno y las comunidades han empezado a reconocer su importancia .

Los problemas causados por la deforestación no son nuevos . Las evidencias sugieren que ya hace más de 1000 años la población y el uso de los recursos se hicieron cada vez menos sostenibles . Poco a poco la gente se fue olvidando de las maneras antiguas de trabajar en armonía con el medio ambiente . La creciente población humana fue continuamente consumiendo hasta agotar los recursos limitados .

Se necesitaba más y más tierra para la agricultura por lo que se fue extrayendo la vegetación natural para abrir camino al desarrollo . En los bosques las especies como el Espino (Acacia sp .), el mollE (Schinus molle), el guayajo (Capparis avicennifolia), el calaTo (Bulnesia retama) y otras que son ya tan raras en Ica que sus nombres comunes se han olvidado (como maiTén Maytenus sp .) – todas ellas con una madera más blanda que el Huarango – fueron más fáciles de cortar y por ello los primeros en ser usados para leña, dejando bosques que consistían principalmente de Huarango . Al Huarango, que siempre había sido fundamental para la supervivencia como proveedor de alimento, forraje y fertilidad del suelo, se dejó hasta el final . Los Huarangales que florecían hasta hace poco alrededor de Ica fueron formados de esta manera, a través de la extracción de todo o parte del sotobosque (es decir, los arbustos y arbolitos que crecen debajo de la bóveda formada por las copas de los árboles de un bosque bien Una cerámica Ica-Chincha c. 800 d.c. representa desarrollado). bagres, y avispas recolectando lodo del río. Sin embargo, en su debido momento, el hombre también arremetió contra este venerable árbol, retando su madera dura mediante el método de quitarle una tira circular de corteza o la quema . De esta manera fueron deforestadas extensas áreas de Ica . Una vez desaparecido el Huarango, la tierra perdió su especie clave; la fertilidad disminuyó y el suelo fue soplado por el viento . Y cuando llegaron las inundaciones de El Niño, en vez de llenar los campos con agua, arrastraron los bordes del río y de los canales, pues ya no estaban fijados por las raíces de los Huarangos . La historia arqueológica que sigue es la historia del colapso ecológico y de guerras por los recursos . Hoy, mientras los últimos relictos de bosque están cayendo bajo las motosierras de los carboneros o de las máquinas de desmonte para ganar nuevas tierras para la agricultura, el hombre está una vez más destruyendo el eje de su propia supervivencia y el de la tierra .

Un hombre Paracas (Tello).

Textil Paracas – representa frijoles.

La cultura Pima de California (USA) usa los frutos del Mesquite (parecida a la huaranga) para hacer tortillas.

Cuando los españoles llegaron a

Ica en el Siglo XVI, encontraron densos bosques.

This article is from: