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Diario Financiero -VIERNES 10 DE NOVIEMBRE DE 2017
HUMANITAS
Chile, un hogar para todos Los obispos del Comité Permanente del Episcopado presentaron EL 31 de octubre pasado, su carta pastoral “Chile, un hogar para todos”, en la que plantean propuestas y desafíos para construir una sociedad más humana y justa, “donde nadie puede sentir la exclusión en la tarea de hacer de Chile una nación fraterna y solidaria, fundada en el amor a Dios y al prójimo”. El documento fue presentado por Mons. Santiago Silva, presidente de la Conferencia Episcopal, acompañado por el vicepresidente, Mons. Cristián Contreras V., el secretario general, Mons. Fernando Ramos, y los otros dos miembros del Comité Permanente, Card. Ricardo Ezzati y Mons. Juan Ignacio González. A la ceremonia, que se realizó en el aula magna de la Casa Central UC, asistieron, entre otras autoridades, el Nuncio Apostólico, Mons. Ivo Scapolo, el Subsecretario General de la Presidencia, Víctor Maldonado, el Comandante en jefe del Ejército, Gral. Humberto Oviedo, el cardenal Francisco Javier Errázuriz, el rector de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Ignacio Sánchez, dirigentes de agrupaciones empresariales, sindicales, organismos de la sociedad civil, agentes pastorales laicos y consagrados. La ceremonia comenzó con un saludo del rector UC, Ignacio Sánchez, quien agradeció la oportunidad de presentar esta carta pastoral en la Universidad Católica, casa de estudios cuya misión es la formación de personas a la luz del Evangelio. El rector valoró que en este documento los obispos ofrecen una mirada comprensiva de nuestra patria como el hogar común que nos acoge o debiera acogernos a todos con cariño, calidez, sin exclusiones, a católicos y cristianos, creyentes y no creyentes, a las personas de buena voluntad y quienes no la tienen, en la esperanza de iluminar su camino en el amor que nos enseña nuestro Padre. Luego, el presidente de la Conferencia Episcopal, Mons. Santiago Silva, presentó los principales contenidos de “Chile, un hogar para todos”.
Chile, un hogar para todos En la carta pastoral, los obispos afirman que Chile requiere de todos los actores sociales para que, a
partir de una nueva concepción de la amistad cívica y respetando las legítimas diferencias, se ponga a la persona humana como centro de los esfuerzos comunes, alejándonos de las visiones meramente ideológicas o economicistas. Humanizar para superar el individualismo. Sostienen que el desarrollo técnico se ha puesto a menudo al servicio de intereses particulares, deshumanizando las relaciones sociales. “Las confianzas y las instituciones se han debilitado por doquier; la mentalidad liberal individualista se ha ido generalizando, destruyendo vínculos y responsabilidades políticas”. La familia necesita un fuerte apoyo. A juicio de los obispos, el sistema económico y laboral amenaza a la familia. Complejos turnos de trabajo, jornadas laborales que se extienden e invaden el hogar, y en algunas ciudades un sistema de transporte defectuoso, va privando a la familia de sus esenciales tiempos de comunión y encuentro. Coherencia en la defensa de la vida. Al respetar y promover la vida humana, en todas sus dimensiones, la Iglesia rechaza el aborto, como asimismo las escandalosas e injustas desigualdades sociales, la usura, la eutanasia y la discriminación arbitraria. Los obispos ahora redoblan su esfuerzo para seguir acompañando a las mujeres que viven situaciones límite en su embarazo, a las que deciden continuar con él y a las que piensan que el aborto es una solución. Violencia contra mujeres, ausencia del padre. Junto con expresar su cercanía a mujeres que sufren agresión y violencia, abandono y discriminación, enfermedad y desesperación, también se refieren a la orfandad de padre en una sociedad machista que solo ve en el padre
La dignidad inalienable e intransferible de toda persona humana lleva consigo el respeto debido a cada persona. Más aún, mientras más débil, más respetable”.
un instrumento de producción y ganancia. Acoger a personas separadas. Los obispos afirman, respecto de la situación eclesial de las personas separadas que han formado una nueva unión, que la pastoral y catequesis matrimonial ha de fundarse en el criterio que plantea el Papa Francisco en su exhortación apostólica “La Alegría del amor”, sobre el amor en la familia: “discernimiento pastoral cargado de amor misericordioso, que siempre se inclina a comprender, a perdonar, a acompañar, a esperar, y sobre todo a integrar”. Diversidad sexual e identidad de género. El documento reafirma que las personas homosexuales merecen ser tratadas con el respeto que todo hijo e hija de Dios se merece, y acogidas con respeto, compasión y delicadeza, evitando todo signo de discriminación injusta. Al mismo tiempo, recuerda que corresponde a hombre y mujer reconocer y aceptar su identidad sexual. Preocupa a los obispos ciertos enfoques sobre la identidad de género promueven una legislación que desvincula radicalmente la identidad personal y la intimidad afectiva de la diversidad biológica entre hombre y mujer. Juventud y niñez. Los obispos valoran la pasión de los jóvenes por la justicia: “Cuánto bien nos haría a los adultos aprender de la honestidad y transparencia de tantos jóvenes que se expresan con sencillez, autenticidad y llaman a cada cosa por su nombre”. A la vez, piden una urgente reforma del Sename que efectivamente ponga en el centro el bienestar y la vida y divinidad de los niños y niñas. La riqueza. Un apartado se refiere a la relación de las personas con el dinero. Afirman los pastores que el dinero no es Dios y por eso repugna que muchas relaciones actuales se basen en la búsqueda de la riqueza como un ídolo. “Cómo quisiéramos volver a aquellas costumbres de probidad y sobriedad que aprendimos de nuestros mayores”, señalan. Pobreza y desigualdad. El documento constata que, a pesar de los esfuerzos desplegados contra la desigualdad, no han sido suficientes ni de tal manera localizados en quienes tienen mayor necesidad. “Quienes tienen más, pues han accedido a los bienes y posibilidades mejores en estos años, tienen una gran deuda con sus hermanos más pobres y desamparados”. También se refieren a la existencia de grupos que, por su posición social