DF: "Emmanuel Macron: Discurso a los obispos de Francia"

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Diario Financiero - VIERNES 27 DE ABRIL DE 2018

HUMANITAS Emmanuel Macron

Discurso a los obispos de Francia El presidente de Francia, Emmanuel Macron, afirmó este 9 de abril que el país requiere el valioso aporte de la Iglesia Católica en la sociedad y señaló la necesidad de reparar el “vínculo” entre esta institución y el Estado. Arzobispos, miembros del clero y asociaciones, y representantes del mundo de los negocios y la cultura -en total, casi 400 dignatarios católicos franceses- asistieron a la recepción de Emmanuel Macron en la antigua universidad cisterciense, escaparate de la Iglesia de Francia. El mandatario tuvo un encuentro sin precedentes con la Conferencia Episcopal Francesa en el College des Bernandins, donde dijo que con su presencia “desafiamos a los escépticos de ambos lados. Y si estamos aquí es sin duda porque compartimos un sentimiento confuso de que el vínculo entre la Iglesia y el Estado se ha deteriorado, y que es importante para nosotros y para mí repararlo”. “Para hacerlo, no hay otro medio que un diálogo en verdad”, afirmó. Macron dijo que “este diálogo es indispensable y si tuviera que resumir mi punto de vista, diría que una Iglesia que pretenda desinteresarse de los asuntos temporales no cumpliría su vocación; y un presidente de la República que pretenda desinteresarse de la Iglesia y de los católicos faltaría a su deber”. Las palabras de Macron no sorprendieron a quienes le habían escuchado en septiembre ante las autoridades protestantes, o a

quienes habían leído, en sus textos y entrevistas, su idea de la laicidad, o prestado atención a su iniciativa para remodelar el islam en Francia. Pero nunca las había articulado de manera tan clara como ante los obispos católicos. El portavoz de la Conferencia Espiscopal, Olivier Ribadeau Dumas, celebró el discurso como “un hito en las relaciones entre la Iglesia y el Estado”. Para otros, socava en su esencia la laicidad y abre la puerta a mensajes similares hacia otras religiones. Macron elogió la dedicación de los católicos franceses a la ayuda a los más necesitados y los animó a “hacer más todavía” implicándose en la política. “Por muy decepcionante que pueda ser para algunos, por muy árida que a veces sea para otros, necesita la energía de los comprometidos, vuestra energía”. Al mismo tiempo, esbozó una teoría

“Al escuchar a la Iglesia sobre estos temas, no nos encogemos de hombros. Escuchamos una voz que saca su fuerza de la realidad y su claridad de un pensamiento en el que la razón dialoga con una concepción trascendente del hombre”.

Así dijo el presidente de Francia: “Estoy convencido de que no nos enfrentamos a un problema simple [leyes sobre bioética] que podría decidirse por una ley única, sino que nos enfrentamos a debates morales profundos, que afectan lo más íntimo de cada uno de nosotros. Escucho a la Iglesia cuando es rigurosa respecto de los fundamentos humanos que acarrea la evolución técnica; escucho su voz cuando nos invita a no ser reductivos frente al actuar de la técnica, cuyos límites ha demostrado perfectamente.” “Aquí es donde nuestro intercambio (con la Iglesia) siempre ha sido el más fructífero: en la crisis, frente a lo desconocido, frente al riesgo, en la conciencia compartida del paso a dar, del desafío a intentar. Y es aquí donde la nación muy a menudo ha crecido a partir de la sabiduría de la Iglesia, pues durante siglos y milenios la Iglesia ha enfrentado los desafíos y osa arriesgarse. Es así como ella enriqueció a la nación”.

de laicidad que sirve para otras religiones, no solo la católica, chocó con las lecturas más estrictas de la ley de 1905, y convocó para algunos el fantasma de una apertura de la República al islam. Dijo estar “convencido de que los lazos más indestructibles entre la nación francesa y el catolicismo se forjaron en estos momentos donde se ha verificado el valor real de los hombres y las mujeres”. “Sí, Francia ha sido fortalecida por el compromiso de los católicos”, aseguró el presidente, que recordó a Santa Juana de Arco y al P. Jacques Hamel, asesinado por un terrorista del Estado Islámico cuando celebraba Misa en Rouen en julio de 2016. “Al decir esto no me equivoco. Si los católicos han querido servir para que Francia crezca, si han aceptado morir, no es solamente por sus ideales humanistas, ni solo por una moral judeo-cristiana secularizada. Es también porque han sido alentados por su fe en Dios y por su práctica religiosa”, afirmó. El presidente dijo que algunos podrían considerar estas palabras “como una infracción a la laicidad, pero, después de todo, también tenemos mártires y héroes de toda confesión en nuestra historia reciente, entre ellos ateos, que han encontrado en su moral las fuentes de un sacrificio total”. Defendió que lo laico y lo sagrado no se oponen. Al contrario. “Considero que la laicidad ciertamente no tiene como función negar lo espiritual en nombre de lo temporal, ni desenraizar de nuestras sociedades la parte sagrada que nutre tanto a nuestros conciudadanos”, dijo. Y puso el ejemplo del teniente coronel Arnaud Beltrame, un gendarme profundamente católico —pero también francmasón— que el 23 de marzo pasado sacrificó su vida al intercambiarse por una rehén durante un ataque terrorista en el sur de Francia. Macron precisó que no pretende elegir un “credo republicano”, pero señaló que “cegarme voluntariamente a la dimensión espiritual que los católicos invierten en su vida moral, intelectual, familiar, profesional, social, sería condenarme a tener una visión parcial de Francia; sería desconocer al país, su historia, sus ciudadanos y, generando la indiferencia, derogaría mi misión. Y no tengo indiferencia respecto a ninguna de las confesiones que hoy están en nuestro país”.


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