DF: "Sistema de Pensiones: Una mirada ética"

Page 1

32

Diario Financiero - VIERNES 2 DE JUNIO DE 2017

humanitas Entrevista a Eugenio Yáñez

Sistema de Pensiones: Una mirada ética Por Javiera Corvalán Azpiaxu *

Cuando se les pide a los jubilados chilenos que describan su situación, los tres conceptos que más repiten son pobreza, soledad y enfermedad. ¿Por qué la vejez de muchos dista tanto de constituir “los años dorados”? Quizá porque con una pensión promedio de $198.000 (cifra de la Superintendencia de Pensiones de 2014) y con escasas posibilidades de encontrar trabajo, es imposible vivir dignamente. Según la encuesta CASEN (2011), sólo un 24,5% de las personas mayores de 60 años tiene trabajo, un 0,9% está buscando, y el 74,6% se encuentra inactivo. Salvo honrosas excepciones, son muy pocas la empresas chilenas que contratan a jubilados. Por otra parte, ¿cómo vivir tranquilamente soportando las enfermedades propias de la vejez, sin poder acceder a un sistema de salud digno y sin poder sostener el alto costo de los medicamentos? Más aún: ¿quién podría sentirse feliz si se encuentra solo, abandonado, o se percibe como una pesada carga para su familia? “Para muchos chilenos, jubilarse es un castigo y no un merecido premio tras muchos años de trabajo”, afirma el profesor de filosofía y vocero de la fundación “Voces Católicas” Eugenio Yáñez, a pocos minutos de recibirnos en su oficina ubicada en la Universidad San Sebastián. Nacido en Santiago y criado en Puerto Montt, Eugenio Yáñez estudió filosofía en Valdivia, para más tarde doctorarse en Alemania. Su tesis doctoral, titulada “Economía social de mercado: opción por los pobres en Chile”, da cuenta de su interés por la moral social y económica, que ha estudiado durante los últimos años a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia. A principios de este año, el profesor Yáñez estuvo durante dos meses y medio en la Universidad de Münster, Alemania, como profesor visitante. Allá tuvo la oportunidad de estudiar el sistema de pensiones alemán. A raíz de su creciente preocupación por la materia, y sin entrar a proponer soluciones técnicas a los problemas del actual sistema chileno de pensiones, conversó con nosotros sobre los principios que a su juicio debiesen orientar las próximas reformas, y sobre las heridas sociales que subyacen a la angustiosa situación que vive gran parte de los jubilados en Chile. - ¿Qué tiene que decir la Doctrina Social de la Iglesia sobre los principios que deberían orientar un sistema de pensiones para que éste sea justo? - Precisemos, en primer lugar, que cuando nos cuestionemos sobre el sistema de pensiones

Eugenio Yañez es profesor de filosofía y vocero de la fundación “Voces Católicas”.

deberíamos enmarcar la interrogante en una pregunta más amplia: ¿De qué modo podemos mejorar la calidad de vida de los jubilados? Porque lo cierto es que para muchos chilenos, jubilarse es un castigo y no un merecido premio tras muchos años de trabajo. Esto cuestiona tanto al Estado, como al gobierno de turno, a los políticos, a lo economistas, a los empresarios, etc. En segundo lugar debemos decir que lo que aporta la Doctrina Social de la Iglesia es justamente eso: principios, no soluciones prácticas. Estas últimas pueden variar, dentro de ciertos límites, ya que los principios admiten diversas concreciones. Dentro de tales principios tenemos el de subsidiariedad, el de solidaridad y el de justicia social. Detengámonos en los dos primeros. El principio de subsidiariedad exige que las sociedades mayores, por una parte, permitan hacer a las menores aquello que les es propio, y, por otro, se involucren en aquello que estas últimas no puedan realizar por sí mismas. Aquí cobran especial importancia los cuerpos intermedios, dentro de las cuales están las AFP. Podría, claro, tratarse de otra entidad, con otro nombre, otras características, etc. Pero lo que a mi juicio sí es bastante claro es que en esta materia, al menos en Chile, actúan mejor los particulares que el Estado. Tenemos también el principio de solidaridad. Así como el Estado actúa subsidiariamente cuando deja que los fondos de los cotizantes los administre un cuerpo intermedio como las AFPs, debe actuar solidariamente con todos

*Licenciada en Derecho por la Pontificia Universidad Católica de Chile. Colaboradora Revista Humanitas.

aquellos compatriotas que por razones ajenas a su voluntad se ven impedidos de cotizar, ya sea por incapacidad física o cognitiva, ya sea por carencia de recursos. Bajo estas circunstancias el Estado debe proveer de una pensión mínima a estos sectores vulnerables, como el llamado “pilar solidario”, que fue obra de la reforma al sistema que se hizo el año 2008 (sin embargo, probablemente este pilar no satisface las exigencias del principio de solidaridad; por lo mismo, una de las propuestas a las modificaciones al actual sistema es el incremento del pilar solidario). Cabe destacar que subsidiariedad y solidaridad no son términos excluyentes, sino complementarios. - ¿Cuáles son los principales problemas que ve Ud. en el sistema chileno de pensiones? - Veo que existen problemas tanto intrínsecos como extrínsecos al sistema. Comencemos por los extrínsecos, aquellos que vienen, por así decirlo, “desde fuera”. Tenemos en primer lugar una deslegitimación social de las AFP: el razonamiento bastante difundido de que el momento histórico en que tienen su origen determina que necesariamente son injustas. A esto se suma la desconfianza que provocan en gran parte de la población: está bastante arraigada la idea de que las AFP no son un buen servicio, sino un “buen negocio”, en el que lo único que importa son las ganancias (“escandalosas”), antes que el bien de los afiliados (de “jubilaciones miserables”). Y en tercer lugar, y ligado con el anterior elemento de desconfianza, tenemos un descontento ciudadano muy generalizado. Por otra parte, debemos mencionar varios problemas internos del sistema. Entre ellos tenemos, por ejemplo, el problema de la transparencia (no se sabe dónde invierten las AFP), la baja tasa de reemplazo (sólo de un 40%, mientras que lo prometido en su momento fue de un 70%) y el soporte de las pérdidas. Este último punto es bastante interesante: ¿Quién debe sufrir las pérdidas por las inversiones de las AFP? Hoy quienes soportan esto son sólo los afiliados, y a mi juicio esto no debería ser así: lo justo sería distribuir las pérdidas entre los afiliados y las AFP. A lo anterior sumamos un elemento que probablemente no sea del todo clasificable como interno ni como externo, ya que tiene un poco de ambas cosas. Me refiero al hecho de que las pensiones efectivamente son muy bajas: la mayoría de ellas no son suficientes para tener una vejez digna. ¿Esto se debe a fallas en el sistema de pensiones mismo, o a factores ajenos a las AFP, como los bajos sueldos y el desempleo? Pienso que hay algo de ambos. Ahora bien, una de las preguntas importantes respecto del último punto, y que va más allá, es si asegurar la vida digna de los ancianos es una cuestión que compete sólo al sistema de pensiones. A mí me parece que no.


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.