Beatificación pablo vi

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beatiFicación pablo vi Fue al Papa Pablo VI que la Providencia obsequió con la ardua tarea de ser timonel del Concilio Ecuménico Vaticano II, caliicado por muchos —cristianos y no cristianos— como el evento más importante del siglo XX. El sufrimiento de esos años fue dejando huellas en su rostro. De no menor signiicado en esa cruz que el Pontíice debió llevar, fue su defensa de la familia y de la vida humana. La beatiicación de Pablo VI, presidida por el Papa Francisco el 19 de octubre, al cierre de la 1ª etapa del Sínodo, ha sido un particular momento de gloria para la Iglesia.

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Ver también en www.humanitas. cl


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Amedeo Brogli, Pablo VI en oraci贸n. 57


pablo vi y la transFiGuración POR JOSEPH RATZINGER

El cardenal Joseph Ratzinger, arzobispo de Múnich, celebró en la catedral de la capital bávara una misa por el Papa Pablo VI, a los cuatro días de su muerte. Pronunció entonces una homilía, hasta ahora solo divulgada en el número 28 del boletín arquidiocesano “Ordinariats-Korrespondenz”. Ofrecemos la traducción de la misma, publicada en L’Osservatore Romano del 21 de junio de 2013 en el 50º aniversario de la elección del Papa Montini.

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urante quince años, en la plegaria eucarística durante la santa misa, hemos pronunciado las palabras: “Celebramos en comunión con tu siervo, nuestro Papa Pablo”. Desde el 7 de agosto esta frase está vacía. La unidad de la Iglesia en esta hora no tiene ningún nombre; su nombre está ahora en el recuerdo de quienes nos han precedido en el signo de la fe y duermen en la paz. El Papa Pablo ha sido llamado a la casa del Padre en la tarde de la iesta de la Transiguración del Señor, poco después de haber oído la santa misa y recibido los sacramentos. “Qué bueno es que estemos aquí”, dijo Pedro a Jesús en el monte de la transiguración. Quería quedarse. Lo que a él se le negó entonces, sin embargo se le ha concedido a Pablo VI en esta iesta de la Transiguración de 1978: no ha tenido ya que bajar a la cotidianidad de la historia. Ha podido quedarse allí, donde el Señor eternamente está a la mesa con Moisés, Elías y los muchos que llegan de oriente y de occidente, desde el septentrión y desde el meridión. Su camino terreno ha concluido. En la Iglesia de Oriente, que tanto amó Pablo VI, la iesta de la Transiguración ocupa un lugar muy especial. No está considerada como un acontecimiento entre tantos, como un dogma entre dogmas, sino como la síntesis de todo: cruz y resurrección, presente y futuro de la creación se reúnen aquí. La iesta de la Transiguración es garantía del hecho de que el Señor no abandona la creación. Que no se desprende del cuerpo como si

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Beatiicación Pablo VI El Papa Pablo VI entrega el capelo cardenalicio al arzobispo de Múnich, Joseph Ratzinger.

fuera un vestido y que no deja la historia como si fuera un papel teatral. A la sombra de la cruz, sabemos que precisamente así la creación va hacia la transiguración. Lo que nosotros indicamos como transiguración, en el griego del Nuevo Testamento se llama metamorfosis (“transformación”), y esto hace que emerja un hecho importante: la transiguración no es algo muy lejano, que en perspectiva puede suceder. En el Cristo transigurado se revela mucho más aquello que es la fe: transformación, que en el hombre acontece en el curso de toda la vida. Desde el punto de vista biológico la vida es una metamorfosis, una transformación perenne que se concluye con la muerte. Vivir signiica morir, signiica metamorfosis hacia la muerte. El relato de la transiguración del Señor añade algo nuevo: morir signiica resucitar. La fe es una metamorfosis en la que el hombre madura en lo deinitivo y se hace maduro para ser deinitivo. Por esto el evangelista Juan deine la cruz como gloriicación, fundiendo la transiguración y la cruz: en la última liberación de uno mismo la metamorfosis de la vida llega a su meta. La transiguración prometida por la fe como metamorfosis del hombre es ante todo camino de puriicación, camino de sufrimiento. Pablo VI aceptó su servicio papal cada vez más, como metamorfosis de la fe en el sufrimiento. Las últimas palabras del Señor resucitado a Pedro, después de haberle constituido pastor de su rebaño, fueron: “Cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras” (Juan 21, 18).

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Era una alusión a la cruz que esperaba a Pedro al inal de su camino. Era, en general, una alusión a la naturaleza de este servicio. Pablo VI se dejó llevar cada vez más adonde humanamente, él solo, no quería ir. Cada vez más el pontiicado signiicó para él dejarse ceñir las vestiduras por otro y ser clavado en la cruz. Sabemos que antes de su 75 cumpleaños, y también antes del 80, luchó intensamente con la idea de retirarse. Y podemos imaginar cuán pesado debió ser el pensamiento de no poder ya pertenecer a sí mismo. De no tener ya un momento privado. De estar encadenado hasta el inal, con el propio cuerpo que cede, a una tarea que exige, día tras día, el pleno y vivo empleo de todas las fuerzas de un hombre. “Ninguno de nosotros vive para sí mismo y ninguno muere para sí mismo. Si vivimos, vivimos para el Señor; si morimos, morimos para el Señor” (Romanos 14, 7-8). Estas palabras de la lectura de hoy marcaron literalmente su vida. Él dio nuevo valor a la autoridad como servicio, llevándola como un sufrimiento. No experimentaba ningún placer en el poder, en la posición, en la carrera conseguida; y precisamente por esto, siendo la autoridad un encargo soportado —“te llevará adonde no quieras”—, esta se hizo grande y creíble. Pablo VI desempeñó su servicio por fe. De ahí se derivaban tanto su irmeza como su disponibilidad al compromiso. Por ambas tuvo que aceptar críticas, e igualmente en algunos comentarios tras su muerte, no ha faltado el mal gusto. Pero un Papa que hoy no sufriera críticas fracasaría en su tarea ante este tiempo. Pablo VI resistió a la telecracia y a la demoscopia, las dos potencias dictatoriales del presente. Pudo hacerlo porque no tomaba como parámetro el éxito y la aprobación, sino la conciencia, que se mide según la verdad, según la fe. Es por esto que en muchas ocasiones buscó el acuerdo: la fe deja mucho abierto, ofrece un amplio espectro de decisiones, impone como parámetro el amor, que se siente en obligación hacia el todo, y por lo tanto impone mucho respeto. Por ello pudo ser inlexible y decidido cuando lo que se ponía en juego era la tradición esencial de la Iglesia. En él esta dureza no se derivaba de la insensibilidad de aquellos cuyo camino lo dicta el placer del poder y el desprecio de las personas, sino de la profundidad de la fe, que le hizo capaz de soportar las oposiciones. Pablo VI era, en lo profundo, un Papa espiritual, un hombre de fe. No por error un periódico lo deinió como el diplomático que había dejado a las espaldas la diplomacia. En el curso de su

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carrera curial había aprendido a dominar de modo virtuoso los instrumentos de la diplomacia. Pero estos pasaron cada vez más a un segundo plano en la metamorfosis de la fe a la que se sometió. En lo íntimo halló cada vez más el propio camino sencillamente en la llamada de la fe, en la oración, en el encuentro con Jesucristo. De tal manera se convirtió cada vez más en un hombre de bondad profunda, pura y madura. Quien le encontró en los últimos años pudo experimentar de modo directo la extraordinaria metamorfosis de la fe, su fuerza transiguradora. Se podía ver cuánto el hombre, que por naturaleza era un intelectual, se entregaba día tras día a Cristo, cómo se dejaba cambiar, transformar, puriicar por Él, y cómo ello le hacía cada vez más libre, cada vez más profundo, cada vez más bueno, perspicaz y sencillo. La fe es una muerte, pero es también una metamorfosis para entrar en la vida auténtica, hacia la transiguración. En el Papa Pablo VI se podía observar todo ello. La fe le dio valor. La fe le dio bondad. Y en él era también claro que la fe convencida no cierra, sino que abre. Al inal, nuestra memoria conserva la imagen de un hombre que tiende la mano. Fue el primer Papa que viajó a todos los continentes, ijando así un itinerario del Espíritu, que tuvo comienzo en Jerusalén, fulcro del encuentro y de la separación de las tres grandes religiones monoteístas; después el viaje a las Naciones Unidas, el camino hasta Ginebra, el encuentro con la mayor cultura religiosa no monoteísta de la humanidad, la India, y la peregrinación a los pueblos que sufren de América Latina, de África, de Asia. La fe tiende manos. Su signo no es el puño, sino la mano abierta. En la Carta a los Romanos de san Ignacio de Antioquía está escrita la maravillosa frase: “Es bello decaer al mundo por el Señor y resucitar con Él” (II, 2). El obispo mártir la escribió durante el viaje desde oriente hacia la tierra en la que se pone el sol, occidente. Allí, en el ocaso del martirio, esperaba recibir el surgimiento de la eternidad. El camino de Pablo VI se convirtió, año tras año, en un viaje cada vez más consciente de testimonio soportado, un viaje en el ocaso de la muerte, que le llamó en el día de la Transiguración del Señor. Encomendamos su alma con conianza en las manos de la eterna misericordia de Dios para que sea para él aurora de vida eterna. Dejemos que su ejemplo sea un llamamiento y dé fruto en nuestra alma. Y oremos para que el Señor nos envíe otra vez a un Papa que cumpla de nuevo el mandato originario del Señor a Pedro: “Conirma a tus hermanos” (Lucas 22, 32).

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Quién Fue pablo vi C

on posterioridad a las canonizaciones de Juan XXIII y Juan Pablo II, otro pontíice asciende a los honores de los altares en este año 2014. Para una profundización más detallada de su biografía, se puede consultar la voz “Paolo VI” en la Enciclopedia Treccani, escrita por Giovanni Maria Vian, actual director de L’Osservatore Romano. Llamado en el mundo Giovanni Battista (Enrico Antonio Maria) Montini, nació el 26 de septiembre de 1897 en Concesio, en la provincia de Brescia. Ordenado sacerdote en 1920, inició tres años después sus estudios en la Pontiicia Academia Eclesiástica y su colaboración con la Secretaría de Estado, en el pontiicado de Pío XI. Trabajó durante cinco meses como agregado en la Nunciatura Apostólica de Varsovia, antes de regresar a Italia y graduarse en Filosofía, Derecho Canónico y Derecho Civil.

Asistente eclesiástico de la FUCI Durante ocho años, entre 1925 y 1933, fue Asistente eclesiástico nacional de la FUCI (Federación Universitaria Católica Italiana) (www. fuci.net), antes de ser nombrado (en 1937) sustituto de la Secretaría de Estado, trabajando en contacto estrecho con el futuro Pío XII (Eugenio Pacelli). Durante la Segunda Guerra Mundial desarrolló una intensa actividad en la Oicina de información de la Santa Sede, sobre todo para obtener noticias sobre soldados y civiles en el frente. Tuvo un rol signiicativo también en la asistencia que la Iglesia proporcionaba a los refugiados y a los judíos.

Arzobispo de Milán El 1 de noviembre de 1954 fue nombrado arzobispo de Milán, donde se esforzó por buscar el diálogo y la conciliación entre todas las fuerzas sociales, en un momento histórico evidentemente muy difícil. Poco después de ser elegido, el nuevo pontíice —actualmente San Juan XXIII— lo nombró cardenal en el Consistorio del 15 de diciembre de 1958, ubicándolo en el primer lugar de la lista. Eran amigos desde 1925 y también con él la

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Dina Bellotti, Pablo VI, 1963-1978.

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colaboración fue muy estrecha, tanto así que fue enviado a diversas partes del mundo a representar al Papa, además de participar activamente en los trabajos preparatorios del Concilio Vaticano II.

262º Obispo de Roma Fue elegido 262º Obispo de Roma y Sucesor de San Pedro el 21 de junio de 1963. Su pontiicado ciertamente no fue fácil, sobre todo a causa de la agudización de los conlictos entre la Iglesia y el mundo, que se encaminaba hacia un amplio proceso de secularización. En 1964, renunció al uso de la tiara, símbolo de soberanía, y dio comienzo al Concilio Vaticano II, mostrando una gran capacidad de mediación, garantizando solidez doctrinaria y la necesaria «actualización» de la Iglesia en temas poco explorados (tercer mundo, paz, defensa de la vida humana).

El primero en viajar en avión Fue el primer pontíice que viajó en avión para visitar todos los continentes, comenzando por Tierra Santa, en 1964, hace cincuenta años. En esa ocasión, abrazó al patriarca ortodoxo Atenágoras I, produciéndose a partir de ese encuentro un acercamiento entre las iglesias cismáticas, consagrado posteriormente en la Declaración común católicoortodoxa de 1965. Visitó las Naciones Unidas , estuvo en Fátima, en Ginebra, en Bogotá y en Uganda. En 1970 viajó a Asia Oriental, Oceanía y Australia. Tuvo también encuentros con muchas personalidades, comenzando por el Presidente de los Estados Unidos John Kennedy, el arzobispo de Canterbury, Michael Ramsey, y el Dalai Lama.

Sínodo y Día Mundial de la Paz Fue además el Papa que estableció formalmente el organismo del Sínodo de los Obispos, favoreciendo así una mayor colegialidad, y quien abolió el índice de libros prohibidos. En 1967, anunció la creación del Día Mundial de la Paz, que en lo sucesivo se celebraría el 1 de enero de cada año.

Las encíclicas En sus siete encíclicas abordó, entre otras cosas, el tema del celibato sacerdotal (Sacerdotalis caelibatus, 24 de junio de 1967) y los complejos temas del control de la natalidad y de la contraconcepción

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(Humanae vitae, 25 de julio de 1968). Es interesante también la encíclica Mense maio (29 de abril de 1965) sobre la devoción a la Virgen en el mes de mayo, y la encíclica con la invitación a invocar a María en el mes de octubre por la causa de la paz (Christi matri, 15 de septiembre de 1966). Escribió también encíclicas dedicadas a la Eucaristía (Mysterium idei, 3 de septiembre de 1965), a los temas sociales (Populorum progressio, 26 de marzo de 1967) y a la misión de la Iglesia Católica en el mundo (Ecclesiam suam, 6 de agosto de 1964). En 1967, estableció un Año de la fe, como consecuencia y exigencia postconciliar, y para celebrar el XIX centenario del martirio de San Pedro y San Pablo. Dicho año se clausuró el 30 de junio de 1968 con una Solemne Profesión de fe, Credo del Pueblo de Dios. También fue rasgo propio suyo la premura por la Nueva evangelización, escribiendo el 8 de diciembre de 1975 la Exhortación apostólica Evangelii nuntiandi. El 24 de diciembre de 1974 inauguró el Año Santo de 1975 (Jubileo), con la apertura de la puerta santa en transmisión directa por televisión.

La reforma de la Curia Bajo su pontiicado nacieron diversos organismos de la Curia Romana, tales como la Pontiicia Comisión para las comunicaciones sociales (convertida posteriormente en Pontiicio Consejo), el Secretariado para los no cristianos y el Secretariado para los no creyentes, el Pontiicio Consejo para los laicos, la Prefectura de la Casa Pontiicia y la Comisión Teológica Internacional, y se trasformó el Santo Oicio en Congregación para la Doctrina de la Fe. Falleció el 6 de agosto de 1978, iesta de la Transiguración del Señor, en la residencia de verano de Castel Gandolfo. En el sitio del Vaticano se puede leer el texto del discurso elaborado para el Angelus de esa mañana, que no se pronunció a causa de la enfermedad del pontíice. Ahí relexionaba sobre todos aquellos que sufren debido a las condiciones especiales en que se encuentran, comenzando por los desempleados y quienes padecen hambre.

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Un centro internacional de estudio sobre su igura En su ciudad natal surgió posteriormente, por iniciativa de la Obra para la Educación Cristiana de Brescia, un Centro Internacional de Estudios y Documentación sobre su igura: http://www.istitutopaolovi.it/index.asp

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El funeral fue sumamente sobrio, y el ataúd también era sencillo, de madera clara, sobre la cual se depositó un Evangelio. Esta sencillez inspiró después también a sus sucesores. Está enterrado en el suelo, en las Grutas Vaticanas, bajo la Basílica de San Pedro.

Causa de beatiicación y virtudes heroicas La causa de beatiicación se abrió el 11 de mayo de 1993 por voluntad del Papa Juan Pablo II. El 20 de diciembre de 2012, tras la opinión favorable de la Congregación para las Causas de los Santos, el Papa Benedicto XVI autorizó la promulgación del decreto sobre las virtudes heroicas de Pablo VI, quien desde ese momento asumió el título de Venerable.

La postulación La sede diocesana de la causa de beatiicación se encuentra en el Santuario de María de las Gracias en Brescia. El postulador es el padre Antonio Marrazzo. El milagro que se le atribuye se remonta al año 2001 y tiene relación con la curación inexplicable de un niño estadounidense, que debería haber nacido con problemas físicos a raíz de haberse roto la vejiga fetal cuando todavía se encontraba en el útero materno, en el quinto mes de embarazo. Hoy, a los 13 años de edad, tiene una vida normal. Son diversas también las gracias atribuidas al Venerable. «Un auténtico servidor»: así lo describe en un artículo el Vicepostulador de la Causa de beatiicación, Don Antonio Lanzoni. Aquí se pueden consultar todos los documentos (homilías, quirógrafos, constituciones, motu proprio, encíclicas, cartas, oraciones, etc.) en orden cronológico y en varios idiomas, comenzando por el latín, redactados por Pablo VI durante el pontiicado. GIOVANNI TRIDENTE Oasis

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«Es fundamental, ubicar qué signiica el Concilio y el papel de Pablo VI en el Concilio y el signiicado histórico que tiene. Para mí, es el saldo de las cuentas de la Iglesia con la Modernidad. Es más que el in de la cristiandad».

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pastorales de pablo para américa latina

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POR ALBERTO METHOL FERRÉ

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Grandes orientaciones

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nte todo digamos que no es posible diferenciar la pastoral La Evangelii de Pablo VI con la pastoral que surge del conjunto del Concilio nuntiandi cumplió Vaticano II. Esta es la premisa fundamental. Si el Papa Juan el rol de uniicar muy XXIII fue el padre impulsor del Concilio Vaticano II, Pablo VI íntimamente, en la fue el hermano mayor del Concilio Vaticano II, y el Papa Juan Conferencia Episcopal Pablo II será el hijo del Concilio Vaticano II. Esto es el principio de Puebla, las dos que nos ubica porque no hubo nunca una voluntad que no puntas fundamentales fuera unitiva de Pablo VI en su no diferenciarse del Concilio del Concilio que son Vaticano II. Su pastoral es la pastoral del Concilio, que tomó la Lumen Gentium ciertas especiicidades en relación con América Latina. El otro en una punta, y la punto es desde dónde relexionamos. Parece indispensable in- Gaudium et spes dicar que las Iglesias de América Latina no fueron las mayores en la otra. Medellín era hijo más de la impulsoras del Concilio Vaticano II. Más bien se educaron en Gaudium et spes y el Concilio Vaticano II acerca de qué era la gran revolución de la Populorum que fue el Concilio Vaticano II. Y solamente después hubo un progressio y no había proceso, que va desde el post-Concilio, la Conferencia Episcoun suiciente énfasis pal de Medellín y la Conferencia Episcopal de Puebla donde eclesiológico, que se logra una asimilación, una apropiación del conjunto del era lo fundamental, Concilio por las Iglesias de América Latina. Tuve la ventura que le daba sentido a de tener participación en esas instancias, especialmente en la todo el conjunto del última, y fue luego de la Conferencia Episcopal de Puebla, no Concilio. La Evangelii por un análisis intelectual individual, sino como una parte nuntiandi recentró. de una experiencia colectiva, que experimenté y llegué a una comprensión del signiicado histórico profundo del Concilio Vaticano II, porque era el momento que colectivamente las Iglesias de América Latina habían recreado y cumplido en su seno ese proceso desde sí mismas. Porque uno nunca es un individuo solo, uno es una parte de un pueblo que madura. Y en el pueblo universal de la Iglesia Católica los ritmos no * Transcripción de la conferencia pronunciada por el autor en el simposio “Pablo VI y América Latina”, organizado en simposio por el Istituto Paolo VI de Brescia.

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son idénticos, sino múltiples y hay instantes que hay Iglesias que son el motor de un Concilio, como las de España e Italia en Trento, como las de Francia y Alemania, principalmente, en el Concilio Vaticano II. También la de Estados Unidos tuvo una importancia especial en algunos capítulos sobre, por ejemplo, la libertad religiosa. El proceso de asimilación del Concilio fue conducido por Pablo VI en América Latina porque el marco de Medellín no fue solamente el Concilio ni la Gaudium et spes sola, sino que fue también, fundamentalmente, desde el marco de la Populorum progressio que vino a completar la Gaudium et spes en el sentido que la Gaudium et spes no había hecho un hincapié fundamental en la emergencia del tercer mundo, de los países en desarrollo. El Papa Pablo VI juzgó de importancia, dentro del La Evangelii marco de la Gaudium et spes, hacer como una ampliación de la nuntiandi fue cuestión social en el espíritu inicial y continuando la mundializacomo una síntesis ción del enfoque de la enseñanza social que había hecho el Papa excepcional, en pocas Juan XXIII en la Mater et magistra. Esta fue como apertura, como palabras, del conjunto educación, a los episcopados para ubicarlos en la cuestión social complejo del Concilio. que ya era mundial. Antes la Iglesia había sido muy eurocéntrica Pablo VI dio como porque el mundo tenía un centro que era Europa que terminó una síntesis última del solamente en el año ’45, que es cuando comienza nuestra época. Concilio, sencilla. No La Evangelii nuntiandi cumplió el rol de uniicar muy íntimaeditó un libro inmenso, mente, en la Conferencia Episcopal de Puebla, las dos puntas funsino una síntesis damentales del Concilio que son la Lumen Gentium en una punta, sencilla para el pueblo y la Gaudium et spes en la otra. Medellín era hijo más de la Gaudium eclesial que estaba un et spes y de la Populorum progressio y no había un suiciente énfasis poco desbordado por eclesiológico, que era lo fundamental, que le daba sentido a todo los acontecimientos el conjunto del Concilio. La Evangelii nuntiandi recentró. post-conciliares. (…) La Evangelii nuntiandi fue como una síntesis excepcional, en pocas palabras, del conjunto complejo del Concilio. Pablo VI dio como una síntesis última del Concilio, sencilla. No editó un libro inmenso, sino una síntesis sencilla para el pueblo eclesial que estaba un poco desbordado por los acontecimientos post-conciliares. Y eso permitió a Puebla uniicar, con hondura, la Lumen gentium y la Gaudium et spes, en el modo en que las Iglesias de América Latina con sus circunstancias lo asumían. Uno es hijo de ese proceso. Casi todos los que estamos acá, somos lo suicientemente otoñales como para que la experiencia de esos años haya sido la fundamental de nuestra vida y de la que no podemos hablar académicamente. Fue la revolución fundamental de nuestra propia vida este tiempo privilegiado del Vaticano II. Este Concilio suscitó, a partir de la Conferencia de Medellín, lo que algunos comentadores contemporáneos llamaron la “mayoría de edad”

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de las Iglesias de América Latina. Edad turbulenta, necesaria, encauzada y sufrida por Pablo VI, profundamente la sintió y asumió con una decisión y paciencia extraordinarias. De tal modo, la Populorum progressio y Evangelii nuntiandi son las dos inlexiones capitales de Pablo VI para la asunción plena del Vaticano II por América Latina. Hubo dos elementos que acompañaron el proceso del Concilio. Primero la recuperación de Europa, de los Estados Unidos, (…) Y eso permitió a de Rusia, de los de- Puebla uniicar, con sastres de la guerra hondura la Lumen mundial. En cierto sentido Rusia atenuaba el estalinismo con gentium y la Gaudium Kruschev, los Estados Unidos y Europa Occidental ingresaban et spes, en el modo en la sociedad opulenta. Segundo, pero el otro rostro había ya en que las Iglesias de comenzado: de la descomposición de los imperios coloniales América Latina con europeos y de las viejas colonias emergía el tercer mundo sus circunstancias lo con todo un proceso de liberaciones convulsivas. En América asumían. Uno es hijo Latina algo que amenazó al comienzo del Concilio fue el gran de ese proceso. conlicto entre Estados Unidos y Rusia por los misiles en Cuba, que hizo que el Papa Juan tuviera una importante participación en su lucha por la paz mundial, reconocida por el mismo Nikita Kruschev. A partir de allí comenzó una política de apertura del este soviético, que no se había podido hacer desde la década de los ’20. La repercusión de la revolución cubana llegó en América Latina a su paroxismo en los tiempos del post-Concilio entre Medellín y Puebla. Un paroxismo que todavía en el Río de la Plata padecemos, el drama de los desaparecidos. Una especiicidad de la acción valerosa de Pablo VI fue en el propio discurso de apertura de la Conferencia de Medellín (precedida por la Conferencia de las Olas que invitaba a la revolución continental), el negarse a la violencia revolucionaria como camino de los cristianos para el cambio, el desarrollo y la justicia en nuestras sociedades. Esto le costó mucho al Santo Padre y mucho a la Iglesia, porque hubo multitud de jóvenes católicos en América Latina entera que fueron a la guerrilla. Eso uno lo vivió y les podría hacer un recuento de muchachos

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que yo conocí: argentinos, peruanos, mexicanos, en Chile, en Uruguay, que están muertos o con sus vidas arruinadas. Esto ocurrió a todo lo largo y lo ancho de América Latina; y aún es una herida no subsanada en muchas de nuestras sociedades. Allí queda para siempre el testimonio valeroso de Pablo VI y su sentido de las urgencias, de las reformas que la Iglesia se comprometía a acompañar y a sostener desde la Populorum progressio en la apertura de Medellín. Vamos a concentrarnos en el Concilio, uno de los más extraordinarios de la historia de la Iglesia del que aún no se ha hecho común una interpretación de la ubicación histórica, absolutamente fundamental Una especiicidad para comprender el papel de Pablo VI, la pastoral de Pablo VI de la acción valerosa y el Concilio y su signiicado. Esto solo se puede entender a de Pablo VI fue, en través de una lectura de los signos de los tiempos, que fue una el propio discurso palabra que puso en boga Juan XXIII, que usó otra palabra de de apertura de la gran eco: aggiornamento. ¿Qué signiica que la Iglesia sea convocada para aggiornarse? Conferencia de Medellín (precedida Es que había un desfasaje entre la actualidad histórica y la Iglesia. por la Conferencia de Había un hiatus y había que saltar ese hiatus. ¿Cómo se había OLAS que invitaba engendrado ese hiatus? El mismo Concilio nos va a dar la pista. Desde el comienzo, ya en el espíritu de Juan XXIII estaba el a la revolución continental), el impulso a la colegialidad episcopal que nos viene de las Iglenegarse a la violencia sias del Oriente. Es un tema que vino a través de las relaciones revolucionaria con las Iglesias ortodoxas, con las que el Papa Juan XXIII había como camino de los tenido vínculos en su acción anterior, y que desde Pío XI, se cristianos para el van a multiplicar. Esa atmósfera de la colegialidad iba a chocar, cambio, el desarrollo naturalmente, con el papel centralista a que el Papado se había y la justicia en visto obligado en un proceso defensivo en el siglo XIX. Además nuestras sociedades. la diicultad de las comunicaciones acentuó un papel universal en la práctica relativamente sustitutiva de la Curia Romana por sobre el papel de los episcopados dispersos e incomunicados en el mundo. Solamente ahora, por las condiciones de la globalización, estos se pueden reunir de modo asiduo, y poner en una práctica efectiva el sentido de su corresponsabilidad en la conducción de la Iglesia junto al Santo Padre. En esa nueva situación emergente se rompen los esquemas que se habían aprontado en el centro por la Curia, y los obispos empiezan a retomar su protagonismo propio y eso desconcierta un poco la primera sesión del Concilio. Es allí donde el cardenal Suenens apoyado por el cardenal Montini de Milán, proponen organizar el Concilio en función a un ad intra-ad extra. Una relexión que fuera una respiración entre la Iglesia desde dentro, “ad intra”, y la Iglesia hacia el mundo, “ad extra”. Eso es lo que genera la estructura básica del Concilio que hace que sus

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dos pilares, sean la Lumen Gentium (el ad intra) y la Gaudium et spes (el ad extra). Y todo el conjunto de declaraciones y de resoluciones que tiene el Concilio se ordenan en función de estos dos puntos que le dan un orden y una lógica a todo el Concilio. Esto, que sería un ordenamiento documental y de las comisiones y de la lógica documental, tiene, sin embargo, un signiicado histórico básico. Ese signiicado histórico coincide, en cierto sentido, con el ad intra y el ad extra. ¿Por qué? Haremos una breve incursión histórica. Diríamos en forma sencilla, que la Iglesia desde su surgimiento en la Ecumene Helenístico-Romana, en cierto sentido, había ganado todos los partidos que la historia le había ido proponiendo en su dinámica evangelizadora, y por evangelizadora, civilizadora también hasta el siglo XVI. Podríamos decir, hubo una separación o cisma de Oriente, un poco hasta por incomunicación, La Ilustración quería por poca comunicación entre la Iglesia del Oriente y la del Ocresolver lo que las cidente en el siglo XI. Pero en conjunto la Iglesia siempre había guerras de religión respondido a los diferentes retos que cada siglo le planteaba. entre católicos y Cada siglo tiene sus herejías, sus desafíos propios y hay que protestantes no intentar nuevas respuestas para reairmar lo permanente. Hasta había resuelto. Hubo el siglo XVI, la Iglesia en el Occidente había superado todos los como una especie de conlictos, de una forma u otra. Unas mejor, otras peor, mas ecumenismo liberal había ganado. masónico, que surge Desde el siglo XVI, cuando comienza por Europa, por Castilla de la Ilustración, y Portugal el proceso de mundialización, cuando un Papa para que es un nuevo dirimir el conlicto oceánico entre Portugal y Castilla, sobre sus ecumenismo de tendencia secularista. jurisdicciones, como Juan Pablo en el Beagle, entre Argentina y Chile, le pidieron el arbitraje y el Papa Alejandro VI hizo la primera divisoria mundial del globo terráqueo. Fue el primer acto jurídico de globalización, la primera línea global que se tendió sobre el planeta que se comenzaba a uniicar desde el Occidente. Pero en ese tiempo tan intenso se rompe la intimidad de la Iglesia y surge la Protesta, viene el vértigo de la Reforma. El Protestantismo, que no tiene la energía de transigurar a la Iglesia; y la Iglesia que no tiene la energía de reabsorber al Protestantismo. Y eso termina en un empate histórico: media Europa al norte se hace protestante, y media Europa al sur se mantiene católica. Y ese es el asunto ad intra pendiente. Ahí se resume una cantidad de problemas irresueltos que la Iglesia no resolvió a cabalidad, en los comienzos de la modernidad. La reforma protestante fue respondida pero a medias. Y la vida, tanto personal como colectiva, solo permite las buenas respuestas. Cuando no hay una buena respuesta completa

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Beatiicación Pablo VI «Hubo dos elementos que acompañaron el proceso del Concilio. Primero la recuperación de Europa, de los Estados Unidos, de Rusia, de los desastres de la guerra mundial. En cierto sentido Rusia atenuaba el estanilismo con Kruschev, los Estados Unidos y Europa Occidental ingresaban en la sociedad opulenta. Segundo, pero el otro rostro había ya comenzado: de la descomposición de los imperios coloniales europeos y de las viejas colonias emergía el tercer mundo con todo un proceso de liberaciones convulsivas. En América Latina algo que amenazó al comienzo del Concilio fue el gran conlicto entre Estados Unidos y Rusia por los misiles en Cuba».

y hay una respuesta a medias, aquello que uno respondió a medias le persigue por el resto de su existencia diciéndole: “Me tenés que contestar todo, tenés que saldar la cuenta”. Y la Iglesia no saldó la cuenta con el Protestantismo porque no lo pudo reabsorber. Y por algo fue algo que no comprendió. Aunque el Concilio de Trento fue un gran Concilio. Y luego el ad extra que es en la historia la Ilustración. Hubo también un conjunto de situaciones que la Iglesia tampoco pudo responder a cabalidad. Le hizo críticas pertinentes a la Ilustración, pero no supo comprender a fondo sus nuevas exigencias. Eso es lo que se llama la falta de aggiornamento. Era que la Iglesia no había terminado de asumir ni la Reforma ni la Ilustración cabalmente. ¿Por qué? Porque había tenido el acierto de rechazar los errores de la Protesta y de la Ilustración, pero no había comprendido a fondo que el error solo existe por la verdad que lleva en su seno. No había discernido las verdades que daban vida al error y lo potenciaban. Es lo de san Ireneo que cita Puebla: solo se supera lo que se asume, solo se trasciende lo que se asume. No supimos ver las verdades del error del Protestantismo, ni las verdades del error de la Ilustración y eso nos pedía cuenta, porque Dios quiere solo buenas respuestas, o sea totales, respuestas totales; y si no

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,persigue hasta un milenio porque todavía no hemos arreglado el cisma de Oriente, aunque está en vías desde Atenágoras y Pablo VI. Todavía no está totalmente saldado, está en vías, pero todavía falta. Es fundamental ubicar qué signiica el Concilio y el papel de Pablo VI en el Concilio y el signiicado histórico que tiene. Para mí, es el saldo de las cuentas de la Iglesia con la Modernidad. Es más que el in de la cristiandad. El sentido es que por la Lumen Gentium hemos asumido lo principal, lo mejor de la Reforma protestante, que es el sacerdocio universal de los ieles, que está en el subsuelo de la Protesta. El Protestantismo fue una gran protesta laical contra el monopolio clerical. Eso es lo que se Se hizo una protesta contra el monopolio clerical, resultado de llama la falta de haber sido los únicos alfabetos durante siglos. Pero después aggiornamento. vino la imprenta y los burgueses y artesanos empezaron a leer Era que la Iglesia no la Biblia directamente, y a reivindicar una participación que no había terminado de habían tenido antes. asumir ni la Reforma ¿Qué pasó? Pasó que la verdad del sacerdocio universal de ni la Ilustración los ieles, del Pueblo Santo se oscureció por el rechazo al Sacracabalmente. ¿Por qué? mento del Orden, por el rechazo al sacerdocio ministerial, por Porque había tenido el el rechazo a la jerarquía, por el rechazo a la sucesión apostólica acierto de rechazar los que todo esto implicaba y que abría las puertas a la multiplicidad errores de la Protesta y ininita de Iglesias y sectas de manera amorfa. Un Pueblo de de la Ilustración, pero Dios estructurado, no amorfo, es el Pueblo de Dios. Entonces no había comprendido la Lumen Gentium reubica unas eclesiologías que habían insisa fondo que el error tido, como reacción al Protestantismo, al reairmar lo que el solo existe por la Protestantismo cuestionaba, que era el Sacramento del Orden, verdad que lleva en la sucesión apostólica, la jerarquía. Habíamos terminado en una su seno. No había Iglesia jerarcológica, como se dijo. El rasgo es que en el siglo XX, discernido las verdades y aun antes, se empezó a gestar el Concilio por el conjunto de la que daban vida al error y lo potenciaban. Iglesia y por la encíclica Mystici Corporis de Pío XII, y muchos otros antecedentes. Fructiican en el conjunto de la Iglesia, en la Lumen Gentium, que toma como centro la Iglesia como Pueblo de Dios. En el ad intra está la gran respuesta a una historia, a los primeros dos siglos de la modernidad, al primer empate, al primer “no haber tenido la inteligencia suiciente”. Se podría ahondar más desde este ángulo, y ver qué es lo que la relexión de la Iglesia sobre sí misma la lleva a responder bien al Protestantismo y a asumirlo. Recuerdo siempre una frase de Montesquieu, en el siglo XVIII, que decía: “Cuando la Iglesia se protestantice, el Protestantismo desaparecerá porque se ha cumplido”. La Iglesia como Pueblo de Dios, hace que la Iglesia trascienda por primera vez en el Concilio Vaticano II, la esencia de los desafíos fundamentales del Protestantismo. Lo mejor.

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Beatiicación Pablo VI

Luego algo similar con la Ilustración. Ahora es la otra punta de la Gaudium et spes y de la Dignitatis humanae (Sobre la libertad religiosa). Hay, creo, tres puntos básicos con la Ilustración ad extra. La Ilustración es una gran protesta contra las hegemonías eclesiásticas, sobre lo temporal, sobre el Estado, y también sobre las ciencias de la naturaleza y de la historia. Entonces hay como una reivindicación de las autonomías temporales. Primer punto. El otro punto es la afirmación de los derechos humanos en las Constituciones y en el ius-naturalismo individualista de la época, la reivindicación de las libertades políticas y de la libertad religiosa. La Ilustración quería resolver lo que las guerras de religión entre católicos y protestantes no había resuelto. Hubo como una especie de ecumenismo liberal masónico, que surge de la Ilustración, que es un El hecho es que la nuevo ecumenismo de tendencia secularista. Ante todo esto, Gaudium et spes que suscitó los más hondos conlictos, la Iglesia no lo asumió asume y trasciende lo hondamente, aunque le sobraban elementos para darse cuen- mejor de la Ilustración. tan de que lo mejor de la Ilustración era hijo de la Iglesia, del Y al asumirlo y ius-naturalismo eclesial, de la herencia bíblica de la dignidad trascenderlo lo deroga del hombre, por ser el hombre imagen de Dios, que había sido como fue, y lo vuelve airmada en bulas pontiicias como Sublimis Deus, cuando el a refundamentar. descubrimiento de América, que reivindica los derechos de Porque hoy el drama los pueblos gentiles, indígenas, con Francisco de Vitoria ,que de nuestra época es no piensa en los derechos de los cristianos, sino de las socie- que la Ilustración en su post modernidad se dades paganas y ajenas a la evangelización. La Gaudium et spes rompe deinitivamente la dicotomía ha vuelto escéptica de Ilustración y Tradicionalismo. Ya Pío XII reconoce derechos sí misma, multiplica inherentes a la persona en su mensaje del año ’43 en Navidad, derechos sin saber y hay todo un proceso que culmina en Juan XXIII, en la Pacem por qué. (…) in terris, que hace como una organización sistemática de los derechos humanos. El hecho es que la Gaudium et spes asume y trasciende lo mejor de la Ilustración. Y al asumirlo y trascenderlo lo deroga como fue y lo vuelve a refundamentar. Porque hoy el drama de nuestra época es que la Ilustración en su post modernidad se ha vuelto escéptica de sí misma, multiplica derechos sin saber por qué. Hay derechos de las bacterias como de los hombres, pareciera. Nos encontramos en una sociedad hija de la Ilustración que ha caído en el relativismo, en el escepticismo de sí misma. A la vez y desarrollando su lógica, nosotros nos convertimos, a partir del Concilio Vaticano II, en los refundamentadores de una Nueva Ilustración. De una Nueva Reforma y de una Nueva Ilustración, desde la lógica interna de la Iglesia. Esta visión o perspectiva sintética querría

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conceptuar claramente la maravilla realizada por el Concilio Vaticano II, del que su protagonista mayor, por su suavidad y participación con la colegialidad episcopal, fue Pablo VI. Otro rasgo esencial de la Ilustración fue la reacción contra un cierto ascetismo cristiano negador de la tierra, de la vida en la tierra. Un jansenismo que tuvo innumerables ramas, y también el protestantismo que tendía a una visión ultrapesimista de la naturaleza humana, y entonces la Ilustración sentía que el Cielo se oponía a la Tierra, y ellos reivindicaron a la Tierra contra esa espiritualidad que invadía a la Reforma y a la Iglesia Católica. Contra esa espiritualidad, hicieron que la tierra se pusiera contra el cielo, para airmar su auto(…) Nos encontramos nomía y su verdad. Dijeron no queremos saber nada con un en una sociedad hija Cielo que se vuelve opresor de la Tierra, hicieron la inversión de la Ilustración que ha caído en el pura del asunto. Y la Gaudium et spes trasciende porque en su relativismo, en el esencia, en esa apropiación de una Nueva Ilustración, dice que escepticismo de sí la historia se mueve por el Cielo, el Cielo es lo que mueve la misma. A la vez y historia y permite la crítica de la Tierra. Es el Reino de Dios desarrollando su el que nos permite la crítica de la Tierra. No para matarla, lógica, nosotros sino para salvarla, para elevarla. La Gaudium et spes cumple nos convertimos, a una revolución gigantesca en relación a un cierto pesimismo partir del Concilio integrista que la Iglesia venía soportando. Porque estaba a Vaticano II, en los la defensiva, se autoairmaba, y nada más. Hay que ser ortorefundamentadores doxo pero no operar ortodoxísticamente, que es otra cosa. El de una Nueva ortodoxo asume y supera, el ortodoxista solo rechaza. Pero Ilustración. De una no seamos injustos, los integristas en su momento tuvieron Nueva Reforma también valores positivos. Uno ha aprendido mucho de ellos. y de una Nueva Eso Pablo VI lo sabía también, y supo conducir a la minoría, Ilustración, desde no quiso que se le aplastara, quiso salvarla en sus intervenciola lógica interna nes, continuamente, sin afectar el punto central. La primera de la Iglesia. encíclica de Pablo VI es Ecclesiam suam que es el diálogo, que se hizo símbolo eclesial de la época. “Del anatema al diálogo”, escribió un marxista. Es una exageración pero respondía a un cierto estilo: el que no estaba conmigo estaba contra mí. No había una diferenciación. Un matiz de cada uno con cada uno; es lo que se aproxima al eje esencial de Jesucristo y su Evangelio. Todo un discernimiento dialogal. Entonces: diálogo. Esa fue la gran palabra católica de la década del ’60; y la otra era “participación”. Las dos palabras que inundaron de golpe a la Iglesia: diálogo y participación. Era un acontecimiento único. ¿Por qué? Porque podíamos hacerlo, porque el Concilio había tomado lo mejor de la modernidad y la había transigurado, había sabido heredarla, transigurándola, no repitiéndola.

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Beatiicación Pablo VI Nosotros somos la única postmodernidad porque hemos asumido lo mejor de la modernidad. Hemos terminado también con el tradicionalismo, no por supuesto con la tradición. No tenemos que defendernos ante todo. «Esta visión o perspectiva sintética querría conceptuar claramente la maravilla realizada por el Concilio Vaticano II, del que su protagonista mayor, por su suavidad y participación con la colegialidad episcopal, fue Pablo VI».

Hubo equivocados que se dijeron: “Si asumimos la Ilustración, entonces la Iglesia estuvo equivocada” o “Como asumimos aspectos del Protestantismo, entonces Trento está mal”. Nada de eso. El Concilio Vaticano II fue posible por Trento y por el Vaticano I. Y aquellos que intentaron en la época separarlos eran reaccionarios, unos del Protestantismo y otros de la Ilustración antigua. Capitulaban ante la modernidad, no la recreaban. Todo esto nos ubica, en la acción y la pastoral de Pablo VI, al nivel de una Iglesia que se ha “aggiornata”, ha recuperado actualidad histórica. El Concilio Vaticano II, por primera vez, pone a la Iglesia en la postmodernidad verdaderamente superadora. Porque la postmodernidad de la que habitualmente se habla no es post, es mera descomposición de la modernidad, no es una postmodernidad. Nosotros somos la única postmodernidad porque hemos asumido lo mejor de la modernidad.

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«A consecuencia del cuarto centenario del descubrimiento de América en 1892, el arzobispo de Santiago de Chile, Mariano Casanova (en la fotografía), propone a León XIII la convocatoria de un Concilio Latinoamericano. Es la primera vez que eso acaeció en la historia y que se sancionó en el primer día del siglo XX. Hace un siglo, estamos en su conmemoración».

Hemos terminado también con el tradicionalismo, no por supuesto con la tradición. No tenemos que defendernos ante todo. El Papa puede pedirle perdón a Lutero en paz, absolutamente en paz. Solo se pide perdón cuando se está en paz realmente. Esto nos muestra el signiicado mundial del Concilio Vaticano II, con sus dos alas, Lumen gentium y Gaudium et spes, en sus dos trascendencias, en la nueva época que pone a la Iglesia al nivel de la actualidad histórica, en el momento que las religiones seculares han entrado en agonía con el derrumbe del mito secular máximo que encarnó la URSS: el ateísmo mesiánico. Quisiera hacer unos apuntes inales sobre la incidencia pastoral de Pablo VI en América Latina. Los Concilios Provinciales de Lima y de México en el siglo XVI, en especial el III de Lima bajo el signo de Trento, arman el apostolado en el conjunto de lo que sería la América española. Mas tardíamente, en el siglo XVIII, en Bahía, los obispos de Brasil hacen la primera dirección evangélica, estructurante en el conjunto de la Iglesia de Brasil. Luego tuvo lugar la reunión del Concilio Plenario Latinoamericano, que se reúne entre mayo y julio del año 1899. León XIII lo promulga el 1 de enero de 1900. El siglo XX se abre con la primera reunión de todo el episcopado de América Latina. A consecuencia del cuarto centenario del descubrimiento de América en 1892, el arzobispo de Santiago de Chile, Mariano Casanova, es el que propone a León XIII la convocatoria de un Concilio Latinoamericano. Es la primera vez que eso acaeció

Esto nos muestra el signiicado mundial del Concilio Vaticano II, con sus dos alas, Lumen gentium y Gaudium et spes, en sus dos trascendencias, en la nueva época que pone a la Iglesia al nivel de la actualidad histórica, en el momento que las religiones seculares han entrado en agonía con el derrumbe del mito secular máximo que encarnó la URSS: el ateísmo mesiánico.

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Beatiicación Pablo VI

«En esa conferencia de 1955, se funda el CELAM. Vinculado a Samoré, es monseñor Manuel Larraín (en la fotografía) el que lo propone como iniciativa latinoamericana. Pero tan centralistas eran los obispos de América Latina, tan romanos, que deciden instalar el CELAM en Roma. Y el Papa les dice, no, en Roma no, eso es convertirlo en un dicasterio romano».

en la historia y que se sancionó en el primer día del siglo XX. El conjunto de Hace un siglo, estamos en su conmemoración. El conjunto de la Iglesia estaba la Iglesia estaba disperso totalmente, se había desarticulado disperso totalmente, durante las guerras de la Independencia; la jerarquía se había se había desarticulado comenzado a restablecer a partir de la cuarta década, a partir durante las guerras del reconocimiento de la Independencia por Roma allá por de la Independencia. 1831. La Iglesia Latinoamericana estaba dispersa, sin cuadros La jerarquía se intelectuales, o muy escasos. Lo de Juan Bautista Alberdi: los había comenzado inmensos espacios nos incomunicaban. La primera reunión a restablecer a importante es a consecuencia del obispo chileno José Ignacio partir de la cuarta Eyzaguirre, que va con la iniciativa de fundar un seminario en década, a partir del Roma, en 1857, para que se reunieran los mejores alumnos de reconocimiento de los seminarios, del conjunto de América Latina. Y que tuvie- la Independencia ran un elenco de profesores en teología de lo mejor que no los por Roma allá por 1831. La Iglesia podía facilitar América Latina. Pío IX lo funda y va a tomar el Latinoamericana nombre en el año 1862 de Colegio Pío Latino Americano. Es la estaba dispersa, sin primera vez que una institución se llama latinoamericana. Y la cuadros intelectuales, primera reunión de un Concilio que se llamó latinoamericano lo o muy escasos. Lo de hizo la Iglesia Católica. Eso está vinculado al surgimiento de Juan Bautista Alberdi: la “Unión latinoamericana” de José María Torres Caicedo. Esto los inmensos espacios es quien empieza a usar el término latinoamericano. nos incomunicaban. El Concilio es en Roma, no solo por el centralismo, sino porque era el sitio más accesible para todos los episcopados. En aquella época era más fácil encontrarse en Roma que en algún punto de América Latina.

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Ahí en Roma, con la publicación de las actas, el cardenal Gasparri introdujo una pequeña adenda que era la obligación de reuniones periódicas de Conferencias Episcopales en todos los países latinoamericanos. Lo que pasa es que no eran instituciones permanentes: eran reuniones ocasionales de obispos que en unos países ocurrieron a menudo y en otros casi nunca. Fue muy variado. También que en el Concilio Latinoamericano se hace expresa referencia a los antecedentes, especialmente, del III Concilio provincial de Lima, que fue el Concilio fundador de las Iglesias en América hispana como conjunto, con la misma pastoral básica. En la primera mitad del siglo XX cada país estaba en sí mismo. Solo se tenía la percepción de cada país, de sus parroquias, de sus diócesis, pero no había ninguna visión de conjunto. La nueva instancia comienza en el año 1952. En ese año Dom Es la primera Helder Cámara se encuentra con Montini, que estaba en la Sevez que una cretaría de Estado de Pío XII. Se encuentran en Río de Janeiro. institución se llama Brasil era un continente inmenso y las Conferencias Episcopales latinoamericana. Y la eran discontinuas, ocasionales: eso no funcionaba. Acordaron, primera reunión de un y eso fue refrendado por la Santa Sede, hacer un Secretariado Concilio que se llamó latinoamericano lo estable, permanente. El primer secretario institucionalizado hizo la Iglesia Católica. de una conferencia episcopal de forma permanente fue Dom Eso está vinculado Helder Cámara, gran amigo de Montini. Ese es el germen de al surgimiento las conferencias episcopales estables latinoamericanas, que van de la “Unión a tener el gran salto con Pío XII y Juan XXIII. Aquí hay una visión de Pío XII muy fundamental de la Nalatinoamericana” de José María Torres vidad del año 1945. Pío XII usaba especialmente los mensajes Caicedo, quien empieza de Navidad durante la guerra para dar ciertas líneas básicas a usar el término de su pontiicado. Dice: ”En otros tiempos la vida de la Iglesia latinoamericano. en su aspecto visible, desplegaba su vigor preferencialmente en los países de la vieja Europa, desde donde se extendía como río majestuoso a lo que podría llamarse la periferia del mundo. Hoy día se presenta, al contrario, como un intercambio de vida y de energía entre todos los miembros del cuerpo místico de Cristo en la tierra”. Europa dejó de ser el centro del mundo deinitivamente en la segunda guerra mundial. Pasó el centro a la bipolaridad USA-URSS, y Europa quedó secundaria. Se cumplieron cuatro siglos y medio de ser Europa el centro mundial y la Iglesia tenía allí su centro, desarrollada mundialmente en forma muy dispar. Con esta frase de Pío XII más que un hecho consumado se planteaba un designio. Reconoce que Europa ya no es el centro, no solo del mundo sino en la Iglesia. Las Iglesias de Europa ya no son el centro y es indispensable hacer un intercambio común entre todas las Iglesias. Y su designio se cumple en dos campos. En un campo intentando apresurar y

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Beatiicación Pablo VI Pablo VI, en su visita a Colombia, junto a campesinos de Bogotá.

acelerar el pasaje de las misiones a las Iglesias indígenas. Son los Así Pío XII cumple ímpetus de fundar Iglesias de las misiones en Asia y en África. con el otro campo de Comenzaba la descolonización y Pío XII quería que las Iglesias esa descentralización que era su designio fue ran autocéntricas, que tuvieran su conducción indígena. El otro campo muy distinto es América Latina, donde ya exis- a partir del inal tían las Iglesias, en un continente donde multitudinariamente el de la guerra: hacer pueblo se mantenía cristiano, a pesar de los embates ideológicos multipolar a la Iglesia de un liberalismo anticlerical. La invasión masiva de predicadores mundial. Tal era el del Protestantismo, que venían del Asia para América Latina al designio básico de instaurarse Mao Tse-tung en China, planteaba un nuevo desafío. Pío XII en la posguerra, Pensando una respuesta es que el Nuncio en Bogotá, monseñor ante la ruina del Samoré, se da cuenta de la desarticulación de las Iglesias que centro europeo. están cada una cerrada en su país e ignorando totalmente al resto. Samoré sugiere al Santo Padre, en el año 1955, la fundación de un organismo episcopal que uniique las perspectivas sobre América Latina en su conjunto. Así Pío XII cumple con el otro campo de esa descentralización que era su designio a partir del inal de la guerra, hacer la Iglesia mundial multipolar. Tal era el designio básico de Pío XII en la posguerra, ante la ruina del centro europeo. Entonces en el ’55, en ocasión del Congreso Eucarístico de Río, Pío XII convoca la Primera Conferencia Episcopal Latinoamericana. Envía a su delegado Samoré, Dom Helder organiza también esa Primera Conferencia de América Latina, la primera conferencia episcopal, que no tiene potestades legislativas como un Concilio. Ahí se discute, se conversa, en in, es un encuentro raro porque los obispos tenían muy escasas ideas sobre América Latina como conjunto. Sabían sobre su país; sobre el resto, nada. Se realizaron allí varias disertaciones sobre diferentes temas. Hay una disertación signiicativa hecha por un padre francés, Eucaristía y li-

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beración. Creo que es la primera vez que se dice “liberación” en el ámbito eclesial latinoamericano. En esa conferencia de 1955 se funda el CELAM. Vinculado a Samoré, es monseñor Larraín el que lo propone como iniciativa latinoamericana. Pero tan centralistas eran los obispos de América Latina, tan romanos, que deciden instalar el CELAM en Roma. Y el Papa les dice no, en Roma no, eso es convertirlo en un dicasterio romano. Él quería descentralizar. Entonces no acepta que sea Roma, y los obispos no tienen más remedio que elegir un sitio en América Latina. Y Él quería eligen Bogotá, que es un punto estratégico entre el norte y el sur. descentralizar. Y ahí nace el CELAM en época de Pío XII en cumplimiento de Entonces no acepta ese designio de una multipolaridad, en el inal del centralismo que sea Roma, y los europeo y de la Iglesia. De ahí viene el gran papel que tienen en el CELAM los “pío obispos no tienen más remedio que latinos”. Eran los únicos con mentalidad del conjunto. ¿Por qué? elegir un sitio en Porque no estaban en su aldea, sino que habían ido a Roma, se América Latina. Y habían encontrado mexicanos, brasileños, argentinos, habían eligen Bogotá, que es intercambiado y se habían hecho amigos. La oportunidad de un punto estratégico reencontrarse con los amigos de la juventud del seminario era ir al entre el norte y el sur. CELAM. Ahí se reencontraban otra vez, y eran los que tenían más Y ahí nace el CELAM información sobre el conjunto. Los pío latinos son decisivos en la en época de Pío XII en generación del CELAM, porque eran los únicos cuya formación cumplimiento de ese se había hecho más allá de la Argentina, del Uruguay, de Chile. designio de Eso forma a los obispos que van a darle vida al CELAM. Pío XII una multipolaridad, pide a las Iglesias de Europa, de Canadá y de Estados Unidos, en el inal del que manden sacerdotes, porque quiere acelerar el despegue de centralismo europeo y las Iglesias de América Latina. Y vienen cientos de sacerdotes. de la Iglesia. Juan XXIII también pide más sacerdotes para América Latina. En el Concilio son cuatro años que los obispos de América Latina se reúnen varios meses. Hay otro hecho básico. En la discusión de la primera sesión, hubo un momento en que el Concilio no sabía cuál era el rumbo que iba a tomar, y se decidió centrarlo en la Iglesia de Jesucristo ad intra y ad extra. Pero hubo una propuesta anterior. El cardenal Lercaro propuso que el hilo conductor fueran los pobres, recogiendo una frase que el Papa Juan XXIII había dicho antes de la apertura del Concilio: “Frente a los países subdesarrollados, la Iglesia se presenta como es y quiere ser: la Iglesia de todos y particularmente de los pobres”. Lercaro propone que ese sea el hilo conductor del Concilio. Eso no fue aceptado. Pero tuvo ecos y la primera respuesta fue del padre Gauthier, en Nazaret, en Palestina, donde escribe un librito: Jesucristo, la Iglesia y los pobres, que se difunde en la primera sesión del Concilio. Y ahí lo toman los obispos latinoamericanos encabezados por Larraín y Dom Helder Cámara. Gauthier les da una serie

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Beatiicación Pablo VI Es por mediación de Pablo VI que la Iglesia latinoamericana toma autoconciencia histórica y actualidad histórica; por el hilo conductor de la Nueva Evangelización, que Juan Pablo II reconoce en la Evangelii nuntiandi. de conferencias. Gauthier saca ese conjunto de conferencias en un libro al inal del Concilio: La pauvreté dans le monde. Ahí se van a encontrar los temas fundamentales que se van a desarrollar luego en América Latina entera, inclusive en la teología de la liberación. ¿Y cómo se retoma luego del Concilio? Por la mediación de Pablo VI y su Populorum progressio. Juan XXIII y Pablo VI inician la mundialización de la doctrina social de la Iglesia, que había sido europea. Allí había comenzado la industrialización. La enseñanza social toma perspectiva mundial con Juan XXIII en Mater et magistra, y luego lo sistematiza más ampliamente Pablo VI con la Populorum progressio, la antesala de las dos reuniones que él va a convocar, Medellín y Puebla, la mayoría de edad de ese intento de descentralización iniciado por Pío XII. La conciencia histórica latinoamericana en la movilización de las Iglesias, en el CELAM, se fue haciendo exigencia eclesial. Ya no bastaba saber historia de la Argentina, o de Brasil o de Ecuador; había que saber la del conjunto, porque la Iglesia operaba en el conjunto. Esto se hizo carne en Puebla. Los esquemas de Puebla son de la Iglesia como Pueblo de Dios y en la historia de América Latina. Es por mediación de Pablo VI que la Iglesia latinoamericana toma autoconciencia histórica y actualidad histórica, por el hilo conductor de la Nueva Evangelización, que Juan Pablo II reconoce en la Evangelii nuntiandi.

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pedro es único C

uánto le amó Cristo. Cristo amó a Juan, “el discípulo a quien Jesús amaba”, con una predilección de amistad interior. Amó a Pedro, con sus debilidades, con una predilección en orden a la Iglesia para el cumplimiento de una misión; le amó y le llamó, le conió una misión, le amó y le reprendió (Mt 16, 23), le corrigió y le previno (Mt 26, 34), le soportó (Mt 26, 40), le perdonó (Lc 22, 61), quiso que él lo amara como ningún otro (Fn 21, 15 ss.) y le conirmó el supremo mandato pastoral en orden a su grey, la Iglesia, y quiso el testimonio total del martirio, siempre con la invitación, con la orden, con la gracia: “Sequere me” (Fn 21, 19-22).

Beatiicación Pablo VI

un apunte de pablo vi

Pedro, o sea, de la humildad (cf. S. Th. II-II, q. 33, 4, ad 2). Para él es un deber fundamental, por el hecho de que Jesucristo le dio ese nombre y su correspondiente función, es decir, ser el fundamento de su Iglesia. Ahora bien, el fundamento que sostiene todo está debajo y no en lo alto, y casi se esconde en el terreno en el que surge el ediicio. “Erunt primi novissimi” (Mt 19, 30). “Qui praecessor est, sicut ministrator” (Lc 22, 26). Fn 13, 14: “lavare pedes”. Y Pedro, ante Cristo, estaba predispuesto a la humildad. (cf. Lc 5, 8; Fn 13, 8-9). ¿Ante los demás? No se lee que fuera ambicioso (cf. Mt 20, 22) (.) Fue el primero en ejercer, y valientemente, su función de jefe del colegio apostólico (cf. Mt 16, 16; Fn 6, 68; Hch II, 2 ss.). También en el famoso episodio de Antioquía (Ga 2, II-16) no está dicho que haya reaccionado por un motivo de prestigio. Pero es jefe. (Hch 2, 14; 15, 7 ss.). Con la autoridad que recibe de Cristo como guía de la Iglesia (cf. Fn 21, 15 ss.). En cuanto a su espiritualidad de pastor: cf I P 5, 6 (.) Pedro es único. Hay que notar los momentos y los signos de esta distinción, que Cristo le coniere en el Evangelio y en los Hechos de los Apóstoles, no para separarlo, sino más bien para insertarlo mejor todavía entre los otros Apóstoles y la comunidad de los seguidores. Esta posición le convierte en alguien solo, con una espiritualidad especial, es decir, en su relación singular con el Señor. Soledad de Pedro, colmada solo por un mayor amor a Cristo y por una entrega tácita y total a la Iglesia.

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el silencio de nazaret N

azaret es la escuela donde empieza a entenderse la vida de Jesús, es la escuela donde se inicia el conocimiento de su Evangelio. Aquí aprendemos a observar, a escuchar, a meditar, a penetrar en el sentido profundo y misterioso de esta sencilla, humilde y encantadora manifestación del Hijo de Dios entre los hombres. Aquí se aprende incluso, quizá de una manera casi insensible, a imitar esta vida. Aquí se nos revela el método que nos hará descubrir quién es Cristo. Aquí comprendemos la importancia que tiene el ambiente que rodeó su vida durante su estancia entre nosotros, y lo necesario que es el conocimiento de los lugares, los tiempos, las costumbres, el lenguaje, las prácticas religiosas, en una palabra, de todo aquello de que Jesús se sirvió para revelarse al mundo. Aquí todo habla, todo tiene un sentido. Aquí, en esta escuela, comprendemos la necesidad de la disciplina espiritual si queremos seguir las enseñanzas del Evangelio y ser discípulos de Cristo. ¡Cómo quisiéramos ser otra vez niños y volver a esta humilde pero sublime escuela de Nazaret! ¡Cómo quisiéramos volver a empezar, junto a María, nuestra iniciación a la verdadera ciencia de la vida y a la más alta sabiduría de la verdad divina! Pero estamos aquí como peregrinos y debemos renunciar al deseo de continuar en esta casa el estudio, nunca terminado, del conocimiento del Evangelio. Mas no partiremos de aquí sin recoger rápida, casi furtivamente, algunas enseñanzas de la lección de Nazaret. Su primera lección es el silencio. Cómo desearíamos que se renovara y fortaleciera en nosotros el amor al silencio, este admirable e indispensable hábito del espíritu, tan necesario para nosotros, que estamos aturdidos por tanto ruido, tanto tumulto, tantas voces de nuestra ruidosa y en extremo agitada vida moderna. Silencio de Nazaret, enséñanos el recogimiento y la interioridad, enséñanos a estar siempre dispuestos a escuchar las buenas inspiraciones y la doctrina de los verdaderos maestros.

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Beatiicación Pablo VI

Enséñanos la necesidad y el valor de una conveniente formación, del estudio, de la meditación, de una vida interior intensa, de la oración personal que sólo Dios ve. Se nos ofrece además una lección de vida familiar. Que Nazaret nos enseñe el signiicado de la familia, su comunión de amor, su sencilla y austera belleza, su carácter sagrado e inviolable, lo dulce e irreemplazable que es su pedagogía y lo fundamental e incomparable que es su función en el plano social. Finalmente, aquí aprendemos también la lección del trabajo. Nazaret, la casa del hijo del artesano: cómo deseamos comprender más en este lugar la austera pero redentora ley del trabajo humano y exaltarla debidamente; restablecer la conciencia de su dignidad, de manera que fuera a todos patente; recordar aquí, bajo este techo, que el trabajo no puede ser un in en sí mismo, y que su dignidad y la libertad para ejercerlo no provienen tan solo de sus motivos económicos, sino también de aquellos otros valores que lo encauzan hacia un in más noble. Queremos inalmente saludar desde aquí a todos los trabajadores del mundo y señalarles al gran modelo, al hermano divino, al defensor de todas sus causas justas, es decir: a Cristo, nuestro Señor. Pablo VI, Alocución en Nazaret. 5 de enero 1964

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ORACIÓN DE PABLO VI EN EL SANTO SEPULCRO “Aquí, Señor Jesús, hemos venido como los reyes al lugar y al cuerpo del delito; hemos venido como quienes Te han seguido, pero también Te han traicionado, habiendo sido tantas veces ieles inieles; hemos venido para reconocer la misteriosa relación entre nuestros pecados y Tu pasión: obra nuestra y obra Tuya; hemos venido para golpearnos el pecho, para pedir Tu perdón, para invocar Tu misericordia; hemos venido porque sabemos que Tú nos puedes, que Tú nos quieres perdonar, porque has expiado por nosotros; Tú eres nuestra redención, Tú eres nuestra esperanza”. Enero, 1964

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Pablo VI besa la piedra donde Jes煤s coni贸 el primado a Pedro.

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