R E V I S T A DE A n t r op ol o gí a y C u lt u r a C r i s t i a n a s / N º 7 3 / A ÑO X I X
AÑO XIX
73
PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE
Rémi Brague SOBRE EL PERDÓN Gerhard Müller TESTIMONIO A FAVOR DE LA FUERZA DE LA GRACIA Pablo Verdier HACIA UNA PSICOLOGÍA SANA Anselmo Álvarez, OSB IGLESIA, ¿PEQUEÑO RESTO O INMENSA MAYORÍA? William E. Carroll PANORAMAS DE LA NADA José Miguel Ibáñez Langlois LA FE COMO ACTO LIBRE
HUMANITAS Revista de Antropología y Cultura Cristianas Publicación trimestral de la Pontificia Universidad Católica de Chile La revista HUMANITAS nace de la conveniencia de que la Universidad disponga para el servicio de la comunidad universitaria y de la opinión pública en general, de un órgano de pensamiento y estudio que busque reflejar las preocupaciones y enseñanzas del Magisterio Pontificio (Decreto Rectoría Nº 147/95, visto 2º). DIRECTOR Jaime Antúnez Aldunate COMITE EDITORIAL Hernán Corral Talciani Samuel Fernández Eyzaguirre Gabriel Guarda, O.S.B. René Millar Carvacho Pedro Morandé Court Ricardo Riesco Jaramillo Francisco Rosende Ramírez Juan de Dios Vial Correa Juan de Dios Vial Larraín Arturo Yrarrázaval Covarrubias SECRETARIA DE REDACCIÓN Marta Irarrázaval Zegers CONSEJO DE CONSULTORES Y COLABORADORES Presidente Honorario: S.E.R. Cardenal Francisco Javier Errázuriz Ossa. Arzobispo Emérito de Santiago. Héctor Aguer, Anselmo Álvarez, O.S.B., Carl Anderson, Andrés Arteaga, Francisca Alessandri, Antonio Amado, Felipe Bacarreza, Rémi Brague, Jean-Louis Bruguès, O.P., Rocco Buttiglione, Massimo Borghesi, Carlos Francisco Cáceres, Cardenal Carlo Caffarra, Cardenal Antonio Cañizares, Jorge Cauas Lama, Guzmán Carriquiry, William E. Carroll, Alberto Caturelli, Cesare Cavalleri, Fernando Chomali, Francisco Claro, Ricardo Couyoumdjian, Mario Correa Bascuñán, Francesco D’Agostino, Adriano Dell’Asta, Vittorio di Girolamo, Carmen Domínguez, José Manuel Eguiguren, Carlos José Errázuriz, José María Eyzaguirre, Jesús Colina, Luis Fernando Figari, Juan Ignacio González, Stanislaw Grygiel, Gonzalo Ibáñez Santa-María, Raúl Hasbun, Henri Hude, José Miguel Ibáñez, Raúl Irarrázabal, Lydia Jiménez, Paul Johnson, Jean Laffitte, Nikolaus Lobkowicz, Alfonso López Quintás, Alejandro Llano, Raúl Madrid, Javier Martínez Fernández, Patricia Matte Larraín, Carlos Ignacio Massini Correas, Mauro Matthei, O.S.B., Cardenal Jorge Medina, Livio Melina, Augusto Merino, Dominic Milroy, O.S.B., Fernando Moreno Valencia, Rodrigo Moreno Jeria, José Miguel Oriol, Francisco Petrillo, O.M.D., Bernardino Piñera, Aquilino Polaino-Lorente, Rodrigo Polanco, Cardenal Paul Poupard, Javier Prades, Dominique Rey, Florián Rodero L.C., Alejandro San Francisco, Romano Scalfi, Cardenal Angelo Scola, David L. Schindler, Josef Seifert, Gisela Silva Encina, Robert Spaemann, Paulina Taboada, William Thayer Arteaga, Olga Ulianova, Luis Vargas Saavedra, Miguel Ángel Velasco, Juan Velarde Fuertes, Aníbal Vial, Pilar Vigil, Richard Yeo, O.S.B.
Consejo de Consultores y Colaboradores NACIONALES
EXTRANJEROS
Andrés Arteaga: Obispo Auxiliar de Santiago. Profesor de la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica de Chile. (UC) Francisca Alessandri: Profesora de la Facultad de Periodismo, UC. Antonio Amado: Profesor de Metafísica de la Universidad de los Andes. Felipe Bacarreza: Obispo de Los Ángeles, Chile. Carlos Francisco Cáceres: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Jorge Cauas Lama: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Fernando Chomali: Arzobispo de Concepción. Miembro de la P. Academia Pro Vita. Francisco Claro: Decano Facultad de Educación, UC. Ricardo Couyoumdjian: Profesor del Instituto de Historia, UC. De la Academia de la Historia del Instituto de Chile. Mario Correa Bascuñán: Secretario General de la Pontificia Universidad Católica. Profesor de la Facultad de Derecho, UC. Carmen Domínguez: Abogado, Directora del Centro UC para la Familia. Vittorio di Girólamo: Profesor de la Universidad Gabriela Mistral. José Manuel Eguiguren Guzmán: Fundador del Movimiento Apostólico Manquehue Carlos José Errázuriz: Consultor Congregación para la Doctrina de la Fe. Profesor de la Pontificia Università della Santa Croce. José María Eyzaguirre: Profesor de la Facultad de Derecho, UC. Jesús Colina: Director de Aleteia. Juan Ignacio González: Obispo de San Bernardo, Chile. Raúl Hasbun: Sacerdote de Schöenstatt. Profesor del Seminario Pontificio Mayor de Santiago. Gonzalo Ibáñez Santa-María: Profesor y ex rector de la Universidad Adolfo Ibáñez. José Miguel Ibáñez Langlois: Teólogo y poeta. Raúl Irarrázabal Covarrubias: Arquitecto. Presidente de la Asociación Chilena de la Orden de Malta. Raúl Madrid: Profesor de la Facultad de Derecho, UC. Patricia Matte Larraín: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Presidenta de la Sociedad de Instrucción Primaria. Mauro Matthei, OSB: Sacerdote y monje benedictino. Historiador. Cardenal Jorge Medina: Prefecto emérito de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Augusto Merino: Cientista político, profesor de la Universidad Adolfo Ibáñez. Fernando Moreno: Filósofo, director del programa de Ciencia Política de la Universidad Gabriela Mistral. Rodrigo Moreno Jeria: De la Academia Chilena de la Historia. Bernardino Piñera: Arzobispo Emérito de La Serena. Rodrigo Polanco: Presbítero, profesor de la Facultad de Teología de la UC. Alejandro San Francisco: Profesor del Instituto de Historia, UC. Gisela Silva Encina: Escritora. Paulina Taboada: Médico. Miembro de la Pontificia Academia Pro Vita. William Thayer Arteaga: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Olga Uliánova: Doctora en Historia por la Universidad de Lomonosov, Moscú. Investigadora de la Universidad de Santiago. Luis Vargas Saavedra: Profesor de la Facultad de Letras, UC. Aníbal Vial: Ex rector Universidad Santo Tomás. Pilar Vigil: Médico. Miembro de la Pontificia Academia Pro Vita.
Héctor Aguer: Arzobispo de la Plata, Argentina. Anselmo Álvarez, OSB: Abad de Santa Cruz del Valle de los Caídos. Carl Anderson: Caballero Supremo de los Caballeros de Colón. Rémi Brague: Premio Ratzinger 2012. Titular cátedra Romano Guardini, Universidad de Munchen. Jean-Louis Bruguès, OP: Archivista y bibliotecario de la Santa Iglesia. Obispo emérito de Angers, Francia. Massimo Borghesi: Filósofo italiano. Catedrático de la Universidad de Perugia. Rocco Buttiglione: Filósofo político italiano. Cardenal Carlo Caffarra: Arzobispo de Bolonia. Cardenal Antonio Cañizares: Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Guzmán Carriquiry: Secretario de la Comisión Pontificia para América Latina. William E. Carroll: Profesor en la Facultad de Teología de la Universidad de Oxford. Alberto Caturelli: Filósofo argentino. Cesare Cavalleri: Director de Studi Cattolici, Milán. Francesco D’Agostino: Profesor de Filosofía del Derecho en la Universidad Tor Vergata de Roma. Ex Presidente del Comité Nacional de Bioética en Italia. Adriano Dell’Asta: Profesor de la Universidad Católica de Milán. Luis Fernando Figari: Fundador del Sodalicio de Vida Cristiana, Lima. Stanislaw Grygiel: Filósofo polaco. Titular de la Cátedra Juan Pablo II en la Universidad Lateranense, Roma. Henri Hude: Filósofo francés. Ex rector del Colegio Stanislas, París. Lydia Jiménez: Directora General del Instituto Secular Cruzadas de Santa María. Paul Johnson: Historiador inglés. Jean Laffitte: Obispo de Entrevaux. Secretario del Consejo Pontificio para la Familia. Nikolaus Lobkowicz: Director del Instituto de Estudios de Europa del Este y Central de la Universidad de Eichstätt, Alemania. Alfonso López Quintás: Filósofo español. Miembro de Número de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Alejandro Llano: Filósofo español. Javier Martínez Fernández: Arzobispo de Granada, España. Carlos Ignacio Massini Correas: Catedrático de la Universidad Nacional de Cuyo, Argentina. Livio Melina: Presidente del Pontificio Instituto Juan Pablo II para Estudios sobre el Matrimonio y la Familia. Dominic Milroy, OSB: Monje de Ampleforth, ex-rector de Ampleforth College, York, Gran Bretaña. José Miguel Oriol: Presidente de Editorial Encuentro, Madrid. Francesco Petrillo, OMD: Superior General de la Orden de la Madre de Dios. Aquilino Polaino-Lorente: Psiquiatra español. Cardenal Paul Poupard: Presidente emérito del Pontificio Consejo de Cultura. Javier Prades: Rector de la Universidad Eclesiástica San Dámaso, Madrid. Miembro de la Comisión Teológica Internacional. Dominique Rey: Obispo de Frejus-Toulon, Francia. Florián Rodero L.C: Profesor de Teología del Ateneo Regina Apostolorum en Roma. Romano Scalfi: Director del Centro Rusia Cristiana, Milán. Cardenal Angelo Scola: Arzobispo de Milán. Josef Seifert: Es Rector de la Academia Internacional de Filosofía de Liechtenstein desde 1986, y desde 2004 en Chile, IAP-PUC. David L. Schindler: Director del Instituto Juan Pablo II para Estudios sobre Matrimonio y Familia, Washington D.C. Robert Spaemann: Filósofo alemán. Miguel Ángel Velasco: Director de Alfa y Omega, Madrid. Juan Velarde Fuertes: De la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Premio Príncipe de Asturias en Ciencias Sociales (1992). Richard Yeo, OSB: Abad Presidente de la Congregación Benedictina de Inglaterra.
H U M A N I T A S
H umanitas Nº 73 VERANO 2014 – AÑO XIX
SOBRE EL PERDÓN Rémi Brague
12
IGLESIA, ¿PEQUEÑO RESTO O INMENSA MAYORÍA? Anselmo Alvarez, OSB
24
Vía Crucis SÓLO ÉL ES Luigi Guissani
45
TESTIMONIO A FAVOR DE LA FUERZA DE LA GRACIA Gerhard Müller
54
EL BOSÓN DE HIGGS Y LA TEORÍA GENERAL DEL TODO Michael Smith
66
PANORAMAS DE LA NADA William E. Carroll
74
Psicología con alma HACIA UNA PSICOLOGÍA SANA Pablo Verdier
86
La luz en el arte y la arquitectura (I) LA GLORIA DEL ESPACIO Andrea Dall’Asta S.J.
94
Destacamos en APUNTES Y NOTAS LA FE COMO ACTO LIBRE José Miguel Ibáñez Langlois
110
EL NUEVO CONCEPTO DE CIUDADANÍA José Luis Cea Egaña
126
Destacamos en LIBROS Gerhard Müller/ Gustavo Gutiérrez TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN, TEOLOGÍA DE LA IGLESIA Rodrigo Polanco
Portada: Placas de esmalte con los cuatro evangelistas. Conques, Francia, s.XII Contraportada: Evangelista San Juan. Esmalte de Limoges, s.XII
Sumario Editorial Apuntes y Notas La Palabra del Papa Panorama Libros Sobre los Autores
192
5 8 108 132 150 192 204
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HUMANITAS
diecinueve años sirviendo al encuentro de la fe y la cultura
HUMANITAS (ISSN 07172168) recoge los trabajos de sus colaboradores regulares, nacionales y extranjeros. Asimismo, de otros autores cuya temática resulta afín con los objetivos de esta publicación. Toda reproducción total o parcial de los artículos publicados por HUMANITAS requiere de la correspondiente autorización, a excepción de comentarios o citas que se hagan de los mismos. Diseño y Producción: Publicidad Universitaria UC Impresión: Ograma Impresores Suscripciones y correspondencia: HUMANITAS, Centro de Extensión de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Av. Libertador Bernardo O’Higgins 390, 3er piso, Santiago, Chile. Teléfono (562) 2354 6519, Fax (562) 2354 3755, E-mail: humanitas@uc.cl Suscripción anual, $28.000; estudiantes, $18.000. Valor por ejemplar, $7.000.
HUMANITAS Sumario n° 73 (enero-marzo 2014)
SOBRE EL PERDÓN, por Rémi Brague. El autor analiza en estas páginas el sentido del perdón y en particular del perdón cristiano. Destaca la idea de que el cristianismo no culpabiliza a la gente; por el contrario, la libera de este sentimiento, pues “para todo pecado hay misericordia”. Una vez perdonado, el hombre puede empezar de nuevo. Sin embargo, este enfoque en la misericordia supone que existe un pecado, que es lo que se perdona. Dios perdona siempre. Por lo que el problema del perdón de los pecados es que el hombre acepte ese perdón y se libere de su culpa. El gran arte consiste en hacer que nuestra libertad acepte el perdón, y se transforme desde adentro. El Nuevo Testamento relata la “economía de la salvación”, es decir, el dispositivo inventado por Dios para liberar la libertad misma: rebajarse de tal manera, hasta morir en la cruz, que nadie pueda sentirse humillado por obedecer a semejante señor. Era necesaria la encarnación para respetar la libertad del hombre. El cristianismo no es un sistema de coacciones. Su fuerza es la del amor, pero es la única verdadera fuerza, pues nada es más exigente que el amor. Humanitas 2014, LXXIII, págs. 12 - 23 IGLESIA, ¿PEQUEÑO RESTO O INMENSA MAYORÍA?, por Anselmo Álvarez, OSB. No es verdad que los seguidores de Cristo estén solos ni que sean pocos. No es cierto que la Iglesia se halle reducida a la impotencia, sea por la numerosa deserción de cristianos o por el aparente eclipse de cuanto ella ha representado. En esta Iglesia, aparentemente residual, permanece intacta toda la fuerza vital del cristianismo, de la presencia de Cristo, de todo lo que, en el pasado o en el futuro, ha emanado y converge hacia Él, de todos los que, franqueando las etapas de la historia, integran la Iglesia perenne de Cristo. Vuelve a suceder como al comienzo: toda la Iglesia estaba ya místicamente presente en el cenáculo cuando el Espíritu del Señor descendió sobre aquel mínimo número de discípulos. O como todo el pueblo de Israel se encontraba encarnado en un hombre, Abrahán, que debía “engendrar una nación grande y poderosa, y en el que serían bendecidas todas las naciones de la tierra” (Gen 18, 18). Hoy la Iglesia es la semilla sepultada en la tierra que trae la promesa del mundo renovado, que anuncia la llegada de la tierra y del hombre nuevos, “cuando termine el quebrantamiento de la fuerza del Pueblo Santo” (Dan 12, 7). Humanitas 2014, LXXIII, págs. 24 - 44 TESTIMONIO A FAVOR DE LA FUERZA DE LA GRACIA, por Gerhard Müller. En este documento escrito por el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, para el diario oficial de la Santa Sede, L’Osservatore Romano, se aborda la discusión sobre la problemática de los fieles que tras un divorcio han contraído una nueva unión civil. Estas interrogantes no son nuevas y siempre han sido tratadas por la Iglesia con gran seriedad, con la intención de ayudar a las personas afectadas, puesto que el matrimonio es un sacramento que alcanza en modo particularmente profundo la realidad personal, social, e histórica del hombre. A causa del creciente número de afectados en países de antigua tradición cristiana, se trata de un asunto pastoral de gran trascendencia. Hoy los creyentes se interrogan muy seriamente: ¿No puede la Iglesia autorizar a los cristianos divorciados y vueltos a casar, bajo determinadas condiciones, a recibir los sacramentos? ¿Les están definitivamente atadas las manos en estas cuestiones? Los teólogos, ¿realmente han considerado todas las implicaciones y consecuencias al respecto? Estas preguntas son contempladas en estas páginas en conformidad con la enseñanza católica sobre el matrimonio. Humanitas 2014, LXXIII, págs. 54 - 65
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EL BOSÓN DE HIGGS Y LA TEORÍA GENERAL DEL TODO, por Michael Smith, S.J. El descubrimiento del bosón por Peter Higgs —Premio Nobel de Física 2013— constituye un gran aporte al conocimiento de la Teoría general del Todo en relación con el origen del universo a partir del Big Bang, pero plantea al creyente interrogantes sobre el rol de Dios creador. El método científico no permite descubrir cómo interactúa Dios con el universo, pero es preciso confiar en que finalmente se llegue a una explicación que abarque toda la realidad. Nuestra fe debería permitirnos tener confianza en las leyes de la ciencia para así creer que pueden ser parte integrante de la creación de Dios, más que algo que debe explicarse separadamente o a pesar del amor de Dios a la creación. Humanitas 2014, LXXIII, págs. 66 - 73 PANORAMAS DE LA NADA, por William E. Carroll. ¿Es verdad el antiguo adagio según el cual de nada, nada proviene? ¿Necesariamente ha habido siempre algo, existiendo de alguna manera, para que ahora algo exista? Todos los hombres de ciencia y filósofos griegos antiguos, desde los presocráticos hasta Platón y Aristóteles, y luego hasta los estoicos, afirmarían que algo no puede provenir de nada, al menos si entendemos debidamente qué queremos decir con los términos «algo» «provenir» y «nada». Adoptando este principio, todos los antiguos convenían en que el universo debe ser eterno: no podría haber un comienzo absoluto, «antes» del cual nada hubiese. En aparente contraste con el principio universal según el cual de nada, nada proviene, judíos, cristianos y musulmanes se encuentran apremiados por la necesidad de explicarse su creencia de que Dios es la fuente de todo lo que es. Dios no trabaja con material preexistente para crear el universo, por cuanto si existiera dicho material, este no sería creado por Dios, quien por lo tanto no sería la causa de todo lo que es. Este sentido de la absoluta y total soberanía de Dios sobre todas las cosas se encuentra en la doctrina de la creación a partir de nada. En su defensa de esta doctrina, pensadores como Tomás de Aquino no contradicen el primer principio de las ciencias naturales; reconocen que la creación no constituye en absoluto un cambio. Claramente, la noción de nada que se narra en la creación no incluye a Dios. Solo se refiere a la ausencia de todo cuanto no sea Dios. Esto quiere decir que no es correcto interpretar la creación como el enfrentamiento de dos «realidades», dos principios últimos: Dios y la nada. Creación «a partir de nada» no significa que Dios cambia la «nada» en algo; es más bien una forma de afirmar que solo Dios, y nada más, es la causa de absolutamente todo lo que es. Humanitas 2014, LXXIII, págs. 74 - 85 HACIA UNA PSICOLOGÍA SANA, por Pablo Verdier. La psicología clínica no niega ciertas experiencias como fuente de psicopatología, pero ha sido incapaz de ver la exigencia moral presente en el interior de ellas, ignorando por tanto todo vínculo entre la psicopatología y el orden moral. Al negar este orden ha tenido que dar cuenta del carácter nocivo de aquellas experiencias construyendo toda una nueva antropología. La antropología y la moral cristianas han quedado enfrentadas por tanto a esta nueva explicación del hombre, de apariencia científica, pero que encierra en su seno la negación del orden moral natural. Ante esta realidad se vuelve difícil entablar un diálogo, lograr una síntesis e integración entre la psicología por una parte, y la moral y la antropología cristianas por la otra. Esto, porque la primera a priori se adhiere a posturas que descalifican, niegan y sustituyen a las segundas. En el ámbito de la psicoterapia será terapéutico todo aquello que suscite o secunde el orden natural, es decir, la intervención no será terapéutica si transgrede el orden natural. Una sana psicoterapia busca la restitución de las disposiciones de la voluntad y de las potencias sensibles al orden natural, y con ello devuelve al paciente su libertad interior. Por el contrario, toda intervención que, aun obteniendo algún alivio inmediato, contraríe la ley natural, obtendrá resultados parciales y transitorios, y correrá el riesgo de ser una intervención dañina para el paciente. Humanitas 2014, LXXIII, págs. 86 - 93
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LA GLORIA DEL ESPACIO, por Andrea Dall’Asta S.J. La luz, imagen de lo divino, se ha utilizado de diversas maneras en la arquitectura cristiana. En la catedral románica, la luz concentrada señala un camino ideal hacia Dios; en la gótica, la luz proyectada a través de los vitrales manifiesta la luminosidad divina irradiada sobre el mundo. Se encuentran simbologías análogas en los cuadros medievales con fondo de oro y en los mosaicos bizantinos, donde las figuras surgen como imágenes de la verdadera luz que es Dios. En tres reflexiones sucesivas —que continuarán en las ediciones siguientes— el autor aborda como Gloria el espacio y la luz en el arte y la arquitectura medieval y bizantina, siguiendo luego con la renacentista y barroca, para concluir con la moderna. Humanitas 2014, LXXIII, págs. 94 - 109 NOTAS Y APUNTES
LA FE COMO ACTO LIBRE, por José Miguel Ibáñez Langlois. El término “fe” tiene dos sentidos. En su sentido objetivo, la fe designa aquello que creemos, lo creído, el Credo, la Revelación divina: es la “fides quae”. En su sentido subjetivo la fe es el acto de creer, por el cual el cristiano confiesa: creo en la divinidad de Cristo; es la “fides qua”. El primer sentido es prioritario, porque antes viene la Revelación divina, y luego la respuesta humana, es decir, el creer en la verdad revelada. Ese acto libre de fe de quien responde no es un simple pensamiento, opinión o juicio individual; es una opción total de la persona humana, que compromete su vida entera hasta sus raíces más profundas, y que como tal está incluida en el primer mandamiento, bajo esta forma: Creerás en el Señor tu Dios con toda tu inteligencia y con todo tu ser, lo que significa: con toda tu libre voluntad. CAMUS: ABSURDO Y NOSTALGIA, por Gianfranco Morra. Albert Camus murió el 4 de enero de 1960, en un accidente automovilístico —aún no cumplía 47 años— habiendo recibido poco antes el Premio Nobel de Literatura. El año 2013 se ha recordado el centenario de su nacimiento. Es una ocasión para formular un juicio moderado sobre su concepción a la vez oscura y luminosa de la vida, sobre su ateísmo del sufrimiento, sobre su “homme révolté”, que va más allá de los hermetismos y las mezquindades del existencialismo, hacia un doble matrimonio con la naturaleza y el prójimo: una atormentada dialéctica entre lo absurdo del vivir y la nostalgia del existir, expresada sobre todo en sus obras literarias y de teatro, pero también en algunos breves escritos filosóficos.
TRANSHUMANISMO O EVOLUCIÓN CULTURAL, por Nicolás Jouve. El transhumanismo se puede definir como la utilización de la tecnología para mejorar radicalmente a los seres humanos, como individuos, como sociedades y como especie, apoyándose en la convicción de que hacerlo es bueno. No se trata tanto de mejorar la salud de las personas, eliminar las discapacidades o curar las enfermedades, como de producir seres humanos más fuertes, más rápidos y atléticos y más inteligentes. ¿Cómo?, pues utilizando todos los recursos tecnológicos posibles para potenciar las facultades físicas y mentales de las personas. El transhumanismo supone una deshumanización que hará que esta discutible tecnología alcance solo a unos cuantos seres seleccionados en función de criterios espurios, en detrimento del resto de la humanidad. EL NUEVO CONCEPTO DE CIUDADANÍA, por José Luis Cea Egaña. La ciudadanía es la base, el centro y la cima de la política como arte, ciencia y técnica del gobierno para el bien común. Integrada con el derecho y la ética, la ciudadanía caracterizó a la civilización occidental desde la Grecia clásica. Esencialmente integrada también con el derecho y la política, la ciudadanía configuró, sucesivamente, a la democracia o poder ciudadano racionalmente encauzado por el gobierno de las leyes, al constitucionalismo y al humanismo forjado con base en la dignidad de la persona y los atributos fundamentales (derechos y deberes) que fluyen de ella. ¿Dónde encuentra hoy la democracia a los ciudadanos? ¿Existe representación legítima con respecto a todos ellos? Humanitas 2014, LXXIII, págs. 110 - 131 LIBROS
“Dalla parte dei poveri. Teologia della liberazione, teologia della Chiesa”, por Gustavo Gutiérrez y Gerhard Ludwig Müller (Messaggero di sant’Antonio - Editrice missionaria italiana); “En él sólo la Esperanza” por Jorge Mario Bergoglio (Biblioteca de Autores Cristianos); “Caminos de la Filosofía” por Alejandro Llano (Editorial Eunsa); “El camino de Europa” por Otto de Habsburgo (Ediciones Encuentro); “Hombre- Mujer. El misterio Nupcial” por Angelo Scola (Ediciones Encuentro); “Una Obra que Brota del Corazón” por Luis Herrera Aguerrevere (Novum Editorial). Humanitas 2014, LXXIII, págs 192 - 203
H 7
Afirmar la Palabra, relativizar el vocerío
S
orprende en todo el mundo la profundidad y extensión a que pudo llegar, en
apenas nueve meses, el comunicativo carisma del Papa Francisco. Las audiencias papales de los días miércoles han debido trasladarse, incluso en invierno, de la vasta Aula Pablo VI a la Plaza San Pedro. Entre una ciudadanía de agudo sentido crítico y fuertemente acosada por el laicismo secularista, como la francesa, los lectores de “Le Monde” desplazan a todas las personalidades locales y europeas votando por la figura del Pontífice argentino como la más importante del año. La cadena de Diarios de América hace otro tanto, en su doble calificación, regional y mundial. Periódicos norteamericanos, británicos y españoles repiten la misma preferencia. Lo más destacable y de mayor resonancia mundial ha sido a este respecto la calificación como Person of the Year que le adjudicó la revista de divulgación
internacional “Time”, cuyo reportaje de 34 páginas, incluida la portada, resume con objetividad los trazos del efecto Francisco, y fundamenta su elección, entre otras, en la percepción universal de una “vasta, global y ecuménica audiencia que
muestra hambre de seguirlo”. A juicio del conocido magazine, “la fascinación con Francisco, que va incluso más allá de su rebaño, le da una oportunidad que
su predecesor, Benedicto XVI, nunca tuvo: expandir el mensaje de la Iglesia y su poder para hacer un gran bien”. Lo anterior no debía sorprender si se aprecia debidamente quién ha sido Jorge Mario Bergoglio a lo largo de sus anteriores 76 años de vida ―lo cual ha podido quedar consignado en varios y muy buenos libros―: una existencia en la que se refleja el desarrollo de un gran carisma personal en plena sintonía y casi como un fruto más del Concilio Vaticano II y de la obra de asentamiento y explicación del mismo llevada a cabo por sus dos antecesores, Juan Pablo II y Benedicto XVI. El primero, como se sabe, lo nombró Arzobispo de Buenos Aires y lo creó Cardenal, en tanto que con el segundo mantuvo y mantiene siempre una estrecha cercanía, lo que el mismo Francisco se ha encargado de subrayar en palabras y gestos. Como se apuntara en el artículo editorial de Humanitas 70 (abril-junio 2013), la intuición del Beato Juan XXIII al
H 8
HUMANITAS Nº 73 pp. 8 -11
EDITORIAL convocar a un Concilio que se hiciera cargo de la realidad de un mundo moderno tensionado por inmensas tragedias y enormes posibilidades, cumplía, en la primera elección de un Papa venido “del fin del mundo” ―en este caso concreto, de una de las inmensas modernas urbes latinoamericanas―, un hito magnífico en su desarrollo. No es un dato menor, si se mira la historia a la luz del actuar de la Providencia, que sea ahora el mismo Papa Francisco quien vaya a canonizar el próximo 27 de abril, en ceremonia conjunta, a los beatos Juan XXIII y Juan Pablo II. Tornemos de nuevo, sin embargo, al ámbito de lo sorprendente. A la par de las mencionadas señales de empatía, entusiasmo y confianza en un designio superior, no se oculta también una suerte de temor “neo-ilustrado”
―minoritario y circulante al interior de la grey católica― que desconfía del proceder de Francisco. Temen, dicen algunos ―no reparando en que el catolicismo social es más antiguo que la misma “Rerum novarum” y que, en lo
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cercano, la Guerra Fría concluyó hace más de veinte años―, “que se esté ahora retrocediendo al lenguaje de los sesenta”... Frunce, también, alguno que otro el ceño, por lo que juzga ser una “no comprensión del mercado” de parte del Papa Francisco, lo cual en verdad más parece una autodenuncia respecto de no haber leído atentamente la encíclica “Caritas in veritate” legada por Benedicto XVI como, asimismo, una confirmación de la oportunidad de lo escrito en la reciente exhortación apostólica “Evangelii gaudium” sobre la falsa confianza de muchos en mecanismos sacralizados del sistema económico imperante (n. 54). En otros ámbitos, no tanto prácticos cuanto académicos, tal temor “neo-
ilustrado” avanza su crítica a caballo de lo que se figura una capitis deminutio
de la filosofía y de la teología frente a la acción pastoral, considerando que la comprensión y misericordia que el Papa Francisco enfatiza frente a la multitud de necesidades que afligen al hombre de hoy no deberían ir en desmedro del logos, cuya extensión constituyó una enseñanza central en el magisterio de sus antecesores, especialmente de Benedicto XVI a partir de su inolvidable
discurso en la Universidad de Ratisbona. Se ve en esto, hay que reconocerlo, el sesgo reductivo que impone el temor “neo-ilustrado” ante la metafísica real,
no axiomática, haciéndole incluso difícil ver cómo la hondura de la crisis que destruyó a la familia va hoy tras el hombre. La crisis actual ―incluida la crisis financiera― es una crisis cultural y antropológica (lo dijo el Santo Padre en Río de Janeiro ante los representantes del Celam y lo repite en el N. 55 de la Evangelii gaudium) y es por tanto de sustrato esencialmente metafísico. Se
juegan en ella no unas tantas premisas discutibles, sino la premisa principal:
“Lo que puede ser destruido es el hombre. ¡Pero el hombre es imagen de Dios! Por eso es una crisis tan profunda” (discurso al Celam). Rechazado el hombre, imago Dei, sobreviene el rechazo de la ética y el rechazo de Dios mismo (EG,
n. 57). Es por tanto hacia allá ―en mirada que aúna a Francisco, Benedicto XVI y Juan Pablo II― que apunta contemporáneamente la verdadera y más compleja cuestión del Logos: la teología y la filosofía en la dinámica de la salvación.
H 10
EDITORIAL Una tercera manifestación de este mismo temor “neo-ilustrado” puede
apreciarse en la aguda preocupación que embarga a algunos por arrojar claridad doctrinal allí donde el Pontífice pareciera no preocuparse tanto con lo que dijo y cómo lo dijo. Replicando lo que escribe el “Time”, el Papa Francisco no cambia el discurso, sino que cambia la música. A juzgar por los resultados ―que han
de enmarcarse en el énfasis con que reclama diariamente su absoluta filiación a la Iglesia―, la preocupación, más allá de algunos casos puntuales, no tiene gran fundamento. Con cierto atrevimiento, podría incluso pensarse que si al Papa le importa mucho afirmar la Palabra, sea en sus discursos o escritos oficiales, en esta sociedad virtual y mediatizada donde todo es susceptible de tergiversaciones
―¡cuántas veces sufrió esto Benedicto XVI, cuya claridad superaba todo patrón!― quisiera él también que nos acostumbrásemos a relativizar el vocerío. Quien sepa leer con devoción las palabras pronunciadas por el Papa Francisco en la iglesia del “Gesu”, en Roma, el 3 de enero pasado, con ocasión de la Misa de acción de gracias por la incorporación del jesuita Pedro Fabro en el catálogo de los santos (ver sección Palabra del Papa, pág. 132), puede encontrar fundadas razones para declinar ese temor a que nos referimos. Al revés, apreciará hasta
qué punto va instalándose ―lo subrayamos de nuevo―, como fruto maduro del Concilio en una época de crisis y de urgente necesidad de reforma, traducida a los términos del hombre de hoy, la misma visión de Cristo y de la Iglesia del gran Íñigo de Loyola, cuyo impacto en la historia y en la espiritualidad del mundo cristiano nadie puede desconocer. Al contrario de temer, lo anterior da con abundancia razón para pensar y
vivir plenamente, según nos convidara el Santo Padre al clausurar el Año de la Fe, la verdadera alegría del Evangelio.
JAIME ANTÚNEZ ALDUNATE Director revista Humanitas
H 11
«El mal puede ser una transgresión de la ley moral, que no se respeta. He mentido, he hecho trampa. Se reconocerá nuevamente la autoridad, en relación con esta transgresión, mediante el arrepentimiento: no habría debido hacerlo y lo lamento.» Estudio para San Jerónimo en oración. Rembrandt (Louvre, Paris).
Sobre el perdón POR RÉMI BRAGUE
S e suele decir “perdonar una falta”. La expresión no es muy acertada. No se puede perdonar una falta, porque una
falta es una cosa, no una persona. En realidad, se perdona a personas que han hecho algo malo. ¿Qué perdonar? ¿Qué es algo malo? Para comenzar, quisiera esbozar una tipología del mal: • El mal se presenta por una parte como el hecho de que algo está malo, funcionando mal. Siendo pedante, si se quiere, se hablará de disfunción. Así, si algo debiera funcionar sin tropiezos y presenta dificultades, sea el buen funcionamiento de un sistema mecánico (avería) o de un organismo (enfermedad), serán el mecánico o el médico quienes identificarán lo que está malo para operar un restablecimiento. • El mal se presenta asimismo como la violación de una ley civil. No pagué mis impuestos. O pasé sin detenerme ante una luz roja. El juez o el policía aplicarán la ley mediante el castigo al culpable: me corresponderá una multa, pagaré las consecuencias de una infracción, y podría terminar preso.
EL ARREPENTIMIENTO NO ME EXIME DE LA OBLIGACIÓN DE REPARAR EL DAÑO COMETIDO; POR EL CONTRARIO, ME OBLIGA A HACERLO. UN ARREPENTIMIENTO SIN REPARACIÓN SERÍA MERA HIPOCRESÍA. AUN CUANDO ESTÉ ACOMPAÑADO DE REPARACIÓN, EL ARREPENTIMIENTO TAMPOCO ME LIBERA DEL CASTIGO.
• El mal puede ser una transgresión de la ley moral, que no se respeta. He mentido, he hecho trampa jugando a los naipes. Se reconocerá nuevamente la autoridad, en relación con esta transgresión, mediante el arrepentimiento: no habría debido hacerlo y lo lamento. • El mal puede ser por último un daño a una persona. Abofeteé a mi vecino, lo traté con toda clase de nombres, le robé. Este mal se habrá superado cuando quien lo cometió haya presentado sus excusas y en la medida de lo posible haya hecho una reparación. HUMANITAS Nº 73 pp. 12 - 23
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EL CRISTIANISMO NO CULPABILIZA A LA GENTE; POR EL CONTRARIO, LA LIBERA DEL SENTIMIENTO DE CULPA, YA QUE UNA VEZ PERDONADO, UNO PUEDE OLVIDAR, Y SOBRE TODO EMPEZAR DE NUEVO. AHORA BIEN, ES PRECISAMENTE EL PECADO LO QUE SE PERDONA. ES INCLUSO SU DEFINICIÓN. SE PUEDE TOMAR AL PIE DE LA LETRA EL PROVERBIO: “PARA TODO PECADO HAY MISERICORDIA”. DIOS PERDONA SIEMPRE.
1 Marx, Kritic der Hegelschen Rechtsphilosophie, § 282; Werke, Berlín, Dietz, p. 1, t. 237.
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Todos estos elementos no coinciden, y tampoco se generan unos a otros. Así, la reparación no variará por el hecho de que el daño esté o no sancionado por una ley. Por ejemplo, al restituir un objeto que he robado, independientemente de hacer esto en forma puramente voluntaria o por estar sujeto a coacción, el acto en sí mismo será idéntico. El castigo no trae necesariamente aparejado el arrepentimiento. El culpable aburrido en su celda puede lamentar haberse dejado sorprender, pero con más frecuencia atribuirá lo ocurrido a la mala suerte o a sus cómplices, más que estar arrepentido por la maldad de su acto. El arrepentimiento no me exime de la obligación de reparar el daño cometido; por el contrario, me obliga a hacerlo. Un arrepentimiento sin reparación sería mera hipocresía. Aun cuando esté acompañado de reparación, el arrepentimiento tampoco me libera del castigo. ¿En qué caso se puede hablar de perdón? En el caso 1, de la disfunción, el perdón simplemente no tiene cabida. Sería absurdo perdonar al propio vehículo por una avería o al propio corazón por un infarto. En el caso 2, de la transgresión de una ley civil, se encontrarán esbozos del perdón: la amnistía o la gracia; pero es preciso preguntarse si estos esbozos no obedecen a otra lógica, ajena a la ley civil: por ejemplo, una regla de prudencia puramente técnica o un cálculo de psicología política. Así, el Estado puede cerrar los ojos ante ciertos fraudes fiscales, porque perseguirlos y pagar a los funcionarios encargados de hacerlo costaría más caro que el dinero que se podría recuperar. Asimismo, en el caso del derecho de gracia, se verá la supervivencia de un privilegio de la realeza basado en la idea del origen divino de la misma, en cuyo caso se protestará contra semejante anacronismo, como lo hiciera el joven Marx1. En ambos casos, solo se tiene acceso a algo así como el perdón separándose del dominio propio de la ley civil, ya sea saliendo por abajo o trascendiendo por arriba. En el caso 3, de la falta contra la ley moral, esta ley no puede aplicar sanción alguna contra quien la pisotea, pero tampoco puede perdonarlo. Es puramente una norma en relación con la cual es posible medir las maniobras de los hombres, pero permanece en sí misma indiferente ante la
actitud de estos frente a ella. Como dice San Pablo, la ley no da sino el conocimiento del pecado (Romanos 3, 20), pero no ayuda a evitarlo. Para la moral, las faltas son transgresiones sin más: se atraviesa un límite, no se respeta una regla, se viola un código o una ley. El límite, la regla, el código o la ley no pueden perdonar. Como se dice, “eso no perdona”. Una vez hecho el daño, “lo hecho, hecho está” y uno se queda con su falta. Únicamente en el caso 4 se ha podido hablar de perdón. De lo anterior, deduciré mi conclusión: El perdón es esencialmente personal. La persona es sujeto y objeto del perdón. Siempre hay una persona perdonando a otra. En el caso 1 (avería o enfermedad), no hay perdón porque no hay una persona a quien se pueda perdonar. En los casos 2 y 3 (transgresión de una ley) no hay persona que pueda perdonar.
El pecado Precisamente a partir de la noción de persona es posible comprender el significado de “pecado”2. Hay miles de cosas, en el mundo, en la sociedad, en nosotros, que “no están bien”. He dado una breve lista al comienzo. Se puede relatar todo eso, describirlo, examinarlo, analizarlo tanto como uno desee, tal vez incluso explicarlo, pero ahí no se encontrarán pecados. Los economistas, políticos y médicos hablan de disfunciones. Los psicólogos hablan de perturbaciones o complejos. Ciertamente hay mucha verdad en sus diagnósticos y mucha buena voluntad en los tratamientos que proponen. En todo caso, en todo eso, nunca soy yo el responsable. Siempre acusamos a tal o tal “otro”: la sociedad, mis recuerdos de la guardería infantil, mi origen social miserable o por el contrario con demasiados mimos, la agresividad que se encuentra en el “cerebro reptiliano”, etc. El pecado comienza donde soy yo quien me reconozco responsable y con necesidad de perdón. Ciertamente, la mayoría de nosotros nunca ha cometido un crimen y menos aún ha organizado un genocidio, pero ahí no reside la cuestión. Una falta se mide en relación con la ocasión. No es difícil ni meritorio evitar aquello que no tenemos posibilidad alguna de hacer. Un pagano ya
ESTOY ESPERANDO LA OBJECIÓN: ¡CON TODO, ES DE ALGUNA MANERA DEMASIADO FÁCIL! EN REALIDAD, ES AHÍ DONDE COMIENZA LA DIFICULTAD. DIOS PERDONA SIEMPRE; PERO ES PRECISO ADEMÁS QUE ACEPTEMOS SER PERDONADOS.
2 Ver mi obra Du Dieu des Chrétiens et d’un ou deux autres, París, Flammarion, 2008, cap. 7.
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SI ALGUIEN DICE HABERSE ARREPENTIDO, PERO SE NIEGA A REPARAR, ¿CÓMO CREER QUE ES SINCERO? SI SE NIEGA A RESTITUIR LO ROBADO, SI RECHAZA EL CASTIGO QUE MERECEN SUS DELITOS, ¿CÓMO NO SOSPECHAR QUE QUIERE SALIR DEL PASO CON POCO DAÑO? EN EL EVANGELIO, ZAQUEO EL PUBLICANO RESTITUYE EL DINERO CON EL CUAL HIZO UNA MALVERSACIÓN E INCLUSO ACEPTA PAGAR UNA MULTA (LUCAS 19, 8). ESTOS ELEMENTOS TAN CONCRETOS SON PARTE INTEGRANTE DEL PERDÓN.
El retorno del hijo pródigo. Rembrandt (Haarlem, Tyeler Museum).
3 Epicteto, Entretiens (Disertaciones), I, VII, 30-32; ed. H. Schenkl, Leipzig, Teubner, 1894, p. 29.
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destacó esto: el estoico Epicteto. Uno de sus alumnos comete un error en un ejercicio de lógica. Su maestro se lo reprocha con vehemencia. El alumno se enerva y dice: “¡Tranquilo, no he asesinado a mi padre!”. Epicteto le responde: “¿Acaso tenías ocasión para matarlo? Tenías una oportunidad de no equivocarte. La perdiste. ¿Quién puede decirme que si hubieras tenido ocasión para cometer un parricidio, no lo habrías hecho?”3.
Así, desde cierto punto de vista, todas las faltas son equiparables. No existe entonces una moral más dura que otras, como la del cristianismo, por ejemplo. La moral común es la dura; por ejemplo la de los filósofos, como Epicteto, del cual acabo de hablar. Y es necesario que así sea. De hecho, lo que pide la moral es nada menos que la perfección. Ciertamente, Aristóteles define la virtud como un medio entre dos extremos4; pero exige que seamos virtuosos, y no
4 Aristóteles, Ética a Nicómaco, II, 6, 1106 b 36.
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QUIEN PERDONA ES ANTE TODO DIOS, PORQUE ES EL SER MÁS PERSONAL QUE HAY, MÁS PERSONAL QUE NOSOTROS LOS HOMBRES, QUE TAMBIÉN SOMOS COSAS. ÉL ES DE TAL MANERA PERSONAL QUE NO ES SINO PERSONAL. ES POR ESO QUE ES ÉL QUIEN PUEDE PERDONAR.
5 Dostoievsky, Los hermanos Karamazov, II, IV, 1; Moscú, ACT, 2004, p. 166. La fórmula se repite cuatro veces más en la novela: II, VI, 2, p. 292; 3, p. 323; IV, XI, 4, p. 592; XII, 13, p. 751.
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moderadamente, sino sumamente. No se puede ser demasiado virtuoso, demasiado tal como es debido. El “justo medio” es de hecho una cumbre. Permítaseme una observación: el pecado, del cual habla el cristianismo, no es una falta más grave que las demás; es una falta visualizada desde cierto ángulo, el del perdón. El cristianismo no inventa nuevas faltas; las enfoca con la óptica del perdón. A veces se tiene la impresión de que los cristianos solo hablan del pecado, que los obsesiona y lo ven en todas partes. Ahora bien, de lo que en realidad hablan es del perdón de los pecados. Dice el Credo: creemos en el “perdón de los pecados”. No se cree en el pecado; se cree en Dios que perdona los pecados. El cristianismo no culpabiliza a la gente; por el contrario, la libera del sentimiento de culpa, ya que una vez perdonado, uno puede olvidar, y sobre todo empezar de nuevo. Ahora bien, es precisamente el pecado lo que se perdona. Es incluso su definición. Se puede tomar al pie de la letra el proverbio: “para todo pecado hay misericordia”. Dios perdona siempre.
¿A quién perdonar? Estoy esperando la objeción: ¡con todo, es de alguna manera demasiado fácil! En realidad, es ahí donde comienza la dificultad. Dios perdona siempre; pero es preciso además que aceptemos ser perdonados. Para ser perdonado, debo reconocer que lo necesito; debo reconocer que he pecado y de esto deduzco las consecuencias. No se me pide compartir toda esta culpabilidad difusa que se procura inculcarnos. Esta sensibilidad puede recurrir a una fórmula que Dostoievsky hace pronunciar al starets Zosima: “Cada uno de nosotros es sin duda alguna culpable (виновен) por todos y de todo en la tierra, y no sólo a causa de la falta universal del mundo, sino también cada uno universalmente por todas las personas y por cada hombre en esta tierra”5. Esta culpabilidad nos envenena, nos paraliza hasta impedirnos hacer lo posible por reparar. Muy por el contrario, cada uno debe reconocer lo que él mismo ha hecho; lo que hayan hecho los demás es problema de ellos.
«Lo más espantoso de las personas que han sido cómplices de regímenes tiránicos es que tengan la conciencia limpia. Recuerdo especialmente un reportaje que vi en la televisión alemana hace dos años. Los encuestadores interrogaron a unos generales que habían dirigido a la policía política de Alemania Oriental (Stasi) y ahora estaban disfrutando tranquilamente con su jubilación. En su conversación, no encontré huella alguna de arrepentimiento…»
EL PROBLEMA QUE EL CRISTIANISMO PROCURA RESOLVER NO ES SI DIOS VA A PERDONAR; ES SABER CÓMO PROCEDER PARA QUE EL HOMBRE ACEPTE ESE PERDÓN Y DE ESE MODO SE LIBERE. SUPONGAMOS QUE ESTÉ DE TAL MANERA CORROMPIDO QUE NO QUIERA ACEPTAR EL PERDÓN, O DE TAL MANERA INCONSCIENTE QUE NI SIQUIERA SIENTA LA NECESIDAD. ¿CÓMO SE PUEDE ACTUAR SOBRE UNA LIBERTAD?
Erich Honecker acompañado de miembros del Politburó del partido comunista de la RDA.
No podemos perdonar las ofensas hechas a otros. Esto sería una odiosa facilidad. Cristo pide ofrecer la otra mejilla cuando nos abofetean (Mateo 5, 39). Además, es preciso que sea nuestra propia mejilla. Si se abofetea la mejilla a otra persona, no tenemos derecho de recomendarle ofrecer la otra mejilla, y eso incluso sería bastante innoble. Por el contrario, es obligación nuestra intervenir. Y además tenemos obligación de impedir al agresor abofetear a otras personas. Es el rol del Estado, y no se trata de pretender sustituirlo por un vago angelismo.
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LO FÁCIL PARA DIOS SERÍA VENGARSE, ES DECIR, SUPRIMIR AL PECADOR, PERO SOLO SERÍA UNA VICTORIA APARENTE. SE SUPRIMIRÍA AL PECADOR, PERO NO EL PECADO. EL PECADO SEGUIRÍA SIENDO LO MÁS FUERTE, PUESTO QUE EL PECADOR NO HABRÍA CAMBIADO. (…)
6 Platón, Gorgias, 472 e.
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No podemos perdonarnos a nosotros mismos. A veces se escucha esta expresión, más frecuentemente en forma negativa: “Eso nunca me lo perdonaré”. No es más que una manera de decir. El perdón es algo que se debe pedir y se puede recibir del prójimo. Uno no puede perdonarse a sí mismo o considerarse perdonado por Dios basándose en el propio juicio sobre sí mismo. Una tendencia a perdonarse, es decir, a no darse cuenta de haber cometido una falta, es más bien una señal negativa. Lo más espantoso de las personas que han sido cómplices de regímenes tiránicos es que tengan la conciencia limpia. Recuerdo especialmente un reportaje que vi en la televisión alemana hace dos años. Los encuestadores interrogaron a unos generales que habían dirigido a la policía política de Alemania Oriental (Stasi) y ahora estaban disfrutando tranquilamente con su jubilación. En su conversación, no encontré huella alguna de arrepentimiento… ¿Cómo saber si alguien acepta ser perdonado? Es imposible leer el pensamiento de los demás, pero hay indicadores probables. Si alguien dice haberse arrepentido, pero se niega a reparar, ¿cómo creer que es sincero? Si se niega a restituir lo robado, si rechaza el castigo que merecen sus delitos, ¿cómo no sospechar que quiere salir del paso con poco daño? En el Evangelio, Zaqueo el publicano restituye el dinero con el cual hizo una malversación e incluso acepta pagar una multa (Lucas 19, 8). Estos elementos tan concretos son parte integrante del perdón. De lo anterior se puede deducir una consecuencia: proteger a un criminal so pretexto de compasión no es hacerle un servicio aun cuando se actúe por compasión; por el contrario, es hacerle daño. Es impedirle concretar su verdadero arrepentimiento expiando su falta y reparándola. Hay que tomar en serio la paradoja desarrollada por Sócrates: es preferible ser castigado, siempre que sea con justicia, que escapar al castigo6. En Francia hubo una historia de este tipo a comienzos de los años 90, con ocasión del caso Touvier. Paul Touvier se incorporó durante la Guerra a la milicia, organización paramilitar que colaboraba con la ocupación nazi. Tuvo un rol importante en la región de Lyon, donde fue cómplice de varios asesinatos. Siendo acosado durante
la Liberación, se refugió en diversas ocasiones en casas religiosas y conventos. Los sacerdotes y los monjes que lo acogieron justificaron esto señalando el hecho de que se había arrepentido. Soy incapaz de juzgar los motivos de la actitud de los religiosos que lo escondieron. Tampoco puedo juzgar la calidad de esa conversión y ciertamente deseo que haya sido sincera. Confieso sin embargo que dudo al respecto, ya que en definitiva me pregunto por qué no se constituyó prisionero y se entregó a la justicia, y por qué los sacerdotes con los cuales se confesaba no le pidieron hacerlo. La verdadera compasión debe hacer posible el mejoramiento moral de quien es su objeto. El médico no procura liberar a su paciente de cualquier desagrado. Por supuesto, evita todo sufrimiento inútil, pero lo que busca es la curación de su paciente. Veamos un ejemplo anodino: “¿Cuál es el mejor amigo de un fumador? ¿Cuál es el que le desea el bien? No es aquel que le dice que el tabaco no constituye peligro alguno, sino quien le advierte sobre los riesgos que corre, sobre el aumento de sus posibilidades de contraer un cáncer.
¿Quién perdona? Solo las personas pueden ser perdonadas, y solo las personas pueden perdonar. Una instancia impersonal no tiene capacidad para perdonar. El Estado no puede perdonar, no porque sea malo y vengador, sino sencillamente porque no es una persona. Es el motivo por el cual los crímenes cometidos en su contra son imprescriptibles, y como dice un adagio del derecho francés antiguo: “Quien ha desplumado la oca del rey, al cabo de cien años devuelve la pluma”. Si el Estado se arroga el derecho de perdonar, es únicamente en la medida en que conserva cierta huella de su origen supra-humano, real o presunto. Así, el derecho de gracia de los presidentes de la República es un remanente del poder de los reyes, que en sí mismo es una huella del poder de Dios. Quien perdona es ante todo Dios, porque es el Ser más personal que hay, más personal que nosotros los hombres,
(…) APLASTAR AL PECADOR SERÍA DE HECHO CONFESAR LA PROPIA DEBILIDAD Y LA PROPIA IMPOTENCIA. E INCLUSO LA PROPIA DESINTELIGENCIA: DIOS SE EQUIVOCARÍA DE VÍCTIMA, YA QUE SU ENEMIGO NO ES EL PECADOR, SINO CIERTAMENTE EL PECADO, DEL CUAL EL PECADOR ES ÉL MISMO LA PRIMERA VÍCTIMA.
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LO MISMO OCURRIRÍA SI DIOS SÓLO HICIERA BORRÓN Y CUENTA NUEVA SIN TOMAR EN SERIO LA LIBERTAD DEL HOMBRE QUE DECIDE DECIRLE “NO”. SE SABE DESDE EL ANTIGUO TESTAMENTO QUE DIOS ES MISERICORDIOSO Y SIEMPRE PERDONA SIN CONDICIONES. EL GRAN ARTE CONSISTE EN HACER QUE NUESTRA LIBERTAD ACEPTE EL PERDÓN, TRANSFORMÁNDOLA DESDE ADENTRO. EL NUEVO TESTAMENTO RELATA LA “ECONOMÍA DE LA SALVACIÓN”, ES DECIR, EL DISPOSITIVO INVENTADO POR DIOS PARA LIBERAR LA LIBERTAD MISMA: REBAJARSE DE TAL MANERA, HASTA MORIR EN LA CRUZ, QUE NADIE PUEDA SENTIRSE HUMILLADO POR OBEDECER A SEMEJANTE SEÑOR… ERA NECESARIA LA ENCARNACIÓN PARA RESPETAR LA LIBERTAD DEL HOMBRE. 7 Evito decir que Dios es “una persona” para evitar que esta palabra se confunda con las hipóstasis de la Trinidad. 8 Tomás de Aquino, Summa contra gentiles, III, 122, comienzo. 9 Ver J. Greisch, Du “non-autre” au “tout autre”. Dieu et l’absolu dans les théologies philosophiques de la modernité, París, P.U.F., 2013.
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que también somos cosas. Él es de tal manera personal que no es sino personal7. Es por eso que es Él quien puede perdonar. No es que Él perdonaría en lugar de los demás, por los daños cometidos contra ellos, ya que se podría decir: Él no tiene dificultad para perdonar, no le cuesta nada, no es a Él a quien se hace daño. En cierto sentido, el pecado ofende a Dios. “Dios mío, me pesa mucho haberos ofendido…” decimos en nuestro acto de contrición. ¿Cómo es esto posible? Si Dios es Dios, nada podemos hacerle, en el sentido de que no es posible causarle heridas ni molestias, como se hace con un hombre. Es a nosotros mismos a quienes hieren nuestras faltas. Santo Tomás de Aquino ya escribía: La única manera de ofender a Dios es actuando contra nuestro propio bien8. El Génesis dice que el hombre está hecho a imagen de Dios (Génesis 1, 26). Si se escupe sobre un cuadro, en cierto modo eso no le hace nada al pintor, y es el cuadro lo que uno estropea. Sin embargo, el pintor sufre al ver de ese modo su obra desfigurada. Es en este sentido que se hiere a Dios. Lo otro es que el mismo cuadro se escupiese a sí mismo. Ofender a Dios y ofender a los demás hombres no son por lo tanto dos cosas. Es imposible hacer una cosa sin la otra. Pero hay más: es un poco precipitado decir sin reflexionar que Dios es otro, que es lo “Enteramente Otro”, como se ha adquirido el hábito de decir. Es cierto, pero es igualmente cierto que Él es el “No Otro”, como decía Nicolás de Cusa, quien usó esta expresión como título de un tratado, y quizás valdría la pena procurar volver a emprender río arriba el recorrido secular descrito recientemente por Jean Greisch9. Los cristianos dicen, en líneas generales, que Dios se hizo hombre en Jesucristo, el cual, siendo el único perfectamente inocente, sufrió. ¿Por qué? El problema que el cristianismo procura resolver no es si Dios va a perdonar; es saber cómo proceder para que el hombre acepte ese perdón y de ese modo se libere. Supongamos que esté de tal manera corrompido que no quiera aceptar el perdón, o de tal manera inconsciente que ni siquiera sienta la necesidad. ¿Cómo se puede actuar sobre una libertad?
Lo fácil para Dios sería vengarse, es decir, suprimir al pecador, pero solo sería una victoria aparente. Se suprimiría al pecador, pero no el pecado. El pecado seguiría siendo lo más fuerte, puesto que el pecador no habría cambiado. Aplastar al pecador sería de hecho confesar la propia debilidad y la propia impotencia. E incluso la propia desinteligencia: Dios se equivocaría de víctima, ya que Su enemigo no es el pecador, sino ciertamente el pecado, del cual el pecador es él mismo la primera víctima. Lo mismo ocurriría si Dios solo hiciera borrón y cuenta nueva sin tomar en serio la libertad del hombre que decide decirle “no”. Se sabe desde el Antiguo Testamento que Dios es misericordioso y siempre perdona sin condiciones. El gran arte consiste en hacer que nuestra libertad acepte el perdón, transformándola desde adentro. El Nuevo Testamento relata la “economía de la salvación”, es decir, el dispositivo inventado por Dios para liberar la libertad misma: rebajarse de tal manera, hasta morir en la cruz, que nadie pueda sentirse humillado por obedecer a semejante señor… Era necesaria la encarnación para respetar la libertad del hombre. El cristianismo no es un sistema de coacciones. Su fuerza es la del amor, pero es la única verdadera fuerza. Nada es más exigente que el amor. Este tiene incluso algo de terrible. La Biblia lo dice al final del Cantar de los Cantares, y es preciso tomar totalmente en serio esta declaración: “es fuerte el amor como la Muerte, implacable como el infierno” (8, 6).
EL CRISTIANISMO NO ES UN SISTEMA DE COACCIONES. SU FUERZA ES LA DEL AMOR, PERO ES LA ÚNICA VERDADERA FUERZA. NADA ES MÁS EXIGENTE QUE EL AMOR. ESTE TIENE INCLUSO ALGO DE TERRIBLE. LA BIBLIA LO DICE AL FINAL DEL CANTAR DE LOS CANTARES, Y ES PRECISO TOMAR TOTALMENTE EN SERIO ESTA DECLARACIÓN: “ES FUERTE EL AMOR COMO LA MUERTE, IMPLACABLE COMO EL INFIERNO” (8, 6).
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Crucifijo. Obra de Simone Martini. (1284 - 1344).
Iglesia, ¿pequeño resto o inmensa mayoría? POR ANSELMO ÁLVAREZ, OSB
P ara situar las ideas que vamos a exponer en las líneas que siguen, es necesario conectarlas con la doctrina y el espíritu de dos de los
grandes capítulos de la fe católica, relacionados a su vez con el dogma acerca de la Iglesia. Se trata de la concepción de la misma En cada uno de nosotros en su doble vertiente como Cuerpo Místico y Comunión hay, de alguna manera, de los Santos, a través de los cuales se despliegan algunas una presencia de todos de las multiformes riquezas del misterio de la Iglesia. Aquí los demás, que nos destacamos algunas que parecen especialmente sugestivas, otorga la capacidad tanto para la comprensión de la realidad eclesial como para de representarlos ante la espiritualidad cristiana, pero a las que, por lo general, no Dios y ser representados se presta una atención frecuente. Con esta finalidad, parece por ellos, de modo en oportuno recordar previamente algunos datos esenciales del cierta forma asimilable pensamiento teológico acerca de ambos contenidos (artículos) a como todos estábamos injertados en Adán, o del credo católico. como en Cristo, segundo Adán, se recapitula El Cuerpo Místico toda la humanidad. Ello permite que cada uno de Pertenece a la naturaleza de la Iglesia el constituir una nosotros pueda penetrar realidad unitaria dentro de la diversidad de sus dimensiones. y sostener, en el suyo, Ella es en todo momento la indivisa y única Iglesia y Esposa el corazón del mundo, de Cristo, su Cuerpo Místico total, al que pertenecen todos porque nuestro corazón y los que, en cualquier tiempo, han estado asociados a Él. So- nuestro espíritu son más bre esta totalidad se constituye el organismo que la teología grandes que el mundo. define como Cuerpo Místico de Cristo, en el que, a su vez, tiene lugar la Comunión de los Santos integrada, en todo tiempo y lugar, por cuantos han participado en la gracia de la Cabeza. «Cristo es la Cabeza del Cuerpo que es la Iglesia» (Col 1, 18), por lo cual ambos, «Cristo y la Iglesia, son el Cristo total (Christus totus). La Iglesia es una con Cristo1, de manera que “siempre permanece unificada en Él, en su Cuerpo”2. En la encíclica Mystici corporis escribe Pio XII: “Cristo 1 Catecismo de la Iglesia Católica (CIC), 795. 2 id. 789.
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es en todo momento cabeza de la Iglesia única”3. Capitalidad de Cristo que le hace “principio, primogénito de toda criatura” (Col 1, 15; cf Rm 8, 29). S. Pablo ilustra así el misterio de esta unión con Cristo: «de igual manera que todos los miembros del Cuerpo a pesar de ser muchos y diversos son un solo Cuerpo, así es también Cristo. Todos nosotros… hemos sido bautizados en un mismo Espíritu para formar un solo cuerpo» (1 Cor 12, 12-14). «Padre, consúmales completamente en la unidad» (Jn 17, 23), había manifestado Jesús en el trance de volver al Padre. Por tanto, un solo Cuerpo y una sola Iglesia. El La tierra es el santuario mismo Pablo desarrolla esta doctrina al describir a Cristo del universo. En él, en ese como “Cabeza del cuerpo, de la Iglesia” (Col 1, 18), con la planeta azul, que tiene el que constituye “un solo cuerpo en Cristo” (Rm 12, 5. Cf mismo color del manto 1 Cor 10, 17; 12, 12, 13, 20, 27; Ef 5, 30), así como “un solo de María, late el corazón 4 espiritual de la creación. Espíritu” (Ef 4, 4) . En ambos «unos viven aún peregrinos en este mundo, Aquí ha vivido el Verbo otros, ya difuntos, se purifican ayudados también por Hijo de Dios, Creador de todas las cosas, y aquí ha nuestras plegarias, otros, finalmente, gozan ya de la gloria dejado su tienda. de Dios e interceden por nosotros»5. Se trata de la Iglesia Esta realidad hace de la que ya ha superado las pruebas —triunfante—; la que se tierra el verdadero centro encuentra en medio de ellas —militante—, o la que se purien torno al cual gira la fica de las culpas pendientes —purgante—. Estos hermanos totalidad del universo. “difuntos son también miembros de Cristo”6. «Lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo. Todos nosotros hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo Cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu» (1 Cor, 12, 13). Esta pluralidad de estados no implica división ni escisión: «todos aquellos que por la generación carnal son muchos, por la regeneración divina son uno solo con Él. Así pues, Cristo es uno, formando en uno solo la cabeza y el todo; nacido del Dios único en los cielos y de una única madre en la tierra; muchos hijos, a la vez que un solo hijo. Pues así como la cabeza, los miembros son un solo hijo a la vez que muchos hijos»7. La incorporación, a lo largo de todas las edades, al cuerpo de la 3 “Una simul totius ecclesiae est caput”, AAS 35, 1943, 263. 4 Cf CIC 814. 5 Catecismo Iglesia Católica, Compendio, 195. 6 San Agustín, PL 41, 674. 7 Isaac de la Estrella, Sermón 51, PL 194, 1.862-6.
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«El Cristo al que la Iglesia está sustancialmente unida y en el que reside la plenitud de la divinidad, es también el Hijo del Hombre, lo que equivale a decir que es la encarnación del pueblo humano, Cabeza de la humanidad, incluida la que le niega. Donde está Cristo está toda la humanidad y toda la Iglesia. Por consiguiente, toda la Iglesia está aquí y ahora en Cristo, unida a Aquel en cuyo hoy eterno vive. La Iglesia es coetánea de Cristo, y Cristo es, en todo momento, contemporáneo de la Iglesia. Ambos siguen el mismo itinerario y comparten el mismo presente, por encima de los vaivenes del tiempo y de los hombres.» Detalle de Crucifijo, por Simone Martini (s. XIV).
Iglesia nos introduce en el mismo organismo indiviso, igual siempre a sí mismo en todo tiempo y lugar, porque está unido en quien es al mismo tiempo su Cabeza y piedra angular, Cristo, y cuyo corazón es el Espíritu Santo8. En él nos integramos como miembros de un único cuerpo que abarca a todos los que en esta Iglesia han sido convocados 8 “El Espíritu Santo, siendo uno y el mismo numéricamente, llena y une a toda la Iglesia” (Mystici corporis, 222, citando a Sto. Tomás).
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para participar en la gracia de Cristo, en la cual “todos sois uno en Cristo Jesús” (Gal 3, 29). Este Cuerpo Místico de Cristo forma una sola comunidad y participa de una vida única. En realidad, en Cristo y en la Iglesia todo es uno: “un Señor, una fe, un bautismo” (Ef 4, 5), una gracia, un pueblo. “Tal era el plan que Dios había proyectado realizar en Cristo…: recapitular en Él todas las cosas del cielo y de la tierra” (Ef 1, 10). De hecho, “en Él vivimos, nos movemos y existimos” (Hch..) cuantos, en cualquier tiempo, hemos estado incorporados a Cristo. Nuestra es esta herencia Con Él y en Él, todos los cristianos tenemos sus años, pertenede Cristo y de la Iglesia: cemos al tiempo total de su historia y, con la Iglesia, poseemos la oración, los méritos, en cada momento toda la extensión de su Cuerpo. la virtud, la gracia y la Esta ‘Iglesia’ o la totalidad de los que habla esta doctrina, gloria de todos sus hijos: es la Iglesia universal, la comunidad que integra a todos los ‘venid, recibid lo que miembros del Cuerpo Místico por encima de espacios y époha sido preparado para cas. Por eso es místico, espiritual, libre de las dimensiones vosotros desde la creación que confinan al hombre sometido a la duración. La Iglesia del mundo’ (cf Mt 25, 34). y sus miembros constituyen una realidad histórica, pero al Una herencia que será mismo tiempo participan de la condición supratemporal de plena en el mundo futuro, pero que es espléndida su Cabeza, que es ‘de ayer, de hoy y que vive por los siglos’ realidad inicial ya (cf Hbr 13, 8; Ap 4, 9- 15), de los que hace coetáneos a quienes, desde ahora, cuando por encima de las contingencias del tiempo, integran una es precedida por una indivisible unidad sacramental con Cristo. De ahí que la Iglesia una y total se encuentre presente en conciencia vigorosa del dogma de la Comunión de todo tiempo y lugar, lo que permite la audacia de San Pablo: los Santos. “nosotros somos conciudadanos de la Jerusalén celeste“ (Fil 3, 18) 9. Aquí y ahora, en cada ciclo de los tiempos, el pueblo cristiano está constituido por todos aquellos que han estado o estarán integrados en la comunión con Aquel que es de ayer, de hoy y de mañana, y en el cual todo es uno en un hoy único. Por eso, cada día la Iglesia militante celebra a algunos de los que ella misma ha declarado que gozan ya de la presencia de Dios, y cada año hacemos memoria de todos los bienaventurados y de todos los fieles difuntos. Porque con ellos formamos una sola Iglesia, y con nosotros constituyen, a su vez, 9 Por su parte, la Carta a los Hebreos subraya con lenguaje muy expresivo la participación de la comunidad cristiana terrestre en la vida y en las riquezas de los moradores de la ciudad celeste: “os habéis acercado al monte Sión, a la ciudad del Dios vivo, la Jerusalén celeste; a los millares de ángeles en fiesta; a la asamblea de los primogénitos inscritos en el cielo; a Dios, Juez de todo; a los espíritus de los justos llegados a la meta; al Mediador de la nueva alianza, Jesús; a la sangre de la aspersión que clama con más fuerza que la de Abel” (Hbr 12, 22-24); “por su medio (de Cristo) ofrezcamos continuamente a Dios un sacrificio de alabanza” (id 13, 15) Es una descripción exultante de los múltiples y fortísimos vínculos que unen a la Iglesia militante con quienes ya la preceden en la gloria, junto a los que somos invitados a ofrecer el mismo homenaje de adoración y alabanza.
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una sola comunidad. Como Cristo está presente en cada fracción del pan eucarístico así, de algún modo, toda la Iglesia está entera en cada período de su devenir. Iglesia unida a Cristo, que es el nexo interno sobre la que se establece la unidad de los mismos, a los que Con su presencia, Cristo reviste como de una túnica inconsútil. Por eso, la Iglesia de hoy es toda la Iglesia: la de siempre, comunica constantemente a la Iglesia su vida, su la que pertenece al pasado y la que será en el futuro; entera, fuerza, su salvación. Él católica, porque abarca todo tiempo y lugar; casa común de es su Señor y su Esposo. los hombres, aun de aquellos que lo ignoran. Ella es, en cada Piedra angular (cf Mt 21, momento, la Iglesia única y total de Cristo, según el proyecto 22; 1 Pe 2,6) a la vez del por el que “Dios nos eligió antes de la creación del mundo mundo y de la Iglesia, a para ser su pueblo…, conforme al designio de quien lo hace la que mantiene asentada todo según su voluntad” (Ef 1, 4-5, 11). Iglesia supratemporal sobre esa roca firme (cf que puede invocar como presentes su pasado y su futuro. 1 Cor 10, 4). Aunque de Como decía Benedicto XVI en la Lectio divina pronunciada nuevo hoy parezcamos en el Seminario Romano el 8 de febrero del 2013: “la Iglesia una intrascendente es el árbol de Dios que vive eternamente y lleva la auténtica minoría, como las comunidades cristianas herencia: la vida eterna”. primitivas, la Iglesia está, aquí y ahora, en posesión La Comunión de los Santos de toda la potencia de Cristo, la misma con la El Cuerpo Místico alimenta la Comunión de los Santos. cual aquellos cenáculos Esta expresión alude a la unidad entre sí de cuantos son insignificantes se miembros de ese Cuerpo, entre los cuales “unos viven aún impusieron a la magnitud peregrinos en este mundo; otros, ya difuntos, se purifican y poderío de un imperio ayudados por nuestras plegarias; otros, finalmente, gozan que hizo lo posible ya de la gloria de Dios… Todos juntos forman en Cristo por anular ese germen naciente. Pero aquellas una sola familia, la Iglesia”10. Pero este enunciado expresa también a la participación en comunidades se apoyaban la gracia, la vida y la riqueza que es propia de ese Cuerpo. en la fuerza de Cristo, Sus miembros son llamados ‘santos’ porque comparten la ante la que cualquier otro santidad de Cristo y de todos los demás miembros, junta- poder era y es una ficción. mente con todos los bienes de orden espiritual que son patrimonio del mismo. Es, por tanto, la comunión de todos los cristianos en la misma Cabeza, en el mismo Espíritu, en la misma Gracia, en iguales dones, carismas y méritos. Esta “Comunión de los Santos es precisamente la Iglesia”, afirma el Catecismo de la Iglesia Católica (946), que menciona seguidamente (947) las palabras del Catecismo Romano: “Como esta Iglesia está gobernada 10 CIC Compendio, 195.
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por un solo y mismo Espíritu, todos los bienes que ella ha recibido forman necesariamente un fondo común” (1, 10, 24). Fondo que abarca las personas y las cosas que se integran en su patrimonio11. En virtud de la Comunión de los Santos, potenciada por la realidad del Cuerpo Místico, la unión con Cristo-Cabeza nos asocia sustancialmente, en el orden de la vida divina y sacramental, a todos cuantos han estado unidos a Él por la gracia. De esta forma, los actos de aquellos que están incorporados a Cristo y a los que son de Cristo, adquieren una intemporalidad que les permite formar un todo con la única comunidad cristiana de todos los tiempos. Esta pertenencia a Cristo, a la Iglesia y al Cuerpo místico nos hace, en cualquier tiempo, contemporáneos de todas las También los ángeles son generaciones, de todo lo que a lo largo de ellas ha sido nuestros. Y por eso, desde acumulado por la acción de Cristo y por la aportación de aquí nos podemos unir aquellos que están, han estado o estarán adheridos a Él a “las esferas angélicas por la gracia. Los cristianos lo son de cualquier tiempo, que se movían en círculos porque Cristo es de ayer, de hoy y de mañana, y en Él todo concéntricos en torno es uno, en un hoy único y eterno. Esta cualidad nos faculta a Dios” (Catalina para estar vinculados a todos esos ‘santos’ del presente, del Emmerick). Lo podemos hacer uniéndonos pasado o del futuro. Y por eso, en cada uno de nosotros hay, de alguna madesde la tierra a sus ritmos eternos, a sus nera, una presencia de todos los demás, que nos otorga la coreografías sin fin de capacidad de representarles ante Dios y ser representados alabanza y de amor. por ellos, de modo en cierta forma asimilable a como todos Como también ellos se estábamos injertados en Adán, o como en Cristo, segundo unen a nuestra liturgia y Adán, se recapitula toda la humanidad. Ello permite que la presentan ante el altar cada uno de nosotros pueda penetrar y sostener, en el suyo, del cielo. el corazón del mundo, porque nuestro corazón y nuestro espíritu son más grandes que el mundo. Podrá así actuar para arrancar a todas las cosas, a todos los seres, todas las huellas que Dios ha dejado en ellos, para convertirlas en himno de alabanza. Y podrá asimismo penetrar en los corazones humanos para recoger en cada uno de ellos su grandeza, su belleza, su dolor, sus pecados, sus angustias y esperanzas, su oración y su amor, a fin de poder presentarlos, cada uno de nosotros, como nuestra ofrenda común12. De esta forma, tenemos la posibilidad de poner el mundo a los pies de Dios y envolverlo en un abrazo de oración e intercesión. 11 Cf CIC 948. 12 “Si tú oras por todos, también la oración de todos te aprovechará a ti, pues tú formas también parte del todo… La oración de cada miembro del pueblo se enriquecerá con la oración de todos los demás miembros” (San Ambrosio, Tratado sobre Caín y Abel, libro 1, 38-39).
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Es la ofrenda que da cumplimiento a las palabras del Apocalipsis (5, 12): «has hecho de nosotros un reino de sacerdotes para nuestro Dios». En realidad, la tierra es el santuario del universo. En él, en ese planeta azul, que tiene el mismo color del manto de María, late el corazón espiritual de la creación. Aquí ha vivido el Verbo Hijo de Dios, Creador de todas las cosas, y aquí ha dejado su tienda. Esta realidad hace de la tierra el verdadero centro en torno al cual gira la totalidad del universo. Y no menos es nuestra, I de cada uno, la acción Misión del hombre en él es volver a llenar el silencio actual de toda la Iglesia. con el clamor que ha colmado hasta ahora la tierra y que se Cada uno de nosotros levantará de nuevo en ella hasta el final de los tiempos. Y no no somos un yo único: menos con el que ha sonado, resuena y vibrará sin fin en los un individuo, una isla, cielos. Y, entretanto, en este tiempo de mutismo, hacer de las sino que somos un palabras apagadas el susurro de un silencio que será el pre- cuerpo, una comunidad, sagio del ciclón incontenible que volverá a retumbar, uniendo un continente; una Iglesia universal, a en un solo coro a todas las criaturas de Dios. la que llevamos con Nuestra es esta herencia de Cristo y de la Iglesia: la oración, nosotros porque nos los méritos, la virtud, la gracia y la gloria de todos sus hijos: lleva con ella. En cada ‘venid, recibid lo que ha sido preparado para vosotros desde uno de nosotros está la creación del mundo’ (cf Mt 25, 34). Una herencia que será toda la Iglesia; cada plena en el mundo futuro, pero que es espléndida realidad uno pertenece a toda inicial ya desde ahora, cuando es precedida por una conciencia la Iglesia, y todo la Iglesia nos pertenece. vigorosa del dogma de la Comunión de los Santos. “La comunión eclesial comprende todos los tiempos y todas Estamos, en todo las generaciones”, recordaba también Benedicto XVI13. Por una momento, en el único parte, la familia universal de los hombres constituye la primera Cristo y en la única Iglesia humana, reunida en torno a Dios en su condición de Iglesia, de una manera criaturas e hijos, redimidos por la sangre del Hijo, convocados indisoluble, siempre que permanezcamos en la a la misma comunión con el Padre, tanto en el presente como gracia de la Cabeza. en el futuro. En el tiempo todos los hombres pertenecen a esta Iglesia universal, que reúne a cuantos hemos salido de las manos del Creador. Hay, por consiguiente, una Iglesia, una sociedad o comunidad, que coincide con la de los hombres y del mundo, y está sostenida en Aquel que es y que hace incesantemente nuevas todas las cosas. Pero a partir de esta asamblea universal de los hijos de Dios, la Iglesia reúne en torno a Cristo a los que aceptan su palabra, viven según su fe y sus mandamientos y se nutren de la gracia que lleva 13 Audiencia 26 abril, 2006.
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«De esta forma, tenemos la posibilidad de poner el mundo a los pies de Dios y envolverlo en un abrazo de oración e intercesión. Es la ofrenda que da cumplimiento a las palabras del Apocalipsis (5, 12): “has hecho de nosotros un reino de sacerdotes para nuestro Dios”.» El Cordero sobre la montaña de Sión. Apocalipsis 14, 1-3. (Tapicería de Angers).
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a la salvación. En cada momento ella constituye una realidad que abarca la totalidad del tiempo. Como escribía el Pastor de Hermas en el siglo II: “la Iglesia ha sido fundada antes que todas las cosas, y el mismo mundo ha sido fundado para ella”.
Extensión real de la Iglesia No se trata solo de recuperar conceptualmente esta realidad de la Iglesia para nuestra satisfacción presente y nuestra confianza futura. Más allá del nivel de conciencia que tengamos acerca de esta peculiaridad suya, lo cierto es que en ella reside el potencial más Esta economía cristiana, eficiente que opera en la comunidad humana a partir de la sustentada en la presencia de Cristo en la misma, y de la eficacia única de su comunión de los santos acción mediante la gracia, los sacramentos, la redención, la y en el misterio litúrgico palabra, y la propia acción mediadora de la Madre de Jesús. que hace contemporánea Tal propiedad puede ser convertida en algo efectivo, capaz la presencia y la acción de hacer patente esa virtualidad y de proyectarla en todas las de Cristo, permite a cada direcciones espirituales y humanas, hasta hacer de ella el ormiembro vivo de la Iglesia ganismo más dinámico que actúa en el seno de la historia. La polarizar en sí el pasado, el ahora y el futuro y Iglesia es la presencia visible de Cristo en ella, y su pueblo es presentar, con Cristo y un “pueblo elegido, sacerdocio real, nación consagrada, pueblo con la Iglesia, la ofrenda adquirido por Dios” (1 Pe 2, 9). Pueblo que está destinado a universal. (...) ser patria de la humanidad entera. El Cristo al que la Iglesia está sustancialmente unida y en el que reside la plenitud de la divinidad, es también el Hijo del Hombre, lo que equivale a decir que es la encarnación del pueblo humano, Cabeza de la humanidad, incluida la que le niega. Donde está Cristo está toda la humanidad y toda la Iglesia. Por consiguiente, toda la Iglesia está aquí y ahora en Cristo, unida a Aquel en cuyo hoy eterno vive. La Iglesia es coetánea de Cristo, y Cristo es, en todo momento, contemporáneo de la Iglesia. Ambos siguen el mismo itinerario y comparten el mismo presente, por encima de los vaivenes del tiempo y de los hombres. Con su presencia, Cristo comunica constantemente a la Iglesia su vida, su fuerza, su salvación. Él es su Señor y su Esposo. Piedra angular (cf Mt 21, 22; 1 Pe 2,6) a la vez del mundo y de la Iglesia, a la que mantiene asentada sobre esa roca firme (cf 1 Cor 10, 4). Aunque de nuevo hoy parezcamos una intrascendente minoría, como las comunidades cristianas primitivas, la Iglesia está, aquí y ahora, en posesión de toda la potencia de Cristo, la misma con la cual aquellos cenáculos insignificantes se impusieron a la magnitud y poderío de
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un imperio que hizo lo posible por anular ese germen naciente. Pero aquellas comunidades se apoyaban en la fuerza de Cristo, ante la que cualquier otro poder era y es una ficción. Nuestra es, por tanto, toda la santidad, virtud y perfección de cuantos han servido y agradado a Dios. De manera que, en efecto, también los ángeles son nuestros. Y por eso, desde aquí nos podemos unir a “las esferas angélicas que se movían en círculos concéntricos en torno a Dios” (Catalina Emmerick). Lo podemos hacer uniéndonos desde la tierra a sus ritmos eternos, a sus coreografías sin fin de alabanza y de amor. Como también ellos se unen a nuestra liturgia y la presentan ante el altar del cielo: “llegó otro ángel llevando un incensario de oro y se detuvo junto al altar; le entregaron gran cantidad de aromas para que los mezclara con las oraciones de todos los (…) Puede así activar santos, situado ante el trono. De la mano del ángel subió ante todo el depósito de gracia, Dios el humo de los aromas mezclado con las oraciones de de santidad, de mérito y de oración que actúa los santos” (Ap 8, 3-4). Y no menos es nuestra, de cada uno, la acción de toda la en ella, y recapitular la multiforme aportación del Iglesia. Cada uno de nosotros no somos un yo único: un indicuerpo místico en Cristo viduo, una isla, sino que somos un cuerpo, una comunidad, su Cabeza, en María, en un continente; una Iglesia universal, a la que llevamos con los santos, en los justos nosotros porque nos lleva con ella. En cada uno de nosotros que han sido y serán. está toda la Iglesia; cada uno pertenece a toda la Iglesia, y toda la Iglesia nos pertenece. Estamos, en todo momento, en el único Cristo y en la única Iglesia, de una manera indisoluble, siempre que permanezcamos en la gracia de la Cabeza. Por eso, la Iglesia nunca deja de ser la Iglesia única e integral, en una plenitud que se extiende a la realidad de cada momento. Esta realidad, sobre todo cuando es vivida de manera consciente, nos da una nueva fuerza irresistible, avasalladora. El día que nos pusiéramos a orar con toda la Iglesia y pusiéramos a toda la Iglesia en oración caerían ante Dios todos los muros, como los de Jericó ante su pueblo. En la Iglesia única, en la comunión de los santos, todos los que son de Cristo forman una asamblea, un coro único. En cada uno de sus miembros resuena la acción, la palabra, la vida de todo el Cuerpo. Cada una de sus vibraciones recorre su totalidad, en un movimiento omnidireccional que, desde cada miembro, se proyecta hacia todos los demás. Esta economía cristiana, sustentada en la comunión de los santos y en el misterio litúrgico que hace contemporánea la presencia y la acción de Cristo, permite a cada miembro vivo de la Iglesia polarizar en sí el pasado, el ahora y el futuro y presentar, con Cristo y con la Iglesia, la ofrenda universal. Puede así activar todo el depósito de gracia, de
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santidad, de mérito y de oración que actúa en ella, y recapitular la multiforme aportación del cuerpo místico en Cristo su Cabeza, en María, en los santos, en los justos que han sido y serán. La Iglesia se encuentra así envuelta en un océano de realidad divina y espiritual, al que pertenecemos desde nuestro origen, desde una eternidad a otra, y en el que actúa una fuerza ilimitada procedente de la potencia de la gracia divina y del peso de las acciones y méritos de origen angélico y humano. Esta Iglesia, que es “fragancia de Cristo” (2 Cor 2, 15), está en condiciones de ‘pedir lo imposible’, para La Iglesia se encuentra sí y para todos. Por eso, ella puede levantar desde todos los así envuelta en un corazones humanos, también desde los que están cerrados a océano de realidad Dios pero que son suyos, una sinfonía en que vuelvan a vibrar, divina y espiritual, al a través de las nuestras, todas las voces apagadas, para que que pertenecemos desde se conviertan en “alabanza de la gloria de su gracia” (Ef 1, 6), nuestro origen, desde una a fin de que también ‘los gentiles glorifiquen a Dios por su eternidad a otra, y en misericordia y canten su nombre’ (Rm 9, 15)14. el que actúa una fuerza ilimitada procedente de la potencia de la gracia Otra dimensión: Universalidad viva de la Iglesia divina y del peso de En realidad, el hombre se rige ya por otro reloj y otro calenlas acciones y méritos dario. T. S. Eliot lo expresó así en sus Cuatro Cuartetos: “En mi de origen angélico y humano. Esta Iglesia, que comienzo está mi fin… El tiempo presente y el tiempo pasado es “fragancia de Cristo” son dos presentes en el tiempo futuro”. Cristo había dicho: “si (2 Cor 2, 15), está en fuerais del mundo…, pero como no sois del mundo” (Jn 15, 19), condiciones de ‘pedir lo que puede también significar: no estáis sometidos al munlo imposible’, para sí y do, a sus leyes y límites. Podéis apresar, con el pensamiento para todos. y con el espíritu, el tiempo y el espacio; podéis llegar hasta los confines de Dios e introduciros hasta sus profundidades, hasta “hacernos un solo espíritu con Él” (1 Cor 6, 17); ese “Espíritu que lo penetra todo, incluso las profundidades de Dios” (1 Cor 2, 10). Si es así, si nuestro espíritu puede moverse en el Espíritu de Dios, ¡cuánto más nos pertenecerá, aquí y ahora, el ámbito total de la Iglesia! Cada uno de nuestros instantes y de nuestras voces puede entonces convertirse en resonancias que lleven hasta Dios las de todos los seres de la creación, para que en todo momento, como en un coro global, adoren, glorifiquen y den gracias a su Autor. Tenemos así la posibilidad de remover cielos y tierra, espacios, tiempos y eternidades. La oración del primero y del último de los hombres, que han inaugu14 Este carácter universalista de la plegaria cristiana lo expresaba así, a mediados del siglo III, uno de los mártires de Tarragona, el obispo San Fructuoso: “es necesario que yo tenga en mi mente a la Iglesia católica, extendida de oriente a occidente”.
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«En medio de la deserción de la fe y del deterioro cuantitativo, ella se conserva intacta e invicta, inexpugnable. Porque la Iglesia no subsiste en sí, sino en Cristo. Con los coros angélicos ella alza también su voz: “¡la victoria es de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero!» Detalle de la multitud de los elegidos. Apocalipsis 7, 9-17 (Tapicería de Angers).
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rado y cerrarán los tiempos, puede reunir en uno solo el clamor de todos los corazones humanos. Con Aquel que recoge todo el polvo de los tiempos, el hombre puede surcar el tiempo y el espacio, transitar por ellos sin barreras, no con el cuerpo pero sí con el espíritu, y acercarse a cada una de las realidades que los pueblan para unirse a su glorificación de Dios, y para descubrir el amor, la sabiduría y el poder que revelan, a fin de hacer de ellos los portavoces de nuestra propia alabanza. Todos los días vienen a ser, de esta forma, el día único de Dios. Ese es también nuestro día, que tiene una encarnación y prolongación sacramental en el día litúrgico, y que nos hace contemporáneos del día eterno de Dios. En él encontramos nuestro día y el de todos, formando con el suyo un día indivisible, de modo que cada Por eso, la exigua uno de los instantes humanos puede conectar con todos los representación del demás instantes de la historia, del tiempo y de la realidad: los pueblo de Dios en un de Dios y los del hombre, los pasados y los futuros, los del período determinado no cielo y de la tierra. deja de personificar la Podemos así, en un día, renovar y reproducir todos los representación visible de días si los unimos al hoy de Dios, que abarca todos sus días y la comunidad eclesial todos los nuestros. Entonces desde un palmo de tierra, desde supratemporal. un momento del tiempo, podemos abarcar todos los espacios, tiempos y generaciones como una realidad presente. Por eso, la exigua representación del pueblo de Dios en un período determinado no deja de personificar la representación visible de la comunidad eclesial supratemporal. Esa insignificancia numérica y social de los cristianos en una etapa del tiempo deja intacta la realidad teológica de la Iglesia. Ella sigue su misión con independencia de la acogida o de la extensión que tenga en cualquier tiempo. Como sucedió con su Maestro, que estuvo entre los hombres llevando a plenitud la obra que el Padre le había encomendado, sin que fuera obstáculo la tibieza de la respuesta y las consecuencias sobre su persona. Esos resultados hicieron pensar a los suyos, de ayer y de hoy, que con su muerte todo había acabado para el proyecto de Jesús. Pero más bien, aquel fue el impulso definitivo a la fundación de la Iglesia y sobre el cual sigue fundando su perennidad. Hoy la Iglesia no está paralizada. En ella sigue vivo todo el misterio y toda la fecundidad de que ha sido dotada. Esa magnitud numérica reducida no limita en ella la presencia de Cristo, ni sus poderes espirituales y sacramentales, ni el potencial de vida y de salvación que le ha sido entregado. En medio de la deserción de la fe y del deterioro
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cuantitativo, Ella se conserva intacta e invicta, inexpugnable. Porque la Iglesia no subsiste en sí, sino en Cristo. Con los coros angélicos ella alza también su voz: “¡la victoria es de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero! La alabanza y la gloria y la sabiduría, y la acción de gracias y el honor y el poder y la fuerza son de nuestro Dios por los siglos de los siglos” (Ap 7, 10. 12). Con este poder, la Iglesia militante está capacitada para hacer presente ante el Dios de los cielos y de los tiempos, ante el Señor, Rey de la gloria (cf Sal 23), todo el caudal de riqueza acumulada a lo largo de los siglos: sus obras, su oración, su alabanza, su santidad, su cruz y su expiación, toda la gracia depositada en ella. Puede reiterar la profesión de fe pronunciada por cada una de las generaciones cristianas para suplir la que hemos dejado de proclamar. Y asimismo, Esa insignificancia cada uno de nosotros puede levantar en sus manos a la Iglesia numérica y social de los y a la humanidad enteras como ofrenda de nuestros corazo- cristianos en una etapa nes. No importa que esas manos sean pocas. Dios pondrá del tiempo, deja intacta en ellas su propia fuerza y la de cuantos han pertenecido y la realidad teológica de la Iglesia. Ella sigue su pertenecen a ella. misión con independencia Este «resto» mantiene el mismo vigor que mostró la Iglesia de la acogida o de la católica tras la escisión de la Ortodoxia y de la Reforma. O como extensión que tenga en había ocurrido tras la deserción del Pueblo de Israel, al que cualquier tiempo. Como Dios dio continuidad en la Iglesia. Al pueblo hebreo sucedió sucedió con su Maestro. el pueblo cristiano y, si fuera preciso, al pueblo cristiano le sucederá una raza de hombres divinos. Porque lo débil de Dios es más fuerte que los hombres… Lo débil del mundo Dios lo ha escogido para humillar el poder, lo que no cuenta para humillar a lo que cuenta (cf 1 Cor 1, 27-29), de manera que “somos los pobres que enriquecemos a muchos” (2 Cor 6, 10). En cada momento la Iglesia reúne la energía de toda la Iglesia que, más que Gedeón15, puede poner en marcha los ejércitos del Señor y agitar cielos y tierras, mares y continentes. En cada instante la Iglesia puede ser puesta en acción total por cada miembro vivo de la misma. Cada corazón puede ser el altar del mundo, desde el que se eleve el cántico de todos los corazones y las voces de todas de las criaturas de Dios, y donde se haga presente la ofrenda de todos los hombres: la que hacen y la que tal vez no hacen pero que nosotros ponemos en ellos para así recogerla y presentarla en su nombre. Cada uno podrá ser así el Ángel a través del cual suba el aroma 15 “Vete y con tus propias fuerzas salva a Israel de los madianitas. Gedeón replicó: ¿’Cómo puedo yo liberar a Israel? Mi familia es la menor de Manases y yo soy el más pequeño de la casa de mi padre’. El Señor contestó: ‘Yo esteré contigo’ (Jue 6, 14-16).
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de todas las oraciones (Ap 8, 3). No en vano “somos el incienso que Cristo ofrece a Dios, entre los que se salvan y entre los que se pierden” (2 Cor 2, 15). Si “el batido de las alas de una mariposa en las selvas amazónicas puede provocar un tornado en Tejas” (efecto mariposa de Lorenz), ¡qué no podrá impulsar el latido de un alma en cualquier rincón del mundo! Es la ofrenda por la que la Iglesia presenta a Dios “los cielos y la tierra, el universo visible e invisible”, puesto que “todo ha sido creado por Él y para Él” (Col 1, 15-20). “Cristo nos indica que el cosmos debe ser liturgia, gloria de Dios, y que la adoración es el principio de la transformación verdadera, la auténtica renovación del mundo”16. Esos resultados hicieron El hombre que permanece unido a Dios es el alma de ese pensar a los suyos, de mundo, puesto que es espíritu en el mundo, imagen vivienayer y de hoy, que con te de Dios, partícipe de su naturaleza (cf. 2 Pe 1, 4). Él es el su muerte todo había mediador de la creación en virtud del culto que le tributa acabado para el proyecto en su nombre y en el de las criaturas, a las que representa y de Jesús. Pero más bien, a las que da nombre, lo que le constituye en ese “pueblo de aquel fue el impulso reyes y sacerdotes” que señorea a los seres creados (cf. Gen definitivo a la fundación de la Iglesia y sobre 1, 26) y por quien son ordenados a Dios. Él es su conciencia, el cual sigue fundando su voz, su corazón. Él puede asumir sobre sí la conciencia su perennidad. y el peso del mundo. Entonces sus manos levantan el ara y ofrecen el holocausto de la humanidad y del cosmos. Esa liturgia no cesará, ni aun cuando cese el sacrificio (cf. Dan 8, 27), porque toda realidad es materia de ofrenda en manos del hombre. “¿Acaso Dios es sólo Dios de los judíos? ¿No lo es también de los gentiles? Sí, también de los gentiles, puesto que no hay más que un solo Dios” (Rm 3, 29-30). En ella puede llegar hasta Él toda la potencia amante y orante de todos los seres para suplir la que se ha enfriado. Se moviliza así el dispositivo espiritual del mundo, el que le mantiene abierto a la acción de Dios y, a su vez, permite elevar hacia Él todo lo que puede ser convertido en oración, en gloria, en adoración, en ofrenda a Dios; toda perfección, belleza, amor, gozo, dolor; todo lo que puede ser convertido en canto de alabanza y en objeto de oración. Toda la creación es un himno que, en silencio, se eleva por sí mismo, pero del que cada uno de nosotros nos podemos apropiar y ponerlo también en boca de cada criatura cósmica, humana y angélica para que llegue hasta las alturas. De esta forma, su voz será nuestra voz y 16 Benedicto XVI, audiencia general, 25 junio 2009.
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la nuestra será la suya17. Porque el hombre es el mediador, con Cristo y en la Iglesia, de esa glorificación universal. Suyo es el campo del mundo, en el que recoger la cosecha de los siglos. El lugar de la Iglesia está en el corazón de cada hombre, pero también en la anchura de los espacios y los tiempos. Desde su soledad y silencio aparentes la voz de la Iglesia tiene una resonancia superior a todas las palabras de los hombres, gracias a su sintonía con la de Dios, con la que pronuncia la liturgia de la tierra, del cielo y del universo. Con ellos canta en las lenguas de los diez mil millones de billones que, según se nos dice, representa la cifra aproximada del total de las estrellas, que entonces parpadean al ritmo de los corazones humanos. No es la Iglesia la que ha quedado enmudecida, sino el En cada instante la hombre cuyo silencio sobre Dios anula la eficacia de todos Iglesia puede ser puesta en acción total por cada sus discursos y obras. miembro vivo de la misma. Cada corazón ¿Iglesia en crepúsculo? puede ser el altar del En contraste con esta perspectiva exultante de la Iglesia, mundo, desde el que se la imagen exterior de ella en la actualidad y la valoración eleve el cántico de todos los corazones y las voces interna sobre sí misma nos presenta la visión del declive, de todas de las criaturas sociológico y cuantitativo, del mundo cristiano. Este habría de Dios, y donde se haga entrado en una fase crepuscular a consecuencia del descenso presente la ofrenda de continuado de las creencias y de las masas de fieles, cada vez todos los hombres. más ausentes del ámbito social de nuestro tiempo. De hecho, este sería uno de los fenómenos más significativos de nuestra época, porque parece representar el eclipse, al menos momentáneo, del elemento más dinámico que ha movilizado en todo tiempo la historia del mundo occidental. Ello provoca una sensación de incertidumbre, y a veces de angustia, que sube al corazón de los cristianos cuando observan la fuerza decreciente de su presencia en la sociedad y, lo que es más deplorable, el sentimiento de que Dios no cuenta hoy en el mundo más que con el amor y la santidad de unos pocos amigos. Porque es lo cierto que la hora de la oscuridad parece haber reducido casi a la nada el sentido de la religión y de la obediencia a la verdad. Dios acepta hoy, para Sí y para la iglesia, este tiempo de silencio y de catacumbas a que el hombre le condena, como aceptó la kénosis de la Cruz y del sepulcro. Porque es el tiempo dado al hombre para que 17 “Y por nuestra voz las demás criaturas” Plegaria Eucarística IV.
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diga su palabra sobre Dios en toda libertad, antes de que llegue la hora en que Él diga la suya sobre el hombre y sus palabras. Entretanto, del fondo de esta comunidad cristiana dolorida, surge un lamento semejante al de los israelitas ante la caída de la casa de David: “has derrocado sus murallas y derrotado sus fortalezas; todo viandante lo saquea y es la burla de sus vecinos; has sostenido la diestra de sus enemigos y has dado el triunfo a sus adversarios…; has quebrado su cetro glorioso y derribado su trono” (Sal 88, 39, 53). O como el gemido ante la desolación de Jerusalén: “¡Cómo yace solitaria la ciudad antaño populosa! Se ha quedado viuda Desde su soledad y la grande entre las naciones, la princesa de las provincias. silencio aparentes la voz No hay entre sus amigos quien la consuele; sus leales le han de la Iglesia tiene una vuelto la espalda” (Lam 1, 1-2). resonancia superior a El desierto y la soledad se ensanchan en el alrededor de todas las palabras de los esta Iglesia que parece, cada vez más, un resto, una semilla; hombres, gracias a su apenas una nubecilla del tamaño de una mano, como la sintonía con la de Dios, que divisó el criado del profeta Elías, pero que sin embargo con la que pronuncia la creció hasta cubrir la tierra de Israel (cf. 1 Re 18, 43-46). Ella liturgia de la tierra, del parece hoy la habitante del desierto al que ha sido conducielo y del universo. Con ellos canta en las lenguas cida, como la Mujer del Apocalipsis, para en él dar a luz al de los diez mil millones de nuevo pueblo de la humanidad, que será hijo de María y billones que, según se nos de la Iglesia Ya ahora aparece como palmera solitaria que dice, representa la cifra acoge bajo su silueta a los supervivientes de este turbador aproximada del total de naufragio, como ese único árbol que florece y que ofrece su las estrellas, que entonces sombra en la canícula de esta hora del mundo. parpadean al ritmo de los Pero los datos sociológicos y estadísticos que describen corazones humanos. esta situación no dan la medida de la realidad. La verdad acerca de la Iglesia no se deduce de la opinión o de las encuestas. Tampoco de quienes, a la hora de valorarlas, sustituyen la palabra de Dios por la de los augures de los tiempos nuevos. Unas y otros desconocen completamente el misterio de la Iglesia, las razones de su fortaleza y de su esperanza. Son estas las que en medio de sus tribulaciones le permiten repetir con el antiguo pueblo de Dios: “Tú has sido nuestro refugio de generación en generación” (Sal 89, 1). Y apropiarse las palabras del salmo 3: “pero Tú, Señor, eres mi escudo y mi gloria, Tú mantienes alta mi cabeza”, o las del profeta Isaías: “el Espíritu del Señor ha sido enviado para dar la buena noticia a los que sufren, para vendar los corazones desgarrados, para proclamar la amnistía a los cautivos, a los prisioneros la libertad, para proclamar el año de gracia del Señor: el día del desquite de nuestro Dios; para consolar a los afli-
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gidos del Señor, para cambiar su ceniza en corona, su traje de luto en perfume, su abatimiento en cánticos… Reconstruirán las viejas ruinas, levantarán los antiguos escombros, renovarán los despojos de muchas generaciones” (Is 61, 1sg). Porque “Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin de los tiempos” (Mt 28, 20). Como aquel pueblo, la Iglesia de hoy no se siente débil, ni se encuentra sola ni abandonada porque descansa sobre el brazo fuerte de su Señor. A la pregunta: ¿qué queda de la Iglesia?, ella responde: queda la Iglesia entera. La Iglesia que está en sí misma, en sus miembros, muchos o pocos en la actualidad, pero que está ante todo en Cristo que es su Cabeza, y en el Espíritu Santo que es su Corazón. Ellos pueden generar ilimitadamente hijos Dios acepta hoy, para y miembros de la Iglesia, de modo semejante a los seres sin Sí y para la iglesia, número que han salido de sus manos. Y esa fuente mana este tiempo de silencio sin cesar. Esos pocos que subsisten se mueven e interactúan y de catacumbas a que dentro de la Iglesia universal, visible o invisible, de la que el hombre le condena, son su presencia y su potencia, aparentemente inerme, pero como aceptó la kénosis de la Cruz y del sepulcro. depositaria de la multiplicidad y fecundidad de todos los que Porque es el tiempo dado han sido o serán hijos de la Iglesia. Porque en cada momento al hombre para que diga la Iglesia es toda la Iglesia. Ella es legión; simplemente, la su palabra sobre Dios en Iglesia de Dios. toda libertad, antes de A la Iglesia le queda toda la realidad viva de la Iglesia que llegue la hora en que eterna: todo el poder, la gloria y la presencia de su Señor, Él diga la suya sobre el la Palabra de Dios, el Espíritu Santo, la Gracia de sus Sacra- hombre y sus palabras. mentos, la facultad de atar y desatar así en la tierra como en el cielo. Le queda la Iglesia de todos los tiempos, presentes, pasados y venideros, esto es, el Cuerpo místico y la Comunión de los Santos, la Iglesia militante, purgante y triunfante, que es la Jerusalén celeste. En definitiva: la “Iglesia del Dios vivo, columna y fundamento de la verdad” (1 Tim 3, 15). Y le quedan sus santos, sus mártires, sus místicos y sus fieles anónimos, los de hoy y los de todas las generaciones. Le quedan sus maestros, pensadores y teólogos. Le queda su historia, a la vez espiritual, sacramental y humana, no igualada por ninguna otra colectividad en su contribución a la elevación del hombre, y expresada en lo hecho por sí misma y por todos los que han inspirado su sabiduría humana en la fe y en la gracia transmitidos por ella. Ella sigue siendo el único organismo verdaderamente viviente, encerrada hoy en un núcleo diminuto, pero en el que se esconde una energía ilimitada, superior a la que se albergaba en la partícula originante del universo.
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Y junto a ella, invisibles pero reales, todas las milicias del cuerpo místico; innúmeras, vivientes en Aquel que vive por los siglos, prontas a la voz de su palabra. Esta Iglesia subsiste, presente y operante, con la eficacia total de su Cabeza y de sus miembros. La Iglesia que no puede ser anulada por la fuerza del infierno y que, aunque momentáneamente ensombrecida por la confusión y el pecado, mantiene intacta su pujanza, como Cristo en aquellas horas oscuras de la pasión y del sepulcro. Porque “nosotros compartimos su debilidad, pero por la fuerza de Dios compartimos también su vida” (2 Cor 3, 4), la “plenitud del que lo llena todo en todos” (Ef 1, 23). Cristo lleva con Él todas las edades porque los tiempos se unifican en Él. Por eso, la realidad actual de la Iglesia es coextensiva a la comunidad eclesial que subsiste, en todo tiempo, en Cristo. Cristo lleva con Él todas ¿Pequeño rebaño o inmensa mayoría? No es verdad que las edades porque los los seguidores de Cristo estén solos ni que sean pocos. No tiempos se unifican en es cierto que la Iglesia se halle reducida a la impotencia, sea Él. Por eso, la realidad por la deserción masiva de los cristianos o por el aparente actual de la Iglesia es coextensiva a la eclipse de cuanto ella ha representado. En esta Iglesia, apacomunidad eclesial que rentemente residual, permanece intacta toda la fuerza vital subsiste, en todo tiempo, del cristianismo, de la presencia de Cristo, de todo lo que, en en Cristo. el pasado o en el futuro, ha emanado y converge hacia Él, de todos los que, franqueando las etapas de la historia, integran la Iglesia perenne de Cristo. Vuelve a suceder como al comienzo: toda la Iglesia estaba ya místicamente presente en el cenáculo cuando el Espíritu del Señor descendió sobre aquel mínimo número de discípulos. O como todo el pueblo de Israel se encontraba encarnado en un hombre, Abrahán, que debía “engendrar una nación grande y poderosa, y en el que serían bendecidas todas las naciones de la tierra” (Gen 18, 18). Hoy la Iglesia es la semilla sepultada en la tierra que trae la promesa del mundo renovado, que anuncia la llegada de la tierra y del hombre nuevos, “cuando termine el quebrantamiento de la fuerza del Pueblo Santo” (Dan 12, 7). “Mantengamos firme la profesión de la esperanza, pues el que hizo la promesa es fiel” (Hbr 10, 23).
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Vía Crucis LUIGI GIUSSANI
Sólo Él es
APUNTES DE UNA MEDITACIÓN A LO LARGO DEL VÍA CRUCIS
Oración introductoria
El Espíritu que generó a Dios hombre, que le hizo capaz de morir por nosotros y que le resucitó por su poder de entre los muertos, obre también en nosotros tales maravillas, arranque de nosotros la curiosidad con la que estamos aquí, curiosidad que solo nos hace recordar los hechos que sucedieron entonces, imaginarlos sin comprenderlos, sin penetrar en ellos, sin permitir que su significado real nos provoque personalmente. Por eso recitamos con todo nuestro corazón: Gloria.
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Primera estación
Jesús es condenado a muerte Nos contamos entre los asesinos de Cristo, como todos los demás, pero lo somos de un modo absolutamente concreto, como concreta es su relación con nosotros. Sin embargo esta Presencia permanece inexorable en nuestra vida porque nuestra vida le pertenece. El Señor, en su misericordia, nos ha elegido, nos ha perdonado, nos ha abrazado una y otra vez. Ha cargado con todos nuestros pecados, hemos sido ya perdonados. Él tiene que manifestarse. ¿Cómo? A través de mi corazón que le acoge, que le reconoce. Es algo sencillo, pero no existe nada más divino en el mundo, más milagroso, es decir, nada que anticipe más la evidencia última y eterna.
Segunda estación
Jesús carga con la cruz “Tú caminas con nosotros por el desierto”. Esta frase es verdadera. No nos saca del desierto de nuestra vida, sino que nos habla dentro de este desierto, y su palabra es pan que nos sacia, roca sobre la que construir. Este es el dolor de tu cruz: has venido a caminar junto a nosotros y te dejamos solo. Que nuestros ojos y nuestro corazón se conmuevan haciendo memoria de tu presencia sacrificada, de tu caminar por el desierto. Él abrazó la cruz voluntariamente. ¿Quién de entre nosotros está dispuesto a aceptar un sacrificio semejante?
Tercera estación
Jesús cae por primera vez El delito es que el hombre se traicione a sí mismo, que traicione a aquello de lo que está hecho, es decir, a sí mismo; el delito es traicionarse a sí mismo. El pecado. ¡Qué estrepitosa gravedad asume entonces esta palabra: pecado! Esta palabra solo se entiende si se tiene en cuenta su origen, su raíz: el olvido de ti, Padre. Confiarse a Él quiere decir seguirle, aceptar la ley del seguimiento. Puede parecer sacrificio, pero es para la alegría. Nos conviene el camino en el que el sacrificio es condición para llegar a ser maduros, grandes. Nuestra conciencia se hará más profunda, se nos dará al Consolador. La salvación es don —no es fruto de nuestra búsqueda, de nuestro esfuerzo— y tiene un nombre: Cristo.
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Jesús encuentra a su madre
Vía Crucis
Cuarta estación
El primer significado de la mirada de la Madre al Hijo es su identificación con él. ¡Quién habría creído que el Creador, para que nosotros viviésemos la relación con todas las cosas, debía perderlas para después recuperarlas! Su Madre lo creyó enseguida. Señora, haznos participar de la conciencia con la que tú mirabas a tu Hijo morir solo, solo, en la cruz. Mirabas a tu Hijo caminar con los hombres por quienes vino a morir, solo.
Quinta estación
Simón de Cirene ayuda a Jesús a llevar la cruz Hay un hecho imponente como una montaña, un hecho que es previo y que tu camino debe atravesar: Dios nos ha amado primero. Ninguno de nosotros puede arrancar este hecho de la trama de su existencia: has sido llamado. Dios nos ha escogido, somos propiedad particular de Dios, nuestra vida le pertenece.
Sexta estación
La Verónica limpia el rostro de Jesús El sacrificio no tiene ni belleza ni atractivo alguno en su apariencia. El sacrificio es Cristo que padece y muere. Él es el significado de nuestra vida; por eso ha de influir en el presente, porque lo que no se ama en el presente no se ama, y lo que en el presente no se afirma no se afirma tampoco. “Tu nombre nació de lo que tu vista fijó” (Juan Pablo II). La ley de la existencia es el amor, porque el amor es afirmar a otro con la propia acción. Toda la vida está en función de algo más grande, está en función de Dios. Toda nuestra vida está en función de ti, Cristo. “Busco tu rostro”. “Busco tu rostro” está en la esencia del tiempo. “Busco tu rostro” está en la esencia del corazón. “Busco tu rostro” está en la naturaleza de la razón.
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VÃa Crucis
Séptima estación
Jesús cae por segunda vez En cada impulso de sacrificio que, impuesto por la vocación, secundamos, si estamos atentos, nos descubriremos redentores, reconstructores de ciudades destruidas, redentores con Cristo. Entonces nuestra acción se dilata por completo, se abre con la presencia de Cristo, con el corazón de Cristo; nuestra vida personal rompe los horizontes y se abre al Infinito, un Infinito que, como la luz del sol, penetra hasta los tugurios y los lugares oscuros, renovándolo todo. Tenemos que colaborar con aquello por lo que Cristo murió. “Vocación” quiere decir que se nos llama precisamente a esto: a que se haga inevitable para nosotros la participación en la acción por la que Cristo murió para redimir, para salvar a los hombres. Ya no podremos mirar a la cara a las personas que nos encontremos por la calle sin sentirnos acuciados por un deseo urgente de salvarlas. A uno mismo le salva esta urgencia.
Octava estación
Jesús consuela a las mujeres de Jerusalén No se puede mirar a Cristo si no es desde la conciencia de ser pecador. Que somos pecadores no llega a ser un juicio si no brota de mirar el rostro de Aquel a quien hemos entristecido. En cambio, nuestros días están dominados por la distracción; por eso el corazón permanece árido y nuestro quehacer está lleno de pretensiones.
Novena estación
Jesús cae por tercera vez “El Señor ha querido postrarle en el dolor”. Dios es positividad, Dios es el Ser; todo lo que no acaba en esta palabra —Ser— no existe, no es verdadero, no es real. Todo acaba en esta palabra, a través del sacrificio. En el sacrificio todo se hace verdadero, incluido tú mismo y tu propia vida.
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Décima estación
Jesús es despojado de sus vestiduras Tenemos que aceptar decir “no” a la inmediatez con la que las cosas se nos presentan y nos solicitan y adherirnos al camino misterioso de Dios que nos invita a seguir su palabra, a seguir su revelación, el modo con el que Él mismo ha venido a salvarnos, a liberarnos. Aceptó la cruz para liberarnos de la fascinación de la nada, para liberarnos de la fascinación de las apariencias, de lo efímero.
Undécima estación
Jesús, clavado en la cruz Cristo en la cruz es el pecado condenado por el Padre. La cruz de Cristo es la explosión de la conciencia del mal. Entramos en relación con Cristo por la conciencia que tenemos de pecado. En la ausencia de la conciencia de pecado y en la conciencia falsa de pecado se actúa en nosotros la caída sin fin, pues el remordimiento, el escepticismo no son conciencia de pecado. Quien tiene conciencia del propio pecado tiene también conciencia de la liberación.
Duodécima estación
Jesús muere en la cruz No podemos olvidar a qué precio hemos sido salvados, día a día. El sacrificio no es una objeción, ni la derrota humana es una objeción; son, más bien, la raíz de la resurrección, la posibilidad de una vida verdadera. El acontecimiento que sucede aquí y ahora, si es —antes que ninguna otra cosa— un hecho, un hecho que no se puede reducir a nada, que no se puede censurar, que ya no se puede eliminar, si es sobre todo un hecho, es un hecho para ti, algo que debe interesarte por encima de todo. ¡Es un hecho para ti! ¡Para ti, para mí, para mí! “Para ti” es la voz que brota del corazón del Crucificado. “Para mí” es el eco que brota en mi corazón, en mi conciencia. Todo se precipitaría en la muerte sin esta voz, sin esta presencia.
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Fragmento de la así llamada Lamentación de Dernbach, Mitte der Rhein, (s. XIII). Cerámica policromada, 35 cm. de altura, 68 cm. de ancho. Museo Diocesano, Limburg an der Lahn.
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Bajan a Jesús de la cruz y lo entregan a su madre Todo el mundo juzga el dolor como un castigo. Se piensa que el hombre al que le asalta el dolor se ve obligado a la renuncia, al sacrificio, como si Dios le golpeara y humillara. Todos excepto María. ¡Qué trasparente fue para su corazón, crucificado con el de Cristo, que el castigo que nos da la salvación, que exalta la vida, había caído sobre Él, y por eso Dios lo exaltó y le dio el nombre sobre todo nombre! Fac ut ardeat cor meum in amando Christum Deum ut sibi compleceam. En esto radica la gran ley moral. De aquí brota la verdadera ley moral, de la que nace toda moral: complacer a aquel hombre crucificado, complacer al misterio de Dios que se ha hecho hombre y fue crucificado por mí, y que resucitó para que yo fuese liberado.
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Decimotercera estación
Decimocuarta estación
El cuerpo de Jesús es puesto en el sepulcro El umbral de la verdad del sacrificio es la petición: “Dios mío, date prisa en socorrerme”. Con esta petición comienza a moverse la piedra de la tumba de nuestras acciones vacías. La resurrección parte de este aspecto de impotencia infinita que es el mendigar, del reconocimiento supremo de que solo Dios es poderoso y de nuestro agradecimiento profundo porque Él, que ha iniciado nuestra existencia, quiere llevarla a su cumplimiento. No existe nada que exprese mejor la capacidad de comunicación universal, católica, ecuménica, que un corazón regenerado por el “sí” a Cristo, por la esperanza en Él, por la que cada uno de nosotros vuelve a emprender cotidianamente la búsqueda, el deseo, la petición, el sacrificio de la pureza. Viviendo siempre una paz en la mortificación que se reaviva sin cesar.
Oración final
Contempla, Dios omnipotente, a la humanidad extenuada por su debilidad mortal y haz que recupere la vida por la pasión de tu único Hijo. Él es Dios y vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.
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«La unión con Dios se alcanza cuando el creyente se dirige a Él con fe, esperanza y amor, en el arrepentimiento y la oración. Dios puede conceder su cercanía y su salvación a los hombres por diversos caminos, aun cuando se encuentren en una situación de vida contradictoria». Composición de Ennio Morlotti. (1975, Istituto Paolo VI Brescia)
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Testimonio a favor de la fuerza de la gracia —Sobre la indisolubilidad del matrimonio y el debate acerca de los divorciados vueltos a casar y los sacramentos— POR GERHARD L. MÜLLER
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a discusión sobre la problemática de los fieles que tras un divorcio han contraído una nueva unión civil no es nueva. Siempre ha sido tratada por la Iglesia con gran seriedad, con la intención de ayudar a las personas afectadas, puesto que el matrimonio es un sacramento que alcanza en modo particularmente Las controversias con los profundo la realidad personal, social e histórica del hombre. A causa del fariseos fueron para el creciente número de afectados en países de antigua tradición cristiana, Señor una ocasión para se trata de un problema pastoral de gran trascendencia. Hoy los creyen- ocuparse del tema. Jesús tes se interrogan muy seriamente: ¿No puede la Iglesia autorizar a los se distancia expresamente cristianos divorciados y vueltos a casar, bajo determinadas condiciones, de la práctica a recibir los sacramentos? ¿Les están definitivamente atadas las manos veterotestamentaria del en estas cuestiones? Los teólogos, ¿realmente han considerado todas las divorcio, que Moisés había permitido a causa implicaciones y consecuencias al respecto? Estas preguntas deben ser discutidas en conformidad con la de la “dureza de corazón” enseñanza católica sobre el matrimonio. Una pastoral enteramente de los hombres y se remite responsable presupone una teología que se abandone a Dios que se a la voluntad originaria revela, prestándole el pleno obsequio del entendimiento y de la vo- de Dios. luntad”, y asintiendo “voluntariamente a la revelación hecha por Él” (Constitución apostólica Dei Verbum, n. 5). Para hacer comprensible la auténtica doctrina de la Iglesia, debemos comenzar por la Palabra de Dios, contenida en la Sagrada Escritura, explicada por la tradición eclesial e interpretada de modo vinculante por el Magisterio.
El testimonio de la Sagrada Escritura
No deja de ser problemático situar inmediatamente nuestra cuestión en el ámbito del Antiguo Testamento, puesto que entonces el matrimonio no era considerado como un sacramento. No obstante, la Palabra de Dios en la Antigua Alianza es significativa para nosotros, ya que Jesús se coloca en esta tradición * El presente artículo del Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la fe fue publicado en el diario oficial de la Santa Sede, L’Osservatore Romano.
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y argumenta a partir de ella. En el decálogo se encuentra el mandamiento: “No cometerás adulterio” (Ex 20,14); sin embargo, en otro lugar el divorcio es visto como algo posible. Según Dt 24,1-4, Moisés estableció que el hombre pueda expedir un libelo de repudio y despedir a la mujer de su casa si no lo complace. En consecuencia de esto, el hombre y la mujer pueden volverse a casar. Sin embargo, junto a la concesión del divorcio, en el Antiguo Testamento es posible identificar una cierta resistencia hacia esta práctica. Al igual que el ideal de la monogamia, también la indisolubilidad está contenida en la comparación profética entre la alianza de Yavé con Israel y la alianza matrimonial. El profeta Malaquías lo expresa claramente: “No traicionarás a la esposa de tu juventud... siendo así que ella era tu compañera y la mujer de tu alianza” (cfr Mal 2,14-15). En particular, las controversias con los fariseos fueron para el Señor una ocasión para ocuparse del tema. Jesús se distancia expresamente Pablo establece la de la práctica veterotestamentaria del divorcio, que Moisés había prohibición del divorcio permitido a causa de la “dureza de corazón” de los hombres y se como un deseo expreso remite a la voluntad originaria de Dios: “Desde el comienzo de la de Cristo: “A los creación, Dios los hizo varón y mujer. Por eso dejará el hombre a su casados, en cambio, padre y a su madre, y los dos se harán una sola carne. De manera les ordeno —y esto no que ya no son dos, sino una sola carne. Pues bien, lo que Dios unió es mandamiento mío, no lo separe el hombre” (Mc 10,5-9, cfr Mt 19; Lc 16,18). La Iglesia sino del Señor— que la católica siempre se ha remitido, en la enseñanza y en la praxis, a esposa no se separe de estas palabras del Señor sobre la indisolubilidad del matrimonio. El su marido. Si se separa, pacto que une íntima y recíprocamente a los cónyuges entre sí ha sido que no vuelva a casarse, establecido por Dios. Designa una realidad que proviene de Dios y o que se reconcilie que, por tanto, ya no está a disposición de los hombres. con su esposo. Y que Algunos exégetas sostienen hoy que estas palabras de Jesús tampoco el marido habrían sido aplicadas, ya en tiempos apostólicos, con una cierta abandone a su mujer” flexibilidad, concretamente con respecto a la porneia/fornicación (1 Cor 7,10-11). (cfr Mt 5,32; 19,9) y a la separación entre un cristiano y su cónyuge no cristiano (cfr 1 Cor 7,12-15). En el campo exegético, las cláusulas sobre la fornicación fueron objeto de discusión controvertida, desde el comienzo. Muchos están convencidos de que no se trataría de excepciones a la indisolubilidad, sino de vínculos matrimoniales inválidos. De todos modos, la Iglesia no puede fundar su doctrina y praxis sobre hipótesis exegéticas debatidas. Ella debe atenerse a la clara enseñanza de Cristo. Pablo establece la prohibición del divorcio como un deseo expreso de Cristo: “A los casados, en cambio, les ordeno —y esto no es mandamiento mío, sino del Señor— que la esposa no se separe de su marido. Si se separa, que no vuelva a casarse, o que se reconcilie con su esposo. Y que tampoco el marido abandone a su mujer” (1 Cor 7,10-11). Al mismo tiempo, permite en razón de su propia autoridad que un no cristiano pueda separarse de su cónyuge si se ha convertido al cristianismo. En este caso, el cristiano “no queda obligado” a permanecer soltero (1 Cor 7, 12-16). A partir de esta posición, la Iglesia reconoce que solo el matrimonio entre un hombre y una mujer bautizados es un sacramento en
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sentido real, y que solo a estos se aplica la indisolubilidad en modo incondicional. El matrimonio de no bautizados, si bien está orientado a la indisolubilidad, bajo ciertas circunstancias —a causa de bienes más altos— puede ser disuelto (Privilegium Paulinum). No se trata aquí, por tanto, de una excepción a las palabras del Señor. La indisolubilidad del matrimonio sacramental, es decir, de este en el ámbito del misterio cristiano, permanece intacta. La Carta a los Efesios es de gran significado para el fundamento bíblico de la comprensión sacramental del matrimonio. En ella se señala: “Maridos, amad a vuestras esposas, como Cristo amó a la Iglesia y se entregó por ella” (Ef 5,25). Y más adelante, escribe el Apóstol: “Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre para unirse a su mujer, y los dos serán una sola carne. Este es un gran misterio: y yo digo que se refiere a Cristo y a la Iglesia” (Ef 5,31-32). El matrimonio cristiano es un signo eficaz de la alianza entre Cristo y la Iglesia. El matrimonio entre bautizados es un sacramento porque significa y confiere la gracia de este pacto.
El testimonio de la Tradición de la Iglesia
El Concilio Vaticano II, en la Constitución Pastoral Gaudium et spes, sobre “la Iglesia en el mundo de hoy”, ha enseñado una doctrina teológica y espiritualmente profunda sobre el matrimonio. Ella sostiene de forma clara su indisolubilidad.
Los Padres de la Iglesia y los Concilios constituyen un importante testimonio para el desarrollo de la posición eclesiástica. Según los Padres, las instrucciones bíblicas son vinculantes. Estos rechazan las leyes estatales sobre el divorcio por ser incompatibles con las exigencias de Jesús. La Iglesia de los Padres, en obediencia al Evangelio, rechazó el divorcio y un segundo matrimonio. En este punto, el testimonio de los Padres es inequívoco. En la época patrística, los creyentes separados que se habían vuelto a casar civilmente no eran readmitidos oficialmente a los sacramentos, aun cuando hubiesen pasado por un período de penitencia. Algunos textos patrísticos, es cierto, permiten reconocer abusos, que no siempre fueron rechazados con rigor, y que, en ocasiones, se buscaron soluciones pastorales para rarísimos casos-límite. Más tarde, en algunas regiones, sobre todo a causa de la creciente interdependencia entre el Estado y la Iglesia, se llegó a compromisos mayores. En Oriente este desarrollo prosiguió su curso y condujo, especialmente después de la separación de la Cathedra Petri, a una praxis cada vez más liberal. Hoy existe en las iglesias ortodoxas una multitud de causas para el divorcio, que en su mayoría son justificados mediante la referencia a la Oikonomia, la indulgencia pastoral en casos particularmente difíciles, y abren el camino a un segundo o tercer matrimonio con carácter penitencial. Esta práctica no es coherente con la voluntad de Dios, tal como se expresa en las palabras de Jesús sobre la indisolubilidad del matrimonio, y representa una dificultad significativa para el ecumenismo. En Occidente, la Reforma Gregoriana se opuso a la tendencia liberalizadora y retornó a la interpretación originaria de la Escritura y de los Padres. La Iglesia Católica ha defendido la absoluta indisolubilidad del matrimonio también al
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«Jesús recibió a la mujer adúltera con gran compasión, pero también le dijo: “vete y desde ahora no peques más” (Jn 8, 11). La misericordia de Dios no es una dispensa de los mandamientos de Dios y de las disposiciones de la Iglesia. Mejor dicho, ella concede la fuerza de la gracia para su cumplimiento, para levantarse después de una caída y para llevar una vida de perfección de acuerdo a la imagen del Padre celestial.» Jesús y la mujer adúltera. Gustave Doré, 1885.
precio de grandes sacrificios y sufrimientos. El cisma de la “Iglesia de Inglaterra” separada del sucesor de Pedro tuvo lugar no con motivo de diferencias doctrinales, sino porque el Papa, en obediencia a las palabras de Jesús, no podía ceder a la presión del rey Enrique VIII para disolver su matrimonio. El Concilio de Trento confirmó la doctrina de la indisolubilidad del matrimonio sacramental y explicó que esta corresponde a la enseñanza del Evangelio (cfr DH 1807). En ocasiones, se sostiene que la Iglesia toleró de hecho la praxis oriental. Esto no corresponde a la verdad. Los canonistas hablaron reiteradamente de una práctica abusiva, y existen testimonios de grupos de cristianos ortodoxos que, convertidos al catolicismo, tuvieron que firmar una confesión de fe con una expresa referencia a la imposibilidad de un segundo o un tercer matrimonio. El Concilio Vaticano II, en la Constitución Pastoral Gaudium et spes, sobre “la Iglesia en el mundo de hoy”, ha enseñado una doctrina teológica y espiritualmente profunda sobre el matrimonio. Ella sostiene de forma clara su indisolubilidad. El matrimonio se entiende como una comunidad integral, corpóreoespiritual, de vida y amor entre un hombre y una mujer, que recíprocamente se entregan y reciben como personas. Mediante el acto personal y libre del consentimiento recíproco, se funda por derecho divino una institución estable ordenada al bien de los cónyuges y de la prole, e independiente del arbitrio del hombre: “Esta íntima unión, como mutua entrega de dos personas, lo mismo que el bien de los hijos, exigen plena fidelidad conyugal y urgen su indisoluble
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unidad” (n. 48). A través del sacramento, Dios concede a los cónyuges una gracia especial: “Porque así como Dios antiguamente se adelantó a unirse a su pueblo por una alianza de amor y de fidelidad, así ahora el Salvador de los hombres y Esposo de la Iglesia sale al encuentro de los esposos cristianos por medio del sacramento del matrimonio. Además, permanece con ellos para que los esposos, con su mutua entrega, se amen con perpetua fidelidad, como Él mismo amó a la Iglesia y se entregó por ella” (ídem). Mediante el sacramento, la indisolubilidad del matrimonio contiene un significado nuevo y más profundo: Llega a ser una imagen del amor de Dios hacia su pueblo y de la irrevocable fidelidad de Cristo a su Iglesia. El matrimonio como sacramento se puede entender y vivir solo La mentalidad actual en el contexto del misterio de Cristo. Cuando el matrimonio se secu- contradice la comprensión lariza o se contempla como una realidad meramente natural, queda cristiana del matrimonio impedido el acceso a su sacramentalidad. El matrimonio sacramental especialmente en pertenece al orden de la gracia y, en definitiva, está integrado en la lo relativo a la comunidad de amor de Cristo con su Iglesia. Los cristianos están indisolubilidad y la llamados a vivir su matrimonio en el horizonte escatológico de la apertura a la vida. Puesto que muchos cristianos llegada del Reino de Dios en Jesucristo, Verbo de Dios encarnado. están influidos por
El testimonio del Magisterio en épocas recientes
este contexto cultural,
en nuestros días los Con el texto, aún hoy fundamental, de la Exhortación Apostóli- matrimonios están más ca Familiaris consortio, publicado por Juan Pablo II el 22 de noviembre expuestos a la invalidez de 1981, después del Sínodo de Obispos sobre la familia cristiana en el que en el pasado. mundo de hoy, se confirma expresamente la enseñanza dogmática de la Iglesia sobre el matrimonio. Desde el punto de vista pastoral, la Exhortación postsinodal se ocupa también de la atención de los fieles vueltos a casar con rito civil, pero que están aún vinculados entre sí por un matrimonio eclesiástico válido. El Papa manifiesta por tales fieles un alto grado de preocupación y de afecto. El n. 84 (“Divorciados vueltos a casar”) contiene las siguientes afirmaciones fundamentales: 1. Los pastores que tienen cura de ánimas están obligados por amor a la verdad “a discernir bien las situaciones”. No es posible evaluar todo y a todos de la misma manera. 2. Los pastores y las comunidades están obligados a ayudar con solícita caridad a los fieles interesados. También ellos pertenecen a la Iglesia, tienen derecho a la atención pastoral y deben tomar parte en la vida de la Iglesia.
3. Sin embargo, no se les puede conceder el acceso a la Eucaristía. Al respecto se adopta un doble motivo: a) “Su estado y situación de vida contradicen objetivamente la unión de amor entre Cristo y la Iglesia, significada y actualizada en la Eucaristía”; b) “Si se admitieran estas personas a la Eucaristía, los fieles serían inducidos a error y confusión acerca de la doctrina de la Iglesia sobre la indisolubilidad
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del matrimonio”. Una reconciliación a través del sacramento de la penitencia, que abre el camino hacia la comunión eucarística, únicamente es posible mediante el arrepentimiento acerca de lo acontecido y “la disposición a una forma de vida que no contradiga la indisolubilidad del matrimonio”. Esto significa, concretamente, que cuando por motivos serios la nueva unión no puede interrumpirse, por ejemplo a causa de la educación de los hijos, el hombre y la mujer deben “obligarse a vivir una continencia plena”.
4. A los pastores se les prohíbe expresamente, por motivos teológico sacramentales y no meramente legales, efectuar “ceremonias de cualquier tipo” para los divorciados vueltos a casar”, mientras subsista la validez del primer matrimonio.
La carta de la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre la Falta la voluntad recepción de la comunión eucarística por parte de los fieles dide casarse según el vorciados que se han vuelto a casar, del 14 de septiembre de 1994, sentido de la doctrina ha confirmado que la praxis de la Iglesia, frente a esta pregunta, matrimonial católica “no puede ser modificada basándose en las diferentes situaciones” y se ha reducido la (n. 5). Además, se aclara que los fieles afectados no deben acercarse a pertenencia a un contexto recibir la sagrada comunión basándose en sus propias convicciones vital de fe. Por esto, de conciencia: “En el caso de que él lo juzgara posible, los pastores la comprobación de la y los confesores (…), tienen el grave deber de advertirle que dicho validez del matrimonio juicio de conciencia está reñido abiertamente con la doctrina de la es importante y puede Iglesia” (n. 6). Si existen dudas acerca de la validez de un matrimonio conducir a una solución fracasado, estas deberán ser examinadas por el tribunal matrimonial de estos problemas. competente (cfr n. 9). Sigue siendo de fundamental importancia obrar “con solícita caridad [para] hacer todo aquello que pueda fortalecer en el amor de Cristo y de la Iglesia a los fieles que se encuentran en situación matrimonial irregular. Sólo así será posible para ellos acoger plenamente el mensaje del matrimonio cristiano y soportar en la fe los sufrimientos de su situación. En la acción pastoral se deberá cumplir toda clase de esfuerzos para que se comprenda bien que no se trata de discriminación alguna, sino únicamente de fidelidad absoluta a la voluntad de Cristo que restableció y nos confió de nuevo la indisolubilidad del matrimonio como don del Creador” (n. 10). En la Exhortación Apostólica Postsinodal Sacramentum caritatis, del 22 de febrero de 2007, Benedicto XVI retoma y da nuevo impulso al trabajo del anterior Sínodo de Obispos sobre la Eucaristía. El n. 29 del documento trata acerca de la situación de los fieles divorciados y vueltos a casar. También para Benedicto XVI se trata aquí de “un problema pastoral difícil y complejo”. Reitera “la praxis de la Iglesia, fundada en la Sagrada Escritura (cfr Mc 10,2-12), de no admitir a los sacramentos a los divorciados casados de nuevo”, pero también exhorta a los pastores a dedicar “una especial atención” a los afectados, “con el deseo de que, dentro de lo posible, cultiven un estilo de vida cristiano mediante la participación en la santa Misa, aunque sin comulgar; la escucha de la Palabra de Dios, la Adoración eucarística, la oración, la participación en la vida comunitaria, el diálogo con un sacerdote de confianza o un director espiritual, la entrega a
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obras de caridad, de penitencia, y la tarea de educar a los hijos”. Cuando existen dudas sobre la validez de un matrimonio anterior fracasado, estas deberán ser examinadas por los tribunales matrimoniales competentes. La mentalidad actual contradice la comprensión cristiana del matrimonio especialmente en lo relativo a la indisolubilidad y la apertura a la vida. Puesto que muchos cristianos están influidos por este contexto cultural, en nuestros días los matrimonios están más expuestos a la invalidez que en el pasado. En efecto, falta la voluntad de casarse según el sentido de la doctrina matrimonial católica y se ha reducido la pertenencia a un contexto vital de fe. Por esto, la comprobación de la validez del matrimonio es importante y puede conducir a una solución de estos problemas. Cuando la nulidad del matrimonio no puede demostrarse, la absolución y la comunión eucarística presuponen, de acuerdo con la probada praxis eclesial, una vida en común “como amigos, como hermano y hermana”. Las bendiciones de estas uniones irregulares, “para que Las bendiciones de estas no surjan confusiones entre los fieles sobre el valor del matrimonio, uniones irregulares, se deben evitar”. La bendición (bene-dictio: aprobación por parte de “para que no surjan Dios) de una relación que se opone a la voluntad del Señor es una confusiones entre los contradicción en sí misma. fieles sobre el valor del En su homilía para el VII Encuentro Mundial de las Familias matrimonio, se deben en Milán, el 3 de junio de 2012, Benedicto XVI habló una vez más de evitar”. La bendición este doloroso problema: “Quisiera dirigir unas palabras también a (bene-dictio: aprobación los fieles que, aun compartiendo las enseñanzas de la Iglesia sobre la por parte de Dios) de una familia, están marcados por las experiencias dolorosas del fracaso y relación que se opone la separación. Sabed que el Papa y la Iglesia os sostienen en vuestra a la voluntad del Señor dificultad. Os animo a permanecer unidos a vuestras comunidades, es una contradicción al mismo tiempo que espero que las diócesis pongan en marcha en sí misma. adecuadas iniciativas de acogida y cercanía”. El último Sínodo de Obispos sobre “La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana” (7-28 de octubre de 2012) ha vuelto a ocuparse de la situación de los fieles que tras el fracaso de una comunidad de vida matrimonial (no el fracaso del matrimonio como tal, que permanece en cuanto sacramento), han establecido una nueva unión y conviven sin el vínculo sacramental del matrimonio. En el mensaje conclusivo, los Padres sinodales se dirigieron a ellos con las siguientes palabras: “A todos ellos les queremos decir que el amor de Dios no abandona a nadie, que también la Iglesia los ama y es una casa acogedora con todos, que siguen siendo miembros de la Iglesia, aunque no puedan recibir la absolución sacramental ni la Eucaristía. Que las comunidades católicas estén abiertas a acompañar a cuantos viven estas situaciones y favorezcan caminos de conversión y de reconciliación”.
Consideraciones antropológicas y teológico-sacramentales La doctrina sobre la indisolubilidad del matrimonio encuentra con frecuencia incomprensiones en un ambiente secularizado. Allí donde las ideas fundamentales de la fe cristiana se han perdido, la mera pertenencia convencional a la
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«La mayoría de los jóvenes anhela una relación estable y duradera, tal como corresponde a la naturaleza espiritual y moral del hombre. Además, se debe recordar el valor antropológico del matrimonio indisoluble, que libera a los cónyuges de la arbitrariedad y de la tiranía de sentimientos y estados de ánimo, y les ayuda a sobrellevar las dificultades personales y a vencer las experiencias dolorosas. En particular, protege a los niños, que, por lo general, son los que más sufren con la ruptura del matrimonio.» Enamorados en gris, 1916. Marc Chagall.
Iglesia no está en condiciones de sostener decisiones de vida relevantes ni de ofrecer un apoyo en las crisis tanto del estado matrimonial como del sacerdotal y la vida consagrada. Muchos se preguntan: ¿Cómo podré comprometerme para toda la vida con una única mujer o un único hombre? ¿Quién me puede decir cómo estará mi matrimonio en diez, veinte, treinta o cuarenta años? Por otra parte, ¿es posible una unión de carácter definitivo a una única persona? La gran cantidad de uniones matrimoniales que hoy se rompen refuerzan el escepticismo de los jóvenes sobre las decisiones que comprometan la propia vida para siempre. Por otra parte, el ideal de la fidelidad entre un hombre y una mujer, fundado en el orden de la creación, no ha perdido nada de su atractivo, como lo revelan recientes encuestas dirigidas a gente joven. La mayoría de los jóvenes anhela una relación estable y duradera, tal como corresponde a la naturaleza espiritual y moral del hombre. Además, se debe recordar el valor antropológico del matrimonio indisoluble, que libera a los cónyuges de la arbitrariedad y de la tiranía de sentimientos y estados de ánimo, y les ayuda a sobrellevar las dificultades personales y a vencer las experiencias dolorosas. En particular, protege a los niños, que, por lo general, son los que más sufren con la ruptura del matrimonio. El amor es más que un sentimiento o instinto. En su esencia, el amor es entrega. En el amor matrimonial, dos personas se dicen consciente y voluntariamente: solo tú, y para siempre. A las palabras del Señor: “Lo que Dios ha unido” corresponde la promesa de los esposos: “Yo te acepto como mi marido… Yo te acepto como mi mujer… Quiero amarte, cuidarte y honrarte toda mi vida, hasta que la muerte nos separe”. El sacerdote bendice la alianza que
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los esposos han sellado entre sí ante la presencia de Dios. Quien se pregunte si el vínculo matrimonial tiene una naturaleza ontológica, déjese instruir por las palabras del Señor: “Al principio, el Creador los hizo varón y mujer, y dijo: Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne. Así, pues, ya no son dos, sino una sola carne” (Mt 19, 4-6). Para los cristianos rige el hecho de que el matrimonio entre bautizados —por tanto, incorporados al cuerpo de Cristo— tiene una dimensión sacramental y representa así una realidad sobrenatural. Uno de los más serios problemas pastorales está constituido por el hecho de que algunos juzgan el matrimonio exclusivamente con criterios mundanos y pragmáticos. Quien piensa según “el espíritu del mundo” (1 Cor 2,12) no puede comprender la La doctrina sobre la sacramentalidad del matrimonio. La Iglesia no puede responder a indisolubilidad del la creciente incomprensión sobre la santidad del matrimonio con matrimonio encuentra una adaptación pragmática ante lo presuntamente inexorable, sino con frecuencia solo mediante la confianza en “el Espíritu que viene de Dios, para incomprensiones en un que conozcamos los dones que Dios nos ha concedido” (1 Cor 2,12). ambiente secularizado. El matrimonio sacramental es un testimonio de la potencia de la Allí donde las ideas gracia que transforma al hombre y prepara a toda la Iglesia para la fundamentales de la fe ciudad santa, la nueva Jerusalén, la Iglesia misma, preparada “como cristiana se han perdido, una novia que se engalana para su esposo” (Ap 21,2). El evangelio la mera pertenencia de la santidad del matrimonio se anuncia con audacia profética. Un convencional a la Iglesia profeta tibio busca su propia salvación en la adaptación al espíritu no está en condiciones de de los tiempos, pero no la salvación del mundo en Jesucristo. La sostener decisiones fidelidad a las promesas del matrimonio es un signo profético de la de vida relevantes ni salvación que Dios dona al mundo: “Quien sea capaz de entender, de ofrecer un apoyo que entienda” (Mt 19,12). Mediante la gracia sacramental, el amor en las crisis tanto del conyugal es purificado, fortalecido e incrementado. “Este amor, estado matrimonial como ratificado por la mutua fidelidad y, sobre todo, por el sacramento de del sacerdotal y la Cristo, es indisolublemente fiel, en cuerpo y mente, en la prosperidad vida consagrada. y en la adversidad, y, por tanto, queda excluido de él todo adulterio y divorcio” (Gaudium et spes, n. 49). Los esposos, en virtud del sacramento del matrimonio, participan en el definitivo e irrevocable amor de Dios. Por esto, pueden ser testigos del fiel amor de Dios, nutriendo permanentemente su amor a través de una vida de fe y de caridad. Los pastores saben que existen ciertamente situaciones en que la convivencia matrimonial, por motivos graves, se torna prácticamente imposible, por ejemplo, a causa de violencia psicológica o física. En estas situaciones dolorosas la Iglesia ha siempre permitido que los cónyuges se separaran. Sin embargo, se debe precisar que el vínculo conyugal del matrimonio válidamente celebrado se mantiene intacto ante Dios, y sus integrantes no son libres para contraer un nuevo matrimonio mientras el otro cónyuge permanece con vida. Los pastores y las comunidades cristianas se deben por lo tanto comprometer en promover caminos de reconciliación, también en estas situaciones, o bien, cuando no sea posible, ayudar a las personas afectadas a superar en la fe su difícil situación.
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Comentarios teológico-morales Cada vez con más frecuencia se sugiere que la decisión de acercarse o no a la comunión eucarística por parte de los divorciados vueltos a casar debería dejarse a la iniciativa de la conciencia personal. Este argumento, al que subyace un concepto problemático de “conciencia”, ya fue rechazado en la carta de la Congregación para la Doctrina de la Fe de 1994. Desde luego, los fieles deben examinar su conciencia en cada celebración eucarística para ver si es posible recibir la sagrada comunión, a la que siempre se opone un pecado grave no confesado. Los fieles tienen el deber de formar su conciencia y de orientarla a la verdad. Para esto, deben prestar obediencia a la voz del Magisterio de la Iglesia que ayuda “a no desviarse de la verdad sobre el bien del hombre, sino a Todo el orden sacramental alcanzar con seguridad, especialmente en las cuestiones más difíciles, es obra de la misericordia la verdad y a mantenerse en ella” (Juan Pablo II, Encíclica Veritatis divina y no puede ser splendor, n. 64). Cuando los divorciados vueltos a casar están en conciencia conrevocado invocando el vencidos de que su matrimonio anterior no era válido, tal hecho mismo principio que deberá comprobarse objetivamente, a través de la autoridad judicial lo sostiene. Además, mediante una invocación competente en materia matrimonial. El matrimonio no es incumbenobjetivamente falsa de cia exclusiva de los cónyuges delante de Dios, sino que, siendo una la misericordia divina realidad de la Iglesia, es un sacramento, respecto del cual no toca se corre el peligro de al individuo decidir su validez, sino a la Iglesia, en la que él se enbanalizar la imagen cuentra incorporado mediante la fe y el Bautismo. “Si el matrimonio de Dios, según la cual precedente de unos fieles divorciados y vueltos a casar era válido, en Dios no podría más que ninguna circunstancia su nueva unión puede considerarse conforperdonar (…) mé al derecho; por tanto, por motivos intrínsecos, es imposible que reciban los Sacramentos. La conciencia de cada uno está vinculada, sin excepción, a esta norma” (Card. Joseph Ratzinger, “A propósito de algunas objeciones contra la doctrina de la Iglesia sobre la recepción de la Comunión eucarística por parte de los fieles divorciados y vueltos a casar”). Igualmente, la doctrina de la epikeia, según la cual una ley vale en términos generales, pero la acción humana no siempre corresponde totalmente a ella, no puede ser aplicada aquí, puesto que en el caso de la indisolubilidad del matrimonio sacramental se trata de una norma divina que la Iglesia no tiene autoridad para cambiar. Esta tiene, sin embargo, en la línea del Privilegium Paulinum, la potestad para esclarecer qué condiciones se deben cumplir para que surja el matrimonio indisoluble según las disposiciones de Jesús. Reconociendo esto, ella ha establecido impedimentos matrimoniales, reconocido causas para la nulidad del matrimonio, y ha desarrollado un detallado procedimiento. Otra tendencia a favor de la admisión de los divorciados vueltos a casar a los sacramentos es la que invoca el argumento de la misericordia. Puesto que Jesús mismo se solidarizó con las personas que sufren, dándoles su amor misericordioso, la misericordia sería por lo tanto un signo especial del auténtico seguimiento de Cristo. Esto es cierto; sin embargo, no es suficiente como argu-
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mento teológico-sacramental, puesto que todo el orden sacramental es obra de la misericordia divina y no puede ser revocado invocando el mismo principio que lo sostiene. Además, mediante una invocación objetivamente falsa de la misericordia divina se corre el peligro de banalizar la imagen de Dios, según la cual Dios no podría más que perdonar. Al misterio de Dios pertenece el hecho de que junto a la misericordia están también la santidad y la justicia. Si se esconden estos atributos de Dios y no se toma en serio la realidad del pecado, tampoco se puede hacer plausible a los hombres su misericordia. Jesús recibió a la mujer adúltera con gran compasión, pero también le dijo: “vete y desde ahora no peques más” (Jn 8,11). La misericordia de Dios no es una dispensa de los mandamientos de Dios y de las disposiciones de la Iglesia. Mejor dicho, ella concede la fuerza de la gracia para su cumplimiento, para levantarse después de una caída y para llevar una vida de perfección de acuerdo a la (…) Al misterio de Dios imagen del Padre celestial. pertenece el hecho de que
La solicitud pastoral
junto a la misericordia están también la santidad y la justicia. Si se esconden estos atributos de Dios y no se toma en serio la realidad del pecado, tampoco se puede hacer plausible a los hombres su misericordia.
Aunque por su propia naturaleza no sea posible admitir a los sacramentos a las personas divorciadas y vueltas a casar, tanto más son necesarios los esfuerzos pastorales hacia estos fieles. Pero se debe tener en cuenta que tales esfuerzos tienen que mantenerse dentro del marco de la Revelación y de los presupuestos de la doctrina de la Iglesia. El camino señalado por la Iglesia para estas personas no es simple. Sin embargo, ellas deben saber y sentir que la Iglesia, como comunidad de salvación, les acompaña en su camino. Cuando los cónyuges se esfuerzan por comprender la praxis de la Iglesia y se abstienen de la comunión, ellos ofrecen a su modo un testimonio a favor de la indisolubilidad del matrimonio. La solicitud por los divorciados vueltos a casar no se debe reducir a la cuestión sobre la posibilidad de recibir la comunión sacramental. Se trata de una pastoral global que procura estar a la altura de las diversas situaciones. Es importante al respecto señalar que además de la comunión sacramental existen otras formas de comunión con Dios. La unión con Dios se alcanza cuando el creyente se dirige a Él con fe, esperanza y amor, en el arrepentimiento y la oración. Dios puede conceder su cercanía y su salvación a los hombres por diversos caminos, aun cuando se encuentren en una situación de vida contradictoria. Como ininterrumpidamente subrayan los recientes documentos del Magisterio, los pastores y las comunidades cristianas están llamados a acoger abierta y cordialmente a los hombres en situaciones irregulares, a permanecer a su lado con empatía, procurando ayudarles, y dejándoles sentir el amor del Buen Pastor. Una pastoral fundada en la verdad y en el amor encontrará siempre y de nuevo los caminos legítimos por recorrer y formas más justas para actuar.
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EN LOS PRIMEROS INSTANTES DESPUÉS DE ENCENDERSE LA MECHA DEL UNIVERSO, LAS PARTÍCULAS FUNDAMENTALES COMENZARON A REACCIONAR PARA PRODUCIR LOS “LADRILLOS” DEL UNIVERSO: PARTÍCULAS COMO LOS NEUTRONES, LOS PROTONES Y OTRAS, LUEGO EL HIDRÓGENO Y EL HELIO Y POR ÚLTIMO LOS ÁTOMOS Y LAS MOLÉCULAS QUE CONSTITUYEN LAS ESTRELLAS Y LOS PLANETAS QUE HOY VEMOS ALREDEDOR NUESTRO.
El bosón de Higgs y la teoría general del todo POR MICHAEL SMITH, S.J.
Peter Higgs, premio Nobel de Física 2013.
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ra una competencia: científicos dedicados al Large Hadron Collider (Gran colisionador de hadrones1: LHC) del CERN (Conseil Européen pour la Recherche Nucléaire), en la frontera entre Francia y Suiza, y al Tevatron Collider, en Illinois (Estados Unidos de América), competían por ser los primeros en verificar la existencia de una partícula llamada el “bosón de Higgs”, y en caso de encontrarla, por medir la energía de la misma (equivalente a su masa). En 1964, Peter Higgs2 fue el primero en proponer el “campo de Higgs” y la partícula o bosón vinculada con aquel. Otros cinco científicos estaban trabajando en este ámbito, elaborando conceptos parecidos. La idea de Higgs explicaba por qué algunas partículas tienen una masa y otras no. La partícula era la pieza clave del puzzle llamado “Modelo Standard”, que procura incluir todas las observaciones físicas vinculadas con la realidad fundamental y con la teoría cuántica.
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1 El hadrón es una partícula subatómica sujeta a la fuerza nuclear fuerte. No es una partícula fundamental, si bien a su vez está compuesta por fermiones y bosones. 2 Peter Higgs, Premio Nobel de Física 2013, conjuntamente con François Englert.
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PARA QUIENES CREEN QUE EN ESOS MOMENTOS DIOS ESTABA PRESENTE, EXISTEN ULTERIORES INTERROGANTES QUE ES PRECISO CONSIDERAR CUANDO SE PROCURA CONCILIAR UN ANÁLISIS PURAMENTE CIENTÍFICO DE LOS PRIMERÍSIMOS INSTANTES DE LA REALIDAD CON LA FE CRISTIANA EN UN DIOS ETERNO.(…)
A partir de ese momento comenzó la caza para encontrarla. El bosón de Higgs tiene un peso en términos de partículas y para producirlo se requieren aceleradores de gran potencia. El Tevatron, en los Estados Unidos, habría podido identificarlo si su masa hubiese sido inferior, pero en definitiva correspondió al acelerador con mayor potencia del mundo —el LHC del CERN— centrarse en el objetivo. Si no se hubiese logrado encontrarlo después de haber sometido a examen toda masa posible, este hecho habría determinado un replanteamiento obligado de amplias áreas de física teórica: necesidad de mayores reflexiones, nuevas ideas estimulantes, mucho trabajo adicional para los pensadores científicos. Ahora, en cambio, el modelo que hemos tenido durante años ha sido objeto de ulterior verificación.
La Teoría general del Todo Pero ahora hay una meta aún más ambiciosa: la “Teoría general del Todo”. Será un modelo que reúna todos los conocimientos sobre la realidad científica, e incluirá el Modelo Standard, pero también la teoría cuántica y la teoría de la gravedad. Hasta hace algunos años esta meta parecía al alcance de la mano, hasta el momento en que los astrónomos comprendieron que tres cuartos de la materia existente en el espacio es lo que ahora se llama “materia oscura”. No sabemos lo que esta es ni de dónde viene; es invisible y está fuera de su campo gravitacional. Sin embargo, en realidad también podría no existir, ya que nuestra comprensión de la gravedad podría ser errónea. En todo caso, en este momento, al parecer la teoría general solo cubre una fracción más bien pequeña del todo. La teoría general de la relatividad de Einstein ofrece un modelo
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que describe con gran precisión los efectos de la gravedad; la teoría cuántica y el Modelo Standard proporcionan una descripción cada vez más completa de interacciones que se verifican en una escala muy reducida, pero no consideran los efectos de la gravedad. Verificar la existencia del bosón de Higgs es un paso en dirección hacia la confirmación del Modelo Standard, pero aun cuando este pueda parecer completo y definitivo, no representa el final de la física, por cuanto esta sigue explorando la complejidad y las implicaciones de la teoría. Y en todo caso los aceleradores del CERN —y tal vez otros aún más poderosos— podrían descubrir nuevas partículas que demuestren en qué medida nuestro conocimiento actual no llega suficientemente lejos. Hay una legítima sospecha de que existe una larga lista de partículas aún por descubrir cuyo conocimiento nos ayudaría a dar otro paso hacia la Teoría general del Todo. Las energías correspondientes a los dos aceleradores, del CERN y del Tevatron, son tan poderosas que aquello que se verifica en su interior difícilmente puede verificarse en otras partes en la Tierra, si se excluye una reacción ocasional provocada por un rayo cósmico dotado de una energía sumamente poderosa que nos impacte desde algún punto del espacio. El verdadero interés del descubrimiento vinculado con el bosón de Higgs reside en que semejante conocimiento nos ofrecerá un cuadro más claro del origen del universo, de ese Big Bang que ha sido el comienzo de todo. Según sabemos, en los primeros instantes después de encenderse la mecha del universo, las partículas fundamentales comenzaron a reaccionar para producir los “ladrillos” del universo: partículas como los neutrones, los protones y otras, luego el hidrógeno y el helio y por último los átomos y las moléculas que constituyen las estrellas y los planetas que hoy vemos alrededor nuestro.
(…) PENSAMOS QUE EL TIEMPO SOLO COMENZÓ EN EL MOMENTO DEL BIG BANG, PERO DIOS ESTÁ FUERA DEL TIEMPO Y POR CONSIGUIENTE UN DIOS CREADOR NO DEBERÍA TENER PROBLEMAS PARA CREAR EL TIEMPO JUNTO CON EL RESTO DE LA REALIDAD FÍSICA. (…)
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La ciencia no llega a indagar antes del Big Bang: en general —se dice— porque el tiempo comenzó en ese momento, de manera que el concepto de “antes” carece de todo significado, o porque el meteoro uniforme de esos primeros instantes no podía contener información alguna vinculada con una estructura u origen anterior, si esta hubiese existido. (…) ¿PERO EN QUÉ TÉRMINOS DEBEMOS HABLAR DE LA ACCIÓN DE DIOS ANTES (Y NO PODEMOS REALMENTE USAR ESTA PALABRA AQUÍ) QUE EL TIEMPO HUBIESE COMENZADO? ¿Y CÓMO DEBEMOS ENTENDER EL APOYO CONTINUO DE DIOS A LA CREACIÓN?
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En principio Sin embargo, para quienes creen que en esos momentos Dios estaba presente, existen ulteriores interrogantes que es preciso considerar cuando se procura conciliar un análisis puramente científico de los primerísimos instantes de la realidad con la fe cristiana en un Dios eterno. Pensamos que el tiempo solo comenzó en el momento del Big Bang, pero Dios está fuera del tiempo y por consiguiente un Dios creador no debería tener problemas para crear el tiempo junto con el resto de la realidad física. ¿Pero en qué términos debemos hablar de la acción de Dios antes (y no podemos realmente usar esta palabra aquí) que el tiempo hubiese comenzado? ¿Y cómo debemos entender el apoyo continuo de Dios a la creación? “En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba junto a Dios. Ella estaba en el principio junto a Dios. Todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada. Lo que se hizo en ella era la vida y la vida era la luz de los hombres, y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron” (Jn 1,1-5). Tal vez no por casualidad estas palabras iniciales del Evangelio de Juan —que expresan la convicción de que Dios, a través de su Hijo, es la fuente de toda la creación— reflejan las del libro del Génesis: “En el principio creó Dios el cielo y la tierra” (Gn 1,1). El Nuevo Testamento habla del rol permanente de Dios, a través del Hijo, en el apoyo a la totalidad
de la creación: “Él (el Hijo) existe con anterioridad a todo, y todo tiene en él su consistencia” (Col 1,17), o: “Él (el Hijo) es resplandor de su gloria e impronta de su sustancia, y el que sostiene todo con su palabra poderosa” (Hb 1,3). Santo Tomás de Aquino concuerda en cuanto al hecho de que “el mundo existe en tanto en cuanto Dios quiera que exista, porque la existencia del mundo depende de la voluntad de Dios como causa propia” (Summa Theologiae I, q. 46 a. 1 co). Además de esto y los numerosos otros modos en que se ha expresado la fe en la creación y en el amor al mundo por parte de Dios, a través de los siglos se han propuesto también diversos modelos sobre la forma de manifestación de esa ocupación permanente. Muchos cristianos no aprecian el modelo mecánico de la creación, es decir, la idea de que Dios simplemente eligió crear esas realidades físicas que determinaron el Big Bang y luego se puso de lado dejando operar los hechos: la formación de las partículas fundamentales, los átomos de hidrógeno y helio, luego los átomos más pesados y enseguida las moléculas que hoy conocemos; la formación de los planetas a partir del polvo de la explosión de las estrellas y por último las primeras huellas de la vida, al menos en uno, y quizás en muchos de estos planetas. Nos gustaría que Dios hubiese demostrado y demostrase un interés que no consistiese simplemente en cumplir el rol de artífice y primer espectador de un proceso mecánico de creación del universo; pero pasar del modelo mecánico de creación a uno donde Dios se ocupe permanentemente de nosotros no es tan simple.
SANTO TOMÁS DE AQUINO CONCUERDA EN CUANTO AL HECHO DE QUE “EL MUNDO EXISTE EN TANTO EN CUANTO DIOS QUIERA QUE EXISTA, PORQUE LA EXISTENCIA DEL MUNDO DEPENDE DE LA VOLUNTAD DE DIOS COMO CAUSA PROPIA” (SUMMA THEOLOGIAE DE STO. TOMÁS DE AQUINO).
¿Funciona como un reloj? Constituye un problema integrar la obra de Dios en la creación con los modelos científicos. Toda intervención material de Dios en
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EL MÉTODO CIENTÍFICO NO NOS PERMITE EN ESTE MOMENTO DESCUBRIR CÓMO INTERACTÚA DIOS CON EL UNIVERSO; ESTÁ EN CAMBIO BUSCANDO UN MODELO QUE DÉ CUENTA CORRECTAMENTE DE TODOS LOS FENÓMENOS CONOCIDOS Y PREVEA ALGUNOS ELEMENTOS NUEVOS QUE PODAMOS BUSCAR PARA CONFIRMARLO MEDIANTE SU EXISTENCIA.
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el funcionamiento del universo implicaría la violación de una o más leyes de conservación de la física, según las cuales determinadas propiedades cuantificables de cualquier sistema físico —del universo para abajo— no cambian si el sistema evoluciona. También la transmisión de datos de cualquier naturaleza por Dios al universo debe implicar simultáneamente un traspaso de energía y —hasta donde la ciencia puede comprobar— jamás se han verificado violaciones de ese carácter. Si eso debiese y pudiese ocurrir, destruiría las bases de la totalidad del pensamiento científico, ya que sus principios fundamentales se harían añicos. El principio de conservación de la energía constituye la base de todo el saber científico, y cualquier cosa hecha por Dios violaría ese principio. Es uno de los pocos puntos en que, en esta etapa de nuestro conocimiento, la ciencia debe rechazar toda hipótesis de intervención divina. Seguiremos preguntándonos cómo se manifiesta el amor de Dios al orden por Él creado; pero un enfoque puramente científico del problema no nos proporcionará la respuesta. La fe, como lo expresó con claridad Tomás de Aquino, considera a Dios fuente y razón de la existencia del universo, pero no por ser una especie de “erudito divino” que pasa por alto las leyes de la física para alcanzar sus propios fines. El método científico no nos permite en este momento descubrir cómo interactúa Dios con el universo; está en cambio buscando un modelo que dé cuenta correctamente de todos los fenómenos conocidos y prevea algunos elementos nuevos que podamos buscar para confirmarlo mediante su existencia. Ese modelo es generalmente matemático, y para confirmar su validez necesitamos dos cosas: en primer lugar, demostrar que los valores de las diversas constantes físicas (por ejemplo, la masa y la carga de un electrón) deben ser lo que son; en segundo lugar, estaría bien si mostrase que deben existir otros elementos por descubrir. A partir de esto se ha planteado como hipótesis una partícula y un campo que llamamos el bosón de Higgs y el campo de Higgs. El hecho de verificar su existencia en el CERN ha constituido un gran paso hacia adelante para el actual modelo en uso, el Modelo Standard.
Todos estos modelos se basan en amplias recopilaciones de datos científicos, evaluados de diversos modos y reunidos durante muchos siglos; pero se trata puramente de datos rigurosamente físicos, de manera que nunca podrán explicar ni predecir algo que no sea estrictamente un fenómeno físico. La respuesta científica al preguntarnos por qué el universo (o todos los universos, según algunas teorías) es como es, resulta ser: “porque la materia y la energía son así”. Si permanecemos exclusivamente dentro del campo de la ciencia, no podemos plantearnos interrogantes ulteriores.
Fe en la ciencia Hoy las teorías científicas en general no se refutan; se aprueban y aceptan en cuanto son parte de teorías más amplias y exhaustivas. Por este motivo, las leyes del movimiento de Newton siguen estando presentes para decirnos qué ocurrirá si en una calle conducimos contra el tráfico; pero solamente se aplican cuando la masa del cuerpo es de tamaño mediano (no, por ejemplo, pequeña como un electrón o grande como una estrella) y las correspondientes velocidades son bajas (hasta una fracción de la velocidad de la luz). Fuera de estos límites, teorías como la teoría de la relatividad de Einstein muestran que las leyes de Newton —dentro de ese rango de masa y velocidad— son una aproximación de una teoría más amplia. Ahora bien, tal vez las teorías de Einstein esperan ser consideradas parte de algo más amplio y aún más completo. Pero esos desarrollos de las teorías científicas no deben favorecer la desconfianza en relación con la ciencia ni incitarnos a adoptar un enfoque que considere a Dios un “recurso provisional”, donde una laguna percibida en un conocimiento científico actual supuestamente deja espacio para algo sobre lo cual la ciencia no está en condiciones de dar cuenta y por lo tanto solo puede explicarse recurriendo a una fuente sobrenatural, es decir, a Dios. Nuestra fe debería permitirnos tener confianza en las leyes de la ciencia (y en la validez de los esfuerzos de la ciencia) para así creer que pueden ser parte integrante de la creación de Dios, más que algo que debe explicarse separadamente o a pesar del amor de Dios a la creación.
NUESTRA FE DEBERÍA PERMITIRNOS TENER CONFIANZA EN LAS LEYES DE LA CIENCIA (Y EN LA VALIDEZ DE LOS ESFUERZOS DE LA CIENCIA) PARA ASÍ CREER QUE PUEDEN SER PARTE INTEGRANTE DE LA CREACIÓN DE DIOS, MÁS QUE ALGO QUE DEBE EXPLICARSE SEPARADAMENTE O A PESAR DEL AMOR DE DIOS A LA CREACIÓN.
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«Un universo que comenzó a ser, en el sentido de un comienzo absoluto en el tiempo (como afirma, por ejemplo, la fe cristiana), no sería producto de un cambio. Semejante “comenzar a ser” sería producto del acto creativo de Dios, y no un cambio del no ser al ser.» Creación de las dos luminarias mayores: el sol y la luna (cuarto día). Basílica de San Marco, Venecia.
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Panoramas de la nada POR WILLIAM E. CARROLL
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¿ s verdad el antiguo adagio según el cual de nada, nada proviene? ¿Necesariamente ha habido siempre algo, existiendo de alguna manera, para que ahora algo exista? Todos los hombres de ciencia y filósofos griegos antiguos, desde los presocráticos hasta Platón y Aristóteles, y luego hasta los estoicos, afirmarían que algo no puede provenir de nada, al menos si entendemos debidamente qué queremos decir con los términos «algo» «provenir» y «nada». Adoptando este principio, todos los antiguos convenían en que el universo debe ser eterno: no podría haber un comienzo absoluto, «antes» del cual nada hubiese. En aparente contraste con el principio universal según el cual de nada, nada proviene, judíos, cristianos y musulmanes se han encontrado y se encuentran apremiados por la necesidad de Grandes pensadores explicarse su creencia de que Dios es la fuente de todo lo que es. de las tres tradiciones Dios no trabaja con material preexistente para crear el universo, religiosas de Occidente por cuanto si existiera dicho material, este no sería creado por contribuyeron a la Dios, quien por lo tanto no sería la causa de todo lo que es. Este iniciativa teológica de sentido de la absoluta y total soberanía de Dios sobre todas las exponer en la forma cosas se encuentra en la doctrina de la creación a partir de nada.1 La doctrina de la creación persistió, en aparente y total conmás clara posible lo que significa un acto traste con el legado de la antigüedad clásica, que negaba la pocreativo de Dios. Fue sibilidad de obtener algo a partir de nada. Al parecer, la razón Tomás de Aquino, en el negaba la posibilidad misma que la fe proclamaba. Así, explicarse siglo XIII, quien elaboró la “creación a partir de nada” llegó a ser una tarea importante para la exposición filosófica y los teólogos del judaísmo, la cristiandad y el Islam. Ese empeño teológica más fina sobre incluía profundas reflexiones sobre lo que significa para Dios crear la creación a partir de y sobre cómo crear es fundamentalmente distinto a producir un la nada. (…) cambio en las cosas y entre ellas. No bastaba simplemente con decir que Dios es omnipotente; era preciso defender la inteligibilidad de la creación a partir de nada: defender implica que lo que se cree no es absurdo. Al menos esto es importante si es preciso afirmar que la fe y la razón son complementarias. Grandes pensadores de las tres tradiciones religiosas de Occidente contribuyeron a la iniciativa teológica de exponer en la forma más clara posible lo que significa un acto creativo de Dios. Fue Tomás de Aquino, en el siglo XIII, 1 La conclusión de los pensadores antiguos de que el universo es eterno era un problema vinculado con la creencia tradicional en la creación. Las Escrituras afirmaban que hubo un comienzo del tiempo y la creación se entendía necesariamente vinculada con un pasado finito. Semejante interpretación del comienzo del Génesis fue sostenida solemnemente por el Cuarto Concilio Lateranense (1215). Para muchos creyentes —incluso en la actualidad— un universo eterno es lo opuesto a un universo creado. Un universo eterno llegó a visualizarse como un universo autosuficiente, que no requiere una causa. Será el genio de Tomás de Aquino quien distinguirá entre la creación entendida filosóficamente (en la metafísica) sin referencia a la temporalidad (y por tanto a un comienzo) y la creación entendida teológicamente, que incluía la visión de la existencia de un comienzo del tiempo. Por consiguiente, él pudo defender la inteligibilidad de un universo creado y eterno. En este ensayo, no examinaré detalladamente en modo alguno la distinción entre un análisis filosófico y un análisis teológico de la creación. Me centro en las nociones lógicamente anteriores de lo que significa crear para Dios y en la manera de comprender la «nada» en «la creación a partir de nada», en el contexto de los desarrollos de la cosmología contemporánea.
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El Espíritu de Dios planea sobre las aguas. Mosaico s. XIII, Basílica de San Marco.
quien elaboró la exposición filosófica y teológica más fina sobre la creación a partir de la nada. Al tratar sobre la manera de comprender el planteamiento cristiano según el cual Dios todo lo crea “a partir de la nada”, aceptando además como principio que no se puede obtener algo de la nada, Tomás hace una distinción crucial: creatio non est mutatio [la creación no es un cambio]. Ciertamente —diría Tomás— todo cambio requiere algo preexistente que cambie: de la nada, nada proviene, si “provenir” significa cambiar. Éste es un primer principio en las ciencias naturales, cuyo objeto es el mundo de las cosas cambiantes. Todos los cambios producidos por agentes en el universo deben comenzar con algo existente que de alguna manera se transforme en otra cosa. Sin embargo, el acto creativo de Dios describe un tipo de dependencia muy distinto, una dependencia fundamental en el orden mismo de la existencia: un tipo de causalidad radicalmente distinto al que pueden ejercer las criaturas.2 Si las ciencias naturales están en condiciones de explicar todo lo que requiere ser explicado, incluyendo por qué hay algo y no nada, entonces el primer principio de las ciencias naturales (que de la nada, nada proviene) 2 Por cuanto Dios trasciende el orden creado, su causalidad no compite con la de las criaturas.
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también sería un primer principio para todas las explicaciones. Lee Smolin, un cosmólogo, comenta en Three Roads to Quantum Gravity (Tres rutas de la gravedad cuántica) que el universo “no puede haber sido hecho por algo existente fuera del mismo, ya que por definición el universo es todo lo que hay, y nada puede haber fuera del mismo.” Por consiguiente, “el primer principio de la cosmología debe ser: ‘No hay nada fuera del universo’. … El primer principio significa que por definición consideramos al universo un sistema cerrado. Esto implica que la explicación de cualquier cosa del universo solo puede incluir otras cosas que también existan en el mismo”. Debemos reconocer, sin embargo, que es posible entender los “primeros principios” en diversos sentidos: algunos son primeros con respecto a un área de investigación limitada (por ejemplo, las ciencias naturales); otros serían “primeros” en una especie de sentido absoluto, con referencia a (…) Al tratar sobre la todas las categorías de explicación. manera de comprender el Si uno piensa que la existencia misma no requiere una expliplanteamiento cristiano cación, que es simplemente un “mero hecho”, entonces debería según el cual Dios todo lo llegar a la conclusión de que la noción misma de creación como crea «a partir de la nada», causa de la existencia carece de sentido. Sin embargo hay un priaceptando además como mer principio de la metafísica vinculado con la fuente del ser o principio que no se puede la existencia como tal, y este principio, que la existencia requiere obtener algo de la nada, una causa, nos conduce en definitiva a darnos cuenta de que debe Tomás hace una distinción existir un agente omnipotente que es la causa u origen de todo crucial: creatio non est lo que es: de todas las cosas, es decir, en el cual “existir” no es mutatio [la creación no es esencial para lo que significa ser una cosa. Podemos concebir de un cambio]. este modo cualquier cosa como no existente. Así, si algo existe, necesita una causa extrínseca. Dios no entra en esta categoría, por cuanto solamente en Dios desaparece la distinción entre existencia y esencia (lo que significa ser algo). Por lo tanto, preguntar qué causa a Dios es no comprender lo que significa ser Dios. Con todo, el comienzo de semejante argumento requiere la aceptación del primer principio, que la existencia necesita una causa, y un primer principio, precisamente por ser primero, no se puede demostrar; solo se puede sostener dialécticamente. Este hecho no es un desafío para la verdad de este principio; solo reconoce que la verdad de los primeros principios se descubre mediante un proceso intelectual distinto a una demostración. Una analogía con la geometría puede ayudar a aclarar esto. La existencia y la definición de líneas y puntos, por ejemplo, no son las conclusiones de demostraciones de la geometría; sin embargo, son principios de los cuales procede ese tipo de demostraciones. El hecho de que existan estos principios y lo que los mismos constituyen se manifiesta en un discurso dialéctico que termina en una especie de intuición intelectual. Ciertamente, sin esa intuición intelectual de los primeros principios en cada disciplina, no puede haber demostración alguna. Un pensamiento esmerado requiere una coordinación entre primeros principios y el reconocimiento de cuáles son adecuados para cada disciplina.
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El Creador es la causa total y permanente de todo lo existente y el hecho de crear, entendido de este modo, no pone en tela de juicio la verdad del principio según el cual todo cambio comienza con algo sujeto al mismo. El primer principio del cambio tampoco pone en tela de juicio la inteligibilidad de la creación a partir de nada. La creación es una relación de dependencia absoluta; no es un cambio. Que el universo como una totalidad tenga o no un comienzo depende del tipo de universo creado y no de ese aspecto más fundamental consistente en si ha sido creado. Un universo eterno sería un universo creado —y creado a partir de nada— en la misma medida que uno dotado de un comienzo temporal. Si Dios no causara un universo eterno para ser, y para ser eterno, este no sería absolutamente nada. Un universo que comenzó a ser, en el sentido de un La «singularidad», comienzo absoluto en el tiempo (como afirma, por ejemplo, la fe en la cosmología del cristiana), no sería producto de un cambio. Semejante “comenzar Big Bang debidamente a ser” sería producto del acto creativo de Dios, y no un cambio del constituida, más allá, no ser al ser. En conformidad con la interpretación tradicional del en cierta medida, de las comienzo del Génesis, Tomás de Aquino creía que el universo era categorías tradicionales temporalmente finito (si bien no estimaba que la ciencia podría de espacio y tiempo, se probar esto), pero no creía que el universo comenzó mediante un confunde a veces con la movimiento o un cambio. creación del universo. La confusión sobre la creación como noción filosófica y teológica, Esa singularidad podría la relación entre las explicaciones de Dios como causa de la exis- ciertamente representar tencia y la debida autonomía de las ciencias naturales para explicar el comienzo del universo el cambio en sus diversas formas siguen abarcando gran parte del que observamos; pero discurso actual sobre las implicaciones de la biología evolutiva y la no podemos llegar a la cosmología en la creencia religiosa. Podrían aquí señalarse varios conclusión de que es el libros escritos por Stephen Hawking, especialmente el más reciente, comienzo absoluto, el The Grand Design (El gran diseño), en el cual es coautor junto con tipo de comienzo que Leonard Mlodinow. En este libro han sido especialmente evidentes indicaría la creación. ciertos conceptos erróneos en cuanto a lo que significa crear. Los autores pensaron equivocadamente que negar un comienzo del universo significaba necesariamente negar que este fuese creado. Identificar “ser creado” necesariamente con tener un comienzo en el tiempo es no percibir el hecho de que ser creado es fundamentalmente una dependencia metafísica sin referencia alguna a la temporalidad. 3
Diversos sentidos de la nada A continuación, me gustaría centrarme en la nada, es decir, en los diversos sentidos de la misma sobre los cuales hablan los científicos, los filósofos y los teólogos, y en el peligro proveniente de no mantener una distinción entre 3 Ver mi artículo «Stephen Hawking’s Creation Confusion» “La confusión de Stephen Hawking en cuanto a la creación”, también en Humanitas 60 (octubre-diciembre) y en Humanitas Review, 2, 2012, www.humanitas. cl.
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estos distintos sentidos. Puede parecer extraño, pero mi tarea aquí consiste en hacer distinciones cruciales sobre la nada. Un buen espacio para este análisis es el nuevo libro del físico teórico norteamericano Lawrence Krauss, A Universe From Nothing. Why There is Something Rather Than Nothing (Un universo desde la nada. Por qué hay algo y no la nada) (Nueva York, Free Press, 2012). Este libro ha sido ampliamente citado en la prensa popular, y Krauss, director del programa Origins Project en la Arizona State University, es en cierto modo una personalidad en los medios de comunicación masiva. De hecho el libro surgió a raíz de una conferencia dada por él en el año 2009 en Atheist Alliance International y ha sido visto en YouTube más de un millón de veces. Otro motivo para usar el libro de Krauss es el hecho de que él no teme hacer provocativas Muchos piensan que al afirmaciones filosóficas y teológicas. explicarse el Big Bang Ofreciendo un panorama impresionante de sentidos de la como fluctuación del vacío “nada” cada vez más profundos, incluso más allá del sentido primordial se elimina la de los vacíos y el espacio vacío, llega a la siguiente conclusión: necesidad de tener un “Hemos descubierto que todas las señales sugieren un universo Creador; pero el Big Bang que pudo surgir —y surgir de manera verosímil— de una nada “explicado” de este modo más profunda, que implica la ausencia del espacio mismo, y un sigue siendo un cambio día podría volver a la nada mediante procesos que, además de y como hemos visto, la ser comprensibles, no requieren en absoluto control ni dirección creación, debidamente externa”. Krauss tiene conciencia de las objeciones filosóficas y comprendida, no teológicas a cualquier tentativa de relacionar su sentido o sus senconstituye en modo alguno tidos de la nada con esa “nada” de carácter central en la doctrina un cambio. tradicional de la creación a partir de nada. Sin embargo, escribe: Algunos filósofos y muchos teólogos definen y redefinen la “nada” de tal manera que no corresponde con ninguna de las versiones de la misma de las descripciones actuales de los científicos; pero, en mi opinión, en eso reside el descrédito intelectual de gran parte de la teología y parte de la filosofía moderna, ya que ciertamente la “nada” es enteramente tan física como “algo”, especialmente si se define como la “ausencia de algo”. Nos corresponde entonces comprender precisamente la naturaleza física de estas dos cantidades. Y sin ciencia en cualquier definición solo hay palabras. Cuando se trata de comprender cómo evoluciona nuestro universo, “la religión y la teología han sido en el mejor de los casos irrelevantes. A menudo enturbian las aguas, centrándose, por ejemplo, en preguntas sobre la nada sin ofrecer definición alguna del término basándose en la evidencia empírica”. Dichos análisis no son puramente de los físicos. Peter Atkins, un físicoquímico de Oxford, escribió un libro, On Being (Sobre el ser) (2011), en el
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La separación de la luz y las tinieblas (primer día). Mosaico s. XIII, Basílica de San Marco.
cual ofrece comentarios sobre lo que llama «las grandes interrogantes de la existencia.» En el primer capítulo, «Beginning» (El comienzo), enfrenta lo que llama la interrogante más grande de todas y advierte que es su «intención mostrar que todo, incluyendo la Nada, está al alcance de la ciencia, y que la ciencia proporciona la perspectiva para comprender incluso los fenómenos más asombrosos … [que] existe la esperanza de aclarar científicamente la creación a partir de nada». Lo que piensa es que de alguna manera un tipo de nada primordial, absoluta, que destaca con mayúscula como la Nada, se despliega en los opuestos polares que constituyen lo que entendemos como energía (positiva y negativa) y otras características fundamentales del mundo. En un ensayo titulado The Limitless Power of Science (El poder ilimitado de la ciencia), escrito más de quince años atrás, Atkins observaba que la ciencia debe estar en condiciones de dar cuenta del «surgimiento de todo a partir de absolutamente nada. No casi nada, no una particular subatómica como polvo, sino absolutamente nada. Absolutamente nada. Ni siquiera espacio vacío». No son nuevas las tentativas de hablar en términos cuasi científicos sobre la nada anterior a nuestro universo. Hace varios años, Andrei Linde, un cosmólogo, sugirió que «en algún momento», hace billones de años, nuestro
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universo surgió cuando «una diminuta partícula de la nada primordial, de alguna manera se llenó de intensa energía con partículas extrañas”. ¡Uno se pregunta a partir de qué tamaño esta «particula primordial» sería «algo» y no «nada»! Otros cosmólogos han utilizado conocimientos de la mecánica cuántica para describir el mismo Big Bang. Hablan del Big Bang en términos de “túneles cuánticos a partir de nada”, análogos a la forma en que partículas muy pequeñas parecen surgir espontáneamente de vacíos en experimentos en laboratorios. Alexander Vilenkin, uno de los defensores de esta explicación, señalaba que en su descripción la «nada» es un «estado sin espacio-tiempo desde el punto de vista clásico … el reino de la gravedad cuántica sin restricciones; es un estado más bien extraño, en el cual todas nuestras nociones básicas de espacio, tiempo, energía, entropía, Como hemos visto, etc. pierden su significado». Describiendo estas especulaciones, cuando pensadores en su libro The Inflationary Universe (El universo inflacionario) como Tomás de Aquino (1997), Alan Guth adoptó la terminología teológica tradicional en defienden la doctrina de un capítulo titulado «Un universo ex nihilo». la creación a partir de La «singularidad», en la cosmología del Big Bang debidamente nada, no contradicen constituida, más allá, en cierta medida, de las categorías tradicioel primer principio de nales de espacio y tiempo, se confunde a veces con la creación del las ciencias naturales; universo. Esa singularidad podría ciertamente representar el coreconocen que la mienzo del universo que observamos; pero no podemos llegar a la creación no constituye conclusión de que es el comienzo absoluto, el tipo de comienzo que en absoluto un cambio. indicaría la creación. Debemos tomar precauciones contra cualquier identificación del Big Bang con la creación misma, no solo porque la cosmología solo explica el cambio (aun cuando lo haga en gran escala), sino también porque hay cada vez más teorías cosmológicas con escenarios que eliminan una singularidad primordial. Gabriele Veneziano, un físico teórico del CERN y uno de los padres de la teoría de cuerdas a fines de los años 60, ha señalado recientemente que «el universo anterior al Big Bang ha llegado a ser la frontera más reciente de la cosmología». Muchos piensan que al explicarse el Big Bang como fluctuación del vacío primordial se elimina la necesidad de tener un Creador; pero el Big Bang “explicado” de este modo sigue siendo un cambio y como hemos visto, la creación, debidamente comprendida, no constituye en modo alguno un cambio. Del mismo modo, la “nada” de estos modelos cosmológicos que hablan de “túneles cuánticos a partir de nada” no es aquella referida en el sentido tradicional de la creación a partir de la nada. Esta idea también está presente en teorías recientes según las cuales el espacio, el tiempo y las leyes de la física propiamente tales surgen de una nada aún más profunda que el “espacio vacío” o algún vacío primordial. Los diversos sentidos de la “nada” de las reflexiones cosmológicas actuales pueden ciertamente no corresponder en modo alguno con nuestro universo de hoy, pero ninguno de ellos considera la nada absoluta, la completa ausencia de toda realidad, de carácter central para lo que significa crear; solo apuntan a aquello sobre lo cual nada dicen las teorías.
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Lawrence Krauss señala ejemplos aún más evanescentes de la «nada» a partir de la cual algunas personas han pensado que surgió la realidad física. Indica que el «espacio vacío» (que pensadores premodernos podrían haber identificado como la nada) ha llegado a visualizarse cada vez más como una fuente de energía. El espacio vacío, «que constituye la versión más simple de la nada», se reconoce ahora como la fuente de algo «precisamente porque las energías del espacio vacío, en presencia de la gravedad, no son lo que el sentido común nos habría conducido a sospechar antes de descubrir las leyes de la naturaleza subyacentes. ... El espacio vacío dotado de energía puede efectivamente crear todo lo que vemos». Krauss reconoce aquí que sería «una falsedad» seguir llamando nada al espacio vacío: el espacio vacío es un «caldo de cultivo de partículas virtuales que irrumpen en la existencia y salen de la misma». Sin embargo, en este escenario, esa Tampoco deberíamos irrupción en la existencia constituye con todo una especie de cambio: pensar que hay dos “realidades”, dos obtenemos realmente algo a partir otra cosa. Krauss considera que el «espacio vacío» es puramente «la punta de principios últimos: un iceberg cósmico de la nada». Si pudiéramos tener una adecuada Dios y la nada. teoría cuántica de la gravedad, «las reglas de la mecánica cuántica Creación “a partir de se aplicarían a las propiedades del espacio y el tiempo, no sólo a las nada” no significa que propiedades de los objetos en el espacio y el tiempo». Según él, la Dios cambia la “nada” «ausencia de espacio y tiempo» es una «nada» que se encuentra en en algo; es más bien la frontera misma de la cosmología cuántica. Esto constituye para una forma de afirmar él un sentido radicalmente nuevo de la «nada», un sentido que al que solo Dios, y nada menos en principio está dentro de las posibilidades del discurso más, es la causa de científico. Ciertamente, todo esto que admite Krauss es sumamente absolutamente todo especulativo. Sin embargo, incluso en estas especulaciones, los lo que es. puntos de vista de Krauss siguen siendo compatibles con el antiguo principio según el cual de nada, nada proviene, ya que la «nada» del título de su libro resulta ser realmente algo, aun cuando es muy distinto de todo aquello de lo cual tenemos experiencia en este momento. Hay confusiones fundamentales en el análisis de Krauss. Para defender su idea de que algo proviene de la nada, nos dice que el principio según el cual «de nada, nada proviene» es una «regla metafísica», que él niega. Sin embargo, este no es un principio de la metafísica, sino de todas las ciencias naturales. Para reconocer la verdad del mismo, se requiere comprender debidamente que todo cambio proviene de algo previo, y es lo que el mismo Krauss admite a pesar de llamar “nada” a esto que es algo previo. Como hemos visto, cuando pensadores como Tomás de Aquino defienden la doctrina de la creación a partir de nada, no contradicen el primer principio de las ciencias naturales; reconocen que la creación no constituye en absoluto un cambio. Claramente, la noción absoluta referida en la creación a partir de nada no incluye a Dios. Solo se refiere a la ausencia de todo cuanto no sea Dios. De alguna manera, si se habla de “todo cuanto no sea Dios”, existe el riesgo
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La creación del firmamento (segundo día). Mosaico s. XIII, Basílica de San Marco.
de situar tanto a Dios como a las cosas en el mismo plano metafísico, tal vez con solo una diferencia de grado. Tampoco deberíamos pensar que esto significa que hay dos “realidades”, dos principios últimos: Dios y la nada. Creación “a partir de nada” no significa que Dios cambia la “nada” en algo; es más bien una forma de afirmar que solo Dios, y nada más, es la causa de absolutamente todo lo que es. Se puede hablar de manera inteligible de un universo proveniente “de nada”, que ha sido creado, y también aceptar el principio según el cual todos los cambios provienen de algo previo. Esto último tiene relación con el mundo de las cosas cambiantes, desde las partículas subatómicas hasta las bellotas y las galaxias: cambios pequeños, distantes o lentos en lapsos inconmensurablemente largos. Lo primero, la creación, está vinculado con preguntarse por qué hay realmente algo fuera de Dios. Sin embargo, aquí debemos tener cuidado de no pensar en Dios como simplemente otra cosa existente entre muchas. Hay un abismo infinito entre el Creador y las criaturas. Por último, debemos admitir que no habría ciencias de la naturaleza —ni naturaleza en primera instancia— si Dios no causara el ser de las cosas.
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Lawrence Krauss simplemente rechaza toda forma de recurrir a nociones de la “nada” que se encuentren más allá del ámbito explicativo de las ciencias naturales. Como dijo en una entrevista en la National Public Radio, en los Estados Unidos, en enero de 2012, “preguntarse por qué hay algo y no nada es realmente una pregunta científica y no religiosa o filosófica, porque tanto la idea de nada como de algo son conceptos científicos, y nuestros descubrimientos de los últimos 30 años han modificado totalmente lo que queremos decir cuando hablamos de la nada”. Krauss va mucho más allá de lo que la mayoría de los físicos afirmarían cuando dice: “La distinción entre algo y nada ha comenzado a desaparecer donde las transiciones entre ambos en diferentes contextos no sólo son comunes, sino también necesarias”. Ciertamente, tiene en su libro todo un capítulo sobre por qué la nada es inestable. En cierto modo tiene Lo primero, la creación, razón, por supuesto. Como hemos visto, la “nada” atribuida por está vinculado con él a diversas teorías cosmológicas es realmente algo. El distingui- preguntarse por qué hay do físico francés Étienne Klein, autor de Discours sur l’origine de realmente algo fuera de l’univers (2010), observa que, contrariamente a las especulaciones Dios. Sin embargo, aquí de Krauss, no tenemos las herramientas conceptuales para tratar debemos tener cuidado de explicar cómo algo puede provenir de nada. Ciertamente, “lo de no pensar en Dios existente previamente a nuestro universo nunca es nada”, por como simplemente otra cosa existente entre cuanto todo cambio comienza a partir de algo previo. Ciertamente, la física contemporánea ofrece diversas considera- muchas. Hay un abismo ciones sobre el modo en que algo proviene de la «nada» (o tal vez infinito entre el Creador las “nadas”) a la cual se refieren algunas teorías de la física; pero y las criaturas. por cuanto estas diversas «nadas» realmente son algo, el antiguo principio de las ciencias naturales sigue siendo verdadero a pesar de existir hábiles maniobras destinadas a confundir en cuanto a lo que uno quiere decir al referirse a la nada. También sigue siendo cierto que la pregunta fundamental sobre por qué hay algo y no nada es de carácter metafísico y teológico, y en relación con dicha pregunta las ciencias naturales necesariamente nada tienen que decir. Determinar simplemente que solo las ciencias naturales se refieren debidamente al origen y a la evolución del universo, como lo hace Krauss, es una especie de descalificación sucinta de la metafísica y la teología como áreas legítimas de discurso. Como veíamos, para Krauss «sin ciencia, toda definición es sólo palabras». ¡Uno se pregunta qué comprobación científica apoya semejante afirmación! El deseo de separar las ciencias naturales de la supuesta contaminación de los «juegos de palabras» de la filosofía y la teología no es nuevo, y ahora, como siempre, revela un juicio filosófico venido a menos.
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Óleo de Henri Matisse (1914).
Hacia una Psicología sana POR PABLO VERDIER
Psicología con alma
POR EL DIÁLOGO CON LA RECTA FILOSOFÍA Y LA TEOLOGÍA
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a psicología y la psiquiatría, por tratar directamente del hombre, necesitan más que cualquier otra disciplina científica, dialogar con una recta filosofía y teología. Pío XII en una serie de célebres discursos pronunciados con ocasión de congresos profesionales enunció los principios de antropología y moral sobre los que debía descansar ese diálogo. Durante el Concilio Vaticano II, los Padres conciliares tuvieron in mente tales discursos acuñando la fórmula «psicología sana» (cf. Decreto Opta tam totius n. 3 y n. 11). Con ella se referían a aquella psicología que no solo no entra en contrariedad con las verdades de la fe y moral, sino que positivamente se funda y se nutre de los principios de la antropología cristiana. Desafortunadamente, la psicología y psiquiatría han seguido caminos que, en su conjunto, no son compatibles con aquellas formulaciones papales (cf. Juan Pablo II, Discurso al Tribunal de la Rota romana, 5 de febrero de 1987 y 25 de enero de 1988). Privadas del encuentro con la filosofía cristiana y la teología, estas ciencias humanas se ven tentadas a reducirse a ciencias naturales (Cf. Benedicto XVI Discurso al grupo de trabajo de las Academias pontificias de las ciencias y las ciencias sociales, 21 de noviembre de 2005). Ello se observa por ejemplo, en el reduccionismo neurobiológico en el que la mente se reduce e identifica con las funciones de su soporte biológico, el cerebro; en el reduccionismo dinámico en el que todas las instancias motivacionales y eficientes del psiquismo se reducen a uno de sus dinamismos parciales; en el reduccionismo naturalista que considera al hombre exclusivamente en su realidad histórica intramundana. Se abre así no solo una brecha entre estas ciencias y la antropología y moral cristianas, sino que aquellas ciencias con sus postulados han venido a interpelar y sustituir implícitamente a la doctrina católica sobre el hombre y sobre el bien y el mal moral. Psicólogos y psiquiatras habrán de cultivar pues otras disciplinas que les formen en aquellas realidades humanas que su ciencia no les informa. «La labor de curar a los otros y de asegurar su equilibrio psiquicosocial —decía Juan Pablo II— es, en efecto, importante y delicada. Quienes se dedican a esa labor, además
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LA PSICOLOGÍA Y LA PSIQUIATRÍA, POR TRATAR DIRECTAMENTE DEL HOMBRE, NECESITAN MÁS QUE CUALQUIER OTRA DISCIPLINA CIENTÍFICA, DIALOGAR CON UNA RECTA FILOSOFÍA Y TEOLOGÍA.
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de un conocimiento científico, deben poseer una gran sabiduría» (Discurso a un grupo de psiquiatras y psicoanalistas americanos y de otros países, 4 de enero de 1993). Esta sabiduría que es filosófica rescata realidades humanas no verificables empíricamente y que por tanto la ciencia «no ve», pero que son supuestos implícitos del terapeuta que inciden en la comprensión del cuadro clínico y en la atención del paciente. Recordemos algunas de ellas, mostrando su importancia capital en el ámbito clínico.
SE ABRE ASÍ NO SOLO UNA BRECHA ENTRE ESTAS CIENCIAS Y LA ANTROPOLOGÍA Y MORAL CRISTIANAS, SINO QUE AQUELLAS CIENCIAS CON SUS POSTULADOS HAN VENIDO A INTERPELAR Y SUSTITUIR IMPLÍCITAMENTE A LA DOCTRINA CATÓLICA SOBRE EL HOMBRE Y SOBRE EL BIEN Y EL MAL MORAL.
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El alma espiritual. El alma humana, en tanto espiritual, trasciende la materialidad del cuerpo que informa y, con ello, el hombre trasciende la materialidad del mundo en el que vive, abriéndose a realidades de naturaleza espiritual. Esta dimensión del hombre está llena de leyes, motivos, afectos y dinamismos que son específicamente humanos. ¿Podrá, pues, un profesional de la salud mental desentenderse, ignorar o desestimar esta dimensión? Considerar al hombre prescindiendo o negando una noción realista del alma humana, es reducirle a sus funciones puramente biológicas y con ello a su semejanza con los animales; es pretender entenderle, por ejemplo, desde las neurociencias. Si bien la psicofarmacología ha aportado alivio al sufrimiento humano, de ello no se desprende que ayude siquiera a vislumbrar la solución a problemas específicamente humanos. La libertad humana. Una psicología sin alma espiritual, y que tenga por tanto una perspectiva materialista del hombre, ¿cómo explica, por ejemplo, la libertad humana? Ni el testimonio de la historia universal ni el de la Revelación nos permite dudar de categorías cívicas y morales como la responsabilidad, la culpa, el castigo, el mérito, el premio, la reprobación, etcétera. ¿Qué sentido pueden tener estas categorías si la libertad humana fuese pura ilusión? Solo si la libertad humana es real y no ilusoria, serán reales también las categorías cívicas y morales antes señaladas. En caso contrario, llegaríamos al punto difícilmente sostenible de que la ciencia moderna habría desenmascarado la ilusión de libertad en la que la humanidad habría vivido por siglos, acrecentando con ello el conocimiento sobre la verdad del hombre, pero paradójicamente no constatándose con ello un crecimiento paralelo en su libertad; en esta situación, la verdad no nos haría libres. Una psicología que niega la libertad, se automargina del conjunto de las disciplinas humanas que sí la consideran, y con ello se pierde la unidad de los saberes sobre el hombre. En tal caso, nos preguntamos, por ejemplo, ¿qué servicio puede prestarle una psicología sin libertad al orden judicial, a un tribunal canónico?; sin libertad, ¿cómo
«La labor de curar a los otros y de asegurar su equilibrio psiquicosocial —decía Juan Pablo II— es, importante y delicada. Quienes se dedican a esa labor, además de un conocimiento científico, deben poseer una gran sabiduría.»
podría participar el paciente personalmente de su psicoterapia? La pretensión de una psicología científica, es decir, de una psicología que prescinda de las realidades humanas no verificables empíricamente, nos conduce a una «psicología sin persona». «Instintos» humanos. El hombre no se satisface con vivir una vida meramente biológica. El instinto de autoconservación, por ejemplo, no es en él un mero impulso natural a la conservación de su vida biológica, sino también y sobre todo un impulso del espíritu que le plantea otras exigencias, por el que aspira a realidades diversas a las necesidades propias de su condición corpórea. El hombre no solo no quiere morir físicamente, sino que tampoco quiere sepultar su vida espiritual, con sus amores, sueños, anhelos, proyectos. Se da pues en el hombre un instinto de autoconservación cuya especificidad viene dada por la voluntad de existir como persona y de salvar el valor de la persona en sí misma (Cf. Juan Pablo II, Discurso en el Meeting de amistad entre los pueblos, 29 de agosto de 1982). Sobre este «instinto» espiritual de autoconservación, descansa buena parte de la vida afectiva, moral y espiritual humana. En toda conducta humana —sana o patológica— se puede rastrear la presencia de este impulso a conservar y confirmar el valor de la persona en sí mismo. Dos consecuencias: a) así como en el orden del cuerpo humano la medicina ha sabido determinar las exigencias objetivas para conservar la salud, del mismo modo, en el orden del espíritu, ¿no será posible determinar las exigencias objetivas —leyes del espíritu, morales— sin las cuales es imposible que el hombre viva una vida que, en lo específicamente humano, sea también saludable y satisfactoria?; b) en el hombre sano los «instintos» no
CONSIDERAR AL HOMBRE PRESCINDIENDO O NEGANDO UNA NOCIÓN REALISTA DEL ALMA HUMANA, ES REDUCIRLE A SUS FUNCIONES PURAMENTE BIOLÓGICAS Y CON ELLO A SU SEMEJANZA CON LOS ANIMALES.
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SOLO SI LA LIBERTAD HUMANA ES REAL Y NO ILUSORIA, SERÁN REALES TAMBIÉN LAS CATEGORÍAS CÍVICAS Y MORALES. EN CASO CONTRARIO, LLEGARÍAMOS AL PUNTO DIFÍCILMENTE SOSTENIBLE DE QUE LA CIENCIA MODERNA HABRÍA DESENMASCARADO LA ILUSIÓN DE LIBERTAD EN LA QUE LA HUMANIDAD HABRÍA VIVIDO POR SIGLOS.
«La pretensión de una psicología científica, es decir, de una psicología que prescinda de las realidades humanas no verificables empíricamente, nos conduce a una “psicología sin persona”.» Roy Lichtenstein, 1961.
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Personalidad y madurez. Esta voluntad de existir como persona y de salvar el valor de la persona en sí misma es un amor que asume y ordena los deseos parciales del hombre, ubicando e integrando sus respectivos objetos en un horizonte plenamente humano. En esta perspectiva, solo se verificará una personalidad madura cuando los deseos y dinamismos particulares queden referidos a un significado humano que trasciendan a sus respectivos objetos parciales, capacitando a la persona a superar sus gratificaciones parciales e inmediatas, poniéndolos al servicio de la dignidad y vocación personal. Este amor que ordena las tendencias y deseos parciales no es una moldura sobreañadida y exterior que ejerce su influjo desde «fuera», violentando los «verdaderos» dinamismos del hombre, sino que es el factor que ordena las tendencias parciales poniéndolas al servicio de la persona toda, último sujeto de atribución de tales dinamismos. Quienes entienden la moral —que es el orden de los amores— en términos de ordenamiento extrÍnseco, no pueden menos que mirarla como amenazante y enemiga del verdadero desarrollo del hombre. Este equívoco es un obstáculo que imposibilita un diálogo fecundo entre psicología y moral. La psicología necesita, pues, junto a una noción descriptiva de madurez psicológica entendida como aquellos comportamientos, afectos y logros típicos y propios de cada etapa de la vida, la noción de perfección moral, entendida como el recto orden de los amores según el cual el hombre se orienta a su fin último. La madurez y talla de una personalidad se mide pues por su connaturalidad afectiva con los valores verdaderos.
Psicología con alma
son impulsos puramente animales, sino que están informados por el espíritu, y por ello son tendencias sujetas a la razón y a la libertad.
EN EL HOMBRE SANO LOS «INSTINTOS» NO SON IMPULSOS PURAMENTE ANIMALES, SINO QUE ESTÁN INFORMADOS POR EL ESPÍRITU, Y POR ELLO, SON TENDENCIAS SUJETAS A LA RAZÓN Y A LA LIBERTAD.
En el ámbito clínico, se suscita un interrogante: ¿es indistinto, desde el punto de vista de la salud mental y de la intervención psicoterapéutica, que el hombre se comporte en conformidad o no con aquellas exigencias objetivas del espíritu? De la respuesta a esta pregunta pende en muchos casos la misma comprensión psicológica de la dolencia que el sujeto padece así como la terapia que este requiere. Así, en el orden psicopatogénico, es frecuente observar que los dolores y angustias del paciente surgen en situaciones y a raíz de conductas en las que se ha transgredido —por culpas propias o ajenas— el orden moral objetivo —exigencias objetivas del espíritu—. La transgresión —advertida o no— de tal orden natural priva al hombre de algún bien que le es connatural,
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LA PSICOLOGÍA NECESITA, PUES, JUNTO A UNA NOCIÓN DESCRIPTIVA DE MADUREZ PSICOLÓGICA ENTENDIDA COMO AQUELLOS COMPORTAMIENTOS, AFECTOS Y LOGROS TÍPICOS Y PROPIOS DE CADA ETAPA DE LA VIDA, LA NOCIÓN DE PERFECCIÓN MORAL, ENTENDIDA COMO EL RECTO ORDEN DE LOS AMORES SEGÚN EL CUAL EL HOMBRE SE ORIENTA A SU FIN ÚLTIMO.
«Esta sabiduría que es filosófica rescata realidades humanas no verificables empíricamente y que por tanto la ciencia “no ve”, pero que son supuestos implícitos del terapeuta que inciden en la comprensión del cuadro clínico y en la atención del paciente.» Erich Heckel, Sleeping Girl, 1913.
lo que es vivido como una violencia o una disminución del valor de su propia persona. Están en juego aquí los conceptos de mal deculpa y mal de pena (cf. S. Th. I, q.48, a.5 y a.6; De Malo q.i, a.4). El primero, en tanto transgresión del orden moral objetivo; el segundo, consistente en el dolor afectivo que padece el sujeto por verse privado del bien connatural que la ley moral señala. Acorde a cómo responda el sujeto a la culpa y a la pena, podrán tener lugar manifestaciones clínicas diversas, ubicándose estas dentro del dominio de la psicoterapia, y en el dominio de la psiquiatría en cuanto por redundancia impliquen modificaciones
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neurobiológicas que admitan intervención psicofarmacológica. En otros términos, la transgresión de la ley moral es causa de angustia y pena. Pío XII lo había afirmado: «(...) el que ofende y transgrede las leyes de la naturaleza, tendrá antes o después que sufrir las funestas consecuencias en su valor personal, y en su integridad física y psíquica» (Discurso a la Unión Italiana Médico Biológica de San Lucas, 12 de noviembre de 1944). La psicología clínica no niega ciertas experiencias como fuente de psicopatología, pero ha sido incapaz de «ver» la exigencia moral presente «en el interior» de ellas, ignorando por tanto todo vínculo entre la psicopatología y el orden moral. Al negar este orden ha tenido que dar cuenta del carácter nocivo de aquellas experiencias construyendo toda una nueva antropología. La antropología y la moral cristianas han quedado enfrentadas, por tanto, a esta nueva explicación del hombre de apariencia científica, pero que encierra en su seno la negación del orden moral natural. Ante esta realidad, ¿cómo entablar un diálogo, cómo lograr una síntesis e integración entre la psicología por una parte, y la moral y la antropología cristianas por la otra, si la primera a priori se adhiere a posturas que descalifican, niegan y sustituyen a las segundas? En el ámbito de la psicoterapia será terapéutico todo aquello que suscite o secunde el orden natural, es decir, la intervención no será terapéutica si transgrede el orden natural. Todo proceso psicoterapéutico, llámeselo de crecimiento, de maduración, de sanación, de liberación de complejos e inhibiciones psicológicas, lleva consigo un aumento en la capacidad de autogobierno y autodeterminación; ello supone un incremento en la libertad interior. Ahora bien, el teólogo moral entiende que, en el orden natural, la libertad solo se da en el ámbito de las virtudes. Por tanto, si un paciente ha de sanar su incapacidad/enfermedad, si ha de crecer en libertad, necesariamente ha de cultivar y alcanzar la virtud contraria a la disposición enfermiza/incapacitante que padecía. En otras palabras, ha de ordenar sus amores. De este modo, una sana psicoterapia busca la restitución de las disposiciones de la voluntad y de las potencias sensibles al orden natural, y con ello devuelve al paciente su libertad interior. Por el contrario, toda intervención que, aun obteniendo algún alivio inmediato, contraríe la ley natural, obtendrá resultados parciales y transitorios, y correrá el riesgo de ser una intervención iatrogénica.
UNA SANA PSICOTERAPIA BUSCA LA RESTITUCIÓN DE LAS DISPOSICIONES DE LA VOLUNTAD Y DE LAS POTENCIAS SENSIBLES AL ORDEN NATURAL, Y CON ELLO DEVUELVE AL PACIENTE SU LIBERTAD INTERIOR. POR EL CONTRARIO, TODA INTERVENCIÓN QUE, AUN OBTENIENDO ALGÚN ALIVIO INMEDIATO, CONTRARÍE LA LEY NATURAL, OBTENDRÁ RESULTADOS PARCIALES Y TRANSITORIOS, Y CORRERÁ EL RIESGO DE SER UNA INTERVENCIÓN IATROGÉNICA.
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La luz en el arte y la arquitectura (I) —Gloria del espacio medieval y bizantino— POR ANDREA DALL’ASTA, S.J.
L El espacio nunca es un mero contenedor. Gracias a la luz, lo habitamos, vivimos en él. El espacio es un lugar físico, pero su fuerza reside en su carga expresiva y simbólica, que nunca puede traducirse en una lógica racionalfuncional. (...)
a luz define una experiencia originaria del hombre. La luz da vida a las formas y a los colores. Individualiza los objetos, creando relaciones entre ellos. Cae sobre su superficie y define sus sombras. Les da profundidad. Permite ver cada realidad en particular y situarla en el espacio, otorgándole carácter autónomo, haciéndola surgir del contexto1. Luz y espacio están estrechamente conectados2. De hecho, la arquitectura es la capacidad de plasmar y condensar la luz, de organizarla mediante una articulación de superficies. Sin embargo, la luz no permite que se vean o se perciban los objetos. No se trata de iluminar un espacio cartesiano con el fin de obtener un resultado óptico funcional para la percepción. El espacio nunca es un mero contenedor. Gracias a la luz, lo habitamos, vivimos en él. El espacio es un lugar físico, pero su fuerza reside en su carga expresiva y simbólica, que nunca puede traducirse en una lógica racional-funcional. Luz y espacio se encuentran estrechamente unidos en la misma experiencia de habitar el mundo. En este sentido, el espacio abre un horizonte de sentido. La luz remite a un tema central de la arquitectura cristiana3. Hay un fundamento bíblico-teológico en el origen de una estética de la luz. Es una reflexión que comienza a partir del momento de la creación en el cual se separa la luz de las tinieblas (ver * Primera de una serie de tres reflexiones, publicadas en La Civiltá Cattolica con el mismo título, como un solo artículo. 1 Sobre estos temas es muy interesante la reflexión de Roberto Tagliaferri. Ver R. TAGLIAFERRI, “Luz y espacio arquitectónico. La comunicación visual del espacio sagrado”, en V. SANSON (ed.), Lo spazio sacro. Architettura e liturgia, Padua, Messaggero, 2002, 129-144. 2 Hablar de luz implica abrir capítulos infinitos de la historia del hombre, estudios interdisciplinarios entre filosofía, teología y antropología. Basta pensar que la raíz indoeuropea, de la cual proviene divus y posteriormente “dios”, significa “luz”. En su origen, “luminoso” indicaba de hecho la manifestación de los dioses del cielo, ya sea con la luz del día, ya sea con la luz del relámpago (como más tarde los romanos Iuppiter Lucetius y Iuppiter Fulgurator). 3 Este es un aspecto en común entre el cristianismo y otras religiones que ven en la luz el lugar de revelación de lo divino. Son numerosos los textos que reflexionan sobre temas de la luz en las religiones antiguas. Nos limitamos a citar a M. ELIADE, Trattato di storia delle religioni, Turín, Bollati Boringhieri, 1976. Específicamente, en el cap. III, el autor hace una profunda reflexión sobre el sol y los cultos solares.
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BasĂlica de San Sernin, Toulouse, siglo95XI.
(‌) Luz y espacio se encuentran estrechamente unidos en la misma experiencia de habitar el mundo. En este sentido, el espacio abre un horizonte de sentido.
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97 San Salvador de Leyre, Navarra, siglo X
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98 Catedral de Saint-Etiene, Bourges, s. XII.
La gloria de la luz: el vitral gótico ¿Cómo ha procurado el cristianismo “atrapar” la vitalidad de la luz, transformándola en “espacio”? Desde los primeros siglos, una estética teológica ha reinterpretado el pensamiento antiguo5. La concepción neoplatónica de la luz, estrechamente vinculada con la búsqueda de la belleza como camino de elevación del hombre hacia Dios, ocupa un lugar central. Si Dios ciertamente es luz y belleza infinita, el universo es como una espléndida cascada luminosa y un descenso de bellezas que surgen de la fuente originaria en una fulgurante irradiación de esplendores sensibles, que adquieren cuerpo en la creación. Dios, el Altísimo, el Inmutable, el Trascendente, otorga a todo lo creado, con distintos grados de intensidad, una participación de sí mismo6. Este es el punto de partida para interpretar la arquitectura gótica. En el coro de la catedral de Saint-Denis (1136), el abate Suger inaugura una concepción de la luz sin precedentes desde el punto de vista arquitectónico7. Proyecta las capillas del coro unas junto a otras sin solución de continuidad con el fin de eliminar las paredes divisorias. El muro románico es abierto. Las paredes macizas, divididas en arcos e iluminadas por un rosetón en la fachada, que mostraba claramente la direccionalidad, separaban el espacio interno del externo, como para hacer
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Gn 1,3-5)4, para llevarse a cabo en el Nuevo Testamento, donde Cristo, el Hijo de Dios hecho hombre, habla de sí mismo en términos de luz (ver Jn 8,12). La luz es símbolo de la presencia de lo divino que revela el sentido de lo real. Sin luz, la realidad ciertamente parecería oscura, confusa, envuelta en las tinieblas, “in-forme”, sin sentido. La dialéctica luz/tinieblas caracteriza toda la teología cristiana y expresa simbólicamente la relación bien-mal. A partir de esta intuición, olvidada demasiado fácilmente, comienza la historia de la arquitectura cristiana y tal vez de la arquitectura tout court. En realidad, desde el punto de vista arquitectónico, la luz no se puede separar de la oscuridad, pero ambas se compenetran, interactuando en la definición del espacio.
El uso de los vitrales góticos crea en cambio un fondo luminoso continuo, una lux continua. Todo parece transfigurado por la luz filtrada por los vitrales. La catedral es una Jerusalén celestial donde la luz revela el esplendor de Dios. La catedral es la ciudad que desciende desde lo alto. Es la ciudad celestial, donde las tinieblas han sido definitivamente vencidas.
4 Leemos en el libro del Génesis: “Dijo Dios: «Haya luz», y hubo luz. Vio Dios que la luz estaba bien, y apartó Dios la luz de la oscuridad; llamó Dios a la luz «día», y a la oscuridad llamó «noche». Atardeció y amaneció: día primero” (Gn 1,3-5). 5 A través de Platón, llegamos a la teoría de la luz de los neoplatónicos, con las reflexiones de Agustín, Pseudo Dionisio Areopagita, Juan Escoto Erígena y Roberto Grosseteste, hasta llegar a Buenaventura y Tomás de Aquino. 6 Ver J.-M. TEZE, Théophanies du Christ, París, Desclée de Brouwer, 1988. 7 En este tema, es famoso el texto de E. PANOFSKY, “Suger, abate de Saint Denis”, en Il significato delle arti visive, Turín, Einaudi, 1955.
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Si todo es luz que reverbera y se irradia en la creación, toda la realidad alude a lo absoluto, a lo invisible. Todo habla a través de señales, alusiones, remitiendo al Creador. Y la belleza de Dios se expresa ante todo a través de aquel que revela su forma: el Cristo. (...)
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Iglesia de los Jacobinos, Toulouse, siglo XIII.
surgir un rechazo del mundo: Morimondo, dice el nombre de una abadía milanesa. Las pequeñas ventanas abocinadas permitían la entrada de la luz, creando una fuerte intensidad luminosa, concentrada en algunos puntos que determinaban un recorrido. El esplendor de algunos rayos de luz daba sentido al silencio de una oscuridad profunda, como si estas pequeñas aberturas que capturaban el movimiento de la luz pudiesen encarnar el deseo del hombre que vive en las tinieblas de abrirse a la luz, a un camino hacia Dios. Nada decorativo ni ornamental se ponía en escena. Gracias a este fuerte claroscuro, el espacio se caracterizaba por volúmenes sólidos, firmes, resueltos. El uso de los vitrales góticos crea en cambio un fondo luminoso continuo, una lux continua. Todo el espacio está inmerso en la luz. Las sombras son en cierto modo anuladas por un sutil juego de luces y contraluces. Todo parece transfigurado por la luz filtrada por los vitrales. La catedral es una Jerusalén celestial donde la luz revela el esplendor de Dios. La catedral es la ciudad que desciende desde lo alto, don divino, construida con materiales transparentes que se dejan atravesar por la luz. Es la ciudad celestial, donde las tinieblas han sido definitivamente
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Iglesia Santa MarĂa del Mar, Barcelona, siglo101 XIV.
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Iglesia Santa MarĂa del Mar, Barcelona, siglo103 XIV.
Gracias al oro, Dios, más allá del ser, se muestra; lo visible puede nacer en el hombre como una aparición súbita e inmediata, nacida de la luz, en un instante de supresión de la noción de temporalidad.
vencidas, para dejar el lugar a una luz del día que no conoce el ocaso, por cuanto ahí Dios está siempre presente. La nueva estética de la luz manifiesta el esplendor de la ciudad de Dios que, como dice el libro del Apocalipsis, resplandece en el fulgor del oro y las piedras preciosas. La estética teológica neoplatónica parece estar debidamente reasumida en la inscripción que Suger hace poner en la entrada de la catedral, en la cual se expresa la ayuda de la luz natural en el camino hacia la luz de Cristo8. Todo está llamado a transformarse en luz. Los vitrales del coro pueden así definirse como sacratissimae vitrae en tanto en cuanto dejan pasar la luz divina, la Verdadera Luz. Concurren aquí luminismo y verticalismo para crear un espacio en el cual luz y arquitectura están estrechamente unidas en una coherente visión teológica. La arquitectura se convierte en un espacio de contemplación, de revelación, una teofanía. Es el camino analógico de la estética neoplatónica, entendido como recorrido de elevación, de ascensión del espíritu y el intelecto hacia lo divino. Si todo es luz que reverbera y se irradia en la creación, toda la realidad alude a lo absoluto, a lo invisible. Todo habla a través de señales, alusiones, remitiendo al Creador. Y la belleza de Dios se expresa ante todo a través de aquel que revela su forma: el Cristo. El Verbo encarnado, lumen de lumine, como dice el Credo Niceno, es el camino que conduce a la Belleza última, a la Luz originaria, que es Dios mismo.
La luz sin forma: el ícono La luz tiene un rol fundamental también en el modo en que la estética teológica interpreta la imagen, como en los íconos bizantinos o en los cuadros medievales con fondo de oro. La luz aquí adquiere forma en la cálida tonalidad del fondo que envuelve las diversas escenas, porque el oro es la manifestación visible de los orígenes, de la verdad y de la autenticidad de todas las cosas. Es la mirada de Dios en el mundo, la revelación de la gloria divina. Gracias al oro, Dios, más allá del ser, se muestra; lo visible puede nacer en el hombre como una aparición súbita e inmediata, nacida de la luz, en un instante de supresión de la noción de temporalidad. 8 Citamos el texto, traduciéndolo: “Reluce la noble obra, pero la obra que noblemente reluce ilumina las mentes de tal manera que puedan avanzar, a través de verdaderas luces, hacia la verdadera luz donde Cristo es la verdadera puerta. Que existe en las cosas del mundo lo demuestra la áurea puerta: la mente ciega se eleva a lo verdadero a través de lo que es material, y oscurecida como estaba se eleva a ver esta luz” (H. SEDLMAYR, La luce nelle sue manifestazioni artistiche, Palermo, Aesthetica, 2009, 42).
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Luz del alma Ícono bizantino de origen ruso.
El fondo es homogéneo. Las diversas escenas representadas en la imagen son penetradas por la irradiación del fondo, por un flujo luminoso que atraviesa las cosas desde lo externo hacia lo interno, y desde lo interno hacia lo externo, si es verdad, como recuerda la filosofía plotiniana, que existe una luz interior presente en las dimensiones más profundas de cada ser. El oro es luz que se expande como un perfume, que se irradia en cada punto del espacio. Es luz inaprensible, visible en todas partes. El oro crea un espacio atmosférico en el cual todo se pierde y se disuelve en la luz. La luz del oro tiene un valor espiritual, que se vuelve color en contacto con la opacidad de la materia. Es manifestación de la gracia que envuelve el orden de la naturaleza. Se refuta de este modo el naturalismo de las formas clásicas, para mostrar la superioridad de un mundo trascendente, absoluto. Y la imagen se convierte en evocación de lo infinito, transfigurando toda realidad humana para proyectarla en un universo divino. Es el descenso de la eternidad en el tiempo. Es la apoteosis del ver. Es el espacio de la gracia. La imagen se convierte en la señal divina que permite al hombre dirigir una mirada desde la tierra a la eternidad. Todo es inmóvil, sin peso. Es la epifanía de una realidad sobrenatural, aparición que desciende de la eternidad hacia
La imagen se convierte en evocación de lo infinito, transfigurando toda realidad humana para proyectarla en un universo divino. Es el descenso de la eternidad en el tiempo. Es la apoteosis del ver. Es el espacio de la gracia.
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El espacio está habitado por la gracia de la luz del día, superándose todo aspecto nocturno de la experiencia humana, todavía atravesada por el pecado. El oro crea un espacio atmosférico en el cual todos los elementos de la arquitectura se pierden y se disuelven en la luz.
la historia, revelación que atraviesa los espacios absolutos de la trascendencia para llegar a la contingencia de nuestro mundo. En este sentido, los íconos no procuran imitar lo real, pero expresan el nacimiento del fiel en el corazón del mundo, conducido nuevamente a su verdad. Si la realidad divina lo envuelve todo, no puede haber oscuridad. El fondo dorado crea efectivamente un espacio de irradiación luminosa que inviste a todas las cosas. No puede estar presente por lo tanto el negro, sino únicamente la acentuación de cada uno de los colores que crean una sinfonía luminosa. La sombra es carencia de luz como el mal es ausencia de bien. Así como el mal no tiene consistencia ontológica alguna, la sombra no tiene estatuto alguno. Es pálida sombra, temporal disminución de intensidad luminosa9. La sombra es “ausencia de”. Y el fin de nuestra vida es ver la luz, en la visio beatifica, diría Tomás de Aquino. Una luz perfecta, absoluta. Luz sin tiempo, a-temporal. Sin sombras. En este sentido, en la imagen no puede haber drama. La vida del hombre, incluso en sus hechos más dolorosos, no se perfila en las tinieblas de la desesperación, dirigiéndose en cambio hacia un encuentro dominado por la luz misma, símbolo de la presencia de Dios que envuelve la vida del hombre. Esta es una concepción muy distinta de aquella que se consolida con Caravaggio a comienzos del siglo XVII. Caravaggio sustituye el fondo de yeso en el cual se elaboraban los colores del cuadro medieval o el fondo con un paisaje de la tela renacentista por un fondo marrón rojizo sobre el cual pone las sombras más fuertes o las luces más intensas. Así, la intensidad luminosa pasa de un máximo de luz a un máximo de oscuridad mediante una multiplicidad infinita de pasos y gradaciones. El cuadro cambia de estatuto. El fondo ya no es el todo luminoso cuyas figuras son irradiaciones coloreadas. Las figuras surgen del fondo oscuro como si pertenecieran al mismo. También los colores surgen del fondo, como si fueran testigos de la naturaleza oscura de la cual emergen. El hombre ya no vive en una realidad dominada por la luz, surgiendo en cambio de una realidad de oscuridad. Solo la luz de la gracia que se concentra en un rayo puede salvar. El mal asume toda su fuerza, su consistencia. La vida es drama, lucha permanente, batalla interminable entre luz y tinieblas. La sombra ya no es puramente pálida sombra sometida a la luz. Se vuelve tenebrosa, inaprensible, plúmbea. Se manifiesta a través de una oscuridad confusa, irracional. Se convierte en símbolo 9 En el tema de la sombra como disminución de la intensidad de la luz, remitimos a F. JULLIEN, L’ombra del male. Il negativo e la ricerca di senso nella filosofia europea e nel mondo cinese, Vicenza, Colla, 2005.
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de la realidad del pecado. En este drama, en esta batalla entre luz y oscuridad, tiene lugar la historia del hombre. Si la luz no logra surgir, entonces la muerte toma la delantera.
La luz sin sombra: los mosaicos bizantinos El fondo de los íconos remite a la misma luz sin tiempo de la arquitectura bizantina, en la cual la decoración del mosaico conduce a una desmaterialización del espacio, disolviendo las paredes en una superficie irreal. El espacio no parece limitado por las superficies como en el espacio románico, transformándose en cambio en la fluctuación densa, vibrante y cambiante de la luz, obtenida gracias al resplandor de los mosaicos del fondo de oro. “O ha nacido aquí la luz, o capturada reina aquí libre”10, está escrito en las paredes del Oratorio de San Andrés, en Rávena. En este espacio, todo tiende a la eliminación de contrastes fuertes, de claroscuros marcados. El espacio está habitado por la gracia de la luz del día, superándose todo aspecto nocturno de la experiencia humana, todavía atravesada por el pecado. El oro crea un espacio atmosférico en el cual todos los elementos de la arquitectura se pierden y se disuelven en la luz. Es un espacio de luz, transfigurado, muy distinto al tectónico griego y romano. Es un espacio que otorga privilegio a la interioridad y a la intimidad. La luz de lo interno aparece infinita. Con el revestimiento de mosaicos se disuelven las articulaciones espaciales, se deforman los contornos de los arcos, se suavizan los ángulos. Se anula toda intersección de planos. Ahí no puede haber un claroscuro marcado, sino puramente intensidad de tonos de luz. La arquitectura parece apoyarse en la nada. Todo aparece sin volumen ni peso. Todo parece suspendido, como levitando en el aire o dilatándose en el espacio. Mientras los elementos del mosaico se fijan en la capa de yeso en diversos niveles y con distintas inclinaciones, la superficie irregular refleja la luz en distintos ángulos, refractándola en múltiples direcciones. La luz natural entra desde el exterior a través de pequeñas aberturas. El espacio intercepta la luz natural, que nunca es inmóvil, sino en movimiento permanente. La luz rebota hacia adelante y hacia atrás, se vuelve luz refleja, creando infinitas relaciones. El espacio vibra. Cambia continuamente. Es siempre nuevo. Es un espacio con una energía trémula, palpitante. No se trata sin embargo de una luminosidad confusa.
Es un espacio englobante, donde el fiel es llamado a convertirse en esa misma luz por la cual es iluminado. El creyente se convierte en lo que él mismo contempla: luz. Todo debe ser penetrado por la luz que viene de lo alto para convertirse en luz.
10 Citamos la inscripción latina del oratorio de San Andrés (siglo V): “Aut lux hic nata est, aut capta hic libera regnat”.
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108 BasĂlica de San Marco, Venecia, siglo XI.
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De hecho las paredes están recubiertas de imágenes que, carentes de relieve plástico y claroscuro, se convierten en superficies puras de color, visiones diáfanas, impalpables, inaprensibles. El arte bizantino, al rechazar el realismo imitativo grecorromano, se vuelve hacia la creación de visiones interiores, trascendentes, absolutas. Imaginamos enseguida la luz artificial de las antorchas o de las velas. Las imágenes se transforman en apariciones, revelaciones, teofanías que surgen del fondo para presentarse a nuestro mundo. Reconocemos las figuras bíblicas de María, de Cristo, de los apóstoles, vemos a los santos mártires… Han derrotado a la muerte. Sin peso ni volumen, parecen haber perdido contacto con el suelo. En su santidad, parecen cuerpos gloriosos transfigurados en la luz de la vida sobrenatural. Están envueltos en una atmósfera de gracia. El espacio está habitado por una luz trémula, de la cual irradia la energía expansiva de los colores. El fiel es envuelto por una atmósfera de plegaria. Es un espacio de contemplación, de recogimiento, de revelación de lo invisible, donde la luz es anticipo de la gloria paradisíaca, que se descompone en la multiplicidad de los colores para unificarse y reconstituirse en fuente primordial de vida. Se vuelve la espalda a la perspectiva grecorromana para ser introducidos en un espacio de pura visión. No es un espacio que se sitúa frontalmente ante nosotros, como cuando en el teatro asistimos al drama que se está recitando en escena. Es un espacio que nos envuelve11. Es un espacio englobante, donde el fiel es llamado a convertirse en esa misma luz por la cual es iluminado. El creyente se convierte en lo que él mismo contempla: luz. Todo debe ser penetrado por la luz que viene de lo alto para convertirse en luz. Desaparece todo efecto de confusión de líneas y todo desvío de la perspectiva. La luz crea de este modo un espacio unitario donde cada detalle se sumerge en el Uno, en la voluntad de anular toda separación y toda exterioridad para conducirnos nuevamente a la esencia de las cosas, para que el alma pueda elevarse a la luz originaria, a Dios mismo. El arte bizantino está concebido con el fin de conducir al hombre a las profundidades abismales de su propia interioridad, a través de una luminosidad sin la cual todo permanecería en el silencio de la oscuridad. Porque la luz es espacio. La luz crea el espacio. El edificio se convierte así en hierofanía, manifestación de lo sagrado, lugar de la presencia de lo divino en nuestro mundo, imagen de un orden supremo transformado en arquitectura en el orden humano. Espacio de luminosidad total.
La luz aquí adquiere forma en la cálida tonalidad del fondo que envuelve las diversas escenas, porque el oro es la manifestación visible de los orígenes, de la verdad y de la autenticidad de todas las cosas. Es la mirada de Dios en el mundo, la revelación de la gloria divina.
11 Sobre estos temas, ver R. COURT, Sagesse de l’art. Arts plastiques, musique, philosophie, París, Klincksieck, 2006.
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APUNTES Y NOTAS LA FE COMO ACTO LIBRE por José Miguel Ibáñez Langlois
«Sólo por una cierta forma de amor puede la inteligencia alcanzar los más altos misterios divinos. “El amor mismo es un conocimiento, trae consigo una lógica nueva”, dice San Gregorio Magno (Hom. in Evangelia, II, 27, 4). Después de citarlo, la Encíclica Lumen Fidei añade: “La fe conoce por estar vinculada al amor, en cuanto el amor mismo trae una luz”.»
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Mural, fresco de Gregorio Magno, Basílica de Asís. HUMANITAS Nº 73 pp. 110 - 115
El término “fe” tiene dos sentidos, tan ligados
del acto de fe mismo, sino que es una exigencia entre sí como lo están el sujeto y el objeto del social, un derecho humano, que en el orden conocimiento humano. En su sentido objetivo, jurídico y social llamamos libertad religiosa. la fe designa aquello que creemos, lo creído, Esta, lejos de agotar el asunto, más bien se el Credo, la Revelación divina: es la “fides funda en una realidad interna de profundidad quae”. En su sentido subjetivo — es decir, per- abismal, a saber, en el libre albedrío humano, teneciente al sujeto—, la fe es el acto de creer, que consiste en haber dejado Dios al hombre por el cual, v. gr., el cristiano confiesa: creo en su destino en manos de su propia decisión (cfr. Catecismo de la Iglesia la divinidad de Cristo; es la Católica, 1730). El acto de fe es “fides qua”. El primer sentido EL ACTO LIBRE DE FE NO ES un ejercicio radical del libre es prioritario, porque antes UN SIMPLE PENSAMIENTO, albedrío, de la libertad interior, viene la Revelación divina, y OPINIÓN O JUICIO MÍO; ES de la autodeterminación de luego la respuesta humana, UNA OPCIÓN TOTAL DE la voluntad humana, don es decir, el creer en la verdad LA PERSONA HUMANA, supremo del Creador. revelada. A esa respuesta QUE COMPROMETE SU Es en este sentido último me referiré ahora: al acto de VIDA ENTERA HASTA SUS que hablamos de la libertad del fe y su dinámica interna, siRAÍCES MÁS PROFUNDAS, acto de fe, su dimensión menos guiendo la huella teológica de Y QUE COMO TAL ESTÁ abordada, hasta tal punto que maestros como San Agustín, INCLUIDA EN EL PRIMER incluso en muchos tratados Santo Tomás, Pascal, el Card. MANDAMIENTO, BAJO ESTA de Teología Fundamental Newman... De ese acto de FORMA: CREERÁS EN EL se desarrolla escasamente, creer afirmamos que es una SEÑOR TU DIOS CON TODA siendo tan necesario hacerlo, decisión libre, pero… TU INTELIGENCIA Y CON y más en nuestros días. En TODO TU SER, LO QUE una palabra: para poder creer, ¿Con qué libertad? SIGNIFICA: CON TODA TU con mi voluntad libre yo debo LIBRE VOLUNTAD. QUERER CREER; si no, la Como siempre que s e fe no sería posible. El acto enuncia esa palabra, hay que libre de fe no es un simple esclarecerla. En el caso del acto de fe, su libertad no consiste en que “si pensamiento, opinión o juicio mío; es una quiero creer creo, y si no, no”, como quien dice opción total de la persona humana, que “si quiero salir a la calle salgo, y si no, no”: compromete su vida entera hasta sus raíces esa es la mera libertad de indiferencia, que más profundas, y que como tal está incluida viene a significar que todo da lo mismo; justo en el primer mandamiento, bajo esta forma: lo contrario del acto libre de creer, que es una Creerás en el Señor tu Dios con toda tu decisión trascendental donde se juega uno la inteligencia y con todo tu ser, lo que significa: vida entera. Por otra parte, tampoco me refiero con toda tu libre voluntad. Estoy hablando del primer acto de fe, ya sea aquí a esa otra libertad de la fe, en virtud de la cual nadie puede ser forzado a creer, lo que sin el del adulto que se convierte a Cristo, ya sea el duda es cierto, porque el creer debe estar libre acto (o mejor, el proceso) por el cual quien se de toda coacción externa; pero esa libertad de ha criado y educado como creyente, transita de coacción o de fuerza foránea no forma parte la costumbre recibida y más o menos pasiva, Texto ampliado de una exposición en el Symposium de Teología de la Universidad de los Andes
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a una decisión deliberada y comprometedora, lo que en tantos casos suele ocurrir cuando en la juventud comienza la madurez intelectual y moral de la persona. Pero también se incluye aquí, por supuesto, el sucesivo crecimiento de la fe, que debe continuar durante la vida entera. En todos estos casos, el ejercicio del libre albedrío juega un papel indispensable: es una condición sine qua non.
intelecto y voluntad, no es tan simple como parece: es recíproca, como aclara Sto. Tomás (cfr De Malo, q. 6). Se debe querer que Dios exista para creer que existe; se debe querer que Cristo sea el Hijo de Dios para creer en su divinidad. No es que por querer tales cosas ellas serán así, pero para creerlas hay que tener una disposición propicia: sin ella ocurre lo que dice Pío XII en la Encíclica Humani generis: “en semeja ntes mater ias ESA LIBERTAD DE COACCIÓN La voluntad de creer los hombres se persuaden O DE FUERZA FORÁNEA NO La libertad del acto de fe fácilmente de la falsedad o al FORMA PARTE DEL ACTO se expresa en esta sentencia: menos de la incertidumbre DE FE MISMO, SINO QUE ES para creer hay que querer de las cosas que no quisieran UNA EXIGENCIA SOCIAL, c r e e r. Q u i e n n o q u i e r e que fuesen verdaderas”. Una UN DERECHO HUMANO, hacerlo, aunque vea milagros ilustración: Mortimer Adler QUE EN EL ORDEN JURÍDICO no creerá, como aquellos es un filósofo que reflexionó Y SOCIAL LLAMAMOS judíos de quienes nos cuenta mucho sobre Dios, sin llegar LIBERTAD RELIGIOSA. el Evangelio que “no creían nunca a una certeza; en su ESTA, LEJOS DE AGOTAR en él (Jesús) a pesar de haber autobiografía confesó más EL ASUNTO, MÁS BIEN SE hecho tan grandes señales tarde que el asunto no era FUNDA EN UNA REALIDAD (milagros) delante de ellos” simplemente intelectual, sino INTERNA DE PROFUNDIDAD (Jn 12, 37). Pues para creer que jugaba un papel clave ABISMAL, A SABER, EN EL hace falta una disposición la voluntad: que la certeza LIBRE ALBEDRÍO HUMANO, libre, una decisión favorable, “requería un cambio radical de QUE CONSISTE EN HABER una buena voluntad, una mi forma de vida. La verdad DEJADO DIOS AL HOMBRE SU apertura de corazón, casi del asunto es que yo no quería DESTINO EN MANOS DE SU un pre-amor hacia lo que vivir la vida de un creyente.” PROPIA DECISIÓN. se creerá. Si los antiguos (Philosopher at Large). expresaron la voluntariedad La dinámica interna del de la fe con la fórmula “credo quia volo” acto de fe suele explicarse así: siendo el objeto —creo porque quiero—, fue Newman quien de la fe algo invisible y no evidente, y aún la perfeccionó en términos de amor con su más, misterioso y sobrenatural, que queda estupendo aserto “creemos porque amamos”. muy por encima de la razón humana, esta, Solo por una cierta forma de amor puede la para asentir, debe ser movida por la voluntad inteligencia alcanzar los más altos misterios (el libre querer creer). Dice Tomás de Aquino: divinos. “El amor mismo es un conocimiento, “A las cosas de fe consent imos con la trae consigo una lógica nueva”, dice San voluntad, no por necesidad de la razón, pues Gregorio Magno (Hom. in Evangelia, II, 27, 4). están por encima de la razón.” (Ad Romanos, Después de citarlo, la Encíclica Lumen Fidei I, 4). Pero este imperio de la voluntad, a su añade: “La fe conoce por estar vinculada al vez, no es posible sin una fuerza del cielo, amor, en cuanto el amor mismo trae una luz”. un don, una singular gracia divina. Una vez Es que la relación entre saber y querer, entre que Simón Pedro ha profesado la divinidad
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de Cristo, le dice este: “no te lo ha revelado necesaria. Podemos preguntarnos (sin jugar la carne ni la sangre, sino mi Padre que está a ser Dios) por qué no todo aquel que está en en los cielos” (Mt 16, 17). esas condiciones cree, o por qué unos creen Esta gracia de Dios no se nos da, sin más que otros, pues hay una gradualidad embargo, como algo “hecho”, como una “cosa” desde la fe mínima a la fe heroica de los que se deposita dentro de nosotros: la fe es santos. O al revés: ¿de dónde puede provenir todo menos mecánica. Al solicitar nuestro la resistencia total o parcial a la gracia de consentimiento, el don de lo alto interpela la fe? Para conjeturarlo (y solo conjeturarlo) al hombre entero, es decir, compromete recordemos que la fe es una opción total sus facultades superiores: el que compromete la íntegra intelecto y la voluntad son las existencia del hombre, no MORTIMER ADLER ES UN potencias que deben realizar solo intelectualmente (pensar FILÓSOFO QUE REFLEXIONÓ ese acto, libre en lo volitivo del Señor así o asá), sino MUCHO SOBRE DIOS, y cierto en lo intelectivo. ta mbién de u na ma nera SIN LLEGAR NUNCA A Se trata de un asentimiento afectiva, moral y vital Creer UNA CERTEZA; EN SU de la inteligencia movida es convertirse, cam-biar de AUTOBIOGRAFÍA CONFESÓ por un consentimiento de la vida, jugárselo todo por lo MÁS TARDE QUE EL ASUNTO voluntad. Por eso hablamos Invisible, obedecer a Dios NO ERA SIMPLEMENTE de “corresponder” a la gracia. en Cr isto. Por eso d ijo INTELECTUAL, SINO QUE Esta no nos atropella, sino Kierkegaard: “Es tan difícil JUGABA UN PAPEL CLAVE que, al capacitarnos para creer porque es tan difícil LA VOLUNTAD: QUE LA creer, nos llama a hacerlo obedecer”. CERTEZA “REQUERÍA con llamada amorosísima. Quien no está dispuesto UN CAMBIO RADICAL DE Nosot ros podemos oí r o en modo alguno, ni siquiera MI FORMA DE VIDA. LA desoír esa llamada, podemos en forma tentativa, a vivir VERDAD DEL ASUNTO ES cerrarnos a ella o abrirle el según el Evangelio, ¿cómo QUE YO NO QUERÍA VIVIR corazón, y entonces consentir podría realizar el acto libre LA VIDA DE UN CREYENTE.” y asentir libremente (pero, en de asentir a la divinidad (PHILOSOPHER AT LARGE). términos singulares, quién de Jesucristo? Más bien su haya recibido o no esta gracia, voluntad libre lo dispondrá y quién la haya correspondido o no, es algo a negarla. Quien no quiere tener a nadie por que solo Dios conoce; hurgar en el secreto encima de su cabeza, ni diez mandamientos humano y divino de las conciencias es que lo obliguen, ni una voluntad superior a siempre un acto temerario, y lo es más que la que obedecer, o quien no está dispuesto a nunca en el caso de la fe. Se sobreentiende abandonar ideas o conductas incompatibles que solo podemos hablar de estas cosas en con la revelación, o quien es presa de términos generales). resentimientos hacia lo divino, encontrará muchos recursos para dar la espalda a Dios o a Cristo. Algunos de esos reparos pueden La obediencia de la fe ser —o parecer— intelectuales, de este tipo: Supongamos que en una persona están que la ciencia actual contradice a la fe; que dadas las condiciones para poder creer: ha es indigno de la razón aceptar misterios que oído la predicación del Evangelio —sabe de la superan; que la fe es un límite inaceptable qué se trata— y ha recibido del cielo la gracia para la autonomía personal, etc.
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Recordemos los pasos previos de la el apego a las riquezas, y sobre todo con el conversión de San Ag ust ín, cuando al orgullo intelectual, el engrandecimiento del borde ya de creer en Cristo, sentía que las propio yo. En este sentido dice Zubiri que el pasiones (a las que tendría que renunciar) problema no es saber si Dios existe o no, sino lo tironeaban de la ropa para detenerlo, y le saber si Dios es Él o yo. Nos recuerda San susurraban al oído: “¿Conque nos dejas, eh? Pedro que “Dios resiste a los soberbios y da ¿Es cierto que a partir de ahora ya nunca su gracia a los humildes” (1, 5). jamás (…) te será permitido hacer esto y lo Así, pues, la fe pone en juego todas las otro?”, representándole placeres prohibidos disposiciones morales del corazón humano. para el cristiano (Confesiones, VIII, 11, 25). Si estas no son las adecuadas, es decir, las que Pues su aceptación intelectual del Evangelio concuerdan con el Evangelio, se convierten en estaba, como suele estarlo, un obstáculo para aceptarlo y hondamente condicionada aceptar cuanto Dios nos reveló LA LIBERTAD DEL ACTO por el acto libre de renunciar en Cristo Jesús. Es dentro del DE FE SE EXPRESA EN ESTA a las tres concupiscencias seguimiento del Señor donde SENTENCIA: PARA CREER (1 Jn 2, 16): la de la carne, la y cuando se abren los ojos HAY QUE QUERER CREER. de los ojos —las riquezas— y del discípulo que exclama: QUIEN NO QUIERE HACERLO, la soberbia de la vida: libres ¡Eres tú! ¡Ahora sé que eres el AUNQUE VEA MILAGROS renuncias que están en la Salvador! Con esto no se niega NO CREERÁ, PUES PARA base del acto libre de fe. la dimensión radicalmente CREER HACE FALTA UNA intelectiva del acto de fe; solo se DISPOSICIÓN LIBRE, UNA subraya su condición volitiva La pureza de corazón DECISIÓN FAVORABLE, UNA o libre, pues la fe está inscrita BUENA VOLUNTAD, UNA La bienavent u ra n za en la vida, en la totalidad de la APERTURA DE CORAZÓN, evangélica dice así: “Bienvida, en su centro mismo. Por CASI UN PRE-AMOR HACIA aventurados los puros de eso puede ella elevar el nivel LO QUE SE CREERÁ. corazón, porque ellos verán de la vida moral y espiritual a Dios” (Mc 5, 8). ¿Cuándo de la persona entera. Y por se les promete que verán a Dios? Sin duda eso también puede la fe ser oscurecida o en el cielo, en la visión de Dios cara a cara; deprimida por la conducta personal. Quienes pero también en la tierra la percepción de las nos dedicamos a la dirección o guía espiritual realidades divinas se les abrirá dentro del de las almas sabemos bien de esta estricta claroscuro de la fe; se les afinarán las antenas correlación entre la vida moral de la persona, para detectar al Infinito. Pureza de corazón por una parte, y por otra su crecimiento en es el amor al prójimo versus el egoísmo, el la fe o sus dudas, entre su conversión o su desprendimiento versus la codicia, la castidad increencia. Acompañar a quien vacila es, versus la lujuria, y la humildad versus a veces, internarse en el laberinto de esas la soberbia intelectual. Sin estas grandes causalidades profundas, y ayudarlo a tomar virtudes, o mejor dicho, sin la predisposición conciencia de ellas. de llegar a ellas, los ojos que miran hacia Cristo estarán nublados: la figura del Señor Obligación, culpa y mérito se hará borrosa y difusa cuando el alma esté dominada por otros señores, como ocurre con Con esto se dice también que la fe misma el encierro en sí mismo, las pasiones carnales, es una conducta moral: que existe una virtud
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(teologal) de la fe, orgánicamente unida a al margen de la fe en Cristo. Todo esto nos la caridad o el amor teologal, y que existe aconseja una extrema prudencia de juicio al o puede existir, por el contrario, un pecado juzgar al prójimo, porque en materia de fe más de incredulidad. Cuando están dadas las que en ninguna otra conviene atenerse a la condiciones de conocimiento humano y palabra de San Pablo: “Es Dios el que juzga”. de gracia divina (lo que solo Dios sabe, Lo que no deja de sorprender, en todo repito), creer es una obligación moral, que caso, es que bajo esas condiciones cultuse contiene en el primer mandamiento del rales que nosotros llamaríamos desfaDecálogo: el mandamiento vorables, la gracia y la luz de de creer, esperar y amar a la fe se abran paso a través Dios con todo nuestro ser. En de la niebla o el prejuicio o AL SOLICITAR NUESTRO tales casos, creer es un acto la pasión, y toquen una y CONSENTIMIENTO, EL DON meritorio, y negarse a creer otra vez corazones rectos DE LO ALTO INTERPELA es un acto culpable. y conciencias que, todo lo AL HOMBRE ENTERO, ES Obviamente, no pueden más, buscaban a Cristo a DECIR, COMPROMETE SUS ignorarse los grandes contientas y casi sin percibirlo. FACULTADES SUPERIORES: EL dicionamientos negativos E n e l ú lt i mo s ig lo h ay INTELECTO Y LA VOLUNTAD que en nuestros días pueden abundante literatura sobre SON LAS POTENCIAS obstaculizar la fe sin que haya esas conversiones. QUE DEBEN REALIZAR de por medio responsabilidad El acto de fe, decíamos, es ESE ACTO, LIBRE EN LO personal, o habiendo una meritorio para la vida eterna. VOLITIVO Y CIERTO EN LO libertad y responsabilidad Pero también tiene su premio INTELECTIVO. SE TRATA DE muy dism i nu ida de la aquí abajo, su inefable gozo, UN ASENTIMIENTO DE LA persona: un ambiente hostil cuando engendra una vida INTELIGENCIA MOVIDA a la Iglesia, una educación terrena llena de sentido, POR UN CONSENTIMIENTO de signo contrario, el laiciscuando otorga sentido a la DE LA VOLUNTAD. mo militante, la difusión existencia como un todo, y al POR ESO HABLAMOS o divulgación de filosofías amor, y al dolor, y al trabajo, DE “CORRESPONDER” escépticas o agnósticas o y a la muerte, y cuando, a A LA GRACIA. relativistas… A estos factravés de sus misterios, nos tores puede agregarse, por otorga una comprensión supuesto, todo un mundo de obstáculos intelectual más luminosa que filosofía psicológicos que a veces ni el interesado alguna acerca del mundo, del corazón y conoce, y mucho menos los demás. Y en un de la historia humana sobre la tierra: esa sentido distinto pero análogo puede haber comprensión que ha hecho exclamar a innumerables creyentes de otras religiones tantos intelectuales conversos a Cristo: que estén en ellas de buena fe y por tanto “¡Ahora sí! ¡Ahora sí que comprendo!”.
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ALBERT CAMUS, ABSURDO Y NOSTALGIA por Gianfranco Morra
A lbert Camus murió el 4 de
enero de 1960, en un accidente automovilístico. Aún no cumplía 47 años, habiendo recibido poco antes el Premio Nobel de Literatura. El año 2013 se ha recordado el centenario de su nacimiento. Es una ocasión para formular un juicio moderado sobre su concepción a la vez oscura y luminosa de la vida, sobre su ateísmo del sufrimiento, sobre su “homme révolté”, que va más allá de los hermetismos y las mezquindades del existencialismo, hacia un doble matrimonio con la naturaleza y el prójimo (ver Noces, 1938): una atormentada dialéctica entre lo absurdo del vivir y la nostalgia del existir, expresada sobre todo en sus obras literarias y de teatro, pero también en algunos breves escritos filosóficos.
Poco existencialista Le aplicaron sin tardanza la etiqueta: “Existencialista”, poco creíble. Educado en la naturaleza solar y marina de su Argelia, al llegar a París nunca se mezcló con el clan del Café de Flore, donde pontificaba Sartre. En 1952, una dura polémica permitió comprender que ambos tenían muy poco en común, tanto en el plano de la fenomenología del absurdo —fría y satisfecha
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en Sartre, mientras en Camus es dramática y apasionada— como en el plano del compromiso político, que condujo al primero a justificar las peores “revoluciones”, mientras el segundo las rechazó todas en nombre de la “rebelión”. El descubrimiento del absurdo va de la mano en Camus con la conciencia de la invencible presencia del Mal en el mundo. Como el Iván de Dostoievski, tampoco él puede creer que un Dios permita la tortura y la muerte de un niño (el hijo del juez Othon en La peste, 1974). Confiesa expresamente su ateísmo (“Nunca he entrado en la fe cristiana”); pero no se trata del ateísmo científico del positivismo ni del ateísmo místico de Nietzsche: es un ateísmo del sufrimiento, al cual —Camus no tiene dudas— ninguna religión ni filosofía pueden dar una respuesta. “La incredulidad contemporánea ya no se apoya en la ciencia como a fines del siglo pasado. Ella niega al mismo tiempo la ciencia y la religión. Ya no es el escepticismo de la razón ante el milagro. Es una incredulidad apasionada”.
LE APLICARON SIN TARDANZA LA ETIQUETA: “EXISTENCIALISTA”, POCO CREÍBLE. EDUCADO EN LA NATURALEZA SOLAR Y MARINA DE SU ARGELIA, AL LLEGAR A PARÍS NUNCA SE MEZCLÓ CON EL CLAN DEL CAFÉ DE FLORE, DONDE PONTIFICABA SARTRE. EN 1952, UNA DURA POLÉMICA PERMITIÓ COMPRENDER QUE AMBOS TENÍAN MUY POCO EN COMÚN.
La “felicidad” El teatro de Camus nace bajo la tétrica bandera del absurdo, que en Calígula (1939)
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encuentra su formulación más lúcida. Hay una fractura insuperable entre la razón del hombre y el mundo (¡mudo!) circundante: “Este mundo, tal como está hecho, no es soportable. Por lo tanto necesito la luna o la felicidad o la inmortalidad, algo que tal vez sea loco, pero no de este mundo”. Calígula encontrará esta “locura” en una conducta inspirada en la lógica del absurdo (violencia, asesinatos, crueldad). En El malentendido (1943), el regreso a la “casa del padre” termina con el asesinato del viajero por la madre y la hermana: esa soledad, incomunicabilidad e injusticia que el Hijo había experimentado recorriendo el mundo, vuelve a encontrarlas también en su patria de origen. En ninguna parte se puede escapar del Mal. Este dominio total del absurdo encuentra su expresión más impactante en la novela El extranjero (1942): la vida del pequeño travet Mersault transcurre de manera fría e indiferente entre la oficina y pequeñas alegrías escuálidas. Al dar muerte a un hombre en una riña, percibe su propia situación existencial, que es la de todos: convención y no involucramiento, soledad y carencia de toda esperanza. Solo le queda entonces, de no ser la sinceridad en el proceso y en la muerte, una absurda e inútil sabiduría: “Para estar menos solo, me queda la posibilidad de vaticinar para mí mismo que haya muchos espectadores el día de mi ejecución y me acojan con gritos de odio”. Mersault logra de este modo comprender el absurdo, es decir, el carácter total e insuperablemente ajeno del hombre en el mundo. No solo él, sino también cualquier hombre en cuanto tal es un étranger, para los demás y más aún para sí mismo.
Del mismo año de El extranjero es la primera obra filosófica de Camus: El mito de Sísifo. Si la vida es un absurdo sin sentido, ¿por qué seguir viviendo? Debemos preguntarnos en primer lugar si esta vale la pena. “Existe por tanto un solo problema filosófico realmente serio: el problema del suicidio”. Camus rechaza el suicidio físico, como también excluye lo que considera un suicidio espiritual, es decir, la fe religiosa. Solo queda entonces la aceptación fría y lúcida del absurdo junto con la tentativa de procurarse pequeños espacios de felicidad, como lo hacen el artista o el Don Juan con sus “breves experiencias de eternidad”. Es una felicidad destinada a terminar siempre en fracaso, como le ocurre a Sísifo, el héroe absurdo que no desiste y cada vez reinicia desde abajo su inútil nuevo ascenso con la pesada piedra de la vida: “Debemos imaginar feliz a Sísifo”.
Pero el absurdo no es suficiente Camus llega a la máxima expresión de su absurdismo, de tal manera extrema que provoca rechazo y exige ser revertida. Como confesó él mismo en la famosa entrevista con Les Nouvelles Littéraires del 10 de mayo de 1951: “Si se admite que nada tiene sentido, es preciso concluir que el mundo es absurdo. ¿Pero realmente nada tiene sentido? Nunca he pensado que se pueda permanecer en esta posición”. El pesimismo de Camus es tan genuino que no puede acomodarse en un cínico nihilismo, aspirando en cambio a ir más allá del absurdo, hacia el bien y la plenitud.
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No solo en La peste, sino también en El estado La peste no es puramente una epidemia; de sitio, la pièce de 1948, expresa esta necesidad, esta reasume también la guerra y el genocidio, igualmente con ocasión de una peste, de sobre- el mal del mundo y la tortura de los inocenpasar el absurdo en la solidaridad humana, por tes. Por lo tanto el primer problema ya no es medio del amor, la valentía y la rebelión. Lo el suicidio, como en El mito de Sísifo, sino el mismo ocurre en Los justos, la obra de teatro sacrificio y la entrega voluntaria a los demás. del año siguiente, vigoroso llamado al destino Es algo enteramente parecido a la caridad común de los hombres, que cristiana, un amor al prójimo, deben tratar de luchar todos pero totalmente independienMERECE RESPETO EL juntos contra la injusticia, sin te del amor del Dios “que no TORMENTO DE CAMUS ANTE temor a ofrecer la vida. No es se muestra”. Rambert piensa EL MAL, LAS INJUSTICIAS que Camus supere su ateísmo inicialmente escapar de Orán, Y LAS MENTIRAS DE LA del sufrimiento; más bien lo llena de peste, pero se percata CIVILIZACIÓN, EN UNA traduce en un llamado no solo de que tiene la obligación de PALABRA ANTE EL ABSURDO, a la solidaridad (como lo hiciepermanecer allí. “El hombre AL CUAL PROCURÓ ra Leopardi en La retama), sino es una idea de corto alcance si VOLVER LA ESPALDA CON también a la rebelión en nomse distrae del amor. Ser felices LA SOLIDARIDAD Y LA bre del ser humano reprimido solos puede ser vergonzoso”. REBELIÓN, LAS CUALES y sofocado, hoy más que ayer, Es un amor totalmente desinSIN EMBARGO NO SON por las ideologías totalitarias. teresado, que le hace asumir POSIBLES SIN ADMITIR UNA Indudablemente, en el últisu cruz (sin Cristo). NATURALEZA HUMANA mo período de su actividad, DOTADA DE DERECHOS, UNA Camus procuró enunciar una El hombre en rebeldía FRATERNIDAD SUPERIOR A visión personalista, capaz de LOS EGOÍSMOS, UN RESPETO percibir esos escasos pero imLa vocación para la solidaPOR EL OTRO. ÉL POSTULA portantes elementos positivos ridad descubierta por Camus ESTOS VALORES, SI BIEN que permiten superar duranno solo está vinculada con las CIERTAMENTE NO LOGRA te un breve lapso lo absurdo relaciones interpersonales, JUSTIFICARLOS DENTRO del vivir. En La peste, este sino también con el comproDE SU ATEÍSMO: “CÓMO compromiso con los demás miso social y político. Este se VIVIR SIN LA GRACIA ES EL constituye el pilar conductor define en la obra L’homme réPROBLEMA QUE DOMINA AL de la novela y determina su volté (1951), vigorosa polémica SIGLO XX”. prodigioso estilo, humilde y contra el historicismo amoral sencillo, moderado y firme. de Hegel y Marx, “los genios No se trata de haber superado el ateísmo ni de malos de nuestro tiempo”. En nombre de la una conversión religiosa, como se desprende utopía futura, ellos destruyeron el presente, claramente de las palabras de Tarrou: “Saber único lugar donde es posible la realización de si es posible ser santo sin Dios es el único pro- una breve y difícil felicidad. Contra toda utopía blema concreto que conozco”. Precisamente revolucionaria, Camus afirma que “la verdapor este motivo, cuando la peste (el mal de dera generosidad con el porvenir consiste en vivir) ha cerrado todas las puertas y todos dar todo al presente”. El carácter absurdo del los hombres están presos, él se ha “puesto mundo se combate con la rebelión, una rebelión de parte de las víctimas” y dará la vida para moral contra las tiranías, los totalitarismos y sanar a los enfermos. sus ideologías (nación, raza, partido, Estado).
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Comunista en la juventud, Camus muy diferente, incapaz de amar y de ser amado, un pronto llegará a ser un decidido adversario demonio que sufre, pero se niega a redimirse. del estalinismo y polemizará ásperamente Culpable, por haber presenciado sin intervenir con Sartre. Cuando la “rebelión” se convierte el suicidio de una mujer joven en el Sena, se en “revolución”, instaura los más tiránicos e vuelve profeta. No es una conversión, sino una inhumanos regímenes: “Cada nuevo orden nueva “caída” en que procura incorporar a tosocial es inevitablemente injusto y opresor”. El dos en la perdición común. “¡Qué embriagante hombre absurdo sabe muy bien que Kant dio es sentirse padre eterno y distribuir testimomuerte a Dios y Robespierre al rey; sabe que nios definitivos de vida licenciosa y de malas se encuentra solo en un mundo desprovisto costumbres!”. En este monólogo filosófico ya de sentido, y solamente espera adquirir una no está presente la luz mediterránea de los tenue dimensión de esperanprimeros relatos, sino la moza convirtiéndose en “homme notonía gris, sombría y obserévolté”. Sabe que poco podrá siva del Zuiderzee. El ateísmo CAMUS PASA DEL hacer por limitar la insupeatormentado y ansioso de las INDIFERENTISMO CÍNICO rable injusticia del mundo, obras anteriores se degrada en DEL EXISTENCIALISMO pero prosigue en su afán, en una polémica convencional y ATEO AL RECONOCIMIENTO su rebelión “permanente y repetitiva contra la supuesta DEL VALOR DE TODO SER desordenada”. traición de la Iglesia al menHUMANO; PERO ESTA La nostalgia de la plenitud saje “vital” de Cristo. PARTICIPACIÓN Y ESTA es fuerte en Camus, pero la Sin duda merece respeto REBELIÓN TAMBIÉN SE deseada y buscada superación el tormento de Camus ante MUESTRAN CARENTES DE del absurdo se manifiesta el mal, las injusticias y las FUNDAMENTO. ¿CÓMO PUEDE únicamente en una nostalgia mentiras de la civilización, EL HOMBRE SER “SAGRADO” sincera y auténtica, en una en una palabra ante el absurSIN LO “SAGRADO”? veleidosa y estéril aspiración, do, al cual procuró volver la como resulta evidente en sus espalda con la solidaridad últimos escritos. Los seis relatos agrupados y la rebelión, las cuales sin embargo no son en 1957 indican con el título los términos posibles sin admitir una naturaleza humana precisos de la antropología cristiana: L’exil et dotada de derechos, una fraternidad supele royaume. Son términos pascalianos. Camus rior a los egoísmos, un respeto por el otro. los usa ambos, pero el primero únicamente Él postula estos valores, si bien ciertamente expresa la realidad existencial, el exilio, por no logra justificarlos dentro de su ateísmo: cuanto es puramente un mito el reino al cual “Cómo vivir sin la gracia es el problema que debemos retornar. domina al siglo XX”. Es verdad que nunca emplea, en relación con el hombre, esas expresiones de desprecio Un nuevo pesimismo que encontramos en Sartre: el hombre es “una Eso es aún más evidente en el extenso relato pasión inútil” (L’existentialisme est un humanistambién titulado con un término bíblico, La me, 1946), encuentra frente a sí mismo muros chute (1954). Clamence, el protagonista, es tal (Le mur, 1939) y puertas cerradas; todo hecho vez el personaje más despreciable salido de la humano es equivalente e indiferente, la conpluma de Camus: abogado rico y admirado, clusión de toda acción es siempre la derrota; en realidad es egocéntrico y cínico, falso e in- las relaciones humanas están condenadas al
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fastidio y a la recíproca exclusión: el hombre pero el cuerpo fresco en la tela ligera que nos está “solo sin excusas” (L’être et le néant, 1948) viste, mostramos todo el feliz cansancio de y “el infierno son los demás” (Huis clos, 1947). un día de bodas con el mundo”. ¿Pero quien En conjunto, todo cuanto existe, incluidos no- ha celebrado estas “noces”? sotros mismos, no puede para Sartre sino proSi “todo es igual, todo es absurdo, todo es invocar el sentimiento de la “náusea”, reacción diferente”, como proclama Sísifo, ¿qué cambio ante la conciencia de que lo real es absurdo y de giro o superación serán alguna vez posibles? sin sentido, de que todo es contingente: “Todo Hay otra afirmación de Sísifo que nos es gratuito, este jardín, esta ciudad, yo mismo. ayuda a comprender el equívoco que impiCuando nos percatamos de dió a Camus llevar a cabo eso, nos dan ganas de vomitar el cambio de giro: “Más que y todo se pone a oscilar. Esa resignarse ante la mentira, PARA KIERKEGAARD, es la náusea” (La nausée, 1954). el espíritu absurdo prefiere LA DESESPERACIÓN adoptar sin estremecerse la ENCIERRA Y SOFOCA; respuesta de Kierkegaard, la LA ANGUSTIA REVELA Y Mucha desesperación, desesperación”. No es así. Para ABRE (EL CONCEPTO DE menos esperanza Kierkegaard, la desesperación LA ANGUSTIA, 1844). LA Es distinta la sensibilidad no es una respuesta; es solo SUPERACIÓN DEL ABSURDO de Camus: “No experimenla peor enfermedad del homNO PUEDE PRODUCIRSE EN to desprec io a lg u no por bre, que no logra ir más allá LA SOLIDARIDAD SOCIAL, el género humano”. Por el de su propia finitud; es “un SINO ÚNICAMENTE COMO contrario, él participa en eterno morir sin morir”, una UN SALTO EN LA FE, QUE el dolor del otro, se rebela “impotente autodestrucción” ESPONTÁNEAMENTE SE contra el mal en nombre de (La enfermedad mortal, 1848). Es TRADUCE EN SOLIDARIDAD, la dignidad de cada hombre. distinta la angustia, comienzo MEJOR DICHO EN CARIDAD. Sin duda, La peste redescubre de un camino existencial, el genuino personalismo, que conduce a su superación como se desprende claramente de su con- en la fe en Cristo como contemporáneo de clusión: “En los hombres hay más cosas para cada hombre. La desesperación encierra y soadmirar que para despreciar”. Camus pasa foca; la angustia revela y abre (El concepto de del indiferentismo cínico del existencialismo la angustia, 1844). La superación del absurdo ateo al reconocimiento del valor de todo no puede producirse en la solidaridad social, ser humano; pero esta participación y esta sino únicamente como un salto en la fe, que rebelión también se muestran carentes de espontáneamente se traduce en solidaridad, fundamento. ¿Cómo puede el hombre ser mejor dicho en caridad. “sagrado” sin lo “Sagrado”? Ante la peste, Indudablemente, en Camus estaba presente Rieux se convence de que “hay que hacer esa tendencia, como daba a entender en 1958: algo” y organiza la resistencia. ¿Pero en nom- “Al cabo de veinticinco años de trabajo y acbre de qué valores, si el esprit absurde sabe tividad, sigo viviendo con la idea de que ni muy bien que “el mundo y la vida no son ni siquiera ha comenzado mi obra”. En todo lo racionales ni irracionales, sino carentes de que escribió, en su vida, que no fue larga, no razón y de sentido?”. Camus aspira, como hay una señal clara de ese salto; pero afortutodos, a volver a encontrar una armonía nadamente el hombre es mucho más de lo que perdida: “Con el rostro empapado en sudor, hace y escribe.
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¿TRANSHUMANISMO O EVOLUCIÓN CULTURAL? por Nicolás Jouve
El duo. 1917. Giorgio Di Chirico.
En el mes de febrero pasado fue noticia una
entrevista publicada en la revista Spiegel On Line International al biólogo George Church, Profesor de la Universidad de Harvard. La atención se centró en la excesiva fe en la bio-
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tecnología de este promotor de la llamada «biología sintética» e impulsor de una ciencia materialista y transhumanista, aparentemente sin límites. ¿Cuál es la trascendencia de esta corriente de pensamiento?
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El transhumanismo se puede definir como derecho humano. La gente tiene derecho la utilización de la tecnología para mejorar a vivir y a no morir». Uno de los ponentes radicalmente a los seres humanos, como in- llegó a afirmar que: «la evolución intelidividuos, como sociedades y como especie, gente autodirigida guiará la metamorfosis apoyándose en la convicción de que hacerlo de la humanidad en una metainteligencia es bueno. No se trata tanto de mejorar la planetaria inmortal». ¡A saber lo que quería salud de las personas, eliminar las disca- decir…!, pero conviene estar alertas ante pacidades o curar las enfermedades, como estas alucinaciones pseudocientíficas. de producir seres humanos Un ejemplo de esto lo más fuertes, más rápidos y ofrece la creación de «neu¿Y TODO ESTO PARA atléticos y más inteligentes. ronas artificiales», un proCONSEGUIR QUÉ? LOS ¿Cómo?, pues utilizando tograma aprobado por la OfiTRANSHUMANISTAS HABLAN dos los recursos tecnológicos cina de la Alimentación y DE TRASCENDER LAS posibles para potenciar las el Medicamento (FDA) de LIMITACIONES CORPORALES facultades físicas y mentales los Estados Unidos, con el Y MENTALES, HACER de las personas. fin de reemplazar neuroHOMBRES MITAD MÁQUINAS Los seguidores de la conas dañadas por el mal de MITAD NATURALES CON LA rriente transhumanista creen Parkinson. El dispositivo IDEA DE CONVERGER A LO que se debe abordar esta permite descargar prograQUE LLAMAN UN PUNTO DE aproximación interdisciplimas directamente de un SINGULARIDAD. TODO ESTO nar para vencer las limitaordenador ex vivo a unos ES UTÓPICO Y SE REDUCE ciones que condicionan las implantes de dispositivos A UNA ESPECIE DE NUEVA capacidades de los seres huen el cuerpo. Por ahora, esRELIGIÓN BASADA EN LA FE manos. Y para ello se introtos mecanismos se reservan CIEGA EN LA APLICACIÓN ducen toda una serie de ideas para enfermos de Parkinson, SIN LÍMITE DE UNAS al servicio de la causa: la pero en el futuro será más TECNOLOGÍAS. inteligencia artificial, la robódifícil distinguir entre lo que tica, la ingeniería genética, la es terapia y lo que se puede clonación, la criogenización, hacer para potenciar una la nanotecnología, la neurociencia, la biotec- capacidad mental o física. Este es el peligro, nología y las tecnologías informáticas. etc. que se abren campos de exploración, que de ¿Y todo esto para conseguir qué? Los momento se ofrecen como procedimientos transhumanistas hablan de trascender las para mejorar la condición de personas aquelimitaciones corporales y mentales, hacer jadas de determinadas patologías, pero que hombres mitad máquinas mitad naturales pueden suponer una invitación a potenciar con la idea de converger a lo que llaman un determinadas cualidades de unos cuantos y punto de singularidad. Todo esto es utópico con objetivos más que dudosos. y se reduce a una especie de nueva religión La ensoñación de los transhumanistas es basada en la fe ciega en la aplicación sin lograr seres humanos que vivan más años, límite de unas tecnologías. incluso eternamente, que sean capaces de coEn una reunión sobre transhumanismo municarse directamente con computadoras, celebrada en New York a principios del inmunes a todo tipo de enfermedades, con verano pasado —«Global Future 2045»—, mejor salud, etc. Las ideas en sí no tendrían se exhibían eslóganes tales como: «es un nada de objetables si no fuera por la visión
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materialista del ser humano que trasfunde El problema, como en todo lo que se deriva de todo el esquema tecnológico que promueven las aplicaciones de la ciencia, son los límites y también por su imposibilidad de aplica- y las intenciones. ción bajo el criterio de “justicia”, uno de los El problema de los transhumanistas es que principios éticos básicos de las aplicaciones no se conforman con una simple expansión médicas que sostiene la Asociación Médica de métodos terapéuticos al servicio de una Mundial desde la Declaración de Helsinki medicina social, sino que van más allá. En el de junio de 1964. argot de los transhumanistas está el término ¿Es esto bueno o malo? Pues dependerá, «posthumanismo» (=H+), algo así como secomo en casi todo, de los medios que se res con una esperanza de vida ilimitada, con utilicen y de la intención con una capacidad intelectual la que se haga, pues el fin no dos veces superior a la de justifica los medios y aquello un humano actual y dotados LA EXTENSIÓN DE LA que suponga una mejora de la de un dominio total de los TECNOLOGÍA «CYBORG» condición humana a costa de sentidos. El estereotipo de VA MÁS ALLÁ DE LAS la vida o la dignidad humana los posthumanos son los APLICACIONES AL SERVICIO no puede considerarse acep«cyborgs», una especie de DE LA SALUD. SE PIENSA EN table. No lo es por ejemplo hí bridos entre humano y LA CREACIÓN DE CRIATURAS la utilización de embriones máquina. Este término no se MITAD HUMANAS Y MITAD para hacer investigación, la refiere a la simple aplicación MÁQUINAS, QUE ES A LO clonación humana, la made una prótesis para correQUE ALUDE EL TÉRMINO nipulación genética en el gir un problema dentario CYBORG Y QUE TAMBIÉN hombre o la ficticia creación o de una articulación, o de DEFINE LO QUE SE HA DADO de seres inmortales. un sistema reparador de EN LLAMAR EL «PROYECTO El filósofo alemán Hans una disfunción, como por AVATAR». Jonas (1903-1993), autor entre ejemplo el trasplante parcial otras obras de “El principio o total de un órgano, el imde la responsabilidad”, denunciaba el hecho plante de córneas artificiales, la piel artificial, de que la ciencia actual se caracteriza por el trasplante de riñón, o de unas células una capacidad creciente de abordar cualquier troncales para solucionar una enfermedad tema confundiendo los fines con los medios: degenerativa. Si esto fuera así, diríamos que «El ser humano ha aumentado su poder el 12% de la población actual de los países dominador de la naturaleza, pero no se ha más desarrollados podrían ser considerados preocupado por crecer con la misma intensi- «cyborgs». La extensión de la tecnología dad en el conocimiento de las consecuencias «cyborg» va más allá de las aplicaciones al de ese poder». servicio de la salud. Se piensa en la creación En el fondo todo lo que suponga una de criaturas mitad humanas y mitad máquimejora de la salud, al alcance de todo el nas, que es a lo que alude el término cyborg mundo y sin rebasar los límites éticos de una y que también define lo que se ha dado en sociedad interdependiente no tiene por qué llamar el «proyecto avatar». estar mal visto, ni considerarse contrario a la De este modo, el llamado «Proyecto Cyética. Si así fuera, nada de lo que supongan borg», creado por Kevin Warwick, un profeaplicaciones de la tecnología para solucionar sor de la universidad británica de Reading, problemas clínicos debería de ser objetable. trata de trascender al ser humano concreto
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mediante una manipulación del sistema nismo supone una deshumanización que nervioso. La idea de Warwick es llegar a hará que esta discutible tecnología alcance convertir a un individuo en un telépata o solo a unos cuantos seres seleccionados en si se prefiere en un autómata mediante la función de criterios espurios, en detrimento creación de una interfaz externa, a modo del resto de la humanidad. Todo esto en el de control remoto, a base de conexiones de fondo es otro modo de crear castas, como electrodos a su sistema nervioso. Una de la eugenesia de principios del siglo XX o la las ideas de este proyecto es trasladar la neoeugenesia de los tiempos actuales promente, la personalidad y la pone la selección en función memoria de un ser humano de los genes de las personas a un robot, un androide o o de los embriones. LA IDEA DE WARWICK ES a un ordenador. Se trata de Donna Haraway, una de LLEGAR A CONVERTIR A UN crear un modelo informático las fundadoras del transhuINDIVIDUO EN UN TELÉPATA de la conciencia humana que manismo, autora del maniO SI SE PREFIERE EN UN permita transferir la confiesto «cyborg», también haAUTÓMATA MEDIANTE LA ciencia de un individuo a un bla de recrear una concienCREACIÓN DE UNA INTERFAZ soporte informático. Nada cia para cambiar hacia una EXTERNA, A MODO DE que opinar a la investigación ideología determinada. Ha CONTROL REMOTO, A sobre el cerebro humano, sus propuesto la utilización de BASE DE CONEXIONES DE capacidades, su funcionala interacción entre la mente ELECTRODOS A SU SISTEMA miento, etc., pero ¿para qué y la máquina su utilización NERVIOSO. UNA DE LAS queremos trasladar nuestra como una estrategia política IDEAS DE ESTE PROYECTO ES mente a una máquina? en favor de los intereses del TRASLADAR LA MENTE, No se trata solo de resolver socialismo, el materialismo LA PERSONALIDAD Y problemas de salud… ¿qué y el feminismo radical. LA MEMORIA DE UN SER problemas de salud de una Las perspectivas que ofreHUMANO A UN ROBOT, mente enferma se pueden cen y la falta de ética de toUN ANDROIDE O A resolver fuera del ser natudas estas ideas demuestran UN ORDENADOR. ral en el que se aloja? ¿No es una carencia de escrúpulos rigurosamente reduccionista y de respeto a la dignidad pensar que nuestro cerebro se resume en un de las personas, además de suscitar un inmenso complejo sistema de neuronas y gran escepticismo. Aspirar a que mediante señales eléctricas? ¿Cómo separar mente y una combinación de estas tecnologías se cerebro, estando indisolublemente unidos lograrán superar las capacidades humanas como el cuerpo y el espíritu? En el fondo se actuales y surgirán seres humanos más trata de un viejo sueño, poner al hombre en longevos, resistentes a todo tipo de enferel lugar de Dios. medades y más inteligentes, o incluso una Aparte del reduccionismo y materialismo nueva especie «posthumana» como algunos de todas estas iniciativas, lo que todo esto pretenden, es una utopía irrealizable e revela es una mercantilización del cuerpo irresponsable. Se quiera o no, somos seres humano. Se trata de una ideología materia- mortales, con fecha de caducidad no delista que ignora nuestra doble naturaleza terminada pero ineludible. Una caducidad corporal y espiritual para reducir la idea que no es fruto solo del desgaste físico del hombre a pura materia. El transhuma- por el deterioro celular, las enfermedades
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degenerativas, la acumulación de mutacio- el fenómeno humano a la evolución biones, etc., sino determinada por un ajuste lógica se le añade la «evolución cultural». fino e interactivo de miles de elementos Esta es exclusivamente humana y se basa genéticos y funcionales que han seguido en la transmisión de información mediante un proceso dinámico de selección natural un proceso de enseñanza y aprendizaje con a lo largo de nuestra evolución biológica. independencia de la herencia biológica. Si bien a nivel individual se Es evidente que la mejora podrán lograr muchas medel bienestar a lo largo de joras, como lo demuestran la historia de la humanidad SYDNEY BRENNER, UN los enormes avances de la es fruto de las conquistas IMPORTANTE BIÓLOGO medicina, lo que no es creíc ult urales del hombre, a MOLECULAR SUDAFRICANO, ble es lograr la inmortalidad base del desarrollo del arte, PREMIO NOBEL DE ni crear una nueva especie. la literat ura, la filosofía, FISIOLOGÍA Y MEDICINA Francis Fukuyama, profesor la teología, la ciencia, etc., EN 2002, DECÍA QUE: «LOS de ciencia política y escripero nunca hasta ahora se INTENTOS ACTUALES DE tor a mer ica no de or igen habían hecho propuestas MEJORAR A LA ESPECIE japonés, autor entre otras tan arriesgadas de manipuHUMANA MEDIANTE LA obras de Our Posthuman lar la evolución biológica. MANIPULACIÓN GENÉTICA Future: Consequences of the Por ello, Sydney Brenner, NO SON PELIGROSOS, SINO Biotechnology Revolution, un importante biólogo moRIDÍCULOS», Y AÑADÍA… calificó al transhumanismo lecular sudafricano, premio «SUPONGAMOS QUE como «una de las ideas más Nobel de Fisiología y MediQUEREMOS UN HOMBRE MÁS peligrosas del mundo». cina en 2002, decía que: «los INTELIGENTE. EL PROBLEMA Recordaremos una vez intentos actuales de mejorar a ES QUE NO SABEMOS CON más que a diferencia del resla especie humana mediante la EXACTITUD QUÉ GENES to de las especies los humamanipulación genética no son MANIPULAR»… «SOLO nos no nos limitamos solo a peligrosos, sino ridículos», y HAY UN INSTRUMENTO dejar descendientes y transañadía… «Supongamos que PARA TRANSFORMAR A mitir genes, sino a adquirir queremos un hombre más inLA HUMANIDAD DE MODO experiencia y conocimiento teligente. El problema es que DURADERO Y ES y transmitirla a nuestros no sabemos con exactitud qué LA CULTURA». hijos. Esto lo resumiríamos genes manipular»… «Solo hay dic iendo que e l h o m b r e un instrumento para transno solo transmite genes, sino también formar a la humanidad de modo duradero y conocimiento. Lo cual significa que en es la cultura».
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EL NUEVO CONCEPTO DE CIUDADANÍA ¿Participación sin compromiso? por José Luis Cea Egaña
L a ciudadanía es la base, el
SE TRANSITÓ, CON LA
I. Naturaleza
centro y la cima de la política CONSOLIDACIÓN DEL PODER como arte, ciencia y técnica del La ciudadanía es un estatus, CENTRALIZADO, ABSOLUTO gobierno para el bien común. propio del sujeto titular de Y PRESUNTAMENTE Integrada con el derecho y derechos y deberes políticos. INFALIBLE, AUTOR DEL la ética, la ciudadanía caracteEn cuanto tal, desde el origen DERECHO Y DE LA JUSTICIA rizó a la civilización occidental recordado fue un concepto DESDE EL ESTATUS DE desde la Grecia clásica, Roma normativo, caracterizado por CIUDADANÍA ACTIVA Y republicana y el medievo1. ideales y valores vinculados al PARTICIPATIVA, A OTRO DE Suprimida con el absolutismo buen gobierno de la comuniPASIVIDAD Y SUMISIÓN. y la entronización de la sobedad política. El ciudadano era, ¿POR QUÉ? PUES LA ranía, fue progresivamente entonces, el sujeto libre, que POLÍTICA EXCEDÍA AL reemergiendo con las tres participaba en el gobierno de CIUDADANO, DOMINADO revoluciones liberales (inglesa, su comunidad o que asumía la POR NECESIDADES QUE LO norteamericana y francesa) de condición, alternativamente, de ENREDABAN EN CONFLICTOS los siglos XVII y XVIII.2 gobernado en ella. Tratábase, Y QUE LO TRANSFORMARON Esencialmente integrada en otros términos, de un indiviEN BURGUÉS, DEDICADO con el derecho y la política, la duo responsable del orden y de A LA SATISFACCIÓN DE ciudadanía configuró, sucela paz, de la justicia, la defensa INTERESES PRIVADOS. sivamente, a la democracia o y la prosperidad de su ciudad: poder ciudadano racionalmente Aristóteles singularizó a la encauzado por el gobierno de las leyes, al consti- ciudadanía puntualizando4 que era libertaria, tucionalismo y al humanismo forjado con base en participativa, igualitaria, comunitaria o no la dignidad de la persona y los atributos funda- individualista, tampoco carismática, en fin, mentales (derechos y deberes) que fluyen de ella3. esencialmente política. Política, derecho y ciudadanía fueron y son, Era la ciudad (civitas), no la polis, el ámbito consecuentemente, conceptos inseparables de la territorial en que se practicaba la ciudadanía. En dominación humana ejercida con legitimidad ese microcosmos autosuficiente se suponía que sustantiva y no solo procesal, mínima o formal. los ciudadanos ejercían la virtud y alcanzaban la * Texto leído en la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. 1 2 3 4
Pietro Costa: Ciudadanía (Madrid, Ed. Marcial Pons), 2006) pp. 35 y 37. Id., pp.52 ss Werner Jaeger: Paideia. Los ideales de la cultura griega (México DF., Ed Fondo de Cultura Económica, 1980) pp. 431. Aristóteles: (C.323 aC) Política (Madrid, Ed. Sarpe, 1997) pp. 107 ss.
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plenitud humana. Allí surgió y se desarrolló el territorio en cuanto factor clave de conexión del encuentro con ánimo de diálogo, debate y acuer- individuo con su Estado Nación. En Alemania, do de los hombres libres, conviviendo en clima por el contrario, fue la pertenencia a una comude respeto y amistad cívica. El surgimiento del nidad de cultura, derivada de un origen étnico Estado, en la época ya señalada, puso término a común y con acento en la historia largamente esa relación del ciudadano y la política. Se tran- compartida, es decir, el ius sanguinis, la fuente sitó, con la consolidación del poder centralizado, de la identificación del sujeto con el estatus absoluto y presuntamente infalible, autor del de ciudadano. ¿Conservan vigencia esas dos derecho y de la justicia5 desde el estatus de ciuda- fuentes principales de la nacionalidad y de la danía activa y participativa, a otro de pasividad ciudadanía en nuestro tiempo, o uno y otro no y sumisión.6 ¿Por qué? Pues la política excedía se hallan más inevitablemente ligados? al ciudadano, dominado por necesidades que lo Recuérdese que vivimos un cambio de época enredaban en conflictos y que motivado por la globalización lo transformaron en burgués, de las relaciones económicas, ¿CONTINÚA ACTUALMENTE dedicado a la satisfacción de la mundialización de las coEN ASCENSO EL IMPULSO intereses privados.7 municaciones y el ocaso de DE ESAS REVOLUCIONES, Se hizo alusión a la reapalos Estados nacionales como O SE HALLA EN ECLIPSE rición de la primera de esas comunidades territoriales inPOR LA APARICIÓN DE formas de ciudadanía, a raíz dependientes, nacidas de los OTROS FENÓMENOS DE de las grandes revoluciones Pactos de Westfalia de 1648. No CONSECUENCIAS TODAVÍA mencionadas. Una de ellas, la se olvide tampoco que la goAPENAS PREVISIBLES francesa, fue desencadenada, bernanza contemporánea está EN ALGUNOS DE SUS definida y victoriosamente, cimentada en la democracia NUMEROSOS Y COMPLEJOS en defensa de los derechos del vivida en múltiples niveles de ELEMENTOS? hombre y del ciudadano. Sin decisión, ya no solo estatales, embargo, ¿continúa actualmenv.gr., la Sociedad Civil8. Tente en ascenso el impulso de esas revoluciones, o gamos presente, por último, que ha reemergido se halla en eclipse por la aparición de otros fenó- esa Sociedad con fisonomía cada vez más parmenos de consecuencias todavía apenas previ- ticipativa y autónoma en la manifestación de sibles en algunos de sus numerosos y complejos su vitalidad, conquistando espacios públicos elementos?, ¿puede, en síntesis, hablarse de un antes ignorados o desconocidos. Por esos y otros concepto nuevo de ciudadanía, simétrico con factores, nuestra respuesta es relativa o circunsotro de la política y el derecho?; ¿o en lugar de tanciada a las interrogantes recién formuladas. eso presenciamos la aparición de una pluralidad diversa de conceptos en el tema; por ejemplo, el II. ¿Cuál es el nuevo concepto? ciudadano pleno, el semiciudadano, el refugiado o el inmigrante clandestino? No se halla afirmación única ni simple a tal En Francia revolucionaria se impuso la idea duda, porque al responderlas se vuelve ineludide ciudadanía fundada en la nacionalidad y de ble el imperativo de analizar una multitud de vaambas conectadas con el ius soli o estatuto del riables entrelazadas. Escojo únicamente tres para 5 Thomas Hobbes: (1642) De Cive (Madrid, Alianza Editorial, 2000) pp. 121 ss. 6 Daniel Gamper “Ciudadanos creyentes. El encaje democrático de la religión” en Victoria Camps (editora): Democracia sin ciudadanos. La construcción de la ciudadanía en las democracias liberales (Madrid, Ed. Trotta, 2010) pp.118 ss. 7 Jean Mclean y Alistair McMillan (editores): Oxford Concise Dictionary of Politics (Oxford University Press, 2009) pp. 563 ss. 8 Neil Mac Cormick: Institutions of law. An essay in legal theory (Oxford, Oxford University Press, 2009) pp. 58 ss.
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detenerme aquí en un breve comentario de ellas. gurativo tanto de la comunidad como del rol Así, percibo que se mantienen, como principio, del ciudadano en ella. En su lugar, se presume la naturaleza y rasgos provenientes de la ciuda- que todos los miembros reciben beneficios de danía en el sentido normativo del ciudadano, tal convivencia, pero que no tienen por qué presumiblemente cumplidos con el requisito de contribuir a la justicia, al orden, la defensa y la idoneidad moral previsto en las constituciones o paz de ella. Trátase, en suma, de una participaleyes de los países respectivos. Pero desde allí en ción sin compromiso, lenta y tenuemente imadelante el cambio es de tal magnitud que, con pulsada al principio, más abierta y con leves rigor, procede admitir que se trata de un concepto desafíos después, para rematar —en nuestro nuevo de ciudadano y de ciudadanía. ¿Por qué? caso— en proclamaciones que impugnan la O más precisamente ¿dónde encuentra hoy la legitimidad de los gobiernos democráticos democracia a los ciudadanos? desde 1990 a la fecha, con ¿Existe representación legítima énfasis en el acuerdo que RECUÉRDESE QUE con respecto a todos ellos? introdujo la gran reforma VIVIMOS UN CAMBIO DE Es un hecho la universalizaconstitucional de 2005 9. ÉPOCA MOTIVADO POR LA ción del sufragio, extendiéndolo En tercer lugar, se va geGLOBALIZACIÓN DE LAS a varones y mujeres, mayores neralizando el paradigma RELACIONES ECONÓMICAS, de dieciocho años de edad, individualista identificado LA MUNDIALIZACIÓN DE alfabetos o no, residentes en el por algunos con la soberanía LAS COMUNICACIONES territorio del Estado respectivo del sujeto, cuya figura se realza Y EL OCASO DE LOS o, como en el caso de ciertos atribuyéndole la titularidad de ESTADOS NACIONALES extranjeros, vinculados a él por cuanta libertad considera ejerCOMO COMUNIDADES cualquier circunstancia jurídicacitable a su discreción. Fluye TERRITORIALES mente calificada; y es un hecho de lo dicho que el poder de ese INDEPENDIENTES. también la simplificación del sujeto se manifiesta en toda la proceso para sufragar, siendo gama de conductas sociales ya realidad, en la mayoría de las democracias, imaginables, pero sin someterse necesariamente la vigencia de dispositivos electrónicos, el voto al derecho. Con evidencias de desorden que voluntario, enviado por correo o internet; el se acercan a la anarquía, el individuo decide a sufragio en ausencia o emitido fuera del país, voluntad, pasando por encima o quebrantando en recintos de privación de libertad, etc. el ordenamiento jurídico. La impunidad se vuelEn seguida y sin asignar rasgos absolutos ve patente ante el aumento de la delincuencia ni desconocer las excepciones, la cualidad nor- anónima que se consuma en muchedumbres. El mativa de la ciudadanía se ha ido esfumando falso paradigma estriba en aducir que se obra al punto que hoy se la concibe, al menos en según dictamina lo políticamente correcto.10 amplios sectores de la población, más que nada de la juventud, comprimida a los atributos o III. Ciberpolítica derechos, sin consideración de los deberes correlativos. Deriva de esta premisa la supresión ¿Qué explicaciones plausibles tiene el de la obligatoriedad del voto y la omisión de la desvanecimiento de la ciudadanía clásica o solidaridad en cuanto valor y principio confi- sustancialmente normativa? 9 Adela Cortina: ¿Para qué sirve realmente la ética? (Barcelona, Ed. Paidós, 2013) pp.119 y 148 ss. 10 Véase Claudio Fuentes Saavedra: El Pacto. Poder, Constitución y prácticas políticas en Chile (Santiago, Ed. Universidad Diego Portales, 2012) pp.23-24.
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Pienso que en el mundo entero se vive el Secuela de la ciberpolítica es la pérdida de fenómeno del individuo soberano, pero que no representatividad de las instituciones deson iguales, en todos los países, las causas mocráticas, más que nada los parlamentos, susceptibles de explicarlo. En términos breves fiscalías y magistraturas. Efectivamente, y selectivos apunto, entre otras, a las conside- se denuncia a través de las redes sociales raciones siguientes: que la representación actual es ilegítima en 11 Por de pronto, a la ciberpolítica , en la cual alusión a la asimetría que existe entre las internet va desplazando a los partidos y a los demandas e intereses sociales, de una parte, medios clásicos de comunicación social. Es y la preocupación que los integrantes de esas fácil de acceder a él, sin costos elevados, dis- instituciones demuestran para satisfacerlos, ponible para muchedumbres de otra. Aumenta, no solo por y universal. El conjunto de ello, la apatía política; baja el DESDE ALLÍ EN ADELANTE las redes sociales avanza sin interés por involucrarse en el EL CAMBIO ES DE TAL retroceso, incrementando las gobierno y el servicio al bien MAGNITUD QUE, CON RIGOR, oportunidades de concretar común; crece la interacción PROCEDE ADMITIR QUE SE acciones colectivas, más que descontrolada vía internet, TRATA DE UN CONCEPTO nada por activistas que sueincluso para atentar en contra NUEVO DE CIUDADANO Y len asumir la iniciativa en el de la privacidad o revelar DE CIUDADANÍA. ¿POR QUÉ? anonimato. Pueden resultar secretos oficiales12; se orgaO MÁS PRECISAMENTE de esa fórmula acuerdos panizan manifestaciones con ¿DÓNDE ENCUENTRA HOY cíficos o designios violentos, multitud de concurrentes, LA DEMOCRACIA A LOS abiertos o encubiertos, de las en capitales y regiones, sin CIUDADANOS? ¿EXISTE generaciones más diversas, que la autoridad competente REPRESENTACIÓN LEGÍTIMA movilizadas por un caleidosllegue a hacer cumplir las CON RESPECTO A copio de demandas e interenormas que vuelven impeTODOS ELLOS? ses, sin la menor regulación, rante al derecho y, si lo logra, menos jurídica; e invocando sufre una reacción masiva la libertad de expresión y el derecho de reu- en su contra, incluso con eco más allá de las nión, sin restricción alguna, como claves de fronteras. Por último, pero no menos imporlos gobiernos transparentes ¿Es, sin embargo, tante, se vocea la advertencia de que ocurrirán todo eso legítimo o se están confundiendo los males peores si no se allanan los contrarios a fines con los medios? No se olvide que, según deponer sus planteamientos.13 estudios aparentemente confiables, nada más En definitiva, no se logra individualizar a que 1% de la información en red es original, quienes exigir responsabilidad por los desde modo que el 99% restante emana de los manes cometidos, o se organizan tumultos medios de comunicación tradicionales, espe- para requerir la liberación inmediata de los cialmente la prensa. En las redes, por ende, se escasos individuos identificados y en proceso consume y no se crea información. de formalización penal.14 11 Ramón Cotarelo (editor): Ciberpolítica. Las nuevas formas de acción y comunicación políticas (Valencia, Tirant Humanidades, 2013) pp. 218 ss. 12 Enrique Cebrián Zazurca: Sobre la democracia representativa. Un análisis de sus capacidades e insuficiencias (Zaragoza, Prensas de la Universidad de Zaragoza, 2013) pp.97 ss. 13 Yves Poullet, María Verónica Pérez Asinari y Pablo Palazzi (coordinadores): Derecho a la intimidad y a la protección de datos personales (Buenos Aires, Ed.Heliasta, 2009) pp.87 ss. 14 Jorge Peña Vial: Ética de la libertad (Santiago, Instituto Res_Pública.2013) pp.229 ss.
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IV. Críticas y rectificaciones
poco novedosas 18. Con ellas, sin embargo, proclaman —una vez más en nuestro caso— el imperativo de reemplazar entera la Carta Fundamental, aunque omitiendo aclarar cómo lo llevarán a cabo.
Abunda la doctrina que vincula al individuo soberano con el neoliberalismo, entendiendo que de este son rasgos matrices el predominio de la lógica del mercado y los postulados económicos por sobre los valores y principios políticos15. “La premisa fundamental de que arranca Esa doctrina desprende de la premisa enunciada Sócrates es la que toda educación debe ser poel designio deliberado por fomentar el consulítica. Debe educar al hombre, necesariamente, mismo, del cual son secuelas para gobernar o ser gobernala materialización de la vida, la do. (…) El hombre que haya de SE VA GENERALIZANDO evaluación del sujeto con base gobernar tiene que aprender EL PARADIGMA en su éxito económico y la rea(…) la abstinencia y el dominio INDIVIDUALISTA parición del Estado Providente, de sí mismo.(…) El ascetismo IDENTIFICADO POR ALGUNOS es decir, asistencialista de los socrático no es, sin embargo, CON LA SOBERANÍA DEL deudores de toda índole que la virtud monacal, sino la SUJETO, CUYA FIGURA SE reclaman por el agobio en que virtud del hombre destinado REALZA ATRIBUYÉNDOLE se encuentran para cumplir a mandar. No vale para quien LA TITULARIDAD DE sus compromisos. Tampoco no quiere ser señor ni esclavo, CUANTA LIBERTAD puede silenciarse que, de la sino un hombre que solo desea CONSIDERA EJERCITABLE misma corriente, proviene la llevar una vida lo más libre A SU DISCRECIÓN. FLUYE crítica al neoliberalismo por y agradable que sea posible. DE LO DICHO QUE EL haber privatizado lo público, Y no cree que esta libertad PODER DE ESE SUJETO SE reduciendo los espacios de pueda alcanzarse dentro de MANIFIESTA EN TODA LA discusión de los intereses geninguna forma de Estado, sino GAMA DE CONDUCTAS nerales a recintos privados y en únicamente al margen de toda SOCIALES IMAGINABLES, que los problemas se resuelven existencia política”19. PERO SIN SOMETERSE 16 por compromisos . NECESARIAMENTE Curiosamente, esa crítiMás acertada es la tesis de AL DERECHO. ca propugna el retorno a la comunitarios y republicanos20, ciudadanía en su vertiente unos y otros con resuelto énnormativa, en lo que no puede sino estarse de fasis en la educación cívica desde la infancia, acuerdo. Pero conexiona tal reaparición con el inculcando valores y virtudes, y cruzando todas planteamiento del reemplazo del modelo de las generaciones, como instrumento de rectifidesarrollo humano, proclamando la vuelta al cación ineludible. Focalizados en el concepto de Estado prioritario17 y algunas otras enmiendas bien común, que no se entiende como sinónimo 15 Stéphane Hessel: ¡Indignaelos! (Barcelona, Ed. Destino, 2011). 16 Fernando Atria, Guillermo Larraín, José Miguel Benavente, Javier Couso y Alfredo Joignant: El otro modelo. Del orden Neoliberal al régimen de lo público (Santiago, Ed. Debate, 2015) pp. 92 y 113. 17 Id., pp.47ss 18 Id., pp.109 ss. 19 Werner Jaeger, Paideia cit., pp.431. 20 Elizabeth Frazier: “Communitarianism” en Adam Lent (editor): New Political Thought. An Introduction (Londres, Lawrence and Wishart, 1998) pp.112 ss; y Michael J. Sandel: Lo que el dinero no puede comprar. Los límites morales del mercado (Barcelona, Ed. Debate, 2013) pp. 14-23 y 89 ss.
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de patriotismo ni de interés público, una y otra doctrina argumentan el retorno del ciudadano a la política y la primacía de esta por sobre la economía y el mercado. De esa orientación filosófica proviene también el énfasis en el rol del ciudadano participativo, evaluador, involucrado en las instituciones democráticas, incluso semidirectas como el voto en referendos y la iniciativa de proyectos de enmienda constitucional y de leyes.21
ingresan clandestinamente a otros Estados y son buscados, muchas veces sin éxito, para expulsarlos de ellos. ¿Tienen tales sujetos el derecho a gozar de derechos, como los llama Luigi Ferrajoli, fundado23 en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en los tratados internacionales respectivos y en alguna jurisprudencia de cortes inter o supranacionales que aplican la tesis del universalismo de la dignidad de la persona y de los atributos esenciales que V. Antiguas y nuevas emanan de ella?24 SECUELA DE LA dificultades Se habla de reconocer a los CIBERPOLÍTICA En nuestra época ha reemerinmigrantes una semiciudaES LA PÉRDIDA DE gido una patología manifestadanía, garantizándoles el ejerREPRESENTATIVIDAD da por agrupaciones o indivicicio del derecho al trabajo, a DE LAS INSTITUCIONES duos en contra de ciudadanos, la vivienda, a las prestaciones DEMOCRÁTICAS, exhibiendo un fanatismo étnico de salud, a la libertad de moMÁS QUE NADA LOS que no se detiene ni siquiera en vilización y otros semejantes, PARLAMENTOS, FISCALÍAS el terrorismo (V.gr: Nueva York pero no los derechos políticos. Y MAGISTRATURAS. 2001; Boston 2013). Al menos, en ese nivel inferior EFECTIVAMENTE, SE Actualmente, una corriente de ciudadanía, se les asegura DENUNCIA A TRAVÉS DE LAS doctrinaria de empuje sosteun trato mejor que el de los REDES SOCIALES QUE LA nido22 aboga por el concepto impedidos de inmigrar por REPRESENTACIÓN ACTUAL cosmopolita de la ciudadanía. muros levantados en las fronES ILEGÍTIMA EN ALUSIÓN A Este nació, es cierto, cuando teras de los Estados que los LA ASIMETRÍA QUE EXISTE ciudadanos de unos Estados, rechazan (Baja California y PaENTRE LAS DEMANDAS E europeos principalmente, lestino), o por leyes que se van INTERESES SOCIALES. emigraron a otros Estados en dictando para expulsarlos de búsqueda de prosperidad, o sus territorios, v.gr., Francia, se vieron obligados a dejar su nación para exi- España y Estados Unidos en época reciente.25 liarse evitando represiones o la muerte. Pero En una visión que no descuida los hechos, hoy el fenómeno recorre un curso inverso y pensamos que se está lejos, con esa ampliación, masivo, esto es, las migraciones de decenas de llegar a la concesión de ciudadanía plena a de miles de ciudadanos, con sus familias, que tales pueblos26.
21 Alasdair MacIntyre: II Ethics and Politcs (Cambridge, Cambridge University Press, 2001) pp.42 ss. 22 —Günther Rieger: “Republicanismo”, en Dieter Nohlen y Rainier— Olaf Schultze: II Dicccionario de Ciencia Política (México DF., Ed. Porrúa). 23 Consúltese Eleani Agati: “En tema de Status Civitatis. A ley Minícia”, en Patricio Carvajal y Massimo Miglierra (editores): I Estudios jurídicos en homenaje al Profesor Alejandro Guzmán Brito. (Alessandri, Edizioni dell’Orso, 2012) pp. 19 ss. 24 Luigi Ferrajoli: II Principia iuris. Teoría del derecho y la democracia (Madrid, Ed. Trotta, 2011) pp.340 y 480-481. 25 Luigi Ferrajoli: “Más allá de la soberanía y la ciudadanía. Un constitucionalismo global”, en Miguel Carbonell (compilador): Teoría de la Constitución. Ensayos escogidos (México DF., Ed. Porrúa, 2008) pp. 397 ss. 26 Id., p 569. Véase, en sentido semejante, Jean L. Cohen: Globalization and Sobereignty, Rethinking legality, legitimacy and Constitutionalism (Cambridge UK., Cambridge University Press, 2012) pp.170 y 202.
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La Palabra del Papa
CUANDO PENSAMOS EN EL REGRESO DE CRISTO Y EN SU JUICIO FINAL “Este juicio es pronunciado en cada instante de la vida, como respuesta de nuestra acogida con fe de la salvación presente y operante en Cristo, o bien de nuestra incredulidad, con la consiguiente cerrazón en nosotros mismos”, señaló S.S. Francisco en Audiencia General de diciembre pasado.
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oy quisiera iniciar la última catequesis sobre nuestra profesión de fe, tratando la afirmación «Creo en la vida eterna». En particular me detengo en el juicio final. ¡No tengáis miedo! Escuchemos lo que dice la Palabra de Dios. Al respecto, leemos en el evangelio de Mateo: Entonces Cristo «vendrá en su gloria, con todos sus ángeles… Y todas las gentes se reunirán delante de él, y él separará a unos de otros, como separa el pastor las ovejas de las cabras. Pondrá las ovejas a su derecha, y las cabras a su izquierda… Aquéllos irán al castigo eterno, y los justos a la vida eterna» (Mt 25,31-33.46). Cuando pensamos en el regreso de Cristo y en su juicio final, que manifestará, hasta sus últimas consecuencias, el bien que cada uno habrá realizado o habrá dejado de realizar durante su vida terrena, percibimos que nos encontramos ante un misterio que nos supera,
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que no conseguimos ni siquiera imaginar. Un misterio que casi instintivamente suscita en nosotros una sensación de miedo, y quizás también de trepidación. Pero si reflexionamos bien sobre esta realidad, esta solo puede agrandar el corazón de un cristiano y ser un gran motivo de consuelo y confianza. A este propósito, el testimonio de las primeras comunidades cristianas resuena muy sugerente. Estas solían acompañar las celebraciones y las oraciones con la aclamación Maranathá, una expresión constituida por dos palabras arameas que, según cómo sean pronunciadas, se pueden entender como una súplica: «¡Ven, Señor!», o como una certeza alimentada por la fe: «Sí, el Señor viene, el Señor está cerca». Es la exclamación con la que culmina toda la Revelación cristiana, al final de la maravillosa contemplación que se nos ofrece en el Apocalipsis de Juan (cfr Ap HUMANITAS Nº 73 pp. 132 - 149
22,20). En ese caso, es la Iglesia-esposa que, en nombre de la humanidad, de toda la humanidad, y en cuanto su primicia, se dirige a Cristo, su esposo, deseando ser envuelta por su abrazo; un abrazo, el abrazo de Jesús, que es plenitud de vida y de amor. Si pensamos en el juicio en esta perspec-
tiva, todo miedo disminuye y deja espacio a la esperanza y a una profunda alegría: será precisamente el momento en el que seremos juzgados. Preparados para ser revestidos de la gloria de Cristo, como de una vestidura nupcial, y ser conducidos al banquete, imagen de la plena y definitiva comunión con Dios.
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Pero si nos cerramos al amor de Jesús, somos nosotros mismos los que nos condenamos, somos condenados por nosotros mismos. La salvación es abrirnos a Jesús y él nos salva. Un segundo motivo de confianza se nos ofrece por la constatación de que, en el momento del juicio, no se nos dejará solos. Jesús mismo, en el evangelio de Mateo, es quien preanuncia cómo, al final de los tiempos, aquellos que le hayan seguido tomarán asiento en su gloria, para juzgar junto a él (cfr Mt 19,28). El apóstol Pablo después, escribiendo a la comunidad de Corinto, afirma: «¿No sabéis que los santos juzgarán al mundo? ¡Cuánto más las cosas de esta vida!» (1 Cor 6,2-3). ¡Qué hermoso saber que en esa coyuntura, además de contar con Cristo, nuestro Paráclito, nuestro Abogado ante el Padre (cfr 1 Jn 2,1), podremos contar con la intercesión y la benevolencia de tantos hermanos y hermanas nuestros más grandes que nos han precedido en el camino de la fe, que han ofrecido su vida por nosotros y que siguen amándonos de forma indecible! Los santos ya viven en la presencia de Dios, en el esplendor de su gloria orando por nosotros que aún vivimos en la tierra. (…) Una última sugerencia se nos ofrece en el Evangelio de Juan, donde se afirma explícitamente que «Dios no ha mandado el Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por medio de él. Quien cree en él no está condenado; pero
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quien no cree ya está condenado, porque no ha creído en el Hijo único de Dios» (Jn 3,1718). Esto significa entonces que ese juicio, el juicio ya está en marcha, empieza ahora, en el transcurso de nuestra existencia. Este juicio es pronunciado en cada instante de la vida, como respuesta de nuestra acogida con fe de la salvación presente y operante en Cristo, o bien de nuestra incredulidad, con la consiguiente cerrazón en nosotros mismos. Pero si nos cerramos al amor de Jesús, somos nosotros mismos los que nos condenamos, somos condenados por nosotros mismos. La salvación es abrirnos a Jesús y él nos salva. (…) El Señor Jesús se ha donado y sigue donándose a nosotros, para llenarnos de toda la misericordia y la gracia del Padre. Somos nosotros, por tanto, los que podemos convertirnos en cierto sentido en jueces de nosotros mismos, autocondenándonos a la exclusión de la comunión con Dios y con los hermanos, con la profunda soledad y tristeza que esto produce. No nos cansemos, por tanto, de vigilar nuestros pensamientos y nuestras actitudes, para pregustar desde ahora el calor y el esplendor del rostro de Dios. Será bellísimo ese Dios que en la vida eterna contemplaremos en toda su plenitud. ¡Adelante! Pensando en ese juicio que comienza ahora, que ya ha empezado. ¡Adelante! Haciendo que nuestro corazón esté abierto a Jesús y a su salvación, y ¡Adelante! Sin tener miedo, porque el amor de Jesús es más grande, y si nosotros pedimos perdón por nuestros pecados, él nos perdona. Jesús es así. ¡Adelante con esta certeza, que nos llevará a la gloria del cielo! (Vaticano, 11-XII-2013)
EL VALOR DE IR A CONTRACORRIENTE “En la Iglesia no se deja a la casualidad, a la improvisación. Exige el compromiso común para un proyecto pastoral que remita a lo esencial y que esté bien centrado en lo esencial, es decir, en Jesucristo”, señaló S.S. Francisco a los participantes en la plenaria del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización.
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n nuestro tiempo se verifica a menudo una actitud de indiferencia hacia la fe, que ya no se considera importante en la vida del hombre. Nueva evangelización significa despertar en el corazón y en la mente de nuestros contemporáneos la vida de la fe.
Nadie está excluido de la esperanza de la vida, del amor de Dios. La Iglesia está invitada a despertar por todas partes esta esperanza, especialmente donde está sofocada por condiciones existenciales difíciles, algunas veces inhumanas, donde la esperanza no respira, se sofoca. Se necesita el oxígeno del Evangelio, el soplo del Espíritu de Cristo Resucitado, que vuelva a encenderla en los corazones. La fe es un don de Dios, pero es importante que nosotros, cristianos, mostremos que vivimos de modo concreto la fe, a través del amor, la concordia, la alegría, el sufrimiento, porque esto suscita interrogantes, como al inicio del camino de la Iglesia: ¿por qué viven así? ¿Qué es lo que les impulsa? Son interro-
gantes que conducen al corazón de la evangelización, que es el testimonio de la fe y de la caridad. Lo que necesitamos, especialmente en estos tiempos, son testigos creíbles que con la vida y también con las palabras hagan visible el Evangelio, despierten la atracción por Jesucristo, por la belleza de Dios. Muchas personas se han alejado de la Iglesia. Es erróneo echar la culpa a una parte o a la otra; es más, no es cuestión de hablar de culpas. Existen responsabilidades en la historia de la Iglesia y de sus hombres, están en ciertas ideologías y también en las personas. Como hijos de la Iglesia debemos continuar el camino del Concilio Vaticano II, despojarnos de cosas inútiles y perjudiciales, de falsas seguridades mundanas que cargan a la Iglesia y dañan su rostro. Se necesitan cristianos que hagan visible a los hombres de hoy la misericordia de Dios, su ternura hacia cada creatura. Sabemos todos que la crisis de la humanidad contemporánea no es superficial, es profunda. Por esto la nueva evangelización, mientras llama a tener el valor de ir a contracorriente, de convertirse de los ídolos al único Dios verdadero, ha de usar el lenguaje de la misericordia, hecho de gestos y de actitudes antes que de palabras. En medio de la humanidad de hoy, la Iglesia dice: Venid a Jesús, todos vosotros que estáis cansados y oprimidos, y encontraréis descanso para vuestra alma
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(cf. Mt 11, 28-30). Venid a Jesús. Solo Él tiene palabras de vida eterna. Cada bautizado es «cristóforo», es decir, portador de Cristo, como decían los antiguos Padres. Quien ha encontrado a Cristo, como la Samaritana en el pozo, no puede guardar para sí mismo esta experiencia, sino que siente el deseo de compartirla, para llevar a otros a Jesús (cf. Jn 4). Todos debemos preguntarnos si quien nos encuentra percibe en nuestra vida el calor de la fe, si ve en nuestro rostro la alegría de haber encontrado a Cristo. Aquí pasamos al segundo aspecto: el encuentro, ir al encuentro de los demás. La nueva evangelización es un movimiento renovado hacia quien ha perdido la fe y el sentido profundo de la vida. Este dinamismo forma parte de la gran misión de Cristo de traer vida al mundo, el amor del Padre a la humanidad. El Hijo de Dios «salió» de su condición divina y vino a nuestro encuentro. La Iglesia está dentro de este movimiento, cada cristiano está llamado a ir al encuentro de los demás, a dialogar con quienes no piensan como nosotros, con quienes tienen otra fe, o no tienen fe. Encontrar a todos, porque todos tenemos en común el ser creados a imagen y semejanza de Dios. Podemos ir al encuentro de todos, sin miedo y sin renunciar a nuestra pertenencia. Nadie está excluido de la esperanza de la vida, del amor de Dios. La Iglesia
Un encuentro con Cristo que es también adoración, palabra poco usada: adorar a Cristo. Un proyecto animado por la creatividad y por la fantasía del Espíritu Santo, que nos impulsa también a recorrer nuevas vías, con valentía, sin fosilizarnos.
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Podríamos preguntarnos: ¿cómo es la pastoral de nuestras diócesis y parroquias? ¿Hace visible lo esencial, es decir, a Jesucristo? Las diversas experiencias, características, ¿caminan juntas en la armonía que dona el Espíritu Santo? ¿O nuestra pastoral es dispersiva, fragmentaria, por lo cual, al final, cada uno va por su cuenta? está invitada a despertar por todas partes esta esperanza, especialmente donde está sofocada por condiciones existenciales difíciles, algunas veces inhumanas, donde la esperanza no respira, se sofoca. Se necesita el oxígeno del Evangelio, el soplo del Espíritu de Cristo Resucitado, que vuelva a encenderla en los corazones. La Iglesia es la casa en la cual las puertas están siempre abiertas no solo para que cada uno pueda encontrar allí acogida y respirar amor y esperanza, sino también para que nosotros podamos salir a llevar este amor y esta esperanza. El Espíritu Santo nos impulsa a salir de nuestro recinto y nos guía hasta las periferias de la humanidad. Todo esto, sin embargo, en la Iglesia no se deja a la casualidad, a la improvisación. Exige el compromiso común para un proyecto pastoral que remita a lo esencial y que esté bien centrado en lo esencial, es decir, en Jesucristo. No es útil dispersarse en muchas cosas secundarias o superfluas, sino concentrarse en la realidad fundamental, que es el encuentro con Cristo, con su misericordia,
con su amor, y en amar a los hermanos como Él nos amó. Un encuentro con Cristo que es también adoración, palabra poco usada: adorar a Cristo. Un proyecto animado por la creatividad y por la fantasía del Espíritu Santo, que nos impulsa también a recorrer nuevas vías, con valentía, sin fosilizarnos. Podríamos preguntarnos: ¿cómo es la pastoral de nuestras diócesis y parroquias? ¿Hace visible lo esencial, es decir, a Jesucristo? Las diversas experiencias, características, ¿caminan juntas en la armonía que dona el Espíritu Santo? ¿O nuestra pastoral es dispersiva, fragmentaria, por lo cual, al final, cada uno va por su cuenta? En este contexto quisiera destacar la importancia de la catequesis, como momento de la evangelización. Lo hizo ya el Papa Pablo VI en la Evangelii nuntiandi (cf. n. 44). De allí el gran movimiento catequístico llevó adelante una renovación para superar la fractura entre Evangelio y cultura y el analfabetismo de nuestros días en materia de fe. He recordado en otras ocasiones un hecho
En este contexto quisiera destacar la importancia de la catequesis, como momento de la evangelización. Lo hizo ya el Papa Pablo VI en la Evangelii nuntiandi (cf. n. 44). De allí el gran movimiento catequístico llevó adelante una renovación para superar la fractura entre Evangelio y cultura y el analfabetismo de nuestros días en materia de fe. que me ha impresionado en mi ministerio: encontrar a niños que no sabían ni siquiera hacerse el signo de la cruz. ¡En nuestras ciudades! Es un servicio precioso para la nueva evangelización el que realizan los catequistas, y es importante que los padres sean los primeros catequistas, los primeros educadores en la fe en la propia familia con el testimonio y con la palabra. (Vaticano, 14-X-2013)
LA ALEGRÍA DEL EVANGELIO
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a alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Con Jesucristo siempre nace
y renace la alegría. En esta Exhortación quiero dirigirme a los fieles cristianos, para invitarlos a una nueva etapa evangelizadora marcada por esa alegría, e indicar caminos para la marcha de la Iglesia en los próximos años. (Exhortación Apostólica Evangelii gaudium, n°1)
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LA TRISTEZA INDIVIDUALISTA
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l gran riesgo del mundo actual, con su múltiple y abrumadora oferta de consumo, es una tristeza individualista que brota del corazón cómodo y avaro, de la búsqueda enfermiza de placeres superficiales, de la conciencia aislada. Cuando la vida interior se clausura en los propios intereses, ya no hay espacio para los demás, ya no entran los pobres, ya no se escucha la voz de Dios, ya
no se goza la dulce alegría de su amor, ya no palpita el entusiasmo por hacer el bien. Los creyentes también corren ese riesgo, cierto y permanente. Muchos caen en él y se convierten en seres resentidos, quejosos, sin vida. Esa no es la opción de una vida digna y plena, ese no es el deseo de Dios para nosotros, esa no es la vida en el Espíritu que brota del corazón de Cristo resucitado. (Exhortación Apostólica Evangelii gaudium, n°2)
EL PLACER Y LA ALEGRÍA
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a tentación aparece frecuentemente bajo forma de excusas y reclamos, como si debieran darse innumerables condiciones para que sea posible la alegría. Esto suele suceder porque «la sociedad tecnológica ha logrado multiplicar las ocasiones de placer, pero encuentra muy difícil engendrar la alegría» (Pablo VI, Gaudete in Domino). Puedo decir que los gozos más bellos y espontáneos que he visto en mis años de vida son los de personas muy pobres que tienen poco a qué aferrarse. También recuerdo la genuina alegría de aquellos que, aun en medio de grandes compromisos
profesionales, han sabido conservar un corazón creyente, desprendido y sencillo. De maneras variadas, esas alegrías beben en la fuente del amor siempre más grande de Dios que se nos manifestó en Jesucristo. No me cansaré de repetir aquellas palabras de Benedicto XVI que nos llevan al centro del Evangelio: «No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva» (Benedicto XVI, Deus caritas est). (Exhortación Apostólica Evangelii gaudium, n°7)
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EL VERDADERO DINAMISMO DE LA REALIZACIÓN PERSONAL
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a propuesta es vivir en un nivel superior, pero no con menor intensidad: «La vida se acrecienta dándola y se debilita en el aislamiento y la comodidad. De hecho, los que más disfrutan de la vida son los que dejan la seguridad de la orilla y se apasionan en la misión de comunicar vida a los demás» (Documento de Aparecida). Cuando la Iglesia convoca a la tarea evangelizadora, no hace más que indicar a los cristianos el verdadero dinamismo de la realización personal: «Aquí descubrimos otra ley profunda de la realidad: que la vida se alcanza y madura a medida que se la entrega para dar vida a los otros. Eso es en definitiva la misión»
(Documento de Aparecida). Por consiguiente, un evangelizador no debería tener permanentemente cara de funeral. Recobremos y acrecentemos el fervor, «la dulce y confortadora alegría de evangelizar, incluso cuando hay que sembrar entre lágrimas [...] Y ojalá el mundo actual —que busca a veces con angustia, a veces con esperanza— pueda así recibir la Buena Nueva, no a través de evangelizadores tristes y desalentados, impacientes o ansiosos, sino a través de ministros del Evangelio, cuya vida irradia el fervor de quienes han recibido, ante todo en sí mismos, la alegría de Cristo» (Pablo VI, Exhort. Evangelii nuntiandi). (Exhortación Apostólica Evangelii gaudium, n°10)
LA MUNDANIDAD ESPIRITUAL
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a mundanidad espiritual, que se esconde detrás de apariencias de religiosidad e incluso de amor a la Iglesia, es buscar, en lugar de la gloria del Señor, la gloria humana y el bienestar personal. Es lo que el Señor reprochaba a los fariseos: «¿Cómo es posible que creáis, vosotros que os glorificáis unos a otros y no os preocupáis por la gloria que sólo viene de Dios?» (Jn 5,44). (…) Esta mundanidad puede alimentarse especialmente de dos maneras profundamente emparentadas. Una es la fascinación del gnosticismo, una fe encerrada en
el subjetivismo, donde solo interesa una determinada experiencia o una serie de razonamientos y conocimientos que supuestamente reconfortan e iluminan, pero en definitiva el sujeto queda clausurado en la inmanencia de su propia razón o de sus sentimientos. La otra es el neopelagianismo autorreferencial y prometeico de quienes en el fondo solo confían en sus propias fuerzas y se sienten superiores a otros por cumplir determinadas normas o por ser inquebrantablemente fieles a cierto estilo católico propio del pasado. Es una supuesta
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seguridad doctrinal o disciplinaria que da lugar a un elitismo narcisista y autoritario, donde en lugar de evangelizar lo que se hace es analizar y clasificar a los demás, y en lugar de facilitar el acceso a la gracia se gastan las energías en controlar. En los dos
casos, ni Jesucristo ni los demás interesan verdaderamente. Son manifestaciones de un inmanentismo antropocéntrico. No es posible imaginar que de estas formas desvirtuadas de cristianismo pueda brotar un auténtico dinamismo evangelizador.
(Exhortación Apostólica Evangelii gaudium, n°93, 94)
DIVERSAS FORMAS DE MOSTRARSE A SÍ MISMO
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sta oscura mundanidad se manifiesta en muchas actitudes aparentemente opuestas pero con la misma pretensión de «dominar el espacio de la Iglesia». En algunos hay un cuidado ostentoso de la liturgia, de la doctrina y del prestigio de la Iglesia, pero sin preocuparles que el Evangelio tenga una real inserción en el Pueblo fiel de Dios y en las necesidades concretas de la historia. Así, la vida de la Iglesia se convierte en una pieza de museo o en una posesión de pocos. En otros, la misma mundanidad espiritual se esconde detrás de una fascinación por mostrar conquistas sociales y políticas, o en una vanagloria ligada a la gestión de asuntos prácticos, o en un embeleso por las dinámicas de
autoayuda y de realización autorreferencial. También puede traducirse en diversas formas de mostrarse a sí mismo en una densa vida social llena de salidas, reuniones, cenas, recepciones. O bien se despliega en un funcionalismo empresarial, cargado de estadísticas, planificaciones y evaluaciones, donde el principal beneficiario no es el Pueblo de Dios, sino la Iglesia como organización. En todos los casos, no lleva el sello de Cristo encarnado, crucificado y resucitado, se encierra en grupos elitistas, no sale realmente a buscar a los perdidos ni a las inmensas multitudes sedientas de Cristo. Ya no hay fervor evangélico, sino el disfrute espurio de una autocomplacencia egocéntrica. (Exhortación Apostólica Evangelii gaudium, n°95)
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EL PECADO DEL «HABRIAQUEÍSMO»
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n este contexto, se alimenta la vanagloria de quienes se conforman con tener algún poder y prefieren ser generales de ejércitos derrotados antes que simples soldados de un escuadrón que sigue luchando. ¡Cuántas veces soñamos con planes apostólicos expansionistas, meticulosos y bien dibujados, propios de generales derrotados! Así negamos nuestra historia de Iglesia, que es gloriosa por ser historia de sacrificios, de esperanza, de lucha cotidia-
na, de vida deshilachada en el servicio, de constancia en el trabajo que cansa, porque todo trabajo es «sudor de nuestra frente». En cambio, nos entretenemos vanidosos hablando sobre «lo que habría que hacer» —el pecado del «habriaqueísmo»— como maestros espirituales y sabios pastorales que señalan desde afuera. Cultivamos nuestra imaginación sin límites y perdemos contacto con la realidad sufrida de nuestro pueblo fiel. (Exhortación Apostólica Evangelii gaudium, n°96)
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ES UNA TREMENDA CORRUPCIÓN CON APARIENCIA DE BIEN
uien ha caído en esta mundanidad mira de arriba y de lejos, rechaza la profecía de los hermanos, descalifica a quien lo cuestione, destaca constantemente los errores ajenos y se obsesiona por la apariencia. Ha replegado la referencia del corazón al horizonte cerrado de su inmanencia y sus intereses y, como consecuencia de esto, no aprende de sus pecados ni está auténticamente abierto al perdón. Es una tremenda corrupción con apariencia de bien. Hay
que evitarla poniendo a la Iglesia en movimiento de salida de sí, de misión centrada en Jesucristo, de entrega a los pobres. ¡Dios nos libre de una Iglesia mundana bajo ropajes espirituales o pastorales! Esta mundanidad asfixiante se sana tomándole el gusto al aire puro del Espíritu Santo, que nos libera de estar centrados en nosotros mismos, escondidos en una apariencia religiosa vacía de Dios. ¡No nos dejemos robar el Evangelio! (Exhortación Apostólica Evangelii gaudium, n°97)
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EL APORTE INDISPENSABLE DEL MATRIMONIO A LA SOCIEDAD
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a familia atraviesa una crisis cultural profunda, como todas las comunidades y vínculos sociales. En el caso de la familia, la fragilidad de los vínculos se vuelve especialmente grave porque se trata de la célula básica de la sociedad, el lugar donde se aprende a convivir en la diferencia y a pertenecer a otros y donde los padres transmiten la fe a sus hijos. El matrimonio tiende a ser visto como una mera forma de gratificación afectiva que puede constituirse de cualquier
manera y modificarse de acuerdo con la sensibilidad de cada uno. Pero el aporte indispensable del matrimonio a la sociedad supera el nivel de la emotividad y el de las necesidades circunstanciales de la pareja. Como enseñan los Obispos franceses, no procede «del sentimiento amoroso, efímero por definición, sino de la profundidad del compromiso asumido por los esposos que aceptan entrar en una unión de vida total» (J. H. Newman, Letter of 26 January 1833). (Exhortación Apostólica Evangelii gaudium, n°66)
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LOS NIÑOS POR NACER
ntre esos débiles, que la Iglesia quiere cuidar con predilección, están también los niños por nacer, que son los más indefensos e inocentes de todos, a quienes hoy se les quiere negar su dignidad humana en orden a hacer con ellos lo que se quiera, quitándoles la vida y promoviendo legislaciones para que nadie pueda impedirlo. Frecuentemente, para ridiculizar alegremente la defensa que la Iglesia hace de sus vidas, se procura presentar su postura como algo ideológico, oscurantista y conservador. Sin embargo, esta defensa de la vida por nacer está íntimamente ligada a la defensa de cualquier derecho humano. Supone la convicción de que un ser humano es siempre sagrado
e inviolable, en cualquier situación y en cada etapa de su desarrollo. Es un fin en sí mismo y nunca un medio para resolver otras dificultades. Si esta convicción cae, no quedan fundamentos sólidos y permanentes para defender los derechos humanos, que siempre estarían sometidos a conveniencias circunstanciales de los poderosos de turno. La sola razón es suficiente para reconocer el valor inviolable de cualquier vida humana, pero si además la miramos desde la fe, «toda violación de la dignidad personal del ser humano grita venganza delante de Dios y se configura como ofensa al Creador del hombre» (Juan Pablo II, Exhort. ap. postsinodal Christifideles laici). (Exhortación Apostólica Evangelii gaudium, n°213)
La Exhortación Apostólica Evangelii gaudium puede ser descargada completa desde www.humanitas.cl
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LA CONFESIÓN NO ES TORTURA, SINO QUE ES UNA FIESTA “Cuando vamos a confesarnos de nuestras debilidades, de nuestros pecados, vamos a pedir el perdón de Jesús, pero vamos también a renovar el Bautismo con este perdón. Y esto es hermoso, es como festejar el día del Bautismo en cada Confesión”, señaló S.S Francisco durante la audiencia general de los días miércoles.
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n el Credo, a través del cual cada domingo hacemos nuestra profesión de fe, afirmamos: «Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados». Se trata de la única referencia a un Sacramento en todo el Credo. En efecto, el Bautismo es la «puerta» de la fe y de la vida cristiana. Jesús Resucitado dejó a los Apóstoles esta consigna: «Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y sea bautizado se sal-
«Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo» (Ef 4, 5). La palabra «bautismo» significa literalmente «inmersión», y, en efecto, este Sacramento constituye una auténtica inmersión espiritual en la muerte de Cristo, de la cual se resucita con Él como nuevas criaturas (cf. Rm 6, 4). Se trata de un baño de regeneración y de iluminación. Regeneración porque actúa ese nacimiento del agua y del Espíritu sin el cual nadie puede entrar en el reino de los cielos (cf. Jn 3, 5).
vará» (Mc 16, 15-16). La misión de la Iglesia es evangelizar y perdonar los pecados a través del sacramento bautismal. Pero volvamos a las palabras del Credo. La expresión se puede dividir en tres puntos: «confieso»; «un solo bautismo»; «para el perdón de los pecados». «Confieso». ¿Qué quiere decir esto? Es un término solemne que indica la gran importancia del objeto, es decir, del Bautismo. En efecto, pronunciando estas palabras afirmamos nuestra auténtica identidad de hijos de Dios. El Bautismo es en cierto sentido el carné de identidad del cristiano, su certificado de nacimiento y el certificado de nacimiento en la Iglesia. Todos vosotros sabéis el día que nacisteis y festejáis el cumpleaños, ¿verdad? Todos nosotros festejamos el cumpleaños. Os hago una pregunta, que ya hice otras veces, pero la hago una vez más: ¿quién de vosotros recuerda la fecha de su Bautismo? Levante la mano: son pocos (y no pregunto a los obispos para no hacerles pasar vergüenza...). Pero hagamos una cosa: hoy, cuando volváis a casa, preguntad qué día habéis sido bautizados, buscad, porque este es el segundo cumpleaños. El primer cumpleaños es el nacimiento a la vida y el segundo cumpleaños es el nacimiento en la Iglesia. ¿Haréis esto? Es una tarea para hacer en casa: buscar el día que nací para la Iglesia,
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Iluminación porque, a través del Bautismo, la persona humana se colma de la gracia de Cristo, «luz verdadera que ilumina a todo hombre» (Jn 1, 9) y expulsa las tinieblas del pecado. Por esto, en la ceremonia del Bautismo se les da a los padres una vela encendida, para significar esta iluminación; el Bautismo nos ilumina desde dentro con la luz de Jesús. En virtud de este don el bautizado está llamado a convertirse él mismo en «luz» —la luz de la fe que ha recibido— para los hermanos, especialmente para aquellos que están en las tinieblas y no vislumbran destellos de resplandor en el horizonte de su vida. y dar gracias al Señor porque el día del Bautismo nos abrió la puerta de su Iglesia. Al mismo tiempo, al Bautismo está ligada nuestra fe en el perdón de los pecados. El Sacramento de la Penitencia o Confesión es, en efecto, como un «segundo bautismo», que remite siempre al primero para consolidarlo y renovarlo. En este sentido el día de nuestro Bautismo es el punto de partida de un camino bellísimo, un camino hacia Dios que dura toda la vida, un camino de conversión que está continuamente sostenido por el Sacramento de la Penitencia. Pensad en esto: cuando vamos a confesarnos de nuestras debilidades, de nuestros pecados, vamos a pedir el perdón de Jesús, pero vamos también a renovar el Bautismo con este per-
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dón. Y esto es hermoso, es como festejar el día del Bautismo en cada Confesión. Por lo tanto la Confesión no es una sesión en una sala de tortura, sino que es una fiesta. La Confesión es para los bautizados, para tener limpio el vestido blanco de nuestra dignidad cristiana. Segundo elemento: «un solo bautismo». Esta expresión remite a la expresión de san Pablo: «Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo» (Ef 4, 5). La palabra «bautismo» significa literalmente «inmersión», y, en efecto, este Sacramento constituye una auténtica inmersión espiritual en la muerte de Cristo, de la cual se resucita con Él como nuevas criaturas (cf. Rm 6, 4). Se trata de un baño de regeneración y de iluminación. Regeneración porque actúa ese nacimiento del agua y del Espíritu sin el cual nadie puede entrar en el reino de los cielos (cf. Jn 3, 5). Iluminación porque, a través del Bautismo, la persona humana se colma de la gracia de Cristo, «luz verdadera que ilumina a todo hombre» (Jn 1, 9) y expulsa las tinieblas del pecado. Por esto, en la ceremonia del Bautismo se les da a los padres una vela encendida, para significar esta iluminación; el Bautismo nos ilumina desde dentro con la luz de Jesús. En virtud de este don el bautizado está llamado a convertirse él mismo en «luz» —la luz de la fe que ha recibido— para los hermanos, especialmente para aquellos que están en las tinieblas y no vislumbran destellos de resplandor en el horizonte de su vida. Podemos preguntarnos: el Bautismo, para mí, ¿es un hecho del pasado, aislado en una fecha, esa que hoy vosotros buscaréis, o una realidad viva, que atañe a mi presente, en todo momento? ¿Te sientes fuerte, con la fuerza que te da Cristo con su muerte y su resurrección? ¿O te sientes abatido, sin fuerza? El Bautismo da fuerza y da luz. ¿Te
sientes iluminado, con esa luz que viene de Cristo? ¿Eres hombre o mujer de luz? ¿O eres una persona oscura, sin la luz de Jesús? Es necesario tomar la gracia del Bautismo, que es un regalo, y llegar a ser luz para todos. Por último, una breve referencia al tercer elemento: «para el perdón de los pecados». En el sacramento del Bautismo se perdonan todos los pecados, el pecado original y todos los pecados personales, como también todas las penas del pecado. Con el Bautismo se abre la puerta a una efectiva novedad de vida que no está abrumada por el peso de un pasado negativo, sino que goza ya de la belleza y la bondad del reino de los cielos. Se trata de una intervención poderosa de la misericordia de Dios en nuestra vida, para salvarnos. Esta intervención salvífica no quita a nuestra naturaleza humana su debilidad —todos somos débiles y todos somos pecadores—; y no nos quita la responsabilidad de pedir perdón cada vez que nos equivocamos. No puedo bautizarme más de una vez, pero puedo confesarme y renovar así la gracia del Bautismo. Es como si hiciera un segundo Bautismo. El
El Bautismo, para mí, ¿es un hecho del pasado, aislado en una fecha, esa que hoy vosotros buscaréis, o una realidad viva, que atañe a mi presente, en todo momento? ¿Te sientes fuerte, con la fuerza que te da Cristo con su muerte y su resurrección? ¿O te sientes abatido, sin fuerza? El Bautismo da fuerza y da luz. Señor Jesús es muy bueno y jamás se cansa de perdonarnos. Incluso cuando la puerta que nos abrió el Bautismo para entrar en la Iglesia se cierra un poco, a causa de nuestras debilidades y nuestros pecados, la Confesión la vuelve a abrir, precisamente porque es como un segundo Bautismo que nos perdona todo y nos ilumina para seguir adelante con la luz del Señor. Sigamos adelante así, gozosos, porque la vida se debe vivir con la alegría de Jesucristo; y esto es una gracia del Señor. (Vaticano, 13-XI-2013)
LA SEGURIDAD DE QUE DIOS NOS PERDONA “A veces sucede que escuchamos a alguien que afirma que se confiesa directamente con Dios... Sí, Dios te escucha siempre, pero en el sacramento de la Reconciliación manda a un hermano a traerte el perdón, la seguridad del perdón, en nombre de la Iglesia”, señaló S.S. Francisco durante la audiencia general de los días miércoles.
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nte todo debemos recordar que el protagonista del perdón de los pecados es el Espíritu Santo. En su primera aparición a los Apósto-
les, en el cenáculo, Jesús resucitado hizo el gesto de soplar sobre ellos diciendo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los
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pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos» (Jn 20, 22-23). Jesús, transfigurado en su cuerpo, es ya el hombre nuevo, que ofrece los dones pascuales fruto de su muerte y resurrección. ¿Cuáles son estos dones? La paz, la alegría, el perdón de los pecados, la misión, pero sobre todo dona el Espíritu Santo, que es la fuente de todo esto. El soplo de Jesús, acompañado por las palabras con las que comunica el Espíritu, indica la transmisión de la vida, la vida nueva regenerada por el perdón. Pero antes de hacer el gesto de soplar y donar el Espíritu, Jesús muestra sus llagas, en las manos y en el costado: estas heridas representan el precio de nuestra salvación. El Espíritu Santo nos trae el perdón de Dios «pasando a través» de las llagas de Jesús. Estas llagas que Él quiso conservar. También en este momento Él, en el Cielo, muestra al Padre las llagas con las cuales nos rescató. Por la fuerza de estas llagas, nuestros pecados son perdonados: así Jesús dio su vida para nuestra paz, para nuestra alegría, para el don de la gracia en nuestra alma, para el perdón de nuestros pecados. Es muy bello contemplar a Jesús de este modo. Y llegamos al segundo elemento: Jesús da a los Apóstoles el poder de perdonar los pecados. Es un poco difícil comprender cómo un hombre puede perdonar los pecados, pero Jesús da este poder. La Iglesia es depositaria del poder de las llaves, de abrir o cerrar al perdón. Dios perdona a todo hombre en su soberana misericordia, pero Él mismo quiso que quienes pertenecen a Cristo y a la Iglesia reciban el perdón mediante los ministros de la comunidad. A través del ministerio apostólico me alcanza la misericordia de Dios, mis culpas son perdonadas y se me dona la alegría. De este modo Jesús nos llama a vivir la recon-
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Pero antes de hacer el gesto de soplar y donar el Espíritu, Jesús muestra sus llagas, en las manos y en el costado: estas heridas representan el precio de nuestra salvación. El Espíritu Santo nos trae el perdón de Dios «pasando a través» de las llagas de Jesús. Estas llagas que Él quiso conservar. También en este momento Él, en el Cielo, muestra al Padre las llagas con las cuales nos rescató. Por la fuerza de estas llagas, nuestros pecados son perdonados. ciliación también en la dimensión eclesial, comunitaria. Y esto es muy bello. La Iglesia, que es santa y a la vez necesitada de penitencia, acompaña nuestro camino de conversión durante toda la vida. La Iglesia no es dueña del poder de las llaves, sino que es sierva del ministerio de la misericordia y se alegra todas las veces que puede ofrecer este don divino. Muchas personas tal vez no comprenden la dimensión eclesial del perdón, porque domina siempre el individualismo, el subjetivismo, y también nosotros, los cristianos, lo experimentamos. Cierto, Dios perdona a todo pecador arrepentido, personalmente, pero el cristiano está vinculado a Cristo, y Cristo está unido a la Iglesia. Para nosotros cristianos hay un don más, y hay también un compromiso más: pasar humildemente a través del ministerio eclesial. Esto debemos valorarlo; es un don, una atención, una protección y también es la seguridad de que Dios me ha perdonado. Yo voy al hermano sacerdote y digo: «Padre, he hecho esto...». Y él responde: «Yo te per-
dono; Dios te perdona». En ese momento, yo estoy seguro de que Dios me ha perdonado. Y esto es hermoso, esto es tener la seguridad de que Dios nos perdona siempre, no se cansa de perdonar. Y no debemos cansarnos de ir a pedir perdón. Se puede sentir vergüenza al decir los pecados, pero nuestras madres y nuestras abuelas decían que es mejor ponerse rojo una vez que no amarillo mil veces. Nos ponemos rojos una vez, pero se nos perdonan los pecados y se sigue adelante. Al final, un último punto: el sacerdote instrumento para el perdón de los pecados. El perdón de Dios que se nos da en la Iglesia, se nos transmite por medio del ministerio de un hermano nuestro, el sacerdote; también él es un hombre que, como nosotros, necesita de misericordia, se convierte verdaderamente en instrumento de misericordia, donándonos el amor sin límites de Dios Padre. También los sacerdotes deben confesarse, también los obispos: todos somos pecadores. También el Papa se confiesa cada quince días, porque incluso el Papa es un pecador. Y el confesor escucha las cosas que yo le digo, me aconseja y me perdona, porque todos tenemos necesidad de este perdón. A veces sucede que escuchamos a alguien que afirma que se confiesa directamente con Dios... Sí, como decía antes, Dios te escucha siempre, pero en el sacramento de la Reconciliación manda a un hermano a traerte el perdón, la seguridad del perdón, en nombre de la Iglesia. El servicio que el sacerdote presta como ministro de parte de Dios para perdonar los pecados es muy delicado y exige que su corazón esté en paz, que el sacerdote tenga el corazón en paz; que no maltrate a los fieles, sino que sea apacible, benévolo y misericordioso; que sepa sembrar esperanza en los corazones y, sobre todo, que sea consciente de que el hermano o
Jesús da a los Apóstoles el poder de perdonar los pecados. Es un poco difícil comprender cómo un hombre puede perdonar los pecados, pero Jesús da este poder. La Iglesia es depositaria del poder de las llaves, de abrir o cerrar al perdón. Dios perdona a todo hombre en su soberana misericordia, pero Él mismo quiso que quienes pertenecen a Cristo y a la Iglesia reciban el perdón mediante los ministros de la comunidad. la hermana que se acerca al sacramento de la Reconciliación busca el perdón y lo hace como se acercaban tantas personas a Jesús para que les curase. El sacerdote que no tenga esta disposición de espíritu es mejor que, hasta que no se corrija, no administre este Sacramento. Los fieles penitentes tienen el derecho, todos los fieles tienen el derecho, de encontrar en los sacerdotes a los servidores del perdón de Dios. Queridos hermanos, como miembros de la Iglesia, ¿somos conscientes de la belleza de este don que nos ofrece Dios mismo? ¿Sentimos la alegría de este interés, de esta atención maternal que la Iglesia tiene hacia nosotros? ¿Sabemos valorarla con sencillez y asiduidad? No olvidemos que Dios no se cansa nunca de perdonarnos. Mediante el ministerio del sacerdote nos estrecha en un nuevo abrazo que nos regenera y nos permite volver a levantarnos y retomar de nuevo el camino. Porque esta es nuestra vida: volver a levantarnos continuamente y retomar el camino. (Vaticano, 20-XI-2013)
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SOLAMENTE SI SE ESTÁ CENTRADO EN DIOS SE PUEDE IR A LAS PERIFERIAS DEL MUNDO “Su familiaridad con Dios le llevaba a entender que la experiencia interior y la vida apostólica van siempre juntos”, señaló S.S. Francisco durante la Santa Misa realizada en la iglesia del Gesù con motivo de la inscripción de Pedro Fabro en el catálogo de los santos.
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el Dios de las sorpresas, an Pablo nos dice, lo y si el Dios de las sorprehan escuchado, “Tengan sas no está siempre en los mismos sentimientos el centro, la Compañía de Cristo Jesús, Él mismo se desorienta. Por eso estando en la condición ser jesuita significa ser de Dios, no consideró una persona de pensaun privilegio ser como miento incompleto, de Dios pero se anonadó pensamiento abierto, a si mismo asumiendo porque piensa siempre una condición de siermirando al horizonte vo”. Nosotros, los jesuique es la gloria de Dios, tas, queremos llevar el siempre mayor, que nos nombre de Jesús, militar sorprende sin descanso. debajo del estandarte Es esta la inquietud de de su cruz, y esto signuestra aspiración, la nifica tener los mismos santa y bella inquietud. sentimientos de Cristo, Es necesario buscar a Dios Porque pecadores, significa pensar como para encontrarlo, y encontrarlo podemos preguntarnos Él; querer bien como Él; para buscarlo y siempre. si nuestro corazón ha ver como Él; caminar mantenido la inquietud como Él. Solamente esta inquietud le da de la búsqueda o si por el Significa hacer lo mispaz al corazón. contrario se ha atrofiado, mo que Él hizo y con sus mismos sentimientos, con los sentimientos de si nuestro corazón está siempre en tensión, un su corazón. El corazón de Cristo, de un Dios que corazón que no se relaja, no se cierra en sí mismo, por amor se ha vaciado. Cada uno de nosotros los pero que marca el ritmo de un camino que es jesuitas, que siguen a Jesús, deberían estar dis- necesario cumplir junto a todo el pueblo de Dios. puestos a vaciarse a sí mismo. Estamos llamados Es necesario buscar a Dios para encontrarlo, y a este vaciamiento, ser vaciados, ser hombres que encontrarlo para buscarlo y siempre. Solamente no deben vivir centrados en si mismos, porque esta inquietud le da paz al corazón de un jesuita. Una inquietud también apostólica no nos el centro de la Compañía es Cristo y su Iglesia. Y Dios es siempre el “Deus semper maior”, debe hacer renunciar al anuncio del kerigma,
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a evangelizar con coraje. Es la inquietud que nos prepara para recibir el don de la fecundidad apostólica, sin inquietud somos estériles. En esta inquietud que tenía Pedro Fabro, hombre de grandes deseos, había otro Daniel. Fabro era un hombre modesto, sensible, de profunda vida interior, dotado del don de tener amistad con personas de todo tipo. Era un espíritu inquieto, indeciso, nunca satisfecho. Bajo la guía de san Ignacio logró unir su sensibilidad inquieta, pero también dulce y exquisita, con la capacidad de tomar decisiones. Era un hombre de grandes deseos, se ha hecho cargo de sus deseos y los ha reconocido. Más aún, Pedro Fabro, cuando se proponen cosas difíciles es que se manifiesta el verdadero espíritu de un hombre de acción. Una fe profunda implica siempre un profundo deseo de cambiar el mundo. Esta es la pregunta que debemos ponernos: ¿tenemos también nosotros grandes visiones y arrojos? ¿Somos nosotros también audaces? ¿Nuestro sueño vuela alto, el celo nos devora? O somos mediocres y nos conformamos de nuestras programaciones apostólicas de trabajadores. Recordémoslo siempre: la fuerza de la Iglesia no vive en sí misma y en su capacidad organizativa, pero se esconde en las aguas profundas de Dios. En estas aguas se agitan nuestros deseos y los deseos ensanchan el corazón. Como decía san Agustín: rezar para desear y desear para ensanchar el corazón. Justamente en sus deseos Fabro podía discernir la voz de Dios. Sin deseos no se va a ninguna parte. Es por ello que hay que ofrecer los propios deseos al Señor. En las constituciones se dice que se ayuda al prójimo con los deseos presentados a Dios Nuestro Señor. Fabro tenía el verdadero deseo de ser dilatado en Dios, estaba totalmente centrado en Dios, por eso podía ir en espíritu de obediencia, también muchas veces a pié por todas partes de Europa a dialogar con todos con dulzura, era la lanza del evangelio. Me hace pensar a la tentación que quizás podemos tener nosotros, de relacionar el
anuncio del evangelio con palazos inquisitorios y condenatorios. No, el evangelio se anuncia con dulzura, con fraternidad, con amor. Su familiaridad con Dios le llevaba a entender que la experiencia interior y la vida apostólica van siempre juntos. Escribe en sus memorias que el primer movimiento del corazón tiene que ser desear lo que es esencial y originario, o sea que el primer puesto sea dado a la solicitud perfecta de encontrar a Dios nuestro Señor. Fabro encuentra el deseo de dejar que Cristo opere en el centro del corazón. Solamente si se está centrado en Dios se puede ir a las periferias del mundo. Y Fabro viajó sin tregua también por las fronteras geográficas a tal punto, que se decía de él “parece que haya nacido para no estar quieto en ninguna parte”. Fabro era devorado por el intenso deseo de comunicar al Señor. Si nosotros no tenemos su mismo deseo entonces tenemos necesidad de detenernos en oración y con fervor silencioso pedirle al Señor por intercesión de nuestro hermano Pedro, que vuelva a fascinarnos con el brillo del Señor que llevaba a Pedro a todas estas locuras apostólicas y a ese deseo sin control. Nosotros somos hombres en tensión, somos también hombres contradictorios e incoherentes, pecadores todos, pero hombres que quieren caminar bajo la mirada de Jesús. Somos pequeños, pecadores, pero queremos militar bajo el estandarte de la cruz, en la Compañía que lleva el nombre de Jesús. Nosotros que somos egoístas queremos entretanto vivir una vida agitada por grandes deseos. Renovemos entonces nuestra oración al Eterno Señor del Universo, para que con la ayuda de su Madre Gloriosa, podamos querer, desear, vivir el sentimiento de Cristo que se vació a sí mismo. Como decía Pedro Fabro, no busquemos en esta vida un nombre que no se aferre a aquel de Jesús. Recemos a la Virgen para ser puestos con su Hijo. (Vaticano, 3-I-2014)
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PANORAMA
AÑO DE LA FE 2012-2013
Las reliquias del apóstol Pedro, son expuestas por primera vez en la historia.
Papa Francisco clausura el Año de la Fe entregando su primera exhortación apostólica El Año de la Fe fue clausurado el domingo 24 de noviembre pasado, Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo, con la celebración eucarística del Santo Padre en el Sagrario de la Basílica Vaticana. Cerca de 60.000 fieles llegaron hasta la plaza para participar de esta significativa celebración.
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Concelebraron junto al Santo Padre los cardenales, patriarcas y arzobispos mayores de las Iglesias Orientales Católicas, los arzobispos y obispos. Junto al altar estuvieron expuestas, por primera vez, las reliquias del apóstol Pedro, dentro de una caja de bronce con la inscripción Ex ossibus quae in HUMANITAS Nº 73 pp. 150 - 191
Arcibasilicae Vaticanae hypogeo inventa Beati Petri Apostoli esse putantur («De los huesos encontrados en el hipogeo de la Basílica Vaticana, que se consideran del Beato Pedro Apóstol»). En la homilía, el Papa Francisco recordó que este Año de la Fe, esta «iniciativa providencial» convocada por Benedicto XVI, «nos ha dado la oportunidad de descubrir la belleza de ese camino de fe que comenzó el día de nuestro bautismo». El hilo conductor de las lecturas del día —indicó el Santo Padre— es la centralidad de Cristo, y sobre esta idea desarrolló toda la homilía. Tres aspectos subrayó: Jesús como primogénito de toda la creación, Cristo el centro del pueblo de Dios y Cristo el centro de la historia de la humanidad y de todo hombre. Asimismo, Francisco ha invitado a los fieles a pedir a Jesús, tal y como hizo el ladrón bueno, que se acuerde de nosotros ahora que está en su Reino.
Durante el canto del Credo, el Santo Padre, recogido en profunda oración, sostuvo entre sus manos la urna con las reliquias del apóstol. Al finalizar la celebración, Francisco entregó su primera exhortación apostólica Evangelii gaudium a 36 representantes del pueblo de Dios, procedentes de 18 países: un obispo, un sacerdote y un diácono elegido entre los más jóvenes que serán ordenados; religiosos y religiosas y algunos representantes de los eventos de este Año de la Fe: confirmandos, un seminarista y una novicia, una familia, catequistas, una ciega —al que el Papa se la ha entregado en CD para que pueda ser reproducida y escuchada—, a jóvenes, representantes de las cofradías, de los movimientos, y para terminar dos artistas y dos representantes de los medios de comunicación. El Santo Padre finalizó con la oración del Ángelus como cada domingo.
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La alegría del Evangelio
Exhortación apostólica Evangelii gaudium del Papa Francisco El Papa Francisco tiene «un sueño». El de una Iglesia encaminada sin demora por el camino «de una conversión pastoral y misionera»: una actitud personal y comunitaria «capaz de transformar» en lo profundo costumbres, estilos, lenguajes, estructuras, orientándolos hacia la evangelización más bien que hacia «la autopreservación». Ese «sueño» está en el centro de la exhortación apostólica Evangelii gaudium, presentada el 26 de noviembre pasado. Un documento de 224 páginas, en cinco capítulos, que recoge los frutos del Sínodo de los obispos sobre «La nueva evangelización para la transmisión de la fe» que tuvo lugar en el Vaticano del 7 al 28 de octubre de 2012. Pero es evidente que la intención del Pontífice va más allá de la sencilla recepción de las indicaciones de los padres sinodales. Porque lo que se ofrece a toda la comunidad cristiana es un texto denso y arduo, que —subrayado de no poco valor— «tiene un sentido programático y consecuencias importantes». «Quiero dirigirme a los fieles cristianos —escribe el Papa Francisco— para invitarlos a una nueva etapa evangelizadora marcada por esa alegría, e indicar caminos para la marcha de la Iglesia en los próximos años». Al Pontífice le interesa que cada bautizado lleve a los demás con nuevo dinamismo el amor de Jesús, viviendo en «estado permanente de misión». Esta invitación a «recuperar la frescura original del Evangelio» implica a todo fiel, porque «el sueño misionero» del Obispo de Roma es «llegar a todos». Y «dado que estoy llamado a vivir lo que pido a los demás —puntualiza— también debo pensar en una conversión del papado», para que lo haga «más fiel al sentido que Jesucristo quiso darle y a las necesidades actuales de la evangelización». Es necesaria, en este sentido, «una saludable descentralización», orientada también a un estatuto de las Conferencias episcopales «que las conciba como sujetos de atribuciones concretas, incluyendo
también alguna auténtica autoridad doctrinal». En todo caso, no hay que tener miedo de rever costumbres de la Iglesia «no directamente ligadas al núcleo del Evangelio», incluso en el caso de que resultasen «muy arraigadas a lo largo de la historia». El llamamiento es a ser siempre «libres y creativos», abandonando de una vez por todas «el cómodo criterio pastoral del “siempre se ha hecho así”». A partir de este prefacio, el documento propone las líneas de un itinerario donde se encuentran muchos de los temas más apreciados por el magisterio pastoral del Papa Bergoglio. Entre estos, la invitación a redescubrir la misericordia como «la más grande de las virtudes», evitando que en la predicación «algunos acentos doctrinales o morales» que oscurezcan excesivamente el mensaje de amor del Evangelio. Y la necesidad de abrir las puertas de la Iglesia para «salir hacia los demás» y llegar a «las periferias humanas» de nuestro tiempo. Fuerte es el juicio del Pontífice sobre los actuales órdenes económico-financieros mundiales, que multiplican desigualdades y exclusión social: «esa economía mata», denuncia, apuntando nuevamente el dedo contra «la cultura del descarte» y «la idolatría del dinero». No por casualidad todo un capítulo se detiene en la «dimensión social de la evangelización», con penetrantes subrayados sobre la necesidad del desarrollo integral de los más necesitados —«para la Iglesia la opción por los pobres es una categoría teológica antes que cultural, sociológica, política o filosófica», recuerda— y de la promoción del diálogo y de la paz. El núcleo central del documento está dedicado expresamente a quienes en la Iglesia trabajan al servicio del anuncio evangélico. Para destacar en ello potencialidad e iniciativa, pero también alertar sobre las «tentaciones» recurrentes de la «acedia egoísta», del «pesimismo estéril», de la «mundanidad espiritual». En este sentido, gran importancia el Papa atribuye a la «fuerza evangelizadora de la piedad popular» y a la atención de la predicación por parte de los sacerdotes.
Puede leer el texto completo de la Exhortación apostólica Evangelii gaudium en www.humanitas.cl
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Francisco, el Papa de los nuevos aires En sus nueve meses de pontificado, el Papa Francisco ha dejado claramente establecida su aspiración de restaurar la pasión evangelizadora original de la Iglesia.
Los primeros nueves meses de pontificado del Papa Francisco a menudo han semejado un gigantesco test de Rorschach, en que diversos comentaristas, tanto dentro como fuera de la Iglesia Católica, han “visto” materializarse sus sueños y sus temores. No obstante, lo que en realidad han creído ver una y otra vez poca relación guarda con la historia de Jorge María Bergoglio en tanto sacerdote y obispo, o con sus más consecuentes decisiones como papa. Las mencionadas proyecciones alcanzaron su más febril excitación con la publicación, el pasado 26 de noviembre, de la primera exhortación apostólica del actual papa, Evangelii gaudium (La alegría del Evangelio), que fue celebrada, o lamentada, como si fuese un documento de toma de posición para “todo uso” destinado a una cumbre del G-8. Lo concreto es que este documento papal ha de ser leído y apreciado por lo que manifiestamente es: un toque de clarín llamando a un cambio decisivo en la comprensión que la Iglesia Católica tiene de sí misma, en perfecta continuidad, además, con el magisterio del Concilio Vaticano Segundo, de Paulo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI. Dadas las fantasías que el papa y su pontificado han inspirado tanto en derechas como en izquierdas, puede ser de utilidad, al cumplirse tres cuartas partes del primer año de Francisco en la cátedra de san Pedro, describir con mayor exactitud al hombre con quien me fue dado sostener, en mayo de 2012, una extensa conversación en torno del estado general de la Iglesia Católica. Antes que nada y más que nada, Jorge María Bergoglio es un decidido seguidor de Cristo, que ha conocido la misericordia de Dios en su propia vida y que desea que otros compartan esa experiencia suya —tanto como la sanación y la alegría que conlleva la amistad con nuestro Señor Jesucristo—. Tal como señaló en una ampliamente difundida entrevista concedida en el pasado septiembre a una revista jesuita italiana, el Papa Francisco es un “hijo de la Iglesia”, que cree y enseña lo que cree y enseña la Iglesia Católica, y que desea que otros escuchen y sean impulsados a la conversión por la sinfonía de la verdad
católica, que, como él piensa, demasiado a menudo es ahogada por la cacofonía eclesiástica. El Papa Francisco está completamente dedicado a lo que Juan Pablo II llamara la “Nueva Evangelización”, que entiende como una dramática reconcentración de la Iglesia en su misión evangelizadora y el redescubrimiento por cada uno de los 1.2 mil millones de católicos en el mundo —con el consiguiente giro en sus vidas— de la vocación misionera que a él o a ella fue dada con su bautizo. El Papa es un pastor profundamente preocupado por su rebaño, que saca fuerza espiritual de ese rebaño y lo llama a tomar buenas decisiones, respetando la devoción popular. El Papa “de los confines de la tierra”, como se llamó a sí mismo cuando apareció en la logia central de la basílica de San Pedro la tarde de su elección, el pasado 13 de marzo, es un reformador que, como dejó claramente sentado en Evangelii gaudium, medirá la auténtica reforma católica con el criterio de la efectividad misionera. De tal modo, la reforma de la curia romana por el Papa Francisco no será llevada a cabo en pos de alguna modesta satisfacción que pudiera derivar del desplazamiento de fichas por un tablero organizacional, sino que para asegurar que la administración central de la Iglesia católica sirva a la misión evangélica de todos los miembros de la Iglesia. Como lo describe José María Poirier, director de la revista católica argentina Criterio, el Papa es un hombre que “quiere una Iglesia santa, o al menos una Iglesia dotada de fuerte voluntad para luchar por la virtud”, pues sabe que el ejemplo cristiano es al menos tan importante como la argumentación lógica en la labor evangelizadora de la Iglesia —convicción que explica su reciente (y bien recibida) crítica de los católicos “quejumbrosos”—. De acuerdo al testimonio de muchos que han colaborado con él, el P apa es un eficiente ejecutivo que gusta de hacer consultas, que pondera sus opciones y luego actúa de forma decidida. No teme la toma de decisiones, aunque las toma con cuidado, habiendo aprendido
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(como dijera alguna vez) a ser escéptico respecto de sus impresiones e instintos iniciales al momento de encarar situaciones difíciles. No le teme a la crítica, aprende de sus errores y le gusta que sus colaboradores lo cuestionen cuando piensan que está equivocado. Es un hombre de vasta cultura, versado en temas teológicos, aunque más dado a referencias y ejemplos literarios que a las citas teológicas eruditas en sus prédicas y catequesis. Así, en una de sus más recientes homilías con ocasión de la eucaristía diaria, elogió la novela apocalíptica “El amo del mundo”, escrita a comienzos del siglo XX por Robert Hugh Benson, pues esta plantea importantes advertencias frente al utopismo dictatorial, o lo que el Papa llama “progresismo adolescente”. El Papa Francisco también comprende en profundidad la naturaleza de la grave crisis cultural de la posmodernidad: el surgimiento de un nuevo gnosticismo, en que todo lo concerniente a la condición humana es plástico, maleable y está sujeto a la voluntariedad humana, en que nada está simplemente dado y los seres humanos son reducidos, mediante el autoengaño, la definición legal o los dictámenes judiciales, a meros manojos de deseos. El Papa siente una preocupación apasionada por los pobres, a sabiendas de que la pobreza toma en el siglo XXI formas muy diversas. Puede encontrarse en la agobiante pobreza material de su nativa Buenos Aires, causada por décadas de corrupción, indiferencia y el fracaso de la Iglesia en catequizar a los dirigentes económicos y políticos de Argentina. Sin embargo, la pobreza también puede encontrarse en el triste de-
sierto espiritual de aquellos que miden su humanidad más por lo que poseen que por lo que son, midiendo a sus semejantes con la misma vara materialista. Luego tenemos el empobrecimiento ético del relativismo moral, que menoscaba las aspiraciones humanas, impide el trabajo conjunto con miras al bien común de la sociedad, conduciendo así inevitablemente a la fragmentación social y a la infelicidad personal. Como escribió en Evangelii gaudium, el Papa Francisco no es un hombre de “ideologías políticas”. Él sabe que el “emprendimiento es una vocación y una noble vocación”, cuando está orientado al bien común y al empoderamiento de los pobres. Cuando critica el statu quo social, económico o político, lo hace en calidad de pastor, “interesado solo en ayudar a todos aquellos esclavizados por una mentalidad individualista, indiferente y egocéntrica, con miras a su liberación de aquellas indignas cadenas para que puedan alcanzar un modo de vida y de pensamiento que sea más humano, noble y fructífero”. El Papa Francisco es un revolucionario. Sin embargo, la revolución que propone no es un asunto de prescripciones económicas o políticas, sino que una revolución en el modo como la Iglesia Católica se comprende a sí misma: un retorno re-energizado al fervor pentecostal y a la pasión evangelizadora que dio nacimiento a la Iglesia hace ya dos milenios, y también como un llamado a una misión que acelere la gran transición histórica de un catolicismo institucional y de mera mantención a una Iglesia para la Nueva Evangelización. GEORGE WEIGEL
El Año de la Fe Una respuesta positiva, entusiasta y cargada de significado
«Este año nos ha mostrado que ha habido una gran respuesta positiva, entusiasta y cargada de significado que se ha dado en este momento». Con estas palabras, monseñor Rino Fisichella, presidente del Pontificio Consejo para la promoción de la Nueva Evangelización, comenta en una entrevista a Radio Vaticana su valoración sobre el Año de la Fe que recién concluyó. Asimismo subrayó que aun si existe una crisis de Fe, este año «nos ha hecho también comprender y nos ha hecho visible que junto a
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esta hay igualmente mucho entusiasmo, mucho deseo de retomar el camino que el Señor nos ha confiado». Monseñor Fisichella habló también sobre la particularidad de este año, comenzado por Benedicto XVI y clausurado por el Papa Francisco. «Creo que el camino entre el Papa Francisco, que lo ha marcado con su testimonio, y el Papa Benedicto que lo ha deseado, en este Año de la Fe sea precisamente esto: la dimensión, es decir, de una valentía que no puede faltar en la fe».
Sobre el hecho de que el Papa Francisco está pidiendo una Iglesia con las puertas abiertas, el presidente del dicasterio para la Nueva Evangelización comenta que «el Papa no solo nos dice que debemos atravesar esa puerta, sino que nos dice que debemos también activamente, concretamente, ir al encuentro de los otros. El Papa Francisco nos llama a la cultura del encuentro: yo creo que esto es muy importante». Por otro lado, hablando más en concreto de lo vivido en este Año de la Fe, monseñor Fisichella afirma que «me quedan realmente muchas imágenes que me han conmovido» y especifica: «la imagen que personalmente llevo en el corazón es la de que durante una hora, el día del Corpus Domini, en todos los continentes, en todos los lugares Cristo ha sido realmente el corazón del mundo, cuando se sincronizó sobre la hora de Roma,
de las 17.00 a las 18.00, con la adoración eucarística». Al respecto, el prelado explica que «la Eucaristía, para nosotros cristianos, es el fundamento de la fe, es el corazón de la evangelización, es —por así decir— la provocación primera y última, porque surge de allí y vuelve de nuevo allí para anunciar que hemos encontrado a Jesucristo: allí lo tenemos delante, allí la fe significaba tener fijos nuestros ojos sobre Su Rostro, aunque sí escondido en la especie eucarística; allí nosotros hemos descubierto que en cualquier parte del mundo, podemos estar distantes en el tiempo y en el espacio, pero ha habido un momento en el que estábamos unidos. Porque Cristo nos tenía unidos, porque la contemplación, la adoración de su Rostro nos tenía unidos».
Clausura del Año de la Fe en Tierra Santa Congrega a miles de peregrinos en Nazaret
Nazaret acogió el 17 de noviembre pasado el Día Internacional de la Fe: una celebración festiva que sirvió para clausurar el Año de la Fe en Tierra Santa. Hasta la ciudad de Galilea se desplazaron miles de peregrinos de todo el mundo para participar en la Eucaristía que presidió el patriarca latino de Jerusalén, su beatitud Fouad Tual, y fue concelebrada por el patriarca emérito latino de Jerusalén, su beatitud Michel Sabbah, y el nuncio apostólico en Israel, Mons. Giuseppe Lazzarotto. La misa tuvo lugar al aire libre, en el Monte del Precipicio, desde donde se divisaba a lo lejos la Basílica de la Anunciación. Al comienzo de la celebración, se leyó una carta del Papa Francisco, en la que, entre palabras de ánimo y agradecimiento a los cristianos de Tierra Santa y a los peregrinos, el pontífice decía que «la historia de nuestra fe encuentra su origen en esta tierra. Antes de que podamos comprender nuestra propia historia personal de fe y nuestra necesidad de la gracia de Dios, debemos volver al lugar y al tiempo en que Jesús caminó entre nosotros». Por su parte, los católicos de Tierra Santa ofrecieron un icono, que presidió el altar y que fue enviado
al Vaticano, como obsequio al Santo Padre, para que estuviera presente en la celebración que clausuró el Año de la Fe el domingo 24 de noviembre. En el icono está representada la escena de Jesús con Pedro junto al Mar de Galilea. El tema de la fe estuvo muy presente en la homilía del patriarca, que propuso a Abraham y a la Virgen María como modelos de fe para los cristianos, uno del Antiguo Testamento y otro del Nuevo. De María, además, subrayó el hecho de que fuese en esta misma tierra donde realizó ese gesto de fe y de confianza en Dios, al aceptar la voluntad del Señor, en la Anunciación. Durante la homilía también tuvo palabras de acogida y de agradecimiento a todos los fieles que se dieron cita en el Monte del Precipicio, algunos venidos de lejos. Y, por supuesto, hubo referencias a la problemática de los países vecinos, en concreto a la guerra de Siria y al sufrimiento que supone el elevado número de refugiados y desplazados que está ocasionando. Por último, el patriarca vino a decir que cada vez es más difícil confiar en los políticos e invitó a confiar más en Dios y a fiarse de Él.
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Videomensaje del Santo Padre: “La actividad habitual de las iglesias particulares tenga un carácter misionero” El santo padre Francisco envió un videomensaje con motivo de la peregrinación y encuentro “Nuestra Señora de Guadalupe, Estrella de la Nueva Evangelización en el Continente Americano”, organizado por el Año de la Fe y convocado por la Comisión Pontificia para América Latina, la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, los Caballeros de Colón y el Instituto Superior de Estudios Guadalupanos en el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, México, del 16 al 19 de noviembre pasado. Apartes del texto del videomensaje del Santo Padre:
Aparecida propone poner a la Iglesia en estado permanente de misión, realizar actos de índole misionera, sí, pero en el contexto más amplio de una misionariedad generalizada: que toda la actividad habitual de las iglesias particulares tenga un carácter misionero y esto en la certeza de que la salida misionera, más que una actividad entre otras es paradigma, es decir, es el paradigma de toda la acción pastoral. La intimidad de la Iglesia con Jesús es una intimidad itinerante, supone un salir de sí, un caminar y sembrar siempre de nuevo, siempre más allá. Vayamos a otra parte a predicar a las aldeas vecinas porque para eso he venido, decía el Señor. Es vital para la Iglesia no encerrarse, no sentirse ya satisfecha y segura con lo que ha logrado. Si sucediera esto, la Iglesia se enferma, se enferma de abundancia imaginaria, de abundancia superflua, se empacha y se debilita. Hay que salir de la propia comunidad y atreverse a llegar a las periferias existenciales que necesitan sentir la cercanía de Dios. Él no abandona a nadie y siempre muestra su ternura y su misericordia inagotables, pues esto es lo que hay que llevar a toda la gente. Un segundo punto: el objetivo de toda actividad pastoral siempre está orientado por el impulso misionero de llegar a todos, sin excluir a nadie y teniendo muy en cuenta las circunstancias de cada uno. Se ha de llegar a todos y compartir la alegría de haberse encontrado con Cristo. No se trata de ir como quien impone una nueva obligación, como quien se queda en el reproche o la queja ante lo que se considera imperfecto o insuficiente. La tarea evangelizadora supone mucha paciencia, mucha paciencia, cuida el trigo y no pierde la paz por la cizaña. Y también sabe presentar el mensaje cristiano de manera serena y gradual, con olor a Evangelio como lo hacía el Señor. (…) Tercero: quien conduce la pastoral en la Iglesia particular es el Obispo y lo hace como el pastor que conoce por nombre a sus ovejas, las guía con cercanía, con ternura, con paciencia, manifestando efectivamente la maternidad de la Iglesia y la misericordia de Dios. La
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actitud del verdadero pastor no es la del príncipe o la del mero funcionario atento principalmente a lo disciplinar, a lo reglamentario, a los mecanismos organizativos. Esto lleva siempre a una pastoral distante de la gente, incapaz de favorecer y lograr el encuentro con Jesucristo y el encuentro con los hermanos. (…) Cuarto: estas actitudes del Obispo han de calar muy hondo también en los demás agentes de pastoral, muy especialmente en los presbíteros. La tentación del clericalismo, que tanto daño hace a la Iglesia en América Latina, es un obstáculo para que se desarrolle la madurez y la responsabilidad cristiana de buena parte del laicado. El clericalismo entraña una postura auto-referencial, una postura de grupo, que empobrece la proyección hacia el encuentro del Señor, que nos hace discípulos, y hacia el encuentro con los hombres que esperan el anuncio. Por ello creo que es importante, urge, formar ministros capaces de projimidad, de encuentro, que sepan enardecer el corazón de la gente, caminar con ellos, entrar en diálogo con sus ilusiones y sus temores. Este trabajo los Obispos no lo pueden delegar. Han de asumirlo como algo fundamental para la vida de la Iglesia sin escatimar esfuerzos, atenciones y acompañamiento. Además, una formación de calidad requiere estructuras sólidas y duraderas, que preparen para afrontar los retos de nuestros días y poder llevar la luz del Evangelio a las diversas situaciones que encontrarán los presbíteros, los consagrados, las consagradas y los laicos en su acción pastoral. La cultura de hoy exige una formación seria, bien organizada, y yo me pregunto si tenemos la autocrítica suficiente como para evaluar los resultados de muy pequeños seminarios que carecen del personal formativo suficiente. Quiero dedicar unas palabras a la vida consagrada. La vida consagrada en la Iglesia es un fermento. Un fermento de lo que quiere el Señor, un fermento que hace crecer la Iglesia hacia la última manifestación de Jesucristo. Les pido a los consagrados y consagradas que sean fieles al carisma recibido, que en su servicio a la Santa Madre Iglesia jerárquica no desdibujen esa gracia que el espíritu Santo dio a sus fundadores y que la deben transmitir en toda su integridad.
ENCUENTRO “NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE, ESTRELLA DE LA NUEVA EVANGELIZACIÓN”
Plantean creación de una red de santuarios en torno a la devoción guadalupana Varias propuestas e iniciativas surgieron tras la realización de la Peregrinación y Encuentro “Nuestra Señora de Guadalupe, Estrella de la Nueva Evangelización”, evento que reunió a varios de los Obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos de América, del 16 al 19 de noviembre pasado en el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, México. Entre estas iniciativas, una propuesta planteada por el cardenal Marc Ouellet, presidente de la Pontificia Comisión para América Latina —dicasterio vaticano promotor del encuentro—, ha tomado gran fuerza: la creación de una red de santuarios en torno a la Basílica de Guadalupe, considerado uno de los principales Santuarios Marianos del continente americano. Con esta red, como planteó el Cardenal en una de sus intervenciones durante el evento, se animaría «el desarrollo espiritual de hombres y mujeres de hoy, que necesitan reflexionar acerca de su identidad y poder vivir su encuentro con Dios». En esta ocasión, el Cardenal también reiteró la idea de crear una red donde se lleve el mensaje de Guadalupe a los santuarios de América y, de esta manera, se fortalezca la pastoral de los Santuarios. La Iglesia en Estados Unidos «ha aprendido la lección»
Una de las conferencias más esperadas dentro del Encuentro fue la del arzobispo de Boston, el cardenal Sean Patrick O’Malley, quien hace una década tomó esta importante arquidiócesis . El cardenal O’Malley abordó los retos y oportunidades que presenta a la Iglesia el contexto actual; y tocó temas como el catolicismo cultural o heredado, el alejamiento de los jóvenes de toda experiencia religiosa, la necesidad de un nuevo ecumenismo, la situación del matrimonio y familia en un contexto de cambio, las migraciones y la riqueza y los retos que entraña ese «acontecimiento histórico» que es la migración, particularmente la hispana, que ha «configurado el rostro» del catolicismo en Estados Unidos. La primera parte de su exposición la dedicó el cardenal O’Malley a reflexionar sobre los retos y
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oportunidades que presenta a la Iglesia el contexto actual. Habló desde la experiencia estadounidense de la transición de un «catolicismo cultural al catolicismo intencional». El prelado señaló que en su país hace años 75 por ciento de los católicos iba a misa y como comunidad católica tenían sus propios hospitales, escuelas, medios de comunicación, clubes, organizaciones, entre otras, que dejaban ver un sentido de pertenencia a la Iglesia católica; sin embargo, hoy en día las cosas han cambiado, «por dejadez o por decisión personal, en la práctica muchos católicos se han alejado, con pocos remordimientos»; y muchos católicos que aún permanecen son «fríos, pasivos o indiferentes». El arzobispo de Boston aseguró que esta realidad es compartida con las iglesias protestantes tradicionales, las que han ido «reduciendo dramáticamente» su población, mientras que las comunidades eclesiales de talante evangélico y pentecostal están creciendo. «Esto —que podría parecer un problema— es en realidad una oportunidad para el diálogo ecuménico», señaló. Uno de los temas que abordó con «verdadera preocupación pastoral» el cardenal franciscano de Boston fue el de la protección de los menores en el ámbito de la Iglesia. Calificó la situación vivida en muchas diócesis de Estados Unidos y del mundo como una «gran tragedia espiritual» y comentó sobre la Carta de Protección a los Menores, que el episcopado estadounidense ha adoptado como compromiso ante la sociedad. Sobre el importantísimo tema de la migración, que afecta a todo el Continente, especialmente a Centroamérica y a Norteamérica, el cardenal O’Malley señaló que la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) está plenamente comprometida en vías de impulsar una reforma migratoria integral que beneficie a tantos migrantes, particularmente a los hispanos, quienes «son una verdadera riqueza para la Iglesia, porque llevan consigo la fe».
PAPA FRANCISCO
EL ESPÍRITU DE LA REFORMA EN LA IGLESIA
El Papa Francisco presidió la tradicional audiencia con la Curia Romana el pasado 21 de diciembre, con ocasión de los saludos navideños. Después del saludo del cardenal Sodano, el Santo Padre pronunció un discurso del cual reproducimos apartes: Agradezco de corazón las palabras del cardenal decano (…) y el tradicional encuentro con ustedes, Superiores y Oficiales de la Curia Romana, que colaboran cotidianamente en el servicio a la Iglesia (…) Y, en esta primera Navidad como Obispo de Roma, siento la necesidad de decirles a ustedes un efusivo «gracias»: a todos como comunidad de trabajo y a cada uno personalmente. Gracias por su servicio cotidiano: por el celo, la diligencia, la creatividad; gracias por el esfuerzo, no siempre fácil, de colaborar en el trabajo, de escucharse y confrontarse, de valorar personalidades y cualidades diferentes en el respeto recíproco. (…) Así pues, un «gracias» especial, de corazón, a ustedes, queridos hermanos que dejan la Curia, sobre todo a los que han trabajado aquí durante muchos años y con tanta dedicación, en lo escondido. Esto es verdaderamente digno de admiración.
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Admiro mucho a estos monseñores que siguen el modelo de los antiguos curiales, personas ejemplares...Pero también hoy los tenemos. Personas que trabajan con competencia, con rigor, con abnegación, desempeñando con esmero sus tareas de cada día.(…) De este modelo y este testimonio, tomo las características del oficial de la Curia y, más aún, del Superior que me gustaría destacar: la profesionalidad y el servicio. La profesionalidad, que significa competencia, estudio, actualización...(…) En la Curia Romana se aprende, «se respira» de un modo especial precisamente esta doble dimensión de la Iglesia, esta compenetración entre lo universal y lo particular; y me parece que ésta es una de las más bellas experiencias de quien vive y trabaja en Roma: «sentir» la Iglesia de esta manera. (…) Quiero decir aquí, que en la curia romana hubo y hay santos, y lo he dicho públicamente más de una vez, para agradecer al Señor. Santidad significa vida inmersa en el Espíritu, apertura del corazón a Dios, oración constante, humildad profunda, caridad fraterna en las relaciones con los colegas. También significa apostolado, servicio pastoral discreto, fiel, ejercido con celo en contacto directo con el Pueblo de Dios. Esto es indispensable para un sacerdote. La santidad en la Curia significa también hacer objeción de conciencia a las habladurías. Sí, objeción de conciencia a las habladurías. El valor de la objeción de conciencia, y con razón, pero tal vez deberíamos ejercerla también para oponernos a una ley no escrita de nuestros ambientes, que por desgracia es la de la habladuría. Hagamos todos objeción de conciencia; y —fíjense ustedes— no lo digo sólo desde un punto de vista moral. La habladuría daña la calidad de las personas, del trabajo y del ambiente.(…) Nos puede venir bien meditar sobre el papel de san José, tan callado y tan necesario al lado de la Virgen María. Pensemos en él, en su preocupación por su esposa y por el Niño. Esto nos dice mucho sobre nuestro servicio a la Iglesia. Por tanto, vivamos esta Navidad muy unidos espiritualmente a san José. Esto nos hará bien a todos. Les agradezco mucho su trabajo, y sobre todo sus oraciones.
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EN EL Á M BITO DE
HUM A NITAS XVIII ANIVERSARIO
REVISTA HUMANITAS
Aspectos de la liturgia celebrada en la Nunciatura Apostólica por el décimo octavo aniversario de revista Humanitas.
El 19 de noviembre pasado se celebró una solemne misa conmemorativa en los jardines de la Nunciatura Apostólica de Santiago de Chile, con ocasión del decimoctavo aniversario de la fundación de HUMANITAS, Revista de Antropología y Cultura Cristianas de la Pontificia Universidad Católica de Chile. La celebración del nuevo aniversario de esta revista, estuvo presidida por el Nuncio Apostólico, monseñor Ivo Scapolo, a quien acompañaron otros ocho celebrantes. Se encontraban también presentes el cardenal Jorge Medina Estévez y el obispo de San Felipe, mons. Cristián Contreras Molina.
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Ignacio Sánchez, Rector de la PUC y Jaime Antúnez, Director de Humanitas, intercambian saludos durante la Misa.
La ceremonia, que contó con la participación del Coro de la Pontificia Universidad Católica de Chile, tuvo como finalidad dar gracias a Dios por los dieciocho años de labores de Revista HUMANITAS, encomendando sus tareas a futuro, y por todos los dones recibidos durante el Año de la Fe. En partes de su homilía monseñor Scapolo, expresó: “Deseo manifestar viva satisfacción por el hecho de estar con ustedes aquí, en esta Nunciatura Apostólica, que es la casa del Papa, para compartir el Pan de la Palabra y el Pan Eucarístico al conmemorarse el decimoctavo aniversario de la Revista HUMANITAS.
Mauricio Larraín, Carolina Errázuriz, Rosario Montero de Cauas y Jorge Cauas.
Bernardo Domínguez, Director de DUOC, Bernardo Errázuriz y el rector de la PUC Ignacio Sánchez.
Javier Villanueva, Carmen Domínguez y José L.Cea. Ivo Scapolo, Nuncio Apostólico y Jaime Antúnez.
Jaime Antúnez, Paula Soza, Martita Irarrázaval y Juan Eduardo Ortúzar.
“En mi calidad de Representante del Papa Francisco en Chile aprovecho de este momento para manifestar vivo aprecio por cada uno de ustedes que se han hecho presentes en esta ocasión y, sobre todo, por lo que, gracias a vuestra colaboración, la revista HUMANITAS en sus dieciocho años de existencia ha significado y aportado para la difusión del pensamiento cristiano en nuestra sociedad. “La Palabra de Dios de este día es particularmente rica y nos ayuda a entender mejor el sentido de este nuestro encuentro. Hemos escuchado, en la primera lectura —tomada del Segundo libro de los Macabeos— la narración de los últimos momentos de vida de Eleazar y
Juan de Dios Vial Larraín y Rafael Vicuña.
de cómo prefiere morir antes de traicionar su fe. “Eleazar es un hombre “de edad muy avanzada”, “maestro de la Ley”, lleno de amor por su Dios y por su Pueblo. Le es impuesto traicionar las leyes sagradas de Dios para obedecer al rey. Hay quienes buscan salvarlo, proponiéndole fingir frente al rey. Para ellos valía más la vida de un hombre que el cumplimiento de una regla de culto. “Eleazar escoge decididamente. Él teme más a Dios que a los hombres. Pero no es solo esto lo que guía su decisión. No solo no traicionará su fe, sino que también rehúye fingir y disimular. Y lo hace por varios motivos: porque no soporta la idea de concluir
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EN EL Á M BITO DE
HUM A NITAS
su vida con una ficción; porque la fe, la integridad y la lealtad han caracterizado sus largos años de vida, y quiere también que ellas caractericen el final de su existencia terrena; además desea dejar ‘a los jóvenes un noble ejemplo, al morir con entusiasmo y generosidad por las venerables y santas leyes’. “Teniendo en consideración la especial celebración que estamos viviendo, al contemplar el personaje de Eleazar, no puedo no pensar en otro hombre avanzado en años, sabio y lleno de fe, que ha caracterizado con sus gestos el comienzo de este año. Me estoy refiriendo al Papa emérito Benedicto XVI y a su testimonio, escrito con gran humildad y fortaleza, sabiduría y valentía. Sus últimas semanas como Pastor supremo de la Iglesia han sido una parábola que todo el mundo ha comentado y que ha despertado un genuino interés por la Iglesia, abriendo el camino a un nuevo Obispo de Roma, el Papa Francisco. También es imposible dejar de pensar en el beato Papa Juan XXIII, no solo por su edad, sino porque no tuvo temor de abrir las puertas y ventanas de la Iglesia para que entrara libremente el Espíritu Santo con la abundancia de sus dones. Y por qué no pensar también al beato Papa Juan Pablo II, el gran evangelizador de nuestros tiempos, que hasta los últimos días de su vida, a pesar de las limitaciones de la edad y de la enfermedad, continuó dando ejemplo de fe y esperanza. “El testimonio heroico de Eleazar, dado hace varios siglos, como también el ejemplo de los últimos Pontífices constituye para todos nosotros un estímulo a vivir con coherencia y generosidad, con pasión y sentido de responsabilidad, nuestra misión a colaborar en la difusión del Reino de Dios.
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“Otro motivo de reflexión apropiado para esta celebración es ofrecido por la página del Evangelio de hoy. Nos presenta la búsqueda de un hombre (Zaqueo) que quiere ver a Jesús y busca vencer los obstáculos que le impiden alcanzar este deseo. (…) “Gracias a un instrumento como un árbol Zaqueo se ha encontrado con Jesús y su vida ha sido transformada. El árbol ha sido un instrumento, un instrumento precioso. Me permito por lo tanto usar la imagen del árbol que ha servido a Zaqueo para recordar los múltiples instrumentos que el Señor pone a nuestra disposición para difundir su Reino y ayudar a las personas a encontrarse con Él. “Uno de estos instrumentos es también la revista HUMANITAS. Desde hace 18 años, esta revista es un instrumento precioso al servicio de la comunidad universitaria y de la opinión pública en general. Como un hermoso árbol, HUMANITAS, en estos años, ha venido ofreciendo un lugar de encuentro y de profundización del pensamiento cristiano. Un instrumento para elevarse, para poder ver más lejos y mejor. Un instrumento que ha permitido a muchas personas escuchar la voz de Jesús que interpela, que quiere entrar en el corazón, que quiere cambiar y renovar la vida de las personas. (…) “¿Pero dónde podemos encontrar la fuerza y la motivación necesarias para ofrecer ese servicio de calidad y ese valiente testimonio? Como nos ha recordado muchas veces el Papa Benedicto XVI y el Papa Francisco, tal fuerza y determinación nos vienen de una auténtica experiencia de fe, de encuentro personal con Cristo. (…) “La Virgen María, a los pies de la cual nos hemos reunido hoy para celebrar esta Eucaristía, nos ayude a recorrer este camino de conversión, de evangelización y de santificación.”
Carta del Prefecto de la Congregación para la Educación Católica Prof. Jaime Antúnez Aldunate Director Revista Humanitas Estimado Profesor, Le agradezco por los números 71 y 72 de la Revista Humanitas, en la cual ha sido publicada mi conferencia «La Caridad Intelectual» (N. 72, 818-829). Sobre todo quisiera expresarle mis más sinceras felicitaciones por la redacción de la Revista Humanitas, dirigida por Usted, rica de estudios y de actualidad teológicoeclesiales. Igualmente, lo felicito por el excelente diseño e impresión. Con cordiales saludos y con mis mejores augurios de Feliz Navidad y de año nuevo, quedo de Usted, con afecto Card. Zenon Grocholewski 18 XII 2013
XI Conferencias Marianas Santa María Virgen en los Santos DÉ CI M A S
C ON F ER E NCI A S
M A R I A NA S
Cr isti a na s
Santa María Virgen en los Santos
Cult ur a
“Este misterio divino de salvación se nos revela y continúa en la Iglesia, a la que el Señor constituyó como su Cuerpo; y en ella los fieles, que están unidos a Cristo, su Cabeza, en comunión con todos sus santos, deben también venerar la memoria en primer lugar, de la gloriosa siempre Virgen María, Madre de Dios y nuestro Señor Jesucristo”
R E V ISTA
DE
A ntropologí a
y
(Constitución LUMEN GENTIUM, del Concilio Vaticano II, n.52)
1.
San Cirilo de Alejandría y San Germán de Constantinopla Lunes 4 noviembre, 19 hrs.
2.
San Bernardo de Claraval y San Anselmo de Canterbury Lunes 11 noviembre, 19 hrs.
3.
Santo Tomás de Aquino y San Buenaventura Lunes 18 noviembre, 19 hrs.
4.
San Luis María Grignon de Monfort y Santa Teresita del Niño Jesús
Lunes 25 noviembre, 19 hrs. 5.
Beatos Papas Juan XXIII y Juan Pablo II Lunes 2 diciembre, 19 hrs.
www.humanitas.cl
EXPOSITOR
Antonio Amado, profesor de Metafísica de la Universidad de los Andes. Miembro del Consejo de Consultores y Colaboradores de Revista HUMANITAS. Lugar: Colegio Francisco de Asís. Cerro Catedral Norte 12.150, Las Condes. Precio general: $28.000 (incluye suscripción anual a revista HUMANITAS) Precio estudiantes: $ 18.000 INFORMACIONES E INSCRIPCIONES
Revista Humanitas Centro de Extensión, Pontificia Universidad Católica. Alameda 390, tercer piso. Teléfono: 2686 6519
humanitas@uc.cl
Por undécimo año consecutivo se realizó un nuevo ciclo de Conferencias Marianas, organizado por revista HUMANITAS, y presentado en el colegio Francisco de Asís. En esta oportunidad el tema desarrollado tuvo por título Santa María Virgen en los Santos. El ciclo se prolongó por todo el mes de noviembre y las cinco sesiones tuvieron como expositor al profesor Antonio Amado, profesor titular de Metafísica de la Universidad de los Andes y miembro del Consejo de Consultores y Colaboradores de revista HUMANITAS. Los ejes del ciclo de conferencias fueron: San Cirilo de Alejandría y San Germán de Constantinopla; San Bernardo de Claraval y San Anselmo de Canterbury; Santo Tomás de Aquino y San Buenaventura; San Luis María Grignon de Monfort y Santa Teresita del Niño Jesús; Beatos Papas Juan XXIII y Juan Pablo II.
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PLAZA ESPAÑA
LA ORACIÓN DEL PAPA FRANCISCO A LOS PIES DE LA INMACULADA
El Papa Francisco realizó el 8 de diciembre pasado por primera vez la tradicional ceremonia romana de veneración de la Virgen Inmaculada en la columna de Plaza de España. En la céntrica plaza romana, a la que llegó con adelanto sobre el horario previsto, el Pontífice se detuvo ante un grupo de enfermos para abrazarlos y acariciarlos. El Coro Pontificio de la Capilla Sixtina cantó las letanías lauretanas mientras las flores del santo padre eran depositadas a los pies de la columna. Luego comenzó el tradicional acto de veneración bajo el monumento a la Inmaculada Concepción de María. Durante el homenaje el Pontífice pronunció la siguiente oración: Virgen Santa e Inmaculada, a Ti, que eres el honor de nuestro pueblo y la guardiana atenta que cuida de nuestra ciudad, nos dirigimos con confianza y amor. ¡Tú eres la Toda Hermosa, oh María ! El pecado no está en Ti. Suscita en todos nosotros un renovado deseo de santidad: en nuestra palabra brille el esplendor de la verdad, en nuestras obras resuene el canto de la caridad, en nuestro cuerpo y en nuestro corazón habiten la pureza y la castidad, en nuestra vida se haga presente toda la belleza del Evangelio. ¡Tú eres la Toda Hermosa, oh María! La Palabra de Dios se hizo carne en Ti. Ayúdanos a mantenernos en la escucha atenta de la voz del Señor: el grito de los pobres nunca nos deje indiferentes, el sufrimiento de los enfermos y los necesitados no nos encuentre distraídos, la soledad de los ancianos y la fragilidad de los niños nos conmuevan, toda vida humana sea siempre amada y venerada por todos nosotros. ¡Tú eres la Toda Hermosa, oh María! En ti está el gozo pleno de la vida bienaventurada con Dios. Haz que no perdamos el sentido de nuestro camino terrenal: la suave luz de la fe ilumine nuestros días, la fuerza consoladora de la esperanza dirija nuestros pasos, el calor contagioso del amor anime nuestro corazón, los ojos de todos nosotros permanezcan fijos, allí, en Dios, donde está la verdadera alegría. ¡Tú eres la Toda Hermosa, oh María! Escucha nuestra oración, atiende nuestra súplica: sé Tú en nosotros la belleza del amor misericordioso de Dios en Jesús, que esta belleza divina nos salve a nosotros, a nuestra ciudad, al mundo entero. Amén.
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Recomposición
Son tiempos propicios para la recomposición de la derecha. No solo debe terminar el triste espectáculo de autodemolición a que nos tiene acostumbrados; queda pendiente también todo un ideario que recomponer y con el cual entusiasmar a gran parte del país. Pero ello pasa por rectificar errores que han carcomido el alma del sector durante las últimas décadas. Señalo solo dos: i) La sustitución de los ideales que tienen “calor humano” (entre ellos, la percepción socialcristiana) por la fe exclusiva en el frío y árido racionalismo economicista, de donde nace esa ambición demiúrgica de reconstruir el país a partir de sus solos fundamentos utilitarios e individualistas. Hay que convencerse de que este ideario —si es que así puede llamársele— no tiene más futuro que la antigua ambición comunista de moldear al hombre nuevo por los decretos arbitrarios del partido, como recuerda el filósofo francés Pascal Bruckner. Es preciso dejar abierto el sistema de valores de la derecha, de manera que la emergencia de los valores económicos no suponga la derrota del resto. ii) El apego, por activa o por pasiva, a la operatividad de la economía “totalitaria”, lo que ocasiona que los dirigentes de la derecha no tengan un discurso coherente y creíble frente a la tendencia de la nueva economía de convertir todos los aspectos de nuestra existencia en algo que se compra y se vende. Las clases medias, que ven cómo se colonizan aspectos cada vez más amplios de su vida para transformarlos en relaciones comerciales que ellas mismas deben financiar o a cuya lógica deben someterse implacablemente, están a la espera de compensaciones sociales que la derecha chilena, y no el socialismo, debiera ofrecerles. Sabemos que este último, plagado de utopías, cuando es coherente con ellas, lo desarma todo. Nuestra derecha debe repensar el papel que les cabe a la economía y al mercado en el futuro de Chile. Y debe hacerlo en serio. La lógica del exceso, del modelo anglosajón que tanto ha seguido, hoy ya no se sustenta. Es hora de renovarse. De optar por una economía social de mercado, como lo hizo hace décadas la derecha europea, de modo de insertar el desarrollo económico dentro de un orden más humano. No existe otra alternativa frente a la izquierda latinoamericana. JULIO ALVEAR TÉLLEZ *Artículo publicado originalmente en EL Mercurio, 20.XII.2013.
Pontificio Consejo para la promoción de la unidad de los cristianos Cardenal Koch visita San Petesburgo y Moscú
El presidente del Pontificio Consejo para la promoción de la unidad de los cristianos, el cardenal Kurt Koch, visitó en diciembre pasado, la Federación Rusa —San Petesburgo y Moscú— para reunirse con varios representantes de la Iglesia ortodoxa y de la Iglesia católica. El cardenal fue recibido por el patriarca Kirill de Moscú y de toda Rusia y se reunió también con el con metropolita Hilarion, presidente del departamento para las Relaciones Eclesiásticas Externas del patriarcado de Moscú. El metropolita, en una reciente visita a Roma, fue recibido por el santo padre el pasado 12 de noviembre. En san Petesburgo, el cardenal dió una conferencia sobre el progreso del diálogo católico-ortodoxo en la Academia de teología de la ciudad. Además visitó el monasterio de la Lavra Alexander Nevsky, que festejará este año su tercer centenario. Durante su visita a Rusia, el cardenal Koch —por invitación del arzobispo Paolo Pezzi, ordinario de la arquidiócesis católica de la Madre de Dios en Moscú— presidió las celebraciones del jubileo de la basílica de Santa Caterian de Alejandría en San Petesburgo y se reunió con el clero católico en el marco de los encuentros pastorales dedicados al Concilio Vaticano II y al diálogo ecuménico.
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Francia Le Monde elige al papa Francisco personalidad del año 2013
El diario francés Le Monde ha elegido el pasado diciembre, al papa Francisco como personalidad del año 2013, y ha escogido para ilustrar su portada una de las tazas con su rostro que se venden en los alrededores del Vaticano. El suplemento semanal del vespertino ha destacado que a estas alturas «no es absurdo hablar de ‘papamanía’», y ha elogiado el mensaje de modernidad que encarna el pontífice argentino. «Entre los creyentes, está sin duda la alegría de recuperar los orígenes del mensaje cristiano. (...) Los otros están seducidos por algo que se parece a la modernidad, al menos en el discurso», ha señalado Le Monde al explicar su decisión. Según este rotativo francés, Francisco, que ha llevado al Vaticano «un nuevo estilo», el de la simplicidad y la entrega, supone igualmente «una suerte de esperanza», la de pensar que «es posible que una institución se reforme y cambie, y que su representante encarne ese mensaje».
El santo padre se ha impuesto como personaje del año tanto entre la redacción del diario como entre quienes le han escogido a través de internet, y ha superado con sus votos al ex analista de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), Edward Snowden, y a la ministra gala de Justicia, Christiane Taubira. El pontífice ha sido escogido también persona del año el pasado 11 de diciembre por la revista Time, que le denominó «el Papa del Pueblo», y destacó sus esfuerzos por modernizar la Iglesia Católica desde el momento en que fue elegido, en marzo pasado.
H 166
Entrega del “Premio Ratzinger” 2013 Benedicto XVI y el don de Jesús de Nazaret
EL Premio Ratzinger, que llegó a su tercera edición, fue entregado por el Papa Francisco al reverendo Richard A. Burridge y a Christian Schaller el 26 de octubre pasado en la sala Clementina del palacio apostólico. El cardenal Camillo Ruini, presidente del Comité científico de la Fundación vaticana Joseph Ratzinger-Benedicto XVI, presentó en esa ocasión un breve perfil de los premiados. “El primero de ellos es el biblista inglés profesor Richard Burridge, decano del King’s College de Londres y ministro de la Comunión anglicana, el primer cristiano no católico a quien se le confiere el Premio Ratzinger”, recordó. El segundo premiado fue el teólogo alemán Christian Schaller, laico, docente de teología dogmática y vicedirector del Instituto Papa Benedicto XVI de Ratisbona. Nacido en Múnich en 1967, Schaller, recordó Ruini, obtuvo el premio “no solo por su aportación a los estudios teológicos, sino también como reconocimiento por el papel que está desempeñando en la publicación de la “Opera omnia” de Joseph Ratzinger. Discurso del Santo Padre con ocasión de la ceremonia: Queridos hermanos y hermanas:
Os doy las gracias y me alegra encontrarme con vosotros, sobre todo como signo de nuestro reconocimiento y de nuestro gran afecto hacia el Papa emérito Benedicto XVI. Desearía compartir con vosotros una reflexión que me surge espontánea cuando pienso en el don verdaderamente singular que él hizo a la Iglesia con los libros sobre Jesús de Nazaret.
Recuerdo que cuando salió el primer tomo, algunos decían: pero, ¿qué es esto? Un Papa no escribe libros de teología, escribe encíclicas… Ciertamente el Papa Benedicto se había planteado esta cuestión, pero también en ese caso, como siempre, él siguió la voz del Señor en su conciencia iluminada. Con esos libros él no hizo magisterio en sentido propio, y no hizo un estudio académico. Él hizo un regalo a la Iglesia,
y a todos los hombres, de lo más valioso que tenía: su conocimiento de Jesús, fruto de años y años de estudio, de confrontación teológica y de oración. Porque Benedicto XVI hacía teología de rodillas, y todos lo sabemos. Y esta la puso a disposición de la forma más accesible. Nadie puede medir cuánto bien ha hecho con este don. ¡Solo el Señor lo sabe! Pero todos nosotros tenemos una cierta percepción de ello, por haber escuchado a muchas personas que gracias a los libros sobre Jesús de Nazaret alimentaron su fe, la profundizaron o, incluso, se acercaron por primera vez a Cristo de forma adulta, conjugando las exigencias de la razón con la búsqueda del rostro de Dios. Al mismo tiempo, la obra de Benedicto XVI ha
estimulado una nueva época de estudios sobre los Evangelios entre historia y cristología, y en
este ámbito se sitúa también vuestro Simposio, por el cual me congratulo con los organizadores y relatores. Felicitaciones especiales dirijo al reverendo profesor Richard Burridge y al profesor Christian Schaller, a quienes ha sido asignado este año el Premio Ratzinger. En nombre también de mi amado Predecesor —con quien he estado hace tres o cuatro días— os expreso vivas felicitaciones: que el Señor os bendiga siempre a vosotros y vuestro trabajo al servicio de su Reino. Que os bendiga a todos vosotros, queridos amigos, y a vuestros seres queridos. ¡Gracias!
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LOS NUEVOS PAGANOS Y LA IGLESIA La Iglesia se ha convertido en una comunidad de paganos, que han dejado de creer. Los cristianos han perdido la conciencia sobre la exigencia de la misión... Es el diagnóstico que hacía el profesor Joseph Ratzinger, en 1958, pocos años antes de la apertura del Concilio. La conferencia llevaba por título “Los nuevos paganos y la Iglesia”, y fue publicada por la revista Hochland, en octubre de ese año. La agencia austríaca Kath.net recupera aquel texto, muy útil para comprender por qué el Papa emérito Benedicto XVI convocó en octubre de 2012 a un Año de la Fe. Ofrecemos un fragmento:
El rostro de la Iglesia en los tiem-
pos modernos está conformado por el surgimiento de una forma completamente nueva de Iglesia de los paganos, y todavía lo será más en el futuro: no como antes, una Iglesia de paganos convertidos en cristianos, sino una Iglesia de paganos que todavía se llaman a sí mismos cristianos. El paganismo está presente hoy en la Iglesia misma, y este es el signo tanto de la Iglesia de nuestros días como del nuevo paganismo. El hombre de
hoy, por tanto, puede presuponer como algo normal la incredulidad del vecino. En la fotografía, tomada en Freising, lección magistral del joven profesor de Teología Joseph Ratzinger
El surgimiento de la Iglesia se basó en la decisión espiritual del individuo de abrazar la fe, en un acto de conversión. Si, en un principio, se había esperado la construcción de una comunidad de santos aquí en la tierra a partir de esos conversos, una Iglesia sin mancha ni arruga, hubo que resignarse a la evidencia de que, a pesar de su conversión, el cristiano tiene que afrontar fuertes luchas, y sigue siendo un pecador, capaz incluso de cometer los peores delitos. Pero aunque el cristiano no sea un consumado de la moral perfecta, y la comunión de los santos siempre se quede inconclusa, hay, sin embargo, un fundamento para la comunidad. La Iglesia es una comunidad de
creyentes, de hombres que han tomado una determinada decisión espiritual, y, con ello, se diferencian de aquellos que se niegan a tomar esta decisión. Ya en la
época medieval comenzó a cambiar esto, en el sentido de que la Iglesia y el mundo se hicieron básicamente idénticos, por lo que el cristianismo ya no era fruto de una decisión propia, sino una realidad político-cultural dada. Hoy permanece la cubierta exterior de la Iglesia, mientras que ha disminuido la convicción personal, el deseo de pertenecer a la Iglesia, en la que se deposita una gracia divina especial, una realidad
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trascendente de la salvación. Por ello, es comprensible que hoy se plantee a menudo con fuerza la cuestión de si la Iglesia no debe ser nuevamente transformada en una comunidad de creencias, para devolverle su aplomo. Esto significaría renunciar a posiciones mundanas, cada vez más peligrosas, porque se interponen en el camino a la verdad.
A la larga, no se le ahorrará a la Iglesia tener que despojarse, pieza a pieza, de elementos mundanos y apariencias, para evitar diluirse con el mundo, y volver a ser lo que es: una comunidad de creyentes. De hecho, su fuerza misionera por esas pérdidas externas
solo puede crecer. Solo si empieza a representar de nuevo lo que es, podrá llegar al oído de los nuevos paganos, que hasta ahora pueden vivir con la ilusión de que no lo son. A los cristianos de hoy les resulta impensable que el cristianismo, más concretamente la Iglesia católica, debe ser el único camino de salvación. Con ello, se ha convertido en cuestionable el carácter absoluto de la Iglesia y, por lo tanto, la exigencia de la misión. No podemos creer que el hombre que vemos junto a nosotros, que es un ser humano espléndido, servicial y bueno, vaya a ir al infierno solo por no ser católico practicante. La idea de que todos los hombres buenos se salvan es ahora, para el cristiano normal, tan evidente como antes lo era la convicción de lo contrario. El creyente se pre-
gunta entonces un poco confuso: ¿Por qué lo tienen tan fácil los de afuera, cuando a nosotros se nos ponen las cosas tan difíciles? Se llega allí a percibir la fe como una carga, no como gracia. Trato de responder a estos cristianos que solo hay un camino de salvación, Cristo, que concierne al mundo entero, a los muchos (es decir, a todos), pero, al mismo tiempo, Él dejó claro que su lugar es la Iglesia… Pero Dios no divide a la Humanidad entre los pocos y los
muchos, para arrojar a estos a la fosa de desechos, y para salvar a aquellos, sino que se sirve de los pocos como el punto de equilibrio de Arquímedes para elevar a los muchos hacia Él. Ambos tienen su camino de la salvación, que es diferente, sin romperse la unidad del camino. Uno puede entender
esto solo cuando comprende que la salvación del hombre reside en el hecho de que es amado por Dios, que su vida al final se encuentra en los brazos del amor infinito. Sin ello, queda vacío todo lo demás. En contraposición a Cristo, todos somos indignos de salvación, ya seamos cristianos o no cristianos, creyentes o no creyentes, personas morales o inmorales. Nadie merece la salvación, salvo Cristo. Pero justamente aquí se produce un maravilloso intercambio. A la Humanidad entera le corresponde
la reprobación; a Cristo, únicamente, la salvación, pero en un intercambio sagrado sucede lo contrario: Él toma sobre sí todo el mal y deja así libre para todos nosotros el lugar de salvación. La cuestión de la salvación del hombre se plantea de forma errónea cuando se aborda desde abajo, como una cuestión de cómo las personas se justifican. La salvación del hombre no es cuestión
de auto-justificación, sino una justificación por la gracia gratuita de Dios. Se trata de ver las cosas desde arriba. No hay dos maneras en que las personas se justifican, sino dos maneras
en que Dios las escoge, y estos dos modos de elección por parte de Dios son un camino de salvación de Dios en Cristo y en su Iglesia, que se asienta en la relación de los pocos y los muchos, y la misión encomendada a los pocos de representación vicaria y extensión del propio Cristo.
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Presentan edición en español ‘Homilías de la mañana’ del Papa Francisco
Romana Editorial, junto a la Libreria Editrice Vaticana, ha editado en español el libro ‘Homilías de la mañana’, que recoge los mensajes transmitidos por el Papa Francisco durante su misa privada en la capilla de la Casa Santa Marta, su actual residencia. La obra fue presentada el 2 de noviembre pasado por su prologuista, el cardenal Carlos Amigo Vallejo, en la sede de la Universidad Pontificia de Comillas de Madrid. Durante su intervención, el cardenal Amigo destacó que con sus palabras el pontífice “cautiva enseguida” y, sobre todo, “provoca el deseo de conversión”. En sus homilías, ha insistido, el Santo Padre va ofreciendo “la luz que necesita el cristiano para llenarse del amor de Dios en la vida diaria”. “El Papa siempre sorprende”, ha reconocido el purpurado, porque tiene un estilo característico “directo, inmediato, amable y fuerte en la verdad”. Al ser preguntado por ZENIT sobre si estas homilías deben considerarse como magisterio pontificio, el cardenal Carlos Amigo ha afirmado en modo rotundo: “El Papa es siempre maestro”. Sus prédicas son “como una tertulia en la mañana en la que el Papa habla de Dios y de las cosas de Dios”. Y ha concluido, la Casa Santa Marta “ha pasado de ser una simple aunque selecta hospedería, a un necesario espacio de vida y magisterio del Papa Francisco”.
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Por su parte, la presidenta de Romana Editorial, Carmen Magallón Dueñas, señaló que las homilías que se recogen en esta obra —la quinta de la editorial, que colecciona el magisterio de Francisco— son “conversaciones familiares que tocan el corazón”, que pueden servir como “un manual de vida espiritual para cada día”, y ha apuntado alguno de los titulares novedosos que da el Santo Padre en ellas como que ‘la Iglesia no es una baby-sitter’. Finalmente, el sacerdote jesuita Gabino Uríbarri, decano de la Facultad de Teología de Comillas, afirmó que las ‘Homilías de la mañana’ del Papa Francisco en la Capilla de la Casa Santa Marta son una de las grandes novedades de este pontificado. En este primer volumen, se recogen los sermones pronunciados por el Santo Padre del 22 de marzo al 6 de julio. Para el autor de la introducción del libro, el teólogo Inos Biffi, se trata de un estilo original, el propio de “jugosas conversaciones familiares”, sencillo, alegre y lleno de metáforas “capaces de involucrar a los que escuchan”. Biffi subraya también la facilidad de Francisco para hablar de “las vicisitudes concretas” de la vida de los fieles. El Papa, en primera persona, usando el lenguaje del común de los cristianos.
El monasterio de Mar Musa, símbolo de lo que la presencia cristiana puede aportar en Siria
Uno de los lugares más significativos en sumarse a la convocatoria del Papa Francisco de ayuno y oración por la paz, realizada en septiembre pasado, fue el monasterio de Mar Musa el-Habashi —san Moisés de los abisinios—. Este lugar, en la región siria de Nebek, ha estado habitado por monjes cristianos, y consagrado a la oración, desde el siglo VI; aunque los últimos 300 años estuvo abandonado. Ahora, desde 1991, vive en él la comunidad Al-Khalil. Su nombre, amigo íntimo de Dios, es ya una declaración de intenciones: es el título honorífico del Patriarca Abraham, nexo con los musulmanes. Un espacio para todos Esta comunidad, formada por una decena de monjes y monjas de varios países, tiene como carisma la búsqueda de la armonía entre Islam y cristianismo, sobre todo a través de la hospitalidad. «La comunidad de Al-Khalil —explica el padre Jens Petzold— quiere ser un espacio donde todos puedan encontrarse y hablar abiertamente de su visión del futuro y sus miedos». Antes de que estallara el conflicto sirio, «organizábamos talleres y seminarios sobre temas como el desarrollo económico, temas sociales y religiosos, música...» El ambiente de oración y convivencia atraía, al año, a unas 60.000 personas que, alimentadas en esta fuente, llevaban esa llamada a la armonía más allá de sus muros. Su labor llamó la atención de monseñor Louis Sako, entonces arzobispo de Kirkuk (Irak) y actual Patriarca de los caldeos. Él mismo se ha destacado por la labor de construcción de puentes entre árabes y kurdos, y ha promovido el diálogo entre líderes religiosos de distintas facciones musulmanas. Monseñor Sako pidió a la comunidad de Mar Musa que fundara una comunidad en Irak, Deir Mariyam al-Aadhra -Monasterio de la Virgen María-, que ya lleva dos años en funcionamiento. Mirando al futuro Pero el hecho de estar allí no les impide seguir estando muy cercanos a la dramática situación de Siria. El sacerdote calcula que el Kurdistán iraquí podría recibir, antes del Año Nuevo de 2013, 350.000 nuevos refugiados sirios. «Estamos intentando poner en contacto a diferentes organizaciones para que ayuden a los kurdos a lidiar con este gran desafío. Una de las principales preocupaciones es que haya suficientes plazas escolares para todos los niños que vendrán entre los refugiados». Mientras, sus hermanos en Siria han adaptado su labor a la nueva situación. El conflicto hace imposible la organización de encuentros, y las visitas al monasterio se han visto muy reducidas. Su segundo monasterio, Mar Elian —San Elías—, en Qariatayn, está implicado en la ayuda humanitaria. Alfa y Omega
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EL LIBERALISMO EN EL MAGISTERIO DE LOS ÚLTIMOS PAPAS
En la sociedad actual, todos dicen ser liberales, incluso aquellos que por su anterior tradición cultural y política han tenido escasa familiaridad con el liberalismo. Ciertos principios, desde la libertad de culto, individual y de conciencia hasta la libertad de palabra y de prensa; desde la libertad de asociación hasta el derecho de propiedad y de iniciativa individual; desde el derecho a gozar de los frutos de la productividad hasta el derecho a tener un proceso penal público sin interferencias políticas, están en sintonía con el cristianismo en tanto en cuanto son expresiones de la preeminencia de la persona. La oposición del cristianismo al liberalismo surge cuando este sostiene el carácter relativo y subjetivo de la verdad y de la ética por cuanto, se dice, únicamente en estas condiciones podría constituirse y operar el espíritu de tolerancia. Refiriéndose a esta filosofía, Benedicto XVI ha hablado de “liberalismo sin alma”, invitando a no confundir liberalismo con indiferencia ética, a no reducir el espíritu de tolerancia, premisa ético-política de todas las libertades, a instrumento de escepticismo práctico o expediente puramente oportunista. Es verdad que la tolerancia procede de los principios liberales; pero de esto no se desprende que no pueda existir verdadera tolerancia si no hay indiferencia ética. Pablo VI En la carta apostólica Octogesima adveniens, Pablo VI señala que la acción política es para el cristiano un modo de vivir su fe, es la fe al servicio de la sociedad. Así concebida, la acción política del cristiano no puede adherirse a aquellos sistemas ideológicos que se opongan radicalmente o en puntos sustanciales a la fe y a la concepción cristiana del hombre. Entre estos sistemas, el Papa sitúa la ideología liberal. Esta “cree exaltar la libertad individual sustrayéndola a toda limitación, estimulándola con la búsqueda exclusiva del interés y del poder, y considerando las solidaridades sociales como consecuencias más o menos automáticas de iniciativas individuales, y no ya como fin y motivo primario del valor de la organización social”1.
Las Bienaventuranzas Son los temas de las próximas JMJ hasta Cracovia 2016
Están tomados de las Bienaventuranzas evangélicas los temas elegidos por el Papa Francisco para las próximas tres ediciones de la Jornada mundial de la juventud, que culminarán en la celebración internacional en Cracovia (Polonia) del 25 de julio al 1 de agosto de 2016, con la participación del Sucesor de Pedro. Se trata de un itinerario de preparación espiritual de tres años que llevará a la cita en la patria de Juan Pablo II, el creador de las JMJ. En 2014, XXIX Jornada mundial de la juventud, el tema para la cita a nivel diocesano será «Bienaventu-
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Al adherirse a la ideología liberal y a su estrategia política y social, el cristiano podría estar en peligro de adherirse al carácter totalitario de la ideología, a veces sin darse cuenta e impulsado por un deseo generoso de servicio, y dejarse absorber por una mentalidad y una praxis que aspiran a liberar al hombre y más fácilmente terminan esclavizándolo2. Es un peligro latente, pero no puramente teórico; real, pero no inevitable. Citando un pasaje famoso de la encíclica Pacem in terris de Juan XXIII, Pablo VI indica el motivo de este peligro. Es preciso distinguir entre las ideologías basadas en los errores de las filosofías sobre la naturaleza, el origen y el destino del hombre y del universo, y los movimientos históricos, con sus fines económicos, sociales, políticos y culturales, que se inspiran en esas filosofías e ideologías, porque las teorías, una vez elaboradas, permanecen fijas definitivamente, mientras los movimientos históricos, aun cuando deban su origen a esas teorías, evolucionan en el curso del tiempo, experimentan el influjo del mismo y pueden además cambiar profundamente. Así, si bien la teoría era falsa y se rechazaba, los movimientos provenientes de la misma pueden ser aprobados por haber incorporado elementos positivos al desarrollarse3. Este proceso de renovación ha interesado también al liberalismo. Este se ha venido afirmando no solo en el plano económico, sino también como defensa del individuo contra las iniciativas más invasoras de las organizaciones y contra las tendencias totalitarias de los poderes políticos. El Papa elogia el afán liberal de defender la iniciativa personal cuando está moderado por la subsidiariedad y la solidaridad; pero advierte a los cristianos que no deben idealizar el liberalismo con tendencia a atribuir carácter absoluto a la autonomía del individuo en su actividad, en sus motivaciones y en el ejercicio de su libertad4. * Las partes correspondientes a los papas Juan Pablo II y Benedicto XVI se publicarán en la misma sección Panorama, en los siguientes números de HUMANITAS.
1 Octogesima adveniens (1971), n. 26. 2 Ver ibídem, n. 28. 3 Ver ibídem, n. 30. 4 Ver ibídem, n. 35.
rados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos» (Mt 5, 3); el año siguiente, con ocasión de la XXX edición, será «Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios» (Mt 5, 8). Por último, para la Jornada internacional de Cracovia 2016, será «Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia» (Mt 5, 7). En Río de Janeiro, durante la JMJ que presidió el pasado mes de julio, el Papa Francisco pidió a los jóvenes que volvieran a leer las Bienaventuranzas «con todo el corazón» para hacer de ellas un concreto programa
GIANDOMENICO MUCCI La Civilta Cattolica 3909
de vida: «¡Mira, lee las Bienaventuranzas que te van a venir bien!», había exhortado a los jóvenes argentinos reunidos en la catedral de San Sebastián de Río de Janeiro el pasado 25 de julio.
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“En el principio” Santa Sede estrena pabellón en la Bienal de Arte de Venecia
“La Creación se centra en la primera parte, cuando el acto creador toma forma, a través de la Palabra, en el soplo del Espíritu, generando la dimensión del tiempo y del espacio y de toda forma de vida, hasta el ser humano. La De-creación aborda la decisión del ser humano de contraponerse al proyecto original de Dios a través de formas de destrucción ética y material, como el pecado original o el primer homicidio, que nos llevan a reflexionar sobre la deshumanización del hombre. La violencia y la ausencia de armonía que esto conlleva dan un nuevo inicio a la historia humana, que se abre con el momento de castigo-purificación del Diluvio”. Por último, explicó el Cardenal, “la etapa del viaje, de la búsqueda y de la esperanza, representada en la Biblia por las figuras de Noé y su familia y más tarde de Abraham y su descendencia, lleva a esbozar una humanidad nueva y una creación renovada en que un cambio profundo restituye sentido y vitalidad al ser y al existir”.
La Santa Sede participó el 2013 por primera vez en la Bienal de Venecia (1 de junio, 24 de noviembre 2013) con un pabellón inspirado en el relato bíblico del Génesis, titulado “En el Principio”. El nombre fue elegido por el cardenal Gianfranco Ravasi, presidente del Pontificio Consejo para la Cultura, que siguiendo la línea de su dicasterio quiere incentivar el diálogo con la cultura contemporánea. Los primeros once capítulos del Génesis fueron la base del pabellón de la Santa Sede, que coordina el director de los Museos Vaticanos, Antonio Paolucci. A partir de tres núcleos temáticos, confiados a tres artistas diversos, se entra en el primer libro de la Biblia y se descubren los recorridos que parten de él: la Creación, la De-creación y la Re-creación. El cardenal Gianfranco Ravasi, señaló: “El arte contemporáneo está en el centro del interés del Pontificio Consejo para la Cultura porque constituye una de las expresiones más significativas de la cultura de estas décadas. El Génesis, tema del pabellón de la Santa Sede, es fundamental no solo para la cultura y la tradición de la Iglesia: ha inspirado también un sinfín de obras que jalonan la historia del arte”. “En particular, los once primeros capítulos hablan del misterio de los orígenes, de la entrada del mal en la historia y también de la esperanza y de los proyectos de los seres humanos después de la devastación representada simbólicamente por el diluvio. De ahí la individuación de los tres núcleos”.
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“El pintor de la Sixtina” Miguel Ángel ve en el cuerpo humano la exteriorización del alma
La pasión por los frescos de la Capilla Sixtina ha acompañado a María Ángeles Vitoria desde que llegó a Roma en 1974. “Siempre he visto en ellos una de las obras más eminentes de la civilización universal, y también un mensaje dirigido a la humanidad entera. Esas pinturas tienen un impacto comunicativo que va más allá de las pertenencias culturales”, comenta a ZENIT la profesora de la Facultad de Filosofía de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz en Roma al hablar de su libro “Miguel Ángel, el pintor de la Sixtina”.
Pero el libro no ha sido el producto final de una afición personal, afirma la autora. “La publicación surgió con motivo de la convocación del Año de la Fe por el Papa emérito Benedicto XVI. El cristianismo, que ha encontrado siempre en el arte una vía privilegiada de comunicación de la fe, tiene en Miguel Ángel uno de los artistas más elocuentes”, comenta. El libro no es una obra de carácter académico, sino dirigida al público en general. María Ángeles ha elegido un hilo conductor sencillo: “las visitas que he hecho a la Capilla Sixtina a lo largo de más de 30 años. Desde el comienzo invito al lector a considerarse un visitante más que se une al grupo, caminando desde la extensa fila que bordea la muralla vaticana hasta la entrada a los Museos, para atravesar después las espaciosas galerías que conducen a uno de los lugares más visitados del mundo”, explica la profesora. Por otro lado, María Ángeles comenta que “me atrevo a decir que el aspecto de novedad en el perfil biográfico está en el intento de mostrar al público en general a Miguel Ángel desde dentro, en buena parte a través de sus Cartas y Rimas. Frecuentemente se admira su virtuosismo, su capacidad para lograr escorzos difíciles, las líneas delicadas y, a la vez, vigorosas de sus esculturas. Suele quedar más en penumbra que este artista era un hombre de profundas convicciones cristianas, de gran corazón, magnánimo”. De la Capilla Sixtina, la autora destaca “su valencia antropológica y teológica”. Miguel Ángel “ve en el cuerpo humano la exteriorización del alma. El gesto es portador de significado, expresión de interioridad”. Pero hay más todavía. Puesto que el Verbo —la Segunda Persona de la Santísima Trinidad— “se ha encarnado, se ha hecho visible en la carne, Cristo es la epifanía de Dios. Los gestos de Jesús, su mirada, su actitud de compasión, su inclinarse hacia los niños y enfermos, el llorar la muerte del amigo, son gestos en los que encontramos inmediatamente a Dios. Miguel Ángel ha tenido la audacia de mostrarnos que retratando al hombre, hecho a imagen y semejanza de Dios, retratamos algo de Dios mismo”. Unión Europea Casi dos millones de firmas para frenar la destrucción de embriones humanos
El proceso de recogida de firmas para la Iniciativa Ciudadana Europea ‘Uno de nosotros’ concluyó con gran éxito en noviembre pasado, con 20 países superando
el mínimo de firmas necesarias y más de 1.800.000 firmas recogidas en toda Europa. Los países en donde se contó con el mayor número de adhesiones fueron Italia, Polonia, Alemania, Rumania, Francia y España. La Comisión Europea y el Parlamento se reunirán con los organizadores para discutir en detalle las cuestiones que plantea esta Iniciativa Ciudadana Europea. Gracias a los apoyos recibidos se podrá presentar “una propuesta de Reforma Legislativa para la defensa de la vida humana desde las primeras etapas de su desarrollo”, reconocer “la personalidad jurídica del embrión humano”, y acabar “con la financiación europea a las actividades que implican la destrucción de embriones humanos”. Además, sus organizadores han calificado de “fuente de alegría y esperanza el ver a las Iglesias católica, ortodoxa y protestantes unidas por la promoción del bien común”, al haber contado en todo momento con el “apoyo” y “colaboración” de estas Iglesias. Mons. Piotr Mazurkiewicz, oficial del Pontificio Consejo para la Familia, también ha destacado el carácter ecuménico e interreligioso de la iniciativa. “La cooperación entre los movimientos pro-vida en toda Europa y con los ciudadanos europeos que se han movilizado para la campaña ‘Uno de nosotros’, es en sí mismo ecuménica”, ha afirmado Mons. Mazurkiewicz. “Reunió a católicos, protestantes y ortodoxos, e incluso a los musulmanes y a las organizaciones no adheridas a ninguna religión”, ha reconocido. Para el oficial del Pontificio Consejo para la Familia, esta acción de democracia participativa de los ciudadanos europeos “establece una nueva identidad de una Europa unida: una Europa a favor de la vida concreta y en la defensa de los seres humanos sin discriminación”. Con esta Iniciativa Ciudadana Europea, los firmantes piden a los responsables de la Unión Europea “que aseguren el respeto a la dignidad del embrión humano desde el momento de la concepción” y “que se modifiquen determinados actos legislativos de la Unión, para así poner fin a la financiación de actividades que suponen la destrucción de embriones humanos, en particular en los ámbitos de investigación, ayuda al desarrollo y salud pública”. El alcance de la reivindicación de ‘Uno de nosotros’ se limita a los ámbitos de competencia de la Unión Europea, de los cuales está excluido el aborto, cuya regulación se mantiene como una competencia exclusiva de los Estados miembros.
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SÍnodo de la familia Las 38 preguntas a los obispos del mundo
El Vaticano envió a los obispos del mundo 38 preguntas para preparar el Sínodo extraordinario sobre la Familia «Los desafíos de la familia en el contexto de la evangelización» que el Papa Francisco convocó para octubre de 2014. Las respuestas deberán llegar hasta finales de enero de 2014, como pedido por el secretario del sínodo, mons. Lorenzo Baldisseri. Según indicaron diversos medios, el encuentro del 2014 servirá para destilar un documento preparatorio sobre la situación, mientras que el sínodo del 2015 dará las respuestas finales. En el documento adjunto se explica también la modalidad de trabajo, cuya primera etapa será la asamblea extraordinaria de octubre de 2014, que deberá recopilar “los testimonios y las propuestas de los obispos”, y la segunda será el Sínodo ordinario de 2015 que tiene como objetivo “buscar líneas operativas para la pastoral de la persona humana en la familia”. Describe las “problemáticas inéditas” de los últimos años, entre ellas la difusión de las parejas “de hecho”, las uniones entre personas del mismo sexo “a las que no pocas veces se consiente la adopción de hijos”, los matrimonios mixtos o interreligiosos, la familia monoparental, la difusión del fenómeno del “alquiler de vientres” y “el debilitamiento o abandono de la fe” en el sacramento del matrimonio y en el “poder terapéutico” de la confesión. Asimismo, se pide a las conferencias episcopales del mundo una “urgente” atención de estos problemas. “Si, por ejemplo, se considera solo el hecho de que en el actual contexto muchos chicos y jóvenes, nacidos en matrimonios irregulares, podrían no ver nunca a sus padres acercarse a los sacramentos, se comprende cuán urgentes son los desafíos para la evangelización de la situación actual… Esta realidad tiene una singular conformidad en la vasta acogida que está teniendo en nuestros días la enseñanza sobre la misericordia divina y su ternura para con las personas heridas: las expectativas consecuentes sobre las decisiones pastorales relacionadas con la familia son muy amplias”, advierte. La segunda parte del documento indica en tres páginas los fundamentos bíblicos y el magisterio de la Iglesia sobre el matrimonio y la familia. Por último, se formulan las 38 preguntas en las que se interroga sobre la difusión y la recepción de las enseñanzas de la Iglesia al respecto, sobre las
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dificultades para ponerlas en práctica y sobre su relación con los programas pastorales en todos los niveles. También se pide información sobre cuáles son los puntos más atacados y rechazados fuera de los ambientes eclesiales. Ex abortista Ginecólogo entrega al Papa instrumentos con los que practicó abortos
De su encuentro con médicos católicos de todo el mundo, el pasado 20 de septiembre, el Papa Francisco se llevó a su habitación en Santa Marta un regalo inesperado: los instrumentos quirúrgicos que, durante años, acabaron con la vida de muchos niños no nacidos. Se los entregó su dueño, Antonio Oriente, que ahora es Vicepresidente de la Asociación Italiana Ginecólogos y Obstetras Católicos (AIGOC). Tras su conversión al catolicismo y la cultura de la vida, Oriente había intentado varias veces entregar su instrumental a los Papas Juan Pablo II y Benedicto XVI. Después del discurso del Papa se acercó a uno de los obispos presentes y le contó su historia. El obispo le transmitió su petición a monseñor Georg Gänswein, el secretario del Santo Padre, que «inmediatamente y sin dudarlo» le llevó directamente ante él. Por fin, pudo decirle: «Santo Padre yo ya no hago más abortos, estoy a favor de la vida, quisiera una bendición para los médicos que quieren formar un equipo sanitario a favor de la vida». El Papa, conmovido, le aseguró: «Esta noche haré una oración. Esto lo tengo que llevar conmigo a mi habitación a Santa Marta». Luego le impuso las manos para bendecirle, y le exhortó: «Usted está bendecido, y luche por la vida». El ginecólogo converso atribuye el haber alcanzado su deseo al hecho de haberse encomendado y llevar consigo una imagen de la Virgen de Luján, que una paciente argentina dejó en su consulta en 1999. La mujer había querido abortar, pero él la convenció de
que continuara con el embarazo y ahora «es profundamente feliz junto a su hijo». Durante años, Antonio Oriente practicó abortos por dinero, con el objetivo de progresar socialmente. Su relación con el cristianismo era de odio, «porque me parecía una obligación». Siguió practicando abortos incluso después de casarse con María Carmela, una pediatra a la que le encantaban los niños. Querían tener hijos, pero pasaron años sin conseguirlo. Mientras, Oriente seguía «matando a los hijos de los demás». El dolor por su infertilidad hizo mella en el matrimonio. Cada día, cuando volvía a casa, el ginecólogo encontraba a su mujer llorando. Él mismo estaba destruido, y un día decidió quedarse hasta altas horas de la noche en su consultorio porque «no podía volver así a mi hogar». Allí le encontró un matrimonio que, al darse cuenta de que estaba en la consulta, temió que le hubiera ocurrido algo. Oriente encontró la fuerza para compartir con ellos su dolor, y ellos le invitaron a buscar algo de paz en un encuentro de oración. «Desde entonces —explicó a Aciprensa—, comencé a conocer a un Dios distinto al que conocía. Este Dios era misericordioso y me decía: Ábrete a mí, abandona todo tu sufrimiento». Comenzó así un proceso de conversión completa de su vida, uno de cuyos principales pasos fue abandonar el aborto: «Un día —recuerda—, sentado ante el crucifijo, escribí una carta al Señor, lo que yo llamo un testamento espiritual: Nunca más muerte hasta la muerte. ¿Qué clase de hijo soy yo que asesino a los hijos de los demás? Abandono la cultura de la muerte y abrazo la vida». Poco tiempo después, María Carmela se quedó embarazada. «Con este embarazo milagroso, el enfermo dejó de ser un trozo de carne para mí, se convirtió en un trozo de la carne del Cristo al que tenía el privilegio de tocar con mis manos, y desde ese día, dediqué totalmente mi vida a Cristo y a la lucha de la vida». Su etapa dentro de la cultura de la muerte quedó cerrada del todo este 20 de septiembre, cuando «los instrumentos de la muerte fueron abandonados a los pies del sucesor de Pedro en la Tierra, tal y como la muerte se pone a los pies de Jesús a favor de la vida». Bélgica Primer sí a la eutanasia para menores de edad
La comisión conjunta de Asuntos Sociales y de Justicia del Senado belga aprobó el pasado 27 de noviembre, por una amplia mayoría (13 votos a favor y 4 contra) la extensión
de la ley de eutanasia a los menores de edad. Ahora la propuesta deberá ser ratificada en el pleno. La reforma prevé que los niños que se encuentren en una situación de dolor físico insoportable e imposible de paliar y que soliciten que se ponga fin a su vida, podrán hacerlo con el acuerdo de sus propios padres y de un equipo médico que evaluará la situación. Ante tal posibilidad, los líderes cristianos, musulmanes y hebreos de Bélgica emitieron el pasado 6 de noviembre un comunicado conjunto oponiéndose a la legalización de la eutanasia para menores. “La eutanasia de las personas más ferágiles es inhumana y destruye los fundamentos de nuestra sociedad”, denunciaban. “Es una negación de la dignidad de estas personas y las deja al juicio, es decir, a la arbitrariedad de quien decide”, añadían. En la nota, difundida por la agencia Cathobel, los jefes religiosos destacaban también que están “en contra del sufrimiento físico y moral, particularmente de los niños”, pero explicaban que “proponer que los menores puedan elegir su propia muerte es una manera de falsear su facultad de juzgar y por consiguiente su libertad”. “Expresamos nuestra viva inquietud frente al riesgo de banalización creciente de una realidad tan grave”, concluían. La legalización de la eutanasia para menores se ha debatido durante casi dos años en el Senado. Una vez se apruebe definitivamente, Bélgica se convertirá en uno de los primeros países en legalizar esta práctica. De esta forma se ampliará la ley de eutanasia vigente desde 2002, que reconoce la eutanasia para mayores de edad o menor emancipado (a partir de los 15 años), capaz, con pronóstico de enfermedad irreversible, que padeciera un sufrimiento físico o psíquico constante e insoportable o una enfermedad grave incurable. La reforma, que ha sido promovida por los socialistas belgas y apoyada por varios grupos políticos, con excepción del partido flamenco Vlaams Belang y los democristianos, adquiere una gran importancia debido a que se convertirá en la más permisiva, puesto que la de otros países como Holanda deja la decisión en manos del menor entre 16 y 18 años y exige el consentimiento paterno para casos entre los 12 y los 16. La eutanasia en Europa está legalizada en Luxemburgo, Suiza, Bélgica y Holanda, donde el número de solicitudes de eutanasia y suicidio asistido aumentó un 13% el 2012. En total, Holanda llegó a tener 4.188 solicitantes ese año, según un informe de los comités sanitarios regionales encargados de evaluar estos procedimientos en el país.
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Croacia El matrimonio, solo entre hombre y mujer
Compañía de Jesús Celebran los 200 años de su restauración
El 1 de diciembre, los croatas, mediante referéndum, decidieron que su Constitución defina el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer. Un 65,8% de los que acudieron a las urnas contestaron que sí a la pregunta “¿Está usted a favor de que en la Constitución se introduzca la definición del matrimonio como unión entre hombre y mujer?”. Esta consulta fue consecuencia de una iniciativa popular apoyada por 740.000 firmas (20% del electorado), promovida por una asociación llamada “En nombre de la familia” y que forzó al gobierno socialdemócrata a realizarla. La participación ha sido baja (37,9%), señal quizá de que los electores están más preocupados por otros problemas, como la cesantía. El gobierno hizo todo lo posible para evitar y obstaculizar el referéndum, demostrando poca confianza en el sentir del pueblo. El primer ministro croata, el socialdemócrata Zoran Milanovic, declaró que “lamentablemente no ha podido evitarse el referendo sobre el matrimonio, por más triste que eso suene”. Por su parte el presidente de Croacia, Ivo Josipovic, declaró que los resultados “no sorprenden pero decepcionan”. El jefe del Estado aseguró que se respetará lo votado (y por lo tanto se cambiará la Constitución), pero pidió a los croatas que no permitan que este resultado “sirva para discriminar a una minoría”. Esta reforma, al incluir en la Constitución la definición exacta de matrimonio, consigue así que el matrimonio no pueda ser regulado por ley ordinaria, sino que deberá haber una mayoría parlamentaria de dos tercios de la cámara para modificar la Constitución. Croacia se une así a otros países –Bulgaria, Hungría, Letonia, Lituania y Polonia, en la UE; más Moldavia y Serbia– donde también tiene nivel constitucional la definición del matrimonio como unión de hombre y mujer. Pero Croacia (4,2 milones de habitantes, 90% de católicos) es el primero que somete la cuestión a consulta popular. Los organizadores se muestran satisfechos, ya que “los votantes son muy sensibles a los últimos intentos del actual gobierno para redefinir el matrimonio, la familia y, por lo tanto, toda la sociedad mediante la imposición de la igualdad de las relaciones homosexuales con el matrimonio”. En este sentido, la próxima iniciativa del gobierno consiste en una ley civil que igualaría a las parejas homosexuales y heterosexuales, aunque no permitiría adoptar a las primeras. Este proyecto se votará a principios de año en el Parlamento croata.
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El Papa Francisco es el primer pontífice jesuita de la historia de la Iglesia. Tras su elección, el superior general, padre Adolfo Nicolás, SJ, afirmó que tener un papa de la Compañía fue “una sorpresa inesperada”. Y admitió que siempre pensaron “que un papa nunca sería jesuita porque nunca lo había sido”. Ahora, a los pocos meses del comienzo del ministerio petrino de Francisco, la Compañía de Jesús conmemora los doscientos años de su restauración: una importante efeméride para esta orden fundada por el español Ignacio de Loyola en 1540. Con motivo de este aniversario, el padre Nicolás ha escrito una carta a todos los miembros de la Compañía invitándoles a evitar “cualquier señal de triunfalismo o de orgullo”. En la misiva, el general de los jesuitas recuerda que “en muchas partes del mundo se han programado estudios en profundidad, publicaciones, reuniones y conferencias académicas para promover un mayor conocimiento y comprensión de la compleja realidad de la Suspensión y Reconstitución de la Compañía”. Pero pide que “durante el 2014 se realice el estudio histórico en profundidad también en la oración personal y comunitaria, en la reflexión y el discernimiento”, para que la atención no se centre solo en el pasado, sino que este sea entendido y apreciado “con el fin de proceder en el futuro”. Entre los temas de reflexión y estudio propuestos, el padre Adolfo Nicolás indica el de la “misión universal”, con estas palabras: “Una de las características de la Compañía reconstituida fue el notable espíritu y la actividad misionera. Durante el generalato del P. Roothaan, el 19 por ciento de los
5.209 miembros de la Compañía operaban fuera de la provincia en la que habían entrado. Los orígenes de muchas provincias de Asia, África, América y Australia se remontan a ese período de la Compañía reconstituida. ¿Cuál podría ser hoy para nosotros el significado de este fuerte sentido de la misión
La Iglesia logra el dominio «catholic» en Internet
A mediados de 2012 se hizo oficialmente pública la intención de la Santa Sede por conseguir el dominio «.catholic» en la web. Apenas unos meses antes The Internet Corporation for Assigned Names and Numbers había lanzado un proyecto para liberar extensiones que se sumarían a las actualmente existentes como «.com», «.org» o «.net», entre otras. El Vaticano fue desde entonces el único en solicitar la extensión «.catholic». De acuerdo a informaciones del Catholic News Service («For Internet rulers, the Vatican is officially .catholic», 15.10.2013), la Corporación para la Asignación de Nombres y Números de Internet (ICANN) ha determinado asignar el dominio .catholic» al Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales, organismo oficial del Vaticano, quien lo gestionará y decidirá a quién sublicenciarlo. La confirmación acerca de la asignación de este dominio de internet supone la gestión del mismo en los diversos idiomas (en español, por ejemplo, será «.católica», y sus análogos incluso siguiendo los caracteres de los alfabetos chinos, árabe, griego o cirílico). ¿Y quiénes se beneficiarán de este nuevo dominio? Las instituciones y comunidades católicas que cuentan con reconocimiento canónico oficial de la Iglesia como lo son diócesis, parroquias, congregaciones, universidades, hospitales, etc. De esta forma el dominio servirá también como un garante de contenidos auténticamente católicos y lo que una vinculación de este tipo supone y conlleva. Los dominios son las terminaciones que identifican a un grupo de dispositivos
universal de la Compañía reconstituida de nuevo?” La conmemoración de la Restauración comenzó oficialmente el día 3 de enero, fiesta del Sacratísimo Nombre de Jesús, y concluirá el día 27 de septiembre, aniversario de la confirmación de la Compañía en 1540.
conectados en internet. Su función es “traducir” las direcciones numéricas de IP (Internet Protocol) a nombres más sencillos de encontrar. Actualmente sólo hay 364 dominios de nivel superior, la mayoría se refiere a los países, pero la apertura de la ICANN prevé la apertura de hasta 2.000 nuevos dominios.
obispos y más de 50 sacerdotes y religiosos desde entonces. En 2013 organizó el primer camino de Santiago online, en el que participaron más de 1.500 personas de todo el mundo. Para más información: http://www. evangelizaciondigital.org
www.evangelizaciondigital.org Acción evangelizadora de la Iglesia en el Continente Digital
http://bav.bodleian.ox.ac.uk. Antiguos textos de la Biblioteca Apostólica Vaticana y de Bodleian Libraries
Evangelización Digital, una iniciativa de la Fundación Alter Christus, organizó a fines de noviembre pasado, la jornada “#LanzarLasRedes” en la Universidad Francisco de Vitoria de Madrid. Durante el encuentro, se presentaron algunos de los proyectos más influyentes en el mundo de habla hispana dedicados a la evangelización del llamado ‘Sexto Continente’. Los fundadores o actuales responsables de iMisión, Religión en Libertad, May-feelings, Curas Online o Catholic.net, entre otros, han analizado las diversas aportaciones de la Iglesia al mundo de Internet y de las redes sociales, tratando temas como “El continente digital: un lugar privilegiado para la evangelización”, “El periodismo digital al encuentro con la verdad”, “Encuentros con Dios a través de la oración por los demás”, “Allanando el camino a nuevos encuentros”, entre otros. Evangelización Digital, un apostolado del Regnum Christi y la Legión de Cristo, nace como respuesta al mensaje de Benedicto XVI en la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales de 2010, en la que invitó a los sacerdotes a evangelizar el Continente Digital. Evangelización Digital organiza cada semana charlas online para todos los públicos, y han colaborado 34
La Biblioteca Apostólica Vaticana (BAV) y Bodleian Libraries de la Universidad de Oxford han aunado sus esfuerzos para digitalizar y hacer disponibles en Internet algunas de las Biblias más importantes y singulares del mundo junto con textos bíblicos de sus colecciones. La iniciativa es el primer paso de un proyecto de colaboración cuatrienal entre ambas instituciones que prevé la difusión en dicha web de contenidos digitales. Un comité de académicos y expertos de todo el mundo ha seleccionada para la digitalización una parte de la colección de manuscritos en hebreo, griego e incunables de la Bodleian y de la Biblioteca Vaticana. El sitio web, ofrece imágenes en escala con buena resolución que permiten el estudio detallado y el análisis científico. El sitio cuenta también con una serie de presentaciones en video y ensayos a cargo de expertos interesados en el proyecto, como el arzobispo Jean-Louis Bruguès, Archivero y Bibliotecario de la Santa Iglesia Romana y el arzobispo de Canterbury y primado de la Iglesia Anglicana Justin Welby. Un blog con artículos sobre la conservación, las técnicas de digitalización y los métodos usados durante el proyecto completa el sitio, cuyos contenidos están disponibles en inglés y en italiano.
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ESTADÍSTICAS DE LA IGLESIA CATÓLICA 2013
Catedral de Burgos, Puerta del Sarmental. En la parte superior de la puerta se representa a Cristo sentado, bendiciendo con su mano derecha y sosteniendo en la izquierda el Libro de la Vida. El dintel está ocupado por los doce apóstoles sentados, con el libro del evangelio en la mano, realizados de manera naturalista, cargados de belleza.
Con motivo de la Jornada Misionera Mundial, que este año 2013 se celebró el 20 de octubre pasado, la Agencia Fides presentó algunas estadísticas escogidas para ofrecer un cuadro panorámico de la Iglesia en el mundo. Las tablas se han extraído del último «Anuario Estadístico de la Iglesia» publicado (actualizado al día 31 de diciembre de 2011) y conciernen a los miembros de la Iglesia, sus estructuras pastorales, las actividades en el campo sanitario, asistencial y educativo. Entre paréntesis está indicada la variación, aumento (+) o disminución (-) con respecto al año anterior, según la comparación efectuada por la Agencia Fides. Población mundial Al día 31 de diciembre de 2011 la población mundial era igual a 6.933.310.000 personas, con un aumento de 84.760.000 individuos respecto al año anterior. El aumento global este año también incluye a todos los continentes: el aumento más consistente es en Asia (+46.690.000) y África (+23.932.000), seguidos por América (+11.311.000); Europa (+2.332.000) y Oceanía (+495.000).
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Católicos En la misma fecha del 31 de diciembre de 2011 el número de católicos era igual a 1. 213.591. 000 con un aumento total de 17.920.000 personas con respecto al año anterior. El aumento interesa a todos los continentes y como precedentemente es más marcado en África (+8.047.000), América (+6.312.000) y Asia (+2.577.000); seguidos por Europa (+822.000) y Oceanía (+162.000). El porcentaje de los católicos ha crecido globalmente 0,04% (el mismo incremento del año anterior) situándole en 17,50%. Con respecto a los continentes, se han registrado aumentos en África (+ 0,35), Asia (+ 0,03) y Oceanía (+0,1), mientras que han disminuido levemente en América (-0,09) y Europa (-0,02). Habitantes y católicos por sacerdote El número de los habitantes por sacerdote también ha aumentado este año, complexivamente en 117, alcanzando la cuota de 13.394. La distribución por continentes ve incrementos en América (+67), Europa (+39) y Oceanía (+120); disminuciones en África (-448) y Asia (-776). El número de católicos por sacerdote ha aumentado complexivamente de 36, alcanzando el número de 2.936. Se registran aumentos en todos los continentes, mientras que la única disminución, que es leve, este año también es en Asia: África (+13); América (+36); Asia (-15); Europa (+23); Oceanía (+39). Obispos El número de los Obispos en el mundo ha aumentado en 28, alcanzando el número de 5.132. Se confirma la situación del año anterior: aumentan los obispos diocesanos mientras que los religiosos disminuyen. Los Obispos diocesanos son 3.906 (35 más), mientras que los Obispos religiosos son 1.226 (7 menos). El aumento de los Obispos diocesanos se refiere a todos los continentes: África (+5), América (+5), Asia (+11), Europa (+11), Oceanía (+3). Los Obispos religiosos aumentan en África (+2) y Oceanía (+3); disminuyen en América (-5), Asia (-6) y Europa (-1). Sacerdotes El número total de sacerdotes en el mundo ha aumentado en 1.182 con respecto al año anterior, alcanzando una cuota de 413.418. Se señala una vez más una disminución notable en Europa (- 2.286) y en una medida más leve en Oceanía (-11), mientras que los aumentos se dan en África (+1.530), América (+407) y Asia (+1.542). Los sacerdotes diocesanos en el mundo han aumentado globalmente en 1.337, alcanzando el número de 278.346, con aumentos en África (+1.152), América (+564) y Asia (+817), y disminución en Europa (-1.162) y Oceanía (-34). Los sacerdotes religiosos han disminuido en total en 155 y son 135.072. Señalan un aumento, consolidando la tendencia de los últimos años, África (+378) y Asia (+725), a los que se une este año también Oceanía (+23), mientras las disminuciones afectan a América (-157) y Europa (-1.124). Religiosos y religiosas Los religiosos no sacerdotes han disminuido globalmente en 420 llegando al número de 55.085. Los aumentos se registran en África (+28) y Asia (+1.089); mientras que disminuyen en América
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(-398), Europa (-232) y Oceanía (-67). Este año también se confirma la tendencia a la disminución global de las religiosas (–8.729) que son complexivamente 713.206. Los aumentos son, otra vez, en África (+1.488) y Asia (+2.115), las disminuciones en América (–4.515), Europa (-7.459) y Oceanía (–358). Misioneros laicos y catequistas El número de Misioneros laicos en el mundo es de 381.722, con un aumento global de 46.220 y aumentos por continentes en África (+1.401), América (+35.479), Asia (+9.294) Europa (+51). La única disminución ha sido en Oceanía (-5). Los catequistas en el mundo han disminuido en total en 35.393, llegando a la cifra de 3.125.235. Los aumentos se registran en África (+3.451) y Oceanía (+303), las disminuciones en América (-35.871), Asia (-967) y Europa (-2.309). Seminaristas mayores El número de seminaristas mayores, diocesanos y religiosos también ha aumentado este año globalmente en 1.626 candidatos al sacerdocio, que han alcanzado el número de 120.616. Los aumentos, como ya ha ocurrido en los años anteriores, se han registrado en África (+559) y en Asia (+1.326), a los que este año se añade Oceanía (+15), mientras disminuyen levemente en América (-6) y una vez más en Europa (-268). Los seminaristas mayores diocesanos son 72.277 (+303 con respecto al año anterior) y los religiosos, 48.339 (+1.323). Los seminaristas religiosos aumentan en África (+289), Asia (+295) y Oceanía (+34), las disminuciones son en Europa (-241) y América (-74). Los seminaristas mayores religiosos aumentan en África (+270), América (+68) y Asia (+1.031), mientras disminuyen en Europa (-27) y en Oceanía (- 19). Institutos de instrucción y educación En el campo de la instrucción y la educación la Iglesia administra en el mundo 71.482 escuelas infantiles frecuentadas por 6.720.545 alumnos; 94.411 escuelas primarias con 31.939.415 alumnos; 43.777 institutos secundarios con 18.952.976 alumnos. Además sigue a 2.494.111 alumnos de las escuelas superiores y a 3.039.684 estudiantes universitarios. La comparación con el año anterior muestra un aumento general que toca a todos los niveles de la enseñanza: las escuelas infantiles (+938) y sus alumnos (+241.918); las escuelas primarias (+1.564) y sus alumnos (+788.245); los institutos de secundaria (+186) y sus alumnos (+1.159.417). También aumentan los estudiantes de las escuelas superiores (+189.940), mientras que la única disminución se refiere a los universitarios (-298.771). Institutos sanitarios, de beneficencia y asistencia Los institutos de beneficencia y asistencia administrados en el mundo por la Iglesia comprenden: 5.435 hospitales (+130 respecto al año anterior) con mayor presencia en América (1.701) y África (1.284); 17.524 dispensarios (-655), la mayor parte en África (5.398), América (5.211) y Asia (3.828); 567 leproserías (+20) distribuidas principalmente en Asia (281) y África (211); 15.784 (-1.439) casas para ancianos, enfermos crónicos y minusválidos, la mayor parte en Europa (8.271) y América (3.913); 10.534 orfanatos (+652), de los que casi un tercio están en Asia (3.911); 11.592 guarderías; 15.008 consultorios matrimoniales distribuidos en gran parte en América (6.230) y Europa (5.819); 40.671 centros de educación o reeducación social y 4 instituciones de otros tipos.
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LA LEY DEL JUSTO MEDIO
Todo crecimiento humano requiere el conocimiento de los elementos permanentes y un desarrollo global que busca constantemente puntos de equilibrio. Ya entre los filósofos griegos, Platón comparaba la educación con el viaje de una diligencia en que el cuerpo es el hábito; la pasión, los caballos que arrastran la diligencia; el intelecto, el cochero, y el sentido de la vida la dirección del viaje determinada por el viajero… De este modo, todas las dimensiones deben crecer de manera armoniosa: lo corporal, lo emocional, lo experimentado, la inteligencia racional, la creatividad. El educador debe prestar atención a la globalidad de la persona. Debe buscar el secreto del equilibrio con el fin de poder moverse sin caer. Es preciso encontrar el equilibrio entre los extremos y los excesos. Así como una luz demasiado viva encandila y un exceso de decibeles ensordece, la hiperactividad perjudica la reflexión y preocuparse excesivamente de uno mismo aísla. El uso de los dos hemisferios cerebrales permite comprender el mundo en forma complementaria: el izquierdo analiza desde el punto de vista de la razón, la lógica y el cálculo; el derecho valoriza la sensibilidad, la imaginación y la creatividad. En Francia, por tradición, la escuela otorga privilegio a las actividades mentales “razonadoras” y “calculadoras”, en detrimento de una inteligencia más intuitiva e imaginativa. Es preciso encontrar el punto de equilibrio reubicando el centro de gravedad de nuestra enseñanza en una mayor percepción de la exterioridad, movilizando las sensaciones corporales (por ejemplo, el contacto con la naturaleza, las artes…). Del mismo modo, muchos niños confunden comprender con aprender (de memoria) cuando el sistema educativo exige hacer el esfuerzo de retener. La presencia de los padres es un factor de equilibrio siempre que se ofrezca al niño una continuidad afectiva para su formación. Si el entorno desfallece, se produce inseguridad en el joven. La necesidad de los demás hace ser al joven “dependiente del entorno”, es decir, dependiente de la percepción, tributario del otro. El otro tendrá entonces poder sobre él. El adolescente procurará incluso hacer al otro ser dependiente de él para no perderlo… Lo que muestra el adolescente es esta paradoja humana: aquello que necesito, esa fuerza de la cual carezco y atribuyo a los adultos para completarme, es lo que amenaza mi autonomía naciente. Y esa amenaza induce conductas de oposición, típicas de la adolescencia. La violencia de la oposición es proporcional con la dependencia experimentada. El carácter destructivo del joven parte de su necesidad de valorizarse. El justo medio que debe encontrarse no es un estado estático y duradero. Es siempre el resultado de una adaptación provisoria y constante a las circunstancias, los azares e imprevistos de acuerdo con el temperamento del joven, su psicología y su entorno. Él necesita un cuidado personalizado. El padre o el educador atento deben dedicar mucho tiempo a contrapesar, a armonizar, a restablecer el orden y la paz. Los instrumentos que deben emplear en forma permanente son la reconexión (restablecer el vínculo), el apaciguamiento (restaurar la confianza) y la resiliencia (superar las desventajas). Además, para reanimarse se requiere disponer de un dinamismo interior que solo puede constituirse mediante el aporte del mundo exterior. MONS. DOMINIQUE REY Obispo Fréjus-Toulon, Francia
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Persecución religiosa en el siglo XXI Cada año 10.000 cristianos son asesinados por odio a la fe
La Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES) acaba de editar en España el informe “La persecución de los cristianos en el siglo XXI” realizado por el embajador Javier Rupérez, miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. “Los cristianos en el mundo, más que ninguna otra comunidad religiosa, constituyen hoy en día un grupo perseguido y amenazado, urgentemente necesitado de protección y ayuda”, afirma el autor de este estudio. Los ataques y vejaciones que sufren los seguidores de Jesucristo, explica Rupérez, “no son otra cosa que muestras especialmente violentas de una tendencia conocida y multiplicada a lo largo de la época contemporánea y no pueden ser entendidas como manifestaciones aisladas y por tanto insignificantes”. El informe señala también que “la actual persecución contra los cristianos tiene diversas fuentes de inspira-
ción y conoce diferentes niveles de vesania, algunos de los cuales están directamente relacionados con el designio criminal de borrar su rastro de la faz de la Tierra”. Finalmente, el estudio arroja algunos datos escalofriantes sobre el número de víctimas. Y es que, como consecuencia de las persecuciones que se llevan a cabo en más de 60 países de los cinco continentes, el número de cristianos que son asesinados cada año por causa del fanatismo y el odio religioso se cifra en unas 10.000 personas. Además, las matanzas de cristianos en estados musulmanes se han convertido en un fenómeno en alza, hasta el punto de que, en la actualidad, ya muere uno cada hora. Ante esta situación, el embajador Javier Rupérez pide que se cumpla la Declaración Universal sobre los Derechos Humanos, el artículo 16 de la Constitución Española y la primera enmienda de la Constitución de los Estados Unidos.
El diálogo interreligioso Una muralla contra el relativismo
“El diálogo interreligioso es el antídoto al relativismo”. Lo afirmó el cardenal Jean Louise Tauran, presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo interreligioso, durante la presentación del volumen El Diálogo Interreligioso en la enseñanza oficial de la Iglesia Católica (1963-2013), de monseñor Francesco Gioia, el pasado 12 de noviembre en la sala de prensa del Vaticano. Cuando se conversa con personas de otras religio-
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nes, por ejemplo de fe musulmana, lo primero que hay que hacer es “profesar la propia fe”, dijo el purpurado a los periodistas. Hacer diálogo interreligioso, añadió, “implica el conocimiento de la propia identidad espiritual”. Tauran indicó una muestra de diálogo interreligioso en el Papa emérito Benedicto XVI, cuyo punto más alto en el magisterio en materia fue precisamente el discurso de Ratisbona, que tantas polémicas y malos entendidos
suscitó en una parte del mundo musulmán. Sin embargo Ratzinger, a pesar de la ‘mala fama’, es el pontífice que más que ningún otro, tendió una mano al Islam, hasta el punto que, recordó Tauran, fue el único papa en visitar tres mezquitas. También en términos de intervenciones sobre el diálogo interreligioso —continuó el purpurado francés— se cuentan 188, pronunciados por Benedicto XVI en 8 años, por tanto un número sustancialmente comparable al del beato Juan Pablo II. que habló de diálogo interreligioso 591 veces en 26 años de pontificado. Otros méritos concretos de Benedicto XVI en este campo fueron la institución de un Forum islamocristiano, fruto del encuentro de Ratisbona y la insistencia sobre el “derecho sagrado e inalienable” de la libertad religiosa. Hablando del pontífice actual, el cardenal Tauran observó que “el Papa Francisco, desde el primer día, ha subrayado la importancia del diálogo interreligioso, que será una de las líneas fuertes de su pontificado. Él es el hombre del encuentro, va hacia la gente, no espera que la gente vaya a él...” En su brevísimo pontificado, Juan Pablo I “se encaminó en el camino trazado por su predecesor ‘llamando a todos a la colaboración para hacer dique,
dentro de las naciones, a la violencia ciega y, en la vida internacional, promover la elevación de los pueblos menos favorecidos’”. La ‘cultura del diálogo’ como la entendemos hoy fue desarrollada por Juan Pablo II, a partir de la primera Jornada de Oración de Asís, con todas las religiones del mundo (1986), sin olvidar cuando “en el 2002, después de los dramáticos acontecimientos de Nueva York y Washington del 11 de septiembre de 2001 y sus trágicas consecuencias en Oriente Medio”, el papa polaco propuso “un decálogo por la paz a los jefes de Estado y a los Representantes de los Gobiernos de todo el mundo”. Los aspectos más destacables del pontificado de Benedicto XVI en tema de diálogo interreligioso se concentran al final de estos ochos años, en particular en el último discurso de felicitaciones navideñas a la Curia Romana, cuando declaró que “no somos nosotros quienes poseemos la verdad, es ella la que nos posee a nosotros”. Ya al inicio de su pontificado el Papa Ratzinger afirmó que “la Iglesia quiere seguir construyendo puentes de amistad con los seguidores de todas las religiones, para buscar el verdadero bien de cada persona y de la sociedad entera “ (A los delegados de otras religiones, 25 de abril de 2005).
Juan Pablo II preside la primera jornada de oración de Asís en 1986.
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SI LOURDES ES VERDAD... Nuevo libro de Vittorio Messori, sobre las apariciones a santa Bernadette
La historia de Lourdes no es un relato piadoso ni un ejercicio devoto. El periodista italiano Vittorio Messori se ha adentrado en las raíces documentales de las apariciones, en su libro Bernadette no nos engañó (editado en LibrosLibres, con traducción de Mar Velasco). «Si Lourdes es verdad, toda nuestra fe es verdad», afirma. Aun siendo un devoto de Lourdes, mi profesión de historiador me ha llevado a hacer un estudio histórico. He examinado todos los documentos sobre Lourdes, para responder a todas las objeciones que se han hecho a estas apariciones: que si todo lo organizaron los padres, o los curas, que si Bernadette era una niña fantasiosa que quería salir del anonimato y de la pobreza, que si todo fue un engaño del diablo... Mi libro es un estudio histórico que responde a estas objeciones, y he llegado a la conclusión de que Bernadette no nos ha engañado ni se ha engañado a sí misma. Llego a la conclusión de que Lourdes es verdad. —Como historiador, hace una afirmación sorprendente: que en cada giro difícil y dramático de la Historia, la Virgen aparece para despertar y consolar a los creyentes. —En otro de mis libros, he elaborado un calendario mariano de las apariciones reconocidas por la Iglesia, y muestro que María hace la labor de una madre: cuando la fe de sus hijos está en peligro, María aparece para confortarlos y consolarlos. Aparece en Fátima, en 1917, en la Primera Guerra Mundial; también en enero de 1933, en Banneux, los días en los que Hitler asciende al poder en Alemania. La Virgen aparece como una madre que quiere dar seguridad a sus hijos.
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La principal preocupación de mis libros es la búsqueda de la verdad. Con este trabajo, llego a la síntesis de que Si Lourdes es verdad, todo es verdad, en el sentido de que si la Historia nos puede documentar que lo de Bernadette no es un engaño, entonces existe la consecuencia lógica de que Dios existe, que Dios ha entrado en la Historia con Jesucristo; y que este Dios es, por decirlo de alguna manera, un Dios católico: con la confirmación de un dogma papal pronunciado cuatro años antes, y su petición a los sacerdotes de construir una capilla para ir en procesión, María remite a la Iglesia, a la jerarquía; además, en todas las apariciones lleva en la mano un rosario. Si, en base a la Historia, se puede decir que Lourdes es verdad, entonces es también verdad todo lo que cree el pueblo católico. —Hay un elemento sorprendente en Lourdes: la Virgen se muestra sonriendo, incluso riendo junto a Bernadette. —En otras apariciones reconocidas, la Virgen llora, o se muestra seria, o se percibe triste. Lo extraordinario del relato de Bernadette es que la Virgen se muestra seria al hablar de los pecadores, pero sonríe la mayor parte del tiempo. Y que, en tres ocasiones, se echa a reír abiertamente. Es algo extraordinario. Bernadette no pudo inventarse esto. En la espiritualidad de ese tiempo, era impensable; a los curas de aquel tiempo les parecía incluso ofensivo, pero Bernadette decía que ellas «se reían como dos niñas». —¿Quién es María para usted? —Tengo la relación que tiene cualquier católico, la de un hijo con su Madre, una Madre a quien acogerme, sobre todo en momentos de necesidad. Yo soy amigo de Benedicto XVI, quien, cuando era cardenal, me confesó que, para él, la devoción mariana había sido progresiva a lo largo de su vida, pues de joven dudaba si se estaba exagerando con esta devoción. Con los años, ha ido descubriendo la importancia de la Madre de Jesús, y que Ella es una garantía de la verdad de su Hijo. Me explicaba que los cuatro dogmas sobre María, en realidad, son dogmas sobre Jesús. Este ir poco a poco ha sido también mi camino, ¡y ya llevo escritos cuatro libros sobre María! Ratzinger me ha enseñado que, tal como sea tu fe en María, así de sólida y segura será tu fe en Cristo. María no es un accesorio; la presencia de María es esencial para creer en Cristo. —Ya que me habla del Papa Benedicto XVI, le quería preguntar por el Papa Francisco. ¿Cómo percibe usted el inicio de su pontificado? —No me toca a mí juzgar al Papa, pero ciertamente ha habido mucha sorpresa, y yo personalmente estoy muy contento con este pontificado. El temperamento de Ratzinger es muy diferente al de Bergoglio, pero lo que cuenta es que el Papa es el maestro de la fe, maestro de la pastoral, y en esto el Papa Francisco está siendo muy valiente. Muchos han manifestado su perplejidad por el estilo del Papa, pero yo veo la Plaza de San Pedro llena de gente; hay muchos creyentes muy contentos; y personas antes hostiles han sido conquistadas por el Santo Padre. Aun así, debemos recordar que lo que cuenta no es el carácter del Papa, que sea simpático o no. Lo que cuenta es la figura del Papa, que es un regalo que Cristo mismo nos ha hecho, y que nos da una garantía de la ortodoxia y una ayuda para nuestra vida cotidiana. Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo Alfa y Omega
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Turín 2015, la Sábana Santa será expuesta Con motivo de los 200 años del nacimiento de san Juan Bosco
La Sábana Santa, el lienzo en el que se cree fue envuelto Jesús después de ser descendido de la cruz y que ha quedado inexplicablemente estampado, será expuesto al público en el 2015 en la ciudad de Turín. Lo indicó el arzobispo de Turín, Cesare Nosiglia, quien es el custodio pontificio de la reliquia. El prelado señaló: “he recibido la comunicación del asentimiento dado por el Santo Padre para tal ostensión, en el ámbito de la celebración del segundo centenario del nacimiento de san Juan Bosco, padre de nuestros
Fátima Exponen el manuscrito del tercer secreto En la exposición ‘Secreto y Revelación’ es la primera vez que el público puede apreciar el escrito de la hermana Lucía
El manuscrito de la hermana Lucía sobre el tercer secreto de Fátima fue expuesto en diciembre pasado por primera vez al público, en el santuario mariano de Portugal. El obispo de Leiria-Fátima António Marto no escondió su emoción de haber leído por primera vez el manuscrito de la hermana Lucía, y les dijo a los periodistas ‘me tocó el corazón’. La tercera parte del mensaje de Fátima, llamado también secreto, la Virgen María lo reveló en 1917 a los tres pastores Lucía, Francisco y Jacinta durante las seis apariciones en la Cova de Iría. La exposición se ubica en la parte del santuario de Fátima llamada de la Reconciliación, en la basílica de la Santísima Trinidad. La exposición lleva como nombre
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jóvenes, cuyo fecundo carisma es hoy más actual y vital que nunca, también en las obras por él iniciadas en el servicio que sus hijos y sus hijas de las congregaciones salesianas realizan en favor de la Iglesia universal”. La ostensión de la Sábana Santa, también llamada Santo Sudario o la Santa Síndone, se realizará en el 2015, entre el tiempo pascual y el cierre de las iniciativas, el 16 de agosto, por el bicentenario del nacimiento de don Bosco. En el 2010 se realizó la anterior ostensión, y este año se realizó una breve ostensión en la televisión en directo. El sudario mide 436 cm × 113 cm. Los orígenes del sudario y su figura son objeto de debate entre científicos, historiadores e investigadores, que no han logrado dar una respuesta a los innumerables enigmas que contiene. La imagen de la sábana se puede apreciar mejor si es vista en su negativo que en su color original. En 1898 el fotógrafo Secondo Pia descubrió este fenómeno al revelar los negativos de las fotos que había tomado. En 1988 la santa sede autorizó la datación de la sábana por el método del carbono14, en tres laboratorios diferentes, los que dataron la tela entre los siglos XIII y XIV. El sistema fue puesto en discusión debido a la polución que sufrió el objeto a través de los siglos.
“Secreto y Revelación” y allí se muestran los objetos y recuerdos relacionados con las apariciones, entre los cuales el manuscrito de la Hermana Lucía, y estará abierta hasta octubre del 2014. El director del Museo del Santuario de Fátima y responsable de la exposición, Marco Duarte, precisó que la exposición contiene las tres partes del mensaje de Fátima, y que el manuscrito de la hermana Lucía fue traído desde el Vaticano, gracias a la autorización que el Papa Francisco concedió el 10 de junio pasado, puesto que el escrito pertenece al Archivo Secreto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, donde entró el 4 de abril de 1957. En declaraciones a la sala de Prensa del Santuario de Fátima, Marco Duarte recordó que “el manuscrito salió rarísimas veces del Vaticano, la primera vez “por petición del Papa Juan Pablo II, después del atentado del 13 de mayo de 1981, y en el año 2000 cuando el prefecto de la Congregación, como emisario del papa, vino a Coímbra para ver a Lucía, que hizo el reconocimiento del manuscrito”.
KANT Y LA TELEVISIÓN
Kant nos proporciona los conceptos requeridos para toda teoría adecuada de la televisión. Se trata del nóumeno y el fenómeno. El nóumeno es el mundo real. El fenómeno es nuestra imagen mediática del mundo. El Poder del Leviatán consiste en sustituir el mundo por el “fenómeno-mundo”, es decir, el Leviatán tiene poder para constituir el fenómeno y en este nada puede aparecer sin dejarse “maquillar” y, más profundamente, reconstituir por las estructuras a priori de esta fenomenalidad: instantaneidad, sensacionalidad, antagonismo, escándalo, etc. Por este motivo no hay ahí espacio para el razonamiento ni la significación profunda ni la responsabilidad. Un hombre dominado por el Leviatán tiene una existencia infoesférica. No vive en el mundo, sino en el “fenómeno-mundo”. Los líderes impotentes tienen la sensación de existir plenamente si se “fenomenalizan” en lo que para ellos constituye lo esencial del mundo (“ser visto en la tele”). Ya no gobiernan el mundo, sino el fenómeno mundo. Alienados narcisistamente de la realidad del mundo, no viven sino en relación con el fenómeno de esta realidad, sin ser capaces de distinguir el nóumeno del fenómeno, incluso a veces sin recordar que hay un mundo más allá del fenómeno mundo. Son los títeres del Leviatán. El poder del Leviatán tardío no consiste en dirigir las opiniones, sino en arrancar el espíritu de lo real. Lo encierra en el fenómeno, cuyo contenido le es indiferente, ya que tiene poder para imponerle a priori lo esencial de su sentido, es decir, una forma de carencia de sentido, simplemente permitiéndole aparecer. Y todo cuanto tiene sentido es bloqueado o desnaturalizado mediante un cortafuego invisible sujeto a la estructura a priori de la fenomenalidad, ya que el sentido está vinculado con el ser, cuya imagen es normalmente su servidor; mas ahí tenemos ahora un fenómeno constituido para suplantar al ser y lanzarlo al olvido. Por este motivo, el hombre que vive en el fenómeno mundo está en manos del Leviatán y pierde hasta la noción de un pensamiento fuera del PC o de una vida creativa. Vive en la “Matriz”, expresándolo en términos de una gran obra de arte cinematográfica, que se eleva a lo metafísico. Así, entonces, la ideología es absolutamente soberana en el fenómeno mundo. En el mundo real, muy probablemente es otra cosa, pero esta cosa en sí es incognoscible, de tal manera que solo se procura conocerla a través de la infoesfera y no mediante la práctica real, es decir, mediante la acción moral responsable y la acción de vida o de supervivencia. Entonces el fenómeno estalla y la realidad reaparece. Por consiguiente, las filosofías idealistas, desacreditando la idea de lo real y del ser, contribuyen con una hábil justificación de la dominación del Leviatán (que realmente no la necesita). HENRI HUDE Del libro Démocratie durable
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C.S. LEWIS, 50 AÑOS DESPUÉS
Conocido por el gran público sobre todo por sus novelas fantásticas de las Crónicas de Narnia, adaptadas al cine, Lewis (1898-1963) es tenido por muchos como uno de los más destacados apologistas cristianos del siglo XX. Pero sus obras de pensamiento son también análisis profundos de la naturaleza humana. Los cuatro amores (cfr. Aceprensa 66/89) fue calificada por el filósofo alemán Josef Pieper como el mejor ensayo que había leído sobre el amor. La abolición del hombre (1943) examina la presencia en todas las culturas, con distintos nombres, de la convicción de que existe una ley moral natural no inventada. Lewis advierte de las inhumanas consecuencias que se derivan de eliminar los valores incondicionados en nombre del subjetivismo y de la ciencia. El dolor fue una de las preguntas cruciales que se planteó Lewis. Anclado en la fe cristiana, su libro El problema del dolor (1947) aporta claridad con agudos razonamientos intelectuales. Pero fue a raíz de la muerte de su esposa cuando Lewis comprende realmente el alcance de sus afirmaciones. En Una pena en observación (1961) el escritor describe el doloroso proceso que atravesó hasta la aceptación final. Richard Attenborough plasmó con hondura artística estos hechos en su película Tierras de penumbra. Sobre la fe Lewis no aceptó la fe cristiana como herencia, sino que llegó a ella a través de un recorrido en el que los acontecimientos vitales dieron lugar a una reflexión intelectual, como explicó en el libro autobiográfico Cautivado por la alegría. Lewis vio de cerca el escepticismo ilustrado que reinaba en muchos ambientes de Oxford y Cambridge, donde fue profesor. El deseo de superar los obstáculos que la gente de su tiempo podía encontrar en su camino hacia la fe le llevaron a escribir Mero cristianismo (1942-1944), libro que sigue conservando toda su capacidad explicativa. En esta obra, Lewis —anglicano— quiso sintetizar las creencias comunes a los cristianos. Cartas del diablo a su sobrino (1942) es una de sus obras de espiritualidad más populares y reeditadas. Lewis hace una ingeniosa y amena apología de la fe cristiana ante problemas que plantea la sociedad moderna. Para eso se sirve de las cartas que un demonio experimentado escribe a su sobrino, diablo novato, al que quiere enseñar a tentar. La idea del “cristianismo esencial” vuelve a aparecer en el volumen El diablo propone un brindis y otros ensayos, recopilados por la editorial Rialp. Escritos a lo largo de veinte años, Lewis aborda preocupaciones teológicas en cuatro de ellos; dos son más literarios y asequibles; y los dos últimos son plenamente apologéticos. Dios en el banquillo es otra colección de ensayos divulgativos, escritos entre 1942 y 1963. En ellos sale al encuentro de dificultades que se planteaban sus contemporáneos sobre los milagros, la relación entre ciencia y fe, la inmutabilidad de los dogmas frente al progreso del conocimiento, la Redención o las exigencias morales del cristianismo.
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Lo eterno sin disimulo reúne nueve textos y algunas cartas, escritos entre 1944 y 1958, la mayoría en polémica con otros autores. Aunque reflejen controversias de hace medio siglo, en muchos casos son debates que siguen abiertos. Es también un debate lo que plantea Armand Nicholi, psicólogo clínico, en La cuestión de Dios. C.S. Lewis vs. S. Freud. El objetivo “es mirar la vida humana desde dos puntos de vida diametralmente opuestos: el de un creyente y el de un no creyente”. A través de citas, Nicholi contrasta el planteamiento de cada uno, analiza cómo consiguen afrontar el dolor, la pérdida paterna, la muerte de los seres queridos, las amistades, etc. En Si Dios no escuchase (Rialp, 2004), Lewis se sirve de su correspondencia con un intelectual para mostrar el valor de la oración, mientras que en Los milagros (Encuentro, 1996) aborda esta irrupción de la acción divina en el orden natural. Obras de ficción y crítica literaria Lewis entra de lleno en el territorio de la ciencia-ficción con la Trilogía de Ramson, escrita entre 1937 y 1946. Aunque se trata de narraciones independientes (Lejos del planeta silencioso, Perelandra y Esa horrible fortaleza), las tres cuentan con el mismo protagonista, Ransom, un filólogo que al parecer está inspirado en Tolkien. En estas obras de ficción, Lewis también plantea cuestiones de gran calado filosófico. A esta saga le siguieron las Crónicas de Narnia (1950-1956), un clásico de la literatura infantil y juvenil. Son siete novelas de gran calidad literaria, que además poseen un interesante fondo simbólico y cristiano. En El gran divorcio. Un sueño (1947) crea una fantasía para hablar del más allá, de los prejuicios ante la fe, del arte… y, sobre todo, de la libertad y los amores de los hombres. Lewis fue también un excelente crítico literario, como se comprueba tras la lectura de la recopilación De este y otros mundos. Ensayos sobre literatura fantástica y también de su libro La experiencia de leer (1961). Sobre las relaciones de Lewis con otros intelectuales y escritores —sobre todo, J.R.R. Tolkien— puede verse el libro de Humphrey Carpenter Los Inklings. El autor aprovecha muchos documentos inéditos para contar la historia de este grupo de amigos vinculados a Oxford.
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LIBROS Teología de la liberación, teología de la Iglesia POR RODRIGO POLANCO, PBRO.
El Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF), Mons. Gerhard Ludwig Müller (nombrado por el Papa Benedicto XVI en julio de 2012), ha decidido la traducción al italiano y la publicación de este libro* que, en el año 2004, publicó junto con el padre Gustavo Gutiérrez en lengua alemana. Es un intento por exponer, de la manera lo más valiente y objetiva posible, la esencia, los aportes y el futuro de la teología de la liberación (TL), en cuanto reflexión que nace de una inquietud auténticamente evangélica y que está en sintonía con las preocupaciones de los últimos pontífices, en particular con la enseñanza social del Papa Juan Pablo II. El libro es de fácil lectura y cumple muy bien su objetivo de mostrar que la TL se encuentra “entre las corrientes más significativas de la teología católica del siglo XX”, y que “es teología en sentido estricto” (Müller, 19. 28). Efectivamente, a lo largo de su lectura se puede percibir “cómo ‘una auténtica Teología de la liberación’ (Juan Pablo II) y la doctrina social de la Iglesia católica son esenciales para el servicio de la Iglesia al mundo. Todos deben intentar hacer operativa la doctrina cristiana de la libertad y de la dignidad del hombre” (Müller, 187).
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ste libro, que causó comprensible interés en el mundo y entre los católicos, es un trabajo que está en continuidad con la famosa Carta del Papa Juan Pablo II a los obispos de Brasil: “En la medida en que se esfuerza por encontrar aquellas respuestas justas —… en armonía y coherencia con las enseñanzas del Evangelio,
de la Tradición viva y del perenne Magisterio de la Iglesia— estamos convencidos, tanto ustedes como yo, que la Teología de la liberación no sólo es oportuna, sino útil y necesaria. Debe constituir una etapa nueva —en estrecha conexión con las anteriores— de esa reflexión teológica iniciada con la Tradición apostólica y
* GUSTAVO GUTIÉRREZ – GERHARD LUDWIG MÜLLER, Dalla parte dei poveri. Teologia della liberazione, teologia della chiesa, Messaggero di sant’Antonio - Editrice missionaria italiana, Padova - Bologna 2013, 192 págs. El libro se puede adquirir vía Internet en www.emi.it.
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continuada con los grandes padres y doctores, con el magisterio ordinario y extraordinario y, en época más reciente, con el rico patrimonio de la doctrina social de la Iglesia expresada en documentos que van desde la Rerum novarum a la Laborem exercens” (Vaticano, 9 de abril de 1986). Efectivamente, el texto de G. L. Müller – G. Gutiérrez logra mostrar que el núcleo esencial de la TL —más allá de las múltiples diferencias, no exentas de errores y unilateralidades en alguno de sus diferentes autores y acentuaciones debidamente puntualizadas en su momento por el magisterio— en sus ya más de 40 años de reflexión, a partir de los desafíos que presenta la situación de pobreza e injusticia en Latinoamerica y el Caribe, ha sido una reflexión útil y necesaria, que en su núcleo esencial ha caminado en armonía y coherencia con el Evangelio y la doctrina de la Iglesia, que ha aportado respuestas justas y que hoy se encuentra en una nueva etapa en su objetivo de “hacer reconocible a Dios como Dios de la vida y como vencedor de la muerte en todas las dimensiones de la existencia humana” (Müller, 28). Esta reflexión es indispensable hoy día para la evangelización, ya que la pobreza y la injusticia, en nuestro contexto, son los factores que ponen la pregunta más acuciante para la fe en un Dios que se revela como amor y misericordia y que se preocupa por igual de todos sus hijos (cf. Mt 6, 25-34). ¿Cómo creer en un Dios que es amor si mi vida es marginal e injusta y sin esperanzas de un posible cambio? En ese sentido la TL se hace indispensable como teología fundamental, condición necesaria para la fe en Dios, para una fe que busca comprender (San Anselmo). El diálogo se desarrolla con G. Gutiérrez porque, además de ser el ‘padre’ de la TL, ha sido un sacerdote que ha vivido permanentemente
en diálogo con el magisterio de la Iglesia y en constante actividad pastoral en sus comunidades parroquiales del Perú, dando siempre un ejemplo de auténtico compromiso evangélico, hasta hacerse incluso religioso dominico. El libro tenía, en su versión original, seis capítulos intercalados alternadamente de cada uno de los dos autores. En esta versión italiana se le ha agregado un séptimo capítulo, bastante breve, escrito por el mismo G. L. Müller, ahora siendo prefecto de la CDF, en que hace un recuento de los elementos esenciales de la Instrucción de la CDF, Libertatis conscientia sobre la TL, en la cual el entonces prefecto, Cardenal Joseph Ratzinger, hacía una “valoración a nivel magisterial de la Teología de la liberación desarrollada en América Latina” (Müller, 181). El primer capítulo es un texto ya publicado por Gustavo Gutiérrez en 1994: “La teología: una tarea eclesial”. Hace una reflexión sobre el recorrido de la TL y ve que, aunque el contexto histórico ha cambiado muy significativamente, el desafío inicial sigue completamente vigente. Es la tarea de evangelizar desde un contexto particular que puede ser resumido por la pregunta: “¿cómo decir al pobre, al último de la sociedad, que Dios lo ama?” (Gutiérrez, 9). Es una pregunta básica de toda teología fundamental. Es ponerse las preguntas que dificultan la fe en Dios, prolegómeno para una evangelización fructífera. La respuesta encontrada ha sido la opción preferencial por los pobres (OPP), “compromiso exigente, expresión de un amor siempre nuevo y eje de una nueva evangelización del continente” (Gutiérrez, 14). Este ha sido el magnífico aporte de la Iglesia de Latinoamérica y el Caribe, aporte sancionado magisterialmente por las cuatro últimas Conferencias del Epis-
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copado de nuestro continente y asumido por en esa comprensión, la TL resulta ser, además, los papas Juan Pablo II y Francisco, pasando una realización latinoamericana del “desarropor Benedicto XVI. De hecho este último nos llo completo de la teología católica del siglo da su justificación teológica: “la opción pre- XX” (Müller, 23), en donde todos los miembros ferencial por los pobres está implícita en la de la Iglesia son portadores y responsables de fe cristológica en aquel Dios que se ha hecho la misión eclesial, con lo cual “queda superado pobre por nosotros, para enriquecernos con su también el foso entre una teología académica pobreza (cf. 2 Co 8, 9)” (Discurerudita y la reflexión creyente so inaugural de la Conferencia con respecto a la experiencia SE ACABA CON ESA de Aparecida). De allí que G. concreta de la comunidad” PERSISTENTE IDEA DE QUE Gutiérrez puede afirmar que (Müller, 25). Y sobre todo, “EXISTEN DOS ÓRDENES “evitando los errores de los siguiendo a autores como PARALELOS, ES DECIR, años precedentes”, “la OPP no Henri de Lubac, Karl RahUN FIN AUTÓNOMOsólo nos obliga a conocer con ner, e incluso Von Balthasar, SECULAR DEL HOMBRE seriedad y responsabilidad se acaba con esa persistente Y UNA REVELACIÓN la realidad y las causas de la idea de que “existen dos SOBRENATURAL”, SINO pobreza”, sino que “tal opción órdenes paralelos, es decir, QUE POR EL CONTRARIO debe marcar también nuestra un fin autónomo-secular del “EL HOMBRE, EN SU MÁS espiritualidad, esto es, el sehombre y una revelación soPROFUNDA UNIDAD COMO guimiento de Cristo que es ‘el brenatural”, sino que por el PERSONA Y EN AQUELLO camino, la verdad y la vida’ contrario “el hombre, en su QUE REPRESENTA EL (Jn 14,6)” (Gutiérrez, 15. 17). más profunda unidad como CORAZÓN, ESTÁ LLAMADO En el capítulo segundo, G. persona y en aquello que POR DIOS A EDIFICAR L. Müller hace un resumen representa el corazón, está LA VIDA INDIVIDUAL Y y valora muy positivamente llamado por Dios a edificar SOCIAL RELIGIOSAMENTE Y la TL. Con innegable penela vida individual y social ÉTICAMENTE”. EXISTE “UNA tración teológica nos da una religiosamente y éticamenCORRELACIÓN INSEPARABLE clave para comprender su te”. Existe “una correlación ENTRE CREACIÓN Y fundamento en “las nuevas inseparable entre creación y REDENCIÓN” (MÜLLER, 38). categorías adoptadas [por el redención” (Müller, 38). Esta Vaticano II] para expresar el no es una, sino ‘la’ clave inorigen y la misión de la Iglesia en el mundo de dispensable e insustituible para comprender hoy”. En este sentido es fundamental la nueva tanto el Vaticano II como la TL. Lo dice de comprensión de la Iglesia que nos entregan manera inmejorable la misma Constitución las Constituciones Lumen gentium y Gaudium Pastoral Gaudium et spes: “Cristo murió por et spes. “La Iglesia es sobre todo, en Jesucristo, todos, y la vocación suprema del hombre en signo e instrumento de la voluntad salvífica realidad es una sola, es decir, la divina” (GS universal de Dios para todos los hombres”. La 22). Por eso la TL es simplemente “un nuevo Iglesia “está al servicio de la humanidad con la modo de presentar la cooperación de los crisPalabra de Dios, con la oferta sacramental de tianos a la praxis transformadora del mundo su vivificante salvación y con la demostración de parte de Dios” (Müller, 26). “El servicio del ser-para-los-otros de Cristo en la diaconía dado a la práctica liberadora se realiza en por los pobres, por los desheredados y por el horizonte de una visión teocéntrica del aquellos a los cuales les es negada la dignidad hombre, y sobre la base de una toma de poy la justicia” (Müller, 20). Ahora bien, basada sición de Dios a favor del hombre necesitado
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de redención” (Müller 39). Es la doctrina de ción y del neo-liberalismo actual, el pobre se Mt 25 —que determinará la salvación eterna ha transformado en “el insignificante”, “el de cada hombre y mujer— aplicada a la vida invisible”. ¿No lo son acaso, a veces, también individual y social-estructural de la humani- para nosotros mismos? Frente a eso, a la luz dad de hoy. Pero supone que en una sociedad del Evangelio, “una reflexión teológica a partir fuertemente individualista, realmente veamos de los pobres, preferidos de Dios, se impone” a “tantos Lázaros a los que no se les consiente (Gutiérrez, 67). Lo segundo es que “detrás de sentarse a la mesa del rico epulón” (Benedicto cualquier inteligencia de la fe hay un modo XVI, Caritas in Veritate, 27). Es nuestro impe- de seguir a Jesús”. La espiritualidad, o seguirativo ético, parte del mensaje miento de Cristo, es y debe esencial de Jesús. ser “la columna vertebral del LA TL ES UNA En el siguiente capítulo G. discurso sobre la fe” (GutiéPREOCUPACIÓN POR EL Gutiérrez, en un escrito del rrez, 68). La espiritualidad es HOMBRE SUB RATIONE año 2000, mira al futuro. La lo que le da perseverancia y DEO. SOLO QUE TIENE UN teología como inteligencia de fuerza a las decisiones vitaNUEVO Y ORIGINAL PUNTO la fe, está estrechamente unida les y eclesiales. La TL está DE PARTIDA. “COMPRENDE a “las preguntas que proviecaminando por esta vía en LA TEOLOGÍA COMO nen de la vida y a los desafíos los últimos años. Y eso es un PARTICIPACIÓN ACTIVA, de la comunidad cristiana”, regalo para la Iglesia. Lázaro TRANSFORMANTE Y, POR “de tal manera que la teología no puede seguir sentado a la LO TANTO, PRÁCTICA EN se vincula al momento histópuerta del rico epulón, inviEL COMPLEJO ACTUAR rico y al mundo cultural en sible e insignificante. Una LIBERADOR INAUGURADO el cual estas preguntas aflosociedad y una economía POR DIOS, A TRAVÉS DEL ran”. Por eso “su actualidad que está produciendo esas CUAL LA HISTORIA DEVIENE depende prevalentemente de consecuencias no puede deUN PROCESO EN EL CUAL su capacidad de interpretar jar indiferente al que quiere SE REALIZA LA LIBERTAD” el mundo en el cual la fe es seg uir auténticamente a (MÜLLER, 82). vivida” (Gutiérrez, 45). Con aquel que ha venido a anuneste presupuesto G. Gutiérrez ciar a los pobres la Buena descubre tres desafíos actuales, entre los Nueva y a proclamar un año de gracia del cuales la pobreza inhumana y antievangélica Señor (Lc 4,18). sigue siendo la más acuciante porque arroja En el cuarto capítulo, G. L. Müller vuelve a una honda duda al modo como estamos proponer una serie de argumentos que muespercibiendo la fe cristiana —nosotros— los tran la necesidad y la utilidad de la TL. La juscristianos de nuestro continente. Si “hoy esta- tifica ampliamente en la línea de lo comenzado mos en condiciones de afirmar con la máxima con Libertatis conscientia y la Carta del Papa claridad que la pobreza, la injusticia y la mar- Juan Pablo II a los obispos de Brasil en 1986 ginación de personas y grupos humanos no y que han acogido luego los Papas Benedicto son acontecimientos fatales, sino que tienen XVI y Francisco. La justificación nace de su una causa humana y social”, entonces esto preocupación por el ser humano, por todo ser nos obliga a “examinar bajo una nueva luz humano. Afirma: “las condiciones sociales, las responsabilidades personales y sociales” económicas y eclesiales de los hombres en (Gutiérrez 57. 58). A partir de aquí G. Gutiérrez América Latina representan objetivamente una reflexiona sobre dos elementos exquisitamente dimensión de mi propio ser hombre…, desde evangélicos. En el contexto de la globaliza- un punto de vista subjetivo, mi comprensión
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teológica de la revelación de Dios es posible “consiste sobre todo en una nueva aproxisolo en el cuadro de la realización universal mación y en una nueva metodología, con la y escatológica de la salvación en la historia de cual los contenidos clásicos de la teología son la humanidad” (Müller, 75). Esta es una nueva transversalmente repensados” (Müller, 86). forma de asumir la máxima de Terencio: “nihil A continuación G. L. Müller explica latahumanum a me alienum puto”, tan recurrida por mente los tres pasos metodológicos de la TL, la patrística primitiva y que sirvió también los desafíos y peligros que ha debido sortear, de argumento para la amplia preocupación los errores que ha debido corregir y las falsas social de la Iglesia de los primeros siglos, interpretaciones que ha debido afrontar, para que sobrepasó ampliamente terminar mostrando “el enel marco de su época. Pero raizamiento de la TL original esta preocupación por el ser en la revelación bíblica y en EN PALABRAS DE METHOL humano, que nace ciertamenla gran tradición teológica y FERRÉ, RECORDADAS LUEGO te del Evangelio—“pues Él doctrinal de la Iglesia”. Por POR MASSIMO BORGHESI, mismo, el Hijo de Dios, con eso “la Iglesia en el tercer “EN CIERTO SENTIDO LA su encarnación, se ha unido, mundo, pero también la Igle‘EVAPORACIÓN’ DE LA TL HA en cierto modo, con todo sia como Iglesia universal, no DISMINUIDO EL EMPUJE DEL hombre” (GS 22)—, es teología puede renunciar a un ulterior CONJUNTO DE LA IGLESIA en sentido estricto, porque su desarrollo y a una aplicación LATINOAMERICANA PARA mirada y su praxis están sub de la TL”. “La TL es irrenunASUMIR LA CONDICIÓN DE ratione Deo. En efecto, Santo ciable” (Müller, 108-109). LOS POBRES CON CORAJE. Tomás afirma que “todo lo El último texto de G. GuCREO QUE LA IGLESIA que trata la doctrina sagrada tiérrez, publicado ya en 1996, ESTÁ PAGANDO EL PRECIO lo hace bajo el punto de vista es nuevamente un largo capíDE HABERSE LIBRADO de Dios, o bien porque se trata tulo que expone los desafíos DEMASIADO FÁCILMENTE DE de Dios mismo, o bien porque actuales para una TL. Es otra LA TL, QUE HUBIERA DEBIDO se trata de cosas ordenadas a forma de explicar lo que es HACER SU MAYOR APORTE Dios, como a su principio o a auténticamente la TL. ReaDESPUÉS DE LA CAÍDA DEL su fin” (S. Th. I,1,7). Y sabemos firma que su fundamento es COMUNISMO.” además que la vocación del netamente bíblico y que la ser humano es una, es decir, divina. La TL es OPP es el criterio de base. “En la carta Tertio entonces una preocupación por el hombre sub millennio adveniente…, recordando que Jesús ratione Deo. Solo que tiene un nuevo y original vino a evangelizar a los pobres (en referencia punto de partida. “Comprende la teología a Mt 11,5 y Lc 7,22), [Juan Pablo II] se pregunta: como participación activa, transformante y, ‘¿Cómo no subrayar más decididamente la por lo tanto, práctica en el complejo actuar opción preferencial de la Iglesia por los pobres liberador inaugurado por Dios, a través del y los marginados?’ (Nº 51)” (Gutiérrez, 119). El cual la historia deviene un proceso en el fundamento de esta opción es la gratuidad del cual se realiza la libertad” (Müller, 82). Así el amor de Dios por todos, sin distinción. De tal hombre se hace un co-laborador en este proceso manera que la OPP no es en primer lugar ni iniciado por Dios. Esto es lo que se ha llamado solo una estrategia pastoral, es sobre todo un el primado de la praxis. La inteligencia de la camino espiritual. En efecto, la Biblia acentúa fe es entonces la inteligencia de un actuar, de la prioridad del otro con respecto a mí: “Nadie una toma de posición frente a la vida y a los tiene mayor amor que el que da su vida por hermanos. De allí que la novedad de la TL sus amigos” (Jn 15,13). Pero si el otro —el po-
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bre— tiene prioridad sobre mí, la tiene a raíz palabras de Methol Ferré, recordadas luego de la gratuidad del amor de Dios por él y por por Massimo Borghesi— “en cierto sentido mí, porque es necesario amar como Dios ama, la ‘evaporación’ de la TL ha disminuido el ya que cada ser humano es imagen del mismo empuje del conjunto de la Iglesia latinoameDios. “Ser cristiano es responder a esta inicia- ricana para asumir la condición de los pobres tiva” de amor de Dios (Gutiérrez, 122). En Mt con coraje. Creo que la Iglesia está pagando 25 ha quedado manifestada plásticamente la el precio de haberse librado demasiado fáabsoluta identidad entre el amor a Dios y al cilmente de la TL, que hubiera debido hacer prójimo y sus consecuencias existenciales. su mayor aporte después de la caída del Luego revisa cómo viven los pobres en comunismo” (comentario al libro El Papa y nuestra economía planetaria. Millones viven el Filósofo, M. Ferré y A.Metalli, Ed.Biblos, en una cruel ‘insignificancia’ y son excluidos Bs.Aires, 2013). Es otra manera de afirmar del desarrollo. Aquí llega a un punto alto de aquello del Papa Juan Pablo II: “Queda mossu reflexión. La posmodernitrado cuán inaceptable es la dad tiene un pensamiento débil afirmación de que la derrota “que implica la disolución del del socialismo deja al capiFRENTE A ESTO, G. pensamiento fundante, esto talismo como único modelo GUTIÉRREZ, EN LÚCIDA es, de la metafísica (G. Vattide organización económica” ARMONÍA CON LO QUE mo)”. “Toda concepción uni(Centesimus annus, 35). LUEGO AFIRMARÁ FIDES taria de la historia está, por Los capítulos 6 y 7, escritos ET RATIO, DESCUBRE QUE lo tanto, excluida”. “No hay por G. L. Müller, hacen de LA OPCIÓN PREFERENCIAL fundamentos metafísicos del conclusión. Junto con ‘agraPOR LOS POBRES ES, devenir histórico” (Gutiérrez, decer a su amigo Gustavo ADEMÁS DE UNA OPCIÓN 143. 144). Frente a esto, G. GuGutiérrez’, considera “este ÉTICA FUNDAMENTAL, UNA tiérrez, en lúcida armonía con libro como una contribución AFIRMACIÓN METAFÍSICA lo que luego afirmará Fides et a la superación de la indifeESENCIAL. ratio, descubre que la OPP es, rencia hacia el sufrimiento y además de una opción ética fundamental, hacia las necesidades de nuestros hermanos y una afirmación metafísica esencial. El amor nuestras hermanas, pero también como sistema preferencial y concreto por los excluidos de coordenadas para la correcta interpretación es un camino para reconocer que existe un de la TL” (Müller, 180). fundamento último: el amor gratuito de Dios Un libro que, además de ser entretenido, y la dignidad de todo ser humano; que hay transparenta amor a Dios y deseos de transvínculos indisolubles entre los hombres y mitir el Evangelio. Llama a la conciencia sobre mujeres del mundo: la solidaridad y respon- nuestro real y concreto amor al prójimo y, sobre sabilidad mutua; y que existe un proyecto todo, nos invita a no dejarnos llevar por una ético mundial con repercusiones económicas cultura que abandona en la insignificancia y el y culturales: el reino de Dios que se hace con- sufrimiento a personas y grupos completos por creto en un mundo en donde el ser humano las cuales el mismísimo Hijo de Dios entregó sea el centro porque es imagen de Dios. Por su vida. Y, en otro sentido, nos ayuda también eso G. L. Müller afirma que “la TL debería a ser críticos y abiertos a las mociones del Espíconsiderarse como una alternativa radical ritu Santo en la Iglesia y el mundo. ¿No es esto a la concepción marxista del hombre y a la acaso una forma de vivir lo que anhela el Papa utopía histórica que nace de ella” (Müller, Francisco?: “¡Ah, cómo me gustaría una Iglesia 109). Mientras que desde otra ribera —en pobre y para los pobres!” (16 marzo 2013).
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En Él solo la Esperanza Jorge Mario Bergoglio Biblioteca de Autores Cristianos Madrid, 2013 152 págs.
Esta obra, de nombre sugerente, compila los Ejercicios Espirituales dirigidos por el cardenal Jorge Mario Bergoglio a un número considerable de obispos españoles en enero de 2006. La tónica del texto está signada por la esperanza que, a decir del autor, “discierne entre el bien y el mal, es combativa; combate sin ansiedad ni obcecación, con la firmeza de quien sabe que corre a una meta segura”. Entrados ya en el escrito, un acento sustancial está a en subrayar la centralidad del encuentro con el Señor como principio y fundamento para una auténtica vida cristiana. En efecto, una y otra vez se insiste en que la vida radicada en el Señor es el fundamento necesario para la vocación episcopal, mas allá de las naturales debilidades que germinan en el corazón de todo discípulo. El encuentro con Cristo, consecuencialmente, es condición de posibilidad para la fecundidad de la misión evangelizadora del obispo. El fino camino de discernimiento, al que nos conduce cada una de las meditaciones, hace caminar al ejercitante desde el pecado y la conversión hasta la generosidad sin medida propia del ministerio; desde las tentaciones crecientes y sutiles hasta
la renovada opción por el Señor, que hace nuevas todas las cosas; desde el itinerario formativo que nos regala el Evangelio hasta el develamiento del Príncipe de este mundo, que asola el corazón humano buscando llevarlo lejos del amor y del perdón. El proceso seguido es de enorme vitalidad, quizás porque el Arzobispo de Buenos Aires pareciera transmitir, de manera plástica, un itinerario propio de madurez espiritual. La recurrencia a los textos del Antiguo y del Nuevo Testamento, siempre pertinente y acertada, hace que estas meditaciones sean particularmente enjundiosas. Es Dios mismo el que pareciera interpelar para que la vida del ejercitante se conduzca armoniosamente a un arraigo más profundo y vivo en el Señor que dé firmeza a la fe. Las temáticas más recurrentes, a mi juicio, son tres: el discernimiento de espíritus, que es un modo de vida, y que se hace “desde la fundamental adhesión al Señor, desde el deseo de vencer a sí mismo y ordenar su vida sin determinarse por afección alguna”; la humildad que, al decir del autor, será pobre “porque estará muy cerca de saber lo esencial: lo que viene bien y lo que viene mal, sin perderse en los engaños de las riquezas”: y la piedad o unción “nacida del contacto directo con la fidelidad del Señor de la historia” y que impregna toda la vida del seguidor. No deja de llamar la atención la iluminadora insistencia del autor en la presencia del espíritu del mal y en su acción. En una cultura que ha olvidado al demonio o que vive como si no existiera, el cardenal Bergoglio, sin respetos humanos, les habla a obispos particularmente ilustrados acerca de la necesaria conciencia de que el espíritu del mal actúa buscando arrebatarle al hombre la felicidad imperecedera. En síntesis, en poco más de cien páginas, “En Él solo la esperanza” es una obra para ser rezada, que conduce al lector a las profundidades más sublimes y más simples del corazón humano, entregándole herramientas propias de la Tradición de la Iglesia para que vigorice su fe, se arraigue en la esperanza y renueve su opción por Cristo. También el texto es una suerte de ventana que permite al lector visualizar, como por una ventana, líneas maestras del talante espiritual del Papa Francisco. Cristián Rocagliolo, Pbro. Adquirir vía Internet en www.bac-editorial.com
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Caminos de la Filosofía Alejandro Llano Editorial Eunsa Pamplona, 2011 585 págs.
Se tiene un grato recuerdo de conversaciones cultas, chispeantes, ingeniosas. Un placer semejante es el que nos proporciona el libro Caminos de la filosofía. Tres jóvenes y promisorios profesores que tienen en común haber hecho su tesis doctoral con el profesor Alejandro Llano interrogan a su maestro en torno a su obra filosófica. A través de incisivas e inteligentes preguntas –hay toda una sabiduría en saber preguntar- van recorriendo el fecundo magisterio de Alejandro Llano Cifuentes, plasmado en más de 20 libros y abundantes artículos. Hay que agradecer a estos tres profesores (la mexicana Marcel García, Lourdes Flamarique y José María Torralba) por la agudeza y perspicacia de sus preguntas que permitieron a Llano dar cuenta de su trayectoria intelectual abierta tanto a las eternas cuestiones filosóficas como a candentes temas actuales. Bajo el formato de un diálogo se abordan cuestiones cruciales de teoría del conocimiento, de metafísica, ética y antropología. No considera fecundo que la filosofía se encierre y refugie exclusivamente en temas específicos y se haga demasiado técnica y ahistórica. Sin trasfondo filosófico el discurso social, artístico y cultural se trivializa. Es el pensamiento filosófico el que confiere profundidad y relevancia a la propia cultura. Asimismo sostiene que una de las debilidades de la filosofía más reciente es haber prescindido del enfoque teológico-religioso.
Una de las propuestas más originales es la que propugna una “metafísica mínima”: no existe la metafísica, sino una metafísica. El intento (fracasado) de hacer la metafísica no es clásico, sino que es idealista, hegeliano. Muchas de las preguntas que le plantean al profesor Llano giran en torno a Kant. Es reconocido como uno de los principales expertos en el filósofo alemán, al que sabe valorar por su filosofía de la contención, pero al que tampoco ahorra sus críticas desde una filosofía más cercana al realismo cognoscitivo. Enfatiza el papel que juega la intencionalidad en el conocimiento, que se ve obstaculizada por el representacionismo. La forma conocida es la misma que la forma real, solo que poseída con un ser intencional, que se agota en remitir a la realidad. Hay que conjugar, de modo que se identifiquen, tres actos: el acto del cognoscente, el acto de conocer y el acto de lo conocido. Un aporte más original lo plantea en Metafísica tras el final de la Metafísica cuando sostiene que no se debe traducir el ipsum esse subsistens como el mismo ser subsistente. Tomás de Aquino con mucha más frecuencia utiliza expresiones como suum esse o ipsum esse suum para referirse al ser de Dios. Lo que subsiste en Dios no es el ser, sino su ser, y esto cambia por completo el problema y lo resuelve. Otro frente de preguntas giró en torno al libro Metafísica y lenguaje. Llano está consciente de que los problemas que se pueden resolver de manera exclusivamente lógico-analítica no son muchos, y no siempre de gran alcance. Asimismo comprueba que la tradición analítica está lastrada de empirismo y nominalismo. Sostiene que para evitar la completa inmersión en el lenguaje es crucial advertir que ciertos conocimientos se dan sin apoyo lingüístico. Hace 25 años hizo época La nueva sensibilidad, libro plenamente vigente. Plantea “otro modo de pensar” basado en la analogía. Se debe “salvar la modernidad de sí misma”, aunque para ello sea preciso dejar de lado su versión más convencional y conocida, la de la Ilustración. Llano considera que la característica de la modernidad tardía ha sido la “colonización de los mundos vitales”. En cambio la posmodernidad propugna una tranquila rebelión de los niveles básicos de índole cultural más que económico y político. Las nuevas sensibilidades están enraizadas en el mundo vital. Por ello valora lo cualitativo frente a lo meramente cuantitativo; la solidaridad, en lugar de la competencia; lo emocional y entrañable, en vez del frío racionalismo; lo personal e insustituible,
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contra lo serial y repetitivo. Propone una “desmercantilización de la economía” y una “desburocratización de la política”, para que comparezcan públicamente los espacios de la solidaridad. He ofrecido solo un esbozo de la riqueza de este diálogo de tres inteligentes profesores con su maestro. Todavía habría que mencionar el impacto político de Humanismo cívico, su libro lleno de admiración por René Girard, su ejemplar defensa de la verdad como fin de la universidad, el aprecio a la filosofía práctica, la relación de filosofía y cristianismo, todo ello y más, salpicado de sabrosas anécdotas biográficas, de este importante filósofo español. En esta obra se encuentra compendiada su trayectoria intelectual. Se entiende por qué la Universidad de los Andes (Santiago-Chile) le concederá el doctorado Honoris Causa, honor que ya recibió de la Universidad Panamericana de México. Asimismo ha recibido el máximo galardón –medalla de oro- que otorga la Universidad de Navarra, su alma mater. Jorge Peña Vial Adquirir vía Internet en www.eunsa.es
El camino de Europa Otto de Habsburgo Ediciones Encuentro Madrid, 2011 269 págs.
O tto de Habsburgo constituye una de las últimas personalidades del siglo pasado que puede ser llamado con justa razón estadista. Fue hijo del Beato
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Carlos de Habsburgo, último Emperador de Austria y Rey apostólico de Hungría, y de la Emperatriz y Reina Zita Borbón-Parma. Su vida se vio ensombrecida por la guerra, las penurias y la persecución. Pese a ello, su visión del presente y futuro de Europa suele ser de una profundidad y de una vigencia que trascienden lo temporal. Esta publicación titulada “El camino de Europa” reúne una selección de 61 artículos publicados por el diario español ABC entre los años 1991 y 1999. Cada semana, nuestro autor nos presenta su idea de Europa, de sus dilemas y de su verdadera naturaleza. La vivencia de la esperanza constituye el hilo conductor de muchas de sus intuiciones. Esta idea lo lleva a sostener: “El futuro todavía está en manos de nuestra generación, que podrá determinarlo actuando o manteniéndose al margen. La cuestión dependerá sobre todo si hay suficientes personas que tengan el valor de plantar cara de una vez al supuesto “espíritu de los tiempos” y guiarse por los valores eternos. El futuro no les pertenece” (p. 54). El “telos” no constituye un fatalismo frente al porvenir, sino que es camino de construcción desde una óptica cristiana. Europa debe volver su mirada a sus raíces más profundas. Solo en ese momento comprenderá el sentido de su misión en el mundo y en la historia. Las páginas de cada uno de estos artículos poseen dos características fundamentales: clarividencia y sensatez frente a lo contingente. Así pues su mirada está puesta en el porvenir. Más el presente constituye el punto de partida. Por ello, Otto de Habsburgo jugó un papel clave como diputado de la Unión Social Cristiana en el Parlamento Europeo. Este rol le permitió expresar su preocupación por el destino de los países de la Europa Central durante y después del yugo comunista. Ello lo llevará s sostener que la desintegración del Imperio Austro-Húngaro es una consecuencia de tratados carentes de visión histórica y de sentido común (Tratado de Yalta). Consecuencia de ello es la diversidad de conflictos que se han originado en la Europa Central desde la caída del comunismo. Otto de Habsburgo refiriéndose al reconocimiento de Croacia y Eslovenia por parte de la Comunidad Económica Europea afirma: “Europa ha demostrado que un pueblo valiente, carente de armas, pero dispuesto a morir por su patria, siempre acaba imponiéndose. También hoy día los hombres siguen siendo más fuertes que las máquinas. Esto lo han demostrado al
mundo los croatas y eslovenos” (pp. 191-192). Pero más allá de una opinión política, nuestro autor plantea un reencantamiento de la idea de nación o de pueblo en pos de una unidad mayor, la cual sostiene lo minoritario. Europa está llamada a ser más que un continente: “Si queremos permanecer fieles a nosotros mismos y a nuestra dirección, la condición necesaria sigue siendo la unidad, pero solo en la diversidad” (p.127). Por ello, el pensamiento de este intelectual constituye una renovación basada en la tradición y en la cultura de una historia que se remonta al mismo nacimiento de los Habsburgo. Bernardo Álvarez, O.S.B. Adquirir vía Internet en www.ediciones-encuentro.es
Hombre- Mujer. El misterio Nupcial Angelo Scola Ediciones Encuentro Madrid, 2011 490 págs.
No es la primera vez que don Angelo Scola, actualmente Cardenal Arzobispo de Milán, dedica una publicación al misterio de la relación hombre-mujer, evidenciando sus características y revelando su significado más profundo. Su larga trayectoria docente, además de director del Instituto Juan Pablo II en la Universidad de Letrán, y su permanente contacto con hombres y mujeres de todas las edades, le han dado la oportunidad de profundizar el tema sea en la reflexión teológica, como en la meditación desde el
compartir y acompañar la vida de muchas personas. En el texto que aquí presentamos, en forma sintética y precisa, desarrolla el tema desde la diferencia sexual, como hace intuir el mismo título: “La ‘cuestión decisiva’ del amor: hombre-mujer”; todavía más incisivo el título original en italiano: “Uomo-donna: il ‘caso serio’ dell’amore”. No es difícil intuir que este enfoque tiene presente el contexto actual y vigente de ciertas problemáticas ampliamente debatidas sobre géneros, y quiere ayudar a mirar de nuevo a la realidad. Y justamente mirando la realidad, el punto de partida más básico es el dato de la diferencia sexual, en la que está inscrita la verdad de la persona humana, en cuanto estructuralmente abierta y orientada a la relación, y a una relación en la que cada uno se realiza en el don de sí mismo. A su vez esta misma apertura que enseña el don de sí mismo como auténtica y plena realización de sí lleva inscrita una tensión al infinito, a un más allá que se concreta en la fecundidad. Diferencia sexual, don de sí y fecundidad constituyen la unidad indisoluble del misterio nupcial, es decir, de la verdad de la relación entre hombre y mujer, de la verdad última de cada persona humana, y marcan el camino, el itinerario viable de su realización. Justamente la unidad de estos tres factores es lo que es cuestionado y destruido por la cultura dominante, como un grave atentado a la verdad y la permanencia de lo humano mismo. El texto lo podríamos calificar de “antropología teológica”, porque esta lectura de la realidad es continuamente sacada de la revelación, de la Sagrada Escritura, partiendo del Génesis, hasta entrar en el misterio mismo de la Santísima Trinidad revelado en Cristo, y a la luz del cual, y solamente así, se logra aclarar hasta el fondo el misterio del hombre, según la afirmación clara y definitiva de Gaudium et spes. Sin embargo, como se afirma en la conclusión, es necesario “demostrar la total ‘correspondencia’ entre el plan de Dios sobre persona, matrimonio y familia y las exigencias profundas del corazón del hombre” (pp. 99-100). Es por eso que el texto se desarrolla, aun partiendo siempre de la Escritura o volviendo a ella, en diálogo permanente con ciertas experiencias básicas, elementales, que cualquiera puede reconocer en sí mismo con cierta evidencia, reflexionando con lealtad y profundidad sobre lo que le acontece.
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Considero que esta característica metodológica es el aspecto más precioso del texto, además de ser el más urgente hoy en día. De hecho, como advertía agudamente muchos años atrás el entonces cardenal Ratzinger, no es suficiente proclamar la verdad si no se hace percibir toda su correspondencia a las preguntas humanas, a la necesidad que cada hombre es. Por eso me parece oportuno detenerme sobre algunos ejemplos, para ayudar a madurar esta clave de lectura. Al hablar del amor, el don de sí, el segundo factor de la “trilogía”, se cita a Guillermo de Saint-Thierry: “¡Oh amor que eres tal incluso cuando llegues a degenerar por completo!” (p. 63). Con esta frase, corroborada en términos distintos en Los cuatros amores de Lewis, se reafirma la tradicional no contraposición entre eros y ágape de la cultura y teología católica. De hecho cualquiera puede experimentar todas las veces que con un movimiento instintivo extiende las manos para aprehender el objeto de su deseo (eros), que está buscando un cumplimiento, de alguna forma saliendo de sí mismo, y proyectándose hacia un infinito. Es verdad que este deseo puede “desembocar en el más exquisito acto oblativo de la libertad”, que incluye un sacrificio (ágape), o sucumbir a “la tentación de instrumentalizarlo todo” (cfr. pp. 60-61). Es evidente también que la primera alternativa es la que resplandece en el misterio cristiano, en Cristo mismo: solamente en Él se alcanza a intuirla, por verla ya realizada como un acontecimiento, y, más todavía, solamente en Él esta verdad se hace posible de vivir para cualquier hombre. Pero cada uno puede juzgar dónde está el auténtico cumplimiento deseado, exigido por nuestra propia naturaleza: en otros términos, cuál de las dos alternativas, en las que continuamente nos sorprendemos involucrados y divididos dentro de nosotros, realmente corresponde a nuestra expectativa, hacia donde está objetivamente encaminada nuestra propia naturaleza. Me parece un ejemplo de cómo el autor ayuda al lector a realizar la comparación entre la verdad revelada y las exigencias de su corazón, para juzgar qué tan correspondientes resultan entre ellas: pero el juicio no puede sino ser personal, de cada uno.
En otro pasaje, hablando del “vínculo fiel”, el autor cuenta en forma más directa todavía: “No me canso de repetir a los jóvenes lo siguiente: ‘Os desafío a que digáis a la muchacha de la que estáis sinceramente enamorados: “Te quiero”, sin añadir: “para siempre”’. … ninguna fragilidad humana y cultural conseguirá sustraer del amor humano su predisposición natural al “para siempre” (p. 67). ¿Quién podría sinceramente, ante este desafío, eliminar el “para siempre”? Realmente la verdad revelada, es decir, Cristo vivo, cumple en forma gratuita y sorprendente, más allá de nuestra imaginación, con Su presencia, con Su gracia, lo que toda nuestra naturaleza grita, pero que con nuestra sola naturaleza ni siquiera alcanzamos a entender y definir como pregunta: no sabemos ni siquiera qué pedir. Un tercer ejemplo: ¿quién no desea llegar a ser una sola cosa con la persona amada? (cfr. p. 71). En la oración de Jesús al Padre en el capítulo 17 de San Juan tenemos la garantía de que esto pueda acontecer (cfr. p. 71). El texto griego suena así: “que sean consumados en la unidad”, donde el término “consumados” tiene en su raíz la palabra “fin”: es decir que se “realicen”, que se “cumplan” en la unidad. Una vez más, la unidad con el otro deseada desde lo más profundo de nuestro ser e imposible de realizar, es prometida y donada como fruto de la gracia de Cristo, de la participación en su misterio. Cabe notar que esta “correspondencia” puede convencer y cautivar, no si apenas se muestra en una exposición académica, aunque adecuadamente fundamentada, sino solamente si se ofrece realmente existente “en vivo”, con la posibilidad de hacer real experiencia de ella en carne propia. En este sentido el texto de don Angelo Scola es una invitación y una ayuda a un trabajo educativo, llevado a cabo por testigos de esta verdad que introducen a otros en la real posibilidad de experimentarla. “Es preciso volver a la cosa en sí”: esta frase de Husserl es la conclusión con la que el autor termina su recorrido. “Ensanchemos la razón”, ha sido uno de los temas dominantes del anterior Pontificado de Benedicto XVI. Podemos decir que Scola en este texto ofrece un ensayo de cómo, ensanchando la razón, se puede volver a la cosa en sí. Antonio Giacona, Pbro. Adquirir vía Internet en www.ediciones-encuentro.es
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Una Obra que Brota del Corazón Luis Herrera Aguerrevere Novum Editorial Santiago de Chile, 2013 151 págs.
Prologado por el Arzobispo de Santiago, Mons. Ricardo Ezzati Andrello, y presentado por el presidente de la Fundación Banmédica, señor Carlos Eugenio Lavín, este libro visual retrata la obra de una Congregación que revive continuamente las enseñanzas de la parábola del Buen Samaritano. Es una obra que expresa una realidad conmovedora que renace en medio de la cotidianidad, expresando con energía y sencillez el mensaje de Jesús vivo en medio de una comunidad religiosa. La oportuna aparición de este libro visual se inserta en la conmemoración de los 35 años de la fundación de las Hermanas del Buen Samaritano y de los 70 años de vida religiosa de su fundadora, la Madre Irene García de Prado, retratando la vida de esta Obra que pone su acento en descubrir el sufrimiento existente en el interior de las personas no con los ojos del cuerpo, sino con los del alma.
“La verdadera alegría también nace del dolor”, título del prólogo del autor, resume la vivencia de un verdadero milagro que se hace palpable a través de fotografía testimonial, expresando de forma a veces cruda, otras ingenua, la labor realizada en esta Casa de Dios, que alberga cerca de 400 enfermos, muchos de ellos terminales o abandonados El libro se divide en dos grandes temas. El primero, “70 Años de Profesión Religiosa. 35 Años de Vida de la Congregación”, narra la historia de las Hermanas del Buen Samaritano en Molina, partiendo de los albores de la vocación de su fundadora, la Madre Irene, religiosa de gran corazón y de un espíritu decidido y apasionado de Dios. El segundo capítulo, “Un Día en la Casa del Buen Samaritano”, es una crónica de la vida diaria que parte antes de nacer el sol, en medio de un ambiente de oración y recogimiento y que –sin abandonar nunca el espíritu de oración- transita por las vías intensas del servicio, incansable, intenso y lleno de imprevistos, acogiendo a cerca de 400 almas contraídas por el dolor, pero llenas del afecto que emana del corazón de las Hermanas del Buen Samaritano. La obra finaliza con testimonios de quienes experimentaron en su paso por la Casa del Buen Samaritano, la alegría de servir a los más pobres entre los pobres. Mons. Ricardo Ezzati concluye su presentación con un sentimiento que se hace común entre quienes han podido apreciar esta obra: “Cómo no alegrarse de que, en nuestra Patria, el Señor haga surgir signos de su cercanía y de su misericordia”. Es un libro que vale la pena leer, ya que tiene la virtud de compartir un ejemplo claro y elocuente de lo que el Papa Francisco nos pide insistentemente: “llegar con amor e intensidad a las fronteras existenciales en la búsqueda de los más necesitados”. María Gabriela Herrera Adquirir vía Internet en www.editorialnovum.cl
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Sobre los Autores RÉMI BRAGUE. Premio Ratzinger 2012. Titular Cátedra Romano Guardini, Universidad de Munich. Miembro del Consejo de Consultores y Colaboradores de revista HUMANITAS. ANSELMO ÁLVAREZ, OSB. Abad del Valle de los Caídos. Miembro del Consejo de Consultores y Colaboradores de revista HUMANITAS. LUIGI GUISSANI. (1922 - 2005) Sacerdote italiano, fundador del movimiento eclesial Comunión y Liberación. GERHARD L. MÜLLER. Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Neo Cardenal de la Santa Iglesia. MICHAEL SMITH, SJ. Docente en el St. Aloysius College de Glasgow. El presente texto fue publicado originalmente en La Civiltà Cattolica 3893. WILLIAM E. CARROLL. Catédra Tomás de Aquino en Teología y Ciencia, Blackfriars, Oxford. Miembro del Consejo de Consultores y Colaboradores de revista HUMANITAS. PABLO VERDIER MAZZARA. Profesor de la Facultad de Medicina de la Pontificia Universidad Católica de Chile. JAIME ANTUNEZ ALDUNATE. Director de Revista HUMANITAS. Miembro de Número de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. ANDREA DALL’ASTA, SJ. Director de la Gallería San Fedelle de Milán.
COMITÉ EDITORIAL DE HUMANITAS
JOSÉ MIGUEL IBÁÑEZ LANGLOIS. Presbítero, teólogo, poeta y crítico literario chileno. Miembro del Consejo de Consultores y Colaboradores de revista HUMANITAS. GIANFRANCO MORRA. Catedrático de Sociología de los Procesos Culturales en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad de Bolonia. NICOLÁS JOUVE. Doctor en Ciencias Biológicas por la Universidad Complutense de Madrid. Catedrático de Genética desde 1977, en diversas Universidades de España. JOSÉ LUIS CEA EGAÑA. Presidente de la Academia Chilena de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Abogado y profesor de derecho de la Universidad Católica de Chile. Miembro y Ex Presidente del Tribunal Constitucional de Chile. AUTORES EN PANORAMA Y LIBROS.
Dominique Rey. Obispo de Toulon. Del Consejo de revista Humanitas. George Weigel. Escritor católico y cientista político estadounidense. Vittorio Messori. Autor italiano, especialista en asuntos de Iglesia. Henri Hude. Del Consejo de revista Humanitas.
Rodrigo Polanco. Del Consejo de revista Humanitas.
Cristián Rocangoglio. Vice Gran Canciller de la PUC.
Bernardo Álvarez, OSB. Monje benedictino, doctorando en Teología PUC. Antonio Giacona. Profesor de Teología de la PUC.
Jaime Antúnez. Director de Revista HUMANITAS. Doctor en Filosofía. Miembro de número de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Hernán Corral. Doctor en Derecho. Miembro de Número de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Samuel Fernández. Doctor en Teología. Ex decano y profesor de la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Director del Centro de Estudios Padre Alberto Hurtado. Gabriel Guarda O.S.B. Abad emérito del Monasterio Benedictino de la Santísima Trinidad de Las Condes. Premio Nacional de Historia 1984. Miembro de número de la Academia de la Historia, del Instituto de Chile. René Millar. Doctor en Historia. Ex decano de la Facultad de Historia, Geografía y Ciencia Política de la P.U.C. y profesor titular del Instituto de Historia. Miembro de número de la Academia de la Historia, del Instituto de Chile. Pedro Morandé. Doctor en Sociología. Decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la P.U.C. Miembro de número de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Ricardo Riesco. Doctor en Geografía. Rector de la Universidad San Sebastián. Miembro de Número de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Francisco Rosende. Decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad Católica de Chile. Master of Arts en Economía, Chicago. Juan de Dios Vial Correa. Ex Rector de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Ex Presidente de la Pontificia Academia para la Vida. Miembro de Número de la Academia de Ciencias del Instituto de Chile. Juan de Dios Vial Larraín. Ex Rector de la Universidad de Chile. Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales 1997. Miembro de Número de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Arturo Yrarrázaval. Doctor en Derecho. Ex Decano de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
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HUMANITAS Revista de Antropología y Cultura Cristianas Publicación trimestral de la Pontificia Universidad Católica de Chile La revista HUMANITAS nace de la conveniencia de que la Universidad disponga para el servicio de la comunidad universitaria y de la opinión pública en general, de un órgano de pensamiento y estudio que busque reflejar las preocupaciones y enseñanzas del Magisterio Pontificio (Decreto Rectoría Nº 147/95, visto 2º). DIRECTOR Jaime Antúnez Aldunate COMITE EDITORIAL Hernán Corral Talciani Samuel Fernández Eyzaguirre Gabriel Guarda, O.S.B. René Millar Carvacho Pedro Morandé Court Ricardo Riesco Jaramillo Francisco Rosende Ramírez Juan de Dios Vial Correa Juan de Dios Vial Larraín Arturo Yrarrázaval Covarrubias SECRETARIA DE REDACCIÓN Marta Irarrázaval Zegers CONSEJO DE CONSULTORES Y COLABORADORES Presidente Honorario: S.E.R. Cardenal Francisco Javier Errázuriz Ossa. Arzobispo Emérito de Santiago. Héctor Aguer, Anselmo Álvarez, O.S.B., Carl Anderson, Andrés Arteaga, Francisca Alessandri, Antonio Amado, Felipe Bacarreza, Rémi Brague, Jean-Louis Bruguès, O.P., Rocco Buttiglione, Massimo Borghesi, Carlos Francisco Cáceres, Cardenal Carlo Caffarra, Cardenal Antonio Cañizares, Jorge Cauas Lama, Guzmán Carriquiry, William E. Carroll, Alberto Caturelli, Cesare Cavalleri, Fernando Chomali, Francisco Claro, Ricardo Couyoumdjian, Mario Correa Bascuñán, Francesco D’Agostino, Adriano Dell’Asta, Vittorio di Girolamo, Carmen Domínguez, José Manuel Eguiguren, Carlos José Errázuriz, José María Eyzaguirre, Jesús Colina, Luis Fernando Figari, Juan Ignacio González, Stanislaw Grygiel, Gonzalo Ibáñez Santa-María, Raúl Hasbun, Henri Hude, José Miguel Ibáñez, Raúl Irarrázabal, Lydia Jiménez, Paul Johnson, Jean Laffitte, Nikolaus Lobkowicz, Alfonso López Quintás, Alejandro Llano, Raúl Madrid, Javier Martínez Fernández, Patricia Matte Larraín, Carlos Ignacio Massini Correas, Mauro Matthei, O.S.B., Cardenal Jorge Medina, Livio Melina, Augusto Merino, Dominic Milroy, O.S.B., Fernando Moreno Valencia, Rodrigo Moreno Jeria, José Miguel Oriol, Francisco Petrillo, O.M.D., Bernardino Piñera, Aquilino Polaino-Lorente, Rodrigo Polanco, Cardenal Paul Poupard, Javier Prades, Dominique Rey, Florián Rodero L.C., Alejandro San Francisco, Romano Scalfi, Cardenal Angelo Scola, David L. Schindler, Josef Seifert, Gisela Silva Encina, Robert Spaemann, Paulina Taboada, William Thayer Arteaga, Olga Ulianova, Luis Vargas Saavedra, Miguel Ángel Velasco, Juan Velarde Fuertes, Aníbal Vial, Pilar Vigil, Richard Yeo, O.S.B.
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EXTRANJEROS
Andrés Arteaga: Obispo Auxiliar de Santiago. Profesor de la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica de Chile. (UC) Francisca Alessandri: Profesora de la Facultad de Periodismo, UC. Antonio Amado: Profesor de Metafísica de la Universidad de los Andes. Felipe Bacarreza: Obispo de Los Ángeles, Chile. Carlos Francisco Cáceres: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Jorge Cauas Lama: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Fernando Chomali: Arzobispo de Concepción. Miembro de la P. Academia Pro Vita. Francisco Claro: Decano Facultad de Educación, UC. Ricardo Couyoumdjian: Profesor del Instituto de Historia, UC. De la Academia de la Historia del Instituto de Chile. Mario Correa Bascuñán: Secretario General de la Pontificia Universidad Católica. Profesor de la Facultad de Derecho, UC. Carmen Domínguez: Abogado, Directora del Centro UC para la Familia. Vittorio di Girólamo: Profesor de la Universidad Gabriela Mistral. José Manuel Eguiguren Guzmán: Fundador del Movimiento Apostólico Manquehue Carlos José Errázuriz: Consultor Congregación para la Doctrina de la Fe. Profesor de la Pontificia Università della Santa Croce. José María Eyzaguirre: Profesor de la Facultad de Derecho, UC. Jesús Colina: Director de Aleteia. Juan Ignacio González: Obispo de San Bernardo, Chile. Raúl Hasbun: Sacerdote de Schöenstatt. Profesor del Seminario Pontificio Mayor de Santiago. Gonzalo Ibáñez Santa-María: Profesor y ex rector de la Universidad Adolfo Ibáñez. José Miguel Ibáñez Langlois: Teólogo y poeta. Raúl Irarrázabal Covarrubias: Arquitecto. Presidente de la Asociación Chilena de la Orden de Malta. Raúl Madrid: Profesor de la Facultad de Derecho, UC. Patricia Matte Larraín: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Presidenta de la Sociedad de Instrucción Primaria. Mauro Matthei, OSB: Sacerdote y monje benedictino. Historiador. Cardenal Jorge Medina: Prefecto emérito de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Augusto Merino: Cientista político, profesor de la Universidad Adolfo Ibáñez. Fernando Moreno: Filósofo, director del programa de Ciencia Política de la Universidad Gabriela Mistral. Rodrigo Moreno Jeria: De la Academia Chilena de la Historia. Bernardino Piñera: Arzobispo Emérito de La Serena. Rodrigo Polanco: Presbítero, profesor de la Facultad de Teología de la UC. Alejandro San Francisco: Profesor del Instituto de Historia, UC. Gisela Silva Encina: Escritora. Paulina Taboada: Médico. Miembro de la Pontificia Academia Pro Vita. William Thayer Arteaga: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Olga Uliánova: Doctora en Historia por la Universidad de Lomonosov, Moscú. Investigadora de la Universidad de Santiago. Luis Vargas Saavedra: Profesor de la Facultad de Letras, UC. Aníbal Vial: Ex rector Universidad Santo Tomás. Pilar Vigil: Médico. Miembro de la Pontificia Academia Pro Vita.
Héctor Aguer: Arzobispo de la Plata, Argentina. Anselmo Álvarez, OSB: Abad de Santa Cruz del Valle de los Caídos. Carl Anderson: Caballero Supremo de los Caballeros de Colón. Rémi Brague: Premio Ratzinger 2012. Titular cátedra Romano Guardini, Universidad de Munchen. Jean-Louis Bruguès, OP: Archivista y bibliotecario de la Santa Iglesia. Obispo emérito de Angers, Francia. Massimo Borghesi: Filósofo italiano. Catedrático de la Universidad de Perugia. Rocco Buttiglione: Filósofo político italiano. Cardenal Carlo Caffarra: Arzobispo de Bolonia. Cardenal Antonio Cañizares: Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Guzmán Carriquiry: Secretario de la Comisión Pontificia para América Latina. William E. Carroll: Profesor en la Facultad de Teología de la Universidad de Oxford. Alberto Caturelli: Filósofo argentino. Cesare Cavalleri: Director de Studi Cattolici, Milán. Francesco D’Agostino: Profesor de Filosofía del Derecho en la Universidad Tor Vergata de Roma. Ex Presidente del Comité Nacional de Bioética en Italia. Adriano Dell’Asta: Profesor de la Universidad Católica de Milán. Luis Fernando Figari: Fundador del Sodalicio de Vida Cristiana, Lima. Stanislaw Grygiel: Filósofo polaco. Titular de la Cátedra Juan Pablo II en la Universidad Lateranense, Roma. Henri Hude: Filósofo francés. Ex rector del Colegio Stanislas, París. Lydia Jiménez: Directora General del Instituto Secular Cruzadas de Santa María. Paul Johnson: Historiador inglés. Jean Laffitte: Obispo de Entrevaux. Secretario del Consejo Pontificio para la Familia. Nikolaus Lobkowicz: Director del Instituto de Estudios de Europa del Este y Central de la Universidad de Eichstätt, Alemania. Alfonso López Quintás: Filósofo español. Miembro de Número de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Alejandro Llano: Filósofo español. Javier Martínez Fernández: Arzobispo de Granada, España. Carlos Ignacio Massini Correas: Catedrático de la Universidad Nacional de Cuyo, Argentina. Livio Melina: Presidente del Pontificio Instituto Juan Pablo II para Estudios sobre el Matrimonio y la Familia. Dominic Milroy, OSB: Monje de Ampleforth, ex-rector de Ampleforth College, York, Gran Bretaña. José Miguel Oriol: Presidente de Editorial Encuentro, Madrid. Francesco Petrillo, OMD: Superior General de la Orden de la Madre de Dios. Aquilino Polaino-Lorente: Psiquiatra español. Cardenal Paul Poupard: Presidente emérito del Pontificio Consejo de Cultura. Javier Prades: Rector de la Universidad Eclesiástica San Dámaso, Madrid. Miembro de la Comisión Teológica Internacional. Dominique Rey: Obispo de Frejus-Toulon, Francia. Florián Rodero L.C: Profesor de Teología del Ateneo Regina Apostolorum en Roma. Romano Scalfi: Director del Centro Rusia Cristiana, Milán. Cardenal Angelo Scola: Arzobispo de Milán. Josef Seifert: Es Rector de la Academia Internacional de Filosofía de Liechtenstein desde 1986, y desde 2004 en Chile, IAP-PUC. David L. Schindler: Director del Instituto Juan Pablo II para Estudios sobre Matrimonio y Familia, Washington D.C. Robert Spaemann: Filósofo alemán. Miguel Ángel Velasco: Director de Alfa y Omega, Madrid. Juan Velarde Fuertes: De la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Premio Príncipe de Asturias en Ciencias Sociales (1992). Richard Yeo, OSB: Abad Presidente de la Congregación Benedictina de Inglaterra.
R E V I S T A DE A n t r op ol o gí a y C u lt u r a C r i s t i a n a s / N º 7 3 / A ÑO X I X
AÑO XIX
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PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE
Rémi Brague SOBRE EL PERDÓN Gerhard Müller TESTIMONIO A FAVOR DE LA FUERZA DE LA GRACIA Pablo Verdier HACIA UNA PSICOLOGÍA SANA Anselmo Álvarez, OSB IGLESIA, ¿PEQUEÑO RESTO O INMENSA MAYORÍA? William E. Carroll PANORAMAS DE LA NADA José Miguel Ibáñez Langlois LA FE COMO ACTO LIBRE