HUMANITAS 77

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Reinhard Hütter UNIVERSIDAD, LA DIMENSIÓN EXTRAVIADA

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PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE

XX

AÑOS

R E V I S T A DE A n t r op ol o gí a y C u lt u r a C r i s t i a n a s / N º 7 7 / A ÑO X X

José Noriega DRAMA EDUCATIVO Y COMUNIÓN FAMILIAR

AÑO XX

Ugo Vanni, S.J. MIEDO Y ESPERANZA EN EL APOCALIPSIS

Sirviendo al encuentro de la Fe y la Cultura

HUMANITAS


HUMANITAS

Consejo de Consultores y Colaboradores

Revista de Antropología y Cultura Cristianas Publicación trimestral de la Pontificia Universidad Católica de Chile La revista HUMANITAS nace de la conveniencia de que la Universidad disponga para el servicio de la comunidad universitaria y de la opinión pública en general, de un órgano de pensamiento y estudio que busque reflejar las preocupaciones y enseñanzas del Magisterio Pontificio (Decreto Rectoría Nº 147/95, visto 2º). DIRECTOR Jaime Antúnez Aldunate COMITE EDITORIAL Hernán Corral Talciani Samuel Fernández Eyzaguirre Gabriel Guarda, O.S.B. René Millar Carvacho Pedro Morandé Court Ricardo Riesco Jaramillo Francisco Rosende Ramírez Juan de Dios Vial Correa Juan de Dios Vial Larraín Arturo Yrarrázaval Covarrubias SECRETARIA DE REDACCIÓN Marta Irarrázaval Zegers

CONSEJO DE CONSULTORES Y COLABORADORES Presidente Honorario: S.E.R. Cardenal Francisco Javier Errázuriz Ossa, Arzobispo Emérito de Santiago. Héctor Aguer, Anselmo Álvarez, O.S.B., Carl Anderson, Andrés Arteaga, Francisca Alessandri, Antonio Amado, Felipe Bacarreza, Rémi Brague, Jean-Louis Bruguès, O.P., Rocco Buttiglione, Massimo Borghesi, Carlos Francisco Cáceres, Cardenal Carlo Caffarra, Cardenal Antonio Cañizares, Jorge Cauas Lama, Guzmán Carriquiry, William E. Carroll, Alberto Caturelli, Cesare Cavalleri, Fernando Chomali, Francisco Claro, Ricardo Couyoumdjian, Mario Correa Bascuñán, Francesco D’Agostino, Adriano Dall’Asta, Vittorio di Girolamo, Carmen Domínguez, José Manuel Eguiguren, Carlos José Errázuriz, José María Eyzaguirre, Jesús Colina, Luis Fernando Figari, María Esther Gómez de Pedro, Juan Ignacio González, Stanislaw Grygiel, Gonzalo Ibáñez Santa-María, Raúl Hasbun, Henri Hude, José Miguel Ibáñez, Raúl Irarrázabal, Lydia Jiménez, Paul Johnson, Jean Laffitte, Nikolaus Lobkowicz, Alfonso López Quintás, Alejandro Llano, Raúl Madrid, Javier Martínez Fernández, Patricia Matte Larraín, Carlos Ignacio Massini Correas, Mauro Matthei, O.S.B., Cardenal Jorge Medina, Livio Melina, Augusto Merino, Dominic Milroy, O.S.B., Fernando Moreno Valencia, Rodrigo Moreno Jeria, José Miguel Oriol, Francisco Petrillo, O.M.D., Bernardino Piñera, Aquilino Polaino-Lorente, Rodrigo Polanco, Cardenal Paul Poupard, Javier Prades, Dominique Rey, Florián Rodero L.C., Alejandro San Francisco, Romano Scalfi, Cardenal Angelo Scola, David L. Schindler, Josef Seifert, Gisela Silva Encina, Robert Spaemann, Paulina Taboada, William Thayer Arteaga, Olga Ulianova, Juan Velarde Fuertes, Aníbal Vial, Pilar Vigil, Richard Yeo, O.S.B.

NACIONALES

EXTRANJEROS

Andrés Arteaga: Obispo Auxiliar de Santiago. Francisca Alessandri: Profesora de la Facultad de Periodismo, UC. Antonio Amado: Profesor de Metafísica de la Universidad de los Andes. Felipe Bacarreza: Obispo de Los Ángeles, Chile. Carlos Francisco Cáceres: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Jorge Cauas Lama: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Fernando Chomali: Arzobispo de Concepción. Miembro de la Pontificia Academia Pro Vita. Francisco Claro: Profesor de la Facultad de Física, UC. Ricardo Couyoumdjian: Profesor del Instituto de Historia, UC. De la Academia de la Historia del Instituto de Chile. Mario Correa Bascuñán: Secretario General de la Pontificia Universidad Católica. Profesor de la Facultad de Derecho, UC. Carmen Domínguez: Profesora de la Facultad de Derecho, UC. Directora del Centro UC para la Familia. Vittorio di Girolamo: Historiador del arte. María Esther Gómez de Pedro: Miembro del nuevo círculo de discípulos de Joseph Ratzinger / Papa Benedicto XVI. José Manuel Eguiguren Guzmán: Fundador del Movimiento Apostólico Manquehue. Carlos José Errázuriz: Consultor Congregación para la Doctrina de la Fe. Profesor de la Pontificia Università della Santa Croce. José María Eyzaguirre: Profesor de la Facultad de Derecho, UC. Jesús Colina: Director de Aleteia. Juan Ignacio González: Obispo de San Bernardo, Chile. Raúl Hasbun: Sacerdote de Schöenstatt. Profesor del Seminario Pontificio Mayor de Santiago. Gonzalo Ibáñez Santa-María: Profesor y ex rector de la Universidad Adolfo Ibáñez. José Miguel Ibáñez Langlois: Teólogo y poeta. Raúl Irarrázabal Covarrubias: Arquitecto. Ex Presidente de la Asociación Chilena de la Orden de Malta. Raúl Madrid: Profesor de la Facultad de Derecho, UC. Patricia Matte Larraín: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Mauro Matthei, OSB: Sacerdote y monje benedictino. Historiador. Cardenal Jorge Medina: Prefecto emérito de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Augusto Merino: Cientista político, profesor de la Universidad Adolfo Ibáñez. Fernando Moreno: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Rodrigo Moreno Jeria: De la Academia Chilena de la Historia. Bernardino Piñera: Arzobispo Emérito de La Serena. Rodrigo Polanco: Presbítero, profesor de la Facultad de Teología de la UC. Alejandro San Francisco: Profesor del Instituto de Historia, UC. Gisela Silva Encina: Escritora. Paulina Taboada: Médico. Miembro de la Pontificia Academia Pro Vita. William Thayer Arteaga: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Olga Uliánova: Doctora en Historia por la Universidad de Lomonosov, Moscú. Investigadora de la Universidad de Santiago. Aníbal Vial: Ex rector Universidad Santo Tomás. Pilar Vigil: Médico. Miembro de la Pontificia Academia Pro Vita.

Héctor Aguer: Arzobispo de la Plata, Argentina. Anselmo Álvarez, OSB: Abad emérito de Santa Cruz del Valle de los Caídos. Carl Anderson: Caballero Supremo de los Caballeros de Colón. Rémi Brague: Filósofo francés. Premio Ratzinger 2012. Jean-Louis Bruguès, OP: Archivista y Bibliotecario de la Santa Iglesia. Obispo emérito de Angers, Francia. Massimo Borghesi: Filósofo italiano. Catedrático de la Universidad de Perugia. Rocco Buttiglione: Filósofo y político italiano. Cardenal Carlo Caffarra: Arzobispo de Bolonia. Cardenal Antonio Cañizares: Arzobispo de Valencia, España. Guzmán Carriquiry: Secretario de la Comisión Pontificia para América Latina. William E. Carroll: Cátedra de Tomás de Aquino, Blackfriars, Oxford. Alberto Caturelli: Filósofo argentino. Cesare Cavalleri: Director de Studi Cattolici, Milán. Francesco D’Agostino: Filósofo del Derecho. Ex presidente del Comité Nacional de Bioética en Italia. Adriano Dall’Asta: Vicepresidente de la Fundación Rusia Cristiana. Luis Fer nando Figar i: Fundador del Sodalicio de Vida Cristiana, Lima. Stanislaw Grygiel: Filósofo polaco. Titular de la Cátedra Juan Pablo II en la Universidad Lateranense, Roma. Henri Hude: Filósofo francés. Ex rector del Colegio Stanislas, París. Lydia Jiménez: Directora General del Instituto Secular Cruzadas de Santa María. Paul Johnson: Historiador inglés. Jean Laffitte: Obispo de Entrevaux. Secretario del Consejo Pontificio para la Familia. Nikolaus Lobkowicz: Director del Instituto de Estudios de Europa del Este y Central de la Universidad de Eichstätt, Alemania. Alfonso López Quintás: Filósofo español. De la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Alejandro Llano: Filósofo español. Javier Martínez Fernández: Arzobispo de Granada, España. Carlos Ignacio Massini Correas: Catedrático de la Universidad Nacional de Cuyo, Argentina. Livio Melina: Presidente del Pontificio Instituto Juan Pablo II para Estudios sobre el Matrimonio y la Familia. Dominic Milroy, OSB: Monje de Ampleforth, ex rector de Ampleforth College, York, Gran Bretaña. José Miguel Oriol: Presidente de Editorial Encuentro, Madrid. Francesco Petrillo, OMD: Superior General de la Orden de la Madre de Dios. Aquilino Polaino-Lorente: Psiquiatra español. Cardenal Paul Poupard: Presidente emérito del Pontificio Consejo de Cultura. Javier Prades: Rector de la Universidad Eclesiástica San Dámaso, Madrid. Miembro de la Comisión Teológica Internacional. Dominique Rey: Obispo de Frejus-Toulon, Francia. Florián Rodero L.C: Profesor de Teología del Ateneo Regina Apostolorum en Roma. Romano Scalfi: Director del Centro Rusia Cristiana, Milán. Cardenal Angelo Scola: Arzobispo de Milán. Josef Seifert: Filósofo austríaco. David L. Schindler: Director del Instituto Juan Pablo II para Estudios sobre Matrimonio y Familia, Washington D.C. Robert Spaemann: Filósofo alemán. Juan Velarde Fuertes: De la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Premio Príncipe de Asturias en Ciencias Sociales (1992). Richard Yeo, OSB: Abad Presidente de la Congregación Benedictina de Inglaterra.


H U M A N I T A S

H umanitas Nº 77 VERANO 2015 – AÑO XX

MIEDO Y ESPERANZA EN EL APOCALIPSIS Ugo Vanni, S.J.

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UNIVERSIDAD, LA DIMENSIÓN EXTRAVIADA Reinhard Hütter

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De la Mano de Santa Teresa de Ávila VIA CRUCIS DEL BEATO PABLO VI

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EL DRAMA EDUCATIVO EN LA COMUNIÓN FAMILIAR José Noriega

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RELIGIÓN, LAICIDAD Y LAICISMO EN LA SOCIEDAD CHILENA ACTUAL Pedro Morandé Court 92 TIERRA SANTA, LA GUERRA Y LA PAZ Sofía Brahm

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En su bicentenario LA BATALLA DE RANCAGUA Y EL PADRE PEDRO SUBERCASEAUX

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Destacamos en APUNTES Y NOTAS La nueva frontera de Francisco PERIFERIAS DEL MUNDO Y DE LA EXISTENCIA Massimo Borghesi

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Música Ciento ochenta y seis años de historia (1827-2013) ÓPERA EN CHILE Fernando Martínez

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Destacamos en LIBROS Joseph Ratzinger OBRAS COMPLETAS Rodrigo Polanco

Portada: Detalle de la tapicería del Apocalipsis, Angers. s. XIII-XIV.

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Sumario Editorial Apuntes y Notas La Palabra del Papa Panorama Libros Sobre los Autores

5 8 114 136 154 194 216


En orden a facilitar el contacto con nuestros lectores y eventuales suscriptores, se pueden consultar los contenidos de este y de los anteriores números de Humanitas en Internet. Dicha información se entrega por medio de resúmenes de cada uno de los trabajos publicados en www.humanitas.cl VER REVISTA DIGITAL

En www.humanitas.cl lea las versiones digitales en español y en inglés, de los anteriores números de revista HUMANITAS

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Sirviendo al encuentro de la Fe y la Cultura

HUMANITAS

HUMANITAS (ISSN 07172168) recoge los trabajos de sus colaboradores regulares, nacionales y extranjeros. Asimismo, de otros autores cuya temática resulta afín con los objetivos de esta publicación. Toda reproducción total o parcial de los artículos publicados por HUMANITAS requiere de la correspondiente autorización, a excepción de comentarios o citas que se hagan de los mismos. Diseño y Producción: DISEÑA UC Impresión: Ograma Impresores Suscripciones y correspondencia HUMANITAS, Centro de Extensión de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Av. Libertador Bernardo O’Higgins 390, 3er piso, Santiago, Chile. Teléfono (56) 22354 6519, Fax (56) 22354 3755, E-mail: humanitas@uc.cl Suscripción anual, $28.000; estudiantes, $18.000. Valor por ejemplar, $7.000.


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HUMANITAS Sumario n° 77 (enero-marzo 2015)

MIEDO Y ESPERANZA EN EL APOCALIPSIS, por Ugo Vanni, S. J. Estudios recientes muestran claramente lo que se puede llamar antropología del Apocalipsis. Su autor no es un teólogo abstracto, sino que muestra un contacto permanente y articulado con la realidad humana vivida en su cotidianidad. Se interesa por el hombre en todas sus dimensiones concretas, el hombre inmerso en el tiempo, en el espacio, en contacto con los acontecimientos de la historia, y víctima del miedo. El autor capta este fenómeno y, aunque no pretende hacer una descripción articulada de este, destaca su presencia con acentos que documentan su grado de sensibilidad ante esta afección. Sin embargo, el Apocalipsis no solo se caracteriza por una empatía ante el fenómeno del miedo, sino que, trascendiéndolo, ofrece el remedio para su superación en la esperanza. Humanitas 2014, LXXVII, págs. 12-31

UNIVERSIDAD, LA DIMENSIÓN EXTRAVIADA, por Reinhard Hütter. La tercera dimensión de la universidad es la que ofrece una visión unificadora e integral de las demás y permite que exista una coherencia; pedagógicamente, una verdadera paideia. Se trata de una dimensión de “metaciencia”, que trasciende a cada ciencia particular y a la adquisición de competencias específicas, y se proyecta hacia la totalidad para dar un sentido definitivo al quehacer intelectual. Se remonta a los principios gobernantes de todo conocimiento, y a la institución de la universidad como una búsqueda consciente de la verdad y la sabiduría que forma una elipse entre el universo y el ser humano. La tercera dimensión es la más profunda fundamentación de la universidad, aquella que le otorga su consistencia interna y solidez. Sin embargo, en la medida que la universidad posmoderna abraza la ‘razón secular’ como modo dominante de autocomprensión y contemplación, se cierra a esta fundamentación profunda y se restringe a un plano meramente bidimensional del conocimiento, como mera producción. El presente artículo indaga en las características de la tercera dimensión desde un punto de vista filosófico y teológico. Humanitas 2014, LXXVII, págs. 32-53

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EL DRAMA EDUCATIVO EN LA COMUNIÓN FAMILIAR, por José Noriega. El sentido de la vida debe corresponder al telos, es decir, a su finalidad y plenitud. Sin embargo, no se puede comprender esta perfección fuera del contexto vital. El significado solo aparece dentro de la experiencia de la vida misma y se revela lentamente, a través del tiempo, gracias a la comunión entre los miembros de la familia. La comunidad familiar es el lugar de la interpretación del sentido. Ella favorece el amor, enriquece el vivir y, a través de la confianza, estimula el descubrimiento de la excelencia del actuar que vuelve verdaderamente plena la existencia. La finalidad de toda educación está dirigida precisamente a develar el significado de la vida, bajo estos términos. Humanitas 2014, LXXVII, págs. 76-91

RELIGIÓN, LAICIDAD Y LAICISMO EN LA SOCIEDAD CHILENA ACTUAL, por Pedro Morandé Court. El debate confunde habitualmente la laicidad del Estado con su neutralidad frente a los valores fundamentales de la persona humana, con el riesgo de desconocer derechos básicos de esta, o de transformar tal neutralidad en una postura militante en contra de aquellos que, en uso de sus libertades, afirman públicamente sus convicciones o sus opciones de vida. Lo que está en juego en la comprensión del laicismo, la laicidad y las religiones es la antropología metafísica que está en su base. Mientras Aristóteles pensaba que la amistad entre las personas era el presupuesto para la polis y su orden institucional, Hobbes invierte este planteamiento afirmando que para que haya amistad y no lucha de todos contra todos es necesario el Leviatán. La tradicional discusión del laicismo como neutralidad del Estado frente a cualquier creencia religiosa, reivindicando al mismo tiempo el monopolio del espacio público, tiene su fundamento en las premisas hobbesianas. Pero la evolución de la sociedad ya no va en esa dirección. El nuevo espacio público, el nuevo Ágora, es la comunicación y ningún Estado puede ya atribuirse el monopolio de la comunicación pública. La tolerancia, el reconocimiento recíproco, la multiculturalidad son exigencias que se han ido imponiendo progresivamente a la convivencia, al interior de la sociedad misma, y su principal forma de regulación ha pasado a ser la información y la comunicación oportuna. El autor repiensa aquí el tema de la laicidad del Estado y de la sociedad civil inspirado por el libro Una Nueva Laicidad de Angelo Scola. Humanitas 2014, LXXVII, págs. 92-100

TIERRA SANTA, LA GUERRA Y LA PAZ, por Sofía Brahm. En mayo de 2014 el Papa Francisco visitó Tierra Santa con motivo de la conmemoración del 50 aniversario del abrazo entre Pablo VI y el Patriarca Ortodoxo Atenágoras. La visita del Pontífice a Tierra Santa fue ocasión para recuperar la memoria viva de esos lugares sagrados que, en medio de las más complejas vicisitudes de la historia, alimentan la oración contemplativa de órdenes milenarias y también contemporáneas, mientras aguardan, hoy como ayer, a hombres que peregrinan desde Oriente y Occidente a centros espirituales que les acogen. Humanitas 2014, LXXVII, págs. 101-109

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LA BATALLA DE RANCAGUA EN LA OBRA DEL PADRE PEDRO SUBERCASEAUX. El Museo Regional de Rancagua conmemoró el bicentenario de la batalla que puso fin a la Patria Vieja de la mano de Fray Pedro Subercaseaux O.S.B. —pintor de grandes episodios de la historia patria— a través, principalmente, de una interesante y hasta ahora no conocida serie de bocetos con que el artista preparó sus obras mayores. Humanitas 2014, LXXVII, págs. 110-113

APUNTES Y NOTAS LAS PERIFERIAS DEL MUNDO Y DE LA EXISTENCIA, por Massimo Borghesi. En casi dos años, el pueblo cristiano ha llegado a conocer bien el “estilo” del Papa Francisco; un estilo sencillo en su discurso, que recuerda el modelo de las predicaciones populares, lleno de expresiones peculiares, incisivas, que despiertan la mente, el corazón, la imaginación. Entre ellas se encuentra la idea, tan repetida, de las “periferias existenciales”. Una expresión polivalente, rica en significado, que indica un juicio sobre la Iglesia contemporánea y, al mismo tiempo, una perspectiva, una dirección de la marcha. DE ISLA DE PASCUA A MOLOKAI, CRÓNICA DE UN PEREGRINAJE INUSUAL, por Francisco Orrego Vicuña y María Soledad Bauzá. Isla de Pascua y Molokai encuentran su unidad en un peregrinaje a través de la memoria de la notable obra misionera de los Sagrados Corazones en América. Dos testigos y beneficiarios de esta labor se refieren a la figura de San Damián de Molokai como epítome de la vocación evangelizadora de esta Orden. Humanitas 2014, LXXVI, págs. 114-125

LIBROS “Obras completas” por Joseph Ratzinger (Biblioteca de Autores Cristianos); “La profundidad de los sexos” por Fabrice Hadjadj (Nuevo Inicio); “La Revolución Inconclusa. La izquierda chilena y el gobierno de la Unidad Popular” por Joaquín Fermandois (Centro de Estudios Públicos); “El movimiento de la existencia humana” por Jan Patocˇ ka (Ediciones Encuentro); “Conocimiento de Dios por las vías de la razón y del amor” por Josef Seifert (Ediciones Encuentro); “El Teresianismo del Padre Tomás Morales, S.J.” por Nicolás González (Monte Carmelo); “El valor de una vida” por María Victoria Hernández (Editorial Monte Carmelo); “Las abejas y las arañas. La querella de los antiguos y los modernos” por Marc Fumaroli (Editorial Acantilado); “The Diary of Rywka Lipszyc” por Rywka Lipszyc (Jewish Family and Children’s Services Holocaust Center). Humanitas 2014, LXXVI, págs. 194-215

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En medio del camino

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ace veinte años, concomitantemente con el nacimiento de HUMANITAS, el entonces rector de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Dr. Juan de Dios Vial Correa —quien luego firmaría el decreto fundacional junto con los estatutos que definirían la misión de la revista— era entrevistado para el decano de la prensa nacional acerca de la recién publicada Evangelium vitae —la encíclica de San Juan Pablo II sobre el derecho a la vida— precisamente por quien suscribe estas líneas. Ni el entrevistador lo hacía en función del cargo de director de HUMANITAS que luego asumiría, ni el Dr. Vial Correa principalmente en cuanto rector, sino como presidente de la Pontificia Academia pro Vita, alta responsabilidad que por encargo del mencionado pontífice ocupó por diez años, sucediendo al recordado y eminente médico francés Jérôme Lejeune. Dicho diálogo periodístico finalizaba con esta aseveración del ilustre entrevistado, referida a la coyuntura histórica del momento: “El fracaso de los socialismos reales ha sido un gran beneficio para la humanidad, porque ha demostrado cómo cae en el vacío un sistema sin referencia a valores supremos, sin la aceptación del ser de las cosas. Hay gente [hoy] que piensa en la posibilidad de construir una ideología sobre la base de la plena autonomía individual. Su problema es que tienen un fundamento falso. Caerán igual que los otros. Ojalá no tan estrepitosamente, pero caerán”. Era el año 1995, y el recuerdo se mantenía fresco en la memoria de la opinión pública y de los medios, respecto de ese episodio histórico, aún reciente, inesperado en su desarrollo y magnitud, que fuera la caída del Muro de Berlín, conmemorado ahora en su vigésimo quinto aniversario. Todos los énfasis apuntaban en la dirección del “triunfo de la libertad” (constatación de suyo inobjetable) y de la verificación, ya archiconocida, que daba cuenta de la caducidad y fracaso de la utopía marxista. La cercanía de los acontecimientos impedía sin embargo apreciar en toda su realidad, lo que insinuaban las palabras ya citadas del presidente emérito de la Pontificia Academia pro Vita. Hoy, a la luz de la fuerte experiencia mundial de un cuarto de siglo, con su reconocida autoridad, nos actualiza en la percepción de ese vacío el cardenal Fernando Sebastián (cuya investidura, incomún a su edad, ha puesto de relieve una antigua confianza y cercanía con el Papa Bergoglio). Como ha dicho el prelado español en un debate reciente, conmemoramos hoy los veinticinco años de la caída del Muro, sin darnos cuenta de que éste no solo cayó sobre las estructuras caducas del Este, sino que también cayó sobre Occidente. En efecto, no hace falta demasiado esfuerzo para observar hasta qué punto, con qué amplitud y con qué invasiva hondura se ha desarrollado en cinco lustros un proceso cultural que muy poco va dejando en pie de lo que fueran no tan pretéritas certidumbres y a veces hasta de los cimientos en que se asentaba esta civilización.

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EDITORIAL

HUMANITAS nació, no por ningún propósito preestablecido, exactamente en ese momento de la historia. Animada, como tantas veces lo recordamos, por el “¡No tengáis miedo!” de San Juan Pablo II. Para acompañar y servir, conforme al espíritu de la institución que le dio vida, al magisterio de la Iglesia, con especial atención a la enseñanza y guía de Pedro. Estamos en el medio de ese camino. JAIME ANTÚNEZ ALDUNATE Director de Humanitas

Francisco - Benedicto: ¿continuidad o ruptura?

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a transcurrido ya un tiempo desde la elección de Los cambios de estilo de Francisco como sucesor de Benedicto XVI (ver en este los papas son propios del número, p. 114, artículo “ Las periferias del mundo componente humano de la y de la existencia”). El cambio de estilo es bastante eviIglesia. Los ejemplos que dente, como fue en su momento el cambio de imagen del pontífice con la persona de San Juan XXIII, tan distinta tenemos de las últimas de Pío XII, o la personalidad diferente de Pablo VI, más décadas corresponden reservado e intelectual, en comparación con el carismático a uno de los momentos Papa Juan, llamado por muchos el Papa Bueno. Este mihistóricos más positivos smo hecho se repitió en la sucesión de San Juan Pablo II en comparación con el recientemente elevado a los altares del pontificado romano. beato Pablo VI —sin contar los treinta y tres días de la sonrisa del Papa Luciani, que atenuaron el cambio— y por último en la sucesión de Benedicto XVI en comparación con el Santo Papa polaco. Los cambios de estilo de los papas son propios del componente humano de la Iglesia. Los ejemplos que tenemos de las últimas décadas corresponden a uno de los momentos históricos más positivos del pontificado romano. Esta diversidad es una riqueza, porque el estilo de una persona está muy vinculado con sus propias características y con las tradiciones culturales que se encuentran detrás de una personalidad. Últimamente, la Iglesia se ha enriquecido con la tradición eslava de Karol Wojtyla, con la de Europa Central de Joseph Ratzinger, y ahora con la tradición latinoamericana de Jorge Mario Bergoglio. El cambio de estilo y la relación personal de afecto y admiración por Benedicto XVI se manifiestan clara y constantemente en las palabras y en los gestos del Papa Francisco (las invitaciones a las celebraciones, las visitas, los abrazos, etc.). ¿Pero qué se puede decir del magisterio pontificio actual en comparación con el anterior?

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Un evento explicativo Tomando como ejemplo uno de los últimos eventos públicos a nivel internacional del Papa Francisco, podríamos prácticamente decir que el pontífice argentino es el primer “ratzingeriano”. Durante su discurso en el Parlamento Europeo o en el Consejo de Europa no faltaron numerosas referencias a textos y pensamientos ya expresados por Benedicto XVI, así como tampoco faltaron referencias a textos de la tradición de la Iglesia, tales como aquellos generados por el Concilio Vaticano II. A continuación señalamos ejemplos concretos con algunos pasajes del discurso en el Parlamento Europeo:

Esta diversidad es una riqueza, porque el estilo de una persona está muy vinculado con sus propias características y con las tradiciones culturales que se encuentran detrás de una personalidad. Últimamente, la Iglesia se ha enriquecido con la tradición eslava de Karol Wojtyla, con la de Europa Central de Joseph Ratzinger, y ahora con la tradición latinoamericana de Jorge Mario Bergoglio.

1. Considero por esto que es vital profundizar hoy en una

cultura de los derechos humanos que pueda unir sabiamente la dimensión individual, o mejor, personal con la del bien comun, con ese “todos nosotros” formado por individuos, familias y grupos intermedios que se unen en comunidad social (ver Benedicto XVI, “Caritas in veritate”, 7; Conc. Ecum. Vat. II, “Const. past. Gaudium et spes”, 26.) 2. El ser humano corre el riesgo de ser reducido a un

mero engranaje de un mecanismo que lo trata como un simple bien de consumo para ser utilizado (...). Este es el gran equívoco que se produce “cuando prevalece la absolutización de la técnica”, que termina por causar “una confusión entre los fines y los medios” (Benedicto XVI, “Caritas in veritate”, 71) 3. Una Europa capaz de apreciar las propias raíces religio-

sas, sabiendo aprovechar su riqueza y potencialidad, puede ser también más fácilmente inmune a tantos extremismos que se expanden en el mundo actual, también por el gran vacío en el ámbito de los ideales, como lo vemos en el así llamado Occidente, porque ”es precisamente este olvido de Dios, en lugar de su glorificación, lo que engendra la violencia” (Benedicto XVI, Discurso a los miembros del Cuerpo Diplomático, 7 de enero de 2013).

Relativismo y descarte, dos pontífices para un único hilo conductor Veamos, asimismo, cómo y por qué están estrechamente vinculadas la cultura del descarte que denuncia Francisco y la dictadura del relativismo que rebate Benedicto. Estas dos dictaduras denunciadas por los pontífices constituyen, al mismo tiempo, los distintos aspectos de una misma realidad. En un importante discurso pronunciado en las primeras semanas de su pontificado ante el cuerpo diplomático acreditado en la Santa Sede, el Papa Francisco estableció este nexo entre su preocupación por la pobreza y el magisterio de Benedicto XVI sobre la verdad. Afirmaba ante todo: “Como sabéis, son varios los motivos por los que elegí mi nombre pensando en Francisco de Asís,

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una personalidad que es bien conocida más allá de los confines de Italia y de Europa, y también entre quienes no profesan la fe católica. Uno de los primeros es el amor que Francisco tenía por los pobres. ¡Cuántos pobres hay todavía en el mundo! ¡Y cuánto sufrimiento afrontan estas personas! Según el ejemplo de Francisco de Asís, la Iglesia ha tratado siempre de cuidar, proteger en todos los rincones de la Tierra a los que sufren por la indigencia, y creo que en muchos de vuestros países podéis constatar la generosa obra de aquellos cristianos que se esfuerzan por ayudar a los enfermos, a los huérfanos, a quienes no tienen hogar y a todos los marginados, y que, de este modo, trabajan para construir una sociedad más humana y más justa”. Después de describir una vez más el problema de la cultura del descarte, en la parte siguiente construye el puente con el pontificado anterior: “¡Pero hay otra pobreza! Es la pobreza espiritual de nuestros días, que Veamos, asimismo, cómo y por qué afecta gravemente también a los países conestán estrechamente vinculadas la siderados más ricos. Es lo que mi predecesor, el querido y venerado Papa Benedicto XVI, cultura del descarte que denuncia llama la dictadura del relativismo, que deja Francisco y la dictadura del a cada uno como medida de sí mismo y pone relativismo que rebate Benedicto. en peligro la convivencia entre los hombres. Estas dos dictaduras denunciadas Llego así a una segunda razón de mi nombre. Francisco de Asís nos dice: Esforzaos en por los pontífices constituyen, al construir la paz. Pero no hay verdadera paz mismo tiempo, los distintos aspectos sin verdad. No puede haber verdadera paz si de una misma realidad. cada uno es la medida de sí mismo, si cada uno puede reclamar siempre y sólo su propio derecho, sin preocuparse al mismo tiempo del bien de los demás, de todos, a partir ya de la naturaleza, que acomuna a todo ser humano en esta tierra”. El Papa Francisco se refiere continuamente al relativismo mediante una propuesta que va más allá y consiste en denunciar la consecuencia directa del relativismo: la influencia de los poderosos, la cultura del descarte y de la indiferencia, la burocratización de la fe. A todo esto propone contraponer una cultura del encuentro y del compromiso. En la exhortación apostólica Evangelii gaudium constata “un progresivo aumento del relativismo, que da lugar a una desorientación generalizada”. Y más adelante aclara: “Este relativismo práctico consiste en actuar como si Dios no existiese, decidir como si los pobres no existiesen, soñar como si los demás no existiesen, trabajar como si quienes no han recibido el anuncio no existiesen”. Eso significa practicar un “come y bebe, diviértete”, fruto de una autonomía ilusoria que no asume responsabilidad alguna en relación con los demás. Ante esto, nace con Martin Buber ese gran principio cainesco de la ética, que nos recuerda que somos los “guardianes de nuestros hermanos”, que existen vínculos de hermandad que nos unen con los demás, que no somos individualidades aisladas que solo pueden pensar en el “propio yo y en sus deseos”. Algo que estaba muy bien explicado en Caritas in veritate—la encíclica social de Benedicto XVI—, que llamaba a la caridad en orden a construir el bien común. D.R.B.

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Todas las ilustraciones de este artículo corresponde a la serie del Apocalipsis, en el diseño de las tapicerías de Angers (s. XIII - XIV)


Miedo y esperanza en el apocalipsis POR UGO VANNI, S.J.

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studios recientes están mostrando claramente lo que podemos llamar la antropología del Apocalipsis. Su autor, lejos de ser un teólogo abstracto, muestra un contacto permanente y articulado con la realidad humana, vivida en la cotidianidad de la vida. Le interesa el hombre en todas las dimensiones de su carácter concreto: el hombre que se encuentra inmerso en el tiempo y en el espacio, en contacto permanente con los acontecimientos de la historia1. Y en esta situación el hombre está expuesto al miedo. El autor del Apocalipsis sabe captar este fenómeno humano, y sin pretender hacer una descripción articulada, destaca repetidamente su presencia, con aspectos y acentos que documentan una vez más su grado de sensibilidad ante lo vivido por el hombre. Y la superación del miedo es la esperanza.

Un miedo que oprime y un miedo que se supera Para comprender el cuadro complejo que el Apocalipsis nos ofrece sobre el tema del miedo, así como para focalizar la superación del miedo mismo que desemboca en la esperanza, es preciso considerar la concepción que el Apocalipsis tiene de la historia. La historia que vivimos día a día se sitúa en el cuadro de dos grupos opuestos y mutuamente en continua dialéctica. Hay un grupo constituido por Cristo y quienes, habiendo acogido su palabra, se encuentran en contacto permanente y dinámico con él. Son los cristianos que forman el reino de Dios en parte ya realizado. Esto implica, de parte de ellos, una pertenencia creciente a Cristo, que tiende a convertirse en reciprocidad. Por consiguiente, se pide a los cristianos una reciprocidad en términos de amor, una atención apasionada a la Palabra, una voluntad de colaboración con Cristo, que salva en la historia.Este es “el sistema de Cristo”.

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ESTUDIOS RECIENTES ESTÁN MOSTRANDO CLARAMENTE LO QUE PODEMOS LLAMAR LA ANTROPOLOGÍA DEL APOCALIPSIS. SU AUTOR MUESTRA UN CONTACTO PERMANENTE Y ARTICULADO CON LA REALIDAD HUMANA, VIVIDA EN LA COTIDIANIDAD DE LA VIDA. LE INTERESA EL HOMBRE EN TODAS LAS DIMENSIONES DE SU CARÁCTER CONCRETO. (…)

1 La sensibilidad aguda del autor del Apocalipsis en relación con el hombre visualizado en sus cualidades específicas, individuales y de relación, así como en su capacidad de llegar a ser en todos los niveles símbolo de la trascendencia, exige, para una comprensión adecuada de su mensaje, considerar explícitamente esta dimensión. Ver L. PEDROLI, Dal fidanzamento alla nuzialità escatologica. La dimensione antropologica del rapporto crescente tra Cristo e la Chiesa nell’Apocalisse, Asís (Pg), Cittadella, 2007; U. VANNI, L’uomo dell’Apocalisse, Roma, Adp, 2008.

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(…) EL HOMBRE QUE SE ENCUENTRA INMERSO EN EL TIEMPO Y EN EL ESPACIO, EN CONTACTO PERMANENTE CON LOS ACONTECIMIENTOS DE LA HISTORIA. Y EN ESTA SITUACIÓN EL HOMBRE ESTÁ EXPUESTO AL MIEDO. Y LA SUPERACIÓN DEL MIEDO ES LA ESPERANZA.

2 La denominación deducida del Apocalipsis es expresada por el documento de la PONTIFICIA COMISIÓN BÍBLICA, Bibbia e Morale. Radici bibliche dell’agire cristiano, Ciudad del Vaticano, Libr. Ed. Vaticana, 2008 ,100: “El compromiso activo de mediación de los cristianos se actualiza en lo concreto de la historia, donde se desarrolla el enfrentamiento dialéctico entre el bien y el mal, entre el sistema de Cristo y el sistema terrestre anti-reino y anti-esperanza, puesto en acto por el influjo de lo demoníaco”.

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Hay junto a ese grupo un sistema opuesto, activado por la fuerza inteligente del mal, denominada, en la terminología empleada en esa época, “la Serpiente antigua, el llamado diablo y Satanás” (Ap, 12, 9b). Podríamos llamar a esta fuerza misteriosa “lo Demoníaco”2. Queriendo realizar un mundo a su manera, una especie de anticreación en contraposición con la creación de Cristo y de Dios, lo Demoníaco se vale de los hombres para realizarla. Quienes se dejan seducir por la fascinación del “Engañador” constituyen, junto con él, el “sistema terrestre”. Lo llamamos así porque, al impulsar este a los hombres a cortar los puentes con la trascendencia y a comprometer todas sus capacidades en la construcción de un bienestar material, todo se sitúa en el sistema cerrado del mundo presente. Los dos sistemas —el de Cristo y el terrestre— coexisten en el mismo segmento histórico en estridente contraste: el “sistema terrestre” es violento y tiende a destruir, mientras el “sistema de Cristo” reestructura y reconstruye. También los llamados alejados, los distintos o de hecho los opositores, todos le interesan a Cristo. No deseando llevar a cabo esta misión solo, Él pide con insistencia la colaboración de los cristianos ya pertenecientes a su reino y los estimula a prestarla con todas sus fuerzas. Todos ellos son “sacerdotes para su Dios y Padre” (Ap 1, 6), “sacerdotes de Dios y de Cristo” (Ap 20, 6). Tienen la misión y la posibilidad concreta de una mediación entre la trascendencia y la inmanencia. El contacto por realizarse a través de ellos entre Cristo y todos los hombres todavía alejados pasará por la oración, el testimonio, la profecía y toda iniciativa que ellos formulen leyendo de cerca las señales de su tiempo. Todo esto implicará una larga batalla. Habrá altos y bajos, pero con la gradual desaparición del mal y la actuación óptima de todos los ideales del bien que Dios pone en el corazón de cada hombre, se tendrá la salvación: será la maravilla de la “Jerusalén nueva” (ver Ap 21, 1-22, 5). Sobre el trasfondo de este gran contexto, el miedo del hombre se manifiesta, en el Apocalipsis, en tres aspectos fundamentales. Hay un primer tipo de miedo, desesperado y desesperante, propio del “sistema terrestre”, que según este libro se expresa a veces de manera evidente y perceptible por todos, pero en general se desarrolla permaneciendo latente bajo el cúmulo de las numerosas iniciativas emprendidas por el sistema terrestre para construir su propio reino. Es como una bomba de tiempo,


subterránea e invisible, pero lista para explotar en cualquier momento. La encontramos indicada ante todo en el lamento dramático, inspirado por el coro de las tragedias griegas, que comenta el incendio destructor de Babilonia (Ap 18, 9-20). El “sistema terrestre” realizado, simbolizado por la ciudad de Babilonia, cultiva la ilusión de su perennidad. Dice Babilonia: “Estoy sentada como reina (…), no he de conocer el llanto” (Ap 18, 7). Pero es una seguridad equivocada. Construida en cierto modo al margen de todo cuanto Dios, amigo del hombre, ha indicado, se encuentra de hecho en oposición al mismo. Babilonia, por un defecto de construcción, se derrumba sobre sí misma de improviso, como incendiándose desde adentro. Quienes, como los “reyes de la tierra”, símbolo de los centros de poder, se prostituyeron con ella, y más concretamente, “los mercaderes que a costa de ella se habían enriquecido” (Ap 18, 15), al ver la humareda de su incendio, permanecerán lejos de la ciudad “horrorizados” (Ap 18, 10-15) y expresarán dramáticamente su desesperación: “… se quedarán a distancia horrorizados ante su suplicio, y dirán: «Ay, ay, la gran ciudad, ¡Babilonia, ciudad poderosa, que en una hora ha llegado tu juicio!». Lloran y se lamentan por ella los mercaderes de la tierra, porque nadie compra ya sus cargamentos: cargamentos de oro y plata, piedras preciosas y perlas, lino y púrpura, seda…” (Ap 18, 10-12a).

LA EQUIVOCACIÓN COMETIDA POR EL “SISTEMA TERRESTRE” AL CORTAR LA RELACIÓN CON DIOS Y RECHAZAR SUS INDICACIONES A FAVOR DEL HOMBRE IMPLICA FATALMENTE LA ALTERACIÓN DE SU SISTEMA Y DE SU HÁBITAT DE VIDA, QUE PODRÁ ALCANZAR EL NIVEL PAVOROSO DE UNA DISFUNCIÓN RADICAL. EL APOCALIPSIS NO VACILA EN PRECISAR ALGUNOS DETALLES IMPRESIONANTES.

A continuación hay una lista impresionante de objetos de lujo refinado (ver Ap 18, 12b-13), que se destruyen en el incendio de Babilonia, símbolo del consumismo exasperado propio del sistema terrestre. Los “reyes de la tierra” y los mercaderes no temen ser alcanzados por las llamas de Babilonia, pero advierten con horror cómo los ha traicionado su elección: han seguido el engaño de lo Demoníaco, con consecuencias ahora irreparables. Todo aquello que estamos viendo es confirmado por otro fragmento dramático. La equivocación cometida por el “sistema terrestre” al cortar la relación con Dios y rechazar sus indicaciones a favor del hombre implica fatalmente la alteración de su sistema y de su hábitat de vida, que podrá alcanzar el nivel pavoroso de una disfunción radical. El Apocalipsis no vacila en precisar algunos detalles impresionantes: falta de terreno cultivable, carencia de los recursos que llegan al hombre con

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QUERIENDO REALIZAR UN MUNDO A SU MANERA, UNA ESPECIE DE ANTICREACIÓN EN CONTRAPOSICIÓN CON LA CREACIÓN DE CRISTO Y DE DIOS, LO DEMONÍACO SE VALE DE LOS HOMBRES PARA REALIZARLA. QUIENES SE DEJAN SEDUCIR POR LA FASCINACIÓN DEL “ENGAÑADOR” CONSTITUYEN, JUNTO CON ÉL, EL “SISTEMA TERRESTRE”

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la pesca en el mar, contaminación de las fuentes de agua potable, de hecho hasta producirse cambios en las relaciones con la temperatura solar y con el ritmo del tiempo (ver, para todo esto, Ap 8, 6-12). Esta situación espantosa a la cual conduce el “sistema terrestre” es subrayada dramáticamente por la reacción del hombre (ver Ap 6, 12-17). Ante la disfunción intolerable de todo el ambiente, los integrantes del “sistema terrestre” de todos los niveles sociales dirán desesperados “a los montes y a las peñas: ¡caed sobre nosotros y ocultadnos!” (Ap 6, 16). Preferirán más bien ser abatidos, aniquilados, que enfrentar la “ira” del amor herido de Cristo y de Dios (Ap 6, 16-17). La lógica del “sistema terrestre”, perseguida hasta el fondo, conduce a la nada, al suicidio. En Ap 11, 11, asistimos a la conclusión del gran episodio de los “dos testigos” (ver Ap 11, 1-13). Se trata de los cristianos que, movidos por un impulso especial del Espíritu, denuncian animosamente el mal del “sistema terrestre”, reviviendo todo el proceso de Cristo: son perseguidos, asesinados, expuestos tres días a la consideración de los protagonistas del sistema; pero luego tienen una participación en la resurrección, irradiando un influjo positivo de gracia: se podría pensar en muchos de nuestros santos, como el Padre Pío, por ejemplo. Y precisamente este hecho extraordinario tiene su asidero en el “sistema terrestre”. Mientras en general los componentes de este sistema mantienen obstinadamente sus opciones negativas, que conducen a una caída espantosa —simbolizada por un “gran terremoto” (Ap 11, 13) y por la desmesurada situación de muerte consecutiva—, algunos de ellos se apartan. Impresionados por el fracaso dramático de su sistema, estupefactos ante el triunfo final de los profetas cristianos a quienes ellos dieron muerte, documentado por todo cuanto ellos realizan después de morir, son presa de “una sensación de espanto desde adentro” (emfoboi: Ap 11, 13b) y “dan gloria al Dios del cielo” (Ap 11, 13c). El temor más espantoso, una vez aceptado e interiorizado, los libera de los tentáculos del “sistema terrestre” y los pone en contacto con Dios. En esta línea, en el Apocalipsis encontramos, destacados con especial insistencia, temores con un desarrollo que termina de manera sumamente positiva. A Juan, extraviado y desconcertado hasta perder el sentido de un contacto con la trascendencia de la resurrección (ver Ap 1, 12-17a), Jesucristo resucitado dirige


«Babilonia, por un defecto de construcción, se derrumba sobre sí misma de improviso, como incendiándose desde adentro. Quienes, como los “reyes de la tierra”, símbolo de los centros de poder, se prostituyeron con ella, y más concretamente, “los mercaderes que a costa de ella se habían enriquecido” (Ap 18, 15), al ver la humareda de su incendio, permanecerán lejos de la ciudad “horrorizados” (Ap 18, 10-15) y expresarán dramáticamente su desesperación».

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ANTE LAS DIFICULTADES QUE ENCONTRARÁ EN EL CAMINO Y PODRÁN COSTARLE HASTA LA VIDA, EL CRISTIANO NO DEBERÁ DETENERSE Y RETROCEDER. UNA FUERZA MISTERIOSA LO ACOMPAÑARÁ, PERMITIÉNDOLE ALCANZAR EL DON FASCINANTE DE LA “CORONA DE LA VIDA” (AP 2, 10B). AQUÍ SURGE CLARAMENTE LA ESPERANZA, SI BIEN NO ES LLAMADA CON SU NOMBRE.

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una invitación alentadora: “¡No temas!” (Ap 1, 17). Es el miedo, la trepidación que se advierte en todo contacto más inmediato con Dios y con Cristo, ya sea cuando este se produce, como en el caso de Juan, en un nivel que nos parece extático, ya sea más en general, cuando acompaña nuestra experiencia de fe. Esta última, visualizada como un “osar hacia Dios” —de acuerdo con la bella definición de Romano Guardini—, implica el estremecimiento de lo absoluto, y entonces se experimenta cierto temor de lanzarse plenamente hacia Dios, de creer hasta el fondo. El miedo no se eliminará, pero se convertirá en trepidación gozosa. Luego hay otro estímulo para superar el miedo, dirigido directamente por Cristo resucitado al cristiano creyente que lo escucha: “No temas por lo que vas a sufrir” (Ap 2, 10). Ante las dificultades que encontrará en el camino y podrán costarle hasta la vida, el cristiano no deberá detenerse y retroceder. Una fuerza misteriosa lo acompañará, permitiéndole alcanzar el don fascinante de la “corona de la vida” (Ap 2, 10b). Aquí surge claramente la esperanza, si bien no es llamada con su nombre. El tercer aspecto del miedo, que encontramos repetidamente en el Apocalipsis, tiene relación con la trascendencia: “¡Temed a Dios!” (Ap 11, 18, 14 , 7; 15, 4; 19, 5). Se trata, en la línea del Antiguo Testamento, de activar en nosotros un sentido agudo, a la vez trepidante y gozoso, del Dios trascendente. En realidad, el temor del cual aquí se habla es precisamente un estupor. Cuando queremos entrar en contacto o simplemente pensar en el Dios trascendente, infinitamente superior a nosotros, sentimos un estremecimiento de estupor. Y el Dios trascendente y que asombra nos ordena amarlo. Pero hay una premisa insustituible para el amor: es preciso un acercamiento previo de la mente y del corazón que nos libere de esas imágenes falsas de Dios, construidas con parámetros humanos, que circulan en el ambiente cultural en el cual vivimos y a menudo son caricaturas blasfemas, como, por ejemplo, la imagen de un Dios perennemente injusto; de un Dios que exige fríamente sus propios derechos con la amenaza de castigos espantosos; de un Dios que parece desear todo únicamente para sí mismo, casi como si estuviera dotado —como lo expresaba lisa y llanamente L. Laberthonnière— de un “egoísmo trascendental”; de un Dios considerado e invocado únicamente como remedio de emergencia para nuestras pequeñas tribulaciones, etc.


El “temor” que el Apocalipsis exige al hombre para poder amar realmente a Dios consiste en tomar en serio, más allá de cualquier actitud amatoria, la imagen de Dios que Él mismo nos revela. Dios la revela con la Sagrada Escritura, con su Palabra, que nunca se sacia de hablar de Él, de su bondad infinita, de su poder, de su sabiduría, de su belleza igualmente infinita, pero que sintetiza todo esto cuando —como en 1 Jn 4, 8-16— lo define dos veces como Amor. Únicamente habiendo acogido a Dios como Amor podremos comenzar a amarlo. El Amor nos hará comprenderlo, nos dará alegría, y el estupor crecerá.

Del miedo a la esperanza A pesar de la ausencia total de una terminología vinculada con la esperanza, esta siempre se ha considerado un mensaje primordial del Apocalipsis. Tanto en la primera como en la segunda parte del libro, encontramos permanentemente un impulso hacia el futuro, hacia algo más, hacia algo mejor todavía no realizado, y así el Apocalipsis, especialmente en las últimas décadas, se ha visualizado precisamente como un libro de esperanza3.

ENCONTRAMOS PERMANENTEMENTE UN IMPULSO HACIA EL FUTURO, HACIA ALGO MÁS, HACIA ALGO MEJOR TODAVÍA NO REALIZADO, Y ASÍ EL APOCALIPSIS, ESPECIALMENTE EN LAS ÚLTIMAS DÉCADAS, SE HA VISUALIZADO PRECISAMENTE COMO UN LIBRO DE ESPERANZA.

La primera esperanza: un crecimiento interior, futuro y que comienza La primera parte del Apocalipsis (Ap 1, 4-3, 22) se ocupa de un crecimiento interior vinculado con la asamblea litúrgica, que el día domingo, en contacto con Cristo visto como el “Crucificado-Resucitado”, es purificada y tonificada. Un despegue audaz de fe le hacer sentir presente a Cristo muerto y resucitado, que le dirige sus imperativos, como: “¡Conviértete!” (2, 5, etc.), “Ten, pues, celo y conviértete”. Por cuanto la palabra de Cristo se considera omnipotente y eficaz, capaz, si se acoge, de comenzar de inmediato a realizar todo lo que expresa, la asamblea litúrgica se sentirá liberada de los obstáculos del pecado, se sentirá en condiciones de ser escuchada de manera especial por el Espíritu y de una colaboración activa en la victoria que Cristo muerto y resucitado está logrando sobre el mal del “sistema terrestre”. De este modo se sentirá protagonista de esperanza, lanzada como es hacia un futuro mejor, que ya iniciado mientras Cristo está hablando, se realizará en la vida

3 Ver G. RAVASI, Vieni, Signore Gesù. Un invito alla speranza nel libro dell’Apocalisse, Cinisello Balsamo (Mi), San Paolo, 1990; C. MESTERS, The Hope of the People who Struggle. The Key to Reading the Apocalypse of St John, Athlone, Theology Exchange Programme, 1994; J. C. CARVALHO, Esperança e resistência em tempo de desencanto. Estúdio esegético-teológico da simbologia babilónica de Ap 18, Porto, Universitade Católica Portuguesa, 2009; U. VANNI, “La speranza nell’Apocalisse”, en Sperare. Forza e fática del vivere cristiano, Roma, Teresianum, 1994, 201-215; Id., “Hope Witnessed in the Book of Revelation”, en ProcIrBibAssoc 32 (2009), 74-90.

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«Pero hay una premisa insustituible para el amor: es preciso un acercamiento previo de la mente y del corazón que nos libere de esas imágenes falsas de Dios, construidas con parámetros humanos, que circulan en el ambiente cultural en el cual vivimos y a menudo son caricaturas blasfemas, como, por ejemplo, la imagen de un Dios perennemente injusto; de un Dios que exige fríamente sus propios derechos con la amenaza de castigos espantosos; de un Dios que parece desear todo únicamente para sí mismo, casi como si estuviera dotado —como lo expresaba lisa y llanamente L. Laberthonnière— de un “egoísmo trascendental”; de un Dios considerado e invocado únicamente como remedio de emergencia para nuestras pequeñas tribulaciones, etc.»

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tan pronto como haya terminado la liturgia dominical que en ese momento se está celebrando.

La esperanza en la confrontación con el “sistema terrestre” El terreno de la esperanza se extiende y se precisa a medida que se desarrolla la segunda parte del Apocalipsis (Ap 4, 1-22, 5). La asamblea litúrgica, consciente de ser parte del “sistema de Cristo”, aplicando con ductilidad inteligente, en conformidad con las circunstancias históricas en las cuales vive, los parámetros de interpretación que le presenta el Apocalipsis, profundiza su conocimiento del “sistema terrestre” con el cual deberá enfrentarse en la tentativa de conducirlo nuevamente al terreno del “sistema de Cristo”. Se percatará entonces de que, en lo concreto de la historia, el “sistema terrestre” no solo es heterogéneo con respecto al sistema de Cristo, sino también llega a ser intolerante hasta la agresión. Se desencadena así entre ambos sistemas una relación de conflicto permanente, que en el desarrollo factual de la historia se desarrollará con determinados giros de acontecimientos. El “sistema terrestre” hará sentir su presión hasta oprimir y envilecer el “sistema de Cristo”. Jerusalén, que simboliza este último sistema, podrá ser menospreciada por los paganos, y a los cristianos solo les quedará la capacidad de orar. Ellos podrán ser llamados también a dar la vida: en la perspectiva del Apocalipsis, cada cristiano es un mártir en potencia. Pero no existe un martirio sin la esperanza. Junto al cuadro del sistema terrestre, que se va delineando en sus detalles, el grupo que escucha ve precisarse también las implicaciones de su participación en la vitalidad de Cristo resucitado. Ante la “gran tribulación” —determinada por la presión aplastante del “sistema terrestre”— el cristiano sabrá que es parte de quienes “han blanqueado sus vestiduras con la sangre del Cordero” (Ap 7, 14). En contacto directo con el carácter sacramental de Cristo muerto y resucitado, realizado en la asamblea litúrgica, los cristianos experimentarán algo así como una energía de resurrección, que les permitirá vencer a lo Demoníaco desencadenado en la tierra. Es esta su esperanza. Para activarla cada vez más, el Apocalipsis, al alejarse en la vertiente del “sistema terrestre”, destaca lo que es una

EL “SISTEMA TERRESTRE” HARÁ SENTIR SU PRESIÓN HASTA OPRIMIR Y ENVILECER EL “SISTEMA DE CRISTO”. JERUSALÉN, QUE SIMBOLIZA ESTE ÚLTIMO SISTEMA, PODRÁ SER MENOSPRECIADA POR LOS PAGANOS, Y A LOS CRISTIANOS SOLO LES QUEDARÁ LA CAPACIDAD DE ORAR.

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NO SE PODÍA IMAGINAR UN OBJETO DE ESPERANZA MÁS ELEVADO Y MÁS BELLO. LA ESPERANZA DEL CRISTIANO NO ES UN SUEÑO Y TENDRÁ LUGAR DE HECHO, PERO SU REALIZACIÓN SUPERARÁ CIERTAMENTE TODO SUEÑO.

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debilidad intrínseca del mismo. Hay como un “virus” que lo corta: es el juicio de desaprobación de parte de Dios, un juicio que producirá infaliblemente su efecto en la historia. A pesar de su violencia y arrogancia, el “sistema terrestre” es radicalmente débil. El Apocalipsis nos hace comprender esto hablando de un “tiempo breve” (Ap 6, 10; 20, 3), en contraposición con los “mil años” del “sistema de Cristo” y de los suyos (Ap 20,2,3,4,5,6,7). No se trata de una precisión cronológica, sino cualitativa: en el mismo segmento de tiempo que transcurre están presentes tanto el “sistema de Cristo” como el terrestre, radicado en lo Demoníaco. Frente al “sistema de Cristo”, expresado mediante la totalidad simbólica de los mil años, el sistema terrestre tiene un carácter incompleto radical, una limitación endógena: es un “tiempo breve”. Esto se manifiesta cuando se producen, siempre en el ámbito de la historia que se desarrolla, las caídas dramáticas, como vimos en Ap 18 a propósito de Babilonia. Por consiguiente, aun cuando el cristiano se sienta aplastado por el “sistema terrestre”, un impulso de fe en el juicio de valor de Dios lo conducirá a esperar a pesar de todo.

La esperanza más audaz: la Jerusalén nueva Un aspecto muy particular de la esperanza del Apocalipsis está constituido por la tensión escatológica. Como hemos observado, el cristiano, constituido en reino y sacerdote, es llamado a un compromiso total con Cristo, que realiza en la historia la salvación, guiándola a su conclusión. Vinculado con Cristo por una relación personal que exige constantemente la frescura y la totalidad de un “primer amor” (Ap 2, 4), el cristiano es llamado a seguirlo “a dondequiera que vaya” (Ap 14, 4), venciendo el mal con él e implantando el bien. El sentido agudo y positivo que tiene el autor del Apocalipsis de la realidad del hombre lo induce a situar esta relación con Cristo en el esquema antropológico de un noviazgo que se desarrolla en el amor hasta el nivel de nupcialidad. Así, el amor del cristiano a Cristo crece día a día hasta alcanzar, en la conclusión escatológica de la historia y gracias también a un toque especial de parte de Dios Padre, la capacidad vertiginosa de amar a Cristo como Cristo lo ama a él. Paralelamente con el crecimiento del amor y dependiendo del mismo, se desarrolla y se perfecciona diariamente la cooperación en la acción de Cristo.


El autor del Apocalipsis considera con particular interés esta estupenda relación creciente, y como suele hacerlo cuando se siente especialmente conmovido, lo expresa con una celebración lírica cantada. Tenemos así, en Ap 19, 1-8, la más hermosa de sus ocho celebraciones. En un canto a dos voces, sobre el fondo de una voz que repite “aleluya” con entusiasmo creciente, la otra voz exalta el devenir de la salvación, de la destrucción impresionante del mal con Babilonia que arde en la instauración plena del reino de Dios, vista como la fiesta nupcial de Cristo, el Cordero, y de su esposa, con la cual se identifican los cristianos: “Aleluya (…), alegrémonos y regocijémonos y démosle gloria, porque han llegado las bodas del Cordero, y su Esposa se ha engalanado y se le ha concedido vestirse de lino deslumbrante de blancura —el lino son las buenas acciones de los santos—” (Ap 19, 6-8).

Con todo el bien que logra llevar a efecto dejando, en cuanto sacerdote de Cristo, la huella de Cristo en la historia, el cristiano se confecciona el hábito nupcial, que se pondrá en la gozosa trascendencia de la Jerusalén nueva, amando a Cristo como Cristo lo ama a él. Es esta la perspectiva en la cual él espera y hacia la cual tiende. Podemos decir que la celebración lírica de Ap 19, 1-8 es realmente un himno a la esperanza. Todavía no satisfecho, el autor del Apocalipsis quiere hacer que casi se toque con la mano la situación última, escatológica que nos espera, y es una maravilla que nos asombra. Retomando la idea de fondo de un noviazgo que culmina en la alegría plena de la nupcialidad, él presenta en Ap 21, 1-22,5 una de las páginas más hermosas de su libro, el “paraíso de Dios” (Ap 2, 7b). Lo expresa, mediante un simbolismo refinado, en la figura de Jerusalén que, idealizada, se convierte para él en la “Jerusalén nueva”. Con esta denominación, el autor no se refiere a murallas, sino a personas: la Jerusalén nueva está formada por personas que, impregnadas de la novedad de Cristo, constituirán el pueblo de Dios escatológico. La Jerusalén nueva es la esposa, mientras Cristo, el Cordero, es el esposo, con todo el amor que implica la nupcialidad de ambos.

EL AUTOR DEL APOCALIPSIS ENTRA REALMENTE EN LO VIVO DE LA PROBLEMÁTICA HUMANA. EL MIEDO Y LA ESPERANZA SON DOS ELEMENTOS COMO IMPLANTADOS DENTRO DEL HOMBRE, DE LOS CUALES ESTE NO PUEDE PRESCINDIR, DE LOS CUALES NO PUEDE LIBERARSE AUN CUANDO LO DESEE.

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«Y me mostró un río de agua de vida, clara como el cristal, que salía del trono de Dios y el Cordero. En medio de la calle a un lado y otro del río había un árbol de vida que daba doce frutos, cada fruto en su mes, y las hojas del árbol eran saludables para las naciones. No habrá ya maldición alguna, y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán, y verán su rostro, y llevarán su nombre sobre la frente. No habrá ya noche, ni tendrá necesidad de luz de antorcha, ni de luz del sol, porque el Señor Dios los alumbrará, y reinarán por los siglos de los siglos. Y me dijo: Estas son las palabras fieles y verdaderas, y el Señor, Dios de los espíritus de los profetas, envió su ángel para mostrar a sus siervos las cosas que están para suceder pronto. He aquí que vengo presto. Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro». Apocalipsis, 22, 1-7

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En esta situación de sueño, Dios “enjugará toda lágrima de sus ojos, y no habrá ya muerte ni habrá llanto, ni gritos ni fatigas, porque el mundo viejo ha pasado” (Ap 21, 4). SI TOMAMOS EN SERIO A UN DIOS TRASCENDENTE QUE NOS HABLA Y NOS AMA, LO CORRESPONDEREMOS EN EL AMOR, Y DEL AMOR NACERÁ Y SE DESARROLLARÁ NUESTRA ESPERANZA, PORQUE SI SE AMA, SE ESPERA, Y SI SE ESPERA, SE AMA. LA NUESTRA SERÁ UNA ESPERANZA QUE ABARCARÁ TODA LA VIDA.

Positivamente, la ciudad-esposa, denominada explícitamente “la novia, la esposa del Cordero” (Ap 21, 9) viene totalmente inundada por la luz de Cristo, percibido como el dador de luz, que “su resplandor era como el de una piedra muy preciosa, como jaspe cristalino” (Ap 21, 11).

De este modo se estará cara a cara continuamente con Dios, con Cristo y el Espíritu. La Jerusalén nueva conllevará todo lo mejor que Dios Padre, Cristo y el Espíritu podrán dar (ver Ap 22, 1-2). Este será el “paraíso de Dios” (Ap 2, 7b). “El árbol de la vida”, mencionado en Ap 2, 7, reaparecerá y se desarrollará a continuación de la acción del Espíritu Santo, simbolizado por “un río de agua de vida, brillante como el cristal, que brotaba del trono de Dios y del Cordero” (Ap 22, 2a). En las dos orillas del río, surgirá un “árbol de vida” (Ap 22, 2b), que alimentado por el mismo río —símbolo del Espíritu—, crecerá, tendiendo a desarrollarse infinitamente. Habrá un bosque sin límites de vida. Y en el Apocalipsis, ahí donde está la vida y en proporción con la vida, está siempre el amor. Se vive para amar. No se podía imaginar un objeto de esperanza más elevado y más bello. La esperanza del cristiano no es un sueño y tendrá lugar de hecho, pero su realización superará ciertamente todo sueño.

Algunas aclaraciones finales En este punto, podemos observar de manera sintética el largo recorrido que hemos hecho. Y la primera aclaración que se impone es una confirmación de la forma en que el autor del Apocalipsis entra realmente en lo vivo de la problemática humana. El miedo y la esperanza son dos elementos como

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«Retomando la idea de fondo de un noviazgo que culmina en la alegría plena de la nupcialidad, él presenta en Ap 21, 1-22,5 una de las páginas más hermosas de su libro, el “paraíso de Dios” (Ap 2, 7b). Lo expresa, mediante un simbolismo refinado, en la figura de Jerusalén que, idealizada, se convierte para él en la “Jerusalén nueva”. Con esta denominación, el autor no se refiere a murallas, sino a personas: la Jerusalén nueva está formada por personas que, impregnadas de la novedad de Cristo, constituirán el pueblo de Dios escatológico. La Jerusalén nueva es la esposa, mientras Cristo, el Cordero, es el esposo, con todo el amor que implica la nupcialidad de ambos.»


AL PERTENECER AL “SISTEMA DE CRISTO”, ESTAREMOS INEVITABLEMENTE SUJETOS A LAS PRESIONES MOLESTAS Y OPRESORAS DEL “SISTEMA TERRESTRE”. EL SENTIDO TEMEROSO Y CORDIAL DE LA TRASCENDENCIA DE DIOS, LA CONCIENCIA PERMANENTE DE SER OBJETO DE SU AMOR Y QUERER CORRESPONDER AL MISMO NOS AYUDARÁN DE MANERA RESOLUTORIA A SUPERAR ESTAS DIFICULTADES

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implantados dentro del hombre, de los cuales este no puede prescindir, de los cuales no puede liberarse aun cuando lo desee. El autor del Apocalipsis siente y advierte todo esto, pero no se detiene en una constatación fenomenológica del hecho: nos dice —y lo hace incluso con insistencia cortante— lo que debemos hacer, portadores como somos tanto del miedo como de una exigencia de esperanza. El miedo que acarreamos puede moverse en dos direcciones. Está la dirección negativa de un miedo que acompaña nuestras opciones equivocadas. Si nos situamos en el cuadro del “sistema terrestre”, podemos ilusionarnos creyendo que todo se está dando bien; podemos olvidar, aturdirnos, incluso entusiasmarnos; pero muy por debajo subsiste un miedo que tiende a aumentar, aun cuando no le prestemos atención, hasta convertirse en crisis y conducir a la desesperación. La apertura a Cristo y a Dios no es negociable para el hombre. Cuando quiere prescindir de la misma, se ilusiona: avanza en un campo minado, y la mina de la desesperación tarde o temprano estalla en su interior. Existe además un miedo que podemos llamar funcional. Para el Apocalipsis, es el sentido de la trascendencia de Dios, que debería acompañar toda nuestra relación con Él. No es un temor de esclavos, no es el estremecimiento ante la Omnipotencia, sino el sentido temeroso de la grandeza infinita de un amor que sentimos y en el cual creemos, y que siempre nos supera; que nos encanta y nos arrastra, pero siempre sigue siendo más grande, infinitamente más grande que nosotros, y nos estimula a una reciprocidad sin tregua. Sin este miedo —pero es más preciso llamarlo “estupor cordial de Dios”—, nuestra reciprocidad con Dios correría riesgo de resbalar en la superficialidad del diletante, en la aproximación disociada, en altos y bajos puramente emotivos, en una situación de mediocridad estancada. Precisamente este sentido temeroso y cordial de Dios abre la puerta a nuestra esperanza. Si tomamos en serio a un Dios trascendente que nos habla y nos ama, lo corresponderemos en el amor, y del amor nacerá y se desarrollará nuestra esperanza, porque si se ama, se espera, y si se espera, se ama. La nuestra será una esperanza que abarcará toda la vida. Comprometidos con todas nuestras mejores energías, crecemos en el amor a Cristo y en la colaboración con él, viviendo plenamente el tiempo de nuestro “noviazgo”; pero no olvidamos que tendemos hacia la veta de la “nupcialidad”, hacia la Jerusalén nueva.


La esperanza nos incitará a mirar y a caminar hacia la veta, también cuando queramos sentarnos renunciando al camino hasta el punto de experimentar a veces la tentación de negar su existencia, sin verla; pero la montaña existe, la Jerusalén nueva nos incumbe y es nuestra: la alcanzaremos superando todas las asperezas del camino. Al pertenecer al “sistema de Cristo”, estaremos inevitablemente sujetos a las presiones molestas y opresoras del “sistema terrestre”. El sentido temeroso y cordial de la trascendencia de Dios, la conciencia permanente de ser objeto de su amor y querer corresponder al mismo nos ayudarán de manera resolutoria a superar estas dificultades que enfrentamos. Habrá en cada momento una fuerza que no imaginamos y será determinante para permitirnos dar incluso la vida cuando sea necesario. Así, nuestra esperanza, en la confrontación y sobre el trasfondo de estas dificultades que nos parecen insuperables, se desarrollará, ocupando cada vez más espacios de nuestra psicología, y sabremos y sentiremos que, con este contacto con Dios, con Cristo y con el Espíritu, superaremos todas las dificultades. Estas no nos vencerán, independientemente del grado de su impresionante proporción, sino que venceremos nosotros. Un último aspecto de esta esperanza nuestra nos conduce a una nueva relación también con el “sistema terrestre”. Sin dejarnos vencer por el mal expresado por este, esperando siempre animosamente, comprometeremos en cambio a todas las fuerzas para vencer el mal con el bien. Procuraremos así “amar a nuestros enemigos” (ver Mt 5, 44), ofreciéndoles, a pesar de todo, todo el bien que podamos. Cristo, valiéndose de nosotros como sacerdotes suyos (ver Ap 20, 6), nos hará ser sus portadores, en contacto directo e inmediato con los demás hombres en lo concreto de nuestra historia. En conclusión, podemos decir que los gérmenes de miedo y de esperanza que se encuentran en nosotros podrán tener un desarrollo positivo. El Apocalipsis nos enseña que, al evitar ser parte de la “nada” desesperante del “sistema terrestre”, no encontraremos espacios vacíos en nuestra vida en esta tierra, sintiéndonos en cambio siempre portadores de una semilla de trascendencia más grande que nosotros, lo cual, desarrollado y florecido, nos hará residir en la “morada de Dios y de los hombres” (Ap 21, 3), en contacto directo con Dios y entre nosotros. Esta es la meta de una esperanza, la nuestra, que “no falla” nunca (ver Rm 5, 5).

EL APOCALIPSIS NOS ENSEÑA QUE, AL EVITAR SER PARTE DE LA “NADA” DESESPERANTE DEL “SISTEMA TERRESTRE”, NO ENCONTRAREMOS ESPACIOS VACÍOS EN NUESTRA VIDA EN ESTA TIERRA. NOS SENTIREMOS EN CAMBIO SIEMPRE PORTADORES DE UNA SEMILLA DE TRASCENDENCIA MÁS GRANDE QUE NOSOTROS, LO CUAL, DESARROLLADO Y FLORECIDO, NOS HARÁ RESIDIR EN LA “MORADA DE DIOS Y DE LOS HOMBRES” (AP 21,3), EN CONTACTO DIRECTO CON DIOS Y ENTRE NOSOTROS.

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«El 27 de septiembre de 2009, en su discurso dirigido a los representantes de la comunidad académica de la antigua Universidad Carlos de Praga, Benedicto XVI señaló: “Ya desde la época de Platón, la instrucción no consiste en una mera acumulación de conocimientos o habilidades, sino en una paideia, una formación humana en las riquezas de una tradición intelectual orientada a una vida virtuosa… Es preciso retomar la idea de una formación integral, basada en la unidad del conocimiento enraizado en la verdad”».

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Puente Carlos, en Praga, cercano a la Universidad del mismo nombre.


Universidad, la dimensión extraviada POR REINHARD HÜTTER

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o que falta cada vez más en la moderna universidad de investigación1 de la era posmoderna, y en el tipo de formación que esta ofrece, es lo que he de llamar la tercera dimensión de la universidad. Para la Asociación Norteamericana de Universidades (AAU), esta tercera dimensión parece haber desaparecido de la universidad. Las La tercera dimensión dos primeras dimensiones de la universidad de investigación de la universidad, que es de la era posmoderna constituyen su “capacidad práctica”, su dimensión profunda, en cuanto institución, para resolver problemas: su cometido se refiere a lo que alguna vez fuera esencial para es formular preguntas intrincadas y resolver problemas la universidad qua complejos. La universidad de investigación de la era posuniversidad, esto es, la moderna cumple dicha tarea mediante la investigación cada búsqueda de respuestas vez más especializada, así como por vía del concomitante para interrogantes más entrenamiento de estudiantes de pregrado y graduados, en amplias, comprensivas el tipo de conocimiento experto, que los hará competentes e integradoras de en materia de resolver problemas. La tercera dimensión de verdad y significado la universidad —constitutiva de la universidad clásica— –interrogantes, me comprende, primero, scholé (“ocio”, en español), es decir, el atrevería a decir, ejercicio estructurado de la genuina práctica intelectual, con- metafísicas y morales. templativa y reflexiva, y, segundo, paideia, esto es, la formación integral de las virtudes intelectuales conjuntamente con el desarrollo de las virtudes morales. Una universidad que carezca de esta tercera dimensión probablemente sea capaz de desarrollar una investigación sobresaliente, si bien pienso que de seguro adolecerá de una chatura intelectual y espiritual que, en el largo plazo, probará ser nociva para la universidad en cuanto tal. 1 La Asociación Norteamericana de Universidades (AAU), aquel exclusivo club de las principales universidades de investigación de los Estados Unidos, caracteriza del siguiente modo a la universidad de investigación: “La raison de’être de la universidad de investigación norteamericana es formular preguntas y resolver problemas. Las universidades de investigación de la nación constituyen, en su conjunto, un excepcional recurso nacional, dotado de capacidades únicas: * Las universidades de investigación de Norteamérica son la vanguardia de la innovación; realizan alrededor de la mitad de la investigación básica de la nación. * El conocimiento experto generado en nuestras universidades de investigación es de renombre mundial; esa experticia está siendo aplicada cada día a los problemas del mundo real. * Combinando investigación de vanguardia con educación de pregrado y de grado, las universidades de investigación de los Estados Unidos también entrenan a nuevas generaciones de líderes en todos los campos.”

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Para hacerme cargo de esta demanda, explicaré mi punto de vista mediante tres pasos. En el primero de ellos entregaré una instantánea de la universidad de investigación de la era posmoderna, destacando tres de sus características más sobresalientes: primero, la notable ambivalencia presente en el pensamiento académico contemporáneo en lo relativo a la confiabilidad y al alcance de la razón y, ulteriormente, de la capacidad de la razón para acceder a la verdad; segundo, el invasivo aprovechamiento de los medios de cuantificación o medición para propósitos de evaluación y gestión (en lo que, al parecer, se ha ido transformando en gran medida la gestión universitaria); y, tercero, su adopción de la estructura supuestamente neutral de la “razón secular” para su comunicación, tanto interna como externa. Estas Sugeriré que ocio características son propias de lo que considero la primera y y paideia son dos la segunda dimensión de la universidad y que, en conjunto, prácticas que mantienen constituyen esa vanguardia, ese carácter utilitarista de una viva el alma de la máquina-para-resolver-problemas altamente compleja. universidad y aseguran La tercera dimensión de la universidad, que es su dimenque la universidad qua sión profunda, se refiere a lo que alguna vez fuera esencial universidad siga siendo para la universidad qua universidad, esto es, la búsqueda de importante, aun de respuestas para interrogantes más amplias, comprensivas e cara al espectro de la integradoras de verdad y significado —interrogantes, me atrevasta funcionalización vería a decir, metafísicas y morales—. Lo que en la actualidad de la universidad de investigación de la era merece ser observado en lo concerniente a esa tercera dimenposmoderna sión son las señales que da el más bien reciente desencanto –y, especialmente, de con la razón secular como principio rector de la universidad, cara al desencanto con un desencanto posible de percibir, primero y principalmente, la razón secular. entre algunos de los vanguardistas posmodernos de la universidad de investigación de la era posmoderna. En un segundo paso, me dedicaré a una breve observación filosófica y a un recordatorio teológico igualmente breve en relación con una tercera dimensión de la universidad. Finalmente, en lo que es un paso conclusivo, sugeriré que ocio y paideia son dos prácticas que mantienen viva el alma de la universidad y aseguran que la universidad qua universidad siga siendo importante, aun de cara al espectro de la vasta funcionalización de la universidad de investigación de la era posmoderna —y, especialmente, de cara al desencanto con la razón secular—. Como todo pensamiento, las perspectivas normativas que informan mi crítica de la universidad de investigación de la era posmoderna y la concomitante educación universitaria, proceden de alguna parte. La perspectiva que informa la comprensión normativa de la universidad

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que aquí se persigue tiene sus raíces en la paideia clásica, que llegó a florecer en la notable y siempre pertinente obra teológica y filosófica de Tomás de Aquino. Obviamente esta comprensión de la universidad no constituye precisamente la matriz que ha dado forma a las universidades de investigación posmodernas. Sin embargo, en los hechos mantengo como principio regente para las reflexiones que iré desarrollando, que es necesaria una visión como la que sigue para establecer una pauta crítica normativa que nos permita ver en qué punto exactamente la “universidad” corre el peligro de convertirse en un equívoco (es decir, en un manifiesto fraude). Permítanme citar un pasaje de la reciente obra de Alasdair McIntyre God, Philosophy, Universities: A Selective History of the Catholic Philosophical Tradition: “Los fines de la educación… pueden ser correctamente desarrollados solo con referencia al fin último de los seres humanos, y el ordenamiento del currículo debe ser un ordenamiento que sirva a dicho fin último. Solo seremos capaces de entender Es la búsqueda lo que debiera ser la universidad si entendemos lo que es el de la sabiduría lo universo. Ahora, si bien este pensamiento fue crucial para que caracteriza la el concepto de universidad desarrollado por santo Tomás, tercera dimensión careció notablemente de influencia en la determinación de de la universidad, cómo evolucionarían efectivamente las universidades.”2 materializando a la Describir y comprender el desarrollo de hecho de las uni- universidad versidades en términos históricos, sociológicos y políticos, qua universidad es una cosa. Comprender a la universidad qua universidad en un sentido estricto en términos intelectuales es otra. Aquí solo me afano en lo y apropiado. último, y el presupuesto de mi presentación es que el ideal reflejado en el pensamiento de Tomás de Aquino, en algún grado recogido bajo condiciones considerablemente distintas en las conferencias dictadas por John Henry Newman en Dublín, en 1852, sobre El alcance y la naturaleza de la educación universitaria, dista de estar obsoleto. Al contrario, ese ideal constituye un recordatorio correctivo y un saludable desafío, y en cuanto tal es un programa —superior diría, al modelo de universidad diseñado durante la Ilustración— de universidad como lugar de formación avanzada en competencias útiles, de igual modo superior al modelo de Berlín y a las versiones de Max Weber de universidad de investigación en la era posmoderna. Pues todos estos modelos posteriores comparten las deficiencias de la modernidad; esto es, consideran a la tercera dimensión de la universidad como prescindible y, en caso de ser mantenida, como nada más que una supererogatoria concesión a 2 Alasdair MacIntyre, God, Philosophy, Universities: A Selective History of the Catholic Philosophycal Tradition (Lanham, MD: Rowman and Littlefield, 200), 95.

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un lujo admitido por razones puramente sentimentales, a saber, como un expediente para honrar las raíces premodernas de la universidad. Permítanme ahora explicar lo que entiendo bajo tercera dimensión. En 2006, ya octogenario, el filósofo Benedict Ashley publicó un libro sencillamente notable, verdadero modelo de amplitud y rigor interdisciplinarios: The Way Toward Wisdom: An Interdisciplinary and Intercultural Introduction to Metaphysics. Permítanme usar sus palabras para ampliar esta idea de la tercera, la dimensión integradora de la universidad: «El término mismo “uni-versidad significa muchos-mirandohacia-uno, y está relacionado con el término “universo”, Las disciplinas el todo de la realidad. Así, el nombre ya no parece académicas basadas en apropiado para semejante institución moderna tan el acervo matemático y fragmentada, cuya unidad es provista solamente por tecnológico mantienen su administración financiera o, tal vez, por un equipo una vigorosa confianza deportivo. La academia fragmentada por supuesto es —acaso no fe— en la el resultado de la vigorosa exploración de todo tipo de capacidad de la razón conocimientos, pero ¿cómo puede satisfacer el fundapara comprender la mental anhelo sobre el cual se basa toda cultura?”»3

realidad y, precisamente por medio de esa comprensión, forjar exitosamente el mundo en concordancia con los intereses y las necesidades humanas.

Es la búsqueda de la sabiduría lo que caracteriza la tercera dimensión de la universidad, materializando a la universidad qua universidad en un sentido estricto y apropiado. De ahí que la tercera dimensión de la universidad funcione cual norma crítica que con fuerza acusa poderosas tendencias —nada recientes en su origen, pero que últimamente han cobrado un notable impulso— y que se afanan en reducir a la universidad a un politécnico, dotado de un apéndice propedéutico fuertemente funcionalizado de artes liberales, siendo este propedéutico en gran medida una aglomeración avanzada de competencias de investigación reunidas bajo la forma del cumplimiento de determinada tarea, con miras al provecho de conveniencias extrínsecas y contingentes. Si esta tendencia ha de conducir hacia lo que sería su lógica conclusión, si, de hecho, cualquiera de estas avanzadas competencias de investigación pudiera ser transferida a otra parte, digamos, ser directamente vinculada con hospitales, con empresas bioquímicas o del área de la computación, o esta y aquella rama del complejo militar-industrial, sin mediar una pérdida, entonces habrá desaparecido la universidad en cualquier senti3 Benedict Ashley, The Way Toward Wisdom: An Interdisciplinary Introduction to Metaphysics (Notre Dame, IN: University of Notre Dame Press, 2006), 20.

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do substancial, y seguir llamándola por ese nombre sencillamente sería una equivocación, qué duda útil por razones de marca de fábrica o de mercadeo, pero difícilmente por razones de substancia.

I. Una instantánea de la universidad de investigación de la era posmoderna A.- Difícil es imaginar un abismo más profundo que el hoy existente entre aquellos académicos que consideran a la razón en términos de completo triunfo y aquellos que la contemplan en términos de una total desesperación. La razón humana, disciplinada matemáticamente y tecnológicamente materializada, ha transformado la tierra de un modo sin precedente. Las disciplinas académicas basadas en el acervo matemático y tecnológico mantienen una vigorosa confianza —acaso no fe— en la capacidad de la razón para comprender la realidad y, precisamente por medio de esa comprensión, forjar exitosamente el mundo en El simultáneo triunfo concordancia con los intereses y las necesidades humanas. de la razón y la Es paradójico que al mismo tiempo podamos percibir una desesperanza con difundida sensación de desesperanza respecto del estatus y respecto a la misma el papel jugado por la razón. En lugar de guiar soberanamen- refleja como tal a la te los asuntos humanos hacia sus fines claramente definidos sociedad de la era y honestamente pensados, la razón parece ser poco más que posmoderna (…) un mecanismo para salir adelante o una ficción reguladora, impulsada y dirigida por instintos y deseos que apenas puede percibir, mucho menos gobernar. Las disciplinas académicas que tradicionalmente se sirven de las capacidades reflexivas, integradoras y directivas de la razón —como son ejercidas por la humanidad en el acto de entender e interpretar tanto al mundo como a sí mismo— parecen haber caído en un estado de desorden interno cuando al par se encuentran desterradas a lo que —según el general decir— pareciera ser un estado de permanente marginalización en el contexto de la universidad de investigación de la era posmoderna. La razón triunfante bajo la forma de una racionalidad instrumental ha precipitado su propia defunción, como analizan pertinentemente Max Horkheimer y Theodor Adorno en su Dialéctica de la Ilustración. Este pernicioso estado de cosas obviamente no es solo un fenómeno tipo torre de marfil, remoto y perfectamente irrelevante para la sociedad humana en su conjunto. Más bien, el simultáneo triunfo de la razón y la desesperanza con respecto a la misma refleja como tal a la sociedad de la era posmoderna: encontramos avances que quitan el aliento en materia de inteligencia artificial y biotecnología, aparejados con un escepticismo epistemológico atmosférico y un nihilismo ontológico que

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«Las universidades de investigación de la era posmoderna, del tipo que encontramos en todo el orbe, son de una manera general instituciones encauzadas primero y antes que nada a producir conocimiento por medio de una investigación sumamente especializada. Un conocimiento destinado a servir intereses que emanan casi exclusivamente de las necesidades prácticas y tecnológicas del tipo de sociedades en que se insertan dichas universidades». Edificio de Niemeyer y Le Corbusier en la ciudad Universitaria de París.

es tan invasivo y erosivo como elusivo. La racionalidad instrumental y el nihilismo ontológico parecen dos caras de una misma moneda. Lo eclipsado entremedio es el asunto de la verdad. Pues, dado que la razón parece haber llegado a ser incapaz de obtener la verdad, debe ahora hacerse valer a través de la megalómana demostración y celebración de su efectividad instrumental, de su voluntad de poder. El profeta de esta dinámica fue un profesor universitario alemán del siglo diecinueve, alguien que se retiró muy tempranamente de su carrera académica: Friedrich Nietzsche. Mientras Nietzsche se desilusionó grandemente de la universidad de estilo berlinés del siglo diecinueve, la universidad de investigación secular de la era posmoderna, con su pronunciado sesgo

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pragmático y antimetafísico, está más profundamente comprometida con algunos principios nietzscheanos de lo que parece estar consciente. Permítaseme dar un ejemplo citando el aforismo 480 de Voluntad de poder. «No existen ni “espíritu”, ni razón, ni pensamiento, ni conciencia, ni alma, ni voluntad, ni verdad; todas son ficciones sin utilidad alguna. No es cuestión “de sujeto y de objeto”, sino que de una particular especie de animal que solo puede prosperar mediante una cierta aptitud relativa; por sobre todo, la regularidad de sus percepciones (a fin de que pueda acumular experiencia): el conocimiento opera como una herramienta de poder. De ahí que esté claro que se incrementa con cada incremento de poder. En cuanto al significado de “conocimiento”: aquí, tal como ocurre en el caso de “bien” (…) Encontramos o de “bello”, el concepto habrá de ser considerado en avances que quitan el un estricto sentido antropocéntrico y biológico. En aliento en materia de orden a que una especie en particular se mantenga a inteligencia artificial y sí misma e incremente su poder, su comprensión de biotecnología, aparejados la realidad debe abarcar suficiente de lo calculable, así con un escepticismo epistemológico como de lo constante, para poder basar sobre ellos un atmosférico y un esquema de conducta. Es la utilidad de la preservación nihilismo ontológico que —no algún tipo de necesidad teórica-abstracta a ser es tan invasivo y erosivo frustrada— la que se alza como motivo subyacente al como elusivo. desarrollo de los órganos del conocimiento —estos se desarrollan de un modo tal que sus observaciones bastan para nuestra preservación—. En otras palabras, la medida del deseo de conocimiento depende de la medida en que crece la voluntad de poder de una especie y esa especie comprende determinada cantidad de realidad en orden a dominarla, en orden a ponerla a su servicio». ¿Cómo sería el tipo de universidad en que arraigaría la visión, al menos tácita, que tiene Nietzsche del ser humano? ¿Cómo se entendería a sí misma esa universidad? Esto me lleva a otro segmento de lo que llamo instantánea. B.- Un tipo de universidad en que arraigara la visión nietzscheana del ser humano sería —por decir lo menos— profundamente ambivalente en relación a sí misma —y no olvidemos que las mejores estrategias para hacer frente a semejante ambivalencia son la cuantificación y las mediciones, la instrumentalización y la gestión—. Ese tipo de universidad

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[nietzscheana] sería también un lugar en que la filosofía tendría que compartir con las demás humanidades un sitial inequívocamente marginal, en que aquello que alguna vez fueron las “artes liberales” se caracterizarían por su fragmentación curricular e, incluso, por su desorden, además de ser un lugar en que las ciencias biotecnológicas desplegarían un casi incontrolable —¿debiera decir, canceroso?— crecimiento. Semejante “universidad” —pongo la palabra entre comillas— será primero y ante todo una máquina altamente sofisticada para resolver-problemas, puesta al servicio de aquellos capaces de y dispuestos a pagar por sus servicios. Para ponerlo en términos diferentes, más positivos, a lo Bentham: las universidades de investigación de la era posmoderna, del tipo que encontramos en todo el orbe, son de una manera general instituciones encauzadas primero y antes que nada a producir conocimiento por medio de una investigación sumamente especializada (de preferencia en las ciencias naturales (…) La racionalidad y médicas), un conocimiento destinado a servir intereses que instrumental y el emanan casi exclusivamente de las necesidades prácticas y nihilismo ontológico tecnológicas del tipo de sociedades en que se insertan dichas parecen dos caras universidades. De un modo secundario, estas universidades de una misma son encauzadas a comunicar dicho conocimiento en orden moneda. Lo eclipsado a producir competencias específicas en sus graduados. La entremedio es el asunto educación de pregrado se ve crecientemente funcionalizada de la verdad. (…) en dirección a la adquisición de habilidades y competencias factibles de ser comercializadas —del modo más flagrante por el nuevo modelo universitario europeo, diseñado en Bolonia—. A dichas competencias claramente definidas y especializadas se suma un igualmente bien definido conjunto de “Rahmen-Kompetenzen” —competencias marco—. Pues ha de asegurarse que los Einstein, Hawking, Wittgenstein, Habermas y Auerbach del futuro sepan liderar eficientemente eventos del tipo “pequeña mesa de discusión”, sepan organizar equipos de trabajo en laboratorio y sepan preparar impactantes presentaciones en Power-Point. Nada menos que Newman, en sus conferencias sobre The Scope and Nature of the University —conferencias ahora más relevantes que nunca, me atrevería a decir— anticipó hace más de 150 años el espectro de la universidad de investigación de la era posmoderna. Percibe su semilla en el método científico de otro de sus padres fundadores, Francis Bacon. «No puedo negar que [Bacon] logró en alto grado lo que se había propuesto. El suyo es sencillamente un método para que los malestares corporales y las necesidades temporales puedan ser más efectivamente subsanadas para el mayor número [de personas]; y ya ahora, antes de siquiera mostrar

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cualquier signo de agotamiento, los dones de la naturaleza, en sus formas más artificiosas y en su lujosa profusión y diversidad, procediendo de todas partes del mundo, gracias a él son llevados, algo que es innegable, hasta nuestras propias puertas para regocijarnos en ellos».4 Sin embargo, en el curso de los 150 años transcurridos desde la más bien amigable caracterización que hace Newman de la universidad baconiana, las cosas se han tornado considerablemente más graves. La modernidad tardía, esto es, esa modernidad cabalmente secularizada y crecientemente fragmentada, ha ido perdiendo todo su brío optimista y, en cambio, se ha vuelto cansada y cínica. En el agonal mundo de los cuerpos irresistiblemente corruptibles, interminablemente pendencieros e incansablemente consumidores, es decir, un mundo en que las mayores amenazas son las enfermedades, la litigación (…) Pues, dado y la incapacidad de consumir, la jerarquía de las ciencias que la razón parece universitarias está al servicio de evitar semejantes males: a haber llegado a ser la cabeza está la escuela médica, apoyada por todas las bio- incapaz de obtener la ciencias auxiliares, seguida por la escuela de derecho y por verdad, debe ahora la escuela de negocios, apoyadas por sus respectivas ciencias hacerse valer a través auxiliares, antes que nada y en primer lugar las ciencias de de la megalómana la computación y las matemáticas, aunque también cualquier demostración y remanente útil de las artes liberales. Y ya que se ha descu- celebración de bierto que prácticas supuestamente religiosas contribuyen su efectividad a una buena salud y a la longevidad, los dioses celebran su instrumental, de su voluntad de poder. retorno, ahora como apéndices de la escuela de medicina. Es a la luz de estos recientes desarrollos que la advertencia del Papa Benedicto XVI —antiguo profesor universitario él mismo y profundamente comprometido con esta extraordinaria institución de estudios superiores— tiene una resonancia especialmente grave y solemne. Lo que sigue pertenece a un discurso que el Papa escribió en enero de 2008 para ser pronunciado en la romana universidad de La Sapienza (otrora la cátedra donde enseñaba el obispo de Roma, ahora convertida en una universidad laicista), discurso que, sin embargo, nunca fue pronunciado porque a último momento la administración de esa casa de estudios retiró la invitación. Como fuere, aquí reproducimos el pasaje pertinente: Hoy, el peligro del mundo occidental —para hablar solo de este— es que el hombre, precisamente teniendo en cuenta la grandeza 4 John Henry Newman, The Idea of a University, Discourse 5, 8, http//www.newmanreader.org

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de su saber y de su poder, se rinda ante la cuestión de la verdad. Y eso significa al mismo tiempo que la razón, al final, se doblega ante la presión de los intereses y ante el atractivo de la utilidad, y se ve forzada a reconocerla como criterio último. Dicho desde el punto de vista de la estructura de la universidad: existe el peligro de que la filosofía, al no sentirse ya capaz de cumplir su verdadera tarea, degenere en positivismo; que la teología, con su mensaje dirigido a la razón, quede confinada a la esfera privada de un grupo más o menos grande. Sin embargo, si la razón, celosa de su presunta pureza, se hace sorda al gran mensaje que le viene de la fe cristiana y de su sabiduría, se seca como un árbol cuyas raíces no reciben ya las aguas que le dan vida, pierde la valentía por la verdad y así no se hace más grande, sino más pequeña.5

Si la universidad ha de ser coherentemente una universidad en todo el sentido del término, necesita embarcarse en indagaciones que dependen de principios que la “razón secular” no puede producir ni asumir.

El Santo Padre acusa aquí [discurso La Sapienza] a la nunca examinada estructura negativa de la razón secular, a-críticamente reductiva y, en fin de cuentas, a-científica por a-histórica y anti-hermenéutica, como el paradigma por defecto que define cada día la comprensión que tiene de sí misma la universidad qua universidad. Resulta interesante —por decir lo menos— que la preocupación del Papa tenga llamativas y sorprendentes repercusiones entre aquellos miembros de la vanguardia posmoderna que han llegado a darse cuenta de que la “razón secular” es una ficción incapaz de dar cuenta siquiera de sí misma, mucho menos todavía de la naturaleza comprensiva de la universidad como universitas. Vayamos ahora al segmento final de mi instantánea de la universidad de investigación en la era posmoderna. C.- Stanley Fish, alguna vez catedrático del departamento de inglés de la Universidad de Duke y actualmente profesor de humanidades y derecho en la Florida International University de Miami, recientemente presentó y analizó un libro notable, escrito por Steven D. Smith, profesor distinguido de derecho de la Universidad Warren en San Diego, titulado The Disenchantment of Secular Reason. Stanley Fish y Steven Smith intentan asaltar desde el interior aquello que Charles Taylor alguna vez llamó con gran acierto “la ciudadela de la moderna razón secular”. En su libro, Smith argumenta que “no hay razones seculares… del tipo que pudiese tomar determinado curso de acción en lugar de otro.” 5 Benedicto XVI, Discurso que el Santo Padre iba a pronunciar en la Universidad de “La Sapienza”, http://www.vatican.va

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«Nada menos que Newman, en sus conferencias sobre The Scope and Nature of the University —conferencias ahora más relevantes que nunca, me atrevería a decir— anticipó hace más de 150 años el espectro de la universidad de investigación de la era posmoderna. Percibe su semilla en el método científico de otro de sus padres fundadores, Francis Bacon». Oriel College, segundo hogar universitario de J.H. Newman.

La razón secular no es capaz de realizar la tarea que ella misma se ha asignado —describir el mundo bajo formas que nos permitan avanzar con nuestros proyectos— sin importar, aunque también sin reconocer, las perspectivas mismas que con desdén deja a un lado. Si bien el discurso secular, bajo la forma de análisis estadísticos, experimentos controlados y “árboles de decisión” racionales, puede producir bancos de datos posibles de ser subdivididos y refinados de modos mucho más numerosos de lo imaginable, no puede decirnos qué es lo que esos datos significan o qué se puede hacer con ellos. No importa cuánta información se almacene y cuán sofisticadas sean las operaciones analíticas que se realicen, nunca se llegará a estar un milímetro más cerca del momento en que uno podría desplazarse de la información almacenada a determinada lección o imperativo al que apunte dicha información.6 6 Stanley Fish, “Are There Any Secular Reasons?” http://opinionator.blogs.nytimes.com/2010/02/22/ are-there-secular-reasons/?/

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Ahora, esto no es nada de sorprendente bajo las condiciones de abandono que sufren las teologías ontológica y moral en la era moderna. Esta profunda insuficiencia es, de hecho, lo que precisamente cabría esperar de la moderna razón secular y de la universidad entregada a ella. Pero, hay todavía un problema más profundo e inquietante: el autoengaño de la razón secular en lo concerniente a su propio “juego de manos”. Vayamos una vez más a Fish cuando escribe acerca del libro de Smith. Este último observa que el auto-empobrecido discurso de la razón secular de hecho produce juicios, fórmulas y agendas defensivas, y habla con un vocabulario normativo. ¿Cómo se las arregla? “Contrabandeando”, contesta Smith. “El vocabulario secular dentro del cual es constreñido el discurso público es, hoy por hoy, insuficiente para transmitir todo el conjunto de sus convicciones y compromisos normativos. Igualmente se En tanto sea Dios el las ingenia para debatir sobre asuntos normativos, pero solo fin de la búsqueda de la merced a la introducción por “contrabando” de nociones que sabiduría, y la teología, son formalmente inadmisibles y que, por tanto, no pueden tanto la natural como ser abiertamente reconocidas o advertidas”. De acuerdo con la revelada, cima Smith, las nociones que esta razón debe introducir de conde las disciplinas trabando incluyen “nociones acerca de un cosmos posible universitarias, de interpretar en términos teleológicos, o de una naturaleza la tercera dimensión teológica ahíta de ‘causas finales’ aristotélicas, o de un dejamás colapsará, y signio providencial”, desterradas todas del discurso secular la universidad seguirá porque estipulan por adelantado la verdad y el valor en siendo universitas en lugar de esperar que estos sean revelados por los resultados el pleno sentido de la palabra. (…) del cálculo racional. Pero si el discurso secular necesita de nociones como estas para tener una dirección —más aun, para siquiera arrancar—, “tenemos poca opción salvo llevarlas de contrabando a las conversaciones, introduciéndolas de incógnito bajo alguna forma de máscara secular.”7 El análisis que hace Fish del argumento de Smith suena verdadero. Pues toda universidad inevitablemente refleja en al menos cierto grado la cultura de la que emerge y dentro de la cual opera. La universidad de investigación de la era posmoderna ha asumido en alto grado los supuestos de la razón secular y se ha comprometido con servir a un discurso supuestamente compartido y no-partidista de la “razón pública”, con sus logros incuestionablemente tan numerosos como asombrosos. Esto, sin embargo, es una ilusión y, más aun, desastrosa. Pues al interior de las autoimpuestas limitaciones de la “razón secular”, la universidad qua universidad se vuelve ininteligible para ella misma. Todo lo que puede ser para la “razón secular” es una conveniente aglomeración 7 Ibíd.

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de destrezas y competencias, próximas una respecto de la otra, etiquetadas y comercializadas bajo un solo nombre, aunque cada una deriva su justificación de grandes y en gran medida inconmensurables necesidades cuya satisfacción demanda segmentos enormemente variados de una sociedad avanzada, diversificada y tecnológicamente acicateada. La “razón secular” se ha escindido intencionalmente de las fuentes intelectuales y morales que le permitirían reconocer y asimilar la estructurante teología que confiere valor intrínseco a la universidad en cuanto tal: la mente orientada hacia la verdad y la correspondiente búsqueda de la verdad, así como el ordenamiento de esas verdades, que es tarea de la sabiduría. En el mismo discurso escrito para la romana universidad de La Sapienza, Benedicto apuntaba al autoengaño de la razón. “Si nuestra cultura quiere solo construirse a sí misma sobre la base del círculo de sus propias argumentaciones y de lo que en el momento (…) Fue este la convence, y, preocupada por su laicidad, se aleja de las recordatorio teológico raíces de las que vive, entonces ya no se hace más razona- el que mantuvo a las ble y más pura, sino que se descompone y se fragmenta”.8 universidades cristianas Al igual que la sociedad posmoderna, la universidad de premodernas conscientes investigación de la era posmoderna vive a partir de fuentes del hecho de que fue el alejamiento primordial intelectuales y morales de las que no puede dar cuenta y de Dios el que dejó una menos todavía producir. La tercera dimensión de la uniherida en el ser humano, versidad, sin embargo, parece depender precisamente de una herida que afectó semejantes fuentes intelectuales y morales.

II ¿De qué trata la “tercera dimensión de la universidad”?

a la voluntad más que a ninguna de las facultades humanas.

La tercera dimensión es aquella dimensión unificadora que ofrece una visión a la vez integradora y ordenada de las dos primeras dimensiones y que, por tanto, hace posibles la coherencia, el orden y la evaluación, además del aspecto pedagógico, paideia. Es la dimensión de la meta-ciencia, de una indagación unificadora e integradora que trasciende a toda ciencia en particular, y también la adquisición de habilidades específicas. Es una indagación que presta atención a la totalidad, al orden y a la coherencia de todas las ciencias, a sus principios regentes y, por tanto, a la universidad como búsqueda consciente de sí misma y coherente con la verdad y la sabiduría, trazando una elipse en torno de dos focos: el universo y el ser humano. La tercera dimensión, la dimensión-de-la-profundidad, ofrece coherencia interna a la educación universitaria y permite 8 Benedicto XVI, “La Sapienza”, http¨//www.vatican.va

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a la universidad realizarse en un sentido fuerte y apropiado. Sea lo que fuere que hace todavía de la universidad una realidad coherente, al menos marginalmente, es parasitario, por así decir, de la tercera dimensión, de aquella que llamamos profunda. Cuando la universidad de investigación de la era posmoderna abraza a la “razón secular” como medio dominante para entenderse a sí misma, también lo hace en el plano de la mediación, excluyéndose a sí misma de esta tercera dimensión, limitándose al nivel bidimensional de la producción de conocimiento. Me gustaría destacar dos características de esta tercera dimensión por medio de una observación filosófica y de un recordatorio teológico.

Una observación filosófica Importa debido a la verdad y porque el ser humano está hecho para la verdad. Es esa la sorprendente dignidad del ser humano y en ella toma parte la dignidad de la universidad. (…)

Vaya primero la observación filosófica, que me lleva una vez más a la interpretación que hace Fish de la obra The Disenchantment of Secular Reason escrita por Smith.

Smith no pretende decir algo completamente nuevo. Cita la declaración de David Hume, en el sentido de que, por sí misma, “la razón es incompetente para contestar cualquier interrogante fundamental”, así como la descripción que hace Alasdair McIntyre en su After Virtue del moderno discurso secular cuando dice que este consiste de “los ahora incongruentes fragmentos de un tipo de razonamiento que tenía sentido en cuanto a supuestos metafísicos más antiguos”. Y podría haber agregado la observación de san Agustín, contenida en De Trinitate, de que los vínculos de la razón no pueden desplegarse en ausencia de una proposición substantiva que no generaron ni podrían generar.9

En este significativo pasaje, así como en otras partes de su ensayo, Fish parece sugerir el retorno a la metafísica mediante el resurgimiento de dos realidades ulteriores irrebatibles: la teleología y la trascendencia de la razón humana. ¿En qué dirección apuntan sus señales? En vez de entrar en una amplia y prolija discusión de estas profundas materias, permítaseme tomar un atajo y ofrecer dos citas para “defender la plaza”. Primero, en God, Philosophy, Universities MacIntyre señala que “los fines de la educación pueden ser correctamente desarrollados con referencia al fin último de los seres humanos, y el ordenamiento del currículo debe 9 Fish, “Secular Reasons?”

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«La “razón secular” se ha escindido intencionalmente de las fuentes intelectuales y morales que le permitirían reconocer y asimilar la estructurante teología que confiere valor intrínseco a la universidad en cuanto tal: la mente orientada hacia la verdad y la correspondiente búsqueda de la verdad, así como el ordenamiento de esas verdades –que es tarea de la sabiduría».

estar orientado a ese fin. Somos capaces de entender lo que debería ser la universidad solo si entendemos qué es el universo”.10 En pocas palabras, si la universidad ha de ser coherentemente una universidad en todo el sentido del término, necesita embarcarse en indagaciones que dependen de principios que la “razón secular” no puede producir ni asumir. Lo que es todavía más importante de hacer consciente es que decididamente la recuperación de la investigación meta-científica está correlacionada con una recuperación igualmente plena de la genuina libertad académica. En Leisure: The Basis of Culture, el filósofo alemán Joseph Pieper nos recuerda esta correlación de tanta importancia. «Hablando en términos estrictos, la pretensión de una libertad académica solo puede existir cuando lo “académico” es en sí realizado de un modo “filosófico”. Y la razón histórica es la siguiente: la libertad académica se ha perdido, exactamente en la misma medida en que se ha perdido el carácter filosófico del estudio académico o, para decirlo de otro modo, al punto en que las demandas totalitarias del mundo del trabajo han conquistado 10 MacIntyre, God, Philosophy, Universities, 95.

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la esfera de la universidad. Es aquí donde yacen las raíces metafísicas: la “politización” es tanto un síntoma como una consecuencia. Y, en efecto, habrá de admitirse aquí que esto no es nada más que el fruto… de la propia filosofía, de la filosofía moderna”.11 En lugar de filosofía moderna, Pieper también habría podido decir “razón secular”. Su argumento estriba en que la verdadera libertad académica es una libertad que es realizada con plenitud en la tercera dimensión de la universidad, una dimensión accesible a partir de cualquier disciplina universitaria. Dicho de otro modo, la función integradora y ordenadora de la tercera dimensión no es extrínsecamente impuesta a las diversas disciplinas académicas, sino que emana de lo que Pieper llama el carácter “filosófico” del estudio académico per se, mediante el cual cada disciplina se trasciende (…) Formular a la a sí misma en la realización del asunto que le es propio.

razón secular aquella pregunta que le resulta tan desdeñable de “¿qué es la verdad?”, constituye extraviar la dignidad del ser humano tanto como aquella de la universidad.

El recordatorio teológico

Pasemos ahora de la observación filosófica al recordatorio teológico. El recordatorio teológico es sencillamente lo siguiente: la tercera dimensión de la universidad florece en plenitud cuando es iluminada desde arriba. En tanto sea Dios el fin de la búsqueda de la sabiduría, y la teología, tanto la natural como la revelada, cima de las disciplinas universitarias, la tercera dimensión jamás colapsará, y la universidad seguirá siendo universitas en el pleno sentido de la palabra. Fue este recordatorio teológico el que mantuvo a las universidades cristianas premodernas conscientes del hecho de que fue el alejamiento primordial de Dios el que dejó una herida en el ser humano, una herida que afectó a la voluntad más que a ninguna de las facultades humanas. A la luz del conocimiento que proyecta la tercera dimensión, Newman formula, de la sucinta manera que le es propia, una seria reserva que hace hincapié en las limitaciones de incluso el mejor tipo de educación universitaria que quepa esperar, el mejor tipo entregado por una universidad cuya tercera dimensión se halle en pleno florecimiento, por así decir. Vuelvo a citar una de sus conferencias de Dublín, dictadas en 1852 bajo el nombre de The Scope and Nature of University Education. El conocimiento es una cosa, la virtud es otra; la sensatez no es conciencia; la cortesía no es humildad; la equidad y la 11 Josef Pieper, Leisure: The Basis of Culture (San Francisco, Ignatius Press, 2009), 75.

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magnanimidad en la justicia no constituyen la fe. La filosofía, con todo lo iluminada que pueda ser, con todo lo profunda que pueda ser, no confiere el dominio de las pasiones, ni motivos influyentes ni principios vivificadores. La educación liberal no hace al cristiano, ni al católico, sino que al caballero. … Corten el granito con navajas, o amarren el buque con un hilo de seda; entonces podrán tener la esperanza de poder luchar con tan endebles instrumentos como son el conocimiento del hombre y la razón humana contra aquellos gigantes llamados la pasión y el orgullo del ser humano. … La educación liberal, vista en sí misma, sencillamente es el cultivo del intelecto en cuanto tal, y su objeto no es nada más ni nada menos que la excelencia intelectual.12 En determinado nivel, el más fundamental desde un La práctica del ocio punto de vista teológico, Newman tiene razón: la educación tiene como su fin liberal no está dedicada a la creación de santos, sino que intrínseco la integración al cultivo del intelecto; la universidad está destinada a la de las ciencias, la excelencia que caracteriza al intelecto y no a la excelencia contemplación del todo, que caracteriza al santo. El caballero que invoca Newman en breve, la búsqueda de debiera entenderse, pienso yo, como una persona intelec- la sabiduría. (…) tualmente bien formada y socialmente competente. Pienso, sin embargo, que Newman cede aquí en forma tácita un punto que en otras instancias de su obra estuvo explícitamente decidido a apoyar: el que paideia, la formación del carácter, es parte integral de la educación universitaria. Pues, es posible afirmar que la formación de las virtudes intelectuales se da mejor en conjunto con la formación del carácter; dicho en otros términos: una formación del carácter deficiente o ausente complica e incluso obstruye la debida formación de las virtudes intelectuales. Dado que las virtudes de la mente —cuyo desarrollo es parte integral de la tercera dimensión universitaria— no pueden estar divorciadas de la formación del carácter, esto es, de la formación en las virtudes morales, podemos ahora especificar con mayor claridad y de una doble manera en qué sentido es que importa la universidad, especialmente tras el desencanto con la razón secular. Esto me lleva a la parte final de mi artículo.

III. Lo que significa reclamar la tercera dimensión de la universidad: ocio, paideia y genuina libertad académica No me complaceré en la ilusión de que se puede salvar a la universidad al cabo de un sabático, y menos todavía en el curso de un solo artículo. 12 Newman, Idea, Discourse V, 9.

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«Aquello que correlaciona paideia con la otra práctica central, el ocio, es sin duda la prudencia. Tenemos aquí a la virtud que integra ambas prácticas medulares de la tercera dimensión de la universidad a la vida concreta de cada estudiante –y en este sentido, también de cada profesor».

Pero uno puede comenzar a pensar de modo diferente respecto de cosas diferentes y formular diversas preguntas en torno de ellas. La universidad es un lugar privilegiado, una institución preciosa, y es un gran honor poder enseñar en dicha institución: ella es una institución que importa en sumo modo, aunque separada de sus propias raíces intelectuales e históricas, de las tradiciones normativas filosóficas y teológicas, ella ha olvidado en gran medida por qué, en realidad, importa. Importa debido a la verdad y porque el ser humano está hecho para la verdad. Es esa la sorprendente dignidad del ser humano y en ella toma parte la dignidad de la universidad. Formular a la razón secular aquella pregunta que le resulta tan desdeñable de “¿qué es la verdad?”, constituye extraviar la dignidad del ser humano tanto como aquella de la universidad. ¿Qué significaría recuperar plenamente aquella dignidad? Como mencioné en mi introducción, dos son las prácticas esenciales para su pleno desarrollo y florecimiento: ocio o scholé, y paideia. La práctica del ocio tiene como su fin intrínseco la integración de las ciencias, la contemplación del todo; en breve, la búsqueda de la sabiduría. La práctica del ocio es la única práctica que permite algo así como la reflexión sobre sí misma de la universidad en cuanto universidad. (La integración así advenida es, sin embargo, radicalmente diferente del tipo de interdisciplinariedad que

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apunta a solo producir otro tipo de dato, otro tipo de conocimiento útil para ser aplicado aquí o allá). Segundo, la práctica de paideia aspira a una formación humana integral, la formación de las virtudes intelectuales en conjunto con un desarrollo de las virtudes morales. No hay paideia sin ocio, y el verdadero ocio florece en paideia. Permítanme tratar en primer lugar a la paideia y comenzar con una inesperada voz que también expresa preocupación. En su novela I Am Charlotte Simmons, que Tom Wolfe escribió en 2004, este autor ofrece una incisiva exposición de la vida universitaria contemporánea en los Estados Unidos, que solo parece confirmar la posición de Newman en cuanto a luchar contra “la pasión y el orgullo del ser humano”. Mientras describe el abuso de drogas, el alcoholismo y la promiscuidad sexual que caracteriza la vida secular de las universidades y colleges en la era posmoderna, Wolf a todas luces también parece esperar más de ambas instituciones Lo que confiere a una que simplemente imitar la miseria del grueso de la sociedad. universidad y a una Conversando con un entrevistador, Wolfe dijo que deploraba educación universitaria el hecho de que “salvo pocas excepciones, las universidades su profundidad y su han abandonado totalmente la idea de fortalecer el carácter.”13 dignidad única, es lo que ¿Acaso las esperanzas que Wolf abriga en relación a la univer- le sobra en “utilidad” (lo que los antiguos sidad de la era posmoderna son desesperantemente ingenuas, llamarían “servilismo”). pasadas de moda y ulteriormente utópicas, o podrían reflejar algún grado de comprensión de la relación habida entre la formación del carácter y la búsqueda de la sabiduría? Es digno de señalar algo que puede dar respiro a quienes se preocupan de estos asuntos, pues, en relación exactamente a este punto, los estudiantes tomistas de Aristóteles, tanto como los discípulos agustinianos de Platón, están plenamente de acuerdo y, por tanto, Benedicto XVI comparte con Tom Wolfe las esperanzas de que la formación del carácter sea un componente integral de una educación universitaria merecedora de ese nombre. El 27 de septiembre de 2009, en su discurso dirigido a los representantes de la comunidad académica de la antigua Universidad Carlos de Praga, Benedicto XVI señaló: “Ya desde la época de Platón, la instrucción no consiste en una mera acumulación de conocimientos o habilidades, sino en una paideia, una formación humana en las riquezas de una tradición intelectual orientada a una vida virtuosa… Es preciso retomar la idea de una formación integral, basada en la unidad del conocimiento enraizado en la verdad”.14 Ahora, el cómo ha de entenderse 13 Tom Wolfe, citado por Mary Ann Glendon, “Off at College”, First Things 150 (febrero 2005), 41. 14 Benedicto XVI, Encuentro con el mundo académico. Discurso del Santo Padre. Salón Vladislav del Castillo de Praga, septiembre 27, 2009.

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exactamente dicha paideia requiere de una mayor profundización. Lo que parece obvio es que en orden a comprometerse con la búsqueda de la unidad del conocimiento —la sabiduría—, uno debe ser formado en las virtudes intelectuales como requisito para que dicha búsqueda sea exitosa. Menos obvia es la correlación entre la formación de las virtudes intelectuales y la formación de las virtudes morales. En la doctrina de las virtudes cardinales de Tomás de Aquino, la prudencia ocupa una posición principal, puesto que es la virtud imprescindible para toda virtud moral.15 De ahí que Newman, al igual que santo Tomás, puede también dar cuenta del bribón talentoso. Pues, la prudencia no pertenece a las virtudes intelectuales que perfeccionan al intelecto especulativo para consideración de la verdad. Sin embargo, a diferencia de Newman, la paideia clásica y también santo Tomás esperan más de la educación universitaria que la sola perfección de las virtudes estrictamente intelectuales, La práctica de paideia ya que la finalidad de una apropiada educación en las artes aspira a una formación intelectuales es la búsqueda de la sabiduría. Y la búsqueda humana integral, de la sabiduría implica no solo el refinamiento de los hábila formación de las tos del pensamiento, sino que también de los hábitos de la virtudes intelectuales acción, ya que ambos son propios del fin del ser humano. en conjunto con Es este el motivo de por qué la paideia es parte integral de un desarrollo de las la búsqueda de la sabiduría. Y desde que la prudencia es virtudes morales. No la virtud intelectual que perfecciona la razón propia de las hay paideia sin ocio, y cosas que deben hacerse,16 la práctica de la paideia implica el verdadero ocio florece primero y antes que nada la formación de la prudencia. en paideia. Paideia implica, asimismo, la formación de otras virtudes, como ser, la veracidad, la aplicación al estudio, la persistencia, la humildad, la camaradería, ordenadas y estructuradas por la templanza, esto es, el dominio de sí mismo, así como también por la valentía y la justicia. Sin embargo, aquello que correlaciona paideia con la otra práctica central, el ocio, es sin duda la prudencia. Tenemos aquí a la virtud que integra ambas prácticas medulares de la tercera dimensión de la universidad a la vida concreta de cada estudiante y, en este sentido, también de cada profesor. Todo esto nos lleva finalmente a la práctica del ocio o scholé, la práctica de la productividad no-productiva. Dicho de otra manera, la productividad en que el ocio alcanza su fin —la contemplación— sigue siendo, en esencia, intrínseca a la práctica del ocio. No puede ser funcionalizada para algún propósito extrínseco. En cuanto tal, el ocio es el alma, el principio vital de la universidad. Donde se haya perdido scholé no ocurrirá paideia. Donde 15 Tomás de Aquino, Summa theologiae 1, q, 58, a, 5. 16 ST 1, q, 57, a.

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se haya perdido la práctica del ocio, y con ella la contemplación, también faltará la indagación meta-científica. En God, Philosophy Universities, se presenta el asunto de forma muy sucinta. “¿En quién recae… en semejante universidad, la tarea de integrar las variadas disciplinas, de considerar el influjo de cada una sobre las demás y de preguntar cómo contribuye cada una a la comprensión general de la naturaleza y el orden de las cosas? La respuesta es “nadie”, aunque incluso esta respuesta es engañosa. Pues, en la universidad contemporánea no hay percepción de que exista semejante tarea, de que algo que importa se deja de hacer. Y así la noción misma de la naturaleza y del orden de las cosas, de un solo universo, cuyos diferentes aspectos son objeto de las investigaciones de las diversas disciplinas, aunque de modo tal que cada aspecto necesita ser relacionado con cada otro, esta noción ya no informa a la Sin embargo, aquello empresa en que se concentra la universidad del presente. Se que correlaciona paideia con la otra práctica ha convertido en un concepto irrelevante.17 ¿Es la práctica del central, el ocio, es sin ocio y de su fin intrínseco, la contemplación, una pérdida de duda la prudencia. tiempo? Es precisamente eso. Como tan enérgicamente nos Tenemos aquí a la virtud ha recordado Pieper, el ocio es la base de la cultura. Sin ocio, que integra ambas sin la pérdida de tiempo que escapa a la funcionalización prácticas medulares de mensurable y a la manipulación empresarial; en breve, sin la tercera dimensión el exceso que siempre es la contemplación,y la universidad de la universidad a la y la investigación que emprende, así como la educación que vida concreta de cada ofrece, no serán sino bidimensionales, esto es, tan planas estudiante y, en este como una sierra circular, ofreciendo muchos puntos agu- sentido, también de zados pero nada de profundidad, o tan ineficientes como la cada profesor. afeitadora para raspar carácter de una roca. Lo que confiere a una universidad y a una educación universitaria su profundidad y su dignidad única es lo que le sobra en “utilidad” (lo que los antiguos llamarían “servilismo”). Las artes liberales contienen su fin en sí mismas. Y como tales siempre indican la naturaleza de la genuina libertad académica. Sin embargo, es la práctica del ocio lo que faculta a una libertad académica sostenida en el tiempo para realizarse como libertad para la excelencia, lo que no es nada más que una libertad para la contemplación. Me cabe esperar que algunos de los colleges y universidades de mi país18 no solo figuren entre aquellas instituciones de enseñanza superior que defienden la tercera dimensión de la universidad, sino que, primero y antes que nada, se cuenten entre aquellas ansiosas de devolver a esta tercera dimensión su dignidad y esplendor originales. 17 MacIntyre, God, Philosophy, Universities, 16. 18 El autor reside y enseña en EE.UU.

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G.B. Montini, Papa Pablo VI, beatificado el 19 de octubre de 2014

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Vía Crucis SANTA TERESA / V CENTENARIO

De la mano de santa Teresa de Jesús

Vía Crucis, del beato Pablo VI En 1977, Pablo VI pidió que el Vía Crucis del Viernes Santo, que se celebraba alrededor del Coliseo, tuviese como hilo conductor textos de Santa Teresa de Jesús, la gran reformadora espiritual a quien había nombrado Doctora de la Iglesia en 1970. Nacida el 28 de marzo de 1515, se conmemora este año su quinto centenario. Aquel Vía Crucis fue el último del Papa Montini, y contó con la aportación del carmelita español Tomás Álvarez. Su texto, editado en su día por la editorial Monte Carmelo, ha permanecido en el olvido hasta hoy. El Papa cumplía así el consejo de la mística, que recomendaba contemplar la Pasión y “pensar las penas que allí tuvo, y por qué las tuvo, y Quién es el que las tuvo y el amor con que las pasó”.

HUMANITAS Nº 77 pp. 54 - 75

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Introducción El camino de la Cruz es el camino de la vida. La Cruz es el centro del misterio de la salvación, del sobreabundante amor de Dios, el cual, amándonos, nos ha entregado a su Hijo. Siguiendo a Cristo, recorremos el itinerario del dolor que culmina en alegría, de la crucifixión que prepara la Resurrección, de la muerte que se transforma en vida. Hagamos este Vía Crucis en comunión con la Iglesia, en la cual se renueva perennemente el martirio de su Maestro y Esposo. La Palabra de Dios, la voz de santa Teresa de Jesús, madre de los Espirituales; la súplica de la Liturgia nos ayudan a vivir la gracia del misterio de la Pasión.

Dice el apóstol san Pedro: «Agrada a Dios que, por consideración a Él, soporte uno las ofensas, padeciendo injustamente. Pues, ¿qué gloria tendréis si, delinquiendo y siendo golpeados, aguantáis? Pero si, haciendo el bien, aguantáis padeciendo, esto es lo grato a Dios. Pues para esto fuisteis llamados, ya que también Cristo padeció por vosotros y os dejó ejemplo para que sigáis sus pasos» (1P 2, 19-21).

Santa Teresa: «No ha de faltar cruz en esta vida, aunque más hagamos, si somos del bando del Crucificado. El verdadero amigo, de quien hemos de hacer cuenta es Dios». «Es necesario comenzar con determinación de llevar camino de cruz desde el principio, pues el mismo Señor mostró este camino de perfección diciendo: Toma tu cruz y sígueme. Él es nuestro dechado: no hay que temer quien, por solo contentarle, siguiere sus consejos» (Carta 194; Vida 15, 13).

Oremos Infunde en nosotros, Señor, la sabiduría de la Cruz, que ha iluminado a tus santos, para que nos unamos plenamente a Cristo y colaboremos en la Iglesia por la salvación del mundo. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

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Primera Estación Jesús, condenado a muerte V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos. R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Palabra de Dios: «Estaba como manso cordero que, sin saberlo, era llevado a degollar, pues habían tramado contra mí una conjura diciendo: Destruyamos el árbol con su vigor y extirpémosle de la tierra de los vivos, y no se hará más memoria de su nombre». (Jer 11, 19). «Pilato, queriendo dar satisfacción a la plebe, les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de haberle azotado, lo entregó para que le crucificasen» (Mc 15, 15).

Santa Teresa: «Estase ardiendo el mundo. Quieren tornar a sentenciar a Cristo, pues le levantan mil testimonios y quieren poner su Iglesia por el suelo. ¡Oh, Padre eterno! Mirad que no son de olvidar tantos azotes e injurias. ¿Siempre que tornamos a pecar lo ha de pagar este amantísimo Cordero? No lo permitáis, Señor. Os lo suplico por quien Vos sois: habed lástima de tantas almas como se pierden y favoreced vuestra Iglesia. No permitáis ya más daños en la cristiandad» (Camino, 1 y 3).

Oremos Señor Jesucristo, que fuiste conducido al suplicio de la cruz para la redención del mundo, por tu bondad perdona nuestras culpas pasadas y presérvanos de las futuras. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén. Padrenuestro...

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V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos. R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Vía Crucis

Segunda Estación Jesús con la Cruz a cuestas

Palabra de Dios: «Pero fue Él, ciertamente, quien soportó nuestros sufrimientos y cargó con nuestros dolores, mientras que nosotros le tuvimos por castigado, herido por Dios y abatido. Fue traspasado por nuestras iniquidades y molido por nuestros pecados. El castigo de nuestra paz fue sobre Él y en sus llagas hemos sido curados» (Is 53, 4-5). «Tomaron, pues, a Jesús, que, llevando su cruz, salió al sitio llamado Calvario, que en hebreo se dice Gólgota» (Jn 19, 17).

Santa Teresa: «A los que Dios mucho quiere lleva por camino de trabajos, y mientras más los ama, mayores. El premio de los trabajos es el amor de Dios. Por tan precioso precio, ¿quién no los amara?» (Camino 18, 1; Carta, S.31, 2).

Oremos Escucha, Señor, nuestras súplicas, y concédenos la gracia de imitar la pasión de tu Hijo, para sobrellevar con serena firmeza nuestra cruz cotidiana. Por Cristo nuestro Señor. Amén. Padrenuestro...

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Tercera Estación Jesús cae por primera vez V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos. R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Palabra de Dios: «He dado mis espaldas a los que me herían, y mis mejillas a los que mesaban mi barba. Y no escondí mi rostro ante las injurias y los salivazos» (Is 50, 6). «En verdad, en verdad os digo que, si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, quedará solo; pero si muere, dará mucho fruto» (Jn 12, 24).

Santa Teresa: «Es muy buen amigo Cristo, porque le miramos hombre y vémosle con flaquezas y trabajos, y es compañía. Es muy fácil hallarle cabe sí. Siempre que pensemos en Cristo, es bien nos acordemos del amor con que nos hizo tantas mercedes, y cuán grande nos le mostró Dios en darnos tal prenda del que nos tiene: que amor saca amor» (Vida 22, 10-14).

Oremos Padre misericordioso, que redimiste al mundo con la pasión de tu Hijo, haz que tu Iglesia se ofrezca a ti como sacrificio vivo y santo, y experimente siempre la plenitud de tu amor. Por Cristo nuestro Señor. Amén. Padrenuestro...

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V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos. R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Vía Crucis

Cuarta Estación Jesús encuentra a su Madre

Palabra de Dios: «Y ahora dice Yahvé, el que desde el seno materno me formó para siervo suyo, para devolverle a Jacob, para congregarle a Israel, pues soy honrado a los ojos de Yahvé y mi Dios es mi fuerza. Digo: Ligera cosa es para mí que seas mi siervo, para restablecer las tribus de Jacob y reconducir a los salvados de Israel. Yo te he puesto para luz de las gentes, para llevar mi salvación hasta los confines de la tierra» (Is 49, 5-6). «Simeón los bendijo y dijo a María su madre: Este está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción, y a ti misma una espada te atravesará el alma, a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones» (Lc 2, 34-35).

Santa Teresa: «Es larga la vida, y hay en ella muchos trabajos, y hemos menester mirar a nuestro dechado, Cristo, cómo los pasó. Es muy buena compañía el buen Jesús para no apartarnos de ella, y su sacratísima Madre, y Él gusta mucho de que nos dolamos de sus penas» (Moradas 6,7,13).

Oremos Jesús, salvador del mundo, que, muriendo, has destruido la muerte y, resucitando, nos has devuelto la vida, por intercesión de tu Madre, consoladora de los afligidos, consuélanos en tu divina consolación, para que, confortados por Ti, infundamos la alegría a los que sufren el dolor. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén. Padrenuestro...

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Quinta Estación El Cirineo ayuda a Jesús a llevar la Cruz V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos. R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Palabra de Dios:

«Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará» (Mc 8, 34-35). «Cuando le llevaban, echaron mano de un tal Simón de Cirene, que venía del campo, y le cargaron la cruz para que la llevara detrás de Jesús» (Mc 23, 26).

Santa Teresa: «Juntas andemos, Señor: por donde fuereis tengo de ir. Tomemos, hermanos, su cruz. No hagáis caso de lo que dijeren. Tropezando, y aun cayendo como Él, no os apartéis de la cruz ni la dejéis. Ya se sabe: quien quiera gozar del Crucificado, ha de pasar cruz» (Camino 26, 7; Carta S.233, 7).

Oremos Dios todopoderoso, mira a la Humanidad extenuada por su debilidad mortal, y haz que recobre la vida por la Pasión de tu único Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén. Padrenuestro...

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V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos. R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Vía Crucis

Sexta Estación La Verónica enjuga el rostro a Jesús

Palabra de Dios: «No tenía apariencia ni presencia; le vimos y no tenía aspecto que pudiésemos estimar. Despreciable y desecho de hombres, varón de dolores y sabedor de dolencias, como uno ante quien se oculta el rostro, despreciable y no le tuvimos en cuenta» (Is 53, 2-3). «El que le iba a entregar les había dado esta contraseña: Aquel a quien yo dé un beso, ese es; prendedlo y llevadlo con cautela. Nada más llegar se acerca a Él y le dice: Rabí, y le besó» (Mc 14, 44-45).

Santa Teresa: «Cuando pienses en el Señor, o en su vida y Pasión, acuérdate de su mansísimo y hermoso rostro, que es grandísimo consuelo. Será como un recuerdo suave que cale en tu memoria. Podrá llegar a quedar tan esculpida en tu mente esta imagen gloriosísima, que jamás se borre de ella hasta que la veas adonde para sin fin la puedas gozar» (Moradas 6, 9, 14-3).

Oremos Mira, Padre, el rostro de tu Hijo Jesucristo, que se entregó para la salvación de la Humanidad; y haz que del Oriente al Occidente sea glorificado su nombre entre los pueblos, y en todas las partes del mundo se ofrezca a Ti el único sacrificio perfecto. Por Cristo nuestro Señor. Amén. Padrenuestro...

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Retablo de Gr端newald (s. XVI).Colmar, Francia

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Séptima Estación Jesús cae por segunda vez V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos. R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Palabra de Dios: «Él ha sido herido por nuestras rebeldías, molido por nuestras culpas. Él soportó el castigo que nos trae la paz, y con sus cardenales hemos sido curados. Todos nosotros como ovejas erramos, cada uno marchó por su camino, y Yahvé descargó sobre él la culpa de todos nosotros» (Is 53, 56). «Y adelantándose un poco, cayó rostro en tierra, y oraba así: Padre mío, si es posible, que pase de mí este cáliz, pero no sea como yo quiero, sino como quieras tú» (Mt 26, 39).

Santa Teresa: «Tiene en tanto este Señor nuestro que le queramos y procuremos su compañía que una vez y otra no nos deja de llamar para que nos acerquemos a Él... Abrazaos con la cruz que Jesús llevó sobre sí, y entended que esta ha de ser vuestra empresa: el que más pudiere padecer, que padezca más por Él, y será mejor librado» (Moradas 2, 1, 2-7).

Oremos Dios Omnipotente y eterno, que has dado a los hombres como modelo a Cristo tu Hijo, nuestro Salvador, hecho hombre y humillado hasta la muerte de cruz, haz que tengamos siempre presente la enseñanza de su Pasión para participar en la gloria de la Resurrección. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén. Padrenuestro...

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V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos. R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Vía Crucis

Octava Estación Jesús consuela a las mujeres de Jerusalén

Palabra de Dios: «¿De qué se queja el hombre? ¡Que sea hombre contra sus pecados! Examinemos nuestros caminos, escudriñémoslos, y convirtámonos a Yahvé» (Lam 3, 39-40). «Le seguía una gran multitud de pueblo y mujeres que se dolían y lamentaban por Él. Jesús, volviéndose a ellas dijo: Hijas de Jerusalén, no lloréis por mi ; llorad mas bien por vosotras y por vuestros hijos» (Lc 23, 27-28).

Santa Teresa: «En la hora del dolor, mirad a Jesús camino del huerto, o atado a la columna, puesto en tanta soledad: el uno con el otro os podéis consolar. O miradle cargado con la cruz, que aún no le dejaban hartar de huelgo. Os mirara Él con unos ojos tan hermosos y piadosos, y olvidara sus dolores por consolar los vuestros, solo porque os vais con Él y volváis la cabeza a mirarle» (Camino 26, 5).

Oremos Perdona, Señor, nuestros pecados, y por tu misericordia rompe las cadenas que nos tienen prisioneros a causa de nuestras culpas, y guíanos a la libertad que Cristo nos ha conquistado. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén. Padrenuestro...

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Novena Estación Jesús cae por tercera vez V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos. R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Palabra de Dios: «Vosotros, todos los que pasáis por el camino, mirad y ved si hay dolor semejante al dolor que se me inflige, con el que Yahvé me ha herido el día de su ardiente cólera» (Lam 1, 12). «Venid a mí todos los que estáis fatigados y cargados y yo os aliviaré. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera» (Mt 11, 28-30).

Santa Teresa: «En la vida, todos llevan sus cruces, aunque diferentes; que por este camino que fue Cristo han de ir los que le siguen, si no se quieren perder; y ¡bienaventuradas cruces, que aun acá en la vida tan sobradamente se pagan!» (Vida 11, 5).

Oremos Oh Dios, que das fortaleza a los débiles y perseverancia a los creyentes, concédenos la comunión de fe y amor con tu Hijo muerto y resucitado, para compartir la alegría plena de tu reino. Por Cristo, nuestro Señor. Amén. Padrenuestro...

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V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos. R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Vía Crucis

Décima Estación Jesús, despojado de sus vestiduras

Palabra de Dios: «¿Por qué está de rojo tu vestido y tu ropaje como el de un lagarero? El lagar he pisado yo solo; de mi pueblo no hubo nadie conmigo. Lo pisé con ira, lo pateé con furia y salpicó su zumo mis vestidos y toda mi vestimenta he manchado» (Is 63, 2-3). «Jesús decía: Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen. Se repartieron sus vestidos echando a suertes» (Lc 23, 34).

Santa Teresa: «Quiere el Señor que en la vida no falte el sufrimiento, para probar a sus amadores y saber si podrán beber el cáliz y ayudarle a llevar la cruz. Padecer quiero, Señor, pues Vos padecisteis. Cúmplase en mí de todas maneras vuestra voluntad» (Vida 11, 11-12).

Oremos

Que tu misericordia, Señor, nos libre del peso de la antigua esclavitud del pecado, revistiéndonos de la novedad de tu vida. Por Cristo nuestro Señor. Amén. Padrenuestro...

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Undécima Estación Jesús es crucificado V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos. R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Palabra de Dios: «Fue oprimido, y Él se humilló y no abrió la boca, como un cordero al degüello era llevado, y como oveja que ante los que la trasquilan está muda, tampoco Él abrió la boca. Tras arresto y juicio fue arrebatado, y de su causa ¿quién se preocupa? Fue arrancado de la tierra de los vivos; por nuestras rebeldías fue entregado a la muerte» (Is 53, 7-8). «Era la hora tercia cuando le crucificaron. Con Él crucificaron a dos salteadores, uno a su derecha y otro a su izquierda. Y los que pasaban por allí le insultaban, meneando la cabeza y diciendo: ¡Eh, tú!, que destruyes el santuario y lo levantas en tres días, ¡sálvate a ti mismo bajando de la cruz!» (Mc 15, 25-27. 29-30).

Santa Teresa: «¿Sabéis qué es ser espirituales de veras? Hacerse esclavos de Dios, a quienes pueda vender por esclavos de todo el mundo, como Él lo fue. Y si a esto nos señala Dios con su hierro —que es el de la cruz—, no hayan miedo que aprovechen mucho» (Moradas 7,4,8).

Oremos Señor Jesucristo, que extendiste por la salvación de todos los hombres los brazos en la cruz, acoge el ofrecimiento de nuestras acciones y haz que toda nuestra vida sea signo y testimonio de tu redención. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén. Padrenuestro...

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V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos. R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Vía Crucis

Duodécima Estación Jesús muere en la Cruz

Palabra de Dios: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? ¡Lejos de mi salvación, las voces de mi rugido! Y yo, gusano, que no hombre, vergüenza de lo humano, asco del pueblo, todos los que me ven de mí se mofan, tuercen los labios, menean la cabeza: Se confió a Yahvé, ¡pues que Él lo libre!, que le salve puesto que le ama. Perros innumerables me rodean, una banda de malvados me acomete; atan mis manos y mis pies, cuentan todos mis huesos. Me observan y me miran» (Sal 22, 2.7-9. 17-18). «Llegada la hora de sexta, la oscuridad cayó sobre toda la tierra hasta la hora nona. A la hora nona gritó Jesús con fuerte voz: «Eloí, Eloí, ¿lama sabactani?, que quiere decir: ¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado?» Pero Jesús, lanzando un fuerte grito, expiró» (Mc 15, 33-34.37).

Santa Teresa: «Poned los ojos en el Crucificado, y todo se os hará poco. Si el Señor nos mostró el amor con tan espantables obras y tormentos. ¿Cómo queréis contentarle con solo palabras? Adonde hay amor, es imposible estarse sin trabajar» (Moradas 7, 4, 8-9).

Oremos Padre misericordioso, que has querido que tu Hijo sufriera por nosotros el suplicio de la cruz para librarnos del poder del enemigo, concédenos llegar a la gloria de la Resurrección. Por Cristo nuestro Señor. Amén. Padrenuestro...

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Decimotercera Estación Jesús es bajado de la Cruz V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos. R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Palabra de Dios: «¿A quién te compararé? ¿A quién te asemejaré, hija de Jerusalén? ¿Quién te podrá salvar y consolar, virgen, hija de Sión? Que grande como el mar es tu quebranto: ¿quién te podrá curar?» (Lam 2, 13). «Los soldados, después que crucificaron a Jesús, tomaron sus vestidos con los que hicieron cuatro lotes, uno para cada soldado, y la túnica. La túnica era sin costura, de una pieza, tejida de arriba abajo. Fueron, pues, los soldados y quebraron las piernas del primero y del otro crucificado con Él. Pero al llegar a Jesús, como le hallaron ya muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza y al instante salió sangre y agua. Después de esto, José de Arimatea, que era discípulo, aunque en secreto por miedo a los judíos, pidió autorización a Pilato para retirar el cuerpo de Jesús. Pilato se lo concedió. Fueron, pues, y retiraron su cuerpo» (Jn 19, 23. 32-34.38).

Santa Teresa: «No puede Dios hacernos mayor favor que darnos vida que imite a la que vivió su Hijo tan amado: y así procura Él fortalecer nuestra flaqueza para poderle imitar en el mucho padecer. Los que más cercanos anduvieron a Cristo nuestro Señor fueron los de mayores trabajos: miremos los que pasó su gloriosa Madre» (Moradas 7, 4, 45).

Oremos Oh Dios, Tú has querido que al lado de tu Hijo, colgado de la cruz, estuviese presente su Madre dolorosa: haz que tu santa Iglesia, asociada con ella a la Pasión de Cristo, participe de la gloria de su Resurrección. Él vive y reina por los siglos. Amén. Padrenuestro...

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V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos. R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Vía Crucis

Decimocuarta Estación Jesús es sepultado

Palabra de Dios: «Por las fatigas de su alma, verá luz, me saciará. Por sus desdichas justificará mi Siervo a muchos y las culpas de ellos Él soportará. Por eso, le daré su parte entre los grandes y con poderosos repartirá despojos, ya que indefenso se entregó a la muerte y con los rebeldes fue condenado, cuando Él llevó el pecado de muchos e intercedió por los rebeldes» (Is 53, 11-12). «Y José tomó el cuerpo, lo envolvió en un lienzo limpio y lo puso en su sepulcro nuevo que había hecho excavar en la roca; luego, hizo rodar una gran piedra hasta la entrada del sepulcro y se fue. Estaban allí María Magdalena y la otra María, sentadas frente al sepulcro» (Mt 27, 59-61).

Santa Teresa: «¡Oh Señor mío y bien mío! ¿Cómo queréis que se desee vida tan miserable, si no es con la esperanza de perderla por Vos o gastarla muy de veras en vuestro servicio? Vivir sin Vos, no es otra cosa que morir muchas veces» (Moradas 3,1,2).

Oremos Concédenos, Padre, unirnos en la fe a la muerte y sepultura de tu Hijo para resucitar con Él a una vida nueva. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén. Padrenuestro...

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«El sentido de la vida, aquello que la hace ser buena y plena, debe ser descubierto por cada hombre. Y esto solo podrá ocurrir si la persona acepta interpretar todo cuanto le ocurre, ya que el sentido de la vida se manifiesta precisamente en los hechos que la constituyen». Ícaro. Lápiz y acuarela sobre papel. Por Santiago Calatrava.

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El drama educativo en la comunión familiar POR JOSÉ NORIEGA

El drama de la interpretación del sentido Desde el momento en que se encuentra en el escenario, el actor está obligado a recitar. El público lo mira y nuestro protagonista podrá en mayor o menor medida comprender el personaje que representa o recordar el guion que debe recitar; pero apenas se levanta el telón, de hecho está interpretando un rol. Calderón de la Barca comprendió la existencia humana precisamente en esta dimensión dramática: el hombre se ve obligado a actuar, aun cuando aún no comprenda debidamente qué sentido tiene lo que hace ni para qué lo está haciendo. En El gran teatro del mundo, el espectador es precisamente Dios, Nuestro Señor, que ve a cada personaje representar una virtud o un vicio sin haber comprendido aún qué debe hacer exactamente. De manera análoga, cada hombre se encuentra también en el escenario de la vida debiendo interpretar un personaje —él mismo— sobre el cual todavía no comprende muchas cosas. La dificultad mayor, en todo caso, reside en el hecho de no poseer guion alguno quien se encuentra en el escenario. En el gran teatro de la vida, donde hay personajes tan distintos unos de otros, en circunstancias tan cambiantes, no hay guion y al parecer todo está por inventarse: nada está escrito, pero todo está por escribirse; ninguna respuesta de la libertad está ya decidida, pero uno siempre se encuentra ante un nuevo comienzo1. ¿Qué podrá decir entonces? El actor, o sea, cada hombre, deberá representar su propio rol interactuando en el drama del mundo con sus compañeros de escena. Cada hombre es un actor que interpreta un drama, ciertamente, pero del cual es también autor, hasta el punto de llegar a ser padre de sí mismo gracias a su libertad2. Ahora bien, si la vida es algo por construir y no existe un guion precedente; si ni siquiera hay un esquema que indique

HUMANITAS Nº 77 pp. 76 - 91

INTERROGARSE SOBRE EL SENTIDO DE LA VIDA IMPLICA POR CONSIGUIENTE PREGUNTARSE QUÉ LA HACE SER PLENA Y FELIZ, MÁS ALLÁ DE LOS ÉXITOS O FRACASOS QUE PUEDAN OCURRIR, A MENUDO SIN UNO INTERVENIR.

1 Ver S. K AMPOWSKI, Arendt, Augustine and the New Beginning: The Action Theory and Moral Thought of Hannah Arendt, Eerdmans, Grand Rapids, 2008. 2 Ver GREGORIO DE NISA, De vita Moysis, II, 2-3: PG 44, 327-328, citado por Veritatis splendor 71.

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LA FELICIDAD NO ES PURAMENTE CONSECUENCIA DEL PROCEDER EN CUANTO ESTE CONSTITUYA LA SATISFACCIÓN DE LAS PROPIAS EXPECTATIVAS Y DE LOS PROPIOS DESEOS, SINO LA PLENITUD QUE EL PROCEDER TRAE CONSIGO.

3 Ver L. MELINA – J. NORIEGA – J.J. PÉREZ SOBA, Camminare alla luce dell’amore. I fondamenti della morale cristiana, Cantagalli, Siena, 2008, I.1.3. 4 Ver G. ABBÀ, Felicità, vita buona e virtù, Las, Roma, 1991. 5 Ver G. ABBÀ, Quale impostazione per la filosofia morale?, Las, Roma, 1996.

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cómo proceder, ¿cómo se podrá hacer algo bello y grande? ¿Afirmar que no hay guion no implica tal vez considerar que todo es un gran enigma? ¿Y no da origen este enigma de la vida al fantasma del gran fracaso? Si bien en verdad Dios no ha escrito el guion de la vida para ningún hombre, es igualmente cierto que Él a nadie ha dejado solo en el escenario, a merced de las ondas de la vida que en las diversas situaciones pueden presentarse con mayor o menor vehemencia. Dios no quiso escribir el guion, porque desea hacerlo junto con cada hombre, y más bien dicho quiere que cada uno sea, junto con Él, el verdadero protagonista de su propio destino. De hecho, para ser protagonista del propio destino, es preciso comprender el sentido de la propia vida.

El sentido de la vida y la felicidad La frase el sentido de la vida apunta a enfocar lo que es el destino de la vida. Con esta expresión, “sentido de la vida”, se desea tomar en consideración aquello que hace ser verdadera y buena la propia vida3. No se trata de una verdad cualquiera, sino de aquella vinculada con la propia existencia en cuanto esta adquiere plenitud. Tampoco se trata de una plenitud fruto de un éxito de cierta importancia que ocurre por azar, como puede suceder en el mundo de los negocios. En realidad, el curso de la vida no se llena puramente con éxitos, que si bien pueden ser numerosos, no bastan para tener una vida de realización si esta se considera como un todo4. Además, no se debe olvidar que también en el fracaso es posible vivir una especial plenitud, como de hecho ocurrió con el gran fracaso del Señor en la Cruz: ciertamente, el hombre no puede alcanzar por sí solo la plenitud última de la vida puesto que esta se le ofrece como un don. Ya Aristóteles afirmaba que la felicidad era el mayor regalo que los dioses pudieran hacer a los hombres. Interrogarse sobre el sentido de la vida implica por consiguiente preguntarse qué la hace ser plena y feliz, más allá de los éxitos o fracasos que puedan ocurrir, a menudo sin uno intervenir. Interrogarse sobre qué hace ser plena y feliz la propia vida implica preguntarse qué llena el propio proceder, las propias actividades5. La felicidad no es puramente conse-


Retrato de Pedro Calderón de la Barca, siglo XVIII, Madrid. Anónimo Escuela Madrileña Museo de la Fundación Lázaro Galdiano.

cuencia del proceder en cuanto este constituya la satisfacción de las propias expectativas y de los propios deseos, sino la plenitud que el proceder trae consigo. Ya Nozick, en su libro Anarquía, Estado y utopía de los años 60, mostró el carácter absurdo de semejante concepción, recurriendo al ejemplo de la máquina de las experiencias6. Él había identificado el camino para mostrar que la felicidad es algo más que una satisfacción. En el caso en cuestión, imaginó una máquina capaz de satisfacer cualquier deseo: quienquiera podría conectarse con la misma, pero habiéndolo hecho nunca podría desengancharse. ¿Quién quisiera vincularse con una máquina como esa? ¿No sería acaso inmoral el hecho de desear conectarse con semejante aparato? ¿Por qué? Bueno, precisamente porque se perdería el sentido de la realidad. Lo que se desea, entonces, no es puramente la satisfacción de los propios deseos, sino precisamente la realidad de una vida llena de amor, de relaciones, de influencia en los demás. ¿Qué hace entonces que una vida sea plena? ¿Dónde surge el sentido que explica el telos, la perfección de un destino? La comprensión del telos, del destino de cada uno, no se adquiere simplemente sobre la base de un estudio de la naturaleza. Ciertamente, la naturaleza racional indica un telos común

ALASDAIR MACINTYRE DEMOSTRÓ CÓMO LA REFLEXIÓN MODERNA HA CONDUCIDO A UNA CONCEPCIÓN EMOTIVISTA DEL HOMBRE, QUE REDUCE EL SUJETO AL “YO EMOTIVISTA”. ¿QUIÉN ES ESTE HOMBRE? ES UN SUJETO INCAPAZ DE DAR CUENTA DE SU CONDUCTA POR CUANTO HA PERDIDO EL SENTIDO DE LO QUE SIGNIFICA LA PLENITUD DE LA PERSONA Y DEL PROPIO PROCEDER. LA INMEDIATEZ CON LA CUAL SE PRESENTAN LOS AFECTOS PUEDE ESCONDER EL VERDADERO ALCANCE DE LAS INTENCIONES Y ENCERRAR AL HOMBRE EN SU INTENSIDAD EMOTIVA. LA VERDAD DEL SENTIMIENTO SURGE CUANDO ESTE SE ENFOCA EN RELACIÓN CON LA TOTALIDAD DE LA VIDA.

6 Ver G. ABBÀ, Anarchy, State and Utopia, Basil Blackwell, Oxford, 1968.

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EL NIÑO AÚN NO TIENE SENTIDO DE LA DURACIÓN DEL TIEMPO Y DE LA CONTINUIDAD DE LA PERSONA: A ÉL TODO LE PARECE AGOTARSE EN LA INTENSIDAD DE LO QUE SIENTE, EXPERIMENTANDO SIEMPRE COSAS DISTINTAS QUE TIENEN UN SOLO PUNTO DE CONTINUIDAD: ÉL MISMO.

«Macbeth fue víctima de una ilusión. ¡Él mismo lo reconoce cuando, al final, ve avanzar hacia el castillo el bosque de Dunsinane que lo circunda: “La vida misma no es más que una sombra que pasa, como un bufón que se enorgullece y hace enloquecer mientras se encuentra en el escenario, pero del cual después nadie recuerda nada. La vida es un relato contado por un idiota, lleno de ruido y de furia, pero desprovisto de toda significación”».

para todos los hombres, en cuanto no habría perfección humana que no implicase la comprensión y la libertad, dimensiones específicas del animal que es el hombre. Únicamente en el conocimiento y en la libertad se puede llegar a ser protagonista del propio destino; pero esto todavía es demasiado genérico, y cada persona es única e irrepetible. No todo cuanto parece ser bueno para todos así lo considera el individuo. Todo lo que una sociedad propone como bueno y noble puede no ser tal para otra sociedad, y asimismo no todo cuanto los padres proponen a los hijos puede ser visto como bueno por estos. El sentido de la vida, aquello que la hace ser buena y plena, debe ser descubierto por cada hombre. Y esto solo podrá ocurrir si la persona acepta interpretar todo cuanto le ocurre, ya que el sentido de la vida se manifiesta precisamente en los hechos que la constituyen.

Sentido y evento

7 W. SHAKESPEARE, The Complete Works, “Macbeth”, Acto I, Escena III: 1102.

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Yendo Macbeth de viaje con Banquo a Forres, fue sorprendido por las brujas anunciándole un mensaje realmente sorprendente: “Salud a ti Macbeth, que serás rey”7. Macbeth, junto con su amigo, se pregunta sobre el sentido de semejante


auspicio; pero solo al llegar a casa, hablando con su esposa, lo comprende y se reconoce en ese mensaje. Será su esposa, presa de la ambición, quien lo convencerá para que actúe en contra del rey y así pueda realizarse el vaticinio. Esa es su equivocación: forzar la realidad para que esta se adapte al auspicio proferido y no esperar que el destino se realice progresivamente. Shakespeare no creía en las brujas, pero el hecho de recurrir a esta imagen le ofrece el artificio literario necesario para abrir el horizonte de su protagonista. Las brujas indican el mundo de la magia o algo que escapa al control racional. Comprender el destino tiene algo de mágico, algo que va más allá de la razón, en cuanto permite comprender la vida como un todo. Así, el gran literato inglés sitúa a su personaje ante un destino y observa sus reacciones: y es precisamente asombroso, porque él, instigado por la maldad de su esposa, dará origen a una ambición desencadenada, en la cual todo comienza a depender de su idea y de sus recursos. El destino sería puramente producto de las propias manos, del propio trabajo, pero en tal caso sería siempre un destino a escala humana. De este experimento se infiere que aquel a quien se anuncia un destino, si lo fuerza, procede indebidamente y termina convirtiéndose en un rey despótico8. ¿Resultaría una explicación como esa realmente alejada del mundo técnico-científico contemporáneo? Hoy tampoco las brujas son objeto de creencia; pero debemos admitir que, al igual que en la época de Macbeth, suelen vivirse momentos en que el futuro se abre presentándose como un destino fascinante y atractivo. ¿Cuáles son estos momentos? Las experiencias así de ricas son aquellas de carácter afectivo, cargadas de promesas, pero cuyo sentido y cuya realización no se manifiestan claramente9. Se trata de esos momentos de verdadera emoción amorosa, en los cuales se abre una nueva plenitud que no se alcanza como desarrollo de las propias posibilidades, sino en la gozosa compañía que se nos da y hace posible vivir en armonía. Esto ocurre también cuando el miedo oprime al hombre y lo lleva a experimentar la grandeza del destino y de su propia debilidad. Se trata también de esas situaciones dificultosas en las cuales comprendemos el regalo que alguien entrega con su presencia en lo más profundo del hombre, generando una intimidad y llenando de alegría o, sin más, de esos momentos en que la

UNA DE LAS GRANDES DIFICULTADES PROPIAS DEL MODO MODERNO DE RELATAR HISTORIAS RESIDE EN EL HECHO DE QUE ESTAS NO PERMITEN VISLUMBRAR EL TODO, SINO ÚNICAMENTE UNA PARTE, SI BIEN CON GRAN INTENSIDAD.

8 Ver A. RUIZ RETEGUI, “La esperanza y la afirmación del presente”, en J. M. CASCIARO ET AL (ED.), Esperanza del hombre y revelación bíblica. XIV Simposio Internacional de Teología de la Universidad de Navarra, Eunsa, Pamplona, 1996, 233-252. 9 Ver J. NORIEGA, “La scintilla del sentimento e la totalità dell’amore”, en L. MELINA – C.A. ANDERSON, La via dell’amore. Riflessioni sulla enciclica Deus Caritas Est, Rai-Eri-Istituto Giovanni Paolo II, Roma, 2006.

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EN LA FORMA DE MANEJAR EL MIEDO, LA TRISTEZA, EL AMOR, LA AUDACIA O LA IRA, SURGE UNA RESPUESTA QUE ABRE A UNA VIDA EN MAYOR O MENOR MEDIDA VERDADERA, NO SOLO PARA EL INDIVIDUO, SINO TAMBIÉN PARA TODOS LOS QUE LO RODEAN. ES ASÍ ENTONCES CÓMO DEL AFECTO SURGE UN BIEN COMÚN EN EL CUAL LAS DIVERSAS ATRACCIONES ADQUIEREN SENTIDO.

10 After Virtue, Duckworth, Londres, 1981 11 Ver. M.C. NUSSBAUM, Upheavals of Thought: The Intelligence of the Emotions, Cambridge University Press, Cambridge, 2001. 12 Ver D. VON HILDEBRAND, El corazón: un análisis de la afectividad humana y divina, Palabra, Madrid, 1997.

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ira se apropia del corazón cuando se advierte la malignidad de alguien que amenaza a quienes uno ama. Amor, miedo, alegría o ira semejantes, junto con tantos otros afectos, junto con la esperanza o la desesperación, los deseos y las tristezas, no son puramente estados de ánimo, emociones sin una intencionalidad precisa ni sentimientos carentes de sentido. Alasdair MacIntyre10 demostró cómo la reflexión moderna ha conducido a una concepción emotivista del hombre, que reduce el sujeto al “yo emotivista”. ¿Quién es este hombre? Es un sujeto incapaz de dar cuenta de su conducta por cuanto ha perdido el sentido de lo que significa la plenitud de la persona y del propio proceder. El filósofo escocés ofrece una bella analogía, comparando al hombre moderno con un náufrago que se encuentra en una isla desierta y ve llegar a su isla únicamente pedazos de la nave que lo transportaba. ¿Para qué sirven estos pedazos si falta la idea de la nave, si nunca se ha visto su totalidad? En este caso sería imposible procurar reconstruir la embarcación. He aquí, pues, al hombre moderno, que no tiene idea de lo que es el hombre, de lo que es su perfección, que todo lo reduce a una opción radical de su voluntad, cuya única justificación está vinculada con aquello que experimenta. Nos encontramos ante un hombre fragmentado en mil pedazos, es decir, mil momentos afectivos que no pueden ofrecer una unidad intrínseca. ¿Pero son realmente los sentimientos tan solo esto: momentos fragmentados de la vida, carentes de todo sentido? Son precisamente lo contrario. En los afectos, experimentados en las emociones y en los sentimientos, se anuncia algo decisivo para el hombre. Estos tienen, como las brujas en la tragedia shakesperiana, un valor hermenéutico decisivo para que el hombre pueda comprenderse, para que pueda percibir cuál es el sentido de la vida, lo que es realmente una vida buena y verdadera, llena de sentido y digna de ser buscada, o al contrario, lo que arruina la vida y le hace perder su impulso. Los afectos son como “cuellos de pensamiento”, según la hermosa imagen de la conocida filósofa estadounidense Marta Nussbaum11. Estos permiten entonces ir más allá de lo cotidiano y visualizar un horizonte. El destino de cada uno se abre precisamente en sus afectos. Afirmar esto, sin embargo, implica la necesidad de saber interpretar tales afectos12. Naturalmente, podemos distinguir


entre sentimientos “verdaderos” y “falsos”, y reconocer que no todo lo que sentimos se encuentra situado en un único plano de existencia o que no todo es verdadero sobre la misma base. Sabemos que en nosotros hay diversos grados de realidad, así como fuera de nosotros hay “reflejos”, “fantasmas” y “cosas”. Junto al amor verdadero hay un amor falso o ilusorio, como afirmaba el gran filósofo Merleau-Ponty13. Interpretar los afectos implica por lo tanto buscar la verdad que ocultan, que no es puramente la existencia del sentimiento. La verdad del afecto no es similar a la sinceridad, no responde a la ecuación “siento, luego es verdad”. La inmediatez con la cual se presentan los afectos puede esconder el verdadero alcance de las intenciones y encerrar al hombre en su intensidad emotiva. La verdad del sentimiento surge cuando este se enfoca en relación con la totalidad de la vida14. Interpretar implica entonces buscar la teleología del sentimiento: ver adónde conduce, de qué modo hace posible o no la plenitud de la vida. Para poder interpretar, es preciso empezar por comprender que los sentimientos tienen una teleología, que no se encierran en su propia intensidad, y para hacer esto un muchacho debe ante todo saber identificar esta dimensión en los demás.

Las narraciones y el sentido Los afectos se verifican en la vida como fruto de los hechos que ocurren. El hombre experimenta el amor porque alguien lo impresiona con su personalidad y belleza; experimenta la tristeza cuando se le escapa de las manos el ser amado, o la ira cuando alguien lo amenaza. Se trata entonces de hechos que producen un impacto en su subjetividad: la realidad lo impresiona y lo transforma. ¿Pero qué es esta realidad? Se trata principalmente de una realidad que si se mira bien, se ve que está entretejida con relaciones interpersonales. Son los demás quienes toman contacto con el hombre introduciendo cambios en el mismo, cosiendo así su interioridad, siempre vulnerable y cada vez más frágil15. Así, los afectos son algo que se da en el hombre sin que él pueda decidir sobre su presencia: muchas veces tienen lugar sin poderse programar, evitar o generar. En este sentido, tienen algo parecido a lo mágico, en cuanto no pueden deducirse

REDUCIR EL AFECTO AL SENTIMIENTO IMPLICA UN GRAN EMPOBRECIMIENTO, PRECISAMENTE PORQUE LOS AFECTOS NO SE PRESENTAN CON CLARIDAD PARA LA RAZÓN: OCULTAN EN GRAN PARTE SU SER. EN EL SENTIMIENTO, LO QUE IMPORTA ES LO QUE SE EXPERIMENTA, DESCONOCIÉNDOSE EL FUTURO Y CÓMO SERÁ LUEGO EL EQUILIBRIO EN LAS RELACIONES HUMANAS.

13 M. MERLEAU-PONT Y, Fenomenologia della percezione, Il Saggiatore, Milán, 1965, 487. 14 Ver V. SOLOVIEV, Il significato dell’amore e altri scritti, La Casa di Matriona, Milan, 1983. 15 Ver J. PÉREZ SOBA, “Risvegliare un senso nell’esperienza”, en J.J. PÉREZ SOBA – O. GOTIA, Il cammino della vita: l’educazione, una sfida per la morale, LUP, Roma, 2007, 115-137.

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«Shakespeare no creía en las brujas, pero el hecho de recurrir a esta imagen le ofrece el artificio literario necesario para abrir el horizonte de su protagonista. Las brujas indican el mundo de la magia o algo que escapa al control racional. Comprender el destino tiene algo de mágico, algo que va más allá de la razón, en cuanto permite comprender la vida como un todo. Así, el gran literato inglés sitúa a Macbeth ante un destino y observa sus reacciones: y es precisamente asombroso, porque él, instigado por la maldad de su esposa, dará origen a una ambición desencadenada, en la cual todo comienza a depender de su idea y de sus recursos».

puramente de la razón ni reducirse a esta. Su magia reside en su carácter imprevisible. Sin embargo, precisamente cuando se hacen presentes [los afectos] es posible comprender su carácter razonable, por cuanto tienen un logos intrínseco que va mucho más allá del hecho de experimentarlos. En un primer momento, las personas no comprenden este mecanismo en sí mismas, sino observando las historias de los demás. En las narraciones que escuchamos siendo niños, comenzamos a aprender que los afectos no se agotan como tales al sentirse, ya que generan situaciones que persisten en la historia. El niño aún no tiene sentido de la duración del tiempo y de la continuidad de la persona: a él todo le parece agotarse en la intensidad de lo que siente, experimentando siempre cosas distintas que tienen un solo punto de continuidad: él mismo. La intensidad con la cual se presenta un temor, o los celos, un amor, el odio o una situación de ira, parece llenar y determinar todo el espacio, requiriendo la propia adhesión inmediata.

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El niño está acostumbrado a escuchar de los padres historias de animales, de héroes antiguos o de los familiares, con las cuales se puede identificar. El nene puede comprender cómo el miedo que sintió un soldado y lo llevó a traicionar a su nación ocasionó un verdadero desastre a muchas personas; o cómo la audacia de Ulises, al pretender desafiar sus propias posibilidades y llegar más allá de las columnas de Hércules, fue causa del naufragio de su nave y de la muerte de todos sus compañeros. O también cómo la confianza de Dante en su amada lo impulsó a dejarse guiar al cielo en la más bella aventura alguna vez relatada, o cómo la valentía de un león, después de vencer su miedo y su deseo de huir, trajo la paz a su tierra. Se trata de historias que, al relatar la vida de los demás, muestran claramente que los afectos no se agotan en sí mismos, en un momento de ira o de miedo o de amor, conduciendo en cambio hacia algo que genera una situación nueva. Y es eso lo que permitirá determinar en qué medida es precioso el afecto, dependiendo de las circunstancias. Los afectos tienen entonces un carácter razonable intrínseco vinculado ya no con la mera satisfacción, sino con una plenitud del individuo en relación con los demás. En la forma de manejar el miedo, la tristeza, el amor, la audacia o la ira, surge una respuesta que abre a una vida en mayor o menor medida verdadera, no sólo para el individuo, sino también para todos los que lo rodean. Es así entonces cómo del afecto surge un bien común en el cual las diversas atracciones adquieren sentido. Se trata no obstante de un bien común con el cual el hombre se siente ligado porque fluye como tal en el afecto, en cuanto es este último lo que le permite ser deseado. Una de las grandes dificultades propias del modo moderno de relatar historias reside en el hecho de que éstas no permiten vislumbrar el todo, sino únicamente una parte, si bien con gran intensidad. En otras palabras, el esfuerzo se concentra en generar empatía en el espectador, de tal manera que experimente lo mismo que el protagonista, pero perdiendo la referencia al sentido del correspondiente afecto16, que hace posible en alguna medida una plenitud de vida. Ahora bien, reducir el afecto al sentimiento implica un gran empobrecimiento, precisamente porque los afectos no se presentan con claridad para la razón: ocultan en gran parte su ser.

EL PROBLEMA NO RESIDE EN EL HECHO DE QUE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN MASIVA REPRESENTEN LA VIOLENCIA O EL EROTISMO, SINO QUE LO HAGAN DE UNA MANERA QUE NO PERMITE COMPRENDER SU VÍNCULO EN ALGUNA MEDIDA PRESENTE CON EL DESTINO DEL HOMBRE. (…)

16 Ver T. DIXON, From Passions to Emotions. The Creation of a Secular Psychological Category, Cambridge University Press, Cambridge, 2003.

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(…) ÚNICAMENTE AL ASIMILAR ESE HORIZONTE, LA PERSONA PUEDE COMPRENDER SI EL AFECTO FRAGMENTA SU VIDA O SI EN CAMBIO LE OFRECE UN PRINCIPIO NUEVO DE INTEGRACIÓN EN LA PROSECUCIÓN DE ALGO HERMOSO QUE SE LE HA PROMETIDO AL PRODUCIRSE EL ENCUENTRO.

17 Ver P. RICOEUR, Soi même comme un autre, Seuil, París, 1990, 167-198. 18 Ver W. JAEGER, Paideia. La formazione dell’uomo greco, La nuova Italia, Florencia, 1943.

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En el sentimiento, lo que importa es lo que se experimenta, desconociéndose el futuro y cómo será luego el equilibrio en las relaciones humanas. Hoy los relatos presentados por los medios de comunicación masiva solo muestran un fragmento de cada historia, involucrando en gran medida afectivamente al espectador, pero debilitando su posibilidad de abrirse a la totalidad del contenido del afecto. El objetivo aquí no es poner énfasis en relatos edificantes que, con un final feliz, consiguen mostrar cómo es posible resolver situaciones difíciles. Lo que se procura mostrar es cómo, para interpretar los afectos, es preciso permitir que estos manifiesten su intencionalidad intrínseca y no ocultar el drama de los mismos. El problema no reside en el hecho de que los medios de comunicación masiva representen la violencia o el erotismo, sino que lo hagan de una manera que no permite comprender su vínculo en alguna medida presente con el destino del hombre. Únicamente al asimilar ese horizonte, la persona puede comprender si el afecto fragmenta su vida o si en cambio le ofrece un principio nuevo de integración en la prosecución de algo hermoso que se le ha prometido al producirse el encuentro. Las narraciones, al mostrar la totalidad de una historia, contribuyen a situar los afectos o los temores, los amores, los odios, las envidias, los celos, las audacias, las iras, etc., ubicándolos precisamente en el origen de una conducta que en mayor o menor medida logra colmar una vida. Esta es la plenitud que ya se encontraba en el origen del afecto, determinando su verdad y la identidad del sujeto17. En la Grecia clásica, la gran aventura de la paideia o educación de las generaciones tenía lugar precisamente mediante los relatos mitológicos y las tragedias del teatro18. Con esos instrumentos, los griegos lograban hacer surgir todo un universo de sentido, mostrando al mismo tiempo la relación que establecían entre un momento concreto y el destino global de la persona. El desenlace de la obra de teatro de Shakespeare se comprende también bajo esta luz: más allá de la vivencia de la pasión principal, en todo drama el mérito reside precisamente en el hecho de manifestar su valor antropológico, en cuanto esa pasión permite en alguna medida lograr la plenitud en una vida. No es puramente el problema de la venganza el hilo conductor en Hamlet, sino más bien el dilema del sentido de


una vida en la cual tiene que aceptar que su propio padre fue asesinado por su tío en connivencia con su propia madre y que ahora ese mismo tío se casa con ella. El drama de la venganza es precisamente la necesidad de justicia. Solo al hacer justicia Hamlet podrá tener una vida plena; de lo contrario, esa vida está arruinada, enloquecida. El “to be or not to be” se refiere a un aspecto esencial de la vida, precisamente aquello que la vuelve humana: no se puede vivir con ese tipo de relación en la cual lo han insertado. Los relatos escuchados en las distintas etapas de la vida permiten por lo tanto a la persona contar ya con una primera indicación externa sobre el sentido de las grandes pasiones, que le permitirá identificarse en mayor o menor medida con esos héroes o con esos personajes. El primer paso consistirá entonces en comprender que el afecto no se agota en sí mismo, y que por consiguiente es preciso saber interpretarlo tomando distancia de la intensidad afectiva con la cual se presenta.

La práctica y el sentido El segundo paso requerido consiste en comprender que ese afecto vivido es una verdadera provocación para la propia libertad: de hecho, cada hombre es Ulises o Laocoonte, Antígona o Macbeth, Romeo o Don Quijote. Todo hombre es llamado a responder a ese deseo de aventura, a esa ira, a esa injusticia, a esa ambición, a ese amor, a ese ideal que encuentra en su vida. No responder constituye ya una respuesta. En el escenario de la vida cada hombre es un actor que allí se encuentra y, quiéralo o no, está recitando. La libertad es entonces provocada por los afectos; pero para poder responder debidamente, esa libertad debe comprender el sentido, es decir, la relación entre ese afecto y su plenitud humana. Y precisamente de esto se trata: sin involucrarse su libertad, ningún hombre podrá comprender. ¿Qué está primero entonces, el sentido o la libertad? Si bien es verdad que el sentido de un evento provoca a la libertad, también es cierto que sin actuar no se comprende el sentido. Para resolver el enigma, es preciso introducir un nuevo elemento, que explique la raíz última de la libertad. ¿Qué impulsa a la propia libertad a involucrarse en este proceso? Solamente si recibe amor, si comprende el amor que

LOS RELATOS ESCUCHADOS EN LAS DISTINTAS ETAPAS DE LA VIDA PERMITEN POR LO TANTO A LA PERSONA CONTAR YA CON UNA PRIMERA INDICACIÓN EXTERNA SOBRE EL SENTIDO DE LAS GRANDES PASIONES, QUE LE PERMITIRÁ IDENTIFICARSE EN MAYOR O MENOR MEDIDA CON ESOS HÉROES O CON ESOS PERSONAJES.

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«Solo al hacer justicia Hamlet podrá tener una vida plena; de lo contrario, esa vida está arruinada, enloquecida. El “to be or not to be” se refiere a un aspecto esencial de la vida, precisamente aquello que la vuelve humana: no se puede vivir con ese tipo de relación en la cual lo han insertado».

19 Ver L. MELINA, Azione: come epifania dell’amore, Cantagalli, Siena, 2008, 113-128. 20 Ver J. NORIEGA, “Verso la pienezza: gradualità e crescita nella carità”, en J.J. PÉREZ SOBA – O. GOTTIA, Il cammino della vita: l’educazione, una sfida per la morale, LUP, Roma, 2077, 249-271.

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está en juego, logrará dar un paso hacia adelante. Corresponde al amor despertar a la libertad, abrazarla y generarla desde adentro. Existe por consiguiente una circularidad hermenéutica entre el evento, la libertad, el sentido y el amor. El amor es el elemento nuevo que permite comprender el dinamismo de la libertad. Los relatos escuchados pueden ayudar, pero para comprender realmente es preciso estar en condiciones de ver el amor que está en juego, es decir, ese amor que al hombre le llega al corazón y lo llama a algo grande y bello. En este contexto, la práctica resulta ser un elemento calificador de la verdad19: no porque la práctica genere la verdad, sino porque se trata de una verdad que incumbe esencialmente a la vida y que el hombre solo podrá comprender si empieza a caminar. El primer acto consistirá en tener confianza en el amor ofrecido y en el valor de la historia transmitida20. Para que se ilumine el sentido de la vida, ese destino que la hace ser grande y bella, y para que la persona lo desee y se sitúe adecuadamente, se requiere entonces el contacto permanente, la convivencia y la conversación. Así lo explica Platón: “Después de abordar prolongadamente un problema


y a raíz de la convivencia, de repente surge en el alma algo así como una luz que salta de una chispa y luego se nutre por sí misma”21.

La comunidad familiar y la comunicación de sentido Comienza entonces a hacerse patente la importancia del entorno en el cual se sitúa el muchacho y que lo ayuda a captar el sentido. Ese entorno es precisamente un conjunto de relaciones irrevocables cuyos protagonistas no pueden modificar sin cambiar ellos mismos, perdiendo no obstante su propio sentido. Relaciones de generación, de paternidad y maternidad, de filiación, de fraternidad, de carácter conyugal: se trata de relaciones familiares que permiten ofrecer un amor irrevocable basado no solo en el placer del momento, en la satisfacción que el otro ofrece, sino en el hecho de compartir una plenitud, en la comunión de las personas. En este contexto, el niño y luego el muchacho son vulnerables a una serie de relaciones interpersonales que los impresionan y los provocan; pero precisamente por tratarse de relaciones basadas en un amor irrevocable, estas permiten que surja el sentido del afecto que generan en tantos encuentros y desencuentros cotidianos22. Justamente en estos eventos el niño es llamado a asumir su propia responsabilidad, a interpretar su propio rol. Él no puede ocultarse detrás del hecho de no saber cuál es el sentido de lo que ocurre, precisamente porque todos a su alrededor le recuerdan historias parecidas y piden que de su libertad surja una respuesta que haga posible la plenitud de la vida familiar. En la familia se advierte claramente que los afectos no están cerrados en sí mismos, y que si bien es importante sentir —y más bien dicho es hermoso sentir—, no todo lo abarca el sentir, en cuanto, para el buen éxito de la familia, es preciso actuar, construir y no solo sentir. En este contexto, el niño comprende que su proceder siempre se manifiesta como reacción ante el proceder de los demás. De este modo puede empezar a concebir lo que es el “nosotros familiar”, esa representación en que todos participan y en la cual cada uno tiene un papel que interpretar. El nene comienza a experimentar la alegría de interactuar con su propio rol en el “nosotros familiar”. Aceptando esta provocación que

LA LIBERTAD ES ENTONCES PROVOCADA POR LOS AFECTOS; PERO PARA PODER RESPONDER DEBIDAMENTE, ESA LIBERTAD DEBE COMPRENDER EL SENTIDO, ES DECIR, LA RELACIÓN ENTRE ESE AFECTO Y SU PLENITUD HUMANA. EN LA FAMILIA SE ADVIERTE CLARAMENTE QUE LOS AFECTOS NO ESTÁN CERRADOS EN SÍ MISMOS, Y QUE SI BIEN ES IMPORTANTE SENTIR —Y MÁS BIEN DICHO ES HERMOSO SENTIR—, NO TODO LO ABARCA EL SENTIR, EN CUANTO, PARA EL BUEN ÉXITO DE LA FAMILIA, ES PRECISO ACTUAR, CONSTRUIR Y NO SOLO SENTIR.

21 PLATÓN, Carta VII, 341 c-d. 22 Ver J. LARRÚ, “La famiglia e l’educazione morale virtuosa”, en J.J. PÉREZ SOBA – O. GOTIA, Il cammino della vita: l’educazione, una sfida per la morale, LUP, Roma, 2007, 325-341.

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LA EDUCACIÓN, CON LA COMUNICACIÓN DE SENTIDO QUE IMPLICA, NO ES MERA INFORMACIÓN SOBRE LOS VALORES. ES IMPORTANTE EDUCAR EN LOS VALORES, PERO ESTO TIENE UN LÍMITE: UNA COSA ES APRENDER A APRECIAR UNA SINFONÍA Y OTRA ES TOCAR EL VIOLÍN.

23 Ver A. MACINTYRE, Dependent rational animals: why human beings need virtues, Open Court, Chicago, 1999. 24 Ver E. PESCI, Rischio educativo e ricerca di senso, Aracne, Roma, 2007. Pero especialmente: F. PESCI, Desideri, beni, virtù, felicità. La teoria mimetica di René Girard e l’educazione contemporanea, Lithos, Roma, 2010.

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«Ya Nozick, en su libro Anarquía, Estado y utopía de los años 60, mostró el carácter absurdo de semejante concepción, recurriendo al ejemplo de la máquina de las experiencias. Él había identificado el camino para mostrar que la felicidad es algo más que una satisfacción. En el caso en cuestión, imaginó una máquina capaz de satisfacer cualquier deseo: quienquiera podría conectarse con la misma, pero habiéndolo hecho nunca podría desengancharse».

lo lleva a salir de su propio interés y de su propio deseo, el niño, que hasta ese momento estaba encerrado en “su bien”, identificándolo con lo que le gustaba, en lo sucesivo comienza a comprender realmente cuál es su verdadero bien, es decir, el bien común, propio de esa comunión familiar que llega a ser posible gracias al conjunto de los protagonistas. En este sentido, se comprende cómo el hombre no sabrá decir realmente “mi bien” si no logra decir “nuestro bien”23. El rol de las narraciones es por lo tanto decisivo en cuanto suponen una primera indicación del sentido de los afectos. De este modo dirigen ya desde el comienzo la energía afectiva hacia modos excelentes de vivir el afecto, capaces de colmar la vida, de volverla plena y verdadera, favoreciendo su imitación24. Así, el amor recibido permitirá al niño abrirse a la confianza y aceptar proceder en aras del bien común, plasmando sus deseos de manera inédita, de tal manera que lo dirijan en forma estable hacia esa excelencia así descubierta. La teleología del amor permite el surgimiento del sentido del evento afectivo también gracias a las historias transmitidas.

Conclusión La educación, con la comunicación de sentido que implica, no es mera información sobre los valores. Es importante educar en los valores, pero esto tiene un límite: una cosa es aprender a apreciar una sinfonía y otra es tocar el violín. Max Scheler, el gran pedagogo de los valores, afirmaba sobre sí mismo, contemplando sus dificultades internas y su vida


tan arruinada: “Nunca le perdonaré a Dios haber hecho una bestia como yo”. Comunicar sentido significa entonces ofrecer un espacio en una relación verdadera. La educación trae consigo un verdadero drama: el drama de la interacción recíproca de los sujetos en una comunidad de acción, sostenido y guiado inicialmente por los educadores, pero enteramente dirigido a encender en la educación una luz que les permita situarse adecuadamente. Precisamente en este punto puede operar la ayuda para la interpretación de los afectos en cuanto estos tienen relación con la vida plena y bien lograda de las relaciones y entonces se plasman en esa dirección. Macbeth fue víctima de una ilusión. Él mismo lo reconoce cuando, al final, ve avanzar hacia el castillo el bosque de Dunsinane que lo circunda: “La vida misma no es más que una sombra que pasa, como un bufón que se enorgullece y hace enloquecer mientras se encuentra en el escenario, pero del cual después nadie recuerda nada. La vida es un relato contado por un idiota, lleno de ruido y de furia, pero desprovisto de toda significación”25. ¿Pero están realmente así las cosas? Querido Macbeth, tú no interpretaste bien el vaticinio de las brujas, y presa de la ambición pensaste que el destino debías realizarlo tú; pero el destino no se realiza únicamente con las propias manos, y sobre todo nunca se realiza ensuciándose las manos con sangre. Te faltó un contexto de verdadero amor para interpretar debidamente el vaticinio de las brujas. Percibiste como un eco la voz de tu esposa, ebria de ambición. Te faltaba una auténtica comunión de personas para que pudiese surgir el sentido de algo bello. No comprendemos solos el sentido ni es posible plasmarlo. Surge en los eventos únicamente si encuentra un contexto de comunión, únicamente si somos provocados para interactuar con miras al bien común. En el escenario de la vida, podríamos comprender qué rol recitar solamente si las personas con las cuales interpretamos el drama viven la grandeza de sus relaciones, o sea, una comunión propiamente tal. Aquí precisamente emerge el horizonte de plenitud que da sentido a la representación de la vida.

EN EL ESCENARIO DE LA VIDA, PODRÍAMOS COMPRENDER QUÉ ROL RECITAR SOLAMENTE SI LAS PERSONAS CON LAS CUALES INTERPRETAMOS EL DRAMA VIVEN LA GRANDEZA DE SUS RELACIONES, O SEA, UNA COMUNIÓN PROPIAMENTE TAL. AQUÍ PRECISAMENTE EMERGE EL HORIZONTE DE PLENITUD QUE DA SENTIDO A LA REPRESENTACIÓN DE LA VIDA.

25 SHAKESPEARE, “Macbeth”, op. cit., Acto V, Escena V: 1124.

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«Tuvimos [en Latinoamérica] laicismo, solo en algunos países y en períodos históricos acotados. En el caso de nuestro país, se dio vinculado especialmente al tema educacional en la segunda mitad del siglo XIX, cuando apareció la pretensión del monopolio educativo del Estado-Docente, ante lo cual la Iglesia, en defensa de la libertad de educación,reaccionó fundando la hoy prestigiada Pontificia Universidad Católica de Chile».

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Religión, laicidad y laicismo en la sociedad chilena actual POR PEDRO MORANDÉ COURT

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l tema de la laicidad del Estado respecto de su relación con la Iglesia, con la conciencia religiosa y moral de sus respectivas naciones, ha ocupado con particular intensidad la agenda pública de Europa, especialmente en España, Francia e Italia. No es de extrañar, en el caso europeo, puesto que se remonta a los inicios de la modernidad, especialmente a la guerra de los treinta años, la que logra poner fin al principio de que los súbditos deben tener la religión del príncipe, lo que justificó el surgimiento de los estados protestantes. La reivindicación de la laicidad del Estado fue la reacción que provocó este principio. Fue contestado primeramente por Grotius y Pufendorf con la elaboración del derecho natural moderno y su famosa afirmación de que este era vinculante “etsi Deus non daretur”, es decir, incluso en el caso de que Dios no existiera. Revive después en la Ilustración, continúa con la Revolución Francesa, con la unificación de Italia y Alemania, llegando su eco hasta nuestros días. La historia latinoamericana y chilena, a este respecto, ha sido completamente distinta a la europea, puesto que no tuvimos guerras de religión ni la obligación de tener la religión del príncipe; la corona no dejó venir a los protestantes, que recién llegan en la era republicana, no nos evangelizó el monacato sino las órdenes mendicantes, que no defendían principios jurisdiccionales, sino que eran itinerantes y, después de la llegada de los jesuitas, se acentuó aún más la idea de la misión. Si bien ellos debieron sufrir la expulsión de los territorios de habla española y portuguesa, bien sabemos que las razones que la originaron estaban en Europa y no en América.

LA GUERRA DE LOS TREINTA AÑOS, FUE LA QUE LOGRA PONER FIN AL PRINCIPIO DE QUE LOS SÚBDITOS DEBEN TENER LA RELIGIÓN DEL PRÍNCIPE, LO QUE JUSTIFICÓ EL SURGIMIENTO DE LOS ESTADOS PROTESTANTES. LA REIVINDICACIÓN DE LA LAICIDAD DEL ESTADO FUE LA REACCIÓN QUE PROVOCÓ ESTE PRINCIPIO.

* El presente texto fue expuesto por su autor en la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile (29.IX.14).

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NO ES EXTRAÑO, QUE SEA PRECISAMENTE EN TORNO A LA DISCUSIÓN DE LA ACTUAL REFORMA EDUCACIONAL QUE SE VUELVAN A ESCUCHAR VOCES Y ARGUMENTOS DEL PASADO, NO OBSTANTE QUE LAS CIRCUNSTANCIAS Y LA SOCIEDAD MISMA HAN CAMBIADO PROFUNDAMENTE.

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Tuvimos laicismo solo en algunos países y en períodos históricos acotados. En el caso de nuestro país, se dio vinculado especialmente al tema educacional en la segunda mitad del siglo XIX, cuando apareció la pretensión del monopolio educativo del Estado-Docente, ante lo cual la Iglesia, en defensa de la libertad de educación, reaccionó fundando la hoy prestigiada Pontificia Universidad Católica de Chile, de tanto reconocimiento en el país y en el extranjero. No es extraño, en consecuencia, que sea precisamente en torno a la discusión de la actual reforma educacional que se vuelvan a escuchar voces y argumentos del pasado, no obstante que las circunstancias y la sociedad misma han cambiado profundamente. Inspirado en el libro “Una nueva laicidad” del cardenal Angelo Scola (ver recensión en Humanitas n° 50, 2008), quisiera hacer mía su idea de repensar completamente el concepto de laicidad. Expresaba el autor en el prólogo que “las cuestiones concernientes al ámbito afectivo, al bios, a la interculturalidad, a la interreligiosidad, han cambiado los términos de nuestras discusiones sobre la laicidad. Sin anular el peso de la problemática clásica, que se concentraba en su mayor parte en la relación Iglesia-Estado, los temas que confluyen en el ámbito de la laicidad se han hecho más numerosos y articulados, hasta el punto que se siente la necesidad no solo de repensar esta delicada categoría, sino incluso de ensayar nuevas formas de laicidad”. Al observar los sociólogos la emergencia de una sociedad mundial multicultural y multirreligiosa, funcionalmente diferenciada en sus comunicaciones, coordinada fundamentalmente por la información, particularmente la que proporciona la ciencia y el desarrollo tecnológico, no podría sino aceptar el desafío del cardenal Scola de repensar el problema. Lo primero que habría que tomar en consideración es que la compleja sociedad funcional moderna ha dejado de ser jerárquica y piramidal y, como señala el sociólogo Niklas Luhmann, se ha convertido en una sociedad “acéntrica” y policontextual. Esto significa que ni la economía, ni el orden público, ni la ciencia, ni cualquier otro subsistema de la sociedad pueden imponer a los otros la codificación de sus propias operaciones y comunicaciones, siendo cada uno autónomo, a este respecto, aunque interactúen recíprocamente. La economía entiende el lenguaje de los precios; la política, de los votos; la ciencia, de las hipótesis verificables


«Ya no existe ningún sitio en la estructura social para un observador omnisciente que pueda observar todo lo que acontece en tiempo real. Por ello, me pareció muy adecuado el desafío del Cardenal Scola de repensar profundamente qué significa la laicidad del Estado en la época actual y comprender que no está solo en juego la libertad religiosa y de conciencia, sino la armonía y la paz de la interdependencia recíproca de todos los actores sociales, individuales y asociados, en el conjunto de los subsistemas funcionales actualmente existentes (…) Una responsabilidad social particular han adquirido, en este contexto, los medios masivos de comunicación, como también las redes sociales, puesto que están más cerca de ejercer funciones regulativas en tiempo real si operan con transparencia, con libertad y, por sobre todo, con aprecio a la verdad».

y así sucesivamente. Pero todos ellos cohabitan en el espacio público, puesto que las informaciones que generan son de conocimiento general. La antigua distinción público-privado ha devenido obsoleta con los medios masivos de comunicación, particularmente con los medios electrónicos, los que llevan conectividad e información hasta los espacios más íntimos y privados de las familias y de las personas. A su vez, nadie desconoce su papel decisivo en la elaboración de la agenda pública. Así, como reconoce nuestro autor de referencia, aunque los temas de la laicidad se articulan a partir de la presencia humana en el espacio público, ellos no se restringen a la esfera propiamente política, sino que abarcan un amplio abanico que incluye a las culturas, las religiones, la ciencia, la economía, el trabajo humano, la relación hombre-mujer, la educación, el medio ambiente, la bioética, la paz.

EN ESTE CONTEXTO SE CLARIFICA QUÉ PUEDE SIGNIFICAR LA LAICIDAD DEL ESTADO: “LA NO IDENTIFICACIÓN CON NINGUNA DE LAS PARTES IMPLICADAS, ES DECIR, CON SUS INTERESES E IDENTIDADES CULTURALES, SEAN RELIGIOSAS O LAICAS. SIN EMBARGO, EN VIRTUD DE SU MISMA FUNCIÓN, ESTADO LAICO NO ES SINÓNIMO DE ESTADO ‘INDIFERENTE’ A LAS IDENTIDADES Y SUS CULTURAS”. (ANGELO SCOLA) (...)

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(...) TAMPOCO PUEDE SER INDIFERENTE, EN CONSECUENCIA, A LOS VALORES QUE CONSTITUYEN A LA SOCIEDAD CIVIL Y QUE HAN DADO FORMA A LAS TRADICIONES NACIONALES DE LOS DIFERENTES PAÍSES.

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A juicio del autor es necesario repensar el tema de la laicidad tanto del Estado como de la sociedad civil, puesto que el debate confunde habitualmente la laicidad del Estado con su neutralidad frente a los valores fundamentales de la persona humana, con el riesgo de desconocer sus derechos básicos, o de transformar tal neutralidad en una postura militante en contra de aquellos que, en uso de sus libertades, afirman públicamente sus convicciones o sus opciones de vida. Siguiendo el argumento sostenido por el entonces cardenal Ratzinger, quien sostenía en su célebre diálogo con J. Habermas que el único camino abierto para la convivencia pacífica en una sociedad postsecular es la “disponibilidad para aprender y la autolimitación por ambas partes”, el cardenal Scola intenta descubrir los fundamentos antropológicos de esta posición para aplicarlos a una correcta fundamentación de la sociedad civil y del Estado. “En el origen de una sociedad civil y de una institución estatal auténticamente laica está el delicado problema de cómo compaginar equitativamente, en último análisis en términos de derechos y deberes fundamentales, las identidades y las diferencias. La relación dinámica, siempre abierta, de estas dos dimensiones vitales de la convivencia humana es reclamada por el estatuto mismo de la persona, que no existe nunca como mónada separada y autosuficiente… Por eso en el hombre la ‘capacidad’ relacional no es algo accesorio, sino constitutivo. Pertenece a su naturaleza”. De esta dimensión relacional de la persona surge la necesidad del reconocimiento recíproco de la dignidad de sujetos que tienen todos los seres humanos. En ella reside también el origen del poder, puesto que, se pregunta, “¿qué es el poder sino el poder de reconocimiento dado por uno a otro sobre la base de la necesidad mutua? Cada uno de nosotros, de hecho, ejerce un poder y es objeto de poder. Se trata de un vínculo entre sujetos, que no puede en modo alguno ser evitado, porque es constitutivo del dinamismo vital en el que está inserta la persona humana”. La autoridad es exigida entonces por el propio dinamismo de la libertad humana, la cual no pierde, por ello, su soberanía. Desde esta visión, puede concluir que la “sociedad civil significa esencialmente diálogo, narración recíproca de la propia subjetividad, al mismo tiempo personal y social, a partir de lo que inevitablemente se tiene en común como bienes de carácter material y espiritual”. Este dinamismo no procede de ningún poder superior, sino que procede del carácter social de las personas mismas. Pero como


el poder del reconocimiento puede ser ambiguo y prestarse tanto para la promoción humana como para su manipulación, la propia sociedad civil necesita “darse una instancia superior, nunca sustitutiva sino reguladora (defensiva y promocional) de su vida relacional” que es el Estado. Sin embargo, quisiera agregar que en las circunstancias sociales actuales, la función reguladora del Estado sería completamente ineficaz si los restantes subsistemas sociales no funcionaran adecuadamente en el ámbito de sus funciones respectivas. Por ello, la sociología actual no considera la relación entre Estado y sociedad civil como la de dos entidades autónomas e independientes entre sí, como pareció imponerse en siglos pasados, sino que el Estado es un órgano de la sociedad que cumple las funciones que la sociedad misma le asigna. En lugar de hablar de Estado y sociedad, hoy resulta más evidente y ajustado a la realidad hablar del Estado de la sociedad. Especialmente actual me parece la referencia de Scola a la dimensión narrativa de la subjetividad, puesto que ella pone en evidencia la importancia no solo de la acción, sino también de la comunicación en la formación y desarrollo del fenómeno humano, como lo hacen ya también las ciencias sociales, en una sociedad que ha alcanzado una complejidad tal que solo puede coordinar sus acciones a través de los medios masivos de comunicación. En este contexto se clarifica qué puede significar la laicidad del Estado: “la no identificación con ninguna de las partes implicadas, es decir, con sus intereses e identidades culturales, sean religiosas o laicas. Sin embargo, en virtud de su misma función, Estado laico no es sinónimo de Estado ‘indiferente’ a las identidades y sus culturas”. Tampoco puede ser indiferente, en consecuencia, a los valores que constituyen a la sociedad civil y que han dado forma a las tradiciones nacionales de los diferentes países. “Laicidad del Estado en todas sus instituciones es pues ejercicio constitutivo y recíproco de promoción y tutela del derecho y de valoración positiva de todos los sujetos, mediante la implicación en la relación de reconocimiento. Solo el reconocimiento regenera continuamente las identidades, poniéndolas a salvo de todo integrismo, al tiempo que impide que las diferencias lleven a exclusiones conflictivas”. ¿Implica este dinamismo del reconocimiento recíproco una renuncia al concepto de verdad, a premisas unificadoras de tipo metafísico, religioso o ético? ¿Cómo podría darse la

ME PARECE QUE LO QUE ESTÁ EN JUEGO EN LA COMPRENSIÓN DEL LAICISMO, LA LAICIDAD Y LAS RELIGIONES ES LA ANTROPOLOGÍA METAFÍSICA QUE ESTÁ EN SU BASE. MIENTRAS ARISTÓTELES PENSABA QUE LA AMISTAD ENTRE LAS PERSONAS ERA EL PRESUPUESTO PARA LA POLIS Y SU ORDEN INSTITUCIONAL, HOBBES, AL COMIENZO DE LA ERA MODERNA Y TAL VEZ ESCANDALIZADO POR LA GUERRA EUROPEA DE TREINTA AÑOS, INVIERTE ESTE PLANTEAMIENTO AFIRMANDO QUE PARA QUE HAYA AMISTAD Y NO LA LUCHA DE TODOS CONTRA TODOS ES NECESARIO EL LEVIATÁN.

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PIENSO QUE LA TRADICIONAL DISCUSIÓN DEL LAICISMO COMO NEUTRALIDAD DEL ESTADO FRENTE A CUALQUIER CREENCIA RELIGIOSA, REIVINDICANDO AL MISMO TIEMPO EL MONOPOLIO DEL ESPACIO PÚBLICO, TIENE SU FUNDAMENTO EN LAS MENCIONADAS PREMISAS HOBBESIANAS. PERO LA EVOLUCIÓN DE LA SOCIEDAD YA NO VA EN ESA DIRECCIÓN.

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armonía buscada por el diálogo si no hay acuerdo acerca de cuáles son los bienes comunes? El cardenal Scola propone que “será necesario ante todo que las instituciones fomenten el valor práctico del mismo estar en sociedad, que no requiere en cuanto tal ningún acuerdo previo sobre el fundamento último de dicho valor”. La única condición es que las diversas hermenéuticas resultantes se propongan a la libertad de los otros, “en el respeto riguroso a los derechos de todos y en la convicción de que [cada uno], en el diálogo, podrá aprender mejor qué es el bien común”. La convivencia civil, aunque respete los derechos de todos y particularmente de las minorías, tampoco puede darse sin sacrificio, sin autolimitaciones y renuncias. Particularmente importante es esta autolimitación en el contexto actual del respeto irrestricto a la libertad religiosa y de conciencia, no solo en relación con aquellos que profesan otras religiones diferentes a la propia, sino incluso internamente, dentro de una misma denominación religiosa. Al interior del catolicismo llamamos carismas a esas variantes de aproximación a la verdad y a la libertad de las personas dentro del credo común profesado. Pero algo análogo se da también entre los evangélicos y, particularmente, los pentecostales, que escinden comunidades menores de otras mayores siguiendo la idiosincrasia de sus pastores y de los demás integrantes. Todos los sociólogos sabemos cómo ha decaído la autoidentificación de las personas con instituciones religiosas. Pero sería errado sacar la conclusión de que ahora las personas son menos religiosas. Incluso quienes se declaran agnósticos no han abandonado la búsqueda religiosa, como queda testimoniado en tantos textos narrativos de la literatura contemporánea. Personalmente, interpreto la así llamada secularización del mundo moderno no como una suerte de apostasía interior, un cambio de sensibilidad y de conciencia, como interpretan algunos muy destacados y respetables autores como Charles Taylor, sino como el incremento de la policontextualidad de las comunicaciones, lo que lleva a que las personas comuniquen religiosamente sus creencias solo cuando el objeto de la comunicación sea verdaderamente religioso y no económico, político, científico, educacional o relativo a la salud. Me parece que lo que está en juego en la comprensión del laicismo, la laicidad y las religiones es la antropología


«La caída del Muro de Berlín y de los regímenes de planificación centralizada de toda la vida social, sin que se haya disparado un tiro, fue una demostración elocuente de que debemos empezar a comprender de otra manera la relación entre Estado y sociedad y que la hipótesis antropológica de Hobbes que sustentaba el Leviatán ha perdido completamente su plausibilidad en la época actual».

metafísica que está en su base. Mientras Aristóteles pensaba que la amistad entre las personas era el presupuesto para la polis y su orden institucional, Hobbes, al comienzo de la era moderna y tal vez escandalizado por la guerra europea de treinta años, invierte este planteamiento afirmando que para que haya amistad y no la lucha de todos contra todos es necesario el Leviatán. Elevado a condición de posibilidad de la vida social, necesariamente se descontextualiza la función del Estado en relación con ella. Pienso que la tradicional discusión del laicismo como neutralidad del Estado frente a cualquier creencia religiosa, reivindicando al mismo tiempo el monopolio del espacio público, tiene su fundamento en las mencionadas premisas hobbesianas. Pero la evolución de la sociedad ya no va en esa dirección. El nuevo espacio público, la nueva Ágora, es la comunicación y ningún Estado puede ya atribuirse el monopolio de la comunicación pública. Es solo una voz, aunque poderosa y vinculante, dentro de una pluralidad de otras voces que se expresan relacionalmente y, cada vez más, en amplias redes sociales que cruzan, incluso,

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EL NUEVO ESPACIO PÚBLICO, LA NUEVA ÁGORA, ES LA COMUNICACIÓN Y NINGÚN ESTADO PUEDE YA ATRIBUIRSE EL MONOPOLIO DE LA COMUNICACIÓN PÚBLICA. ES SOLO UNA VOZ, AUNQUE PODEROSA Y VINCULANTE, DENTRO DE UNA PLURALIDAD DE OTRAS VOCES QUE SE EXPRESAN RELACIONALMENTE Y, CADA VEZ MÁS, EN AMPLIAS REDES SOCIALES QUE CRUZAN, INCLUSO, LAS FRONTERAS NACIONALES.

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las fronteras nacionales. La caída del Muro de Berlín y de los regímenes de planificación centralizada de toda la vida social, sin que se haya disparado un tiro, fue una demostración elocuente de que debemos empezar a comprender de otra manera la relación entre Estado y sociedad y que la hipótesis antropológica de Hobbes que sustentaba el Leviatán ha perdido completamente su plausibilidad en la época actual. La tolerancia, el reconocimiento recíproco, la multiculturalidad son exigencias que se han ido imponiendo progresivamente a la convivencia al interior de la sociedad misma y su principal forma de regulación ha pasado a ser la información y la comunicación oportuna. Subsisten en el mundo, ciertamente, conflictos religiosos, étnicos y políticos de profunda raigambre histórica que no serán fáciles de resolver. Pero aun así, la población reivindica, cada vez más, transparencia en las operaciones sociales, confiabilidad, accountability. En una sociedad de alta complejidad, como la nuestra, nunca habrá información perfecta y se deberá contar siempre con el riesgo implicado en cualquier operación. Ya no existe ningún sitio en la estructura social para un observador omnisciente que pueda observar todo lo que acontece en tiempo real. Por ello, me pareció muy adecuado el desafío del cardenal Scola de repensar profundamente qué significa la laicidad del Estado en la época actual y comprender que no está sólo en juego la libertad religiosa y de conciencia, sino la armonía y la paz de la interdependencia recíproca de todos los actores sociales, individuales y asociados, en el conjunto de los subsistemas funcionales actualmente existentes: económico, político, educativo, científico, religioso, artístico y tantos otros. Una responsabilidad social particular han adquirido, en este contexto, los medios masivos de comunicación, como también las redes sociales, puesto que están más cerca de ejercer funciones regulativas en tiempo real si operan con transparencia, con libertad y, por sobre todo, con aprecio a la verdad.


Tierra Santa, la guerra y la paz

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l desierto de Medio Oriente, en el misterio de su inmensidad y su silencio, se constituyó como templo natural para la llegada del Príncipe de la Paz. Sus relieves, sus luces y su belleza fueron testigos entonces, y siguen siendo testigos todavía, de aquel que llegó a hacer nuevas todas las cosas, de aquel que venció el odio con el Amor, el pecado con el Perdón, la duda con la Verdad. Hoy, en ese mismo paisaje arenisco y monótono, se esconde la luz de Su Presencia en focos de peregrinación y oración, en medio de las sombras causadas por la violencia y las divisiones. «’Adán, ¿dónde estás?’ Aquí estoy, Señor, con la vergüenza de lo que el hombre, creado a tu imagen y semejanza, ha sido capaz de hacer. Acuérdate de nosotros en tu misericordia». (Papa Francisco, 26 de mayo en el Museo del «Yad Vashen»)

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Domus Galilaeae

En mayo de este año el Papa Francisco visitó Tierra Santa con motivo de la conmemoración del 50 aniversario del abrazo entre un papa y el principal líder ortodoxo tras miles de años de silencio. En esta ocasión el gesto fue repetido por Francisco y Bartolomé I. Luego, a fines de noviembre, el Papa realizó un viaje apostólico a Turquía con la intención de reunirse con Bartolomé I y ahondar en el camino ecuménico. Estas visitas del Papa nos han permitido recuperar la memoria viva de los lugares santos y la luz de aquel encuentro primero y aquel llamado primero de Jesús a los hombres. Las distintas comunidades religiosas que han poblado Tierra Santa desde el inicio de la historia de la Iglesia han permitido perpetuar la memoria de los lugares santos y hacer de ese desierto del Oriente un lugar de luz y de encuentro en Jesús y los hombres. En primer lugar podemos encontrarnos con diversos focos de oración, representados por los distintos monasterios que se han construido en estos lugares. Los Benedictinos, siguiendo el ejemplo y la inspiración de San Benito, tienen cinco monasterios en Israel que se rigen por la regla benedictina. Son lugares de Ora et labora, donde viven, oran y trabajan los monjes.

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Virgen yacente en la Abadía de la Dormición

Entre estos monasterios hay una abadía, la Dormición, y cuatro prioratos. La Abadía de la Dormición es el monasterio cabeza y, a su vez, es el lugar donde se encuentra el noviciado, por lo que en él se desarrolla la primera educación y preparación para la vida monástica. Este monasterio está ubicado en el Monte Sión, lugar de encuentro y de envío pentecostal. De encuentro, pues ahí Jesús tuvo junto a sus discípulos la última cena, y lugar de envío pentecostal, pues fue en el monte Sión donde la Iglesia nació con el envío de los Apóstoles a predicar el mensaje de Jesús. Esta abadía fue fundada por los monjes venidos de la abadía de Beuron en Alemania, los mismos que fundaron en Chile. Uno de los cuatro prioratos es Tabgha, ubicado a las orillas del mar de Galilea, uno de los lugares más importantes de la predicación de Jesús a través de sus palabras y signos. También hay otro monasterio en Belén y dos en Jerusalén. Uno de ellos es el Benedictines N.D. du Calvaire, ubicado en el Monte de los Olivos, lugar donde las monjas benedictinas también tienen un monasterio, el Notre Dame des Mont Oliviers, precioso lugar para vivir en oración. Por su parte, las carmelitas descalzas, hijas de Sta. Teresa

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de Ávila, se ubican en cuatro emblemáticos lugares de Tierra Santa: Jerusalén, Belén, Nazaret y el Monte Carmelo (Haifa), que es el monte del profeta Elías y cuna de la Orden del Carmen. En estos lugares cada monasterio encarna para ellas un camino espiritual a recorrer. Un quinto carmelo en Emaús espera nacer en los próximos años, según la profética visión de la Beata María de Jesús Crucificado, carmelita descalza del monasterio de Belén beatificada por el Papa Juan Pablo II. Estas monjas venidas de todos los rincones del planeta para recrear el sueño de Teresa en la tierra del Señor viven “meditando día y noche la Ley del Señor” como les invita su Regla de vida. En fraternidad formando comunidades internacionales, escuelas de verdadera comunión en un entorno multicultural. Están ante Dios intercediendo por todos, velando con la Iglesia a la espera del Esposo que vendrá a recapitular todas las cosas en Él, procurando ser ellas mismas esa tierra santa en la que Jesús pueda revivir todo su misterio de encarnación y redención. La familia monástica de Belén, de la Asunción de la Virgen y de San Bruno, también ha levantado monasterios en Tierra Santa, siguiendo a los santos monjes del comienzo de la Iglesia, yendo a los desiertos con el Evangelio en el corazón y eligiendo perderlo todo para ganar a Cristo. Su vida en estos lugares es de contemplación silenciosa, en soledad y comunión fraterna, con oración continua, celebraciones litúrgicas y trabajo artesanal. Existen cuatro monasterios en Tierra Santa. A medio camino entre Tel-Aviv y Jerusalén, en la colina Bet Gemal, cuyo nombre significa en hebreo «casa de Gamaliel» y en árabe «casa de la belleza», se encuentra el monasterio Notre Dame de L´Assomption, de las hermanas; el monasterio Nuestra Señora de Maranatha de los hermanos, construido en el año 2000 gracias a la benevolencia de los padres salesianos, y el santuario «nuestra Señora Reina de Palestina y de Tierra Santa», lugar de encuentro de los cristianos palestinos, quienes se reúnen ahí el último domingo de octubre. En Galilea, a kilómetros al norte de Nazaret, en la cima de una colina entre el Hermón y el Tabor, se encuentran los monasterios Lura Nefota, de los hermanos y hermanas. Todos estos monasterios y focos de oración han significado también relaciones de amistad con los pueblos heridos por las divisiones.

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Monasterio de Bet Gemal, de la familia monĂĄstica de BelĂŠn.

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Centro de peregrinación Notre Dame, Jerusalén

Carmelo de Jerusalén

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Para el mundo laico también existen diversos lugares de peregrinación y contemplación. Uno de ellos es Notre Dame, ubicado cerca de la puerta Jaffa de Jerusalén, centro construido en Israel debido a los deseos del Papa Pablo VI. Este centro pertenece a la Santa Sede, por lo que es extraterritorial. En el año 2005 Juan Pablo II les confió la administración de este lugar a los Legionarios de Cristo. El centro es, a la vez, centro de peregrinos (puede albergar a 300 peregrinos aproximadamente en sus dependencias), de diálogo interreligioso y de asistencia y acompañamiento espiritual. Una comunidad de legionarios se encuentra permanentemente en el lugar recibiendo a los peregrinos que quieren visitar los lugares santos. En vista de la necesidad de construir un centro de peregrinos similar en Galilea, los Legionarios de Cristo compraron un terreno en la orilla del mar de Galilea, en la intersección de los caminos de Nazaret y Cafarnaún, cerca de Migdal. Al comenzar la obra de construcción se encontraron con que el lugar estaba situado sobre arqueología del siglo I. Esto llevó a sospechar que el lugar sobre el que estaban situados es Magdala, la tierra de María Magdalena. Se sabía de este lugar por textos bíblicos, pero antes del hallazgo no se conocía a ciencia cierta dónde se situaba. La enorme riqueza de su arqueología se debe a que todo lo que ahí se ha encontrado es del siglo I. Es por esto que no existen vestigios medievales ni se han encontrado aún signos cristianos. Se descubrió una importante sinagoga donde Jesús podría haber predicado, así como también mosaicos, frescos y monedas de 2.000 años aproximadamente. Las labores de arqueología están a cargo de especialistas y de grupos voluntarios que van al lugar. Desde Chile han ido la mayor cantidad de voluntarios (200 aproximadamente). El proyecto de Magdala busca ser un hotel de acogida con capacidad para 300 peregrinos, así como también contar con diferentes espacios que permitan vivir la peregrinación en profundidad. Entre estos espacios se contará con un centro multimedia para presentar la vida de Jesús a los peregrinos, un centro internacional sobre la dignidad de la mujer, inspirado en la imagen de María Magdalena, que invita a reflexionar sobre el papel de la mujer en la Iglesia. A su vez tendrá lugares de culto y oración y el centro arqueológico abierto al público.

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Altar del centro Magdala, cuyo sagrario fue bendecido en mayo de 2014 por el Papa Francisco.

La capilla fue inaugurada en mayo de este año luego que el Papa Francisco, en su visita a Tierra Santa bendijera el sagrario del altar. En ella hay 14 íconos hechos en Santiago de Chile en la Escuela iconográfica de la Iglesia Ortodoxa, ubicada en Providencia. En el año 2009 el Papa Benedicto XVI ya había bendecido la primera piedra en su visita apostólica a Tierra Santa. Galilea es un lugar especialmente valioso para los cristianos, pues fue ahí donde tuvo lugar la mayor parte de la vida pública y del ministerio de Jesús y donde encontró luego de la resurrección a sus discípulos para confirmarlos en la fe y en la misión. «Volver a Galilea significa sobre todo volver allí, a ese punto incandescente en que la gracia de Dios me tocó al comienzo del camino. Con esta chispa puedo encender el fuego para el hoy, para cada día, y llevar calor y luz a mis hermanos y hermanas. Con esta chispa se enciende una alegría humilde, una alegría que no ofende el dolor y la desesperación, una alegría buena y serena» (Homilía del Santo Padre Francisco en la celebración de la Vigilia Pascual, Sábado santo, 19 de abril de 2014).

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En las orillas del mismo mar, se ubica también el Domus Galilaeae, un centro de formación, retiro y hospedaje que se ofrece para las personas que pertenecen al Camino Neocatecumenal y para la Iglesia Católica en general. De acuerdo a la tradición oral, este centro se ubica en el lugar donde Jesús proclamó el Sermón de la Montaña, más arriba del actual Santuario de las Bienaventuranzas y por encima de Tabgha, el lugar de la multiplicación de los panes, y Cafarnaún. En 1980 la Custodia de Tierra Santa ofreció al Camino Neocatecumenal la posibilidad de construir un centro de formación, estudios y retiros. Juan Pablo II aprobó el proyecto en 1994 y en 1999 se puso la primera piedra en una ceremonia donde estuvieron presentes el Patriarca Latino de Jerusalén, rectores de 35 seminarios, sacerdotes, laicos, catequistas del Camino Neocatecumenal, representantes de varias órdenes religiosas, profesores hebreos y árabes. Esta primera piedra lleva un fragmento de la tumba de san Pedro. En el año 2000 el centro fue bendecido por Juan Pablo II. En medio de tantos dolores y penas que trae la guerra a estos lugares, la oración cristiana se eleva constante en Tierra Santa, mientras allí aguarda a los peregrinos de todo el mundo la paz de los santos lugares. SOFÍA BRAHM

Capilla del centro Magdala, a orillas del mar de Galilea.

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“Apoteosis”, croquis preparatorio coloreado con acuarela.


En su bicentenario

La Batalla de R ancagua y el padre Pedro Subercaseaux E

l Museo Regional de Rancagua conmemoró el bicentenario del desastre de Rancagua con una destacada muestra de pintura: «Batalla de Rancagua, 1814-2014. Héroes y tradiciones», que estuvo abierta al público entre el 28 de octubre y el 28 de noviembre recién pasados. La exposición recordó, en primer término, los episodios del 1 y 2 de octubre de 1814 en la plaza de Rancagua, cuando una parte del ejército patriota independentista, liderado por Bernardo O’Higgins, en vano intenta detener el avance del poderoso ejército realista al mando del Brigadier don Mariano Osorio que, tras desembarcar en Talcahuano, se desplazaba hacia el norte para reconquistar Santiago para la Corona española. Aun cuando a esta batalla se la conoce también como “el desastre de Rancagua”, pues los realistas consiguieron detener el proceso de la independencia de Chile, la valentía de nuestros soldados escribió una de las páginas más heroicas del Ejército chileno. Y así las retrató el padre Pedro Subercaseaux (1880 – 1956), insuperable pintor de nuestras glorias militares y, años más tarde, fundador en Chile de la Orden benedictina.

El Museo Regional desplegó la muestra en torno a las reproducciones de dos magníficas composiciones dramáticas de Pedro Subercaseaux, que representan de manera heroica dos momentos clave de estos acontecimientos. La primera es “O’Higgins en el Campanario de Rancagua”. En este óleo, cuyo original pertenece al Club Hípico de Santiago, el artista registra la escena en que, desde la torre del campanario de la iglesia de La Merced, O’Higgins vigila, esperando inútilmente la llegada de ayuda.

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Dibujos a l谩piz de grafito con escenas de la batalla de Rancagua y la procesi贸n de Andacollo.

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La segunda obra, “Batalla de Rancagua”, propiedad del Club de la Unión, representa el momento glorioso en que, en una acción temeraria, O’Higgins arenga a seguirle a los pocos soldados que quedaban con vida, abriéndose paso entre las filas realistas, con el grito “¡O vivir con honor, o morir con gloria!” La muestra del Museo Regional de Rancagua incluyó además una pieza de extraordinario interés artístico: muchas imágenes inéditas del cuaderno de croquis de Pedro Subercaseaux con dibujos a lápiz de grafito, dibujados posiblemente entre 1905 y 1907, que reúne estudios previos para las dos obras anteriores y para la pintura “Virgen de Andacollo”, también expuestas en el Museo. Este cuaderno es un acercamiento privilegiado a la forma en que un artista ve y aborda un tema pictórico. En estos sencillos pero valiosos apuntes llaman la atención su espontaneidad, la ausencia de notas escritas —salvo indicaciones de colores para los estandartes de las cofradías de Andacollo—, la soltura del trazo y la forma de componer a partir de la seguridad absoluta en lo que va a ser la obra final, desde el primer esbozo de su composición, cuando la idea no es más que una mancha inicial que insinúa levemente las masas de las que irán luego brotando los personajes y demás elementos.

La muestra incluyó también dibujos facilitados por el Museo Histórico Nacional, el de Bellas Artes de Santiago, los museos de Talca y de Linares, que permitían dar una mirada a cómo era la villa de Santa Cruz de Triana —el antiguo nombre de la ciudad de Rancagua— antes de la batalla.

Un papel muy destacado en la organización de la muestra lo tuvieron Carmen del Río Pereira, directora por más de 30 años del Museo Regional de Rancagua, y el artista Francisco Zañartu Covarrubias, profesor del taller de pintura del Museo y a quien pertenece el extraordinario cuaderno de croquis del padre Subercaseaux.

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APUNTES Y NOTAS PERIFERIAS DEL MUNDO Y DE LA EXISTENCIA por Massimo Borghesi

«La idea de “periferia existencial” surge, en Bergoglio, de su vocación pastoral en los años en que fue obispo de la capital argentina. Como afirmaba el 4 de octubre de 2013: “Es un elemento que viví mucho cuando estaba en Buenos Aires: la importancia de salir para ir al encuentro del otro, a las periferias, que son sitios, pero son sobre todo personas en situaciones de vida especial. (…) Una periferia que me hacía mucho mal era encontrar en las familias de clase media niños que no sabían hacer la señal de la cruz. ¡Esta es una periferia! (…) Estas son verdaderas periferias existenciales, donde no está Dios”».

En estos casi dos años de pontificado

hemos aprendido a conocer el “estilo” del Papa Francisco, un estilo sencillo en su discurso, que recuerda el modelo de las predicaciones populares, lleno de expre-

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siones peculiares, incisivas, que despiertan la mente, el corazón, la imaginación. Entre ellas se encuentra la idea, tan repetida, de las “periferias existenciales”. Una expresión polivalente, rica en significado, que

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indica un juicio sobre la Iglesia contempo- la capital argentina. Como afirmaba el 4 de ránea y, al mismo tiempo, una perspectiva, octubre de 2013: “Es un elemento que viví una dirección de la marcha. mucho cuando estaba en Buenos Aires: la Ya en su discurso a los cardenales en el importancia de salir para ir al encuentro del pre-cónclave del 9 de marzo de 2013, Ber- otro, a las periferias, que son sitios, pero son goglio afirmaba: “Evangelizar supone en la sobre todo personas en situaciones de vida Iglesia la parresía de salir de sí misma. La especial. (…) Una periferia que me hacía Iglesia está llamada a salir de sí misma e ir mucho mal era encontrar en las familias de hacia las periferias, no solo las geográficas, clase media niños que no sabían hacer la sino también las periferias existenciales: señal de la cruz. ¡Esta es una periferia! (…) las del misterio del pecado, Estas son verdaderas perifelas del dolor, las de la inrias existenciales, donde no NO ES SOLO LA RATIO justicia, las de la ignorancia está Dios”. LA QUE SE HA y prescindencia religiosa, La asociación entre “peCERRADO A LO las del pensamiento, las de riferia” y niños que descoSOBRENATURAL, toda miseria”. Aquel discurnocen la señal de la cruz EN EL POSITIVISMO so delineaba, como anticipo, ya estaba presente en su IMPERANTE, SINO el programa de su futuro discurso del 27 de septiemTAMBIÉN LA FIDES QUE SE HA IDEOLOGIZADO, pontificado. El cristianismo bre de 2013, dirigido a los “CLERICALIZADO”. debe dirigirse, con especial participantes en el ConLA ENFERMEDAD atención, a los pecadores, a greso Internacional sobre DEL CRISTIANISMO los alejados, al hijo pródigo, la Catequesis. Se precisa CONTEMPORÁNEO a aquellos que no habiendo así un topos de Bergoglio, SE LLAMA conocido a Cristo se han su noción de “periferia”. CLERICALISMO.(…) visto privados del afecto Indica a los alejados de del Padre. Comprender que Cristo, a los pobres sociales están alejados del “centro”, que no es la y espirituales, situados tanto en los límites Iglesia como institución, sino de Cristo. de la metrópolis como en su centro. Una Las “periferias existenciales” vienen da- advertencia para la Iglesia actual, en cuandas por aquellos que, pobres social y espiri- to inclinada sobre sí misma. tualmente, se ven privados del amor de Dios En un movimiento de sístole-diástole, la y de los hombres. Es la condición del hombre Iglesia ha pasado, a lo largo del último mecontemporáneo, donde la contradicción dio siglo, del Concilio Vaticano II —y desentre pobreza y riqueza se ve trágicamente pués de los sucesivos deslices doctrinales exacerbada por una globalización devorado- del post-concilio— a la etapa de cerrar filas, ra, donde la secularización ha desertificado del catolicismo misionero de Juan Pablo II. el alma hasta el punto de que el centro, el Y en seguida, después de 1989, al retorno de corazón de Occidente, se ha convertido en un catolicismo cerrado en sí mismo, pagado una única, enorme, “periferia existencial”. de sus propias certezas, que se relacionaba La idea surge, en Bergoglio, de su vocación con el mundo muchas veces solo a través pastoral en los años en que fue obispo de de la dialéctica de los valores no negocia-

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bles, y todo ello a pesar su centro es Cristo y su del ímpetu evangélico Iglesia. Por tanto, si la sugerido por el magisCompañía mantiene en el terio de Benedicto XVI. centro a Cristo y a la IgleCon Francisco resuena sia, tiene dos puntos de el “abrid de par en par las referencia en su equilibrio puertas a Cristo” de Juan para vivir en la periferia. Pablo II, ahora no solo diPero si se mira demasiado rigido al mundo, sino en a sí misma, si se pone a sí primer lugar a la Iglesia. misma en el centro, saSi el mundo se ha conbiéndose una muy sólida vertido en “periferia”, la y muy bien “armada” Iglesia, en consecuencia, estructura, corre peligro se ha autoconcebido en de sentirse segura y sufiestos años como “centro”. ciente. La Compañía tiene Como dijo el Papa que tener siempre delante Bergoglio a los obispos el Deus semper maior (…). «La asociación entre “periferia” latinoamericanos del Esta tensión nos sitúa y niños que desconocen la señal de la cruz ya estaba presente en su CELAM, en Río de Janeiro, continuamente fuera de discurso del 27 de septiembre de el 28 de julio de 2013: “La nosotros mismos”. 2013, dirigido a los participantes Iglesia es institución pero en el Congreso Internacional cuando se erige en ‘centro’ sobre la Catequesis. Se precisa así Una Iglesia se funcionaliza y poco a un topos de Bergoglio, su noción descentrada poco se transforma en una de “periferia”. Indica a los alejados Una Iglesia descende Cristo, a los pobres sociales e ONG. En ese momento la intelectuales, situados tanto en los trada, orientada a las Iglesia pretende tener luz límites de la metrópoli, como en su periferias, es una Iglesia propia y deja de ser ese centro. Una advertencia para la misionera. Por eso, a la misterium lunae del que Iglesia actual». noción de “periferias nos hablaban los Santos existenciales” corresponPadres. Se vuelve cada de la Evangelii gaudium, la exhortación aposvez más autorreferencial y se debilita su tólica que es el documento programático necesidad de ser misionera”. Una Iglesia “centro”, centrada en sí del pontificado, que repite en el contexto misma, ya no es misionera. Es el mensaje actual la Evangelii nuntiandi de Pablo VI, un que Francisco, en su entrevista con el padre Papa muy querido por Francisco. El Papado del primer pontífice jesuita no Spadaro, director de La Civiltà Cattolica, inpuede ser otra cosa que un papado misionecluida en el libro Mi puerta siempre está abierta, lanza a “sus” jesuitas: “La Compañía es una ro. Donde su impostación “conciliar”, pasinstitución en tensión, siempre radicalmente toral, da primacía al “encuentro” respecto a en tensión. El jesuita es un descentrado. La la controversia, en línea con Benedicto XVI: Compañía en sí misma está descentrada: “No se comienza a ser cristiano por una

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decisión ética o una gran idea, sino por el vida eclesial, de los sacerdotes y de los pastoencuentro con un acontecimiento, con una res, fundada sobre roles y distancias, carreras Persona, que da un nuevo horizonte a la y formalidades. Para el Papa, la secularizavida y, con ello, una orientación decisiva” ción actual no es solo el fruto de un modelo (Evangelii gaudium, 7). Donde la concepción económico que disuelve todo tipo de relación de la autoridad como paternidad, como social, desacralizándolo todo excepto los pastor que siente el olor de sus ovejas, como bienes. También es el fruto de una burocrapadre misericordioso que se acerca al hijo tización eclesiástica, que produce en muchos pródigo, al que está “lejos”. Por eso es im- casos distancia entre obispos y clero, entre portante que el proyecto pastoral “remita clero y pueblo. No es solo la Ratio la que se a lo esencial y que esté bien ha cerrado a lo sobrenatural, centrado en lo esencial, es en el positivismo imperante, (…) YA NO ES LA decir, en Jesucristo. No es sino también la Fides que se MUNDANIZACIÓN útil dispersarse en muchas ha ideologizado, “clericaliDE LA FE DE LOS cosas secundarias o superzado”. La enfermedad del AÑOS SETENTA DEL fluas, sino concentrarse en cristianismo contemporáneo SIGLO PASADO, QUE la realidad fundamental, se llama clericalismo. Ya no NACÍA DEL EMPEÑO que es el encuentro con es la mundanización de la fe HISTÓRICO-POLÍTICO Cristo, con su misericordia, de los años setenta del siglo DE UN CRISTIANISMO con su amor, y en amar pasado, que nacía del empeHEGEMONIZADO POR LA CULTURA MARXISTA. a los hermanos como Él ño histórico-político de un nos amó” (discurso a los cristianismo hegemonizado participantes en el Consejo por la cultura marxista. Pontificio para la Nueva Evangelización, Ahora se trata de una nueva mundaniza14 de octubre de 2013). ción, propia de cierta derecha católica que Autoridad, en la Iglesia, es aquel que acepta totalmente la cultura del “descarte”, favorece el encuentro, que abre las puertas, la lógica sacrificadora del neocapitalismo que sale de sus puertas para encontrarse vencedor tras 1989. Sólo pide negociar con quien está lejos. Es el deseo que emerge sobre ciertos valores que han quedado de la conversación con el padre Spadaro: disueltos precisamente por ese neocapi“En lugar de ser solamente una Iglesia que talismo aceptado de forma acrítica. Así acoge y recibe, manteniendo sus puertas un catolicismo en orden, perfectamente abiertas, busquemos más bien ser una insertado en el poder del mundo, queda Iglesia que encuentra caminos nuevos, legitimado por la defensa de una ortodoxia capaz de salir de sí misma yendo hacia el ética que la “sociedad líquida” disuelve que no la frecuenta, hacia el que se marchó paso a paso. El catolicismo se convierte de ella, hacia el indiferente”. así en una reserva indiana, en perenne La Iglesia en “salida” es aquella que va al dialéctica con el mundo, sin poder indicar encuentro de las periferias existenciales. Este aspectos positivos, puntos de cruce. encuentro ha quedado bloqueado en estos Lo que falta en este clericalismo ético años por una creciente burocratización de la es propiamente Cristo, Cristo como sujeto

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del Encuentro. El Cristo de Charles Péguy. en miles de cosas, se salta el acercamiento, Como escribía el gran francés en su Verónica. se olvida o se comunica tan solo mediante Diálogo de la historia y el alma carnal: “Pero documentos, es como una mamá que se vino Jesús. Tenía que hacer sus tres años. comunica con su hijo por carta”. Hizo sus tres años. Pero no perdió sus tres Es el sueño de “una Iglesia madre y pasaños, no los utilizó para quejarse de los tora”, que no teme hacerse cargo del pecado males de los tiempos. Y, sin embargo, exis- del mundo, de su lejanía, que no teme su hostían los males de los tiempos, de su tiempo. tilidad sino que la lleva con coraje, sin miedo Llegaba el mundo moderno, a ensuciarse las manos. Es la estaba listo. Y él abrevió. De imagen de la “Iglesia sama(…) ASÍ UN CATOLICISMO una manera muy sencilla. ritana” que, ya presente en el EN ORDEN, Haciendo el cristianismo. Documento de Aparecida de PERFECTAMENTE Poniendo en el medio el la V Conferencia episcopal INSERTADO EN EL mundo cristiano. No impulatinoamericana de 2007, PODER DEL MUNDO, tó, no acusó a nadie. Salvó. encuentra su confirmación QUEDA LEGITIMADO No imputó al mundo. Salvó en la figura del “hospital de POR LA DEFENSA DE UNA al mundo. Estos otros vicampaña tras una batalla”, ORTODOXIA ÉTICA QUE tuperan, imputan. Acusan de la que habla el Papa en LA “SOCIEDAD LÍQUIDA” DISUELVE PASO A PASO. las arenas del siglo, pero su entrevista de La Civiltà EL CATOLICISMO SE también en tiempo de Jesús Cattolica. Las periferias exisCONVIERTE ASÍ EN UNA existía el siglo y las arenas tenciales necesitan testigos, RESERVA INDIANA, EN del siglo. Pero en la arena “pastores y no funcionarios, PERENNE DIALÉCTICA árida, en la arena del siglo clérigos de despacho”. Por CON EL MUNDO, corría una fuente, una fuente ello, “los ministros de la IgleSIN PODER INDICAR inagotable de gracia”. sia tienen que ser misericorASPECTOS POSITIVOS, En línea con esta persdiosos, hacerse cargo de las PUNTOS DE CRUCE. pectiva, con la perspectiva personas, acompañándolas de Péguy, se sitúan el testicomo el buen samaritano que monio y el magisterio del Papa Francisco. lava, limpia y consuela a su prójimo. Esto es Como afirma Fabio Colagrande, en su Vino Evangelio puro. Dios es más grande que el nuevo: “¿El secreto de Francisco? Que es pecado. Las reformas organizativas y estrucanticlerical” (7 de julio de 2014). Eso su- turales son secundarias, es decir, vienen despone, nuevamente con Péguy, el primado pués. La primera reforma debe ser la de las del cristianismo “carnal”, fundado sobre la actitudes. Los ministros del Evangelio deben fisicidad del encuentro. Solo así el “centro” ser personas capaces de caldear el corazón puede hacerse “periferia”. Como confiesa de las personas, de caminar con ellas en la el Papa al padre Spadaro: “Para mí es fun- noche, de saber dialogar e incluso descender damental la cercanía de la Iglesia. La Iglesia a su noche y su oscuridad sin perderse”. es madre, y yo no conozco ninguna mama Así, una Iglesia des-centrada podrá ‘por correspondencia’. La mamá da afecto, encontrarse con los hombres en las encrutoca, besa, ama. Cuando la Iglesia, ocupada cijadas de la historia actual.

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DE ISLA DE PASCUA A MOLOKAI, CRÓNICA DE UN PEREGRINAJE INUSUAL por Francisco Orrego Vicuña María Soledad Bauzá

Tumba de un santo y un héroe en Molokai.

E ste peregrinaje, del que queremos

ofrecer testimonio, se inició hace más de medio siglo, tiempo más largo que aquel que utilizaban los peregrinos del camino

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de Santiago en el Medioevo. Es, a la vez, un homenaje a los muchos sacerdotes con quienes trabamos perdurable amistad al llegar al Colegio de los Sagrados Corazo-

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nes de la Alameda, luego de deambular los cuatro rincones del mundo. De su hepor varios años en un proceso educacional roísmo misionero y humanitario escuché que nos brindaron muchos países a los que hablar por primera vez en la narración de condujeron las misiones diplomáticas de su homónimo chileno. nuestros padres. Es en particular el recuerPero la peregrinación no solo llevaba do del rector Marcos Le Bars, sacerdote a Molokai, también a la Isla de Pascua, de un agrado excepcional, y de los padres con motivo de otra conversación en que el que allí le acompañaban en el lejano año padre Damián Simon nos contó los antece1958, en particular Carlos Schneider, An- dentes acerca de cómo Chile había llegado tonio Undurraga, Florencio a tomar posesión de ese míInfante y Damián Simon, tico territorio insular, dan“NOSOTROS, LOS sin excluir profesores y do origen a una presencia LEPROSOS”, FUE LA compañeros igualmente en el vasto océano Pacífico EXPRESIÓN MÁS inolvidables. La influencia que hoy ocupa el centro REPRESENTATIVA DEL de todos ellos en nuestras del interés nacional. Ella PADRE DAMIÁN DESDE vidas fue determinante se originaba en la reiterada LOS INICIOS DE SU en la formación de la fe, el petición de los misioneros ACTIVIDAD MISIONERA, QUIEN ASPIRABA A SER interés por la historia de de los Sagrados Corazones UNO DE ELLOS, NO la patria, la literatura y el en esa Isla de que se proteALGUIEN AJENO, TANTO derecho. giese a sus habitantes de ASÍ QUE EN SU AFÁN DE El peregrinaje, en un las incursiones esclavistas SALVACIÓN DE ALMAS comienzo meramente inque provenían del Perú, igY DE SANACIÓN DE telectual, se inició en las norada por las autoridades CUERPOS, CONTRAJO ÉL muchas conversaciones que eclesiásticas de Papeete, MISMO LA ENFERMEDAD sostuvimos con el padre a quienes primero se diQUE ENTONCES PLAGABA LA POLINESIA. Damián Simon, quien diririgieron, y que les llevó a gía la Academia Literaria de solicitarla a sus hermanos los Padres Franceses, en la de Chile. El Presidente que tantos nos formamos en la oratoria, el Balmaceda había sido alumno del colegio debate, el ensayo y, desde luego, nuestras y a él le escribieron sus antiguos maestros, primeras controversias políticas. El padre lo que originó el viaje del Comandante Damián tomó su nombre eclesiástico del Policarpo Toro a ese territorio para su toma padre Damián de Veuster, héroe de los de posesión. Se trataba de una ocupación misioneros de los Sagrados Corazones y humanitaria, no de una colonialista como figura emblemática de la Congregación, se pretende con frecuencia presentarla hoy, canonizado Santo de la Iglesia en 2009 cuyos gastos nunca le fueron reembolsapor Su Santidad Benedicto XVI, siguiendo dos al visionario marino, provocándole su su beatificación en 1995 por el Papa Juan ruina, el pago de Chile sin duda. Pablo II, hoy también Santo. San Damián Visitamos la Isla de Pascua en muchas de Molokai fue el punto central del pere- ocasiones con motivo, precisamente, del grinaje que nos llevó en su búsqueda por interés en la temática de la cooperación

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en el Pacífico. Allí pudimos apreciar en pascuense me sugirió que visitase en la detalle lo que había sido esa misión de sede de la congregación en la Rue Picpus los Sagrados Corazones, igualmente al al padre André Mark, ex archivero de la cuidado de leprosos desvalidos, la tum- congregación y gran conocedor del tema. ba del hermano Eugenio Así lo hice prontamenEyraud en la vecindad de te, visitando aquella sede, la linda iglesia de Hanga su iglesia, la imagen hisRoa, y, por cierto, sus tórica de Notre Dame de misas cantadas en Rapa Paix, a quien todos los Nui, con la peculiaridad misioneros que partían de que el Padre Nuestro le rogaban su inspiración se reza tradicionalmente y protección. Igualmenen francés, costumbre te nosotros, en muchas que a no dudarlo se oriocasiones, hemos rezado gina en la presencia de ante aquella virgen en aquellos misioneros. ruego de su ayuda, en Ese vínculo con la Isla buena medida concedida. de Pascua fue determiTriste espectáculo, sí, es nante del peregrinaje que observar cómo el laicisISLA DE PASCUA Y habría de continuar años mo militante de Europa MOLOKAI, A PESAR después, no solo por tratarha llevado a la ausencia de DE ENCONTRARSE se del cuidado de comunivocaciones religiosas y la EN LOS EXTREMOS dades de leprosos o de islas escasez de sacerdotes, hoy OPUESTOS DEL en los extremos opuestos principalmente originarios PACÍFICO, QUEDABAN de la Polinesia, sino muy de Sri Lanka, Filipinas y PARA SIEMPRE UNIDOS particularmente por nuesotras distantes naciones. El EN UN RECUERDO tro interés en el arte de sus padre Mark nos acompaDE GRATITUD Y ADMIRACIÓN DE habitantes en diferentes ñó a visitar los hermosos UNA NOTABLE períodos históricos, desde jardines, un pequeño ceCONGREGACIÓN. los imponentes moáis hasta menterio de la aristocracia las esculturas en madera francesa, donde yacen los y otros muchos objetos admirables. En restos de Lafayette, héroe de la independenefecto, fue el interés en ese arte el que cia de los Estados unidos, con el homenaje nos llevó a visitar una exposición de la permanente de una bandera de ese país, creatividad Rapa Nui en una galería de que contrastaba con muchas otras tumbas París, con motivo de una estadía profe- ya abandonadas. Igualmente nos mostró las sional en esa ciudad, descubriendo que fosas comunes, estas no las de Hitler, Stalin la principal colección se encontraba en o Pol Pot, sino las de sus predecesores del un museo de los Sagrados Corazones terror de la revolución francesa, quienes en Roma. El organizador del evento y tras guillotinar a sus víctimas en la Place autor de un libro magnífico sobre el arte des Nations, muy vecina de la Rue Picpus,

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las lanzaban a aquellas agencia de viajes en Chile EN 1936 SUS RESTOS FUERON REPATRIADOS A fosas, incluyendo el caso sabía cómo hacerlo, pero BÉLGICA, SU PAÍS NATAL, heroico de las Carmelitas fue finalmente internet la EN CUYO FUNERAL EL de Compiègne. Muchos de que lo permitió, a través de REY LEOPOLDO III BAJÓ sus nombres están grabados la cual tomamos contacto DE SU ESTRADO DE en las paredes de la iglesia con hoteles y aerolíneas que HONOR PARA RENDIR como postrer homenaje de nos guiaron en esta tarea. POSTRER SALUDO A la congregación. Un confortable Boeing UN HÉROE, HIJO DE Allí descubrimos en una 787 de LAN llevó a los MODESTOS CAMPESINOS. perspectiva más contempoperegrinos a Los Ángeles, ránea a quien era ya San para de allí seguir en un Damián de Molokai, leímos sobre él y su no tan confortable vuelo de American obra y decidimos que, algún día, visita- Airlines a Honolulu, e inmediatamente en ríamos esa isla del archipiélago de Hawai, un avión algo más pequeño de Hawaiian dando así origen a una segunda fase de Airlines a Maui, isla ya cercana a Molokai. esta peregrinación, más compleja por la Hasta allí el trayecto podía considerarse distancia, pero esencial para acercarse normal, característica que no habría de a entender la realidad en que había San perdurar. En efecto, el hotel escogido Damián vivido y actuado. Isla de Pascua y quedaba algo lejos del aeropuerto de Molokai comenzaban a converger. La oca- Maui y para llegar allí a la temprana hora sión se presentó en septiembre de 2013 con que exigía el itinerario solo podíamos motivo de un viaje académico que hubimos trasladarnos en helicóptero, que fue lo de realizar a Tokio y Kioto, una de cuyas que los peregrinos decidieron hacer. Tras rutas nos permitía detenernos en el archi- sobrevolar preciosas montañas y campos piélago. Cómo llegar a Molokai resultó verdes, mares azules y cielos despejados ser un desafío difícil de superar. Ninguna al amanecer, estuvimos en el aeropuerto

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a la hora para tomar el avión, aun más dándole a morir, había también dedicado pequeño, de Mokulele Airlines, cuyo su vida a los leprosos, sin ser contagiada solo nombre exigía invocar a todos los por la enfermedad, cuya canonización santos del cielo, pero que resultó ser una ocurrida en 2012 conmemoraba un afiche. aerolínea muy bien organizada y amable. La avioneta aterrizó en un potrero, El asunto se complicaba a partir del hecho nada sorprendente para peregripequeño aeropuerto de Molokai, pues nos de Chile, en un marco geográfico de había que trasladarse a la península de extraordinaria belleza. La rada azul que Kalaupapa, ubicada en el enfrenta la península con extremo opuesto, objetivo de la vastedad del océano DESPUÉS DE SU nuestro peregrinaje. Había Pacífico, como las escarpaBEATIFICACIÓN, LA tres maneras de hacerlo. La das montañas verdes que MANO DERECHA primera era a pie, bajando el la circundan, permitían DEL FUTURO SANTO, pali, enorme acantilado de ya vislumbrar la historia CON LA QUE HABÍA BENDECIDO Y BUSCADO más de 500 metros, factible, extraordinaria de que ese LA CURACIÓN DE TANTA pero que había que remonlugar había dado testimoVÍCTIMA, FUE DEVUELTA tar al regreso, idea ya no tan nio. Kalaupapa hoy solo A KALAWAO POR PETICIÓN factible. La segunda manera es habitada por algunos DE LA COMUNIDAD era en mula, tradicional antiguos leprosos, ya saDE KALAUPAPA. método de transporte, con nos, guardaparques, y un HOY SE ENCUENTRA el grave inconveniente de sacerdote de los Sagrados ALLÍ SEPULTADA EN que el descenso, según nos Corazones que atiende HOMENAJE A QUIEN DIO SU VIDA EN ALIVIO DEL enseñaban experiencias de una linda iglesia, presiSUFRIMIENTO DE SUS bajar la cordillera de los dida por cierto por Notre HABITANTES. Andes a caballo, exige un Dame de Paix. enorme esfuerzo para no La rada ofrecía el resalir catapultado por la cabeza de la sor- cuerdo de un acto de barbarie sin igual, prendida bestia. La tercera manera era en cometido por un capitán encargado de una avioneta alquilada, que fue la opción trasladar a numerosos leprosos secuesescogida en compañía de un arquitecto trados de la isla de Oahu. Tras ser persedel servicio nacional de parques, que hoy guidos como animales por los campos, administra esa histórica península. fueron arrojados al agua y muchos faTodos esos inconvenientes quedaron llecieron ahogados al carecer de manos, resueltos en el mismo aeropuerto de Mo- piernas, o simplemente fuerza. El padre lokai con un descubrimiento hecho por los Damián y algunos de los pobladores se peregrinos en forma inesperada. La isla lanzaron al mar de inmediato para rescontaba con una segunda expresión de catar a todos quienes podían albergar santidad: Santa Mariana Cope, hermana esperanza de vida, pero fueron muchos franciscana de Siracusa, Nueva York, que los hombres, mujeres y niños que fallehabía llegado a Molokai a cuidar de los cieron en esa tragedia. últimos meses del padre Damián, ayuEl itinerario continuó en un pequeño

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bus escolar donado por alguna comunidad encontrarse en los extremos opuestos del luterana de los Estados Unidos, uniéndose Pacífico, quedaban para siempre unidos los peregrinos que habían decidido cami- en un recuerdo de gratitud y admiración nar o cabalgar. Fuimos huéspedes de una de una notable congregación. señora antiguamente afectada por la lepra, A un costado de la iglesia se encuentra quien desde Honolulu administraba Saint un pequeño cementerio en que yacen los Damien Tours, pues nadie puede visitar restos de algunos otros misioneros de la península si no es invilos Sagrados Corazones NUESTRO GUÍA DE tado por alguien que allí y un vasto terreno en KALAWAO, HOMBRE CULTO hubiese sufrido el martirio que fueron sepultados Y AGRADABLE, CONCLUYÓ de esa enfermedad. Nos anónimamente los miles SU EXPLICACIÓN EN LA trasladamos a Kalawao, en de víctimas de la lepra, a PEQUEÑA IGLESIA DEL un extremo de la península quien hoy honra el KalauPADRE DAMIÁN CON UNA pero a corta distancia, que papa Memorial Act, firmaALUSIÓN MEMORABLE: había sido la ubicación da por el Presidente ObaUNA COMUNIDAD DE principal de la comunidad ma, él mismo de origen TANTO SUFRIMIENTO Y de leprosos, donde gloria y hawaiano, en 2009. Allí AISLAMIENTO, SEPARADA DE SUS FAMILIAS POR LA miseria se combinaron en también se encuentra la FUERZA, INTEGRADA POR un drama sin igual. tumba original de San HOMBRES, MUJERES Y “Nosotros, los leproDamián, evocando el reNIÑOS HARAPIENTOS, QUE sos”, fue la expresión más cuerdo de una pequeña HABÍA PERMITIDO QUE representativa del padre banda de música que con FLORECIERA LA SANTIDAD Damián desde los inicios sus tristes sones daba su DE SU PASTOR Y DE OTRA de su actividad misionera, última despedida a los MISIONERA, ERA EN SÍ quien aspiraba a ser uno fallecidos y que también MISMA UNA EXPRESIÓN DE SANTIDAD. de ellos, no alguien ajeno, se encontró presente el tanto así que en su afán de 15 de abril de 1889 al salvación de almas y de sanación de cuer- fallecimiento del futuro Santo. pos, contrajo él mismo la enfermedad que En 1936 sus restos fueron repatriados a entonces plagaba la Polinesia. Se encuentra Bélgica, su país natal, en cuyo funeral el Rey en Kalawao la pequeña iglesia original que Leopoldo III bajó de su estrado de honor la comunidad ayudó al padre Damián a para rendir postrer saludo a un héroe, hijo construir, que todavía ofrece el testimonio de modestos campesinos. Después de su de sus sufrimientos, en particular un piso beatificación, la mano derecha del futuro con hoyos cada ciertos metros para que los Santo, con la que había bendecido y buscado fieles pudiesen evacuar los efluvios de su la curación de tanta víctima, fue devuelta destrucción, así como el recuerdo de niños a Kalawao por petición de la comunidad de que tocaban un piano a dúo, pues cada Kalaupapa. Hoy se encuentra allí sepultada uno carecía de una mano. Allí rezamos en en homenaje a quien dio su vida en alivio memoria de los misioneros que nos educa- del sufrimiento de sus habitantes. ron. Isla de Pascua y Molokai, a pesar de Los peregrinos iniciaron su regreso,

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algunos a pie, otros en mula y, los más afortunados, en avioneta. Una emoción profunda embargaba a un grupo que hasta entonces no se conocía. Nuestro viaje continuó a Japón y ulteriormente a París, ciudad donde nuevamente concurrimos a la Rue Picpus para agradecer a Notre Dame de Paix el privilegio de un peregrinaje de larga data y saludar a los pocos sacerdotes que allí residen. El peregrinaje, sin embargo, no habría de concluir allí. Por alguna obra sobre el padre Damián, algunas notables, sabíamos que su tumba final se encontraba en Lovaina. Con motivo de otro viaje profesional, que esta vez nos condujo a Bruselas, decidimos visitar en esa magnífica ciudad universitaria la cripta donde ella se encuentra en la iglesia de San José, también servida por los Sagrados Corazones, cuya decoración recuerda la gesta heroica de un Santo y héroe en un apartado rincón de la Polinesia. Nuevamente se produjo entonces una unión espiritual entre dos peregrinos de larga data con quien había entregado un testimonio de fe y humanidad tan extraordinario. Presentes nuevamente estuvieron en el recuerdo los sacerdotes amigos de los Sagrados Corazones de la Alameda, profesores y compañeros tan queridos.

Solo nos faltó visitar Tremelo, su ciudad natal, donde se encuentra la antigua casa familiar y un pequeño museo dedicado a su memoria. Era ya tarde y los buses con itinerarios en flamenco no eran fáciles de identificar. Quedará para otra vez. Nuestro guía de Kalawao, hombre culto y agradable, concluyó su explicación en la pequeña iglesia del padre Dam iá n con una alusión memorable: una comunidad de tanto sufrimiento y aislamiento, separada de sus familias por la fuerza, integrada por hombres, mujeres y niños harapientos, que había permitido que floreciera la santidad de su pastor y de otra misionera, era en sí misma una expresión de santidad. Ello posiblemente explica la simbiosis entre una vocación misionera inalterable, una comunidad afectada por una tragedia humana sin igual y un ambiente geográfico sublime. Isla de Pascua y Molokai permanecerán para siempre unidas en nuestra memoria como expresión de la notable obra misionera de los Sagrados Corazones, de la cual fuimos también testigos y beneficiarios. San Damián de Molokai y Santa Mariana Cope representan el epítome de esa vocación de santos y héroes.

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MÚSICA ÓPERA EN CHILE: 1827-2013 En homenaje a Orlando Álvarez Hernández (1935-2013) Por FERNANDO MARTÍNEZ GUZMÁN

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omo señala Francisco José Folch en el prólogo del libro Ópera en Chile, del autor Orlando Álvarez Hernández, editado por El Mercurio-Aguilar y la Universidad Diego Portales, “su autor vivió una vida entera bajo el encantamiento de esta extravagancia irracional (refiriéndose a la ópera) y dedicó inmenso trabajo a mantenerla viva entre nosotros. Sus juicios en esta obra sobre los logros respecto de una u otra temporada, título o artista, así como algunas inclusiones y ciertos silencios, sin duda serán compartidos por muchos y no lo serán a la vez por otros tantos. Esas discrepancias, incluso belicosas, son parte inseparable de la historia de la ópera, en todo tiempo y lugar. En cualquier caso, es indiscutible que con este libro, Orlando Álvarez añadió un aporte duradero al conocimiento y cultivo de este género en Chile, al registrar su trayectoria de ciento ochenta y seis años de historia (1827-2013)”. Como un homenaje al autor de este importante e interesante documento, reproducimos algunos fragmentos de la publicación, que dan testimonio e ilustran no solo el desarrollo del arte lírico en Chile, sino la evolución cultural de nuestra sociedad en los siglos XIX y XX.

americano —La púrpura de la rosa—, compuesta por el español radicado en Lima Tomás Torrejón de Velasco, con libreto de Pedro Calderón de la Barca. La composición respondió a una solicitud que hizo a Torrejón de Velasco el Virrey del Perú, Melchor de Portocarrero y Laso de la Vega, para un espectáculo en su Palacio de Lima, con motivo de los dieciocho años que cumplía el rey Felipe V, en el reciente aniversario de su reciente coronación”.

Inicios del arte lírico en Chile (1827-1857)

En Chile, fue Isidora Zegers la persona que introdujo el género lírico. Nacida en Madrid, en 1803, hija de un diplomático flamenco, fue educada en París, donde a muy temprana edad destacaba por su voz privilegiada. Isidora llegó a Chile en 1823, al ser su padre contratado por el gobierno de O’Higgins para organizar el Ministerio de Relaciones Exteriores. Una gran influencia en la música en el país tuvo la llegada de Isidora. La joven soprano participaba

La ópera se conoce en nuestro país desde 1827, lo que convierte a Chile en el sexto país americano donde el género fue introducido, después de Perú, Estados Unidos, México Brasil y Argentina. Como nos ilustra Orlando Álvarez en el siguiente texto, “fue en Perú en el año 1701 donde se representó la primera ópera en el continente

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Isidora Zegers

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activamente junto a otros extranjeros que residían en Santiago en extensas veladas musicales, interpretando la música de los grandes maestros, culminando esta actividad con la fundación de la Sociedad Filarmónica en 1827, que funcionaba en la llamada Casa de los Velasco, ubicada en las calles Santo Domingo con Mac Iver. El 26 de abril de 1830, pocos días después de la batalla de Lircay, se llevó a cabo la primera representación de una ópera completa en Chile, L’inganno felice (El engaño feliz), de Gioacchino Rossini, estrenada en Valparaíso por una compañía de ópera procedente de Italia, que actuaba en salones de familia y en los patios de algunas casas coloniales. Valparaíso, no solo era en ese entonces el principal puerto chileno, sino además un importante centro cultural en la costa del Pacífico. El gran desarrollo del comercio había generado la llegada al puerto de muy destacadas familias extranjeras, la gran mayoría de ellas aficionadas a la música y a la ópera en particular, como fue el caso del cónsul de Italia, don Pedro Alessandri Tarzi, antepasado de los dos ilustres presidentes de la República de Chile, don Arturo Alessandri Palma y don Jorge Alessandri Rodríguez.

Se inaugura el Teatro Municipal Durante la segunda mitad del siglo XIX, la historia de la ópera en Chile estará dominada por la actividad realizada en el Teatro Municipal, escenario creado especialmente para el desarrollo de la ópera. Es así como el 17 de septiembre de 1857, ante una concurrencia de mil quinientas personas, y con la presencia del Presidente de la República, don Manuel Montt y

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su esposa, Rosario Montt de Montt, se inauguró el Teatro Municipal con Ernani de Giuseppe Verdi. Si bien la primera temporada incluyó nada menos que catorce títulos líricos, durante el año siguiente, el número de óperas ascendía a dieciocho, y en 1869 llegaron a bordear la treintena, con gran cantidad de representaciones de cada una de ellas. Valparaíso, por su parte, seguía siendo un importante centro de la ópera gracias a su Teatro Victoria, donde diversas compañías extranjeras debutaban, antes de trasladarse a Santiago. Las funciones se alternaban también con conciertos líricos donde destacaban las privilegiadas voces de Isidora Zegers, Mercedes Recasens y Rosario Garfias. Sin embargo, lamentablemente, dos catástrofes iban a arruinar por un cierto tiempo la vida artística de ambas ciudades. El incendio ocurrido en el Teatro Municipal de Santiago en 1870 y, posteriormente, el incendio ocurrido en el Teatro Victoria de Valparaíso en 1877, siendo el primero reinaugurado en 1873 y el segundo en 1886.

Anecdotario lírico Una característica muy especial de la segunda mitad del siglo XIX fue el remate de los palcos en el Teatro Municipal, lo que daba derecho a determinadas familias a considerarse “dueñas” de los mismos no solo por el año en que los remataban, sino en


forma vitalicia. Esto llevó a don Ramón Subercaseaux a escribir en sus memorias: “Mi familia tenía comprado el palco 42” y luego agrega: “Los palcos se llenaban en todas las funciones porque eran propiedad de sus titulares, quienes pagaban muy poca cosa por la entrada”. Por lo visto, además del precio del remate, los asistentes debían pagar un monto adicional de dinero por sus entradas a cada función. Al reconstituirse el edificio del Teatro Municipal de S a nt i ago, después del i ncendio de 1870, el público del nuevo teatro pasó a ser, según los observadores sociales, “de condición entreverada”, ya que después de un comentado pleito, se perdió la propiedad de los antiguos palcos que pretendían conservar las familias más tradicionales. Como aseguran algunas crónicas de la época, era curioso observar cómo el rematar un palco para la temporada lírica otorgaba a su titular un estatus indiscutible, y por ello muchos propietarios, a pesar de su mala situación económica, llegaban a cometer verdaderas locuras financieras para no perder sus palcos. Desde 1895, quienes no tenían la posibilidad de asistir al Teatro Municipal

podían optar a alguno de los escasos “abonos por teléfono”. Para tal efecto, se colocaban en el escenario instalaciones que permitían transmitir a través de uno o varios teléfonos la ópera completa a los suscriptores que podían escucharla cómodamente en sus casas, tal como hoy en día ocurre con algunas de las funciones del Metropolitan Opera House de Nueva York y con los famosos conciertos sinfónicos que se llevan a cabo en el prestigioso Musikverein de Viena. Mención aparte merecen las funciones de gala en el Teatro Mun icipal, con asistencia del Presidente de la República, como acto fundamental de las celebraciones de Fiestas Patrias en septiembre de cada año. Algunos podrán pensar que su origen fue el baile de gala que se realizó el 18 de septiembre 1811 para conmemorar la Primera Junta Nacional de Gobierno, aunque en dicha ocasión no se presentó ninguna ópera, ya que la primera representación lírica se efectuó recién en 1830. A contar de 1844 fue habitual que se realizaran muchas funciones de ópera. Sin embargo, fue en 1910, con motivo de la conmemoración del Cen-

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tenario de la Independencia de Chile, cuando el Presidente Pedro Montt estableció en forma permanente la función de gala con una ópera completa el día 18 de septiembre. Debido a que este falleció un poco antes de la representación, el primer Presidente en asistir a una de dichas funciones fue don Emiliano Figueroa Larraín. Con las excepciones del año 1973 y muy recientemente este 2014, la ópera en el Teatro Municipal nunca faltó a la cita de un día 18 de septiembre, representando siempre uno de los eventos más importantes del ciclo conmemorativo. Hasta el gobierno del Presidente Gabriel González Videla era además obligatorio que los invitados vistieran la tenida de etiqueta (smoking o frac los caballeros y traje largo las damas). Con posterioridad, solo se exigirá tenida formal.

positora, ejecutante de piano, guitarra y arpa e investigadora de la historia de la música, no resulta extraño que su talento haya producido una completa transformación musical de la sociedad chilena, que sin la influencia de esta verdadera George Sand chilena, como la denomina el autor, habría evolucionado quizás de otra forma.

Las compañías italianas a partir de 1830

Las grandes voces del siglo XIX Es necesario reconocer a Isidora Zegers como la introductora de la ópera en Chile. Como cantante, Isidora pudo haber tenido una carrera internacional si se consideran sus triunfos como primera soprano de la Capilla Real de Luis XVIII y como brillante alumna del maestro Francisco Massimino, quien la hizo competir con dos “monstruos” de la época: Giuditta Pasta y María Malibrán. Isidora era poseedora de un amplio registro —tres octavas justas—, una afinación completa, y la expresión que le permitía competir incluso con el sonido propio de los más virtuosos violinistas. Si a lo anterior se añade una cultura musical de excelencia, gracias a su labor de com-

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Carlota Patti

La característica más relevante de este período fueron las diversas compañías líricas italianas que visitaban Chile; así como la que actuó en 1830 en el Teatro Principal, modesta pero importante a la vez y con un gran sentido de la improvisación, ya que muchos de sus cantantes, además de los roles de su cuerda, interpretaban los de otros registros. Otros elencos que destacaron durante estos años fueron los del Teatro de la Universi-


dad (1844-1845) y los elencos del Teatro la República (1847-1857). Posteriormente, entre los grandes cantantes que actuaron en el Teatro Municipal, en el período 1857-1899, destacan: Antonio Aramburo (tenor español); Medea Borelli (soprano italiana); Adalgisa Gabbi (soprano italiana); Ada Ghiachetti (soprano italiana); Fiorello Giraud (tenor italiano); Catherine Hayes (soprano irlandesa); Joséphine Huguet (soprano estadounidense); Salome Krusceniska (soprano polaca); Eugenia Mantelli (mezzosoprano italiana); Ludovico Mazzoni (barítono italiano): Carlota Patti (soprano italiana); Andrés Perello De Segurola (bajo español); Angelo Querzé (tenor italiano); Achille Rossi-Ghelli (barítono italiano); Antonio Scotti (barítono italiano); Eva Tetrazzini (soprano italiana). Entre las cantantes chilenas durante el mismo período, destacan: María Luisa Correa de Tagle (soprano); Enriqueta Crichton (soprano); Rosita Jacoby (soprano); Isabel Escalante de Martínez (soprano); Isidora Martínez de King (soprano); Anna Sutherland (contralto) y Cristina Soro (soprano), hermana del compositor Enrique Soro, que cantó en el Teatro Colón de Buenos Aires, siendo una de las primera voces chilenas llevadas al disco.

Carlo Galeffi

Rosina Storchio

Las grandes voces del siglo XX Divos de fama mundial actuarán entre 1900-1930. A comienzos del siglo XX se registra un enorme interés por el arte lírico en el país, actividad que se mantendrá por lo menos hasta la tercera década, nivelando a Santiago con Buenos Aires y Río de Janeiro, con cuyos teatros compartía

y disputaba las más grandes figuras del mundo lírico de ese entonces. Entre a grandes voces que visitaron Chile en este período, destacan: Tita Ruffo, Riccardo Stracciari, Celestina Boninsegna, María Galvany, Giuseppe de Luca, Nazzareno de Angelis, Giannina Rus, Pasquale Amato, Carlo Galeffi,

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Amelita Galli-Curci, Rosina Storchio, Aureliano Pertile, Mercedes Capsir, Carmen Melis, María Barrientos, Giuseppe Danise, Gilda Dalla Rizza, Livia Berlendi, Apollo Granforte, Fanny Anitúa, Amadeo Bassi, Miguel Fleta, Giuseppina Cobelli, Aurora Buades, Carlo Tagliabue, Dino Borgioli, Giacomo Lauri-Volpi, Ebe Stignani, Francesco Merli, Benvenuto Franci, Feodor Chaliapin y Tito Schipa. Gran importancia adquiere en esta época una familia de origen italiano que influiría en forma importante en el desarrollo de la ópera en Chile: los Padovani, una verdadera familia musical. Arturo Padovani, director de orquesta, fue el primero en venir a Chile en 1884. Gracias a sus buenos contactos en Italia, lograría contratar a muchos cantantes famosos. Posteriormente, se le unirían su padre y tres hermanos: Alfredo, Adelina y Amelia. E n d ic h a é p o c a, l a s compa ñ í a s líricas hacían giras por Sudamérica. Normalmente, después de actuar en Brasil y Argentina, venían a Santiago, no sin ciertas dificultades, pues en ese entonces el tren se interrumpía en Puente del Inca, debiendo los pasajeros seguir el viaje hasta Las Cuevas, cabalgando en mula durante seis horas y luego tomar otro tren hasta Los Andes. Grandes cantantes como Riccardo Stracciari, Amelia Galli-Curci y Miguel Fleta debieron atravesar la cordillera de ese modo. Sin embargo, hubo un famoso que se resistió a hacerlo y canceló su contrato: Enrico Caruso. El hábil empresario chileno Renato Salvati había logrado contratarlo en 1917, pero su negativa para “atravesar las montañas en burro” como lo sostuvo públicamente, obligó al empresario a negociar su contrato con los teatros de Rosario, Cór-

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doba y Tucumán, los que en consecuencia tuvieron el privilegio de escuchar a Caruso en las mismas fechas en que habría debido actuar en Santiago. Esta anécdota tiene, sin embargo, un valor histórico mayor: a pesar que Caruso no vino a Chile, ya el hecho de haber sido contratado demuestra la importancia que el Teatro Municipal había alcanzado entonces en el concierto mundial. Caruso era considerado en ese entonces el mejor tenor del mundo —y para muchos de todos los tiempos—, y si había considerado venir a Chile, da cuenta del nivel que se le reconocía al principal teatro chileno. Es en esa época que se funda la leyenda del Municipal que despertaba nostalgias a mediados del siglo XX.

Los años difíciles (1931-1960) Así llama el autor a los tres decenios entre 1930 y 1960, en que las circunstancias económicas y los cambios sociales y políticos fueron adversos al desarrollo de la ópera en Chile no solo por falta de interés del público, sino por la falta de condiciones económicas y recursos para financiarla. Los esfuerzos de algunos ilustrados mecenas rindieron ocasionalmente frutos, especialmente durante la Segunda Guerra Mundial, cuando se vivieron momentos de excepción, como lo fue la Temporada Lírica de 1943, con nombres legendarios, y también la de 1957, cuando se hizo un enorme esfuerzo para conmemorar el Centenario del Teatro Municipal. Sin embargo, como agrega Francisco José Folch, “la tónica de esas décadas fue de algunas llamaradas fulgurantes —incluso con visitas de ilustres compositores como Mascagni, Stravinsky, Britten—,


RAMÓN VINAY (1911-1996) Nació en Chillán, el 31 de agosto de 1911. Cantante de ópera chileno, tenor y barítono de prestigio internacional. Hijo de Jean Vinay Robert y de Rosa Sepúlveda. Se educó en Francia para luego emigrar a México, donde estudió canto con el maestro José Pierson. Debutó como barítono en la ópera La favorita de Donizetti en 1931. En 1945 debutó en Nueva York, en el City Center Opera, continuando en 1946 su carrera en el Metropolitan Opera House, interpretando a “Don José” (Carmen). Su gran éxito en este escenario le valió 121 representaciones en 16 temporadas, interpretando 14 papeles entre los que destacan “Canio” (I Pagliacci), “Radamés” (Aida), “Tannhaüser”, “Siegmund” (Walküre), “Tristán”, “Samson” y “Otello”. En 1947 realizó una gira por Europa, cantando en el Teatro alla Scala de Milan, Arena de Verona, Covent Garden de Londres y Festivales de Salzburgo. Entre 1952 y 1957, cantó en Bayreuth las más importantes óperas wagnerianas, continuando con actuaciones en París, Viena y Buenos Aires. El personaje “Otello” de la ópera homónima de Giuseppe Verdi fue el gran papel de su vida. Su debut en el famoso Teatro alla Scala de Milán (1947–1948) lo hizo interpretando el papel del “moro de Venecia”, papel que protagonizó más de 250 veces. Las representaciones de este rol en la Arena de Verona, Covent Garden de Londres, Festivales de Salzburgo, Ópera de Viena, Grand Opera de Paris, Ópera de Chicago, Ópera de San Francisco y Teatro Colón de Buenos Aires, lo hicieron acreedor al “mejor intérprete de Otello”, rol que interpretó en las temporadas del Teatro Municipal de Santiago en los años 1950, 1951 y 1952. Su despedida de los escenarios líricos fue en Santiago en 1969, interpretando el rol de Iago de “Otello”. Como consecuencia de un infarto cardiaco falleció en la ciudad de Puebla, México, el 4 de enero de 1996. Como fue su voluntad, su restos descansan en el “Paseo de los Artistas” del Cementerio Municipal de Chillán, junto a otros reconocidos artistas chillanejos, como Claudio Arrau, Marta Colvin, Lalo Parra y Gonzalo Rojas.

seguidas de largos intervalos melancólicos, incluso conmovedoramente patéticos, como algunos montajes operáticos en sala y condiciones muy inadecuadas, que sin embargo, se atestaban de fieles”. La obra de Orlando Álvarez rinde tributo al recuerdo de algunas figuras más

o menos aisladas y de algunos obstinados cultores que nunca renunciaron a la lucha contra la extinción del género lírico en Chile, entre los cuales sobresalió el jurista Arturo Alessandri Rodríguez, persona que dedicó grandes esfuerzos y mucho dinero para reanimarlo.

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Mientras tanto, un público nuevo se había ido formando gradual y crecientemente desde los años 50, con la aparición de óperas completas en discos de vinilo, acompañados de libretos publicados en diversos idiomas, y luego, entre 1959 y 1999, la ópera recibió un impulso sin precedentes con la transmisión diaria –caso aparentemente único en el mundo– por la radioemisora Andrés Bello, a través de la programación de Jimmy Brown y Luzmila Abatían, dos nombres relevantes y fundamentales asociados a la historia de la ópera en Chile.

Ramón Vinay en Chile En 1950 Ramón Vinay era ya una figura lírica de nivel internacional, con actuaciones en los escenarios más importantes del mundo, donde su caracterización del “Otello” verdiano era considerada una de las más logradas desde que la ópera fuera escrita. Fue así como el público chileno pudo apreciarlo en las temporadas de 1950, 1951 y 1952, junto a Víctor Damiani como “Iago” y las sopranos Elisabetta Barbato, Sara Menkes y Delia Rigal, como respectivas “Desdémonas”. Como señala el autor, “la falta de elementos en el teatro para montar en ese entonces una ópera de Wagner, impidió que Vinay interpretara en Chile un rol de dicho repertorio”. Incluso, el diario El Mercurio alcanzó a anunciar en esa época un Tristán e Isolda que nunca llegó a concretarse.

Sociedad Chilena de Amigos de la Ópera y Corporación de Arte Lírico Los factores mencionados contribuyeron a que en el año 1962 se organizara la

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Sociedad Chilena de Amigos de la Ópera (SAO), sucedida en 1966 por la Corporación de Arte Lírico (CAL), que hasta el fin de esa década ofreció una sucesión de temporadas de calidad creciente, y que en 1967 alcanzó asombrosamente un nivel internacional que mantuvo hasta 1970. Posteriormente, los trastornos políticos impusieron desde 1971 un nuevo curso de declinación a las temporadas, que desde 1973 intentaron reemerger al alero de la reactivada SAO, cobrando bríos desde 1976 y consolidándose durante el quinquenio siguiente no sin los altibajos propios de todo escenario operático, en torno al cual, como es bien sabido, el drama entre bastidores suele superar al que el público contempla desde sus asientos.

Corporación Cultural de Santiago La SAO había sentado los cimientos para un escalón sustancialmente más desarrollado de la producción operística, que se afirma en 1982 con la creación de la Corporación Cultural de Santiago, protagonista de lo que el autor llama con justicia,“la era Rodríguez”, por su director general, Andrés Rodríguez Pérez, que desde entonces ha encabezado esta Corporación, con el respaldo de los siete alcaldes que han regido el municipio de Santiago hasta la temporada de 2012, con la que el autor de este libro cierra su recuento. Cualquiera sea su devenir ulterior, dicha era marca el período en que el Teatro Municipal ha logrado su máximo posicionamiento como casa de ópera, primero alcanzando y luego —puede decirse— sobrepasando a sus pares en Latinoamérica. Este es el período donde echan raíces y se consolidan los cuerpos estables


SOBRE EL AUTOR Don Orlando Álvarez Hernández nació en Ovalle en enero de 1935. Realizó sus estudios secundarios en el Instituto Nacional, para luego obtener en 1962 el título de abogado en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de Chile. Desarrolló desde muy joven una carrera judicial ejerciendo altos cargos en la administración pública y en la empresa privada. Paralelamente fue profesor titular de Derecho Procesal en varias universidades de Santiago. En 1998 fue nombrado ministro de la Corte Suprema, cargo que desempeñó durante diez años. Su pasión por la ópera y su mundo fue intensa. En 1966 se integró a la Corporación de Arte Lírico del Teatro Municipal de Santiago y en 1973 formó, junto a otros miembros, la Sociedad Chilena de Amigos de la Ópera. En 1982 fue miembro de la Corporación Cultural de Santiago. Asimismo, se desempeñó por casi treinta años como crítico musical de la revista Opera de Londres, además de otras revistas especializadas como Opera Canada, de Toronto, y Monsalvat, de Barcelona. A partir de 1973 incursionó como escritor con la obra La reserva, ganadora del segundo lugar en el concurso para autores no estrenados de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Su segundo trabajo, Isidora Zegers, logró en 1975 el primer lugar en el Concurso Gabriela Mistral de la Ilustre Municipalidad de Santiago. En 1983, recibió una mención honrosa en el concurso Eugenio Dittborn de la Pontificia Universidad Católica de Chile, con su obra La conquista del sur. Falleció en Santiago el 8 de diciembre de 2013, a los 78 años de edad.

—orquesta, coro, ballet—; se establece una producción nacional del género a la par de la internacional, que constituye una oportunidad para la detección e impulso de talentos nacionales, y se despliega una labor de difusión y extensión a lo largo de todo el territorio nacional. En efecto, la ópera en Chile ya no depende de la visita de compañías extranjeras, sino que ha sido institucionalizada, y el Teatro Municipal marca un liderazgo, pero a la vez incentiva el nacimiento de otros teatros que gradualmente emergen en el país.

Orlando Álvarez Hernández vivió una vida entera bajo el encantamiento de la ópera y dedicó un inmenso trabajo a mantenerla viva entre nosotros. Con este documento, añade un aporte de valor inconmensurable al conocimiento y cultivo de este género en Chile, que al registrar una trayectoria de ciento ochenta y seis años, da cuenta de logros actuales que años atrás parecían impensables. Este libro sin duda ayudará a que nuevas generaciones puedan descubrir el extraño y fascinante arte de la ópera.

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La Palabra del Papa

EL SER HUMANO CORRE EL RIESGO DE SER REDUCIDO A UN MERO ENGRANAJE “Existe hoy la tendencia hacia una reivindicación siempre más amplia de los derechos individuales, que esconde una concepción de persona humana desligada de todo contexto social y antropológico, casi como una «mónada» (μονάς), cada vez más insensible a las otras «mónadas» de su alrededor”, señaló S.S. Francisco en su discurso al Parlamento Europeo en la ciudad de Estrasburgo.

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i visita tiene lugar más de un cuarto de siglo después de la del Papa Juan Pablo II. Muchas cosas han cambiado desde entonces, en Europa y en todo el mundo. No existen los bloques contrapuestos que antes dividían el Continente en dos, y se está cumpliendo lentamente el deseo de que «Europa, dándose soberanamente instituciones libres, pueda un día ampliarse a las dimensiones que le han dado la geografía y aún más la historia».1 Junto a una Unión Europea más amplia, existe un mundo más complejo y en rápido movimiento. Un mundo cada vez más in-

terconectado y global, y, por eso, siempre menos «eurocéntrico». Sin embargo, una Unión más amplia, más influyente, parece ir acompañada de la imagen de una Europa un poco envejecida y reducida, que tiende a sentirse menos protagonista en un contexto que la contempla a menudo con distancia, desconfianza y, tal vez, con sospecha. Al dirigirme hoy a ustedes desde mi vocación de Pastor, deseo enviar a todos los ciudadanos europeos un mensaje de esperanza y de aliento. Un mensaje de esperanza basado en la confianza de que las dificultades pue-

1 Juan Pablo II, Discurso al Parlamento Europeo, 11 octubre 1988, 5.

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El ser humano corre el riesgo de ser reducido a un mero engranaje de un mecanismo que lo trata como un simple bien de consumo para ser utilizado, de modo que —lamentablemente lo percibimos a menudo—, cuando la vida ya no sirve a dicho mecanismo se la descarta sin tantos reparos, como en el caso de los enfermos, los enfermos terminales, de los ancianos abandonados y sin atenciones, o de los niùos asesinados antes de nacer.

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dan convertirse en fuertes promotoras de unidad, para vencer todos los miedos que Europa —junto a todo el mundo— está atravesando. Esperanza en el Señor, que transforma el mal en bien y la muerte en vida. Un mensaje de aliento para volver a la firme convicción de los Padres fundadores de la Unión Europea, los cuales deseaban un futuro basado en la capacidad de trabajar juntos para superar las divisiones, favoreciendo la paz y la comunión entre todos los pueblos del Continente. En el centro de este ambicioso proyecto político se encontraba la confianza en el hombre, no tanto como ciudadano o sujeto económico, sino en el hombre como persona dotada de una dignidad trascendente.

Promover la dignidad de la persona significa reconocer que posee derechos inalienables, de los cuales no puede ser privada arbitrariamente por nadie y, menos aún, en beneficio de intereses económicos. Quisiera subrayar, ante todo, el estrecho vínculo que existe entre estas dos palabras: «dignidad» y «trascendente». La «dignidad» es una palabra clave que ha caracterizado el proceso de recuperación en la segunda posguerra. Nuestra historia reciente se distingue por la indudable centralidad de la promoción de la dignidad humana contra las múltiples violencias y discriminaciones, que no han faltado, tampoco en Europa,

a lo largo de los siglos. La percepción de la importancia de los derechos humanos nace precisamente como resultado de un largo camino, hecho también de muchos sufrimientos y sacrificios, que ha contribuido a formar la conciencia del valor de cada persona humana, única e irrepetible. Esta conciencia cultural encuentra su fundamento no solo en los eventos históricos, sino, sobre todo, en el pensamiento europeo, caracterizado por un rico encuentro, cuyas múltiples y lejanas fuentes provienen de Grecia y Roma, de los ambientes celtas, germánicos y eslavos, y del cristianismo que los marcó profundamente2, dando lugar al concepto de «persona». Hoy, la promoción de los derechos humanos desempeña un papel central en el compromiso de la Unión Europea, con el fin de favorecer la dignidad de la persona, tanto en su seno como en las relaciones con los otros países. Se trata de un compromiso importante y admirable, pues persisten demasiadas situaciones en las que los seres humanos son tratados como objetos, de los cuales se puede programar la concepción, la configuración y la utilidad, y que después pueden ser desechados cuando ya no sirven, por ser débiles, enfermos o ancianos. Efectivamente, ¿qué dignidad existe cuando falta la posibilidad de expresar libremente el propio pensamiento o de profesar sin constricción la propia fe religiosa? ¿Qué dignidad es posible sin un marco jurídico claro, que limite el dominio de la fuerza y haga prevalecer la ley sobre la tiranía del poder? ¿Qué

2 Cf. Juan Pablo II, Discurso a la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, 8 octubre 1988, 3.

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Hablar de la dignidad trascendente del hombre significa apelar a su naturaleza, a su innata capacidad de distinguir el bien del mal, a esa «brújula» inscrita en nuestros corazones y que Dios ha impreso en el universo creado; significa sobre todo mirar al hombre no como un absoluto, sino como un ser relacional. dignidad puede tener un hombre o una mujer cuando es objeto de todo tipo de discriminación? ¿Qué dignidad podrá encontrar una persona que no tiene qué comer o el mínimo necesario para vivir o, todavía peor, que no tiene el trabajo que le otorga dignidad? Promover la dignidad de la persona significa reconocer que posee derechos inalienables, de los cuales no puede ser privada arbitrariamente por nadie y, menos aún, en beneficio de intereses económicos. Es necesario prestar atención para no caer en algunos errores que pueden nacer de una mala comprensión de los derechos humanos y de un paradójico mal uso de los mismos. Existe hoy, en efecto, la tendencia hacia una reivindicación siempre más amplia de los derechos individuales —estoy tentado de decir individualistas—, que esconde una concepción de persona humana desligada de todo contexto social y antropológico, casi como una «mónada»

(μονάς), cada vez más insensible a las otras «mónadas» de su alrededor. Parece que el concepto de derecho ya no se asocia al de deber, igualmente esencial y complementario, de modo que se afirman los derechos del individuo sin tener en cuenta que cada ser humano está unido a un contexto social, en el cual sus derechos y deberes están conectados a los de los demás y al bien común de la sociedad misma. Considero por esto que es vital profundizar hoy en una cultura de los derechos humanos que pueda unir sabiamente la dimensión individual, o mejor, personal, con la del bien común, con ese «todos nosotros» formado por individuos, familias y grupos intermedios que se unen en comunidad social.3 En efecto, si el derecho de cada uno no está armónicamente ordenado al bien más grande, termina por concebirse sin limitaciones y, consecuentemente, se transforma en fuente de conflictos y de violencias. Así, hablar de la dignidad trascendente del hombre significa apelar a su naturaleza, a su innata capacidad de distinguir el bien del mal, a esa «brújula» inscrita en nuestros corazones y que Dios ha impreso en el universo creado4; significa sobre todo mirar al hombre no como un absoluto, sino como un ser relacional. Una de las enfermedades que veo más extendidas hoy en Europa es la soledad, propia de quien no tiene lazo alguno. Se ve particularmente en los ancianos, a menudo abandonados a su destino, como también en los jóvenes sin puntos de referencia y de oportunidades para el futuro; se ve igualmente en los numerosos pobres que pueblan nuestras ciudades y en los

3 Cf. Benedicto XVI, Caritas in veritate, 7; Con. Ecum. Vat. II, Const. past. Gaudium et spes, 26. 4 Cf. Compendio de la doctrina social de la Iglesia, 37, 37.

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ojos perdidos de los inmigrantes que han venido aquí en busca de un futuro mejor. Esta soledad se ha agudizado por la crisis económica, cuyos efectos perduran todavía con consecuencias dramáticas desde el punto de vista social. Se puede constatar que, en el curso de los últimos años, junto al proceso de ampliación de la Unión Europea, ha ido creciendo la desconfianza de los ciudadanos respecto a instituciones consideradas distantes, dedicadas a establecer reglas que se sienten lejanas de la sensibilidad de cada pueblo, e incluso dañinas. Desde muchas partes se recibe una impresión general de cansancio, de envejecimiento, de una Europa anciana que ya no es fértil ni vivaz. Por lo que los grandes ideales que han inspirado Europa parecen haber perdido fuerza de atracción, en favor de los tecnicismos burocráticos de sus instituciones. A eso se asocian algunos estilos de vida un tanto egoístas, caracterizados por una opulencia insostenible y a menudo indiferente respecto al mundo circunstante, y sobre todo a los más pobres. Se constata amargamente el predominio de las cuestiones técnicas y económicas en el centro del debate político, en detrimento de una orientación antropológica auténtica.5 El ser humano corre el riesgo de ser reducido a un mero engranaje de un mecanismo que lo trata como un simple bien de consumo para ser utilizado, de modo que —lamentablemente lo percibimos a menudo— cuando la vida ya no sirve a dicho mecanismo, se la descarta sin tantos reparos, como en el caso de los enfermos, 5 Cf. Evangelii gaudium, 55. 6 Benedicto XVI, Caritas in veritate, 71. 7 Ibíd.

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Una de las enfermedades que veo más extendidas hoy en Europa es la soledad, propia de quien no tiene lazo alguno. Se ve particularmente en los ancianos, a menudo abandonados a su destino, como también en los jóvenes sin puntos de referencia y de oportunidades para el futuro; se ve igualmente en los numerosos pobres que pueblan nuestras ciudades y en los ojos perdidos de los inmigrantes que han venido aquí en busca de un futuro mejor. los enfermos terminales, de los ancianos abandonados y sin atenciones, o de los niños asesinados antes de nacer. Este es el gran equívoco que se produce «cuando prevalece la absolutización de la técnica»,6 que termina por causar «una confusión entre los fines y los medios».7 Es el resultado inevitable de la «cultura del descarte» y del «consumismo exasperado». Al contrario, afirmar la dignidad de la persona significa reconocer el valor de la vida humana, que se nos da gratuitamente y, por eso, no puede ser objeto de intercambio o de comercio. Ustedes, en su vocación de parlamentarios, están llamados también a una gran misión, aunque pueda parecer


inútil: Preocuparse de la fragilidad, de la fragilidad de los pueblos y de las personas. Cuidar la fragilidad quiere decir fuerza y ternura, lucha y fecundidad, en medio de un modelo funcionalista y privatista que conduce inexorablemente a la «cultura

del descarte». Cuidar de la fragilidad de las personas y de los pueblos significa proteger la memoria y la esperanza; significa hacerse cargo del presente en su situación más marginal y angustiante, y ser capaz de dotarlo de dignidad.8

«Uno de los más célebres frescos de Rafael que se encuentra en el Vaticano representa la Escuela de Atenas. En el centro están Platón y Aristóteles. El primero con el dedo apunta hacia lo alto, hacia el mundo de las ideas, podríamos decir hacia el cielo; el segundo tiende la mano hacia delante, hacia el observador, hacia la tierra, la realidad concreta. Me parece una imagen que describe bien a Europa en su historia, hecha de un permanente encuentro entre el cielo y la tierra, donde el cielo indica la apertura a lo trascendente, a Dios, que ha caracterizado desde siempre al hombre europeo, y la tierra representa su capacidad práctica y concreta de afrontar las situaciones y los problemas». 8 Cf. Evangelii gaudium, 209.

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Este es el gran equívoco que se produce «cuando prevalece la absolutización de la técnica», que termina por causar «una confusión entre los fines y los medios». Es el resultado inevitable de la «cultura del descarte» y del «consumismo exasperado». Al contrario, afirmar la dignidad de la persona significa reconocer el valor de la vida humana, que se nos da gratuitamente y, por eso, no puede ser objeto de intercambio o de comercio. Por lo t a nto, ¿cómo devolver l a esperanza al futuro, de manera que, partiendo de las jóvenes generaciones, se encuentre la confianza para perseguir el gran ideal de una Europa unida y en paz, creativa y emprendedora, respetuosa de los derechos y consciente de los propios deberes? Para responder a esta pregunta, permítanme recurrir a una imagen. Uno de los más célebres frescos de Rafael que se encuentra en el Vaticano representa la Escuela de Atenas. En el centro están Platón y Aristóteles. El primero con el dedo apunta hacia lo alto, hacia el mundo de las ideas, podríamos decir hacia el cielo; el segundo tiende la mano hacia delante, hacia el observador, hacia la tierra, la

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realidad concreta. Me parece una imagen que describe bien a Europa en su historia, hecha de un permanente encuentro entre el cielo y la tierra, donde el cielo indica la apertura a lo trascendente, a Dios, que ha caracterizado desde siempre al hombre europeo, y la tierra representa su capacidad práctica y concreta de afrontar las situaciones y los problemas. El futuro de Europa depende del redescubrimiento del nexo vital e inseparable entre estos dos elementos. Una Europa que no es capaz de abrirse a la dimensión trascendente de la vida es una Europa que corre el riesgo de perder lentamente la propia alma y también aquel «espíritu humanista» que, sin embargo, ama y defiende. Precisamente a partir de la necesidad de una apertura a la trascendencia, deseo afirmar la centralidad de la persona humana, que de otro modo estaría en manos de las modas y poderes del momento. En este sentido, considero fundamental no solo el patrimonio que el cristianismo ha dejado en el pasado para la formación cultural del continente, sino, sobre todo, la contribución que pretende dar hoy y en el futuro para su crecimiento. Dicha contribución no constituye un peligro para la laicidad de los Estados y para la independencia de las instituciones de la Unión, sino que es un enriquecimiento. Nos lo indican los ideales que la han formado desde el principio, como son: la paz, la subsidiariedad, la solidaridad recíproca y un humanismo centrado sobre el respeto de la dignidad de la persona. Por ello, quisiera renovar la disponi-


bilidad de la Santa Sede y de la Iglesia Católica, a través de la Comisión de las Conferencias Episcopales Europeas (COMECE), para mantener un diálogo provechoso, abierto y trasparente con las instituciones de la Unión Europea. Estoy igualmente convencido de que una Europa capaz de apreciar las propias raíces religiosas, sabiendo aprovechar su riqueza y potencialidad, puede ser también más fácilmente inmune a tantos extremismos que se expanden en el mundo actual, también por el gran vacío en el ámbito de los ideales, como lo vemos en el así llamado Occidente, porque «es precisamente este olvido de Dios, en lugar de su glorificación, lo que engendra la violencia».9 A este respecto, no podemos olvidar aquí las numerosas injusticias y persecuciones que sufren cotidianamente las minorías religiosas, y particularmente cristianas, en diversas partes del mundo. Comunidades y personas que son objeto de crueles violencias: expulsadas de sus propias casas y patrias; vendidas como esclavas; asesinadas, decapitadas, crucificadas y quemadas vivas, bajo el vergonzoso y cómplice silencio de tantos. El lema de la Unión Europea es Unidad en la diversidad, pero la unidad no sig n i f ica u n i for m idad pol ít ica, económica, cultural, o de pensamiento. En realidad, toda auténtica unidad vive de la riqueza de la diversidad que la compone: como una familia, que está tanto más unida cuanto cada uno de sus miembros puede ser más plenamente sí mismo sin temor. En este sentido,

considero que Europa es una familia de pueblos, que podrán sentir cercanas las instituciones de la Unión si estas saben conjugar sabiamente el anhelado ideal de la unidad, con la diversidad propia de cada uno, valorando todas las tradiciones; tomando conciencia de su historia y de sus raíces; liberándose de tantas manipulaciones y fobias. Poner en el centro

Una Europa que no es capaz de abrirse a la dimensión trascendente de la vida es una Europa que corre el riesgo de perder lentamente la propia alma y también aquel «espíritu humanista» que, sin embargo, ama y defiende. la persona humana significa sobre todo dejar que muestre libremente el propio rostro y la propia creatividad, sea en el ámbito particular o como pueblo. Por otra parte, las peculiaridades de cada uno constituyen una auténtica riqueza en la medida en que se ponen al servicio de todos. Es preciso recordar siempre la arquitectura propia de la Unión Europea, construida sobre los principios de solidaridad y subsidiariedad, de modo que prevalezca la ayuda mutua y se pueda caminar, animados por la confianza recíproca. En esta dinámica de unidad-particularidad, se les plantea también, Señores y Señoras Eurodiputados, la exigencia

9 Benedicto XVI, Discurso a los Miembros del Cuerpo diplomático, 7 enero 2013.

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Precisamente a partir de la necesidad de una apertura a la trascendencia, deseo afirmar la centralidad de la persona humana, que de otro modo estaría en manos de las modas y poderes del momento. de hacerse cargo de mantener viva la democracia, la democracia de los pueblos de Europa. No se nos oculta que una concepción uniformadora de la globalidad daña la vitalidad del sistema democrático, debilitando el contraste rico, fecundo y constructivo, de las organizaciones y de los partidos políticos entre sí. De esta manera se corre el riesgo de vivir en el reino de la idea, de la mera palabra, de la imagen, del sofisma… y se termina por confundir la realidad de la democracia con un nuevo nominalismo político. Mantener viva la democracia en Europa exige evitar tantas «maneras globalizantes» de diluir la realidad: los purismos angélicos, los totalitarismos de lo relativo, los fundamentalismos ahistóricos, los eticismos sin bondad, los intelectualismos sin sabiduría.10 Mantener viva la realidad de las democracias es un reto de este momento histórico, evitando que su fuerza real —fuerza política expresiva de los pueblos— sea desplazada ante las presiones de intereses multinacionales no universales, que las hacen más débiles y las 10 Cf. Evangelii gaudium, 231.

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trasforman en sistemas uniformadores de poder financiero al servicio de imperios desconocidos. Este es un reto que hoy la historia nos ofrece. Dar esperanza a Europa no significa solo reconocer la centralidad de la persona humana, sino que implica también favorecer sus cualidades. Se trata por eso de invertir en ella y en todos los ámbitos en los que sus talentos se forman y dan fruto. El primer ámbito es seguramente el de la educación, a partir de la familia, célula fundamental y elemento precioso de toda sociedad. La familia unida, fértil e indisoluble trae consigo los elementos fundamentales para dar esperanza al futuro. Sin esta solidez se acaba construyendo sobre arena, con graves consecuencias sociales. Por otra parte, subra-

Considero fundamental no solo el patrimonio que el cristianismo ha dejado en el pasado para la formación cultural del continente, sino, sobre todo, la contribución que pretende dar hoy y en el futuro para su crecimiento. Dicha contribución no constituye un peligro para la laicidad de los Estados y para la independencia de las instituciones de la Unión, sino que es un enriquecimiento.


yar la importancia de la familia no solo ayuda a dar prospectivas y esperanza a las nuevas generaciones, sino también a los numerosos ancianos, muchas veces obligados a vivir en condiciones de soledad y de abandono porque no existe el calor de un hogar familiar capaz de acompañarles y sostenerles. Junto a la familia están las instituciones educativas: las escuelas y universidades. La educación no puede limitarse a ofrecer un conjunto de conocimientos técnicos, sino que debe favorecer un proceso más complejo de crecimiento de la persona humana en su totalidad. Los jóvenes de hoy piden poder tener una formación adecuada y completa para mirar al futuro con esperanza, y no con desilusión. Numerosas son las potencialidades creativas de Europa en varios campos de la investigación científica, algunos de los cuales no están explorados todavía completamente. Baste pensar, por ejemplo, en las fuentes alternativas de energía, cuyo desarrollo contribuiría mucho a la defensa del ambiente. Europa ha estado siempre en primera línea de un loable compromiso en favor de la ecología. En efecto, esta tierra nuestra necesita de continuos cuidados y atenciones, y cada uno tiene una responsabilidad personal en la custodia de la creación, don precioso que Dios ha puesto en las manos de los hombres. Esto significa, por una parte, que la naturaleza está a nuestra disposición, podemos disfrutarla y hacer buen uso de ella; por otra parte, significa que no somos los dueños. Custodios, pero no dueños. Por eso la debemos

Dar esperanza a Europa no significa solo reconocer la centralidad de la persona humana, sino que implica también favorecer sus cualidades. Se trata por eso de invertir en ella y en todos los ámbitos en los que sus talentos se forman y dan fruto. amar y respetar. «Nosotros en cambio nos guiamos a menudo por la soberbia de dominar, de poseer, de manipular, de explotar; no la “custodiamos”, no la respetamos, no la consideramos como un don gratuito que hay que cuidar».11 Respetar el ambiente no significa solo limitarse a evitar estropearlo, sino también utilizarlo para el bien. Pienso sobre todo en el sector agrícola, llamado a dar sustento y alimento al hombre. No se puede tolerar que millones de personas en el mundo mueran de hambre, mientras toneladas de restos de alimentos se desechan cada día de nuestras mesas. Además, el respeto por la naturaleza nos recuerda que el hombre mismo es parte fundamental de ella. Junto a una ecología ambiental, se necesita una ecología humana, hecha del respeto de la persona, que hoy he querido recordar dirigiéndome a ustedes. El segundo ámbito en el que florecen los talentos de la persona humana es el trabajo. Es hora de favorecer las políticas de empleo, pero es necesario sobre todo volver a dar dignidad al trabajo, garanti-

11 Audiencia General, 5 junio 2013.

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zando también las condiciones adecuadas para su desarrollo. Esto implica, por un lado, buscar nuevos modos para conjugar la flexibilidad del mercado con la necesaria estabilidad y seguridad de las perspectivas laborales, indispensables para el desarrollo humano de los trabajadores; por otro lado, significa favorecer un adecuado contexto social, que no

La familia unida, fértil e indisoluble trae consigo los elementos fundamentales para dar esperanza al futuro. Sin esta solidez se acaba construyendo sobre arena, con graves consecuencias sociales. apunte a la explotación de las personas, sino a garantizar, a través del trabajo, la posibilidad de construir una familia y de educar los hijos. Es igualmente necesario afrontar juntos la cuestión migratoria. No se puede tolerar que el mar Mediterráneo se convierta en un gran cementerio. En las barcazas que llegan cotidianamente a las costas europeas hay hombres y mujeres que necesitan acogida y ayuda. La ausencia de un apoyo recíproco dentro de la Unión Europea corre el riesgo de incentivar soluciones particularistas del problema, que no tienen en cuenta la dignidad humana de los inmigrantes, favoreciendo el trabajo esclavo y continuas tensiones sociales. Europa será capaz de hacer frente a las problemáticas asociadas a

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la inmigración si es capaz de proponer con claridad su propia identidad cultural y poner en práctica legislaciones adecuadas que sean capaces de tutelar los derechos de los ciudadanos europeos y de garantizar al mismo tiempo la acogida a los inmigrantes; si es capaz de adoptar políticas correctas, valientes y concretas que ayuden a los países de origen en su desarrollo sociopolítico y a la superación de sus conflictos internos —causa principal de este fenómeno—, en lugar de políticas de interés, que aumentan y alimentan estos conflictos. Es necesario actuar sobre las causas y no solamente sobre los efectos. Ser conscientes de la propia identidad es necesario también para dialogar en modo propositivo con los Estados que han solicitado entrar a formar parte de la Unión en el futuro. Pienso sobre todo en los del área balcánica, para los que

Subrayar la importancia de la familia no solo ayuda a dar prospectivas y esperanza a las nuevas generaciones, sino también a los numerosos ancianos, muchas veces obligados a vivir en condiciones de soledad y de abandono porque no existe el calor de un hogar familiar capaz de acompañarles y sostenerles.


el ingreso en la Unión Europea puede responder al ideal de paz en una región que ha sufrido mucho por los conflictos del pasado. Por último, la conciencia de la propia identidad es indispensable en las relaciones con los otros países vecinos, particularmente con aquellos de la cuenca mediterránea, muchos de los cuales sufren a causa de conflictos internos y por la presión del fundamentalismo religioso y del terrorismo internacional. A ustedes, legisladores, les corresponde la tarea de custodiar y hacer crecer la identidad europea, de modo que los ciudadanos encuentren de nuevo la confianza en las instituciones de la Unión y en el proyecto de paz y de amistad en el que se fundamentan. Sabiendo que «cuanto más se acrecienta el poder del hombre, más amplia es su responsabilidad individual y colectiva».12 Les exhorto, pues, a trabajar para que Europa redescubra su alma buena. Un autor anónimo del s. II escribió que «los cristianos representan en el mundo lo que el alma al cuerpo».13 La función del alma es la de sostener el cuerpo, ser su conciencia y la memoria histórica. Y dos mil años de historia unen a Europa y al cristianismo. Una historia en la que no han faltado conflictos y errores, también pecados, pero siempre animada por el deseo de construir para el bien. Lo vemos

en la belleza de nuestras ciudades, y más aún, en la de múltiples obras de caridad y de edificación humana común que constelan el Continente. Esta historia, en gran parte, debe ser todavía escrita. Es nuestro presente y también nuestro futuro. Es nuestra identidad. Europa tiene una gran necesidad de redescubrir su rostro para crecer, según el espíritu de sus Padres fundadores, en la paz y en la concordia, porque ella misma no está todavía libre de conflictos. Queridos Eurodiputados, ha llegado la hora de construir juntos la Europa que no gire en torno a la economía, sino a la sacralidad de la persona humana, de los valores inalienables; la Europa que abrace con valentía su pasado, y mire con confianza su futuro para vivir plenamente y con esperanza su presente. Ha llegado el momento de abandonar la idea de una Europa atemorizada y replegada sobre sí misma, para suscitar y promover una Europa protagonista, transmisora de ciencia, arte, música, valores humanos y también de fe. La Europa que contempla el cielo y persigue ideales; la Europa que mira y defiende y tutela al hombre; la Europa que camina sobre la tierra segura y firme, precioso punto de referencia para toda la humanidad. (Estrasburgo, 25-XI-2014)

12 Gaudium et spes, 34. 13 Carta a Diogneto, 6.

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LA COMPASIÓN Y LA FALSA COMPASIÓN “El pensamiento dominante propone a veces una «falsa compasión»: la que considera una ayuda para la mujer favorecer el aborto, un acto de dignidad facilitar la eutanasia, una conquista científica «producir» un hijo considerado como un derecho en lugar de acogerlo como don; o usar vidas humanas como conejillos de laboratorio para salvar posiblemente a otras”, señaló el S.S. Francisco a los participantes del Congreso Conmemorativo de la Asociación de Médicos Católicos Italianos con motivo del 70 aniversario de su fundación.

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o cabe duda de que, en nuestros días, con motivo de los progresos científicos y técnicos, han aumentado notablemente las posibilidades de curación física; y, sin embargo, en algunos aspectos parece disminuir la capacidad de «hacerse cargo» de la persona, sobre todo cuando sufre, es frágil e indefensa. En efecto, las conquistas de la ciencia y de la medicina pueden contribuir a mejorar la vida humana en la medida en que no se alejen de la raíz ética de tales disciplinas. Por esta razón, vosotros, médicos católicos, os comprometéis a vivir vuestra profesión como una misión humana y espiritual, como un auténtico apostolado laical. La atención a la vida humana, especialmente la que cuenta con mayores dificultades, es decir, la del enfermo, el anciano, el niño, implica profundamente la misión de la Iglesia. Ella se siente llamada también a participar en el debate que tiene por objeto la vida humana, presentando la propia propuesta fundada en el Evangelio. Desde muchos aspectos, la calidad de la vida está vinculada preferentemente a las posibilidades económicas, al «bien-

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Las conquistas de la ciencia y de la medicina pueden contribuir a mejorar la vida humana en la medida en que no se alejen de la raíz ética de tales disciplinas. Por esta razón, vosotros, médicos católicos, os comprometéis a vivir vuestra profesión como una misión humana y espiritual, como un auténtico apostolado laical. estar», a la belleza y al deleite de la vida física, olvidando otras dimensiones más profundas —relacionales, espirituales y religiosas— de la existencia. En realidad, a la luz de la fe y de la recta razón, la vida humana es siempre sagrada y siempre «de calidad». No existe una vida humana más sagrada que otra: toda vida humana es sagrada. Como tampoco existe una vida humana cualitativamente más significativa que otra solo en virtud de mayores


Desde muchos aspectos, la calidad de la vida está vinculada preferentemente a las posibilidades económicas, al «bienestar», a la belleza y al deleite de la vida física, olvidando otras dimensiones más profundas —relacionales, espirituales y religiosas— de la existencia. medios, derechos y oportunidades económicas y sociales. Esto es lo que vosotros, médicos católicos, tratáis de afirmar, ante todo con vuestro estilo profesional. Vuestro trabajo quiere testimoniar con la palabra y con el ejemplo que la vida humana es siempre sagrada, válida e inviolable, y como tal se debe amar, defender y atender. Esta profesionalidad vuestra, enriquecida con el espíritu de fe, es un motivo más para colaborar con quienes —incluso a partir de diferentes perspectivas religiosas y de pensamiento— reconocen la dignidad de la persona humana como criterio de su actividad. En efecto, si el juramento de Hipócrates os compromete a ser siempre servidores de la vida, el Evangelio os impulsa más allá: a amarla siempre y de todas las formas, sobre todo cuando necesita especiales atenciones y cuidados. Así han hecho los componentes de vuestra Asociación a lo largo de los setenta años de benemérita actividad. Os exhorto a continuar con humildad y confianza por este camino, esforzándoos por perseguir vuestras finalidades estatutarias que recogen la enseñanza del Magisterio de la

Iglesia en el ámbito médico-moral. El pensamiento dominante propone a veces una «falsa compasión»: la que considera una ayuda para la mujer favorecer el aborto, un acto de dignidad facilitar la eutanasia, una conquista científica «producir» un hijo considerado como un derecho en lugar de acogerlo como don; o usar vidas humanas como conejillos de laboratorio para salvar posiblemente a otras. La compasión evangélica, en cambio, es la que acompaña en el momento de la necesidad, es decir, la del buen samaritano, que «ve», «tiene compasión», se acerca y ofrece ayuda concreta (cf. Lc 10, 33). Vuestra misión de médicos os pone a diario en contacto con muchas formas de sufrimiento: os aliento a haceros cargo de ello como «buenos samaritanos», teniendo especial atención hacia los ancianos, los enfermos y los discapacitados. La fidelidad al Evangelio de la vida y al respeto de la misma como don de Dios, a veces requiere opciones valientes y a contracorriente que, en circunstancias especiales, pueden llegar a la objeción de conciencia. Y a muchas consecuencias sociales que tal fidelidad comporta. Estamos viviendo en una época de experimentación con la vida. Pero un experimentar mal. Tener hijos en lugar de acogerlos como don, como he dicho. Jugar

La compasión evangélica, en cambio, es la que acompaña en el momento de la necesidad, es decir, la del buen samaritano, que «ve», «tiene compasión», se acerca y ofrece ayuda concreta (cf. Lc 10, 33).

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con la vida. Estad atentos, porque esto es un pecado contra el Creador: contra Dios Creador, que creó de este modo las cosas. Cuando muchas veces en mi vida de sacerdote escuché objeciones: «Pero, dime, ¿por qué la Iglesia se opone al aborto, por ejemplo? ¿Es un problema religioso?» —«No, no. No es un problema religioso». —«¿Es un problema filosófico?» —«No, no es un problema filosófico». Es un problema científico, porque allí hay una vida humana y no es lícito eliminar una vida humana para resolver un problema. «Pero no, el pensamiento moderno...» —«Pero, oye, en

Cuando muchas veces en mi vida de sacerdote escuché objeciones: «Pero, dime, ¿por qué la Iglesia se opone al aborto, por ejemplo? ¿Es un problema religioso?» —«No, no. No es un problema religioso». —«¿Es un problema filosófico?» —«No, no es un problema filosófico». Es un problema científico, porque allí hay una vida humana y no es lícito eliminar una vida humana para resolver un problema. «Pero no, el pensamiento moderno...» —«Pero, oye, en el pensamiento antiguo y en el pensamiento moderno, la palabra matar significa lo mismo».

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Lo mismo vale para la eutanasia: todos sabemos que con muchos ancianos, en esta cultura del descarte, se realiza esta eutanasia oculta. Pero, también está la otra. Y esto es decir a Dios: «No, el final de la vida lo decido yo, como yo quiero». Pecado contra Dios Creador. Pensad bien en esto. el pensamiento antiguo y en el pensamiento moderno, la palabra matar significa lo mismo». Lo mismo vale para la eutanasia: todos sabemos que con muchos ancianos, en esta cultura del descarte, se realiza esta eutanasia oculta. Pero, también está la otra. Y esto es decir a Dios: «No, el final de la vida lo decido yo, como yo quiero». Pecado contra Dios Creador. Pensad bien en esto. Os deseo que los setenta años de vida de vuestra Asociación estimulen un ulterior camino de crecimiento y maduración. Que podáis colaborar de modo constructivo con todas las personas y las instituciones que comparten con vosotros el amor a la vida y se disponen a servirla en su dignidad, sacralidad e inviolabilidad. San Camilo de Lellis, al sugerir el método más eficaz en la atención del enfermo, decía sencillamente: «Poned más corazón en esas manos». Poned más corazón en esas manos. Es este también mi deseo. Que la Virgen santa, la Salus infirmorum, sostenga los propósitos con los que queréis continuar vuestra obra. Os pido, por favor, que recéis por mí, y de corazón os bendigo. (Vaticano, 15-XI-2014)


CERCANÍA Y TERNURA SON LA REGLA DE VIDA SOBRE LA QUE SEREMOS JUZGADOS “La salvación no se inicia por la confesión de la realeza de Cristo, sino por la imitación de las obras de misericordia mediante las cuales Él ha realizado el Reino”, señaló el S.S. Francisco durante su homilía en la festividad de Cristo Rey, en la que además canonizó a seis beatos.

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espués de su victoria, o sea, después de su Resurrección, ¿cómo Jesús realiza su reino? El apóstol Pablo, en la Primera carta a los Corintios dice: ‘Es necesario que Él reine hasta que no haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies’. Es el Padre que poco a poco somete todo al Hijo, y al mismo tiempo el Hijo somete todo al Padre. Jesús no es un rey como los de este mundo. Para Él reinar no es mandar, sino obedecer al Padre, entregarse a Él, para que se cumpla su designio de amor y salvación. Así hay plena reciprocidad entre el Padre y el Hijo. Por lo tanto el tiempo del reino de Cristo es el largo tiempo de la sumisión de todo al Hijo y de la entrega de todo al Padre. ‘El último enemigo a ser aniquilado será la muerte’. Y al final, cuando todo habrá sido puesto bajo la realeza de Jesús, y todo, también el mismo Jesús, habrá sido sometido al Padre, Dios será todo en todos (cfr 1 Cor 15, 28). El Evangelio nos dice lo que nos pide

‘Es necesario que Él reine hasta que no haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies’. Es el Padre que poco a poco somete todo al Hijo, y al mismo tiempo el Hijo somete todo al Padre. Jesús no es un rey como los de este mundo. el reino de Jesús: nos recuerda que la cercanía y la ternura son la regla de la vida también para nosotros, y sobre esto seremos juzgados. Este será el protocolo de nuestro juicio. Es la gran parábola del juicio final de Mateo 25. El rey dice: ‘Venid, benditos del Padre mío, recibid en herencia el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo, porque tuve hambre y me dieron de comer, tuve sed y me dieron de beber, era un extranjero y me acogieron, estaba desnudo y me vistieron, enfermo y visita-

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do, en la cárcel y me visitaron. Los justos preguntarán: ¿cuándo hemos hecho todo esto? Y Él responderá: ‘En verdad yo les digo: todo lo que han hecho a uno solo de estos mis hermanos más pequeños lo han hecho a mí. (Mt 25, 40). La salvación no se inicia por la confesión de la realeza de Cristo, sino por la imitación de las obras de misericordia mediante las cuales Él ha realizado el Reino. Quien las cumple demuestra haber acogido la realeza de Jesús, porque ha hecho espacio en su corazón a la caridad de Dios. En el ocaso de la vida seremos juzgados sobre el amor, sobre la proximidad y la ternura hacia nuestros hermanos.

‘El último enemigo a ser aniquilado será la muerte’. Y al final, cuando todo habrá sido puesto bajo la realeza de Jesús, y todo, también el mismo Jesús, habrá sido sometido al Padre, Dios será todo en todos (cfr 1 Cor 15, 28).

Jesús con su victoria nos ha abierto su reino, pero depende de cada uno de nosotros entrar, ya iniciando en esta vida. El reino inicia ahora, haciéndonos concretamente cercanos al hermano que nos pide pan, vestido, acogida y solidaridad. De esto dependerá nuestro ingreso o menos en el reino de Dios, nuestra colocación en uno o en otro lado. Jesús con su victoria nos ha abierto su reino, pero depende de cada uno de nosotros entrar, ya iniciando en esta vida. El reino inicia ahora, haciéndonos concretamente cercanos al hermano que nos pide pan, vestido, acogida y solidaridad. Y si realmente amásemos a aquel hermano, a aquella hermana, seremos empujados a compartir con él o con ella lo que tenemos de más hermoso, o sea, Jesucristo y su Evangelio. (Vaticano, 23 –XI-2014)

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MARÍA, ENSÉÑANOS A IR CONTRACORRIENTE Oración de S.S. Francisco después de encabezar el homenaje a la Inmaculada en ‘Piazza di Spagna’, Roma. «Oh María, Madre nuestra, hoy el pueblo de Dios en fiesta te venera Inmaculada, preservada desde siembre del contagio del pecado. Recibe el homenaje que te ofrezco en nombre de la Iglesia que está en Roma y en el mundo entero. Saber que tú, que eres nuestra madre, eres totalmente libre del pecado nos conforta. Saber que sobre ti el mal no tiene poder nos llena de esperanza y de fortaleza en la lucha cotidiana que debemos realizar en la lucha contra las amenazas del maligno. Pero en esta lucha no estamos solos, no somos huérfanos, porque Jesús, antes de morir en la cruz, nos ha dado a ti como madre. Nosotros, por lo tanto, a pesar de ser pecadores, somos tus hijos, hijos de la Inmaculada, llamados a aquella santidad que en ti resplandece por la gracia de Dios desde el inicio. Animados por esta esperanza, nosotros hoy invocamos tu materna protección para nosotros, para nuestras familias, para esta ciudad, para el mundo entero. La potencia del amor de Dios, que te ha preservado del pecado original, por tu intercesión libere a la humanidad de todo tipo de esclavitud espiritual y material, y haga vencer, en los corazones y en los eventos, el designio de salvación de Dios. Haced que también en nosotros, tus hijos, la gracia prevalezca sobre el orgullo y podamos volvernos misericordiosos como es misericordioso nuestro Padre Celeste. En este tiempo que nos conduce a la fiesta de la Navidad de Jesús, enséñanos a ir contracorriente: a desvestirnos, abajarnos, donarnos, escuchar, hacer silencio, a descentrarnos de nosotros mismos, para dejar espacio a la belleza de Dios, fuente de la verdadera alegría. ¡Oh Madre nuestra Inmaculada, reza por nosotros! (Roma, 8-XII-2014)

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PANORAMA VIAJES APOSTÓLICOS DEL PAPA FRANCISCO Turquía Sexto viaje apostólico 28 -30 noviembre 2014 El Papa Francisco inició el 28 de noviembre su sexto viaje apostólico a Turquía. En la primera etapa en Ankara, el Papa se reunió con las autoridades, el Presidente Erdogan, el primer ministro Davutoglu y el presidente del Diyanet, el Departamento para los Asuntos Religiosos. Al día siguiente llegó a Estambul, donde fue acogido por el Gobernador de Estambul y por el Patriarca Ecuménico Bartolomé I, para después trasladarse a la Mezquita Azul o mezquita del Sultán Ahmed. Benedicto XVI la visitó durante su viaje a Turquía en 2006. Francisco fue acogido por el Gran Mufti y se detuvo unos momentos en oración silenciosa. Finalizada esa visita, el Santo Padre se trasladó a Hagia Sofía (hoy transformada en museo), donde fue recibido en la Puerta del Emperador por su director, que lo acompañó en una visita de alrededor de media hora. El Santo Padre firmó en el Libro de Oro de Santa Sofía, primero en griego con la frase “Santa Sabiduría de Dios” y luego en latín “Cuán hermoso es tu santuario, Señor” (Salmo 83). Después de visitar Santa Sofía, el Papa Francisco fue a la representación pontificia, donde le esperaban los miembros de las comunidades católicas (latina, armenia, siria y caldea) de Estambul y donde recibió el saludo del presidente de la Conferencia Episcopal Turca, el arzobispo Ruggero Franceschini OFM Cap.

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Papa Francisco y el presidente turco Recep Tayyip Erdogan durante la reunión mantenida en el palacio presidencial de Ankara, Turquía, el 28 de noviembre del 2014.

“Diálogo constructivo con el Islam” Declaración conjunta del Papa Francisco y el Patriarca Bartolomé El 30 de noviembre, el Papa Francisco y el Patriarca Ecuménico Bartolomé firmaron una declaración conjunta en la que reafirman la voluntad de continuar el camino hacia la unidad de los cristianos, reconocieron “la importancia de promover un diálogo constructivo con el Islam”, y llamaron a no resignarse a un Medio Oriente sin cristianos, a raíz de las persecuciones en Irak Siria.

El papa Francisco se inclinó ante el patriarca ecuménico Bartolomé I y le dijo: “Bendíceme a mí y a la Iglesia de Roma”.

Presentamos apartes de la declaración: (…) «Nuestro recuerdo de los Apóstoles, que proclamaron la buena nueva del Evangelio al mundo

mediante su predicación y el testimonio del martirio, refuerza en nosotros el deseo de seguir caminando juntos, con el fin de superar, en el amor y en la verdad, los obstáculos que nos dividen.

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Durante nuestro encuentro en Jerusalén de mayo pasado, en el que recordamos el histórico abrazo de nuestros venerados predecesores, el Papa Pablo VI y el Patriarca Ecuménico Atenágoras, firmamos una declaración conjunta. Hoy, en la feliz ocasión de este nuevo encuentro fraterno, deseamos reafirmar juntos nuestras comunes intenciones y preocupaciones. Expresamos nuestra resolución sincera y firme, en obediencia a la voluntad de nuestro Señor Jesucristo, de intensificar nuestros esfuerzos para promover la plena unidad de todos los cristianos, y sobre todo entre católicos y ortodoxos. Además, queremos apoyar el diálogo teológico promovido por la Comisión Mixta Internacional que, instituida hace exactamente treinta y cinco años por el Patriarca Ecuménico Dimitrios y el Papa Juan Pablo II aquí, en el Fanar, está actualmente tratando las cuestiones más difíciles que han marcado la historia de nuestra división, y que requieren un estudio cuidadoso y detallado. Para ello, aseguramos nuestra ferviente oración como Pastores de la Iglesia, pidiendo a nuestros fieles que se unan a nosotros en la común invocación de que ‘todos sean uno,... para que el mundo crea’. Expresamos nuestra preocupación común por la situación actual en Irak, Siria y todo el Medio Oriente. Estamos unidos en el deseo de paz y estabilidad, y en la voluntad de promover la resolución de los conflictos mediante el diálogo y la reconciliación. Si bien reconocemos los esfuerzos realizados para ofrecer ayuda a la región, hacemos al mismo tiempo un llamamiento a todos los que tienen responsabilidad en el destino de los pueblos para que intensifiquen su compromiso con las comunidades que sufren, y puedan, incluidas las cristianas, permanecer en su tierra nativa. No podemos resignarnos a un Medio Oriente sin cristianos, que han profesado allí el nombre de Jesús durante dos mil años. Muchos de nuestros hermanos y hermanas están siendo perseguidos y se han visto forzados con violencia a dejar sus hogares. Parece que se haya perdido hasta el valor de la vida humana, y que la persona humana ya no tenga importancia y pueda ser sacrificada a otros intereses. Y, por desgracia, todo esto acaece por la indiferencia de muchos. Como nos recuerda san Pablo: ‘Si un miembro sufre, todos sufren con él; si un miembro es honrado, todos se alegran con él’. Esta es la ley de la vida cristiana, y en este sentido podemos decir que también hay un

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ecumenismo del sufrimiento. Así como la sangre de los mártires ha sido siempre la semilla de la fuerza y la fecundidad de la Iglesia, así también el compartir los sufrimientos cotidianos puede ser un instrumento eficaz para la unidad. La terrible situación de los cristianos y de todos los que están sufriendo en el Medio Oriente no solo requiere nuestra oración constante, sino también una respuesta adecuada por parte de la comunidad internacional. Los retos que afronta el mundo en la situación actual, necesitan la solidaridad de todas las personas de buena voluntad, por lo que también reconocemos la importancia de promover un diálogo constructivo con el Islam, basado en el respeto mutuo y la amistad. Inspirados por valores comunes y fortalecidos por auténticos sentimientos fraternos, musulmanes y cristianos están llamados a trabajar juntos por el amor a la justicia, la paz y el respeto de la dignidad y los derechos de todas las personas, especialmente en aquellas regiones en las que un tiempo vivieron durante siglos en convivencia pacífica, y ahora sufren juntos trágicamente por los horrores de la guerra. Además, como líderes cristianos, exhortamos a todos los líderes religiosos a proseguir y reforzar el diálogo interreligioso y hacer todo lo posible para construir una cultura de paz y la solidaridad entre las personas y entre los pueblos. También recordamos a todas las personas que experimentan el sufrimiento de la guerra. En particular, oramos por la paz en Ucrania, un país con una antigua tradición cristiana, y hacemos un llamamiento a todas las partes implicadas a que continúen el camino del diálogo y del respeto al derecho internacional, con el propósito de poner fin al conflicto y permitir a todos los ucranianos vivir en armonía”.


Sri Lanka y Filipinas Séptimo viaje apostólico 12-19 enero 2015

Sínodo sobre la Familia Publicados los Lineamenta

Al momento de publicar este número de HUMANITAS, el Papa Francisco realiza su 7° Viaje Apostólico a Sri Lanka y Filipinas. La información sobre este viaje y los discursos pronunciados por el Santo Padre pueden leerse en el sitio www.humanitas.cl

La Secretaría General del Sínodo de los Obispos emitió

Estados Unidos Septiembre 2015 El

Papa Francisco viajará a Estados Unidos en septiembre de 2015 para participar del Encuentro Mundial de las Familias que tendrá lugar en la ciudad de Filadelfia. El Encuentro Mundial de las Familias se realiza cada tres años y fue instituido por San Juan Pablo II en 1994, el Año de la Familia. El de Filadelfia se realizará del 22 al 27 de septiembre de 2015. En el marco de la asamblea plenaria de los obispos de Estados Unidos, el arzobispo de Filadelfia, mons. Charles Chaput, señaló que en este importante acontecimiento para la Iglesia se abordarán “distintos asuntos relacionados a las familias en los que nuestra fe se necesita y es probada. Estas son las cuestiones que afectan a las familias no solo en Estados Unidos sino a nivel global”. Las inscripciones para este evento ya se han abierto. Puede registrarse a través del sitio web: http://www. worldmeeting2015.org/plan-your-visit/register/

un comunicado acerca de la publicación de los Lineamenta de la próxima XIV Asamblea General Ordinaria que tendrá lugar del 4 al 25 de octubre de 2015 sobre el tema «La vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo». Los Lineamenta, es decir, el primer documento de esa Asamblea —según lo indicado por el Papa Francisco en el discurso de clausura de la III Asamblea General Extraordinaria, el 18 de octubre de 2014— están constituidos esencialmente por la Relatio Synodi redactada por la misma Asamblea. No obstante, para facilitar la recepción del documento sinodal y profundizar en los temas tratados, la Relatio va acompañada con una serie de preguntas, que ayudarán a proseguir el proceso sinodal ya iniciado y a preparar el sucesivo Instrumentum laboris de la próxima Asamblea Extraordinaria. El documento así compuesto se envía a las conferencias episcopales, a los sínodos de las Iglesias orientales católicas sui iuris, a la Unión de Superiores Religiosos y a los dicasterios de la Curia Romana. Dichos organismos eclesiales que recibirán el documento traducido en las respectivas lenguas utilizadas con más frecuencia podrán elegir las medidas adecuadas para garantizar la recepción y la profundización de la Relatio Synodi, involucrando a los diferentes componentes de las Iglesias particulares y a las instituciones académicas, organizaciones, grupos laicos y otras instancias eclesiales de cara a una amplia consulta sobre la familia según la orientación y el espíritu del proceso sinodal. Los resultados de esta consulta deben enviarse a la Secretaría General del Sínodo de los Obispos, como fecha tope, el 15 de abril de 2015, para que puedan estudiarse y valorarse para la preparación del Instrumentum laboris, que tendría que publicarse antes del verano.

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GRAN CONSENSO ENTRE LAS DIVERSAS RELIGIONES

CONGRESO SOBRE LA COMPLEMENTARIEDAD ENTRE EL HOMBRE Y LA MUJER El cardenal Gerhard Ludwig Müller, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la fe, en una entrevista concedida a agencia Zenit en noviembre pasado, analizó por qué matrimonio y familia deben ser reforzados y cómo el Vaticano, junto con otras religiones, lo está haciendo de manera activa. ­ ¿Podría comentarnos el Congreso sobre la complementariedad del hombre y la mujer, sus metas, y cómo el — Santo Padre ha estado apoyando este evento y abordando este tema? —El Santo Padre habló muchas veces sobre la importancia absoluta del matrimonio y la familia, para los niños, para el bien futuro de la humanidad, y para ello convocó dos sínodos de obispos de la Iglesia Católica. Pero vemos que la base es más grande y más profunda, porque está en el testimonio común de casi todas las religiones del mundo. Ahora tenemos este congreso, este coloquio internacional, de 14 religiones del mundo que representan a miles de millones de personas de la humanidad. Es como un milagro de Pentecostés ver esta unanimidad de todas estas diferentes culturas y tradiciones religiosas, por lo que se refiere al matrimonio de un hombre y una mujer. Y todos ellos tienen la misma opinión y convicción de que la célula de la buena evolución de la humanidad, el desarrollo de las personas, para parejas, para las comunidades, es la relación básica entre un hombre y una mujer y de que su amor es para siempre. —¿Qué espera que la gente se lleve de este congreso? —Tenemos otras organizaciones internacionales que en algunos estados están promoviendo una visión contraria al derecho del hombre y la mujer al matrimonio, como si fuera una ingeniería social, una construcción social. Pero el matrimonio y la familia está unida a la dignidad de una persona, no es una construcción social inventada por ellos para sentirse superiores a los otros. Hay una forma de nuevo colonialismo en

Catequesis del Papa Francisco Nuevo ciclo dedicado a la familia

Concluido el ciclo de las catequesis sobre la Iglesia, el Papa dio inicio el 10 de diciembre pasado, en la Audiencia General, a una nueva etapa dedicada a la familia. ‘’Un nuevo ciclo, incluido en este tiempo intermedio entre dos asambleas del Sínodo destinadas a esta realidad tan importante’’. Antes de tratar los diferentes aspectos de la vida familiar, Francisco ha querido comenzar hablando del sínodo celebrado el pasado mes de octubre, que tuvo por tema: «Los desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización». El Pontífice elogió en primer lugar la labor de la

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Oficina de Prensa de la Santa Sede durante el Sínodo y de los diferentes medios de comunicación que cubrieron la asamblea. También relató cómo se llevó a cabo y que ha producido que en ningún momento hubo ningún tipo de censura y que los Padres Sinodales tuvieron total libertad para hablar con franqueza. ‘’Lo único que se les pidió —afirmó— fue hablar con sinceridad y valentía, y escuchar con humildad’’. Después explicó que el Instrumento de Trabajo, fruto de la precedente consulta hecha a toda la Iglesia, fue la base del debate, y señaló que ‘’ninguna intervención puso en duda las verdades fundamentales del sacramento del matrimonio: la indisolubilidad, la unidad, la fidelidad y


el mundo occidental y tienen la sensación de que están más avanzados, que son más inteligentes que en los países en vías de desarrollo. Y así no es posible aproximarse a los asuntos comunes y a los problemas comunes de todo el mundo. Es necesario respetar a todo el mundo. No podemos dividir a la humanidad, como en algunos que son maestros y otros que son discípulos. Todo el mundo tiene el mismo derecho a expresarse y vivir de acuerdo a sus convicciones filosóficas, religiosas, de acuerdo con su conciencia. Además tenemos un profundo testimonio común y toda la historia da una importancia básica a la relación del hombre y la mujer en el matrimonio. Y este será el futuro. Y puedo decir que nosotros, como personas orientadas al futuro, somos los verdaderos progresistas. —¿Este congreso está relacionado al sínodo de la familia, o va a contribuir en la siguiente reunión? —No, la realización es independiente del sínodo. Pero siempre hemos tenido los mismos criterios entre las religiones. Entretanto es una ayuda, yo creo que es importante para la Teología Católica entender que el matrimonio no es solo un sacramento en el orden de la salvación, sino un fruto de la Creación. Siempre ha sido una convicción de la teología católica que el matrimonio es una realidad y como tal tiene un rol en la Iglesia y la vida católica, pero que también es importante para toda la humanidad. —Usted mencionó que hay otras religiones que participan en este congreso. ¿Cómo están contribuyendo? —Las otras religiones, las demás confesiones, no solo los católicos, tienen los mismos derechos para explicarse a sí mismos. Tenemos muchas declaraciones de todos los representantes de las religiones del mundo y aquí hay 14 representaciones. Nos hemos entendido muy bien, todos han respetado enteramente a los otros. Es muy importante ver cómo todos se están uniendo en una misma misión básica.

la apertura a la vida’’. Todas esas intervenciones, en un segundo momento, se recogieron en la ‘’Relación’’ articulada en tres puntos: la escucha del contexto y los desafíos de la familia, la mirada fija en Cristo y el Evangelio de la familia, y la comparación con las perspectivas pastorales. De ahí se pasó a la propuesta de síntesis que ha dado lugar a la discusión de los grupos. Al final del trabajo, cada uno de los grupos presentó una relación y todos estos informes fueron publicados ‘’con transparencia para que se supiera lo que sucedía’’. Después, una comisión consideró todas las sugerencias hechas por los grupos y realizó la Relación final, que mantuvo el esquema anterior —escuchar la realidad,

mirada al Evangelio, y compromiso pastoral— y que será enviada a las Conferencias Episcopales de todo el mundo para que discutan sobre ella hasta la próxima Asamblea Ordinaria de octubre de 2015. Además, como ocurre siempre, se aprobó un Mensaje final del Sínodo, más breve y divulgativo respecto a la Relación Final. Francisco ha puntualizado que los Padres Sinodales ‘’no es que discutieran entre ellos, sino que hablaron fuerte’’ y ha destacado que ‘’esta es la libertad de la Iglesia’’ especificando que toda la Asamblea Sinodal se llevó a cabo ante la presencia del Papa y añadiendo que los documentos oficiales del Sínodo son solo tres: la Relación Final, el Mensaje a las familias, y el Discurso final del Papa.

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DIVORCIO: UN ANIVERSARIO PARA REFLEXIONAR El 18 de noviembre pasado se cumplieron diez años de vigencia de la Ley de Matrimonio Civil, cuya mayor novedad fue la introducción del divorcio. Algunos piensan que debiera celebrarse esta fecha como la efeméride de una conquista de una libertad pública y un bien social. Se afirma que lo sucedido en esta década prueba que eran infundadas las advertencias «apocalípticas» que hacían los que se resistieron a su aprobación. La familia no se ha venido abajo —se dice— y el matrimonio sigue celebrándose igual como cuando era indisoluble. Por nuestra parte, pensamos que la ceguera sobre los nocivos efectos sociales del divorcio legal más bien confirma que refuta los temores manifestados por los que querían que la ley civil siguiera reconociendo el matrimonio para toda la vida. Algunos datos empíricos demuestran que la opción que el legislador adoptó ha resultado ser una pésima política pública. Hace diez años se decía que había que sincerar las nulidades matrimoniales fraudulentas, y transformarlas en un divorcio con protección para el cónyuge más vulnerable. Cuando se afirmaba, en contra, que legitimar el divorcio incrementaría las rupturas matrimoniales —las que la mayoría de las veces perjudican a las mujeres—, se argumentaba que ello no sería así y que lo único que sucedería es que se mantendría el mismo nivel de rupturas que reflejaban las cifras de nulidades matrimoniales. ¿Qué ha sucedido en estos años? Las nulidades matrimoniales antes del 2004 afectaban a unos 6.500 matrimonios. Los divorcios, que comenzaron a dictarse desde el 18 de noviembre de ese año, se han incrementado hasta alcanzar sumas cercanas a los 50.000 casos anuales. El 2009 se llegó a 53.555; en los años siguientes la cifra decreció un poco: el 2011 fue de 47.222, para luego remontar a 48.571 el 2012 y a 48.772 el 2013. Mientras tanto, los matrimonios contraídos (incluidos los de divorciados) se han mantenido en cerca de los 60.000 enlaces anuales. Si se toma el último año: 2013, podemos ver que hubo 63.413 bodas y 48.772 divorcios. Es decir, estamos ante una tasa casi de un 80% de divorcios por matrimonios contraídos. Además, contrariamente a lo que los partidarios del divorcio pronosticaban, las convivencias no matrimoniales, lejos de disminuir, aumentaron. Según el censo del 2012, alrededor de 16% de las personas declaró convivir sin estar casados, lo que contrasta con el 8,9% que registró el censo anterior. Y lo que es más preocupante, la cifra de hijos que nacen fuera del matrimonio no ha parado de crecer en estos diez años de vigencia del divorcio: desde un 60% el 2006 se ha empinado a un gravísimo 70,7% el 2013. Se alega que las leyes no influyen en la cultura, pero no es así. La ley de divorcio ha contribuido a menoscabar la percepción del matrimonio como compromiso fuerte. La Encuesta Bicentenario ha medido el grado de adhesión a la afirmación «El matrimonio es para toda la vida»: el 2006 era del 77%; en cambio, el 2013 fue solo de 56%. ¿Cómo podría ser de otro modo si la solución divorcista es la preferida por los medios de comunicación y por la mayor parte de jueces y abogados? Un hecho reciente grafica esta banalización del divorcio, y por ende del matrimonio: en el último cybermonday

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podía usted encontrar como producto a consumir «divorcios express» a módicos precios. Ignoramos cuántos cibernautas habrán aprovechado la oferta. La pérdida de sentido del matrimonio, iniciada con el divorcio, es la que explica que ahora se pretenda la deconstrucción total de la institución, cercenándole su orientación a los hijos y permitiendo que se institucionalicen como matrimonios —o como cuasimatrimonios, tipo «acuerdo de vida en pareja»— uniones constituidas por personas del mismo sexo Así las cosas, los diez años del divorcio legal no dan para celebrar. Sí para lamentar y, sobre todo, para reflexionar. HERNÁN CORRAL *Artículo publicado originalmente en El Mercurio 20.XI.14

“El aborto es un problema cientí­fico” Francisco a la Asociación de Médicos Católicos Italianos

El Papa Francisco recibió en noviembre pasado en audiencia en el Vaticano a la Asociación de Médicos Católicos Italianos, con motivo del 70 aniversario de su fundación. Tras indicar los indudables progresos científicos y técnicos actuales, que aumentan las curaciones físicas, criticó el que “por algunos aspectos parece disminuir la capacidad de asumir el cuidado de la persona, particularmente si está sufriendo, es frágil o indefensa”. “Estamos viviendo un tiempo —dijo el Santo Padre improvisando respecto al texto programado— en el que se experimenta mal con la vida, se hacen hijos en cambio de acogerlos como un don, de jugar con la vida allí. Tengan cuidado que esto es un pecado contra el creador, contra Dios creador que ha creado las cosas así”. “Cuántas veces en mi vida de sacerdote escuché objeciones: ‘¿Por qué la Iglesia se opone al aborto?’ por ejemplo. ¿Es un problema religioso? ¿Es un problema filosófico? No, no es un problema filosófico, es un problema científico porque allí hay una vida humana, y no es lícito eliminar una vida humana para resolver un problema”, dijo a los presentes reunidos en el Aula Pablo VI.

“‘¡Pero no, el pensamiento moderno...!’ Oiga —respondió el Santo Padre a la objeción por él formulada— en el pensamiento antiguo y en el pensamiento moderno asesinar significa lo mismo”. “Lo mismo vale para la eutanasia”, advirtió, y “todos sabemos que con tantos ancianos en esta cultura del descarte se hace esta eutanasia escondida, y también está la otra, ¿no? Y esto es decir, el final de la vida lo hago yo. Pecado en contra de Dios creador. Reflexionen bien sobre esto”. “Que los 70 años de la vida de vuestra asociación —les deseó Francisco a los varios miles de médicos y operadores allí reunidos— estimulen un ulterior camino de crecimiento y madurez. Puedan colaborar de manera positiva con todas las instituciones que con ustedes comparten el amor a la vida y laboran para servirla en su dignidad, sacralidad e inviolabilidad”. Y concluyó recordando una frase de san Camilo de Lellis que decía: para curar mejor “pongan más corazón en esas manos”. “La Virgen Santa, la Salus Infirmorum, sostenga el propósito con el cual van a proseguir vuestra acción”. Y por favor les pido que recen por mí, y de corazón les bendigo, gracias.

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EDUCACIÓN: LA IMPORTANCIA DECISIVA DE LA FAMILIA En

materia educacional, el ámbito familiar presenta tareas y posibilidades insustituibles. La confianza de fondo, condición indispensable para la vida humana, crece y se desarrolla ante todo en la relación parental: “El aporte del padre y la madre, en su complementariedad, tiene un influjo decisivo en la vida de los hijos. Corresponde a los padres asegurarles el cuidado y el afecto, el horizonte de sentido y la orientación en el mundo. Hoy en día se pone énfasis en la dimensión materna, mientras parece más débil y marginal la figura paterna. En realidad, es determinante la responsabilidad educativa de ambos. Precisamente la diferencia y la reciprocidad entre el padre y la madre crean el espacio fecundo para el pleno crecimiento del hijo”1. El ser humano no está en condiciones de desarrollarse sin un ambiente favorable, basado en el sentido, el orden, la confianza y la estabilidad. Es tarea de los padres predisponer este hábitat fundamental, capaz de dar la bienvenida al recién llegado: “De hecho, los psicólogos de la infancia nos dicen que no puede haber maduración psicológica si al iniciarse el proceso de socialización no hay fe en el orden. La inclinación del hombre al orden se basa en una especie de fe o confianza en que, en el fondo, la realidad está “en orden”, que “todo se da bien”, que es “como debería ser” (…). El rol asumido por un padre o madre no consiste puramente en representar el orden de una determinada sociedad, sino más bien el orden en sí mismo, que rige el universo y nos inclina a tener confianza en la realidad”2. De aquí se desprende el estrecho vínculo entre la relación parental y la dimensión religiosa de la existencia. La confianza adquirida en el ámbito familiar hace posible la capacidad de vivir relaciones estables y enfrentar dificultades y frustraciones, y resulta decisiva también para el desarrollo moral y religioso, para la relación con un Dios que en la tradición bíblica se presenta como un Padre que ama a sus hijos con afecto materno: “Quien ha heredado de sus padres y en el ámbito familiar la confianza originaria considera el mundo circundante con los ojos de la confianza: no teme “arriesgar” la propia vida, desea poner a prueba sus capacidades. Su sentimiento de fondo está dominado por una profunda confianza en que puede contar con los hombres, en que puede fiarse con toda sencillez del ser humano. En suma, esta confianza originaria tiene también un componente religioso: en la seguridad del hombre brilla algo de la fidelidad de ese Dios que nos sostiene y con el cual podemos contar”3. G. CUCCI (en la Civiltà Cattolica nº 3894) 1 CONFERENZA EPISCOPALE ITALIANA, Educare alla vita buona del Vangelo…, n. 27; ver G. CUCCI, “Il padre, figura decisiva nella vita di fede”, en Civ. Catt. 2009, III, 118-127. 2 P. BERGER, Il brusio degli angeli, Bolonia, il Mulino, 1969, 92-94. Ver G. CUCCI, La forza dalla debolezza. Aspetti psicologici della vita spirituale, Roma, Adp, 20112, 121-133. 3 A. GRÜN, Autostima e accettazione dell’ombra, Cinisello Balsamo (Mi), San Paolo, 1998, 16; ver CONFERENZA EPISCOPALE ITALIANA, Educare alla vita buona del Vangelo…, op. cit., nn. 27-28; 36-38.

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TESTIMONIO A PROPÓSITO DEL DEBATE SOBRE EL ABORTO

TRIBUTO A MI MADRE Sigo con interés el debate que se ha suscitado en relación al tema del aborto. No soy quien para entrar en disquisiciones y sutilezas académicas, como las que hemos venido escuchando en los medios. Tan solo quisiera introducir al debate algunas consideraciones que, en lo personal, han marcado mi vida. No resulta fácil compartir experiencias de familia, pero considerando la actual coyuntura nacional, y observando un tanto perplejo cómo se enturbian las aguas, he creído oportuno dar a conocer el testimonio vivo de mi madre, algo así como “lo que hoy en día diría mi madre acerca del aborto”. Era el año 1932, ella cursaba el sexto mes de su tercer embarazo. Repentinamente se le declara una bronconeumonía. Entonces éramos dos hermanos, en plena niñez. El médico indicó la única terapéutica de entonces, las ya olvidadas sulfas. El profesional, cumpliendo con su deber, le informa que de aplicársele tal terapéutica corría el riesgo de perder al hijo. Mi madre no se demoró, según nos contaran posteriormente, en tomar su decisión. No tomaría las sulfas si con ello ella se salvaría y su hijo moriría. No concebía mi madre salvarse ella a expensas de la vida de su hijo, o nos salvamos juntos, o morimos juntos, debió haber pensado. No pudo haber sido una decisión fácil, estaba en juego no solo su vida, sino la orfandad de sus dos hijos, aún niños, y la viudez de su esposo. Presumo que, al pensar su decisión, mi madre se habrá sentido profundamente sola, sola con su hijo en gestación, a quien sentía no podía traicionar voluntariamente. Debió haber sido una decisión sufrida, sin embargo, a juzgar por su determinación final; mi madre entendió que la vida de su hijo no nacido era más que la viudez de su esposo, era más que la orfandad de dos niños, entendió que la vida de su hijo no nacido, era tan digna, intangible e indisponible como la propia. A juzgar por su determinación, mi madre entendió aquello de “amar hasta dar la vida”. En el caso de mi madre, el afecto natural hacia su hijo no nacido, estaba preñado de una exigencia objetiva, intransable: primum non nocere, —ante todo no hacer daño— como dirían los antiguos, aun al precio de la propia vida. Y así sucedió. Al poco tiempo, mi madre fallecía, a sus 36 años. Lo que a primera vista puede ser juzgado como una irresponsabilidad o aun una locura, con los años me he ido dando cuenta que caló profundamente en nosotros, sus hijos, y quizás, ella, sin pensarlo, en su decisión nos legaba toda una enseñanza para la vida; por su significado y peso, la decisión de mi madre contenía y condensaba mucho más que mil consejos, más que mil horas de atención y cariño, más que mil oportunas correcciones. Fue un acto educativo como el que jamás hubiésemos podido imaginar de no haberlo vivido. Hoy, a casi 80 años de los hechos, el honor y orgullo con el que lo recordamos, sanan, y con mucho, su ausencia. Al considerar la ligereza de los argumentos con que se defiende el aborto, denominado “terapéutico”, o por violación o por malformaciones del hijo en gestación, no puedo sentir menos que perplejidad y asombro. Si mi madre hubiese conocido los argumentos con los que algunos

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esgrimen a favor del aborto en esas condiciones, no dudo que su decisión se hubiese mantenido la misma. ¿Qué vio mi madre para tomar su determinación, qué vio, digo, que no es posible ver desde los argumentos esgrimidos? No lo sé, pero sí sé que, remedando a Pascal, las razones de los argumentos para abortar no hubiesen disuadido las razones del corazón de mi madre para entregar su vida. La fría lógica de argumentos egoístas, que tienen más olor a agenda política e ideológica, o a populismo complaciente de la debilidad humana en momentos de aprieto como lo es un embarazo no deseado, no hubieran logrado enfriar el impulso amoroso de su corazón. N.del E.: El autor de este testimonio, que prefirió guardar su anonimato, persona conocida por esta Redacción, que da fe de la veracidad del mismo.

Homenaje del Papa a su antecesor “Benedicto XVI usó la ciencia para amar a Dios y al prójimo”

El Papa Francisco visitó el 27 de octubre pasado, la Casina Pío IV, situada en los jardines del Vaticano, con motivo de la plenaria de la Pontificia Academia de las Ciencias, que allí sesiona, y para la inauguración de un busto en bronce que rinde homenaje en vida a Benedicto XVI. Mientras caía el velo del busto del Papa emérito en la sede de la Pontificia Academia de las Ciencias, signo de reconocimiento y gratitud, el Papa Francisco dijo en su discurso tener «una emoción y una alegría» que le invadían el alma. «El busto de Benedicto XVI recuerda también el espíritu de sus enseñanzas, de sus ejemplos, de sus obras, de su devoción hacía la Iglesia, de su actual vida ‘monástica’. Este espíritu, antes que desmoronarse por el paso del tiempo, aparecerá de generación en generación cada vez más grande y potente. Benedicto XVI es un gran Papa”, aseguró el Papa Bergoglio. Luego, el Papa Francisco resaltó la potencia intelectual y moral del Papa emérito: “Grande por su importante contribución a la teología, grande por su amor a la Iglesia y a los seres humanos, grande por su virtud y su religiosidad”.

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“Como ustedes saben —continuó— su amor por la verdad no se limita a la teología y a la filosofía, sino que se abre a las ciencias. Su amor por las ciencias se evidencia en la solidaridad con los científicos, sin distinción de raza, nacionalidad, civilización, religión; la solidaridad en su dedicación a la Academia, desde cuando Juan Pablo II lo nombró miembro. Él ha sabido honrar a la Academia con su presencia y palabra, y ha nombrado muchos de sus miembros, incluso al actual presidente, Werner Arber”, sostuvo. En el discurso del Papa Francisco también se subraya la apertura mental de Benedicto XVI hacia la ciencia y el valor de ello para la Iglesia. Fue él quien “invitó por primera vez a un presidente de esta academia a participar al Sínodo sobre la nueva Evangelización, consciente de la importancia de la Ciencia en la cultura moderna”. Como es su estilo, el Papa Francisco mira hacia la humanidad del Papa emérito. “Ciertamente, de él no se podrá decir jamás que el estudio y la ciencia lo hayan


enfriado”. Por el contrario, señaló que Benedicto XVI ha usado “la ciencia para amar a Dios y al prójimo”. “Dilatando su corazón y su espíritu” añadió. Por último, agradeció a Dios por el regalo hecho a la Iglesia por la “existencia y el pontificado del Papa

Benedicto XVI”. El Papa Francisco agradeció al artista que ha hecho el busto, Fernando Delia, y a todos los miembros de la Academia. “Deseo agradecer a todos vosotros que estáis aquí presentes para honrar a este gran Papa, Benedicto XVI”.

Premio Ratzinger 2014 Una mujer y un profesor galardonados

La cuarta edición del Premio Ratzinger fue entregada el 22 de noviembre pasado, por primera vez a una mujer, la francesa Anne-Marie Pelletier, docente de Sagrada Escritura y Hermenéutica bíblica en la Facultad Notre Dame del Seminario de París; y al monseñor polaco Waldemar Chrostowski, docente de exégesis sobre el Antiguo Testamento y de Teología en la Facultad de Teología de la Academia de Varsovia. El galardón fue entregado en el Vaticano por el prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe, el cardenal Gerhard Ludwig Müller, por encargo del Papa Francisco. El cardenal Müller en su intervención recordó que “la Congregación para la doctrina de la fe está muy relacionada con Joseph Ratzinger, no solamente porque ha guiado el dicasterio durante más de 23 años, sino porque esta Congregación tiene la tarea de promover y tutelar la doctrina de la fe”. Añadió que “la riquísima teología del Papa emérito ha sido de gran importancia, y ha hecho brillar en toda su fuerza la belleza de la doctrina cristiana”. “No por caso —prosiguió el prefecto, despertando aplausos de los presentes— Joseph RatzingerBenedicto XVI ha sido definido el ‘Mozart de la teología’. El cardenal además expresó la “profunda gratitud

de la Iglesia a Benedicto XVI por su incansable empeño de estudioso y de maestro de la ciencia de Dios”. Y citó las palabras del Papa Francisco en ocasión del Premio Ratzinger 2013, cuando dijo que con sus obras el Papa emérito “hizo un don a la Iglesia y a todos los hombres, de lo que tenía de más precioso: su conocimiento de Jesús, fruto de años y años de estudio, de profundización teológica y de oración. Porque Benedicto XVI hacía teología estando arrodillado”. El presidente de la Fundación, Mons. Giuseppe Scotti, indicó conceptos como “audacia, ganas de caminar, y esperanza”, precisando que “son la fotografía espiritual de las dos personas que tenemos adelante de nosotros. De ellos se puede decir que han revelado cuándo es verdad que el amor empuja a la inteligencia en el camino del hombre, como una madre empuja hacia el futuro’, como decía Methol Ferré.

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Quince tentaciones de la vida eclesial La Curia romana como pequeño modelo de la Iglesia

En el tradicional saludo de Navidad del Obispo de Roma a la Curia Romana, después de agradecer a Dios por los bienes y pedir perdón por las faltas, tomando la imagen paulina del Cuerpo Místico de Cristo, el Papa Francisco dijo que la Curia Romana es “un pequeño modelo de la Iglesia”, un cuerpo complejo, compuesto de diversos miembros, dinámico. Sin embargo, no puede este cuerpo vivir sin nutrirse de la relación con Cristo. Sin la oración cotidiana y la caridad vivida, sus miembros se convierte en burócratas, en un gajo que poco a poco se muere y es tirado lejos. “Que quede claro que sin Jesús no podemos hacer nada. Y la relación con El alimenta la relación con los otros. El Espíritu de Dios une, el espíritu del mal divide. La curia está llamada a mejorar, pero como cada cuerpo humano está expuesta al mal funcionamiento y a las enfermedades”, señaló. Seguidamente el Sucesor de Pedro hizo una lista de las 15 tentaciones y enfermedades curiales, y comenzó por la de “sentirse inmortal o indispensable”. “Una Curia que no hace autocrítica y no se actualiza y no intenta mejorar es un cuerpo enfermo”, agregó, e invitó a los presentes a visitar los cementerios para ver los nombres de tantas personas “que se creían inmortales, inmunes e indispensables”. Para Francisco, “esto deriva de la patología del poder, del complejo de sentirse un elegido y del narcisismo”. Otras enfermedades de este catálogo de males de la Curia es el “excesivo trabajo”; el “endurecimiento mental y espiritual”, que “impide llorar con los que lloran y alegrarse con los que se alegran”; “la excesiva planificación” y “la enfermedad de la mala colaboración”. También destacó el “alzheimer espiritual”, que se observa en “quien ha perdido la memoria de su

encuentro con el Señor y depende sólo de sus propias pasiones, caprichos y manías y construye a su alrededor muros y costumbres”. Otro de los males que enumeró el Papa fue el de la “rivalidad y la vanagloria”, que surge “cuando la apariencia y el color de los vestidos y las insignias de honor se convierten en el objetivo primario de la vida”. “La enfermedad de la esquizofrenia existencial”, está presente en los que viven “una doble vida fruto de la hipocresía típica del mediocre” y afecta a aquellos que “han abandonado el servicio pastoral para sólo hacer asuntos burocráticos”, agrego. “Las habladurías y los cotilleos”, son otra de las enfermedades citadas por el Papa, así como la de “divinizar a los jefes”, al ser “víctimas del carrerismo y del oportunismo”, “pensando sólo en lo que se debe obtener y no en lo que se debe ofrecer”. Citó además “la enfermedad de la indiferencia hacia los demás”; la de la “cara fúnebre”, pues el religioso “debe ser una persona amable, serena y entusiasta y alegre que transmite alegría”, dijo. “¡Qué bien hace una buena dosis de humorismo!”, acotó el Papa Bergoglio. La enfermedad de “acumular bienes materiales”, la de pertenecer “a círculos cerrados y la de la “mundanidad y el exhibicionismo”, concluyeron la lista. El Papa Francisco quiso también recordar que un día leyó que “los sacerdotes son como los aviones, que son noticia sólo cuando caen”. A lo que replicó que, sin embargo, “hay muchos que vuelan”, pero que a los que también “muchos critican, pero pocos rezan por ellos”. Y en seguida advirtió: “Cuánto mal puede causar un solo sacerdote que cae a todo el cuerpo de la Iglesia”.

El texto completo de este discurso puede leerse en www.humanitas.cl (ver en link “Recomendados”, Discursos Papa Francisco)

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MONSEÑOR FRANCISCO VALDÉS SUBERCASEAUX DECLARADO VENERABLE POR EL PAPA FRANCISCO “Yo no nací para ser Obispo, siempre he querido ser un sencillo capuchino” es una frase que retrata la vida y obra de Francisco Valdés Subercaseaux, su obediencia, y su cualidad de gran hombre de Dios, que supo servir y estar a la altura de los grandes desafíos de la Iglesia en su tiempo. La Iglesia de Osorno y de Chile celebran la reciente noticia del avance del proceso de Monseñor Valdés, quien ha sido declarado Venerable por el Papa Francisco en noviembre de 2014. Francisco Valdés Subercaseaux, nace en Santiago de Chile el 23 de septiembre de 1908, hijo de don Horacio Valdés y Blanca Subercaseaux, el segundo de cinco hermanos. Cursa sus estudios en el Colegio de los Padres Jesuitas. En su niñez es desahuciado por los médicos y viaja junto a su madre al sur de Chile, Río Negro, para ponerse en las manos del Padre Tadeo, misionero y médico capuchino, reconocido por sus tratamientos de hidroterapia de Knipe, por el cual recupera milagrosamente la salud. Siendo un joven recién egresado de su bachillerato y estando en Roma, siente el llamado de Dios e ingresa al Seminario Pío Latinoamericano. De vacaciones en Montenero, lee en el L’Osservatore Romano la noticia del incendio de los Misioneros Capuchinos del convento San Francisco de Valdivia, donde trágicamente mueren los padres Albuino y Eucario (misioneros bávaros), tragedia que le rememora la imagen del Padre Tadeo y el milagro de su sanación. Este hecho marca un hito fundamental y define su vocación como misionero capuchino en la Araucanía. Estudia Teología en Venecia y se ordena de sacerdote el 17 de Marzo de 1934 en dicha ciudad, siendo el primer chileno que profesa como capuchino. Fue profesor de Filosofía en el Seminario de San José de la Mariquina. En el año 1943 es nombrado Párroco de la Parroquia Santa Cruz de Pucón, cargo que desempeña durante 13 años. En 1947 expone en Santiago de Chile sus acuarelas con paisajes de la Araucanía y su venta la destina a la construcción del hospital San Francisco de Pucón que él funda, además del Monasterio de Capuchinas Contemplativas y varias escuelas rurales. El año 1955 se erige la Diócesis de Osorno. El 16 de septiembre, en la iglesia del Sagrado Corazón del Bosque en Santiago, el padre Francisco es consagrado Obispo por el Nuncio Apostólico Sebastián Baggio, y por los obispos Guido Beck de Ramberga O.F.M. Cap., Obispo de la Araucanía, y monseñor Manuel Larraín Errázuriz, Obispo de Talca y gran amigo suyo. El 26 de octubre de 1956 toma posesión como primer Obispo y se dedica de lleno a la organización de su Diócesis. Como obispo, viajó a Europa y Norte América para conseguir clero y medios económicos debido a las necesidades que encontró a su llegada. Sumó varias congregaciones religiosas entre ellos, los Padres Jesuitas de la Provincia de Maryland USA, quienes asumen el Colegio San Mateo.

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En 1960 la zona sur es azotada por uno de los terremotos más demoledores de la historia, el Obispo Valdés se dedica en cuerpo y alma a apoyar espiritual y materialmente a los damnificados. La Catedral de Osorno quedó gravemente dañada y, Mons. Valdés pone todo su empeño en reconstruirla incentivando a toda la comunidad a sumarse a dicha obra que se consagra el 24 de noviembre de 1977. Uno de sus más conocidos aportes a Chile fue su participación en el tratado de paz entre Chile y Argentina en 1978. Durante todo ese año, se abocó a que ambos gobiernos aceptaran la mediación papal, la que finalmente se logró. El 9 de octubre de 1998 se promulga el decreto Nihil Obstat de la Congregación y por el decreto de Apertura del 3 de noviembre de 1998 Mons. Valdés es declarado Siervo de Dios. El viernes 7 de noviembre 2014, el Santo Padre Francisco recibió en audiencia privada al cardenal Angelo Amato, SDB, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos. En dicha audiencia, el Santo Padre autorizó a la Congregación a promulgar el decreto sobre las virtudes heroicas del Siervo de Dios. Francisco Valdés Subercaseaux de la Orden de los Frailes Menores muere en Pucón el 4 de enero de 1982 y sus restos descansan en la Catedral que él construyó. En su lecho de muerte, dedicó su vida: “Ofrezco mi vida por el Papa, por la Iglesia, por la diócesis de Osorno, por los pobres, por la paz entre Chile y Argentina y por el triunfo del amor.” Mauricio Bello Araya, Pbro.

Oración por la canonización de Monseñor Francisco Valdés Subercaseaux Padre Dios. Tú que prometiste a los humildes que serán ensalzados, y a los que enseñan la justicia que brillarán como estrellas en la eternidad, dígnate glorificar a tu siervo, Monseñor Francisco Valdés Subercaseaux, y hacer resplandecer su nombre entre los de tus santos. Te pedimos, Señor, que tus gracias se multipliquen a favor de tus fieles que te imploran, recordándote las virtudes que él practicó sobre la tierra. Haz que podamos así ver un día a la Santa Iglesia honrar su memoria y darnos en él un nuevo modelo que imitar, un protector más que nos asiste en nuestros trabajos y dolores, y que nos ayude a llegar a la patria celestial. Amén

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Fervor religioso popular en la Inmaculada Multitudinaria celebración en Lo Vásquez y otros santuarios

Durante la jornada del 8 de diciembre, feriado nacional en Chile y día en que la Iglesia Católica celebra la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, 800 mil peregrinos visitaron el Santuario de Nuestra Señora de Lo Vásquez. Desde distintas localidades, fueron llegando las comunidades parroquiales, delegaciones escolares y familias completas quienes con mucho ánimo hicieron largos recorridos a pie hasta el campo santo. Según las autoridades, este año hubo un incremento de un 30% más de visitantes en relación con el año pasado: “Ya desde el domingo tuvimos que empezar con misas cada una hora. Empezamos con la eucaristía de las 8 de la mañana y no hemos parado hasta las 19:00 horas que fue la última misa del 8 de diciembre. Tuvimos eucaristías, confesiones, bendiciones, y así tratamos de cubrir todos aquellos aspectos que el peregrino necesita para hacer de esta peregrinación la mejor para ellos”, señaló el padre Claudio Ortiz, Rector del Santuario de La Purísima de Lo Vásquez. La misa del mediodía fue presidida por monseñor Gonzalo Duarte, Obispo de Valparaíso, quien destacó en su homilía que “nada hay imposible para Dios, y el pueblo cristiano sabe que para llegar a la misericordia de Dios, el camino más amoroso es la intercesión de María Santísima”. En su intervención manifestó que en esta oportuni-

dad, la Solemnidad de la Inmaculada Concepción tiene un contenido especial, ya que el Santo Padre Francisco nos ha convocado al Año de la Vida Consagrada. “¿Qué es la vida consagrada para la Iglesia? Nosotros conocemos a uno de los sectores más importantes de la vida consagrada que son las religiosas. Aquí hay muchas religiosas presentes, pero la vida consagrada, está conformada por miles de hermanos y hermanas que han optado por el servicio al Señor, no a través del hermoso camino de la familia, no a través del hermoso camino de la vida matrimonial, sino que quieren consagrarse al Señor en un camino de especial consagración”, señaló el prelado. A las 17:00 horas se realizó la tradicional procesión de la imagen de la Virgen hasta el Calvario, la que fue presidida por el Obispo de Valparaíso y acompañada por la Banda de la Quinta Zona de Carabineros de Chile. A su paso, los fieles entonaban cantos, vítores y saludaban la imagen de Nuestra Señora con pañuelos blancos, jurando solemnemente volver el próximo año. En muchos santuarios marianos a lo largo de todo Chile se repitió esta expresión de fervor religioso. En el cerro San Cristóbal de Santiago, el arzobispo Cardenal Ricardo Ezzati celebró la misa a los pies de la Inmaculada que domina la ciudad acompañado por 80 mil fieles.

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FESTIVIDADES RELIGIOSAS Y FERIADOS LABORALES

Un proyecto reciente en la Cámara de Diputados busca suprimir 4 feriados laborales adjuntos a las festividades religiosas de la Asunción (15 agosto), el día de la Inmaculada (8 de diciembre), San Pedro y San Pablo (29 de junio) y el día de la Raza o del Encuentro entre dos mundos (12 de octubre). En Chile, desde siempre los feriados laborales ajenos a festividades religiosas se han hecho de común acuerdo entre las autoridades nacionales y las autoridades civiles, sea la Santa Sede o la Conferencia Episcopal, autorizada por la Santa Sede. Fruto de ello, por ejemplo, es la ley pacticia Nº 2.977 del 1 de febrero de 1915 que fija los “feriados religiosos”. En su artículo primero, número 2, inciso segundo: “estas festividades religiosas podrían ser modificadas por el Presidente de la República, en virtud de concordato con la Santa Sede”. Estrictamente hablando, no se requiere un tratado solemne, sino basta un acuerdo simplificado. Los feriados laborales adjuntos a la Asunción, Santísima Concepción y San Pedro y San Pablo han existido desde siempre en Chile Republicano. Se oficializaron en la Misión Muzzi, a petición del Presidente de la República, don Ramón Freire y Francisco Antonio Pinto. La autoridad civil recurrió a un decreto de 9 de agosto de 1824 y el Vicario Apostólico don Juan Muzi a un respectivo rescripto en el mismo sentido. Por decreto pontificio de 1911-1913 hubo una reducción de los feriados religiosos, pero quedaron siempre el 15 de agosto; el 29 de junio, agregándose la fiesta de la Inmaculada el 8 de diciembre. La Fiesta de la Inmaculada figuraba en el rescripto de Freire y en los documentos coloniales. Para regularizar la situación se dictó la Ley Nº 2.977 en 1915 siendo Presidente don Ramón Barros Luco y ministro Pedro M. Montenegro. Ahora bien, estrictamente hablando, el proyecto de ley debe ser de iniciativa del Presidente de la República, el cual lo presentará indicando en el Mensaje que ha llegado a acuerdo con la Santa Sede. Pero, el principio de conservación de los actos públicos (Utile per inutile non vitiatur) permite que si fuera presentado el proyecto de ley por parlamentarios, el Ejecutivo puede señalar en el trámite legislativo que hace suyo el proyecto o simplemente oficiar al Congreso que ha llegado a un acuerdo con la autoridad de la Santa Sede que corresponda. Ahora bien, la fiesta de la Asunción tiene un antiquísimo origen. Las Iglesias Católica y Ortodoxa la celebran a lo menos desde el siglo V como Dormición de la Virgen, si bien ya antes del Concilio de Efeso (431 d.C.) se celebraba una fiesta mariana precisamente el 15 de agosto. Cabe señalar que al fundar Santiago,

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Pedro de Valdivia promete edificar una Catedral en honor a la Santa María Asunta, lo que se cumplió. Hasta no hace muchas décadas, sobre todo en el campo, los bautizados recibían por petición de los padres el nombre de Tránsito. Ello tanto para las mujeres como para los varones. En estos se usaba como primer o segundo apelativo. Así por ejemplo, Tránsito o José del Tránsito. El culto Mariano de la Inmaculada Concepción, fue conocido desde la Colonia como de la Santísima Concepción y de allí el nombre de la capital de la VIII Región. Es el día elegido por numerosos niños para hacer su primera comunión. Es objeto de grandes y a veces gigantescas peregrinaciones y procesiones. No solo se celebra en Lo Vásquez (Valparaíso) sino también en Arica, Santiago, Maipú, Cerro Chena (San Bernardo), Rancagua, Curicó, Corinto, Cerro Pilluquén, Constitución, San Javier, Los Ángeles, Temuco, Valdivia, Achao y Ancud. Además de estos santuarios, en todas las parroquias es el término del Mes de María, la devoción más extendida de Chile. El culto a San Pedro y San Pablo es también de antigua data. En todas las caletas de pescadores ese día se saca a navegar al Santo Patrono y esa festividad tiene asociado un feriado laboral, como homenaje al Papa por la Mediación del Sucesor de Pedro, en el año 1978. Por todo ello, estimo plenamente vigente la declaración del Episcopado Chileno (ref. 452/96) parágrafos 9 y 10: “Los feriados religiosos son parte de patrimonio espiritual de la sociedad y un elemento vital de la convivencia social. Debilitar los signos de la dimensión espiritual de la Nación tendría consecuencias negativas” y “10. Además no parece sano el que todas las expresiones y actividades de la vida humana se tengan que medir exclusivamente bajo el punto de vista de la productividad y de la economía”. En fin, el proyecto de ley atenta contra la libertad religiosa del catolicismo chileno (art. 19 Nº6) y ley 19.638. Vulnera asimismo la Convención sobre la protección y la promoción de la diversidad de las expresiones culturales Unesco del 20 de octubre de 2005, ratificada por Chile el 13 de marzo de 2007 y vigente desde el 18 de marzo de 2007. En efecto, las festividades religiosas mencionadas son parte del patrimonio cultural de Chile y el Estado de Chile al negarles un feriado laboral ejercido desde larga data no las protege y por el contrario les causa un grave menoscabo. JORGE ENRIQUE PRECHT PIZARRO 23 de Diciembre 2014

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La Virgen María

Durante mi vida he tenido en muy alto aprecio la misión de los legisladores y su responsabilidad social al servicio del bien común, aun pudiendo no estar siempre en total acuerdo con sus decisiones, lo cual es parte del proceso de una democracia. Sin embargo, ante el proyecto de ley de supresión de algunos feriados para aumentar los días de vacaciones, que incluye el 8 de diciembre —día que para los católicos es la fiesta de María Inmaculada—, considero que es una peligrosa señal de desconexión de los legisladores con el sentir religioso de una parte importante de los habitantes de nuestro país. Ese día, los católicos celebramos las maravillas que hace la gracia de Dios en el ser humano, personificado en lo que ha ocurrido en la Madre del Señor Jesús. Es una fiesta muy significativa para nosotros, en la que celebramos la acción de Dios que sana a la persona humana de todo mal, desde sus raíces más profundas. En Chile no hay ningún evento —ni político ni deportivo ni artístico o de otro tipo— que convoque habitualmente a tantas personas. No son solamente las más de 800 mil personas que van al Santuario de Lo Vásquez, sino que en los santuarios marianos —de Arica a Punta Arenas— ese día se reúnen bastante más de dos millones de creyentes a celebrar su fe. Esta capacidad de convocatoria de la Madre del Señor se realiza sin campañas publicitarias, sin empresas productoras de eventos, sin fondos estatales o financiamientos encubiertos, sin personal contratado, sin ofrecimientos de regalías o de productos especiales, sin ninguna de las leyes del márketing; solamente con la expresión religiosa de la fe del pueblo católico. Para los centenares de miles de creyentes que celebran su fe en ese día no es un asunto de un día más de vacaciones laborales. Ciertamente, me sorprende y me parece muy preocupante la desconexión y el desinterés de los legisladores con los ríos vitales que alimentan el alma de un porcentaje significativo de nuestro pueblo de Chile. Monseñor Alejandro Goic Karmelic Obispo de Rancagua *Carta publicada originalmente en El Mercurio, 24.XII.2014

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Concepción Más de 2 mil personas se manifestaron a favor de la vida

Una gran manifestación pública a favor de la vida se

vivió durante la jornada del sábado 22 de noviembre en el centro de la ciudad de Concepción, Chile, en donde más de 2 mil de personas participaron de la «Marcha en Defensa de la Vida». Con la presencia del Arzobispo de la Santísima Concepción, monseñor Fernando Chomali, la columna de marchantes avanzó desde la Catedral hasta los Tribunales de Justicia, por la principal avenida de la ciudad. Durante el trayecto los manifestantes gritaron consignas a favor del derecho a la vida de los que están por nacer e hicieron público su rechazo a aquellas medidas que pretenden legalizar el aborto y la eutanasia. En la oportunidad, monseñor Chomali agradeció a los organizadores y a quienes participaron masivamente en el encuentro. «Hay muchos atentados en contra de la vida y hemos visto el clamor de todo el mundo frente a los 43 jóvenes asesinados en México (...) vemos cómo matan a los cristianos en Irak y en Siria y cómo tienen que huir; vemos atentados contra la vida con tanta pobreza, con tantos oprimidos por el trabajo; vemos tantas injusticias sociales y ahora nos encontramos con otra preocupación, vemos los atentados contra la vida, las leyes que promueven el aborto y no queremos eso para Chile y la experiencia, en el mundo, lo confirma. El aborto es un acto de violencia como lo es también la eutanasia», expresó. Asimismo agregó: «Defenderemos la vida con las armas que nos da la razón, la ciencia y la fe, que es el amor. (...) Lo que nos mueve es que la vida es un gran valor y que no puede quedar al arbitrio de una persona o un grupo de personas». «Queremos demostrar que una auténtica democracia es aquella que cuida a todos sus miembros. La felicidad no depende del estado de salud, sino del amor que damos y recibamos. Un Estado de Derecho es verdadero cuando la fuerza de la razón prevalece por sobre la fuerza. Un Estado de Derecho es tal cuando cuida al que no puede defenderse», concluyó.


RECUPERACIÓN DEL PALACIO ARZOBISPAL DE SANTIAGO

“Los monumentos y los íconos de la ciudad nos pertenecen a todos, más aún si se trata de la Sede de un Arzobispado que, por definición, quiere tener siempre sus puertas abiertas para acoger a todo el que lo necesite o, simplemente, la quiera visitar”. (Cardenal Ricardo Ezzati Andrello, Arzobispo de Santiago)

El pasado miércoles 10 de diciembre de 2014 fueron re-inauguradas la Capilla y el Salón de Actos del Palacio Arzobispal. Ambos proyectos forman parte del Plan Maestro de Conservación y Rehabilitación del Edificio Palacio Arzobispal, mediante el cual el Arzobispado busca retornar a su sede histórica. Tanto la Capilla como el Salón, se ubican en el segundo piso del Monumento Histórico “Palacio Arzobispal de Santiago”. Esta edificación fue construida en sucesivas etapas entre 1850 y 1933, bajo la dirección alternativa de arquitectos como Claude Brunet de Baines y Lucien Henault, entre otros. Ubicado en el costado poniente de la Plaza de Armas, este lugar fue asignado a la Iglesia por los conquistadores en la etapa fundacional de la ciudad entre 1540 y 1541. La Capilla de la Sede Episcopal fue concebida como un lugar de oración, ofrenda y gracia, que el tercer Arzobispo de Santiago, monseñor Mariano Casanova concibió y heredó a la capital. La Virgen Inmaculada, el Sagrado Corazón, Santos y Alegorías revisten sus muros y cielo, y dan cuenta de la reflexión sobre fe y razón, propia del hombre de fines del siglo XIX. En la década del sesenta la Curia se trasladó a su actual ubicación en Erasmo Escala, permaneciendo este edificio en desuso hasta que a mediados de los años setenta la Vicaría de la Solidaridad ocupó sus dependencias por casi dos décadas. En los años siguientes, el estado de conservación de la antigua sede arzobispal declinó bruscamente producto del desuso, filtraciones y eventos sísmicos, sufriendo daños en su estructura y elementos decorativos. Junto con el daño material, la falta de uso fue enmudeciendo la historia y vaciando de contenido el patrimonio de estos espacios, al no tener quién lo interpretara.

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Los proyectos de restauración y conservación ejecutados recientemente, se gestaron hace más de diez años, iniciándose con un exhaustivo diagnóstico que permitió una comprensión crítica de este monumento y que definió esta intervención como un rescate de la autenticidad de uno de los espacios de mayor jerarquía patrimonial en nuestro país. Los trabajos realizados contaron con el aporte del Programa de Reconstrucción post terremoto, convocado en el año 2012 y el Fondo Patrimonio en 2013, del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes. Ambos proyectos fueron de carácter multidisciplinario, participando en ellos equipos de arte y restauración, arquitectura, ingeniería, interiorismo, documentación e iluminación. El retorno de las oficinas del Arzobispado al edificio de la sede, como lo contempla el Plan Maestro, finalizará el proceso de restauración y re-significación de estos espacios, devolviéndoles su carácter. La intención del Arzobispado es devolver estos espacios a la ciudad de Santiago, manteniendo sus puertas abiertas a todo el que lo necesite. Para mayor información, detalles e imágenes del proceso de recuperación, visitar www.patrimonioiglesia.cl

Pesebre

El pesebre instalado en La Moneda ha recibido variados comentarios críticos. Uno, por su abultado costo económico. Otro, por su discutible calidad artística. Un tercero, por poner en cuestión la laicidad o indefinición religiosa del Estado. A lo primero cabe oponer el mismo argumento tan invocado en la reforma educacional: invertir en educación es máximamente rentable. Y el acontecimiento localizado en el pesebre es una obra maestra de pedagogía, divina y humana. A lo segundo, que sobre gustos no hay nada escrito, y que el culto esteticista a las formas no debe distraer ni opacar la atención al sublime mensaje de fondo. Y a lo tercero, que el Estado, garante de la libertad de culto hace bien en reconocer, como lo hace en el Te Deum, que su origen e identidad de país

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están y continúan ligados a su mayoritaria tradición de fe. Estas miradas críticas al pesebre en La Moneda se han detenido en el escenario, olvidando a los protagonistas. Un pesebre es un comedero de animales. Los protagonistas del pesebre navideño son un padre, una madre y un hijo recién nacido. Una familia. Un bebé que llora, mama y sonríe. Su instalación, destacada y costosa, en el palacio de Gobierno parece dar cuenta de un compromiso de la Autoridad que allí reside, en orden a no escatimar esfuerzos y gastos para fortalecer la familia y proteger a todo trance la vida, para luego celebrar su nacimiento. Compromiso, por lo demás, basilarmente estipulado en la Constitución que esa autoridad juró solemnemente respetar.


MORAL POLÍTICA Uno de los aspectos más lamentables del proyecto de educación en curso (actualmente en Chile), es que en realidad no sea un proyecto, sino una suma de medidas distintas. Un proyecto por armarse aleatoriamente. Llamado a tomar estructura no se sabe cómo. ¿Qué puede hacer un parlamentario mareado en ese laberinto? Puede decirse: me mantengo fiel al partido y al Gobierno y por esa razón acepto a ciegas todo lo que proponga. A su voluntad confío el sentido del proyecto. Es un argumento antidemocrático que se parece demasiado al de los parlamentos rusos o chinos que aprueban sus proyectos por unanimidad, sencillamente porque los traen ya hechos y aprobados. No es un acto democrático, sino una ceremonia hipócrita. Admito que pueda parecer correcto si se actúa con arreglo a un valor superior a los que puedan estar en juego para el caso específico. Dicho en concreto: atribuir más valor a la unidad del poder que represento que al proyecto de educación que se discute; y bajo ese signo aprobarlo todo aun contra el propio juicio. Creo que la conciencia personal debe ser protagonista absoluto en estas situaciones, y no puede ser soslayada del caso concreto en cuestión, a pretexto de valores que operan en otros ámbitos. No se le puede quitar el cuerpo a la responsabilidad que el caso presenta en su propia naturaleza. Hacerlo, es dar la espalda al sentido democrático de la política, envilecerla, hacer de ella nada más que un sucio instrumento. JUAN DE DIOS VIAL LARRAÍN *Artículo publicado originalmente en El Mercurio. 12.XII.14

En los crudos hechos la autoridad hace o impulsa exactamente lo contrario. Se empeña en difuminar el concepto de familia y deconstruir su base principal. El matrimonio lo quiere reducido a una indeterminada voluntad de dos (¿por qué sólo dos?) personas de sexo indeterminado, para compartir, con algún indeterminado grado de permanencia, un igualmente indeterminado proyecto de vida e interés común. Y pisa fuerte el acelerador, la autoridad en cuya sede luce vistoso el pesebre, para que el manto de un eufemismo legal encubra, como sagrado derecho, el abominable crimen de eliminar la vida más inocente e indefensa. Con razón se ha hablado más, o casi únicamente del

pesebre, comedero de animales; y nada de lo que allí se celebra: el nacimiento de un Hijo, concebido en el seno de una joven virgen, protegido por el silencio obediente, la fe inconmovible, el amor incondicional de un esposo-padre que en la tierra encarna al Esposo-Padre en el cielo. Un niño Salvador porque es niño ante Dios, y solo hace la voluntad de Dios, y Dios es el único que puede salvar, y solo nos salva a través de la familia, cuna y santuario de la vida. Familia y Vida, don y tarea cuyo aseguramiento es la primera razón de ser del Estado. RAÚL HASBUN Pbro. *Artículo publicado originalmente en Diario Financiero 23.XII.2014

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Exposición Centro de Extensión UC Gaudí: el arquitecto y la forma

En la Galería de Arte del Centro de Extensión de la Universidad Católica de Chile, se presenta hasta el 23 de enero, una exposición del arquitecto español Antoni Gaudí, inédita en el país. La muestra incluye piezas originales y réplicas traídas desde Barcelona, pertenecientes a instituciones que atesoran su patrimonio. La muestra Gaudí: el arquitecto y la forma es un extenso recorrido por su obra, desde sus inicios, período marcado por la figura de su mecenas y amigo Eusebi Güell —de esta época son la Casa Vicens, el Palacio Güell, el Colegio de las Teresianas y la Torre Bellesguard—, hasta el Gaudí más conocido: el de la última etapa marcada por el dominio absoluto de las formas organicistas procedentes de la minuciosa observación de la naturaleza. Ejemplo de esta época son la Casa Batllo, la Casa Milà y el Parque Güell. La exposición cuenta con fotografías tanto actuales como históricas de su arquitectura, material original

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y también reproducciones de mobiliario, cerámica, quincallería, hierro forjado, entre otras creaciones, dando cuenta con todo ello de la extrema atención de Gaudí por el trabajo artesanal en sus obras. Se incluyen, además, maquetas de gran formato y gran detalle de sus obras arquitectónicas más emblemáticas, maquetas de alta definición de capiteles de columnas, cúpulas en pequeño formato, ornamentaciones, modelos en yeso, planos, croquis y documentación diversa referente a su estilo de trabajo. El montaje presta una especial atención a la obra inacabada de la Sagrada Familia y otros proyectos interesantes como los dos únicos diseños que Gaudí realizó para América: el de un rascacielos para Nueva York que no llegó a construirse y la Capilla de Rancagua, que se proyecta construir en esa ciudad chilena durante los próximos años bajo la gestión de la Corporación Gaudí de Triana.


TERESA DE JESÚS ESCRIBIÓ 15.000 CARTAS PARA EVANGELIZAR A LAICOS, MONJAS, TEÓLOGOS Y HASTA AL REY

EL SEÑOR SEA SIEMPRE CON VUESTRA MERCED...

SANTA TERESA / V CENTENARIO

A santa Teresa de Jesús se la suele representar con una pluma en la mano, y pocas iconografías son tan fieles a la realidad histórica como esa. Porque la Mística Doctora no sólo compuso poemas, villancicos y libros de elevada espiritualidad, sino que dedicó buena parte de sus días y de sus noches a escribir cerca de 15.000 cartas, que tenían por destinatarios a personas de todos los estamentos sociales: prioras, damas, novicias, mercaderes, virreyes, teólogos, obispos, frailes, cardenales, funcionarios del correo y hasta al mismísimo rey Felipe II. Con un elemento común: en todas se presenta «como lo que es: una testigo de Dios, que mezcla asuntos cotidianos con la presencia de Cristo».

Febrero de 1577. Pasan ya de las doce de la noche, y en la fría y oscura celda del Carmelo descalzo que hace siete años se ha fundado en la noble ciudad de Toledo, una ya anciana Teresa de Jesús, enferma y asediada por los problemas que atraviesa su Orden, toma pluma y tintero y rasga con su vibrante grafía un pliego de grueso papel. Los márgenes amplios y el papel de buena calidad —el mismo que usa siempre para sus cartas, sea cual sea su destinatario— no reflejan la pobreza extrema en que vive la autora allá donde para, sino que muestran el respeto con que la carmelita descalza trata siempre a sus relaciones. Alumbrada por la llama de una palmatoria, Teresa traza una cruz en el encabezado y escribe: La gracia del Espíritu Santo sea con vuestra reverencia... Su destinatario es el carmelita italiano Ambrosio Mariano, que reside en Madrid. En una extensa misiva, Teresa cuenta, entre otras cosas, que esa misma noche lleva media docena de cartas escritas, y otras tantas son las que le quedan: al obispo de Cartagena, al de Ávila, a unos teólogos abulenses, a las monjas del Carmelo de Caravaca, a la madre del Visitador de la Orden...

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En otras ocasiones, los sobrescritos reflejarán nombres ilustres como el de la Duquesa de Alba, el Conde de Olivares, el cardenal Quiroga, o incluso «la sacra, católica, cesárea, real majestad del rey nuestro señor Felipe II» —toda una osadía en el contexto social y absolutista del Siglo de Oro, por tratarse de una simple monja de humilde cuna—; o bien el de personas anónimas de la época, como familiares, amigas de la infancia, novicias, frailes, doctores, meros empleados del correo, damas nobles, prioras de conventos, comerciantes, o personajes de todos los estamentos sociales, desde Roma hasta Madrid, de Quito a Salamanca, de Lisboa a Sevilla... En total, y como explica el padre Tomás Álvarez, prestigioso teresianista y autor, entre otras muchas obras sobre la santa, de Comentarios a las cartas de Santa Teresa, «según los últimos estudios, solo en el último tercio de su vida, porque antes de 1561 no hay constancia de una carta suya, Teresa escribió más de 15.000 cartas, en las que se muestra tal cual es: una testigo de Dios, que mezcla asuntos cotidianos con la presencia de Cristo; que habla con toda normalidad, de alma a alma, lo mismo con una novicia que con un obispo, con el rey o con su amiga la priora de Sevilla, porque su experiencia de Dios es incontestable e incontenible, y eso incluso se refleja en su caligrafía, vibrante y expresiva». «Con sus cartas —concluye el padre Álvarez—, Teresa creó toda una agencia de comunicación, una red de relaciones sociales, que enseñan cómo buscar el encuentro con el otro, sea quien sea, para llevarle a Dios». Una precursora de la cultura del encuentro y de la Iglesia en salida, en pleno Siglo de Oro. José Antonio Méndez

SANTA TERESA / V CENTENARIO

Al teólogo Domingo Báñez, sobre una monja a la que la santa acogió sin dote: «Crea, padre mío, que es un deleite para mí cada vez que tomo alguna que no trae nada, sino que se toma sólo por Dios, y ver que no tienen con qué y lo habían de dejar por no poder más. Veo que me hace Dios particular merced en que sea yo medio para su remedio. Si pudiese fuesen todas así, me sería gran alegría; mas ninguna me acuerdo contentare, que la haya dejado por no tener».

Confesiones espirituales a su hermano Lorenzo de Cepeda, tras su vuelta a España desde América: «¡Bueno anda nuestro Señor! Paréceme que quiere mostrar su grandeza en levantar gente ruin, y con tantos favores, que no sé qué más ruin que entrambos . (...) Desde antes que escribiese a vuestra merced, me han tornado los arrobamientos, y hame dado pena; porque es, cuando han sido algunas veces, en público, y así me ha acaecido en maitines. Ni basta resistir ni se puede disimular. Me querría meter no sé dónde. (...) Cuando de veras está tocada el alma de este amor de Dios, sin pena ninguna se quita el que se tiene a las criaturas, digo de arte que esté el alma atada a ningún amor. Lo que no se hace estando sin este amor de Dios; que cualquiera cosa de las criaturas, si mucho se aman, da pena, y apartarse de ellas, muy mayor. Como se apodera Dios en el alma, vala dando señorío sobre todo lo creado».

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A su hermana Juana de Ahumada, le aconseja a toda prisa y le pide que le mande al convento... ¡unos pavos! «Con vuestra merced sea el Señor. Este arriero viene por la carta cuando se quiere marchar. Así no hay lugar de decir más cosas. Piense vuestra merced, mi señora, que de una manera o de otra, los que se han de salvar, tienen trabajos, y no nos da Dios a escoger. (...) El confesarse a menudo le pido por amor de Dios y de mí. (...) Los pavos vengan, pues tiene tantos». A su hermano Lorenzo, sobre las muchas cartas que escribe cada día «Aquel día fueron tantas las cartas y negocios, que estuve escribiendo hasta las dos, y hízome tanto daño a la cabeza, que creo ha de ser para provecho; porque me ha mandado el dotor [el médico] que no escriba jamás sino hasta las doce, y algunas veces no de mi letra. Y cierto ha sido el trabajo escesivo, en este caso, este invierno, y tengo harta culpa; que por no estorbar la mañana, lo pagaba el dormir; y, como era después del escribir el vómito, todo se juntaba. (...) Helo dicho, porque si alguna vez viere allá vuestra merced alguna carta no de mi letra, y las suyas más breves, sepa ser esta la ocasión». Consejos carmelitanos a la novicia Leonor de la Misericordia «Deje a Dios con su alma y esposa, que Él dará cuenta de ella y la llevará por donde más le conviene. Y también la novedad de la vida y ejercicios parece hacer huir la paz, más después viene por junto. Ninguna pena de eso tenga. Préciese de ayudar a llevar a Dios la cruz, y no haga presa en los regalos, que es de soldados civiles querer luego el jornal. Sirva de balde, como hacen los grandes al rey. El del cielo sea [contigo]». A Felipe II, para pedir la liberación de san Juan de la Cruz y contar los problemas de las monjas con sus confesores: «La gracia del Espíritu Santo sea siempre con vuestra majestad, amén. Yo tengo muy creído que ha querido nuestra Señora valerse de vuestra majestad y tomarle por amparo para el remedio de su Orden, y así no puedo dejar de acudir a vuestra majestad con las cosas de ella. Por amor de nuestro Señor suplico a vuestra Majestad perdone tanto atrevimiento. (...) Puse allí en una casa [en el convento de San José, en Ávila] un fraile descalzo [san Juan de la Cruz] tan gran siervo de nuestro Señor, que las tiene bien edificadas, con otro compañero, y espantada esta ciudad del grandísimo provecho que allí ha hecho, le tienen por un santo, y en mi opinión lo es y ha sido toda su vida. (...) Y ahora un fraile [el prior de los carmelitas calzados] las ha hecho tantas molestias y tan sin orden y justicia, que están bien afligidas. (...) Hales quitado éste los confesores [san Juan y su compañero] (que dicen le han hecho vicario provincial y debe ser porque tiene más partes para hacer mártires que otros), y tiénelos presos en su monasterio, y descerrajaron las celdas (...). Tuviera por mejor que estuvieran entre moros, porque quizá tuvieran más piedad. Y este fraile tan siervo de Dios [san Juan de la Cruz] está tan flaco de lo mucho que ha padecido, que temo por su vida. Por amor de nuestro Señor, suplico a vuestra majestad mande que con brevedad le rescaten. (...) Sea Dios bendito, que los que habían de ser medio para quitar que fuese ofendido, le sean para tantos pecados, y cada día lo harán peor si vuestra majestad no manda poner remedio».

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EUROPA ES RELACIÓN

El Papa Francisco durante discurso al Parlamento Europeo en su sede de Estrasburgo, el 25 de noviembre pasado.

Tenía 25 años cuando recibió el encargo. Y Rafael supo demostrar a Julio II que no se había equivocado. El Papa amante del arte había acertado al pedirle que decorara las estancias que se quedaron con su nombre. En La Escuela de Atenas, uno de los frescos de esas estancias, Platón señala al cielo y Aristóteles la tierra. Dialogan, rodeados de los mejores pensadores clásicos, en un templo romano que se abre hacia un cielo azul con fascinante profundidad. El pintor hace un alarde del arte de la perspectiva desarrollado en el quattroccento. Personajes y objetos se sitúan en su justa proporción dentro de un espacio ordenado bajo tres arcos que se prolonga hacia el infinito. Francisco, 500 años después del encargo de Julio II, ha propuesto el fresco de Rafael como una suerte de “constitución pictórica” para la Unión Europea. Lo hizo en su discurso en el Parlamento de Estrasburgo, “Me parece una imagen que describe bien a Europa en su historia, hecha de un permanente encuentro entre el cielo y la tierra”, señaló. ¿Ingenuidad? ¿Simplismo? El propio Papa, entre los aplausos de los parlamentarios, denunció el cansancio con palabras claras: “los grandes ideales que han inspirado a Europa parecen haber perdido fuerza de atracción, en favor de los tecnicismos burocráticos”. No cabe duda, como señala Habermas, que “en el difícil camino hacia el Tratado de Lisboa (2007) las energías favorables a Europa han sido dilapidadas”. Buena culpa de ello la tuvo no solo el fracaso sino el contenido del Tratado Constitucional de 2004. Después llegó la recesión y la agenda se atascó en la crisis bancaria, monetaria y de deuda. Sin gobierno económico se ha hablado poco de gran política y menos aún de lo que está debajo de la política: la identidad de la Unión. Los proyectos de ciudadanía común se han atascado

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por la debilidad institucional y también por la dificultad de precisar qué es lo propio de Europa. De este modo hemos acabado en lo que algunos han denominado la post-truth democracy (una democracia en la que no rige la verdad). La política se hace depender por completo de los estados de ánimo de la opinión pública o publicada. Francisco no se ha limitado a indicar los males del momento. También ha señalado qué brilla en el cielo de Rafael: “en el centro del ambicioso proyecto político de los Padres Fundadores estaba la confianza en el hombre, no tanto como ciudadano o sujeto económico, sino en el hombre como persona dotada de una dignidad trascendente”. Lo propio del Viejo Continente es la dignidad de la persona que mira más allá de sí misma. La dignidad y la trascendencia estaban en los orígenes de Europa pero no siempre han sido formuladas con claridad como referencia jurídica. Hay que esperar hasta la proclamación del artículo 22 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos para que se establezca una relación directa entre esos derechos y la dignidad humana. Hacen falta doscientos años de historia constitucional, los horrores del nazismo y del comunismo para que el vínculo se haga explícito. Tras la Segunda Guerra Mundial, la reconstrucción de Europa se lleva a cabo recuperando el valor político de la dignidad de la que ha hablado el Papa. Esa recuperación se realiza con un acuerdo tácito para no debatir sobre sus fundamentos. En los años 40 y 50 del pasado siglo el ethos europeo está vivo, se comparte moral común: la evidencia del valor de la persona pervive. Las raíces no tienen suelo firme en el que asentarse pero en esos momentos el fruto de muchos siglos todavía no se ha estropeado. Muchos no se dan cuenta de que están viviendo el fin de un mundo. Ahora el fruto ha caído del árbol, se ha pochado y es amargo. Lo interesante es que el Papa lo hace notar no con una intervención “desde fuera”, desde una atalaya que amenace la laicidad. Francisco describe desde dentro la experiencia europea de los últimos decenios. Habla, de hecho, de la enfermedad de la soledad para ilustrar a qué ha conducido el que las raíces ya solo tengan pasado. Hay una parte de la modernidad europea que vinculó la dignidad, y los derechos que de ella se derivan, a la autonomía. Esa sensibilidad se ha exacerbado, “existe la tendencia a reivindicar los derechos individuales con una concepción de la persona humana desligada de todo contexto social y antropológico”. De ahí es de donde surgen los conflictos y violencias. ¿Y cuál es la respuesta? Francisco no recurre a una moral compartida como se hubiera hecho en la posguerra. La “dignidad trascendente” a la que apela está en la antropología, en la experiencia: “cada ser humano está unido a un contexto social. Hablar de la dignidad trascendente significa apelar a su naturaleza, a su capacidad de distinguir el bien del mal y significa, sobre todo, mirar al hombre como un ser relacional”. Europa es relación. Todos somos protagonistas en la Escuela de Atenas, buscamos la perspectiva adecuada bajo un cielo abierto. *Editorial de PaginasDigital con ocasión de la visita del Papa Francisco al Parlamento Europeo el 25 de noviembre pasado.

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India Venerarán reliquias de San Francisco Javier, expuestas cada 10 años

La Exposición de las Sagradas Reliquias de San Francisco Javier en el estado indio de Goa es una de las mayores manifestaciones públicas de la fe católica en India, y tiene lugar cada diez años. Durante 40 días, el cuerpo del Santo, preservado incorrupto en un féretro de cristal, fue trasladado de su mausoleo en la Basílica del Buen Jesús a la Catedral de Se, donde fue venerado por una gran cantidad de devotos, que se calcula superaron los cinco millones de personas. Durante los 40 días se llevaron a cabo programas litúrgicos especiales, así como eventos centrados en las Sagradas Escrituras. Al tratarse de un evento que se repite solo cada década, es la ocasión para que muchos goanos emigrantes regresen a su tierra natal.

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China Sigue creciendo el número de cristianos

Se calcula que el número de cristianos en la China es de aproximadamente 100 millones, de los cuales 12 millones son católicos, lo que va aumentando. La cifra ya sobrepasa al número de inscritos en el Partido Comunista, que es de alrededor de 86,7 millones de miembros. Esto explica el ‘nerviosismo’ de ciertas autoridades, y la persecución abierta que se desarrolla en algunas regiones del país contra la Iglesia. Entretanto, el catolicismo en el país asiático es cada vez más un fenómeno de masas y de fervor. Reproducimos apartes del relato hecho por Steven Mosher, presidente del ’Population Research Institute’, de un reciente viaje suyo a la China: «Déjenme que comparta con ustedes los muchos rostros de esperanza de la fe católica que pude ver en un viaje reciente que hice a China. Uno es el rostro de un sacerdote católico, que sirve como pastor en una gran parroquia cercana a una ciudad principal china, y que está determinado a salvar almas. Al sentarnos en su oficina, desdobló un dibujo de una estatua enorme de Jesús. Pretende construirla en secreto y luego erigirla durante la noche en un pedestal que mira hacia la autopista que pasa cerca de su iglesia. ‘¿Cómo va a obtener permiso de las autoridades?’ Le pregunté; ‘es territorio de la Iglesia’, dijo con firmeza, ‘no necesito permiso’». «No había iglesias derribadas en las provincias del Norte de China que visité, pero ciertamente había iglesias que se estaban construyendo. Las miles de iglesias que fueron derribadas o confiscadas por órdenes del Partido durante los cincuenta y sesenta han sido casi todas reconstruidas o renovadas, a menudo con donativos extranjeros. Esto incluye la iglesia de la parroquia en Dongergou en la provincia de Shanxi que visité, donde las misas se han celebrado continuamente durante más de 220 años». «Recuerdo las caras de aquellos que asistían a misa allí. Llegaban media hora antes y pasaban tiempo entonando oraciones en chino clásico compuestas hace cientos de años. Para cuando empezó la misa, la iglesia estaba llena. Muchas iglesias nuevas han sido construidas también, algunas veces con permiso oficial, a veces sin él. Esta es un área donde los laicos toman la iniciativa a menudo. En un pueblo, los parroquianos —muchos de ellos nuevos


conversos— llevan a cabo encuentros de oración y misas ocasionales, cuando un sacerdote puede ir, en un establo abandonado. Les dejé un cheque para ayudar a construir una nueva iglesia». «Recuerdo las caras de 50 parejas de evangelizadores laicos de una parroquia que, llenos de devoción, viajaban en moto cada domingo por la mañana para evangelizar las comunidades vecinas. Habían asistido a misa en la iglesia de su parroquia la noche anterior, y luego el domingo en la mañana, después de recibir la bendición del sacerdote local, se pusieron en marcha hacia los pueblos que estaban a quince, treinta, e incluso cincuenta kilómetros para predicar el Evangelio». «Se reunieron con aquellos que estaban curiosos por saber acerca de la fe católica en las casas de la gente para leer la Biblia y rezar. Algunos de estos grupos de nuevos creyentes eran muy grandes para encontrarlos en la casa de alguien. Cuando el gobierno local les negó el permiso para construir una iglesia, construyeron en cambio un ‘salón social’. Una iglesia con cualquier otro nombre sigue siendo una iglesia, después de todo, siempre y cuando sea adecuadamente consagrada (...)». «Hoy en día, cuatro siglos más tarde, el Espíritu Santo se mueve nuevamente de manera poderosa en esta antigua tierra, despertando los corazones y las mentes del pueblo chino al amor y el perdón de Dios». «El rostro humano de ese amor y perdón se puede ver en la nave este de la Catedral del Sur, donde está expuesto un bello retrato de la Virgen y el Niño. Ella lleva el atuendo de una emperatriz de Manchu, mientras que el Niño Jesús está vestido como el príncipe heredero de Manchú, el príncipe que un día reinará sobre toda China. Oremus».

Mongolia Primer diácono nativo El joven Enkh Baatar, en 2008, cuando ingresó al Seminario en Corea del Sur.

E nkh

Baatar, un joven de 23 años, es la primera vocación nativa de Mongolia en recibir la Orden del diaconado. El histórico suceso para la Iglesia en Mongolia se registrará en Corea del Sur, país en el cual transcurre su formación como seminarista en la Diócesis de Daejon. La noticia fue celebrada por Mons. Wenceslao Padilla, quien preside la Prefectura Apostólica de Ulán Bator, según informó la agencia Églises d’Asie en un artículo reproducido por UCA News. Según el propio seminarista, las dificultades de la Iglesia en el país durante la historia fueron un aliciente para que el joven deseara con prontitud trabajar en su apostolado. «Quería ir directo al seminario al terminar el bachillerato, pero mi familia y todos en la misión incluyendo el Obispo, me aconsejaron educarme primero en la universidad», relató. Al concluir sus estudios de Bioquímica en 2008, Baatar viajó a Corea del Sur para comenzar su formación para el sacerdocio, para lo cual tuvo que estudiar primero el idioma coreano. La espera ordenada por el obispo corresponde a su preocupación por la juventud de la Iglesia local y su necesidad de un fortalecimiento previo en la fe antes de promover activamente las vocaciones. «Es demasiado temprano para esto», indicó en 2008. «Estos jóvenes, hombres y mujeres, deben aún profundizar su fe y practicar su vida cristiana» De esa generación, Baatar es el primer fruto y el primero en ingresar a un seminario. Para una fuente de Églises d’Asie, la ordenación de un sacerdote nativo tendría un gran impacto en la Iglesia en Mongolia no solo en el gran significado espiritual sino para la superación de obstáculos materiales. «Esta ordenación, además de su importancia eclesial y apostólica, también tendrá consecuencias prácticas y permitirá que la Iglesia tenga derecho de poseer sus propias propiedades y ser su propio representante legal. Según la agencia, las leyes de la República de Mongolia afirman que solo los ciudadanos del país pueden poseer tierra o dirigir una organización religiosa.

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EL PAPA FRANCISCO Y LA GUERRA Las guerras en el año 2013

S egún el Instituto especializado de Heidelberg (Heidelberg Institute for International Conflict Research) que publica anualmente un “barómetro” (Conflict Barometer) sobre los conflictos en curso, el 2013, junto con el 2011, fue el año con más guerras desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Después de terminada la guerra fría, el número de conflictos ha ido en aumento desde el año 2006. En el curso del año pasado hubo 20 guerras, es decir, dos más en comparación con 2012 (pero igual cantidad que en 2011), que tuvieron lugar en 14 países, y un mayor número de conflictos armados. A las guerras en Afganistán, Irak, Siria y Pakistán (donde se están produciendo enfrentamientos en las regiones tribales), es preciso agregar las de Malí y de la República Centroafricana. Según este Informe, por otra parte, los enfrentamientos entre las fuerzas del nuevo gobierno egipcio y los Hermanos musulmanes han asumido en algunos casos las características de una guerra propiamente tal. En realidad, se trata únicamente de la punta de un iceberg, ya que el Instituto ha contabilizado, para el año 2013, un total de 414 conflictos en el mundo, es decir, nueve más en comparación con el año anterior. De esos, 45 se definen como muy violentos: 20 constituyen guerras propiamente tales y los otros 25 se consideran “guerras limitadas”. En 2011, las situaciones más letales eran 38; otros 148 conflictos se indicaban como “crisis violentas”, mientras los restantes 202 se desarrollaron sin medios violentos (87 “crisis no violentas” y 115 “disputas”). El número de guerras no coincide con el número de países en guerra, puesto que en un mismo país pueden encontrarse diversos frentes de guerra, como en Sudán, donde durante el año 2011 se registraron 4 frentes de guerra distintos. En el curso del año 2011, se registraron tres nuevas guerras, todas en el marco del contexto más amplio de las llamadas “primaveras árabes”: en Yemen, Siria y Libia. Los números indicados por otros institutos u organismos son parcialmente distintos, ya que hay diferencias en las definiciones de “conflicto” y de “guerra”, por cuanto se trata de “definiciones” arbitrarias elaboradas a veces empleando parámetros distintos en cada una de ellas. Los indicadores adoptados son principalmente la utilización de la fuerza militar, el número de víctimas y el flujo de prófugos y refugiados. Por ejemplo, el Instituto de Heidelberg, que hemos citado, emplea 5 indicadores: la utilización de armas, la utilización de personal militar, el número de muertos, la entidad de las destrucciones y el número de refugiados y de evacuados. Para cada uno de esos indicadores, se determinan niveles de umbral en forma mensual y anual. Por ejemplo, se habla de guerra si el número de muertos es superior a 1.080 unidades por año-territorio y si el número de refugiados es por lo menos igual a 18.000 unidades. Otros institutos emplean un solo indicador: por ejemplo, el número de muertos, o sistemas mixtos, cuantitativos y cualitativos. Se consideran conflictos de máxima intensidad aquellos en los cuales se registran al menos mil muertos en batalla en un año. Caritas de Italia ha empleado una clasificación

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mixta, que registra como guerras aquellas en las cuales se encuentran claramente presentes al menos dos elementos. Sobre la base de esta clasificación, en 2011 resultaban en acción 19 guerras, es decir, en Afganistán, Argelia, Colombia, Etiopía, Filipinas, India (Kashmir), Irak, Israel, Myanmar (Karen State), Nigeria, Pakistán, República Democrática del Congo, Rusia, Somalia, Sudán, Tailandia, Turquía, Uganda y Yemen. A estos países se agregaron después Libia y Siria. En 2013, la guerra con el mayor número de víctimas tuvo lugar en Siria, pero también se registraron numerosas víctimas en otros lugares, como Irak, donde mil personas perdieron la vida solo en el mes de agosto. Sin embargo, la guerra iraquí entre shiitas y sunitas no es en gran medida noticia en los medios de difusión masiva. La mitad de las situaciones bélicas se registraron en África: únicamente en Sudán y Sudán del Sur hubo cinco situaciones de conflicto, mientras otras guerras propiamente tales tuvieron lugar en Malí y en la República Centroafricana, en Somalia, en Nigeria y en la República Democrática del Congo. Otras guerras tuvieron lugar en Medio Oriente: Egipto, Siria, Yemen, Irak y Afganistán; en Asia: Pakistán y Filipinas (entre tropas de gobierno y grupos secesionistas islámicos). En América, el único país que aparece en la lista es México, donde hay en curso un conflicto sumamente violento entre los carteles de la droga y entre las fuerzas de seguridad contra el narcotráfico. En México, se registraron el año pasado más de 10.000 asesinatos. La situación llegó a ser más dramática con el surgimiento de grupos armados de “autodefensa”, que combatieron tanto contra los carteles de la droga como contra las fuerzas de gobierno. Siguiendo los pensamientos expresados en la homilía del Papa Francisco, en la cual nos hemos basado, podemos agregar que las guerras siguen alimentando a un sector siempre floreciente y que no parece conocer crisis: el sector del mercado de las armas. Según el SIPRI (Stockholm International Peace Research Institute), en el año 2012 se invirtieron 1.750 mil millones de dólares en gastos militares, con un notable incremento (superior a 26%) en comparación con el año 2007, y de esta suma 140 mil millones (el 8% del total) únicamente para las guerras en Medio Oriente. Si ese dinero se hubiese invertido para resolver los problemas de vivienda, laborales y sanitarios de las poblaciones locales, se habría encontrado hace tiempo una solución, ciertamente más constructiva y menos penosa. Los gastos militares absorben alrededor del 2,7% de los recursos mundiales (es decir, del PIB de la totalidad del planeta). Los Estados Unidos encabezan la clasificación y la tendencia es al aumento, seguidos por Rusia, que ha incrementado considerablemente sus propios gastos militares y ocupa el segundo lugar en exportación de armas. GIANPAOLO SALVINI, S.J. *Publicado originalmente en La Civiltà Cattolica n° 3931

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Irak Yihadistas ocupan todas las iglesias de Mosul

Unos 15 mil cristianos han abandonado la ciudad iraquí de Mosul, en el norte del país, por las amenazas de los yihadistas del Estado Islámico (EI), que dominan la localidad desde el 10 de junio. Ante el acoso al que se ha visto sometida esta minoría religiosa, únicamente quedan algunas familias frente a los 35 mil fieles que había hace diez años. Tras el éxodo de esta antiquísima comunidad cristiana, algunas iglesias de Mosul han sido transformadas por los fundamentalistas del autoproclamado Califato en lugares de detención. Según fuentes locales citadas por la página web informativa ankawa.com, algunos detenidos vendados y atados habrían sido transferidos a la antigua iglesia caldea de la Inmaculada, en la parte oriental de la ciudad, después de ser destruida la cárcel de Badush. Por su parte, el arzobispo sirio-católico de Mosul, Mons. Yohanna Petros Mouche, relató en Bruselas que no quedan «prácticamente» cristianos en su ciudad, y confirmó que las iglesias caldeas y sirio-ortodoxas han sido ocupadas por los rebeldes suníes del Estado Islámico. Además, fuentes locales refirieron a la Agencia Fides que el monasterio de San Jorge, perteneciente a la Orden antoniana de san Ormisda de los Caldeos, ha sido transformado en una prisión. Por este motivo, existe el temor de que en los locales del monasterio las mujeres sufran violencia sexual. En Mosul, el pasado 24 de noviembre, el grupo extremista había recurrido a los explosivos para dañar el convento de las hermanas caldeas del Sagrado Corazón, precedentemente ocupado y usado como alojamiento y base logística. Conocido como el convento de la Victoria, el monasterio fue construido gracias a una donación del presidente Saddam Hussein, el

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mandatario iraquí, ejecutado en la horca en el 2006. Según publicó la página web IraqiNews.com, citando a una fuente de las fuerzas de seguridad iraquíes, los milicianos del Estado Islámico habrían dado instrucciones precisas para demoler todos los lugares de culto cristianos de Mosul. La delegación de la Unión Europea en Irak confirmó también la devastación de distintas iglesias en la zona. Al parecer, los yihadistas habrían incendiado varios edificios y habrían hecho saltar por los aires un templo en construcción en la localidad de Al Wahda. En la explanada de Nínive y en la ciudad de Mosul reside una de las comunidades cristianas más antiguas de Oriente medio. En total, son al menos ocho las iglesias de valor histórico situadas en los barrios cristianos, entre las que destacan la capilla caldeo-católica de Shamoun al Safa, del siglo IX, y la iglesia siro-ortodoxa de Mar Toma, del siglo VII.

Cristianos y musulmanes Condenan el extremismo y la violencia cometidos en nombre de la religión

El Centro para el Diálogo Interreligioso de la Organización de Cultura y Relaciones Islámicas y el Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso celebraron su IX Coloquio del 25 al 26 de noviembre en Teherán (Irán) bajo la presidencia conjunta de Abuzar Ibrahimi Turkaman, presidente de la Organización de Cultura y Relaciones Islámicas, y del cardenal Jean-Louis Tauran, presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso. Al final de la reunión, los participantes estuvieron de acuerdo en los siguientes puntos: 1. Dos décadas de diálogo entre las instituciones antes mencionadas han proporcionado la ocasión para un mejor conocimiento y comprensión mutua.


2. Los participantes hicieron hincapié en que el diálogo constructivo entre cristianos y musulmanes juega un papel crucial en la construcción de una sociedad mejor.

5. Los medios de comunicación están llamados a desempeñar su papel distintivo en la promoción de las relaciones positivas entre cristianos y musulmanes.

3. La espiritualidad es tanto un don divino y el fruto de un viaje humano que conduce a la verdad.

6. Los participantes condenaron todo tipo de extremismo y violencia, especialmente los cometidos en nombre de la religión.

4. Una espiritualidad genuina nos permite reconocer la presencia y acción de Dios en nosotros y en el mundo.

Los participantes decidieron celebrar su próximo coloquio en Roma en 2016, que será precedida por una reunión preparatoria en 2015.

«El año 2014 ha sido para Oriente Medio lo que la Primera Guerra Mundial fue para Europa»

“Sin duda, estamos lejos de la paz y no veo ninguna posibilidad de cambio en un futuro próximo. Hay demasiada frustración y falta de confianza”. Son palabras del padre Pierbattista Pizzaballa, Custodio de Tierra Santa, a Ayuda a la Iglesia Necesitada sobre la situación de las relaciones entre Israel y Palestina. Según el franciscano, tendrá que pasar mucho tiempo para olvidar todos estos años de odio. “Debemos empezar por las escuelas para poder entrar en el seno de la sociedad. Los palestinos necesitan algo más que promesas, mientras que los israelíes deben sentir que tienen un interlocutor”. El clima en Jerusalén es cada vez más tenso. Tras la prolongación de los enfrentamientos en la Explanada de las Mezquitas y el atentado en la sinagoga de Har

Nof, el Custodio teme que la religión pueda influir en el conflicto palestino-israelí. “El componente religioso siempre ha tenido un papel importante, pero hoy corre el riesgo de convertirse en el factor predominante. Las autoridades respectivas tratan de calmar las aguas, pero temo que sea demasiado tarde”. En un escenario tan delicado, no es difícil imaginar las repercusiones que tiene sobre una ya diezmada comunidad cristiana. Si hubo un tiempo en que los cristianos podían aspirar a tener un papel de mediadores, su número ahora es demasiado exiguo para nutrir alguna esperanza de influir en las partes en lucha. “Ahora somos irrelevantes —afirma el padre Pizzaballa—. Somos demasiado pocos, y además estamos divididos.

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No logramos ponernos de acuerdo ni siquiera en quién debe limpiar qué en la Iglesia del Santo Sepulcro”. Mientras tanto, los fieles siguen abandonando Tierra Santa, debido también al impacto negativo que estas tensiones están teniendo en el turismo, uno de los pocos sectores que les ofrece posibilidades de empleo. “En los últimos dos o tres meses, una veintena de familias han dejado Belén para irse a Europa o América”. También favorece la emigración la tragedia que se está viviendo en el vecino Irak a manos del Estado islámico. “A la luz de la violencia sufrida por sus hermanos iraquíes en la fe, entre los cristianos de

Tierra Santa cobra fuerza la convicción de que Oriente Medio ya no es un lugar para ellos”. El padre Pizzaballa considera que 2014 representa un punto de inflexión para la historia de la cristiandad medioriental, sobre todo a causa de la violencia cometida por el Isis en Irak y el éxodo de cientos de miles de fieles que abandonan Siria. “Este año ha sido para Oriente Medio lo que la Primera Guerra Mundial fue para Europa. Nada será ya como antes. En Siria, por ejemplo, tendremos que reconstruir la comunidad cristiana y también las relaciones con la mayoría musulmana. Se trata de desafíos enormes que tenemos que afrontar”.

*Ver a propósito de esta entrevista difundida por el servicio PáginasDigital, reportaje en pág. 101 de esta edición.

¿OTORGA EL DIOS ÚNICO LEGITIMIDAD A LA VIOLENCIA?

Hasta hace poco tiempo, “monoteísmo” constituía todavía una categoría de uso común entre quienes estudian historia de las religiones, así como en el saber socialmente difundido, para indicar un grado de elevada perfección de la idea de “Dios”. Al cabo de algunos años, “monoteísmo” parece haber llegado a ser la denominación en clave del oscurantismo religioso, lo peor que pueda imaginarse. De hecho, se identifica como la amenaza esencial para el progreso de una civilización de la razón y de la tolerancia. Las “tres” religiones monoteístas del área mediterránea (Judaísmo, Cristianismo, Islam) aparecen así, sobre todo en el ámbito de la comunicación pública, y esencialmente en virtud de esta presuposición, automáticamente señaladas como el lugar donde el principio de la violencia muestra su raíz en la concepción misma del señorío de Dios. Gran parte de la intelectualidad occidental parece haber consolidado un modelo de filosofía de la religión, curiosamente selectivo al interior de las religiones históricas, que identifica específicamente en la idea del Dios único el motivo de la incompatibilidad radical entre la creencia religiosa confesional y las instituciones modernas de la sociedad civil. Hay quienes llegan de hecho a sostener que volver en cambio a un horizonte politeísta podría facilitar en mayor medida una relación pacífica entre cultura religiosa y ciudadanía democrática. Por otra parte, la hipótesis de un regreso al politeísmo como emblema de una religión civil tolerante y democrática es de tal manera vaga —por no decir extravagante— que no es fácil distinguir si se trata de una provocación irónica o de un supuesto a partir de una argumentación coherente, tanto más cuanto dicha hipótesis en general es presentada por intelectuales que manifiestan su extrañeza ante toda forma de

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convicción religiosa vinculada con “Dios”. En realidad, al parecer se trata, más verosímilmente, de una variante postmoderna de la lucha por la eliminación de la religión en el sector público por parte de una razón inducida a la conformidad ante la confrontación del relativismo radical de las culturas, la cual no vacila en recorrer el camino del elogio del mito religioso antiguo (en el cual no cree en absoluto) para dejar al margen la cultura cristiana del logos (asimilado a la ideología del totalitarismo político). Con frecuencia, esta aspiración de excluir de la legitimidad cultural el pensamiento creyente redunda, mediante la política, en verdaderos efectos de intimidación “fundamentalista” en relación con las argumentaciones de culturas sociales y de mundos vitales en desacuerdo con el pensamiento único impuesto por la nueva corrección politeísta de los valores. En todo caso, estos mismos efectos derivados confirman —si fuese necesario— que la violencia es una pulsión antigua y universalmente diseminada. Es anterior ciertamente a la ritualización religiosa y al logos filosófico, que están destinados a contrarrestarla mediante el llamado a una verdad anterior a la violencia cósmica. Y de alguna manera desarrolla, también en su interior, una prepotencia que nuevamente sobrepasa en todo momento el poder autosalvífico del hombre. Ambigüedad posmoderna Precisamente la historia occidental de la cultura secular demuestra que la violencia del hombre contra el hombre constituye una trampa permanente de la condición humana, capaz de instrumentalizar culturalmente incluso los dispositivos, tanto de la religión como del logos, que están destinados a contrarrestarla y contenerla. Permanece intacta la ambigüedad que ha acompañado la transición a la etapa postmoderna de la secularización del sector público, un proceso en gran medida constructivo para la maduración de la autonomía constitutiva de la libertad humana y civil, pero también un proyecto innegablemente autodestructivo de eliminación de la trascendencia religiosa y del carácter ético común. Esta ambigüedad permite asumir hoy el proyecto de eliminación de la cultura religiosa y de la razón humanista como función necesaria de la emancipación de la libertad individual de toda forma de imposición y de violencia. De este modo, la construcción de los dispositivos para contrarrestar la violencia se resuelve de manera fundamentalista en la deconstrucción de los instrumentos inventados por el Occidente para contenerla. La astucia de la razón que ha errado cultiva la obstinación por señalar como ejercicio de la violencia incluso todo poder legítimo, toda normatividad común, todo testimonio autorizado de la verdad. A raíz de su contradicción interna, la deconstrucción relativista de todo instrumento ético-religioso y filosófico-racional de lo humano de carácter común debilita cada vez más las instituciones de su tutela, y asume con frecuencia las formas despóticas de la acción que supuestamente quisiera combatir. La lucha contra la presunta violencia metafísica —de la razón y de la religión conjuntamente— termina abriendo paso a la violencia física, la cual por consiguiente ahora se afirma autónomamente como imperativo de la fuerza del deseo convertido en ley para sí mismo, sin tener ni siquiera que simular su conciliación con los elementos universales de la justicia común y con la responsabilidad del bien común. Las guerras de religión, así como la guerra contra la religión, son dos formas de una idéntica perversión. Una fe que ha perdido la razón es el opuesto simétrico de una razón que ha perdido la fe. El resultado es nihilista y en definitiva destructivo en ambos casos. PIERANGELO SEQUERI Oasis N° 19 / 2014

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“Frescura, libertad y comunión”

III Congreso mundial de movimientos eclesiales y nuevas comunidades

El Santo Padre Francisco en el Vaticano, a los participantes del III Congreso mundial de los movimientos eclesiales y de las nuevas comunidades, que tuvo como tema: “La alegría del evangelio: una alegría misionera”. El congreso, que se realizó del 20 al 22 de noviembre, fue promovido por el Pontificio Consejo para los Laicos.

Como primera cosa les indicó “la frescura del carisma”, porque con el tiempo “aumenta la tentación de contentarse, de volverse rígido en esquemas tranquilizantes pero estériles”. Porque el carisma es necesario para la supervivencia, y no son las estructuras las que garantizan la acción del Espíritu Santo.

El Papa Francisco recordó que en el centro del encuentro de estos días estuvieron dos elementos: la conversión y la misión. “Estos están íntimamente relacionados, porque sin una auténtica conversión del corazón y de la mente no se anuncia el evangelio, y si no nos abrimos a la misión, no es posible la conversión y la fe se vuelve estéril”.

Les invitó a no quedarse solamente en los “métodos y formas”, sino en “responder con renovado entusiasmo a la llamada del Señor” porque “fue el coraje evangélico el que permitió el nacimiento de los movimientos” y porque si los métodos se defienden a ultranza “se vuelven ideológicos” y “cerrados a la novedad del Espíritu y acabarán por sofocar al carisma que los ha generado”.

Tras esta consideración el Santo Padre evaluó que las nuevas comunidades se están proyectando hacia una fase de la madurez, y por lo tanto les ofreció “algunas sugerencias para el camino de fe y de vida eclesial”.

“Otro punto —añadió el Pontífice— es el modo de acompañar a los hombres de nuestro tiempo, en particular a los jóvenes”. Porque en el mundo “todos los medios educativos, en particular el más importante, la familia, tienen graves dificultades”.

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V Centenario del nacimiento de San Felipe Neri Anuncian Año Jubilar Oratoriano 2015-2016

Por ello invitó a “resistir a la tentación de sustituirse a la libertad de las personas, a dirigirlas sin esperar que maduren realmente”. Porque asegura el Papa, “un progreso espiritual obtenido aprovechando la inmadurez de las personas es un éxito aparente, destinado a naufragar”. Porque asegura Francisco, “la educación cristiana” sabe “esperar los tiempos de cada uno, como hace con cada uno de nosotros el Señor”. Otra indicación dada por el Papa a los movimientos y comunidades eclesiales es la de “no olvidarse que el bien más precioso, el sigilo del Espíritu Santo, es la comunión. Es la gracia más grande que Jesús nos ha conquistado en la cruz”. Y subrayó que “para que el mundo crea que Jesús es el Señor, es necesario que vea la comunión entre los cristianos”. Y reiteró el principio: “La unidad prevalece sobre el conflicto” porque “el hermano vale mucho más que nuestras posiciones personales”. Además, añadió el Pontífice, porque “la verdadera comunión no puede existir en un movimiento o en una nueva comunidad si no se integra en la comunión más grande que es nuestra santa madre la Iglesia jerárquica”. Además porque “la comunión consiste en enfrentar juntos y unidos los temas más importantes, como la vida, la familia, la paz, la lucha contra la pobreza en todas sus formas, la libertad religiosa y de educación”. En particular, precisa el Pontífice, “los movimientos y las comunidades están llamados a colaborar para contribuir a curar las heridas producidas por una mentalidad globalizada que pone en el centro el consumo, olvidando los valores esenciales de la existencia. El papa Concluyó recordando que los movimientos eclesiales y las nuevas comunidades ya han “traído muchos, frutos a la Iglesia y al mundo entero” pero señaló que los “traerán todavía más grandes con la ayuda del Espíritu Santo” que suscita “dones y carismas, y con la intercesión de María”.

El procurador general de la Confederación del Oratorio, p. Mario Avilés co., anunció oficialmente la celebración de un Año Jubilar por el V Centenario del nacimiento de San Felipe Neri, del 25 de mayo de 2015 al 26 de mayo de 2016. San Felipe Neri nació en Florencia (Italia) el 21 de julio de 1515 y falleció el 26 de mayo de 1595 en Roma. Es el fundador de la Congregación del Oratorio. Llamado también el Santo de la Alegría y Apóstol de Roma. Fue canonizado en 1622. El padre Avilés anunció por medio de un comunicado en la página web de la Procura que “en el estilo de la simplicidad filipina el centenario tendrá sobrias y dignas manifestaciones dirigidas sobre todo a estimular nuestros Oratorios y nuestra vida frecuentemente convulsionada por la espiral del activismo que caracteriza a nuestros tiempos. Como incentivo—prosigue el comunicado— el p. Avilés asegura que el Año Jubilar es una “ocasión propicia para redescubrir la insigne figura del apóstol de Roma que san Juan Pablo II describió en 2000 como Portador de una gran herencia para toda la Iglesia: ‘Deseando que la continua visita a las fuentes de su espiritualidad y de su entera obra suscite en cada Congregación una renovada conciencia de la validez y de la actualidad de su método misionero y traiga una significativa contribución a la labor de la nueva evangelización’”. Junto a variadas actividades, el Año Jubilar tendrá solemnes celebraciones litúrgicas en Roma (en Chiesa Nuova Iglesia principal de los oratorianos en la Ciudad Eterna), y en Florencia; conciertos de música y cantos; la tradicional Visita a las Siete iglesias; jornada de espiritualidad para sacerdotes y laicos. Para más información sobre el V Centenario del Nacimiento de San Felipe Neri y el Año Jubilar: www. oratoriosanfilippo.org

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www.enciclopedicohistcultiglesiaal.org Nuevo diccionario on-line de la Iglesia en América Latina El Diccionario de Historia Cultural de la Iglesia en América Latina, realizado por iniciativa del Consejo Pontificio de la Cultura, fue presentado en diciembre pasado por el jefe de dicho dicasterio, cardenal Gianfranco Ravassi. El cardenal abrió la presentación recordando la gran tradición cultural de América Latina, sea el aporte de los autóctonos y el mestizaje entre España, Italia y otros pueblos europeos con los de las poblaciones locales, y que la obra «es como un árbol que deberá seguir creciendo en el tiempo». En un formato que recuerda a Wikipedia, con el escudo pontificio a la izquierda, la enciclopedia abierta a nuevos aportes, entretanto, tendrá la garantía de que los artículos publicados han sido antes revisados por los responsables de la iniciativa. “El diccionario ya tiene 700 voces, hay mil más sobre mi escritorio que tienen que ser controladas, otras dos mil aún en estado de borrador y esperemos llegar a las cinco mil”. La obra, puede ya ser consultada en la web http://www. enciclopedicohistcultiglesiaal.org “Se sentía la necesidad del ofrecer al público interesado en la historia y formación del Continente Latinoamericano, un instrumento de fácil consulta, en el que se pusiera de manifiesto la contribución indudable que el hecho cristiano ha dado a la identidad, unidad y originalidad de la Iglesia en América Latina”, indicó el padre Fidel González, profesor de la Pontificia Universidad Urbaniana y editor del proyecto. La Universidad Popular del Estado de Puebla es quien ayuda también a realizar este proyecto.

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www.sindone.org Una lectura multimedia de la Sábana Santa

Del 19 de abril al 24 de junio del próximo 2015 Turín acogerá una vez más una exposición extraordinaria de la Sábana Santa. El acontecimiento, que ocurrirá en el marco de las celebraciones por el Bicentenario del nacimiento de San Juan Bosco, fundador de la familia salesiana, será un evento de gracia para miles de peregrinos que llegarán a la ciudad italiana a venerar el lienzo con el que se envolvió el cuerpo de Jesús tras su muerte en la cruz, el cual se expuso al público por última vez en el 2010. Con el propósito de acercar a muchos el gran misterio del Santo Sudario, especialmente para quienes no podrán estar presentes en la muestra extraordinaria, la página web oficial de la Síndone ha puesto a disposición una lectura multimedia de la Sábana en la que se describe y se visualiza en detalle el Sudario de Turín. A través del sitIo www.sindone.org, los usuarios de Internet podrán ingresar a la sección ‘Lettura del Telo Multimediale’ y acceder a la reproducción en imagen de alta resolución de la Sábana Santa. Allí se da la posibilidad de ampliar la imagen,

girarla, y moverla en diversas direcciones para apreciar los detalles de la tela. Adicionalmente, la página de la exposición ha habilitado una sección multimedia con una galería de videos en la que se invita a la exposición del 2015, así como un recorrido por las exposiciones extraordinarias que tuvieron lugar en el 2010, 2000, en 1998 y 1931. Igualmente, incluye una galería de audio con mensajes de varios prelados, entre ellos el Arzobispo de Turín, Mons. Cesare Nosiglia, quien saluda con motivo de la visita del Papa Francisco el 21 de junio; además de una galería de imágenes, enlaces para las redes sociales y un tour virtual por el Museo de la Síndone. Resguardada en la Catedral de San Juan Bautista de Turín, la Sábana Santa es una gran pieza de lino con una dimensión de 4.41 metros de largo por 1.13 metros de ancho. En esta tela de grandes proporciones está contenida la imagen de un hombre muerto que sufrió una serie de torturas. De acuerdo con la tradición, se trata del lienzo que se cita en los Evangelios y sirvió para envolver el cuerpo de Jesús en el sepulcro tras su crucifixión.

www.iglesia.cl Episcopado chileno renueva su sitio web El 1° de diciembre, primer lunes del tiempo litúrgico de Adviento, fue presentada la nueva versión del sitio web de la Conferencia Episcopal chilena. El webmanager de Iglesia.cl, Carlos Correa, explicó que esta nueva edición del portal, junto con una renovada gráfica y diversos cambios a nivel técnico, quiere otorgar un espacio de mayor visibilidad a la actualidad de la Iglesia en Chile. «Por ello, se ha aumentado la cantidad de noticias destacadas, mostrando sus respectivas fotos principales y la ciudad de origen de la información». Las noticias de las diversas diócesis chilenas tienen su importante espacio.

Y secciones como «Vida consagrada», «Movimientos», «Fundaciones», «Colegios Católicos», etc., son acompañados por sugestivas viñetas que invitan a hacer clic. El nuevo portal tiene el mérito entre muchos otros de mostrar en el Home una buena cantidad de información, por secciones, con abundantes recursos gráficos, consiguiendo ese equilibrio difícil entre texto, títulos e imágenes, obteniendo un conjunto harto atrayente. Completa el sitio una franja móvil de «Especiales Iglesia.cl» y posteriormente un completo canal de videos. Verdaderamente un gran logro en diseño e interactividad.


Para erradicar la trata de personas Por primera vez en la historia religiones actúan unidas

El

2 de diciembre pasado, en el Vaticano, los representantes de las diversas religiones firmaron un compromiso para erradicar la trata de personas, entendida como toda forma de esclavitud, tráfico humano en términos de trabajo forzado, prostitución y tráfico de órganos. Y pusieron como fecha para lograr este objetivo el 2020. Concluida la ceremonia presidida por el santo padre Francisco, ZENIT entrevistó al canciller de la Academia de las Ciencias Sociales, Mons. Sánchez Sorondo (en la fotografía), quien explicó algunos particulares importantes. —El Papa en Turquía invitó a todos los líderes religiosos a denunciar las violaciones de los derechos humanos. Lo firmado hoy en el Vaticano contra la trata de personas va en la misma línea, ¿verdad? —Es la línea de Francisco, la línea que propuso desde el inicio a la Academia de las Ciencias Sociales y nosotros no hemos hecho otra cosa que ejecutar sus ideas, en el sentido que hemos hecho un encuentro en noviembre con la Academia de las Ciencias Sociales. Allí nuestros académicos llegaron a la conclusión de que la trata de personas es un crimen contra la humanidad. —-No es la primera vez que el Santo Padre lo dice... —El Papa lo dijo ya cinco veces y el Papa emérito Benedicto lo había dicho antes de su abdicación: la trata de personas es un crimen contra la humanidad. Realmente es inconcebible en el mundo de hoy, que tiene conciencia de que el hombre y la mujer son iguales en dignidad, tengan este tipo de relación discriminante, de modo que pensamos era muy importante que todas las religiones que hoy influyen en el mundo global, tomaran una decisión común.

—Todas las religiones... —Sí, porque no se trata de un tema estrictamente religioso en el sentido directo, sino de una afirmación sobre la identidad del hombre y de la mujer, y por esto creo que es importante. Creo que el contenido del mensaje es muy claro. Toda forma de esclavitud y tráfico humano en términos de trabajo forzado, prostitución y tráfico de órganos es un crimen contra la humanidad, y hay que reconocerlo como tal, por todas las naciones y todos los organismos internacionales. Y luego, que sean las autoridades religiosas: el Papa; una de las más representantes del budismo; representantes de una de las religiones más antiguas como es el hinduismo; naturalmente los judíos y los árabes con su religión que tienen tantos seguidores. De modo que sea por la autoridad, que por el contenido es muy importante. —¿Es la primera vez en la historia que líderes religiosos se unen contra la trata? —Sí. Es una cosa nueva, en el sentido que el Concilio Vaticano II creó Consejos para dialogar sobre temas religiosos con otros credos. Esto fue aceptado inmediatamente, aunque con algunas discusiones, porque no trataba de las diferencias religiosas propiamente, sino del ser humano —y en esto estamos todos de acuerdo— que tiene algo superior al resto de la naturaleza y por ello una especial relación con Dios. —O sea, coincidencia interreligiosa sobre la dignidad humana. —Lo que podemos llamar la dignidad humana y la libertad, esto está en todas las religiones. Y una condena a la esclavitud por parte de todas las religiones. Fue también muy interesante la posición de los árabes que recordaron que ‘nosotros no vendimos tantos esclavos’. Ellos pueden tener también esto pero no así. Hay que notar también que es la primera vez que se reúnen los árabes sunitas y chiitas, y esto es una gran novedad. —Unas semanas atrás también abordaron este tema con delegaciones de jóvenes. —Sí, fue muy interesante, con 75 jóvenes de todo el mundo, y se trató del problema de la trata. Era gente que había experimentado, algunos más y otros menos, este tema. Para enseñarse entre ellos mismos las mejores prácticas para evitar que a otros les pase lo mismo, y para convencer a la propia generación. Se sintieron muy solidarios con esta lucha; más aún, ellos son los que están más de acuerdo porque conocen mejor el mundo globalizado.

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LIBROS La obra completa de Joseph R atzinger, ahora en español La editorial española Biblioteca de Autores Cristianos (BAC) ha emprendido la gran tarea de publicar, en idioma castellano, la “Obra completa de Joseph Ratzinger”1, compuesta de 16 volúmenes que, al mismo tiempo, está siendo publicada en alemán, italiano, inglés y francés.

S

egún V. Pfnür, editor de la bibliografía de J. Ratzinger, su obra consta de 135 libros y 1.375 artículos, pero que, a pesar de su valor e importancia, se encuentran dispersos en diferentes lugares, idiomas, formatos, incluso algunos grabados y no editados. Por esa razón, en el año 2008, el entonces obispo de Ratisbona y actual Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Gerhard Ludwig Müller, junto a un grupo de discípulos del profesor Ratzin-

EN EL AÑO 2008, EL ENTONCES OBISPO DE RATISBONA Y ACTUAL PREFECTO DE LA CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE, GERHARD LUDWIG MÜLLER, JUNTO A UN GRUPO DE DISCÍPULOS DEL PROFESOR RATZINGER, EMPRENDIÓ LA LABOR DE RECOPILAR, SISTEMATIZAR, TRANSCRIBIR Y PUBLICAR EN ALEMÁN LA OBRA COMPLETA DEL PAPA BENEDICTO XVI.

ger, emprendió la labor de recopilar, sistematizar, transcribir y publicar en alemán la obra completa del Papa Benedicto XVI. En alemán hay ya publicados nueve volúmenes, y en castellano cuatro. Obviamente se comprende que la colección de escritos corresponde únicamente a los que publicó como persona particular, sea profesor, sacerdote, obispo o papa, y no a toda la abundante literatura que editó como Prefecto de la Congregación para la

1 RATZINGER, JOSEPH. Obras completas, 16 vols., Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 2014.

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HUMANITAS Nº 77 pp. 194 - 197


“Para Ratzinger la predicación ha sido una preocupación constante. No es casualidad que el primer Sínodo que él convocó ya como Sumo Pontífice haya sido sobre “la palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia”. La predicación es una forma de hacer teología. La teología es parte de la tarea episcopal.” , subrayó el Padre Carlos Granados, Director de la BAC, al presentar la Opera Omnia de Ratzinger en el Salón de Honor de la PUC.

Doctrina de la Fe, y mucho menos todo el magisterio como Papa. La editorial BAC afirma que esta publicación nace del deseo de continuar una tradición muy antigua de publicar las obras completas de los grandes autores cristianos, en particular la de los grandes autores de este último siglo. Sin embargo, este es recién el primero de los grandes autores del siglo XX que será publicado completo, sistematizado y traducido. Esto aumenta el valor de esta obra. Dos motivos justifican claramente esta

empresa. En primer lugar, la necesidad de recopilar todas las publicaciones realizadas durante más de medio siglo y en los más diversos contextos. No hay que olvidar que Joseph Ratzinger, antes de ser Papa, comenzó como profesor, estuvo en cuatro universidades (Bonn, Münster, Tubingen y Ratisbona), luego fue obispo de Munich y Freising, y, finalmente, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, lo cual lo hace a él muy versátil, y a su obra muy variada y no fácil de recopilar y sistematizar. Además esta edición pone

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en nuestro idioma la obra completa, a ciones. XIV. Homilías para el Año litúrgico. veces traducida por primera vez, y otras Meditaciones – Oraciones – Reflexiones. veces, traducida nuevamente con mucho XV. Mi vida. Textos autobiográficos. XVI. mayor precisión. Bibliografía e índices. En segundo lugar, esta edición sistePara comprender ahora la obra de J. matiza la obra completa de acuerdo a los Ratzinger se pueden recordar cuatro temas. Esto se puede percibir en el orden principios que ha señalado el director de de los volúmenes: I. Pueblo y casa de Dios la BAC, Padre Carlos Granados. En primer en la doctrina de san Agustín sobre la Iglesia. lugar, la obra trata de poner a Dios en el Tesis y otros estudios sobre centro. De hecho, el mismo san Agustín. II. Comprensión Papa Benedicto XVI pidió BENEDICTO XVI de la revelación y teología que el primer volumen que PIDIÓ QUE EL PRIMER de la historia de san Buesaliera a la luz fuera no el VOLUMEN QUE SALIERA naventura. Texto íntegro Nº 1, sino el Nº 11, Teología A LA LUZ FUERA NO EL de la Habilitación y otros de la liturgia, para que se Nº 1, SINO EL Nº 11, TEOLOGÍA DE LA LITURGIA, estudios sobre san Buenamanifestara con este gesto PARA QUE SE ventura. III. El Dios de la que todo comienza con la MANIFESTARA CON fe y el Dios de los filósofos. liturgia, porque todo parte ESTE GESTO QUE TODO La relación circular entre de Dios. Dios es siempre COMIENZA CON LA fides y ratio. IV. Introducción el centro. Sin este centro, LITURGIA, PORQUE TODO al cristianismo. Fe – Bauafirma, todo pierde su PARTE DE DIOS. DIOS ES tismo – Seguimiento. V. orientación. En el trato SIEMPRE EL CENTRO. Origen y destino del hombre. que le demos a la liturgia SIN ESTE CENTRO, AFIRMA, TODO PIERDE Creación – Antropología – se decide el destino de la SU ORIENTACIÓN. Mariología. VI. Jesús de Iglesia y, finalmente, del Nazareth. Cristología espimundo. Eso es coincidente ritual. VII/1 y 2. Sobre la enseñanza del con- con su labor pastoral que tuvo siempre cilio Vaticano II. Formulación, transmisión como centro absoluto la primacía de Dios. interpretación. VIII/1 y 2. Iglesia. Signo En segundo lugar, para Ratzinger la entre los pueblos. Escritos de eclesiología y teología deber ser siempre un alimento de ecumenismo. IX. Revelación – Escritura para los sencillos. De allí la sencillez con – Tradición. Hermenéutica y principios de que escribe, que hace a su obra aún más la enseñanza de la teología. X. Resurrec- profunda. Basta leer a cualquiera de los ción y vida eterna. Contribuciones sobre grandes teólogos del siglo XX y contemescatología. XI. Teología de la liturgia. XII. poráneos de Ratzinger, para darse cuenta Predicadores de la palabra y servidores de –por contraste- de la claridad meridiana vuestra alegría. Teología y espiritualidad de nuestro autor, que no disminuye en del Orden. XIII. En diálogo con nuestro nada su profundidad, e incluso, por el tiempo. Entrevistas – Opiniones – Obje- contrario, la pone más de manifiesto.

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Para Ratzinger la fe debe ser patrimonio de sus discípulos. La predicación es transde los pobres y no el fruto de un trabajo misión de una palabra que nos precede. de laboratorio. Esto queda así como tarea urgente hoy, y En tercer lugar, nuestro autor está en los predicadores han de tomarlo muy en la línea de los Padres de la Iglesia, por serio. Cuánto bien se puede hacer (o no ejemplo san Agustín, cuando compren- hacer) cuando una prédica está sostenida dían la predicación como teología, y la por un concepto teológico adecuado (o no teología como predicación. Uno puede posee teología alguna). encontrar elementos de la más alta teoloFinalmente notamos con claridad en gía, precisamente, en los sus textos que el centro de Sermones de san Agustín. la teología es claramente la PARA RATZINGER LA De hecho para Ratzinger Biblia. Como nos recuerda TEOLOGÍA DEBER SER la predicación ha sido Dei Verbum 24, la Biblia es el SIEMPRE UN ALIMENTO una preocupación consalma de la teología. Se trata PARA LOS SENCILLOS. tante. No es casualidad de dejar a la Palabra hablar DE ALLÍ LA SENCILLEZ CON QUE ESCRIBE, QUE que el primer Sínodo que por sí misma. Y eso se resHACE A SU OBRA AÚN él convocó ya como Sumo pira en la obra de nuestro MÁS PROFUNDA. BASTA Pontífice haya sido sobre papa emérito. LEER A CUALQUIERA “la palabra de Dios en la En síntesis, esta publiDE LOS GRANDES vida y en la misión de la cación es un regalo para la TEÓLOGOS DEL SIGLO Iglesia”. La predicación es Iglesia de habla castellana, XX Y CONTEMPORÁNEOS una forma de hacer teoque honra a la editorial que DE RATZINGER, PARA logía. La teología es parha emprendido esta tarea; y DARSE CUENTA –POR CONTRASTE- DE LA te de la tarea episcopal. a pesar de su envergadura, CLARIDAD MERIDIANA Afirma que nadie va a la es una colección que bien DE NUESTRO AUTOR, Iglesia para oír opiniones puede estar en la biblioteca QUE NO DISMINUYE EN personales en la liturgia, no solo de los católicos, sino NADA SU PROFUNDIDAD. sino para ir al encuentro de toda persona que ama al de lo que se nos ha dado ser humano y quiere servira todos por anticipado en Jesús a través lo con la verdad y la esperanza. Adquirir vía Internet en www.bac-editorial.com

RODRIGO POLANCO, Pbro.

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La profundidad de los sexos Es un secreto a voces, Fabrice Hadjadj, hijo de una judía maoísta, de padre árabe y converso al catolicismo, formado entre Túnez y Francia, es autor de varios libros que son un verdadero reguero de pólvora por su alto contenido filosófico, gran fuerza argumentativa y brillante estilo literario. Ha enfrentado con éxito a otro gran polemista, Michel Onfray, autor del best seller Tratado de ateología, rabiosamente anticatólico, de ateísmo agresivo y refinado hedonismo.

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l libro de Hadjadj1 debe más ortodoxa y estricta ser la mejor antropología moral católica. Son de desde la sexualidad que haya tacar la fuerza expresiva leído. No en el sentido de su estilo y la síntesis académico y sistemático, luminosa de intrincadas sino en la profundidad, raargumentaciones. Posee el dicalidad, belleza y poesía instinto del efecto, domina de sus análisis: una verdatodos los registros, tanto dera mística de la carne. los tonos delicados y suCimentado en una sóliblimes como los chillones da metafísica, una sana toques de clarín. Tiene a nt ropolog ía y en u na un sentido pronunciado CIMENTADO EN UNA refrescante y alada ética para la melodía natural SÓLIDA METAFÍSICA, UNA SANA ANTROPOLOGÍA Y que de ellas se deriva, se del lenguaje y con ello, de EN UNA REFRESCANTE adscribe al pensamiento paso, pone en aprietos al Y ALADA ÉTICA QUE de Pascal, para el que “la traductor por el constante DE ELLAS SE DERIVA, verdadera moral se ríe juego de palabras eufóSE ADSCRIBE AL de la moral”. “Yo mismo nicas. Construye tanto PENSAMIENTO DE intenté en otro tiempo frases amplias con períoPASCAL, PARA QUIÉN “LA ser inmoral a rajatabla. dos sujetos a las reglas VERDADERA MORAL SE En particular, tachaba de del arte, con un tempo de RÍE DE LA MORAL”. represivas y retrógradas elevación, con un empuje las máximas cristianas”. que sitúa a cada palabra Sin pelos en la lengua, con una crudeza en su sitio, pero igualmente domina la desvergonzada, irónico y hasta sarcás- frase breve y concentrada que penetra tico, constituye la mejor defensa de la como un rayo. Su estilo está cargado de 1 Hadjadj, Fabrice. La profundidad de los sexos. Nuevo Inicio. Granada, 2010. 304 págs.

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la punzante electricidad de las tensiones germen y la reputación de todo freudismo. espirituales. Hay grandes magnificencias Pero a esto Gustave Thibon añadiría: “la en su estilo cuando el pensar accede a forma y el grado de espiritualidad de un la cercanía esencial de la poesía. Como hombre lo impregnan hasta las profundipensador es intuitivo, gráfico, y posee dades del sexo” (La crisis moderna del amor, una inusitada fuerza para representar p. 60). Por esto Hadjadj escribe: “la materia las cosas. Tiene concisión, sus ideas se del hombre está amasada con espíritu: y parecen a piedras talladas. Un día hice su sexo, lejos de ser una reliquia animal, partícipe de mi entusiasmo por Hadjadj es una especie de relicario exorbitante”. a un filósofo mayor y experimentado de Esta mística de la carne será, después de la plaza y me comentó sabiamente: “Sí, todo, una moral, pero una moral capaz de es brillante, magnífico, pero cuidado reírse y, porque no queda ya nada sin decir, con él porque embriaga”. una moral dramática. Con Hay algo de eso, pero ironía se opone a Onfray SON DE DESTACAR LA ante tanto academicismo cuando este dice que “la FUERZA EXPRESIVA pausado y soso, hay algo ética es asunto del cuerpo y DE SU ESTILO Y LA refrescante en que alguien no del alma”: “Y de repente SÍNTESIS LUMINOSA te embriague alguna vez me doy cuenta de que lo DE INTRINCADAS ARGUMENTACIONES. y te entusiasme. Ya llegaque me gusta del nombre POSEE EL INSTINTO rán otros que sacarán un del cuerpo es su vibrante DEL EFECTO, DOMINA partido más sistemático al unidad, su presencia indesTODOS LOS REGISTROS, estilo panfletario, pícaro y componible, en fin —digáTANTO LOS TONOS lleno de malignidades de moslo de una vez— el alma DELICADOS Y SUBLIMES este filósofo políticamente que transpira por todo su COMO LOS CHILLONES incorrecto, que de modo ser. De ahí viene el prestiTOQUES DE CLARÍN. atractivo formula verdagio de su nombre, igual que TIENE UN SENTIDO des de sentido común. el del nombre de la «carne»: PRONUNCIADO PARA LA MELODÍA NATURAL DEL En el enfoque de la sede que ambos encubren LENGUAJE. xualidad se podría decir mucho espíritu. Pero desque se dan dos perspectide que se descompone en vas distintas aunque no necesariamente diversos mecanismos y se subordina el excluyentes: la naturalista y la espiritual. todo al cerebro, el cuerpo pierde toda su De la primera es representativa la frase de aureola”. Es que el hombre todo entero Nietzsche —aparece en Más allá del bien y es sensible, y todo entero es parlante. Su el mal (n°238)—: “La forma y el grado de carne es elocuente. Su palabra es carnal. la sexualidad de un hombre lo impregnan Una relación puramente física es también hasta en las cumbres del espíritu”. Esta fra- una relación verdaderamente espiritual. se rigurosamente conforme con la doctrina Y cuando menos espiritual es, también de Aristóteles y Tomás de Aquino sobre el es menos física. A una mujer “le cuesta compuesto humano encierra, a la vez, el admitir que su cuerpo pueda ser menos

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espiritual que sus razonamientos”. apartamento! ¡Todo comodidad, todo inteRealiza una verdadera reivindicación, grado, climatización natural…”. Siguiendo apología y canto al sentido del tacto: el a Siewerth y su Metafísica de la infancia, amor más fundamental implica la di- comenta que en el recinto maternal, ser mensión táctil. Una madre demasiado y amor, espacio y confianza, alimento y contemplativa haría enfermar a un niño abrazo, no son distintos. El hijo amado de pecho. Igualmente todos los sacramen- tiene la percepción de que todos sus gestos tos de la Iglesia son táctiles. “Puesto que provienen de una fuente de abnegación y debe expresar carnalmente clemencia. “El rostro del la comunión de las perdon precede al descubriLA INMANENCIA DE sonas, en él son del todo miento del propio rostro”. LO FEMENINO Y LA inseparables la pasividad Para nuestro autor, el TRANSITIVIDAD DE del sexo y la actividad del hombre antes que animal LO MASCULINO SE CONSTATA DESDE LA amor. Es difícil discernir político (Aristóteles) es un ARCILLA HASTA DIOS. en él cuándo el verdadero animal conyugal. Si la vida HAY UNA EFECTIVA amor manda en el otro, y política es necesaria para RELACIÓN ENTRE LA cuándo es el sexo el que vivir bien, la vida conyugal MUJER Y LA MORADA. empuja con un impulso es necesaria para vivir a LA MUJER ES EL ÚNICO indomable. Los dos se insecas. Tal es el fundamenHOMBRE QUE PUEDE terpenetran mutuamente, to de lo político. Situar la LLEVAR A OTRO HOMBRE e impiden de ese modo que unión de los sexos como el DENTRO DE SÍ. SU CUERPO ES HABITABLE. uno pueda ufanarse de ello cimiento de la ciudad peren absoluto. Me gustaría mite superar tanto la teoría amar a la otra por sí misma, y una y otra parcial del Contrato Social como la Teoría vez naufrago en su cuerpo; pero, hasta en rival de la Física Política. su naufragio, descubro también cuánta neEl fundamento teológico de su visión cesidad tengo de su ternura”. Nuevamente de la sexualidad lo sitúa Hadjadj en el esta unidad indisoluble del alma y cuerpo misterio de la Encarnación. Este mistehace difícil separar lo que corresponde a rio encuentra resonancia en el fondo de la necesidad y lo que corresponde al don, nuestro corazón. Pero de entrada le parece lo de la carne que excita y la del corazón absurdo a nuestra razón. Los espiritualisque se emociona. tas lo encuentran demasiado material, los Hadjadj describirá la situación del materialistas demasiado espiritual. “Lo cuerpo y la sexualidad en todas sus fases, que afecta a mi carne afecta a mi alma en desde el nacimiento hasta la muerte. La in- profundidad y puede tener, por tanto, una manencia de lo femenino y la transitividad repercusión mayor que las conclusiones de lo masculino se constata desde la arcilla de mi discurso. Pero esa repercusión se hasta Dios. Hay una efectiva relación entre opera de forma oscura, mientras que lo la mujer y la morada. La mujer es el único que se articula en mi reflexión se mantiehombre que puede llevar a otro hombre ne dentro de cierta claridad”. dentro de sí. Su cuerpo es habitable. “¡Y qué Luminosas y sugerentes son sus con-

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sideraciones en torno a la situación final dada en la condición de los llamados cuerpos gloriosos: “Con la resurrección, a partir de un alma que la visión beatífica de Dios ha hecho redesbordarse sobre el cuerpo, es la carne toda la que posee la penetrabilidad física del otro sexo y la impenetrabilidad espiritual de la mirada”. Contra todo dualismo y todo moralismo, se trata de un libro que quiAdquirir vía Internet en www.nuevoinicio.es

siera reconocer el espíritu que se da en la carne misma. Debemos a la editorial Nuevo Inicio la publicación de varias obras de este filósofo de 42 años, casado con una conocida actriz de teatro, seis hijos, quien ha sabido beber de las fuentes clásicas de la tradición central de Occidente para presentarnos una incisiva y atractiva antropología cristiana. JORGE PEÑA VIAL

La revolución inconclusa.

La izquierda chilena y el gobierno de la Unidad Popular Esta obra1, fruto de una larga investigación en archivos y una completa actualización bibliográfica, excede bastante lo que sugiere el subtítulo. No se trata simplemente del estudio de la izquierda chilena y el gobierno de la Unidad Popular (1970-1973), sino que siendo eso, es mucho más que eso. Es la historia de la Unidad Popular y de sus orígenes ideológicos y políticos, trata sobre la inserción de Chile en el mundo y en la Guerra Fría, se refiere a las ideas y actores de aquellos complejos años que precedieron al 11 de septiembre de 1973, a la figura de Salvador Allende (1908-1973) y a los partidos que lo acompañaron. En definitiva, logra transformarse en una historia de Chile entre mediados de siglo y el año en que concluyó el sueño de la revolución socialista en el país.

A

l cumplirse cuarenta años del 11 de septiembre de 1973 hubo una explosión de programas de televisión, declaracio-

nes políticas, seminarios más o menos académicos y un largo espacio para la memoria. La historia no estuvo ausente,

1 FERMANDOIS, JOAQUÍN, La Revolución Inconclusa. La izquierda chilena y el gobierno de la Unidad Popular, Centro de Estudios Públicos, Santiago de Chile, 2013, 851 págs.

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y probablemente la obra más lograda en desde las elecciones de 1970, tan decimedio de la vorágine de conmemoracio- sivas como dramáticas, hasta el 11 de nes es el libro de Joaquín Fermandois, La septiembre de 1973, también decisivo y Revolución Inconclusa. dramático. Esta obra, fruto de una larga investigaComo suele ocurrir en los temas de ción en archivos y una completa actuali- historia (relativamente) reciente, la zación bibliográfica, exceinterpretación tiene una de bastante lo que sugiere relevancia crucial, que FERMANDOIS REALIZA el subtítulo. No se trata se va desenvolviendo en UN ESTUDIO SOBRE simplemente del estudio paralelo a la narración LA IZQUIERDA de la izquierda chilena y más positiva de los suceCHILENA, ASOCIADA el gobierno de la Unidad sos. Fermandois obra con IDEOLÓGICAMENTE AL Popular (1970-1973), sino moderación, sin caer en el MARXISMO, DESPUÉS que siendo eso, es mucho verbalismo fácil, siempre TAMBIÉN AL LENINISMO. LA REVOLUCIÓN más que eso. Es la historia apoyándose en una doCUBANA EJERCIÓ de la Unidad Popular y de cumentación pertinente UN ALTO IMPACTO E sus orígenes ideológicos y adecuada, aunque sin INCLUSO FASCINACIÓN y políticos, trata sobre la eludir los temas más comENTRE LOS LÍDERES inserción de Chile en el plejos o contradictorios. CONSOLIDADOS, mundo y en la Guerra Fría, Los temas revisados por COMO ALLENDE, O se refiere a las ideas y actoel libro son numerosos, EMERGENTES, LOS res de aquellos complejos organizados en veintiocho CASOS DE CARLOS ALTAMIRANO, MIGUEL años que precedieron al 11 capítulos. En primer lugar, ENRÍQUEZ, POR de septiembre de 1973, a la se aborda un análisis sobre EJEMPLO, TODOS figura de Salvador Allende la (supuesta) excepcionaliPERTENECIENTES (1908-1973) y a los partidos dad histórica chilena en el A LOS PARTIDOS que lo acompañaron. En contexto latinoamericano. Y MOVIMIENTOS definitiva, logra transEsto se debe en parte a MÁS RELEVANTES formarse en una historia la autoimagen nacional, DEL ÁMBITO de Chile entre mediados aunque también tiene sus REVOLUCIONARIO CHILENO. de siglo y el año en que fundamentos en ciertos concluyó el sueño de la log ros en la evolución revolución socialista en el país. democrática del país y la admiración Es un libro, lo dice Fermandois desde extranjera que despertaba. Por lo mismo un comienzo, de historia política clásica, resulta más importante aún estudiar el organizada de manera cronológica. Las tema e intentar explicar por qué un país primeras trescientas páginas narran así, de una generación a otra, pasó de la historia previa a la UP: de Chile, de una democracia aparentemente consoliAllende, de la izquierda. Las casi qui- dada a una vorágine que anticipaba una nientas páginas siguientes se concentran guerra civil o un golpe de Estado, como en el gobierno de la Unidad Popular, finalmente ocurrió.

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Para el análisis, Fermandois realiza los paradigmas existentes entonces, la un estudio sobre la izquierda chilena, posibilidad de construir en Chile uno de asociada ideológicamente al marxismo, los socialismos reales que ya se habían después también al leninismo. La Revo- consolidado, especialmente en Europa lución Cubana ejerció un del Este y en Cuba, al alero alto impacto e incluso fasdel marxismo leninismo. cinación entre los líderes Se trataba de dictaduras consolidados, como Allende partido único, establede, o emergentes, los casos cidos por los revoluciode Carlos Altamirano, Minarios de distintas partes guel Enríquez, por ejemdel mundo, que pasaron plo, todos pertenecientes a ser un modelo para la a los partidos y moviizquierda chilena, como mientos más relevantes se reconoció tantas veces, del ámbito revolucionario aunque siempre salvando chileno. De esta manera la especificidad nacional. Fidel y el Che pasaron a Aquí destacaban aspectos ser figuras icónicas, y el como el ser marxista en ERAN TIEMPOS DE LA guevarismo se convirtió Chile o el liderazgo de SalGUERRA FRÍA, EN LOS en una actitud política vador Allende, candidato CUALES LA IZQUIERDA y militar dominante en presidencial derrotado en COMENZÓ A RECELAR amplios sectores del so1952, 1958 y 1964. Y A CONDENAR LA «DEMOCRACIA cialismo y del emergente Todo ello cristalizó en BURGUESA» QUE EXISTÍA Movimiento de Izquierda la elección presidencial EN CHILE, DONDE Revolucionaria, MIR, lide 1970, cuando un sector YA NO SE VALORABA derado precisamente por importante de la izquierda EL DESARROLLO Miguel Enríquez, que se ya había abandonado el INSTITUCIONAL mantuvo siempre cerca, «ilusionismo electoral», EVOLUTIVO, SINO QUE pero aparte, de los camiproclamando la violencia SE CONDENABAN TODAS nos institucionales que revolucionaria como «inLAS FALENCIAS Y SE PROMETÍA UN CAMBIO adoptarían posteriormenevitable y legítima» para RADICAL DEL ORDEN te Allende y la UP. llegar al poder: así lo deEXISTENTE. Eran tiempos de la Guefinió el Partido Socialista rra Fría, en los cuales la izen su Congreso de Chillán quierda comenzó a recelar de 1967, y era la fórmula y a condenar la «democracia burguesa» intransable del MIR desde su fundación. que existía en Chile, donde ya no se valo- El resultado parcial aquel 4 de septiemraba el desarrollo institucional evolutivo, bre fue el triunfo de Salvador Allende sino que se condenaban todas las falen- como primera mayoría relativa, dejando cias y se prometía un cambio radical del en segundo lugar a Jorge Alessandri y orden existente. Eso significaba, según debiendo resolver el Congreso Pleno

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entre ambos. Esa jornada hubo «alborozo del mundo socialista a su amigo chileno. y shock», esperanzas y temores, según se En el plano de la política interna, el resulvalorara el potencial democrático y los tado del experimento fue una sociedad ideales de justicia abrigados en aspectos movilizada, una creciente polarización y importantes del Programa de la Unidad la irrupción de escenarios de confrontaPopular, frente a privilegiar el potencial ción, en las universidades, los medios de totalitario y el peligro comunista que comunicación, el emblemático caso de la representaba el mismo proyecto. Eso Papelera y la Reforma de las Tres Áreas llevó al desarrollo del de la Economía, o bien el gran tema del libro: la reparo del Teniente y la ENU TODO ELLO CRISTALIZÓ volución inconclusa. Eleen 1973, como ejemplos EN LA ELECCIÓN gido finalmente Salvador relevantes. PRESIDENCIAL DE 1970, CUANDO UN Allende como Presidente R e s u lt a i nt e r e s a nt e SECTOR IMPORTANTE de Chile, se iniciaba la vía constatar cómo todos esos DE LA IZQUIERDA YA chilena al socialismo, en el factores parecieron unirse HABÍA ABANDONADO cual se podían discutir los en un momento que resulEL «ILUSIONISMO medios, eventualmente taría decisivo no solo para ELECTORAL», la velocidad del proceso, la Unidad Popular, sino PROCLAMANDO pero sin transar el resultambién para la vida políLA VIOLENCIA tado: la construcción de tica general del país, como REVOLUCIONARIA COMO «INEVITABLE una sociedad socialista. Es fue la visita de Fidel CasY LEGÍTIMA» PARA decir, un cambio radical tro a Chile, en noviembre LLEGAR AL PODER: ASÍ en lo económico y polítide 1971, que se extendió LO DEFINIÓ EL PARTIDO co, que finalmente no se por un mes. Ahí emergió SOCIALISTA EN SU llevaría a cabo. Una revola revolución modelo en CONGRESO DE CHILLÁN lución inconclusa. América Latina, con su DE 1967, Y ERA LA Al respecto, Fermanlíder máximo, el admiFÓRMULA INTRANSABLE dois se refiere a los avanrado e influyente Fidel. DEL MIR DESDE SU ces de la vía chilena en los Pero también significó el FUNDACIÓN. comienzos del gobierno: la despertar de una oposición situación económica del primer año y el más rotunda contra la puesta en escena resultado de las elecciones municipales y la representación del futuro socialista de 1971, donde la coalición de gobierno del país. La conclusión de Fermandois es creció de manera importante. También interesante: si Castro se hubiera quedado aparece a través de todo el texto la situa- solo una semana o diez días en Chile, ción internacional y la inserción de Chile habría sido todo un éxito; la extensión de y la UP en la misma, con la importancia su viaje, en cambio, complicó al gobierno de los Estados Unidos y el impacto de la y despertó a la oposición. nacionalización del cobre, el paradigma ¿Por qué cayó Allende? ¿Cómo se llegó germano oriental y la unidad de la clase al 11 de septiembre? ¿Cuándo y por qué obrera, la escasa colaboración económica se agotaron las vías institucionales? Estas

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preguntas y temas forman parte del final «Como en las tragedias del teatro griego del libro y de la Unidad Popular. Cuando clásico, todos saben lo que va a ocurrir, la excepcionalidad chilena entró en crisis, todos desean que no ocurra, pero cada cuando los actores fueron incapaces de cual hace precisamente lo necesario para lograr una solución pacífica al creciente que suceda la desgracia que pretende eviconflicto social, y los militares comenzaron tar». Eran palabras de Radomiro Tomic, a aparecer en el horizonte, primero como un hombre más bien de izquierda y que aliados o parte del gobierno, en calidad sería parte de la minoría de la Democracia de ministros, y luego como los llamados a Cristiana que condenó el golpe del 11 de resolver la inconstitucionaseptiembre. Son parte de lidad y la ilegalidad en que una carta escrita al gene¿POR QUÉ CAYÓ había caído el país, según lo ral Prats cuando dejó la ALLENDE? ¿CÓMO denunciado por el Acuerdo Comandancia en Jefe del SE LLEGÓ AL 11 de la Cámara de Diputados Ejército, siendo reemplazaDE SEPTIEMBRE? del 22 de agosto de 1973, do por el general Augusto ¿CUÁNDO Y POR QUÉ SE AGOTARON LAS VÍAS como recuerda el autor. Pinochet. Era solo unos INSTITUCIONALES? Al respecto resulta indías después del Acuerdo ESTAS PREGUNTAS teresante un concepto inde la Cámara de Diputados Y TEMAS FORMAN troducido por Fermandois: y también del fracaso de PARTE DEL FINAL DEL la guerra civil política. Se las conversaciones entre LIBRO Y DE LA UNIDAD desarrolla entre el Paro de el presidente Allende y POPULAR. CUANDO LA Octubre de 1972 y el 11 de la DC. La suerte parecía EXCEPCIONALIDAD septiembre de 1973. Y aunestar echada y los hechos CHILENA ENTRÓ EN CRISIS, CUANDO LOS que parezca una contradichistóricos están a la vista. ACTORES FUERON ción terminológica, resulta La Revolución Inconclusa INCAPACES DE LOGRAR valioso como concepto y es una producción histoUNA SOLUCIÓN explica parcialmente el riográfica de primer nivel, PACÍFICA AL CRECIENTE drama vivido por Chile bien documentada y con CONFLICTO SOCIAL, en esos meses. El odio, los reflexiones profundas. Reataques personales, los crea de manera inteligente grupos armados, la creciente ilegalidad y ponderada una época y un proceso que eran abono fértil para la descomposición es difícil y complejo y donde muchas vede la convivencia nacional y el anticipo ces se abusa de la ideología y el prejuicio. de una resolución armada del conflicto. Felizmente Joaquín Fermandois ha escrito El derrocamiento militar del Presidente una obra llamada a permanecer mucho Salvador Allende no era una necesidad tiempo, útil para ser consultada como una histórica, pero todo se fue dando en esa historia de la izquierda chilena y del país dirección. Lo resumió muy bien un polí- en los difíciles años que precedieron al 11 tico de la época, citado por Fermandois: de septiembre de 1973. Adquirir vía Internet en www.cepchile.cl

ALEJANDRO SAN FRANCISCO

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EL VIAJE DE JOYCE A LAS PROFUNDIDADES O A LA NADA Ha pasado un siglo desde que el libro de relatos Dublineses hiciera aparecer en el mundo de las letras la estela de James Joyce. Se trata de una obra dotada de un extraordinario talento narrativo que cerraría definitivamente el ciclo de la novela del XIX para abrir paso a un nuevo estilo literario. Retomar Dublineses no solo significa abordar una obra singular y fundamental en la historia narrativa del siglo XX ni a un autor tan controvertido como genial, sino también sus lugares: ese Dublín y esa Irlanda objeto del amor/odio de Joyce, como le sucedía también con Trieste. De hecho, fue en la ciudad adriática a la que Joyce se trasladó unos años en un exilio voluntario, en busca de un trabajo y de una identidad propia, humana y cultural, donde escribió la mayoría de los relatos de Dublineses. La ciudad de Trieste tuvo un papel prioritario en la formación de la personalidad y del ferviente imaginario del irlandés. Allí reelaboró sus recuerdos, experiencia, emociones, las controversias que había vivido en su Irlanda natal. Dublín y Trieste: tan lejanas y al mismo tiempo tan parecidas. Ambas ciudades de mar, ambas importantes núcleos comerciales, ambas —en aquella época— rebeldes desde el punto de vista político. Ambas eran, aunque por poco tiempo, los relevantes centros de dos grandes imperios, el británico y el austro-húngaro. La Dublín que Joyce dejó a sus espaldas era una ciudad que se preparaba para enfrentarse definitivamente con los ingleses. Los círculos literarios, donde destacaban lady Gregory y William Butler Yeats, querían recuperar las raíces de Irlanda, los mitos celtas y la espiritualidad medieval que llevaban siglos congelados. En cambio la Trieste a la que Joyce se mudó era una ciudad cosmopolita, una encrucijada de etnias, culturas y religiones, con predominio evidentemente italiano, pero también con componentes eslovenos y alemanes. Muy importante y significativa era la presencia hebrea en esta ciudad mayoritariamente católica, pero con un catolicismo muy distinto al tradicional de la Isla del Destino. Un catolicismo decididamente moderno y laico. Joyce pasa por tanto de las dicotomías de su tierra —celtas contra sajones, católicos contra protestantes, tradicionalistas contra ilustrados— a un mundo cosmopolita que no duda en hacer suyo, con todas sus contradicciones. De este modo, al estilo centroeuropeo, en una Trieste que hablaba italiano pero pensaba según la lógica de Viena o Praga, Joyce empezó a confrontarse con su historia, con un crisol de ideas que tenía en su cabeza, con un imaginario que pocos años después explotaría definitivamente en su obra maestra, Ulises. Acabó Dublineses en 1912, y entonces viajó a Irlanda para presentárselo a los editores. El resultado fue negativo. Así fue como el hijo de una Irlanda rural, la Irlanda de los condados rurales de la que procedían sus padres, la Irlanda profunda, intensa y apasionadamente católica, la Irlanda independentista hasta la muerte, dio la espalda definitivamente a su patria. Volvió a Trieste lleno de rencor y volcó posteriormente en la revisión de Dublineses la rabia que bullía en su corazón hacia su tierra y todo lo que representaba.

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Por primera vez un artista irlandés católico entraba en una dura polémica con su propia identidad. Joyce veía las razones de los males que afligían a su patria en el retraso cultural y no en la opresión inglesa, un retraso cuya principal causa era la Iglesia católica. Joyce fue una especie de adalid del laicismo irlandés que emergería en las últimas décadas del siglo XX, tras la trágica epopeya de la independencia. El bienestar económico y el éxito de las corrientes culturales modernistas darían paso a la elaboración de un pensamiento secular y laicista que encontraría su confirmación en los medios de comunicación y en las líneas editoriales. Desde este punto de vista, Dublineses es un documento histórico interesantísimo para comprender la evolución de Irlanda en el último siglo. Pero el aspecto más valioso de estos relatos está en otra parte: más allá de las raíces culturales, de la confrontación con sistemas políticos como el británico y el centroeuropeo, el mayor valor de Dublineses está en ser un viaje a las profundidades, casi hasta el abismo, del alma humana. En cada uno de los relatos asistimos a historias de vida cotidiana donde los protagonistas se comportan según dos esquemas preestablecidos. Frente a la realidad, con sus preguntas, sus desafíos, a veces con sus agresiones, no hay más que dos respuestas, dos actitudes: la parálisis o la huida. La primera es principalmente una parálisis moral, causada sobre todo por vínculos morales, por la religión, que precisamente por este motivo Joyce ve como algo opresivo, mientras que la huida es consecuencia de la parálisis, consecuencia inevitable desde el momento en que los protagonistas comprenden su propia condición. Pero la huida, en la visión pesimista y trágica del autor, siempre está destinada al fracaso. Aunque huir sea inevitable en la narración por la propia técnica de Joyce, a la que se llamó “epifanía”: un detalle insignificante, un gesto, incluso una situación banal, llevan a un personaje a una visión espiritual con la que comprenderse a sí mismo y lo que le rodea. La epifanía era la clave simbólica de la propia historia. Dublineses se convierte así en una sucesión de fracasos, de derrotas. De fracasos y derrotas de la vida, en un camino doloroso, trágico y –así lo parece– inevitable. Negado aquel Redentor que fue anunciado a los irlandeses siglos antes de san Patricio, a Joyce ya no le queda otra opción que ser testigo de la infeliz suerte del hombre, inmovilizado e impotente, o inútilmente presa de una agitación que le lleva a huir hacia el abismo o hacia la nada. En el otoño de 1914, mientras Europa se adentraba con inconsciente locura en la guerra más monstruosa de todos los tiempos, Joyce, lejos de todas las ideologías, tan lejos de los héroes fenianos de Irlanda como de la inminente decadencia de la espléndida civilización centroeuropea donde vivió una década, no solo representaba el drama de la vida, sino sobre todo del hombre. El estallido de la guerra llevó a Joyce a otro exilio. Lejos de la Irlanda que se preparaba para afrontar el desafío definitivo con Inglaterra, lejos de la Trieste cosmopolita que terminaría siendo italiana, se retiró a la helada y neutral Suiza, donde continuaría durante los años siguientes su viaje por los meandros del corazón humano. PAOLO GULISANO Páginas Digital

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El movimiento de la existencia humana Jan Patočka Ediciones Encuentro Madrid, 2004 283 págs.

Jan Patočka fue un filósofo checo contemporáneo, nacido en Turnov, Bohemia, en 1907. Estudió Filosofía y Filologías eslava y románica en la Universidad Carolina de Praga. Hizo estudios en París —donde conoció a su compatriota Edmund Husserl, con motivo de unas conferencias de este—, en Berlín y en Friburgo de Brisgovia. Fue discípulo tardío de Husserl y alumno de Martin Heidegger y Eugen Fink. Conoció íntimamente el movimiento fenomenológico, especialmente en su giro existencial. En la Universidad checa sufrió sucesivamente la persecución del nacionalsocialismo (1939) y del comunismo en 1949 y en 1968, después de la Primavera de Praga. Murió en 1977 en un hospital de Praga, a consecuencia de una hemorragia cerebral, tras haber sido sometido, como portavoz del movimiento de derechos humanos Carta 77, a prolongados interrogatorios por la policía política del régimen comunista. Los diez textos que componen este libro han sido traducidos cuidadamente del alemán, con una excepción del francés, por el filósofo español Agustín Serrano de Haro —autor asimismo de una Presentación—, por Teresa Padilla y Jesús María Ayuso. Dichos textos corresponden a los diez últimos años de la vida del filósofo (1967-1977). La fuente corresponde a los Ausgewählte Schriften, Bd. IV, Die Bewegung des menschlichen Existenz. Phänomenologische Schriften II, aparecidos en Klett-Cotta, Stuttgart, 1991. La edición de Encuentro Ediciones es digna de encomio, habida cuenta del escaso conocimiento que hay en Iberoamérica acerca de la obra de Patočka.

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Subyace a estos textos la condición del autor de haber sido discípulo de Husserl y alumno de Heidegger. Sin embargo, eso no le impide una lectura crítica de ambos y el desarrollo de una filosofía propia. A su vez, los artículos constituyen un fresco vívido de cuestiones cruciales para la filosofía contemporánea. En “El mundo natural y la fenomenología”, Patočka navega entre la Escila del subjetivismo y la Caribdis del irracionalismo para hacerse cargo de la noción de mundo natural en la fenomenología, al hilo de una meditación con Husserl y Heidegger, valorando en aquel su fenomenología del cuerpo vivido: “En sus análisis del cuerpo y del movimiento corporal, Husserl se aproxima mucho más, en cambio, al descubrimiento de esta condición natural del hombre.” (p.54). En “¿Qué es la existencia?”, a nuestro juicio, su artículo más original y más develador de su filosofía, desplaza el acento en el concepto de verdad como el pensar, el juzgar y teorizar objetivos, hacia la verdad en un sentido práctico: “si verdad significa también un modo de comprender que desde un primer comienzo nos orienta en la vida y en la existencia.” (p.57). Asoma entonces la noción capital de fenómeno: “Naturalmente que aquí no cabe demostración; ello únicamente se muestra: es un fenómeno.” (p.62). Ahora bien, hay que tener presente que “un fenómeno lleva consigo su sentido.”(p.62). Así, el existir humano se acerca a la enérgeia o entelécheia aristotélicas: “es un ser que es acto de autorrealizarse” (p.66). En suma, la existencia “es un existir en la posibilidad.” (p.66). Para Patočka, la existencia no se trata a sí misma como una cosa, sino que ella conduce a la comunicación, a la trascendencia, al elegirse a sí misma. Teniendo en vista las raíces kierkegaardianas de la noción de existencia, Patočka expone y critica las concepciones al respecto de Jaspers, Heidegger y Sartre. Entonces define a la existencia como movimiento (p.80), en cuanto “ ‘ser’ no significa, en consecuencia, ‘estar dado’, sino elegirse a uno mismo, crearse en la verdad, llegar a hacer de mí lo que soy, llegar a serlo.” (p.81). Ciertamente resuena aquí el sé el que eres del poeta griego Píndaro. Según Patočka, hay tres movimientos fundamentales en la vida humana, interrelacionados con tres necesidades y tres posibilidades. Sus puntos de engarce son el pasado (el ya), el presente y el futuro (el aún no). Hay un artículo en que dialoga el autor con el Husserl de la Crisis de las ciencias europeas y la fenomenología trascendental (1935-1936); sin embargo, su diagnóstico es crítico: “Lamentablemente hay que


decir que la metafísica ‘fenomenológica’ que Husserl nos presenta como resultado y fundamento de su descripción analítica del mundo natural resulta en último término decepcionante. A lo que se añade que Husserl no la desarrolló por completo; la empresa quedó inacabada.” (p.149). En el artículo siguiente, Patočka trata los peligros de la tecnificación de la ciencia en Husserl y la esencia de la técnica como peligro en Heidegger. Ambos pensadores intentan recuperar la verdad originaria, pero entendida de modo distinto. En “Cartesianismo y Fenomenología”, el convocado no es Descartes, sino el cartesianismo en un sentido especial, en cuanto conduce a un matematismo universal de la naturaleza, convirtiendo a la cosa extensa en el paradigma de toda res. En el artículo final “¿Qué es fenomenología?”, Patočka juzga el alcance de la fenomenología: “la fenomenología ha sido y sigue siendo la dirección filosófica más original del siglo y la que alienta o alentó pretensiones más altas” (p.252). Lo que está en juego es el cuestionamiento radical de la Modernidad: “En lugar de rehacer la fábrica del universo sobre la base del proyecto matemático-constructivo de una res extensa, ahora se construye intuitivamente —en el sentido de la intencionalidad— sobre el ego cogito cogitatum.” (pp.259-260). De lo que se trata en la actitud fenomenológica “es, pues, del sentido de ser de los fenómenos puros en comparación con el sentido de ser de lo que está dado en la actitud natural.”(p.262). Con todo, para una comprensión depurada de la subjetividad, no basta la epojé, se requiere también “de una evidencia que penetre en la trama histórica de las concepciones del ser.” (p.265). Patočka ve, en Husserl y Heidegger, dos corifeos que han intentado cuestionar el cartesianismo esencial de nuestra época, expresado en una ontología dualista de las substancias. Esa propuesta de un otro camino, “un camino que se busca…eso es la fenomenología.” (p.279). En suma, este no es un libro de divulgación filosófica, sino un libro que, con una prosa densa —que invita al paladeo de la relectura— y con una claridad que no es de superficie, se atreve a tomar en vilo cuestiones esenciales de la época contemporánea y exponerlas a la luz de la inteligencia filosófica. Luis Flores Hernández Adquirir vía Internet en www.ediciones-encuentro.es

Conocimiento de Dios por las vías de la razón y del amor Josef Seifert Traductor Pedro Jesús Teruel Ediciones Encuentro Madrid, 2013 262 págs.

Esta obra consiste en un examen extenso de los caminos y argumentos concretos con que la mente humana puede dejar establecido que Dios existe, desde el punto de vista de la fenomenología realista. Se inicia con una presentación del panorama filosófico y teológico en torno al problema de la existencia de Dios. En el primer capítulo se sostiene que hoy en día, tanto en la llamada por los británicos “filosofía continental” como en la “filosofía analítica”, así como en la teología, existe una creencia generalizada en que la metafísica es imposible, sobre todo en lo que atañe al conocimiento racional del ser divino absoluto. Seifert, sin embargo, matiza en una nota: “semejantes consideraciones históricas, necesariamente sintéticas, se refieren por supuesto sólo a una cierta mayoría dominante en la vida académica y a su influencia, y no a aquellos filósofos que se resisten a dicho Zeitgeist” (nota 15). No hay duda de que semejante inicio da fuerza literaria y filosófica a la presentación de la serie de argumentos con los que Seifert va a dejar establecido no solo que Dios existe, sino qué entendemos cuando decimos “Dios”, que es el contenido de todo el resto de la obra. Antes de examinar los argumentos concretos, podemos observar que, para dar el salto del mundo creado al Creador, el profesor Seifert, en el conjunto de su libro, propone fundamentalmente cuatro caminos, a partir de las cuales pueden elaborarse una multitud de argumentos o vías: (A) el uso del “principio de razón suficiente”, formulado de la manera más amplia posible: “Todo ser

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debe poseer un fundamento, o sea ,una razón suficiente, tanto para su ser (existencia) como para su ser así (esencia) y cualquier otra determinación (relación, etc.) que explique por qué un ente es en lugar de no ser y por qué es tal y como es en lugar de ser de otra forma. Este fundamento o sea razón suficiente puede hallarse tanto en el ser en cuestión como también fuera de éste” (p. 33). Este primer camino permitiría elevarse a Dios como causa de todos los seres de nuestra experiencia, como Objeto necesario de ciertos actos intencionales, y aun como Esencia que incluye el existir necesariamente. El segundo camino (B) consiste en elevarse a partir de sus opuestos a las perfecciones puras que deben darse en Dios: si podemos juzgar que hay injusticia, es porque tenemos un canon de juicio que es la justicia perfecta, etc. El tercer camino (C) consiste en elevarse a las perfecciones puras a partir de las perfecciones incompletas o limitadas del mundo creado (pp. 232-236). En todo esto Seifert sostiene que podemos por los caminos (B) y (C) llegar a un conocimiento mediato de la esencia divina. Así interpreta él la vía negativa: primero conocemos lo que no es Dios, para luego, por su medio, conocer a Dios mismo, con un conocimiento positivo, aunque mediado (p. 233). El cuarto camino (D) es el argumento ontológico. Según Seifert, y a pesar de lo dicho acerca del tercer camino, el argumento ontológico de san Anselmo sí concluye, porque, aunque ninguna esencia finita pueda incluir sin contradicción en sí misma la existencia necesaria (pues todo lo finito es contingente en lo que se refiere a su existencia, según Seifert), la esencia infinita de Dios sí que la incluye. De este modo, puesto que la expresión “el ser mayor que el cual no puede ser pensado otro” significa esa esencia infinita, y puesto que un ser que no incluya la existencia no sería Aquel mayor que el cual no puede ser pensado otro, es necesario que exista ese ser cuya esencia es infinita y que es la Bondad suma. El profesor Seifert se inscribe decididamente en la tradición agustinisto-franciscana del pensamiento católico. Considera las vías tomistas para demostrar la existencia de Dios, pero lo hace teniendo siempre en mente las maneras alternativas de acceder al conocimiento acerca de lo divino. De hecho, se acerca a las vías desde una perspectiva que les es ajena y que separa el mundo de la física del mundo de los valores. Por eso afirma “que las tres primeras vías de las pruebas cosmológicas” abstraen “de la pregunta por el valor del mundo

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y la infinita plenitud del ser divino” (pp. 32-33). Además, considera que la vía teleológica se refiere solamente a la teleología propia de la naturaleza física y no de los seres personales, razón por la cual se hace necesario introducir las que él llama “pruebas personalistas de la existencia de Dios” (pp. 92-96). Propone, entonces, entre otras, las siguientes pruebas: a. La vía del movimiento, identificada con la vía de la temporalidad (pp. 37-41). b. La vía de la causalidad (p. 42) c. La vía de la contingencia (p. 44). d. La vía teleológica, que, tal como la plantea Seifert, no es otra que la del diseño inteligente (cfr. pp. 46-55). e. Diversos argumentos personalistas. f. La vía de los grados de perfección (capítulos 8, pp. 186-213). Una última palabra acerca del problema del mal, de donde se toma el argumento que más frecuentemente se utiliza para negar la existencia de Dios y que, por lo mismo, no puede omitirse en un libro que investiga el problema de si Dios existe o no. El profesor Seifert le dedica el capítulo 7 (pp. 180-185), y reafirma la comprensión cristiana del problema, señalando que “el mal moral puede ser el único fundamento último de todo mal, tal y como lo creen cristianos, judíos y musulmanes” (p. 182). En realidad, este es un punto controvertido. Así, por ejemplo, el propio santo Tomás señaló que, antes del pecado original, los animales carnívoros ya devoraban otros animales y podía haber malformaciones genéticas de las bestias y otros sufrimientos aparentemente inútiles. Parecería, por tanto que no puede prescindirse de la formulación clásica de la respuesta a este problema: la Bondad infinita de Dios es capaz de tornar los males en mayores bienes (Suma teológica I q. 2, a. 3, ad 1m). Con todo, y en conexión con el problema de la existencia de Dios, Seifert argumenta, muy sólidamente, que “incluso las preguntas y dificultades irresueltas a la hora de conciliar la irrebatible realidad del mal con la existencia de Dios no refutan las evidencias concluyentes acerca de la existencia de Dios” (p. 184). Esta respuesta es semejante a la que han dado Christopher Martin y Brian Davies al señalar el error lógico del argumento a partir del mal contra la existencia de Dios. He aquí una paráfrasis resumida: Dios es omnipotente y omnisciente, pero, como afirman también todos los teístas, es inescrutable para el entendimiento humano. Él ve el mal desde


una perspectiva muy diferente de la nuestra y es muy probable que conozca un sentido que a nosotros se nos escapa. ¿Quién puede decir que conoce todos los misterios de la inteligibilidad del universo? Y la Inteligencia divina sobrepuja al universo. Por tanto, no podemos saber que sea verdadera la premisa: “la existencia de tal y tal mal es incompatible con la omnipotencia y la presciencia divinas”. En cambio, si podemos establecer que Dios existe con un argumento sólido, habrá que decir que esa premisa es falsa y habrá que aceptar el siguiente razonamiento: Dios existe; pero tal y tal mal existen; luego, Dios y tal y tal mal no son incompatibles. CARLOS A. CASANOVA

El Teresianismo del Padre Tomás Morales, S.J. Nicolás González Monte Carmelo Burgos, 2004 97 págs.

A las puertas del V Centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús y en el XX Aniversario de la partida al Cielo del Siervo de Dios P. Tomás Morales, S. J., hemos querido recuperar la frescura y actualidad de la obra de divulgación El Teresianismo del Padre Tomás Morales, S.J. de D. Nicolás González González, capellán de las Carmelitas Descalzas del Monasterio de la Encarnación (Ávila). D. Nicolás, gran conocedor de la vida y obra de Santa Teresa de Jesús, nos va a descubrir “con pluma ágil y estilo ameno” el paralelismo de vida y la rica savia carmelitana que el Siervo de Dios P. Tomás Morales, S. J. supo transmitir a los miembros de su gran obra apostólica y en especial a los dos Institutos Seculares por él fundados Cruzados y Cruzadas de Santa María, cuyos miembros por

vocación quieren vivir como auténticos “contemplativos en la acción” en medio del mundo. La obra se divide en cinco apartados. Bajo los rótulos sucesivos de: Vidas paralelas; Una misma experiencia espiritual; Santa Teresa una referencia siempre; Tantas para Carmelitas como para las Cruzadas, y a las puertas de los Carmelos, al lector “se le ofrece la oportunidad de sentirse más cerca de una nueva forma de vivir el Evangelio” (Prólogo de Mons. D. Jesús García Burillo, Obispo de Ávila). Este librito, enriquecido con numerosos testimonios personales y textos autográficos extraídos de correspondencia epistolar entre el Siervo de Dios y las carmelitas, hijas de Santa Teresa, alguna tan insigne como la que fuera Santa Maravillas de Jesús, permite además al lector que se acerque a sus páginas, ser testigo del misterio de sencillez que envuelve la génesis y desenvolvimiento de una obra de Dios. En su correspondencia epistolar descubrimos cómo el P. Tomás Morales llama «Cruzada de María en el siglo XVI» a la carmelita Santa Teresa y califica de «carmelitas en el mundo» a las consagradas pertenecientes al Instituto Secular Cruzadas de Santa María. ¿Cómo el P. Morales, siendo jesuita, se inspiró en la espiritualidad de la carmelita santa Teresa de Jesús? y, ¿cómo el P. Morales, impulsor del movimiento laical en medio del mundo y en pleno siglo XX, les inculca a los jóvenes vivir en contemplación al más puro estilo teresiano-sanjuanista? Con estas cuestiones tan sugerentes comienza esta obra de apenas 90 páginas que ilustrada con dibujos y fotografías de sus protagonistas, abiertas las puertas del Carmelo, nos introduce en el Teresianismo del Padre Tomás Morales, S.J. El P. Tomás Morales dirá a los Cruzados y Cruzadas de Santa María que la vida consagrada por entero a Dios significa lo mismo en un laico que en una religiosa Carmelita. «No midas una vocación a la vida consagrada sólo por la generosidad. Lo esencial es el deseo, traducido en hechos (aceptando humillaciones obediencias difíciles, pobreza real) de asemejarse a Cristo, dejándose esculpir, en total olvido de sí, “a su imagen”. La vocación consagrada, a diferencia de la mera llamada apostólica, es hacerse grano de trigo que cae, y se pudre y muere con y en Jesús, para producir cosecha abundante de almas que se salvan.» Y en todo amor. Parafraseando a Santa Teresa: «Sólo el amor da valor a todas las cosas». En el V Centenario del Nacimiento de Santa Teresa, no nos resistimos a reproducir un texto autográfico recogido en esta obra y que el P. Morales refiere como consejo en el año teresiano de 1981 a una discípula suya:

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«Si invocas a Santa Teresa en este su año (teresiano), te quedarás sorprendida del milagro que te va a hacer». En su último epígrafe se nos ofrece una invitación a orar, invitación ya formulada en el Prólogo de la obra «para que el P. Morales siga el camino de reconocimiento eclesial de santidad que tuvo Santa Teresa y, recientemente Santa Maravillas de Jesús». Ayer las Cruzadas pedían la canonización de M. Maravillas de Jesús y hoy las Carmelitas piden la del jesuita Tomás Morales» (Mons. D. Jesús García Burillo, Obispo de Ávila) La obra concluye con una abundante bibliografía, libros del P Tomás Morales, S.J. y otras publicaciones sobre el P. Morales (incrementada desde la publicación de este volumen de D. Nicolás González) que nos muestra el interés suscitado en torno a un gran apóstol de la movilización del laico. Mª de los Ángeles Nogales Naharro Adquirir vía Internet en www.montecarmelo.com

El valor de una vida María Victoria Hernández Editorial Monte Carmelo Burgos, 2014 95 págs.

Dentro del XX aniversario de la partida al cielo del Padre Tomás Morales, S.J., el 1 de octubre de 1994 en Alcalá de Henares (Madrid), sale a la luz en Editorial Monte Carmelo un pequeño pero profundo libro sobre su vida y obra: El valor de una vida. La autora, María Victoria Hernández, es la postuladora de la causa del actual siervo de Dios. Ella, que conoce con profundidad

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los detalles de la vida de este jesuita del siglo XX, por algunos denominado ‘apóstol de Madrid’, recrea los hitos fundamentales de su paso bienhechor por la tierra y presenta al lector su legado: su carisma y las obras por él fundadas, y relata la situación actual del proceso de beatificación. Detalles de sus cartas y fotos de su trayectoria histórica son relevantes elementos visuales que acompañan la lectura amena y rápida del texto. Dice la Sagrada Escritura que quien se afana por el bien obtiene frutos imperecederos (Sab 3,15). Y es verdad. Desde esta óptica y desde los amplios frutos experimentados en su vida, se presenta al Siervo de Dios Padre Tomás Morales. Los frutos obtenidos a lo largo de casi 84 años de vida permanecen aún hoy y se han difundido en el tiempo y en el espacio. Precisamente tales frutos son el valor de una vida. De una vida, la del Padre Morales, que fue elegida por Dios para ofrecer a la Iglesia y al mundo un carisma, un estilo de vida evangélico, de santidad en medio y a través de las condiciones ordinarias de la vida: dos institutos seculares, Cruzados de Santa María y Cruzadas de Santa María; una asociación de familias Hogares Santa María, y la Milicia de Santa María, constituida en su rama femenina en Asociación privada internacional de fieles laicos. El Padre Morales no hizo solo este camino nuevo. Muchos le siguieron desde 1946, y lo siguen aún, atraídos por la misteriosa fascinación que suscitaban aún su experiencia espiritual y la grandeza de la misión evangelizadora a la que convocaba. Su profunda y arraigada vivencia ignaciana matizada con la ascesis y contemplación carmelitana impregnan a sus obras de una espiritualidad bien definida en la Iglesia, una espiritualidad, por lo demás, muy mariana, la de un enamorado de la Virgen María. Así se va definiendo a lo largo de las páginas de este libro y de los momentos fundamentales de su vida. Se parte en los orígenes, los de una familia cristiana que le inculcó una sólida formación, los que le dejó el paso por el colegio de los jesuitas en Madrid. Formación que fue completada en su época universitaria, en un creciente compromiso de fe gracias a su participación en la acción católica. A esto le siguió el descubrimiento de su vocación jesuita en su época de “boloño”, y el salto de la familia y de su patria para responder a la llamada de entrega total como hijo de San Ignacio en Chevetogne, Avigliana y Granada, donde fue ordenado sacerdote el 13 de mayo del 1942, fecha que le dejó para siempre unido a los acontecimientos de Fátima. Se esbozan sus años de apóstol en Madrid y Extremadura con grupos de jóvenes, con obreros, y


sus frutos apostólicos más maduros, especialmente desde su amor a la Virgen Madre y el lanzamiento de los bautizados a la acción, hasta su encuentro con el Señor, ya maduro, en 1994. Lo retratan al vivo los dos últimos capítulos: una breve antología de sus escritos y lo que otros han dicho de él: superiores, compañeros, hijos espirituales, etc. Se retrata así al Siervo de Dios cuya vida tiene, también para nosotros hoy, un valor, el de la acción de Dios en la fragilidad humana cuando se deja hacer en abandono y docilidad. Los santos, los beatos, los siervos de Dios se convierten de este modo en bienhechores de la humanidad. Evangelizan. Cambian el mundo. Es justo, pues, que así como hoy se da culto a los ídolos del cine, de la canción o del deporte también la Iglesia celebre a sus hijos más preciosos. Ellos avivan el sentido de comunión y de familia que vincula la Iglesia peregrina a la Iglesia celestial. Con su caminar fuerte, nos animan en el seguimiento de Cristo. Ante Dios, interceden por nosotros. Son para nosotros, para cada uno, motivo de consuelo y de esperanza, porque son testimonios de lo que Dios es capaz de hacer con nuestra pobre y débil naturaleza humana. Esther Gómez de Pedro Adquirir vía Internet en www.montecarmelo.com

Las abejas y las arañas. La querella de los antiguos y los modernos Marc Fumaroli Editorial Acantilado Barcelona, 2008 276 págs.

“La querella de los Antiguos y los Modernos naufraga juntamente con el Antiguo Régimen”… Este es un tema de literatura y filosofía que hoy parece obsoleto, pero que tiene sus implicancias actuales. Marc Fumaroli estudia el enfrentamiento en el mundo cultural europeo del siglo XVII de los “antiguos”, defensores de la antigüedad clásica, y de los “modernos”, defensores de una literatura más actual. El nombre del libro, bastante peculiar, deriva de una fábula en que los antiguos serían las abejas recolectoras, trabajadoras, industriosas, y los modernos unas arañas que no recogen nada, sino que construyen a partir de su propia interioridad.

Fumaroli pasea su querella por Italia y Francia, pero se detiene en Francia con su ángulo político, analizando la época de Richelieu para describir después el siglo de Luis XIV donde antiguos y modernos se disputaban los favores del Rey Sol. Alrededor de este sol funcionaban distintas Academias: literatura, arte , filosofía, ciencias, inmersas en estas luchas culturales, sí, pero también palaciegas, muy apasionadas y curiosas, ávidas de poder. El autor, académico, ensayista, experto en literatura es un hombre de letras muy prestigioso en su país, dentro de la vertiente cultural más tradicionalista. Es muy crítico de la actual política cultural del gobierno francés. Describe minuciosamente a los literatos del siglo XVII. Montaigne, el ensayista, cuya fama ha perdurado hasta hoy; Nicolás Boileau, de larga y fecunda vida, a quien se consideraba el “Goethe de los franceses”, fue, junto con Racine, historiógrafo del Rey. Era el antiguo por excelencia. Frente a él, combatía por los modernos Charles Perrault, polémico e ingenioso. Sus obras “serias” se recuerdan poco. Ha pasado a la historia de la literatura por sus cuentos para niños que se recuerdan más que todos sus libros juntos. Su intención era proporcionar a los niños franceses unos “cuentos maravillosos” que nada tuvieran que ver con la mitología pagana y que los iniciaran en los rasgos de una cultura propia. Tienen una segunda lectura para adultos: los pulgarcitos, las hadas, las cenicientas son la elocuencia y el ingenio franceses, perseguidos por ogros, brujas, padres ingratos que ”buscan aplastar bajo el peso del pasado la semilla fecunda de la palabra francesa y moderna”. El libro termina con un capítulo especial dedicado al arqueólogo conde de Caylus, defendiendo y ensalzando su obra que un tiempo fue muy controvertida. Elena Vial Adquirir vía Internet en www.acantilado.es

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¡CUÁNTO SE PERDIÓ Y GANÓ CON RYWKA LIPSZYC! En junio de 1945, una doctora del Ejército Rojo, Zinaida Berezovskaya, encontró en las ruinas del Crematorio III de Auschwitz-Birkenau, un cuaderno; adentro unos frágiles papeles a veces manchados pero siempre legibles, preservaban el patético diario de vida de una muchacha polaca antes de ser aprisionada por los nazis. No había muerto allí y se ignora por qué el cuaderno estaba en ese sitio. Zinaida supo llevárselo a la Unión Soviética; al morir en 1983, fue heredado por su hijo, junto con otros objetos de la guerra y tras su fallecimiento en 1992, una nieta de Zinaida que visitaba a su familia rusa, decidió llevárselo a los Estados Unidos, donde diez años más tarde, en el 2008, supo contactar al Holocaust Centre en San Francisco. Y recién ahora, en este 2014, el cuaderno se publica, traducido al inglés, coeditado por el JFCS Holocaust Center y Lehrhaus Judaica. Gracias a www.rywkadiary.org/diary.html, he podido obtener el texto que osaré comentar. Rywka Lipszyc Así se firmaba y así aparece en las listas del ghetto. Desde octubre de 1943 hasta abril de 1944, desde sus trece a sus quince años de edad, vivió confinada en Litzmannstadt, ex-Lodz: el ghetto creado en 1940. Su padre había muerto el 2 de junio de 1941 por una enfermedad pulmonar, acaso consecuencia de una brutal golpiza callejera. Se supone que la madre murió exhausta por malnutrición el 8 de julio de 1942. Dejaba huérfanos: a Rywka de trece años, Abramek de diez años, Cypka de nueve y Tamarcia de cinco años. Fueron acogidos por el tío Yochanan y la tía Hadassah, junto con tres primas: Estusia, Chanusia y Minia. Después del szpera (toque de queda) de septiembre de 1942, el tío, junto con Abramek y Tamarcia, fueron enviados a morir en Chelmno, un campo de concentración. Al año siguiente murió la tía. Cinco niñas de entre diez a veinte años quedaron sobreviviendo como podían. Hoy siguen vivas: Estucia L., de noventa y ocho, y Minia L., de noventa y un años, ambas en Israel. Rywkacon su hermana Cypka y tres primas: Estusia, Chanusia y Minia fueron deportadas al campo de concentración Auschwitz-Birkenau en agosto de 1944. Cypka fue gaseada en llegando. Rywka y sus primas quedaron en Christianstadt en Krzystkowice, donde faenaban las prisioneras polacas, húngaras, francesas, holandesas y belgas, cavando fortificaciones contra los tanques rusos. De allí fueron obligadas a caminar a riesgo de muerte hasta el campo de concentración de Bergen-Belsen. Las tropas aliadas la liberaron, emaciada y enferma de allí, junto con Esther y Mina el 15 de abril de 1945. En junio de 1945, Rywka fue enviada del hospital de emergencia en Bergen-Belsen, a un hospital en Niendorf, Alemania. Su extrema debilidad impedía ulterior traslado. Lo último que se sabe de ella es su nombre en un documento del 10 de septiembre de 1945. No consta certificado de defunción, solo la declaración hecha en 1955 por su prima Minia Boier, de que Rywka murió en ese hospital. Tenía dieciséis años.

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El diario Comienza pocos meses después del entierro de la tía Hadassah. Se entra a un mundo claustrofóbico. Muchachas que viven sin adultos, sin jefatura doméstica, organizadas por ellas mismas para acarrear agua, recibir alimentos, trabajar y estudiar, ir al baño público y a la lavandería, tener médico, dentista y sastre, todo gracias al sistema judío permitido por los nazis. Van a clases, tienen reuniones literarias, asambleas, celebran el sábado sacro. Pero sufren frío y hambre, tienen que acarrear el carbón y solo se les da medio kilo de pan, 2 gramos de grasa y diez de salchichas. Y ocurren esporádicas deportaciones. Llama la atención que Rywka no menciona a los alemanes, no hay odio sino estoica aceptación de un estado que ella espera culmine en una liberación, cuando la guerra cese. Ignora que el exterminio de los judíos ha sido decretado y por suerte ignora que su hermano y tío ya han sido eliminados. De allí que sus padecimientos le permitan tener esperanzas de un futuro en el que se imagina será escritora o dueña de casa. No hay descripción de lo externo –el físico de la gente, el aspecto del ghetto–, no hay palabras sobre colores ni olores –como si Rywka careciera de lo sensorial debido a un hiperdesarrollo de lo síquico–. Y todo ello culminado en su fe en Dios, único soporte y razón de ser, el tuétano de su judiazgo. Cuánto le duele ser obligada a faenar en el santo sábado. Escribe para salirse del entorno. Es su terapia, su armadura, su tónico. Y a medida que escribe va adquiriendo estilo, soltura y síntesis. Va de lo banal a lo trascendental, con la madurez impresionante de una muchacha judía que está siendo acrisolada por un destino misterioso como el de todos los judíos. Le muestra su diario a Surcia, la amiga que la instó a escribirlo, y le escribe cartas pidiéndole consejo y aclaramientos: ¿cómo la capta e interpreta? Pues le urge perfilarse a sí misma, tener una identidad neta, desarrollarse, aprender. “Siempre he querido estudiar pero no sabía exactamente qué. Ahora lo sé, ahora es diferente, ahora sé qué quiero estudiar, estudiar la Torah, nuestra querida, adorada, siempre nueva y sin embargo tan vieja Torah. Nuestra vivificante Torah! Madre Torah!!! ¿Qué nos aguarda en el futuro? Hago esta pregunta con miedo y a la vez con curiosidad juvenil. Poseemos respuesta a esto, una gran respuesta: Dios y la Torah! Padre Dios y Madre Torah!... Me estoy riendo del mundo entero porque tengo un soporte, un gran soporte: mi fe, ¡porque creo! Gracias a ella soy más fuerte, más rica y más digna que los demás…Dios, te estoy tan agradecida!!!...” Cerca del fin, el primero de marzo de 1944, escribe: “Ghetto! Ghetto! ¿En qué nos has vuelto?” Ve en torno la degradación animal a que empuja el hambre. Y en su última página: “Cuando me doy cuenta que estamos privados de todo, que somos esclavos, intento erradicar este pensamiento para no estropear este momento jubiloso. Cuánto cuesta! Ay, Dios, cuánto más? Pienso que cuando seamos liberados gozaremos una verdadera primavera.” La esté gozando esta kedoshim, Rywka Lipszyc: escritora mártir de la shoah. Luis Vargas Saavedra

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Sobre los Autores UGO VA N N I, S.J. Profesor emér ito de exégesis del Nuevo Testamento en la Pontificia Universidad Gregoriana y en el Pontificio Instituto Bíblico. Autor de numerosos estudios en su especialidad. Es el padre espiritual del Colegio Capranica de Roma. Este artículo fue publicado originalmente en La Civiltà Cattolica n° 3899. REINHARD HÜTTER. Profesor de Teología en Divinity School, Duke University, EE.UU. Autor de Reason and the Reasons of Faith, entre otros. JOSÉ NORIEGA. Profesor titular de Teología Moral especial, Pontificio Instituto Juan Pablo II para Estudios sobre el Matrimonio y la Familia, Roma. Director editorial de la revista Anthropotes. PEDRO MORANDÉ. Ex decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Miembro de número de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Del Comité Editorial de revista HUMANITAS. SOFÍA BRAHM. Socióloga. Investigadora del Centro de Políticas Públicas de la Universidad Católica de Chile.

MASSIMO BORGUESSI. Profesor de la Universidad de Perugia y de la Pontificia Universidad Urbaniana. Miembro del Consejo de Consultores y Colaboradores de revista HUMANITAS. FRANCISCO ORREGO VICUÑA. Miembro de número de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Premio Nacional de Humanidades 2001. Ex juez ad hoc de la Corte Internacional de Justicia de La Haya. FERNANDO MARTÍNEZ. Ingeniero. Encargado de la sección música en revista HUMANITAS. AUTORES EN PANORAMA Y LIBROS Rodrigo Polanco. Del Consejo de revista HUMANITAS. Jorge Peña. Filósofo. Director Instituto de Filosofía de la Universidad de los Andes.. Luis Flores. Ex decano de Filosofía de la Universidad Católica de Chile. Alejandro San Francisco. Del Consejo de revista HUMANITAS. Jorge Precht Pizarro. Profesor de Derecho Público, Universidad Católica de Chile. Pierangelo Sequeri. Miembro de la Comisión Teológica Internacional.

COMITÉ EDITORIAL DE HUMANITAS Jaime Antúnez. Director de revista HUMANITAS. Doctor en Filosofía. Miembro de número de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Hernán Corral. Doctor en Derecho. Miembro de número de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Samuel Fernández. Doctor en Teología. Ex decano y profesor de la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Director del Centro de Estudios Padre Alberto Hurtado. Gabriel Guarda O.S.B. Abad emérito del Monasterio Benedictino de la Santísima Trinidad de Las Condes. Premio Nacional de Historia 1984. Miembro de número de la Academia de la Historia, del Instituto de Chile. René Millar. Doctor en Historia. Ex decano de la Facultad de Historia, Geografía y Ciencia Política de la P.U.C. y profesor titular del Instituto de Historia. Miembro de número de la Academia de la Historia, del Instituto de Chile. Pedro Morandé. Doctor en Sociología. Ex decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la P.U.C. Miembro de número de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Ricardo Riesco. Doctor en Geografía. Miembro de número de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Francisco Rosende. Ex decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad Católica de Chile. Master of Arts en Economía, Chicago. Juan de Dios Vial Correa. Ex rector de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Ex presidente de la Pontificia Academia para la Vida. Miembro de número de la Academia de Ciencias del Instituto de Chile. Juan de Dios Vial Larraín. Ex rector de la Universidad de Chile. Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales 1997. Miembro de número de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Arturo Yrarrázaval. Doctor en Derecho. Ex decano de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

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HUMANITAS

Consejo de Consultores y Colaboradores

Revista de Antropología y Cultura Cristianas Publicación trimestral de la Pontificia Universidad Católica de Chile La revista HUMANITAS nace de la conveniencia de que la Universidad disponga para el servicio de la comunidad universitaria y de la opinión pública en general, de un órgano de pensamiento y estudio que busque reflejar las preocupaciones y enseñanzas del Magisterio Pontificio (Decreto Rectoría Nº 147/95, visto 2º). DIRECTOR Jaime Antúnez Aldunate COMITE EDITORIAL Hernán Corral Talciani Samuel Fernández Eyzaguirre Gabriel Guarda, O.S.B. René Millar Carvacho Pedro Morandé Court Ricardo Riesco Jaramillo Francisco Rosende Ramírez Juan de Dios Vial Correa Juan de Dios Vial Larraín Arturo Yrarrázaval Covarrubias SECRETARIA DE REDACCIÓN Marta Irarrázaval Zegers

CONSEJO DE CONSULTORES Y COLABORADORES Presidente Honorario: S.E.R. Cardenal Francisco Javier Errázuriz Ossa, Arzobispo Emérito de Santiago. Héctor Aguer, Anselmo Álvarez, O.S.B., Carl Anderson, Andrés Arteaga, Francisca Alessandri, Antonio Amado, Felipe Bacarreza, Rémi Brague, Jean-Louis Bruguès, O.P., Rocco Buttiglione, Massimo Borghesi, Carlos Francisco Cáceres, Cardenal Carlo Caffarra, Cardenal Antonio Cañizares, Jorge Cauas Lama, Guzmán Carriquiry, William E. Carroll, Alberto Caturelli, Cesare Cavalleri, Fernando Chomali, Francisco Claro, Ricardo Couyoumdjian, Mario Correa Bascuñán, Francesco D’Agostino, Adriano Dall’Asta, Vittorio di Girolamo, Carmen Domínguez, José Manuel Eguiguren, Carlos José Errázuriz, José María Eyzaguirre, Jesús Colina, Luis Fernando Figari, María Esther Gómez de Pedro, Juan Ignacio González, Stanislaw Grygiel, Gonzalo Ibáñez Santa-María, Raúl Hasbun, Henri Hude, José Miguel Ibáñez, Raúl Irarrázabal, Lydia Jiménez, Paul Johnson, Jean Laffitte, Nikolaus Lobkowicz, Alfonso López Quintás, Alejandro Llano, Raúl Madrid, Javier Martínez Fernández, Patricia Matte Larraín, Carlos Ignacio Massini Correas, Mauro Matthei, O.S.B., Cardenal Jorge Medina, Livio Melina, Augusto Merino, Dominic Milroy, O.S.B., Fernando Moreno Valencia, Rodrigo Moreno Jeria, José Miguel Oriol, Francisco Petrillo, O.M.D., Bernardino Piñera, Aquilino Polaino-Lorente, Rodrigo Polanco, Cardenal Paul Poupard, Javier Prades, Dominique Rey, Florián Rodero L.C., Alejandro San Francisco, Romano Scalfi, Cardenal Angelo Scola, David L. Schindler, Josef Seifert, Gisela Silva Encina, Robert Spaemann, Paulina Taboada, William Thayer Arteaga, Olga Ulianova, Juan Velarde Fuertes, Aníbal Vial, Pilar Vigil, Richard Yeo, O.S.B.

NACIONALES

EXTRANJEROS

Andrés Arteaga: Obispo Auxiliar de Santiago. Francisca Alessandri: Profesora de la Facultad de Periodismo, UC. Antonio Amado: Profesor de Metafísica de la Universidad de los Andes. Felipe Bacarreza: Obispo de Los Ángeles, Chile. Carlos Francisco Cáceres: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Jorge Cauas Lama: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Fernando Chomali: Arzobispo de Concepción. Miembro de la Pontificia Academia Pro Vita. Francisco Claro: Profesor de la Facultad de Física, UC. Ricardo Couyoumdjian: Profesor del Instituto de Historia, UC. De la Academia de la Historia del Instituto de Chile. Mario Correa Bascuñán: Secretario General de la Pontificia Universidad Católica. Profesor de la Facultad de Derecho, UC. Carmen Domínguez: Profesora de la Facultad de Derecho, UC. Directora del Centro UC para la Familia. Vittorio di Girolamo: Historiador del arte. María Esther Gómez de Pedro: Miembro del nuevo círculo de discípulos de Joseph Ratzinger / Papa Benedicto XVI. José Manuel Eguiguren Guzmán: Fundador del Movimiento Apostólico Manquehue. Carlos José Errázuriz: Consultor Congregación para la Doctrina de la Fe. Profesor de la Pontificia Università della Santa Croce. José María Eyzaguirre: Profesor de la Facultad de Derecho, UC. Jesús Colina: Director de Aleteia. Juan Ignacio González: Obispo de San Bernardo, Chile. Raúl Hasbun: Sacerdote de Schöenstatt. Profesor del Seminario Pontificio Mayor de Santiago. Gonzalo Ibáñez Santa-María: Profesor y ex rector de la Universidad Adolfo Ibáñez. José Miguel Ibáñez Langlois: Teólogo y poeta. Raúl Irarrázabal Covarrubias: Arquitecto. Ex Presidente de la Asociación Chilena de la Orden de Malta. Raúl Madrid: Profesor de la Facultad de Derecho, UC. Patricia Matte Larraín: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Mauro Matthei, OSB: Sacerdote y monje benedictino. Historiador. Cardenal Jorge Medina: Prefecto emérito de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Augusto Merino: Cientista político, profesor de la Universidad Adolfo Ibáñez. Fernando Moreno: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Rodrigo Moreno Jeria: De la Academia Chilena de la Historia. Bernardino Piñera: Arzobispo Emérito de La Serena. Rodrigo Polanco: Presbítero, profesor de la Facultad de Teología de la UC. Alejandro San Francisco: Profesor del Instituto de Historia, UC. Gisela Silva Encina: Escritora. Paulina Taboada: Médico. Miembro de la Pontificia Academia Pro Vita. William Thayer Arteaga: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Olga Uliánova: Doctora en Historia por la Universidad de Lomonosov, Moscú. Investigadora de la Universidad de Santiago. Aníbal Vial: Ex rector Universidad Santo Tomás. Pilar Vigil: Médico. Miembro de la Pontificia Academia Pro Vita.

Héctor Aguer: Arzobispo de la Plata, Argentina. Anselmo Álvarez, OSB: Abad emérito de Santa Cruz del Valle de los Caídos. Carl Anderson: Caballero Supremo de los Caballeros de Colón. Rémi Brague: Filósofo francés. Premio Ratzinger 2012. Jean-Louis Bruguès, OP: Archivista y Bibliotecario de la Santa Iglesia. Obispo emérito de Angers, Francia. Massimo Borghesi: Filósofo italiano. Catedrático de la Universidad de Perugia. Rocco Buttiglione: Filósofo y político italiano. Cardenal Carlo Caffarra: Arzobispo de Bolonia. Cardenal Antonio Cañizares: Arzobispo de Valencia, España. Guzmán Carriquiry: Secretario de la Comisión Pontificia para América Latina. William E. Carroll: Cátedra de Tomás de Aquino, Blackfriars, Oxford. Alberto Caturelli: Filósofo argentino. Cesare Cavalleri: Director de Studi Cattolici, Milán. Francesco D’Agostino: Filósofo del Derecho. Ex presidente del Comité Nacional de Bioética en Italia. Adriano Dall’Asta: Vicepresidente de la Fundación Rusia Cristiana. Luis Fer nando Figar i: Fundador del Sodalicio de Vida Cristiana, Lima. Stanislaw Grygiel: Filósofo polaco. Titular de la Cátedra Juan Pablo II en la Universidad Lateranense, Roma. Henri Hude: Filósofo francés. Ex rector del Colegio Stanislas, París. Lydia Jiménez: Directora General del Instituto Secular Cruzadas de Santa María. Paul Johnson: Historiador inglés. Jean Laffitte: Obispo de Entrevaux. Secretario del Consejo Pontificio para la Familia. Nikolaus Lobkowicz: Director del Instituto de Estudios de Europa del Este y Central de la Universidad de Eichstätt, Alemania. Alfonso López Quintás: Filósofo español. De la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Alejandro Llano: Filósofo español. Javier Martínez Fernández: Arzobispo de Granada, España. Carlos Ignacio Massini Correas: Catedrático de la Universidad Nacional de Cuyo, Argentina. Livio Melina: Presidente del Pontificio Instituto Juan Pablo II para Estudios sobre el Matrimonio y la Familia. Dominic Milroy, OSB: Monje de Ampleforth, ex rector de Ampleforth College, York, Gran Bretaña. José Miguel Oriol: Presidente de Editorial Encuentro, Madrid. Francesco Petrillo, OMD: Superior General de la Orden de la Madre de Dios. Aquilino Polaino-Lorente: Psiquiatra español. Cardenal Paul Poupard: Presidente emérito del Pontificio Consejo de Cultura. Javier Prades: Rector de la Universidad Eclesiástica San Dámaso, Madrid. Miembro de la Comisión Teológica Internacional. Dominique Rey: Obispo de Frejus-Toulon, Francia. Florián Rodero L.C: Profesor de Teología del Ateneo Regina Apostolorum en Roma. Romano Scalfi: Director del Centro Rusia Cristiana, Milán. Cardenal Angelo Scola: Arzobispo de Milán. Josef Seifert: Filósofo austríaco. David L. Schindler: Director del Instituto Juan Pablo II para Estudios sobre Matrimonio y Familia, Washington D.C. Robert Spaemann: Filósofo alemán. Juan Velarde Fuertes: De la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Premio Príncipe de Asturias en Ciencias Sociales (1992). Richard Yeo, OSB: Abad Presidente de la Congregación Benedictina de Inglaterra.


Reinhard Hütter UNIVERSIDAD, LA DIMENSIÓN EXTRAVIADA

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PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE

XX

AÑOS

R E V I S T A DE A n t r op ol o gí a y C u lt u r a C r i s t i a n a s / N º 7 7 / A ÑO X X

José Noriega DRAMA EDUCATIVO Y COMUNIÓN FAMILIAR

AÑO XX

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