HUMANITAS 78

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Joseph Ratzinger EL ENIGMA DE JUAN XXIII

Destacamos en LIBROS

José Granados EUCARISTÍA Y DIVORCIO: ¿HACIA UN CAMBIO DE DOCTRINA? Carlos José Errázuriz y Miguel Ortiz (Editores) MISERICORDIA Y DERECHO EN EL MATRIMONIO

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PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE

XX

AÑOS

Francisco Walker LA DOCENCIA TEOLÓGIGA Y EL MANDATO CANÓNICO

R E V I S T A DE A n t r op ol o gí a y C u lt u r a C r i s t i a n a s / N º 78 / A ÑO X X

AÑO XX LA FENOMENOLOGÍA DE LA CORRUPCIÓN

Sirviendo al encuentro de la Fe y la Cultura

HUMANITAS


HUMANITAS

Consejo de Consultores y Colaboradores

Revista de Antropología y Cultura Cristianas Publicación trimestral de la Pontificia Universidad Católica de Chile La revista HUMANITAS nace de la conveniencia de que la Universidad disponga para el servicio de la comunidad universitaria y de la opinión pública en general, de un órgano de pensamiento y estudio que busque reflejar las preocupaciones y enseñanzas del Magisterio Pontificio (Decreto Rectoría Nº 147/95, visto 2º). DIRECTOR Jaime Antúnez Aldunate COMITE EDITORIAL Hernán Corral Talciani Samuel Fernández Eyzaguirre Gabriel Guarda, O.S.B. René Millar Carvacho Pedro Morandé Court Ricardo Riesco Jaramillo Francisco Rosende Ramírez Juan de Dios Vial Correa Juan de Dios Vial Larraín Arturo Yrarrázaval Covarrubias SECRETARIA DE REDACCIÓN Marta Irarrázaval Zegers

CONSEJO DE CONSULTORES Y COLABORADORES Presidente Honorario: S.E.R. Cardenal Francisco Javier Errázuriz Ossa, Arzobispo Emérito de Santiago. Héctor Aguer, Anselmo Álvarez, O.S.B., Carl Anderson, Andrés Arteaga, Francisca Alessandri, Antonio Amado, Felipe Bacarreza, Rémi Brague, Jean-Louis Bruguès, O.P., Rocco Buttiglione, Massimo Borghesi, Carlos Francisco Cáceres, Cardenal Carlo Caffarra, Cardenal Antonio Cañizares, Jorge Cauas Lama, Guzmán Carriquiry, William E. Carroll, Alberto Caturelli, Cesare Cavalleri, Fernando Chomali, Francisco Claro, Ricardo Couyoumdjian, Mario Correa Bascuñán, Francesco D’Agostino, Adriano Dall’Asta, Vittorio di Girolamo, Carmen Domínguez, José Manuel Eguiguren, Carlos José Errázuriz, José María Eyzaguirre, Jesús Colina, Luis Fernando Figari, María Esther Gómez de Pedro, Juan Ignacio González, Stanislaw Grygiel, Gonzalo Ibáñez Santa-María, Raúl Hasbun, Henri Hude, José Miguel Ibáñez, Raúl Irarrázabal, Lydia Jiménez, Paul Johnson, Jean Laffitte, Nikolaus Lobkowicz, Alfonso López Quintás, Alejandro Llano, Raúl Madrid, Javier Martínez Fernández, Patricia Matte Larraín, Carlos Ignacio Massini Correas, Mauro Matthei, O.S.B., Cardenal Jorge Medina, Livio Melina, Augusto Merino, Dominic Milroy, O.S.B., Fernando Moreno Valencia, Rodrigo Moreno Jeria, José Miguel Oriol, Francisco Petrillo, O.M.D., Bernardino Piñera, Aquilino Polaino-Lorente, Rodrigo Polanco, Cardenal Paul Poupard, Javier Prades, Dominique Rey, Florián Rodero L.C., Alejandro San Francisco, Romano Scalfi, Cardenal Angelo Scola, David L. Schindler, Josef Seifert, Gisela Silva Encina, Robert Spaemann, Paulina Taboada, William Thayer Arteaga, Olga Ulianova, Juan Velarde Fuertes, Aníbal Vial, Pilar Vigil, Richard Yeo, O.S.B.

NACIONALES

EXTRANJEROS

Andrés Arteaga: Obispo Auxiliar de Santiago. Francisca Alessandri: Profesora de la Facultad de Periodismo, UC. Antonio Amado: Profesor de Metafísica de la Universidad de los Andes. Felipe Bacarreza: Obispo de Los Ángeles, Chile. Carlos Francisco Cáceres: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Jorge Cauas Lama: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Fernando Chomali: Arzobispo de Concepción. Miembro de la Pontificia Academia Pro Vita. Francisco Claro: Profesor de la Facultad de Física, UC. Ricardo Couyoumdjian: Profesor del Instituto de Historia, UC. De la Academia de la Historia del Instituto de Chile. Mario Correa Bascuñán: Secretario General de la Pontificia Universidad Católica. Profesor de la Facultad de Derecho, UC. Carmen Domínguez: Profesora de la Facultad de Derecho, UC. Directora del Centro UC para la Familia. Vittorio di Girolamo: Historiador del arte. María Esther Gómez de Pedro: Miembro del nuevo círculo de discípulos de Joseph Ratzinger / Papa Benedicto XVI. José Manuel Eguiguren Guzmán: Fundador del Movimiento Apostólico Manquehue. Carlos José Errázuriz: Consultor Congregación para la Doctrina de la Fe. Profesor de la Pontificia Università della Santa Croce. José María Eyzaguirre: Profesor de la Facultad de Derecho, UC. Jesús Colina: Director de Aleteia. Juan Ignacio González: Obispo de San Bernardo, Chile. Raúl Hasbun: Sacerdote de Schöenstatt. Profesor del Seminario Pontificio Mayor de Santiago. Gonzalo Ibáñez Santa-María: Profesor y ex rector de la Universidad Adolfo Ibáñez. José Miguel Ibáñez Langlois: Teólogo y poeta. Raúl Irarrázabal Covarrubias: Arquitecto. Ex Presidente de la Asociación Chilena de la Orden de Malta. Raúl Madrid: Profesor de la Facultad de Derecho, UC. Patricia Matte Larraín: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Mauro Matthei, OSB: Sacerdote y monje benedictino. Historiador. Cardenal Jorge Medina: Prefecto emérito de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Augusto Merino: Cientista político, profesor de la Universidad Adolfo Ibáñez. Fernando Moreno: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Rodrigo Moreno Jeria: De la Academia Chilena de la Historia. Bernardino Piñera: Arzobispo Emérito de La Serena. Rodrigo Polanco: Presbítero, profesor de la Facultad de Teología de la UC. Alejandro San Francisco: Profesor del Instituto de Historia, UC. Gisela Silva Encina: Escritora. Paulina Taboada: Médico. Miembro de la Pontificia Academia Pro Vita. William Thayer Arteaga: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Olga Uliánova: Doctora en Historia por la Universidad de Lomonosov, Moscú. Investigadora de la Universidad de Santiago. Aníbal Vial: Ex rector Universidad Santo Tomás. Pilar Vigil: Médico. Miembro de la Pontificia Academia Pro Vita.

Héctor Aguer: Arzobispo de la Plata, Argentina. Anselmo Álvarez, OSB: Abad emérito de Santa Cruz del Valle de los Caídos. Carl Anderson: Caballero Supremo de los Caballeros de Colón. Rémi Brague: Filósofo francés. Premio Ratzinger 2012. Jean-Louis Bruguès, OP: Archivista y Bibliotecario de la Santa Iglesia. Obispo emérito de Angers, Francia. Massimo Borghesi: Filósofo italiano. Catedrático de la Universidad de Perugia. Rocco Buttiglione: Filósofo y político italiano. Cardenal Carlo Caffarra: Arzobispo de Bolonia. Cardenal Antonio Cañizares: Arzobispo de Valencia, España. Guzmán Carriquiry: Secretario de la Comisión Pontificia para América Latina. William E. Carroll: Cátedra de Tomás de Aquino, Blackfriars, Oxford. Alberto Caturelli: Filósofo argentino. Cesare Cavalleri: Director de Studi Cattolici, Milán. Francesco D’Agostino: Filósofo del Derecho. Ex presidente del Comité Nacional de Bioética en Italia. Adriano Dall’Asta: Vicepresidente de la Fundación Rusia Cristiana. Luis Fer nando Figar i: Fundador del Sodalicio de Vida Cristiana, Lima. Stanislaw Grygiel: Filósofo polaco. Titular de la Cátedra Juan Pablo II en la Universidad Lateranense, Roma. Henri Hude: Filósofo francés. Ex rector del Colegio Stanislas, París. Lydia Jiménez: Directora General del Instituto Secular Cruzadas de Santa María. Paul Johnson: Historiador inglés. Jean Laffitte: Obispo de Entrevaux. Secretario del Consejo Pontificio para la Familia. Nikolaus Lobkowicz: Director del Instituto de Estudios de Europa del Este y Central de la Universidad de Eichstätt, Alemania. Alfonso López Quintás: Filósofo español. De la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Alejandro Llano: Filósofo español. Javier Martínez Fernández: Arzobispo de Granada, España. Carlos Ignacio Massini Correas: Catedrático de la Universidad Nacional de Cuyo, Argentina. Livio Melina: Presidente del Pontificio Instituto Juan Pablo II para Estudios sobre el Matrimonio y la Familia. Dominic Milroy, OSB: Monje de Ampleforth, ex rector de Ampleforth College, York, Gran Bretaña. José Miguel Oriol: Presidente de Editorial Encuentro, Madrid. Francesco Petrillo, OMD: Superior General de la Orden de la Madre de Dios. Aquilino Polaino-Lorente: Psiquiatra español. Cardenal Paul Poupard: Presidente emérito del Pontificio Consejo de Cultura. Javier Prades: Rector de la Universidad Eclesiástica San Dámaso, Madrid. Miembro de la Comisión Teológica Internacional. Dominique Rey: Obispo de Frejus-Toulon, Francia. Florián Rodero L.C: Profesor de Teología del Ateneo Regina Apostolorum en Roma. Romano Scalfi: Director del Centro Rusia Cristiana, Milán. Cardenal Angelo Scola: Arzobispo de Milán. Josef Seifert: Filósofo austríaco. David L. Schindler: Director del Instituto Juan Pablo II para Estudios sobre Matrimonio y Familia, Washington D.C. Robert Spaemann: Filósofo alemán. Juan Velarde Fuertes: De la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Premio Príncipe de Asturias en Ciencias Sociales (1992). Richard Yeo, OSB: Abad Presidente de la Congregación Benedictina de Inglaterra.


H U M A N I T A S

H umanitas Nº 78 OTOÑO 2015 – AÑO XX

Homenaje de un compatriota y amigo AL POETA, A UN AÑO DE SU CANONIZACIÓN Stanislaw Grygiel

10

LA FENOMENOLOGÍA DE LA CORRUPCIÓN

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EL PAPA FRANCISCO Y LA CORRUPCIÓN Giovanni Tridente

28

Entrevista con el cardenal Antonio María Rouco Varela AL CABO DE UN LARGO, ARDUO Y FRUCTUOSO RECORRIDO Jaime Antúnez / Bernardita Cubillos

38

LA DOCENCIA TEOLÓGIGA Y EL MANDATO CANÓNICO Francisco Walker

50

EL ENIGMA DE JUAN XXIII Joseph Ratzinger

58

PRIMEROS CONTACTOS ENTRE LA SANTA SEDE Y LA UNIÓN SOVIÉTICA EN LA ÉPOCA DE JUAN XXIII Giovanni Sale, S.J.

64

DIARIO DE VIDA DE JUAN PABLO II Mauro Matthei OSB.

88

EL GOBIERNO DEL DERECHO Y LA ÉTICA DE LAS VIRTUDES Carlos I. Massini Correas

100

Destacamos en APUNTES Y NOTAS REFLEXIONES DEL CARDENAL FERNANDO SEBASTIÁN ACERCA DEL SÍNODO DE LA FAMILIA

110

Destacamos en LIBROS José Granados EUCARISTÍA Y DIVORCIO: ¿HACIA UN CAMBIO DE DOCTRINA? Roberto Serres López De Guereñu 186 Carlos José Errázuriz y Miguel Ortiz (Editores) MISERICORDIA Y DERECHO EN EL MATRIMONIO Hernán Corral

190

ARTURO PRAT CHACÓN Raúl Irarrázabal Covarrubias

193

Portada: Gouaches découpés por Henri Matisse (Vence, 1944-48).

Sumario Editorial Apuntes y Notas La Palabra del Papa Panorama Libros Sobre los Autores

5 8 110 118 133 186 204


En orden a facilitar el contacto con nuestros lectores y eventuales suscriptores, se pueden consultar los contenidos de este y de los anteriores números de Humanitas en Internet. Dicha información se entrega por medio de resúmenes de cada uno de los trabajos publicados en www.humanitas.cl VER REVISTA DIGITAL

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AÑOS

XX

Sirviendo al encuentro de la Fe y la Cultura

HUMANITAS

HUMANITAS (ISSN 07172168) recoge los trabajos de sus colaboradores regulares, nacionales y extranjeros. Asimismo, de otros autores cuya temática resulta afín con los objetivos de esta publicación. Toda reproducción total o parcial de los artículos publicados por HUMANITAS requiere de la correspondiente autorización, a excepción de comentarios o citas que se hagan de los mismos. Diseño y Producción: DISEÑA UC Impresión: Ograma Impresores Suscripciones y correspondencia HUMANITAS, Centro de Extensión de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Av. Libertador Bernardo O’Higgins 390, 3er piso, Santiago, Chile. Teléfono (56) 22354 6519, Fax (56) 22354 3755, E-mail: humanitas@uc.cl Suscripción anual, $28.000; estudiantes, $18.000. Valor por ejemplar, $7.000.


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E X T E N S I Ó N

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EL MAESTRO CRISTIANO

“La eficacia de la escuela depende más de los buenos maestros que de una sana legislación. Los maestros deben estar dotados de las cualidades intelectuales y morales exigidas por su trascendental oficio, buscando, con todo cuidado el verdadero bien de las familias y de la patria”. (Pío XI, encíclica Divini Illius Magistri) 1. El

Maestro en la primera Cristiandad Lunes 18 mayo, 19 hrs.

2. El

Maestro en San Agustín Lunes 25 mayo, 19 hrs.

3. El

Maestro en Santo Tomás Lunes 1° junio, 19 hrs. 4. San Juan Bosco, doscientos años de magisterio Lunes 8 junio, 19 hrs. 5. El

Maestro en los papas del mundo contemporáneo Lunes 15 junio, 19 hrs.

EXPOSITOR

Antonio Amado, profesor de Metafísica de la Universidad de los Andes. Miembro del Consejo de Consultores y Colaboradores de Revista HUMANITAS. Lugar: Auditorio 3, Centro de Extensión de la Pontificia Universidad Católica (Alameda 390, segundo piso). Precio general: $30.000 (incluye suscripción anual a revista HUMANITAS) Precio estudiantes: $ 18.000 INFORMACIONES E INSCRIPCIONES

Revista Humanitas Centro de Extensión, Pontificia Universidad Católica. Alameda 390, tercer piso. Teléfono: 2354 6519

R E V ISTA

DE

A ntropologí a

y

Cult ur a

Cr isti a na s

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HUMANITAS Sumario n° 78 (abril-junio 2015)

Sirviendo al encuentro de la Fe y la Cultura

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“PIENSO CONTINUAMENTE EN TODO CUANTO SIGO CON EL CORAZÓN”, por Stanislaw Grygiel. A un año de la canonización de Juan Pablo II, este texto del filósofo Stanislaw Grygiel —compatriota, discípulo y amigo del pontífice— analiza su labor artística como poeta. Afirma el autor que los textos poéticos de Karol Wojtyla nacieron en el esfuerzo de abrirse a la alteridad deseada por el hombre y en la experiencia del encarnarse de la gracia en que culmina la verdad del drama de la existencia humana. La res poética de Wojtyla refleja la misteriosa unión de los trascendentales verum, bonum y pulchrum, unión que representa la lógica primordial de todo ser y de manera especial del hombre. Esta lógica, vivida contemplativamente, indica a la persona humana la salida del laberinto de las opiniones y de los prejuicios relativos a la factualidad de su ser. Humanitas 2015, LXXVIII, págs. 10-23

LA FENOMENOLOGÍA DE LA CORRUPCIÓN. El Papa Francisco ha hablado repetidas veces de la corrupción, haciendo que se comprenda no solo como mera degeneración del sistema, controlable mediante oportunas intervenciones, sino apuntando a su fenomenología. La corrupción se muestra como poder liberado de todo control, remedo humano de la omnipotencia divina, manifestando una raíz enferma. Sus palabras consideran la corrupción más allá de su manifestación externa, describiendo sus recorridos profundos. “Hay pocas cosas más difíciles que abrir una brecha en un corazón corrupto”, afirma. Tal vez solo el contacto con la realidad. Humanitas 2015, LXXVIII, págs. 24-27

EL PAPA FRANCISCO Y LA CORRUPCIÓN, por Giovanni Tridente. Se despliega en estas páginas un resumen de las palabras pronunciadas en referencia al tema desde el inicio de su pontificado. Desde el día de su elección el Papa Francisco ha repudiado la corrupción por lo menos en 34 ocasiones. Las expresiones más fuertes aparecen en las meditaciones desarrolladas en la misa matutina que celebra a diario en la Capilla de la Casa de Santa Marta. Comentando las lecturas propuestas por la liturgia del día, el Papa ha propuesto 11 veces evitar debidamente el “escándalo” de la corrupción a quien desea ser verdadero cristiano. Afirma el Santo Padre: “La corrupción se ha convertido en algo natural, hasta el punto de llegar a constituir un estado personal y social relacionado con la costumbre (…). Es la victoria de las apariencias sobre la realidad y de la desfachatez impúdica sobre la discreción respetable”. Humanitas 2015, LXXVIII, págs. 28-37

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AL CABO DE UN LARGO, ARDUO Y FRUCTUOSO RECORRIDO, por Jaime Antúnez y Bernardita Cubillos. Veinte años arzobispo de Madrid, doce años presidente de la Conferencia episcopal española (correspondiente a cuatro períodos en el cargo), el cardenal Rouco Varela es una de las personalidades más destacadas de la Iglesia de Europa. Colaborador de todos los últimos pontífices en cuanto miembro de varios dicasterios vaticanos, es una figura de proa en la vida cultural española y, por sus méritos intelectuales, distinguido miembro de número de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Revista HUMANITAS, que ha gozado de la amistad y colaboración del cardenal Rouco Varela a través de muchos años, tuvo el privilegio de registrar para sus lectores una última conversación con él. Humanitas 2015, LXXVIII, págs. 38-49. LA DOCENCIA TEOLÓGIGA Y EL MANDATO CANÓNICO, por Francisco Walker Pbro. La reciente decisión del Gran Canciller de la pontificia Universidad Católica de Chile, Cardenal Ricardo Ezzati, Arzobispo de Santiago, el de no renovar el mandato canónico a un profesor de la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica de Chile, ampliamente divulgada por los medios de comunicación social, ha causado no poca polémica y confusión en la opinión pública. Se hace necesario realizar algunas precisiones, aclarando el significado de los términos y explicando lo que está en juego detrás de tal decisión. Humanitas 2015, LXXVIII, págs. 50-57. EL ENIGMA DE JUAN XXIII, por Joseph Ratzinger. A un año de la canonización del Papa San Juan XXIII, se recuerda su figura a través de un comentario sobre su persona escrito por quien cuatro décadas más adelante vendría a ser su sucesor, el profesor Joseph Ratzinger, luego Benedicto XVI: “La gran figura del Papa Juan XXIII representa un enigma en muchos aspectos. Con su idea de actualización creó un nuevo modelo conciliar y dio un giro hasta entonces impensable a la historia de la Iglesia del siglo XX. ¿Pero de qué fuentes brotaba este impulso? Prevalece ampliamente la impresión de que, en realidad, se trató más que nada de un desarrollo casual”, comenta. Pero, agrega, “quien logra hablar de un modo tan directo, tan personal y tan libre, no es un párroco rural que, improvisamente, se vio en lo alto por casualidades de la historia, que no sabe lo que hace”. Al libro de Franz Michel Willam Vom jungen Angelo Roncalli (1903-1907) zum Papst Johanne XXIII (19581963), editado en 1967, Joseph Ratzinger dedica una reseña en la “Theologische Quartalschrifi”, ahora incorporada a sus escritos conciliares publicados en 2012. Humanitas 2015, LXXVIII, págs. 58-63. PRIMEROS CONTACTOS ENTRE LA SANTA SEDE Y LA UNIÓN SOVIÉTICA EN LA ÉPOCA DE JUAN XXIII, por Giovanni Sale, S.J., Habiendo transcurrido aproximadamente 50 años desde los primeros pasos para trabar relaciones entre la Santa Sede y la Unión Soviética, el artículo revisa los hechos más significativos. Esas aperturas ayudaron por una parte a la Santa Sede y al Papa a considerar el problema de la relación con el comunismo y con los países del Este sobre la base de nuevas categorías de interpretación; por otra, sirvieron a la Unión Soviética para salir del aislamiento y de la lógica de la contraposición. El nuevo clima de distensión generado en las relaciones entre la Santa Sede y la Unión Soviética tuvo efectos positivos en la preparación y en el desarrollo del Concilio Vaticano II. Humanitas 2015, LXXVIII, págs. 64-83

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DIARIO DE VIDA DE JUAN PABLO II, por Mauro Matthei. El libro “Estoy en tus manos. Cuadernos personales” contiene las anotaciones que solía hacer el Papa Juan Pablo II en el curso de sus ejercicios espirituales (entre 1962 y 2003). En primera instancia como obispo auxiliar de Cracovia y sucesivamente como arzobispo metropolitano de la misma sede, como cardenal y finalmente como Sumo Pontífice. Después de leer la excelente edición realizada de aquellos “papeles”, hay que agradecer al ahora arzobispo de Cracovia, cardenal Stanislaw Dziwisz, secretario personal toda una vida de Karol Wojtyla, “no haber tenido el coraje de quemar aquellas dos libretas”, a pesar del encargo que en tal sentido un día recibiera. Humanitas 2015, LXXVIII, págs. 88-91 DE LA LEY A LA VIRTUD: EL GOBIERNO DEL DERECHO Y LA ÉTICA DE LAS VIRTUDES, por Carlos I. Massini Correas. La idea del gobierno del derecho se complementa, tanto en la sistemática de Aristóteles como en la de Tomás de Aquino, con la de una ética de virtudes, que son las que —en cuanto principios internos— hacen posible tanto la especificación como la puesta en existencia del gobierno eminente de las leyes —normas y principios jurídicos— o derecho normativo; por el contrario, la versión propuesta por el liberalismo deja de lado las virtudes morales y se centra en los recursos institucionales, como la división tripartita de los poderes del Estado. Humanitas 2015, LXXVIII, págs. 100-108. APUNTES Y NOTAS EL SÍNODO DE LA FAMILIA. HABLA EL CARDENAL FERNANDO SEBASTIÁN. El cardenal Fernando Sebastián, arzobispo emérito de Pamplona, participó en el Sínodo extraordinario de los Obispos, invitado por el Papa Francisco. El cardenal Sebastián transmitió en los medios españoles Alfa y Omega y Cadena COPE clarificadoras apreciaciones acerca de la Asamblea Sinodal de octubre pasado y de la que se espera para octubre de 2015. TRAMPA PERVERSA Y VERGONZOSA. Frente a los hechos difamatorios que a través de redes y medios envolvieron a su persona el mes de febrero pasado, HUMANITAS ha expresado su leal amistad al cardenal Francisco Javier Errázuriz, presidente honorario del Consejo de Consultores y Colaboradores de esta revista, en señal de lo cual se reproduce en esta sección su declaración respecto de los hechos. Humanitas 2015, LXXVIII, págs. 110-117. LIBROS “Eucaristía y divorcio: ¿Hacia un cambio de doctrina?” por José Granados (Biblioteca de Autores Cristianos); “Misericordia e diritto nel matrimonio” por Carlos José Errázuriz y Miguel Ortiz (Pontificia Università della Santa Croce); “Prat” (Armada de Chile, Banco Santander y Telefónica); “La pequeña nada. Vida y pensamientos de la Beata Mariam de Jesús Crucificado” por Francesco Zampini (RR Donnelley); “Obras completas XI. Teología de la liturgia” por Joseph Ratzinger (Biblioteca de Autores Cristianos); “Verdad e interpretación” por Luigi Pareyson (Ediciones Encuentro); “El Estado cultural. Ensayo sobre una religión moderna” por Marc Fumaroli (Acantilado); “La sorpresa del Papa Francisco” por Andrea Riccardi (Agape Libros). Humanitas 2015, LXXVIII, págs. 186-203.

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«Si Jesús está vivo, me basta»

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n autor antiguo nos recuerda en este tiempo de Pascua que, habiendo los apóstoles dudado de la resurrección, incluso a la vista del cuerpo vivo de Jesús, más tarde, después que hubieron recibido el Espíritu Santo en Pentecostés, daban en cambio “testimonio de la resurrección del Señor con mucho valor” (Hch 4,33). Pues, agrega nuestro autor, la acción del Espíritu Santo sobre los sentidos interiores es mucho más poderosa que la impresión que pueden hacer en nuestros sentidos exteriores los objetos materiales. Y concluye que la señal por la cual reconocemos que nuestro espíritu ha recobrado vida en Cristo es si acaso, acogiendo la voz del Espíritu, puede decir: “Si Jesús está vivo, me basta”. La fe en la resurrección es, tan así, el núcleo del credo cristiano, que San Pablo pudo exclamar —lo que la Iglesia ha repetido por veinte siglos— que si Cristo no hubiese resucitado, dicha fe sería enteramente vana (1 Cor 15, 14). Acerca de la dificultosa proyección de esta luz a la vida del hombre de todos los tiempos —dificultad que participa en distinta circunstancia de aquella misma que vivieron los apóstoles—, conviene recordar lo dicho por el Vaticano II a través de la constitución pastoral sobre la Iglesia en el mundo actual, Gaudium et spes, en el sentido de que la «compenetración de la ciudad terrena y de la ciudad eterna sólo puede percibirse por la fe; más aún, es un misterio permanente de la historia humana que se ve perturbada por el pecado hasta la plena revelación de la claridad de los hijos de Dios» (n.48). Las páginas de este número de Revista HUMANITAS nos colocan de lleno en ese horizonte pascual en que nuestra fe se debate siempre, hoy de modo muy visible, pero entre tanto paradójicamente esperanzador. Parte importante de dichas páginas nos recuerdan, en efecto, a través de dos de los grandes pontífices del Concilio, canonizados ahora hace un año —los santos papas Juan XXIII y Juan Pablo II—, la iluminación que la Iglesia ha dado, bajo su intensa guía, a la relación con el hombre de nuestro tiempo. Otras nos muestran, por contraste, el lado oscuro de nuestro tiempo, particularmente aquellas dedicadas a la «fenomenología de la corrupción» en la mirada del Papa Francisco, epidemia contagiosa de la que, cuando se viven cambios epocales —ha dicho en alguna ocasión el mismo pontífice—, salvo mediante una ascética vigilancia, no se ven libres ni siquiera muchos que abrigan en su quehacer buenas intenciones.

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EDITORIAL Las contradicciones que provoca una crisis antropológica generalizada y global —una «crisis de cimientos» podríamos calificarla— no se circunscriben ciertamente al ámbito económico-financiero, donde mediáticamente quisieran algunos encapsularla. Tan solo en las 200 y tantas páginas de esta edición vemos, por el contrario, a esa crisis desplegarse en muchos otros ámbitos importantes, que no por casualidad tocan o salpican a la Iglesia. Desde la insumisión publicística a compromisos eminentemente sagrados —»lo sagrado»: una categoría que la «sociedad líquida» no toma en consideración o directamente rechaza— a la trampa perversa y embustera con que el fugaz estrellato se cree en el derecho de humillar la investidura eclesiástica. Significativo testimonio de esta tensión que vive el hombre de nuestro tiempo y que horada los fundamentos de la civilización en que nacimos es la clarificadora entrevista a quien presidió por doce años la Conferencia Episcopal de su país —una de las cristiandades más viejas y también más dinámicas de Europa— y que guió por veinte años la arquidiócesis de Madrid. A pesar de contradicciones universalmente conocidas, ese pueblo cristiano —como lo muestra en otro cuadro cultural e histórico el pueblo filipino, cuando lo visitó hace poco el Papa Francisco— hace profundamente cierta la reflexión de una personalidad pública, conocida en todo el mundo, que ha proclamado a veces con insolencia su agnosticismo, pero que en tanto observador y narrador de las realidades más profundas, bellas y trágicas del hombre contemporáneo, alcanzó reconocidas cimas: «Desde mi punto de vista, la paulatina declinación del número de fieles de la Iglesia católica, en vez de ser un síntoma de su inevitable ruina y extinción es, más bien, fermento de la vitalidad y energía que lo que queda de ella —decenas de millones de personas— ha venido mostrando, sobre todo bajo los pontificados de Juan Pablo II y Benedicto XVI». Comentario del premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, durante las Jornadas Mundiales de la Juventud que tuvieron como anfitrión, el año 2011, al entonces arzobispo de Madrid, cardenal Rouco Varela, aquí entrevistado. Aunque sea desconocida para nosotros la fuerza del tsunami devastador que llega de todas direcciones a nuestras orillas, sabemos infaliblemente que Jesús está vivo, y eso nos basta.

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“Pienso continuamente en todo cuanto sigo con el corazón” —Homenaje al Papa poeta, san Juan Pablo II, a un año de su canonización, de su compatriota y amigo filósofo— POR STANISLAW GRYGIEL Pasarán y desaparecerán diversas abundancias, Los tesoros y las potencias irán al aire, los grandes complejos a la ruina, De las cosas de este mundo quedarán solo dos, solo dos: la poesía y la bondad… y nada más… Hasta los conocimientos carentes de estas dos se borrarán en el papel… (NORWID) Was bleibet aber, stifen die Dichter (HÖLDERLIN)

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os textos poéticos de Karol Wojtyla nacieron en el esfuerzo de abrirse a la alteridad deseada por el hombre y en la experiencia del encarnarse de la Gracia en que culmina la verdad del drama de la existencia humana. Para decirlo filosóficamente, la res poética de Wojtyla refleja la misteriosa unión de los trascendentales verum, bonum y pulchrum, unión que representa la lógica primordial de todo ser y de manera especial del hombre. Esta lógica, vivida contemplativamente, indica al hombre la salida del laberinto de las opiniones y de los prejuicios sobre la factualidad de su ser. Siguiendo ese hilo de Ariadna que es el pulchrum, en el cual la par-ousia del verum y del bonum resplandece y nos llama al trabajo, el hombre existe como palabra poética y al mismo tiempo filosófica. La dolorosa experiencia de la contingencia del propio ser expone al hombre a la luz de lo Invisible y de lo Inefable. Lanzándose a sí mismo con una gran pregunta en la dirección de la cual proviene esta luz, pregunta a la cual solo ese Otro Invisible e Inefable puede dar la respuesta, el hombre

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ENVUELTO POR LA MISTERIOSA LUZ DE LO INVISIBLE, EL HOMBRE DESCUBRE SER UNA HISTORIA QUE SOLO PUEDEN NARRAR LOS SÍMBOLOS Y LOS MITOS. EN LA SOCIEDAD EN QUE LA POESÍA DEL SER SE HA APAGADO, EL PENSAMIENTO DESPRENDIDO DEL VERUM Y EL AMOR SEPARADO DEL BONUM SON SUSTITUIDOS POR EL CÁLCULO (...)

Ilustración p. 226: Henri Matisse, pila en la Chapelle du Rosaire (Vence).

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(...) Y POR LO “CÓMODO”, QUE UTILIZAN LO BELLO COMO MERA DECORACIÓN. LO BELLO TRANSFORMADO EN ALGO ESTÉTICO PURAMENTE FORMAL NO NOS LLAMA AL TRABAJO PARA LA GRACIA, YA QUE SEMEJANTE BELLO A NADA NOS LLAMA.

1 El término griego frónesis significa propósito, sabiduría (del corazón), prudencia.

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existe filosóficamente. Existir como semejante pregunta-desafío lanzada al Otro y esperar la respuesta significa pensar en el sentido más profundo del término. El pensamiento filosófico es dialógico. Quien plantea las interrogantes a las cuales está en condiciones de responder por sí solo no piensa, sino puramente construye objetos monológicamente. Envuelto por la misteriosa luz de lo Invisible, el hombre descubre ser una historia que solo pueden narrar los símbolos y los mitos. En la sociedad en que la poesía del ser se ha apagado, el pensamiento desprendido del verum y el amor separado del bonum son sustituidos por el cálculo y por lo “cómodo”, que utilizan lo bello como mera decoración. Lo bello transformado en algo estético puramente formal no nos llama al trabajo para la Gracia, ya que semejante bello a nada nos llama Precisamente en este sentido entiendo las palabras de Hölderlin: Voll Verdienst, doch dichterisch wohnet der Mensch auf dieser Erde, y las de San Agustín: Fecisti nos ad te, Domine, et inquietum est cor nostrum donec requiescat in Te. En realidad, haciendo tantas cosas, el hombre está voll Verdienst, lleno de méritos. Sin embargo, doch, en el fondo, él habita poéticamente, dichterisch, en esta tierra, mirando, en la fronética1 inquietud, lo Invisible e Inefable de donde todo proviene y hacia donde está orientado y proféticamente extendido su ser. El hombre habita poética y filosóficamente entre las cosas visibles en cuanto estas, dichas por lo Inefable e iluminadas por lo Invisible, también deben ser dichas bien y no mal, es decir, ben-ditas y no mal-ditas. Dentro de aquel que vislumbra lo Invisible en su reflejo en lo visible y dice bien todo cuanto es, tiene lugar el acto de la co-creación o —mejor dicho— el poiein. En otras palabras, la persona humana existe como una intentio visible de lo Invisible. Los griegos la habrían llamado tónos. El hombre es tónos del Otro. Así, aquel que no existe poética y filosóficamente en esta tierra es un ser “desentonado”, a menudo a pesar de las apariencias. Recita la prosa de su propia inmanencia de acuerdo con la lógica que da comienzo a una cultura “desentonada”. El poeta reside en el asombro provocado en él por lo bello de los seres, carácter bello que, reflejando la lógica del Otro, choca con la amenaza de aniquilación de esos seres; pero su existencia y su pensamiento, gracias al poiein que en ellos ocurre, no se detienen ante la muerte y no perecen en el dolor,


sino salen del mismo aún más fuertes. De hecho, la poesía va más allá de lo visible que se desprende, abriendo al hombre al encuentro difícil con el Otro. Wojtyla vivió a temprana edad la muerte de las personas más queridas. No es para nada extraño, entonces, que desde su juventud mirase a lo lejos, hacia las cosas inefables e invisibles. Ya en 1938, Wojtyla escribió, a los diecinueve años: En tu blanca tumba ya cerrada hace años algo parece levantarse: inexplicable como la muerte. (EN TU TUMBA BLANCA)2 En su recuerdo poético de la muerte de un compañero de trabajo en la cantera resuena también la rabia en la cual crece el amor al hombre. (…) El hombre llevó consigo la secreta estructura del mundo donde el amor prorrumpe a mayor altura si lo impregna en mayor medida la rabia. (LA CANTERA, IV, 7) En el asombro y en la rabia, el hombre crece como magna quaestio (San Agustín), desafiando a Dios en defensa del hombre. Precisamente en esta defensa se constituye y se desarrolla la filosofía en el sentido primordial del término.

EL HOMBRE HABITA POÉTICA Y FILOSÓFICAMENTE ENTRE LAS COSAS VISIBLES EN CUANTO ESTAS, DICHAS POR LO INEFABLE E ILUMINADAS POR LO INVISIBLE, TAMBIÉN DEBEN SER DICHAS BIEN Y NO MAL, ES DECIR ,BEN-DITAS Y NO MAL-DITAS.

Siempre debo recordar: ¿soy un ser contingente? Pero si está presente en mí la verdad, debe explotar. No puedo negarla, me negaría a mí mismo. (NACIMIENTO DE LOS CONFESORES, II, 2, 3) La pregunta-desafío debe hacer explotar la verdad; esperar la respuesta a semejante pregunta, esperar la explosión de la verdad, significa trabajar poéticamente para la Gracia. Existo por lo tanto poéticamente al existir valerosamente en lo visible contingente para lo Invisible necesario. La vida y el pensamiento desprendidos de semejante existencia serán sofocados por la nada formalizada, es decir, por lo que son los métodos de construcción de los conceptos y su composición en los sistemas

2 Los textos poéticos de KAROL WOJTYLA fueron traducidos por A. KURCZAB y M. GUIDACCI.

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estético-éticos a veces muy sofisticados. La poesía y la filosofía que surgen de esperar la explosión de la verdad en el hombre nunca serán construcciones de la erudición. Job no es un poeta ni un filósofo formado por libros; su pensamiento, tomado del origen del ser, se distingue por su originalidad. Él poiei ese Mañana más grande que todos los mañanas; él madura por eso.

EL HOMBRE ES TÓNOS DEL OTRO. ASÍ, AQUEL QUE NO EXISTE POÉTICA Y FILOSÓFICAMENTE EN ESTA TIERRA ES UN SER “DESENTONADO”, A MENUDO A PESAR DE LAS APARIENCIAS. RECITA LA PROSA DE SU PROPIA INMANENCIA DE ACUERDO CON LA LÓGICA QUE DA COMIENZO A UNA CULTURA “DESENTONADA”.

Ilustración p. 231 Le Christ mourant au printemps entouré par les Anges. Jean Guitton. 1977.

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Madurez, una excavación en la médula secreta, (…) madurez, superficie que se acerca al fondo, madurez, un abismo que es penetrado, reconciliada el alma con el propio cuerpo, más reacia a la muerte y ansiosa de la resurrección. Madurez para difíciles encuentros. (MEDITACIÓN SOBRE LA MUERTE, I, 1) Al madurar para difíciles encuentros, el temor del hombre es transfigurado por el amor (Id., 1, 2), porque el amor determina el futuro, como dice Andrea (LA TIENDA DEL ORFEBRE, I, 6). En el poiein y en la maduración poética del hombre, la pregunta nacida de una experiencia final con sabor de aniquilación (MEDITACIÓN SOBRE LA MUERTE, IV, 4) y lanzada al Otro está envuelta por la luz del misterio del Paso en el cual el camino se invierte. De la vida pasar a la muerte – es esta experiencia, la evidencia. A través de la muerte pasar a la vida – éste el misterio. Misterio – una inscripción profunda todavía no totalmente descifrada que es en nosotros presagio y no contradice la vida. (MEDITACIÓN SOBRE LA MUERTE, II, 2) En el misterio del Paso hay un eje que, suspendido sobre el abismo, conduce desde la orilla donde lo contingente deja de proceder hacia el más allá de donde proviene la luz que extrae lo bello de lo verdadero y del bien de las tinieblas de la inmanencia de este contingente.


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Pienso en este eje sobre el cual apoyo el pie. ¿Tal vez mi corazón es este eje entre dos orillas, corazón que en sus fibras tiembla de conmoción? ¿O es el pensamiento? (pienso continuamente en todo cuanto sigo con el corazón, no sé si estoy más repleto de sentimientos o de ideas). Y todo está ahí donde se apoya el eje. (NACIMIENTO DE LOS CONFESORES, II, 4)

LA POESÍA Y LA FILOSOFÍA QUE SURGEN DE ESPERAR LA EXPLOSIÓN DE LA VERDAD EN EL HOMBRE NUNCA SERÁN CONSTRUCCIONES DE LA ERUDICIÓN. JOB NO ES UN POETA NI UN FILÓSOFO FORMADO POR LIBROS.

3 Cercano / Y difícil de asir es el Dios. /Pero donde está el peligro, crece / También lo que te salva. / En las tinieblas viven / Las águilas y sin temor / Va la prole de los Alpes sobre el abismo. / Sobre ligeramente construidos puentes.

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¿Y sobre qué se apoya este eje en el cual se encuentra solo la fuerza? Sin duda no sobre el hombre, porque este, si bien crece, vacila: le hablan la fuerza y la debilidad según las cuales se rige el mundo (Id., II, 4). Gracias a la valerosa poiesis, sintiendo bajo la superficie de las palabras (…) el fondo sobre el cual apoyar el pie (Id., I, 1), escribe Wojtyla, estoy quieto. Tomo mi reflejo de la cresta de la ola que vuelve atrás por sí misma – dejándome allí. Mi movimiento es distinto: ahí solo mi contorno, en el paréntesis diáfano, y aquí – la verdad que con mi vida debo afirmar. (NACIMIENTO DE LOS CONFESORES, II, 5) La imagen de pasar por el eje hace pensar en Patmos de Hölderlin3. En esta isla, San Juan, unido místicamente con la Palabra, dijo palabras más sabias sobre él; bajo su superficie sentimos el fondo sobre el cual apoyar el pie. Karol Wojtyla vislumbra en todo evento una inscripción profunda ya descifrada por Aquel que pasó por aquí, realizándola en sí mismo (ver MEDITACIÓN SOBRE LA MUERTE, II, 2). Gracias al Paso de este Voluntario Divino que es Palabra de Dios, quienes existen poéticamente pueden existir también “pascualmente”. En los eventos contingentes de su vida se transluce el Otro —revelándose y al mismo tiempo ocultándose, como si se defendiese contra la doxa con la cual tantos procuran palparLo vulgarmente— aproximándose a nosotros ese Evento que no pasa. En las tinieblas de las cuales habla Hölderlin en Patmos, se abre lo que Heidegger llamaría Lichtung. Sin embargo, en la Lichtung del dramatismo de los hechos y de las palabras, dramatismo cantado por Wojtyla en el poema La Redención busca tu forma para entrar en la inquietud de cada


hombre, analizado en el estudio Persona y acto, no se revela el Sein, tan primordial para anular la diferencia entre Dios y los hombres. En este dramatismo, (…) cada instante se abre al tiempo completo, se derriba a sí mismo y tú encuentras una semilla de eternidad. (LA REDENCIÓN BUSCA TU FORMA PARA ENTRAR EN LA INQUIETUD DE CADA HOMBRE, II, 2). La Palabra de Dios se inserta en nuestras palabras en la medida en que, siguiendo humildemente lo bello de los seres, unimos nuestra mirada a la Mirada Divina4. Así, las palabras poéticas ordenan nuestras experiencias comunicándonos la verdad. Las palabras bíblicas la comunican de un modo que trasciende nuestras posibilidades de poiein. Insertándose en nuestro amor, en nuestro conocimiento y en nuestras palabras, se defienden contra la muerte que comienza en el vacío de la existencia y el pensamiento puramente formales. Son nuestro apoyo las palabras pronunciadas en tiempos antiguos y pronunciadas también hoy con estremecimiento. (…) Ciertamente, también se encuentran manos invisibles y estas nos sostienen mientras con esfuerzo llevamos la embarcación, en la ruta trazada por los eventos, a pesar de tantos bancos de arena. (IGLESIA, LOS PASTORES Y LAS FUENTES) El poeta debe al ser el estilo con el cual se expresa, leemos en Hermano de nuestro Dios. Las palabras de Paul Valéry expresan la misma idea, el primer verso de poesía proviene de Dios y todos los demás resultan del trabajo del hombre. Es natural, entonces, que la poesía, cantando el drama del amor y de la muerte, nunca es errónea. En las palabras poéticas alcanzamos probablemente las cúspides de la palabra —no de aquella que acompaña la “practicidad” ni de la palabra portadora de un pensamiento—, sino de aquella (…) que deja de ser un medio convirtiéndose en una fuerza elemental subsistente5. Esa fuerza elemental nos permite esperar que podamos reequilibrar finalmente todo, en un gesto firme y maduro. (PERFILES DE CIRENEO, II, 1)

¿Y SOBRE QUÉ SE APOYA ESTE EJE EN EL CUAL SE ENCUENTRA SOLO LA FUERZA? SIN DUDA NO SOBRE EL HOMBRE, PORQUE ESTE, SI BIEN CRECE, VACILA: LE HABLAN LA FUERZA Y LA DEBILIDAD SEGÚN LAS CUALES SE RIGE EL MUNDO.

4 Vale la pena recordar que theós y el thedomai (mirar con admiración) del griego provienen de théa, y también significa mirada. Aquel que existe poéticamente mira los reflejos de la Mirada de Dios, es decir, el verum, el bonum y el pulchrum, aquello que sintetiza a ambos. El filósofo que medita sobre el verum y sobre el bonum sin dejarse separar del pulchrum no cae en las trampas epistemológicas propias de la doxa de la caverna de Platón. Él ve, es decir, conoce. 5 Ver KAROL WOJTYLA, O teatrze slowa (El teatro de la palabra), en: Poezje i dramaty (Poemas y dramas), Cracovia, 1980, Znak, p. 383.

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GRACIAS AL PASO DE ESTE VOLUNTARIO DIVINO QUE ES PALABRA DE DIOS, QUIENES EXISTEN POÉTICAMENTE PUEDEN EXISTIR TAMBIÉN “PASCUALMENTE”. EN LOS EVENTOS CONTINGENTES DE SU VIDA SE TRANSLUCE EL OTRO.

y que un día ese gesto que ofusca la interioridad del acto (…) caiga y que de nuestros actos solo quede la verdadera esencia. (PENSAMIENTO – EXTRAÑO ESPACIO, IV, 2). Nuestro último gesto, suspendido en el silencio, es la muerte. Nuestra cotidianidad impregnada del Otro es como una melodía cuyos sonidos no están unidos entre sí por vínculos causales, sino por la presencia de la realización que se produce en cada sonido. El sonido surge de la nada como un don y lo que “dice” lo “comprendemos” a la luz invisible proveniente de ese sonido que todavía no está presente, sino puramente ad-viene; el sonido que escuchamos tiene su sentido en el que escucharemos. En realidad, la poesía surge de la nada. Inmersos en el silencio de esa nada que sigue al último sonido, nos envuelve la luz del sentido de lo que ocurría en todos los sonidos. En el silencio de la realización, en el cual se revela el origen de la melodía misma, nos sentimos transfigurados, es decir, sentimos que somos nosotros mismos en mayor grado que al comienzo, en la medida en que somos arrastrados por el Otro como por un Mar que está expandiendo alrededor tanto silencio, tanta frescura. ¡Anegarse, anegarse! Replegarse y luego lentamente escurrirse sin sentir en ese reflujo los peldaños en los cuales se desciende de prisa temblando – solo el alma, el alma del hombre inmersa en una minúscula gota, el alma embelesada en esta corriente. (CANTO DEL DIOS OCULTO, I, 3). La muerte es un gran silencio. Las palabras en las cuales no suena el silencio del origen y de la realización de nuestro ser cotidiano quedan al margen; no anuncian la verdadera esencia de nuestro ser, esa esencia siempre futura, y no nos llaman al poiein. El Otro que se transluce en el silencio del canto poético y de la pregunta filosófica es un desafío permanente. Dios mismo tal vez nos desafía para que nosotros mismos desafiemos al destino. (LA TIENDA DEL ORFEBRE, I, 2)

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En la experiencia de esa espiral de pulchrum que entra en el hombre desde el más allá, se produce en nosotros lo que los griegos llamaban catharsis. En ella, el hombre que es puramente símbolo del hombre, como decía Platón, hombre que solo con el canto y con la pregunta apenas logra rozar la verdadera esencia de su ser, lucha “hasta la mañana” contra el Ángel de Dios para obtener la ben-dición (ver Gen 32, 25-31). Luchar así toda la noche significa decidirse generosamente a existir extendido hacia el Otro y por el Otro, antes de realizar cualquier elección moral. Solo gracias a esta decisión poética que no considera la utilidad y a fortiori el placer, el hombre entra en la relación “yo-tú” con cada ser. Hundiendo así las raíces en el Otro, existe como sujeto, realizando sus elecciones morales. No hay por lo tanto que asombrarse por

LA PALABRA DE DIOS SE INSERTA EN NUESTRAS PALABRAS EN LA MEDIDA EN QUE, SIGUIENDO HUMILDEMENTE LO BELLO DE LOS SERES, UNIMOS NUESTRA MIRADA A LA MIRADA DIVINA. ASÍ, LAS PALABRAS POÉTICAS ORDENAN NUESTRAS EXPERIENCIAS COMUNICÁNDONOS LA VERDAD. (...)

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el hecho de que la verdad del hombre comience a revelarse en esas elecciones. La verdad del hombre se revela también en aquellas elecciones en las cuales está ausente la decisión de existir generosamente, porque al hombre que se somete a la lógica propia de los objetos útiles y placenteros le duele el propio ser desviado de su verdadera esencia. Por lo tanto, era natural, si bien sorprendente para muchos, que la reflexión antropológica del Cardenal Wojtyla partiese de la dramática y trascendente experiencia moral de nuestros actos. (…) LAS PALABRAS BÍBLICAS LA COMUNICAN DE UN MODO QUE TRASCIENDE NUESTRAS POSIBILIDADES DE POIEIN. INSERTÁNDOSE EN NUESTRO AMOR, EN NUESTRO CONOCIMIENTO Y EN NUESTRAS PALABRAS, SE DEFIENDEN CONTRA LA MUERTE QUE COMIENZA EN EL VACÍO DE LA EXISTENCIA Y EL PENSAMIENTO PURAMENTE FORMALES.

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De este continuo decidirse a existir extendido hacia el Otro De esta corriente —sábelo— no hay retorno. ¡Envuelto por la misteriosa belleza de la eternidad! Durar y durar. No interrumpir la fuga de las sombras, durar solamente de manera cada vez más clara y más simple. (CANTO DEL DIOS OCULTO, I, 1) El Voluntario Divino, pasando por aquí, dejó su rostro impreso en todo cuanto es nuestro, rostro radiante de poesía y bondad, únicas dos cosas que permanecen y en las cuales los poetas basan, stiften, esa verdad del hombre que permanece, bleibet. Dios vino hasta acá, se detuvo a un paso de la nada, de nuestros ojos sumamente cerca. (CANTO DEL DIOS OCULTO, I, 12) Ahora cada uno de nosotros dice con Verónica: Ya han pasado todos, tú quedas sola. En ese paño está la señal del contacto, ahí te proteges de tu propia forma. Una forma de vida con la cual no puedes sentirte de acuerdo. (…) Cercanía que devuelve la forma. (…) Nostalgia: hambre de cercanía. Ya no basta la efigie, es una señal de la separación. La REDENCIÓN es la cercanía permanente de AQUEL QUE PARTIÓ. (LA REDENCIÓN BUSCA TU FORMA PARA ENTRAR EN LA INQUIETUD DE CADA HOMBRE, IV, 1, 2, 3)


El verdadero drama del hombre es la Encarnación. A quienes lo eviten, por temor, jamás les será dado decir con María: Yo no me conocía así como me descubrí en el canto. Caminaba entre la gente compartiendo sus ansias, con mis sencillos gestos, (…) Y cuando explotó el canto, envolviéndome como un campaneo, vi que las palabras te trajeron de donde estabas oculto como una luz inmersa en el fondo del pensamiento – Y cuando cese el canto escucharás mejor mis pensamientos. (LA MADRE, III, 1) En el Voluntario Divino, salido de donde estaba oculto, alguien se inclinó largo rato sobre mí (…) Ese dulce inclinarse, lleno de frescura y a la vez de sequedad, es silenciosa reciprocidad. (CANTO DEL DIOS OCULTO, I, 6) Solo cuando el Otro se inclina tan generosamente sobre el hombre extendido hacia Él, el hombre lo comprende todo, incluso a sí mismo. El amor me ha explicado todo, el amor todo lo ha resuelto para mí – por eso admiro este Amor dondequiera Él se encuentre (Id., I, 5)

LA POESÍA SURGE DE LA NADA. INMERSOS EN EL SILENCIO DE ESA NADA QUE SIGUE AL ÚLTIMO SONIDO, NOS ENVUELVE LA LUZ DEL SENTIDO DE LO QUE OCURRÍA EN TODOS LOS SONIDOS. EN EL SILENCIO DE LA REALIZACIÓN, EN EL CUAL SE REVELA EL ORIGEN DE LA MELODÍA MISMA, NOS SENTIMOS TRANSFIGURADOS, ES DECIR, SENTIMOS QUE SOMOS NOSOTROS MISMOS EN MAYOR GRADO QUE AL COMIENZO.

Anhelando una nueva creación y confiando cada vez más en el Advenimiento del Amor, no satisfecho por el único día de la creación anhelo una nada creciente, para que mi corazón esté dispuesto al soplo De Tu Amor. (Id., I, 9) El confesor dio solo un consejo a Adam Chmielowski: ¡deja que el Amor te forme! (Hermano de nuestro Dios). A fin de cuentas, la única palabra en la cual la existencia poética del hombre se expresa debidamente es esta: ¡Gracias! ¡Gracias!

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por este instante – lleno de extraña muerte que zarpa hacia el eterno infinito, y por un toque de lejana sequedad que hace languidecer el profundo jardín. (CANTO DEL DIOS OCULTO, I, 10)

SOLO GRACIAS A ESTA DECISIÓN POÉTICA QUE NO CONSIDERA LA UTILIDAD Y A FORTIORI EL PLACER, EL HOMBRE ENTRA EN LA RELACIÓN “YOTÚ” CON CADA SER. HUNDIENDO ASÍ LAS RAÍCES EN EL OTRO, EXISTE COMO SUJETO, REALIZANDO SUS ELECCIONES MORALES.

¡Gracias! Por las palabras reencontradas en la nada, por el estremecimiento y por esta brizna de este asombro, que será todo el contenido de la eternidad (CANTO DEL DIOS OCULTO, I, 2). El tiempo vivido en el asombro y en el estremecimiento es un tiempo correcto. Aquel que vive en el tiempo correcto en el cual la esperanza se eleva desde todos los lugares sujetos a la muerte (MEDITACIÓN SOBRE LA MUERTE, IV, 1) no se resigna a la corrupción, madurando en cambio para el difícil encuentro con Aquel en el cual la vida encuentra todo su mañana (Id., I, 3) y el mundo que muere de nuevo revela la vida (Id., IV, 1). Y así me inscribe en Ti mi esperanza (Id., IV, 5); cuando en el asombro y el estremecimiento se confunden el instante y lo eterno, la gota ha aspirado nuevamente el mar. (…) ¿Es quizás la vida una ola de asombro, una ola más alta que la muerte? (CANTO DEL DIOS OCULTO, I, 10) En el asombro y en el estremecimiento, confiando su aspecto visible a lo Invisible para que Él lo mida, el hombre ya es juzgado por Él. Es la única justicia que salva. Es ciertamente una cruz impuesta al hombre, pero solo llevándola este no perderá la libertad ni enloquecerá como enloquecen los que se someten a la omnipotencia de la diversión. Entonces Él vendrá, pondrá su yugo sobre tu espalda. Sentirás y te reanimarás con un latido. (PERFILES DE CIRENEO, II, 5) La libertad siempre será difícil. Es destino de aquel que existe poéticamente dar testimonio del Otro hasta el martirio de la sangre. Lo bello que nos conduce fuera del laberinto de nuestras construcciones es solo la primera nota del Tremendo (RILKE, ELEGÍAS DE DUINO, I).

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A través del pensamiento el mundo no se dirige al país de los meros significados, (LA REDENCIÓN BUSCA TU FORMA…, I, 3) Pensaba tal vez Estanislao: mi palabra te herirá y te convertirá, en las puertas de la Catedral te verás penitente, (…) Si la palabra no ha convertido, será la sangre que convierta. (ESTANISLAO, 6). ¿Qué ocurre entonces en el misterio del Paso, si el poeta os grita a los filósofos: Oh maestros de la Hélade, os relato un gran asombro: no es importante velar por el ser que se escabulle entre los dedos, existe la Belleza más real, oculta bajo la sangre viva. el trozo de pan más real del universo, (…) - el exilio de Dios. (CANTO DEL DIOS OCULTO, I, 13) ¿Qué ocurre en el misterio del Paso si el mismo hombre, encorvándose hacia el presente que ya es un pasado, expresa a gritos su propio dolor al Otro?

ERA NATURAL, SI BIEN SORPRENDENTE PARA MUCHOS, QUE LA REFLEXIÓN ANTROPOLÓGICA DEL CARDENAL WOJTYLA PARTIESE DE LA DRAMÁTICA Y TRASCENDENTE EXPERIENCIA MORAL DE NUESTROS ACTOS.

Oh Señor, perdona mi pensamiento que aún no ama lo suficiente, perdona, Señor, mi amor, que está tan terriblemente encadenado al pensamiento Que Te dispersa en pensamientos fríos como la corriente y no se envuelve en ardientes hogueras. (…) (Id., II, 16) ¿De qué hoguera emana el rayo ardiente que en este misterio traspasa al hombre y lo inflama? ¿A qué Amor tiene acceso esta hoguera? Su calor lo transmiten las palabras poéticas del Misterium Rayos de paternidad, que nos invita a otra reflexión.

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Fenomenología de la corrupción

Fenomenología de la corrupción "La corrupción es un mal más grande que el pecado. Más que perdonado, este mal debe ser curado". Papa Francisco

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l Papa Francisco ha hablado muchas veces de la corrupción y ha querido retomar el tema también en el discurso a la Asociación Internacional de Derecho Penal (23.1.2014), haciendo que se comprenda no solo como mera degeneración del sistema, controlable mediante oportunas intervenciones, sino mostrando su fenomenología, su manifestación “como práctica habitual en las transacciones comerciales y financieras, en los contratos públicos, en toda negociación que involucre agentes del Estado”. Estas son palabras de mucho peso, pero cuya verdad todos podemos constatar en muchos niveles y en diversos ámbitos, también más allá de la sociedad organizada en Estado. Esta descripción revela la arrogancia del poder. Más precisamente, muestra el poder absoluto, liberado de todo control, imitación humana de la omnipotencia divina, y en este sentido no solo psicológica, sino también jurídica, en cuanto manifiesta la raíz enferma de la concepción puramente secular del poder humano. Nos permitimos referir una cita [del Papa Francisco] más bien larga, pero significativa, sobre este tema: “El corrupto pasa por la vida con

los atajos del oportunismo (…), llegando a interiorizar su máscara de hombre honesto. (…) El corrupto no puede aceptar la crítica, descalifica a quien la hace, procura menoscabar a cualquier autoridad moral que pueda ponerlo en tela de juicio, no valoriza a los demás y ataca con insultos a quienquiera piense de distinta manera. Si las relaciones de fuerza lo permiten, persigue a todo aquel que lo contradiga.

* El presente texto aparece bajo el subtítulo “Fenomenología de la corrupción” en el ensayo Una riflessione sul diritto penale. (La Civiltà Cattolica 3947)

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«Un historiador del pensamiento político, J.L. Talmon, quien, hablando de Robespierre, Saint-Just y Babeuf, y de su vena paranoica, observa que se trata de “ejemplos de la extraña asociación entre desadaptación psicológica e ideología totalitaria.»

La corrupción se expresa en una atmósfera de triunfalismo, porque el corrupto se cree vencedor. En ese ambiente, se pavonea para destruir a los demás. El corrupto no conoce la fraternidad ni la amistad, sino la complicidad y la enemistad1. El corrupto no percibe su propia corrupción. Ocurre en cierto modo lo que sucede con el mal aliento: quien lo tiene no lo percibe; son los demás quienes se dan cuenta y deben decírselo”. El poder por naturaleza es un hecho elitista, e inevitablemente en los sistemas sociales se forman grupos depositarios del mismo. La degeneración o corrupción de esos grupos se produce precisamente cuando operan redes de conexiones —vinculadas con contactos políticos o familiares, confesables o inconfesables— en vez de las normas que rigen la sustitución normal de dichas élites. En definitiva, esta se produce cuando ya no se respeta la ley, sino a quien detenta el poder, considerado legibus solutus, o sencillamente, cuando se sustituye el mérito por criterios de nombramiento, de promoción o de ascenso, pero también de mero reconocimiento del derecho del otro, “a causa de la complicidad de los responsables de la cosa pública (es decir, del bien común) con los poderes fuertes (es decir, de los intereses privados)”. En otras palabras, esto ocurre cuando el poder de derecho se asocia con el de hecho, por cuanto el primero, como hemos visto, nace precisamente para controlar al segundo, como tutela para los

1 Pensemos en Herodes y Pilatos, quienes, si bien eran enemigos por motivos de poder personal, se hacen amigos precisamente a raíz de la condena de Jesús (ver Lc 23, 12).

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más débiles. De este modo se abre el camino a la mediocridad y al oportunismo, se premia la ambición de los arrogantes, se baja el nivel de toda institución, reduciéndola a la altura —baja— de quienes, situados en el vértice, solo se rodean de aduladores, incapaces de enfrentar la superioridad de los demás por estar encerrados en su propio delirio de omnipotencia. En suma, el poder se fortalece con los débiles y se debilita con los fuertes, convirtiéndose en un juego de alianzas. Las palabras del Papa Francisco nos recuerdan un análisis sumamente interesante, en el límite entre la historia y el psicoanálisis, de un historiador del pensamiento político, quien, hablando de Robespierre, Saint-Just y Babeuf, y de su vena paranoica, observa que se trata de “ejemplos de la extraña asociación entre desadaptación psicológica e ideología totalitaria. En algunos casos, la salvación ante la imposibilidad de encontrar una relación equilibrada con los demás hombres se busca en la superioridad aislada del comando dictatorial. El jefe se identifica con la doctrina absoluta, y el rechazo de los demás a someterse llega a considerarse no como una divergencia normal de opiniones, sino como un delito”2. Esto explica la sumisión de tantos a las lógicas del poder absoluto, liberado por lo tanto de las normas, y la afirmación paralela de auténticas mafias, que repiten en sí mismas las lógicas del comando propias del Estado, pero simplemente sobre la base de otras normas. Y todo eso se produce sin que el jefe se sienta un corrupto ni sus compadres o reclutas se sientan cómplices. Encerrados en su sistema autorreferente, en un juego de espejos que reproduce hasta el infinito su propio rostro, ellos tienen la apariencia del que dice: “Yo no fui” (…). Por este motivo, el corrupto difícilmente podrá salir de su estado por remordimiento de conciencia interno. La corrupción es un mal más grande que el pecado. Más que perdonado, este mal debe ser curado. Estas palabras consideran la corrupción más allá de su manifestación externa, describiendo sus recorridos profundos. Y así “hay pocas cosas más difíciles que abrir una brecha en un corazón corrupto”. Tal vez solo el contacto con la realidad.

2 J. L. TALMON, Le origini della democrazia totalitaria, Bolonia, il Mulino, 2000, 59.

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Chuck Close, pinturas 1968 / 2006.


y la corrupción

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n el momento en que estamos escribiendo, considerando las fuentes oficiales, el Papa Francisco se ha referido al tema de la corrupción por lo menos en 34 ocasiones desde el día de su elección como Pontífice. Las expresiones más fuertes aparecen en las meditaciones matutinas, en la Capilla de la Casa de Santa Marta, constituyendo una prerrogativa con carácter exclusivo de este pontificado. Comentando las lecturas propuestas por la liturgia del día, el Papa Francisco ha propuesto 11 veces evitar debidamente el “escándalo” de la corrupción si deseamos ser verdaderos cristianos. Las reflexiones en este ámbito aparecen también en 11 discursos dirigidos a obispos o delegaciones recibidas en el Vaticano, en visitas a organismos internacionales y en viajes apostólicos al extranjero, como el de Río de Janeiro con motivo de la 28ª Jornada Mundial de la Juventud. Luego hay 3 homilías, 2 audiencias generales del día miércoles, 2 Angelus, 2 cartas, 2 mensajes y la Exhortación Apostólica Evangelii gaudium, que representa, como sabemos, una especie de “carta magna” del ministerio apostólico de Francisco.

Fenomenología de la corrupción

El Papa Francisco

La intervención más reciente

La intervención más reciente se encuentra en el Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz del 1 de enero de 2015, con fecha 8 de diciembre de 2014, en el cual Francisco atribuye a la corrupción una de las «causas profundas de la esclavitud» con estas palabras: Entre las causas de la esclavitud hay que incluir también la corrupción de quienes están dispuestos a hacer cualquier cosa para enriquecerse. En efecto, la esclavitud y la trata de personas humanas

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requieren una complicidad que con mucha frecuencia pasa a través de la corrupción de los intermediarios, de algunos miembros de las fuerzas del orden o de otros agentes estatales, o de diferentes instituciones, civiles y militares.

La primera vez La primera vez que el Papa Francisco habló de la corrupción fue en la Homilía del Domingo de Ramos del año 2013, once días después de su elección. Miremos a nuestro alrededor: ¡cuántas heridas inflige el mal a la humanidad! Guerras, violencias, conflictos económicos que se abaten sobre los más débiles, la sed de dinero, que nadie puede llevárselo consigo, lo debe dejar. Mi abuela nos decía a los niños: El sudario no tiene bolsillos. Amor al dinero, al poder, la corrupción, las divisiones, los crímenes contra la vida humana y contra la creación. Y también —cada uno lo sabe y lo conoce— nuestros pecados personales: las faltas de amor y de respeto a Dios, al prójimo y a toda la creación. Y Jesús en la cruz siente todo el peso del mal, y con la fuerza del amor de Dios lo vence, lo derrota en su resurrección.

Las reflexiones más argumentadas En Evangelii gaudium, la exhortación apostólica publicada hace un año, el Papa Francisco dedica a la corrupción los puntos 56, 60, 75 y 97, y en estos ofrece las reflexiones seguramente más argumentadas. 56 - Mientras las ganancias de unos pocos crecen exponencialmente, las de la mayoría se quedan cada vez más lejos del bienestar de esa minoría feliz. (…) A todo ello se añade una corrupción ramificada y una evasión fiscal egoísta, que han asumido dimensiones mundiales. El afán de poder y de tener no conoce límites. (…). 60 - (…) Esto se vuelve todavía más irritante si los excluidos ven crecer ese cáncer social que es la corrupción profundamente arraigada en muchos países —en sus gobiernos, empresarios e instituciones—, cualquiera que sea la ideología política de los gobernantes.

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97 - Quien ha caído en esta mundanidad mira de arriba y de lejos, rechaza la profecía de los hermanos, descalifica a quien lo cuestione, destaca constantemente los errores ajenos y se obsesiona por la apariencia. Ha replegado la referencia del corazón al horizonte cerrado de su inmanencia y sus intereses y, como consecuencia de esto, no aprende de sus pecados ni está auténticamente abierto al perdón. Es una tremenda corrupción con apariencia de bien. (…).

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75 - No podemos ignorar que en las ciudades fácilmente se desarrollan el tráfico de drogas y de personas, el abuso y la explotación de menores, el abandono de ancianos y enfermos, varias formas de corrupción y de crimen. Al mismo tiempo, lo que podría ser un precioso espacio de encuentro y solidaridad, frecuentemente se convierte en el lugar de la huida y de la desconfianza mutua. (…) Pero vivir a fondo lo humano e introducirse en el corazón de los desafíos como fermento testimonial, en cualquier cultura, en cualquier ciudad, mejora al cristiano y fecunda la ciudad.

Las palabras más duras Las palabras más duras expresadas por el Pontífice en relación con la corrupción se remontan en cambio al 23 de octubre pasado, y se encuentran en el Discurso dirigido a la delegación de la Asociación Internacional de Derecho Penal recibida en el Vaticano (cfr. Fenomenología de la corrupción, pág. 240). Aquí el Papa ofrece consideraciones “sobre algunas formas de criminalidad que menoscaban gravemente la dignidad de la persona y el bien común”. Y en segundo lugar, después del “delito de la trata de personas”, pone el “delito de corrupción”: “la corrupción es ella misma también un proceso de muerte: cuando la vida muere, hay corrupción”. Francisco se centra de manera especial en la persona corrupta, que “atraviesa la vida con los atajos del oportunismo”, “llegando a interiorizar su máscara de hombre honesto”. El corrupto “no valora a los demás y ataca con el insulto a quien piensa de modo diverso. Si las relaciones de fuerza lo permiten, persigue a quien lo contradiga”. Por otra parte, “la corrupción se expresa en una atmósfera de triunfalismo por-

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que el corrupto se cree un vencedor”. Asimismo, “no conoce la fraternidad o la amistad, sino la complicidad y la enemistad”. Y además “no percibe su corrupción”, precisamente como sucede con quien tiene “mal aliento”: son los demás quienes se lo deben decir. La corrupción “es un mal más grande que el pecado” —dice Francisco— y “más que perdonado, este mal debe ser curado”. Por lo tanto, agrega palabras que merecen leerse considerando su integridad y su carácter dramático: La corrupción se ha convertido en algo natural, hasta el punto de llegar a constituir un estado personal y social relacionado con la costumbre, una práctica habitual en las transacciones comerciales y financieras, en los contratos públicos, en toda negociación que implique agentes del Estado. Es la victoria de las apariencias sobre la realidad y de la desfachatez impúdica sobre la discreción respetable. Refiriéndose más directamente al público que tiene al frente, entra también en el mérito de la sanción penal: La sanción penal es selectiva. Es como una red que captura solo los peces pequeños, mientras que deja a los grandes libres en el mar. Las formas de corrupción que hay que perseguir con la mayor severidad son las que causan graves daños sociales, tanto en materia económica y social —como por ejemplo graves fraudes contra la administración pública o el ejercicio desleal de la administración— como en cualquier tipo de obstáculo interpuesto en el funcionamiento de la justicia con la intención de procurar la impunidad para las propias malas acciones o para las de terceros

A los jóvenes brasileños En su primer viaje internacional a Río de Janeiro, en Brasil, para participar en la 28ª Jornada Mundial de la Juventud, en un país claramente afectado por la plaga de la corrupción, Francisco invita a los jóvenes a no desanimarse, a no perder la confianza y a no dejar que la esperanza se apague. En la visita a la comunidad de Varginha (Manguinhos) dice abiertamente: “La realidad puede cambiar, el hombre puede cambiar. Sean los primeros en tratar de hacer el bien, de no habituarse al mal, sino a vencerlo con el bien”. Son palabras que repite al día siguiente, en el Vía Crucis, en el paseo marítimo de Copacabana, cuando afirma que en la Cruz, Jesús está junto a tantos jóvenes que han perdido su confianza en las

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A los obispos africanos Recibiendo en distintos momentos a los obispos de las Conferencias Episcopales de Madagascar, de Sudáfrica y de Ghana en visita “ad limina”, el Papa los estimuló para seguir trabajando a favor de los débiles, los pobres y los marginados, cuya condición “se debe en gran medida a la corrupción y a una falta de atención por el bien común”. Los obispos de Sudáfrica, en particular, escribieron una declaración pastoral sobre la corrupción —“la corrupción es un robo a los pobres… hiere a quien es más vulnerable… daña a toda la comunidad… destruye nuestra confianza”— y el Papa Francisco manifiesta su apoyo ante esta preocupación: “La comunidad cristiana está llamada a ser coherente con su testimonio de las virtudes de honradez e integridad, para que podamos estar ante el Señor y ante nuestro prójimo con las manos limpias y el corazón puro (cf. Sal 24,4) como levadura del Evangelio en la vida de la sociedad”. Es un tema que el Papa reitera con los obispos de Ghana: es imprescindible que cualquier medio temporal que la Iglesia tenga a disposición siga siendo administrado con honradez y responsabilidad para dar un buen testimonio, especialmente allí donde la corrupción ha obstaculizado el justo progreso de la sociedad”.

Fenomenología de la corrupción

instituciones políticas porque ven el egoísmo y corrupción, o que han perdido su fe en la Iglesia, e incluso en Dios, por la incoherencia de los cristianos y de los ministros del Evangelio. ¡Cuánto hacen sufrir a Jesús nuestras incoherencias!

A la FAO Hasta ahora, en el tema de la corrupción, el Papa Francisco se ha dirigido a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en dos ocasiones. La primera tuvo lugar el 20 de junio de 2013, cuando recibió en el Vaticano a quienes participaron en la 38ª Sesión del organismo, y la segunda el 20 de noviembre de este año, en la visita a la Sede de Roma, en la 2ª Conferencia internacional sobre nutrición. En ambos casos, el Papa reiteró la importancia de poner en primer lugar “a la persona y la dignidad humana”, haciendo

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un reproche explícito a “tantos sofismas” y coartadas que acompañan los debates sobre la lucha contra la pobreza y el hambre. Más bien es necesario contrarrestar los miopes intereses económicos y las lógicas de poder de minorías que excluyen a la mayoría de la población mundial y generan pobreza y marginación con efectos de disgregación en la sociedad, así como es necesario combatir contra esa corrupción que produce privilegios para algunos e injusticias para muchos.

Las homilías en Santa Marta Las intervenciones más frecuentes en términos de corrupción las ha hecho el Papa, como decíamos, durante las meditaciones matutinas en la Capilla de Santa Marta, donde comenta las lecturas propuestas por la liturgia del día. Estas intervenciones tienen por lo tanto un planteamiento puramente pastoral. Veamos detalladamente los pasajes más significativos. 3 de junio de 2013 - “Esto es un peligro también para nosotros: convertirnos en corruptos. Los corruptos están en las comunidades cristianas y hacen mucho mal. Jesús

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habla a los doctores de la Ley, a los fariseos, que eran corruptos; les dice que son sepulcros blanqueados. En las comunidades cristianas los corruptos son así. Se dice: Ah, es buen cristiano, pertenece a tal cofradía; bueno, es uno de nosotros. Pero nada: existen para ellos mismos. Judas empezó siendo pecador avaro y acabó en la corrupción. La senda de la autonomía es un camino peligroso. Los corruptos son grandes desmemoriados, olvidaron este amor con el que el Señor hizo la viña y los hizo a ellos. Cortaron la relación con este amor y se convirtieron en adoradores de sí mismos. ¡Cuánto mal hacen los corruptos en las comunidades cristianas! El Señor nos libre de deslizarnos por el camino de la corrupción”. 4 de junio de 2013 - “Hoy encontramos el lenguaje de los corruptos. ¿Cuál es su idioma? Este: el idioma de la hipocresía. No lo decimos nosotros, no lo digo yo, sino Jesús, conociendo su hipocresía”. “La hipocresía —subrayó nuevamente— es el idioma de los corruptos. Estos no aman la verdad. Solo se aman a sí mismos y así procuran engañar, involucrar al otro en su mentira. Tienen el corazón mentiroso; no pueden decir la verdad. Es el mismo lenguaje empleado por Satanás durante el ayuno en el desierto: tú tienes hambre: puedes convertir esta piedra en pan; y luego: ¿para qué tanto afán? Lánzate desde el templo. Este lenguaje, que parece persuasivo, conduce al error, a la mentira”. 8 de noviembre de 2013 - Aquí el Papa habla más profundamente sobre las tangentes: Estamos ante “un pecado muy grave porque va contra la dignidad. Esa dignidad con la que somos ungidos con el trabajo. No con el soborno, no con esta adicción a la astucia mundana. Cuando leemos en los periódicos o vemos en el televisor a uno que escribe o habla de la corrupción, tal vez pensamos que la corrupción es una palabra. Corrupción es esto: es no ganar el pan con dignidad”. 11 de noviembre de 2013 - “Donde hay engaño no está el Espíritu de Dios. Esta es la diferencia entre pecador y corrupto. Quien hace una doble vida es un corrupto.

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Quien peca, en cambio, quisiera no pecar, pero es débil y se encuentra en una condición en la que no puede encontrar una solución, pero va al Señor y pide perdón. A este el Señor le quiere, le acompaña, está con él. Y nosotros debemos decir, todos nosotros que estamos aquí: pecadores sí, corruptos no”. 7 de febrero de 2014 - Hablando del destino de Juan el Bautista, decapitado por orden de Herodes: “cuando existe la corte es posible hacer de todo: la corrupción, los vicios, los crímenes. Las cortes favorecen estas cosas”. 9 de junio de 2014 - La realidad nos muestra —ha dicho el Papa— cuán “fácil es entrar en las pandillas de la corrupción”, formar parte de “esa política cotidiana del do ut des” donde “todo es negocio”. Y —añadió— “¡cuánta gente sufre por estas injusticias!”. 16 de junio de 2014 - “En los periódicos leemos muchas veces: ha sido conducido al tribunal ese político que se enriqueció mágicamente. Ha estado en el tribunal, ha sido llevado al tribunal ese dirigente de empresa que mágicamente se enriqueció, es decir, explotando a sus obreros; se habla mucho de un prelado que se enriqueció demasiado y ha dejado su deber pastoral por atender su poder”. Así pues, están “los corruptos políticos, los corruptos de los negocios y los corruptos eclesiásticos”. Y están “por todas partes”. Porque la corrupción “es precisamente el pecado al alcance de la mano, que tiene esa persona que tiene autoridad sobre los otros, sea económica, política o eclesiástica. Todos somos tentados de corrupción. Es un pecado al alcance de la mano”. “(…) Si hablamos de los corruptos políticos o de los corruptos en la economía, ¿quién paga esto? Pagan los hospitales sin medicinas, los enfermos que no tienen remedio, los niños sin educación. Ellos son los modernos Nabot, que pagan la corrupción de los grandes. ¿Quién paga la corrupción de un prelado? La pagan los niños que no saben santiguarse, que no saben la catequesis, que no son atendidos; la pagan los enfermos que no son visitados; la pagan los presos, que no tienen atención espiritual”.

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14 de octubre de 2014 - “Una vez escuché a un anciano predicador de ejercicios que decía: ‘¿Pero cómo puede entrar el pecado en el alma? ¡Ah, sencillamente! Por los bolsillos...’. Precisamente el dinero, en esencia, es la puerta por la cual pasa la corrupción del corazón. Se comprende, por ello, el motivo por el cual Jesús afirma: ‘Dad más bien como limosna todo aquello que tenéis dentro’”.

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17 de junio de 2014 - “Cuando nosotros leemos en los periódicos que este es corrupto, que ese otro es un corrupto, que cometió un delito de corrupción y que la tangente va de aquí y de allá, y también muchas cosas de algunos prelados”, es “nuestro deber de cristianos pedir perdón por ellos”, pedir al Señor que “les dé la gracia de arrepentirse, que no mueran con el corazón corrupto”. Por lo tanto, “condenar a los corruptos, sí; pedir la gracia de no llegar a ser corruptos, sí”; pero “también rezar por su conversión”.

7 de noviembre de 2014 - “¿Cómo llegó este administrador al punto de estafar, de robar a su Señor? ¿Cómo llegó? ¿De un día para otro? ¡No! Poco a poco. Tal vez aumentando un día una mancha por aquí, al día siguiente una tangente por allá, y así poco a poco se llega a la corrupción”. Porque “el camino de la mundanidad de estos enemigos de la cruz de Cristo es así, te conduce a la corrupción. Y luego acaba como este hombre, robando abiertamente”. 27 de noviembre de 2014 - “Así sucede también con las personas, con las personas corruptas, que no tienen fuerza para reaccionar”. Porque “la corrupción te da algo de felicidad, te da poder y también te hace sentir satisfecho de ti mismo; pero no deja espacio para el Señor, para la conversión”. “La palabra corrupción hoy nos dice mucho: no solo corrupción económica, sino corrupción con tantos pecados diversos; corrupción con ese espíritu pagano, con ese espíritu mundano”.

Selección y comentarios de citas por GIOVANNI TRIDENTE

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Entrevista con el Cardenal Antonio M aría Rouco Varela

Al cabo de un largo, arduo y fructuoso recorrido

“Recién consagrado yo obispo, a cuatro meses, durante una visita ad limina, me presentó el que sería luego el cardenal Suquía: “¡Qué obispo tan joven!”, exclamó Pablo VI y luego agregó: “Para llevar la cruz”. “Lui è un vescovo cosi giovane… Per portare la croce”.Y bueno, pues, empezamos así. El Concilio es en un ochenta por ciento de su contenido, de su color y de sus principios, Pablo VI.”

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Veinte años arzobispo de Madrid, doce años presidente de la Conferencia Episcopal española (correspondientes a cuatro períodos en el cargo), el cardenal Rouco Varela es una de las personalidades más destacadas de la Iglesia en Europa. Colaborador de todos los últimos pontífices en cuanto miembro de varios dicasterios vaticanos, es una figura de proa en la vida cultural española y, por sus méritos intelectuales, distinguido miembro de número de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Su visita a Santiago estuvo marcada por varios eventos eclesiales relacionados con el movimiento apostólico Cruzadas de Santa María, de cuyo fundador, el Padre Tomás Morales S.J., abrió en cuanto arzobispo de Madrid el proceso de beatificación. Tuvo tiempo entre tanto para dictar una importante conferencia sobre Derecho canónico en la Universidad Católica y para recibir la medalla que acredita su condición de miembro correspondiente de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Revista HUMANITAS, que ha gozado de la amistad y colaboración del cardenal Rouco Varela a través de muchos años, tuvo el privilegio de registrar para sus lectores una íntima conversación con él. HUMANITAS Nº 78 pp. 38 - 49


—V.E. fue ordenado sacerdote en el año 1959. Eso significa que ha vivido como sacerdote, obispo y luego cardenal el curso de cuatro largos pontificados —más el actual— que han modulado el Concilio Vaticano II en la vida del Pueblo de Dios. ¿Qué podría decir, en breve, de cada uno estos cinco grandes Pontífices y sobre la impronta de su ministerio en este período de la historia de la Iglesia? —Bueno, yo viví también el pontificado de Pío XII de forma muy consciente y activa como seminarista y estudiante de Teología en la Universidad de Salamanca. Recibimos la noticia en enero del ’59, con gran sorpresa, de la convocación de La fibra del Pontificado un Concilio Ecuménico, por la iniciativa de un Papa de Juan Pablo II sería recientemente elegido, que venía a suceder a un Papa incomprensible sin que era muy querido, a Pío XII. Ambos con fisonomías su Prefecto para la muy distintas y caracteres también muy distintos. Nos Congregación de la abrimos a esa novedad histórica de la convocatoria del Doctrina de la Fe, el Concilio con mucha expectación y también con una acti- Cardenal Ratzinger. Se tud de fe. Al Papa San Juan XXIII es a quien corresponde veían todos los sábados. la iniciativa del Vaticano II. Creo que lo más profundo El Papa Benedicto XVI, en que se puede decir de él, lo más fecundo para la Iglesia forma explicable por sus es justamente haberse hecho eco, como él dijo, de una antecedentes y trayectoria especie de inspiración espontánea —que no estaba estu- personal, sacerdotal y diada por él— que fue la del Concilio Vaticano II. Luego académica, le ofrece a la Iglesia mucha luz, luz el estilo que le imprimió al Concilio fue muy decisivo, de la verdad, para seguir por aquello que él llamó la actualización pastoral de la ahondando en las huellas Iglesia, lo cual era novedad en la historia de la Iglesia. del pontificado de Juan Él convocó y presidió la primera sesión del Concilio con Pablo II y en la senda de la esa extraordinaria bondad, comprensiva, inteligente, Nueva Evangelización. llena de corazón de buen pastor que se manifestó de una manera muy simbólica en aquella vigilia de oración que precedió al Concilio, en la que al final exhorta a los fieles a que den un beso a sus hijos y que pidan por él y pidan por el Concilio*. El Concilio tomó después una ruta que él seguramente no había previsto.

* Se refiere al famoso “Discurso de la Luna”, palabras que pronunció el Papa San Juan XXIII la noche de la inauguración del Concilio, el 11 de octubre de 1962, en un gesto y un discurso improvisado ante más de cien mil fieles que se habían congregado en la Plaza de San Pedro portando antorchas: «Queridos hijos escucho sus voces. La mía es una sola voz, pero resume la voz del mundo entero; de hecho hoy, todo el mundo está representado aquí. Se diría que hasta la luna está contenta esta noche. Mírenla cómo desde arriba observa este espectáculo, tan grande que la Basílica de San Pedro, que ya tiene 4 siglos de historia no ha podido contemplar (…) Al volver a sus casas encontrarán a sus niños. Denles una caricia a sus niños y díganles: ‘ésta es la caricia del papa’. Quizás encuentren alguna lágrima para enjugar. Digan para los que sufren una palabra de aliento. Sepan los afligidos que el papa está con sus hijos, especialmente en las horas del dolor y de la amargura». La noche del 11 de octubre del año 2012, cincuenta años después, iniciando el Año de la Fe desde el mismo balcón, el Papa Benedicto XVI recordaría este momento histórico que marcó el inicio del Concilio, haciendo un homenaje a su predecesor, San Juan XXIII, y recordando los temores y las luces del Espíritu que han marcado el camino de la Iglesia desde entonces. (Cfr. Humanitas n° 69, pág. 146 )

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El que lleva el Concilio a buen término es Pablo VI. Y a él le toca además la primera y decisiva fase de la aplicación del Concilio. Lo hace primero con mucha capacidad de comprensión teológica de toda la temática que el Concilio lleva adelante, con una suave pero firme manera de llevar el Concilio en sus momentos críticos. Lo hace ya con una especie de actitud pastoral entre emocionada y preocupada al terminar el Concilio para llevar adelante, en momentos muy difíciles, a la Iglesia que de algún modo parece —sin serlo— un navío que se rompe, y que ya entra en un estado de desorientación, confusión e indisciplina canónica y pastoral de desconocidas proporciones. Y con momentos doctrinalmente El Papa Francisco toma muy complicados como el de la necesidad de hacer un ese camino para que cuaje magisterio en el concepto de la paternidad responsable que de verdad la reforma del lo hace él brillantemente, lúcidamente, de forma valiente, Vaticano II y la labor casi heroicamente. Su bondad, su comprensión teológica, de sus predecesores. La su forma de llevar la Iglesia en esos años, manifiestan lo palabra misericordia la usa que él fue siempre o fue para él decisivo, que es ser un mucho y efectivamente el testigo indomable de la fe. Cuando pronuncia su última amor se nos manifestó y se homilía, en la misa de San Pedro y San Pablo del año hizo realidad para nosotros 1978, dice: “He guardado la fe”. Llevará al final un triste a través de la misericordia dolor y una cruz personal que es el estilo de los santos, de Cristo, misericordia que que se revela bien en esa frase dramática: “el humo de perdona, pero que también Satanás ha entrado en la Iglesia”. Pero la forma de harenueva y que invita a la blar del estado de la Iglesia muestra siempre esa actitud conversión, a la penitencia de él, que confía en que la Providencia y la bendición y al cambio de vida. especial del Señor lo van a llevar por el buen camino de una recta aplicación del Concilio, a pesar de esos momentos en que pesa mucho la cruz. Yo tengo una anécdota personal muy hermosa con él. Recién consagrado yo obispo, a cuatro meses, durante una visita ad limina, me presentó al que sería luego el cardenal Suquía: “¡Qué obispo tan joven!”, exclamó el Papa y luego agregó: “Para llevar la cruz”. “Lui è un vescovo cosi giovane… Per portare la croce”. Y bueno, pues, empezamos así. El Concilio es en un ochenta por ciento de su contenido, de su color y de sus principios, Pablo VI. Luego, con Juan Pablo I, vino ese mes frugal, pero bello y casi angelical que llegó a la Iglesia y que hizo surgir unas categorías teológicas y una línea pastoral muy interesante: La gran disciplina de la Iglesia. No es que todo el derecho canónico tenga el mismo origen, no es que todo se tenga que cumplir al detalle, literalmente, siguiendo servilmente las normas, pero todo lo que tiene de gran disciplina la Iglesia hay que cumplirlo y hay que guardarlo. Y luego vino Juan Pablo II, que fue el Papa de la aplicación del Con-

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cilio, además con una personalidad arrolladora. Fue como si el viento del Espíritu de Pentecostés entrase con una fuerza que desconocía los límites. No había muros ni bastiones que pudieran parar aquel vendaval del Espíritu y de presencia del Señor en la Iglesia. Inspiró a muchos y estimuló a muchos a retomar con brío, y con hondura, y con fidelidad teológica y con compromiso apostólico decidido la tarea de aplicar el Concilio en función de lo que el Papa va a llamar enseguida Nueva Evangelización. Para ello pone en marcha iniciativas. Lo de los viajes apostólicos ya lo había iniciado Pablo VI, pero él los convierte en una misión universal. Visita el mundo entero. Y La dictadura del luego, con iniciativas de Nueva Evangelización tan inte- relativismo se puede resantes como las Jornadas Mundiales de la Juventud y ejercer y se ejerce desde las Jornadas Mundiales de la Familia. Así viví mis largos distintos ángulos de la años ya, veintisiete años de Pontificado de él, durante vida pública y no solo mi vida episcopal en Santiago, luego en Madrid con un desde la vida política. padre, hermano, un Pedro todo a la vez. Representaba Yo creo que la raíz del y reflejaba la figura del Señor en su triunfo Pascual, problema está en que pero también de su cruz que le precedió. Como en los efectivamente ha habido momentos más apasionantes de la historia de la Iglesia. un debilitamiento de La fibra del pontificado de Juan Pablo II sería incom- la conciencia, primero prensible sin su Prefecto para la Congregación de la cristiana, y luego de la Doctrina de la Fe, el cardenal Ratzinger. Se veían todos conciencia moral de las los sábados. El Papa Benedicto XVI, en forma explicable sociedades europeas y por sus antecedentes y trayectoria personal, sacerdotal de las sociedades de lo y académica, le ofrece a la Iglesia mucha luz, luz de la que llamamos el mundo desarrollado. verdad, para seguir ahondando en las huellas del pontificado de Juan Pablo II y en la senda de la Nueva Evangelización. El Papa realmente la hace suya, como se puede comprobar en la temática de la Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos y ciertamente en lo que se puede llamar dimensión intelectual de la Nueva Evangelización. Él la cubre lúcidamente. La ofrece a la Iglesia de una forma honda y bella a la vez, y muy accesible, no solo para los pensadores, teólogos, cultivadores de las ciencias eclesiásticas, sino para todos, fieles de formación intelectualmente más clara y de los más sencillos, de los más consagrados y de los menos consagrados. El Papa Francisco aún lleva muy poco tiempo de pontificado. Pero mi impresión es que busca ahondar en ese dogma o fondo espiritual de renovación de la Iglesia, de tal manera que no se quede solo en la teoría, sino que se manifieste en la vida, como ocurre con un buenísimo director de Ejercicios Espirituales que ofrece siempre un guion excelente teológicamente hablando, centrado en el misterio de Cristo, para terminar en esa

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bellísima meditación de San Ignacio, meditación para concretar. Él toma ese camino para que cuaje de verdad la reforma del Vaticano II y la labor de sus predecesores. La palabra misericordia la usa mucho y efectivamente el amor se nos manifestó y se hizo realidad para nosotros a través de la misericordia de Cristo, misericordia que perdona, pero que también renueva y que invita a la conversión, a la penitencia y al cambio de vida.

Decía Lutero que el matrimonio es una cosa mundana, una weltlich ding, es una realidad instituida por Dios pero ein weltlich ding. En la teología católica el matrimonio es sacramento, por tanto todo lo contrario de una weltlich ding. Es una realidad que se expresa en términos de corporeidad, realidad física e histórica, pero que es signo eficaz de la presencia del Señor. Esto hace profundamente sagrado el vínculo matrimonial.

—La aprobación del aborto en España ha mostrado al mundo un fenómeno que sorprende y se repite en diversos países de Occidente. El socialismo liberal, representado por el gobierno de Zapatero, llevó la legislación del aborto a su extremo más radical. Le sucede un gobierno de derecha —cuya campaña anuncia una modificación de esta ley— y este acaba retirando la moción de reforma, manteniendo la misma ley de aborto. El obispo de San Sebastián, Mons. Munilla, dijo que “los hechos demuestran que la supuesta izquierda es la que termina marcando el camino a la supuesta derecha. Cada vez existen menos diferencias ideológicas reales entre los partidos políticos, dado que han asumido todos ellos los valores del neocapitalismo, el relativismo y la ideología de género. Alguien dijo que el pensamiento políticamente correcto de nuestros días se caracteriza por ser teóricamente marxista, prácticamente liberal y psicológicamente freudiano”. ¿Qué comentario tiene V.E. ante estos hechos y esta afirmación?

—No me atrevo a hacer una análisis de situación, desde el punto de vista del desvelamiento de raíces político-históricas. De todos modos sí que hay un trasfondo que va más allá de lo que puede llamarse pensamiento político y que no solo es resultado del juego del debate político, sino que llega al corazón mismo de la sociedad. El problema del derecho a la vida no es un problema de políticos, es un problema de toda la sociedad y si ahondamos más en el análisis, podemos decir que es también un problema de todos los cristianos que pertenecemos a la Iglesia. La dictadura del relativismo se puede ejercer y se ejerce desde distintos ángulos de la vida pública y no solo desde la vida política. Yo creo que la raíz del problema está en que efectivamente ha habido un debilitamiento de la conciencia, primero cristiana, y luego de la conciencia moral de las sociedades europeas y de las sociedades de lo que llamamos el mundo desarrollado. —Con gran admiración se siguió en Chile, y en varias partes del mundo latinoamericano, la masiva movilización en Madrid de dos millones de personas

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«Fue como si el viento del Espíritu de Pentecostés entrase con una fuerza que desconocía los límites. No había muros ni bastiones que pudieran parar aquel vendaval del Espíritu y de presencia del Señor en la Iglesia. Inspiró a muchos y estimuló a muchos a retomar con brío, y con hondura, y con fidelidad teológica y con compromiso apostólico decidido la tarea de aplicar el Concilio en función de lo que el Papa va a llamar enseguida Nueva Evangelización. Con iniciativas tan interesantes como las Jornadas Mundiales de la Juventud y las Jornadas Mundiales de la Familia.»

en las calles, en protesta contra la aprobación del “matrimonio” homosexual. ¿Qué sucede con los cánones de la democracia contemporánea cuando, según vemos, los gobiernos proceden a legislar con absoluta indiferencia ante esas movilizaciones? ¿No estamos en el marco de la “democracia totalitaria” de que habló muchas veces Julián Marías? —Quizá pasa que —vuelvo a lo mismo de antes— el debilitamiento de la conciencia, sobre todo de la conciencia que se hace factor de vida pública, impide, primero, que los que salen a la calle vivan aquello que están defendiendo en la calle en su vida personal, en su vida de relación con los demás, en su vida familiar. Segundo, que los cristianos no creen que esa consistencia es un campo de apostolado importantísimo para la evangelización. Y tercero, que los políticos guardan una cierta tranquilidad, sabiendo que su indiferencia, por las razones antedichas, no va tener mayores consecuencias electorales o consecuencias respecto a la posibilidad de seguir gobernando el país. Pero, en el fondo, lo que está es nuestra propia debilidad, la debilidad de la conciencia cristiana y la debilidad de su proyección a la conciencia ética y moral de la sociedad en general.

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—Refiriéndose a la Humanae vitae, afirmó en 1995 el cardenal Joseph Ratzinger que «raramente un texto de la historia reciente del Magisterio se ha convertido tanto en un signo de contradicción como esta encíclica que Pablo VI escribió a partir de una decisión profundamente dolorosa». ¿Cree V.E. que esta afirmación, que el entonces cardenal Ratzinger aplicó a la encíclica Humanae vitae de Pablo VI, puede extenderse con verdad también a la encíclica Evangelium vitae firmada por San Juan Pablo II hace ahora 20 años? —Son dos géneros de encíclicas muy distintos. La Humanae vitae se ocupa de un tema puntual, muy dramático, muy debatido, debatido a escala mundial desde el punto de vista mediático, en el que la Es de todos modos presión sobre el Papa desde dentro y fuera de la Iglesia de esperar que el fue enorme. La Evangelium vitae, su doctrina, incluye una Sínodo plantee toda la exposición total, comprensiva, sistemática de todo el proproblemática desde el blema relacionado con el derecho a la vida. Tampoco fue punto de vista de lo que recibida con mucho entusiasmo, al menos por los medios son los problemas reales y profundos que están de comunicación y el mundo mediático —sostenido por incluidos en la crisis los grandes grupos o factores de poder en el mundo—. del matrimonio y la Pero no había un debate, en lo inmediato, tan dramático, familia, cristiana y no aunque siempre el debate sobre el derecho a la vida es cristiana. Y que otras cosas suficientemente dramático. Pero, desde el punto de vista particulares se resuelvan del “no” a la vida, era más difícil para la oposición ideoa la luz de la gran lógica, intelectual, cultural y política hacer presión sobre perspectiva de la teología el magisterio, a diferencia del caso de la Humanae vitae. del matrimonio, de la Por mucho que se quiera pasar por encima de la probleteología de la Eucaristía y mática del aborto, en la sensibilidad y en lo más hondo de de la teología de la Iglesia. las conciencias siempre se remueve algo. Otra cosa es la manera de formular la paternidad responsable. Hay que afinar muy bien para entender lo que está en juego con la píldora. Pero, claro, en el aborto está en juego la vida de un ser humano, y también las consecuencias tremendas que se derivan de ese hecho para la madre, para la mujer. No se aborta sin consecuencias personales para la madre. —Como en los años del Concilio, los medios han querido fabricar en todos los países donde existe una importante población cristiana, un Sínodo de la Familia a su real gusto. A este propósito, el querido cardenal Fernando Sebastián —con quien tanto compartió V.E. las máximas responsabilidades de la Conferencia Episcopal Española— prologando el libro “La esperanza de la familia” del prefecto de la Congregación para la Dotrina de la Fe, cardenal Müller, dice que “el principal problema que tenemos en la Iglesia a propósito de la familia no es el pequeño número de divorciados recasados que desean acercarse a la Comunión. El problema más grave es el gran número de bautizados que se casan civilmente;

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y el gran número de casados sacramentalmente que no viven su matrimonio de acuerdo con las enseñanzas de la Iglesia”. ¿Cómo ve V.E. el camino hacia el Sínodo ordinario de octubre próximo? —Espero que la lucidez personal y colectiva, la sensibilidad de fe y pastoral, se imponga con respecto a los problemas centrales y tareas centrales que se derivan del Evangelio de la familia y de la vida. Que no se agoten en problemas que afectan a pocos católicos. La comunión de los divorciados es un problema, pero no es un problema que agote la problemática de la condición del matrimonio, de la praxis matrimonial en la vida de los cristianos, la crisis en el matrimonio cristiano y de la familia, y por eso es de una envergadura secundaria. Aunque también, hay que decir, que aunque sea un aspecto muy parcial del No acababan de entender problema, toca fibras sensibilísimas de las verdades de la lo que Juan Pablo II ponía fe, de la verdad de lo que es el matrimonio desde el punto en marcha con las formas de vista de la teología católica. La teología que nace de la de pastoral juvenil ante Reforma es una teología que lo seculariza. Decía Lutero unas juventudes, las del que el matrimonio es una cosa mundana, una weltlich ’60 y del ’70, atraídas ding, es una realidad instituida por Dios pero ein weltlich por aquellos famosos ding. En la teología católica el matrimonio es sacramento, encuentros masivos como por tanto todo lo contrario de una weltlich ding. Es una el de Woodstock. Juan realidad que se expresa en términos de corporeidad, Pablo II dice “no, yo a realidad física e histórica, pero que es signo eficaz de la este método no le tengo presencia del Señor. Esto hace profundamente sagrado el miedo”, y lo hace suyo, y lo convierte en Jornadas vínculo matrimonial. Y luego está, también, el problema Mundiales de la Juventud. sensibilísimo de la concepción de la Eucaristía y de la comunión eucarística. La doctrina católica ya tiene como cosa definida que solo se puede acceder a la comunión, la participación en el sacramento de la Eucaristía, si se está en gracia de Dios, en términos muy clásicos de la catequesis. Esos dos aspectos de la verdad de la fe quedan tocados con el planteamiento de esa cuestión y ello la hace muy delicada y muy sensible. Pero es de todos modos de esperar que el Sínodo plantee toda la problemática desde el punto de vista de lo que son los problemas reales y profundos que están incluidos en la crisis del matrimonio y la familia, cristiana y no cristiana. Y que otras cosas particulares se resuelvan a la luz de la gran perspectiva de la teología del matrimonio, de la teología de la Eucaristía y de la teología de la Iglesia. —V.E. fue el arzobispo anfitrión en dos Jornadas Mundiales de la Juventud, separadas por 22 años, situadas en muy diferentes contextos históricos, recibiendo a dos grandes pontífices: Santiago de Compostela en el año 1989 con San Juan Pablo II; Madrid el año 2011 recibiendo a Benedicto XVI. ¿Podría

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“Desde mi punto de vista la paulatina declinación del número de fieles de la Iglesia Católica, en vez de ser un síntoma de su inevitable ruina y extinción es, más bien, fermento de la vitalidad y energía que lo que queda de ella —decenas de millones de personas— ha venido mostrando, sobre todo bajo los pontificados de Juan Pablo II y de Benedicto XVI”. Columna escrita por Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura, comentando la JMJ 2011 de Madrid (El País, 28.VIII.11)

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«Lo de Madrid es una Jornada Mundial que ya es fruto de una madurez en esto de las JMJ. También fruto de la madurez de la vida de la Iglesia en Madrid y España. Pusimos en marcha —yo lo subrayo mucho— una campaña de oración de todas las comunidades de vida contemplativa de España y fuera de España. Por eso yo le dije a Benedicto XVI, en el encuentro con jóvenes religiosos y religiosas en el Patio de Reyes del Escorial: estos son los verdaderos protagonistas de la JMJ 2011», señaló el cardenal Rouco Varela en la entrevista con HUMANITAS. Dos millones de jóvenes aguardaron en “Cuatro Vientos” para acompañar la vigilia de adoración junto con Benedicto XVI, al anochecer del 20 de agosto 2011.

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V.E. ofrecernos un cotejo de ambas jornadas? ¿De cómo se manifiestan esas dos juventudes —una la de fines del siglo XX y otra la de comienzos del tercer mileno— así como del mensaje de ambos Papas cara a ellas? ¿No han sido estas dos manifestaciones palpables de que, pase lo que pase, “la Iglesia es siempre joven”, como proclamó Benedicto XVI al inaugurar su pontificado? —Hay diferencias. La Jornada de Santiago es pionera. La segunda que se celebró fue la de Roma, pero esta es la primera en el formato en que se ha venido celebrando. Cuando nos enfrentamos a esa tarea, en estrecha colaboración con el Pontificio Consejo para los Laicos que presidía el cardenal Pironio, que vino a Santiago muchas veces —pues debe haber hablado con Juan Pablo II—, el horizonte nos entusiasmaba en sí mismo. Era conectar con el entusiasmo que manifestaba Juan Pablo II respecto a la evangelización de los jóvenes que empieza. Antes de Juan Pablo II era inimaginable que pudiera haber un encuentro de jóvenes de todo el mundo, o de Italia, de España o de una cantidad notable de países con el Papa. Con las juventudes de los años ’60 o ’70 era completamente impensable. Pero empieza a ser pensable a partir de los años ’80 con Juan Pablo II. Y era pensable que encontrase en Santiago una expresión gozosa por el número y la calidad de los participantes, y así fue. Con ese horizonte, naturalmente el empeño nuestro nos llenaba de ilusión. También de preocupación. Y luego estaba el otro aspecto de la Jornada, que era la revitalización del Camino de Santiago, que había sufrido un fuerte impacto negativo las dos décadas anteriores, fruto de lo que quisieron llamar desmitificación de la piedad popular, de las costumbres, y de una teología muy secularizada. Eso golpeó profundamente al Camino y a la peregrinación a Santiago. Yo recuerdo el año ’82 que termina con la visita de Juan Pablo II a España, en aquellos días fantásticos que concluyen en Santiago el 9 de noviembre —fecha paradigmática y providencial: un 9 de noviembre caería siete años más tarde el Muro de Berlín— peregrinos de a pie por la Compostela no llegaron a mil: seiscientos y pico. En cambio el Año Santo siguiente, el año 1993 —once años más tarde— como efecto de la Jornada Mundial de la Juventud del año ’89 fueron 160 mil y pico. Es un salto prodigioso. Y recuperamos el Monte do Gozo que era un monte perdido para la Jornada Mundial de la Juventud. Con esa doble perspectiva estábamos empeñados en la organización, muy apoyados por Roma, y no tanto por algunos de los sectores de la Iglesia en España, que tenían miedo al “triunfalismo” de la Iglesia. No acababan de entender lo que Juan Pablo II ponía en marcha con las formas de pastoral juvenil ante unas juventudes, las del ’60 y del ’70, atraídas por aquellos famosos encuentros masivos como el de Woodstock. Juan Pablo II dice “no, yo a este método no le tengo miedo”, y lo hace suyo, y lo convierte

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en Jornadas Mundiales de la Juventud. Una Jornada, por lo tanto, que personalmente a mí me exigió un trabajo y una preocupación enormes. Éramos un pequeño equipo. Yo la semana de la Jornada Mundial apenas dormí. Y el Santo Padre, que alojó en la casa del Arzobispo de Santiago la noche del sábado del 19 al 20 de agosto, dormía poco, como yo pude darme cuenta. Yo, nada. Lo de Madrid es una Jornada Mundial que ya es fruto de una madurez en esto de las JMJ. También fruto de la madurez de la vida de la Iglesia en Madrid y España. Ello se manifiesta en un equipo de colaboradores extraordinario, y en la posibilidad de afinar las cosas hasta límites que eran impensables el año ’89. Esos días, yo dormí todos los días. Yo sabía que eso funcionaba y pusimos en marcha —yo lo subrayo Hablando con Benedicto mucho— una campaña de oración de todas las comunida- XVI, en las ocasiones que des de vida contemplativa de España y fuera de España. he tenido oportunidad de Por eso yo le dije a Benedicto XVI, en el encuentro con verlo —incluso después de jóvenes religiosos y religiosas en el Patio de Reyes del su renuncia— él me decía: Escorial: estos son los verdaderos protagonistas de la JMJ fue providencial, porque 2011. También incluimos en la programación de la Basílica la vigilia se convirtió en del Escorial a los profesores universitarios jóvenes. Nos una vigilia centrada en parecía que era muy interesante hacerlo, porque hoy lo central, centrada en la en la mitad del hemisferio norte y América los jóvenes Adoración Eucarística, quieren ser todos universitarios y entran en el contexto y ello fue de una belleza de la educación “universitaria”. Era importante que los impresionante. jóvenes profesores, que son el futuro de la universidad y el futuro de la juventud del mundo, pudieran encontrarse con el Papa, oírle, manifestar y hacer un testimonio de su fe. Sin descuidar el capítulo de la cercanía de la Iglesia al hombre doliente, al pobre sufriente. Lo habíamos vivido también en Santiago en el encuentro de los discapacitados, a quienes Juan Pablo II saludó con aquella ternura tan simpática. En Madrid se hizo esto también en una fundación de la diócesis, al lado de Cuatro Vientos. —Esa jornada de Cuatro Vientos fue memorable… —Después, hablando con Benedicto XVI, en las ocasiones que he tenido oportunidad de verlo —incluso después de su renuncia—, él me decía: fue providencial, porque la vigilia se convirtió en una vigilia centrada en lo central, centrada en la Adoración Eucarística, y ello fue de una belleza impresionante. Entrevista realizada por JAIME ANTÚNEZ y BERNARDITA CUBILLOS

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La docencia teológic a y el mandato canónico POR FRANCISCO WALKER PBRO.

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a reciente decisión del Sr. Arzobispo de Santiago, el cardenal Ricardo Ezzati, de no renovar el mandato canónico a un profesor de la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica de Chile, ampliamente divulgada por los medios de comunicación social, ha causado no poca polémica y confusión en la opinión pública. Se hace necesario realizar algunas precisiones, aclarando el significado de los términos y explicando lo que está en juego detrás de tal decisión.

1. El mandato canónico Entre las características esenciales de una Universidad Católica, la Const. Ap. Ex Corde Ecclesiae señala “la fidelidad al mensaje cristiano tal

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Fresco de Claudio di Girolamo, ubicado en el hall de acceso a la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Campus San Joaquín.

como es presentado por la Iglesia” (n. 13, 3). La Pontificia Universidad Católica de Chile recoge esta misión al señalar al inicio de sus estatutos que “la Universidad profesa, en consecuencia, una fidelidad activa y diligente al magisterio de los Pastores de la Iglesia, y en particular al del Romano Pontífice”. Esta fidelidad es, por tanto, parte de su identidad; de ahí que sea responsabilidad de la Autoridad eclesiástica velar por ella. En este sentido, los Obispos “tienen el derecho y el deber de vigilar para mantener y fortalecer su carácter católico” (Ex Corde Ecclesiae, art. 5, 2). Esta responsabilidad, en el respeto a la autonomía de investigación y enseñanza

Mediante el mandato canónico, la autoridad eclesiástica garantiza, ante todo, que el teólogo profesa y enseña la fe de la Iglesia Católica. Llegados a este punto, necesitamos precisar ulteriormente: ¿cuál es el contenido de la fe de la Iglesia Católica?

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se aplica de modo muy particular a la enseñanza de la teología en la Universidad, ya que el respeto a la autoridad de los Obispos y la adhesión a la doctrina católica es un elemento intrínseco a los principios y al método propios de la investigación y de la enseñanza de la misma teología (cf. Ex Corde Ecclesiae, n. 29). Por ello, “los teólogos católicos, conscientes de cumplir un mandato recibido de la Iglesia, deben ser fieles al Magisterio de la Iglesia, como auténtico intérprete de la Sagrada Escritura y de la Sagrada Tradición” (Ex Corde Ecclesiae, art. 4, 3). Los principios señalados en el párrafo anterior se concretan en la figura del mandato canónico para enseñar disciplinas Una respuesta autorizada teológicas. El Código de Derecho Canónico, en el c. la podemos encontrar 812 señala: “Quienes explican disciplinas teológicas en en el contenido de la cualquier instituto de estudios superiores deben tener manprofesión de fe y el dato de la autoridad eclesiástica competente”. Este canon juramento de fidelidad está inserto en el capítulo del Código acerca “de las que todo docente de universidades católicas y otros institutos católicos de disciplinas teológicas debe estudios superiores”. Y el c. 818 agrega que sus presrealizar antes de asumir cripciones “se aplican igualmente a las universidades y la docencia. La profesión facultades eclesiásticas”. El mandato canónico, exigido de fe, además de contener solo para impartir disciplinas teológicas en un instiel símbolo niceno- tuto de estudios superiores, es una concreción de la constantinopolitano, exigencia de la comunión en la fe, deber fundamental incluye al final tres de todo fiel cristiano. De hecho, el título del Código párrafos que distinguen que consagra los deberes y derechos fundamentales el orden de las verdades de los fieles en la Iglesia (cf. cc. 208 - 223), luego del a las cuales quien marco doctrinal enunciado en el c. 208, establece como realiza la profesión de fe debe adherir. primer deber el que “los fieles están obligados a observar siempre la comunión con la Iglesia, incluso en su modo de obrar” (cf. c. 209 §1). Y el c. 218 agrega que quienes se dedican a las ciencias sagradas deben “guardar la debida sumisión al magisterio de la Iglesia”. El mandato para enseñar disciplinas teológicas, por tanto, es una garantía oficial de comunión, dada por la autoridad eclesiástica, la cual tiene por misión propia tutelar la comunión eclesial.

2. Contenido de la comunión eclesial Si el mandato canónico es una garantía oficial de comunión, es importante precisar bien el contenido de la comunión. La comunión, ante todo, no puede reducirse a una actitud sentimental, ni medirse por parámetros meramente subjetivos. Tampoco puede ser pretexto para una suerte de irenismo que sacrifique la verdad. La comunión es

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un concepto teológico que expresa la naturaleza misma de la Iglesia. La Iglesia es misterio de comunión, en cuanto “signo e instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad de todo el género humano” (LG 1). Del mismo modo, la comunión eclesial abarca elementos invisibles y visibles, y al ser la Iglesia “sacramento de salvación”, existe un vínculo intrínseco entre ambos elementos: “en la Iglesia sobre la tierra, entre esta comunión invisible y la comunión visible en la doctrina de los Apóstoles, en los sacramentos y en el orden jerárquico, existe una íntima relación” (CN 4)1. El canon 205 del Código Canónico recoge estos tres vínculos clásicos de la comunión visible en la Iglesia: la profesión de fe, los sacramentos y el ¿Qué habría que pensar, finalmente, de un teólogo régimen eclesiástico. El mandato canónico, garantía oficial de comunión, que negara algunos dice relación principalmente con el primero de estos aspectos importantes de vínculos de comunión visible. Mediante el mandato la enseñanza moral de la canónico, la autoridad eclesiástica garantiza, ante Iglesia, o que postulara todo, que el teólogo profesa y enseña la fe de la Iglesia públicamente un cambio Católica. Llegados a este punto, necesitamos precisar doctrinal en algunas ulteriormente: ¿cuál es el contenido de la fe de la Igle- materias, como puede ser, sia Católica? ¿Abarca esta fe solo aquellos contenidos entre otras, la ilicitud enseñados por la Iglesia de modo infalible, de modo de la fornicación, la grave inmoralidad de los que todo lo demás sería opinable y por tanto de libre actos homosexuales, o la discusión y adhesión? Una respuesta autorizada la enseñanza de la encíclica podemos encontrar en el contenido de la profesión Humanae Vitae de fe y el juramento de fidelidad que todo docente de acerca de la regulación de disciplinas teológicas debe realizar antes de asumir la natalidad. la docencia. La profesión de fe, además de contener el símbolo niceno-constantinopolitano, incluye al final tres párrafos que distinguen el orden de las verdades a las cuales quien realiza la profesión de fe debe adherir. Los dos primeros párrafos se refieren a doctrinas de fide credenda (el primero)2 y de fide tenenda (el segundo)3, pero en uno y otro caso, el asentimiento de fe es pleno e irrevocable, independientemente que la doctrina haya sido definida mediante un acto extraordinario o sea propuesta de modo definitivo por el magis1 Para una explicación más amplia y auténtica de la noción de comunión, se puede acudir al documento de la Congregación para la Doctrina de la Fe, “Carta a los obispos de la Iglesia acerca de algunos aspectos de la Iglesia considerada como comunión” (Communionis Notio), del año 1992. 2 La fórmula aquí utilizada es la siguiente: «Creo, también, con fe firme, todo aquello que se contiene en la Palabra de Dios escrita o transmitida por la Tradición, y que la Iglesia propone para ser creído, como divinamente revelado, mediante un juicio solemne o mediante el Magisterio ordinario y universal». 3 La fórmula aquí utilizada es la siguiente: «Acepto y retengo firmemente, asimismo, todas y cada una de las cosas sobre la doctrina de la fe y las costumbres, propuestas por la Iglesia de modo definitivo».

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terio ordinario y universal. Por tanto, la infalibilidad del Magisterio de la Iglesia abarca no solo los actos solemnes, sino también aquellas verdades que el Magisterio ordinario y universal propone de modo definitivo. Pero la adhesión del teólogo —y de todo fiel católico— no se limita solo al Magisterio infalible en cualquiera de las dos modalidades recién indicadas, sino que abarca también el magisterio auténtico del Papa y el Colegio Episcopal, aun cuando no tenga el carácter de definitivo. Este último es el contenido del tercer párrafo de la profesión de fe 4 y la adhesión requerida por parte de todo fiel, y con mayor razón del teólogo católico, consiste en Ejemplificadas, u otras “un obsequio religioso de la voluntad y el intelecto”. La similares, no son materias expresión está tomada del Concilio Vaticano II (cf. “opinables”, por mucho LG 25) y expresa un asentimiento que “no puede ser que algún teólogo o puramente exterior y disciplinar, sino que debe colocarse canonista pudiera decir en la lógica y bajo el impulso de la obediencia de la fe”5. lo contrario. Es del todo Coloquemos algunos ejemplos. En lo que se refiere claro, que si un teólogo al primer párrafo de la profesión de fe, si un teólogo sostuviera públicamente hiciera una presentación del misterio de Cristo que opiniones contrarias a en la práctica llevara, si no a negar, a desdibujar susalgunas de las expuestas, tancialmente algún aspecto importante del dogma estaría faltando a la cristológico, como puede ser la divinidad de Jesucrispromesa que formuló, con to tal como fue definida por los grandes Concilios plena conciencia y libertad, de la antigüedad, estaría faltando a la adhesión “de de “mantenerme siempre fe divina y católica” requerida (cf. c. 750 §1) y en caso en comunión con la Iglesia de pertinacia en su postura caería en herejía (cf. c. católica, tanto en lo que 751). En lo que se refiere al segundo párrafo, si un exprese de palabra como en mi manera de obrar”. teólogo postulara que las mujeres podrían recibir el sacerdocio ministerial, estaría en abierto contraste con una doctrina —la de la reserva del sacerdocio ministerial solo a varones— que debe ser “firmemente aceptada y mantenida” (c. 750 §2)6. ¿Qué habría que pensar, finalmente, de un teólogo que negara algunos aspectos importantes de la enseñanza moral de la Iglesia, o que postulara públicamente un cambio doctrinal en algunas materias, como puede ser, entre otras, la ilicitud de la

4 La fórmula es la siguiente: «Me adhiero, además, con religioso asentimiento de voluntad y entendimiento, a las doctrinas enunciadas por el Romano Pontífice o por el Colegio de los Obispos cuando ejercen el Magisterio auténtico, aunque no tengan la intención de proclamarlas con un acto definitivo». 5 Instrucción Donum Veritatis, de la Congregación para la Doctrina de la Fe (1990), sobre la vocación eclesial del teólogo, n. 23. 6 Después de la Carta Apostólica Ordinatio sacerdotalis, del Papa Juan Pablo II (1994) está del todo claro que se trata de una doctrina propuesta de modo definitivo y que participa, por tanto, de la infalibilidad del Magisterio ordinario y universal.

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fornicación, la grave inmoralidad de los actos homosexuales, o la enseñanza de la encíclica Humanae vitae acerca de la regulación de la natalidad? Los dos primeros ejemplos pertenecen, al menos, a doctrinas tuteladas por el segundo párrafo de la profesión de fe y que deben, por tanto, ser “firmemente aceptadas y mantenidas”. Muy probablemente, también lo sea la doctrina de la Humanae vitae; y si no lo fuera, con toda certeza pertenecería a aquellas enseñanzas a las cuales se debe “un obsequio religioso de la voluntad y del intelecto”. Una enseñanza contraria a estas últimas doctrinas sería ‘errónea’ y su difusión ‘temeraria’ o ‘peligrosa’7. A mayor abundamiento, se debe recordar que el c. 1371 señala que “debe ser castigado con una pena justa” quien enseñe o rechace pertinazmente algunas de las doctrinas pertenecientes a cualquiera de estos tres párrafos de la profesión de fe. Queda del todo claro, por tanto, que En la Iglesia, al igual que las materias recién ejemplificadas, u otras similares, en toda sociedad donde no son materias “opinables”, por mucho que algún rige un verdadero orden de teólogo o canonista pudiera decir lo contrario. Es justicia, los derechos son del todo claro, también, que si un teólogo sostuviera inseparables de los deberes. públicamente opiniones contrarias a algunas de las Es más, la misión de la expuestas, estaría faltando a la promesa que formu- Jerarquía de la Iglesia está ló, con plena conciencia y libertad, de “mantenerme al servicio de que todos los siempre en comunión con la Iglesia católica, tanto en lo fieles puedan desempeñar que exprese de palabra como en mi manera de obrar”. con plenitud su vocación

cristiana. (...)

3. Algunos derechos y deberes implicados En el debate suscitado por la medida del Sr. Arzobispo de Santiago y Gran Canciller de la Pontificia Universidad Católica de Chile, se ha hablado mucho respecto de la libertad y de los derechos. En general, más allá de estar de acuerdo o no con el fondo de la medida, casi nadie ha negado que el retirar el mandato canónico —o no renovarlo, como es en el caso en discusión— hace parte de las prerrogativas de la autoridad eclesiástica. Me parece importante subrayar, en vista de todo lo señalado en los párrafos anteriores, que se trata no solo de un derecho de la autoridad, sino también, y mucho más importante aún, de un grave deber de la misma, cuando un teólogo traspasa los límites de la comunión eclesial. En la Iglesia, al igual

7 Para todo lo dicho respecto de los distintos grados de adhesión al Magisterio, cf. MP Ad tuendam fidem, del Papa Juan Pablo II (1998) y la Nota doctrinal ilustrativa de la fórmula conclusiva de la Professio fidei, redactada por la Congregación para la Doctrina de la Fe y publicada junto con el Motu proprio.

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que en toda sociedad donde rige un verdadero orden de justicia, los derechos son inseparables de los deberes. Es más, la misión de la Jerarquía de la Iglesia está al servicio de que todos los fieles puedan desempeñar con plenitud su vocación cristiana. El poder recibir la Palabra de Dios en su integridad y plenitud es uno de los derechos más fundamentales de los fieles en la Iglesia (cf. LG 37a y c. 213), ya que esa palabra es verdad y salvación. Por tanto, si un docente de teología presentara una materia de un modo parcial y mutilado estaría faltando al derecho que tienen los mismos alumnos a recibir la enseñanza en su integri(…) El poder recibir la dad, más aún si se tratara de una de las materias fundaPalabra de Dios en su mentales del dogma católico. Si esos mismos alumnos integridad y plenitud es fueran los que el día de mañana, como sacerdotes y uno de los derechos más religiosos, estarán llamados a anunciar la Palabra a fundamentales de los fieles todo el Pueblo de Dios, el daño sería mayor aún, poren la Iglesia (cf. LG 37a y que de modo indirecto es el derecho de muchos fieles c. 213), ya que esa palabra a recibir la Palabra en su integridad el que se puede es verdad y salvación. ver potencialmente afectado. La experiencia nos muesPor tanto, si un tra desgraciadamente que esto es verdad: sacerdotes docente de teología que han recibido una formación teológica deficiente, presentara una materia a menudo no tienen las herramientas para transmitir de un modo parcial y luego a los fieles la verdad de Cristo, resintiéndose la mutilado estaría faltando catequesis, la predicación y toda la actividad pastoral. al derecho que tienen Por último, si el mismo docente de teología manifestara los mismos alumnos a públicamente, incluso a través de los más variados merecibir la enseñanza en dios de comunicación social, cuestionamientos directos su integridad. a la enseñanza de la Iglesia, es toda la comunidad eclesial, especialmente los más débiles en la fe, los que se ven afectados en su derecho fundamental a recibir la auténtica Palabra de Dios, ya que fácilmente podrían verse inducidos a error o escándalo, al provenir tales opiniones de alguien a quien suponen una voz autorizada, como debería ser un docente de una Facultad Pontificia de Teología. Es evidente, entonces, que en los supuestos

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indicados la autoridad eclesiástica tiene el grave deber de intervenir. No hacerlo sería una grave negligencia que iría contra los derechos más básicos de los fieles en la Iglesia. F i n a l m e nt e, s i l a autoridad eclesiástica revocara o no renovará el mandato canónico 8, ¿tiene el afectado o cualquiera que no esté de acuerdo con la medida derecho a disentir o solicitar una reconsideración de la misma? Eviden- Sacerdotes que han temente que sí. El c. 212 §3 recoge el derecho de los recibido una formación fieles “de manifestar a los Pastores sagrados su opinión teológica deficiente, sobre aquello que pertenece al bien de la Iglesia y de a menudo no tienen manifestarla a los demás fieles, salvando siempre la inte- las herramientas para gridad de la fe y de las costumbres y la reverencia hacia transmitir luego a los los Pastores, habida cuenta de la utilidad común y de la fieles la verdad de Cristo, dignidad de las personas”. Se trata de un derecho que resintiéndose la catequesis, debe ejercerse en el respeto a la auténtica comunión la predicación y toda la eclesial (cf. c. 223 §1). Cosa muy distinta sería que actividad pastoral. bajo pretexto de ejercer el derecho a manifestar la propia opinión, se manipulara la información o se la presentara parcialmente, se aprovechara un clima general de desconfianza hacia la autoridad para levantar mayor sospecha y defender intereses particulares o incluso se pretendiera movilizar a toda una opinión pública para amedrentar a la autoridad y ejercer violencia moral sobre ella. En tales casos, estaríamos ante actitudes de abierta rebeldía, con grave daño de la comunión eclesial.

8 Es importante señalar que la no renovación de un mandato canónico luego de expirar el plazo por el cual fue concedido concede un margen mucho más amplio de libertad a la autoridad eclesiástica que la revocación de un mandato que estuviera aún vigente, en cuyo caso la autoridad tendría que realizar un procedimiento más formal. Lo que no quita que, en el caso puntual que ha dado ocasión a estas reflexiones, no obstante tratarse de la mera no renovación de un mandato expirado, como bien ha señalado el decano de la Facultad de Teología, la autoridad eclesiástica ha actuado totalmente conforme a derecho.

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El enigma de Juan XXIII POR JOSEPH RATZINGER Al libro de Franz Michel Willam “Vom jungen Angelo Roncalli (1903-1907) zum Papst Johanne XXIII” (1958-1963), editado en 1967, Joseph Ratzinger dedicó una reseña en la “Theologische Quartalschrifi” (149, 1968, pp. 241-263), —ahora en sus escritos conciliares editados en 2012— de la que publicamos amplios pasajes.

LA GRAN FIGURA DEL PAPA JUAN XXIII REPRESENTA UN ENIGMA EN MUCHOS ASPECTOS. CON SU IDEA DE ACTUALIZACIÓN CREÓ UN NUEVO MODELO CONCILIAR Y DIO UN GIRO HASTA ENTONCES IMPENSABLE A LA HISTORIA DE LA IGLESIA DEL SIGLO XX. ¿PERO DE QUÉ FUENTES BROTABA ESTE IMPULSO? (…)

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a gran figura del Papa Juan XXIII representa un enigma en muchos aspectos. Con su idea de actualización creó un nuevo modelo conciliar y dio un giro hasta entonces impensable a la historia de la Iglesia del siglo XX. ¿Pero de qué fuentes brotaba este impulso? Prevalece ampliamente la impresión de que, en realidad, se trató más que nada de un desarrollo casual, cuya importancia no podía ignorar el sencillo y buen sacerdote de Sotto il Monte. El hecho de que él mismo se definiera como un saco vacío que el Espíritu Santo había llenado improvisamente de fuerza, parece que confirma directamente de su boca esta teoría. (…) Quien logra hablar de un modo tan directo, tan personal y tan libre, no es un párroco rural que, improvisamente, se vio en lo alto por casualidades de la historia, que no sabe lo que hace. (…) Considero que la frase que se acaba de recordar es suficiente por sí sola para reconocerle a Juan XXIII una genialidad auténtica, sin que ello signifique que las palabras sobre el saco vacío no sean verdaderas. Quien experimenta verdaderamente la exigencia de la gracia, siente también la incongruencia de todos los presupuestos humanos, que antes de ello no pueden ser más que un “saco vacío”. ¿Dónde se hunden las raíces de esta grandeza? ¿Y cuál es su verdadero contenido espiritual? Franz Michel Willam, de manera meritoria, se dedicó a examinar nuevamente las casi ocho mil páginas de toda la obra literaria del Papa Roncalli, buscando las raíces de

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A un año de la canonización de San Juan XXIII

El joven sacerdote Angelo Roncalli, futuro Juan XXIII.

la actualización. (…) Sin dudar, su libro puede ser considerado la publicación hasta ahora más importante para ilustrar la figura de Juan XXIII; al mismo tiempo es de fundamental importancia para comprender el Concilio Vaticano II. (…) Willam muestra que la idea de la actualización representa la síntesis de toda una vida; en ella se encuentran todas las etapas del camino espiritual de Roncalli. Lo más sorprendente, sin embargo, es que la raíz principal se remonta a la época del seminario y se oculta en una noticia del Diario del 16 de enero de 1903, que destaca un giro dramático en la lucha por la santidad personal, reflejada en las anotaciones del diario. Una experiencia de hondura incisiva se hace visible allí donde el seminarista bergamasco escribe: “De tanto tocarlo con la mano, me he convencido de algo, es decir, de cuán falso es el concepto que de la santidad aplicada a mí mismo me he formado”. La fuerza de la experiencia personal que se aprecia tras estas palabras es inequívoca; en ella se puede vislumbrar la conversión auténtica de Roncalli, que hizo del buen seminarista ese grande que el mundo aprendió a conocer a partir de 1958. No sorprende, pues, que precisamente en esa experiencia se haya forjado la idea que pasó a la historia como auténtica obra de este hombre y constituyó el centro de su pensamiento y de su obrar. Se expresa con estas palabras: “De la virtud de los santos debo quedarme con la sustancia y no

(…) PREVALECE AMPLIAMENTE LA IMPRESIÓN DE QUE, EN REALIDAD, SE TRATÓ MÁS QUE NADA DE UN DESARROLLO CASUAL, CUYA IMPORTANCIA NO PODÍA IGNORAR EL SENCILLO Y BUEN SACERDOTE DE SOTTO IL MONTE. EL HECHO DE QUE ÉL MISMO SE DEFINIERA COMO UN SACO VACÍO QUE EL ESPÍRITU SANTO HABÍA LLENADO IMPROVISAMENTE DE FUERZA, PARECE QUE CONFIRMA DIRECTAMENTE DE SU BOCA ESTA TEORÍA. (…)

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LA FUERZA DE LA EXPERIENCIA PERSONAL QUE SE APRECIA TRAS ESTAS PALABRAS ES INEQUÍVOCA; EN ELLA SE PUEDE VISLUMBRAR LA CONVERSIÓN AUTÉNTICA DE RONCALLI, QUE HIZO DEL BUEN SEMINARISTA ESE GRANDE QUE EL MUNDO APRENDIÓ A CONOCER A PARTIR DE 1958.

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Venecia despide a su Patriarca, que permanecerá en Roma como Papa Juan XXIII.

con los accidentes. Yo no soy san Luis, ni debo santificarme precisamente como lo hizo él, sino como lo comporta mi ser diverso, mi carácter, mis condiciones diferentes. No tengo que ser la reproducción débil y enjuta de un ser que tal vez es perfectísimo. Dios quiere que, siguiendo los ejemplos de los santos, absorbamos la savia vital de la virtud, convirtiéndola en nuestra sangre y adaptándola a nuestras costumbres y circunstancias especiales (…)”. Los elementos decisivos del concepto de actualización en su conjunto ya están dados aquí, como ilustra Willam por medio de un meticuloso análisis: la distinción entre sustancia y accidentes, el rechazo de la “reproducción débil y enjuta”, el acento puesto solo en la “savia vital”, la necesidad de adaptación a las costumbres y a las circunstancias de vida. Esto significa que la idea de la actualización no se refería, ante todo, a las cuestiones de la dogmática teológica o al cambio y a la renovación de la Iglesia, sino que está enraizada en la lucha por la verdadera forma de santidad. Solo a partir de este centro se puede entender concretamente: es esta la intuición decisiva para la comprensión de la verdadera voluntad del Papa Juan XXIII que emerge aquí. Ahora, se ha de añadir una segunda serie de hechos que Willam desarrolla en la última parte de su libro. Él destaca que en 1922 Roncalli, en el elogio fúnebre por su director espiritual (…), definió la conducta de vida cristiana como una “auténtica


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ciencia”, que se debía estudiar y luego aplicar a la propia vida. Luego, a partir de 1940, Roncalli pasó a una terminología tomísticamente más precisa, sustituyendo la palabra ciencia con arte (ars). Este uso del término ars está presente varias veces tanto en los discursos pronunciados por Roncalli como patriarca de Venecia como en las alocuciones de su pontificado. La cuestión importante es que en 1955 aplica el dicho “un solo arte, pero mil modos” al arte de los santos: todos se parecen en lo que se refiere a la tranquilidad y a la serenidad interior, pero cada uno tiene un carácter personal. Es importante, además, la relación del ars con la tarea del anuncio en 1961 y, sobre todo, el radiomensaje de 1963, en el cual el Papa invita a los fieles a no ser espectadores del Concilio, sino “artífices”, “o sea, personas que desempeñan el arte de la aplicación a la propia vida”. Aquí se cierra el círculo, los años 1903 y 1963 se tocan: la actualización del Concilio se interpreta como arte de aplicar al hoy, de modo vital, esa única cosa que es la santidad, para la cual la Iglesia existe. Si de este modo el inicio y el fin del itinerario de Roncalli se tocan para luego sobreponerse completamente, en los sesenta años que transcurren entre uno y otro hay un proceso de maduración intenso, cuyas etapas más importantes Willam las recorre basándose en los Escritos. Puede demostrar que Roncalli probablemente ya en 1902 conocía L’Evangile et l’Eglise de Loisy, y así fue remitido a Newman, a cuya obra, en especial, Loisy hacía referencia. Una importancia aun mayor comporta el hecho de que Roncalli en el seminario romano, siguió las lecciones de Buonaiuti, su asistente durante la ordenación presbiteral, sobre la historia de la Iglesia, entrando en contacto directo con las problemáticas del modernismo, con el pensamiento de Newman y con los interrogantes de la investigación histórica crítica. La confrontación del joven y dotado estudiante con las cuestiones que esto planteaba se refleja sobre todo en una anotación un poco más larga en su diario con fecha de diciembre de 1903, en la que Roncalli pronuncia un “sí” decidido a la crítica (“Amo la crítica”; “No me asombraré de nada, incluso si ciertos resultados de la investigación (…) llegasen a ser un poco sorprendentes”), pero al mismo tiempo profesa el carácter normativo de la fe, cuya riqueza ciertamente a través del trabajo de la ciencia “emergerá cada vez más pura y más clara”. (…)

EL PAPA INVITA A LOS FIELES A NO SER ESPECTADORES DEL CONCILIO, SINO “ARTÍFICES”, “O SEA, PERSONAS QUE DESEMPEÑAN EL ARTE DE LA APLICACIÓN A LA PROPIA VIDA”. AQUÍ SE CIERRA EL CÍRCULO, LOS AÑOS 1903 Y 1963 SE TOCAN: LA ACTUALIZACIÓN DEL CONCILIO SE INTERPRETA COMO ARTE DE APLICAR AL HOY, DE MODO VITAL, ESA ÚNICA COSA QUE ES LA SANTIDAD, PARA LA CUAL LA IGLESIA EXISTE.

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TUVIERON LUGAR OTROS DOS DESCUBRIMIENTOS, QUE LUEGO LLEGARON A SER ILUMINADORES PARA EL CAMINO DE RONCALLI: EL ENCUENTRO CON LA FIGURA DE SAN CARLOS BORROMEO, CUYOS PROTOCOLOS DE LAS VISITAS A BÉRGAMO FUERON PUBLICADOS POR RONCALLI EN CINCO TOMOS EN LOS AÑOS 1909-1958; Y LUEGO EL DESCUBRIMIENTO DE LA REGULA PASTORALIS DE GREGORIO MAGNO, QUE SE CONVIRTIÓ EN EL LIBRO PREFERIDO DEL FUTURO PAPA.

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Como otra etapa importante del desarrollo espiritual de Roncalli, Willam destaca el manifiesto del conde Grosoli de 1904, redactado por el obispo Radini Tedeschi, que condujo a la supresión, por parte de Pío X, de la Obra de los Congresos que él dirigía. En este texto aparece el concepto de “paso hacia adelante”, que en el discurso de Juan XXIII para la inauguración del Concilio vuelve a aparecer como “salto hacia adelante”. Llega a ser decisiva, además, la amistad con el obispo Radini Tedeschi y con el cardenal milanés Ferrari, quienes, como Roncalli mismo, en 1910-1911 fueron sospechosos de modernismo. (…) En los años 1909-1910 tuvieron lugar otros dos descubrimientos, que luego llegaron a ser iluminadores para el camino de Roncalli: el encuentro con la figura de san Carlos Borromeo, cuyos protocolos de las visitas a Bérgamo fueron publicados por Roncalli en cinco tomos en los años 1909-1958; y luego el descubrimiento de la Regula pastoralis de Gregorio Magno, que se convirtió en el libro preferido del futuro Papa. De esta parece haber tomado el concepto pastoral, mientras que de la confrontación con el santo de la renovación católica del siglo XVI parece haber tomado la idea de la reforma de la Iglesia que se renueva siempre de modo juvenil. Como última etapa Willam indica una creciente dedicación a la Sagrada Escritura, centrada en una inmersión siempre nueva en el décimo capítulo del Evangelio de Juan. Aquí Roncalli no encuentra solo la idea de lo que es pastoral, que de allí asume para él la forma de la ley de la mansedumbre; en ello redescubre también de nuevo el ars de la adaptación (“las llama a todas por su nombre”), el contenido esencial de la actualización y, por último, la idea del ecumenismo (“un solo rebaño, un solo pastor”). Indudablemente, incluso después de revelar de este modo el itinerario espiritual del Papa Roncalli, muchas cosas permanecen ocultas en el silencio de los mejores años de su vida. Por ejemplo, ¿qué sucedió cuando, en lugar de los santos jesuitas Luis, Estanislao Kostka y Juan Berchmans, Roncalli eligió a Francisco de Sales como su santo? ¿Qué sucedió para que el “paso hacia adelante” del conde Grosoli se convirtiera en el “salto hacia adelante” del Papa del Concilio? ¿De qué modo Juan XXIII descubrió la tarea ecuménica, y de qué modo las culpas de los cristianos hacia los judíos? A partir de lo cual se explica ese inaudito optimismo, que se describiría mejor


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«Lo más sorprendente, sin embargo, es que la raíz principal se remonta a la época del seminario y se oculta en una noticia del Diario del 16 de enero de 1903, que destaca un giro dramático en la lucha por la santidad personal, reflejada en las anotaciones del diario».

como espiritualidad de la esperanza, en virtud de la cual, con ocasión de la inauguración del Concilio, logró disentir de los profetas de calamidades, “avezados a anunciar siempre infaustos acontecimientos, como si el fin de los tiempos fuese inminente”, y a quienes contraponía sus audaces palabras de esperanza: “Tantum aurora est; et iam primi orientis solis radii quam suaviter animos afficiunt nostros!” (Constitutiones, decreta, declarationes, p. 870). (…) A pesar de los límites que evidentemente encuentra aquí la investigación, el libro de Willam sigue siendo una aportación fundamental para iluminar la personalidad de Juan XXIII y para una amplia explicación de su enigma. (…) Sobre todo, se puede considerar como una conquista de este análisis el hecho de que eso mismo ofrezca la clave para comprender el Diario del alma. (…) En el lenguaje cifrado de los esfuerzos ascéticos, que quiere introducir el propio ser totalmente en la forma eclesial, ofrece de todos modos a quienes lo miran más en profundidad el testimonio de una lucha dramática por la santidad auténtica, en la que está presente todo el drama de la fe de nuestro siglo. El autor, por lo tanto, se merece infinito agradecimiento por su paciente trabajo y, no por último, también por haber sabido decir tantas cosas en poco espacio.

¿QUÉ SUCEDIÓ CUANDO, EN LUGAR DE LOS SANTOS JESUITAS LUIS, ESTANISLAO KOSTKA Y JUAN BERCHMANS, RONCALLI ELIGIÓ A FRANCISCO DE SALES COMO SU SANTO? ¿DE QUÉ MODO JUAN XXIII DESCUBRIÓ LA TAREA ECUMÉNICA, Y DE QUÉ MODO LAS CULPAS DE LOS CRISTIANOS HACIA LOS JUDÍOS?

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GIOVANNI SALE, S.J.

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e reitera a menudo desde el punto de vista histórico que la elección como Sumo Pontífice del Patriarca de Venecia Angelo Giuseppe Roncalli marcó un giro decisivo en las relaciones entre la Santa Sede y los países del bloque comunista. Su compromiso en favor de la paz y su magisterio contribuyeron según algunos a derribar la “cortina de hierro” que en esos años de guerra fría separaba dos mundos, dos culturas, dos concepciones opuestas de la vida y de la historia. Roncalli parecía a muchos un hombre proveniente del Este. De hecho, antes de ser Nuncio en París y Patriarca en Venecia, fue delegado apostólico en Bulgaria y luego en Grecia y Turquía, y era considerado un profundo conocedor de esas realidades. Muchos líderes comunistas italianos consideraban al nuevo Papa “no hostil”, mientras la prensa de izquierda destacaba su sencillez y afabilidad, contraponiéndolas de manera a veces caricaturesca con el trato severo y hierático de su antecesor. A diferencia de Pío XII, que condenaba insistentemente la doctrina comunista como contraria a los principios cristianos y denunciaba al mundo la persecución religiosa llevada a cabo por los nuevos regímenes totalitarios controlados desde Moscú, Juan XXIII, según estos intérpretes, desde el comienzo habría planteado con un nuevo enfoque las relaciones entre la Santa Sede y el bloque comunista, abriendo espirales de diálogo y poniendo el acento no tanto en temas de carácter dogmáticoreligioso, sino en aquellos de interés común, como la paz mundial, el desarme y la seguridad de los Estados. Semejante interpretación, planteada de ese modo, es en nuestra opinión errónea y engañosa: no capta la complejidad y el flujo del momento histórico y no considera los grandes

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Primeros contactos entre la Santa Sede y la Unión Soviética en la época de Juan XXIII

EN UNA CARTA PASTORAL DEL 12 DE AGOSTO DE 1956, REFIRIÉNDOSE A LA LLAMADA APERTURA A LA IZQUIERDA DEL SECTOR DE GOBIERNO NACIONAL, EXPRESABA PENSAMIENTOS CLAROS Y PERFECTAMENTE EN LÍNEA CON LA JERARQUÍA VATICANA. LA COLABORACIÓN CON LAS IZQUIERDAS LE PARECÍA UN ERROR GRAVÍSIMO Y UNA VIOLACIÓN FLAGRANTE DE LA DISCIPLINA CATÓLICA. (…)

Fotografía pág. 282. El Papa Juan XXIII ingresa a San Pablo Extramuros en la tradicional silla gestatoria.

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LUEGO EXPLICABA QUE EL ERROR RESIDÍA EN EL HECHO DE SER PARTIDARIOS Y HACER CAUSA COMÚN “CON UNA IDEOLOGÍA, LA MARXISTA, QUE ES NEGACIÓN DEL CRISTIANISMO Y CUYAS APLICACIONES NO PUEDEN ARMONIZAR CON LAS BASES DEL EVANGELIO DE JESUCRISTO”.

1 Ver G. BARBERINI, L’Ostpolitik della Santa Sede. Un dialogo lungo e faticoso, Bolonia, il Mulino, 2007, 54. 2 A. G. RONCALLI, Scritti e discorsi 1955-1956, vol. II, Roma, Ed. Paoline, 1959, 456.

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cambios que precisamente en esos años se estaban produciendo en el escenario mundial y no podían no involucrar también a la Iglesia Católica, la cual, por voluntad del nuevo Pontífice, se estaba preparando para la celebración de un evento epocal, un Concilio para la Iglesia universal. Dicho evento impulsó a la Iglesia y al Papa a enfrentarse de una nueva manera con la realidad del mundo comunista. Y sin embargo, en los años en que Roncalli era Patriarca de Venecia, su magisterio parecía, en materia de lucha contra el comunismo, calcado del magisterio del cardenal Giuseppe Siri, arzobispo de Génova y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana1. En una carta pastoral del 12 de agosto de 1956, refiriéndose a la llamada apertura a la izquierda del sector de gobierno nacional, expresaba pensamientos claros y perfectamente en línea con la jerarquía vaticana. La colaboración con las izquierdas le parecía un error gravísimo y una violación flagrante de la disciplina católica. Luego explicaba que el error residía en el hecho de ser partidarios y hacer causa común “con una ideología, la marxista, que es negación del cristianismo y cuyas aplicaciones no pueden armonizar con las bases del Evangelio de Jesucristo”2. Con todo, es preciso señalar también que poco tiempo después, el 1 de febrero de 1957, Roncalli envió un mensaje de saludo a los participantes en el Congreso socialista que tuvo lugar en la ciudad lagunar. Este gesto fue muy criticado en el ámbito católico y se consideró inoportuno, más bien políticamente incorrecto. El Patriarca respondió que su mensaje estaba dictado por mera cortesía y carecía de importancia política. En todo caso, para muchos constituía un gesto ambiguo y de difícil comprensión. Si bien en relación con la doctrina comunista no se puede hablar de discontinuidad entre Pío XII y Juan XXIII, ciertamente este último introdujo una nueva sensibilidad para abordar la grave cuestión, sensibilidad que se manifestó ante todo en el lenguaje, procurando siempre no ofender a la contraparte y no aumentar ulteriormente el conflicto, y en la actitud y el trato de carácter bondadoso y sencillo, que lo hicieron ganarse la simpatía de muchas de las personas (incluso alejadas de la fe) que estuvieron con él. Según el cardenal Agostino Casaroli, que en los años siguientes, con Pablo VI, llegaría a ser el principal artífice de la Ostpolitik vaticana, Juan XXIII introdujo un nuevo espíritu en la política vaticana, un soplo de aire


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fresco y vivificante, que logró penetrar más allá de la cortina de hierro. “Su cálida humanidad, su amor confiado, su anhelo de paz y fraternidad sorprenden y conquistan. Sus palabras y sus acciones encuentran oídos y consensos, apoyadas por el nuevo ambiente que fatigosamente va estableciéndose en el mundo gracias también a los esfuerzos de otras figuras de líderes de uno y otro campo”3. En todo caso, cabe destacar que en esos años de guerra fría no era concebible, incluso dado el contexto internacional, un cambio general de dirección en relación con el comunismo por parte de la Santa Sede, como se ha dicho a veces, y es preciso recordar también que el Papa Roncalli ciertamente no congeniaba con la lógica del enfrentamiento y el espíritu de la polémica y la palabra dura. A menudo pedía a sus colaboradores “usar un poco más de elegancia” en la elaboración de los documentos y los exhortaba a tener respeto por la contraparte, independientemente de quién fuese. Semejante actitud de apertura sin duda favoreció el “deshielo” al cual se refería el cardenal Casaroli entre el mundo comunista y la Santa Sede. Todo estaba ciertamente por construirse paso a paso, pero los supuestos previos parecían alentadores a muchas personas. Sin embargo, cabe advertir que inmediatamente después de la elección al pontificado, Juan XXIII confirmó las condenas doctrinales de la ideología marxista ya expresadas, ciertamente en

LOS PRIMEROS PASOS DE IMPORTANCIA PARA TRABAR RELACIONES ENTRE LA SANTA SEDE Y LA UNIÓN SOVIÉTICA TUVIERON LUGAR BAJO EL PONTIFICADO DE PÍO XII Y POR INICIATIVA DEL GOBIERNO SOVIÉTICO.

3 A. CASAROLI, Nella Chiesa per il mondo. Omelie e discorsi, Milan, Rusconi, 1987, 309.

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un tono más resuelto, por su antecesor. En 1959, el Santo Oficio reiteró, a diez años de distancia, la condena formal del comunismo y las correspondientes censuras a quienes a sabiendas fuesen seguidores y propagadores de la doctrina anticristiana. En su primera encíclica, Ad Petri cathedram, del 29 de junio de 1959, Juan XXIII no solo condenó todas las ideologías ateas, sino también la política antirreligiosa puesta en ejecución por los Estados (no mencionados) que no reconocían la libertad de conciencia. Pronunció claramente palabras de apoyo y viva solidaridad con los cristianos que en muchos países fueron exiliados o recluidos en campos de concentración, o encarcelados por no abandonar su propia fe o por no traicionar su propio ministerio.

«El Concilio, que comenzó algo más de un mes antes de la crisis [de los misiles N.d.E.] y había aprobado el 20 de octubre un mensaje dirigido al mundo, tuvo un momento de detención y pausa. La experiencia del Concilio anterior, interrumpido a causa de una guerra de alcance mucho menor, estaba en la mente de todos».

Los primeros pasos para trabar relaciones entre la Santa Sede y la Unión Soviética Los primeros pasos de importancia para trabar relaciones entre la Santa Sede y la Unión Soviética tuvieron lugar bajo el pontificado de Pío XII y por iniciativa del gobierno soviético. En agosto de 1957, el Embajador de la Unión Soviética en Bonn, en una entrevista en el diario Frankfurter Allgemeine Zeitung, manifestó el deseo de su gobierno de establecer relaciones diplomáticas con el Vaticano, considerando el gran

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influjo moral que ejercía en el mundo la Iglesia Católica en importantes temas éticos. Él proponía una solución parecida a aquella adoptada por el Presidente Roosevelt de los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial, es decir, el nombramiento de un enviado especial del Presidente soviético ante el Papa. La proposición no fue ni siquiera tomada en consideración por el Vaticano, juzgándose instrumental y provocativa4. Además, llegaba en un momento en el cual las relaciones entre la Santa Sede y los países comunistas eran sumamente tensas a raíz de la lucha antirreligiosa, y especialmente anticatólica, emprendida por ellos, los cuales no solo habían cerrado las iglesias y prohibido el culto, sino también detenido y encarcelado (o exiliado) a gran parte de la jerarquía católica, amenazando en algunos casos incluso con la pena capital por motivos puramente religiosos. El Papa y la Santa Sede eran acusados por la propaganda comunista de ser aliados de Occidente, amigos de los regímenes capitalistas, en particular de los Estados Unidos de América, y por consiguiente enemigos del pueblo y de la revolución socialista. Se consideraba a la Iglesia Católica antirrevolucionaria y antinacional en cuanto estaba sometida —se decía— a la dirección de un poder extranjero, el Vaticano. Y sin embargo, a pesar de esto, desde la parte soviética se procuraba de todas las formas posibles establecer una relación con la Santa Sede: la elección de Juan XXIII, sobre el cual los comunistas italianos dieron buenas referencias en Moscú, y la posterior convocación de un Concilio ecuménico crearon un clima adecuado para intentar un “acercamiento” entre la Unión Soviética y el Vaticano. De hecho Moscú, después del largo invierno estaliniano, deseaba salir del aislamiento al cual lo había condenado la Guerra Fría y revisar el equilibrio entre las grandes potencias sobre la base de nuevos criterios, que no fuesen puramente la carrera hacia el rearme nuclear. Al respecto, el Presidente Kruschev prefería hablar más bien de “coexistencia pacífica” entre Estados que de guerra fría entre Occidente y Oriente, la cual recordaba el triste legado del período estaliniano que él deseaba superar5. El Vaticano —pensaban algunos líderes soviéticos con visión clara— podía ser un buen aliado para alcanzar estos objetivos, tanto más cuanto que el magisterio del nuevo Pontífice parecía ir en la misma dirección.

EN AGOSTO DE 1957, EL EMBAJADOR DE LA UNIÓN SOVIÉTICA EN BONN, EN UNA ENTREVISTA EN EL DIARIO FRANKFURTER ALLGEMEINE ZEITUNG, MANIFESTÓ EL DESEO DE SU GOBIERNO DE ESTABLECER RELACIONES DIPLOMÁTICAS CON EL VATICANO, CONSIDERANDO EL GRAN INFLUJO MORAL QUE EJERCÍA EN EL MUNDO LA IGLESIA CATÓLICA EN IMPORTANTES TEMAS ÉTICOS.(…)

4 Ver G. BARBERINI, l’Ostpolitik della Santa Sede. Un dialogo lungo e faticoso, op. cit., 58. 5 Op. cit., 65.

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(…) EL EMBAJADOR PROPONÍA UNA SOLUCIÓN PARECIDA A AQUELLA ADOPTADA POR EL PRESIDENTE ROOSEVELT DE LOS ESTADOS UNIDOS DURANTE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL, ES DECIR, EL NOMBRAMIENTO DE UN ENVIADO ESPECIAL DEL PRESIDENTE SOVIÉTICO ANTE EL PAPA.(…)

6 Al parecer, el envío de un mensaje de felicitaciones al Papa habría sido sugerido a Kruschev por Togliatti, después de haberlo a su vez acordado con don Giuseppe De Luca. Ver A. RICCARDI, Il Vaticano e Mosca 1940-1990, Roma – Bari, Laterza, 1992, 185. 7 ARCHIVIO DELLA CIVILTÀ CATTOLICA (ACC), Diario delle Consulte, 30 de diciembre de 1961. 8 Ver A. RICCARDI, Il Vaticano e Mosca, op. cit., 221.

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El primer “acto oficial” de deshielo entre las dos “potencias” fue llevado a cabo por el Presidente Kruschev y al parecer resultó ser totalmente inesperado. Se trataba de las felicitaciones enviadas por el Presidente soviético al Papa al cumplir ochenta años, un gesto por así decir privado, pero que en ese momento revestía un gran significado político6. En todo caso, por primera vez un Presidente de la Unión Soviética se dirigía directamente a un Papa. El 25 de noviembre de 1961, Alexander Bogomolov, Embajador de la Unión Soviética en Roma, comunicó a monseñor Carlo Grano, Nuncio Apostólico en Italia, un breve mensaje de felicitaciones de parte del Presidente Kruschev. Fue transmitido en idioma ruso con traducción adjunta al italiano. El Papa a su vez respondió con gran gentileza mediante el mismo trámite, con un texto escrito en italiano y traducido al ruso. Ese intercambio de mensajes tuvo una acogida fría, más bien con cierta hostilidad, en algunos ambientes de la curia. Al respecto, el padre Roberto Tucci, director de la Civiltà Cattolica, actualmente Cardenal, refiriéndose a las palabras de Juan XXIII, escribía en su diario: “El Santo Padre lamenta las críticas que le llegan, incluso de ambientes eclesiásticos, por el asunto del mensaje a Kruschev (…). El Santo Padre se deja guiar por su buen sentido y por el sentido pastoral”7. Kruschev, por su parte, se impresionó mucho con el mensaje dirigido por Juan XXIII al mundo el 10 de septiembre de 1961 hablando de los peligros que amenazaban la paz mundial y condenando la guerra como flagelo que afecta a todos indistintamente8. Además, al apoyar la propuesta de desarme presentada por los países no alineados, hacía votos por un orden internacional más respetuoso de los derechos humanos y de los pueblos. Esa posición se interpretó en Moscú como un distanciamiento del Vaticano de la alineación occidental y de la lógica de las contraposiciones ideológicas, a diferencia de lo ocurrido hasta ese momento. En una entrevista con el diario Izvestia del 20 de septiembre de 1961, Kruschev expresaba gran interés y vivo aprecio por las palabras del Papa, en las cuales reconocía un elevado valor moral. Según el líder soviético, esas palabras tenían en cuenta los sentimientos de muchos millones de católicos de todo el mundo, los cuales, según él decía, estaban sumamente alarmados ante los “preparativos de guerra implementados por los imperialistas”.


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«Kruschev se impresionó mucho con el mensaje dirigido por Juan XXIII al mundo el 10 de septiembre de 1961 hablando de los peligros que amenazaban la paz mundial y condenando la guerra como flagelo que afecta a todos indistintamente. Esa posición se interpretó en Moscú como un distanciamiento del Vaticano de la alineación occidental y de la lógica de las contraposiciones ideológicas, a diferencia de lo ocurrido hasta ese momento. En una entrevista con el diario Izvestia del 20 de septiembre de 1961, Kruschev expresaba gran interés y vivo aprecio por las palabras del Papa, en las cuales reconocía un elevado valor moral».

(…) LA PROPOSICIÓN NO FUE NI SIQUIERA TOMADA EN CONSIDERACIÓN POR EL VATICANO, JUZGÁNDOSE INSTRUMENTAL Y PROVOCATIVA (...).

La crisis de Cuba y el Vaticano Se ha debatido mucho sobre la importancia que tuvieron las palabras del Papa, no dirigidas a los jefes de ambas superpotencias, sino a los “hombres de buena voluntad”, en relación con la resolución de la dramática crisis de Cuba de octubre de 1962. En el ámbito histórico, la interpretación dada a este hecho es todavía muy polémica y no siempre está exenta de consideraciones de orden ideológico. Es preciso advertir ante todo que, desde el día siguiente a la revolución cubana de enero de 1959, la Santa Sede no se alineó abiertamente de parte de los Estados Unidos, y aun cuando el nuevo gobierno revolucionario buscaba la protección de la Unión Soviética, mantuvo una posición neutral de acuerdo

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(...) LAS RELACIONES ERAN SUMAMENTE TENSAS A RAÍZ DE LA LUCHA ANTIRRELIGIOSA, Y ESPECIALMENTE ANTICATÓLICA, EMPRENDIDA POR LOS PAÍSES COMUNISTAS, LOS CUALES NO SOLO HABÍAN CERRADO LAS IGLESIAS Y PROHIBIDO EL CULTO, SINO TAMBIÉN DETENIDO Y ENCARCELADO (O EXILIADO) A GRAN PARTE DE LA JERARQUÍA CATÓLICA, AMENAZANDO EN ALGUNOS CASOS INCLUSO CON LA PENA CAPITAL POR MOTIVOS PURAMENTE RELIGIOSOS. (…)

con la tradición de la diplomacia vaticana. Cuando el nuevo Presidente de los Estados Unidos, el católico J. F. Kennedy, llevó a cabo un embargo comercial total contra la isla, pretendiendo que todos los países americanos rompiesen relaciones diplomáticas con el nuevo gobierno del marxista Fidel Castro y amenazando hasta con una invasión militar, el Papa no cedió ante quienes le pedían, para apoyar la política del Presidente estadounidense, amenazar con la excomunión contra el nuevo régimen y romper las relaciones diplomáticas. Ese modo de proceder prudente y super partes de la Santa Sede en esta ocasión hizo posible que todos los obispos cubanos pudiesen participar en el inminente Concilio. La crisis comenzó en el verano de 1962, cuando el “posicionamiento” de los aviones de combate rusos instalados en territorio cubano provocó como respuesta de parte de la administración estadounidense el desplazamiento a Florida de una escuadrilla de bombarderos, listos para intervenir en caso de un hipotético ataque soviético al territorio norteamericano.

«El 22 de octubre, el Presidente Kennedy se dirigió por televisión al pueblo estadounidense, mostrando las fotos de las rampas de misiles soviéticos instaladas en Cuba. Anunció un bloqueo naval de carácter no negociable en torno a la isla caribeña para impedir —se dijo— que torpedos nucleares cargados en naves soviéticas ya dirigidas hacia Cuba llegasen a destino».

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El 16 de octubre se informaba al Presidente Kennedy que los soviéticos habían instalado en Cuba rampas con misiles de ataque, los cuales podrían fácilmente alcanzar el territorio de los Estados Unidos y de los países de Latinoamérica. Se trataba, por lo que decía la inteligencia soviética, de una legítima medida de represalia ante la “injerencia” estadounidense en Alemania, especialmente en Berlín, que desde hacía ya un año estaba dividido en dos partes por un muro. En realidad, la presencia de misiles soviéticos en Cuba era una maniobra táctica para crear dificultades al Presidente estadounidense ante la inminencia de elecciones parlamentarias en la mitad del período presidencial, mientras el premier soviético necesitaba demostrar a sus opositores internos que era un hombre fuerte, capaz de hacer frente al Occidente y de mantener a raya el nuevo colonialismo estadounidense. Sin embargo, como veremos, con el transcurso del tiempo la situación escapó de las manos a los contendores, llegando a ser cada día más seria y más crítica de lo que se hubiese imaginado. El 22 de octubre, el Presidente Kennedy se dirigió por televisión al pueblo estadounidense mostrando las fotos de las rampas de misiles soviéticos instaladas en Cuba. Anunció un bloqueo naval de carácter no negociable en torno a la isla caribeña para impedir —se dijo— que torpedos nucleares cargados en naves soviéticas ya dirigidas hacia Cuba llegasen a destino. El mundo siguió en directo, conteniendo el aliento, la dramática situación de esos días, temiendo el estallido de una posible guerra nuclear de consecuencias imprevisibles. El Concilio, que comenzó algo más de un mes antes y había aprobado el 20 de octubre un mensaje dirigido al mundo, tuvo un momento de detención y pausa. La experiencia del Concilio anterior, interrumpido a causa de una guerra de alcance mucho menor, estaba en la mente de todos. Algunos obispos, especialmente los de Europa del Este, tenían la intención de regresar a su propio país si la situación no se normalizaba. Mientras la diplomacia de las dos superpotencias estaba frenéticamente empeñada en encontrar un camino digno de salida de la crisis, cada vez más grave, un grupo de académicos e intelectuales soviéticos y estadounidenses se reunía en esos días en la Phillips Exeter Academy de Andover, en Massachusetts, para debatir sobre las relaciones entre el Este y el Oeste. Con posterioridad al alarmante mensaje de Kennedy a la nación, los

EL PAPA NO CEDIÓ ANTE QUIENES LE PEDÍAN, PARA APOYAR LA POLÍTICA DEL PRESIDENTE ESTADOUNIDENSE, AMENAZAR CON LA EXCOMUNIÓN CONTRA EL NUEVO RÉGIMEN Y ROMPER LAS RELACIONES DIPLOMÁTICAS. ESE MODO DE PROCEDER PRUDENTE Y SUPER PARTES DE LA SANTA SEDE EN ESTA OCASIÓN HIZO POSIBLE QUE TODOS LOS OBISPOS CUBANOS PUDIESEN PARTICIPAR EN EL INMINENTE CONCILIO.

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EL TIMES REFIRIÓ EL MENSAJE COMPLETO. PERO TODO ESO ERA LO HABITUAL. FUE MUY DISTINTA EN CAMBIO LA REPERCUSIÓN DEL MENSAJE PAPAL EN MOSCÚ: SE PUBLICÓ EN LA PRIMERA PÁGINA DEL PRAVDA, ALGO NUNCA OCURRIDO ANTES, Y SE COMENTÓ MUY BENÉVOLAMENTE. ESO SIGNIFICABA QUE KRUSCHEV HABÍA LEÍDO CON ATENCIÓN LAS PALABRAS DEL PAPA Y LAS APROBABA.

9 Ver G. ALBERIGO (ed.), Storia del Concilio Vaticano II, vol. II, Bolonia, il Mulino, 1996, 114 s. Sobre la crisis de Cuba, ver L. CHANG – P. KORNBLUH (eds), The Cuban Missile Crisis, 1962. A National Security Archive Documents Reader, Nueva York, W. W. Norton & Company, 1992, 150 s.; M. TATU, Power in the Kremlin: from Khruschev to Kosygin, Nueva York, Viking Press, 1974, 230 s. 10 Para el mensaje papal, ver Oss. Rom, 26 de octubre de 1962. 11 A. MELLONI, L’altra Roma. Politica e Santa Sede durante il Concilio Vaticano II (1959-1965), Bolonia, il Mulino, 2000, 134.

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participantes de la conferencia votaron por que se prosiguiera con los trabajos. Entre ellos se encontraba también, en calidad de observador, el padre dominico Felix Morlion, rector de la Universidad Pro Deo de Roma, el cual, animado por varios colegas de ambas delegaciones, llamó por teléfono al Vaticano solicitando una intervención del Papa. Se le dijo que Juan XXIII estaba muy preocupado por la situación y que, antes de intervenir con un mensaje suyo, quería tener la certeza de que fuese del agrado de ambas partes, y que además pensaba mantenerse informado sobre las condiciones planteadas por los contendores para llegar a un acuerdo en principio. En este punto, el tratamiento de la cuestión pasó a la diplomacia. Norman Cousins, jefe de la delegación estadounidense y amigo personal de muchos líderes soviéticos, pidió a Theodore Sorensen, asesor del Presidente Kennedy, informar a este sobre la propuesta papal y obtuvo una respuesta positiva. Al mismo tiempo, el jefe de misión de la delegación soviética en Andover se comunicó con Moscú, que acogió con satisfacción la iniciativa pontificia9. El día 25 en la mañana el Papa trabajó intensamente en la elaboración del mensaje; escuchó uno tras otro a los cardenales estadounidenses presentes en el Concilio y luego también a algunos obispos alemanes. Esa mañana se comunicó un statement del Secretario General de las Naciones Unidas, U Thant, que solicitaba de manera ecuánime a los Estados Unidos eliminar el bloqueo naval a Cuba y a la Unión Soviética no enviar armas a la isla caribeña. El breve mensaje radiofónico de Juan XXIII fue transmitido por la Radio Vaticana en francés al mediodía. Como se dijo, no mencionaba a los dos jefes de Estado involucrados en la terrible contienda, dirigiéndose simplemente “a los hombres de buena voluntad”10. “El texto es sencillo (…), limitándose a la materialidad de las causas de la crisis, ofrece una interpretación honorable para ambas partes”11. Por cuanto la Santa Sede no tenía relaciones diplomáticas con ninguna de estas dos superpotencias, el mensaje se entregó a través de los embajadores de ambos países acreditados en el Quirinal. La prensa tanto estadounidense como soviética lo destacó ampliamente, y fue retomado y comentado por el New York Times del día siguiente y por otros diarios. El Times refirió el mensaje completo. Pero todo eso era lo habitual. Fue muy distinta en cambio la repercusión del mensaje papal en Moscú: se publicó en la primera página del Pravda, algo


A un año de la canonización de San Juan XXIII

nunca ocurrido antes, y se comentó muy benévolamente. Eso significaba que Kruschev había leído con atención las palabras del Papa y las aprobaba. Entretanto, el 26 de octubre Kruschev enviaba una carta al Presidente de los Estados Unidos, declarándose en principio de acuerdo con las indicaciones del Secretario General de la ONU; al mismo tiempo pedía garantías de que a futuro ni Estados Unidos ni otro país americano invadiesen Cuba. Una carta posterior del Presidente soviético, enviada el 27 de octubre, complicaba ulteriormente la cuestión, aumentando las exigencias: esta vez Moscú pedía el desmantelamiento de los misiles Júpiter estadounidenses desplazados en Turquía a cambio del retiro de las rampas de misiles en Cuba. Además, las dos superpotencias se comprometerían con el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas a respetar la soberanía territorial de Turquía y de Cuba. Esto produjo una situación sumamente embarazosa en la administración estadounidense. Lógicamente, la segunda carta de Kruschev era expresión, más que de la mente del Presidente soviético, de los supuestos avances de los “halcones” dentro del Partido Comunista. Tras un prolongado debate, se decidió

Fidel Castro es recibido por Kruschev en Moscú.

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«El Consejo de Seguridad de la ONU (a la derecha, el embajador norteamericano Adlai Stevenson; a la izquierda, el soviético Valerian Zorin) examina las fotografías aéreas presentadas como pruebas de la instalación de misiles en Cuba (octubre de 1962).»

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en la Casa Blanca responder únicamente la primera carta, ignorándose el contenido de la segunda. El 28 de octubre, el Presidente Kruschev aceptó los términos establecidos por el Presidente estadounidense y al mismo tiempo proporcionó una larga lista de reclamaciones manifestadas por el gobierno cubano en relación con los Estados Unidos. El comunicado ciertamente no era amigable con Estados Unidos, pero no aludía a los misiles desplazados en Turquía. Kennedy, por su parte, recibió el mensaje y aceptó que los debates sobre la negociación tuviesen lugar en las Naciones Unidas entre las dos representaciones diplomáticas correspondientes. En suma, había cesado el gran temor. El riesgo de guerra atómica había disminuido, aunque de un modo un poco ambiguo. ¿Pero qué rol tuvo el mensaje papal en la resolución de la crisis? A pesar de los debidos y oportunos agradecimientos que hicieron llegar al Papa privadamente el Presidente estadounidense y el soviético, es preciso decir que fue sobre todo este último quien tuvo gran consideración por la intervención pontificia. Según algunos eruditos, la forma misma de plantear la cuestión por parte de Kruschev en las cartas enviadas al Presidente estadounidense refleja las persuasivas palabras de Juan XXIII. “Kruschev —escribe al respecto Alberto Melloni— ofrece un acuerdo porque “el mundo entero está ansioso”, y reducir el riesgo del con-


flicto es dar nuevamente “alegría a toda la humanidad”12. Por el contrario, la administración estadounidense nunca citó oficialmente las palabras papales e hizo todo lo posible por acreditar la tesis según la cual la intervención pontificia no tuvo influjo alguno en la decisión tomada por el primer Presidente católico de los Estados Unidos sobre una cuestión de Estado tan importante como era la crisis de Cuba. En cuanto a Kruschev, en diversas ocasiones expresó palabras de aprecio por el Papa por su compromiso con la paz en el mundo13. En particular, en relación con el asunto al cual nos estamos refiriendo, dijo a su amigo Cousins, en un encuentro del 13 de diciembre de ese año, que “la apelación del Papa fue un verdadero rayo de luz”14 y que estaba inmensamente agradecido con él. Habiendo regresado a Roma, Cousins entregó personalmente al Papa los saludos de Kruschev y las felicitaciones de Navidad. Algunos días después, Juan XXIII respondió en un tono cordial y cálido a las palabras del premier soviético, deseando al pueblo ruso y a todos los pueblos del mundo paz y prosperidad. En todo caso, esa apelación puso en movimiento toda una serie de contactos entre la Santa Sede y la Unión Soviética y facilitó de manera no prevista el “deshielo” entre dos realidades hasta ese momento consideradas absolutamente inconciliables. Esos contactos tuvieron también frutos concretos inmediatos, como la liberación de monseñor Jozef Slipyi, Arzobispo

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«Esa mañana se comunicó un statement del Secretario General de las Naciones Unidas, U Thant, que solicitaba de manera ecuánime a los Estados Unidos eliminar el bloqueo naval a Cuba, y a la Unión Soviética no enviar armas a la isla caribeña. El breve mensaje radiofónico de Juan XXIII fue transmitido por la Radio Vaticana en francés al mediodía. Como se dijo, no mencionaba a los dos jefes de Estado involucrados en la terrible contienda, dirigiéndose simplemente “a los hombres de buena voluntad”.»

¿PERO QUÉ ROL TUVO EL MENSAJE PAPAL EN LA RESOLUCIÓN DE LA CRISIS? A PESAR DE LOS DEBIDOS Y OPORTUNOS AGRADECIMIENTOS QUE HICIERON LLEGAR AL PAPA PRIVADAMENTE EL PRESIDENTE ESTADOUNIDENSE Y EL SOVIÉTICO, ES PRECISO DECIR QUE FUE SOBRE TODO ESTE ÚLTIMO QUIEN TUVO GRAN CONSIDERACIÓN POR LA INTERVENCIÓN PONTIFICIA.

12 Op. cit. 135; Id., Pacem in terris. Storia dall’ultima enciclica di Papa Giovanni, Roma - Bari, Laterza, 2010, 31 s. 13 Ver A. RICCARDI, Il Vaticano e Mosca 1940-1990, op. cit., 228. 14 N. COUSINS, The Improbable Triumvirate: John Fitzgerald Kennedy, Pope John e Nikita Khrushchev, Nueva York, Norton & Company, 1972, 44.

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EN TODO CASO, APERTURAS COMO ÉSA, SI BIEN AL COMIENZO FUERON DÉBILES Y CASI IMPERCEPTIBLES, MARCARON UN IMPORTANTE MOMENTO DE TRANSICIÓN: AYUDARON A LA SANTA SEDE Y AL PAPA A TOMAR EN CONSIDERACIÓN EL PROBLEMA DE LA RELACIÓN CON EL COMUNISMO Y CON LOS PAÍSES DEL ESTE SOBRE LA BASE DE NUEVAS CATEGORÍAS INTERPRETATIVAS. (…)

15 ACC, Diario delle Consulte, 9 de febrero de 1963.

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«Esos contactos tuvieron también frutos concretos inmediatos, como la liberación de monseñor Jozef Slipyi, Arzobispo mayor de Leópolis, en Ucrania, que estaba condenado en un gulag de Siberia, por interesarse directamente Kruschev y gracias a la preciosa mediación de diplomáticos italianos y estadounidenses, así como de dos observadores enviados al Concilio por el patriarcado de Moscú.»

mayor de Leópolis, en Ucrania, que estaba condenado en un gulag de Siberia, por interesarse directamente Kruschev y gracias a la preciosa mediación de diplomáticos italianos y estadounidenses, así como de dos observadores enviados al Concilio por el patriarcado de Moscú. Slipyi, nombrado Cardenal in pectore (1960) por Juan XXIII, llegó a Roma acompañado por monseñor Willebrands, para participar en el Concilio, el 10 de febrero de 1963. En una audiencia del 9 de febrero de 1963, concedida al director de la Civiltà Cattolica, Juan XXIII se refirió a esa situación en los siguientes términos: “El Papa —escribía en su diario el Padre Tucci— me comunica por vía reservada la noticia de la excarcelación del Arzobispo mayor de los ucranianos: Monseñor Willebrands se dirigió a Rusia a buscarlo. Lo esperan en Roma en la noche y por el momento residirá en el monasterio de Grottaferrata. Debemos destacar que ciertas actitudes “nacionalistas” en el Concilio (…) sólo provocan irritación. En cambio, las buenas relaciones con Kruschev han permitido dar este paso de distensión. Él no estima que Kruschev sea el cínico que se dice. Tiene graves dificultades internas y está animado por buenos propósitos”15. La forma de proceder del nuevo Papa, su disponibilidad para hablar con todos y la atención especial prestada por él a los temas de la paz en el mundo y del desarme crearon en torno a su persona y a sus mensajes gran simpatía e interés. Consideró de manera unitaria, incluso antes de implementarse por obra de los alemanes la política de la Ostpolitik, las relaciones entre el Este y el Oeste, con la convicción de que no


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debe tener fronteras la convivencia pacífica entre los hombres y es preciso construirla únicamente en la concordia entre los pueblos, más allá de las barreras ideológicas y políticas. Claramente, como destaca Andrea Riccardi, este vínculo se correspondía también con un objetivo de la política soviética en Occidente, pero “en la medida en que la Santa Sede pretendía ser un centro de relaciones entre pueblos y gobiernos, debía aceptar esa carga de instrumentalidad propia de las relaciones internacionales”16. En esta línea merece recordarse el encuentro entre Juan XXIII y Alexei Adjubei, yerno de Kruschev y director del periódico soviético Izvestia. El encuentro tuvo lugar el 7 de marzo de 1963, con ocasión de la entrega del «En esta línea merece recordarse el encuentro entre prestigioso “premio Balzan para Juan XXIII y Alexei Adjubei, yerno de Kruschev y la paz” al Papa. Ese encuentro director del periódico soviético Izvestia. fue solicitado previamente al El encuentro tuvo lugar el 7 de marzo de 1963, con ocasión de la entrega del prestigioso “premio Balzan Papa, y a pesar de la oposición de para la paz” al Papa». parte de la Curia, que lo consideraba absurdo y políticamente perjudicial, el Pontífice decidió asentir: “El Papa —dijo a monseñor Marty— debe acoger a toda la gente en nombre de su misión”17. Juan XXIII recibió a Adjubei y a su esposa, y conversó con ellos alrededor de media hora en la biblioteca privada. La audiencia fue sumamente cordial y en la misma no se abordaron cuestiones políticas. Por primera vez, desde la revolución de Octubre, un importante exponente del Partido Comunista soviético era recibido por un Papa. Sin embargo, la visita, como se ha señalado, provocó consternación en muchos ambientes tanto políticos como diplomáticos, y también en hombres autorizados de la Curia, comenzando por el cardenal Ottaviani, el cual, comentando la audiencia, afirmó que esta había regalado un millón de votos al PCI18. 16 A. RICCARDI, Il potere del Papa. En todo caso, aperturas como esa, si bien al comienzo fueDa Pio XII a Paolo VI, Bari – Roma, Laterza, 1988, 189. ron débiles y casi imperceptibles, marcaron un importante 17 Op. cit., 191. momento de transición: ayudaron a la Santa Sede y al Papa 18 Op. cit. 190. Id., Il Vaticano e Mosca 1940-1990, op. cit., 226. a tomar en consideración el problema de la relación con el

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(…)AL MISMO TIEMPO, AYUDARON AL BLOQUE COMUNISTA, ESPECIALMENTE LA UNIÓN SOVIÉTICA, A SALIR DEL AISLAMIENTO Y DE LA LÓGICA DE LA OPOSICIÓN DE LOS BLOQUES, TÍPICOS DEL PERÍODO DE LA GUERRA FRÍA, Y A ENFOCAR DE UNA NUEVA MANERA LA RELACIÓN CON LA OTRA PARTE DEL MUNDO. (…)

19 Id., Il potere del Papa. Da Pio XII a Paolo VI, op. cit., 189.

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comunismo y con los países del Este sobre la base de nuevas categorías interpretativas. Al mismo tiempo, ayudaron al bloque comunista, especialmente la Unión Soviética, a salir del aislamiento y de la lógica de la oposición de los bloques, típicos del período de la Guerra Fría, y a enfocar de una nueva manera la relación con la otra parte del mundo. Cabe señalar, en todo caso, que no obstante esas tímidas señales de deshielo por parte del mundo comunista, en el interior de estos estados, y especialmente en la Unión Soviética, todavía permanecía vigente una legislación poco respetuosa de los derechos de la persona humana, y en el ámbito religioso, en muchos países, la persecución contra la Iglesia Católica no daba muestras de disminuir.

La política del deshielo y el Concilio Vaticano II El nuevo clima de distensión generado en las relaciones entre la Santa Sede y la Unión Soviética inmediatamente después de la elección de Juan XXIII tuvo ciertamente efectos positivos en la preparación y el desarrollo del Concilio Vaticano II. Al respecto, el período más significativo para la nueva política de la Santa Sede, como se ha visto, tuvo lugar entre 1960 y 1963. El cambio se percibió de inmediato ya en la primera sesión del Concilio. La Unión Soviética, sorprendiendo a la opinión pública de los países occidentales, había permitido que los obispos católicos de los países del Pacto de Varsovia pudiesen participar en el Concilio, y este fue el fruto más relevante y evidente de la “diplomacia personal”19 puesta en ejecución por Juan XXIII en ese período con valentía y determinación. De un total de alrededor de 180 obispos residentes en los países del Este, en la primera sesión conciliar participaron 35 prelados, que en la segunda, inaugurada por Pablo VI el 2 de septiembre de 1963, aumentaron en total a 70. La mayor parte de ellos venía de Polonia, de la Yugoslavia de Tito y de Hungría, mientras no llegó ningún obispo de Rumania. Cabe destacar, por otra parte, que los líderes de los países socialistas, al permitir que los obispos viniesen a Roma para el Concilio, tenían clara conciencia de que en la ciudad eterna, invadida en ese momento por cronistas provenientes de distintas partes del mundo, ellos estarían en contacto no solo con otros obispos, sino también


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con organismos de la Santa Sede y probablemente además con periodistas y diplomáticos de los países occidentales. Evidentemente, esto no constituía un problema y más bien podía considerarse una forma de “diplomacia indirecta”, útil para que algunos países pudiesen emprender el camino de una posible normalización y para estimular la eliminación de una oposición entre bloque oriental y occidental, que parecía no corresponder ya con el espíritu de los tiempos20. Sin embargo, todo era todavía muy fluido y abierto a distintas soluciones. En todo caso, para el Papa era de suma importancia que los obispos de los países sujetos a los regímenes comunistas, especialmente los del Este, participasen en el Concilio. No era concebible la celebración de dicho evento sin la contribución de un porcentaje tan significativo del mundo católico. Eso habría despertado entre los Padres, incluso en los más moderados, gran animosidad y hostilidad en relación con los países comunistas, y ciertamente habrían exigido con mayor vigor una condena solemne de la doctrina marxista. Posteriormente se presentaría el difícil problema de la recepción del Concilio en estos países y en estas Iglesias en particular. Así, en marzo de 1962, el Papa convocó a monseñor Francesco Lardone, Vicario Apostólico en Estambul —cargo que él mismo había desempeñado en el pasado—, y le dijo: “Usted que tiene contacto con el embajador soviético de Ankara, podría manifestarle mi deseo de ver también a los obispos católicos rusos en el Concilio”21, es decir, los de

EL PERÍODO MÁS SIGNIFICATIVO PARA LA NUEVA POLÍTICA DE LA SANTA SEDE, COMO SE HA VISTO, TUVO LUGAR ENTRE 1960 Y 1963. EL CAMBIO SE PERCIBIÓ DE INMEDIATO YA EN LA PRIMERA SESIÓN DEL CONCILIO. LA UNIÓN SOVIÉTICA, SORPRENDIENDO A LA OPINIÓN PÚBLICA DE LOS PAÍSES OCCIDENTALES, HABÍA PERMITIDO QUE LOS OBISPOS CATÓLICOS DE LOS PAÍSES DEL PACTO DE VARSOVIA PUDIESEN PARTICIPAR EN EL CONCILIO (…)

20 Ver G. BARBERINI, L’Ostpolitik della Santa Sede. Un dialogo lungo e faticoso, op. cit., 64. 21 Citado en G. ALBERIGO (ed.), Storia del Concilio Vaticano II, vol. I, Bolonia, il Mulino, 1995, 426.

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(…) Y ESTE FUE EL FRUTO MÁS RELEVANTE Y EVIDENTE DE LA “DIPLOMACIA PERSONAL” PUESTA EN EJECUCIÓN POR JUAN XXIII EN ESE PERÍODO CON VALENTÍA Y DETERMINACIÓN. DE UN TOTAL DE ALREDEDOR DE 180 OBISPOS RESIDENTES EN LOS PAÍSES DEL ESTE, EN LA PRIMERA SESIÓN CONCILIAR PARTICIPARON 35 PRELADOS, QUE EN LA SEGUNDA, INAUGURADA POR PABLO VI EL 2 DE SEPTIEMBRE DE 1963, AUMENTARON EN TOTAL A 70. LA MAYOR PARTE DE ELLOS VENÍA DE POLONIA, DE LA YUGOSLAVIA DE TITO Y DE HUNGRÍA, MIENTRAS NO LLEGÓ NINGÚN OBISPO DE RUMANIA.

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Al tema de la paz, el Papa dedicó su última encíclica, Pacem in terris (11 de abril de 1963).

Lituania, Estonia y Letonia. El 11 de abril, el Delegado Apostólico informó al cardenal Cicognani, Secretario de Estado, que el encuentro con el embajador soviético había sido exitoso. De hecho, el gobierno ruso, para satisfacer el deseo del Papa, se comprometió a no obstaculizar la participación de los obispos de la Unión Soviética en el Concilio. Era una gran victoria de la “diplomacia personal” de Juan XXIII. Posteriormente, como era previsible, también se movieron en la misma dirección los gobiernos de otros países comunistas del Este con los cuales tomó contacto monseñor Lardone a través de sus embajadores. Mediante otras vías, se procuró conseguir también la participación de obispos chinos en el Concilio, pero sin resultados. Al hecho de la significativa presencia de los obispos provenientes de los países comunistas, se agrega la presencia en el Concilio de dos observadores enviados por el Patriarcado de Moscú, quienes llegaron a Roma el 12 de octubre de 1962: el Arcipreste Vitali Borovoy y el Archimandrita Vladimir Kotlyarov. Este importante resultado


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debe atribuirse al gran compromiso en esa dirección del Secretariado para la Unidad de los Cristianos, que entre otras cosas estaba a cargo de invitar al Concilio a los observadores de las demás confesiones cristianas. En cuanto a los ortodoxos, se decidió hacer llegar la invitación, a través del Patriarcado de Constantinopla, a los patriarcas de Moscú, Sofía, Bucarest y Belgrado. Mientras el Patriarca Atenágoras acogió la invitación con vivo interés, siendo su deseo reiniciar el diálogo con Roma, los demás patriarcas, especialmente el de Moscú, se mostraron más bien en contra de una participación común en el Concilio “latino”. Sin embargo, las cosas se dieron de distinta forma, como se advierte 22. Al tema de la paz, el Papa dedicó su última encíclica, Pacem in terris (11 de abril de 1963). Esta fue acogida con viva satisfacción por muchos, pero sobre todo por quienes deseaban un camino de salida de la rígida oposición entre bloques ideológico-geográficos creada por la Guerra Fría. La encíclica, por primera vez, distinguía entre el error y el que lo profesa, abriendo así el magisterio papal a nuevos ámbitos temáticos hasta entonces no explorados. De este modo también se acogía y sostenía explícitamente un diálogo iniciado algunos años antes, que ya estaba produciendo frutos buenos y útiles para la humanidad y para la Iglesia. La encíclica fue sumamente apreciada por el Presidente Kruschev, que la consideraba una importante contribución a la causa común de la paz y del desarme, y también por muchos representantes de las Iglesias ortodoxas 23. Al morir el Papa alrededor de dos meses después, las naves de la marina soviética atracadas en el puerto de Génova expusieron las banderas a media asta en señal de duelo. De este modo, el mundo comunista quería rendir homenaje a un Papa que se había empeñado en unir a los pueblos en la hermandad, más allá de las divisiones de carácter político e ideológico, todavía muy fuertes en esos años.

AL MORIR EL PAPA ALREDEDOR DE DOS MESES DESPUÉS, LAS NAVES DE LA MARINA SOVIÉTICA ATRACADAS EN EL PUERTO DE GÉNOVA EXPUSIERON LAS BANDERAS A MEDIA ASTA EN SEÑAL DE DUELO. DE ESTE MODO, EL MUNDO COMUNISTA QUERÍA RENDIR HOMENAJE A UN PAPA QUE SE HABÍA EMPEÑADO EN UNIR A LOS PUEBLOS EN LA HERMANDAD, MÁS ALLÁ DE LAS DIVISIONES DE CARÁCTER POLÍTICO E IDEOLÓGICO, TODAVÍA MUY FUERTES EN ESOS AÑOS.

22 Ver A. WENGER, Concile Vatican II. Première Session, París, Centurion, 1963, 222 s.; Id., Les trois Rome. L’Église des années soixante, París, Desclée de Brouwer, 1991, 95 s. 23 Ver A. RICCARDI, Il Vaticano e Mosca 1940-1990, op. cit., 260.

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Testamento de Juan XXIII

E

Venecia, 29 junio de 1954

n el momento de presentarme ante el Señor Uno y Trino que me creó, me redimió, me quiso sacerdote y obispo suyo, me colmó de gracias sin fin, encomiendo mi pobre alma a su misericordia, le pido humildemente perdón de mis pecados y mis deficiencias, le ofrezco lo poco bueno que con su ayuda he podido hacer, aunque imperfecto y mezquino, para gloria suya, servicio de la santa Iglesia y edificación de mis hermanos, suplicándole finalmente que me acoja, como Padre bueno y piadoso, con sus santos en la bienaventurada eternidad. Quiero profesar, una vez más, toda entera mi fe cristiana y católica, y mi pertenencia y sumisión a la santa Iglesia Apostólica y Romana, y mi perfecta devoción y obediencia a su Augusto Jefe, el Sumo Pontífice, al que tuve el gran honor de representar durante largos años en diversas regiones de Oriente y de Occidente, que me quiso finalmente en Venecia como cardenal y Patriarca, y al que he seguido siempre con afecto sincero, sin que en ello haya influido para nada cualquier dignidad que me haya sido concedida. El sentimiento de mi poquedad y de mi nada me ha acompañado siempre manteniéndome humilde y sereno, y concediéndome la dicha de emplearme lo mejor que he podido en continuo

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ejercicio de obediencia y de caridad por las almas y por los intereses del reino de Jesús, mi Señor y mi Todo. A Él toda la gloria; para mí, y como mérito mío, su misericordia. Meritum meum miseratio Domini. Domine, tu omnia nosci: tu scis quia amo te. Esto sólo me basta. Pido perdón a quienes hubiera ofendido inconscientemente; a cuantos no hubiese sido causa de edificación. Siento que no tengo que perdonar nada a nadie, porque en cuantos me conocieron y han tenido relaciones conmigo —aunque me hubiesen ofendido o despreciado o tenido, y esto con justicia, en poca estima, o me hubiesen sido motivo de aflicción— sólo reconozco hermanos y bienhechores, a los que estoy agradecido y por los que ruego y rogaré siempre. Nacido pobre, pero de una familia honrada y humilde, siento particular alegría de morir pobre, habiendo distribuido según las diversas exigencias y circunstancias de mi vida sencilla y modesta, en servicio de los pobres y de la santa Iglesia que me ha alimentado, cuanto vino a caer en mis manos —en medida bastante limitada— durante los años de mi sacerdocio y de mi episcopado. Apariencias de desahogo velaron a menudo ocultas espinas de congojosa pobreza y me impidieron dar siempre con la largueza que hubiera deseado. Agradezco a Dios esta gracia de la pobreza de que hice voto en mi juventud, pobreza de espíritu, como sacerdote del Sagrado Corazón, y pobreza real; y que me sostuvo para no pedir nunca nada, ni puestos, ni dinero, ni favores, nunca, ni para mí ni para mis parientes o amigos. A mi querida familia secundum sanguinem —de la que no he recibido ninguna riqueza material— sólo puedo dejar una grande y especialísima bendición, con la invitación a conservar ese temor a Dios que me la hizo siempre tan amada, aunque sencilla y modesta, sin sentir jamás por ello sonrojo; y ése es su verdadero título de nobleza. A veces la he socorrido en sus necesidades más graves, como pobre con los pobres; pero sin sacarla de su pobreza honrada y dichosa. Pido y pediré siempre por su prosperidad, y siento la alegría de constatar también en los nuevos y vigorosos retoños la firmeza y fidelidad a la tradición religiosa de los padres, que será siempre su fortuna. Mi más ardiente deseo es que ninguno de mis parientes y allegados falte al gozo de la reunión final y eterna.

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Al partir, como espero, camino del cielo, me despido, doy las gracias y bendigo a todos los que compusieron sucesivamente mi familia espiritual en Bérgamo, en Roma, en Oriente, en Francia, en Venecia, y que fueron para mí conciudadanos, bienhechores, colegas, alumnos, colaboradores, amigos y conocidos, sacerdotes y laicos, religiosos y religiosas, y de los que por disposición de la Providencia fui, aunque indigno, hermano, padre o pastor. La bondad de que mi pobre persona fue hecha objeto por parte de cuantos encontré en mi camino hizo serena mi vida. Recuerdo bien, al enfrentarme con la muerte, a todos y a cada uno, a los que me precedieron en el último paso, a los que sobrevivirán y me seguirán. Que todos rueguen a Dios por mí. Les daré su recompensa desde el purgatorio o desde el paraíso, donde espero ser acogido, no por mis méritos, repito una vez más, sino por la misericordia de mi Señor. A todos recuerdo y por todos rogaré. Pero en señal de admiración, de gratitud, de ternura verdaderamente singular, quiero nombrar aquí particularmente a mis queridos hijos de Venecia, los últimos que el Señor puso en torno mío, para extremo consuelo y gozo de mi vida sacerdotal. Abrazo en espíritu a todos, a todos, del clero y del laicado, sin distinción, como sin distinción los amé por pertenecer a una misma familia, objeto de una misma solicitud y amabilidad paternal y sacerdotal. Pater sancte, serva eos in nomine tuo quos dedisti mihi: ut sint unum sicut et nos (Jn 17, 11). En la hora del adiós, o mejor, del hasta la vista, evoco también todo lo que más vale en la vida: Jesucristo bendito, su santa Iglesia, su Evangelio, y en el Evangelio sobre todo el Padrenuestro en el espíritu y en el corazón de Jesús, y del Evangelio la verdad y la bondad, la bondad mansa y benigna, activa y paciente, invicta y victoriosa. Hijos míos, hermanos míos, hasta la vista. En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo. En el nombre de Jesús, nuestro amor; de María dulcísima, Madre suya y nuestra; de san José, mi primer y predilecto protector. En el nombre de san Pedro, de san Juan Bautista y de san Marcos; de san Lorenzo Justiniano y de san Pío X. Así sea.

Cardenal Ángel José Roncalli, Patriarca

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B

Castelgandolfo, 12 de septiembre de 1961

ajo el auspicio querido y confidente de María, mi Madre celeste, a cuyo nombre está consagrada la liturgia de este día, y del año LXXX de mi edad, depongo aquí y renuevo mi testamento, anulando cualquier otra declaración sobre mis voluntades, hecha o escrita precedentemente, en diversas ocasiones. Espero y acogeré sencilla y alegremente la llegada de la hermana muerte según todas las circunstancias con las que le parezca bien al Señor enviármela. Ante todo pido perdón al Padre de las misericordias pro innumerabilibus peccatis, offensionibus et negligentiis meis como tantas y tantas veces dije y repetí en el ofrecimiento de mi sacrificio cotidiano. Para esta primera gracia del perdón de Jesús sobre todas mis culpas y de la introducción de mi alma en el bienaventurado y eterno Paraíso, me encomiendo a las plegarias sufragantes de cuantos me han seguido, conocido durante toda mi vida de sacerdote, de obispo, y de humildísimo e indigno siervo de los siervos de Dios. A continuación me causa gran alegría en el corazón renovar íntegra y fervorosa mi profesión de fe católica, apostólica y romana. Entre las varias formas y símbolos con los que la fe suele expresarse, prefiero el Credo de la Misa sacerdotal y pontifical, de una elevación más amplia y melodiosa, como en unión con la Iglesia universal de todo rito, de todo siglo, de toda región: desde el Credo in unum Deum Patrem omnipotentem al Et vitam venturi saeculi.

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Mi testamento

Io (annes) XXIII

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POR MAURO MATTHEI OSB

V

arias sorpresas nos depara este libro, que contiene las anotaciones que solía hacer el Papa Juan Pablo II en el curso de sus ejercicios espirituales (entre 1962 y 2003). En primera instancia como obispo auxiliar de Cracovia y sucesivamente como arzobispo metropolitano de la misma sede, como cardenal y finalmente como Sumo Pontífice. Literatura de carácter menor, se podrá decir, más aun si en varias ilustraciones que trae la presente publicación se revela la modestia de las dos agendas en que el santo Papa vertió, en forma a veces ilegible y con deficiente orden cronológico, sus pensamientos íntimos. Se comprende pues que él mismo, convencido del poco valor de sus borradores, encargara en su testamento espiritual a su secretario, el P. Stanislaw Dziwisz, que quemara dichos papeles. La primera sorpresa fue entonces la del propio secretario, quien, al descifrar ambas agendas después de la muerte de Juan Pablo II en 2005 y cuando ya él mismo había sido elevado a la sede arzobispal de Cracovia, “no tuvo el coraje de quemar aquellas dos libretas, a causa de que contenían muchas informaciones sobre la vida del Papa”. Después de haber leído la excelente edición de aquellos “papeles”, no se puede más que agradecer la iniciativa de Mons. Dziwisz. No solo se descubren en estas páginas “valiosas informaciones sobre la vida del Papa”. Hay que observar además —y con sano estupor— la perseverancia y seriedad con que Juan Pablo II siguiera los 47 ejercicios espirituales registrados en la presente edición. Lo importante para él respecto de estos ejercicios no eran solo las tres charlas diarias del predicador de turno: Karol Wojtyla observó desde el principio hasta el final de su vida sacerdotal una especie de programa fijo, cuya estructura era casi siempre la siguiente:

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Cuadernos personales de Juan Pablo II

* Edición castellana: Karol Wojtyla - Juan Pablo II. Estoy en tus manos Cuadernos personales, 1962 – 2003. Editorial Planeta. 648 págs. Edición francesa: Karol Wojtyla, Jean Paul II. Je suis dans les mains de Dieu. Carnets intimes 1962-2003. Bayard, Paris 2014. 635 págs.

HUMANITAS Nº 78 pp. 88 - 91

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rezo de Laudes en su breviario; meditación antes de la misa; celebración eucarística (él la designa con el término “sacrum”); acción de gracias después de la misa; lectura bíblica; meditación; rezo de las horas menores: tercia, sexta, nona; vía crucis; rezo de vísperas; adoración; rosario; maitines anticipados con lectura bíblica; rosario; rezo de Completas; hora santa; lectio divina. Las distintas partes de este programa no eran alargadas, pero las cumplía rigurosamente. De esta práctica se desprende que para él un día de retiro equivalía a oración desde la mañana hasta el anochecer. Tampoco era una simple rutina. Juan Pablo II, cuando rezaba, siempre parecía “sumirse” en el diálogo con Dios. Otro punto notable es el tema del Concilio Vaticano II. Es significativo, en este sentido, que Wojtyla haga el primer retiro, de los que se refiere, el año 1962 en la misma ciudad de Roma, y en su calidad de delegado del episcopado polaco. En los ejercicios espirituales ulteriores, está siempre presente la temática conciliar y todo el pontificado de Juan Pablo II puede ser entendido como una gran catequesis del Vaticano II. No todos los ejercicios tienen el mismo nivel teológico, pero se encuentran diseminadas verdaderas perlas de enseñanzas en todas partes. Durante las predicaciones del cardenal Ratzinger en el año 1983, se pueden percibir las vibraciones de simpatía del Papa por su doctrina. En 1989 también en las predicaciones del cardenal Giacomo Biffi sobre la carta a los Efesios adquieren mayor relieve sus anotaciones. Los ejercicios del cardenal Jorge Medina en 1993 suscitan especial interés por el alto vuelo y la coherencia de pensamiento. La ilustración de la primera página de estos ejercicios reproduce la palabra “Rancagua”, escrita en el margen por el pontífice. No siempre se distingue nítidamente lo que es el pensamiento del predicador y el del Papa. Pero si, por ejemplo, en la página 387 de la edición en lengua francesa, desarrolla con maestría la doctrina del celibato sacerdotal, es porque, aun si es formulada por Mons. Hickey, arzobispo de Washington, Karol Wojtyla la ha hecho cordialmente suya. Ejemplos como estos se encuentran por doquier en esta edición. Debe sin duda felicitarse al cardenal Arzobispo de Cracovia por haber rescatado este tesoro que explica, desde su alma, el más largo pontificado del siglo XX.

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JUAN PABLO II: “UNA SANTIDAD MARIANA” De la entrevista a Francois-Marie Léthe O.C., consultor de la Congregación para la Causa de los Santos. Fue predicador de los Ejercicios de Cuaresma 2011 al Papa y a la curia vaticana. Es prelado secretario de la Pontificia Academia de Teología. ―¿Es el hombre o el Papa quien es beatificado? Karol Wojtyla creció en el seno de una familia muy cristiana, en un “sí” cada vez más exigente. Toda su vida está marcada por la cruz, desde su juventud: duelos familiares sucesivos, yugos de los regímenes totalitarios, nazi y luego marxista. No vivió una conversión radical, como San Agustín o San Francisco de Asís, por ejemplo, sino que su vida espiritual no cesó de ser cada vez más profunda, sin que nunca su corazón se haya dividido. Uno de sus mejores biógrafos, Bernard Lecomte, afirma que su santidad es de tipo virginal: de cuerpo, de corazón, de espíritu. —¿De dónde proviene en él esa rectitud de pensamiento y de acción? La clave de su santidad está en su divisa: “Totus tuus”. Tenía 20 años en 1940 y trabajaba como obrero de fábrica cuando recibe de un artesano tallador, bajo el abrigo, un libro de San Juan de la Cruz y el Tratado de la Verdadera Devoción a María, de San Luis María Grignion de Montfort, los dos autores espirituales que van a marcar su vida, ya que Juan Pablo II era un místico. El cardenal Stanislas Dziwisz, actual Arzobispo de Cracovia, quien fuera su secretario privado desde su elección para el trono pontificio, da testimonio de que todos los días abría el tratado del Padre de Montfort. ―¿De qué manera vivía él la consagración a Cristo por María? La esencia de su santidad es un don total de sí mismo a Dios y una acogida sin reservas del don de Dios. Así, podemos leer en todos sus manuscritos ―de seminarista, de obispo, de papa― la fórmula abreviada de la consagración montfortiana: “Totus tuus ego sum” (“Soy todo tuyo”) en la primera página; “et omnia mea tua sunt” (“y todo lo mío es tuyo”) en la segunda; “accipio te in mea omnia” (“te recibo para todo mi bien”) en la tercera; “praeba mihi, o María” (“dame tu corazón, oh, María”) en la cuarta.

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Testamento de Juan Pablo II

Testamento del 6.III.1979 (y añadidos sucesivos): «Totus tuus ego sum»

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n el nombre de la Santísima Trinidad. Amén.

«Velad, pues, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor» (cf. Mt 24, 42). Estas palabras me recuerdan la última llamada, que llegará en el momento en el que quiera el Señor. Deseo seguirle y deseo que todo lo que forma parte de mi vida terrena me prepare para ese momento. No sé cuándo llegará, pero al igual que todo, pongo también ese momento en las manos de la Madre de mi Maestro: «Totus tuus». En estas mismas manos maternales lo dejo todo y a todos aquellos a los que me ha unido mi vida y mi vocación. En estas manos dejo sobre todo a la Iglesia, así como a mi nación y a toda la humanidad. Doy las gracias a todos. A todos les pido perdón. Pido también oraciones para que la misericordia de Dios se muestre más grande que mi debilidad e indignidad. Durante los ejercicios espirituales he releído el testamento del Santo Padre Pablo VI. Esta lectura me ha impulsado a escribir este testamento.

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Por lo que se refiere al funeral, repito las mismas disposiciones que dio el Santo Padre Pablo VI (aquí hay una nota al margen: el sepulcro en la tierra, no en un sarcófago, 13.III.92). «Apud Dominum misericordia et copiosa apud Eum redemptio»

Juan Pablo pp. II Roma, 6. III.1979

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No dejo tras de mí ninguna propiedad de la que sea necesario tomar disposiciones. Por lo que se refiere a las cosas de uso cotidiano que me servían, pido que se distribuyan como se considere oportuno. Que los apuntes personales sean quemados. Pido que vele sobre esto don Stanislaw, a quien agradezco su colaboración y ayuda tan prolongada a través de los años y tan comprensiva. Todos los demás agradecimientos los dejo en el corazón ante Dios mismo, pues es difícil expresarlos.

* * * Tras la muerte, pido santas misas y oraciones.

Ejercicios espirituales del Jubileo del año 2000

(12-18.III) (para el testamento) 1. Cuando, en el día 16 de octubre de 1978, el Cónclave de los cardenales escogió a Juan Pablo II, el primado de Polonia, cardenal Stefan Wyszynski, me dijo: «La tarea del nuevo Papa consistirá en introducir a la Iglesia en el tercer milenio». No sé si repito exactamente la frase, pero al menos este era el sentido de lo que entonces escuché. Lo dijo el hombre que ha pasado a la historia como Primado del milenio. Un gran primado. Fui testigo de su misión, de su entrega total, de sus luchas: de su victoria. «La victoria, cuando llegue, será una victoria a través de María»: el Primado del milenio

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solía repetir estas palabras de su predecesor, el cardenal August Hlond. De este modo, fui preparado en cierto sentido para la tarea que el día 16 de octubre de 1978 se presentó ante mí. En el momento en el que escribo estas palabras, el Año jubilar de 2000, ya es una realidad en acto. La noche del 24 de diciembre de 1999, se abrió la simbólica Puerta del gran jubileo en la basílica de San Pedro y, después, la de San Juan de Letrán; y luego, el primer día del año, la de Santa María la Mayor; y, el 19 de enero, la Puerta de la basílica de San Pablo extramuros. Este último acontecimiento, a causa de su carácter ecuménico, ha quedado grabado en la memoria de manera particular. 2. A medida que avanza el Año jubilar 2000, día a día se

cierra detrás de nosotros el siglo XX y se abre el siglo XXI. Según los designios de la Providencia, se me ha concedido vivir en el difícil siglo que está transformándose en pasado, y ahora, en el año en que mi vida llega a los ochenta años («octogesima adveniens»), es necesario preguntarse si no ha llegado la hora de repetir con el bíblico Simeón: «Nunc dimittis». En el día 13 de mayo de 1981, el día del atentado contra el Papa durante la audiencia general en la plaza de San Pedro, la divina Providencia me salvó milagrosamente de la muerte. El que es único Señor de la vida y de la muerte me prolongó esta vida; en cierto sentido, me la dio de nuevo. A partir de ese momento le pertenece aún más a él. Espero que me ayude a reconocer hasta cuándo tengo que continuar este servicio, al que me llamó el día 16 de octubre de 1978. Le pido que me llame cuando él mismo quiera. «En la vida y en la muerte pertenecemos al Señor... Del Señor somos» (cf. Rm 14, 8). Espero también que, mientras pueda cumplir el servicio petrino en la Iglesia, la misericordia de Dios me dé las fuerzas necesarias para este servicio. 3. Como cada año, durante los ejercicios espirituales, he leído mi testamento del 6.III.1979. Sigo manteniendo las disposiciones que contiene. Lo que entonces, y también durante los sucesivos ejercicios espirituales se ha añadido, refleja la

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4. Al estar en el umbral del tercer milenio «in medio Ecclesiae», deseo expresar una vez más gratitud al Espíritu Santo por el gran don del concilio Vaticano II, con respecto al cual, junto con la Iglesia entera, y en especial con todo el Episcopado, me siento en deuda. Estoy convencido de que durante mucho tiempo aún las nuevas generaciones podrán recurrir a las riquezas que este Concilio del siglo XX nos ha regalado. Como obispo que participó en el acontecimiento conciliar desde el primer día hasta el último, deseo confiar este gran patrimonio a todos los que están y estarán llamados a aplicarlo. Por mi parte, doy las gracias al eterno Pastor, que me ha permitido estar al servicio de esta grandísima causa a lo largo de todos los años de mi pontificado.

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difícil y tensa situación general que ha marcado los años ochenta. Desde el otoño del año 1989, esta situación ha cambiado. La última década del siglo pasado ha quedado libre de las precedentes tensiones; esto no significa que no haya traído consigo nuevos problemas y dificultades. Bendita sea la Providencia Divina, de manera particular, porque el período de la así llamada «guerra fría» ha terminado sin el violento conflicto nuclear, un peligro que se cernía sobre el mundo en el período precedente.

«In medio Ecclesiae»... Desde los primeros años del servicio episcopal —precisamente gracias al Concilio— me ha sido posible experimentar la comunión fraterna del Episcopado. Como sacerdote de la arquidiócesis de Cracovia, había experimentado lo que significaba la comunión fraterna del presbiterio. El Concilio ha abierto una nueva dimensión de esta experiencia. 5. ¡A cuántas personas debería mencionar aquí! Probablemente el Señor Dios ha llamado a su presencia a la mayoría de ellas. Por lo que se refiere a quienes todavía se encuentran en esta parte, que las palabras de este testamento les recuerden, a todos y por doquier, allí donde se encuentren.

A lo largo de los más de veinte años desde que desempeño el servicio petrino «in medio Ecclesiae», he experimentado la benevolente y particularmente fecunda colaboración de numerosos

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cardenales, arzobispos y obispos; de muchos sacerdotes; de muchas personas consagradas —hermanos y hermanas—; y, por último, de muchísimas personas laicas, en el ámbito de la Curia, en el Vicariato de la diócesis de Roma, así como fuera de estos ámbitos. ¡Cómo no abrazar con un agradecido recuerdo a todos los Episcopados del mundo, con los que me he encontrado en las sucesivas visitas «ad limina Apostolorum»! ¡Cómo no recordar también a tantos hermanos cristianos, no católicos! ¡Y al rabino de Roma, así como a tantos representantes de las religiones no cristianas! ¡Y a quienes representan al mundo de la cultura, de la ciencia, de la política, de los medios de comunicación social! 6. A medida que se acerca el final de mi vida terrena, vuelvo con la

memoria a los inicios, a mis padres, a mi hermano y a mi hermana (a la que no conocí, pues murió antes de mi nacimiento), a la parroquia de Wadowice, donde fui bautizado, a esa ciudad tan amada, a mis coetáneos, compañeras y compañeros de la escuela, del bachillerato, de la universidad, hasta los tiempos de la ocupación, cuando trabajé como obrero, y después a la parroquia de Niegowic, a la de San Florián en Cracovia, a la pastoral de los universitarios, al ambiente..., a todos los ambientes..., a Cracovia y a Roma..., a las personas que el Señor me ha encomendado de manera especial. A todos sólo les quiero decir una cosa: «Que Dios os dé la recompensa». “In manus tuas, Domine, commendo spiritum meum”. A.D. 17. III. 2000

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De la ley a la virtud: el gobierno del derecho y la ética de las virtudes POR CARLOS I. MASSINI CORREAS

MUCHOS SIGLOS ANTES DE QUE MONTESQUIEU REDACTARA DE L’ESPRIT DES LOIS, ESA IDEA HABÍA SIDO PROPUESTA POR PENSADORES TAN DISÍMILES DE LOS ILUSTRADOS COMO PLATÓN Y ARISTÓTELES. EL PRIMERO DE ELLOS, EN SU MÁXIMA OBRA DE MADUREZ, LAS LEYES, ESCRIBIÓ INEQUÍVOCAMENTE QUE “A LOS QUE AHORA SE DICEN GOBERNANTES LOS LLAMÉ SERVIDORES DE LAS LEYES, NO POR INTRODUCIR NOMBRES NUEVOS, SINO PORQUE CREO QUE ELLO MÁS QUE NINGUNA OTRA COSA DETERMINA LA SALVACIÓN O PERDICIÓN DE LA CIUDAD”.

1 Acerca de la noción de “tiranía”, véase: Strauss, L., Sobre la tiranía, trad. L. Rodríguez Duplá, Madrid, Encuentro, 2005.

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La cuestión a tratar y sus raíces Uno de los problemas centrales que ha ocupado a la filosofía política y jurídica ha sido desde siempre el de evitar el ejer-cicio arbitrario y discrecional del poder político por parte de los gobernantes; es decir, el de conjurar el peligro de la tiranía1. Son muchos los artificios pensados a lo largo de la historia para escapar de ese flagelo, pero entre ellos, el que aparece con mayor persistencia y continuidad en el tiempo es el del denominado “gobierno del derecho”, o “imperio de la ley” o, en las versiones más decimonónicas, “Estado de Derecho”.

* Doctor en Derecho y en Filosofía. Investigador Superior y Catedrático de Filosofía Jurídica en la Universidad de Mendoza-Argentina. Autor de treinta libros sobre temas de filosofía práctica.

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Para varios autores contemporáneos, en especial los que participan más activamente de las ideas liberales2, esta idea del gobierno del derecho tiene sus raíces principales en las ideas de la Ilustración y sus concreciones más adecuadas en aquellas sociedades que siguieron la línea del constitucionalismo racional-normativo propio de la revolución Francesa3. Según esta versión, la sujeción del poder político a la ley tiene por finalidad principal resguardar la autonomía de los individuos para elaborar sus planes de vida, y sus instrumentos centrales son las declaraciones de derechos y la división del poder del Estado en tres órganos distintos y recíprocamente contrabalanceados y limitados. Es decir, se trata de una versión principalmente individualista y procedimental del gobierno del derecho. Ahora bien, esta presentación liberal, si bien ha sido la que ha alcanzado mayor difusión en los últimos dos siglos y la que se considera la opción por defecto cada vez que se menciona la idea del gobierno de las leyes, no es ni la primera históricamente ni, menos aún, la única en la historia del pensamiento. En efecto, muchos siglos antes de que Montesquieu redactara De l’esprit des lois, esa idea había sido propuesta por pensadores tan disímiles de los ilustrados como Platón y Aristóteles. El primero de ellos, en su máxima obra de madurez, Las Leyes, escribió inequívocamente que “a los que ahora se dicen gobernantes los llamé servidores de las leyes, no por introducir nombres nuevos, sino porque creo que ello más que ninguna otra cosa determina la salvación o perdición de la ciudad; pues en aquella [ciudad] donde la ley tenga la condición de súbdita sin fuerza, veo ya la destrucción venir sobre ella; y en aquella otra, en cambio, donde la ley sea señora de los gobernantes y los

DE LO PRECEDENTEMENTE EXPUESTO, SE SIGUE QUE, EN LA OBRA DEL AQUINATE, SE ENCUENTRAN LOS ELEMENTOS DE UNA CONCEPCIÓN COMPLETA DEL RULE OF LAW, TANTO DE FORMA COMO DE CONTENIDO, CONCEPCIÓN QUE TRASCIENDE SOBRADAMENTE LOS LÍMITES DE SU CONTEXTO HISTÓRICO INMEDIATO. (...)

2 Véase: Vanossi, J., Estado de Derecho, Buenos Aires, Astrea, 2008, pp. 24 y passim. 3 Cfr. García Pelayo, M., Derecho Constitucional Comparado, Madrid, Revista de Occidente, 1964, pp. 34-41.

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4 Platón, Las Leyes, 715 c-e; se cita conforme a la versión de J.M. Pabón & M. Fernández-Galiano, Madrid, Instituto de Estudios Políticos, 1960. En este punto, véase: Robin Letwin, S., On the History of the Idea of Law, Ed. N.B. Reynolds, Cambridge, Cambridge University Press, 2008, pp. 9-20. 5 Aristóteles, Política, III, 16, 1187 a 18 ss. ; en este punto, véase: Kraut, R., Aristotle. Political Philosophy, Oxford, Oxford University Press, 2002, pp. 111 ss. 6 Véase: Castaño, S. R., “Brève analyse de l’empire de la loi chez Aristote”, en Archiv für Rechtsund Sozialphilosophie, Vol. 83-4, Stuttgart, 1997, pp. 548-554. 7 Cicerón, La República, II, 48. 8 Cicerón, Las Leyes, III, 2-3. 9 Tamanaha, B., On the Rule of Law. History, Politics, Theory, New York, Cambridge University Press, 2009, p. 11. 10 Tamanaha, B., o.c., p. 15. 11 Bracton, H., On the Laws and Customs of England, Vol. III, Cambridge-Mass., Har vard University Press, 1968, pp. 305-306. Otro de los clérigos medievales que contribuyen a la elaboración de la doctrina del gobierno del derecho es Isidoro de Sevilla; este autor español afirma, en su conocida obra Etimologías, que la ley debe ser “honesta, justa, posible, conforme a la naturaleza, en consonancia con las costumbres del país, apropiada al lugar y a las circunstancias temporales, necesaria, útil, clara (…), no dictada para beneficio particular, sino en provecho del bien común de los ciudadanos”; Isidoro de Sevilla, Etimologías, II, 10 (Se cita conforme a la edición crítica bilingüe de J. Oroz Reta & M.A Marcos Casquero, Madrid, BAC, 1982, T° I, p. 375).

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gobernantes siervos de la ley, veo realizada su salvación y todos los bienes que otorgan los dioses a las ciudades”4. Por su parte, el Estagirita aborda la cuestión tanto en la Retórica como en la Ética Nicomaquea y la Política; y en esta última, luego de un extenso desarrollo, concluye que “es mejor que gobierne la ley y no cualquiera de los hombres”5, aunque se trate del mejor de ellos, estableciendo una doctrina que ha resultado canónica para todos los estudios posteriores sobre el gobierno del derecho 6. En el período romano, se destaca en este punto la figura de Cicerón, quien, en varios pasajes de La República y de Las Leyes, sostiene la doctrina del gobierno de las leyes por sobre los magistrados, quienes, si no se someten al derecho, se trasforman en déspotas, es decir, en “la más asquerosa y repelente criatura que pueda ser imaginada”7. Y en Las Leyes, el Retor sostiene que “como los magistrados están sujetos a las leyes, el pueblo está sujeto a los magistrados. De hecho, es verdadero decir que el magistrado es una ley hablante, y la ley un magistrado silencioso”8. Es verdad que como lo sostiene Brian Tamanaha, “para Cicerón el estatus supremo de las leyes gira en torno a su consistencia con la ley natural”9, cuestión esta última que aparece de modo bastante difuso y hasta ambiguo en el pensamiento del ateniense y del macedonio. Pero tal como lo sostiene el recién citado Tamanaha, la tradición del gobierno del derecho recién se solidificó en la Edad Media, a través de un lento, complejo y en parte espontáneo proceso, sin una fuente única ni un punto de partida precisamente determinable10. Pero pareciera que el primer teórico del derecho en desarrollar y formular esa idea fue un clérigo inglés, casi contemporáneo de Tomás de Aquino, Henry de Bracton. En su monumental obra On the Laws and Customs of England, este canciller de la catedral de Exeter y miembro de la Corte del Rey (King’s Court) escribió que el rey debía “atemperar su poder por la ley, que es la rienda del poder, vivir de acuerdo con las leyes, porque la ley de la humanidad ha decretado que sus propias leyes obligan al legislador (…). Nada es más ajustado para un soberano que vivir según las leyes, ni hay mayor soberanía que la de gobernar conforme a la ley (…), porque la ley es la que le hace rey”.11


Tomás de Aquino y el rule of law Mientras tanto, del otro lado del Canal, Tomás de Aquino elaboraba una completa doctrina sobre el tema, que si bien se encuentra dispersa en varios lugares de sus obras, constituye un todo sistemático de especial valor12. El Aquinate trata de esta cuestión principalmente en la Prima Secundae de la Summa Theologiae, en las cuestiones 95 y 96, que se refieren respectivamente a la Ley humana y al Poder de las leyes humanas. Allí sostiene —respecto del gobierno del derecho— las siguientes tesis: (i) que la autoridad política está sujeta al poder de las leyes humanas en cuanto a su vis directiva, i.e., a su autoridad moral, aunque no a su vis coactiva, o sea a la capacidad fáctica de imponerlas por la fuerza13; (ii) que la sujeción de los gobernantes a la ley positiva se justifica, en definitiva, en la derivación de esta última de la ley natural, con lo cual el fundamento del gobierno del derecho radica raigalmente[?] en la ley natural jurídica o derecho natural14; (iii) que el gobierno de la ley sobre la autoridad política abarca no sOlo ciertos aspectos formales que el Aquinate detalla, sino también la ordenación constitutiva de las normas jurídicas al bien común político, i.e., que su concepción abarca también —y principalmente— aspectos de carácter sustantivo o de contenido15; (iv) que la tiranía puede por lo tanto definirse, desde este punto de vista, como aquel gobierno sin ley o que no obedece a las normas jurídicas16; y, finalmente, (v) que la desobediencia por parte del gobierno a la ley natural o a las leyes divinas (Ley Divina Positiva), conduce a la liberación —en el segundo caso sin excepción— de la sujeción de los ciudadanos a la autoridad política17. De lo precedentemente expuesto, se sigue claramente que en la obra del Aquinate se encuentran los elementos de una concepción completa del rule of law, tanto de forma como de contenido, concepción que trasciende sobradamente los límites de su contexto histórico inmediato. Según ella, los gobernantes legítimos —no tiránicos— están sujetos a las directivas de la legislación positiva de su comunidad, de la que deben respetar sus exigencias constitutivas formales: sanción por la autoridad competente, promulgación o publicación previa, practicabilidad, universalidad, igualdad en el trato, estabilidad, etc., así como sus requerimientos de contenido, en especial la ordenación

(…) SEGÚN ELLA, LOS GOBERNANTES LEGÍTIMOS —NO TIRÁNICOS— ESTÁN SUJETOS A LAS DIRECTIVAS DE LA LEGISLACIÓN POSITIVA DE SU COMUNIDAD, DE LA QUE DEBEN RESPETAR SUS EXIGENCIAS CONSTITUTIVAS FORMALES: SANCIÓN POR LA AUTORIDAD COMPETENTE, PROMULGACIÓN O PUBLICACIÓN PREVIA, PRACTICABILIDAD, UNIVERSALIDAD, IGUALDAD EN EL TRATO, ESTABILIDAD, ETC.

12 Véase: Viola, F., “Legge umana, rule of law ed ética delle virtù in Tommaso d’Aquino”, en Mangini, M. & Viola, F., Diritto naturale e liberalismo. Dialogo o conflitto?, Torino, Giappichelli Editore, 2009, pp. 11-14 y pássim. 13 Tomás de Aquino, Summa Theologiae, I-II, q. 96, a. 5, ad 3 (en adelante ST). 14 ST, I-II, q. 95, a. 2. 15 ST, I-II, q. 90, a. 2. 16 ST, I-II, q. 95, a.4. 17 ST, I-II, q. 96, a. 4.

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CON REFERENCIA A LAS ACCIONES HUMANAS, QUE SON LA MATERIA DE LA MORAL, LOS BIENES CUMPLEN LA FUNCIÓN DE CAUSAS FINALES; LAS NORMAS DE CAUSAS EJEMPLARES Y EFICIENTES DE ESAS ACCIONES; Y LAS VIRTUDES REALIZAN LA TAREA PROPIA DE LAS CAUSAS EFICIENTES PRÓXIMAS Y FORMALES. (...)

18 ST, I-II, q. 96, a. 4. 19 Kelsen, H., Teoría pura del derecho, 8va. Edición, trad. R. Vernengo, México, Porrúa, 1995, p. 320. 20 Véase: Massini Correas, C.I., “Sobre ciencia práctica y prudentia. Aproximaciones desde las ideas de John Finnis”, en Sapientia, N° 227-228, Buenos Aires, 2010, pp. 41-53. 21 Llano, C., Sobre la idea práctica, Pamplona, EUNSA, 2007, pássim.

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al bien común, la adecuación a los criterios de la justicia distributiva y el respeto de los derechos de los ciudadanos18. Se trata por supuesto, en este caso, de una concepción claramente iusnaturalista del gobierno del derecho, lo que da la razón a la conocida frase de Hans Kelsen, según la cual el Estado de Derecho se reduciría a un simple “prejuicio iusnaturalista”19. Evidentemente, no se trata de un “prejuicio”, pero sin dudas es integralmente “iusnaturalista”. Por otra parte, cabe destacar que esta concepción del gobierno del derecho reviste, como todo lo que tiene que ver con la praxis humana y su dirección al bien ético, un carácter claramente analógico, i.e., que ha de aplicarse conforme a la lógica de un analogado principal o caso central y de varios analogados secundarios o casos periféricos20. Conforme a esta lógica, existiría un caso principal y una significación focal del concepto —y del nombre— “gobierno del derecho”, en el que las notas for-males y sustantivas men-cionadas se darán de un modo pleno e integral, y casos secundarios o significaciones perifé-ricas, en las que ese concepto —y ese nombre— se aplicarán de modo diluido, incompleto, defectivo o marginal. Tal como lo ha explicado con precisión Carlos Llano21, los conceptos o ideas prácticas revisten en el tomismo un carácter paradigmático o modélico, y en cuanto tales no se concretizan de modo pleno y completo en las realidades prácticas, sino solo de un modo incompleto o defectivo, de manera tal que ese concepto solo puede predicarse de sus concreciones de modo analógico o extensivo. Dicho en otras palabras, la idea de “gobierno del derecho” no se presenta en la realidad práctico-jurídica concreta de un modo perfecto e integral, sino solo imperfecto y según lo permiten las circunstancias históricas y sociales, así como las inclinaciones y las virtudes —o vicios— humanos.

Gobierno del derecho y ética de las virtudes Esta referencia a las virtudes humanas hace propicia una consideración acerca de las relaciones, en la sistemática tomista, entre el gobierno del derecho y la ética de las virtudes, en especial a partir de la afirmación, bastante difundida, de que en el caso de la ética tomista se está en


presencia de una ética —al menos en gran medida— de virtudes22. Respecto de esta relación, Francesco Viola ha sostenido que si “miramos no tanto a la ley positiva considerada en sí misma, sino al proceso de su formación y de su implementación concreta, entonces la ética de las virtudes tiende a asumir toda su centralidad”, por lo que es necesario “retener que las buenas leyes presuponen un cierto grado de práctica política de la ética de las virtudes”23. En otras palabras, no es suficiente con la realización de los requisitos del rule of law para alcanzar en concreto la justicia de las leyes, sino que es necesario al menos una cierta medida de virtud moral para lograrla. Y esto resulta indispensable, toda vez que, tal como lo ha precisado Leonardo Polo, las virtudes cumplen una función de causalidad eficiente y formal de los actos buenos, razón por la cual, sin ellas, resulta muy difícil, si no imposible, no solo cumplir efectivamente las acciones ordenadas al bien, sino también determinar en qué consisten esas acciones24. En efecto, con referencia a las acciones humanas, que son la materia de la moral, los bienes cumplen la función de causas finales; las normas de causas ejemplares y eficientes —con eficiencia deóntica aunque remota— de esas acciones25; y las virtudes realizan la tarea propia de las causas eficientes próximas y formales. Esto significa que, sin virtudes, en especial sin prudencia, no solo no tendrían lugar los actos buenos/justos —que son arduos y complejos—, sino que resultaría muy difícil determinar en concreto en qué consiste la bondad/justicia de esos actos. Todo esto resulta confirmado por la experiencia cotidiana de la praxis jurídica y política, toda vez que las meras fórmulas legales, privadas de la virtud de quienes las formulan y las aplican, no ofrecen garantías de rectitud en el nivel de las conductas y soluciones concretas26. Y esto es así, ya que mientras las normas requieran, para resultar efectivamente directivas de la conducta humana, de su redacción y formulación, y posteriormente de la aplicación prudente a los casos concretos, será necesaria a esos efectos una voluntad recta, i.e., la voluntad virtuosa de los operadores jurídicos. El caso contrario, el de buenas leyes pero redactadas, puestas en funcionamiento y aplicadas concretamente por bandas de forajidos, no puede sino conducir a la frustración, la des-

(...) ESTO SIGNIFICA QUE, SIN VIRTUDES, EN ESPECIAL SIN PRUDENCIA, NO SOLO NO TENDRÍAN LUGAR LOS ACTOS BUENOS/JUSTOS — QUE SON ARDUOS Y COMPLEJOS—, SINO QUE RESULTARÍA MUY DIFÍCIL DETERMINAR EN CONCRETO EN QUÉ CONSISTE LA BONDAD/JUSTICIA DE ESOS ACTOS. 22 Sobre esta doctrina, véase: Abbà, G., Quale impostazione per la filosofia morale?, Roma, LAS, 1996, p. 42 y pássim; Pieper, J., Las virtudes fundamentales, Madrid-Bogotá, Rialp-Quinto Centenario, 1988, p. 12; Porter, J., The Recovery of Virtue, London, SPCK, 1990, pp.100 ss. 23 Viola, F., o.c., pp. 61-63. 24 Polo, L., Lecciones de ética, Pamplona, EUNSA, 2013, p. 160. Unas páginas antes, este autor pone de relieve que una ética completa ha de serlo, a la vez, aunque en diferentes dimensiones, de bienes, de normas y de virtudes; p. 137. 25 Véase: Massini Correas, C.I., Filosofía del Derecho-I, Buenos Aires, LexisNexis/AbeledoPerrot, 2005, pp. 59-62. 26 Véase: Tomás de Aquino, Quaestio Disputata De virtutibus in communi, a. 1, respondeo. (Se cita conforme a la traducción de L. Corso de Estrada, Pamplona, EUNSA, 2000, pp. 75 ss.).

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MIENTRAS LAS NORMAS REQUIERAN, PARA RESULTAR EFECTIVAMENTE DIRECTIVAS DE LA CONDUCTA HUMANA, DE SU REDACCIÓN Y FORMULACIÓN, Y POSTERIORMENTE DE LA APLICACIÓN PRUDENTE A LOS CASOS CONCRETOS, SERÁ NECESARIA A ESOS EFECTOS UNA VOLUNTAD RECTA, I.E., LA VOLUNTAD VIRTUOSA DE LOS OPERADORES JURÍDICOS. (...)

27 AA.VV., Virtue Jurisprudence, Ed., L. Solum & C. Farrelly, New York, Palgrave-MacMillan, 2011. 28 Farrelly, C. & Solum, L., “Introduction”, en o.c., pp. 2-3. 29 Finnis, J., “Aquinas’ Moral, Political and Legal Philosophy”, en The Stanford Encyclopedia of Philosophy (Fall 2011 Edition), Edward N. Zalta (ed.), URL=http://plato.stanford. edu/archives/fall 2011/entries/ aquinas-moral-political/>. Consulta del 18.06.2014.

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gracia y el desvarío de las correspondientes colectividades. En definitiva, y de acuerdo a lo expresado por los actuales defensores de la “virtue jurisprudence”, como Lawrence Solum y Colin Farrelly27, la que estos autores denominan concepción aretaica del derecho parte de la premisa de que el fin propio de las realidades jurídicas es la promoción de la perfección humana en comunidad, i.e., el hacer posible que los seres humanos lleven vidas excelentes y logradas. Y para alcanzar ese objetivo y obtener una justicia excelente se “requiere la selección de jueces que posean las virtudes judiciales: coraje cívico, temperamento jurídico, inteligencia práctica, sabiduría y, sobre todo, justicia. Estas respuestas —concluyen estos autores— a las cuestiones prácticas fundamentales pueden unificarse en una sola tesis: los conceptos fundamentales de la filosofía jurídica no son el bienestar, ni la eficiencia, ni la autonomía o la igualdad; las nociones fundamentales de la teoría jurídica han de ser la virtud y la excelencia humana”28. En realidad, estas nociones fundamentales han de ser, de acuerdo a la sistemática del Aquinate, tanto las dimensiones centrales del bien humano como los principios y normas jurídicas y las virtudes, en especial las virtudes de la justicia y la prudencia. “El Aquinate —escribe en este punto John Finnis— rechaza ese contraste [entre normas y virtudes] y otorga preeminencia sistemática tanto a los estándares, como los principios y las normas, como a las virtudes. Sostiene que, en efecto, ambos conceptos se definen en su relación recíproca (interdefined)”29. Pero además, como ya se ha visto, no sólo se interdefinen, sino que son las virtudes las que hacen operativas a normas y principios, otorgándoles la actualidad práctica sin la cual carecerían de sentido normativo. Esto último ha sido puesto en evidencia por Giuseppe Abbà en un libro de especial valor, titulado precisamente Lex et virtus. En ese lugar, el filósofo italiano pone de relieve que, para el Aquinate, las leyes —y en especial las leyes positivas— tienen una función limitada en la tarea de generar la conducta moral. “Del hecho de que la ley —escribe Abbà— sea una norma colectiva derivan sus límites y su función en la conducta moral. Ella se aproxima a la conducta humana desde el exterior, al modo de una instrucción, a la cual el


individuo debe tener en cuenta. Ella es necesariamente general y no puede regular todas las situaciones singulares; no es por lo tanto suficiente para regular la conducta individual”. Por ello, para este autor, “en la medida en la cual el individuo, instruido por la ley, ve el bien humano o divino en aquello a lo que la ley ordena, y lo realiza no tanto porque está mandado por la ley, sino porque es el bien, se generan y acrecientan en él las virtudes” 30. Y había que agregar: virtudes que son el principio interno del obrar y en cuanto tales las determinantes últimas de la acción humana concreta. Finalmente, conviene recordar que Aristóteles, en el capítulo III de la Política, que es donde trata el tema del gobierno del derecho, ya había sostenido una doctrina similar; allí escribe que “todos los que se interesan por la buena legislación indagan acerca de la virtud y la maldad cívicas. Así resulta también manifiesto que la ciudad que verdaderamente lo es, y no solo de nombre, debe preocuparse por la virtud; porque si no, la comunidad se convierte en una alianza […] y la ley en un convenio y, como dice Licofrón el sofista, en una [mera] garantía de los derechos de unos y otros, pero deja de ser capaz de hacer a los ciudadanos buenos y justos”31. De aquí se sigue que, desde sus mismos orígenes, la doctrina del gobierno de la ley reconoce que ella es condición necesaria del derecho justo, pero nunca condición suficiente, sino que debe ser complementada sinérgicamente con la virtud de los gobernantes y de los ciudadanos.

(...) EL CASO CONTRARIO, EL DE BUENAS LEYES PERO REDACTADAS, PUESTAS EN FUNCIONAMIENTO Y APLICADAS CONCRETAMENTE POR BANDAS DE FORAJIDOS, NO PUEDE SINO CONDUCIR A LA FRUSTRACIÓN, LA DESGRACIA Y EL DESVARÍO DE LAS CORRESPONDIENTES COLECTIVIDADES.

Conclusión: el gobierno del derecho y las virtudes morales De lo expuesto es posible extraer al menos las siguientes conclusiones: a) La idea del gobierno del derecho no se reduce a una de sus

varias concreciones históricas, la liberal-ilustrada32, sino que tiene un origen muy anterior y muy diverso en el pensamiento griego clásico, así como en las mejores versiones del pensamiento medieval; estas versiones forman una tradición de pensamiento e investigación más rica, realista y matizada que la propuesta por los ilustrados en los años que precedieron a la revolución francesa;

30 Abbà, G., Lex et virtus. Studi sull’evoluzione della dottrina morale di san Tommaso d’Aquino, Roma, LAS, pp. 269-270. 31 Aristóteles, Política, III, 9, 1280 b 5 ss. 32 Esta versión es la que discute, entre otros, Ernesto Laclau, en su conocida obra La razón populista, trad. S. Laclau, México, FCE, 2011, pp. 207 ss.

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b) En Tomás de Aquino existe un desarrollo completo y sis-

temático de esa idea, tanto desde el punto de vista formal y de los procedimientos como desde la perspectiva de los contenidos jurídicos; en este desarrollo, la idea del gobierno del derecho se encuentra fundada principalmente en la doctrina de la ley —o derecho— natural, por lo cual reviste un carácter eminentemente iusnaturalista; c) Pero además, esta versión de la idea del gobierno del derecho “LOS CONCEPTOS FUNDAMENTALES DE LA FILOSOFÍA JURÍDICA NO SON EL BIENESTAR, NI LA EFICIENCIA, NI LA AUTONOMÍA O LA IGUALDAD; LAS NOCIONES FUNDAMENTALES DE LA TEORÍA JURÍDICA HAN DE SER LA VIRTUD Y LA EXCELENCIA HUMANA”.

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se complementa, tanto en la sistemática de Aristóteles como en la de Tomás de Aquino, con la de una ética de virtudes, que son las que —en cuanto principios internos— hacen posible tanto la especificación como la puesta en la existencia del gobierno eminente de las leyes —normas y principios jurídicos— o derecho normativo; por el contrario, la versión propuesta por los liberales deja de lado las virtudes morales y se centra en artificios meramente institucionales, como la división tripartita de los poderes del Estado. d) Finalmente, y en especial frente a los diversos y reiterados

ataques de que ha sido objeto recientemente esta idea del gobierno del derecho, tanto por parte de las escuelas críticas post-marxistas como de la escuela del Análisis Económico del Derecho, del utilitarismo tradicional o renovado, así como de otras alternativas ideológicas, conviene poner en evidencia la necesidad de renovar, reformular y actualizar la tradición clásica del gobierno del derecho, en especial la tomista, como una alternativa valiosa frente a quienes pretenden sustituirla por un decisionismo populista, una mera crítica nihilista, un autonomismo tendencialmente anárquico o un mero instrumentalismo vacío de contenidos éticos.


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APUNTES Y NOTAS Cardenal Fernando Sebastián

«OCULTAR LA VERDAD NO AYUDA; SÍ, DESCUBRIRLA CON PACIENCIA» El cardenal Fernando Sebastián participó en el Sínodo extraordinario de los Obispos invitado por el Papa Francisco, quien lo hiciera miembro del Colegio Cardenalicio en 2014 —aún no pudiendo ser ya cardenal elector—, sabiéndose ahora que le ha sido siempre un obispo y maestro muy cercano. Acerca del Sínodo, transmitió el cardenal Sebastián las siguientes reflexiones a Alfa y Omega:

El Papa Francisco y el cardenal Sebastián se dirigen al Aula sinodal.

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—¿Cuáles son las grandes líneas o mensajes que lanza este Sínodo? —Este Sínodo ha sido, en el campo de la familia, el cumplimiento de la consigna del Santo Padre para ser Iglesia en salida, una Iglesia que sale de sus rutinas para ir en busca de los que se fueron o de los nunca han venido. Y esto comenzando por el campo de la familia, una realidad que afecta profundamente a la vida y a los sentimientos de las personas, de todas las personas, niños, adultos y ancianos. Los grandes mensajes de este Sínodo vienen a ser algo así: • La familia cristiana es un gran bien para las personas, para la sociedad y para la Iglesia; • se equivocan los que pretenden destruirla a favor de unas libertades quiméricas, o de una felicidad soñada; • la Iglesia quiere ayudar a todos a conocerla y a vivirla mejor, a los cristianos y a los no cristianos, a los que ya la viven y a los que están en otros proyectos o en otras situaciones; • para poder ayudar tenemos que comenzar por conocerla mejor nosotros y por vivirla con mayor coherencia y mayor generosidad; • el comportamiento actual de los cristianos es bastante deficiente. Junto a algunos que viven muy bien su vida matrimonial y familiar, hay otros muchos que la desconocen, la menosprecian y la desprestigian con su manera de proceder. Tenemos que provocar dentro de la Iglesia un movimiento de mayor estima por el matrimonio cristiano, por la familia, por la fidelidad y la natalidad. Tenemos que ayudar para que los matrimonios que se celebran sacramentalmente estén mejor

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preparados y sean más religiosos, más auténticos, más consistentes y fecundos. —En la estela de esa salida misionera que pide el Papa, este Sínodo demanda un nuevo tipo de presencia o de lenguaje ante las situaciones más alejadas de la doctrina de la Iglesia. ¿Cómo deben interpretarse estas orientaciones? —El Sínodo nos invita a aplicar la ley de la gradualidad, o mejor, la ley de la convergencia. Consiste en acostumbrarnos a ver en las formas deficientes de familia no solo ni principalmente las sombras, lo que les falta, sino lo poco o mucho de bueno que pueden tener. Si un hombre y una mujer se aman de verdad y se juntan para convivir, y son fieles el uno al otro y se quieren de verdad, y cuidan de sus hijos, aunque no estén casados sacramentalmente, en ellos hay cosas buenas, en las cuales está sin duda presente la gracia de Dios. El Sínodo nos pide que, en vez de reprocharles lo que no tienen, comencemos reconociendo lo que tienen y ayudándolos a crecer, con paciencia y comprensión, hasta que podamos hablarles de Jesucristo y de cómo Él perfeccionó y enriqueció el amor humano y de cómo está presente en el amor y en la vida de quienes se casan en su nombre y cuentan con Él en su vida. Es un método de convergencia, fundado en la doctrina del Vaticano II y de la buena teología tradicional de que Dios quiere la salvación de todos los hombres, y ayuda con su gracia a todos los hombres y los conduce misteriosamente hacia el encuentro con Jesucristo, que es el Consumador y Salvador de toda realidad humana. Lo mismo se puede decir de los matrimonios civiles y de cualquier otra realidad humana vivida con buena fe y con voluntad de ser fiel

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El cardenal Fernando Sebastián, durante su intervención en el Sínodo de la Familia, el pasado 7 de octubre.

a la verdad y a las luces y mociones que todos recibimos del amor de Dios. Este es el cambio que el Concilio Vaticano II nos pedía a los católicos en nuestras relaciones con las instituciones humanas. Dialogar, ofrecer, ayudar, en vez de condenar. Y esto se puede hacer, se debe hacer, sin ocultar ni recortar la doctrina de Jesús ni de su Iglesia. Ocultar la verdad nunca es ayudar. Irla descubriendo poco a poco, con paciencia y amor, sí puede serlo. —¿Cómo describiría el ambiente que se viviera en Roma? —El ambiente del Sínodo lo creó el Santo Padre cuando nos dijo en el discurso inaugural: «Hablad con libertad; escuchad con humildad». Eso es lo que hemos vivido. Cada uno ha dicho lo que le parecía que tenía que decir, con honestidad y con respeto. Y todos nos hemos escuchado y nos hemos tenido en cuenta con humildad y serenidad. En el Sínodo no ha habido polémicas, ni graves tensiones. Ha habido diferencias, contrastes, pero todo ha sido acogido con tranquilidad, y en todo momento hemos buscado el acercamiento, tratando de

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ser fieles a las enseñanzas y al ejemplo del Señor Jesucristo, centro y verdadero Moderador de nuestra Asamblea. —Hemos visto un debate franco entre los Padres sinodales ante algunas cuestiones. Ese debate, en un clima fraterno y cordial, ¿corre el peligro de enturbiarse una vez que ese debate llegue a la calle? En otras palabras: ¿hay riesgo de contraponer el cuidado de las ovejas que siempre han estado en el redil, con la búsqueda de las ovejas perdidas? —Sí, en todo lo que se hace siempre hay riesgos. Pero los riesgos, cuando hay buena voluntad, se pueden reconocer y se pueden superar. El riesgo viene de las exageraciones, de los comentarios interesados, de las posturas un poco desmesuradas. En las posturas y recomendaciones no existe objetivamente ese riesgo. Se trata de ayudar a la gente a descubrir la belleza y el valor del matrimonio católico y de la familia cristiana. Si esta presentación se calla o se deforma, ya estamos en otra cosa. Si nos acercamos en una barca a salvar a unos náufragos que se están ahogando, tendremos que acercarnos a ellos para ayudarlos a subir a la barca; pero si, por ayudarlos


más de prisa, nos echamos nosotros también al agua, nos ahogaremos con ellos. La comparación es bien clara, a los que están fuera de la plena comunión con la Iglesia hay que ayudarlos a llegar a ella, a entrar y vivir en la Iglesia, en la comunión y la gracia de Dios. Engañarlos con algunas frases agradables, pero no verdaderas, es dejarlos en su naufragio. —¿Cómo es el proceso que se vive en las Iglesias locales hasta el Sínodo ordinario de octubre de 2015? —El plan de conjunto propuesto por el Papa Francisco me parece de una gran importancia. Es un reto muy grande para la Iglesia. Ha quedado claro ante el mundo que la Iglesia católica quiere ayudar y servir a la familia humana y cristiana,

fundada en la alianza de amor, perpetuo y fecundo, entre un varón y una mujer, según los designios de Dios. Pero somos conscientes del deterioro que esta familia está sufriendo en nuestro mundo, del descuido de muchos cristianos, de las potentes fuerzas que actúan sobre ella buscando otros intereses difíciles de identificar. Es igual. Este servicio es una obligación de amor y de misión que los cristianos tenemos. Contamos con la ayuda de Dios y con la predisposición de los hombres y mujeres de buena voluntad hechos por Dios para el amor. El Evangelio es la fuerza de Dios. Lo débil de Dios es más fuerte que lo fuerte de los hombres. Este plan tiene que ser una fuerte llamada al fervor y a la confianza misionera de los cristianos. Nosotros ¡sí que podemos!

“LA IGLESIA ES FIEL A JESÚS Y A LA DOCTRINA” En declaraciones al programa El Espejo, de la Cadena COPE, el cardenal Fernando Sebastián, invitado por el Papa Francisco para participar en el Sínodo, ha resumido el trabajo de los Padres sinodales en la sesión extraordinaria: “Hemos buscado un diagnóstico realista, saber qué pasa hoy en las familias, para después preguntarnos qué podemos hacer nosotros para llevar a los cristianos y a la humanidad entera al esplendor, la belleza y la aportación de humanidad y de esperanza que significan el matrimonio y la familia cristiana”. El cardenal Sebastián ha confirmado que “en ningún momento ha habido blandura en la transmisión de la doctrina”, y que el debate sobre los divorciados casados de nuevo “no es el principal problema que afronta la pastoral familiar de la Iglesia, sino el hecho del gran número de bautizados que no se casan o lo hacen solo civilmente, y que viven tranquilamente fuera de la Iglesia y de la gracia de Dios. Esa es la gran angustia y la preocupación de la Iglesia”. En estos casos, “querer comulgar no puede ser un capricho, sino que lo mejor es querer volver a la comunión plena de la Iglesia”. Por último, el cardenal Sebastián ha rechazado interpretaciones arbitrarias en torno al Sínodo, al afirmar que, “a los que temen que la Iglesia abdique de su doctrina, les digo que no tengan ese temor; y a los que lo desean, les digo que lo van a desear inútilmente. La Iglesia será fiel a Jesús y desde la doctrina buscará la manera de acercarse a todas las personas, estén donde estén.

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TRAMPA PERVERSA Y VERGONZOSA El 14 de febrero pasado, durante la entrega de

premios de la competencia del 65° Festival de Cine de Berlín 2015, Chile se hizo presente en el escenario del Theater am Potsdamer Platz con la recepción de dos importantes galardones: Patricio Guzmán y Pablo Larraín ganaron el Oso de Plata al mejor guion por “El botón de Nácar” y a la mejor película por “El Club”, respectivamente. En un festival de cine con característico interés y enfoque en un arte que refleje los conflictos sociales y políticos actuales, no es de extrañar que estas dos obras —la primera, un documental sobre las tragedias históricas de Chile en su relación con el mar y la segunda sobre un grupo de sacerdotes que viven retirados como consecuencia de sus atroces crímenes— hayan sido seleccionadas como triunfadoras en este certamen internacional. Tal vez, más comentado aún que el premio de una competencia del renombre de Berlín, fue el innoble modo en que el cineasta Pablo Larraín celebró su reconocimiento. La sabiduría popular afirma muy acertadamente: “Dale poder al hombre y te demostrará quién es en realidad”. Es evidente que el Oso de Plata de Berlín en la categoría de mejor película es un gran trofeo. La talla de Berlín puede compararse fácilmente con festivales del nivel de Cannes o Venecia. Larraín no recibió el mayor galardón, el Oso de Oro, pero sí obtuvo lo que se asemejaría a un segundo lugar con el Gran Premio del Jurado —un jurado este año presidido por el director de cine Darren Aronofsky, que realizó su selección definitiva entre 19 cintas en competencia por el Oso de Oro—. Y ya henchido por su logro,

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aprovechó su plataforma para hacer él mismo su propia difusión publicitaria, en una inesperada exhibición de hybris. La película ganadora, “El Club”, estrenada en Berlín, pero aún no en las pantallas chilenas, es una obra inspirada en el escándalo de los abusos eclesiásticos. Aunque Larraín —originalmente educado en una familia y un colegio católicos— clama no estar haciendo una denuncia, el film apunta a explicitar la supuesta práctica de “ocultar” a los culpables de estos delitos por parte de la jerarquía. “En los colegios conocí a varios colectivos de sacerdotes —dijo el premiado en la conferencia de prensa que siguió a su momento de gloria—, unos santos, otros delincuentes en mitad de procesos judiciales y unos terceros que nadie sabe dónde están, porque la Iglesia católica los esconde”. Durante el vuelo de regreso a Chile desde Berlín, el 17 de febrero pasado, Pablo Larraín se encontró con el cardenal Francisco Javier Errázuriz y le mostró la estatuilla obtenida en el festival. En un acto de cortesía propio de su natural, el cardenal tomó el Oso de Plata en sus manos y escuchó a Larraín, su compatriota. Aprovechándose de la gentileza del Arzobispo emérito, el cineasta le tomó una foto e inadvertidamente la publicó en las redes sociales como si constituyera el segundo trofeo de su “valiente” cruzada. Subtituló su acto con una tramposa leyenda que decía: “Con orgullo, el líder e inspirador de ‘El Club’, abraza su premio”. Una cobarde puñalada por la espalda, sin aviso ni fundamento. Larraín vociferó a los aires como un juez mordaz enarbolando la autoridad social

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que le daba ser ganador de la Berlinale por su obra de ficción. Ya había mostrado antes, sin embargo, signos de la liviandad de sus palabras, chocantes como expresiones de un hombre con pretensiones de genio artístico que, insensible, no logró proceder en sintonía con la profunda complejidad de la realidad y con la conciencia del verdadero valor de la palabra y la imagen. En la conferencia de prensa formuló generalizaciones y simplificaciones sin matiz que ponen en duda si su aproximación a la delicada situación que trata en la película en cuestión, es primeramente artística o si su arte ha sido absorbido por la sensibilidad tosca de una mera campaña publicitaria, en todo caso, muy bien proyectada: “A mí me fascina que la Iglesia no crea en la justicia civil, y que solo Dios pueda juzgar sus pecados. Pero no quiero hacer una película ni un discurso de denuncia. Me parece curioso que hoy en día la Iglesia solo tenga un miedo, y que sean los medios de comunicación. Que el portavoz del nuncio [sic] sea más famoso a veces que el mismo Papa quiere decir algo. A los miembros de la curia les importa más lo que se dice de ellos que lo que ellos mismos hacen”. Y respecto a las posibles reacciones de la Iglesia ante su filme, señaló: “Lo que harán será no hablar de esto: nos daría publicidad. Este Papa tiene una oportunidad única en la historia para cambiar el drama de miles de víctimas de sacerdotes pederastas porque los tres anteriores han sido unos encubridores”. Si las intenciones se

revelan en los actos, las intenciones artísticas de Larraín con respecto al tema que trata “El Club” han aparecido al menos con un cariz deshonesto y extraordinariamente poco reflexivo. Mal síntoma de los tiempos… la decadencia de sus artistas no comprometidos con la expresión de la verdad —sea esta bella o dolorosa—, sino con el brillo engañoso de las celebridades. En el discurso de recepción del premio, Larraín había destacado la cantidad de crímenes que se habían cometido en la historia “en el nombre de Dios”, pero su gesto redirige la pregunta hacia los actos de bajeza que se pueden desplegar en nombre de lo que parece arte y es en realidad poder, fama, apariencias. Larraín desapareció del escenario después de su figurativo acto, pero salió de su “retiro” cuando detectó una reacción adversa ante la conducta de la que se había mostrado tan satisfecho. En el perverso acto de Larraín estaban en juego “tentadores beneficios, ni tan serios, ni tan nobles”, señaló en carta al Director de El Mercurio, el P. Joaquín Alliende. “Pero eso no es todo”, expresó: “El texto de pie de foto es una exquisita canallada en la cual Larraín, conociendo profesionalmente las sensibles repercusiones en las plurales redes de la comunicación actual, utilizó el halo de su imagen en un momento de triunfo”. A lo que agregó en el mismo espacio el senador Ignacio Walker: “Lo que hizo Pablo Larraín es una trampa (…) Chile no quiere más trampas”.

Ante los hechos descritos, HUMANITAS ha ofrecido su leal amistad al cardenal Francisco Javier Errázuriz, en señal de lo cual se reproduce a continuación su declaración al diario La Segunda:

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Cardenal Errázuriz responde a Pablo Larraín: “Tan solo por ignorancia o maldad se puede decir que la Iglesia protege clubes de pederastas”

Este texto fue escrito como respuesta a una petición de entrevista del diario La Segunda, tras la publicación de las declaraciones de Juan de Dios Larraín, hermano y socio del cineasta, sobre la foto tomada al arzobispo emérito de Santiago.

E n relación a la fotografía que me

tomó el Sr. Pablo Larraín, director de la película “El Club”, y que “La Segunda” difundió el lunes recién pasado con su leyenda difamatoria; y a las aclaraciones publicadas el día miércoles, conviene aclarar algunas cosas, y es necesario comentar afirmaciones muy graves sobre la Iglesia Católica. Es cierto que se me pidió autorización para sacar una fotografía, como lo hacen muchas personas, que se acercan cordialmente como ellos, porque quieren guardar un recuerdo. Pero también es cierto que en ningún momento me pidieron permiso para filmar la conversación, que de modo alguno fue una entrevista. Cuando percibí que uno de ellos no sacaba fotografías con su celular, sino que filmaba, le manifesté que debía suspender la filmación, y que no cabía publicar lo filmado, porque la conversación no era pública. La leyenda añadida a la fotografía refleja la acusación, tan superficial como grave, que le hizo Pablo Larraín a la Iglesia Católica, tanto en su discurso en Berlín, al recibir el Oso de Plata por su película, como en la entrevista que

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le concedió a EFE en esa ocasión. A esa acusación quiero referirme. El Sr. Larraín afirmó que el club de los pederastas que presenta en la película es una extensión del gran club que es la Iglesia (…) una organización que no cree en la justicia civil ni en la justicia laica, pero sí en que sus miembros deben rendirle cuentas solo a Dios, ya que la Iglesia lava sus atrocidades en el sacramento de la confesión, con lo cual los pederastas y sus cómplices quedan impunes. Por lo tanto, el director afirma de los sacerdotes abusadores que son eximidos de toda condena por parte de la justicia ordinaria, y que solo a ellos se les aplica la prescripción de los delitos. Puede ser comprensible que un artista no esté bien informado sobre estas materias, pero si decide filmar una película que trata de ellas, difamando a la Iglesia, debiera informarse. Es totalmente falso afirmar que la Iglesia no respeta ni acata el legítimo poder del Estado. Los miembros y los sacerdotes de la Iglesia Católica son ciudadanos como todos los chilenos, y deben responder por los delitos de los


cuales se les acuse, al igual que cualquier ciudadano, ante los Tribunales de Justicia. Prueba de ello son las penas de cárcel que han debido asumir varios acusados. A lo cual se agrega el juicio y las condenas que emiten los tribunales de la misma Iglesia Es cierto que en algunos casos, la declaración de culpabilidad por parte del Poder Judicial no ha conducido a una pena, porque los hechos habían prescrito. Pero esto vale para todos los ciudadanos que deben cumplir las leyes, y no solo para los religiosos. Sin embargo, en estos casos, dada la gravedad de los delitos, la Congregación para la Doctrina de la Fe ha levantado la prescripción y aplicado penas durísimas, incluyendo la pérdida del estado clerical, y con ello toda actividad sacerdotal. La norma de la Iglesia, como la publicó el Papa San Juan Pablo II, es esta: en el sacerdocio de la Iglesia no hay cabida para quienes abusan de niños. En lo que se refiere a mi intervención en estos casos, no hay que olvidar que yo mismo le recordé a un sacerdote que estaba en el extranjero su deber de presentarse a los tribunales donde se le había acusado. El juicio concluyó con la pena de cárcel, que cumplió cabalmente. En el otro caso, más conocido, el del

Pbro. Fernando Karadima, es cierto que tuvo lugar una demora inicial en el tratamiento de las dos primeras denuncias, que parecían no ser creíbles debido a la gran fama que rodeaba al acusado, y al hecho de nunca antes haber recibido una acusación a él de abuso sexual. En cuanto se aclaró la credibilidad, abrí e impulsé el proceso canónico, recibí las acusaciones aun de quienes no querían denunciar ante los tribunales, envié todas las actas y la acusación a Roma. Y, un punto muy importante, pedí que se le levantara la prescripción de los hechos. Solo de la Iglesia recibió una pena, sumamente dura. El proceso canónico no impidió que respondiera ante el Poder Judicial. Este no le impuso pena alguna, por la prescripción de los hechos. Tan solo por ignorancia o también por ma ldad se puede deci r que la Iglesia propicia la impunidad, o que protege clubes de pederastas. Es más, cuando leo las medidas que ha tomado la Iglesia para tutelar el bien de los menores de edad, y los castigos que aplica a quienes abusan de ellos, pienso que la Iglesia Católica ha reaccionado ejemplarmente ante este mal gravísimo, que afecta a muchas organizaciones y a muchas familias, de las cuales poco o nada se sabe.

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La Palabra del Papa

TERESA DE ÁVILA, DOCTORA DE LA IGLESIA: UNA ENSEÑANZA QUE DURA CINCO SIGLOS El día 28 de marzo se celebró en todos los carmelos descalzos del mundo los 500 años del nacimiento de su fundadora, Santa Teresa, la primera mujer declarada Doctora de la Iglesia. En carta al obispo de Ávila, el Papa Francisco subrayó que nada de su enseñanza ha perdido vigencia. “Contemplación y acción siguen siendo su legado para los cristianos del siglo XXI. Por eso, cuánto me gustaría que pudiéramos hablar con ella, tenerla delante y preguntarle tantas cosas. Siglos después, su testimonio y sus palabras nos alientan a todos a adentrarnos en nuestro castillo interior y a salir fuera, a «hacerse espaldas unos a otros... para ir adelante» (Vida 7, 22).

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oy mi corazón está en Ávila, donde hace quinientos años nació Teresa de Jesús. Pero no puedo olvidar tantos otros lugares que conservan su memoria, por los que pasó con sus sandalias desgastadas recorriendo caminos polvorientos: Medina del Campo, Malagón, Valladolid, Duruelo, Toledo, Pastrana, Salamanca, Segovia, Beas de Segura, Sevilla, Caravaca de la Cruz, Villanueva de la Jara, Palencia, Soria, Granada, Burgos y Alba de Tormes. Además, la huella de esta preclara Reformadora sigue viva en los cientos HUMANITAS Nº 78 pp. 118 - 132

de conventos de carmelitas diseminados por todo el mundo. Sus hijos e hijas en el Carmelo mantienen ardiente la luz renovadora que la Santa encendió para bien de toda la Iglesia. A esta insigne «maestra de espirituales», mi predecesor, el beato Pablo VI, tuvo el inédito gesto de conferirle el título de Doctora de la Iglesia. ¡La primera mujer Doctora de la Iglesia! Ella nos muestra al vivo lo secreto de Dios, donde entró «por vía de la experiencia, vivida en la santidad de una vida consagrada

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Nada de esto ha perdido su vigencia. Contemplación y acción siguen siendo su legado para los cristianos del siglo XXI. (…) Siglos después, su testimonio y sus palabras nos alientan a todos a adentrarnos en nuestro castillo interior y a salir fuera, a «hacerse espaldas unos a otros... para ir adelante» (Vida 7, 22). a la contemplación y, al mismo tiempo, comprometida en la acción, por vía de experiencia simultáneamente sufrida y gozada en la efusión de carismas espirituales extraordinarios» (Homilía en la Declaración del Doctorado de Santa Teresa, 27 septiembre 1970: AAS [1970] 592). Nada de esto ha perdido su vigencia. Contemplación y acción siguen siendo su legado para los cristianos del siglo XXI. Por eso, cuánto me gustaría que pudiéramos hablar con ella, tenerla delante y preguntarle tantas cosas. Siglos después, su testimonio y sus palabras nos alientan a todos a adentrarnos en nuestro castillo interior y a salir fuera, a «hacerse espaldas unos a otros... para ir adelante» (Vida 7, 22). Sí, entrar en Dios y salir con su amor a servir a los hermanos. A esto «convida el Señor a todos» (Camino 19,15), sea cual sea nuestra condición y el lugar que ocupemos en la Iglesia (cf. Camino 5,5). ¿Cómo ser contemplativos en la acción? ¿Qué consejos nos das tú, Teresa, hoy? En la hora presente, sus primeros interlocutores serían los religiosos y las religio-

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sas, a los que la Santa animaría a comprometerse sin ambages: «No, hermanas mías, no es tiempo de tratar con Dios negocios de poca importancia» (Camino 1,5), les decía a sus monjas. Ella hoy nos saca de la autorreferencialidad y nos impulsa a ser consagrados «en salida», con un modo de vida austero, sin “encapotamientos” ni amarguras: «No os apretéis, porque si el alma se comienza a encoger, es muy mala cosa para todo lo bueno» (Camino 41,5). En este Año de la Vida Consagrada, nos enseña a ir a lo fundamental, a no dejarle a Cristo las migajas de nuestro tiempo o de nuestra alma, sino a llevarlo todo a ese amistoso coloquio con el Señor, «estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama» (Vida 8,5). ¿Y sobre los sacerdotes? Santa Teresa diría abiertamente: no los olviden en su oración. Sabemos bien que para ella fueron apoyo, luz y guía. Consciente como era de la importancia de la predicación para la fe de las gentes más sencillas, valoraba a los presbíteros y, «si veía a alguno predicar con espíritu y bien, un amor particular

SANTA TERESA / V CENTENARIO


le cobraba» (Vida 8,12). Pero, sobre todo, la Santa oraba por ellos y pedía a sus monjas que estuvieran «todas ocupadas en oración por los que son defensores de la Iglesia y los predicadores y letrados que la defienden» (Camino 1,2). Qué hermoso sería que la imitáramos rezando infatigablemente por los ministros del Evangelio, para que no se apague

Ella hoy nos saca de la autorreferencialidad y nos impulsa a ser consagrados «en salida», con un modo de vida austero, sin “encapotamientos” ni amarguras: «No os apretéis, porque si el alma se comienza a encoger, es muy mala cosa para todo lo bueno» (Camino 41,5). En este Año de la Vida Consagrada, nos enseña (…) a no dejarle a Cristo las migajas de nuestro tiempo o de nuestra alma, sino a llevarlo todo a ese amistoso coloquio con el Señor, «estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama» (Vida 8,5). La Santa oraba por ellos y pedía a sus monjas que estuvieran «todas ocupadas en oración por los que son defensores de la Iglesia y los predicadores y letrados que la defienden» (Camino 1,2).

A esta insigne «maestra de espirituales», mi predecesor, el beato Pablo VI, tuvo el inédito gesto de conferirle el título de Doctora de la Iglesia. ¡La primera mujer Doctora de la Iglesia! Ella nos muestra al vivo lo secreto de Dios.

en ellos el entusiasmo ni el fuego del amor divino y se entreguen del todo a Cristo y a su Iglesia, de modo que sean para los demás brújula, bálsamo, acicate y consuelo, como lo fueron para ella. Que la plegaria y la cercanía de los Carmelos acompañen siempre a los sacerdotes en el ejercicio del ministerio pastoral. ¿Y a los laicos? ¿Y a las familias, que en este año tan presentes están en el corazón de la Iglesia? Teresa fue hija de padres piadosos y honrados. A ellos dedica unas palabras elogiosas apenas comienza el Libro de la Vida: «El tener padres virtuosos y temerosos de Dios me bastara, si yo no fuera tan ruin, con lo que el Señor me favorecía, para ser buena» (1,1). De joven, cuando aún era «enemiguísima de ser monja» (Vida 2,8), se planteó seguir el camino del matrimonio, como las chicas de su edad. Fueron muchos y buenos los laicos con los que la Santa

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Qué hermoso sería que la imitáramos rezando infatigablemente por los ministros del Evangelio, para que no se apague en ellos el entusiasmo ni el fuego del amor divino y se entreguen del todo a Cristo y a su Iglesia, de modo que sean para los demás brújula, bálsamo, acicate y consuelo, como lo fueron para ella. trató y que le facilitaron sus fundaciones: Francisco de Salcedo, el “caballero santo”; su amiga Guiomar de Ulloa o Antonio Gaytán, a quien le escribe alabando su estado y pidiéndole que se alegre por ello (cf. Carta 386 2). Necesitamos hoy hombres y mujeres como ellos, que tengan amor a la Iglesia, que colaboren con ella en su apostolado, que no sean solo destinatarios del Evangelio, sino discípulos y misioneros de la divina Palabra. Hay ambientes a los que solo ellos pueden llevar el mensaje de salvación, como fermento de una sociedad más justa y solidaria. Santa Teresa sigue invitando a los cristianos de hoy a sumarse a la causa del Reino de Dios y a formar hogares donde Cristo sea la roca en la que se apoyen y la meta que corone sus anhelos. ¿Y a los jóvenes? Mujer inquieta, vivió su juventud con la alegría propia de esta etapa de la vida. Nunca perdió ese espíritu jovial que ha quedado reflejado en tantas máximas que retratan sus cualidades y su talante emprendedor. Estaba convencida de que hay que «tener una santa osadía, que Dios ayuda a los fuertes» (Camino

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16,12). Esa confianza en Dios la empujaba a ir siempre adelante, sin ahorrar sacrificios ni pensar en sí misma con tal de amar al prójimo: «Son menester amigos fuertes de Dios para sustentar a los flacos» (Vida 15,5). Así puso de manifiesto que miedo y juventud no se casan. Que el ejemplo de la Santa infunda valentía a las nuevas generaciones, para que no se les arrugue «el ánima y el ánimo» (Camino 41,8). Sobre todo, cuando descubran que merece la pena seguir a Cristo de por vida, como lo hicieron aquellas primeras monjas Carmelitas Descalzas que, en medio de no pocas contrariedades, abrieron las puertas del primer “palomarcico”, un 24 de agosto de 1562. De la mano de Teresa, los jóvenes tendrán valor para huir de la mediocridad y la tibieza y albergar en su alma grandes deseos, nobles aspiraciones dignas de las

De la mano de Teresa, los jóvenes tendrán valor para huir de la mediocridad y la tibieza y albergar en su alma grandes deseos, nobles aspiraciones dignas de las mejores causas. Me parece oírla ahora advertirles con su gracejo que si no tienen altas miras serán como «sapos», que caminan lenta y rastreramente, y se contentarán con «solo cazar lagartijas», dando importancia a minucias en lugar de a las cosas que cuentan de verdad (cf. Vida 13,3).


mejores causas. Me parece oírla ahora advertirles con su gracejo que si no tienen altas miras serán como «sapos», que caminan lenta y rastreramente, y se contentarán con «solo cazar lagartijas», dando importancia a minucias en lugar de a las cosas que cuentan de verdad (cf. Vida 13,3). Y, de modo especial, ruego a Santa Teresa que nos regale la devoción y el fervor que ella tenía a san José. Harto bien haría que los que pasan por la prueba del dolor, la enfermedad, la soledad, quienes se sienten agobiados o entristecidos recurrieran a este insigne Patriarca con el amor y la confianza con que lo hacía la Santa. Te confieso, querido Hermano, que a menudo le hablo a san José de mis preocupaciones y problemas

y, como ella, «no me acuerdo hasta ahora haberle suplicado cosa que la haya dejado de hacer... A otros santos parece les dio el Señor gracia para socorrer en una necesidad, a este glorioso Santo tengo experiencia que socorre en todas y que quiere el Señor darnos a entender que así como le fue sujeto en la tierra —que como tenía el nombre de padre, siendo ayo, le podía mandar—, así en el cielo hace cuanto le pide» (Vida 6,6). «Glorioso Patriarca San José, cuyo poder sabe hacer posibles las cosas imposibles... Muéstrame que tu bondad es tan grande como tu poder», dice una antigua oración inspirada en la experiencia de la Santa. (Vaticano, 28 de marzo 2015)

LA FAMILIA: AMBIENTE PRIVILEGIADO EN LA GRATUIDAD DEL AMOR “Exultar por la alegría del encuentro es, en cierto sentido, el arquetipo y el símbolo de cualquier otra comunicación que aprendemos incluso antes de venir al mundo. El seno materno que nos acoge es la primera «escuela» de comunicación, hecha de escucha y de contacto corpóreo, donde comenzamos a familiarizarnos con el mundo externo en un ambiente protegido y con el sonido tranquilizador del palpitar del corazón de la mamá”, señaló el S.S. Francisco dirigiéndose a los comunicadores de todo el mundo en la Jornada Mundial de las Comunicaciones.

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l tema de la familia está en el centro de una profunda reflexión eclesial y de un proceso sinodal que prevé dos sínodos, uno extraordinario –apenas celebrado– y

otro ordinario, convocado para el próximo mes de octubre. En este contexto, he considerado oportuno que el tema de la próxima Jornada Mundial de las Comunicaciones

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Sociales tuviera como punto de referencia la familia. En efecto, la familia es el primer lugar donde aprendemos a comunicar. Volver a este momento originario nos puede ayudar tanto a comunicar de modo más auténtico y humano como a observar la familia desde un nuevo punto de vista.

Nosotros no inventamos las palabras: las podemos usar porque las hemos recibido. En la familia se aprende a hablar la lengua materna, es decir, la lengua de nuestros antepasados (cf. 2 M 7,25.27). En la familia se percibe que otros nos han precedido, y nos han puesto en condiciones de existir y de poder, también nosotros, generar vida y hacer algo bueno y hermoso. Podemos dar porque hemos recibido, y este círculo virtuoso está en el corazón de la capacidad de la familia (…) es el paradigma de toda comunicación. Podemos dejarnos inspirar por el episodio evangélico de la visita de María a Isabel (cf. Lc 1,39-56). «En cuanto Isabel oyó el saludo de María, la criatura saltó en su vientre, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó a voz en grito: “¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre!”» (vv. 41-42). Este episodio nos muestra ante todo la comunicación como un diálogo que se entre-

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laza con el lenguaje del cuerpo. En efecto, la primera respuesta al saludo de María la da el niño saltando gozosamente en el vientre de Isabel. Exultar por la alegría del encuentro es, en cierto sentido, el arquetipo y el símbolo de cualquier otra comunicación que aprendemos incluso antes de venir al mundo. El seno materno que nos acoge es la primera «escuela» de comunicación, hecha de escucha y de contacto corpóreo, donde comenzamos a familiarizarnos con el mundo externo en un ambiente protegido y con el sonido tranquilizador del palpitar del corazón de la mamá. Este encuentro entre dos seres a la vez tan íntimos, aunque todavía tan extraños uno de otro, es un encuentro lleno de promesas, es nuestra primera experiencia de comunicación. Y es una experiencia que nos acomuna a todos, porque todos nosotros hemos nacido de una madre. Después de llegar al mundo, permanecemos en un «seno», que es la familia. Un seno hecho de personas diversas en relación; la familia es el «lugar donde se aprende a convivir en la diferencia» (Exort. ap. Evangelii gaudium, 66): diferencias de géneros y de generaciones, que comunican antes que nada porque se acogen mutuamente, porque entre ellos existe un vínculo. Y cuanto más amplio es el abanico de estas relaciones y más diversas son las edades, más rico es nuestro ambiente de vida. Es el vínculo el que fundamenta la palabra, que a su vez fortalece el vínculo. Nosotros no inventamos las palabras: las podemos usar porque las hemos recibido. En la familia se aprende a hablar la lengua materna, es decir, la lengua de nuestros antepasados (cf. 2 M 7,25.27). En la familia se percibe que otros nos han precedido, y nos han puesto en condiciones


Por eso, la familia en la que, con los propios límites y pecados, todos se quieren, se convierte en una escuela de perdón. El perdón es una dinámica de comunicación: una comunicación que se desgasta, se rompe y que, mediante el arrepentimiento expresado y acogido, se puede reanudar y acrecentar. de existir y de poder, también nosotros, generar vida y hacer algo bueno y hermoso. Podemos dar porque hemos recibido, y este círculo virtuoso está en el corazón de la capacidad de la familia de comunicarse y de comunicar; y, más en general, es el paradigma de toda comunicación. La experiencia del vínculo que nos «precede» hace que la familia sea también el contexto en el que se transmite esa forma fundamental de comunicación que es la oración. Cuando la mamá y el papá acuestan para dormir a sus niños recién nacidos, a menudo los confían a Dios para que vele por ellos; y cuando los niños son un poco mayores, recitan junto a ellos oraciones simples, recordando con afecto a otras personas: a los abuelos y otros familiares, a los enfermos y los que sufren, a todos aquellos que más necesitan de la ayuda de Dios. Así, la mayor parte de nosotros ha aprendido en la familia la dimensión religiosa de la comunicación, que en el cristianismo está impregnada de amor, el amor de Dios que se nos da y que nosotros ofrecemos a los demás.

Lo que nos hace entender en la familia lo que es verdaderamente la comunicación como descubrimiento y construcción de proximidad es la capacidad de abrazarse, sostenerse, acompañarse, descifrar las miradas y los silencios, reír y llorar juntos, entre personas que no se han elegido y que, sin embargo, son tan importantes las unas para las otras. Reducir las distancias, saliendo los unos al encuentro de los otros y acogiéndose, es motivo de gratitud y alegría: del saludo de María y del salto del niño brota la bendición de Isabel, a la que sigue el bellísimo canto del Magnificat, en el que María alaba el plan de amor de Dios sobre ella y su pueblo. La familia es, más que ningún otro, el lugar en el que, viviendo juntos la cotidianidad, se experimentan los límites propios y ajenos, los pequeños y grandes problemas de la convivencia, del ponerse de acuerdo. No existe la familia perfecta, pero no hay que tener miedo a la imperfección, a la fragilidad, ni siquiera a los conflictos;

Los medios de comunicación tienden en ocasiones a presentar la familia como si fuera un modelo abstracto que hay que defender o atacar, en lugar de una realidad concreta que se ha de vivir; o como si fuera una ideología de uno contra la de algún otro, en lugar del espacio donde todos aprendemos lo que significa comunicar en el amor recibido y entregado.

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El desafío que hoy se nos propone es, por tanto, volver a aprender a narrar, no simplemente a producir y consumir información. (…) La información es importante pero no basta, porque a menudo simplifica, (…) invitando a ponerse de una u otra parte, en lugar de favorecer una visión de conjunto. hay que aprender a afrontarlos de manera constructiva. Por eso, la familia en la que, con los propios límites y pecados, todos se quieren, se convierte en una escuela de perdón. El perdón es una dinámica de comunicación: una comunicación que se desgasta, se rompe y que, mediante el arrepentimiento expresado y acogido, se puede reanudar y acrecentar. Un niño que aprende en la familia a escuchar a los demás, a hablar de modo respetuoso, expresando su propio punto de vista sin negar el de los demás, será un constructor de diálogo y reconciliación en la sociedad. A propósito de límites y comunicación, tienen mucho que enseñarnos las familias con hijos afectados por una o más discapacidades. El déficit en el movimiento, los sentidos o el intelecto supone siempre una tentación de encerrarse; pero puede convertirse, gracias al amor de los padres, de los hermanos y de otras personas amigas, en un estímulo para abrirse, compartir, comunicar de modo inclusivo; y puede ayudar a la escuela, la parroquia, las asociaciones, a que sean más acogedo-

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ras con todos, a que no excluyan a nadie. Hoy, los medios de comunicación más modernos, que son irrenunciables sobre todo para los más jóvenes, pueden tanto obstaculizar como ayudar a la comunicación en la familia y entre familias. La pueden obstaculizar si se convierten en un modo de sustraerse a la escucha, de aislarse de la presencia de los otros, de saturar cualquier momento de silencio y de espera, olvidando que «el silencio es parte integrante de la comunicación y sin él no existen palabras con densidad de contenido» (Benedicto XVI, Mensaje para la XLVI Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, 24 enero 2012). La pueden favorecer si ayudan a contar y compartir, a permanecer en contacto con quienes están lejos, a agradecer y a pedir perdón, a hacer posible una y otra vez el encuentro. Redescubriendo cotidianamente este centro vital que es el encuentro, este «inicio vivo», sabremos orientar nuestra relación con las tecnologías, en lugar de ser guiados por ellas. También en este campo, los padres son los primeros educadores. Pero no hay que dejarlos solos; la comunidad cristiana está llamada a ayudarles para vivir en el mundo de la comunicación según los criterios de la dignidad de la persona humana y del bien común. El desafío que hoy se nos propone es, por tanto, volver a aprender a narrar, no simplemente a producir y consumir información. Esta es la dirección hacia la que nos empujan los potentes y valiosos medios de la comunicación contemporánea. La información es importante pero no basta, porque a menudo simplifica, contrapone las diferencias y las visiones distintas, invitando a ponerse de una u otra parte, en


lugar de favorecer una visión de conjunto. La familia, en conclusión, no es un campo en el que se comunican opiniones, o un terreno en el que se combaten batallas ideológicas, sino un ambiente en el que se aprende a comunicar en la proximidad y un sujeto que comunica, una «comunidad comunicante». Una comunidad que sabe acompañar, festejar y fructificar. En este sentido, es posible restablecer una mirada capaz de reconocer que la familia sigue siendo un gran recurso, y no solo un problema o una institución en crisis. Los medios de comunicación tienden en ocasiones a presentar la familia como si fuera un modelo abstracto que hay que defender o atacar, en lugar de una realidad concreta que se ha de vivir; o como si fuera una ideología de uno

contra la de algún otro, en lugar del espacio donde todos aprendemos lo que significa comunicar en el amor recibido y entregado. Narrar significa más bien comprender que nuestras vidas están entrelazadas en una trama unitaria, que las voces son múltiples y que cada una es insustituible. La familia más hermosa, protagonista y no problema, es la que sabe comunicar, partiendo del testimonio, la belleza y la riqueza de la relación entre hombre y mujer, y entre padres e hijos. No luchamos para defender el pasado, sino que trabajamos con paciencia y confianza, en todos los ambientes en que vivimos cotidianamente, para construir el futuro. (Vaticano, 23-I-2015)

EL PADRE: TRANSMISOR DE HERENCIA Y RECEPTOR DE CONSUELO “No se podría expresar mejor el orgullo y la emoción de un padre que reconoce haber transmitido al hijo lo que importa de verdad en la vida, o sea, un corazón sabio. Este padre no dice: «Estoy orgulloso de ti porque eres precisamente igual a mí, porque repites las cosas que yo digo y hago». No, le dice algo mucho más importante, que podríamos interpretar así: «Seré feliz cada vez que te vea actuar con sabiduría, y me emocionaré cada vez que te escuche hablar con rectitud”, manifestó el Papa Francisco durante una Audiencia General.

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ada familia necesita del padre. Hoy nos centramos en el valor de su papel, y quisiera partir de algunas expresiones que se encuentran en el libro de los Pro-

verbios, palabras que un padre dirige al propio hijo, y dice así: «Hijo mío, si se hace sabio tu corazón, también mi corazón se alegrará. Me alegraré de todo corazón

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Un buen padre sabe esperar y sabe perdonar desde el fondo del corazón. Cierto, sabe también corregir con firmeza: no es un padre débil, complaciente, sentimental. El padre que sabe corregir sin humillar es el mismo que sabe proteger sin guardar nada para sí. si tus labios hablan con acierto» (Pr 23, 15-16). No se podría expresar mejor el orgullo y la emoción de un padre que reconoce haber transmitido al hijo lo que importa de verdad en la vida, o sea, un corazón sabio. Este padre no dice: «Estoy orgulloso de ti porque eres precisamente igual a mí, porque repites las cosas que yo digo y hago». No, no le dice sencillamente algo. Le dice algo mucho más importante, que podríamos interpretar así: «Seré feliz cada vez que te vea actuar con sabiduría, y me emocionaré cada vez que te escuche hablar con rectitud. Esto es lo que quise dejarte, para que se convirtiera en algo tuyo: el hábito de sentir y obrar, hablar y juzgar con sabiduría y rectitud. Y para que pudieras ser así, te enseñé lo que no sabías, corregí errores que no veías. Te hice sentir un afecto profundo y al mismo tiempo discreto, que tal vez no has reconocido plenamente cuando eras joven e incierto. Te di un testimonio de rigor y firmeza que tal vez no comprendías, cuando hubieses querido solo complicidad y protección. Yo mismo, en primer lugar, tuve que

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ponerme a la prueba de la sabiduría del corazón, y vigilar sobre los excesos del sentimiento y del resentimiento, para cargar el peso de las inevitables incomprensiones y encontrar las palabras justas para hacerme entender. Ahora —sigue el padre—, cuando veo que tú tratas de ser así con tus hijos, y con todos, me emociono. Soy feliz de ser tu padre». Y esto es lo que dice un padre sabio, un padre maduro. Un padre sabe bien lo que cuesta transmitir esta herencia: cuánta cercanía, cuánta dulzura y cuánta firmeza. Pero, cuánto consuelo y cuánta recompensa se recibe cuando los hijos rinden honor a esta herencia. Es una alegría que recompensa toda fatiga, que supera toda incomprensión y cura cada herida. La primera necesidad, por lo tanto, es precisamente esta: que el padre esté presente en la familia. Que sea cercano a la esposa, para compartir todo, alegrías y dolores, cansancios y esperanzas. Y que sea cercano a los hijos en su crecimiento: cuando juegan y cuando tienen ocupaciones, cuando

Así, pues, si hay alguien que puede explicar en profundidad la oración del «Padrenuestro», enseñada por Jesús, es precisamente quien vive en primera persona la paternidad. Sin la gracia que viene del Padre que está en los cielos, los padres pierden valentía y abandonan el campo.


son despreocupados y cuando están angustiados, cuando se expresan y cuando son taciturnos, cuando se lanzan y cuando tienen miedo, cuando dan un paso equivocado y cuando vuelven a encontrar el camino; padre presente, siempre. Decir presente no es lo mismo que decir controlador. Porque los padres demasiado controladores anulan a los hijos, no los dejan crecer. El Evangelio nos habla de la ejemplaridad del Padre que está en el cielo —el único, dice Jesús, que puede ser llamado verdaderamente «Padre bueno» (cf. Mc 10, 18). Todos conocen esa extraordinaria parábola llamada del «hijo pródigo», o mejor del «padre misericordioso», que está en el Evangelio de san Lucas en el capítulo 15 (cf. 15, 11-32). Un buen padre sabe esperar y sabe perdonar desde el fondo del corazón. Cierto, sabe también corregir con firmeza: no es un padre débil, complaciente, sentimental. El padre que sabe corregir sin humillar es el mismo que sabe proteger sin guardar nada para sí. Una vez escuché en una reunión de matrimonio a un papá que decía: «Algunas veces tengo que castigar un poco a mis hijos... pero nunca bruscamente para no humillarlos». ¡Qué hermoso! Tiene sentido de la dignidad. Debe castigar, lo hace del modo justo, y sigue adelante.

La primera necesidad, por lo tanto, es precisamente esta: que el padre esté presente en la familia. Que sea cercano a la esposa, para compartir todo, alegrías y dolores, cansancios y esperanzas. Así, pues, si hay alguien que puede explicar en profundidad la oración del «Padrenuestro», enseñada por Jesús, es precisamente quien vive en primera persona la paternidad. Sin la gracia que viene del Padre que está en los cielos, los padres pierden valentía y abandonan el campo. Pero los hijos necesitan encontrar un padre que los espera cuando regresan de sus fracasos. Harán de todo por no admitirlo, para no hacerlo ver, pero lo necesitan; y el no encontrarlo abre en ellos heridas difíciles de cerrar. La Iglesia, nuestra madre, está comprometida en apoyar con todas las fuerzas la presencia buena y generosa de los padres en las familias, porque ellos son para las nuevas generaciones custodios y mediadores insustituibles de la fe en la bondad, de la fe en la justicia y en la protección de Dios, como san José. (Vaticano, 4-II-2015)

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ABANDONO ES LA ENFERMEDAD MÁS GRAVE DE LOS ANCIANOS “En la tradición de la Iglesia existe un bagaje de sabiduría que siempre sostuvo una cultura de cercanía a los ancianos, una disposición al acompañamiento afectuoso y solidario en esta parte final de la vida. Esa tradición tiene su raíz en la Sagrada Escritura, como lo atestiguan, por ejemplo, estas expresiones del Libro del Sirácides: «No desprecies los discursos de los ancianos, que también ellos aprendieron de sus padres; porque de ellos aprenderás inteligencia y a responder cuando sea necesario» (Sir 8, 9)”, señaló el Papa Francisco en audiencia a los miembros de la Academia para la Vida,

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racias a los progresos de la medicina la vida se ha alargado: pero la sociedad no se ha «abierto» a la vida. El número de ancianos se ha multiplicado, pero nuestras sociedades no se han organizado lo suficiente para hacerles espacio, con justo respeto y concreta consideración a su fragilidad y dignidad. Mientras somos jóvenes, somos propensos a ignorar la vejez, como si fuese una enfermedad que hay que mantener alejada; cuando luego llegamos a ancianos, especialmente si somos pobres, si estamos enfermos y solos, experimentamos las lagunas de una sociedad programada a partir de la eficiencia, que, como consecuencia, ignora a los ancianos. Y los ancianos son una riqueza, no se pueden ignorar. Benedicto XVI, al visitar una casa para ancianos, usó palabras claras y proféticas, decía así: «La calidad de una sociedad, quisiera decir de una civilización, se juzga también por cómo se trata a los ancianos y por el lugar que se les

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reserva en la vida en común» (12 de noviembre de 2012). Es verdad, la atención a los ancianos habla de la calidad de una civilización. ¿Se presta atención al anciano en una civilización? ¿Hay sitio para el anciano? Esta civilización seguirá adelante si sabe respetar la sabiduría, la sabiduría de los ancianos. En una civilización en la que no hay sitio para los ancianos o se los descarta porque crean problemas, esta sociedad lleva consigo el virus de la muerte. En Occidente, los estudiosos presentan el siglo actual como el siglo del envejecimiento: los hijos disminuyen, los ancianos aumentan. Este desequilibrio nos interpela, es más, es un gran desafío para la sociedad contemporánea. Sin embargo, una cultura de la ganancia insiste en presentar a los ancianos como un peso, un «estorbo». No solo no producen, piensa esta cultura, sino que son una carga: en definitiva, ¿cuál es el resultado de pensar así? Se descartan. Es feo ver a los ancia-


nos descartados, es algo feo, es pecado. No se dice abiertamente, pero se hace. Hay algo de cobardía en ese habituarse a la cultura del descarte, pero estamos acostumbrados a descartar gente. Queremos borrar nuestro ya crecido miedo a la debilidad y a la vulnerabilidad; pero actuando así aumentamos en los ancianos la angustia de ser mal soportados y abandonados. Ya en mi ministerio en Buenos Aires toqué con la mano esta realidad con sus problemas: «Los ancianos son abandonados, y no solo en la precariedad material. Son abandonados en la egoísta incapacidad de aceptar sus límites que reflejan nuestros límites, en las numerosas dificultades que hoy deben superar para sobrevivir en una civilización que no les permite participar, dar su parecer, ni ser referentes según el modelo de consumo donde “solo los jóvenes pueden ser útiles y pueden gozar”. Estos ancianos, en cam-

Este desequilibrio nos interpela, es más, es un gran desafío para la sociedad contemporánea. Sin embargo, una cultura de la ganancia insiste en presentar a los ancianos como un peso, un «estorbo». No solo no producen, piensa esta cultura, sino que son una carga: en definitiva, ¿cuál es el resultado de pensar así? Se descartan. Es feo ver a los ancianos descartados, es algo feo, es pecado (…) Estos ancianos, en cambio, deberían ser, para toda la sociedad, la reserva de sabiduría de nuestro pueblo.

La atención a los ancianos habla de la calidad de una civilización. ¿Se presta atención al anciano en una civilización? ¿Hay sitio para el anciano? Esta civilización seguirá adelante si sabe respetar la sabiduría, la sabiduría de los ancianos. En una civilización en la que no hay sitio para los ancianos o se los descarta porque crean problemas, esta sociedad lleva consigo el virus de la muerte.

bio, deberían ser, para toda la sociedad, la reserva de sabiduría de nuestro pueblo. Los ancianos son la reserva de sabiduría de nuestro pueblo. ¡Con cuánta facilidad se deja dormir la conciencia cuando no hay amor!» (Solo el amor nos puede salvar, Ciudad del Vaticano 2013, p. 83). Y esto sucede. Cuando visitaba las residencias de ancianos, recuerdo que hablaba con cada uno y muchas veces escuché esto: «¿Cómo está usted? ¿Y sus hijos? −Bien, bien. −¿Cuántos hijos tiene? −Muchos. − ¿Y vienen a visitarla? −Sí, sí, siempre, sí, vienen. −¿Cuándo vinieron por última vez?». Recuerdo que una anciana me decía: «Ah, por Navidad». Y estábamos en agosto. Ocho meses sin recibir la visita

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Una sociedad sin proximidad, donde la gratuidad y el afecto sin contrapartida —incluso entre desconocidos— van desapareciendo, es una sociedad perversa. La Iglesia, fiel a la Palabra de Dios, no puede tolerar estas degeneraciones. Una comunidad cristiana en la que proximidad y gratuidad ya no fuesen consideradas indispensables, perdería con ellas su alma. Donde no hay consideración hacia los ancianos, no hay futuro para los jóvenes de los hijos, ocho meses abandonada. Esto se llama pecado mortal, ¿entendido? En la tradición de la Iglesia existe un bagaje de sabiduría que siempre sostuvo una cultura de cercanía a los ancianos, una disposición al acompañamiento afectuoso y solidario en esta parte final de la vida. Esa tradición tiene su raíz en la Sagrada Escritura, como lo atestiguan, por ejemplo, estas expresiones del Libro del Sirácides: «No desprecies los discursos de los ancianos, que también ellos aprendieron de sus padres; porque de ellos aprenderás inteligencia y a responder cuando sea necesario» (Sir 8, 9). La Iglesia no puede y no quiere conformarse a una mentalidad de intolerancia, y

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mucho menos de indiferencia y desprecio, respecto a la vejez. Debemos despertar el sentido colectivo de gratitud, de aprecio, de hospitalidad, que hagan sentir al anciano parte viva de su comunidad. Los ancianos son hombres y mujeres, padres y madres que estuvieron antes que nosotros en el mismo camino, en nuestra misma casa, en nuestra diaria batalla por una vida digna. Son hombres y mujeres de quienes recibimos mucho. El anciano no es un enemigo. El anciano somos nosotros: dentro de poco, dentro de mucho, inevitablemente de todos modos, incluso si no lo pensamos. Y si no aprendemos a tratar bien a los ancianos, así nos tratarán a nosotros. Un poco frágiles somos todos los ancianos. Algunos, sin embargo, son especialmente débiles, muchos están solos y con el peso de la enfermedad. Algunos dependen de tratamientos indispensables y de la atención de los demás. ¿Daremos por esto un paso hacia atrás? ¿Los abandonaremos a su destino? Una sociedad sin proximidad, donde la gratuidad y el afecto sin contrapartida —incluso entre desconocidos— van desapareciendo, es una sociedad perversa. La Iglesia, fiel a la Palabra de Dios, no puede tolerar estas degeneraciones. Una comunidad c r i st i a n a e n l a que prox i m idad y gratuidad ya no fuesen consideradas indispensables, perdería con ellas su alma. Donde no hay consideración hacia los ancianos, no hay futuro para los jóvenes. (Vaticano, 4-III-2015)


PANORAMA SÍNODO DE LA FAMILIA 2014 – 2015

El Papa Francisco presidió la celebración de la misa de apertura de la III Asamblea General Extraordinaria del Sínodo de obispos sobre la Familia el 2014, presidida por el Papa.

Thimothy Card. Dolan: Un Magisterio indispensable para el Sínodo de la Familia

El Arzobispo de Nueva York (Estados Unidos), cardenal Timothy Dolan, resaltó que para el próximo Sínodo de la Familia que se celebrará en octubre de este año en el Vaticano, “la guía de San Juan Pablo II es indispensable, como ha indicado el Papa Francisco”.

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En una reunión celebrada el 2 de febrero, el Purpurado recordó que en esa fecha el año pasado el Papa Francisco dio a conocer una Carta a las Familias en la que explicó la importancia del Sínodo y la necesidad de que todos recen por este evento.

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“Esta Asamblea sinodal está dedicada de modo especial a ustedes, a su vocación y misión en la Iglesia y en la sociedad, a los problemas de los matrimonios, de la vida familiar, de la educación de los hijos, y a la tarea de las familias en la misión de la Iglesia. Por tanto, les pido que invoquen con insistencia al Espíritu Santo, para que ilumine a los Padres sinodales y los guíe en su grave responsabilidad”, escribía el Santo Padre. El cardenal Dolan explicó que la elección de la fecha para dar a conocer su carta a las familias era deliberada: “el Papa Francisco quería conmemorar con su carta el 20 aniversario de otra Carta a las Familias, que San Juan Pablo II escribió el 2 de febrero de 1994”. El Purpurado recordó que Juan Pablo II, como dijo el Papa Francisco, quería ser recordado como el “Papa de la familia”. Por ello, precisó, “la guía de San Juan Pablo II es indispensable, como ha indicado el Papa Francisco. Espero que la enseñanza del Papa Juan Pablo II sea central en el sínodo de octubre”.

“San Juan Pablo II nos enseñó mejor que nadie en nuestro tiempo que la doctrina y la práctica pastoral están vinculadas inseparablemente y que el propósito de la práctica pastoral es presentar fielmente la verdad del Evangelio precisamente como la buena nueva para las familias de hoy”, afirmó el Arzobispo de Nueva York. “El magisterio de la familia de San Juan Pablo, que se refiere a muchos asuntos complicados, es por lo tanto una guía indispensable para el trabajo del Sínodo”, precisó el cardenal Dolan. En su Carta a las Familias, Juan Pablo II escribió: “a través de la familia discurre la historia del hombre, la historia de la salvación de la humanidad (…) La familia se encuentra en el centro de la gran lucha entre el bien y el mal, entre la vida y la muerte, entre el amor y cuanto se opone al amor. A la familia está confiado el cometido de luchar ante todo para liberar las fuerzas del bien, cuya fuente se encuentra en Cristo, redentor del hombre”.

Cardenal sudafricano presidirá Sínodo de la Família 2015

El cardenal sudafricano Wilfrid Fox Napier, Arzobispo de Durban, será el nuevo Presidente Delegado para la próxima Asamblea General del Sínodo de los Obispos, que se celebrará en el Vaticano del 4 al 25 de octubre de este año 2015. Se confirma de esta manera la integración del purpurado africano entre los máximos responsables del Sínodo, algo que ya hizo el Papa Francisco el pasado 16 de octubre cuando incluyó de manera inesperada al cardenal sudafricano en el comité encargado de redactar la relación final (Relatio Synodi) del Sínodo

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Extraordinario sobre la Familia celebrado ese mes en el Vaticano. Además, el Santo Padre ha confirmado al resto de presidentes delegados: el cardenal André Vingt-Trois, Arzobispo de París (Francia); cardenal Luis Antonio Tagle, Arzobispo de Manila (Filipinas), y el cardenal Raymundo Damasceno Assis, Arzobispo de Aparecida (Brasil). Asimismo, como Relator general continuará al frente el cardenal Péter Erdo, Arzobispo de Budapest (Hungría), y como Secretario Especial Mons. Bruno Forte, Arzobispo de Chieti-Vasto (Italia).


Familia et vita Camino al Sínodo de la Familia

L a Familia al Sínodo

es el título del número especial de la revista Familia et vita como preparación al Encuentro de la Familias a realizarse desde el 22 al 27 de septiembre en Filadelfia y para el Sínodo de Obispos sobre la Familia que se desarrollará desde el 4 al 25 de octubre de este año.

En esta edición (n° 2-3/2014) se entregan homilías, discursos y encuentros del Papa Francisco durante el año 2014. Familia et vita es una revista cuatrimestral del Consejo Pontificio para la Familia.

Jóvenes chilenos hacen sus aportes para el Sínodo

Acogiendo el llamado del Papa Francisco e impulsados por la Delegación para la Pastoral Familiar del Arzobispado de Santiago y la Academia de Líderes Católicos de Chile, una veintena de universitarios reflexionó en torno a la consulta que desde el Vaticano se ha hecho al mundo entero sobre la familia y su acompañamiento en la Iglesia. “El Papa y los Obispos quieren escuchar la opinión y los aportes de los laicos y tenemos que estar a la altura”, sostuvo Cristián Araya, organizador de la consulta que se llevó a cabo el pasado 28 de enero, en la Universidad Finis Terrae. Los jóvenes reflexionaron y discutieron las preguntas que contribuirán a preparar el Instrumentum Laboris de la próxima asamblea extraordinaria. Tras una presentación acerca de los objetivos y alcances del Sínodo, se dio paso a la reflexión y discusión sobre las preguntas, centrándose principalmente en la tercera parte de la Relatio Synodi: “anunciar el Evangelio de la familia hoy, en los diversos contextos”. José Antonio Rosas, director de la Academia de Líderes Católicos de Chile, comentó acerca de la actividad: “Buscamos formar jóvenes para el servicio público, verda-

deros constructores del bien común, siendo fundamental facilitar y promover espacios de participación como este, respondiendo al llamado que nos hacen los Obispos”. Uno de los participantes, Juan Pablo Miranda, dijo al respecto que valora “extraordinariamente la oportunidad de poder participar, te hace sentir Iglesia. Tenemos que asumir un rol activo en la construcción de espacios de reflexión y discusión”. En entrevista con Pilar Vigneaux de ACI Prensa, Cristián Araya comentó las posible repercusiones que tienen este tipo de actividades en los jóvenes y a nivel nacional: “estos espacios de discusión representan una tremenda oportunidad para que mejoremos la forma en que enfrentamos los desafíos que nos demanda la sociedad, como también contribuye a reforzar la invitación que nos hace el Papa a que los laicos asumamos nuestro rol en la Iglesia”. “Veo en Chile que los jóvenes quieren participar, involucrarse y responder al llamado que nos hace el Papa. Creo que el Sínodo nos va a dar una guía potente. Tengo grandes expectativas de la contribución que significará para la Iglesia, en especial, hacia a los jóvenes”, recalcó.

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PADRES DE SANTA TERESITA DE LISIEUX SERÁN CANONIZADOS COINCIDIENDO CON EL SÍ­NODO Uno de los más grandes teólogos de los últimos siglos, el suizo Hans Urs von Balthasar, escribió que “en última instancia es a Luis y Celia Martin a quienes debemos la doctrina del pequeño camino, de la infancia espiritual, porque fueron ellos los que hicieron vivo y palpitante en el corazón de Teresa del Niño Jesús al Dios que es más que un padre y una madre”. Balthasar, que consideraba la vida de Santa Teresa de Lisieux como un mensaje decisivo de Dios para la Iglesia de su tiempo, habría saltado de alegría al conocer la noticia de que Luis y Celia serán canonizados el próximo mes de octubre, coincidiendo con el Sínodo de los Obispos sobre la familia. Los santos son, por un lado, un regalo que viene de lo Alto, un fruto de gracia inesperado, que no se deduce de los factores del entorno. Los esposos Martin nacieron en el primer tercio del siglo XIX, en una Francia devastada (desde el punto de vista religioso) por el trauma de la Revolución y por la política napoleónica. Sin entrar en análisis detallados, es fácil pensar que el contexto no era el más propicio para semejantes testigos. Por otro lado, la santidad responde también a una respuesta que brota de la tierra de la Iglesia. Luis y Celia hubieron de hacer su propio camino a través de obstáculos de diversa índole, y a través de ellos se perfila el atractivo de una humanidad plena, cambiada por el encuentro con Jesucristo. Impresiona no encontrar en ellos rastro de rigidez ni moralismo (tan típicos de la época) ni tampoco una actitud resentida y defensiva, propia de algunos sectores del catolicismo francés de la época. Sus vidas son radiantes en su sencillez, abiertas al sol y a la lluvia de la existencia; nos dejan descubrir las penalidades y los límites que la acompañan junto a la indestructible victoria de la fe en cada circunstancia. Vivieron su matrimonio como auténtica vocación, como llamada del Señor que había preparado a Celia para Luis y a Luis para Celia, sin remilgos ni reducciones. “Tu marido y verdadero amigo, que te ama para toda la vida”, firmaba Luis en una de sus cartas. Y Celia, durante un viaje que le mantenía lejos de su marido, le escribía: “te sigo en espíritu durante toda la jornada y me digo, en este momento hace tal cosa; no veo el momento de que estemos juntos, te amo con todo mi corazón y siento que se multiplica mi afecto por el hecho de verme privada de tu presencia”. Nada quedaba fuera de esta compañía que vivían recíprocamente los esposos dentro de cada circunstancia, en una peregrinación hacia la plenitud de la vida, hacia el Destino bueno que les esperaba, pero que ya sabían presente, a su lado. En realidad los esposos Martin han gozado de un abogado muy elocuente para su Causa, el testimonio de sus cinco hijas, y especialmente de Teresa, que en uno de sus manuscritos revela cómo cuando era un niña pequeña, durante la Misa, “miraba más a papá que al predicador y su hermoso

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rostro me decía tantas cosas… a veces sus ojos se volvían brillantes de conmoción y se esforzaba por detener las lágrimas… me bastaba mirarlo para saber cómo rezan los santos”. Y en otro escrito relata cómo con frecuencia ofrecía su vida a Dios sirviéndose de la pequeña fórmula que su madre le había enseñado: “Dios mío, te ofrezco mi corazón, tómalo si quieres, de modo que ningún otro lo posea, sino solo Tú, mi buen Jesús”. Numerosos escritos de las cinco hijas (cuatro de ellas entrarían en el Carmelo y otra en la Visitación) hablan de la vida familiar alegre y llena de afecto, en la que los padres no les imponían callar ni sofocaban sus objeciones, sino que favorecían que se abrieran completamente, para después corregir con mansedumbre y firmeza lo que pudiera estar equivocado. La casa de los Martin era frecuentada por numerosos amigos pertenecientes al Círculo Vital Romet, un lugar de amistad donde se jugaba, se rezaba y se profundizaba en la fe. También era habitual que recibieran amigos que no compartían su pertenencia a la Iglesia, con los que mantenían una relación de afecto gratuito y respeto exquisito, si bien deseaban comunicarles el tesoro de su fe. Era, por lo demás, una casa abierta a las necesidades de todos, con los que no dudaban compartir sus modestos bienes, fruto del trabajo de Luis como relojero. El dolor no tardó en hacerse presente en la vida de la familia Martin. Celia sufrió durante varios años un durísimo cáncer que acabó con su vida a los 46 años. Su forma de afrontar la enfermedad, sin rebeldía y llena de esperanza, hizo exclamar al párroco que le administró los últimos sacramentos que “ya tenemos una nueva santa en el Cielo”. Desde entonces, contará Teresa, “el corazón siempre tierno de papá, unió al amor que ya poseía un amor verdaderamente materno”. Los últimos cinco años de la vida de Luis estuvieron marcados por una grave enfermedad cerebral que sería fuente de intenso sufrimiento para sus hijas. Antes de perder definitivamente sus facultades (qué gran misterio) se había ofrecido conscientemente a Dios. Canonizar a unos esposos (por primera vez de manera conjunta en la historia de la Iglesia), me parece algo que se asemeja a una suerte de provocación para esta cultura devastada por el escepticismo. El matrimonio cristiano es uno de los signos más potentes de la presencia de Cristo resucitado aquí y ahora, haciendo posible “lo que para vosotros sería imposible”. Por eso es la victoria más sencilla y concreta sobre el nihilismo que anega el corazón de tantos contemporáneos. Creo que la vida de Celia y Luis Martin, sin edulcorantes ni papel couché, palpitante de amor y de dolor, merecería también una gran película, aunque dudo que existan productores con la suficiente audacia y libertad para tal proyecto. En todo caso, quien la pueda conocer no dejará de reconocer su belleza, y en él se abrirá la nostalgia de una vida verdadera. JOSÉ LUIS RESTÁN

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CARLO CARDENAL CAFFARRA, ARZOBISPO DE BOLONIA

LA RECONSTRUCCIÓN DEL MATRIMONIO Con vistas al Sínodo sobre la familia del próximo octubre, se ha celebrado en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz en Roma un simposio sobre “Matrimonio y familia. La cuestión antropológica y la evangelización de la familia”. La lección inaugural correspondió al cardenal arzobispo de Bolonia Carlo Caffarra, que habló de cómo proponer la visión cristiana del matrimonio en una cultura occidental que ha demolido el matrimonio natural. Carlo Caffarra empezó por hacer un bosquejo de la situación del matrimonio en Occidente. “El edificio del matrimonio no ha sido destruido; ha sido deconstruido, desmontado pieza por pieza. Al final tenemos todas las piezas, pero no el edificio. Existen todas las categorías que componen la institución matrimonial: conyugalidad; paternidad-maternidad; filiación-fraternidad. Pero ya no tienen un significado unívoco”. ¿Cómo se ha producido esta deconstrucción? “Se ha separado cada vez más el matrimonio de la sexualidad propia de cada uno de los dos cónyuges. (…) Y la consecuencia más importante de esta desbiologización del matrimonio es su reducción a mera emoción privada, sin una relevancia pública fundamental”. Olvido de lo biológico Caffarra describió los momentos fundamentales de este proceso. “El primero está constituido por el modo de pensar la relación de la persona con su propio cuerpo”. Frente a la tesis de Santo Tomás que afirmaba la unidad sustancial de la persona, la visión platónica y neoplatónica del hombre se ha infiltrado en el pensamiento cristiano. “En un segundo momento, la separación entre el cuerpo y la persona ha encontrado un nuevo impulso con la metodología de la ciencia moderna, que excluye de su objeto de estudio cualquier referencia a la subjetividad, como dimensión no mensurable”. Así se ha llegado a “la trasformación del cuerpo en puro objeto”. “De una parte, el dato biológico es expulsado progresivamente de la definición de matrimonio y, de otra, en consecuencia, las categorías de una subjetividad reducida a pura emotividad se convierten en centrales a la hora de definir el matrimonio”. Antes, señaló Caffarra, “el genoma del matrimonio y de la familia estaba constituido por la relación de reciprocidad (conyugalidad) y la relación intergeneracional, como relaciones radicadas en la persona”. “No se reducían al dato biológico, pero el dato biológico venía asumido e integrado en la totalidad de la persona”. En cambio, “ahora la conyugalidad puede ser tanto heterosexual como homosexual; la generación puede obtenerse a través de un procedimiento técnico. Como justamente ha demostrado P.P. Donati, estamos asistiendo no a un cambio morfológico, sino a un cambio del genoma de la familia y del matrimonio”.

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El matrimonio en la cultura actual Carlo Caffarra piensa que los problemas fundamentales que el actual clima cultural plantea a la visión cristiana del matrimonio no son en primer lugar problemas éticos, que pueden ser afrontados con exhortaciones morales. “Es una cuestión radicalmente antropológica”. La primera dimensión de este problema es que, según la doctrina católica, el matrimonio sacramento coincide con el matrimonio natural. Ahora bien, “lo que la Iglesia entendía y entiende por matrimonio natural ha sido demolido en la cultura contemporánea”. Por eso, “lógicamente teólogos, canonistas y pastores se hacen preguntas sobre la relación fe-sacramento en el matrimonio. Pero hay un problema más radical. El que pide casarse sacramentalmente, ¿es capaz de contraer el matrimonio natural?”. No sería ya una cuestión de fe, sino antropológica, de capacidad para casarse. La segunda dimensión de esta cuestión antropológica consiste, según Caffarra, “en la incapacidad de percibir la verdad y por lo tanto el valor de la sexualidad humana”. En este punto, Caffarra se pregunta si la Iglesia está haciendo todo lo necesario para mostrar al mundo de hoy este valor. “La Iglesia debe preguntarse por qué de hecho se ha ignorado el magisterio de Juan Pablo II sobre la sexualidad y el amor humano. La Iglesia posee una gran escuela en la que se aprende la profunda verdad de la [relación] cuerpo-persona: la Liturgia. ¿Cómo y por qué no ha sabido aprovecharla ante la cuestión antropológica de que hablamos? ¿Hasta qué punto la Iglesia es consciente de que la ideología de género es un verdadero tsunami, cuyo propósito no afecta principalmente al comportamiento de las personas, sino que se propone la destrucción total del matrimonio y de la familia?”. En síntesis, resume Caffarra, “el segundo problema fundamental que hoy se plantea a la propuesta cristiana del matrimonio es la reconstrucción de una teología y de una filosofía del cuerpo y de la sexualidad, que generen un nuevo empeño educativo en toda la Iglesia”. La tercera dimensión de la cuestión antropológica actual sobre el matrimonio es para Caffarra “la más grave”. La desconfianza en la capacidad de la razón para conocer la verdad, de la que habla la encíclica Fides et ratio (n. 81-83), ha arrastrado también a la voluntad. “El empobrecimiento de la razón ha generado el empobrecimiento de la libertad. Como desesperamos de nuestra capacidad para conocer una verdad total y definitiva, tenemos también dificultad para creer que la persona humana pueda realmente darse de modo total y definitivo, y recibir la autodonación total y definitiva del otro”. De ahí viene “la incapacidad actual de la persona de considerar la indisolubilidad del matrimonio si no es en términos de una ley externa, como una magnitud inversamente proporcional a la de la libertad”. Lo que hay que evitar En la tercera parte de su intervención, el cardenal Caffarra se refiere a algunas modalidades que hay que evitar y otras que hay que utilizar para la propuesta cristiana del matrimonio. “Hay tres modalidades que hay que evitar. La modalidad tradicionalista, que confunde un modo particular de ser familia con la familia y el matrimonio como tal. La modalidad de catacumba, para la

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cual bastan las virtudes privadas de los esposos, mientras que la institución del matrimonio es mejor que sea decidida libremente por la sociedad. Y la modalidad buenista que considera que la cultura de que hemos hablado antes es un proceso histórico imparable; por lo tanto, propone llegar a compromisos con ella, salvando lo que puede ser reconocido como bueno”. En cuanto a las modalidades positivas, Caffarra parte de una constatación: “La reconstrucción de la visión cristiana del matrimonio en las conciencias singulares y en la cultura de Occidente será un proceso largo y difícil. Cuando una pandemia se abate sobre un pueblo, la primera urgencia es seguramente atender al que ha sido afectado, pero también es necesario eliminar las causas”. En primer lugar es necesario redescubrir las evidencia originarias sobre el matrimonio y la familia, “quitando de los ojos del corazón las cataratas de las ideologías que nos impiden conocer la realidad”. “Estas evidencias están inscritas en la misma naturaleza de la persona humana”. En segundo lugar, hay que redescubrir que “el matrimonio-sacramento y el matrimonio natural coinciden. La separación entre los dos lleva a concebir la sacramentalidad como algo añadido, extrínseco, y por otra parte corre el riesgo de abandonar la institución matrimonial a la tiranía de lo artificial”. En tercer lugar, “es necesario recuperar la ‘teología del cuerpo’ presente en el magisterio de Juan Pablo II. El pedagogo cristiano necesita hoy un trabajo teológico y filosófico que no puede ser aplazado, o limitado a una institución particular”. *Este artículo fue publicado originalmente por Aceprensa

Año Santo de la Misericordia Papa Francisco anunció Año de Jubileo

El 13 de marzo pasado, en la celebración penitencial que dio comienzo a la iniciativa «24 horas para el Señor», el Papa Francisco anunció la celebración de un Jubileo de la Misericordia, un Año Santo con este motivo. El Jubileo iniciará abriendo la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro el próximo 8 de diciembre y concluirá con la fiesta de Cristo Rey el 20 de noviembre de 2016. El tema del Jubileo será una frase del Apóstol Pablo en la Carta a los Efesios: «Dios rico en misericordia» (Ef 2, 4). Las palabras del Pontífice al anunciar el Año Santo fueron las siguientes: «Queridos hermanos y hermanas, he pensado a menudo en cómo la Iglesia puede poner más en evidencia su misión de ser testimonio de la misericordia. Es un camino que se inicia con una conversión espiritual. Por esto he decidido convocar un Jubileo extraordinario que coloque en el centro

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la misericordia de Dios. Será un Año Santo de la Misericordia. Lo queremos vivir a la luz de la palabra del Señor: ‘Seamos misericordiosos como el Padre’ «. «Estoy convencido de que toda la Iglesia podrá encontrar en este Jubileo la alegría de redescubrir y hacer fecunda la misericordia de Dios, con la cual todos somos llamados a dar consuelo a cada hombre y cada mujer de nuestro tiempo. Lo confiamos a partir de ahora a la Madre de la Misericordia para que dirija a nosotros su mirada y vele en nuestro camino». La fecha de inicio del próximo Jubileo no solo coincide con la fiesta de la Inmaculada Concepción de este año, sino también con el 50º Aniversario de la Clausura del Concilio Vaticano II. La Bula Pontificia “Misericordiae Vultus” que convoca este Año Santo se puede leer completa en www.humanitas.cl


CENTENARIO DE SCHOENSTATT

IDEAS CLARAS, PASTORAL CUERPO A CUERPO Vaticano. Aula Pablo VI. Miles de peregrinos de Schoenstatt escuchan atentos las palabras del Papa en la audiencia celebrada, por el centenario de este movimiento fundado por Joseph Kentenich. Preguntan por la familia, los alejados, su papel en la sociedad…, y el Papa contesta: curar heridas, acompañar, ser testigo y rezar.

¿C ómo acompañar a quien no se siente miembro de la Iglesia? ¿Cómo hacer frente a tantas situaciones familiares quebradas por la separación o el desconocimiento del verdadero vínculo matrimonial? Schoenstatt pregunta y el Papa, que viene de analizar estas y otras cuestiones en el recién celebrado Sínodo de la Familia, responde con las líneas generales de lo que ha de ser la acción pastoral ante una «familia cristiana, un matrimonio que nunca estuvo tan atacado como ahora». Familias heridas, matrimonios deshechos, relativismo en la concepción del vínculo… Ante esta realidad, ante esta crisis de la familia, los buenos discursos, las declaraciones de principios, las ideas claras son necesarias, recordó el Pontífice. «Miren, esto que ustedes están proponiendo no es matrimonio. Es una asociación, pero no un matrimonio. A veces hay que decir las cosas muy claras —recuerda Francisco—, pero la pastoral de ayuda ha de ser cuerpo a cuerpo». O sea, acompañando al hermano, «perdiendo el tiempo con él». Se ha pasado del sacramento del Matrimonio al rito, a la celebración social. Los novios no saben lo que van a hacer, qué prometen, qué significa, lamenta el Pontífice: «No se puede preparar novios al matrimonio con dos encuentros o dos conferencias. Eso es un pecado de omisión por parte de nosotros, los pastores y los laicos interesados en salvar a la familia». Parejas que conviven sin casarse, convivencias part-time, padres separados…, «nuevas formas totalmente destructivas, limitadores de la grandeza del amor del matrimonio», dice el Papa, ante las cuales hay que acompañar: «Hay que recuperar muchas cosas en la familia herida de hoy en día. Muchas cosas. Pero no escandalizarse de nada de lo que sucede en la familia. (…) Acompañar, paciencia, una palabra hoy y una actitud mañana». Es, en resumen, la receta del Papa para sanar, desde dentro, esta crisis de la familia.

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Sin derecho a la orfandad Una tarea en la que no puede faltar la figura de quien «es capaz de transformar una cueva de animales en la casa de Jesús con unos pobres pañales y una montaña de ternura». No puede faltar María. Preguntado sobre la misión de la Madre en la nueva evangelización y en la renovación de la Iglesia, el Papa recordó a los peregrinos que el cristiano no tiene derecho a tener psicología de huérfano. «El cristiano no tiene derecho a ser huérfano. Tiene Madre. Tenemos Madre. (…) Es Madre no solo la que nos da la vida, sino que nos educa en la fe. Es distinto buscar crecer en la fe sin la ayuda de María. (…) Una Iglesia sin María es un orfanato. Ella educa, nos hace crecer, nos acompaña, toca las conciencias para el arrepentimiento», dice el Papa, que señala que María «cuida a su hijo hasta el fin y trata de salvarle la vida hasta el fin». Hubo tiempo también para hablar de la misión de los jóvenes —«vivir de tal manera que otros se interesen en preguntar: ¿Por qué? El testimonio. Testimonio en todo. Nosotros no somos salvadores de nadie. Somos transmisores de Alguien que nos salvó a todos»—, de la necesidad de salir en misión —«un movimiento eclesial que no sale en misión, es un movimiento de exquisitos—, de la necesidad de rezar —«oración. No dejar la oración. Y la oración a la Virgen, (…) para que la Madre me acompañe, me busque, me diga dónde falta el vino»— y de no dejarse derrotar por la desesperanza: «Que en este mundo de desencuentros, de difamaciones, de calumnias…, llevéis adelante esta cultura del encuentro renovando la alianza».

China Obispo fallece tras 14 años de reclusión

El Obispo de Yixian, China, quien ejercía su ministerio de manera clandestina a causa de su fidelidad a la Santa Sede, falleció a la edad de 94 años cuando aún se encontraba recluido tras su arresto ocurrido en 2001. El prelado, perteneciente a la llamada «Iglesia subterránea» se encontraba aislado en un lugar nunca revelado por las autoridades. «Fuimos informados por las autoridades del gobierno de la ciudad de Baoding, pero ellos no dijeron

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exactamente cuándo murió o la causa de su muerte», informó a UCA News una pariente suya, Shi Chunyan, de 42 años de edad. «Ahora esperamos al prelado, ya sea su cuerpo o sus cenizas, para que sea regresado a Shizhuang, nuestro pueblo natal», declaró. Esta incertidumbre, que coincide con el hermetismo sobre la ubicación y bienestar del Obispo durante sus 14 últimos años de cautiverio, ha traído tristeza a sus familiares. «Mis padres y los otros hermanos del Obispo están particularmente tristes», expresó Chunyan. «Ellos han estado intentando sin éxito descubrir su ubicación por muchos años. Ahora la respuesta a sus preguntas es que está muerto». Los católicos, en especial los fieles pertenecientes a la Iglesia subterránea, manifestaron su pesar por el fallecimiento del Obispo y las condiciones del final de su vida, calificándolo como un «mártir de la Iglesia» a través de redes sociales como el equivalente chino de Twitter, Weibo. Mons. Cosmas Shi Enxiang nació en 1921 y fue ordenado sacerdote en 1947. Estuvo preso de 1954 a 1980 en varias y prolongadas oportunidades y fue ordenado Obispo auxiliar de forma secreta en 1982. En 1995 asumió la sede de Yixian, tras el retiro de Mons. Liu Guandong. Fue arrestado el Viernes Santo de 2001.


LA ERA MONFORTIANA DE MARÍA El año entrante se cumplirán 300 de la muerte de san Luis María Grignion de Montfort y 100 de las apariciones del ángel de la paz en Portugal a los pastorcitos de Fátima. Dos acontecimientos que aunque muy lejanos uno del otro, tienen especial significación en nuestros días para una promesa que está contenida en ellos: «Por fin mi Inmaculado Corazón triunfará». Tales conmemoraciones podrán servir para preparar los cien años de las apariciones de la Virgen en mayo de 1917. San Luis María es el autor del Tratado de la Verdadera devoción a la Santísima Virgen y allí afirma que la humanidad deberá llegar a una era en la que se respirará a María como al aire, tal la devoción y el fervor que se tendrá por Ella. Que si Jesús vino al mundo por María, por la devoción ardiente a Ella deberá reinar definitivamente en el mundo. Nuestra Señora en las apariciones de Fátima profetizó que habría un triunfo de su Inmaculado Corazón, el cual hasta ahora no se ha visto. Todo está entonces previsto para que la humanidad entre en una nueva era de paz y concordia maravillosa que si bien no será propiamente el paraíso, tendrá algo de parecido. La certeza de que esta era llegará para elevar la humanidad a grados de amor de Dios y maravilloso desarrollo espiritual y material, acompaña hace muchos años ya a quienes siguiendo la espiritualidad «monfortiana» han visto confirmadas esas bellas expectativas con el mensaje de la Virgen en sus apariciones de Fátima. En efecto, la Santísima Virgen prometió paz para la humanidad con el rezo diario del santo rosario, la comunión reparadora de los primeros sábados de cada mes y una conversión de las costumbres. El mundo de hecho ha cambiado mucho desde 1716 y 1917, los años de la temprana muerte de San Luis (43 años de edad) y las apariciones a los pastorcitos. Si para peor o mejor va a estar a criterio de la propia conciencia humana cuando se haga una retrospectiva de tantos acontecimientos y transformaciones que se han sucedido y sucederán hasta el 2016 y 2017 a la luz de la moral católica. Lo cierto es que los hombres seguimos siendo los mismos: con nuestras esperanzas y nuestros fracasos, nuestras luchas y nuestros momentos de paz, contradicciones y certezas, progresos y retrocesos a la búsqueda de la felicidad. La Virgen en Fátima nos invitó a rezar mucho por la conversión de los pecadores, de tal modo que podemos decir que unos recen por otros en un deseo de convivencia fraterna y amorosa para todos salvarnos e ir al Cielo. Y san Luis nos dice en su Tratado que la devoción a la Santísima Virgen traerá grandes bienes para el prójimo (No.171), ya que por esa práctica se ejerce la caridad con él de modo eminente, pues se le da todo el valor de nuestros méritos personales a María para que Ella los emplee en la conversión de quienes lo necesitan y en la liberación de las almas del purgatorio. Para conocer la excelencia de esto —agrega San Luis María— sería necesario conocer el bien tan grande que es convertir un pecador o librar un alma del purgatorio, algo mayor que la creación misma, pues se da a un alma la posesión definitiva y eterna de Dios. Así que quienes se han consagrado como esclavos de amor a Jesús por las manos de María son hoy día la más aguda y fina punta de la caridad, entregando a Ella los méritos de sus mejores obras para que Nuestra Madre del Cielo los aplique en la salvación eterna de los «periclitantes» (cuya salvación eterna corre peligro, aunque estos no hayan realizado sino las acciones propias y ordinarias de su estado, concluye el santo. Antonio Borda (Gaudium Press)

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Camino de Santiago Publican manuscrito de un peregrino de Compostela del 1610

Un documento de gran valor histórico para el Camino de Santiago ha salido a la luz recientemente. Se trata del manuscrito de un peregrino del 1610, Diego Guzmán, quien era limosnero y capellán real, y ofrece un relato maravilloso —consignado en su diario— sobre la famosa peregrinación. El manuscrito fue dado a conocer gracias al trabajo del historiador y profesor Julio Vázquez quien realizó un estudio riguroso del relato, el cual ha sido de gran interés para la historia del Camino, así como para Santiago de Compostela. Con tan solo 25 hojas, el diario relata las vivencias personales de Guzmán y aporta datos históricos inte-

resantes, así como el contexto social, que su autor iba encontrando en el camino. Entre los elementos de gran valor histórico, Guzmán describe de manera maravillosa el funcionamiento del Botafumeiro; uno de los símbolos más famosos y populares de la Catedral de Santiago, ya que es un incensario de grandes dimensiones que solo es posible moverlo con la intervención de ocho hombres, llamados los «tiraboleiros». El botafumeiro mide 1.50 metros, pesa 53 kilos, y es utilizado por motivos litúrgicos. Asimismo, contiene un resumen de las costumbres de los peregrinos de la época y la manera como estos manifestaban su llegada a la Catedral. Una peregrinación que, como describe el historiador Vázquez, supuso un antes y un después para Guzmán, ya que fue realizada en un Año Santo, y sus reyes, Felipe III y su esposa, fueron los primeros en ofrecer presentes al Apóstol Santiago. La obra está complementada, además, por un resumen del manuscrito hecho por el propio peregrino en el año 1617 y en el que hace énfasis sobre la piedad de los monarcas, en nombre de quienes caminó hasta Santiago. El documento, publicado por la Editorial Alvarellos, incluye, además del texto íntegro del manuscrito y el estudio de Julio Vázquez, 40 ilustraciones, entre ellas un dibujo desconocido de Santiago de Compostela realizado por un anónimo en 1966.

ENSEÑANZA DE LA DOCTRINA CATÓLICA Uno de los aspectos más importantes de la vida de la Iglesia es la enseñanza de la doctrina católica en los más diversos contextos y niveles. Al ejercerla, cumple un mandato directo de Jesús («...id y enseñad a todos los pueblos...»). La responsabilidad de esa enseñanza recae en último término sobre la propia Iglesia en la persona de sus pastores, y se requiere que quienes ejerzan la función docente en nombre de la Iglesia (una facultad o un profesor de teología, por ejemplo) sean aceptados por ella como idóneos para esa función. Enseñar en nombre y con la autoridad de la Iglesia es distinto que hacerlo con cualquier otra disciplina. Quien colabora a enseñar el camino de la salvación debe hacerlo en el ámbito espiritual de una obediencia filial. Traer a esta cuestión asuntos como la libertad de cátedra, por ejemplo, solo contribuye a confundir el tema. JUAN DE DIOS VIAL CORREA * Artículo publicado originalmente en El Mercurio (7.IV.2015)

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UNA LIBERTAD EJEMPLAR Señor Director: Con sus más y sus menos, debe agradecerse a quienes han intervenido en este espacio —implicados y no implicados— para discutir sobre la naturaleza de la libertad de cátedra en su contexto. En este caso, el de una comunidad universitaria en la que la relación entre la fe y la búsqueda de la razón humana forma parte de la misma fe. La pluralidad de los aportes y el tono cada vez más moderado de la discusión han sido señal de un genuino y fructífero ejemplo de diálogo. Apenas para subrayar todavía más la fundamental importancia de la libertad allí donde haya un ensamble de fe y razón, creo puede ser ilustrativo hacer memoria de lo experimentado, en esta misma materia, por uno de los más notables intelectuales y maestros del siglo XIX, John Henry Newman. ¿Fue libre Newman cuando abandonó su alma máter, la Universidad de Oxford, desde cuya capellanía iluminaba todo el orbe religioso y cultural inglés? Negativa y materialmente, es indiscutible que sí, pues nadie lo coaccionó a tomar su decisión. Positiva y espiritualmente, su acto fue, entretanto, mucho más: una audacia de su libertad, madurada a través de años en sus célebres y polémicos "Tracts for the times". ¿Cuál era el problema que acicateaba el alma del gran teólogo británico y que lo impulsó a dar libremente su dramático paso adelante? El servilismo espiritual e institucional de su comunidad cristiana de origen, la anglicana, al establishment político liberal y al rey de Inglaterra como jefe supremo de la misma. Profundo conocedor de la patrística, Newman llegó al doloroso convencimiento de que no había allí, en aquella comunidad que acunó su fe cristiana y a la que había consagrado su vida, una verdadera sucesión apostólica -origen de problemas que advirtió ya en su tiempo- y que en cambio esta sucesión sí radicaba en la Iglesia Católica romana, encabezada por el sucesor de Pedro. Hay quienes piensan que la misión del Gran Canciller en una universidad católica y puntualmente en relación con una facultad de teología sería de rango burocrático. En un exceso, alguno ha llegado incluso a compararla con la de un politburó... No es nada así. Ella está incardinada, localmente, al servicio y resguardo de esa sucesión apostólica —la misma que con libertad, denuedo y sacrificio buscó y siguió Newman— e implica, por tanto, en distintos grados, esa misma fe, que se hace una con la razón de una universidad de tal naturaleza. JAIME ANTÚNEZ ALDUNATE

*Artículo publicado originalmente en El Mercurio (9.IV.2015)

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JUBILEO SANTA TERESA

Encuentro Europeo de Jóvenes Será en Ávila y en torno a la figura de Santa Teresa de Jesús

«En tiempos recios, amigos fuertes de Dios». Con este lema, inspirado en Santa Teresa de Jesús, Ávila se alista para vivir un importante acontecimiento eclesial: el Encuentro Europeo de Jóvenes que se celebrará en la ciudad española del 5 al 9 de agosto y en el marco de las celebraciones por el 5º Centenario del nacimiento de la santa mística, doctora de la Iglesia y reformadora del Carmelo. «El Encuentro Europeo de Jóvenes es un acontecimiento eclesial y, ante todo, un signo de comunión eclesial. Los jóvenes se reunirán en torno a Cristo, convocados por Santa Teresa de Jesús, para crecer, profundizar y dar testimonio de su fe en el Señor y su amor a la Iglesia. Un anuncio claro y directo que brota del corazón entusiasta del joven que se ha encontrado

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con Jesús porque ‘está claro que no puede uno dar lo que no tiene sino que es menester tenerlo primero», según exponen los organizadores desde la página web oficial del encuentro y citando palabras de la santa española. Varios son los propósitos del evento, como lo es el favorecer el encuentro personal con Cristo y entre jóvenes de diversos países, culturas y movimientos; asimismo, experimentar la vivencia de ser Iglesia Católica «como misterio y comunión desde la experiencia de Santa Teresa de Jesús», tomar conciencia de la misión que todo bautizado tiene de dar testimonio de fe en Jesucristo y conocer la actualidad del mensaje cristiano desde las enseñanzas de la santa y mística. En la página web oficial del Encuentro, a la que se accede desde www.eej2015.com, se encuentra toda la información referente al evento eclesial.


ENORME DESPLIEGUE PASTORAL PARA EL V CENTENARIO TERESIANO

LA ANDARIEGA MARCA EL PASO DE LA IGLESIA EN ESPAÑA

Un Año Santo Jubilar en todas las diócesis de España; un Encuentro Europeo de Jóvenes; la posible visita del Papa a Ávila; la reedición de sus obras; un sinfín de retiros, vigilias, encuentros de oración y ejercicios espirituales; cientos de actos culturales, cursos y exposiciones; una ruta de peregrinación por sus fundaciones; visitas on-line a los lugares centrales de su vida; documentales y series de televisión… Durante el 2015, la Santa andariega va a marcar el ritmo de casi toda la actividad pastoral de España Este es el calendario para el V centenario, tras los pasos de la Santa andariega: • Año Santo Jubilar en cada diócesis: La Santa Sede concedió a todas las diócesis de España la celebración de un Año Santo Jubilar, desde el 15 de octubre de 2014 hasta el 15 de octubre de 2015. • Encuentro Europeo de Jóvenes: Del 5 al 9 de agosto de 2015, Ávila acogerá a más de 9.000 peregrinos en un Encuentro Europeo de Jóvenes, bajo el lema En tiempos recios, amigos fuertes de Dios. • Posible visita del Papa a Ávila: No hay fecha prevista, ni confirmación oficial de la Santa Sede. Sin embargo, la Conferencia Episcopal Española, la Organización del V centenario del nacimiento de santa Teresa, y los propios reyes de España cursaron una invitación oficial al Papa para que visite Ávila con motivo del Año Jubilar. • Huellas de santa Teresa: La ruta Huellas de santa Teresa es una suerte de Camino de Santiago teresiano, que recorre las 17 fundaciones que llevó a cabo la Santa, y que busca, a través de ellas, «dar a conocer la obra y legado de la Doctora de la Iglesia». La ruta cuenta con itinerarios espirituales, culturales, e incluso turísticos y gastronómicos, y plantea la necesidad de visitar, al menos, cuatro ciudades de dos Comunidades Autónomas distintas, sellando la credencial. www.huellasdeteresa.com

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• Reliquia peregrina: El bastón que llevaba la Santa durante sus viajes fundacionales peregrinó, hasta marzo, por Sudamérica, además de por varios países de África, Asia y Oceanía, para motivar la proyección internacional del Centenario. En marzo, volvió a España para recorrer las 17 fundaciones. • La Santa, en Internet: «Lo que no está en Internet, parece que no existe», dice el padre Antonio González, Secretario General del V centenario. Por eso, la Organización se ha volcado en la red, a través de varias páginas web: www.paravosnaci.com; www.lugaresteresianos. com;delaruecaalapluma.wordpress.com; el canal en Youtube: VCentenarioSTJ; y la presencia en Twitter:@STJ500 y en Facebook: www.facebook.com/STJ500. • Retiros, ejercicios espirituales, documentales, exposiciones, cursos: La Organización del V centenario; la Orden del Carmelo Descalzo, en sus ramas masculina y femenina; y cada diócesis de España (sobre todo aquellas que cuentan con fundaciones teresianas: Ávila, Salamanca, Valladolid, Toledo, Segovia, Sevilla, Palencia, Soria, Granada, Burgos, Ciudad Real, Guadalajara, Jaén, Cuenca y Murcia) ha previsto un elenco inabarcable de actividades espirituales y culturales para dar a conocer a la Santa.

El 25 de marzo pasado, el cardenal Antonio María Rouco Varela, arzobispo emérito de Madrid, recibió la medalla de miembro correspondiente de la Academia Chilena de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile, condición que le corresponde en cuanto es miembro de número de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. En la fotografía de la ceremonia, el presidente don José Luis Cea Egaña, y los académicos cardenal Francisco Javier Errázuriz y Jaime Antúnez Aldunate, secretario de la Academia.

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LA EVANGELIUM VITAE, LOS NUEVOS DESAFÍOS Se cumplieron este 25 de marzo 20 años de la publicación de la encíclica Evangelium vitae. Agencia Zenit entrevistó al profesor del Pontificio Instituto Juan Pablo II, para estudios sobre la Familia y la Vida, de la Universidad Lateranense, el sacerdote español Juan José Pérez Soba. Interrogado sobre la actualidad de la misma y los nuevos desafíos que han surgido, Pérez Soba señala que se quiere hacer del aborto un derecho, y llevar los derechos reales de las personas a una “equiparación con los derechos de los animales”, empujándolos así a una cultura del descarte, de la que advierte el Papa Francisco. Además se vuelve cada vez más claro, dijo, que las ideologías contra la familia son de hecho ideologías contra la vida, olvidando el don que esta supone. A continuación la entrevista. —¿Las problemáticas tratadas son las mismas o se han añadido otras nuevas? —La problemática sigue siendo la misma, cada vez más urgente en el sentido de querer hacer del aborto un derecho. Con esto se insiste en el camino de convertir los deseos subjetivos en fuentes de derecho, lo cual conduce a imponer la conveniencia subjetiva sobre cualquier otra cuestión. Junto con este argumento, también se ha desarrollado la reivindicación de los pretendidos “derechos de los animales” de un modo que hace vacilar los derechos reales de las personas en una visión en la que, cada vez más, lo personal pierde un sentido objetivo y queda a merced de las apreciaciones de otros. De aquí a la “cultura del descarte” de la que habla el Papa Francisco hay un paso. —¿Cuál es el punto más actual de la encíclica? —Sigue siendo el valor de la vida como un don. Así no es un mero dato manipulable sino un sentido de vivir que comunica a las personas. La importancia del don y la gratuidad en la sociedad fueron afirmadas muy claramente por Benedicto XVI en la encíclica Caritas in veritate de un modo que alcanzó un gran debate social. Este es un punto fundamental para recuperar una cultura de la vida que es una realidad esencial de la Evangelización, de la misión de la Iglesia en nuestro mundo. —¿Y en vista del sínodo de la familia en octubre? —La familia es el santuario de la vida, en donde del don de los esposos se recibe el don inmenso de la vida con la misión de transmitir ese sentido de vivir. Las ideologías contra la familia son de hecho ideologías contra la vida, como el Papa Francisco ha destacado en su último viaje a Filipinas. Es un aspecto central para el valor de la familia en la Iglesia como sujeto real de evangelización. —¿Qué otras consideraciones puede hacer sobre el tema? —Debe realizarse siempre desde la visión de la comunión eclesial, como el Pueblo de la vida consciente de la misión que Dios mismo le encomienda. Así se afirma el valor absoluto de la vida humana bendecida por Dios y llamada a participar de su vida eterna. La alegría unida a la vida es posiblemente el mejor modo de hacerla visible y transmitirla.

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Catequesis de la Familia “En la Evangelium vitae, la familia ocupa un puesto central”

En la serie de catequesis que el Santo Padre está haciendo sobre la familia, el 25 de marzo lo dedicó al día de la Anunciación. Francisco indicó: “Queridos hermanos y hermanas, el 26 de marzo celebramos la fiesta de la Anunciación. El Arcángel Gabriel visita a la virgen María y le dice que concebirá y dará a luz al Hijo de Dios. Con este anuncio, el Señor ilumina y refuerza la fe de María, como hará luego con su esposo José, para que Jesús nazca y sea acogido en el calor de una familia”. Asimismo recordó que “hoy que, en muchos países, se celebra la Jornada por la Vida, se cumplen veinte años de la encíclica Evangelium vitae, en la que la familia ocupa un puesto central. Desde el principio, Dios bendijo al hombre y a la mujer para que formasen una comunidad

Vigilia internacional en Santa María la Mayor XX aniversario de la encíclica Evangelium vitae

El Pontificio Consejo para la Familia organizó una vigilia internacional para conmemorar el vigésimo aniversario de la publicación de la encíclica de san Juan Pablo II Evangelium vitae. El evento, informó ese dicasterio, es una forma de agradecimiento por los frutos producidos por la pastoral de la vida y también sirve para difundir los beneficios de la oración por la vida, además de recordar la vida eterna, destino de todo ser humano.

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de amor para transmitir la vida”. Y añadió que “en el sacramento del matrimonio, los esposos cristianos se comprometen con esta bendición durante toda la vida; y la Iglesia, por su parte, se obliga a no abandonar a la nueva familia, ni siquiera cuando esta se aleje o caiga en el pecado, llamándola siempre a la conversión y a la reconciliación con el Señor”. Finalmente, señaló que “para llevar a cabo está misión, la Iglesia necesita una oración llena de amor por la familia y por la vida”. Por eso, pidió el Papa, rezar “insistentemente por el próximo sínodo de los obispos, sobre la familia, para que la Iglesia esté cada vez más comprometida y más unida en su testimonio del amor y la misericordia de Dios con todas las familias”.

La celebración eucarística presidida por el obispo Vincenzo Paglia, presidente del Pontificio Consejo para la Familia, comentó así esta iniciativa: ‘’El aniversario de la encíclica y esta vigilia que la recuerda en la víspera de la Anunciación, revisten un significado especial porque se pone de manifiesto el estrecho lazo entre el misterio de la vida y la experiencia familiar, hecha de afectos y de relaciones. Defender la vida significa, pues, participar en la alianza entre Dios, el hombre y la mujer’’. El carácter internacional de la vigilia se acentúa con la participación de los santuarios de Fátima, Lourdes y Guadalupe. En Nazaret, el evento se anticipó al 21 de marzo.


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HUM A NITAS Vigésimo Aniversario de la Encíclica Evangelium Vitae

El pasado 25 de marzo tuvo lugar el acto para la conmemoración del vigésimo aniversario de la encíclica Evangelium vitae de San Juan Pablo II, dentro del marco de la Semana del Niño por Nacer. El Aula Magna acogió a las cerca de 200 personas que acudieron a la celebración, que fue presidida por el Dr. Ignacio Sánchez Díaz, rector de la Pontificia Universidad Católica, y por Jaime Antúnez Aldunate, director de la revista Humanitas. Durante el acto los expositores trataron los temas centrales de la encíclica a la luz de distintas perspectivas. El Doctor Rodolfo Armas, presidente de la Academia de Medicina, entreveró el campo científico con las enseñanzas más centrales de la Evangelium Vitae. Por su parte el Profesor Álvaro Ferrer, de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica, arrojó luz sobre los puntos más polémicos de la jurisprudencia en el marco actual del derecho a la vida en Chile. Finalmente el Doctor Jorge Neira explicó en detalle la misión de aCompaña-res UC, programa de esta universidad que busca acompañar a las familias con hijos que tienen una malformación congénita letal. Honraron este acto con su presencia los tres cardenales chilenos, Francisco Javier Errázuriz, Ricardo Ezzati y Jorge Medina, así como el Señor Nuncio Apostólico Monseñor Ivo Scapolo. Concurrieron también al mismo, rectores, profesores y alumnos de esta y otras universidades y lectores de la revista Humanitas.

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A 20 AÑOS DE LA CARTA ENCÍCLICA EVANGELIUM VITAE, DE SAN JUAN PABLO II

La Carta Encíclica Evangelium vitae de San Juan Pablo II trata –entre otros— de la cultura de la muerte fundada sobre auténticas estructuras de pecado, esto es, gravísimas injusticias contrarias al derecho a la vida reconocidas como “derechos” en diversas legislaciones, como el aborto, la eutanasia, el suicidio, el auxilio al suicidio, la manipulación de embriones y el diagnóstico prenatal con finalidad eugenésica. En Chile el derecho a la vida está reconocido y garantizado a todas las personas en la Constitución, desde la concepción hasta su muerte natural según reconoce la jurisprudencia nacional en numerosos fallos, nuestra legislación civil y tratados internacionales suscritos por Chile y vigentes. Lamentablemente hoy se pretende realizar un cambio sustantivo al derecho vigente, causando un mal gravísimo. El ordenamiento jurídico es el orden racional y justo para vivir en comunidad como personas, seres racionales y provistos de dignidad intrínseca. Al prohibir las más graves injusticias contrarias a la persona y su dignidad, el ordenamiento jurídico nos ordena como comunidad y, así, nos dirige hacia el bien común. Teniendo presente esto podemos comprender qué significan realmente las actuales amenazas; es decir, los proyectos de ley que pretenden eliminar determinadas prohibiciones y, así, legitimar atentados deliberados contra la vida de personas inocentes. Es necesario constatar que las leyes propuestas constituyen auténticas estructuras injustas: son la consolidación permanente de situaciones injustas mediante su incorporación al ordenamiento jurídico. Con ellas la sociedad se estructurará de tal manera que los niños no nacidos, los enfermos, los ancianos, los débiles, serán los descartados; quedarán fuera al no ser reconocidos como personas y sujetos de igual dignidad. Tales estructuras consagran el desorden y la injusticia como pilares fundamentales de

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la vida social pues no refieren a cuestiones accidentales sino a una primaria y esencial, cual es el derecho a la vida de los miembros de la sociedad. Por ello, dice San Juan Pablo II que en el reconocimiento de este derecho se fundamenta la convivencia humana y la misma comunidad política (EV n.2). Las estructuras injustas son un impedimento para la paz social, pues la paz es obra de la justicia, y no puede haber verdadera paz si no se defiende y promueve la vida (EV n.101). Por tanto, una estructura injusta no es una ley más. Es un cambio radical en la conformación y comprensión de la sociedad, pues si bien las leyes no son el único instrumento para defender la vida humana, sin embargo desempeñan un papel muy importante y a veces determinante en la promoción de una mentalidad y unas costumbres (EV n.90). Frente a estas amenazas resurge la necesidad y el deber de cuidar nuestro ordenamiento jurídico para que la ley civil sea siempre conforme a la ley natural (EV n.72). Pero hay más, mucho más que esta imprescindible labor de resistencia. Es preciso también desarrollar una profunda labor educativa y de formación de la conciencia moral sobre el valor de la vida humana, para redescubrir el nexo inseparable entre vida y libertad, y entre libertad y verdad objetiva (EV n.96 y n.97). La tarea es grave y urgente. Lo que realmente está en juego es, nada menos, la presencia de Dios en el mundo, pues la cultura de la muerte es la construcción de un mundo sin Dios, mundo que inevitablemente atenta contra el hombre: el centro del drama vivido por el hombre contemporáneo es el eclipse del sentido de Dios; perdiendo el sentido de Dios, se pierde también el sentido del hombre, de su dignidad y de su vida. La violación sistemática de la ley moral, especialmente en el grave campo del respeto a la vida humana y su dignidad produce una progresiva ofuscación de la capacidad de percibir la presencia de Dios (EV n.21). Por eso nuestros esfuerzos “puramente humanos” nunca serán suficientes. De ahí que el Papa nos llame a una solución cuyo fundamento es mucho más de fondo. La vivencia efectiva y real del Evangelio de la Vida requiere una auténtica conversión personal: este es el momento en que el pueblo de Dios está llamado a profesar, con humildad y valentía, la fe en Jesucristo. El Evangelio de la Vida es una realidad concreta y personal, porque consiste en el anuncio de la persona misma de Jesús (EV n.29). Es preciso dar estas batallas, con máxima esperanza, pues la Redención ya está hecha. No obstante, queda mucho por hacer. Dice San Juan Pablo II:¡respeta, defiende, ama y sirve a la vida, a toda vida humana! ¡Sólo siguiendo este camino encontrarás justicia, desarrollo, libertad verdadera, paz y felicidad! (EV n.5). Pero, como dice Pío XI en el primer punto de la Carta Encíclica Quas Primas, el medio más eficaz para el restablecimiento y la consolidación de la paz es la restauración del reinado de Jesucristo. Si Cristo reina en el corazón de las personas podrá también, como corresponde, reinar en la sociedad. Luego el triunfo definitivo de la cultura de la vida sobre la cultura de la muerte, del Evangelio de la Vida sobre las estructuras de pecado, se sintetiza en dos palabras: Cristo Rey. ÁLVARO FERRER * Resumen de lo expuesto por el autor en acto del 25 de marzo 2015.

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Curso Extensión El Maestro cristiano

Informaciones e inscripciones al 22354 6519 www.humanitas.cl Humanitas@uc.cl

www.catholic-link.com ‘Un minuto con Francisco’, nueva serie animada sobre el Papa

En la página web Catholic-Link presentó su primera serie animada dedicada al pontificado del Papa Francisco. Su nombre es “Un minuto con Francisco” y se trata de una producción bilingüe, en inglés y español, cuyo objetivo es llevar las enseñanzas de la Iglesia, a través de la voz y el testimonio del Pontífice argentino, al centro y a las periferias del continente digital. “La serie se inspira en las alocuciones y escritos del Santo Padre para dar

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EL MAESTRO CRISTIANO “La eficacia de la escuela depende más de los buenos maestros que de una sana legislación. Los maestros deben estar dotados de las cualidades intelectuales y morales exigidas por su trascendental oficio, buscando, con todo cuidado el verdadero bien de las familias y de la patria”. (Pío XI, encíclica Divini Illius Magistri) 1. El

Maestro en la primera Cristiandad Lunes 18 mayo, 19 hrs.

Cult ur a

Cr isti a na s

C U R S O S

2. El

Maestro en San Agustín Lunes 25 mayo, 19 hrs.

Maestro en Santo Tomás Lunes 1° junio, 19 hrs. 4. San Juan Bosco, doscientos años de magisterio Lunes 8 junio, 19 hrs.

A ntropologí a

y

3. El

5. El

Maestro en los papas del mundo contemporáneo Lunes 15 junio, 19 hrs.

EXPOSITOR

Antonio Amado, profesor de Metafísica de la Universidad de los Andes. Miembro del Consejo de Consultores y Colaboradores de Revista HUMANITAS. Lugar: Auditorio 3, Centro de Extensión de la Pontificia Universidad Católica (Alameda 390, segundo piso). Precio general: $30.000 (incluye suscripción anual a revista HUMANITAS) Precio estudiantes: $ 18.000 INFORMACIONES E INSCRIPCIONES

Revista Humanitas Centro de Extensión, Pontificia Universidad Católica. Alameda 390, tercer piso. Teléfono: 2354 6519

DE

gramación del curso “El Maestro cristiano”, que tendrá lugar desde el 25 de mayo al 22 de junio de 2015. El ciclo comprende cinco sesiones que serán dictadas por el profesor Antonio Amado, miembro del Consejo de Consultores y Colaboradores de revista Humanitas y profesor de metafísica de la Universidad de los Andes. Los temas a tratar en las conferencias serán El Maestro en la primera Cristiandad, lunes 25 de mayo; El Maestro en San Agustín, lunes 1 de junio; El Maestro en Santo Tomás, lunes 15 de junio; San Juan Bosco, doscientos años de Magisterio, lunes 15 de junio; El Maestro en los papas del mundo moderno, lunes 22 de junio. Las sesiones se celebrarán los lunes a las 19:00 horas en el Auditorio 3 del Centro de Extensión de la Pontificia Universidad Católica, Alameda 390, segundo piso.

R E V ISTA

Revista Humanitas tiene prevista la pro-

PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE

www.humanitas.cl

vida a distintos encuentros y situaciones imaginarias donde el mensaje de la Iglesia llegará al corazón de muchas personas”, explica el director de Catholic-Link, Mauricio Artieda.

www.conmasgracia.org Con + gracia: Nace proyecto para evangelizar a través de los medios digitales Animados por las palabras del Papa Francisco de salir al encuentro de quienes necesitan la luz del Evangelio un grupo de seminaristas de Guadalajara en México creó una iniciativa de evangelización haciendo uso de los medios digitales para llevar la Buena Nueva especialmente a los jóvenes. Bautizado como «Con + gracia», (www.

humanitas@uc.cl

conmasgracia.org) el proyecto fue concebido como un movimiento que utiliza las nuevas tecnologías de la información para tocar los corazones de muchos acercando el mensaje salvador de Jesucristo. «Es un movimiento en internet que hace uso de medios audiovisuales y, sobre todo, infinidad de plataformas digitales que quieren hacer que el usuario tenga una verdadera experiencia de Dios, sin importar quién eres, qué haces, a qué te dedicas en qué crees, explicó el Diácono José Luis González Santoscoy, del equipo fundador. Los contenidos que trae este portal, se han dividido en seis secciones: Historias, magia, cultura, saber, Dios y media. El proyecto también está presente en las redes sociales, cuenta con un canal en YouTube y posee un ‘newsletter’ mensual.


CARTAGENA DE INDIAS:

EL ADMIRABLE ORIGEN DEL CRISTO DE LA EXPIRACIÓN Casi todo en la iglesia de Santo Domingo, en Cartagena de Indias, impresiona. Su fuerte ‘estructura ósea’ que buscaba la solidez ante los bombardeos bucaneros; la sutileza de los tonos pastel de su interior que contrastan con la robustez y austeridad pétrea de las naves, de los contrafuertes interiores y los estribos exteriores; su coro y cúpulas achatadas, la hierática y yaciente Virgen del Tránsito al final de la nave de la Epístola. Pero sé que muchos concordarán en que el punto monárquico de esa histórica iglesia —habida la debida reverencia al Santísimo Sacramento del Altar— es el magnífico Cristo de la Expiración. Es un Cristo de madera, que da la impresión de ser de poco más que de tamaño natural. De una madera oscura sin policromía, como oscuras fueron las horas en que se crucificó a Dios; pero a la vez brillante, como infinitamente refulgente fuera el triunfo absoluto del Redentor. La expresión de dolor del Señor es en algo matizada por la ternura y confianza con las que Él dirige su rostro al Padre. Una confianza inocente y total que está particularmente expresada por la fuerte inclinación de su cuello, tal vez más inclinado que el de otros Cristos expirantes conocidos. Narra la tradición que estando aún en el período colonial un día los novicios dominicos encontraron en la playa un buen tronco de madera que llevaron al monasterio, pues daba para tallar con él una imagen. Ocurría que por ese tiempo habitaba el claustro un tallador de orígenes no muy claros, a quien le expusieron la idea. Pero para el escultor el tronco era demasiado chico, por lo que sugirió devolverlo al generoso mar. Entretanto, con la tozudez propia de la edad primaveril, los religiosos volvieron días después a la búsqueda al ancho océano, para encontrar lo que creyeron ser el mismo tronco, y sin embargo más grande y esta vez sí apto para iniciar la obra. Presentado como trofeo el madero, es así que el tallador dio inicio a la tarea pero puso una sencilla condición: no sería interrumpido sino hasta la conclusión, y la comida se le pasaría a través de una sencilla ventana de la habitación. No se diga más. La presencia del artesano, aunque encerrado, era manifiesta por los golpes de su talla, lo que debía alimentar las crecientes expectativas de toda la comunidad. Pero ocurrió que dos semanas después los instrumentos se aplacaron, el silencio reinó en la celda. Tras un breve tiempo de espera, los religiosos no aguantaron e irrumpieron en la habitación, donde ni rastros del escultor, pero sí el bello y compungente Cristo de la Expiración. Los cartageneros le ofrecen hasta hoy una generosa y fuerte devoción. Saúl Castiblanco (Gaudium press)

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Mons. Juan Barros Nuevo obispo de Osorno

El 21 de marzo pasado, asumió el nuevo obispo de la diócesis de Osorno, Mons. Juan de la Cruz Barros Madrid, hasta ese momento obispo castrense de Chile. Junto a fieles, sacerdotes, religiosos y religiosas de la Diócesis, 13 Obispos y el señor Nuncio Apostólico de Su Santidad en Chile, Mons. Ivo Scapolo, dio inicio la santa Eucaristía de Inauguración del Ministerio Episcopal, en el templo catedral “San Mateo Apóstol”, de Osorno.

Mons. Juan Barros Madrid nació en Santiago el 15 de julio de 1956. Realizó sus estudios de Filosofía y

UN AVISPERO EN LA SACRISTÍA «La polémica en torno al nombramiento de Mons. Juan Barros va más allá de nuestras fronteras y del momento político actual. Los papas llevan muchos siglos luchando por su derecho a nombrar obispos sin intromisión del poder civil o de grupos de presión...»

De un día para otro, todos los chilenos saben que hay un obispo que se llama Juan Barros. Diversos eclesiásticos han rechazado su nombramiento en la Diócesis de Osorno, y piden su renuncia. No solo la sacristía está alborotada, varios políticos se han sumado al descontento y el ministro de Defensa llegó hasta el extremo de suspender la última misa de Mons. Barros como obispo castrense, alegando su disconformidad con la designación papal. Algunos ven en esta rebelión una señal de madurez de los católicos y de genuino compromiso con su fe. Me imagino que esa madurez los llevará a pagar el 1% a la Iglesia y a defender los principios cristianos las 24 horas del día en todo lugar, incluida la arena política. En la discusión hay cosas curiosas: un determinado político, que ahora señala que «como católico» debe expresar su malestar, no tenía problema en afirmar, años atrás, que él no era ningún beato, justificando así su visita al Barrio Rojo de Ámsterdam. Celebro que este caso lo haya ayudado a recuperar su coherencia cristiana. No conozco al obispo Barros, pero apuesto diez a uno que entre sus prioridades vitales más profundas no se hallaba la de ser obispo de Osorno. Si es así, ¿por qué no renuncia y se evita una úlcera? Resulta audaz hurgar en las psicologías episcopales, pero me atrevo a pensar que, como hombre culto, sabe que los papas llevan muchos siglos luchando por su derecho a nombrar obispos sin intromisión del poder civil o de grupos de presión. No siempre han tenido éxito, pero lo cierto es que si Mons. Barros renuncia sentará un precedente que le causará problemas al Papa no solo en Chile, sino en todo el mundo. Dudo que la Iglesia quiera enfrentar una proliferación de manifestaciones pidiendo «obispos a la carta». El caso Karadima es terrible para sus víctimas y doloroso para los creyentes. Aunque la fe no debería fundarse en las cualidades personales de los clérigos, lo cierto es que los ejemplos de coherencia son una ayuda para los fieles. Ahora bien, si alguien piensa que el obispo Barros fue cómplice o encubridor de

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Teología en el Seminario Pontificio Mayor de Santiago, y obtuvo la Licenciatura en Teología en la Pontificia Universidad Católica de Chile, donde también había estudiado durante algunos años Ingeniería comercial. El 29 de junio de 1984 fue ordenado sacerdote en Santiago de Chile. Fue secretario personal del cardenal Juan Francisco Fresno, arzobispo de Santiago, desde 1983 a 1990; párroco de Nuestra Señora de la Paz (Decanato de Ñuñoa) y después párroco de San Gabriel (Decanato de

Pudahuel Sur). También se desempeñó como director del Área Eclesial de la Conferencia Episcopal de Chile. El 12 de abril de 1995 fue elegido por el Papa Juan Pablo II como obispo auxiliar de la diócesis de Valparaíso. El 21 de noviembre de 2000 el Papa Juan Pablo II lo nombró obispo de la diócesis de Iquique. El 9 de octubre de 2004 fue designado por el mismo pontífice Obispo Castrense de Chile, cargo que desempeñó hasta el 10 de enero 2015, día en que fue nombrado obispo de Osorno.

ciertos delitos, debería llevar el caso a la justicia, sea civil o eclesiástica. «Las pruebas, lamentablemente, no son suficientes», se dice. Si es así, comprendo que las víctimas de Karadima lancen tales acusaciones, pero quienes no estamos en esa situación debemos tener cuidado antes de sumarnos a una lapidación pública. Da la impresión, sin embargo, de que el problema aquí no es de complicidad. Más bien, Juan Barros y otros no creyeron a tiempo denuncias que después se comprobaron verdaderas. Después de la batalla somos todos generales, pero hay que hacer un esfuerzo para ponerse en la situación de tales personas, para quienes el padre Karadima era un inspirador y esas acusaciones aparecían como calumnias malignas, lo que los llevó a tratar mal a los acusadores. Su problema parece haber sido la ingenuidad. ¿Constituye esa deficiencia un obstáculo insuperable para ser obispo? ¿Resulta incompatible con la política de «tolerancia cero» de los abusos? El Papa ha estimado que no. En el caso de los creyentes, hay otro factor que complica el análisis sereno del asunto. Todos tenemos la tendencia a identificar grupos o personas a los que atribuimos la concentración de la maldad, y en cuya denuncia fundamos nuestra superioridad moral. Es un procedimiento bastante primitivo, pero muy real, denunciado por Cristo en el Evangelio (Lc. 18, 9-14). En este momento, esos «leprosos morales» son las personas que estuvieron cerca de Karadima, mañana quizá serán otros: como si la posibilidad de equivocarse o de cambiar no tuvieran lugar en el cristianismo. Por una prudencia elemental, es necesario alejar de puestos de responsabilidad en la Iglesia a los autores de abusos, por arrepentidos que estén. Pero eso no significa que deban quedar manchados de por vida quienes hayan estado cerca de los abusadores o creído en su inocencia. Puede ser que el Papa haya estado mal informado. Cabe que su decisión sea equivocada. Pero también es posible que, al trasladar al obispo Barros a esta nueva responsabilidad, Francisco esté dando una señal a la Iglesia. Quizá esté marcando ciertos límites que indican cuál es el margen de error que inhabilita y cuál, supuesto el reconocimiento de los errores, resulta compatible con el ejercicio de un puesto de autoridad. No hay que olvidar que Francisco es un hombre de gestos. JOAQUÍN GARCÍA HUIDOBRO Este artículo fue publicado originalmente en El Mercurio (22.III.2015)

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El sacrificio de la luz Exposición Colección Gandarillas Infante

Paso fronterizo Mamuil Malal Cristo del Tromén reúne a chilenos y argentinos

La tercera exposición de la Colección Gandarillas exhibe una serie de esculturas de Cristo crucificado, en su mayoría pequeñas obras policromadas de madera que entregan un testimonio dramático de la profundidad de la fe vivida en nuestro período colonial. Estas obras resumen en pequeña escala la diversidad de los centros de producción de arte virreinal de nuestra región, donde Chile era parte de un vasto y extenso territorio. Provienen de Lima, la capital de los virreyes, de Quito, el gran centro productor de imágenes del siglo XVIII, y también del alto Perú. Entre estas, también se incluyen algunas elaboradas por artistas locales de siglos anteriores. Ellos eran nuestros artesanos santeros, que en Chile replicaban con ingenuidad y pureza expresiva, las cualidades académicas de las obras que provenían de los grandes talleres coloniales. Las obras en exhibición son parte de la Colección Joaquín Gandarillas Infante, y reiteran en esta muestra el mensaje del sacrificio redentor de Cristo, pero enfatizando su presencia hoy. La muestra estará abierta hasta el 31 de julio, en el Centro de Extensión UC - Sala Joaquín Gandarillas Infante, Alameda 390.

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Una vez más chilenos y argentinos se encontraron a

inicios de marzo para celebrar una Eucaristía que desde hace 65 años ocurre en el paso fronterizo Mamuil Malal de Curarrehue, donde se encuentra el venerado Cristo del Tromén, y donde año con año se unen miles de peregrinos procedentes de ambos países. La Santa Misa, celebrada bajo los pies de la venerada imagen de Jesús Crucificado, estuvo presidida por Mons. Francisco Javier Stegmeier, Obispo de Villarrica, Chile, y concelebrada por Mons. Virgilio Bressanelli SCJ, Obispo de Neuquén, Argentina, quien expresó: “Es hermoso saber que en distintas partes de esta cordillera seguiremos celebrando nuestra hermandad. Esto quiere decir que realmente las fronteras no las hizo Dios sino la realidad humana. Somos una sola familia, familia de Dios. Celebremos siempre ser hermanos entre nosotros para que no haya cordilleras adentro que nos dividan”. Por su parte, el Obispo de Villarrica agradeció la presencia de los miles de fieles que se dieron cita en el paso fronterizo (se calculan más de 2 mil), así como a las parroquias de Chile y Argentina que organizaron la peregrinación. Al concluir la Eucaristía, el prelado anunció que la Misa fronteriza se realizará cada año el primer domingo de marzo. La Eucaristía en la frontera nació en febrero de 1950, cuando el sacerdote Francisco Subercaseaux, primer chileno capuchino y que ha sido declarado venerable por el Papa Francisco, en ese entonces era párroco de Pucón y misionero en la Araucanía Chilena —posteriormente fue Obispo de Osorno—, bendijo la imagen del Cristo Crucificado de Tromén. El propósito del sacerdote era fortalecer las relaciones de paz entre Argentina y Chile, países que en aquel entonces enfrentaban una fuerte disputa limítrofe. A partir de allí todos los años se reúnen las comunidades de Junín de los Andes, Curarrehue, Pucón y Villarrica, quienes oran por la paz y recuerdan al Padre Subercaseaux. Solo en una ocasión no se ha realizado esta celebración, y fue en el 2010, año del terremoto en Chile.


450 años de la ciudad de Río de Janeiro Celebración en Santuario de San Sebastián

En el aniversario de 450 años de la ciudad de Río de Janeiro, el día 1º de marzo, el Santuario dedicado a San Sebastián, en la Barra de Tijuca, recibió una Santa Misa de carácter solemne, presidida por el cardenal Arzobispo Orani João Tempesta, y concelebrada por los obispos auxiliares y diversos sacerdotes arquidiocesanos. Minutos antes de ser iniciada la celebración, el prefecto de la ciudad de Río, Eduardo Paes, entregó la llave de la metrópolis carioca a Mons. Orani, que a su vez, bendijo otras tres reliquias, que son la imagen de San Sebastián, traída por Estácio de Sá; los restos mortales del fundador de la ciudad; y la piedra fundamental de la fundación. «Nosotros pedimos que esta tierra sea bendecida. Ella ya es bonita por naturaleza, como dice la música, pero nosotros pedimos que los cristianos puedan contribuir para que ella sea bella», resaltó el Arzobispo.

asirias. Además, marca las distancias con todos los grupos armados que luchan —incluidas las milicias de autodefensa formadas por asirios— y pide la liberación de los cientos de rehenes cristianos que todavía siguen en manos de los fundamentalistas. “En su carta —confirma a la agencia FIDES el arzobispo siro católico Jacques Behnan Hindo— el obispo Afram negó la existencia de una alianza con los soldados kurdos vinculados al PKK, y dio a entender que las milicias conocidas por el acrónimo ‘Sotoro’, y definidas en la prensa internacional como milicias cristianas asirias, nunca han tenido ningún mandato ni aprobación por parte de la Iglesia”. Mientras tanto, desde los pueblos asirios ubicados en la orilla oriental del río Khabur —abandonados por la población cristiana en febrero, después del ataque realizado por el grupo terrorista— llegan noticias de saqueos y robos cometidos por las milicias kurdas. “En aquellos pueblos donde los yihadistas nunca habían entrado —informa el arzobispo Hindo, cabeza de la archieparquía siro católica de Hassaké-Nisibi— los soldados kurdos han abierto todas las casas de los cristianos y robado los objetos y bienes de valor, comenzando por los computadores e incluso objetos más grandes”. “Los habitantes que han intentado entrar a sus casas han sido expulsados, pero pidiéndoles antes que dejen las llaves. Estos fenómenos —advierte— sugieren que la situación sobre el terreno es más complicada de los que a veces se dice”. Musulmanes condenan Destrucción del legado cultural de Mosul

Cristianos de Asiria ‘La Iglesia asiria no se identifica con ningún grupo armado’

La Iglesia Asiria de Oriente, a la que pertenecen los cientos de cristianos del valle del Khabur tomados como rehenes por los milicianos del autoproclamado Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés), ha optado por no identificarse con ninguna de las partes enfrentadas en el conflicto sirio. En una misiva, que el obispo asirio Afram Athnil dirigió a los líderes del ISIS, el prelado insiste en que los cristianos son “extraños a la cultura de las armas” y establece claramente que ninguna facción o milicia paramilitar que opera en Siria puede presentarse como brazo armado conectado a las comunidades cristianas

El grupo terrorista Estado Islámico difundió en marzo pasado un vídeo que muestra cómo destruyen decenas de piezas del Museo de la Civilización de Mosul y de las ruinas de la antigua ciudad de Nínive, algunas de ellas

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datan de la época asiria (siglo VII y VIII a. C.). Provistos de grandes mazos y taladros, los milicianos hacen añicos unas figuras de incalculable valor. Ante estos hechos, el Dr. Sami El Mushtawi, director del Departamento Cultural del Centro Cultural Islámico de Madrid, afirmó que «destruir obras de arte y parte del patrimonio cultural de la humanidad no es de la religión musulmana y si alguien destruye es prueba de su propia ignorancia». En un breve comunicado, aseguró que «los musulmanes rechazamos y condenamos la destrucción del legado cultural de Mosul a manos de Daesh». «El Islam construye y nunca destruye», añadió.

Benedicto XVI Dos años desde su renuncia

En una sorprendente e histórica decisión, el entonces Papa Benedicto XVI anunció hace algo más de dos años, el 11 de febrero de 2013, su renuncia al pontificado. En aquella ocasión dijo que debido a su avanzada edad (estaba por cumplir 86 años) ya no tenía fuerzas para ejercer de forma adecuada el ministerio petrino. El entonces Santo Padre precisó ese día que desde el 28 de febrero de 2013, a partir de las 8:00 p.m. (hora local), la sede de Pedro quedaba vacante. En una decisión que solo él conocía, ajena al resto de la Curia romana y con «plena libertad», el entonces Pontífice anunció su renuncia durante el Consistorio público para las canonizaciones de los 800 mártires de Otranto, la Madre Laura, la primera santa colombiana, y la Madre Lupita de México. Durante el Consistorio el ahora Papa Emérito anunció esta «decisión de gran importancia para la vida de la Iglesia». El Decano del Colegio Cardenalicio y por años Secretario de Estado del Vaticano durante el pontificado de Juan Pablo II, cardenal Angelo Sodano, dijo tras el

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anuncio: «estamos incrédulos ante sus palabras… En nombre de todos nosotros los cardenales, estamos cercanos a usted en este momento como lo hemos estado en estos 8 luminosos años de su pontificado». A continuación reproducimos el texto completo del anuncio de Benedicto XVI el 11 de febrero de 2013: «Queridísimos hermanos, Os he convocado a este Consistorio, no solo para las tres causas de canonización, sino también para comunicaros una decisión de gran importancia para la vida de la Iglesia. Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino. Soy muy consciente de que este ministerio, por su naturaleza espiritual, debe ser llevado a cabo no únicamente con obras y palabras, sino también y en no menor grado sufriendo y rezando. Sin embargo, en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de San Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado. Por esto, siendo muy consciente de la seriedad de este acto, con plena libertad, declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro, que me fue confiado por medio de los Cardenales el 19 de abril de 2005, de forma que, desde el 28 de febrero de 2013, a las 20.00 horas, la sede de Roma, la sede de San Pedro, quedará vacante y deberá ser convocado, por medio de quien tiene competencias, el cónclave para la elección del nuevo Sumo Pontífice. Queridísimos hermanos, os doy las gracias de corazón por todo el amor y el trabajo con que habéis llevado junto a mí el peso de mi ministerio, y pido perdón por todos mis defectos. Ahora, confiamos la Iglesia al cuidado de su Sumo Pastor, Nuestro Señor Jesucristo, y suplicamos a María, su Santa Madre, que asista con su materna bondad a los Padres Cardenales al elegir el nuevo Sumo Pontífice. Por lo que a mí respecta, también en el futuro, quisiera servir de todo corazón a la Santa Iglesia de Dios con una vida dedicada a la plegaria. Vaticano, 10 de febrero 2013 BENEDICTUS PP. XVI.


El rol de la mujer en el mundo VI informe del Observatorio Van Thuan

El papel de la mujer en los cinco continentes está en el centro del VI Informe sobre la Doctrina Social de la Iglesia, presentado en marzo pasado en la sede de Radio Vaticano, realizado por el Observatorio Internacional Cardenal Van Thuan, en colaboración con el Movimiento de Trabajadores Cristianos (MTC). El presidente del MTC, Carlos Costalli, indicó que existen varias revoluciones en acto, caracterizadas por una revisión que con frecuencia es contraria al proyecto de Dios y de la naturaleza, y del rol de la mujer. “Me refiero a los conocidos puntos dolorosos sobre los temas de procreación, maternidad, identidad sexual, gender (género), ‘nuevas familias’, y la adopción, temas tratados ampliamente en detalle en la relación de este año sobre la Doctrina Social. Mons. Crepaldi, arzobispo de Trieste y presidente del Observatorio, en su intervención subrayó por ello la necesidad de colocar las temáticas de la biopolítica en el interior del cuadro de la Doctrina Social de la Iglesia. Y precisó que si bien el tiempo de las ideologías en cuanto tales ha terminado, nos encontramos en una época caracterizada por otras ideologías que quieren subvertir el mundo real e incluso la naturaleza. Por su parte el director de Asuntos sociales de la Conferencia Episcopal Italiana, Don Fabiano Longoni, indicó que hoy en día “la lógica es la misión. La lógica es la salida. El enfoque es la propuesta. Y el Papa simplemente nos sugiere que deberíamos ser capaces de salir y conseguir a través del testimonio de esos valores absolutos en los que debemos creer”. Esto, podrá solicitar quizás “el martirio del testimonio” pero en la actual sociedad semi-pagana, si no enteramente, debería quedar claro que la nueva evangelización deberá pasar por la re-transmisión del alfabeto natural y social”. Indicó que mayores retos para la diplomacia de la Santa Sede en 2013 fueron las migraciones y la libertad religiosa; el acceso a los tratamientos médicos y el drama del hambre en el mundo, las implicaciones culturales de la web y la amenaza del terrorismo nuclear. Y consideró que la aplicación de la Doctrina Social de la Iglesia no es igual en todo el mundo: “Si nos fijamos en el Sur, creció la conciencia en el mundo eclesial. Admito, con cierto pesar, que en el ámbito europeo, en general, esta atención es menos fuerte, menos viva”. La diputada italiana Eugenia Rocella, que colaboró con el informe, denunció lo pernicioso de las ideologías

de género, en particular en temas fundamentales sobre la identidad humana y de la mujer. Así el ser humano no es más considerado “un proyecto, sino un producto que se puede libremente hacer o deshacer”.

Investigación del Pew Research Center 9 de cada 10 estadounidenses valoran positivamente al Papa Francisco

En septiembre de 2015 el Papa Francisco visitará Estados Unidos. A dos años de su elección y ante la proximidad de la visita su popularidad no deja de aumentar. El Pew Research Center publicó una investigación («In U.S., Pope’s Popularity Continues to Grow», 05.03.2015) que refleja precisamente la alta estima de los católicos norteamericanos: 9 de cada 10 ven «favorablemente» al Papa y 6 de cada 10 lo ven «muy favorable». Entre los no católicos la admiración por el Papa Francisco también ha crecido: 7 de cada 10 estadounidenses ven «favorablemente» al Santo Padre, mientras que el porcentaje general de quienes lo califican desfavorablemente se mantiene relativamente estable en términos porcentuales respeto de hace dos años: 15%. La encuesta del Pew Research fue realizada entre el 18 y el 22 de febrero de 2015 y arrojó otros datos interesantes, como el hecho de que 6 de cada 10 protestantes y hasta dos tercios de personas no adheridas a una religión ven «favorablemente» al Papa. Por rangos de edad, el Papa es especialmente valorado por los mayores de 65 años. Por opciones políticas (republicanos y demócratas) no se aprecia una distinción de valoración notable: en ambos casos es positiva (72% de «favorable» por parte de los republicanos y 70% por parte de los demócratas). Tampoco por sexos varía mucho la apreciación: 7 de cada 10 mujeres ven «favorablemente» al Papa, mientras que 6.9 de cada 10 hombres también lo ven «favorablemente». Entre los católicos se aprecia un fenómeno especial: los que van a misa de forma regular hacen un balance altamente positivo del Papa (95%). La aprobación es unánime entre los católicos practicantes. El estudio «In U.S., Pope’s Popularity Continues to Grow» muestra que la popularidad del Papa Francisco está a la par de la que Juan Pablo II logró en los Estados Unidos en los años 80 y 90.

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ENTREVISTA A KIKO ARGÜELLO:

“EL PAPA HA MOSTRADO SU AMOR POR EL CAMINO NEOCATECUMENAL”

Es difícil describir la emoción que transparentan los ojos de Kiko Argüello. Las palabras dirigidas el 9 de marzo pasado por el Papa Francisco al Camino Neocatecumenal iniciado por él han sido un fuerte estímulo para este «itinerario de formación cristiana válido para los tiempos modernos», como lo definió san Juan Pablo II. Al igual que Wojtyla, pero también Benedicto XVI y en su tiempo Pablo VI, Bergoglio dio la bendición de la Iglesia a la obra de evangelización que el Camino lleva a cabo desde hace cerca de medio siglo en todos los rincones del mundo, especialmente a través de las familias. Y pensar que todo comenzó con una pequeña semilla plantada en las periferias de Madrid, realmente hace sonreír. Porque, como ha dicho Kiko en la entrevista concedida a ZENIT inmediatamente después de la audiencia, muestra «lo bueno que es Dios con nosotros». —Kiko, un comentario ‘en caliente’ sobre las palabras del Papa en la audiencia de hoy al Camino Neocatecumenal... —¡Estamos sorprendidos por el amor que nos ha mostrado! Ya me había reunido con el Santo Padre en una audiencia privada antes que la de hoy y le había mostrado el trabajo que el Camino ha hecho hasta ahora, especialmente con las familias: las missio ad gentes, los encuentros vocacionales, el Family Day... Él estaba muy impresionado. Y hoy ha querido mostrar el amor que siente por el Camino Neocatecumenal. Tal vez alguien se esperaba que después de todas esas cosas bonitas y positivas que dijo hubiera un «pero»... Sin embargo, no hubo ningún «pero»... Estamos muy contentos, porque el discurso del Papa es programático para todo el Camino. Y también, una manera para que la Iglesia entienda qué es una missio ad gentes y cómo se puede realizar hoy. Porque a lo mejor, después de todo, aún quedaba la idea de los primeros misioneros que fueron a África, a América, a evangelizar. Sin embargo, hoy necesitamos algo nuevo y puedo decir que el Camino lleva a cabo estas misiones con gran creatividad, mostrando una forma original de presencia de la Iglesia en el mundo.

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—A nivel personal, en cambio, después de casi 50 años desde el inicio del Camino, recordando la primera evangelización en las chabolas de Madrid, y viendo ahora los frutos que se han propagado por todo el mundo, ¿cómo se siente? —¡Es bonito! (Ríe) Hoy, en particular, me siento consolado por Dios. Sobre todo, me siento consolado por las palabras del Santo Padre. Admiro mucho a este Papa. Incluso, en la última convivencia con los itinerantes de todo el mundo, he expresado mi pesar por las críticas que le dirigen. A menudo oigo decir que el Papa es un «populista», un «comunista», demasiado centrado en lo social... Creo que todos se están equivocando, porque este Papa está desclericalizando la Iglesia. Y es providencial para nuestros días. —Volviendo a las familias: en un momento en que —como dijo el Papa Francisco— la familia ‘recibe palizas’ por todas partes, ¿qué representan para la Iglesia y para el mundo estas madres, padres e hijos que dejan todo y se van a evangelizar? —La familia cristiana, abierta a la vida, es una salvación para el mundo... Estas familias —las que ya están en misión en todos los continentes, así como aquellas que irán a partir de hoy, que están ‘formadas’ para evangelizar después de tantos años de Camino— son una salvación para la Iglesia, pero sobre todo para la sociedad. Debido a que sus niños serán los futuros arquitectos, abogados, médicos... Serán, en definitiva, la sociedad del futuro. ¡Y el mundo de hoy necesita gente cristiana que no roba, que no miente, que no es corrupta! Además, de estas familias provienen muchísimas vocaciones. Es también gracias a ellas que tenemos 103 seminarios en todo el mundo... —Después de esta Audiencia con el Papa, ¿qué se plantea para el Camino Neocatecumenal? —En los próximos meses viajaremos por el mundo para unos encuentros vocacionales. Voy a estar en Italia, en Génova, Palermo y tal vez Macerata, y también en España. Pero la novedad es que vamos a ir también a África. Porque tengo muchos hermanos y hermanas que me preguntan: «Kiko, ¿cuándo vienes a África?». Son personas pobres, humildes, muy atraídas por las palabras de Cristo: «¡Ven y sígueme!». Y, por tanto, esperan también poder vivir personalmente un encuentro en el que alguien les diga: «¿Hay familias para la misión?», para levantarse e irse. Así que estamos organizando un gran encuentro con cerca de 25 mil personas. Veremos ... —Otro acontecimiento histórico para el Camino Neocatecumenal fue el concierto en Auschwitz, que contó con la presencia de numerosos rabinos. ¿Continúa este diálogo con los judíos? —¡Sí! Después del concierto, los judíos estaban tan impresionados por nuestro espíritu de amor hacia ellos que han pedido una reunión de todos los rabinos conmigo y con otros representantes del Camino. Probablemente lo haremos en mayo. Pero no está confirmado.

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60 AÑOS DE COMUNIÓN Y LIBERACIÓN:

“ENCUENTRO NO CON UNA IDEA, SINO CON UNA PERSONA, CON JESUCRISTO” El Papa Francisco recibió el 7 de marzo pasado a más de 80 mil miembros de Comunión y Liberación (CL) en la Plaza de San Pedro, con motivo del décimo aniversario de la muerte de su fundador, Don Luigi Giussani, y cuando se cumplen 60 años del nacimiento del movimiento. Durante el multitudinario encuentro, todos los presentes recibieron al Santo Padre entonando «Zamba de mi esperanza», un canto popular argentino muy apreciado por el Pontífice. En sus palabras de bienvenida, el presidente de la Fraternidad Comunión y Liberación, Don Julián Carrón, aseguró al Papa Francisco que «hemos venido como mendigos, con el deseo de aprender, para ser ayudados a vivir con pasión el carisma recibido». «Nosotros, como todos, necesitamos la mirada misericordiosa del Señor de la que usted, Santidad, es signo e instrumento», añadió. Y reconoció también que «estamos aquí, Santidad, con la tensión de vivir la renovación de ese acontecimiento que nos permite experimentar la alegría de ser cristianos». El Santo Padre, muy agradecido por el cariño con el que fue recibido y por las palabras de Carrón, aseguró que la labor de Mons. Luigi Giussani marcó tanto su vida sacerdotal como la personal a través de sus libros y artículos. «Su pensamiento es profundamente humano y llega hasta el más íntimo anhelo del hombre», afirmó el Pontífice. Y así recordó la importancia que tenía para Don Giussani «el encuentro no con una idea, sino con una Persona, con Jesucristo», que es quien «nos da la libertad». En esta línea, el Papa advirtió que «¡el carisma no se conserva en una botella de agua destilada! Fidelidad al carisma no quiere decir ‘petrificarlo’ —es el diablo el que ‘petrifica’—, no significa escribirlo en un pergamino y ponerlo en un cuadro». «La referencia al legado que os ha dejado Don Giussani —explicó— no puede reducirse a un museo de recuerdos, de decisiones tomadas, de normas de conducta. Comporta, en cambio, fidelidad a la tradición, y fidelidad a la tradición, decía Mahler, significa tener vivo el fuego, no adorar las cenizas». «Don Giussani no os perdonaría nunca que perdierais la libertad y os transformarais en guías de museo o adoradores de cenizas», ha destacado Francisco. Asimismo, el Santo Padre pidió a los fieles que recuerden que «¡en el centro solo está el Señor!», que nos precede siempre, y que salgan a la búsqueda de los alejados para «servir a Jesús en cada persona marginada, abandonada, sin fe, decepcionada por la Iglesia, prisionera de su propio egoísmo». «Cuando somos esclavos de la autorreferencialidad —advirtió— terminamos por cultivar una ‘espiritualidad de etiqueta’: ‘Soy CL’. Esta es la etiqueta; y luego caemos en las mil trampas que nos ofrece la complacencia autorreferencial, el mirarnos en el espejo que nos lleva a desorientarnos y convertimos en meros empresarios de una ONG». «’Salir’ significa también rechazar la autorreferencialidad, en todas sus formas, significa saber escuchar a aquellos que no son como nosotros, aprendiendo de todos, con sincera humildad», indicó.

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2015 Abadía de Claraval festeja 900 años

La Abadía de Claraval, una de las principales abadías cistercienses de Francia y también de Europa, celebra sus 900 años de fundación en el 2015. Creada por San Bernardo de Claraval, ella queda situada en la Ville-sous-la-Ferté, en el departamento de l’Aube, en Francia. Este acontecimiento fue puesto por el ministerio francés de la Cultura en la lista de las conmemoraciones nacionales de este año. Así, el Estado francés tiene como objetivo difundir más aún el conocimiento histórico y científico sobre la famosa y centenaria Abadía y sobre los cistercienses que la construyeron y en ella vivieron. Es intención del Estado promover un acceso de todos al patrimonio cultural de la Abadía y transformar Claraval en una palanca de desarrollo cultural, turístico y económico para el territorio que la circunda. Sin duda será una ocasión oportuna para promover el conocimiento de un lugar singular que ya abrigó a monjes, guerreros y santos y que, transformado en prisión central, todavía hoy en una de sus partes alberga reclusos. La Abadía tiene otros motivos para ser conocida en las conmemoraciones, el monasterio fue fundado en el año 1115 por San Bernardo de Claraval cuando tenía apenas 25 años. Él y algunos monjes más venidos de la Abadía de Cister allí llegaron y fundaron Clairvaux con terreno y recursos ofrecidos por Hugo de Champagne. Ella fue una de las cuatro fundaciones derivadas de la Abadía principal de Cister, junto con la Abadía de

La Ferté, Abadía de Pontigny y Abadía de Morimond. De Claraval, sin embargo, derivaron un total de 350 abadías esparcidas por Europa. Todas ellas plenas de historia, cargadas de significado y que el tiempo no hace olvidar. Solo algunos monasterios no traspasan la fama de la Casa Madre que los generó: Abadía de Fontenay, Francia; Abadía de Fossanova, en Italia; el Monasterio de Poblet, y de Sancta Creus, en Cataluña; y el monasterio de Alcobaça, en Portugal. Con la Revolución Francesa de 1789, el monasterio fue suprimido, sus edificios fueron convertidos en prisión algunos años después (1808) y llegó a ser el mayor establecimiento penitenciario de Francia de entonces. A partir del año 1970, parte de la histórica abadía dejó de albergar presos y puede ser visitada y hasta recibió eventos culturales. Falta rescatar la historia que en ella fue vivida y que fue de hecho lo que la tornó una institución influyente, perenne y digna de memoria: la vida de San Bernardo. Claraval es San Bernardo, los monjes benedictinos reformados, los santos que allí vivieron, la influencia que ella tuvo en el monacato occidental, la obra civilizadora en Europa. Claraval es el Concilio de Troyes del año 1128, la Regla Monástica seguida por los Caballeros Templarios, el ideal de nobleza cristiano. Claraval es la devoción a Nuestra Señora, el Memorare, la Salve Regina...

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San Gregorio de Narek Nuevo Doctor de la Iglesia Universal

El 21 de febrero pasado, el Papa Francisco confirmó la sentencia afirmativa de la Sesión Plenaria de los Cardenales y Obispos, miembros de este Dicasterio sobre el “título de Doctor de la Iglesia Universal” que será conferido próximamente a San Gregorio de Narek. San Gregorio de Narek se une así al grupo de los 35 hombres y mujeres que han sido proclamados “Doctores de la Iglesia” a lo largo de la Historia. De estos, cuatro son españoles: San Isidoro de Sevilla, también Padre de la Iglesia; San Juan de Ávila, San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús. La Congregación para la Causa de los Santos ha considerado que el sacerdote y monje de Narek, que vivió en el siglo X, cumple con los cuatro requisitos para poder recibir el título de “Doctor de la Iglesia”: santidad declarada, ortodoxia en la fe, eminencia en la doctrina e influjo benéfico en las almas. Este sacerdote y monje Gregorio de Narek nació en Andzevatsik (entonces Armenia y ahora Turquía) alrededor del año 950, en el seno de una familia de escritores. El padre, Khosrov, fue arzobispo. Después

de haber perdido a su madre en la infancia, Gregorio fue educado por su prima Anania de Narek, fundadora de la escuela y de la aldea. Ordenado sacerdote se convirtió en el Abad del Monasterio, vivió allí la mayor parte de su vida en humildad y caridad. Es considerado uno de los poetas más importantes de la literatura armenia. Entre sus obras se encuentran el Comentario al Cantar de los cantares, una colección de 95 oraciones en forma poética, llamadas “Narek”. Falleció alrededor del año 1005 y fue sepultado en el monasterio en el cual vivió. Su tumba fue meta de peregrinación hasta los tiempos de los conflictos con los Turcos. Fiel a la tradición de su Iglesia, Gregorio fue un gran devoto de la Virgen María, a ella le compuso el Discurso panegírico de la Bienaventurada Virgen María y la oración 80, titulada Desde dentro del corazón, coloquios con la Madre de Dios. El culto de San Gregorio de Narek está previsto en el martirologio romano el día 27 de febrero. Es definido: «monje, doctor de los Armenios, insigne por la doctrina, los escritos y la ciencia mística».

Compañía de la Cruz La Madre María de la Purísima será santa en 2015

La Beata Madre María de la Purísima, sucesora de santa Ángela de la Cruz al frente de la Compañía de la Cruz, será canonizada en Roma en 2015, según anunció el arzobispo de Sevilla, monseñor Asenjo. Según el Postulador de la Causa, la Santa Sede aprobó ya un nuevo milagro atribuido a su intercesión.

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Santos y Doctores CARMELITAS

CANONIZACIÓN DE LA BEATA MARÍA DE JESÚS CRUCIFICADO “ Os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo.” (Lc 2,10)

Nuestra hermana, la Beata María de Jesús Crucificado, Mariam Baouardy (1846-1878), será canonizada el 17 de mayo de 2015 en Roma. “El pequeño polvo en el Trono Veo que se prepara un trono magnífico para una pequeña nada. Un pequeño polvo será colocado en él y será elevado, y las grandezas serán abajadas, y aparecerá la grandeza de Dios en todo lo que Él haya hecho en el pequeño polvo. Y mi alma canta un cántico...” (Mariam Pensamientos p 131)

Nacida en Galilea, Mariam vivió en Egipto, en el Líbano, en Francia, en India y terminó su corta vida en Belén. Ella es un puente entre los cristianos de Oriente y de Occidente y nos invita a vivir más intensamente la comunión de los santos en el soplo del Espíritu Santo. “En ella, todo nos habla de Jesús”, dijo San Juan Pablo II. Nos regocijamos que esta flor de la Tierra Santa sea dada como un ejemplo para la Iglesia universal y particularmente para el Próximo y Medio Oriente. ¡Es una grande alegría, un signo de esperanza y de apoyo para los cristianos de Oriente! Esta canonización se realizará en el año de la Vida Consagrada y del V Centenario del nacimiento de nuestra Santa Madre Teresa de Ávila. Mariam, digna hija de Teresa, se convierte en la primera santa carmelita del medio Oriente. Unimos nuestra alegría a la de toda la familia carmelita, a los amigos del Carmelo, las Iglesias del Oriente y de medio Oriente y a todos aquellos que se sienten cautivados por el testimonio y el mensaje de Mariam. Sus Hermanas Carmelitas de Tierra Santa

* Ver comentario al libro “Vida y pensamiento de la Beata Mariam de Jesús Cricificado”, sección LIBROS, pág. 414 en esta edición.

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BEATIFICADO EL MÁRTIR PEDRO DE ASÚA, VÍCTIMA DE LA PERSECUCIÓN RELIGIOSA

TRES TIROS Y UN PERDÓN 29 de agosto de 1936. El coche se detiene en la cantera del monte Candina, en Liendo (entonces Vizcaya y hoy Cantabria). Es noche cerrada. Una partida de milicianos baja del vehículo y obliga a descender a un hombre, de nombre Pedro de Asúa. Está a punto de cumplir 46 años. Nació el 30 de agosto de 1890 en Balmaseda (Vizcaya), donde vivió hasta 1906, año en que se fue a Madrid a estudiar Arquitectura. Con 29 años, y un prometedor futuro como arquitecto por delante, decide ingresar en el Seminario. «Fue una decisión bien pensada, fruto de sus meditaciones al contacto con Dios», diría el claretiano Juan Oleaga, amigo y confesor de Asúa. Ya antes había dado muestras de una profunda espiritualidad, evidenciada, por ejemplo, cuando instituyó la Adoración Nocturna en su pueblo natal. Las actas fundacionales de aquel 1917 lo atestiguan, y quienes entonces lo veían rezar recuerdan que «salía como transformado». La presencia en Cristo fue su alimento diario, una constante en su vida, primero como laico y después como sacerdote. Don Pedro entra en el seminario, se forma y, en junio de 1924, es ordenado sacerdote. Quería ser «un cura de pueblo», pero recibió el encargo de ser, además, arquitecto diocesano. El Seminario de Vitoria, parroquias, casas de religiosas y religiosos… Se recorrió toda la diócesis del País Vasco con los planos a cuestas y un enorme sentido pastoral en la maleta. Creó grupos de catequesis para niños, los círculos de estudio, el ropero catequístico para atender las necesidades materiales de los más pequeños… No cobró por la mayor parte de los trabajos que realizó como arquitecto, y el poco dinero que tuvo lo fue dejando bajo las almohadas de los enfermos a los que visitaba, para que pudieran comprar medicinas. «Vivía su lema sacerdotal: Solo sacerdote, siempre sacerdote y en todo sacerdote», cuenta a Alfa y Omega el Postulador de su Causa de beatificación, don Aitor Jiménez. Por eso, cuando la persecución religiosa de 1936 llega a su Balmaseda natal, Pedro de Asúa continúa con su vida de solo, siempre y en todo sacerdote. Celebra Misa, confiesa, trabaja…, y acude al Ayuntamiento las muchas veces que, desde el 18 hasta el 25 de julio, es requerido por

Mons. Romero, Arzobispo de San Salvador Será beatificado el próximo 23 de mayo

El Arzobispo italiano Vincenzo Paglia, presidente del Pontificio Consejo para la Familia y postulador de la causa de canonización de Mons. Óscar Arnulfo Romero anunció que la fecha de beatificación del que fuera Arzobispo de San Salvador ha sido fijada para el próximo 23 de mayo. Así lo indica el diario Avvenire de la Conferencia Episcopal Italiana que señala que la celebración será

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Santos y Doctores

los milicianos. Un interrogatorio, otro, otro… Sus familiares piden a Pedro que se vaya del pueblo, porque se ha corrido el rumor de que van a detener a alguien importante. Él, calmado, celebra Misa y sale, ya caída la noche, hacia el pueblo de Sopuerta. Desde allí viaja hasta Erandio, a casa de sus tías paternas. Apenas dos días después, recibe la visita de los milicianos. «¿Don Pedro de Asúa?», preguntan. «Soy yo», dice él. Se sube con ellos al coche, consciente de que su condición de sacerdote incluye, si es menester, dar la vida por Cristo. «Si tengo que morir con 45 años, no he hecho nada por Cristo. Si me persiguen por mi fe, bendito sea Dios», había dicho don Pedro en una suerte de declaración de intenciones. Una antorcha ilumina la cara del hombre al que han sacado del coche. «Vimos su cara de ángel», confesaría años después uno de los milicianos que estaba allí. Don Pedro, sabiendo lo que venía a continuación, miró a sus verdugos y les dijo: «Que Dios os perdone como yo os perdono, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo». Le pegaron dos tiros en la cabeza y uno en el omoplato. El cardenal Angelo Amato destacaba, durante la ceremonia de beatificación del sacerdote —la primera celebrada en Vitoria—, que Asúa «fue consciente de la inminente tempestad y estuvo dispuesto al supremo sacrificio. Fue un sacerdote auténtico, enteramente entregado a Cristo y a la Iglesia», que «vive ya en la Jerusalén celestial». «El mundo —dijo el cardenal— tiene necesidad de santos para poder transformarse en un jardín de convivencia serena». Santos que, como Pedro de Asúa, miren a sus asesinos a la cara y, con cara de ángel, les digan: Os perdono. Rosa Cuervas-Mons (Alfa y Omega)

presidida en San Salvador (El Salvador) por el Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, cardenal Angelo Amato. Monseñor Romero, fue asesinado por odio a la fe el 24 de marzo de 1980 por los escuadrones de la muerte con un disparo en el corazón cuando celebraba misa en la capilla del hospital para cancerosos La Divina Providencia, en la capital salvadoreña.

El Papa Francisco autorizó el 3 de febrero pasado la promulgación del decreto que reconoce el martirio de Mons. Romero. También fueron aprobados los decretos de martirio de los franciscanos conventuales polacos Michal Tomaszek y Zbigniew Strzalkowski, y del sacerdote italiano Alessandro Dordi, asesinados por la guerrilla de Sendero Luminoso en Perú, en 1991.

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Reino Unido Descubren la partitura más antigua de música sacra polifónica

La música sacra característica de la Iglesia Católica tiene dos pilares fundamentales: el Canto Gregoriano y el Canto Polifónico. De este último la Universidad de Cambridge anunció un notable descubrimiento destacado por el portal New Liturgical Movement: El hallazgo de la partitura más antigua hasta el momento, la cual data de inicios del siglo X y está dedicada a San Bonifacio, Patrono de Alemania. El texto fue escrito al final de un manuscrito sobre la vida del Obispo Maternianus de Reims y descubierto por Giovanni Varelli, estudiante de doctorado del St John’s College de la Universidad de Cambridge, durante su internado en la Biblioteca Británica. Gracias a su especialidad en escritura de música antigua, descubrió una notación inusual en la que pudo identificar dos voces diferentes y complementarias. Según el análisis de Varelli, la corta antífona en honor a San Bonifacio con una voz de acompañamiento fue escrita cerca del año 900, mientras que la partitura polifónica más antigua hasta el momento data del año 1000. De los años anteriores se conservan tratados sobre la forma como se debería componer e interpretar la música a varias voces, pero ninguna pieza musical como tal. El que esta pieza permaneciera desconocida obedece a que está escrita en un sistema antiguo hoy incomprensible para la mayoría de lectores. «Cuando traté de descifrar la melodía me di cuenta de que la música escrita arriba era la misma que la delineada por la notación usada para el canto», describió el experto. «Este tipo de ‘diagrama’ era entonces una pieza de dos voces basada en la antífona de San Bonifacio». Aún es un misterio la identidad del compositor o cuál es su afiliación monástica. Una anotación presente en el texto referida a la fecha de celebración de una memoria litúrgica permite suponer alguna relación del autor con los monasterios del noroeste de Alemania. Algo notable en el descubrimiento es que esta primera pieza no se ajusta a las normas expuestas en los

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tratados previamente conocidos. «Lo que es interesante es que estamos mirando el nacimiento de la música polifónica y no estamos viendo lo que esperábamos», manifestó Varelli al servicio informativo de la Universidad de Cambridge. En lugar de hallar un cumplimiento estricto de parámetros establecidos, la interpretación revela «un estado de flujo y desarrollo» que indica la posibilidad de experimentación por parte de los compositores y la concepción de las reglas más como un punto de partida que como una norma determinante. La música contenida en la histórica pieza fue transcrita al sistema actual y los estudiantes de música Quintin Beer y John Clapham interpretaron la pieza, la cual puede ser escuchada en: www.youtube.com/ watch?v=F5vqAU_EqG4

Albert Einstein Subastan carta en la que expresa cómo Dios creó al mundo

«Dios creó al mundo con mucha elegancia e inteligencia», así Albert Einstein reveló cómo Dios creó al mundo. La frase es el eje central de una carta que el físico alemán escribió a su colega italiano Giovanni Giorgio el 12 de julio de 1925, y que el pasado 15 de febrero salió a la luz tras ser subastada en los Estados Unidos y comprada por un anónimo por valor de 75 mil dólares. El testimonio epistolar del físico es un pequeño mensaje escrito al reverso de una postal y firmado «Suo Einstein», que traduce del italiano «Su Einstein», dirigido al reconocido científico que en Italia era toda una autoridad en el electromagnetismo. Allí, además de referirse a Dios, Einstein concluye a su colega: «No tengo dudas sobre la validez de la teoría de la relatividad». Esta carta, que pertenecía a un coleccionista francés, quien obtuvo el manuscrito tras una recolección de artículos de científicos italianos, viene a contraponer otra carta en la que el físico alemán niega la existencia de Dios y que dirigió en enero de 1954 al filósofo Eric


Gutkin un año antes de su muerte, la cual también fue subastada algunos años atrás. Pese a que Einstein era un agnóstico declarado, afirmaba creer en un Dios «que se revela en la armonía de todo lo que existe». En una ocasión dijo: «Mi religión consiste en una humilde admiración del ilimitado espíritu superior que se revela en los más pequeños detalles que podemos percibir con nuestra frágil y débil mente» «La más bella y profunda emoción que nos es dado sentir es la sensación de lo místico. Ella es la que genera toda verdadera ciencia. El hombre que desconoce esa emoción, que es incapaz de maravillarse y sentir el encanto y el asombro, está prácticamente muerto. Saber que aquello que para nosotros es impenetrable realmente existe, que se manifiesta como la más alta sabiduría y la más radiante belleza, sobre la cual nuestras embotadas facultades solo pueden comprender en sus formas más primitivas. Ese conocimiento, esa sensación, es la verdadera religión», continuaba el físico alemán. Es a Einstein a quien se le atribuye la frase «Dios no juega a los dados con el hombre».

han alejado de la Iglesia «regresen a casa». Se trata de la iniciativa ‘Catholics Come Home’, que tiene por objeto ayudar a miles de ex católicos a regresar a la Iglesia y recibir los sacramentos. ‘Catholics Come Home’ es una organización sin ánimo de lucro que nació por inspiración de San Juan Pablo II, quien llamó a la nueva evangelización. La institución hace uso de comerciales de televisión y páginas web interactivas para inspirar, enseñar y evangelizar a los católicos inactivos, invitándolos a vivir de una manera más profunda la fe en Jesucristo. (Gaudium Press)

Ricardo III de Inglaterra Sus restos descansarán en una capilla por petición de católicos

Inglaterra Más de 2.700 ingleses se hicieron católicos esta Pascua

Más de 2.700 personas entraron durante esta Pascua a la comunidad católica. La cifra fue dada a conocer recientemente por la Red de Ritos de Iniciación Cristiana para Adultos de Inglaterra y Gales, que aseguró que dicho número representa las personas que en esta Cuaresma se encontraban participando de los rituales de presentación y acogida en la comunidad católica, conocidos como los «ritos de elección». De acuerdo con los datos ofrecidos por la red, al iniciar la Pascua se bautizaron 1.108 adultos y otros 1.556 cristianos que entrarán en plena comunión con la Iglesia y habían sido bautizados en comunidades protestantes. Los datos también hablan que serán bautizados 43 niños y otros 15 ingresarán a la Iglesia Católica luego de pertenecer a la protestante. Entretanto, las diócesis en las que mayor número de adultos fueron bautizados fueron las de Westminster con 243, Southwark con 231 y Brentwood con 117. Estas mismas diócesis también acogieron el mayor número de fieles —330, 204, y 131, respectivamente—, que estarán en comunión plena con la Iglesia Católica. Por otra parte, en Estados Unidos preparan una campaña publicitaria para que aquellos católicos que se

La petición por la adecuada conservación de los restos del rey Ricardo III de Inglaterra en un lugar sagrado concorde a la fe católica del monarca, que recogió miles de firmas durante varios meses, fue escuchada. En lugar de continuar en un laboratorio de la Universidad de Leicester, el cuerpo del rey será trasladado a un lugar del recinto educativo que era antiguamente una capilla y que contará con el servicio y las oraciones de un capellán católico. De esta forma se «transformará la antigua capilla a su designación original como un lugar de religión» y se conservarán de una forma más digna los restos del rey católico en espera de su sepultura definitiva. La iniciativa Looking for Richard (Buscando a Ricardo), que desarrolló las labores investigativas y recaudó los fondos necesarios para encontrar el lugar donde había sido enterrado el monarca, celebró que se corrija finalmente lo que denunciaba como un trato inadecuado de los restos de un creyente según la doctrina de la Iglesia Católica. «El ethos y la intención del Proyecto Looking for Richard era darle a Ricardo III el honor y dignidad que le fueron negados cuando cayó en el campo de batalla», declararon los promotores en un comunicado de prensa.

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ECOS DEL VIAJE A FILIPINAS

UN PUEBLO CRISTIANO, QUÉ ESPECTÁCULO

“Tú eres Pedro y traes el fuego, no para destruir sino para purificar, traes el terremoto, no para devastar sino para despertar”. Con estas palabras recibía en la catedral el joven cardenal de Manila, Luis Antonio Tagle, al Papa Francisco. Un templo que como quiso recordar su actual titular, ha sido demolido muchas veces, pero se niega a desaparecer. Como si representara la vida del pueblo filipino, que siempre renace con valentía de los golpes gracias a la roca de su fe invencible. Al viaje del Papa Francisco al archipiélago católico de Asia no se le ahorraron vientos, lluvias, incluso accidentes mortales como el sufrido por una joven voluntaria en Tacloban, epicentro de la región más duramente castigada por el tifón Haiyán. Y quizás lo más imponente haya sido la alegría, la dignidad y la fe de este pueblo cristiano, ante el que Francisco ha reído y ha llorado, apartando más veces que nunca los papeles para hablar de corazón a corazón a sus hijos. “Tú eres Pedro, la piedra sobre la cual Cristo construye su Iglesia”, clamó Tagle sin concesiones, “Tú eres Pedro que vienes a confirmar a tus hermanos y a tus hermanas en la fe”. Y no se podía decir mejor ni con mayor precisión lo que estaba sucediendo. Confirmar en la fe es la tarea de los sucesores de Pedro, y Francisco se ha entregado a ella con su sensibilidad particular, conectando inmediatamente con los pobres, con los dolientes, con la gente sencilla que no se hace ilusiones sobre lo que aquí solemos llamar “buena fortuna” o “calidad de vida”, pero que no pierde jamás la conciencia de su dignidad de hijos de Dios y la expresa sin extraños complejos, en casa, con los vecinos, en la calle. Porque sabe que aunque la vida sea dura, es siempre hermosa, porque es vocación, respuesta a la llamada de Uno que la ama, que no la abandona, que la espera. Eso representaba la imagen del Santo Niño en el altar levantado en el Parque Rizal: “Él nos recuerda nuestra identidad más profunda —afirmó Francisco—, lo que estamos llamados a ser en tanto que somos familia de Dios”. El Papa que tantas veces nos invita a llorar ha dicho a este pueblo que no tema verter sus lágrimas y mezclarlas con las de Jesús, que nos acompaña en los momentos más difíciles de la vida. “Yo no sé qué decirles”, susurró Francisco, dejando a un lado el discurso preparado para el aeropuerto de Tacloban, ante

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miles de víctimas del tifón: “¡Él sí sabe qué decirles! Tantos de ustedes lo han perdido todo, solamente guardo silencio, los acompaño con mi corazón en silencio… Perdónenme si no tengo otras palabras, pero tengan la seguridad de que Jesús no defrauda, tengan la seguridad de que el amor y la ternura de nuestra Madre no defrauda y, agarrados a ella como hijos, y con la fuerza que nos da Jesús, sigamos adelante”. Las palabras más duras las ha reservado el Papa para la mentira y la corrupción en todos los niveles, y ha advertido con tonos inusualmente duros de la fascinación que pueden ejercer modelos ideológicos contrarios a todo lo que el pueblo cristiano reconoce como sagrado y verdadero. Con un acento de advertencia especial sobre la colonización ideológica que sufre la familia y un significativo homenaje a la valentía y la libertad del beato Pablo VI, cuando contra viento y marea publicó la Humanae vitae para defender la libertad de los pobres y la verdad del matrimonio y de la familia. El Papa, que tanto ama la “teología del pueblo”, la ha tocado son sus propias manos en Filipinas al contemplar cómo la fe, la esperanza y la caridad tejen la experiencia cotidiana de sus gentes en medio de las alegrías y dolores de cada día. “El pecado es olvidarnos de que somos hijos de Dios”, dijo ante más de seis millones de personas en la Misa a campo abierto en el Parque Rizal de Manila. En esto radica su fuerza, en que a diferencia de tantos en nuestros países europeos, ellos se saben hijos. Por eso Francisco concluyó insistiendo en la necesidad de proteger a la familia: la familia de carne y sangre y la familia de Dios, que es la Iglesia. “Desde ahí, protegiéndose los unos a los otros, a partir de vuestras familias y comunidades, se puede trabajar en la construcción de un mundo de justicia, honradez y paz”. Y a nadie le parecía un cuento de hadas, sino la verdad pura y simple. Pedro concluía como le es propio, enviando a los católicos de Filipinas a ser testigos y misioneros de la alegría del Evangelio, en Asia y en todo el mundo. No era voluntarismo. Como había dicho el cardenal Tagle, “nosotros sabemos que Jesús renovará y reconstruirá su Iglesia en Filipinas”. JOSÉ LUIS RESTÁN

Siete millones de personas se reunieron con el Papa Francisco en Manila.

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ASAMBLEA FRANCESA

REGULA EL FIN DE LA VIDA SIN ACEPTAR LA EUTANASIA

El 17 de marzo salió adelante en la Asamblea Nacional francesa la proposición de ley sobre el fin de la vida, con 436 votos a favor, 34 en contra y 83 abstenciones. Elaborada por los diputados Alain Claeys (PS) y Jean Leonetti (UMP), fue un encargo directo del presidente de la República, François Hollande, que había incluido en su programa electoral una proposición sobre la dignidad humana ante la muerte. Al final ha prevalecido el consenso, fruto también de los prudentes dictámenes de diversos órganos consultivos y de las asociaciones profesionales. Se rechazaron las enmiendas más radicales, que pretendían legalizar la asistencia médica al suicidio y la eutanasia en sentido estricto; y se introdujeron algunos avances y precisiones respecto de la ley vigente desde 2005, aprobada en su día por unanimidad, de la que fue ponente el propio Leonetti. La ministra de Sanidad, Marisol Touraine, defendió la propuesta, en contra de criterios personales precedentes, apelando a los deseos reales de la sociedad francesa en estos momentos. Los dos ponentes jugaron con fuerza ante la presión de la izquierda socialista, advirtiendo que retirarían el proyecto si era modificado de manera sustancial. Ha salido adelante con el voto centrista y el de la mayor parte del partido del gobierno. Si, como parece, la ley es aprobada también por el Senado, se configurará un sistema equilibrado, en la línea de la ley Leonetti, que rechazó el llamado encarnizamiento terapéutico e introdujo la figura del testamento vital. Ahora se da un paso adelante, con la aceptación de la sedación profunda previa a la muerte y la mayor relevancia jurídica de las directivas anticipadas. Esto suscita cierta aprensión entre los médicos y las asociaciones pro-vida, aunque Leonetti insiste en que la sedación se aplicará a pacientes con una enfermedad grave e incurable —en los términos previstos por la ley— y no como medio de provocar la muerte.

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La sedación se inscribe en el ámbito de los cuidados paliativos, para evitar el sufrimiento final de pacientes con una enfermedad grave e incurable, con pronóstico de fallecimiento a corto plazo. Los médicos actuarán con el consentimiento expreso del enfermo, aunque en la exposición de motivos se justifica el derecho a la sedación si el interesado no está en condiciones de expresar su voluntad. En el rechazo de terapias, se incluye la posible suspensión, a petición del enfermo, de tratamientos incómodos, como la ventilación por traqueotomía, o –muy discutible su consideración de tratamientos– la hidratación o nutrición por vía intravenosa. La reforma legal prosigue el camino de dar prioridad a la voluntad del paciente —o de sus parientes próximos: “personas de confianza”— antes que al personal sanitario. Las directivas anticipadas, previstas en la ley de 2005, solo eran válidas en el término de tres años y podían no ser atendidas por los médicos. La nueva ley concede el derecho a imponer a los facultativos los deseos personales relativos al fin de la vida y, en concreto, sobre el rechazo de tratamientos agresivos. Lógicamente, como todo “testamento”, puede ser revisado y revocado en cualquier momento. De modo semejante, existirá un registro nacional automatizado, a partir de un modelo oficial que se aprobará más adelante. En los debates se han llegado a manifestar opiniones negativas, como si el paciente fuese víctima y el médico su verdugo. Sin reflejar nada peyorativo para los profesionales de la salud, se sustituye el “deber del médico por el derecho del enfermo”, en palabras de Leonetti, quien explica, además, que no se ha regulado la objeción de conciencia de los facultativos, porque la ley excluye acciones que provoquen directamente la muerte. En cambio, la obligatoriedad de las directivas anticipadas puede decaer en caso de peligro de muerte, y mientras los médicos afinan el diagnóstico y valoran posibilidades de curación mediante soluciones inexistentes en el momento de ser redactado el testamento vital. Se ha hecho un esfuerzo de precisión jurídica, pero habrá que estar atentos a la aplicación efectiva de la ley. Por otra parte, la opinión generalizada es que debe colmarse cuanto antes el déficit real de los cuidados paliativos, tanto en los hospitales como en la atención a domicilio. El futuro dependerá de que prevalezca el individualismo —la voluntad del enfermo— sobre las exigencias generales recordadas en un documento firmado por las autoridades de las principales religiones: Philippe Barbarin (cardenal arzobispo de Lyon), François Clavairoly (presidente de la Federación protestante de Francia), monseñor Emmanuel (presidente de la Asamblea de obispos ortodoxos), Haïm Korsia (gran rabino de Francia) y Mohammed Moussaoui (presidente de la Unión de mezquitas). La tesis central es que el ordenamiento jurídico debe mantener la prohibición de dar muerte a otro; y las normas sobre la vida y la muerte son un gran reto “para la solidaridad entre las generaciones, para la confianza entre los cuidadores y los cuidados y, más profundamente, para servir a la grandeza de la medicina, el espíritu civilizador y los principios humanitarios”. Salvador Bernal (Aceprensa)

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EL “BARRACÓN DE LOS SACERDOTES”

EN EL CAMPO DE EXTERMINIO NAZI DE DACHAU. HISTORIA (DESCONOCIDA) DE HEROÍSMO Y FE “El mayor cementerio de sacerdotes católicos del mundo” no se encuentra en el Vaticano, sino en Dachau, en el primer campo de exterminio construido por los nazis en esta ciudad alemana a pocos kilómetros de Munich. Entre 1938 y 1945 fueron deportadas 2.579 personas, todas ellas sacerdotes, seminaristas o monjes católicos. Junto a estos, asimismo, 141 pastores protestantes y sacerdotes ortodoxos. 1.034 murieron en el campo. La historia de los religiosos de Dachau, “entre los que abundan episodios de auténtico heroísmo”, la narra ahora un libro de Guillaume Zeller, “La Baraque des prêtres, Dachau, 1938-1945” (El barracón de los sacerdotes), publicado en Francia por Éditions Tallandier. El autor, redactor jefe del periódico DirectMatin.fr, se muestra impresionado por la “asombrosa dignidad que mantuvieron estos hombres, a pesar de que las SS hicieron de todo para deshumanizar y envilecer a sus prisioneros”. Entrevistado en Le Figaro, el autor explica que el Vaticano, “al no poder impedir su deportación”, llegó a pedir que les enviaran juntos a Dachau, “por lo que procedían de todas partes de Europa: Alemania, Austria, Checoslovaquia, Polonia, Bélgica, Holanda, Luxemburgo, Francia e Italia”. Algunos fueron detenidos por oponerse al programa hitleriano de la eutanasia (los alemanes), otros por participar activamente en la resistencia (los franceses). “Primo Levi, ateo, reconoció la admirable estatura moral e intelectual de los rabinos deportados a Auschwitz. Aunque las circunstancias fueran distintas —afirma el autor—, se puede decir lo mismo de los sacerdotes de Dachau”. Estos hombres de Iglesia, explica Zeller, “se esforzaron por mantener las virtudes de la fe, esperanza y caridad. La oración, los sacramentos y el apoyo a los enfermos y moribundos, la formación teológica y pastoral clandestina, la reconstrucción de la jerarquía eclesial, fueron una armadura que les permitió preservar su humanidad”. No faltan entre ellos historias de heroísmo y santidad. A pesar de que las SS “trataban de enfrentar a los detenidos entre sí, los sacerdotes nunca cedieron a este mecanismo”. Entre 1944 y 1945, en invierno, los presos se vieron diezmados por una epidemia de tifus. “Mientras las SS ya no se atrevían a entrar en los barracones contaminados, decenas de sacerdotes acudieron voluntariamente, sabiendo el riesgo que corrían, para curar y consolar a los agonizantes. Muchos murieron así”. En Dachau tuvo lugar la primera —y única en la historia de la Iglesia— ordenación sacerdotal clandestina de un seminarista alemán al borde de la muerte. Karl Leisner recibió el sacramento dentro de un barracón habilitado como capilla por el obispo francés de Clermont-Ferrand, monseñor Gabriel Piguet. El obispo apoyaba al mariscal Pétain, jefe del gobierno colaboracionista de Vichy de 1940 a 1944, pero “fue deportado a Dachau por ayudar a esconder a los judíos y hoy forma parte de los Justos de las Naciones”. Por iniciativa de Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco, “56 religiosos muertos en el campo de exterminio han sido beatificados tras verificar su práctica de las virtudes naturales y cristianas de un modo ejemplar o heroico”. LEONE GROTTI

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14 marzo Miles de españoles se movilizan por la vida

Miles de manifestantes mostraron su solidaridad con la mujer embarazada, en un intento de evitar el aborto y seguir reivindicando que algún político, algún día, tome la bandera de modificar la legislación actual. La marcha se realizó el 14 de marzo pasado a las 12 horas en la confluencia de las calles Alcalá y Sevilla y finalizó en la Puerta de Alcalá, donde se leyó un manifiesto. En la cabecera de la manifestación destacaron Benigno Blanco, presidente del Foro Español de la Familia; Luis Carbonel, presidente de los padres católicos (CONCAPA); José Luis Mendoza, presidente de la Universidad Católica de Murcia, y Fernando Giménez Barriocanal, presidente de COPE y vicesecretario de Asuntos Económicos de la Conferencia Episcopal, entre otros. Los miles de personas presentes resaltaron la importancia y la dignidad que tiene la vida del no nacido, tanto del sano como del que viene con alguna malformación; así como decirle a cualquier mujer embarazada en situación de desamparo que no está sola y que la sociedad civil toma el relevo del Estado mientras este renuncie a aprobar leyes y políticas justas para ofrecerle la ayuda que necesita.

Todos los años en España hay 100.000 abortos. Se trata de uno de los mayores dramas de la sociedad española. Los gobernantes han ido modificando la legislación y promueven una ley de plazos que ni defiende el derecho a la vida, ni ayuda a las mujeres que quedan embarazadas. En la Cadena COPE, Benigno Blanco recordaba que en España “mueren por aborto tantos niños como la población actual conjunta de Huesca y de Segovia. Es un tema tan serio y tan grave que debe movilizarse toda la sociedad”. Las dirigentes provida equiparan su lucha a las marcha de Luther King a mediados del siglo pasado para defender la igualdad entre blancos y negros en Estados Unidos. “Esas manifestaciones al principio no tuvieron ningún éxito pero crearon el clima en que fue posible acabar con la discriminación racial. A finales del siglo pasado las manifestaciones de los obreros polacos crearon el clima necesario para la caída del comunismo. Nosotros nos planteamos una movilización social que con la continuidad que sea necesaria acabe con el inmenso drama del aborto en nuestra época”, afirmó Benigno Blanco.

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Santiago y provincia Manifestaciones por la vida

«Yo me hice un aborto cuando tenía 19 años. Él no tenía la culpa, fueron las circunstancias. Yo estaba muy mal y nadie me ayudó. Fui a pedir ayuda al consultorio de mi comuna y me trataron muy mal y opté por lo que parecía más fácil. Y lo he pagado muy caro, porque tengo esta pena que nunca se me va a pasar», comentó a ACI Prensa María Zamorano Valenzuela, una de las primeras mujeres vestidas de blanco que llegó al óvalo frente al Palacio de La Moneda para manifestarse a favor de la vida y contra el aborto. Ella junto a más de mil mujeres llegaron al lugar, el pasado 19 de marzo, portando pequeñas urnas con cruces negras, a modo de símbolo por las muertes de bebés producto del aborto. Elizabeth Bunster, directora de Proyecto Esperanza y coordinadora de Chile es Vida, gremio que reúne a fundaciones y ONGs que hacen acompañamiento a mujeres con embarazo vulnerable, se refirió a la

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actividad. «Nadie está privado para siempre de la luz. Toda mujer que ha abortado tiene derecho a la verdad y a la esperanza. Pero no puede haber esperanza fundada sobre una mentira. La verdad no la aplasta ni la condena, sino que es el comienzo de una nueva vida. La mujer tiene derecho a llorar. ¿Por qué le privan de su dolor? ¿Por qué le mienten?¿Por qué le tapan la boca, la ahogan? Eso es violencia cruel y brutal». Las manifestaciones han tenido lugar en otras ciudades del país y en Santiago, el 23 de marzo, acudieron cerca de 8.000 personas de más de 20 organizaciones sociales en contra del aborto a la Plaza de la Constitución. Luego el 28 de ese mes, durante toda la mañana, se realizó el Encuentro por la vida, con testimonios, música, organizaciones de ayuda a la mujer y muchas otras actividades, que congregaron alrededor de 4 mil manifestantes.


Marcha por la vida en Perú Medio millón de personas marchan en contra del aborto y la unión civil gay

500 mil personas marcharon el 21 de marzo pasado en la «Marcha por la vida», movimiento que además rechaza la unión civil entre homosexuales. En la marcha también participó el cardenal español Antonio María Rouco Varela, a quien Cipriani calificó de «amigo y hermano». «Somos 500 mil aquí reunidos (...) Un Perú que defiende la vida, que defiende el matrimonio entre un hombre y una mujer y que defiende la familia», dijo un entusiasmado arzobispo de Lima y cardenal, Juan Luis Cipriani, promotor de este encuentro, mientras fuegos artificiales iluminaban el cielo nocturno en el circuito de playas de la capital limeña, donde fue la cita. «Sí a la vida», «Dios hizo a Adán y Eva, no a Adán y Esteban» o «Dios no creó un tercer sexo», se leía en algunas de las pancartas que llevaban ciudadanos católicos y evangélicos. Estudiantes de colegios religiosos, agrupaciones parroquiales y familias llegaron provistos de carteles, globos y entonando cantos. Según los organizadores, esta

es la mayor marcha de su tipo en América Latina. El cardenal insistió que, ante un embarazo por violación, tampoco cabe el aborto. «A un problema de una violación no le podemos añadir el asesinato. El mundo que hoy se atreve a tantas cosas tiene que ser humilde. También la ciencia va en ayuda de esas situaciones. Hay mucha plata para abortar pero no tanta plata para hacer lugares de acogida», aseguró Cipriani en el programa diálogos de fe de la emisora radial RPP. En Perú, un país con 30 millones de habitantes y donde según el censo 26 millones son católicos, el aborto es legal por malformación grave del feto o cuando está en peligro la vida de la madre. La Comisión de Justicia del Congreso rechazó el 10 de marzo un proyecto para declarar legal la unión civil homosexual, presentado en 2014 por el legislador Carlos Bruce, de 58 años, quien se convirtió el año pasado en el primer político peruano en reivindicar su homosexualidad.

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40 Dí­as por la Vida Ha salvado desde 2007 a 10 mil niños del aborto

El director de 40 Días por la Vida, Shawn Carney, informó en marzo último que en los ocho años de existencia de la organización los voluntarios han ayudado a salvar diez mil bebés y a sus madres del aborto. «Desde que coordinamos por primera vez la campaña 40 Días por la Vida en 2007, hemos recibido informes constantes sobre diez mil bebés que están vivos hoy debido a que sus madres rechazaron el aborto y eligieron la vida», ha asegurado Carney. 40 Días por la Vida es una Campaña Nacional de Oración promovida en Estados Unidos por seglares en coordinación y contacto con los grupos que en otros países realizan campañas similares.

La entidad es ajena a grupos, asociaciones, movimientos, partidos, etc., y no representa a nadie. Tampoco recauda dinero. La única finalidad es rezar y ayunar por la vida. 40 Días por la Vida lleva a cabo las siguientes actividades: 40 días de oración y ayuno para la desaparición del aborto; 40 días de vigilia diaria pública consistente en al menos 12 horas al día, preferiblemente en un centro de abortos, o al menos en un lugar público significativo; y 40 días de actividades pedagógicas sobre el aborto y la oración en la comunidad circundante

Sábana Santa de Turín Ciegos también podrán «ver» una representación fiel y tridimensional

El 19 de abril comenzará un evento extraordinario en Turín: la ostensión del Santo Sudario. Un acontecimiento que no ocurría en la ciudad italiana desde al año 2010. La muestra, que irá hasta el 24 de junio, será un evento de gracia para todos los fieles y peregrinos que se acerquen a venerar y apreciar el lienzo sagrado, incluso para las personas que tengan alguna discapacidad visual. Una representación fiel y tridimensional de la parte anterior del Sudario fue desarrollada de manera codificada para que los ciegos puedan «ver» por medio del tacto al hombre de la Sábana Santa. La réplica, realizada en un soporte de aluminio, fue generada con instrumentos automáticos y con detalles informativos que coinciden exactamente con los que están presentes en la imagen bidimensional. «La idea de poner a disposición de los ciegos los signos inquietantes del sufrimiento ligados con el Santo Sudario nació de una preocupación de orden pastoral:

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¿es posible ayudarles a un encuentro personal con la Síndone de modo directo sin la intervención de la palabra humana?», era la preocupación que se tenía desde el Movimiento Apostólico de Ciegos de Turín unos años atrás, según se relata desde la página web oficial de la ostensión extraordinaria de este 2015. La Sábana Santa en tercera dimensión fue una de las novedades más noticiadas durante la exposición del 2000. Para la ocasión más de 500 personas con discapacidad visual pudieron acercarse a los misterios del Sudario gracias a la réplica que estuvo situada en la ruta hacia la Catedral de Turín, donde es venerada la Sábana Santa. Este 2015, el Sudario tridimensional también estará disponible para los invidentes, respondiendo así a la prelación que la ostensión dará a los enfermos y personas con discapacidad. La réplica también está presente todo el año en Turín en el Museo dedicado a la Sábana Santa.


Monseñor Fernando Ocáriz Nuevo Vicario auxiliar del Opus Dei

El Prelado del Opus Dei, monseñor Javier Echevarría, nombró a monseñor Fernando Ocáriz Vicario auxiliar, «con la potestad ejecutiva necesaria para el gobierno de la Prelatura», pues «la extensión de la labor apostólica de la Prelatura y el crecimiento del número de circunscripciones regionales, de centros y de labores cuya atención pastoral está confiada al Opus Dei han llevado consigo un aumento del trabajo

de gobierno que corresponde al prelado», afirmó en un comunicado. «Teniendo en cuenta también mi edad, veo conveniente proceder al nombramiento de un Vicario auxiliar». Para sustituir a monseñor Ocáriz en su cargo de Vicario General de la Prelatura, monseñor Javier Echevarría nombró a monseñor Mariano Fazio, hasta ahora Vicario del Opus Dei en Argentina, Paraguay y Bolivia.

Pío XII: el Schindler del Vaticano Shades of Thruth que cuenta la verdad sobre el Papa Pacelli

El preestreno de la película “Shades of Truth” fue presentado este 2 de marzo en el Vaticano. Una película sobre la figura de Pío XII, escrita y dirigida por Liana Marabini. Del intercambio de frases en el film, emerge toda la fuerza de su propósito: poner de manifiesto la verdad sobre el Papa Pacelli y tener la honestidad intelectual para defenderla, aunque no coincida con lo que se ha dicho y creído durante décadas. De hecho, la película sostiene la siguiente tesis: Pío XII no era el “Papa de Hitler”, sino, por el contrario, fue “el Schindler del Vaticano”. La historia está protagonizada por David, un periodista estadounidense ficticio que comienza como un crítico de Pío XII y luego cambia de opinión tras realizar una investigación en Israel, Roma y otros lados de Europa. Así parten los pasos de la película de Marabini, que no es fruto de la imaginación o de la invención, pero

del estudio de unas cien mil páginas de documentos y testimonios poco conocidos o inéditos, de judíos que sobrevivieron al Holocausto. ‘Shades of Truth’ cuenta lo que sucedió en aquellos años, y cómo el Papa escondió a numerosas familias en el Vaticano y en Castel Gandolfo. Además de hacer fabricar 34 placas con el escudo del Vaticano para fijar en las puertas de residencias para hacer creer a los soldados alemanes que eran propiedad de la Santa Sede y no fueran controladas, y esconder allí a familias y niños judíos. El Papa Pacelli convenció, entre otros, a un funcionario de la embajada de Portugal para que diera visa a miles de judíos, permitiéndoles la emigración. La película será presentada en el Festival de Cannes y en Estados Unidos, durante el encuentro de las Familias que se realizará en septiembre en Filadelfia, con la presencia del Papa Francisco.

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CARTA ABIERTA DE LA HIJA CRIADA EN UN HOGAR DE DOS MADRES Se espera que el próximo junio el Tribunal Supremo de EE.UU. dé su sentencia definitiva sobre el matrimonio gay. Con este motivo, Katy Faust, que fue criada por una pareja de lesbianas y hoy es madre de cuatro hijos, escribe una carta abierta al juez Anthony Kennedy, que suele mantener posturas ambivalentes y cuyo voto puede ser crucial en una decisión ajustada. La carta fue publicada en Public Discourse (12-03-2015).

Katy Faust reconoce que le “es muy difícil hablar sobre este asunto, porque amo a mi madre, tal como muchos de nosotros, hijos de parejas homosexuales, las queremos, a ellas y a sus parejas. Usted no habrá oído mucho sobre nosotros porque, según la prensa, es imposible que podamos amar a nuestros padres homosexuales y oponernos al matrimonio homosexual. Muchos son de la opinión de que yo no debería existir. Pero existo, y no soy la única”. Este debate, dice Faust, no tiene que ver con la discriminación ni con el sufrimiento emocional de la comunidad homosexual. “El debate tiene que ver con los hijos” y “me gustaría explicarle por qué pienso que redefinir el matrimonio serviría realmente para privar a esos chicos de sus derechos fundamentales”. “El Congreso fue claro en 1996, cuando tramitó la Ley de Defensa del Matrimonio y declaró que la sociedad civil está interesada en mantener y proteger la institución del matrimonio heterosexual porque tiene un profundo y duradero interés en incentivar la procreación responsable y el cuidado de los hijos. Dicho llanamente: el gobierno tiene un interés en el matrimonio porque tiene interés en los niños”. El centro del debate sobre el matrimonio no tiene que ver con los sentimientos de la comunidad homosexual, sino con el interés de los hijos Ciertamente, advierte Faust, “no hay diferencia entre el valor de una persona heterosexual y el de una homosexual. Todos merecemos igual protección e iguales oportunidades. Sin embargo, cuando se trata de la procreación y el cuidado de los hijos, las parejas del mismo sexo y las de sexos opuestos son totalmente desiguales y deben ser tratadas de modo diferente por el bien de los niños”. “Cuando dos adultos que no pueden procrear quieren criar juntos a unos niños, ¿de dónde vienen estos? Cada hijo es concebido por una madre y un padre a los que él tiene un derecho natural. Pero cuando un niño es colocado en un hogar homoparental, perderá al menos una relación parental crítica y la influencia vital de los dos géneros. Sea por adopción, divorcio, o por reproducción por terceros, los adultos satisfacen de este modo los deseos de su corazón, mientras que los niños cargan con el mayor peso: el de perder a sus padres biológicos, o a uno de ellos”. “Hacer políticas que intencionadamente desposean a los hijos de sus derechos fundamentales es algo que no deberíamos apoyar, incentivar o promover”. “Cuando usted enfatizó cuán importantes son las voces de los niños criados por parejas homosexuales, probablemente esperaba una respuesta diferente. Podía esperar que los hijos de uniones homoparentales solo tuvieran hermosas palabras para decir que sus familias son como todas las demás”. “De hecho, yo misma he actuado así. Recuerdo cuántas veces repetí mi discurso: ‘Me alegro de que mis padres se divorciaran porque así pude conocer a todas ustedes, maravillosas mujeres’. Las mujeres

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del círculo de mi madre se asombraban de mi madurez, de mi sofisticación. Era lo que querían escuchar”. “Hoy me sobrecojo cuando lo recuerdo, porque era mentira. El divorcio de mis padres fue el suceso más traumático de mis 38 años de vida. Aunque yo quería a mi madre, a su pareja y a sus amigos, lo hubiera cambiado todo por tener a mi madre y a mi padre viviendo y queriéndome bajo el mismo techo. Ahora que soy madre, veo con claridad las hermosas diferencias que mi esposo y yo aportamos a nuestra familia. Veo lo sano y completo que es que mis hijos tengan a sus dos padres viviendo con ellos y amándolos. Veo cuán importante es el papel de su padre, y cuán irreemplazable soy como madre. Desempeñamos roles complementarios en sus vidas, y ninguno de los dos es prescindible”. Katy Faust pide al juez Kennedy que hable con algún hijo de padres homosexuales, especialmente aquellos lo suficientemente mayores para reflexionar sobre sus experiencias. “Si le pregunta a alguno, criado por una pareja lesbiana, si quiere a sus dos mamás, probablemente escuchará un sonoro ¡sí! Pregúntele entonces por su padre, y topará con un profundo silencio, o bien con una nostalgia devastadora, o con el reconocimiento de que tenía un padre al que le hubiera gustado ver más a menudo. La única cosa que no encontrará es indiferencia”. “¿Cuál es su experiencia con hijos de padres divorciados, o que han sido fruto de una reproducción subrogada, o víctimas del abandono? ¿No les importa haber perdido a su padre? ¿Nunca se desvelaron por la noche preguntándose por qué sus padres los abandonaron, cómo son, o si quieren a sus hijos? Por supuesto que sí. Estamos hechos para conocer a nuestros dos padres y ser conocidos por ellos. Cuando uno de ellos se pierde, deja una herida perdurable”. “Los que se oponen dirán que hay estudios que concluyen que a los hijos de hogares homoparentales les va ¡incluso mejor! que a los de hogares biológicos intactos. Dejemos al margen los problemas metodológicos de esos estudios y pensemos por un momento. Si para la ciencia social es indiscutible que los niños sufren mucho cuando son abandonados por sus padres biológicos, cuando estos se divorcian, cuando uno de ellos muere, o cuando ellos mismos son concebidos por donantes, ¿cómo puede ser posible que se sientan milagrosamente ¡incluso mejor! cuando son criados en hogares homoparentales?” “Cada niño criado por ‘dos mamás’ o ‘dos papás’ llegó a ese hogar a través de una de esas cuatro traumáticas vías. ¿Acaso ser criado bajo el arcoíris barre milagrosamente todos los efectos negativos y el dolor que rodea la pérdida y la ausencia de uno de los dos progenitores?”. “Como muchos estadounidenses, estoy a favor de que los adultos tengan la libertad de vivir como les plazca. Me opongo inequívocamente a criminalizar las relaciones homosexuales. Solo que definir correctamente el matrimonio no criminaliza nada. Y el interés del gobierno en el matrimonio tiene que ver con los hijos que solo pueden nacer de una relación entre hombre y mujer. Redefinir el matrimonio redefine la paternidad, y nos mueve más allá de nuestra filosofía de “vive y deja vivir”, hacia un terreno en el que nuestra sociedad promueve una estructura familiar en la que los hijos siempre saldrán perdiendo”. ¿Hemos llegado realmente a un tiempo en el que pretendemos institucionalizar la desprotección del derecho natural del menor a un padre y una madre, para dar por buenas las emociones de los adultos?

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Una película necesaria Walesa, la esperanza de un pueblo

Cuatro años después de Popieluszko, la libertad está en nosotros (Rafal Wieczynski, 2009), el gran maestro polaco Andrzej Wajda estrena un biopic que recorre veinte años de la vida de Lech Walesa, otra de las figuras clave de la revolución popular pacífica que hizo colapsar el monolítico poder comunista del gobierno prosoviético de Wojciech Jaruzelski No es la primera vez que Wajda se interesa por hacer una revisión histórica de Polonia, desvelando el verdadero rostro del socialismo real. Recordemos, solo por poner unos ejemplos, El hombre de hierro (1981), homenaje a Solidarnosc; su contribución al film Solidarnosc, Solidarnosc (2005), o la monumental Katyn (2007). Walesa, la esperanza de un pueblo, en realidad, recorre la vida de Walesa (interpretado por Robert Wieckiewicz) desde dos perspectivas temporales. Por un lado, el hilo que atraviesa el metraje es la reconstrucción ficcionada de la entrevista que la famosa periodista italiana Oriana Fallaci (Maria Rosaria Omaggio) realizó, en 1981, en Gdansk a Walesa, entonces presidente del recién creado sindicato libre Solidarnosc. De forma intermitente se nos van ofreciendo momentos de esa entrevista, con la finalidad de mostrarnos lo que Walesa pensaba de sí mismo como líder, así como sus perspectivas sobre el futuro político de Polonia. En diciembre de ese mismo año, el general Jaruzelski declaró la ley marcial. Walesa estuvo encarcelado once meses. El segundo prisma temporal, apuntalado con imágenes de archivo brillantemente seleccionadas por Wajda, arranca en 1970, cuando la situación económica obliga al Gobierno a subir el precio de los alimentos, siendo

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Gomulka Secretario General del Partido Comunista, con las consiguientes protestas populares. A Walesa le vemos por primera vez el 14 de diciembre de ese año, en Gdansk, tratando de conseguir un cochecito para su inminente nuevo hijo, Slawomir, cuando las fuerzas armadas reprimen brutalmente la protesta. Es entonces cuando Walesa se introduce en medio de la vorágine callejera y trata de mediar entre militares y trabajadores. Es su primera acción en la que revela su madera de líder. Murieron ochenta obreros y Walesa acabó detenido. En muy pocas escenas, por razones de metraje, se nos expone lo que fue su crecimiento como líder sindical hasta llegar al 2 de junio de 1979, cuando Karol Wojtyla, elegido como Papa Juan Pablo II, llega a Varsovia, en medio de un entusiasmo popular sin precedentes. Es en ese momento cuando Wajda introduce los primeros símbolos religiosos, que ya van a estar presentes en todo el film, aunque, eso sí, de manera discreta: la Virgen Negra de Czestochowa, los presos de rodillas ante la imagen televisiva del Papa, el rosario al cuello de Walesa, su pin de la Virgen… De hecho, una de las críticas que se le puede hacer a la película es el escaso desarrollo que ofrece de la religiosidad de Walesa. Sin duda, esta aparece en distintos modos, pero no se explica ni profundiza suficientemente, y el espectador poco versado no llegará a comprender la importancia del catolicismo en todo aquel proceso de desmantelamiento del régimen. De hecho, quien no conozca lo que fue realmente Solidarnosc puede llegar a pensar que el factor religioso es algo secundario, como un aderezo folclórico. El recorrido histórico de la película llega hasta el 15 de noviembre de 1989, cuando Lech Walesa visita el Congreso norteamericano en medio de las aclamaciones de los congresistas, un año antes de convertirse en el Presidente de una Polonia libre. Lo que sí deja muy claro y bien expuesto el film es que Walesa no hubiera sido lo que fue sin la heroína en la sombra que fue Danuta Golos, su esposa, magníficamente interpretada por Agnieszka Grochowska. Una madre coraje, llena de fe, que tuvo que sacar adelante ocho hijos, a pesar de las ausencias constantes de su marido, que o bien estaba encarcelado, o estaba trabajando para el sindicato. La estética del film recuerda a la citada Popieluszko, con una puesta en escena de aire televisivo, y con una fotografía fría que transmite muy bien la deshumanización del régimen. Por su parte, la entrevista de Oriana Fallacci está investida de un cierto humor, que oxigena el drama y nos muestra los aspectos más primarios del


carácter tosco de Lech Walesa. En cualquier caso, y a pesar de todos los peros que queramos ponerle, esta es una película necesaria. En aquellos años hubo dos procesos históricos a los que Europa está obligada a mirar si le queda algo de respetabilidad: la transición española, y la caída del socialismo real que tuvo en Polonia su primer derrumbamiento. Y en ambos casos fue crucial la actitud de un pueblo configurado por el catolicismo. Juan Orellana (Alfa y Omega)

Walking Netx to the Wall Coptos, esos extraños egipcios

¿Y nosotros por qué no sabíamos nada de esto?: es la pregunta que repitieron los espectadores en los dos preestrenos del documental Walking Netx to the Wall (Caminando pegado a la pared) que han tenido lugar en Rímini y en Barcelona, a fines del año pasado. No se conoce la situación en la que viven los coptos de Egipto, la minoría cristiana del país más decisivo para Oriente Próximo. No se sabe de su persecución, de su influencia en la sociedad más vibrante y más apasionante de la región. Su director, el periodista Fernando de Haro, señaló: “Mi película es un relato de cómo vive una de las primeras comunidades de bautizados de la Historia; una comunidad que se ha mantenido fiel después de siglos de dominación. Los coptos se consideran la última expresión del antiguo Egipto. De hecho, rezan todavía en la lengua de los faraones. Han sufrido, antes y después de la revolución que expulsó a Mubarak, una discriminación sistemática. Tanto es así que 100.000 de ellos han decidido marcharse a la diáspora”. La idea de este documental surgió en enero de 2011. Ese día, 21 cristianos fueron asesinados, mientras celebraban la entrada del nuevo año en la iglesia de Al Quidisim, en Alejandría. Era necesario dar a conocer masacres como

estas. Así que me puse a llamar a muchas puertas en busca de dinero. Solo después de meses, con la ayuda de la Fundación Ignacio Larramendi y del Instituto CEU de Estudios Históricos, del CEU, pude poner en marcha el proyecto. A mediados del pasado mes de abril, conseguí superar el control militar que hay ahora a las puertas de Al Quidisim para recoger testimonios de lo sucedido. Llegar allí no fue fácil. El Gobierno de Al Sisi estaba nervioso. Los militares nos habían registrado varias veces. Tuvimos que ocultar las cámaras en una mochila bajo la ropa interior usada. Nuestra embajada nos había advertido de que, seguramente, nos estaban siguiendo, y podríamos acabar en una cárcel. En algún momento se nos acercaron miembros de los Hermanos Musulmanes, ahora considerados grupo terrorista, para intimidarnos. Pero no podíamos detenernos ante lo que estábamos viendo. Walking next to the wall no es un documental de tesis. La situación en Egipto es suficientemente compleja como para que convenga reflejar lo recogido desde muchos puntos de vista. Creo que por eso no es nada maniqueo. De hecho, les ha gustado a mis amigos musulmanes y a mis amigos coptos. Nítido testimonio cristiano Hemos grabado en El Cairo, en Alejandría, en el desierto de Wadi Natrum y en la ciudad de Mynia. Nos hemos internado en los barrios de los que trabajan con basura y en el Alto Egipto, en sitios donde no suelen entrar los occidentales. También hemos pasado muchas horas en un monasterio fundado hace más de 1.500 años. La película recoge opiniones de altas personalidades de la vida egipcia, como la vicepresidenta del Tribunal Constitucional, Tahani el Gebali, o también Osama Abd, el presidente de la Universidad de Al Azhar, la universidad suní más influyente del mundo. Me ha salido, al final, una película testimonial que recoge lo que he visto. Y lo que he visto han sido los ojos serenos de viudas que han perdido a sus maridos por defender a la Iglesia; lo que he oído han sido palabras sabias y llenas de humanidad en medio del dolor; y lo que más me ha sorprendido ha sido el rostro de un perdón que parecía imposible. Fui a Egipto para defender una buena causa. Y he vuelto de Egipto haciéndome una pregunta, quizás la pregunta más definitiva: ¿Quién hace posible estas cosas? Se puede adquirir una copia en walkingnexttothewall@gmail.com

Fernando de Haro (Alfa y Omega)

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LIBROS

Eucaristía y divorcio:

¿Hacia un cambio de doctrina? El presente libro*, avalado por el prestigio académico y la experiencia de su autor, que es vicepresidente del Pontificio Instituto Juan Pablo II para estudios sobre matrimonio y familia, en la Universidad Lateranense, y profesor invitado en la Pontificia Universidad Gregoriana, pretende ir a las raíces mismas de las cuestiones objeto de debate, preguntándose no tanto si la doctrina cambiaría o no, sino más bien qué modo de entender la doctrina es fecundo para abrir horizontes en la vida de la Iglesia y de las familias, aplicándolo después a la doctrina sobre el matrimonio indisoluble, como fuente de luz y de fecundidad para la Iglesia y para la sociedad.

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a celebración del Sínodo extraordinario de los Obispos sobre la familia el pasado año y la convocatoria de una nueva asamblea ordinaria para el próximo mes de octubre, sobre el mismo tema, pone de manifiesto la preocupación de la Iglesia por evangelizar el matrimonio y la familia, ante la profunda crisis cultural por la que atraviesa. Uno de los aspectos

que ha focalizado el debate sinodal, desde el punto de vista mediático, ha sido el de la admisión a la comunión eucarística de los divorciados vueltos a casar. Sin embargo, no parece que sea este el reto fundamental que la evangelización del matrimonio presenta a la Iglesia en la actualidad, que consistiría más bien en responder al cambio antropológico-cul-

* GRANADOS, José. Eucaristía y divorcio: ¿Hacia un cambio de doctrina?. Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 2014, 154 págs.

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tural que ha experimentado la sociedad no están unidos en verdadero matrimoactual, en el que está en crisis la cuestión nio. Se trata de principios doctrinales del hombre, ofreciendo una visión antro- fundamentales, de los que se deriva la pológica adecuada para disciplina de no admitir comprender el matrimoa la comunión eucarística nio y la familia, como a los divorciados vueltos instituciones en las que el a casar, mientras permahombre nace, se desarronezcan en esa situación, lla y realiza su vida, y que manteniendo relaciones alcanzan una relevancia “cony uga les” como si singular a la luz de la fe estuviesen casados, ya en Cristo. Además, solo que se encuentran en una a la luz de una adecuada situación permanente y visión antropológica, que pública de grave incompermita comprender el patibilidad objetiva con sentido del matrimonio y la verdad del matrimonio la familia, y el significado y de la Eucaristía. Pero en de la obra redentora de la reflexión actual sobre Cristo respecto de estas la cuestión, se afirma que EL AUTOR PONE DE dos realidades humanas, un cambio de esta disciMANIFIESTO QUE EL es posible pla ntea r la plina, bajo determinadas AUTÉNTICO CONCEPTO cuestión concreta de las condiciones, no cambiaría DE “DOCTRINA” ES uniones matrimoniales la “doctrina”, es decir, la CONDICIÓN ESENCIAL DE POSIBILIDAD DE LA irregulares y el acceso a “verdad” del matrimonio, PASTORAL, YA QUE LA la comunión eucarística, de la Eucaristía y de la PASTORAL TIENE COMO encontrando un camino moral sexual, que la IgleFINALIDAD INTRODUCIR que permita a los católisia ha propuesto siempre AL HOMBRE EN EL cos que están implicados como enseñanzas perteMISTERIO SALVADOR DE en e st a s u n ione s re s necientes a la ley divina, CRISTO, Y LA DOCTRINA ponder a la llamada del es decir, como don que ES EL RELATO DINÁMICO Señor a vivir en la verdad el amor de Dios hace al DE LA VIDA DE JESÚS, EN DONDE EL CREYENTE del matrimonio y de la hombre para que pueda ES ACOGIDO. Eucaristía. amar, vivir, esperar y alLa en seña n za de la canzar la salvación. Iglesia en esta materia, que ha sido consEn este contexto se sitúa el presente tante a lo largo de toda la tradición, se libro, avalado por el prestigio académico basa en la indisolubilidad del matrimo- y la experiencia de su autor, que es vicenio rato y consumado, en la necesidad presidente del Pontificio Instituto Juan del estado de gracia para recibir la co- Pablo II para estudios sobre matrimonio munión eucarística, y en la ilicitud moral y familia, en la Universidad Lateranende las relaciones sexuales entre quienes se, y profesor invitado en la Pontificia

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Universidad Gregoriana, que pretende este pequeño ensayo sobre el concepto ir a las raíces mismas de las cuestiones de doctrina en el cristianismo consiste, a objeto de debate, preguntándose no nuestro entender, en el análisis del modo tanto si la doctrina cambiaría o no, sino como se entiende la doctrina cristiana más bien qué modo de entender la doc- en la Sagrada Escritura, en la celebratrina es fecundo para abrir horizontes ción litúrgica y en la vida concreta del en la vida de la Iglesia y de las familias, creyente, a partir del testimonio de tres aplicándolo después a la doctrina sobre grandes doctores cristianos, como san el matrimonio indisoluble, como fuente Ireneo de Lyon, san Agustín de Hipona de luz y de fecundidad para la Iglesia y y santo Tomás de Aquino. De ese anápara la sociedad. lisis se concluye que la Frente a quienes considoctrina es la propuesta EL VÍNCULO ENTRE deran que la doctrina es de un relato, el relato de VIDA CONYUGAL Y un alto ideal inaccesible Jesús, que sigue llamando VIDA EUCARÍSTICA a la mayoría de los fieles, a los hombres a conforCONSTITUYE LA TERAPIA MISERICORDIOSA, u n b el lo d i s c u r s o, u n marse a él, y que, por ello, QUE, LEJOS DE ornamento de la misión se hace luz para el camino RECHAZAR A NADIE de la Iglesia, que tendría del creyente, indicando O DE ABANDONARLO poco que ver con la vida los espacios y los tiemA SU SUERTE, AYUDA concreta de los hombres, pos en los que el hombre A LOS BAUTIZADOS A con sus lim itaciones y puede configurar su vida RECONOCER LA HERIDA sufrimientos, a los que con el misterio salvador QUE RECIBIERON AL habría que acercarse de del Señor. INICIAR LA NUEVA UNIÓN, Y LES SITÚA modo pastoral, y no docAl aplicar al matrimoEN EL CAMINO DE LA trinal, el autor pone de nio indisoluble este modo CURACIÓN. (...) manifiesto que el auténtide concebir la doctrina, el co concepto de “doctrina” autor pone de manifiesto es condición esencial de posibilidad que la vinculación entre vida matrimode la pastoral, ya que la pastoral tiene nial y vida eucarística es expresión de como finalidad introducir al hombre en que el modo de vivir en el cuerpo debe el misterio salvador de Cristo, y la doc- ser conforme con el modo propio de la trina es el relato dinámico de la vida de Eucaristía. Por eso, no se puede afirmar Jesús, en donde el creyente es acogido. que la admisión a la comunión eucarísPara ello, realiza un estudio sobre el tica a quienes viven en situaciones irresignificado de la “doctrina” en el cris- gulares, sin modificar esa situación, no tianismo, y su relación intrínseca con la cambiaría la doctrina en su sentido más práctica litúrgica, con la vida concreta hondo, puesto que, aunque se pretenda del hombre en la carne y con la pastoral mantenerla como una idea o como un de la Iglesia, que ofrece a los hombres ideal externo a la vida concreta de los el camino de la salvación. hombres, se desvirtuaría el nexo interior Precisamente, el valor principal de entre vida conyugal en la carne y vida

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eucarística, situando al fiel fuera del pertenece al centro de la experiencia espacio y del ritmo temporal en que el cristiana, como memoria de nuestro amor hace fecunda la vida. origen en Cristo y profecía de lo que en Con razón, el autor afirma que man- él estamos llamados a ser con su gracia, tener el vínculo entre vida conyugal y y, por tanto, como un tesoro fecundo vida eucarística constituye la terapia en la vida de la Iglesia, como la luz que misericordiosa, que, lejos de rechazar ilumina nuestro camino. a nadie o de abandonarlo Consideramos que este a su suerte, ayuda a los volumen constituye una (...) ESTE CAMINO PUEDE bautizados a reconocer la valiosa aportación en el SER MÁS LENTO O MÁS herida que recibieron al actual camino eclesial de RÁPIDO, PERO SIEMPRE iniciar la nueva unión, y reflexión sobre la probleESTARÁ ACOMPAÑADO les sitúa en el camino de la mática matrimonial, que PACIENTEMENTE POR curación. (...) Este camino transcurre entre la celeLA IGLESIA, QUE LES puede ser más lento o más bración de dos Sínodos AYUDA A NO DETENERSE EN UN ITINERARIO rápido, pero siempre estade los Obispos, porque no QUE PODRÁ LLEVAR rá acompañado pacientese limita a poner de maA LA PARTICIPACIÓN mente por la Iglesia, que nifiesto la relación entre EN LA COMUNIÓN les ayuda a no detenerse la doctrina y la pastoral, EUCARÍSTICA, CUANDO en un itinerario que podrá y la necesidad de que la SUS RELACIONES llevar a la participación en pastoral se fundamente VITALES SEAN la comunión eucarística, en la doctrina, como ya CONFORMES A LAS c ua ndo su s relac iones han hecho meritoriamenINSTAURADAS POR JESÚS, SOBRE LAS vitales sean conformes a te otros autores, sino que CUALES SE EDIFICA las instauradas por Jesús, profundiza en el concepto LA IGLESIA COMO sobre las cuales se edifica mismo de doctrina como PRESENCIA VISIBLE Y la Iglesia como presencia el marco en el que la vida SACRAMENTAL DEL visible y sacramental del de las personas puede maREINO DE DIOS Reino de Dios. durar, hacerse fecunda y En definitiva, creemos rehacerse auténticamente, que el autor consigue su objetivo de sea cual sea la situación en la que se enpresentar la doctrina cristiana en su cuentren, porque siempre contamos con auténtico significado, no como algo abs- la fortaleza de Dios para responder a las tracto y desvinculado de la vida concreta exigencias de los dones divinos que nos de los fieles, sino como una realidad que abren el camino de la salvación. ROBERTO SERRES LÓPEZ DE GUEREÑU

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Misericordia y derecho en el matrimonio Los estudios reunidos en este libro* están dirigidos a desmentir la dicotomía y a sostener la congruencia entre dos nociones: la misericordia no puede ser tal y se desvirtúa si ignora las exigencias de la justicia; a su vez, el derecho no puede ser justo si se reduce a un frío e inmisericorde legalismo formalista. Estamos ante un libro útil para comprender mejor los conceptos de amor, misericordia, justicia y derecho en el marco de la buena constitución y desarrollo de la vida familiar, que será de provecho para los trabajos de la Asamblea Ordinaria Sinodal sobre la Familia, que concluirá en octubre de 2015.

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l último Sínodo sobre la Familia puso en el tapete la cuestión de cómo combinar misericordia y derecho para enfrentar los problemas que se producen en la familia y en el matrimonio. Como explica Carlos José Errázuriz en la introducción, se corre el riesgo de que ambos conceptos se vean como antitéticos y con lógicas opuestas: la del amor benigno, flexible y compasivo por un lado y la de un sistema de normas rígidas que ignora las exigencias personales más íntimas, por otro. Ante los problemas que se producen en la familia habría que elegir: o la misericordia que llevaría a acoger a las personas dejando en sordina

las exigencias del sistema jurídico-matrimonial, o el derecho, que conduciría a mantener la disciplina normativa pero con desmedro de la comprensión de las singularidades del caso. Los estudios reunidos en este libro están dirigidos a desmentir esa dicotomía y a sostener la congruencia entre ambas nociones: la misericordia no puede ser tal y se desvirtúa si ignora las exigencias de la justicia; a su vez, el derecho no puede ser justo si se reduce a un frío e inmisericorde legalismo formalista. Lograr esta virtuosa combinación en los casos que se plantean en el plano matrimonial no siempre es sencillo. Se

* ERRÁZURIZ, Carlos José y ORTIZ, Miguel (editores). Misericordia e diritto nel matrimonio. Pontificia Università della Santa Croce, EDUSC, Roma, 2014, 164 págs.

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requiere sabiduría para no caer en las “tentaciones” mencionadas por el Papa Francisco en su discurso de clausura de la primera asamblea sinodal: el “endurecimiento hostil” que supone querer encerrarse en la letra de la ley y el “buenismo destructivo”, cuando en nombre de una misericordia engañadora se pretende vendar las heridas sin antes curarlas y medicarlas (18 de octubre de 2014). La mejor orientación para buscar un equilibrio entre ambos principios es mirar cómo actúa Jesucristo. Denis Biju-Duval, de la Universidad Lateranense, reflexiona sobre la justicia y la misericordia en el apostolado de Jesús, que es pastor misericordioso, sin dejar de ser maestro que enseña con autoridad. El resto de los estudios se dedican al examen del sistema matrimonial y a las posibilidades de armonizar pastoral y derecho. Se consideran algunas propuestas del cardenal Kasper en su exposición preparatoria, sobre todo acerca de la situación de quienes, después de contraer matrimonio por la Iglesia, se han divorciado y “casado” con un tercero según las leyes civiles y han quedado impedidos de recibir los sacramentos de la penitencia y la eucaristía. Este problema ha sido uno de los más comentados en los medios, quizás porque se ve en el relajamiento doctrinal una aproximación de la Iglesia hacia la predominante mentalidad divorcista. En este ambiente cultural no se concibe que el compromiso matrimonial sea indisoluble y que una nueva unión con un tercero pueda atentar objetivamente contra el diseño natural de la familia. Así lo expone el estudio de Miguel

Ángel Ortiz, sobre la pastoral de los fieles divorciados casados civilmente. Se examinan los documentos del Magisterio pontificio y de la Congregación para la Doctrina de la Fe que han expuesto los criterios vigentes. Según Ortiz se comprende mal que los divorciados vueltos a casar no puedan comulgar si se entiende esa exclusión como una sanción por presumir la Iglesia que tales personas se encuentran en estado de pecado mortal, ya que la situación moral de las personas la juzga solo Dios. En sus palabras: “la razón de ser de la prohibición está en la situación objetiva en la cual se encuentran, debida a un comportamiento en el cual los fieles contradicen las exigencias de la comunión eclesial...” (p. 115). Esta contradicción se da en varios niveles, de los cuales el más radical es el contraste entre el estado de vida que han asumido y la relación entre la unión de Cristo con la Iglesia, la Eucaristía y el matrimonio (p. 116). El autor insiste en que no se trata de una sanción ni de una condena definitiva, y que la Iglesia debe acompañar a estos fieles y alimentar la esperanza de ponerlos en condiciones de acoger la gracia y de responder en plenitud a la llamada a la santidad. Sobre la posibilidad de encontrar una solución más “compasiva” siguiendo la práctica de la Iglesias orientales ortodoxas y la asimilación de la oikonomia de estas a la dispensatio misericordiae de la ley canónica, versa el trabajo de Eduardo Baura. La oikonomia permitiría al pastor, viendo las circunstancias concretas del caso y de modo excepcional, bendecir la nueva unión del divorciado, mediante un rito litúrgico que tiene sentido pe-

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nitencial sin llegar a ser sacramento. El autor da cuenta de similitudes entre los conceptos de oikonomia y de dispensatio misericordiae, en cuanto esta última también permite, en casos excepcionales y con causa justificada, eximir del cumplimiento de una ley redactada sobre la generalidad de los casos y que no ha podido tener en cuenta todos los supuestos singulares que pueden presentarse, algunos de los cuales no serían justamente considerados si se aplicara el precepto pensado para la generalidad. Pero constata que esto procede para las leyes humanas pero no para las leyes divina o natural, puesto que estas solo son leyes en un sentido analógico: la ley natural es constitutiva de la realidad misma y no un criterio normativo exterior. En este sentido puede decirse que no hay una norma positiva que ordene que el matrimonio sea indisoluble, sino que este, en cuanto es propiamente matrimonio, no puede sino ser indisoluble. Concluye que la dispensatio misericordiae no podría tener lugar respecto de los fieles divorciados vueltos a «casar» civilmente. Otra de las posibles vías de solución propuesta es indagar si el primer matrimonio podría ser considerado nulo. Dos de los estudios del libro se dedican al tema de la nulidad canónica matrimonial: «Justicia y misericordia en el proceso de nulidad matrimonial. ¿Dos principios incompatibles?», de Nikolaus Schöch y «La pastoralidad del entero proceso canónico matrimonial: sugerencias

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para hacerlo más fácil y oportuno» de Joaquín Llobell. En ambos artículos se pone de manifiesto la necesidad de evitar que, por una mal entendida misericordia, se instrumentalice el proceso judicial de la nulidad y se termine por convertir la nulidad en divorcio. Lo anterior no obsta a que los contrayentes de un matrimonio genuinamente nulo tengan derecho a que dicha situación se esclarezca en un proceso judicial expedito. Llobell estudia varias posibilidades de flexibilización de las reglas procesales canónicas, pero se opone a que la nulidad pueda ser pronunciada o discernida en un procedimiento meramente administrativo o, más aún, de naturaleza únicamente pastoral. A todo lo anterior se unen las reflexiones sobre la pastoral prematrimonial, bajo el concepto de «misericordia preventiva», de Benedict Ndubueze Ejeh, de la Facultad de Derecho Canónico San Pío X de Venecia, y las referidas al acompañamiento de las familias en situaciones de crisis, de Paolo Bianchi, del Tribunal Eclesiástico Regional de la Lombardía. Estamos ante un libro útil para comprender mejor los conceptos de amor, misericordia, justicia y derecho en el marco de la buena constitución y desarrollo de la vida familiar, que será de provecho para los trabajos de la Asamblea Ordinaria Sinodal sobre la Familia, que concluirá en octubre de 2015. HERNÁN CORRAL TALCIANI


Arturo Prat Chacón La Armada de Chile, apoyada por el Banco Santander y por Telefónica de Chile, ha realizado la edición de un bellísimo libro*, con la colaboración de distinguidos autores y la presentación de magníficas imágenes. Es la sorprendente historia de Arturo Prat Chacón, una personalidad providencial cuya gran obra es el simple cumplimiento del deber como chileno, como esposo, como padre de familia, como marino y como abogado.

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en Santiago y en Vala Armada de Chile, paraíso, en medio de apoyada por el Banco dificultades económiSantander y por Tecas de la familia y de lefónica de Chile, ha la enfermedad de su realizado la edición padre. Ingresó a los de un bellísimo libro, diez años a la Escuela con la colaboración de Naval, y su verdadera distinguidos autores escuela fue el Mar de y la presentación de Chile, en el inmenso magníficas imágenes. Océano Pacífico. Su Es la sorprendente bautizo marítimo fue el historia de Arturo Prat Combate de Papudo, a Chacón, una persobordo de la Corbeta Esna providencial cuya meralda, que más tarde gran obra es el simple Retrato de Arturo Prat por J.F. González, 1879. sería escena del salto cumplimiento del deber como chileno, como esposo, como temerario, acto final de su vida humana. El poeta Cristián Warnken parte con padre de familia, como marino y como esta acción inesperada. El hombre libre abogado. Nació en San Agustín de Puñual, unas siempre escoge al mar, que es el gran casas de campo tradicionales de Chile espacio de Chile. Citando a Vicente Central, con una explanada delante, un Huidobro, nos dice que al saltar se cae en zaguán central, un patio cuadrado, co- el fondo del abismo, que es la eternidad. rredores hospitalarios por dentro y por Prat venció a la muerte, y ganó la vida fuera. Su primera educación transcurrió eterna, como dice la tumba del mismo * VARIOS AUTORES, Prat, Armada de Chile en colaboración con Banco Santander y Telefónica, Santiago de Chile, 2014, 245 págs.

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Dibujo de Raúl Irarrázaval.

Huidobro, quien desde la eternidad invita a abrirla, y encontrar en el fondo de ella al mar. El periodista Piero Castagnelo escribe que Arturo Prat fue una persona completamente normal, y que un supremo acto de amor a la Patria y a su familia, propio de los santos y de los héroes, lo llevó a la gloria. Nos revela la correspondencia entre Arturo Prat y Carmela Carvajal, su bella y joven esposa, discreta y digna dentro de su desgracia, quien lo saluda después del combate de Papudo: “Al vencedor de la Covadonga, Felicidad”. El académico Sergio Martínez Baeza nos señala la segunda vocación de Arturo Prat, que es el Derecho. Él consideró el ejercicio de la Justicia como un buen complemento de su carrera naval, y como una manera de ampliar sus estudios humanistas. El cardenal Ricardo Ezzati destaca, por su parte, la gran Fe de Arturo Prat en la Providencia divina: “Todo lo que ocurre es lo mejor”. También señala su profunda devo-

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ción mariana, expresada en el escapulario de la Virgen del Carmen y la medalla de la Virgen de la Luz, que llevaba cuando murió. El académico Fernando Wilson nos muestra el buen nivel profesional de Arturo Prat Chacón como marino, y los avances navales de su tiempo. El embajador y académico José Miguel Barros nos explica la delicada misión diplomática que el Gobierno chileno le encomendó en 1878 en Uruguay y Argentina, que Prat cumplió a cabalidad. La historiadora Bárbara de Vos E. relata el valiente rescate de la Corbeta Esmeralda, donde participó Arturo Prat en medio de un gran temporal que azotó a Valparaíso en 1875. El arquitecto Hernán Rodríguez nos explica la generación del hermoso monumento, de un blanco luminoso, dedicado a Arturo Prat y a sus compañeros en la Plaza Sotomayor de Valparaíso, obra en conjunto del escultor francés Denis- Pierre Puech y del escultor chileno Virginio Arias, tam-


bién autor del monumento al Roto Chileno. El Vicealmirante Kenneth Pugh nos describe a la ciudad puerto de Valparaíso, que acogió a los estudios y al hogar de Arturo Prat, y que también tiene carácter de heroica. Un siglo y medio después, como un lejano reconocimiento, con justicia ha sido declarada por la Unesco, Patrimonio de la Humanidad. El escultor Francisco Gazitúa recrea a una simbólica Corbeta Esmeralda en una escultura de acero que navega para el bien nuestro, como el mítico Caleuche, fuera del tiempo y del espacio. El escritor Miguel Laborde escribe que Chile se ha formado gracias a los hechos heroicos como el desastre de Rancagua, los combates de Iquique y de la Concepción, a los cuales agregaría la muerte de Pedro de Valdivia, el desastre de Curalaba, la muerte de Diego Portales, los trabajos de la tierra y de la minería en condiciones adversas, y a las obras de instituciones como la Iglesia, las Fuerzas Armadas y de Orden y el Cuerpo de Bomberos. El fruto se desarrolla en forma esplendorosa solo después de la muerte de la semilla. El abogado y académico Juan Carlos Eichholz Correa cita a Benjamín Vicuña Mackenna, quien señala a Arturo Prat como “hijo del deber”. Es el deber como vocación superior, similar al “deber ante todo, el deber siempre”, lema del Colegio del Sagrado Corazón y de nuestra también heroica santa Teresa de los Andes. La historiadora Marcela Bañados describe la sepultura de los héroes en Iquique y la noble acción del ciudadano español Eduardo Llanos.

La historiadora y académica Patricia Arancibia escribe sobre el efecto del combate de Iquique en Chile y en el mundo. Como un drama humano se convierte en una buena nueva. El abogado y periodista Cristián Zegers concluye que la herencia de Arturo Prat para los chilenos representa el sublime sacrificio por la Patria y el servicio público por excelencia. La grandeza de alma de Arturo Prat convierte la aparente derrota en una victoria fecunda. En medio de nuestras dificultades materiales, sequías y terremotos, en la nueva era del Pacífico que empieza en el siglo XXI, Chile puede ofrecer una cultura luminosa a las naciones que lo rodean, y que componen a la mitad de la Humanidad. La vida de Arturo Prat tiene tres escenarios importantes: Primero, San Agustín de Puñual, donde nace la semilla. Casa ordenada y clara, simple y austera, que prefigura al héroe. Segundo, la Corbeta Esmeralda, frágil y antiguo barco de madera, donde la semilla crece y se desarrolla en medio de las adversidades. Tercero, el Monitor Huáscar, fuerte y veloz barco de acero, donde la semilla muere y fructifica. En Chile estamos en el segundo escenario, en medio de nuestra sequía espiritual, dificultades materiales y terremotos. Pero podemos pasar al tercero, siguiendo a Prat en el cumplimiento del deber, cada uno en su lugar en el barco que es la nación. Así ofreceremos nuestras obras a Dios, junto con el héroe y sus compañeros, como un canto de alabanza y de Gloria en el mar infinito de la Creación divina. RAÚL IRARRÁZABAL COVARRUBIAS

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LA TEOLOGÍA DE LA LITURGIA EN JOSEPH RATZINGER No es muy frecuente que aquellos que hoy denominamos «teólogos sistemáticos» se ocupen de un tema como la liturgia cristiana. En esto Joseph Ratzinger es una notable excepción, la que adquiere una coloratura aún más notable si consideramos que él mismo quiso que el primer volumen de sus obras completas en ser publicado fuera precisamente la dedicada al culto cristiano1. Pero no solo por ello sus aportes a la teología sobre la liturgia resultan extraordinariamente interesantes. La verdad, desde que Ratzinger era un joven profesor de teología —y a lo largo de toda su vida, por lo demás— consideró la sagrada liturgia como el centro de su trabajo teológico, la realidad fontal ineludible para cualquier reflexión de carácter teológico. Ella es punto de partida y referente fundamental de todo su pensamiento2. Como él mismo señala en la introducción al volumen publicado en lengua castellana por la Biblioteca de Autores Cristianos, la gran pregunta que quiso abordar desde sus inicios como teólogo fue: “¿Por qué creemos?”. De allí derivó su interés por la liturgia, ya que esa pregunta primera y fundamental implicaba necesariamente reflexionar sobre la respuesta de la fe, la que se expresa con genuina claridad precisamente en la celebración del culto cristiano. En este sentido, el teólogo Ratzinger no aborda directamente los problemas de la ciencia litúrgica, sino más bien —como él mismo lo señala— «el anclaje de la liturgia en el acto fundante de nuestra fe y, así también, de su lugar en el conjunto de nuestra existencia humana»3. El resultado no pudo ser más sugestivo y atrayente. La perspectiva adoptada no solo llega a asombrar a los que todavía reducen la liturgia a exterioridades formales, a meras ceremonias, sino también a todos los que buscan reflexionar sobre las sagradas raíces de la fe, especialmente de una fe en diálogo —y por qué no decirlo: también en conflicto— con el pensamiento contemporáneo. Por ello, y por si fuera poco, su obra es de una vibrante actualidad. Si se inscribe en la línea de un Guardini o de un Casel —cuyo pensamiento caracterizó como “la idea teológica más fecunda de nuestro siglo”—, de un Jungmann o de un Vagaggini, no es por ningún motivo para simplemente repetirlos. Ratzinger avanza. Y lo hace junto a los convulsionados tiempos que le ha tocado vivir. En efecto, su pensamiento llega en el momento de la crisis más profunda —quizá como nunca la hubo en toda la historia— sobre la comprensión y la vivencia de la sacramentalidad. Nos hemos habituado a ver solo lo material en la constitución de las cosas y nos hemos olvidado que la realidad está ante nosotros para remitirnos al Misterio divino que es nuestro origen y nuestro destino. Ratzinger es capaz de proponer a la razón humana que despliegue todos sus registros para que vea y se vea como transparencia simbólica, ranura radiante de la irrupción de Dios en la historia. Esa es la razón por la cual el teólogo bávaro se esforzará en descubrir las múltiples relaciones entre el culto cristiano y la misma existencia humana, hasta el punto de evidenciar su papel esencial en ella. Es notablemente certero en ese sentido el artículo de 1965: “La fundamentación sacramental de la existencia cristiana”4. Y sobre todo la insistencia que lo acompañará toda su vida: la primacía de Dios en todo. Extraordinario, por ejemplo, el modo como pone el dedo 1 J. Ratzinger, Obras completas XI. Teología de la liturgia (Madrid 2012) XIII: «Cuando tras algunas vacilaciones me decidí a aceptar el proyecto de una edición de mis obras completas, me resultó claro que en ellas debía primar el orden de prioridades del Concilio y que, por tanto, el volumen de mis escritos sobre liturgia debía ir al principio». 2 Cf. P. Blanco, «La teología de Joseph Ratzinger: temas centrales» en: Liturgia y Espiritualidad 10 (Barcelona 2014) 559-589. 3 Ibídem, XIV. 4 J. Ratzinger, o.c., 139-152.

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en la llaga ante tantos reduccionismos, como el de considerar la eucaristía solo como un banquete sagrado, o de tantas novedades que algunos han querido inserir en la celebración. Con ello —ahora la voz de Ratzinger se vuelve agudamente profética— se olvida que lo que el hombre justamente quiere es romper la prisión de la finitud y salir fuera de la cerrazón de su propio yo. Por eso nos dirá que en la eucaristía lo importante no son los cambios que nosotros introducimos. Todos los cambios terminan y todo entretenimiento se hace finalmente aburrido. Lo importante en la liturgia no es la variación, sino experimentar de forma cada vez más profunda precisamente lo que no necesita variar porque es la auténtica respuesta que buscamos. Los ritos no se inventan, son regalos de los dioses, decían los antiguos; y “yo recibí del Señor lo que os he transmitido”, dejó dicho san Pablo (cf. 1Co 11,23). Pero no nos equivoquemos: no por ello cree Ratzinger en el “fixismo” litúrgico ni en el “arqueologismo” académico en esta materia. Su batalla es otra, a saber, que la liturgia no puede presentarse como una obra en construcción en la que permanentemente se sigue trabajando; no puede aceptarse la propuesta de algunos liturgistas católicos que pretenden adaptar la reforma litúrgica al giro antropológico de la modernidad y estructurarla de forma antropocéntrica. “Si la liturgia se presenta en primer término como taller de nuestra propia actividad, se olvida lo esencial: Dios”. Ratzinger es en esto claro y esencial: “En toda celebración litúrgica el panorama tendría que estar dominado ante todo por el primado de Dios”5. Es muy probable que por esa misma razón —la de convivir en un tiempo de «miopía sacramental»— su pensamiento alcanzara a veces algunas cotas controversiales6. O bien que, especialmente en el contexto postconciliar, sus ideas se mal comprendieran en clave polémica. Es una lástima, porque estas no eran —ni más ni menos— que un intento por volver a lo esencial, y descubrir la raíz sagrada de la fe acogida y celebrada, pues es en el campo de la liturgia donde se juega el destino de la fe y de la Iglesia7. Más allá, por lo tanto, de tal o cual eventual apreciación crítica sobre el movimiento litúrgico o sobre la reforma litúrgica, es notablemente esclarecedor atender sus motivos, siempre razonables y coherentes con el sentido de Misterio del que la auténtica liturgia es portadora. La teología de Ratzinger es finalmente una teología humilde en el mejor sentido de la palabra, pues es testigo y centinela de la «enormidad» del Misterio al que inmerecidamente el ser humano se acerca reverentemente. Quizá lo que él mismo dijo de la Iglesia se pueda aplicar con pasmosa coincidencia a su propia persona: “Del mismo modo que un jardinero acompaña la planta en su desarrollo prestando atención a sus fuerzas vitales y a sus leyes propias, así también la Iglesia tiene que acompañar reverentemente el camino de la liturgia a través de los tiempos y discernir lo que ayuda y cura de lo que violenta y destruye”. ¿No ha sido justamente esa tarea la que él mismo ha cumplido para bien de la Iglesia? JAVIER BARROS Adquirir vía Internet en www.ediciones-encuentro.es

5 Ibídem, 528-529 6 Cf. F. Berríos, «La liturgia en el concilio Vaticano II: bases, repercusiones y desafíos de una reforma» en: Teología y Vida 3 (Santiago de Chile 2014). 7 Cf. J. Ratzinger, Un canto nuevo para el Señor. La fe en Jesucristo y la liturgia hoy (Salamanca 2005) 7.

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La pequeña nada. Vida y pensamientos de la Beata Mariam de Jesús Crucificado Francesco Zampini RR Donnelley Santiago de Chile, 2014 255 págs.

L a orden carmelitana ha dado a la Iglesia un número tan grande y tan variado de santos, que la originalidad de esta vida que relata el P. Francesco Zampini no puede sorprendernos demasiado. La futura carmelita Mariam de Jesús Crucificado fue una niña árabe, nacida, en 1846, de padres de rito greco-católico, en la Alta Galilea. Es probable que el paisaje, impregnado de recuerdos evangélicos, haya influido en su precoz fervor religioso. Pero antes de que este se concretara en una vocación contemplativa, su vida fue una cadena de aventuras y hechos extraordinarios. Huérfana desde muy pequeña, fue adoptada por unos parientes ricos que vivían en Alejandría. Apenas llegada a la adolescencia, conforme a las costumbres de su raza, sus padres adoptivos le propusieron un matrimonio ventajoso. Mariam rechazó la proyectada boda y, ante la indignación de sus familiares, huyó de su casa. En adelante empezó a ganarse la vida sirviendo a otras familias ricas de la ciudad y ocultando cuidadosamente su identidad. Acusada injustamente de un robo, fue encarcelada entre ladronas y prostitutas, con las que tuvo que convivir durante varios días. Felizmente, la identificación del verdadero culpable del robo le permitió recuperar su libertad. Pero esta dura experiencia no la acobardó. En Mariam se había desarrollado ya un fuerte senti-

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miento religioso, y la humillación vivida solo significó para ella una prueba que la acercaba más al Señor. Otra propuesta matrimonial estuvo a punto de costarle la vida. El pretendiente era un mahometano observante, y quiso convertirla para agregarla a su serrallo de varias mujeres. Ante la sola insinuación de esta apostasía, Mariam se indignó: “Soy hija de la Iglesia y jamás renegaré de Cristo”, contestó. El pretendiente era violento y ante esta respuesta perdió todo control. Esgrimió su alfanje y le asestó un golpe brutal en la garganta. Después, creyéndola muerta, hizo que llevaran su cuerpo lejos de su casa y fue abandonada en una calleja solitaria. ¿Cómo sobrevivió la pequeña Mariam? ¿Quién fue la misteriosa “enfermera” que la cuidó? Son preguntas sin respuesta. Solo la gran cicatriz que le cruzaba el cuello y su voz un poco ronca quedaron como pruebas de este verdadero martirio al que sobrevivió. Años después, siendo ya religiosa en el Carmelo de Pau, en Francia, los médicos que la examinaron comprobaron que tenía muy dañada la tráquea y que su curación parecía inexplicable. Basten estos dos episodios para dar una idea de las extraordinarias circunstancias que rodearon la vida de la pequeña árabe. A la edad de 20 años se manifestaron en ella las primeras experiencias de carácter místico: éxtasis a veces de larga duración, apariciones del Señor y de la Virgen y revelaciones proféticas se hicieron cada vez más frecuentes. Más adelante aparecieron los estigmas de las llagas, en manos y pies, y la corona de espinas en la frente. Estos fenómenos místicos iban unidos a grandes sufrimientos físicos, a los que se añadían los furiosos ataques del demonio. Incluso el Señor la preparó para que aceptara la experiencia de la posesión diabólica, permitida por Él, Y que llegaría a límites de extremada crueldad. ¿Dónde transcurre todo esto? A los 21 años el destino la había llevado a Francia, donde había sido admitida como novicia en el Carmelo de Pau. Si las experiencias místicas de Mariam son extraordinarias, su vida conventual es en cambio muy sencilla. Humilde y servicial, su carácter y hasta su aspecto físico eran infantiles. Sus hermanas de religión, que la querían mucho, la llamaban “la pequeña árabe” o —como le gustaba llamarse a ella— “la pequeña nada”.


Analfabeta, quiso permanecer siempre en su condición de “hermana conversa”, como se llamaba a las religiosas que por ser iletradas, no podían cantar el Oficio Divino. Hablaba un francés pintoresco compuesto casi únicamente de substantivos. Sin embargo tenía un innato sentido de la belleza y cuando quería expresar su amor a Dios, componía cantos y poesías ingenuas, pero en las que brillaba la riqueza de su fantasía oriental. Como todos los grandes místicos, Mariam tuvo que sufrir incomprensiones nacidas de la desconfianza que suscita todo hecho anormal. Juicios severos de algunos superiores, acusaciones de mala fe, prohibiciones y castigos habituales en estos casos. Ella lo sobrellevaba todo con paciente humildad. Otro aspecto notable de su personalidad fue su relación espiritual con el Beato Papa Pío IX. Tampoco podemos extendernos en sus viajes de fundadora. Con otras hermanas de la comunidad de Pau, viajó a fundar un Carmelo en la India, y dos más en Tierra Santa, donde murió a los 32 años. Su causa de beatificación se introdujo en la Iglesia recién en 1917, y fue beatificada por el Papa San Juan Pablo Magno, el año 1983. Por su vivacidad y por la existencia de su protagonista, el libro que comentamos es un verdadero relato de aventuras. Escrito por un sacerdote muy vinculado a Tierra Santa, su autor no nos da mayor información bibliográfica, pero parece evidente que las fuentes a las que ha recurrido proceden de los recuerdos que dejaron consignados las religiosas del Carmelo de Pau. Con ocasión de la beatificación de la Hermana Mariam de Jesús Crucificado, su Beatitud Maximos V Hakim, Patriarca de Antioquía, de Alejandría y de Jerusalén, definió a la nueva Beata con estas palabras: “Esta hija de la Iglesia greco melquita católica nos muestra el camino de renovación, para una primavera espiritual que apure el momento de la comunión entre todas las Iglesias”. La Beata Mariam será canonizada el 17 de mayo de 2015 en Roma. Gisela Silva Encina

Verdad e interpretación Luigi Pareyson Traducción y estudio crítico de Constanza Giménez Ediciones Encuentro Madrid, 2014 304 págs.

Es una muy buena noticia que la filosofía de Luigi Pareyson empiece a ser conocida en el ámbito hispano parlante. Ello ha sido posible en gran medida por las excelentes traducciones de la doctora en Filosofía, Constanza Giménez, tanto de la notable obra Dostoievski: filosofía, novela y experiencia religiosa y la reciente Verdad e interpretación, ambas en editorial Encuentro, y de Cristina Coriasso, que ha traducido Estética de la formatividad. Verdad e interpretación es una obra emblemática dentro de la teoría hermenéutica, un verdadero clásico junto a Verdad y método de Gadamer y El Conflicto de las interpretaciones de Ricoeur. El punto de arranque de Pareyson ha sido el problema de la multiplicidad histórica de la filosofía y su excelente análisis de la experiencia estética. Ha sabido superar el doble escollo tanto de la filosofía única, como el cínico escepticismo de la verdad relativa. Se trata de dejar atrás la presunta incompatibilidad entre lo plural y lo verdadero. La vía del arte le proporcionó una solución. En la música se ejercita una ejecución que no desdeña la partitura musical que se puede interpretar de diversas maneras, y con una fidelidad que siempre posee un aspecto personal e innovador. Polemiza tanto con el historicismo como con una metafísica óntica y objetiva. El tiempo no debe ser considerado como supresión de la verdad, sino sobre todo como la única vía de acceso a la misma. La

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verdad es accesible solo al interior de la interpretación histórica que se le da, pero esta nunca agota la verdad en su inagotable riqueza. El problema de la verdad para Pareyson es metafísico antes que gnoseológico. Su hermenéutica se define ante todo como una firme decisión por la verdad; esta junto con la libertad, son los conceptos centrales de su filosofía. Afirmará que la verdad posee una infinitud inagotable que es estímulo de la libertad a la cual se confía. En toda esta obra se percibe una constante actitud anti-relativista que sabe evitar tanto el escepticismo, que se olvida de la verdad, como del fanatismo, que no tiene en cuenta la multiplicidad de perspectivas. Por eso sostendrá, tras una fina argumentación, que en el fondo “no existe interpretación sino de la verdad”. Solamente este “empirismo superior”, inspirado en el último Schelling, es capaz de rememorar la verdad y revelar la presencia del ser. Todo esto está muy lejos del pensamiento deconstruccionista, para el cual no existen hechos ni verdades a interpretar, sino solo interpretaciones de las interpretaciones. Por eso ya en el prefacio Pareyson advierte: “Este libro corre el riesgo de ser impopular, porque habla de verdad en un momento en el cual no se habla sino de acción y de razón y, más precisamente, de la acción sin verdad —praxismo— y de la razón sin verdad –tecnicismo-“. Sin embargo, la verdad es constitutiva del pensamiento y es igualmente indispensable, tanto para la teoría como la praxis, pues ambas constituyen una unidad profunda y originaria. El verdadero pensamiento, el que es digno de ese calificativo es, sobre todo, acerca del ser: solo de allí deriva su potencialidad práctica y su eficacia histórica. Solo el concepto de verdad es capaz de restituir al pensamiento el carácter revelativo del cual depende la sobrevivencia de la filosofía. Precisamente, una de las ideas principales de este libro es la distinción que se establece entre pensamiento expresivo y pensamiento revelativo. Hay filosofías que son solamente expresivas, es decir, que otorgan una significación especulativa a su propia situación histórica, cuyo valor radica en el de ser solo expresión de su tiempo. Pero existen también filosofías que, en el acto de expresar su tiempo, son también y principalmente una revelación de la verdad. De esta alternativa deriva, para la persona, la posibilidad de reducirse a mero producto histórico o de transformarse en perspectiva viviente sobre la verdad. El pensamiento revelativo es siempre, a su

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vez, expresivo, porque la verdad no se ofrece sino al interior de una perspectiva singular. La situación histórica no debe ser considerada como un obstáculo para el conocimiento de la verdad, sino que es su único vehículo, siempre que la persona mantenga su apertura ontológica originaria. Esta apertura invita a restituir al pensamiento a su originaria función veritativa, evitando la instrumentalización a la cual quieren someterla tanto el tecnicismo como el ideologismo. Aspecto central de su antropología, o de su personalismo ontológico como se la ha llamado, es la solidaridad originaria entre persona y verdad que delimita su concepción de la interpretación. La verdad es única e intemporal al interior de las formulaciones múltiples e históricas que se le dan. Es la infinitud de la verdad la que estimula y alimenta las múltiples interpretaciones, sin que ninguna de ellas la agote. Ello implica que, en el pensamiento revelativo, la verdad reside más como fuente y origen, que como objeto de descubrimiento. “Decimos, pues, que en el pensamiento revelativo la palabra revela la verdad en el acto en que expresa a la persona y a su tiempo, y viceversa”. Todo esto se trastorna cuando la libertad deja de regirse por el vínculo originario entre verdad y persona. Por un lado la verdad naufraga dejando al pensamiento vacío y desarraigado, y por otro, la persona queda reducida a su mera situación histórica. Además, en el pensamiento histórico la palabra dice una cosa, pero frecuentemente hay que desenmascararla porque significa otra; en cambio, en el pensamiento revelativo la palabra revela mucho más de cuanto dice, es elocuente no solo por lo que dice, sino también por lo que no dice. La verdad guarda una especie de reserva que se resiste a su total explicitación y que, por tanto, abre la posibilidad de un discurso ulterior y siempre nuevo. Es que la verdad no se deja aprehender más que como inagotable, y de lo inagotable no puede haber más que revelación. Esto no es ningún misticismo de lo inefable, sino una ontología de lo inagotable. “La eliminación definitiva del relativismo solamente es posible si se sabe captar la naturaleza al mismo tiempo revelativa y plural de la interpretación, es decir, sin comprender hasta el fondo cómo, en el contexto de la interpretación, el aspecto revelativo es inseparable del aspecto histórico” (p.74). El ámbito de lo interpretable supone la imposibilidad de un conocimiento exhaustivo, unívoco y directo, en el cual todos estarían de acuerdo sin discusión ni diálogo. La


verdad es accesible de muchos modos, pero ninguno de ellos debe ser privilegiado en el sentido de pretender poseer la verdad de modo exclusivo y definitivo. Si bien la verdad es suprahistórica y atemporal, esta condición suya solo cobrará valor al interior de la formulación histórica y temporal que cada vez asume. Los dos riesgos a enfrentar son: salvaguardar la verdad como única e intemporal —arriesgándose a caer en el dogmatismo—, y la de aquellos que, al conservar la historicidad de las formulaciones, siempre nuevas y diversas, incurren en el relativismo. Aquí la relación entre la verdad y sus formulaciones es análoga a la que se da entre la obra musical y sus ejecuciones. Son inseparables tanto la ejecución que hace vivir la partitura musical, como también ella es irreductible a cualquiera de sus ejecuciones. La segunda parte es una aguda crítica a la ideología, del todo inmersa en el pensamiento expresivo. Se la ve como un instrumento de la acción, en la que la privación de la verdad y pragmatización del pensamiento conducen a la historificación del pensamiento y la tecnificación de la razón. Las ideologías son de naturaleza totalizadora, pretender ser una explicitación completa y total del mundo. Consideran la verdad como totalmente explicitable, es decir, como posible objeto de una posesión exclusiva. Cuando la filosofía degenera en ideología la teoría se degrada a ser mero instrumento de la práctica y se pierde lo que Pareyson denomina la condición originaria de la práctica. La tercera parte lleva por título “Verdad y Filosofía”. Pareyson denuncia el actual intento de la ciencia, la religión y la política por suplantar a la filosofía. Advierte que solo en virtud de la presencia eficaz de la filosofía, la ciencia es verdadera ciencia y no cientificismo, la religión verdadera religión y no fideísmo, el arte verdadero arte y no esteticismo, la política verdadera política y no panpoliticismo. La filosofía reencuentra su insustituible función al restituir las diversas actividades a sus tareas propias y al preservarlas del peligro de desnaturalizarse. La filosofía es la toma de conciencia, a través del pensamiento y el lenguaje, de aquella relación con el ser y con la verdad que constituye lo que es el hombre. Alejado de cualquier relativismo que pueda afectar a la hermenéutica, Pareyson sostiene que toda interpretación es de la verdad. Ese es su sentido y finalidad. Jorge Peña Vial

El Estado cultural. Ensayo sobre una religión moderna Marc Fumaroli Acantilado Barcelona, 2007 461 págs.

Marc Fumaroli (1932), intelectual francés de larga y

nutrida trayectoria en el mundo académico, en 1991 había publicado L’État culturel, essai sur une religion moderne. Dieciséis años después, en 2007, aparecería la traducción de esta interesante obra que bajo el sello Acantilado y con traducción de Eduardo Gil Ber, nos ofrece una mirada crítica a lo que él mismo ha definido como el Estado cultural francés. A lo largo de las páginas, Fumaroli no teme cuestionar la opinión dominante en la Academia francesa y lanza sus dardos contra el actual modo de comprender la relación entre el Estado francés y las artes. Así, de un genuino interés estatal por preservar y promover las obras maestras y el rico patrimonio de un país que reclamaba ser el centro mundial de la cultura, se fue trazando una política cultural constructivista, planificadora, racionalizada y de masas que en nombre de la “democratización de la cultura” se implementaba. El Estado pasaba entonces a asumir una responsabilidad cultural, se transformaba en el gran mecenas de la cultura francesa y con esto trazaría las directrices no solo de la producción artística e intelectual en ese país, sino también sobre la educación, los medios de comunicación y el ocio de las masas. Fumaroli ve aquí los componentes de una verdadera religión moderna que bajo el argumento de cubrir las “necesidades culturales” de la sociedad y promover una “integración social de los individuos” termina transformándose en un “EstadoProvidencia” que confunde la cultura con la propaganda. Fumaroli es particularmente agudo sobre este punto. El

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“Renacimiento planificado” francés no ha producido las monumentales obras que la alta cultura francesa conocía en el pasado, sino que ha hecho proliferar espacios, eventos y centros culturales apuntados a la masividad, pero de poca altura, permitiéndose controlar el ocio y los gustos de las masas por los grupos dominantes. En definitiva, la cultura se transformaba en la excusa para acrecentar la omnipotencia estatal. Bajo esta mirada, Fumaroli se propone revisar la larga historia del Estado Cultural, situando su origen en el decreto de nombramiento de André Malraux, novelista y político francés, como ministro Encargado de Asuntos Culturales, en 1959. Ahí se señalaba el compromiso con la democratización de la cultura: su misión era, por un lado, asegurar la más vasta audiencia al patrimonio cultural francés, y por otro, favorecer la creación de obras de artes que enriquecieran ese patrimonio. La labor de Malraux se veía complementada y definida por Jeanne Laurent, quien esa misma década había publicado “La República y las Bellas Artes” (1955), texto que definía el programa y el argumento del proyecto cultural estatal. Había que dejar atrás una noción académica y restringida del arte y reemplazarla por una de matriz democrática que descentralizara y masificara el acceso a la cultura. La mirada de Laurent no estaba exenta de cierta superioridad moral. Su propuesta había sido realizada bajo un ánimo verdaderamente civilizatorio en el que mediante una especie de “apostolado cultural” debía llegar a las provincias, superando aquellas zonas de “desierto cultural” que Francia conservaba fuera de París. El Ministerio de Cultura francés ha sido el principal protagonista de la ingeniería cultural francesa. Ahí se ha formado una verdadera burocracia del arte, ahí se definen las políticas, énfasis y dineros a disposición de agendas culturales y artistas que han llegado a cambiar incluso sus iniciales tendencias a la rebeldía respecto al poder, por una prudencia en extremo respetuosa. El libro está organizado en dos partes y trece capítulos. En ellos se repasan los orígenes del Estado cultural francés, su recorrido histórico y su presente. Además de la gran introducción y conclusiones del libro, se presentan a modo de anexos dos ensayos y entrevistas que complementan la mirada del autor. Se trata, sin duda, de una reflexión valiente y penetrante, cuyo prisma sirve no solo para observar la realidad del Estado cultural francés, sino también las políticas culturales desarrolladas en otros lugares del mundo inspiradas en el mismo ánimo. José Manuel Castro Adquirir vía Internet en www.acantilado.es

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La sorpresa del Papa Francisco Andrea Riccardi Agape Libros Buenos Aires, 2014 284 págs.

“Y ahora comenzamos este camino: Obispo y pueblo. Este camino de la Iglesia de Roma, que es la que preside en la caridad a todas las Iglesias. Un camino de fraternidad, de amor, de confianza entre nosotros. Recemos siempre por nosotros: el uno por el otro. Recemos por todo el mundo, para que haya una gran fraternidad”. (Palabras del Papa Francisco el día de su elección). Elección que fue una sorpresa. Aunque ahora muchos se quieren dar de profetas, lo cierto es que al cardenal arzobispo de Buenos Aires, con sus 76 años ya cumplidos y renunciado por tanto al cargo episcopal que ejercía, nadie lo daba como el futuro Papa. Fue solo una periodista argentina, Bernardetta Piqué, quien logró que en el diario La Nación pusieran un pequeño recuadro sobre las posibilidades papábiles de Bergoglio. El autor de este libro, Andrea Riccardi, procura sintetizar lo que para él conforman las sorpresas de Bergoglio. Riccardi es conocido en todo el mundo por ser el fundador de la Comunidad de San Egidio, dedicada a la promoción del ecumenismo y del diálogo, con más de 50 mil miembros en 70 países. Una sorpresa, la simpatía. No es que el Papa sea personalmente simpático, que indudablemente lo es, sino de una realidad más profunda. “Es socialmente incisivo —dice Riccardi—, porque es sencillo y personal. Unida a esta simpatía va la misericordia de Dios, tan abundantemente predicada, y la realidad del perdón divino. “Dios no se cansa nunca de perdonar… somos nosotros los que nos cansamos de pedir perdón” (Angelus, 17 de marzo de 2013). Esta realidad, aunque Riccardi


no la cite expresamente, va unida a su insistencia en la Confesión sacramental y a la realidad de la existencia del demonio, un personaje tan camuflado en estos días. Otra sorpresa, la “cultura del encuentro”. Este es un pensamiento largamente desarrollado por Bergoglio desde sus días de joven jesuita hasta su ministerio como obispo y más tarde como Primado en Buenos Aires. Este obispo que viaja en subte (Metro) quiere una Iglesia —obispos, sacerdotes y laicos— que salga al encuentro de todo el mundo, de los católicos, de los que no lo son, de los que odian la Iglesia o no la conocen. Para él, la Iglesia encerrada en sí misma está enferma: “Cuando la Iglesia no sale de sí misma para evangelizar deviene autorreferencial y entonces se enferma. La mujer encorvada sobre sí misma de quien habla Lucas en el Evangelio”…Son palabras pronunciadas en las reuniones con los Cardenales antes del Cónclave, afines también a esas metáforas que han dado la vuelta al mundo, como aquella de que “los pastores tienen que tener olor a oveja”. Encuentro incluso en la oración: “Emprender el camino de la oración significa saber salir de sí”. Inseparable con esta cultura es el amor por los pobres y el ecumenismo. En el cristianismo, la actitud frente a la pobreza y al pobre es esencialmente de real compromiso. Y añade algo más: ese compromiso tiene que ser cuerpo a cuerpo. No alcanza con que solo esté mediatizada por las instituciones, que sirve porque tiene efecto multiplicador, pero no es suficiente, no exime de la obligación de establecer contacto con el necesitado. “Hay que cuidar al enfermo, aunque genere rechazo,

repugnancia -se debe visitar al preso… A mí me cuesta horrores ir a una cárcel, porque es muy duro lo que se ve allí. Pero voy igual porque el Señor quiere que esté cuerpo a cuerpo con el necesitado, con el pobre, con el doliente…” (Conversaciones con el Rabino Skorka). También habla el Papa de la cultura del descarte en que se desecha a los viejos, de las injusticias de la economía global, del derroche… En cuanto a los problemas de la ciudad, como obispo su análisis está muy ligado a Buenos Aires que, como se sabe, atraviesa por una situación particularmente compleja. Ante el título del libro cabe preguntarse: ¿por qué sorpresa? Porque todas estas “sorpresas” son parte de la doctrina de la Iglesia y han sido promovidas y estudiadas por los últimos Papas. Y no es que Riccardi sea un crítico de la Iglesia de los últimos siglos. Al contrario, tiene páginas bellísimas sobre lo que fue la humildad de Benedicto XVI al renunciar y la valentía de Juan Pablo II al querer morir en su puesto. Quizás cargue un poco las tintas sobre la decadencia eclesial y se podría decir que este “envejecimiento gris” del que habla es más de la Europa occidental que del catolicismo. Pero las “sorpresas” de Francisco van en un sentido muy personal. Este es un hombre de gestos y actitudes, profundamente piadoso, que enseña con imágenes. Predica un estado de misión continua. Tiene una esperanza venida de arriba que es una sorpresa del Espíritu Santo. Elena Vial Adquirir vía Internet en www.agape-libros.com.ar

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Sobre los Autores STANISLAW GRYGIEL. Titular de la Cátedra Juan Pablo II de la Pontificia Universidad Lateranense, Roma. Miembro del Consejo de Consultores y Colaboradores de revista HUMANITAS. GIOVANNI TRIDENTE. Profesor de la Facultad de Comunicaciones en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, Roma.

GIOVANNI SALE. Sacerdote jesuita. Redactor de la revista La Civiltà Cattolica. Su artículo ha sido traducido del número 3904 de dicha publicación. MAURO MATTHEI O.S.B. Monje benedictino de la Abadía de la Santísima Trinidad de Las Condes. Historiador y Miembro del Consejo de Consultores y Colaboradores de revista HUMANITAS.

CARDENAL ANTONIO MARÍA ROUCO VARELA. Arzobispo emérito de Madrid. Miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas.

FRANCOIS-MARIE LÉTHEL. Consultor de la Congregación para la causa de los santos. Predicador de los Ejercicios de Cuaresma 2011 al Papa y a la curia. Prelado secretario de la Pontificia Academia de Teología.

JAIME ANTÚNEZ ALDUNATE. Director de Revista HUMANITAS. Miembro de número de la Academia de Ciencias Sociales Políticas y Morales, Instituto de Chile.

CARDENAL FERNANDO SEBASTIÁN. Arzobispo emérito de Pamplona y Tudela.

BERNARDITA CUBILLOS MUÑOZ. Secretaria de redacción de Revista HUMANITAS edición en inglés. FRANCISCO WALKER VICUÑA. Doctor en Derecho Canónico por la Pontificia Universidad Gregoriana. Profesor de Derecho Canónico en el Seminario San Pedro Apóstol de la diócesis de San Bernardo. Juez en los Tribunales Eclesiásticos de Santiago y San Bernardo. JOSEPH RATZINGER. Al momento de escribir este texto el autor ejercía la cátedra en la facultad de Teología de la Universidad de Tubinga.

CARLOS I. MASSINI CORREAS. Doctor en Derecho y en Filosofía. Catedrático de Filosofía jurídica en la Universidad de Mendoza, Argentina. Miembro del Consejo de Consultores y Colaboradores de revista HUMANITAS. AUTORES EN PANORAMA Y LIBROS Roberto Serres López De Guereñu. Profesor Universidad San Dámaso, Madrid. Raúl Irarrázabal. Del Consejo de revista HUMANITAS. Álvaro Ferrer. Del Consejo de revista HUMANITAS. Hernán Corral. Del Comité Editorial de revista HUMANITAS. José Luis Restán. Periodista español. Redactor de Páginas Digital.

COMITÉ EDITORIAL DE HUMANITAS Jaime Antúnez. Director de revista HUMANITAS. Doctor en Filosofía. Miembro de número de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Hernán Corral. Doctor en Derecho. Miembro de número de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Samuel Fernández. Doctor en Teología. Ex decano y profesor de la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Director del Centro de Estudios Padre Alberto Hurtado. Gabriel Guarda O.S.B. Abad emérito del Monasterio Benedictino de la Santísima Trinidad de Las Condes. Premio Nacional de Historia 1984. Miembro de número de la Academia de la Historia, del Instituto de Chile. René Millar. Doctor en Historia. Ex decano de la Facultad de Historia, Geografía y Ciencia Política de la P.U.C. y profesor titular del Instituto de Historia. Miembro de número de la Academia de la Historia, del Instituto de Chile. Pedro Morandé. Doctor en Sociología. Ex decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la P.U.C. Miembro de número de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Ricardo Riesco. Doctor en Geografía. Miembro de número de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Francisco Rosende. Ex decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad Católica de Chile. Master of Arts en Economía, Chicago. Juan de Dios Vial Correa. Ex rector de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Ex presidente de la Pontificia Academia para la Vida. Miembro de número de la Academia de Ciencias del Instituto de Chile. Juan de Dios Vial Larraín. Ex rector de la Universidad de Chile. Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales 1997. Miembro de número de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Arturo Yrarrázaval. Doctor en Derecho. Ex decano de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

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HUMANITAS

Consejo de Consultores y Colaboradores

Revista de Antropología y Cultura Cristianas Publicación trimestral de la Pontificia Universidad Católica de Chile La revista HUMANITAS nace de la conveniencia de que la Universidad disponga para el servicio de la comunidad universitaria y de la opinión pública en general, de un órgano de pensamiento y estudio que busque reflejar las preocupaciones y enseñanzas del Magisterio Pontificio (Decreto Rectoría Nº 147/95, visto 2º). DIRECTOR Jaime Antúnez Aldunate COMITE EDITORIAL Hernán Corral Talciani Samuel Fernández Eyzaguirre Gabriel Guarda, O.S.B. René Millar Carvacho Pedro Morandé Court Ricardo Riesco Jaramillo Francisco Rosende Ramírez Juan de Dios Vial Correa Juan de Dios Vial Larraín Arturo Yrarrázaval Covarrubias SECRETARIA DE REDACCIÓN Marta Irarrázaval Zegers

CONSEJO DE CONSULTORES Y COLABORADORES Presidente Honorario: S.E.R. Cardenal Francisco Javier Errázuriz Ossa, Arzobispo Emérito de Santiago. Héctor Aguer, Anselmo Álvarez, O.S.B., Carl Anderson, Andrés Arteaga, Francisca Alessandri, Antonio Amado, Felipe Bacarreza, Rémi Brague, Jean-Louis Bruguès, O.P., Rocco Buttiglione, Massimo Borghesi, Carlos Francisco Cáceres, Cardenal Carlo Caffarra, Cardenal Antonio Cañizares, Jorge Cauas Lama, Guzmán Carriquiry, William E. Carroll, Alberto Caturelli, Cesare Cavalleri, Fernando Chomali, Francisco Claro, Ricardo Couyoumdjian, Mario Correa Bascuñán, Francesco D’Agostino, Adriano Dall’Asta, Vittorio di Girolamo, Carmen Domínguez, José Manuel Eguiguren, Carlos José Errázuriz, José María Eyzaguirre, Jesús Colina, Luis Fernando Figari, María Esther Gómez de Pedro, Juan Ignacio González, Stanislaw Grygiel, Gonzalo Ibáñez Santa-María, Raúl Hasbun, Henri Hude, José Miguel Ibáñez, Raúl Irarrázabal, Lydia Jiménez, Paul Johnson, Jean Laffitte, Nikolaus Lobkowicz, Alfonso López Quintás, Alejandro Llano, Raúl Madrid, Javier Martínez Fernández, Patricia Matte Larraín, Carlos Ignacio Massini Correas, Mauro Matthei, O.S.B., Cardenal Jorge Medina, Livio Melina, Augusto Merino, Dominic Milroy, O.S.B., Fernando Moreno Valencia, Rodrigo Moreno Jeria, José Miguel Oriol, Francisco Petrillo, O.M.D., Bernardino Piñera, Aquilino Polaino-Lorente, Rodrigo Polanco, Cardenal Paul Poupard, Javier Prades, Dominique Rey, Florián Rodero L.C., Alejandro San Francisco, Romano Scalfi, Cardenal Angelo Scola, David L. Schindler, Josef Seifert, Gisela Silva Encina, Robert Spaemann, Paulina Taboada, William Thayer Arteaga, Olga Ulianova, Juan Velarde Fuertes, Aníbal Vial, Pilar Vigil, Richard Yeo, O.S.B.

NACIONALES

EXTRANJEROS

Andrés Arteaga: Obispo Auxiliar de Santiago. Francisca Alessandri: Profesora de la Facultad de Periodismo, UC. Antonio Amado: Profesor de Metafísica de la Universidad de los Andes. Felipe Bacarreza: Obispo de Los Ángeles, Chile. Carlos Francisco Cáceres: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Jorge Cauas Lama: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Fernando Chomali: Arzobispo de Concepción. Miembro de la Pontificia Academia Pro Vita. Francisco Claro: Profesor de la Facultad de Física, UC. Ricardo Couyoumdjian: Profesor del Instituto de Historia, UC. De la Academia de la Historia del Instituto de Chile. Mario Correa Bascuñán: Secretario General de la Pontificia Universidad Católica. Profesor de la Facultad de Derecho, UC. Carmen Domínguez: Profesora de la Facultad de Derecho, UC. Directora del Centro UC para la Familia. Vittorio di Girolamo: Historiador del arte. María Esther Gómez de Pedro: Miembro del nuevo círculo de discípulos de Joseph Ratzinger / Papa Benedicto XVI. José Manuel Eguiguren Guzmán: Fundador del Movimiento Apostólico Manquehue. Carlos José Errázuriz: Consultor Congregación para la Doctrina de la Fe. Profesor de la Pontificia Università della Santa Croce. José María Eyzaguirre: Profesor de la Facultad de Derecho, UC. Jesús Colina: Director de Aleteia. Juan Ignacio González: Obispo de San Bernardo, Chile. Raúl Hasbun: Sacerdote de Schöenstatt. Profesor del Seminario Pontificio Mayor de Santiago. Gonzalo Ibáñez Santa-María: Profesor y ex rector de la Universidad Adolfo Ibáñez. José Miguel Ibáñez Langlois: Teólogo y poeta. Raúl Irarrázabal Covarrubias: Arquitecto. Ex Presidente de la Asociación Chilena de la Orden de Malta. Raúl Madrid: Profesor de la Facultad de Derecho, UC. Patricia Matte Larraín: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Mauro Matthei, OSB: Sacerdote y monje benedictino. Historiador. Cardenal Jorge Medina: Prefecto emérito de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Augusto Merino: Cientista político, profesor de la Universidad Adolfo Ibáñez. Fernando Moreno: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Rodrigo Moreno Jeria: De la Academia Chilena de la Historia. Bernardino Piñera: Arzobispo Emérito de La Serena. Rodrigo Polanco: Presbítero, profesor de la Facultad de Teología de la UC. Alejandro San Francisco: Profesor del Instituto de Historia, UC. Gisela Silva Encina: Escritora. Paulina Taboada: Médico. Miembro de la Pontificia Academia Pro Vita. William Thayer Arteaga: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Olga Uliánova: Doctora en Historia por la Universidad de Lomonosov, Moscú. Investigadora de la Universidad de Santiago. Aníbal Vial: Ex rector Universidad Santo Tomás. Pilar Vigil: Médico. Miembro de la Pontificia Academia Pro Vita.

Héctor Aguer: Arzobispo de la Plata, Argentina. Anselmo Álvarez, OSB: Abad emérito de Santa Cruz del Valle de los Caídos. Carl Anderson: Caballero Supremo de los Caballeros de Colón. Rémi Brague: Filósofo francés. Premio Ratzinger 2012. Jean-Louis Bruguès, OP: Archivista y Bibliotecario de la Santa Iglesia. Obispo emérito de Angers, Francia. Massimo Borghesi: Filósofo italiano. Catedrático de la Universidad de Perugia. Rocco Buttiglione: Filósofo y político italiano. Cardenal Carlo Caffarra: Arzobispo de Bolonia. Cardenal Antonio Cañizares: Arzobispo de Valencia, España. Guzmán Carriquiry: Secretario de la Comisión Pontificia para América Latina. William E. Carroll: Cátedra de Tomás de Aquino, Blackfriars, Oxford. Alberto Caturelli: Filósofo argentino. Cesare Cavalleri: Director de Studi Cattolici, Milán. Francesco D’Agostino: Filósofo del Derecho. Ex presidente del Comité Nacional de Bioética en Italia. Adriano Dall’Asta: Vicepresidente de la Fundación Rusia Cristiana. Luis Fer nando Figar i: Fundador del Sodalicio de Vida Cristiana, Lima. Stanislaw Grygiel: Filósofo polaco. Titular de la Cátedra Juan Pablo II en la Universidad Lateranense, Roma. Henri Hude: Filósofo francés. Ex rector del Colegio Stanislas, París. Lydia Jiménez: Directora General del Instituto Secular Cruzadas de Santa María. Paul Johnson: Historiador inglés. Jean Laffitte: Obispo de Entrevaux. Secretario del Consejo Pontificio para la Familia. Nikolaus Lobkowicz: Director del Instituto de Estudios de Europa del Este y Central de la Universidad de Eichstätt, Alemania. Alfonso López Quintás: Filósofo español. De la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Alejandro Llano: Filósofo español. Javier Martínez Fernández: Arzobispo de Granada, España. Carlos Ignacio Massini Correas: Catedrático de la Universidad Nacional de Cuyo, Argentina. Livio Melina: Presidente del Pontificio Instituto Juan Pablo II para Estudios sobre el Matrimonio y la Familia. Dominic Milroy, OSB: Monje de Ampleforth, ex rector de Ampleforth College, York, Gran Bretaña. José Miguel Oriol: Presidente de Editorial Encuentro, Madrid. Francesco Petrillo, OMD: Superior General de la Orden de la Madre de Dios. Aquilino Polaino-Lorente: Psiquiatra español. Cardenal Paul Poupard: Presidente emérito del Pontificio Consejo de Cultura. Javier Prades: Rector de la Universidad Eclesiástica San Dámaso, Madrid. Miembro de la Comisión Teológica Internacional. Dominique Rey: Obispo de Frejus-Toulon, Francia. Florián Rodero L.C: Profesor de Teología del Ateneo Regina Apostolorum en Roma. Romano Scalfi: Director del Centro Rusia Cristiana, Milán. Cardenal Angelo Scola: Arzobispo de Milán. Josef Seifert: Filósofo austríaco. David L. Schindler: Director del Instituto Juan Pablo II para Estudios sobre Matrimonio y Familia, Washington D.C. Robert Spaemann: Filósofo alemán. Juan Velarde Fuertes: De la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Premio Príncipe de Asturias en Ciencias Sociales (1992). Richard Yeo, OSB: Abad Presidente de la Congregación Benedictina de Inglaterra.


Joseph Ratzinger EL ENIGMA DE JUAN XXIII

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AÑO XX LA FENOMENOLOGÍA DE LA CORRUPCIÓN

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