HUMANITAS 86: "Bienvenido Papa Francisco"

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Carmen Domínguez Eduardo Valenzuela Carvallo Giadomenico Mucci Henri Hude Ignacio Arteaga Echeverría Ignacio Pérez del Viso Ignacio Sánchez Díaz Jaime Antúnez Aldunate Juan de Dios Vial Correa Juan de Dios Vial Larraín Jorge Mario Bergoglio José Joaquín Brunner Julián Carrón María Esther Goldsack Massimo Borghesi Oscar Rodríguez Maradiaga Pedro Pablo Rosso Pedro Morandé Court Ricardo Lagos Escobar Rocco Buttiglione

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R E V I S T A DE A n t r op ol o gí a y C u lt u r a C r i s t i a n a s / N º 8 6 / A ÑO X X I I

Bernardino Piñera

AÑO XXII

Antonio Spadaro

PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE

B IENVENIDO PAPA FRANCISCO


HUMANITAS

Consejo de Consultores y Colaboradores

Revista de Antropología y Cultura Cristianas Publicación trimestral de la Pontificia Universidad Católica de Chile La revista HUMANITAS nace de la conveniencia de que la Universidad disponga para el servicio de la comunidad universitaria y de la opinión pública en general, de un órgano de pensamiento y estudio que busque reflejar las preocupaciones y enseñanzas del Magisterio Pontificio (Decreto Rectoría Nº 147/95, visto 2º). DIRECTOR Jaime Antúnez Aldunate COMITE EDITORIAL Francisco Claro Huneeus Hernán Corral Talciani Carmen Domínguez Hidalgo Gabriel Guarda, O.S.B. Pedro Morandé Court Rodrigo Polanco Fermandois Ricardo Riesco Jaramillo Eduardo Valenzuela Carvallo Juan de Dios Vial Correa Juan de Dios Vial Larraín Arturo Yrarrázaval Covarrubias SECRETARIA DE REDACCIÓN Marta Irarrázaval Zegers

CONSEJO DE CONSULTORES Y COLABORADORES Presidente: S.E.R. Cardenal Francisco Javier Errázuriz Ossa, Arzobispo Emérito de Santiago. Héctor Aguer, Anselmo Álvarez, OSB., Carl Anderson, Andrés Arteaga, Francisca Alessandri, Antonio Amado, Felipe Bacarreza, Enrique Barros, Rafael Benguria, Rémi Brague, Jean-Louis Bruguès, O.P., Rocco Buttiglione, Massimo Borghesi, Sofía Brahm, Carlos Francisco Cáceres, Inés de Cassagne, José Manuel Castro, Cardenal Antonio Cañizares, Guzmán Carriquiry, William E. Carroll, Fernando María Cavaller, José Luis Cea, Fernando Chomali, Francesco D’Agostino, Adriano Dall’Asta, José Granados, Vittorio di Girolamo, José Manuel Eguiguren, Carlos José Errázuriz, José María Eyzaguirre, Samuel Fernández, Alvaro Ferrer, María Esther Gómez de Pedro, Juan Ignacio González, Stanislaw Grygiel, Gonzalo Ibáñez Santa-María, Henri Hude, Reinhard Hütter, Raúl Irarrázabal, Lydia Jiménez, Paul Johnson, Jean Laffitte, Nicolás León, Alfonso López Quintás, Alejandro Llano, Raúl Madrid, Guillermo Marini, Javier Martínez Fernández, Patricia Matte Larraín, Carlos Ignacio Massini Correas, Livio Melina, René Millar, Fr. Ricardo Morales, O. de M, Rodrigo Moreno Jeria, Andrés Ollero, José Miguel Oriol, Bernardino Piñera, Aquilino Polaino-Lorente, Cardenal Paul Poupard, Javier Prades, Dominique Rey, Florián Rodero L.C., Cristián Roncagoglio, Gustavo Sánchez Rojas, Alejandro San Francisco, Cardenal Angelo Scola, Cardenal Fernando Sebastián, David L. Schindler, William Thayer Arteaga, Juan Velarde Fuertes, Alberto Vial, Aníbal Vial, Pilar Vigil, Richard Yeo, O.S.B.

NACIONALES

EXTRANJEROS

Andrés Arteaga: Obispo Auxiliar de Santiago. Francisca Alessandri: Profesora de la Facultad de Periodismo, UC. Antonio Amado: Profesor de Metafísica de la Universidad de los Andes. Felipe Bacarreza: Obispo de Los Ángeles, Chile. Enrique Barros Bourie: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales, del Instituto de Chile. Profesor Facultad Derecho UCH. Rafael Benguria: Premio Nacional de Ciencias Exactas 2005. Profesor Titular del Instituto de Física, UC. Sofía Brahm. Licenciada en Sociología. Carlos Francisco Cáceres: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. José Manuel Castro. Magíster en Historia, UC. José Luis Cea Egaña. Presidente de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Fernando Chomali: Arzobispo de Concepción, Chile. Vittorio di Girolamo: Historiador del arte. María Esther Gómez de Pedro: Miembro del nuevo círculo de discípulos de Joseph Ratzinger / Papa Benedicto XVI. José Manuel Eguiguren Guzmán: Fundador del Movimiento Apostólico Manquehue. Carlos José Errázuriz: Consultor Congregación para la Doctrina de la Fe. Profesor de la Pontificia Università della Santa Croce. José María Eyzaguirre: Profesor de la Facultad de Derecho, UC. Samuel Fernández: Doctor en Teología y Ciencias patrísticas. Director de Investigación y Postgrado y profesor Titular de la Facultad de Teología UC. Álvaro Ferrer: Profesor de la Facultad de Derecho, UC. Juan Ignacio González: Obispo de San Bernardo, Chile. Gonzalo Ibáñez Santa-María: Profesor y ex rector de la Universidad Adolfo Ibáñez. Raúl Irarrázabal Covarrubias: Arquitecto. Nicolás León Ross: Ex Director Ejecutivo de IdeaPaís. Raúl Madrid: Profesor de la Facultad de Derecho, UC. Guillermo Marini: Profesor de la Facultad de Educación UC. Patricia Matte Larraín: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. René Millar. De la Academia de Historia del Instituto de Chile. Fr. Ricardo Morales, O. de M.: Provincial de la Orden de la Merced en Chile. Rodrigo Moreno Jeria: De la Academia de la Historia del Instituto de Chile. Bernardino Piñera: Arzobispo Emérito de La Serena. Cristián Roncagliolo. Obispo auxiliar de Santiago. Alejandro San Francisco: Profesor del Instituto de Historia, UC. William Thayer Arteaga: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Alberto Vial: Doctor en Filosofía por la Universidad de La Sorbona. Aníbal Vial: Ex rector Universidad Santo Tomás. Pilar Vigil: Médico. Profesor Facultad Ciencias Biológicas UC..

Héctor Aguer: Arzobispo de la Plata, Argentina. Anselmo Álvarez, OSB: Abad de Santa Cruz del Valle de los Caídos. Carl Anderson: Caballero Supremo de los Caballeros de Colón. Rémi Brague: Filosófo francés. Premio Ratzinger 2012. Jean-Louis Bruguès, OP: Archivista y Bibliotecario de la Santa Iglesia. Obispo emérito de Angers, Francia. Massimo Borghesi: Filósofo italiano. Catedrático de la Universidad de Perugia. Rocco Buttiglione: Filósofo y político italiano. Cardenal Antonio Cañizares: Arzobispo de Valencia, España. Guzmán Carriquiry: Secretario de la Comisión Pontificia para América Latina. William E. Carroll: Cátedra de Tomás de Aquino, Blackfriars, Oxford. Fernando María Cavaller. Presidente de la Asociación de Amigos de Newman, Argentina. Francesco D’Agostino: Filósofo del Derecho. Ex presidente del Comité Nacional de Bioética en Italia. Inés de Cassagne: Escritora argentina. Adriano Dell’Asta: Vicepresidente de la Fundación Rusia Cristiana. José Granados: Vicepresidente del Instituto Juan Pablo II para estudios sobre Matrimonio y Familia en Roma. Stanislaw Grygiel: Filósofo polaco. Titular de la Cátedra Juan Pablo II en la Universidad Lateranense, Roma. Reinhard Hütter: Teólogo. Profesor en The Catholic University of America . Henri Hude: Filósofo francés. Ex rector del Colegio Stanislas, París. Lydia Jiménez: Directora General del Instituto Secular Cruzadas de Santa María. Paul Johnson: Historiador inglés. Jean Laffitte: Obispo de Entrevaux. Prelado de la Orden de Malta. Alfonso López Quintás: Filósofo español. De la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Alejandro Llano: Filósofo español. Javier Martínez Fernández: Arzobispo de Granada, España. Carlos Ignacio Massini Correas: Catedrático de la Universidad Nacional de Cuyo, Argentina. Livio Melina: Ex-Presidente y profesor del Pontificio Instituto Juan Pablo II para Estudios sobre el Matrimonio y la Familia. Andrés Ollero. Catedrático de Filosofía del Derecho. Magistrado del Tribunal Constitucional español. José Miguel Oriol: Presidente de Editorial Encuentro, Madrid. Aquilino Polaino-Lorente: Psiquiatra español. Cardenal Paul Poupard: Presidente emérito del Pontificio Consejo de Cultura. Javier Prades: Rector de la Universidad Eclesiástica San Dámaso, Madrid. Miembro de la Comisión Teológica Internacional. Dominique Rey: Obispo de Frejus-Toulon, Francia. Florián Rodero L.C: Profesor de Teología del Ateneo Regina Apostolorum en Roma. Gustavo Sánchez Rojas: Director de la «Revista Teológica Limense». Miembro de la Comisión Teológica Internacional. Cardenal Angelo Scola: Arzobispo emérito de Milán. Cardenal Fernando Sebastián: Arzobispo emérito de Pamplona. David L. Schindler: Director del Instituto Juan Pablo II para Estudios sobre Matrimonio y Familia, Washington D.C. Juan Velarde Fuertes: Presidente de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Premio Príncipe de Asturias en Ciencias Sociales (1992). Richard Yeo, OSB: Abad Presidente de la Congregación Benedictina de Inglaterra.


PRIMAVERA 2017 – AÑO XXII

ENSAYOS

dsi

EDITORIALES

BIENVENIDO PAPA FRANCISCO

EL PAPA FRANCISCO EN LA PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE

H U M A N I T A S

H umanitas Nº 86

EL PAPA FRANCISCO NOS VIENE A VISITAR Bernardino Piñera Carvallo AGRADECIMIENTO Y ESPERANZA Juan de Dios Vial Correa

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EN SINTONÍA CON UNA MISIÓN Jaime Antúnez Aldunate

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“DUC IN ALTUM”, EL PENSAMIENTO SOCIAL DE JUAN PABLO II Card. Jorge Mario Bergoglio

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Clave de la relación entre Unidad y Diversidad UNA BIOGRAFÍA INTELECTUAL DE JORGE MARIO BERGOGLIO Massimo Borghesi

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LA RECEPCIÓN POLÍTICO-INTELECTUAL DE LA PRÓXIMA VISITA DEL PAPA FRANCISCO José Joaquín Brunner

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A partir de algunas reflexiones de Alberto Methol-Ferré ELEMENTOS PARA INTERPRETAR EL PAPADO LATINOAMERICANO Rocco Buttiglione

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ESPERANDO AL PAPA FRANCISCO EN LA UNIVERSIDAD CATÓLICA Ignacio Sánchez Díaz

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CARTA AL PAPA FRANCISCO Pedro Pablo Rosso

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FRANCISCO COMO TESTIGO DE LA IGLESIA LATINOAMERICANA Eduardo Valenzuela

90

La perspectiva del Papa Francisco LOS DESAFÍOS PARA LAS POLÍTICAS PÚBLICAS EN MATERIA DE FAMILIA Carmen Domínguez

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artículos ESCRITOS EN HUMANITAS SOBRE EL PAPA FRANCISCO ESCRITOS EN LA CIVILTÀ CATTOLICA SOBRE EL ENTREVISTA PAPA FRANCISCO

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REFORMA DE LA CURIA ROMANA Card. Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga

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FRANCISCO Y UNA RERUM NOVARUM PARA EL SIGLO XXI Ricardo Lagos Escobar

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EL PAPA FRANCISCO, LA ECONOMÍA Y LOS EMPRESARIOS Ignacio Arteaga Echeverría

130

LA MUJER EN EL MAGISTERIO DE LOS TRES ÚLTIMOS PONTÍFICES María Ester Goldsack Jarpa

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De Benedicto a Francisco COMO UN HURACÁN DEL ESPÍRITU SANTO Jaime Antúnez Aldunate

146

Encíclica Lumen fidei LUZ DE LA FE Juan de Dios Vial Larraín

156

Exhort. Ap. Evangelii gaudium “TODO EL PUEBLO DE DIOS ANUNCIA EL EVANGELIO” Pedro Morandé Court

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Encíclica Laudato si’ UN HITO EN LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA Jaime Antúnez Aldunate

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Exhort. Ap. Amoris laetitia “LA ALEGRÍA DEL AMOR NOS INTERPELA” Henri Hude

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EL LIDERAZGO MORAL DEL PAPA FRANCISCO Ignacio Pérez del Viso S.J.

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LA MISERICORDIA COMO PROCESO POLÍTICO Antonio Spadaro S.J.

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LA IMPORTANCIA DEL DIÁLOGO EN “EVANGELII GAUDIUM” Giandomenico Mucci S.J.

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Entrevista con Julián Carrón PAPA FRANCISCO: UN LEGUAJE QUE HACE REALIDAD EL CONCILIO Jaime Antúnez / Javiera Corvalán

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Carmen Domínguez Eduardo Valenzuela Carvallo Giadomenico Mucci Henri Hude Ignacio Arteaga Echeverría Ignacio Pérez del Viso Ignacio Sánchez Díaz Jaime Antúnez Aldunate Juan de Dios Vial Correa Juan de Dios Vial Larraín Jorge Mario Bergoglio José Joaquín Brunner Julián Carrón María Esther Goldsack Massimo Borghesi Oscar Rodríguez Maradiaga Pedro Pablo Rosso Pedro Morandé Court Ricardo Lagos Escobar Rocco Buttiglione

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Bernardino Piñera

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B IENVENIDO PAPA FRANCISCO

Portada: Papa Francisco.

La Palabra del Papa Panorama Libros Sobre los Autores

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En orden a facilitar el contacto con nuestros lectores y eventuales suscriptores, se pueden consultar los contenidos de este y de los anteriores números de Humanitas en Internet. Dicha información se entrega por medio de resúmenes de cada uno de los trabajos publicados en www.humanitas.cl VER REVISTA DIGITAL

En www.humanitas.cl lea las versiones digitales en español y en inglés de los anteriores números de revista HUMANITAS

AÑOS

XXII

Sirviendo al encuentro de la Fe y la Cultura

HUM A NITAS

HUMANITAS (ISSN 07172168) recoge los trabajos de sus colaboradores regulares, nacionales y extranjeros. Asimismo, de otros autores cuya temática resulta afín con los objetivos de esta publicación. Toda reproducción total o parcial de los artículos publicados por HUMANITAS requiere de la correspondiente autorización, a excepción de comentarios o citas que se hagan de los mismos. Diseño y Producción: DISEÑA UC Impresión: Ograma Impresores Suscripciones y correspondencia HUMANITAS, Centro de Extensión de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Av. Libertador Bernardo O’Higgins 390, 3er piso, Santiago, Chile. Teléfono (56) 22354 6519, Fax (56) 22354 3755, E-mail: humanitas@uc.cl Suscripción anual, $28.000; estudiantes, $18.000. Valor por ejemplar, $7.000.



El Papa Francisco nos viene a visitar

Monseñor Bernardino Piñera Carvallo nació el 22 de septiembre del año 1915. Tiene 102 años cumplidos y es el obispo de más avanzada edad en el mundo. Mons. Piñera es asimismo el único obispo católico en vida que participó en las 4 sesiones del Concilio Vaticano II. Es miembro del Consejo de HUMANITAS desde la fundación de esta revista.

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e estado tentado de escribir: “el Papa Francisco nos ‘vuelve’ a visitar. Pero, todo bien pensado, me quedo con el título sugerido. Esta es la “primera” visita a Chile del Papa Francisco. Y lo recibiremos como tal. Es que, en el Papa, hay dos hombres: está el sucesor de San Pedro, el 264º en el cargo; el representante de Cristo en la tierra, el punto de unión de los cristianos del planeta. Hoy es Francisco, ayer era Benedicto, Juan Pablo, o Pío. El hombre cambia, dejando su huella. La presencia de Pedro y su mensaje siguen. La visita de Juan Pablo II a Chile hace 30 años fue impactante: dejó huellas. La visita de Francisco lo será también y dejará huellas. Pero será diferente: los hombres no serán los mismos, las circunstancias tampoco. El Papa, en la persona de Juan Pablo II, visitó Chile por primera vez en 2.000 años. Y esa precisión de tiempo “por primera vez” nos golpeaba a todos. Chile atravesaba un momento complejo de su historia. Vivíamos en dictadura. Los chilenos estaban divididos por su grado de conformidad o de rechazo del gobierno presente; no solo por nuestra mayor o menor adhesión a la Iglesia Católica.

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EDITORIAL I La personalidad del Papa, sus palabras, sus gestos de amor, nos llegaban a todos. Por una semana fuimos todos “hermanos”. Casi diría que fuimos todos católicos, o por los menos, nos sentimos cristianos. El Papa no visitó solamente a los fieles de su Iglesia, visitó al pueblo chileno. El pueblo chileno lo acogió con cariño y con admiración. Era el Papa: sí. Pero, a través del Papa, sentimos la presencia de un Santo. Y la santidad abarca más que la sola pertenencia a una religión determinada, aunque esta sea mayoritaria. Es la expresión del amor; y el amor une. Ahora es diferente. El Papa que viene a Chile habla nuestro idioma. Es como nosotros. Es o ha sido por largos años, nuestro vecino. Es uno de nosotros. Tendremos con él una cercanía que nunca tuvimos con un Sumo Pontífice de nuestra Iglesia. Y eso se va a notar. Algunos especulan que sus visitas a Iquique y Temuco expresarían su disponibilidad para ayudar a solucionar algunas dificultades del momento presente. Sin duda el Papa hará lo que pueda por ayudarnos a superar cualquier conflicto entre dos pueblos hermanados por la geografía y por la historia, por la sangre y por la fe. Ya lo hizo su antecesor Juan Pablo II en nuestro conflicto anterior en los mares del Sur. Y todos quedamos contentos y agradecidos por haber logrado superar un enfrentamiento que pudo haber ocurrido, sin la tan oportuna intervención papal. Ahora también esperamos que, por esta visita, se establezca una nueva relación con los pueblos vecinos y con las razas autóctonas de nuestro país, un clima de respeto mutuo, de fraternidad, de justicia y de hermandad que sea bueno para todos. Pero esto, por muy importante que sea, es efecto lateral. Lo importante para el pueblo católico chileno es recibir al Papa como a Cristo, a quien representa, recibir a Pedro, en la persona de su sucesor legítimo, y en Pedro recibir a Cristo, recibir a Dios. Y abrirnos a Él: dejarle que nos purifique, que nos ilumine, que nos fortalezca, que nos haga sentir la alegría de ser hijos de Dios y de compartir la vida diaria que Él nos trae de parte de Dios. + BERNARDINO PIÑERA CARVALLO Arzobispo emérito de La Serena

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Agradecimiento y esperanza

Juan de Dios Vial Correa. Ex presidente de la Pontificia Academia Pro Vitae. Miembro de la Academia de Ciencias del Instituto de Chile. Del Comité Editorial de revista Humanitas.

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uando la mirada se dirige a la próxima visita del sucesor de Pedro a nuestra Patria y a nuestra Universidad, lo que brota es agradecimiento y esperanza. El gran escritor francés Charles Péguy, en su hermoso poema a la Esperanza, pone en labios de Dios estas desgarradoras palabras, ciertamente tan actuales: “Que estos pobres hijos vean cómo marchan hoy las cosas y que crean que mañana irá todo mejor, esto sí que es asombroso y es, con mucho, la mayor maravilla de nuestra gracia”.

En sesenta años, y hasta en noventa, ¡cuántas veces esta historia maravillosa se ha repetido ante nuestros ojos! Como en el antiguo Israel, glosando siempre a Péguy, la “Fe, esposa fiel”, y la “Caridad, madre ardiente”, fueron conducidas por “una llama temblorosa, la Esperanza”, que rompiendo la oscuridad, las guio hasta los pies del Hijo. Caído en el frente de batalla el año 1914, Péguy avizoraba proféticamente, en su cántico a la Esperanza, lo que sería la vida de los cristianos, en el espacio de las naciones bautizadas, a lo largo de todo el siglo XX y hasta ahora.

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EDITORIAL II Los 60 últimos años, con el desarrollo del Concilio Vaticano II, y la sucesión de grandes pontífices, como san Juan XXIII, el Beato Pablo VI, Juan Pablo I, san Juan Pablo II, Benedicto XVI y ahora el Papa Francisco, suscitan en el corazón un canto de profundo agradecimiento por este renovado triunfo de esa llama temblorosa de la esperanza que nos trae erguidos hasta hoy. Chile y nuestra Pontificia Universidad Católica de Chile, lejos de estar ajenos a esta dramática tensión de nuestro tiempo, han estado en el corazón de ella. Para mí, como Rector durante quince años de esta gran Universidad, serían muchos los acontecimientos que podría nombrar, que jalonan el camino que comentamos al tenor de este cántico a la Esperanza. Pero solo diré uno, que considero, en esta línea, un fruto muy preciado del tiempo de mi ejercicio rectoral: la fundación en 1995 de revista HUMANITAS. No digamos tan solo, como ya ha sido repetido, que este empeño nació casi directamente del llamamiento profético de san Juan Pablo II, que aún resuena en nuestros oídos: “Non abbiate paura” - “No tengáis miedo”. A él vino a sumarse, en seguida, la estrecha cercanía y apoyo que quiso obsequiarnos Benedicto XVI durante su pontificado y ya antes del mismo. Alicientes inesperados para esa llama temblorosa de la esperanza, pero también algo más. Estos dos pontífices verdaderamente inspiraron a la Pontificia Universidad Católica de Chile y a muchas otras universidades del mundo, una genuina Escuela de Humanitas, según el término acuñado por el Papa Ratzinger (Benedicto XVI, Discurso a la Universidad del Sacro Cuore, 21. V. 2011) A todo lo anterior sigue naturalmente el agradecimiento, hermano de la esperanza. Pues ha sido bien claramente a la luz de esa Escuela de Humanitas que quienes hicimos esta revista caminamos ya por 22

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años consecutivos. ¿Cómo? Con verdadero gozo y sin sobresaltos ni desvíos en la marcha, en la intelección sorprendida, amorosa y deseosa de siempre mayor identificación con la huella que trazan consecutivamente los sucesores de Pedro, hasta llegar hoy a Francisco, a quien aguardamos con profundo agradecimiento, llenos de esperanza. En la perspectiva del tiempo mayor —aquel en que mil años son un solo día para Dios—, el futuro que aguarda a HUMANITAS radica precisamente aquí, en esa esperanza que nos fuera regalada y que ha iluminado el camino seguido por más de dos décadas, y sin la cual cualquier maniobrar humano sería en este espacio completamente inútil. JUAN DE DIOS VIAL CORREA Ex rector de la Pontificia Universidad Católica de Chile (1984-2000)

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EDITORIAL III

En sintonía con una misión

Jaime Antúnez Aldunate. Miembro de número de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile.

“Uno de los primeros Padres de la Iglesia escribió que el Espíritu

Santo ipse harmonia est, es Él mismo armonía. Solo Él es autor al mismo tiempo de la pluralidad y la unidad. Solo el Espíritu puede dar lugar a la diversidad, la pluralidad, la multiplicidad, y al mismo tiempo constituir la unidad, porque cuando somos nosotros quienes deseamos constituir la diversidad, provocamos cismas, y cuando somos nosotros quienes deseamos constituir la unidad, damos lugar a la uniformidad, a la homologación”.

Jorge Mario Bergoglio

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a próxima y anhelada visita a Chile del Papa Francisco trae consigo —por razones profundas que superan con mucho las de cualquier emocionado saludo de bienvenida que proclame “esta es su casa”— una cercanía y hasta una pertenencia absolutamente particulares. Pues, efectivamente, aparte de Argentina, su propia patria, nada puede ser más cercano en la biografía de Jorge Mario Bergoglio —hondo conocedor de las Iglesias y pueblos latinoamericanos— que la nación vecina a la suya, donde vivió además sus años de estudio como novicio jesuita. El presente número de HUMANITAS, íntegramente dedicado a su persona y a su obra, busca profundizar, a través de los escritos de colaboradores que conocen por su cercanía al Papa o que han estudiado con interés su magisterio o partes relevantes del mismo, el significado de este

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pontificado a la luz del ciclo histórico que abre el Concilio Vaticano II y del singular y trascendente momento que supone para América Latina el primer papado personificado en un pontífice proveniente de estas tierras. Nadie duda de que el Papa Francisco será aclamado a su paso por los distintos lugares que va a visitar en Chile. A pesar del secularismo cultural y mediático imperante, la devoción al sucesor de Pedro —una de las tres “devociones blancas” y muy fuertemente arraigadas en la religiosidad popular católica: la Eucaristía, la Virgen y el Papa— se reenciende con fervor cada vez que se le ofrece Aparte de Argentina, una ocasión de hacerlo. La artificiosa discusión su propia patria, nada relativa a los gastos de seguridad que implicará la puede ser más cercano visita papal carece pues de realismo a vista de las en la biografía de Jorge aglomeraciones que se sucederán en esos días, sin contar el inmenso beneficio al alma y a la unidad Mario Bergoglio — de los chilenos que con seguridad traerán consigo hondo conocedor de la presencia y la voz en vivo del Pontífice.

las Iglesias y pueblos latinoamericanos— que la nación vecina a la suya, donde vivió además sus años de estudio como novicio jesuita

Cuestión distinta puede ser la comprensión y recepción de su mensaje en los sectores dirigentes. Como recuerda uno de los autores de este número, ya el diario New York Times registró que “con gestos y palabras, Francisco ha confrontado a las élites una y otra vez, tanto dentro de la Iglesia como fuera de ella”. Estas élites, en lo que se refiere a Iberoamérica, han representado y representan, reconózcanlo o no, la vanguardia de una modernidad que —en el agudo análisis que ofrece el filósofo político, muy cercano al pensamiento del Papa, Rocco Buttiglione— provoca secularmente el entrecruce, muchas veces accidentado, de dos concepciones de ella: la anglo-protestante, que se ha impuesto; y la latino-católica, que ha sido hasta ahora superada por la primera. Mirado desde esa perspectiva —y traduciendo lo que fue la lucha de la Iglesia frente al desvío de la modernidad que se vivió cruentamente al Este de Europa— tiene razón el mismo Buttiglione cuando escucha hoy “un eco de la lucha de Solidarnosc, no violenta y haciendo permanentemente un llamado a la conciencia del adversario, en el tema tan presente en el Magisterio del Papa Francisco de los movimientos populares y su rol en la lucha por la justicia”.

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EDITORIAL III

De cara al pensamiento único que ha dominado los años y el proceso de globalización, para salvarse de “una globalización económica que consuma la substancia espiritual de los pueblos”, a las naciones iberoamericanas no les queda sino luchar por una en la cual el espíritu preceda y ordene la de la política y la economía. Una globalización ordenada, que no ignore el rol de la política. Para lo cual en ninguna fuente puede encontrarse más limpidez y claridad que en las palabras de Francisco.

En sintonía con lo que ha sido su misión durante veintidós años de circulación, hemos querido recordar, en un aparte Tiene razón Buttiglione especial de esta edición, lo que dijo HUMANITAS cuando el Papa Francisco fue elegido en 2013, y lo cuando escucha hoy que se editorializó cuando entregó cada una de sus “un eco de la lucha encíclicas y exhortaciones apostólicas. Es una mede Solidarnosc, no moria indispensable de nuestro camino, que ayuda violenta y haciendo a editores y lectores a entender el crucial momento permanentemente un que viviremos en enero. Asimismo, y con un propóllamado a la conciencia del sito similar, la sección Palabra del Papa se dedica en adversario, en el tema tan este número a una síntesis de todo lo ya dicho por el primer Pontífice latinoamericano en cada uno de presente en el Magisterio sus siete viajes apostólicos realizados al continente. del Papa Francisco de los Con todo el calor y entusiasmo de nuestras almas, ponemos este trabajo en sus manos en señal de filial e incondicional homenaje.

movimientos populares.

Santiago de Chile, 3 de diciembre 2017 Fiesta de San Francisco Javier, Patrono Universal de las Misiones

JAIME ANTÚNEZ ALDUNATE Director Revista HUMANITAS

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«Y el Señor le dijo a Moisés: “Tú y Aarón tomen la vara y reúnan a toda la comunidad. En presencia de todo el pueblo, háblale a la roca y de ella brotará agua. De la roca proveerás suficiente agua para satisfacer a toda la comunidad y a sus animales”» (Números 20, vs7-9). Moisés golpea la roca, pastel de Marc Chagall.

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“Duc in altum”, el pensamiento social de Juan Pablo II Conferencia del

Card. Jorge M ario Bergoglio, Buenos Aires, pronunciada el año 2003 en Roma arzobispo de

El presente texto, inédito en español, revela el íntimo nexo eucarístico y escatológico que une la mirada de la doctrina social de la Iglesia, de los Papas Wojtyla y Bergoglio.

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uc in altum” —¡navegad mar adentro!, “¡sin titubeos!, ¡zarpad!”—. La exhortación de Jesús a Pedro, que Juan Pablo II hace suya para luego transmitirla a nosotros con renovado ardor apostólico, nos anima a adentrarnos en su vasto pensamiento social. Juan Pablo II es indudablemente el pontífice que más escribió sobre la “cuestión social”: tres encíclicas, innumerables discursos y homilías, y el permanente llamado a lo social en todos sus documentos nos sorprenden no solo por la vastedad, sino también por la amplitud de horizontes, la valentía y la profundidad con que el Papa considera toda la doctrina social de la Iglesia y la replantea con un nuevo enfoque y nuevo fervor. “Navegar mar adentro” en su reflexión nos lleva a los recorridos que el Señor hacía con sus discípulos, instruyéndolos en medio de la rica y misteriosa realidad del lago de Genesaret, símbolo del mundo y de la historia. En el ámbito bien delimitado de Laborem exercens o Sollicitudo rei socialis, vibra toda la doctrina social de la Iglesia en un molde universal y concreto, iluminado por el Evangelio. Y se siente en el aire de mar el perfume que promete una pesca abundante. Desde el comienzo de su pontificado, el Papa trabajador nos invita a entrar en el lugar donde la vida social del hombre está en juego a fuerza

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de remos, ahí donde es preciso una y otra vez lanzar las redes al mundo del trabajo y de la solidaridad.

“Duc in altum”: con amplitud de horizontes Comprometerse en la “cuestión social” significa entrar plenamente en la “cuestión planetaria”. Comienzo con algunas palabras de Juan Pablo II en Novo Juan Pablo II es millennio ineunte (2001):

indudablemente el pontífice que más escribió sobre la “cuestión social”: tres encíclicas, innumerables discursos y homilías, y el permanente llamado a lo social en todos sus documentos nos sorprenden no solo por la vastedad, sino también por la amplitud de horizontes, la valentía y la profundidad con que el Papa considera toda la doctrina social de la Iglesia y la replantea con un nuevo enfoque y nuevo fervor. (…)

Es notorio el esfuerzo que el Magisterio eclesial ha realizado, sobre todo en el siglo XX, para interpretar la realidad social a la luz del Evangelio y ofrecer de modo cada vez más puntual y orgánico su propia contribución a la solución de la cuestión social, que ha llegado a ser ya una cuestión planetaria (NMI 52).

Para el Papa, “esta vertiente ético-social” debe proponerse “como una dimensión imprescindible del testimonio cristiano”. Juan Pablo II tiene la valentía de rechazar como “tentación” una “espiritualidad oculta e individualista”. Su propuesta es una espiritualidad de comunión, una espiritualidad que considera la dimensión social del hombre. La otra, individualista y oculta, “nunca tendría que ver con las exigencias de la caridad, ni con la lógica de la Encarnación y, en definitiva, con la misma tensión escatológica del cristianismo”. Ciertamente, si bien la esperanza del cielo “nos hace conscientes del carácter relativo de la historia, no nos exime en ningún modo del deber de construirla. Es muy actual a este respecto la enseñanza del Concilio Vaticano II: “El mensaje cristiano no aparta a los hombres de la tarea de la construcción del mundo, ni les impulsa a despreocuparse del bien de sus semejantes, sino que les obliga más a llevar a cabo esto como un deber”. “Duc in altum”, en la voz del Papa, es una exhortación que nos consuela y nos anima a navegar mar adentro en el nuevo milenio, y a la luz del Evangelio iluminar la “cuestión social”, que ha llegado a ser ya una cuestión planetaria. “Duc in altum” es una invitación a comprometernos en la tarea de edificación del mundo, y un incentivo para preocuparnos del bien de nuestros semejantes como un deber que surge del Evangelio mismo.

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Las etapas fundamentales de la doctrina social en el siglo XX El esfuerzo del magisterio por interpretar la realidad social a la luz del Evangelio del cual habla el Papa tuvo al Pontífice mismo como principal protagonista. En Tertio millennio adveniente (1994), Juan Pablo II recuerda las etapas principales del pensamiento social de los pontífices, entre los (…) “Navegar mar cuales está el suyo: Además, los Papas a lo largo del siglo, siguiendo las huellas de León XIII, han tratado sistemáticamente los temas de la doctrina social católica, considerando las características de un sistema justo en el campo de las relaciones entre trabajo y capital. Basta pensar en la Encíclica Quadragesimo anno de Pío XI, en las numerosas intervenciones de Pío XII, en la Mater et magistra y en la Pacem in terris de Juan XXIII, en la Populorum progressio y en la Carta Apostólica Octogesima adveniens de Pablo VI. Sobre este argumento yo mismo he vuelto repetidamente: he dedicado la Encíclica Laborem exercens de modo particular a la importancia del trabajo humano, mientras que con la Centesimus annus he intentado reafirmar la validez de la doctrina de la Rerum novarum después de cien años. Además, anteriormente, con la Encíclica Sollicitudo rei socialis había propuesto de nuevo en forma sistemática toda la doctrina social de la Iglesia desde la perspectiva del enfrentamiento entre los dos bloques Este-Oeste y del peligro de una guerra nuclear. Los dos elementos de la doctrina social de la Iglesia —la tutela de la dignidad y de los derechos de la persona en el ámbito de una justa relación entre trabajo y capital, y la promoción de la paz— se encontraron en este texto y se fusionaron (TMA 22).

adentro” en su reflexión nos lleva a los recorridos que el Señor hacía con sus discípulos, instruyéndolos en medio de la rica y misteriosa realidad del lago de Genesaret, símbolo del mundo y de la historia. En el ámbito bien delimitado de Laborem exercens o Sollicitudo rei socialis, vibra toda la doctrina social de la Iglesia en un molde universal y concreto, iluminado por el Evangelio.

Una espiritualidad del trabajo Considerando los dos elementos de la doctrina social de la Iglesia señalados por el Papa —“la tutela de la dignidad y de los derechos de la persona en el ámbito de una justa relación entre trabajo y capital, y la promoción de la paz”—, en esta breve exposición nos centraremos en la cuestión del trabajo. Lo haremos partiendo de la perspectiva de la “espiritualidad del trabajo”.

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Quiero explicar el motivo de esta opción. En Novo millennio ineunte, esta espiritualidad nueva, solidaria, de comunión, de la cual habla el Papa, tiene una evidente concreción en lo que él define como “espiritualidad del trabajo”. Gran impacto tuvo el encuentro de los trabajadores, desarrollado el 1° de mayo dentro de la tradicional fecha de la fiesta del trabajo. A ellos les pedí que vivieran la espiritualidad del trabajo, a imitación de san José y de Jesús mismo. Su jubileo me ofreció, además, la ocasión para lanzar una fuerte llamada a remediar los desequilibrios Para el Papa, económicos y sociales existentes en el mundo del trabajo, y a “esta vertiente gestionar con decisión los procesos de la globalización económica ético-social” debe en función de la solidaridad y del respeto debido a cada persona proponerse “como humana (NMI 10).

una dimensión imprescindible del testimonio cristiano”. Juan Pablo II tiene la valentía de rechazar como “tentación” una “espiritualidad oculta e individualista”.

El Papa Juan Pablo II unió el trabajo de manera explícita, exhortando a esta Espiritualidad de Comunión, que aspira a ser el paradigma de la Iglesia del nuevo milenio. Las características de esta espiritualidad están claramente señaladas. Espiritualidad de la comunión significa ante todo una mirada del corazón sobre todo hacia el misterio de la Trinidad que habita en nosotros, y cuya luz ha de ser reconocida también en el rostro de los hermanos que están a nuestro lado (NMI 43).

A continuación, el Papa especifica tres ámbitos que debemos “promover” para que haya comunión a la luz de la presencia de Dios en el rostro de cada hombre. Los definiremos así: * Promover el sentido de pertenencia a un cuerpo: Espiritualidad de la comunión significa, además, capacidad de sentir al hermano de fe en la unidad profunda del Cuerpo místico y, por tanto, como “uno que me pertenece”, para saber compartir sus alegrías y sus sufrimientos, para intuir sus deseos y atender a sus necesidades, para ofrecerle una verdadera y profunda amistad (NMI 43). * Promover una visión que valorice orgánicamente: Espiritualidad de la comunión es también capacidad de ver ante todo lo que hay de positivo en el otro, para acogerlo y valorarlo como regalo de Dios: un “don para mí”, además de ser un don para el hermano que lo ha recibido directamente (NMI 43).

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* Promover el concepto de dar espacio al otro y no de dominar espacios: En fin, espiritualidad de la comunión es saber “dar espacio” al hermano, llevando “mutuamente la carga de los otros” (Ga 6,2) y rechazando las tentaciones egoístas que continuamente nos asechan y engendran competitividad, ganas de hacer carrera, desconfianza y envidias (NMI 43). Nos parece que esta espiritualidad de comunión, con múltiples resonancias en cada ámbito concreto de la vida eclesial, tiene un sabor especial si la aplicamos a esa espiritualidad del trabajo a cuyo cultivo el Papa Juan Pablo II invitaba a los trabajadores. También debemos El Papa Juan Pablo II señalar, entre paréntesis, que comunión y trabajo son las dos unió el trabajo de realidades que en el documento subrayan la espiritualidad.

“Duc in altum”: con la valentía de entrar en el argumento fundamental El trabajo, clave de la cuestión social Veamos por qué. Preguntémonos: ¿cuál es la concepción de Juan Pablo II en relación con el trabajo humano? Todos sabemos que Redemptor hominis, su primera encíclica (1979), era programática. El Papa consideraba necesario

manera explícita, exhortando a esta Espiritualidad de Comunión, que aspira a ser el paradigma de la Iglesia del nuevo milenio. Las características de esta espiritualidad están claramente señaladas.

«Baste pensar en la urgencia de trabajar por la paz, de poner premisas sólidas de justicia y solidaridad en las relaciones entre los pueblos, de defender la vida humana desde su concepción hasta su término natural». Juan Pablo II impone el birrete cardenalicio al arzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio (21-II-2001).

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partir del hombre, de ese hombre cuyo sentido profundo y final se encuentra únicamente en Jesucristo, Redentor del hombre. Dos años después, en 1981, Juan Pablo II publicó Laborem exercens, otra encíclica programática, que dedicó “al hombre” en el vasto contexto de la realidad del trabajo. Deseo dedicar este documento precisamente al trabajo humano, y más aún deseo dedicarlo al hombre en el vasto contexto de esa realidad que es el trabajo. En efecto, si como he dicho en la Encíclica Redemptor hominis, publicada al principio de mi servicio en la sede romana de San Pedro, el hombre “es el camino primero y fundamental de la Iglesia”, y ello Guardini decía que precisamente a causa del insondable misterio de la Redención en Cristo, la característica entonces hay que volver sin cesar a este camino y proseguirlo siempre más completa y nuevamente en sus varios aspectos en los que se revela toda la riqueza decisiva de nuestra y a la vez toda la fatiga de la existencia humana sobre la tierra (LE 1).

civilización actual era que el poder se estaba transformando cada vez más en algo anónimo. De esto derivan, como en el caso de una raíz, todos los peligros y las injusticias que padecemos actualmente.

Así, subrayamos ante todo la visión del Papa que nos habla de una espiritualidad que “comienza y prosigue” en el camino del hombre: de un hombre —y lo subrayo— inmerso en el misterio de Jesucristo Redentor; no de un hombre puramente en su dimensión vertical, sino de un hombre contextualizado en la realidad y en la historia desde el punto de vista del trabajo. ¿Por qué esta importancia del trabajo? ¿No serían más importantes otros valores, como el de la solidaridad y de la paz que supone la justicia…? Escuchemos la opinión de Juan Pablo II sobre el trabajo en relación con la cuestión social:

Si en el presente documento volvemos de nuevo sobre este problema (la cuestión social) —sin querer por lo demás tocar todos los argumentos que a él se refieren— no es para recoger y repetir lo que ya se encuentra en las enseñanzas de la Iglesia, sino más bien para poner de relieve —quizá más de lo que se ha hecho hasta ahora— que el trabajo humano es una clave, quizá la clave esencial, de toda la cuestión social, si tratamos de verla verdaderamente desde el punto de vista del bien del hombre. Y si la solución, o mejor, la solución gradual de la cuestión social, que se presenta de nuevo constantemente y se hace cada vez más compleja, debe buscarse en la dirección de “hacer la vida humana más humana”, entonces la clave, que es el trabajo humano, adquiere una importancia fundamental y decisiva (LE 3) (Catecismo de la Iglesia Católica n.2427).

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Solo hace dos años, con ocasión del vigésimo aniversario de Laborem exercens, el Papa ratificó esta intuición del comienzo de su pontificado: Mientras exista el hombre, existirá el gesto libre de auténtica participación en la creación que es el trabajo. Es uno de los componentes esenciales para la realización de la vocación del hombre, que se manifiesta y se descubre siempre como el que está llamado por Dios a «dominar la tierra». Ni aunque lo quiera, puede dejar de ser «un sujeto que decide de sí mismo» (Laborem exercens, 6). A él Dios le ha confiado esta suprema y comprometedora libertad. Desde El antídoto propuesto esta perspectiva, hoy más que ayer, podemos repetir que por Guardini no era «el trabajo es una clave, quizá la clave esencial, de toda la sino ser responsables, cuestión social» (Mensaje del Santo Padre Juan Pablo II en la cada uno y de Conferencia Internacional El trabajo, clave de la cuestión manera solidaria, del social, en el vigésimo aniversario de la encíclica Laborem poder. Precisamente en este punto se exercens, 14 de septiembre de 2001).

basa la visión de Juan Pablo II sobre el trabajo humano como lugar donde el hombre decide libremente usar el poder como instrumento de servicio y colaboración en la obra creadora de Dios por el bien de sus hermanos.

El Papa hace esta repetición desde la perspectiva de la esencia misma del hombre, esencia de la cual surge la misión de “dominar la tierra” y que implica la “libre decisión de ser colaborador de su Creador”. En esto subyace la profecía de Romano Guardini, que en su libro El Poder indicaba el motivo fundamental del cambio de paradigma que se estaba verificando de manera creciente en nuestro mundo moderno. Guardini decía que la característica más completa y decisiva de nuestra civilización actual era que el poder se estaba transformando cada vez más en algo anónimo. De esto derivan, como en el caso de una raíz, todos los peligros y las injusticias que padecemos actualmente. El antídoto propuesto por Guardini no era sino ser responsables, cada uno y de manera solidaria, del poder. Precisamente en este punto se basa la visión de Juan Pablo II sobre el trabajo humano como lugar donde el hombre decide libremente usar el poder como instrumento de servicio y colaboración en la obra creadora de Dios por el bien de sus hermanos.

El hombre que trabaja, libremente, creativamente, de manera participativa y solidaria. El trabajo es el lugar donde todos los principios de la doctrina social de la Iglesia y de la sociedad adquieren verdadera concreción. Juan Pablo II siempre sostuvo que lo primero, punto de partida de la

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doctrina social, del cual provienen todos los demás, es que el hombre está en el centro del orden social. El hombre que trabaja —nos permitimos agregar—, el hombre que trabaja, libremente, creativamente, de manera participativa y solidaria. En este hombre que trabaja se centran y se conectan de manera concreta todos los demás principios. A través del trabajo, adquiere realidad el principio del “destino universal de los bienes”. A través del trabajo, adquiere realidad “la legitimidad de la propiedad privada como condición indispensable de autonomía personal y familiar”. En la valorización del trabajo —de todos los trabajos— en El trabajo es el lugar donde todos cuanto fuente de la cual surgen todos los bienes que hacen los principios de la posible la vida de la sociedad, está radicada la concepción doctrina social de de los derechos y deberes que el Estado debe regular, y así la Iglesia y de la se aclara el rol del Estado mismo en cuanto promotor y tutor sociedad adquieren del bien común.

verdadera concreción. Juan Pablo II siempre sostuvo que lo primero, punto de partida de la doctrina social, del cual provienen todos los demás, es que el hombre está en el centro del orden social.

El trabajo: el lugar donde se realizan gradualmente todas las transformaciones sociales Esta perspectiva basada en el hombre que trabaja desarticula todas las concepciones fatalistas y mecanicistas al juzgar cómo y dónde se realizan las grandes transformaciones sociales. Sería un grave error creer que las transformaciones actuales acaecen de modo determinista. El factor decisivo, dicho de otro modo, «el árbitro» de esta compleja fase de cambio, es una vez más el hombre, que debe seguir siendo el verdadero protagonista de su trabajo. Puede y debe hacerse cargo de modo creativo y responsable de las actuales transformaciones para que contribuyan al crecimiento de la persona, de la familia, de la sociedad en la que vive y de la totalidad de la familia humana (cfr. encíclica Laborem exercens) (Mensaje del Santo Padre Juan Pablo II en la Conferencia Internacional El trabajo, clave de la cuestión social, en el vigésimo aniversario de la encíclica Laborem exercens, 14 de septiembre de 2001).

Visión personalista y orgánica de la dimensión social del trabajo Diez años después de su primera encíclica social, en Centesimus annus (1991), el Papa sitúa nuevamente al trabajador en el centro de la vida económico-social.

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Con el propósito de esclarecer el conflicto que se había creado entre capital y trabajo, León XIII defendía los derechos fundamentales de los trabajadores. De ahí que la clave de lectura del texto leoniano sea la dignidad del trabajador en cuanto tal y, por esto mismo, la dignidad del trabajo, definido como “la actividad humana ordenada a proveer a las necesidades de la vida, y en concreto a su conservación” (CA 6). El Pontífice califica el trabajo como “personal”, ya que “la fuerza activa es inherente a la persona y totalmente propia de quien la desarrolla y en cuyo beneficio ha sido dada”. El trabajo En la necesaria pertenece, por tanto, a la vocación de toda persona; es más, el relación que existe hombre se expresa y se realiza mediante su actividad laboral. entre trabajo y Al mismo tiempo, el trabajo tiene una dimensión “social”, por capital, tiene su íntima relación así sea con la familia, así sea con el bien prioridad el trabajo, común, “porque se puede afirmar con verdad que el trabajo por cuanto el hombre de los obreros es el que produce la riqueza de los Estados”. “desea que los frutos Todo esto ha quedado recogido y desarrollado en la encícli- de este trabajo estén ca Laborem exercens (CA 6). El punto 15 de Laborem exercens a su servicio y al es la clave de una visión orgánica de la dignidad del trabajo de los demás” y también desea ser desde la perspectiva del argumento personalista.

La relación entre trabajo y capital

corresponsable y coartífice del trabajo que realiza. Desea ser tomado en consideración en el proceso mismo de producción, desea sentir que está trabajando “en algo propio”.

En la necesaria relación que existe entre trabajo y capital, tiene prioridad el trabajo, por cuanto el hombre “desea que los frutos de este trabajo estén a su servicio y al de los demás” y también desea ser corresponsable y coartífice del trabajo que realiza. Desea ser tomado en consideración en el proceso mismo de producción, desea sentir que está trabajando “en algo propio”. Esta conciencia se extingue en él dentro del sistema de una excesiva centralización burocrática, donde el trabajador se siente engranaje de un gran mecanismo movido desde arriba; se siente por una u otra razón un simple instrumento de producción, más que un verdadero sujeto de trabajo dotado de iniciativa propia. Las enseñanzas de la Iglesia han expresado siempre la convicción firme y profunda de que el trabajo humano no mira únicamente a la economía, sino que implica además y sobre todo, los valores personales (LE 15).

La relación entre trabajo y propiedad privada Desde esta perspectiva basada en los valores personales, Juan Pablo II entra en el núcleo del debate entre propiedad privada y socialización

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«Esta mirada cordial, dirigida simultáneamente “al misterio de la Trinidad y al misterio de cada rostro humano”, nos hace apreciar el carácter vinculante del trabajo, nos lleva a ver a cada hombre como “alguien que me atañe” y destaca el esfuerzo de cada uno que se convierte en un “don para todos”. En torno a estos valores se teje una sociedad humana sin exclusión alguna». “La creación del hombre”. Marc Chagall, 1956-1958

de los medios de producción, y afirma que lo importante, al adoptarse cualquiera de los dos sistemas a nivel macroestructural, es que el trabajador tenga la sensación de trabajar “en algo propio”. El mismo sistema económico y el proceso de producción redundan en provecho propio cuando estos valores personales son plenamente respetados. Según el pensamiento de Santo Tomás de Aquino, es primordialmente esta razón la que atestigua en favor de la propiedad privada de los medios mismos de producción. Si bien admitimos que mediante ciertos fundados motivos se pueden plantear excepciones al principio de la propiedad privada —y en nuestro tiempo somos incluso testigos de la introducción del sistema de la propiedad “socializada”—, el argumento personalista sin embargo no pierde su fuerza, ni a nivel de principios ni a nivel práctico. Para ser racional y fructífera, toda socialización de los medios de producción debe tomar en consideración este argumento. Hay que hacer todo lo posible para que el hombre, incluso dentro de este sistema, pueda conservar la conciencia de trabajar “en

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algo propio”. En caso contrario, en todo el proceso económico surgen necesariamente daños incalculables; daños no solo económicos, sino ante todo daños para el hombre (LE 15).

El salario digno Dentro de esta visión del “trabajar en algo propio”, es fundamental la cuestión del salario digno. Esta consideración no tiene un significado puramente descriptivo; no es un tratado breve de economía o de política. Se trata de poner en evidencia el aspecto deontológico y moral. El problema clave de la ética social es el de la justa remuneración por el trabajo realizado. No existe en el contexto actual otro modo mejor para cumplir la justicia en Las enseñanzas las relaciones trabajador-empresario que el constituido preci- de la Iglesia han samente por la remuneración del trabajo. Independientemente expresado siempre del hecho de que este trabajo se lleve a cabo dentro del sistema la convicción firme de la propiedad privada de los medios de producción o en un y profunda de que sistema en que esta propiedad haya sufrido una especie de “so- el trabajo humano cialización”, la relación entre el empresario (principalmente no mira únicamente directa) y el trabajador se resuelve en base al salario, es decir, a la economía, sino mediante la justa remuneración del trabajo realizado (LE 19). que implica además y

sobre todo, los valores personales (LE 15).

El Papa concentra en este punto toda su visión del hombre que trabaja. El salario digno se transforma en el punto clave para verificar la justicia o injusticia de cualquier sistema socioeconómico en cuanto se trata de aquello con lo cual adquiere realidad el principio del “uso común de los bienes”. Hay que subrayar también que la justicia de un sistema socioeconómico y —en todo caso— su justo funcionamiento merecen en definitiva ser valorados según el modo como se remunera justamente el trabajo humano dentro de tal sistema. A este respecto volvemos de nuevo al primer principio de todo el ordenamiento ético-social: el principio del uso común de los bienes. En todo sistema que no tenga en cuenta las relaciones fundamentales existentes entre el capital y el trabajo, el salario —es decir, la remuneración del trabajo— sigue siendo una vía concreta, a través de la cual la gran mayoría de los hombres puede acceder a los bienes que están destinados al uso común, tanto los bienes de la naturaleza como los que son fruto de la producción. Unos y otros se hacen accesibles al hombre del trabajo gracias al salario que recibe como remuneración por su trabajo.

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De aquí que precisamente el salario justo se convierta en todo caso en la verificación concreta de la justicia de todo el sistema socioeconómico y, de todos modos, de su justo funcionamiento. No es ésta la única verificación, pero es particularmente importante y es en cierto sentido la verificación clave (LE 19).

Crear estructuras que tutelen la dignidad del trabajo Para ser racional y fructífera, toda socialización de los medios de producción debe tomar en consideración este argumento. Hay que hacer todo lo posible para que el hombre, incluso dentro de este sistema, pueda conservar la conciencia de trabajar “en algo propio”.

Por cuanto en el tema del trabajo dignamente remunerado está en juego la participación real de todos los hombres en relación con el destino universal de los bienes, el Papa exhorta a las instituciones a “crear estructuras que tutelen la dignidad del trabajo”.

Ante estos problemas, hay que imaginar y construir nuevas formas de solidaridad, teniendo en cuenta la interdependencia que une entre sí a los hombres de trabajo. Aunque el cambio actual es profundo, deberá ser más intenso aún el esfuerzo de la inteligencia y de la voluntad para tutelar la dignidad del trabajo, reforzando, en los diversos niveles, las instituciones afectadas. Es grande la responsabilidad de los Gobiernos, pero no menos importante es la de las organizaciones encargadas de tutelar los intereses colectivos de los trabajadores y de los empresarios. Todos están llamados no sólo a promover estos intereses de manera honesta y por el camino del diálogo, sino también a renovar sus mismas funciones, su estructura, su naturaleza y sus modalidades de acción. Como escribí en la encíclica Centesimus annus, estas organizaciones pueden y deben convertirse en “lugares donde se expresa la personalidad de los trabajadores” (n. 15) (Mensaje del Santo Padre Juan Pablo II en la Conferencia Internacional El trabajo, clave de la cuestión social, en el vigésimo aniversario de la encíclica Laborem exercens, 14 de septiembre de 2001).

La tarea de crear estructuras que tutelen la dignidad del trabajo presenta una doble exigencia. Para los pensadores e investigadores, en diversas disciplinas, el desafío reside en examinar con rigor científico y sabiduría el tema del trabajo, para así favorecer la comprensión del cambio que está ocurriendo en el mundo del trabajo y señalar las ocasiones y riesgos del mismo. Para todos los cristianos, el desafío está en crear “una opción preferencial de amor” para los más pobres, para quienes están excluidos del trabajo:

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Pero hoy, vista la dimensión mundial que ha adquirido la cuestión social, este amor preferencial, con las decisiones que nos inspira, no puede dejar de abarcar a las inmensas muchedumbres de hambrientos, mendigos, sin techo, sin cuidados médicos y, sobre todo, sin esperanza de un futuro mejor: no se puede olvidar la existencia de esta realidad. Ignorarlo significaría parecernos al “rico epulón” que fingía no conocer al mendigo Lázaro, postrado a su puerta (cf. Lc 16, 19) (SRS 42). Uniendo en una sola mirada la espiritualidad de comunión Si comprendemos y la espiritualidad del trabajo, podemos afirmar que: en profundidad El elemento común de cualquier espiritualidad de coque el Señor nos munión, desde el punto de vista del sujeto, es la mirada ha redimido con que viene del corazón. Una mirada cordial es una mirada toda su vida — integradora. En cuanto al concepto que reduce el trabajo a acciones, palabras mera ocupación cuya finalidad es la producción de bienes y gestos, felicidad y que serán utilizados únicamente por pocos, la mirada essufrimientos…—, piritual considera el trabajo como expresión de todas las sus largos años de dimensiones del hombre, desde la más básica, vinculada con trabajo silencioso la “realización de la persona”, hasta la más elevada, que lo y cotidiano en el considera “servicio” de amor. pequeño mundo Desde un punto de vista objetivo, esta mirada cordial, de Nazaret deben dirigida simultáneamente “al misterio de la Trinidad y al incidir en nuestro misterio de cada rostro humano”, nos hace apreciar el caánimo con toda su rácter vinculante del trabajo, nos lleva a ver a cada hombre grandeza. (…) como “alguien que me atañe” y destaca el esfuerzo de cada uno que se convierte en un “don para todos”. En torno a estos valores se teje una sociedad humana sin exclusión alguna. Al mismo tiempo, el trabajo abre por sí mismo esos “espacios de participación” de los cuales habla el Papa y los transforma en espacios de participación real, concreta y digna.

“Duc in altum”: hacia la profundidad teológica de la dignidad del trabajo La dignidad supereminente del trabajo de Jesucristo El trabajo favorece la dignidad del hombre uniendo la dimensión personal con la dimensión social del mismo, y tiene además una dignidad supereminente cuya razón última se encuentra en Jesucristo. Así expresa el Papa el concepto en Christifideles laici:

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(…) Si vibran en silencio en el Evangelio, es precisamente por esto: porque el valor de una espiritualidad del trabajo es en sí mismo silencioso, humilde, contenido. “Dignidad supereminente del trabajo”, así califica el Papa Juan Pablo II el trabajo de Jesús hecho con sus propias manos.

Con el trabajo, el hombre provee habitualmente a la propia vida y a la de sus familiares; se une a sus hermanos los hombres y les hace un servicio; puede practicar la verdadera caridad y cooperar con la propia actividad al perfeccionamiento de la creación divina. No sólo esto. Sabemos que, con la oblación de su trabajo a Dios, los hombres se asocian a la propia obra redentora de Jesucristo, quien dio al trabajo una dignidad supereminente, laborando con sus propias manos en Nazaret (CL 43).

Si comprendemos en profundidad que el Señor nos ha redimido con toda su vida —acciones, palabras y gestos, felicidad y sufrimientos…—, sus largos años de trabajo silencioso y cotidiano en el pequeño mundo de Nazaret deben incidir en nuestro ánimo con toda su grandeza. Si vibran en silencio en el Evangelio, es precisamente por esto: porque el valor de una espiritualidad del trabajo es en sí mismo silencioso, humilde, contenido. “Dignidad supereminente del trabajo”, así califica el Papa Juan Pablo II el trabajo de Jesús hecho con sus propias manos. El trabajo hunde las raíces de su dignidad en la Trinidad misma: “Mi Padre trabaja hasta ahora, y yo también trabajo”, dice el Señor. El Papa señala precisamente una imagen de trabajo para que podamos conservarla en nuestros corazones y así poder enfrentar los problemas que oscurecen el horizonte de nuestro tiempo: Baste pensar en la urgencia de trabajar por la paz, de poner premisas sólidas de justicia y solidaridad en las relaciones entre los pueblos, de defender la vida humana desde su concepción hasta su término natural.

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Y ¿qué decir, además, de las tantas contradicciones de un mundo “globalizado”, donde los más débiles, los más pequeños y los más pobres parecen tener bien poco que esperar? ¡En este mundo —dice el Papa— es donde tiene que brillar la esperanza cristiana! También por eso el Señor ha querido quedarse con nosotros en la Eucaristía, grabando en esta presencia sacrificial y convival la promesa de una humanidad renovada por su amor. ¿Y cuál es por consiguiente la imagen universal y concreta de la esperanza cristiana? ¿Aquella que se presenta de manera más clara y eficaz? Es la imagen de Jesús, Maestro de comunión y servicio. Es significativo —dice Es significativo Juan Pablo II— que el Evangelio de Juan, allí donde los Sinópticos —dice Juan narran la institución de la Eucaristía, propone, ilustrando así su Pablo II— que sentido profundo, el relato del “lavatorio de los pies”, en el cual Jesús el Evangelio de se hace maestro de comunión y servicio (cfr. Jn 13, 1-20). El Señor Juan, allí donde los ha querido quedarse con nosotros en la Eucaristía, grabando en esta Sinópticos narran presencia sacrificial y convival (en el servicio humilde del lavatorio de la institución de la los pies, trabajo de esclavo) la promesa de una humanidad renovada Eucaristía, propone, ilustrando así su por su amor (Ecclesia de Eucharistia). En la celebración de este “trabajo” en el cual, imitando al sentido profundo, el Redentor, la Iglesia “hace la Eucaristía”, se concentra toda relato del “lavatorio la tensión escatológica del cristianismo: el compromiso de de los pies”, en el transformar el mundo y toda la existencia para que llegue a cual Jesús se hace maestro de comunión ser eucarística:

y servicio (cfr. Jn 13, 1-20).

Anunciar la muerte del Señor “hasta que venga” (1 Co 11, 26) implica para los que participan en la Eucaristía el compromiso de transformar su vida, para que toda ella llegue a ser en cierto modo “eucarística”. Precisamente este fruto de transfiguración de la existencia y el compromiso de transformar el mundo según el Evangelio, hacen resplandecer la tensión escatológica de la celebración eucarística y de toda la vida cristiana (Ecclesia de Eucharistia 20).

Quisiera terminar estas reflexiones expresando al Santo Padre el sentimiento de gratitud de parte de todos nosotros por toda esta rica doctrina sobre la cuestión social y por la manera en que la ha propuesto a nosotros: con amplitud de horizontes, con la valentía de ir al fondo del tema y mostrando la profundidad teológica de la dignidad del trabajo. Santo Padre, ¡muchas gracias!

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El encuentro entre la misericordia y la verdad

ENSAYOS MASSIMO BORGHESI

Una biografía intelectual de Jorge Mario Bergoglio JOSÉ JOAQUÍN BRUNNER

La recepción político-intelectual de la próxima visita del Papa Francisco ROCCO BUTTIGLIONE

Elementos para interpretar el papado latinoamericano

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«Es el camino evangélico, el camino kerigmático que está en el centro del pontificado del Papa Francisco, mediante el cual hoy el cristianismo puede volver a darse con la misma dinámica de los comienzos. Es un punto al cual se oponen vigorosamente los conservadores, que persisten, como los modernistas, en la oposición entre Misericordia y Verdad». Vidriera del Génesis. Catedral de Ulm.

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Una biografía intelectual de Jorge M ario Bergoglio

ENSAYOS

Clave de la relación entre unidad y diversidad

POR MASSIMO BORGHESI

Massimo Borghesi. Filósofo italiano, miembro del Consejo de Consultores y Colaboradores de revista HUMANITAS.

E

n la noche del 28 de febrero de 2013, un helicóptero blanco despegaba de San Pedro, volando sobre la ciudad de Roma, acompañado por el sonido de las campanas de las iglesias de la capital. Conducía a Benedicto XVI, el ex Pontífice, el primero en renunciar a su ministerio en la era moderna. El teólogo más grande de nuestra época se encontró conduciendo un difícil legado, de Juan Pablo II, con una Iglesia señalada por problemas y escándalos que alteraron y mancharon la imagen de la misma ante el mundo. La determinación de resolverlos y combatirlos no fue suficiente ante el debilitamiento de sus fuerzas. Su sucesor, el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Mario Bergoglio, venía “del otro extremo del mundo”. La dulzura apacible de Ratzinger era sustituida por la dulzura impetuosa de Francisco, su forma sencilla de hablar, su manera directa de expresarse y llegar al corazón de la gente: un testimonio persuasivo hasta el punto de modificar, en el curso de pocos años, a partir del 13 de marzo de 2013, la mirada a la Iglesia, cuyo pesado legado ya no es objeto de acusación. El éxito planetario de la figura de Francisco no ha cubierto, como en los años de Juan Pablo II, el vacío progresivo de las iglesias; sostiene la fe humilde de los pueblos, de los sencillos, de quienes en el

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escenario de la historia son los “invisibles”. Sin embargo, el encuentro entre el Pontificado y la realidad popular no ha provocado aplausos y reconocimientos. Como escribe Agostino Giovagnoli: Su popularidad, sin embargo, no se extiende por todas partes ni en todos los ambientes, y sobre todo la novedad que él trae no siempre es aceptada y comprendida. Así ocurre con gran parte de las clases dirigentes europeas y especialmente los intelectuales y los académicos del Viejo Continente. De hecho, en Europa, el mundo de la cultura parece al menos dudoso con respecto a él. Indudablemente, ha habido pocas visitas del Papa Francisco a grandes instituciones culturaNo es un cura de les y han sido escasos los encuentros con exponentes de la campo, sino un academia. De él no se recuerdan clases magistrales como sacerdote urbano, y las de Benedicto XVI en la Universidad de Ratisbona o en el de una megacity. Y Collège des Bernardins, en París. Han sido pocas, además, su lenguaje sencillo las ocasiones en que ha hablado de manera explícita sobre es producto de un actividad cultural, investigación científica o problemas de los conocimiento muy intelectuales. Pero todo eso no basta para explicar la distancia profundo del territorio entre Francisco y el mundo de la cultura europea1.

y sus habitantes, y de una larga elaboración incluso léxica, “en terreno”, de su identidad de sacerdote”.

En realidad —observa Giovagnoli—, no es verdad que Francisco esté alejado de la cultura, de la europea en particular. “De sus escritos, por último, surge un pensamiento más complejo y elaborado de lo que parece. No obstante lo que se piensa comúnmente, mientras más se leen sus encíclicas, sus discursos o sus homilías, más impresión se tiene de que Francisco conoce el mundo de los intelectuales y tiene convicciones sólidas sobre el rol de la cultura en la sociedad contemporánea”2. Esta “complejidad” del pensamiento de Bergoglio no ha encontrado hasta ahora, salvo pocas excepciones, la atención que merece3. Por el contrario, proliferan los críticos, los teólogos de última hora, aquellos que deducen la visión del Papa de los artículos de diarios. Dos objeciones se repiten con abrumadora monotonía. En primer lugar, Francisco sería un populista, un “peronista” argentino, carente de las categorías que permiten comprender las sutiles distinciones de la Europa liberal y moderna. En segundo lugar, Bergoglio no tendría la preparación teológica y filosófica 1 A. GIOVAGNOLI, Francesco sfida gli intelettuali (Francisco desafía a los intelectuales), en “Avvenire”, 03-11-2015. 2 Ibidem. 3 Ver V.M. FERNÁNDEZ, Il progetto di Francesco. Dove vuole portare la Chiesa (El proyecto de Francisco. Adónde quiere llevar a la Iglesia), conversación con P. Rodari, EMI, Bolonia, 2014; A. COZZI, R. REPOLE, G. PIANA, Papa Francesco. Quale teologia? (Papa Francisco. ¿Qué teología?), Citadella Editrice, Asís, 2016.

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para el cargo petrino. Ambas críticas se mezclan en la presunción, enteramente europea y norteamericana, de que lo proveniente de América Latina no está a la altura de los parámetros occidentales. Se trata de una persuasión muy bien expresada por Angelo Panebianco, según el cual: “Es inevitable —cada uno de nosotros es hijo de su propia historia— que este Papa, como todos sus antecesores, traiga consigo, además de su fe y su interpretación del Evangelio, también experiencias, ideas Cuando el joven y sentimientos que son parte de la tradición de su tierra, Bergoglio es tradición que no coincide necesariamente con la nuestra. estudiante de filosofía Es posible que, en un país de un capitalismo maduro, y teología en el como es a pesar de todo Italia, no sean pocos, incluso entre Colegio Máximo, los católicos, quienes disienten de Bergoglio en materia de trabajo y beneficio o —por dar otro ejemplo— no en San Miguel, sus creen que las guerras contemporáneas sean puramente referencias ideales fruto del deseo de ganancia de ávidos capitalistas. Y son los intelectuales también es posible que muchos se den cuenta de que jesuitas del ámbito las concepciones económicas del Papa derivan de cierta francés: Henri de interpretación de las Escrituras, pero tal vez también de Lubac, Gaston una tradición marcadamente anticapitalista, radicada Fessard, Michel de en el país del cual proviene. En Italia, tenemos óptimos Certeau. Algunos eruditos dedicados a estudios sobre América Latina en son exponentes general y Argentina y su historia en particular. Quizás de la Escuela de corresponde que comiencen a ocuparse de los vínculos Lyon. Estos son sus culturales entre este Papa y esa tradición”4. “maestros”. Son El límite de Francisco estaría determinado por su maestros “europeos”, proveniencia, por su ser “argentino”. El juicio de Paen parte los mismos nebianco no es aislado. Le hace eco, de manera menos sobria, Loris Zanatta, según el cual Bergoglio “es hijo que guían la reflexión de una catolicidad impregnada de antiliberalismo de aquel que llegará visceral, erigida a través del peronismo y guiada por a ser su amigo y la cruzada católica contra el liberalismo protestante, punto de referencia, cuyo ethos se proyecta como una sombra colonial sobre el uruguayo Alberto la identidad católica de América Latina”5. Es la crítica Methol Ferré. que encontramos en el filósofo liberal Marcello Pera, 4 A, PANEBIANCO, L’equilibrio che cerca la Chiesa (El equilibrio que busca la Iglesia), en “Corriere della Sera”, 21-08-2015. 5 L. ZANATTA, Un papa peronista?, en “Il Mulino”, 2 (2016), p. 240. El artículo de Zanatta dio lugar a un debate crítico con el vaticanista Riccardo Cristiano: R. CRISTIANO, “Bergoglio peronista”: per il Mulino è un peccato l’empatia umana” (Bergoglio peronista: para Il Mulino, la empatía humana es pecado) , en “Reset”, 22 de junio de 2016; L. ZANATTA, Le mie critiche a Bergoglio e ai guasti del peronismo (Mis críticas a Bergoglio y a los estragos del peronismo), en “Reset”, 27 de junio de 2016; R. CRISTIANO, Così l’empatia di Francesco ha riportato la Chiesa nella storia (Así ha reincorporado a la Iglesia en la historia la empatía de Francisco), en “Reset”, 29 de junio de 2016. Cristiano es autor del volumen Bergoglio, sfida globale. Il Papa delle periferie tra famiglia, giustizia sociale modernità (Bergoglio, desafío global. El Papa de las periferias en la familia, la justicia social y la modernidad), Castelvecchi, Roma, 2015.

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conocido por su libro con Joseph Ratzinger Senza radici (“Sin raíces”, 2004), en el cual pronosticaba una nueva “religión civil”, y en concomitancia con la guerra contra Irak, el retorno de Europa a un espíritu guerrero contra el pacifismo. Según Pera, “tanto Juan Pablo II como Benedicto XVI dieron a su misión una marcada acentuación occidental. Se referían constantemente a Europa y había una evidente perspectiva occidental, con nuestro continente visualizado como la cuna de los El desplazamiento valores precisamente occidentales. Francisco, en cambio, del acento, con tiene una visión puramente sudamericana”6. Su apertura Bergoglio, del papado al tema de la inmigración documenta que él “detesta el teológico al espiritual Occidente, aspira a destruirlo y hace de todo por lograr presenta algunas esta finalidad (…) el Papa refleja todos los prejuicios del sudamericano con Norteamérica, con el mercado, las incógnitas para el libertades, el capitalismo”7. Según Pera, “tiene la visión orden futuro del sudamericana del justicialismo peronista, que nada catolicismo; pero esta tiene que ver con las tradiciones occidentales de las opción, alternativa libertades políticas y con su matriz cristiana”8. en relación con Panebianco, Zanatta y Pera expresan con tonos peRatzinger, no hace rentorios la distancia con la cual el área laica, liberal, de Bergoglio un mira a Bergoglio. La ideología occidentalista, capitaprogresista o un lista, librecambista ve en el Papa “argentino” un freno liberal (así como al pensamiento único que ha dominado en la era de Ratzinger no era un la globalización. El Pontífice es un adversario y como reaccionario). tal es tratado. A estos críticos se suman los católicos Bergoglio es un conservadores de orientación teocon, análogos en men“católico social”, talidad a gran parte del catolicismo en USA. Vuelve con con una visión ellos la oposición Occidente-Sudamérica, típica de la derecha liberal laica9. Las simplificaciones de los térambivalente y minos —populismo, peronismo— sin investigarse sus compleja de la articulaciones históricas obedecen en realidad a una “modernidad”. (…) lógica de deslegitimación, a la intolerancia ante toda 6 “ll Papa sta secolarizzando la chiesa”. Intervista a Marcello Pera (El Papa está secularizando la Iglesia, Entrevista a Marcello Pera), en “Il Foglio”, 22-11-2016. 7 Bergoglio vuole fare politica. El Vánelo non centro mulla (Bergoglio quiere hacer política. El Evangelio no cuenta para nada), entrevista a Marcello Pera, en “Il Mattino”, 09-07-2017. 8 Ibidem. 9 Ver. S. MAGISTER, Da Perón a Bergoglio. Col popolo contro la globalizzazione (De Perón a Bergoglio. Con el pueblo contra la globalización), http://chiesa.espresso.repubblica.it/articolo/1351113.html, 12-08-2015 (URI, consultado el 13-07-2017); Id., Quando Bergoglio era peronista. E lo è ancora (Cuando Bergoglio era peronista. Y todavía lo es), http://chiesa.espresso.repubblica.it/articolo/1351119.html, 26-08-2015 (URI, consultado el 13-07-2017); Id., “Il popolo, categoria mistica”. La visione politica del papa sudamericano (El pueblo, categoría mística. La visión política del Papa sudamericano), http://chiesa.espresso.repubblica.it/articolo/1351278.html, 20-04-2016 (URI, consultado el 13-07-2017). En el año 2013, la interpretación de Magister era radicalmente distinta: Bergoglio, rivoluzionario a modo suo (Bergoglio, revolucionario a su manera), http://chiesa.espresso.repubblica.it/articolo/1350519.html, 16 de mayo de 2013 (URI, consultado el 13-07-2017).

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Andrea Riccardi señala que observando bien el pensamiento y la perso-

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LA IGLESIA EN UN MUNDO TRANSFORMADO

nalidad de Francisco, se acaba con los mitos simplificadores de un papa populista o sentimental. Esto se percibe cuando se estudia su historia y su pensamiento. En el curso de los años, en Jorge Mario Bergoglio ha madurado una reflexión articulada sobre los temas cruciales de la vida de la Iglesia y sobre su situación en la sociedad contemporánea. Ha seguido con especial atención el cambio de las dos últimas décadas con la afirmación indiscutible de la globalización y de sus consecuencias en la vida económica y social. Se ha preguntado cuál sería hoy el espacio y la misión de la Iglesia en un mundo transformado, plural, habitado por grandes ciudades. Lo ha hecho teniendo como punto de referencia el Concilio Vaticano II y los años postconciliares, los de Pablo VI y del Papa Wojtyla. El “laboratorio” de esta reflexión del Papa Francisco ha sido Argentina, con sus dificultades y contradicciones, vinculada como está —aun cuando no fuese sino desde el punto de vista religioso— con toda Latinoamérica” (A. RICCARDI, La sorpresa di papa Francesco. Crisi e futuro della Chiesa (La sorpresa del Papa Francisco. Crisis y futuro de la Iglesia), Mondadori, Milán, 2013, pp. VIII-IX).

crítica al modelo de la globalización. Lo que sorprende en los críticos es la falta de documentación y profundización, como si el actual Pontífice no tuviese un trasfondo cultural ni una experiencia eclesial digna de destacarse. [ver recuadro “La Iglesia en un mundo transformado”, en esta misma página] Oportunamente, Massimo Franco escribe que “cuando se tiende a describir a Bergoglio como una especie de don Camilo sudamericano, se cae en algo involuntariamente mistificador. El ex Arzobispo de Buenos Aires no puede ser etiquetado con categorías europeas ni —menos aún— italianas. No es un cura de campo, como el personaje de Giovanni Guareschi, sino un sacerdote urbano, y de una megacity. Y su lenguaje sencillo es producto de un conocimiento

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muy profundo del territorio y sus habitantes, y de una larga elaboración incluso léxica, “en terreno”, de su identidad de sacerdote”10. El lenguaje de Bergoglio es “sencillo” porque quiere ser sencillo. Es la simplicidad como resultado de la reflexión, simplicidad evangélica y no límite de expresión. Hay detrás un proceso de pensamiento, rico y original, proveniente de la escuela de los jesuitas, la cual se nutre no solo de maestros argentinos, sino sobre todo europeos. Cuando el joven Bergoglio es estudiante de filosofía y teología en el Colegio Máximo, en San Miguel, sus referencias (…) Este catolicismo ideales son los intelectuales jesuitas del ámbito fran“social”, en auge en cés: Henri de Lubac, Gaston Fessard, Michel de Cerlos años posconciliares teau. Algunos son exponentes de la Escuela de Lyon. y luego olvidado Estos son sus “maestros”. Son maestros “europeos”, en la era de la en parte los mismos que guían la reflexión de aquel que llegará a ser su amigo y punto de referencia, globalización, irrita a el uruguayo Alberto Methol Ferré, el intelectual cierto mundo católico católico latinoamericano más genial de la segunda comprometido con mitad del siglo XX, director de “Víspera” y “Nexo”, los valores de la vida, revistas de las cuales Bergoglio era asiduo lector. pero no igualmente Maestros europeos y argentinos, un mix complejo con los valores sobre el cual es preciso indagar si se quiere salir de sociales. Ese mundo las simplificaciones que encuentran terreno fértil en el desconocimiento de datos. Como observa Rodrigo critica un supuesto Guerra López: progresismo teológico

de Francisco, que no existe, a partir de la desconfianza con un Papa excesivamente crítico de los valores del mercado.

La falta en Europa de estudios sobre filósofos y teólogos latinoamericanos es recurrente. A veces tengo la impresión de que ciertos académicos europeos (y norteamericanos) consideran al pensamiento latinoamericano una especie de compromiso inferior o secundario en comparación con lo que se produce en países como Alemania, Francia e incluso Italia. Esto no sería sino una observación anecdótica si no fuese también importante, a mi juicio, para comprender algo de lo que está ocurriendo con respecto a Francisco (…) Cuando Juan Pablo II fue elegido Papa, su perfil intelectual y pastoral requería un esfuerzo especial para comprender su enseñanza. Para muchos fue necesario estudiar la historia de los cristianos en Polonia, las diversas tradiciones filosóficas de las raíces de Wojtyla, y penetrar en su ardua

10 M. FRANCO, Imperi paralleli. Vaticano e Stati Uniti: due secoli di alleanza e conflitto (Imperios paralelos. Vaticano y Estados Unidos: dos siglos de alianza y conflicto), Mondadori-Corriere della Sera, Milán, 2015, p.262. Del mismo autor, ver Il Vaticano secondo Francesco (El Vaticano según Francisco), Mondadori, Milán, 2015.

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ENSAYOS «El juicio de Ivereigh es importante, ya que permite superar el lugar común de la oposición de Francisco a Benedicto XVI, patrocinado por los conservadores. En realidad, estamos ante una diversidad de estilos y acentos, y no de contenidos… El Papa Bergoglio parece estar animado por una visión más histórico-cultural y en línea con el ambiente teológico latinoamericano del cual proviene, y por una visión más espiritual que teológica del ministerio del pontificado romano».

filosofía para comprender en profundidad, por ejemplo, el verdadero alcance y el significado de “Redemptor hominis”, de “Laborem exercens” o de lo que se conocería en definitiva como “teología del cuerpo”. Hombres como Rocco Buttiglione, Massimo Serretti, Tadeusz Sytczen, Angelo Scola y otros hicieron un trabajo increíble de profundización y explicación que hasta hoy produce sus frutos. En mi opinión, es necesario llevar a cabo un esfuerzo análogo en el caso de Jorge Mario Bergoglio, S.J. ¡Cuántas discusiones evitaríamos si nos dejásemos interpelar por la biografía intelectual y pastoral de nuestro Papa! En los principales institutos académicos dedicados a la difusión y profundización del magisterio pontificio, los profesores y alumnos han llevado escasamente a cabo un estudio serio y sistemático de los escritos de Jorge Bergoglio y sus autores más amados, como Lucio Gera, Juan Carlos Scannone o Methol Ferré, por no hablar de un estudio amplio y profundo de la teología del pueblo o del magisterio episcopal latinoamericano11. 11 R. GUERRA LÓPEZ, Aprender los unos de los otros, http//chiesa.espresso.repubblica.it/articolo/1351355.html, 18-08-2016 (URI, consultado el 13-07-2017). Sobre la filosofía argentina, ver D.F. PRÓ, Historia del pensamiento filosófico argentino, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional de Cuyo, Instituto de Filosofía, Mendoza, 1973; A. CATURELLI, Historia de la filosofía en la Argentina, 1600-2000, Ciudad Argentina-Universidad del Salvador, Buenos Aires, 2001. Para la teología argentina, ver C.M. GALLI, Investigando la teología en nuestra Argentina, en “Teología”, 110 (2013), pp. 163-188.

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El parecer de Guerra López es enteramente justificado, tanto más por cuanto los lectores italianos y de idioma inglés disponen, entre otras, de una excelente biografía de Jorge Mario Bergoglio, de Austen Ivereigh, que reconstruye con exactitud la formación, incluso intelectual, del futuro Pontífice12. Es un texto esencial para comprender también la posición “política” de Bergoglio, tan a menudo mal entendida por sus críticos. Como escribe Ivereigh: El radicalismo de Bergoglio no debe confundirse con la doctrina o la ideología progresistas. Es una actitud radical porque es misionero y místico. Francisco es instintiva y Bergoglio ha luchado visceralmente contrario a los “partidos” en la Iglesia, y está por una síntesis convencido de que el papado hunde sus raíces en el catolide los opuestos cismo tradicional del santo pueblo fiel a Dios, y en particular que desgarraban la en los pobres. Nunca se rebajará a concesiones sobre las realidad histórica, cuestiones candentes que dividen la Iglesia del Occidente no una síntesis laico, diferencia que a los progresistas les gustaría superar “equidistante”, ni modernizando la doctrina. Sin embargo, tampoco es, como resulta igualmente evidente, un Papa de la derecha católica: una mera solución no utilizará el pontificado para combatir en batallas políticas “centrista”, sino una y culturales que deben darse según él a nivel diocesano, tentativa teóricopero lo aprovechará para atraer y enseñar; considera necepráctico-religiosa de sario repetir hasta el infinito lo que es ya conocido, y más sugerir una unidad bien desea destacar todo cuanto en parte se ha olvidado: la antinómica, (…) paternal bondad y la clemencia misericordiosa de Dios. Y mientras los católicos conservadores quisieran hablar más de temas éticos que de temas sociales, está feliz de hacer precisamente lo contrario, es decir, recuperar un catolicismo como “vestidura sin costuras”13.

El juicio de Ivereigh es importante, ya que permite superar el lugar común de la oposición de Francisco a Benedicto XVI, patrocinado por los conservadores. En realidad, estamos ante una diversidad de estilos y 12 A. IVEREIGH, The Great Reformer. Francis and the Making of a radical Pope, LLC, Nueva York, 2014, trad. it. Tempo di misericordia. Vita di Jorge Mario Bergoglio (Tiempo de misericordia. Vida de Jorge Mario Bergoglio), Mondadori, Milán 2014. Para una lista bibliográfica de las biografías dedicadas a Jorge Mario Bergoglio, ver W. JASPER, Papst Franziskus – Revoluciona der Zärtlichkeit und der Liebe. Theologische Wurzeln und pastorale perspektiven, Kardinal Walter Kasper Stilfung, Stuttgart, 2015 (trad. it. Papa Francesco. La rivoluzione della tenerezza e dell’amore (Papa Francisco. La revolución de la ternura y del amor), Queriniana, Brescia, 2015, pp. 14-15, n. 12). Hay una síntesis biográfica esencial de A. MELLONI, Papa Francesco, en AA. VV., Il conclave di Papa Francesco (El cónclave del Papa Francisco), A. Melloni a cargo, Istituto della Enciclopedia Italiana, Roma, 2013, pp. 63-95. 13 A. IVEREIGH, Tempo di misericordia. Vita di Jorge Mario Bergoglio (Tiempo de misericordia. Vida de Jorge Mario Bergoglio), op. cit., p. 439.

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acentos, y no de contenidos… “Mientras el largo pontificado Wojtyla-Ratzinger se caracterizó por el magisterio de la Iglesia sobre las cuestiones morales y sociales, por un decidido énfasis “antropológico” vinculado con la idea de “ley natural”, el Papa Bergoglio parece estar animado por una visión más histórico-cultural y en línea con el ambiente teológico latinoamericano del cual proviene, y por una visión más espiritual que teológica del ministerio del pontificado romano. El pontificado de Benedicto XVI, “papa teólogo” (en el sentido del teólogo académico), podría constituir una excepción en la his(…) una solución toria del catolicismo moderno. El desplazamiento del agónica obtenida acento, con Bergoglio, del papado teológico al espiritual mediante el contraste, presenta algunas incógnitas para el orden futuro del y por consiguiente catolicismo; pero esta opción, alternativa en relación una visión dialéctica con Ratzinger, no hace de Bergoglio un progresista o un liberal (así como Ratzinger no era un reaccionaen la cual la rio). Bergoglio es un “católico social”, con una visión reconciliación no ambivalente y compleja de la “modernidad”14. Este se confiaba, como catolicismo “social”, en auge en los años posconciliares en Hegel, a la y luego olvidado en la era de la globalización, irrita a especulación filosófica, cierto mundo católico comprometido con los valores sino al Misterio que de la vida, pero no igualmente con los valores sociales. obra en la historia. Ese mundo critica un supuesto progresismo teológico de Francisco, que no existe, a partir de la desconfianza El modelo lo obtuvo con un Papa excesivamente crítico de los valores del de Gaston Fessard, de mercado. En realidad, la crítica del Papa a una sociedad su obra fundamental que excluye, reduce el trabajo y crea nuevas divisiones La dialectique des no quiere hacer de los católicos un partido ni situar la Exercices spirituels Iglesia en las barricadas. “Francisco es el hombre de la de saint Ignace de reconciliación entre las historias de división, con rasgos Loyola, publicada trágicos, de la América austral. El equivalente de sus reformas en el Vaticano, además polémicas y combatidas, en 1956. constituye a nivel global la destrucción y eliminación de todos los escombros y escorias de carácter ideológico que dejó la guerra fría. En América Latina, esto significa derribar el último ‘muro de Berlín’, es decir, el ‘muro de La Habana’, y otros muros invisibles, ocultos en los archivos secretos y en la memoria colectiva de esos pueblos. Significa remitir al pasado las guerras civiles combatidas en nombre del marxismo y el capitalismo, con la Iglesia Católica y sus 14 M. FAGGIOLI, Papa Francesco e la “chiesa-mondo” (El Papa Francisco y la iglesia-mundo), Armando Editore, Roma, 2014, p. 83.

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episcopados en el rol de víctimas, a veces de cómplices. Impresionó mucho el regalo hecho a Francisco por el Presidente Evo Morales de Bolivia: un crucifijo con la hoz y el martillo, obra del Padre Luis Espinal, asesinado en los años 80 por defender a los pobres y a la democracia. Sin observar y fijarse la expresión perpleja de Francisco en el momento de la entrega, hay quienes vieron ahí un abrazo póstumo a la teología de la liberación, de matriz marxista, por parte del Pontífice. En realidad, con ese gesto Morales reconoció al Papa un liderazgo nunca antes atribuido a la Iglesia, y expresó un gesto de subordinación y sumisión impensable hasta hace algunas décadas”15. Para Massimo Franco, “FranSolo el Espíritu cisco ha liquidado los mitos revolucionarios comunistas, puede dar lugar para situarse él mismo a la cabeza de lemas populares a la diversidad, a los cuales ofrece otra salida: pacífico, inclusivo, pero no por esto menos claro al condenar lo que ha llamado la pluralidad, la el paradigma tecnocrático e invitar a resistirlo”16. Se trata multiplicidad, y del mismo paradigma criticado por Romano Guardini, al mismo tiempo autor apreciado por Bergoglio, y por Augusto Del Noce, constituir la unidad, autor de referencia para Methol Ferré. Es el modelo que porque cuando somos excluye a los “inútiles”, los “descartados”, los no productinosotros quienes vos, los desempleados, los pobres, los ancianos, los “mal deseamos constituir nacidos” y los “aún no nacidos”, los enfermos graves, los débiles en general. El camino de salida es un camino de la diversidad, reconciliación entre los débiles y los protegidos, que hace provocamos cismas, posible la concordia y por consiguiente la paz social y y cuando somos política. Todo el pensamiento de Bergoglio es un pensamiento nosotros quienes de reconciliación. No es un pensamiento “irénico”, optideseamos constituir la mista, ingenuamente progresista, sino, por el contrario, unidad, damos lugar a un pensamiento dramático, “estresante”, que, habiendo la uniformidad, a madurado en el curso de los estudios ignacianos de los años 60, encuentra su primera formulación en el escela homologación. nario trágico de la Argentina de los años 70, dividido entre derecha filomilitar e izquierda filorrevolucionaria, oposición señalada también por la Iglesia y la Compañía de Jesús. De aquí surge la idea de una dialéctica “polar”, “antinómica”, que constituye el hilo conductor de su pensamiento, su núcleo conceptual original. Bergoglio ha luchado por una síntesis de los opuestos que desgarraban la realidad histórica, no una síntesis “equidistante”, ni una mera solución “centrista”, sino una tentativa teórico-práctico-religiosa de sugerir una unidad antinómica, 15 M. FRANCO, Imperi paralleli. Vaticano e Stati Uniti: due secoli di alleanza e conflitto (Imperios paralelos. Vaticano y Estados Unidos: dos siglos de alianza y conflicto), op. cit., p. 263. 16 Ibid., p. 264.

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“Armonía” —he dicho— éste es el término preciso. En la Iglesia, la armonía la hace el Espíritu Santo. Uno de los primeros Padres de la Iglesia escribió que el Espíritu Santo “ipse harmonia est”, es Él mismo armonía. Sólo Él es autor al mismo tiempo de la pluralidad y la unidad. Sólo el Espíritu puede dar lugar a la diversidad, la pluralidad, la multiplicidad, y al mismo tiempo constituir la unidad, porque cuando somos nosotros quienes deseamos constituir la diversidad, provocamos cismas, y cuando somos nosotros quienes deseamos constituir la unidad, damos lugar a la uniformidad, a la homologación17.

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una solución agónica obtenida mediante el contraste, y por consiguiente una visión dialéctica en la cual la reconciliación no se confiaba, como en Hegel, a la especulación filosófica, sino al Misterio que obra en la historia. El modelo lo obtuvo de Gaston Fessard, de su obra fundamental La dialectique des Exercices spirituels de saint Ignace de Loyola, publicada en 1956. Posteriormente, en su estadía en Alemania de 1986, podrá comparar esta perspectiva con el estudio riguroso del sistema de la oposición polar elaborado por Romano Guardini en su obra de 1925 Der Gegensatz, Versuche zu einer Philosophie des Lebendig-Konkreten. Desde entonces En esta relación Guardini, sobre cuyo pensamiento filosófico debía compleja entre tratarse la tesis de doctorado, se convierte en su autor, unidad y diversidad quien lo acompaña en su reflexión social y eclesial reside el núcleo impulsada por la tentativa de dar cuenta de las antidel pensamiento nomias y sus soluciones. El pensamiento de Bergoglio, en tantos aspectos parecido al de Methol Ferré, llega “católico” de a constituirse como una sinfonía de los opuestos. Es una Bergoglio. Aquí filosofía que se sitúa en el cauce del catolicismo, ententoman forma sus dido como coincidentia oppositorum, siguiendo a Adam tres parejas polares Möhler, Erich Przywara, Romano Guardini, Henri de (plenitud-límite; Lubac. Como dirá Bergoglio siendo cardenal:

idea-realidad; globalizaciónlocalización) con los cuatro principios: el tiempo es superior al espacio; la unidad es superior al conflicto; la realidad es superior a la idea; el todo es superior a la parte.

Es la misma perspectiva reiterada por el Papa: En otras palabras, el mismo Espíritu crea la diversidad y la unidad y de esta manera plasma un pueblo nuevo, variado y unido: la Iglesia universal. En primer lugar, con imaginación e imprevisibilidad, crea la diversidad; en 17 Ver en G. VALENTE, Francesco. Un papa dalla fine del mondo (Francisco. Un Papa del fin del mundo), EMI, Bolonia, 2013, p. 35.

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todas las épocas en efecto hace que florezcan carismas nuevos y variados. A continuación, el mismo Espíritu realiza la unidad: junta, reúne, recompone la armonía: “Con su presencia y su acción, reduce por sí mismo a la unidad a quienes son distintos entre sí” (Cirilo de Alejandría, Comentario al Evangelio de Juan, XI, 11). De tal manera que se dé la unidad verdadera, aquella según Dios, que no es uniformidad, sino unidad en la diferencia. Para que se realice esto es bueno que nos ayudemos a evitar dos tentaciones frecuentes. La primera es buscar la diversidad sin unidad. Esto ocurre cuando buscamos destacarnos, cuando formamos bandos y partidos, cuando nos endurecemos en nuestros planteaDe aquí parte su mientos excluyentes, cuando nos encerramos en nuestros doctrina clásica de particularismos, quizás considerándonos mejores o aquellos la unidad de los que siempre tienen razón. Son los así llamados “custodios de trascendentales del la verdad”. Entonces se escoge la parte, no el todo, el perteneSer (bello-buenocer a esto o a aquello antes que a la Iglesia; nos convertimos en unos “seguidores” partidistas en lugar de hermanos y verdadero), en hermanas en el mismo Espíritu; cristianos de “derecha o estrecho contacto con de izquierda” antes que de Jesús; guardianes inflexibles del la reflexión teológica pasado o vanguardistas del futuro antes que hijos humildes de Hans Urs von y agradecidos de la Iglesia. Así se produce una diversidad sin Balthasar, doctrina unidad. En cambio, la tentación contraria es la de buscar la fundamental por unidad sin diversidad. Sin embargo, de esta manera la unidad cuanto constituye la se convierte en uniformidad, en la obligación de hacer todo juntos y todo igual, pensando todos de la misma manera. clave de la relación Así la unidad acaba siendo una homologación donde ya no entre Misericordia y hay libertad. Pero dice San Pablo, «donde está el Espíritu del Verdad en el mundo Señor, hay libertad» (2 Co 3,17)18.

contemporáneo.

En esta relación compleja entre unidad y diversidad reside el núcleo del pensamiento “católico” de Bergoglio. Aquí toman forma sus tres parejas polares (plenitud-límite; idea-realidad; globalización-localización) con los cuatro principios: el tiempo es superior al espacio; la unidad es superior al conflicto; la realidad es superior a la idea; el todo es superior a la parte. De aquí parte su doctrina clásica de la unidad de los trascendentales del Ser (bello-bueno-verdadero), en estrecho contacto con la reflexión teológica de Hans Urs von Balthasar, doctrina fundamental por cuanto constituye la clave de la relación entre Misericordia y Verdad en el mundo contemporáneo. Si, como afirma Balthasar, sólo el amor es creíble, entonces el camino cosmo-teológico de los medievales y 18 PAPA FRANCISCO, Homilía en la solemnidad de Pentecostés (4 de junio de 2017).

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ENSAYOS «En otras palabras, el mismo Espíritu crea la diversidad y la unidad y de esta manera plasma un pueblo nuevo, variado y unido: la Iglesia universal. En primer lugar, con imaginación e imprevisibilidad, crea la diversidad; en todas las épocas en efecto hace que florezcan carismas nuevos y variados. A continuación, el mismo Espíritu realiza la unidad: junta, reúne, recompone la armonía: “Con su presencia y su acción, reduce por sí mismo a la unidad a quienes son distintos entre sí” (Cirilo de Alejandría, Comentario al Evangelio de Juan, XI, 11). De tal manera que se dé la unidad verdadera, aquella según Dios, que no es uniformidad, sino unidad en la diferencia». Paolo Veronese. “El Padre eterno y el Espíritu Santo”. Óleo sobre lienzo. 1580 Monasterio de El Escorial.

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el camino antropológico de los modernos deben ceder paso, en el tiempo del relativismo y del nihilismo, a la Misericordia como “manifestación” de la Verdad19. Es el camino evangélico, el camino kerigmático que está en el centro del pontificado, mediante el cual hoy el cristianismo puede volver a darse con la misma dinámica de los comienzos. Es un punto al cual se oponen vigorosamente los conservadores, que persisten, como los modernistas, en la oposición entre Misericordia y Verdad. De este modo, de un análisis detenido de las raíces y el desarrollo del pensamiento de Jorge Mario Bergoglio surge, para el erudito europeo, un marco de extraordinaria Si, como afirma riqueza. Este se nutre de diversas contribuciones, Balthasar, solo el vinculadas entre sí por una lógica profunda. Como escribe Diego Fares: amor es creíble,

entonces el camino cosmo-teológico de los medievales y el camino antropológico de los modernos deben ceder paso, en el tiempo del relativismo y del nihilismo, a la Misericordia como “manifestación” de la Verdad.

La referencia a Guardini, con su capacidad fenomenológica de “ver” las “figuras vivas” en las cuales las partes se entienden en función del todo y el todo en función de las partes, parece dar coherencia a lo que nos comunica el Papa Francisco. (…) Sin dejar fuera a Erich Przywara con su pensamiento del Dios cada vez más grande y del Espíritu que pone todo en movimiento y crea armonía en la diversidad, y a Hans Urs von Balthasar, con su ordenamiento de los trascendentales, que sitúa la Belleza y la Bondad (siempre dramática) antes de la Lógica; con su manera de abrir toda verdad finita, filosófica a Cristo (de hacer saltar toda verdad hacia Cristo) y su arte de la transposición clasificadora (que lleva la unidad a la multiplicidad, que traduce la única Palabra en muchas, siempre con una mirada de amor, creativo y misericordioso)20.

19 H.U. VON BALTHASAR, Glaubhaft ist nur Liebe, Johannes Verlag, Einsiedeln, 1963 (trad. it.: Solo l’amore è credibile (Sólo el amor es creíble), Borla, Roma, 1977). 20 D. FARES, Papa Francesco è come un bambù. Alle radici della cultura dell’incontro (El Papa Francisco es como un bambú. En las raíces de la cultura del encuentro), prefacio de A. Spadaro, Ancora-La Civiltà Cattolica, Milán, 2004, p. 37 (ver también, en la misma página, la nota 38). 21 A. SPADARO, introducción a J.M. BERGOGLIO-PAPA FRANCISCO, Nel cuore di ogni padre. Alle radici della mia spiritualità (En el corazón de todo padre. En las raíces de mi espiritualidad), BUR Rizzoli, Milán, 2016, p. x. El volumen constituye la trad. it. de Meditaciones para religiosos, Ediciones Diego de Torres, Buenos Aires, 1982. 22 PAPA FRANCISCO, La mia porta è sempre aperta. Una conversazione con Antonio Spadaro (Mi puerta siempre está abierta. Conversación con Antonio Spadaro), “La Civiltà Cattolica”-Rizzoli-“Corriere della Sera”, Milán, 2013, p. 31. El texto cita la Entrevista al Papa Francisco, en “La Civiltà Cattolica”, n. 3918, 19 de septiembre de 2013, pp. 449-477, con comentarios de P. Antonio Spadaro, a cargo. Sobre el pensamiento “abierto”, ver A. SAVORANA, A. SPADARO, La verità è un incontro. Elogio del “pensiero incompleto” di papa Francesco (La verdad es un encuentro. Elogio del “pensamiento incompleto” del Papa Francisco), en AA. VV., Le periferie dell’umano (Las periferias de lo humano), E. Belloni y A. Savorana a cargo, BUR Rizzoli, Milán, 2014, pp. 38-62.

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Estamos ante un escenario constituido por intercambios culturales entre Europa y América, por tejidos de los cuales surge con fuerza la communio católica. Bergoglio representa, en su aparente simplicidad, una figura compleja. Él mismo constituye, con su personalidad, una complexio oppositorum. Este hombre, criticado como pontífice por estar demasiado preocupado por los destinos del mundo, es un “místico”. El fondo de su pensamiento y su ánimo se nutre en los Ejercicios de San Ignacio, en la veta mística de la Compañía de Jesús, que une contemplación y acción. Como escribe el PaSus síntesis siempre dre Antonio Spadaro: “La clave de su pensamiento y son provisorias, su acción debe buscarse y encontrarse precisamente cada vez deben en la tradición espiritual ignaciana. La experiencia ser sostenidas y latinoamericana toma cuerpo dentro de esta espirireconstruidas, y porque tualidad y se interpreta a la luz de la misma para no correr el riesgo de interpretar a Francisco cayendo en la reconciliación es estereotipos trillados. Su ministerio episcopal mismo, obra de Dios y no su estilo de proceder y pensar están plasmados por la principalmente del visio ignaciana, por la tensión antinómica hacia estar hombre. Esto explica siempre y como fuere in actione contemplativa”21. Pedro su crítica a una Iglesia Fabro, el compañero de Ignacio, incansable viajero “autorreferente”, en la Europa dividida por las guerras de religión, el encerrada en su dulce y apacible anunciador del Evangelio y de la paz de Cristo, es su modelo. Un pensamiento “místico” es propia “inmanencia”, un pensamiento abierto, que no cierra los resquicios. marcada por la Como declaró Francisco: “El aura mística nunca defidoble tentación del ne los bordes, no completa el pensamiento. El jesuita pelagianismo y el debe ser una persona de pensamiento incompleto, de gnosticismo. El pensamiento abierto”22. Por este motivo, la dialéctica cristiano está antinómica de Bergoglio es, a diferencia de Hegel, “des-centrado”, el una dialéctica “abierta”. Por cuanto sus síntesis siempre son provisorias, cada vez deben ser sostenidas y punto de equilibrio reconstruidas, y porque la reconciliación es obra de entre los opuestos está Dios y no principalmente del hombre. Esto explica su fuera de él. crítica a una Iglesia “autorreferente”, encerrada en su propia “inmanencia”, marcada por la doble tentación del pelagianismo y el gnosticismo. El cristiano está “des-centrado”, el punto de equilibrio entre los opuestos está fuera de él.

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El joven Jorge Mario Bergoglio hace su noviciado en la casa de la Compañía de Jesús en Padre Hurtado, Chile.

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intelectual de la próxima visita del Papa Francisco

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La recepción políticoPOR JOSÉ JOAQUÍN BRUNNER

José Joaquín Brunner, Profesor Titular, Universidad Diego Portales, Santiago de Chile. Miembro de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile.

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uando el Papa Francisco arribe a Chile el próximo 15 de enero, país del que otro sacerdote jesuita se preguntaba hace cerca de ochenta años si sería o no un país católico, será recibido con fervor por las masas y con incomodidad por los “grupos de selección”, como llamaba Alberto Hurtado a las élites de la nación en su libro de 1941.1 Las masas asistirán con fervor a las misas y actividades del Papa no bajo el efecto del opio del pueblo, ni por la interpelación de los sacerdotes, sino por abigarrados motivos y sentimientos: fe activa, solidaridades comunitarias, gregarismo, curiosidad, adhesión, compromiso religioso, motivación política, imitación, fraternidad, civismo, esperanza, deseo de participación, estar presente, convocatoria del evento, ver al personaje, manifestar una causa, acompañar, identidad colectiva, conducta ritual, escapar de la rutina, como efecto de los mensajes mediáticos y tantos otros. Llegarán allí pues en una doble condición que el propio Papa suele distinguir: como “ciudadanos 1 Alberto Hurtado, S. J., ¿Es Chile un País Católico? Editorial Splendor, 1941.

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responsables en el seno de un pueblo” y también, seguramente, “como masa arrastrada por las fuerzas dominantes”. La primera condición es la del “pueblo fiel”, que Francisco reconoce como “misterio que hunde sus raíces en la Trinidad, pero tiene su concreción histórica en un pueblo peregrino y evangelizador, lo cual trasciende toda necesaria expresión institucional”2. Este pueblo en su conjunto es quien anuncia el Evangelio. Dios “ha elegido —dice— convocarlos [a los seres humanos de todos los tiempos] como pueblo y no como seres aislados...; nos atrae teniendo en cuenta la compleja trama de relaciones interpersonales que supone la vida de una comunidad humana”3. Cuando el Papa En la segunda condición, la de “masa” impulsada Francisco arribe a por las fuerzas dominantes, aparece el fenómeno Chile el próximo 15 sociológico; una muchedumbre congregada como de enero, país del audiencia, una amalgama de públicos reunida, ante que otro sacerdote todo, por los medios de comunicación y la publicidad. jesuita se preguntaba Por ejemplo, la Conferencia Episcopal de Colombia hace cerca de ochenta (CEC), al dar cuenta de la reciente visita del Papa Francisco a dicho país (6 al 10 de septiembre de 2017), años si sería o no un expresa que se trató de un “gran acontecimiento” y, país católico, será reporta la prensa, “agradeció a los medios de comurecibido con fervor nicación social por su aporte en dar visibilidad a la por las masas y con visita”. El obispo castrense, director ejecutivo de la incomodidad por los visita, “destacó que los medios de comunicación en “grupos de selección” general trasmitieron la fe y la sintonía del Papa con como llamaba Alberto el pueblo colombiano, sin politizar o desinformar”. Hurtado a las élites de Así, entonces, “nadie pudo decir que se sentía aislado la nación en su libro en la visita”. A su turno, el nuncio apostólico subrayó de 1941. “que el mundo entero se ha dado cuenta de lo que en realidad es Colombia hoy y que no es lo mismo que hace 30 o 40 años, un país donde nadie quería venir. Hoy es un país pujante, dijo, donde la gente es capaz, trabajadora, con muchas potencialidades y recursos naturales que el Papa Francisco hizo notar”. Como puede apreciarse, el fenómeno sociológico, cuya visibilidad hace aún más misterioso el misterio teológico de la visita, tiene múltiples ramificaciones: patrióticas, turísticas, políticas, testimoniales, de neutralidad partidista, ideológicas, de historia reciente, geografía y clima unitario.

2 Francisco, Papa. Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium. Oficina de Información del Opus Dei, 2013, iBooks, número 101. 3 Ibídem, número 113.

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Además, la prensa colombiana informa que “la CEC expresó gratitud a los fieles y sacerdotes que acompañaron al Papa durante las misas en donde se congregaron 3.500.000 personas en las cuatro ciudades que visitó”. Asimismo, “se extendieron saludos a la organización del viaje apostólico del Papa y sus colaboradores, en la esfera institucional al presidente de la República, Juan Manuel Santos, y los sistemas de seguridad, Policía y Ejército”4. Por su parte, la entrada de Wikipedia “visita del Papa Francisco a Colombia”, publicada previamente a la materialización de esta, Desde el lado informa sobre la gestación del programa de la visita derecho o, más y agrega: “el 28 de agosto de 2017 fue presentada bien, conservador, la logística y los equipos que utilizarán durante la tradicionalista, del visita del sumo pontífice entre ellos tres vehículos espectro políticotipo Chevrolet del modelo Traverse fabricados en ideológico-intelectual, Colombia por General Motors. La aerolínea oficial es se manifiestan ya Avianca, la cual lo trasladará hacia las cuatro ciudaahora aprensiones des durante la estadía del Santo Padre, así mismo lo apenas veladas. traerá de regreso a Roma”5. En suma, ante nosotros Percibe este sector, tenemos, en perfecto sincretismo, lo sagrado y lo como en alguna profano, la religión y las fuerzas dominantes, el Papa Francisco y las masas. ocasión registró Distintas serán las reacciones que desde ya pueden el New York Times, anticiparse entre la élite chilena. que “con gestos y Desde el lado derecho o, más bien, conservador, palabras, Francisco tradicionalista, del espectro político-ideológicoha confrontado a las intelectual, se manifiestan ya ahora aprensiones élites una y otra vez, apenas veladas. Percibe este sector, como en alguna tanto dentro de la ocasión registró el New York Times, que “con gestos Iglesia como fuera y palabras, Francisco ha confrontado a las élites una de ella”. y otra vez, tanto dentro de la Iglesia como fuera de ella”6. Quizá por eso mismo, desde este lado del espectro ideológico, el Papa es apreciado con cierta incomodidad, con una relativa distancia, especialmente por su doctrina social y continua denuncia de la idolatría del dinero, que en una ocasión —citando a los primeros padres de la Iglesia— calificó como “estiércol del diablo”.

4 Aleteia, 23 de septiembre de 2017. Disponible en: https://es.aleteia.org/2017/09/14/que-le-dejo-la-visita-delpapa-francisco-a-colombia-la-cec-responde/ 5 Wikipedia. Disponible en: https://es.wikipedia.org/wiki/Visita_del_papa_Francisco_a_Colombia 6 Jim Yardley, Francisco, un Papa humilde que quiere cambiar el mundo, The New York Times, 22 de septiembre de 2015. Disponible en: https://www.nytimes.com/2015/09/19/universal/es/perfil-francisco-un-papa-humilde-quequiere-cambiar-al-mundo.html?mcubz=0

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No debiera llamar la atención, por tanto, que quienes han vivido durante las últimas tres décadas —también en Chile— bajo la adormecedora ilusión del fin de la historia por efecto del triunfo del capitalismo de mercado y la democracia liberal, sean sorprendidos por la postura crítica y el lenguaje profético del Papa Francisco. (...)

Su visión, en efecto, apunta al corazón del capitalismo, que el Papa evita nombrar directamente. Por ejemplo, en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia), durante el II Encuentro Mundial de los Movimientos Populares, el 9 de julio de 2015, denunció que “cuando el capital se convierte en ídolo y dirige las opciones de los seres humanos, cuando la avidez por el dinero tutela todo el sistema socioeconómico, arruina la sociedad, condena al hombre, lo convierte en esclavo, destruye la fraternidad interhumana, enfrenta pueblo contra pueblo y, como vemos, incluso pone en riesgo esta nuestra casa común, la hermana y madre tierra”7. En general, durante sus visitas de 2015 a tres países andinos, Francisco reiteró su compromiso con los excluidos, los postergados y los descartados —los condenados de la tierra— enfatizando que “el futuro de la humanidad no está únicamente en manos de los grandes dirigentes, las grandes potencias y las élites. Está fundamentalmente en manos de los Pueblos; en su capacidad de organizarse y también en sus manos que riegan con humildad y convicción este proceso de cambio”. Y, por vía de concretar sus anhelos, llamó a repetir desde el corazón: “ninguna familia sin vivienda, ningún campesino sin tierra, 7 El Papa Francisco en Ecuador, Bolivia y Paraguay. Librería Editrice Vaticana, Oficina de Información del Opus Dei (edición electrónica), 2015, Pos. 908.

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ningún trabajador sin derechos, ningún pueblo sin soberanía, ninguna persona sin dignidad, ningún niño sin infancia, ningún joven sin posibilidades, ningún anciano sin una venerable vejez”8. Recién asumida su misión, en su Exhortación Apostólica Evangelii gaudium de diciembre de 2013, Francisco dedica unas páginas a resaltar “algunos desafíos del mundo actual”, los que organiza bajo los siguientes cuatro rótulos: no a una economía de la exclusión, no a la nueva idolatría del dinero, no a un dinero que gobierna en lugar de servir y no a la inequidad que genera violencia. En un (...) son remecidos pasaje representativo del contenido y tono de este diagy arrancados de su nóstico papal, se lee: “Hoy todo entra dentro del juego ‘zona de confort’, de la competitividad y de la ley del más fuerte, donde como llaman a ese el poderoso se come al más débil. Como consecuencia estado de ilusión de esta situación, grandes masas de la población se ven histórica, que por excluidas y marginadas: sin trabajo, sin horizontes, sin salida. Se considera al ser humano en sí mismo como un un momento pareció bien de consumo, que se puede usar y luego tirar. Heofrecer el espejismo mos dado inicio a la cultura del ‘descarte’ que, además, de un mundo hecho a se promueve. Ya no se trata simplemente del fenómeno imagen y semejanza de la explotación y de la opresión, sino de algo nuevo: de la burguesía con la exclusión queda afectada en su misma raíz la (¡no de Dios!). Y su pertenencia a la sociedad en la que se vive, pues ya no reacción espontánea, se está en ella abajo, en la periferia, o sin poder, sino pre-reflexiva, la que se está fuera. Los excluidos no son ‘explotados’ sino mejor para conocer desechos, ‘sobrantes’9.” las emociones que No debiera llamar la atención, por tanto, que quienes circulan en un grupo han vivido durante las últimas tres décadas —también social, ha sido decir en Chile— bajo la adormecedora ilusión del fin de cosas como estas: “el la historia por efecto del triunfo del capitalismo de Papa no entiende mercado y la democracia liberal, sean sorprendidos por la postura crítica y el lenguaje profético del Papa nada de economía”. Francisco. Efectivamente, son remecidos y arrancados de su ‘zona de confort’, como llaman a ese estado de ilusión histórica, que por un momento pareció ofrecer el espejismo de un mundo hecho a imagen y semejanza de la burguesía (¡no de Dios!). Y su reacción espontánea, pre-reflexiva, la mejor para conocer las emociones que circulan en un grupo social, ha sido decir cosas como estas: «el Papa no entiende nada de economía”; “¿acaso Francisco quiere volver 8 Ibídem, Pos. 1071. 9 Francisco, Papa. Evangelii Gaudium, op.cit., número 53.

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al fracasado camino del socialismo?»; “en fin, Bergoglio es un peronista, nada más”; “parece que hubiera leído a Laclau”, o bien, “aquí vamos, de vuelta hacia la teología de la liberación”. Ahora que el Papa Francisco ha anunciado su visita a Chile en enero próximo, las preguntas que recorren a los círculos menos sofisticados de la derecha son: ¿y qué irá a decir en La Araucanía a los mapuches?, ¿y en el norte a los inmigrantes?, ¿insistirá en llamar a Chile a conversar con Bolivia?, ¿mencionará la conDesde el lado de centración de la riqueza, la colusión entre empresas, las izquierdas y del la idolatría del dinero, los abusos y desigualdades? progresismo políticoEn relación con otros asuntos, los tradicionalistas se ideológico y cultural, preguntan si Francisco recordará los abusos sexuales las posiciones del de sacerdotes, si reiterará su condena frente a los pePapa tampoco son cados medioambientales o persistirá en oponer élites bien entendidas ni y pueblo, condenando la alienación y el desapego valoradas; en este moral de aquellas. caso por una suerte Desde el lado de las izquierdas y del progresismo político-ideológico y cultural, las posiciones del de reflejo automático Papa tampoco son bien entendidas ni valoradas; en del racionalismo este caso por una suerte de reflejo automático del secular. Si Dios ha racionalismo secular. Si Dios ha muerto y las iglesias muerto y las iglesias no concitan confianza ni aprobación en la opinión no concitan confianza pública encuestada y el fenómeno religioso ha sido ni aprobación en superado hace rato por la racionalización científicola opinión pública técnica del mundo, ¿qué sentido tiene atender a un encuestada y el Papa, aunque sea jesuita? fenómeno religioso No repara el progresismo en que tras el desplome ha sido superado de los socialismos reales y de la utopía comunista, hace rato por la el pensamiento político ha quedado reducido a “varacionalización riedades de capitalismo”10, con un polo democráticocientífico-técnica del liberal y pluralista en un extremo y, en el otro, los mundo, ¿qué sentido regímenes capitalistas autoritarios de partido único o de movilización social. Entre ambos extremos se tiene atender a un distribuyen diferentes variedades de capitalismo Papa, aunque combinadas con Estados (más o menos) democráticos sea jesuita? que aseguran grados variables de bienestar.

10 Ver P. A. Hall, Varieties of capitalism. En R.Scott y S. Kosslyn (eds.) Emerging Trends in the Social and Behavioral Sciences. John Wiley & Sons, Inc.. 2015, pp. 1-15. Disponible en: https://scholar.harvard.edu/files/hall/files/ hall2015_emergingtrends.pdf Asimismo, P. A. Hall y D. Soskice (eds.) Varieties of Capitalism: The Institutional Foundations of Comparative Advantage. Wiley Online Library, 2001.

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Luego, el tema central de la primera mitad del siglo XXI es y será, sin duda, la subsistencia o el desplome del capitalismo.11 Y mientras perdure en su amplia gama de variedades —¡que seguro será hasta más allá del 2050!—, incluirá el alcance de los beneficios, desigualdades, exclusiones y contradicciones culturales que genera cada variedad y trayectoria nacional del capitalismo. De estos asuntos deberán ocuparse los debates del progresismo y, desde ya, una voz necesaria de atender en estos debates es la del Papa Francisco. Desde mi punto de vista, la pregunta crucial es de naturaleza estrictamente weberiana. Se trata de Paradojalmente, indagar —y de resolver en la práctica— hasta dónde esos mismos es posible mantener un orden socioeconómico y culprocesos —motores tural que avanza vertiginosamente por el carril de de la modernidad— la racionalización instrumental y, en consecuencia, hacen desaparecer, reduce cada vez más el horizonte cultural de las sociedades a intensos procesos de economización, al son del aplauso intelectualización científico-técnica, burocratizade mentalidades ción pública y privada y de secularización. progresistas más Paradojalmente, esos mismos procesos —motores mecánicas, todos de la modernidad— hacen desaparecer, al son del y cada uno de los aplauso de mentalidades progresistas más mecánielementos que podrían cas, todos y cada uno de los elementos que podrían servir para cuestionar servir para cuestionar y reorientar o reconducir esos y reorientar o procesos, trátese de las tradiciones, la fe, las religiones, reconducir esos las humanidades, las ciencias humanas y hermenéuprocesos, trátese de ticas y, en general, el conocimiento experiencial, los las tradiciones, la fe, sentidos comunes y los discursos críticos. En efecto, las religiones, el dominio absoluto de lo racional entendido como las humanidades. control científico-técnico lleva a adelgazar cada vez más el espacio de la racionalidad orientada por valores y, en última instancia, a someter todos los órdenes de vida a la sola racionalidad instrumental dominante y sus valores, anulando la autonomía relativa y el potencial crítico de aquellos. De allí que a un progresismo cuya fe se halle investida única y exclusivamente en la razón científica se le vuelve difícil, si no imposible, entrar en diálogo con, o siquiera atender seriamente a, una teología del pueblo, como se sostiene inspira a Bergoglio.12

11 Véase W. Streeck, How Will Capitalism End? Verso, London, 2016. Asimismo, D. Harvey, Seventeen Contradictions and the End of Capitalism. Oxford University Press, Oxford, 2014. 12 Ver J. C. Scannone, S. J., El Papa Francisco y la teología del pueblo. Razón y Fe, t.271, nº 1395, 2014, pp. 31-50.

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«La primera condición es la del “pueblo fiel”, que Francisco reconoce como “misterio que hunde sus raíces en la Trinidad, pero tiene su concreción histórica en un pueblo peregrino y evangelizador, lo cual trasciende toda necesaria expresión institucional”. Este pueblo en su conjunto es quien anuncia el Evangelio».

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El dominio absoluto de lo racional entendido como control científicotécnico lleva a adelgazar cada vez más el espacio de la racionalidad orientada por valores y, en última instancia, a someter todos los órdenes de vida a la sola racionalidad instrumental dominante y sus valores, anulando la autonomía relativa y el potencial crítico de aquellos.

«Jürgen Habermas, en su diálogo con Joseph Ratzinger el anterior Papa Benedicto XVI, apunta a “que la expectativa de que persista la discordancia entre fe y saber solo merece el predicado de ‘racional’ si, también desde el punto de vista del saber secular, se admite para las convicciones religiosas un estatus epistémico que no quede calificado simplemente de irracional”».

En la Evangelii gaudium, señala que “el cientismo y el positivismo se rehúsan a admitir como válidas las formas de conocimiento diversas de las propias de las ciencias positivas”. Por el contrario, propone “una síntesis entre un uso responsable de las metodologías propias de las ciencias empíricas y otros saberes como la filosofía, la teología, y la misma fe”, en el entendido que “toda la sociedad puede verse enriquecida gracias a este diálogo que abre nuevos horizontes al pensamiento y amplía las posibilidades de la razón”13. Una visión convergente plantean algunos enfoques filosóficamente abiertos del pensamiento progresista crítico europeo, como por ejemplo el de Jürgen Habermas, quien en su diálogo con el anterior Papa Benedicto XVI, apunta a “que la expectativa de que persista la discordancia entre fe y saber sólo merece el predicado de ‘racional’ si, también desde el punto de vista del saber secular, se admite para las convicciones religiosas un estatus epistémico que no quede calificado simplemente de irracional”.

13 Francisco, Papa, op.cit., número 242.

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Así, él valora “la apropiación de contenidos genuinamente cristianos por parte de la filosofía”, trabajo que habría cuajado “en redes conceptuales de alta carga normativa, como fueron las que formaron los conceptos de responsabilidad, autonomía y justificación; los de historia, memoria, nuevo comienzo, innovación y retorno; los de emancipación y cumplimiento; los de extrañamiento, interiorización y encarnación, o los conceptos de individualidad y comunidad. Ese trabajo de apropiación transformó el sentido religioso original, pero no deflacionándolo y vaciándolo, ni tampoco consumiéndolo o despilfarrándolo”. Agrega: “la Lo realmente traducción de que el hombre es imagen de Dios a la interesante para la idea de una igual dignidad de todos los hombres, izquierda progresista que hay que respetar incondicionalmente, es una de sería, como sugiere esas traducciones salvadoras (que salvan el conteni14 Habermas, iniciar do religioso traduciéndolo a filosofía)”. En suma, también para la izquierda y el progreuna apropiación sismo la visita al país del Papa Francisco en enero autocrítica de aquellos próximo podría significar un estímulo para pensar contenidos de la fe más allá de una apropiación puramente táctica de los y la religión que contenidos críticos sobre la economía, el dinero y el sirvan para interrogar descarte que abundan en los documentos pontificios. la racionalización Lo realmente interesante para la izquierda progresista científica e instrumental sería, como sugiere Habermas, iniciar una apropiadel mundo en nombre ción autocrítica de aquellos contenidos de la fe y la de una racionalidad religión que sirvan para interrogar la racionalización de valores científica e instrumental del mundo en nombre de una post-Ilustrados. racionalidad de valores post-Ilustrados.

14 Diálogo entre la razón y la fe. El Papa Benedicto XVI y el filósofo Habermas discuten dos visiones para abordar el mundo. La Nación, Argentina, 14 de mayo de 2005. Disponible en: http://www.lanacion.com.ar/704223-dialogoentre-la-razon-y-la-fe

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«En las rivalidades entre las diversas patrias pequeñas, en las luchas entre los puertos y las regiones del interior, que es la clave para la comprensión de gran parte de la historia latinoamericana, se insinúa el imperialismo inglés, que condena a América Latina a una condición de subordinación cultural y política.»

Grabado. “Los ingleses invaden Buenos Aires y son rechazados.”


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Elementos para interpretar el Papado latinoamericano A PARTIR DE ALGUNAS REFLEXIONES DE ALBERTO METHOL-FERRÉ POR ROCCO BUTTIGLIONE

Rocco Buttiglione, Filósofo y político italiano. Miembro del Consejo de Consultores y Colaboradores de revista HUMANITAS.

Este aporte no pretende en modo alguno agotar la comprensión del significado del pontificado del Papa Francisco para la Iglesia universal ni tampoco para América Latina. Se concentra más bien en una fuente del pensamiento de Jorge Mario Bergoglio, Alberto Methol Ferré, y esto tampoco de manera exhaustiva.

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fines de los años 70 y luego hasta la primera mitad de los años 90, participé en los intensos debates de un grupo de intelectuales italianos (don Francesco Ricci, Alberto Metalli y yo) y latinoamericanos (Alberto Methol-Ferré, Lucio Gera, Jorge Mario Bergoglio, Juan Carlos Scannone, Hernán Alessandri, Pedro Morandé, Joaquín Alliende, Guzmán Carriquiry…), posteriormente centrados en torno a la revista Nexo. Más adelante, los hechos de la vida me llevaron a comprometerme intensamente en las cosas italianas y no pude seguir de cerca los posteriores

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desarrollos que condujeron a Aparecida del Norte y al presente. Inevitablemente, mis reflexiones tienen el color y el sello de esos años. Se agrega el hecho de que descansan en gran medida en la memoria personal. Alberto Methol era un gran conversador, pero publicó bastante poco, al menos en vida. Guzmán Carriquiry me indica que en cambio escribió muchísimo, pero de manera dispersa, y que ahora este legado literario de proporciones relevantes está en curso de publicación. Lo que me dispongo a exponer lo tomo, más que de los escritos, del recuerdo de las largas y apasionadas conversaciones que mantuvimos en los años 80 y siguen viviendo en mi memoria. Esas conversaciones eran parte de un debate más amplio en el cual participaban todos los amigos de Nexo y en particular Jorge Mario Bergoglio.

El proceso de globalización no es único, sino doble, y precisamente por este motivo no tiene mucho sentido estar a favor o en contra de la globalización. Es necesario más bien preguntarse de qué globalización se trata.(…)

Puebla

A fines de los años 70 y comienzos de los 80, empecé a venir a América Latina para hablar del Papa ´ ´ Era polaco, y poco después también de Solidarnosc. el tiempo de la preparación de Puebla, en la cual Alberto Methol tenía un rol muy importante. Él vio de inmediato en el Papa polaco un momento del proceso de globalización de la Iglesia Católica. Católico significa “katá olon”, según la totalidad. La Iglesia tiene desde el inicio la capacidad de globalizarse, y realiza la globalización del espíritu que debe preceder (y guiar) el proceso de globalización de la política y de la economía. El proceso de globalización no es único, sino doble, y precisamente por este motivo no tiene mucho sentido estar a favor o en contra de la globalización. Es necesario más bien preguntarse de qué globalización se trata. ¿Es una globalización ordenada en la cual la globalización del espíritu precede y ordena la de la política y de la economía o es una globalización económica que consuma la substancia espiritual de los pueblos? En una globalización ordenada, no se puede ignorar el rol de la política. La política utiliza (debería utilizar) la energía de la globalización para regir la globalización de la economía. Para hacer esto, la política de nuestro tiempo debe tener una dimensión continental. La construcción ordenada de la unidad de la familia humana pasa por diversas etapas: […] la de nuestro tiempo es de la construcción de realidades políticas continentales, que son las únicas capaces de salvar las identidades culturales de los pueblos y las naciones en la época de la globalización. De aquí el interés de Methol en la geopolítica y su

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«La teología de la liberación procuró concretar una teología latinoamericana a partir de la experiencia del pueblo latinoamericano. Sin embargo, este esfuerzo permaneció empantanado en un último residuo de dependencia intelectual del viejo mundo: el análisis marxista. San Juan Pablo II disolvió este equívoco en Puebla, 1979.»

amor apasionado por la idea de una “patria grande” (…) ¿Es una latinoamericana. Solo la “patria grande” puede imglobalización pedir que las patrias pequeñas sean sacudidas por la ordenada en la cual globalización puramente económica, perdiendo sus la globalización del identidades y su razón de ser; pero la construcción espíritu precede y de la “patria grande” latinoamericana tiene además ordena la de la política otro significado, como veremos mejor más adelante. y de la economía o La modernidad católica se ve disminuida por una es una globalización completa fase histórica ante la modernidad proteseconómica que tante, precisamente porque no logra la construcción consuma la de los Estados Unidos de América Latina. En las substancia espiritual rivalidades entre las diversas patrias pequeñas, en de los pueblos? (…) las luchas entre los puertos y las regiones del interior, que es la clave para la comprensión de gran parte de la historia latinoamericana, se insinúa el imperialismo inglés, que condena a América Latina a una condición de subordinación cultural y política. Con el Concilio Ecuménico Vaticano II, la Iglesia Católica acepta el desafío de la globalización. El Papa polaco es hijo del Concilio. Con Medellín, la Iglesia latinoamericana ya había iniciado su camino dentro de la globalización, afirmando su aspiración de ser Iglesia/ matriz y ya no solo Iglesia/reflejo o Iglesia periférica (esta distinción la formuló por primera vez Lima Vaz, brasileño, quien era muy cercano a las reflexiones que estamos desarrollando aquí). La Iglesia matriz es una Iglesia madura y misionera, que piensa en el advenimiento de la fe cristiana en su propia historia y a partir de la experiencia cristiana de su pueblo. El advenimiento cristiano es único. Tuvo lugar en Palestina alrededor de hace dos mil años, y sin embargo se representa, en la vida

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«La revolución requerida por América Latina no era la marxista, sino la cristiana. Tal vez la idea de la preparación de una revolución cristiana de la justicia y la solidaridad en América Latina, de maneras y formas totalmente nuevas y todavía por imaginar y definir, constituya una clave importante para comprender el pontificado del Papa Francisco».

de la Iglesia, en la presencia de sus santos, que no son únicamente los que están en los altares, sino todos los que han encarnado la fe en su vida. Al entrar en la historia, este advenimiento encuentra la instancia de liberación de los pueblos, se convierte en factor constitutivo de la identidad de los mismos y de su camino de liberación. La teología de la liberación procuró concretar una teología latinoamericana a partir de la experiencia del pueblo latinoamericano. Sin embargo, este esfuerzo permaneció empantanado en un último residuo de dependencia intelectual del viejo mundo: el análisis marxista. San Juan Pablo II disolvió este equívoco en Puebla. Él afirmó no solo la posibilidad, sino la necesidad de una teología latinoamericana. Confirma por lo tanto el carácter de Iglesia matriz de la Iglesia latinoamericana, pero la invita a tener más confianza en sí misma en cuanto Iglesia y en cuanto latinoamericana, y a purificar su instrumentación analítica a partir de la comparación con la idea de justicia que se formó en el corazón del hombre latinoamericano mediante la evangelización. Esta idea se inserta en la historia latinoamericana con el acontecimiento de Guadalupe y se consolida con la afirmación de la dignidad y los derechos de todos los hombres por parte de Bartolomé de las Casas y los demás defensores de los indígenas. Aquí está la raíz del pensamiento auténtico de la liberación latinoamericana.

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´´ Un tema que fascinaba a Methol en los años 80 era Solidarnosc. Francesco Ricci y yo teníamos una larga experiencia en cosas polacas y en el círculo de Nexo siempre nos pedían noticias y explicaciones ´ ´ Methol veía sobre lo que ocurría en Polonia. En la lucha de Solidarnosc, dos cosas. La primera era la lucha entre el catolicismo y el marxismo. Para él, esta era sobre todo una lucha por la guía del movimiento de liberación de la persona humana, que históricamente se concreta en el movimiento de los trabajadores (creo que una referencia importante para su visión del movimiento de los trabajadores fue Él afirmó no solo el libro de Duroselle sobre la historia de los orígenes del movimiento social católico en Francia). Este movila posibilidad, miento nace siendo cristiano y opone al egoísmo y al sino la necesidad materialismo de la sociedad capitalista la medida moral de una teología del Evangelio y los derechos de la persona humana. latinoamericana. El tema predominante de esta primera etapa cristiana Confirma por lo tanto del movimiento de los trabajadores es la violación de el carácter de Iglesia la dignidad trascendente de la persona humana. En matriz de la Iglesia una segunda etapa, los cristianos pierden la guía del latinoamericana, movimiento, que es conquistada por los anarquispero la invita a tener tas. El tema de los anarquistas es la sociedad de los más confianza en iguales, sin Dios ni jefe. Los anarquistas quisieran ser sí misma en cuanto ateos, pero no lo logran. El porqué lo explica Marx en Iglesia y en cuanto un precioso pequeño libro contra Proudhon titulado latinoamericana. La miseria de la filosofía. Los anarquistas sitúan en el puesto de Dios la justicia absoluta, que es un atributo divino. En el caso del anarquismo, más que de ateísmo habría que hablar de anticlericalismo llevado al extremo, mientras que el sentimiento fundamental de los anarquistas está inspirado fundamentalmente en el derecho natural. En este contexto, Methol insistía en el significado semi-eucarístico originario de la palabra compañero: aquel que comparte el pan con nosotros. Aun cuando, en una etapa posterior, los marxistas toman la dirección intelectual y política del movimiento, este sigue siendo, en el sentimiento espontáneo de las masas y en la ideología espontánea de la clase obrera, fundamentalmente anárquico e inspirado en una idea cristiana de la ley natural. En América Latina, la hegemonía marxista en el movimiento de los trabajadores siempre ha sido precaria y los elementos anárquicos siempre han conservado gran vivacidad. Con la CLAT, hubo también

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´ ´ historia y destino del movimiento de los Solidarnosc: trabajadores

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«Recuerdo que cuando conocí a Methol me impresionó mucho su gran admiración por Del Noce. (…) Methol y Del Noce compartían el juicio según el cual el mayor defecto del compromiso de los católicos en la política era la falta de una interpretación histórica propia.»

Esta idea se inserta en la historia latinoamericana con el acontecimiento de Guadalupe y se consolida con la afirmación de la dignidad y los derechos de todos los hombres por parte de Bartolomé de las Casas y los demás defensores de los indígenas. Aquí está la raíz del pensamiento auténtico de la liberación latinoamericana.

un vigoroso componente cristiano, y en Argentina, en la etapa peronista, el movimiento de los trabajadores, originariamente anárquico, se reconoce en la doctrina social cristiana. ´ ´ inauguró una nueva etapa cristiana Solidarnosc en la historia del movimiento de los trabajadores. El marxismo fracasó y con él fracasó la convicción de que la historia y el desarrollo de las fuerzas productivas producen inevitablemente el comunismo y la liberación de la enajenación. Al parecer, las fuerzas productivas se desarrollan de bastante mejor manera en una economía de mercado que en un sistema comunista y por lo demás el comunismo no libera de la enajenación, produciendo en cambio su propia forma de enajenación comunista. La protesta contra la enajenación comunista solo puede tener carácter ético, y carácter ético debe tener también la protesta contra el capitalismo que triunfa en el terreno de la eficiencia ´ ´ la Iglesia Católica retoma económica. Con Solidarnosc, la guía de la lucha por la liberación. Mientras el riesgo de la teología de la liberación era subordinar el cristianismo al marxismo, el sentido ´ ´ es precisamente lo contrario: filosófico del advenimiento de Solidarnosc la lucha por la liberación puede conducirse únicamente sobre la base de un pensamiento cristiano. El marxismo se descompone: en el terreno del materialismo, pierde ante el materialismo vulgar del capitalismo; en el terreno de la lucha por la liberación del hombre, pierde contra la doctrina social cristiana. Esta visión es totalmente distinta de la visión de los apologetas del capitalismo, quienes pensaron que con el fin del marxismo se perdía la razón misma de la existencia del movimiento

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ENSAYOS Alberto Methol Ferré

Augusto Del Noce

La conclusión de de los trabajadores. Para la doctrina social cristiana, el defecto y la culpa del marxismo es haber represenMethol era que lo tado y explotado indebidamente el sufrimiento de los iniciado en Polonia trabajadores y su protesta por la injusticia padecida; debía continuar en pero este sufrimiento y esta injusticia existían con América Latina. anterioridad al marxismo y además siguen existienLa novedad de do después de fracasar el mismo. Ahora es tarea del , que movimiento social cristiano asumir la representación era parte esencial de la instancia de liberación de los trabajadores en esta de la novedad del nueva etapa de la historia de la humanidad. Esta visión pontificado de Juan implica también una visión distinta de la habitual del Pablo II, no podía ser pontificado de San Juan Pablo II. La lucha de San Juan portadora de todos sus Pablo II contra el comunismo transcurre paralelamente frutos en Polonia. con la lucha entre capitalismo y comunismo, pero no se identifica con esta. Solo con esta luz se comprende por qué, inmediatamente después de la caída del comunismo, se acentúa en la predicación de San Juan Pablo II la denuncia de las desviaciones de la sociedad occidental. La conclusión de Methol era que lo iniciado en Polonia debía continuar ´ ´ que era parte esencial de en América Latina. La novedad de Solidarnosc, la novedad del pontificado de Juan Pablo II, no podía ser portadora de todos sus frutos en Polonia. La urgencia de la reconstrucción económica atraía inevitablemente a los polacos a la órbita del consumismo de Europa occidental. La ruptura iniciada en Polonia debía entonces continuar en América Latina, así como en su época la ruptura iniciada por la Comuna de París terminó con la revolución de octubre. La revolución requerida por América Latina no era la marxista, sino la cristiana. Tal vez la idea de la preparación de una revolución cristiana de la justicia y la solidaridad en América Latina, de maneras y formas totalmente nuevas y todavía por

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imaginar y definir, constituya una clave importante para comprender el pontificado del Papa Francisco. Sin embargo, la revolución de la justicia y de la solidaridad es profundamente distinta de la marxista y en general de cierta idea de revolución que se afirma con posterioridad a la revolución francesa. Se trata en aquella de una revolución no violenta, que habla a la conciencia del adversario, y es por lo tanto una revolución democrática. Es una revolución que no es enemiga del mercado, pero quiere poner a los espíritus animales del mercado bajo la guía de la conciencia ética. Es una revolución que solo es posible sobre la base de una renovación espiritual y oral que la antecede y la acompaña. Es una revolución que Se escucha un no está enteramente centrada en el Estado, queriendo eco de la lucha de en cambio restituir voz y fuerza a la sociedad civil. , no El marxismo consideraba que el método de proviolenta y haciendo ducción daría lugar, sobre la base materialista de las permanentemente relaciones de producción, al sujeto de la liberación, un llamado a la la clase trabajadora. En realidad, la clase trabajadora conciencia del como sujeto resulta ser un mito. Es el partido el que adversario, en el le da una existencia aparente forzando a individuos tema tan presente aislados a actuar como si fuesen una comunidad. La en el Magisterio experiencia polaca demuestra la capacidad de la fe del Papa Francisco de construir la conciencia de un pueblo que se sitúa de los movimientos como sujeto de su propia acción. Se escucha un eco populares y su rol ´ ´ no violenta y haciendo de la lucha de Solidarnosc, en la lucha por permanentemente un llamado a la conciencia del adversario, en el tema tan presente en el Magisterio la justicia. del Papa Francisco de los movimientos populares y su rol en la lucha por la justicia. A propósito de este proceso, se puede hablar de revolución cristiana o de revolución personalista y comunitaria, como lo hizo Mounier; pero, en realidad, quizás la expresión revolución propiamente tal es inadecuada. El reconocimiento de la primacía del momento cultural lleva al grupo de Nexo hacia Del Noce y su redescubrimiento de la categoría de Resurgimiento.

Del Noce y la interpretación transpolítica de la historia contemporánea Recuerdo que cuando conocí a Methol me impresionó mucho su gran admiración por Del Noce. Había leído muchas de sus obras, lo que no era una cosa habitual, ya que en ese momento Del Noce era casi desconocido fuera de Italia. Creo que el primero en dar a conocer a Del Noce a Methol

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fue Emilio (Milan) Komar, un filósofo esloveno emigrado a Argentina y fundador, en Buenos Aires, de una escuela filosófica de excelente nivel. Methol tenía un gran deseo de conocer personalmente a Del Noce, y así en una oportunidad lo acompañé a visitarlo en Roma. Lo que unía sobre todo a ambos era un gran interés por la interpretación filosófica de la historia contemporánea. No se comprende la historia sin filosofía porque lo que hacen los hombres Progresivamente, la depende de la conciencia que tengan de sí mismos Iglesia Católica (y (Hegel diría de su autoconciencia). No es posible, por Latinoamérica junto otra parte, comprender la política contemporánea sin la perspectiva de una interpretación histórica, porque con la misma) se la política no es sino la historia haciéndose, la historia vuelve a encontrar del presente. Methol y Del Noce compartían el juicio prisionera de según el cual el mayor defecto del compromiso de los una alternativa católicos en la política era la falta de una interpretación imposible: renunciar histórica propia. Los católicos tienen una metafísica, a la modernidad, pero no una visión histórica propia, y por este motivo encerrarse en una se subordinan a una visión histórica (y por lo tanto nostalgia reaccionaria también a una praxis política) para ellos ajena. Methol de un medioevo ha procurado desarrollar una interpretación total de idealizado o someterse la historia latinoamericana basándose también en a una modernidad que el gran trabajo de Del Noce para una interpretación ya no es protestante, transpolítica de la historia contemporánea y más en sino secularizada, y general de la idea de modernidad. Del Noce calificaba luego, en su última de transpolítica su interpretación de la historia para diferenciarla de las filosofías de la historia (idealismo, etapa, experimenta un positivismo, marxismo…), que sostienen que la historia vuelco, pasando del tiene un curso predeterminado y no es el resultado de moralismo protestante la acción libre de los hombres. Del Noce llamaba más o secularizado al bien la atención sobre el hecho de que dicha acción está liberalismo masivo de guiada por la idea que el hombre tiene de sí mismo, la sociedad permisiva. por su autoconciencia.

La interpretación de Methol de la modernidad latinoamericana La primera tesis de Methol era que el comienzo de la modernidad coincide con el descubrimiento de América. América y el otro mundo. Con su descubrimiento, el horizonte de lo posible se amplía indefinidamente y sobrepasa la capacidad del hombre de abarcarlo con una simple mirada. En el mundo nuevo viven otros hombres. Son hombres

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El más profundo es en todo caso el nivel de la autoconciencia religiosa, de la percepción que un pueblo tiene de su relación con Dios y por consiguiente de las relaciones entre los hombres. Por este motivo la fe cristiana crea un pueblo y no debe pensarse en la misma como una convicción intelectual y abstracta, sino como un factor decisivo en el proceso de formación de un pueblo.

«La Iglesia matriz es una Iglesia madura y misionera, que piensa en el advenimiento de la fe cristiana en su propia historia y a partir de la experiencia cristiana de su pueblo. El advenimiento cristiano es único. Tuvo lugar en Palestina alrededor de hace dos mil años, y sin embargo se representa, en la vida de la Iglesia, en la presencia de sus santos, que no son únicamente los que están en los altares, sino todos los que han encarnado la fe en su vida.» Imagen de San Pedro Claver en Cartagena de Indias.

como nosotros y sin embargo son irreductiblemente otros, distintos. El otro es el idéntico (esto ya lo había dicho Borges) y, sin embargo, en el momento en que decimos que el otro es el idéntico, el idéntico deja de ser idéntico a lo que era antes. Es un idéntico más grande de lo que era antes, que contiene en sí mismo la capacidad de ser otro. El reconocimiento del hecho de que el indígena es él también un hombre implica un cambio de la medida de lo humano para poder comprender nuevamente en él también al indígena. Debe cambiar la comprensión de sí mismo por parte del europeo. Debe cambiar su autoconciencia. Este cambio de perspectiva, esta ruptura y extensión de horizontes, esta transformación de la autoconciencia, esta nueva visión del espacio, esta dimensión más amplia de lo humano, se solidifican en la cultura del siglo de oro y en el barroco. La arquitectura románica vive en un espacio horizontal que el ojo humano abarca con una sola mirada, aun cuando se reparte en tres (o algunos casos en cinco) naves. La Iglesia es el símbolo de la historia que marcha hacia Cristo que está en el altar. En el gótico, esta perspectiva se verticaliza, con el centro en el cruce de la perspectiva horizontal y la vertical. El Verbo está presente en la historia y ade-

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más la trasciende infinitamente. Lo encontramos todos juntos como Iglesia y además cada uno tiene una relación directa y personal con el mismo en su propia conciencia, en la intimidad de la propia alma. El barroco complica el espacio, que ahora ya no se puede abarcar con una sola mirada. Adquiere gran importancia la capilla, una pequeña Iglesia en particular que confluye en la Iglesia universal. Hay recorridos diferenciados de la humanidad hacia Cristo, que es el centro del cosmos y de la historia. Están el camino de los conquistadores y el de los indígenas, y además hay otros caminos, cada uno con su carga tanto de sufrimiento como de gloria. La Iglesia rige el tejido de la historia del género Lo cierto es que estas humano en el cual los hermanos luchan unos contra ideas y los métodos de otros, se masacran el uno al otro antes de reconocerse Methol se encuentran hermanos ante la Madre, que sufre con cada uno de en el trasfondo del ellos y los acompaña a Cristo, que los reconcilia con pensamiento del Papa el Padre y entre ellos. latinoamericano a El barroco es el arte de la complejidad y de la contracausa de la larga dicción reconciliada en una perspectiva trascendente. amistad entre ambos Es el arte del desorden creativo. Es el arte del mestizaje, y porque reflejan con que es el distintivo de América Latina. El barroco es la impresionante precisión modernidad católica. la situación real del El siglo de oro es también la segunda escolástica mundo de hoy. El española, la invención del derecho internacional y del método es el mismo de derecho natural de los pueblos registrado en las leyes Juan Pablo II: pensar en de Indias, los inicios de la economía moderna en las reflexiones de Suárez y de la escuela de Salamanca… la historia a partir de su Sin embargo, en un determinado punto se intecentro, que es Cristo. rrumpe este gran inicio. La modernidad católica se enfrenta con otra modernidad, con la modernidad protestante. En la visión (un poco unilateral) de Methol, es la reconducción forzada de lo distinto dentro de lo idéntico. Mientras el distintivo de la América católica es el mestizaje, la mezcla de razas, el barroco en el cual las mitologías indígenas se representan en la decoración redundante de las catedrales, con sus demonios y sus criaturas monstruosas, el distintivo de la América protestante es el exterminio de los indígenas, la pureza de la raza, la simplificación del espacio y en último término la reducción de la multiplicidad a una identidad cerrada. Paradojalmente, la América protestante se vuelca sobre la América católica acusándola de la destrucción de las Indias de la cual ella misma se siente responsable. No debemos negar que en esa leyenda negra hay algo de verdad. Ella se nutre de

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ENSAYOS «El barroco es el arte de la complejidad y de la contradicción reconciliada en una perspectiva trascendente. Es el arte del desorden creativo. Es el arte del mestizaje, que es el distintivo de América Latina. El barroco es la modernidad católica.» Cúpula de la Capilla del Rosario, Puebla s. XVII

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la Brevísima Relación de la destrucción de las Indias, de Bartolomé de las Casas, que, con un poco de exageración propagandística, contiene muchas cosas verdaderas sobre las atrocidades y las injusticias de la Conquista. Los comienzos de América Latina fueron atroces; pero luego, también a raíz de la actividad de Las Casas, vinieron las Leyes de Indias y vino sobre todo el acontecimiento de Guadalupe. Comenzó el recorrido, difícil y todavía sin terminar, de la reconciliación. Se inició el genocidio, pero no se llevó a cabo. En la América protestante faltó un Las Casas que denunciase el exterminio, que además de iniciarse, se llevó (prácticamente) a cabo. ¡Lamentablemente, todos conocen la leyenda negra y bastante pocos, en cambio, la historia real! Vivimos en una época Los siglos XVI y XVII son los siglos de la lucha en la cual la Iglesia se entre la modernidad católica y la modernidad globaliza. Dos tercios protestante. En definitiva, la modernidad católica de los católicos ya fue derrotada, y en su decadencia se subordina al no son ni europeos adversario y acepta su juicio de la historia. Esta subni estadounidenses; ordinación puede asumir dos formas distintas: se son pueblos de lo que acepta adecuarse a la modernidad protestante o se una vez se llamaba el cede la modernidad al adversario junto con refugiarse Tercer Mundo y poco en un rechazo reaccionario de la modernidad. En menos de la mitad son ambos casos, se renuncia a la modernidad católica. latinoamericanos. (…) Cuando, con Napoleón, la modernidad anticatólica se implanta en España, Latinoamérica inicia su lucha por la libertad y la identidad. Esta lucha es la clave para comprender la historia latinoamericana hasta el presente. Las fuerzas que se subordinan a la modernidad anticatólica tienden a desmenuzar la identidad latinoamericana en una pluralidad desordenada de estados; en cambio, aquellas que buscan salvaguardar el legado de la modernidad católica sustentan el horizonte de la “patria grande” latinoamericana.

El Concilio y el Resurgimiento latinoamericano Progresivamente, la Iglesia Católica (y Latinoamérica junto con la misma) se vuelve a encontrar prisionera de una alternativa imposible: renunciar a la modernidad, encerrarse en una nostalgia reaccionaria de un medioevo idealizado o someterse a una modernidad que ya no es protestante, sino secularizada, y luego, en su última etapa, experimenta un vuelco, pasando del moralismo protestante o secularizado al liberalismo masivo de la sociedad permisiva.

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El Concilio Ecuménico Vaticano II fue precisamente la tentativa de eludir esta alternativa reabriendo el camino de la “modernidad católica” o del “católico en la modernidad”. Por este motivo, la realización del Concilio coincide con la gran oportunidad histórica de América Latina de reconquistar su alma y su ubicación adecuada en la historia del mundo. La renovación conciliar es la clave de la revolución requerida por Latinoamérica no solo para proporcionar un nivel aceptable de bienestar material a sus masas empobrecidas, sino también para reforzar la conciencia de su dignidad humana y de su vocación cristiana. Latinoamérica necesita una revolución, pero… ¿qué revolución necesita Latinoamérica? Alberto Methol encontró (a través de Del Noce) la palabra y el concepto de Resurgimien(…) Algunos to (Risorgimento), al cual dedicó un precioso pequeño lamentan el hecho libro “El resurgimiento católico latinoamericano” de que no piense en (Entrevista con Alver Metalli, CSEO, 1983). Revolución términos de “defensa es una palabra que, después de la revolución francesa del Occidente”. y aún más después de la rusa, llegó a indicar una rupNo sabemos si el tura total con el pasado y el proyecto de construcción Occidente sigue de una sociedad integralmente nueva que la razón siendo cristiano, humana debe extraer únicamente de sí misma. Esta pero sabemos que ruptura total con el pasado fue la utopía de una orienel cristianismo ha tación del iluminismo que pensó sustituir la redensuperado en gran ción trascendente del cristianismo con una salvación medida los límites del inmanente en la historia bajo el signo del ateísmo. Occidente. (…) A la idea de revolución se opuso la idea de una restauración del orden después del caos revolucionario. Cuando, tras la caída del imperio napoleónico, tuvo lugar la restauración deseada por tantos (sobre todo los jóvenes), pronto sus partidarios se disgustaron con la misma. El orden restaurado era un orden hipócrita en el cual los valores eternos eran instrumentalizados para la defensa de un orden social obsoleto. Es así como nace la idea de Resurgimiento. El Resurgimiento es la Restauración de los valores permanentes que implica la crítica de las formas sociales e históricas envejecidas, inadecuadas e incluso corruptas, en las cuales se pueden manipular los valores en cierta fase histórica para proteger situaciones de privilegio y de injusticia social. El Resurgimiento se opone tanto a la Revolución como a la Restauración. También es propia de la noción de Resurgimiento la convicción según la cual la historia tiene distintos niveles: la historia política es el nivel más superficial, bajo el cual la historia económica constituye un nivel más fundamental. El más profundo es en todo caso el nivel

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«Cuando, tras la caída del imperio napoleónico, tuvo lugar la restauración deseada por tantos (sobre todo los jóvenes), pronto sus partidarios se disgustaron con la misma. El orden restaurado era un orden hipócrita en el cual los valores eternos eran instrumentalizados para la defensa de un orden social obsoleto. Es así como nace la idea de Resurgimiento. El Resurgimiento es la Restauración de los valores permanentes que implica la crítica de las formas sociales e históricas envejecidas, inadecuadas e incluso corruptas, en las cuales se pueden manipular los valores en cierta fase histórica para proteger situaciones de privilegio y de injusticia social. El Resurgimiento se opone tanto a la Revolución como a la Restauración.»

Francisco de Goya, “Disparate de miedo”, ci. 1819.

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de la autoconciencia religiosa, de la percepción que un pueblo tiene de su relación con Dios y por consiguiente de las relaciones entre los hombres. Por este motivo la fe cristiana crea un pueblo y no debe pensarse en la misma como una convicción intelectual y abstracta, sino como un factor decisivo en el proceso de formación de un pueblo. Por esto a Methol le gustaba la idea de que “comunión es liberación”. La comunión cristiana es el sujeto adecuado de la praxis de liberación, por lo cual, sin clericalismo alguno, el cristianismo es intrínsecamente político. Descubrir a Cristo como identidad mía propia significa al mismo tiempo reconocer que soy parte de (…) ¿Como guiar quienes igualmente confiesan que Jesús es el Señor de a la Iglesia en este una manera tan íntima que somos una sola cosa. El cambio de época? Resurgimiento católico comienza con la renovación El cristianismo eclesial. Este no es un hecho propiamente político, occidental ha sino la matriz de la cual desciende la posibilidad de pensar en una praxis política cualitativamente formulado aspectos de distinta, la praxis política del Resurgimiento católico la fe y de la doctrina latinoamericano. que tienen validez Así, el Concilio Ecuménico Vaticano II es luego el permanente junto con proceso que va de Medellín a Puebla y más allá hasta otros cuyo valor Aparecida del Norte, es la matriz del Resurgimiento está vinculado con católico latinoamericano. La Iglesia no hace política, la contingencia pero tiene la responsabilidad de educar la conciencia de histórica y con las naciones, de educar a los hombres en el ser nación.

Problemas

las peculiaridades del carácter occidental. (…)

Es difícil decir cuántas de estas ideas y con qué reelaboración persisten en la reflexión de Jorge Mario Bergoglio, que es ciertamente un pensador original. Lo cierto es que estas ideas y los métodos de Methol se encuentran en el trasfondo del pensamiento del Papa latinoamericano a causa de la larga amistad entre ambos y porque reflejan con impresionante precisión la situación real del mundo de hoy. El método es el mismo de Juan Pablo II: pensar en la historia a partir de su centro, que es Cristo. Vivimos en una época en la cual la Iglesia se globaliza. Dos tercios de los católicos ya no son ni europeos ni estadounidenses; son pueblos de lo que una vez se llamaba el Tercer Mundo y poco menos de la mitad son latinoamericanos. Algunos lamentan el hecho de que no piense en términos de “defensa del Occidente”. No sabemos si el Occidente sigue

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siendo cristiano, pero sabemos que el cristianismo ha superado en gran medida los límites del Occidente. La situación actual es similar a la del medioevo, cuando los alemanes se convirtieron y el Papa comenzó a pensar no solo en términos de latinos y griegos, sino mirando el mundo también con los ojos de los alemanes. La Iglesia pagó caro este cambio de época con el cisma entre la Iglesia griega y la Iglesia latina. En realidad, el cisma tuvo lugar entre una Iglesia latina, que había llegado a ser también germánica a causa de la conversión de los bárbaros, y una Iglesia griega, que no quería cambiar para asumir esta nueva situación misionera. ¿Cómo guiar (…) ¿Cómo a la Iglesia en este cambio de época? El cristianismo distinguir lo que es occidental ha formulado aspectos de la fe y de la permanente de lo que doctrina que tienen validez permanente junto con es históricamente otros cuyo valor está vinculado con la contingencia contingente y histórica y con las peculiaridades del carácter occireformular los valores dental. ¿Cómo distinguir lo que es permanente de para facilitar su lo que es históricamente contingente y reformular apropiación por parte los valores para facilitar su apropiación por parte de nuevas culturas? de nuevas culturas? Posiblemente, la primera etapa Posiblemente, la consista en ampliar el concepto de Occidente de primera etapa consista tal manera que el concepto cultural se adecúe al en ampliar el concepto geográfico, incluyendo en aquel a Latinoamérica. de Occidente de Ya hemos dicho que Methol nos deja más bien un método para pensar en la historia y no tanto un tal manera que el sistema. Hay luego algunos temas sobre los cuales concepto cultural se deben reflexionar quienes tienen intención de conadecúe al geográfico, tinuar su interpretación de la historia. incluyendo en aquel Methol opone radicalmente modernidad católica a Latinoamérica. a modernidad protestante, permaneciendo para él ajena la perspectiva ecuménica. Hoy sería preciso reflexionar sobre el fracaso de estas dos modernidades, por cuanto también la modernidad protestante ha sido derrotada y se ha vuelto lo contrario de lo que era. De aquí parte el tema de lo posmoderno. Quizás la derrota de ambas modernidades sea producto precisamente de su separación y el camino del cristiano en la modernidad solo pueda continuar mediante la reconciliación ecuménica de ellas. Por lo que sé al respecto, este no es un tema propio de Methol-Ferré. Es en cambio un tema del Papa Francisco, como se desprende de su discurso para el centenario de Lutero, y sería interesante indagar sobre su origen. Otra cuestión que merece indagación es el tema del mercado. Me

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parece que la perspectiva de Methol es de un socialismo cristiano. La comunidad cristiana es el sujeto adecuado de la economía socialista. Más precisamente: la comunidad de los trabajadores, animada por la fe, está en condiciones de crear una nueva forma económica igualitaria. En cambio, en la teología de Puebla, de los argentinos, la fe crea (colabora para crear) no tanto la comunidad de trabajadores como la comunidad de naciones. El Papa Francisco luego habla de economía social de mercado. El rol creativo de la libertad de empresa parece encontrar un reconocimiento mucho más amplio. Más allá de la fórmula de la economía social de mercado (que ciertamente no se entiende como una fórmula para transponer mecánicamente en contextos socioeconómicos distintos a Esta revisión de aquellos donde surgió), queda abierto el tema de la su pensamiento alianza entre mercado libre y solidaridad, presente puede entregar un de distinta manera y con diversos énfasis desde Cenaporte fundamental tesimus annus hasta Laudato si’. Nunca tuve ocasión de reunir a Alberto Methol con otro de mis grandes para comprender amigos, que fue Michael Novak. Estoy seguro de las amenazas, las que eso los habría entusiasmado mucho, y también oportunidades y de que el tema de la creatividad de la empresa y el los desafíos de esta de la responsabilidad común de la comunidad de etapa de la historia trabajadores deben conjugarse en los futuros desade la Iglesia y del rrollos de la doctrina social cristiana. mundo, en la era del Como todos los pensamientos vivos, el de Metholprimer pontificado Ferré no es necesario repetirlo mecánicamente, sino latinoamericano. revisarlo creativamente en el momento actual. Esta revisión de su pensamiento puede entregar un aporte fundamental para comprender las amenazas, las oportunidades y los desafíos de esta etapa de la historia de la Iglesia y del mundo, en la era del primer pontificado latinoamericano.

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El Papa Francisco en la Pontificia Universidad Católica de Chile

IGNACIO SÁNCHEZ DÍAZ

Esperando al Papa Francisco en la Universidad Católica PEDRO PABLO ROSSO

Carta al Papa Francisco EDUARDO VALENZUELA CARVALLO

Francisco como testigo de la Iglesia Latinoamericana CARMEN DOMÍNGUEZ HIDALGO

Desafíos para las políticas públicas en materia de familia

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IGNACIO SÁNCHEZ DÍAZ Rector Pontificia Universidad Católica de Chile

EL PAPA FR ANCISCO EN LA PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA

Esperando al Papa Francisco en la Universidad Católica

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ace algo más de 30 años, nuestra universidad le dio la bienvenida al Papa Juan Pablo II al encuentro que sostuvo en la Casa Central con los constructores de la sociedad durante su visita a nuestro país. En esa oportunidad, el encuentro congregó a rectores de universidades, académicos, científicos, intelectuales, políticos, estudiantes, hombres y mujeres de servicio público, de las comunicaciones y de las distintas profesiones, en torno a una reflexión sobre la misión y las responsabilidades del mundo de la cultura, respecto del futuro, de los lineamientos principales que incluía el progreso y un mayor bienestar integral de la nación y en especial del pueblo chileno. La experiencia que vivimos en la UC en el año 1987 fue un diálogo vivo y cercano entre la Iglesia y los constructores de la sociedad: entre hombres y mujeres abiertos al aliento y al llamado del Papa a la renovación de su quehacer, con una orientación hacia el bien común. En aquella ocasión, el Papa realizó una férrea defensa de los valores fundamentales y de los derechos del hombre y de la vida, del respeto a la dignidad y promoción de todo ser humano, y nos convocó a participar de una mayor y plena humanización de la

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ESTAMOS PRÓXIMOS A RECIBIR LA VISITA A NUESTRO PAÍS DEL PAPA FRANCISCO, LO QUE NOS LLEVA A MIRAR EL CHILE ACTUAL Y A RECONOCER IMPORTANTES DESAFÍOS PARA NUESTRA PATRIA. MUCHOS DE ELLOS DICEN RELACIÓN CON LA CONVIVENCIA NACIONAL Y CON NUESTRA CAPACIDAD DE AVANZAR EN COMUNIDAD TRAS LA BÚSQUEDA DE AQUELLO QUE CONSIDERAMOS EN ESENCIA JUSTO, BUENO, BELLO Y VERDADERO.

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sociedad, invitación de la cual resulta imposible sustraerse en el día de hoy. Ahora, estamos próximos a recibir la visita a nuestro país del Papa Francisco, lo que nos lleva a mirar el Chile actual y a reconocer importantes desafíos para nuestra patria. Muchos de ellos dicen relación con la convivencia nacional y con nuestra capacidad de avanzar en comunidad tras la búsqueda de aquello que consideramos en esencia justo, bueno, bello y verdadero. En el área de las ciencias, las humanidades y las artes, la mirada humana, cercana y vigente del Papa Francisco —expresada en sus cartas encíclicas, escritos, actos y en particular en el ejemplo de sus gestos— nos plantea la urgencia de atender con mayor profundidad y solidaridad a quienes se encuentran en situación vulnerable y a expresar nuestro amor al prójimo acogiendo e integrando a todos quienes necesitan de nuestro cuidado. La visita del Papa Francisco a nuestro país es una gran alegría y una fuente de esperanza para nuestro pueblo. Será por cierto una visita evangelizadora del sucesor de Pedro con un fuerte llamado al cambio y a la conversión personal. Su venida va a representar una nueva forma de analizar la cultura y la convivencia nacional para los próximos años de nuestro desarrollo como sociedad. Se trata pues de avanzar en una relación más humana, que esté centrada en los valores del respeto, con una mayor justicia y equidad, y de manera especial, con el foco puesto en la promoción de la dignidad humana. Su visita será una gran alegría para todos los hombres y mujeres que quieren recibirlo con el corazón lleno de esperanza. Por medio de su carta encíclica Laudato si’, sobre el cuidado de la casa común, el Papa Francisco ha compartido con nosotros su preocupación por la naturaleza, por la protección de los más vulnerables, el compromiso con el desarrollo integral de la sociedad y por la paz interior del hombre. Nos ha insistido en que la tierra es el lugar donde debemos buscar la forma de articular nuestra relación con los demás —es decir, trabajar para crear un punto de encuentro—, con nosotros mismos, con la creación y con Dios. Nos llama así a comprender «el lugar específico que el ser humano ocupa en este mundo y su relación con la realidad que lo rodea». Su propuesta de ecología integral busca incorporar las dimensiones humanas y socia-


LA VISITA DEL PAPA FRANCISCO A NUESTRO PAÍS ES UNA GRAN ALEGRÍA Y UNA FUENTE DE ESPERANZA PARA NUESTRO PUEBLO. SERÁ POR CIERTO UNA VISITA EVANGELIZADORA DEL SUCESOR DE PEDRO CON UN FUERTE LLAMADO AL CAMBIO Y A LA CONVERSIÓN PERSONAL. SU VENIDA VA A REPRESENTAR UNA NUEVA FORMA DE ANALIZAR LA CULTURA Y LA CONVIVENCIA NACIONAL PARA LOS PRÓXIMOS AÑOS DE NUESTRO DESARROLLO COMO SOCIEDAD.

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les, y el cuidado de las riquezas culturales del mundo, bajo la luz y guía del ejemplo de Jesús. La encíclica nos interpela a tener una opción preferente por los más vulnerables, junto con cuidar a las futuras generaciones para poder asegurar un desarrollo sostenible en el tiempo. En resumen, el Papa Francisco nos invita a todos a trabajar de manera activa en el cuidado de la casa común. Por otra parte, y a través de la exhortación apostólica Amoris laetitia, el Papa Francisco nos hace un notable llamado a reavivar nuestra conciencia sobre la importancia de la familia como el núcleo principal de nuestra sociedad. Nos invita a valorar los dones del matrimonio y de la familia, y destaca el rol fundamental que tiene en la educación inicial de los hijos. En ella, nos dice, se enseña el valor de la vida, el respeto, el cuidado de los niños y también de las personas mayores, la importancia del cultivo de la fe, una nueva mirada generosa del futuro y la relevancia del encuentro personal con el prójimo. Estos documentos son dos importantes enseñanzas con las que el Papa nos ha hecho reflexionar en estos años y que nuestra comunidad universitaria ha tenido como una guía permanente, desde su publicación. Por su relevancia volvemos a estas fuentes de enseñanza, que nos servirán de preparación para esta visita histórica, que permanecerá por siempre en la UC y en nuestros corazones. Reflexionar sobre la palabra que nuestros Pontífices nos entregan en respuesta a los grandes temas de la Iglesia y del hombre de hoy ha sido una constante en la historia de la Universidad Católica. Es así como debemos plantearnos los grandes desafíos de esta época para poder avanzar en la ruta del desarrollo y del crecimiento como sociedad. Es necesario pensar de manera global desde nuestra universidad y estar en permanente diálogo con todo lo que ocurre en el país y en nuestra sociedad. Es preciso hacerlo desde nuestra identidad de universidad católica y con nuestras convicciones, con el fin de tener una sociedad más justa, integrada y equitativa, que ubique a la dignidad de la persona en el centro de su quehacer. A partir de lo que significó para Chile y para nuestra Universidad el encuentro de San Juan Pablo II con los constructores de la sociedad, junto al impacto y a la permanente

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influencia que alcanzó su mensaje en estos treinta años, se nos presenta esta nueva oportunidad de recibir ahora la visita del Papa Francisco en la Universidad Católica. Esta experiencia significará la apertura a un nuevo espacio de diálogo, aliento y renovación en el encargo que él mismo nos ha hecho, cual es prepararse a ser una fuente de luz en este proceso de humanización de los pueblos y de evangelización de la cultura. La presencia del Papa Francisco en la

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UC representará, por cierto, un nuevo impulso para que el mundo de la cultura no ceje en su responsabilidad de ir siempre hacia las fronteras del hombre —de todos los hombres y todas las mujeres—, del conocimiento, de la creatividad y del servicio al prójimo, para establecer relaciones centradas en el reconocimiento y la promoción del respeto y de la dignidad humana. Todo esto, avanzando en el camino de la vida que nos presenta el evangelio. Esa vida que es abundante.

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Carta al Papa Francisco PEDRO PABLO ROSSO Ex-Rector Pontificia Universidad Católica de Chile (2000 - 2010)

Querido Santo Padre: Nuestra comunidad universitaria lo espera con brazos abiertos y corazones y mentes bien dispuestos a escucharlo. Su venida es un acontecimiento muy esperado. Han pasado tres décadas desde la visita de Juan Pablo II y aún resuena en nuestros claustros la exhortación de ese Papa Santo a perseverar en la tarea educativa y de servicio que la Iglesia nos ha encomendado. Desde entonces muchas cosas han ocurrido en nuestro país. Hemos recuperado la democracia pero no la cohesión social. Una mayor prosperidad no ha borrado las desigualdades ni eliminado la pobreza. La apertura al mundo trajo una cultura que está eclipsando nuestras tradiciones y creencias. La corrupción y los escándalos han fracturado la confianza en las personas e instituciones, incluyendo a nuestra Iglesia. Muchos la están abandonando y, a ojos de la sociedad, aparece herida y desvalorada. Son las luces y sombras de la historia en un país joven que busca su camino hacia el porvenir. Nuestra misión es señalar esa senda, por amor a Dios y a este terruño, donde cada día el sol se levanta sobre nieves eternas y los años lluviosos nos regalan un desierto florido. Santo Padre, queremos ser una universidad de excelencia, pero “en salida”, misionera, acogedora y dialogante, capaz de aportar al auténtico progreso de Chile mediante la educación, la generación de conocimientos y la luz del Evangelio. Un progreso que se construye sobre la base de una visión trascendente de la persona humana, de su dignidad y de su destino final. Ese es

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EL PAPA FR ANCISCO EN LA PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA el humanismo de la paz, de la solidaridad fraterna y del compromiso con el bien común con el que estamos comprometidos. Es una tarea muy superior a nuestras fuerzas. Por eso hemos puesto todos nuestros proyectos en las manos del Señor, confiando en que Él multiplicará y hará crecer lo poco que nosotros podamos sembrar. ¡Bienvenido, Mensajero de la Paz! ¡Bienvenido, Sucesor de Pedro y Papa de los pobres! Con alegría abrimos para Usted las puertas de la Pontificia Universidad Católica de Chile, nuestra casa y desde hoy su casa.

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EDUARDO VALENZUELA CARVALLO Decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Católica de Chile

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Francisco como testigo de la Iglesia Latinoamericana

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e ha dicho con razón que el Papa Francisco expresa mejor que nadie la conciencia que fue adquiriendo de sí misma la Iglesia latinoamericana en los últimos cincuenta años, desde la conferencia de obispos de Medellín (1968) hasta la de Aparecida (2007). El itinerario de Francisco es elocuente a este respecto. Francisco fue ordenado sacerdote jesuita pocos años después de la conferencia de Medellín, era provincial jesuita durante la conferencia de Puebla (1979), fue nombrado obispo auxiliar de Buenos Aires tras la conferencia de Santo Domingo (1992) y se le considera el principal inspirador y redactor del documento final de Aparecida. ¿En qué consiste esta conciencia eclesial latinoamericana de la que Francisco es un testigo principal? En Medellín se resaltó el compromiso de la Iglesia con los pobres y con el imperativo de la justicia social que después Juan Pablo II convertirá en una exigencia de la Iglesia universal como una “opción preferencial por los pobres”, según el término acuñado durante la conferencia de Puebla. La urbanización de la pobreza y la marginalidad social en las grandes ciudades representaron un desafío inédito para la Iglesia latinoamericana. En Chile, el padre Hurtado había advertido acerca de la desprotección humana y religiosa en

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LA SINGULARIDAD LATINOAMERICANA CONSISTIÓ EN QUE FUE LA IGLESIA QUIEN ACOMPAÑÓ EL CAMINO DE LOS POBRES HACIA LAS CIUDADES Y LA CUESTIÓN LLAMADA OBRERA NO FUE CAPTURADA COMO EN EUROPA POR LAS IDEOLOGÍAS SECULARIZANTES DEL ANARQUISMO O DEL SOCIALISMO.

que se encontraban los pobres que comenzaban a entrar a las ciudades en los años cincuenta, pero fue escasamente escuchado todavía. Una década después, todo esto se haría patente e insoslayable. Las obras sociales de la Iglesia ya no daban abasto para la escala del problema, por lo que teológicamente hubo que desplazar la exigencia evangélica de la caridad (que nunca había desaparecido del todo desde luego) hacia la justicia social, y los dilemas de la moral personal hacia una moral social. La singularidad latinoamericana consistió en que fue la Iglesia quien acompañó el camino de los pobres hacia las ciudades y la cuestión llamada obrera no fue capturada como en Europa por las ideologías secularizantes del anarquismo o del socialismo. Diez años después, la conferencia episcopal de Puebla (1979) agregó un poderoso llamado de conciencia acerca de

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la impronta profundamente católica del continente. Puebla llamará a esto el “sustrato cultural católico” de América Latina que impregna precisamente la cultura antes que las instituciones. Esa impronta se refleja en el esplendor de la devoción popular a María y las múltiples expresiones de la piedad popular organizada en torno a la Iglesia. También esto constituye una novedad latinoamericana. La sospecha ilustrada acerca de la religión popular que prevaleció en el catolicismo europeo hasta prácticamente extinguirla fue rápidamente torcida en nuestro caso, a través de una valoración inédita de la enorme reserva religiosa que se albergaba precisamente en los pobres. Bergoglio fue protagonista de una cierta confrontación entre la “teología de la liberación” de Medellín y la “teología popular” de Puebla, aunque con el tiempo —y evitando los excesos de una y otra— ambas

LA CONFERENCIA EPISCOPAL DE PUEBLA (1979) AGREGÓ UN PODEROSO LLAMADO DE CONCIENCIA ACERCA DE LA IMPRONTA PROFUNDAMENTE CATÓLICA DEL CONTINENTE. PUEBLA LLAMARÁ A ESTO EL “SUSTRATO CULTURAL CATÓLICO” DE AMÉRICA LATINA QUE IMPREGNA PRECISAMENTE LA CULTURA ANTES QUE LAS INSTITUCIONES. ESA IMPRONTA SE REFLEJA EN EL ESPLENDOR DE LA DEVOCIÓN POPULAR A MARÍA Y LAS MÚLTIPLES EXPRESIONES DE LA PIEDAD POPULAR ORGANIZADA EN TORNO A LA IGLESIA.

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LOS POBRES DE FRANCISCO SON EL “SANTO PUEBLO DE DIOS” SEGÚN LA EXPRESIÓN QUE LE GUSTABA UTILIZAR PARA REFERIRSE A ESTA SINGULARIDAD ANTROPOLÓGICA DE AMÉRICA LATINA, LA RELIGIOSIDAD POPULAR MOLDEADA POR UN PARTICULAR AMOR A MARÍA Y FIDELIDAD A LA IGLESIA DE AQUELLOS QUE POR LO DEMÁS TENÍAN TODO PARA DESESPERAR DE DIOS.

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teologías han confluido en una conciencia propia y original de la Iglesia latinoamericana, al mismo tiempo portadora de las demandas de justicia social de los pobres y de una vocación religiosa moldeada por la conciencia mariana de la fiesta y del milagro. Estas dos teologías estuvieron muchas veces separadas. El ímpetu liberacionista ignoraba y le hacía el quite a la piedad popular, desdeñaba las devociones de santos y las peregrinaciones marianas en favor de una acción decididamente política (o profética). Inversamente, muchos católicos insistieron en soslayar la profunda inquietud popular respecto de las injusticias de la sociedad en que se vivía. Bergoglio expresa en muchos sentidos la síntesis entre ambas teologías. Se ha obligado a sí mismo —como provincial jesuita y como obispo— a construir la Iglesia en medio de los pobres y de modo singular en las villas miseria de Buenos Aires, pero al mismo tiempo ha pretendido hacerlo —como solía decir— “no por los pobres sino con los pobres”, recogiendo su particular manera de invocar y de honrar a Dios y de comprender la vida que ha sido fruto de muchísimos años de inculturación evangélica. Los pobres de Francisco son el “santo pueblo de Dios” según la expresión que le gustaba utilizar para referirse a esta singularidad antropológica de América Latina, la religiosidad popular moldeada por un particular amor a María y fidelidad a la Iglesia de aquellos que por lo demás tenían todo para desesperar de Dios. Justamente la conferencia de Santo Domingo (1992) ha recordado la historicidad de la Iglesia latinoamericana de un modo patente por la conmemoración de los 500 años del descubrimiento de América. Todavía dentro del pontificado de Juan Pablo II, Santo Domingo ratifica a Puebla en su empeño por reconocer la raíz católica de un continente evangelizado no tanto por causa de los pueblos indígenas (“por su salvación”, como solía decirse), sino también con ellos, como lo atestiguan las diversas formas de inculturación que adoptó la fe en nuestro continente. Aparecida (2007) abandona el tono conmemorativo y retorna a los problemas actuales del catolicismo latinoamericano con un énfasis específicamente bergogliano en la misión y la puesta en marcha de una Iglesia que se confronta por vez primera con los problemas de la modernidad religiosa. Aparecida celebra el don de vivir


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en una tradición católica que entrega identidad y unidad a nuestro continente, pero al mismo tiempo llama a resguardar y cultivar este acervo cultural que se erosiona lentamente y corre el riesgo de desaparecer. El llamado a “recomenzar en Cristo” resuena fuerte en una Iglesia que, descontando la vitalidad de la piedad de santuario, contiene un catolicismo por lo general adormecido y remolón. Las tasas de asistencia al templo son extremadamente bajas entre católicos, y lo mismo ocurre con la recepción de sacramentos distintos del bautismo, y en su conjunto con la densidad de la vida parroquial. Por otro lado, la lenta incorporación de laicos en tareas religiosas, la penuria de vocaciones sacerdotales y dedicadas a la vida consagrada y las dificultades para elaborar una teología profunda y sistemática constituyen la otra cara de una Iglesia latinoamericana más débil de lo que aparenta su rica tradición religiosa. La implantación cultural del evangelio asimismo no debe darse por descontada en un continente que se incorpora aceleradamente a sistemas de comunicaciones globales y que enfrenta por primera vez los desafíos de una modernidad cultural cuyo signo más visible e inmediato es la ruptura de la unanimidad católica. El llamado a evangelizar la cultura tuvo el alcance que le proporcionó Medellín en la primera hora: movilizar una sociedad que era todavía incapaz de observar la realidad de los pobres y actuar evangélicamente respecto de ella. La famosa pregunta del padre Hurtado, “¿Es Chile un país católico?” había tenido el mismo sentido unos cuantos años antes: ¿cómo es posible que un país católico aceptara tales niveles de indigencia y abandono social? La solidaridad y la justicia debían formar parte de una cultura auténticamente cristiana. El llamado actual a evangelizar la cultura adopta un foco diferente aunque complementario. Se trata de actuar sobre las condiciones que hacen desaparecer a Dios en nuestra cultura y que menoscaban la contribución de la Iglesia al progreso e identidad de los pueblos del continente. El Papa Francisco ha sido testigo y protagonista de este largo ciclo de reflexión a través del cual la Iglesia latinoamericana ha cobrado conciencia de sí misma, y algunas de sus enseñanzas y logros pueden adquirir a través de su Magisterio alcance y proyección mundial.

LA IMPLANTACIÓN CULTURAL DEL EVANGELIO ASIMISMO NO DEBE DARSE POR DESCONTADA EN UN CONTINENTE QUE SE INCORPORA ACELERADAMENTE A SISTEMAS DE COMUNICACIONES GLOBALES Y QUE ENFRENTA POR PRIMERA VEZ LOS DESAFÍOS DE UNA MODERNIDAD CULTURAL CUYO SIGNO MÁS VISIBLE E INMEDIATO ES LA RUPTURA DE LA UNANIMIDAD CATÓLICA.

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Los desafíos para las políticas públicas en materia de familia CARMEN DOMÍNGUEZ HIDALGO Profesora Titular Derecho Civil. Directora Centro UC de la Familia

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La perspectiva del Papa Francisco

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omo ha sucedido con todos los últimos Sumos Pontífices, el Papa Francisco ha querido centrar su atención, y la de la Iglesia en general, en la familia. Fruto de esa preocupación ha sido Amoris laetitia, una exhortación que ha sido objeto de extenso análisis en los desafíos pastorales que plantea. Pocos, sin embargo, han prestado atención a la profunda revisión que en ella se hace de la realidad familiar en el mundo y de los desafíos que ella presenta a los Estados. En efecto, en ella se contiene, por un lado, un completo diagnóstico de la realidad familiar en el mundo mostrando cuán extendidas son las transformaciones habidas en la estructura familiar, en la composición demográfica de los países, entre otras. Así, el progresivo descenso de la natalidad, la creciente fragilidad de los matrimonios, el aumento de los hijos nacidos fuera del matrimonio, la falta de una vivienda digna para desarrollar la vida familiar y el aumento de la migración para poder acceder a las condiciones mínimas de desarrollo de los miembros de la familia, son todas tendencias demográficas o condiciones socioeconómicas que son expuestas como aspectos comunes a todos los países. Debe resaltarse además

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que se trata de un diagnóstico fundado y muy relevante, pues proviene de las respuestas recibidas de todas las Conferencias Episcopales del mundo que, a su vez, recabaron las respuestas desde las múltiples instancias pastorales en sus países a las preguntas enviadas desde Roma de forma previa a los dos Sínodos que le precedieron. A ellas se suman ciertas tendencias culturales que pueden ser igualmente reconocidas por doquier. Se apunta en ellas a la deconstrucción jurídica de la familia producida por el debilitamiento progresivo de la tutela jurídica dispensada al matrimonio que, en muchos países, ha perdido sus elementos de existencia, tales como la indisolubilidad, diferencia de sexo o deber de fidelidad. Otro aspecto cultural que es resaltado por el Papa Francisco es la ideología de género que, como él bien describe, “niega la diferencia y la reciprocidad natural de hombre y mujer. Esta presenta una sociedad sin diferencias de sexo y vacía de fundamento antropológico a la familia” (AL,56). Todo ese cúmulo de tendencias ha ido impactando a la realidad familiar en términos que pareciera que la “familia doméstica” (LG,11) se aleja cada vez más del ideal de familia fundado en el matrimonio entre un hombre y una mujer que caracteriza a la comprensión del amor humano y, con ello, de la persona no solo de la Iglesia Católica, sino de muchas confesiones religiosas. Frente a ello el Papa Francisco nos recuerda, con fuerza, que “los cristianos no podemos renunciar a proponer al matrimonio con el fin de no contradecir la sensibilidad actual, para estar a la moda o por sentimientos de inferioridad frente al descalabro moral y humano. Estaríamos privando al mundo de los valores que creemos y debemos aportar” (AL,35). Con ello, se nos anima a promover el ideal matrimonial como una verdad que nos ha sido confiada, pues en ella se manifiesta la plenitud del amor humano que debe ser presentado y abierto a todos si estamos convencidos de que en ello se juega su felicidad. Por ello, lejos de caer en el pesimismo que marca a algunos ambientes de la Iglesia en este tema o de la percepción de que ese ideal, al ser tan difícil de conseguir, debiese ser abandonado o, al menos, morigerado nos anima a “un esfuerzo más responsable y generoso, que consiste en presentar las razones y las motivaciones para optar por el matrimonio y la familia,

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de manera que las personas estén mejor dispuestas a responder a la gracia que Dios le ofrece”. (AL,35). Se trata entonces de un reto que nos invita a dar razón de nuestra convicción de que el matrimonio es un bien que debe ser promovido como opción válida y posible para todos, porque corresponde al mejor marco para el desarrollo de un proyecto estable de familia. Esto significa presentar la abundante evidencia existente que muestra el amplio bienestar que el matrimonio proporciona a los cónyuges, a sus hijos, a la familia extendida y a la sociedad entera, de suerte que, contrariamente a lo que se ha venido promoviendo en el ámbito público, no es irrelevante la base desde donde se construye la familia. Este desafío que nos plantea el Santo Padre se hace especialmente acuciante en el contexto de un país como el nuestro, donde la convivencia ha tenido un explosivo aumento en los últimos quince años y existe un Estado que, a través de diversas políticas públicas, o bien alienta la opción por la convivencia o bien reduce prácticamente a la irrelevancia jurídica a la opción matrimonial como viene de suceder al darles a las uniones convivenciales una regulación jurídica que las asimila, en gran medida, a la del matrimonio. Fruto de todo ello es que, en el presente, casi no existen razones jurídicas que puedan ser presentadas a los jóvenes como unas que puedan conducirles a decidirse por contraer matrimonio. Precisamente por ello es que, como seguidamente se resalta en Amoris laetitia, se plantean desafíos en un doble plano. Uno, más bien privado, consistente en mostrar lo que el matrimonio suma al bienestar conyugal y filial, en su realidad llena de dificultades, pero también de alegrías. Como bien se apunta “necesitamos encontrar las palabras, las motivaciones y los testimonios que nos ayuden a tocar las fibras más íntimas de los jóvenes, allí donde son más capaces de generosidad, de compromiso, de amor e incluso de heroísmo, para invitarlos a aceptar con entusiasmo y valentía el desafío del matrimonio” (AL,40). A lo anterior se suma, en el ámbito de lo público, la responsabilidad del Estado de crear las condiciones legislativas y laborales para garantizar el futuro de los jóvenes y ayudarlos a realizar su proyecto de formar una familia (AL,43). Ello supone proteger a la familia en sus derechos y no solo en sus derechos individuales (AL, 44).

OTRO ASPECTO CULTURAL QUE ES RESALTADO POR EL PAPA FRANCISCO ES LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO QUE, COMO ÉL BIEN DESCRIBE, “NIEGA LA DIFERENCIA Y LA RECIPROCIDAD NATURAL DE HOMBRE Y MUJER. ESTA PRESENTA UNA SOCIEDAD SIN DIFERENCIAS DE SEXO Y VACÍA DE FUNDAMENTO ANTROPOLÓGICO A LA FAMILIA” (AL,56).

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FRENTE A ELLO EL PAPA FRANCISCO NOS RECUERDA, CON FUERZA, QUE “LOS CRISTIANOS NO PODEMOS RENUNCIAR A PROPONER AL MATRIMONIO CON EL FIN DE NO CONTRADECIR LA SENSIBILIDAD ACTUAL, PARA ESTAR A LA MODA O POR SENTIMIENTOS DE INFERIORIDAD FRENTE AL DESCALABRO MORAL Y HUMANO. ESTARÍAMOS PRIVANDO AL MUNDO DE LOS VALORES QUE CREEMOS Y DEBEMOS APORTAR” (AL,35).

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Se trata entonces de apuntar al giro que debe darse en la mirada estatal dispensada a la familia que ha estado más bien centrada en el reconocimiento de los derechos de ciertos miembros de la familia como la mujer y los niños. Si bien ello ha sido justificado ante una legislación que concedía un trato muy distinto a la mujer en su condición de esposa y madre o que decidía las cuestiones relativas a la filiación de los hijos desde la perspectiva del padre, en la actualidad ese enfoque requiere pasar a otro nivel. En efecto, habiéndose igualado a la mujer con el varón al interior de la familia o reconocido como criterio rector de la filiación el mejor interés del niño, esa perspectiva debe ser enriquecida por una propiamente de familia que busque tratar de conciliar los derechos de todos los miembros de la familia, promoviendo la comunidad, aun en las naturales diferencias de sus miembros.


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Esa perspectiva de familia debe apuntar a conciliar los derechos, intereses y necesidades de los distintos miembros de la familia de forma de permitir el desarrollo estable de cada uno de ellos y de la comunidad familiar toda. Para ello, se hace necesario apoyar a quienes la conforman en todo momento del ciclo vital de la familia. En sus inicios, cuando se casan, pero también después a lo largo de la vida matrimonial. De ahí el desafío más importante que el Papa Francisco plantea a la pastoral de familia sea desarrollar un camino de acompañamiento a los cónyuges, a todos los miembros de la familia que les ayude a prevenir los conflictos o a resolverlos adecuadamente. Ese mismo desafío es replicable para el Estado, que debe crear instancias, idealmente en el plano municipal, que den adecuada asesoría en los desafíos y problemas que presenta la vida familiar, cualquiera sea el nivel cultural, socioeconómico o emplazamiento geográfico en la que se desarrolle. La con-

ESA PERSPECTIVA DE FAMILIA QUE DEBE INSPIRAR LA POLÍTICA FAMILIAR DEBE PROPENDER ADEMÁS, COMO SE EXPONE EN LA MISMA EXHORTACIÓN, A QUE TODO NIÑO CUENTE CON UN PADRE Y UNA MADRE QUE LO ACOMPAÑEN EN SU DESARROLLO EN CUANTO LA PRESENCIA Y PARTICIPACIÓN DE AMBOS EN TODO EL DESARROLLO DEL PRIMERO ES ESENCIAL A SU CONFORMACIÓN COMO PERSONA.

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TODO EL CAMINO DE PREPARACIÓN A LA VISITA DEL SANTO PADRE A NUESTRO PAÍS DEBE COMPRENDER NUESTRA FERVIENTE ORACIÓN, PERO TAMBIÉN DEBE IMPULSARNOS A SALIR DE NUESTRA PROPIA REALIDAD PARA SER CAPACES DE DAR FUNDAMENTO, EN TODAS LAS INSTANCIAS EN QUE NOS TOCA DESENVOLVERNOS, DE ESA VERDAD EN TORNO AL AMOR HUMANO QUE NOS HA SIDO CONFIADA.

formación de familia supone desencuentros, necesidades que ponen en tensión la vida interior de la misma, pero ellos no son, en general, insolubles, sino, en su mayoría, pueden ser resueltos si se cuenta con adecuado apoyo. Hasta ahora, esa solidaridad y apoyo la encuentran las personas en su red familiar, pero es urgente que el Estado deje de descansar en las fuerzas de las familias y refuerce su tarea, en especial porque dada la progresiva reducción de la red familiar debido al descenso de la natalidad, es posible que esa red no subsista en corto tiempo. Esa perspectiva de familia que debe inspirar la política familiar debe propender además, como se expone en la misma Exhortación, a que todo niño cuente con un padre y una madre que lo acompañen en su desarrollo en cuanto la presencia y participación de ambos en todo el desarrollo del primero es esencial a su conformación como persona. “La complementariedad entre varón y mujer está en la base del matrimonio y de la familia, que es la primera escuela donde aprendemos a apreciar nuestros dones y aquellos de los demás, y donde comenzamos a aprender el arte del vivir juntos (…) Cada hombre y cada mujer aportan su propia contribución personal al matrimonio y a la educación de los hijos” (AL, 55). Esta complementariedad se ve amenazada, como se recalca, en el presente por planteamientos ideológicos que cuestionan la naturaleza del ser humano como hombre y mujer. Frente a eso, el Papa ha pedido promover una “ecología humana” que respete el orden de la creación. Un elemento clave en ella es el significado del matrimonio como una unión conyugal para toda la vida entre hombre y mujer. “Los niños tienen el derecho de crecer en una familia, con un papá y una mamá, capaces de crear un ambiente idóneo a su desarrollo y a su maduración afectiva”1. Por ello ambos padres son esenciales para el desarrollo del hijo. La ausencia del padre no es inocua para el hijo, pues la mujer que debe criarlo sola, por separación o por otras causas, y debe trabajar sin la posibilidad de dejarlo a cargo de otra persona se encuentra en una situación donde el hijo crece en “un abandono que lo expone a todo tipo de riesgos, y su maduración personal queda comprometida” (AL, 49). 1 Discurso del Santo Padre Francisco a los participantes en el Coloquio Internacional sobre complementariedad entre varón y mujer organizado por la Congregación de la Doctrina de la Fe, 17 de noviembre de 2014 http://w2.vatican.va/content/francesco/it/speeches/2014/november/ documents/papa-francesco_20141117_congregazione-dottrina-fede.html

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Por último, para que esa tarea esencial de los padres sea posible, el Estado debe respetar el deber preferente de los padres para educar a sus hijos, lo que se debe traducir, entre otros, por el derecho de los primeros a elegir libremente el tipo de educación que quieren dar a sus hijos según sus convicciones. “La escuela no sustituye a los padres, los complementa. Este es un principio básico: «Cualquier otro colaborador en el proceso educativo debe actuar en nombre de los padres, con su consenso y, en su medida, incluso por encargo suyo»” (AL, 84). Con este último aspecto el Santo Padre incide en el derecho-deber de los padres de educación preferente de sus hijos que, tal como acontece con el nuestro, recibe en muchos países reconocimiento constitucional o legal. Pese a ello, por causas relativas en general a la denominada salud sexual y reproductiva de los niños, se ha visto debilitado o aun anulado el reconocimiento a ese derecho, en términos que se ha presentado su ejercicio en oposición a la denominada autonomía progresiva de la infancia que se entiende reconocida en la Convención de los derechos del niño. Nuevamente, la Exhortación da una perspectiva orientadora al insistir en que los padres no pueden ser desplazados de las decisiones que conciernen a sus hijos, pues ello implica desprotegerlos. No existe nadie que pueda velar mejor por los derechos e intereses que sus padres. Obviamente, esto tiene sentido para aquellos casos en que existen ambos padres y ellos están comprometidos en la educación de los hijos, pues en todos los demás, la intervención estatal en protección de los derechos de los niños deviene no solo necesaria, sino, en el caso en especial de la infancia vulnerada, indispensable. Como puede concluirse, la precisión del diagnóstico y la claridad de los ejes relevados para una política pública que efectivamente apoye a la familia nos deben resonar de forma urgente, animándonos a hacer presente en el debate público las buenas razones que tenemos para exigir que el Estado la lleve adelante. Todo el camino de preparación a la visita del Santo Padre a nuestro país debe comprender nuestra ferviente oración, pero también debe impulsarnos a salir de nuestra propia realidad para ser capaces de dar fundamento, en todas las instancias en que nos toca desenvolvernos, de esa verdad en torno al amor humano que nos ha sido confiada.

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“El verdadero poder es el servicio”

ARTÍCULOS CARDENAL ÓSCAR ANDRÉS RODRÍGUEZ MARADIAGA, SDB.

Reforma de la Curia Romana RICARDO LAGOS ESCOBAR

Francisco y una Rerum Novarum para el siglo XXI IGNACIO ARTEAGA ECHEVERRÍA

El Papa Francisco, la economía y los empresarios MARÍA ESTER GOLDSACK

La mujer en el magisterio de los tres últimos Pontífices

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Reforma de la Curia Romana POR ÓSCAR ANDRÉS CARDENAL RODRÍGUEZ MARADIAGA, S.D.B.

UNA DE LAS MAYORES REFORMAS QUE EL SEÑOR JESÚS TENÍA QUE ENFRENTAR FUE LA DEL CONCEPTO O IMAGEN DE DIOS QUE SE TENÍA, DURANTE SU VIDA TERRENAL, PERO QUE HABRÍA DE PERDURAR HASTA EL FINAL DE LOS TIEMPOS. Y SE DIO A LA TAREA DE PONER SOBRE LA MESA RELIGIOSA DE SU MUNDO Y PARA EL RESTO DE LAS GENERACIONES LA AUTÉNTICA Y VERDADERA IMAGEN DE DIOS,

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n el Diccionario de la Real Academia Española, el vocablo reforma tiene varias acepciones. Una de ellas es: acción y efecto de reformar o reformarse; o aquello que se propone, proyecta o ejecuta como innovación o mejora en algo. Sin embargo, la Reforma del Papa Francisco es otra cosa. En las Sagradas Escrituras, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, las referencias al concepto bíblico-teológico de reforma son incontables. Baste aquí enfatizar solamente una: la reforma de Nuestro Señor Jesucristo: “pasó por este mundo haciendo el bien y cumpliendo con la voluntad de Su Padre”. Y una de las mayores reformas que el Señor Jesús tenía que enfrentar fue la del concepto o imagen de Dios que se tenía, durante su vida terrenal, pero que habría de perdurar hasta el final de los tiempos. Y se dio a la tarea de poner sobre la mesa religiosa de su mundo y para el resto de las generaciones la auténtica y verdadera imagen de Dios, a saber —como reza el Salmo 102—: “Dios es Padre clemente, compasivo y misericordioso, lento a la ira, rico en clemencia, piedad y lealtad”. La gran reforma de Jesucristo fue entregarnos la imagen de Dios, siendo Imagen y Semejanza de Su Padre. Para algunos, reforma; para otros, cambio; para otros, molestia; y para otros, revolución. Y es aquí donde conectamos con el concepto de reforma del Papa Francisco. Para ello hay que remontarse a sus días como Cardenal Arzobispo de Buenos Aires. Las fuentes son muchas, pero en este caso, una sola es contundente: su libro “El verdadero poder es el Servicio”. No todas las casas editoriales estaban convencidas de publicar sus libros. Quienes lo hicieron no se equivocaron. En el libro en cuestión, se encuentra una compilación de alocuciones, conferencias y homilías,

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Óscar Andrés Cardenal Rodríguez Maradiaga, S.D.B. Arzobispo de Tegucigalpa, Honduras. Coordinador del Consejo de Cardenales para la reforma de la Curia Romana.

dirigidas a sacerdotes, laicos, matrimonios, en fin, a todos. Y su propuesta, para algunos no solamente de reforma de mentalidades, sino de conversión pastoral —no pocas veces tildada de revolucionaria—, era una auténtica reforma de los caminos de seguimiento del Señor, del compromiso, de la vida de fe, del testimonio, que no era violentar ni cambiar la doctrina ni el magisterio de la Iglesia, sino que poner al Señor Jesús en el centro de todo y de todos. En las reuniones del Pre-Cónclave entre el 4 y 9 de marzo de 2013 había una gran cantidad de propuestas para enfocar la nueva etapa que esperaba a la Iglesia con la elección de un nuevo Sumo Pontífice. Entre ellas, la necesidad de poner al día la Curia Romana para agilizar muchos procesos que parecían muy lentos. La Curia Romana es el conjunto de órganos de gobierno de la Santa Sede y de la Iglesia católica. Está compuesta por un grupo de instituciones denominadas dicasterios, bajo la dirección del Papa, que ejercen las funciones legislativas, ejecutivas y judiciales. Coordina y proporciona la necesaria organización central para el correcto funcionamiento de la Iglesia y el logro de sus objetivos. La potestad de la curia romana se considera vicaria del Papa: “En el ejercicio supremo, pleno e inmediato de su poder sobre toda la Iglesia, el Romano Pontífice se sirve de los dicasterios de la Curia Romana, que, en consecuencia, realizan su labor en su nombre y bajo su autoridad, para bien de las Iglesias y servicio de los sagrados pastores” (Concilio Vaticano II, Decreto sobre la función pastoral de los obispos en la Iglesia, Christus Dominus, 9).

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LA GRAN REFORMA DE JESUCRISTO FUE ENTREGARNOS LA IMAGEN DE DIOS, SIENDO IMAGEN Y SEMEJANZA DE SU PADRE. PARA ALGUNOS, REFORMA; PARA OTROS, CAMBIO; PARA OTROS, MOLESTIA; Y PARA OTROS, REVOLUCIÓN.

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Comenzando un nuevo Pontificado en 2013, daba la impresión de una organización demasiado grande; hacía difícil que el Papa pudiese reunir a su “consejo de ministros” con la frecuencia necesaria. Así también surgió la propuesta de un Consejo de Cardenales de los cinco continentes, de la “base”, que pudiesen proporcionar al Papa informaciones complementarias, pero vitales que por diversas circunstancias no llegaban a su destino final. El 13 de abril de 2013 se anunció el Consejo de Cardenales, conocido como C8 y, a partir del 1 de julio de 2014, por la inclusión del Secretario de Estado, como el Consejo de 9 Cardenales. El Papa convocó a cardenales que presidían o habían presidido Consejos internacionales de Conferencias episcopales: Francisco Javier Errázuriz Ossa, P. S., de Chile; Oswald Gracias, S.J., de India; Reinhard Marx, de Alemania; Laurent Monsengwo Pasinya, del Congo; Giuseppe Bertello, de Italia; Sean Patrick O’Malley, O.F.M. Cap. de Estados Unidos; George Pell, de Australia; Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, S.D.B., de Honduras, quien Coordina el Consejo; y monseñor Marcello Semeraro, Secretario. Se añadió posteriormente al cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado. Se constituyó el Consejo para asesorar principalmente al Papa en el gobierno de la Iglesia universal y en otros asuntos relacionados que él le propusiera, y también con la misión específica de examinar la Constitución Apostólica “Pastor Bonus”, y proponer una nueva, que expresara la Reforma anhelada. Al principio muchos pensaron que se trataría de un proceso relativamente rápido (máximo unos 2 años). Olvidaban el tiempo que fue necesario para elaborar la Constitución que reemplazaría. Se pensaba además que sustituir una Constitución por otra nueva no sería muy complicado. Pero poco a poco fuimos entendiendo que no se trataba de algo exterior, sino de una verdadera REFORMA. Dejemos que sea el mismo Papa Francisco quien nos defina su concepto: “No hay duda de que en la Curia el significado de la re-forma puede ser doble: en primer lugar hacerla conforme «a la Buena Nueva que debe ser proclamada a todos con valor y alegría, especialmente a los pobres, a los últimos y a los descartados»; con-forme a los signos de nuestro tiempo y de todo lo bueno que el hombre ha logrado, para responder mejor a las necesidades de los hombres y mujeres que están


«La reforma solo y únicamente será eficaz si se realiza con hombres “renovados” y no simplemente con “nuevos” hombres. No basta sólo con cambiar el personal, sino que hay que llevar a los miembros de la Curia a renovarse espiritual, personal y profesionalmente».

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llamados a servir. Al mismo tiempo, se trata de que la Curia sea más con-forme con su fin, que es el de colaborar con el ministerio específico del Sucesor de Pedro. En consecuencia, la reforma de la Curia Romana se orienta, según la Eclesiología, hacia el bien y el servicio, igual que el servicio del Obispo de Roma. Como la Curia no es un aparato inmóvil, la reforma es ante todo un signo de la vivacidad de la Iglesia en camino, en peregrinación, y de la Iglesia viva y por eso —porque está viva— semper reformanda. Reformanda porque está viva”. Así se percibe que la REFORMA es un proceso, un camino de crecimiento y conversión. El Papa lo dice con una claridad meridiana: “La reforma no tiene una finalidad estética, como si se quisiera hacer que la Curia fuera más bonita; ni puede entenderse como una especie de lifting, de maquillaje o un cosmético para embellecer el viejo cuerpo de la Curia, y ni siquiera como una operación de cirugía plástica para quitarle las arrugas. Queridos hermanos, no son las arrugas lo que hay que temer en la Iglesia, sino las manchas”. Y un comentarista decía: “Cuando uno se pone a reformar su casa, a veces da la sensación de que es mejor tirarlo todo y volverlo a construir. ¿No ha habido esa tentación en la Curia?” Ciertamente que no. El Papa no piensa ponerlo todo en discusión y recomenzar de nuevo. La idea principal es cómo la Curia puede mejorarse para dar respuesta a las necesidades de los nuevos tiempos. No se trata de destruir un instrumento de servicio. ¿Una estructura o unas personas? El Papa es muy claro en estos criterios: “En esta perspectiva, cabe señalar que la reforma solo y únicamente será eficaz si se realiza con hombres renovados y no simplemente con «nuevos» hombres. No basta solo con cambiar el personal, sino que hay que llevar a los miembros de la Curia a renovarse espiritual, personal y profesionalmente. La reforma de la Curia no se lleva a cabo de ningún modo con el cambio de las personas —que sin duda sucede y sucederá—, sino con la conversión de las personas. En realidad, no es suficiente una «formación permanente», se necesita también y, sobre todo, «una conversión y una purificación permanente». Sin un «cambio de mentalidad» el esfuerzo funcional sería inútil” (Audiencia a los miembros de la Curia Romana: Conversión personal y estructural permanente, 22.12.2016.)

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¿Qué se ha hecho? En el discurso del saludo de Navidad del año recién pasado, el Papa enumeró 19 reformas ya efectuadas. (Por motivo de brevedad se omiten las citas que pueden ser consultadas en el original). 1. El Consejo de Cardenales: 13 de abril 2013. Asesora al Papa

en el gobierno de la Iglesia Universal y propone la revisión de la Constitución Pastor Bonus. 2. Pontificia Comisión para el Instituto de las Obras de Re-

ligión. 24 de junio 2013. Con la finalidad de alcanzar una transparencia completa y reconocida en su actividad. 3. Delinear la jurisdicción de los órganos judiciales del Estado

de la Ciudad del Vaticano en materia penal. 11 de julio 2013. 4. C.O.S.E.A. (Pontificia Comisión Referente de Estudio y

Guía para los Asuntos Económicos y Administrativos), con el encargo de estudiar, analizar y recoger información, para el estudio de los problemas organizativos y económicos de la Santa Sede. 18 de julio 2013. 5. Comité de Seguridad Financiera de la Santa Sede. 8 de agosto

2013. Prevención y obstaculización del lavado de dinero, del financiamiento del terrorismo y de la proliferación de armas de destrucción masiva. 6. Autoridad de Información Financiera. Consolidada el 15

de noviembre 2013 para la prevención y la defensa de las actividades ilegales en campo financiero y monetario. 7. Secretaría para la Economía y Consejo para la Economía.

EN LAS REUNIONES DEL PRE-CÓNCLAVE ENTRE EL 4 Y 9 DE MARZO DE 2013 HABÍA UNA GRAN CANTIDAD DE PROPUESTAS PARA ENFOCAR LA NUEVA ETAPA QUE ESPERABA A LA IGLESIA CON LA ELECCIÓN DE UN NUEVO SUMO PONTÍFICE. ENTRE ELLAS, LA NECESIDAD DE PONER AL DÍA LA CURIA ROMANA PARA AGILIZAR MUCHOS PROCESOS QUE PARECÍAN MUY LENTOS.

24 de febrero 2014. Armonizar las políticas de control relacionadas con la gestión económica de la Santa Sede y de la Ciudad del Vaticano. 8. Oficina del Revisor General (U.R.G.). 24 de febrero de 2014.

Nuevo ente de la Santa Sede encargado de cumplir con la revisión (audit) de los Dicasterios de la Curia Romana, de las instituciones relacionadas con la Santa Sede —o que hacen referencia a ella— y de las administraciones de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano. 9. Comisión Pontificia para la Protección de los Menores. 22

de marzo 2014. Para “promover la protección de la dignidad de los menores y los adultos vulnerables”.

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«El Papa no piensa ponerlo todo en discusión y recomenzar de nuevo. La idea principal es cómo la Curia puede mejorarse para dar respuesta a las necesidades de los nuevos tiempos. No se trata de destruir un instrumento de servicio».

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10. Transferencia de la Sección Ordinaria de la Administración

del Patrimonio de la Sede Apostólica a la Secretaría para la Economía. 8 de julio 2014. 11. Aprobados los Estatutos de los nuevos Organismos Econó-

micos. 22 de febrero 2015. 12. Secretaría para la Comunicación. 27 de junio 2015. Para

“responder al contexto actual de la comunicación: restructuración total, a través de la reorganización y consolidación”. 13. Reforma del proceso canónico para las causas de nulidad

del matrimonio. 15 de agosto de 2015. 14. Prevenir y penar la negligencia de los Obispos en el ejercicio

de su oficio. 4 de junio 2016. 15. Delinear los campos respectivos de competencia de la

Secretaría para la Economía y de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica. 4 de julio 2016. 16. Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida. 15 de agosto

de 2016. 17. Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral,

17 de agosto de 2016. En él confluyen cuatro Consejos Pontificios: Justicia y Paz, Cor Unum, Pastoral para los migrantes y Agentes Sanitarios. 18. Estatuto de la Secretaría para la Comunicación. 6 de sep-

tiembre 2016. 19. Estatuto de la Pontificia Academia para la Vida. 18 de octubre

COMENZANDO UN NUEVO PONTIFICADO EN 2013, DABA LA IMPRESIÓN DE UNA ORGANIZACIÓN DEMASIADO GRANDE; HACÍA DIFÍCIL QUE EL PAPA PUDIESE REUNIR A SU “CONSEJO DE MINISTROS” CON LA FRECUENCIA NECESARIA. ASÍ TAMBIÉN SURGIÓ LA PROPUESTA DE UN CONSEJO DE CARDENALES DE LOS CINCO CONTINENTES.

de 2016. (Cfr. Presentación de las felicitaciones navideñas de la Curia romana Sala Clementina, jueves 22 de diciembre de 2016, citado “in extenso”). También en ese mismo discurso, el Papa Francisco señalaba algunos criterios guía que inspiran la Reforma. Son principalmente doce: individualidad; pastoralidad; misionariedad; racionalidad; funcionalidad; modernidad; sobriedad; subsidiariedad; sinodalidad; catolicidad; profesionalidad; y gradualidad. Simplemente analizando esta lista de criterios, nos damos cuenta de que la REFORMA no es simplemente cambiar documentos, sino que se trata de un proyecto meditado y considerado en profundidad.

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EL ALMA DE LA REFORMA SON LAS PERSONAS A LAS QUE VA DIRIGIDA Y LA HACEN POSIBLE. EN EFECTO, LA CONVERSIÓN PERSONAL SOSTIENE Y FORTALECE A LA COMUNITARIA. HAY UN FUERTE VÍNCULO DE INTERCAMBIO ENTRE LA ACTITUD PERSONAL Y LA COMUNITARIA. (…)

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No cabe duda de la importancia de la conversión individual, sin la cual sería inútil cualquier cambio en las estructuras. El alma de la reforma son las personas a las que va dirigida y la hacen posible. En efecto, la conversión personal sostiene y fortalece a la comunitaria. Hay un fuerte vínculo de intercambio entre la actitud personal y la comunitaria. Una sola persona es capaz de hacer mucho bien a todo el cuerpo, pero también podría dañarlo y enfermarlo. Y un cuerpo sano es el que sabe recuperar, acoger, sanar, fortalecer y santificar a sus propios miembros. Este es el criterio de Individualidad o Conversión personal. Como consecuencia lógica viene un criterio que fue clave en la Conferencia de Aparecida (mayo 2007) y aunque discutido por algunos que no conocen la realidad de América Latina, ahora se va abriendo paso cada vez más: la Conversión Pastoral. Dice el Papa: “Recordando la imagen del pastor (cf. Ez 34,16; Jn 10,1-21) y siendo la Curia una comunidad de servicio, «nos hace bien también a nosotros, llamados a ser Pastores en la Iglesia, dejar que el rostro de Dios Buen Pastor nos ilumine, nos purifique, nos transforme y nos restituya plenamente renovados a nuestra misión. Que también en nuestros ambientes de trabajo podamos sentir, cultivar y practicar un fuerte sentido pastoral, sobre todo hacia las personas con las que nos encontramos todos los días. Que nadie se sienta ignorado o maltratado, sino que cada uno pueda experimentar, sobre todo aquí, el cuidado atento del Buen Pastor”. Detrás de los papeles hay personas. El compromiso de todo el personal de la Curia ha de estar animado por una pastoralidad y una espiritualidad de servicio y de comunión, ya que éste es el antídoto contra el veneno de la vana ambición y de la rivalidad engañosa. En este sentido el Beato Pablo VI advirtió: «Que la Curia Romana no sea, por tanto, una burocracia, como injustificadamente algunos la juzgan; pretenciosa y apática, solo canonista y ritualista, una palestra de escondidas ambiciones y de sordos antagonismos como otros la acusan, sino una verdadera comunidad de fe y de caridad, de oración y de acción; de hermanos y de hijos del Papa, que lo hacen todo, cada cual respetando la competencia ajena y con sentido de colaboración, para ayudarle en su servicio a los hermanos e hijos de la Iglesia universal y de toda la tierra». Es el criterio de Pastoralidad.


No podía faltar otro criterio clave en la vida de la Iglesia: la Misionariedad. Estamos llamados a ser discípulos misioneros. Es la finalidad principal de todos los servicios eclesiásticos, es decir, llevar la Buena Nueva a todos los confines de la tierra, como nos recuerda el magisterio del Concilio Vaticano II, porque «hay estructuras eclesiales que pueden llegar a condicionar un dinamismo evangelizador; igualmente las buenas estructuras sirven cuando hay una vida que las anima, las sostiene y las juzga. Sin vida nueva y auténtico espíritu del Evangelio, sin fidelidad de la Iglesia a la propia vocación, cualquier estructura nueva se corrompe en poco tiempo». Una cita de Evangelii gaudium nos amplía esta reflexión: “No podemos quedarnos tranquilos en espera pasiva en nuestros templos”. Hace falta pasar “de una pastoral de mera conservación a una pastoral decididamente misionera”» (N. 15). Y en el número 26 añade: «Sueño una opción misionera capaz de transformarlo todo, para que las costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial se convierta en un cauce adecuado para la evangelización del mundo actual más que para la autopreservación» (ibíd. 27). En este sentido, «lo que hace caer las estructuras caducas, lo que lleva a cambiar los corazones de los cristianos, es precisamente la misionariedad», puesto que «la misión programática, como su nombre lo indica, consiste en la realización de actos de índole misionera. La misión paradigmática, en cambio, implica poner en clave misionera la actividad habitual de las Iglesias particulares» (Discurso al Comité de Coordinación del CELAM, Río de Janeiro, 28 julio 2013). Desde la última reforma de la Curia en 1988 la estructura era de: Congregaciones, Consejos Pontificios y Comisiones Pontificias. Fueron creciendo en número según necesidades pastorales. Jurídicamente iguales. Pero se veía la necesidad de aclarar las competencias de cada Dicasterio y distribuirlas con eficacia y eficiencia, en referencia directa al Papa. Este es el criterio de la Racionalidad. Actualmente el Papa ha dispuesto que todos los organismos se llamen Dicasterios. Desde las primeras reuniones del Consejo se vio la necesidad de reducir el número de Dicasterios, fundiendo dos o más competentes en materias análogas o estrechamente

(…) UNA SOLA PERSONA ES CAPAZ DE HACER MUCHO BIEN A TODO EL CUERPO, PERO TAMBIÉN PODRÍA DAÑARLO Y ENFERMARLO. Y UN CUERPO SANO ES EL QUE SABE RECUPERAR, ACOGER, SANAR, FORTALECER Y SANTIFICAR A SUS PROPIOS MIEMBROS. ESTE ES EL CRITERIO DE INDIVIDUALIDAD O CONVERSIÓN PERSONAL.

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relacionadas en un único Dicasterio para mayor funcionalidad. Esto tendrá como consecuencia la revisión continua de las funciones y de la relevancia de las competencias y de la responsabilidad del personal y, por lo tanto, la realización de traslados, incorporaciones, interrupciones e incluso promociones. El Papa llama a este criterio la Funcionalidad. Modernidad o Actualización es la capacidad de saber leer y escuchar los «signos de los tiempos». En este sentido: «proveemos con prontitud a que los Dicasterios de la Curia Romana se acomoden a las situaciones de nuestro tiempo y se adapten a las necesidades de la Iglesia universal». Esto fue solicitado por el Concilio Vaticano II: «Los Dicasterios de la Curia Romana sean reorganizados según las necesidades de los tiempos y con una mejor adaptación a las regiones y a los ritos, sobre todo en cuanto al número, nombre, competencia, modo de proceder y coordinación de trabajos».

Sobriedad En esta perspectiva es necesaria una simplificación y agilización de la Curia: la unión o fusión de Dicasterios según las materias de competencia y la simplificación interna de algunos Dicasterios; la eventual supresión de Departamentos que ya no responden más a las necesidades contingentes. La inclusión en los Dicasterios o reducción de Comisiones, Academias, Comités, etc., todo con vistas a la indispensable sobriedad necesaria para un testimonio más correcto y auténtico.

Subsidiariedad Es necesario que la Curia Romana no tenga más atribuciones que las necesarias para ejercer su función propia, y examine cuántas son las facultades que no deben ser ejercidas por la Curia Romana, sino por los Obispos y aun por las Conferencias Episcopales. Ella quiere colaborar con los Obispos y apoyarlos, estando también al servicio de ellos. La subsidiariedad pide que sean reorganizadas las competencias específicas de los distintos Dicasterios, trasladándolas, si es necesario, de un Dicasterio a otro, para lograr autonomía, coordinación y subsidiariedad en las competen-

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Reunión del pre-cónclave, marzo 2013.

cias y más interrelación en el servicio. En este sentido, también es necesario respetar los principios de subsidiariedad y racionalidad en la relación con la Secretaría de Estado, y dentro de la misma entre sus diferentes competencias, para que en el ejercicio de sus funciones sea la ayuda más directa e inmediata del Papa, y sea verdaderamente una Secretaría Papal; además, para una mejor coordinación de los distintos sectores de los Dicasterios y de los Departamentos de la Curia. La Secretaría de Estado llevará a cabo esta importante función, precisamente mediante la unidad, la interdependencia y la coordinación de sus secciones y diferentes sectores.

Sinodalidad El trabajo de la Curia tiene que ser sinodal: reuniones periódicas de los Jefes de Dicasterio, presididas por el Romano Pontífice; audiencias de trabajo con regularidad de los Jefes de Dicasterio; reuniones interdicasteriales habituales. La reducción del número de Dicasterios permitirá encuentros más frecuentes y sistemáticos de cada uno de los Prefectos con el Papa, y eficaces reuniones de los jefes de los Dicasterios, presididas a veces por el Secretario de Estado, que no pueden ser tales cuando se trata de un grupo tan grande.

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La sinodalidad también debe vivirse dentro de cada Dicasterio, dando especial importancia al Congreso y, al menos, mayor frecuencia a la Sesión ordinaria. Dentro de cada Dicasterio se debe evitar la fragmentación que puede ser causada por varios factores, como la proliferación de sectores especializados, que pueden tender a ser autorreferenciales. La coordinación entre ellos debería ser tarea del Secretario, o del Subsecretario.

Catolicidad RESPECTO AL TIEMPO DEL QUE DISPONE EL PAPA FRANCISCO PARA CULMINAR LA REFORMA DE LA IGLESIA: EL PAPA NO REPARA EN EL TIEMPO, PORQUE SABE QUE NO DEPENDE DE ÉL, SINO DE DIOS. MONS. MARCELO SEMERARO, SECRETARIO DEL C9, HACÍA NOTAR QUE SAN JUAN XXIII EMPEZÓ UN PROCESO EXTRAORDINARIO. NO TUVO TIEMPO, SE FUE ANTES; PERO EL PROCESO CONTINUÓ.

La Curia debe reflejar la catolicidad de la Iglesia a través de la contratación de personal proveniente de muchos países y de diferentes culturas. Si bien es cierto que la integración de personas casadas en los dicasterios implica un sacrificio para sus familias y un gasto considerable, también es expresión de catolicidad la voluntad de contratar entre los colaboradores, en la medida de lo posible, además de sacerdotes y personas consagradas, diáconos permanentes y fieles laicos y laicas. La selección de todos ellos debe hacerse cuidadosamente, sobre la base de una vida espiritual, moral y evangelizadora ejemplar, y de su competencia profesional. Es oportuno proporcionar el acceso a un mayor número de fieles laicos, específicamente en aquellos Dicasterios en los que pueden ser más competentes que los clérigos o los consagrados. De gran importancia es, en general, la valorización del papel de la mujer y de los laicos en la vida de la Iglesia, por ejemplo a través de su integración en puestos de responsabilidad en los dicasterios.

Profesionalidad Es esencial que cada Dicasterio adopte una política de formación permanente del personal, para evitar el anquilosamiento y la caída en la rutina del funcionalismo. Por otra parte, es esencial archivar definitivamente la práctica del promoveatur ut amoveatur. A veces en la práctica anterior, cuando se deseaba remover a alguien de un determinado servicio, se promovía a una dignidad eclesiástica (Obispo o Cardenal). Esto es una especie de cáncer que no puede continuar.

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Gradualidad (discernimiento) La gradualidad es el resultado del indispensable discernimiento que implica un proceso histórico, plazos de tiempo y etapas, verificación, correcciones, pruebas, aprobaciones ad experimentum. En estos casos, por lo tanto, no se trata de indecisión sino de flexibilidad necesaria para lograr una verdadera reforma. Y respecto al tiempo del que dispone el Papa Francisco para culminar la reforma de la Iglesia: el Papa no repara en el tiempo, porque sabe que no depende de él, sino de Dios. Ya Mons. Marcelo Semeraro, secretario del C9, hacía notar que San Juan XXIII empezó un proceso extraordinario. No tuvo tiempo, se fue antes; pero el proceso continuó. El tiempo es un factor que nos hace codependientes de él y dependiendo de la actitud con que se realizan las cosas, vemos en el tiempo no una amenaza sino un recurso a favor de los procesos madurados a buen paso hasta recorrer el camino completo. Tenemos urgencia de terminar este proceso, sí, pero una cosa es la importancia de las cosas per se y otra cosa es la prisa y lo repentino. El tiempo lo da Dios. Desde el momento en que Francisco tuvo la iniciativa de propiciar esta Reforma, el tiempo comenzó a correr y a la vez que avanza desde luego que va expirando, como sucede con todo dinamismo humano, la vida, la juventud, los ciclos, etc., pero en este momento la gestación de la Reforma va a buen paso.

DESDE EL MOMENTO EN QUE FRANCISCO TUVO LA INICIATIVA DE PROPICIAR ESTA REFORMA, EL TIEMPO COMENZÓ A CORRER Y A LA VEZ QUE AVANZA, DESDE LUEGO QUE VA EXPIRANDO, COMO SUCEDE CON TODO DINAMISMO HUMANO, LA VIDA, LA JUVENTUD, LOS CICLOS, ETC., PERO EN ESTE MOMENTO LA GESTACIÓN DE LA REFORMA VA A BUEN PASO.

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Francisco y una Rerum Novarum para el siglo xxi POR RICARDO LAGOS ESCOBAR*

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ay tres condiciones determinantes en la personalidad del Papa Francisco por las cuales su voz suena, en los tiempos que corren, con tonos de fuerte y saludable novedad: es un hombre del sur del mundo, es jesuita y es hijo de inmigrantes. Enriquecido con esa mirada y con su experiencia pastoral, busca él interpretar la realidad de hoy, esta globalidad aún incapaz de encontrar el rumbo humanista por donde puede avanzar la historia. Quienes nos inscribimos en la corriente del llamado progresismo, asumimos con esperanza sus palabras como aporte a una construcción que resulta irrenunciable: hacer del siglo XXI un despertar de nuevas fraternidades, de nuevas convivencias, de respuestas compartidas ante los desafíos contemporáneos. Constatamos que este es un tiempo donde la distancia se desvanece ante la creciente rapidez de los avances científicos y tecnológicos. Ya es cotidianidad poder comunicarse y hablar con amigos o personas cercanas al otro lado del mundo. Ya es lo habitual enviar mensajes, fotografías, videos para reforzar una emoción o una idea de un continente a otro. Y, sin embargo, es evidente que diversas razones van erosionando la vida de todos los días con vecinos y cercanos. Como lo ha subrayado Francisco, se confunde el estar “conectados” con el estar “comunicados”. Invocamos como valores superiores la libertad y la igualdad, y no reparamos en el aislamiento en que viven millones de seres humanos hoy, particularmente en las grandes megalópolis. * En este artículo se han usado algunas reflexiones del autor que han aparecido en “La Gran Fractura”, Clarín de Buenos Aires (octubre 1, 2017), y en “Cambio de Epoca”, El Mercurio de Santiago (octubre 8, 2017). Agradezco al Director de Humanitas, Jaime Antúnez, las mejoras que introdujo a un borrador que le envié. Por cierto, las deficiencias que el texto tenga son solo responsabilidad del autor.

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Ricargo Lagos Ex presidente de la República de Chile.

Hay una suerte de grieta separando culturas diversas, visiones distintas de desarrollo, creencias religiosas, estatus socio económicos. A veces pareciera que la universalidad, entendida como práctica de la pluralidad, se nos va por entre las manos, estando aparentemente tan cerca. Es allí, exactamente, donde la voz del Pontífice suena coherente con estos tiempos, porque la comprensión y las confianzas verdaderas son esenciales para trabajar frente a temas tan cruciales como el cambio climático, el devenir de la economía y las nuevas realidades productivas, o ante la urgencia por forjar nuevos diálogos entre ciudadanos e instituciones políticas. Lo que le hemos visto hacer en torno al cambio climático es algo de indiscutible y particular trascendencia. En su encíclica Laudato si’, sobre el cuidado del planeta o “la casa común”, el Papa Francisco, junto a un llamado de alerta ante el cambio climático actual y sus desastrosas consecuencias, urge acciones concretas. La degradación social que ha sufrido el planeta en los últimos dos siglos no puede continuar sin provocar daños muy graves e irreversibles, ha explicado. Asimismo —y muy importante pues opera en el plano causal— el Papa ha señalado que ve esta crisis ecológica enraizada en la crisis moral, cultural y espiritual de la modernidad, por lo cual llama a una “valiente revolución cultural” que deben impulsar juntos todos los pueblos. Lo expresó por escrito siete meses antes que en París surgiera el Acuerdo ante el Cambio Climático, donde dos líderes de culturas y tradiciones distintas —Obama y Xi— jugarían un papel clave para que la comunidad internacional asuma esa hoja de ruta con metas concretas. El espíritu de su encíclica

QUIENES NOS INSCRIBIMOS EN LA CORRIENTE DEL LLAMADO PROGRESISMO, ASUMIMOS CON ESPERANZA SUS PALABRAS COMO APORTE A UNA CONSTRUCCIÓN QUE RESULTA IRRENUNCIABLE: HACER DEL SIGLO XXI UN DESPERTAR DE NUEVAS FRATERNIDADES, DE NUEVAS CONVIVENCIAS, DE RESPUESTAS COMPARTIDAS ANTE LOS DESAFÍOS CONTEMPORÁNEOS.

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Laudato si’ y su mirada omnicomprensiva estaba latente en el acuerdo de París. Si se quiere, entre tanto, ir a más profundidad en lo dicho por el Papa Francisco en mayo de 2015, cuando firma la mencionada encíclica, se constata que no estamos solo ante una descripción fenomenológica de un grave y concreto problema de la humanidad contemporánea que hay que corregir, sino ante la ineludible necesidad de revisar la historia de los siglos recientes y ver cómo asumir los errores cometidos. En efecto, en el texto que el Papa entrega, critica con fuerza a los «poderes económicos» y llama a una real «conversión ecológica», a un «cambio radical en el comportamiento de la humanidad» —con un estilo de vida más sobrio, simple, solidario, menos acelerado y consumista—, así como a un cambio del sistema mundial, «insostenible desde diversos puntos de vista». En suma, hace un llamado a eliminar las causas estructurales de las disfunciones de la economía mundial y a corregir los modelos de crecimiento que parecen incapaces de garantizar el respeto hacia el medio ambiente y la vida en el planeta. Mas, en medio de esas afirmaciones, prestemos atención, coloca interrogantes que interpelan nuestro ser aún más hondamente: “¿Qué tipo de mundo queremos dejar a quienes nos sucedan, a los niños que están creciendo? Esta pregunta no afecta sólo al ambiente de manera aislada, porque no se puede plantear la cuestión de modo fragmentario. Cuando nos interrogamos por el mundo que queremos dejar, entendemos sobre todo su orientación general, su sentido, sus valores. Si no está latiendo esta pregunta de fondo, no creo que nuestras preocupaciones ecológicas puedan lograr efectos importantes. Pero si esta pregunta se plantea con valentía, nos lleva inexorablemente a otros cuestionamientos muy directos: ¿Para qué pasamos por este mundo? ¿Para qué vinimos a esta vida? ¿Para qué trabajamos y luchamos? ¿Para qué nos necesita esta tierra? Por eso, ya no basta decir que debemos preocuparnos por las futuras generaciones. Se requiere advertir que lo que está en juego es nuestra propia dignidad. Somos nosotros los primeros interesados en dejar un planeta habitable para la humanidad que nos sucederá. Es un drama para nosotros mismos, porque esto pone en crisis el sentido del propio paso por esta tierra”. [Laudato si’, 160]

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«Lo expresó por escrito siete meses antes que en París surgiera el Acuerdo ante el Cambio Climático donde dos líderes de culturas y tradiciones distintas –Obama y Xi– jugarían un papel clave para que la comunidad internacional asuma esa hoja de ruta con metas concretas. El espíritu de su encíclica Laudato si’ y su mirada omnicomprensiva estaba latente en el acuerdo de París.»

No fragmentar la realidad La idea de asumir la realidad sin fragmentarla es una advertencia que se enlaza con otra decisión tomada también en ese 2015 por la comunidad internacional: la Agenda 2030 y los Objetivos del Desarrollo Sustentable (ODS). Fue en Naciones Unidas donde por unanimidad se adoptaron diecisiete áreas de trabajo, las cuales obligan a una interacción entre ellas, con políticas públicas capaces de articular sus diversas estrategias. Así, cuando a mediados de 2016 se hizo un primer análisis sobre los ODS y sus proyecciones en América Latina, lo que inmediatamente las organizaciones sociales, académicas, políticas y de representación empresaria reunidas en Bogotá destacaron, fue el valor del carácter holístico de la agenda y la interrelación entre los diferentes ODS, lo cual significaba que retrasarse en algunos objetivos podría tener efectos negativos sobre otros. En este sentido, los participantes en aquel foro remarcaron la urgencia de superar los enfoques rígidos en los cuales se encontraban entrampados los países de la región: la fragmentación no ayuda; la labor conjunta entre los diversos sectores hace crecer. Es en ese mismo marco de anticipación y advertencia que cabe hacer la exégesis de lo dicho por el Papa Francisco en

COMO LO HA SUBRAYADO FRANCISCO, SE CONFUNDE EL ESTAR “CONECTADOS” CON EL ESTAR “COMUNICADOS”. INVOCAMOS COMO VALORES SUPERIORES LA LIBERTAD Y LA IGUALDAD, Y NO REPARAMOS EN EL AISLAMIENTO EN QUE VIVEN MILLONES DE SERES HUMANOS HOY, PARTICULARMENTE EN LAS GRANDES MEGALÓPOLIS.

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EN EL MUNDO DE HOY, EN NUESTRAS SOCIEDADES, SE ESTÁN VIVIENDO PROFUNDAS PERO NUEVAS Y DISTINTAS FRACTURAS Y LAS RESPUESTAS A LAS SITUACIONES NO MENOS DRAMÁTICAS QUE SE PRODUCEN DEAMBULAN EN LA OSCURIDAD. MUCHOS HABLAN DE TIEMPOS DE INCERTIDUMBRE, EN DONDE EL PRINCIPAL PATRIMONIO EROSIONADO ES LA CONFIANZA DE LOS CIUDADANOS. (…)

mayo de 2017, al visitar una siderurgia en Génova y hablar en un acto denominado Encuentro con el mundo del Trabajo. Tal vez lo más notable allí es cómo hace una profunda separación entre el concepto “empresario” y el concepto “especulador”. Esto último suena directo y cercano cuando se recuerda que toda la crisis gestada en 2008 en Estados Unidos —cuyos golpes duran hasta el presente en diversas economías del mundo— derivó de la codicia.1 No es primera vez en la historia que el predominio de la economía financiera da la espalda a la economía real. El tema, en concreto, no es de menor importancia en el pensamiento del Papa Francisco, pues, como se recordará, ya en la misma encíclica Laudato si’ lo había abordado como parte de lo que provocaba la destrucción del medio ambiente e incrementaba el calentamiento global: “Los mercados, procurando un beneficio inmediato, estimulan todavía más la demanda. Si alguien observara desde afuera la sociedad planetaria, se asombraría ante semejante comportamiento que a veces parece suicida… Mientras tanto, los poderes económicos continúan justificando el actual sistema mundial, donde priman una especulación y una búsqueda de la renta financiera que tienden a ignorar todo contexto y los efectos sobre la dignidad humana y el medio ambiente. Así se manifiesta que la degradación ambiental y la degradación humana y ética están íntimamente unidas.” [Laudato si’, 55,56]

Empresario y especulador no son lo mismo En sus reflexiones en Génova, dos años después de aquella encíclica, repasa esas mismas preocupaciones: “Una enfermedad de la economía es la progresiva transformación de los empresarios en especuladores. Al empresario no se le debe confundir de ninguna manera con el especulador: son dos tipos diversos… el especulador es una figura 1 En septiembre de 2008, la caída del banco de inversiones estadounidense Lehman Brothers sacudió al mundo financiero y dio origen a la crisis internacional bajo la cual la economía mundial ha vivido su peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial. Ese banco, al igual que otros, había perdido miles de millones por sus negocios con créditos inmobiliarios de alto riesgo, todo ello en el afán de incrementar las ganancias y presentar cifras exitosas.

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semejante a la que Jesús en el Evangelio llama ‘mercenario’, para contraponerlo al Buen Pastor. El especulador no ama a su empresa, no ama a los trabajadores, sino que ve a la empresa y los trabajadores sólo como medios para obtener provecho. Usa, usa a la empresa y a los trabajadores para sacar provecho. Despedir, cerrar, mover la empresa no le crea problema alguno, porque el especulador usa, instrumentaliza, ‘come’ personas y medios en favor de sus objetivos de provecho”.

Yendo a continuación al aspecto social y económico que se deriva, como consecuencia, de ese comportamiento que juzga contrario al pensamiento cristiano, y rescatando asimismo la figura del genuino empresario, argumenta así: “Con el especulador, la economía pierde rostro y pierde los rostros… Cuando la economía pierde contacto con los rostros de las personas concretas, ella misma se convierte en una economía sin rostro y, por lo tanto, una economía despiadada. Hay que tener miedo a los especuladores, no a los empresarios; no, no hay que temer a los empresarios porque hay muchos muy buenos. Hay que temer a los especuladores. Pero paradójicamente, a veces el sistema político parece alentar a quien especula sobre el trabajo y no a quien invierte y cree en el trabajo. ¿Por qué? Porque crea burocracia y controles partiendo de la hipótesis de que los agentes de la economía son especuladores, y de este modo quien no lo es se ve en desventaja y quien lo es, logra encontrar los medios para eludir los controles y lograr sus objetivos”.

(…) ¿POR QUÉ SE HA PRODUCIDO ESTO? EN BUENA MEDIDA PORQUE LAS SOCIEDADES HAN VISTO DILUIRSE UN CONJUNTO DE VALORES ESENCIALES, CAPACES DE DAR SUSTENTO Y COHESIÓN A LO QUE NOS REÚNE EN COMÚN. VALORES QUE ANTAÑO ERAN NÍTIDOS Y SÓLIDOS, HOY PARECEN DIFUMINADOS, A PESAR, INCLUSO, DE LOS BENEFICIOS QUE LAS DEMOCRACIAS ENTREGAN.

Si estas visiones las unimos con sus planteamientos sobre la dignidad del trabajo y sus consecuencias para la vida de hombres y mujeres, más todo lo dicho sobre la globalización y lo que llama el poder de la tecnociencia convirtiéndose en paradigma condicionador de la vida y funcionamiento de la sociedad, surge una pregunta instalada en una aspiración: ¿no habrá llegado la hora de que el Papa Francisco nos entregue una Rerum novarum para el siglo XXI? La Rerum novarum (latín: «De las cosas nuevas») fue promulgada por León XIII en mayo de 1891. Fue una carta abierta dirigida a los obispos y maestros de todo el mundo, que versaba sobre las condiciones de las clases trabajadoras.

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HAY ASÍ UNA INSATISFACCIÓN QUE, POR MOTIVOS RELATIVAMENTE PARECIDOS, RECORRE TANTO EL MUNDO DESARROLLADO COMO EL EMERGENTE, LO QUE SE PUEDE CONSTATAR EN LAS SOCIEDADES DEL HEMISFERIO OCCIDENTAL EN FORMA GENERALIZADA. EN SUMA, EL OPTIMISMO SE HA ESFUMADO.

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En ella, el Papa dejaba patente su apoyo al derecho laboral de «formar uniones o sindicatos», así como también reafirmaba su apoyo al derecho de la propiedad privada. Era un texto propio de su tiempo, en confrontación con las tesis del socialismo y el anarquismo, que a su vez analizaba las relaciones entre el gobierno, las empresas, los trabajadores y la Iglesia, proponiendo una organización socioeconómica que llamaba a una distribución más justa en los beneficios del trabajo. Fue discutida y lo es hoy día, pero sobre todo fue una propuesta que recogió muchos asuntos planteados por la revolución industrial, por el creciente problema obrero y las sociedades democráticas modernas.

El gran desafío del siglo 21 En el mundo de hoy, en nuestras sociedades, se están viviendo profundas pero nuevas y distintas fracturas —a las que nos referimos antes— y las respuestas a las situaciones no menos dramáticas que se producen deambulan en la oscuridad. Muchos hablan de tiempos de incertidumbre, en donde el principal patrimonio erosionado es la confianza de los ciudadanos. ¿Por qué se ha producido esto? En buena medida porque las sociedades han visto diluirse un conjunto de valores esenciales, capaces de dar sustento y cohesión a lo que nos reúne en común. Valores que antaño eran nítidos y sólidos, hoy parecen difuminados, a pesar, incluso, de los beneficios que las democracias entregan. ¿Existen verdaderas razones que avalen esta creciente y generalizada desconfianza que observamos y esta fractura que tan comúnmente se manifiesta entre dirigentes y dirigidos? La percepción muchas veces dominante es que aquellos que están en niveles de dirección no escuchan o viven en un mundo propio. Por otra parte, se da el hecho que —particularmente en las clases medias del mundo desarrollado— domina la sensación de que sus hijos tendrán un destino más difícil que el que ellos han alcanzado. La idea de que cada generación implicaba un progreso respecto de las anteriores —el llamado “sueño americano”— empieza a ser una ilusión. Mientras, en el mundo en vías de desarrollo —en América Latina, África o partes de Asia— precisamente como resultado de sus éxitos en el combate a la pobreza, esas clases medias emergentes


Radio Vaticano entrevistó al ex presidente Ricardo Lagos el 7 de noviembre pasado, luego de una audiencia papal a la que concurrió con el ex secretario de la ONU, Kofi Annan. Los temas tratados fueron principalmente los problemas de las migraciones y los del cambio climático.

sienten hoy que sus expectativas futuras están lejos de ser satisfechas. Hay así una insatisfacción que, por motivos relativamente parecidos, recorre tanto el mundo desarrollado como el emergente, lo que se puede constatar en las sociedades del hemisferio occidental en forma generalizada. En suma, el optimismo se ha esfumado. Bajo tales condiciones, cada vez más visibles, se fortalece al interior de nuestras sociedades la idea de que el crecimiento, consecuencia de la globalización, permite a los países tener buenos resultados, pero la forma en que se distribuyen sus frutos es inadecuada y se concentra en una minoría. Se hace necesario buscar los mecanismos para corregir esas desigualdades que se dan al interior de nuestras sociedades. En ello la mirada del actual Pontífice de la Iglesia Católica contribuye aquí, de manera importante, desde el sentido de su misión. La pertinencia de su palabra no va tanto por el camino del qué hacer, sino en cuanto a poner el acento en la necesidad de buscar los mecanismos para, en un común y consciente acuerdo, practicar mejor el concepto de solidaridad al interior de nuestros países. Esto mismo lo había ya intuido Benedicto XVI en su encíclica Caritas in veritate (2009):

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“El gran desafío que tenemos, planteado por las dificultades del desarrollo en este tiempo de globalización y agravado por la crisis económico-financiera actual, es mostrar, tanto en el orden de ideas como de los comportamientos, que no sólo no se pueden olvidar o debilitar los principios tradicionales de la ética social, como la transparencia, la honestidad y la responsabilidad, sino que en las relaciones mercantiles el principio de gratuidad y la lógica del don, como expresiones de fraternidad, pueden y deben tener espacio en la actividad económica ordinaria. Esto es una exigencia del hombre en el momento actual, pero también de la razón económica misma. Una exigencia de la caridad y de la verdad al mismo tiempo”. [Caritas in veritate, 36]

Esa “exigencia” de la encíclica social del Papa emérito reclama como un deber que el progreso sea un bien común para todos y no solo para algunos. También es cierto que algunas clases dirigentes han tenido conductas apartadas de la ética y de la moral en materia de dinero y política, conductas que están lejos de la honestidad, transparencia y responsabilidad que demanda Benedicto XVI. Ahora bien, se requiere de una gran fuerza moral para poder enfrentar con decisión situaciones que los pueblos no pueden sufrir prolongadamente. Empero, frente a ellas no hay soluciones simples, como por ejemplo la confrontación bipolar según la cual algunos piden más Estado y otros más mercado. No. Las respuestas finales son una mezcla virtuosa de tareas que se pueden hacer en uno y otro ámbito, en el del Estado o el del mercado. Cada sociedad deberá definir cuál es esa combinación virtuosa, pero la radiografía final que certifique el éxito de esa combinación estriba en que la solidaridad permita decir que el progreso llegó a todos y las malas prácticas se han erradicado. Es claro que lo anterior necesita un consenso de todos los sectores políticos y sociales. Para ello se requieren propuestas con amplia y, en lo posible, universal capacidad de convocatoria. Lo que entre tanto se ve en muchos países, para gran desgracia, son verdaderos bandos irreconciliables; a veces incluso esgrimiendo razones “religiosas”, otras veces furiosos nacionalismos identitarios. Hasta ayer se creía tener los mecanismos para seguir creciendo de una manera sustentable, para avanzar hacia una inclusión social donde ese crecimiento

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fuese extensivo a toda la población. Constatamos, sin embargo, a cada paso, que las recetas de que disponemos no sirven para los problemas de hoy. Las soluciones a los temas de nuestro tiempo —valga reiterarlo para concluir— tendrán que estar profundamente enraizadas en las demandas ciudadanas, mediante políticas comprensivas y claras, sin reduccionismos, sin atajos que bajo pretexto de facilitar la administración de la realidad, solo empobrecen nuestra visión de ella.

Un llamado La próxima visita que el Sumo Pontífice hará a Chile y luego a Perú puede ser un momento para escuchar una palabra de aliento para las grandes tareas que hay por delante. En todos estos referidos y fundamentales temas, la voz del Papa Francisco nos ha dispuesto ya a una mirada holística, sin fragmentaciones y ha llamado con sabiduría a la acción colectiva de todos, creyentes y no creyentes, gentes del Este y del Oeste, del Norte y del Sur. Necesitamos esa mirada de mayor envergadura. Ella supone un gran desafío. Y el Papa Francisco está a la cabeza de quienes pueden advertir hoy las profundidades de esta compleja realidad a la que aquí sumariamente apuntamos. Por ello también nuestra evocación de la Rerum novarum y del inmenso significado de esa encíclica de León XIII para casi todo el siglo veinte. Es apremiante avanzar en el trazo de los derroteros que puedan iluminar y resolver las dificultades de un siglo 21 que tiene a su haber un alto porcentaje del output de la historia económica de la humanidad, mientras contradictoriamente se sumerge en el escepticismo y la apatía social. Fractura que llama con urgencia a una reflexión sobre los valores esenciales en torno a los cuales tendríamos que trabajar para alcanzar una convivencia adecuada y moderna, cuestión que ineludiblemente nos obliga. De seguro el Papa Francisco siente el llamado a actuar con prontitud: De seguro comprende que no solo para los pueblos de Occidente y en particular de este continente, sino para todos los que conforman este planeta globalizado, sería un gran regalo que durante su pontificado tuviéramos una Rerum novarum que marque el paso al hasta ahora desconcertado siglo 21.

DE SEGURO [EL PAPA FRANCISCO] COMPRENDE QUE NO SOLO PARA LOS PUEBLOS DE OCCIDENTE Y EN PARTICULAR DE ESTE CONTINENTE, SINO PARA TODOS LOS QUE CONFORMAN ESTE PLANETA GLOBALIZADO, SERÍA UN GRAN REGALO QUE DURANTE SU PONTIFICADO TUVIÉRAMOS UNA RERUM NOVARUM QUE MARQUE EL PASO AL HASTA AHORA DESCONCERTADO SIGLO 21.

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El Papa Francisco, la economía y los empresarios POR IGNACIO ARTEAGA ECHEVERRÍA

LO IMPORTANTE NO ES QUE LA IGLESIA LE DÉ SU “BENDICIÓN” A UNA U OTRA FORMA DE ORGANIZACIÓN SOCIAL, POLÍTICA O ECONÓMICA, YA QUE SE LE DEBE RECONOCER A LOS LAICOS SU LEGÍTIMO ÁMBITO DE LIBERTAD Y AUTONOMÍA EN AQUELLAS MATERIAS QUE SON DEL TODO OPINABLES, TAL COMO LO SEÑALA CLARAMENTE GAUDIUM ET SPES,

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esde que se anunció la visita a Chile del Papa Francisco, varias veces nos han preguntado qué opina él sobre la economía, el libre mercado y el rol de los empresarios. A menudo, tras la pregunta hay genuino interés, pero también algunos tienen la impresión de que se trata de un Papa que no tendría mucho afecto por los empresarios. Lo mejor es partir por lo simple: no existe una economía revelada. En el Evangelio no vamos a encontrar la solución al problema económico de qué, cómo y cuánto producir, pero sí vamos a encontrar lineamientos fundamentales sobre cómo comportarnos y conducir nuestra vida, personal y social, y, por ende, de cómo debiera ser nuestra actividad empresarial de cara a Dios y la sociedad. En ese sentido, si bien no existe una economía revelada, sí existe una economía humana redimida. Lo segundo es poner al Papa en su justa dimensión: es un líder espiritual y, para nosotros los católicos, es el Vicario de Cristo en la Tierra; no es un economista ni un empresario. Su rol no es el de los equilibrios macroeconómicos, la competitividad o la eficiencia de los mercados, sino anunciar a un Dios que es misericordia. Por eso es que resulta natural que su primera preocupación sean los excluidos y los “descartados” y es allí donde nos interpela. ¿Y por qué opina el Papa sobre la economía? Ante todo, porque la economía está al servicio del hombre y no al revés. Al Papa en particular y a la Iglesia Católica en general, les interesa la economía, las empresas y el trabajo, porque les interesa el hombre y todo lo que “incide y decide” su realización material, intelectual, moral, espiritual y religiosa. Ahí donde

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Ignacio Arteaga Echeverría. Presidente de USEC, Unión Social de Empresarios, Ejecutivos y Emprendedores Cristianos.

se ponga en juego la libertad del hombre y su dignidad, ahí está el interés del Papa y de la Iglesia. Es cierto que la Iglesia no propone ningún modelo económico en particular; sin embargo, desde siempre —aunque en forma más explícita desde San Juan Pablo II en adelante— hay ciertas orientaciones en la línea de una economía social de mercado. En general, los pontífices evitan referirse a un modelo económico concreto, pero Francisco lo dijo de modo explícito al recibir el Premio Carlomagno, en 2016, cuando planteó la necesidad de contar con “modelos económicos más inclusivos y equitativos, orientados no para unos pocos, sino para el beneficio de la gente y de la sociedad (…) por ejemplo, la economía social de mercado”1. Lo importante no es que la Iglesia le dé su “bendición” a una u otra forma de organización social, política o económica, ya que se le debe reconocer a los laicos su legítimo ámbito de libertad y autonomía en aquellas materias que son del todo opinables, tal como lo señala claramente Gaudium et spes, sino que lo importante es que la Iglesia nos advierta cuando algún sistema social, político o económico, ya sea por su pensamiento subyacente, por su visión antropológica o por su forma de aplicación en la realidad, pueda estar en contra de uno o más de los principios de la Doctrina Social de la Iglesia, tales como el respeto a la dignidad de la persona, la libertad responsable, la solidaridad, la subsidiariedad y, como consecuencia, el bien común, etc.

Y DEL LIBRE MERCADO, ¿QUÉ VA A DECIR? EL PAPA FRANCISCO (…) CONSIDERA AL MERCADO COMO UN INSTRUMENTO, COMO EL MECANISMO MÁS EFICIENTE EN LA PRODUCCIÓN E INTERCAMBIO DE BIENES Y QUE, SI ESTÁ BIEN REGULADO Y ORIENTADO AL BIEN COMÚN, PROMUEVE IMPORTANTES VIRTUDES COMO LA LIBERTAD, LA INNOVACIÓN, LA CREATIVIDAD, ETC.(…)

1 Discurso del Santo Padre Francisco en la entrega del Premio Carlomagno, viernes 6 de mayo de 2016.

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LA IGLESIA NO ES INGENUA, SABE QUE EL MERCADO ES EXPRESIÓN DE LA NATURALEZA LIBRE DE LAS PERSONAS Y, POR LO TANTO, DE SUS VICIOS Y VIRTUDES. COMO DECÍA EL PAPA BENEDICTO XVI, “NO SE DEBE OLVIDAR QUE EL MERCADO NO EXISTE EN SU ESTADO PURO, SE ADAPTA A LAS CONFIGURACIONES CULTURALES QUE LO CONCRETAN Y CONDICIONAN”.

Y del libre mercado, ¿qué va a decir? A veces, el Papa Francisco enfatiza de modo «rioplatense» ciertos aspectos que en ciertos ambientes empresariales hacen pensar que el Papa estaría cambiando lo que antes dijeron pontífices menos “coloquiales”. Pero la Iglesia siempre ha dicho que la economía debe ser articulada e institucionalizada correctamente de manera de estar al servicio del hombre. Considera al mercado como un instrumento, como el mecanismo más eficiente en la producción e intercambio de bienes y que, si está bien regulado y orientado al bien común, promueve importantes virtudes como la libertad, la innovación, la creatividad, etc. La Iglesia no es ingenua, sabe que el mercado es expresión de la naturaleza libre de las personas y, por lo tanto, de sus vicios y virtudes. Como decía el Papa Benedicto XVI, “no se debe olvidar que el mercado no existe en su estado puro, se adapta a las configuraciones culturales que lo concretan y condicionan”2. Francisco condena la economía de la exclusión; esa indiferencia por quien ha quedado, en la práctica, fuera de la comunidad “como si todo fuera una responsabilidad ajena que no nos incumbe”3. El Papa nos interpela para que cada uno reflexione qué tipo de decisiones económicas toma a diario y nos invita a todos, incluidos los empresarios, a ir a las periferias, al encuentro de los excluidos y descartados, y también ir a nuestras propias periferias interiores. ¿Y qué opina el Papa de la empresa? La Iglesia reconoce la propiedad privada y le atribuye una función social, la ordena al bien común, esto es, el bien material y espiritual de todos y cada uno de los integrantes de la comunidad, incluidas las futuras generaciones. También reconoce el lucro legítimamente obtenido. La Iglesia define a la empresa, antes que todo, como una comunidad de personas, no solo como un negocio de propiedad privada. Y esta comunidad se organiza para producir buenos bienes y servicios, para crear puestos de trabajo que sean dignos y para generar buena riqueza y distribuirla con justicia y caridad. Así entendida, dice el Papa, la empresa es una “noble vocación”4, y por eso

2 Carta Encíclica Caritas in veritate n° 36. 3 Exhortación Apostólica Evangelii gaudium n° 54. 4 Carta Encíclica Laudato si n° 129.

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nos recuerda que el dinero es medio y no un fin; un buen sirviente, pero un mal amo. El Papa tiene una severa inclinación: se llama opción preferencial por los pobres. Y este es un dato revelado, ya que Cristo se identifica a sí mismo con el pobre, con el que sufre. Por eso es que, apenas baje del avión, el Papa nos preguntará por los excluidos, los marginados, por los que no tienen trabajo o por quienes, teniéndolo, no pueden mantener dignamente a sus familias. Les propongo a los empresarios que abrigan algún recelo respecto del pensamiento del Papa en estas materias, que se acuerden del día en que decidieron empezar su emprendimiento: ¿Qué tenían en mente? ¿Qué llamado sintieron en su corazón ese día? Apostaría a que fue un llamado trascendente, un llamado a solucionar una necesidad real y urgente, un querer hacer mejor las cosas a como veían que se estaban haciendo, un llamado a servir a la comunidad entregando un producto o un servicio genuinamente bueno, generando y distribuyendo, en forma justa, no solo riqueza económica y material, sino que también espiritual. Reencontrarnos con ese llamado inicial a una noble y auténtica vocación empresarial, junto con una apertura humilde de nuestra mente y corazón que nos permita dejarnos sorprender por el Papa; es el mejor estado de ánimo con el que los empresarios podemos esperar su visita, y descubriremos que tenemos mucho en común con él y al mismo tiempo mucho que aprender de su mensaje.

¿Y QUÉ OPINA EL PAPA DE LA EMPRESA? LA IGLESIA RECONOCE LA PROPIEDAD PRIVADA Y LE ATRIBUYE UNA FUNCIÓN SOCIAL, LA ORDENA AL BIEN COMÚN, ESTO ES, EL BIEN MATERIAL Y ESPIRITUAL DE TODOS Y CADA UNO DE LOS INTEGRANTES DE LA COMUNIDAD, INCLUIDAS LAS FUTURAS GENERACIONES.

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La mujer en el magisterio de los tres últimos pontífices POR MARÍA ESTER GOLDSACK JARPA

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l Concilio Vaticano II, en el Mensaje final, afirma: «Llega la hora, ha llegado la hora en que la vocación de la mujer se cumple en plenitud, la hora en que la mujer adquiere en el mundo una influencia, un peso, un poder jamás alcanzados hasta ahora. Por eso, en este momento en que la humanidad conoce una mutación tan profunda, las mujeres llenas del espíritu del Evangelio pueden ayudar tanto a que la humanidad no decaiga». (1) En la enseñanza de los tres últimos pontífices podemos ver el esfuerzo que han puesto para que la mujer sea respetada en su dignidad y pueda enriquecer el mundo con su genio, término acuñado por San Juan Pablo II, que se repite en la catequesis de Benedicto XVI y SS Francisco.

María, modelo de mujer “En el momento de la Anunciación, pronunciando su «fiat», María concibió un hombre que era Hijo de Dios, consubstancial al Padre. Por consiguiente, es verdaderamente la Madre de Dios, puesto que la maternidad abarca toda la persona y no sólo el cuerpo. María, desde el primer momento de su maternidad divina, (…) se inserta en el servicio mesiánico de Cristo. Precisamente este servicio constituye el fundamento mismo de aquel Reino, en el cual «servir» (...) quiere decir «reinar». Cristo, «Siervo del Señor», manifestará a todos los hombres la dignidad real del servicio, con la cual se relaciona directamente la vocación de cada hombre”. (2) “La Iglesia ve en María la máxima expresión del «genio femenino» y encuentra en Ella una fuente de continua inspiración. María se ha autodefinido «esclava del Señor»

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María Ester Goldsack Jarpa. Médico cirujano.

(Lc 1, 38). Poniéndose al servicio de Dios, ha estado también al servicio de los hombres: un servicio de amor. Precisamente este servicio le ha permitido realizar en su vida la experiencia de un misterioso, pero auténtico «reinar». No es por casualidad que se la invoca como «Reina del cielo y de la tierra». ¡Su «reinar» es servir! ¡Su servir es «reinar»!” (3)

Hombre y mujer iguales en dignidad y reciprocidad en la equivalencia y la diferencia “Creó pues Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios le creó, macho y hembra los creó» (Gén 1, 2). Este conciso fragmento contiene las verdades antropológicas fundamentales: el hombre es el ápice de todo lo creado en el mundo visible, y el género humano, que tiene su origen en la llamada a la existencia del hombre y de la mujer, corona toda la obra de la creación; ambos son seres humanos en el mismo grado, tanto el hombre como la mujer; ambos fueron creados a imagen de Dios. La mujer es otro «yo» en la común humanidad. Hay que reconocer, afirmar y defender la misma dignidad del hombre y la mujer: ambos son personas, diferentes de cualquier otro ser viviente del mundo que les rodea.” (2) El Papa Francisco en la exhortación apostólica Amoris laetitia, afirma: “En el Génesis se ve la inquietud del varón que busca «una ayuda recíproca» (vv. 18.20), capaz de resolver esa soledad que le perturba y que no es aplacada por la cercanía de los animales y de todo lo creado. Es el encuentro con un rostro, con un «tú» que refleja el amor divino. De este encuentro, que sana la soledad, surgen la generación y la familia. La pareja que

EN LA ENSEÑANZA DE LOS TRES ÚLTIMOS PONTÍFICES PODEMOS VER EL ESFUERZO QUE HAN PUESTO PARA QUE LA MUJER SEA RESPETADA EN SU DIGNIDAD Y PUEDA ENRIQUECER EL MUNDO CON SU GENIO, TÉRMINO ACUÑADO POR SAN JUAN PABLO II, QUE SE REPITE EN LA CATEQUESIS DE BENEDICTO XVI Y FRANCISCO.

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ama y genera la vida es la verdadera «escultura» viviente (…), capaz de manifestar al Dios creador y salvador. El Dios Trinidad es comunión de amor, y la familia es su reflejo viviente. Nos iluminan las palabras de San Juan Pablo II: «Nuestro Dios, en su misterio más íntimo, no es una soledad, sino una familia, puesto que lleva en sí mismo paternidad, filiación y la esencia de la familia que es el amor. Este amor, en la familia divina, es el Espíritu Santo” (4). A lo largo de los siglos la dignidad de la mujer no fue respetada y el designio de amor del Creador fue olvidado. San Juan Pablo II, afirmaba: “Por desgracia somos herederos de una historia de enormes condicionamientos que, en todos los tiempos y en cada lugar, han hecho difícil el camino de la mujer, despreciada en su dignidad, olvidada en sus prerrogativas, marginada frecuentemente e incluso reducida a esclavitud. Esto le ha impedido ser profundamente ella misma y ha empobrecido la humanidad entera de auténticas riquezas espirituales”. Es Jesucristo quien la restaura y le devuelve su dignidad inicial, aquella con la que fue creada. San Juan Pablo II expresa: “Es algo universalmente admitido incluso por parte de quienes se ponen en actitud crítica ante el mensaje cristiano que Cristo fue ante sus contemporáneos el promotor de la verdadera dignidad de la mujer y de la vocación correspondiente a esta dignidad. A veces esto provocaba estupor, sorpresa, incluso llegaba hasta el límite del escándalo. «Se sorprendían de que hablara con una mujer» (Jn 4, 27) porque este comportamiento era diverso del de los israelitas de su tiempo. Es más, «se sorprendían» los mismos discípulos de Cristo. (2) El Papa Francisco, en su catequesis, celebra que se haya superado el antiguo modelo de “subordinación social” de la mujer al hombre, aunque es de opinión que “todavía no se han agotado del todo los efectos negativos de ese modelo durante siglos”. También celebra que se haya superado el modelo de “paridad”, aplicado mecánicamente como “igualdad absoluta”, y se esté configurando “un nuevo paradigma, el de la ‘reciprocidad’ en la equivalencia y la diferencia”. Sin embargo, el cuadro general de la mujer en el mundo presenta todavía muchísimos puntos negros, y el Papa se ha referido a “las dolorosas heridas, infligidas a veces con violencia despiadada” en las que “el cuerpo femenino es agredido y desfigurado, incluso por quienes deberían ser los custodios y compañeros de vida”. (5)

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«“La Iglesia ve en María la máxima expresión del «genio femenino» y encuentra en Ella una fuente de continua inspiración. María se ha autodefinido «esclava del Señor» (Lc 1, 38). Poniéndose al servicio de Dios, ha estado también al servicio de los hombres: un servicio de amor. Precisamente este servicio le ha permitido realizar en su vida la experiencia de un misterioso, pero auténtico «reinar». No es por casualidad que se la invoca como «Reina del cielo y de la tierra». ¡Su «reinar» es servir! ¡Su servir es «reinar»!»

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El papel de la mujer en la promoción de los derechos humanos La mujer vela como nadie por el más importante de los derechos humanos, el derecho a la vida. En este misterio de ser co-creadora con Dios, aunque el hecho de ser padres pertenece al hombre y a la mujer, es una realidad más profunda en ella, ya que se ofrece al hijo en cuerpo y alma desde el momento de la concepción del niño y hasta la muerte de ella. San Juan Pablo II afirmaba: “Es necesario que el hombre sea plenamente consciente de que en este ser padres en común, él contrae una deuda especial con la mujer. Ningún programa de «igualdad de derechos» del hombre y de la mujer es válido si no se tiene en cuenta esto de un modo totalmente esencial. La maternidad conlleva una comunión especial con el misterio de la vida que madura en el seno de la mujer. La madre admira este misterio y con intuición singular «comprende» lo que lleva en su interior (…), la madre acepta y ama al hijo que lleva en su seno como una persona. (…). El hombre, no obstante toda su participación en el ser padre, se encuentra siempre «fuera» del proceso de gestación y nacimiento del niño y debe, en tantos aspectos, conocer por la madre su propia «paternidad» (...) La educación del hijo entendida globalmente debería abarcar en sí la doble aportación de los padres: la materna y la paterna. Sin embargo, la contribución materna es decisiva y básica para la nueva personalidad humana”. (2) Respecto a este tema fundamental, Benedicto XVI hizo una invitación, a un «nuevo feminismo». Afirmó que “cada día se perciben nuevas amenazas contra la vida, especialmente en sus fases más vulnerables. El reconocimiento y el aprecio del plan de Dios para las mujeres en la transmisión de la vida y en la educación de los hijos es un paso constructivo en esa dirección. Además, dada la notable influencia de las mujeres en la sociedad, es necesario animarlas a aprovechar la oportunidad de defender la dignidad de la vida mediante su compromiso en la educación y su participación en la vida política y civil”. (6). Señaló también que, “al haber sido dotadas por el Creador con una «capacidad única de acogida del otro», las mujeres desempeñan un papel crucial en la promoción de los derechos humanos, porque sin su voz se vería debilitado el tejido social”. (7)

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También el Papa Francisco ha puesto de relieve el papel fundamental de la mujer en el respeto a la vida, en la educación y en el diálogo. “Las mujeres, unidas íntimamente al misterio de la vida, pueden hacer mucho por promover el espíritu de fraternidad, con el cuidado por preservar la vida y con la convicción de que el amor es la fuerza que puede hacer el mundo habitable para todos” (…) “Las mujeres se ocupan de acompañar a los demás, sobre todo a aquellos que son más débiles en la familia y en la sociedad, las víctimas de conflictos y a todos los que deben afrontar los desafíos de cada día”. Su Santidad ha subrayado que “gracias a su contribución, la educación a la fraternidad puede superar la cultura del descarte”. (8)

Sacerdocio y la aportación de la mujer en la Iglesia Durante el pontificado de los tres últimos Papas, se ha visto cómo han sabido ir incardinando las aptitudes de la mujer en varios dicasterios y organismos de la vida de la Iglesia. Con San Juan Pablo II se acentuó un período, fecundo de acercamiento y exaltación de los dones, valores, virtudes y vocación propia de la mujer; una valoración que ha ayudado a ver desde otra perspectiva, tanto a hombres como a mujeres, eclesiásticos o no, la participación de estas en la vida de la Iglesia y el mundo. En su Carta a las mujeres, asegura que la autoridad, tanto en la familia como en la sociedad y en la Iglesia, debiera entenderse desde el servicio. En el Concilio Vaticano II se enseñó que el hombre «no puede encontrarse plenamente a sí mismo sino en la entrega sincera de sí mismo»(9) “En este horizonte de «servicio» —que, si se realiza con libertad, reciprocidad y amor, expresa la verdadera «realeza» del ser humano— es posible acoger también, sin desventajas para la mujer, una cierta diversidad de papeles, en la medida en que tal diversidad no es fruto de imposición arbitraria, sino que mana del carácter peculiar del ser masculino y femenino. Es un tema que tiene su aplicación específica incluso dentro de la Iglesia. Si Cristo —con una elección libre y soberana, atestiguada por el Evangelio y la constante tradición eclesial— ha confiado solamente a los varones la tarea de ser «icono» de su rostro de «pastor» y de «esposo» de la Iglesia a través del ejercicio del sacerdocio ministerial, esto no quita nada al papel de la mujer, así como al de los demás miembros de la Iglesia que no han recibido el

LA MUJER VELA COMO NADIE POR EL MÁS IMPORTANTE DE LOS DERECHOS HUMANOS, EL DERECHO A LA VIDA. EN ESTE MISTERIO DE SER CO-CREADORA CON DIOS, AUNQUE EL HECHO DE SER PADRES PERTENECE AL HOMBRE Y A LA MUJER, ES UNA REALIDAD MÁS PROFUNDA EN ELLA, YA QUE SE OFRECE AL HIJO EN CUERPO Y ALMA DESDE EL MOMENTO DE LA CONCEPCIÓN DEL NIÑO Y HASTA LA MUERTE DE ELLA.

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POR SU PARTE, EL PAPA FRANCISCO, EN SU ÚLTIMO VIAJE APOSTÓLICO A COLOMBIA, EXPRESÓ QUE “LA ESPERANZA EN AMÉRICA LATINA TIENE UN ROSTRO FEMENINO. (…) DE SUS LABIOS HEMOS APRENDIDO LA FE; CASI CON LA LECHE DE SUS SENOS HEMOS ADQUIRIDO LOS RASGOS DE NUESTRA ALMA MESTIZA Y LA INMUNIDAD FRENTE A CUALQUIER DESESPERACIÓN.” (...)

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«Papa Francisco ha puesto de relieve el papel fundamental de la mujer en el respeto a la vida, en la educación y en el diálogo. “Las mujeres, unidas íntimamente al misterio de la vida, pueden hacer mucho por promover el espíritu de fraternidad, con el cuidado por preservar la vida y con la convicción de que el amor es la fuerza que puede hacer el mundo habitable para todos”. Durante el pontificado de los tres últimos Papas, se ha visto como han sabido ir incardinando las aptitudes de la mujer en varios dicasterios y organismos de la vida de la Iglesia».

orden sagrado, siendo por lo demás todos igualmente dotados de la dignidad propia del «sacerdocio común», fundamentado en el Bautismo”. (3) Benedicto XVI siguió en su magisterio en esta línea. Aseguró “que no hay que pensar que en la Iglesia la única posibilidad de desempeñar un papel importante es la de ser sacerdote. En la historia de la Iglesia hay muchísimas tareas y funciones”. Reconoce que las mujeres hacen mucho por el gobierno de la Iglesia, comenzando por las religiosas, por las hermanas de los grandes Padres de la Iglesia, como san Ambrosio, hasta las grandes mujeres de la Edad Media: santa Hildegarda, santa Catalina de Siena, santa Teresa de Ávila y recientemente madre Teresa. También en los tiempos modernos las mujeres deben buscar siempre de nuevo el lugar que les corresponde. Hoy están muy presentes en los dicasterios de la Santa Sede. Pero explica que “existe un problema jurídico: el de la jurisdicción, es decir, el hecho de que, según el derecho canónico, la facultad de tomar decisiones jurídicamente vinculantes va unida al Orden Sagrado. (10) También ha expresado que “el ministerio sacerdotal, procedente del Señor, está reservado a los varones,


en cuanto que el ministerio sacerdotal es el gobierno en el sentido profundo, pues, en definitiva, es el Sacramento el que gobierna la Iglesia. Este es el punto decisivo. No es el hombre quien hace algo, sino que es el sacerdote fiel a su misión el que gobierna, en el sentido de que es el Sacramento, es decir, Cristo mismo mediante el Sacramento, quien gobierna, tanto a través de la Eucaristía como a través de los demás Sacramentos, y así siempre es Cristo quien preside”. (11) El Papa Francisco, por su parte, se ha manifestado “convencido de la urgencia de ofrecer espacios a la mujer en la vida de la Iglesia”. Afirma que “la Iglesia es mujer, es ‘la’ Iglesia, no ‘el’ Iglesia”, y declara que “me gusta describir la dimensión femenina de la Iglesia como seno acogedor que genera y regenera la vida”. El Papa añadió que esa mayor presencia requerirá “muchas mujeres implicadas en la responsabilidad pastoral, en el acompañamiento espiritual de personas, familias y grupos, así como en la reflexión teológica”. Francisco ha incorporado mujeres a la Comisión Teológica Internacional, a las comisiones que investigaron las finanzas vaticanas y a la nueva Comisión Pontificia de Protección de Menores. Sobre la predicación en la celebración eucarística, ha señalado que “no hay ningún problema de que una mujer —religiosa o laica— predique en una Liturgia de la Palabra. Pero en la celebración eucarística hay un problema litúrgico-dogmático, porque la celebración es una —la Liturgia de la Palabra y la Liturgia Eucarística, es una unidad— y el que preside es Jesucristo. El sacerdote o el obispo que preside lo hace en la persona de Jesucristo. Es una realidad teológica y litúrgica.” (12)

(...) PIENSO EN LAS MADRES INDÍGENAS O MORENAS, PIENSO EN LAS MUJERES DE LA CIUDAD CON SU TRIPLE TURNO DE TRABAJO, PIENSO EN LAS ABUELAS CATEQUISTAS, PIENSO EN LAS CONSAGRADAS Y EN LAS TAN DISCRETAS ARTESANAS DEL BIEN. SIN LAS MUJERES LA IGLESIA DEL CONTINENTE PERDERÍA LA FUERZA DE RENACER CONTINUAMENTE.”

El papel de la mujer en la transmisión de la fe San Juan Pablo II llama a las mujeres guardianas del mensaje evangélico, y expresa: “Desde el principio de la misión de Cristo, la mujer demuestra hacia Él y hacia su misterio una sensibilidad especial, que corresponde a una característica de su femineidad. Hay que decir también que esto encuentra una confirmación particular en relación con el misterio pascual; no sólo en el momento de la crucifixión sino también el día de la resurrección. Las mujeres son las primeras en llegar al sepulcro. Son las primeras que lo encuentran vacío. Son las primeras que oyen: «No está aquí, ha resucitado como lo había anunciado»

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LA IGLESIA PIDE, AL MISMO TIEMPO, QUE ESTAS INESTIMABLES «MANIFESTACIONES DEL ESPÍRITU» QUE CON GRANDE GENEROSIDAD HAN SIDO DADAS A LAS «HIJAS» DE LA JERUSALÉN ETERNA, SEAN RECONOCIDAS DEBIDAMENTE, VALORIZADAS, PARA QUE REDUNDEN EN COMÚN BENEFICIO DE LA IGLESIA Y DE LA HUMANIDAD, ESPECIALMENTE EN NUESTROS DÍAS.

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(Mt 28, 6). Son las primeras en abrazarle los pies y las primeras en ser llamadas a anunciar esta verdad a los apóstoles. El Evangelio de Juan pone de relieve el papel especial de María de Magdala. Es la primera que encuentra a Cristo resucitado. Al principio lo confunde con el guardián del jardín; lo reconoce solamente cuando él la llama por su nombre: «Jesús le dice: «María». Ella se vuelve y le dice en hebreo: «Rabbuní» que quiere decir: «Maestro». Dícele Jesús: «No me toques, que todavía no he subido al Padre. Pero vete donde mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios». Fue María Magdalena y dijo a los discípulos que había visto al Señor y que había dicho estas palabras». Por esto ha sido llamada «la apóstol de los apóstoles»”. (2) El Papa Benedicto XVI centró laudatoriamente la atención en las numerosas figuras femeninas que desempeñaron un papel efectivo y valioso en la difusión del Evangelio subrayando que no se puede olvidar su testimonio (13). En su catequesis se evidenció la trayectoria de reconocimiento público que siguió en comentarios puntuales hechos a través de entrevistas, homilías y discursos; una trayectoria que recogió, expuso y valoró el gran servicio y la aportación peculiar que la mujer ha prestado a la Iglesia y al mundo reivindicando su protagonismo activo en el ámbito de las comunidades cristianas primitivas y a lo largo de la historia del cristianismo. En su último ciclo de catequesis, Grandes mujeres en la historia de la Iglesia, emergen con luz propia 17 mujeres que, superando las vicisitudes de su tiempo, viviendo el Evangelio y fielmente a la Iglesia, nos muestran que el seguimiento amoroso de Cristo es lo que sirviendo define la vida cristiana. Por su parte, el Papa Francisco, en su último viaje apostólico a Colombia, expresó que “La esperanza en América Latina tiene un rostro femenino.” Agregó que “no es necesario que me alargue para hablar del rol de la mujer en nuestro continente y en nuestra Iglesia. De sus labios hemos aprendido la fe; casi con la leche de sus senos hemos adquirido los rasgos de nuestra alma mestiza y la inmunidad frente a cualquier desesperación. Pienso en las madres indígenas o morenas, pienso en las mujeres de la ciudad con su triple turno de trabajo, pienso en las abuelas catequistas, pienso en las consagradas y en las tan discretas artesanas del bien. Sin las mujeres la Iglesia del continente perdería la fuerza de renacer continuamente.” (14)


Conclusión La Iglesia expresa su agradecimiento por todas las manifestaciones del «genio» femenino aparecidas a lo largo de la historia, en medio de los pueblos y de las naciones; da gracias por todos los carismas que el Espíritu Santo otorga a las mujeres en la historia del Pueblo de Dios, por todas las victorias que debe a su fe, esperanza y caridad; manifiesta su gratitud por todos los frutos de santidad femenina. La Iglesia pide, al mismo tiempo, que estas inestimables «manifestaciones del Espíritu» que con grande generosidad han sido dadas a las «hijas» de la Jerusalén eterna, sean reconocidas debidamente, valorizadas, para que redunden en común beneficio de la Iglesia y de la humanidad, especialmente en nuestros días. Al meditar sobre el misterio bíblico de la «mujer», la Iglesia ora para que todas las mujeres se hallen de nuevo a sí mismas en este misterio y hallen su «vocación suprema». (3) Al estudiar las enseñanzas sobre la mujer entregadas por los tres últimos Pontífices se constata una perfecta continuidad desde el Concilio Vaticano II y hasta nuestros días. La belleza y profundidad de su magisterio está en perfecta concordancia con el proyecto de amor del Creador con respecto a la mujer.

BIBLIOGRAFÍA 1. Mensaje del Concilio a las mujeres (8 de diciembre de 1965): AAS 58 (1966), 13-14. 2. Carta Apostólica Mulieris dignitatem San Juan Pablo II Sobre la dignidad y la vocación de la mujer con ocasión del año mariano. 3. Carta a las Mujeres de san Juan Pablo II en la proximidad de la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer en Pekín. Vaticano, 29 de junio del año 1995. 4. Amoris laetitia: Exhortación Apostólica sobre el amor en la familia (19 de marzo de 2016) Papa Francisco. 5. Discurso al Pontificio Consejo de Cultura S S Papa Francisco Vaticano 07/02/2015. 6. Mensaje de Benedicto XVI a los participantes en una Conferencia Internacional sobre el tema: «vida, familia y desarrollo: el papel de la mujer en la promoción de los derechos humanos» (Vaticano, 20-21 de marzo 2009). 7. Benedicto XVI Congregación para la doctrina de la fe, Carta a los obispos de la Iglesia católica sobre la colaboración del hombre y la mujer en la Iglesia y en el mundo, n. 13. 8. Discurso de el Papa Francisco sobre el valor de la mujer. Vaticano, 09 Jun. 2017. 9. Concilio Vaticano 2 Gaudium et spes, 24. 10. La alegría de servir. Entrevista concedida por el Papa Benedicto XVI a Radio vaticana y a cuatro cadenas de televisión alemanas, 5 de agosto de 2006. 11. Encuentro del Papa Benedicto XVI con los sacerdotes y diáconos de la diócesis de Roma, 2 de marzo de 2006. 12. Encuentro del Papa Francisco en el Aula Pablo VI con las participantes en la Asamblea Plenaria de las Superioras Generales (UISG) cuyo tema es “Tejer la solidaridad global para la vida” 12 de mayo 2016. 13. Las mujeres al servicio del Evangelio. Catequesis del Papa Benedicto XVI durante la audiencia general del miércoles 14 de febrero de 2007. 14. Viaje Apostólico del Papa Francisco a Colombia. Encuentro con el Comité directivo del Celam, discurso del Francisco. Nunciatura apostólica, Bogotá Jueves 7 de septiembre de 2017.

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R E V I S T A DE A n t r op ol o gí a y C u lt u r a C r i s t i a n a s / N º 70 / A ÑO X V I I I


Escritos en Humanitas sobre el Papa Francisco Desde el 2013, cuando tuvo lugar la elección del Papa Francisco, HUMANITAS ha ido comentando, principalmente en el espacio de sus artículos editoriales, los sucesivos pasos de este pontificado. Reproducimos a continuación textos que corresponden a la elección de Jorge Mario Bergoglio, primer Papa latinoamericano, y a la publicación de cada uno de sus principales documentos magisteriales, encíclicas y exhortaciones apostólicas.

Ilustración pág. 624: Portada de HUMANITAS 70 en homenaje al Papa Francisco y al Pontífice emérito, Benedicto XVI (abril - junio 2013)

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Como un huracán del Espíritu Santo POR JAIME ANTÚNEZ ALDUNATE

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in que mediase ningún signo previo, la Iglesia católica y el mundo entero ha presenciado, a partir de la renuncia al pontificado romano de S.S. Benedicto XVI el 11 de febrero [2013] pasado —y en un plazo de pocas semanas— el desencadenarse de una procesión de hechos magnos, como en una especie de súbito huracán del Espíritu Santo.

I. El primer papa latinoamericano, un padre jesuita La elección el día 13 de marzo [2013] del arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Mario Bergoglio, sacerdote de la Compañía de Jesús, como primer Pontífice Romano que proviene de nuestro continente —pasada la primera sorpresa que golpeó a tirios y troyanos— comenzó en seguida a constituirse en un reencuentro de la cristiandad iberoamericana con una voz entrañable y conocida: la de quien le entregó el Evangelio a través de una siembra de siglos, hasta hacer de este subcontinente, como lo dijo la Conferencia de Puebla, una cultura de sustrato católico. Desde su aparición en el balcón de la basílica de San Pedro, a través de sus gestos y palabras en aquel expectante momento y en los días sucesivos, podemos decir que la Iglesia que peregrina en esta parte del mundo ha sentido de nuevo en los oídos del alma una voz, la del Padre Bergoglio, en la que resuenan los saludables y añorados ecos de los padres Pedro Claver, José de Anchieta, Ruiz de Montoya y demás misioneros jesuitas del Guayrá en Paraguay, de Chiquitos en Bolivia, de California en el norte y de Chiloé en el sur de América, de los que evangelizaron y murieron por la fe en Canadá, y Brasil, en Nahuelhuapi y Elicura, por no decir la de nuestro Alberto Hurtado Cruchaga, grandes apóstoles de la familia religiosa fundada por San Ignacio —y en la que sirvió Francisco Xavier— que proveyeron su ADN a esta raza. Una entrega del Evangelio, ha explicado el mismo Padre Bergoglio en sus Meditaciones para religiosos (1982), “sin racionalismos ni ingenuidades sino con una fuerte apoyatura intelectual armonizada con la fidelidad a la Revelación y al Magisterio”, muy lejos por lo tanto de otras voces “no exentas de indiscreto vanguardismo”, como las que obligaron a Juan Pablo II a manifestar fuertes reservas a sus hermanos de orden.

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FR ANCISCO EN HUMANITAS NÚMERO 70 «Francisco sostiene la Basílica de San Juan de Letrán». Fresco del Giotto (Asís).

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Se sabe, y se ha comentado repetidas veces desde su elección en el Cónclave de marzo, que el cardenal Bergoglio tuvo fundamental participación en la redacción del Documento de Aparecida, carta magna en materia de Doctrina Social de la Iglesia para Latinoamérica y nuevo empuje a la evangelización del Continente. Dos meses después de concluida dicha Conferencia, el entonces arzobispo de Buenos Aires autorizó a Humanitas la traducción y edición de un trabajo suyo presentado en Italia por la Pontificia Universidad Lateranense —“Buscar el camino hacia el futuro, llevando la memoria de las raíces”— que reconocía ser un resumen de su magisterio como cabeza de la principal arquidiócesis argentina, y que al comienzo de este número reproducimos de nuevo como homenaje al Papa Francisco. Inmediatamente se descubre en sus líneas un claro y profundo desarrollo de la doctrina relativa a la “subjetividad del individuo”, expuesta por Juan Pablo II en la encíclica Centesimus Annus, que el autor recoge también, de manera muy explícita, en su libro Diálogos entre Juan Pablo II y Fidel Castro (1998). Su crítica al socialismo real se traspone ciertamente a todos los mecanicismos que reducen en su humanidad al hombre contemporáneo, según se desprende de la premisa principal: “La negación de Dios priva del valor supremo, del fundamento esencial a la persona y la induce a organizar el orden social prescindiendo de la dignidad y responsabilidad que debe asumir. Este ateísmo que se pregona tiene íntima relación con el racionalismo iluminista, en el que la concepción de la realidad del hombre se traduce en forma totalmente mecanicista”. Para esta América morena, azotada por múltiples vendavales que colocan en juego seriamente su identidad más profunda, el huracán del Espíritu que lleva a la cátedra de Pedro a un obispo nacido en Argentina —nación a tantos títulos fuertemente representativa de lo mejor de la identidad latinoamericana— repone de inmediato, en todas nuestras poblaciones, el muchas veces desvaído vínculo nutricio con la sede de Roma. La sola consideración, por ejemplo, de que el sucesor de san Pedro conoce desde su interior lo que ha llamado, con respecto a Buenos Aires, las oscuras nuevas formas de “esclavitud” en que viven millones de personas en las grandes urbes continentales, otorga sin duda una fuerte luz de esperanza en medio de ese duro exilio, que fortalece la fe católica de estos pueblos. Su presencia en Roma y su cercano acompañamiento de las realidades continentales constituye por su parte un aviso a las dirigencias políticas, sociales y económicas latinoamericanas, en la dirección de lo expresado por Benedicto XVI en el n°3 de la encíclica Caritas in veritate a propósito del “fideísmo”. En el clima de pragmático antiintelectualismo que invade a estos sectores, donde cunde la ignorancia respecto de las categorías esenciales de una cultura humanista —en particular la cristiana—, vale pues la pena una pronta autointerpelación: ¿será

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FR ANCISCO EN HUMANITAS NÚMERO 70 Iglesia San Javier en las Misiones Jesuitas, de Chiquitos, Bolivia.

posible sostener por mucho tiempo más la fe católica en un esquema apenas devocional, ajeno a veces casi por completo, en la realidad práctica, a las categorías propias de la cultura cristiana en temas de derecho a la vida, de familia, de justicia equitativa y distributiva, por mencionar solo algunos? La libertad con que obraron siempre ante los poderes del mundo los santos sacerdotes y misioneros jesuitas, antecesores del ahora Papa Bergoglio; la libertad con que asimismo él obró como arzobispo ante dichos poderes, aquella con la que también se ha expresado desde un primer momento para decir que la Iglesia no es una ONG y que se centra, ora y sirve a Jesucristo, su Señor, o cae en la mundanidad que es terreno del padre de las tinieblas —palabras en que resuena el tan silenciado discurso de las “dos banderas” de San Ignacio—, configura un mensaje que puede recogerse o quizá presumirse que no se escucha, pero que es inequívoco: la Iglesia es de Jesucristo y ni siquiera lo es de Pedro, como recordó Benedicto XVI después de renunciar, por lo que las reformas y renovaciones a que apelan tantas voces ajenas a ella, solo pueden apuntar y tener por respuesta una creciente fidelidad al Evangelio, a la milenaria enseñanza de la Iglesia y al fervor apostólico en orden a la transmisión de la fe católica.

II. El Pontífice de la Iglesia universal El nuevo pontífice ha sido el primero en dos mil años que adopta el nombre de Francisco, elección relevante y llena de significado simbólico si se piensa

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que el santo de Asís es, en el consenso universal de los fieles, quien más lejos llevó la sequela Christi, llegando a parecerse al Señor incluso físicamente, también por sus estigmas. La imagen suya que lega la historia es la de quien, en plena revolución cultural del siglo XII, sustenta la fe católica a través de su santidad y ruptura con el mundo, pero siempre desde la Iglesia —como lo subrayó Benedicto XVI— y en plena fidelidad a los pontífices Inocencio III y Honorio III, quien aprueba las constituciones de la orden franciscana. Un conocido fresco del Giotto nos muestra hoy el sueño del Papa Inocencio que ve a Francisco sosteniendo los muros de la basílica lateranense que amenaza ruina, reflejo del estado general de la sociedad de su tiempo. El nombre de Francisco nos recuerda, pues, la envergadura de la crisis contemporánea y el deber frente a ella de quien porta el don de la fe, precisamente el apremiante llamado realizado por Benedicto XVI en la Carta Apostólica Porta fidei, con la que convoca al Año de la Fe, el que habrá de concluir en la festividad de Cristo Rey del Universo, en noviembre próximo. No todos, entre tanto, entienden esto de igual manera. También al tenor de las interpretaciones de dudoso origen que propala la prensa mundial —como sucedió durante el Concilio, con alto riesgo de confusión para los fieles— muchas de las palabras que escuchamos con insistente frecuencia para caracterizar el momento actual de la Iglesia y el inicio de un nuevo pontificado —renovación, transparencia, modernización, etc.— se insertan emocionalmente en una dinámica de cambio, sobre todo rupturista, el de la “hermenéutica de la ruptura”, en nada distinta de aquella que denunciara Benedicto XVI en su discurso anual a la Curia el año 2005, contrastándola con la “hermenéutica de la reforma en continuidad”, camino apropiado para seguir adelante con la tarea del Vaticano II, que precisamente el Año de la Fe viene a conmemorar. Observado en la perspectiva de los fenómenos de larga duración, este conmocionante momento que ha vivido la Iglesia al comenzar el año 2013 debería entre tanto apreciarse, sobre todo, como otro episodio de su largo diálogo con la modernidad. Dicha dialéctica arranca, más explícitamente, de la primera mitad del siglo XIX, con el papado de Gregorio XVI y la encíclica Mirari vos. Liberalismo, positivismo, fideísmo y muchos otros ismos que fluyen del iluminismo agnóstico o ateo fueron abordados en toda su hondura y complejidad por el magisterio de ese pontífice, como lo harían luego, en línea de continuidad, el beato Pío IX, León XIII, san Pío X y una sucesión ininterrumpida de papas hasta hoy, sin dar lugar a una modificación en los criterios de fondo. Cambios los hubo, ciertamente, derivados

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El sueño del Papa Inocencio III: “Este vio en sueños que la Basílica de San Juan de Letrán, la iglesia madre de todas las iglesias, está derrumbándose y que un religioso pequeño e insignificante apuntala con sus hombros a la iglesia para que no caiga. Es interesante notar, por una parte, que no es el Papa el que ayuda para que la Iglesia no caiga, sino un religioso pequeño e insignificante, que el Papa reconoce en Francisco cuando este le visita. (…) es importante observar que san Francisco no renueva la Iglesia sin o contra el Papa, sino en comunión con él”. (Benedicto XVI: San Francisco de Asís, el “icono vivo” de Jesús Audiencia General del 27 de enero de 2010). [Fresco del Giotto, Asís]

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de las circunstancias que acompañan el período histórico en que se desarrolla ese debate: diferentes serán, por ejemplo, las circunstancias condicionantes del mismo durante la guerra de la unificación italiana que implicará la pérdida de los Estados Pontificios por parte de Pío IX, de aquellas otras predominantes en el contexto del ralliement de León XIII o de la posguerra mundial y el Concilio Vaticano II. No obstante, si bien los modos se transforman conforme a las distintas situaciones, la cuestión de fondo permanece la misma. Prueba muy elocuente de esa permanencia la vemos, por ejemplo, cuando se atiende a lo apuntado por Joseph Ratzinger en el sentido de que el “modernismo” teológico, que tan arduamente debió combatir san Pío X en la primera década del siglo XX, se sumerge entonces y reaparece más tarde en la crisis del posconcilio, en los años sesenta y setenta, debiendo Juan Pablo II y Benedicto XVI acometer la tarea de clarificar la verdad comprometida por sus errores (cfr.”Situación actual de la fe y de la teología”, por Joseph Card. Ratzinger, en Humanitas n°6, abril-junio 1997 p.280; y en Humanitas edición especial Habemus Papam, mayo 2005, p.30). Con todo, pero en un sentido bien diferente del que se hace creer a través de los medios de comunicación masivos, el actual momento podría también constituir, a su modo, un hito cualitativa y decididamente nuevo, distinto y tal vez hasta distante de aquel centenario proceso dialéctico entre Iglesia y modernidad. Lo podemos visualizar si sopesamos, por ejemplo, la envergadura de la tarea desarrollada en la Europa de fin del siglo XX y comienzos del XXI, a través de 34 años, por los dos últimos papas. Primero por el beato Papa Juan Pablo II, cuyo largo y magno pontificado dio honda consistencia antropológica a ese continuum magisterial de más de un siglo —fortalecido y enriquecido ya entonces con nuevas categorías de análisis entregadas por el Concilio— transformándose él, primer Papa polaco, en la piedra angular de un mundo que dejó atrás 75 años de comunismo, principalmente en Europa. Luego, por Joseph Ratzinger-Benedicto XVI, uno de los teólogos más eminentes de su siglo, cuyo recorrido no omitió ninguno de los principales areópagos del orbe contemporáneo, iluminando desde allí a todos los responsables del gobierno de los pueblos, con argumentos siempre fuertes, nacidos de una amplitud del “Logos” a la que nunca se cansó de convidar y de la que siempre dio vivo y personal testimonio. Bastaría a la luz de esto, y tan solo considerándolos a ellos, concluir que a lo largo de las tres gravitantes décadas que abarca su período, muy difícilmente pudo estar el orden natural y divino mejor ilustrado, lo cual de suyo reivindica la gloria de Dios. No obstante lo arriba señalado, y paradójicamente, el tiempo transcurrido en ese casi cuarto de siglo que va de la caída del Muro de Berlín hasta hoy —período

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coincidente con el despliegue magisterial referido— muestra también a los ojos de cualquier observador, en su dinámica social y moral, un espacio que en realidad ha sido más devastador para la fe de los pueblos cristianos de Occidente que lo que fueran 75 años de opresión comunista en Rusia y otras partes del planeta, incluso considerados los perniciosos efectos que su desafío significó para la libertad religiosa, cultural y política de muchos pueblos de la tierra. Pareciera así, fijando la mirada en el orden causal inmediato, que dada la dureza de las posiciones ideológicas de sesgo anticristiano adoptadas hoy por los establishment mediático y político del primer mundo –donde remedando “al acusador” se pretende que la Iglesia esté siempre sentada en el banquillo y tenga que dar justificación de su existir— se haría de momento inoficioso continuar en aquel más que centenario debate. El sesgo militantemente radical de ciertas esferas dirigentes laicistas implica a menudo que estas ya no den atención a un diálogo de fondo acerca de lo que sea realmente la modernidad. (cfr. “Benedicto XVI, el papa de la modernidad”, Humanitas 70). Debilitado en su fuerza demográfica —cuando otrora fue un surto inagotable de reclutamiento en todo orden de actividades—, en la actualidad ese mundo desarrollado mira además, sin saber bien qué hacer, una invasión poblacional y cultural proveniente de Latinoamérica, de África y de Asia, que en el primer caso el escritor norteamericano Samuel Huntington calificó de “reconquista”, pero que de cualquier modo va camino de un mestizaje de civilizaciones, cuyo futuro abre interrogantes de muy diverso tipo, incluso religiosos, sin duda también con aspectos positivos. He aquí entonces que, mientras la Iglesia se empeñaba por más de siglo y medio en desarrollar y actualizar siempre su magisterio para iluminar los desafíos de un orbe que se enriquecía materialmente pero que reducía cada vez más su horizonte espiritual —contribuyendo a este dramático contraste dos cataclismos de dimensiones jamás conocidas, como las dos guerras mundiales con sus causas y secuelas ideológicas—,otros espacios geográficos florecían a su alero o maduraban antiguas siembras. Es el caso de África, por lo primero, y de América, por lo segundo. Habría así, por estas vías, llegado el momento preparado por la Providencia para la elección del primer sucesor del apóstol Pedro proveniente de tierras iberoamericanas. ¡Con qué fuerza profética resuenan en este sentido las palabras del beato Juan Pablo II al arribar en 1992 a Santo Domingo, para inaugurar la IV Conferencia del Episcopado Latinoamericano: “El 12 de octubre de 1492 es una de las fechas más importantes en la historia de la humanidad” (cfr. “La Fe de América”, editorial Humanitas n° 68, octubre – diciembre 2012).

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Abrazo de San Francisco y Santo Domingo. Pintura sobre tabla. Museo de Santiago, Paraguay.

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Con el transcurrir de los días y las semanas el pueblo cristiano va modulando en el lenguaje comunicacional de la sociedad global, la imagen hasta ahora poco conocida de su pastor. Se cruzan de norte a sur y de este a oeste del planeta diversas figuras, textos e impresiones que buscan, en un genuino sentire cum Ecclesiae, entender desde la fe los signos del momento que se vive. Para unos, los tres pontífices que ha regalado Dios a su Iglesia representan, cada cual, una de las virtudes teologales: Juan Pablo II la esperanza, Benedicto XVI la fe, Francisco la caridad. Para otros, la Iglesia ha encontrado su carta de navegación en las agitadas aguas de este nuevo milenio, acudiendo a la inspiración que le entregan dos de sus carismas más queridos y más relevantes en la historia, ambos de hondo sentido fundacional. San Benito, primero, con su orante contemplación y su labora que dispone la tierra para que broten los frutos, y se transmitan la fe y la sabiduría que otorgan los cimientos a una civilización. Luego, san Francisco, cuyo testimonio kerygmático de amor a Dios y a las criaturas, sostiene a la Iglesia y afianza la fe de los pueblos en medio de la turbulencia y la crisis.

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III. Sentire cum Ecclesiae

Todo parece indicar que después de la inmensa tarea de profundización en las doctrinas del Concilio Vaticano II llevadas adelante por sus inmediatos antecesores, con el Papa Francisco ha soplado la hora del kerygma. En el afecto filial y en la oración nos unimos a él corde magno et animo volente, llenos de entusiasmo con sus gestos y palabras. Estos, como en Francesco, el icono del que tomó su nombre, trasuntan siempre un hondo amor a todo el espectro de la creación, en cuyo corazón figura el hombre, misterio que, como enseñó el Concilio, “solo se esclarece en el misterio del Verbo encarnado”, Jesucristo, centro del cosmos y de la historia (cfr. Juan Pablo II, encíclica Redemptor hominis n° 1 y 8). Santiago de Chile, viernes 19 de abril de 2013. A un mes del solemne inicio del pontificado de S.S. Francisco

JAIME ANTÚNEZ ALDUNATE Director revista HUMANITAS

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Luz de la Fe POR JUAN DE DIOS VIAL LARRAÍN

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umen Fidei, la encíclica del Papa Francisco, no es una estrella fugaz, sino el pleno cumplimiento, el final diseño, de una genial constelación teológica que cubre el cielo de nuestro tiempo. La obra de Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco, los tres últimos pontífices de la Iglesia Católica, vista desde un trasfondo en el que se divisan Juan XXIII y el Concilio Vaticano II, hasta hoy.

La Fe, responde Francisco, no es un salto al vacío, no es un sentimiento ciego, no es una luz subjetiva. Es una luz objetiva y común, que ilumina no instantes fugaces de la vida humana, sino la existencia humana en su totalidad.(…)

El centro de esta figura es, sin duda, la persona de Cristo y su Gracia, que viene a los hombres a través de las virtudes llamadas teologales –Fe, Esperanza, Caridad– en el encuentro del hombre con Dios. Mediante estas virtudes la Palabra de Dios eleva el espíritu y el corazón del hombre. Fe y razón, Esperanza que salva, Dios es Caridad, las encíclicas de los anteriores pontífices en cuyos títulos aparecen esas palabras, hablaron ya de esas tres virtudes. Benedicto XVI, en un gesto genial, clausuró su pontificado e inició el de Francisco en un tiempo al que proclamó el Año de la Fe. Lumen Fidei es su culminación.

Me parece ver aquí una teología viva, el discurso viviente que la fe toma en el cristianismo. El encuentro fundamental del hombre con Dios. Quizá lo primero y sorprendente sea la metáfora dominante en este texto: la luz. No es nada casual o retórico. La fundamental religiosidad del hombre, cabe recordar, se ha reconocido a sí misma tantas veces en la maravillosa figura de la luz del sol que ilumina la existencia humana con el poderoso ritmo del día y de la noche. No es casual, pues, la alusión en el párrafo 1 de la encíclica al Sol Invictus. Ella invita a mirar desde el fondo primario de la religiosidad del ser humano, en la que el propio paganismo pudiera reconocerse, profesada ya por egipcios, caldeos o indoeuropeos —por todos los pueblos, probablemente— e ilustrada por monumentos como las Pirámides, el Partenón o Machu-Picchu. Inclusive cabe recordar que también en la República de Platón, el Bien está representado por el sol y su influjo en el Universo. La fe cristiana, parece advertirnos la metáfora de la luz, tiene que ver con esta dimensión profunda y

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La Fe estuvo presente, por supuesto, en la encíclica Fides et Ratio de Juan Pablo II, en los tiempos en los que el cardenal Ratzinger —Benedicto XVI— era prefecto de la Congregación de la Fe. En ese notable texto, sin embargo, predomina más bien la Ratio: Esa encíclica fue un llamado a la inteligencia humana a abrirse a la Palabra de Dios desde el fondo mismo (…) Es el don de Dios, de su constitución, por ende, desde la metafísica. Hoy la virtud sobrenatural Lumen Fidei, el texto de Francisco, recupera la visión que el Espíritu de Dios original de Benedicto XVI, la exalta y difunde.

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originaria de la realidad del Universo, con un subsuelo histórico de universal vigencia antropológica, por oscuro que sea todavía su contenido esencial.

infunde en el hombre.

La mano de Francisco está explícita en el pasaje Su palabra encarnada inicial de esta encíclica. Ahí encara la principal objeen la figura humana de ción contemporánea a lo que la fe pueda significar. La Jesucristo con quien el Fe sería anacrónica; un comportamiento de antiguas hombre se encuentra real sociedades de las que el hombre adulto de hoy “ufano e históricamente. de su razón” estaría liberado. Por cierto, esa objeción destila el progresismo positivista que animara ya a la Ilustración en el siglo XVIII, cuyos ecos todavía resuenan. La encíclica, por así decir, está más al día y apunta más bien a Nietzsche, a la “autónoma inseguridad”, de la que habla en la carta a su hermana Isabel, que trae el párrafo 2 de la encíclica. En esa “autonomía” seguramente subyacen la voluntad de dominio y el nihilismo. La Fe, responde Francisco, no es un salto al vacío, no es un sentimiento ciego, no es una luz subjetiva. Es una luz objetiva y común, que ilumina no instantes fugaces de la vida humana, sino la existencia humana en su totalidad. Es el don de Dios, la virtud sobrenatural que el Espíritu de Dios infunde en el hombre. Su palabra encarnada en la figura humana de Jesucristo con quien el hombre se encuentra real e históricamente. Esa Palabra fue escuchada por Abraham, el más antiguo de los patriarcas de Israel, con quien se inician las religiones superiores desde el judaísmo al

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cristianismo y, más tarde, al Islam. Dios pide a Abraham que acoja su palabra, que le sea fiel. Y le hace la promesa de una vida nueva. En Cristo esa promesa se hace real, se cumple. Ser cristiano es el encuentro con Él. Toda vida humana, ciertamente, está marcada por encuentros que resultan decisivos, en uno u otro sentido; pertenecen a su destino. El encuentro con Dios es decisivo absolutamente: tiene lugar en la Fe y consagra la vida. En el cristianismo estamos en presencia de lo que originariamente es un hecho histórico que perdura. Recogido en el testimonio de los que lo vivieron en primera aproximación, narrado en los libros de la Biblia y vivido a diario, como la luz del sol, por el cristiano. Así, una historia de milenios, que ha tenido y mantiene un sentido único profundo. Milenios de vida constituida y ordenada por una poderosa fuerza, por una verdad radical alojada en lo más íntimo de la conciencia singular de cada hombre que la vive. La fuerza que le hace ser humano. La vida del alma que nos hace ser Yo mismo y Tú mismo en una íntima comunión personal que, en última y fundamental instancia, es comunión con la persona de Cristo que nos reúne y en quien vivimos y somos. El mismo Dios hecho hombre, nacido de mujer, que asume la muerte para dar cumplimiento al designio del amor que es la vida en su plenitud. Si Cristo no ha resucitado, ese designio, nuestra Fe, sería vana, dijo San Pablo. ¿Por qué ha ocurrido todo esto? Sencillamente porque la gran creatura de Dios que es el hombre, en ejercicio de su libertad se rebela contra Él. Se niega al encuentro, no le reconoce. Alguien ha inducido al hombre a creer que él mismo es Dios, no quien le creara. En el Génesis está representado por la serpiente –encarnación del demonio– que lo sugiere a Eva, pero lo han repetido las grandes herejías, desde la de Arrio, en los primeros siglos de la era cristiana, hasta el materialismo novecentista de Feuerbach o Marx, si no del propio idealismo. La consecuencia de esa demoníaca rebeldía, a la que el hombre pareciera estar naturalmente inclinado en una falsificación de su libertad, es el pecado. Y este, también naturalmente, acarreó al hombre su más lógica consecuencia, que es la muerte. Si el hombre no es creatura de Dios, si no hay en él ninguna plenitud posible, está naturalmente llamado a morir como cualquiera de los seres del mundo. Vana resulta, entonces, nuestra fe. Ya no es Fe. En su lugar habrá una idolatría cualquiera: el placer, el poder, el dinero, los más vulgares.

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El Dios que habla a Abraham es el Dios creador que, como dice San Pablo a los romanos, “llama a la existencia lo que no existe”. El Dios que habla a Moisés en el Sinaí le revela su nombre, pero el pueblo “no soporta el misterio del rostro oculto”. Prefiere adorar al ídolo “porque lo hemos hecho nosotros” un pretexto “para ponerse a sí mismo en el centro de la realidad” (LF.13) Lumen Fidei destaca en la fe de Israel la figura del mediador. Lo fue Moisés. Lo será Juan el Bautista, lo fueron quienes estuvieron al pie de la Cruz, quienes llegaron al sepulcro vacío o estuvieron en la Última Cena; lo serán quienes recogen la buena nueva, los evangelistas. En fin, lo es la comunidad cristiana, la Iglesia. En la mediación hay una confianza en otro, hay una Fe que nos hace creer, que nos hace partícipes de su visión. Dios pide a Abraham Esta es, en el fondo, una manifestación del amor. Cristo que acoja su palabra, es un mediador en quien vemos al Padre, a quién solo que le sea fiel. Y le Él conocía. La obra creadora de Dios, que el pecado quiebra, solo puede ser restaurada, salvada, por Dios mismo, por la misma fuerza creadora, ahora misericordiosa, de Dios que asume el trágico destino de la creatura a la que ha amado en sí misma: el hombre. Que asume inclusive su castigo, que es la muerte. La Fe abre nuevamente al hombre su vocación más alta. No lo abandona. La Fe lo reconocerá con misericordia. El amor todo lo puede.

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Inclusive podrán serlo el saber, la belleza, la armonía del universo, en tanto meros sustitutos en la ausencia de Dios.

hace la promesa de una vida nueva. En Cristo esa promesa se hace real, se cumple. Ser cristiano es el encuentro con Él.

JUAN DE DIOS VIAL LARRAÍN Del Comité Editorial de Humanitas

Editorial con ocasión de la encíclica Lumen Fidei (junio de 2013)

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“Todo el Pueblo de Dios anuncia el Evangelio” POR PEDRO MORANDÉ COURT

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a exhortación apostólica Evangelii gaudium es notable por muchos aspectos: su serena alegría, su equilibrio, su eclesiología del pueblo de Dios, la iniciativa permanente del Espíritu de Dios que nos anticipa. Pero en este breve comentario quisiera concentrarme en la eclesiología del pueblo Dios que, a mi parecer, recupera muy hondamente la doctrina de Lumen gentium en nuestra época. Después de haber destacado el principio de la primacía de la gracia, señala el Papa Francisco: “Esta salvación, que realiza Dios y anuncia gozosamente la Iglesia, es para todos, y Dios ha gestado un camino para unirse a cada uno de los seres humanos de todos los tiempos. Ha elegido convocarlos como pueblo y no como seres aislados. Nadie se salva solo, esto es, ni como individuo aislado ni por sus propias fuerzas. Dios nos atrae teniendo en cuenta la compleja trama de relaciones interpersonales que supone la vida en una comunidad humana” (n.113). Estamos acostumbrados a escuchar en ambientes pastoralistas del protagonismo de los agentes pastorales, como también de las “pastorales especializadas”. Se cae fácilmente después en la visión de la evangelización como la ejecución de una estrategia pastoral que debe tener indicadores de logro, medibles y cuantificables. Con ello, se pone inevitablemente en el centro el protagonismo de la acción humana gestionada desde el plan pastoral. Pero nos advierte el Papa: “Jesús no dice a los Apóstoles que formen un grupo exclusivo, un grupo de élite. Jesús dice: «Id y haced que todos los pueblos sean mis discípulos» (Mt 28,19). San Pablo afirma que en el Pueblo de Dios, en la Iglesia, «no hay ni judío ni griego [...] porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús» (Ga 3,28).(ibíd.). Y agrega: “Ser Iglesia es ser Pueblo de Dios, de acuerdo con el gran proyecto de amor del Padre. Esto implica ser el fermento de Dios en medio de la humanidad”. (n.114) Y también: “Este Pueblo de Dios se encarna en los pueblos de la tierra, cada uno de los cuales tiene su cultura propia” (n.115), lo que recuerda las afirmaciones de Juan Pablo II en su memorable discurso ante la UNESCO. Así, no contrapone la acción del Espíritu a la dinámica sociológica natural de

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FR ANCISCO EN HUMANITAS NÚMERO 74 la transmisión de la cultura entre las generaciones, dándole a la evangelización un alcance verdaderamente universal. Reconoce que cada pueblo tiene su particular estilo de convivencia, desde el cual identifica cuáles son sus necesidades y prioridades. La riqueza y dignidad de las culturas son un indicio cierto de las huellas del Espíritu de Dios en el corazón humano, incluso cuando la persona está alejada de la Iglesia, busca a Dios sin encontrarlo todavía o no tiene conciencia de que lo ha anticipado y alcanzado. El Papa no es ingenuo y ha llamado la atención precedentemente sobre el riesgo de caer en la “mundanidad espiritual, que se esconde detrás de apariencias de religiosidad e incluso de amor a la Iglesia; en buscar, en lugar de la gloria del Señor, la gloria humana y el bienestar personal” (n.93). Pero este no es el núcleo de las culturas humanas, sino la deformación de la experiencia religiosa, que él compara con el fariseísmo. Por ello, como buen latinoamericano, contrapone esta mundanidad espiritual con la religiosidad popular que brota de la encarnación de la fe cristiana en una cultura popular que tiene rostros y devociones concretas y genera vínculos de humanidad para una convivencia fraterna. A su vez, concibe la fraternidad como fundamento y camino para la paz, como tituló su mensaje para la tradicional jornada mundial del 1 de enero. Lo que personalmente encontré más notable de esta visión

El Papa no es ingenuo y ha llamado la atención precedentemente sobre el riesgo de caer en la “mundanidad espiritual, que se esconde detrás de apariencias de religiosidad e incluso de amor a la Iglesia; en buscar, en lugar de la gloria del Señor, la gloria humana y el bienestar personal” (n.93). Pero este no es el núcleo de las culturas humanas, sino la deformación de la experiencia religiosa, que él compara con el fariseísmo. (...)

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DESAFÍOS DE LA INCULTURACIÓN DE LA FE El substrato cristiano de algunos pueblos —sobre todo occidentales— es una realidad viva. Allí encontramos, especialmente en los más necesitados, una reserva moral que guarda valores de auténtico humanismo cristiano. Una mirada de fe sobre la realidad no puede dejar de reconocer lo que siembra el Espíritu Santo. Sería desconfiar de su acción libre y generosa pensar que no hay auténticos valores cristianos donde una gran parte de la población ha recibido el Bautismo y expresa su fe y su solidaridad fraterna de múltiples maneras. Allí hay que reconocer mucho más que unas «semillas del Verbo», ya que se trata de una auténtica fe católica con modos propios de expresión y de pertenencia a la Iglesia. No conviene ignorar la tremenda importancia que tiene una cultura marcada por la fe, porque esa cultura evangelizada, más allá de sus límites, tiene muchos más recursos que una mera suma de creyentes frente a los embates del secularismo actual. Una cultura popular evangelizada contiene valores de fe y de solidaridad que pueden provocar el desarrollo de una sociedad más justa y creyente, y posee una sabiduría peculiar que hay que saber reconocer con una mirada agradecida (Evangelii gaudium n° 68).

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fue su afirmación de que cuando se ha inculturado el Evangelio, cuando se ha vuelto fermento de humanidad, la propia transmisión intergeneracional de la cultura es una forma de evangelización, aun en el caso que las personas que lo hacen no tengan conciencia de pertenecer a la Iglesia (n. 68). También los cristianos tienen que encontrar las huellas de la presencia de Dios en los vacíos, en los desiertos, en las miserias morales, en las “llagas de Cristo”, como las denomina contemplando al crucificado.

Esto lo lleva a plantear “el gusto espiritual de ser pueblo”. Señala, al respecto: “La Palabra de Dios también nos invita a reconocer que somos pueblo: «Vosotros, que en otro tiempo no erais pueblo, ahora sois pueblo de Dios» (1 Pe 2,10). Para ser evangelizadores de alma también hace falta desarrollar el gusto espiritual de estar cerca de la vida de la gente, hasta el punto de descubrir que eso es fuente de un gozo superior. La misión es una pasión por Jesús, pero, al mismo tiempo, una pasión por su pueblo. (..) Por ello, como Cuando nos detenemos ante Jesús crucificado, reconocemos buen latinoamericano, todo su amor que nos dignifica y nos sostiene, pero allí mismo, contrapone esta si no somos ciegos, empezamos a percibir que esa mirada de mundanidad espiritual Jesús se amplía y se dirige llena de cariño y de ardor hacia todo con la religiosidad su pueblo” (n. 268). Pero se trata siempre de rostros humanos popular que brota de concretos que tienen identidad, historia, simbolismos culturales la encarnación de la compartidos en la familia, en el trabajo, en la ciudad, en los fe cristiana en una medios de comunicación. Concluyo destacando que una de las novedades de esta exhortación apostólica es la plena recuperación del papel del pueblo de Dios en medio de los pueblos de la tierra y que la evangelización tiene por objeto abrazarlos fraternalmente a todos ellos, creciendo en medio de ellos, respetando sus culturas y su libertad, alentando su búsqueda de la verdad y reconociendo el don de la misericordia.

cultura popular que tiene rostros y devociones concretas y genera vínculos de humanidad para una convivencia fraterna.

PEDRO MORANDÉ COURT Del Comité Editorial de revista HUMANITAS. Editorial con ocasión, de la Exhort. Ap. Evangelii gaudium (noviembre 2013)

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Encíclica Laudato si’

Un hito en la doctrina social de la Iglesia POR JAIME ANTÚNEZ ALDUNATE

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o parece desproporcionada la comparación en el sentido de que la encíclica Laudato si’ del Papa Francisco sea, para la humanidad de comienzos del siglo XXI, lo que fue la Rerum novarum de León XIII para la del mundo de fines del siglo XIX. El llamado al sentido de responsabilidad frente a una sociedad que velozmente se industrializaba, lanzado por el Papa Pecci —recordado como un hito por sus sucesores Pío XI, Pablo VI y Juan Pablo II con sendas encíclicas—, se situaba ante el contexto cultural de ligereza e irresponsabilidad social y política que, muy pronto, llevaría a las naciones de Europa y al mundo entero a las dos más devastadoras guerras de toda la historia universal. Llama la atención, y constituye todo un signo a meditar, la constatación que hace el Papa Francisco en el sentido de que esa irresponsabilidad social y política no ha tenido hasta ahora cura verdadera: “la humanidad del período post-industrial quizá sea recordada como una de las más irresponsables de la historia” (LS, 165). El esfuerzo de este importante documento magisterial, Laudato si’, apunta fundamentalmente en la dirección de subsanar esa irresponsabilidad, remontando desde las consecuencias —siendo ciertamente la crisis ecológica una de las más graves y sintomáticas— a las causas, que el Papa visualiza en el orden antropológico. A pesar de la enorme gravedad de los temas que trata, su esperanza sin embargo no declina, y aguarda así “que la humanidad de comienzos del siglo XXI pueda ser recordada por haber asumido con generosidad sus graves responsabilidades” (id.). Dicho lo anterior, que puede valer como premisa histórica, conviene en seguida hacer presente la continuidad magisterial en la que se insertan tanto la Rerum novarum como la Laudato si’. En efecto, al contrario de quienes la interpretaron como una apertura al mundo de la época, discordante con la enseñanza de sus predecesores, lo que la voz de León XIII trajo consigo a la cultura de inicios de la era capitalista fue la proyección, al contexto social y político de la Revolución industrial, de la visión del hombre desa-

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Con caracteres distintos, potenciados por una sociedad fuertemente mediatizada, la misma falsa dicotomía se repite hoy. Como si el cuidado de la naturaleza no fuese un tema antiguo en el magisterio y como si de la crisis ecológica no hubiesen ya tratado Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI (cfr. capítulo 4 de la Caritas in veritate), se hace a la nueva encíclica, informativamente hablando, objeto de una mañosa contradicción. Pero más allá de todo ello y de las complejas circunstancias sociales, políticas o económicas frente a las que haya querido responder cada pronunciamiento, lo que debe observarse es la común visión del hombre y de su destino trascendente que inspira todos los documentos papales conocidos, no solo en el ‘ciclo breve’, sino en el ‘ciclo largo’, como aquel que puede comprender desde Gregorio XVI a Francisco, y más.

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rrollada por sus antecesores Pío IX y Gregorio XVI. Estos habían ya advertido, con extraordinaria lucidez y fuerza profética, el desafío que significaba el inmanentismo de la filosofía liberal de su tiempo, que tantos problemas, exConstata que el ternos e internos, acarrearían muy luego a la propia Iglesia.

mundo vive la dinámica de un estado contracultural, profundamente dañino al bien común, del que es difícil evadirse, en el cual la política es dominada por la economía y esta, a su vez, por el “paradigma eficientista de la tecnocracia” (LS, 189). (…)

Una variedad de autorizados analistas ha subrayado y comentado, consistentemente con lo anterior, lo que la encíclica Laudato si’ deja ver de manera inmediata al lector desprejuiciado. Precisa el Papa que “las predicciones catastróficas ya no pueden ser miradas con desprecio e ironía” (LS, 161). Sin embargo no se está frente a un documento “ecologista”, como superficialmente algunos han querido llamarlo, ni tampoco político, económico o técnico. Al igual que sus antecesores, Francisco ha querido hablar de una forma de vivir o, en términos más precisos, de una antropología —de cara ciertamente a un gravísimo problema

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de hoy, como pudo ser, por citar un ejemplo, el caso de Pío XI frente a las ideologías de su tiempo—, lo cual, en rigor, es común a la totalidad del magisterio. Constata Francisco que el mundo vive, en este tiempo, la dinámica de un estado contracultural, profundamente dañino al bien común, del que es difícil evadirse, en el cual la política es dominada por la economía y esta, a su vez, por el “paradigma eficientista de la tecnocracia” (LS, 189). Obviamente, no se trata de desconocer los progresos de la ciencia y la técnica modernas. Sí, en cambio, de encarar el modo como la humanidad ha asumido la tecnología, en ningún caso de forma integral, lo cual en lugar de extender la mirada y ampliar la razón —reclamo en continuidad con Benedicto XVI—, la empuja cada vez más en una dirección (…) No se trata de reductiva. De aquí adviene, como consecuencia, un relatidesconocer los progresos vismo “todavía más peligroso que el doctrinal” (Evangelii de la ciencia y la técnica gaudium, 80), por el que el ser humano “termina dando modernas. Sí, en cambio, prioridad absoluta a sus conveniencias circunstanciales, y de encarar el modo como todo lo demás se vuelve relativo”, provocándose, con soporte en esta fragmentación, “al mismo tiempo la degradación la humanidad ha asumido ambiental y la degradación social” (LS, 122).

la tecnología, en ningún caso de forma integral, lo cual en lugar de extender la mirada y ampliar la razón, la empuja cada vez más en una dirección reductiva.

Mientras tanto, como había advertido su antecesor, a quien Francisco cita, si estamos viendo cada vez más que los desiertos exteriores se multiplican en el mundo, es porque antes se han extendido los desiertos interiores. “La crisis ecológica es una eclosión o manifestación externa de la crisis ética, cultural y espiritual de la modernidad”, señala el Papa (LS, 119). Una grave dificultad para abordarla, de la que hay que tener conciencia al hacerse cargo del grave problema mundial puesto en foco, es que “no podemos pensar que los proyectos políticos o la fuerza de la ley serán suficientes para evitar los comportamientos que afectan al ambiente, porque, cuando es la cultura la que se corrompe y ya no se reconoce alguna verdad objetiva o unos principios universalmente válidos, las leyes sólo se entenderán como imposiciones arbitrarias y como obstáculos a evitar” (LS, 123). Señalando los falsos atajos dilatorios, que en lugar de enfrentar el desafío ecológico buscan términos medios —y que “son sólo una pequeña demora en el derrumbe”—, Francisco se plantea, sin eufemismos, frente a la necesidad de reformular la noción de progreso y de verdadero desarrollo, no siendo todo lo que se engloba en su nombre digno del hombre. “Un desarrollo tecnológico y económico que no deja un mundo mejor y una calidad de vida integralmente superior no puede considerarse progreso” (LS, 194). Late en el fondo de todo el documento papal la “antropología teológica” de

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La “ecología del hombre”, como la llamó Benedicto XVI hablando en el Bundestag —asimilable a la ecología integral de que habla Francisco—, supone que la creatura humana “posee una naturaleza que [él] debe respetar y que no puede manipular a su antojo”. Esta nos pone en estrecha relación con el ambiente y con los demás seres vivientes, continúa Laudato si’. Y está necesariamente también presente en ella la ley moral, escrita en la propia naturaleza del animal racional, el hombre —”el único sujeto óntico de la cultura” (cfr. Juan Pablo II en la Unesco, 2.VI.80)—, que con su inteligencia sabe descubrirla para crear un ambiente culturalmente digno.

Late en el fondo de todo el documento papal la “antropología teológica” de San Juan Pablo II, así como la concepción creatural del hombre legada a la humanidad contemporánea — conformada de seres fundamentalmente celosos de su autonomía— por el Concilio Vaticano II, y hondamente desarrollada por el magisterio de los papas Wojtyla y Ratzinger.

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San Juan Pablo II, así como la concepción creatural del hombre legada a la humanidad contemporánea —conformada de seres fundamentalmente celosos de su autonomía— por el Concilio Vaticano II, y hondamente desarrollada por el magisterio de los papas Wojtyla y Ratzinger. Para Francisco, en efecto, es la incomprensión de la fe bíblica en el Dios creador lo que ha conducido a un antropocentrismo exacerbado, situado en el corazón de la crisis ecológica. La fe, en cambio, nos hace reconocer que “no somos Dios”, que “la tierra nos precede y nos ha sido dada” (LS, 67).

“La aceptación del propio cuerpo como don de Dios es necesaria para acoger y aceptar el mundo entero como regalo del Padre y casa común, mientras una lógica de dominio sobre el propio cuerpo se transforma en una lógica a veces sutil de dominio sobre la creación”. En el horizonte del “todo conecta con todo” que desarrolla el Papa Francisco en esta encíclica, se comprende en seguida la relación que esto guarda con temas cruciales del debate actual, relacionados con la masculinidad, la femineidad y las manipulaciones ideológicas que incurren en la insania de “cancelar la diferencia sexual porque ya no saben confrontarse con la misma” (LS, 155).

Reconocidas y fortalecidas las relaciones constitutivas de la vida humana —con uno mismo, con los demás, con lo creado y con Dios—, se puede entender que “no hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social, sino una sola crisis socioambiental” (LS, 139). Dicha mirada unitaria reclama, asimismo, “la necesidad imperiosa del humanismo” (LS, 141). POR JAIME ANTÚNEZ ALDUNATE Director Revista HUMANITAS Editorial con ocasión de encíclica Laudato si’ (mayo 2015)

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Reflexiones sobre la Exhortación Apostólica del Papa Francisco

“La alegría del amor” nos interpela POR HENRI HUDE

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ace casi cuarenta años, la elección de Karol Wojtyla fue, para los así llamados “católicos de izquierda”, un impacto desestabilizador. Siendo polaco, Juan Pablo II tenía la experiencia del “socialismo Así como Juan Pablo II real”. No se dejaba impresionar por el prestigio de las lanzó su evangelización corrientes ideológicas de inclinación marxista, tendencia sin sumisión alguna a en aquel entonces hiperdominante en Occidente. Y el la ideología marxista, comunismo desapareció. Aquello fue ocasión para una cuyo fin presentía, del gran clarificación: ciertos católicos marxistas dejaron de mismo modo Francisco decirse católicos, pero los católicos sinceros de cultura concibe su evangelización marxista siguieron siendo católicos, y ese Papa los llevó en un mundo en el a profundizar en su fe y en su pensamiento político.

cual la ideología liberal probablemente va a desaparecer; no la libertad de emprender ni la propiedad privada ni la libertad de reflexionar, ciertamente, (…)

Hoy, con posterioridad a la elección de Jorge Mario Bergoglio, ocurre un fenómeno análogo. Siendo argentino, Francisco tiene la experiencia del “liberalismo real”. No se deja impresionar por lo políticamente correcto ni por la ideología hoy de moda (individualista, relativista, libertaria, etc.); al contrario, pues visualiza todas sus aplicaciones, incluso en los ámbitos del dinero y el poder, y no solo de la destrucción de la familia.

Ante este Papa popular, son ahora muchos “católicos conservadores” quienes se desestabilizan. Y como antes con los católicos de izquierda, se requiere de una clarificación. Se vive un combate espiritual en el alma de cada uno. Todavía no conocemos su desenlace. Hay quienes tal vez perderán la fe en Roma; pero muchos —esperemos— se plantearán de mejor manera los interrogantes sobre justicia económica y política. Profundizarán y purificarán su amor al orden y su respeto por la verdad, que constituyen valores fundamentales. Así como Juan Pablo II lanzó su evangelización sin sumisión alguna a la

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ideología marxista, cuyo fin presentía, del mismo modo Francisco concibe su evangelización en un mundo en el cual la ideología liberal probablemente va a desaparecer; no la libertad de emprender ni la propiedad (…) sino esa ideología privada ni la libertad de reflexionar, ciertamente, sino que aparta al individuo esa ideología que aparta al individuo del bien común y del bien común y a la a la libertad del bien que debe ser su norma, y que por libertad del bien que consiguiente subordina al Hombre al dinero, sometiendo debe ser su norma, y el trabajo y la economía a los fondos acumulados. Preque por consiguiente cisamente en eso es profético el Papa. Profecía, como subordina al Hombre veremos, muy razonable.

al dinero, sometiendo el Francisco se horroriza ante la subordinación inicua trabajo y la economía a del Hombre al dinero, y del trabajo y la economía a los fondos acumulados. los fondos centralizados por una aristocracia del dinePrecisamente en eso ro. Ahí también van a producirse una selección y una es profético el Papa. profundización, porque muchos católicos conservadores, que luchan contra el liberalismo ideológico, tomando Profecía, como veremos, posición, por ejemplo, contra el matrimonio homosexual, muy razonable. no se dan cuenta de que toda una parte de ellos mismos es solidaria con esta misma ideología. Precisamente esta incoherencia debilita su credibilidad y condena al fracaso la evangelización. Así, aquellos conservadores sinceramente católicos que logren escuchar al Papa profundizarán en su pensamiento y se darán cuenta de que solo veían una parte (de dos o tres) del problema libertario [1] y si logran tomarlas todas en cuenta, su testimonio ganará mucho en credibilidad.

1 El libertarismo del dinero es la enloquecida economía financiera que tenemos a la vista, la cual desprecia el valor del trabajo humano. El libertarismo del poder es la manipulación, la propaganda y la violencia.

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La evangelización de los pueblos por Francisco Francisco ha logrado conquistar en poco tiempo el corazón de la inmensa mayoría del pueblo en todas las naciones. Es un hecho. ¿Por qué motivo? Porque los pueblos, por instinto, aman a Cristo; también porque Francisco ha analizado perfectamente aquello que separaba a todo ese pueblo de la Iglesia, y por último porque las circunstancias han vuelto a ser muy favorables: 1°, la desaparición del comunismo; 2°, el descrédito del Muchos católicos liberalismo; y 3° la deriva fanática en el Islam, crean conservadores, que las condiciones para una reevangelización masiva de luchan contra el los pueblos descristianizados, pero también para una liberalismo ideológico, expansión sin precedentes del cristianismo en los espatomando posición, cios musulmanes.

por ejemplo, contra el matrimonio homosexual, no se dan cuenta de que toda una parte de ellos mismos es solidaria con esta misma ideología. Precisamente esta incoherencia debilita su credibilidad y condena al fracaso la evangelización.

Pero es preciso, además, que a Francisco lo comprenda y lo siga lo que puede llamarse la élite católica[2], especialmente en los países occidentales. Por este motivo, llama la atención el esfuerzo de los grandes medios de comunicación masiva que apunta a crear en esta élite católica desconfianza en relación al Papa. Se trata, por una parte, de obstaculizar el camino para que esta élite se ponga al servicio de los pueblos, mientras, en otro plano, esos mismos medios realizan un permanente acoso, procurando desacreditar a la Iglesia entre las masas. Tengamos claro que el hecho de que las élites católicas se pongan al servicio de los pueblos en las democracias y en las economías, es la primera condición para la credibilidad moral de la evangelización y, también, para la reforma indispensable en dichos países occidentales, europeos y americanos. 2 BREVE NOTA SOBRE LA ÉLITE. En toda sociedad humana hay siempre una élite, es decir, grupos dirigentes o influyentes, que orientan la política, la economía o la cultura. También hay, en estos grupos o fuera de ellos, individuos dotados de una excelencia o poder especial, de orden espiritual o de otro carácter. Incluso en una sociedad con un ideal igualitario hay una élite igualitaria. El igualitarismo hace bajar el nivel general y favorece la desigualdad. La igualdad real consiste en esto: que la élite sea al mismo tiempo abierta y esté en actitud de servicio. Por lo tanto, los discursos antielitistas son al mismo tiempo justificados (si la élite es una casta cerrada en sí misma y en primer lugar al servicio de sí misma) e improcedentes (si se culpabiliza el hecho mismo de que haya una o varias élites). Lo anterior sigue siendo verdad si se logra elevar en gran medida el nivel general de un pueblo, lo cual es deseable. Por ser la humildad una virtud, la élite debe estar dotada de la misma. Ser parte de la élite no justifica entonces mirar al prójimo con aire de superioridad. Si la élite carece de humildad, no es justa y se hace detestar. La humildad no consiste en no ver las propias cualidades ni en sentirse culpable de poseerlas, es decir, de haberlas recibido. Todo esto es válido a fortiori para la sociedad que es la Iglesia. La verdadera élite es la de la santidad y ella relativiza las jerarquías institucionales legítimas sin destruirlas, lo que también puede tener lugar sobre la base de valores simplemente humanos.

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“Trágicamente”. Es verdad. Es preciso abrirse a reconocerlo, dejarse conmover y proceder en consecuencia. La presentación del mensaje de Cristo sobre el matrimonio adquiere su credibilidad cuando va acompañada de una acción generosa y convincente en favor de esa “existencia serena” de la pareja y de la familia desde el punto de vista de la economía. Además, esta presentación debe hacerse en un ambiente de misericordia, fraternidad y alegre humildad, con comprensión de las dificultades de vidas aplastadas por esos condicionamientos, con una mirada positiva y de admiración por aquello que, a pesar de todo, sigue siendo bello en tantas existencias mutiladas por la barbarie libertaria. Ciertamente hay pecado y responsabilidad personal, pero ante los ojos de Cristo, todos somos “mujeres adúlteras” (Jn 8, 1-11) y no nos salvamos por nuestros méritos.

tiempo el corazón de la inmensa mayoría del pueblo en todas las naciones. Es un hecho. ¿Por qué motivo? Porque los pueblos, por instinto, aman a Cristo; también porque Francisco ha analizado perfectamente aquello que separaba a todo ese pueblo de la Iglesia, y por último porque las circunstancias han vuelto a ser muy favorables.

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¡Eso no significa resucitar el comunismo! Eso significa que es preciso poder ganarse la vida antes de poder formar una familia. El himno a la familia, en el Salmo 128, 1-6, comentado por Francisco, habla de trabajo antes de hablar de cónyuge e hijos. “Del trabajo de tus manos comerás” (Amoris laetitia, n. 8). Aplicación práctica: “(…) la desocupación y la precariedad laboral se transforman en sufrimiento (…). Es lo que la sociedad está viviendo trágicamente en muchos países”. El Francisco ha logrado desempleo afecta de diferentes maneras a la ”serenidad conquistar en poco de las familias” (A.L., n. 25).

Por estos motivos, ¿cuál sería hoy el mayor obstáculo para la evangelización? Élites católicas cegadas por prejuicios de clase, que desprecian la enseñanza de Francisco y cuyo compromiso político se reduciría a “arrojar piedras” moralizadoras a los pueblos sobre aquello que constituye su sufrimiento y su esclavitud [3].

La élite católica está para servir

En línea con la opción preferencial por los pobres, la élite católica debe ponerse, en consecuencia, en defensa de los intereses democráticos y económicos de las 3 “Esta misma raíz del amor, en todo caso, es lo que me lleva a rechazar la injusticia de que algunos tengan demasiado y otros no tengan nada; o lo que me mueve a buscar que también los descartables de la sociedad puedan vivir un poco de alegría. Pero eso no es envidia, sino deseos de equidad” (A.L., n. 96).

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clases populares, rompiendo con los viejos reflejos de la época del comunismo, provenientes de la Guerra Fría. Eso se inscribe por lo demás en un esfuerzo de renovación cultural y democrática sin precedentes, que compete a todos los ciudadanos, independientemente de cuál sea su religión. Y eso requiere además un trabajo económico, legislativo y fiscal inmenso, que únicamente una élite es capaz de emprender. Semejante compromiso y semejante trabajo deben necesariamente acompañar a la evangelización. En esta situación, decepciona ver a tantos jóvenes católicos, justamente preocupados por el compromiso político, militando por La Iglesia está para la familia y la vida de manera demasiado abstracta, acoger, integrar y sanar sin preocupación suficiente por las condiciones de vida a los hijos de Dios, por cada vez más precarias de un pueblo que ya no tiene muy en mal estado que porvenir económico.

se encuentren. ¿Cómo prepararse para este gran retorno que ya se vive? ¿Cómo manejar en toda su duración esta situación inédita? ¿Cómo hacer que este retorno a la vida no sea una nueva puesta en orden autoritaria? Estas son las preguntas que parecen encontrarse en el horizonte de la exhortación del Papa.

La defensa de la vida (A.L., n. 83) es probablemente, de todos los temas de gran interés (y con razón) para los católicos, aquel en el cual peor se las arreglan. Hay que entender esto bien. Muchos esfuerzos individuales son admirables. Desgraciadamente, nunca podrán llegar a un cambio estructural mientras no se sitúen en una acción política interpartidista más audaz y más amplia. Sin este apoyo, el enfoque resulta ser demasiado parcial, demasiado estrecho.

Entre las preguntas que se olvida hacer cuando se habla de ética familiar, no temamos repetir estas: ¿cómo se puede formar una familia cuando no es posible pagar un arriendo y el joven está obligado a permanecer con sus padres (“La falta de una vivienda digna o adecuada” (A.L., n. 44)? ¿Cómo se puede alimentar hijos cuando no se tiene trabajo [4]? ¿Cómo estar ampliamente abierto a la vida cuando se sabe que nunca uno podrá comprar más de 50 metros cuadrados? Y tal vez ni siquiera eso. Un sistema económico en que el trabajo no permite educar a una familia es profundamente inmoral. Y predicar sobre la familia a los pobres en esas

4 “Es lo que la sociedad está viviendo trágicamente en muchos países, y esta ausencia de fuentes de trabajo afecta de diferentes maneras a la serenidad de las familias (A.L., n. 25)”. Se trata de “crear las condiciones legislativas y laborales para garantizar el futuro de los jóvenes y ayudarlos a realizar su proyecto de formar una familia (A.L., n. 43)”.

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El día en que el liberalismo se hunda como el comunismo, ¿volverá entonces la humanidad herida a la Iglesia? Sí, sin duda, pero únicamente si la Iglesia sabe acoger con misericordia, ya que esos futuros neófitos, ellos y ellas, se habrán divorciado varias veces, serán homosexuales, habrán sido criados por padres solos o parejas reconstituidas, habrán sido heridos por todo tipo de vicios. Pero la Iglesia está para acoger, integrar y sanar a los hijos de Dios, por muy en mal estado que se encuentren. ¿Cómo prepararse para este gran retorno que ya se vive? ¿Cómo manejar en toda su duración esta situación inédita? ¿Cómo hacer que este retorno a la vida no sea una nueva puesta en orden autoritaria? Estas son las preguntas que parecen encontrarse en el horizonte de la exhortación del Papa.

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condiciones, sin hacer al mismo tiempo algo para remediar injusticias que claman al Cielo, es una hipocresía. Quienes instalan ese sistema de injusticia económica cargan con gran parte del pecado de aborto. No se trata de buscar la utopía ni de pedir a la gente lo imposible, ni de culpabilizar a los jefes de empresa, ni de impulsar a cada uno a mezclarse en todo, sino de que cada uno haga algo, por poco que sea, y una oración para sostener un verdadero cambio.

¿Cómo no comprender, en esas condiciones, el efecto principal buscado por el Santo Padre mediante la inflexión de la pastoral de la Iglesia? Él no nos dice: vamos a cambiar la doctrina, ni nada semejante. Nos dice: no sigan ustedes en absoluto comportándose como fariseos. No se trata de un asunto vinculado con la opinión política contingente. Rebasa incluso, infinitamente, una serie de interrogantes de teología moral (que ciertamente merecen ser abordadas). Por todo lo cual resulta ser una cuestión de vida o muerte.

HENRI HUDE Del Consejo de revista HUMANITAS Editorial con ocasión de Exhort. Ap. Amoris laetitia (marzo 2016)

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Escritos en La Civiltà Cattolica sobre el Papa Francisco En sus venerables 167 años de existencia, la revista La Civiltà Cattolica —de la cual se han publicado más de 4.000 números—, siempre a cargo de escritores de la Compañía de Jesús, ha cumplido la tarea de ser un “órgano oficioso” de la Santa Sede. La amistad que ha unido a HUMANITAS con los directores de La Civiltà Cattolica ha sido para esta revista de la Pontificia Universidad Católica de Chile, durante 22 años, una fuente constante de inspiración y apoyo. Dada la reconocida autoridad de que gozan sus escritores y la propia publicación, reproducimos a continuación extractos de tres artículos que arrojan importante luz sobre la persona del Papa Francisco y sobre puntos fuertes de su enseñanza.

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El liderazgo moral del Papa Francisco POR IGNACIO PÉREZ DEL VISO, S.J.

De los gobiernos a los pueblos CUANDO JUAN PABLO II INICIÓ SU MEDIACIÓN PARA EL CANAL BEAGLE (1978), DESIGNÓ COMO DELEGADO AL CARDENAL SAMORÉ. NO SE VISUALIZABA UN PUNTO DE ENCUENTRO ENTRE LAS POSICIONES DE ARGENTINA Y CHILE. SE PRONOSTICABA INCLUSO EL FRACASO DE LA MEDIACIÓN. PERO SAMORÉ DIJO: “VEO UNA PEQUEÑA LUZ AL FINAL DEL TÚNEL”.

Otra lección que Francisco aprendió de su maestro, el beato Juan Pablo II, fue que la paz no se basa tanto en los gobiernos como en los pueblos. En Europa, un siglo atrás, la paz dependía del equilibrio estratégico entre las diversas potencias, pero cualquier equilibrio es inestable. Después de la catástrofe de la Segunda Guerra Mundial, políticos de visión amplia, como Schuman, Adenauer y De Gasperi, comprendieron que era preciso seguir otra política, consistente en unir los pueblos. Por dar un ejemplo, las excursiones en grupo de jóvenes franceses y alemanes dieron origen a numerosos matrimonios “mixtos”. Para esas familias, una guerra entre sus países era impensable, y sigue siéndolo ahora para los 28 países de la Unión Europea. Cuando Juan Pablo II inició su mediación para el Canal Beagle (1978), designó como delegado al cardenal Samoré. No se visualizaba un punto de encuentro entre las posiciones de Argentina y Chile. Se pronosticaba incluso el fracaso de la mediación. Pero Samoré dijo: “Veo una pequeña luz al final del túnel”. Todos buscábamos esta “pequeña luz”, que parecía únicamente un deseo piadoso. Bergoglio era en esa época provincial de los jesuitas, y todos nosotros, sus coetáneos, vivimos esos momentos de angustia. En esa circunstancia, Bergoglio aprendió lo que es el liderazgo moral asumido por Juan Pablo II, cuyo fundamento es la fe en Dios, que es Padre y Madre de la familia humana. Y esa “pequeña luz al final del túnel”, vista por el cardenal Samoré al iniciar su misión imposible, la percibió también Francisco en el túnel de la situación siria. El político debe basarse en cálculos seguros, para actuar sin exponerse al fracaso, mientras el líder moral percibe, en sentido profético, una “pequeña luz” creciente. * Párrafos seleccionados del artículo con el mismo título publicado en La Civiltà Cattolica n° 3930, 13 de marzo de 2014.

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FR ANCISCO EN LA CIVILTÀ CATTOLICA Otro momento de gran angustia vivido por nosotros, los argentinos, fue la guerra de las Malvinas/Falkland, en 1982. El padre Bergoglio ya no era provincial, sino superior local. La “recuperación” de las islas por los argentinos parecía basarse en una justa causa. En caso de triunfo, el general Galtieri habría obtenido beneficios inmensos, y tal vez no se habría hablado más de los miles de desaparecidos. En definitiva, los argentinos perdieron la guerra, pero ganaron en democracia. La interpretación de la historia, cuando se hace a la luz de la fe, es profética, por cuanto puede despertar la esperanza. El Padre Bergoglio, en los años más difíciles para Argentina, aprendió a contribuir en una interpretación profética, no basada en denuncias apocalípticas, sino en expectativas llenas de promesas.

(...) TODOS BUSCÁBAMOS ESTA “PEQUEÑA LUZ”, QUE PARECÍA ÚNICAMENTE UN DESEO PIADOSO. BERGOGLIO ERA EN ESA ÉPOCA PROVINCIAL DE LOS JESUITAS, Y TODOS NOSOTROS, SUS COETÁNEOS, VIVIMOS ESOS MOMENTOS DE ANGUSTIA.

Un liderazgo de discernimiento El jesuita Bergoglio no era el profeta-líder que determinaba lo que debía hacerse. Del mismo modo, el Papa Francisco no será el profeta que sustituye a los gobernantes. El jesuita contribuía con elementos para una interpretación profética. En la Iglesia, comunidad profética por excelencia, todos podemos aportar algo, gracias a los dones que hemos recibido. Estos no se suman como el dinero de una colecta: se entretejen. Así expresó San Pablo este concepto hablando de los carismas: “Si no hay quien interprete, cada cual de ellos (quienes tienen el don de lenguas) guarde silencio” (1 Cor 14,28). El liderazgo moral del Papa Francisco comenzaría a disolverse si no siguiese entretejido con el del Colegio Episcopal y de la comunidad de teólogos. El Obispo de Roma no es un personaje

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ESA “PEQUEÑA LUZ AL FINAL DEL TÚNEL”, VISTA POR EL CARDENAL SAMORÉ AL INICIAR SU MISIÓN IMPOSIBLE, LA PERCIBIÓ TAMBIÉN FRANCISCO EN EL TÚNEL DE LA SITUACIÓN SIRIA. EL POLÍTICO DEBE BASARSE EN CÁLCULOS SEGUROS, PARA ACTUAR SIN EXPONERSE AL FRACASO, MIENTRAS EL LÍDER MORAL PERCIBE, EN SENTIDO PROFÉTICO, UNA “PEQUEÑA LUZ” CRECIENTE.

que sobresalga por encima de los fieles, como los héroes de la antigüedad; es un pastor acompañado por otros pastores. En el caso de Medio Oriente, el liderazgo moral del Papa Francisco se alimenta también de vínculos de amistad con dirigentes judíos y musulmanes. Si tomara distancia con respecto a unos u otros, no sería reconocido en su condición de guía. En los Ejercicios Espirituales, San Ignacio nos recuerda varios métodos para tomar una decisión. Uno de los más utilizados consiste en anotar las razones a favor y en contra de un proyecto; pero como no se trata de cantidad, sino de calidad, este método puede ser manipulado para justificar acciones inaceptables, destacándose en forma unívoca muchas “ventajas” mezquinas. San Ignacio, en cambio, desarrolla un método ya conocido, pero menos aprovechado: el método de las desolaciones y las consolaciones, de las tristezas y las alegrías. Hablamos de tristezas solidarias cuando acompañamos a los que sufren, y de alegrías auténticas, que nos permiten alegrar a otros. Existen también, sin embargo, sufrimientos traumáticos, que nos bloquean, y alegrías engañosas, que nos enajenan. Brindar en una fiesta corresponde a una alegría compartida. Beber solos, en cambio, como sería drogarse, nos enajena y deshumaniza. En su entrevista al Papa Francisco, el padre Antonio Spadaro, director de La Civiltà Cattolica, escribe: “Me dice que cuando empezó a darse cuenta de la posibilidad de ser elegido, el miércoles 13 de marzo al almuerzo, sintió descender sobre él una profunda e inexplicable paz y un consuelo interior junto con una oscuridad total y profunda en todo el resto. Y estos sentimientos lo acompañaron hasta la elección”1. El percibir un profundo consuelo interior, así como una oscuridad total con respecto al resto, era una señal del hecho de que el Espíritu introducía al Padre Bergoglio en una experiencia mística. Todos podemos haber experimentado algo así, en la celebración del matrimonio, en la ordenación sacerdotal, en la profesión religiosa: se trata de una emoción profunda, de una especie de estremecimiento místico. Pero nuestro pan cotidiano consiste habitualmente en desolaciones, más que consolaciones. Durante el conflicto del Beagle, al cual ya nos referimos, el pueblo argentino cayó en la desolación cuando se enteró de la proposición de Juan Pablo II (1980): las 1 PAPA FRANCISCO, La mia porta è sempre aperta. Una conversazione con Antonio Spadaro (Mi puerta siempre está abierta. Conversación con Antonio Spadaro), Milán, Rizzoli, 2013, 15.

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FR ANCISCO EN LA CIVILTÀ CATTOLICA «El obispo Bergoglio aprendió que la búsqueda de la paz debe comenzar por el camino interior y el alivio del dolor. En este sentido, su paso de la sede de Buenos Aires a la de Roma no requirió un cambio de actitud: la visita a los refugiados de la isla de Lampedusa se dio en plena continuidad con sus visitas a los barrios marginales de la periferia de la capital argentina».

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EL LIDERAZGO MORAL DEL PAPA FRANCISCO COMENZARÍA A DISOLVERSE SI NO SIGUIESE ENTRETEJIDO CON EL DEL COLEGIO EPISCOPAL Y DE LA COMUNIDAD DE TEÓLOGOS. EL OBISPO DE ROMA NO ES UN PERSONAJE QUE SOBRESALGA POR ENCIMA DE LOS FIELES, COMO LOS HÉROES DE LA ANTIGÜEDAD; ES UN PASTOR ACOMPAÑADO POR OTROS PASTORES.

islas disputadas se reconocían como chilenas. Esa proposición parecía dejarnos sin nada. Un general me dijo: “No nos queda ni siquiera un metro cuadrado de tierra en el Cabo de Hornos para conservar nuestros derechos en el mar”. Pero el Papa nos ofrecía otros beneficios en el mar, entre ellos el hecho de que el límite descendía hacia el sur por el meridiano del Cabo de Hornos. A partir de esa proposición, continuaron las negociaciones. Cuando se llegó a un acuerdo, el presidente Alfonsín hizo una consulta popular. Sorprendentemente, hubo 81% de los votos a favor de la ratificación del acuerdo. La desolación del primer momento se transmutó en consolación, y no porque se dispusiese de mejor información: la población fue invadida por un sentimiento de confianza en el Papa y en los obispos argentinos que lo apoyaban. Resultaba claro que estos últimos procedían como argentinos de buena voluntad y no como obispos obligando a los católicos. El método del discernimiento mediante consolaciones y desolaciones no es fácil de utilizar y requiere contar con un maestro. Los argentinos siguen sin encontrar este maestro en relación con la cuestión Malvinas/Falkland, y siguen en estado de amarga desolación por la pérdida de las islas2. Algo análogo ocurre en relación con el tema de los desaparecidos durante el régimen militar. Los obispos hablan de “reconciliación”, pero estas palabras son rechazadas por el Gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner como si equivaliesen a un indulto para los represores del régimen militar. El presidente Menem concedió el indulto a muchos, pero posteriormente eso se declaró nulo: a las antiguas heridas se sumaron otras, por la severidad del trato a los represores. La dificultad para comprender qué significa “reconciliarse” nos produce gran desolación. El obispo Bergoglio aprendió que la búsqueda de la paz debe comenzar por el camino interior y el alivio del dolor. En este sentido, su paso de la sede de Buenos Aires a la de Roma no requirió un cambio de actitud: la visita a los refugiados de la isla de Lampedusa se dio en plena continuidad con sus visitas a los barrios marginales de la periferia de la capital argentina.

2 Sobre la necesidad de cambiar de actitud, escribimos el artículo “Che cosa significa recuperare le Malvine” (Qué significa recuperar las Malvinas), en Criterio, n. 2380 (abril de 2012), 8-10.

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FR ANCISCO EN LA CIVILTÀ CATTOLICA Portada del Nº 4.000 de “La Civiltà Cattolica”, con autógrafo del Papa Francisco.

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La misericordia como proceso político POR ANTONIO SPADARO, S.J.

E DURANTE ESTE ENCUENTRO SURGIÓ VIGOROSAMENTE LA PERSPECTIVA DE LA MISERICORDIA, EVOCADA OCHO VECES POR EL PONTÍFICE EN SU DISCURSO. FRANCISCO VIO EN ESTE JUBILEO “UNA OCASIÓN DE DIÁLOGO Y RECONCILIACIÓN CON MIRAS A LA EDIFICACIÓN DEL BIEN COMÚN”.

l día 11 de enero de 2016, el Papa Francisco, como de costumbre, se reunió con el Cuerpo Diplomático acreditado en la Santa Sede para la presentación de los buenos deseos para el Año Nuevo. Durante este encuentro surgió vigorosamente la perspectiva de la misericordia, evocada ocho veces por el Pontífice en su discurso. Francisco vio en este Jubileo “una ocasión de diálogo y reconciliación con miras a la edificación del bien común”; pero también afirmó claramente: “La misericordia ha sido como el ‘hilo conductor’ que ha guiado mis viajes apostólicos durante el año pasado”. ¿En qué sentido se puede entonces afirmar que la misericordia tiene un valor político? ¿De qué manera se entiende esta como una forma de la acción política y diplomática? Procuraremos, entonces, describir aquí los rasgos de esta diplomacia de la misericordia dentro de la inteligencia geopolítica que está mostrando Bergoglio en el desarrollo de su ministerio petrino y —como él mismo lo ha confirmado ahora— en la trayectoria de sus viajes apostólicos.

La misericordia cambia el sentido del tiempo y de los procesos históricos Dios actúa en la vida de las personas, pero también en los procesos históricos —incluso los más complejos e intrincados— de los pueblos y las naciones. Así, la misericordia de Dios se inserta internamente en las circunstancias de este mundo: de las sociedades, de los grupos humanos, de las familias y de los individuos1. En su primera amplia entrevista del año 2013, publicada en La Civiltà Cattolica y también en un volumen, el Papa dijo que “Dios * Párrafos seleccionados del artículo publicado con el título“LA DIPLOMACIA DE FRANCISCO. La misericordia como proceso político” en La Civiltà Cattolica n° 3975, febrero, 2016.

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se manifiesta en una revelación histórica, en el tiempo. El tiempo inicia los procesos, el espacio los cristaliza. Dios se encuentra en el tiempo, en los procesos en curso. No es necesario otorgar privilegio a los espacios de poder con respecto a los tiempos, incluso largos, de los procesos. Debemos encaminar procesos más que ocupar espacios. Dios se manifiesta en el tiempo y está presente en los procesos de la historia. Esto hace otorgar privilegio a las acciones que generan dinámicas nuevas. Y requiere paciencia, espera”2. “El tiempo es mensajero de Dios”, escribió San Pedro Fabro (ver EG 171). Para Bergoglio, también la misericordia se extiende en el tiempo, orientando “a las personas hacia procesos de reconciliación”3. ¿Cómo actúa entonces en el tiempo la fuerza de la misericordia? En su homilía de la Misa del primero de enero de 2016, para la 49ª Jornada Mundial de la Paz, Francisco propuso una reflexión sobre el significado del tiempo y de la historia. Citando Ga 4,4, leído en la liturgia del día, recordó que Jesús nació “cuando llegó la plenitud de los tiempos”. Sin embargo —afirma el Papa—, si observamos los hechos de la historia, comprendemos que la “plenitud de los tiempos” coincide con la condición de carencia de libertad del pueblo elegido. Esa no era ciertamente la mejor época. Concluye el Pontífice: “La plenitud de los tiempos no se define desde una perspectiva geopolítica”. Para Bergoglio, “la plenitud de los tiempos es, pues, la presencia en nuestra historia del mismo Dios en persona, y no un conjunto de factores humanos favorables. Y esta presencia

DIOS ACTÚA EN LA VIDA DE LAS PERSONAS, PERO TAMBIÉN EN LOS PROCESOS HISTÓRICOS —INCLUSO LOS MÁS COMPLEJOS E INTRINCADOS— DE LOS PUEBLOS Y LAS NACIONES. ASÍ, LA MISERICORDIA DE DIOS SE INSERTA INTERNAMENTE EN LAS CIRCUNSTANCIAS DE ESTE MUNDO: DE LAS SOCIEDADES, DE LOS GRUPOS HUMANOS, DE LAS FAMILIAS Y DE LOS INDIVIDUOS.

1 La Iglesia misma descrita por Francisco está plenamente inserta en la ciudad del hombre, delimitada por las paredes flexibles y permeables de la carpa de un hospital de campo (PAPA FRANCISCO, La mia porta è sempre aperta. Una conversazione con Antonio Spadaro (Mi puerta siempre está abierta. Conversación con Antonio Spadaro), Milán, Rizzoli, 2013, 58). 2 Ivi, 96; letras en bastardilla nuestras. 3 PAPA FRANCISCO, Mensaje para la 50ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales 2016. Para una reflexión más profunda sobre la dimensión temporal de la “misericordia” para Bergoglio, remitimos a nuestro análisis: “Misericordia, il tempo di Dio” (Misericordia, el tiempo de Dios), en PAPA FRANCISCO, La misericordia è una carezza. Vivere il Giubileo nella realtà di ogni giorno (La misericordia es una caricia. Vivir el Jubileo en la realidad de cada día), Milán, Rizzoli, 2015, 5-44.

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LA PRESENCIA MISERICORDIOSA DE DIOS PUEDE TRANSFORMAR UN TIEMPO DE MISERIA EN LA “PLENITUD DEL TIEMPO”. ESTE ES POR LO TANTO EL PODER DE LA MISERICORDIA: MODIFICAR EL SIGNIFICADO DE LOS PROCESOS HISTÓRICOS, ELIMINANDO SU FANGOSIDAD Y SUS DESPERDICIOS.

gloriosa se manifiesta en nuestra ‘dramática experiencia histórica’”. La plenitud del tiempo “parece desmoronarse ante la multitud de formas de injusticia y de violencia que golpean cada día a la humanidad”. El Papa enumera estas formas en una triste letanía: opresión, arrogancia, maldad, violencia, odio, guerra, hambre, persecución… Así, “un río de miseria, alimentado por el pecado, parece contradecir la plenitud de los tiempos realizada por Cristo”. Y sin embargo —prosigue Francisco con un salto en el discurso— “este río en crecida nada puede contra el océano de misericordia que inunda nuestro mundo. Todos estamos llamados a sumergirnos en este océano”. La imagen es por consiguiente de un océano de misericordia que inunda el mundo, venciendo al río de miseria que lo atraviesa. Las imágenes fluidas son sugerentes. El rígido cauce de un río fangoso es como anulado por una inundación extendida e indetenible de agua fresca de vertiente. La presencia misericordiosa de Dios puede transformar un tiempo de miseria en la “plenitud del tiempo”. Este es por lo tanto el poder de la misericordia: modificar el significado de los procesos históricos, eliminando su fangosidad y sus desperdicios. “Misericordia, esta palabra cambia todo. Es lo mejor que podemos escuchar: cambia el mundo”, dijo el Papa4.

No considerar nada como definitivamente perdido Precisamente en este sentido la misericordia, con su impacto en el significado teológico de la historia, puede tener también un valor político. Muchos lo han comprendido, incluso fuera del perímetro eclesial. “Esta enseñanza —escribió Eugenio Scalfari— no es puramente religiosa; es también cultural y hasta política. No por azar muchas personas, no solo en nuestra Italia, sino en Europa y en todo el Occidente, consideran a Francisco también como un espíritu profético que incide en la política de alto nivel basada en el espíritu cívico y el bien de una Comunidad”5. La misericordia política de Bergoglio tiene una fuerte raíz teológica, evidentemente, y se basa en una raíz esencial: el rostro de Dios. En el fondo, el Jubileo de la Misericordia consiste en un nuevo anuncio de Dios y expresa el compromiso de reabrir 4 PAPA FRANCISCO, Angelus, 17 de marzo de 2013. 5 E. SCALFARI: “Misericordia: l’arma di Papa Francesco per la pace nel mondo” (Misericordia: el arma del Papa Francisco para la paz en el mundo), en la Repubblica, 24 de diciembre de 2015.

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FR ANCISCO EN LA CIVILTÀ CATTOLICA El director de La Civiltà Cattolica, P. Antonio Spadaro, enseña el n° 4.000 al Papa Francisco.

en términos no solo abstractos, sino existenciales, la cuestión de Dios, sobre quién es Dios. Decir que Dios es omnipotente y eterno significa —como nos enseñó Santo Tomás— “que lo es en su misericordia”6. Es lo que dijo el Papa durante la Audiencia con el Cuerpo Diplomático en la Santa Sede, el 11 de enero de 2016: “El misterio de la Encarnación nos muestra el verdadero rostro de Dios, para quien el poder no significa fuerza y destrucción, sino amor; la justicia no significa venganza, sino misericordia”. El rostro de Dios misericordioso da fundamento a la manera de enfrentar el compromiso político. Por este motivo, Francisco habló sobre el mismo con los embajadores. Concretamente, postular esta misericordia omnipotente significa pensar en la reconciliación a nivel mundial como objetivo practicable. Por este motivo. Francisco pidió al Congreso de los Estados Unidos “superar las diferencias históricas vinculadas con dolorosos episodios del pasado”. ¿Qué significa la misericordia como categoría política? En apretada síntesis, podemos decir: nunca considerar nada ni a nadie como definitivamente “perdido” en las relaciones entre naciones, pueblos y Estados. Este es el núcleo de su significado político. Por esto ha escrito Francisco: “Es deseable que también el lenguaje de

“NO POR AZAR MUCHAS PERSONAS, NO SOLO EN EUROPA Y EN TODO EL OCCIDENTE, CONSIDERAN A FRANCISCO TAMBIÉN COMO UN ESPÍRITU PROFÉTICO QUE INCIDE EN LA POLÍTICA DE ALTO NIVEL BASADA EN EL ESPÍRITU CÍVICO Y EL BIEN DE UNA COMUNIDAD”. (EUGENIO SCALFARI)

6 TOMÁS DE AQUINO, S., Summa Theologiae, II-II, q. 30, a. 4. Ver PAPA FRANCISCO, Misericordiae vultus, n. 6.

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EN EL FONDO, EL JUBILEO DE LA MISERICORDIA CONSISTE EN UN NUEVO ANUNCIO DE DIOS Y EXPRESA EL COMPROMISO DE REABRIR EN TÉRMINOS NO SÓLO ABSTRACTOS, SINO EXISTENCIALES, LA CUESTIÓN DE DIOS, SOBRE QUIÉN ES DIOS. DECIR QUE DIOS ES OMNIPOTENTE Y ETERNO SIGNIFICA —COMO NOS ENSEÑÓ SANTO TOMÁS— “QUE LO ES EN SU MISERICORDIA”.

la política y de la diplomacia se deje inspirar por la misericordia, que nunca da nada por perdido”7. La misericordia reorienta las aguas del curso de la historia y abre los diques del determinismo. Esta apertura está bien expresada simbólicamente por la apertura de miles y miles de Puertas Santas en el mundo. Precisamente esta fluidez es el motivo que permite comprender por qué el Papa Francisco nunca adopta mecanismos interpretativos rígidos para enfrentar las situaciones y las crisis internacionales. La dinámica de la misericordia obliga —incluso conceptualmente— a lo que el Papa Francisco ha definido en nuestra conversación del año 2013 como “pensamiento incompleto” o “pensamiento abierto”8.

La misericordia desarma la máquina narrativa de los fundamentalismos (…) Esta rápida muestra de posiciones es suficiente para comprender cómo para Francisco la misericordia se traduce políticamente en libertad fluida de movimiento, en no aceptación de planteamientos rígidos, en agilidad en la construcción de puentes entre tierras y posiciones distantes. Todo esto pone en movimiento lógicas imprevisibles, propias de una visión poliédrica y multipolar. Para Bergoglio en la política, como para Dostoievski en Memorias del subsuelo, que a él tanto le gusta, no necesariamente “dos por dos son cuatro”, y podría también ocurrir que “dos por dos son cinco”9. Aquí la lógica es flexible, elástica. (…) Con una debida reflexión, se comprende que con su actitud el Papa vacía por dentro la máquina narrativa del “califato”, basada en un milenarismo sectario que prepara para el apocalipsis y por esto mismo ensalza la muerte con tonos de sacrificio, de enfrentamiento final. Así, la perspectiva de una guerra impulsada por ejércitos occidentales enviados a combatir a los milicianos de un supuesto “Estado islámico” sería la señal esperada de que la profecía comienza a cumplirse, tanto más deseable por consiguiente para esa narrativa apocalíptica. Por este motivo, el Papa está muy alejado de los teóricos del “enfrentamiento de civilizaciones”. Pero, indirectamente, de este modo él despoja también de sentido al milenarismo apocalíptico que pretende llamarse “cristiano” y se 7 PAPA FRANCISCO, Mensaje para la 50ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales 2016. 8 PAPA FRANCISCO, La mia porta è sempre aperta… (Mi puerta siempre está abierta…), op. cit., 31. 9 F. DOSTOIEVSKI, Memorie del sottosuolo (Memorias del subsuelo), Milán, Rizzoli, 2000, 57.

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plantea como justificación de la guerra contra lo que en términos religiosos y éticos se define como “el eje del Mal”10. Francisco quiere desarmar esta doble narrativa del enfrentamiento final de amargo sabor religioso, que nutre la narrativa del terror y alimenta la imaginación de yihadistas y neo-cruzados. El fundamentalismo no es producto de la experiencia religiosa, sino una concepción pobre e instrumental de la misma. Cuando habla de los sufrimientos y las atrocidades, el Papa no distingue entre cristianos y “los demás”, refiriéndose en cambio a “hombres y mujeres, minorías religiosas, no todas cristianas, y todos son iguales ante Dios”. Así lo hizo en el vuelo de regreso de Corea. De manera más general, el análisis de Bergoglio puede sostener juntos todos los elementos de un marco político, sin caer, por ejemplo, en la demagogia populista del terror disfrazada de defensa de las “raíces cristianas”, que de hecho en cambio las instrumentaliza. En este sentido, Francisco opone vigorosa resistencia a la fascinación por el catolicismo entendido como garantía política, “último imperio”, heredero de gloriosos vestigios, muro de contención de la decadencia ante la crisis de los liderazgos globales en el mundo occidental. Bergoglio —al respecto asiduo lector del gran teólogo jesuita Erich Przywara, maestro de Hans Urs von Balthasar— postula

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«Todo esto pone en movimiento lógicas imprevisibles, propias de una visión poliédrica y multipolar. Para Bergoglio en la política, como para Dostoievski en Memorias del subsuelo, que a él tanto le gusta, no necesariamente “dos por dos son cuatro”, y podría también ocurrir que “dos por dos son cinco”. Aquí la lógica es flexible, elástica.»

POR ESTO HA ESCRITO FRANCISCO: “ES DESEABLE QUE TAMBIÉN EL LENGUAJE DE LA POLÍTICA Y DE LA DIPLOMACIA SE DEJE INSPIRAR POR LA MISERICORDIA, QUE NUNCA DA NADA POR PERDIDO”. LA MISERICORDIA REORIENTA LAS AGUAS DEL CURSO DE LA HISTORIA Y ABRE LOS DIQUES DEL DETERMINISMO. ESTA APERTURA ESTÁ BIEN EXPRESADA SIMBÓLICAMENTE POR LA APERTURA DE MILES Y MILES DE PUERTAS SANTAS EN EL MUNDO.

10 G. VALENTE, “La guerra asimmetrica di Papa Francesco” (La guerra asimétrica del Papa Francisco), en Limes, noviembre de 2015, 126.

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Encuentro del Papa Francisco con el cuerpo editorial de la revista La CiviltĂ Cattolica, 9 de febrero de 2017.

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el fin de la época constantiniana, refutando radicalmente la idea de la realización del reino de Dios en la tierra, que fuera fundamento del Sacro Imperio Romano y de todas las formas políticas e institucionales semejantes, hasta la dimensión del “partido”. Si se entiende así, en realidad, el “pueblo elegido” entraría en un intrincado tejido de dimensiones religiosas, institucionales y políticas que le harían perder la conciencia de su diakonia universal. y lo opondrían a quien está alejado y no es parte de esas dimensiones, es decir, el “enemigo”11. Con Przywara, Bergoglio reconoce —precisamente como se afirma en la Epístola a los hebreos (13,12)— que los cristianos deben “salir del campamento para llevar el ultraje de Cristo”12. La Iglesia debe estar en salida y nunca ser una entidad cerrada y excluyente. Se trata de seguir a Cristo fuera de los muros de la ciudad santa, donde él muere como un maldito para poder rescatar a la humanidad entera, incluso aquella que se cree maldita y abandonada por Dios (ver Ga 3,13). En esta lucha contra el imperialismo y el integrismo de cualquier bandera, Francisco es extremo, y llega de manera provocativamente evangélica a llamar a los mismos terroristas con una expresión impregnada tanto de condena como de compasión: “pobre gente criminal”13. En filigrana, vemos siempre al pecador —en este caso, el terrorista— como el “hijo pródigo” y nunca como una especie de encarnación diabólica, hasta la afirmación realmente especial según la cual detener al agresor injusto es ciertamente un derecho de la humanidad, pero además se postula como “un derecho del agresor”, es decir, el derecho “de ser detenido para no hacer el mal”. De este modo se ve la realidad desde una doble perspectiva, que incluye y no excluye al enemigo y su mayor bien. El amor típico del cristiano no es solamente al “prójimo”, sino también al “enemigo”. Cuando se llega a mirar al hombre que comete el horror con cierta forma de pietas, triunfa de manera humanamente inexplicable —y quizás también “escandalosa”— la que es en cambio y precisamente la fuerza íntima del Evangelio de Cristo: el amor al enemigo. Este es el triunfo de la misericordia.

EL AMOR TÍPICO DEL CRISTIANO NO ES SOLAMENTE AL “PRÓJIMO”, SINO TAMBIÉN AL “ENEMIGO”. CUANDO SE LLEGA A MIRAR AL HOMBRE QUE COMETE EL HORROR CON CIERTA FORMA DE PIETAS, TRIUNFA DE MANERA HUMANAMENTE INEXPLICABLE —Y QUIZÁS TAMBIÉN “ESCANDALOSA”— LA QUE ES EN CAMBIO Y PRECISAMENTE LA FUERZA ÍNTIMA DEL EVANGELIO DE CRISTO: EL AMOR AL ENEMIGO. ESTE ES EL TRIUNFO DE LA MISERICORDIA.

11 Ver E. PRZYWARA, L’idea d’Europa. La “crisi” di ogni politica “cristiana” (La idea de Europa. La “crisis” de toda política cristiana), Trapani, Il pozzo di Giacobe (El pozo de Jacob), 2013. 12 Ivi, 122 s. 13 Expresión empleada por Francisco en el encuentro con los refugiados y los jóvenes discapacitados en la iglesia católica latina de Betania, el 24 de mayo de 2014.

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La importancia del diálogo en “Evangelii gaudium” POR GIANDOMENICO MUCCI S.J.

La dimensión dialogal del hombre PUEDEN SER LOS MOTIVOS EXTRÍNSECOS DE ESA OPCIÓN, PERO LOS MOTIVOS INTRÍNSECOS SON DETERMINANTES DE OTRO MODO. EL DIÁLOGO ES PORTADOR EN SÍ MISMO DE SU PROPIO VALOR. NO REQUIERE JUSTIFICACIONES EXTERNAS, YA QUE SE AUTOJUSTIFICA POR EL MERO HECHO DE QUE TODA PERSONA HUMANA REQUIERE SER COMPRENDIDA Y COMPRENDER A LA OTRA.

Hoy resulta ciertamente trivial repetir que la persona humana se caracteriza por un deseo innato de comunicación y de comunión con los demás. Es este un redescubrimiento —y no el menor— de la antropología moderna. La filosofía, las ciencias humanas y la teología han multiplicado sus estudios sobre esta orientación natural del hombre. El hombre madura y se convierte en persona adulta en la relación interpersonal, desarrollando la capacidad de convivir, asociarse y colaborar con los demás hombres. Desde el punto de vista social, la madurez se convierte en pacífica posesión cuando el individuo logra colaborar con los demás, respetando en ellos la diversidad y reconociendo su calidad y sus límites con sano realismo1. Este es el clima que configura el diálogo, la condición para saber escuchar, comprender y discutir sobre las opiniones de los demás. La Iglesia sabe muy bien que nuestra época no puede admitir guerras de religión. Sabe muy bien que la sociedad pluralista no soporta más polémicas sistemáticas por cuestiones religiosas. Sabe muy bien que la secularización penetra en iglesias y comunidades cristianas y las amenaza, no pudiendo estas abstenerse de buscar las formas de una convivencia pacífica entre ellas mismas y la sociedad para que sea significativa su presencia en una situación, sobre todo cultural, de carácter dramático. La cultura contemporánea percibe como anacrónicas las antiguas actitudes de rechazo desdeñoso y de lucha, por un lado, y por otro el espíritu y la estrategia de la competencia frontal. La humanitas corre hoy riesgos tales que hacen necesaria la labor * Párrafos seleccionados del artículo con el mismo título publicado en La Civiltà Cattolica n° 3936, junio, 2014. 1 Ver A. MERCATALI, “Comunità di vita” (Comunidad de vida), en S. DE FIORES – T. GOFFI (eds.), Nuovo Dizionario di Spiritualità, Cinisello Balsamo (Mi), Paoline, 19854, 226 s.

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FR ANCISCO EN LA CIVILTÀ CATTOLICA de común acuerdo de todas las fuerzas históricas dispuestas a la construcción de una humanidad más justa y solidaria. Según algunos críticos, el Magisterio de la Iglesia habría asumido el diálogo como instrumento de su actividad en la sociedad contemporánea únicamente por cálculo diplomático, para enfrentar las dificultades para ella provenientes de la actual coyuntura cultural. Se puede reconocer algo de verdad en esta crítica, que se refiere a algunos motivos históricos que han privilegiado la opción del diálogo en la pastoral. Pueden ser los motivos extrínsecos de esa opción, pero los motivos intrínsecos son determinantes de otro modo. El diálogo es portador en sí mismo de su propio valor. No requiere justificaciones externas, ya que se autojustifica por el mero hecho de que toda persona humana requiere ser comprendida y comprender a la otra. El individualismo anacoreta no es una dimensión común de la vida humana, y si bien en tiempos ya lejanos se practicó y sostuvo como fuga saeculi, eso ocurrió por influjo de un determinado momento histórico de las relaciones de la Iglesia con la sociedad o de una elección carismática propia de condiciones muy especiales de vida. (…) La Iglesia de nuestra época se siente constituida por el diálogo, y en el plano de la doctrina y del enfrentamiento práctico con las múltiples instancias de la cultura y de la sociedad, no deja de dar prueba a diario de esta actitud suya, reconociendo en el diálogo tanto “el rasgo especificativo de la antropología” como “una categoría de su propia autocomprensión”2. Sin embargo, es preciso aclarar un punto: diálogo implica enfrentamiento y no rendición. Implica un debate, incluso

“ES HORA DE SABER CÓMO DISEÑAR, EN UNA CULTURA QUE PRIVILEGIE EL DIÁLOGO COMO FORMA DE ENCUENTRO, LA BÚSQUEDA DE CONSENSOS Y ACUERDOS, PERO SIN SEPARARLA DE LA PREOCUPACIÓN POR UNA SOCIEDAD JUSTA, MEMORIOSA Y SIN EXCLUSIONES. EL AUTOR PRINCIPAL, EL SUJETO HISTÓRICO DE ESTE PROCESO, ES LA GENTE Y SU CULTURA, NO ES UNA CLASE, UNA FRACCIÓN, UN GRUPO, UNA ÉLITE. (…)

2 Ver S. SPINSANTI, “Ecumenismo spirituale” (Ecumenismo espiritual), ibid, 474-476. 3 El autor se refiere a Henri De Lubac.

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vivaz, pero no la adopción de las tesis del interlocutor por mal entendido irenismo, lo cual significaría inseguridad y escepticismo en cuanto a la propia posición. Es útil citar al respecto la aguda observación de un insigne teólogo sumamente apreciado por el Papa Bergoglio3.

El diálogo en “Evangelii gaudium”

(…) NO NECESITAMOS UN PROYECTO DE UNOS POCOS PARA UNOS POCOS, O UNA MINORÍA ILUSTRADA O TESTIMONIAL QUE SE APROPIE DE UN SENTIMIENTO COLECTIVO. SE TRATA DE UN ACUERDO PARA VIVIR JUNTOS, DE UN PACTO SOCIAL Y CULTURAL”.

La exhortación apostólica otorga un espacio relativamente amplio al tema del diálogo: diálogo entre la fe, la razón y las ciencias; diálogo ecuménico e interreligioso; diálogo social4. Con una característica: toda la Iglesia debe ponerse en estado de diálogo. “Es hora de saber cómo diseñar, en una cultura que privilegie el diálogo como forma de encuentro, la búsqueda de consensos y acuerdos, pero sin separarla de la preocupación por una sociedad justa, memoriosa y sin exclusiones. El autor principal, el sujeto histórico de este proceso, es la gente y su cultura, no es una clase, una fracción, un grupo, una élite. No necesitamos un proyecto de unos pocos para unos pocos, o una minoría ilustrada o testimonial que se apropie de un sentimiento colectivo. Se trata de un acuerdo para vivir juntos, de un pacto social y cultural”5. Para el Papa, están sumamente claras las dificultades a las cuales está expuesto este proyecto. Es la “difundida indiferencia relativista, relacionada con el desencanto y la crisis de las ideologías que se provocó como reacción contra todo lo que parezca totalitario”. Y “una cultura, en la cual cada uno quiere ser el portador de una propia verdad subjetiva, vuelve difícil que los ciudadanos deseen integrar un proyecto común más allá de los beneficios y deseos personales”. Además, “en la cultura predominante, el primer lugar está ocupado por lo exterior, lo inmediato, lo visible, lo rápido, lo superficial, lo provisorio. Lo real cede el lugar a la apariencia”6. El “vacío dejado por el racionalismo secularista” fue a menudo sustituido por el fundamentalismo, mientras “el proceso de secularización tiende a reducir la fe y la Iglesia al ámbito de lo privado”, y al aumentar el relativismo, aumenta también “una desorientación generalizada, especialmente en la etapa de la adolescencia y la juventud, tan vulnerable a los cambios”7. 4 Ver Evangelii gaudium, nn. 241-258. 5 Ibid, n. 239, 6 Ibid, nn. 61-62. 7 Ibid, nn. 63-64.

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El método del diálogo Evangelii gaudium ofrece también indicaciones prácticas sobre la manera de establecer y avanzar en un diálogo sincero y provechoso. “Un diálogo es mucho más que la comunicación de una verdad. Se realiza por el gusto de hablar y por el bien concreto que se comunica entre los que se aman por medio de las palabras. Es un bien que no consiste en cosas, sino en las personas mismas que mutuamente se dan en el diálogo”12. Aquí el texto pontificio rescata una profunda intuición de Santo Tomás: “El amor es el don originario. Solo gracias a él, algo que pueda darse independientemente de nuestros méritos se convierte en don” (Amor habet rationem primi doni, per quod omnia dona gratuita donantur)13. No hay diálogo ni don de sí mismo sin

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Es el escenario del “individualismo posmoderno y globalizado”, que “favorece un estilo de vida que debilita el desarrollo y la estabilidad de los vínculos entre las personas”8. En una sociedad tan fragmentada, “la ciudad es un ámbito multicultural. En las grandes urbes puede observarse un entramado en el que grupos de personas comparten las mismas formas de soñar la vida y similares imaginarios y se constituyen en nuevos sectores humanos, en territorios culturales, en ciudades invisibles. Variadas formas culturales conviven de hecho”. Y “la Iglesia está llamada a ser servidora de un difícil diálogo”9, que al mismo tiempo es “un precioso espacio de encuentro y solidaridad”, si se logra evitar el riesgo “de la huida y de la desconfianza mutua”10. Para la Iglesia, se presenta una tarea con carácter primordial. “El ideal cristiano siempre invitará a superar la sospecha, la desconfianza permanente, el temor a ser invadidos, las actitudes defensivas que nos impone el mundo actual. Muchos tratan de escapar de los demás hacia la privacidad cómoda o hacia el reducido círculo de los más íntimos, y renuncian al realismo de la dimensión social del Evangelio”11.

EN UNA SOCIEDAD TAN FRAGMENTADA, “LA CIUDAD ES UN ÁMBITO MULTICULTURAL. EN LAS GRANDES URBES PUEDE OBSERVARSE UN ENTRAMADO EN EL QUE GRUPOS DE PERSONAS COMPARTEN LAS MISMAS FORMAS DE SOÑAR LA VIDA Y SIMILARES IMAGINARIOS Y SE CONSTITUYEN EN NUEVOS SECTORES HUMANOS, EN TERRITORIOS CULTURALES, EN CIUDADES INVISIBLES. VARIADAS FORMAS CULTURALES CONVIVEN DE HECHO”. (…)

8 Ibid, n. 67. 9 Ibid, n. 74. 10 Ibid, n. 75. 11 Ibid, n. 88. 12 Ibid, n. 142. 13 Sum. Th. I, 38, 2 c.

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(…) Y “LA IGLESIA ESTÁ LLAMADA A SER SERVIDORA DE UN DIFÍCIL DIÁLOGO”, QUE AL MISMO TIEMPO ES “UN PRECIOSO ESPACIO DE ENCUENTRO Y SOLIDARIDAD”, SI SE LOGRA EVITAR EL RIESGO “DE LA HUIDA Y DE LA DESCONFIANZA MUTUA”.

ponerse previamente en una actitud de respeto y benevolencia. “En una civilización paradójicamente herida de anonimato, la Iglesia necesita la mirada cercana para contemplar, conmoverse y detenerse ante el otro cuantas veces sea necesario”14. Más concretamente: “Necesitamos ejercitarnos en el arte de escuchar, que es más que oír. Lo primero, en la comunicación con el otro, es la capacidad del corazón que hace posible la proximidad, sin la cual no existe un verdadero encuentro espiritual. Solo a partir de esta escucha respetuosa y compasiva se pueden encontrar los caminos de un genuino crecimiento”15. Pero —observa un ilustre filólogo— “para escuchar, es preciso callar, no solo atenerse a un silencio físico que no interrumpa el discurso de los demás, sino a un silencio interior, es decir, una actitud enteramente dirigida a acoger la palabra de los demás”16. A este método, por así decir, natural para un verdadero diálogo, el Papa agrega una motivación teológica: “Cada vez que nos encontramos con un ser humano en el amor, quedamos capacitados para descubrir algo nuevo de Dios”17. “Cada persona es digna de nuestra entrega. No por su aspecto físico, por sus capacidades, por su lenguaje, por su mentalidad o por las satisfacciones que nos brinde, sino porque es obra de Dios, criatura suya”18. En el pensamiento del Papa hay un principio que informa todo el texto de Evangelii gaudium y lo protege, en el razonamiento y en la expresión literaria, de cualquier tipo de abstracción. Las elaboraciones conceptuales sirven para comprender y conducir la realidad. Cuando ya no se atienen a la realidad y se vuelven independientes de la misma, nacen los nominalismos y los idealismos, los fundamentalismos antihistóricos y los intelectualismos sin fundamento19. Se dialoga en serio cuando los interlocutores se abstienen de elaborar ideas y se atienen a la realidad, que es superior a las ideas. “Es peligroso vivir en el reino de la mera palabra, de la imagen, del sofisma”. Se hace diálogo cuando se logra establecer “una tensión bipolar entre la idea y la realidad”20. 14 Evangelii gaudium, n. 169 15 Ibid, n. 171. 16 G. POZZI, Tacet, Milán, Adelphi, 2013, 20. 17 Evangelii gaudium, n. 272. 18 Ibid, n. 274. 19 Ver ibid, n. 232. 20 Ibid, n. 231.

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Evangelii gaudium tiene como fecha el 24 de noviembre de 2013. Dos meses después, el 24 de enero de 2014, se entregaba del Mensaje para la 48ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. En el Mensaje, el Papa vuelve sobre el tema del diálogo en un tono más afligido. En el trasfondo, el mundo que va siendo cada vez “más pequeño” a causa de los transportes, las tecnologías de la comunicación, la globalización, los media e Internet: y los media son o pueden llegar a ser “una conquista más humana que tecnológica”. Es además un mundo habitado por una humanidad dividida por conflictos originados por causas económicas, políticas, ideológicas y “desgraciadamente, también religiosas”. Sobre todo, el drama de la “miseria de los más pobres”. Es este el contexto en el cual la voluntad de dialogar adquiere su importancia decisiva. “Los muros que nos dividen solamente se pueden superar si estamos dispuestos a escuchar y a aprender los unos de los otros. Necesitamos resolver las diferencias mediante formas de diálogo que nos permitan crecer en la comprensión y el respeto. La cultura del encuentro requiere que estemos dispuestos no sólo a dar, sino también a recibir de los otros”. Para encontrarnos y dialogar, “tenemos que recuperar un cierto sentido de lentitud y de calma. Esto requiere tiempo y capacidad de guardar silencio para escuchar. Necesitamos ser pacientes si queremos entender a quien es distinto de nosotros: la persona se expresa con plenitud no cuando se ve simplemente tolerada, sino cuando percibe que es verdaderamente acogida”. Porque “comunicar significa tomar conciencia de que somos humanos” y “me gusta —dice el Papa— definir este poder de la comunicación como «proximidad»”. Es difícil desconocer y subvalorar la inspiración evangélica y el contenido de humanitas que han señalado directivas y consejos tan preciosos. En el Mensaje hay una afirmación sobre el significado y el método del diálogo, que expresa el pensamiento del Papa y la “técnica” del diálogo de mejor manera que las demás afirmaciones parecidas que se encuentran en Evangelii gaudium, y es una expresión válida para creyentes, no creyentes y diversamente creyentes. “Dialogar significa estar convencidos de que el otro tiene algo bueno que decir, acoger su punto de vista, sus propuestas. Dialogar no significa renunciar a las propias ideas y tradiciones, sino a la pretensión de que sean únicas y

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Una objeción

LAS ELABORACIONES CONCEPTUALES SIRVEN PARA COMPRENDER Y CONDUCIR LA REALIDAD. CUANDO YA NO SE ATIENEN A LA REALIDAD Y SE VUELVEN INDEPENDIENTES DE LA MISMA, NACEN LOS NOMINALISMOS Y LOSIDEALISMOS, LOS FUNDAMENTALISMOS ANTIHISTÓRICOS Y LOS INTELECTUALISMOS SIN FUNDAMENTO.

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“COMUNICAR SIGNIFICA TOMAR CONCIENCIA DE QUE SOMOS HUMANOS” Y “ME GUSTA —DICE EL PAPA— DEFINIR ESTE PODER DE LA COMUNICACIÓN COMO «PROXIMIDAD»”. ES DIFÍCIL DESCONOCER Y SUBVALORAR LA INSPIRACIÓN EVANGÉLICA Y EL CONTENIDO DE HUMANITAS QUE HAN SEÑALADO DIRECTIVAS Y CONSEJOS TAN PRECIOSOS.

absolutas”21. Este texto comienza con lo que puede llamarse la intención profunda del Papa, que refleja el ansia pastoral del Concilio Vaticano II22: “Es preciso saber entrar en diálogo con los hombres y las mujeres de hoy para comprender las expectativas, las dudas y las esperanzas, y ofrecerles el Evangelio”. Hay quienes, leyendo estas palabras, se han rasgado las vestiduras. Hay quienes han hablado de concesión del Papa al Zeitgeist (el espíritu del tiempo), y uno sonríe cuando los que acusan sistemáticamente a la Iglesia de conservatismo doctrinal se vuelven auténticos intérpretes de la doctrina cristiana, que el Papa habría olvidado. Entre los católicos, no han faltado quienes 21 Ver Oss. Rom., 24 de enero de 2014, 8. 22 Ver Gaudium et spes, n. 1.

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han calificado al Papa de relativismo, oponiéndolo a su antecesor, como si Benedicto XVI, en el Mensaje para la 47ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, celebrada en 2013, no hubiese exhortado a los católicos a darse a los demás “mediante la disponibilidad para responder pacientemente y con respeto a sus preguntas y sus dudas en el camino de búsqueda de la verdad y del sentido de la existencia humana”. No por azar el texto del Papa Ratzinger se incluye en el del Papa Bergoglio como testimonio de su comunión e identidad de visiones en el ministerio. La concepción que tiene el Papa del diálogo excluye todo relativismo en el campo de la doctrina revelada. Cuando enseña que es preciso dar a cada uno la posibilidad de expresarse y ser escuchado, por cuanto no hay nadie que no sea portador en sí mismo de valores, no dice ciertamente que darse cuenta de los valores de los demás implique abandonar los propios. Comprender a los demás, sus esperanzas y sus dudas, sus expectativas y sus creencias, significa simplemente dialogar con otras personas con respeto y benevolencia, y con ánimo de “proximidad”. Dialogar es compartir. Y el ámbito en el cual se puede compartir es mucho más amplio que el ámbito de las creencias religiosas. Es un terreno en el cual se encuentran las opiniones, los idiomas, las opciones culturales, políticas, de partido y sociales, y las ideas que nos hemos formado en torno a todo cuanto constituye el tejido de la vida individual y colectiva. ¿Por qué motivo dialogar con quienes piensan de distinta manera debería significar alteración o negación de la pureza doctrinal de la fe religiosa profesada? Ciertamente, no se excluye que, en ciertos casos concretos, el dialogar se resuelva en la corrupción de la fe religiosa, en su reducción a opinión igual a las demás y susceptible del mismo tratamiento, así como no se excluye —y es deseable— que el dialogar del creyente abra el camino del testimonio evangélico. Así, ni la Exhortación ni el Mensaje contienen elemento alguno de relativismo dogmático. Por el contrario, en el texto antes citado del Mensaje, el Papa toma en consideración la posibilidad y la oportunidad de que el diálogo, en sus diversas formas, desde la oral hasta aquella con mediación de instrumentos tecnológicos, se vuelva un vehículo del Evangelio, sin presiones propagandísticas, sin intenciones subrepticias de otro tipo. El diálogo es un método de acercamiento a la persona humana, una manera de darse y volverse próximo.

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Entrevista con Don Julián Carrón

Papa Francisco: un lenguaje que hace realidad el concilio

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ulián Carrón es un sacerdote español, nacido en 1950, sucesor de Don Luigi Giussani, fundador del movimiento apostólico “Comunión y Liberación”. Aunque el italiano es, en su hablar, algo equivalente a una lengua nativa, en seguida se adivina que se está frente a un andaluz. La conversación de Don Julián con HUMANITAS tiene lugar previamente al concurrido acto de presentación de su libro “La belleza desarmada” (Ediciones Encuentro, Madrid, 2017), evento que se desarrolla en un amplio auditorio universitario, lleno de jóvenes, en la comuna de Providencia de la capital chilena. Autoridades religiosas y civiles ocupan la primera fila, mientras que en el escenario el autor, un empresario católico y un alcalde comunista, desarrollan una inesperada conversación. El tema de la entrevista es su reciente libro, ya traducido a varios idiomas, y el marco de fondo la próxima visita a Chile del Papa Francisco.

—Su libro “La Belleza Desarmada” parece sugerir, por su título, que la belleza no requiere más que su propia fascinación para ser sugerente y persuasiva. Esta reflexión viene desarrollándola usted desde hace unos 10 años. ¿Cómo maduró la idea de transformar esto en un libro, y con un título tan sugerente?

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—Durante años el editor italiano Rizzoli había insistido en hacer alguna publicación sobre el tiempo transcurrido desde que yo había tomado la responsabilidad del movimiento “Comunión y Liberación”, después de la muerte de Don Guissani. Durante años me había resistido, porque no

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sentía la particular urgencia de una —En el primer capítulo, usted planpublicación. Pero a raíz de algunas de tea una cuestión que apunta a develar las cosas que suceden en la actualidad el escenario del libro. Usted se pregunta: y de algunas lecturas sobre todo del ¿Es posible un nuevo inicio?¿Qué hay en Papa Benedicto —de cara al desafío juego? Queremos trasladarle esta misma que significaban ciertos aconteci- pregunta hoy a usted, para hacerla llegar mientos, como lo que él calificara “el a los lectores de Humanitas, porque percderrumbe” de cosas ibimos que esto apunta a que hasta hace poco algo importante. LA CRISIS ES UNA eran evidentes, com—El título de este OPORTUNIDAD SOLO partidas por todos— capítulo surgió a proSI NO REPETIMOS LA empecé a pensar que pósito de una interMISMA FÓRMULA; dar un juicio sobre esta vención que tuve en SOLO SI NOS DEJAMOS situación y mostrar Italia, con ocasión de SORPRENDER POR LAS PREGUNTAS QUE cómo el cristianismo, las elecciones euroLA CRISIS PLANTEA. si es comunicado en peas, donde se veía SOLO ASÍ PUEDE SER su naturaleza origique estaban ya en disUNA OCASIÓN DE nal, puede responder cusión algunas de las PROFUNDIZAR EN a las preguntas que grandes intuiciones QUÉ ES LO QUE HA nos hace la realidad que habían llevado SUCEDIDO, PARA PODER actual y sería una cona la construcción de INICIAR UNA NUEVA tribución para todos, Europa. Algunos han ETAPA. Y ESTA ES LA ayudando a entender pensado que el libro SITUACIÓN EN LA QUE NOS ENCONTRAMOS, qué está sucediendo. solo se refiere a EuroUNA SITUACIÓN QUE El cristianismo puepa, pero aquello fue PUEDE LLEVARNOS de, en mi opinión, dar una ocasión para darA EMPEORAR, O una mano para responnos cuenta de que lo QUE PUEDE SER LA der a estos grandes deque estaba sucediendo OCASIÓN DE LA TOMA safíos. La fe cristiana, tenía dimensiones en DE CONCIENCIA DE cuando es percibida en cierto modo globales UN PROBLEMA AL QUE su naturaleza original, (aunque obviamente PODEMOS INTENTAR DAR UNA SOLUCIÓN. puede ayudar a descucon las peculiaridades brir el significado de la de cada situación georazón, de la libertad, de la educación, gráfica e histórica). de la política… Puede, en fin, responder Yo me preguntaba si en aquel a los grandes desafíos que tiene hoy momento podría acontecer un nuevo por delante la humanidad. Es por eso inicio… porque había sucedido la que intentamos hacer una recopilación crisis económica; estaba empezando de algunos de los textos que ya había a aparecer con todas sus fuerzas el usado en otras circunstancias, dándoles terrorismo; el fenómeno de la miun orden para el propósito señalado. gración proponía cuestiones nuevas;

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estaba sobre la mesa el tema de los así llamados “nuevos derechos”… Había, en fin, toda una serie de cuestiones que ponían en evidencia cuáles eran los desafíos que venían por delante y que daban cuenta de otras cuestiones, todavía más profundas, como la “emergencia educativa”, planteada por Benedicto XVI. Lo anterior hacía preguntarse: ¿Cuál es la naturaleza de la crisis? Se ha insistido mucho sobre la naturaleza económica de la crisis, con todas las consecuencias de tipo social que implicaba. Pero yo pensaba —y pienso— que estas consecuencias sociales, que normalmente se mencionaban, eran simplemente consecuencias de una raíz más profunda, una raíz no solo económica. Y una parte importante de mi punto de partida me lo ofreció el haber leído —con ocasión de la preparación de esa intervención, que tuvo lugar en Italia (a propósito de las elecciones europeas)— un discurso del cardenal Ratzinger, quien, en una famosa lección pronunciada en Subiaco justo antes de la muerte del Papa Juan Pablo II, había descrito a la Ilustración con unos rasgos que a mí me llamaron mucho la atención. Él decía que el momento de la contraposición religiosa, después de las guerras de religión que habían seguido a la reforma protestante, ponía ya en evidencia lo que había sucedido en Europa.

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Europa había tenido como elemento común la fe cristiana. Esta unidad de la fe había saltado por los aires a causa de la reforma; de la reforma había salido lo que había dado lugar a lo que llamamos guerras de religión; y cuando ya los cristianos nos cansamos de pelear, había que construir una nueva base que permitiera la convivencia. Si no teníamos en común la religión, ¿qué cosa teníamos en común? Teníamos en común la razón. Una sugerencia es el famoso título de la obra de Kant, “La religión dentro de los límites de la razón”. Dice muy agudamente el Papa Benedicto, entonces cardenal Ratzinger, que aquello pareció, en esos momentos, una solución razonable y capaz de resistir, porque se trataba de convicciones en ese momento compartidas por prácticamente todos. Y se pensaba que ellas podrían resistir, porque habían llegado a ser patrimonio común, a través de la experiencia cristiana y, sobre todo, a través de la educación religiosa que la Iglesia había llevado a cabo. Pero ¿qué es lo que ha sucedido, a través de distintas vicisitudes históricas? Que ese propósito y esfuerzo de mantener las grandes convicciones aportadas por el cristianismo, desvinculadas de su origen, ha fracasado, y lo que estamos viviendo es la consecuencia de este fracaso. Lo estamos viendo en todos los modos: muchas de las cosas que nos resultan difíciles


de comprender son porque han llega- desafíos que tenemos por delante, no do al agotamiento de sus raíces. Los puede dejar de medirse con la natuvalores, desconectados de su origen, raleza del desafío. han perdido su energía. Me llamó mucho la atención una cita Pensemos en qué es lo que sucede, de Hannah Arendt a propósito de la por ejemplo, cuando se apaga la cale- crisis. Dice ella que la crisis puede ser facción: probablemente al principio se una gran oportunidad porque nos inmantendrá el calor, pero como se ha quiere y pone preguntas, aquellas misperdido el foco o raíz mas que a veces queque alimenta la enerremos dejar de lado. LA PEOR ENFERMEDAD ES LA QUE NO OFRECE gía, tarde o temprano Pero la crisis es una NINGÚN SÍNTOMA, el frío prevalecerá. Es oportunidad solo si PORQUE CUANDO TE DAS lo que estamos viendo no repetimos la misma CUENTA HA INVADIDO ahora: la crisis no es fórmula; solo si nos deTODO. AQUÍ, EN CAMBIO, fundamentalmente de jamos sorprender por TENEMOS SÍNTOMAS DE naturaleza económica, las preguntas que la MUCHOS TIPOS Y ESTO sino de una naturaleza crisis plantea. Solo así PUEDE SER UNA BUENA mucho más profunda, puede ser una ocasión OCASIÓN SI NOSOTROS NO REPETIMOS LO QUE que afecta a aquellas de profundizar en qué YA HA MOSTRADO SER grandes convicciones, es lo que ha sucedido, UN FRACASO. PODEMOS a una serie de valores para poder iniciar una INTENTAR SALIR DE LA compartidos por todos, nueva etapa. Y esta es SITUACIÓN, VOLVIENDO plasmados en muchas la situación en la que A AQUELLO QUE YA SE de las leyes que nos nos encontramos, una HA DEMOSTRADO QUE han acompañado hasta situación que puede NO ERA SUFICIENTE ahora, y que se han llevarnos a empeoPARA MANTENER derrumbado delante rar, o que puede ser la CIERTAS CONVICCIONES QUE HASTA AHORA de nuestros ojos. ocasión de la toma de COMPARTÍAMOS TODOS. Entender así la naconciencia de un proturaleza de la crisis es blema al que podemos fundamental para poder ayudarnos intentar dar una solución. Como cuana salir de esta situación y poder saber do uno va al médico y se encuentra cuál puede ser la contribución del con una serie de síntomas que le hacen cristianismo de cara a este desafío consciente de que está enfermo: puede que afecta a todos. Porque en realidad ser una ocasión para llegar a tiempo afecta a todos, no solo a los cristianos. antes de que la enfermedad invada Afecta a cualquier tipo de presencia todo el organismo. o institución cultural, o universiLa peor enfermedad es la que no dad, partidos políticos o sindicatos: ofrece ningún síntoma, porque cuancualquiera que tenga una presencia do te das cuenta ha invadido todo. social y que quiera aportar algo a los Aquí, en cambio, tenemos síntomas

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de muchos tipos y esto puede ser una la fe, casi reinventando un lenguaje buena ocasión si nosotros no repe- que, cuando empezó, prácticamente timos lo que ya ha mostrado ser un no era usual en la vida de la Iglesia: fracaso. Podemos intentar salir de la por ejemplo, el cristianismo como un situación, volviendo a aquello que ya acontecimiento, no simplemente como se ha demostrado que no era suficiente un elenco de reglas éticas o preceptos para mantener ciertas convicciones que cumplir, no simplemente un disque hasta ahora comcurso ortodoxo, sino partíamos todos. un acontecimiento que DEI VERBUM LO es capaz de cambiar CONFIRMÓ, INSISTIENDO EN QUE LA REVELACIÓN — En el transcurso la vida y que suscita CRISTIANA NO ES de sus reflexiones usted después el discurso o SOLO UN CONJUNTO cita frecuentemente a la ética, pero que en el DE VERDADES Ratzinger-Benedicto, Giorigen es algo que vieO UN SISTEMA ussani y Papa Francisco. ne antes que cualquier ÉTICO, SINO QUE ES Hay en cierto modo un consecuencia. FUNDAMENTALMENTE telar que estas tres voces Y él siempre ha inHECHOS Y PALABRAS —en un lugar, momento sistido en reclamar INTRÍNSECAMENTE LIGADOS: LOS HECHOS o circunstancias histórilos encuentros evanY LAS PALABRAS DE cas— regalan a la Iglegélicos como el origen JESÚS ERAN LA FORMA sia y a la humanidad de de este cristianismo, A TRAVÉS DE LA CUAL nuestros tiempos. ¿Qué desde el primer enDIOS SE COMUNICABA decir? ¿Tiene eso algo que cuentro que narra el A LOS HOMBRES, Y ver con aquel “nuevo inievangelio de San Juan, QUE POR TANTO SOLO cio” del que usted habla? el encuentro de Juan ESTO PUEDE AYUDAR —Yo creo que hay y Andrés con Jesús, A LOS HOMBRES A DESCUBRIR DE NUEVO algo que los aúna a los que habiéndolo enconEL CRISTIANISMO. tres. Yo lo describo en trado por casualidad, estos términos: es una porque estaban escupercepción del cristianismo como un chando a Juan el Bautista, quedan acontecimiento que es capaz de cam- fascinados por la persona de Jesús, y biar a la persona; por tanto, tiene una se pone de manifiesto que lo buscan modalidad como de atraer, de fasci- y luego ya no lo abandonan. nar. Tiene un atractivo tan grande que, Entonces, ¿qué es lo que tiene esta cuando es percibido en su verdadera presencia que es capaz de suscitar el naturaleza, no puede dejar de inte- interés en un mundo absolutamente resar y de atraer a quienes están a la variopinto, como era el del judaísmo búsqueda de algún sentido, de algún del siglo primero? El Evangelio nos lugar que les facilite una vida humana. hace familiar toda esa variedad de gruY a este respecto Giussani, como usted pos judíos: fariseos, saduceos, esenios, ha dicho, ha intentado comunicarnos zelotas, que tenían todos la misma raíz

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judía. Pero en aquel momento aparece ellos han insistido muchas veces: que una figura que tiene esta capacidad es difícil de superar la reducción de de atracción, que no necesita ninguna ciertas formas de cristianismo con otra arma para suscitar el interés que que la gente se encuentra y que en el su propia presencia, sus gestos abso- fondo no les interesa. Giussani tuvo lutamente contracorriente, sus gestos que afrontar ya esto desde el principio, absolutamente audaces. Nosotros no porque había empezado sus lecciones tenemos idea de qué en un liceo en Milán tipo de audacia signidonde la mayoría de CUANDO LA GENTE fica ir a comer a casa los alumnos —en los QUIERE CONTRAPONER de un publicano, por años cincuenta no se AL PAPA FRANCISCO CON ejemplo, y qué clase podía imaginar otra EL PAPA BENEDICTO, YO de cambio ha suscitado cosa— habían particiDIGO QUE EN REALIDAD en Zaqueo que Jesús pado en la catequesis EL PAPA FRANCISCO ES tuviera la audacia de ir cristiana, en la iniciaUNA RADICALIZACIÓN a su casa. Puede pareción cristiana, habían DEL PAPA BENEDICTO, PORQUE REPITE MUCHAS cer simplemente como recibido el bautismo, DE LAS GRANDES una cosa sentimental; la confirmación, haINTUICIONES DEL sin embargo, no ha bían participado en la PAPA BENEDICTO, habido ningún otro vida de la Iglesia, en el PERO LO HACE EN UNA desafío más grande oratorio. Pero cuando MODALIDAD, CON que pudiese recibir él los encuentra, antes UNOS GESTOS QUE uno como Zaqueo —a de ir a la universidad, SON TAN SIMPLES Y quien se le reprochaprácticamente todos TAN SENCILLOS DE ba constantemente su han perdido el interés, IDENTIFICAR POR CUALQUIERA, QUE pecado de parte de los son indiferentes. Han LLEGA A MUCHA GENTE. fariseos— frente a un clausurado su interés gesto absolutamente por la Iglesia. Y él, engratuito y lleno de misericordia como tonces, trataba de mostrar justamente el que hace Jesús con él. a través de la belleza (utilizaba todos Entonces, ¿qué es lo que tiene este los medios a su alcance: música, poeacontecimiento, con esta presencia sía, arte) la pertinencia de la fe a las absolutamente distinta, en medio de exigencias fundamentales de la vida toda esta variedad de grupos religio- del hombre, exigencia de verdad, de sos, para que haya suscitado lo que ha belleza, de justicia. suscitado en la historia? Esto permitió a muchos volver a Esto es lo que me parece que replantearse lo que ya pensaban haber comparten las figuras mencionadas cerrado para el resto de su vida. Y esto —Benedicto, Giussani y Francisco— ha hecho posible que empezara a haporque ponen de manifiesto una na- cerse familiar otro tipo de vocabulario, turaleza del cristianismo en que todos que después, en realidad, el Concilio en

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su Constitución Dei Verbum, confirmó. al Papa Francisco con el Papa BeneLo confirmó, insistiendo que la revela- dicto, yo digo que en realidad el Papa ción cristiana no es solo un conjunto de Francisco es una radicalización del verdades o un sistema ético, sino que es Papa Benedicto, porque repite muchas fundamentalmente hechos y palabras de las grandes intuiciones del Papa intrínsecamente ligados: los hechos y Benedicto, pero lo hace en una molas palabras de Jesús eran la forma a dalidad, con unos gestos que son tan través de la cual Dios se comunicaba a simples y tan sencillos de identificar los hombres, y que por por cualquiera, que tanto solo esto puede llega a mucha gente. CUANDO NO HAY ayudar a los hombres Estas eran en el fonNADA, QUEDAMOS A a descubrir de nuevo do muchas de las coMERCED DE NUESTRAS el cristianismo. Eso lo sas que veíamos que GANAS, DE NUESTRA INSTINTIVIDAD, vemos, por ejemplo, en sucedían con Jesús: COMO UN CÁNTARO cómo el Papa Benedicno podían entender RODANDO POR UN to reiteró, en su primealgunas de las cosas, TORRENTE, A LAS IDAS Y ra encíclica Deus caritas pero no podían irse a VENIDAS DE NUESTROS est, que el encuentro es su casa sin haber visSENTIMIENTOS O DE el inicio de la fe cristo y tener en sus ojos NUESTROS ESTADOS tiana, y cuando repite lo que habían visto DE ÁNIMO. EN EL también que el cristiaestando con Él. Y esta CONTEXTO NIHILÍSTICO NO HAY NADA QUE nismo se comunica no es la gracia que idenTENGA SUFICIENTE por constricción, sino tifica a los últimos DENSIDAD DE REALIDAD por atracción. papas en la vida de la COMO PARA SUSCITAR Luego el Papa FranIglesia. Si nosotros teEL SENTIDO… cisco lo repite constannemos la sencillez de temente. Es decir, se ha acoger su testimonio, ido como generando una modalidad podrá ser un nuevo inicio. de hablar del cristianismo que tiene su fundamento en la fascinación, que —Usted ha formulado, en alguna la presencia de Cristo, o la presencia ocasión, que quien no entiende al Papa de los cristianos que viven según su Francisco —quien no entienda que él es naturaleza original el cristianismo una respuesta a las necesidades de nuestro puede hoy suscitar. Y esto me parece tiempo— es que en realidad no entiende que es verdaderamente un don para cuál es el problema de nuestro tiempo. ¿Es la vida de la Iglesia, porque lo pone en efectiva esa afirmación? términos que son en primer lugar la —A mí me parece que es un intento realización del Concilio, como el Papa de decir que para entender al Papa Francisco que con hechos absoluta- Francisco en sus gestos, en sus tomas mente simples llega a tantas personas. de posición sobre tantas cuestiones, Cuando la gente quiere contraponer hace falta entender la naturaleza del

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problema o de la enfermedad: si uno solo como “medida”— nos ha conducido piensa que en vez de un cáncer tiene progresivamente al nihilismo. Se pregunta una gripe, si trata el cáncer con una usted qué forma tiene el nihilismo hoy día. aspirina, parece que no podrá ser Y explica que este ya no es una teoría, sino adecuado como respuesta. la forma de una vida apática y dispersa. El La cuestión es cuál nihilismo, dice, “tiene la es la naturaleza del forma de un vaciamiento, LA MISERICORDIA problema. Si es lo que de una destitución de DE JESÚS VA UNIDA explicara el Papa Benela realidad”, afirmación CONSTANTEMENTE A dicto, que lo que está contundente que impreLA EXCEPCIONALIDAD derrumbándose ante siona a primera vista. DE UNA PRESENCIA nuestros ojos es un Pareciera que el espectro QUE TIENE LA CARACTERÍSTICA AL intento de mantener del problema que esta MISMO TIEMPO DE SER las grandes convicciocuestión abarca es inBUENA, DE TENER LA nes generadas por el menso: comunicacional, CAPACIDAD DE ABRAZAR cristianismo sin su vínfamiliar, de gobernanza; AL OTRO EN SU ESTADO, culo originario —sin el en fin, social y personal... SIN DESAFIARLO origen de relación con —A mí me impreEN SU SITUACIÓN la presencia histórica siona mucho una frase, EXISTENCIAL (COMO EN de Cristo, que es lo que leí hace tiempo, de EL CASO DE ZAQUEO). que diera vida a una María Zambrano, una Y EN ESTE SENTIDO SE PUEDE DECIR QUE LA nueva forma de estar filósofa española, que MISERICORDIA ES EL en la realidad— pues dice que lo que está en DESAFÍO MÁS GRANDE será difícil entender alcrisis es el nexo con QUE UNA PERSONA gunos de los gestos, de la realidad, porque PUEDA RECIBIR, las tomas de posición la realidad es nuestro CUANDO HA TENIDO del Papa Francisco. Y verdadero sustento. Y LA PERCEPCIÓN CLARA no es por mala volunesto lo vemos en tanDE SU INCAPACIDAD, tad, sino porque no se tas ocasiones, sobre O DE SU MAL, O DE SU NECESIDAD DE SER entiende la naturaleza todo en la “emergenDESPERTADA. (…) del problema y, como cia educativa”, donde no se entiende la natutantas veces lo que raleza del problema, no se entiende la se propone a los jóvenes no es capaz audacia de la respuesta. de suscitar interés. En consecuencia, todo se quiere resolver con reglas. —En el capítulo VIII de su libro Mas un joven, si no tiene interés por “Ampliar la razón” —título que evoca el lo que está sucediendo en clases, no llamado de Benedicto XVI en su famoso podrá hacer otra cosa que enredar o discurso de Ratisbona—, usted afirma armar jaleo. Mas no porque sea malo, que el reduccionismo en la relación con la no porque tenga algún problema psirealidad —debido a que se entiende la razón cológico, sino porque simplemente, si

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no es atraído por algo presente delante lo que está precisamente sucediendo. de sus ojos que le interese, entonces No necesita ir a una clase filosofía evidentemente tiene que hacer algo, para entender: el significado de esa porque la exigencia del corazón del persona se ve porque cuando está hombre de una plenitud no decae. presente, porque cuando yo comparto Así, si la relación con la realidad no algo con ella, descubro que tiene tal es la adecuada, el interés para mi vida, hombre sucumbe a que ya no puedo que nada en el fondo despertarme en la le interesa: la apatía, mañana sin pensar la indiferencia, el en ella. Es decir, es desinterés son sigalgo real, que es canos de que no hay paz de atraer toda nada delante de los la atención. Si esto ojos que sea capaz sucede en la expede suscitar el interiencia al alcance de rés de la persona. cualquiera, desde el Y cuando no hay niño que se despiernada, quedamos a ta por la mañana y, merced de nuestras nada más entrar en «A mí me impresiona mucho una ganas, de nuestra relación con la reafrase, que leí hace tiempo, de María instintividad, como lidad, si falta su maZambrano, una filósofa española, que dice que lo que está en crisis es el nexo un cántaro rodando dre, aunque tenga con la realidad, porque la realidad es por un torrente, a las la habitación llena nuestro verdadero sustento. Y esto lo idas y venidas de de juguetes, esto no vemos en tantas ocasiones, sobre todo nuestros sentimienle basta, y llora llaen la “emergencia educativa”, donde tantas veces lo que se propone a los tos o de nuestros mando a su madre, jóvenes no es capaz de suscitar interés.» estados de ánimo. porque la presencia En el contexto nihiverdaderamente siglístico no hay nada que sea capaz, que nificativa para él es su madre… tenga la suficiente realidad, suficiente densidad de realidad como para sus—Usted habla mucho del deseo en el citar el sentido… libro… El significado nace justamente de —Toda la cuestión del deseo es encontrar algo que te abre una pre- esta. Es lo que sucede en relación a gunta, que te hace buscar el signifi- la persona amada, cuando alguien se cado. Porque cuando una persona en- enamora. Si esto sucede al nivel de la cuentra a otra y empieza a atraerla, y experiencia humana elemental, esa es empieza a percibir el valor que puede la modalidad a la que se ha plegado tener esa presencia para sí, entiende el Dios haciéndose hombre. Poniendo significado, porque es el significado delante de nuestros ojos no una pre-

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sencia cualquiera, sino una presencia —Pero lo importante de la cuestión absolutamente excepcional, con un aquí es qué cosa puede despertar el deseo. atractivo del que el Evangelio dice: —Ahí tocamos la naturaleza de la „nunca hemos visto una cosa igual“. crisis. La naturaleza de la crisis, sobre Qué tipo de fascinación ha podido todo en los aspectos educativos, se ve ejercer esa persona, para que algu- claramente ahí. No es que los jóvenes nos hayan abandonado todo por se- no sean capaces de hacer sus deberes guirle, hayan retenido o no sean capaces de que aquello era la cosa estar atentos en sus (…) EL GESTO más importante que clases. El problema es MÁS GRANDE DE les había sucedido en si hay algo, si sucede MISERICORDIA QUE la vida. Esto es el dealgo que les atraiga, TUVO JESÚS CON SUS safío que tenemos los o que les suscite el CONTEMPORÁNEOS cristianos hoy. Poner en deseo, que les suscite FUE ESA CAPACIDAD NO la realidad presencias el interés. Y esto deSIMPLEMENTE DE CURAR LAS ENFERMEDADES, que puedan suscitar pende de presencias SINO ESA CAPACIDAD este interés. Pienso, por adultas que tengan DE ABRAZAR, DE ejemplo, en el nihilisalgo que comunicarSUSCITAR LO HUMANO mo del que sale a veces les, que lo que viven QUE HABÍA EN ELLOS, la violencia, terroristas sea capaz de suscitar PARA QUE PUDIERAN de un modo o de otro. el interés en ellos. VERDADERAMENTE A esto no se puede resEl problema educaCONSTITUIRSE —CON ponder solo con reglas, tivo no es de los jóveLAS PALABRAS DE SAN PABLO— COMO UNA o intentando cómo tanes, es de los adultos. CRIATURA NUEVA (…) par las consecuencias, Cuando los adultos sino atrayendo y mosno tenemos nada que trando con todo su atractivo otra vida proponerles, entonces es evidente que infinitamente más plena. ellos son dejados a sus reacciones y Un amigo me ha enviado en estos a sus ganas. En cambio, cuando los días un texto de Ortega y Gasset que mismos jóvenes se encuentran con dice: Yo no creo mucho en la obligación, personas que despiertan el deseo, como creía Kant, lo espero todo del en- que desafían su deseo, y empiezan a tusiasmo. Siempre es más fecunda proponerles algo que tenga interés, se una ilusión que un deber. Tal vez el entusiasman, no necesitan que haya papel de la obligación o del deber es alguien para imponerles ciertas cosas. subsidiario, hacen falta para llenar los huecos de la ilusión y del entusiasmo... —Usted ha afirmado que la violencia Para Europa hoy, la gran cuestión no y el terrorismo son consecuencia del es un nuevo sistema de deberes, sino nihilismo y eso es bastante visible. ¿Ve un programa de apetitos. Yo diría el mensaje de la misericordia ,en que mejor de deseos. ha insistido el Papa Francisco, como un

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antídoto ante esa violencia inmanente y verdaderamente constituirse —con dispersa en todas las más variadas formas las palabras de San Pablo— como una de la existencia contemporánea, incluso criatura nueva, con una capacidad de aquellas que el hombre vive al interior de estar en la realidad, contribuyendo a su propia psique? regenerar el tejido social, el tejido de — Si acaso la m isericordia se un pueblo, que hacía de las personas entiende bien, porque nosotros mu- algo absolutamente nuevo. chas veces reducimos el significado Me impresiona mucho un texto de las palabras. de los Hechos de los La misericordia de Apóstoles, que muchas (…) ES DECIR, EN LA Jesús va unida consveces pasa inobservaRELACIÓN CON JESÚS SE tantemente a la exdo, cuando Pedro y GENERABA UN TIPO DE cepcionalidad de una Juan son llevados deSUJETO HUMANO QUE presencia, que tiene la lante del Sanedrín y los SORPRENDE HASTA A LOS EXPERTOS. ESTA ES característica al mismo sanedritas —fariseos, LA GRAN MISERICORDIA tiempo de ser buena, saduceos, expertos en QUE DIOS HA TENIDO de tener la capacidad la dialéctica— se enCON NOSOTROS. SI de abrazar al otro en cuentran sorprendidos NO ES CRISTO QUIEN su estado, sin desade que dos ignorantes, RESPONDE A TODO EL fiarlo en su situación sin ningún tipo de insDESEO DE VERDAD, DE existencial (como en el trucción, tengan esta BELLEZA, DE JUSTICIA caso de Zaqueo). Y en libertad de ponerse QUE HAY EN EL este sentido se puede frente a ellos. Hasta CORAZÓN DEL HOMBRE, NO SE RESUELVE EL decir que la misericorque se dieron cuenPROBLEMA DEL MAL. dia es el desafío más ta de que habían sido grande que una peramigos de Jesús, que sona pueda recibir, cuando ha tenido habían estado con Jesús. Es decir, en la la percepción clara de su incapacidad, relación con Jesús se generaba un tipo o de su mal, o de su necesidad de ser de sujeto humano que sorprende hasta despertada. Solo alguien que nos a los expertos. Esta es la gran miseriama incondicionalmente puede ser cordia que Dios ha tenido con nosotros. capaz de suscitar el yo de cada uno Si no es Cristo quien responde a todo el de nosotros. Esto a mí me parece que deseo de verdad, de belleza, de justicia es fundamental y este es el gesto más que hay en el corazón del hombre, no grande de misericordia. El gesto más se resuelve el problema del mal. grande de misericordia que tuvo JePorque el problema del mal —por sús con sus contemporáneos fue esa el cual tenemos necesidad constancapacidad no simplemente de curar temente de misericordia— estriba en las enfermedades, sino esa capacidad que nosotros encontremos respuesta de abrazar, de suscitar lo humano a aquello sin lo cual somos llevados a que había en ellos, para que pudieran hacer el mal. La samaritana necesitaba

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encontrar a alguien que respondiera a su sed: si no responde alguien a su sed, irá a buscar a otro que la sacie. Cristo es esta gran misericordia capaz de poner en la existencia, en la historia humana, una presencia que puede responder a toda la sed que hay en el corazón del hombre. Esta es la gran misericordia.

Mientras el problema del hombre no se resuelva, mientras no exista una respuesta adecuada a la sed de felicidad, intentaremos llenarla con cosas. Un tipo de economía “que mata”, ¿de dónde nace? De una falta de respuesta adecuada al problema de la felicidad. Cuando las personas puedan tener una experiencia —El Papa Francisco distinta y puedan ha hablado de “una ecoempezar a generar nomía que mata”. ¿Qué un tipo de economía importancia atribuye que no piensa que usted a esa economía poseyendo más, que “que mata” en el conacumulando más texto de la crisis cultucosas, va a llenarse «Porque el problema del mal -por el cual ral y moral que viven más —porque todo tenemos necesidad constantemente de los países occidentales? es poco y “pequeño misericordia- estriba en que nosotros encontremos respuesta a aquello sin La “belleza desarmapara la capacidad del lo cual somos llevados a hacer el mal. da”, ¿pasa también por alma”, como diría el La samaritana necesitaba encontrar la belleza de un orden gran poeta Leopara alguien que respondiera a su sed: económico armónico di—, la situación del si no responde alguien a su sed, irá a buscar a otro que la sacie. Cristo es esta y justo? hombre de nuestro gran misericordia capaz de poner en la —Estamos siemtiempo en este senexistencia, en la historia humana, una pre delante de la tido podrá ser dispresencia que puede responder a toda la sed que hay en el corazón del hombre. misma cuestión. Si tinta. Pero no habrá Esta es la gran misericordia.» el corazón del homsalida en el contexto bre está hecho para de un tipo de econola felicidad, para la plenitud, y no la mía que solo busca el beneficio y que se encuentra, ¿con qué intenta llenarlo? olvida de lo demás. Aparte de que será Lo intenta en su relación con las per- siempre incapaz de responder incluso al sonas o en la relación con las cosas, deseo de aquellos que la hacen, porque, que son las dos realidades que tiene a como decía otro escritor italiano, Pavese, mano. E intenta entonces manipular a lo que el hombre busca en los placeres las personas y poseerlas de cualquier es el infinito y el hombre jamás se conforma que sea, o bien acumular cosas. tentará con menos que ese infinito.

Entrevista realizada por JAIME ANTÚNEZ y JAVIERA CORVALÁN

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La Palabra del Papa La voz del Papa Francisco en A mérica Latina

Con motivo de la próxima visita del Papa Francisco a Chile y Perú —su 6º viaje apostólico a Latinoamérica—, publicamos en nuestra habitual sección Palabra del Papa, extractos de los discursos y homilías pronunciados en cada uno de los siete países que ya lo recibieron, presentados cronológicamente.

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HUMANITAS Nº 86 pp. 210 - 233


I Visita Apostólica con ocasión de la xxviii Jornada Mundial de la Juventud Brasil ENCUENTRO CON LA CLASE DIRIGENTE DE BRASIL Teatro Municipal de Río de Janeiro Sábado 27 de julio de 2013

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n proceso que hace crecer la humanización integral y la cultura del encuentro y de la relación; esta es la manera cristiana de promover el bien común, la alegría de vivir. Y aquí convergen la fe y la razón, la dimensión religiosa con los diferentes aspectos de la cultura humana: el arte, la ciencia, el trabajo, la literatura... El cristianismo combina trascendencia y encarnación; por la capacidad de revitalizar siempre el pensamiento y la vida ante la amenaza de frustración y desencanto que pueden invadir el corazón y propagarse por las calles. Un segundo punto al que quisiera referirme es la responsabilidad social. Esta requiere un cierto tipo de paradigma cultural y, en consecuencia, de la política. Somos responsables de la formación de las

nuevas generaciones, ayudarlas a ser capaces en la economía y la política, y firmes en los valores éticos. El futuro exige hoy la tarea de rehabilitar la política, rehabilitar la política, que es una de las formas más altas de la caridad. El futuro nos exige también una visión humanista de la economía y una política que logre cada vez más y mejor la participación de las personas, evite el elitismo y erradique la pobreza. Que a nadie le falte lo necesario y que se asegure a todos dignidad, fraternidad y solidaridad: este es el camino propuesto. Es propio de la dirigencia elegir la más justa de las opciones después de haberlas considerado, a partir de la propia responsabilidad y el interés del bien común; por este camino se va al centro de los males de la sociedad para superarlos con la audacia

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de acciones valientes y libres. Es nuestra responsabilidad, aunque siempre sea limitada, esa comprensión de la totalidad de la realidad, observando, sopesando, valorando, para tomar decisiones en el momento presente, pero extendiendo la mirada hacia el futuro, reflexionando sobre las consecuencias de las decisiones. Quien actúa responsablemente pone la propia

actividad ante los derechos de los demás y ante el juicio de Dios. Este sentido ético aparece hoy como un desafío histórico sin precedentes, tenemos que buscarlo, tenemos que inserirlo en la misma sociedad. Además de la racionalidad científica y técnica, en la situación actual se impone la vinculación moral con una responsabilidad social y profundamente solidaria.

ENCUENTRO CON EL EPISCOPADO BRASILEÑO Arzobispado de Río de Janeiro Sábado 27 de julio de 2013

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na iglesia que da espacio al misterio de Dios; una iglesia que alberga en sí misma este misterio, de manera que pueda maravillar a la gente, atraerla. Solo la belleza de Dios puede atraer. El camino de Dios es el de la atracción. A Dios, uno se lo lleva a casa. Él despierta en el hombre el deseo de tenerlo en su propia vida, en su propio hogar, en el propio corazón. Él despierta en nosotros el deseo de llamar a los vecinos para dar a conocer su belleza. La misión nace precisamente de este hechizo divino, de este estupor del encuentro. Hablamos de la misión, de Iglesia misionera. Pienso en los pescadores que llaman a sus vecinos para que vean el misterio de la Virgen. Sin la sencillez de su actitud, nuestra misión está condenada al fracaso. Ante todo, no hemos de ceder al miedo del que hablaba el Beato John Henry New-

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man: «El mundo cristiano se está haciendo estéril, y se agota como una tierra sobreexplotada, que se convierte en arena». No hay que ceder al desencanto, al desánimo, a las lamentaciones. Hemos trabajado mucho, y a veces nos parece que hemos fracasado, y tenemos el sentimiento de quien debe hacer balance de una temporada ya perdida, viendo a los que se han marchado o ya no nos consideran creíbles, relevantes. La globalización implacable y la intensa urbanización, a menudo salvajes, prometían mucho. Muchos se han enamorado de sus posibilidades, y en ellas hay algo realmente positivo, como por ejemplo, la disminución de las distancias, el acercamiento entre las personas y culturas, la difusión de la información y los servicios. Pero, por otro lado, muchos vivencian sus efectos negativos sin darse cuenta de cómo ellos comprometen su


visión del hombre y del mundo, generando más desorientación y un vacío que no logran explicar. Algunos de estos efectos son la confusión del sentido de la vida, la desintegración personal, la pérdida de la experiencia de pertenecer a un “nido”, la falta de hogar y vínculos profundos. Y como no hay quien los acompañe y muestre con su vida el verdadero camino, muchos han buscado atajos, porque la «medida» de la gran Iglesia parece demasiado alta. Hay aún los que reconocen el ideal del hombre y de la vida propuesto por la Iglesia, pero no se atreven a abrazarlo. Piensan que el ideal es demasiado grande para ellos, está fuera de sus posibilidades, la meta a perseguir es inalcanzable. Sin embargo, no pueden vivir sin tener al menos algo, aunque sea una caricatura, de eso que les parece demasiado alto y lejano. Con la desilusión en el corazón, van en busca de algo que les ilusione de nuevo o se resignan a una adhesión parcial, que en definitiva no alcanza a dar plenitud a sus vidas. Ante este panorama hace falta una Iglesia capaz de acompañar, de ir más allá del mero escuchar; una Iglesia que acompañe en el camino poniéndose en marcha con la gente; una Iglesia que pueda descifrar esa noche que entraña la fuga de Jerusalén de tantos hermanos y hermanas; una Iglesia que se dé cuenta de que las razones por las que hay gente que se aleja, contienen

ya en sí mismas también los motivos para un posible retorno, pero es necesario saber leer el todo con valentía. Jesús le dio calor al corazón de los discípulos de Emaús. Quisiera que hoy nos preguntáramos todos: ¿Somos aún una Iglesia capaz de inflamar el corazón? ¿Una Iglesia que pueda hacer volver a Jerusalén? ¿De acompañar a casa? En Jerusalén residen nuestras fuentes: Escritura, catequesis, sacramentos, comunidad, la amistad del Señor, María y los Apóstoles... ¿Somos capaces todavía de presentar estas fuentes, de modo que se despierte la fascinación por su belleza? Sobre la conversión pastoral, quisiera recordar que «pastoral» no es otra cosa que el ejercicio de la maternidad de la Iglesia. La Iglesia da a luz, amamanta, hace crecer, corrige, alimenta, lleva de la mano... Se requiere, pues, una Iglesia capaz de redescubrir las entrañas maternas de la misericordia. Sin la misericordia, poco se puede hacer hoy para insertarse en un mundo de «heridos», que necesitan comprensión, perdón y amor. En el ámbito social, solo hay una cosa que la Iglesia pide con particular claridad: la libertad de anunciar el Evangelio de modo integral, aun cuando esté en contraste con el mundo, cuando vaya contracorriente, defendiendo el tesoro del cual es solamente guardiana, y los valores de los que no dispone, pero que ha recibido y a los cuales debe ser fiel.

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ENCUENTRO CON EL COMITÉ DE COORDINACIÓN DEL CELAM Centro Estudios de Sumaré, Río de Janeiro Domingo 28 de julio de 2013

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parecida ha propuesto como necesaria la Conversión Pastoral. Esta conversión implica creer en la Buena Nueva, creer en Jesucristo portador del Reino de Dios, en su irrupción en el mundo, en su presencia victoriosa sobre el mal; creer en la asistencia y conducción del Espíritu Santo; creer en la Iglesia, Cuerpo de Cristo y prolongadora del dinamismo de la Encarnación. La Conversión Pastoral atañe principalmente a las actitudes y a una reforma de vida. Un cambio de actitudes necesariamente es dinámico: “entra en proceso” y solo se lo puede contener acompañándolo y discerniendo. Es importante tener siempre presente que la brújula, para no perderse en este camino, es la de la identidad católica concebida como pertenencia eclesial. Hace bien recordar las palabras del Concilio Vaticano II: Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo (cf. GS, 1). Aquí reside el fundamento del diálogo con el mundo actual. La respuesta a las preguntas existenciales del hombre de hoy, especialmente de las nuevas generaciones, atendiendo a su lenguaje, entraña un cambio fecundo que hay que recorrer con la ayuda del Evange-

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lio, del Magisterio, y de la Doctrina Social de la Iglesia. Los escenarios y areópagos son de lo más variado. Por ejemplo, en una misma ciudad existen varios imaginarios colectivos que conforman “diversas ciudades”. Si nos mantenemos solamente en los parámetros de “la cultura de siempre”, en el fondo una cultura de base rural, el resultado terminará anulando la fuerza del Espíritu Santo. Dios está en todas partes: hay que saber descubrirlo para poder anunciarlo en el idioma de esa cultura; y cada realidad, cada idioma, tiene un ritmo diverso. La opción por la misionariedad del discípulo será tentada. Es importante saber por dónde va el mal espíritu para ayudarnos en el discernimiento. No se trata de salir a cazar demonios, sino simplemente de lucidez y astucia evangélica. Menciono solo algunas actitudes que configuran una Iglesia “tentada”. Se trata de conocer ciertas propuestas actuales que pueden mimetizarse en la dinámica del discipulado misionero y detener, hasta hacer fracasar, el proceso de Conversión Pastoral. 1. La ideologización del mensaje evangélico. Es una tentación que se dio en la Iglesia desde el principio: buscar una hermenéutica de interpretación evangélica fuera del mismo mensaje del Evangelio y


fuera de la Iglesia. Un ejemplo: Aparecida, en un momento, sufrió esta tentación bajo la forma de asepsia. Se utilizó, y está bien, el método de “ver, juzgar, actuar” (cf. n. 19). La tentación estaría en optar por un “ver” totalmente aséptico, un “ver” neutro, lo cual es inviable. Siempre el ver está afectado por la mirada. No existe una hermenéutica aséptica. La pregunta era, entonces: ¿con qué mirada vamos a ver la realidad? Aparecida respondió: Con mirada de discípulo. Así se entienden los números 20 al 32. Hay otras maneras de ideologización del mensaje y, actualmente, aparecen en Latinoamérica y El Caribe propuestas de esta índole. Menciono solo algunas: a) El reduccionismo socializante. Es la ideologización más fácil de descubrir. En algunos momentos fue muy fuerte. Se trata de una pretensión interpretativa en base a una hermenéutica según las ciencias sociales. Abarca los campos más variados, desde el liberalismo de mercado hasta la categorización marxista.

la primera desviación de la comunidad primitiva y reaparece, a lo largo de la historia de la Iglesia, en ediciones corregidas y renovadas. Vulgarmente se los denomina “católicos ilustrados” (por ser actualmente herederos de la Ilustración). d) La propuesta pelagiana. Aparece fundamentalmente bajo la forma de restauracionismo. Ante los males de la Iglesia se busca una solución solo en la disciplina, en la restauración de conductas y formas superadas que, incluso culturalmente, no tienen capacidad significativa. En América Latina suele darse en pequeños grupos, en algunas nuevas Congregaciones Religiosas, en tendencias exageradas a la “seguridad” doctrinal o disciplinaria. Fundamentalmente es estática, si bien puede prometerse una dinámica hacia adentro: involuciona. Busca “recuperar” el pasado perdido.

b) La ideologización psicológica. Se trata de una hermenéutica elitista que, en definitiva, reduce el ”encuentro con Jesucristo” y su ulterior desarrollo a una dinámica de autoconocimiento. Suele darse principalmente en cursos de espiritualidad, retiros espirituales, etc. Termina por resultar una postura inmanente autorreferencial. No sabe de trascendencia y, por tanto, de misionariedad.

2. El funcionalismo. Su acción en la Iglesia es paralizante. Más que con la ruta se entusiasma con la “hoja de ruta”. La concepción funcionalista no tolera el misterio, va a la eficacia. Reduce la realidad de la Iglesia a la estructura de una ONG. Lo que vale es el resultado constatable y las estadísticas. De aquí se va a todas las modalidades empresariales de Iglesia. Constituye una suerte de “teología de la prosperidad” en lo organizativo de la pastoral.

c) La propuesta gnóstica. Bastante ligada a la tentación anterior. Suele darse en grupos de élites con una propuesta de espiritualidad superior, bastante desencarnada, que termina por desembarcar en posturas pastorales de “quaestiones disputatae”. Fue

3. El clericalismo es también una tentación muy actual en Latinoamérica. Curiosamente, en la mayoría de los casos, se trata de una complicidad pecadora: el cura clericaliza y el laico le pide por favor

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que lo clericalice, porque en el fondo le resulta más cómodo. El fenómeno del clericalismo explica, en gran parte, la falta de adultez y de cristiana libertad en parte del laicado latinoamericano. O no crece (la mayoría), o se acurruca en cobertizos de ideologizaciones como las ya vistas, o en pertenencias parciales y limitadas. Existe en nuestras tierras una forma de libertad laical a través de experiencias de pueblo: el católico como pueblo. Aquí se ve una mayor autonomía, sana en general, y que se expresa fundamentalmente en la piedad popular. El capítulo de Aparecida sobre piedad popular describe con profundidad esta dimensión. La propuesta de los grupos bíblicos, de las comunidades eclesiales de base y de los Consejos pastorales va en la línea de superación del clericalismo y de un crecimiento de la responsabilidad laical. El discipulado misionero es vocación: llamado e invitación. Se da en un “hoy” pero “en tensión”. No existe el discipulado misionero estático. El discípulo misionero no puede poseerse a sí mismo, su inmanencia está en tensión hacia la trascendencia del discipulado y hacia la trascendencia de la misión. No admite la autorreferencialidad: o se refiere a Jesucristo o se refiere al pueblo a quien se debe anunciar. Sujeto

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que se trasciende. Sujeto proyectado hacia el encuentro: el encuentro con el Maestro (que nos unge discípulos) y el encuentro con los hombres que esperan el anuncio. Por eso, me gusta decir que la posición del discípulo misionero no es una posición de centro, sino de periferias: vive tensionado hacia las periferias… incluso las de la eternidad en el encuentro con Jesucristo. En el anuncio evangélico, hablar de “periferias existenciales” des-centra, y habitualmente tenemos miedo a salir del centro. El discípulo-misionero es un des-centrado: el centro es Jesucristo, que convoca y envía. El discípulo es enviado a las periferias existenciales. 4. La Iglesia es institución pero cuando se erige en “centro” se funcionaliza y poco a poco se transforma en una ONG. Entonces, la Iglesia pretende tener luz propia y deja de ser ese “misterium lunae” del que nos hablaban los Santos Padres. Se vuelve cada vez más autorreferencial y se debilita su necesidad de ser misionera. De “Institución” se transforma en “Obra”. Deja de ser Esposa para terminar siendo Administradora; de Servidora se transforma en “Controladora”. Aparecida quiere una Iglesia Esposa, Madre, Servidora, facilitadora de la fe y no tanto controladora de la fe.


II Visita Apostólica a Ecuador, Bolivia y Paraguay Ecuador ENCUENTRO CON LA SOCIEDAD CIVIL Iglesia de San Francisco, Quito Martes 7 de julio de 2015

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uestra sociedad gana cuando cada persona, cada grupo social, se siente verdaderamente de casa. En una familia, los padres, los abuelos, los hijos son de casa; ninguno está excluido. Si uno tiene una dificultad, incluso grave, aunque se la haya buscado él, los demás acuden en su ayuda, lo apoyan; su dolor es de todos. Me viene a la mente la imagen de esas madres o esposas. Las he visto en Buenos Aires haciendo colas los días de visita para entrar a la cárcel, para ver a su hijo o a su esposo que no se portó bien, por decirlo en lenguaje sencillo, pero no los dejan porque siguen siendo de casa. Cómo nos enseñan esas mujeres. En la sociedad, ¿no debería suceder también lo mismo? Y, sin embargo, nuestras relaciones sociales o el juego político en el sentido más amplio de la palabra —no olvidemos que la política, decía el beato Pablo VI, es una de las for-

mas más altas de la caridad—, muchas veces este actuar nuestro se basa en la confrontación, que produce descarte. Mi posición, mi idea, mi proyecto se consolidan si soy capaz de vencer al otro, de imponerme, de descartarlo. Así vamos construyendo una cultura del descarte que hoy día ha tomado dimensiones mundiales, de amplitud. ¿Eso es ser familia? En las familias todos contribuyen al proyecto común, todos trabajan por el bien común, pero sin anular al individuo; al contrario, lo sostienen, lo promueven. Se pelean, pero hay algo que no se mueve: ese lazo familiar. Las peleas de familia son reconciliaciones después. Las alegrías y las penas de cada uno son asumidas por todos. ¡Eso sí es ser familia! Si pudiéramos lograr ver al oponente político o al vecino de casa con los mismos ojos que a los hijos, esposas, esposos, padres o madres, qué

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bueno sería. ¿Amamos nuestra sociedad o sigue siendo algo lejano, algo anónimo, que no nos involucra, no nos mete, no nos compromete? El respeto del otro que se aprende en la familia se traduce en el ámbito social en la subsidiariedad. O sea, gratuidad, solidaridad, subsidiariedad. Asumir que nuestra opción no es necesariamente la única legítima es un sano ejercicio de humildad. Al reconocer lo bueno que hay en los demás, incluso con sus limitaciones, vemos la riqueza que entraña la diversidad y el valor de la complementariedad. Los hombres, los grupos tienen derecho a recorrer su camino, aunque esto a veces suponga cometer errores. En el respeto de la libertad, la sociedad civil está llamada a promover a cada persona y agente social para que pueda asumir su propio papel y contribuir desde su especificidad al bien común. El diálogo es necesario, es fundamental para llegar a la verdad, que no puede ser impuesta, sino buscada con sinceridad y espíritu

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crítico. En una democracia participativa, cada una de las fuerzas sociales, los grupos indígenas, los afroecuatorianos, las mujeres, las agrupaciones ciudadanas y cuantos trabajan por la comunidad en los servicios públicos son protagonistas, son protagonistas imprescindibles en ese diálogo, no son espectadores. Las paredes, patios y claustros de este lugar lo dicen con mayor elocuencia: asentado sobre elementos de la cultura incaica y caranqui, la belleza de sus proporciones y formas, el arrojo de sus diferentes estilos combinados de modo notable, las obras de arte que reciben el nombre de “escuela quiteña”, condensan un extenso diálogo, con aciertos y errores, de la historia ecuatoriana. El hoy está lleno de belleza y, si bien es cierto que en el pasado ha habido torpezas y atropellos —¿cómo negarlo? incluso en nuestras historias personales, ¿cómo negarlo?—, podemos afirmar que la amalgama irradia tanta exuberancia que nos permite mirar el futuro con mucha esperanza.


Bolivia ENCUENTRO CON LAS AUTORIDADES CIVILES Catedral de La Paz Miércoles 8 de julio de 2015

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omo todo está relacionado, nos necesitamos unos a otros. Si la política se deja dominar por la especulación financiera o la economía se rige únicamente por el paradigma tecnocrático y utilitarista de la máxima producción, no podrán ni siquiera comprender, y menos aún resolver, los grandes problemas que afectan a la humanidad. Es necesaria también la cultura, de la que forma parte no solo el desarrollo de la capacidad intelectual del ser humano en las ciencias y de la capacidad de generar belleza en las artes, sino también las tradiciones populares locales –eso también es cultura– con su particular sensibilidad al medio de donde han surgido y del que han salido, al medio que le da sentido. Se requiere de igual forma una educación ética y moral, que cultive actitudes de solidaridad y corresponsabilidad entre las personas. Debemos reconocer el papel específico de las religiones en el desarrollo de la cultura y los beneficios que puedan aportar a la sociedad. Los cristianos, en particular, como discípulos de la Buena Noticia, somos portadores de un mensaje de salvación que tiene en sí mismo la capacidad de ennoblecer a las personas, de inspirar grandes ideales capaces de impulsar líneas

de acción que vayan más allá del interés individual, posibilitando la capacidad de renuncia en favor de los demás, la sobriedad y las demás virtudes que nos contienen y nos unen. Esas virtudes que en vuestra cultura tan sencillamente se expresan en esos tres mandamientos: no mentir, no robar y no ser flojo. Una nación que busca el bien común no se puede cerrar en sí misma; las redes de relaciones afianzan a las sociedades. El problema de la inmigración en nuestros días nos lo demuestra. El desarrollo de la diplomacia con los países del entorno, que evite los conflictos entre pueblos hermanos y contribuya al diálogo franco y abierto de los problemas, hoy es indispensable. Y estoy pensando acá, en el mar: diálogo, es indispensable. Construir puentes en vez de levantar muros. Construir puentes en vez de levantar muros. Todos los temas, por más espinosos que sean, tienen soluciones compartidas, tienen soluciones razonables, equitativas y duraderas. Y, en todo caso, nunca han de ser motivo de agresividad, rencor o enemistad que agravan más la situación y hacen más difícil su resolución.

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Paraguay ENCUENTRO CON LAS AUTORIDADES Y CON EL CUERPO DIPLOMÁTICO Jardín del Palacio de López, Asunción Viernes 10 de julio de 2015

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n pueblo que olvida su pasado, su historia, sus raíces, no tiene futuro, es un pueblo seco. La memoria, asentada firmemente sobre la justicia, alejada de sentimientos de venganza y de odio, transforma el pasado en fuente de inspiración para construir un futuro de convivencia y armonía, haciéndonos conscientes de la tragedia y la sinrazón de la guerra. ¡Nunca más guerras entre hermanos! ¡Construyamos siempre la paz! En todos los ámbitos de la sociedad, pero especialmente en la actividad pública, se ha de potenciar el diálogo como medio privilegiado para favorecer el bien

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común, sobre la base de la cultura del encuentro, del respeto y del reconocimiento de las legítimas diferencias y opiniones de los demás. No hay que detenerse en lo conflictivo, la unidad siempre es superior al conflicto; es un ejercicio interesante decantar en el amor a la patria, en el amor al pueblo, toda perspectiva que nace de las convicciones de una opción partidaria o ideológica. Y en ese mismo amor tiene que ser el impulso para crecer cada día más en gestiones transparentes y que luchan impetuosamente contra la corrupción. Sé que existe una firme voluntad para desterrar hoy la corrupción.


III Visita Apostólica a Cuba, Estados Unidos de A mérica y a la Sede de la Organización de las Naciones Unidas (19-28 DE SEPTIEMBRE DE 2015)

Cuba SANTA MISA

HOMILÍA DEL SANTO PADRE Plaza de la Revolución, La Habana Domingo 20 de septiembre de 2015

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a invitación al servicio posee una peculiaridad a la que debemos estar atentos. Servir significa, en gran parte, cuidar la fragilidad. Servir significa cuidar a los frágiles de nuestras familias, de nuestra sociedad, de nuestro pueblo. Son los rostros sufrientes, desprotegidos y angustiados a los que Jesús propone mirar e invita concretamente a amar. Amor que se plasma en acciones y decisiones. Amor que se manifiesta en las distintas tareas que como ciudadanos estamos invitados a desarrollar. Son personas de carne y hueso, con su vida, su historia y especialmente

con su fragilidad, las que Jesús nos invita a defender, a cuidar y a servir. Porque ser cristiano entraña servir la dignidad de sus hermanos, luchar por la dignidad de sus hermanos y vivir para la dignidad de sus hermanos. Por eso, el cristiano es invitado siempre a dejar de lado sus búsquedas, afanes, deseos de omnipotencia ante la mirada concreta de los más frágiles. Hay un «servicio» que sirve a los otros; pero tenemos que cuidarnos del otro servicio, de la tentación del «servicio» que «se» sirve de los otros. Hay una forma de ejercer el servicio que tiene como interés

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el beneficiar a los «míos», en nombre de lo «nuestro». Ese servicio siempre deja a los «tuyos» por fuera, generando una dinámica de exclusión. Este hacernos cargo por amor no apunta a una actitud de servilismo; por el contrario, pone en el centro la cuestión

del hermano: el servicio siempre mira el rostro del hermano, toca su carne, siente su projimidad y hasta en algunos casos la «padece» y busca la promoción del hermano. Por eso nunca el servicio es ideológico, ya que no se sirve a ideas, sino que se sirve a personas.

ENCUENTRO CON LAS FAMILIAS Catedral de Nuestra Señora de la Asunción, Santiago de Cuba Martes 22 de septiembre de 2015

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a familia es escuela de humanidad, escuela que enseña a poner el corazón en las necesidades de los otros, a estar atento a la vida de los demás. Cuando vivimos bien en familia, los egoísmos quedan chiquitos —existen porque todos tenemos algo de egoísta—, pero cuando no se vive una vida de familia se van engendrando esas personalidades que las podemos llamar así: “yo, me, mi, conmigo, para mí”, totalmente centradas en sí mismas, que no saben de solidaridad, de fraternidad, de trabajo en común, de amor, de discusión entre hermanos. No saben. A pesar de tantas dificultades como las que aquejan hoy a nuestras familias en el mundo, no nos olvidemos de algo, por favor: las familias no son un problema, son principalmente una oportunidad. Una oportunidad que tenemos que cuidar, proteger y acompañar. Es una manera de decir que son una bendición. Cuando vos empezás

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a vivir la familia como un problema, te estancás, no caminás, porque estás muy centrado en vos mismo. Se discute mucho hoy sobre el futuro, sobre qué mundo queremos dejarles a nuestros hijos, qué sociedad queremos para ellos. Creo que una de las posibles respuestas se encuentra en mirarlos a ustedes —esta familia que habló—, a cada uno de ustedes: dejemos un mundo con familias. Es la mejor herencia. Dejemos un mundo con familias. Es cierto que no existe la familia perfecta, no existen esposos perfectos, padres perfectos ni hijos perfectos, y si no se enoja —yo diría—, suegra perfecta. No existen. No existen, pero eso no impide que no sean la respuesta para el mañana. Dios nos estimula al amor y el amor siempre se compromete con las personas que ama. El amor siempre se compromete con las personas que ama.


IV Visita Apostólica a México México ENCUENTRO CON LOS OBISPOS DE MÉXICO Catedral Metropolitana, Ciudad de México Sábado 13 de febrero de 2016

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nte todo, la «Virgen Morenita» nos enseña que la única fuerza capaz de conquistar el corazón de los hombres es la ternura de Dios. Aquello que encanta y atrae, aquello que doblega y vence, aquello que abre y desencadena no es la fuerza de los instrumentos o la dureza de la ley, sino la debilidad omnipotente del amor divino, que es la fuerza irresistible de su dulzura y la promesa irreversible de su misericordia. Por eso, les invito a partir nuevamente de esta necesidad de regazo que promana del alma de vuestro pueblo. El regazo de la fe cristiana es capaz de reconciliar el pasado, frecuentemente marcado por la soledad, el aislamiento y la marginación, con el futuro continuamente relegado a un mañana que se escabulle. Solo en aquel regazo se puede, sin renunciar a la propia identidad, «descubrir la profunda verdad de la nueva humanidad, en la cual todos están llamados a ser hijos de

Dios» (Id., Homilía en la Canonización de san Juan Diego). Naturalmente, por todo esto se necesita una mirada capaz de reflejar la ternura de Dios. Sean por lo tanto obispos de mirada limpia, de alma trasparente, de rostro luminoso. No le tengan miedo a la transparencia. La Iglesia no necesita de la oscuridad para trabajar. Vigilen para que sus miradas no se cubran de las penumbras de la niebla de la mundanidad; no se dejen corromper por el materialismo trivial ni por las ilusiones seductoras de los acuerdos debajo de la mesa; no pongan su confianza en los «carros y caballos» de los faraones actuales, porque nuestra fuerza es la «columna de fuego» que rompe dividiendo en dos las marejadas del mar, sin hacer grande rumor (cf. Ex 14,24-25). El mundo en el cual el Señor nos llama a desarrollar nuestra misión se ha vuelto muy complejo. Y aunque la prepotente

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idea del «cogito», que no negaba que hubiese al menos una roca sobre la arena del ser, hoy está dominada por una concepción de la vida, considerada por muchos, más que nunca, vacilante, errabunda y anómica, porque carece de sustrato sólido. Las fronteras, tan intensamente invocadas y sostenidas, se han vuelto permeables a la novedad de un mundo en el cual la fuerza de algunos ya no puede sobrevivir sin la vulnerabilidad de otros. La irreversible hibridación de la tecnología hace cercano lo que está lejano pero, lamentablemente, hace distante lo que debería estar cerca. En las miradas de ustedes, el Pueblo mexicano tiene el derecho de encontrar las huellas de quienes «han visto al Señor» (cf. Jn 20,25), de quienes han estado con Dios. Esto es lo esencial. No pierdan, entonces, tiempo y energías en las cosas secundarias, en las habladurías e intrigas, en los vanos proyectos de carrera, en los vacíos planes de hegemonía, en los infecundos clubes de intereses o de consorterías. No se dejen arrastrar por las murmuraciones y las maledicencias. Introduzcan a sus sacerdotes en esa comprensión del sagrado ministerio. Si nuestra mirada no testimonia haber visto a Jesús, entonces las palabras que recordamos de Él resultan solamente figuras retóricas vacías. Quizás expresen la nostalgia de aquellos que no pueden olvidar al Señor, pero de todos modos son solo el balbucear de huérfanos junto al sepulcro. Palabras finalmente incapaces de impedir que el mundo quede abandonado y reducido a la propia potencia desesperada.

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La proporción del fenómeno, la complejidad de sus causas, la inmensidad de su extensión, como metástasis que devora, la gravedad de la violencia que disgrega y sus trastornadas conexiones, no nos consienten a nosotros, Pastores de la Iglesia, refugiarnos en condenas genéricas —formas de nominalismo—, sino que exigen un coraje profético y un serio y cualificado proyecto pastoral para contribuir, gradualmente, a entretejer aquella delicada red humana, sin la cual todos seríamos desde el inicio derrotados por tal insidiosa amenaza. Solo comenzando por las familias; acercándonos y abrazando a la periferia humana y existencial de los territorios desolados de nuestras ciudades; involucrando las comunidades parroquiales, las escuelas, las instituciones comunitarias, las comunidades políticas, las estructuras de seguridad; solo así se podrá liberar totalmente de las aguas en las cuales lamentablemente se ahogan tantas vidas, sea la vida de quien muere como víctima, sea la de quien delante de Dios tendrá siempre las manos manchadas de sangre, aunque tenga los bolsillos llenos de dinero sórdido y la conciencia anestesiada. Los invito a cansarse, a cansarse sin miedo en la tarea de evangelizar y de profundizar la fe mediante una catequesis mistagógica que sepa atesorar la religiosidad popular de su gente. Nuestro tiempo requiere atención pastoral a las personas y a los grupos, que esperan poder salir al encuentro del Cristo vivo. Solamente una valerosa conversión pastoral —y subrayo conversión pastoral— de nuestras comunidades puede buscar,


generar y nutrir a los actuales discípulos de Jesús (cf. Documento de Aparecida, 226, 368, 370). Y el primer rostro que les suplico custodien en su corazón es el de sus sacerdotes. No los dejen expuestos a la soledad y al abandono, presa de la mundanidad que devora el corazón. Estén atentos y aprendan a leer sus miradas para alegrarse con ellos cuando sientan el gozo de contar cuanto «han hecho y enseñado» (Mc 6,30), y también para no echarse atrás cuando se sienten un poco

rebajados y no puedan hacer otra cosa que llorar porque «han negado al Señor» (cf. Lc 22,61-62), y también, por qué no, para sostener, en comunión con Cristo, cuando alguno, ya abatido, saldrá con Judas «en la noche» (Jn 13,30). En estas situaciones, que nunca falte la paternidad de ustedes, obispos, para con sus sacerdotes. Animen la comunión entre ellos; hagan perfeccionar sus dones; intégrenlos en las grandes causas, porque el corazón del apóstol no fue hecho para cosas pequeñas.

SANTA MISA CON LAS COMUNIDADES INDÍGENAS DE CHIAPAS

HOMILÍA DEL SANTO PADRE Centro deportivo municipal, San Cristóbal de Las Casas Lunes 15 de febrero de 2016

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e muchas maneras y de muchas formas se ha querido silenciar y callar este anhelo, de muchas maneras han intentado anestesiarnos el alma, de muchas formas han pretendido aletargar y adormecer la vida de nuestros niños y jóvenes con la insinuación de que nada puede cambiar o de que son sueños imposibles. Frente a estas formas, la creación también sabe levantar su voz; «esta hermana clama por el daño que le provocamos a causa del uso irresponsable y del abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella. Hemos crecido pensando que éramos sus

propietarios y dominadores, autorizados a expoliarla. La violencia que hay en el corazón humano, herido por el pecado, también se manifiesta en los síntomas de enfermedad que advertimos en el suelo, en el agua, en el aire y en los seres vivientes. Por eso, entre los pobres más abandonados y maltratados está nuestra oprimida y devastada tierra, que “gime y sufre dolores de parto” (Rm 8,22)» (Laudato si’, 2). El mundo de hoy, preso del pragmatismo, necesita reaprender el valor de la gratuidad.

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ENCUENTRO CON LAS FAMILIAS Estadio “Víctor Manuel Reyna”, Tuxtla Gutiérrez Lunes 15 de febrero de 2016

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oy en día vemos, y vivimos por distintos frentes, cómo la familia está siendo debilitada, cómo está siendo cuestionada. Cómo se cree que es un modelo que ya pasó y que no tiene espacio en nuestras sociedades y que, bajo la pretensión de modernidad, propician cada vez más un modelo basado en el aislamiento. Y se

van inoculando en nuestras sociedades —se dicen sociedades libres, democráticas, soberanas—, se van inoculando colonizaciones ideológicas que la destruyen y terminamos siendo colonias de ideologías destructoras de la familia, del núcleo de la familia, que es la base de toda sana sociedad.

ENCUENTRO CON LOS JÓVENES Estadio “José María Morelos y Pavón”, Morelia Martes 16 de febrero de 2016

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no crean que les digo esto —de que ustedes son la riqueza de México y que esa riqueza con la esperanza va adelante— porque soy bueno, o porque la tengo clara, no queridos amigos, no es así. Les digo esto y estoy convencido; y, ¿saben por qué? Porque, como ustedes, creo en Jesucristo. Y creo que Daniela fue muy fuerte cuando nos habló de esto. Yo creo en Jesucristo, y por eso les digo esto. Él es quien renueva continuamente en mí la esperanza, es Él quien renueva continuamente mi mirada. Es Él quien despierta en mí, o sea, en cada uno de nosotros, el encanto de disfrutar, el encanto de soñar, el encanto de trabajar juntos. Es Él quien

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continuamente me invita a convertir el corazón. Sí, amigos míos, les digo esto porque en Jesús yo encontré a Aquel que es capaz de encender lo mejor de mí mismo. Y es de su mano que podamos hacer camino, es de su mano que una y otra vez podamos volver a empezar, es de su mano que podamos decir: Es mentira que la única forma de vivir, de poder ser joven, es dejando la vida en manos del narcotráfico o de todos aquellos que lo único que están haciendo es sembrar destrucción y muerte. Eso es mentira y lo decimos de la mano de Jesús. Es también de la mano de Jesús, de Jesucristo, el Señor, que podemos decir


que es mentira que la única forma que tienen de vivir los jóvenes aquí es la pobreza, la marginación; en la marginación de oportunidades, en la marginación de espacios, en la marginación de la capacitación y educación, en la marginación de la esperanza. Es Jesucristo el que desmiente todos los intentos de hacerlos inútiles, o meros mercenarios de ambiciones ajenas. Son las ambiciones ajenas las que a ustedes los marginan, para usarlos en todas estas cosas que yo dije —que saben— y que terminan en la destrucción. Y el único que me puede tener bien fuerte de la mano es Jesucristo; Él hace que esta riqueza se transforme en esperanza. Me han pedido una palabra de esperanza, la que tengo para decirles, la que está en la base de todo, se llama Jesucristo. Cuando todo parezca pesado, cuando parezca que se nos viene el mundo encima, abracen su cruz, abrácenlo

a Él y, por favor, nunca se suelten de su mano, aunque los esté llevando adelante arrastrando; y, si se caen una vez, déjense levantar por Él. Los alpinistas tienen una canción muy linda, que a mí me gusta repetírsela a los jóvenes —mientras suben van cantando—: «En el arte de ascender el triunfo no está en no caer sino en no permanecer caído». Ese es el arte, y, ¿quién es el único que te puede agarrar de la mano para que no permanezcas caído?: Jesucristo, el único. Jesucristo que, a veces, te manda un hermano para que te hable y te ayude. No escondas tu mano cuando estás caído, no le digas: «No me mires que estoy embarrado o embarrada. No me mires que ya no tengo remedio». Solamente, dejate agarrar la mano y agarrate a esa mano, y la riqueza que tenés adentro, sucia, embarrada, dada por perdida, va a empezar, a través de la esperanza, a dar su fruto. Pero siempre agarrado de la mano de Jesucristo.

ENCUENTRO CON EL MUNDO DEL TRABAJO Colegio de Bachilleres del Estado de Chihuahua, Ciudad Juárez Miércoles 17 de febrero de 2016

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esgraciadamente, el tiempo que vivimos ha impuesto el paradigma de la utilidad económica como principio de las relaciones personales. La mentalidad reinante, en todas partes, propugna la

mayor cantidad de ganancias posibles, a cualquier tipo de costo y de manera inmediata. No solo provoca la pérdida de la dimensión ética de las empresas, sino que olvida que la mejor inversión

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que se puede realizar es invertir en la gente, en las personas, en las familias. La mejor inversión es crear oportunidades. La mentalidad reinante pone el flujo de las personas al servicio del flujo de capitales, provocando en muchos casos la explotación de los empleados como si fueran objetos para usar y tirar, y descartar (cf. Laudato si’, 123). Dios pedirá cuenta a los esclavistas de nuestros días, y nosotros hemos de hacer todo lo posible para que estas situaciones no se produzcan más. El flujo del capital no puede determinar el flujo y la vida de las personas. Por eso me gustó ese anhelo que se expresó de diálogo. No son pocas las veces que, frente a los planteos de la Doctrina Social de la Iglesia, se salga a cuestionarla diciendo: «Estos pretenden que seamos organizaciones de beneficencia o que transformemos nuestras empresas en instituciones de filantropía». La hemos escuchado esa crítica. La única pretensión que tiene la Doctrina Social de la Iglesia es velar por la integridad de las personas y de las estructuras sociales. Cada vez que, por diversas razones, esta se vea amenazada, o reducida a un bien de consumo, la Doctrina Social de la

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Iglesia será voz profética que nos ayudará a todos a no perdernos en el mar seductor de la ambición. Cada vez que la integridad de una persona es violada, toda la sociedad es la que, en cierta manera, empieza a deteriorarse. Y esto que dice la Doctrina Social de la Iglesia no es en contra de nadie, sino a favor de todos. Cada sector tiene la obligación de velar por el bien del todo; todos estamos en el mismo barco. Todos tenemos que luchar para que el trabajo sea una instancia de humanización y de futuro; que sea un espacio para construir sociedad y ciudadanía. Esta actitud no solo genera una mejora inmediata, sino que a la larga va transformándose en una cultura capaz de promover espacios dignos para todos. Esta cultura, nacida muchas veces de tensiones, va gestando un nuevo estilo de relaciones, un nuevo estilo de Nación. El lucro y el capital no son un bien por encima del hombre, están al servicio del bien común. Y, cuando el bien común es forzado para estar al servicio del lucro, y el capital la única ganancia posible, eso tiene un nombre, se llama exclusión, y así se va consolidando la cultura del descarte: ¡Descartado! ¡Excluido!


V Visita Apostólica a Colombia Colombia ENCUENTRO CON EL COMITÉ DIRECTIVO DEL CELAM Nunciatura apostólica, Bogotá Jueves 7 de septiembre de 2017

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ios, al hablar en Jesús al hombre, no lo hace con un vago reclamo como a un forastero, ni con una convocación impersonal como lo haría un notario, ni con una declaración de preceptos a cumplir como lo hace cualquier funcionario de lo sacro. Dios habla con la inconfundible voz del Padre al hijo, y respeta su misterio porque lo ha formado con sus mismas manos y lo ha destinado a la plenitud. Nuestro mayor desafío como Iglesia es hablar al hombre como portavoz de esta intimidad de Dios, que lo considera hijo, aun cuando reniegue de esa paternidad, porque para Él somos siempre hijos reencontrados. No se puede, por tanto, reducir el Evangelio a un programa al servicio de un gnosticismo de moda, a un proyecto de ascenso social o a una concepción de la Iglesia como una burocracia que se autobeneficia, como tampoco esta se puede reducir a una organización dirigida, con

modernos criterios empresariales, por una casta clerical. Cercanía y encuentro. Cercanía y encuentro son los instrumentos de Dios que, en Cristo, se ha acercado y nos ha encontrado siempre. El misterio de la Iglesia es realizarse como sacramento de esta divina cercanía y como lugar permanente de este encuentro. De ahí la necesidad de la cercanía del obispo a Dios, porque en Él se halla la fuente de la libertad y de la fuerza del corazón del pastor, así como de la cercanía al Pueblo Santo que le ha sido confiado. En esta cercanía el alma del apóstol aprende a hacer tangible la pasión de Dios por sus hijos. A sus discípulos, entusiastas de la misión cumplida, Jesús les dijo: «Vengan ustedes solos a un lugar deshabitado» (Mc 6,31). Nosotros necesitamos más todavía este estar a solas con el Señor para reencontrar el corazón de la misión de la

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Iglesia en América Latina en sus actuales circunstancias. ¡Hay tanta dispersión interior y también exterior! Los múltiples acontecimientos, la fragmentación de la realidad, la instantaneidad y la velocidad del presente, podrían hacernos caer en la dispersión y en el vacío. Reencontrar la unidad es un imperativo. La Iglesia debe reapropiarse de los verbos que el Verbo de Dios conjuga en su divina misión. Salir para encontrar, sin pasar de largo; reclinarse sin desidia; tocar sin miedo. Se trata de que se metan día a día en el trabajo de campo, allí donde vive el Pueblo de Dios que les ha sido confiado. No nos es lícito dejarnos paralizar por el aire acondicionado de las oficinas, por las estadísticas y las estrategias abstractas. Es necesario dirigirse al hombre en su situación concreta; de él no podemos apartar la mirada. La misión se realiza siempre cuerpo a cuerpo. La Iglesia conoce como pocos aquella unidad sapiencial que precede cualquier realidad en América Latina. Convive cotidianamente con aquella reserva moral sobre la que se apoya el edificio existencial del continente. Estoy seguro de que mientras estoy hablando de esto ustedes podrían darle nombre a esta realidad. Con ella debemos dialogar continuamente. No podemos perder el contacto con este

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sustrato moral, con este humus vital que reside en el corazón de nuestra gente, en el que se percibe la mezcla casi indistinta, pero al mismo tiempo elocuente, de su rostro mestizo: no únicamente indígena, ni hispánico, ni lusitano, ni afroamericano, sino mestizo, ¡latinoamericano! Guadalupe y Aparecida son manifestaciones programáticas de esta creatividad divina. Bien sabemos que esto está en la base sobre la que se apoya la religiosidad popular de nuestro pueblo; es parte de su singularidad antropológica; es un don con el que Dios se ha querido dar a conocer a nuestra gente. Las páginas más luminosas de la historia de nuestra Iglesia han sido escritas precisamente cuando se ha sabido nutrir de esta riqueza, hablar a este corazón recóndito que palpita custodiando, como un pequeño fueguito encendido bajo las aparentes cenizas, el sentido de Dios y de su trascendencia, la sacralidad de la vida, el respeto por la creación, los lazos de solidaridad, la alegría de vivir, la capacidad de ser feliz sin condiciones. Quisiera reiterar lo que recientemente he dicho a la Pontificia Comisión para América Latina. Es un imperativo superar el clericalismo que infantiliza a los Christifideles laici y empobrece la identidad de los ministros ordenados.


BENDICIÓN A LOS FIELES

SALUDO DEL SANTO PADRE AL PUEBLO COLOMBIANO Balcón del Palacio Cardenalicio, Bogotá Jueves 7 de septiembre de 2017

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ambién vuestra juventud los hace capaces de algo muy difícil en la vida: perdonar. Perdonar a quienes nos han herido; es notable ver cómo ustedes no se dejan enredar por historias viejas, cómo miran con extrañeza cuando los adultos repetimos acontecimientos de división simplemente por estar nosotros atados a rencores. Us-

tedes nos ayudan en este intento de dejar atrás lo que nos ofendió, de mirar adelante sin el lastre del odio, porque ustedes nos hacen ver todo el mundo que hay por delante, toda la Colombia que quiere crecer y seguir desarrollándose; esa Colombia que nos necesita a todos y que los mayores se la debemos a ustedes.

ENCUENTRO CON LOS OBISPOS DE COLOMBIA Salón del Palacio Cardenalicio, Bogotá Jueves, 7 de septiembre de 2017

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a oración en la vida del obispo es la savia vital que pasa por la vid, sin la cual el sarmiento se marchita volviéndose infecundo. Por tanto, luchen con Dios, y más todavía en la noche de su ausencia, hasta que Él no los bendiga (cf. Gn 32,25-27). Las heridas de esa cotidiana y prioritaria batalla en la oración serán fuente de curación para ustedes; serán heridos por Dios para hacerse capaces de curar. No se midan con el metro de aquellos que quisieran que fueran solo una casta de funcionarios plegados a la dictadura del presente. Tengan, en cambio, siempre fija la mirada en la eternidad de Aquel que los ha elegido, prontos a acoger el juicio

decisivo de sus labios, que es el que vale. Los invito a no tener miedo de tocar la carne herida de la propia historia y de la historia de su gente. Háganlo con humildad, sin la vana pretensión de protagonismo, y con el corazón indiviso, libre de compromisos o servilismos. Solo Dios es Señor y a ninguna otra causa se debe someter nuestra alma de pastores. Colombia tiene necesidad de vuestra mirada propia de obispos, para sostenerla en el coraje del primer paso hacia la paz definitiva, la reconciliación, hacia la abdicación de la violencia como método, la superación de las desigualdades que son la raíz de tantos sufrimientos, la renuncia al camino

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fácil pero sin salida de la corrupción, la paciente y perseverante consolidación de la «res publica» que requiere la superación de la miseria y de la desigualdad. Muchos pueden contribuir al desafío de esta Nación, pero la misión de ustedes es singular. Ustedes no son técnicos ni políticos, son pastores. Cristo es la palabra de reconciliación escrita en sus corazones y tienen la fuerza de poder pronunciarla no solamente en los púlpitos, en los documentos eclesiales o en los artículos de periódicos, sino más bien en el corazón de las personas, en el secreto sagrario de sus conciencias, en el calor esperanzado que los atrae a la escucha de la voz del cielo que proclama «paz a los hombres amados por Dios» (Lc 2,14). Ustedes deben pronunciarla con el frágil, humilde, pero invencible recurso de la misericordia de Dios, la única capaz de derrotar la cínica soberbia de los corazones autorreferenciales. Les ruego tener siempre fija la mirada sobre el hombre concreto. No sirvan a un concepto de hombre, sino a la persona humana amada por Dios, hecha de carne, huesos, historia, fe, esperanza, sentimien-

tos, desilusiones, frustraciones, dolores, heridas, y verán que esa concreción del hombre desenmascara las frías estadísticas, los cálculos manipulados, las estrategias ciegas, las falseadas informaciones, recordándoles que «realmente, el misterio del hombre solo se esclarece en el misterio del Verbo encarnado» (Gaudium et spes, 22). Un pensamiento quisiera dirigir a los desafíos de la Iglesia en la Amazonia, región de la cual con razón están orgullosos, porque es parte esencial de la maravillosa biodiversidad de este país. La Amazonia es para todos nosotros una prueba decisiva para verificar si nuestra sociedad, casi siempre reducida al materialismo y pragmatismo, está en grado de custodiar lo que ha recibido gratuitamente, no para desvalijarlo, sino para hacerlo fecundo. Pienso, sobre todo, en la arcana sabiduría de los pueblos indígenas amazónicos y me pregunto si somos aún capaces de aprender de ellos la sacralidad de la vida, el respeto por la naturaleza, la conciencia de que no solamente la razón instrumental es suficiente para colmar la vida del hombre y responder a sus más inquietantes interrogantes.

SANTA MISA

HOMILÍA DEL SANTO PADRE Área portuaria de Contecar, Cartagena de Indias Domingo, 10 de septiembre de 2017

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emos aprendido que estos caminos de pacificación, de primacía de la razón sobre la venganza, de delicada armonía entre la política y el derecho, no pueden

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obviar los procesos de la gente. No se alcanza con el diseño de marcos normativos y arreglos institucionales entre grupos políticos o económicos de buena


voluntad. Jesús encuentra la solución al daño realizado en el encuentro personal entre las partes. Además, siempre es rico incorporar en nuestros procesos de paz la experiencia de sectores que, en muchas ocasiones, han sido invisibilizados, para que sean precisamente las comunidades quienes coloreen los procesos de memoria colectiva. «El autor principal, el sujeto histórico de este proceso, es la gente y su cultura, no es una clase, una fracción, un grupo, una élite —toda la gente y su cultura—. No necesitamos un proyecto de unos pocos para unos pocos, o una minoría ilustrada o testimonial que se apropie de un sentimiento colectivo. Se trata de un acuerdo para vivir juntos, de un pacto social y cultural» (Exhort. ap. Evangelii gaudium, 239). A nosotros cristianos se nos exige generar «desde abajo», generar un cambio cultural: a la cultura de la muerte, de la violencia, responder con la cultura de la vida y del encuentro. Nos lo decía ya ese escritor tan de ustedes y tan de todos: «Este desastre cultural no se remedia ni con plomo ni con plata, sino con una educación para la paz, construida con amor sobre los escombros de un país enardecido donde nos levantamos temprano para seguirnos matándonos los unos a los otros... una legítima revolución de paz que canalice hacia la vida la inmensa energía creadora que durante casi dos siglos hemos usado para destruirnos y que reivindique y enaltezca el predominio de la imaginación» (Gabriel García Márquez, Mensaje sobre la paz, 1998). Al lado de san Pedro Claver había millares de cristianos, consagrados muchos de ellos; pero solo un puñado inició una

corriente contracultural de encuentro. San Pedro supo restaurar la dignidad y la esperanza de centenares de millares de negros y de esclavos que llegaban en condiciones absolutamente inhumanas, llenos de pavor, con todas sus esperanzas perdidas. No poseía títulos académicos de renombre; más aún, se llegó a afirmar que era «mediocre» de ingenio, pero tuvo el «genio» de vivir cabalmente el Evangelio, de encontrarse con quienes otros consideraban solo un desecho. Siglos más tarde, la huella de este misionero y apóstol de la Compañía de Jesús fue seguida por santa María Bernarda Bütler, que dedicó su vida al servicio de pobres y marginados en esta misma ciudad de Cartagena. También Jesús en el Evangelio nos señala la posibilidad de que el otro se cierre, se niegue a cambiar, persista en su mal. No podemos negar que hay personas que persisten en pecados que hieren la convivencia y la comunidad: «Pienso en el drama lacerante de la droga, con la que algunos lucran despreciando las leyes morales y civiles». Este mal atenta directamente contra la dignidad de la persona humana y va rompiendo progresivamente la imagen que el Creador ha plasmado en nosotros. Condeno con firmeza esta lacra que ha puesto fin a tantas vidas y que es mantenida y sostenida por hombres sin escrúpulos. No se puede jugar con la vida de nuestro hermano ni manipular su dignidad. Hago un llamado para que se busquen los modos para terminar con el narcotráfico, que lo único que hace es sembrar muerte por doquier truncando tantas esperanzas y destruyendo tantas familias.

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PANORAMA

DÍA DE ORACIÓN POR LA JORNADA MUNDIAL DE LA JUVENTUD JMJ Panamá 2019

Jornada de oración en la fiesta de San Juan Pablo II El 22 de octubre, día de la fiesta de San Juan Pablo II, se realizó en Ciudad de Panamá el Día de Oración por la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) 2019 con una reliquia del Papa peregrino. Ese día, en la capilla San Juan Pablo II, el obispo auxiliar de Panamá, Mons. Uriah Ashley, celebró una misa y encabezó una procesión con un relicario que contiene sangre del Papa polaco. El director de Comunicaciones de la JMJ Panamá 2019, Eduardo Soto, dijo a ACI Prensa que la reliquia fue obsequiada a la Arquidiócesis de Panamá por el cardenal Stanislaw Dziwisz, quien fuera secretario personal del Pontífice por más de 40 años. Desde que se anunció a Panamá como sede de la JMJ, el día 22 de cada mes se realiza esta jornada de oración para pedir por los frutos del gran evento eclesial que se realizará en enero de 2019.

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HUMANITAS Nº 86 pp. 234 - 275


LIBRO-ENTREVISTA

«NO ES POSIBLE ENTENDER A FRANCISCO AL MARGEN DE LOS 76 AÑOS QUE PASÓ EN LATINOAMÉRICA»

Qué significa el concepto de pueblo para Francisco? ¿Cómo le influyó el peronismo? ¿En qué consiste esa Patria Grande latinoamericana, la integración continental que propugna para América Latina? De todo ello habla el propio Pontífice en Latinoamérica. Conversaciones con Hernán Reyes Alcaide (Planeta), un libro-entrevista al Papa Francisco publicado a fines de noviembre en Argentina. El libro es fruto de cuatro entrevistas de una hora realizadas entre julio y septiembre por el corresponsal en el Vaticano de Télam, agencia pública de noticias argentina, al cumplirse diez años de la conferencia de Aparecida del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) ―Presenta la Conferencia de Aparecida como el «inicio conceptual» del pontificado de Francisco. ¿Cómo ha sido la influencia del documento final, elaborado por una comisión presidida por Bergoglio? ―De entrada, como reconoce el propio Papa en el libro, el Documento de Aparecida (DA) ha ejercido una influencia crucial en el documento programático de su pontificado, la exhortación Evangelii gaudium. Y además, en esa línea, ¿quién mejor que el primer Papa latinoamericano de la historia para poner en la centralidad del debate del catolicismo la cuestión del Amazonas, o de la religiosidad popular, dos temas fuertes del DA? ¿Cómo no iba Francisco a asumir como central la cuestión de nuevos colectivos, como los movimientos populares, a los que habló dos veces en Roma y otra en Bolivia, si como arzobispo porteño fue de los primeros en estar cerca de esos colectivos?

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―Pero el Documento de Aparecida es un trabajo coral. ¿Cuánto hay de aportación personal del entonces arzobispo de Buenos Aires y cuánto de transacción con otras sensibilidades en América Latina o incluso con la Santa Sede? ―El DA recogió las voces de las 22 conferencias episcopales del continente, pero yo no hablaría de transacción, sino que me parece más justo considerar que los refuerzos de los matices estuvieron acompañados de largas discusiones, no en un sentido de «toma y daca», sino de aprendizaje por parte de los participantes de algunas realidades que, considerando la vastedad geográfica del continente, quizás les eran más lejanas. Ahora bien, creo que para referirse a la «mano» del entonces arzobispo porteño en el DA lo mejor y más claro es remitirse a las palabras de Víctor Manuel Fernández, rector de la Pontificia Universidad Católica Argentina, en un artículo de 2013: «Para Bergoglio el gran desafío era dejar que se expresaran todas las líneas, pero al mismo tiempo producir algo que tuviera contundencia en algunos grandes temas que pudieran despertar interés y energías pastorales. No convenía un documento light, pero tampoco que un sector se impusiera a los demás». Francisco como Papa es mucho más que Jorge Bergoglio. Pero creo que la única forma de intentar una lectura cada vez más completa de su pontificado es considerar la centralidad que han ido adoptando muchos de los temas que habían sido centrales para él durante los 76 años que vivió en Latinoamérica. Esto, desde ya, sin descuidar su mirada universal y que, en cada uno de los temas, busca poner al ser humano en el centro de la reflexión. ―¿Cuáles de esos temas te transmitió el Papa que más le preocupan? ―Hay tres ejes en los que noté preocupación, pero en el sentido quizás más etimológico del término (en lo de «preocuparse» como tratar de ocuparse con previsión y prevención de un tema): juventud, trabajo y medio ambiente. Con respecto a la juventud, él fue explícito y en dos momentos del libro nombró la fundación Scholas Occurrentes, con la que apoya una acción concreta sobre los que él suele decir que «serán los adultos de mañana». Y habló de los problemas de la droga, de la falta de oportunidades laborales, etc. Le vi muy interesado además en la necesidad de conectar con los jóvenes desde lo discursivo. Respecto del trabajo, lo plantea como elemento central para una vida digna y así prevenir otros «males» del mundo moderno: las enormes concentraciones de gente en las periferias de las grandes urbes; movimientos migratorios intra e inter países en busca de nuevas oportunidades; «resbaladas» hacia la droga, el alcohol y otras plagas sociales, etc. Y el medio ambiente, como un eje que ha ido ganando peso en su pontificado, con la mirada puesta en la «casa común» que les estamos dejando a las próximas generaciones. La convocatoria del Sínodo Panamazónico para octubre de 2019 es un gesto concreto en esa línea. Ricardo Benjumea

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ENCUENTRO DE DOS MUNDOS

«LA IMPORTANCIA DE LA DIGNIDAD HUMANA»

Apartes de la Declaración del arzobispo Mons. Bernardito Auza, Nuncio Apostólico y Observador Permanente de la Santa Sede en la Organización de los Estados Americanos, durante la sesión extraordinaria sobre el tema «Encuentro de Dos Mundos», pronunciada en Washington, D.C., el 12 de octubre de 2017. «(…) La Misión Permanente de Observación de la Santa Sede a la Organización de los Estados Americanos está muy contenta de unirse a este evento tan especial de las Américas, para reflexionar sobre el Encuentro de dos mundos, y la llegada de Cristóbal Colón a este hemisferio en 1492. El legado de este primer Encuentro continúa siendo sujeto de reflexión. Una de las lecciones que se puede aprender de los errores cometidos en varios lugares de este Encuentro de dos mundos es que no podemos pasar de largo e ignorar los ataques que suceden en contra de la dignidad humana. Hoy, por ejemplo, no debemos ignorar los continuos abusos que están afectando a muchos segmentos de la sociedad en este hemisferio, muchas veces a los más vulnerables, como mujeres y niños, y algunos de los más marginados y excluidos, como las personas indígenas. El mes pasado, durante su visita a Cartagena, el Papa Francisco hizo una particular llamada de atención a las formas contemporáneas de esclavitud humana diciendo: “[…] en tantas regiones del mundo, millones de personas continúan siendo vendidas como esclavos. Ya sea que mendigan por alguna expresión de humanidad, momentos de sensibilidad, o navegan por mar y tierra porque lo han perdido todo, principalmente su dignidad y sus derechos humanos”. Si vamos a erradicar este azote, debemos llegar a las causas fundamentales, como los conflictos

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violentos, la pobreza extrema, el subdesarrollo y la exclusión, la falta de educación, la falta de oportunidades de empleo y las catástrofes ambientales. Debemos también atacar la demanda que impulsa la esclavitud moderna: un egoísmo insensato que alcanza niveles inimaginables de irresponsabilidad moral en trata de mujeres y niños para explotación sexual, en la venta de órganos, tejidos y embriones, y en el mal llamado turismo de trasplantes. Esta trata tan terrible se agrava con la corrupción por parte de funcionarios públicos y personas comunes dispuestos a hacer cualquier cosa por alguna ganancia financiera. Sin embargo, en el corazón de todo este mal, está la pérdida absoluta del respeto a la dignidad humana y una indiferencia total a los sufrimientos de dichos seres humanos. El Papa Francisco mencionó que la esclavitud ocurre cuando las “personas son tratadas como objetos”, lo que conlleva que sean… “engañadas, violadas, vendidas y revendidas frecuentemente por diferentes propósitos, y al último ya sea matadas o devastadas en mente y cuerpo, para finalmente dejarlas tiradas o abandonadas”. Así como nos esforzamos hoy para lograr una mayor justicia en las Américas, deberíamos ser inspirados por las vidas de aquellos individuos heroicos, tanto del Viejo como del Nuevo Continente, que lucharon valientemente contra tales abusos. El 10 de septiembre, con su visita a Cartagena, el Papa Francisco recordó el gran testimonio de San Pedro Claver, un misionero jesuita de España, que dedicó su vida a trabajar y vivir con los esclavos llevados de África a Colombia. Fue capaz de restaurar la dignidad y esperanza de miles y miles de esclavos que llegaron de África a través de Europa “en condiciones absolutamente inhumanas y llenos de pavor, sin esperanza alguna”. Con Pedro Claver, también recordamos a los dominicos españoles: Antonio de Montesinos en Santo Domingo y a Bartolomé de las Casas en Chiapas, quienes defendieron a las poblaciones indígenas de toda forma de explotación, incluyendo la esclavitud y el trabajo forzado. Quisiera concluir recordando una de las exhortaciones del Papa Francisco, invitando a todo el pueblo de Colombia a la reconciliación y sanación como elementos fundamentales para una paz duradera. Creo que estas palabras del Papa van muy de acuerdo con el tema de este encuentro de dos mundos. El Santo Padre dijo que el “camino de reintegración a la comunidad empieza con el diálogo entre dos personas. Nada puede reemplazar este encuentro que sana; ningún proceso colectivo nos exime del desafío de juntarnos, aclarar, perdonar”. También agregó que las heridas históricas requieren que haya justicia, para que las víctimas y sociedades puedan tener la oportunidad de conocer la verdad y que así podamos evitar la repetición de estos crímenes; pero esto es solo el comienzo de la respuesta. Lo que también es necesario es un cambio en la cultura: “responder a la cultura de la muerte y la violencia con la cultura de la vida y el encuentro”. Esta es la cultura en la que dos mundos pueden convertirse en uno y juntos prosperar».

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JOHN HENRY NEWMAN

ESTRICTA NECESIDAD Un 9 de octubre, hace 172 años, un brillante clérigo anglicano de 44 años, John Henry Newman era acogido en la Iglesia católica, a la que denominó entonces «el único redil de Cristo». Sabía que al hacerlo sacrificaba amistades de toda una vida, su buen nombre en la sociedad inglesa y su propio confort personal. Y lo hacía sabiendo que en su nueva casa había muchas cosas que por sensibilidad y convicción le producían rechazo (en algún caso incluso repugnancia) y que muchos de sus nuevos hermanos le miraban ya con recelo y prevención. Su conciencia de todo esto era tal que llegó a escribir a su hermana: «me destierro a mí mismo, y a mi edad… ¿qué puede ser sino estricta necesidad lo que me mueve a esto?». Newman culminaba así un largo recorrido, en el que había alcanzado la convicción plena y tranquila de que la Iglesia instituida por Jesucristo, la Iglesia de los Padres (a los que tanto amaba y que tan bien conocía), la verdadera Iglesia, solo podía encontrarla en la Iglesia Católica presidida por el Papa. Para Newman esto no era un mero hallazgo intelectual, sino una conciencia total, de modo que su propia suerte, su propia vida, estaban en juego. La estricta necesidad de la que hablaba a su hermana Jemima se refería a su propia salvación, entendida no solo como el premio de la vida eterna, sino también como la posibilidad de vivir plenamente, libre y razonablemente, aquí en la tierra. Reconozco que la figura de Newman se agiganta a mis ojos conforme pasan los años, y se hace aún más querida y significativa en momentos como estos, cuando tantos que se manifiestan católicos no dudan en aguijonear, sermonear y alancear a su Iglesia, siempre con razones muy ponderadas, claro está. Impresiona ver a este hombre en su plena madurez, y en la cumbre de su carrera, arriesgarlo todo para entrar en el abrazo de la madre Iglesia, de cuyas miserias, retrasos y cegueras tanto sabía. Para él «la Católica» no era cuestión de herencia ni costumbre, todo lo contrario. Era cuestión de estricta necesidad, como le pasa a cualquier recién nacido con su madre. Por eso tenía que ir a ella, tenía que entrar en ella y abrazarse a ella. Tras aquel 9 de octubre de 1845 Newman nunca se hizo falsas ilusiones. No condicionó su fidelidad a que se produjesen los cambios que él deseaba en tantos aspectos: en el gobierno, en la formulación de la doctrina, en la relación con una sociedad que ya se descristianizaba a ojos vista, en la respuesta institucional a tantos problemas… Se implicó con denuedo en todos esos campos sin reducir jamás su libertad de palabra y de pensamiento, y sufriendo por ello acusaciones injustas, marginación e incluso campañas orquestadas. Si nos sumergimos en sus cartas, comprobamos el dolor y el amor que amasaron entonces su inquebrantable filiación a la madre Iglesia. Incluso cuando ante la magnitud de las murmuraciones hubo de confiar la autenticidad de su camino al juicio de Dios: ¡Deus viderit!, le dijo al cardenal Barnabó, Prefecto de Propaganda Fide. Lo más impresionante para mí es cómo madura (en la razón y en el sentimiento) su vínculo con la Iglesia a través de una vida agitada que es casi una continua diatriba con compañeros y adversarios. Ahí germina

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su aguda observación sobre el triunfo y la derrota en el camino de la Iglesia a lo largo de la historia: «la Iglesia siempre parece estar muriendo… pero triunfa frente a todos los cálculos humanos… la suya es una historia de caídas aterradoras y de recuperaciones extrañas y victoriosas… y, en fin, la regla de la Providencia de Dios es que hemos de triunfar a través del fracaso». Newman podría haberse enredado en cualquiera de las mil emboscadas en que se vio envuelto, podría haber roto la baraja o, al menos, haberse mostrado resentido. Y sin embargo no. Porque aunque sus jefes fuesen con frecuencia mediocres, sus profesores lentos y sus expresiones culturales inadecuadas al desafío de su tiempo, para él era cuestión de estricta necesidad estar allí como hijo, sabiendo que no era la Iglesia la que le debía gratitud a él (que tanto le había dado), sino que su propia vida estaba sostenida y alimentada, cada minuto, por esa madre. Y por eso ante la muerte rezaba así: «… que mis gloriosos santos me sonrían, para que en su compañía y por su mediación pueda recibir el don de la perseverancia y muera tal como deseo vivir: en tu fe, en tu Iglesia, a tu santo servicio, y en tu amor». José Luis Restán

Brasil Conmemoraciones por los 300 años de la Virgen Aparecida

Los festejos por los 300 años del hallazgo de la imagen de Nuestra Señora Aparecida en las aguas del río Paraíba del Sur concluyeron en el Santuario Nacional con varias celebraciones y eventos. Millares de devotos fervorosos rindieron homenajes diversos a la Madre Santísima, expresando su fe y alegría en ese emocionante día 12 de octubre. En el día de la Patrona del Brasil, hubo la Procesión Solemne de este Año Jubilar, partiendo del Puerto Itaguaçu con destino al Santuario de Aparecida. Allá, los fieles participaron del cierre del Jubileo con la Santa Misa. Regresando a la historia del lugar en el cual Dios obsequió a la población brasileña con la Madre Aparecida, ocurrió la Consagración, que este año tuvo lugar por primera vez en el Puerto Itaguaçu.

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La ceremonia fue presidida por el arzobispo emérito, cardenal Raymundo Damasceno de Assis, que recordó la «pesca» de la Imagen por los tres pescadores. En su reflexión, el cardenal Damasceno recordó la simbología de la pesca milagrosa, también retratada en pasajes bíblicos. También destacó que, como discípulos misioneros, nos cabe conducir a las personas hacia afuera de las aguas turbias rumbo a la luz de Dios. El prelado afirmó además que con la celebración en el Puerto, estamos diciendo a Dios muchas gracias por el gran regalo, María Santísima, y expresando a Nuestra Señora que su presencia nos hace crecer en el amor a Dios. «Aquí podemos encontrar a María. Aquí nosotros la recibimos de las manos de su Divino Hijo. El encuentro de la Imagen de Nuestra Señora de la Concepción no


fue un mero acaso, fruto del destino. Fue un encuentro providencial, querido por Dios, que escogió ese lugar para ofrecer a todo un pueblo a la Virgen María como su Madre», dijo. El cardenal Giovanni Battista Re, purpurado venido de Roma para estas conmemoraciones, al resaltar las solemnes celebraciones vividas en Aparecida, recordó

que aquel era «un momento íntimo», una vez que «en este Santuario Mariano se siente pulsar el corazón católico de Brasil y la devoción a la Virgen Aparecida. Es una devoción profundamente enraizada y transmitida de generación en generación como una llama siempre encendida en el corazón de las personas, a lo largo de esos 300 años».

TOLKIEN

EN «HOJA, DE NIGGLE» NARRA EL VIAJE DE UN HOMBRE AL MÁS ALLÁ Es conocida la descripción del escritor J.R.R. Tolkien de su El Señor de los Anillos como «una obra fundamentalmente religiosa y católica, al principio inconscientemente, pero muy conscientemente en su revisión». Aunque pueda ser cierto, escribió un relato breve que supera incluso a El Señor de los Anillos en simbolismo católico.

La historia Se titula Hoja, de Niggle y sigue a «un pobre hombre llamado Niggle, que tenía que hacer un largo viaje». Al principio de la historia, Niggle es presentado como un pintor aficionado al que siempre interrumpe su vecino, el señor Parish. A pesar de lo molesto del señor Parish, Niggle le ayuda con todas sus necesidades. Cierto día, Niggle cae enfermo. Poco después le visita el «Inspector de inmuebles», un misterioso hombre que alerta a Niggle de que su «viaje» debe comenzar. Niggle es conducido a una estación de trenes y más tarde se despierta en la enfermería de un asilo. Allí los médicos le dan una medicina amarga, le encargan trabajo: «cavar, carpintería, y pintar de un solo color simples tableros». Al principio, Niggle se resiste a la monotonía del trabajo, pero luego la acepta y se muestra dispuesto a ayudar en cualquier tarea que recibe. Así termina ante un «Consejo» o un «Jurado» donde Niggle escucha dos «voces» que hablan sobre él y su destino. Una voz es «severa», mientras que la otra es «suave». Después de un largo discurso, se emite un juicio. Niggle es llevado a un campo abierto y, en la distancia, ve un grupo de montañas. Allí encuentra al señor Parish de nuevo y los dos se reconcilian. Al poco, los dos «vieron a un hombre con pinta de pastor. Se dirigía a ellos por los declives tapizados de hierba que llevaban hacia las Montañas. “¿Necesitan un guía?”, preguntó. “¿Van a seguir adelante?”». Ni que decir tiene, Niggle sigue al pastor hacia la nueva región más allá de las montañas.

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Descripción excepcional del purgatorio Aunque hay muchos niveles diferentes en Hoja, de Niggle está claro que Tolkien está relatando una visión excepcional del purgatorio. Menciona brevemente este aspecto de su historia en una carta, diciendo: «intenté demostrar alegóricamente cómo [la subcreación] podría incorporarse a la Creación en algún plano en mi cuento “purgativo” Hoja, de Niggle». Básicamente, Niggle no era perfecto en la tierra, pero debido a su caridad hacia el señor Parish, fue conducido a una especie de purgatorio en el más allá. Allí en la «enfermería», Niggle es purificado de sus imperfecciones haciendo el trabajo que despreciaba en la tierra. Luego le visitan dos voces, que a menudo se comparan con la Justicia y la Misericordia. A los ojos de Dios, todos somos vistos con esta doble lente, y según señaló el Papa Francisco en una audiencia general, «es precisamente la misericordia de Dios que lleva a cumplimiento la verdadera justicia». Por último, Niggle progresa de los dolores del purgatorio a una tierra que limita con el paraíso. Allí conoce al «pastor», que le invita a una tierra que está (en palabras de C.S. Lewis) «más adentro y más arriba». Su alma por fin encuentra reposo y Niggle encuentra la satisfacción de todas sus esperanzas y sueños. Se trata de un hermoso relato que ofrece una perspectiva refrescante del purgatorio, una lectura deliciosa, inspiradora y que invita a la meditación. La historia presenta una visión reconfortante del más allá, nos anima diciéndonos que Dios tiene algo maravilloso preparado para nosotros, incluso si primero debemos ser purificados para alcanzarlo. Philip Kosloski

Tierra Santa El Papa felicita los 800 años de la presencia franciscana

El Papa Francisco felicitó a los hermanos franciscanos en el 800 aniversario de su presencia en Tierra Santa, y renovó su mandato de «sembrar la paz, la hermandad y el respeto» en los «lugares donde el Hijo de Dios se hizo carne, y habitó entre nosotros». El Papa Francisco envió al Custodio de Tierra Santa, el padre Francesco Patton, franciscano, una carta con motivo de los 800 años de la presencia franciscana en esa tierra. La carta fue entregada por el cardenal Leonardo Sandri, prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, en visita a Tierra Santa del 16 al 21 de octubre, con motivo de ese aniversario, en el curso del

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solemne pontifical que presidió en la iglesia de San Salvador en Jerusalén. El Papa les anima a continuar su misión, siendo «asiduos en la contemplación y la oración, sencillos y pobres, obedientes al Obispo de Roma», y comprometidos en el presente a vivir en Tierra Santa «junto a los hermanos de diferentes culturas, etnias y religiones, sembrando la paz, la hermandad y el respeto». Asimismo, señala el Papa en su carta, los hermanos franciscanos de Tierra Santa están disponibles «para acompañar los pasos de los peregrinos procedentes de todo el mundo a través de la acogida y la guía». Puede leer la carta en www.humanitas.cl


Cartas Recibidas 2017

Santiago, 16 de octubre de 2017

«… quiero aprovechar la ocasión de la recepción del último número de la Revista Humanitas, que está bajo tu dirección, para felicitarte por el alto nivel alcanzado por esta publicación y las diferentes posibilidades de aprovechar sus servicios. En el transcurso de los años he podido apreciar su evolución y la amplia difusión que ha adquirido internacionalmente y el inmenso servicio que nos presta para nuestra información y estudio. No quiero dejar pasar la ocasión de felicitarles por el artículo de Guzmán Carriquiri, sobre el pontificado del Papa Francisco. Excelente y espero pueda servirle a muchos, como preparación a su próxima venida a Chile». +Padre Obispo Manuel Camilo Vial, Obispo emérito de la Diócesis de Temuco

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en el á m bito de

HUM A NITAS Real Academia de Ciencias Morales y Políticas Primer Encuentro Iberoamericano de Academias

Por la Academia chilena de Ciencias Sociales, Políticas y Morales, Jaime Antúnez saluda al rey Felipe VI. Al fondo el académico uruguayo Enrique Iglesias, Juan Velarde y Marcelino Oreja, presidente y presidente emérito de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas.

Entre el 16 y el 18 de octubre pasado tuvo lugar en Madrid, en la sede de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas ―ubicada en la Plaza de la Villa de esa ciudad― el 1.er Encuentro Iberoamericano de Academias consagradas al estudio de las ciencias sociales, políticas y

morales. Concurrieron representaciones de Argentina, Perú, Bolivia, Uruguay, Colombia, Venezuela y México. El encuentro fue inaugurado por una audiencia con el rey Felipe VI, patrono de todas las reales academias, que tuvo lugar en su residencia,

Junto al rey Felipe VI, los delegados de las Academias Iberoamericanas. A la izquierda del monarca Don Juan Velarde Fuertes, Presidente de la Real Academia de Ciencias.

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el Palacio de La Zarzuela, donde a seguir de un discurso de agradecimiento pronunciado por el presidente de la Real Academia Española, don Juan Velarde Fuertes, se desarrolló un diálogo entre el monarca y los académicos allí presentes. En representación de Chile concurrieron al encuentro de Madrid los académicos Jaime Antúnez Aldunate y Jorge Peña Vial. El primero expuso sobre el tema del Bien Común (que se

publicará en Humanitas 87) y el segundo sobre la unidad del saber y la Universidad. La conferencia de clausura estuvo a cargo del conocido hombre público y respetado latinoamericanista Enrique Iglesias ―de nacionalidad uruguaya, miembro honorario de la Real Academia Española―, quien trazó un panorama de las posibilidades y desafíos más actuales de América Latina en un mundo globalizado.

PAPA FRANCISCO

Una impresión de 15.000 ejemPAPA FRANCISCO PEREGRINO MARIANO, EN IQUIQUE

PEREGRINO MARIANO, EN IQUIQUE 18 ENERO 2018

SEPA R ATA R E V ISTA H UM A NITA S 82

Separata revista HUMANITAS Experiencia de Fe de un pueblo peregrino en La Tirana

plares en forma de separata del artículo “Experiencia de Fe de un pueblo peregrino en La Tirana y en el Continente Latinoamericano. La conversión al cristianismo de la Ñusta Huillac”, publicado en Humanitas 82, se entregó a varias diócesis de Chile, principalmente a la de Iquique, con el propósito de servir de homenaje al Santo Padre y un instrumento de preparación con motivo de su visita a nuestro país en enero próximo. Abre esta edición una breve presentación del obispo de Iquique, Mons. Guillermo Vera, quien señala: «En el Santuario de la Virgen de La Tirana, “muchos peregrinos toman decisiones que marcan sus vidas. Esas paredes contienen muchas historias de conversión, de perdón, de dones recibidos”; ahí entonces, en medio de la arena y a la sombra de algunos tamarugos que todavía sobreviven, se continúa realizando lo que narra el “relato fundante” de toda esta tradición: todo PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE

aquel que ha oído hablar del Señor, de su misericordia, del amor infinito de María, es cautivado de tal manera que es imposible no querer seguir su evangelio con la esperanza de la vida eterna que se nos ofrece. «El 18 de enero del 2018, el Papa Francisco visitará Iquique, deseoso de encontrarse con todos los que acudirán a esa capital del Norte Grande, tierras de La Tirana, desde otras zonas norteñas del país y desde países vecinos. La visita del sucesor de Pedro al norte de Chile es una gran bendición y una oportunidad más para poner de manifiesto que la espiritualidad popular, como expresó el Papa Benedicto, es “el precioso tesoro de la Iglesia católica en América Latina”, reflejo de una sed de Dios que solamente los pobres y sencillos pueden conocer. «Esperamos que el Santo Padre, con su enseñanza y bendición, confirme la fe de todo este pueblo que cada año, junto a la Virgen, la querida Chinita del Carmen, renueva su adhesión al Señor y a su Iglesia».

Invitamos a leer también el comentario al libro "Senderos del Canto Devocional en Arica" en pág. 762 de esta misma edición.

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Los Focolares celebran 50 años en Chile

C on la presencia de su copresidente, Don Jesús Morán Cepedano, el Movimiento Apostólico de los Focolares, fundado por la italiana Chiara Lubich en el año 1943, ha celebrado en Chile los 50 años de su llegada. Diferentes actividades se han realizado llevando cada una el sello de su propio carisma, centrado en una dimensión de vida de comunión en lo espiritual y de un marcado compromiso por la fraternidad en la manera de encarnarse y hacerse presente en la sociedad. Varios de los participantes han tenido la oportunidad de reencontrarse con Don Jesús Morán, que en las décadas de los 80 y 90 lo habían conocido cuando era estudiante de Teología y, al mismo tiempo, docente del área de formación general en el Campus San Joaquín de la Pontificia Universidad Católica de Chile. En el año 2004 Morán deja Chile porque es llamado a asumir la responsabilidad del Movimiento, primero en México y luego desde el año 2008 en la sede central ubicada en las cercanías de Roma, la ciudad de Rocca di Papa, primero como responsable de la formación de los miembros del Movimiento y luego, desde el año 2014, cuando viene elegido por la Asamblea General como copresidente del Movimiento junto a María Voce, presidenta actual y primera sucesora de Chiara Lubich desde su muerte en el año 2004 y hoy en proceso de beatificación. El movimiento es conocido también como Obra de María y actualmente está presente en los cinco continentes. “Tomar el pulso del tiempo. El desafío de la actualización de un Carisma” es el título del libro de Jesús Morán, presentado en el Salón de Honor de la Pontificia Universidad Católica de Chile, en un acto denso de comentarios y vibrante de testimonios de teólogos, filósofos y juristas. Resonó entre los participantes como un desafío al mundo cristiano de abrirse a la sociedad actual para estudiarla, comprenderla y volver a la

autenticidad de los carismas, enmarcados en una visión directa de Dios que interviene en la historia humana, para hacerse parte de la evolución de las sociedades y esparcir una gota de luz cuando el caminar y el andar de las culturas se apartan de los planes de la Divina Providencia. Aspecto muy en sintonía con el comentario del Pbro. Tomás Scherz, actual Vice Gran Canciller de la Universidad Católica, cuando se refirió a la capacidad de escuchar al hombre, desde las que hoy se indican como periferias de dolor y aislamiento, que requieren que la Iglesia recupere su fidelidad a los orígenes para reencontrar el camino de una nueva, permanente y creativa actualización, desafíos que están en sintonía con el magisterio del Papa Francisco. En esta perspectiva, de la fuerza creadora y la actualización de los carismas, el jurista Patricio Zapata en su comentario señaló la urgencia de “rescatar la idea del diálogo como una contribución que hacer a nuestra cultura y a nuestra Patria. Tenemos que ser testigos —sostuvo Zapata— de que es posible el diálogo, que no es necesario ridiculizar al otro, humillar al otro, que no es necesario descalificar al otro. Allí hay una tarea tremenda”. En una línea ya de celebración de 50 años de vida del Movimiento en la sociedad chilena, el conversatorio sobre la Fraternidad profundizó los alcances de este principio en las categorías de la política y de la economía, con la convocatoria a instituciones de la sociedad civil. En los testimonios y las miradas de los panelistas hubo interesantes coincidencias en el camino virtuoso de todo signo y espacio de fraternidad para construir sociedades efectivamente solidarias y justas, para superar los desencuentros y poner los cimientos que reduzcan los niveles de desigualdad abriendo nuevas rutas de integración, que son las que en definitiva llevan a que los modelos de gestión de las empresas y de la economía del país sean eficaces en la lucha contra la pobreza y marquen los caminos al desarrollo integral. Las miradas de los panelistas participantes, desde perspectivas bien diferentes, han coincidido en que los caminos que conducen a construir la fraternidad están en el ADN del pueblo de Chile, aun cuando hoy parece y es efectivamente así, que estamos lejos de esta realidad. Al cierre del evento, las palabras de Morán han subrayado la vocación común hacia este objetivo, dejando fuertes signos de esperanza y un gran entusiasmo en los participantes. NELLO GARGIULO

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Exposición en la Basílica de Luján Muestra pictórica inspirada en el Papa Francisco

La artista plástica Mercedes Fariña, quien cobró notoriedad por ser la autora de los primeros cuadros del mundo inspirados en el pontificado de Francisco, está exhibiendo varias réplicas de sus creaciones en la localidad de Luján. La muestra artística “Habemus Papam” se desarrolla en la antesala del Museo Eclesiástico que se erige bajo la monumental arquitectura neogótica de la Basílica de Ntra. Sra. de Luján, el santuario mariano más emblemático del país, en términos de recepción de peregrinos y turismo religioso. Al referirse a la muestra, Mercedes Fariña mencionó que “la elección del lugar donde se concretará esta esperada exposición no fue errático. Siendo la ciudad de Luján el sitio donde nació una de las advocaciones más representativas de veneración a la Virgen María y siendo el Papa Francisco un sacerdote eminentemente mariano, consideré más que acertado y simbólico el aceptar la invitación a exponer, prosiguiendo la itinerancia de mi muestra en esta basílica de singular belleza, tan cercana al corazón del catolicismo argentino y a la que llegan millones de peregrinos cada año”. La autora mencionó además que “es innegable el lugar que este templo ocupa en la cultura popular de nuestro país y por ello también me alegra el poder compartir esta muestra con la gente”.

Las reproducciones que se exhiben en Luján muestran la figura de Francisco junto a diferentes íconos cristianos por los cuales él siente una especial devoción. Fariña también lo retrató junto a varios ámbitos sacros que han sido significativos en su vida, como la basílica cabecera de su barrio natal, la capilla donde tomó su primera comunión y la Catedral Metropolitana de Buenos Aires. La primera obra de esta serie, un óleo titulado “Habemus Papam”, se encuentra expuesto en el Vaticano, desde octubre de 2013. En dicha oportunidad la autora fue invitada a la Santa Sede para entregar el cuadro en manos del Sumo Pontífice. Pocos meses antes de este emotivo encuentro, Francisco ya había agradecido en una carta manuscrita a la artista, por la ejecución de la primera pintura inspirada en su asunción, a la vez que la felicitaba por su talento y la invitaba a rezar por él. La muestra que se exhibe en Luján, declarada recientemente de interés por la Secretaría de Turismo de la provincia de Buenos Aires, está conformada por nueve reproducciones a escala, de calidad museológica y notable realismo, además de material documental relacionado, y estará abierta hasta el 17 de diciembre próximo.

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MAESTRO, TESTIGO Y PADRE. EL PADRE MORALES ES YA VENERABLE El pasado día 8 de noviembre el Santo Padre ha proclamado venerable al padre Morales S.J. (1908-1994) reconociendo sus virtudes heroicas. Con este reconocimiento, el padre Morales se convierte en patrimonio de la Iglesia, superando los límites de las obras que fundó y las personas que le conocieron. En efecto, su manera de vivir el sacerdocio, su promoción incansable del laicado, su estilo educativo tan sólido y fecundo, su honda vida espiritual cimentada en la oración contemplativa, el amor filial a la Virgen y la pasión por Jesucristo pueden iluminarnos, inspirarnos y sostenernos en estos tiempos difíciles, semejantes a los que a él le tocaron vivir en su juventud. Conocí al Padre con 15 años y su paternidad revolucionó mi vida. Fue mi director durante 6 años, hasta su muerte. Desde el inmenso cariño y agradecimiento por todo lo que he recibido de sus manos escribo estas líneas de reconocimiento. Hijo de padres canarios, nació en Venezuela aunque enseguida su familia se trasladó a Madrid. Con la perspectiva de dedicarse a la política, estudió derecho en Madrid, donde compaginó sus brillantes estudios, que culminaron con el premio extraordinario fin de carrera, con un intenso apostolado universitario, llegando a ser presidente de los estudiantes católicos. Realizando el doctorado en Bolonia recibió la apremiante llamada de Dios, por lo que ingresó en el noviciado de los jesuitas en Chevegtone (Bélgica). Ordenado sacerdote en 1942 y completada su formación, su primera misión fue la predicación de ejercicios espirituales a universitarios, empleados y obreros. Fruto de su labor, surgió en 1946 el Hogar del empleado, que desarrolló una extraordinaria obra social en el Madrid de la posguerra. Con algunos de aquellos jóvenes, tras lenta maduración, nacieron varias obras apostólicas y de consagración a Dios en el mundo: los Cruzados y Cruzadas de Santa María, los Hogares de Santa María y la Milicia de Santa María. ENAMORADO DE DIOS. Algunas caricaturas se han hecho de él. Sin embargo, yo no puedo menos de constatar que toda su vida fue un gran acto de amor y de servicio, a Dios, Santísima Trinidad, y a los hombres, sus hermanos, enderezando todas las energías y los extraordinarios talentos que poseía al fin de “ayudar y salvar (a la juventud) y encontrar entre ellos y ellas —son sus palabras— almas fervorosas que quieran, mirando a la Virgen, colaborar con Cristo en la salvación de las almas”. Su identificación con Cristo era transparencia para los que fuimos testigos de su vida. Se hacía todo a todos. Y su finísima sensibilidad, inteligencia y sentido del humor ganaba la confianza de personas de todas las edades y condiciones. Su esfuerzo porque no nos quedáramos en él y fuéramos a Dios, me produce aún hoy una especial reverencia y ternura. Porque, a pesar de todo, no podíamos menos de quererle mucho. Es natural, ¡él nos dio a luz para Cristo y para su Iglesia! APÓSTOL DE APÓSTOLES. De su amor han brotado todas sus obras. Que eran para gloria de Dios lo testimonia elocuentemente su afán constante de desaparecer, su conciencia de ser un simple instrumento,

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su perseverancia en dar protagonismo a los demás y, singularmente, a los laicos. Practicó asiduamente su principio de hacer-hacer, impulsando, con invencible constancia la acción apostólica de todos los que se acercaban a él buscando, quizá sin saberlo, a Dios. A todos ayudaba a salir de sí mismos para darse a los demás, a todos hacía conscientes de una gran misión capaz de llenar una vida entera… la de ser colaboradores de Dios: “Cristo te necesita”. De ese llamamiento surgían vocaciones a todos los estados de la vida cristiana, siendo notables las vocaciones contemplativas que suscitó y alentó durante su larga vida. SACERDOTE. Así, a secas. ¡Qué conciencia de su dignidad y de su indignidad, de sus obligaciones pastorales que le llevaron a vivir totalmente expropiado de su tiempo, radicalmente pobre de cosas y de espíritu, amorosamente mortificado en todas las cosas! ¡Qué manera de vivir la Misa y de enseñarla a vivir entrando en el misterio de Jesucristo inmolado por nosotros, y de hacer de la Eucaristía el centro vital, imprescindible, de la existencia! Me parece que hay tres palabras que definen bien cómo vivió su sacerdocio: maestro, testigo, padre. Fue maestro, viviendo lo que enseñaba con radical coherencia y ejemplaridad. Fue testigo de lo eterno, de la belleza y novedad permanente del Evangelio de Jesús, del poder transformador de la amistad íntima con Él. A mí, me abrió la puerta a esa amistad, cuando por primera vez lo vi y oí orar, en mis primeros ejercicios espirituales. Su oración, unida a su testimonio silencioso, eran ya una poderosa llamada y fue reclamo para muchísimas almas. Y sobre todo, fue padre. Su paternidad era intensa, generosa, delicada y exigente, realista, humilde, educadora. Tuvo con nosotros la paciencia de los santos, la dulzura de las madres, la firmeza de los padres, la abnegación de los maestros. El padre Morales gozó de fama de santidad ya en vida. Esta fama continúa extendiéndose por el mundo y a ello contribuirá notablemente el paso que ha dado la Santa Sede. Nos encomendamos a su intercesión para que muy pronto quiera Dios concedernos el milagro de la beatificación. ESTHER GÓMEZ Cruzada de Santa María, Chile

Oración por la Beatificación del P. Morales Dios, Padre rico en misericordia, que concediste al Venerable Tomás Morales, SJ, sacerdote, un entrañable amor a la Virgen María y un celo ardiente para impulsar en la Iglesia la santificación de los laicos, especialmente jóvenes. Te suplico una conciencia creciente de las exigencias de mi vocación bautismal, para que yo sea en el mundo fermento y testigo de tu amor y tu verdad. Te ruego también, si esa es tu voluntad, te dignes glorificar al Venerable Tomás, por cuya intercesión te pido esta gracia (se formula la petición)

Padre nuestro, Avemaría, Gloria.

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¿QUÉ DIRÁ EL SANTO PADRE? El título de esta canción de Violeta Parra, a la que se ha homenajeado al cumplirse cien años de su nacimiento, me vino a la mente al escuchar las críticas sobre los «excesivos» costos de la visita del Papa Francisco a Chile y sobre la contribución a ellos que hará el erario público, aporte que sería impropio en un Estado laico. No recuerdo que nada similar se haya sostenido cuando el Papa Juan Pablo II viajó al país en 1987. Muchos de los que ahora critican estaban interesados en que el Papa polaco pudiera abogar por los derechos humanos y propiciar el término del régimen de Pinochet. Y razón tenían porque dicha visita fue determinante para que la mayoría de las fuerzas políticas, tanto de gobierno como de oposición, concordaran una salida democrática y pacífica tras el plebiscito de 1989. Se ve que algunos se acuerdan de la laicidad del Estado para algunas ocasiones, pero la olvidan cuando la intervención de la Iglesia Católica es conveniente a sus ideas. No se ha oído crítica alguna, sino más bien unánimes elogios ―justificados por lo demás― a las gestiones del padre Felipe Berríos a favor de los comuneros mapuches en huelga de hambre. Algo similar sucede en estos días con la denuncia del capellán del Hogar de Cristo, Pablo Walker, acerca de la hegemonía de la «narcocultura» que pone en retirada a la ley y al Estado en barrios enteros. Si miramos para atrás, cómo no agradecer la labor de un Alberto Hurtado, de un Silva Henríquez, de un Sergio Valech, de una Teresa de Los Andes o de una Karoline Mayer. Y no digamos nada de las múltiples instituciones de bien público organizadas por la Iglesia o por laicos inspirados en sus enseñanzas sociales. Por otro lado, y como tanto se ha insistido, la laicidad del Estado no tiene por qué implicar hostilidad o indiferencia frente a las expresiones religiosas de la población. Si creemos en la importancia de la sociedad civil y de la diversidad de culturas, valores y creencias, el Estado, sin abanderizarse con ninguna confesión o iglesia, puede y debe considerarlas en sus manifestaciones públicas. Esta es la «laicidad positiva», que mira la fe de los ciudadanos no como una rémora del progreso, sino como un enriquecimiento de la vida social y una garantía de sano pluralismo. Esa mirada respetuosa y acogedora de lo religioso está instaurada de muchas formas en nuestro ordenamiento jurídico, comenzando por el art. 1º de la Constitución, que dispone que el Estado debe contribuir a crear las condiciones que permitan a los integrantes de la comunidad su mayor realización material y espiritual. Más allá del significado pastoral de la venida del Papa, no se puede desconocer que Francisco, como sus antecesores, es una personalidad de nivel mundial y que su voz a favor de los grandes bienes de la familia humana es escuchada con atención por creyentes y no creyentes. Hace unos días, por poner un ejemplo reciente, fue invitado a hablar en la sede romana de la FAO ante una importante audiencia. Su discurso sobre la necesidad de superar el hambre y la miseria mediante una cultura del amor y del compartir fue calurosamente aplaudido. Es a esta autoridad moral del Pontífice Romano a la que apelaba Violeta Parra cuando, al exponer las injusticias que sufrían los más débiles por parte de los opresores de la época, se preguntaba «¿Qué dirá el Santo Padre, que vive en Roma, que le están degollando a sus palomas?».

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Desde esta perspectiva, es un logro del gobierno de la Presidenta Bachelet haber obtenido que el Papa accediera a incluir a Chile en uno de sus viajes del 2018. ¿Cómo podría entonces el Estado de Chile restarse de colaborar con el financiamiento de la visita o no apoyar medidas legislativas para que las empresas puedan hacer donaciones con este fin, sin que se vean gravadas con impuestos que las harían inviables? La visita de Francisco es la de un líder religioso, pero, más que eso, es la de un líder moral, quizás el más escuchado en nuestro convulsionado mundo. Su mensaje será útil y fecundo para todo el país. Como lo fue en su día el de Juan Pablo II. HERNÁN CORRAL Publicado originalmente en El Mercurio 19.X.2017

Exposición UC Inmaculada, Tota Pulchra y reina en el arte virreinal surandino

«Inmaculada, Tota Pulchra y reina en el arte virreinal surandino» es el nombre de la colección Joaquín Gandarillas Infante que se expone en el Centro de Extensión de Casa Central y que reúne quince obras inéditas de artistas cusqueños de la época del Virreinato Peruano que estarán expuestas hasta el 26 de enero de 2018. Las obras presentan a una Inmaculada Virgen María con cabellos largos y sueltos, joyas, bellos vestidos y mantos con hilos de oro, como una evocación a lo femenino y a la belleza desde la fe. La expresión tota pulchra equivale a «toda

hermosa» en latín, esto «como una evocación a lo femenino y a la belleza desde la fe», explicó el presbítero Juan Francisco Pinilla, profesor asociado de la Facultad de Teología UC. Cada obra está compuesta por variados elementos simbólicos y metáforas. Esto se debe a la influencia directa que tuvieron los autores cusqueños de las obras con imágenes inmaculistas pintadas en Sevilla por Francisco Pacheco durante la primera mitad del siglo XVII; y también el trabajo del flamenco Rafael Sadeler, que hizo un impactante

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grabado de la Inmaculada Concepción en 1605. «Durante el siglo XVI se establece una iconografía de la Inmaculada identificable a través de todo el orbe católico: la Tota Pulchra, inspirada en el libro el Cantar de los Cantares del Antiguo Testamento y en la mujer del Apocalipsis de San Juan, en donde las virtudes y valores de María, su perfección, la derrota del demonio y del mal, se muestran como símbolos y metáforas visuales referidos a tres ámbitos: el cosmos, la naturaleza y la cultura», comentó Isabel Cruz, historiadora UC y doctora en Historia del Arte en la Universidad de Navarra, quien además es curadora de esta colección. La Inmaculada es la Nueva Eva Según Isabel Cruz, a través de esta iconografía inmaculista, la Iglesia universal y americana se ha propuesto recuperar en María a través de la pintura ―y de todas las artes― a la figura femenina; a la criatura prístina del Paraíso antes de la tentación y la caída, en superación del desprestigio de la mujer como compañera de Adán, y en él de todos los hombres. «Inmune a la tentación y al pecado, María, la Nueva Eva, pura y fuerte desde su misma concepción, es por

ello capaz de engendrar a Jesús, acogiendo y salvando como madre universal a todos los hombres», destacó la historiadora UC. Por su parte, el rector UC, Ignacio Sánchez, comentó que estas expresiones inmaculistas representan el preludio a la declaración del dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen. «Es la pureza y perfección de María desde el momento mismo de su concepción lo que se considera un precepto clave del catolicismo posterior al Concilio de Trento y que debe nutrir la predicación de los misioneros americanos», dijo. Las imágenes de la Inmaculada Tota Pulchra pueden ser miradas y contempladas de muchas maneras, permitiendo a los asistentes tener su propio encuentro personal con María. «Entre todas estas obras de arte, hay que reconocer una gran libertad dentro de los cánones estéticos de la representación. Sobre todo, en aquellas que se dirigen directamente al espectador interpelándonos desde la mirada», finalizó el presbítero Pinilla. La muestra está abierta de lunes a sábado, de 10 a 20 horas, en Alameda 390. Inscripción a visitas guiadas gratuitas: apedemonte@uc.cl o al 22354 6598 Belén Bravo Dirección de Comunicaciones U.C.

80 mil jóvenes en peregrinación Santuario Santa Teresa de Los Andes en Chile

Unos 80 mil fieles de distintas comunidades caminaron 27 kilómetros en la tradicional Peregrinación Juvenil a Santa Teresa de Los Andes, el pasado 21 de octubre, con el objetivo de fortalecer el espíritu y renovar la amistad con Jesús en medio de importantes acontecimientos eclesiales. La multitud inició el recorrido al santuario de la primera Santa de Chile, bajo el lema «Caminando con Teresa de Los Andes al encuentro del Señor». Los peregrinos caminaron por la zona cordillerana de

la Región de Valparaíso durante unas ocho horas bajo el fuerte sol, con una temperatura de 30 grados. Pa r a a nima r e l espíritu y cumplir la meta, pasaron por 14 «estaciones», donde distintas comunidades los alentaron con cantos y reflexiones sobre la vida de Santa Teresa de Los Andes y su compromiso con Jesús; la próxima visita del Papa Francisco en enero de 2018; el X Sínodo de Santiago, y las elecciones presidenciales del próximo 19 de noviembre.


El arzobispo de Santiago, cardenal Ricardo Ezzati, felicitó a los presentes, especialmente a los jóvenes, quienes en su constante búsqueda del proyecto de vida intentan responder al llamado de Jesús, poniéndose «en camino, de la mano de una santa joven que encontró a Jesús y con Él construyó el proyecto hermoso de su vida al servicio de los demás». «Se han puesto en camino para encontrarse con Jesús, el encuentro que siempre nos levanta, nos da esperanza, nos da confianza, nos indica que Dios es nuestro Padre» y abre al «sentido más bello de la propia vida, abierta a la trascendencia y a la solidaridad con todos, especialmente con aquellos que más necesitan», agregó. Santa Teresa de Los Andes nació el 13 de julio de 1900, en Santiago de Chile. Fue bautizada como Juana Enriqueta Josefina de los Sagrados Corazones Fernández Solar.

Estudió en el colegio de las monjas francesas del Sagrado Corazón y a los catorce años ya quería consagrarse como religiosa. El 7 de mayo de 1919 ingresó al pequeño monasterio del Espíritu Santo en el pueblo de Los Andes, a unos 90 kilómetros de Santiago. Y en octubre de ese año vistió el hábito de carmelita con el nombre de Teresa de Jesús. Ella supo que moriría joven y compartió esta revelación con su confesor un mes antes de partir. Asumió esa realidad con alegría, serenidad y confianza. El 12 de abril de 1920 partió a la casa del Señor luego de padecer tifus, a la edad de 19 años, cuando solo le faltaban 6 meses para emitir jurídicamente su profesión religiosa. Santa Teresa de Jesús fue beatificada en Santiago de Chile por el Papa San Juan Pablo II en 1987. Luego fue canonizada por el mismo Pontífice en Roma, el 21 de marzo de 1993.

Soli Deo Gloria Arte y música sacra para alabar a Dios en Chile

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el propósito de que todas las artes alaben a Dios, se realizó la sexta versión del Soli Deo Gloria en el Templo Mayor del Campus Oriente de la Pontificia Universidad Católica (UC) de Chile. Soli Deo Gloria (Solo a Dios la Gloria) era la firma que utilizaba el célebre compositor alemán Johann Sebastian Bach en cada una de sus composiciones. Esta rúbrica inspiró en 2012 la creación de un concierto de música sacra contemporánea para adorar a Jesús Sacramentado. Los promotores de Soli Deo Gloria, Pastoral UC y el Instituto de Música UC, buscan difundir la producción del arte sacro animando a alumnos, exalumnos, académicos, compositores e intérpretes de la casa de estudios a componer y montar obras religiosas contemporáneas. El encuentro de adoración realizado el 25 de octubre tuvo como temática central el Jueves Santo. Comenzó

con la entrada del Santísimo Sacramento, el que fue colocado en una estruc tura creada especialmente para la ocasión, a la que pusieron de nombre «Mi experiencia de fe». El Santísimo Sacramento fue iluminado con cirios y alrededor se colocaron dos pinturas: una de la Última Cena, titulada «No hay vino sin lagar, el trigo debe ser triturado» y otra más contemporánea, titulada «Permaneced en mi amor». El momento de oración fue intercalando poemas dramatizados por alumnos de teatro y piezas musicales realizadas por un ensamble (voces e instrumentos) de alumnos del Instituto de Música bajo la dirección de Eduardo Browne. El acto finalizó con la reserva del Santísimo Sacramento acompañado de oraciones, letanías y la bendición final.

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El decano de la Facultad de Artes de la UC, Luis Prato, comentó su «alegría profunda después de haber escuchado, sentido y visto la adoración porque el ambiente, las pinturas, los poemas que escuchamos, todo constituía un ambiente propicio para la oración, que es el objetivo de este momento, que uno tenga una experiencia espiritual importante».

En tanto, el equipo organizador manifestó su «convicción de que las artes tienen el don de conmover en lo más profundo el corazón humano y son experiencia de la belleza y la verdad. La música puede ayudar al hombre a intuir los misterios más hondos de Dios, que con palabras somos incapaces de alcanzar».

Nueva edición «Memoria, Coraje y Esperanza» de Guzmán Carriquiry. Con prólogo del Papa Francisco

El vicepresidente de la Pontificia Comisión para América Latina, Guzmán Carriquiry Lecour, presentó la nueva edición de su libro «Memoria, Coraje y Esperanza. A la luz del Bicentenario de la Independencia de América Latina». El libro fue lanzado inicialmente con ocasión del bicentenario de la independencia latinoamericana y su nueva edición fue presentada el 16 de noviembre pasado, en la «sala magna» de la Libre Universidad María Santísima Asunta (Lumsa). En 2011, en la primera edición del libro, el entonces cardenal Jorge Mario Bergoglio escribió en el prólogo que «la patria significa defender lo que fue recibido, no para colocarlo en conservación, sino para entregarlo íntegro en su esencia». La nueva edición de «Memoria, Coraje y Esperanza. A la luz del Bicentenario de la Independencia de América Latina», del Dr. Guzmán Carriquiry, tiene como novedad que la presentación será hecha por el no más cardenal Bergoglio, sino por el Papa Francisco, que luego al inicio dice: «Un largo período de depresión causado por la crisis económica mundial marcó una transición hasta el momento actual, en el cual América Latina parece vivir en la angustia y la incerteza, con estructuras políticas agrietadas, con un nuevo aumento de la pobreza y los abismos de la exclusión social para muchos». Todavía en el prefacio de la nueva edición, el Papa Francisco levanta cuestiones cruciales a través de preguntas: ¿Qué está ocurriendo en América Latina? ¿Qué permaneció de la denominación «continente de la esperanza»? ¿Estamos de vuelta a las ideologías que lle-

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varon a fracasos económicos y devastaciones humanas? Después de haber hecho esas preguntas, el Papa Francisco apunta hacia desafíos y prioridades: «urge poder definir y buscar grandes objetivos nacionales y latinoamericanos, con consensos fuertes y movilizaciones populares, para más allá de ambiciones e intereses mundanos». Argentina y Guadalupe Recordando el mensaje a su «amada patria» con ocasión del bicentenario de la independencia de Argentina, el Papa agrega: «precisamos de abuelos soñadores que empujen a los jóvenes, que ―inspirados por esos mismos sueños― avancen con la creatividad de la profecía». «Esa misma creatividad de la profecía ―observa― se pide a los pastores de la Iglesia en América Latina, fuera de cualquier clericalismo desarraigado y abstracto». Francisco resalta además en el prefacio al libro de Carriquiry Lecour que «los gestos patrióticos de la emancipación americana, como también en nuestros orígenes, las apariciones de Nuestra Señora de Guadalupe en el cuadro de una epopeya misionera y de una miscigenación lacerada, están entre los eventos fundadores de nuestra gran patria latinoamericana». Y también escribe el mismo Papa Francisco: «Los pueblos, especialmente los pobres y simples, mantienen sus buenas razones para vivir y convivir, para amar y sacrificarse, para rezar y conservar viva la esperanza. Y también para luchar por grandes causas».


EXPOSICIÓN CRISTIANISMO EN MEDIO ORIENTE, UNA HISTORIA BIMILENARIA La exposición «Cristianos de Oriente. Dos mil años de historia» muestra en el Instituto árabe de París 300 obras de un riquísimo patrimonio. El mundo cristiano occidental siente cada vez más cerca de sus hermanos de Oriente en estos tiempos de persecución y dolor.

San Simeón el Estilita, encima de su columna. Placa de plata parcialmente dorada, fin del s VI, Siria. Museo del Louvre.

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La AscensiĂłn de Cristo. Evangeliario de Rabbula, manuscrito sirĂ­aco proveniente de Mesopotamia, datado de 586 dC. Biblioteca Laurenciana de Florencia.

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L a exposición del Instituto del Mundo Árabe (IMA) reunió en París 300 obras y documentos de archivos, que ponen a la luz una historia bimilenaria excepcionalmente rica. La muestra contó con el apoyo de las comunidades cristianas orientales. El nacimiento del cristianismo en Palestina y Jordania, y luego su expansión a las poblaciones de Siria, Irak y Egipto es evocada primeramente a través de mosaicos, capiteles y tesoros de la Iglesia. La Universidad de Yale prestó dos frescos excepcionales provenientes de la Casa de la Iglesia de Doura Europos en Siria, datadas el año 232. Otro préstamo notable, concedido por la biblioteca Laurentina de Florencia, es el manuscrito iluminado de los Evangelios de Rabbula, del siglo VI, una de las más antiguas biblias siríacas. El período medieval es ilustrado por íconos, un fresco del Museo Nacional de Beirut y una magnífica serie de manuscritos iluminados del siglo XII y XIII, que reflejan las especificidades de las diversas Iglesias orientales. En las imágenes se percibe a veces una influencia del arte ornamental islámico. Este tipo de intercambios continúa durante la época otomana, cuando numerosos impresores y comerciantes cristianos participan activamente en la difusión del saber y de las técnicas.

Estela china conmemorando la llegada de misioneros nestorianos al Imperio chino, cuyos nombres se registran. Sian, China, 781 dC. Museo Guimet, París.

El siglo XVII conoce un verdadero renacimiento del ícono. Víctima del actual terrorismo islámico, el cristianismo oriental guarda siempre un culto vivo, del cual son también testigos películas y fotografías recientes.

“El profeta Joel”, biblia siríaca, 341 dC.

Escultura perteneciente a un conjunto que ilustra la historia de Jonás. Mármol, hacia 280-290 dC. Descubierto en el sur del Asia menor. Cleveland Museum of Arts.

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Sínodo 2018 Jóvenes del mundo se reunirán en Roma en marzo

Jóvenes de diferentes partes del mundo se encontrarán en una reunión pre-sinodal, en Roma, del 19 al 24 de marzo de 2018. Se trata de una reunión preparatoria para la XV Asamblea General del Sínodo Ordinario de los Obispos sobre el tema: «Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional», prevista para el mes de octubre de 2018. El encuentro está organizado por la Secretaría General del Sínodo de los Obispos, en colaboración con el Consejo Pontificio para los Laicos, la Familia y la Vida. A esta reunión pre-sinodal estarán invitados jóvenes en representación de las Conferencias Episcopales, de las Iglesias Orientales, de la vida consagrada y de los que se preparan para el sacerdocio, de las asociaciones y los movimientos eclesiales, de otras Iglesias y comunidades cristianas y de otras religiones, del mundo de la escuela, de la universidad y la cultura, del trabajo, los deportes, las artes, el voluntariado y del mundo juvenil que se encuentra en las periferias existenciales extremas, así como expertos, educadores y formadores comprometidos en la

ayuda a los jóvenes en el discernimiento de sus opciones de vida. L a reunión pre sinodal «contribuirá a enriquecer la fase de consulta ya iniciada con la publicación del Documento Preparatorio y del Cuestionario correspondiente, con la apertura del sitio online (http://youth.synod2018.va/), que contiene un cuestionario especial para los jóvenes, y con el Seminario Internacional sobre la condición juvenil, celebrado en septiembre pasado», indica la Secretaría General del Sínodo. El fruto de los trabajos de esta reunión se someterá a los Padres sinodales, junto con otra documentación, para que puedan reflexionar y profundizar en los mismos. La fecha prevista para la reunión pre-sinodal ha sido elegida ex profeso «para que todos los participantes puedan tomar parte, al final de los trabajos, en la celebración del Domingo de Ramos con el Santo Padre en la Plaza de San Pedro con motivo de la XXXIII Jornada Mundial de la Juventud 2018, cuyo tema es: “No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios” (Lucas 1,30)», anuncia la Secretaría.

Juventud estadounidense Análisis a la generación menos religiosa de la historia en EE.UU.

Un estudio sobre las tendencias entre los jóvenes estadounidenses nacidos entre 1995 y 2012 que acuñó el término iGen para representar la gran relación de esa generación con las nuevas tecnologías fue analizado por el obispo auxiliar de Los Ángeles y conocido evangelizador a través de Internet, Mons. Robert Barron. A pesar de la notable experiencia del prelado con los públicos de las redes sociales, los resultados expuestos en el libro de la Dra. Jean Twenge, profesora de Psicología en la Universidad Estatal de San Diego, alertaron al obispo auxiliar sobre un enorme desafío para la Evangelización: «Es uno de los textos más fascinantes y deprimentes que he leído en la última década», declaró, según informó Aleteia.

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Si bien hay numerosos aspectos llamativos de los efectos de las tecnologías en los jóvenes, fueron las cifras sobre la relación de estos con la religión las que encendieron las alarmas del prelado: «Tan recientemente como la década de 1980, el 90 por ciento de los estudiantes de último año de secundaria se identificaron con un grupo religioso. Entre iGen’ers (miembros de la iGeneración), las cifras están ahora alrededor del 65 por ciento y están cayendo. Y la práctica religiosa es aún más atenuada: solo el 28% de los estudiantes de 12º grado asistieron a servicios (religiosos) en 2015, mientras que el número era del 40% en 1976». Un dato de gran preocupación para Mons. Barron


es el hecho de que la identidad de las personas que se definían como «espirituales» a pesar de no tener una afiliación religiosa está también en descenso: «Mientras que hace 20 años la abrumadora mayoría de estadounidenses, incluidos los jóvenes, creían en Dios, ahora un tercio de los jóvenes entre 18 y 24 años dice que no cree. Todavía en 2004, el 84 por ciento de los adultos jóvenes dijeron que oraban regularmente; para 2016, un cuarto de esa muestra de la misma edad dijo que nunca rezan». También decae la creencia en la Biblia como la Palabra de Dios, con una visión escéptica marcada en un cuarto de los jóvenes objeto del estudio. Entre las razones ofrecidas para estos dramáticos cambios figura en la investigación la preocupación creciente sobre la elección personal (relacionada con la personalización de los objetos y servicios disponibles para los jóvenes), la cual se contradice, según el obispo, con el lema de San Pablo: «Ya sea que vivamos o muramos, somos del Señor». Otros motivos incluyen

la percepción de una supuesta incompatibilidad entre la fe y la ciencia y la identificación de los jóvenes con estilos de vida contrarios a la moral cristiana, vista por ellos como discriminatoria. Si bien los datos pueden ser calificados como «cosas terribles» por los lectores católicos, Mons. Barron aplaudió el hecho de que se haya hecho evidente una realidad que afecta notablemente a la Iglesia. «La Dra. Twenge ofrece un gran servicio a todos aquellos interesados en el florecimiento de la religión, ya que expone las objetividades sin pestañear, y esto es para bien, dada nuestra extraordinaria capacidad de ilusión y autoengaño», explicó. «Aunque ella no les dice a los educadores religiosos y a los catequistas cómo responder, indica de manera inequívoca lo que está llevando a esta generación a ser la más no religiosa y lejana de las iglesias en nuestra historia». El reto planteado es para el obispo un dato obligatorio «para aquellos que desean evangelizar a la próxima generación».

Academia por la Vida Apostar por una cultura «renovada de la identidad

«H ay

que escribir un nuevo inicio en el ethos de los pueblos, y esto puede hacerlo una cultura renovada de la identidad y la diferencia», afirmó el Papa. El Papa Francisco recibió en el Aula del Sínodo a los miembros de la Academia Pontificia para la Vida, quienes celebraron en el Vaticano los días 5 y 6 de octubre la XXIII Asamblea General organizada en el ámbito del seminario «Acompañar a la vida. Nuevas responsabilidades en la era tecnológica». El mundo necesita creyentes que, «con seriedad y alegría, sean creativos y proactivos, humildes y valientes, decididos a recomponer la fractura entre las generaciones», señaló el Papa. En su discurso, el Pontífice advirtió que «la cria-

tura humana parece encontrarse hoy en un pasaje especial de su historia donde se entrecruzan, en un contexto inédito, las antiguas y siempre nuevas preguntas sobre el significado de la vida humana, de su origen y su destino», y ha indicado que el «rasgo emblemático» de esto puede reconocerse en una «cultura obsesivamente centrada en la soberanía del hombre» ―como especie e individuo― respecto de la realidad. En este sentido, el Santo Padre anima a que la Iglesia «debe cumplir la parte que le corresponde» en esta «verdadera revolución cultural» que se perfila en el horizonte de la historia de este tiempo. Puede leer el discurso completo que el Papa dirigió a los presentes en el encuentro en www.humanitas.cl

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Eutanasia en Colombia Al aprobarla se viola la dignidad humana

Un fallo emitido por la Corte Constitucional Colombiana

sobre la práctica de la eutanasia en menores de edad generó un rechazo y preocupación en la Iglesia. La Conferencia Episcopal de Colombia manifestó, en un documento de dos páginas emitido el 25 de octubre pasado, la profunda preocupación que existe frente a este tema y exigió a los legisladores «que tomen en consideración las implicaciones morales, éticas y sociales que este tipo de determinaciones conlleva». El documento está firmado por el arzobispo de Villavicencio, quien es presidente de la Conferencia Episcopal; por el arzobispo de Medellín, que es el vicepresidente, y por el secretario general de la Conferencia Episcopal. El documento expresa igualmente que «la eutanasia, que es el acto de poner fin deliberadamente a la vida de un ser humano, es una grave violación a la dignidad de la persona; lleva a los ancianos, a los enfermos y a los que tienen algún tipo de limitación a pensar que su existencia es menos digna y valiosa, y, por lo tanto, a cerrar las puertas de su esperanza». Por su parte, el presidente de la Asociación Unidos por la Vida, Jesús Magaña ―refiriéndose al artículo de la Constitución Colombiana que dice que la vida es un derecho inviolable―, se pronunció sobre este caso: «Una vez más la Corte Constitucional está sobrepasando sus atribuciones, que son precisamente las de guardar la Constitución». Magaña también recordó la decisión tomada por el mismo organismo en el año 2006 sobre el aborto: «Ha venido violando consistentemente este artículo», refiriéndose a la despenalización del aborto establecida en el año 2006 por esa Corte y al protocolo de eutanasia establecido por el Ministerio de Salud bajo orden de la Corte. La Corte aprobó este procedimiento para niños, niñas y adolescentes y ordenó al Ministerio de Salud del país que, en cuatro meses, las Empresas Promotoras de Salud tengan un comité interdisciplinario que permita esa terrible práctica en los menores de edad e instó a que máximo en un año se presente una ley regulando ese supuesto derecho. Esto se dio por solicitud de unos padres que pidieron a una institución prestadora de salud la práctica de este procedimiento, dado que su hijo presentaba parálisis cerebral y otras complicaciones. Finalmente, las tres causales que permitirán la práctica de la eutanasia en los menores son las siguientes: «Que se trate de un enfermo en fase terminal, que haya manifestado su consentimiento de manera libre e informada e inequívoca por parte de los menores cuando su desarrollo se lo permita. Y si los menores de edad no pueden hacerlo, se evaluará el consentimiento sustituto de una manera estricta».

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Coloquio en París A 10 años de la muerte del cardenal Lustiger

A mediados de octubre pasado

tuvo lugar en la capital francesa un seminario de tres días para recordar la figura y la obra del cardenal Jean-Marie Lustiger, ex arzobispo de París, a 10 años de su muerte. El coloquio fue organizado conjuntamente por el Instituto de Francia, el Instituto Jean-Marie Lustiger, la Asociación Francesa de Historia Religiosa Contemporánea y el Collège des Bernardins. Las sesiones, al cabo de los tres días, tuvieron lugar en la sede de Ècole Normale Supérieure (en la calle Ulm de la ciudad universitaria), en la Académie française (a la que perteneció el cardenal Lustiger) y en el Collège des Bernardins (antiguo Císter transformado en centro cultural católico de París por el propio Lustiger). La serie de conferencias y coloquios tuvo como participantes a figuras cercanas al antiguo arzobispo y a conocidos investigadores e historiadores, siendo el propósito de las mismas componer un registro del contexto histórico en que se dieron las realizaciones de este prelado muy cercano al Papa Juan Pablo II. Entre las exposiciones cabría destacar la de la secretaria perpetua de la Académie française, Hélène Carrère d’Encausse. Jean-Marie Lustigier (1926-2007) marcó profundamente la vida de la Iglesia Católica y de la sociedad francesa. A diez años de su muerte era necesario un trabajo de historiadores para poner los fundamentos de un análisis científico de su actuar. Ordenado sacerdote en 1954, Jean-Marie Lustiger desarrolló su ministerio en un contexto marcado por profundos cambios. Capellán de estudiantes (1954-1969), tomó contacto directo con las aspiraciones de la juventud y las transformaciones en curso. Párroco de Saint-Jeanne de Chantal, París (1969-1979), vivió la aplicación del Concilio Vaticano II. Nombrado por Juan Pablo II obispo de Orleans (1979-1981) y luego arzobispo de París (1981-2005) y cardenal en 1983, condujo su diócesis por las vías de una evangelización y de una relación con una sociedad de fuertes cambios. Archivos inéditos sirvieron en el coloquio para articular la mirada de los historiadores, así como la de las instituciones pastorales y misionales creadas por Jean-Marie Lustiger.


¿CÓMO INTERPRETAR EL COLOR AZUL EN EL ARTE CRISTIANO?

UN COLOR DESPRECIADO POR GRIEGOS Y ROMANOS, QUE PASÓ A USARSE COMO SIGNO DE DIVINIDAD Los griegos veían el mar verde, los romanos veían el cielo amarillo… Pero los antiguos italianos comenzaron a cambiar estos códigos, llegando incluso a aplicar al manto de la Virgen un color casi inexistente, incluso poco valorado: el azul. Los historiadores del siglo XIX pensaban que los griegos no veían el azul. Pero no era un problema de visión, sino uno de vocabulario y de sociedad. El color azul desempeñaba un papel tan mínimo que no existía ninguna palabra griega o latina para designarlo. Esta marginalidad es tal que durante la formación de las lenguas romances, se utiliza un vocabulario de las culturas germánicas o árabes para crear palabras como «azul» y «bleu». Para los romanos, este color estaba asociado a los bárbaros: tener ojos azules era algo desdeñable y nadie llevaba ropa de este color hasta que llegó el siglo III. Sin embargo, poco a poco el azul pasará de ser el color de los bárbaros a convertirse en el color de la divinidad.

Giotto “La Ascensión del Señor”. 1305. Capilla de los Scrovegni, Padua, Italia

Luz divina y luz terrenal Los siglos XII y XIII marcaron una «revolución del azul». Esta revolución nace de la teología. Dios es un dios de luz y esto se manifiesta de dos maneras: luz divina (lux) y luz terrenal (lumen). Para diferenciarlas, era necesario encontrar una técnica en las imágenes: así es como el cielo —la capa atmosférica— se tornó azul, mientras que el dorado se usó para representar la luz divina y el Cielo como paraíso celestial. Un grupo de pintores italianos del Trecento, liderados entre otros por Giotto, quisieron introducir estos nuevos principios al arte, anunciando de esta forma el Renacimiento. Los personajes asumen actitudes cada vez más humanas en entornos reales, más cercanos a la realidad cotidiana.

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La bóveda de la capilla Scrovegni de Padua, pintada por Giotto, ilustra las dos luces diferentes, colocando a los santos en medallones con fondos dorados, separados del cielo estrellado, azul. Azul mariano En el arte religioso, la Virgen casi siempre es representada con un manto azul. Las razones de esta elección son más bien una cuestión de devoción que de teología. En la Edad Media, el culto mariano estaba de hecho en plena expansión. En ese momento, se decidió revestir a la Virgen con un color de pigmentos caros. El lapislázuli era tan precioso que costaba tanto como el oro, si no más. Por eso estos pigmentos se reservaban para las representaciones de la Virgen María. En el arte bizantino, la Virgen era representada a menudo con un abrigo color negro, señal de luto por la muerte de su hijo. Más tarde, el azul se convirtió en su color y los reyes usarían el mismo. Felipe II de Francia y luego san Luis se pusieron una capa azul, y esta costumbre se extendió entonces en las cortes europeas. San Pedro: dorado y azul El azul, color que simboliza la fidelidad y la fe, es uno de los dos colores que generalmente se utilizan para representar a san Pedro. Los colores pueden ayudar a identificar caracteres cuando los atributos no están representados. Por lo tanto, sin las llaves, a san Pedro se le reconoce por su vestidura azul y amarilla. El azul simboliza la divinidad, la fidelidad y la fe del primer Papa. Su vestidura amarilla, en su caso, simboliza la traición por la que negó a Cristo tres veces. Estos dos colores son opuestos en su simbolismo, pero complementarios en pintura, adaptándose de la mejor manera a la figura de san Pedro. Salvado por los protestantes El siglo XVI marcó la época de la Reforma protestante y, por lo tanto, la moralización de los colores. De un lado están los colores llamados «deshonestos»: demasiado brillantes, como el rojo, amarillo o verde. Por otro lado, se encuentran los colores «honestos», como el marrón, el gris, el negro y también el azul. Esta «moralidad» de los colores influyó en la vida cotidiana y en el modo de vestir. También tuvo consecuencias para el arte. La «paleta católica», con sus colores tornasolados, es utilizada por Rubens, mientras que la «paleta protestante» da más importancia a la luz que al color. Rembrandt y Vermeer utilizaron el color azul, pero sin referirse a la vestimenta de la Virgen, sino como símbolo de fe y fidelidad.

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Códice Calixtino entra a formar parte de la Memoria del Mundo Relato de traslación del cuerpo del Apóstol Santiago

La Arquidiócesis de Santiago de Compostela ha celebrado el anuncio que realizó la Unesco, a inicios de noviembre, al incluir en el Registro Internacional Memoria del Mundo el Códice Calixtino, manuscrito iluminado atribuido al Papa Calixto II que reúne sermones, himnos, milagros, textos litúrgicos y el relato de la traslación del cuerpo del Apóstol Santiago. «Es motivo de satisfacción que el Códice Calixtino haya entrado en el Registro de la Memoria del Mundo, reconociéndole el valor que tiene en todo el mundo y contribuyendo con ello a un mayor conocimiento del mismo. Es una buena noticia», ha indicado la Arquidiócesis en una nota de prensa, donde también agradece a las autoridades de la Xunta de Galicia y miembros del Consejo Jacobeo por las gestiones adelantadas para este efecto. La jurisdicción eclesial también se refiere a la importancia de este libro: «El Códice Calixtino, obra del siglo XII, es un referente sin igual para la Peregrinación Jacobea y para el Hecho Jacobeo. Las primeras vivencias de la peregrinación a la Tumba del Apóstol dieron lugar a esta primera “Guía del Peregrino” con consejos, y con descripciones de lugares y de obras de arte a lo largo del Camino, así como de costumbres locales de las gentes, alimentando la espiritualidad del peregrino con sermones, con la narración de milagros atribuidos al Apóstol y con la aportación de celebraciones litúrgicas». Destaca que es la tumba del Apóstol y la peregrinación jacobea el eje principal del Códice: «Si la tumba del Apóstol es la estrella que orienta en el peregrinar, el Códice Calixtino describe el itinerario para llegar a la meta. Más allá del inapreciable valor cultural, está por tanto el valor espiritual para el Hecho Jacobeo. La fe, insertándose en la historia, se convierte en cultura».

De los contenidos del Códice sobresale aquel en el que se narra la traslación del cuerpo del Apóstol Santiago, quien luego de Evangelizar España regresó a Jerusalén, donde muere decapitado por una espada. En el capítulo tercero se relata: «Sus discípulos, apoderándose furtivamente del cuerpo del maestro, con gran trabajo y extraordinaria rapidez, lo llevan a la playa, encuentran una nave para ellos preparada, y embarcándose en ella, se lanzan a la alta mar, y en siete días llegan al puerto de Iria, que está en Galicia, y a remo alcanzan la deseada tierra. Y no se ha de dudar que entonces dieron al Autor de las cosas muchísimas gracias (...) Así, pues, confiados en tal y tan grande protector, dirigen sus pensamientos a las demás cosas necesarias para sus fines e intentan descubrir qué sitio había elegido el Señor para sepulcro de su mártir». Tras varios infortunios trasladando el féretro, y con la ayuda Divina, los discípulos de Santiago logran darle al Apóstol una sepultura digna: «Se construye un sepulcro, magnífica obra de cantería, en donde depositan con artificioso ingenio el cuerpo del apóstol. Y en el mismo lugar se edifica una iglesia del tamaño de aquél que, adornada con un altar, abre una venturosa entrada al pueblo devoto».

Santa Teresa de Lisieux Hace 20 años era proclamada Doctora de la Iglesia

La Diócesis de Bayeux y Lisieux desarrollaron una intensa programación entre los días 18 y 22 de octubre, para celebrar el 20° aniversario de la proclamación de Santa Teresa del Niño Jesús como «Doctora de la Iglesia». Después de una semana con diversas actividades, entre conferencias, conciertos, vigilias y la oración de las Vísperas, el presidente emérito del Pontificio Consejo de la Cultura, cardenal Paul Poupard, presidió el domingo 22 una Misa Solemne con la que se clausuraron las celebraciones. Santa Teresita fue nombrada Doctora de la Iglesia el día 19 de octubre de 1997, por el Papa Juan Pablo II.

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NÍNIVE

UN DOCUMENTAL MIENTRAS ESTALLA OTRA VEZ LA GUERRA

«Para mí ha sido una experiencia muy intensa estar en esos pueblos, derruidos, destrozados por la persecución. Ha sido un auténtico genocidio, según lo que dice el derecho internacional». Son las declaraciones del director de Páginas Digital, Fernando de Haro, a Aleteia, que en los últimos día ha vivido «sobrecogido por la noticia de que 850 familias que habían vuelto a sus pueblos después de la derrota del Daesh hayan tenido que volver a huir por el enfrentamiento entre kurdos e iraquíes». La fe de estas personas no va a menos. «Lo sorprendente es que en medio de esa prueba haya muchos cuya fe haya crecido. Han tenido experiencia de que Dios los sostenía, los acompañaba». De hecho la película recoge el testimonio de un joven que se pregunta dónde está Dios en medio de tanta injusticia. «Es la pregunta que se hacía Job, la que nos hacemos todos. Y es sorprendente que, a través del encuentro con algunas personas, este chico haya redescubierto a un Dios que daba por descontado. Un testimonio así me acompaña», cuenta De Haro. «La situación es muy difícil. Hay una lucha intensa por hacerse con el control de la zona. Después de la derrota del Daesh, la lucha es ahora entre los kurdos y los iraquíes. Es necesario que las fuerzas inter-

«Santa Teresa de Lisieux no pudo frecuentar una Universidad y ni siquiera los estudios sistemáticos. Murió joven: entretanto, a partir de hoy será honrada como Doctora de la Iglesia, calificado reconocimiento que la eleva en la consideración de la comunidad cristiana entera, mucho más allá de cuanto pueda hacerlo un “título académico”», explicó el Pontífice en la época. En aquella ocasión el Papa resaltó que «entre los “Doctores de la Iglesia”, Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz es la más joven, pero su ardiente itinerario

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espiritual demuestra mucha madurez, y las intuiciones de la Fe expresas en sus escritos son tan vastas y profundas que la tornan digna de ser puesta entre los grandes maestros espirituales». «En un tiempo como el nuestro, muchas veces marcado por la cultura de lo efímero y el hedonismo, esta nueva Doctora de la Iglesia se muestra dotada de una singular eficacia, para aclarar el espíritu y el corazón de aquellos que tienen sed de verdad y de amor», afirmó. Recordando el nuevo camino espiritual inaugurado


nacionales pacifiquen la zona y que haya un proyecto de Iraq estable en el que los cristianos puedan vivir en paz. En el país han quedado muy pocos cristianos. Son el resto de Israel, pero ya hemos visto en otras ocasiones de la historia cómo la vida resurge a través de un resto», añade. La sede del CEU en Madrid estrenó el 30 de octubre pasado este documental sobre la llanura de Nínive, donde de nuevo se están enfrentando el ejército kurdo y el iraquí. Este documental del periodista Fernando de Haro es la historia de las personas que han sufrido uno de los genocidios del siglo XXI, quizás el más reciente. Nínive relata la vida cotidiana de algunas de ellas. Entra en sus casas, en sus sufrimientos, en sus esperanzas. Recoge su testimonio de fidelidad y de amor a aquello en lo que creen. En el verano de 2014, más de 120.000 cristianos se vieron obligados a huir de sus pueblos de la llanura de Nínive, una zona del norte de Iraq, que se encuentra cerca de Mosul. Es una de las cunas de la civilización. A la llanura de Nínive el cristianismo llegó en los primeros siglos y siempre ha sido un lugar con una presencia de bautizados muy significativa. En sus aldeas y sus pueblos se conservan las grandes tradiciones siríacas, caldeas y asirias. La amenaza del Daesh provocó que en una sola noche localidades enteras quedaran vacías. Casi todos sus vecinos tuvieron que huir solo con lo puesto. Muchos de ellos son ahora refugiados. Tras la liberación de la zona, han podido volver de visita a sus casas. Y las han encontrado destruidas, quemadas y saqueadas. Sus iglesias han sido profanadas con saña. No tienen la certeza de que puedan volver con un mínimo de seguridad. Hay demasiados intereses internacionales, hay muchos poderes que los prefieren fuera de su tierra. Algunos organismos internacionales han reconocido que han sufrido un genocidio. La ONU no lo ha reconocido. El documental Nínive ha sido grabado en zona de guerra, cuando los combates todavía se estaban produciendo. Este es el cuarto documental de una serie dedicada a los cristianos perseguidos. El primero de ellos, Walking next to the wall, fue rodado en Egipto y está dedicado a los coptos. El segundo, Nasarah, grabado en el Líbano, está dedicado a los sirios e iraquíes perseguidos por el Daesh. El tercero, Aleluya, a Nigeria. Y el quinto, One, a la India. Los cinco están disponibles en la plataforma Vimeo. Miriam Díez Bosch

por la Santa de Lisieux, el Santo Padre subrayó que esta vía «no es la de los grandes emprendimientos reservados a un pequeño número, sino, al contrario, una vía al alcance de todos, la “pequeña vía”, camino de la confianza y del abandono total de sí misma a la gracia del Señor. No se trata de una vía a ser banalizada, como si fuese menos exigente». «En realidad ella es exigente, como lo es siempre el Evangelio. Pero es una vía impregnada del sentido de abandono confiado a la misericordia divina, que torna

suave hasta incluso el más riguroso empeño espiritual». «Por esta vía, en la cual recibe todo como “gracia”, debido al hecho de poner en el centro de todo su relación con Cristo y su elección de amor, en virtud del lugar dado también a los impulsos del corazón en su itinerario espiritual, Teresa de Lisieux es una Santa que permanece joven, a pesar de los años que pasan, y es propuesta como un modelo eminente y una guía en el camino de los cristianos para nuestro tiempo, que llega al tercer milenio», concluyó.

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Scholas Occurrentes El Papa ha inaugurado las sedes de Paraguay, México y Argentina

las religiones, con el fin de educar a los jóvenes en el compromiso por el bien común. «Scholas», como organización de la sociedad civil, busca el compromiso de todos los actores sociales para implementar la cultura del encuentro por la paz por intermedio de la educación.

Bolivia Premio como mejor destino cultural de la región

Para algunos se trata de los premios Oscar del turismo. El Papa Francisco visitó la sede romana de la fundación para la educación «Scholas Occurrentes», el 26 de octubre pasado, según informó Radio Vaticano. Durante el encuentro, por conexión a internet, el Papa inauguró las nuevas secciones de «Scholas» en Paraguay, México y Argentina. Asimismo, dialogó con jóvenes de barrios pobres de México (particularmente las áreas afectadas por el terremoto), de Paraguay, Argentina, Puerto Rico y Texas. Los muchachos hablaron de su actual estado y de cómo están enfrentando sus problemas, llevando un testimonio directo sobre el trabajo de apoyo que «Scholas» está realizando en favor de un «pacto educativo» a nivel mundial. En esta ocasión, el Papa se ha encontrado en la sede romana de «Scholas» con muchos estudiantes, además de intelectuales, empresarios, periodistas y voluntarios que están comprometidos en favor de los jóvenes y de la inclusión social. En Roma, estuvieron presentes en torno al Papa Francisco jóvenes israelíes, palestinos, españoles e italianos. En particular, durante la visita del Papa a la escuela, se discutieron el acoso y el machismo. José María del Corral, presidente de «Scholas», señaló que «Roma, por vocación y por su historia, tiene un papel universal, de diálogo y de vínculo entre los pueblos» y que la sede romana de «Scholas» quiere «involucrar a las instituciones europeas y los países mediterráneos para elevar la calidad de la educación que se ofrece a los jóvenes en todo el mundo». «Scholas Occurrentes» es una iniciativa destinada a los jóvenes del mundo entero que tiene su origen en la ciudad de Buenos Aires, en 2001, cuando Jorge Mario Bergoglio era arzobispo allí, bajo el nombre de «Escuela de Vecinos» y «Escuelas Hermanas», integrando estudiantes de escuelas públicas y privadas, de todas

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Los World Travel Awards representan un auténtico reconocimiento vinculado al turismo y en este caso, a nivel de Sudamérica, Bolivia fue elegido como mejor destino cultural. Esta distinción deja muy contentos a representantes turísticos de este país sudamericano, pero al mismo tiempo pone de manifiesto la fuerte influencia de las Misiones Jesuíticas a la hora de encontrar una explicación para tal reconocimiento, algo que al mismo tiempo servirá de trampolín para una mayor difusión de la zona. «Esto es un gran impulso para lo que se está haciendo en las Misiones Jesuíticas de Chiquitos, precisamente porque entre varios actores estamos tratando de impulsar este destino turístico como un destino cultural», expuso a El Deber la gerenta de la Asociación Pro Arte y Cultura de Bolivia, Paula Paz Soldán. En ese sentido, las misiones jesuíticas de Chiquitos, en el departamento de Santa Cruz, fueron declaradas Patrimonio Histórico de la Humanidad por la Unesco en el año 1990, algo que representó un gran impulso para la conservación de iglesias y museos de los departamentos que abarcan la zona, indicaba El Deber de Santa Cruz. Por otra parte, desde hace tiempo se están realizando grandes esfuerzos a nivel regional para impulsar una ruta misional más fortalecida. Asimismo, recientemente, por ejemplo, en Chiquitos se realizó otro evento cultural de gran magnitud, como el Festival de Música Misional, que permitió reunir a más de 280 artistas en escena, entre otros eventos paralelos.


Otro de los aspectos culturales altamente destacables de Bolivia tiene que ver también con el Carnaval de Oruro, curiosamente una instancia tradicional con fuerte vínculo con la Virgen como protagonista. Este premio no solamente distinguió a Bolivia, sino que también hubo reconocimientos para otros países de

Sudamérica. Por ejemplo, Chile fue elegido como mejor destino de la región para el turismo aventura y Argentina fue reconocida como destino gastronómico. Por su parte, Quito, en Ecuador, también tuvo un reconocimiento como mejor destino para reuniones y conferencias, además de Río de Janeiro por el turismo deportivo.

70 AÑOS DE LA CONFERENCIA DE SEELISBERG En 1947 se pusieron en Seelisberg (Suiza) las bases para el diálogo posterior entre cristianos y judíos.

El primer documento que marcó el origen de la nueva orientación en lo que se refiere a las relaciones entre el cristianismo y el judaísmo fue elaborado por un pequeño grupo de 60 clérigos visionarios que se dieron cita en la ciudad de Seelisberg (Suiza), para llevar a cabo una conferencia que buscaba sentar las bases para acabar con los prejuicios contra los judíos y también estudiar las causas del antisemitismo. Esa visionaria minoría estaba conformada por un total de 60 clérigos provenientes de 17 países distribuidos del siguiente modo: 28 eran judíos, 23 eran protestantes y 9 eran católicos. De ese modo, el 30 de julio de 1947 comenzó la Conferencia de Seelisberg, que concluyó con la promulgación de lo que conocemos internacionalmente como Los diez puntos de Seelisberg. Tal fue la trascendencia de esa conferencia que en 1959 el Papa Juan XXIII decidió eliminar la referencia a los «pérfidos judíos» contenida en la liturgia del Viernes Santo. Esa oración comenzaba indicando: «Oremos por los pérfidos judíos para que Dios quite el velo de sus corazones, a fin de que reconozcan, con nosotros, a Jesucristo Nuestro Señor», y encargó al cardenal Agustín Bea la redacción, en 1961, del borrador Decretum de Judaeis (Decreto de los Judíos), que marcaría a través de sus diferentes versiones como sería de importante la declaración Nostra aetate de 1965.

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Hoy, 70 años después, la consolidación del ensamblaje de la relación de estas dos milenarias religiones monoteístas ―el judaísmo y el cristianismo― que brotan de un mismo tronco permite y facilita conocernos y reconocernos mutuamente. Mientras vamos haciendo camino hablando, dialogando y descubriendo la riqueza que reside en cada uno, junto con su particular identidad, profundizamos cada uno en nuestros propios principios y valores éticos. En un mundo fragmentado y contaminado por la despersonalización, por una veloz carrera que impide apreciar el profundo significado de la vida misma, y la trascendente misión que tenemos como mensajeros de Dios ―cada uno desde su particularidad―, el desarrollo del trabajo conjunto sustentado en esos diez puntos que señalan el hito inicial, podemos, y debemos, estar agradecidos por los alcances realizados y logrados en conjunto y cada uno por separado. El impacto ético, teológico, filosófico y, principalmente, educativo que hoy tiene la evolución que comienza en aquel 30 de julio de 1947 ya no es una simple convocatoria de una minoría de 60 visionarios que se atrevieron a abordar temas de la coyuntura. Es un imperativo incorporado en la vida diaria y promovido a gran escala en la gran mayoría de los países del mundo. No podríamos pensar al mundo del siglo XXI careciendo de este pilar, porque entonces sería como una mesa a la que le faltaría una esencial pata para mantenerse en equilibrio con fe y esperanza. Es tal la influencia y vigencia que tiene en nuestros días que todos aquellos que ―de un modo u otro― estamos involucrados y participamos activamente en la misión del diálogo entre judíos y cristianos, nos sentimos nutridos y motivados a continuar, desafiados a enfrentar lo que aún queda pendiente como tarea inconclusa, pero premunidos de esta herencia que ―aunque parezca poca, por ser de tan solo 70 años― tiene su propio peso específico en el día de hoy. A la luz de la coyuntura actual, debemos continuar consolidando lo realizado, porque es una sustancial necesidad. Necesitamos trabajar empeñosamente para que el conocimiento y entendimiento de este camino y sus contenidos sean parte inseparable de una educación integral no solo de los creyentes, sino de cada habitante de la tierra que valora y considera la dignidad de la diversidad y la visualiza como parte del arcoíris de la Creación. Somos una generación bendita, porque recibimos todo este legado, cercano y lejano, y en esta olimpiada de la vida ahora tenemos la oportunidad de enriquecer, fortalecer y asegurar la dinámica continuidad del trascendente proceso de diálogo entre ambas expresiones religiosas que se inició aquel 30 de julio de 1947.

Rabino Shmuel Szteinhendler Miembro del comité ejecutivo del International Council of Christian and Jews

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Instagram: @Franciscus El Papa supera los 5 millones de seguidores

Beatificación 109 mártires claretianos en Barcelona

La cuenta oficial del Papa en Instagram @Franciscus superó el 26 de octubre pasado, los 5 millones de seguidores, indicó Radio Vaticano. La red social Instagram permite conectar e interactuar con millones de personas de todo el mundo, especialmente con los jóvenes. Desde la apertura de la cuenta @Franciscus, el 19 de marzo de 2016, hasta hoy, se han publicados 468 posts con imágenes y videos del Santo Padre, acompañado por un pequeño texto descriptivo redactado en diversas lenguas, indica Radio Vaticano. La iniciativa de que el Pontífice estuviera presente en este «espacio virtual e interactivo» surgió motivada por el gran acontecimiento eclesiástico del Jubileo de la Misericordia y su cuenta fue lanzada con el siguiente mensaje: «Inicio un nuevo camino, en Instagram, para recorrer con ustedes el camino de la misericordia y de la ternura de Dios», señala el medio del Vaticano. Los datos estadísticos que ofrece Instagram indican que el 65% de los «followers» son mujeres, mientras que el 35% restante son hombres. En cuanto al intervalo medio de edad de los seguidores del Papa en esta popular red social, las cifras más altas van desde los 18 a los 34 años. Y con respecto a los países donde esta cuenta es más seguida, destacan Brasil, Estados Unidos, Colombia, Italia y México. La cuenta @Franciscus de Instagram está administrada y gestionada por la Secretaría para la Comunicación junto con la Secretaría de Estado.

Cientos de Misioneros del Inmaculado Corazón de María (Claretianos) que pertenecían a las comunidades de Barcelona, Lérida y Valencia, asesinados a causa de su fe entre los años 1936 y 1937, durante la Guerra Civil española, fueron beatificados el 21 de octubre pasado, en Barcelona. Es el acto de beatificación de los «Mártires Claretianos Mateu Casals, sacerdote; Teófilo Casajús, estudiante, y Ferran Saperas, hermano, y 106 compañeros». El padre Mateu Casals Mas era el superior de la comunidad de Sabadell, y también dirigían el grupo el religioso Teófilo Casajús Alduán y su hermano Fernando Saperas Aluja. La ceremonia fue presidida por el cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, en representación del Papa Francisco , en la Basílica de la Sagrada Familia de Barcelona. La causa fue aprobada por el Papa Francisco el 22 de diciembre 2016, y el proceso de beatificación empezó hace casi 70 años, en 1948. En total, 102 de estos mártires claretianos murieron en Cataluña, motivo por el cual se hace la celebración en Barcelona, p​​ ero procedían de otras comunidades: Cervera Mas Claret y Solsona (60), Vic (15), Lérida (11), Barcelona (8), Sabadell (8), Valencia (4) y Castro Urdiales - Cantabria (3). «Esta es la causa mayor de beatificación en una sola congregación», ha remarcado Costa-Jussà, quien también subrayó en el encuentro con los periodistas que se trata de 109 testimonios de fe y de perdón al estilo de su fundador, San Antonio María Claret. «109 mártires que murieron dando su vida por ser religiosos y perdonando a sus asesinos […] fueron misioneros en todas las consecuencias», explicó P. Ricard Costa-Jussà, provincial de los misioneros Claretianos de Cataluña, en un encuentro con periodistas.

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CARD. REINHARD MARX:

RE THINKING EUROPE: «INTEGRACIÓN, DIÁLOGO Y CAPACIDAD DE GENERAR» El cardenal Reinhard Marx planteó la cuestión «¿Qué podemos y queremos hacer para vivir juntos en esta Europa y avanzar en el Proyecto Europa?» en la presentación de «Re Thinking Europe», que definió como un diálogo sobre los temas enumerados por el Papa Francisco en su discurso en la concesión del Premio Carlomagno. El 27 de octubre pasado, en la Oficina de Prensa de la Santa Sede, se realizó la presentación del Diálogo «(Re) thinking Europe. Una contribución cristiana al futuro del proyecto europeo», organizado en el Vaticano por la Comisión de las Conferencias Episcopales de la Unión Europea (COMECE), en colaboración con la Secretaría de Estado. En la presentación intervinieron el cardenal Reinhard Marx, arzobispo de Múnich y Freising (República Federal de Alemania), presidente de la Comisión de las Conferencias Episcopales de la Unión Europea (COMECE), y Mons. Paul Richard Gallagher, secretario para las Relaciones con los Estados. El cardenal alemán señaló que «estos análisis, ideas y propuestas se recopilan y discuten posteriormente. Este encuentro en Roma no es la conclusión de un proceso de reflexión y debate sobre Europa y la UE, sino el principio»: Continuarán con el debate en el seno de la COMECE y en la Asamblea General. En la clausura del encuentro, el Papa Francisco desarrolló una vez más su visión del continente, destacando especialmente la importancia de un proyecto europeo que cuide de la persona y de la comunidad (leer el discurso completo en www.humanitas.cl ). Intervención del cardenal Reinhard Marx La Unión Europea y toda Europa se enfrentan a grandes desafíos (que no se limitan solo a Europa), ante los cuales los ciudadanos esperan de los políticos y de la política, si no respuestas definitivas, al menos objetivos y perspectivas claros. Enumeraré solamente algunos de ellos: • El cambio climático y la consiguiente necesidad de cambiar, a mediano plazo, nuestro estilo de vida no sostenible. Vinculado a ello también está el problema de los costos del cambio ecológico y su distribución. • El aumento de los cambios en el mundo del trabajo a través de la digitalización, la tecnología robótica, las relaciones laborales precarias y especialmente el alto desempleo juvenil en los países. Vinculado a ello está la cuestión fundamental del valor del trabajo y la dignidad del hombre. • Los movimientos de fuga y las migraciones surgidos de la llamada «crisis de los refugiados». Los hombres buscan seguridad y refugio de la guerra y el terror, buscan mejores condiciones de vida y mejores oportunidades que en su tierra natal, que no parece ofrecerles perspectiva alguna.

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Las causas de estos movimientos migratorios son muchas y hay que buscarlas, entre otras, también en Europa, en nuestro estilo de vida, que a menudo va en detrimento de otros. Las soluciones y respuestas sostenibles requieren un examen exhaustivo.


Frente a estos grandes retos se reconoce una tendencia a buscar respuestas en el ayer, en un mal entendido retorno a soluciones probadas, que a menudo es solo la nostalgia y la transfiguración romántica del pasado. De ello son también expresión las corrientes populistas y que miran al pasado. Pero esta no es nuestra perspectiva: la nuestra no es una mirada retrospectiva que embellece la realidad, sino una mirada lúcida a nuestro presente y, sobre todo, al futuro. Por esta razón, el lema de nuestro diálogo es «(Re) thinking Europa». La Unión Europea, el Proyecto Europa, ha logrado grandes resultados: durante los últimos 60 años ha contribuido fundamentalmente a la paz, la solidaridad, el crecimiento y el progreso en Europa. Al mismo tiempo, muchos ciudadanos de la UE han adoptado una actitud desapegada: la UE parece cada vez más tecnocrática; por un lado, los ciudadanos esperan todo de Bruselas (desde el punto de vista consumista) y están decepcionados si no lo consiguen. Por otro lado, a menudo no esperan nada en absoluto, pero al mismo tiempo no están dispuestos a hacer de este Proyecto Europa «su propio proyecto». Ante estos desafíos y situaciones complejas se plantea el siguiente problema: ¿Cómo puede contribuir la Iglesia a encontrar respuestas y qué puede hacer? No tenemos respuestas ni soluciones listas y, por otra parte, no nos dedicamos concretamente a la política. Sin embargo, creemos que es necesario que los ciudadanos de la UE, con sus diferentes experiencias, sus expectativas diferentes y con sus capacidades ricas y diferentes, se vuelvan a colocar en el centro del Proyecto Europa y puedan ser sus protagonistas. Este es también el contenido y la finalidad de esta reunión en Roma: queremos reavivar el diálogo entre los políticos y los representantes de la Iglesia, así como entre los representantes de las organizaciones sociales, en Europa y la Unión Europea, sobre las expectativas, las esperanzas, pero también sobre las decepciones. La pregunta principal es: ¿Qué podemos y queremos hacer para vivir juntos en esta Europa y avanzar en el Proyecto Europa? De ahí que esta manifestación no sea el «congreso clásico», sino más bien un diálogo después de una discusión introductoria sobre los temas enumerados por el Papa Francisco en su discurso en la concesión del Premio Carlomagno: • «Integración» (con las fracturas y rasgaduras dentro y entre los Estados miembros de la UE). • «Diálogo» y estado de nuestras democracias occidentales. • «Capacidad de generar» (qué forma de modelo económico necesitaremos en el futuro). Para continuar con una comparación utilizada por el Papa Francisco: En su primer discurso en Europa frente al Parlamento Europeo, dibujó a Europa como una «abuela» cansada y agotada. ¿Cómo podemos contribuir a que esta «abuela» agotada ―que a pesar de las arrugas de su edad es una persona amable― no se limite a vigilar y defender solo lo que ha conseguido, sino que pase a las generaciones sucesivas la riqueza de sus experiencias y les anime a emprender el camino hacia el futuro con confianza? Apreciamos enormemente el hecho de que el Papa Francisco pronunciará ya su quinto discurso sobre Europa y la Unión Europea. Hasta ahora, todos sus discursos han brindado notables puntos para la reflexión, que nos guían en nuestro trabajo en la COMECE y ofrecen a Europa, en su conjunto, palabras de esperanza y aliento.

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Nuevo Museo de la Biblia en Washington Ilumina los orígenes de la civilización judeocristiana

Luego de siete años de arduos trabajos y de anunciarse como «el más avanzado del mundo en términos tecnológicos », el Museo de la Biblia abrirá por fin sus puertas en noviembre de 2017. El espacio de exhibición consta de 430,000 pies cuadrados distribuidos sobre seis pisos y dos niveles subterráneos, todo coronado por un jardín en la azotea donde se recrea la vegetación bíblica. Y su ubicación es inmejorable: a tan sólo tres cuadras del Capitolio, en el corazón mismo de Washington, D.C. Los cinco pisos de exhibición albergarán no menos de 40,000 objetos bíblicos y religiosos, incluyendo 500 piezas que los propios curadores del Museo consideran «objetos de clase mundial invaluables », entre los cuales sobresalen «escritos de la época de Abraham [y] fragmentos de los Pergaminos del Mar Muerto». En un tono más ligero, los visitantes también podrán ver las Biblias que pertenecieron a Babe Ruth y a Elvis Presley, así como la llamada «Biblia Lunar», la primera en viajar por el espacio sideral. Asimismo, el Museo ha considerado en su conceptualización el desarrollo de actividades académicas del más alto nivel, proporcionando para ello salas de estudio y un centro de conferencias, al tiempo que tiene contemplado autorizar a los eruditos en la materia para que trabajen en sus instalaciones en la

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creación de una nueva edición del Nuevo Testamento en griego. De hecho, alrededor de sesenta universidades de todo el mundo ya se han unido al Museo en el propósito de formar parte de su Iniciativa Académica. Al mismo tiempo, la utilización de tecnología digital interactiva y un «mundo bíblico» —donde se recrean Jerusalén y Nazaret habitados por personajes bíblicos en hologramas—, así como una galería para niños, aseguran que el Museo sea capaz de atender a personas de todas las edades y de distintos niveles de conocimiento e interés. Tal como Steve Bickley, vicepresidente de Mercadotecnia, explicó recientemente a Fox News, el Museo de la Biblia no está orientado estrictamente a promover la fe bíblica. Uno de sus principales objetivos es mostrar la animación cultural y el papel social que la Biblia ha desempeñado en la civilización occidental y, particularmente, en Estados Unidos. Al respecto, Bickley afirmó: «el objetivo es mostrar e informar a las personas las muchas y distintas maneras en que la Biblia ha impactado a Estados Unidos, no sólo en nuestra Historia, sino también en términos de los derechos civiles y de la justicia social que nos han servido de modelo». El Museo promete, añadió, «una experiencia profunda a personas de todos los credos o, incluso, a los agnósticos y a quienes jamás han tenido una Biblia en


sus manos». Esta amplia concepción se refleja también en la participación de distintos credos dentro del Consejo del Museo, cuyos curadores e investigadores proceden de una amplia gama de tradiciones cristianas y judías, lo cual constituye un testimonio del espíritu abierto, no sectario, que define decididamente al Museo. El Museo también se ha comprometido a fomentar la colaboración interreligiosa. Por ejemplo, un grupo de eruditos israelíes ayudó a desarrollar el currículum bíblico del Museo con tecnología de «realidad aumentada» para uso especialmente de los jóvenes. Asimismo, investigadores y funcionarios del Departamento de Tesoros Nacionales de Israel, la máxima autoridad en antigüedades de ese país, prepara la instalación de una galería especializada en objetos bíblicos de Tierra Santa. El Museo se diseñó, construyó y equipó con tecnología de frontera a partir de los bocetos elaborados por arquitectos y contratistas en cuyos portafolios se incluyen el Museo Smithsoniano de los Indígenas Norteamericanos y el Museo Nacional de Historia y Cultura Afroamericana. Por su parte, la empresa encargada de desarrollar el componente audiovisual e interactivo del Museo tiene un exitoso historial de colaboración con los Estudios Universal de Florida, el Cirque de Soleil, la cadena Hard Rock Cafe y con el Centro Time Warner.

Aun cuando el Museo busca atraer a personas de todos los credos e, incluso, a los agnósticos, Steve Green y su padre David —quienes donaron su fortuna privada para construir este Museo y adquirir la mayor parte de las piezas de colección— no ocultan su compromiso con la fe cristiana. La misma fe que le permitió ganar a su compañía Hobby Lobby un caso ante la Suprema Corte cuando la familia Green se impuso sobre la orden de anticonceptivos de la Ley de Atención Médica Asequible. Cuando el Museo hizo su primera solicitud en 2010 como una organización sin fines de lucro, ahí mismo estableció que su objetivo sería «darle un sentido real a la palabra viva de Dios, narrar su cautivadora historia de preservación e inspirar confianza en la absoluta autoridad y veracidad de la Biblia». El año pasado, Steve Green afirmó a The Atlantic: «Queremos compartir este libro con la gente de todo el mundo. Y entre más recursos tengamos, más podremos hacerlo así.» El año pasado, el presidente del Museo, Cary Summers, comentó en The Atlantic lo que bien podría considerarse el lema del más flamante museo de importancia en el país. Entonces, expresó su esperanza en que el Museo de la Biblia llegara a convertirse en «un faro para que todas las personas se comprometan con las ideas y la belleza de la Biblia». MARIO PAREDES

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DECLARACIÓN CONJUNTA DE LUTERANOS Y CATÓLICOS

REFORMA: VISTA “POR PRIMERA VEZ DESDE UNA PERSPECTIVA ECUMÉNICA” La Oficina de Prensa de la Santa Sede publicó una declaración conjunta de la Federación Luterana Mundial y el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, con motivo del término del año de la conmemoración común de la Reforma, el 31 de octubre pasado. Asimismo, los fieles de ambas iglesias cristianas describen que la Declaración conjunta sobre la doctrina de la justificación, firmada por la Federación Luterana Mundial y la Iglesia Católica Romana en 1999, en 2006 por el Consejo Metodista Mundial, y por la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas en este año de conmemoración, «será acogida hoy mismo y recibida por la Comunión Anglicana en una ceremonia solemne en la abadía de Westminster». En la declaración explican que «sobre esta base, nuestras comuniones cristianas pueden construir un vínculo más estrecho de consenso espiritual y testimonio común en el servicio del evangelio». Declaración conjunta de la Federación Luterana Mundial y el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos El 31 de octubre de 2017, último día del año de conmemoración ecuménica común de la Reforma, estamos muy agradecidos por los dones espirituales y teológicos recibidos a través de la Reforma, conmemoración que compartimos juntos y con nuestros asociados ecuménicos del mundo entero. Asimismo, pedimos perdón por nuestros fracasos, las formas en que los cristianos han herido el Cuerpo del Señor y se han ofendido unos a otros durante los 500 años transcurridos desde el inicio de la Reforma hasta hoy. Nosotros, luteranos y católicos, estamos profundamente agradecidos por el camino ecuménico que hemos recorrido juntos en los últimos 50 años. Esa peregrinación, sostenida por nuestra oración común, el culto y el diálogo ecuménico, redundó en la eliminación de prejuicios, una mayor comprensión mutua y la identificación de decisivos acuerdos teológicos. Frente a tantas bendiciones a lo largo del camino, elevamos nuestros corazones en alabanza al Dios Trino por la misericordia recibida. En este día damos una mirada retrospectiva a un año de notables eventos ecuménicos que comenzó

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el 31 de octubre de 2016 con la oración común luterano-católico romana en Lund, Suecia, en presencia de nuestros asociados ecuménicos. Durante la presidencia de ese servicio, el Papa Francisco y el obispo Munib A. Younan, entonces presidente de la Federación Luterana Mundial, firmaron una declaración conjunta que recoge el compromiso de seguir recorriendo juntos el camino ecuménico hacia la unidad por la que oraba Cristo (cf. Juan 17.21). Ese mismo día, nuestro servicio conjunto a quienes necesitan nuestra ayuda y solidaridad también se vio fortalecido por una declaración de intención entre Caritas Internationalis y la Federación Luterana Mundial - Servicio Mundial. El Papa Francisco y el presidente Younan declararon juntos: «Muchos miembros de nuestras comunidades anhelan recibir la Eucaristía en una mesa como expresión concreta de la unidad plena. Sentimos el dolor de quienes comparten su vida entera, pero no pueden compartir la presencia redentora de Dios en la mesa de la Eucaristía. Reconocemos nuestra conjunta responsabilidad pastoral para responder al hambre y la sed espirituales de nuestro pueblo de ser uno en Cristo. Anhelamos que sea sanada esta herida en el Cuerpo de Cristo. Este es el propósito de nuestros esfuerzos ecuménicos, que deseamos que también progresen mediante la renovación de nuestro compromiso con el diálogo teológico». Las bendiciones de este año de conmemoración incluyen el hecho de que, por primera vez, luteranos y católicos hayan considerado la Reforma desde una perspectiva ecuménica, lo que dio lugar a un nuevo enfoque de los acontecimientos del siglo XVI que llevaron a nuestra separación. Reconocemos que si bien el pasado no se puede cambiar, su influencia sobre nosotros hoy en día se puede transformar para que sea un estímulo al crecimiento de la comunión y un signo de esperanza, a fin de que el mundo supere la división y la fragmentación. Una vez más, resultó claro que lo que tenemos en común es mucho más que aquello que nos divide. Nos alegra que la Declaración conjunta sobre la doctrina de la justificación, firmada en un acto solemne por la Federación Luterana Mundial y la Iglesia Católica Romana en 1999, también fuera firmada en 2006 por el Consejo Metodista Mundial y por la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas en este año de conmemoración. Además, hoy mismo será acogida y recibida por la Comunión Anglicana en una ceremonia solemne en la abadía de Westminster. Sobre esta base nuestras comuniones cristianas pueden construir un vínculo más estrecho de consenso espiritual y testimonio común en el servicio del evangelio. Reconocemos con gratitud los numerosos eventos de oración y culto comunes que luteranos y católicos celebraron junto con sus asociados ecuménicos en distintas partes del mundo, los encuentros teológicos y las publicaciones significativas que dieron sustancia a este año de conmemoración. De cara al futuro, nos comprometemos a seguir nuestro camino común, guiados por el Espíritu de Dios, hacia la mayor unidad de acuerdo a la voluntad de nuestro Señor Jesucristo. Con ayuda de Dios, pretendemos discernir a través de la oración nuestra comprensión de la Iglesia, la Eucaristía y el Ministerio, buscando un consenso sustancial que permita superar las restantes diferencias que existen entre nosotros. Con profunda alegría y gratitud, confiamos en «que el que comenzó en [nosotros] la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo» (Filipenses 1.6).

Algunas de las noticias de esta sección se han obtenido con información de las siguientes agencias de noticias católicas: Aciprensa, Aleteia, Alfa y Omega, Catholic.net, Gaudium Press, Páginas Digital, Vatican Insider, Zenit.

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LIBROS Jorge M ario Bergoglio:

Génesis y desarrollo de su pensamiento

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Jorge Mario Bergoglio

Jorge Mario Bergoglio

El libro* de Massimo Borghesi se distingue dentro del mar editorial dedicado al pontificado del Papa Francisco. Se trata, en realidad, de un estudio muy importante que examina un aspecto esencial, ciertamente descuidado, para la comprensión del actual pontífice: la génesis y el desarrollo de su “pensamiento”.

Massimo Borghesi

La formazione intellettuale di Jorge Mario Bergoglio, qui analizzata e ripercorsa per la prima volta, consente di comprendere lo sguardo complesso e poliedrico che guida l’attuale Pontificato. Formatosi alla scuola dei gesuiti, di quelli francesi in particolare, Bergoglio ha assimilato il messaggio di sant’Ignazio attraverso la lettura, «dialettica e mistica» a un tempo, di uno dei più acuti filosofi del xx secolo: Gaston Fessard. Da qui sorge l’idea del cattolicesimo come coincidentia oppositorum che lo porta all’incontro con l’antropologia polare di Romano Guardini e con il pensiero del più rilevante intellettuale cattolico latinoamericano della seconda metà del ’900: Alberto Methol Ferré. Si precisa, in tal modo, la prospettiva di una riflessione, originale e feconda, in grado di misurarsi con le grandi sfide della Chiesa nell’era della globalizzazione. Il testo ha potuto giovarsi, nella sua ricostruzione, di quattro interviste concesse dal Pontefice attraverso file audio.

Massimo Borghesi

Una biografia intellettuale Jorge Mario Bergoglio han contribuido a formar la n este libro, titulado Jorge Una biografia personalidad y el “pensaMario Bergoglio. Una biografia intellettuale miento” de Jorge Mario Berintellettuale. Dialettica e mistigoglio. Se trata de un aporte ca (Jorge Mario Bergoglio. indispensable para conocer Una biografía intelectual. mejor la personalidad comDialéctica y mística), el pleja del Papa Francisco, en autor presenta un enfoque la cual se conjugan su expeoriginal en comparación riencia pastoral, la experiencon toda la literatura sobre cia mística y la intelectual. Francisco. Mediante una (…) Este es hoy el “pequeño extraordinaria capacidad camino” de la fe. La simplicide recopilación de hechos e investigación, el texto ofrece una tas representa en el Papa Bergoglio, como profundización sistemática del fondo afirma Massimo Borghesi, un “punto de cultural y los influjos intelectuales que llegada, que presupone la complejidad de MassiMo Borghesi è ordinario di Filosofia morale presso il Dipartimento di Filosofia, scienze sociali, umane e della formazione dell’Università di Perugia. Tra le sue pubblicazioni più recenti ricordiamo: Augusto Del Noce. La legittimazione critica del moderno, Genova-Milano 2011; Critica della teologia politica. Da Agostino a Peterson: la fine dell’era costantiniana, Genova-Milano 2013; Senza legami. Fede e politica nel mondo liquido: gli anni di Benedetto xvi, Roma 2014; Luigi Giussani. Conoscenza amorosa ed esperienza del vero: un itinerario moderno, Bari 2015.

www.jacabook.it

In copertina: Jorge Mario Bergoglio in una foto giovanile

€ 20,00

ISBN 978-88-16-30594-6

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788816

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* Massimo Borghesi, Jorge Mario Bergoglio. Una biografia intellettuale. Dialettica e mistica. Introducción de Guzmán Carriquiry Lecour. Jaca Book, 300 págs. Milán, 2017.

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un pensamiento profundo y original”. pastoral. El lector podrá así comprender Esta complejidad puede escapárseles a la verdadera génesis del pensamiento quienes, acostumbrados al gusto litera- de Jorge Mario Bergoglio, hasta ahora rio, estético y teológico que suscitaba la oculta para los diversos intérpretes. Esta lectura de los textos y alocuciones del proviene de una concepción dialéctica, Papa Benedicto, el mayor teólogo vivo, se “polar”, de la realidad, que madura en el encuentran ahora ante un lenguaje más joven estudiante de filosofía y teología “directo”, hablado, dirigido a las multi- del Colegio San Miguel, gracias a la tudes de la gente común, más que a mi- renovación de la concepción ignaciana norías intelectualmente impulsada por su profesor preparadas. (…) Con resMiguel Ángel Fiorito y por EL MÉRITO DEL pecto a este escenario, el la interpretación que de VOLUMEN RESIDE EN mérito del volumen reside los Ejercicios espirituales SITUAR A BERGOGLIO en situar a Bergoglio dendaban intelectuales jesuiDENTRO DE UNA tro de una rica tradición tas como Gaston Fessard RICA TRADICIÓN intelectual que encuentra y Karl-Heinz Crumbach. INTELECTUAL QUE sus raíces en Argentina De aquí parte el redescuENCUENTRA SUS RAÍCES y su fecundidad en el brimiento de la mística jeEN ARGENTINA Y SU d i á logo e st r e c ho que suita y la apreciación de la FECUNDIDAD EN EL sabe establecer con las figura de San Pedro Fabro, DIÁLOGO ESTRECHO QUE SABE ESTABLECER corrientes más fecundas leído a través de Michel CON LAS CORRIENTES del catolicismo europeo. de Certeau. Se revelará MÁS FECUNDAS DEL Hay ciertamente algo de el precioso carácter de la CATOLICISMO EUROPEO. verdad en el estereotipo visión dialéctica cuando del Papa “argentino”; pero Bergoglio, siendo un joven esto no tiene carácter abProvincial de los jesuitas soluto, como documenta el texto que argentinos en los incandescentes años 70, presentamos. Bergoglio es argentino y se comprometa con una visión sintética al mismo tiempo, por los autores de su de la Compañía de Jesús, de la Iglesia, formación y por sus lecturas de referen- de la sociedad, para así sustraerse a la cia, profundamente europeo. Como lo desgarradora contradicción entre los indica su dialéctica polar, precisada en el partidarios de la dictadura militar y encuentro ideal con Romano Guardini, él los revolucionarios filo-marxistas. Es mismo es “puente” entre dos continentes. la misma visión dialéctica que lo lleva De esto deriva la utilidad del libro de Mas- a encontrarse con Amelia Podetti, la simo Borghesi, el cual ofrece un cuadro “filósofa” argentina más aguda de los de extraordinaria riqueza, mostrando las años 70, y con Alberto Methol Ferré, distintas vetas culturales e intelectuales el intelectual católico latinoamericano entramadas en la personalidad del fu- más importante de la segunda mitad turo Papa y que constituyen el sustrato del siglo XX. La reflexión de Bergoglio, iluminador de su magisterio y su acción como muy bien lo muestra Borghesi, es

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en gran medida deudora de una tradición el Documento de Puebla (1979) de la Iglesia propia del pensamiento jesuita, tradición latinoamericana, iba unida a una firme que a partir de Adam Möhler entiende oposición al marxismo. Esta escuela, la Iglesia como coincidentia oppositorum, que veía como protagonistas a Lucio visión que encontramos nuevamente en Gera, Rafael Tello, Justino O’Farrell, Juan Erich Przywara, Henri de Lubac y Gaston Carlos Scannone y Carlos Galli, dejará Fessard. La orientación explica por qué su huella en los documentos de Puebla Bergoglio elige como tema y de Aparecida (2007). A de su tesis de doctorado, ella se debe el redescuBERGOGLIO ES en 1986, en Alemania, la brimiento de la religiosiARGENTINO Y AL “oposición polar” de Rodad popular, tema muy MISMO TIEMPO, POR mano Guardini. De este apreciado por Bergoglio, LOS AUTORES DE modo, Borghesi traza un el cual no presta por este SU FORMACIÓN Y hilo conductor del penmotivo menos atención a POR SUS LECTURAS samiento de Bergoglio la dimensión propia del DE REFERENCIA, cuya presencia no habían “encuentro”, caracterísPROFUNDAMENTE EUROPEO. COMO LO advertido los eruditos. tico del testimonio crisINDICA SU DIALÉCTICA Esto también explica, en tiano en el horizonte sePOLAR, PRECISADA gran medida, los cargos cularizado propio de las EN EL ENCUENTRO de quienes, hostiles a la grandes metrópolis. De IDEAL CON ROMANO línea del pontificado, no aquí deriva el desarrollo GUARDINI, ÉL MISMO ES han vacilado en acusar a que tiene, en la reflexión “PUENTE” ENTRE DOS Francisco de escasa prede los últimos años, la CONTINENTES. DE ESTO paración en el ámbito categoría de la “belleza” DERIVA LA UTILIDAD teológico-filosófico. Es en su unidad con el bien y DEL LIBRO DE MASSIMO BORGHESI. mérito del volumen de lo verdadero, reflexión en Borghesi llevar la visión gran medida deudora de ideal de Bergoglio al inla interpretación del gran terior del escenario histórico, eclesial y teólogo Hans Urs von Balthasar. político de la Argentina de los años 70Del Papa Francisco se ha destacado 80. Así podemos comprender su peculiar únicamente el pensamiento “abierto”, juicio sobre el “peronismo”, su crítica a la viento en popa, vulnerable al Misterio teología política a partir de un horizonte cada vez más grande, siempre inasible. exquisitamente agustiniano. Se aclara Por este motivo, el volumen de Massimo también su simpatía por la “Teología Borghesi ciertamente no pretende cerrar, del pueblo”, la corriente de la Teología sino abrir el camino hacia ulteriores de la liberación elaborada por la escuela profundizaciones en relación con la del Río de la Plata, para la cual la opción biografía intelectual de Jorge Mario preferencial por los pobres, afirmada en Bergoglio/Papa Francisco. GUZMÁN CARRIQUIRY LECOUR

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Papa Francisco: política y sociedad Cada parte de este libro* se compone de una entrevista con el Papa Francisco sobre el tema señalado y de un extracto de sus discursos referidos a la temática del capítulo. Puede observarse que estos extractos comprenden los principales discursos que ha pronunciado en sus cuatro años de pontificado.

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ominique Wolton es el director de investigación de CNRS, y el fundador y director de la revista internacional Hermès (CNRS Editions) desde 1988. Autor de numerosas obras, entre las más conocidas de ellas, y del mismo género que esta, la entrevista con el entonces arzobispo de París, cardenal Jean-Marie Lustiger, “Le choix de Dieu”, en conjunto con Jean-Louis Missika, y “Le spectateur engagé”, entrevista con Raymond Aron. Política y Sociedad, que desde la portada se presenta como un “diálogo inédito”, se desarrolló a través de doce encuentros de Wolton con el Papa Francisco. El libro se compone de ocho partes cuyos títulos ya dan una percepción de la atractiva temática del mismo: 1. Paz y guerra 2. Religiones y políticas 3. Europa y la diversidad cultural 4. Cultura y comunicación 5. La alteridad, el tiempo y la alegría

6. “La misericordia es un

viaje que va del corazón a las manos” 7. “La tradición es un movimiento” 8. Un destino Antes de la Introducción, el libro se abre con una larga cita del discurso a la recepción del premio Carlomagno el 6 de mayo de 2016: “Lo he dicho no hace mucho tiempo, y lo repito: vivimos la tercera guerra mundial, solo que fragmentada”. Es importante la sintonía que manifiesta en esta conversación el Papa Francisco con la relación entre fe y cultura que siempre defendió Juan Pablo II. Lo dice en la página 335: “Una fe que no se transforma en cultura no es una fe verdadera. Y una cultura que no es capaz de expresar la fe en su propia cultura no es una cultura abierta. He aquí la relación entre fe y cultura”. El tema dice respecto al trato de la secularización y el laicismo transformados en ideologías. El Papa busca rescatar una

* Pape Françoise - Politique et Société. Rencontres avec Dominique Wolton. Editions de L’Observatoire, 418 págs. París, 2017.

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sana laicidad en el sentido de que las raíces y los lugares transformados por la cosas creadas tienen su propia autono- ciudad actual en “no lugares”. Wolton le mía. El problema se presenta cuando el pregunta por qué la Iglesia ha puesto tanto Estado laico no respeta todos los valores énfasis durante el siglo XX en la destruchumanos. En tal caso “la secularización se ción del mundo obrero, cuando al fin más transforma en una especie de movimiento del 80 por ciento de la población activa que (…) como una enfermedad que cierra las existe hoy está en el sector terciario, senpuertas y ventanas a todo tipo de tras- tada en escritorios frente a computadores. cendencia. Todo sucedería Y reclama que la Iglesia en ese encierro. Una mala no habla de este profundo EL TEMA DICE laicidad, un laicismo exacambio en las relaciones RESPECTO AL TRATO gerado. La secularización del hombre con su trabaDE LA SECULARIZACIÓN busca solamente los valojo, con la naturaleza, con Y EL LAICISMO res encerrados al interior el tiempo, mientras esto TRANSFORMADOS EN de sí misma y excluye la no está lejos de transforIDEOLOGÍAS. EL PAPA trascendencia”. marse en una catástrofe BUSCA RESCATAR UNA Dominique Wolton apuantropológica. El Papa SANA LAICIDAD EN EL ra una respuesta del Papa Francisco le responde que SENTIDO DE QUE LAS COSAS CREADAS TIENEN acerca de soluciones a esta este es el tema de fondo de SU PROPIA AUTONOMÍA. situación más o menos la encíclica Laudatosi’, con EL PROBLEMA SE universal, y que se vive en lo que de paso ilumina el PRESENTA CUANDO Francia, cuya concepción verdadero alcance de este EL ESTADO LAICO NO de la laicidad preconiza comentado documento. A RESPETA TODOS LOS que las religiones permayor abundancia, el auVALORES HUMANOS. manezcan dentro de un tor y entrevistador cita in espacio privado. extenso (p. 254) el discurso El Papa Francisco responde: “Eso es del Papa Francisco en el encuentro munlaicismo. Una herencia de la Ilustración. dial de movimientos populares (28.X.2014), En cuanto a la política, los cristianos deben donde habla de la tierra, del agricultor y comprometerse. Pero no crear un partido del desenraizamiento. cristiano, se puede hacer un partido con Particular interés reviste el capítulo “La valores cristianos sin que se llame cris- tradición es un movimiento”, en el cual el tiano”. La política está hecha para servir, Papa recoge esta definición de San Vicente explica, para ser hecha con amor. No por de Lerins, y cita con soltura su Commoniinterés personal, por codicia o por el poder. torium (ci. 450). “Con los años —subraya Y recuerda los ejemplos que hay para imi- Francisco— ella se consolida para crecer tar, como los tres fundadores de la Europa en el tiempo y hacerse sublime con la edad. unida después de la Guerra: Schuman, Los criterios de la tradición no cambian, Adenauer y De Gasperi lo esencial no cambia, pero ella crece, ella Otro tema que atraviesa estas conver- evoluciona” (p. 316). Todo lo cual parece saciones es la cuestión de la memoria, las tener también una profunda sintonía con

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el pensamiento de Newman sobre el pro- en su tiempo. La Compañía, ‘y es un jesuita greso de la religión. orgulloso de serlo el que le habla’ —dice Wolton insiste en querer saber más de Francisco con énfasis—, tuvo la gloria la posible identificación entre “conservan- de imitar la muerte y la resurrección de tismo y tradición”. Francisco responde Cristo, porque ella fue suprimida por el que “la tradición no puede ser en ningún Papa, y obedeció a esta decisión antes de caso ideológica (…) La tradición, cuando renacer bajo otro Papa. La Compañía fue se transforma en una ideosalvada por una proteslogía, no es más tradición. tante alemana, convertida “CON LOS AÑOS Deja de ser algo vivo”. después a la ortodoxia, ―SUBRAYA Una perla que se enuna gran mujer: Catalina FRANCISCO― ELLA cuentra en este libro son II. Es ella quien salvó a la SE CONSOLIDA PARA los pasajes en que el Papa Compañía. La gran MaCRECER EN EL TIEMPO Y Francisco habla de su proría Teresa resistió hasta HACERSE SUBLIME CON pia orden, la Compañía de cuando pudo, pero debió LA EDAD. LOS CRITERIOS Jesús, y del significado de resignarse, pues todos sus DE LA TRADICIÓN NO CAMBIAN, LO ESENCIAL muerte y resurrección que él hijos estaban casados con NO CAMBIA, PERO ve en sus distintas vicisiBorbones”. ELLA CRECE, tudes históricas. El tema Tema infaltable, el enELLA EVOLUCIONA”. se desprende de un diálogo trevistador no elude enTODO LO CUAL PARECE con Wolton sobre el espíritrar en los criterios que TENER TAMBIÉN UNA tu del mundo que tienta y inspiran la Exhortación PROFUNDA SINTONÍA ejerce fuerte influencia en Apostólica Amoris laetitia CON EL PENSAMIENTO la Iglesia, como expresión . El Papa dice que su proDE NEWMAN SOBRE de la cultura de determipósito ha sido el de definir EL PROGRESO DE LA RELIGIÓN. nado tiempo. Discurriendo criterios para la situación acerca del poder del dinero actual, evitando caer en y de cuando la Iglesia logra la casuística. Y relata un zafarse de la cultura que la sitúa lejos de episodio de su propia experiencia pastosu misión de servidora, revistiéndose entre ral que vale la pena reproducir: “Cuando tanto de patrona, remontándose hasta la un joven, en la pastoral de Buenos Aires, catequesis de los pobres y analfabetos que venía a hablarme de sus problemas, yo le hacían las catedrales medievales, súbita- preguntaba: ‘¿Tú haces eso? ¿Y has pensado mente Francisco se sitúa en 1974, cuando en otra opción para tu vida? Porque no es él estaba en la Congregación general de la suficiente actuar así y después correr a la Compañía y hubo un fuerte conflicto entre tintorería para sacar la mancha. Reflexiona. esta y la Curia vaticana. Y dice: “Los tra- Reflexiona en otros caminos’. No podemos dicionalistas llevaban flores a la iglesia de quitar un pecado de esa manera. Un pecalos Doce Apóstoles, donde se encuentra la do se aleja lentamente, muy lentamente… tumba de Clemente XIV, esperando que la Yendo hacia el bien es Dios quien atrae Compañía fuese disuelta, como se produjo para alejarte del pecado. Pero si no hay

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Dios, no podemos alejarlo”. Entre los muchos apartes que trae este valioso libro, Wolton selecciona numerosas frases del Papa (p. 399) que fluyen en la conversación y que son altamente reveladoras. He aquí algunos ejemplos: “La única llave que abre la puerta a la comunicación es la humildad”. “Cuatro males de la prensa: desinformación, calumnia, difamación, coprofilia”. - “¿Las palabras preferidas? Alegría, ternura, proximidad, estupor, asombro”. - “La tradición es una doctrina en camino. Es un movimiento”. - “La secularización lleva consigo una negación de la trascendencia”.

- “Las diferencias ayudan siempre a crecer”. - “¿Dónde estaba Dios en Auschwitz? Yo no he visto a Dios, yo solo he visto la obra de hombres sin Dios”. - “Jesús no ama los caminos recorridos a medias, las puertas dejadas entre abiertas, la vida entre dos muelles”. - “La respuesta a este mundo en guerra tiene un nombre: la fraternidad”. - “Mucha atención con la tentación de ser ‘jubilados precoces’ ”. - “Prestar atención al ‘analfabetismo afectivo’ ”. - “La política es quizás uno de los actos de caridad más grandes, porque hacer política es dar soporte a los pueblos”. JAIME ANTÚNEZ ALDUNATE

ARICA: Senderos del canto devocional Autores: Mons. Moisés Atisha, Jesús Apiolaza, Andrés Eichmann, Magdalena Pereira, Graciela Valencia Fotografías: Cristóbal Correa Editores: Obispado de Arica / Fundación Altiplano MSV (2017) 90 páginas

Tomando como eje del relato la vida de los dos principales santuarios marianos de la diócesis ariqueña, Las Peñas y Timalcha, este pequeño y enjundioso libro es

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un ejemplo de esmero editorial, trasunto asimismo de la sentida devoción popular mariana de ese pueblo y de los propios autores. Su ocasión la propició el trigésimo aniversario de la diócesis de Arica que se cumplió en 2016 y el deseo, expresado en la presentación del libro —firmada por el autor principal, el obispo de San Marcos de Arica, Mons. Moisés Atisha— “de preservar la valiosa tradición religiosa y espiritual que contienen los cantos de los ‘Bailes Religiosos’ de nuestra Iglesia nortina”. Las páginas iniciales recogen los antecedentes históricos de la religiosidad popular de esta zona, recordando que Arica dependió en el siglo XVI del obispado de Cuzco y ya en el XVII del de Arequipa. La narración remonta con datos breves y claros a siglos atrás, fundiendo en una suerte de mestizaje de impulso religioso a peruanos, bolivianos y chilenos, yendo desde Las Peñas y Timalcha hasta La Tirana, zona a la que emigran muchos devotos marianos en el tiempo del salitre, cuando esta deviene territorio nacional. La atmósfera que fluye de esa descripción permite augurar algo del mensaje de hermandad de los pueblos iberoamericanos que traerá el Papa Francisco cuando en enero visite Iquique.


Las páginas más sustanciosas y por momentos emocionantes de la lectura, se encuentran en la segunda parte, donde el lector común —desconocedor del fondo de esta realidad y tantas veces atraído por una visión solo folclórica del evento— se ve sumergido en el misterio de una realidad mística, cargada de sentido litúrgico y de una religiosidad que impresiona por su pureza. La llegada de las cofradías de bailes al santuario va seguida de un saludo, de la procesión y, por fin, de las sucesivas despedidas del templo y del pueblo. Cada uno de estos pasos tan vivos por su colorido para el observador lego, que desconoce el trasfondo, se alimentan de un sentimiento devocional muy íntimo, expresado en los cantos que corresponden a cada etapa. La Virgen María, a quien se la siente y se le habla con ternura de hijos pequeños (la mamá o la “mamita”) es la Mediadora junto a su Hijo, el Unigénito del Padre bondadoso, a quien se le invoca principalmente por su sacrificio redentor que nos salva y al que se unen los esfuerzos y sacrificios de la peregrinación. A la Virgen se le canta como a Reina, pero la coronación no es solo verbal sino además física, a través de un rito de coronación, en todo lo cual se expresa una relación muy vital entre los danzantes y la Madre de Dios. El sentido de la súplica, la solicitud de bendiciones para quienes vienen de lejos y con sacrificio a cantarle y a danzarle a la Virgen, revela a almas humildes, llenas de una religiosidad muy pura. Un capítulo muy interesante es el que relaciona estas expresiones tan hondamente vividas por los cofrades peregrinos con los sentimientos que en ellos provocan la expectación de la próxima fiesta y el triste momento de la despedida, lo que remonta, explica el autor, más allá de nuestra esfera temporal circunscrita, al tiempo eterno de Dios, al Kairos. En uno de los capítulos finales, “Rituales del afecto: Poesía cantada y danza de peregrinos en el norte de Chile”, se reproducen estrofas poéticas de varios de los cantos religiosos populares que entonan los peregrinos —de gran belleza y contenido espiritual, con resonancias a veces del Génesis o del Cantar de los cantares— donde se producen interesantes transferencias culturales, encontrándose por ejemplo párrafos de una canción de peregrinos a Copacabana, Bolivia, en los de Las Peñas o de Timalchaca. Los cantos analizados se pueden leer accediendo a la página web de la Diócesis de Arica —www.obispadoarica.cl— pudiéndose descargar en formato pdf. La sacralidad de estos lugares, aspecto que los

autores destacan como un sentimiento que mueve a nostalgia de hogar espiritual en la distancia y a entusiasmo y esperanza en la cercanía, está notablemente reflejada en las fotografías de Cristóbal Correa que ilustran este pequeño y muy valioso libro, especialmente en la captación de los rostros de los danzantes y en la laboriosa belleza de sus atuendos rituales. Marta Irarrázaval Zegers

Mario Góngora, Tesis: Conflictos religiosos y sociales del Estado y la burguesía en Inglaterra siglos XVII y XVIII Editorial Universitaria, Ediciones PUC Santiago, 2016 560 págs.

El libro precursor de estudios gongorianos de Patricia Arancibia se titula Mario Góngora en busca de sí mismo (Santiago: Fundación Mario Góngora, 1995). No es solo el título, sino que el contenido del mismo consiste en plantear una biografía de juventud como la búsqueda de un camino en el cual se podrían concentrar las fuerzas de la vida en un acto creativo y de alta intensidad de espíritu. Casi 20 años después nos arriba un testimonio de una de sus etapas de esa juventud, la búsqueda y hallazgo del scholar, vivido y alcanzado por el mismo autor como logro de una trayectoria. Quizás él no hubiese querido publicar su tesis ―o memoria, como se decía entonces― de pregrado de 1944, pero a nosotros nos interesa. ¿Por qué? Se trata del historiador chileno de mayor relevancia en el siglo XX desde el punto de vista de las exigencias de la disciplina; fue además uno de los intelectuales más destacados de la segunda mitad del mismo. En la tesis que comento está la primera piedra del historiador.

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Primero, la circunstancia de vida (1915-1985) merece ser nombrada. Lector omnívoro de adolescente y primera juventud hasta 1938, estudia Derecho en la Universidad Católica siendo el mejor egresado de su generación. En la segunda mitad de los 1930 es un intenso participante en los debates de la juventud católica. Luego tiene su fase de activismo político en España y al final su retorno a Chile en 1940 y a un enclaustrarse en el estudio, de donde no saldría por varias décadas. La primera fase de esta etapa de su vida fue el estudio de pedagogía en historia en el Pedagógico de la Universidad de Chile, de lo cual quedan pocas huellas. Salvo una potente, la que tenemos entre manos. Dirigida nada menos que por Juan Gómez Millas, la tesis posee la particularidad de ser escrita ―muchas lo eran entonces― en el campo de la historia universal, vale decir, en fenómenos históricos más allá de Chile y de nuestra América. Seleccionó un tema vasto, siglos XVII y XVIII en la historia de Inglaterra, pero no se trata de generalidades, sino que la sigue de manera rigurosa ―de la rigurosidad del profesionalismo académico― en torno a conceptos que tienen que ver con las luchas religiosas tan entremezcladas con problemas sociales y económicos, como con los albores del Estado moderno. Así, analiza la transición del Estado dinástico y de las rivalidades entre los poderes premodernos, y la constitución de un Estado moderno basado en su origen en la potestad dinástica que centraliza y domina, pero que con ello ayuda a desencadenar las fuerzas de una nueva racionalidad, la capitalista. Crea el espacio y apoya sin querer los mismos instrumentos legales y usos que llevarán a la creación de una opinión pública y a la tolerancia religiosa primero, y después, casi como consecuencia, a la tolerancia política. Es el proceso que historia el autor centrado en las preguntas religiosas, políticas y económicas. Lo hace en torno a preguntas y problemas que surgen de lecturas, pero reordenadas por la cultura y formación intelectual de Góngora. Es la parte creativa de la investigación histórica y un formidable ejemplo cuando nos quejamos de la escasez de material. Quizás hoy no sería aceptada como tesis doctoral, pero va mucho más allá aún de lo que en esa época se consideraba apropiado para una tesis de pregrado. No es ni reseña bibliográfica de libros ni enumeración. No es propiamente historia general ―que Góngora como profesor muchas veces defendía―, sino que se orienta

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hacia la investigación histórica, si se quiere para la orientación en torno a la conceptualización historiográfica, donde siempre el autor brilló como un as a lo largo de toda su vida de historiador e intelectual. Impresiona el volumen de la bibliografía que pudo rastrear quizás en qué bibliotecas de ese país bastante aislado en los días de la Segunda Guerra Mundial. Incluye hasta una tesis doctoral alemana de 1937. La tesis revela desde ya la absorción de Max Weber por el joven Góngora, una de sus fuentes intelectuales más perdurables; la de este pensador alemán sería abrumadora. La tesis es un ejemplo de ello, donde de manera explícita señala que “es sobre todo un trabajo de extensión y aplicación a nuevos problemas particulares del sentimiento contenido en ese libro de Weber” (alude a La Ética Protestante y al Espíritu del Capitalismo). Fue uno de sus maestros en la lectura. Él nombraba también a la escuela francesa del XIX, Guizot, Michelet y Tocqueville; sobre todo, siempre admiró al alemán Leopold von Ranke y lo defendía contra la convencional crítica de “positivista”. Precisamente lo pone como ejemplo ante la escuela de los Annales, tan protagónica en el siglo XX. A esta Góngora le reconocía su importancia e incluyó sus planteamientos en sus trabajos de historia social, citándola cuando correspondía; su corazón pertenecía sin embargo a un Ranke y a un Burckhardt, por disímiles que estos fueran entre sí. Añadía siempre, sobre todo en los años 1980, que Ranke había adelantado la “larga duración” braudeliana con su noción de “totalidades individuales”. Algo de todo esto empieza a trasuntar la tesis universitaria. Si queremos tener un sabor del estilo y contenido de la escritura de este joven Góngora en cuanto historiador, me permito recomendar la lectura de la página 124. Un sabor de las preocupaciones del autor que también entreabre una puerta a sus desvelos como intelectual y como creyente sin que lo uno interfiera en lo otro, sino que lo alimente cuando sea necesario. En la tesis Mario Góngora quería probar que asumía las herramientas conceptuales y los problemas con toda la rigurosidad de la disciplina. Y aludo a su calidad de creyente porque no se puede dejar de manifestar la circunstancia vital del autor. Había aparecido en la palestra en los años 1930 como un combatiente en defensa de su fe frente a una posición que veía muy formalista. Hay una batalla espiritual que lo conmueve


en su primera juventud, y un deseo de participar en una renovación social. Del brinco al comunismo (ca. 1938-1940) no tenemos muchos detalles; después vino un regreso a la fe, pero en un tono diferente. Ahora es recogimiento, contemplación, meditación, estudio. A comienzos de los 1940 ejerció una profunda impresión en este joven de 25 años la figura del sacerdote Juan Salas Infante, fallecido en 1944, y al que el autor profesó admiración y fidelidad hasta el fin de sus días. Juan Salas tenía una veta milenarista que traspasó a Góngora, y aunque es de sospechar algo atenuada en el curso de los siguientes 40 años, siempre aleteó en él una nostalgia por esa visión espiritual de la historia concreta, por llamarla de alguna manera. La tesis demuestra que a la vez podía recoger la demanda de la disciplina de la historia y ser un verdadero scholar, aunque alimentado por vías ocultas por este aliento espiritual. Joaquín Fermandois

El individuo sin individualidad Giuseppe Capograssi Editorial Encuentro Madrid, 2015 90 págs.

Por primera vez se ha traducido al español la obra del abogado y filósofo italiano Giuseppe Capograssi (1889-1956). El autor asegura en “El individuo sin individualidad”, publicado en 1953, que “nuestra época es una época de desaparición del yo”. Con estas sorprendentes palabras, el pensador italiano, cuyas inquietudes recuerdan a Ortega, analiza los síntomas de agotamiento carnal y espiritual que vive el hombre contemporáneo, abrumado por la propaganda cuya influencia bloquea, dificulta o impide el resurgir de una

verdadera personalidad que está escrita en el corazón de cada hombre. En los primeros capítulos, Giuseppe Capograssi analiza el concepto de individuo y lanza a modo de grito la siguiente pregunta: “¿Qué nos distingue?”. Para el pensador italiano todo individuo anhela llegar a ser uno mismo, “alguien único e independiente”. En este proceso de consolidación de la personalidad, Capograssi considera que la voluntad tiene un papel importante. Ya que esta “va formando de elección en elección, de decisión en decisión, la individualidad del individuo. Frente a los continuos problemas que intereses, fines y pasiones le ponen delante, acepta y rechaza, dice sí o no, construye o destruye, respeta o viola”. Para el autor, existe una maduración de la voluntad, y lejos de todo pelagianismo, el filósofo italiano ve dentro de ella un germen, una “fuerza misteriosa”, “siempre nueva y fresca, que da vida”, cuya existencia contribuye a la formación de individualidades originales y por tanto a la imprevisibilidad de la historia. Pero este germen, que como todo brote inicial de vida es débil, “está expuesto a todos los golpes de la historia”. Capograssi afirma que en algunos momentos históricos esta fuerza prevalece y en otros no. Nuestra época es una de esas etapas de la historia en las que la individualidad está como apagada y casi desaparecida. En la segunda parte del libro, el pensador itálico analiza los síntomas de la desaparición del yo. Capograssi considera que las formas de organización social, y el modelo actual de trabajo agudizan la situación, ya que “imponen al individuo disciplinas encaminadas a reprimir o rechazar precisamente la individualidad de cada individuo”. Tampoco el ambiente, de fuerte propaganda, que promueve una cultura de masas homogeneizadora, ni el ordenamiento jurídico, ni los regímenes políticos, basados en “oleadas emocionales irresistibles que sublevan a pueblos enteros” y cuyo paradigma ha sido el campo de concentración, en el que el individuo se presentó en “forma de tal miseria, tal postración, tal cancelación de la fisionomía humana” que era imposible detectar la personalidad de cada uno de estos seres humanos, favorece la situación. Pero el mayor drama de este ser humano es que ha perdido el sentido de un Dios presente y la experiencia religiosa, además del sentido de la vida histórica, lo que provoca que los pueblos renieguen “de todo lo que han bregado en el pasado para formarse y ser ellos mismos”. Todo esto genera un hombre que vive a toda prisa,

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obsesionado con fines prácticos, consumista y desenraizado, incapaz de mirar al otro, y que vive olvidando su conciencia y su destino. Además, Capograssi critica a Schopenhauer y a Hegel, ya que considera que como muchos de los sabios de este tiempo, no ofrecen una ayuda real para explicar al hombre actual lo que le pasa, llevándole así a una postura de renuncia. Finalmente, el filósofo italiano expone una idea original sobre la necesidad que tiene el hombre actual de liberación individual, basada en lo que Capograssi denomina la “ética de la extravagancia”, cuyo fin es, en muchas ocasiones, “la inversión por la inversión”, lo que, paradójicamente, confirma al individuo en su vacuidad y carencia de personalidad. Sin embargo, y lejos de perder toda esperanza, Capograssi propone que cada uno de nosotros trabaje “para que las posibilidades positivas prevalezcan sobre las negativas”. En primer lugar, viviendo y teniendo un juicio claro sobre la situación actual. Y finalmente, realizando un verdadero redescubrimiento del corazón, del que, según el libro de los Proverbios, “brotan las fuentes de la vida”. Javier Aparicio González

Atraídos por Cristo Angelo Card. Scola BAC Madrid, 2017 104 págs.

El libro del cardenal Angelo Scola, Atraídos por Cristo, sobre la formación sacerdotal, es el fruto de las reflexiones que el autor ha madurado a lo largo de los años de su ministerio episcopal en las diócesis de Grosseto, Venecia y Milán, desde 1991 hasta la fecha.

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De hecho, como es bastante obvio, y confirmado por su propia experiencia, una de las principales preocupaciones de un obispo es justamente un especial cuidado por su seminario y sus seminaristas. Dos acontecimientos eclesiales de suma relevancia le ofrecieron la oportunidad y le hicieron tomar la decisión de esta nueva iniciativa editorial: por un lado la publicación de parte de la Congregación para el Clero de la Ratio fundamentalis institutionis sacerdotalis – El don de la vocación presbiteral (8 de diciembre de 2016); por el otro el tema del próximo Sínodo de los Obispos (2018) Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional. La referencia a estas circunstancias históricas evidentemente le obliga a considerar el momento cultural que estamos viviendo globalmente, que el cardenal Scola describe en forma sintética como caracterizado por un cambio de paradigmas (alcances y límites de la modernidad, secularización en todas sus formas, mentalidad cientificista) y por una fragmentación del saber, incluso de la vida y de la persona. Se puede decir que el misterio de la Encarnación ―el Verbo se hizo carne, la Verdad se hizo una Persona― indica el contenido y el método de las líneas de la formación sacerdotal planteadas por el autor, siguiendo la experiencia paradigmática e insuperable del encuentro y la convivencia de los discípulos con Jesús. Evidentemente en la experiencia de los apóstoles la primera palabra que emerge es vocación: la vida es vocación, es respuesta a la iniciativa de Otro, de Jesús, que, después de haber llamado y donado la vida, llama a una especial familiaridad con Él para una tarea específica, para que se realice en el mundo y en la historia Su obra, la victoria sobre el mal y la muerte. Es esta llamada gratuita lo que implica un cambio en el estado de vida, un seguimiento de Él hasta el fondo. Este es el contenido principal al cual el candidato al presbiterado tiene que ser ayudado para madurar como autoconciencia de sí mismo. Esta, incluso, es la única razón que motiva el hecho mismo de estar en un seminario, y de compartir la vida con otros llamados a lo mismo. Y el método adecuado es justamente el mismo de los Evangelios: una comunidad de seguimiento guiada, donde en el tiempo lleva a madurar la certeza personal. Sin embargo esto no puede suceder sino a través del desafío y del compromiso de la libertad personal: desafío de parte de la propuesta educativa, para que el candidato se dé cuenta de la realidad y de la conveniencia humana de la iniciativa de Jesús que lo llama,


y compromiso de su parte para poder comprobar y verificar dicha correspondencia. Insuperable resulta a este propósito la alusión, que varias veces el autor hace a lo largo del texto, al relato que Von Balthasar entregó del descubrimiento de su vocación como un “ser tomado a servicio”, citado in extenso en una nota en las pp. 81-82: “… lo que entonces me vino a la cabeza de repente no fue ni la teología, ni el sacerdocio. Fue sencillamente esto: ‘Tú no tienes que elegir nada; tú has sido llamado. Tú no tendrás que servir. Tú serás tomado para servir. No tienes que hacer planes de ningún tipo, eres sólo una piedrecilla de un mosaico preparado desde hace mucho tiempo’. … Sólo debía estar allí, para ver a qué tendría que servir”. Dentro de esta prioridad absoluta, se plantean las distintas dimensiones de la formación, que en todos los casos coinciden con las dimensiones de la vida y de la persona: el afecto (capacidad del sujeto de dejarse poner en movimiento para satisfacer su deseo ontológico), el estudio (pasión por el conocimiento de la realidad, de su sentido) y la pastoral (la intrínseca destinación a la edificación de los demás en el propio recorrido y aprendizaje personal). De esta manera ningún aspecto de la educación a realizar en el seminario queda separado de los demás, y menos de la persona del candidato, insertándose más bien en todas las dimensiones e intereses de su humanidad. El celibato, por ejemplo, en ningún caso significa una reducción, menos una renuncia al deseo y al afecto. Jesús mismo vive un afecto intenso en todas las relaciones. Se trata más bien de descubrir e imitar esta nueva modalidad Suya de vivir el afecto, con una distancia, sin embargo no por eso menos intensa: por el contrario, alcanzando una posesión más auténtica y plena en la relación con el otro, sea quien sea, mujer o varón. El icono más significativo de esta modalidad propia de Jesús de expresar toda su afectividad es el “Noli me tangere” dirigido a la Magdalena después de la resurrección. Tampoco el celibato es renuncia a la paternidad, más bien es la posibilidad de regenerar a quienes ya han sido generados por sus padres biológicos, a la plenitud de la vida, a la vida verdadera y eterna, que Cristo trae al mundo y que vence el mal y la muerte. También el estudio, en el planteamiento del autor, queda intrínsecamente relacionado con la pasión natural de conocer la realidad y descubrir su auténtico sentido, y profundamente vinculado con la vocación,

porque se concreta en la pasión por educarse en el pensamiento de Cristo: que la inteligencia de la fe se vuelva inteligencia de la realidad; pensar las cosas según Cristo y pensar en Cristo a través de todas las cosas. Para mejor captar hasta qué punto la propuesta del cardenal Scola elimina radicalmente cualquier dualismo y moralismo, conviene citar unas preguntas que él plantea en la p. 60: “¿Qué tiene ver la Trinidad con la sociedad plural? O bien, ¿qué tiene que ver el misterio de la divina-humanidad de Cristo con la diferencia sexual? Se trata de descubrir, profundizar y proponer las consecuencias antropológicas, sociales y creaturales de los misterios de la fe”. Aquí ya resulta evidente que tampoco la dimensión pastoral se plantea, de ninguna manera, en contraposición al estudio, y se evita que sea vivida como una evasión. Todo lo que hemos ido destacando del texto ha dejado de manifiesto que la característica, tal vez principal, de esta propuesta educativa es una visión profundamente unitaria de la persona, como también una concepción radicalmente armónica entre fe y razón, fe y realidad. Por eso mismo todo apunta a ayudar a la persona del candidato a madurar una real unidad de su yo. Pero ¿qué es lo que realmente genera y mantiene en el tiempo esta unidad? Es justamente este el principal desafío que pone el contexto cultural en el que estamos inmersos, caracterizado por la fragmentación del saber, de la vida, de la persona. Digámoslo con las palabras del autor en la página 79: “La unidad del yo, que es una experiencia imprescindible si se quiere madurar, se da cuando la persona descubre en todo lo que hace un sentido, como significado y como dirección para el propio camino. Lo que edifica no es probar muchas cosas (…), sino reconocer el sentido que las unifica. Estoy hablando de la vida vivida como vocación que, en última instancia, es fruto del encuentro con Cristo”. Digámoslo también con una de las varias citas del Papa Francisco, que encontramos en la página 82 y que resulta ser una perfecta síntesis conclusiva: “… no porque tienes una misión que cumplir, sino porque estructuralmente eres un misionero: en el encuentro con Jesús has experimentado la plenitud de la vida y, por lo tanto, deseas con todo tu ser que otros se reconozcan en Él y puedan custodiar su amistad, nutrirse de su palabra y celebrarlo en la comunidad”. (Francisco, Discurso a la CEI, 16-5-2016) Antonio Giacona

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Solo quien ama canta Josef Pieper Editorial Encuentro Madrid, 2015 76 págs.

En un mundo que considera el trabajo como un absoluto y que vive obsesionado por el rendimiento y la producción, las bellas artes y la música acuden al rescate del hombre para recordarle que se puede vivir de otra manera. Este es el leitmotiv que recorre toda la obra de este pequeño pero enriquecedor libro, fruto de charlas y conferencias con académicos y artistas, del filósofo alemán Josef Pieper (1904-1997). En el primer capítulo, y frente a esta situación, Pieper realiza un llamamiento a redescubrir la frase de Aristóteles: “Trabajamos para tener ocio”, ya que el pensador alemán considera que es aquí donde está en juego todo. Y es que “una desintegración total y definitiva del concepto de ocio, un concepto básico de la tradición y el pensamiento occidental, tendría necesariamente una consecuencia histórica evidente, a saber, el estado totalitario del trabajo”. Para Pieper, frente al trabajo, que tiene un sentido práctico y “que no está lleno de sentido en sí mismo”, están las artes liberales, que reivindican “una actividad llena de sentido en sí misma”. Lo que quiere decir que “existen actividades humanas que no necesitan ser justificadas, en ningún caso, por criterios empresariales de utilidad económica”. Según el filósofo germano, si a esto no se da una contestación clara y rotunda, se llegará a una situación donde “todo el mundo de forma explícita se convertirá en un proletario”. Y es que según Josef Pieper, está en juego el cumplimiento último de la existencia humana, que acontece con la contemplación. Siempre que se dé esta contemplatio, este alcanzar “el corazón de todas las cosas”, “el fundamento divino de todo anhelo que existe”, “tiene lugar una actividad significativa por sí misma”. Las formas concretas de alcanzar esta contemplación son fundamentalmente tres: la meditación

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religiosa, la reflexión filosófica y la creación o participación en la experiencia artística. Así, las tres, lejos de cualquier tentación gnóstica están abiertas a todos los hombres. Donde este fenómeno acontece se produce una liberación, que es “casi más necesaria que el pan cotidiano, el cual es ciertamente indispensable y sin embargo insuficiente”. En segundo lugar, Josef Pieper asegura que la capacidad de percibir la realidad tal y como es, es decir, la facultad del hombre de “ver”, está en declive. No solo por la agitación del hombre moderno, sino por el “ruido visual”, al que contribuyen de forma definitiva la televisión y el cine, que según el autor, lejos de agudizar el sentido de la vista, lo atrofian. Y es que Pieper considera muy sabia la advertencia de los antiguos, que llamaba “destructora” a la concupiscencia de los ojos. Porque “aquellos que ya no están capacitados para ver la realidad con sus propios ojos, son igualmente incapaces de escuchar de forma correcta. Y es precisamente el hombre empobrecido de este modo aquel que sucumbe inevitablemente a los conjuros demagógicos de los poderosos de turno”. ¿Y qué se puede hacer ante esto? El filósofo alemán propone la exclusión de nuestra vida de estos estímulos, así como trabajar para poder participar en la creación artística, ya que esta permite “mirar con frescura renovada la realidad visible”. En la tercera parte del libro, Pieper reflexiona sobre la esencia de la música, debate antiquísimo entre los filósofos. El pensador alemán considera que la particularidad de la música reside en que es “capaz de abrir un sendero en el reino del silencio” y expresar “el dinamismo del yo existencial del hombre”. En definitiva, la música se hace presente donde “la palabra hablada resulta completamente insuficiente”, para transmitir esperanza y tristeza, en el camino a veces arduo y fatigoso de la vida. Además Pieper, en la línea de Platón y Aristóteles, que resaltaban la importancia de la música en la modelación del ethos del hombre y de los pueblos, alerta del peligro de nihilismo de cierta música, que considera fácil, light, orgiástica, en definitiva, música para esclavos. Y es que para el pensador alemán, que ensalza la música de Juan Sebastián Bach, así como la música clásica en general, lo realmente decisivo “es que estemos dispuestos a escuchar atentamente el mensaje esencial de esta música, y a permitir que dicho mensaje encuentre eco, como en las reverberantes cuerdas de un instrumento, en la inmediatez interior de nuestra alma”. Ya que esto nos llevaría a una “lucidez nueva”, hacia una “existencia interior de mayor vigorosidad y autenticidad”, que permitiría volver “con resolución, constancia, valentía y esperanza hacia el único y exclusivo Bien”.


Finalmente, Josef Pieper resalta el papel del artista, semejante al del sacerdote, cuyo objetivo fundamental es el de ayudar a recordar “un rostro que nuestra intuición ya apenas percibe… el rostro de un Dios-hombre que ostenta todavía las huellas de una ejecución vergonzosa”. Así, y con

una actitud de humildad por parte del artista, es decir, de no buscar nada para sí mismo, se puede alzar un cántico de alabanza divina, que diga como San Agustín en mirada de amorosa contemplación y de abrazo total a la realidad “cantare amantis est”, es decir, “solo quien ama canta...”. Javier Aparicio González

CARDENAL MÜLLER APOYA REFLEXIONES DE BUTTIGLIONE SOBRE AMORIS LAETITIA LO QUE ENSEÑA LA TEOLOGÍA A PROPÓSITO DE CIRCUNSTANCIAS ATENUANTES

El amplio ensayo que escribió el prefecto emérito cardenal Gerhard Ludwig Müller como prefacio para el libro que reúne los artículos y las reflexiones del profesor Rocco Buttiglione sobre la exhortación apostólica Amoris laetitia (“Respuestas amigables a los críticos de Amoris laetitia”, ediciones Ares, 208 págs., recientemente publicado en Italia) marca un paso importante en la discusión no siempre equilibrada que surgió con la publicación del documento papal. [Ver extracto del Prefacio en www.humanitas.cl]

Como se lee en el largo fragmento anticipado por Vatican Insider, el purpurado alemán se aleja decididamente de los contenidos de la «correctio filialis» que atribuye al Pontífice presuntas «herejías» y responde a los cinco «dubia» que publicaron hace un año cuatro cardenales. Antes que nada, Müller considera que Buttiglione, «como un auténtico católico de comprobada competencia en el campo de la teología moral», ofrece con sus recientes artículos y ensayos «una respuesta clara y convincente» a algunos pasajes del octavo capítulo de la Amoris laetitia. Las palabras que siguen son aún más esclarecedoras: «Con base en los criterios clásicos de la teología católica, ofrece una respuesta razonada y nada polémica a los cinco “dubia” de los cuatro cardenales y demuestra que los reproches de quienes afirman que el Papa no presenta correctamente la doctrina no corresponden con la realidad». Müller insiste en que existen «diferentes niveles de gravedad según el tipo de pecado». No siempre, añadimos nosotros, esta conciencia tiene cabida en quienes se han dedicado a hacerle exámenes de doctrina al Papa: basta recordar, por ejemplo, en esos pecados, citados en el Catecismo de san Pío X, que «claman venganza en presencia de Dios» (en el nuevo Catecismo de la Iglesia católica se dice que «claman hacia el cielo») y son: «el homicidio voluntario», el «pecado impuro contra el orden de la naturaleza»; «la opresión

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de los pobres» y el «defraudar la merced a los obreros» (o, en tiempos modernos, «la injusticia para con el salariado»). Müller nos recuerda, como útil advertencia para los que parecen «monomaníacos» con respecto a los pecados vinculados con la esfera sexual (y basta navegar por ciertos sitios en internet para darse cuenta), que «los pecados del espíritu pueden ser más graves que los pecados de la carne. El orgullo espiritual y la avaricia introducen en la vida religiosa y moral un desorden más profundo que la impureza que deriva de la debilidad humana». De la misma manera, con bastantes citas de santo Tomás, afirma que «el adulterio entre casados pesa más que el de los no casados y el adulterio de los fieles, que conocen la voluntad de Dios, pesa más que el de los infieles». Pero también recuerda que «para la imputabilidad de la culpa en el juicio de Dios hay que considerar los factores subjetivos como la plena conciencia y el deliberado consenso en la grave falta contra los mandamientos de Dios». Esto no significa que «debido a circunstancias atenuantes, un acto objetivamente malo pueda volverse subjetivamente bueno». Significa, por el contrario (como ha recordado en varias ocasiones Buttiglione), que «en la valoración de la culpa, puede haber atenuantes y las circunstancias y elementos accesorios de una convivencia irregular semejante al matrimonio pueden ser presentadas también ante Dios en su valor ético en la valoración de conjunto del juicio (por ejemplo el cuidado de los hijos en común, que es un deber que deriva del derecho natural)». No se trata de caer en la casuística (es decir, en la exacta definición de los casos y de las circunstancias en las que se podría dar la admisión a los sacramentos) y fijarla en manuales específicos, concebidos para descargar de la gran y fatigosa responsabilidad del discernimiento a la que están llamados, junto con los penitentes, sus confesores. Tampoco se trata de reivindicar la comunión como un derecho, la participación en la Eucaristía como algo debido, sin importar un camino de penitencia y sin tomar más o menos conciencia del propio estado. En ninguna parte de Amoris laetitia se dice nada parecido a «todos son libres» de acercarse a la mesa eucarística como se quiera y cuando se quiera. Müller hace notar algo que parecen no ver los que han considerado inútiles los dos Sínodos sobre la familia, puesto que ya se había expresado sobre el mismo argumento san Juan Pablo II con la exhortación Familiaris consortio (si se hubiera hecho valer siempre esta argumentación que esgrimen algunos de los eclesiásticos que se oponen al Pontífice, no se comprendería por qué se habría tenido que celebrar el Concilio Vaticano II, puesto que ya se había llevado a cabo el Vaticano I, etc.). El cardenal cita el contexto en el que nos ha tocado vivir, que ha cambiado profundamente en las últimas décadas: «Las situaciones existenciales son muy diferentes y complejas, y la influencia de ideologías enemigas del matrimonio a menudo es prepotente». Entonces, explica Müller, «el cristiano puede encontrarse sin su culpa en la dura crisis del ser abandonado y de no lograr encontrar ninguna otra vía de escape que encomendarse a una persona de buen corazón y el resultado son relaciones semejantes a las relaciones matrimoniales. Se necesita una particular capacidad de discernimiento espiritual en el fuero interior por parte del confesor para encontrar un recorrido de conversión y de reorientación hacia Cristo que sea adecuado para la persona, yendo más allá de una fácil adaptación al espíritu relativista del tiempo o de una fría aplicación de los preceptos dogmáticos y de las disposiciones canónicas, a la luz de la verdad del Evangelio y con la ayuda de la gracia antecedente». Ningún relativismo, nada de cosas fáciles. Pero tampoco esa «fría aplicación de los preceptos dogmáticos» (sic!) que tanto apasiona a los que hacen exámenes de doctrina, incluso al Papa, y que acaban por dejar de ser

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capaces de distinguir y discernir: las historias, las vidas de las personas no son todas iguales y difícilmente encajan con precisión matemática en las notas de los manuales de moral. Es por ello que el cardenal demuestra que «en la situación global, en la que prácticamente ya no hay ambientes homogéneamente cristianos», se plantea seriamente el problema (que ya había indicado con fuerza Benedicto XVI) de la validez del primer matrimonio, al que tal vez le faltaba alguno de sus elementos constitutivos, circunstancia que se verifica con bastante difusión en nuestra época. Precisamente estas consideraciones llevaron a Francisco a reformar, simplificándola, la normativa para obtener la declaración de nulidad matrimonial. «En el caso de una conversión en edad madura (de un católico que lo sea tan solo en el certificado de Bautismo) se puede dar el caso —escribe claramente Müller en el prefacio del libro de Buttiglione— de que un cristiano esté convencido en conciencia de que su primer vínculo, aunque se haya dado en la forma de un matrimonio por la Iglesia, no era válido como sacramento y de que su actual vínculo semejante al matrimonio, alegrado con hijos y con una convivencia madurada en el tiempo con su pareja actual, es un auténtico matrimonio frente a Dios». Y añade: «tal vez esto no pueda ser demostrado canónicamente debido al contexto material o por la cultura propia de la mentalidad dominante. Es posible que la tensión que aquí se verifique entre el estatus público-objetivo del “segundo” matrimonio y la culpa subjetiva pueda abrir, en las condiciones descritas, la vía al sacramento de la penitencia y a la Santa Comunión, pasando a través de un discernimiento pastoral en el fuero interior». En relación con la famosa nota 351 del párrafo 305 de Amoris laetitia (en donde se afirma, refiriéndose a las circunstancias atenuantes para los «irregulares», que «en ciertos casos» podría existir «también la ayuda de los Sacramentos»), Müller explica que «si el segundo vínculo fuera válido frente a Dios», como se indicaba en el ejemplo anterior, «las relaciones matrimoniales de los dos compañeros no constituirían ningún pecado grave, sino más bien una transgresión contra el orden público eclesiástico por haber violado de manera irresponsable las reglas canónicas y, por lo tanto, un pecado leve». Para concluir, el cardenal recuerda que a menudo no se comprende «todo el significado pastoral» de Amoris laetitia ni las dificultades para «aplicar en la práctica con tacto y discreción, es la ley de la gradualidad». Es evidente que aquí «no se trata de un pecador empedernido, que quiere hacer valer frente a Dios derechos que no tiene. Dios está particularmente cerca del hombre que sigue el camino de la conversión, que, por ejemplo, asume con responsabilidad a los hijos de una mujer que no es su legítima esposa y no descuida tampoco el deber de cuidar de ella. Esto también vale en el caso en el que él, por su debilidad humana y no por la voluntad de oponerse a la gracia, que ayuda a observar los mandamientos, no sea todavía capaz de satisfacer todas las exigencias de la ley moral». En este caso, recuerda el purpurado, «una acción en sí pecaminosa no se convierte por ello en legítima y ni siquiera agradable a Dios. Pero su imputabilidad como culpa puede ser disminuida cuando el pecador se dirige a la misericordia de Dios con corazón humilde y reza “Señor, ten piedad de mí, pecador”. Aquí, el acompañamiento pastoral y la práctica de la virtud de la penitencia como introducción al sacramento de la penitencia tiene una importancia particular». ANDREA TORNIELLI

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VÍCTIMAS Y MÁRTIRES. Aproximación histórica al siglo XX Juan A. Martínez Camino (editor) Autores: Stanley Payne, José Luis Orella Martínez, Ángel Martín Rubio, Hiliaron Arzeyev, Juan A. Martínez Camino, José Fco. Serrano y otros Ediciones Encuentro Madrid 2017 453 páginas

Este libro se debe a la vinculación del obispo MartínezCamino con ese mundo universitario singular que son los Cursos de La Granda, desarrollados como una ampliación actual de lo que fue en su día la Extensión Universitaria de la Universidad de Oviedo, que tanto admiró Unamuno. Y en ella, como existe en todas las grandes Universidades, sea una de estas Cambridge, o sea Múnich, o sea Harvard, existen cursos de teología. Como consecuencia de la reforma universitaria española en la etapa de Isabel II, precisamente en la que Mons. logró salvar a la Universidad de Oviedo, la teología desapareció del ámbito universitario estatal español. En los Cursos de La Granda, vinculados en más de un sentido a la Universidad de Oviedo, desde 1979 se han desarrollado, año tras año, bajo la dirección inicial de González de Cardenal, y actualmente, de Martínez Camino, reuniones monográficas relacionadas con la teología. Y en el año 2016 la materia central fue el análisis de la existencia, de nuevo, de numerosísimos mártires cristianos. Ha existido, tras la I Guerra Mundial, en Europa esta dura realidad, y concretamente en la Rusia comunista, en la Alemania nacionalsocialista y, en España, concretándose tras los sucesos revolucionarios de 1934, y sobre todo, a partir de 1936, en la llamada Zona Republicana. Esto es lo que ha dado lugar a que una serie de

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historiadores, de estudiosos de cuestiones sociales y de teólogos, en el verano de 2016, en la Residencia de La Granda, en Asturias, aportasen ensayos espléndidos sobre esa cuestión que, además para los católicos, tiene el respaldo de una serie de numerosísimas beatificaciones con las que la Iglesia ha señalado los valores extraordinarios de multitud de nuestros compatriotas. Este libro, pues, tiene un valor extraordinario en tres aspectos. El primero, el que hay que calificar de histórico. Y no solo por el conjunto de mártires que, en la etapa de la España Republicana, pasaron a existir, sino también porque obliga a completar nuestra historia de esa época que transcurre nada menos que desde 1808 a 1939, con un análisis de los mensajes intelectuales que, desde la primera mitad del siglo XIX, hicieron posible la admisión de atrocidades como, por ejemplo, en España la “matanza de frailes”, fenómeno ligado a la bárbara destrucción, mil veces combinada, de edificios, de joyas artísticas de valor incalculable, vinculadas a la Iglesia Católica. La reacción de denuncia de todo eso tuvo capitanes intelectuales tan importantes como Menéndez Pelayo, entre otras varias personalidades. Pero eso, que es historia ya ―y fue un aspecto estudiado en ese curso de La Granda―, se completó con lo provocado por un cambio social importante en Europa respecto de la Iglesia Católica. En Alemania conocemos los casos espantosos del martirio de Vernhardt Lichtenberg o Karl Leisner, beatificados por Juan Pablo II. En esa ceremonia, dicho Pontífice señaló algo que constituye el planteamiento teológico básico que resplandece en este libro. Dijo que para los nuevos beatos, el martirio “no fue un desafortunado golpe del destino”, sino la “inevitable consecuencia de una vida dedicada a Cristo”. Y esas tres muestras, la histórica, la sociológica y la teológica, gracias a este libro, van a trascender a todos los que se acerquen a estas páginas. Por último, este libro, en el que participan 15 autores, se compone de cuatro partes, que son: I. El siglo de la violencia. II. El siglo de los mártires. III. Testigos del Inocente. IV. Lección de futuro. Juan Velarde Fuertes


Juventud, rebeldía y revolución. La FEUC, el reformismo y la toma de la Universidad Católica de Chile Alejandro San Francisco Centro de Estudios Bicentenario Santiago, 2017 260 págs.

A lejandro San Francisco, doctor en Historia por la Universidad de Oxford, ha destacado por su interés en la historia política, la historia de las ideas y la historia militar, lo que se ha traducido en una intensa y prolífica producción académica. Entre sus obras más importantes están “Neruda. El Premio Nobel chileno en tiempos de la Unidad Popular” (2004); los dos tomos de “La Guerra Civil de 1891” (2008), y los dos primeros volúmenes de “Historia de Chile 1960-2010” (2016), junto a una gran cantidad de capítulos de libros y artículos en revistas y prensa. Además, ha investigado la historia de la Universidad Católica, puntualmente en el período de reforma universitaria de la década de 1960, publicando “La toma de la Universidad Católica de Chile (agosto de 1967)” (2007), y su último libro “Juventud, rebeldía y revolución. La FEUC, el reformismo y la toma de la Universidad Católica de Chile” (2017). Al cumplirse 50 años de la toma de la Universidad Católica, Alejandro San Francisco ha vuelto a tratar este tema, centrándose no solo en ese hito en particular, sino en el proceso de reforma universitaria que experimentó esa institución desde comienzos de los 60. En efecto, uno de los argumentos centrales planteados por el autor considera que los acontecimientos del 11 de agosto de 1967 ―toma de la Casa Central de la Universidad― y los que se derivan de este ―renuncia de monseñor Alfredo Silva Santia-

go y ascenso de Fernando Castillo Velasco como rector― son el punto de llegada de un camino de reforma impulsado por la Federación de Estudiantes (FEUC) por casi una década. Entre 1960 y 1967, este organismo promovió los cambios bajo la dirección de la Democracia Cristiana, destacando los liderazgos de figuras como Claudio Orrego Vicuña, Manuel Antonio Garretón y Miguel Ángel Solar. La corriente reformista fue capaz de dotar de sentido al activismo estudiantil ―no sin cierto mesianismo― gracias a la elaboración de un sistema de ideas que definió una nueva comprensión de la Universidad, su organización interna y la naturaleza de su compromiso social, sumado a la suficiente dosis de mística revolucionaria que encantó a muchos estudiantes. Esta nueva concepción de universidad exigía cambios académicos, como un énfasis en la investigación y un vínculo más claro con las necesidades del país, pero también algunos cambios políticos e ideológicos, como una democratización universitaria que promovía cuestiones como la elección democrática de las autoridades universitarias y la desvinculación de la institución de la Jerarquía de la Iglesia Católica. Cuestionando los mitos generados en torno a la reforma universitaria, Alejandro San Francisco muestra que ya antes de iniciarse el proceso de reforma, la UC estaba experimentando un notable proceso de modernización académica, que incluía una ampliación de carreras y matrículas, al tiempo que se ampliaba el cuerpo de profesores o se conseguían importantes convenios con universidades extranjeras. Otro aspecto relevante de la obra es la permanente contextualización de los temas tratados. El autor ha comprendido que un adecuado conocimiento de la reforma universitaria requiere un enfoque amplio que logre integrar los elementos de la realidad nacional e internacional en la explicación de los sucesos locales. En definitiva, el proceso de reforma universitaria estuvo cruzado por profundas transformaciones políticas, sociales y culturales experimentadas en Chile y en el mundo, como el triunfo de la revolución cubana en 1959 y la expansión del comunismo en América Latina, la llegada de Frei a la presidencia en 1964 y la exigencia de “cambios estructurales”, así como la elaboración de un nuevo pensamiento social al interior de la Iglesia Católica, coincidente con la llegada de Raúl Silva Henríquez al arzobispado de Santiago en 1961. De un modo u otro, estos

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elementos configuraron un cuadro propicio para el surgimiento de un movimiento reformista al interior de la Universidad Católica. Al mismo tiempo, el libro sobresale por el pormenorizado relato de los hechos, cuestión necesaria para comprender la dinámica y el desenlace de los acontecimientos, especialmente en 1967. Así, aparece muy bien tratada la estrategia de la FEUC durante ese año, la relevancia del plebiscito que promovía la remoción del rector Silva Santiago, los argumentos que sirvieron para justificar la toma, la polémica de los dirigentes con el diario “El Mercurio”, el surgimiento del gremialismo, el rol de los profesores, la intervención de monseñor Raúl Silva Henríquez y su posición favorable a la reforma, la posición de la Santa Sede ante los acontecimientos, la elección de Fernando Castillo Velasco como rector y los lineamientos centrales de su mandato. Como toda revolución, muchos acontecimientos que sucedieron en poco tiempo lograron cambiar aspectos centrales del orden universitario. Finalmente, cabe destacar que el libro se caracteriza por su relato fluido y argumentación sólida, sustentada en gran cantidad de documentación y bibliografía. Hay fuentes primarias novedosas, como las que se encuentran en el Archivo de Miguel Ángel Solar, o las entrevistas realizadas por el autor a algunos protagonistas y testigos de los hechos, como el propio Solar, Ernesto Illanes, Luis Hevia, José Antonio Viera-Gallo y Ramón Rodríguez. Además, el autor ha dispuesto al final del libro un Anexo con importantes documentos a los que se tenía difícil acceso, como la carta de Miguel Ángel Solar al Consejo Superior (6 de junio de 1967), la carta de Luis Felipe Letelier al cardenal Gabriel Garrone (19 de mayo de 1967) o la carta de Jaime Guzmán y otros al cardenal Giuseppe Pizzardo (28 de abril de 1967). José Manuel Castro

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Demencia Digital. El peligro de las nuevas tecnologías Dr. Manfred Spitzer Ediciones B Barcelona, 2013 373 págs.

Este es un libro intencionalmente provocador y el autor lo justifica: “No puedo hacer otra cosa como psiquiatra y neuroinvestigador que soy. Tengo hijos y no quiero que me reprochen dentro de veinte años: ‘Papá, tú sabías todo esto… ¿por qué no hiciste nada?’”. ¿La tecnología nos está haciendo tontos y no nos damos cuenta? El psiquiatra alemán Manfred Spitzer asegura ser consciente de que la tesis que se atreve a exponer en este libro “nada contra la corriente” y que por lo mismo lo hace con cierta alarma y en un tono apocalíptico: “si no estamos vigilantes y no dejamos de una vez por todas de estupidizar sistemáticamente a la próxima generación, entonces serán a lo más tardar sus hijos quienes vivirán en circunstancias desfavorables”. Spitzer —un prestigioso psiquiatra alemán— acusa que los medios digitales atrofian nuestras mentes porque nos evitan pensar, lo cual es un poco irónico, ya que muchas veces es ese mismo motivo el que hace que muchos nuevos aparatos sean aplaudidos. Pero el doctor acusa que “quien deja que piensen por él no llegará a ser ningún experto” y explica que la sociedad y el bienestar de cada uno “dependen esencialmente de que muchos de nosotros seamos expertos y sepamos algo verdaderamente bien”. ¿Usted hace copy paste? Preocúpese. El autor afirma que el cerebro es un órgano dinámico, que se transforma con su uso, o sea, que cuando no se utiliza “se desgasta el hardware neuronal”. En este sentido, denuncia que el ordenador ha simplificado el ámbito mental, como anteriormente otras máquinas —ejemplo, los motores— lo hicieron con el trabajo físico.


Por supuesto que Spitzer apoya todas sus acusaciones con pruebas de muchos estudios que se han realizado y, por lo mismo, él exige evidencias de quienes serían sus opositores. De esta forma protesta que —por ejemplo en el mundo educativo— aún “no existe ninguna prueba suficiente para afirmar que las tecnologías modernas de la información mejoran el aprendizaje en la escuela”, sino que, al contrario, más bien todas las pruebas muestran que la introducción de la tecnología “conduce a un pensamiento superficial, distrae y tiene unos efectos secundarios indeseables que van desde meros trastornos hasta la pornografía infantil y la violencia”. A lo largo del libro, Spitzer continúa desnudando a sus detractores exigiendo pruebas. En un capítulo el autor manifiesta que “los medios digitales estorban la capacidad de autocontrol y desencadenan el estrés” y acusa, en este aspecto, que “quienes propagan la utilización de ordenadores justamente en la infancia, no han aportado jamás hasta la fecha ninguna prueba de los beneficios que dicha utilización comporta”. Siguiendo con esta hipótesis pesimista sobre la tecnología, pero bien fundamentada, Spitzer paulatinamente va exponiendo otros efectos no deseados que provocan las tecnologías, además del ya mencionado estrés, como la dependencia; adicción; sobrepeso a causa del sedentarismo; insomnio; depresión; e incluso la pérdida de la motricidad fina en los primeros años de vida, haciendo énfasis en el grave error que cometen algunas guarderías colocando pantallas para hipnotizar a los infantes. “Si usted desea realmente que su hijo saque peores notas en la escuela y que se preocupe en el futuro cada vez menos de usted y de sus amigos, entonces regálele una consola de juegos”, asevera el psiquiatra con cierta ironía que ciertamente se encuentra presente en casi toda la obra, cuyo objetivo evidente son sus detractores. Pero no todo es crítica y alarma. Si bien la narración evidencia que él es una especie de David luchando contra un enorme Goliat, el libro contiene muchas luces sobre qué debemos hacer para prevenir que las próximas generaciones no sepan pensar y sean tecnodependientes. Spitzer hace énfasis en el hecho de que cuidemos nuestro cerebro ejercitándolo, ya que es el único órgano del cuerpo humano en que una gran mayoría preferiríamos ser “donantes que receptores”. Insiste en que “el rendimiento mental depende del esfuerzo mental —valga la redundancia— al que

nos sometamos” y no solo aquello, sino que “el alma adquiere los colores de tus pensamientos”. Por esto para el psiquiatra es de especial urgencia revisar la exposición de los menores de edad a las tecnologías, ya que “la formación (aprendizaje) nos hace libres, libres de muchas coacciones, pues quien está formado puede conducirse de una manera crítica frente a sí mismo y frente a su entorno; no está a merced de todo, sino que puede librarse de la inmediatez. Todo esto reduce el estrés que, por su parte, aniquila las neuronas”. Para finalizar, Spitzer entrega varios consejos para una mente sana que en general corresponden también a tener un estilo de vida saludable, es decir, hacer ejercicio; escuchar música y bailar, pasar tiempo al aire libre; sonreír; cantar; ayudar a los demás; proponerse cosas factibles; vivir el presente, y, por supuesto, evitar los medios digitales. Algo que probablemente usted y yo no nos habíamos cuestionado. Hasta ahora. Ricardo Moreno

Bajo el árbol de los Toraya Philippe Claudel Narrativa Salamandra Barcelona, 2017 172 págs.

Este ensayo sobre la muerte ―que no es una novela― se inicia recordando a los habitantes de la isla Célebes en Indonesia y su hermosa manera de honrar a los niños que fallecen. Los depositan en el tronco de un árbol frondoso que cierra su madera en torno a ellos y los va elevando hacia el cielo. “Nuestro mundo vive de espaldas a la muerte. Los toraya la han convertido en el centro del suyo. ¿Quién tiene razón?”.

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El punto de partida del libro es el fallecimiento de Eugéne, amigo del autor, y los primeros capítulos son un canto a la amistad. Dice Philippe Claudel en entrevista al diario “El Mercurio” que él quiso profundizar sobre este sentimiento escaso, “pues no todos tenemos la suerte de contar en la vida con una gran historia de amistad”. Muerto Eugéne, el autor se concentra en el tema de los últimos días de una persona ―mejor dicho en el deterioro paulatino de su cuerpo―, lo cual llega a ser una obsesión para el sobreviviente. Los primeros años son los del “cuerpo compañero”, una herramienta en bruto que el niño aprende a manejar. En la edad adulta y durante unos veinte años, la persona vive con un “cuerpo amistoso”, un cuerpo que se puede olvidar porque no molesta. Sin embargo, el tiempo está ahí y no perdona. Nos afecta la ingratitud de este personaje a quien creíamos haber cuidado tan bien. Vendrán inexorablemente las nuevas etapas. Cuerpo hostil, luego adverso y sufriente; cuerpo enemigo y condenado hasta llegar a la muerte. “Digamos que en nuestra época procuramos a toda costa morir guapos. Lo que no evita que muramos enfermos y amargados”. La cirugía y la cosmética trabajan para el restablecimiento de una relación feliz entre el cuerpo y el sujeto. Pero la percepción interior se rige por el cruel reloj biológico, que siempre dice la verdad. Durante los últimos meses de Eugéne, los dos amigos tienen largas conversaciones, en las que se habla de todo, de arte, de guiones de cine (trabajaban juntos), de amigos comunes, de mujeres (Eugéne siempre estaba enamorado de una mujer distinta), de libros escritos y por escribir. Lo que sorprende es la absoluta cerrazón hacia lo trascendente, el olvido de Dios, aunque los dos amigos han sido cristianos, como se deja ver por sus recuerdos. También en la película que planean juntos aparecen unos robots muy sabios que van dominando el mundo. El autor quiere que el suyo sea muy viejo y conozca infinitud de cosas, una especie de Dios. Pero no va más allá. Es una prescindencia que resulta chocante. En la entrevista de “El Mercurio” le preguntan por este vacío como una característica de la Francia moderna y Claudel responde: “Ciertamente, aquí en un lapso de 40 años se desplomó la espiritualidad, pero está resurgiendo, porque la gente la requiere, no necesariamente como religión, sino como otras búsquedas muy diversas. Hoy se ha desarrollado un

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comercio de gurús y manuales, la gente está muy perdida: mataron a Dios, pero necesitan reemplazarlo por otras cosas”. Este libro de Philippe Claudel fue presentado en el Festival Puerto de Ideas de Valparaíso. Claudel es autor también de “Almas grises”, “El informe de Brodeck”, un libro terrible y muy bien escrito, y de “La nieta del señor Linh”, pequeña novela magistral. Su autor piensa que está muy relacionada con “El árbol de los Toraya”, pero la nieta de este viejo emigrante es muy superior, un canto a la amistad, el amor y la fidelidad. Elena Vial

El islam en el siglo XXI Fernando de Haro, Samir Khalil Samir Ediciones Encuentro Madrid, 2017 172 págs.

Quizás no muchos en Occidente estén al tanto de que el nombre divino Alá no es originalmente musulmán. “Mahoma no creó la palabra ‘Alá’, sino que esta ya existía en la poesía preislámica cristiana y en todas las lenguas semíticas”. Así lo explica Samir Khalil Samir, sacerdote jesuita, autor de Cien preguntas sobre el islam. El veterano teólogo y orientalista es egipcio, por lo que ha vivido muchísimo tiempo en un entorno musulmán. De esta religión conoce, con toda propiedad, el mensaje, sus orígenes e historia, sus variantes confesionales… Por ello, el periodista Fernando de Haro lo entrevistó largamente y el resultado ha sido su último libro, El islam en el siglo XXI, un recorrido por un grupo de temas relacionados con el credo del “profeta” que a cualquier occidental le parecerán particularmente interesantes.


Samir desmonta mitos históricos. Uno de ellos, tan caro a ciertos círculos de la corrección política, predica que tanto la filosofía clásica como determinados avances científicos se los debe Europa a los musulmanes y a sus guerras de conquista. “La cultura griega ―apunta el entrevistado― fue descubierta, en parte, gracias a los árabes, pero no gracias al islam. Hay que diferenciar entre árabes y musulmanes. El 90 por ciento de los traductores de aquel entonces eran cristianos y fueron ellos los que transmitieron la ciencia de la Antigüedad”. De igual modo, Samir detalla la evolución teológica y política de Mahoma: cómo pasó de una primera etapa en que fraguó buenas relaciones con cristianos y judíos a otra de enfrentamiento radical y subyugación de estos en todos los órdenes. Nos cuenta además sobre el origen de las diferencias entre sunníes y chiies, sobre las diversas fuentes doctrinales de las que bebe el creyente musulmán, de las corrientes de interpretación del Corán y de la multitud de sharias que existen. El teólogo jesuita se acerca además a la situación de varios países de Oriente Medio y del mundo islámico en general, y subraya el negativo papel que está desempeñando Arabia Saudita en la difusión de la corriente wahabita, de la que se han nutrido grupos terroristas como Al Qaeda y el Daesh. Según expresa, los fundamentalistas pretenden que todos, musulmanes o no, se ciñan exactamente a prácticas de la época del “profeta”. Una hipocresía en toda regla: abogan por comer con las manos y sentarse en el suelo, como procedía Mahoma en su momento; “sin embargo ―afirma―, la gente que promueve esta vuelta al origen usa todos los medios modernos: el agua les llega a través de cañerías, no van a un pozo por ella; usan la electricidad, etc. Su rechazo a la modernidad es ambiguo y contradictorio”. En cuanto a libertad religiosa, ¿hay noticia de ella en los países musulmanes? Sí… pero únicamente sobre el papel. Según expresa el sacerdote, ejercerla “es prácticamente impensable”. En el diálogo con De Haro surgen alusiones a algunos convenios rubricados por varios países árabes, en los que se consagra dicha libertad. Pero, recuerda Samir, “abandonar el islam, y aun peor, dejar de ser musulmán por el cristianismo, el ateísmo o el judaísmo es absolutamente inadmisible”. En Egipto el precio es la cárcel. En Arabia Saudita, la muerte. No obstante, la inflexibilidad no es patrimonio de

las variantes más radicales. Su base está en la propia doctrina islámica: Dios, explica el entrevistado, es solo el jefe supremo, solo manda: “No existe ni el término ‘Padre’ ni el término ‘Amor’”. A los musulmanes, señala más adelante, les falta libertad espiritual y conciencia de que Dios también nos ama. Esto “nos otorga la posibilidad de hacer cualquier cosa, incluido equivocarnos, porque Dios es amor y nos perdona. Esta dimensión que equilibra el cristianismo falta en el islam”. Luis Luque Aceprensa

La conciencia del parlamento. Vida y obra de la beata Hildegarda Burjan Ingeborg Schödl CEU Ediciones Madrid 266 págs.

Paradojas de la historia. En la Viena que transcurre desde finales del siglo XIX hasta la anexión nazi de 1938 se produjo una singular conjunción estelar de talento, innovación, creación, arte, ciencia. Nombres como Wittgestein, Popper, Rilke, Zweig, Kafka, Roth, Brahms, Mahler, Dvorak, Klimt, Freud, y otros muchos, se suman al cuadro honorífico de un momento crucial en la historia de Europa. Pero lo que no se suele saber es que a esa pléyade de inmortales hay que añadir el nombre de una mujer, Hildegarda Burjan, beata de la Iglesia católica, fundadora de la institución Caritas Socialis, parlamentaria, esposa y madre. Quizá para el gran público de habla hispana una absoluta desconocida. Una biografía apasionante de CEU Ediciones, en respuesta a su carisma de hacer visible la presencia social en la vida pública, gracias al empeño de Gonzalo Moreno-Muñoz.

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Como señala el cardenal Christoph Schönborn en el prólogo a esta edición, «Hildegarda Burjan es además la primera política democrática que ha sido beatificada por la Iglesia. Es el mejor ejemplo de que, también en política, se puede llegar a la santidad. El escepticismo general de muchas personas respecto de la política es contrarrestado severamente en Hildegarda. Porque hoy también son necesarios políticos que, como ella, sean capaces de actuar con integridad y responsabilidad». La biografía de Hildegarda Burjan, La conciencia del parlamento, tiene dos horizontes metodológicos complementarios: los capítulos dedicados al decurso de su vida, con una serie de añadidos finales sobre aspectos clave de su vida y de su obra. Nacida en 1883 en Görlitz, ciudad alemana a pocos metros de la frontera polaca, su vida transcurrió en Zúrich, Berlín y Viena. Una biografía en medio de la encrucijada de la historia de dos guerras mundiales y la confrontación de los sistemas basados en ideologías totalitarias. Hildegarda, casada con Alexander Burjan, madre de una hija con la que mantuvo una relación particular, entregó su vida al compromiso social en aquellas causas de defensa de los más pobres, los niños y las mujeres trabajadoras. El cardenal Friedrich Gustav Piffl, arzobispo de Viena, y confidente de Hildegarda, destacó

siempre la fidelidad al Evangelio sin glosa que inspiró las decisiones de quien, después de su conversión, se «entregó sin reserva a Dios y a los hombres». De ahí nace, entre otras obras, la principal, Caritas Socialis, una institución religiosa fundada en 1919 como comunidad femenina que hoy cuenta con 64 hermanas en Austria, Alemania, Tirol del Sur y Brasil, y cuyo carisma es la asistencia social y el acompañamiento personal al principio y al fin de la vida. Como señala el obispo de Guadix, monseñor Ginés García Beltrán, en el epílogo de este libro «Hildegarda Burjan es una de esas figuras que actualizan radicalmente el mensaje cristiano, vivido en unas circunstancias concretas, en el pasaje de la historia que Dios dispuso para ella». Son particularmente interesantes las páginas dedicadas al compromiso político de esta mujer, o a las dificultades a la hora de sacar adelante Caritas Socialis frente, incluso, a la incomprensión del entonces arzobispo Theodor Innitzer, o la capacidad de Hildegarda para pronosticar lo que significaría el ascenso de Hitler al poder, de quien mucho antes de que se diera esa conquista había escrito: «A este Hitler hay que tomarlo en serio. Hay que analizar bien este movimiento. Es totalitario y llegará hasta donde sea necesario. No hará ninguna concesión, no habrá término medio». José Francisco Serrano Alfa y Omega

Fe de erratas. El libro “Jesús” de José Miguel Ibáñez, cuyo comentario en Humanitas 85 aparece firmado con el nombre de Hernán Corral, debe decir Cristián Aguilera.

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Sobre los Autores BERNARDINO PIÑERA CARVALLO. Arzobispo emérito de La Serena. Miembro del Consejo de Consultores y Colaboradores de revista HUMANITAS. JUAN DE DIOS VIAL CORREA. Ex rector de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Ex presidente de la Pontificia Academia para la Vida. Miembro de número de la Academia de Ciencias del Instituto de Chile. Miembro del Comité editorial de revista HUMANITAS. JAIME ANTÚNEZ ALDUNATE. Director de revista HUMANITAS. Doctor en Filosofía. Miembro de número de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. CARD. JORGE MARIO BERGOGLIO-PAPA FRANCISCO. El texto publicado es una conferencia del entonces Card. Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, pronunciada el año 2003 en Roma. MASSIMO BORGHESI. Filósofo italiano. Catedrático de la Universidad de Perugia. Miembro del Consejo de Consultores y Colaboradores de revista HUMANITAS. JOSÉ JOAQUÍN BRUNNER. Profesor Titular, Universidad Diego Portales, Santiago de Chile. Miembro de la Academia Chilena de Ciencias Políticas y Morales del Instituto de Chile. Ex ministro de Estado. ROCCO BUTTIGLIONE. Filósofo y político italiano. Miembro del Consejo de Consultores y Colaboradores de revista HUMANITAS.

CARDENAL OSCAR ANDRÉS RODRÍGUEZ MARADIAGA S.D.B. Arzobispo de Tegucigalpa, Honduras. Coordinador del Consejo de Cardenales Asesor del Papa en la reforma de la Curia. Ex presidente de Caritas Internacional. RICARDO LAGOS ESCOBAR. Ex Presidente de Chile (2000-2006). Enviado especial para el cambio climático, ONU. IGNACIO ARTEAGA ECHEVERRÍA. Presidente de USEC, Unión Social de Empresarios, Ejecutivos y Emprendedores Cristianos. MARÍA ESTER GOLDSACK JARPA. Médico cirujano. Representó a Caritas Internacional en la Cuarta Conferencia de la Mujer en Beijing y a la Conferencia Episcopal de Chile en el Cairo + 5 en Nueva York. JUAN DE DIOS VIAL LARRAÍN. Ex rector de la Universidad de Chile. Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales 1997. Miembro de número de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Miembro del Comité editorial de revista HUMANITAS. PEDRO MORANDÉ COURT. Doctor en Sociología. Ex Decano y Profesor Titular de la Facultad de Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Miembro de número de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Miembro del Comité editorial de revista HUMANITAS.

IGNACIO SÁNCHEZ DÍAZ. Médico. Rector de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

HENRI HUDE. Filósofo francés. Ex rector del Colegio Stanislas, París. Miembro del Consejo de Consultores y Colaboradores de revista HUMANITAS.

PEDRO PABLO ROSSO. Médico. Ex rector de la Pontificia Universidad Católica de Chile (2000-2010).

IGNACIO PÉREZ DEL VISO S.J. Redactor de la revista La Civiltà Cattolica.

EDUARDO VALENZUELA. Doctor en Sociología. Decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Miembro del Comité editorial de revista HUMANITAS.

ANTONIO SPADARO S.J. Director de la revista La Civiltà Cattolica desde 2011.

CARMEN DOMÍNGUEZ HIDALGO. Doctora en Derecho. Profesora Titular de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica de Chile. Directora del Centro UC de la Familia. Miembro del Comité editorial de revista HUMANITAS.

JULIÁN CARRÓN. Presidente del movimiento apostólico “Comunión y Liberación”.

HUMANITAS Nº 86 pp. 299 - 300

GIANDOMENICO MUCCI S.J. Redactor de la revista La Civiltà Cattolica.

JAVIERA CORVALÁN. Licenciada en Derecho. Colaboradora de revista HUMANITAS.

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AUTORES EN LIBROS Y PANORAMA

Joaquín Fermandois. Miembro de número de la Academia Chilena de la Historia.

Elena Vial. Colaboradora habitual de revista Humanitas.

Guzmán Carriquiry Lecour. Secretario encargado de la Vice-Presidencia, Pontificia Comisión para América Latina.

Juan Velarde Fuertes. Presidente de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Del Comité de revista Humanitas.

Nello Gargulio. Secretario Ejecutivo de la Fundación Cardenal Raúl Silva Henríquez

José Luis Restán. Periodista español. Redactor de Páginas Digital.

Javier Aparicio González. Licenciado en Historia e Historia del Arte.

Miriam Díez Bosch. Periodista, especializada en temas de religión.

Marta Irarrázaval Zegers. Secretaria de Redacción revista Humanitas.

Rabino Shmuel Szteinhendler. Miembro del comité ejecutivo del International Council of Christian and Jews.

Antonio Giacona. Sacerdote italiano del movimiento Comunión y Liberación. José Manuel Castro. Del Consejo de revista Humanitas.

Andrea Tornielli. Periodista y escritor italiano. José Francisco Serrano. Redactor de Alfa y Omega.

Ricardo Moreno. Periodista. Colaborador habitual de revista Humanitas.

COMITÉ EDITORIAL DE HUMANITAS Jaime Antúnez. Director de revista Humanitas. Doctor en Filosofía. Miembro de número de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Francisco Claro. Doctor en Física. Profesor Titular de la Facultad de Física de la Universidad Católica de Chile. Miembro correspondiente de la Academia de Ciencias del Instituto de Chile y Fellow de la American Physical Society (EE.UU.). Hernán Corral. Doctor en Derecho. Miembro de número de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile.

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Rodrigo Polanco. Profesor Titular de la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Ex rector del Seminario Pontificio de Santiago. Doctor en Teología Sagrada, Pontificia Universitas Gregoriana. Ricardo Riesco. Doctor en Geografía. Miembro de Número de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Eduardo Valenzuela Carvallo. Doctor en Sociología. Decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

Carmen Domínguez. Doctora en Derecho. Profesora Titular de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica de Chile. Directora del Centro UC de la Familia.

Juan de Dios Vial Correa. Ex rector de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Ex presidente de la Pontificia Academia para la Vida. Miembro de número de la Academia de Ciencias del Instituto de Chile.

Gabriel Guarda O.S.B. Abad emérito del Monasterio Benedictino de la Santísima Trinidad de Las Condes. Premio Nacional de Historia 1984. Miembro de número de la Academia de la Historia del Instituto de Chile.

Juan de Dios Vial Larraín. Ex rector de la Universidad de Chile. Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales 1997. Miembro de número de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile.

Pedro Morandé. Doctor en Sociología. Profesor Titular de la Facultad de Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Miembro de número de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile.

Arturo Yrarrázaval. Doctor en Derecho por la Universidad de Yale. Ex decano de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Chile y profesor titular de la misma.


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Revista de Antropología y Cultura Cristianas Publicación trimestral de la Pontificia Universidad Católica de Chile La revista HUMANITAS nace de la conveniencia de que la Universidad disponga para el servicio de la comunidad universitaria y de la opinión pública en general, de un órgano de pensamiento y estudio que busque reflejar las preocupaciones y enseñanzas del Magisterio Pontificio (Decreto Rectoría Nº 147/95, visto 2º). DIRECTOR Jaime Antúnez Aldunate COMITE EDITORIAL Francisco Claro Huneeus Hernán Corral Talciani Carmen Domínguez Hidalgo Gabriel Guarda, O.S.B. Pedro Morandé Court Rodrigo Polanco Fermandois Ricardo Riesco Jaramillo Eduardo Valenzuela Carvallo Juan de Dios Vial Correa Juan de Dios Vial Larraín Arturo Yrarrázaval Covarrubias SECRETARIA DE REDACCIÓN Marta Irarrázaval Zegers

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Andrés Arteaga: Obispo Auxiliar de Santiago. Francisca Alessandri: Profesora de la Facultad de Periodismo, UC. Antonio Amado: Profesor de Metafísica de la Universidad de los Andes. Felipe Bacarreza: Obispo de Los Ángeles, Chile. Enrique Barros Bourie: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales, del Instituto de Chile. Profesor Facultad Derecho UCH. Rafael Benguria: Premio Nacional de Ciencias Exactas 2005. Profesor Titular del Instituto de Física, UC. Sofía Brahm. Licenciada en Sociología. Carlos Francisco Cáceres: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. José Manuel Castro. Magíster en Historia, UC. José Luis Cea Egaña. Presidente de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Fernando Chomali: Arzobispo de Concepción, Chile. Vittorio di Girolamo: Historiador del arte. María Esther Gómez de Pedro: Miembro del nuevo círculo de discípulos de Joseph Ratzinger / Papa Benedicto XVI. José Manuel Eguiguren Guzmán: Fundador del Movimiento Apostólico Manquehue. Carlos José Errázuriz: Consultor Congregación para la Doctrina de la Fe. Profesor de la Pontificia Università della Santa Croce. José María Eyzaguirre: Profesor de la Facultad de Derecho, UC. Samuel Fernández: Doctor en Teología y Ciencias patrísticas. Director de Investigación y Postgrado y profesor Titular de la Facultad de Teología UC. Álvaro Ferrer: Profesor de la Facultad de Derecho, UC. Juan Ignacio González: Obispo de San Bernardo, Chile. Gonzalo Ibáñez Santa-María: Profesor y ex rector de la Universidad Adolfo Ibáñez. Raúl Irarrázabal Covarrubias: Arquitecto. Nicolás León Ross: Ex Director Ejecutivo de IdeaPaís. Raúl Madrid: Profesor de la Facultad de Derecho, UC. Guillermo Marini: Profesor de la Facultad de Educación UC. Patricia Matte Larraín: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. René Millar. De la Academia de Historia del Instituto de Chile. Fr. Ricardo Morales, O. de M.: Provincial de la Orden de la Merced en Chile. Rodrigo Moreno Jeria: De la Academia de la Historia del Instituto de Chile. Bernardino Piñera: Arzobispo Emérito de La Serena. Cristián Roncagliolo. Obispo auxiliar de Santiago. Alejandro San Francisco: Profesor del Instituto de Historia, UC. William Thayer Arteaga: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Alberto Vial: Doctor en Filosofía por la Universidad de La Sorbona. Aníbal Vial: Ex rector Universidad Santo Tomás. Pilar Vigil: Médico. Profesor Facultad Ciencias Biológicas UC..

Héctor Aguer: Arzobispo de la Plata, Argentina. Anselmo Álvarez, OSB: Abad de Santa Cruz del Valle de los Caídos. Carl Anderson: Caballero Supremo de los Caballeros de Colón. Rémi Brague: Filosófo francés. Premio Ratzinger 2012. Jean-Louis Bruguès, OP: Archivista y Bibliotecario de la Santa Iglesia. Obispo emérito de Angers, Francia. Massimo Borghesi: Filósofo italiano. Catedrático de la Universidad de Perugia. Rocco Buttiglione: Filósofo y político italiano. Cardenal Antonio Cañizares: Arzobispo de Valencia, España. Guzmán Carriquiry: Secretario de la Comisión Pontificia para América Latina. William E. Carroll: Cátedra de Tomás de Aquino, Blackfriars, Oxford. Fernando María Cavaller. Presidente de la Asociación de Amigos de Newman, Argentina. Francesco D’Agostino: Filósofo del Derecho. Ex presidente del Comité Nacional de Bioética en Italia. Inés de Cassagne: Escritora argentina. Adriano Dell’Asta: Vicepresidente de la Fundación Rusia Cristiana. José Granados: Vicepresidente del Instituto Juan Pablo II para estudios sobre Matrimonio y Familia en Roma. Stanislaw Grygiel: Filósofo polaco. Titular de la Cátedra Juan Pablo II en la Universidad Lateranense, Roma. Reinhard Hütter: Teólogo. Profesor en The Catholic University of America . Henri Hude: Filósofo francés. Ex rector del Colegio Stanislas, París. Lydia Jiménez: Directora General del Instituto Secular Cruzadas de Santa María. Paul Johnson: Historiador inglés. Jean Laffitte: Obispo de Entrevaux. Prelado de la Orden de Malta. Alfonso López Quintás: Filósofo español. De la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Alejandro Llano: Filósofo español. Javier Martínez Fernández: Arzobispo de Granada, España. Carlos Ignacio Massini Correas: Catedrático de la Universidad Nacional de Cuyo, Argentina. Livio Melina: Ex-Presidente y profesor del Pontificio Instituto Juan Pablo II para Estudios sobre el Matrimonio y la Familia. Andrés Ollero. Catedrático de Filosofía del Derecho. Magistrado del Tribunal Constitucional español. José Miguel Oriol: Presidente de Editorial Encuentro, Madrid. Aquilino Polaino-Lorente: Psiquiatra español. Cardenal Paul Poupard: Presidente emérito del Pontificio Consejo de Cultura. Javier Prades: Rector de la Universidad Eclesiástica San Dámaso, Madrid. Miembro de la Comisión Teológica Internacional. Dominique Rey: Obispo de Frejus-Toulon, Francia. Florián Rodero L.C: Profesor de Teología del Ateneo Regina Apostolorum en Roma. Gustavo Sánchez Rojas: Director de la «Revista Teológica Limense». Miembro de la Comisión Teológica Internacional. Cardenal Angelo Scola: Arzobispo emérito de Milán. Cardenal Fernando Sebastián: Arzobispo emérito de Pamplona. David L. Schindler: Director del Instituto Juan Pablo II para Estudios sobre Matrimonio y Familia, Washington D.C. Juan Velarde Fuertes: Presidente de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Premio Príncipe de Asturias en Ciencias Sociales (1992). Richard Yeo, OSB: Abad Presidente de la Congregación Benedictina de Inglaterra.


Carmen Domínguez Eduardo Valenzuela Carvallo Giadomenico Mucci Henri Hude Ignacio Arteaga Echeverría Ignacio Pérez del Viso Ignacio Sánchez Díaz Jaime Antúnez Aldunate Juan de Dios Vial Correa Juan de Dios Vial Larraín Jorge Mario Bergoglio José Joaquín Brunner Julián Carrón María Esther Goldsack Massimo Borghesi Oscar Rodríguez Maradiaga Pedro Pablo Rosso Pedro Morandé Court Ricardo Lagos Escobar Rocco Buttiglione

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R E V I S T A DE A n t r op ol o gí a y C u lt u r a C r i s t i a n a s / N º 8 6 / A ÑO X X I I

Bernardino Piñera

AÑO XXII

Antonio Spadaro

PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE

B IENVENIDO PAPA FRANCISCO


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