R E V I S T A DE A n t r op ol o gí a y C u lt u r a C r i s t i a n a s / N º 76 / A ÑO X I X
AÑO XIX
Livio Melina FAMILIA Y NUEVA EVANGELIZACIÓN BEATIFICACIÓN DEL PAPA PABLO VI
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PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE
Jaime Antúnez / José Luis Cea ANARQUISMO, ANARQUÍA Y NIHILISMO
HUMANITAS
Consejo de Consultores y Colaboradores
Revista de Antropología y Cultura Cristianas Publicación trimestral de la Pontificia Universidad Católica de Chile La revista HUMANITAS nace de la conveniencia de que la Universidad disponga para el servicio de la comunidad universitaria y de la opinión pública en general, de un órgano de pensamiento y estudio que busque reflejar las preocupaciones y enseñanzas del Magisterio Pontificio (Decreto Rectoría Nº 147/95, visto 2º). DIRECTOR Jaime Antúnez Aldunate COMITE EDITORIAL Hernán Corral Talciani Samuel Fernández Eyzaguirre Gabriel Guarda, O.S.B. René Millar Carvacho Pedro Morandé Court Ricardo Riesco Jaramillo Francisco Rosende Ramírez Juan de Dios Vial Correa Juan de Dios Vial Larraín Arturo Yrarrázaval Covarrubias SECRETARIA DE REDACCIÓN Marta Irarrázaval Zegers CONSEJO DE CONSULTORES Y COLABORADORES Presidente Honorario: S.E.R. Cardenal Francisco Javier Errázuriz Ossa. Arzobispo Emérito de Santiago. Héctor Aguer, Anselmo Álvarez, O.S.B., Carl Anderson, Andrés Arteaga, Francisca Alessandri, Antonio Amado, Felipe Bacarreza, Rémi Brague, Jean-Louis Bruguès, O.P., Rocco Buttiglione, Massimo Borghesi, Carlos Francisco Cáceres, Cardenal Carlo Caffarra, Cardenal Antonio Cañizares, Jorge Cauas Lama, Guzmán Carriquiry, William E. Carroll, Alberto Caturelli, Cesare Cavalleri, Fernando Chomali, Francisco Claro, Ricardo Couyoumdjian, Mario Correa Bascuñán, Francesco D’Agostino, Adriano Dell’Asta, Vittorio di Girolamo, Carmen Domínguez, José Manuel Eguiguren, Carlos José Errázuriz, José María Eyzaguirre, Jesús Colina, Luis Fernando Figari, Juan Ignacio González, Stanislaw Grygiel, Gonzalo Ibáñez Santa-María, Raúl Hasbun, Henri Hude, José Miguel Ibáñez, Raúl Irarrázabal, Lydia Jiménez, Paul Johnson, Jean Laffitte, Nikolaus Lobkowicz, Alfonso López Quintás, Alejandro Llano, Raúl Madrid, Javier Martínez Fernández, Patricia Matte Larraín, Carlos Ignacio Massini Correas, Mauro Matthei, O.S.B., Cardenal Jorge Medina, Livio Melina, Augusto Merino, Dominic Milroy, O.S.B., Fernando Moreno Valencia, Rodrigo Moreno Jeria, José Miguel Oriol, Francisco Petrillo, O.M.D., Bernardino Piñera, Aquilino Polaino-Lorente, Rodrigo Polanco, Cardenal Paul Poupard, Javier Prades, Dominique Rey, Florián Rodero L.C., Alejandro San Francisco, Romano Scalfi, Cardenal Angelo Scola, David L. Schindler, Josef Seifert, Gisela Silva Encina, Robert Spaemann, Paulina Taboada, William Thayer Arteaga, Olga Ulianova, Luis Vargas Saavedra, Juan Velarde Fuertes, Aníbal Vial, Pilar Vigil, Richard Yeo, O.S.B
NACIONALES
EXTRANJEROS
Andrés Arteaga: Obispo Auxiliar de Santiago. Fra ncisca A lessa ndr i: Profesora de la Facultad de Periodismo, UC. Antonio Amado: Profesor de Metafísica de la Universidad de los Andes. Felipe Bacarreza: Obispo de Los Ángeles, Chile. Carlos Francisco Cáceres: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Jorge Cauas Lama: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Fernando Chomali: Arzobispo de Concepción. Miembro de la P. Academia Pro Vita. Francisco Claro: Profesor de la facultad de Física, UC. Ricardo Couyoumdjian: Profesor del Instituto de Historia, UC. De la Academia de la Historia del Instituto de Chile. Mario Correa Bascuñán: Secretario General de la Pontificia Universidad Católica. Profesor de la Facultad de Derecho, UC. Carmen Domínguez: Profesor a de la Facultad de Derecho, UC. Directora del Centro UC para la Familia. Vittorio di Girolamo: Historiador del arte. María Esther Gómez de Pedro: Miembro del nuevo círculo de discípulos de Joseph Ratzinger / Papa Benedicto XVI. Jo s é M a nuel E g u ig u r e n Gu z m á n : Fu ndador del Movimiento Apostólico Manquehue. Carlos José Errázuriz: Consultor Congregación para la Doctrina de la Fe. Profesor de la Pontificia Università della Santa Croce. José María Eyzaguirre: Profesor de la Facultad de Derecho, UC. Jesús Colina: Director de Aleteia. Juan Ignacio González: Obispo de San Bernardo, Chile. Raúl Hasbun: Sacerdote de Schöenstatt. Profesor del Seminario Pontificio Mayor de Santiago. Gonzalo Ibáñez Santa-María: Profesor y ex rector de la Universidad Adolfo Ibáñez. José Miguel Ibáñez Langlois: Teólogo y poeta. Raúl Irarrázabal Covarrubias: Arquitecto. Presidente de la Asociación Chilena de la Orden de Malta. Raúl Madrid: Profesor de la Facultad de Derecho, UC. Patricia Matte Larraín: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Mauro Matthei, OSB: Sacerdote y monje benedictino. Historiador. Cardenal Jorge Medina: Prefecto emérito de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Augusto Mer ino: Cientista político, profesor de la Universidad Adolfo Ibáñez. Fernando Moreno: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Rodrigo Moreno Jeria: De la Academia Chilena de la Historia. Bernardino Piñera: Arzobispo Emérito de La Serena. Rodrigo Polanco: Presbítero, profesor de la Facultad de Teología de la UC. Alejandro San Francisco: Profesor del Instituto de Historia, UC. Gisela Silva Encina: Escritora. Paulina Taboada: Médico. Miembro de la Pontificia Academia Pro Vita. William Thayer Arteaga: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Olga Uliánova: Doctora en Historia por la Universidad de Lomonosov, Moscú. Investigadora de la Universidad de Santiago. Aníbal Vial: Ex rector Universidad Santo Tomás. Pilar Vigil: Médico. Miembro de la Pontificia Academia Pro Vita.
Héctor Aguer: Arzobispo de la Plata, Argentina. Anselmo Álvarez, OSB: Abad de Santa Cruz del Valle de los Caídos. Carl Anderson: Caballero Supremo de los Caballeros de Colón. Rémi Brague: Filosófo francés. Premio Ratzinger 2012. Jean-Louis Bruguès, OP: Archivista y Bibliotecario de la Santa Iglesia. Obispo emérito de Angers, Francia. Massimo Borghesi: Filósofo italiano. Catedrático de la Universidad de Perugia. Rocco Buttiglione: Filósofo y político italiano. Cardenal Carlo Caffarra: Arzobispo de Bolonia. Cardenal Antonio Cañizares: Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Guzmán Carriquiry: Secretario de la Comisión Pontificia para América Latina. W i l l i a m E . C a r r ol l : Cáte d ra de Tom á s de Aqu i no, Blackfriars, Oxford. Alberto Caturelli: Filósofo argentino. Cesare Cavalleri: Director de Studi Cattolici, Milán. Francesco D’Agostino: Filósofo del Derecho. Ex Presidente del Comité Nacional de Bioética en Italia. Adriano Dell’Asta: Profesor de la Universidad Católica de Milán. Luis Fernando Figari: Fundador del Sodalicio de Vida Cristiana, Lima. Stanislaw Grygiel: Filósofo polaco. Titular de la Cátedra Juan Pablo II en la Universidad Lateranense, Roma. Henri Hude: Filósofo francés. Ex rector del Colegio Stanislas, París. Lydia Jiménez: Directora General del Instituto Secular Cruzadas de Santa María. Paul Johnson: Historiador inglés. Jean Laffitte: Obispo de Entrevaux. Secretario del Consejo Pontificio para la Familia. Nikolaus Lobkowicz: Director del Instituto de Estudios de Europa del Este y Central de la Universidad de Eichstätt, Alemania. Alfonso López Quintás: Filósofo español. De la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Alejandro Llano: Filósofo español. Javier Martínez Fernández: Arzobispo de Granada, España. Carlos Ignacio Massini Correas: Catedrático de la Universidad Nacional de Cuyo, Argentina. Livio Melina: Presidente del Pontificio Instituto Juan Pablo II para Estudios sobre el Matrimonio y la Familia. Dominic Milroy, OSB: Monje de Ampleforth, ex-rector de Ampleforth College, York, Gran Bretaña. José Miguel Oriol: Presidente de Editorial Encuentro, Madrid. Francesco Petrillo, OMD: Superior General de la Orden de la Madre de Dios. Aquilino Polaino-Lorente: Psiquiatra español. Cardenal Paul Poupard: Presidente emérito del Pontificio Consejo de Cultura. Javier Prades: Rector de la Universidad Eclesiástica San Dámaso, Madrid. Miembro de la Comisión Teológica Internacional. Dominique Rey: Obispo de Frejus-Toulon, Francia. Florián Rodero L.C: Profesor de Teología del Ateneo Regina Apostolorum en Roma. Romano Scalfi: Director del Centro Rusia Cristiana, Milán. Cardenal Angelo Scola: Arzobispo de Milán. Josef Seifert: Filósofo austríaco. David L. Schindler: Director del Instituto Juan Pablo II para Estudios sobre Matrimonio y Familia, Washington D.C. Robert Spaemann: Filósofo alemán. Juan Velarde Fuertes: De la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Premio Príncipe de Asturias en Ciencias Sociales (1992). Richard Yeo, OSB: Abad Presidente de la Congregación Benedictina de Inglaterra.
H U M A N I T A S
H umanitas Nº 76 PRIMAVERA 2014 – AÑO XIX
FAMILIA Y NUEVA EVANGELIZACIÓN Livio Melina
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Una aproximación jurídica y antropológica ¿QUÉ ES EL MATRIMONIO? Carlos José Errázuriz Mackenna
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Informaciones y reflexiones SÍNODO EXTRAORDINARIO DE OBISPOS SOBRE LA FAMILIA Müller / Laffitte / Spaemann
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EN TORNO A LA BEATIFICACIÓN DEL PAPA PABLO VI
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ANARQUISMO, ANARQUÍA Y NIHILISMO Jaime Antúnez / José Luis Cea
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La guerra del 14 CHARLES PÉGUY, SANTA TERESITA Y JUANA DE ARCO Inés de Cassagne
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NOTAS EL PAPA VISITA ALBANIA Verónica Griffin
Portada y contraportada: “Trinidad del cielo y Trinidad de la tierra”, obra de Bartolomé Esteban Murillo.
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Sumario Editorial Apuntes y Notas La Palabra del Papa Panorama Libros Sobre los Autores
5 8 129 134 152 194 216
En orden a facilitar el contacto con nuestros lectores y eventuales suscriptores, se pueden consultar los contenidos de este y de los anteriores números de Humanitas en Internet. Dicha información se entrega por medio de resúmenes de cada uno de los trabajos publicados en www.humanitas.cl VER REVISTA DIGITAL
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HUMANITAS
diecinueve años sirviendo al encuentro de la fe y la cultura
HUMANITAS (ISSN 07172168) recoge los trabajos de sus colaboradores regulares, nacionales y extranjeros. Asimismo, de otros autores cuya temática resulta afín con los objetivos de esta publicación. Toda reproducción total o parcial de los artículos publicados por HUMANITAS requiere de la correspondiente autorización, a excepción de comentarios o citas que se hagan de los mismos. Diseño y Producción: DISEÑA UC Impresión: Ograma Impresores Suscripciones y correspondencia HUMANITAS, Centro de Extensión de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Av. Libertador Bernardo O’Higgins 390, 3er piso, Santiago, Chile. Teléfono (56) 22354 6519, Fax (56) 22354 3755, E-mail: humanitas@uc.cl Suscripción anual, $28.000; estudiantes, $18.000. Valor por ejemplar, $7.000.
C O N F E R E N C I A S
M A R I A N A S
San Juan Pablo II: MATRIMONIO Y FAMILIA
DE
“San Juan Pablo II fue el Papa de la familia. Él mismo, una vez, dijo que así le habría gustado ser recordado, como el Papa de la familia”. Homilía del Papa Francisco en la misa de canonización de Juan Pablo II y Juan XXIII / 27.IV.2014
R E V ISTA
A ntropologí a
y
Cult ur a
Cr isti a na s
X I I
1. Varón y mujer los creó.
PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE
El significado esponsalicio del cuerpo Lunes 10 noviembre, 19 hr. 2. El matrimonio en la economía de la salvación Lunes 17 noviembre, 19 hr. 3. El misterio de la paternidad y de la maternidad Lunes 24 noviembre, 19 hr. 4. La familia cristiana Lunes 1 diciembre, 19 hr.
www.humanitas.cl
EXPOSITOR
Antonio Amado, profesor de Metafísica de la Universidad de los Andes. Miembro del Consejo de Consultores y Colaboradores de Revista HUMANITAS. Lugar: Colegio Francisco de Asís. Cerro Catedral Norte 12.150, Las Condes. Precio general: $28.000 (incluye suscripción anual a revista HUMANITAS) Precio estudiantes: $ 18.000 INFORMACIONES E INSCRIPCIONES
Revista Humanitas Centro de Extensión, Pontificia Universidad Católica. Alameda 390, tercer piso. Teléfono: 2686 6519
humanitas@uc.cl
CR ISTI A NAS R EVISTA
DE
A NTROPOLOGí A
Y
C U LT U R A
C U A D E R N O H U M A N I T A S NO 3 1
Melina · Belardinelli · Anatrella · Edart · Rodríguez
AMAR EN LA DIFERENCIA
LAS FORMAS DE LA SEXUALIDAD Y EL PENSAMIENTO CATÓLICO
* Congregación para la Doctrina de la Fe Consideraciones acerca de los proyectos de reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales
OCTUbRE 2014
Este Cuaderno Humanitas N° 31 puede ser descargado en formato PDF desde el sitio www.humanitas.cl
HUMANITAS Sumario n° 76 (octubre-diciembre 2014)
FAMILIA Y NUEVA EVANGELIZACIÓN, por Livio Melina. “La nueva evangelización depende en gran parte de la Iglesia doméstica (cf. Ib., 65) (...) Y del mismo modo que están en relación el eclipse de Dios y la crisis de la familia, así la nueva evangelización es inseparable de la familia cristiana. De hecho, la familia es el camino de la Iglesia porque es espacio humano del encuentro con Cristo”, afirmó Benedicto XVI en la Asamblea Plenaria del Consejo Pontificio para la Familia en diciembre de 2011. También Juan Pablo II recalcó que el aspecto más importante y fundamental para la Iglesia era la renovación espiritual de la familia, pues la Iglesia no podría realizar su misión en el mundo si no era a través de la familia y su misión. Sin duda la familia guarda una primacía indispensable para la tarea de la nueva evangelización, y no solo como objeto de predicación y de atención pastoral, sino sobre todo como sujeto protagonista y recurso indispensable. El presente artículo desentraña lo que implica la unidad del Evangelio y la familia. Responde, por tanto, al por qué la familia y la nueva evangelización están tan íntimamente relacionadas, en qué consiste “el Evangelio de la familia” y las perspectivas pastorales nuevas que se abren ante el reconocimiento de los vínculos de las finalidades de Iglesia y familia en el presente tiempo. Humanitas 2014, LXXVI, págs. 12-25
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¿QUÉ ES EL MATRIMONIO?, por Carlos José Errázuriz. La crisis actual del matrimonio en la cultura occidental es evidente. Es una crisis que afecta a los sistemas jurídicos, pero sobre todo a la misma vida de las personas. En medio de las urgencias sociales y eclesiales del momento presente, se hace necesario reforzar la reflexión sobre los fundamentos, en cuanto luz para el trabajo teórico y práctico en el campo de la familia. En ese contexto, se replantea en estas páginas la pregunta básica: “¿qué es el matrimonio?” con el fin de mostrar, desde un punto de vista jurídico y canónico, que la respuesta adecuada presupone asomarse a otra cuestión íntimamente conectada: “¿qué es el derecho?”. Desde aquí es posible vislumbrar que la pregunta por el matrimonio, también en su dimensión jurídica, es de gran trascendencia antropológica, y por tanto interesa a todas las disciplinas científicas que se ocupan del hombre y de la sociedad. El enfoque canónico del matrimonio se presenta como una gran contribución al debate actual sobre su configuración esencial, pues es un ordenamiento jurídico que ha tenido que considerar la realidad natural de los cónyuges, en la medida en que el respectivo sacramento está precisamente constituido por la misma unión entre hombre y mujer en cuanto tales. Tanto en la historia como en la actualidad no existe otra sistematización legal en la que se haya profundizado y afinado tanto en lo que es y en lo que no es la unión conyugal. Pero su mayor aporte proviene del hecho de que la perspectiva jurídicoeclesial acuda a la revelación cristiana para penetrar más a fondo en la realidad familiar, constituyéndose en una eficaz contribución cultural, que se refiere ante todo al mismo ámbito que de suyo es accesible a la razón. Humanitas 2014, LXXVI, págs. 26-39 BEATIFICACIÓN DE PABLO VI. El Papa Pablo VI fue un obsequio que la Providencia entregó a la Iglesia para cargar con la ardua tarea de ser timonel del Concilio Ecuménico Vaticano II, calificado por muchos —cristianos y no cristianos— como el evento más importante del siglo XX. El sufrimiento de esos años fue dejando huellas en su rostro. De no menor significado en esa cruz que el Pontífice debió llevar fue su defensa de la familia y de la vida humana. La beatificación de Pablo VI, presidida por el Papa Francisco el 19 de octubre, al cierre de la 1ª etapa del Sínodo, ha sido un particular momento de gloria para la Iglesia. Se despliega en esta sección especial, dedicada al Pontífice recientemente beatificado, reflexiones en torno a su figura —entre ellas del entonces Cardenal Joseph Ratzinger y de Alberto Methol Ferré—y algunas oraciones y meditaciones provenientes del propio Beato Pablo VI. Humanitas 2014, LXXVI, págs. 56-91 ANARQUÍA, ANARQUISMO Y NIHILISMO. La sesión ordinaria de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile, del lunes 28 de julio de 2013, se desarrolló en torno al debate acerca de los antecedentes históricos y actualidad del anarquismo y la anarquía, en cuanto fenómeno cultural y social. En esta sesión expusieron los miembros de número de esa corporación Jaime Antúnez Aldunate y José Luis Cea Egaña. Atendiendo a la actualidad e interés suscitado por esta discusión, Humanitas ha reproducido los principales apartes de las ponencias —en el orden en que fueron expuestas— agregándose a ellas el resumen de uno de los varios comentarios vertidos en la ocasión, correspondiente al profesor Juan de Dios Vial Larraín, miembro del Comité Editorial de esta revista. Humanitas 2014, LXXVI, págs. 92-107
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CHARLES PÉGUY, SANTA TERESITA Y JUANA DE ARCO, por Inés de Cassagne. En agosto de 2014, se cumplieron 100 años del inicio de una de las grandes catástrofes del siglo XX: la Primera Guerra Mundial. Ella marca el centenario, al mismo tiempo, de la muerte de un gran poeta francés: Charles Péguy. Fue el primero en alistarse por propia voluntad, a los 41 años, y fue uno de los primeros en morir: el 7 de septiembre, a la cabeza de su tropa en el primer combate de la guerra, en la víspera de la gran batalla del Marne. Se desarrollan en estas páginas las sorprendentes coincidencias de Charles Péguy con Santa Teresa del Niño Jesús y con Santa Juana de Arco, todos compatriotas y unidos por una línea común que se manifiesta en profundas y bellas reflexiones de la santa de Lisieux y del poeta en torno a la Doncella de Orléans. Santa Teresita fue contemporánea de Péguy —ambos nacidos en enero de 1873— y, aunque nunca se conocieron personalmente, sus vidas están increíblemente imbricadas y santa Juana es la inspiradora de ambos. Humanitas 2014, LXXVI, págs. 108-127 APUNTES Y NOTAS EL PAPA FRANCISCO VISITA ALBANIA, por Verónica Griffin. El 21 de septiembre recién pasado, el Papa Francisco peregrinó a Albania. Para su primera visita en Europa, eligió un país no integrado plenamente a la Unión Europea, sino solo candidato. No un país cristiano, sino el único de mayoría musulmana en el continente europeo. Tampoco es un país de gran peso político, sino un país en cierto modo periférico. Por encima de todo, el Papa buscó llevar un mensaje de esperanza y cercanía a un país que ha sufrido una historia dramática, a un pueblo noble y orgulloso, pero sometido a terribles humillaciones, a una tierra que hoy tiene mucho que decir a Occidente. Humanitas 2014, LXXVI, págs. 129-133 LIBROS “La verità è un incontro, Omelie da Santa Marta” por Mario Bergoglio-Papa Francisco (Rizzoli Editrice); “Divina Economía. La teología y el mercado” por D. Stephen Long (Editorial Nuevo Inicio); “La Liturgie, Gloire de Dieu, sanctification de l’homme” por Monseñor Guido Marini (Editions Artège); “Nosotros, los modernos” por Alain Finkielkraut (Ediciones Encuentro); “August 2014. The red Wheel” por Alexander Solzhenitsyn (The Noonded Press); “El Mundo de ayer. Memorias de un europeo” por Stephan Zweig (Editorial Acantilado); “San Francisco de Asís” por Gilbert Keith Chesterton (Editorial Sudamericana); “Ortodoxia” por Gilbert Keith Chesterton (Editorial Acantilado); “Pensées” por Charles Péguy (Gallimard); “Libertad y responsabilidad: en la busca de la armonía” por Cirilo, Patriarca de Moscú y de todas las Rusias (Editorial Nuevo Inicio); “Noche de Reyes” por William Shakespeare - Traducción de Paula Baldwin Lind y Braulio Fernández Biggs (Editorial Universitaria); “The Gospel According to Flannery O’Connor. Examining the Role of the Bible in Flannery O’Connor’s Fiction” por Jordan Cofer (Bloomsbury); “Santidad, Superchería y Acción Diabólica” por Miguel Ángel Fuentes (Ediciones del Verbo Encarnado); “Detrás del laberinto” por Irma Bettancourt (Ediciones UC). Humanitas 2014, LXXVI, págs. 194-214
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III Asamblea General
Extraordinaria del Sínodo de los Obispos mensaje
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os Padres Sinodales, reunidos en Roma junto al Papa Francisco en la Asamblea Extraordinaria del Sínodo de los Obispos, nos dirigimos a todas las familias de los distintos continentes y en particular a aquellas que siguen a Cristo, que es camino, verdad y vida. Manifestamos nuestra admiración y gratitud por el testimonio cotidiano que ofrecen a la Iglesia y al mundo con su fidelidad, su fe, su esperanza y su amor. Nosotros, pastores de la Iglesia, también nacimos y crecimos en familias con las más diversas historias y desafíos. Como sacerdotes y obispos nos encontramos y vivimos junto a familias que, con sus palabras y sus acciones, nos mostraron una larga serie de esplendores y también de dificultades. La misma preparación de esta asamblea sinodal, a partir de las respuestas al cuestionario enviado a las Iglesias de todo el mundo, nos permitió escuchar la voz de tantas experiencias familiares. Después, nuestro diálogo durante los días del Sínodo nos ha enriquecido recíprocamente, ayudándonos a contemplar toda la realidad viva y compleja de las familias. Queremos presentarles las palabras de Cristo: “Yo estoy ante la puerta y llamo. Si alguno escucha mi voz y me abre la puerta, entraré y cenaré con él y él conmigo” (Ap 3, 20). Como lo hacía durante sus recorridos por los caminos de la Tierra Santa, entrando en las casas de los pueblos, Jesús sigue pasando hoy por las calles de nuestras ciudades. En sus casas se viven a menudo luces y sombras, desafíos emocionantes y a veces también pruebas dramáticas. La oscuridad se vuelve más densa, hasta convertirse en tinieblas, cuando se insinúan el mal y el pecado en el corazón mismo de la familia. Ante todo, está el desafío de la fidelidad en el amor conyugal. La vida familiar suele estar marcada por el debilitamiento de la fe y de los valores, el individualismo, el empobrecimiento de las relaciones, el stress de una ansiedad que descuida la reflexión serena. Se asiste así a no pocas crisis matrimoniales, que se afrontan de un modo superficial y sin la valentía de la paciencia, del diálogo sincero, del perdón recíproco, de la reconciliación y también del sacrificio. Los fracasos dan
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HUMANIºTAS Nº 76 pp. 8 - 11
EDITORIAL origen a nuevas relaciones, nuevas parejas, nuevas uniones y nuevos matrimonios, creando situaciones familiares complejas y problemáticas para la opción cristiana. Entre tantos desafíos queremos evocar el cansancio de la propia existencia. Pensamos en el sufrimiento de un hijo con capacidades especiales, en una enfermedad grave, en el deterioro neurológico de la vejez, en la muerte de un ser querido. Es admirable la fidelidad generosa de tantas familias que viven estas pruebas con fortaleza, fe y amor, considerándolas no como algo que se les impone, sino como un don que reciben y entregan, descubriendo a Cristo sufriente en esos cuerpos frágiles.
El amor tiende por su propia naturaleza a ser para siempre, hasta dar la vida por la persona amada (cf. Jn 15, 13). Bajo esta luz, el amor conyugal, único e indisoluble, persiste a pesar de las múltiples dificultades del límite humano, y es uno de los milagros más bellos, aunque también es el más común.
Pensamos en las dificultades económicas causadas por sistemas perversos, originados “en el fetichismo del dinero y en la dictadura de una economía sin rostro y sin un objetivo verdaderamente humano” (Evangelii gaudium, 55), que humilla la dignidad de las personas. Pensamos en el padre o en la madre sin trabajo, impotentes frente a las necesidades aun primarias de su familia, o en los jóvenes que transcurren días vacíos, sin esperanza, y así pueden ser presa de la droga o de la criminalidad.
Pensamos también en la multitud de familias pobres, en las que se aferran a una barca para poder sobrevivir, en las familias prófugas que migran sin esperanza por los desiertos, en las que son perseguidas simplemente por su fe o por sus valores espirituales y humanos, en las que son golpeadas por la brutalidad de las guerras y de distintas opresiones. Pensamos también en las mujeres que sufren violencia, y son sometidas al aprovechamiento, en la trata de personas, en los niños y jóvenes víctimas de abusos también de parte de aquellos que debían cuidarlos y hacerlos crecer en la confianza, y en los miembros de tantas familias humilladas y en dificultad. Mientras tanto, “la cultura del bienestar nos anestesia y […] todas estas vidas truncadas por la falta de posibilidades nos parecen un mero espectáculo que
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de ninguna manera nos altera” (Evangelii gaudium, 54). Reclamamos a los gobiernos y a las organizaciones internacionales que promuevan los derechos de la familia para el bien común. Cristo quiso que su Iglesia sea una casa con la puerta siempre abierta, recibiendo a todos sin excluir a nadie. Agradecemos a los pastores, a los fieles y a las comunidades dispuestos a acompañar y a hacerse cargo de las heridas interiores y sociales de los matrimonios y de las familias. También está la luz que resplandece al atardecer detrás de las ventanas en los hogares de las ciudades, en las modestas casas de las periferias o en los pueblos, y aun en viviendas muy precarias. Brilla y calienta cuerpos y almas. Esta luz, en el compromiso nupcial de los cónyuges, se enciende Así la familia se presenta con el encuentro: es un don, una gracia que se expresa como una auténtica Iglesia —como dice el Génesis (2, 18)— cuando los dos rostros doméstica, que se amplía a están frente a frente, en una “ayuda adecuada”, es decir, semejante y recíproca. El amor del hombre y de la mujer esa familia de familias que nos enseña que cada uno necesita al otro para llegar a es la comunidad eclesial. ser él mismo, aunque se mantiene distinto del otro en su Por otra parte, los cónyuges identidad, que se abre y se revela en el mutuo don. Es cristianos son llamados a lo que expresa de manera sugerente la mujer del Cantar convertirse en maestros de de los Cantares: “Mi amado es mío y yo soy suya… Yo soy de mi amado y él es mío” (Ct 2, 17; 6, 3).
la fe y del amor para los matrimonios jóvenes.
El itinerario, para que este encuentro sea auténtico, comienza en el noviazgo, tiempo de la espera y de la preparación. Se realiza en plenitud en el sacramento del matrimonio, donde Dios pone su sello, su presencia y su gracia. Este camino conoce también la sexualidad, la ternura y la belleza, que perduran aun más allá del vigor y de la frescura juvenil. El amor tiende por su propia naturaleza a ser para siempre, hasta dar la vida por la persona amada (cf. Jn 15, 13). Bajo esta luz, el amor conyugal, único e indisoluble, persiste a pesar de las múltiples dificultades del límite humano, y es uno de los milagros más bellos, aunque también es el más común. Este amor se difunde naturalmente a través de la fecundidad y la generatividad, que no es solo la procreación, sino también el don de la vida divina en el bautismo, la educación y la catequesis de los hijos. Es también capacidad de ofrecer vida, afecto, valores, una experiencia posible también para quienes no pueden tener hijos. Las familias que viven esta aventura luminosa se convierten en un testimonio para todos, en particular para los jóvenes. Durante este camino, que a veces es un sendero de montaña, con cansancios y caídas, siempre está la presencia y la compañía de Dios. La familia lo experimenta en el afecto y en el diálogo entre marido y mujer, entre padres e hijos, entre hermanos y
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EDITORIAL
hermanas. Además lo vive cuando se reúne para escuchar la Palabra de Dios y para orar juntos, en un pequeño oasis del espíritu que se puede crear por un momento cada día. También está el empeño cotidiano de la educación en la fe y en la vida buena y bella del Evangelio, en la santidad. Esta misión es frecuentemente compartida y ejercitada por los abuelos y las abuelas con gran afecto y dedicación. Así la familia se presenta como una auténtica Iglesia doméstica, que se amplía a esa familia de familias que es la comunidad eclesial. Por otra parte, los cónyuges cristianos son llamados a convertirse en maestros de la fe y del amor para los matrimonios jóvenes. Hay otra expresión de la comunión fraterna, y es la de la caridad, la entrega, la cercanía a los últimos, a los marginados, a los pobres, a las personas solas, enfermas, extranjeras, a las familias en crisis, conscientes de las palabras del Señor: “Hay más alegría en dar que en recibir” (Hch 20, 35). Es una entrega de bienes, de compañía, de amor y de misericordia, y también un testimonio de verdad, de luz, de sentido de la vida. La cima que recoge y unifica todos los hilos de la comunión con Dios y con el prójimo es la Eucaristía dominical, cuando con toda la Iglesia la familia se sienta a la mesa con el Señor. Él se entrega a todos nosotros, peregrinos en la historia hacia la meta del encuentro último, cuando Cristo “será todo en todos” (Col 3, 11). Por eso, en la primera etapa de nuestro camino sinodal, hemos reflexionado sobre el acompañamiento pastoral y sobre el acceso a los sacramentos de los divorciados en nueva unión. Nosotros, los Padres Sinodales, pedimos que caminen con nosotros hacia el próximo Sínodo. Entre ustedes late la presencia de la familia de Jesús, María y José en su modesta casa. También nosotros, uniéndonos a la familia de Nazaret, elevamos al Padre de todos nuestra invocación por las familias de la tierra: Padre, regala a todas las familias la presencia de esposos fuertes y sabios, que sean manantial de una familia libre y unida. Padre, da a los padres una casa para vivir en paz con su familia. Padre, concede a los hijos que sean signos de confianza y de esperanza y a los jóvenes el coraje del compromiso estable y fiel. Padre, ayuda a todos a poder ganar el pan con sus propias manos, a gustar la serenidad del espíritu y a mantener viva la llama de la fe también en tiempos de oscuridad. Padre, danos la alegría de ver florecer una Iglesia cada vez más fiel y creíble, una ciudad justa y humana, un mundo que ame la verdad, la justicia y la misericordia. Vaticano, 18 de octubre 2014 * Traducido del original en italiano
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Familia y Nueva Evangelización POR LIVIO MELINA
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“
a nueva evangelización depende en gran parte de la Iglesia doméstica (cf. Ib., 65) (…) Y del mismo modo que están en relación el eclipse de Dios y la crisis de la familia, así la nueva evangelización es inseparable de la familia cristiana. De hecho, la familia es el camino de la Iglesia porque es “espacio humano” del encuentro con Cristo”. Con estas palabras pronunciadas en la Asamblea Plenaria del Pontificio Consejo para la Familia, el 1 de diciembre de 2011, Benedicto XVI señaló un fuerte vínculo estructural entre la familia y la nueva evangelización. De la misma manera también el Beato Juan Pablo II utilizó expresiones de gran vigor, en la homilía que pronunció, el 30 de diciembre de 1988, hablando de manera espontánea, con ocasión de la Fiesta de la Sagrada Familia: “El aspecto más importante y fundamental en la misión de la Iglesia es la renovación espiritual de la familia (…) Hay que empezar desde aquí, desde esta misión. Santa Iglesia de Dios, tú no puedes realizar tu misión, no puedes cumplir tu misión en el mundo, si no es a través de la familia y su misión”. Primacía, por tanto, de la familia, más aún condición indispensable para la nueva evangelización, y no solo como objeto de predicación y de atención pastoral, sino sobre todo como sujeto protagonista y recurso indispensable para la misión de la Iglesia. Ante palabras tan fuertes, podemos tener la duda de que se trate de acentos ocasionales, exageraciones homiléticas fuera de la realidad, dictadas por las circunstancias; de afirmaciones que no se deben tomar literalmente, sino que han de colocarse dentro de una reflexión teológica y pastoral más equilibrada. No creo que esta enseñanza concordante de los dos últimos pontífices se deba leer en clave reductiva. Más bien, esas palabras expresan una verdad profunda que une el Evangelio a la familia. Es tarea nuestra desentrañar lo que implica esta unión: ¿Por qué la familia y la nueva evangeli-
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LAS RAZONES POR LAS QUE LA FAMILIA DEBE SER RECONOCIDA COMO EL CORAZÓN DE LA NUEVA EVANGELIZACIÓN SON, AL MISMO TIEMPO, DE NATURALEZA ANTROPOLÓGICA Y TEOLÓGICA. DICHAS RAZONES SE COLOCAN ESTRATÉGICAMENTE AL CENTRO DE LA CONFRONTACIÓN CON LA CULTURA POSTMODERNA, O MÁS BIEN, DE LA MODERNIDAD TARDÍA, EN LA QUE ESTAMOS INMERSOS.
Imagen pág. 688. La joven
Santa Justa, hermana de Santa Rufina, mártires de la fe y patronas de Sevilla. (Óleo de Bartolomé Esteban Murillo).
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zación están íntimamente relacionadas? ¿En qué consiste “el Evangelio de la familia”? ¿Qué perspectivas pastorales nuevas se abren ante el reconocimiento de este vínculo entre la Nueva Evangelización y la familia?
La familia en el corazón de la nueva evangelización
ESTA MODERNIDAD TARDÍA HA LLEGADO A SER INCAPAZ DE RECONOCER EL DECISIVO VALOR SOCIAL DE LA FAMILIA, Y CON EL DISCURSO DE LA PLURALIDAD DE MODELOS DE LA FAMILIA, NO TIENE EN CUENTA LA IDENTIDAD ESPECÍFICA DEL MATRIMONIO COMO UNA SOCIEDAD NATURAL BASADA EN LA UNIÓN ESTABLE Y PÚBLICA DE UN HOMBRE Y UNA MUJER, ABIERTA A LA TRANSMISIÓN DE LA VIDA Y A LA EDUCACIÓN DE LOS HIJOS
1 Cf. L. Melina (a cura di), Criterio della natura e futuro della familia, Cantagalli, Siena 2011.
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Las razones por las que la familia debe ser reconocida como el corazón de la nueva evangelización son, al mismo tiempo, de naturaleza antropológica y teológica. Dichas razones se colocan estratégicamente al centro de la confrontación con la cultura post-moderna, o más bien, de la modernidad tardía, en la que estamos inmersos. Esta modernidad tardía ha llegado a ser incapaz de reconocer el decisivo valor social de la familia, y con el discurso de la pluralidad de modelos de la familia, no tiene en cuenta la identidad específica del matrimonio como una sociedad natural basada en la unión estable y pública de un hombre y una mujer, abierta a la transmisión de la vida y a la educación de los hijos1. El camino histórico que ha conducido a la situación actual es articulado y complejo y, puede ser útil mencionar, al menos, los principales factores que han determinado su desarrollo. En primer lugar, hay que destacar la progresiva secularización del matrimonio, que a partir de Lutero ya no se considera como una realidad sagrada, sino como una institución puramente mundana. De esta forma, dicha institución queda a merced de las configuraciones jurídicas que se consideren más útiles para el bien de la sociedad o, como es el caso más reciente, a merced de las reivindicaciones individualistas de presuntos derechos. Se debe aquí hacer referencia a la reducción, propia del Romanticismo, que exalta el amor poniendo énfasis en la parte sentimental y lo dirige de tal modo que llega a constituirlo en un evento oscuro e incontrolable, que escapa a la libertad, vive por un instante y muere si es institucionalizado. Esto implica una privatización del amor, que se entiende como una experiencia irracional, puramente individualista, incapaz de crear y mantener relaciones sociales significativas. Por último, hay que mencionar la revolución sexual de mediados del siglo pasado, con la disociación del sexo en su relación con el matrimonio y la procreación. Dicha
disociación emancipa el sexo de las relaciones institucionales y naturales que ofrecen un contexto personalista de significado y un valor social. En la ideología del género (gender), las sexualidad se convierte en algo independiente incluso de la diferencia sexual entre el hombre y la mujer. En la época de la sociedad líquida, la tendencia predominante parece ser aquella de establecer relaciones basadas en una total autonomía del individuo y en el carácter puramente contractualístico de las relaciones. El conocido sociólogo británico Anthony Giddens habla de una transformación radical de la esfera íntima de la existencia, que es característica de los afectos y la sexualidad2. El principio democrático de los derechos individuales y la posibilidad de una sexualidad sin procreación han permitido la aparición de la forma social de la “relación pura”. Se trata de una forma de vivir la propia intimidad basada en la completa igualdad sexual, sentimental y emocional, que pretende ser un encuentro entre individuos iguales y autónomos, que negocian el cómo y el cuándo de una relación que está basada, por tanto, en una equidad intencional, en un equilibrio de cuentas entre lo que se da y lo que se recibe: tal relación se define como “pura”, justo porque excluiría todas las formas precedentemente dadas por la naturaleza o la cultura. A este resultado de secularización, de privatización y fragmentación del amor y de la sexualidad corresponde, por tanto, una antropología radicalmente individualista que, en nombre de la autonomía de la libertad del individuo, lo separa de las relaciones con los demás y mira a la sociedad como el resultado de un contrato continuamente renegociable, según las ventajas y desventajas percibidas por cada socio (partner). La familia se inscribe, más bien, dentro de la experiencia humana, como un lugar decisivo para la génesis de la persona, en cuanto que identifica las relaciones constitutivas de la identidad misma de cada uno de nosotros. Ser hijo, hermano, esposo o esposa, padre y madre significa encontrar el sentido de la propia aventura humana gracias a relaciones que me hablan de origen o de vocación, con un contenido objetivo, indisponible, que implica una apertura tanto social como trascendente. El hombre es un “ser familiar” precisamente porque las relaciones que definen su identidad personal no pertenecen al ámbito del tener, sino a su ser en la forma más íntima.
EN LA ÉPOCA DE LA SOCIEDAD LÍQUIDA, LA TENDENCIA PREDOMINANTE PARECE SER AQUELLA DE ESTABLECER RELACIONES BASADAS EN UNA TOTAL AUTONOMÍA DEL INDIVIDUO Y EN EL CARÁCTER PURAMENTE CONTRACTUALÍSTICO DE LAS RELACIONES.
2 Cfr. A. Giddens, La trasformazione dell’intimità. Sessualità, amore ed erotismo nelle società moderne, Il Mulino, Bologna 2005, 68.
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A ESTE RESULTADO DE SECULARIZACIÓN, DE PRIVATIZACIÓN Y FRAGMENTACIÓN DEL AMOR Y DE LA SEXUALIDAD CORRESPONDE, POR TANTO, UNA ANTROPOLOGÍA RADICALMENTE INDIVIDUALISTA QUE, EN NOMBRE DE LA AUTONOMÍA DE LA LIBERTAD DEL INDIVIDUO, LO SEPARA DE LAS RELACIONES CON LOS DEMÁS Y MIRA A LA SOCIEDAD COMO EL RESULTADO DE UN CONTRATO CONTINUAMENTE RENEGOCIABLE, SEGÚN LAS VENTAJAS Y DESVENTAJAS PERCIBIDAS POR CADA SOCIO (PARTNER).
«Se habla de un generalizado “analfabetismo afectivo” entre los jóvenes, que se han vuelto incapaces de leer sus propias emociones y sus sentimientos, y por tanto, incapaces para escribir con ellos una historia coherente y sensata. La necesidad de una educación integral basada en la vocación al amor se percibe como algo urgente y se experimenta la necesidad de indicar testigos y lugares para esta empresa “arriesgada” e imprescindible del educar.» Niño riendo, detalle. Murillo.
El don de estas relaciones precede a la libertad y la hace posible: apunta a un “don” originario de la vida, que más allá de los propios padres y los antepasados, señala al Padre que está en los cielos. Como afirmaba, en una formulación sugestiva, San Juan Pablo II en la Carta a las Familias de 1994,
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“en la biología de la generación está inscrita la genealogía de la persona (… justamente) en la paternidad y maternidad humanas Dios mismo está presente de un modo diverso de cómo lo está en cualquier otra generación “sobre la tierra”. (n.9). Pero se trata también de un don que responsabiliza la libertad, dirigida a una vocación al amor, para que madure aquella comunión de personas según las modalidades específicas y diversificadas de la fraternidad, la esponsalidad, la paternidad y maternidad, la amistad o la cooperación. Todo esto está testimoniado en el cuerpo del hombre y de la mujer que, lejos de ser un simple instrumento que se posee y se disfruta, es un signo visible de la persona, “sacramento y signo anticipador”3, que lleva impreso en sí mismo la memoria del don originario de la filiación y la orientación fundamental de la vocación al amor. Las catequesis de Juan Pablo II sobre el amor humano en el plan divino ofrecen, en este sentido, una gran cantidad de material para la elaboración de una “teología del cuerpo”, que sea justamente el fundamento del nexo teológico entre familia y nueva evangelización. En efecto, la experiencia originaria del cuerpo es la de una red de relaciones que ofrece a cada persona su propia historia y su identidad única4. El cuerpo, de hecho, por su dinamismo intrínseco va siempre más allá de sí mismo, de modo que, gracias al cuerpo, el hombre puede compartir su vida con otras personas y construir una comunión en el amor con los demás seres humanos y con Dios5. Se comprende entonces por qué la familia es el espacio para un encuentro —mediante las relaciones primarias que el cuerpo testimonia y hace posibles— con los demás y con Dios. La venida de Cristo en un cuerpo humano y en una familia humana conlleva una transformación de las relaciones, no en el sentido de su negación gnóstica, sino en el de un perfeccionamiento del dinamismo originario del cuerpo en el horizonte de una vocación al amor. La familia se coloca, por tanto, en un centro estratégico dentro del plan divino de la redención. Ella señala el primer lugar de encuentro y transformación del mundo por parte de la gracia. Así lo entiende el Concilio Vaticano II, del cual celebramos el cincuenta aniversario, que en la constitución pastoral Gaudium et Spes sobre la Iglesia en el mundo contemporáneo, pone justamente el matrimonio y la familia
SER HIJO, HERMANO, ESPOSO O ESPOSA, PADRE Y MADRE SIGNIFICA ENCONTRAR EL SENTIDO DE LA PROPIA AVENTURA HUMANA GRACIAS A RELACIONES QUE ME HABLAN DE ORIGEN O DE VOCACIÓN, CON UN CONTENIDO OBJETIVO, INDISPONIBLE, QUE IMPLICA UNA APERTURA TANTO SOCIAL COMO TRASCENDENTE. (…)
3 Giovannii Paolo II, “Uomo e donna lo creó”. Catechesi sull’amore umano, Città Nuova Editrice – Librería Editrice Vaticana, cat. XIX, 90-92, Roma 1985. 4 Cfr. D. Crawford, “Recognizing the Roots of Society in the Family, Foundation of Justice”, in Anthropotes XXIII/2 (2207) 455-482. 5 Cfr. J. Granados García, La carne si fa amore, Il corpo, cardien della storia della salvezza, Cantagalli, Siena 2010, 46-57.
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como el primer momento de interacción entre la Iglesia y el mundo. Se trata del lugar originario en el que se constituye la cultura humana y por tanto dimensión decisiva para la evangelización de la existencia concreta de los hombres en cada época de la historia.
El Evangelio de la familia
6 Al respecto: Conferenza Episcopale Italiana, Direttorio di Pastorale Familiare per la Chiesa in Italia. Annunciare, celebrare, serviré il “Vangelo della familia” Roma 1992, n.8. 7 Estos textos han sido recogidos y comentados por A. Tosato, “L’istituto famigliare dell’antico Israele e della Chiesa primitiva”, in Anthropotes XIII/1 (1997), 109-174, aquí: 14 4-154. Es particularmente esclarecedor el debate entre el erudito judío J. Neusner. A Rabbi Talks With Jesus, McGill, Montreal 2000, 56ss y J. Ratzinger – Benedicto XVI, en el libro Jesús de Nazaret (Planeta, Madrid 2007).
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La expresión “Evangelio de la familia”, inspirada en las enseñanzas de San Juan Pablo II, pretende hacer referencia a dos dimensiones complementarias y convergentes, que deberán estar debidamente colocadas en el horizonte de la nueva evangelización. La primera dimensión abarca todo lo que el Evangelio dice sobre el matrimonio y la familia, para señalar su identidad y su papel en el plan divino de la salvación: es la dimensión objetiva, a la cual ya nos hemos referido. La segunda dimensión se refiere a la buena noticia de la cual cada familia cristiana es en sí misma portadora, en cuanto testimonio del amor: es la dimensión subjetiva y profética de la misión que la familia realiza con su propio ser, antes que con sus gestos o actividades apostólicas6. En cuanto al primer aspecto, no se puede evitar el confrontarse con una serie de afirmaciones de Jesús, quien parece pronunciarse en contra de la familia, junto con algunos textos de las cartas paulinas, en un contexto de urgentes decisiones determinadas por la irrupción inminente del Reino de Dios7. ¿No ha colocado Jesús el odio al propio padre, la propia madre y los propios hijos, hermanos y hermanas, como requisito previo para aquellos que desean seguirle (cf. Lc 14, 26)? ¿No ha dicho que Él no ha venido a traer la paz, sino la guerra, y justamente dentro de la familia, y advirtió que “los primeros enemigos del hombre serán los de su casa” (Mt 10, 34)? Su afirmación acerca de los eunucos por causa del Reino de los cielos (Mt 19, 10-12), ¿no implica que los que entienden la urgencia de los tiempos saben que no conviene al hombre casarse? ¿Cómo han de interpretarse estas y otras palabras de Jesús y también del apóstol Pablo respecto del matrimonio y la familia? Sin duda, hay que reconocer que el acontecimiento escatológico de la predicación del Reino de Dios que Jesús hizo cambia radicalmente el horizonte de la historia, en el cual in-
cluso el orden social de la familia encontraba un lugar dentro de la Alianza antigua. Jesús predicando el Reino relativizó la importancia de las relaciones familiares8. Él mismo inauguró una forma virginal de vida y una familia nueva, la de los discípulos, que surge del seguirle a Él para hacer la voluntad del Padre (cfr. 12, 49-50). Por supuesto, hay que señalar que la familia puede presentarse como un obstáculo para entrar en el Reino de Dios y que la renuncia al matrimonio tiene un valor de profecía, en cuanto que relativiza esta institución al ámbito de la vida presente9. Las familias humanas no corresponden, en muchos aspectos, al ideal originario del plan de Dios, cuando se cierran en sí mismas y se convierten en un obstáculo para el Reino. La familia no es en sí misma una realidad salvífica: es una realidad humana compleja y dramática, marcada por la fragilidad, las tensiones y contradicciones, que necesita ser salvada. Sin embargo, la familia no es negada ni suprimida por Jesús: invita, más bien, a convertirse con el fin de poder realizar el proyecto de la creación e injertarse en la dinámica de la redención. Podemos decir que Jesús no tiene como objetivo la abolición de la familia y del orden social de Israel, pero apunta a su transformación profunda que corresponde, por lo demás, al más íntimo dinamismo de la realidad humana de la comunión del hombre y de la mujer y de la realidad familiar a que ella da lugar. “Effatà, ¡ábrele¡”, dice también Jesús a las familias humanas. Abríos a la dinámica íntima del amor como don de sí, que crea la comunión entre los hombres y abríos al anuncio del Reino que viene, en el cual se cumple la verdad del amor humano. Por lo tanto, podemos decir que la familia se encuentra teológicamente en el centro de la vocación de la persona y de aquella tensión dinámica entre la naturaleza humana y el universo entero; entre la creación y la salvación escatológica. Jesús, de hecho, revela la verdad del “principio” sobre el amor humano en el plan divino de la creación cuando dice a los fariseos “¿No habéis leído que el Creador, desde el principio, los hizo varón y mujer; y que dijo: “Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre para unirse a su mujer, y los dos no serán sino una sola carne?” (Mt 19, 4), pero Él revela también el destino final cuando, en la controversia con los saduceos, afirma que “en la resurrección ni los hombres ni las mujeres se casarán, sino que todos serán como ángeles de Dios
(…) EL HOMBRE ES UN “SER FAMILIAR” PRECISAMENTE PORQUE LAS RELACIONES QUE DEFINEN SU IDENTIDAD PERSONAL NO PERTENECEN AL ÁMBITO DEL TENER, SINO A SU SER EN LA FORMA MÁS ÍNTIMA. EL DON DE ESTAS RELACIONES PRECEDE A LA LIBERTAD Y LA HACE POSIBLE: APUNTA A UN “DON” ORIGINARIO DE LA VIDA, QUE MÁS ALLÁ DE LOS PROPIOS PADRES Y LOS ANTEPASADOS, SEÑALA AL PADRE QUE ESTÁ EN LOS CIELOS.
8 Cfr. N. Provencher, “Vers une théologie de la famille: l’Église domestique”, in Église et théologie 12 (1981) 9-34. 9 A este respecto véase: B. Ognibeni, Il matrimonio alla luce del Nuovo Testamento, Lateran University Press, Roma 2007, 81-91.
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en el cielo” (Mt 22, 30). El amor se realizará en forma plena como don de sí en los cuerpos resucitados, transfigurados y llenos del Espíritu Santo, aun cuando la forma conyugal se verá superada en una plenitud misteriosamente anticipada, ya desde ahora, en la virginidad por el Reino de los cielos.
EN REALIDAD, LO QUE SE ENTIENDE POR FAMILIA “TRADICIONAL” ES MÁS BIEN LA FAMILIA BURGUESA DE LA MODERNIDAD, QUE SOLO EN ALGUNOS ASPECTOS FORMALES EXTERNOS HA CUSTODIADO EL IDEAL CRISTIANO. NUESTRO MUNDO HA ACEPTADO LA PRIVATIZACIÓN DEL AMOR Y SU EXCLUSIÓN DE LA SOCIEDAD, CONVIRTIÉNDOSE EN OCASIÓN DE MÚLTIPLES HIPOCRESÍAS Y DEFORMACIONES.(…)
10 Para un análisis y juicio crítico: J.J. Pérez-Soba, Il misterio della famiglia, Cantagalli, Siena 2010, 60-64. 11 Cfr. Mons. Rino Fisichella insiste sobre este aspecto decisivo: R. Fisichella, La nuova evangelizzazione. Una sfida per uscire dall’indifferenza, Mondatori, Milano 2011, 22-25.
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El Evangelio frente a nosotros: perspectivas pastorales Se ha difundido el término equívoco de “familia tradicional”, para oponerlo a los así llamados nuevos “modelos de familia”10, oscureciendo la imagen de la familia en su configuración natural de unión estable de un hombre y una mujer, fundada en el matrimonio y abierta a la generación y educación de los hijos. Se entiende que esta familia, que la Iglesia defendería en contra del progreso de las costumbres sociales, sería un asunto del pasado que queda detrás de nosotros. En este sentido, el término “familia tradicional” es algo completamente equívoco y debería ser abandonado. Sobre todo si se introduce en el horizonte del proyecto de la nueva evangelización, que no debe ser simplemente una “re-evangelización”; en otras palabras, no debe ser una repetición del anuncio, sino verdaderamente una evangelización “nueva”11. ¿Cómo puede ser “nueva” una evangelización que tiene como contenido, incluso privilegiado, la simple reproposición de la familia tradicional? ¿Qué esperanza de éxito puede tener un semejante anuncio en términos de audiencias por parte del hombre contemporáneo? Sabemos bien que el hombre moderno escucha con dificultad lo que cree saber ya desde hace tiempo. Nace entonces, dentro de la misma Iglesia, la fuerte tentación de adaptar el mensaje cristiano a la mentalidad y a las nuevas costumbres del mundo, de acuerdo a una equívoca interpretación del “aggiornamento” (puesta al día) conciliar. O bien, aflora la tentación contraria de poner un silenciador respecto a estos temas polémicos que se refieren a la moral, y limitarse más bien a un kerigma de la fe que, al no entrar en la vida real de las personas y al no exigir ninguna conversión, se presenta inevitablemente abstracta en su espiritualismo. Sin embargo, el hombre moderno o tardo-moderno que somos, ¿conoce de verdad a la familia del Evangelio, o bien,
debe todavía recibir ese anuncio como si fuera la primera vez, dado que dicho concepto no se identifica con lo que él cree ya saber y haber experimentado? En realidad, lo que se entiende por familia “tradicional” es más bien la familia burguesa de la modernidad12, que solo en algunos aspectos formales externos ha custodiado el ideal cristiano. Nuestro mundo ha aceptado la privatización del amor y su exclusión de la sociedad, convirtiéndose en ocasión de múltiples hipocresías y deformaciones. Nos ha permitido pensar el trabajo como “espacio no-familiar” y la familia como “espacio del no-trabajo”13. Además, no se ha valorado el singular papel de la mujer y su vocación en el hogar y en la sociedad; ha descuidado e irresponsabilizado la figura paterna, exaltando solo el trabajo que realiza fuera de la familia y que se contrapone a la misma. La familia burguesa moderna, aunque respeta algunos aspectos de la gramática del misterio nupcial, no ha sido capaz de vivir de forma dinámica la sintaxis, haciendo de la diferencia sexual una desigualdad; de la unidad conyugal, un respeto condicionado; de la procreación, una potencialidad que debe ser controlada y observada con sospecha. Tal vez, se parecía más a la naturaleza pero, sin duda, era más lejana del ideal escatológico y ciertamente llevaba en sí un germen de disolución. Parafraseando a Romano Guardini, podemos decir que la hipocresía de lo moderno ha estallado y con ella también su consiguiente forma de familia14. Ya el Papa Juan Pablo II, en la Exhortación Apostólica postsinodal Familiaris consortio, evitando los tonos nostálgicos y unilateralmente negativos, había hablado de luces y sombras en la situación actual de la familia, invitando a un discernimiento crítico a la luz del Evangelio. En este sentido, deberían analizarse con mucho cuidado los “signos de los tiempos”, para encontrar incluso en este punto, lo que se ha llamado “la extraordinaria coincidencia entre el anuncio cristiano y el anhelo profundo del hombre de hoy”15. Podemos aquí mencionar dos elementos de gran relieve, que nos invitan a considerar las oportunidades positivas de la circunstancia cultural de hoy, leyéndola como un tiempo favorable, un “kairós” para el anuncio del Evangelio de la familia. En primer lugar, hay que destacar la nueva atención pública y política a los temas de la familia, como resultado de la crisis económica y cultural que atraviesa no solo el Occidente. Hoy
(….) NOS HA PERMITIDO PENSAR EL TRABAJO COMO “ESPACIO NO-FAMILIAR” Y LA FAMILIA COMO “ESPACIO DEL NOTRABAJO”. ADEMÁS, NO SE HA VALORADO EL SINGULAR PAPEL DE LA MUJER Y SU VOCACIÓN EN EL HOGAR Y EN LA SOCIEDAD; HA DESCUIDADO E IRRESPONSABILIZADO LA FIGURA PATERNA, EXALTANDO SOLO EL TRABAJO QUE REALIZA FUERA DE LA FAMILIA Y QUE SE CONTRAPONE A LA MISMA. (…)
12 Véase: D. Dagenois, La fin de la famille moderne, Presses de l’Université Laval, Québec 2001. 13 Cfr. S. e V. Zamagni, Famiglia e lavoro. Opposizione o armonía?, San Paolo, Cinisello Balsamo (Mi) 2012. 14 Cfr. R. Guardini, La fine dell’epoca moderna. Il potere, Morcelliana, Brescia 1984. 15 A. Scola, Una nuova laicità. Temi per una società plurale, Marsilio, Venezia 2007, 77-78.
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(…) LA FAMILIA BURGUESA MODERNA, AUNQUE RESPETA ALGUNOS ASPECTOS DE LA GRAMÁTICA DEL MISTERIO NUPCIAL, NO HA SIDO CAPAZ DE VIVIR DE FORMA DINÁMICA LA SINTAXIS, HACIENDO DE LA DIFERENCIA SEXUAL UNA DESIGUALDAD; DE LA UNIDAD CONYUGAL, UN RESPETO CONDICIONADO; DE LA PROCREACIÓN, UNA POTENCIALIDAD QUE DEBE SER CONTROLADA Y OBSERVADA CON SOSPECHA.
16 Cfr. P. Donati (a cura di). Famiglia risorsa della società, Il Mulino, Bologna 2012. 17 Al respecto: L. Melina, Liebe auf katholisch. Ein Handbuch für heute, Sankt Ulrich Verlag. Augsburg 2009, 17-37: “Der Analphabetismus der Gefühle und die Kultur der Liebe”. 18 Véase: Comitato per il progetto culturale della Conferenza Episcopale Italiana (a cura di). La sfida educativa, con prefazione di Camillo Ruini, Laterza, Bari 2009; F. Pesci, Rischio educativo e ricerca di senso, Aracn, Roma 2007. 19 Cfr. Ch. Taylor, L’età secolare, Feltrinelli, Milano 2009, 33.
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en día, en casi todos los países, los gobiernos contemplan la existencia de un ministerio o departamento dedicado a la familia o, por lo menos, dedican una atención nueva a las denominadas “políticas familiares”, mientras surge la conciencia de que la familia genera aquellos bienes relacionales y aquel capital social del cual la entera comunidad no puede prescindir para vivir16. Por supuesto, esta nueva atención política y jurídica hacia la familia no está exenta de ambigüedades y peligros. Dicha atención si está ideológicamente inspirada, es capaz de destruir la identidad de la familia y ser contraproducente. Pero, antes que nada, podemos valorar tal atención como un ámbito de diálogo que se abre y en el cual se puede participar, con valor, para presentar la visión cristiana y confrontarse con otras concepciones. Además, debemos señalar una nueva atención a la afectividad y a las dificultades asociadas con el contexto actual para formar a las personas al amor. Se habla de un generalizado “analfabetismo afectivo” entre los jóvenes, que se han vuelto incapaces de leer sus propias emociones y sus sentimientos, y por tanto, incapaces para escribir con ellos una historia coherente y sensata17. La necesidad de una educación integral basada en la vocación al amor18 se percibe como algo urgente y se experimenta la necesidad de indicar testigos y lugares para esta empresa “arriesgada” e imprescindible del educar. Me gustaría mencionar además dos perspectivas de carácter pastoral, que deberían connotar las modalidades de la nueva evangelización. La primera se relaciona con el tema del testimonio, algo tan urgente y adecuado a un tiempo como el nuestro, que ha perdido la inocencia de una apertura espontánea a lo trascendente. Charles Taylor define la forma radical de la secularización, anterior a nuestra tardo modernidad, como un “humanismo auto-suficiente” que no permite los fines últimos que trasciendan la prosperidad humana19. En esta época desencantada, donde el argumento de la tradición ya no tiene credibilidad, la conveniencia del Evangelio a la vida de los hombres solo puede ser testimoniada. Hace falta, sin embargo, liberar esta categoría de la pesada hipoteca moralista, que la reduce a una coherencia auto-referencial del sujeto respecto a los valores afirmados teóricamente por él. El testimonio, por su parte, nos
«Cristo es un acontecimiento de gracia que acaece en la vida de las familias y permite encontrar la verdad acerca de sí mismos y de las relaciones que nos constituyen, asumiendo lo humano y renovándolo. Es una novedad que acontece y transforma la realidad, a partir de los lazos familiares, una novedad que puede ser reconocida como verdadera, justamente porque corresponde a los anhelos más profundos inscritos en el corazón de todos y cada uno». San José y el Niño Jesús, por Bartolomé Esteban Murillo.
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COMO EN LOS INICIOS DEL CRISTIANISMO, SE TRATA DE AFIRMAR EL PRIMADO DEL EVENTO SOBRE LOS ARGUMENTOS PERSUASIVOS Y SOBRE LA TRADICIÓN. Y POR TANTO, LA MODALIDAD ESPECÍFICA DEL ENCUENTRO, COMO MODALIDAD DE COMUNICACIÓN DE AQUEL EVENTO.
20 A. Scola, Buone ragioni per la vita comune. Religione, política, economía, Mondadori, Milano 2010, 90-1. 21 La historia, el texto y el contexto de esta “regla” se pueden encontrar en los siguientes dos volúmenes: L e S. Grygiel – P. Kwiatkowski (a cura di), Bellezza e spiritualità dell’amore coniugale. Con un inédito di Karol Wojtyla, Cantagalli, Siena 2009 e S. Grygiel- P. Kwiatkowski (a cura di), L’amore e la sua regola. Karol Wojtyla e l’esperienza dell “Ambiente” di Cracovia, Cantagalli, Siena 2009. 22 Cfr. San Tommaso d’Aquino, Summa theologiae, I-II, 106-108.
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remite a Otro más grande que el testigo mismo, y de esta manera “brilla en toda su integridad, como un método de conocimiento práctico y de comunicación de la verdad, y como un valor primario respecto a cualquier otra forma de conocimiento y comunicación”20. Esto implica una relación de persona a persona. Como en los inicios del cristianismo, se trata de afirmar el primado del evento sobre los argumentos persuasivos y sobre la tradición. Y por tanto, la modalidad específica del encuentro, como modalidad de comunicación de aquel evento. Cristo es un acontecimiento de gracia que acaece en la vida de las familias y permite encontrar la verdad acerca de sí mismos y de las relaciones que nos constituyen, asumiendo lo humano y renovándolo. Es una novedad que acontece y transforma la realidad, a partir de los lazos familiares, una novedad que puede ser reconocida como verdadera, justamente porque corresponde a los anhelos más profundos inscritos en el corazón de todos y cada uno. Dentro de este horizonte de grandeza se coloca también la propuesta de una “regla” para la vida de la familia, que ya San Juan Pablo II había formulado, como respuesta a las exigencias del grupo de familias que él seguía en su trabajo pastoral en Cracovia 21. La sabiduría y la pastoral concreta de Karol Wojtyla le sugirieron la necesidad de ofrecer a las familias una específica regla de vida, una especie de vademécum para el camino hacia la verdad del amor, esto es, hacia su santidad conyugal. Sin regla no hay amor. Y sin embargo, si se mira bien a los contenidos de la regla propuesta por él, se notará que estos están completamente redimensionados y subordinados a dos grandes convicciones: no hay regla sin espiritualidad y no hay espiritualidad sin una morada de relaciones de comunión entre las personas. Esto nos lleva a reflexionar sobre el lugar de las reglas o normas dentro del anuncio de la verdad cristiana. Nos puede ayudar la meditación teológica de Santo Tomás de Aquino sobre el Evangelio como Ley nueva22. Él se pregunta en qué cosa consiste la novedad de la ley de Cristo respecto a las leyes del Antiguo Testamento. Su respuesta articulada señala al elemento específico y característico de la gracia del Espíritu Santo, que se da mediante la fe en Jesucristo, pero también
hace espacio a los elementos secundarios de las reglas escritas, ya que el homo viator no goza aún de la plenitud del don del Espíritu Santo. Sin embargo, estas reglas son secundarias y se refieren siempre al elemento principal de la gracia, y además, deben ser pocas y esenciales, “ne nimis onerosa reddagtur conversatio christianorum”, para que la vida en común de los cristianos no se haga demasiado pesada. Los tiempos que vivimos, que San Juan Pablo II, en su testamento de 1980, define como “indescriptiblemente difíciles e inquietantes”, deben ser descritos según la imagen paulina del alumbramiento (cfr. Rm 8, 18-30) más que como época de crisis: un tiempo de sufrimiento, como el del parto, para poder dar a luz a un mundo nuevo. Un tiempo en el cual decir con Jesús a las familias, a los hombres y a las mujeres, “¡Ábrete!”, invitando a la conversión, a un ideal de familia que está siempre delante de nosotros, como una meta aún por explorar y que se debe realizar. Solo el horizonte completo de una grandeza fascina y atrae al hombre. Centrarse en los detalles de una respuesta ética o jurídica provoca el fastidio de una presentación “moralista” o “legalista” de la propuesta cristiana. Hablando a los obispos de Suiza, Benedicto XVI citó, respecto a esto, una palabra de San Ignacio de Antioquía: “El cristianismo no es obra de persuasión, sino de grandeza”23. Les decía a ellos: no somos moralistas pasados de moda, sino que tenemos una grandeza que anunciar, una grandeza que es novedad y está siempre delante de nosotros.
LOS TIEMPOS QUE VIVIMOS, QUE SAN JUAN PABLO II, EN SU TESTAMENTO DE 1980, DEFINE COMO “INDESCRIPTIBLEMENTE DIFÍCILES E INQUIETANTES”, DEBEN SER DESCRITOS SEGÚN LA IMAGEN PAULINA DEL ALUMBRAMIENTO (CFR. RM 8, 18-30) MÁS QUE COMO ÉPOCA DE CRISIS: UN TIEMPO DE SUFRIMIENTO, COMO EL DEL PARTO, PARA PODER DAR A LUZ A UN MUNDO NUEVO.
23 Sant’Ignazio di Antiochia, Lettera ai Romani III, 3, citato da Benedetto XVI, Discorso a conclusione dell’incontro con i Vescovi della Svizzera, 9 novembre 2006.
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«Esto es ciertamente obvio, pero corresponde a una verdad antropológica que está en la raíz de la comprensión esencial del matrimonio. El hombre y la mujer se casan precisamente en cuanto hombre y mujer, según la mutua relación inherente a tal identidad. La unión entre ellos es natural en el sentido de que se refiere a la dimensión natural de la respectiva masculinidad y feminidad.»
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Una aproximación jurídica y antropológica
¿Qué es el matrimonio? POR CARLOS JOSÉ ERRÁZURIZ MACKENNA
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a crisis del matrimonio y de la familia en el ámbito occidental es evidente. Es una crisis que afecta a los sistemas jurídicos, pero sobre todo a la misma vida de muchísimas personas. Ante esta situación el jurista, incluido el canonista como jurista de la Iglesia, debe afrontar múltiples desafíos, que comprenden el diagnóstico de la crisis y las propuestas tendentes a superarla1. En medio de las urgencias sociales y eclesiales del momento presente, estoy convencido de que no debe abandonarse la reflexión sobre los fundamentos, en cuanto luz para el trabajo teórico y práctico en el campo de la familia. En ese contexto, me ha parecido oportuno volver a plantear la pregunta básica: ¿qué es el matrimonio? Intentaré mostrar que la respuesta adecuada presupone asomarse a otra cuestión íntimamente conectada: ¿qué es el derecho? Y por ese camino procuraré hacer ver que nuestro tema, también en su dimensión jurídica, es de gran trascendencia antropológica, y por tanto interesa a todas las disciplinas científicas que se ocupan del hombre y de la sociedad. Como es obvio, mi aproximación jurídica y antropológica, entendida como una unidad en la que ambos aspectos son inseparables, está marcada por mi trabajo como canonista. A pesar de las apariencias, creo que no se trata de un límite cultural, sino más bien de un potencial enriquecimiento interdisciplinar. En efecto, el enfoque canónico del matrimonio ha tenido que considerar su realidad natural, en la medida en que el respectivo sacramento está precisamente constituido por la misma unión entre hombre y mujer en cuanto tales. Tanto en la historia como en la actualidad no existe otro ordenamiento jurídico en el que se haya profundizado y afinado tanto en lo que es y en lo que no es la unión conyugal. Por consiguiente * Conferencia pronunciada en la Pontificia Universidad Católica de Chile, el 13 de enero de 2014, en el programa Ágora para profesores de las diversas Facultades. ** Las ilustraciones que acompañan este texto son obras del pintor francés, Marc Chagall.
HUMANITAS Nº 76 pp. 26 - 39
EL ENFOQUE CANÓNICO DEL MATRIMONIO HA TENIDO QUE CONSIDERAR SU REALIDAD NATURAL, EN LA MEDIDA EN QUE EL RESPECTIVO SACRAMENTO ESTÁ PRECISAMENTE CONSTITUIDO POR LA MISMA UNIÓN ENTRE HOMBRE Y MUJER EN CUANTO TALES. TANTO EN LA HISTORIA COMO EN LA ACTUALIDAD NO EXISTE OTRO ORDENAMIENTO JURÍDICO EN EL QUE SE HAYA PROFUNDIZADO Y AFINADO TANTO EN LO QUE ES Y EN LO QUE NO ES LA UNIÓN CONYUGAL.(…)
1 Como presentaciones de conjunto con una eficaz mirada crítica, conservan mucho interés las obras de R. Navarro -Valls, Matrimonio y Derecho, Ed. Tecnos, Madrid 1995; y C. M artínez de A guirre , Diagnóstico sobre el derecho de familia, Ed. Rialp, Madrid 1996.
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(…) POR CONSIGUIENTE ESTAMOS ANTE UNA DISCIPLINA CIENTÍFICA QUE A MI JUICIO PUEDE CONTRIBUIR DECISIVAMENTE EN EL DEBATE ACTUAL ACERCA DE LA CONFIGURACIÓN ESENCIAL DEL MATRIMONIO. TAMBIÉN EL HECHO DE QUE LA PERSPECTIVA JURÍDICOECLESIAL ACUDA A LA REVELACIÓN CRISTIANA PARA PENETRAR MÁS A FONDO EN LA REALIDAD FAMILIAR CONSTITUYE UNA EFICAZ CONTRIBUCIÓN CULTURAL, QUE SE REFIERE ANTE TODO AL MISMO ÁMBITO QUE DE SUYO ES ACCESIBLE A LA RAZÓN.
2 Ante todo puede ser muy útil para quienes defienden muy encomiablemente una visión esencial del matrimonio: cfr. la tesi doctoral de J. W. Gitahi, Robert P. George’s Philosophy of Marriage Law: an Essentialist View, defendido en mi Facultad en 2013 y en curso de publicación. 3 Una exposición panorámica del debate en el siglo XX, y en particular en la etapa postconciliar, se halla en F. Puig, La esencia del matrimonio a la luz del realismo jurídico, Navarra Gráfica Ediciones, Pamplona 2004.
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estamos ante una disciplina científica que a mi juicio puede contribuir decisivamente en el debate actual acerca de la configuración esencial del matrimonio2. También el hecho de que la perspectiva jurídico-eclesial acuda a la revelación cristiana para penetrar más a fondo en la realidad familiar constituye una eficaz contribución cultural, que se refiere ante todo al mismo ámbito que de suyo es accesible a la razón.
Dos modelos insuficientes para captar la esencia del matrimonio: el intercambio de derechos y la integración interpersonal existencial El tema de la esencia del matrimonio ha estado siempre presente en el derecho matrimonial canónico3. En todo el siglo XX han sido dominantes dos modelos de comprensión del matrimonio: el del intercambio de derechos y el de la integración interpersonal existencial. El primero fue claramente acogido y favorecido por la primera codificación canónica en 1917 y fue utilizado generalmente por los canonistas de ese tiempo. El segundo implica una reacción contra el precedente, y se apoya en un determinado modo de interpretar el Concilio Vaticano II y el nuevo Código de 1983. En la doctrina canónica interesa saber qué es el matrimonio en primer lugar de cara a la determinación del objeto del consentimiento, o sea, para precisar qué conocen y quieren el hombre y la mujer cuando se casan, lo que obviamente comprende el conocimiento y la voluntad sobre el mismo matrimonio. El modelo del intercambio de derechos aparece claramente en el pensamiento del cardenal Pietro Gasparri, principal artífice del primer código canónico, en cuyo canon 1081 § 2 se decía: «El consentimiento matrimonial es el acto de la voluntad mediante el cual ambas partes dan y aceptan el derecho perpetuo y exclusivo sobre el cuerpo [ius in corpus] en orden a los actos que de suyo son idóneos para la generación de la prole». Más allá del relieve que se atribuye a este derecho, según la llamada visión iuscorporalista, a nuestros efectos lo más distintivo es la referencia a un derecho que es recíprocamente dado y aceptado por las partes, por lo que la sustancia de esta perspectiva no cambia si se afirma que, junto con el derecho sobre el cuerpo, deben considerarse otros derechos (como por ejemplo el derecho a la comunidad de vida), de acuerdo con la propuesta de varios canonistas después del Vaticano II.
Por otra parte, esta perspectiva se suele describir como contractualista, es decir, centrada en el matrimonio como contrato, y por tanto en el momento de la celebración. La categoría de contrato, por lo demás todavía incidentalmente mencionada por el Código de 1983 a propósito de su inseparabilidad respecto al sacramento (cfr. canon 1055 §2), es susceptible de varias interpretaciones. Si ella significa simplemente el acto bilateral del consentimiento matrimonial, tal uso, correspondiente a un aspecto verdadero, pone solo el problema terminológico de provocar eventuales equívocos, que han de ser evitados. Tales equívocos se sitúan en la línea de concebir la esencia de la relación conyugal en el plano de las prestaciones debidas entre los esposos, y de los respectivos derechos y obligaciones. Es claro que este punto de vista no penetra en la especificidad personal del matrimonio: el ser cónyuge sobrepasa un conjunto de comportamientos debidos, cuyos contornos específicos se diversifican según las circunstancias. Surge así el llamado contractualismo que, aunque era adoptado por juristas firmemente convencidos de la indisolubilidad del matrimonio, fácilmente abre la puerta a planteamientos divorcistas, en la medida en que se puede pensar que la inobservancia grave de los deberes permite la disolución de la relación, según una lógica de falta de reciprocidad. En todo caso, el planteamiento del intercambio de derechos está demasiado ligado al momento constitutivo inicial de la unión, y no evidencia suficientemente la profundidad del vínculo interpersonal que se instaura. El modelo de la integración interpersonal existencial invoca frecuentemente la descripción conciliar del objeto del consentimiento («acto humano con el cual los esposos dan y aceptan recíprocamente a sí mismos»4), la cual abandona el recurso a los derechos que se intercambian, para colocar en el centro la persona misma de los cónyuges. Esta formulación ha pasado al canon 1057 § 2, con el solo añadido de una cláusula («para constituir el matrimonio»), en sí tautológica, pero muy significativa en cuanto muestra la necesidad de especificar mejor la donación y aceptación mutua de los cónyuges. Precisamente esta ausencia de especificidad conyugal de la unión ha conducido, tanto en la teoría como en la práctica, a múltiples visiones de la esencia del matrimonio que, insistiendo mucho sobre la índole interpersonal de la relación, la conciben en términos más bien existencialistas. El matrimonio sería una unión máximamente
ES CLARO QUE ESTE PUNTO DE VISTA NO PENETRA EN LA ESPECIFICIDAD PERSONAL DEL MATRIMONIO: EL SER CÓNYUGE SOBREPASA UN CONJUNTO DE COMPORTAMIENTOS DEBIDOS, CUYOS CONTORNOS ESPECÍFICOS SE DIVERSIFICAN SEGÚN LAS CIRCUNSTANCIAS. (…)
4 Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, n. 48a.
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(…) SURGE ASÍ EL LLAMADO CONTRACTUALISMO QUE, AUNQUE ERA ADOPTADO POR JURISTAS FIRMEMENTE CONVENCIDOS DE LA INDISOLUBILIDAD DEL MATRIMONIO, FÁCILMENTE ABRE LA PUERTA A PLANTEAMIENTOS DIVORCISTAS, EN LA MEDIDA EN QUE SE PUEDE PENSAR QUE LA INOBSERVANCIA GRAVE DE LOS DEBERES PERMITE LA DISOLUCIÓN DE LA RELACIÓN, SEGÚN UNA LÓGICA DE FALTA DE RECIPROCIDAD. (…)
vital, de la cual se tiende a presentar una visión idealizada. Los cónyuges deberían donarse de modo total, sin que resulte claro el sentido de esta totalidad. De la referencia tan concreta al derecho al acto conyugal, propio de la óptica del ius in corpus, se termina en una unidad existencial, cuyo paradigma se suele encontrar en la descripción conciliar «íntima comunidad de vida y de amor»5, interpretada tendencialmente como si la esencia del matrimonio consistiera en la existencia actual de la vida y del amor matrimonial. Es fácil de ver la intencionalidad práctica que yace tras el enfoque de la integración interpersonal existencial. Si la vida matrimonial fracasa, y hay un proceso de nulidad, resulta simple argumentar en sentido afirmativo a partir de una visión que en la aparente exaltación personalista y existencial de la unión olvida lo que es específicamente el matrimonio y puede considerar que los normales límites en la integración interpersonal conllevan la ausencia de la unión, por motivos de incapacidad o de falta de voluntad. Más aún, esta visión de la esencia del matrimonio tiende a relativizar el momento constitutivo del consentimiento, porque el darse como cónyuges es traducido en términos de integración existencial plena de la persona, dando especial relieve a la afectividad. En esta óptica también la dimensión de justicia inherente a la relación conyugal se oscurece, porque no se capta la existencia del deber, por lo cual el matrimonio tiende a ser visto como una mera unión de hecho. La misma perspectiva deja la indisolubilidad sin explicación, de modo que el término de la integración emotiva debería conducir al reconocimiento de la conclusión del matrimonio y por ello se podría incluso sostener que sería más coherente que las nulidades canónicas fueran planteadas como casos de divorcio.
La esencia del matrimonio: una sola carne
5 Ibídem.
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Los dos modelos que hemos examinado fallan en cuanto no logran explicar la realidad matrimonial; es muy elocuente el hecho de que ambos, no obstante ser tan antitéticos entre sí, no consigan fundamentar el “para siempre” que se dicen los esposos. Ante las dificultades inherentes a estos modelos, se necesita encontrar una vía que permita profundizar de veras en la esencia del matrimonio. Fe y razón se unen en tal empeño.
La revelación bíblica nos ofrece un punto de partida verdaderamente esencial en su simplicidad: el matrimonio como una sola carne (una caro). La búsqueda de la razón, sostenida por la fe, debe examinar el significado de esta expresión, referente al verdadero matrimonio como realidad experiencial universal. «¿No han leído ustedes que el Creador, desde el principio, los hizo varón y mujer; y que dijo: Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre para unirse a su mujer, y los dos no serán sino una sola carne? De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Que el hombre no separe lo que Dios ha unido» (Mt 19, 4-6: cfr. Gen 1, 27). Estas breves palabras de Jesús confirman la revelación veterotestamentaria y muestran su profundidad y sus consecuencias. Trataré de evidenciar la dimensión del derecho que está implícita en esta enseñanza evangélica6. Los cónyuges se hacen una sola carne mediante el acto conyugal que los une y es de suyo idóneo para la generación de la prole. Este primer significado de la una sola carne, expresamente recordado por el canon 1061 § 1 del Código del 1983, es indudablemente muy iluminante, en cuanto permite identificar inequívocamente la especificidad del matrimonio, ordenado por su naturaleza a ese acto. Cualquier comprensión de la unión matrimonial que oscureciese esta ordenación a ser una sola carne mediante la cópula conyugal, no acogería la esencia del matrimonio. Sin embargo, es muy importante no reducir el ser una sola carne a los actos conyugales. Al presentar Jesús la unidad de los cónyuges como una realidad que Dios ha unido y que el hombre no debe separar, es claro que la noción de la una sola carne no se limita a ciertos actos, sino que se refiere a la unión permanente entre hombre y mujer. Al mismo tiempo, esta ampliación analógica de significado evidencia que marido y mujer al ser uno en el matrimonio se encuentran ligados precisamente en la carne. Para comprender el sentido bíblico de la carne, que a partir del cuerpo designa la entera naturaleza humana, es útil tener presente el misterio de la encarnación del Verbo, que se refiere a la asunción unitaria de aquella naturaleza, tanto en el cuerpo como en el alma. La dimensión corporal es ciertamente esencial en el matrimonio, y solamente a partir de ella se puede comprender la unión conyugal. Pero la dimensión espiritual es igualmente esencial, porque de lo contrario no se acoge la humanidad del matrimonio. Al mismo tiempo, la referencia bíblica a la carne aleja cualquier
(…) EN TODO CASO, EL PLANTEAMIENTO DEL INTERCAMBIO DE DERECHOS ESTÁ DEMASIADO LIGADO AL MOMENTO CONSTITUTIVO INICIAL DE LA UNIÓN, Y NO EVIDENCIA SUFICIENTEMENTE LA PROFUNDIDAD DEL VÍNCULO INTERPERSONAL QUE SE INSTAURA.
6 Sigo en sus líneas esenciales la interpretación de la una caro como unidad en las naturalezas (o como dice a veces, en la naturaleza), propuesta por mi maestro Javier Hervada, el cual ha puesto de relieve el alcance jurídico de esta noción bíblica, y ha querido intitular así la colección de sus estudios sobre el matrimonio: Una caro. Escritos sobre el matrimonio, EUNSA – Instituto de Ciencias para la Familia, Pamplona 2000. Pienso que esta perspectiva se ilumina todavía más cuando se conecta con la idea de derecho como objeto de la justicia, cuya centralidad ha sido percibida por el mismo Hervada en un momento posterior.
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CUALQUIER COMPRENSIÓN DE LA UNIÓN MATRIMONIAL QUE OSCURECIESE ESTA ORDENACIÓN A SER UNA SOLA CARNE MEDIANTE LA CÓPULA CONYUGAL, NO ACOGERÍA LA ESENCIA DEL MATRIMONIO. SIN EMBARGO, ES MUY IMPORTANTE NO REDUCIR EL SER UNA SOLA CARNE A LOS ACTOS CONYUGALES.(…)
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concepción dualista del hombre, opuesta a la radical unidad espíritu-materia que caracteriza la una sola carne. ¿Cómo es posible que el hombre y la mujer se unan tan profundamente? El modelo del intercambio de los derechos resalta la autonomía de la persona, que no viene negada ni disminuida por el matrimonio. Marido y mujer, en efecto, continúan siendo personas distintas, cada una dotada de dignidad, libertad y responsabilidad personales también en el ámbito de su relación conyugal. En esto aquel modelo tiene razón, pero resulta insuficiente porque coloca la unión en el ámbito de las prestaciones que son objeto de derechos y de deberes conyugales, como si la unión se colocase esencialmente en el plano del actuar común para lograr determinadas finalidades. En cambio, la noción de una caro en sintonía con la percepción del sentido común, sitúa el matrimonio en el plano del ser, que se manifiesta en el actuar pero no se puede reducir a él. Se actúa como cónyuge porque se es cónyuge, y la inversión de este orden contradiría la esencia misma de la unidad entre los esposos. Se introduciría una lógica contractualista de la unión, que no daría razón del ser marido y mujer como identidad personal correlativa. Ante esta dificultad resulta natural pensar en la solución ofrecida por el modelo de la integración interpersonal existencial. En efecto, parece que ese modelo pone en el centro las personas del hombre y de la mujer, exaltando su unidad precisamente en cuanto personas, hasta el punto de que a veces se imagina una especie de fusión existencial. La lógica de las prestaciones recíprocas cedería a la lógica personalista, de total donación-aceptación. La dificultad de este enfoque deriva del hecho que tiende a moverse en un plano exclusivamente existencial, que en el fondo no aclara en qué consiste la unidad permanente entre hombre y mujer. La integración entre las personas es de por sí vital, dinámica y ciertamente representa una exigencia del matrimonio, pero es bien diverso sostener que ella sea la esencia del matrimonio. Tan pronto como se afirma esto, se advierte el peligro de considerar que la duración de la unión dependería de la perseverancia de las partes en su amor, y con esto desaparece la una caro. Las palabras del Génesis citadas por Jesús, en su simplicidad, nos indican una vía segura para profundizar el sentido de la una sola carne. Ellas hablan en efecto del ser creados desde el principio varón y mujer. El dejar el hombre al padre y a la ma-
AL PRESENTAR JESÚS LA UNIDAD DE LOS CÓNYUGES COMO UNA REALIDAD QUE DIOS HA UNIDO Y QUE EL HOMBRE NO DEBE SEPARAR, ES CLARO QUE LA NOCIÓN DE LA UNA SOLA CARNE NO SE LIMITA A CIERTOS ACTOS, SINO QUE SE REFIERE A LA UNIÓN PERMANENTE ENTRE HOMBRE Y MUJER. (…)
«Las palabras del Génesis citadas por Jesús, en su simplicidad, nos indican una vía segura para profundizar el sentido de la una sola carne. Ellas hablan en efecto del ser creados desde el principio varón y mujer. El dejar el hombre al padre y a la madre y unirse a su mujer aparecen como consecuencias del ser varón y mujer».
dre y unirse a su mujer aparecen como consecuencias del ser varón y mujer. Esto es ciertamente obvio, pero corresponde a una verdad antropológica que está en la raíz de la comprensión esencial del matrimonio. El hombre y la mujer se casan precisamente en cuanto hombre y mujer, según la mutua relación inherente a tal identidad. La unión entre ellos es natural en el sentido de que se refiere a la dimensión natural de la respectiva masculinidad y feminidad. Esta índole natural, remarcada por el magisterio pontificio reciente7, debe ser entendida según la comprensión metafísica que el mismo magisterio da al concepto
7 Cfr. sobre todo S an J uan Pablo II, Discurso a la Rota Romana, 1° febrero 2001, en www.vatican.va
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¿CÓMO ES POSIBLE QUE EL HOMBRE Y LA MUJER SE UNAN TAN PROFUNDAMENTE? EL MODELO DEL INTERCAMBIO DE LOS DERECHOS RESALTA LA AUTONOMÍA DE LA PERSONA, QUE NO VIENE NEGADA NI DISMINUIDA POR EL MATRIMONIO. MARIDO Y MUJER, EN EFECTO, CONTINÚAN SIENDO PERSONAS DISTINTAS, CADA UNA DOTADA DE DIGNIDAD, LIBERTAD Y RESPONSABILIDAD PERSONALES TAMBIÉN EN EL ÁMBITO DE SU RELACIÓN CONYUGAL
8 Sobre la visión personalista del matrimonio y sobre su relación con el derecho, cfr. S an J uan Pablo II, Discurso a la Rota Romana, 27 enero 1997, en www.vatican.va 9 Una filosofía de la familia en la óptica relacional del derecho ha sido presentada por F. D’Agostino, Filosofía de la familia, trad. cast., Rialp - Instituto de Ciencias para la Familia - Universidad de Navarra, Madrid - Pamplona 2006. Una sociología de la familia en clave relacional se encuentra en P. Donati, Manual de sociología de la familia, trad. cast., EUNSA, Pamplona 2003.
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de naturaleza, es decir esencia como principio de operaciones. Esta comprensión supera cualquier visión reductiva de lo natural, como si se contrapusiera a lo humano: hay una naturaleza humana, propia de la persona humana, de modo que ser hombre o mujer son modalidades inherentes al ser natural de la persona humana. De este modo es reconocido y valorizado el sentido propiamente humano y personal de la sexualidad y su intrínseca unión con la libertad y la razón de la persona, así como con su capacidad de amar y de comprometerse. Al mismo tiempo, la concepción auténticamente personalista del matrimonio presupone su radicación en la dimensión natural del ser hombre y mujer, fuera de la cual es imposible aferrar en qué consiste lo que es matrimonial8. La índole natural de la distinción sexual se ilumina ulteriormente cuando se considera la intrínseca relacionalidad de esa realidad9. Ser hombre y ser mujer constituyen modalidades diversas y complementarias de la misma naturaleza humana, y su unión es fruto de una inclinación natural, libre y responsablemente seguida. El matrimonio actualiza lo que en la naturaleza del hombre y de la mujer está en potencia, lo cual constituye una realidad vocacional para la gran mayoría de la humanidad. Esto no significa que el casarse constituya la única vía a través de la cual vivir el ser hombre y mujer, porque la relacionalidad inherente a estas dimensiones admite otras realizaciones, entre las cuales posee un valor único en el orden salvífico el celibato por el reino de los cielos. Pero es indudable que en la unión matrimonial la complementariedad relacional hombre-mujer muestra su primordial sentido natural. Por otra parte, tal sentido es de carácter dinámico, como es propio de la misma idea de naturaleza, por lo cual la consideración de los fines del matrimonio, tanto el bien de los mismos cónyuges como la procreación y la educación de los hijos, resulta fundamental para comprender su esencia, la cual se encuentra constitutivamente ordenada a esos fines naturales. La auténtica relacionalidad del ser hombre o mujer, que se manifiesta de tantos modos enriquecedores en todas las esferas de la vida humana, encuentra su actualización específica en la una sola carne. La inclinación o tendencia hacia la persona del otro sexo, lleva consigo, mediante el evento del pacto conyugal, a una relación concreta, entre un hombre y una mujer, en la cual se unen plenamente las potencialidades naturales inherentes a
estas identidades personales. Esto es posible gracias al hecho de que la condición masculina y la condición femenina, de por sí relacionales, existen en la realidad de la naturaleza de las personas humanas, pero se necesita también el acto libre y conjunto del hombre y de la mujer que se dan y se aceptan en cuanto cónyuges. La unión es fruto de su libertad, pero su configuración esencial no es modelada por tal libertad, y no subsiste en virtud de una perseverancia del libre consentimiento. La una caro supera las posibilidades inventivas y operativas de los contrayentes, porque se basa en lo profundo de la natura relacional hombre-mujer. Ellos ciertamente dan vida a su unión, pero esta no se funda esencialmente sobre ningún factor escogido y preferido por ellos. El matrimonio no es unidad en ninguna cualidad de los cónyuges, por más noble y determinante que sea de la decisión de casarse. La unidad del matrimonio se refiere a la masculinidad y la feminidad en cuanto dimensiones naturales, diversas y complementarias, del ser persona humana. Pero ¿en qué consiste la unión natural entre el hombre y la mujer en cuanto tales? ¿Cómo los dos logran ser uno? Ciertamente no se trata de una fusión ontológica, porque las dos personas no pueden perder la incomunicabilidad propia de su ser personal, y por tanto la intransferible dignidad, libertad y responsabilidad de cada una también en su relación como cónyuge. La cuestión se refiere precisamente a la determinación del modo de comunicarse, y por tanto de poner en común el ser masculino y el ser femenino. Ante todo, debe tenerse presente que la masculinidad y la feminidad son relacionales, por lo que, presupuesta la vocación y la decisión matrimonial, están de por sí orientados a entrar en comunión, tanto en el cuerpo como en el alma. Como modo de comunicar la masculinidad y la feminidad, es fácil pensar en el amor que une a los esposos, aquel amor tan ligado al matrimonio que se llama conyugal o matrimonial. San Pablo expresa el nexo entre el amor y la una caro con gran eficacia: «Del mismo modo, los maridos deben amar a su mujer como a su propio cuerpo. El que ama a su esposa se ama a sí mismo» (Ef 5, 28). Dice que «deben amar», y que el fundamento de tal deber reside en la profunda unidad que se ha establecido entre marido y mujer. A esta unidad, que abarca tanto el cuerpo como el alma, se refiere el mismo Pablo a propósito
PERO ¿EN QUÉ CONSISTE LA UNIÓN NATURAL ENTRE EL HOMBRE Y LA MUJER EN CUANTO TALES? ¿CÓMO LOS DOS LOGRAN SER UNO? CIERTAMENTE NO SE TRATA DE UNA FUSIÓN ONTOLÓGICA, PORQUE LAS DOS PERSONAS NO PUEDEN PERDER LA INCOMUNICABILIDAD PROPIA DE SU SER PERSONAL, Y POR TANTO LA INTRANSFERIBLE DIGNIDAD, LIBERTAD Y RESPONSABILIDAD DE CADA UNA TAMBIÉN EN SU RELACIÓN COMO CÓNYUGE. (…)
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(…) LA CUESTIÓN SE REFIERE PRECISAMENTE A LA DETERMINACIÓN DEL MODO DE COMUNICARSE, Y POR TANTO DE PONER EN COMÚN EL SER MASCULINO Y EL SER FEMENINO.
10 Este sentido tradicional del derecho como lo justo, o sea como objeto de la justicia, presente en Aristóteles y Santo Tomás y en los juristas romanos, ha sido vigorosamente repropuesto en el siglo XX por diversos autores, entre los que sobresalen Michel Villey y Javier Hervada.
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del acto conyugal: «Que el marido cumpla los deberes conyugales con su esposa; de la misma manera, la esposa con su marido. La mujer no es dueña de su cuerpo, sino el marido; tampoco el marido es dueño de su cuerpo, sino la mujer» (1 Cor 7, 3-4). Estos textos evidencian que el vínculo conyugal tiene una esencial dimensión de justicia, en virtud de la cual el hombre y la mujer se pertenecen mutuamente y son de verdad el uno para el otro “mi mujer” y “mi marido”, de una manera permanente que sobrepasa el ámbito del actuar juntos. Dado que la relación se refiere a un aspecto tan personal como el ser hombre o mujer, ella solamente puede ser vivida mediante el amor mutuo interpersonal. Pero este amor es debido, no ya en el sentido por el cual se debe amar a toda persona humana en cuanto prójimo, sino según las exigencias específicas del vínculo conyugal. Y tales exigencias entran en el ámbito de la justicia, porque presuponen una unión peculiar entre el hombre y la mujer, en virtud de la cual cada uno de ellos es del otro. Para comprender mejor este vínculo de justicia, se necesita determinar el derecho que lo funda. Si entendemos por derecho el bien de una persona en cuanto le es debido por otro10, es fundamental determinar cuál es ese bien en el matrimonio. Se podría pensar que la misma persona humana de los esposos, en la totalidad de su ser relacional, constituye el bien conyugal, es decir, que los cónyuges son derecho el uno para el otro según una plenitud de vida que debe ser compartida. Este planteamiento presenta al menos dos problemas: la misma persona no puede constituir un derecho, un bien jurídico perteneciente a otro, ya que esto contradiría su incomunicabilidad; y el supuesto bien jurídico tendría una extensión amplia e indeterminada como la vida de las personas en su relacionalidad. Por otra parte, el bien matrimonial no puede reducirse a un conjunto de prestaciones mutuas, las cuales no explicarían la permanencia de la unión y darían lugar también a problemas sobre su determinación concreta, en la medida en que tales prestaciones dependen de las circunstancias de cada situación. Descartadas estas dos respuestas, se comprende mejor el sentido de la afirmación según la cual el bien en la unión conyugal consiste en la misma masculinidad y feminidad de las personas casadas. Esta tesis, que podría parecer tautológica, encierra en cambio a mi juicio una comprensión realista y profunda del matrimonio, muy en línea con la
«La una caro no ha sido el mero producto de la voluntad humana: es Dios mismo, creador del hombre y de la mujer, de su relacionalidad natural, quien ha unido su ser masculino y femenino en matrimonio. Y el para siempre pertenece a la configuración natural de tal unión, a su estructura jurídica esencial».
noción de la una sola carne. Trataré de analizarla brevemente y de mostrar su congruencia con la indisolubilidad matrimonial. En cuanto derecho, la masculinidad es ante todo un bien del mismo hombre, así como la feminidad pertenece a la misma mujer. Se trata de bienes naturales inherentes a las mismas personas humanas, cuya juridicidad depende de la existencia de deberes de justicia por parte de los demás y de la misma sociedad, ante todo el respeto socialmente debido a la condición masculina y femenina. Para comprender la índole esencial de tales deberes de justicia, se debe recordar que la masculinidad y la feminidad son bienes relacionales, en cuanto sitúan de suyo a la persona en una determinada relación con los demás. Esta relación conlleva sobre todo la inclinación natural a la unión con una persona del otro sexo. Cuando se da la unión como fruto del concurso
PARA LA MISMA COMPRENSIÓN DE LA UNA SOLA CARNE, LA PROPIEDAD ESENCIAL DE LA INDISOLUBILIDAD ES COMPLETAMENTE DECISIVA. LA UNIÓN ENTRE EL HOMBRE Y LA MUJER NO ALCANZA SU PLENITUD SI NO COMPROMETE LA TOTALIDAD TAMBIÉN TEMPORAL DE SU MASCULINIDAD Y FEMINIDAD. LA COMUNICACIÓN Y LA COPARTICIPACIÓN DEL SER MASCULINO Y FEMENINO ES INAUTÉNTICA SI ESTÁ AMENAZADA POR LA CADUCIDAD MIENTRAS LOS CÓNYUGES VIVEN. (…)
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(…) UNA DONACIÓN PARCIAL DE ESTAS DIMENSIONES NO SOLO ES INJUSTA, DE UNA INJUSTICIA QUE NO DESAPARECE EN VIRTUD DEL RECÍPROCO CONSENTIMIENTO, SINO QUE EN REALIDAD NO PUEDE SER MATRIMONIAL, EN CUANTO CONTRADICE EL HECHO DE QUE EL HOMBRE Y LA MUJER CASADOS, EN CUANTO TALES, NO SON YA DOS.
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de la naturaleza y de la libertad, se verifica algo único en el mundo humano: bienes naturales inherentes a dos personas, la masculinidad y la feminidad, pasan a constituir verdaderos derechos del otro. La masculinidad del hombre se hace un bien de la mujer, en cuanto le pertenece y le es debida en justicia por parte de su marido. Al mismo tiempo, como aspecto inseparable de una única unión, la feminidad de la mujer pasa a ser un derecho del hombre, un bien suyo que le es debido por parte de la mujer. De este modo hay una verdadera comunicación y mutua participación entre marido y mujer, la cual en su esencia es jurídica, porque implica los dos presupuestos esenciales del derecho: la configuración de un bien como propio de una persona y la dependencia de la efectividad de tal pertenencia del actuar de los otros. El matrimonio y la familia en él fundada, resultan así naturalmente determinados, con una determinación esencial que es garantía de auténtica vitalidad. «De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Que el hombre no separe lo que Dios ha unido» (Mt 19, 6). La primera consecuencia que Jesús saca de la verdad del principio sobre la una sola carne, se refiere a la indisolubilidad. Esto se explica obviamente en el contexto del diálogo con los fariseos, cuyo tema era precisamente la posibilidad del repudio. Pero pienso que para la misma comprensión de la una sola carne, la propiedad esencial de la indisolubilidad es completamente decisiva. La unión entre el hombre y la mujer no alcanza su plenitud si no compromete la totalidad también temporal de su masculinidad y feminidad. La comunicación y la coparticipación del ser masculino y femenino es inauténtica si está amenazada por la caducidad mientras los cónyuges viven. Una donación parcial de estas dimensiones no solo es injusta, de una injusticia que no desaparece en virtud del recíproco consentimiento, sino que en realidad no puede ser matrimonial, en cuanto contradice el hecho de que el hombre y la mujer casados, en cuanto tales, no son ya dos. Es fácil admitir, sobre la base de la fenomenología del amor humano, que la indisolubilidad es un ideal bello. La dificultad nace cuando por causas voluntarias o involuntarias, la vida matrimonial ya no existe. Es entonces cuando el vínculo puede aparecer como una realidad vacía, que existiría únicamente en un registro y en la aplicación de una ley positiva. No obstante, es justamente en tales circunstancias cuando resuenan con
toda su fuerza las palabras de Jesús: «Que el hombre no separe lo que Dios ha unido», con su llamada a la reconciliación de los cónyuges y por lo tanto al mutuo respeto de su identidad relacional, teniendo en cuenta toda su relevancia para ellos mismos, para los hijos y para la sociedad. La una caro no ha sido el mero producto de la voluntad humana: es Dios mismo, creador del hombre y de la mujer, de su relacionalidad natural, quien ha unido su ser masculino y femenino en matrimonio. Y el para siempre pertenece a la configuración natural de tal unión, a su estructura jurídica esencial. Se permanece marido y mujer también cuando parece haber muy buenas razones para disolver tal enlace, cuando por motivos justificados o no se ha instaurado una separación, o cuando se ha buscado establecer una nueva unión. Es innegable que en este vínculo de justicia que resta intacto en cualquier circunstancia se descubre un misterio, que se ilumina en el contexto del plano salvífico de Dios para la humanidad en Cristo (cfr. especialmente Ef. 5, 21-33), pero no ha de olvidarse que la iluminación mediante la fe presupone el diseño natural, creacional, del principio. En el acoger la indisolubilidad de la una sola carne, se toma con absoluta seriedad el ser relacional según justicia de la unión entre hombre y mujer. Volver a vivir y a percibir el matrimonio en toda su riqueza natural es tarea particularmente importante en nuestra época, precisamente porque la tentación de banalizar la sexualidad humana es muy fuerte. Es un camino fecundo para el diálogo cultural que requiere nuestra sociedad para dar fundamento a la ciencia del derecho de la familia, y para remarcar que la realidad matrimonial, con su intrínseca componente jurídica, debe ser objeto de diversas disciplinas y de muchas acciones prácticas a todos los niveles. Cualesquiera que sean las dificultades y las deformaciones que puedan socialmente prevalecer, mi objetivo fundamental ha sido recordar que las palabras de Jesús, proclamando aquella que es la verdad desde el principio, están todavía plenamente vigentes y operativas por medio de su gracia: «¿No han leído ustedes que el Creador, desde el principio, los hizo varón y mujer; y que dijo: Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre para unirse a su mujer, y los dos no serán sino una sola carne? De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Que el hombre no separe lo que Dios ha unido». (Mt 19,4-6).
LA UNA CARO NO HA SIDO EL MERO PRODUCTO DE LA VOLUNTAD HUMANA: ES DIOS MISMO, CREADOR DEL HOMBRE Y DE LA MUJER, DE SU RELACIONALIDAD NATURAL, QUIEN HA UNIDO SU SER MASCULINO Y FEMENINO EN MATRIMONIO. Y EL PARA SIEMPRE PERTENECE A LA CONFIGURACIÓN NATURAL DE TAL UNIÓN, A SU ESTRUCTURA JURÍDICA ESENCIAL
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Sínodo de la familia y conciencia de su carácter sagrado e inviolable
Así reza una de las invocaciones compuestas por
el Papa Francisco a la Sagrada Familia de Nazaret, “trinidad de la tierra” a la que ha encomendado su iluminación protectora para el desarrollo del Sínodo de los Obispos, el cual tiene lugar al momento que este número de revista HUMANITAS está en impresión: “Santa Familia de Nazaret, que el próximo Sínodo de los Obispos haga tomar conciencia a todos del carácter sagrado e inviolable de la familia, de su belleza en el proyecto de Dios”. Ofrecemos las reflexiones a este respecto de dos miembros del Consejo de HUMANITAS, el filósofo alemán, estrecho colaborador de Benedicto XVI, profesor Robert Spaeman y de Monseñor Jean Laffitte, Secretario del Pontificio Consejo para la Familia. A ellas se agregan apartes del reciente libro “La esperanza de la Familia” (BAC, 2014) del Cardenal Gerhard Müller, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y del Prólogo a dicha obra del Cardenal Fernando Sebastián.
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La esperanza de la familia E
l cardenal Gerhard-Ludwig Müller, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, concedió una larga entrevista al padre Carlos Granados, director de la BAC, recogida en La esperanza de la familia. Ofrece una panorámica de conjunto sobre la pastoral familiar ante el próximo Sínodo: la preparación al matrimonio, la presencia de Dios en la pareja, el acompañamiento de la Iglesia...; y muestra que, en realidad, la familia no es el problema de nuestro tiempo, sino la verdadera solución
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Libro-entrevista con el cardenal Müller
Una adecuada preparación al matrimonio: «A los pastores nos preocupa que tantos contrayentes formalmente cristianos de ninguna manera practiquen la fe cristiana», afirma el cardenal Müller en La esperanza de la familia (BAC). De momento está «en fase de estudio» la posibilidad de «exigir a los contrayentes una fe más explícita». Además, aunque «hay que insistir en la catequesis previa al matrimonio», la preparación inmediata es «ineficaz» sin una «preparación remota al amor en la familia, ya desde la infancia y la adolescencia». El matrimonio es para siempre... porque está Dios: Para el cardenal Müller, «el para siempre del matrimonio está enraizado en el de una vez para siempre del sacrificio de Jesucristo en la Cruz. Dar la propia vida es la representación del amor, en lo cotidiano, en el día a día». Pero esta entrega es imposible sin Dios, pues «algo tan hermoso también tiene una limitación: no se puede realizar por las propias fuerzas». Desde el principio, «Dios está presente en el matrimonio de una manera sacramental, real, concreta, visible y palpable. Los esposos
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que ponen a Dios como centro de su vida conyugal descubren que su amor se alimenta y crece cada día». Cuando no es así, abundan «los hijos que crecen sin sus padres, huérfanos de los divorcios, quizá las personas más pobres del mundo, los más pobres entre los pobres». Frente a esto, están «los matrimonios que no fracasan, testigos del amor humano», un amor «que protege a los hijos».
Sin fe es muy difícil: El cardenal Müller asegura que, «en el actual contexto cultural, estos postulados resultan muy difíciles sin una fe acogida y vivida». Por eso, es preciso unir familia e Iniciación Cristiana, pues «sin la familia no existe la experiencia básica de la familiaridad con Dios», algo que prueba el que «las vocaciones religiosas mayoritariamente provienen de las familias en los movimientos o parroquias» con una fe viva. Por una Iglesia de las familias: «¡Cuántas familias languidecen por estar encerradas en sí mismas! Es necesario que las familias cristianas se integren en parroquias o movimientos, la representación de la gran familia que quiere Dios. ¡Reivindico una Iglesia de las familias!», afirma el Prefecto de Doctrina de la Fe. Sin embargo, «no hemos sido capaces de ofrecer una auténtica pastoral familiar», y entre las soluciones que propone está la de ofrecer no Misas para los niños, sino Misas para las familias; contar con los abuelos como «fuente de riqueza»; formar sacerdotes «más preparados para atender a las familias»; ahondar en los procesos de canonización de los matrimonios... La alegría de la fecundidad: El cardenal Müller lamenta que «mucha gente ha perdido su confianza en el futuro, influida por la ideología del bienestar: dinero, vacaciones, tiempo libre...», una forma de vivir que «ha destruido a las familias y emponzoñado la alegría de tener hijos». Para salir de esta trampa, «hay que volver a proponer lo evidente: somos felices cuando somos amados y cuando nos damos». Comunión a los divorciados y casados después civilmente: «Ni siquiera un Concilio puede cambiar la doctrina de la Iglesia confiada por Jesucristo», sostiene el cardenal Müller. Asimismo, «la misericordia no puede ser nunca una justificación para invalidar los
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«El principal problema que tenemos en la Iglesia a propósito de la familia no es el pequeño número de divorciados recasados que desean acercarse a la Comunión. El problema más grave es el gran número de bautizados que se casan civilmente; y el gran número de casados sacramentalmente que no viven su matrimonio de acuerdo con las enseñanzas de la Iglesia»: así de claro lo tiene el cardenal Fernando Sebastián, autor del prólogo de La esperanza de la familia. Para él, «sin fe no se puede celebrar válidamente un sacramento», por lo que, en realidad, «el sacramento del Matrimonio comienza en la conversión cristiana». Ya que «hoy no podemos dar la fe por supuesta», es preciso «repensar el proceso de Iniciación Cristiana de nuestros jóvenes», defiende. En ello está la Iglesia en todo el mundo, en los meses previos al próximo Sínodo de la Familia. Diversas Conferencias Episcopales nacionales han tratado el tema de la familia en sus últimas Plenarias; el Presidente del Consejo Pontificio para la Familia, monseñor Paglia, ha hablado sobre La pastoral familiar hoy ante los obispos de África Oriental; el CELAM se dispone a celebrar su I Congreso de Agentes de Pastoral Familiar. Y, en España, la Conferencia Episcopal celebra estos días la Jornada Itinerario para la evangelización de la familia actual.
En el marco del Sínodo
PRÓLOGO CARD. FERNANDO SEBASTIÁN
mandamientos y los sacramentos», ya que «el verdadero alcance de la misericordia de Dios es que nos regala su gracia para que podamos ser fieles», defiende. Ni la Eucaristía ni el Matrimonio son un sentimiento o un asunto de conciencia, por lo que «no se puede subordinar a los propios gustos la recepción de los sacramentos». Por eso, la herida que sufre un cónyuge abandonado «no se cura queriendo sin más partir de cero; se cura ofreciendo a Cristo la herida sufrida». Síntesis realizada por Juan Luis Vázquez
(Alfa y Omega)
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Pluralismo de
los estilos de Vida Familiar y de la Vida Afectiva POR JEAN LAFFITTE
Cada familia es única, así como son únicas las personas que la constituyen. Existe pues pluralidad de hecho de las identidades familiares y de sus estilos de vida.
1. En cuanto comunión de personas, el estilo de vida de la familia y sus expresiones afectivas integran las personalidades, el carácter original y el ejercicio de la libertad de sus miembros. Desde este punto de vista, cada familia es única, así como son únicas las personas que la constituyen. Existe pues pluralidad de hecho de las identidades familiares y de sus estilos de vida.
2. Pero hablar de pluralismo no es puramente tomar nota de esta pluralidad de hecho; es promover un derecho a esta expresividad plural. Semejante paso adelante puede parecer evidente a algunos, y es verdad negativamente que imponer un estilo único de vida a las familias constituiría totalitarismo. 3. Sin embargo, se plantea un problema. ¿De qué pluralidad, de qué diferencias se habla? ¿No corresponde distinguir entre aquellas que despliegan positivamente la riqueza de lo humano y aquellas que la deterioran? a) Ciertas diversidades enriquecen a la humanidad. Existen, por ejemplo, familias que desarrollan una verdadera creatividad artística (pensemos en las familias Bach o Mozart). Su experiencia original de la belleza otorga una tonalidad especial a su comunión familiar, e irradia incluso más allá, en la sociedad y en la cultura. Sería al
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mismo tiempo estúpido y totalitario tratar de imponer o de prohibir semejante fecundidad. Lo que es verdad en materia artística, lo es en muchos otros campos: hobbies, deportes, compromisos sociales o políticos, etc.
b) Existen desgraciadamente otras “diversidades” que lesionan la dignidad de las personas y de las familias. Las manifestaciones de violencia familiar, por ejemplo, representan también un “estilo de vida” y un “modo de expresión afectiva”. En los casos más graves, los servicios sociales son habilitados para intervenir con el fin de proteger a los más débiles y castigar a los culpables. Obviamente, no se puede transformar esta diferencia en “derecho” Antes de promover el en nombre del pluralismo de las expresiones afectivas. “derecho a la diferencia”
o el principio del “pluralismo de las expresiones afectivas”, es inevitable examinar los contenidos de estas diferencias o de estas expresiones, y evaluarlas desde el punto de vista de la promoción tanto de la dignidad de las personas como del bien de las familias y de la sociedad.
4. Así, antes de promover el “derecho a la diferencia” o el principio del “pluralismo de las expresiones afectivas”, es inevitable examinar los contenidos de estas diferencias o de estas expresiones, y evaluarlas desde el punto de vista de la promoción tanto de la dignidad de las personas como del bien de las familias y de la sociedad. Las expresiones afectivas no tienen en sí mismas su propia justificación. Cuando experimento un deseo, una pulsión o una repulsión, ira o compasión, me falta todavía discernir qué valor tienen desde el punto de vista de mi verdadero bien y del bien de los demás. En este aspecto, nuestra cultura es muy ambigua. Por una parte, promueve una especie de sinceridad subjetiva inmediata, que hace difícil este discernimiento. Dice un eslogan publicitario italiano: “¡Vive tus emociones!”. Por otra parte, después de haber alejado lo más posible esta lógica, uno termina por encontrarse con actos sumamente perjudiciales para las personas de manera que uno cae brutalmente en la condenación. Al respecto es significativa la cuestión de la pedofilia desde 1968 hasta nuestros días; pero otro tanto ocurre con las manifestaciones de violencia sexual en general. 5. El problema de la afectividad vivida sin la distancia del discernimiento es que en el momento provoca un sentimiento de total libertad, pero a largo plazo se convierte en una esclavitud: de hecho ahí se pierde todo margen de libertad. “Vive tus emociones” no es por azar un eslogan publicitario: una persona con este comportamiento ciertamente llega a ser totalmente manipulable. El problema residiría en un “pluralismo
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de los estilos de vida y de la vida afectiva” promovido sin plantearse las cuestiones de fondo: superficialmente, se vería allí una gran apertura, una gran tolerancia; ¿pero qué ocurriría a largo plazo en el plano personal y social de una afectividad que tuviera en sí misma su propia justificación? 6. “Discernir” es tomar cierta distancia para evaluar lo vivido desde el punto de vista de la construcción del verdadero bien. Eso supone tener conciencia de que hay una verdad sobre el hombre y sobre aquello que promueve su humanidad y su dignidad. Es lo que se llama clásicamente la “ley natural”, es decir, los dinamismos profundos que estructuran al ser humano y de acuerdo con los cuales expande su propia humanidad. Así, discernir es integrar en los propios actos y en las propias opciones los impulsos afectivos que permiten El problema de la esta expresión. Serán entonces enriquecidos y reforzados, afectividad vivida y permitirán que se imprima en mayor medida en ellos sin la distancia del la personalidad original que es su fuente. Discernir es discernimiento es que también a corto plazo impedir que un movimiento peen el momento provoca ligroso para mí o para los demás se traduzca en acto: si un sentimiento de total experimento ira contra alguien, es preciso sin duda que libertad, pero a largo reprima mi deseo de golpearlo. A más largo plazo, es traplazo se convierte en bajar el terreno de mi afectividad para que esta se exprese una esclavitud: de cada vez más espontáneamente en el buen sentido. En la hecho ahí se pierde todo enseñanza moral clásica, se trata de la lucha contra los margen de libertad. vicios y la elaboración de las virtudes. En ciertos casos, hoy se agregarían consideraciones de orden terapéutico: la ayuda que una persona a veces necesita para encontrar mayor libertad con respecto a ciertas heridas de su vida anterior. De nuevo, no hay terapia posible si ya no se tienen criterios para distinguir los dinamismos afectivos positivos y constructivos de aquellos que encierran a la persona en diversas formas de esclavitud, y que de manera más amplia hieren a veces el vínculo familiar o social. 7. Así, el “pluralismo de los estilos de vida familiar y de la vida afectiva” solo puede promoverse sobre el fondo de esas referencias vinculadas con la ley natural, la promoción de la dignidad de las personas y de las familias, y el bien común, cultural y social.
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POR ROBERT SPAEMANN
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Divorcio y segundas nupcias
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as estadísticas sobre divorcios en las modernas so- Pero, ¿no podría tal ciedades occidentales son catastróficas. Ellas muestran vez ser disuelta por que el matrimonio ya no se considera como algo nuevo, el consentimiento de como una realidad independiente capaz de trascender ambas partes, o por la individualidad de los esposos, una realidad que, al la voluntad de un menos, no puede ser disuelta por la sola voluntad de una sínodo o de un Papa? de sus partes. Pero, ¿no podría tal vez ser disuelta por La respuesta debe el consentimiento de ambas partes, o por la voluntad de ser negativa, pues un sínodo o de un Papa? La respuesta debe ser negativa, como el mismo Jesús pues como el mismo Jesús declara explícitamente, el declara explícitamente, hombre no puede separar lo que Dios mismo ha unido. el hombre no puede separar lo que Dios Tal es la enseñanza de la Iglesia Católica. mismo ha unido. Tal La concepción cristiana de la vida virtuosa reclama es la enseñanza de la ser válida para todos los seres humanos. Sin embargo, Iglesia Católica. incluso los discípulos de Jesús se sorprendieron por las palabras de su Maestro: “¿No sería mejor, entonces, respondieron, no casarse en absoluto?” El asombro de los discípulos manifiesta el contraste entre la forma de la vida cristiana y el modo de vida dominante en el mundo. Se quiera o no, la Iglesia en Occidente está en vías de convertirse en una contracultura, y su futuro ahora depende principalmente de si es capaz, como la sal de la tierra, de mantener su sabor y no ser pisoteada por los hombres. La belleza de la enseñanza de la Iglesia solo puede brillar cuando no está aguada. La tentación de diluir la doctrina se refuerza en la
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actualidad por un hecho inquietante: los católicos se están divorciando casi tan frecuentemente como sus homólogos laicos. Claramente algo ha ido mal. Va en contra de toda razón pensar que todos los católicos divorciados y vueltos a casar civilmente han comenzado sus primeras nupcias firmemente convencidos de su indisolubilidad y luego han cambiado fundamentalmente su parecer a lo largo del camino. Es más razonable suponer que contrajeron matrimonio sin saber claramente lo que en primer lugar estaban haciendo: quemar las naves tras de sí para siempre (es decir, hasta la muerte), de suerte que la idea misma de un segundo matrimonio simpleLa belleza de la mente ya no existía para ellos. Lamentablemente, la Iglesia Católica no está exenta enseñanza de la Iglesia solo puede de culpa. La preparación para el matrimonio cristiano brillar cuando no está muchas veces no ofrece a las parejas comprometidas aguada. La tentación una imagen clara de las implicaciones de un matride diluir la doctrina monio católico. Si fuese así, probablemente muchas se refuerza en la parejas decidirían no casarse por la Iglesia. Para otros, actualidad por un de seguro, una buena preparación para el matrimonio hecho inquietante: proporcionaría un impulso eficaz para la conversión. los católicos se están Hay un inmenso atractivo en la idea de que la unión de divorciando casi tan un hombre y una mujer está “escrita en las estrellas“, frecuentemente como que perdura en lo alto, y que nada puede destruirla, sus homólogos laicos. tanto “en los momentos buenos como en los malos“. Claramente algo Esta convicción es una fuente maravillosa y estimulante ha ido mal. de fortaleza y alegría para los cónyuges que luchan en medio de sus crisis matrimoniales buscando dar nueva vida a su viejo amor. En lugar de reforzar el recurso natural y obvio de la estabilidad matrimonial, muchos eclesiásticos, incluidos obispos y cardenales, prefieren recomendar, o al menos tener en cuenta, otra opción, como una alternativa a la enseñanza de Jesús, y que sería fundamentalmente una capitulación frente al gran público secularizado. Se nos dice que el remedio al adulterio que entraña el nuevo matrimonio de los divorciados, ya no es la contrición, la renuncia y el perdón, sino el paso del tiempo, la costumbre, como si la aceptación social general y nuestra comodidad personal hacia nuestras decisiones y hacia nuestras vidas tuvieran un poder casi sobrenatural. Se dirá que esta alquimia supuestamente transforma un concubinato adúltero que llamamos “segundo matrimonio” en una unión aceptable de ser bendecida por la Iglesia en nombre de Dios. Según esta misma lógica, desde luego, también sería justo para la Iglesia bendecir las uniones homosexuales.
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“Dios creó al hombre a su imagen…, los creó varón y mujer.” (Gén 1,27)
Como nos enseña la Santa Escritura, el matrimonio, antes de ser un Sacramento, es una gran realidad terrena: “Dios creó al hombre a su imagen, a la imagen de Dios lo creó, hombre y mujer los creó” (Gén 1, 27). Es necesario siempre volver a esta primera página de la Biblia si se quiere comprender lo que es, lo que debe ser una pareja humana, un hogar… La dualidad de sexos ha sido querida por Dios, para que juntos el hombre y la mujer sean imagen de Dios, y como Él, fuente de vida: “Creced y multiplicaos, llenad la tierra y dominadla” (Gén 1, 28). Una lectura atenta de los Profetas, de los libros sapienciales, del Nuevo Testamento, nos muestra la significación de esta realidad fundamental, y nos enseña a no reducirla al deseo físico..., sino a descubrir en ella el carácter complementario de los valores del hombre y de la mujer, la grandeza y las debilidades del amor conyugal, su fecundidad y su apertura al misterio del designio de amor de Dios. Esta enseñanza conserva hoy día todo su valor y nos defiende contra las tentaciones de un erotismo destructor… El cristiano sabe que el amor humano es bueno por su origen, y si ha sido, como todo lo que existe en el hombre, herido y deformado por el pecado, encuentra en Cristo su salvación y su redención… Muchas parejas han encontrado realmente en su vida conyugal el camino de la santidad, en esta comunidad de vida que es la única que puede fundarse sobre un sacramento. La regeneración bautismal obra del Espíritu Santo (cf. Tit 3, 5), nos convierte en criaturas nuevas (cf. Gal 6, 15), “llamadas a vivir una vida nueva” (Rom 6, 4). Esta gran empresa de renovación de todas las cosas en Cristo, el matrimonio, también él, purificado y renovado, es una realidad nueva, un sacramento de la nueva alianza. Y he aquí que en los umbrales del Nuevo Testamento, como en el dintel del Antiguo, se yergue un matrimonio. Pero, mientras que el de Adán y Eva fue la fuente del mal que se ha desencadenado en el mundo, el de José y María es la cima de donde desciende la santidad por toda la tierra.
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ASÍ HABLÓ PABLO VI DE LA FAMILIA
Papa Pablo VI Discurso del 4.V.1970 a los Equipos de Nuestra Señora
Pero esta forma de pensar está basada en un profundo error. El tiempo no es de suyo creativo. Su paso no restaura la inocencia perdida. De hecho, su tendencia es siempre a lo opuesto, es decir, a
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aumentar la entropía. Cada instancia de orden en la naturaleza es arrebatada de las garras de la entropía y con el tiempo termina por caer otra vez más bajo su dominio. Como dice Anaximandro: “De donde surgen las cosas, ellas vuelven tarde o temprano, según la hora señalada“. Sería un error volver a presentar el principio de la decadencia y de la muerte como una cosa buena. No debemos confundir el debilitamiento progresivo del sentido del pecado con su desaparición y atenuar nuestra responsabilidad en relación a ello. Aristóteles enseñó que hay un mal mayor en el pecado habitual que en una simple caída acompañada por el aguijón del remordimiento. El adulterio es un ejemplo de ello, sobre todo La preparación para cuando lleva a nuevos y legales acuerdos de “nuevo el matrimonio cristiano matrimonio” que son casi imposibles de deshacer sin muchas veces no gran dolor y esfuerzo. Tomás de Aquino usa el térofrece a las parejas mino perplexitas para caracterizar casos como estos. comprometidas una Son situaciones de las cuales no se puede salir sin inimagen clara de currir, de un modo o de otro, en alguna culpabilidad. las implicaciones También un solo acto de infidelidad deja al adúltero de un matrimonio en la perplejidad: ¿Debe confesar su acto a su cónyuge católico. Si fuese así, probablemente muchas o no? Si lo confiesa, bien podría salvar el matrimonio parejas decidirían no y, en todo caso, evitar una vergüenza que podría casarse por la Iglesia. terminar por destruir la confianza mutua. Por otra Para otros, de seguro, parte, una confesión podría suponer una amenaza una buena preparación aun mayor para el matrimonio que el propio pecado para el matrimonio (esta es la razón de por qué los sacerdotes a menudo proporcionaría un aconsejan a los penitentes no revelar la infidelidad a impulso eficaz para su cónyuge). Nótese, además, que Santo Tomás enseña la conversión. que nunca caemos en la perplexitas sin un cierto grado de culpabilidad personal, y que Dios lo permite como un castigo por el pecado que en primer lugar nos ha puesto sobre el mal camino. Sostener a nuestros hermanos cristianos en medio de la perplexitas de un nuevo matrimonio, mostrarles empatía y asegurarles la solidaridad de la comunidad, es una obra de misericordia. Pero admitirlos a la comunión sin contrición y regularizar su situación sería una ofensa contra el Santísimo Sacramento, otra más entre las muchas que se han cometido en nuestros días. La enseñanza de Pablo sobre la Eucaristía en la primera carta a los Corintios culmina con una advertencia contra la recepción indigna del Cuerpo de Cristo: “El que lo come y bebe indignamente, come y bebe su propia condenación”. ¿Por qué los reformadores litúrgicos no colocaron
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estos versos decisivos en todas las fiestas y no solo en la segunda lectura de la Misa del Jueves Santo y del Corpus Christi? Cuando toda la asamblea se levanta para recibir la comunión domingo tras domingo, uno debería preguntarse: ¿Es que las parroquias católicas están compuestas exclusivamente por santos? Pero todavía hay un último punto que con todo derecho debe ser el primero. La Iglesia admite que manejó los abusos sexuales de menores sin tener suficientemente en cuenta a las víctimas. El mismo esquema se repite aquí. ¿Alguien siquiera ha mencionado a las víctimas? ¿Alguien habla de la mujer y de sus cuatro hijos que su marido ha abandonado? Ella podría estar Sostener a nuestros dispuesta a recibirlo, aunque solo sea para garantizar hermanos cristianos en que los niños estarán cuidados; sin embargo, él tiene medio de la perplexitas de un nuevo una nueva familia y no tiene intención de regresar. Mientras tanto, el tiempo pasa. El adúltero desea reci- matrimonio, mostrarles bir la comunión de nuevo. Él está dispuesto a confesar su empatía y asegurarles culpa, pero no está dispuesto a pagar el precio, es decir, la solidaridad de la llevar una vida de continencia. La mujer abandonada se comunidad, es una ve obligada a mirar cómo la Iglesia acepta y bendice la obra de misericordia. nueva unión. Como añadiendo un insulto a la injuria, su Pero admitirlos a la comunión sin abandono recibe un timbre de aprobación eclesiástica. contrición y Entonces sería más honesto sustituir la frase “hasta que regularizar su situación la muerte los separe” por “hasta que el amor de uno de sería una ofensa ustedes se enfríe“, una fórmula que ya está siendo recocontra el Santísimo mendada en serio. Pero hablar aquí de una “liturgia de Sacramento, otra más bendición” más bien que de un nuevo matrimonio ante entre las muchas que el altar, sería un engañoso juego de manos que simple- se han cometido en mente lanza polvo a los ojos de la gente. nuestros días.
* Este artículo fue publicado originalmente por la revista norteamericana First Things.
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N IÓ IC ED TA ES DE RE ER CI AL
DISCURSO DEL PAPA FRANCISCO AL CONCLUIR EL SÍNODO EXTRAORDINARIO DE LOS OBISPOS SOBRE LA FAMILIA Queridos: Eminencias, Beatitudes, Excelencias, hermanos y hermanas: ¡Con un corazón lleno de reconocimiento y de gratitud quiero agradecer junto a ustedes al Señor que nos ha acompañado y nos ha guiado en los días pasados, con la luz del Espíritu Santo! Agradezco de corazón a S. E. Card. Lorenzo Baldisseri, Secretario General del Sínodo, S. E. Mons. Fabio Fabene, Sub-secretario, y con ellos agradezco al Relator S. E. Card. Peter Erdő y el Secretario Especial S. E. Mons. Bruno Forte, a los tres Presidentes delegados, los escritores, los consultores, los traductores, y todos aquellos que han trabajado con verdadera fidelidad y dedicación total a la Iglesiay sin descanso: ¡gracias de corazón! Agradezco igualmente a todos ustedes, queridos Padres Sinodales, Delegados fraternos, Auditores, Auditoras y Asesores por su participación activa y fructífera. Los llevaré en mis oraciones, pidiendo al Señor los ¡recompense con la abundancia de sus dones de su gracia! Puedo decir serenamente que —con un espíritu de colegialidad y de sinodalidad— hemos vivido verdaderamente una experiencia de «sínodo», un recorrido solidario, un «camino juntos». Y siendo “un camino» —como todo camino— hubo momentos de carrera veloz, casi de querer vencer el tiempo y alcanzar rápidamente la meta; otros momentos de fatiga, casi hasta querer decir basta; otros momentos de entusiasmo y de ardor. Momentos de profundo consuelo, escuchando el testimonio de pastores verdaderos (Cf. Jn 10 y Cann 375, 386, 387) que llevan en el corazón, sabiamente, las alegrías y las lágrimas de sus fieles. Momentos de gracia y de consuelo, escuchando los testimonios de las familias que han participado del Sínodo y han compartido con nosotros la belleza y la alegría de su vida matrimonial. Un camino donde el más fuerte se ha sentido en el deber de ayudar al menos fuerte, donde el más experto se ha prestado a servir a los otros, también a través del debate. Y porque es un camino de hombres, también hubo momentos de desolación, de tensión y de tentación, como algunas de las siguientes: — La tentación del endurecimiento hostil, esto es el querer cerrarse dentro de lo escrito (la letra) y no dejarse sorprender por Dios, por el Dios de las sorpresas (el espíritu); dentro de la ley, dentro de la certeza de lo que conocemos y no de lo que debemos todavía aprender y alcanzar. Es la tentación de los celosos, de los escrupulosos, de los apresurados, de los así llamados «tradicionalistas» y también de los intelectualistas. — La tentación del “buenismo” destructivo, que en nombre de una misericordia engañosa venda las heridas sin primero curarlas y medicarlas; que trata los síntomas y no las causas ni las raíces. Es la tentación de los «buenistas», de los temerosos y también de los así llamados “progresistas y liberalistas”. * Estos textos pueden leerse en www.humanitas.cl
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— La tentación de transformar la piedra en pan para terminar el largo ayuno, pesado y doloroso (Cf. Lc 4, 1-4) y también de transformar el pan en piedra, y tirarla contra los pecadores, los débiles y los enfermos (Cf. Jn 8,7), de transformarla en “fardos insoportables” (Lc 10,27). — La tentación de descender de la cruz para contentar a la gente, y no permanecer, para cumplir la voluntad del Padre; de ceder al espíritu mundano en vez de purificarlo e inclinarlo al Espíritu de Dios. — La tentación de descuidar el “depositum fidei”, considerándose no custodios, sino propietarios y patrones, o por otra parte, la tentación de descuidar la realidad utilizando ¡una lengua minuciosa y un lenguaje pomposo para decir tantas cosas y no decir nada! Queridos hermanos y hermanas, las tentaciones no nos deben asustar ni desconcertar, ni mucho menos desanimar, porque ningún discípulo es más grande que su maestro; por lo tanto si Jesús fue tentado —y además llamado Belcebú (Cf. Mt 12,24)—, sus discípulos no deben esperarse un trato mejor. Personalmente me hubiera preocupado mucho y entristecido si no se hubieran dado estas tensiones y estas discusiones animadas; este movimiento de los espíritus, como lo llamaba San Ignacio (EE, 6), si todos hubieran estado de acuerdo o taciturnos en una falsa y quietista paz. En cambio he visto y escuchado —con alegría y reconocimiento— discursos e intervenciones llenos de fe, de celo pastoral y doctrinal, de sabiduría, de franqueza, de coraje y parresía. Y he sentido que ha sido puesto delante de sus ojos el bien de la Iglesia, de las familias y la “suprema lex”: la “salus animarum” (Cf. Can 1752). Y esto siempre sin poner jamás en discusión la verdad fundamental del Sacramento del Matrimonio: la indisolubilidad, la unidad, la fidelidad y la procreatividad, o sea la apertura a la vida (Cf. Cann 1055, 1056 y Gaudium et spes, 48). Esta es la Iglesia, la viña del Señor, la Madre fértil y la Maestra premurosa, que no tiene miedo de remangarse las manos para derramar el óleo y el vino sobre las heridas de los hombres (Cf. Lc 10,25-37); que no mira a la humanidad desde un castillo de vidrio para juzgar y clasificar a las personas. Esta es la Iglesia Una, Santa, Católica y compuesta de pecadores, necesitados de Su misericordia. Esta es la Iglesia, la verdadera esposa de Cristo, que busca ser fiel a su Esposo y su doctrina. Es la Iglesia que no tiene miedo de comer y beber con las prostitutas y los publicanos (Cf. Lc 15). La Iglesia que tiene las puertas abiertas para recibir a los necesitados, los arrepentidos y ¡no solo a los justos o aquellos que creen ser perfectos! La Iglesia que no se avergüenza del hermano caído y no finge no verlo, al contrario, se siente comprometida y obligada a levantarlo y a animarlo a retomar el camino y lo acompaña hacia el encuentro definitivo con su Esposo, en la Jerusalén celeste. ¡Esta es la Iglesia, nuestra Madre! Y cuando la Iglesia, en la variedad de sus carismas, se expresa en comunión, no puede equivocarse: es la belleza y la fuerza del sensus fidei, de aquel
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sentido sobrenatural de la fe, que viene dado por el Espíritu Santo para que, juntos, podamos todos entrar en el corazón del Evangelio y aprender a seguir a Jesús en nuestra vida, y esto no debe ser visto como motivo de confusión y malestar. Tantos comentaristas han imaginado ver una Iglesia en litigio donde una parte está contra la otra, dudando hasta del Espíritu Santo, el verdadero promotor y garante de la unidad y de la armonía en la Iglesia. El Espíritu Santo que a lo largo de la historia ha conducido siempre la barca, a través de sus ministros, también cuando el mar era contrario y agitado y los ministros infieles y pecadores. Y, como he osado decirles al inicio, era necesario vivir todo esto con tranquilidad y paz interior también, porque el sínodo se desarrolla cum Petro et sub Petro, y la presencia del Papa es garantía para todos. Por lo tanto, la tarea del Papa es aquella de garantizar la unidad de la Iglesia; es aquella de recordar a los fieles su deber de seguir fielmente el Evangelio de Cristo; es aquella de recordar a los pastores que su primer deber es nutrir la grey que el Señor les ha confiado y de salir a buscar —con paternidad y misericordia y sin falsos miedos— la oveja perdida. Su tarea es la de recordar a todos que la autoridad en la Iglesia es servicio (Cf. Mc 9,33-35) como ha explicado con claridad el Papa Benedicto XVI con palabras que cito textualmente: “la Iglesia está llamada y se empeña en ejercitar este tipo de autoridad que es servicio, y la ejercita no a título propio, sino en el nombre de Jesucristo… a través de los Pastores de la Iglesia; de hecho, Cristo apacienta a su grey: es Él que la guía, la protege, la corrige porque la ama profundamente. Pero el Señor Jesús, Pastor supremo de nuestras almas, ha querido que el Colegio Apostólico, hoy los Obispos, en comunión con el Sucesor de Pedro … participaran en esta misión suya de cuidar al pueblo de Dios, de ser educadores de la fe, orientando, animando y sosteniendo a la comunidad cristiana, o como dice el Concilio,“cuidando sobre todo que cada uno de los fieles sean guiados en el Espíritu santo a vivir según el Evangelio su propia vocación, a practicar una caridad sincera y operosa y a ejercitar aquella libertad con la que Cristo nos ha librado” (Presbyterorum Ordinis, 6)… Y a través de nosotros —continúa el Papa Benedicto— es que el Señor llega a las almas, las instruye, las custodia, las guía. San Agustín en su Comentario al Evangelio de San Juan dice: “Sea por lo tanto un empeño de amor apacentar la grey del Señor” (123,5); esta es la suprema norma de conducta de los ministros de Dios, un amor incondicional, como aquel del Buen Pastor, lleno de alegría, abierto a todos, atento a los cercanos y premuroso con los lejanos (Cf. S. Agustín, Discurso 340, 1; Discurso 46,15), delicado con los más débiles, los pequeños, los simples, los pecadores, para manifestar la infinita misericordia de Dios con las confortantes de la esperanza (Cf. Id., Carta 95,1)” (Benedicto XVI Audiencia General, miércoles, 26 de mayo de 2010). Por lo tanto la Iglesia es de Cristo —es su esposa— y todos los Obispos en comunión con el Sucesor de Pedro, tienen la tarea y el deber de custodiarla y de servirla, no como patrones sino como servidores. El Papa en este contexto no es el señor supremo, sino más bien el supremo servidor – “Il servus servorum Dei”; el garante de la obediencia , de la conformidad de la Iglesia
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a la voluntad de Dios, al Evangelio de Cristo y a la Tradición de la Iglesia poniendo de parte todo arbitrio personal, siendo también —por voluntad de Cristo mismo— “el Pastor y Doctor supremo de todos los fieles” (Can 749) y gozando “de la potestad ordinaria que es suprema, plena, inmediata y universal de la iglesia” (Cf. Cann 331-334). Queridos hermanos y hermanas, ahora todavía tenemos un año para madurar con verdadero discernimiento espiritual las ideas propuestas y encontrar soluciones concretas a las tantas dificultades e innumerables desafíos que las familias deben afrontar; para dar respuesta a tantos desánimos que circundan y sofocan a las familias, un año para trabajar sobre la “Relatio Synodi” que es el resumen fiel y claro de todo lo que fue dicho y discutido en esta aula y en los círculos menores. ¡El Señor nos acompañe y nos guíe en este recorrido para gloria de Su nombre con la intercesión de la Virgen María y de San José! ¡Y por favor no se olviden de rezar por mí! 18 de octubre, 2014
PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO EN LA BEATIFICACIÓN DE PABLO VI (DOMINGO 19.X.14) En este día de la beatificación del Papa Pablo VI, me vienen a la mente las palabras con que instituyó el Sínodo de los Obispos: «Después de haber observado atentamente los signos de los tiempos, nos esforzamos por adaptar los métodos de apostolado a las múltiples necesidades de nuestro tiempo y a las nuevas condiciones de la sociedad» (Carta ap. Motu proprio Apostolica sollicitudo). Contemplando a este gran Papa, a este cristiano comprometido, a este apóstol incansable, ante Dios hoy no podemos más que decir una palabra tan sencilla como sincera e importante: Gracias. Gracias a nuestro querido y amado Papa Pablo VI. Gracias por tu humilde y profético testimonio de amor a Cristo y a su Iglesia. El que fuera gran timonel del Concilio, al día siguiente de su clausura, anotaba en su diario personal: «Quizás el Señor me ha llamado y me ha puesto en este servicio no tanto porque yo tenga algunas aptitudes, o para que gobierne y salve la Iglesia de sus dificultades actuales, sino para que sufra algo por la Iglesia, y quede claro que Él, y no otros, es quien la guía y la salva». En esta humildad resplandece la grandeza del Beato Pablo VI que, en el momento en que estaba surgiendo una sociedad secularizada y hostil, supo conducir con sabiduría y con visión de futuro –y quizás en solitario– el timón de la barca de Pedro sin perder nunca la alegría y la fe en el Señor. Pablo VI supo de verdad dar a Dios lo que es de Dios dedicando toda su vida a la «sagrada, solemne y grave tarea de continuar en el tiempo y extender en la tierra la misión de Cristo», amando a la Iglesia y guiando a la Iglesia para que sea «al mismo tiempo madre amorosa de todos los hombres y dispensadora de salvación».
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Beatificación Pablo VI Fue al Papa Pablo VI que la Providencia obsequió con la ardua tarea de ser timonel del Concilio Ecuménico Vaticano II, calificado por muchos —cristianos y no cristianos— como el evento más importante del siglo XX. El sufrimiento de esos años fue dejando huellas en su rostro. De no menor significado en esa cruz que el Pontífice debió llevar, fue su defensa de la familia y de la vida humana. La beatificación de Pablo VI, presidida por el Papa Francisco el 19 de octubre, al cierre de la 1ª etapa del Sínodo, ha sido un particular momento de gloria para la Iglesia.
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Ver también en www.humanitas. cl
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Amedeo Brogli, Pablo VI en oraci贸n. 57
Pablo VI y la Transfiguración POR JOSEPH RATZINGER
El cardenal Joseph Ratzinger, arzobispo de Múnich, celebró en la catedral de la capital bávara una misa por el Papa Pablo VI, a los cuatro días de su muerte. Pronunció entonces una homilía, hasta ahora solo divulgada en el número 28 del boletín arquidiocesano “Ordinariats-Korrespondenz”. Ofrecemos la traducción de la misma, publicada en L’Osservatore Romano del 21 de junio de 2013 en el 50º aniversario de la elección del Papa Montini.
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urante quince años, en la plegaria eucarística durante la santa misa, hemos pronunciado las palabras: “Celebramos en comunión con tu siervo, nuestro Papa Pablo”. Desde el 7 de agosto esta frase está vacía. La unidad de la Iglesia en esta hora no tiene ningún nombre; su nombre está ahora en el recuerdo de quienes nos han precedido en el signo de la fe y duermen en la paz. El Papa Pablo ha sido llamado a la casa del Padre en la tarde de la fiesta de la Transfiguración del Señor, poco después de haber oído la santa misa y recibido los sacramentos. “Qué bueno es que estemos aquí”, dijo Pedro a Jesús en el monte de la transfiguración. Quería quedarse. Lo que a él se le negó entonces, sin embargo se le ha concedido a Pablo VI en esta fiesta de la Transfiguración de 1978: no ha tenido ya que bajar a la cotidianidad de la historia. Ha podido quedarse allí, donde el Señor eternamente está a la mesa con Moisés, Elías y los muchos que llegan de oriente y de occidente, desde el septentrión y desde el meridión. Su camino terreno ha concluido. En la Iglesia de Oriente, que tanto amó Pablo VI, la fiesta de la Transfiguración ocupa un lugar muy especial. No está considerada como un acontecimiento entre tantos, como un dogma entre dogmas, sino como la síntesis de todo: cruz y resurrección, presente y futuro de la creación se reúnen aquí. La fiesta de la Transfiguración es garantía del hecho de que el Señor no abandona la creación. Que no se desprende del cuerpo como si
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Beatificación Pablo VI El Papa Pablo VI entrega el capelo cardenalicio al arzobispo de Múnich, Joseph Ratzinger.
fuera un vestido y que no deja la historia como si fuera un papel teatral. A la sombra de la cruz, sabemos que precisamente así la creación va hacia la transfiguración. Lo que nosotros indicamos como transfiguración, en el griego del Nuevo Testamento se llama metamorfosis (“transformación”), y esto hace que emerja un hecho importante: la transfiguración no es algo muy lejano, que en perspectiva puede suceder. En el Cristo transfigurado se revela mucho más aquello que es la fe: transformación, que en el hombre acontece en el curso de toda la vida. Desde el punto de vista biológico la vida es una metamorfosis, una transformación perenne que se concluye con la muerte. Vivir significa morir, significa metamorfosis hacia la muerte. El relato de la transfiguración del Señor añade algo nuevo: morir significa resucitar. La fe es una metamorfosis en la que el hombre madura en lo definitivo y se hace maduro para ser definitivo. Por esto el evangelista Juan define la cruz como glorificación, fundiendo la transfiguración y la cruz: en la última liberación de uno mismo la metamorfosis de la vida llega a su meta. La transfiguración prometida por la fe como metamorfosis del hombre es ante todo camino de purificación, camino de sufrimiento. Pablo VI aceptó su servicio papal cada vez más, como metamorfosis de la fe en el sufrimiento. Las últimas palabras del Señor resucitado a Pedro, después de haberle constituido pastor de su rebaño, fueron: “Cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras” (Juan 21, 18).
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Era una alusión a la cruz que esperaba a Pedro al final de su camino. Era, en general, una alusión a la naturaleza de este servicio. Pablo VI se dejó llevar cada vez más adonde humanamente, él solo, no quería ir. Cada vez más el pontificado significó para él dejarse ceñir las vestiduras por otro y ser clavado en la cruz. Sabemos que antes de su 75 cumpleaños, y también antes del 80, luchó intensamente con la idea de retirarse. Y podemos imaginar cuán pesado debió ser el pensamiento de no poder ya pertenecer a sí mismo. De no tener ya un momento privado. De estar encadenado hasta el final, con el propio cuerpo que cede, a una tarea que exige, día tras día, el pleno y vivo empleo de todas las fuerzas de un hombre. “Ninguno de nosotros vive para sí mismo y ninguno muere para sí mismo. Si vivimos, vivimos para el Señor; si morimos, morimos para el Señor” (Romanos 14, 7-8). Estas palabras de la lectura de hoy marcaron literalmente su vida. Él dio nuevo valor a la autoridad como servicio, llevándola como un sufrimiento. No experimentaba ningún placer en el poder, en la posición, en la carrera conseguida; y precisamente por esto, siendo la autoridad un encargo soportado —“te llevará adonde no quieras”—, esta se hizo grande y creíble. Pablo VI desempeñó su servicio por fe. De ahí se derivaban tanto su firmeza como su disponibilidad al compromiso. Por ambas tuvo que aceptar críticas, e igualmente en algunos comentarios tras su muerte, no ha faltado el mal gusto. Pero un Papa que hoy no sufriera críticas fracasaría en su tarea ante este tiempo. Pablo VI resistió a la telecracia y a la demoscopia, las dos potencias dictatoriales del presente. Pudo hacerlo porque no tomaba como parámetro el éxito y la aprobación, sino la conciencia, que se mide según la verdad, según la fe. Es por esto que en muchas ocasiones buscó el acuerdo: la fe deja mucho abierto, ofrece un amplio espectro de decisiones, impone como parámetro el amor, que se siente en obligación hacia el todo, y por lo tanto impone mucho respeto. Por ello pudo ser inflexible y decidido cuando lo que se ponía en juego era la tradición esencial de la Iglesia. En él esta dureza no se derivaba de la insensibilidad de aquellos cuyo camino lo dicta el placer del poder y el desprecio de las personas, sino de la profundidad de la fe, que le hizo capaz de soportar las oposiciones. Pablo VI era, en lo profundo, un Papa espiritual, un hombre de fe. No por error un periódico lo definió como el diplomático que había dejado a las espaldas la diplomacia. En el curso de su
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carrera curial había aprendido a dominar de modo virtuoso los instrumentos de la diplomacia. Pero estos pasaron cada vez más a un segundo plano en la metamorfosis de la fe a la que se sometió. En lo íntimo halló cada vez más el propio camino sencillamente en la llamada de la fe, en la oración, en el encuentro con Jesucristo. De tal manera se convirtió cada vez más en un hombre de bondad profunda, pura y madura. Quien le encontró en los últimos años pudo experimentar de modo directo la extraordinaria metamorfosis de la fe, su fuerza transfiguradora. Se podía ver cuánto el hombre, que por naturaleza era un intelectual, se entregaba día tras día a Cristo, cómo se dejaba cambiar, transformar, purificar por Él, y cómo ello le hacía cada vez más libre, cada vez más profundo, cada vez más bueno, perspicaz y sencillo. La fe es una muerte, pero es también una metamorfosis para entrar en la vida auténtica, hacia la transfiguración. En el Papa Pablo VI se podía observar todo ello. La fe le dio valor. La fe le dio bondad. Y en él era también claro que la fe convencida no cierra, sino que abre. Al final, nuestra memoria conserva la imagen de un hombre que tiende la mano. Fue el primer Papa que viajó a todos los continentes, fijando así un itinerario del Espíritu, que tuvo comienzo en Jerusalén, fulcro del encuentro y de la separación de las tres grandes religiones monoteístas; después el viaje a las Naciones Unidas, el camino hasta Ginebra, el encuentro con la mayor cultura religiosa no monoteísta de la humanidad, la India, y la peregrinación a los pueblos que sufren de América Latina, de África, de Asia. La fe tiende manos. Su signo no es el puño, sino la mano abierta. En la Carta a los Romanos de san Ignacio de Antioquía está escrita la maravillosa frase: “Es bello decaer al mundo por el Señor y resucitar con Él” (II, 2). El obispo mártir la escribió durante el viaje desde oriente hacia la tierra en la que se pone el sol, occidente. Allí, en el ocaso del martirio, esperaba recibir el surgimiento de la eternidad. El camino de Pablo VI se convirtió, año tras año, en un viaje cada vez más consciente de testimonio soportado, un viaje en el ocaso de la muerte, que le llamó en el día de la Transfiguración del Señor. Encomendamos su alma con confianza en las manos de la eterna misericordia de Dios para que sea para él aurora de vida eterna. Dejemos que su ejemplo sea un llamamiento y dé fruto en nuestra alma. Y oremos para que el Señor nos envíe otra vez a un Papa que cumpla de nuevo el mandato originario del Señor a Pedro: “Confirma a tus hermanos” (Lucas 22, 32).
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Quién fue Pablo VI C
on posterioridad a las canonizaciones de Juan XXIII y Juan Pablo II, otro pontífice asciende a los honores de los altares en este año 2014. Para una profundización más detallada de su biografía, se puede consultar la voz “Paolo VI” en la Enciclopedia Treccani, escrita por Giovanni Maria Vian, actual director de L’Osservatore Romano. Llamado en el mundo Giovanni Battista (Enrico Antonio Maria) Montini, nació el 26 de septiembre de 1897 en Concesio, en la provincia de Brescia. Ordenado sacerdote en 1920, inició tres años después sus estudios en la Pontificia Academia Eclesiástica y su colaboración con la Secretaría de Estado, en el pontificado de Pío XI. Trabajó durante cinco meses como agregado en la Nunciatura Apostólica de Varsovia, antes de regresar a Italia y graduarse en Filosofía, Derecho Canónico y Derecho Civil.
Asistente eclesiástico de la FUCI Durante ocho años, entre 1925 y 1933, fue Asistente eclesiástico nacional de la FUCI (Federación Universitaria Católica Italiana) (www. fuci.net), antes de ser nombrado (en 1937) sustituto de la Secretaría de Estado, trabajando en contacto estrecho con el futuro Pío XII (Eugenio Pacelli). Durante la Segunda Guerra Mundial desarrolló una intensa actividad en la Oficina de información de la Santa Sede, sobre todo para obtener noticias sobre soldados y civiles en el frente. Tuvo un rol significativo también en la asistencia que la Iglesia proporcionaba a los refugiados y a los judíos.
Arzobispo de Milán El 1 de noviembre de 1954 fue nombrado arzobispo de Milán, donde se esforzó por buscar el diálogo y la conciliación entre todas las fuerzas sociales, en un momento histórico evidentemente muy difícil. Poco después de ser elegido, el nuevo pontífice —actualmente San Juan XXIII— lo nombró cardenal en el Consistorio del 15 de diciembre de 1958, ubicándolo en el primer lugar de la lista. Eran amigos desde 1925 y también con él la
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Dina Bellotti, Pablo VI, 1963-1978.
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colaboración fue muy estrecha, tanto así que fue enviado a diversas partes del mundo a representar al Papa, además de participar activamente en los trabajos preparatorios del Concilio Vaticano II.
262º Obispo de Roma Fue elegido 262º Obispo de Roma y Sucesor de San Pedro el 21 de junio de 1963. Su pontificado ciertamente no fue fácil, sobre todo a causa de la agudización de los conflictos entre la Iglesia y el mundo, que se encaminaba hacia un amplio proceso de secularización. En 1964, renunció al uso de la tiara, símbolo de soberanía, y dio comienzo al Concilio Vaticano II, mostrando una gran capacidad de mediación, garantizando solidez doctrinaria y la necesaria «actualización» de la Iglesia en temas poco explorados (tercer mundo, paz, defensa de la vida humana).
El primero en viajar en avión Fue el primer pontífice que viajó en avión para visitar todos los continentes, comenzando por Tierra Santa, en 1964, hace cincuenta años. En esa ocasión, abrazó al patriarca ortodoxo Atenágoras I, produciéndose a partir de ese encuentro un acercamiento entre las iglesias cismáticas, consagrado posteriormente en la Declaración común católicoortodoxa de 1965. Visitó las Naciones Unidas , estuvo en Fátima, en Ginebra, en Bogotá y en Uganda. En 1970 viajó a Asia Oriental, Oceanía y Australia. Tuvo también encuentros con muchas personalidades, comenzando por el Presidente de los Estados Unidos John Kennedy, el arzobispo de Canterbury, Michael Ramsey, y el Dalai Lama.
Sínodo y Día Mundial de la Paz Fue además el Papa que estableció formalmente el organismo del Sínodo de los Obispos, favoreciendo así una mayor colegialidad, y quien abolió el índice de libros prohibidos. En 1967, anunció la creación del Día Mundial de la Paz, que en lo sucesivo se celebraría el 1 de enero de cada año.
Las encíclicas En sus siete encíclicas abordó, entre otras cosas, el tema del celibato sacerdotal (Sacerdotalis caelibatus, 24 de junio de 1967) y los complejos temas del control de la natalidad y de la contraconcepción
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(Humanae vitae, 25 de julio de 1968). Es interesante también la encíclica Mense maio (29 de abril de 1965) sobre la devoción a la Virgen en el mes de mayo, y la encíclica con la invitación a invocar a María en el mes de octubre por la causa de la paz (Christi matri, 15 de septiembre de 1966). Escribió también encíclicas dedicadas a la Eucaristía (Mysterium fidei, 3 de septiembre de 1965), a los temas sociales (Populorum progressio, 26 de marzo de 1967) y a la misión de la Iglesia Católica en el mundo (Ecclesiam suam, 6 de agosto de 1964). En 1967, estableció un Año de la fe, como consecuencia y exigencia postconciliar, y para celebrar el XIX centenario del martirio de San Pedro y San Pablo. Dicho año se clausuró el 30 de junio de 1968 con una Solemne Profesión de fe, Credo del Pueblo de Dios. También fue rasgo propio suyo la premura por la Nueva evangelización, escribiendo el 8 de diciembre de 1975 la Exhortación apostólica Evangelii nuntiandi. El 24 de diciembre de 1974 inauguró el Año Santo de 1975 (Jubileo), con la apertura de la puerta santa en transmisión directa por televisión.
La reforma de la Curia Bajo su pontificado nacieron diversos organismos de la Curia Romana, tales como la Pontificia Comisión para las comunicaciones sociales (convertida posteriormente en Pontificio Consejo), el Secretariado para los no cristianos y el Secretariado para los no creyentes, el Pontificio Consejo para los laicos, la Prefectura de la Casa Pontificia y la Comisión Teológica Internacional, y se trasformó el Santo Oficio en Congregación para la Doctrina de la Fe. Falleció el 6 de agosto de 1978, fiesta de la Transfiguración del Señor, en la residencia de verano de Castel Gandolfo. En el sitio del Vaticano se puede leer el texto del discurso elaborado para el Angelus de esa mañana, que no se pronunció a causa de la enfermedad del pontífice. Ahí reflexionaba sobre todos aquellos que sufren debido a las condiciones especiales en que se encuentran, comenzando por los desempleados y quienes padecen hambre.
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Un centro internacional de estudio sobre su figura En su ciudad natal surgió posteriormente, por iniciativa de la Obra para la Educación Cristiana de Brescia, un Centro Internacional de Estudios y Documentación sobre su figura: http://www.istitutopaolovi.it/index.asp
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El funeral fue sumamente sobrio, y el ataúd también era sencillo, de madera clara, sobre la cual se depositó un Evangelio. Esta sencillez inspiró después también a sus sucesores. Está enterrado en el suelo, en las Grutas Vaticanas, bajo la Basílica de San Pedro.
Causa de beatificación y virtudes heroicas La causa de beatificación se abrió el 11 de mayo de 1993 por voluntad del Papa Juan Pablo II. El 20 de diciembre de 2012, tras la opinión favorable de la Congregación para las Causas de los Santos, el Papa Benedicto XVI autorizó la promulgación del decreto sobre las virtudes heroicas de Pablo VI, quien desde ese momento asumió el título de Venerable.
La postulación La sede diocesana de la causa de beatificación se encuentra en el Santuario de María de las Gracias en Brescia. El postulador es el padre Antonio Marrazzo. El milagro que se le atribuye se remonta al año 2001 y tiene relación con la curación inexplicable de un niño estadounidense, que debería haber nacido con problemas físicos a raíz de haberse roto la vejiga fetal cuando todavía se encontraba en el útero materno, en el quinto mes de embarazo. Hoy, a los 13 años de edad, tiene una vida normal. Son diversas también las gracias atribuidas al Venerable. «Un auténtico servidor»: así lo describe en un artículo el Vicepostulador de la Causa de beatificación, Don Antonio Lanzoni. Aquí se pueden consultar todos los documentos (homilías, quirógrafos, constituciones, motu proprio, encíclicas, cartas, oraciones, etc.) en orden cronológico y en varios idiomas, comenzando por el latín, redactados por Pablo VI durante el pontificado. GIOVANNI TRIDENTE Oasis
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«Es fundamental, ubicar qué significa el Concilio y el papel de Pablo VI en el Concilio y el significado histórico que tiene. Para mí, es el saldo de las cuentas de la Iglesia con la Modernidad. Es más que el fin de la cristiandad».
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pastorales de pablo para américa latina
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POR ALBERTO METHOL FERRÉ
Beatificación Pablo VI
Grandes orientaciones
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nte todo digamos que no es posible diferenciar la pastoral La Evangelii de Pablo VI con la pastoral que surge del conjunto del Concilio nuntiandi cumplió Vaticano II. Esta es la premisa fundamental. Si el Papa Juan el rol de unificar muy XXIII fue el padre impulsor del Concilio Vaticano II, Pablo VI íntimamente, en la fue el hermano mayor del Concilio Vaticano II, y el Papa Juan Conferencia Episcopal Pablo II será el hijo del Concilio Vaticano II. Esto es el principio de Puebla, las dos que nos ubica porque no hubo nunca una voluntad que no puntas fundamentales fuera unitiva de Pablo VI en su no diferenciarse del Concilio del Concilio que son Vaticano II. Su pastoral es la pastoral del Concilio, que tomó la Lumen Gentium ciertas especificidades en relación con América Latina. El otro en una punta, y la punto es desde dónde reflexionamos. Parece indispensable in- Gaudium et spes dicar que las Iglesias de América Latina no fueron las mayores en la otra. Medellín era hijo más de la impulsoras del Concilio Vaticano II. Más bien se educaron en Gaudium et spes y el Concilio Vaticano II acerca de qué era la gran revolución de la Populorum que fue el Concilio Vaticano II. Y solamente después hubo un progressio y no había proceso, que va desde el post-Concilio, la Conferencia Episcoun suficiente énfasis pal de Medellín y la Conferencia Episcopal de Puebla donde eclesiológico, que se logra una asimilación, una apropiación del conjunto del era lo fundamental, Concilio por las Iglesias de América Latina. Tuve la ventura que le daba sentido a de tener participación en esas instancias, especialmente en la todo el conjunto del última, y fue luego de la Conferencia Episcopal de Puebla, no Concilio. La Evangelii por un análisis intelectual individual, sino como una parte nuntiandi recentró. de una experiencia colectiva, que experimenté y llegué a una comprensión del significado histórico profundo del Concilio Vaticano II, porque era el momento que colectivamente las Iglesias de América Latina habían recreado y cumplido en su seno ese proceso desde sí mismas. Porque uno nunca es un individuo solo, uno es una parte de un pueblo que madura. Y en el pueblo universal de la Iglesia Católica los ritmos no * Transcripción de la conferencia pronunciada por el autor en el simposio “Pablo VI y América Latina”, organizado en simposio por el Istituto Paolo VI de Brescia.
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son idénticos, sino múltiples y hay instantes que hay Iglesias que son el motor de un Concilio, como las de España e Italia en Trento, como las de Francia y Alemania, principalmente, en el Concilio Vaticano II. También la de Estados Unidos tuvo una importancia especial en algunos capítulos sobre, por ejemplo, la libertad religiosa. El proceso de asimilación del Concilio fue conducido por Pablo VI en América Latina porque el marco de Medellín no fue solamente el Concilio ni la Gaudium et spes sola, sino que fue también, fundamentalmente, desde el marco de la Populorum progressio que vino a completar la Gaudium et spes en el sentido que la Gaudium et spes no había hecho un hincapié fundamental en la emergencia del tercer mundo, de los países en desarrollo. El Papa Pablo VI juzgó de importancia, dentro del La Evangelii marco de la Gaudium et spes, hacer como una ampliación de la nuntiandi fue cuestión social en el espíritu inicial y continuando la mundializacomo una síntesis ción del enfoque de la enseñanza social que había hecho el Papa excepcional, en pocas Juan XXIII en la Mater et magistra. Esta fue como apertura, como palabras, del conjunto educación, a los episcopados para ubicarlos en la cuestión social complejo del Concilio. que ya era mundial. Antes la Iglesia había sido muy eurocéntrica Pablo VI dio como porque el mundo tenía un centro que era Europa que terminó una síntesis última del solamente en el año ’45, que es cuando comienza nuestra época. Concilio, sencilla. No La Evangelii nuntiandi cumplió el rol de unificar muy íntimaeditó un libro inmenso, mente, en la Conferencia Episcopal de Puebla, las dos puntas funsino una síntesis damentales del Concilio que son la Lumen Gentium en una punta, sencilla para el pueblo y la Gaudium et spes en la otra. Medellín era hijo más de la Gaudium eclesial que estaba un et spes y de la Populorum progressio y no había un suficiente énfasis poco desbordado por eclesiológico, que era lo fundamental, que le daba sentido a todo los acontecimientos el conjunto del Concilio. La Evangelii nuntiandi recentró. post-conciliares. (…) La Evangelii nuntiandi fue como una síntesis excepcional, en pocas palabras, del conjunto complejo del Concilio. Pablo VI dio como una síntesis última del Concilio, sencilla. No editó un libro inmenso, sino una síntesis sencilla para el pueblo eclesial que estaba un poco desbordado por los acontecimientos post-conciliares. Y eso permitió a Puebla unificar, con hondura, la Lumen gentium y la Gaudium et spes, en el modo en que las Iglesias de América Latina con sus circunstancias lo asumían. Uno es hijo de ese proceso. Casi todos los que estamos acá, somos lo suficientemente otoñales como para que la experiencia de esos años haya sido la fundamental de nuestra vida y de la que no podemos hablar académicamente. Fue la revolución fundamental de nuestra propia vida este tiempo privilegiado del Vaticano II. Este Concilio suscitó, a partir de la Conferencia de Medellín, lo que algunos comentadores contemporáneos llamaron la “mayoría de edad”
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de las Iglesias de América Latina. Edad turbulenta, necesaria, encauzada y sufrida por Pablo VI, profundamente la sintió y asumió con una decisión y paciencia extraordinarias. De tal modo, la Populorum progressio y Evangelii nuntiandi son las dos inflexiones capitales de Pablo VI para la asunción plena del Vaticano II por América Latina. Hubo dos elementos que acompañaron el proceso del Concilio. Primero la recuperación de Europa, de los Estados Unidos, (…) Y eso permitió a de Rusia, de los de- Puebla unificar, con sastres de la guerra hondura la Lumen mundial. En cierto sentido Rusia atenuaba el estalinismo con gentium y la Gaudium Kruschev, los Estados Unidos y Europa Occidental ingresaban et spes, en el modo en la sociedad opulenta. Segundo, pero el otro rostro había ya en que las Iglesias de comenzado: de la descomposición de los imperios coloniales América Latina con europeos y de las viejas colonias emergía el tercer mundo sus circunstancias lo con todo un proceso de liberaciones convulsivas. En América asumían. Uno es hijo Latina algo que amenazó al comienzo del Concilio fue el gran de ese proceso. conflicto entre Estados Unidos y Rusia por los misiles en Cuba, que hizo que el Papa Juan tuviera una importante participación en su lucha por la paz mundial, reconocida por el mismo Nikita Kruschev. A partir de allí comenzó una política de apertura del este soviético, que no se había podido hacer desde la década de los ’20. La repercusión de la revolución cubana llegó en América Latina a su paroxismo en los tiempos del post-Concilio entre Medellín y Puebla. Un paroxismo que todavía en el Río de la Plata padecemos, el drama de los desaparecidos. Una especificidad de la acción valerosa de Pablo VI fue en el propio discurso de apertura de la Conferencia de Medellín (precedida por la Conferencia de las Olas que invitaba a la revolución continental), el negarse a la violencia revolucionaria como camino de los cristianos para el cambio, el desarrollo y la justicia en nuestras sociedades. Esto le costó mucho al Santo Padre y mucho a la Iglesia, porque hubo multitud de jóvenes católicos en América Latina entera que fueron a la guerrilla. Eso uno lo vivió y les podría hacer un recuento de muchachos
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que yo conocí: argentinos, peruanos, mexicanos, en Chile, en Uruguay, que están muertos o con sus vidas arruinadas. Esto ocurrió a todo lo largo y lo ancho de América Latina; y aún es una herida no subsanada en muchas de nuestras sociedades. Allí queda para siempre el testimonio valeroso de Pablo VI y su sentido de las urgencias, de las reformas que la Iglesia se comprometía a acompañar y a sostener desde la Populorum progressio en la apertura de Medellín. Vamos a concentrarnos en el Concilio, uno de los más extraordinarios de la historia de la Iglesia del que aún no se ha hecho común una interpretación de la ubicación histórica, absolutamente fundamental Una especificidad para comprender el papel de Pablo VI, la pastoral de Pablo VI de la acción valerosa y el Concilio y su significado. Esto solo se puede entender a de Pablo VI fue, en través de una lectura de los signos de los tiempos, que fue una el propio discurso palabra que puso en boga Juan XXIII, que usó otra palabra de de apertura de la gran eco: aggiornamento. ¿Qué significa que la Iglesia sea convocada para aggiornarse? Conferencia de Medellín (precedida Es que había un desfasaje entre la actualidad histórica y la Iglesia. por la Conferencia de Había un hiatus y había que saltar ese hiatus. ¿Cómo se había OLAS que invitaba engendrado ese hiatus? El mismo Concilio nos va a dar la pista. Desde el comienzo, ya en el espíritu de Juan XXIII estaba el a la revolución continental), el impulso a la colegialidad episcopal que nos viene de las Iglenegarse a la violencia sias del Oriente. Es un tema que vino a través de las relaciones revolucionaria con las Iglesias ortodoxas, con las que el Papa Juan XXIII había como camino de los tenido vínculos en su acción anterior, y que desde Pío XI, se cristianos para el van a multiplicar. Esa atmósfera de la colegialidad iba a chocar, cambio, el desarrollo naturalmente, con el papel centralista a que el Papado se había y la justicia en visto obligado en un proceso defensivo en el siglo XIX. Además nuestras sociedades. la dificultad de las comunicaciones acentuó un papel universal en la práctica relativamente sustitutiva de la Curia Romana por sobre el papel de los episcopados dispersos e incomunicados en el mundo. Solamente ahora, por las condiciones de la globalización, estos se pueden reunir de modo asiduo, y poner en una práctica efectiva el sentido de su corresponsabilidad en la conducción de la Iglesia junto al Santo Padre. En esa nueva situación emergente se rompen los esquemas que se habían aprontado en el centro por la Curia, y los obispos empiezan a retomar su protagonismo propio y eso desconcierta un poco la primera sesión del Concilio. Es allí donde el cardenal Suenens apoyado por el cardenal Montini de Milán, proponen organizar el Concilio en función a un ad intra-ad extra. Una reflexión que fuera una respiración entre la Iglesia desde dentro, “ad intra”, y la Iglesia hacia el mundo, “ad extra”. Eso es lo que genera la estructura básica del Concilio que hace que sus
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dos pilares, sean la Lumen Gentium (el ad intra) y la Gaudium et spes (el ad extra). Y todo el conjunto de declaraciones y de resoluciones que tiene el Concilio se ordenan en función de estos dos puntos que le dan un orden y una lógica a todo el Concilio. Esto, que sería un ordenamiento documental y de las comisiones y de la lógica documental, tiene, sin embargo, un significado histórico básico. Ese significado histórico coincide, en cierto sentido, con el ad intra y el ad extra. ¿Por qué? Haremos una breve incursión histórica. Diríamos en forma sencilla, que la Iglesia desde su surgimiento en la Ecumene Helenístico-Romana, en cierto sentido, había ganado todos los partidos que la historia le había ido proponiendo en su dinámica evangelizadora, y por evangelizadora, civilizadora también hasta el siglo XVI. Podríamos decir, hubo una separación o cisma de Oriente, un poco hasta por incomunicación, La Ilustración quería por poca comunicación entre la Iglesia del Oriente y la del Ocresolver lo que las cidente en el siglo XI. Pero en conjunto la Iglesia siempre había guerras de religión respondido a los diferentes retos que cada siglo le planteaba. entre católicos y Cada siglo tiene sus herejías, sus desafíos propios y hay que protestantes no intentar nuevas respuestas para reafirmar lo permanente. Hasta había resuelto. Hubo el siglo XVI, la Iglesia en el Occidente había superado todos los como una especie de conflictos, de una forma u otra. Unas mejor, otras peor, mas ecumenismo liberal había ganado. masónico, que surge Desde el siglo XVI, cuando comienza por Europa, por Castilla de la Ilustración, y Portugal el proceso de mundialización, cuando un Papa para que es un nuevo dirimir el conflicto oceánico entre Portugal y Castilla, sobre sus ecumenismo de tendencia secularista. jurisdicciones, como Juan Pablo en el Beagle, entre Argentina y Chile, le pidieron el arbitraje y el Papa Alejandro VI hizo la primera divisoria mundial del globo terráqueo. Fue el primer acto jurídico de globalización, la primera línea global que se tendió sobre el planeta que se comenzaba a unificar desde el Occidente. Pero en ese tiempo tan intenso se rompe la intimidad de la Iglesia y surge la Protesta, viene el vértigo de la Reforma. El Protestantismo, que no tiene la energía de transfigurar a la Iglesia; y la Iglesia que no tiene la energía de reabsorber al Protestantismo. Y eso termina en un empate histórico: media Europa al norte se hace protestante, y media Europa al sur se mantiene católica. Y ese es el asunto ad intra pendiente. Ahí se resume una cantidad de problemas irresueltos que la Iglesia no resolvió a cabalidad, en los comienzos de la modernidad. La reforma protestante fue respondida pero a medias. Y la vida, tanto personal como colectiva, solo permite las buenas respuestas. Cuando no hay una buena respuesta completa
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Beatificación Pablo VI «Hubo dos elementos que acompañaron el proceso del Concilio. Primero la recuperación de Europa, de los Estados Unidos, de Rusia, de los desastres de la guerra mundial. En cierto sentido Rusia atenuaba el estanilismo con Kruschev, los Estados Unidos y Europa Occidental ingresaban en la sociedad opulenta. Segundo, pero el otro rostro había ya comenzado: de la descomposición de los imperios coloniales europeos y de las viejas colonias emergía el tercer mundo con todo un proceso de liberaciones convulsivas. En América Latina algo que amenazó al comienzo del Concilio fue el gran conflicto entre Estados Unidos y Rusia por los misiles en Cuba».
y hay una respuesta a medias, aquello que uno respondió a medias le persigue por el resto de su existencia diciéndole: “Me tenés que contestar todo, tenés que saldar la cuenta”. Y la Iglesia no saldó la cuenta con el Protestantismo porque no lo pudo reabsorber. Y por algo fue algo que no comprendió. Aunque el Concilio de Trento fue un gran Concilio. Y luego el ad extra que es en la historia la Ilustración. Hubo también un conjunto de situaciones que la Iglesia tampoco pudo responder a cabalidad. Le hizo críticas pertinentes a la Ilustración, pero no supo comprender a fondo sus nuevas exigencias. Eso es lo que se llama la falta de aggiornamento. Era que la Iglesia no había terminado de asumir ni la Reforma ni la Ilustración cabalmente. ¿Por qué? Porque había tenido el acierto de rechazar los errores de la Protesta y de la Ilustración, pero no había comprendido a fondo que el error solo existe por la verdad que lleva en su seno. No había discernido las verdades que daban vida al error y lo potenciaban. Es lo de san Ireneo que cita Puebla: solo se supera lo que se asume, solo se trasciende lo que se asume. No supimos ver las verdades del error del Protestantismo, ni las verdades del error de la Ilustración y eso nos pedía cuenta, porque Dios quiere solo buenas respuestas, o sea totales, respuestas totales; y si no
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,persigue hasta un milenio porque todavía no hemos arreglado el cisma de Oriente, aunque está en vías desde Atenágoras y Pablo VI. Todavía no está totalmente saldado, está en vías, pero todavía falta. Es fundamental ubicar qué significa el Concilio y el papel de Pablo VI en el Concilio y el significado histórico que tiene. Para mí, es el saldo de las cuentas de la Iglesia con la Modernidad. Es más que el fin de la cristiandad. El sentido es que por la Lumen Gentium hemos asumido lo principal, lo mejor de la Reforma protestante, que es el sacerdocio universal de los fieles, que está en el subsuelo de la Protesta. El Protestantismo fue una gran protesta laical contra el monopolio clerical. Eso es lo que se Se hizo una protesta contra el monopolio clerical, resultado de llama la falta de haber sido los únicos alfabetos durante siglos. Pero después aggiornamento. vino la imprenta y los burgueses y artesanos empezaron a leer Era que la Iglesia no la Biblia directamente, y a reivindicar una participación que no había terminado de habían tenido antes. asumir ni la Reforma ¿Qué pasó? Pasó que la verdad del sacerdocio universal de ni la Ilustración los fieles, del Pueblo Santo se oscureció por el rechazo al Sacracabalmente. ¿Por qué? mento del Orden, por el rechazo al sacerdocio ministerial, por Porque había tenido el el rechazo a la jerarquía, por el rechazo a la sucesión apostólica acierto de rechazar los que todo esto implicaba y que abría las puertas a la multiplicidad errores de la Protesta y infinita de Iglesias y sectas de manera amorfa. Un Pueblo de de la Ilustración, pero Dios estructurado, no amorfo, es el Pueblo de Dios. Entonces no había comprendido la Lumen Gentium reubica unas eclesiologías que habían insisa fondo que el error tido, como reacción al Protestantismo, al reafirmar lo que el solo existe por la Protestantismo cuestionaba, que era el Sacramento del Orden, verdad que lleva en la sucesión apostólica, la jerarquía. Habíamos terminado en una su seno. No había Iglesia jerarcológica, como se dijo. El rasgo es que en el siglo XX, discernido las verdades y aun antes, se empezó a gestar el Concilio por el conjunto de la que daban vida al error y lo potenciaban. Iglesia y por la encíclica Mystici Corporis de Pío XII, y muchos otros antecedentes. Fructifican en el conjunto de la Iglesia, en la Lumen Gentium, que toma como centro la Iglesia como Pueblo de Dios. En el ad intra está la gran respuesta a una historia, a los primeros dos siglos de la modernidad, al primer empate, al primer “no haber tenido la inteligencia suficiente”. Se podría ahondar más desde este ángulo, y ver qué es lo que la reflexión de la Iglesia sobre sí misma la lleva a responder bien al Protestantismo y a asumirlo. Recuerdo siempre una frase de Montesquieu, en el siglo XVIII, que decía: “Cuando la Iglesia se protestantice, el Protestantismo desaparecerá porque se ha cumplido”. La Iglesia como Pueblo de Dios, hace que la Iglesia trascienda por primera vez en el Concilio Vaticano II, la esencia de los desafíos fundamentales del Protestantismo. Lo mejor.
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Luego algo similar con la Ilustración. Ahora es la otra punta de la Gaudium et spes y de la Dignitatis humanae (Sobre la libertad religiosa). Hay, creo, tres puntos básicos con la Ilustración ad extra. La Ilustración es una gran protesta contra las hegemonías eclesiásticas, sobre lo temporal, sobre el Estado, y también sobre las ciencias de la naturaleza y de la historia. Entonces hay como una reivindicación de las autonomías temporales. Primer punto. El otro punto es la afirmación de los derechos humanos en las Constituciones y en el ius-naturalismo individualista de la época, la reivindicación de las libertades políticas y de la libertad religiosa. La Ilustración quería resolver lo que las guerras de religión entre católicos y protestantes no había resuelto. Hubo como una especie de ecumenismo liberal masónico, que surge de la Ilustración, que es un El hecho es que la nuevo ecumenismo de tendencia secularista. Ante todo esto, Gaudium et spes que suscitó los más hondos conflictos, la Iglesia no lo asumió asume y trasciende lo hondamente, aunque le sobraban elementos para darse cuen- mejor de la Ilustración. tan de que lo mejor de la Ilustración era hijo de la Iglesia, del Y al asumirlo y ius-naturalismo eclesial, de la herencia bíblica de la dignidad trascenderlo lo deroga del hombre, por ser el hombre imagen de Dios, que había sido como fue, y lo vuelve afirmada en bulas pontificias como Sublimis Deus, cuando el a refundamentar. descubrimiento de América, que reivindica los derechos de Porque hoy el drama los pueblos gentiles, indígenas, con Francisco de Vitoria ,que de nuestra época es no piensa en los derechos de los cristianos, sino de las socie- que la Ilustración en su post modernidad se dades paganas y ajenas a la evangelización. La Gaudium et spes rompe definitivamente la dicotomía ha vuelto escéptica de Ilustración y Tradicionalismo. Ya Pío XII reconoce derechos sí misma, multiplica inherentes a la persona en su mensaje del año ’43 en Navidad, derechos sin saber y hay todo un proceso que culmina en Juan XXIII, en la Pacem por qué. (…) in terris, que hace como una organización sistemática de los derechos humanos. El hecho es que la Gaudium et spes asume y trasciende lo mejor de la Ilustración. Y al asumirlo y trascenderlo lo deroga como fue y lo vuelve a refundamentar. Porque hoy el drama de nuestra época es que la Ilustración en su post modernidad se ha vuelto escéptica de sí misma, multiplica derechos sin saber por qué. Hay derechos de las bacterias como de los hombres, pareciera. Nos encontramos en una sociedad hija de la Ilustración que ha caído en el relativismo, en el escepticismo de sí misma. A la vez y desarrollando su lógica, nosotros nos convertimos, a partir del Concilio Vaticano II, en los refundamentadores de una Nueva Ilustración. De una Nueva Reforma y de una Nueva Ilustración, desde la lógica interna de la Iglesia. Esta visión o perspectiva sintética querría
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conceptuar claramente la maravilla realizada por el Concilio Vaticano II, del que su protagonista mayor, por su suavidad y participación con la colegialidad episcopal, fue Pablo VI. Otro rasgo esencial de la Ilustración fue la reacción contra un cierto ascetismo cristiano negador de la tierra, de la vida en la tierra. Un jansenismo que tuvo innumerables ramas, y también el protestantismo que tendía a una visión ultrapesimista de la naturaleza humana, y entonces la Ilustración sentía que el Cielo se oponía a la Tierra, y ellos reivindicaron a la Tierra contra esa espiritualidad que invadía a la Reforma y a la Iglesia Católica. Contra esa espiritualidad, hicieron que la tierra se pusiera contra el cielo, para afirmar su auto(…) Nos encontramos nomía y su verdad. Dijeron no queremos saber nada con un en una sociedad hija Cielo que se vuelve opresor de la Tierra, hicieron la inversión de la Ilustración que ha caído en el pura del asunto. Y la Gaudium et spes trasciende porque en su relativismo, en el esencia, en esa apropiación de una Nueva Ilustración, dice que escepticismo de sí la historia se mueve por el Cielo, el Cielo es lo que mueve la misma. A la vez y historia y permite la crítica de la Tierra. Es el Reino de Dios desarrollando su el que nos permite la crítica de la Tierra. No para matarla, lógica, nosotros sino para salvarla, para elevarla. La Gaudium et spes cumple nos convertimos, a una revolución gigantesca en relación a un cierto pesimismo partir del Concilio integrista que la Iglesia venía soportando. Porque estaba a Vaticano II, en los la defensiva, se autoafirmaba, y nada más. Hay que ser ortorefundamentadores doxo pero no operar ortodoxísticamente, que es otra cosa. El de una Nueva ortodoxo asume y supera, el ortodoxista solo rechaza. Pero Ilustración. De una no seamos injustos, los integristas en su momento tuvieron Nueva Reforma también valores positivos. Uno ha aprendido mucho de ellos. y de una Nueva Eso Pablo VI lo sabía también, y supo conducir a la minoría, Ilustración, desde no quiso que se le aplastara, quiso salvarla en sus intervenciola lógica interna nes, continuamente, sin afectar el punto central. La primera de la Iglesia. encíclica de Pablo VI es Ecclesiam suam que es el diálogo, que se hizo símbolo eclesial de la época. “Del anatema al diálogo”, escribió un marxista. Es una exageración pero respondía a un cierto estilo: el que no estaba conmigo estaba contra mí. No había una diferenciación. Un matiz de cada uno con cada uno; es lo que se aproxima al eje esencial de Jesucristo y su Evangelio. Todo un discernimiento dialogal. Entonces: diálogo. Esa fue la gran palabra católica de la década del ’60; y la otra era “participación”. Las dos palabras que inundaron de golpe a la Iglesia: diálogo y participación. Era un acontecimiento único. ¿Por qué? Porque podíamos hacerlo, porque el Concilio había tomado lo mejor de la modernidad y la había transfigurado, había sabido heredarla, transfigurándola, no repitiéndola.
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Beatificación Pablo VI Nosotros somos la única postmodernidad porque hemos asumido lo mejor de la modernidad. Hemos terminado también con el tradicionalismo, no por supuesto con la tradición. No tenemos que defendernos ante todo. «Esta visión o perspectiva sintética querría conceptuar claramente la maravilla realizada por el Concilio Vaticano II, del que su protagonista mayor, por su suavidad y participación con la colegialidad episcopal, fue Pablo VI».
Hubo equivocados que se dijeron: “Si asumimos la Ilustración, entonces la Iglesia estuvo equivocada” o “Como asumimos aspectos del Protestantismo, entonces Trento está mal”. Nada de eso. El Concilio Vaticano II fue posible por Trento y por el Vaticano I. Y aquellos que intentaron en la época separarlos eran reaccionarios, unos del Protestantismo y otros de la Ilustración antigua. Capitulaban ante la modernidad, no la recreaban. Todo esto nos ubica, en la acción y la pastoral de Pablo VI, al nivel de una Iglesia que se ha “aggiornata”, ha recuperado actualidad histórica. El Concilio Vaticano II, por primera vez, pone a la Iglesia en la postmodernidad verdaderamente superadora. Porque la postmodernidad de la que habitualmente se habla no es post, es mera descomposición de la modernidad, no es una postmodernidad. Nosotros somos la única postmodernidad porque hemos asumido lo mejor de la modernidad.
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«A consecuencia del cuarto centenario del descubrimiento de América en 1892, el arzobispo de Santiago de Chile, Mariano Casanova (en la fotografía), propone a León XIII la convocatoria de un Concilio Latinoamericano. Es la primera vez que eso acaeció en la historia y que se sancionó en el primer día del siglo XX. Hace un siglo, estamos en su conmemoración».
Hemos terminado también con el tradicionalismo, no por supuesto con la tradición. No tenemos que defendernos ante todo. El Papa puede pedirle perdón a Lutero en paz, absolutamente en paz. Solo se pide perdón cuando se está en paz realmente. Esto nos muestra el significado mundial del Concilio Vaticano II, con sus dos alas, Lumen gentium y Gaudium et spes, en sus dos trascendencias, en la nueva época que pone a la Iglesia al nivel de la actualidad histórica, en el momento que las religiones seculares han entrado en agonía con el derrumbe del mito secular máximo que encarnó la URSS: el ateísmo mesiánico. Quisiera hacer unos apuntes finales sobre la incidencia pastoral de Pablo VI en América Latina. Los Concilios Provinciales de Lima y de México en el siglo XVI, en especial el III de Lima bajo el signo de Trento, arman el apostolado en el conjunto de lo que sería la América española. Mas tardíamente, en el siglo XVIII, en Bahía, los obispos de Brasil hacen la primera dirección evangélica, estructurante en el conjunto de la Iglesia de Brasil. Luego tuvo lugar la reunión del Concilio Plenario Latinoamericano, que se reúne entre mayo y julio del año 1899. León XIII lo promulga el 1 de enero de 1900. El siglo XX se abre con la primera reunión de todo el episcopado de América Latina. A consecuencia del cuarto centenario del descubrimiento de América en 1892, el arzobispo de Santiago de Chile, Mariano Casanova, es el que propone a León XIII la convocatoria de un Concilio Latinoamericano. Es la primera vez que eso acaeció
Esto nos muestra el significado mundial del Concilio Vaticano II, con sus dos alas, Lumen gentium y Gaudium et spes, en sus dos trascendencias, en la nueva época que pone a la Iglesia al nivel de la actualidad histórica, en el momento que las religiones seculares han entrado en agonía con el derrumbe del mito secular máximo que encarnó la URSS: el ateísmo mesiánico.
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«En esa conferencia de 1955, se funda el CELAM. Vinculado a Samoré, es monseñor Manuel Larraín (en la fotografía) el que lo propone como iniciativa latinoamericana. Pero tan centralistas eran los obispos de América Latina, tan romanos, que deciden instalar el CELAM en Roma. Y el Papa les dice, no, en Roma no, eso es convertirlo en un dicasterio romano».
en la historia y que se sancionó en el primer día del siglo XX. El conjunto de Hace un siglo, estamos en su conmemoración. El conjunto de la Iglesia estaba la Iglesia estaba disperso totalmente, se había desarticulado disperso totalmente, durante las guerras de la Independencia; la jerarquía se había se había desarticulado comenzado a restablecer a partir de la cuarta década, a partir durante las guerras del reconocimiento de la Independencia por Roma allá por de la Independencia. 1831. La Iglesia Latinoamericana estaba dispersa, sin cuadros La jerarquía se intelectuales, o muy escasos. Lo de Juan Bautista Alberdi: los había comenzado inmensos espacios nos incomunicaban. La primera reunión a restablecer a importante es a consecuencia del obispo chileno José Ignacio partir de la cuarta Eyzaguirre, que va con la iniciativa de fundar un seminario en década, a partir del Roma, en 1857, para que se reunieran los mejores alumnos de reconocimiento de los seminarios, del conjunto de América Latina. Y que tuvie- la Independencia ran un elenco de profesores en teología de lo mejor que no los por Roma allá por 1831. La Iglesia podía facilitar América Latina. Pío IX lo funda y va a tomar el Latinoamericana nombre en el año 1862 de Colegio Pío Latino Americano. Es la estaba dispersa, sin primera vez que una institución se llama latinoamericana. Y la cuadros intelectuales, primera reunión de un Concilio que se llamó latinoamericano lo o muy escasos. Lo de hizo la Iglesia Católica. Eso está vinculado al surgimiento de Juan Bautista Alberdi: la “Unión latinoamericana” de José María Torres Caicedo. Esto los inmensos espacios es quien empieza a usar el término latinoamericano. nos incomunicaban. El Concilio es en Roma, no solo por el centralismo, sino porque era el sitio más accesible para todos los episcopados. En aquella época era más fácil encontrarse en Roma que en algún punto de América Latina.
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Ahí en Roma, con la publicación de las actas, el cardenal Gasparri introdujo una pequeña adenda que era la obligación de reuniones periódicas de Conferencias Episcopales en todos los países latinoamericanos. Lo que pasa es que no eran instituciones permanentes: eran reuniones ocasionales de obispos que en unos países ocurrieron a menudo y en otros casi nunca. Fue muy variado. También que en el Concilio Latinoamericano se hace expresa referencia a los antecedentes, especialmente, del III Concilio provincial de Lima, que fue el Concilio fundador de las Iglesias en América hispana como conjunto, con la misma pastoral básica. En la primera mitad del siglo XX cada país estaba en sí mismo. Solo se tenía la percepción de cada país, de sus parroquias, de sus diócesis, pero no había ninguna visión de conjunto. La nueva instancia comienza en el año 1952. En ese año Dom Es la primera Helder Cámara se encuentra con Montini, que estaba en la Sevez que una cretaría de Estado de Pío XII. Se encuentran en Río de Janeiro. institución se llama Brasil era un continente inmenso y las Conferencias Episcopales latinoamericana. Y la eran discontinuas, ocasionales: eso no funcionaba. Acordaron, primera reunión de un y eso fue refrendado por la Santa Sede, hacer un Secretariado Concilio que se llamó latinoamericano lo estable, permanente. El primer secretario institucionalizado hizo la Iglesia Católica. de una conferencia episcopal de forma permanente fue Dom Eso está vinculado Helder Cámara, gran amigo de Montini. Ese es el germen de al surgimiento las conferencias episcopales estables latinoamericanas, que van de la “Unión a tener el gran salto con Pío XII y Juan XXIII. Aquí hay una visión de Pío XII muy fundamental de la Nalatinoamericana” de José María Torres vidad del año 1945. Pío XII usaba especialmente los mensajes Caicedo, quien empieza de Navidad durante la guerra para dar ciertas líneas básicas a usar el término de su pontificado. Dice: ”En otros tiempos la vida de la Iglesia latinoamericano. en su aspecto visible, desplegaba su vigor preferencialmente en los países de la vieja Europa, desde donde se extendía como río majestuoso a lo que podría llamarse la periferia del mundo. Hoy día se presenta, al contrario, como un intercambio de vida y de energía entre todos los miembros del cuerpo místico de Cristo en la tierra”. Europa dejó de ser el centro del mundo definitivamente en la segunda guerra mundial. Pasó el centro a la bipolaridad USA-URSS, y Europa quedó secundaria. Se cumplieron cuatro siglos y medio de ser Europa el centro mundial y la Iglesia tenía allí su centro, desarrollada mundialmente en forma muy dispar. Con esta frase de Pío XII más que un hecho consumado se planteaba un designio. Reconoce que Europa ya no es el centro, no solo del mundo sino en la Iglesia. Las Iglesias de Europa ya no son el centro y es indispensable hacer un intercambio común entre todas las Iglesias. Y su designio se cumple en dos campos. En un campo intentando apresurar y
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Beatificación Pablo VI Pablo VI, en su visita a Colombia, junto a campesinos de Bogotá.
acelerar el pasaje de las misiones a las Iglesias indígenas. Son los Así Pío XII cumple ímpetus de fundar Iglesias de las misiones en Asia y en África. con el otro campo de Comenzaba la descolonización y Pío XII quería que las Iglesias esa descentralización que era su designio fue ran autocéntricas, que tuvieran su conducción indígena. El otro campo muy distinto es América Latina, donde ya exis- a partir del final tían las Iglesias, en un continente donde multitudinariamente el de la guerra: hacer pueblo se mantenía cristiano, a pesar de los embates ideológicos multipolar a la Iglesia de un liberalismo anticlerical. La invasión masiva de predicadores mundial. Tal era el del Protestantismo, que venían del Asia para América Latina al designio básico de instaurarse Mao Tse-tung en China, planteaba un nuevo desafío. Pío XII en la posguerra, Pensando una respuesta es que el Nuncio en Bogotá, monseñor ante la ruina del Samoré, se da cuenta de la desarticulación de las Iglesias que centro europeo. están cada una cerrada en su país e ignorando totalmente al resto. Samoré sugiere al Santo Padre, en el año 1955, la fundación de un organismo episcopal que unifique las perspectivas sobre América Latina en su conjunto. Así Pío XII cumple con el otro campo de esa descentralización que era su designio a partir del final de la guerra, hacer la Iglesia mundial multipolar. Tal era el designio básico de Pío XII en la posguerra, ante la ruina del centro europeo. Entonces en el ’55, en ocasión del Congreso Eucarístico de Río, Pío XII convoca la Primera Conferencia Episcopal Latinoamericana. Envía a su delegado Samoré, Dom Helder organiza también esa Primera Conferencia de América Latina, la primera conferencia episcopal, que no tiene potestades legislativas como un Concilio. Ahí se discute, se conversa, en fin, es un encuentro raro porque los obispos tenían muy escasas ideas sobre América Latina como conjunto. Sabían sobre su país; sobre el resto, nada. Se realizaron allí varias disertaciones sobre diferentes temas. Hay una disertación significativa hecha por un padre francés, Eucaristía y li-
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beración. Creo que es la primera vez que se dice “liberación” en el ámbito eclesial latinoamericano. En esa conferencia de 1955 se funda el CELAM. Vinculado a Samoré, es monseñor Larraín el que lo propone como iniciativa latinoamericana. Pero tan centralistas eran los obispos de América Latina, tan romanos, que deciden instalar el CELAM en Roma. Y el Papa les dice no, en Roma no, eso es convertirlo en un dicasterio romano. Él quería descentralizar. Entonces no acepta que sea Roma, y los obispos no tienen más remedio que elegir un sitio en América Latina. Y Él quería eligen Bogotá, que es un punto estratégico entre el norte y el sur. descentralizar. Y ahí nace el CELAM en época de Pío XII en cumplimiento de Entonces no acepta ese designio de una multipolaridad, en el final del centralismo que sea Roma, y los europeo y de la Iglesia. De ahí viene el gran papel que tienen en el CELAM los “pío obispos no tienen más remedio que latinos”. Eran los únicos con mentalidad del conjunto. ¿Por qué? elegir un sitio en Porque no estaban en su aldea, sino que habían ido a Roma, se América Latina. Y habían encontrado mexicanos, brasileños, argentinos, habían eligen Bogotá, que es intercambiado y se habían hecho amigos. La oportunidad de un punto estratégico reencontrarse con los amigos de la juventud del seminario era ir al entre el norte y el sur. CELAM. Ahí se reencontraban otra vez, y eran los que tenían más Y ahí nace el CELAM información sobre el conjunto. Los pío latinos son decisivos en la en época de Pío XII en generación del CELAM, porque eran los únicos cuya formación cumplimiento de ese se había hecho más allá de la Argentina, del Uruguay, de Chile. designio de Eso forma a los obispos que van a darle vida al CELAM. Pío XII una multipolaridad, pide a las Iglesias de Europa, de Canadá y de Estados Unidos, en el final del que manden sacerdotes, porque quiere acelerar el despegue de centralismo europeo y las Iglesias de América Latina. Y vienen cientos de sacerdotes. de la Iglesia. Juan XXIII también pide más sacerdotes para América Latina. En el Concilio son cuatro años que los obispos de América Latina se reúnen varios meses. Hay otro hecho básico. En la discusión de la primera sesión, hubo un momento en que el Concilio no sabía cuál era el rumbo que iba a tomar, y se decidió centrarlo en la Iglesia de Jesucristo ad intra y ad extra. Pero hubo una propuesta anterior. El cardenal Lercaro propuso que el hilo conductor fueran los pobres, recogiendo una frase que el Papa Juan XXIII había dicho antes de la apertura del Concilio: “Frente a los países subdesarrollados, la Iglesia se presenta como es y quiere ser: la Iglesia de todos y particularmente de los pobres”. Lercaro propone que ese sea el hilo conductor del Concilio. Eso no fue aceptado. Pero tuvo ecos y la primera respuesta fue del padre Gauthier, en Nazaret, en Palestina, donde escribe un librito: Jesucristo, la Iglesia y los pobres, que se difunde en la primera sesión del Concilio. Y ahí lo toman los obispos latinoamericanos encabezados por Larraín y Dom Helder Cámara. Gauthier les da una serie
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Beatificación Pablo VI Es por mediación de Pablo VI que la Iglesia latinoamericana toma autoconciencia histórica y actualidad histórica; por el hilo conductor de la Nueva Evangelización, que Juan Pablo II reconoce en la Evangelii nuntiandi. de conferencias. Gauthier saca ese conjunto de conferencias en un libro al final del Concilio: La pauvreté dans le monde. Ahí se van a encontrar los temas fundamentales que se van a desarrollar luego en América Latina entera, inclusive en la teología de la liberación. ¿Y cómo se retoma luego del Concilio? Por la mediación de Pablo VI y su Populorum progressio. Juan XXIII y Pablo VI inician la mundialización de la doctrina social de la Iglesia, que había sido europea. Allí había comenzado la industrialización. La enseñanza social toma perspectiva mundial con Juan XXIII en Mater et magistra, y luego lo sistematiza más ampliamente Pablo VI con la Populorum progressio, la antesala de las dos reuniones que él va a convocar, Medellín y Puebla, la mayoría de edad de ese intento de descentralización iniciado por Pío XII. La conciencia histórica latinoamericana en la movilización de las Iglesias, en el CELAM, se fue haciendo exigencia eclesial. Ya no bastaba saber historia de la Argentina, o de Brasil o de Ecuador; había que saber la del conjunto, porque la Iglesia operaba en el conjunto. Esto se hizo carne en Puebla. Los esquemas de Puebla son de la Iglesia como Pueblo de Dios y en la historia de América Latina. Es por mediación de Pablo VI que la Iglesia latinoamericana toma autoconciencia histórica y actualidad histórica, por el hilo conductor de la Nueva Evangelización, que Juan Pablo II reconoce en la Evangelii nuntiandi.
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Pedro es único C
uánto le amó Cristo. Cristo amó a Juan, “el discípulo a quien Jesús amaba”, con una predilección de amistad interior. Amó a Pedro, con sus debilidades, con una predilección en orden a la Iglesia para el cumplimiento de una misión; le amó y le llamó, le confió una misión, le amó y le reprendió (Mt 16, 23), le corrigió y le previno (Mt 26, 34), le soportó (Mt 26, 40), le perdonó (Lc 22, 61), quiso que él lo amara como ningún otro (Fn 21, 15 ss.) y le confirmó el supremo mandato pastoral en orden a su grey, la Iglesia, y quiso el testimonio total del martirio, siempre con la invitación, con la orden, con la gracia: “Sequere me” (Fn 21, 19-22).
Beatificación Pablo VI
Un apunte de Pablo VI
Pedro, o sea, de la humildad (cf. S. Th. II-II, q. 33, 4, ad 2). Para él es un deber fundamental, por el hecho de que Jesucristo le dio ese nombre y su correspondiente función, es decir, ser el fundamento de su Iglesia. Ahora bien, el fundamento que sostiene todo está debajo y no en lo alto, y casi se esconde en el terreno en el que surge el edificio. “Erunt primi novissimi” (Mt 19, 30). “Qui praecessor est, sicut ministrator” (Lc 22, 26). Fn 13, 14: “lavare pedes”. Y Pedro, ante Cristo, estaba predispuesto a la humildad. (cf. Lc 5, 8; Fn 13, 8-9). ¿Ante los demás? No se lee que fuera ambicioso (cf. Mt 20, 22) (.) Fue el primero en ejercer, y valientemente, su función de jefe del colegio apostólico (cf. Mt 16, 16; Fn 6, 68; Hch II, 2 ss.). También en el famoso episodio de Antioquía (Ga 2, II-16) no está dicho que haya reaccionado por un motivo de prestigio. Pero es jefe. (Hch 2, 14; 15, 7 ss.). Con la autoridad que recibe de Cristo como guía de la Iglesia (cf. Fn 21, 15 ss.). En cuanto a su espiritualidad de pastor: cf I P 5, 6 (.) Pedro es único. Hay que notar los momentos y los signos de esta distinción, que Cristo le confiere en el Evangelio y en los Hechos de los Apóstoles, no para separarlo, sino más bien para insertarlo mejor todavía entre los otros Apóstoles y la comunidad de los seguidores. Esta posición le convierte en alguien solo, con una espiritualidad especial, es decir, en su relación singular con el Señor. Soledad de Pedro, colmada solo por un mayor amor a Cristo y por una entrega tácita y total a la Iglesia.
HUMANITAS Nº 76 pp. 86 - 87
H 87
El silencio de Nazaret N
azaret es la escuela donde empieza a entenderse la vida de Jesús, es la escuela donde se inicia el conocimiento de su Evangelio. Aquí aprendemos a observar, a escuchar, a meditar, a penetrar en el sentido profundo y misterioso de esta sencilla, humilde y encantadora manifestación del Hijo de Dios entre los hombres. Aquí se aprende incluso, quizá de una manera casi insensible, a imitar esta vida. Aquí se nos revela el método que nos hará descubrir quién es Cristo. Aquí comprendemos la importancia que tiene el ambiente que rodeó su vida durante su estancia entre nosotros, y lo necesario que es el conocimiento de los lugares, los tiempos, las costumbres, el lenguaje, las prácticas religiosas, en una palabra, de todo aquello de que Jesús se sirvió para revelarse al mundo. Aquí todo habla, todo tiene un sentido. Aquí, en esta escuela, comprendemos la necesidad de la disciplina espiritual si queremos seguir las enseñanzas del Evangelio y ser discípulos de Cristo. ¡Cómo quisiéramos ser otra vez niños y volver a esta humilde pero sublime escuela de Nazaret! ¡Cómo quisiéramos volver a empezar, junto a María, nuestra iniciación a la verdadera ciencia de la vida y a la más alta sabiduría de la verdad divina! Pero estamos aquí como peregrinos y debemos renunciar al deseo de continuar en esta casa el estudio, nunca terminado, del conocimiento del Evangelio. Mas no partiremos de aquí sin recoger rápida, casi furtivamente, algunas enseñanzas de la lección de Nazaret. Su primera lección es el silencio. Cómo desearíamos que se renovara y fortaleciera en nosotros el amor al silencio, este admirable e indispensable hábito del espíritu, tan necesario para nosotros, que estamos aturdidos por tanto ruido, tanto tumulto, tantas voces de nuestra ruidosa y en extremo agitada vida moderna. Silencio de Nazaret, enséñanos el recogimiento y la interioridad, enséñanos a estar siempre dispuestos a escuchar las buenas inspiraciones y la doctrina de los verdaderos maestros.
H 88
HUMANITAS Nº 76 pp. 88 - 89
Beatificación Pablo VI
Enséñanos la necesidad y el valor de una conveniente formación, del estudio, de la meditación, de una vida interior intensa, de la oración personal que sólo Dios ve. Se nos ofrece además una lección de vida familiar. Que Nazaret nos enseñe el significado de la familia, su comunión de amor, su sencilla y austera belleza, su carácter sagrado e inviolable, lo dulce e irreemplazable que es su pedagogía y lo fundamental e incomparable que es su función en el plano social. Finalmente, aquí aprendemos también la lección del trabajo. Nazaret, la casa del hijo del artesano: cómo deseamos comprender más en este lugar la austera pero redentora ley del trabajo humano y exaltarla debidamente; restablecer la conciencia de su dignidad, de manera que fuera a todos patente; recordar aquí, bajo este techo, que el trabajo no puede ser un fin en sí mismo, y que su dignidad y la libertad para ejercerlo no provienen tan solo de sus motivos económicos, sino también de aquellos otros valores que lo encauzan hacia un fin más noble. Queremos finalmente saludar desde aquí a todos los trabajadores del mundo y señalarles al gran modelo, al hermano divino, al defensor de todas sus causas justas, es decir: a Cristo, nuestro Señor. Pablo VI, Alocución en Nazaret. 5 de enero 1964
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ORACIÓN DE PABLO VI EN EL SANTO SEPULCRO “Aquí, Señor Jesús, hemos venido como los reyes al lugar y al cuerpo del delito; hemos venido como quienes Te han seguido, pero también Te han traicionado, habiendo sido tantas veces fieles infieles; hemos venido para reconocer la misteriosa relación entre nuestros pecados y Tu pasión: obra nuestra y obra Tuya; hemos venido para golpearnos el pecho, para pedir Tu perdón, para invocar Tu misericordia; hemos venido porque sabemos que Tú nos puedes, que Tú nos quieres perdonar, porque has expiado por nosotros; Tú eres nuestra redención, Tú eres nuestra esperanza”. Enero, 1964
H 90
Pablo VI besa la piedra donde Jes煤s confi贸 el primado a Pedro.
H 91
Anarquismo, Anarquía y Nihilismo En la sesión ordinaria de la Academia de Ciencias Sociales Políticas y Morales del Instituto de Chile, el lunes 28 de julio pasado, tuvo lugar un debate acerca de los antecedentes históricos y actualidad del anarquismo y la anarquía, en cuanto fenómeno cultural y social. Expusieron los miembros de número de esa corporación Jaime Antúnez Aldunate y José Luis Cea Egaña. Dada la actualidad e interés suscitado por este debate, fue solicitado a HUMANITAS reproducir los principales apartes de las ponencias —en el orden en que fueron expuestas— agregándose a ellas el resumen de uno de los varios comentarios vertidos en la ocasión, correspondiente al profesor Juan de Dios Vial Larraín, miembro del Comité Editorial de esta revista.
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JAIME ANTÚNEZ:
ANARQUÍA Y “NIHILISMO BANAL”
U
n primer asunto, en orden a perfilar este tema, es aclarar que anarquismo y anarquía pueden a lo mejor coincidir, pero no necesariamente, y no son exactamente lo mismo, al menos según las posibles definiciones que ofrece la RAE.1 La siguiente exposición se referirá principalmente al anarquismo, en cuanto movimiento político que persigue la abolición de la autoridad. Nos detendremos primero más bien en algunas de las acepciones de lo que se entiende por anarquía, la que en principio la Academia define como “desconcierto, incoherencia y alboroto”. Algo que también, como fenómeno social extendido en nuestro tiempo, Robert Spaemann, académico honorario de esta corporación, ha llamado nihilismo banal. Segundo asunto, es que hemos hablado de cierta inferencia de lo discutido en otras sesiones de esta corporación. Recordemos, en este sentido, la primera sesión de la Academia verificada este año, donde dos reconocidos especialistas2 desentrañaron con lucidez las infinitas incógnitas que abre el tema de la reforma educacional. Junto a lo que aprendimos sobre el tema, ¿qué impresión y qué juicio recogen finalmente, a nivel país, los señores académicos presentes de una discusión de tanta gravedad sino que lo que prevalece es sobre todo una profunda confusión de las lenguas? Confusión, desconcierto, incoherencia, podrá decirse, en la que se cruzan cierto oportunismo estratégico y otros varios ardides
1 Anarquismo (RAE): Doctrina basada en la abolición de toda forma de Estado y de gobierno y en la exaltación de la libertad del individuo. 2. Movimiento político inspirado por esta doctrina. Anarquía (RAE): 1.- Falta de todo gobierno en un Estado. 2.- fig. Desorden, confusión, por ausencia o flaqueza de la autoridad pública. 3.- Por ext. Desconcierto, incoherencia, barullo. 4.- “Anarquismo”: doctrina política. 2 El académico de número Sr. José Joaquín Brunner y el ex ministro de educación Sr. Harald Beyer. Los textos de sus exposiciones se pueden leer en el sitio web de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile.
Jackson Pollock, Summertime: number 9 A, 1948.
HUMANITAS Nº 76 pp. 92 - 100
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ANARCOFEMINISTAS, ANARCOPUNKS, OKUPAS QUE ENSUCIAN Y DESTRUYEN LAS CIUDADES, VIOLENTAN EL LENGUAJE EN LOS MUROS CON GRAFITIS, PROCLAMAS OBSCENAS O INCENDIARIAS, NO SON EN SÍ MISMOS LA ANARQUÍA A QUE ME ESTOY REFIRIENDO, SINO LA EPIDERMIS DE UN FENÓMENO AL PARECER MUCHO MÁS VASTO, QUE HUNDE SUS RAÍCES EN UN PLANO POR DECIR ASÍ EPISTEMOLÓGICO, CULTURAL Y MORAL, BASTANTE MÁS HONDO QUE EL POLÍTICO.
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propios del plano de la praxis, pero que en definitiva, si se hurga bien, como en esa sesión, muestra un ofuscamiento en el plano más profundo del logos, o del entendimiento. Uno de los mismos expositores de esa sesión, miembro de esta Academia, debe sufrir pocos días después una funa durante su exposición sobre el mismo tema educacional en una universidad privada, y él mismo califica, me parece a mí, muy precisamente —con relación a nuestro tema— a qué responde dicha agresión: es “un acto utópico fundamentalista —dice— cuyo pensamiento (o emotivismo, podríamos quizá agregar nosotros) no está dispuesto a someterse al control del razonamiento crítico”. La intolerancia y el vandalismo que campea en los grupos movilizados de estudiantes nos prenden una luz de alarma, pero en ningún caso, me parece, son el núcleo del tema. Anarcofeministas, anarcopunks, okupas que ensucian y destruyen las ciudades, violentan el lenguaje en los muros con grafitis, proclamas obscenas o incendiarias, no son en sí mismos la anarquía a que me estoy refiriendo, sino la epidermis de un fenómeno al parecer mucho más vasto, que hunde sus raíces en un plano por decir así epistemológico, cultural y moral, bastante más hondo que el político, en el cual se expresa, cuando ocasionalmente muestra allí su fuerza, como mera consecuencia de lo anterior. Son infinitas las realidades, de los más variados niveles, que se cruzan en nuestra cotidianidad, asumiendo similar carácter de desafío al logos —o a su expresión más aterrizada, el sentido común—, empujándonos al riesgo de acostumbrarnos a su connotación anómala. Tenemos la insustancialidad o “antilógica” con que se comportan y sobre todo argumentan jóvenes estudiantes secundarios que concurren a las tomas, así como lo es el condicionamiento a que someten a las autoridades. Pero hay también variados episodios callejeros, singulares, distintos entre sí, que califican en este mismo sentido: se desata por ejemplo el primer temporal de lluvia invernal sobre la capital en una tarde en que esta corre ciertamente el riesgo de colapsar, y es este el momento que eligen para atormentar a conductores y peatones “los ciclistas furiosos”, como se autodenominan, que efectivamente terminan por colapsarla. Les ayudan, cómo no, los “furiosos del Transantiago”, que ante el retraso de algunas líneas, deciden bloquear
con sus cuerpos empapados las calles de una comuna eje en el tránsito de la ciudad, como es Providencia, de tal manera que el flujo de las máquinas que marchan con dificultad se detenga por largo tiempo, mientras la población aguanta el diluvio. Es decir, se traslada a las calles de sectores relativamente pacíficos hasta ahora, sin demasiada explicación, algo que podríamos identificar con el clima psicológico de las “barras bravas” de los estadios. Seguramente no pertenecían a las “barras bravas” la mayoría de los compatriotas nuestros que debieron ser expulsados de Brasil por el grave y peligroso comportamiento vandálico que tuvieron en el estadio de Maracaná de Río de Janeiro. ¿Hasta qué punto el efervescente clima impuesto por muchos pares suyos brasileños en torno a los estadios, hasta pocos días antes del Mundial, incentivó ese comportamiento? No lo sabemos, pero sí sabemos que el fenómeno no es exclusivo de Chile, sino que recorre el mundo entero, y en todos los niveles de la sociedad. Me impresionó leer, porque cayó casualmente en mis manos el editorial del New York Times del 13 de junio pasado, Iraq in peril. El resumen allí estampado de los hechos que se arrastran por muchos años, si no fuese en sí mismo tan inmensamente trágico, podría ser un tenebroso cuento de fantasmas. La “desmesura” —la pérdida catastrófica de aquello que nos da la perspectiva de nuestros actos y palabras— podría ser
Biblioteca del Instituto de Chile, donde tiene lugar las seciones académicas.
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LA “DESMESURA” —LA PÉRDIDA CATASTRÓFICA DE AQUELLO QUE NOS DA LA PERSPECTIVA DE NUESTROS ACTOS Y PALABRAS— PODRÍA SER EL ADJETIVO PARA CALIFICAR LA “ILOGICIDAD” QUE CARACTERIZA AL PRESENTE MOMENTO HISTÓRICO.
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el adjetivo para calificar la “ilogicidad” o el desfondamiento epistemológico que caracteriza al presente momento histórico. Suena por ejemplo en nuestros oídos, como un reclamo paradigmático, LA IGUALDAD, pero subsumida esta igualdad también en el contexto de la confusión y de la carencia de lógica, ya poco y nada tiene que ver con lo que antes vimos y oímos. ¿Qué se pide en su nombre? Todos sabemos, ciertamente, lo que IGUALDAD quería decir, v.gr., para la Revolución francesa. También lo que quiso muy justamente decir para los que sostuvieron la Guerra Civil a mediados del s. XIX en EE.UU. de Norteamérica. Conocemos perfectamente lo que significaba para los propulsores de la Revolución de Octubre, Lenin y compañía. Más que igualdad, empero, supimos también, y trágicamente, lo que significaba DESIGUALDAD para la ideología racista del Tercer Reich alemán. Con todo, hay que observar, asimismo, que en el curso de dicha historia, de sucesos tan importantes, frente a esa misma claridad, existen por contraste algunos momentos —de una fuerza telúrica de hondura incomparable— en que ella, esa claridad, parece desaparecer y subsumirse en el pandemónium, distinto uno de otro según la época. Tenemos así la expansión telúrica del 68, inesperada, confusa y de fuerte anarquismo callejero, que inaugurará un cambio de época, el cual, además de una revolución universal, por ejemplo, en las costumbres sexuales, llevará asimismo a su colapso a los grandes sistemas ideológicos que dominaron el siglo XX. Previamente —hace ahora cien años— otro ejemplo, teñido también de anarquismo y confusión: unos hechos políticos y militares que se suceden a velocidad inesperada y como escapándose de las manos de todos, desencadenan una guerra imprevisiblemente mundial, la primera de este género, la cual, además de millones de muertos, abre precisamente la era de las tragedias ideológicas que luego atravesarán todo el siglo XX. ¿En qué medida esas señales de anarquía —acompañadas y no acompañadas de anarquismo político— pueden parecerse a las que tenemos en este tiempo y en qué medida son compañeras de ruta y son signo, más que de una época de cambios, de un cambio de época?
Sugerencia inquietante No es de ningún modo posible formular una respuesta clara y definitiva. Lo prudente parece ser enunciar el problema y esbozar, a manera de hipótesis, una aproximación. Me valdré para ello de una metáfora que expone el filósofo británico Alasdair MacIntyre al comienzo de su libro “Tras la virtud”. Imagen metafórica relativa a las ciencias naturales, que el mencionado autor denomina escuetamente una sugerencia inquietante. Imaginemos, dice MacIntyre, que las ciencias naturales sufren los efectos de una gran catástrofe. La población mundial culpa a los científicos de grandes desastres ambientales. Se producen motines, se asaltan los laboratorios y se les incendia, se da muerte a los físicos, los libros y los instrumentos son destruidos. El movimiento llamado “Ningún-Saber” toma victoriosamente el poder y procede a la abolición de la ciencia que se enseña en colegios y universidades, apresando y ejecutando a los científicos que restan. Pasa luego un cierto tiempo, y la gente ilustrada que ha sobrevivido a la catástrofe, promueve una reacción contra la mencionada ola destructiva anticientífica. Intentan resucitar la ciencia, aunque se encuentran con el problema de que han olvidado en gran parte lo que fue. Poseen apenas fragmentos: cierto conocimiento de los experimentos, desgajado, sin embargo, de cualquier conocimiento del contexto teórico que les daba significado; partes de teorías, sin relación tampoco con otro fragmento o parte de teoría que poseen, ni con la experimentación; instrumentos cuyo uso ha sido olvidado; semicapítulos de libros, páginas sueltas de artículos, no siempre del todo legibles porque están rotos y chamuscados. A pesar de todo, se recogen esos fragmentos y se les incorporan a una serie de prácticas, que se materializan resucitando para ellas los títulos científicos de “física”, “química”, “biología”, etc. Los adultos involucrados en este esfuerzo disputan unos con otros sobre los correspondientes méritos de la teoría de la relatividad, la teoría de la evolución y otras más, aunque poseen ahora un conocimiento muy restringido y parcial de cada una de ellas. Los niños son llevados a aprender de memoria las partes sobrevivientes de la tabla periódica y recitan como ensalmos algunos de los teoremas de Euclides. Nadie,
SUENA POR EJEMPLO EN NUESTROS OÍDOS, COMO UN RECLAMO PARADIGMÁTICO, LA IGUALDAD, PERO SUBSUMIDA ESTA IGUALDAD TAMBIÉN EN EL CONTEXTO DE LA CONFUSIÓN Y DE LA CARENCIA DE LÓGICA, YA POCO Y NADA TIENE QUE VER CON LO QUE ANTES VIMOS Y OÍMOS. ¿QUÉ SE PIDE EN SU NOMBRE?
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¿EN QUÉ MEDIDA ESAS SEÑALES DE ANARQUÍA —ACOMPAÑADAS Y NO ACOMPAÑADAS DE ANARQUISMO POLÍTICO— SON COMPAÑERAS DE RUTA Y SON SIGNO, MÁS QUE DE UNA ÉPOCA DE CAMBIOS, DE UN CAMBIO DE ÉPOCA?
o casi nadie, comprende que lo que se está llevando a cabo no es ciencia natural bajo ningún concepto. Los contextos que serían necesarios para dar sentido a toda esta actividad se han perdido, quizás irremediablemente. Algunos echan mano de expresiones como “peso atómico”, “masa”, “gravedad específica” con una ilación de lenguaje que recuerda los tiempos anteriores a la pérdida provocada por la gran catástrofe. Pero acontece, en realidad, que las premisas implícitas en el uso de esas expresiones habrían desaparecido y su utilización nos revelaría elementos de arbitrariedad y hasta de elección fortuita francamente sorprendentes. Se cruzarían razonamientos contrarios y excluyentes no soportados por ningún argumento. ¿A qué viene construir este mundo imaginario habitado por pseudocientíficos ficticios?, se pregunta MacIntyre. Y se responde: “La hipótesis que quiero adelantar es que, en el mundo actual que habitamos, el lenguaje de la moral está en el mismo grave estado de desorden que el lenguaje de las ciencias naturales en aquel mundo imaginario recién descrito. Lo que poseemos, si este parecer es verdadero, son fragmentos de un esquema conceptual, partes a las que ahora faltan los contextos de los que derivaba su significado. Poseemos, en efecto, simulacros de moral, continuamos usando muchas de las expresiones-clave. Pero hemos perdido —en gran parte, si no enteramente— nuestra comprensión, tanto teórica como práctica de la moral”.3 Agrego a lo anterior tres breves notas que, respecto de esta crisis, toma en cuenta MacIntyre y que contribuyen también a ilustrar nuestro tema: Primero, la catástrofe sufrida por los habitantes de ese mundo imaginario debe haber sido de tal naturaleza que, con excepción de unos pocos, estos dejaron de comprender la naturaleza de esa misma catástrofe.4
3 Cfr. MacIntyre, Alasdair. Tras la virtud. (Crítica, Barcelona, 2004), pp. 14-15. Los subrayados de la cita son nuestros. 4 Ibíd. p.16. 5 Ibíd. p.22. ídem.
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Segundo, en el cuadro de grave desorden que sufre hoy el lenguaje de lo moral —y que anticipó la metáfora de la catástrofe científica— “a partir de conclusiones rivales podemos retrotraernos hasta nuestras premisas rivales, pero cuando llegamos a las premisas, la discusión cesa, e invocar una premisa contra otra sería un asunto de pura afirmación y contra-afirmación. De ahí, tal vez, el tono estridente de tanta discusión moral”.5
JUAN DE DIOS VIAL LARRAÍN:
ESTA ES LA CUESTIÓN El anarquismo aparece en el siglo XIX en Francia y en Rusia con pensadores como Proudhon y Bakunin. Fundamentalmente plantea la abolición del Estado y de las instituciones de la sociedad, como la familia y la propiedad privada. Esto en nombre del individuo y de su naturaleza, oprimido por esas instituciones. La violencia es su método. En esta posición se mezclan el “buen salvaje” de Rousseau y el régimen del Terror de Robespierre. El anarquismo correrá junto al marxismo en la Primera Internacional, pero Marx rompe con los anarquistas, a la sombra de la dialéctica hegeliana hecha materialismo histórico. Creo que el anarquismo es más antiguo y más radical. Diógenes, el filósofo griego que vivía dentro de un barril, ya lo representa. Cuando Alejandro Magno le pregunta qué necesita, Diógenes responde: que no me quites el sol. El individuo que nada tiene, nada puede recibir del omnipotente emperador que no sea aquello de lo que este le priva. La suya es una interpelación moral. El anarquismo toca fondo en el nihilismo. La voluntad de poder nietzscheana denuncia ahora la abolición de los” valores supremos”. Ahí cae la historia de Occidente: judaísmo, cristianismo, metafísica, moral, socialismo, democracia. Se trata de la cuestión moral en su origen: ¿En qué se funda la praxis humana? That’s the question (Hamlet).
Tercero, hoy la gente piensa, habla y actúa en gran medida como si el emotivismo fuera verdadero, independientemente de cuál pueda ser su punto de vista teorético públicamente confesado. El emotivismo está incorporado a nuestra cultura. Con esto no se afirma solo que la moral no es lo que fue, sino algo más importante: que lo que la moral fue ha desaparecido en amplio grado, y que esto marca una degeneración y una grave pérdida cultural.6 Hasta aquí la reflexión primordialmente epistemológica de MacIntyre, centrada en la cuestión de la deconstrucción del logos moral. Es el prolegómeno de su libro “Tras la virtud”. Dicha deconstrucción, bien ilustrada por él, tiene sin embargo antecedentes previos y más amplios que los de la sola cuestión moral. A ellos se refirió con extraordinaria claridad Benedicto XVI en su discurso de Ratisbona, el año 2006.
6 Ibíd. p.39.
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«Muchos pensadores del siglo XX han sostenido que las tiranías, nuevas y antiguas, de mayorías o minorías, tienen sus raíces en el nihilismo. Hannah Arendt, por ejemplo, afirmó: “El sujeto ideal del gobierno totalitario no es el nazista convencido o el comunista convencido, sino aquel para el cual la distinción entre hecho y ficción (es decir, la realidad de la experiencia) y entre verdadero y falso (es decir, los parámetros del pensamiento) ya no existe”».
7 “En la conciencia vulgar, el escepticismo deviene ‘pensamiento débil’, es decir, sustancial indiferencia entre las diversas alternativas intelectuales y morales. El homo debilis de nuestra época está permanentemente sometido, como mostró agudamente Georg Simmel, a una ‘intensificación de la agitación neurótica’ a causa de la sucesión continua y rápida de estímulos externos, cada uno de los cuales expulsa al otro antes que siquiera sea posible preguntarse si era verdadero o falso. El tecnopolita es escéptico, pero no se da tiempo para percatarse de ello”. (Gianfranco Morra, en Humanitas 37, p. 92).
H 100
Podemos ahora preguntarnos, ¿en qué medida lo que subyace a esa marea social que hoy, a nuestros ojos, va y viene, agitando y entrelazando —confundiendo muchas veces como una sola cosa, tendencias y corrientes muy dispares—, es la expresión de una anarquía, que puede guardar algunas similitudes si se quiere con otras, de otros momentos de la historia moderna, pero que se caracteriza esencialmente por una deconstrucción del logos, sin igual que nosotros sepamos? ¿En qué medida este extendido fenómeno psico-social (como podríamos llamarlo) condiciona o bien permea transversalmente toda la vida política, al punto de que ella no puede pasarse sin hacerlo en parte suyo? ¿Qué relación guarda este fenómeno de deconstrucción, que observamos a diario, con el logos cultural, con el simple no logos o con el logos reducido a pura praxis tecnológica7, que distancia a personas mayores y más jóvenes, y que problematiza la transmisión intergeneracional de una tradición cultural, seguramente como nunca hasta ahora en tal grado y magnitud? Son algunas de las mucha preguntas que creo podemos hacernos en orden a penetrar esta complejísima realidad. ¿Cuáles pueden ser sus consecuencias? Muchos pensadores del siglo XX han sostenido que las tiranías, nuevas y antiguas, de mayorías o minorías, tienen sus raíces en el nihilismo. Hannah Arendt, por ejemplo, afirmó: “El sujeto ideal del gobierno totalitario no es el nazista convencido o el comunista convencido, sino aquel para el cual la distinción entre hecho y ficción (es decir, la realidad de la experiencia) y entre verdadero y falso (es decir, los parámetros del pensamiento) ya no existe”.
JOSÉ LUIS CEA:
ANARQUISMO EN CHILE
L
os antecedentes del anarquismo son milenarios, pero en Chile se hallan solo desde fines del siglo XIX. [Contemporáneamente] una visión comparada de nuestro país en el mundo lleva a sostener que, en los sucesos de mayo de 1968 en Francia, se reconoce la huella germinal anarquista. Lo mismo puede ser dicho de las protestas contra la guerra del Vietnam en los campus de Berkeley, Madison y Kent (1971-1972), de lo ocurrido después en Seattle (1999), en Nueva York (2001), en Génova (2001), en el 15M de Londres (2005), en la consigna por ocupar Wall Street (2010) y en la conducta de los indignados en Madrid (2010) o en Brasil en abril-mayo del presente año. España es, por supuesto, epicentro en sí mismo con la guerra civil desde 1936 hasta hoy, en que aún se nota la impronta de la ETA y otros grupos. En Chile se hizo sentir la influencia de esos hechos. La Revolución Pingüina de 2011 es un hito, aunque lejano de constituir expresión hegemónica de anarquismo. Ese año representa otro momento decisivo, del cual aún no sabemos cuáles serán las secuelas, admitiendo sí que se trató de demandas muy diversas lideradas por estudiantes secundarios y de enseñanza superior.
Hipótesis relativas a su resurgimiento Es equivocado sostener premisas absolutas o formular apreciaciones terminantes, porque el anarquismo, en el mundo
HUMANITAS Nº 76 pp. 101 - 107
H 101
“EN LA ESENCIA DEL ANARQUISMO SOBRESALE EL REPUDIO A TODA ESPECIE DE DOMINACIÓN, FUNDADO EN QUE SE TRATA SIEMPRE DE ALGUNA AUTORIDAD IMPUESTA POR FUERZAS U ORGANIZACIONES EXTERNAS AL SUJETO, SEÑALÓ JOSÉ LUIS CEA”.
H 102
José Luis Cea, presidente de la Academia de Ciencias Sociales Política y Morales.
y en Chile, es un continuo de modalidades, lejanas de algo monolítico. Acertado resulta afirmar, por el contrario, que las clasificaciones y caracterizaciones abundan, más todavía hoy en que, a propósito del cambio de época, se alude al neo y al post-anarquismo. Con todo, útil es recordar los rasgos matrices que continúan singularizando a ese movimiento en Europa y nuestra América. El anarquismo se ha ido adecuando a los cambios de época, conservando ciertas ideas matrices, pero alterándolas o matizándolas según la conveniencia táctica o estratégica de los respectivos movimientos. El esfuerzo llega a que se hacen llamar libertarios y no más anarquistas Recapitulando, en la esencia del anarquismo sobresale el repudio a toda especie de dominación, fundado en que se trata siempre de alguna autoridad impuesta por fuerzas u organizaciones externas al sujeto. En esta clave quedan incluidos el Estado y sus instituciones, abarcando a la policía y a los partidos; Dios, la religión, el clero y los feligreses; la ciencia y la técnica, por ser reflejos de una objetividad falsa; las humanidades en general con la descalificación del humanismo; en fin, cualquier tipo de liderazgo, pues conlleva la sumisión que el anarquismo detesta.
Coherente con la premisa recién descrita se proclama el individualismo extremo, habilitado para ir, como escribe Gilles Deleuze, más allá de los límites de lo posible, quebrantando el orden establecido para que el individuo, de cualquier edad y con desprecio de la conciencia, el discernimiento o el libre albedrío, pueda autorrealizarse plenamente. Reconoce, únicamente, a las organizaciones voluntarias que sean autogestionadas, situadas en posición horizontal y nunca admitiendo la estructuración vertical de ellas, dado que por principio esto último conlleva la imposición o jerarquía que, como ya se dijo, se repudia sin excepciones. Ese es el sentido de su autonomía. Finalmente, lucha frontal, para algunos violenta y para otros no única ni necesariamente tal, en contra de toda exteriorización de poder que sea ajena a lo íntimo o interior de cada individuo. Cautivados por la potencia mortífera y aterradora de la dinamita (1862-1863), pasaron de su origen en tal violencia a inter-penetrarse, en el anarquismo extramuros, con conglomerados de tendencia pacifista. Volveré sobre el punto en las líneas siguientes.
Neo y post-anarquismo Los rasgos del anarquismo que he descrito no pasan de ser un esquema selectivo, pero creo que representativo. Ellos dejan de manifiesto un universo más complejo y criticado, por muchos, como confuso y contradictorio o incoherente más todavía que utópico. Posiblemente, por eso se han reformulado determinados aspectos del anarquismo, abriendo el camino a las corrientes neo y postanarquistas. Conviene precisar, desde luego, la influencia ejercida en esos movimientos por pensadores que pueden ser situados en las corrientes de la postmodernidad. Me refiero a Michel Foucault y Gilles Deleuze, ambos seguidores de Nietzsche, especialmente en sus libros Así habló Zaratustra y El Superhombre. Situados en esa perspectiva, el anarquismo en la actualidad afina su consigna de desprecio por la dominación heterónoma, proyectándola a una cosmovisión del poder que sobrepasa a la soberanía estatal; a los mandamientos judeocristianos; a la organización de la familia sobre la base del matrimonio indisoluble, de un varón y una mujer; a la sexualidad ordenada y otros estándares conductuales generalmente reconocidos con la cualidad de legítimos en la convivencia civilizada occidental.
EN ESTA CLAVE QUEDAN INCLUIDOS EL ESTADO Y SUS INSTITUCIONES, ABARCANDO A LA POLICÍA Y A LOS PARTIDOS; DIOS, LA RELIGIÓN, EL CLERO Y LOS FELIGRESES; LA CIENCIA Y LA TÉCNICA, POR SER REFLEJOS DE UNA OBJETIVIDAD FALSA; LAS HUMANIDADES EN GENERAL CON LA DESCALIFICACIÓN DEL HUMANISMO; EN FIN, CUALQUIER TIPO DE LIDERAZGO, PUES CONLLEVA LA SUMISIÓN QUE EL ANARQUISMO DETESTA.
H 103
RECONOCE, ÚNICAMENTE, A LAS ORGANIZACIONES VOLUNTARIAS QUE SEAN AUTOGESTIONADAS, SITUADAS EN POSICIÓN HORIZONTAL Y NUNCA ADMITIENDO LA ESTRUCTURACIÓN VERTICAL DE ELLAS, DADO QUE POR PRINCIPIO ESTO ÚLTIMO CONLLEVA LA IMPOSICIÓN O JERARQUÍA QUE, SE REPUDIA SIN EXCEPCIONES.
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En lugar de ellos y con el designio de erradicarlos sin dejar vestigios, rápida y si es necesario violentamente, se propugna el quebrantamiento de las normas, cualquiera sea, comenzando por la Constitución y siguiendo con el ordenamiento jurídico completo. En esa vorágine se inscriben el Gobierno, el Congreso, la Judicatura y las profesiones conexas. Se proclama la abolición de la política de partidos y se impugna la representación de esa índole, comprometiéndose con microasambleas, en una versión inédita de la democracia directa y en pro de un nuevo federalismo. Se insiste en el repudio de la religión, con énfasis en la Iglesia, pero alcanzando a todas las entidades que profesen algún culto. Próximo a lo recién dicho se pregona la marginación absoluta de los valores y, más ampliamente, de la ética. En la nómina aparece un feminismo que absorbe los derechos reproductivos de la mujer, abarcando el aborto; la descalificación de toda forma de marginación, exclusión o fragmentación social que coarte la más ilimitada manifestación de la libertad del sujeto, sea en ideas relativas a la sexualidad, la paternidad o maternidad, las uniones de género en la convivencia y otras exteriorizaciones de tal libertad. Todo, para el anarquismo, se halla indeterminado y, por ende, abierto a la conducta que el sujeto quiera realizar o no a su entera voluntad. En la serie no se omite el repudio del capitalismo, del cual se afirma que ya está sumido en su fase agónica o terminal; y la descalificación del marxismo leninismo, por la verticalidad opresiva que ejerce a través del partido único y de regímenes militarizados con estilo soviético. Emerge la lucha frontal contra todas las organizaciones internacionales, sean de índole política (ONU, OEA), social (UNESCO), económica (BM, FMI, OCDE), militar, policial, científica, técnica o deportiva, pues son nuevas concreciones del poder verticalmente impuesto por núcleos que se oponen a la realización de la libertad plena del sujeto. Por último, aparece la simbiosis con los ecologistas, decididos a asestar golpes al capitalismo, con preponderancia sobre cualquier asimilación a un ingenuo panteísmo. Singularmente relevante es detenerse en las modalidades de actuación del neo y postanarquismo. Cabe resaltar, entre ellas, el furtivismo, es decir, la acción invisible y constante o cotidiana, pero que garantiza impunidad, v.gr., en el hurto hormiga con ánimo de hacerse justicia o de métodos anticon-
sumistas; la ocupación de inmuebles, sean públicos o privados (okupas); la autotitulación de sujetos de derechos, exentos de compromisos por pagos de deudas u otras obligaciones; la reivindica de intereses sectoriales como grupos de presión o de tensión evidenciada en asonadas vandálicas, interrupción de vías o carreteras, paros de servicios esenciales, usurpación de bienes indispensables para la normalidad de las actividades económicas y otras ilustraciones parecidas. Considero acertado sostener que el anarquismo violentista ha reemergido en Chile. Una evidencia de ello son los trescientos veinte ataques explosivos de 2005 a 2014 en Santiago y más de cuarenta siniestros incendiarios en los últimos años, la mayoría de unos y de otros atribuibles a ochenta o más núcleos de ácratas que dejan, como huella, panfletos, muros con grafitis y otros indicios. ¿Por qué ha surgido el anarquismo, en el mundo y en Chile? De nuevo digo que me aventuro a expresar solo algunas hipótesis en un tópico cuya gravedad y trascendencia corre paralela a la falta de investigación o a la insuficiencia de la ejecutada por órganos de seguridad o inteligencia. Además, se carece de doctrina académica rigurosa y de comunicación de ella a la opinión pública. Al menos el autor ha localizado nada más que la absolución en el caso Pitronello (2013) entre las sentencias de interés para la jurisprudencia. Vuelvo a las causas y digo que cabe pensar en una reacción de odio, de ira, de rabia que impulsa a la oposición radical en contra de la dominación imperante, despreciándola por ilegítima en todas y cada una de las instituciones, jerarquías, liderazgos y modalidades de actuación que se practiquen en ella. Puede ilustrarse lo dicho con actitudes de rebeldía o de acción violenta cuyo referente es, por ejemplo, la justicia por mano propia ante hechos descalificados por ser lesivos para los consumidores; maniobras de enriquecimiento ilícito que se vocean como fatalmente encaminadas a terminar en la omisión de punición judicial para quienes así aumentan la acumulación de su riqueza; el agotamiento de las denuncias, por inútiles, en contra de la deficiencia de servicios públicos destinados a favorecer, más que a nadie, a los estratos de la población de ingreso medio o bajo, como ocurre con el no pago en el transporte colectivo. Pero también son susceptibles de mención otros ilícitos, no rara vez mezclados
EL ANARQUISMO HA SIDO SIEMPRE UNA MINORÍA “LILIPUTIENSE”, PERO CON IMPACTO DESMESURADAMENTE MAYOR EN LA CIUDADANÍA. EN ESTE FENÓMENO INCIDEN EL MANEJO DIESTRO DE LAS REDES SOCIALES Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN, DISIMULANDO LA NATURALEZA TERRORISTA DE LOS ATENTADOS, PRESENTÁNDOLOS CON EL RASGO DE ACCIONES LEGÍTIMAS CONTRA EL RÉGIMEN IMPERANTE.
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Jackson Pollock, Number 13, 1949.
SAGAZ HA SIDO LA SIMBIOSIS CON COLECTIVOS NO NECESARIAMENTE RUPTURISTAS, INTEGRADOS POR ESTUDIANTES, PUNKS, SINDICATOS CON ACTIVISTAS, FEMINISTAS, ETNIAS, PARTIDARIOS DE AUTORIZAR EL CONSUMO DE ALGUNAS DROGAS, (...)
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con terrorismo, por ejemplo, la profanación de templos y santuarios en Santiago y las regiones. El anarquismo ha sido siempre una minoría “liliputiense”, pero con impacto desmesuradamente mayor en la ciudadanía. En este fenómeno inciden el manejo diestro de las redes sociales y medios de comunicación, disimulando la naturaleza terrorista de los atentados, presentándolos con el rasgo de acciones legítimas contra el régimen imperante o, más recientemente, buscando desvanecer la angustia pública con base en que no son ácratas los grupos involucrados en tales ilícitos. Singularmente sagaz ha sido la simbiosis con colectivos no necesariamente rupturistas, integrados por estudiantes, punks, sindicatos con activistas, feministas, etnias, partidarios de autorizar el consumo de algunas drogas, gremios, grupos de presión con demandas, apoderados en mora por aranceles de establecimientos de enseñanza, deudores hipotecarios, pensionados y otra serie heterogénea de movilizados que busca del Estado alivio o condonación de su situación comprometida. Entreverados aparecen dirigentes, militantes o adherentes de ciertos partidos políticos. Cabe preguntarse ¿quién obtiene mayor provecho de tal simbiosis y a qué precio para la democracia y el Estado de Derecho?
Unos participan en ella con criterio políticamente correcto; otros por reparaciones justas y los demás con sujeción a conveniencias o incluso, paradojalmente, a imperativos éticos. Imposible parece imaginar, por lo expuesto en esta nota introductoria, que los ácratas se hallen en alguna de esas categorías. Ya se sabe de movilizaciones, hasta ahora pacíficas, de la otra calle. Son colectivos de concurrencia escasa porque comienzan recién a organizarse en defensa de la vida, contra la impunidad de la delincuencia y el vandalismo, a favor de la libertad de enseñanza o para que sea respetado el derecho a la educación. Se torna previsible, sin embargo, que estas movilizaciones pasen a convertirse en la contracalle, con la secuela confrontacional derivada del descontrol social y de la represión policial inevitable que lo siga. Para finalizar, reconozco que la democracia es la que pierde y que no lo hace, conjuntamente, con los anarquistas. Pero a estos libertarios tampoco les interesa ni preocupa la democracia sea o no representativa. Tampoco se afanan por las reformas que ella impone, según los tiempos, para infundirle legitimidad renovada. Se ha escrito que el mayor fracaso de las democracias liberales radica en su incapacidad para proteger la libertad con igualdad y justicia en el Estado de Derecho. Se agrega que esa es una contradicción inmensa con la promesa de la democracia de avanzar, en la línea aludida, mediante la institucionalización del cambio. Tal vez, puede aceptarse en algún grado esa tesis, pero admitiendo a la vez el enorme progreso que la democracia ha logrado en la concreción de aquella finalidad. Testimonio de ello es la elevación del nivel de vida y el desarrollo humano, incluyendo a los desfavorecidos. Es cierto que sigue siendo muy grande el trecho que falta cubrir, v.gr., en el proceso de distribución más equitativa del ingreso y la corrección de patologías sociales, pero el avance exige política, concordancia de fines e imperio del Derecho, nunca complicidad con la violencia ni la falta de gobierno.
(...) GREMIOS, GRUPOS DE PRESIÓN CON DEMANDAS, APODERADOS EN MORA POR ARANCELES DE ESTABLECIMIENTOS DE ENSEÑANZA, DEUDORES HIPOTECARIOS, PENSIONADOS Y OTRA SERIE HETEROGÉNEA DE MOVILIZADOS QUE BUSCA DEL ESTADO ALIVIO O CONDONACIÓN DE SU SITUACIÓN COMPROMETIDA.
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LA GUERRA DEL 14:
Charles Péguy, Santa Teresita y Juana de Arco POR INÉS DE CASSAGNE “Las guerras entonces devastan a Europa y matan a Péguy” (A.Camus)
«Péguy era escritor y un gran poeta, comprometido con su tiempo y su patria, a favor de la verdad y la justicIa, y polemista hasta un grado heroico en sus famosos “Cuadernos de la quincena”. Al respecto Daniel Rops (siguiendo a Barrès) subraya que lo que caracterizaba a Péguy era un “pensamiento heroico”». (Charles Péguy 1873-1914).
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os pasados días de agosto se cumplieron 100 años del inicio de una catástrofe del siglo XX: la primera guerra mundial. Centenario al mismo tiempo de la muerte de un gran poeta francés: Charles Péguy. Fue el primero en alistarse por propia voluntad, a los 41 años, y fue uno de los primeros en morir: el 7 de septiembre, a la cabeza de su tropa en el primer combate de la guerra, en la víspera de la gran batalla Me han llamado la de la Marne. Su entrega se comprende. Péguy era escritor y un gran atención en este sentido poeta, comprometido con su tiempo y su patria, a favor de las coincidencias de la verdad y la justica, y polemista hasta un grado heroico en Charles Péguy con sus famosos “Cuadernos de la quincena”. Al respecto Daniel Santa Teresa del Niño Rops (siguiendo a Barrès) subraya que lo que caracterizaba a Jesús y con Santa Juana de Arco. Ambas Péguy era un “pensamiento heroico”. Y agrega: “Su existencia eran sus compatriotas, no tuvo otro sentido que ser una protesta constante, heroica, la segunda de ellas contra todo aquello de lo cual nos hacemos cómplices, en su contemporánea, cuanto lo soportamos”1. El mismo Gide coincide al decir que y la primera su la clave de la lección de Péguy es el heroísmo. Su insurrección inspiradora; ambas con caía sin cesar contra los males que degradaban a los hombres: características similares “la política de conveniencias” que aplastaba al entusiasmo de combatientes, justiciero (por ejemplo en el “asunto de Dreyfus” que acabó agraciadas con tomado solo como pretexto), y “el dinero” que dominaba al espontáneo y juvenil mundo (prosternando a las gentes), y “la miseria” derivada de ascendiente. Aunque estos modos injustos de imponerse, con secuelas de rebelión y nunca se conocieron desesperación. Nuestro autor combatía estos males con todas personalmente, sus fuerzas y, además, con una capacidad innata de “jefe”. Uno sus vidas están de sus amigos más cercanos, Lotte, hablaba de la “misteriosa increíblemente autoridad, involuntaria”, que ejercía sobre sus camaradas, y la imbricadas. atribuía a su muy profunda vida interior, espiritual2.
Santa Teresita, Péguy y Juana de Arco Me han llamado la atención en este sentido las coincidencias de Charles Péguy con Santa Teresa del Niño Jesús y con Santa Juana de Arco. Ambas eran sus compatriotas, la segunda de ellas su contemporánea, y la primera su inspiradora; ambas con características similares de combatientes, agraciadas con espontáneo y juvenil ascendiente. Aunque nunca
1 Daniel Rops, Péguy, ed. Pascal, Bruselas, 1947, pp. 15-18. 2 Louis Gillet, Claudel-Péguy, editions du Sagittaire, Paris, 1946.
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se conocieron personalmente, sus vidas están increíblemente imbricadas. Por de pronto sorprenden las fechas de nacimiento: los tres el mismo mes, enero, en torno a la Epifanía, fiesta de la “manifestación” del Señor. Santa Teresita nació el 2 de enero de 1873, Charles Péguy el 7 de enero del mismo año, y Juana el propio 6 de enero de 1412. También sorprende la brevedad de las vidas (24 años Santa Teresita, de 1873 a 1897; y 19 años Juana (1412-1431) y no obstante, la repercusión trascendente de sus respectivos cometidos: la una en su doctrina espiritual, vivida y escrita, al punto de ser reconocida como “doctora de la Iglesia”; la otra en su extraordinario llamado a enderezar el destino de Francia, aplastada entonces por la dominación inglesa, restableciendo en su trono Tanto más notable es al rey legítimo (Carlos VII). Tanto más notable es que Charles que Charles Péguy y Péguy y Santa Teresita (casi mellizos como vimos) escribiesen Santa Teresita (casi a los 24 años, en 1897, sendas obras sobre Juana de Arco, que mellizos como vimos) por entonces había caído en el olvido. Recién en 1920 habría de escribiesen a los 24 años, en 1897, sendas ser beatificada, poco antes que la propia Teresa. Tras no haber obras sobre Juana sido comprendida en su propia época: en ese siglo XV en que de Arco, que por decaía el espíritu caballeresco dando lugar a otro espíritu, al entonces había caído aburguesamiento. Solo la celebraron entonces los grandes poeen el olvido. Recién tas François Villon y Christine de Pisan. Peor fue en los siglos en 1920 habría de ser siguientes cuando aparecieron dramas deleznables de Chapebeatificada, poco antes lain (S. XVII) y del abate D’Aubignac (XVIII). Y tanto menos que la propia Teresa. cabía el personaje en ese fin del siglo XIX en que se imponían en Francia las consignas revolucionarias del laicismo anticatólico.
Las dos “Juanas” de Charles Péguy Como es notorio, a Juana se la llama “la doncella de Orléans” por haber liberado, en 1429, a esta ciudad, sitiada por los ingleses. Fue un hecho inesperado, inconcebible, sensacional: la doncella al frente de sus caballeros, hasta hacía poco inertes, con solo enarbolar su estandarte, donde decía “Jesús”, les comunicaba bríos y los condujo a la difícil reconquista. Y habiendo nacido nuestro autor en la ciudad de Orléans, donde se festejaba con grandes celebraciones dicha liberación en cada aniversario, cada 8 de mayo, quedó por ello marcado para siempre, al punto de haber comenzado su carrera poética con una pieza teatral Juana de Arco, en 1897. Esta primera obra, a pesar de haber quedado muy bien armada, fue considerada incompleta por el autor, por lo cual llevaba siempre consigo aquel manuscrito, hasta dar una versión complementaria en 1910, El misterio de la caridad de Juana de Arco. En esta segunda versión manifiesta cabalmente
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el sentido de la vida y del martirio de la santa heroína. La diferencia entre las dos obras refleja la evolución en Péguy: de militante socialista ateo, pasa a ser católico sin dejar de ser socialista. Sin duda fue la misma meditación sobre su personaje la que fue produciendo el cambio espiritual en el autor. En la primera Juana de 1897, Péguy se atiene a los relatos y a los hechos históricos, organizándolos en tres grupos de cuadros, y siempre enfocando el alma de la protagonista. En el primer bloque dramático, en su aldea natal de Domrémy, muestra las preguntas que se plantea la campesina Juanita, entre los 13 y 16 años. Estas preguntas le brotan a raíz del insólito llamado a encargarse de echar a los ingleses de Francia, que le han hecho las voces de dos santas y del Arcángel San Miguel. Tras decidirse a aceptar el encargo, el segundo bloque dramático nos la presenta en sus batallas, desde las victorias que hicieron posible la coronación, en Reims, del rey legítimo Carlos VII, hasta la negación de este La desolación que a ayudarla a completar su misión tomando París. En el tercer pinta Péguy en la obra bloque dramático, el autor ahonda en el alma de la protagonista terminada en junio de que no solo fuera capaz de afrontar “el dolor de las batallas”, 1897, coincide con la sino al final lo que es lo peor: soportar la traición y el abandono del poema “A Juana de en su calabozo de Reims, el juicio inicuo y su condena, por he- Arco” que escribiera rética y bruja, a morir en la hoguera. Así dice en su abandono, un mes antes Santa Teresita. Solo que esta extrañando las voces que antes le hablaran: “Y estoy sola en prisión […] Sola y sin una amiga y sin vosotros, hermanas, mis hermanas del Paraíso que me habéis dejado sola […] en este infierno de abandono…” (p. 310)3
última ya da en la clave acerca de su sentido.
“A Juana de Arco” de Santa Teresita La desolación que pinta Péguy en la obra terminada en junio de 1897, coincide con la del poema “A Juana de Arco” que escribiera un mes antes Santa Teresita. Solo que esta última ya da en la clave acerca de su sentido. La monja desconocida, tuberculosa, desahuciada, pero que justamente consagraba estos sufrimientos a la conversión de sus hermanos descarriados, sin saber nada de Péguy (así como este tampoco de ella), enfoca a Juana de Arco como a una hermana en la vocación de sufrimiento. Ya la tenía por su heroína y la había representado teatralmente en su Carmelo, vestida con armadura y con su estandarte. Y aquí, poco antes de morir, en total postración, sola, en el “calabozo” de la enfermería, la evoca, como acompañándola en su itinerario hasta dar con la clave al final: 3 Todas las citas son traducciones mías tomadas de: PEGUY, Oeuvres poetiques complètes, Gallimard, Bibliothèque de la Pleiade, 1967.
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Cuando el Dios de los ejércitos te dio a ti la victoria para echar al enemigo y a tu rey consagrar, ante tu nombre, Juana, célebre en la historia, palidecieron todos los demás. Pero no era más que una efímera gloria. Te faltaba aún la aureola de santidad. Por eso el Bienamado te ofreció su amarga copa y como Él fuiste rechazada de la humanidad.
Sabemos por Louis Guilloux que Péguy había dejado muchos espacios en blanco en su primera versión de Juana de Arco. Sin duda se debían a preguntas que esperaría poder llegar a contestar, acerca de esta jovencita de Lorena, a quien por un lado admiraba como combatiente, y que por otro lado, le resultaría desconcertante por las convicciones religiosas que alentaron su coraje. (…)
En negro calabozo, cargada de cadenas, cuando el cruel extranjero de dolor te cargó, ni un amigo compartió tus penas, para secar tus lágrimas nadie se te acercó. Juana, ¡cuánto más resplandeces, más bella que en tu gloria pasada, en tu sombría prisión! Era el reflejo de la gloria eterna, ¿y de dónde te vino? De la traición. Ah, si el Dios de Amor a este valle de lágrimas No hubiera venido a sufrir la traición, Sufrir, para nosotros, no tendría este encanto, No sería un tesoro el sufrir por amor.4
Teresa escribe en mayo, y Péguy fecha en junio la obra que deja inacabada. Hace pensar en invisibles influencias... que de a poco darían fruto. Recién en la Juana de 1910 Péguy habrá comprendido y hablará del “tesoro del sufrimiento” vivido por amor a Jesucristo.
La búsqueda de Péguy Sabemos por Louis Guilloux5 que Péguy había dejado muchos espacios en blanco en su primera versión de Juana de Arco. Sin duda se debían a preguntas que esperaría poder llegar a contestar, acerca de esta jovencita de Lorena, a quien por un lado admiraba como combatiente, y que por otro lado, le resultaría desconcertante por las convicciones religiosas que alentaron su coraje. Esta primera Juana de Arco de 1897 no solamente da cuenta fiel de los hechos históricos, sino también va dejando espacios abiertos a la reflexión posterior, Esto parece reflejar el estado anímico de 4 La traducción es mía: Sainte Thérèse, Poésies, un cantique d’amour, Cerf, Desclée de Brouwer, 1979. En la tapa de esta obra figura una fotografía de 1895 de Santa Teresita en el rol de Juana de Arco, sentada en la prisión. 5 Louis Gillet, Claudel-Péguy, op.cit.
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«En los recientes días de agosto se cumplen 100 años del inicio de una catástrofe del siglo XX: la primera guerra mundial. Centenario al mismo tiempo de la muerte de un gran poeta francés: Charles Péguy. Fue el primero en alistarse por propia voluntad, a los 41 años, y fue uno de los primeros en morir: el 7 de septiembre, a la cabeza de su tropa en el primer combate de la guerra, en la víspera de la gran batalla de la Marne».
transición del autor: comprensivo del asunto histórico y relacionándolo con su propia búsqueda, a la vez intelectual y social. Recordemos que componía esta obra un militante socialista, que se casó “por civil” ese mismo año con una mujer igualmente socialista, la hermana de un amigo del alma muerto el año anterior, cuya dote fue puesta al servicio de la “revolución social” y fundar con ella una empresa editorial orientada a dicho propósito. Tuvieron tres hijos, que no fueron bautizados. Observamos que Péguy no firma con su nombre su Juana de 1897, sino con la del amigo recientemente muerto: Marcel Pierre Baudouin, y que la encabeza con una curiosa dedicatoria: “A todas y a todos que hayan vivido y hayan muerto para remediar el mal universal […] A todas y a todos los que hayan conocido el remedio […]” (p. 27) que hayan vivido y muerto para el establecimiento de la República socialista universal.”
¿A quiénes se está refiriendo? No solo a sus camaradas Baudouin, Tharaud, Porché, Lotte, Baillet, a quienes lideraba en grupos de estudios y empresas sociales, sino también sin duda a sus familiares y paisanos orleanenses, herederos de aquellos otros más antiguos entre quienes nació y se crió la propia Juana de Arco. Podemos afirmarlo gracias al testimonio sobre su infancia, en uno de sus artículos de los “Cuadernos de la Quincena”:
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“Se puede decir que el niño educado (como él mismo) en una ciudad como Orléans entre 1873 y 1880 estaba en contacto físico, literalmente, con la antigua Francia, con el antiguo pueblo, con el pueblo, sin más. […] La antigua Francia estaba todavía intacta y entera […] Conocimos un pueblo, lo palpamos, fuimos parte de ese pueblo, cuando ese pueblo existía. El último obrero de aquel tiempo era un hombre de la antigua Francia […] Fue la edad cristiana donde […] una granja de Beauce, incluso después de la guerra (franco –prusiana, de 1871) estaba infinitamente más cerca de una granja galo-romana, por las costumbres, por la misma estructura de la institución, por la dignidad…”6
(…) Esta primera Juana de Arco de 1897 no solamente da cuenta fiel de los hechos históricos, sino también va dejando espacios abiertos a la reflexión posterior. Esto parece reflejar el estado anímico de transición del autor: comprensivo del asunto histórico y relacionándolo con su propia búsqueda, a la vez intelectual y social.
Por eso Péguy en su primera Juana de Arco refleja las virtudes católicas tan ancladas en el pueblo de Francia desde la época galo-romana hasta el siglo XV de su heroína, virtudes que luego fueron re-sembradas en los siglos XVII y XVIII por admirables figuras misioneras como Juan Eudes, Vicente de Paul, Grignon de Montfort… Entre tales virtudes se destacan el amor a la tierra y el amor al trabajo, unidos a la alegría de vivir. Péguy conservaba el ejemplo de su madre viuda que se ganaba la vida arreglando sillas con el orgullo del “trabajo bien hecho”; y dirá de su abuela analfabeta que fue ella con sus cuentos “la primera que me enseñó la bella lengua francesa”.
Péguy socialista y filósofo
De este modo, el Péguy ya estudiante en París (por haber ganado una beca), al adherir al socialismo lo había hecho con la intención de atenerse a lo concreto que conocía y no olvidaba: ese pueblo de Francia con sus tradiciones y virtudes. Habiendo perdido la fe, sin embargo había tomado contacto con las Conferencias de San Vicente de Paul (poco antes fundadas por Federico Ozanam) para ocuparse de los pobres, si bien no rezando las oraciones en las reuniones preparatorias, “para no mentir”. He aquí el estado anímico del Péguy mientras seguía los cursos del Liceo “Louis Le Grand” para prepararse a su carrera universitaria. Fue allí donde tuvo la suerte de descubrir a Henri Bergson, en cuyas clases de filosofía escuchó lecciones muy diferentes a las positivistas de la Sorbona. Al respecto alabará Péguy a Bergson enfatizando que su pensamiento era como “un esfuerzo para conducir la razón al abrazo con la realidad”. Así pues, el joven bachiller que vuelve por un tiempo a Orléans para escribir su primera Juana de Arco, ya se hace en ella la pregunta: “¿Qué hay que salvar? ¿Cómo hay que salvar?”. Asoma el problema metafísico y la decisión de luchar contra el mal universal.
6 Charles Péguy, El Dinero, Madrid, Bitácora, 1973, pp. 52-53.
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En Péguy, la reflexión filosófica fundamenta su praxis social. Jean Bastaire hace hincapié en ello: “Se olvida demasiado que Péguy era filósofo”, afirma, “experto en los métodos que la disciplina exige”7. Hasta bien adentrado en la primera década del siglo XX proyectaba una tesis de Doctorado en Filosofía titulada “El lugar concedido a la historia en la filosofía general del mundo moderno”, que fue preparando con previos ensayos, de 1906 y 1907, por ejemplo “El lugar concedido a los intelectuales en el mundo moderno”. Estos títulos nos demuestran que el interés de Péguy por su heroína del siglo XV no quedaba limitado al pasado, sino que lo veía en vistas a una renovación en el siglo XX. El mismo año 1897 publicó en la “Revista Socialista” un manifiesto titulado “Sobre la ciudad socialista”, y al año siguiente, 1898, “Marcel, primer diálogo de la ciudad armo-
MARCEL, primer diálogo de la ciudad armoniosa. Charles Péguy. Nuevo Inicio, 2007. (240 págs). Adquirir vía internet en www.nuevoinicio.es
niosa”. Es lo que quería: renovar la armonía de otrora.
Los “Cuadernos de la Quincena” Fue el asunto Dreyfus el que lo llevó a cobrar conciencia de la necesidad de recrear una armonía basada en la verdad y la justicia. Convencido de la inocencia de este militar, que había sido condenado, degradado y desterrado, se había lanzado a una campaña revisionista, al principio junto con Zola, Reinach y Jean Jaurès. Empero, tras lograr la reapertura del proceso, se indignará de que el nuevo tribunal simplemente le conceda solo una “amnistía” a Dreyfus. Y como ve que dichos compañeros no reaccionan, se aparta de ellos y de las publicaciones en que hasta entonces había colaborado, para fundar su propia revista en junio de 1900: Les Cahiers de la Quinzaine. Fue director, gerente, principal redactor y animador de esta publicación quincenal, acompañado de sus fieles amigos. Estos fueron notando que de a poco, si bien manteniendo la tendencia socialista (campañas contra la opresión de todo tipo, denuncia del drama de la miseria), Péguy pasaba a criticar lo que él consideraba “desvíos” del partido socialista. Tomó posición contra la confusión de “socialismo” con “materialismo” y “ateísmo”; contra la “colectivización del arte y del pensamiento”, contra la demagogia y también contra el anticlericalismo creciente. Baste recordar al respecto que desde 1882 Jules Ferry lanzó la “revolución laica”, poniendo trabas a 7 Jean Bastaire, Charles Péguy el insurrecto, ed. Encuentro, Madrid 1979, p. 74.
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los educadores religiosos, que eran la gran mayoría8, y luego eliminándolos. Al morir Ferry completa su programa Emile Combes cerrando en 1901 las escuelas católicas y en 1904 expulsando de Francia a todas las congregaciones, y clausurando por cierto sus establecimientos. Frente a estas persecusiones, Péguy afirmaba ser fiel a un verdadero ideal socialista e integrador, y denunciaba que la “mística” socialista iba degenerando en “mera política”. Acusaba al partido gobernante de haber tolerado prácticas espurias hasta el extremo de alentar la discriminación antisemita y las “delaciones” cuando se requirieron “fichas” de discriminación en el Ejército. Más adelante denunciará el “pacifismo” del El interés de Péguy autollamado “partido intelectual”, con Jaurès a la cabeza de la por su heroína del Internacional socialista y su revista “L’Humanité”, que cerraba siglo XV no quedaba los ojos a la amenaza invasiva alemana. Recordemos el reverso limitado al pasado, sino de la medalla: estamos en plena “Belle Époque”, durante la cual que lo veía en vistas a Francia evoluciona en lo artístico, técnico e industrial, con su una renovación en el emblemática Tour Eiffel; surge el cine, multiplica las fábricas en siglo XX. El mismo un frenesí de sueños de progreso y fraternidad universal a los año 1897 publicó en la que pondrá trágico fin la inesperada Guerra del 14-18.
“Revista Socialista” un manifiesto titulado “Sobre la ciudad socialista”, y al año siguiente, 1898, “Marcel, primer diálogo de la ciudad armoniosa”. Es lo que quería: renovar la armonía de otrora.
Párrafos críticos Basta citar algunos párrafos sociales de Péguy para hacernos una idea de su aguda visión, capaz de poner al descubierto la falsedad de la propaganda de aquellos optimistas ilusos:
“El partido político socialista está completamente integrado por burgueses intelectuales. Ellos son quienes han inventado el sabotaje y la doble deserción, la deserción del trabajo, la deserción de la herramienta. [….] En realidad, los partidos políticos sindicalistas están infectados, llenos de filtraciones de elementos intelectuales puros, absolutamente burgueses. (El dinero, p. 67)9 “Cuando se dice pueblo hoy, se hace literatura, y hasta una de las más bajas formas de literatura, literatura electoral, política, parlamentaria. Ya no hay pueblo. Todo el mundo es burgués. Ya que todo el mundo lee su diario. Lo poco que le quedaba de la antigua, o mejor, de las antiguas aristocracias se ha convertido en baja burguesía. La antigua aristocracia se ha convertido en burguesía del dinero. La antigua burguesía se ha convertido en baja burguesía, burguesía del
8 Según datos de Jean Sévilla (Histoire Passionnée de la France, Perrin, Paris, 2013): en 1870 el catolicismo estaba floreciente, con 56.000 sacerdotes, 20.000 religiosos, 100.000 religiosas, en 13.000 escuelas, 124 colegios, 2 universidades, 304 orfelinatos, decenas de hospitales; todos los establecimientos de niñas y de enseñanza técnica. 9 Este párrafo y los textos siguientes han sido tomados de la traducción castellana de la obra de Péguy El dinero, Madrid, Bitácora, 1973.
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«He aquí el estado anímico del Péguy mientras seguía los cursos del Liceo “Louis Le Grand” para prepararse a su carrera universitaria. Fue allí donde tuvo la suerte de descubrir a Henri Bergson (en la imagen), en cuyas clases de filosofía escuchó lecciones muy diferentes a las positivistas de la Sorbona. Al respecto alabará Péguy a Bergson enfatizando que su pensamiento era como “un esfuerzo para conducir la razón al abrazo con la realidad”».
dinero. Los obreros solo tienen una idea fija: convertirse en burgueses. Es lo que llaman llegar a ser socialistas. Solo los campesinos siguen siendo profundamente campesinos.” (id. p. 52)
Péguy señala el contraste con respecto a aquellos viejos tiempos que él llegó a conocer en su infancia y ahora añora sus características auténticamente “sociales”: “Aquellas gentes habrían enrojecido ante nuestro mejor tono actual, que es el tono burgués. Y hoy todo el mundo es burgués. […]Créasenos, hemos conocido a obreros que tenían ganas de trabajar. Solo pensaban en trabajar […] Se levantaban temprano y cantaban ante la idea de que iban al trabajo. […] Existía un honor increíble del trabajo, el más hermoso de todos los honores, el más cristiano […] Conocimos un honor del trabajo que era exactamente el mismo que en la edad media regía la mano y el corazón. […] Hemos conocido esa piedad de la obra bien hecha llevada hasta sus exigencias más extremas. Durante toda mi infancia he visto renovar la paja de las vacas exactamente con el mismo espíritu y el mismo corazón, y por la misma mano, con que ese pueblo había tallado sus catedrales.” […] Y como consecuencia, todos los hermosos sentimientos derivados y filiales. El respeto a los ancianos, a los padres, a la familia. Un admirable respeto a los niños. Naturalmente, respeto a la mujer –y es muy necesario decirlo, porque hoy en día se echa de menos mucho el respeto hacia la mujer, por sí mismo-. Un respeto hacia la familia, el hogar. Y sobre todo, el gusto y respeto al respeto mismo. Un respeto hacia la herramienta y hacia la mano, esa suprema herramienta…” (id. p. 63)
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«Y habiendo nacido nuestro autor en la ciudad de Orléans, donde se festejaba con grandes celebraciones dicha liberación en cada aniversario, cada 8 de mayo, quedó por ello marcado para siempre, al punto de haber comenzado su carrera poética con una pieza teatral Juana de Arco, en 1897. Esta primera obra, a pesar de haber quedado muy bien armada, fue considerada incompleta por el autor, por lo cual llevaba siempre consigo aquel manuscrito, hasta dar una versión complementaria en 1910, El misterio de la caridad de Juana de Arco. En esta segunda versión manifiesta cabalmente el sentido de la vida y del martirio de la santa heroína. La diferencia entre las dos obras refleja la evolución en Péguy: de militante socialista ateo, pasa a ser católico sin dejar de ser socialista. Sin duda fue la misma meditación sobre su personaje la que fue produciendo el cambio espiritual en el autor».
Respeto, honor. Se lamenta: “¿Qué queda hoy de todo esto? ¿Cómo se ha podido conseguir que el pueblo más laborioso, que amaba el trabajo por el honor y el trabajo, sea este pueblo de chapuceros?” Pero mantiene su confianza en ese auténtico pueblo que persevera en los campos: “Volveremos a reencontrar las virtudes, la salud de esta raza”. “No podemos imaginar la salud de esta raza, ese buen humor general, ese clima de buen humor […] Una desigualdad común, comúnmente aceptada, una desigualdad general, un orden, una jerarquía que parecía natural, servían para establecer los distintos niveles de una felicidad común. Hoy se habla de igualdad. Y vivimos en la más monstruosa desigualdad económica que haya sido vista desde la historia del mundo…” (p. 73)
La crítica se vuelve patética por la nostalgia de ese tiempo que él llegó todavía a vivir en torno al 1880: “Creíamos por entero, y de manera igual, y con la misma fuerza, en todo lo que había en la gramática y en todo lo que había en el catecismo. ‘Aprendíamos’ la gramática y parejamente nos ‘aprendíamos’ el catecismo. ‘Sabíamos’ la gramática e igual, parejamente, ‘sabíamos’ el catecismo. No hemos olvidado ni el uno ni el otro” (p. 80-2) […] “Nuestros viejos maestros no solo eran hombres de la
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antigua Francia. Nos enseñaban, en el fondo, la moral propia y el ser mismo de la antigua Francia […] Maestros, curas, padres, nos enseñaban esta moral, nos decían que un hombre que trabaja bien y que sabe comportarse…. Unos paternal y maternalmente; los otros, escolarmente, intelectualmente, laicamente; y los demás devotamente, piadosamente... Todo este mundo antiguo era el de “ganarse la vida”…el laborioso podía estar perfectamente seguro de poder alimentar siempre a su familia. Que siempre encontraría trabajo y que siempre se podría ganar la vida…con la confianza en la felicidad. “ (id. p. 84-86).
Con estos pocos ejemplos de contraste basta para comprender cómo Péguy, socialista perseverante, haya ido virando, justamente por el contraste, vivido desde su postura atea hasta recobrar su fe. Al ponderar igualmente al maestro y al sacerdote, y confesar su credo —creo en la gramática y en el catecismo—, y más aún confesar “No hemos olvidado ni lo uno ni lo otro”. No extraña en absoluto que en 1908 le confiara a su camarada Lotte: Respeto, honor. Se “recuperé la fe… Soy CATÓLICO”
lamenta: “¿Qué queda hoy de todo esto? ¿Cómo se ha podido conseguir que el pueblo más laborioso, que amaba el trabajo por el honor y el trabajo, sea este pueblo de chapuceros?”
No cabe duda que Péguy ha ido madurando: sobre la base de ese catecismo elemental nunca olvidado, y su meditación sobre Juana de Arco ha contribuido de manera decisiva a tal recuperación. Es cuando comprende lo que hasta entonces era un “misterio”: ¿cómo es que Juana se animó a hacer lo que hizo? La clave del misterio se cifra en la “caridad”. Veamos la diferencia. En la primera “Juana” de 1897, la del aún ateo Péguy, vista a la luz de estas últimas declaraciones, nos sugiere que allí también, a pesar de todo, seguía estando presente lo aprendido en el catecismo. Ya al inicio, presenta a su heroína, Juanita de 13 años, rogando a Dios “Es eso que hace falta: un jefe de batalla Que de mañana rece de rodillas Antes de la batalla…Dánoslo, oh Dios… Oh Dios, danos al fin un jefe de batalla Que de mañana rece de rodillas, Valiente como un arcángel y que sepa rezar ….. que sea jefe de batalla y jefe de oración. …. Semejante al que venció al demonio …. Que marche como un santo en la batalla humana
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Y que sean todos santos los soldados con él. ….
Ella se da cuenta lo difícil que ha de ser cambiar a los soldados, y no se cree capaz: “Me han nombrado jefe de guerra, ¡pero no puedo! Necesitaría soldados bravos en la batalla Y luego mansos… Pero ellos son brutos […] oh yo no puedo… Oh mi Dios, danos un jefe mejor.” (p. 53)
Hay mucha angustia en la constatación del sufrimiento y del mal en el mundo. Juanita había hablado de esto antes con una monja, Mme. Gervaise, quien, en lugar de apaciguarla, la había confirmado: todos somos “cómplices” del “mal universal”. El único remedio que le indica es ofrecer los sufrimientos y las plegarias, imitando a Jesús. Sin dejar de estar angustiada y escandalizada, Juanita de todos modos responde al llamado.
El misterio de la “caridad” La segunda obra, titulada EL MISTERIO DE LA CARIDAD DE JUANA DE ARCO, presentada en 1910, en preparación del 500º aniversario del nacimiento de Juana, exhibe una gran diferencia. Muestra lo que significa la caridad, lo que implica la caridad. En este drama desaparecen los hechos, las batallas, los obstáculos, las traiciones. Se vuelve al principio, cuando la conversación de Juanita y la monja Mme. Gervaise. Ellas vuelven a referir lo que está pasando en Francia —cómo se ofende a Dios, cómo se desaprovecha la redención—. Es el misterio de CRISTO REDIMIENDO, su redención aplicable a todos, para todos…y sin embargo aparentemente ineficaz, que algunos desaprovechan o rechazan. De allí el clamor de Jesús en la Cruz: “clamor que suena aún en toda humanidad; que hizo temblar a la Iglesia militante; en que el dolor conoció su propio horror, y la triunfante experimentó su triunfo; clamor que toca el corazón de todo humano: clamor que toca el corazón de toda cristiandad, oh clamor culminante, eterno y valedero. Grito cual si Dios mismo hubiera pecado como nosotros, Como si el mismo Dios se hubiese desesperado; Oh clamor culminante, eterno y valedero,
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«Péguy en su primera Juana de Arco refleja las virtudes católicas tan ancladas en el pueblo de Francia desde la época galo-romana hasta el siglo XV de su heroína, virtudes que luego fueron re-sembradas en los siglos XVII y XVIII por admirables figuras misioneras como Juan Eudes, Vicente de Paul, Grignon de Montfort… Entre tales virtudes se destacan el amor a la tierra y el amor al trabajo, unidos a la alegría de vivir».
Como si Dios mismo hubiese pecado como nosotros; Cometiendo el gran pecado Que es desesperar, El pecado de desesperar.”
Lanzó el Justo el eterno clamor. La meditación se vuelve una larguísima contemplación del itinerario de la vida de Cristo. Él se había “molestado” en venir para “cambiar el mundo” (el mundo desordenado por el mal): “Había venido para cambiar el mundo, a devolver a Dios lo que es de Dios” (450) “Había venido a rehacer el mundo, A cambiar a los hombres. (454) […] Siendo el Hijo de Dios Jesús lo sabía todo Y Él supo que a ese Judas que amaba, No lo iba a salvar. Y fue entonces el dolor infinito, Entonces la infinita agonía. Y gritó como un loco la horrorosa angustia, Clamor que a María la hizo temblar….” (488)
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La conclusión es que no se puede “salvar” a los que se quieren condenar. Juanita insiste, quisiera “salvar”, y ¿cómo? Mme. Gervaise contesta: “imitando a Jesús, escuchando a Jesús” (489) Siguiendo la conversación, sentimos que nos concierne:
Con estos pocos ejemplos de contraste basta para comprender cómo Péguy, socialista perseverante, haya ido virando, justamente por el contraste, vivido desde su postura atea hasta recobrar su fe. Al ponderar igualmente al maestro y al sacerdote, y confesar su credo –creo en la gramática y en el catecismo-, y más aún confesar: “No hemos olvidado ni lo uno ni lo otro”. No extraña en absoluto que en 1908 le confiara a su camarada Lotte: “recuperé la fe…Soy CATÓLICO”.
J.-“Un alma, un alma sola, es preciosa, y de un precio infinito…(522) […] M.G.- Y sabemos que la oración no es nunca en vano. Hay tesoros en las oraciones desde que Jesús dijo el Padre Nuestro… J.- Y el sufrimiento. M.G.- Dios responde al sufrimiento como responde a la plegaria. J.- ¿Y cuando nosotros vemos, lo estamos viendo, que la misma cristiandad se hunde gradualmente y deliberadamente, se hunde regularmente en la perdición? M. Gervaise- Veremos, veremos, hija mía…¿qué sabes tú? ¿Qué se yo? ¿Qué sabemos? Ya se verá. El mundo se pierde, el mundo se hunde en la perdición. ¿Desde cuándo? …desde hace años. […] Pero qué es esto frente a las promesas de Dios. […] Habrá otros tiempos, y luego la eternidad […] Cuándo, es asunto de Dios. Nosotros somos de la Iglesia eterna. Somos de la cristiandad eterna la Iglesia… […] Por ahora estamos en el tiempo. La eternidad llegará.
Me basta haber hecho bien mi plegaria y haber hecho bien mi sufrimiento; Dios me responde cuando quiere. No nos corresponde a nosotros pedirle razones. Estamos en las manos de Dios. Los caminos de Dios son insondable.” (525) Y así se despiden, con un “Así sea”, “Así sea”. Y termina cuando Juanita se dirige a Orléans para poner en obra esa “caridad” que largamente ha sido descripta. No hay solución al problema. Pues no se trata de un mero problema, sino de algo más: algo que se nos escapa: es Misterio, y hay que contemplarlo y vivirlo como tal.
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Pero Péguy nos va a dar el secreto de vivir la caridad. Y este secreto es la “esperanza”.
El misterio de la esperanza En la segunda obra para celebrar a Juana, el poeta intercala una escena del catecismo que nos ayuda a comprender: “—¿Cuáles son las tres virtudes teologales? El niño responde: —Las tres virtudes teologales son la Fe, la Esperanza y la Caridad. —¿Por qué se las llama virtudes teologales? —La Fe, la Esperanza y la Caridad se llaman teologales porque vienen directamente de Dios. —¿Qué es la Esperanza? —La Esperanza es una virtud sobrenatural por la cual esperamos de Dios, con confianza, su gracia en este mundo y la gloria eterna en el otro. —Haz un acto de Esperanza —Dios mío, espero con firme confianza que me darás, por los méritos de Jesucristo, tu gracia en este mundo y, si observo tus mandamientos, me darás la gloria en el otro, porque me lo has prometido y eres fiel a tus promesas—
…….. Mme Gervaise comenta:
“Se olvida demasiado, hija mía, que la esperanza es una virtud, que es una virtud teologal, y que, de todas las virtudes, … es sin duda la más difícil , y la más agradable a Dios.” (536-7)
No cabe duda que Péguy ha ido madurando: sobre la base de ese catecismo elemental nunca olvidado, y su meditación sobre Juana de Arco ha contribuido de manera decisiva a tal recuperación. Es cuando comprende lo que hasta entonces era un “misterio”: ¿cómo es que Juana se animó a hacer lo que hizo? La clave del misterio se cifra en la “caridad”.
Esto corresponde ya a EL PÓRTICO DEL MISTERIO de LA SEGUNDA VIRTUD, presentado por Péguy en octubre 1911 como segundo cuaderno en preparación al 500º aniversario del nacimiento de Juana el día de Reyes de 1412. El poeta introduce directamente a Madame Gervaise que regresa y declama lo que piensa Dios: “La fe que a mí más me gusta, dice Dios, es la esperanza. La fe no me causa asombro. No es algo asombroso. Yo resplandezco tanto en mi creación. En el sol y en la luna y en las estrellas. En todas mis creaturas. En los astros del firmamento y en los peces del mar. En el universo de mis creaturas. Sobre la faz de la tierra y sobre la faz de las aguas, En los movimientos de los astros que están en el cielo.
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En el viento que sopla sobre el mar y en el viento que sopla en el valle. En el calmo valle. En el recóndito valle. En las plantas y en los animales y en los animales del bosque. Y en el hombre. Mi criatura. En los pueblos y en los hombres y en los reyes En el hombre y en la mujer su compañera. Y sobre todo en los niños. Mis criaturas. En el rostro y en la voz de los niños. Pues los niños son más mis criaturas Que los hombres.
…
Y la voz de los niños es más pura que la voz del viento en el calmo valle. (531)
Es Dios Padre que habla como un padre, orgulloso de sus hijos. Y sigue y sigue… (532-3) “Yo resplandezco tanto en mi creación. ….Y en todo lo que le sucedió a mi hijo a causa del hombre mi criatura. Que yo había creado En la encarnación, en el nacimiento y en la vida y en la muerte de mi hijo. Y en el santo sacrificio de la misa. …. Yo resplandezco tanto en mi creación Que para no verme sería necesario en verdad que estas gentes fueran ciegas.” En cuanto a la virtud teologal de la caridad: “La caridad, dice Dios, no me causa asombro. No es algo asombroso. Esas pobres creaturas son tan desgraciadas que a menos de tener un corazón de piedra, cómo no habrían de tener caridad unas con otras. ….Y mi hijo tuvo por ellos tanta caridad. Mi hijo, su hermano. Tan grande caridad. “Pero la esperanza, dice Dios, esto sí me asombra. Es asombroso. Que esos pobres hijos míos vean lo que pasa y que crean que mañana será mejor. Que vean lo que pasó hoy y que crean que irá mejor mañana a la mañana. Es algo asombroso, y es la mayor maravilla de nuestra gracia. …Mi gracia ha de tener sin duda una fuerza increíble.” (534) …Lo más fácil es desesperar y caer en la gran tentación”.
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Nos advierte en suma: “La pequeña esperanza avanza entre sus dos hermanas mayores y ni siquiera nos fijamos en ella”. (538) Así son caracterizadas las tres virtudes teologales: “La Fe ve lo que es. … “La caridad ama lo que es. (539) …. “La Esperanza ve lo que todavía no es y que ha de ser. Ella ama lo que todavía no es y habrá de ser.” (540)
Y desde aquí habla el poeta Péguy de sus propios hijos, en cuanto padre, en una larga letanía de confianza en el futuro: “Ellos habitan su memoria y su corazón y su alma y los ojos de su alma. Habitan su mirada. Sus tres hijos, dos varones y una niña. …Y piensa con ternura cuando él no esté más y sus hijos ocuparán su lugar En esta tierra. Delante de Dios. Y llevarán su apellido. (544-5..) … Sus hijos seguramente trabajarán mejor que él. Y el mundo andará mejor. (546) … Felices hijos. Feliz padre. Feliz esperanza.” (553)
La segunda obra, titulada “El Misterio de la Caridad de Juana de Arco”, presentada en 1910, en preparación del 500º aniversario del nacimiento de Juana, exhibe una gran diferencia. Muestra lo que significa la caridad, lo que implica la caridad.
Él imagina a sus tres hijos en este mismo momento jugando junto al fuego, y continúa uniendo esta visión contemplativa a la virtud sobrenatural de la esperanza que también parece jugar en las vidas guiadas por la providencia: “Juegan, trabajan.. La Esperanza también se divierte todo el tiempo.” (556)
Piensa en especial en un día en que puso a sus hijos particularmente bajo la protección de la Santísima Virgen: “Un día que estaban enfermos. Y él tenía mucho miedo. … Y la madre tenía tanto miedo.
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Nuestra Señora, la Virgen María, se convierte entonces en indispensable intercesora. Péguy, al volver a la fe en 1908, respetó la decisión de su esposa: ni bautizó a los hijos ni forzó un casamiento por la Iglesia: esto significaba verse privado él mismo de los sacramentos. Lo que le quedaba era la devoción a María, concretada especialmente en las procesiones a la Virgen de Chartres, a quien cantó en sus “Quatrains” (Cuartetos).
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«La monja desconocida, tuberculosa, desahuciada, pero que justamente consagraba estos sufrimientos a la conversión de sus hermanos descarriados, sin saber nada de Péguy (así como éste tampoco de ella), enfoca a Juana de Arco como a una hermana en la vocación de sufrimiento. Ya la tenía por su heroína y la había representado teatralmente en su Carmelo, vestida con armadura y con su estandarte». Sta. Teresa de Lisieux representando a Sta. Juana de Arco.
Un miedo horrible, y los labios cerrados. ….Pero él no tuvo miedo de hablar. Y entonces se jugó con audacia. … Los tomó a los tres, audazmente. Los cargó a los tres. Y tranquilamente los puso en los brazos de Aquella que se encarga de todos los dolores del mundo. (558) …. Llenos de lágrimas los ojos, las palabras al borde de los labios. En su interior habló así. (Con mucha cólera pero con una gran devoción). Acá los ves, decía, te los doy y te los dejo. … Hay que arriesgarse. El que no arriesga no consigue nada. (559) …. Y Ella los tomó. Bien sabía que habría de tomarlos (del todo). No iba a dejarlos huérfanos….. (560 …. Se los cargó a ella y él se fue… ….. Ella que conduce para siempre a la pequeña virtud Esperanza.” (565)
La esperanza y María Nuestra Madre Nuestra Señora, la Virgen María, se convierte entonces en indispensable intercesora. Péguy, al volver a la fe en 1908, respetó la decisión de su esposa: ni bautizó a los hijos ni forzó un casamiento por la Iglesia: esto significaba verse privado él mismo de los sacramentos. Lo que le quedaba era la devoción a María, concretada especialmente en las procesiones a la Virgen de Chartres, a quien cantó en sus “Quatrains” (Cuartetos). Ellos forman una larga letanía de versos que tejen una tapicería celebratoria. Doy solo un fragmento de la TAPICERÍA DE NUESTRA SEÑORA DE CHARTRES. Péguy peregrino canta al llegar a la catedral: “Oh reina, heme aquí tras la muy larga ruta, Antes de volver por el mismo camino, Único asilo en la palma de tu mano, Jardín secreto donde se abre entera el alma. He aquí en el pilar sólido y la bóveda que sube, Olvidarme de ayer y de mañana, Reconocer inútil todo cálculo humano… He aquí el lugar del mundo donde todo se vuelve fácil, La nostalgia, la partida, y el hecho en sí, Y el adiós temporario.. rincón del mundo donde todo se vuelve dócil. …. He aquí el lugar del mundo en que todo se adentra y se acalla, Y el silencio y la sombra y la carnal ausencia, Y el comienzo de la eterna presencia, Solo reducto en que el alma llega a ser lo que es. …. Lo que en cualquier otra parte es ley dura Se vuelve aquí bello plegarse a tus mandamientos, Y en la libertad de nuestra enmienda Una fidelidad más tierna que la fe.” (910) ….. Hemos soportado tan grandes naufragios, Henos aquí de vuelta, Estrella de la mar…” (912)
Ella es la antesala del Cielo. Antes de salir al combate en que iba a morir, Charles Péguy se dirigió a un santuario de Nuestra Señora y depositó ante ella un ramo de flores.
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APUNTES Y NOTAS EL PAPA FRANCISCO VISITA ALBANIA por Verónica Griffin
El nombre de Albania viene del latín albus, que significa ‘blanco’, en referencia a la nieve de los alpes dináricos que cruzan la región. Albania es un país pequeño de 3 millones de habitantes y 28.748 km2. Situado en la península de los Balcanes, limita al norte con Montenegro, al sur con Grecia, y al oriente con Serbia y Macedonia. Su costa occidental enfrenta al Adriático y la separan solo 71 km del sur de Italia. El 21 de septiembre recién pasado, el Papa Francisco ha peregrinado a Albania. Para
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su primera visita en Europa, ha elegido un país no integrado plenamente a la Unión Europea, sino solo candidato a estarlo. No ha escogido un país cristiano, sino el único de mayoría musulmana en el continente europeo. Tampoco es un país de gran peso político, sino un país en cierto modo periférico. Por encima de todo, el Papa ha buscado llevar un mensaje de esperanza y cercanía a un país que ha sufrido una historia dramática, a un pueblo noble y orgulloso, pero sometido a terribles humillaciones, a una tierra
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que hoy tiene mucho que decir a Occidente. “Es albanesa la Virgen Los momentos principales de la breve e del Buen Consejo que hoy se venera en intensa visita del Papa han sido la Misa y el Genazzano, Italia, y rezo de las vísperas con sacerdotes, religioque, según la tradición, sos, religiosas, seminaristas y miembros de fue transportada los movimientos laicos; también la reunión milagrosamente hasta allí desde el pueblo de con los líderes de las principales comunidaScutari, en Albania, en des cristianas y no cristianas hoy presentes 1467, un año antes de en Albania; y la visita al Centro Betania que que este país cayera en acoge a niños discapacitados y en peligro. manos del Islam”. Su propósito central ha sido el de honrar a los mártires de la fe católica y, con ellos, mente hasta allí desde el pueblo de Scutari, al sufrimiento de su pueblo; junto con en Albania, en 1467, un año antes de que este destacar la convivencia ejemplar que hoy país cayera en manos del islam. Los siglos de dominación existe entre los cristianos islámica tuvieron su fin ortodoxos y católicos con los SU PROPÓSITO CENTRAL con el resquebrajamiento musulmanes sunitas y beHA SIDO EL DE HONRAR del imperio otomano en las ktashi; y darle un sentido a A LOS MÁRTIRES DE guerras balcánicas en 1912. la libertad recuperada por el LA FE CATÓLICA Y, CON Siguieron años de profunpueblo albanés y recordarle, ELLOS, AL SUFRIMIENTO da inestabilidad política: el al mismo tiempo, sus raíces DE SU PUEBLO; JUNTO CON DESTACAR reinado de Ahmed Zog, la católicas amenazadas por la LA CONVIVENCIA invasión italiana, el protectocreciente secularización que EJEMPLAR QUE HOY rado nazi, y luego, las décase extiende por Europa y, en EXISTE ENTRE LOS das del régimen comunista. general, por todo el planeta. CRISTIANOS ORTODOXOS Los católicos se redujeY CATÓLICOS CON LOS ron de tal manera que hoy MUSULMANES SUNITAS Y Una historia que nace representan solo un 12% de BEKTASHI (…) con el catolicismo la población total. Sin embargo, son católiLa historia del catolicismo en Albania se remonta a san Pablo y cos los dos héroes nacionales más recordahace parte de la historia del cristianismo. dos por el pueblo. La madre Teresa de CalFue el mismo apóstol quien llevó a esas cuta (1910 - 1997), que nació de una familia albanesa de Skopie, en Macedonia. “Soy tierras la luz del Evangelio (Rm 15, 19). Hasta el siglo XV, Albania era católica. Son albanesa de sangre —decía ella—, hindú albaneses san Jerónimo, que tradujo la Vul- por ciudadanía y cristiana de corazón”. El gata al latín, y san Niceto, a quien se atribuye otro héroe es Giorgio Castriota, apodado la escritura del himno Te Deum Laudamus. Y “Scanderbeg” (1405 – 1468) en referencia a es albanesa la Virgen del Buen Consejo que hoy su parecido con Alejandro Magno. Fue de se venera en Genazzano, Italia, y que, según niño entregado por su padre en prenda a la tradición, fue transportada milagrosa- los turcos. Castriota creció en las enseñan-
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“Son católicos los dos héroes nacionales más recordados por el pueblo. La madre Teresa de Calcuta (1910 – 1997), que nació de una familia albanesa de Skopie, en Macedonia. “Soy albanesa de sangre —decía ella—, hindú por ciudadanía y cristiana de corazón”. El otro héroe es Giorgio Castriota, apodado “Scanderbeg” (1405 – 1468) en referencia a su parecido con Alejandro Magno. Fue de niño entregado por su padre en prenda a los turcos. Castriota creció en las enseñanzas del islam. Convertido a la fe católica, juró defender a Albania y al cristianismo”.
zas del islam. Convertido a la fe católica, feroz persecución religiosa que se mantuvo juró defender a Albania y al cristianismo. por decenios. Los primeros arrestados fueDestacó como un notable guerrero y fue el ron sacerdotes bajo el pretexto de ser “espías más brillante estratega de de los anglo-americanos y su tiempo. Hasta su muerte, del Vaticano”, y a quienes (…) Y DARLE UN Scanderbeg mantuvo libre a se acusaba de preparar una SENTIDO A LA LIBERTAD Albania de la amenaza turinsurrección armada. La RECUPERADA POR ca, de manera tal que el Papa mayoría de estos sacerdotes EL PUEBLO ALBANÉS Paolo II, con admiración, lo era, en la realidad, “culpaY RECORDARLE, AL llamó “el atleta de la fe”. ble” de haber advertido a MISMO TIEMPO, SUS los fieles de los peligros del RAÍCES CATÓLICAS AMENAZADAS POR comunismo antes de que se La triste y oscura LA CRECIENTE realizaran las elecciones que época del comunismo SECULARIZACIÓN llevarían a Hoxha al poder. QUE SE EXTIENDE El dictador Enver Hoxha La creciente acentuación POR EUROPA Y, EN subió al poder en 1945, rodel ateísmo por parte del GENERAL, POR TODO deado de una propaganda gobierno alcanzó su cenit EL PLANETA. nacionalista y populista que cuando la Constitución deencontró eco en un pueblo claró a Albania un estado que vivía tiempos de inestabilidad, a pesar ateo y prohibió las religiones, imponiendo de que Hoxha se declaraba ateo, marxista- “una visión del mundo materialista y cientíleninista y profundo admirador de Stalin. Al fica” (art. 37, Constitución de 1967). El régimen año siguiente, comenzó los procesos contra buscaba crear un hombre nuevo, despojado de los “no comunistas”. Los primeros imputa- sus raíces culturales, históricas y familiares, dos fueron albaneses cultos, en quienes él y de su sentido de pertenencia. veía una amenaza para su gobierno. Eran Quienes eran sospechosos de ser mupocos, unas 60 personas, pero constituían sulmanes, católicos u ortodoxos, fueron la élite intelectual de Albania. Fueron con- entonces perseguidos brutalmente. La perdenados a muerte y eliminados. secución se encarnizó especialmente contra Ese mismo año, también se inició una la Iglesia católica, al considerársela como la
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opositora por excelencia al proyecto ateo al eran desnudados y tirados a la calle después proclamar la dignidad del hombre por so- de haber sido torturados. Muchos de los líbre el poder del Estado y al permear la vida deres religiosos pasaron décadas en prisión. entera del individuo con valores espirituales Entre el clero católico, no se registró ningún que contradecían los del régimen comunista. caso de apostasía. Había otras buenas razones para prestar Al inicio del régimen comunista, haatención a la Iglesia. Franciscanos y jesuitas bía≠ en Albania siete obispos, más de habían desempeñado un pa200 sacerdotes y cientos de pel importante en la cultura religiosas. En 1991, cuando QUIENES ERAN albanesa moderna. Los francayó la tiranía, solo quedaSOSPECHOSOS DE ciscanos posiblemente haban con vida unos 30 saSER MUSULMANES, bían llegado cuando el miscerdotes y algunas religioCATÓLICOS U mo san Francisco regresó de sas, muchos de los cuales ORTODOXOS, Siria en 1219. Los jesuitas no habían pasado por la cárcel FUERON ENTONCES PERSEGUIDOS llegaron hasta el siglo XIX, y la tortura. Todos ellos, BRUTALMENTE. pero contribuyeron a proya ancianos y enfermos. LA PERSECUCIÓN mover el nacionalismo albaSe calcula que unas 2.100 SE ENCARNIZÓ nés en una nación dominada personas, entre cristianos ESPECIALMENTE por el imperio otomano del y musulmanes, fueron aseCONTRA LA IGLESIA que hacía parte. También sinadas en razón de su fe. CATÓLICA, AL se habían establecido otras En 1967, Hoxha ya había CONSIDERÁRSELA órdenes y comunidades relidestruido 2.200 lugares COMO LA OPOSITORA giosas, como los Salesianos, de culto, 327 de los cuales POR EXCELENCIA AL PROYECTO ATEO los Siervos de María y otras eran católicos. Fueron diAL PROCLAMAR LA agrupaciones religiosas que namitados o convertidos DIGNIDAD DEL HOMBRE administraban hospitales, en teatros, gimnasios, esPOR SOBRE EL PODER jardines infantiles y hasta tablos o talleres. DEL ESTADO. escuelas de comercio. En El mundo no sabía lo suma, el catolicismo, a peque realmente estaba susar de ser ya entonces minoritario, estaba cediendo en Albania. La pequeñez del profundamente integrado a la identidad territorio frente a las grandes potencias, nacional albanesa. el aislamiento absoluto impuesto por el régimen, hicieron que, por entonces, no se tomara conciencia a nivel mundial de los El martirio de la Iglesia horrores que allí se vivían. Albania encarna la resistencia en la fe por parte de un pueblo. Decenas de obispos, Los 40 Siervos de Dios sacerdotes, monjas y religiosos fueron detenidos, golpeados en público, deportados Al presente, se encuentran en la fase final a campos de trabajo forzado, asesinados. los trabajos de la Positio instruida por la Quienes se negaron a abandonar el hábito Congregación para las Causas de los Santos
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de los cuarenta Siervos de Dios inmolados roica, aunque triste, no se puede anular con el advenimiento del régimen comu- y es una advertencia para el futuro». nista. En su mayor parte, fueron fusilados, ahorcados o asesinados de manera salvaje. El sentido del dolor En los campos de prisioEn Albania hoy conneros, la tortura tomó forviven pacíficamente mumas de inusitada crueldad. sulmanes y cristianos en El padre Gardin, un sobreuna población mayoriviviente jesuita, escribió en tariamente musulmana. sus apuntes: «La mayoría, Esta buena relación debe golpeados en sus pies desmucho al vivo recuerdo calzos; la parte carnosa de del atroz sufrimiento que las piernas y las nalgas son todas las personas de intajeadas y se les inserta sal Gjon Shllaku diácono, mártir. quietudes religiosas expede roca bajo la piel que lueEL MUNDO NO SABÍA rimentaron con las persego es cosida de nuevo; sus LO QUE REALMENTE cuciones del tirano Enver pies son colocados en agua ESTABA SUCEDIENDO EN Hoxha. Esta comunión en hirviendo hasta que la carne ALBANIA. LA PEQUEÑEZ el dolor hermanó al pueblo se cae y luego, frotados con DEL TERRITORIO FRENTE A LAS albanés, y de allí surge la sal; los tendones de Aquiles GRANDES POTENCIAS, voluntad de no recaer en son perforados con alamEL AISLAMIENTO las antiguas luchas religiobres calientes; algunos son ABSOLUTO IMPUESTO sas que lo habían dividido forzados a comer un kilo POR EL RÉGIMEN, desde el siglo XV. de sal y no se les da agua HICIERON QUE, POR por 24 horas; se les extraen ENTONCES, NO SE A la mañana siguiente los dientes sin anestesia; TOMARA CONCIENCIA de su regreso al Vaticano, son puestos en fosas de A NIVEL MUNDIAL DE LOS HORRORES QUE el Santo Padre se dirigió a excrementos hasta el cuello; ALLÍ SE VIVÍAN. la Basílica de Santa Maria colocados en jaulas con claMaggiore para agradecer a vos que son hechas girar». En una entrevista, el franciscano la Virgen su reciente viaje apostólico. Se monseñor Angelo Massafra, arzobispo hincó y rezó en silencio ante la imagen de Scutari-Pult y presidente de la Con- mariana Salus Populi Romani y, al desferencia Episcopal Albanesa, ha dicho: pedirse, dejó allí como una ofrenda el «Nuestros mártires son ahora el modelo ramo de flores blancas, rojas y amarillas más fuerte que tenemos para estimular que había recibido la noche antes en su al pueblo albanés a no renegar de sus último encuentro con el pueblo albanés. orígenes en medio de una cultura domi- Esas flores son para nosotros el sencillo nante que tiende a ahogar la identidad testimonio de la fe y la entrega de este de los pueblos. Tienen la posibilidad de pueblo cuya historia Europa y el mundo refundar una Albania cuya historia he- no debe olvidar.
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La Palabra del Papa
LA LIBERTAD RELIGIOSA ES UN ESPACIO COMÚN “Quien está seguro de sus convicciones no tiene necesidad de imponerse, de forzar al otro: sabe que la verdad tiene su propia fuerza de irradiación”, señaló S.S. Francisco en el encuentro con los líderes de otras religiones y otras denominaciones cristianas en la Universidad Católica de Nuestra Señora del Buen Consejo, en Tirana, capital de Albania.
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lbania ha sido tristemente testigo de la violencia y de las tragedias que se pueden producir si se excluye a Dios a la fuerza de la vida personal y comunitaria. Cuando, en nombre de una ideología, se quiere expulsar a Dios de la sociedad, se acaba por adorar ídolos, y enseguida el hombre se pierde, su dignidad es pisoteada, sus derechos violados. Ustedes saben bien a qué atrocidades puede conducir la privación de la libertad de conciencia y de la libertad religiosa, y cómo esa herida deja a la humanidad radicalmente empobrecida, privada de esperanza y de ideales. Los cambios que se han producido a partir de los años 90 del siglo pasado han tenido también como efecto positivo la
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creación de las condiciones adecuadas para una efectiva libertad religiosa. Esto ha hecho posible que las comunidades reaviven tradiciones que nunca se habían apagado del todo, a pesar de las feroces persecuciones, y ha permitido que todos, también desde sus propias convicciones religiosas, puedan colaborar en la reconstrucción moral, antes que económica, del país. En realidad, como dijo San Juan Pablo II en su visita a Albania en 1993, «la libertad religiosa […] no es sólo un don precioso del Señor para cuantos tienen la gracia de la fe: es un don para todos, porque es la garantía fundamental para cualquier otra expresión de libertad […]. La fe nos recuerda mejor que nadie que, si tenemos
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un único creador, todos somos hermanos. La libertad religiosa es un baluarte contra todos los totalitarismos y una aportación decisiva a la fraternidad humana» (Mensaje a la Nación de Albania, 25 de abril de 1993). Pero inmediatamente es necesario añadir: «La verdadera libertad religiosa rehúye la tentación de la intolerancia y del sectarismo, y promueve actitudes de respeto y diálogo constructivo» (ibíd.). No podemos dejar de reconocer que la intolerancia con los que tienen convicciones religiosas diferentes es un enemigo particularmente insidioso, que desgraciadamente hoy se está manifestando en diversas regiones del mundo. Como creyentes, hemos de estar atentos a que la religión y la ética que vivimos con convicción y de la que damos testimonio con pasión se exprese siempre en actitudes dignas del misterio que pretende venerar, rechazando decididamente como no verdaderas, por no ser dignas ni de Dios ni de los hombres, todas aquellas
Albania ha sido tristemente testigo de la violencia y de las tragedias que se pueden producir si se excluye a Dios a la fuerza de la vida personal y comunitaria. Cuando, en nombre de una ideología, se quiere expulsar a Dios de la sociedad, se acaba por adorar ídolos, y enseguida el hombre se pierde, su dignidad es pisoteada, sus derechos violados.
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formas que representan un uso distorsionado de la religión. La religión auténtica es fuente de paz y no de violencia. Nadie puede usar el nombre de Dios para cometer violencia. Matar en nombre de Dios es un gran sacrilegio. Discriminar en nombre de Dios es inhumano.
No podemos dejar de reconocer que la intolerancia con los que tienen convicciones religiosas diferentes es un enemigo particularmente insidioso, que desgraciadamente hoy se está manifestando en diversas regiones del mundo. Desde este punto de vista, la libertad religiosa no es un derecho que garantiza únicamente el sistema legislativo vigente —lo cual es también necesario—: es un espacio común —como este—, un ambiente de respeto y colaboración que se construye con la participación de todos, también de aquellos que no tienen ninguna convicción religiosa. Me permito indicar dos actitudes que pueden ser especialmente útiles en la promoción de la libertad religiosa. La primera es ver en cada hombre y mujer, también en los que no pertenecen a nuestra tradición religiosa, no a rivales, y menos aún a enemigos, sino a hermanos y hermanas. Quien está seguro de sus convicciones no tiene necesidad de imponerse, de forzar al otro: sabe que la verdad tiene su propia fuerza de irradiación. En el fondo, todos somos peregrinos en esta tierra, y en este viaje, aspirando a la verdad y a la eternidad, no vivimos, ni individualmente
ni como grupos nacionales, culturales o religiosos, como entidades autónomas y autosuficientes, sino que dependemos unos de otros, estamos confiados los unos a los cuidados de los otros. Toda tradición religiosa, desde dentro, debería lograr dar razón de la existencia del otro. La segunda actitud es el compromiso en favor del bien común. Siempre que de la adhesión a una tradición religiosa nace un servicio más convencido, más generoso, más desinteresado a toda la sociedad, se produce un auténtico ejercicio y un desarrollo de la libertad religiosa, que aparece así no solo como un espacio de autonomía legítimamente reivindicado, sino como una potencialidad que enriquece a la familia humana con su ejercicio progresivo. Cuanto más se pone uno al servicio de los demás, más libre es. Miremos a nuestro alrededor: cuántas necesidades tienen los pobres, cuánto les falta aún a nuestras sociedades para encontrar caminos hacia una justicia social más compartida, hacia un desarrollo económico inclusivo. El alma humana no puede perder de vista el sentido profundo de las experiencias de la vida y necesita recuperar la esperanza. En estos ámbitos, hombres y mujeres inspirados en los valores de sus tradiciones religiosas pueden ofrecer una ayuda importante, insustituible. Es un terreno especialmente fecundo para el diálogo interreligioso.
Nadie puede usar el nombre de Dios para cometer violencia. Matar en nombre de Dios es un gran sacrilegio. Discriminar en nombre de Dios es inhumano.
Quisiera referirme a una cosa que es siempre un fantasma: el relativismo, “todo es relativo”. A este respecto, hemos de tener presente un principio claro: no se puede dialogar si no se parte de la propia identidad. Sin identidad no puede haber diálogo. Y además, quisiera referirme a una cosa que es siempre un fantasma: el relativismo, “todo es relativo”. A este respecto, hemos de tener presente un principio claro: no se puede dialogar si no se parte de la propia identidad. Sin identidad no puede haber diálogo. Sería un diálogo fantasma, un diálogo en el aire: sin valor. Cada uno de nosotros tiene su propia identidad religiosa, a la que es fiel. Pero el Señor sabe cómo hacer avanzar la historia. Cada uno parte de su identidad, pero sin fingir que tiene otra, porque así no vale y no ayuda, y es relativismo. Lo que nos une es el camino de la vida, es la buena voluntad de partir de la propia identidad para hacer el bien a los hermanos y a las hermanas. Hacer el bien. Y así, como hermanos, caminamos juntos. Cada uno de nosotros da testimonio de su propia identidad ante el otro y dialoga con él. Después el diálogo puede avanzar más sobre cuestiones teológicas, pero lo que es más importante y hermoso es caminar juntos sin traicionar la propia identidad, sin ocultarla, sin hipocresía. A mí me hace bien pensar esto. (Tirana, 21-IX-2014)
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EL ÁGUILA NO OLVIDA EL NIDO, PERO VUELA ALTO “No faltaron pruebas de gran valor y coherencia en la confesión de la fe. ¡Fueron muchos los cristianos que no se doblegaron ante la amenaza, sino que se mantuvieron sin vacilación en el camino emprendido!”, señaló S.S. Francisco en la homilía durante la Santa Misa celebrada en la Plaza Madre Teresa, en la capital de Albania.
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l Evangelio que hemos escuchado nos dice que Jesús, además de llamar a los Doce Apóstoles, llamó a otros setenta y dos discípulos y los envió a anunciar el Reino de Dios en los pueblos y ciudades (cf. Lc 10, 1-9. 17-20). Él vino a traer al mundo el amor de Dios y quiere que se difunda por medio de la comunión y de la fraternidad. Por eso constituyó enseguida una comunidad de discípulos, una comunidad misionera, y los preparó para la misión, para “ir”. El método misionero es claro y sencillo: los discípulos van a las casas y su anuncio comienza con un saludo lleno de significado: «Paz a esta casa» (v. 5). No es solo un saludo, es también un don: la paz. Queridos hermanos y hermanas de Albania, también yo vengo hoy entre ustedes a esta plaza dedicada a una humilde y gran hija de esta tierra, la beata Madre Teresa de Calcuta, para repetirles ese saludo: paz en sus casas, paz en sus corazones, paz en su Nación. Paz. En la misión de los setenta y dos discípulos se refleja la experiencia misionera de la comunidad cristiana de todos los tiempos: El Señor resucitado y vivo envía no solo a los Doce, sino también a toda la Iglesia, envía a todo bautizado a anunciar
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El método misionero es claro y sencillo: los discípulos van a las casas y su anuncio comienza con un saludo lleno de significado: «Paz a esta casa» (v. 5). No es solo un saludo, es también un don: la paz. el Evangelio a todos los pueblos. A través de los siglos, no siempre ha sido bien acogido el anuncio de paz de los mensajeros de Jesús; a veces les han cerrado las puertas. Hasta hace poco, también las puertas de su País estaban cerradas, cerradas con los cerrojos de la prohibición y las exigencias de un sistema que negaba a Dios e impedía la libertad religiosa. Los que tenían miedo a la verdad y a la libertad hacían todo lo posible para desterrar a Dios del corazón del hombre y excluir a Cristo y a la Iglesia de la historia de su País, si bien había sido uno de los primeros en recibir la luz del Evangelio. En la segunda lectura que hemos escuchado se mencionaba a Iliria que, en tiempos del apóstol Pablo, incluía el territorio de la actual Albania. Pensando en aquellos decenios de atroces
sufrimientos y de durísimas persecuciones contra católicos, ortodoxos y musulmanes, podemos decir que Albania ha sido una tierra de mártires: muchos obispos, sacerdotes, religiosos, fieles laicos, ministros de culto de otras religiones, pagaron con la vida su fidelidad. No faltaron pruebas de gran valor y coherencia en la confesión de la fe. ¡Fueron muchos los cristianos que no se doblegaron ante la amenaza, sino que se mantuvieron sin vacilación en el camino emprendido! Me acerco espiritualmente a aquel muro del cementerio de Escútari, lugar-símbolo del martirio de los católicos, donde fueron fusilados, y con emoción ofrezco las flores de la oración y del recuerdo agradecido e imperecedero. El Señor ha estado a su lado, queridos hermanos y hermanas, para sostenerlos; Él los ha guiado y consolado, y los ha llevado sobre alas de águila, como hizo con el antiguo pueblo de Israel, como hemos escuchado en la primera lectura. El águila, representada en la bandera de su País, los invita a tener esperanza, a poner siempre su confianza en Dios, que nunca defrauda, sino que está
A través de los siglos, no siempre ha sido bien acogido el anuncio de paz de los mensajeros de Jesús; a veces les han cerrado las puertas. Hasta hace poco, también las puertas de su País estaban cerradas, cerradas con los cerrojos de la prohibición y las exigencias de un sistema que negaba a Dios e impedía la libertad religiosa.
Pensando en aquellos decenios de atroces sufrimientos y de durísimas persecuciones contra católicos, ortodoxos y musulmanes, podemos decir que Albania ha sido una tierra de mártires: muchos obispos, sacerdotes, religiosos, fieles laicos, ministros de culto de otras religiones, pagaron con la vida su fidelidad. siempre a nuestro lado, especialmente en los momentos difíciles. Hoy las puertas de Albania se han abierto y está madurando un tiempo de nuevo protagonismo misionero para todos los miembros del pueblo de Dios: todo bautizado tiene un lugar y una tarea que desarrollar en la Iglesia y en la sociedad. Que todos se sientan llamados a comprometerse generosamente en el anuncio del Evangelio y en el testimonio de la caridad; a reforzar los vínculos de solidaridad para promover condiciones de vida más justas y fraternas para todos. Hoy he venido para agradecerles su testimonio y también para animarlos a que se esfuercen para que crezca la esperanza dentro de ustedes y a su alrededor. No se olviden del águila. El águila no olvida el nido, pero vuela alto. ¡Vuelen alto! ¡Suban! He venido para animarles a involucrar a las nuevas generaciones; a nutrirse asiduamente de la Palabra de Dios abriendo sus corazones a Cristo, al Evangelio, al encuentro con
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¡Vuelen alto! ¡Suban! He venido para animarles a involucrar a las nuevas generaciones; a nutrirse asiduamente de la Palabra de Dios abriendo sus corazones a Cristo, al Evangelio, al encuentro con Dios, al encuentro entre ustedes como ya hacen: a través de este encontrarse dan un testimonio a toda Europa. Dios, al encuentro entre ustedes como ya hacen: a través de este encontrarse dan un testimonio a toda Europa. En espíritu de comunión con los obispos, sacerdotes, personas consagradas y fieles laicos, los animo a impulsar la acción pastoral, que es una acción de servicio, y a seguir buscando nuevas formas de
presencia de la Iglesia en la sociedad. En particular, esta invitación la dirijo a los jóvenes. Había tantos en el camino del aeropuerto hasta aquí. Este es un pueblo joven. Muy joven. Y donde hay juventud hay esperanza. Escuchen a Dios, Adoren a Dios y ámense entre ustedes como pueblo, como hermanos. Iglesia que vives en esta tierra de Albania, gracias por tu ejemplo de fidelidad. No se olviden del nido, de su historia lejana, también de las pruebas; no se olviden de las heridas, pero no se venguen. Vayan adelante a trabajar con esperanza por un futuro grande. Muchos hijos e hijas de Albania han sufrido, incluso hasta el sacrificio de la vida. Que su testimonio sostenga sus pasos de hoy y de mañana en el camino del amor, en el camino de la libertad, en el camino de la justicia y sobre todo en el camino de la paz. Que así sea. (Tirana, 21-IX-2014)
ESTE ENEMIGO ES ASTUTO: HA SEMBRADO EL MAL EN MEDIO DEL BIEN “Todos sabemos que el demonio es un cizañero, siempre intenta separar a las personas, las familias, las naciones y los pueblos”, señaló S.S. Francisco tras el rezo de la oración del Ángelus.
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n estos domingos la liturgia propone algunas parábolas evangélicas, es decir, breves narraciones que Jesús utilizaba para anunciar a la multitud el Reino de los cielos. Entre las presentes en el Evangelio de hoy hay una más bien compleja, que no se
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entiende desde el principio, y Jesús da a sus discípulos la explicación: es la del grano bueno y la cizaña, que afronta el problema del mal en el mundo y resalta la paciencia de Dios. La escena tiene lugar en un campo donde el propietario siembra el grano, pero
una noche llega el enemigo y siembra la cizaña, término que en hebreo deriva de la misma raíz que el nombre “Satanás” y reclama el concepto de división. Todos sabemos que el demonio es un cizañero, siempre intenta separar a las personas, las familias, las naciones y los pueblos. Los siervos querían quitar en seguida la hierba mala, pero el amo lo impide con esta motivación: “no, que al arrancar la cizaña, podríais arrancar también el trigo”. Porque todos sabemos que cuando la cizaña crece se parece mucho al grano bueno, y está el peligro de confundirlos.
El mal que hay en el mundo no proviene de Dios, sino de su enemigo, el Maligno. Es curioso, este va de noche a sembrar la cizaña, en la oscuridad, en la confusión, donde no hay luz pero va él y siembra la cizaña. La enseñanza de la parábola es doble. En primer lugar dice que el mal que hay en el mundo no proviene de Dios, sino de su enemigo, el Maligno. Es curioso, este va de noche a sembrar la cizaña, en la oscuridad, en la confusión, donde no hay luz pero va él y siembra la cizaña. Este enemigo es astuto: ha sembrado el mal en medio del bien, así es imposible separar claramente a los hombres; pero Dios, al final, podrá hacerlo. Y aquí llegamos al segundo tema: la contraposición entre la impaciencia de los siervos y la paciente espera del propietario del campo, que representa a Dios. Nosotros a veces tenemos mucha prisa en juzgar, clasificar, poner aquí a los buenos,
allí a los malos... Recordad, la oración de ese hombre soberbio, ‘te doy gracias Dios porque yo soy bueno y no soy como ese otro que es malo’. Recordad esto. Dios sin embargo sabe esperar. Él mira en el “campo” de la vida de cada persona con paciencia y misericordia: ve mucho mejor que nosotros la suciedad y el mal, pero ve también las semillas del bien y espera con confianza que maduren. Dios es paciente, sabe esperar. Qué bonito es esto. Nuestro Dios es un Padre paciente que siempre nos espera y nos espera con el corazón en la mano para acogernos, para perdonarnos, siempre nos perdona si vamos donde Él. La actitud del amo es la de la esperanza fundada en la certeza de que el mal no tiene ni la primera ni la última palabra. Y hay más. Gracias a esta paciente esperanza de Dios, la misma cizaña, es decir, el corazón malo con muchos pecados, al final, puede convertirse en grano bueno. Pero atención: la paciencia evangélica no es indiferencia al mal, ¡no se puede confundir entre bien y mal! Frente a la cizaña presente en el mundo, el discípulo del Señor está llamado a imitar la paciencia de Dios, alimentar la esperanza con el apoyo de una inquebrantable confianza en la victoria final del bien, es decir, de Dios. Al final, de hecho, el mal será quitado y eliminado: en el momento de la siega, es decir del juicio, los sembradores seguirán
Este enemigo es astuto: ha sembrado el mal en medio del bien, así es imposible separar claramente a los hombres; pero Dios, al final, podrá hacerlo.
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la orden del amo separando la cizaña para quemarla. El día de la siega final el juez será Jesús, el que ha sembrado el grano bueno en el mundo y que se ha convertido Él mismo en “grano de trigo”, ha muerto y ha resucitado. Al final todos seremos juzgados con el mismo metro, ¿cuál?, ¿con qué metro seremos juzgados? Con el metro
con el que hemos juzgado: la misericordia que hemos usado hacia los otros será usada también con nosotros. Pidamos a la Virgen, nuestra Madre, que nos ayude a crecer en paciencia, esperanza y misericordia con todos los hermanos. (Vaticano, 20-VII-2014)
LA COMPAÑÍA VIVIÓ LA HUMILLACIÓN CON CRISTO HUMILLADO, Y OBEDECIÓ “La nave de la Compañía fue sacudida por las olas, y esto no debe maravillarnos. También la barca de Pedro puede ser sacudida hoy. La noche y el poder de las tinieblas están siempre cerca”, señaló S.S. Francisco durante su discurso en la celebración de las vísperas y Te Deum en el Bicentenario de la restauración de la Compañía de Jesús (1814).
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a Compañía distinguida con el nombre de Jesús vivió tiempos difíciles, de persecución. Durante el generalato del padre Lorenzo Ricci «los enemigos de la Iglesia lograron obtener la supresión de la Compañía» (Juan Pablo II, Mensaje al padre Kolvenbach, 31 de julio de 1990) por parte de mi predecesor Clemente XIV. Hoy, recordando su reconstitución, estamos llamados a recuperar nuestra memoria, a hacer memoria, teniendo presentes los beneficios recibidos y los dones particulares (cf. Ejercicios Espirituales, 234). Y hoy quiero hacerlo con vosotros aquí. En tiempos de tribulación y desconcierto se levanta siempre una polvareda de dudas y sufrimientos, y no es fácil ir adelante,
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proseguir el camino. Sobre todo en los tiempos difíciles y de crisis se dan tantas tentaciones: detenerse para discutir sobre
Durante el generalato del padre Lorenzo Ricci «los enemigos de la Iglesia lograron obtener la supresión de la Compañía» (Juan Pablo II, Mensaje al padre Kolvenbach, 31 de julio de 1990) por parte de mi predecesor Clemente XIV.
ideas, dejarse llevar por la desolación, concentrarse en el hecho de ser perseguidos, y no ver otra cosa. Leyendo las cartas del padre Ricci, me ha impresionado mucho un aspecto: su capacidad de no caer en la trampa de estas tentaciones y proponer a los jesuitas, en tiempo de tribulación, una visión de las cosas que los arraigaba aún más en la espiritualidad de la Compañía.
En tiempos de tribulación y desconcierto se levanta siempre una polvareda de dudas y sufrimientos, y no es fácil ir adelante, proseguir el camino. Sobre todo en los tiempos difíciles y de crisis se dan tantas tentaciones: detenerse para discutir sobre ideas, dejarse llevar por la desolación, concentrarse en el hecho de ser perseguidos, y no ver otra cosa. El padre general Ricci, que escribía a los jesuitas de entonces viendo las nubes que ensombrecían el horizonte, fortalecía su pertenencía al cuerpo de la Compañía y su misión. Por tanto, hizo discernimiento en un tiempo de confusión y desconcierto. No perdió tiempo en discutir sobre ideas y en quejarse, sino que se hizo cargo de la vocación de la Compañía. Debía protegerla, y se hizo cargo de ella. Y esta actitud llevó a los jesuitas a experimentar la muerte y la resurrección del Señor. Ante la pérdida de todo, incluso de su identidad pública, no se resistieron a la voluntad de Dios, no se resistieron al con-
flicto, tratando de salvarse a sí mismos. La Compañía —y esto es hermoso— vivió el conflicto hasta sus últimas consecuencias, sin reducirlo: vivió la humillación con Cristo humillado, obedeció. Jamás uno se salva del conflicto con la astucia y las estratagemas para resistir. En la confusión y ante la humillación, la Compañía prefirió vivir el discernimiento de la voluntad de Dios, sin buscar un modo de salir del conflicto en una condición aparentemente tranquila. O, al menos, elegante: no lo hizo. Jamás la aparente tranquilidad colma nuestro corazón, sino la verdadera paz que es don de Dios. No se debe buscar nunca la «componenda» fácil ni poner en práctica fáciles «irenismos». Solo el discernimiento nos salva del verdadero desarraigo, de la verdadera «supresión» del corazón, que es el egoísmo, la mundanidad, la pérdida de nuestro horizonte, de nuestra esperanza, que es Jesús, que es solo Jesús. Y así el padre Ricci y la Compañía, en fase de supresión, prefirieron la historia a una posible «historieta» gris, sabiendo que el amor juzga a la historia, y que la esperanza —incluso en la oscuridad— es más grande que nuestras expectativas.
Leyendo las cartas del padre Ricci, me ha impresionado mucho un aspecto: su capacidad de no caer en la trampa de estas tentaciones y proponer a los jesuitas, en tiempo de tribulación, una visión de las cosas que los arraigaba aún más en la espiritualidad de la Compañía.
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El padre general Ricci, (…) viendo las nubes que ensombrecían el horizonte, fortalecía su pertenencía al cuerpo de la Compañía y su misión. Por tanto, hizo discernimiento en un tiempo de confusión y desconcierto. No perdió tiempo en discutir sobre ideas y en quejarse, sino que se hizo cargo de la vocación de la Compañía. Debía protegerla. El discernimiento debe hacerse con recta intención, con mirada sencilla. Por eso el padre Ricci, precisamente en aquella ocasión de confusión y extravío, habla de los pecados de los jesuitas. Parece hacer publicidad en contra. No se defiende sintiéndose víctima de la historia, sino que se reconoce pecador. Mirarse a sí mismo, reconociéndose pecador, evita la actitud de considerarse víctima ante un verdugo. Reconocerse pecador, reconocerse verdaderamente pecador, significa asumir la actitud justa para recibir el consuelo. Podemos repasar brevemente este camino de discernimiento y de servicio que el padre general indicó a la Compañía. Cuando en 1759 los decretos de Pombal destruyeron las provincias portuguesas de la Compañía, el padre Ricci vivió el conflicto sin quejarse y sin abandonarse a la desolación; al contrario, invitó a rezar para pedir el espíritu bueno, el verdadero espíritu sobrenatural de la vocación, la docilidad perfecta a la gracia de Dios. Cuando
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en 1761 la tormenta avanzaba en Francia, el padre general pidió poner toda la confianza en Dios. Quería que se aprovecharan las pruebas soportadas para una mayor purificación interior: ellas nos conducen a Dios y pueden servir para su mayor gloria; además, recomienda la oración, la santidad de la vida, la humildad y el espíritu de obediencia. En 1767, después de la expulsión de los jesuitas españoles, sigue invitando a rezar. Y en fin, el 21 de febrero de 1773, apenas seis meses antes de la firma del Breve Dominus ac Redemptor, ante la falta total de ayuda humana, ve la mano de la misericordia de Dios que, a quienes pone a prueba, invita a no confiar en otros sino solo en Él. La confianza debe aumentar precisamente cuando las circunstancias nos tiran por el suelo. Lo importante para el padre Ricci es que la Compañía sea fiel hasta las últimas consecuencias al espíritu de su vocación, que es la mayor gloria de Dios y la salvación de las almas. La Compañía, incluso ante su mismo fin, permaneció fiel al fin por el cual había sido fundada. Por eso Ricci concluye con una exhortación a mantener vivo el espíritu de caridad, de unión, de obediencia, de
Y esta actitud llevó a los jesuitas a experimentar la muerte y la resurrección del Señor. Ante la pérdida de todo, incluso de su identidad pública, no se resistieron a la voluntad de Dios, no se resistieron al conflicto, tratando de salvarse a sí mismos.
paciencia, de sencillez evangélica, de verdadera amistad con Dios. Todo lo demás es mundanidad. Que el fuego de la mayor gloria de Dios nos atraviese también hoy, quemando toda complacencia y envolviéndonos en una llama que tenemos dentro, que nos concentra y nos expande, nos engrandece y nos empequeñece. Así, la Compañía vivió la prueba suprema del sacrificio que injustamente se le pedía haciendo suya la oración de Tobit, quien abatido por el dolor suspira, llora e implora: «Eres justo, Señor, y justas son tus obras; siempre actúas con misericordia y fidelidad, tú eres juez del universo. Acuérdate, Señor, de mí y mírame; no me castigues por los pecados y errores que yo y mis padres hemos cometido. Hemos pecado en tu presencia, hemos transgredido tus mandatos y tú nos has entregado al saqueo, al cautiverio y a la muerte, hasta convertirnos en burla y chismorreo, en irrisión para todas las naciones entre las que nos has dispersado». Y concluye con la petición más importante: «Señor, no me retires tu rostro» (Tb 3, 1-4.6d). Y el Señor respondió mandando a Rafael a quitar las manchas blancas de los ojos de Tobit, para que volviera a ver la luz de Dios. Dios es misericordioso, Dios corona de misericordia. Dios nos quiere y nos salva. A veces el camino que conduce a la vida es estrecho, pero la tribulación, si la vivimos a la luz de la misericordia, nos purifica como el fuego, nos da tanto consuelo e inflama nuestro corazón, aficionándolo a la oración. Durante la supresión, nuestros hermanos jesuitas fueron fervorosos en el espíritu y en el servicio al Señor, gozosos en la esperanza, constantes en la tribulación, perseverantes en la oración
Jamás la aparente tranquilidad colma nuestro corazón, sino la verdadera paz que es don de Dios. No se debe buscar nunca la «componenda» fácil ni poner en práctica fáciles «irenismos». (cf. Rm 12, 12). Y esto honró a la Compañía, no ciertamente el encomio de sus méritos. Así será siempre. Recordemos nuestra historia: a la Compañía se le ha concedido, «gracias a Cristo, no solo el don de creer en Él, sino también el de sufrir por Él» (Flp 1, 29). Nos hace bien recordar esto. La nave de la Compañía fue sacudida por las olas, y esto no debe maravillarnos. También la barca de Pedro puede ser sacudida hoy. La noche y el poder de las tinieblas están siempre cerca. Es fatigoso remar. Los jesuitas deben ser «remeros expertos y valerosos» (Pío VII, Sollicitudo omnium ecclesiarum): ¡remad, pues! Remad, sed fuertes, incluso con el viento en contra. Rememos al servicio de la Iglesia. Rememos juntos. Pero, mientras remamos —todos remamos, también el Papa rema en la barca de Pedro—, debemos rezar mucho: «Señor, ¡sálvanos!», «Señor, ¡salva a tu pueblo!». El Señor, aunque somos hombres de poca fe y pecadores, nos salvará. Esperemos en el Señor. Esperemos siempre en el Señor. La Compañía reconstituida por mi predecesor Pío VII estaba formada por hombres valientes y humildes en su
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A veces el camino que conduce a la vida es estrecho, pero la tribulación, si la vivimos a la luz de la misericordia, nos purifica como el fuego, nos da tanto consuelo e inflama nuestro corazón, aficionándolo a la oración. Durante la supresión, nuestros hermanos jesuitas fueron fervorosos en el espíritu y en el servicio al Señor, gozosos en la esperanza, constantes en la tribulación, perseverantes en la oración (cf. Rm 12, 12). Y esto honró a la Compañía. testimonio de esperanza, de amor y de creatividad apostólica, la del Espíritu. Pío VII escribió que quería reconstituir la Compañía para «proveer de manera adecuada a las necesidades espirituales del mundo cristiano sin diferencia de pueblos ni de naciones» (ibíd.). Por eso dio la autorización a los jesuitas que aún existían, acá y allá, gracias a un soberano luterano y a una soberana ortodoxa, «para que permanecieran unidos en un solo cuerpo». Que la Compañía permanezca unida en un solo cuerpo. Y la Compañía fue inmediatamente misionera y se puso a disposición de la Sede apostólica, comprometiéndose generosamente «bajo el estandarte de la cruz por el Señor y su Vicario en la tierra» (Formula Instituti, 1). La Compañía retomó
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su actividad apostólica con la predicación y la enseñanza, los ministerios espirituales, la investigación científica y la acción social, las misiones y el cuidado de los pobres, de los que sufren y de los marginados. Hoy la Compañía afronta con inteligencia y laboriosidad también el trágico problema de los refugiados y los prófugos; y se esfuerza con discernimiento por integrar el servicio de la fe y la promoción de la justicia, en conformidad con el Evangelio. Confirmo hoy lo que nos dijo Pablo VI en nuestra trigésima segunda congregación general y que yo mismo escuché con mis oídos: «Dondequiera en la Iglesia, incluso en los campos más difíciles y en vanguardia, en las encrucijadas de las ideologías, en las trincheras sociales, donde ha habido y hay enfrentamiento entre las exigencias estimulantes del hombre y el mensaje perenne del Evangelio, allí han estado y están los jesuitas» (Enseñanzas al Pueblo de Dios XII [1974], 1881). Son palabras proféticas del futuro beato Pablo VI. En 1814, en el momento de la reconstitución, los jesuitas eran una pequeña grey, una «Compañía mínima» que, sin embargo, después de la prueba de la cruz,
Es fatigoso remar. Los jesuitas deben ser «remeros expertos y valerosos» (Pío VII, Sollicitudo omnium ecclesiarum): ¡remad, pues! Remad, sed fuertes, incluso con el viento en contra. Rememos al servicio de la Iglesia. Rememos juntos.
sabía que tenía la gran misión de llevar la luz del Evangelio hasta los confines de la tierra. Por tanto, hoy debemos sentirnos así: en salida, en misión. La identidad del jesuita es la de un hombre que adora a Dios solamente y ama y sirve a sus hermanos, mostrando con el ejemplo no solo en qué cree, sino también en qué espera y quién es Aquel en el que ha puesto su confianza (cf. 2 Tm 1, 12). El jesuita quiere ser un compañero de Jesús, uno que tiene los mismos sentimientos de Jesús.
La bula de Pío VII que reconstituía la Compañía fue firmada el 7 de agosto de 1814 en la basílica de Santa María la Mayor, donde nuestro santo padre Ignacio celebró su primera Eucaristía la noche de Navidad de 1538. María, nuestra Señora, Madre de la Compañía, se sentirá conmovida por nuestros esfuerzos por estar al servicio de su Hijo. Que ella nos guarde y nos proteja siempre. (Iglesia del “Gesù”, Roma, 27-IX-2014)
NOS CONSAGRE EN LA VERDAD Y NOS PROTEJA DEL MUNDO “En nuestros días, muchas veces vemos cómo el mundo cuestiona nuestra fe, y de múltiples maneras se nos pide entrar en componendas con la fe, diluir las exigencias radicales del Evangelio y acomodarnos al espíritu de nuestro tiempo”, señaló S.S. Francisco en su homilía en la Santa Misa de Beatificación de Paul Yun –Ji-chung y 123 compañeros mártires durante su viaje apostólico a Corea del Sur.
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oy celebramos esta victoria en Pablo Yun Ji-chung y sus 123 compañeros. Sus nombres quedan unidos ahora a los de los santos mártires Andrés Kim Teagon, Pablo Chong Hasang y compañeros, a los que he venerado hace unos momentos. Vivieron y murieron por Cristo, y ahora reinan con él en la alegría y en la gloria. Con san Pablo, nos dicen que, en la muerte y resurrección de su Hijo, Dios nos ha concedido la victoria más grande de todas. En efecto, «ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni principados, ni presente, ni futuro, ni potencias, ni
«¿Quién nos separará del amor de Cristo?» (Rm 8,35). Con estas palabras, san Pablo nos habla de la gloria de nuestra fe en Jesús: no solo resucitó de entre los muertos y ascendió al cielo, sino que nos ha unido a él y nos ha hecho partícipes de su vida eterna. Cristo ha vencido y su victoria es la nuestra.
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En la misteriosa providencia de Dios, la fe cristiana no llegó a las costas de Corea a través de los misioneros, sino que entró por el corazón y la mente de los propios coreanos. En efecto, fue suscitada por la curiosidad intelectual, por la búsqueda de la verdad religiosa. Tras un encuentro inicial con el Evangelio, los primeros cristianos coreanos abrieron su mente a Jesús. altura, ni profundidad, ni ninguna otra criatura podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús, nuestro Señor» (Rm 8,38-39). La victoria de los mártires, su testimonio del poder del amor de Dios, sigue dando frutos hoy en Corea, en la Iglesia que sigue creciendo gracias a su sacrificio. La celebración del beato Pablo y compañeros nos ofrece la oportunidad de volver a los primeros momentos, a la infancia —por decirlo así— de la Iglesia en Corea. Los invita a ustedes, católicos de Corea, a recordar las grandezas que Dios ha hecho en esta tierra, y a custodiar como un tesoro el legado de fe y caridad confiado a ustedes por sus antepasados. En la misteriosa providencia de Dios, la fe cristiana no llegó a las costas de Corea a través de los misioneros, sino que entró por el corazón y la mente de los propios coreanos. En efecto, fue suscitada por la curiosidad intelectual, por la búsqueda de la
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verdad religiosa. Tras un encuentro inicial con el Evangelio, los primeros cristianos coreanos abrieron su mente a Jesús. Querían saber más acerca de este Cristo que sufrió, murió y resucitó de entre los muertos. El conocimiento de Jesús pronto dio lugar a un encuentro con el Señor mismo, a los primeros bautismos, al deseo de una vida sacramental y eclesial plena y al comienzo de un compromiso misionero. También dio como fruto comunidades que se inspiraban en la Iglesia primitiva, en la que los creyentes eran verdaderamente un solo corazón y una sola mente, sin dejarse llevar por las diferencias sociales tradicionales, y teniendo todo en común (cf. Hch 4,32). Esta historia nos habla de la importancia, la dignidad y la belleza de la vocación de los laicos. Saludo a los numerosos fieles laicos aquí presentes, y en particular a las familias cristianas, que día a día, con su ejemplo, educan a los jóvenes en la fe y en el amor reconciliador de Cristo. También saludo de manera especial a los numerosos sacerdotes que hoy están con nosotros; con su generoso ministerio transmiten el rico patrimonio de fe cultivado por las pasadas generaciones de católicos coreanos.
Habían escuchado la advertencia del Señor de que el mundo los odiaría por su causa (cf. Jn 17,14); sabían el precio de ser discípulos. Para muchos, esto significó persecución y, más tarde, la fuga a las montañas, donde formaron aldeas católicas.
Estaban dispuestos a grandes sacrificios y a despojarse de todo lo que pudiera apartarles de Cristo —pertenencias y tierras, prestigio y honor—, porque sabían que solo Cristo era su verdadero tesoro. El Evangelio de hoy contiene un mensaje importante para todos nosotros. Jesús pide al Padre que nos consagre en la verdad y nos proteja del mundo. Es significativo, ante todo, que Jesús pida al Padre que nos consagre y proteja, pero no que nos aparte del mundo. Sabemos que él envía a sus discípulos para que sean fermento de santidad y verdad en el mundo: la sal de la tierra, la luz del mundo. En esto, los mártires nos muestran el camino. Poco después de que las primeras semillas de la fe fueran plantadas en esta tierra, los mártires y la comunidad cristiana tuvieron que elegir entre seguir a Jesús o al mundo. Habían escuchado la advertencia del Señor de que el mundo los odiaría por su causa (cf. Jn 17,14); sabían el precio de ser discípulos. Para muchos, esto significó persecución y, más tarde, la fuga a las montañas, donde formaron aldeas católicas. Estaban dispuestos a grandes sacrificios y a despojarse de todo lo que pudiera apartarles de Cristo –pertenencias y tierras, prestigio y honor–, porque sabían que solo Cristo era su verdadero tesoro. En nuestros días, muchas veces vemos cómo el mundo cuestiona nuestra fe, y
de múltiples maneras se nos pide entrar en componendas con la fe, diluir las exigencias radicales del Evangelio y acomodarnos al espíritu de nuestro tiempo. Sin embargo, los mártires nos invitan a poner a Cristo por encima de todo y a ver todo lo demás en relación con él y con su Reino eterno. Nos hacen preguntarnos si hay algo por lo que estaríamos dispuestos a morir. Además, el ejemplo de los mártires nos enseña también la importancia de la caridad en la vida de fe. La autenticidad de su testimonio de Cristo, expresada en la aceptación de la igual dignidad de todos los bautizados, fue lo que les llevó a una forma de vida fraterna que cuestionaba las rígidas estructuras sociales de su época. Fue su negativa a separar el doble mandamiento del amor a Dios y amor al prójimo lo que les llevó a una solicitud tan fuerte por las necesidades de los hermanos. Su ejemplo tiene mucho que decirnos a nosotros, que vivimos en sociedades en las que, junto a inmensas riquezas, prospera silenciosamente la más denigrante pobreza; donde rara vez se escucha el grito de los pobres; y donde Cristo nos sigue llamando, pidiéndonos que le amemos y sirvamos tendiendo la mano a nuestros hermanos necesitados.
Los mártires nos invitan a poner a Cristo por encima de todo y a ver todo lo demás en relación con él y con su Reino eterno. Nos hacen preguntarnos si hay algo por lo que estaríamos dispuestos a morir.
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Si seguimos el ejemplo de los mártires y creemos en la palabra del Señor, entonces comprenderemos la libertad sublime y la alegría con la que afrontaron su muerte. Si seguimos el ejemplo de los mártires y creemos en la palabra del Señor, entonces comprenderemos la libertad sublime y la alegría con la que afrontaron su muerte. Veremos, además, cómo la celebración de hoy incluye también a los innumerables mártires anónimos, en este país y en todo el mundo, que, especialmente en el siglo pasado, han dado su vida por Cristo o han sufrido lacerantes persecuciones por su nombre. Hoy es un día de gran regocijo para todos los coreanos. El legado del beato Pablo Yun Ji-chung y compañeros —su rectitud
en la búsqueda de la verdad, su fidelidad a los más altos principios de la religión que abrazaron, así como su testimonio de caridad y solidaridad para con todos— es parte de la rica historia del pueblo coreano. La herencia de los mártires puede inspirar a todos los hombres y mujeres de buena voluntad a trabajar en armonía por una sociedad más justa, libre y reconciliada, contribuyendo así a la paz y a la defensa de los valores auténticamente humanos en este país y en el mundo entero. Que la intercesión de los mártires coreanos, en unión con la de Nuestra Señora, Madre de la Iglesia, nos alcance la gracia de la perseverancia en la fe y en toda obra buena, en la santidad y la pureza de corazón, y en el celo apostólico de dar testimonio de Jesús en este querido país, en toda Asia, y hasta los confines de la tierra. Amén. (Corea del Sur, 16-VIII-2014)
EL ANTÍDOTO CONTRA LA DESESPERACIÓN
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n la segunda lectura hemos escuchado a san Pablo diciéndonos que Cristo es el nuevo Adán, cuya obediencia a la voluntad del Padre ha destruido el reino del pecado y de la esclavitud y ha inaugurado el reino de la vida y de la libertad (cf. 1 Co 15,24-25). La verdadera libertad se encuentra en la acogida amorosa de la voluntad del Padre. De María, llena de gracia, aprendemos que la libertad cristiana es algo más que la simple liberación
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Es la libertad que nos permite ver las realidades terrenas con una nueva luz espiritual, la libertad para amar a Dios y a los hermanos con un corazón puro y vivir en la gozosa esperanza de la venida del Reino de Cristo.
Rechacen modelos económicos inhumanos, que crean nuevas formas de pobreza y marginan a los trabajadores, así como la cultura de la muerte, que devalúa la imagen de Dios, el Dios de la vida, y atenta contra la dignidad de todo hombre, mujer y niño. del pecado. Es la libertad que nos permite ver las realidades terrenas con una nueva luz espiritual, la libertad para amar a Dios y a los hermanos con un corazón puro y vivir en la gozosa esperanza de la venida del Reino de Cristo. Hoy, venerando a María, Reina del Cielo, nos dirigimos a ella como Madre de la Iglesia en Corea. Le pedimos que nos ayude a ser fieles a la libertad real que hemos recibido el día de nuestro bautismo, que guíe nuestros esfuerzos para transformar el mundo según el plan de Dios, y que haga que la Iglesia de este país sea más plenamente levadura de su Reino en medio de la sociedad coreana. Que los cristianos de esta nación sean una fuerza generosa de renovación espiritual en todos los ámbitos de la sociedad. Que combatan la fascinación de un materia-
lismo que ahoga los auténticos valores espirituales y culturales y el espíritu de competición desenfrenada que genera egoísmo y hostilidad. Que rechacen modelos económicos inhumanos, que crean nuevas formas de pobreza y marginan a los trabajadores, así como la cultura de la muerte, que devalúa la imagen de Dios, el Dios de la vida, y atenta contra la dignidad de todo hombre, mujer y niño. Como católicos coreanos, herederos de una noble tradición, ustedes están llamados a valorar este legado y a transmitirlo a las generaciones futuras. Lo cual requiere de todos una renovada conversión a la Palabra de Dios y una intensa solicitud por los pobres, los necesitados y los débiles de nuestra sociedad. La esperanza que nos ofrece el Evangelio es el antídoto contra el espíritu de desesperación que parece extenderse como un cáncer en una sociedad exteriormente rica, pero que a menudo experimenta amargura interior y vacío. Esta desesperación ha dejado secuelas en muchos de nuestros jóvenes. Que los jóvenes que nos acompañan estos días con su alegría y su confianza no se dejen nunca robar la esperanza. (Homilía durante la Santa Misa en la Solemnidad de la Asunción de la Virgen María al Cielo, Corea del Sur, 15-VIII-2014)
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PANORAMA VIAJES APOSTÓLICOS DEL PAPA FRANCISCO Albania 21 septiembre
Papa Francisco:
“Ejemplo de convivencia fructífera entre personas de diversos credos” El Papa Francisco visitó Albania el 21 de septiembre pasado; se trata de su cuarto viaje apostólico y el segundo de un pontífice al ‘’País de las Águilas’’. El primero fue el de Juan Pablo II en 1993, dos años después de la caída de la dictadura y con el establecimiento de relaciones diplomáticas entre la Santa
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Sede y la República de Albania. En aquella ocasión el Papa celebró la misa en la catedral de Escútari, que había sido transformada en palacio de deportes bajo el régimen comunista y bendijo la primera piedra para reconstruir el santuario de la Virgen del Buen Consejo, construido en 1895 y demolido en 1967. En los últimos
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años se han reconstruido también en Tirana la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús de los Padres Jesuitas y la catedral ortodoxa de la Resurrección de Cristo. El Santo Padre, viajó a Tirana y fue recibido en el aeródromo dedicado a la Madre Teresa por los representantes de las autoridades religiosas y civiles, entre ellas el nuncio apostólico en Albania, el arzobispo Ramiro Moliner Inglés, y el primer ministro albanés, Edi Rama. Desde allí se trasladó en automóvil al Palacio Presidencial de Tirana, donde tuvo lugar la ceremonia de bienvenida y fue acogido por el presidente albanés, Bujar Nishani. Después de un breve coloquio entre
ambos, el presidente acompañó al Papa al Salón Scanderbeg donde tuvo lugar su encuentro con las autoridades, el cuerpo diplomático y algunos líderes religiosos del país. En el discurso que dirigió a los presentes, el Santo Padre habló del camino de Albania hacia la recuperación de sus libertades civiles y religiosas, alertó de la instrumentalización de las diferencias entre las religiones y elogió la convivencia pacífica y la colaboración entre los componentes de diversos credos en la tierra albanesa. Finalizado su discurso el Papa se trasladó a la Plaza Madre Teresa para celebrar la santa misa.
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Angelus
“Jóvenes, decid sí al encuentro y la solidaridad” Antes de terminar la liturgia dominical, Francisco saludó a todos los presentes venidos de Albania y de otros países vecinos para darles las gracias por su presencia y testimonio de fe. Pero quiso hablar de modo especial a los jóvenes. ‘’Dicen que Albania es el país más joven de Europa’’, comentó sonriendo el Papa, para invitarlos a ‘’cimentar su existencia en Jesucristo’’. ‘’Quien pone su fundamento en Cristo —afirmó— edifica sobre roca, porque Él siempre permanece fiel, incluso aunque nosotros seamos infieles Jesús nos conoce mejor que nadie; cuando nos equivocamos, no nos condena, sino que nos dice: ‘’Anda, y en adelante
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no peques más’’. Queridos jóvenes, vosotros sois la nueva generación de Albania, el futuro de la patria. Con la fuerza del Evangelio y el ejemplo de vuestros antepasados y de los mártires, decid no a la idolatría del dinero, no a la engañosa libertad individualista, no a las dependencias y a la violencia; y decid sí, en cambio, a la cultura del encuentro y de la solidaridad, sí a la belleza inseparable del bien y de la verdad; sí a la vida entregada con magnanimidad y fidelidad en las pequeñas cosas. Así construiréis una Albania y un mundo mejor, siguiendo las huellas de vuestros antepasados, también de los que hoy sacan adelante a Albania”.
Hablan dos testigos de la persecución Después de la visita a la Universidad de Nuestra Señora del Buen Consejo, el Santo Padre se dirigió a la catedral de San Pablo, para celebrar las vísperas con los sacerdotes y religiosas, los seminaristas y los miembros de los diversos movimientos laicales. El arzobispo de Tirana, Mons. Rrok K. Mirdita, dirigió unas palabras y le siguió el testimonio de un sacerdote y una religiosa, muy ancianos, que narraron la persecución sufrida por el régimen comunista. El Padre Ernesto Simoni, sacerdote diocesano, 84, se dirigió a los presentes y recordó que con la llegada al poder del partido comunista comenzaron a detener y asesinar a varios sacerdotes, los cuales murieron diciendo ‘Viva Cristo Rey’. Sus superiores diocesanos fueron fusilados, indicó. Añadió que después de 8 años de sacerdocio le descubrieron, arrestaron y llevaron a la cárcel, en situación inhumana; y le decían: ‘Te golpeamos porque tú predicas a Cristo’, porque querían que renegara. Cuando estaba por morir, lo dejaron libre. Recordó también cuando en la cárcel le pusieron un falso preso para hacerlo hablar contra el comunismo y
poder así condenarlo. Estuvo preso por 18 años y en la celda había escrito: ‘Mi vida es Jesús’. Después pasó a los trabajos forzados. Con la caída del comunismo y el regreso de la libertad religiosa ahora es párroco y asiste a 118 pueblos. Maria Caleta, una religiosa estigmatina, contó que su párroco fue encarcelado ocho años, y al ser liberado porque estaba muriendo, regresó donde sus fieles, pero ya no existía más su parroquia. Hoy ese párroco se encuentra con un proceso de canonización abierto. Ella estuvo siete años en la congregación de las estigmatinas, hasta que los comunistas cierran la comunidad y dispersan a las religiosas. Ella con otras personas intenta mantener la fe. ‘A veces no estaba segura si no me espiaban, pero seguía difundiendo la fe’ dijo. Después llegó la época de los trabajos forzados. Un día por la calle una señora de una familia comunista le pidió que bautizara a su hijo, y ella temía fuera una trampa, pero tomó el agua en la calle y lo bautizó. Narró el deseo que tenía de ir a una misa, de recibir el sacramento. Y cuando piensa se asombra de haber podido hacer eso poco que hizo.
“Pueblo de mártires” A continuación del testimonio del anciano sacerdote y de la religiosa estigmatina, el Santo Padre encabezó el rezo de las Vísperas y luego improvisó algunas palabras. Citando el texto de las vísperas dijo: “En estos dos meses me he preparado para esta visita, leyendo la historia de la persecución en Albania y para mí fue una sorpresa, no imaginaba que vuestro pueblo hubiera sufrido tanto. Y después hoy en la calle desde el aeropuerto hasta la plaza, todos esas fotos. Se ve que este pueblo conserva la memoria de estos mártires que han sufrido tanto. “Pueblo de mártires, y al inicio de esta celebración he tocado a dos. Lo que puedo decirles es lo que ellos dijeron con su vida, con sus palabras simples. Contaban las cosas con una simplicidad y con tanto dolor. Y nosotros podemos preguntarles, ¿cómo hicieron para sobrevivir a tanta tribulación? Y nos dirán esto que hemos escuchado en esta frase en la segunda frase del libro de los Corintos: «Dios es Padre misericordioso y Dios
de toda consolación. Ha sido él que nos ha consolado», con esta simplicidad. “Ellos han sufrido demasiado, físicamente, psíquicamente esta angustia de la incerteza: si serían fusilados o no... Y vivían así, con aquella angustia. Y el Señor les consolaba. Pienso a Pedro en la cárcel con las cadenas. Toda la Iglesia rezaba por él. El Señor consoló a Pedro. En los mártires y a estos dos que hemos escuchado hoy, el Señor les consoló porque había gente en la Iglesia, en el pueblo de Dios, tantas viejitas santas y buenas, tantas monjas de clausura que rezaban por ellos, personas y ancianas rezaban por ellos. “Este es el misterio de la Iglesia, cuando la Iglesia le pide al Señor que consuele a su pueblo, lo consuela ampliamente y también escondidamente. Consuela en la intimidad del corazón, y consuela con la fortaleza. “Ellos, estoy seguro, no se vanaglorian de lo que han vivido porque saben que el Señor les hacía ir hacia adelante. Pero nos dicen algo: que para nosotros que
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fuimos llamados por el Señor para seguirlo de cerca, la única consolación es Él. “Ay de nosotros si buscamos otra consolación. Ay de los sacerdotes, religiosos, religiosas, novicias, consagrados cuando buscan consolaciones lejos del Señor. Hoy no quiero apalearlos, o quiero ser el verdugo, pero sepan que si buscan consolaciones en otra parte no serán felices. “Más aún, no podrán consolar a nadie porque tu corazón no estuvo abierto a la consolación del Señor. Y concluyo, como dice el gran Elías al pueblo de Israel: rengueando con las dos piernas. ‘Sea bendito Dios Padre, Dios de toda consolación, el
cual nos consuela en cada tribulación nuestra, para que podamos consolar también a aquellos que se encuentran en cualquier tipo de aflicción, con la consolación con la cual fuimos consolados nosotros mismos, por Dios’. “Es lo que han hecho estos dos, sin pretensiones, sin vanagloriarse, dándonos el servicio de consolarnos. Aunque digan ‘somos pecadores’, más aún: ‘Pecadores pero el Señor estuvo con nosotros’. Este es el camino, no desanimarse. Disculpen si les uso hoy como ejemplo, porque cada uno tiene que ser ejemplo para los otros. Y vayamos a casa pensando: hoy hemos tocado a mártires.”
Francisco habla con los periodistas de su emoción durante la visita a Albania En el vuelo de regreso a Roma, el Santo Padre respondió a las preguntas de tres periodistas albaneses que habían cubierto su viaje apostólico a Albania, diálogo que reproducimos: —¿Su Santidad comenzó el viaje con una idea sobre los albaneses? Personas que han sufrido, pero que también son tolerantes. ¿Ha encontrado alguna otra cualidad... justa para que el águila vuelva al nido? —’’El albanés no es solamente tolerante: es hermano. Tiene la capacidad de la fraternidad, y todavía más: esto se nota en la convivencia, en la colaboración entreislámicos, ortodoxos y católicos. Colaboran juntos, pero como hermanos. Y luego, algo que me llamó la atención desde el principio, es la juventud del país, el más joven de Europa. Pero se ve que Albania tiene un desarrollo superior en la cultura y también en el gobierno, gracias a esta hermandad’’. —Desplazándose por el bulevar principal de Tirana, bajo los retratos de los sacerdotes martirizados durante el régimen comunista, en un país donde el ateísmo de Estado estuvo impuesto hasta hace 25 años, ¿que ha sentido? —’’Estuve estudiando durante dos meses ese período tan difícil de Albania, para entenderlo, y estudié también los orígenes. Vuestras raíces culturales, son hermosas y fuertes, de gran cultura, desde el principio. Por lo que respecta a aquel período fue un período
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cruel: el nivel de crueldad era terrible. Cuando vi aquellas fotos... pero no solo fueron católicos, también los ortodoxos, también los musulmanes, y cuando pensé en lo que les decían: «No tienes que creer en Dios» . «Yo creo» Y ¡bum!, los mataban. Por eso digo que los tres componentes religiosos han dado testimonio de Dios y ahora dan testimonio de la fraternidad’’. —Albania es un país de mayoría musulmana. Pero su visita ha tenido lugar en un momento en que la situación mundial es muy inestable: Usted mismo ha dicho que la tercera guerra mundial ya ha comenzado. Su mensaje en esta visita ¿es solo para los albaneses, o va más allá? —‘’No: va más allá. Albania ha construido un camino de paz, de convivencia y de cooperación que va más allá, toca a otros países que también tienen raíces étnicas diferentes.. Es un país de mayoría musulmana en sí, pero no es un país musulmán. Es un país europeo.... Albania es un país de Europa, por su cultura, la cultura de la convivencia, también por la cultura histórica que ha tenido’’. — Hemos visto que tiene una visión de Albania diferente de la de los europeos... Ha elegido visitar como primer país de Europa uno de la periferia, uno que no pertenece a la Unión Europea. ¿Qué puede decir a los que miran solo a Europa de los ‘’poderosos’’? —‘’Mi viaje ha sido un mensaje, una señal que he querido dar.’’
—Todos le hemos visto llorar, creo que por primera vez. ¿Se conmovió mucho en el encuentro con el clero que parece haber sido el momento más emotivo de su viaje? —‘’Escuchar a un mártir hablar de su martirio,
¡es muy fuerte! Creo que todos los que estábamos allí, estábamos emocionados: todos. Y esos testigos hablaban como si estuvieran hablando de otro, con una sencillez y una humildad. Me hizo mucho bien...’’
Las cifras de la Iglesia católica en Albania Francisco visitó Albania el 21 de septiembre pasado, en el que fue su primer viaje apostólico dentro de Europa. Albania es un país de tres millones de habitantes, donde los cristianos son minoría. Casi un 7% de la población pertenece a la Iglesia Ortodoxa de Albania y un 10% se declara católico. La mayoría de la población, en cambio, es musulmana. Los musulmanes y cristianos albaneses comparten un pasado doloroso. En 1967 el dictador comunista Enver Hoxha proclamó en Albania el primer estado ateo del mundo y su gobierno cerró todas las mezquitas e
iglesias del país. Comenzó así una persecución que duró décadas. En la actualidad, las dos religiones conviven pacíficamente. Por eso se espera que el diálogo interreligioso sea uno de los puntos clave del viaje del Papa. La presencia de la Iglesia católica en el país se reduce a 8 obispos, 147 sacerdotes y 494 religiosos. Cuando anunció su visita, Francisco subrayó que otro de sus objetivos principales será «fortalecer la fe” en el país. Se convertirá en el segundo Papa que lo visite, después de que Juan Pablo II viajara allí en 1993.
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PAPA FRANCISCO EN ASIA Corea 13 - 18 agosto
El viaje apostólico a Corea se perfiló como puerta de ingreso a Asia El motivo de la visita del Santo Padre a Corea fue la VI Jornada de la Juventud Asiática (JJA), que contó con la participación de 4 mil jóvenes coreanos y otros 2 mil provenientes de 22 países. El Papa Francisco se reunió con ellos por primera vez en el Santuario de Solmoe, donde les habló de la vocación, del Padre misericordioso y rezó con ellos por la unidad de Corea. La VI Jornada Asiática de la Juventud concluyó con la misa del Papa en el castillo de Haemi, en la que invitó a los jóvenes a dar testimonio de su fe al mundo. Otro de los momentos principales del viaje apostólico fue en la Puerta de Gwanghwamun en Seúl, donde fue la beatificación de Paul Yun Ji-Chung y de
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123 compañeros mártires. Además de la santa misa en el estadio World Cup Stadium, en la ciudad de Daejon, en la que participaron unas 50 mil personas que acogieron al Santo Padre con gran entusiasmo. Allí Francisco rezó además la oración del ángelus y exhortó a los presentes a ser “heraldos gozosos del alba de un mundo de paz”. También tuvo mucha repercusión la visita del Pontífice al Centro «House of Hope», en Kkottongnae, donde abrazó a enfermos y discapacitados. La presidenta de Corea del Sur, Park Geun-hye, vio al Papa en la catedral de Myeong-dong, donde el Pontífice celebró la misa por la reconciliación y la paz entre el norte y el sur.
En el quinto y último día de su viaje apostólico, el Papa Francisco se encontró en el edificio de la vieja curia, con los líderes coreanos de distintas confesiones y religiones. Al despedirse en el aeropuerto, en una breve ceremonia, el Santo Padre saludó con evidente afecto al cardenal Andrew Yeom Soo-jung, arzobispo de Seúl, y a los obispos de las 16 diócesis de Corea del Sur. Estaba también allí el primer ministro surcoreano, Chung Hong-Won, y otras autoridades locales. Esta es la primera vez que un pontífice vuela sobre territorio de China continental, al haber obtenido de Pekín la autorización, que en cambio
le había sido negada a Juan Pablo II, y que podrían abrir perspectivas concretas de diálogo con el régimen existente.
Francisco a los líderes religiosos: ‘somos y caminamos como hermanos’ El Papa sostuvo en la catedral de Myeong-dong un breve encuentro con los líderes coreanos de distintas confesiones y religiones locales. Fue recibido por el rector delante del edificio de la vieja Curia. Allí, en una sala, saludó a los distintos líderes religiosos. Francisco, muy sonriente, dio la mano a cada uno de ellos, e intercambió unas breves palabras y recibió algunos presentes. Finalmente, el Santo Padre les dirigió unas palabras de forma improvisada, en español, mientras lo traducía al coreano un sacerdote que se encontraba
junto a él. «La vida es un camino, un camino largo, pero un camino que no se puede caminar solo, se tiene que caminar con los hermanos en la presencia de Dios», inició el Papa. Asimismo les agradeció «este gesto de caminar juntos en la presencia de Dios, que fue lo que le pidió Dios a Abraham». Y así, reconoció que «somos hermanos, nos reconocemos como hermanos, caminamos. Que Dios nos bendiga y por favor les pido que recen por mí». Al concluir el encuentro, se tomaron una foto de grupo.
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Obispos de Corea
“Con su testimonio el Papa nos ha enseñado la misión de la Iglesia”
Dos obispos de Corea del Sur, directamente involucrados en la organización de la visita que el Papa Francisco realizó al país hicieron una evaluación general de esta y coincidieron en resaltar que el Santo Padre ha mostrado con sus acciones personales cuál es la misión de la Iglesia en estas tierras asiáticas. Mons. Peter Kang U-il, presidente de la Conferencia Episcopal y del Comité Preparatorio de la Visita del Papa Francisco a Corea, comentó que «desde el primer día me sorprendió el Papa porque nos ha enseñado a amar de un modo único, acompañado de su buen humor». El también obispo de Cheju dijo luego que «esta visita ha servido para alentarnos a todos nosotros a ser trabajadores de la paz, no solo en el sentido de una situación sin guerra; sino en el de aquel que busca lograr una sociedad en donde la justicia llene todos los rincones. Esa es la misión que nos ha dado».
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«El continente asiático es el más grande en cuanto a población, pero el número de cristianos es relativamente bajo. Tenemos que crecer en la difusión del Evangelio» y «liderar este trabajo de evangelización en Asia». Por su parte, Mons. Cho Kyu-man, coordinador del Comité Preparatorio y Obispo Auxiliar de Seúl, afirmó que el Santo Padre «ha venido a Corea para mostrarnos con sus acciones lo que debemos hacer. Como él lo ha mostrado, así Jesús se aproximó a los pobres en el pasado. Creo que ha dejado una pequeña semilla en nuestra tierra y nos toca trabajar para recoger sus frutos. Tenemos que hacerla crecer muchas veces más». «Sobre este mismo tema de los frutos, creo que no los vamos a ver todos de inmediato, sino que tomarán algo de tiempo, pero es también importante que nos preguntemos de manera personal cada uno de los católicos en Corea qué cosa hemos aprendido con esta visita del Papa Francisco», concluyó.
Logo oficial del evento:
“¡Levántate, resplandece, porque llega tu luz y la gloria del Señor brilla sobre ti!” (Is, 60,1) Dos llamas, una de color azul y la otra de color rojo que se cruzan, en cuya base hay dos olas que representan una barca. El logotipo se inspira en el lema “¡Levántate, resplandece, porque llega tu luz y la gloria del Señor brilla sobre ti!” (Is, 60,1). Los colores elegidos indican las dos
Coreas y el entrecruzarse de las llamas pretende resaltar el deseo de la reunificación. Las olas azules que forman la barca tienen forma de hojas de cuchillo, señal del sacrificio de los mártires de la Iglesia en Corea. El azul significa la misericordia de Dios, grande como el océano.
Las cifras de la Iglesia católica en Corea del Sur E l crecimiento del
número de católicos en Corea del Sur ha sido exponencial en los últimos 50 años. Si en 1949 los católicos representaban el 1% de la población, ahora ya son el 10%. Entonces, el país contaba con apenas 81 sacerdotes. Ahora sobrepasan los 4.000. De media, unos 100.000 adultos se bautizan al año en Corea del Sur. En 2011 llegaron a los 109.000. Por ejemplo, ese mismo año se bautizaron
3.000 adultos en Francia y 43.000 en Estados Unidos. No es de extrañar que con estas cifras la Iglesia lanzara en el país el plan “20-20”, con el que pretende que los católicos sean el 20% de la población para 2020. Los católicos en Corea del Sur también son una realidad viva en campos como la educación y la salud. Cuentan con más de 500 residencias para ancianos y personas con discapacidad y unos 300 colegios.
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Enero 2015 Papa Francisco visitará Filipinas y Sri Lanka
El Papa Francisco, acogiendo la invitación de las autoridades civiles y de los obispos, efectuará un viaje apostólico a Sri Lanka del 12 al 15 de enero y a Filipinas del 15 al 19 de enero de 2015, informó la Oficina de Información de la Santa Sede. Se trata del cuarto viaje internacional del Papa Francisco y el segundo viaje a Oriente después de la visita a República de Corea realizada en agosto pasado. Los obispos de Sri Lanka en visita ad limina realizaron la invitación al Papa. Precisamente, el Pontífice, al inicio de febrero en un encuentro en San Pedro con la comunidad de cingaleses, había dado las gracias por la invitación hecha por los obispos para visitar el país asiático. En esa oportunidad, el Papa había dicho: “Agradezco al cardenal Ranjith la invitación”. El cardenal de Colombo, durante el encuentro con el Papa en la Basílica de San Pedro, dijo explícitamente: “Lo esperamos en Sri Lanka”. El Papa Francisco está dando prioridad a Asia, como confirma la agenda de los viajes internacionales a Corea, Filipinas y Sri Lanka. Queda por ver si este esfuerzo ayudará al difícil diálogo con China, una de las grandes dificultades que han afrontado los últimos pontificados, especialmente el de Benedicto XVI. Por el momento, no existen novedades respecto a la posibilidad de que se establezcan lazos diplomáticos con China, a pesar de que el diario de Hong Kong South China Morning Post haya informado en junio de que el gobierno chino está buscando un acercamiento con el Vaticano, noticia no confirmada por la Santa Sede.
Catedral más grande del Golfo Pérsico Papa Francisco bendijo la primera piedra en Bahréin
Una roca que será la primera piedra de la futura Catedral de Nuestra Señora de Arabia de Bahréin, el templo católico más grande del Golfo Pérsico,
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fue bendecida por el Papa Francisco en un acto al cual asistieron Mons. Petar Rajic, Nuncio Apostólico para la Península Arábica, y algunos fieles católicos de Bahréin y países vecinos. La roca bendecida fue tomada de la Puerta Santa abierta por San Juan Pablo II en el Jubileo del Año 2000. La Catedral de Nuestra Señora de Arabia tendrá una gran importancia para los católicos en el norte de la península (cuyo número se calcula en unos 2.5 millones), según informó Ayuda a la Iglesia Necesitada. «No solo será un centro mayor para los católicos de todo Bahréin, sino para católicos de los países vecinos de la región», comentó la organización. «Sobre todo de la cercana Arabia Saudita, donde es imposible construir templos cristianos». La Organización Northern Arabia Catholic Faith Services calculó que unas 100 comunidades católicas subterráneas en el Vicariato del Norte de Arabia se beneficiarán del proyecto. Las dimensiones del templo son ciertamente inusuales en un territorio mayoritariamente musulmán. La Catedral tendrá una capacidad de 2.500 personas sentadas y será construida en un terreno donado por el Rey Hamad bin Isa Al Khalifa. Además del templo se edificará un gran centro pastoral y un espacio de alojamiento para recibir a los peregrinos. Mons. Camillo Ballin, Vicario para el Norte de Arabia, ha trabajado para la consecución de fondos sobre todo en Estados Unidos. La construcción podría iniciarse antes de que finalice 2014 y puede tomar de tres a cinco años de labores. «Dios nos ha dado una gran oportunidad de poner nuestra fe en acción y hacer algo especial por miles de trabajadores migrantes, para que tengan un lugar donde servir y rendir culto». Se calcula que los católicos de Bahréin suman unos 100 mil creyentes, de los cuales unos dos mil son de origen local. Solo en Arabia Saudita unos 1.5 millones de católicos filipinos e indios carecen de templos autorizados y se exponen a penas de prisión o deportación si manifiestan abiertamente su fe.
Guerra justa Los cristianos de Oriente sacuden nuestras conciencias
Gran muftí de Egipto condenó actos del EI “El autodenomidado Estado islámico viola los valores del islam”
En el Oriente convulsionado, hay una idea simple que debe servir de brújula: los cristianos son amenazados en la tierra que vio nacer el cristianismo. A todos aquellos que son tentados a considerar aquellas comunidades como un magma de odios indescifrables, su martirio muestra la verdadera naturaleza del desafío. En Irak se juegan nuestra seguridad y nuestros valores, que esta vez coinciden. Frente al Estado islámico, cuya pseudo guerra santa no es sino una oscura guerra de religión, los cristianos sacuden nuestras conciencias: trazan una línea roja en pleno desierto iraquí, que los dirigentes y pueblos libres no pueden dejar pasar. Tal es el sentido del llamado del Papa Francisco a intervenir para salvar a las minorías perseguidas, incluso militarmente, a falta de otros medios, y bajo la égida de la ONU. No se trata tan solo de emoción y de fraternidad. Los cristianos constituyen, en su defensa cuerpo a cuerpo, el barómetro del odio hoy puesto en acción en Irak. No son enemigos de nadie, solo piden vivir en paz en su país, pero no se les deja escoger sino entre el exilio, la apostasía o la muerte. Esos árabes son nuestros cercanos por sus creencias, por la historia, y también por el «Yihad» en el cual los islamistas nos engloban, a ellos y a nosotros, todos los cristianos confundidos, todos los occidentales mezclados. Es la definición que hacen de una guerra justa, un combate que no hemos buscado ni queremos, mas al cual no podemos sustraernos. Los sufrimientos de esa comunidad preislámica duran hace ya demasiado tiempo. Representaban el 20% de la población iraquiana en la década de 1930, el 10% bajo Saddam Hussein, hoy en día menos del 2%. Ello prueba que el impacto periódico producido por el éxodo de los cristianos no ha estado jamás a la altura del drama. Los llamados por ayuda y el asilo a quienes lo demandan revelan un gesto humanitario. Pero la política manda tratar a quienes los protegen como aliados, y a quienes los martirizan como adversarios. Y a calibrar nuestras ayudas e intervenciones en función de ese criterio. Es necesario «detener al agresor injusto» ha dicho el Papa. La palabra la tiene la ONU. Le Figaro, 19.VIII.14
El gran muftí de Egipto, Shawki Ibrahim Abdel-Karim Allam, el máximo responsable religioso del país, condenó las atrocidades de las milicias del Estado Islámico de Irak y del Levante (EI) en Siria e Irak. Lo hizo al participar en Bélgica, en el encuentro organizado por la Comunidad de San Egidio, en el congreso titulado ‘La paz es el futuro, religión y diálogo 100 años después de la Primera Guerra Mundial, que se realizó entre el 7 y 9 de septiembre pasado en Amberes. El líder religioso calificó al EI como organización “corrupta y extremista”, cuya eliminación requiere de la cooperación internacional y multilateral. Declaró además que ‘El EI es un peligro para el islam’, y se mostró favorable a que los milicianos sean imputados por los crímenes que cometen y sean entregados a la justicia. El gran muftí de Egipto cubre este cargo desde febrero de 2013, y ha enseñado muchos años en la Universidad de Al-Azhar. Desde el 2012 el cargo de Gran Muftí de Egipto no es más competencia del Gobierno, sino electivo. Allam ha sido elegido por el Consejo de los Ulema y es el segundo cargo religioso del país. “Es un error tremendo —dijo el muftí— considerar al grupo terrorista EI como estado islámico, porque viola todos los valores islámicos, los objetivos más elevados de la ley islámica, y los valores universales compartidos por toda la humanidad”. Hace un poco más de un mes, el EI anunció el establecimiento de un califato y nombró a su líder Abu Bakr al-Bagdadi, como califa y “jefe de los musulmanes en todas las partes” del mundo.
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Musulmanes de Francia Condenan violencia del califato islámico
“L’Appel de Paris’ es el título del manifiesto que los musulmanes de Francia presentaron el 9 de septiembre pasado en la Gran Mezquita de París contra los extremistas islámicos y las atrocidades que están cometiendo en Oriente Medio. El Consejo Francés de Culto Musulmán (CFCM) congrega a las grandes asociaciones musulmanas francesas, y se suma a los comunicados del 13 de agosto y al del 3 de septiembre realizados por el Instituto Musulmán de la Mezquita de París. El rector de la Gran Mezquita de París y presidente del CFCM, Dalil Boubakeur, junto a la Coordinación de Cristianos de Oriente en Peligro (Chredo) publicaron la declaración en la cual “denuncian sin ambigüedad los actos terroristas que representan los crímenes contra la humanidad” y afirman que “estos grupos y sus sostenedores y reclutas no pueden aprovecharse del islam. Estas conductas de otras épocas, como los llamados desconsiderados a la yihad, y las campañas de adoctrinamiento de los jóvenes, no son fieles ni a las enseñanzas ni a los valores del islam”. Además la CFCM propone a todos los imanes y líderes musulmanes de Francia que todas las mezquitas del país y de Europa realicen una oración «en la memoria y solidaridad con nuestros hermanos los cristianos de Oriente, víctimas de la intolerancia y la barbarie». Patrick Karam indicó que “paradójicamente, los
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cristianos de Oriente defienden la presencia de los musulmanes en Francia. Nuestro futuro común es el respeto y solidaridad y el respeto en la defensa de valores espirituales esenciales”. «Nos encontramos -inicia el documento- en un momento particular de la historia de la Humanidad, cuando asistimos a una llamarada de extremismos y violencia, en Oriente Medio, intentando instrumentalizar el Islam. Hay bárbaros que están perpetrando crímenes contra la humanidad, amenazando a las poblaciones y la paz de todos los pueblos de la región». «Los firmantes de este Manifiesto desean reafirmar su apoyo y solidaridad con sus hermanos cristianos de Oriente, así como con el de todas las minorías de la región, víctimas de una grave campaña destructora desencadenada por grupos terroristas». El manifiesto prosigue: «Nuestros hermanos cristianos de Oriente están amenazados por la barbarie y los crímenes terroristas, comportamientos criminales y acciones subversivas que también intentan “seducir” a muchos jóvenes europeos. Los musulmanes de Francia deseamos manifestar nuestra solidaridad activa con nuestros hermanos cristianos». El 5 de octubre, la coordinadora Chredo fue inviada a participar en la mezquita de París a la fiesta del Aïd Al Ad’ha. Y antes de final de año se organizará una conferencia internacional para fijar los próximos objetivos.
«Una carta de lágrimas» El Papa llama a un sacerdote iraquídel campo de refugiados de Ankawa «Una carta de lágrimas», así tituló don Behnam Benoka su carta enviada al Papa Francisco. El sacerdote explicó a Zenit que aprovechó la presencia de su amigo, el periodista Alan Holdren, en el vuelo papal de vuelta del viaje de Corea, y comunicó su carta a través del sistema de mensajería móvil «Viber». El periodista transcribió la carta en un folio y la entregó al Santo Padre. En la carta, el sacerdote se dirige al Papa así: «Al Santo Padre nuestro pastor misericordioso» y prosigue: «Me llamo Behnam Benoka, sacerdote de Bartella, una pequeña ciudad cristiana cerca de Mosul. Soy vicerrector del seminario católico de Ankawa. Pero hoy me encuentro en una tienda de campaña que hemos levantado con un equipo de médicos y voluntarios para dar asistencia médica a nuestros hermanos refugiados por la persecución». Don Behnam explicó al Santo Padre la trágica situación en la que están cientos de miles de cristianos: «Santidad, la situación de sus ovejas es miserable, mueren y tienen hambre, sus pequeños tienen miedo y no pueden más. Nosotros, sacerdotes, religiosos y religiosas, somos pocos y tememos no poder responder a las exigencias físicas y psíquicas de sus y nuestros hijos». El sacerdote también expresa el reconocimiento por los continuos llamamientos del Papa para poner
fin al sufrimiento de los hermanos perseguidos en Irak: «Quisiera darle muchas gracias, es más, muchísimas, porque nos lleva siempre en su corazón, métanos en el altar donde celebra la misa para que Dios cancele nuestros pecados y tenga misericordia de nosotros, y quizá aparte de nosotros este cáliz». La carta prosigue expresando temores y pidiendo bendiciones: «Le escribo con mis lágrimas, porque aquí estamos en un valle oscuro en medio de una gran manada de lobos feroces. Santidad, tengo miedo de perder a sus pequeños, sobre todo a los recién nacidos que cada día se cansan y debilitan más, temo que la muerte se lleve a alguno. Mándenos su bendición para tener la fuerza de ir hacia adelante y quizá podamos resistir aún. Le quiero mucho, Behnam Benoka». Estoy con vosotros. La respuesta de Francisco no tarda en llegar. De regreso a Italia y precisamente la mañana del 19 de agosto, llama a don Behnam expresando su profunda conmoción por la carta recibida. Según lo indicado por el sacerdote, el Papa expresó su profunda gratitud a los voluntarios del trabajo en los campos de refugiados. En la llamada telefónica, el Papa Francisco confirmó su pleno apoyo y su cercanía a los cristianos perseguidos, prometiendo que continuará haciendo todo lo posible para dar alivio a su sufrimiento.
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CENTENARIO 1ª GUERRA MUNDIAL
28 DE JULIO, LA GUERRA TOTAL DEL HOMBRE-MÁQUINA El 28 de julio de 1914 no solo es la fecha de la declaración de guerra de Austro-Hungría a Serbia, y por tanto el inicio de la Primera Guerra Mundial, sino también la de la preparación de las “movilizaciones” generales de las potencia europeas, un concepto que, precisamente desde la Gran Guerra, dejó de ser solo militar. Por sí mismo, el concepto de movilización corresponde a una praxis que se desarrolla de forma paralela a la historia de casi todas las guerras, desde la antigüedad, y que indica la implicación de toda una nación (ciudad-estado o pueblo-nación) en las iniciativas y obras de defensa, lo cual era particularmente evidente cuando una comunidad o varias vinculadas entre ellas veían amenazada su existencia, como sucedió por ejemplo en las guerras médicas o en las púnicas, que vieron la participación activa de toda la población civil, hasta sus estratos más marginales. Cuenta Livio que los romanos llegaron incluso a enrolar a los esclavos y que toda la población calificada como incapacitada para la lucha cooperaba en la construcción y refuerzo de las defensas de la ciudad. Con el nacimiento de las primeras formas antiguas de estado-imperio de amplia extensión territorial, fueron los ejércitos permanentes los que se encargaron de gestionar el estado de guerra, mientras que el grueso de la población, cuando no se encontraba en la línea de conflicto militar, resultaba sustancialmente marginado, afectado especialmente por los aspectos financieros (aumento de impuestos, recogida de víveres, etc). La época moderna conoció formas de guerra que implicaban obviamente no solo el armamento militar sino el financiero, incluido el uso de la propaganda, como en el caso del conflicto entre el Reino de Inglaterra y España bajo el reinado de Felipe II, que no en vano vio nacer la llamada “leyenda negra” de la España católica. Un primer punto de inflexión radical llegó con las guerras napoleónicas, presentadas como exportación de la revolución y por tanto con una cobertura ideológica según un modelo que acompañó después las guerras de independencia italianas. La población, por otro lado, una vez más, cuando no residía directamente en el escenario de la guerra, se veía afectada principalmente por la inscripción obligatoria y las exigencias fiscales. La primera guerra mundial marcará en cambio una auténtica revolución en el concepto y en la praxis de la “movilización”, ya no “general” sino realmente “total”. El sentido más inmediato y obvio de este nuevo concepto lo podemos encontrar en la llamada “Doctrina Ludendorff”: los hombres a la trinchera y el resto de la población a las fábricas, los campos, la asistencia hospitalaria y los servicios públicos. Se trata del intento de hacer coincidir la movilización militar y la civil, algo que por otro lado exige mucho más que la mera participación en los esfuerzos materiales de la nación.
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La movilización civil se convierte cada vez más en abstención de lo que puede poner en cuestión el esfuerzo militar, aceptación plena de lo dispuesto por las autoridades, renuncia a las habituales libertades individuales, empezando por las de opinión y expresión, y esto por íntimo autoconvencimiento de estar en el lado justo, más aún que por instrumentalización coercitiva desde el exterior. Desde este punto de vista, la movilización es total porque diluye toda distinción residual entre estado, sociedad e individuo. El concepto se halla magníficamente expresado en un breve ensayo de Ernst Jünger, héroe de la Gran Guerra, novelista y filósofo, titulado precisamente “La movilización total” (1930), donde la define, “en la guerra o en la paz”, como “la expresión de la exigencia misteriosa y obligada, a la que debe someterse la vida en esta época de las masas y de las máquinas”. Para Jünger, el “lado técnico” de la movilización —lo militar, industrial, financiero— “no es lo decisivo. Su presupuesto, como el presupuesto de cualquier técnica, radica mucho más profundamente: lo podemos denominar como la disposición a la movilización”. Pensando en la Gran Guerra, Jünger constata: “Tal disposición se daba en todos los países, y la Gran Guerra fue una de las guerras más populares de la historia”. Ahora bien, la capacidad para despertar y fortalecer esta disposición, y por tanto proceder a una movilización realmente “total” es más propia de las democracias industriales y liberales occidentales que de los sistemas mixtos, como eran Prusia o el Imperio Austro-Húngaro, estados donde “el universo de las formas medievales se conservaba todavía como una isla”. Esa “disposición” asume, de hecho, aspectos casi religiosos, propios por tanto de una nueva religión civil del progreso y de la democracia. No en vano “en los Estados Unidos, un país de constitución democrática, la movilización adoptó unas medidas tan amplias y graves que ni el estado militar prusiano pudo realizar”. Era el año 1930 y Jünger, en plena crisis de la República de Weimar, reflexionaba sobre las razones de la derrota alemana, poniendo en segundo plano no solo las justificaciones históricas y jurídicas, sino también el empeño y el coraje de los individuos —cosa que no debía, por cierto, resultar fácil ni espontánea en el último escenario “Pour le Mérite” de la historia militar prusiana— para realizar un cambio, una revolución sin precedentes, que mostraría pocos años después, con la Segunda Guerra Mundial, su dimensión más trágica. A la movilización total corresponde por tanto la guerra total, es decir, ya no solo el enfrentamiento directo con el ejército enemigo, sino la destrucción de quien lo apoya de cualquier modo, por tanto la misma población enemiga. A propósito de esto, Jünger también lo vio venir, pensando en los primeros bombardeos de la Gran Guerra: “El jefe de escuadrilla que, desde las alturas en la noche, da la orden de bombardear, no distingue entre combatientes y civiles, del mismo modo que las nubes de gas se propagan sobre todo lo que vive”. Guernica, Coventry, Dresde, Hiroshima serían, poco después, algunas de las actualizaciones prácticas de esta nueva doctrina militar. GIUSEPPE REGUZZONI Páginas digital
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Embajador de la República de Armenia El cristianismo en Medio Oriente corre el riesgo de desaparecer
La
embajada de Armenia ante la Santa Sede preparó una exposición sobre la cristiandad en oriente, y recordó que la presencia de los cristianos en diversas partes del mundo corre peligro. Zenit habló con el embajador de Armenia ante la Santa Sede, Mikaeyel Misnasyan que explicó la situación en esta entrevista —Su pueblo ha conocido en la propia piel la persecución. ¿Cuál es el mensaje que los mártires cristianos en Oriente Medio dan al mundo? —Los mártires cristianos en Oriente Medio no son un fenómeno de hoy. Hay algo en los procesos de modernización de esta gran región que se escapa y que está degenerando en una situación fuera de control. Los armenios fueron víctimas de una limpieza étnica que duró casi cien años, entre Anatolia y el Cáucaso, de la cual el genocidio de 1915 fue uno de los momentos peores y más emblemáticos. Y quizás podía ayudar a prevenir la evolución de acontecimientos futuros. El mensaje desde hace más de cien años es: evitemos lo peor. —En algunas de estas regiones están radicadas las comunidades armenias. ¿Cuál es su futuro? —Están bien integradas en casi todos los países de Oriente Medio. Con excepción de Jerusalén y Líbano, en donde la presencia religiosa armenia tiene orígenes muy antiguos, en los otros países son en gran parte descendientes de los sobrevivientes de los armenios de Anatolia deportados en el desierto sirio en 1915. Para todos ellos la situación de las dos últimas décadas es una trágica repetición del dolor sufrido. Hoy es particularmente difícil la situación de los armenios sirios e iraquíes. El ataque de los yihadistas al pueblo armenio de Kessab, sucedido en la frontera y territorio turco, y la destrucción del monumento a la memoria en Deir ez Zor, que conservaba los restos de los armenios muertos durante las deportaciones
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del 1915, han sido un fuerte golpe a una población que ya soporta cuatro años de guerra civil. —¿Cuál es el empeño de Armenia con sus hermanos en el mundo? —Armenia como primera cosa está ayudando a los armenios de Siria y de Irak. Una de las pocas embajadas presentes en Damasco es la armenia, que resiste gracias al coraje de los diplomáticos. Cada día Armenia acoge a familias de armenios que llegan desde Siria o desde Irak, pero nuestra capacidad lamentablemente es limitada. Armenia tiene sus problemas, con su vecino Azerbaiyán que amenaza nuevamente a la población armenia del Nagorno Karabakh. —¿Existe un proyecto de colaboración entre vuestra embajada y la Santa Sede para intervenir y apoyar a los cristianos perseguidos? —El estado armenio apoya a través de su diplomacia los continuos llamamientos realizados por el Papa Francisco, y la acción de la Secretaría de Estado de la Santa Sede y de los otros dicasterios que en estos días trabajan para aliviar los sufrimientos de todas las personas afectadas por el fanatismo en Irak y en Siria. En septiembre realizaremos iniciativas para sensibilizar sobre los cristianos en Oriente Medio, con el patrocinio del Pontificio Consejo de la Cultura. —En el aniversario pasado del genocidio armenio el presidente turco Recep Tayyip Erdogan expresó su dolor a los parientes de las víctimas. —Este habría sido un gran paso adelante si no fuera que está rodeado de mecanismos de negacionismo cada vez más sofisticados. Duele ver aún a cien años de distancia que se equipara a las víctimas con los verdugos. Erdogan no ha dado el paso decisivo de reconocer el crimen, aunque Turquía tiene aún una buena oportunidad en el centenario del genocidio en el 2015.
PADRE LIVIO FANZAGA:
¿POR QUÉ EL PAPA FRANCISCO HABLA TANTO DEL DEMONIO? «L a palabra ‘demonio’ parecía casi haber desaparecido del lenguaje eclesiástico de las últimas décadas, en línea con el famoso aforismo de Charles Baudelaire: «La mayor astucia del demonio es hacernos creer que no existe». El Papa Francisco, en cambio, la ha vuelto a plantear con fuerza, denunciando —como ya lo hacía en los ejercicios espirituales predicados siendo cardenal— que Satanás es un ser real, cuyo único objetivo es actuar contra el hombre para arrebatar almas a Dios y para llevarlas al infierno». En un diálogo con el periodista Saverio Gaeta, el Padre Livio Fanzaga, director de Radio María, dedicó al demonio el cuarto capítulo de su nuevo libro, titulado Effetto Bergoglio (Salani, Milán, 2014, 192 pp.), donde, en diez palabras clave, procura delinear la esencia de la espiritualidad y del magisterio del Papa Francisco. Y precisamente no podía faltar una especial atención prestada a Lucifer, el ángel caído, respecto del cual el Santo Padre nos ha puesto en guardia vigorosamente desde los primeros pasos del Pontificado. Ya en la Misa después de la elección, celebrada con los cardenales en la Capilla Sixtina, el Papa nos invitó a tomar distancia y luego, en relación con los desagradables hechos que agitaron internamente los muros de San Pedro, pronunció una ferviente oración de consagración de la Santa Sede a San Miguel, el comandante de las huestes angélicas en la bíblica batalla contra los demonios, sopesando palabras de liberación y de gran impacto («En la oración pedimos que nos defienda del maligno y que lo arroje fuera del Vaticano»). ¿Cómo así —pregunta entre otras cosas Gaeta al Padre Livio— Francisco ha querido refrescar la memoria sobre la verdad del demonio en una época que lo había relegado a la condición de fabulilla y espantajo para niños? Responde el Padre Livio: «Bergoglio es un jesuita que ante todo se formó con la enseñanza de la Biblia, siguiendo la enseñanza de su fundador Ignacio de Loyola. Y sorprendentemente, si uno observa el Evangelio, descubre que el demonio es mucho más citado que la Virgen. El motivo es evidente: la encarnación de Cristo lo obligó a ponerse en descubierto. En esas páginas, se encuentra representada toda la lucha entre Cristo y el «príncipe de este mundo», a quien seguimos combatiendo hasta el final de la historia humana. Por lo tanto, el demonio no es un contorno, un elemento accesorio de la revelación, sino el enemigo del cual Cristo vino a liberarnos. El Salvador ciertamente nos liberó del pecado, pero también de su oscuro inspirador, que es precisamente la serpiente infernal». Además del demonio, el libro enfoca estas otras nuevas palabras-temáticas: Trinidad, Fe, Iglesia, Alegría, Misericordia, Moral, Oración, Solidaridad, Vida cristiana. RICCARDO CANIATO Ver sección Palabras del Papa, p. 816.
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Rímini: Meeting para la Amistad de los Pueblos Presentan el libro entrevista ‘El Papa y el filósofo’
El libro entrevista de Alvear Metalli, dedicado al filósofo uruguayo Alberto Methol Ferré, que conoció a Jorge María Bergoglio, fue presentado el 27 de agosto pasado en el “Meeting para la Amistad de los Pueblos” realizado entre el 24 y el 30 de agosto en la ciudad italiana de Rímini. En la presentación, además del autor, estaba el secretario de la Pontificia Comisión para América Latina (CAL), Guzmán Carriquiry, y el profesor de la ‘Universitá degli Studi di Perugia’, Massimo Borghesi. “El Papa Francisco siguió atentamente por 20 años todos los escritos que Methol producía en dos revistas, la primera Vispera y después en Nexo”, le precisó el profesor Carriquiry a Sergio Mora de agencia Zenit. Además desde Montevideo viajaba con frecuencia hacia Argentina, donde tenía un estimado sacerdote y amigo que era el cardenal Quarracino, de quien Bergoglio se volvió obispo auxiliar. «Cuando Quarracino fue presidente del CELAM y aun antes, cuando era presidente del departamento de los laicos de ese organismo, encontró en Methol a un colaborador cercano. Bergoglio entabló una amistad y un profundo sentimiento de estima personal e intelectual. A tal punto que cuando el Santo Padre recibió al presidente uruguayo, José Mujica, le dijo: ‘Methol nos ayudó a pensar’», indicó el secretario de la CAL. En su relación, el profesor Carriquiry recordó que este autor nacido en Montevideo en 1929, se convirtió a los 20 años a la fe católica gracias a las lecturas de Chesterton, de quien aprendió “que la existencia es un don, así como la salvación y la fe, o sea que se es cristiano por gratitud”. Indicó que Methol fue un latinoamericano que conoció los pensamientos populares, como de Haya de la Torre o de Juan Domingo Perón, la historia de estos pueblos y la religiosidad popular que tuvieron. Recordó que el filósofo uruguayo fue un
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crítico sistemático y agudo de los famosos libros de Guevara, y a pesar de eso fue recibido con respeto en Cuba. Fue también un crítico de las ideológicas contaminaciones de la Teología de la Liberación, y en el libro entrevista con Alvear Metalli indicó que se liberó demasiado rápido de las intuiciones que estaban en su origen. Carriquiry recordó que puso en contacto a ese maestro del Río de la Plata con Comunión y Liberación, en particular con Francesco Ricci y después con Metalli. El libro que presentaron no demuestra solamente su atención a la realidad de América Latina, sino también a “los nuevos paradigmas de lectura de juicios en el escenario internacional después de la fase bipolar y en el tiempo del post comunismo”. Subrayó algunas partes del libro, como el pasaje histórico del ‘liberalismo mesiánico’ al ‘nihilismo libertino’. Otras páginas importantes son la fase de transición de los países a los estados continentes, primero Estados Unidos, después Rusia, más cercana la Unión Europea; China, India, y América Latina, que tiene mayores factores de unidad. El secretario de la CAL recordó también que poco antes del cónclave de 2005, en un artículo en La Nación, Methol anticipaba su alegría por la elección del cardenal Ratzinger a la sede de Pedro, y añadía que estaba llegando el tiempo de un papa latinoamericano. Carraquiry indicó en su exposición que Methol falleció en el 2009, y que si hubiera estado en vida después de la elección de Bergoglio al papado, habría sido un motivo de conmoción personal y que Methol habría retomado sus lecturas sobre el renacimiento católico latinoamericano e indicado las nuevas exigencias y responsabilidades que este pontificado trae para toda la Iglesia de Latinoamérica. “Por ello —concluyó— Methol nos falta mucho y este libro nos hace presente su legado”.
XX Aniversario del Padre Tomás Morales en Santiago, Chile
Jornada Mundial de las Familias 2015 Presentan ícono y oración de los abuelos de Jesús
Representando a la Sagrada Familia de Nazaret, junto con
Al alero de la revista HUMANITAS y en el contexto de la celebración del XX aniversario de la partida al cielo del P. Morales, el 17 de octubre las Cruzadas de Santa María presentaron el último libro sobre su fundador. La Universidad Católica fue el escenario del acto presidido por Jaime Antúnez, Director de la revista, Aníbal Vial y la autora, María Victoria Hernández, al que siguió la Misa y un compartir fraterno. Tras la acogida por parte de Jaime Antúnez, Aníbal Vial aludió a la santa de Lisieux, en cuyo día falleció el siervo de Dios, y a su ‘caminito portentoso’ de infancia espiritual, así como al mismo título del libro: El valor de una vida. Además, comentó lo que fue la misión del P. Morales tal como lo escribió a su padre: “consolar, guiar y enderezar los corazones y las inteligencias de los hombres hacia la única y verdadera vida, Jesucristo”. La autora y postuladora de la causa, María Victoria Hernández, recordó la generosa respuesta del joven Tomás a seguir a Cristo en la Compañía de Jesús y su incansable entrega como sacerdote a la salvación de tantos personas, especialmente jóvenes. Su carisma de movilización de laicos comprometidos con su fe, encuentra hoy continuidad en las obras por él fundadas —Hogar del Empleado, Cruzados y Cruzadas de Santa María, Hogares de Santa María— que dan gracias a Dios por su obra e impulsan el proceso de canonización, de que ya se entregó la positio.
los abuelos de Jesús, el pasado 7 de septiembre fue presentado por el arzobispo de Filadelfia, Mons. Charles Chaput, el icono oficial del Encuentro Mundial de las Familias, evento que se realizará del 22 al 27 de septiembre del 2015 en Filadelfia, Estados Unidos, con el lema «El amor es nuestra Misión: la familia plenamente viva». Junto al icono, el arzobispo también dio a conocer la oración oficial del encuentro. «Con su enfoque en enriquecer y revigorizar la vida espiritual de las familias —tanto católicas como no católicas por igual—, estoy esperanzado de que esta oración y esta imagen puedan ayudar a que todos nosotros examinemos nuestros pensamientos y corazones, y profundicemos nuestras relaciones con Dios y nuestras familias en formas significativas», dijo Mons. Chaput durante la homilía de la Misa que presidió en la Basílica Catedral de San Pedro y San Pablo, donde permanecerá el icono. La imagen, de 1.2 metros de ancho por 1.5 metros de alto, es obra de Neilson Carlin, procedente de Kennet Square, PA, a quien la Arquidiócesis de Filadelfia le encargó realizar el cuadro para el Encuentro Mundial. El artista dio un particular protagonismo a los abuelos de Jesús, los santos Joaquín y Ana, al incluir una escena de ellos en su obra. Por su parte, la oración oficial del evento es una invitación a poner la confianza en Dios y a pedir a Él para que ayude a las familias del mundo a vivir en fidelidad con el Evangelio. La oración, con la que se busca también preparar este acontecimiento, está disponible en 18 idiomas —entre ellos polaco, lituano, criollo haitiano, swahili, tángalo, urdu, etc.— en la página web del Encuentro Mundial de las Familias. También está incluido un video con la oración en lenguaje de señas para las personas con discapacidad auditiva. El Encuentro Mundial de las Familias es una iniciativa que promueve cada tres años el Consejo Pontificio para la Familia, siendo la mayor reunión católica de todo el mundo, con el objeto de fortalecer los vínculos sagrados de las familias en torno a un tema específico. El gran impulsor de este evento fue San Juan Pablo II, quien animó el primer encuentro que se celebró en Roma en 1994, cuando transcurría el Año Internacional de la Familia. Desde entonces, y cada tres años, las familias están invitadas para compartir sus pensamientos, dialogar, orar y trabajar juntos para crecer en la vida familiar y a la luz de las enseñanzas del Evangelio.
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Exposición UC Vírgenes Sur Andinas
Schoenstatt Conmemora sus 100 años de fundación
La Presidencia General del Movimiento Schoenstatt
Virgen del Rosario de Pomata. Anónimo cuzqueño, s. XVII-XVIII. Gentileza Colección Joaquín Gandarillas Infante.
Dedicada a la Virgen María y curada por la Doctora en Historia del Arte Isabel Cruz, se inauguró el 22 de agosto pasado una nueva exposición titulada: “Vírgenes sur-andinas: María, territorio y protección”, que se está exhibiendo en el Centro de Extensión de la Pontificia Universidad Católica, hasta el 24 de enero de 2015 . A través de 16 pinturas virreinales de los siglos XVII-XIX se aprecia la figura de la Santísima Virgen María en su multiplicidad de nombres y advocaciones. Esta es la segunda muestra que se presenta de la Colección Joaquín Gandarillas Infante, acogida en comodato por la Pontificia Universidad Católica de Chile. La exhibición anterior, titulada “Arte, fe y devoción”, curada por el arquitecto e historiador Hernán Rodríguez, fue un éxito tanto en asistencia como en los positivos comentarios de los asistentes. (Ver comentario de Gabriel Guarda OSB en Humanitas 74, pág. 410).
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envió un mensaje conmemorativo para la celebración de los primeros 100 años de fundación de esa familia apostólica, un mensaje que también señala rumbos para el segundo siglo que inicia. El Presidente General, Padre Heinrich Walter, mira con gratitud los pasados 100 años. «Desde aquella hora de fundación hemos experimentado la conducción del Dios de la vida y de la historia. A lo largo de los decenios nos ha hablado permanentemente a través de la evolución de los tiempos, de los acontecimientos en la Iglesia y de las inspiraciones en los corazones de muchas personas». El sacerdote pone especial énfasis en el significado de la Alianza de Amor. «La Alianza de Amor es la semilla de la que se desarrolla todo lo demás, la posición segura desde la cual podemos sobrellevar todos los riesgos y desde donde podemos dirigir nuestro actuar y nuestros pensamientos». La Alianza de Amor con María dirige a los miembros de la comunidad a la profundidad de la Fe. Es la expresión de la búsqueda de Dios a través de María. Del mismo modo, el Padre Heinrich resalta la esperanza de que cada miembro se esfuerce por la construcción de una cultura de alianza con la renovación de la Alianza de Amor el 18 de octubre 2014. Con el «Sí» a la Alianza de Amor cada uno enfrenta una decisión misionera, «que nos transformará y renovará para que podamos servir mejor a la evangelización del mundo de hoy». «Le pedimos a María que nos envíe hasta la periferia de la sociedad como nuestro aporte a una dimensión más creíble de la Iglesia.» El 25 de octubre pasado, representantes de la familia Schoenstatt tuvieron un encuentro con el Papa Francisco. Los voceros de la comunidad afirmaron que el Pontífice «quizo celebrar estos 100 años con la Familia de Schoenstatt e invitarla a vivir esta nueva etapa como un regalo para la Iglesia.
Cracovia 2016 XXXI Jornada Mundial de la Juventud ya tiene Logo
El cardenal Stanislaw Dziwisz, arzobispo metropolitano de Cracovia (Polonia), presentó en julio pasado el logo y la oración oficial de la XXXI Jornada Mundial de la Juventud. En el simbolismo del logo se combinan tres elementos: el lugar, los principales protagonistas y el tema de la celebración. El logotipo de la Jornada Mundial de la Juventud de Cracovia 2016 ilustra el pasaje de Mateo 5,7: «Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia» elegido como tema del encuentro. La imagen se compone de los límites geográficos de Polonia, dentro de los cuales se encuentra la Cruz, símbolo de Cristo, que es el alma de la JMJ. El círculo amarillo marca la ubicación de Cracovia en el mapa de Polonia y es también símbolo de los jóvenes. Desde la cruz nace la llama de la Divina Misericordia, cuyos colores recuerdan la imagen de Jesús, en Ti confío. Los colores utilizados en el logotipo —azul, rojo y amarillo— son los colores oficiales que recuerdan la ciudad de Cracovia y su escudo. La autora del logo —creado después de la canonización de san Juan Pablo II— es Monika Rybczyska, una joven de 28 años proveniente de Ostrzeszów, una pequeña ciudad del centro-oeste de Polonia. También se dio a conocer la oración oficial de la JMJ 2016 con la que se pide al Señor por la humanidad y los jóvenes, por la gracia de un alma misericordiosa y por la intercesión de la Virgen María y de san Juan Pablo II, patrono de la JMJ.
‘’Dios, Padre misericordioso, que has revelado tu amor en tu Hijo Jesucristo y lo has derramado sobre nosotros en el Espíritu Santo, Consolador, te encomendamos hoy el destino del mundo y de todo hombre’’. Te encomendamos en modo particular los jóvenes de toda lengua, pueblo y nación. Guíales y protégeles en los complejos caminos de hoy y dales la gracia de poder cosechar abundantes frutos de la experiencia de la Jornada Mundial de la Juventud de Cracovia. Padre celestial, haznos testigos de tu misericordia. Enséñanos a llevar la fe a los que dudan, la esperanza a los desanimados, el amor a los indiferentes, el perdón a quien ha obrado el mal y la alegría a los infelices. Haz que la chispa del amor misericordioso que has encendido dentro de nosotros se convierta en un fuego que transforma los corazones y renueva la faz de la tierra. María, Madre de Misericordia, ruega por nosotros. San Juan Pablo II, ruega por nosotros’’.
España Reforma frustrada a ley de aborto
El obispo de Alcalá de Henares (España), Mons. Juan Antonio Reig Plá, envió una carta, en septiembre pasado, titulada «Llamar las cosas por su nombre», en la que se pronuncia sobre la reciente decisión del gobierno de España de no sacar adelante la reforma de la Ley del aborto. «Mantener el derecho al aborto quiebra y deslegitima el supuesto estado de derecho convirtiéndolo, en nombre de la democracia, en una dictadura que aplasta a los más débiles. Ninguna ley del aborto es buena», dijo el obispo de Alcalá recordando las palabras de la Constitución Pastoral Gaudium et spes. Mons. Reig Plá denunció «con todo respeto a su per-
sona, que el Presidente del Gobierno ha actuado con deslealtad respecto a su electorado al no cumplir su palabra en esta materia, explicitada en su programa electoral”. “También ha actuado con insensatez pues ha afirmado que lo sensato es mantener el ‘derecho al aborto’, es decir, el derecho a matar a un inocente no-nacido, el crimen más execrable». En ese sentido, el Prelado aseguro que Mariano Rajoy también «ha faltado a la verdad, pues su partido tiene mayoría absoluta en el Parlamento y, sin embargo, afirma que no hay consenso, algo que no ha aplicado a otras leyes o reformas infinitamente menos importantes».
Puede leer la carta íntegra de Monseñor Juan Antonio Reig Pla, en www.humanitas.cl (aborto)
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¿QUÉ SIGNIFICA EDUCAR? La palabra “educar” indica sobre todo la capacidad de favorecer y agrandar el crecimiento, iluminando la verdad de cada uno (e-ducere), tanto del educador como del educando. La educación ha sido concebida desde siempre como el camino hacia la etapa “adulta” de la vida, hacia la maduración intelectual, afectiva y racional. Ser adulto y ser maduro no significan exactamente la misma cosa. El nacimiento biológico y el nacimiento psicológico del ser humano de hecho no coinciden entre sí. Mientras el nacimiento biológico es un hecho bien preciso y observable, el nacimiento psicológico es el paso de un lento y muchas veces sufrido camino cognitivo, psicológico y espiritual. Hablar de “educación para la madurez” como de itinerario hacia la edad adulta significa tener presente estas diferencias y facultades diversas. La persona efectivamente madura es aquella que sabe integrar su capacidad reflexiva e intelectual con la correspondiente emoción, de tal modo que sus actitudes expresan de modo concreto los ideales que proclaman: “la persona madura no es el que principalmente se controla, sino el que sabe regular los propios afectos de modo flexible, fundamentado en el grado de conocimiento que siente de estos y en cuanto decide lo que hay que expresar”. (A. Bissi, Madurez Humana, camino de trascendencia) La madurez afectiva se refiere pues a un camino, complejo y articulado, en el cual la persona está en el grado de expresar de modo libre y consiente lo mejor de sí, su patrimonio cognitivo y afectivo. Giovanni Cucci S.J. (en La Civilta Cattolica 3894)
Encuentro con el Papa emérito Círculo de Discípulos de Joseph Ratzinger
Como en ocasiones anteriores, el encuentro de los miembros del nuevo y el antiguo Círculo de Discípulos de Joseph Ratzinger culminó con una Misa con su maestro, ahora Papa emérito Benedicto XVI. El encuentro se desarrolló en Castel Gandolfo del 22 al 23 de agosto del 2014, y en un clima familiar los alumnos directos del antiguo profesor de Teología y los nuevos estudiosos de su obra reflexionaron sobre la Teología de la Cruz, tema central de la fe católica. El punto final lo constituyó la santa Misa en el colegio alemán, dentro del Vaticano, con Benedicto XVI, en la que asimismo participó su hermano Georg, también sacerdote. La Misa fue sencilla pero a la vez solemne y la homilía del Papa fue no solo de un alto nivel teológico —que pone de manifiesto la lucidez y paz espiritual de Benedicto XV—, sino también espiritual. En efecto, comentando el Evangelio del primado de Pedro, aludía a los dos accesos del conocimiento: el humano y el
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sobrenatural, que explica la fe en Cristo como el Hijo de Dios y Salvador. Especialmente conmovedora fue su insistencia en resaltar que la Iglesia encomendada a Pedro no la construyó en una teoría o una declaración, sino en una persona, en la relación con Jesús. A la Misa siguió una pequeña recepción en una sala contigua. Después de las palabras de saludo y
de la entrega de regalos, siguió el saludo personal de todos los asistentes. Fue entonces cuando Esther Gómez, miembro del Nuevo Círculo de Discípulos y del Consejo de consultores de HUMANITAS, le saludó y le hizo entrega de dos libros: uno suyo sobre la libertad en Joseph Ratzinger y otro de la colección Centro de Estudios Tomistas de la Universidad Santo Tomás, la traducción española del Comentario a los Salmos de Tomás de Aquino. Desde Chile a Roma le fue presentada nuestra gratitud y cariño, además de la promesa de nuestra oración por él. Como regalo, un Rosario con su bendición. ¡Gracias aún por su magisterio!
Teología y espiritualidad Del sacerdocio católico en Joseph Ratzinger
Continúa la publicación, a cargo de la Librería Editrice Vaticana, de la Opera Omnia de Joseph RatzingerBenedicto XVI, ahora en su 12º volumen: Anunciadores de la Palabra y servidores de vuestra alegría. Teología y espiritualidad del Sacramento del Orden. Son 982 páginas, que recogen ensayos teológicos, textos sobre la formación y la espiritualidad de los presbíteros, homilías para Ordenaciones y aniversarios jubilares. Leyendo estos escritos, que abarcan un período de 50 años se puede seguir el debate acerca del sacerdocio católico post-concilio, y el esfuerzo desarrollado por la teología en orden a motivar, del punto de vista bíblico y dogmático, el ministerio sacerdotal en la Iglesia.
Por primera vez Religiosa dirige una Universidad Pontificia
La Hna. Mary Melone, religiosa miembro de las Hermanas Franciscanas de la Beata Angelina y Presidente de la Sociedad Italiana para la Investigación Teológica, fue elegida por la Congregación para la Educación Católica como la nueva rectora de la Pontificia Universidad Antoniana en Roma. Esta es la primera vez que una religiosa ocupa un cargo de esta naturaleza. A pesar del carácter histórico del nombramiento, la propia Hna. Melone ha expresado que no cree que para la Iglesia se requiera ningún tipo de «cuotas» o participación obligada de las mujeres en las instituciones, sino más bien un espíritu de colaboración. Cuando la hoy rectora recibió el cargo de decana
en la universidad —también registrado como un hito histórico en 2011— concedió una entrevista a L’Osservatore Romano en la cual comentó su opinión frente a la posibilidad de clasificar su trabajo como «teología femenina», en un enfoque muy empleado en la actualidad. «La referencia a una teología femenina no encaja con mi visión de las cosas», aclaró la Hna. Melone, rechazando el concepto: «todo lo que existe es la teología». A pesar que su visión puede ser «ciertamente diferente» a causa de su femineidad, «no contrasta» con la visión del hombre. La religiosa comentó sobre la participación de la mujer en la vida de la Iglesia y afirmó que esta obedece a un desarrollo continuo que se ha dado durante cientos de años y no a una confrontación. «Las mujeres no pueden medir la cantidad de espacio que tienen en la Iglesia en comparación con los hombres», explicó la destacada académica: «tenemos un espacio nuestro, que no es ni más pequeño ni más grande que el espacio que los hombres ocupan. Es nuestro espacio». Para la religiosa, la comparación entre hombres y mujeres como medida de los logros no tiene ninguna utilidad y refirió que la armonía y la colaboración son el camino indicado para aprovechar el aporte femenino. La nueva rectora es considerada una experta en San Antonio de Padua, es licenciada en Pedagogía desde 1992, estudió Teología en la Pontificia Universidad Antoniana y obtuvo un doctorado en esta materia en 2001, fue Profesora Extraordinaria en la Facultad de Teología Trinitaria y Pneumatológica de 2002 a 2008 y Directora del Instituto Superior de Ciencias Religiosas «Redemptor Hominis». Fue elegida Decana en 2011 y es autora de artículos y ensayos en varias publicaciones científicas.
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www.youtube.com/watch?v=C_1-JSQIUyo Coro virtual de Carmelitas celebra 500 años del nacimiento de Santa Teresa de Ávila Un coro virtual es la original iniciativa de la orden de las Carmelitas Descalzas para celebrar el 5º centenario del nacimiento de su fundadora, Santa Teresa de Ávila. El coro está formado por frailes y monjas carmelitas de todo el mundo. Los acompaña la orquesta teresiana de la catedral de Saint James en Seattle, Estados Unidos. Para componer este coro único en el mundo cada religioso se ha grabado en vídeo personalmente. “Nada te turbe” es la primera canción de este coro virtual. Versiona la poesía de Santa Teresa de Ávila con el mismo nombre. La segunda canción es una versión del Salve Regina. La hermana Claire Sokol ha compuesto ambas melodías para la ocasión. A tan solo unos días de su publicación el proyecto ya es todo un éxito con miles de reproducciones en Youtube.
—Texto bíblico entero. Sobre las ilustraciones se superpone una caja con el texto bíblico. El texto entero viene dividido según los momentos narrativos y teológicos. Y cada ilustración plasma artística y teológicamente cada momento. –Audios con el texto recitado con música de fondo y efectos de sonido acompañando emocionalmente cada momento meditativo, narrativo y teológico. –Vídeos con introducciones explicativas de la Obra y de cada libro bíblico. –Enlaces a las redes sociales donde la eBible® está presente. –Ventanas flotantes con una cumplida interpretación teológica e iconográfica de cada ilustración para captar en profundidad el mensaje bíblico. Están además las lectios de la eBible®, que son vídeos descargables y consiste en una lectura profunda y meditativa de determinados pasajes bíblicos. Las lectio están enriquecidas con el material gráfico y audiovisual de los eBooks de la eBible®. Se siguen las tradicionales fases de lectura, meditación, oración, contemplación y acción. La eBible® está subvencionada por el ministerio de Educación, Cultura y Deporte del reino de España. En la web http://ebiblefoundation.org, figura cómo descargar los productos y los eventuales precios.
www.youtube.com/watch?v=FP00oOklbrU Popes Encyclopedia. Todos los Papas de la historia en una aplicación para smartphones
http://ebiblefoundation.org, La Biblia en su texto entero, con 40 mil ilustraciones, on line Por primera primera vez en tres mil años se ilustra toda la Biblia en su texto entero, libro por libro, capítulo a capítulo y fragmento a fragmento con más de 40 mil ilustraciones y en 400 eBooks. Este reto artístico, cultural y teológico ha sido tomado en la página web del Pontificio Consejo de las Comunicaciones Sociales (PCCS). Los e-Books —indica la nota— contiene en ilustraciones y texto bíblico, lectio divina en formato vídeo instantáneo descargable; Unidades didácticas con cursos de formación bíblica. Se ilustra el texto entero de cada libro bíblico en un total de 400 e-Books en formato Fixed Layout ePub3 para tablets. La eBible® está compuesta de: —Ilustraciones pintadas a pincel o digitalmente por grandes pintores, que ocupan la página entera del eBook sin márgenes. Se trata de meditar y “rumiar” el mensaje bíblico a través de imágenes.
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la aldea también cuenta con réplicas de casas típicas y sinagogas del primer siglo. Así consigue que los visitantes tengan una idea clara del tipo de ambiente en el que vivía Jesús y las cosas que inspiraron sus parábolas. Desde la parábola del sembrador a la del grano de mostaza. Llevan vestidos iguales a los de la época de Jesús, trabajan en granjas y casas y realizan las mismas tareas que María y José. “La Tierra Santa es llamada el quinto Evangelio, porque cuando se ven los lugares que le inspiraron, se comprenden mejor sus historias, la Biblia y sus parábolas”, señala Nicola. La idea de construir Nazareth Village ganó forma gracias a un médico de la ciudad de Nazaret. A pesar de que la mayoría de la financiación proviene de las entradas, la organización sin ánimo de lucro también lleva a cabo cursos sobre la Biblia y cursos de arqueología para preservar y desarrollar la aldea. Unas 60.000 personas visitaron Nazareth Village el año pasado.
www.youtube.com/ watch?v=zeDOZtwjD3E#t=56 Nazareth Village: parque temático muestra cómo vivió Jesús Nazareth Village es el tipo de aldea donde Jesús creció. Un lugar con olivos, de espacios abiertos y cosechas. Pero no es un lugar cualquiera, aquí se conservan los campos que fueron trabajados por los familiares y amigos de Jesús y por los vecinos de su aldea. Para Amer Nicola, de Nazareth Village, el propósito de este lugar es enseñar cómo vivía Jesús y lo que veía diariamente. Parte del lugar ha permanecido intacto durante siglos. Pero
Francisco es el Papa número 266 de la historia de la Iglesia católica y su biografía es muy conocida. Pero quizá no lo es tanto la del pontífice Gregorio X. Ahora con un sencillo clic y a través del smartphone se puede resolver cualquier duda sobre la biografía de los Papas. Popes Encyclopedia permite seleccionar los Papas por fecha, nombre, origen u orden religiosa. Pulsando la cruz se abre el menú principal. A través de él se puede ver, por ejemplo, a qué edad Juan XXIII fue elegido o de dónde era Calixto III. Desde curiosidades como cuál ha sido el papado más largo o qué Papas han renunciado hasta consultar los que han sido proclamados santos. Además, permite familiarizarse con cada Papa a través de su retrato y una ficha con los principales detalles. Popes Encyclopedia está disponible para smartphones con iOS o Android.
Nueva Facultad de Humanidades «Antoni Gaudí» de Historia de la Iglesia, Arqueología y Artes Cristianas « E l estudio específico de la historia de la Iglesia en un ámbito y nivel universitario puede prestar un servicio muy útil y valioso, poniendo de relieve las raíces cristianas de nuestro continente». Así lo indicó el cardenal de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, durante la presentación de la Facultad «Antoni Gaudí» de Historia de la Iglesia, Arqueología y Artes Cristianas (FEHAG). Así es como se llama la nueva facultad que ha impulsado y creado el cardenal arzobispo de Barcelona y que ha sido aprobada por la Congregación para la Educación Católica de la Santa Sede. La inauguración de la facultad, a la que asistirá el cardenal Grocholewski, prefecto de dicha Congregación, fue el 2 de octubre; mientras que las clases comenzaron el día 6 de octubre. La facultad «Antoni Gaudí» impartirá las tres disciplinas de humanidades y utilizará las infraestructuras del Seminario Conciliar de Barcelona, así como de la Facultad de Teología y de Filosofía, y la Biblioteca Pública y Episcopal del Seminario de Barcelona. Tal y como informan desde la página web de la arquidiócesis «el claustro de profesores también está cubierto, ya que provienen fundamentalmente del Departamento de Historia Eclesiástica de la Facultad de Teología, del De-
partamento de Humanidades de la Facultad de Filosofía y del Aula de Historia Eclesiástica». El plan de estudios de la nueva facultad se inspira en el de la Facultad de Historia Eclesiástica de la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma y pretende ofrecer una formación a personas de Cataluña, del resto de España y de todo el mundo. Asimismo, desde la arquidiócesis de Barcelona indican que «la importancia del diálogo entre fe y cultura ha llevado a la necesidad de promoverlo en un ámbito universitario. La existencia de la Facultad Eclesiástica potenciará este diálogo de manera que se convierta en una plataforma para el anuncio del Evangelio». Según el cardenal Sistach, «existe una urgencia intelectual que pasa por el fortalecimiento del diálogo entre la teología y filosofía cristianas con la literatura y las artes». Del mismo modo se destaca que «es necesaria una interpretación de la historia basada en las aportaciones de personas, culturas y pueblos, desde una perspectiva que tenga en cuenta el cristianismo». «El estudio específico de la historia de la Iglesia en un ámbito y nivel universitario puede prestar un servicio muy útil y valioso, poniendo de relieve las raíces cristianas de nuestro continente», expresó el arzobispo de Barcelona.
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GAUDI EN “ENCUENTRO SANTIAGO” Entre el jueves 2 y el domingo 5 de octubre tuvo lugar el evento “Encuentro Santiago”, manifestación cultural nacida de personas vinculadas al movimiento eclesial Comunión y Liberación. Destacamos como parte del nutrido programa, la presentación por el Rector de la Pontificia Universidad Católica Ignacio Sánchez del libro “Por qué la Iglesia”, de Mons. Luigi Giussani, que tuvo lugar en el Salón Fresno del Centro de Extensión de la UC, el viernes 3. Asimismo la exposición sobre la obra del arquitecto y Siervo de Dios Antoni Gaudí presentada en el Campus Lo Contador. De esta última reproducción el intercambio de correspondencia entre Fray
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Angélico, franciscano chileno, y el Siervo de Dios. Fue ella, como se explicó en los paneles y aparece claro en dicha correspondencia, el origen de la capilla de Nuestra Señora de Los Ángeles o Porciúncila, que según planos de Gaudí está aún para ser edificada en la diócesis de Rancagua. La corporación “Gaudí de Triana” , constituida en el año 1995, toma su nombre de la “Villa Santa Cruz de Triana”, con el que José Antonio Manso de Velasco fundó Rancagua en 1743. La Corporación tiene tres objetivos: Construir la capilla de Nuestra Señora de los Ángeles, construir una casa de soledad y silencio y promover la obra de Gaudí en Chile.
El Padre Aranda y Gaudí se conocieron en Barcelona en junio de 1909. En junio de 1909 visitó las obras de la Sagrada Familia y después escribió a Chile: “Admire asimismo un templo, cuya construcción lleva cerca de treinta años, el cual será una de las maravilla de la arquitectura moderna. Es de estilo gótico, pero tan original que supera con creces a muchos monumentos de su género. Yo subí hasta la mitad de su altura y hube de ascender 250 gradas…. Todos los extranjeros que la visitan se deshacen en alabanza del arquitecto que la dirige y no tienen empacho en afirma que él es un genio. Yo lo traté y tuvo la singular bondad de darme su firma, que yo, por cierto, reputo como una de las más importantes de mi libreta”
En 1922 el padre Angélico Aranda, de la orden franciscana de Rancagua escribió a Gaudí pidiéndole un proyecto para hacer una “Pequeña Capilla o Santuario dedicado a Nuestra Señora de los Ángeles o Porciúncula”. Por medio del secretario de la Junta del Templo, Joan Martí Matlleu, Gaudí contestó que no podía dedicarse a otra obra que no fuera la Sagrada Familia, pero que las proporciones de la capilla que solicitaba correspondían con un edículo que estaba estudiando como elemento del Templo, por lo tanto le ofreció: “adelantar para América lo que un día lejano habría de tener realidad en la magna obra del Templo de la Sagrada Familia”. La carta de Martí Matlleu añadía: “El estudio podría aprovecharse mucho antes de su ejecución en Barcelona y sería una prueba de confraternidad espiritual entre España y América”.
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Benedicto XVI EL ENCUENTRO DE LOS PAPAS CON LOS ARTISTAS CONTEMPORÁNEOS (Y II) Benedicto XVI dio muestras de especial predilección por el tema de la belleza y tiene presente la relación con las artes, especialmente con la música. Cuando era cardenal, expresó este interés en diversas intervenciones, entre las cuales destaca el mensaje en el meeting de Rímini, en el año 2002, en el cual afirmaba: “La belleza es una forma superior de conocimiento puesto que toca al hombre con toda la grandeza de la verdad. El verdadero conocimiento se produce al ser alcanzados por el dardo de la belleza que hiere al hombre. Al ser alcanzados y cautivados por la belleza de Cristo, se produce un conocimiento más real y profundo que la mera deducción racional”. Siendo Papa, Benedicto XVI siguió alimentando su magisterio con reflexiones sobre la belleza de Dios, del Verbo encarnado, de la fe. Entre sus intervenciones más recientes sobre este tema se encuentra el mensaje dirigido por el Papa a Monseñor Ravasi con ocasión de la XIII sesión pública de las Academias Pontificias (25 de noviembre de 2008), cuyo tema era: “Universalidad de la belleza: estética y ética en contraste”. El Papa parte del análisis de la actualidad para proponer enseguida la visión del humanismo cristiano. “En diversos niveles —dice— emerge dramáticamente la separación e incluso el contraste entre dos dimensiones, es decir, entre la búsqueda de la belleza, entendida de manera reductiva como forma exterior, como apariencia que es preciso buscar a toda costa, y la seriedad y bondad de las acciones que se llevan a cabo para realizar esta misma finalidad. De hecho, una búsqueda de la belleza que fuese extraña o separada de la búsqueda humana de la verdad y de la bondad se transformaría, como por desgracia sucede, en mero esteticismo, y sobre todo para los jóvenes, en un itinerario que desemboca en lo efímero, en la apariencia banal y superficial, o incluso en una fuga hacia paraísos artificiales (…). He destacado muchas veces la necesidad y el compromiso de un engrandecimiento de los horizontes de la razón, y en esta perspectiva es necesario volver a comprender también la íntima conexión que une la búsqueda de la belleza con la búsqueda de la verdad y la bondad”. No se puede olvidar, por otra parte, el compromiso señalado por Benedicto XVI al destacar el rol de la belleza en el ámbito litúrgico. La belleza de la liturgia es un tema recurrente tanto en las intervenciones del Pontífice como en las opciones vinculadas con las celebraciones por él presididas. La belleza de la liturgia —ha reiterado en numerosas ocasiones el Papa— manifiesta tanto la belleza de Dios comunicándose como la belleza de la Iglesia, es decir, de la asamblea agrupada para vivir y manifestar su propia fe. A los pies del “Juicio” En el discurso dirigido a los artistas “pertenecientes a países, culturas y religiones distintas, quizá también alejados de las experiencias religiosas”, en la Capilla Sixtina, el 21 de noviembre de 2009, Benedicto XVI comenzó invitando a todos a la amistad, al diálogo y a la colaboración. “El cristianismo —recordaba el Papa—, desde sus orígenes, ha comprendido bien el valor de las artes y ha utilizado sabiamente sus multiformes lenguajes para comunicar su mensaje inmutable de salvación”. Aludiendo al magisterio de sus antecesores, al cual nos hemos referido, Benedicto XVI recordó especialmente el encuentro de Pablo VI con los artistas llevado a cabo 45 años antes en ese mismo lugar y no vaciló en hacer suyas las “expresiones atrevidas” pronunciadas por el Papa Montini en esa ocasión, cuando, después de decir a los artistas que la Iglesia necesita su colaboración, agregó: “Si nos faltara vuestra ayuda, nuestro ministerio sería balbuciente e inseguro y necesitaría hacer un esfuerzo para ser él mismo artístico, es más, para ser profético.
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Para alcanzar la fuerza de expresión lírica de la belleza intuitiva, necesitaría hacer coincidir el sacerdocio con el arte”. Las palabras del Papa fueron acogidas con gran emoción por los artistas, sobre todo cuando Benedicto XVI se refirió a las características del lugar del encuentro: la Capilla Sixtina, “lugar precioso por su arquitectura y por sus dimensiones simbólicas, pero más aún por los frescos que lo hacen inconfundible”. Después de señalar las obras maestras de grandes artistas del siglo XV (Perugino, Botticelli, Ghirlandaio, Cosimo Rosselli y Luca Signorelli), que en las paredes laterales ilustran paralelamente la vida de Moisés y la de Jesús, el Papa centró su atención y la de los asistentes en la visión de Miguel Ángel, que une las Historias del Génesis pintadas en la bóveda con el Juicio Universal que se ve en la pared del fondo. “Queridos amigos —dijo el Papa a los artistas—, dejemos que estos frescos nos hablen hoy, atrayéndonos hacia la meta última de la historia humana. El Juicio universal, que podéis ver majestuoso a mis espaldas, recuerda que la historia de la humanidad es movimiento y ascensión, es tensión inexhausta hacia la plenitud, hacia la felicidad última, hacia un horizonte que siempre supera el presente mientras lo cruza. Pero con su dramatismo, este fresco también nos pone a la vista el peligro de la caída definitiva del hombre, una amenaza que se cierne sobre la humanidad cuando se deja seducir por las fuerzas del mal. El fresco lanza un fuerte grito profético contra el mal, contra toda forma de injusticia. Sin embargo, para los creyentes Cristo resucitado es el camino, la verdad y la vida; para quien lo sigue fielmente es la puerta que introduce en el “cara a cara”, en la visión de Dios de la que brota ya sin limitaciones la felicidad plena y definitiva”. Las imágenes poderosas que se encontraban a la vista de los artistas, comentadas por las palabras del Papa, eran el ejemplo más elocuente de lo que puede hacer el arte cuando está animado por la fe. Lo bello, lo verdadero, el bien El discurso proseguía embellecido por citas de autores que el Papa ama, en cuyas obras se adentró en el curso de su vida de erudito: desde Platón, que en la belleza ve un estímulo que sacude al hombre y lo impulsa hacia lo alto, hasta San Agustín, cantor enamorado de la belleza, que señala en la visión beatífica la síntesis de toda belleza, sin omitir, entre los modernos, a Hans Urs von Balthasar, según el cual la belleza corona, como aureola de resplandor imborrable, la doble estrella de la verdad y el bien, y su indisociable unión. Entre los literatos, Benedicto XVI citó a Dostoievski, quien dice que “la humanidad puede vivir sin la ciencia, puede vivir sin pan, pero nunca podría vivir sin la belleza, porque ya no habría motivo para estar en el mundo”, y a Hermann Hesse, quien dice que “arte significa: dentro de cada cosa mostrar a Dios”. Entre los artistas, citó a Georges Braque, quien decía que “el arte está hecho para turbar, mientras que la ciencia tranquiliza”. Encaminándose al final del discurso, el Papa agregó: “La belleza, desde la que se manifiesta en el cosmos y en la naturaleza hasta la que se expresa mediante las creaciones artísticas, precisamente por su característica de abrir y ensanchar los horizontes de la conciencia humana, de remitirla más allá de sí misma, de hacer que se asome a la inmensidad del Infinito, puede convertirse en un camino hacia lo trascendente, hacia el Misterio último, hacia Dios. El arte, en todas sus expresiones, cuando se confronta con los grandes interrogantes de la existencia, con los temas fundamentales de los que deriva el sentido de la vida, puede asumir un valor religioso y transformarse en un camino de profunda reflexión interior y de espiritualidad”. VIRGILIO FANTUZZI La Civiltà Cattolica 3828 *En Humanitas 75 se publicó lo correspondiente a Pablo VI y Juan Pablo II.
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El Alzheimer como paradigma Una sociedad desorientada
Michel Billé, sociólogo especializado en temas vinculados con la vejez, acaba de publicar La société malade d’Alzheimer (Éditions Érès). Fue entrevistado por el diario francés Le Figaro. –En su opinión, la enfermedad de Alzheimer puede visualizarse como metáfora de males que afectan a toda nuestra sociedad. ¿En qué elementos se basa su análisis? —Uno de los síntomas más flagrantes de la enfermedad de Alzheimer es la desorientación. El enfermo ya no sabe dónde ni en qué tiempo (hora, día, año…) vive. En su espíritu, todo se borra o parece borrarse, si bien a veces hay ciertos rayos de lucidez, una conciencia de las señales, que pueden volver repentinamente. Y de todo eso aún no se sabe ni el cómo ni el porqué. Así, llegué a pensar: “¿Y si en vez de contentarnos con el hecho de no poder decir nada sobre esos enfermos nos preguntásemos qué tienen ellos que decirnos?”. Y pienso que esas personas nos muestran un funcionamiento social defectuoso que a ellas, enfermas, las sobrepasa en gran medida, como si fuesen portadoras de los síntomas de una enfermedad colectiva. —¿Qué síntomas le parecen especialmente emblemáticos de un mal más general? —La relación con el pasado inmediato, que llega a ser cada vez más frágil. Pregunte a alguien la fecha de la caída del muro de Berlín, por ejemplo, y existen todas las probabilidades de que no obtenga la respuesta correcta. Efectivamente, hoy en día, con nuestras gigantescas capacidades de almacenar información en Internet (Google, Wikipedia…), ya no necesitamos aprender de memoria ni memorizar datos esenciales. Como resultado, nos cuesta mucho retener hechos incluso recientes. En la enfermedad de Alzheimer, también se observa eso: la memoria inmediata de la persona está aquejada. —¿Es esta transformación de nuestra relación con el tiempo lo que nos debilita?
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Sí, porque vivir en un tiempo efímero, sin demasiada cultura del recuerdo, induce una presión más grande de la urgencia. Al borrar nuestras capacidades de memoria, como nos invitan a hacerlo los avances tecnológicos —que por lo demás no hay que demonizar—, confundimos la información almacenada en la memoria muerta de las computadoras con los recuerdos construidos a los cuales nosotros, humanos, podemos dar vida. Un recuerdo no es puramente el hecho de retener un acontecimiento, sino la aptitud para vincularlo con personas, lugares, perfumes… Esa capacidad se estropea cuando se vive siempre en el tiempo de lo efímero. —¿Dice usted que esta relación alterada en el tiempo también afecta nuestras relaciones? —Necesariamente, ya que en lo sucesivo valorizamos lo que no dura: ¡un teléfono celular o una prenda de vestir serán tanto más caros en la medida en que pasan rápidamente de moda! Los enfer-
mos de Alzheimer nos muestran cómo, cuando vivimos únicamente en el presente, ya no podemos tener verdaderas relaciones, porque no nos damos tiempo para pensar en ellas, experimentarlas, “cultivarlas”. Ciertamente, estamos en una época de comunicación en todas las direcciones y sumamente rápida; pero no debemos considerar esta “conexión” como relación. La relación es compromiso,
trabajo en la duración… y no es reversible. La conexión, por su parte, llama necesariamente, en un momento dado, a la desconexión. Así, una relación que parecía intensa puede encontrarse rechazada en unos minutos.
China comunista Autoriza a unas 20 mil parejas de Beijing a tener un segundo hijo
Las autoridades chinas han dado permiso a unas 20 mil parejas de Beijing para tener un segundo niño, aflojando la política de planificación familiar del hijo único, según indicó la agencia oficial Xinhua. Con la política de planificación familiar impuesta por el gobierno comunista, las parejas prefieren tener a los hijos de sexo masculino, favoreciendo el aborto de las futuras mujeres y creando un problema demográfico: no hay mujeres para todos los varones. En la población menor de 30 años hay 20 millones más de hombres que de mujeres, según los datos oficiales. Además el número de suicidios que se registra en China entre las mujeres es el más alto del mundo, y se cree que puede estar relacionado a esta coyuntura. Las familias que quieren tener más de un hijo son fuertemente penalizadas, aunque en las zonas rurales el control no logra ser tan estricto. Además el país está sufriendo el envejecimiento de la población con las consecuencias que trae en la política industrial del país. El Partido Comunista chino (PCCh) decidió el año pasado aflojar la política del hijo único, que fue implantada en el país desde los años 70 con el objetivo de frenar el crecimiento demográfico. Los permisos se conceden a las familias en las que uno de los cónyuges no tenga hermanos. Antes esta excepción solo se ofrecía si tanto el padre como la madre cumplían el requisito. Beijing aprobó en agosto pasado un programa que prohíbe identificar el sexo del feto, para evitar los abortos femeninos. Reggie Littlejohn, la fiscal de Estados Unidos, fundadora del Women’s Rights Without Frontiers le indicó a Zenit en una entrevista del 2006 que “la política china del hijo único provoca más violencia contra las mujeres y las niñas que cualquier otra política oficial en la historia del mundo”. La Women’s Rights Without Frontiers es una organización internacional en contra del aborto forzoso y la esclavitud sexual en China.
Cardenal Parolin Un Estado que controla todo es injusto e ineficaz
El Secretario de Estado Vaticano, cardenal Pietro Parolin, advirtió que un Estado omnipresente que busca controlar todo es ineficaz e injusto, pues corta toda creatividad; en cambio, señaló que un Estado sanamente laico es aquel que protege y promueve la acción social de la Iglesia a favor del bien común. Así lo expresó durante el “Coloquio México-Santa Sede sobre Migración Internacional y Desarrollo», que se desarrolló en julio pasado y donde llamó a la comunidad internacional y a los miembros de la Iglesia a trabajar para afrontar el fenómeno de las migraciones, en especial el drama de los niños que cruzan ilegalmente la frontera de Estados Unidos huyendo de la pobreza y violencia en sus países de origen. “Cuando la Iglesia encuentra un interlocutor receptivo, un Estado convencido de su vocación de servicio a las personas y, por tanto, no meramente ‘tolerante’ con el hecho religioso, sino dispuesto a promover cualquier instancia que trabaje por mejorar la sociedad, la potencialidad del bien realizado se multiplica y el tejido social se impregna de humanidad”, afirmó el Purpurado. En cambio, advirtió, “los estados autoritarios buscan controlar toda la vida social: el aparato estatal es omnipresente, debe hacerlo todo, aunque lo haga mal. No acepta a la llamada ‘sociedad civil’, basada en el principio de la subsidiariedad, por el cual la instancia superior debe renunciar a hacer aquello que pueden hacer las instancias inferiores, en aras de una mayor eficiencia del servicio prestado”. “Hoy sabemos que un Estado omnipresente no solo es injusto sino radicalmente ineficiente, puesto que corta de raíz cualquier brote de creatividad y de iniciativa”, señaló. En ese sentido, la autoridad vaticana subrayó “que la Iglesia ha sido uno de los factores sociales que históricamente más han trabajado por el reconocimiento de la ‘sociedad civil’. Cuando un país no solo tolera a la Iglesia, sino que en el marco de una sana laicidad establece los medios jurídicos para su protección y promueve su acción social a favor del bien común, garantiza un elemento meta-político clave para el progreso: la confianza”. “Un estado de derecho en el que los ciudadanos confían en sus políticos, en sus jueces y en las fuerzas del orden tiene futuro. Una sociedad abierta en la que los consumidores confían en los actores de la economía,tiene futuro. Un estado que confía en las Organizaciones no gubernamentales como expresión de la pluralidad del tejido social tiene abiertas las puertas del futuro”, afirmó el Purpurado.
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31ª BIENAL DE ARTE DE SÃO PAULO
LA GRAN NEGACIÓN
El título de la Bienal de São Paulo evoca de una extraña manera el espectáculo ante el cual se enfrenta quien penetra en ella. “Cómo hablar de cosas que no existen” marca desde el inicio una idea que se mantiene presente en la totalidad de la muestra: el arte despliega aquí una gran negación y el dolor de la carencia. No es difícil trasladarse hacia la sensación que encarnó Dante en el descenso a los infiernos de su “Divina Comedia”, más aun porque el ascenso se realiza en el edificio del parque Ibirapuera en un espiral —literalmente, un ascenso circular— de violencia iconográfica que aprisiona y ahoga crecientemente. De seguro la Bienal, abierta entre septiembre y diciembre de 2014, ha despertado y seguirá despertando polémicas e inquietudes por diversas razones. Pero, tal vez, un asunto es el que con mayor fuerza permanece una vez finalizado el tortuoso camino. Fuera de la originalidad y la fuerza de los montajes e imágenes expuestos, la sensación total es la de un mundo dominado por una gran ausencia, la ausencia de Dios. El arte responde ante esa ausencia con violencia, mostrando el conflicto, el desamparo, y una mortal desesperanza. La muestra entera aúlla, literalmente, y truena con sonidos infrahumanos, como en un rechazo universal de la belleza. Pareciera que al artista le es imposible desembarazarse de esa Presencia Creadora primera, que aunque sea como objeto de una blasfema rebeldía, se encuentra omnipresente ahí como un paciente soportador de la ira de su criatura que se rebela al no poder borrar del todo su origen y su anhelo más íntimo.
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La presentación de una refiguración de Nuestra Señora de Aparecida, patrona de Brasil, de Giuseppe Campuzano erguida en el frontis de el Templo Travesti de Perú captura la mirada con su manto de terciopelo azul oscuro bordado de hilos de plata. Pareciera que hubiera algo hermoso de pronto en este océano cuyo tenor lo marcan obras como cabinas para abortar que simulan úteros (del colectivo boliviano Mujeres Creando) y supuestos acribillamientos grabados en vivo (el video Wonderland de Halil Altindere), pero entonces nos encontramos con el rostro estático por la falsedad, con unos rasgos masculinos que han sido deformados y encubiertos por un exceso de maquillaje. El espíritu se turba. A su lado y tras un cortinaje rojo, un montaje muestra los restos de una fiesta en la que el vacío interior de la diversión carente de dominio o de sentido, crece en cuanto se apagan las luces. Los hombres, enrojecidos como llamas de fuego, de la obra Sem título del brasilero Éder Oliveira —obra que se despliega espectacularmente por un muro completo de la estructura— son cuerpos desnudos, vacíos, sus ojos observan tristes, seductores o furiosos dejados a la merced de un calor abrasador. Los artistas que nos ofrecen este mundo iconoclasta, esta nueva realidad, nos conducen a exclamar que no queremos estar ahí y producen con precisión el shock que desean impulsar con la fealdad. No hay amor ni misericordia. El mundo sin Dios, bien representado en la Bienal, es un universo de horrores y cuando salimos una vez más a respirar el aire de la naturaleza que se despliega en el parque que aloja la muestra, percibimos con alivio que existe la frescura de otra posible creación. Probablemente veamos con otros ojos el universo una vez visitada la Bienal, si aquello existe en las almas de los hombres de nuestro mundo —y ya sabemos que existe, pues está presente en la génesis de las obras de esta muestra— Dios desciende a aquellos infiernos interiores para permanecer ahí de un modo extraño y con una dignidad extraordinaria, más grande y reluciente que los grafittis pintados insolentemente sobre su rostro en una de las obras, y resplandece como un deseo íntimo en la negación. «Oh vosotros los que entráis, abandonad toda esperanza» se anuncia en la puerta infernal de Dante, pero entonces descubrimos que para ascender a los Cielos hay que descender hasta lo hondo, tal como Cristo lo ha hecho, descendiendo a lo más hondo de nuestra miseria para redimirnos. BERNARDITA M. CUBILLOS
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Humanitas en Congreso Católicos y Vida Pública en Concepción
El director de Humanitas, Jaime Antúnez, pronunció la conferencia principal en el Congreso Católicos y Vida Pública, realizado en Concepción, el 14 de octubre pasado. Su reflexión verso sobre el tema que dio su nota al
Congreso, la Exhort. Ap. Evangelli Gaudium del Papa Francisco. El título de su conferencia fue “Alegría del Evangelio, Memoria y Periferias”. El texto completo puede leerse en www.humanitas.cl (Evangelli Gaudium).
Tribunal Europeo de derechos humanos Desconoce validez jurídica de matrimonio homosexual
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos dictó sentencia en el caso «Heli Hämäläinen» rechazando la pretensión, para que ese tribunal impusiera el supuesto derecho a matrimonio igualitario a un país (Finlandia) que no contempla tal posibilidad en su legislación. La Corte Internacional (European Court of Human Rights) estableció argumentos que sientan jurisprudencia, y de un devastador efecto para el lobby gay. Explícitamente señala el Tribunal Europeo de Derechos Humanos que en respeto a derecho no puede exigir a los países miembros «conceder el acceso al matrimonio a las parejas del mismo sexo». Afirmó el fallo que en los países miembros se reconoce el «derecho fundamental de un hombre y una mujer a casarse y fundar una familia», y que se «consagra el concepto tradicional del matrimonio como aquel entre un hombre y una mujer». Implícitamente con su fallo el Tribunal envía un mensaje a los estados miembros al confirmar la importancia de proteger jurídicamente la institución tradicional del matrimonio. El Tribunal señaló que las leyes de Uniones Civiles son “suficientes” en el resguardo de derechos y deberes para parejas del mismo sexo. Con ello confirmó que jurídicamente las relaciones entre personas del mismo sexo
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no son idénticas al matrimonio entre un hombre y una mujer. El lobby gay en virtud de su concepto de equidad y dignidad difunde que el matrimonio homosexual igualitario es un derecho humano y denuncia como discriminación y homofobia cualquier cuestionamiento a ese concepto. La realidad es que el Tribunal Europeo, que no puede ser acusado de homofobia ni sesgo religioso moral, ha rechazado la aspiración jurídica. Cabe destacar que solo 10 de los 47 países miembros del Consejo de Europa han regulado sobre el matrimonio homosexual… resistiendo así la presión que se establece desde los medios de comunicación y líderes políticos para imponer la ideología de género. La Corte Constitucional Italiana encaró hechos casi idénticos tan solo en junio pasado. Dicho tribunal también sostuvo en ese caso que las uniones civiles son suficientes para proteger los intereses de la pareja homosexual. Asimismo el año pasado la Corte Suprema de los Estados Unidos se negó a decir que el matrimonio entre personas del mismo sexo es un derecho conforme a la Constitución estadounidense, traspasando la decisión de legislar o no a cada estado.
A 100 AÑOS
SAN PÍO X Y LA PRIMERA GUERRA
Adelantándose a los hechos que sucederían meses más tarde, en mayo del 1914 en una alocución a los cardenales les exhortaba diciendo que la cruz de Cristo era la única fuente de salvación y de paz: “Hoy más que nunca hay que buscar aquella paz cuando asistimos al frecuente espectáculo de unas clases hostiles a otras”. El 28 de junio el asesinato del archiduque Francisco José de Austria en Sarajevo hizo sufrir en gran modo el corazón del Papa. Rezó, recurrió a la misericordia de Dios e intentó mover a la diplomacia europea y así evitar el derramamiento de sangre y lucha entre pueblos. En una alocución en 1914 intentó sin éxito evitar la primera guerra mundial. Lo denunciaba en todas sus apariciones públicas y privadas pero la guerra hacía ya estragos. En su última exhortación a los católicos de todo el mundo el 12 de agosto les decía: “Mientras casi toda Europa es arrasada por el torbellino de la guerra, en cuyos peligros y consecuencias ninguno puede pensar ni sentirse oprimido por el dolor y el espanto. (…) Exhortamos, pues, a los católicos de todo el mundo a que recurran confiadamente a su trono de gracia y misericordia, precediéndoles con su ejemplo el clero, anunciando en las parroquias, previa orden de sus obispos, públicas rogativas a fin de obtener que Dios, movido a piedad, aleje lo más pronto posible las funestas antorchas de la guerra e inspire a los supremos gobernantes de las naciones pensamientos de paz, no de dolor”. El sufrimiento que llevaba el Papa en su corazón y en su alma era inmenso: rezaba y lloraba amargamente. Incluso llegó a afirmar: “¡Daría un holocausto de esta pobre vida por impedir la matanza de tantos hijos míos!”. Este estado de agotamiento y angustia lo llevó a enfermar. Moría besando el pequeño crucifijo cerrando los ojos para siempre el 20 de agosto de 1914 a la 1.15 de la madrugada. En su testamento decía: “Nací pobre, he vivido en la pobreza y quiero morir pobre”. MARTA MAS Cristiandad
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REINO UNIDO DESCLASIFICA EL ARCHIVO MITROKHIN, CON INFORMACIÓN SOBRE EL ESPIONAJE A JUAN PABLO II
EL PRINCIPIO DEL FIN El 17 de octubre de 1978, un día después de la elección de Juan Pablo II, el embajador soviético en Varsovia, Boris Aristov, envió a Moscú una carpeta con información detallada sobre el hasta entonces cardenal Wojtyla, un «peligroso y violento anticomunista» al que los servicios secretos habían seguido la pista. Que el Papa polaco fue objeto de espionaje por parte del KGB era algo ya conocido. La novedad es la desclasificación, hace unos días, del Archivo Mitrokhin, que detalla cómo y quién espió a ese hombre que fue, a ojos del Politburó, el principio del fin del comunismo en Polonia.
El Archivo Mitrokhin, custodiado desde 1992 por Reino Unido, es el resultado de doce años de trabajo del mayor Vasili Mitrokhin, documentalista del KGB —aparato de inteligencia ruso— y desertor del comunismo en 1992. Refugiado en Inglaterra, entregó a los británicos 33 cajas de material sobre las operaciones de inteligencia del aparato soviético que incluyen el intenso espionaje contra Karol Wojtyla. En 1971, el SB —el KGB polaco— comenzó a vigilar los pasos del entonces arzobispo de Cracovia, por su «papel subversivo contra el Partido Comunista». Los discursos de Varsovia en mayo de 1973, el célebre de Nowa Huta del mismo año y el de Cracovia en noviembre del 74, colocaron al futuro Papa en la lista de culpables de sedición, lo que acarreaba penas de uno a diez años de cárcel, pero el Gobierno polaco no se atrevió a encarcelar al joven Wojtyla. Enorme autoridad moral Así lo confirman los documentos de Mitrokhin enviados por el Churchill Archives Centre a Alfa y Omega. En ellos, la Inteligencia polaca denuncia el apoyo de Wojtyla a elementos antisoviéticos [agrupaciones estudiantiles y líderes de Solidaridad] y las posiciones anticomunistas de sus discursos: «Critica el funcionamiento de los órganos de la República, a la que acusa de restringir los derechos fundamentales y civiles; la sobreexplotación de los trabajadores —a los que la Iglesia debe proteger del Gobierno—; la restricción del culto religioso; el trato discriminatorio a los católicos y la imposición de una ideología alienante». Alarmado por la «enorme autoridad moral» del Papa, el KGB rodeó a Juan Pablo II de una legión de espías que debían enviar información detallada sobre los gustos y la personalidad del polaco. ¿Qué bebe, cuándo y cuánto? ¿Quién le lava la ropa? ¿Qué atención médica recibe? ¿Cada cuánto se afeita? ¿Le gusta el juego? ¿Qué documentos de trabajo maneja?... Eran solo algunas de las preguntas que los espías tenían que descifrar. Ninguno pudo encontrar nada que sirviera al KGB para chantajear al Papa. No había cómo luchar contra este enemigo. Impresionados por la profunda vida espiritual del polaco —los informes que llegaban al KGB hablaban de un Papa que pasaba hasta ocho horas al día en recogimiento—, el aparato soviético aconsejó a Polonia no hacer concesiones ante el Pontífice. El Archivo Mitrokhin recoge la conversación que el líder soviético Leonid Brezhnev
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tuvo en 1979 con el Presidente polaco Gierek. «Di al Papa que anuncie públicamente la suspensión del viaje a Polonia por enfermedad». Ante la negativa de Gierek, Brezhnev colgó el teléfono no sin antes espetar al polaco que hiciera lo que le diera la gana, «pero luego tú y tu Partido no lo lamentéis». La visita del Papa a Polonia en 1979 fue tan horrible para los comunistas como la Inteligencia esperaba: un país con un 90% de católicos entregados a su Papa. La batalla ideológica, reflejó el KGB, se había perdido en Polonia. Así, y con el apoyo de la Iglesia de Polonia a las protestas obreras, llega 1980. La anécdota la resume el historiador Christopher Andrew, única persona a la que se había permitido acceder, hasta ahora, al Archivo Mitrokhin: un joven Lech Walesa se prepara para firmar, ante las cámaras de televisión, el Acuerdo de Gdansk, que reconoce el derecho de huelga y la formación de sindicatos. Se lleva la mano al bolsillo de la chaqueta y saca un enorme y llamativo bolígrafo. Es un souvenir de la visita papal y lleva, impreso, un retrato de Juan Pablo II. En Moscú se llevan las manos a la cabeza. Es el principio del fin. ROSA CUERVAS-MONS Alfa y Omega
III Congreso Mundial de la Misericordia
«En la Iglesia todas las comunidades tienen la vocación de vivir la gracia de la misericordia divina y de ser misericordiosas». Así, el cardenal Francisco Javier Errázuriz Ossa, arzobispo emérito de Santiago de Chile, clausuró como enviado especial del Papa, el tercer Congreso Apostólico Mundial de la Misericordia (Wacom III), celebrado en Bogotá del 15 al 19 de agosto. Al invitar a reflexionar sobre algunas orientaciones ofrecidas por el Papa Francisco, el purpurado afirmó que «no seremos nunca misioneros de la misericordia si no llegamos a ser hijos de la misericordia», indica la nota publicada por el L’Osservatore Romano. Por esto, el Pontífice invita continuamente a considerar que Dios nos ama primero, desde el inicio, y no se cansa de tomar siempre la iniciativa. Así, el cardenal añadió que «nos ama primero, y con amor de misericordia, sin cansarse de perdonar. Su amor despierta nuestro amor, que es siempre una respuesta al suyo, y la inclinación a amar como Él nos ama». A continuación, el cardenal recordó que el Papa Francisco usa para describir esta actitud de Dios un neologismo porteño: «Dios nos primerea». Es decir, «nos anticipa, nos está esperando». Y así, ha evidenciado que «los que han experimentado que Dios, en su inconmensurable misericordia, nos ha amado primero, saben ir adelante, tomar la iniciativa sin miedo, ser ‘Iglesia en salida’ hacia las periferias geográficas y existenciales, con un deseo inagotable de ofrecer misericordia».
El arzobispo emérito de Santiago de Chile también señaló que Juan Pablo II «puso la misericordia al centro de su vida espiritual, de su testimonio apostólico y de su magisterio». El papa Wojtyła, ha afirmado, «proclamaba proféticamente que ‘en la misericordia de Dios el mundo encontrará la paz, y el hombre la felicidad’». Después de haber observado que nuestra sociedad, con sus contradicciones, sus dificultades y sus violencias, parece ser hostil a la fe cristiana, el enviado del Papa a Bogotá también subrayó que «en el plano de Dios todo esto no es decisivo y hay otros signos para tener en cuenta en la época en la que vivimos. Por otro lado, nuestro tiempo actual, ‘no nos permite permanecer indiferentes’». De aquí, la invitación a «vivir y a trabajar para que nuestro tiempo sea el tiempo de la misericordia, para que nuestras culturas sean fundadas en el amor infinito de Cristo, de la sabiduría del Evangelio, de la espiritualidad y de la obra de la misericordia». El III Congreso Apostólico Mundial de la Misericordia (World Apostolic Congress On Mercy WACOM) contó con la presencia de 4 cardenales, 7 obispos y unos 50 sacerdotes y gran número de religiosos y laicos venidos de distintas partes del mundo. El WACOM III comenzó oficialmente con la conferencia «La Misericordia Divina nuestra misión», del cardenal Christoph Shönborn, presidente del patronato de la Misericordia. El purpurado mencionó las palabras del Papa san Juan Pablo II sobre la misericordia, e invitó a la práctica de la misericordia siguiendo las enseñanzas de Jesús en
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la parábola del buen samaritano y el encuentro con la samaritana. Asimismo, subrayó que «la misericordia es una gran oportunidad para la Iglesia, para nuestros países y para el mundo, recordando las palabras de santa Faustina tomadas también por el Papa Juan Pablo II: ‘La humanidad no encontrará la paz hasta que no venga a mi misericordia’».
Por otro lado, el Congreso contó con la presencia de más de 10 reliquias de santos de la Iglesia Católica y la de tres beatos. Entre otras, estuvieron la reliquia de Santa Faustina Kowalska, la de San Juan Pablo II, la reliquia del Santo Cura de Ars, así como la de los beatos Miguel Sopocko, confesor de Santa Faustina; la de los beatos Francisco y Jacinta de Fátima.
1.500 años de antigüedad Papiro sobre la Eucaristía fue hallado en Inglaterra
U na
pieza de papiro que conserva varias citas bíblicas sobre la Eucaristía fue descubierto por la Dra. Roberta Mazza, investigadora del John Rylands Research Institute de la Universidad de Manchester, en Reino Unido. El documento se refiere al Sacramento bajo el nombre de «Maná del Cielo» y al parecer era conservado en un relicario y portado por su autor como una protección espiritual. El origen del texto es una villa de Egipto y el papiro data del Siglo VI. El papiro fue hallado por la investigadora mientras examinaba miles de fragmentos de documentos históricos no publicados que se guardaron en las bóvedas de la Biblioteca John Rylands, según informó la Universidad de Manchester. A través de un análisis con técnicas de imágenes espectrales, se logró determinar que el texto devoto fue escrito al reverso de un documento comercial certificado por el cobrador de impuestos de la villa de Tertembuthis, en la zona rural de la antigua ciudad de Hermoupolis. Según la Dra. Mazza, el autor de la pieza cortó una parte del documento, escribió al respaldo la oración y entonces «habría doblado el papiro para conservarlo en un relicario o pendiente. Esta es la razón por la cual el recibo de impuestos en el exterior se dañó y desvaneció». Para la experta, este uso pudo ser común entre los creyentes, quienes habrían adaptado a la fe cristiana la costumbre de los pueblos egipcios de portar oraciones paganas como protección de diversos peligros. Este documento combina de manera creativa varios pasajes del Nuevo y el Antiguo Testamento en relación con el Sacramento de la Eucaristía, al que llama «Maná del Cielo» según el Salmo 23. También hace referencia
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al relato de la institución de la Eucaristía en el capítulo 26 del Evangelio Según san Mateo y otros textos de la Sagrada Escritura. El manuscrito también es una muestra de la apropiación y valoración de los textos sagrados por parte del común de la población, ya que el autor parece ser un residente de una villa sin aparente relación con el sacerdocio o el estudio académico. «Es doblemente fascinante», comentó la investigadora al referirse al autor del texto, «porque claramente conocía la Biblia, pero cometió muchos errores: algunas palabras están mal escritas y otras están en el orden equivocado. Esto sugiere que escribía desde su corazón en lugar de estar copiándolo». Esto ofrece una perspectiva nueva sobre la extensión del cristianismo en la época. «Es bastante emocionante», expresó la Dra. Mazza. «Gracias a este descubrimiento, ahora pensamos que el conocimiento de la Biblia estaba más arraigado en el Egipto del siglo VI que lo que pensábamos previamente». Varios académicos de la Universidad de Manchester celebraron el descubrimiento y destacaron la labor de los investigadores y el aporte que las bibliotecas hacen en la preservación del conocimiento alrededor del mundo. El texto completo del papiro es: «Teman todos quienes dominan la tierra. Conozcan sus naciones y pueblos que Cristo es nuestro Dios. Porque Él habló y ellos llegaron a existir, Él dio la orden y fueron creados; Él puso todo bajo nuestros pies y nos salvó de nuestros enemigos. Nuestro Dios preparó una mesa sagrada en el desierto para el pueblo y dio el maná de la nueva alianza para comer, el Cuerpo inmortal del Señor y la Sangre de Cristo derramada por nosotros para el perdón de los pecados».
Scholas Social Plataforma digital que conecta escuelas del mundo “Construir la Paz a través de la Educación y la Tecnología”. Estas fueron las palabras con las que Scholas develó el 3 de septiembre pasado la primera plataforma online colaborativa, multi-religiosa y abierta a toda la comunidad educativa, que busca conectar instituciones educativas de todo el mundo y hacer realidad sus proyectos. El anuncio fue precedido por una semana intensa de actividades en el marco del III Congreso Educativo Mundial de Scholas. El 1 de septiembre el Papa Francisco realizó la apertura del encuentro con una audiencia en el Aula Pablo VI en el que participaron los jugadores y familiares de los futbolistas que luego serían los protagonistas del primer partido interreligioso por la paz. El partido contó con la presencia de grandes jugadores de fútbol de todo mundo. “La Tecnología y la Educación son claves para combatir las raíces de la violencia”, expresó José María del Corra, Director Mundial de Scholas, durante la conferencia de prensa en el Aula Paulo VI en el Vaticano. “Pueden ayudar a derribar las barreras físicas que nos separan y los prejuicios en el camino a la Paz”, explicó. La nueva Plataforma Scholas.Social unirá a las instituciones educativas de todas las creencias y culturas de todo el mundo, para construir un espacio generador de la cultura del encuentro. El sitio permite que alumnos y docentes intercambien experiencias para aprender unas de otras, así como compartir aquellos proyectos que requieren una mano extra, ya se trate de recursos financieros o de voluntarios. Estos últimos pueden recorrer la plataforma y acceder fácilmente a las escuelas y sus proyectos para identificar cuáles son las que más pueden aprovechar su ayuda. Scholas nació hace un año en esta misma ciudad, cuando el Papa Francisco encomendó construir Scholas, una red de escuelas que pueda cambiar la manera en que los estudiantes aprenden. La iniciativa está
inspirada en dos proyectos que creó cuando era arzobispo de Buenos Aires: la Escuela de Vecinos y Escuelas Hermanas. Ambos proyectos se enfocan en compartir las problemáticas de los estudiantes de barrios de distinto estrato social para buscar soluciones en forma conjunta, y así promover la participación y el cambio. Llevar esta idea a una escala global requirió desarrollar una plataforma robusta, pero fácil de usar. Con este fin, tres empresas tecnológicas se sumaron a la iniciativa y donaron su trabajo: la empresa de desarrollo de software Globant diseñó y concibió el sitio, mientras que Line64 realizó la programación. Finalmente, Google fue responsable de la integración de las herramientas educativas Apps para la Educación. Scholas Social combina distintas características de las plataformas sociales y colaborativas. Permite a los usuarios subir proyectos y los alienta a participar en otras iniciativas donando conocimiento, tiempo o materiales. La plataforma promueve esta participación a través de distintas estrategias de “gamification“, una tendencia mundial que implica llevar las dinámicas del juego a contextos que no son lúdicos para promover el compromiso de los usuarios. En una segunda etapa del proyecto, Scholas y sus cooperadores continuarán incluyendo más herramientas y funcionalidades al sitio para seguir construyendo el Aula del Futuro. Puede accederse a la plataforma ingresando en http://www.scholasoccurrentes.org/ El Papa Francisco, consciente de la importancia de la inclusión social a través de la inclusión digital, encomendó a los directores de Scholas trabajar muy fuerte en este ámbito. Es por ello que en marzo pasado el Papa Francisco plantó el primer olivo virtual desde el Vaticano. Como respuesta a este llamado, la empresa Aula 365 by Creapolis desarrolló el olivo virtual que hoy se está plantando desde los diversos rincones de la tierra.
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UNA VISIÓN EMPOBRECIDA DEL SER HUMANO Somos testigos de un diálogo entre vastos sectores de la población respecto de una reforma educacional que pretende lograr que los chilenos tengan educación de calidad independiente del lugar de proveniencia, y de una reforma tributaria que pretende promover mayor equidad económica. No podemos sino que alegrarnos de que ello se lleve a cabo en la medida en que respete el derecho y el deber que tienen los padres de educar a sus hijos y logre que el desarrollo económico del país tenga un alcance más universal que el actual. Simultáneamente, pero de manera silenciosa, se están fraguando en el Congreso Nacional proyectos de leyes que van a golpear duramente el alma de Chile y los cimientos mismos de la sociedad: el matrimonio y sus fines específicos, entre un hombre y una mujer, como fundamento de la familia y el respeto de la vida humana desde el momento de la concepción hasta su muerte natural. El primero es el proyecto de ley acerca del acuerdo de vida en pareja. Lo único que va a lograr es pauperizar más aún el matrimonio de lo que está y por ende la familia como célula básica de la sociedad. En segundo lugar, la ley que pretende despenalizar el aborto en ciertos casos -que no tiene justificación alguna-, y que en la realidad va en la dirección de aprobar una norma que permita el aborto bajo cualquier circunstancia como ha ocurrido en muchas partes del mundo. Por último, se escuchan voces en favor de la eutanasia, es decir, la eliminación del inocente en los momentos en que más requiere apoyo y amor. Con estos proyectos de ley pierde la sociedad toda porque empobrece el valor de la vida humana y solo le atribuye valor al sano y productivo, empobrece la capacidad del hombre y de la mujer de comprometerse para toda la vida, desconoce el lenguaje de la naturaleza y los dictados de la razón. No olvidemos que el sentir de la gran mayoría de los jóvenes es que lo que más valoran y desean es tener una familia como siempre se ha entendido, fundada en la unión entre un hombre y una mujer, y lo que más les duele es ver a su familia destruida. La ley en vez de promover este anhelo inscrito en el corazón de todo hombre le resta relevancia haciendo del deseo y las emociones el valor absoluto, al punto de atribuirse el rol de generar una nueva realidad al margen de la verdad que en sí lleva inscrita. En relación con el aborto, el cambio cultural que significa su despenalización será de proporciones al pasar de lo que hasta ahora es considerado un delito, eliminar al inocente, a un derecho aceptado, promovido y financiado por el propio Estado. La Iglesia Católica seguirá promoviendo el matrimonio y el respeto a la vida humana desde el momento de la concepción hasta la muerte natural. Y lo hace no solo en virtud de sus convicciones de fe, sino que también porque la razón es capaz de percibir qué es lo mejor que le puede acontecer a las personas y a la sociedad. Es cosa de mirar cómo ha pesado en la sociedad, especialmente en Occidente, el hecho de haber subestimado la familia y la vida: más soledad de las personas, especialmente de los ancianos, relaciones humanas cada vez más utilitarias y más desencanto de los jóvenes respecto del futuro. Cuando la sociedad y su marco legal miran la violencia —el aborto y la eutanasia lo son— como el modo para solucionar situaciones que revisten especial dramatismo, enquista en la sociedad la idea de que el fuerte tiene el poder respecto del débil
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y, cuando ello acontece, la democracia termina convirtiéndose en la peor de las dictaduras. Que un ser humano se atribuya el derecho de decidir qué vida merece ser vivida y qué vida no, es una arrogancia. Invito a pensar seriamente sobre el camino que está emprendiendo Chile y a preguntarse de cara al futuro qué sociedad queremos construir. El talante de una sociedad se mide en la capacidad que tiene de hacerse cargo del desvalido y del indefenso. Por último, resulta contradictorio que por un lado se quiera eliminar la selección para ingresar a un colegio, pero por otro se permita que se seleccione en el útero materno a quienes los adultos creen que no son merecedores de seguir su desarrollo. A esas contradicciones se llega cuando hay una visión empobrecida de lo que significa ser un ser humano y la dignidad que posee por el solo hecho de serlo. FERNANDO CHOMALI Arzobispo de Concepción * Artículo publicado originalmente El Mercurio. 7.X.14
Virgen del Cobre Patrona de Cuba entronizada en los Jardines Vaticanos
Nuestra Señora de la Caridad de El Cobre ya está en los Jardines Vaticanos. Con una ceremonia celebrada en la mañana del 20 de agosto, la advocación mariana patrona de Cuba fue colocada en la zona cercana a la Campana del Jubileo. Aunque el Santo Padre no estuvo presente, sí estuvieron los cardenales Antonio Cañizares, prefecto de la Congregación para el Culto Divino; Giuseppe Bertello, presidente de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, y Tarcisio Bertone, antiguo secretario de Estado. Además, han acudido el embajador de Cuba ante la
Santa Sede y su esposa, así como 10 obispos cubanos. Durante el acto, se rezó una oración y el cardenal Bertone dio un discurso a los presentes. La pequeña imagen encierra una singular historia de fe y devoción mariana. Es una réplica de la imagen hecha en bronce, que fue colocada en una ermita en la Bahía de Nipe, en la zona nororiental cubana de la actual Diócesis de Holguín, a principios de los años 50 del siglo XX. La ermita marcaba el lugar donde en 1612, tres buscadores de sal hallaron la imagen de la Patrona de Cuba flotando sobre las aguas, sobre una tablilla en la que se leía: Yo soy la Virgen de la Caridad.
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LIBROS
Las palabras del Papa Francisco en el discurso público Este libro, La verità è un incontro. Omelie da Santa Marta (La verdad es un encuentro. Homilías de Santa Marta)1 es un corpus de meditaciones, reflexiones, consejos y respuestas, pero sobre todo preguntas dirigidas por el Papa a la conciencia de cada uno de nosotros, tocando todos los temas de la vida de un cristiano y de un ciudadano. Es posible deducir algunas consideraciones de la lectura de las homilías, de las entrevistas y en general de sus escritos e intervenciones.
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a primera consideración es estilística: al Papa le gustan las frases coordinadas, incisivas, esenciales. Recurre rara vez, en ocasiones públicas, a las subordinadas, a la complejidad y a la oscuridad del lenguaje, porque siente la urgencia de comunicar, de ser comprendido, de conmover a su auditorio. No obstante, la simplicidad del lenguaje nunca es simplicidad de razonamiento: siempre llega a lo esencial de las cuestiones, en profundidad; pero lleva lo profundo a la superficie y lo ofrece a quienquiera desee escuchar sus palabras.
La segunda consideración tiene relación con el uso de símbolos, de imágenes. El Papa habla teniendo al frente un horizonte amplio, y sabe que es fundamental lograr llegar a todos. Lo imaginario de nuestro tiempo es de carácter visual: por este motivo, el Papa Francisco rescata la modalidad del lenguaje de Jesús —las parábolas— y con palabras sencillas crea imágenes de increíble poder simbólico. Por dar unos ejemplos: la Iglesia vista como “una ambulancia después de una batalla” o “las periferias existenciales” a
1 La verità è un incontro, Omelie da Santa Marta, Rizzoli Editrice, 2014, 554 págs.
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las cuales se refiere el Papa, en la homilía Dios, del Evangelio; pero sin más ha del 16 de mayo de 2013, al contraponer el señalado de manera evidente algunos fervor de San Pablo a los “cristianos de temas de gran actualidad: belleza, bonsalón”, otra imagen sumamente fuerte. dad y verdad, justicia, oposición a las O cuando dijo a los nuevos cardenales: mafias. A propósito, ¡qué emocionante “Recuerden que los cardeel encuentro con los panales no entran a la corte”, rientes de las víctimas de invitándolos a “rechazar la mafia junto con don intrigas, habladurías, ataCiotti! Yo estaba presente duras, favoritismos y preen ese momento conmoferencias”, mientras, en vedor, y cuando escuché la Misa del Jueves Santo, al Papa dirigirse a los pidió a los sacerdotes de su mafiosos y decir: “El podiócesis ser “pastores con der, el dinero que ustedes el olor a oveja, pastores en t ienen ahora mediante medio de la propia grey”. tantos negocios sucios, Podría continuar largo tantos crímenes mafiosos, tiempo, pero cierro esta es dinero ensangrentado, breve lista con dos imágey poder ensangrentado, LO IMAGINARIO DE nes que considero especialy no podrán llevarlo a NUESTRO TIEMPO ES DE mente incisivas: durante la otra vida”, advertí un CARÁCTER VISUAL: POR el Angelus, hace algunos anatema de una fuerza ESTE MOTIVO, EL PAPA meses, el Papa invitó a los y un poder comparable FRANCISCO RESCATA ricos a poner parte de sus con el “conviértanse” del LA MODALIDAD DEL riquezas al servicio de los grito del Papa Juan Pablo LENGUAJE DE JESÚS demás, compartiéndolas II a los mafiosos. Además, —LAS PARÁBOLAS— en un gesto de solidaritemas como la ternura, la Y CON PALABRAS SENCILLAS CREA dad mediante el cual se misericordia, la atención IMÁGENES DE INCREÍBLE vislumbre la Providencia prestada a la humanidad PODER SIMBÓLICO. de Dios, porque “llevamos doliente y pobre, el yugo al cielo solo aquello que de la competitividad que hemos compartido”, y recordándoles que conduce a la cultura del desecho, del en“el sudario no tiene bolsillos”. La otra es vase desechable, la tensión por un orden talvez una de las más famosas: a partir de político elevado, general y más humano, Lampedusa emitió un trueno contra “la y la atención prestada al tema de la paz cultura del bienestar, (…) que conduce a la y del diálogo, con una insistencia y una indiferencia con los demás, más bien a la incidencia enteramente especiales. globalización de la indiferencia”. Cuarta y última consideración: la La tercera consideración tiene relación corporeidad del Papa Francisco. En el con la elección de los temas. Claramente, pasado, los mensajes eran sobre todo en las homilías el Papa habla de la fe, de textuales, oficiales, llegaban mediante
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cartas y encíclicas. También hoy están semejantes a sepulcros blanqueados, una presentes estos instrumentos, pero la co- podredumbre barnizada: esta es la vida municación del Papa Francisco es en gran del corrupto”, dijo. medida corpórea: es un Papa que toca a Una homilía fuerte, aguda, en la cual la gente, que se deja tocar, que acaricia, señaló la hipocresía, el fariseísmo, la coque se acerca al interlocutor y lo abraza. rrupción, la distancia entre el pueblo y las Son todos gestos de gran apertura y gran clases dirigentes, encerradas en estrechas acogida; también de gran lógicas de facción, de ideoriesgo, por decirlo todo logías, de intereses. Por lo EL TEXTO DE BERGOGLIO (y puedo imaginar que la demás, no podía hablar de ES UN ANÁLISIS Gendarmería se encuentra misericordia. No tenía al PRECISO Y SOBRE a menudo en mal pie). Ante frente a los pobres, a los úlTODO DESPIADADO las grandes masas, el Papa timos; no podía mostrarse DEL FENÓMENO DE Francisco parece conseguir dulce, acariciar y abrazar. LA CORRUPCIÓN: dirigirse a cada persona, Sorprende que alguien se UNA CONDENA SIN APELACIÓN Y CASI proponiendo incluso cihaya sorprendido. ¿Qué se SIN REDENCIÓN. EL tas telefónicas; en los enesperaba: caricias? Y recibió PAPA LA DESCRIBE cuentros más informales, bofetadas. Yo conocía las NO SOLO COMO UNA interroga de buena fe a su palabras empleadas por el SUMA “CUANTITATIVA” interlocutor, estimulándolo Papa Francisco esa mañana DE PECADOS, SINO a tener un diálogo con él. para comentar el pasaje de COMO UNA PLANTA Por otra parte, él mismo Jeremías previsto por la NOCIVA QUE AMENAZA dice que siempre ha “neceliturgia, porque constituían LOS FUNDAMENTOS sitado una comunidad” y lo esencial del libro Sanar la SOBRE LOS CUALES ESTÁN CONSTRUIDOS “vivir su vida junto con los corrupción, que recoge las LOS ESTADOS demás”. De esta necesidad reflexiones del entonces DEMOCRÁTICOS Y LA da testimonio el hecho cardenal Bergoglio en BueIGLESIA MISMA. de que, por ejemplo, las nos Aires y del cual tuve audiencias, las catequesis el honor y el privilegio de duran unos veinte minutos, pero luego escribir el epílogo. El texto de Bergoglio él permanece con su pueblo durante una es un análisis preciso y sobre todo despiahora. Del mismo modo, en Santa Marta, dado del fenómeno de la corrupción: una después de las homilías, nunca deja de condena sin apelación y casi sin redención. saludar personalmente a los fieles. El Papa la describe no solo como una suma ¡Qué distinta la comunicación del Papa “cuantitativa” de pecados, sino como una Francisco, el 27 de marzo pasado, durante planta nociva que amenaza los fundamenla Misa con los parlamentarios italianos, tos sobre los cuales están construidos los en la cual participé! “Los pecadores arre- Estados democráticos y la Iglesia misma. pentidos serán perdonados, los corruptos Y sobre este tema realmente ha vuelno. Una vez elegida esta opción, no vol- to muy a menudo el Papa Francisco en verán atrás y llegarán a ser irredimibles, estos meses, diciendo, por ejemplo, que
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los corruptos dan de comer a sus hijos Papa habla de los temas vinculados con “pan sucio”. Y también lo hizo llamando la vida cotidiana de las personas, temas la atención porque “es fácil entrar en las de los cuales la gente necesita oír hablar. camarillas de la corrupción”; nunca como También el político sabe cuáles son estos en estos días estas palabras se esculpirían temas, pero con frecuencia habla de otras en piedra. Con una síntesis económica cosas, de alquimias parlamentarias y de y políticamente, además de espiritual- gobierno, que nada tienen que ver con los mente, impecable, el Papa Francisco se problemas cotidianos de los ciudadanos, pregunta: “¿Quién paga la corrupción? con sus dificultades y sobre todo con sus La paga el pobre. Pagan los hospitales esperanzas. Cuando luego el discurso se sin remedios, los enfermos centra en estos temas, en que no tienen curación, los el mejor de los casos los EL PAPA FRANCISCO niños sin educación”. políticos ofrecen óptimos NO ES ÚNICAMENTE ¡Qué distinta es la paanálisis, con estadísticas y UN HOMBRE DULCE labra de Francisco de la datos, pero sin cotejarlos Y TIERNO, POR palabra de la política! El con el carácter dramático CUANTO ESTAS SON lenguaje de los políticos, de quienes viven la expeINDUDABLEMENTE DOS con algunas excepciones, riencia, sin situarse en el CARACTERÍSTICAS QUE en general es todavía un punto de vista de quieLO DISTINGUEN. ES UN HOMBRE QUE ADEMÁS lenguaje cerrado, lleno de nes escuchan: en pocas SEÑALA UN RING DONDE énfasis retórico, pero que palabras —por emplear SE COMBATE, DICTA LAS al mismo tiempo juega en más bien las palabras de REGLAS DEL JUEGO —EL defensa, más bien en auFrancisco— demuestran DISCERNIMIENTO— Y todefensa. Es un lenguaje no conocer el olor y la inNO TEME COMBATIR ÉL autorreferente, que aleja en comodidad de la frontera, MISMO PARA REALIZAR vez de acercar, que cierra sino puramente el carácter LA UTOPÍA DEL CAMBIO. en vez de abrir; a menudo aséptico del laboratorio. está enfermo de abstracción Como dice el Padre Spateórica, y casi nunca llega a la concreción daro, el Papa Francisco no es únicamente simbólica y temática, como en cambio lo un hombre dulce y tierno, por cuanto estas hace el Papa Francisco. Mientras las perso- son indudablemente dos características nas escuchan y comprenden de inmediato que lo distinguen. Es un hombre que adelo central del razonamiento del Papa, por más señala un ring donde se combate, dicta cuanto se les presenta sintéticamente y con las reglas del juego —el discernimiento— esas imágenes que citamos anteriormente, y no teme combatir él mismo para realizar que brillan por su claridad y poder, la polí- la utopía del cambio. tica adopta eslóganes ciertamente simples, En conclusión, en la innovación del pero vacíos, que no captan la atención ni lenguaje emprendida por el Papa Francisabren conocimiento alguno. co encontramos por consiguiente muchos También en la selección de los temas componentes: su origen sudamericano, se advierte una especie de paradoja: el su formación jesuita, un carácter abierto,
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la necesidad de estar en contacto con la comunidad, la elección precisa de temas de urgente actualidad, la capacidad de hacerse comprender por todos mediante imágenes sencillas, pero de gran poder simbólico, todo lo anterior unido a una capacidad instintiva de utilizar las formas y los instrumentos de la comunicación para llegar al corazón de la gente. Todo esto, sin embargo, no es un fin en sí mismo, sino al servicio de un elevado
Divina Economía. La teología y el mercado D. Stephen Long Editorial Nuevo Inicio Granada, 2006 570 págs.
L a preocupación por el humanismo y los problemas éticos parece estar presente en el discurso académico actual. Ahora bien, ¿realmente existe un diálogo entre las diversas ciencias para resolver los problemas que desafían al hombre actual? Dos de las disciplinas —la teología y la economía— parecen estar, si no opuestas, por lo menos sin ninguna relación. Por lo que cabe preguntarse, ¿existe alguna relación entre la teología y la economía? La pregunta es, al menos, lícita, teniendo en cuenta que las dos disciplinas señaladas tratan temas concernientes a la acción humana. Stephen Long, en su libro “Divina economía. La teología y el mercado”, busca justamente responder esta interrogante. El
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y profundo designio reformador de la Iglesia: un cambio radical, político y espiritual, en el cual la comunicación constituye un soporte fundamental e indispensable. PIETRO GRASSO Presidente del Senado de la República de Italia Adquirir vía Internet en www.rizzoli.eu
[Resumido de La Civiltà Cattolica, 3937 Julio 2014]
autor examina la relación de la teología con la economía en las obras de varios teólogos pertenecientes a la tradición católica como a la protestante. Al introducir el libro, reconoce que su análisis es desde una perspectiva eminentemente teórica, aunque esta nunca va separada de la práctica: “La cuestión fundamental (…) tiene que ver con las relaciones entre los discursos que se presuponen y se perpetúan en la disciplina de la economía moderna y los de la teología contemporánea. (…) Ahora bien, cuando las disciplinas mismas se hallan fragmentadas por dentro, ¿cómo puede establecerse un diálogo entre ellas? La respuesta a esta pregunta solo puede encontrarse precisamente estableciendo ese diálogo”. La obra se divide en tres partes dedicadas al estudio de las tradiciones teológicas que denomina dominante, emergente y residual respectivamente. La primera parte ofrece la revisión de los aportes de teólogos de la tradición dominante como Novak, Stackhouse, McCann, Preston y Wogman y su visión de los problemas económicos. Muestra cómo los elementos antropológicos en los que más insisten —la doctrina del pecado original, la libertad humana (analogía libertatis)— inciden en el modo de entender la economía, describiendo además cómo estas contribuciones se relacionan con la visión presentada por Weber. Esta tradición, sin embargo, no logra presentar una teología que no se sostenga sobre una visión reduccionista del mundo, como es la que se puede advertir en la mayoría de los economistas. La tradición emergente reúne los teólogos que se
oponen a la idea de una compatibilidad teológica entre cristianismo y capitalismo. Estos recogen en mayor o menor medida la inspiración marxista en su visión económica. Analizando la obra de Gutiérrez, Sobrino, Ruether y Cone, el autor reconoce cómo el predominio de la meta-narrativa de la libertad, que desemboca en diversas formas de teología de liberación, llega a causar una subordinación de lo teológico a las virtudes naturales. Por tanto, nuevamente nos encontramos con un cierto reduccionismo de la visión antropológica que se ve reflejada en las soluciones económicas propuestas, y que afecta también a su misma teología. Por último, la tradición teológica residual, donde relaciona la economía con la teología en sus dimensiones de verdad, bondad y belleza, recoge el análisis de algunos elementos de la Doctrina Social de la Iglesia Católica romana y la obra de Dampsey, junto con el estudio de las aportaciones de MacIntyre y Milbank. Lo que une estos tres movimientos es su desacuerdo con los postulados de la economía contemporánea, ya que los tres reclaman una verdadera reconstrucción del orden social. La obra apunta, en consecuencia, no tanto a responder si la teología tiene relación con la economía, sino cómo se articula esta de forma creíble, presentando para ello un análisis profundo de los autores seleccionados de las tres tradiciones. Un análisis que sin duda despertará el interés tanto de los teólogos preocupados por los aspectos económicos de la acción humana como de los economistas preocupados por el hombre en su totalidad, y no solamente por los aspectos cuantificables. Reconocer la naturaleza de cada una de las ciencias, y el lugar que le corresponde, ha de ser el primer paso. Tal como concluye Long: “Tanto la teología como la economía describen acciones humanas. La economía pretende hoy hacerlo desde una concepción puramente formal de la racionalidad; la teología lo hace desde el carácter concreto de su historia contingente.” Es interesante observar también cómo la visión adoptada por cada uno de los autores tiene sus efectos no solamente en su visión de la economía, sino de qué manera produce aquella fragmentación ad intra de la misma teología, especialmente en relación a la cristología y la eclesiología. La lectura del libro será quizá un buen paso para que los economistas tomen conciencia de la impor-
tancia de los supuestos antropológicos más o menos explícitos en sus teorías. Al fin y al cabo, se refieren a la acción humana, algunos aspectos de la acción, pero siempre humana. Sin duda los teólogos tienen voz en esta reflexión. Así, podremos recoger la idea a la que apuntaba Marshall en sus “Principios de Economía”, al reconocer que las dos fuerzas que han moldeado la historia de la humanidad han sido la economía y la religión. Vemos por tanto que existe una relación entre estas dos disciplinas. Analizando desde una perspectiva teológica, esta relación aparece más claramente de la que se puede percibir desde una perspectiva económica. Por lo menos si entendemos la economía en un contexto reduccionista de la persona humana, aunque —probablemente— este sea actualmente el dominante. Radek T. Biernacki Adquirir vía Internet en www.nuevoinicio.es
La Liturgia, Gloria de Dios, santificación del hombre La Liturgie, Gloire de Dieu, sanctification de l’homme Monseñor Guido Marini Editions Artège Perpignan 2013 113 págs.
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presente obra presenta cinco reflexiones del maestro de ceremonias de los Papas Benedicto XVI y Francisco sobre la liturgia. Mons. Marini es sacerdote de la diócesis de Génova y doctor en derecho de la Universidad de Letrán, Roma. Estas reflexiones o
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grupos de reflexiones fueron presentadas en ocasión de diferentes congresos o reuniones que interesa especificar para su mejor comprensión: I “La liturgia, itinerario del alma hacia Dios”, fue presentada en el XLIII Congreso Internacional de la Asociación “Sanctus Benedictus Patronus Europae”, Roma, 25 de noviembre de 2011.
Nosotros, los modernos Alain Finkielkraut Ediciones Encuentro Madrid, 2006 311 págs.
II “La liturgia, cumbre de la vida de la Iglesia”, fue presentada ante la Unión de superiores mayores de Italia, Roma, 7 de marzo de 2009. III “Entrar en el misterio celebrado a través de los ritos y oraciones”, presentada en la Asamblea Diocesana “La liturgia entre competencia y carisma”, Soriano Calabro, 7 de septiembre de 2010. IV “El lenguaje de la celebración litúrgica”, presentada en el curso sobre el Ars celebrandi en la Universidad Pontifical de la Santa Cruz, en Roma, 24 de febrero de 2011. “Santa liturgia y piedad popular. Orientaciones para una relación armoniosa y fecunda”, presentada en el encuentro diocesano de Sulmona, 4 de marzo de 2010. El riesgo en esta clase de publicaciones reside en cierto desinterés por el tema, por considerarlo asunto de ceremonias o pompas clericales y por eso de algo meramente decorativo o secundario. Pero con tal actitud se olvida que el Concilio Vaticano II comenzó precisamente con un debate sobre esta temática y que en el postconcilio se discutieron con el mayor ardor los mismos temas. La Constitución sobre la Sagrada liturgia afirma “que la liturgia es la cumbre a la cual tiende la actividad de la Iglesia y, al mismo tiempo, la fuente de donde mana toda su fuerza” (SC 10). Respecto de este punto el autor afirma en su Introducción: “Toda renovación auténtica, personal y social, no puede sino derivarse del primado de Dios, que la liturgia enseña a reconocer y a vivir” (p.12). Solo partiendo de este enfoque se torna fecunda la lectura de este libro. Mauro Matthei OSB Adquirir vía Internet en www.editionsartege.fr
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Tras una vasta trayectoria en el mundo académico y una nutrida participación en la opinión pública europea, Finkielkraut nos ofrece este libro-ensayo en el que nos propone una mirada profunda, erudita y reflexiva sobre un problema central, de larga duración y constitutivo del mundo occidental: el problema de la modernidad. Logrando desentrañar las dinámicas que desde la Antigüedad hasta el mundo de hoy han caracterizado el desarrollo de las ciencias y las letras, el autor asienta su mirada crítica al proyecto de la modernidad en el cual el hombre ha abandonado progresivamente el concepto de naturaleza humana para pasar a concebirse a sí mismo según la idea de libertad. Esta disociación ha provocado que el hombre conciba una modernidad fundada únicamente en el «mito del progreso» y según los cánones de la racionalidad científica-tecnológica, llegando a tocar e incluso sobrepasar los límites de la naturaleza humana. Durante toda la obra, Finkielkraut encuentra y recorre el hilo de esa disociación entre naturaleza y libertad, entre humanidades y ciencia, y lo hace a partir de la reconstrucción de la seguidilla de encuentros y desencuentros apreciada en la historia intelectual de Occidente, partiendo por el mundo clásico, pasando por el medioevo, el Renacimiento y llegando hasta la actualidad. El sentido de la erudición de Finkielkraut no hace perder la unidad de su interpretación, encontrando cita en el libro aquellos autores que han delineado todo el recorrido
intelectual de Occidente. La obra tiene el mérito de hacer dialogar exitosamente a pensadores como Aristóteles, Tucídides o Heródoto con Montaigne, Francis Bacon, Galileo, Descartes, Hannah Arendt, Roland Barthes y Michael Foucault. Organizado en cuatro lecciones, a razón de seis a siete capítulos cada una, Finkielkraut mira por el espejo retrovisor el camino de las rupturas constitutivas de la modernidad. El punto de inflexión que marca la irrupción del hombre moderno en la historia vendría dado por Giovanni Pico della Mirandola en 1482, con su recreación del relato del Génesis aparecido en la Oratio de hominis dignitate, narración en la que el rol protagónico lo asume el hombre autónomo, plenamente soberano y fuente de sus propias leyes, al que se le presenta un futuro totalmente abierto con independencia de su naturaleza humana, de la autoridad divina y de cualquier sentido de trascendencia. Este es el hombre de la libertad sin límites que, según dice Jon Juaristi, la modernidad ha tratado en vano de ejercer racionalmente. Al reconocer el hombre moderno su capacidad para fundamentar autónomamente su propio destino, dado que es plenamente soberano de sí mismo, una de sus principales disociaciones tiene que ver con su relación con el pasado, que se encuentra desconectado de su presente y futuro. Uno de los retos de la modernidad sería, entonces, el cómo tratar la herencia de los muertos, esa herencia de los hombres que han participado de la conformación de la sociedad moderna y que no puede ser descartada sin traicionar, valga la paradoja, la promesa moderna de la igualdad de los hombres. Otra de las disociaciones abordadas por Finkielkraut es la ocurrida en el seno del conocimiento humano entre la ciencia y las letras, que han llegado a conformar dos saberes que prácticamente no se comunican. Esta ruptura, inexistente en el mundo antiguo y cuya realidad llegó incluso hasta el Renacimiento en el ideal del «hombre universal», ha consistido en un largo camino de secularización tomado por el saber científico, cuya voluntad racionalizadora ha llegado a controlar la realidad incluso por encima de la misma naturaleza. En paralelo, Finkielkraut compara la idea de historia entre antiguos y modernos. Por un lado, en el mundo antiguo existió
una idea de historia concebida como magistra vitae, que reconocía una naturaleza humana inmutable y le asignaba un valor educativo al conocimiento del pasado. Además, el cristianismo introdujo una nueva noción del tiempo al establecer que la relación entre el hombre y lo divino pasaba a tener un lugar concreto en la historia. Estos dos fundamentos serían cuestionados por el hombre moderno: la diferenciación entre historia sagrada e historia profana y la aparición de una categoría de progreso exclusivamente humana que llega a trascender la naturaleza producto de la extensión del conocimiento científico-técnico, tuvo como resultado la llegada de un siglo XIX caracterizado como el siglo del historicismo. Todo dependía de la libertad y voluntad del hombre, incubándose aquí una mirada que estallaría con fuerza un siglo más tarde. El siglo XX es por excelencia el siglo moderno, pero también el de la ironía de la razón. Es el tiempo en el que el dominio de la razón humana logró tocar los límites de la naturaleza, llegando al exterminio masivo del hombre en las dos experiencias históricas que hunden sus raíces en la modernidad: el comunismo y el nacionalsocialismo. Como vemos, Finkielkraut realiza una gran síntesis de la historia de la humanidad según la relación entre naturaleza y libertad. Es un libro interesante que señala en su propuesta la capacidad de la modernidad para la realización de un ejercicio auto-reflexivo que permita enmendar el camino recorrido. Se trata, entonces, de un libro muy pertinente, toda vez que ofrece una mirada filosófica sobre la raíz de los grandes problemas morales que se debaten en el seno de las sociedades contemporáneas, especialmente cuando el campo de disputa se sitúa en el plano de la bioética, el modelo de familia y el papel de la religión en la vida pública. La obra fue publicada originalmente en francés el año 2005 por la editorial Ellipses bajo el título Nous autres, modernes y, tras su traducción al español, apareció bajo el sello de Ediciones Encuentro. El libro presenta prólogo de Jon Juaristi. José Manuel Castro Torres Adquirir vía Internet en www.ediciones-encuentro.es
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AGOSTO 2014 Todo el mundo quiere comprender qué pasó y por qué y eso está muy bien. Se cumplen cien años del comienzo de la I Guerra Mundial y con ella del siglo corto, el que sufrió la segunda edición de la Gran Guerra, los terrores del nazismo y del comunismo. Se multiplican los análisis. Se apunta a la falta de realismo de los líderes políticos que pensaron en un conflicto corto, al auge del nacionalismo, al nihilismo que se apoderó de las grandes masas... Sin duda son todos factores decisivos y conviene seguir sumando elementos a un fenómeno que es muy complejo. Pero si se trata de comprender, quizás sea conveniente dejarse ayudar por la experiencia de dos hombres que sufrieron las consecuencias de lo que comenzó hace una centuria. Uno es Stefan Zweig, el intelectual austriaco, el que se encuentra en el epicentro de los hechos, el que ha conocido el mundo anterior al enfrentamiento global. El otro es Alexander Solzhenitsyn, el ruso que lleva sobre sus hombros las dos posguerras, que es internado en el gulag por el monstruo creado por Lenin, uno de los personajes que deben su éxito a la conflagración que ahora se conmemora. Conviene ahora releer las «Memorias de un europeo» de Zweig. Sus deliciosas y trágicas páginas ayudan a entender. El lector se hace una idea muy clara de cómo era el mundo de finales del XIX y de comienzos del XX. La vida estaba sometida a cierto orden, se sabía hacia dónde caminaban las cosas, era fácil predecir lo que iba a suceder en las siguientes generaciones. El austriaco nos hace revivir el estallido del conflicto, que es trágico por la muerte y la destrucción y también por la desorientación que lo acompaña. Desorientación que se ve incrementada cuando llega la paz y la hiperinflación. Buena parte de Europa se desploma en un abismo de descomposición humana a través de la que se busca salida al enclaustramiento colectivo. Zweig dibuja un Viejo Continente que se levanta y cae varias veces. A él no le dará tiempo a ver el resurgir de la segunda posguerra mundial.
San Francisco de Asís Gilbert Keith Chesterton Editorial Sudamericana Buenos Aires, 2014 160 págs.
“En este libro me dirijo al hombre moderno en su tipo corriente: simpatizante, pero escéptico”… Chesterton da lo mejor de sí, el mayor genio de su pluma, toda su simpatía, sentido del humor y cultura, toda su grandeza de
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Pero lo que más llama la atención del recorrido de Zweig es su perplejidad. El escritor encarna, en cierto modo, a una generación que bien puede considerarse la cima de lo que el espíritu europeo había sido capaz de crear desde la modernidad. Y es admirable lo que el mundo literario, filosófico y musical había engendrado. Expresiones sublimes. Zweig, que se mueve con agilidad entre Austria, Alemania, Italia, Francia y en menor medida el Reino Unido, conoce a todos los grandes. Allí están Claudel, Joyce, Mahler, Rilke y una larguísima lista. Conviene recordar ese tesoro que nos pertenece a todos. Pero a pesar de asistir a un momento excelso, o quizás por eso, el austriaco no puede darse una explicación suficiente de lo que está sucediendo. Tanta belleza se revela impotente para frenar el derrumbe. Tanto es así que opta por el suicidio. Solzhenitsyn sí tiene una hipótesis cuando llega a Harvard y pronuncia en el 78 su famosa conferencia titulada «Un mundo dividido en pedazos». Para el ruso, que ya ha visto desarrollado todo lo que Zweig había vivido como un embrión, «el error debe estar en la raíz, en la misma base del pensamiento occidental que nace del Renacimiento y que se expresa de forma completa en la Ilustración». Ese pensamiento entiende la libertad como la expresión de «un hombre que es la medida de todas las cosas que existen en la tierra». «La simple libertad -añadía el disidente- per se no resuelve en lo más mínimo todos los problemas de la vida humana y hasta agrega una buena cantidad de problemas nuevos». No siempre fue así en la Ilustración. «En las primeras democracias, como en la democracia norteamericana en el momento de su nacimiento, todos los derechos humanos fueron concebidos sobre la base de que el ser humano es una criatura de Dios». ¿Cuál es la solución? El ruso habla de escalar hacia una nueva «etapa antropológica». «Hoy sería retrógrado aferrarnos a las petrificadas fórmulas de la Ilustración». O de cierta forma de Ilustración. «Un dogmatismo social de esa especie nos dejaría inermes ante los desafíos de nuestros tiempos». Seductor. (Página Digital) * Alexander Solzhenitsyn, August 2014 – The red Wheel, The Noonded Press, New York, 1989, 854 págs. * Stephan Zweig, El Mundo de ayer. Memorias de un europeo, Editorial Acantilado, Madrid, 2012, 552 págs.
ánimo para que podamos comprender a Francisco de Asís. “Podremos por lo menos vislumbrar la razón que asistió al poeta que alabó a su señor el Sol para esconderse a menudo en oscura caverna, por qué el santo que se mostró tan dulce con su hermano Lobo fue tan rudo con su hermano Asno (según llamó a su propio cuerpo), por qué se apartó de las mujeres el trovador que dijo abrasarse en amor; por qué el poeta que se gozaba de la fuerza y alegría del fuego revolvió su cuerpo en la nieve…” Lo que Chesterton quería era huir de dos interpreta-
ciones del santo que juzgaba parcialmente verdaderas, pero incompletas. Por una parte verlo como un modelo de virtudes sociales, precursor de ”lo que hay de más liberal y simpático en el temperamento moderno, el amor a la naturaleza, el amor a los animales, el sentido de la compasión social, el sentido de los peligros espirituales de la prosperidad y aun de la propiedad misma”. Sería como escribir la historia de un santo sin Dios. El otro camino sería el abiertamente piadoso. Su entusiasmo teológico, la austera alegría de las paradojas del ascetismo y de todos los sagrados trastornos de la
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humildad. Sellar la historia completa con los estigmas, recordar batallas reñidas con un dragón hasta que en la vaga mentalidad moderna apareciera con una figura tan sombría como santo Domingo (se ve que Chesterton no le tiene mucha simpatía a santo Domingo). Y lo otro, lo que procura hacer Chesterton es presentar al hombre que fue, un revolucionario, un artista, un juglar, un jefe nato, un amante, un loco y sobre todo un santo, un enamorado de Jesús. “Y racionalmente no se podrá leer la historia de un hombre presentado como espejo de Cristo sin comprender su fase final como Hombre de Dolor y sin apreciar siquiera artísticamente lo bien que le sienta recibir en una nube de misterio y soledad, y no infligidas por mano de hombre, las heridas incurables y eternas que sanan al mundo”. En el modo característico de Chesterton, la entrega de San Francisco a su señora, la dama Pobreza, su exigencia radical de sacrificio, su amor por los más enfermos y despreciados está presentado por anécdotas emblemáticas que se entrecruzan en el relato. Otras, apenas bosquejadas. Pero el libro no es solo la figura de un hombre, por grande que este sea. El autor hace una especie de ensayo histórico sobre lo que fueron el siglo doce y trece, el alma de ese tiempo, más que los hechos históricos en sí. Y su imaginación se desborda al considerar todo lo que significó san Francisco para su tiempo y para el futuro. Por supuesto para la Iglesia, aquellas hordas de frailes mendicantes, esas misiones, el desarrollo de la historia de amor de Santa Clara, la comprensión temprana del Papa, a pesar de las herejías de los posteriores frate fratricelli. Pero también para el mundo del arte, su propia poesía, el Dante, las pinturas del Giotto y mucho más… “Cuando aún brillaba el crepúsculo apareció silenciosa y súbitamente, sobre una pequeña colina que dominaba la ciudad, una figura oscura, contra la oscuridad que se desvanecía. Era el fin de una larga y áspera noche, de una noche en vela, visitada sin embargo por las estrellas. Aquella figura estaba en pie, con las manos en alto como en tantas estatuas y pinturas; en torno suyo había un bullicio de pájaros cantando y a su espalda se abría la aurora”. Elena Vial Adquirir vía Internet en www.edsudamericana.com.ar
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Ortodoxia Gilbert Keith Chesterton Editorial Acantilado Barcelona, 2014 211 págs.
Un clásico del género del ensayo, Ortodoxia —escrito en el año 1908—, conserva más de un siglo después de su creación, un carácter vívido e iluminador que explica su vigencia a través de generaciones que han sido forjadas en una sucesión de violentos y rápidos cambios globales. Y, aunque ciertamente están bien difundidas las complicaciones en la comunicación entre aquellas generaciones marcadas por el estallido de las Grandes Guerras, de las revoluciones comunistas, del levantamiento estudiantil del ´68 o de la caída de la Cortina de Hierro; obras como Ortodoxia nos recuerdan que el paso de los años y de los acontecimientos no pueden desfigurar del todo la unidad de los seres humanos en la razón y en los más profundos anhelos. Chesterton escribió sobre su época, intentando hacer una apología del cristianismo desde el punto de vista de su experiencia personal de conversión. Sin embargo, aquellas reflexiones íntimas se expanden y llegan hasta nuestro tiempo con un carácter profético y cargadas de imágenes de una perfección tangible que conducen a abrir los ojos no solo acerca del valor del cristianismo, sino de la universalidad de su perspectiva. Al igual que la novela que el autor deseó escribir, el lector se identifica con el propio Chesterton, como aquel “navegante inglés que calcula de manera ligeramente equivocada el derrotero y acaba descubriendo Inglaterra con el convencimiento que se trata de una isla de los Mares del Sur” (p. 9). Las páginas de Ortodoxia consiguen lo que se anuncia en el primer párrafo de la introducción “he intentado expli-
car, más con imágenes que con una serie de deducciones, el sistema filosófico en el que he llegado a creer. No lo llamaré mi sistema filosófico, porque no es obra mía. Es obra de Dios o de la humanidad; y yo soy obra suya” (p. 9). Luego nos introducimos en las imágenes magistrales y de agudo humor que exponen las pasadas divagaciones de agnóstico del autor (antes de su conversión al Catolicismo) sobre un mundo mejor y ajeno al cristianismo —junto con las más extendidas en su tiempo y ambiente— para repetir una y otra vez el movimiento ya anunciado en sus palabras introductorias. Chesterton se aleja, navega a los Mares del Sur en busca de un paraíso perdido, para volver cada vez a esa patria original y reconocer sus más profundas aspiraciones humanistas ya trabajadas y descubiertas por el universo de la fe. De este modo se aparta de los prejuicios simplones que no han quedado relegados a los inicios del siglo XX, sino que cruzan la historia contemporánea con una sorprendente falta de originalidad arrastrados por la “maquinaria del lenguaje moderno” que “sirve para ahorrar esfuerzo y ahorra mucho más esfuerzo mental del que debería”. Un lenguaje bien conocido en donde “Las frases científicas se usan como engranajes y pistones para facilitar el acceso a la comodidad. Largas palabras pasan como largos trenes. Sabemos que transportan a miles de personas demasiado cansadas o demasiado indolentes para andar y pensar por sí mismas” (p. 164). Ortodoxia es, por su parte, el testimonio feliz de quien no se dejó arrastrar por el cansancio, a aquel que buscó la verdad con honestidad y, sin descansar en las palabras, las penetró con su razón: “Y es que si esta obra es una burla, el burlado soy yo, puesto que soy ese hombre que, con total osadía, descubrió lo que ya estaba descubierto. (…) Me esforcé por inventar una herejía propia y, después de darle los últimos retoques, descubrí que era la ortodoxia” (pp. 12-13). Quizá la idea más bella y fuerte que se transmite en lo profundo de la obra aparece muy visible en la tajante distinción entre el espíritu del cristianismo y el del budismo: “No se me ocurren dos ideales más opuestos que un santo cristiano en una catedral gótica y un santo budista en un templo chino. Las diferencias son evidentes, pero tal vez la forma más rápida de expresarlo sea decir que el santo budista siempre tiene los ojos cerrados mientras que el santo medieval los tiene muy abiertos. El santo budista es de cuerpo esbelto y armonioso, pero sus ojos están sellados por el sueño. El cuerpo del santo medieval está consumido hasta los huesos, pero su
mirada no puede ser más viva. Es imposible que haya una verdadera comunidad espiritual entre las fuerzas que produjeron símbolos tan dispares” (p. 172). Chesterton transmite que solo el cristianismo abre realmente la posibilidad a una vida intensa y verdadera, a una existencia en el que el ideal no es alcanzar una mediocridad paliativa, sino el ser con toda intensidad y alegría aquello que se es. No una aceptación apática de una realidad tibia, sino la exaltación de los colores y las formas del universo, la apertura total de la mirada hasta consumirse, y no la somnolienta cerrazón de la soberbia que repite adagios con frialdad: “Lo que necesitamos para nuestros titánicos propósitos de fe y revolución, no es la fría aceptación resignada del mundo, sino algún modo en que podamos odiarlo y amarlo de todo corazón. No queremos que la alegría y la rabia se neutralicen mutuamente y produzcan una hosca satisfacción, sino un deleite y un disgusto mucho más feroces” (p. 94). Chesterton escribe y concluye con la alegría, pues el hombre es más hombre cuando “lo fundamental en él es la alegría y lo superficial la tristeza”. Dice en las páginas finales: “La alegría debería ser expansiva, pero para el pagano debe contraerse y limitarse a un rincón del mundo. El pesar debería estar concentrado, pero para el agnóstico su desolación se extiende por una eternidad inconcebible. (…) El escéptico está ciertamente patas arriba porque sus pies danzan al aire en ociosos éxtasis, mientras su cerebro se hunde en el abismo. Para el hombre moderno los cielos están, en realidad, bajo tierra. La explicación es muy sencilla: se apoya sobre su cabeza, y éste es un pedestal muy inestable. Pero cuando vuelve a poner los pies en el suelo, lo sabe: el cristianismo satisface de pronto a la perfección el ancestral instinto del hombre a estar de pie; y lo satisface porque, gracias a su credo, la alegría se convierte de pronto en algo gigantesco y la tristeza en algo raro y diminuto” (pp. 209 -210). Un gran valor esta reciente y muy cuidada reedición que hace Acantilado de Ortodoxia, un libro que cualquier hombre moderno debería tener a mano para entender el mundo que le rodea. Chesterton enfrenta, desde la genialidad de su estilo inglés, el materialismo, el liberalismo, el cientificismo y muchas otras reducciones vigentes que han modelado el pensamiento actual, en defensa de una “filosofía” capaz de entrar sin temores ni simplificaciones en la belleza y grandeza de la realidad. Bernardita M. Cubillos Adquirir vía Internet en www.acantilado.es
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PENSAMIENTOS CHARLES PÉGUY Gallimard Francia, 2012 123 págs.
Pierre Péguy nos dice en la introducción a esta edición del libro Pensées, de su padre, el célebre escritor francés Charles Péguy, que las reflexiones reunidas en sus páginas —que corresponden a pensamientos del autor formulados entre 1900 y 1914— constituyen un presagio de lo que Europa vive en ese momento. Es casi como el secreto ligamen entre la Primera Guerra Mundial (de cuyo inicio se cumplen ahora 100 años) y el estallido de la Segunda, cuando Pierre prologa la obra. Pequeña edición de hermosa factura, replica exactamente la paginación, diagramación y tipografías de los Cahiers de Péguy. (Adquirir vía Internet en www.gallimard.fr) A continuación se presenta una selección traducida de estas reflexiones, de las cuales afirmaba Pierre: “El pensamiento de mi padre no es una única línea, es más como un árbol cuyas ramas se extienden a medida que el tronco se eleva” (p. 10). I, 6, 20 de marzo de 1900, De la grippe: “Nosotros decimos audazmente que la inmortalidad del alma pertenece a la metafísica. Desde entonces me di cuenta que la mortalidad del alma también pertenecía a la metafísica. De este modo, no digo nada más”. II, 10, 4 de abril de 1901, Cahier d’annonces: “La revolución social será moral, o no será”. II, 12, 13 de junio de 1901, préface de Jean Coste: “A menos que tenga genio, el hombre rico no puede imaginar lo que sea la pobreza”. IV, 3, 4 de noviembre de 1902, de Jean Coste: “En lugar de vivir una vida real en el orden de la acción, el romántico vive una imagen, una representación de la vida pensando en los espectadores”. IV, 2, 11 de octubre de 1904, pour la rentrée: “Las crisis de la educación no son crisis de la educación; son crisis de vida”. XI, 12, 17 de julio de 1910, notre jeunesse: “Cuando un hombre de corazón, para permanecer fiel a una mística, rechaza entrar en el juego de la política… los políticos acostumbran designarlo con una palabrita muy utilizada hoy en día: voluntariosos, ellos, le nombrarán traidor… Como es bien sabido, es ese el traidor que siempre hemos sido y el que seremos siempre”. XI, 12, 17 de julio de 1910, notre jeunesse: “Lo que es más imprevisto, es siempre el acontecimiento. Basta que uno mismo haya vivido un poco fuera de los libros de los historiadores, para haber comprobado que todo aquello que prevemos, generalmente es lo que menos ocurre y aquello que no prevemos es generalmente lo que ocurre”.
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XV, 8, 26 de abril de 1914, note sur M. Bergson et la philosophie bergsoniene: “La verdadera filosofía sabe muy bien que no está establecida en frente de su adversario, sino que se encuentra establecida al lado de su adversario y de otros, frente a una realidad siempre más grande y más misteriosa”. XV, 8, 26 de abril de 1914, note sur M. Bergson et la philosophie bergsoniene: “Una gran filosofía no es aquella que pronuncia juicios definitivos, que instala una verdad definitiva. Es aquella que introduce una inquietud, que produce una sacudida”. Clio (obra póstuma): “Ocurre en los pequeños tratados de moral de tres chauchas, educativos, estáticos, sumarios, cómodos, eclesiásticos, exhortativos… que todo se ordena, que el justo es feliz en la tierra, que él triunfa, que la justicia reina temporalmente por lo tanto. Todo está organizado, por el contrario, en lo más profundo para que la iniquidad reine temporalmente”. Note conjointe (obra póstuma): “El materialismo se ha vuelto, en efecto, insostenible. Pero el materialista se mantiene muy bien. Él tiene el poder”. VIII, 5, 2 de diciembre de 1906, situation faite…, parti intellectuel: “Los intelectuales modernos, el partido intelectual moderno, tiene el derecho infinito de tener una metafísica, una filosofía, una religión, una superstición tan grosera y tan tonta como sea necesario para darles placer… pero aquello que está en cuestión… es saber si el estado moderno tiene el derecho y si es su trabajo el adoptar esta metafísica, asimilarla, imponerla a la gente sirviéndose de todos los enormes medios de la fuerza gubernamental”. IX, 1, 6 de octubre de 1907, situation faite…gloire temporelle: “El mundo moderno envilece. Envilece a la ciudad, envilece al hombre, envilece el amor, envilece a la mujer, envilece la raza, envilece al niño, envilece a la nación, envilece a la familia. Sólo envilece. Él ha conseguido envilecer aquello que quizá sea lo más difícil de envilecer en el mundo: ha envilecido la muerte”. X, 13, 20 de junio de 1909, a nos abonnés: “El libertinaje del Imperio Romano no es nada en comparación del libertinaje de la sociedad presente… había, sin duda, muchos más crímenes e incluso algunos vicios más. Pero había también una cantidad ilimitada de mayores virtudes. Aquella podredumbre estaba llena de semillas. No existía esta clase de promesas de esterilidad que nosotros tenemos hoy”. Clio (obra póstuma): “Hay en Homero un cierto cielo y una tierra completamente diferente. El cielo no es el cielo de esta tierra, los dioses no son los dioses de estos hombres. Vosotros me oís muy bien. Jesús es del último de los pecadores y el último de los pecadores es de Jesús. Es el mismo mundo. De ellos, sus dioses no son de ellos y ellos no son de sus dioses”. XI, 6, 16 de enero de 1910, le mystere de la charité de Jeanne d’Arc (Hauviette): “Todo pertenece a Dios, todo mira a Dios, todo se hace bajo la mirada de Dios, toda la jornada pertenece a Dios, todas las oraciones pertenecen a Dios, todo el trabajo pertenece a Dios, todo el juego pertenece también a Dios cuando es el momento de jugar. Yo soy una pequeña francesa. Yo no tengo miedo de Dios porque es nuestro padre. Mi padre no me da miedo”.
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XI, 6, 16 de enero de 1910, le mystere de la charité de Jeanne d’Arc: “No puede haber más que dos clases de sufrimiento: el sufrimiento que no se ha perdido y el sufrimiento que está perdido”. XII, 1, 23 de octubre de 1910, Victor Marie, comte Hugo: “Todo taller cristiano, es una imagen del taller de Nazaret”. XII, 1, 23 de octubre de 1910, Victor Marie, comte Hugo: “Todo el mundo sabe bien que los pobres y los oscuros son los favoritos en el reino de Dios. Eso sería casi injusto si no fuera preceptivo, para todo el mundo, ser pobre”. XII, 1, 23 de octubre de 1910, Victor Marie, comte Hugo: “En el fondo para un cristiano, no hay nada privado o público, porque todo pasa por la mirada divina”. XII, 1, 23 de octubre de 1910, Victor Marie, comte Hugo: “Hace falta una religión para el pueblo… es, en un sentido, la injuria más profunda que jamás se haya dirigido a nuestra fe”. XIV, 9, 27 de abril de 1913, l’argent suite: “Yo no quiero saber nada de una caridad cristiana que fuera una capitulación perpetua ante las potencias de ese mundo… yo no conozco sino una caridad cristiana… se trata de la constante comunión tanto espiritual como temporal con el pobre, con el débil y con el oprimido”. Ver en este mismo número Charles Péguy, Santa Teresita y Juana de Arco, págs 784
Libertad y responsabilidad: en la busca de la armonía Cirilo, Patriarca de Moscú y de todas las Rusias. Editorial Nuevo Inicio Granada, 2014 224 págs.
Este libro de Cirilo, Patriarca de Moscú, es una recopilación de escritos y conferencias, anteriores a su elección como Patriarca en 2009, entre los años 2000 y 2008, con
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la excepción del texto titulado “La unidad de la iglesia y la renovación de la Humanidad” (Budapest, 1987). El tema central del libro, resume muy bien en el prólogo el obispo español Mons. Juan Antonio Martínez Camino s.j., es la aportación posible y necesaria del cristianismo en la sociedad europea presente. El Patriarca expresa la convicción de que, sin un vivo amor por la Tradición y sin un claro conocimiento de ella, no sería posible la fe y por tanto ninguna contribución sustancial de ella a la vida pública. Es eso lo que ha pasado con interpretaciones del cristianismo que rompen con esa Tradición y se concentran más bien en la adaptación a la mentalidad moderna que a la original Revelación y transmisión de la Iglesia. A través de estas páginas el Patriarca Cirilo advierte el peligro que produce la inexistencia de barreras que garanticen la salud espiritual de Rusia y su identidad religiosa y cultural frente a la nueva forma de vida, cuyos cimientos son las ideas liberales que condensan el antropocentrismo pagano. Ellas penetraron en la cultura
europea con el Renacimiento y la teología protestante. Las doctrinas liberales se han ido consolidando primero en el occidente europeo, como doctrina universal que debe suplantar o estar por encima de todas las doctrinas y tradiciones morales de los pueblos. Visto esto se expone la preocupación por la amenaza que supone esta visión que se ha ido imponiendo unilateralmente en Rusia como en otros pueblos. Ella choca en muchos aspectos con la convivencia de tradiciones religiosas que otrora en Rusia coexistían en armonía, como entre la religiones cristiana ortodoxa, el islam, el judaísmo, el budismo. Junto con esta preocupación se propone una alternativa: Si bien no es posible rechazar de plano las ideas liberales condensadas en los derechos humanos, se puede proponer un modelo de comportamiento y una estructura social que contemple al mismo tiempo las ideas liberales y las tradicionales. Para la renovación espiritual y moral de la humanidad, debe haber una relación con la búsqueda de la unidad de la Iglesia, pero esta debe comenzar por la fidelidad de los cristianos al Evangelio. Y parece existir una condición ineludible para lograr la unidad de la Iglesia y la renovación de la humanidad: “el arrepentimiento”. La acción conjunta de los seres humanos, destinada a la solución de los problemas a los que se enfrenta la humanidad, debe basarse en un punto de vista común. Y el camino que conduce a un resultado efectivo es el sendero que va de adentro hacia fuera. Por eso los valores morales deben ser prioridad a la hora de resolver los problemas. Hoy el modelo liberal es una amenaza para la paz y para la libertad, y la humanidad se enfrenta a dos conflictos y dos modelos, el secular y humanístico con el religioso tradicional. Y no parece haber un diálogo entre estos dos modelos. Con lucidez el autor señala que en el proyecto europeo se omitieron los valores cristianos que están a la base de la conformación cultural y religiosa de Europa. El problema es que la globalización, así como la integración de Europa, no puede realizarse sobre la base de un solo proyecto civilizador. Se debe establecer un mecanismo de diálogo entre las estructuras de poder y las comunidades religiosas. Es la no consideración de los valores predominantes de los pueblos a través de la imposición desde una minoría, de un modelo único que está por encima de las tradiciones morales y religiosas, lo que ayuda a la emergencia del terrorismo del s. XX y XXI. En resumen, hoy no se trata de un conflicto religioso
ni de una guerra entre cristianos y musulmanes, es sobre todo un conflicto entre el nuevo orden mundial y las personas que explotan los valores religiosos y tradicionales, y fuerzan para imponer su propio orden mundial. El Patriarca de Moscú defiende que ha llegado ya la hora de devolver a la sociedad, la religión como la capa más profunda de la cultura humana. Con ello se llega a la exhortación final del Patriarca: La fe cristiana, esa victoria que ha derrotado el mundo, de ninguna manera puede desaparecer de la vida como un asunto privado; el cristianismo se debe manifestar en la vida. El proyecto divino para el hombre parte de la base de su libertad, del libre albedrío. Pero la voluntad humana se encuentra, en esencia, entre dos voluntades: la de Dios y la del diablo. De alguna manera nuestra voluntad actúa en sinergia con la divina o la diabólica. El mal surge de la mala utilización de nuestra capacidad de autodeterminación. En el sentido cristiano, la libertad, su mayor valor, no se encuentra en la capacidad de elegir el bien y el mal, sino en la de elegir el bien, de lo cual se deduce la responsabilidad moral frente a Dios. En Occidente, los movimientos por la libertad que siguieron a la reforma, rechazaban lo más importante del sentido cristiano de la libertad: la responsabilidad moral frente a Dios. Siguiendo esta lógica, se derivó a un movimiento hacia el extremo opuesto, la absolutización de la libertad del hombre. En Oriente cristiano, existió la sinfonía entre el poder secular y la autoridad eclesial, pero esto se rompió en Rusia hacia el s. XVIII creándose las mismas condiciones que en Europa, en que se absolutiza la libertad del hombre. Más tarde en Rusia, el lugar de la persona fue ocupado por el partido político. Hoy se incorporan legislaciones que contradicen las normas que rigen la vida de los creyentes de las religiones tradicionales. Se puede dialogar con los valores y sistemas liberales, pero en igualdad de condiciones; se puede encontrar lazos comunes que unan todas las tendencias. Si la prosperidad de una sociedad no toma en cuenta las necesidades espirituales y si se considera que el hombre nace puro y no nace en pecado, la sociedad y sus leyes conducen a la muerte de una civilización. En Europa, con la rápida demolición de su identidad cristiana, a través de un nuevo principio, una versión mundana de los valores cristianos, se están perdiendo los rasgos que le había dado el cristianismo y con ello su propia alma. Los valores cristianos europeos secularizados deben retornar al pensamiento cristiano, mostrando las raíces cristianas de los derechos humanos. El libre
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albedrio se debe emplear para conseguir la liberación del hombre del pecado, considerando que la verdadera dignidad es cuando se elige el bien. Por ello la iglesia debe continuar su presencia en el mundo y testimoniar sobre las bases morales de las comunidades religiosas y hacer que impere y refleje en las legislaciones de los pueblos, la mayoría social que comparte unas normas morales.
El conflicto real, que el autor identifica con claridad, está entre la percepción religiosa del mundo y otra basada en una que no es religiosa. El Patriarca rechaza cualquier intento de relegar la libertad religiosa al ámbito privado y limitar su participación en el espacio público. Juan Echenique Celis Adquirir vía Internet en www.nuevoinicio.es
NOCHE DE REYES Y HAMLET: ENTRE PARMÉNIDES Y EL EMPERADOR AUGUSTO El tema de gemelos fascinaba a Shakespeare, no solo por la cuestión de identidad o la comicidad y confusiones que genera un doble, o la reflexión filosófica de apariencia y realidad que se desprenden de ellas, sino por ser él mismo padre de los mellizos Hamnet y Judith. Esa experiencia directa de situaciones de enredos por la semejanza entre hermanos y el especial vínculo entre ellos, habrá dejado una marca importante en la fértil imaginación de Shakespeare. Paula Baldwin Lind y Braulio Fernández Biggs, autores de esta nueva traducción y de las muy eruditas notas del libro1, detallan ampliamente la vinculación de Noche de Reyes con la comedia plautina, influencia que también observamos en La comedia de las equivocaciones, quizás la primera comedia de Shakespeare, con una pareja de gemelos protagónica y una pareja de gemelos de criados. Pero desde esta obra temprana a la solvencia de Noche de Reyes, no solo observamos la maduración del dramaturgo, sino también el dolor de un padre que perdió a su único hijo varón. El gemelo Hamnet falleció con apenas 11 años. No podemos dejar de asociar el título de una de las obras más monumentales de Shakespeare —que empezó a gestar después de la muerte de su hijo— con el nombre de ese niño. Noche de Reyes así como Hamlet se estrenan alrededor de la misma época, entre 1601 y 1602, según consta en algunos documentos, o sea, que habitaban en Shakespeare la comedia y el drama de estos mundos imaginarios que no podían sino estar teñidos de melancolía y oscuridad. Viola —la protagonista— conoce al dedillo el nivel cultural y los gustos del duque de Orsino porque para ser admitida en la corte subraya sus cualidades de cantante y de música. Resulta inexplicable que al momento del naufragio ella parezca tener una memoria remota del nombre. Pero más inexplicable aún es el amor repentino que le despierta un personaje que nunca vio. Quiero detenerme en la elección de la ambientación exótica en Iliria y formular una hipótesis: Cuando está a punto de producirse la anagnórisis, con los dos hermanos tratando de dilucidar si efectivamente son hermanos, Shakespeare nos presenta este diálogo (V,i, 226 - 230): SEBASTIÁN [a Viola] Por favor, ¿qué parentesco tiene usted conmigo? ¿De qué país es? ¿Cuál es su nombre? ¿Y su linaje? 1 Shakespeare, William, Noche de Reyes, Traducción de Paula Baldwin Lind y Braulio Fernández Biggs, Editorial Universitaria, Santiago de Chile, 2014, 164 págs.
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VIOLA: De Mesalina. Sebastián fue mi padre. Y también un Sebastián fue mi hermano; así iba vestido a su tumba de agua. ¿Por qué Shakespeare pone en boca de Viola esa respuesta?, ¿cuáles de las cuatro preguntas de Sebastián se responden con “of Messaline”? Viola no dice su nombre ni el verdadero ni el falso, o sea que esa pregunta queda sin respuesta. Sin embargo no tiene problema en dar el nombre del padre, con lo cual está respondiendo a la pregunta sobre su linaje, ni tampoco en decir el nombre de su hermano a quien cree muerto, con lo cual estaría respondiendo a su posible parentesco con Sebastián. Queda entonces una única pregunta que podría responderse con “Mesalina” y es “¿de qué país es?”. El asunto es que no existe ningún país que tenga o haya tenido ese nombre. ¿Qué nos está diciendo Shakespeare con esto?, ¿qué hay detrás de ese nombre ficticio? Descartamos la delicada tela francesa que en inglés se llama también messaline y en castellano “muselina”, porque este término se empezó a usar a fines del siglo XIX. Por lo tanto, solamente nos queda la referencia de la polémica 3ª esposa del emperador romano Claudio, conocida por su promiscuidad y escándalos, de quien se decía —por la incidencia en las decisiones políticas y la ferocidad que desplegaba contra sus enemigos— que era “una Livia”. Recordemos que Livia —casada y madre de Tiberio— se divorció de su marido para casarse con el emperador Augusto, que adoptó a Tiberio. Entonces Livia se encargó de asesinar a cuanta persona se interpusiera en la línea de acceso al trono imperial. En el año 14 de nuestra era, Augusto intentaba acompañar a Tiberio a Iliria cuando lo sorprendió la muerte, entonces Tiberio pasó a ser el nuevo emperador. Por lo tanto, no solo la elección de Iliria como espacio para que se desarrolle la historia, sino también en la respuesta de Viola que dice venir de Mesalina, Shakespeare nos está planteando un trasfondo de ambiciones, traiciones y mujeres de armas tomar. Por el contrario, Feste —el bufón— apela a la filosofía griega aunque “toque de oído” y sin la menor afinación y Sebastián lo llama a “foolish Greek”. Ya sabemos que, por lo general, Shakespeare pone la verdad en boca del bufón. Feste, que dos minutos antes había afirmado “nada de lo que es, es” (4.1.8), cómicamente cambia su discurso en dirección diagonalmente opuesta y desde su rol de sir Topas, asegura con igual convicción: (4.2.15) “Lo que es, es” Al analizarlo en términos filosóficos, nos remite directamente al presocrático Parménides, cuyo poema presenta dos maneras de ver la realidad: el camino de la verdad, lo que es, o el camino de las meras opiniones, que conduce a conceptos engañosos. Este pensamiento influyó en Platón y, a través de él, en toda la filosofía occidental. Shakespeare plantea constantemente en sus obras, tanto trágicas como cómicas, la diferencia entre la apariencia de la verdad y la pura verdad . Entonces, a través de una bufonada de Feste, Shakespeare nos remite a la opción de caminos que Parménides propone al hombre: el que afirma la identidad a través de la razón: el ser, es y el no ser, no es; y el de la apariencia, la mera opinión: el ser no es y el no ser, es. ¿Acaso no es sobre este problema sobre el que gira la frase más célebre de Shakespeare? Ser o no ser…. Podemos ahora ver cómo Hamlet y Noche de Reyes, que parecían no tener más contacto que una mera coincidencia de fechas en las que Shakespeare las habría gestado, resultan ahora estar vinculadas por un profundo pensamiento filosófico. Mónica Maffía Adquirir vía Internet en www.universitaria.cl
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El Evangelio según Flannery O’Connor The Gospel According to Flannery O’Connor. Examining the Role of the Bible in Flannery O’Connor’s Fiction Jordan Cofer Bloomsbury London, 2014 160 págs.
Una clave para comprender la importancia inspiradora de la fe Católica en la creación de la autora norteamericana Flannery O’Connor (Savannah, Georgia, 19251964) proviene de sus propios ensayos y cartas en los cuales no se cansó de repetir frases como las siguientes: “Cuando me dicen que no puedo ser artista porque soy católica, he tenido que contestar, no sin tristeza, que precisamente porque soy católica no puedo permitirme ser menos que artista” o “La visión sacramental católica de la vida sostiene y apoya en todo momento la visión que el contador de historias debe tener si quiere escribir obras de alguna profundidad” (Ver: Misterio y maneras, Ediciones Encuentro, Madrid, 2008, pp. 154 y 159 respectivamente). Una segunda fuente de seguridad proviene del nivel de penetración que alcanzan las diversas líneas de aproximación interpretativa de sus críticos. Respecto a este último punto, se puede afirmar con certeza, que las más acertadas, y complementariamente expansivas visiones de la obra artística de O’Connor provienen de autores que la han juzgado precisamente desde la perspectiva de la fe. Los que así entran no caminan por un callejón estrecho, oscuro y sin salida a través de las imágenes literarias del mundo de O’Connor, sino que parecen abrir los ojos a un horizonte infinito de esa buena literatura que como decía la misma O’Connor “se expande en la mente”. Es eso lo que consigue el
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breve, pero brillante análisis del profesor Cofer que se reseña en estas páginas: volver a sorprendernos con la inagotable profundidad que guardan las grotescas y muchas veces violentas narrativas de Flannery O’Connor. La autora era consciente de las características inquietantes de su obra, y las justificaba como el modo de comunicar la realidad de la irrupción de la Gracia en medio del incrédulo mundo moderno. Cofer no cae en el error de concentrarse meramente en la violencia desde un punto sociológico, psicoanalítico o puramente estético; sino que la sitúa en el contexto del Evangelio. No se puede olvidar que aunque la corta vida de la autora se desarrolló en una forzada reclusión debido a la enfermedad que le quitó la vida —el lupus— y su entorno fue la simple granja de su madre en Milledgeville, O’Connor fue una mujer de excepcional cultura, una lectora asidua de teología y filosofía del más alto nivel (leía cada noche antes de dormir la Summa Teológica de Santo Tomás de Aquino) y, sobre todo, una mujer de una rica vida espiritual. El análisis de Cofer no simplifica las influencias de O’Connor, sino que amplifica el foco sobre el origen de su creación y descansa sobre la suposición de un acabado conocimiento de la Historia Sagrada —tanto del Nuevo como del Antiguo Testamento— que habría engendrado el estilo y las líneas narrativas de su creación. El postulado base de el estudio de Cofer es que las obras artísticas de la autora norteamericana son literalizaciones de las metáforas bíblicas, que funcionan ellas mismas como metáforas para evocar los textos sagrados. Es decir, la narrativa es un modo de “recontar” las parábolas e imágenes de la Biblia en un contexto contemporáneo de incredulidad, de modo que el lector evoque y se remita a aquellas imágenes específicas y finalmente reconozca la verdad y belleza de la Buena Nueva, de la Redención. De este modo y, con sorprendente minuciosidad en el uso de los detalles simbólicos, O’Connor se apega y crea ficciones desde sus orígenes cristianos. Cofer, a su vez, realiza los paralelos con gran conocimiento tanto de la Biblia como de la obra literaria analizada. Su trabajo se aleja de estudios que, él mismo afirma, han reducido a O’Connor a una apologista del cristianismo sin comprender el método o la perspectiva que ella utiliza (Cfr., p. 2). En cambio el profesor identifica tres métodos recurrentes propios del modo en el que O’Connor re-imagina las historias bíblicas: recapitular o recontar las historias de modo que su poder interno pueda volver a ser percibido; demostrar la potencia redentora de la violencia a través de figuras proféticas
basadas en modelos bíblicos; y finalmente imitar una técnica narrativa característica del lenguaje del Evangelio, las reversiones paradójicas y conciliación de opuestos con las que Cristo causaba la perplejidad de su audiencia (del tipo, perder la vida para ganarla). “Yo intento mostrar cómo O’Connor estaba gritando para que su mensaje fuera escuchado, al estar intersectados sus anhelos religiosos y artísticos con los de aquellas sobrecogedoras figuras que se encuentran en su ficción” (Cfr., p. 5). Bajo estos supuestos Cofer analiza la primera novela de la autora Wise Blood, para concluir que es una recapitulación de la conversión de san Pablo, que marca el nacimiento de la característica figura profética rústica y bizarra, y del método de redención por la violencia que continuará siendo un sello del estilo de O’Connor. Luego explica cómo su famosa historia “A Good Man is Hard to Find” es una refiguración de la parábola del joven rico y su cuento “Judgment Day” es una literalización de la Primera Carta a los Corintios (c.15). Cofer se detiene más adelante para analizar varias figuras proféticas re-imaginadas, comparándolas con sus originales inspiraciones e investigar el método de reconciliación de polaridades y reversión de las expectativas del lector que estructura historias como “Parker’s Back” “A Temple of the Holy Ghost” o “Revelation”. Sin duda uno de los mejores y más acabados trabajos sobre la obra de Flannery O’Connor que hayan sido publicados. Un goce de leer tanto para un estudioso de la literatura como para quienes quieran aproximarse a la muchas veces chocante creación de la autora, con una mirada iluminada por la belleza del texto bíblico. Bernardita M. Cubillos Adquirir vía Internet en www.bloomsbury.com
Detrás del laberinto Irma Bettancourt Ediciones UC Santiago de Chile, 2013 114 págs.
Así finaliza en parte, el prólogo de este libro galardonado con el Primer Premio Concurso Poesía Mística 2013: “En tiempos en que los sabores amargos y ácidos quieren hegemonizar con lamentos y diatribas la expre-
sión poética, Irma Bettancourt, quien ya recibiera este premio en 2004 con …Y dar a luz tus luces, se atreve aquí con la dulzura y la celebración gozosa, perfectamente atenta a la naturaleza caída de nuestra humanidad, conocedora de la oscuridad del ser”.. Para encontrar la luz dentro del laberinto y emerger a la superficie, debemos hacer un esfuerzo por hallar el modo y el camino más perfecto de dar con la salida, después de bregar, batallar y luchar, camino lleno de cruces, oscuridades y dolores, al modo que ya lo hicieron en tiempos remotos David, Isaías, Jeremías y los profetas, hasta encontrarnos con Jesucristo, quien nos conducirá él mismo hacia la puerta del laberinto de la vida, donde el Señor nos invitará a descansar “en las verdes praderas”. La única forma de alumbrar la salida es con la antorcha del Mesías Eucarístico. Un excelente poema es “como yo os he amado”(p. 27). Irma se “rebela” ante el infinito Amor de Nuestro Señor preguntándose: ¿soy capaz de mantener tu ritmo, de poner la otra mejilla, de eludir los clavos “sobre la cruz tendida”? La manera de amar del Señor no le calza, y grita, alega y se interroga conteniéndose líricamente. Ella quisiera entregarse en el poema al amor total y perfecto de Dios, pero duda. Al comentar por segunda vez un libro de Irma Bettancourt, en este caso, “Detrás del laberinto” poemario lleno de referencias bíblicas, con ecos (guardando las distancias) de los grandes místicos de la Poesía Universal, sin dejar por eso de ser original y único, creemos que si una mujer como ella es capaz de empequeñecerse y dormirse sobre “el pétalo humilde de una rosa naciente” (p. 23), las mañanas del mundo, y los “inicios de cada despertar del amanecer de los poetas, serán luminosos y espléndidos, extensivos a toda la Humanidad, y no habrán cantado sus versos en vano”. Marcelo Jarpa Fabres Adquirir vía Internet en www.ediciones.uc.cl
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Santidad, Superchería y Acción Diabólica Miguel Ángel Fuentes, IVE Ediciones del Verbo Encarnado San Rafael, Argentina, 2012 324 págs.
Cuando escuchamos la frase “fenómenos extraordinarios” se nos vienen a la cabeza las innumerables veces que hemos visto vinculados estos a burlas y curiosidades de todo tipo. El libro que comentamos, con su sugerente título Santidad, Superchería y Acción Diabólica, se refiere justamente a ellos: “Se alude en este libro a fenómenos muy variados. Algunos parecen tener, a primera vista, origen divino y milagroso (visiones y voces celestiales, estigmas, incorrupción corporal, levitación…); otros, en cambio, nos hacen pensar en intervenciones diabólicas (apariciones malignas, intensas molestias físicas o sufrimientos físicos y morales atribuidos a maleficios, hasta posesiones diabólicas…); en fin, algunos dan la impresión de escapar al orden ordinario de la naturaleza, pero sin exigir necesariamente intervenciones sobre o preternaturales (aparente conocimiento de cosas o pensamientos ocultos, movimiento de objetos sin tener contacto físico con ellos, premoniciones…)”. El autor, el P. Miguel Ángel Fuentes IVE, pretende entregarnos unos valiosos “principios de discernimiento de los fenómenos extraordinarios”. El trabajo intelectual de conocer tales principios es de suma importancia, máxime en los tiempos que corren. Nos advierte el autor
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que “el discernimiento a menudo es arduo y complicado y exige, de quienes deben hacerse cargo de su estudio y tratamiento, una preparación amplia y extremadamente seria. Los que no alcanzan tal disposición se exponen a ser víctimas de sus prejuicios, o de su fantasía, o, en el peor de los casos, de las burlas y engaños del demonio”. El libro comienza con un poco de historia, pues en el siglo XVI y XVII se vivió en España el problema de los “alumbrados” y del “quietismo”, época en donde se hace común que personas —particularmente religiosas— dijeran ser víctimas de fenómenos extraordinarios. Se ponen estos acontecimientos históricos como preludios del tema en sí para —como dice el autor— “escarmentar en cabeza ajena”. Luego se entra de lleno al tema en cuestión, y como enseña Aristóteles, la ciencia es un conocimiento cierto por las causas. Por tanto, lo primero que se debe hacer es analizar las posibles causas de los fenómenos extraordinarios. Y las causas pueden ser tres: natural, preternatural y sobrenatural. Acto seguido de distinguir en qué plano estamos situados vienen las reglas de discernimiento ordinarias y especiales. Es recomendable la lectura del libro, pues trata todos los fenómenos extraordinarios de manera detallada y contundente, consultando cada vez una amplia y citada bibliografía que ilustra al lector y lo invita a profundizar determinados puntos en las fuentes. Además se hace más recomendable aún —especialmente para psicólogos, psiquiatras y sacerdotes ,por su cercanía con estos temas tan comunes hoy en día— porque “no siempre es fácil, y en algunos casos no es posible, determinar con exactitud la naturaleza de los fenómenos consultados. Con todo, siempre es importante tener en claro cuáles son las actitudes que debe guardar la persona consultada, los criterios de discernimiento que debe aplicar en cada caso y medidas pertinentes que habrá de asumir según las situaciones”. Miguel Ángel Contreras Infórmese vía Internet en www.iveargentina.org
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Sobre los Autores L I V I O M E L I N A . P r e s i d e n t e d e l Po n t i f i c i o Instituto Juan Pablo II para estudios sobre Matrimonio y Familia. Director de la revista Anthropotes, Universidad Lateranense. Miembro del Consejo de Consultores y Colaboradores de revista HUMANITAS. CARLOS JOSÉ ERRÁZURIZ. Profesor de la Universidad Católica de la Santa Cruz, Roma. Miembro del Consejo de Consultores y Colaboradores de revista HUMANITAS. JAIME ANTÚNEZ ALDUNATE. Director de revista HUMANITAS. Miembro de número de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. JOSÉ LUIS CEA EGAÑA. Presidente de la Academia Chilena de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Abogado y profesor de Derecho de la Universidad Católica de Chile. Miembro y ex presidente del Tribunal Constitucional de Chile. INÉS DE CASSAGNE. Profesora de la Universidad de La Plata, Argentina.
JEAN LAFFITTE. Secretario del Pontificio Consejo para la Familia. Presidente del Pontificio Instituto “Redemptor Hominis”. Miembro del Consejo de Consultores y Colaboradores de revista HUMANITAS ROBERT SPAEMANN. Filósofo alemán, catedrático emérito de la Ludwig-Maximilians-Universität de Múnich. Doctor Sciencia et Honoris Causa por la Pontificia Universidad Católica de Chile. Académico Honorario del Instituto de Chile. Miembro del Consejo de Consultores y Colaboradores de revista HUMANITAS. ALBERTO METHOL FERRÉ. (1929 -2009). Reconocido intelectual católico uruguayo. Su antigua amistad con Jorge Mario Bergoglio, hoy Papa Francisco, ha puesto de relieve y actualidad su labor como filósofo e historiador al servicio de la Iglesia. VERÓNICA GRIFFIN. Editora. Colaboradora habitual de revista HUMANITAS. AUTORES EN PANORAMA Y LIBROS Fernando Chomali. Arzobispo de Concepción. Bernardita Cubillos. Periodista, colaboradora habitual de revista Humanitas. Virgilio Fantuzzi. Redactor de La Civiltà Cattolica. Riccardo Caniato. Periodista y escritor italiano.
COMITÉ EDITORIAL DE HUMANITAS Jaime Antúnez. Director de Revista HUMANITAS. Doctor en Filosofía. Miembro de número de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Hernán Corral. Doctor en Derecho. Miembro de Número de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Samuel Fernández. Doctor en Teología. Ex decano y profesor de la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Director del Centro de Estudios Padre Alberto Hurtado. Gabriel Guarda O.S.B. Abad emérito del Monasterio Benedictino de la Santísima Trinidad de Las Condes. Premio Nacional de Historia 1984. Miembro de número de la Academia de la Historia, del Instituto de Chile. René Millar. Doctor en Historia. Ex decano de la Facultad de Historia, Geografía y Ciencia Política de la P.U.C. y profesor titular del Instituto de Historia. Miembro de número de la Academia de la Historia, del Instituto de Chile. Pedro Morandé. Doctor en Sociología. Ex decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la P.U.C. Miembro de número de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Ricardo Riesco. Doctor en Geografía. Miembro de Número de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Francisco Rosende. Ex decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad Católica de Chile. Master of Arts en Economía, Chicago. Juan de Dios Vial Correa. Ex rector de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Ex presidente de la Pontificia Academia para la Vida. Miembro de Número de la Academia de Ciencias del Instituto de Chile. Juan de Dios Vial Larraín. Ex rector de la Universidad de Chile. Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales 1997. Miembro de Número de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Arturo Yrarrázaval. Doctor en Derecho. Ex decano de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
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HUMANITAS
Consejo de Consultores y Colaboradores
Revista de Antropología y Cultura Cristianas Publicación trimestral de la Pontificia Universidad Católica de Chile La revista HUMANITAS nace de la conveniencia de que la Universidad disponga para el servicio de la comunidad universitaria y de la opinión pública en general, de un órgano de pensamiento y estudio que busque reflejar las preocupaciones y enseñanzas del Magisterio Pontificio (Decreto Rectoría Nº 147/95, visto 2º). DIRECTOR Jaime Antúnez Aldunate COMITE EDITORIAL Hernán Corral Talciani Samuel Fernández Eyzaguirre Gabriel Guarda, O.S.B. René Millar Carvacho Pedro Morandé Court Ricardo Riesco Jaramillo Francisco Rosende Ramírez Juan de Dios Vial Correa Juan de Dios Vial Larraín Arturo Yrarrázaval Covarrubias SECRETARIA DE REDACCIÓN Marta Irarrázaval Zegers CONSEJO DE CONSULTORES Y COLABORADORES Presidente Honorario: S.E.R. Cardenal Francisco Javier Errázuriz Ossa. Arzobispo Emérito de Santiago. Héctor Aguer, Anselmo Álvarez, O.S.B., Carl Anderson, Andrés Arteaga, Francisca Alessandri, Antonio Amado, Felipe Bacarreza, Rémi Brague, Jean-Louis Bruguès, O.P., Rocco Buttiglione, Massimo Borghesi, Carlos Francisco Cáceres, Cardenal Carlo Caffarra, Cardenal Antonio Cañizares, Jorge Cauas Lama, Guzmán Carriquiry, William E. Carroll, Alberto Caturelli, Cesare Cavalleri, Fernando Chomali, Francisco Claro, Ricardo Couyoumdjian, Mario Correa Bascuñán, Francesco D’Agostino, Adriano Dell’Asta, Vittorio di Girolamo, Carmen Domínguez, José Manuel Eguiguren, Carlos José Errázuriz, José María Eyzaguirre, Jesús Colina, Luis Fernando Figari, Juan Ignacio González, Stanislaw Grygiel, Gonzalo Ibáñez Santa-María, Raúl Hasbun, Henri Hude, José Miguel Ibáñez, Raúl Irarrázabal, Lydia Jiménez, Paul Johnson, Jean Laffitte, Nikolaus Lobkowicz, Alfonso López Quintás, Alejandro Llano, Raúl Madrid, Javier Martínez Fernández, Patricia Matte Larraín, Carlos Ignacio Massini Correas, Mauro Matthei, O.S.B., Cardenal Jorge Medina, Livio Melina, Augusto Merino, Dominic Milroy, O.S.B., Fernando Moreno Valencia, Rodrigo Moreno Jeria, José Miguel Oriol, Francisco Petrillo, O.M.D., Bernardino Piñera, Aquilino Polaino-Lorente, Rodrigo Polanco, Cardenal Paul Poupard, Javier Prades, Dominique Rey, Florián Rodero L.C., Alejandro San Francisco, Romano Scalfi, Cardenal Angelo Scola, David L. Schindler, Josef Seifert, Gisela Silva Encina, Robert Spaemann, Paulina Taboada, William Thayer Arteaga, Olga Ulianova, Luis Vargas Saavedra, Juan Velarde Fuertes, Aníbal Vial, Pilar Vigil, Richard Yeo, O.S.B
NACIONALES
EXTRANJEROS
Andrés Arteaga: Obispo Auxiliar de Santiago. Fra ncisca A lessa ndr i: Profesora de la Facultad de Periodismo, UC. Antonio Amado: Profesor de Metafísica de la Universidad de los Andes. Felipe Bacarreza: Obispo de Los Ángeles, Chile. Carlos Francisco Cáceres: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Jorge Cauas Lama: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Fernando Chomali: Arzobispo de Concepción. Miembro de la P. Academia Pro Vita. Francisco Claro: Profesor de la facultad de Física, UC. Ricardo Couyoumdjian: Profesor del Instituto de Historia, UC. De la Academia de la Historia del Instituto de Chile. Mario Correa Bascuñán: Secretario General de la Pontificia Universidad Católica. Profesor de la Facultad de Derecho, UC. Carmen Domínguez: Profesor a de la Facultad de Derecho, UC. Directora del Centro UC para la Familia. Vittorio di Girolamo: Historiador del arte. María Esther Gómez de Pedro: Miembro del nuevo círculo de discípulos de Joseph Ratzinger / Papa Benedicto XVI. Jo s é M a nuel E g u ig u r e n Gu z m á n : Fu ndador del Movimiento Apostólico Manquehue. Carlos José Errázuriz: Consultor Congregación para la Doctrina de la Fe. Profesor de la Pontificia Università della Santa Croce. José María Eyzaguirre: Profesor de la Facultad de Derecho, UC. Jesús Colina: Director de Aleteia. Juan Ignacio González: Obispo de San Bernardo, Chile. Raúl Hasbun: Sacerdote de Schöenstatt. Profesor del Seminario Pontificio Mayor de Santiago. Gonzalo Ibáñez Santa-María: Profesor y ex rector de la Universidad Adolfo Ibáñez. José Miguel Ibáñez Langlois: Teólogo y poeta. Raúl Irarrázabal Covarrubias: Arquitecto. Presidente de la Asociación Chilena de la Orden de Malta. Raúl Madrid: Profesor de la Facultad de Derecho, UC. Patricia Matte Larraín: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Mauro Matthei, OSB: Sacerdote y monje benedictino. Historiador. Cardenal Jorge Medina: Prefecto emérito de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Augusto Mer ino: Cientista político, profesor de la Universidad Adolfo Ibáñez. Fernando Moreno: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Rodrigo Moreno Jeria: De la Academia Chilena de la Historia. Bernardino Piñera: Arzobispo Emérito de La Serena. Rodrigo Polanco: Presbítero, profesor de la Facultad de Teología de la UC. Alejandro San Francisco: Profesor del Instituto de Historia, UC. Gisela Silva Encina: Escritora. Paulina Taboada: Médico. Miembro de la Pontificia Academia Pro Vita. William Thayer Arteaga: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Olga Uliánova: Doctora en Historia por la Universidad de Lomonosov, Moscú. Investigadora de la Universidad de Santiago. Aníbal Vial: Ex rector Universidad Santo Tomás. Pilar Vigil: Médico. Miembro de la Pontificia Academia Pro Vita.
Héctor Aguer: Arzobispo de la Plata, Argentina. Anselmo Álvarez, OSB: Abad de Santa Cruz del Valle de los Caídos. Carl Anderson: Caballero Supremo de los Caballeros de Colón. Rémi Brague: Filosófo francés. Premio Ratzinger 2012. Jean-Louis Bruguès, OP: Archivista y Bibliotecario de la Santa Iglesia. Obispo emérito de Angers, Francia. Massimo Borghesi: Filósofo italiano. Catedrático de la Universidad de Perugia. Rocco Buttiglione: Filósofo y político italiano. Cardenal Carlo Caffarra: Arzobispo de Bolonia. Cardenal Antonio Cañizares: Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Guzmán Carriquiry: Secretario de la Comisión Pontificia para América Latina. W i l l i a m E . C a r r ol l : Cáte d ra de Tom á s de Aqu i no, Blackfriars, Oxford. Alberto Caturelli: Filósofo argentino. Cesare Cavalleri: Director de Studi Cattolici, Milán. Francesco D’Agostino: Filósofo del Derecho. Ex Presidente del Comité Nacional de Bioética en Italia. Adriano Dell’Asta: Profesor de la Universidad Católica de Milán. Luis Fernando Figari: Fundador del Sodalicio de Vida Cristiana, Lima. Stanislaw Grygiel: Filósofo polaco. Titular de la Cátedra Juan Pablo II en la Universidad Lateranense, Roma. Henri Hude: Filósofo francés. Ex rector del Colegio Stanislas, París. Lydia Jiménez: Directora General del Instituto Secular Cruzadas de Santa María. Paul Johnson: Historiador inglés. Jean Laffitte: Obispo de Entrevaux. Secretario del Consejo Pontificio para la Familia. Nikolaus Lobkowicz: Director del Instituto de Estudios de Europa del Este y Central de la Universidad de Eichstätt, Alemania. Alfonso López Quintás: Filósofo español. De la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Alejandro Llano: Filósofo español. Javier Martínez Fernández: Arzobispo de Granada, España. Carlos Ignacio Massini Correas: Catedrático de la Universidad Nacional de Cuyo, Argentina. Livio Melina: Presidente del Pontificio Instituto Juan Pablo II para Estudios sobre el Matrimonio y la Familia. Dominic Milroy, OSB: Monje de Ampleforth, ex-rector de Ampleforth College, York, Gran Bretaña. José Miguel Oriol: Presidente de Editorial Encuentro, Madrid. Francesco Petrillo, OMD: Superior General de la Orden de la Madre de Dios. Aquilino Polaino-Lorente: Psiquiatra español. Cardenal Paul Poupard: Presidente emérito del Pontificio Consejo de Cultura. Javier Prades: Rector de la Universidad Eclesiástica San Dámaso, Madrid. Miembro de la Comisión Teológica Internacional. Dominique Rey: Obispo de Frejus-Toulon, Francia. Florián Rodero L.C: Profesor de Teología del Ateneo Regina Apostolorum en Roma. Romano Scalfi: Director del Centro Rusia Cristiana, Milán. Cardenal Angelo Scola: Arzobispo de Milán. Josef Seifert: Filósofo austríaco. David L. Schindler: Director del Instituto Juan Pablo II para Estudios sobre Matrimonio y Familia, Washington D.C. Robert Spaemann: Filósofo alemán. Juan Velarde Fuertes: De la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Premio Príncipe de Asturias en Ciencias Sociales (1992). Richard Yeo, OSB: Abad Presidente de la Congregación Benedictina de Inglaterra.
R E V I S T A DE A n t r op ol o gí a y C u lt u r a C r i s t i a n a s / N º 76 / A ÑO X I X
AÑO XIX
Livio Melina FAMILIA Y NUEVA EVANGELIZACIÓN BEATIFICACIÓN DEL PAPA PABLO VI
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PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE
Jaime Antúnez / José Luis Cea ANARQUISMO, ANARQUÍA Y NIHILISMO