5 minute read

Los clásicos siempre están presentes

Christopher Sáez

Después de una leve ausencia ya que mis actividades laborales no permitieron hacerles llegar mi impresión y review de un verdadero clásico, estoy de vuelta para contarles sobre Sir Walter Raleigh Aromático, una mezcla nombrada en honor al marinero, corsario, escritor, cortesano y político inglés que introdujo el tabaco en Inglaterra y al ser uno de los favoritos de la reina, puso de moda el hábito de fumar en la corte.

Dentro de las anécdotas que nos trae consigo este personaje está su apuesta sobre que era capaz de pesar el humo. Para esto tomó un cigarro nuevo, lo puso en la balanza para pesarlo, posteriormente, lo encendió y lo fumó, echando cuidadosamente la ceniza en el platillo de la balanza, y cuando terminó agregó la colilla y pesó el conjunto, restó la cifra obtenida del peso del cigarro original y simplemente ahí ante todos tenía el peso del humo.

Sin duda gracias a este entrañable personaje debemos la masificación del tabaco en Europa, ya que es claro que se encontraba ampliamente difundido en América, en especial América Central y Norteamérica. Es por eso que tratando de buscar algo interesante y bastante tradicional nos acompañaremos con los humos de este tabaco tan clásico.

Un aspecto relevante de este tabaco es que se presenta tanto para fumarlo en pipa como una versión para liar y quienes lo aprecian puedan hacer sus propios cigarrillos.

Como maridaje nos acompañará una cerveza especial de Volcanes del Sur, Summer Lúcuma y mi clásica pipa de espuma de mar (fue mi segunda pipa de este tipo que compré hace ya unos

10 años), la cual con el paso del tiempo se ha ido envejeciendo tomando un tono más ámbar. Respecto del tabaco, lo primero que me llamó la atención es su corte: unas hebras finas muy similares a su versión para liar que encontré en un viaje a Montevideo… en ella resalta un brillo casi sobrenatural de marrones claros entremezclados con algunas locas hebras oscuras. Es, sin duda, una mezcla simple cuya base es el Burley y Virginia humectados en licor francés y holandés que le entrega un aroma suave a nueces, con tonos a madera y tomando una fuerte inspiración, un grato fondo a lúcumas (zapote amarillo en México) , una de mis frutas preferidas.

Para el encendido bastó solo acercar una pequeña llama para que el juego comenzara, y como un leve apaciguador hace volar los licores presentes en el aroma en frío para que el primer participante, el Burley, tome el protagonismo dando una nota achocolatada, ligeramente amarga que se oculta aún más con un leve sorbo de cerveza.

Para brotar las notas del Virginia hace falta más tiempo, se pierden entre el humo y el calor de la brasa, por lo cual recomiendo inmediatamente que lo fumes lo hagas con mucha calma y también podrás evitar ese gorgoteo que se produce por acumulación de humedad al fondo de la cazoleta de la pipa.

A medida que el primer tercio avanza esas notas dulces se intensifican, dando paso de la lúcuma a la vainilla dejando un agradable aroma en los bigotes, una delicia sin duda, esas notas que nos hacen recordar los caramelos de la infancia, siendo imberbes, nos inundaban el paladar con notas a azúcar.

El segundo tercio comienza mostrándonos un salto de sabores, tiende a amargar sin ser desagradable, pero siento unos leves rastros de anís con un poco de damasco. El retrogusto en esta parte de la fumada es muy cercano al cacao y nueces gracias a nuestro amigo Burley.

El último tercio de la mezcla llega a ser casi henoso, al fin el segundo participante, el Virginia dice presente, dando consigo lo mejor pero se apaga rápidamente sin poder darnos su fuerza, se despide apenas entra al escenario, el Burley trata de decirle no te vayas, comparte más con nosotros, pero está muy lejos, es un grito sordo entre las cenizas de la brasa que cubre por completo nuestra pipa pero nuestra cerveza lo rescata con una mano lo lanza nuevamente al escenario para a lo lejos mirarnos y decir presente y marcharse.

Este último tramo se hace largo y casi cuesta arriba al Virginia, se lo han consumido las brasas y dan el aliento, pero no llegan a brindarnos el placer de poder participar de una forma más firme. Las cenizas tienden a dominar los tonos grises con algunas briznas negras, lo que es un buen indicativo de la combustión uniforme.

La nota en la habitación o room note es fabulosa, quizás compitiendo con otros aromáticos como Autumn Evening de Cornell & Diehl, e incluso algunos de cereza o amaretto puedan estar a esa altura, donde se impregnan las paredes de frutas maduras.

Estimado lector, es sin duda una mezcla recomendable para todos los fumadores que buscan salir de la monotonía clásica de los tabacos, puedes fumarla todo el día hasta saciarte, pero con calma si no te aseguro que la mordida será el pecado que puedas cometer; también recomendada para aquel que quiera iniciar el mundo de la pipa.

Para mi el maridaje en este caso fue buscar sincronía de sabores, podrías experimentar al contraste con una cerveza negra con baja gasificación y así no inundar el paladar de sabores. Lo que puedo sí advertir que dada la proporción en la mezcla tiende a ser muy plana para fumadores avezados.

Muy buenos humos a todos y nos vemos en el próximo número, y como siempre, atento a sus comentarios.

This article is from: