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EL FÉRETRO DE LA QUINTA CALLE
from COMPENDIO DE INVESTIGACIONES Y DATOS HISTORICOS DLE MUNICIPIO DE VILLA NUEVA, GUATEMALA- FERNANDO ML
EL FÉRETRO DE LA QUINTA CALLE
Dicen que por las calles de la zona 1 de Villa Nueva se aparece este inusual féretro, con más frecuencia en la quinta calle, muchos vecinos lo han escuchado, se trata de un entierro que pasa a largas horas de la noche, quienes han tenido el valor de salir se han topado con que no hay nada, ni una sola alma hay en la calle, el féretro pareciera que se dirige al cementerio.
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Este no es el carretón de la muerte ni los penitentes en penas, se trata de un entierro, un cortejo fúnebre con personas que cantan y se lamentan.
Moisés había llegado ya muy tarde aquel día de trabajar, estaba muy cansado, ya todos estaban dormidos, su vivienda estaba ubicada sobre la quinta calle entre la decima y once avenida de la zona 1 de Villa Nueva, su madre ya se había ido a dormir, le había dejado en el comedor la cena servida tapada con una servilleta; se sentó a comer y encendió la tele para ver que había.
De la mesa paso al sillón y viendo televisión poco a poco se fue quedando dormido, de repente lo despertó el ruido de lo que parecía ser una multitud que pasaba en la calle, cantaban canticos de difunto, Moisés se puso de pie, vio su reloj eran las doce de la noche, sintió un escalofrió y se quedo paralizado, claramente pudo escuchar como algunas personas lloraban, mientras otras rezaban, se lamentaban y cantaban coritos de difunto, observo que por la rendija de la puerta que daba a la calle se veía las sombras de personas que pasaban y pasaban con lo que parecían ser candelas; intento correr a su cuarto pero se tropezó con una silla, estando en el suelo escucho las notas de una marcha fúnebre entre un murmullo, mientras unas mujeres gritaban con un llanto desgarrador. Moisés intento ponerse de pie muy nervioso, cuando en eso apareció su mamá en la puerta de la sala con un crucifijo en la mano.
— ¡Mijo! —le grito— . ¡Yo también ya lo escuche!
—¡Venite vamos a orar y a tomar agua bendita! solo nosotros lo escuchamos.
—dijo la madre— . Todos están dormidos, yo no podía dormir y lo escuche todo, intente salir para venir aquí con vos pero me quede paralizada, hasta que le rece a Dios tome valor y fuerza y me vine; venite oremos.
El murmullo, las marchas y los lamentos se fueron disipando entre el viento mientras se escuchaba como si el féretro iba hacia abajo rumbo al cementerio.