Copalami verano otoño by Javier Villanueva. Editor

copalami revista de las hermanas de san josé de lyon verano/otoño 2012 diseño de portada e interiores javier villanueva (javerovil@gmail.com) compilación de textos Enedina Juárez Hernández csj http://hermanassanjosedelyon.com.mx

da lo mismo servir en medio de las preguntas día internacional del migrante

asamblea general de la clar compartir desde el cereal caminar con la comunidad la magnolia

mi experiencia de ejercicios mi encuentro con el amor cuando dios está de la partida… ¡hace lo increíble! la huella del carisma en la comarca lagunera una puntada en el tejido que inició hace más de 300 años

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DA lO MiSmo

E –Nunca había visto llover así– le dije como para abrir conversación– ¿En tú país llueve así? –Si. –Estás acostumbrado, te da lo mismo mojarte. –Sí. –¿Qué edad tienes? –¿Cuántos cree que tengo? –12 o 13– pensé –15 ó 16– le dije. –Tengo 16– Imposible saber anda sin ningún documento.

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Luis García-Huidobro sj.

speramos el tren con unos 15 migrantes afuera del albergue de la Iglesia Católica en Tierra Blanca, Veracruz, México. Los otros ya se fueron a las vías. Con esta lluvia se van a subir al techo de La Bestia (el tren de carga que atraviesa México de sur a norte, con cientos de migrantes en el techo) para seguir al norte. No tiene sentido tratar de taparse como si pudieran mojarse un poco menos. Es lo mismo, no hay modo. Se les viene el dolor de garganta y la gripe. Cuando salga el sol secar lo poco de ropa que llevan, o botar todo en el camino, al final da lo mismo tener algo o no de ropa en la mochila, porque todo te roban si te asaltan las bandas. En el próximo albergue quizá les den otra playera de Enrique Peña Nieto –recién electo Presidente, acusado de comprar millones de votos–. Llegaron cientas de playeras después de las elecciones. Al migrante le da lo mismoel candidato o cómo llegó a ser Presidente. Es la única

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ropa nueva disponible y son de muy buena calidad. Hernán, cuyo nombre verdadero no es Hernán claro, el niño guatemalteco de 16, no se hace problema por la lluvia. –Para mí es lo mismo si llueve o no llueve en el tren. Trato de imaginarme el viaje a todo sol, con 40°, en el techo del tren –es de metal y se pone caliente– quemándose, deshidratándose e insolándose; o el viaje con lluvia, truenos y relámpagos, con el techo resbaloso por el agua; con la ropa, zapatos, mochilas y ellos mismos empapados. Van despiertos y amarrados con el cinturón al techo del tren para no caerse. Es lo mismo. El sol y la lluvia son igualmente duros. Cuando el tren pare, en

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unas 10 ó 15 horas más, van a llegar a otro albergue, descansar y partir en el mismo o el siguiente tren. Lo mismo durante semanas, algún día sufren un asalto, otro día se sube la policía y los hace bajar si no tienen algo de dinero que darles, a veces tienen que caminar algunas horas o días si es que quedan por ahí botados, o volver a la frontera sur si es que los pilla la policía migratoria, para volver a partir de cero, porfiadamente hacia el norte. Es simpático Hernán, y muy inteligente. –¿Te das cuenta del riesgo que corres viajando así? –Si, pero en todos lados es igual, todos los países son lo mismo, allá también es inseguro. –¿Pero sabes de los se-

cuestros a migrantes en este país? –Si sé. Es la 8ª vez que trato de hacer este viaje, estoy consciente de todo, yo sé los riesgos, pero para mí es igual estar aquí o estar allá. En mi ciudad me ofrecieron trabajar los narcos, les dije que no, les podría haber dicho que sí o que no, me da igual. Sus papás murieron el 2005 (¡tenía 9 años!), él papá por tomar, la mamá por un mal parto. Quedó viviendo con familiares. –Me fui porque me trataban como a un perro. –¿Y estuviste mejor sin ellos? –Es lo mismo no más. Con ellos o sin ellos, me fui y nunca me buscaron. –Pero deben estar preocupados por ti ahora que andas por aquí.

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–¡Bah! Cuenta que se pagaba un cuarto con su trabajo desde hace un par de años. Salió hace varios meses de su país. Como era lo mismo estar ahí o estar en otro lado, un día partió, igual como lo hacen centenares de centroamericanos todos los días, para tratar de llegar a los EEUU, o simplemente andar varios meses en el tren hacia el norte, siendo deportado una y otra vez en cualquier lugar del trayecto, y volver a intentarlo. –¿Y por qué andas solo? Eres muy simpático, debes tener muchos amigos. –Nunca he tenido amigos, es que no los he buscado. Ya van a tomar el tren, los voluntarios vamos a descansar para recibir a los que lleguen mañana. Nos tomamos unas Corona, que ya no son mexicanas sino belgas (no es lo mismo), y vemos cualquier cosa tonta en Televisa. Nos vamos a olvidar de Hernán en un par de días. Todos los días nos llegan cientos como él, cada uno con sus motivos -o quizá sin ningún motivo, es igual- para andar viajando. Lo objetivo que dicen los informes de las ONG’s es: cesantía,

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falta de oportunidades, violencia. Tiene clara la película Hernán. Todo le da lo mismo porque no tiene ninguna expectativa. Ya la vida le hizo todo el daño que se le puede hacer a un niño, y aprendió. Está seguro de que no existe nada, en ningún lugar del mundo, que pueda hacerle algo más malo que todo lo que ya se le ha hecho. No tiene miedo a nada. Son cientos de niños y jóvenes que pasan así por aquí todos los días. No tienen documentos así que dan lo mismo, pueden desaparecer, ser secuestrados, asaltados por policías o bandas, morir de deshidratación, ser mutilados por el tren, etc. Quizá algún día desde Canadá hasta Chile podamos decir que da lo mismo que no tengan documentos, que son niños, que tienen derechos, y que los adultos que tenemos responsabilidad vamos a velar por ellos, porque a nosotros que somos adultos y responsables, ellos no nos pueden dar lo mismo. Hace pocos días en Chicago 3 niños y jóvenes estadounidenses, -uno de ellos de la misma edad

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que dice tener Hernán, 16, y los otros de 17 y 18 años-, asesinaron a golpes a Delfino Mora, un migrante mexicano de 62 años a quien ni siquiera conocían. Lo vieron en la calle y lo hicieron por diversión, como una travesura de niños. Se alejaron riéndose sin importarles nada. Los pillaron por subir a Facebook el video que ellos mismos grabaron de la golpiza. Si no fuera por ese “error” –¡tanta era su confianza en la impunidad!-, este caso no se habría sabido, como cientos de casos de personas que legalmente no existen en el lugar donde son asesinadas. La justicia norteamericana decidió tratar a estos 3 jóvenes como adultos. Quizá basta con que sean juzgados imparcialmente bajo una ley penal adolescente. Lo que no podemos dejar de hacer como sociedades es preguntarnos qué estamos haciendo o dejando de hacer al respecto los adultos de países que reciben migrantes. Pienso que algo debemos estar haciendo mal los adultos, para que haya entre nuestros niños algunos que piensen que es divertido golpear migrantes hasta matarlos.

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SerVir en MEdio de lAS Preguntas

Joana Fote

Universidad Georgetown, Washington D. C.

omo una estudiante de la universidad de Georgetown en la capital de los EEUU, debo poder cambiar el mundo. O, por lo menos, así me dicen. Pero cuando uno entre en una experiencia de acompañamiento a los más necesitados, de repente no hay soluciones simples a los problemas de la injusticia. Así fue mi experiencia con las hermanas de San José de Lyon en Tierra Blanca, Veracruz. Por siete semanas, viví con las hermanas y trabajé en el Albergue Decanal Guadalupano dónde pasan los centroamericanos que van al norte en el tren. No fue la primera vez que había trabajado con migrantes. En la universidad, estudio cultura y política internacional con un enfoque en la migración. En los Estados Unidos, apoyo a los jornaleros a través de educación en ingles y derechos laborales. También participo en una comunidad de inmigrantes donde ayudo a los jóvenes con su tarea de la escuela. Y pasé 4 meses en Nogales, Sonora trabajando con la Iniciativa Kino para la Frontera donde recibimos migrantes deportados en un comedor y un albergue para mujeres. Después de todo este trabajo con migrantes, se puede imaginar que ando en el camino de entender el problemática migratorio. Pero en mi tiempo en Tierra Blanca entré más en todas las causas y el camino difícil de la migración. Cada día conocí a migrantes que iban con la

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ilusión de llegar a los Estados Unidos para mejorar su vida. Hablé con muchachos de 16 años que iban por la aventura, papas que querían mantener a sus hijos, mujeres que se huían de violencia doméstica y gente que ya había estado en los EEUU por mucho tiempo antes de ser deportado y intentar otra vez. Conocí a migrantes que habían sido robados o abusados o golpeados. Vienen a nuestro albergue con hambre y un cansancio fuerte. Y más adelante en el camino siguen a sufrir aún peor a las manos de los ladrones y los secuestradores. Y durante este proceso de conocer a la realidad, me preguntaba mucho: ¿Debe uno irse de su casa y su tierra para buscar un futuro mejor? ¿Qué es lo mejor por un papa o una mama – de migrar para apoyar a sus hijos económicamente o de quedarse con la familia? ¿Vale la pena el sueño americano? ¿Es mejor la vida en los EEUU? ¿Se deben ir o se deben regresar? Otro que las preguntas de la migración, entré mucho en preguntas de cómo se hace este trabajo de justicia en una manera que respeta la dignidad de la gente que ayudamos. ¿Cómo se puede poner reglas y límites para poder seguir en nuestro servicio en el albergue? ¿Qué exigimos y que responsabilidad pedimos de la gente que servimos? ¿Cómo trabajamos y confiamos en Dios en medio de una escasez de recursos? Enfrenté muchas dudas con el apoyo de las hermanas y los otros voluntarios que trabajan en Tierra Blanca. Aprendí de sus experiencias y sus perspectivas. Pero aún entre todos nosotros no llegamos a ninguna resolución. Solamente logramos en llegar a preguntas más profundas. Dentro de su carisma de reconciliación, las hermanas entran siempre en la complejidad de las comunidades y sus necesidades. Lo importante no es de encontrar las soluciones sino de estar con la gente en el proceso de la búsqueda. La invitación de Dios no es de ser un dios. La invitación es de entrar con humildad y de saber que no vamos a tener ni las respuestas ni el control para implementarlas. Trabajamos sabiendo que es el trabajo del Dios y Él nos lleva a las respuestas que, hasta ahora, ni podemos imaginar.

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DIA INTeRnACIONAl DeL MIGRANTE

Hna. Ma. Guadalupe de Garagorri csj

l 2 de Septiembre se celebra en muchas partes de México El Día internacional del Migrante y por esta ocasión Elizabeth nos informó que en Tierra Blanca se tendría un homenaje especial. Desde la comunidad e Patriotismo nos animamos para poder participar en este evento y pudimos ir Angélica Navarro, Maripaz Sandate y Guadalupe Garagorri. Ya Enedina se encontraba allá desde hacía varios días. Fue verdaderamente un viaje relámpago, que iniciamos desde el domingo 26 a las 6.30 AM que fue la hora de la salida. Algunos días antes animamos a familiares, gente conocida y solidaria que nos compartió ropa de hombre en buen estado para llevar, además, las hermanas del Pedregal ya habían tejido gorros y bufandas para los hermanos migrantes. El viaje los disfrutamos

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mucho, el paisaje era hermoso, contemplamos el Popo y el Ixtla, y luego el Pico de Orizaba con admiración, había muchos terrenos sembrados de Maíz que ya estaban espigando. La nueva carretera nos permitió llegar en 4 horas y media, no sentimos con mareo las cumbres de Maltrata. Al llegar a Tierra Blanca ya nos esperaba en la Tienda Copel, Elizabeth, montada en una motocicleta, bien puesto su casco de seguridad y una sonrisa en sus labios. Fuimos a conocer la casa de las hermanas que tiene cierta amplitud para ellas y las voluntarias que en ocasión reciben. Después

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a conocer el Albergue Guadalupano, pequeño para tantísima gente que llega y las mil necesidades, pero ya en construcción un segundo piso. Dolores y Lupita estaban en plena acción, junto con 3 voluntarios y dos personas fijas que ayudan en la cocina y en la atención a migrantes. Fuera de la casa había una cola inmensa de hermanos migrantes, la mayoría jóvenes y hondureños, muchos de ellos muy cansados, sucios y con hambre. El albergue los recibe con cariño y trato humanitario, pasan al registro, a informar sobre sus datos y a recibir un buen baño con una muda limpia de ropa.

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Como ahora el albergue está en construcción, los migrantes reciben sus alimentos fuera del albergue pues no hay espacio suficiente. Se les da el desayuno, la comida y la cena. Este proyecto ha sensibilizado a mucha gente Blanca y otras parroquias y la gente se ha organizado para llevar despensa mensual para preparar los alimentos. Me indignó y me conmovió mucho este momento pues encontré gente de Olancho, Copán, Comayagua, Progreso, San pedro Sula, Tegucigalpa y tantos otros lugares de Honduras buscando el sueño americano que cada vez se convierte en pesadi-

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lla y que salen de su país por no haber oportunidades de trabajo, de salarios justos y de trato digno. Yo les compartí que vivía en San Pedro y eso le alegró un segundo el corazón. En la tarde al as 4.30 PM fue el Obispo de Veracruz al albergue para bendecir la construcción y tener una rueda de prensa. Elizabeth junto con varias comisiones ya habían preparado una explanada al frente de la alcaldía municipal, para tener una Eucaristía alas 6.00 PM y luego una noche cultural. La Eucaristía fue hermosa, hubo muchísima gente, los cantos muy bien preparados. En la homilía el obispo leyó documentos recientes de la Iglesia en solidaridad y compro-

miso con esta realidad compleja de la Migración y en las ofrendas se presentó un pequeño grupo de hermanos migrantes que acababan de bajarse del tren, cansados, sucios, con sus mochilas y botes de agua. Al final de la Misa, hubo reconocimientos por parte de los cónsules de Honduras y El Salvador al apoyo humanitario que se da en nuestro país a través del Municipio y de la Iglesia por medio del albergue. Luego nos preparamos para los bailables mexicanos y un baile de la raza garífuna, quienes son hondureños afro descendientes. Los migrantes disfrutaron y les ofrecieron ricos tacos al pastor que comieron con avidez.

Estuvimos con ellos platicando y deseándoles éxito en su trayectoria. Al día siguiente fuimos a Amatlán de los Reyes a saludar al P. Julián y a conocer la experiencia de la Patrona. Aquí hay un grupo de mujeres que desde hace 17 años preparan comida y se van a las vías del tren para ofrecerles a los muchachos comida y agua .Estas mujeres son sensibles a esta realidad y sufren profundamente el dolor de estos hermanos nuestros. Nos regresamos con el corazón conmovido y muy agradecido por la presencia tan valiosa de nuestras hermanas, qué alegría que el Pequeño proyecto hoy se haga vida en este rincón de Veracruz.

El Cónsul de Honduras, Raúl Otoniel Morazán, otorgó un Reconocimiento, a la Hna. Dolores Palencia Gómez csj, Directora del Albergue Decanal Guadalupano, por su trabajo en favor de los Migrantes.

Foto: Consul de Hondura y Hna. Guadalupe Garagorri.

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Asamblea GeneraL de lA Confederación LatinoamericanA Y CAribeña de ReligiOSAs/os (ClAr)

Ilse Mayer csj

omo Secretaria General de la CIRM, tuve la gracia de participar en la XVIII Asamblea General de la Confederación Latinoamericana y Caribeña de religiosas/os (CLAR), que se llevó a cabo en Quito (Ecuador), del 18 al 22 de junio. Participamos cerca de 80 religiosas/os de 20 de las 22 Conferencias Nacionales convocadas. De la CIRM participamos los tres integrantes de la Presidencia: el P. Fernando Torre, Misionero del Espíritu Santo, la Hna. Juana Ángeles Zárate, Carmelita del Sagrado Corazón, Hno. Ricardo Reynoso, Marista, y yo. De México, además, participaron la Hna. Mercedes Casas, Vicepresidenta de la CLAR, la Hna. Rosa María Moreno, Secretaria adjunta de la CLAR, Hijas del Espíritu Santo, y la Hna. Maricarmen Bracamontes, Benedictina, integrante del Equipo de Teólogas/os de la CLAR. El primer día lo dedicamos a colocar los “rieles” (agenda, reglamento, ministerios, comisiones) que permitirían circular con facilidad al “tren” de la Asamblea. Luego tuvimos una dinámica de conocimiento e integración, pues para muchos –como en mi caso– era la primera vez que participaban en una reunión de la CLAR. Por la tarde escuchamos los informes de la Presidencia y Secretaría General y el informe económico. Luego nos reunimos por las cuatro Regiones –Centro América y México, el Caribe y las Antillas, Países Bolivarianos y Cono Sur– para compartir la realidad que vivimos en nuestros países.

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El martes tuvimos la dicha de que estuviera con nosotros el Card. João Braz de Aviz, Prefecto de la Sagrada Congregación para los Institutos de vida Consagrada. Lejos de dictar una conferencia, nos compartió, de manera espontánea y con el corazón en la mano, sus ideas e inquietudes sobre La vida religiosa en los tiempos actuales. Tras su exposición hubo un momento de diálogo, en el que, entre otras cosas, con transparencia y sencillez nos expuso lo relativo a la visita que la Congregación para la Doctrina de la fe está haciendo a la Conferencia de Religiosas Líderes de Estados Unidos (LCWR). Después hubo otras exposiciones: Análisis de la coyuntura latinoamericana, La nueva evangelización en América Latina, Los 50 años del Concilio en el Continente, La Palabra de Dios en la historia de la CLAR. Por la tarde-noche tuvimos un encuentro con la vida religiosa de Ecuador.

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Para mí fue una oportunidad increíble, pues fue precisamente en Quito hace muchos años que tuve mi primer acercamiento a la CLAR, en un Seminario que transformó mi vida religiosa dándole un sentido Latinoamericano, que me marcó profundamente hasta la fecha, así que el volver a estar en este lugar y en este espacio de vida religiosa fue una gran gracia para mí. Me alegraron las conferencias en donde se retomó las historia de cómo el Concilio afectó y transformó la vida religiosa no solo en América Latina, sino en toda la historia de la Vida Religiosa en el mundo, en la Iglesia, a pesar de los momentos difíciles y dolorosos que se han vivido y que se recordaron como momentos dadores de vida. El miércoles trabajamos en grupos. El fruto de esa jornada servirá de base para elaborar el Plan Global para el trienio. Más adelante les compartiré el texto bíblico que saldrá como inspiración, se los guardo como sorpresa para más adelante. El jueves, tras hora y media de trabajo, realizamos una gira turística y cultu-

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ral. Visitamos, desde luego, «la mitad del mundo», punto geográfico o, mejor, línea geográfica por donde pasa el ecuador; el centro histórico, declarado por la UNESCO patrimonio cultural de la humanidad; la iglesia de la Compañía, el museo de los Franciscanos… Por la noche un grupo artístico nos recreó con sus cantos y bailes, mientras disfrutábamos de bebidas y dulces típicos de diferentes países. El último día fueron las elecciones. La nueva Presidenta de la CLAR es la Hna. Mercedes Casas, fsps, de México. ¡Qué orgullo para la vida religiosa de nuestra patria! Las/os Vicepresidentas/es son: Hno. Inácio Nestor Etges, fms (Brasil), Hna. Altagracia Ortiz, ss.cc. (República Dominicana), P. René Cardozo, sj (Bolivia), Hna. Marcela Sáenz, aci (Chile). El Secretario General es el P. Gabriel Naranjo, cm (Colombia). Cada día tuvimos un sabroso momento de animación bíblica y la celebración eucarística. Las eucaristías de los cuatro primeros días fueron presididas por obispos. La eucaristía de clausura fue presidida por el P. René

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Cardozo, sj, nuevo vicepresidente de la CLAR. En esta última celebración, la Hna. Mercedes, nuestra flamante Presidenta, nos dirigió unas cálidas y profundas palabras. El haber participado en esta Asamblea General de la CLAR, fue para mí una enriquecedora y estimulante experiencia eclesial. Le agradezco al P. Fernando, presidente de la CIRM que fue quien pidió a la Presidencia de la CLAR que yo fuera. Ahora cuento con sus oraciones para poner en práctica lo que vivimos en Quito, y en estos momentos, poner en práctica toda una restructuración que se está llevando a cabo en la CIRM. Bienvenidas a todas las que puedan aprovechar los cursos y sesiones que se organizan, próximamente cursos de verano y la Semana de Vida Consagrada del 6 al 10 de agosto, son momentos que riqueza y de vivencia de la intercongregacionalidad, además de la riqueza de los contenidos. Ojalá y muchas puedan asistir.

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COMPARTIR DeSDe eL CereAl

Lucía Maldonado Castañeda csj

rabajo en un organismo no gubernamental de Derechos Humanos Laborales, El CEREAL (Centro de Reflexión y Acción Laboral) El cual se dedica a la educación, formación, asesoramiento y acompañamiento de personas, organizaciones y sindicatos democráticos. Los principales actores son: maestros, petroleros y mineros. Todo el trabajo es a favor de los trabajadores. El CEREAL forma parte de Fomento Cultural y Educativo de los jesuitas en donde nosotros formamos parte de los cinco proyectos que éste tiene, más la oficina central. Y como parte de Fomento tenemos que participar en muchos de los talleres que éste tiene. Yo como representante del CEREAL participo en el taller de análisis que hacemos cada tres meses y en otras actividades que son obligatorias por pertenecer a Fomento. En el CEREAL somos cinco los que formamos equipo: Una señorita cuarentona, dos señores, un padre jesuita y yo. También hay algun@s voluntari@s que apoyan

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puntualmente en algunas cosas. Estamos divididos por áreas: comunicación y medios, pastoral laboral, formación y el área jurídica en la que estoy yo. Es muchísimo el trabajo para los cinco y nos apoyamos y acompañamos. Para poder responder mejor a toda la problemática actual tenemos que estar bien preparados, eso quiere decir que tenemos que formarnos primero nosotr@s para estar a la altura de la gente que necesita nuestro servicio. Tenemos taller de análisis, que repartimos en cinco temas, uno para cada uno, el cual compartimos y nos completamos entre todos para que sea un buen análisis. También tenemos talleres sobre las reformas a las diferentes leyes y estar al día en ellas y ayudar a la gente a que conozca el beneficio si lo tiene o no. Tomamos otros talleres sobre los diferentes derechos como son los DESCA (Derechos Económicos Sociales, Culturales y Ambientales) En este espacio participamos muchos organismos de Derechos Humanos y yo voy como representante del equipo. Una cosa que nos ayuda

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mucho es un retiro que tenemos como equipo donde dedicamos una tarde para ver cómo anda cada una, uno y compartir después con l@s dem@s. Esto nos refuerza y nos une entre nosotr@s. En noviembre de 2012 llegó a nuestro país el Tribunal Permanente de los Pueblos (TPP). Que tiene un reconocimiento internacional para hacer juicios sobre los Estados que violan los Derechos Humanos y como México está en los primeros lugares de la lista, decidieron venir a nuestro país para que se hagan públicas esas violaciones. Y como equipo se decidió que participáramos en el tema o audiencia de “violencia contra los trabajadores” y presentar el caso de los mineros del carbón. Ese fue un trabajo extra para mí al tener que documentar el Caso, fue mucho trabajo y la audiencia fue el 31 de mayo, 1 y 2 de junio y nos fue muy bien. Pero esto a implicado y sigue implicando muchas reuniones y organización, ya que todo termina en 2014. Los días en el CEREAL varían mucho, porque hay varias actividades fuera y

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dentro: reuniones, conferencias, foros y asesorías que éstas últimas me tocan a mí y son por teléfono, correo electrónico y personalmente. En las asesorías va el apoyo y ayuda para hacer cálculos de indemnizaciones, apoyo a contratos de trabajo y muchos más asuntos legales. En medio de todo este servicio hay mucha escucha y apoyo moral, porque la gente vive situaciones muy difíciles. Desde que empecé a trabajar en el CEREAL he aprendido a moverme mucho en la ciudad, porque hay que ir de un lado a otro y en ese transitar voy palpando muy de cerca entre la gente el cansancio, el miedo, el individualismo y el desánimo ante la realidad que se vive en esta enorme ciudad con tantos problemas. El trabajo me gusta, pero si es muy cansado y tensionante, esto va afectando un poco mi salud. Ya que en este tiempo practicar la justicia no es nada fácil. Voy aprendiendo y practicando derecho laboral, pero no todos los demás y por mi edad se me van olvidando algunas cosas por no practicarlas

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CAMINAR CON LA COMUNIDAD LA MAGNOLIA

uiero compartir con ustedes mi experiencia que viví en la Semana Santa del presente año, que fue en una de las comunidades donde las hermanas realizan su misión. La comunidad se llama la Magnolia en donde tienen de Patrón a San José. Bueno en esta comunidad me fui de misión en Semana Santa, cerca de la comunidad se estableció una invasión en donde algunos miembros de la comunidad se fueron para la invasión, al momento que salí a las visitas en los hogares me decían “no están, andan en la invasión” y así fue con los jóvenes, también andaban en la invasión y me pregunte a mí misma ¿y ahora qué hago? Fue cuando se me ocurrió irme para la invasión para darles los temas a los jóvenes y le propuse la idea a Ana Julia que es la coordinadora del grupo de los jóvenes y ella acepto. Pues nos fuimos para la inva-

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Reyna María Carranza Aspirante Hnas de San José de Lyon. San Pedro Sula, Honduras, C.A. sión y reunimos a los jóvenes en una sola champa. Fue algo muy bonito porque cuando estaba dando el tema ya no solo se involucraron los jóvenes, sino que también algunos adultos y cuando estábamos cantando, observaba a los que estaban retirados y mire a una señora cantando, me acerque a ella y le dije que se uniera al grupo y así fue. Fue una experiencia muy bonita al ver la alegría de la gente y que se sentía un ambiente libre y que también las invasiones son algunas de las muchas realidades que vivimos en Honduras. Las invasiones la forman algunas gentes que se van a meter a solares baldíos, hacen sus casitas de palos, nailon o de palmas. Alguna de esta gente (que se les llama invasores), no tienen casa, andan alquilando, otros viven con sus familiares al igual andan otros que tienen sus casas

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pero que siempre andan en busca de más. Muchos de ellos tienen que dejar a sus hijos pequeños en las casas, sufren hambre, se desvelan, descuidan por completo sus hogares, dejan de ir a la iglesia, todo esto lo hacen porque si descuidan el terreno se los quitan y pierden el derecho al terreno. Tienen que estar a diario cuidando el terreno. Toda esta experiencia me ha ido ayudando en mi caminar y al ver como se refleja Dios en estas personas que necesitan mucho tanto espiritual como material. Muchas gracias hermanas por permitirme compartirles de esta experiencia que cada día me ha ido fortaleciendo en mi búsqueda vocacional y creer que Dios cada día nos da la esperanza de que si se puede construir un Reino de amor y más justo.

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Mi eXperiencia de Ejercicios

urante mi larga estancia en México, del 10 de julio al 5 de septiembre para atender mi rodilla izquierda, tuve la oportunidad y aproveché la ocasión de hacer los Ejercicios Ignacianos con la comunidad de Betania y 2 hermanas de La Margarita. El P. Miguel, de la Diócesis de Hermosillo, Sonora, nos acompañó de una manera muy clara, él tiene una sólida formación ignaciana que va combinando con el crecimiento personal. Hace muchos años que yo he tenido retiros y ejercicios con otros grupos de religiosas o de laicos y hoy disfruté hacerlos con mis hermanas de Congregación, quienes tienen una experiencia de vida, de sabiduría y resistencia al dolor. Fue una bendición de Dios sentir-

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Hna. Ma. Guadalupe de Garagorri csj me Cuerpo, pertenencia, itinerantes en esta búsqueda de nuestro Absoluto, llevamos la metodología ignaciana, no completa por los pocos días que tuvimos, pero profundizamos los grandes rasgos del Principio y Fundamento, el Pecado personal y Social, el llamamiento de Jesús, pasión, muerte y Resurrección del Señor. Todos estos contenido vividos desde lo personal, comunitario y social. El P. Miguel nos animó con música instrumental y nos acompañó en meditaciones donde relajamos el cuerpo u utilizamos los sentidos y la imaginación…como tanto recomienda Ignacio en esta experiencia: aplicación de sentidos. Junto con todos estos recursos también

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nos animó con escenas del audio Un Tal Jesús que muchas de nosotras conocemos y apreciamos tanto. Las Eucaristías fueron muy hermosas, integraban el proceso vivido en el día y algunas compartíamos el paso de Dios en esta experiencia de silencio y profundización. El ambiente de la naturaleza, los cantos preparados por Tepe, las comidas equilibradas y nutritivas completaron y facilitaron nuestra profundización y fuerte experiencia de Dios. Siempre tuvimos presente con la mente y el corazón el sufrimiento de nuestro pueblo pobre y excluido de México y Honduras. Gracias a las hermanas que hicieron posible este privilegio.

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MI ENCUENTRO CON EL AMOR

Miguel Angel Serrano Gerardo. Presbítero de la diócesis de Hermosillo

n los meses de agosto y septiembre viví la gracia de encontrarme como facilitador y acompañante de ejercicios espirituales a dos generaciones de la comunidad de San José de Lyon, dos generaciones tan distantes en edad y en sabiduría. Dos generaciones unidas por el llamado de nuestro Señor Jesús a tomar parte de su gran empresa. Solo que en diferentes condiciones. Una, las novicias que con un ardor, aún temeroso, por tomar sus vidas y donarlas a un Bien Mayor, y la otra, las hermanas mayores, quienes una buena parte habita la casa de Betania y las se encuentran dando de si en los proyectos que la provincia mexicana sustenta. Comparto con ustedes que en mi encuentro con las hermanas mayores, percibí con perplejida que siguen conservando el ardor enamorado por los gustos del Padre, se sienten llamadas y oradas por el Hijo y viven con la certeza de ser habitadas por la Espíritu que las lleva a seguir gestando esperanzas y amor comprometido, en ellas descubrí con veneración que este apasionado amor que conservan, no es en modo alguno ingenuo ni romántico sino un amor ya probado por la fragua de la historia y en la mayoría por la presencia de las “pasividades de disminución” como profundamente escribía Teilhard de Chardín en su Medio Divino en 1927. Así, en la penúltima semana (20 al 25) del mes de agosto de este convulsionado 2012, iniciamos Ejercicios Espirituales ignacianos en la casa del Pedregal ante la muy natural expectativa de las hermanas, por ser yo

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un curita “ignaciano” diocesano y no de la Compañía de Jesús, y sentí con harto agradecimiento, la comprensión que les da su profundidad espiritual femenina por el poco tiempo que disponíamos para recorrer el itinerario que el santo de Loyola formuló para ser disponibles a esta experiencia interior de encuentro con la Trinidad y de la creatura consigo misma. Sin dudarlo ni un poco, ni un momento, mi experiencia de acompañar los procesos de revisión y renovación de fe, aunque sea por un breve retazo de tiempo, de estas hermanas que guardan en sus memorias y en sus cuerpos las consecuencias de una vida de servicio enamorado, de pobreza y de obediencia al Reino, no he podido sino llamarla: Mi encuentro con el amor, es decir, mi encuentro con mujeres que, junto con su barro quebradizo como todos los “barros”, entraron en la historia con talante, con corazón compasivo, combativo y que ahora les es exigido aceptar su condición de cada vez mayor limitación. Sin poder evitarlo cada una compartió

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fragmentos de su vida, lo mismo que sus horas difíciles del presente. Cada una develó su compromiso pujante con su congregación. Cada una trato hilvanar sus pasos de este futuro que se presenta urgente e inmediato porque se avizora para algunas el momento definitivo de encuentro con el Misterio que acoge y resucita. Las hermanas mayores con su enorme experiencia en los temas de la espiritualidad de la misión y del carisma de San José se dejaron llevar por mi acompañamiento con gran caridad y entusiasmo. Cada una repensó su proceso personal delante del Dios siempre Mayor y del Rey eterno. Cada una de estas venerables se confrontó sin permitirse en ningún momento caer en el pesimismo o en la vida cómoda. Alguna de ellas refiriéndose a la muñeca de sal una de las breves historias de Antony de Melo, confesaba: ¡yo soy esa muñeca, que poco va disolviéndose en el mar divino y encontrando el sentido profundo de mi vida! Sin duda que esta historia de enamoramiento en el Señor, tiene su origen,

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en muchos en muchas, en la juventud. Así, tuve la oportunidad de acompañar en ejercicios espirituales a las compañeras novicias y postulantes de esta misma congregación. Y tuve la misma ocasión de ser testigo de la odisea de volverse a Dios y pedir su ayuda para no ser “sorda” a su voz, sino antes bien, disponible, abierta y responsable a lo que su voluntad disponga en nuestras vidas. Estas hermanas jóvenes también pusieron todo su empeño para escudriñar en sus corazones la voz de Dios y las invitaciones que les lanza en la historia. Mi encuentro con el amor, mi encuentro con la sabiduría y con el deseo hondo y honrado de ser oyentes de la Palabra, de ser mediación de lo divino, de ser enamoradas del proyecto de Reino que Jesús vivió hasta las últimas consecuencias. Gracias Dios Papá que me permitiste ser evangelizado por estas mujeres a quienes quieres seguir teniendo en el corazón del mundo para anunciar tu compasión y tu apasionado deseo de justicia.

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Cuando Dios está de lA partida… ¡Hace lo increíble!

Monseñor Enrique de Maupas Obispo du Puy

Sor María del Espíritu Santo csj

l Padre Medaille había hecho cuanto estaba en sus manos… No dudaba de lo conveniente y oportuno de su “Pequeño Proyecto”… De algún modo lo había visto vivir por mujeres sencillas, aunque no religiosas. Por el cambio de obispo en la diócesis de St Flour, primero, no encontró respaldo en el nuevo obispo. Poco después, se le cerró el paso en la propia Compañía de Jesús, dado que ese grupo de mujeres, con reglas, dirigidas por un jesuita, … “no estaba en las costumbres de la Compañía de Jesús”. Obediente, detuvo el movimiento que empezaba, pero en su corazón y en su espíritu continuaba la seguridad de que era una inspiración de Dios. Dado el tiempo en que vivía, para que un proyecto de

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esa índole tuviera cabida, se necesitaba que una persona de mucho prestigio, en la Iglesia y en la corte, le diera entrada y solucionara la natural desconfianza que despertaba en aquella sociedad. El P, Medaille vivió lo que más tarde iba a recomendar a sus hijas: “Para al práctica de la esperanza, cuando en su conducto o en sus proyectos haya menos apariencia de éxito o de ayuda humana, y cuando más dificultades se opongan a sus empresas, entonces es cuando más deben de confiar en Dios” (Máx.30) Y él oró, esperó el momento de Dios, sin perder contacto con quienes, como él, esperaban la realización de ese nuevo estilo de vida. Y tuvo razón. Lo que el P. Medaille no sabía, es que Dios, seis años antes de que él naciera, preparaba a quien iba poder ayudarle a realizar esa empresa que debía de ayudar a miles de personas a través del mundo. Se sirvió de otro hombre, completamente diferente del P. Medaille en muchos aspectos, pero al analizarlo de cerca, con un alma casi gemela de la suya. En efecto: Enrique de Maupas

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nació en una familia muy católica, doblemente ligada con la nobleza de Francia; geográficamente muy lejano, ya que él nació en el Noreste de Francia y el P. Medaille en el Sur, lo que habría hecho muy difícil que se encontraran en aquella época. Como el P. Medaille, Enrique estudió con los jesuitas; por la familia de su padre heredó una abadía, de la que fue nombrado Comendador. Tomó desde niño en serio su papel, e iba con los monjes de vez en cuando a recitar el Oficio, se tonsuró y trató de vivir de acuerdo al Evangelio de Cristo. Por el lado de su madre, pertenecía a la familia de Gondi, también muy religiosa, y quizá lo más importante en su vida fue que en la casa de una tía suya empezó a frecuentar a quien más tarde iba a convertirse en San Vicente de Paúl. De él aprendió mucho, especialmente el amor a los pobres y las Misiones rurales; con él maduró su vocación y más tarde, cuando él mismo entró al Seminario de Reims, de la profundidad y riqueza del ministerio sacerdotal. San Vicente fue su gran formador como

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sacerdote. Cuando estuvo en París, fue un fiel asiduo a las pláticas que entonces San Vicente daba a los sacerdotes para que vivieran su vocación plenamente. Por sus dotes de orador y su gran labor para extender la Palabra de Dios, tuvo a su cargo muchas encomiendas en la corte y en la sociedad, a tal punto que el rey Luis 14 lo nombró Primer capellán de la Reina Ana de Austria, cargo que desempeñó muchos años. Esto lo llevó a ir en múltiples ocasiones a París, a la corte, pero lejos de pasar su tiempo como eclesiástico de la Corte, aprovechó para entrar en contacto con los grandes espirituales de aquella época de oro en la renovación de la Iglesia de Francia. Fue así como desarrolló su amistad no sólo con Vicente de Paúl, sino también con quien más tarde sería San Juan Eudes, gran promotor de la devoción a los corazones de Jesús y de María, de Olier, quien renovó los seminarios y de muchos eclesiásticos que luchaban para que la vida sacerdotal fuera lo que Cristo realmente esperaba. Su vida lo llevó a conocer y trabó amistad con Sta. Jua-

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na Francisca de Chantal fundadora de la Visitación con San Francisco de Sales, y profundizó mucho esta espiritualidad del Gran Amor de Dios y de servicio activo al prójimo vividos en amor y humildad.. En 1641 recibió la nominación de Obispo del Puy. El Papa debía aceptar el nombramiento que le había dado el rey. Como las bulas tardaban en llegar, San Vicente de Paúl escribió a Roma, a quien podía urgir para que ya llegaran a Francia: “Mons. de Maupas es de los eclesiásticos más virtuosos y capaces que tenemos en Francia”… El 4 de octubre de 1643 fiesta de San Francisco de Asís, a quien quería especialmente, fue consagrado como obispo del Puy y entró en acción en 1644. No se detuvo en festejos y ceremonias, sino que rápidamente inició su visita a todas las parroquias de su diócesis, se quedaba varios días en cada una, celebraba la Misa, predicaba la Palabra de Dios, escuchaba a los campesinos, los confesaba y constataba el grado de abandono en que estaban la niñez y la juventud… Ciertamente pensaba en el beneficio que sería que al-

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guien se ocupara de esto… ¿Podrían ser las mujeres que seguían la corriente del Santísimo Sacramento y que ayudaban a los pobres? Aunque no aceptadas oficialmente, él las conocía por pertenecer a la Sociedad del Santísimo Sacramento. De hacho, desarrolló mucho el culto a la Eucaristía e instituyó la Adoración al Santísimo en todas las parroquias. El P. Medaille oyó hablar de él, probablemente por los jesuitas que habitaban el Puy y decidió ver si era la persona que querría dar vida a su “Pequeño Proyecto”. El obispo vio en él la solución que él buscaba y el beneficio que sería para la Iglesia e incondicionalmente aceptó apoyar y dar nacimiento a ese proyecto, que desde luego hacía revivir, con creces, lo que San Francisco pensaba para la Visitación, lo que San Vicente habría querido para sus Hijas de la Caridad: una congregación canónicamente aceptada de religiosas, entregadas totalmente al Gran Amor de Dios y al servicio activo del prójimo en todas sus necesidades. Dada la personalidad de él, que había sido elegido por el clero

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de Francia para llevar la causa de beatificación y de canonización de San Francisco de Sales a Roma, la fundación que se inició formalmente en el Puy el 15 de octubre de 1650, aun cuando informalmente empezó un poco antes con las huerfanitas del Puy, se extendió rápidamente por muchas diócesis, bajo el patrocinio confirmado de San José, santo especialmente querido por Mons de Maupas “por muchas razones”, según escribió alguna vez.. Sin embargo, Mons. de Maupas siempre aceptó que si él la fundaba, “era por el pensamiento que el P. Medaille le había dado”, según aparece en las Primeras Constituciones impresas, y al P. Medaillel pidió que escribiera las Constituciones. Él solamente cuidaría y velaría por el mantenimiento y la extensión de ese proyecto. Mucho se podría decir sobre su acción y su obra. Baste con mencionar que al morir él como obispo en Evreux, años después, el único título que quedó inscrito en su lápida, fuera de su nombre y fechas, fue: “PADRE DE LOS POBRES”.

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LA HUeLLA DeL CARISMA en LA COMARCA LAGUNERA

s motivo de alegría referirme a la enriquecedora experiencia que significo la convivencia con nuestras queridas hermanas de San José, en la parroquia de la Resurrección del Señor en Concordia, Mpio. de San Pedro, Coahuila y sus 30 comunidades. Podría mencionar la semilla que en cada una de esas comunidades dejaron sembrada con su característica sencillez, humildad y amor al hermano y darnos a conocer a un Dios Amigo. Integrando coros de jóvenes que sin ser grandes voces cantan y alababan a Dios con alegría. También la facilidad con la que nos enseñaron a tener un contacto más profundo y directo con nuestro Señor a través de oraciones. Me gustaría compartir mi particular experiencia de vida ahora que soy ama de casa empleada de una institución de salud y miembro de una comunidad, empezando porque fue de las Hermanas de San José

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Juanis Montemayor Concordia, Mpio. San Pedro de las Colonias, Coahuila. de quienes aprendí a convivir con jóvenes de otras comunidades en encuentros juveniles, misiones de semana santa, coro, etc. Fue ahí donde nos enseñaron a descubrir en Jesús un amigo cercano al que puedo hablar con toda confianza y decir lo que vivo, pienso y siento. He vivido muchos momentos muy felices en mi vida y otros tantos muy difíciles: la experiencia de ser madre de un niño hermoso a quien dedico todos mis esfuerzos y mi vida, mi familia que han estado conmigo en todo momento como cuando un día el medico me diagnostico cáncer y al día siguiente ya estaba en una cama de hospital con tratamientos tan difíciles que no sé que habría sido sin el contacto diario con Jesús. Unos días con dolor físico, otros con desesperanza pero siempre en oración. Me siento satisfecha cuando en mi lugar de trabajo logro distinguir las relaciones de

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quienes solo importa la apariencia y el poder, por aquellos en quien se puede confiar y tener una convivencia cordial y con algunos hasta sincera amistad. En mi hogar ha habido también momentos de incertidumbre, inestabilidad, pero me queda claro que hay un compromiso por demostrar a Jesús de qué esta hecho nuestro corazón, demostrando con hechos que estamos agradecidos por todas las experiencias que hasta el día de hoy nos han mantenido unidos. Entiendo que el ciclo de evangelización de las hermanas de San José en concordia hace tiempo que terminó pero quiero que quede bien claro que aquí siempre tendrán un lugar especial en el corazón de cada hermano con quienes compartieron sus experiencias de vida y un hogar con las puertas bien abiertas por que se les extraña y quiere con el corazón.

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Una puntada en el tejido que inició hace más de 300 años

Virginia Villegas Directora del Colegio Francés del Pedregal

as cuatro directoras del Colegio fuimos invitadas por las hermanas de San José a tomar el curso “La eficacia de la Misión”, al Puy en Francia. Llegamos a París, y de ahí en tren al Puy en Velay, el curso de una semana lo tomaríamos con personas de otros países que trabajan en instituciones del las HSJ. Sabía que el Puy era un lugar precioso, pero nada se compara con estar ahí, caminar sus calles empedradas, contemplar las antiguas fachadas de sus casas e iglesias. Conocer la cocina de las primeras Hermanas en donde sucedió el AMOR con Dios y con los demás. Estar ahí, en la fuente de la espiritualidad de la Congregación y conocer la historia en su propia cuna. Ser recibida en su casa como un miembro más de la familia de las hermanas; una casa llena de luz, de paz, en donde se conserva el pasado, se nutre el presente y se prepara el futuro, en donde se preserva el carisma de la Congregación. Era la casa de todos, convivíamos con personas de otros países que trabajaban no sólo en educación, también en hospitales y otras obras de las HSJ al servicio de los demás. Escuché a una expositora, una HSJ, profundamente enamorada del espíritu de la Congre-

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El mandamiento principal de Jesucristo; en donde encontramos que fluye, que se mueve el amor:

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“Amarás a Dios con todo tu corazón y a tu prójimo como a ti mismo”

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gación, que es la manera en que vivimos a Dios y cómo respondemos a ala vida. Todos cabíamos en esta espiritualidad, el mismo carisma, la unidad total: ¡Que todos sean uno! Recorriendo lugares históricos, vimos el trabajo de las tejedoras de encaje, típico del lugar. Todo parecía una metáfora, el encaje de hilo finísimo era como el hilo que nos une en la espiritualidad de las Hermanas de San José, Ellas en 1650 compartían los mismos valores, y aunque no eran perfectas se apoyaban las unas en las otras. Nosotras somos parte de esa comunidad y estamos llamadas a relacionarnos no a individualizar. Fue un viaje hacia la unión con todos, con la misión de amarnos y ayudarnos. Así como las Hermanas de San José salieron del claustro, fueron sensibles a las necesidades de los demás y decidieron actuar, nosotras estamos llamadas a hacer lo mismo. Para cerrar nos regalaron un pedacito de madera tallada, con el que las tejedoras hacen su delicada labor, punto por punto, con sus manos y con su corazón. Parecía un recuerdo típico del lugar, pero fue más bien un recuerdo que siempre nos llevará a esta experiencia imborrable. Al final de estos días entendí el sentido que para mí tuvo el viaje, el privilegio de haber sido escogida. “Yo soy un punto en ese gran tejido pero de mí depende no soltar el punto que me sostiene y que a partir de mí, con esta espiritualidad y este carisma vivos, se tejan muchos puntos más”. Pude a mi regreso transmitirlo a los maestros de mi sección. Sentí que logré que se identificaran con la misión de la Congregación y comprender nuestra interdependencia con la Creación, donde toda ella es nuestro prójimo y así debemos vivirlo cada día. Fue emocionante ver estos lugares, entender con claridad esta misión humana, agradecer que ahí crecí y que siempre ha marcado mi vida. Gracias a las Hermanas de San José de Lyon, hoy veo que el mundo sigue necesitando de su amor y también de mi amor.

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