Quinqué 4

Page 1



Quinqué llega con paso reflexivo a su cuarto número, fiel a su compromiso de sacar a luz ténue, textos, imágenes, esculturas, fotografías y demás. Aquí, de la mano del escultor Juan Carlos Peña nos adentramos a un recorrido entre Dioses y Piedras, acompañados por nuestro nagual que nos presenta Cristina Barajas. El ojo exacto de Javier Castillo nos transporta por metro hacía Tierra Favel donde Favi García Ruelas nos presentará la fauna que la habita, no sin antes hacer paradas en distintas ciudades que Antonio Loredo a trazado con su brocha artística, y cuyos paisajes y personajes fotografía Mónica Solórzano con un lente particular. Carlos José Pérez Sámano nos brinda tres relatos sobre tres escritores en situaciones insólitas. José Aguilera nos hace recordar lo que es sentir la lluvia en un paraíso destruído, dentro de una casa vacía; Edgar Artaud desaparece bancos con la ayuda de cadáveres secos, que con hongos despierta, Pablo Romo nos hace pasar una noche en Ngozi; y en La Grieta, Leonora Ganes viaja solitaria por el universo, para después conocer la resistencia Mapuche con la perspectiva de Paulo Villablanca.

4


Año 3, no. 4, Abril de 2013 Revista independiente Equipo Editorial Félix García Yaiza Rodríguez Pablo Romo Jave Villanueva Diseño de interiores y portada Yaiza Rodríguez Jave Villanueva Portada Mictlantecuhtli, escultura en bronce Juan Carlos Peña quinque@razonyraiz.com Se da total libertad a la reproducción y uso del contenido publicado en este número con la sola condición de que se respeten a los autores y se cite la fuente. ISSN - En trámite

Quinqueart Quinquearte


Javier Castillo Palafox


Escultura. ¿Esculturas o Dioses? Juan Carlos Peña

En este Quinqué...

La defensa Mapuche junto con el Padre Luis de Valdivia en tiempos coloniales. Paulo Villablanca Quezada

El Nagual eternamente probado. Los cuatro estadios en Carlos Castaneda. Cristina Barajas Mora

La noche en Ngozi. Pablo Romo

11 16 24 6


Fotografía. Fauna, flora y paisajes Mónica Solórzano

Pintura. Perspectivas urbanas Antonio Loredo

Cuento. Setecientos mil cuatro/ Remington .45/ Asiento 7A. Carlos José Pérez Sámano

Cuento. La Grieta. Leonora Ganes

Fotografía. El metro de la Ciudad de México, un juego de sombras y concreto. Javier Castillo Palafox

Ilustración. Habitantes de Tierra Favel. Favi García Ruelas

Poesía. El cadáver seco/ Deliciosa infidelidad/ Hongos/ Está cabrón/ Particle filters. Edgar Artaud

Poesía. Una lluvia a medianoche/ Casa vacía/ 33 años/ Una vida de después o de nunca. José Aguilera

42 64 70 76 88 96 98 110


La defensa Mapuche junto con el Padre Luis de Valdivia en tiempos coloniales Paulo Villablanca Quezada paulovill@yahoo.es

E

l conocimiento de la historia fortalece la conciencia social en la medida que orienta el camino a situaciones mejores que las anteriores. Esta afirmación se transforma en una premisa clave de mi reflexión puesto que incorpora el elemento básico de mi identidad profesional como Trabajador Social capaz de servir de lente con el cual aprecio el dialogo transversal desde nuevos enfoques teóricos-históricos. Aquí quiero revisar el


7

curso de la historia de Chile en épocas coloniales, que solo se señala someramente en la enseñanza media, para profundizar en la figura de un personaje histórico llamado Luis de Valdivia y la trascendencia de su proyecto “guerra defensiva” para el Reino de Chile, en miras a proyectar su impacto y legado a la situación sociocultural que vive el Pueblo Mapuche en la actualidad y para profundizar su dimensión ético-política. Como referencia histórica esencial, extraída del curso realizado por el historiador don José Manuel Díaz (2012), recordemos que en el siglo XVI existía un poderío español extendido en el mundo a cargo del Rey ysus cuerpos colegiados (juntas y consejos) de manera centralizada manteniéndose la vía marítima, como una única vía de comunicación; ejecutándose cédulas u ordenanzas con un promedio de un año de realización. Existían también los virreyes y los gobernadores, asesorados por estos cuerpos colegiados más cercanos a los territorios americanos. En el caso de Chile, en este escenario de conquista, dominio militar y “civilizatorio” desde el cristianismo, es que se ubica una relación de resistencia histórica única en América Española; tal como señala Mariman (2006) “este fenómeno afectó a los mapuche de manera diferenciada, pues la libertad se mantuvo al sur del río Bio Bio” La resistencia mapuche fue intensa desde los primeros vínculos, lograron no ser doblegados por el poderío español, por lo que se generó escenarios de conflicto entre los que insistían en la guerra y los que optaban por el rechazo de la violencia, lo cual contribuyó a la búsqueda de alternativas. Este aspecto propicia la generación de iniciativas como


8

las del Jesuita Luis de Valdivia y la creación de una práctica político-administrativa que se convirtió en un plan de pacificación llamado guerra defensiva. Este plan contenía como elementos básicos; la contención de la línea militar en el río Bío-Bío, la aceptación de la autonomía política mapuche; el incremento de la justicia social en las zonas de dominio español y la conformación de los espacios de dialogo interétnico, a lo que llamaron parlamentos. Es en estos espacios de dialogo hispano-mapuches en los cuales se formaliza la autonomía territorial quedando estipulada y reconocida como instancias formales de negociación política mapuche–españoles (Pichinao, 2011). No se debe dejar de señalar la figura de Luis de Valdivia como sujeto histórico; un misionero comprometido, sensible y de capacidades “diplomáticas y etnográficas” como diría José Manuel Zavala en la Conferencia Internacional “Luis de Valdivia y la Guerra defensiva” (2012). Según documentos de la Orden Jesuítica citados por Fierro (2000) se puede señalar como características centrales de este hombre: “[Fue] desde el inicio de su labor evangelizadora, los indios fueron su primera preocupación. Creó para ellos un catecismo en su lengua. Esto demuestra su gran cultura y carisma para el trabajo intelectual. […] Por su ciencia, por su presteza de ingenio para diversas facultades, por su feliz memoria y por sus buenos modales y tratos de gentes, predominaba, digámoslo así, en aquellas expediciones de jesuitas instalados en Santiago" La integración de estos antecedentes históricos lleva a la reflexión de la dimensión ético-política de la guerra defensiva; en cuanto a un plan que con-

tribuiría a la paz, como práctica de la no violencia que proseguiría con la justicia, en la medida que haría prevalecer derechos de los “indios” respetando los espacios territoriales a través de un limite fronterizo, dando lugar al dialogo en encuentros formales llamados parlamentos mientras se mantenía la labor evangelizadora. La dimensión ética, se visualiza en la medida que el padre Valdivia se manifiesta crítico a una cierta “moral” predominante que establece la guerra como un parámetro de relación y sometimiento en la cual solo existía un valor humano que estaba centrado en Dios y el Rey como representante de un Estado. En esta particular mirada histórica conquistadora de aquellos siglos Luis de Valdivia seguiría la línea del dominico Bartolomé de las Casas iniciando una reflexión que apuntara, desde la mirada cristiana, un aspecto de la interculturalidad que señala en la actualidad Salas (2003) como un “descentramiento del propio contexto como punto privilegiado para observar a los otros”. Desde este planteamiento se puede afirmar que el padre Valdivia logro conocer profundamente al Pueblo mapuche observando las características más profundas de su cultura y sociedad; haciendo esfuerzos para observar la realidad desde otros puntos de vista, aprendiendo mapuzungun (lengua mapuche) para evangelizar y conocer sus costumbres para dialogar y construir así un horizonte de paz. El padre Luis de Valdivia generó mejores condiciones para una paz justa y equitativa, lo que para las circunstancias históricas resultaban difícil de mantener desde ambos lados verificándose por el español el cese definitivo del plan y del mapuche el mantenimiento de la violencia intracultu-


La guerra defensiva logra equiparar la asimetría de poder existente entre un Pueblo Indígena que se resistía a la conquista de un “Imperio español” reuniendo condiciones para una lucha sangrienta y extendida en el tiempo: la guerra de Arauco (lucha del Imperio Español con el Pueblo Mapuche, habitante originario de gran parte de Chile, duró 300 años). Los españoles desistieron de conquistar respetando una frontera que solo termina en 1881 con la ocupación de la Araucanía de parte del Ejército Chileno. En la práctica dicha lucha fue duradera, sin embargo fue aminorada por la práctica de los parlamentos institucionalizando el diálogo como punto de partida para la resolución de situaciones entre ambos Pueblos. La guerra defensiva, sus parlamentos y su frontera “de autonomía territorial” se instalaron en la memoria, aportando una serie de valores que adquieren nueva fuerza desde la partida del dominio español y el surgimiento de un proceso de asimilación forzada, que trajo “negación de los derechos como Pueblo y de la condición de Nación de los mapuche” a través de una República de Chile

9

ral como hacían los españoles pero de más baja intensidad. Luis de Valdivia buscó la coherencia entre la religión y la justicia social incorporando al “otro”, ilegítimo en sus derechos en un primer momento. Incorporó la crítica provenida de una situación de conflicto elaborando una síntesis mejorada de un cristianismo convertido hasta ese momento en una “ideología de la conquista”. Para profundizar en la dimensión política, se hace necesario el análisis de los parlamentos, para ello se compartirá a Zavala (2011) quien los presenta como un instrumento de contacto utilizado por los españoles; pero también, de un” instrumento utilizado por los mapuches para entablar relaciones con los españoles según sus propios criterios. Se puede ir aun más lejos y decir que, en cierto sentido, los españoles cayeron en la trampa de las formas de negociación indígenas puesto que, incapaces de imponerse por la fuerza, no les quedó otra solución que aceptar, “protegidos” por el término “Parlamento”, un tipo de encuentro ritual que los mapuches practicaban mucho antes de la llegada de los españoles y que estos calificaron despectivamente de “borracheras”. Este producto de la guerra defensiva se muestra como una forma de interacción ,que logra corregir la simetría de poder recogiendo la dimensión política de la interculturalidad, como una nueva comprensión de la relevancia de los contextos culturales fortaleciendo un legado válido para el ejercicio de la soberanía y proyecciones de solidaridad y comunidad, instalando estrategias para el desarrollo territorial desde la práctica de la autonomía mostrada y defendida por los mapuches (Salas, 2003).


10

en construcción (Mariman, 2006). Se cree que la negación/ defensa de dichos derechos, adquiridos desde un inicio bélico tan particular en cuanto a su tiempo y dimensiones, ha marcado la situación sociopolítica y cultural de Chile pero sobre todo de la Araucanía dificultando con ello la efectividad de la interculturalidad. La lucha por la justicia y la paz es una tarea permanente de la que Luis de Valdivia se nutrió para aportar al escenario complejo que le tocó vivir. Fue misionero, gestor y promotor de humanidad en la medida que integró una ética cristiana a la vida sociopolítica desde una crítica a su realidad injusta y de sufrimiento. Su legado nos recuerda la complejidad de un sistema sociopolítico y económico con valores que mantienen injusticia y sufrimiento, pero también la necesidad de una crítica que fortalezca los valores que instalados en su legado son una práctica concreta de un Pueblo que enfrentado a un Imperio defiende sus derechos individuales y colectivos en cuanto seres humanos miembros de una cosmovisión particular. La revisión histórica sin duda fortalece la profundización de ideas que a través de las generaciones son confirmadas o desechadas; las que además, integran nuestra cultura particular clamando por la promoción de valores de respeto, justicia, comunidad y humanidad.

Bibliografía Díaz, José Manuel. (2012) Curso de conciencia histórica de la Araucanía.- Cátedra Fray Barolomé de las Casas, Instituto de Estudios Teológicos y Núcleo de Estudios Interetnicos. Fierro, Leonardo F. (2000). El padre Luis de Valdivia, SJ. y su proyecto de la guerra defensiva. Mariman, Pablo. (2006) Los Mapuche antes de la conquista militar chileno- argentina.¡ …Escucha Winka,…! Cuatro ensayos de historia Nacional Mapuche y un epilogo sobre el futuro. Mariman Caniuqueo y otros… Ediciones LOM. Nahuelpan, Pichinoa ,y col. (2012) Ta iñ fijke xipa rakizuamelu wün. Historia colonialismo y resistencia desde el país mapuche. Ediciones comunidad de Historia mapuche. Chile. Salas, Ricardo. (2003) Ética intercultural (re) lecturas del pensamiento latinoamericano. Primera edición. Ediciones UCSH, Santiago. Zavala, José Manuel. (2011) Los mapuches del siglo XVIII. Dinámica inter étnica y estrategia de resistencia. Ediciones Universidad Católica de Temuco


El Nagual eternamente probado. Los cuatro estadios en Carlos Castaneda Cristina Barajas Mora

D

entro del mundo literario hay como una “fuerza viva” que produce fenómenos nuevos que continuamente van apuntalando la magia presente en nuestro mundo con nuevos testimonios, que se presentan, generalmente, como refuerzos de conductas, argumento de autoridad, con las que se expresan los usos de los mitos en la vida cotidiana. Este fenómeno social, se representa en manifestaciones artísticas y culturales de toda índole. En la literatura hispanoamericana hay varios ejemplos que se encuentran entre esta vertiente, “Chac-mool” de Carlos Fuente (1954), “Axolotl” de Julio Cortázar y La culpa es de los tlaxcaltecas de Elena Garro (1964); como ejemplos del uso de raíces indígenas para inspiración del simbolismo en la obra. Dentro de la simbología europea, encontramos el mito del eterno retorno presente en los tradicionales textos europeos como: El mito del rey Arturo dentro de la literatura inglesa y francesa en la edad media, donde el héroe aparece como representante del arquetipo del rey, mostrando al monarca ideal en tiempos de guerra y en tiempos de paz. En el poema épico La Odisea (s. VIII a.c.) de Homero, el héroe como eterno probado, en su viaje mítico tiene que pasar numerosas pruebas para poder retornar a su hogar donde será rey, esto para adquirir la sabiduría necesaria para gobernar como un buen monarca, con ayuda de su agilidad mental y su astucia. Otro texto interesante, es la obra literaria de Dante Alighieri, La divina comedia (s. XIV), la estructura del poema se establece según el simbolismo del número tres y puede leerse a manera


12

de los textos sagrados, en donde se manejan cuatro niveles de significación: literal, moral, alegórico y anagógico. Carlos Castaneda expresa la función de los mitos en la vida cotidiana con una mezcla de mito indígena –mito del nagual-, y la estructura de los textos exotéricos europeas. Este autor, incursiona en el tema, pero de una manera diferente, él trata la figura del héroe desde el arquetipo cultural del eterno probado, el cual, en los primeros cuatro libros publicados por el autor (cuyos títulos son: Las enseñanzas de don Juan, Una realidad aparte, Viaje a Ixtlán, y Relatos de poder) aparece como tema central, junto con la concreción del mito del nagual, este último, configurado dentro de la estructura del eterno probado desde el final del camino, con lo que permite que el mito del eterno retorno se concrete mostrando el punto exacto de unión entre los círculos del símbolo del infinito. Además, al igual que Alighieri, su obra se maneja en los cuatro niveles de significación de los textos sagrados. Para hablar de la función social del héroe, el relato debe contener ejemplos donde se manifieste el héroe-guerrero que ha perdido el camino e intenta regresar al hogar, esto, simboliza la lucha por el destino y el deseo inconsciente de regresar al origen, y por ende, símbolo también del retorno al sí mismo, elemento presente en La Odisea y en el mito expresado en la saga de Castaneda, donde se expresa la figura del héroe-guerrero que tiene que pasar pruebas y aventuras encaminadas a adquirir una virtud o una cualidad que lo ayudarán a encontrar su camino y trascender la masa humana, una similitud que se explica desde la función social que cumple el arquetipo del héroe, expresado por

Jung como entidad que da sentido a los procesos personales y a las preguntas del ser y la conciencia. La manera en que Castaneda hace para que el mito del nagual se convierta en un ejemplo de héroe arquetipo, se basa principalmente en la manera con la que juega con la dualidad, la cual funciona como complemento manifiesto en la cultura indígena por medio de las fuerzas solares y las fuerzas lunares, símbolos de la dualidad femenino/ masculino, las cuales se conforman a partir de los guerreros águila y los guerreros jaguar, dos seres que mantenían el destino del imperio: el primero formando el equilibrio social, las normas; el segundo, cuidando el corazón del pueblo, el misterio del mundo; estos dos aspectos que conforman el número dos que procede de la unidad Ometéotl/ Omecihuatl-Señor/Señora, se desarrollan a partir del juego de finitud-infinitud, que crea una espiral ascendente explicable a partir del símbolo del infinito. La figura del héroe arquetipo presente en el mito del nagual, rescata la simbología lunar a partir de cuatro estadios comunes de conciencia similares a los que presenta el sistema europeo de arquetipos/ virtudes llamados arcanos y que Jung representa por medio de los arquetipos y de la figura del héroe iniciado manejado durante la saga; ahora bien, estos arcanos se desarrollan en función de una forma precisa de tratar las cosas del mundo “miedo-claridad-poder-muerte”. A su vez son presentados por medio de cuatro niveles de compresión: literal-alegórico-moral-anagógico; niveles que también se desarrollan en la novela de Dante; pero que en las novelas de Castaneda: Las enseñanzas de don Juan (1968), Una realidad aparte (1971), Viaje a


elementos como la destreza necesaria para mover copas de árboles y viajar por medio del agua, elevarse por el cielo igual como lo haría un ave, o el conocimiento del cuerpo humano y del mundo vegetal, que le permite la sanación del cuerpo y del alma; y finalmente, la potencia precisa para atestiguar los diferentes mundos donde habita el nagual. Todo esto se presenta en este estadio junto con la oportunidad de enfrentar sus propias limitaciones, al igual que un mundo mucho más amplio que el propio y en el cual el héroe puede determinar su razón y lograr trascender la alteridad para conocer un nuevo sistema cosmogónico al que ha ingresado. Por lo que se puede concluir que todo este estadio tiene como finalidad el que el héroe pueda convertir el miedo de un producto paralizante y limitante, a un producto que permite comprender de manera diferente la realidad; esto a su vez, logrará hallar la otra realidad que renueva su forma de ver el mundo en el sentido de que obtiene renovar una acción primordial permitiendo finalmente, que se dé sentido de realidad a la alteridad indígena que se le presenta. En el segundo estadio presentado en la novela Una realidad aparte, el héroe debe adquirir claridad; esto es, que debe ver el mundo sin el miedo y comprender los nuevos elementos adquiridos de su contacto con el nagual. Este estadio no es de reacción sino de creación, complementando el proceso de finitud-infinitud, lo que crea un primer círculo de enseñanzas. Así, tenemos que el primer estadio servirá para que el héroe vea su entorno y en el segundo para que lo entienda. Sin embargo, dejar de creer lo que se ha tomado por verdad durante toda la vida es complejo, síntoma que distingue a

13

Ixtlán (1972), y Relatos de poder (1974) se presentan a partir de otra representación numérica que puede ser aplicable dentro de la interpretación. 1/1= 2/2= 4/4= 8 Creando entonces la dualidad de complementos que se generan a partir del símbolo de la eternidad de dos procesos finitud/infinitud, que entonces genera cuatro estadios de conocimiento que a su vez, representan cuatro niveles o formas de ver el mundo, generando entonces el ocho, símbolo de equilibrio, justicia, libertad y número con el que se representa las fuerzas lunares que maneja la figura del nagual. Ahora bien, estos cuatro estadios se corresponden uno por cada novela, contiene a su vez un nivel de interpretación, producto del estadio en que se está, así vemos que: El primero de ellos aparece en la novela de Las enseñanzas de don Juan, en cuyo texto el miedo aparece como prueba a vencer y como elemento principal desde donde se vive el mito. Es, a partir de este elemento, que el mundo indígena es plasmado y por tanto aquí es donde se insertan los elementos culturales más conocidos sobre este mito, los mitotes y otros rituales endémicos son usados como base para expresar el miedo a lo desconocido y también como primer plataforma para el cambio de percepción sobre sí mismo y sobre el mundo que experimentará el héroe en esta aventura hacia la conciencia del ser. Las plantas son, pues, la primera parada para conocer el mundo nagual y también el elemento más representativo de la función del nagual o brujo dentro de nuestra cultura, presentando a la figura del héroe ante fuerzas sobrenaturales que le otorgarán los elementos fenomenológicos del mito del nagual;


14

la generación de la contracultura, una cultura que ve con claridad la falta de adhesión de las creencias culturales con la realidad, pero que no sabe cómo modificarlas para que sí ajusten, ya que cada arreglo que se haga de las cosas dadas por hecho, requerirá de la aceptación del héroe de que lo que ha creído toda su vida es falso. Dicho de otra manera, después de hacer que el alumno observe su mundo y lo viva de manera diferente, es necesario que en este estadio, el alumno entienda cuáles son los elementos y formas que crean lo que está

presenciando. Por lo que se hace patente que todo proceso de iniciación conlleva un proceso de integración, el iniciado debe crear claridad en su pensamiento con el fin de crear con ello, una apertura cultural que permita que salgan las posibles imágenes del otro, así como todas las visiones múltiples de él mismo, producto del ego, enemigo con el que realmente está peleando nuestro héroe como iniciado. Ahora bien, la relación de estos dos procesos: irrealidad atestiguada y comprensión, debe dejar de ser un estado de trasgresión y de ruptura, de manera que el iniciado pueda entender el proceso en el que está inmerso, completando el primer círculo de comprensión cognoscitivo que se conforma por medio de salirse de uno mismo para ver el entorno, y de la capacidad de silenciar los prejuicios aprendidos para entender lo vivido. El tercer estadio del mito del héroe inicia en la novela Viaje a Ixtlán, a partir de aquí, se desarrolla un nuevo circulo que comprende de nuevo observar el entorno para salirse del sí, aunado al reto de osar, esto es, no sólo entender lo que se presencia, sino crearlo. La lucha constante en este punto es el estadio de adquirir poder, un poder que puede plasmarse como poder recrear cosas atestiguadas, poder de claridad para saber con certeza que lo que se está viendo es real y no producto del ego, y poder para desentrañar los misterios de percepción que permiten entender el mundo de otra


15

manera; la propuesta del mundo indígena inicia aquí, después de trascender la fenomenología. Es en este estadio donde se desarrolla el: Poder hacer- Poder entenderHacer poder-Entender poder Este algoritmo permite al iniciado acumular poder para entender y realizar las hazañas paradigmáticas que su maestro y su benefactor han desarrollado para él. Finalmente en el cuarto estadio presentado en Relatos de poder, el iniciado ha llegado al cierre del segundo circulo; ahora bien, en este estadio nuevamente se dan explicaciones para que entienda lo atestiguado al salirse de sí mismo y ver el mundo, pero esta explicación tiene ya un nivel más sutil: las creencias, las normas, las funciones sociales y el destino del iniciado que deberá ser desde ahora, su cultura; en este estadio se sustenta lo que da forma al pensamiento indígena, la filosofía del ser y por ende la muerte, una muerte que puede ser contrarrestada por medio de llegar a la totalidad de uno mismo, un destino que se deja abierto para saber si el discípulo ha logrado o no este último peldaño. A partir de aquí el héroe guerrero ha llegado a casa y al enfrentar este último desafío, el iniciado podrá desarrollar un nuevo mundo a su alrededor, un mundo que trasciende el mundo cotidiano y que abre las puertas del mito, y todo esto, como parte de una figura emblemática indígena: el nagual, símbolo del manejo de las fuerzas extrañas y sobrenaturales, símbolo lunar dentro de la cosmogonía indígena; pero a partir de la representación mítica que Castaneda, símbolo también de la iniciación hacia el ser y hacia la unidad por medio de controlar el ego.


16

A

l no haber lugar para dormir en el monasterio de las monjas dominicas de Rweza tuvimos que ir a Ngozi para pasar la noche. La tarde caía sobre el poblado organizado en varios barrios. Uno de ellos, el más viejo, es donde se instaló la misión católica hace casi ochenta años. Hoy es un barrio dotado de edificios construidos de ladrillo rojo, miles de ellos alineados cartesianamente formando paredes y columnas. La catedral es una bella construcción que parece fuera de lugar por sus proporciones y que se ubica a mitad del conjunto de edificios rojos. Las dimensiones de la iglesia no contradicen ni un centímetro las pretensiones de los eclesiásticos que la construyeron con la colaboración de los colonizadores. Marcel, Yvon y yo, nos dirigimos a la casa del obispo: una casa envejecida prematuramente por el olvido y quizá las guerras. Ngozi es un pueblo grande, de calles empolvadas flanqueadas por pequeñas casas que hoy son ocupadas por una decena de ONGs. Hace unos años esto estaba lleno de refugiados que atravesaron la cercana frontera con Ruanda buscando un espacio para la vida. Hoy muchos de los ruandeses han regresado a su país cautelosamente. Sin embargo las ONGs se ocupan de los desplazados internos de Burundi. Cuando finalmente llega la noche me doy cuenta que al día siguiente dejaré la primera etapa


La noche en Ngozi Pablo Romo

Maxime Bessieres


18

de mi viaje en este país y con él un silencio de perplejidad. La noche en Ngozi se me hace eterna: un insomnio de obscuridad puebla mi memoria. Burundi es un país convulso por la guerra, desde su independencia (más joven que yo) ha vivido al menos siete revueltas significativas y la más dramática fue la que se acaba de vivir en el contagio con Ruanda. Sin embargo hoy no hay paz. Las luchas siguen y hay al menos dos frentes importantes de combate en una especie de guerra de guerrillas poco definida. El sur y el este del país viven situaciones de alta tensión y se oyen rumores de emboscadas y combates aislados entre las tropas oficiales y los rebeldes. La carretera que costea el

lago Tangañica por el este es escenario de frecuentes emboscadas y camino de alto riesgo. La capital, Bujumbura, mantiene toque de queda desde las 10 de la noche hasta las 6 de la mañana y se recomienda a los miembros de las ONGs y a los extranjeros no salir de sus casas después de las 8 de la noche. Cuando hubo el atentado en el mercado, hace unas semanas, en pleno centro de la capital, se decretó que los vecinos tenían que hacer guardias nocturnas y detener a cuanto extraño pasara por su calle. Eso duró poco. –En general– me dijo Oscar el primer día de mi estancia –la capital está tranquila ahora, ya no se oyen los disparos y el tableteo de las armas automáticas que quitan el sueño.


do (schutwgebeit) y prácticamente no hay huellas de su efímera presencia. Salvo el “descubrimiento de las fuentes más meridionales del Nilo” donde construyeron una pequeña pirámide y alguna que otra expresión en la lengua kirundi. Los belgas para facilitar las cosas en 1925 anexionan Ruanda-Urundi a la administración central del Congo y en lugar de vestir a los habitantes con trajes diferentes para distinguirlos por su etnia, como en Chiapas los españoles, les obligaron a portar siempre una carta de identidad que mencionara la etnia a la que pertenecen. Esta carta de identidad se convirtió en un instrumento de opresión y selección en contra de los propios habitantes originarios hasta hace un par de años. Como siempre, los métodos de conquista, colonia y guerra, se retoman y perfeccionan con el tiempo, en esta ocasión también vamos a encontrar casi cuatro siglos después un grupo favorecido por los colonizadores y otro relegado, generando rencores y divisiones. Los tlaxcaltecas de Ruanda-Burundi serán usados bien por los colonizadores belgas en contra de sus propios hermanos de origen. En 1945, terminada la segunda Guerra Mundial, las Naciones Unidas transformaron el título de “mandato” y le otorgaron a Bélgica la “tutela” de Ruanda-Urundi. Así, los habitantes de estos grandes países se convierten en niños huérfanos tutelados por la madre Bélgica. Esta infancia forzada durará solamente diez años pues se inicia en 1955 un periodo de práctica gubernativa con Jean-Pierre Harroy como Gobernador de Ruanda-Urundi. Y no será sino hasta hace 37 años, el 1º de julio de 1962, que logran su independencia y son reconocidos como dos países soberanos e independientes.

19

A mi llegada me invitaron Marcel y Oscar a visitar la ciudad y a subir la colina oriental de la cercanía. De hecho, éramos de los pocos que circulábamos en vehículo y eso me llamo la atención. Los otros eran, o bien de la Cruz Roja, de alguna organización humanitaria, o por supuesto del ejército. Mi reloj marcaba las cuatro de la tarde, el lago todavía estaba iluminado con la larga luz de la tarde. Al fondo se veían las montañas de lo que es la República Democrática del Congo, tierra ocupada y saqueada por otra guerra. –Mira, para que te ubiques ahí esta nuestra casa, ese es el mercado, allá esta el aeropuerto– señalaba con el dedo Marcel a cada edificio que nombraba desde el alto mirador donde nos detuvimos. El hotel Novotel destacaba sobre el plano de las casas y de los pocos edificios. De igual manera se veía mas allá una construcción de cuatro plantas que según me dijo Oscar la renta la ONU. –Ese es el aeropuerto, ahí en la planicie que crea el río Rusizi y que hace la frontera con el antiguo jardín privado del Rey Leopoldo de Zaire. El pobre Rey Leopoldo jamás conoció su propiedad ni a sus habitantes, pero usufructuó bien de sus riquezas y dio lustre a su decadente monarquía hace pocos años todavía. La Sociedad de las Naciones confió a Bélgica, después de la primera guerra mundial, el mandato de Ruanda-Urundi, pues Alemania al perder la guerra perdió sus protectorados en Africa. Así que los habitantes de Ruanda y de Urundim como se decía a principios de siglo a Burundi, dejaron de ser protegidos por los alemanes para recibir el mandato de los católicos belgas. Los alemanes desde el acuerdo de Berlín de 1887 mantenían una presencia discreta en su protectora-


20

En tanto, del otro lado del río Rusizi, el coronel Mobutu Sese Seko, se encamina a Kinshasa para declarar también la independencia. Serían los tiempos de los grandes Patricio Lumumba y Julius Nyerere. Serán los inicios de los dramas contemporáneos más crueles y difíciles. Los tiempos de la guerra caliente, pues no hay nada de frío en estas tierras, salvo a veces los cadáveres. Los tiempos de expansionismo gringo en África y de colaboración–intervención cubana–sovietica. La casa de los dominicos es relativamente nueva. Se encuentra en el centro de la ciudad, justo enfrente del banco estatal (de los pocos que hay en el país) y a media cuadra del edificio de correos. Es una casa confortable con un patio central donde los domingos se celebra la eucaristía. Entre semana las celebraciones son en una pequeña capilla a un costado de la construcción. Yvon acaba de publicar un libro sobre la presencia de los dominicos en la región y en él explica cómo los primeros dominicos de Canadá y de Suiza llegaron a estas tierras. También cuenta cómo los primeros dominicos fundaron la primera universidad de Ruanda en Butare, la construcción de la primera cooperativa financiera, el centro de reflexión teológica, la casa de la cultura en Kigali, en fin, cómo se participó activamente con la joven población en el nuevo proyecto de futuro. Al día siguiente de mi llegada Oscar me invitó a visitar a las hermanas de la caridad (fundación de la madre Teresa de Calcuta). Su casa no se encuentra distante del centro. Caminamos lento. Oscar tocó la puerta y una de las hermanas la abrió después de varios minutos. Dentro hay un mundo de niños y algunos enfermos. La hermana nos invita a pasar y

en un inglés de la India me explica cómo trabajan. Un niño de escasos seis años se acerca con una gran sonrisa y me abraza las piernas, yo me agacho y lo levanto. Huuum, upppá una vuelta por los aires. Lo deposito en el suelo y sigo con la hermana que me explica a cuántos enfermos atienden. Gerôm sale corriendo feliz a compartir el acontecimiento a sus amigos que lo aguardan con asombro en el patio. –Mira, esta es la sala de los enfermos terminales– señala la hermana un inmenso cuarto lleno de hombres y jóvenes raquíticos que lo único que mantienen en la dimensión de lo que alguna vez fue un cuerpo sana, es su cráneo y los ojos redondos que me ven con la misma mirada de infinito. –Esta es la sala de los que tienen SIDA y no tienen parientes que los acompañen. –Aquella es de niños también con SIDA. –Las mujeres aquí están en etapa terminal, pero acompañan a sus hijos que seguramente morirán después que sus madres. La visita continua. Mi corazón se comprime. El trabajo de las hermanas es inmenso. El hospitalcasa-hogar, está perfectamente limpio. Hay más de cien niños y niñas que corren y juegan en los escasos 20 por 80 metros. Los enfermos adultos serán unos setenta u ochenta. Oscar me dice que Gerôm a quien yo cargue hace un momento perdió a sus papas. Mejor dicho, fueron asesinados junto con todos sus hermanos, y tíos, y familia que vivían en la casa. Gerôm quedó vivo y tenía cuatro años o menos. Fue testigo de todo y recogido por uno de los vecinos supervivientes días después. Gerôm se encontraba junto al cadáver de su mamá descuartizada a machetazos; no habla, tiene un “retraso


pues corren el riesgo de ser expulsados. Burundi tiene un crecimiento de su producto interno del 3.4 %. Hace tres años todavía lo tenía del 8.8% pero el bloqueo comercial que sufrió y la propia guerra lo han llevado a perder mucho de lo poco que había ganado. Tiene, al parecer tres industrias regularmente importantes para el país: la cerveza –que es producida por Amstel Holanda–, la industria del cemento y el algodón. El ahorro interno ha pasado de 2.9% del Producto Interno Bruto de principios de los ochentas a menos 3.6 % en el quinquenio 92-97 donde los capitales huyeron como la propia gente. Hoy, según cifras del Annual Report 1997-1998, editado en Estados Unidos por la Global Coalition for Africa, el ahorro sigue siendo negativo: la fuga de capital es significativa. El dólar se compra en el banco a 600

21

mental” y lo único que hace es sonreír. Juega con sus amiguitos y sonríe todo el tiempo. Después yo me quedo convencido que el vuelo de volantín que hizo conmigo ha sido uno de sus primeros, si no el primero, pues a las hermanas les quedaría poco tiempo para trabajar si hicieran una vuelta con cada uno de los doscientos que hay en su casa-hogar. –Esta es una de las casas que tienen las hermanas. La otra está a la orilla del Tangañica – me dice Oscar queriéndome aterrizar pues me he perdido en mis cavilaciones –es una casa un poco más amplia. Y te falta –agrega sin compasión – que conozcas el proyecto de Deo, pues él ha recogido a los niños mas crecidos y desarrolla un proyecto muy interesante. Ya verás. Las calles de Bujumbura están llenas de niños andrajosos. La mayor parte son huérfanos víctimas de la guerra. La capital, según el proyecto gubernamental actual tiende a ser mono étnico mientras que fuera se construyen las “aldeas modelo” de la otra etnia. A estas poblaciones nuevas donde se concentra a la gente que es refugiada se les llaman “poblaciones de reagrupamiento”. Hace unos días un funcionario del gobierno dijo que la ONG que no esté de acuerdo con el proyecto gubernamental de reagrupamiento, puede partir. Esto lo dijo en una reunión que para explicar la nueva ley que controlará a las ONG’s y mantendrá presentando “reportes de actividades” constantemente. En una de las poblaciones de “reagrupamiento” hace pocos días se declaró con brote de cólera pues para unos 10 mil habitantes había dos baños… Médicos sin Fronteras llegaron a atender a los enfermos sin poder criticar las condiciones de los “re-agrupados”,


La noche es larga y no parece tener aurora. No había escrito nada hasta llegar a Ngozi pues toda palabra me pareció inútil. Me sentí como Elifaz acompañando a Job, y había que pasar unos días de silencio para poder decir algo que no fuera banal, estúpido o hiriente. El silencio es en ocasiones el refugio de los cobardes o la única expresión posible en circunstancias para quien pretende estar con el otro. Todo el tiempo en Bujumbura me pregunté por el sentido de las palabras delante de la guerra, de la muerte y de la enfermedad. Recordé (re-pasé con el corazón) en un momento dado la carta de Timothy, cuando habla de su primera visita a Ruanda, y dice que lo único que pudo hacer con los hermanos fue rezar.

22

francos burundeses y en el mercado “negro” a más de mil. La inversión interna es prácticamente nula y si bien el crecimiento industrial marca un 4.4% no significa en términos de empleo prácticamente nada. A propósito del Jubileo, donde se pretende que la deuda externa se elimine de los países pobres, resulta muy significativo que Burundi gaste el 53.9% de sus ganancias brutas de las exportaciones en pagar los servicios financieros de su propia deuda. En otras palabras: el país gasta más de la mitad de lo que gana en pagar parte de los intereses de su deuda externa, un crimen. Así se explica que la esperanza de vida sea de 45 años para aquellos que rebasaron los cinco años, cifra que tiende a decrecer. Sin embargo, hay que decir que el gasto militar del país es del 5% de su PIB y tiende a crecer…

Mattias Burch



Esculturas o Dioses? Juan Carlos Pe単a

?


25

U

no de los recuerdos más vívidos de mi niñez es haciendo muñequitos de plastilina. Ese fue el punto de partida. Podríamos llamarlo el momento de colocar la piedra fundamental. Muchos años después tuve la fortuna de que llegara a mis manos un libro de René Guénon: El reino de la cantidad y los signos de los tiempos. “Bríncate los primeros capítulos, son muy matemáticos” fueron las palabras de José Manuel de Rivas Fernández al entregarme el libro. Contrario a la indicación de mi amigo, fueron justo esos capítulos los que lograron atraer mi atención hacia tan extraño ejemplar. Recuerdo entre otras cosas esta frase: “Substancia, del latín sub-stare, estar debajo, es decir lo que soporta o sostiene la manifestación. Dios creó al mundo de la nada… sí, de la nada que fuera distinta a Él (si hubiese algo al lado, arriba, afuera o distinto de Dios estaríamos cayendo en maniqueísmo).” Modelar esculturas es actualizar la creación desde el principio. Tenemos la sustancia original: el material de modelado. Del cual todas las diferentes formas pueden surgir y al cual todas pueden regresar para resurgir como una nueva forma. Sólo el pensamiento nos hace pre-crear dichas figuras, la mente hace la distinción previa que después será manifestada al operar en forma correcta el material original. Si una vez terminada la figura, la volvemos a fundir, no será más que una y la misma sustancia original conteniendo en sí todas las posibilidades de manifestación.


26

“Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi iglesia” es un ejemplo muy claro del uso de la piedra como fundamento de la vía. Prajápati, deidad hindú muy antigua correspondiente al autocreado, padre de todos los dioses, es cercenado y al final sólo permanece la piedra fundamental. Los adeptos son aquellos que han obtenido la piedra filosofal. La piedra contiene entre otros el simbolismo de la base, del origen. La serie dioses y piedras consiste en esculturas de diferentes tradiciones relacionando al dios con alguna piedra, pero para hacer la representación de un dios o de un atributo divino se debe tener la misma naturaleza de la divinidad. Sólo la forma correcta puede contener al dios vivo en sí. Raimon Arola en su libro, Las estatuas vivas, nos narra de forma magistral cómo se daba vida a una escultura logrando que la divinidad penetrara en ella. La escultura de Mictlantecuhtli forma parte de la serie dioses y piedras. En este caso busqué realizar una actualización de la figura del mismo dios que se encontró en el Templo mayor del Zócalo de la Ciudad de México. Corresponde al dios azteca del inframundo. Aquel que nos guía durante el recorrido que se hace en su reino al morir. Quise apegarme a la versión original pues la posición de dicha estatua me parece magistral, así que tan solo hice una recreación un poco más realista, en parte descarnada y en parte no, con el hígado como badajo colgante, conteniendo las emociones humanas junto con la piedra fundamental. Ídolo de bronce, piedra, ojos de tigre y cabello humano que nos horroriza al hacernos recordar el descenso a lo más profundo de nosotros mismos. Conócete a ti mismo y conocerás a todas las criaturas decía el oráculo.


27


28


29


30


31


32


33


34


35


36


37


38


39


40


41


Perspectivas urbanas

42

Antonio Loredo

L

a ciudad, como hábitat construido por el hombre contiene un equilibrio alterno, de forma cautelosa su naturaleza se sostiene entre armazones y estructuras metálicas, en ella, la humanidad se desplaza en el pavimento y las venas se dispersan en los mapas. He visto a las enredaderas aferrarse a la tierra de las ventanas y árboles silvestres en las viejas azoteas que se instalan sigilosamente en la soledad y la altura. En lo cotidiano, recreamos recorridos y el paisaje urbano se vuelve una estancia, la urbe nos define y marca nuestra relación con ella, adaptamos el ruido intermitente y nos acostumbramos al horizonte itinerante como parte de su equilibrio. Al igual que la isla, sostiene un rumor similar al canto de la sirena, nos seduce y entonces parece que en ella podemos encontrarlo todo. En algún momento comprendemos que la ciudad es un organismo vivo, cuya respiración hace que el tráfico fluya en un sentido y su exhalación hacia el otro, nos podemos ubicar en un sentido bipartita y ver desde una ventana estampas de escenarios compuestos; desde abajo,



44


Yaiza Rodríguez Gutiérrez

45

estructuras erguidas e inertes, cableados que acinturan el cielo; y desde arriba miniaturas caminantes, pequeñas reservas y el lomo de las casas. Más allá, edificios afilados como una gran ola que se extiende hasta la orilla. Aquí se exponen imágenes en donde el espectador se instala en un espacio interno para que su perspectiva se extienda al afuera, la mirada se incorpora y se detiene en un nicho de naturaleza urbana, encontrado entre planos, profundidades y equilibrios, y donde un marco de ventana acota el horizonte para mostrarnos las estancias y recorridos internos. Loredo menciona “nosotros somos la ciudad, mi plástica es un tránsito en ella”, también somos parte de su naturaleza, similar a lo que logra Vallejo en Trilce, describe a través del color, emociones, recuerdos e imágenes arrebatados por el tiempo, la soledad del paisaje urbano descubre al espectador y nos hace pensar en la sensación del espacio urbano y su naturaleza, en la manera en cómo es ahora nuestra estancia en el mundo.


46


47


48


49


50


51


52


53


54


55


56


57


58


59


60


61


62


63



Setecientos mil cuatro Carlos José Pérez Sámano

E

a Francisco Javier Villanueva Rodríguez

65

rainviernoyporlomismolasteclasdemimáquinadeescribirestabanpegadas. Nonevabaperohacíamasfrioquecuandonieva.Sí,sedicenievaynoneva.Es comoconjugarelverbo"cerrar"Lapuertasecierra,nosecerra.Cerrarynevarse conjuganigual.Enfin,hacíatantofríoquelasteclasseguíanpegadas.Yonoestabaseguro dequelasteclasestuvieranpegadasporelfríoperoesloquesuponía.Despuésdetodo,elf ríoprovocaeso:pegasiónopegamentoopegamentación,bueno,elfríoprovocaquelos objetossepeguen.Comoelhielosepegaalpiso,olalenguaalapaletahelada.Loscuerpos tambiénsepegancuandohacemuchofrío,oalmenosquisieranpegarsecuandohacefrío. Yoquisierapegarmealcuerpodemiesposacuandohacefrío,peroellasiempredicequ ehayqueirnosatrabajar.Quecuandohacefríoledanmásganasdehacermuchascosas. Amíno,amícuandohacefríosemeantojaqudarmepegadoaellaenlacamaytomarunté muycaliente.Yvertele.Casinuncaveotele,peroenlosdíasasí,sísemeantoja.Perotengo queiratrabajarporquesinomiesposaseenoja.Cuandodigotrabajarmerefieroaesto,a escribir,aunquesólotengoquelevantarmedelacamaeiralcomedordondeestámimáquina deescribir.Miesposadicequeestonoestrabajarquesoyunaficionado,asídiceella,yque deberíaconseguiruntrabajodecente,ountrabajodeverdad.Peroamímegustaescribir. Noasíconlasteclaspegadasperosíescribir.Megustatantoescribirquehastaluegohablo conmimáquina.Laconozcobien,muybien,poresoesatardemesorprendióqueno funcionaracomosiempre,consuchacchacdesiempreyconelclacclacdelabarraespaci adora.Esatardealgoextrañolepasabaamimáquina.Algoqueniyosabíaquéera.Primer openséqueeraporelfrío,peroluegodescubríquepodíaserotracosa.Empecéarevisarla ,ledilavueltalapusebocaarribahastalepedípermisoenvozaltaparaverletodaslastripas. Ymeacuerdoqueaunquenosabíanadademáquinas,larevisabacomosisupiera,comosi yofueraunexperto.Cadatecla,cadaresortito,cadapieza.Hastaqueempecéasentirraros losdedos.Comoqueentreellosqueríanestarmásunidos.Comoyoconmiesposacuando hacefrío.Peromisdedosnoteníanporquéempezarapegarse.Ysepegarontambién.Yano podíacolocarlostornillos,nidetenerlosresortitos.Ahoramismanoseranalgocomo


66

dosraquetasdepinpón.Nodolían,peroeralgomuy incómodo,muydifícil,porejemploagarrarcualquier cosaorascarse.Escribirnoeratandifícilporqueeldedo quesobresale,eldedomedioeselquemeayudabaa teclear.Perolodelasmanosmesorprendiómenosque lodelospies.Laspiernasdepronto¡Clac!semecerraron comotijerasdepollero.Sequedaronpegadastambién. Yobviamentemeproducíanunprofundodolorenla entrepierna.Nosabíaquémepasaba.Casiinstantánea mentelosbrazos.comocuandoungendarmedalaorden defirmesasuscadetes,misbrazosquedaronfijosamis costados.Caídelasilla.Micaragolpeóelpiso.Me sentíacomounalombriz.Concuidadomeincorporé ylogrévolverasentarmeescalandolasillaconmisdientes. Frenteamimáquinadeescribiryanosabíaquehacer.De pronto,escuchéunavozquedijo:Setecientosmilcuatro. Nopodíaser,nohabíanadieenelcuarto,peroyo

habíaescuchadoclaramente"setescientosmilcuatro". Nopenséenquiénlohubíerapodidohaberdicho. Simplementeteníaunpresentimiento.Comocuandos ueñasquealguienvaamoriryesedíamuere,asíeramipre sentimiento.Saquélalenguaynoenseñalderechazo haciamimáquina,sinocomoúnicomediodisponible paraescribir. Entoncescomencéateclear700004 y milagrosamente mi máquina de escribir se destrabó. También en automático mis brazos, piernas y dedos se separaron y volvieron a la normalidad. No había sido el frío como en un momento lo pensé, ni una falla mecánica, era simplemente que mi máquina se había puesto celosa de mi esposa y no quería funcionar bien hasta que no mencionara (con sus propias teclas) la cantidad exacta de piezas de las que estaba hecha.


Asiento 7A Carlos José Pérez Sámano a Valeria Figueroa

C

"No sabría decirle, sólo sé que nuestro destino es la Ciudad de México". Sin saber en dónde estás, te das cuenta que mirar por la ventana es un poco inútil, que despertarte por unas galletas y un jugo, no fue lo mejor. De pronto algo hace voltear tu cabeza automáticamente. No es algo. Es alguien. Es ella. … El tiempo se detiene. Tus ojos no pueden dejar de verla. El ruido del motor desaparece. Todo desaparece. Excepto ella. Está ahí. Ella está ahí para ti y sólo tú lo sabes. Ese infinito y fugaz momento. Sus ojos, su cuerpo, su cabello, todo. Su sonrisa. Ahí está su sonrisa. ¿Cómo no la vi en la sala de espera? ¿Qué está haciendo aquí? ¿Me habrá visto? Seguro sí me vio. Si tan sólo me viera… con un instante de conexión bastaría. Sabría que aquí estoy y aquí he estado siempre. Si volteara nuestras vidas…y pones todo tu empeño en tu mirada. Tu mirada tiene que hacerla voltear. Tiene que ser fuerte, pero no incómoda. Tiene que ser exacta, precisa, justa. Una mirada poderosa que logre cambiar el curso de la historia. Piensas en lo ridículo que te ves apretando las cejas para tocarla un poco. Todo tu ser son tus ojos y esa línea invisible entre

67

omienzas a oír: "¿con hielo?" y el sonido del carrito moviéndose en el pasillo. –"Un jugo de manzana"– dice un pasajero dos filas atrás. Te estás despertando y antes de abrir los ojos, un leve movimiento de todo tu alrededor, te recuerda que estás en un avión. Las voces ahora son claras, también los ruidos del motor, de los vasos de plástico y de las galletas al abrirse. Llega tu turno. Abres los ojos. El carro está en el pasillo cerca de ti. Tu compañero pide primero: "un jugo de manzana", dice, "con un hielo grande" y tú te preguntas por qué todos están pidiendo lo mismo. Sin sentirte influenciado por esa reflexión, pides tu jugo. Ya lo habías pensado desde antes y además, siempre pides un jugo de manzana en todos tus vuelos. Abres las galletas y ya te las has terminado. Con el jugo pasa igual: sólo dos traguitos y se acabó. Ahora sólo queda la basura en la ridícula mesita desplegable. Miras por la ventana y reconoces poblaciones pequeñas. Le preguntas a la sobrecargo sobre la ubicación, pero recibes una respuesta inservible.


68

ti y su cabello. Esa línea que no será completa hasta que ella gire su cabeza hacia ti. Hasta que te vean los ojos. Sus ojos. Hay otra mirada a tu lado derecho. No quieres asegurarte. Sólo sientes otra mirada, pero puede ser tu alucinación o tu paranoia. La sensación crece. Definitivamente alguien te está mirando. Alguien del otro lado del pasillo. ¿Cómo tú sí puedes sentir otra mirada y ella no siente la tuya? No quieres voltear. Si volteas, perderás la posibilidad de sus ojos. O tal vez eso ayude. Que deje de sentir tu mirada, que la extrañe, que la busque. Pero ¿si no, si te vas, si tus ojos se van en el momento en que ella los empieza a percibir? Arriesgarse o morir. Voy a voltear, piensas. Sólo lo piensas. La luz de abrocharse los cinturones se apaga y el sonido ¡PING! que tanto odias te hace reaccionar y ahora ves a un hombre. Es un hombre el que te está viendo. Un hombre del cual no puedes calcular su edad. Es un escritor, aseguras. “Eres un escritor” le dices en esa mirada nueva que has asumido y que no puedes soltar. “Sí. Lo soy” te responde con sus ojos penetrantes, profundos, indescifrables. ¿En qué momento lo volteaste a ver? Empiezas a dudar de si te está viendo a ti o a tu pasado. Te cuestiona y reafirma en la misma mirada. Tienes miedo y tranquilidad. Te atraviesa y te limpia. No eres tú, es él viéndote. Ya no aguantas más. Quisieras no haber volteado a verlo nunca. Te arrepientes de haber dejado el éxtasis y la gloria de estar viéndola a ella. Sin embargo ahí estás. Incómodo y poderoso. Si cortas esa mirada, si terminas ese

flujo de palabras sin decir, de ideas mudas, si bajas los ojos, o los lanzas a un asiento, o al pasillo, habrás perdido. Y tú no quieres perder. Le sostendrás la mirada hasta que se canse. Hasta que él pierda. “Aquí estoy” le dices. “Atrévete a voltear a otro lado” lo amenazas. Pero nada. Nada No pasa nada. … Ella se para. La ves de reojo. Es ahora o nunca. La volteas a ver o la pierdes para siempre. … Al pasar a tu lado, sabes que todo ha terminado. Ella lo voltea a ver a él. Él quita su mirada de la tuya para encontrarse con la de ella. Se sonríen. Ganaste. Y perdiste. La perdiste. … Después de que ella va al baño, suena nuevamente el PING de los cinturones. Ya van a aterrizar. Te odias. Y yo, que soy este escritor al otro lado del pasillo comienzo a escribir este cuento. Comienzo a narrar tu ridícula historia. Sé que ella se irá conmigo cuando lleguemos a tierra. Y tú fuiste personaje, fuiste la razón para escribir este cuento y ahora eres lector frustrado. Yo lo sabía todo desde el principio. Sabía que ibas a pedir jugo de manzana.


Remington .45 Carlos José Pérez Sámano

S

a Miguel Ángel Castro

69

in darse cuenta, casi como si no le estuviera sucediendo a él, se fue quedando sin nada. Todo le abandonaba. Primero, obviamente, la felicidad. Se fue y ahora se preguntaba si algún día la conoció. Sólo tenío recuerdos de la alegría en el pasado. Se le fue escurriendo la sonrisa por el cuello, después, por los hombros y los brazos, hasta salírsele completamente por los dedos. Se quedó seco. Sin felicidad, sin sonrisa, sin momentos. Seco. Después, el cuerpo. Su propia carne bajaba al suelo. Como hoja de octubre, como árbol en otoño, se quedó en los puros huesos. La humedad le abandonaba evaporándose hacia otros cuerpos. Ahora se le han ido también las ilusiones, los dientes y la memoria. Lo único que le queda se llama muerte. Podría esperarla, pero ahora tampoco tiene ya tanto tiempo, poco a poco también le abandona. Lentamente, toma la pistola fría. Su boca le besa su sien derecha. No hay arrepentimiento. Jala. Nada. También le abandonaron las balas.


70

A

cá estoy. Sentada. En medio de este universo en el cual me siento ajena. Eso, sentirme ajena, me provoca a la vez orgullo y rabia. En ocasiones como esta es cuando con mayor claridad y profundidad siento la división en mí. Estoy partida por una grieta que con el correr de los años se ha hecho más profunda y oscura. La partición de mi alma (así le llamo porque no sé de qué otra manera podría referirme a eso que se supone es el centro de nuestro ser), no es exactamente a la mitad. La mayor parte del tiempo la vivo en una de las orillas de la grieta. En la otra sólo me encuentro en contadas ocasiones, y empujada allí por detonantes muy específicos. Como ahora, que estoy acá sentada tomando café, fingiendo ser como todos pero sintiéndome en un agujero negro. Me incomoda estar entre las multitudes. A veces la gente parece pensar que es necesario gritarme, como si además de muda fuera sorda. Así que en general prefiero mantenerme al margen, y mi conciencia se desliza a este espacio donde la gravedad es diferente, como si me envolviera una burbuja gaseosa. Cuando estoy de este lado me siento una extraña incluso conmigo misma. Observo mis manos moverse para tomar la taza de café y acercarla a mis labios como si se tratara de otras manos, como si le pertenecieran a otra persona. Los veo a todos a mi alrededor, hay mucha gente, ríen, hablan, se comportan de maneras premeditadas como si representaran personajes previamente asignados, coquetean. Estoy por completo fuera de lugar, y me pregunto si seré yo el único ser en esta tierra que tiene tanta envidia y enojo pudriéndole el corazón. Desde acá puedo ver la grieta. En el otro lado, no. Del otro lado ya me instalé muy lejos de la orilla. Esa lejanía crea una sensación parecida a la de haber sobrevivido a una catástrofe.


La GRIETA Leonora Ganes

Marina Boido


72

Marina Boido

Durante todos estos años, más de treinta, minuciosamente y paso a paso, he ido construyendo esa sensación, aun sabiendo que es ficticia. O, con mucha probabilidad, por eso mismo. Quizás como instinto de supervivencia. Sé que un día algo tendrá que hacerme caer en la grieta, que no puedo vivir siempre así, partida. Lo evito y lo busco a la vez. Tal vez también se que está llegando el momento de dejar de sobrevivir. Tal vez sea sólo otro instinto de supervivencia. No sé. Y en estos últimos meses, saliendo con él, encontrándome más seguido en lugares repletos de gente, cada vez es más frecuente que cruce a este lado. Hace unas noches cenábamos en un restaurante mediterráneo que a él le gusta mucho. Esa noche tuve por primera vez la sensación de que en la grieta hay algo vivo, latiendo, esperándome. Como si alguien, otro yo me dice mi intuición, me hablara, me gritara con la voz que perdí, con todos los gritos que he querido gritar, desde allá. Hay un imán, una fuerza que me atrae a su interior, la percibo cada vez con mayor claridad. Desde esa noche me pregunto de manera constante y casi obsesiva cómo y cuándo sucederá. Me refiero al momento en que caiga dentro de la grieta. Anoche soñé con ella. No veía en mi sueño la manera de llegar, pero ahí estaba. Jamás la vi tampoco, simplemente yo sabía que estaba dentro. Así que en realidad, más que soñar con la grieta, soñé conmigo dentro de ella. Iba caminando deprisa, como si llegara tarde a algún lado, por el centro de una gran ciudad. Los edificios a mi alrededor eran grises, al igual que el cielo. Era la mañana de un día tormentoso de cielo encapo-


sentí muda por primera vez, aún antes de perder la voz, silenciada de una manera que no guarda ninguna relación con la incapacidad física de hablar. Desperté. Del recuerdo y del sueño. Me senté en la cama y tomé agua. Observando la luz nocturna que se colaba por las ligeras cortinas completé ese recuerdo enterrado en algún lugar de mi memoria hace tantos años. Había descubierto la punta del ovillo, el inicio de la grieta. Lo supe con toda claridad. Antes de volver a dormirme decidí que al día siguiente iría al centro. Me desperté temprano. Era un día esplendido de comienzos de primavera. Me asomé por la

73

tado. Yo vestía un traje corto, elegante y oscuro de invierno, compuesto por falda y abrigo. Y tacones. Y caminaba muy rápido y como autómata con las manos metidas en las bolsas del abrigo y la mirada clavada en el pavimento, tan gris como todo lo demás. Las calles, que al principio eran anchas y amplias, se fueron cerrando convirtiéndose en estrechas callejuelas atestadas de tiendas atendidas por coreanos y judíos. En todas vendían ropa, zapatos o telas. El ambiente era asfixiante, mucha gente, las calles cada vez más pequeñas y agobiantes, el ritmo vertiginoso de los que llevan y traen, un ruido ensordecedor. Yo caminaba cada vez más rápido queriendo encontrar la salida de ese laberinto, me sentía mareada, me faltaba el aire. Al final de un callejón sin salida vi una tienda desierta, y entré casi corriendo. No había absolutamente nadie. Mientras recuperaba el aliento pensé que, cosa muy extraña, los sonidos se habían apagado en el mismo instante de traspasar el umbral de la tienda. Levanté la vista, y a través del gran ventanal que daba a la calle, pude ver que ésta, y todas las otras tiendas, se habían vaciado también. Cuando ya me disponía a salir algo a mi izquierda llamó mi atención, algo muy rojo en medio de todo ese gris. Y de repente, como en una revelación, todo se volvió familiar, y recordé. En esa tienda, muchos años atrás, cuando yo tenía siete, entré con mi madre a comprar un abrigo para mí. Me enamoré de uno que tenían exhibido en el centro de la tienda, con vuelo, amplias mangas y capucha, parecía un abrigo de cuento. Mi madre, severa y tajante como era, dijo que el rojo sólo lo usan las putas y las actrices, que en su forma de ver era casi lo mismo, y me compró un discreto abrigo color azul oscuro. Me

Fabián Storniolo


74

ventana y afuera llovían flores de Jacaranda. Abrí la ventana. Inspiré muy profundo y, por primera vez en muchísimos años, pude sentir como el aire entraba a mi cuerpo y lo recorría. Algo, durante la noche, durante el sueño, se movió en mi interior, o se deshizo, haciendo espacio para el presente. Salí deprisa, deseando con toda el alma que aún hubiera en alguna tienda remanentes de invierno. A pesar del sol la mañana era fresca, el aire se sentía muy agradable sobre la piel. Llevaba, algo inusual en mí, el cabello suelto. Me bajé del autobús y me adentré por las callejuelas de las tiendas de coreanos y judíos del centro. Mis pies caminaban como siguiendo una línea invisible, sin prisa, sin pausa, sin duda. Al doblar una esquina, al final de una calle sin salida, ahí estaba la tienda. Me detuve un instante y miré con calma cada detalle de lo que me rodeaba, como si quisiera absorber hasta la última partícula de imagen de un momento histórico. Y luego entré. Miré hacia fuera, como en mi sueño. En la calle si había gente, pero dentro de la tienda se tenía la sensación de estar mirando a través de un portal del tiempo. Por alguna razón, el sonido del exterior parecía no querer entrar allí, y se quedaba encapsulado, afuera. Se acercó a mí una muchacha coreana, joven y guapa, que en excelente castellano me dijo: –Uno cree que por ser primavera ya hace calor, pero aún está bastante fresco. Venga por acá, todavía tenemos algunos abrigos. En ese momento me di cuenta de que llevaba como única vestimenta sobre mi falda una blusa ligera, y que mi piel estaba enchinada por el frío. La seguí. La tienda era más grande de lo que


México, D.F. abril 2013

Marina Boido

75

parecía a simple vista. Al fondo de un amplio salón de exhibiciones había un perchero con varios abrigos de media estación. Un hermoso conjunto multicolor. Azul claro, negro, lila, gris, café, verde olivo, morado, verde limón, rojo. Sin dudarlo ella tomó el único abrigo rojo y lo tendió hacia mí diciéndome: –Éste es su color. Con el tono de su piel, de sus ojos y su cabello, el rojo va perfecto. Sin decir una palabra pagué y salí de la tienda con mi abrigo puesto. Me tomé el resto de la mañana libre. Y acá estoy. Una vez más, casi igual, y tan diferente. Sentada en una cafetería de las que tienen mesas en la banqueta, con mi abrigo rojo, tomando café. Miro mis manos, las veo acercar la taza a mis labios. El tiempo se realentó. Huelo el café como si fuera la primera vez. Reconozco mis manos. Levanto la mirada y veo a la gente pasar, reír, ver sus relojes, gritar. Sonrío. Me doy cuenta de cuánto tiempo hacía que no sentía placer. Ya no hay burbuja. Las sensaciones inundan mi cuerpo, el mundo entra por mis poros. Dejo el dinero del café sobre la mesa, me levanto, respiro una vez más como si quisiera meter en mis pulmones todo el aire disponible y me dejo absorber por la vorágine de la ciudad.



o, c i x ĂŠ Me e d o. t d e a r nc Ciud o c a l s y de a r o b r m et El m go de so Javier Castillo Paafox e u j un


78

L

as personas, todos los días se desplazan de un espacio a otro buscando cumplir con diferentes actividades, para moverse utilizan diferentes transportes, en el caso de la ciudad de México el sistema de transporte colectivo metro es el 2do transporte público más utilizado. Cuenta con una red de 12 líneas diferentes, las primeras nueve respetan una línea de construcción con formas simples pero que esbozan cierta monumentalidad, estructuras de concreto expuesto, alturas dobles, largas escaleras, juego geometrías y volumetría, texturas marcan la contundencia de los espacios en los andenes. Hay una constante en cada estación de las líneas del metro, concreto en los techos y pisos de mármol gris, la línea 9 es la última que fue marcada con un solo color a partir de ella adoptaron dos colores para representarlas. En algunas estaciones la luz de día se filtra desde las alturas formando tramas y juegos de sombras que dan una


79


80


81

particularidad a estos 12 espacios que en su esencia son semejantes entre sí. Cada estación es construida bajo el principio de considerarlas zonas de tránsito, espacios de movilidad establecidos como escenografías pasajeras colocadas a disposición de la infinidad de pasajeros que sólo están de paso. Los usuarios realizan viajes muy particulares, y a pesar de ir con tanta gente y de rozarse los cuerpos es normal sentirse aislado, no hay voluntad de interactuar entre ellos. Los andenes del metro son espacios donde la gente se cita para encontrase –“nos vemos en la estación, debajo del reloj”, los vagones del metro no discriminan, todos caben a empujones, al entrar al metro se está dispuesto a convertirse en un ser anónimo. En ocasiones los largos recorridos permiten a los usuarios caer en un seño restablecedor para obtener fuerzas para el segundo tramo… para llegar a su destino final…


82


83


84


85


86


87


Habitantes de Tierra Favel Favi García Ruelas

Long-Cutsu (Cueva del Dragón durmiente) Dragón que esta en la portada de la revista “Quimera”


89

Wicked: memorias de una bruja mala Ponificación” esta basada en la novela de la cual toma su nombre: Wicked: memorias de una bruja mala, de Gregory Maguirre. El personaje “ponificado” que se muestra es Elphaba Thropp, protagonista principal de la novela, la bruja verde de la tierra de Oz. Detrás de ella se puede ver su famosa escoba, y sobre la grupa del personaje se ve de nuevo la escoba sobre la Grimería, el libro de conjuros de la bruja


90

Mente y Corazón Principales habitantes de Tierra•Favel. El Murciélago representa mi parte literaria, es quien habla cuando es preciso hacerlo, es la letra y la parte escrita de Tierra•Favel, por eso lleva un libro. El Unicornio representa mi parte creativa, mi habilidad gráfica, es mi “ego-creativus”, por eso lleva en la grupa un lápiz sobre un corazón de gráfito blanco.


91

Paralaje Esta ilustración esta basada en el cuento “Paralaje” de Rafael Villegas, y del cual toma directamente el nombre. El cuento se encuentra en la antología “50 años de Ciencia Ficción mexicana.


92

Sereno y Delanoche Sereno: el tigre de sombrero; Delanoche: el corcel. Dos personajes de mi autoría, su historia se cuenta a través de viñetas, por el momento no se incluyen diálogos ni existe un guión en especifico que me sirva para relatar su historia. Sereno es practicamente un justiciero, y Delanoche es su “fiel” corcel, un caballo que además puede hablar. Sereno no se autonombro así mismo, fueron las personas quienes lo bautizaron con este nombre, ya que él y su caballo sólo salen a vigilar las calles de la Nueva Galicia al caer la noche, en compañía de la luna, las farolas que iluminan la ciudad y de los serenos encargados de encenderlas y apagarlas día a día; el caballo también fue bautizado con su nombre: Delanoche, por los mismos habitantes de la ciudad, pues sólo se le veía en compañía de Sereno, de allí que en conjunto fueran reconocidos como: El Sereno de la Noche.


Quimera AnalogĂ­a al monstruo mitologico que lleva el mismo nombre, y cuyo aspecto fue tomado de una escultura de bronce, la Quimera de Arezzo.

93


El cadaver seco Edgar Artaud

Hongos

94

Edgar Artaud "Soy Poeta y tengo hongos" escribió en su muro de feisbuk pronto su estado se llenó de me gustas "invita" -comentó una chica; antes había estado con el médico "tengo hongos" -dijo en efecto, el glande tenía manchitas blancas "¿arde?" -preguntó el galeno "no arde" -respondió. Con el tiempo empeoró la situación el prepucio se cuarteó el miembro ardía en llamas "seguro es cáncer" -afirmó el doctor "busque en Internet" -sugirió enseguida "busque hongos, no falla" -insistió. Así viajó a Tolohuaxíhuitl, encontró Psilocybe Zapotecorum, Psilocybe Mexicana, Psilocybe caerulescens, Amanita Muscaria y Psilocybe Cubensis entonces publicó el aviso en el muro y la chica de feisbuk comió también sus hongos.

Después de n veces en la cola del Banco un cadáver seco enfrentaba con miedo a la cajera, quien con un semblante agrio retomaba el documento: "son 3.141592 miles de dólares más la comisión" el cadáver angustiado replicó: "señorita, ya le dije todas las veces anteriores que el depósito es en pesos aztecas, no en dólares" la empleada respondió molesta: "mire señor, su Banco no existe no me aparece en la computadora, si deposita 3.141592 miles de dólares el Banco aparece, si no, desaparece." El cadáver emprendió el rumbo a la salida, atravesó la puerta y el Banco a sus espaldas, completo, se desintegró.


James Ward


Deliciosa infidelidad

96

Edgar Artaud Estaba un día enchufado en la Internet cuando sonó el timbre del teléfono la bella WFW preguntaba por mi esposa "se fue de vacaciones" -respondí. Media hora después, WFW apareció en la puerta traía un vestido ligero y escotado, apenas abrí y se introdujo en la sala se acomodó en un sofá y cruzó las piernas. "No piense mal, solo vine para hablar" -me dijo. Pero mis ojos se encadenaron en sus muslos "¡Qué piernas!" -dije sin querer. "¡gulp! lo-sien-to" -repetí tartamudo. "Sírveme un trago" -suavizó llené dos copas de cognac pero ella hizo caso omiso de mi oferta apagó la luz de la sala se juntó conmigo sus labios se pegaron en mis labios y ya no pude contenerme vivimos cinco días maravillosos.


Esta cabron Edgar Artaud

Particle filters Edgar Artaud Estaba ocupado mirando la computadora cuando un anuncio extraño apareció: "Curso gratis: Particle Filters Online." ¡Wow! Me enamoré inmediatamente ¡Particle Filters! ¡Particle Filters! Me registré en el Curso, había 400 mil enamorados de Particle Filters descubría preguntas en tantos idiomas que no era capaz de entender de repente mi mujer entró montada en su barredora automática una máquina tipo motoneta que genera un ruido infernal "ve a regar las plantas" -ordenó y encendió el motor salí a orinar en las macetas encima de un montón de hormigas y agité las aspas de los brazos en completo delirio: !Particle Filters! ¡Particle Filters! ¡Epa! ¡Eureka! ¡Estoy enamorado!

97

Estaba un día paseando con Elmer Bablot cuando de pronto dijo: "la realidad en que vivimos es un simulacro" "¿Es verdad?" -pregunté intrigado "tú y yo somos cristianos secretos y debemos ocultarnos de los romanos" dijo ésto muy despacio. y continuó hablando: "vivimos en el periodo inmediato a la resurrección de Jesucristo. El mundo es Judea y dominan los romanos." Y dándome una palmada en el hombro continuó su confesión: "mira Artaud, el mundo es ilusión, nuestros cerebros contienen una falla que nos impide entender la realidad.” Y terminó diciéndome: “pero el espíritu santo llegará y nos aplicará un rayo láser rosa que nos abrirá los ojos.” Está cabrón.


Juni from Kyoto


Una lluvia a medianoche José Aguilera

He descubierto en la poesía suficientes verdades Cada instante me revela una verdad latente He descubierto en la lluvia Que cae sobre mi cuerpo cada verano al recorrer la ciudad entera Un instante de eternidad que se prolonga Toda gota de lluvia es universo Todo hilo delgado de agua que recorre la ciudad es un alivio Los espejos que habitan dentro de cada casa revelan instantes perdidos Hemos hecho el amor por una eternidad y no sabemos cómo mirarnos cuando estamos desnudos Hemos recorrido miles de pieles y aún estamos buscando complementos Y los espejos reflejan vacíos interminables Y sigo esperando las lluvias Esta nostalgia de verano

99

Destruir paraísos Para eso es que hemos venido a esta tierra Para despertar cada día al interminable desierto que se extiende frente a nosotros He descubierto en la filosofía una sofocante verdad Somos seres incompletos del todo vacíos


100

Sigo esperando que las flores crezcan sobre los árboles Sigo esperando el olor a tierra mojada El olor a ciudad contenida en sus alcantarillas El olor a barcos de papel que se van El olor a charco en los pies El olor a rio debajo de los autos recorriendo esta ciudad Me he descubierto al espejo tan cansado Todos los días amanece a las 5 de la mañana El sol no se levanta aún La vida en la ciudad no respeta ningún orden El caos me absorbe El silencio se prolonga detrás de los neumáticos El silencio se traga las vidas detrás de las vitrinas He comprendido las poéticas del tiempo perdido Las poéticas de los sueños rotos Las poéticas de los piojos en la cabeza en primavera Y me resultan más útiles que las teorías de Bajtín Hoy podría dejar de perseguir instantes Pero siento que no tengo los suficientes Me hacen falta los de la lluvia a las 8 de la mañana Los de la lluvia a las 12 de la noche Los de la lluvia sobre los árboles meciéndose de un lado a otro Recogiendo todas las gotas de lluvia que caen Una a una Teoría del ser que se moja bajo la lluvia a las 12 de la noche subido en la última rama del árbol más alto.


Casa vacía José Aguilera Sigo perdiendo instantes detrás de esta maldita pantalla blanca Sigo tratando de alcanzar el cielo Sigo tratando de abrazarte y transformar el mundo De darme cuenta que nos quedamos sin tiempo y nos damos la vuelta Nos perseguimos de esquina a esquina Nos quedamos tres pasos el uno del otro La casa está vacía hoy La ausencia de ti se pinta en todas las paredes Una canción se repite constantemente

Muéstrenme las palabras que lo curan todo Las palabras que abren cualquier puerta Las que atraviesan el mundo y regresan para susurrar la vida de los ríos De los mares De los puentes que atraviesan los mundos Quiero escuchar las palabras que crearon el universo Las que se revuelcan en la cama Las que no se dicen Las que los niños conocen pero no saben pronunciar Las palabras que dejan mudo a Dios Las que me desintegran Las del fin del mundo

101

Todos los sábados trato de alcanzar un recuerdo de hace 15 años Una cancha Unas piernas que recorren el mundo a mil por hora A diez mil por hora y no se cansan Se suben a los árboles Se bajan de los árboles Y no se cansan


102

Quiero olvidar el mundo por este pequeño instante Olvidarme de mí Olvidarme de que debo limpiar la caza Olvidarme del trabajo. He escrito poema de amor Poemas de odio He escrito miles de poemas que se me han perdido en la cabeza Y no gano premios He escrito desesperadamente detrás de una maquina Detrás de una computadora Detrás de una libreta He escrito desde el gerundio deficiente Hasta el infinitivo carente de toda idea De todo tiempo Y de toda persona He escrito la vida misma convulsionándose En las paredes de esta ciudad He escrito mi rechazo al mundo Y el amor tremendo que le tengo a la vida El tiempo Los instantes Los momentos Las sonrisas Las miradas Y sé que no quiero cambiar nada Sé que todas las canciones que he escuchado Todos los poemas que he leído Todas las caminatas que he realizado Todos los árboles a los que me he subido Son el pepe que respira Soy el árbol gigante que se estremece en lo alto del cielo Soy el viento que corta las ramas y las hace crujir Soy la lluvia que forma ríos fuera de mi casa en Loma Dorada Soy el balón que rebota todos los días a las 6 de la tarde Soy los 12 años queriendo alcanzar el mundo.


Me repito todos los días Que no soy poeta No soy el verbo nacido para cambiar el mundo No soy la esperanza última de este mundo No soy los versos espasmosos Soy Casi Una mirada Unas manos que se duelen de su dedito gordo Soy unos tobillos gastados de tanto saltar el mundo Soy unas rodillas débiles Soy todos los instantes guardados en el inconsciente Detrás de la memoria que se aferra en olvidar.

103

Y soy esta noche que me dura muy poco Este poema que termina pronto


33 anos José Aguilera Destruyo todos los instantes Desde la palabra hasta el silencio Devoro cada hilo que fluye desde la boca hasta el vientre Estéril de esta tierra baldía

104

El poeta nunca salió del cuarto donde las mujeres discuten sobre Miguel Ángel Se ha quedado sin tiempo para nada Yo desbarato sus instantes Los instantes del cuadro que observa todos los días al pasar el camión de las 6 El puente se ha roto Desde el tejado un cuervo vuela Mudo de tantos años perdido en los 100 versos de un poema interminable Su eco ha devorado su voz Todos los días son hoy Todas las mañanas intento alcanzar los 33 años Para tomar mi paracaídas y recorrer los ríos de asfalto Para dejarme caer del árbol a la cama y seguir soñando Ya he dicho que no soy Altazor Ya he dicho que la vida del poema se queda en el poema La vida que me importa es la que está afuera La que sale a las 6 de la mañana Llena de frio A recorrer la ciudad de extremo a extremo Para ir a trabajar De 6 a 6 El camión de las 6 aún no pasa


Y yo sigo persiguiendo los días No soy el poeta antipoeta Soy el no dicho La voz que se pronuncia y se pierde detrás de miles de bites 15 años escribiendo las mismas palabras 15 años intentando volar más alto antes de los 33 escalones que me separan de la idea verdadera Los instantes son más bellos que la eternidad No me hablen de otras vidas La única vida que me importa es la de las 6 de la tarde sobre el autobús La del sol cubriendo de rojo el cielo La de los obreros colgados del puente esperando este camión que ya va lleno

Ahora cierro los ojos y me dejo fluir por la ciudad Amo este sonido de otros tiempos Amo este sonido de aves cruzando las vías Amo este sonido de miles de voces esperando el camión Amo la respiración agitada de la noche que persigue al día y nunca lo alcanza Hoy he dormido 8 horas Necesito dormir menos horas para estar más despierto Necesito recorrer nuevamente las calles a las 2 de la mañana Necesito despertar al sol

105

Los instantes son la única teoría que comprendo La teoría de los momentos rotos De los cristales que se adhieren al cuerpo De los pequeñísimos cristales que brotan de los ojos para caer sobre el asfalto y regresar al cielo


Mis manos están perdiendo vida Se arrugan Se duelen de tanta angustia acumulada Se duelen de escribir palabras vacías en el pintarrón

106

He soñado con el eco de un balón botando en el centro del universo He soñado con premios que ya están entregados antes de que se concurse He soñado con un sueldo mejor La vida no me alcanza para tantas planeaciones Esa es la única verdad que me persigue La del tiempo angosto La de los instantes rotos que no me alcanzan Para amar Para descansar Para viajar Amo desesperadamente Amo locamente Amo desde que el día amanece Hasta que el día anochece La amo recostada a mi lado y caminando vertiginosamente a través de la ciudad Pero eso los árboles ya lo saben Lo que no saben es que no conozco otra forma de vivir Lo que no saben es que me he perdido en el transcurrir de los años… Me gustaría ser Altazor para desbaratar al tiempo.


Una vida de después o de nunca* *Título: verso del poema "inverosimilitud" de Juan Ramón Jiménez

José Aguilera

Dejen que todas las horas se pierdan en mis ojos desperdicien todo el tiempo y que se derrame en mis manos Abandonen la vida detrás de la vida sujeten la baba que se cae al suelo todos los días la baba de un Dios despiadado

La potencia del tren y del avión han quedado sepultadas por la potencia de la devastación por la procesión de autos unidos por delgados hilos Dejen que baje ese Dios dejen que nos inunde con su furia dejen que nos parta un rayo a todos que la vida se desintegre que los instantes se desprolonguen se contraigan se desvanezcan a través de estos cristales rotos

107

Dejen todas estas horas de olvido todas estas horas de ahogo detrás de las maquinas apretando botones Si los futuristas vivieran se matarían de tanta maquina se aniquilarían de tanta furia se quedarían colgados de las ventanas todos inertes de tanta velocidad incalculable del todo


repitรกmonos siempre Deseo ser tantas cosas deseo poseer tantas cosas deseo inventar tantas otras cosas Y siempre se me agotan las palabras para seguir siempre se me seca la lengua al escribirme en la hoja

108

He despertado quizรก he despertado pero ha sido muy pronto o ha sido muy tarde




M贸nica Solorzano

Marina

111

Fauna, flora y paisajes


112 Ara単a


113

Cactus


114

Ca単as


115

Ca単averal


116 Danza


117

Er贸tica


118 Gato Negro


119

Goedell


120 La Tete


121 Pareja


122 Locura


123

Ocaso


124 Lechuza


125

Ritmo


126 Tulips Rojos


127

Viznaga


Paulo Villablanca Quezada

Trabajador por la justicia social. Chileno, dato suficiente como para sospechar que es apasionado en la defensa de los derechos humanos.

Cristinia Barajas Mora

Lunática, revive la magia de nuestro mundo en cada suspiro. Poeta y letrófila profesional.

Pablo Romo

Intelectual vago del mundo de los otros de abajo, sus viajes son siempre de profundidad, vigilante de los derechos humanos.

Juan Carlos Peña

Dícese de él que tiene una estatua a su imagen y semejanza en su sótano que lo mantiene joven e inmortal. Practica el fino arte de la escultura por si acaso llegasen a destruirla.

Antonio Loredo

De porte zapatista, amigo de xoloescuincles, su inmersión al mundo pictórico no ha sido en vano, tiene tantas ciudades y puertos en su memoria, como amistades que lo llevan en el corazón.

Carlos José Pérez Sámano

Vagabundo literario y del mundo, aficionado a la ocurrencia, odia el betabel y su mayor logro fue haber tenido el mejor bigote de México, según Google


Leonora Ganes

Metapersonaje, su fotógrafa, Marina Boido, es la única persona en la que confía su amistad.

Javier Castillo Palafox

Activista urbano, educador y fotógrafo por accidente. La callosidad de su dedo índice derecho habla de su incansable búsqueda de apasionar al mundo entero de su maravilla.

Favi García Ruelas

Habitante de su mundo imaginario, creó a otros seres para poderse transportar con facilidad al nuestro.

Edgar Artaud

Señor de las máscaras, sigiloso pensante y bufón en la poesía. Se puede ver andar sin rumbo fijo por la red.

José Aguilera

Mago sin magia de semblante escuálido, creyente fervoroso de que la poesía puede saciar su hambre, sin ser irrespetuoso de dios. De locura desbordada, con temor a que su cuerpo lo resienta.

Mónica Solórzano

Creadora. Sus fotos son extensiones de su imaginación.


4


4



Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.