ojo pastoral
Sergio Fratti
Mi pastor no me apoya ste tema suena a queja, la queja de un líder de jóvenes que expresa frustración
al sentir que nada contra la corriente. ¿Por qué los pastores se oponen a apoyar de manera decidida a los líderes de jóvenes y sus ministerios de jóvenes, aun sabiendo que esto será de bendición para su congregación? He sido pastor durante muchos años, así como pastor de jóvenes. Quisiera proponer algunas ideas desde mi perspectiva actual. Después de observación, creo que aunque todos tenemos buena intensión, debemos desarrollar una mejor compresión: ver las cosas desde el punto de vista del otro. Con eso en mente, sugiero algunas ideas que podrían servirnos hoy a todos.
Mi pastor no me apoya…
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Porque lo que hago no concuerda con lo que digo. Si algo no podemos negar es el hecho que muchos líderes de jóvenes son prisioneros de sus impulsos, y sus actitudes no son las que se esperan de una persona madura y espiritual. Encontramos que abundan los líderes de jóvenes que siempre andan de cacería tras las chicas de la iglesia. Son mal hablados, infantiles, inconstantes, carnales. Y eso no le ayuda a generar confianza delante de su pastor.
Porque tengo mi propia visión. Esto es un problema común de muchos líderes de jóvenes, que consideran la visión de su pastor como anticuada, o irreal, o sencillamente no ven una clara visión de la iglesia, entonces ellos se sienten con «el deber» de desarrollar una visión propia para el ministerio de jóvenes y mejor o más «cool», o espiritual que la de su iglesia y luchar para sea aceptada por la iglesia y el pastor. POR TEMOR. … al cambio. Quizá tus ideas sean muy revolucionarias y le parecen hasta «no cristianas» y teme que la iglesia y los jóvenes pierdan el rumbo, se perviertan en la iglesia, y que eso desagrade a Dios. … a la rebelión. Quizá el temor tenga que ver con la idea de que el líder de jóvenes al seguir desarrollándose pueda desplazarlo, o hasta quitarle su lugar. Porque no se siente honrado por el líder de jóvenes. Probablemente las actitudes de muchos líderes de jóvenes hacia la autoridad de su pastor no ha sido la correcta, y lo que han mostrado es rebeldía y falta de respeto hacia el pastor. Negarse a servirle aún en cosas pequeñas, no colaborar con los otros ministerios cuando él lo ha pedido claramente, llegar al culto y quedarse afuera del templo platicando, no llegar con Biblia, no poner toda la atención a la predicación ni mostrar interés por la Palabra, faltar a las reuniones que él convoca, todas esas cosas envían un mensaje claro y fuerte al pastor: «Ud. No se merece que yo lo honre».
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