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CONSEJOS DESDE EL FRENTE

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METROPLEX

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Alex Sampedro

@AlexSampedro

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Bienaventurados los fracasados

NADIE PUBLICA SUS FRACASOS EN FACEBOOK, NI TWITTER.

Nadie quiere seguir a un fracasado. Por eso nos esforzamos en dar la mejor imagen y procuramos tener éxito en todas las áreas de nuestra vida. En todo lo que “hacemos”.

Pensamos que los jóvenes necesitan modelos de éxito, porque eso es lo que cambiará sus vidas. Fracasar significa que eres vulnerable, creemos que eso es malo, y no entra dentro de nuestra ecuación de lo que significa ser un líder. El líder es infalible, tiene respuestas, no preguntas, sabe hacia donde va y nunca fracasa. Si fracasa no era el indicado ¿no?

Además, medimos el fracaso y el éxito de acuerdo a los estándares de este mundo: Tanto tienes, tanto vales; cantidad de dones, productividad, seguidores, carisma y proyectos. Y sumado a eso los cristianos le añadimos «unción», presencia y una buena iPad.

Olvidamos que el mayor fracaso no está en el «hacer» sino en el «ser». Y es ahí a donde Dios apunta. La Biblia está llena de fracasados usados por Dios. De hecho parece una condición fundamental. Personas que no daban la talla para lo que se les había encomendado. Algunos aparentemente apartados durante 40 años por una mala decisión, otros perseguidos injustamente incomprendidos por un pueblo que no quería escuchar, otros con errores éticos que destrozaron sus vidas, algunos sin poder terminar sus proyectos, con serias dudas sobre su llamado, otros que traicionaban a su Maestro en el momento más inoportuno, y algunos con un carácter que les jugaba malas pasadas en la peor situación y quedaban marcados por una decisión puntual equivocada. ¡Un montón de fracasados!

Pero la Palabra enseña que el problema para Dios no es solamente el fracaso sino cómo reaccionamos ante él.

Y es que la realidad es la mejor maestra, y la vida está llena de fracasos. La pregunta entonces no es si has fracasado, la pregunta es si lo sabes. Porque, lo siento mucho, pero has fracasado, y de raíz.

Algunos ante esta realidad decidimos escondernos como Adán e inventamos un personaje que pueda seguir sirviendo a pesar de las incongruencias. Nos ponemos una hoja de higuera, ridícula, que en realidad a los ojos de Dios no tapa nada, pero aún así nos escondemos. Porque ¿qué pensarán los jóvenes de mi?¿Qué pensaría mi iglesia si supiera que en realidad no soy tan capaz? Pero todos sabemos que tarde o temprano tu necesidad e insuficiencia saldrán a la luz.

Es entonces cuando Él puede trabajar con nuestro ser. Y es que en medio de nuestros éxitos del «hacer» no solemos darle espacio a Dios para tratar con nosotros. ¿Para qué? –Pensamos-. Y mientras tanto, nuestro ser interior puede estar yendo cuesta abajo. Por eso Dios en su misericordia permite un toque de atención para reenfocarnos en lo importante, en Él, Jesús.

El que vino a enfrentar el mayor fracaso de todos: la muerte. Y ¿cómo la enfrentó? Fracasando.

Murió y así se puso junto a todos aquellos que nos hemos sentido cayendo al vacío. No nos dejó de lado sino que se identificó con los fracasados de todos los tiempos, para darnos una salida, darnos éxito. Y Dios triunfó, no a pesar del fracaso, sino a través de el.

Las palabras más hermosas de la Biblia presuponen situaciones de fracaso: Perdón, redención, salvación y gracia tienen sentido por el fracaso del pecado. Misericordia y compasión solo son realizables frente a la miseria y la escasez. La restauración solo es posible si algo se ha roto. El amanecer no existiría sin la oscuridad. La resurrección implica que haya muerte.

Reconozcamos nuestra bancarrota espiritual; que somos pobres en espíritu y necesitamos que Dios siempre nos lleve de la mano. Sin Él es imposible andar sobre el mar y nos quedaríamos hundidos. Seamos líderes vulnerables, compartamos nuestros fracasos y errores. Andemos en luz, con transparencia. Seamos vasijas en sus manos, semillas que caen a tierra y mueren, pero que luego dan mucho fruto.

El único fracaso verdadero es no amar a Dios, lo demás forma parte del proceso. Pero sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. (Romanos 8:28).

Alex es director de Especialidades Juveniles España/Europa. Es licenciado en psicología, se perfeccionó en piano y canto moderno. Músico, conferencista y autor, viaja por Europa y América. Es un conciliador de fuerzas, contando con el respeto de los diferentes sectores de la iglesia.

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