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OJO PASTORAL

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INFORME CENTRAL

INFORME CENTRAL

Walter Heidenreich

Llegaron los problemas sin pedir permiso ¿

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TE HAS ENCONTRADO TAN MAL O FRACASADO QUE TUVISTE DESEOS DE RENDIRTE, SINTIENDO QUE TU PROYECTO, MINISTERIO O TU VIDA NO VALÍA LA PENA? Puedes estar tan decepcionado o sentirte tan fracasado que piensas que estás:

Doblado: muchas veces el dolor te ha doblado. Torcido: donde parece que todo sale mal. Vencido: pues parece que el problema te superó o venció. Agobiado: porque la carga o presión es demasiado pesada. Cansado: ya que vas gastando tus fuerzas en el problema.

En realidad todos nos hemos sentido de esa manera. ¿Hay alguna buena noticia en medio del fracaso o de ese sentimiento de que todo sale mal? ¡Claro que hay buenas noticias! Porque en medio del dolor o de ese «Getsemaní» Dios sigue obrando y estando en control aunque no lo creas.

Ahora no me agrada decir lo siguiente pero es la realidad; si queremos que Cristo sea formado en nosotros y parecernos cada vez más a él tendremos que pasar por lo que él pasó. ¿Por qué experiencias tendremos que atravesar entonces? Dolor, decepción, soledad, temor, traición, críticas injustas, etc. Esto está incluido en el mensaje de la cruz. Pero debo confesarte que muchas veces no me gusta. En lo personal prefiero la corona en vez de cruz. Pero bíblicamente antes de la corona debe venir la cruz.

Te quiero dar dos sugerencias de la actitud que hay que tener en medio de los problemas que llegarán sin que les demos permiso. Recuerda que Dios los permitirá con el objetivo de parecernos más a Cristo.

A. Aprende de tus fracasos

Las desilusiones y los fracasos ayudan a formar el carácter y la paciencia cuando lo permitimos. Recuerda que la misma agua hirviendo que endurece un huevo puede ablandar una papa. Cada uno escoge si aprende algo o pelea con Dios. Pablo le comparte a la iglesia en Roma: «nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, carácter probado; y el carácter probado, esperanza.» (Ro. 5:3,4) La fortaleza espiritual interna, la que resulta de una fe sincera en Dios, ayuda a formar nuestras actitudes.

B. Concéntrate en la esperanza final

Durante los oscuros momentos de la vida hay que tener presente «que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien» (Ro. 8:28). Algunas veces nos concentramos en el aquí y ahora, pero recordemos que nuestra situación actual no es el final de la historia. El final de nuestra vida será mucho mejor que el final de un cuento que dice «y se casaron y fueron felices.»

Pablo sabía perfectamente lo que era el sufrimiento, solo basta con leer sus cartas para darnos cuenta. No obstante, nunca dejó de animar a los creyentes a ver más allá aun en medio de las pruebas, y aferrarse a la esperanza suprema en Dios.

Por ejemplo si leemos el libro de Filipenses, que escribió en la cárcel, él anima a los que están libres a estar con gozo. También escribe lo siguiente: «Por tanto no desfallecemos, antes bien, aunque nuestro hombre exterior va decayendo, sin embargo nuestro hombre interior se renueva de día en día. Pues esta aflicción leve y pasajera nos produce un eterno peso de gloria que sobrepasa toda comparación, al no poner nuestra vista en las cosas que se ven, sino en las que no se ven; porque las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.» (2 Corintios 4.16-18).

Los planes de Dios son siempre mayores que los nuestros y aunque los problemas, sufrimientos y decepciones duelen, no se comparan en nada con la esperanza final que gozaremos en el Señor. ¡Ánimo. Sigue adelante! No te rindas en medio del fracaso o sufrimiento. Mira el futuro. Trata de mantener la esperanza en la eternidad. La vida eterna será bastante más larga que los sufrimientos aquí. Si creces en tu relación con el Señor eso te ayudará a permanecer fiel y firme en medio de lo que experimentas. Una relación viva con Él nos llena de una gran esperanza que nos fortalece para enfrentar cualquier situación. (Y no te hablo de cabeza a cabeza, sino desde mi corazón, que estoy aprendiendo lo que significa el sufrimiento).

Dios te bendiga y te ayude.

Walter es argentino, pastor general de Iglesia Nazaret Central en Guatemala. Licenciado en Ministerio Pastoral del Seminario Bíblico Río Grande en Texas, con maestría en Liderazgo Pastoral de SETECA.

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