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Walter Acosta

@WalterAcosta

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Un plan de acción para el nuevo año

IOS NOS PERMITE TENER UN NUEVO CUADERNO EN EL QUE NO HAY PASADO, y hay un gran futuro. Un nuevo año, una nueva oportunidad. Pero ¿qué planes tienes? ¿Cuál será tu plan para este año? ¿Qué cosas no has podido terminar? Por eso es importante tener una visión clara de lo que harás este año. Pero una visón sin un plan de acción es solo un sueño. Si a tu visión le pones un plan de acción, tendrás tu destino.

Quiero compartir una de las maneras de cómo hacer un «Plan», que te ayude a tu vida personal, académica, laboral, familiar y ministerial. Quizás creas que es un tema muy difícil, pero cuando termines de leer, entenderás lo tremendo que es para ti. >> Análisis de la situación

Antes de poder hacer un plan, es importante saber cuál es tu situación. Muchos usan la herramienta del FODA para poder tener un mejor análisis. La Biblia en salmos 26:2 nos reta a escudriñarnos y saber lo mas profundo de nuestro ser. Te hago tres preguntas: ¿Qué cosas no haz hecho y te frustran? ¿Qué cosas tienes que mejorar en tu vida? ¿Qué tienes que hacer para cambiar tu situación actual? Es importante que te des cuenta de tus necesidades. >> Objetivos

El análisis anterior debe darte como resultado acciones a tomar, que son los objetivos. Estos objetivos son las cosas que quieres lograr. Te sugiero plantear tres objetivos por año o uno por cada área de tu vida. >> Metas

Esta es la parte cuantitativa o numérica en la que es importante aterrizar los objetivos en algo medible. Muchas veces soñamos con algo que al pasar el tiempo no sabemos si lo obtenemos o no, o qué tantos avances tuvimos en el proceso. Un objetivo medible debe incluir siembre un tiempo determinado. Para empezar el año puede ser un buen ejercicio plantear tus metas para el 2015. Mira la diferencia entre el objetivo y la meta. El objetivo es ese gran deseo, pero la meta es medible. >> Estrategia

Es la parte creativa de todo tu plan en la que tienes que responder a la pregunta «¿y cómo lo haré?». Ya tenemos los objetivos y metas, ahora tenemos que poner la acción con ideas creativas. Trata de aprender de otros mediante la observación pues esto te ayudará a tu plan. Nunca te olvides que podemos tener muchas estrategias, pero nunca debemos olvidar nuestro objetivo. Somos una generación creativa y podemos hacer las cosas con ideas nuevas y relevantes. >> Cronograma

Aquí pondrás fechas a tus sueños. Por cada objetivo, meta y estrategia, escribe cuándo se hará. Para plantear las fecha del área ministerial debes considerar las fechas propias de tu organización. Hay fechas para el ministerio juvenil que no podemos dejar de pasar: el día de la amistad, día de la juventud, día de voluntario, etc. Registra las fechas de los eventos, pero también las fechas de la promoción de ese evento. >> Presupuesto

Aquí vemos dos aspectos: ¿cuánto cuesta? y ¿cómo lo financiamos? Muchos de nuestros sueños son caros y tenemos que aprender a ser creativos para soñar y aterrizar.

En una oportunidad teníamos el reto de invitar a 100 adolescentes para un campamento, ellos eran de un colegio del estado y no tenían suficiente dinero. Lo que hicimos fue vender sándwich de pollo y limpiar autos por tres semanas, y se pudo lograr el reto.

Escribe todo tu presupuesto en un mismo tipo de moneda. ¡Ahora a trabajar para hacerlos realidad!

>> Evaluación

Es muy importante hacer un seguimiento cada dos meses para saber cómo avanzamos y qué cosas tenemos que mejorar. Para que esta evaluación sea realista, permite que tu equipo participe y que también pueda hacer recomendaciones.

Imagínate si este plan lo llevas a la práctica, todo lo que puedes lograr: quizás sacar tu título, terminar tu curso de inglés, terminar de leer un libro, etc.

Espero que estos puntos sean de ayuda para tu vida, trabajo y ministerio.

Walter es Director del Seminario de Camino de Vida en Perú y parte del equipo pastoral en el mismo ministerio. Es Director de CDV Red y Director de Juventud para Cristo en su país.

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Lucas Leys

@lucasleys

Loca osadía VS Peligrosa inercia

La iglesia, así como la humanidad entera, necesita pioneros y exploradores de nuevas fronteras. Líderes que empujen los límites de lo accesible para llegar a aquello que es necesario pero hasta el momento parece inalcanzable.

Estoy de acuerdo con el poeta norteamericano Theodore Roethke en que «necesitamos más gente que se especialice en lo imposible». Hay demasiados líderes cristianos en la iglesia de hoy que saben muy bien lo que tienen que hacer y podrían darte una mejor conferencia sobre cuál debe ser tu visión en el ministerio. Pero, ¿por qué no sabes de ellos entonces? No sabes de ellos porque probablemente solo saben lo que se tiene que hacer, pero no lo han hecho.

Aunque conocen perfectamente la teoría se han concentrado en sus imposibilidades, y están llenos de excusas de por qué no han hecho lo que tenían que hacer. Un día dijeron que no cuando debían decir que sí, o dijeron que sí cuando debían decir que no, y poco a poco se fueron acostumbrando a no ir más allá de los límites que inconscientemente estaban estableciendo para sí mismos. Y aquí viene un punto vital: no se dieron cuenta de que sin querer también estaban limitando las posibilidades de sus seguidores.

Por eso es que nos toca ser cada día mejores líderes y seguir intentando hacer lo que otros consideran osadas locuras. Nos guste o no, aquellos que aceptamos una posición de liderazgo estamos condicionando el éxito o el fracaso de otras personas en algunas áreas de sus vidas. Por eso el liderazgo es tan urgente, y por eso nuestras iglesias necesitan líderes que sepan asumir riesgos y tomar decisiones estratégicas. Las nuevas generaciones necesitan líderes que dejen atrás esa inercia religiosa y aburrida de fin de semana que ha abortado tantos sueños y ha encerrado a líderes talentosos en juntas y reuniones y teorías que no tienen nada que ver con la extensión del Reino de Dios.

Las dos noticias que alguien te tiene que dar

Cuanto me hablan de que alguien me sigue, me presta el oído, o mejor, me presta el cerebro, instantáneamente siento mucha responsabilidad. El liderazgo no se trata de uno mismo. Se trata de a quiénes influenciamos. Entender esto y estar dispuestos a pagar el precio es lo que lleva a un ministerio a trascender. Debido a esa responsabilidad, hay dos noticias simples y poderosas que te tengo que dar. Presta atención: al liderar hacía nuevas fronteras (1) te vas a equivocar, y (2) te van a criticar.

Es muy común que muchos líderes dejen de intentar cosas osadas por toparse con errores o con críticas. Pero el punto es que nadie nació sabiendo, y todos somos imperfectos, así que equivocarse es parte del arte del liderazgo. De igual manera, es parte de la vida de un líder el que te critiquen.

Brian D. McLaren, con quien tuve la oportunidad de conversar en un par de ocasiones y es una persona que dice algunas cosas muy inteligentes a pesar de que no estoy de acuerdo con todo lo que cree, señala que «las estrategias verdaderamente exitosas siempre obtuvieron sus logros de la manera más antigua: a través de dolor, críticas, lágrimas, errores y oración». Y eso nos toca a todos, incluyendo a esos que en la televisión evangélica intentan hacerte creer que ellos tienen tanta unción que nunca se han equivocado.

Fuego purificador

Hace muchos años estuve con mi familia en el bosque de arrayanes que se encuentra en el parque nacional del lago Nahuel Huapí en el sur de la Argentina. Allí escuche la historia de un incendio que hacía mucho tiempo había azotado el lugar pero que se había convertido en lo mejor que le había pasado a ese lugar ya que era el causante de que ese bosque hubiera llegado a ser tan frondoso y bello. El guardabosques nos explicó a mi familia y a los otros turistas que estaban allí con nosotros que el fuego había quemado los arbustos y la maleza de tal manera que había producido una espesa ceniza, la cual luego del aparente caos inicial había potenciado con nutrientes la tierra, y ésos árboles, que en la superficie parecían quemados, luego crecieron mucho más altos y fuertes de lo que hubieran hecho si no hubiera habido un incendio.

En Juan 12:24 Jesús nos habló de algo muy parecido: «Ciertamente les seguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, se queda solo, pero si muere, produce mucho fruto»

Traigo la historia del bosque de arrayanes porque creo que los errores y las críticas también pueden servir para purificarnos. Al equivocarnos, algo muere en nosotros. Y puede ser también que nos sintamos morir cuando la crítica que nos hacen es cruel. Pero, entregadas al Señor y puestas en la perspectiva correcta como parte de nuestro aprendizaje y servicio, esas experiencias pueden volverse como esa ceniza que llena de nutrientes la tierra y termina viendo mucho fruto.

Lucas es el director internacional de Especialidades Juveniles y uno de los oradores y escritores más influyentes entre la juventud hispana. www.lucasleys.com

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