3 minute read

BIBLIOTECA DE IDEAS

Next Article
ISNPIRARTE NUEVO

ISNPIRARTE NUEVO

Dave Gómez

@EnlaceMusical

Advertisement

Quebrantamiento:

La esencia de un salmista

I HAY ALGO QUE APRENDEMOS DE LOS SALMOS,

es que en las canciones dirigidas a Dios no hay temas prohibidos, emociones vetadas, sentimientos ocultos o cualquier aspecto humano que quede excluido en la búsqueda de conexión con lo divino.

Y eso hace la diferencia (a mi manera de entender el concepto) entre quien puede ser considerado un «salmista» y quien no. También estoy más cómodo llamando «apóstoles» a los 11 que dejó el propio Jesús al ascender al cielo y a Pablo, solamente.

Alguien que toma pasajes bíblicos y les pone música para cantarlos, definitivamente no es un salmista, incluso si la letra es extraída de los Salmos.

Componer canciones de alabanza vertical que motiven la adoración a Dios con música, tampoco convierte al compositor en salmista. Los Salmos no se tratan de alabanza solamente. Hay talleres de composición en los que, por ejemplo, se aprenden técnicas para facilitar la interpretación congregacional pero la esencia del salmista no pasa por su técnica de composición.

Mi opinión al respecto es que el verdadero salmista es quien vuelca cada aspecto de su humanidad caída y quebrantada honestamente en su poesía, sin disfrazar sus derrotas con alegre triunfalismo, ni ocultar sus legítimas dudas tras declaraciones de victoria.

Al verdadero salmista ni siquiera le interesará el título de «salmista» en los términos de marketing usados hoy en día. Con ser considerado adorador, ministro de adoración, o simplemente artista, bastará. Una lectura muy recomendable para aclarar este último concepto es el libro El Corazón de Un Artista de Rory Noland (Editorial Vida).

Recientemente encontré un comentario del artista urbano estadounidense Derek Minor, que me pareció muy alineado con la visión de un salmista y lo transcribo íntegramente:

«Una de las cosas comunes que he escuchado a la gente decir que les gusta de mi música, es la transparencia. Pienso que la honestidad permite que las personas se vean reflejadas y espero que sean alentadas en cuanto a que no están solas.

Mientras trabajaba en el álbum Empire, recuerdo haber estado tarde en el estudio con Dirty Rice y Tony Tillman. Nuestra sesión se había detenido ya que veíamos los disturbios y protestas que estallaron en Ferguson, Missouri. Mi corazón estaba quebrantado. Eso me impulsó a escribir una canción «Stranger»:

Dave es profesor de Tecnología en el Colegio Bautista de Temuco, Chile, además de Director Ejecutivo de EnlaceMusical.com, Director de KB Medios, y Gerente Técnico de SurXtremo Expediciones Todavía estamos colgando de la cuerda Y prometo que quiero dejarlo en el pasado, pero es difícil Porque acabo de ver a un adolescente Desarmado, baleado como un perro Mi oración es que escuches mi corazón Porque está apesadumbrado y desganado La razón para esta canción, es que estoy adolorido

Camina en mis zapatos por un minuto Viaja conmigo por este lago Párate conmigo aquí por un momento A ver si puedes soportar mi dolor

Oh, estoy sufriendo, siento vergüenza Y me pregunto, ¿conoces mi dolor?»

Una cosa que he notado en el clima actual es que somos un pueblo olvidadizo. Todos hemos experimentado grandes heridas y decepciones. En esos momentos, nuestro deseo no es que nos consuelen o ser comprendidos. Es ser sanados. Sólo queremos que el dolor desaparezca. Sólo queremos ser amados, independientemente de nuestros errores.

La única forma en que nuestra nación se sanará es si la gente comienza a sentir empatía unos con otros. No tenemos que estar de acuerdo, pero podemos escucharnos el uno al otro. No tenemos que entender el dolor de los demás, pero podemos estar allí para consolarnos unos a otros. La Biblia nos dice que debemos animarnos y edificarnos unos a otros. Hebreos [4:15 NVI] dice: «Porque no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que ha sido tentado en todo de la misma manera que nosotros, aunque sin pecado».

Él sintió nuestro dolor.

Jesús vio a personas que eran alborotadores, santurrones, y de todos los diferentes orígenes. Él pudo haber dicho fácilmente: «Tienen que recibir lo que se merecen». Pero en cambio Él murió la muerte que TODOS nosotros deberíaÉl murió la muerte que TODOS nosotros deberíal murió la muerte que TODOS nosotros deberíamos haber muerto.

Propongo que muramos a nuestro orgullo. Muramos a nuestro deseo de ganar discusiones y busquemos sanarnos unos a otros. Empaticemos unos con otros. Construyamos relaciones REALES con personas que no se parecen a nosotros.

Publicidad enlacemusical

This article is from: