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DE SEXO SÍ SE HABLA

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METROPLEX

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Alex Chiang

La alternativa de la sexualidad P

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ABLO RETOMA LA ENSEÑANZA DEL LIBRO DE GÉNESIS CUANDO DICE:

Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, y los dos llegarán a ser un solo cuerpo (Ef. 5.31)

He leído muchos libros seculares y religiosos que tratan acerca de la sexualidad; pero no he encontrado mejor definición de la sexualidad humana que la descrita en este pasaje. Describe de manera muy profunda tanto la dimensión interna como externa de la sexualidad en una frase tan breve: «los dos llegarán a ser un solo cuerpo».

Imaginemos ahora que están de moda los marcianos, que seres extraterrestres visitan la tierra. Ellos no conocen nada acerca de la sexualidad humana. En su planeta ellos se reproducen telepáticamente sin necesidad del contacto de los cuerpos. ¿Cómo reaccionarían al ver a una pareja de terrícolas en pleno acto sexual? Quizá dirían: «Pero, ¿qué están tratando de hacer éstos?... parece que uno está tratando de meterse dentro del otro; ¿acaso en este planeta no opera el principio universal de la física que enseña que dos cuerpos no pueden ocupar el mismo espacio?». En el acto sexual vemos a dos personas tratando de convertirse en uno. Por eso la Biblia afirma: «llegarán a ser un solo cuerpo».

Esta realidad de dos que se convierten en uno se expresa de manera dramática y muy vívida en un acto sexual, pero solamente alcanza su plenitud cuando se da la expresión de una unidad más profunda: cuando se expresa una unidad emocional.

El gran desafío de la vida en pareja es construir esa unidad emocional. Cuando era soltero pensaba como yo, sentía como yo y decidía como yo. Cuando mi esposa era soltera pensaba como tú, sentía como tú y decidía como tú. Cuando nos casamos tomamos la decisión de dejar de ser «yo» y dejar de ser «tú» para ser «nosotros». Esto significa que de ahora en adelante lo importante no es lo que yo necesito sino lo que nosotros necesitamos, no es lo que yo quiero sino lo que nosotros queremos.

La ausencia de esta unidad emocional se manifiesta claramente cuando una pareja discute. Las palabras que más repiten son yo y tú. «Pero yo quería», «pero tú querías», «pero yo esperaba», «pero tú esperabas», etc. No importa cuántas veces hayan unido sus cuerpos, sus corazones están muy lejos el uno del otro.

Por lo tanto la sexualidad es una oportunidad que Dios nos da para replantear nuestra identidad.

Ahora bien ¿de dónde nace el impulso que lleva a dos personas a desear convertirse en una?

Si recordamos la creación de la primera pareja, Adán y Eva, veremos que Eva fue creada de una costilla de Adán. Esto significa que originalmente la humanidad estaba formada por uno solo (Adán). De ese uno, Dios los convirtió en dos (Adán y Eva). Pero esos dos claman volver a la unidad original de donde fueron creados. Esta hermosa explicación del origen y finalidad de la sexualidad humana solo la vas a encontrar en la Biblia.

Por eso el apóstol Pablo se refiere a esta realidad como el misterio de la sexualidad:

«Grande es este misterio, mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia» (Ef. 5:32).

El misterio de la sexualidad apunta a revelarnos la clase de relación que Dios anhela tener con los seres humanos. Muchas veces en las páginas de la Biblia se toma el amor de un hombre por una mujer para ilustrar el amor de Dios por los seres humanos. El pacto de Dios con su pueblo se asemeja a un compromiso matrimonial. La iglesia es descrita como una esposa. El dolor causado por la infidelidad representa el dolor que Dios experimenta cuando su pueblo adora a otros dioses.

Siempre he pensado que la manera en que vivimos nuestra sexualidad nos aleja o nos acerca a Dios.

Muchas personas no quieren entrar en una relación viva con Jesucristo porque no están dispuestos a abandonar prácticas sexuales moralmente incorrectas. Pero la sexualidad puede volverse una profunda experiencia de adoración que nos acerque Alex es peruano, graduado en sociología y educación. Conferencista internacional en América Latina. Asesor de la asociación de aún más a Dios. Grupos Evangélicos Universitarios del Perú. Autor de varios libros, entre ellos «Una bendición llamada sexo» .

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