El correo bíblico ¿Por qué la Escritura es la Palabra de Dios? (Parte 5) Evidencias externas Por José Rubén Arango Esta semana seguiremos analizando la pregunta, las razones que demuestran que la Biblia es Palabra de Dios. Venimos analizando las principales razones extrínsecas o externas que demuestran de manera contundente esta verdad. La semana pasada abordamos la arqueología y la geología.
.2 La Geología. Continuando la temática, debemos comprender que no existe, pues, contradicción entre la línea geológica y la Escritura. Cada era, cada periodo y cada etapa están planteados de forma concisa. La ciencia ha corroborado la existencia de grandes monstruos marinos (= dinosaurios) y de especies extintas que menciona la Biblia. Las leyes de la termodinámica y de la gravitación, por ejemplo, explican los procesos de creación. Creación y evolución no son palabras opuestas sino complementarias a la luz de un Dios creativo, dinámico y sencillo. Lo que queda fuera de este discurso es una evolución darwiniana del salto de las especies o especies produciendo nuevas especies. Pero muchas de las especies si han evolucionado, pues están sujetas a procesos de adaptación y supervivencia. 3. La Historia. Los historiadores y estudiosos de las ciencias sociales han ido desentrañando las aparentes leyendas que suponían los críticos que estaban relatadas en la Biblia. Casos como los nombres de los faraones en tiempos de Moisés, la historia de José en Egipto, los reyes de Judá y de Israel, los cautiverios en Babilona y Siria, la vida de Ester y el rey Asuero, Nabucodonosor y
los reyes medopersas, por mencionar algunos episodios, son hoy testimoniados y avalados por las ciencias sociales. Otras pruebas han sido aportadas por los cartógrafos y los geógrafos. No hay error ni mentira en las narraciones de los libros históricos ni en las profecías sobre las naciones paganas. La historia, con apoyo de la paleontología, la arqueología y el cuidadoso trabajo de investigadores, han desenterrado pueblos desaparecidos y han hallado materiales que dan testimonio de la veracidad, armonía y consistencia de la Sagrada Escritura. Asimismo se han ido cotejando y confirmando las fechas que aporta la Biblia sobre eventos ocurridos a lo largo de la línea temporal humana. Nada escapó al Autor de la Biblia y mucho menos a quienes se dieron a la tarea de materializar la voluntad de Dios, pues fueron guiados en todo este proceso por el Espíritu Santo, como lo veremos más adelante. 4. La furia humana y del tiempo. Una evidencia contundente y asombrosa de que la Biblia es la Palabra de Dios la podemos encontrar en el tejido humano y temporal contra el sagrado libro. Para su composición se requirió un proceso que involucró más de 45 personas que utilizaron materiales como la piedra, el papiro y el pergamino, el cincel y la pluma, tintas vegetales y minerales, materiales que sufrieron el rigor de la temperatura y la humedad como enemigos para que pudiera perdurar cualquier texto. Muchos de los libros de la Biblia y la Escritura misma pasaron por el fuego, la destrucción de sus materiales, la crítica, la alteración y la adulteración textual, la canonicidad y la condenación o prohibición de lectura. Muchos libros fueron señalados de espurios, deuterocanónicos o apócrifos. Hasta el día de hoy, las versiones hacen variaciones complejas y de riesgo que tienden a cambiar el sentido original. Algunas Biblias han