HEBREOS 7:22-25 «Por tanto, Jesús es hecho fiador de un mejor pacto». SACERDOCIO LEVÍTICO (Esclavos de la ley) → Gá 5:9, 1 Co 5:6-8; Lc 5:36-39 Bajo este sacerdocio recibió el pueblo la ley. Sacerdotes, según el orden de Aarón. De la tribu de Leví. Queda, pues, abrogado el mandamiento anterior a causa de su debilidad e ineficacia, 7:18 → Pacto de la ley Y los otros sacerdotes llegaron a ser muchos, debido a que por la muerte no podían continuar, 7:23 Porque la ley constituye sumos sacerdotes a débiles hombres, 7:28a sin juramento fueron hechos sacerdotes los levitas, solo por la ley (Dt 10:8-9) Aquellos sumos sacerdotes, tienen necesidad cada día de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo, 7:27; 9:23. Todo sumo sacerdote está constituido para presentar ofrendas y sacrificios, 8:3 Sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales, como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte, 8:5; cfr. 9:1-10 La sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociadas a los inmundos, santifican para la purificación de la carne, 9:13.
SACERDOCIO DE JESÚS (siervos de justicia, libres de la ley) → Ro 7:6, 8:1, 2 Co 3:6 Vino la gracia (Ro 5:15; Ef 2:8). Sacerdote, según el orden de Melquisedec. Nuestro Señor vino de la tribu de Judá, de la cual nadie sirvió al altar, 7:13-14. La introducción de una mejor esperanza, por la cual nos acercamos a Dios, 7:19; cfr. Mt 5:17 → Nuevo Pacto Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable, 7:24-25, cfr. He 8:1 La palabra del juramento, posterior a la ley, al Hijo, hecho perfecto para siempre, 7:28b; v.26 Juró el Señor, y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre, Según el orden de Melquisedec, Sal 110:4 Se ofreció a sí mismo una vez para siempre, 7:27; He 4:15, 9:26-28; 1 P 2:21-22. El Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos (Marcos 10:45). Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación (…) por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención, 9:11-12; cfr. 8:2. La sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo, 9:14; 1 Jn 1:7. En esa voluntad (Salmos 40.6-8; 10:8-9) somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre, 10:10
La ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, … nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan, 10:1 todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios quitar los pecados;, 10:11 (…) porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados, 10:12-14 Entran al Lugar Santísimo una vez al año, 9.6-7, Lv 16:33-34. Teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura, 10:19-22. “Porque cambiado el sacerdocio, necesario es que haya también cambio de ley; (pues nada perfeccionó la ley” Rubén Arango Ministerio de Investigación Bíblica