Por José Rubén Arango
Siervos inútiles somos «¿Quién de vosotros, teniendo un siervo que ara o apacienta ganado, al volver él del campo, luego le dice: Pasa, siéntate a la mesa? ¿No le dice más bien: Prepárame la cena, cíñete, y sírveme hasta que haya comido y bebido; y después de esto, come y bebe tú? ¿Acaso da gracias al siervo porque hizo lo que se le había mandado? Pienso que no. Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos» (Lucas 7:7-10) MARCO GENERAL En esta parábola, Jesús formula tres preguntas, cuyas respuestas parecen muy lógicas en la experiencia cotidiana del contexto de la época entre sus discípulos: 1. ¿Quién de vosotros, teniendo un siervo que ara o apacienta ganado, al volver él del campo, luego le dice: Pasa, siéntate a la mesa? La respuesta común sería: Ninguno 2. ¿No le dice más bien: Prepárame la cena, cíñete, y sírveme hasta que haya comido y bebido; y después de esto, come y bebe tú? Aquí contestarían: Por supuesto, claro que sí. 3. ¿Acaso da gracias al siervo porque hizo lo que se le había mandado? Pienso
que no.
Estas preguntas buscan ambientar y centrar la atención en el corazón de la parábola: Somos siervos inútiles. Y diríamos, parece extraño que el Maestro diga esto a sus discípulos. Pero, ya nos acercaremos a esta rara expresión. Misión (comisión, tarea) cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado
Realidad Siervos inútiles somos
Motivo real o razón lo que debíamos hacer, hicimos
Comencemos por analizar la palabra clave: inútiles Griego (Strong)
Definición DRAE
αχρειος (achreios) → aparece dos veces en el N.T. (Mt 25:30 y en Lc 7); sin provecho, no rentable, inservible, en un sentido negativo. Que no sirve para nada; que hace mal una tarea; no útil, inaprovechable Inservible, que no produce provecho o beneficio; ineficaz, inoperante, improductivo, inepto. Que no produce los resultados esperados. infructuoso, estéril, inane, incompetente Persona que no puede moverse o trabajar por algún impedimento; lisiado, tullido, paralítico
Lucas aborda con frecuencia este tema del siervo Los siervos vigilantes El siervo fiel y el siervo malo
Lucas 12:35-40 Lucas 12:42-48
El mayordomo (siervo) infiel Siervos inútiles Las minas (siervo malo) La gran cena (el siervo comisionado) Los trabajadores malvados (servicio sacrificial; siervo sufriente)
Lucas 16:1-13 Lucas 17:7-10 Lucas 19:11-27 Lucas 14:16-24 Lucas 20:9-19
EXÉGESIS ¡Somos siervos inútiles! = ¡Solo cumplimos con el propio deber, hacemos justo lo que debemos hacer! Es la parábola del deber del servicio y la actitud del siervo, material que solo aparece en este evangelio. El siervo (doulos; diakonos1; páis) era un esclavo que no tenía derechos, era propiedad de su señor, le debía obediencia, sumisión y respeto. Era comprado para pertenecer a su dueño de por vida, incluida su familia (Deuteronomio 15) Nosotros hemos sido comprados del mercado del mundo, de la carne y de Satanás, al precio invaluable de la sangre del Cordero. Somos sus siervos, pertenecemos a Cristo. Y aunque él nos ha bendecido con toda bendición celestial, y aunque ya no nos llame siervos sino sus amigos… No podemos perder de vista la mirada a esta figura del evangelio, que no contradice ningún privilegio, no se opone a ninguna dádiva, ningún don que el Señor nos ha dado. Somos siervos (1 Timoteo 3:8-12)
DIACONADO (SERVICIO) CARACTERÍSTICAS QUIÉNES FUERON LOS PRIMEROS SIETE EN EL N.T DIÁCONOS Diakonos: siervo o ministro; la palabra y sus derivados aparecen más de cien veces en el texto griego, pero la palabra diacono solo tres veces en la RV 1960, designando al que desempeña determinado oficio en la iglesia local. De 29 veces que aparece diacono (1249) en La Biblia de las Américas, 10 se traduce ministro, diacono 4 veces y 15 veces aparece como servidor. Diakonia (1248) aparece 31 veces; l6 veces se traduce ministro y 15 como servidor2 Diakonia es empleada una sola vez por Lucas, en Lc.10:40 para los quehaceres de Marta y María. Fuera de Apocalipsis 2:19 ocurre en el Nuevo testamento solamente en los hechos (ocho veces) y en las epístolas (24 veces). Significa el oficio y obra de un diacono (un siervo). De modo que implica servicio o ministerio. Incluye privilegio y responsabilidad3 Leitourgia: De las cinco veces que aparece en el Nuevo Testamento, 3 se traduce ministro (Rom.15:16, Heb.1:7, 8:2) y servidor 2 veces, (Rom.13:6, Fil.2:25). Las autoridades son administradores de la justicia, porque servidor (diacono) de Dios son para nosotros (Rom.13:4). El gobierno actúa como servidores (leitourgos) de Dios (Rom.13:6) en la prestación de servicios, en la construcción de carreteras, en la administración del sistema de justicia, el educativo, los servicios de salud, etc... Y a los ministros (leitourgos) = (Heb.l:7), ministro (leitourgos) de las cosas santas y del tabernáculo (Heb.8:2). tiene tres usos principales, a) servidor público, trabajador del estado o magistrado, con respecto del servicio que un hombre presta a otro (Rom.15.27, 2 Cor.9.12, Fil.2.17,30), servir a otros es una liturgia que Dios impone a los ciudadanos del reino, b) con respecto al servicio religioso, (Lc.1:23, Hch.13:2), Pablo llamó leitourgos al magistrado que estaba en el poder, (Rom.13.6) y respecto de si mismo se llama leitourgos de Jesucristo a los gentiles, (Rom.15.16), c) posteriormente vino a significar simplemente Obrero, pues toda obra es una liturgia impuesta al hombre por Dios4 Huperetai: ministros (huperetes) de la palabra (Lc 1:2). Lucas no tiene la intención de denigrar a aquellos que le precedieron, se necesitaba gente fiable; ministros. Esta palabra podría significar siervo, asistente de la sinagoga (Lc.4:20). Igual descripción se da de Juan Marcos en su relación con Bernabé y Saulo (Hch 13:5). Mejor aun cuando se emplea para designar ministro (huperetai) y testigo al apóstol Pablo en Hch 26:l65
Hechos 6:1-6 El propósito de la distribución de responsabilidades fue permitir el crecimiento de la Iglesia (Hch 6:7)
Varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría Debían “servir a las mesas” = alguien que se esfuerza por desempeñar un servicio con constancia y diligencia a favor de otros
1
eligieron a Esteban, a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Parmenas, y a Nicolás prosélito de Antioquía
diakonos, diakonía = servidor, ayudante, uno que sirve; siervo, sirviente; ministro. La institución del diaconado aparece en Hechos 6:1-6 y sus calidades en 1 Timoteo 3. Los apóstoles se dedicarían al ministerio de la palabra (te diakonía tou logos) y los siete, a servir a las mesas o atender las necesidades de la comunidad cristiana. Asimismo, diakonei = servicio, ministerio. 2 W. H. Nelson. Nuevo Diccionario Ilustrado De La Biblia. Editorial Caribe 1998 3 4 5
Comentario Bíblico Beicon, Tomo VII. Casa Nazarena De Publicaciones, 1985, P.276 Nuevo Diccionario. Óp. Cit. Nuevo Diccionario. Óp. Cit.
Modelo del diaconado
Esteban Hechos 6:5 — 7:60
Felipe Hechos 8:4-40; 21:8
El diaconado 1 Timoteo 3:8-12 Lucas 22:24-27 1 Corintios 4:1 “carta de presentación de cualquier ministerio”
Antiguo Testamento
Calidad de vida - Varón lleno de fe y del E.S. - lleno de gracia y de poder, - hacía grandes prodigios y señales entre el pueblo - no podían resistir a la sabiduría y al Espíritu con que hablaba - Vieron su rostro como el rostro de un ángel.
Privilegio de servir al Señor - Se levantaron unos de la sinagoga de los libertos, y de los de Cirene, de Alejandría, de Cilicia y de Asia, disputando con Esteban. - Sobornaron a unos para que era un blasfemo contra la ley y contra Dios - soliviantaron al pueblo, a los ancianos y a los escribas;, - le arrebataron y le trajeron al concilio. - pusieron testigos falsos - fue apedreado - Saulo consentía en su muerte.
- predicaba a Cristo en Samaria, - Fue diácono y evangelista - hacía señales (liberaciones, sanidades y prodigios) - hospedó en su casa a Saulo y otros siervos de - anunciaba el evangelio del reino de Dios y el Dios nombre de Jesucristo, y se bautizaban hombres y - tuvo cuatro hijas que profetizaban mujeres. - Un ángel del Señor y el E. S hablaron a Felipe (caso del eunuco) - Arrebatado por el Espíritu del Señor (se encontró anunciando en Azoto evangelizando hasta Cesarea) Los diáconos asimismo deben ser - Honestos (leales, trasparentes en toda acción) - sometidos a prueba primero, y entonces ejerzan el - sin doblez (no hipócritas, santurrones, “cristinos”) diaconado, si son irreprensibles. - no dados a mucho vino (sobrios) - Los diáconos sean maridos de una sola mujer, y que - no codiciosos de ganancias deshonestas; gobiernen bien sus hijos y sus casas. - que guarden el misterio de la fe con limpia - los que ejerzan bien el diaconado, ganan para sí un conciencia. grado honroso, y mucha confianza en la fe que es en Las mujeres asimismo sean honestas, no Cristo Jesús. calumniadoras, sino sobrias, fieles en todo. - Un modelo es Febe (Romanos 16:1-2); las mujeres que sirvieron a Jesús (Marcos 15:40; Lucas 8:1-3) Servicio Ejemplos
Los levitas cumplían la función de servicio - Giezi, ayudante o sirviente de Eliseo (2 Re 4:43); (Números 1:47-54, 3:12) Josué (Jos 1:1) La figura del siervo corresponde exclusivamente a nuestro servicio. De gracia recibimos, debemos dar de gracia (Mateo 10:8). Pero, ¿cómo debemos servir? ¿Cuál debe ser nuestra actitud? Aquí Jesús atrae la atención de sus discípulos. Servir al Señor, de acuerdo a este pasaje, implica:
«Y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos» (Mateo 20:27)
Humildad: mantiene un mismo corazón sencillo y abierto en todo instante y circunstancia Obediencia: acata con docilidad su autoridad, su determinación y su directriz sin oposición, rebeldía o cuestionamientos Lealtad: jamás se le ocurrirá hablar mal de su Señor o faltar a su confianza Responsabilidad: hace todo lo que se le ha ordenado Desprendimiento y renuncia: ya no es dueño de sí, ha determinado separarse de todo por servirle a él. Negación y pérdida. Entrega y consagración: debe servir a tiempo y fuera de tiempo, estar dispuesto en todo momento Compromiso: el siervo no puede servir a dos señores Resiliencia: capacidad para sobreponerse a toda adversidad Asertividad y determinación: capacidad resolutiva para decir no a sus pasiones, deseos, sueños y pensamientos, para abrazar los pensamientos, deseos, pasiones y voluntad de su Señor.
Esto muestra no solo una actitud, sino una calidad ejemplar del servicio. El ejemplo lo recibimos de Jesús, el que era Señor se hizo siervo y sirvió con su propia vida. (Filipenses 2:5-11; Isaías 42:1-4, 61:1-3, 52:13—53:12).
«Y el que de vosotros quiera ser el primero, será siervo de todos. Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos» (Marcos 10:45) Entonces, nuestra lógica humana, nuestra manera ordenada y sesgada de ver la vida diría que Lucas se equivocó en su afirmación o hay una pésima traducción, porque un siervo con este potencial de actitudes y con tremenda calidad de trabajo no puede ser inútil, sino un siervo útil, servicial, apasionado por su labor, fructuoso… En la lógica de Dios… somos siervos inútiles, porque: 1. Es un deber servir al Señor. Estamos cumpliendo con un llamamiento de ganar las almas, de servirle al mundo para llevarlo a los pies de Cristo. Un llamado desde antes de la fundación del mundo, apartados para el evangelio de la gracia y de la paz (1 Co 9:16-32). Es un deber, una obligación, una alta responsabilidad (Lucas 12:43-48). Somos siervos inútiles en la medida que vayamos cumpliendo el llamado del Señor, pues siempre habrá algo más que hacer y algo nuevo y mejor por realizar, por cumplir, por responder, por alcanzar. La mies es mucha (Mateo 9:37-38) «Cuando lo hemos hecho todo lo mejor posible, no hemos hecho más que lo que estábamos obligados a hacer… Tal vez se puedan satisfacer las exigencias de la ley; pero todos los que aman saben que no pueden abarcar los límites del amor» (William Barcalay). 2. Esa responsabilidad la produce Dios en nosotros. Nuestro trabajo es sembrar la Palabra, recoger la cosecha, ser colaboradores con Cristo, pero el crecimiento y la obra son de Dios. Aquí no hay vanagloria, no hay titularidad ni felicitaciones. Es nuestro deber dar gratuitamente el evangelio (1 Corintios 3:5-9). El obedecer a ese llamado, lo produce el mismo Señor en nosotros, cuando nos abandonamos en él. «porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad» (Filipenses 2:13). Dios da la fuerza transformadora, el poder suficiente para cumplir con el servicio (Hechos 1:8). Da el fruto que requerimos (Gálatas 5:22-25). Da los dones (gr. carisma) → Romanos 12:1-8,11; 1 Corintios 126; Efesios 4:1-167; 1 Pedro 4:10-11) y nos ha dejado el Consolador (Juan 14:16-18,26; 15:26; 16:7) . Nos ha dado ministerios, operaciones… En fin, todos los recursos y herramientas necesarios para el servicio vienen de Dios… Por eso somos inútiles (Zacarías 4:6)… «Solamente esfuérzate y sé muy valiente» (Josué 1:7). Siervos inútiles nos recuerda la autenticidad de la naturaleza de la obra de servicio. Servimos según Dios, a Dios, para Dios y por Dios para extender su compasión y su misericordia, para llevar las buenas nuevas de salvación, para traer liberación y libertad a los cautivos y oprimidos por el diablo. «Cualquier cosa que los discípulos de Cristo hagan en este mundo carece de mérito propio, ya que todo está hecho por él […] En este contexto todos los seguidores de Dios, aun los aparentemente más exitosos son siervos inútiles, ya que no hay ningún mérito en ello, ni siquiera en el obedecer, ya que como seguidores de Cristo han renunciado a todo» (Comentario Bíblico del Continente Nuevo). 3. Estamos siguiendo las pisadas del Maestro. Somos siervos inútiles porque solamente estamos imitando a Cristo y llevando a la praxis el mensaje del lavatorio de los pies (Juan 13:12-17). Sirviendo al Señor, para que un mundo que anda como ovejas sin pastor, se arrepienta y crea en él. Estamos teniendo compasión de las ovejas como Jesús lo hizo (Mateo 9:36). Así, somos siervos de Jesucristo y trabajamos infatigablemente, sin desmayar, en todo tiempo y en todo lugar, sin esperar recompensas ni gratificaciones, sin anhelar agradecimientos ni honores, sin buscar reconocimientos ni mendigar aprobaciones. Como el 6
Los dones (charismata) son variados, ninguno es superior a otro, proceden del mismo Espíritu (pneuna). Las funciones,(diakoniai) son variadas, aunque el Señor (Kurios) es el mismo, hay una amplia
distribución de ministerios, funciones o servicios, magnificando la unidad del Espíritu. Las operaciones o actividades (energemata) son variadas, pero es el mismo Dios (theos), en y a través de la iglesia operan diferentes fuerzas que producen diversos resultados, formas o maneras en que Dios obra. 7
v.7, dorea, don sin ataduras y v.8,
doma, dádiva como resultado de la victoria de Cristo
Señor de Gloria vino para servir y dar su vida por cada uno de nosotros, ahora le servimos y damos la vida para ganarla. Las recompensas son en el futuro, allí él nos servirá a nosotros (Lucas 12:37-38). 4. Estamos respondiendo a la superabundancia de su amor. Somos siervos inútiles porque por la abundancia del amor con que nos amó (1 Juan 4:10), ahora le amamos y libremente nos hemos hecho sus siervos para servirle con determinación, coraje, firmeza, lealtad y, sobre cualquier otro factor o impedimento, para servirle con desprendimiento y amor, con sacrificio y entrega desmedida. La figura del siervo por amor es una ilustración perfecta de nuestra realidad en Cristo (Éxodo 21:1-6; Deuteronomio 15:16-17) 5. Porque traemos en nosotros las marcas de Cristo. El servicio, implica sacrificio, renuncia a muchas cosas, elegir el orden de prioridades en la vida, deponer compromisos, aprender a trabajar con el horario, la agenda, el calendario y la lógica de Dios que es, en muchos puntos de la vida, inversa a nuestro modo de razonar y de organizar la existencia. Y sobre todas las cosas, aprender a servir con el corazón, la mente y la voluntad de Cristo (Filipenses 4:8-13). Pero también puede demandar hasta la muerte misma como ocurrió a Esteban. Pablo era no solo un apóstol, sino al mismo tiempo fue siempre siervo de Jesucristo, y cualquier ministerio o servicio debe imitarle (1Corintios 4:1-16; Gálatas 6:17). Servir con determinación y regocijo en cualquier condición o situación que nos encontremos… es la calidad excelente, de olor fragante que alcanza al mundo para el Señor. (2 Corintios 2:14-16; 3:1-6).
¿Somos siervos útiles (yo sirvo, yo recibo mérito) o siervos inútiles (yo hago lo que debo, Dios recibe la gloria)? “EL SIERVO DE AMOR”
«Estas son las leyes que les propondrás. Si comprares siervo hebreo, seis años servirá; mas al séptimo saldrá libre, de balde. Si entró solo, solo saldrá; si tenía mujer, saldrá él y su mujer con él. Si su amo le hubiere dado mujer, y ella le diere hijos o hijas, la mujer y sus hijos serán de su amo, y él saldrá solo. Y si el siervo dijere: Yo amo a mi señor, a mi mujer y a mis hijos, no saldré libre; entonces su amo lo llevará ante los jueces, y le hará estar junto a la puerta o al poste; y su amo le horadará la oreja con lesna, y será su siervo para siempre» (Éxodo 21:1-6) La Escritura narra una propuesta de Dios acerca del trato con aquellos que estaban bajo servidumbre. Bien, podemos ver este texto en la vida práctica de los hebreos e imaginar una historia acerca del verdadero corazón del siervo. Muchas veces, por la situación de pobreza o por endeudamientos, los hebreos se vendían para el servicio en el campo y en las casas de los hombres con fortuna, adinerados. Entonces, de acuerdo a la ley, el que se hacía esclavo, trabajaba en la servidumbre durante seis años; pero al séptimo, debía salir libre. Hasta aquí todo parece muy normal, muy natural, muy loable, por aquello de pagar una deuda con servicio. El único inconveniente era que si su amo le hubiese dado mujer y si hubiesen nacido hijos durante el tiempo que
sirvió… ellos se quedaban con el amo… Y él saldría solo, pero libre. ¿Terrible, te parece? ¿Cruel? ¿Tú qué harías? ¿Te irías sin más? ¿Negociarías?... Muchas ideas podríamos tener o demasiada incertidumbre por saber qué hacer en esta situación tan particular. Ahora bien, luego de servir seis años y formar una familia... abandonarlos por mi libertad, sería egoísta. Claro, tú dirás… ¿Y mi libertad, dónde queda? Cuenta que el corazón determinado y valiente del siervo, la verdadera llama del amor que arde en el corazón de este hombre produce un genuino sacrificio, una auténtica entrega, una legítima rendición de amor… ¡El siervo de amor! Por amor a su amo y por amor a su familia, decide quedarse como siervo… para siempre… gratuitamente… sin recibir ninguna retribución por su servicio. Porque amaba a su señor se quedó. Porque amaba a su familia renunció a tan preciada joya para cualquier siervo: la libertad. Así debe ser nuestro servicio como creyentes. Ser siervos de amor, siervos radicales, siervos que lo dejan todo, que renuncian a sus privilegios y sus sueños, que se niegan a sí mismos, sin reservas, sin tristeza, sin albergar duda, temor, ambición o algún otra emoción o pasión, por el infinito amor con que Cristo nos amó y nos hizo libres. Por la única pasión genuina y valerosa que son las almas perdidas y que deambulan sin pastor. Morir a nosotros para servir al Señor y llevar a mucho pueblo a los pies de Cristo. Arrebatarle las almas al diablo, con el poder de Dios; llenos y guiados por el Espíritu Santo, bajo su unción y con la autoridad de Dios. Siervos con denuedo y con humildad. Andando con sabiduría y con la luz de Cristo, siendo sal del mundo, agua para el sediento y pan para el hambriento. Pero, hay un detalle más en esta historia, el hombre que determinaba, por amor a su señor y a su familia, renunciar a su libertad para quedarse como siervo sin jornal alguno, es llevado ante un juez y, públicamente, su amo le perforaba la oreja con una lesna como señal de propiedad, de pertenencia perpetua. Era un signo de muerte. El siervo moría a sí mismo y ahora pertenecía a su señor. El horadar la oreja con una lesna, imprimiendo dolor y produciendo sangrado, era signo de su arresto, de su osadía de renunciar sacrificialmente a todo. Fuimos comprados con la sangre de Cristo. Él murió en nuestro lugar (Isaías 53; 1 Pedro 2:21-25). Mas por él estamos en Cristo Jesús, “el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención” (1 Corintios 1:30). Ahora somos siervos de amor y siervos de la cruz. Anunciamos con nuestro testimonio, con nuestro servicio y con la palabra de poder la muerte y la resurrección del Señor, y proclamamos su Segunda Venida, según el evangelio de verdad, las Sagradas Escrituras, la Palabra de Vida. Luego, si fuimos bendecidos de una forma incalculable e impensable, de una manera que no podemos abarcar con nuestras ideas, para explicar esa bendición de un modo preciso y correcto, entonces solo nos resta servir y padecer como el mismo Señor nos lo enseñó y nos dejó ejemplo. Cómo deseas servir: ¿con amor y sin comprometerte demasiado para que tu comodidad, la vida que has planeado y tus proyectos no se vean afectados? O, ¿sacrificialmente, así el modo de vida y las aspiraciones se desbaraten y tengan que reacomodarse al propósito y al llamado de Dios? El servicio por amor, tiene un precio muy alto… y quizá aún no podamos comprenderlo bien… Sin embargo, en muchas naciones de África y de Asia, donde la persecución es el pan de todos los días, por ejemplo, saben que esta historia que era cotidiana en el pueblo de Israel, es una metáfora viva en pleno siglo XXI, donde servir a Cristo… ¡vale la pena!
¡Si somos siervos, somos libres!