El correo bíblico SIETE VERDADES DE LA PALABRA DE DIOS, SALMOS 1:3-4, 12:6 y 19:7-11 Parte 1
Por José Rubén Arango congestiones, sin contaminaciones y sin sobresaltos.
Introducción En la hermenéutica de los números en la Biblia el siete ha representado la plenitud, la exactitud, la perfección y el reposo. Por eso en Proverbios aparece la expresión: “Seis cosas aborrece Jehová, Y aun siete abomina su alma” (6:16). Y, en muchos pasajes, es sinónimo del adverbio de tiempo siempre: “en todo o en cualquier tiempo”. Da la idea de perpetuidad, perennidad y algo que no muda o no se altera, pese al tiempo o a las circunstancias. Así, vamos a reflexionar en tres expresiones y en sietes verdades en cada una de ellas. En Salmos 19 hay sete realidades acerca de la Escritura en relación con su naturaleza, su carácter y su obra en el hombre. Es comparada con la plata, siete veces purificada y es comparada con el oro, del que haremos una paráfrasis similar al de la plata. Siete verdades de la naturaleza y propósitos de las Escrituras (Salmos 19:7-11 y 1:3-4) Naturaleza “de Jehová” Brotó del corazón y de la mente de Dios, de la superabundancia de su gracia. La ley. Toda verdad constante e invariable, arreglada a la voluntad de Dios. El testimonio. Es la herencia de su amor que traslada a nuestra mente y nuestro corazón. Los mandamientos. Son las directrices que nos fueron propuestas para llevar una vida sana, justa y santa. Son principios de vida fundados en el amor a Dios, a los seres humanos y al entorno de vida. Los preceptos. Dios ha fijado unas instrucciones prácticas para que tengamos una vida sin
Cualidad “de Jehová” Revela su ser y expresa su perfecta voluntad en un acto de gracia y de amor. Perfectibilidad. Es y se perfecciona a sí misma. Presenta el mayor grado de bondad y excelencia. Fidelidad. Todo lo que Dios dice, fue, es y será, porque es exacto y se conforma a la verdad. Rectitud. Es la recta razón práctica de lo que debemos ser y hacer en la vida. Comunica justicia y juicio verdadero. Solo en sus páginas encontraremos cómo responder y decidir correctamente. Santidad. Es pura, acendrada y transparente en todo su contenido. No hay otro libro sagrado que
Acción “de Jehová” Comunica la misericordia de Dios y muestra a un Padre que nos bendice siempre. Conversión. Nos conduce a una genuina y verdadera transformación de vida desde el corazón. Sabiduría. Nos llevará a ser personas prudentes y discretas; que piensan para hablar y actuar. Gozo auténtico. La Palabra, cuando entronamos su verdad, cuando actuamos en conformidad a ella, produce un sentimiento grato y vivo que se expresa con júbilo. Iluminación. Cuando nos acercamos a su Palabra con un corazón santo y limpio, deseando hallar su
El temor. Su Palabra revela el corazón de Dios y por ello comunica verdades que imprimen una pasión reverente que lleva a desprendernos y rechazar todo aquello que no es provechoso ni útil ni santo ni fructífero. Los juicios. La Palabra contiene su revelación eterna y el pacto de amor. Los acuerdos están ahí. La historia y proyección de estos para la humanidad están escritos. La bendición y la maldición son resultados humanos de apropiarnos o desconocer esa alianza de gracia y de bienestar para el hombre. “Los dichos”. Son las palabras siempre prontas y oportunas del Señor, cargadas de su sabiduría y de todo su carácter santo. Es ese pensamiento amoroso de Dios que nos comunica cómo ser sabios en un mundo errático, injusto e irracional. Es el consejo sabio que llega sin demora en el momento preciso a nuestra vida y cumple su misión con exactitud sin par.
legítimamente tenga este grado de pureza en cada palabra y propósito. No está viciada ni amañada ni es obra humana. Integridad. Es, pues, la Escritura limpia, desprovista de cualquier inexactitud, mezcolanza o error. No hay ni cabe la mínima posibilidad que Dios se halla equivocado. Esto comunica seguridad y confianza que lleva a creer en su Palabra. Veracidad. Es veraz, es decir, todo lo que dice se ajusta a la realidad en cualquiera de sus áreas y de sus facetas. No es copia de una realidad ni fábula ni imaginario religioso. No es un manual espiritual escrito por una religión. Es la Verdad eterna de Dios que utilizó al hombre para materializar su santo pensamiento. Deseabilidad y suavidad. Es el único libro que, sin importar ni mediar ningún obstáculo humano, ha sido deseado por el hombre de cualquier generación y hay un anhelo por consultar sus páginas. Además, es el único ‘manual’ que pacífica y expresa con suavidad las más duras verdades y los más severos juicios. Se le compara con la miel. Es la delicia de todo santo.
corazón, Él, por la obra de su Espíritu, nos enseña y nos ayuda a comprender lo que está dicho para nosotros. Perennidad. Por su naturaleza y por su carácter la Divina Respuesta es útil y provechosa en y para cualquier generación sin importar ningún factor humano. Es provechosa para el niño, el joven o adulto, hombre o mujer. Justeza y Amonestación. Solamente podremos proceder en justicia, en probidad y en respeto, si aceptamos y nos apropiamos de sus juicios. En ellos, además, encontraremos una fuente de luz que nos direcciona el sendero verdadero brindando advertencia, prevención, consideración de aquello que debemos procurar y lo que debemos evitar. Bienaventuranza. Sin lugar a ninguna duda, la Escritura produce felicidad plena y prosperidad integral a quienes se acogen a la propuesta de Dios para una vida saludable y santa. Se le compara con un árbol que el fruto a tiempo y sus hojas no caen. Solo pide Dios que meditemos siempre en ella, que observemos, que cumplamos, que pongamos por obra su Palabra siempre.
MEDITACIÓN: LEE Y REFLEXIONA “Bienaventurado el varón (hombre o mujer, niño o niña, joven o adulto) que en la Palabra (la ley, el testimonio, los mandamientos, los preceptos, el temor, los juicios y los dichos del Señor) medita día y noche (todo el tiempo), la guarda y en ella está su delicia, porque “hay grande galardón (recompensa)”, “será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará.”
MEDITA: marca con en los cuadros que honestamente creas que la Palabra ha hecho eso en tu vida. Si alguna acción es débil o nula, no te preocupes. Evalúa por qué no está ocurriendo y toma decisiones determinantes. Seguro que verás los resultados pronto.
La Palabra de Dios ha producido en tu vida: conversión sabiduría gozo
capacidad para comprender su verdad instrucción y dirección amonestación delicia y deseo de estudiarla cada día
ESCRIBE LOS FRUTOS DE TU ÁRBOL Y DA UN NOMBRE A ESAS HOJAS TUYAS QUE NO HAN CAÍDO
IMPORTANTE: Comparte conmigo tus conclusiones: joaro2140@gmail.com o a través de Raquel Pinto. Espero tus respuestas.